3 minute read

Linchamiento político para ‘limpiar’ a la oposición

Faltanmenos de dos años para las próximas elecciones presidenciales y legislativas, y alrededor de veintisiete meses para que se posesionen las nuevas autoridades electas. Eso significa que arrancan, desde ya, los esfuerzos por dejar fuera de la contienda a todo candidato en potencia que represente una amenaza. La Asamblea acaba de censurar al exministro Patricio Carrillo; imposibilitándolo para cualquier cargo público por los próximos dos años. Si llegara a candidatizarse enfrentaría su inscripción y la campaña con la censura vigente —un escenario problemático—. Así, vuelve el uso del juicio político como arma para vetar contrincantes electorales. Nuestro sistema político es generoso en alternativas para excluir a opositores de los procesos electorales. Los juicios políticos, con la composición actual de la Asamblea Nacional, constituyen una herramienta de fácil empleo para la mayoría de un Legislativo desprestigiado. El sistema penal con las consiguientes pérdidas de derechos políticos, y a veces incluso acusaciones relacionadas con la causa sagrada de los derechos humanos, permiten también ralentizar convenientemente cualquier carrera política o acelerarla, mediante amnistías. A ello se suman los obstáculos que legalmente pueden imponerse desde la Función Electoral y las guerras intestinas que, desde ya, arrancan en los diferentes movimientos.

Velasco Ibarra, Assad Bucaram, Abdalá Bucaram, Lucio Gutiérrez, Rafael Correa, Jorge Glas e, incluso, Jorge Yunda; nuestro sistema suele construirse sobre la conveniente exclusión de ‘grandes ausentes’. El populismo autoritario inventó el linchamiento mediático para escudarse del escrutinio de la prensa; este linchamiento político los blinda de la competencia incómoda. Ojalá que esta vez ya no sea así.

El verdadero sentido

Una de las funciones esenciales del Estado es, sin duda, la Administración de Justicia . Por su implicación directa para mantener el orden, la seguridad y la confianza en la población. Revisando información relativa al tema, encontré datos de una Auditoría de la Democracia en Ecuador del año 2002, donde constaba que solo el 16,1% de los ciudadanos confiaban en la Corte Suprema de Justicia y, que el 58,3% de las personas que fueron víctimas de un delito no lo denunciaron porque sentían que no sirve de nada tanto, debemos prepararnos:

Han pasado 21 años y lejos de que la percepción haya mejorado, parecería que hemos ahondado en una crisis generalizada de desconfianza en todas las instituciones del Estado. Una de las principales causas, es el alto nivel de corrupción. Como sociedad lo repudiamos absolutamente, pero ¿qué hacemos? ¿ante quién acudimos? y ¿hasta cuándo soportamos?

El Sistema Judicial ecuatoriano tiene serias falencias, por lo que urge trabajar en reformas, pero sobre todo en la recuperación de la ética institucional y la confianza de la ciudadanía en esta función estatal. El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, designó el 13 de febrero de 2023, al Dr. Wilman Terán como nuevo presidente del Consejo de la Judicatura. Esta noticia nos llena de orgullo como provincia y de esperanza como país, conocedores de la trayectoria profesional del Dr. Terán, tomamos sus palabras como un compromiso de fiel cumplimiento “La Función Judicial está encargada de entregarle a cada quien lo que le corresponde, como una exigencia que no se pide de rodillas”; “Todos y cada uno de los puntos de mi plan de trabajo, tengan la seguridad de que serán desarrollados”. Tenemos esa seguridad y anhelamos que nuestro país inicie una nueva etapa, donde la Justicia prevalezca en su verdadero sentido, con decisiones objetivas e imparciales sin influencias, de riquezas, política, fama o infamias que vulneren los derechos de quienes la demanden.

1.- Aprovisionarnos de piedras manipulables, para usarlas como proyectiles, palos (garrotes), hachas, machetes, agua, víveres, medicamentos, extintores de incendio, para resistir durante dos meses de asedio.

Organización y agallas!

El narcoterrorismo moviliza sus células de guerrilla urbana que infiltran las organizaciones de trabajadores, estudiantes e indígenas; por

2.- Organizar en nuestro barrio, ciudad, frentes de defensa de la libertad, con escuchas, informantes, alarmas, médicos, enfermeros, militares, policías en servicio pasivo, ingerieros, albañiles, aboga- dos, listos para atender, para reaccionar, realizar bloqueos, barricadas de protección.

3.- Nos corresponde ser autosuficientes en la defensa del sector donde vivimos, para no distraer, ni dispersar a la fuerza pública, de sus tareas específicas.

4.- A los excesivamente “prudentes”, a los que esperan que el Estado les proteja, a los cobardes, que no son capaces de reaccionar con autonomía, hay que aislarlos de las decisiones grupales, porque gene- ran duda, temor.

No hay espacio para los pusilánimes. Por ellos estamos en la situación actual.

Es el momento de actuar con inteligencia, sin la menor duda.

5.- Pese a la ineptitud, indolencia, vagancia y estupidez del régimen, debemos defenderlo, como símbolo de “democracia ”, aún cuando sea incipiente.

6.- No podemos permitir que el narcoterrorismo lo desestabilice, peor aún, que lo derroque.

7.- Debemos organizar la resistencia cívica ante la amenaza de actos terroristas como los de octubre 2019 y junio 2022.

El mando de la fuerza pública tiene el deber de rebasar la torpe y timorata conducción política, porque la amenaza en contra de la población desarmada del Ecuador , es evidente.

Estamos advertidos.

¡Dios, familia, patria y libertad!

¡Venceremos!

This article is from: