Ecuador, domingo 31 de mayo de 2015
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protagonista
‘El humor es fundamental’
DAMIÁN DE LA TORRE AYORA • El aleteo de las palomas que cruzan La Catedral de Quito es tan violento como la pitada que le da Miguel Varea a su cigarrillo. Ni el enfisema pulmonar ni el frío de la mañana hacen que desestime dejar de fumar. Su silueta es pequeña y delgada bajo el marco de la entrada del Centro Cultural Metropolitano (CCM, García Moreno 887 y Espejo), lo que solo acentúa y reafirma que él es de los que entran y salen por la ‘puerta grande’. Se niega a subir las gradas del CCM en ascensor. Pese al cansancio, prefiere escalar a paso lento sin apoyarse en el pasamanos. Su respiración es agitada, pero va al compás de toda su dignidad. Viste una chompa habana y unos pantalones jeans, prendas que cubren su delgadez y minimizan su aire hippie. Está afeitado y su melena –rubia desteñidase encuentra acicalada. Para lanzar sus primeras palabras, prefiere quitarse las gafas oscuras que cubren sus ojos. “No he visto cómo quedaron las salas para la exposición. La Dayuma (su esposa) y el Martín (su hijo) son los que arman todo. Recién voy a ver cómo está la cosa”. Y es que la ‘cosa’ está así: Varea presenta su colección personal en la muestra antológica ‘al modo del más ke nunca’, compuesta por aproximadamente 500 trabajos.
Ya era hora de una exposición de estas proporciones ¿Tardó en llegar?
Sí, he hecho grandes exposiciones, más o menos antológicas. Nunca con la cantidad de obras de ahora, pero nunca te fijes en la cantidad, sino en la calidad. ¿Siente que con esta muestra el público podrá acercarse a la calidad de su trabajo?
No sé. Me importa si se acercan a lo duro que representa este oficio.
Bueno, pero lo que resultará difícil es que no se aproximen a su humor corrosivo, ese que está tan presente en su trabajo…
Eso sí, el humor es fundamental. Ha oído el término popular de que ‘Por no llorar,
Perfil
MIGUEL VAREA ecuatoriano (Quito, 1948). Ha incursionado °enArtista el dibujo, el grabado y la pintura. Realizó estudios
en Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador (que dejó tempranamente), en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Madrid y en el Taller de Grabado de la CCE. Ha realizado exposiciones individuales y colectivas dentro y fuera del país.
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me río’, así va la cosa en mi propuesta.
¿Miguel Varea es de los que les gusta reír?
MIGUEL VAREA
Más o menos. Uno no puede siempre estar feliz, así quiera. ¿Y qué le causa alegría?
Mientras trabajo, cuando estoy con mi obra, paso feliz, sin contratiempos. ¿Y qué le hace llorar?
Las cosas inesperadas como la muerte temprana de los seres cercanos. Las tragedias familiares me duelen. ¿Ud. es de los que llora con facilidad?
Para nada. De niño sí lloraba con facilidad, ahora no tanto. ¿Cómo se desahoga?
Todo queda plasmado, todo lo que me va ocurriendo está en las obras.
ARTISTA. Junto a su obra, en una de las salas del CCM de Quito, donde exhibe su muestra antológica.
¿Sigue madrugando al trabajo?
El grupo uruguayo No te va a gustar. Sus músicos son buenazos. Esa música me pasó mi hijo Martín.
Siempre. Me levanto a las 04:00. En la madrugada tengo la tranquilidad que necesito. ¿Ahí también tiene tiempo para pensar sobre los hechos políticos?
También. Es que la política siempre ha estado inmersa en mi vida, así no quiera; pero nunca he militado en nada. La ‘Sobredosis patriótika’ ya aparecía cuando mis hijos tenían el periódico El Bocón. Ahí tenía chance de estar sin pelos en la lengua. ¿Y los tendrá?
Claro que tengo ‘pelos en la lengua’ (risas). Me parece lo contrario...
¿Por?
En Sangolquí le conocen como ‘El extraño del pelo largo’. ¿Qué opina de ese apodo?
No sabía que me decían así. No me ofende. Como que me identifico con esa canción. De todas las técnicas que expone, ¿con cuál se siente más cómodo?
Con la plumilla, fundamentalmente, es lo que más hago.
TOME NOTA
¿Por qué?
Siempre me llamó la atención. Nadie la usaba. Solo en el colegio, cuando trabajábamos con las tintas.
La muestra estará abierta en el CCM, Quito, hasta el 12 de julio, de martes a sábado de 09:00 a 17:30, y los domingos, Hablando del colegio y de tintas. Se de 10:00 a 16:30.
Por ejemplo, no cualquiera se le plantaba al maestro Guayasamín (su suegro)…
Verás, sí le reclamaba y nos bronqueábamos, pero terminamos llevándonos. Pienso, más bien, que teníamos una relación frontal. ¿Qué admira de Guayasamín?
La tenacidad. Nunca le vi descansando, trabajaba mucho. Y él, ¿qué decía de su obra?
Le gustaba.
Mientras trabaja, ¿escucha música?
¿Qué escucha últimamente?
Siempre estoy escuchando, pero rock, que es lo que me gusta. Yo soy rockero.
acuerda de eso de que ‘La letra con sangre entra’…
Por supuesto, es de mi época. Aunque verá, ya no le dan tan duro, pero la pedagogía aquí sigue siendo violenta. ¿En el colegio fue rebelde?
Era tranquilo. No era muy aplicado y no me gustaba estar en el montón, nada más. ¿Pero sí tuvo problemas?
O sea, estudiaba en el San Gabriel y me tocó terminar en el Gonzaga. Todo fue culpa de un cura amargado que le tenía rabia a mi papá. ¿Ha dibujado o pintado algo sobre ese cura?
No pierdo mi tiempo.
Hay que decir las cosas sin romanticismos”. ¿En qué trabaja últimamente?
Más escribo, escribo como siempre. ¿Qué temas aborda?
La cotidianidad, que gira alrededor de un conformismo que me aterra. No logro entender cómo la gente se aguanta un déspota. ¿Nunca simpatizó con el presidente Correa?
Nunca creí en Correa. Soy el único de los artistas que desde el inicio desconfiaba. De entrada, acuérdate que expuse ‘Un país con la correa al cuello’. Pero, a diferencia del cura, ¿Correa sí ha inspirado mucho en su obra?
Es que da de qué hablar.
Varea se acerca a una de sus obras: un díptico poblado de caricaturas políticas bañado en amarillo, azul y rojo. Con su dedo busca un dibujo, hasta dar con una correa que envuelve a un párrafo que lee en voz alta: “Entre la lógica del boy scout y el bobo aperturismo, aparece el neopopulismo del correazo a la silla de ruedas”. Queda claro que no cree en la Revolución Ciudadana, ¿cree en alguna revolución?
En ninguna.
¿En qué cree entonces?
En la rutina.
Curioso, la mayoría detesta la rutina…
Mira, mi trabajo es rutina. Mi oficio, fundamentalmente, es eso. Hay que decir las cosas sin romanticismos. (DVD)