EL FLAUTISTA DE BIRKENPLATZ1 Yaron Avitov Capítulo tomado del Libro La Flauta de Jaim toca en el Cielo • Yaron Avitov
8. Al día siguiente fue el Día del Holocausto y sentí que era la primera vez que lo estaba conmemorando de verdad. Desde que era niño, cuando hablaban conmigo sobre el Holocausto y sobre mi abuelo y que mi padre había logrado escapar a tiempo rodando por caminos que no eran tales hasta la tierra de Israel con un certificado falsificado, yo siempre percibía que eso no tenía absolutamente nada que ver conmigo y que yo no pertenecía a eso de ningún modo. Pero en ese momento sentí que el Día del Holocausto era como un verdadero examen al que debía enfrentarme. Bien temprano a la mañana Perski pasó por las habitaciones y nos despertó a todos. Estaba tan tenso que, por un momento, me pareció que estaba despertando a los músicos como para la formación matutina. Se veía que no había pegado un ojo en toda la noche, en esta ocasión, no por la mujer que se había escabullido en su cuarto sino por la gran emoción que lo embargaba y la tensión en la que estaba inmerso. Después del desayuno liviano no me olvidé de cepillarme los dientes, un lujo que no tuvo mi abuelo antes de las presentaciones en Birkenplatz, para que no se me acumulara saliva en la boca como consecuencia de la comida que había ingerido y que podría molestarme mientras tocara. Salimos del hotel en silencio, cada uno ensimismado en sus pensamientos y parecíamos yendo a un entierro, no a un concierto. Yo sabía que algunos músicos, además de mí, eran segunda y tercera generación de sobrevivientes del Holocausto y me pregunté si también para ellos sería un día tan significativo. 10.- Nombre ficticio cuyo origen es el campo de exterminio Auschwitz-Birkenau.