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Santo Domingo: crecimiento a pasos agigantados

Recién 56 años han transcurrido desde la cantonización de Santo Domingo. Desde entonces, la ciudad multiplicó su población por diez y se convirtió en la cuarta más grande de la República —sobrepasada apenas por aquellas que durante siglos han condensado a la mayoría de la población y los recursos—. El crecimiento no ha sido apenas demográfico; la actividad económica dio un salto de proporciones similares. Hoy, Santo Domingo es uno de los principales polos de consumo y, al mismo tiempo, el centro desde el cual se administra una de las zonas más productivas del país. La importancia política también resulta hoy innegable. Tras décadas de abandono, fue posible conquistar la tan anhelada autonomía, cuyos frutos positivos se ven desde ya. Igualmente, la potencia electoral y participativa de la ciudad hace impensable que un gobierno, cualquiera que sea, trabaje de espaldas a los intereses de la ciudad, peor aun en oposición a ellos.

Este crecimiento, absolutamente inusitado en la historia nacional, solo ha sido posible por la generosidad y buena voluntad de una ciudad que recibe con brazos abiertos a quienes acuden a ella en busca de un futuro mejor. Serranos y costeños, campesinos y citadinos, extranjeros y nacionales; todos han encontrado en Santo Domingo las oportunidades y la energía para perseguir sus sueños.

Todavía queda mucho por hacer para lograr realizar todo el potencial de esta tierra: en educación, obra pública, seguridad, ordenamiento político, industrialización o generación de empleo. No obstante, resulta justo y oportuno recordar, en este día, lo mucho que se ha logrado y cuánto hay de lo que estar orgullosos.

Ro GELio Mo RALES cATTAN i mlralescattani@yahoo.com

Muchas elecciones = a malas decisiones.

En las actuales circunstancias, con una democracia frágil como la nuestra, el presidente Guillermo Lasso activó el mecanismo de la “muerte cruzada”, paradójicamente concebida por quienes, en esta ocasión, no la consideraban conveniente.

En los últimos años, como parte de una “planificación estratégica” de grupos de aparente extrema izquierda, que les gusta el dinero más que a los de extrema derecha, es evidente que muchos están desesperados por volver al poder , seguramente para seguir enriqueciéndose de la manera más descarada y cínica. Ahora, estos mismos grupos ya no se alinean con el pueblo, lo hacen con organizaciones criminales de dudosa reputación y con organismos de control cuestionados por aparentemente permitir la manipulación de computadoras que trastocan la decisión popular.

Los nuevos inquilinos de Carondelet ingresarán con su séquito de seguidores y gran cantidad de adulones oportunistas y la historia se repite, con la diferencia que tendrán menos de dos años en el poder y esto puede dar paso para que realicen los cambios y obras emergentes de una manera rápida y eficiente, aunque también puede ser un período empleado solo para hacer “campaña electoral desde el poder” buscando una inmediata reelección, aunque esta posibilidad depende de otras variantes porque las “empresas electorales”, como se ha denunciado en algunas oportunidades, solo necesitan un “Software” y varios alcahuetes, para seguir alterando la decisión popular, permitiendo que los mismos piratas asalten el buque del Estado lucren de los tesoros que aún quedan y luego se autocalifiquen de perseguidos políticos.

Muchas elecciones y muy seguidas no benefician a la estabilidad nacional. Aún no salimos de unos sufragios seccionales donde abundaron las inconsistencias que aún no se han aclarado y ya estamos embarcados en una nueva aventura electoral, donde los candidatos llenan de ofertas a un pueblo perplejo e indefenso.

Como antecedente, diré que Santo Domingo nace administrativa y jurídicamente como parroquia rural del can- tón Quito el 29 de mayo de 1861. Se jerarquiza como cantón en la provincia de Pichincha el 3 de julio de 1967. El 6 de noviembre de 2007 se crea la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas con la jurisdicción que tenía el cantón y la parroquia.

Nuestro cantón, gracias a la pujanza de mujeres y hombres que llegaron de diferentes lugares ecuatorianos, ha logrado en muy corto tiempo ser transformado en el crisol de la nacionalidad; el trabajo tesonero y constante le ha dado el valor e importancia que se merece. Así mismo, su ubicación geográfica, que enlaza a varias ciudades del país, ha sido un coadyuvante significativo para su gran crecimiento demográfico.

Otros aspectos que han favorecido el desarrollo del cantón son sus actividades administrativas, económicas, financieras y comerciales, tal es así que quienes lo han visitado se han radicado definitivamente en esta tierra rica en atractivos naturales como culturales.

En materia judicial, Santo

Domingo es el tercer cantón más importante a nivel nacional, y como provincia adquiere aún más relevancia con la designación de 51 jueces con diferentes especialidades, al incluirse la Corte Provincial de Justicia que fue uno de los logros más importantes para el usuario de la justicia; recordemos que para los recursos judiciales que franquea la ley en los procesos, antes había que trasladarse a la ciudad de Quito, donde por falta de despacho las causas prescri - bían y se archivaban. También se han designado 218 funcionarios administrativos, número que a pesar de ser significativo no es suficiente, situación que se espera cambiar gracias a la solicitud que ya ha sido hecha por parte de nuestro director provincial del Consejo de la Judicatura. Estos logros, así como el constante esfuerzo de los ciudadanos del cantón, hacen de este una tierra digna y valiosa. Vaya para Santo Domingo mi saludo reverente en sus 56 años de cantonización.

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