
3 minute read
¿Qué nos queda?
La crisis que ocupa y entretiene a los políticos no es una amenaza existencial para el Ecuador, como nos quieren hacer creer.
Sí, es un hecho que un socio del líder de la mafia albanesa frecuentaba a un cuñado del presidente de la República, tenía acceso a ministros y otros funcionarios, y fue investigado por la Policía por sus vínculos con el crimen y el narcotráfico. También es un hecho que el gobierno de Guillermo Lasso está paralizado por una Asamblea opositora.
Sin embargo, es evidente que en Ecuador el crimen y el narco son parte de la vida diaria. Casi el 30% de la economía se financia, se paga y se consume con dinero proveniente de actividad ilegal; hay provincias enteras cuyos pobladores viven del crimen, directa o indirectamente, porque no existe otra actividad que pague tanto.
Aunque 2022 marcó un record histórico en la cantidad de droga incautada en Ecuador —201 toneladas (EE.UU. capturó solo 40)—, nada detiene a esta megaindustria.
Queremos ayudar a construir un país que ve, reconoce y actúa conforme a su realidad.
Es falso que el Presidente de la República erradicará el narcotráfico. Nadie lo ha logrado.
Somos un país de casi 18 millones de personas sin más anhelo que volver a encontrar una forma pacífica de vivir, educar a sus hijos y labrar un futuro mejor, mientras se limita la influencia del crimen, la droga y la violencia. Esta tarea —en la que el Estado nos falla bajo el liderazgo de un gobierno que no mide el alcance de las mafias—, le corresponde también a cada individuo, familia y comunidad. Esa es la real amenaza, pero también la gran oportunidad que nos queda.
Arte y paradigma
El valor de las creaciones culturales radica en la íntima, libre e inspirada percepción de sus creadores, sea escrita, pictórica, arquitectónica, técnica, etc., expresada de forma bella y estética. Su aporte a la historia de la civilización está en fijar mensajes motivadores que inciten la imaginación del observador y mantengan la memoria a través del tiempo.
En los difíciles momentos que atraviesa la humanidad en el siglo XXI, el hecho cultural es el sostén permanente de la crítica como de la esperanza, por ello cabe reconocimiento a quienes se esfuerzan por mantener estos valores y promoverlos.
En la capital desaparecieron numerosas galerías de arte donde se podía admirar y adquirir creaciones de artistas nacionales como extranjeros, sin embargo fue estimulante conocer el esfuerzo de la escultora y pintora Sara Palacios, quien en la calle Manuela Sáenz, de Nayón bajo, mantiene con entusiasmo su galería, lugar acogedor donde se presentan muestras continuas de artistas nacionales y extranjeros, además con Fernando Andrade tienen una programación de conferencias, sobre tópicos culturales que ofrecen especialistas, igualmente realizan sesiones de cine de calidad.
Las expresiones culturales requieren todo el apoyo del ministerio del ramo, puesto que son actividades que actúan como bálsamo espiritual donde los desafíos motivacionales introducen nuevos conceptos, provocando a veces conflicto y otras veces paz, aportan al espíritu de jóvenes y mayores en tiempos difíciles, es probable que no sea cuestión de leyes sino de convicciones aportar recursos para difundir cultura, es también el caso de otro gran maestro Nelson Román, que vive en permanente lucha intelectual para difundir el mensaje estético a cualquier costo, así llevó su taller y exposición al centro histórico de Quito en una vieja casa colonial ahora restaurada.
estratégicos y camuflados, cuyo objetivo, sin duda, es el cobro abusivo e indiscriminado de multas; es decir, esta turística ciudad actualmente se ha convertido en un lugar atemorizante y prohibitivo para visitarlo.
Las quejas no provienen de unas pocas personas, sino de una gran mayoría de ecuatorianos que, lastimosamente, por trabajo, negocios o turismo tienen que atravesar la ciudad y, sin que medie razón alguna, han sido multadas y se han visto forzadas a pagar altas sumas de dinero por este concepto, lo que consideramos una descarada extorsión y un evidente abuso pues, incluso e increíblemente, los habitantes de otras ciudades (como Quito y Guayaquil) están obligados a pagar abogados y viajar hasta Ambato a impugnar o cancelar estas injustas sanciones, siempre con el temor de volver a ser multados, en la mayoría de casos, sin razón alguna . Ecuatorianos, apena pensar que esta hermosa ciudad dotada de tantos encantos y atractivos turísticos, deje de ser visitada con la frecuencia de antaño y el número de turistas vaya decreciendo en forma estrepitosa, con las consiguientes pérdidas económicas para sus moradores.
Guerra a drogas, a la pobreza y descontrol en colegios y hogares
Eliminando la tabla de porte de drogas bajará criminalidad. Colegios deben suscribir contrato con los padres para que expulsión sea inmediata caso se compruebe acoso, procacidad verbal o visual de sus estudiantes en redes, o porte de drogas, inclu- ido alcohol. Reformando ley de servicio público y eliminando puestos políticos de libre remoción bajará corrupción. Banco del Estado debe invertir más en barrios pobres. Debe normarse para que empleados públicos y privados teletrabajen lo más que se pueda, o cerca de su residencia, sin tiempos muertos de transportación, aumentando horas en hogares. Hay que dar la guerra, pero a la droga en todos sus niveles, a la pobreza y a descontrol en colegios y hogares.
Diego Fabián Valdivieso Anda