rEpOrTE EL DATO Ernesto Ponce reza el Ave María unas 50 veces al día desde hace unos 40 años.
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Miércoles 20 DE NOviEMBrE 2013 la Hora iMBABurA-CArChi
COnGREGACIOn. Ernesto Ponce durante el rezo matutino.
El Ave María en 70 idiomas
El ecuatoriano Ernesto Ponce es capaz de rezar esta tradicional plegaria en distintas lenguas.
C
uando Ernesto Ponce llega por la mañana a la Librería Biblos, que regenta su hermano Mauricio Ponce, la actividad cotidiana cesa repentinamente. Los trabajadores, los amigos, los clientes y por supuesto Mauricio, se ubican frente a Ernesto y comienzan juntos a rezar la tradicional oración en honor a María, la madre de Jesús. No importa sin son creyentes, si trabajan allí o están de paso. Todos comulgan con la prédica. Antes de finalizar, y a modo de obsequio, Ernesto reza un último Ave María en uno de los 70 idiomas en los que es capaz de realizar esta universal plegaria: “Ave María, cheia de graça, O Senhor é convosco. Bendita sois vós entre as mulheres; Bendito é o fruto do vosso ventre, Jesus…”. En esta ocasión lo hizo en portugués, pero bien podría haber sido en ruso, chino, japonés, finlandés, alemán o incluso en esquimal.
Años de aprendizaje
“En ocasiones realizo viajes mentales por los países en los que rezo las Ave María. Puedo comenzar en Portugal y continuar hacia Francia, luego voy hacia Italia, Turquía, Pakistán...”, comenta sonriente. Para esta complicada empresa de investigación y nemotécnica tardó alrededor de dos años. Esta curiosa afición nació en el transcurso de las clases de catequesis y orientación espiritual que ofrece en diferentes escuelas de Quito. Ernesto (Quito, 1949) tiene porte de santo. Recuerda a algunas de las espigadas figuras de un cuadro de El Greco. Es alto y delgado. Acostumbra a llevar chaqueta combinada con saco a juego. Luce una poblada barba que le da un aire de anacoreta. Los ojos son pequeños y luminosos. En su pecho luce un rosario, un elemento que fue determinante en su vida. Formación religiosa
“Justo antes de terminar las clases de catequesis les rezaba a mis
alumnos un Ave María en latín, por hacer algo diferente. Les empezó a fascinar. Me pedían que lo repitiera una y otra vez. Luego contacté con una señora inglesa, que me lo enseñó en inglés, francés y alemán. Y luego a partir de allí vinieron los demás. Ví en así una manera de trasmitir el mensaje de La Biblia de un modo más ameno”. En ese momento comenzó la ‘cruzada’ de Ponce. Gracias a amigos y sobre todo a Internet memorizó la plegaria en todas las lenguas que pudo. Lo hizo con la mayoría de lenguas indígenas del continente: apache, azteca, maya, caribes, quichua, shuar, aymara, guaraní o araunaco. Pasión por el rezo
ESTuDIO. Ponce es autodidacta, experto en teología y mística.
musicalidad llegan nítidamente “Es posible que la pronunciación al oído. También puede recitarlo en no sea la correcta, pero se entienlenguas ya extintas como de. Una vez lo recité en el arameo, el ur de Caldea japonés a una chica japo- EL DATO (la lengua que se hablaba nesa y me dijo que estaba en Mesopotamia en tiemmuy correcto”, explica. A dos pos de Abraham), en escontinuación, como poseí- Necesitó años para do por un extraño cuer- memorizar los peranto, esa fallida lengua en 70 idioque pretendió aunar en sí po comienza a hablar en rezos mas. todas las lenguas del munjaponés: “HeirumearÄ« do. Parece que casi ningún GurÄ“su no furu Omo wa nanji o tsukau kotodesu. territorio le es hostil a Ernesto: Buresudonata Josei no ma…”. A “Desconozco el Ave María en pesar de que resulta imposible nepalí, mongol y birmano. Si aldescifrar lo que dice, el ritmo y la guien los conoce, le agradecería
mucho que me lo dijera”, añade. El sentido de esta titánica aventura no es otro que la transmisión del mensaje y la Palabra de Dios. En su aventura evangélica, Ponce ha rezado en sitios realmente insólitos, como en escuelas, en la calle, en cárceles, en hospitales e incluso en prostíbulos: “En algunas ocasiones acudí junto a una monja para rezar por ellas. Los clientes entraban y salían, pero ellas nos siguieron a la oración. En una ocasión llegaron a cerrar el prostíbulo para dedicarnos a la oración”. (MAP)
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