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diálogo
Ecuador, domingo 3 de febrero de 2013
Poeta con ‘raíces amnióticas’ MARCELO BÁEZ
• Su voz es apacible y va en armonía con sus respuestas que, curiosamente, son tan puntuales como incisivas. Esto va al compás de sus versos, pues siempre hay una musicalidad en su redacción. El escritor guayaquileño Marcelo Báez Meza presentó su poemario ‘El mismo mar de todas las Habanas’, ganador del Premio ‘Aurelio Espinosa Pólit 2012’, donde la imagen del poeta cubano José Lezama Lima aparece de forma constante. Sobre el premio otorgado, su acercamiento a Lezama Lima y su viaje a La Habana, Báez Meza conversó con revista Artes.
REDACCIÓn ARTES
“El principal maestro de los hombres en las acciones de la vida es el infortunio”, dice Lezama Lima. ¿Esta realidad no aplica en Ud.?
El infortunio no aplica para nada en mi vida. Soy un escritor afortunado. Se dice que para ser un escritor hay que tener una gran vocación para la infelicidad, pero ese no es mi caso. Años atrás Ud. estaba considerado como una gran promesa de las letras nacionales. ¿En qué momento piensa que se deja ser promesa y se es escritor?
No soy el adecuado para juzgar cuando se pasa de promesa a realidad. En el prólogo de ‘Música para camaleones’, Truman Capote manifiesta su sorpresa al ser reconocido como escritor pues señala que toda la vida se la pasó escribiendo. La realidad no es otra cosa que la escritura cotidiana y constante. ¿Desde cuándo escribe de forma constante?
Desde siempre. Profesionalmente, por así decirlo, desde los 17. A esa edad sentí una conciencia estética y una responsabilidad de que las palabras no solo son un simple acomodamiento. ¿Un premio puede ser un parámetro de realidad y ya no de promesa?
Gana lo que es considerado lo mejor de lo que se presenta. ¿Dónde quedan las buenas obras que llegan a publicarse sin que hayan sido sometidas a un concurso? Un
premio es un feliz accidente.
Sin embargo, el ‘Aurelio Espinosa Pólit’ puede decir que ratifica a un poeta de nacimiento, el reconocimiento para el bebé al que la madre leía versos de Bécquer en el vientre…
Siempre me he preguntado si esa anécdota de mi madre es cierta, pero suena muy bien. Dicen que todo eso influye y en mi caso, siguiendo lo narrado por mi mamá, se puede decir que la poesía tiene raíces amnióticas.
Más allá de esas raíces poéticas, Ud. ha incursionado en varios géneros. ¿Con cuál se siente más a gusto?
Con toda la escritura. Soy un cinéfilo disfrazado de escritor. Mi escritura se nutre de la imagen y todo eso confluye en cualquier terreno. Sea cual sea el género, siempre se entrelazan. Para mí, hacer un poema tiene la misma responsabilidad que el redactar una crítica de cine. Siempre está presente Guayaquil en su trabajo, ¿por qué zarpar a La Habana?
Todas las ciudades que he conocido siempre me remiten al lugar natal. Lugares tan disímiles como Quito o Praga pueden llevarte al paraíso citadino perdido. Me aproximé a La Habana como lo haría con Guayaquil. “Una madre es una bahía en el naufragio”, también dice Lezama Lima. Al llegar a La Habana naufragó o sintió que ahí estaba el faro que daría luz a su poemario…
Fue un naufragio. Fue el encontrarme con una situación socioeconómica fisurada. Sentir las carencias de la carencia me impactó. No fui un turista que busca postales; fui el turista que trata de escarbar hasta encontrar las identidades del lugar que visita. La primera noche me encontré con un malecón apagado, un centro fantasmagórico, una cierta oscuridad pavorosa. ¿En medio de esa oscuridad pavorosa no se le vino el ostracismo forzado que vivió Lezama?
Sin duda, eso apareció… Y bueno, el motivo de mi viaje fue ‘lezamiano’. Me hospe-
ESCRITOR. Ha publicado 14 libros. El poemario ‘El mismo mar de todas las Habanas’ recibió el Premio Aurelio Espinosa Pólit 2012.
“Un premio es un feliz accidente”. dé en una casa cercana a la de Lezama, cerca de la calle Trocadero 162. ¿Cómo nació su acercamiento a Lezama Lima?
A Lezama lo leí desde joven, en mi formación. Sería muy osado decir que lo entendí de buenas a primeras. En todo caso, fue un bucear en sus poemas, después en su prosa, sobre todo ‘Paradiso’. Fue conocerlo como ensayista y por último como crítico de arte. Dentro del poemario arranca con ‘Cero’, el silencio. Hay que empezar siempre desde el vacío hasta alcanzar los acordes adecuados de la escritura…
En mi poemario mezclo varios libros que los yuxtapongo, hasta conseguir un Frankenstein poético. También, el libro tiene una reflexión de una partitura, de una sinfonía. Lezama fue un gran melómano y trataba a la poesía como si fuera música. No hay mejor manera de rendirle un tributo desde allí.
Ud. es un reconocido cinéfilo, ¿también es melómano?
Por supuesto. Amo la música y en mi obra puede encontrar un ritmo a lo Bach. El filósofo alemán Ludwig Wittgenstein decía que hay que poner a ese gran músi-
Perfil
MARCELo BÁEZ Escritor ecuatoriano. Guayaquil, 1969. Ha incursionado en todos los géneros literarios y también se ha desempeñado como periodista. Es autor de 14 libros. Entre sus principales reconocimientos destaca el obtenido en el Concurso de Cuento Breve ‘Jorge Salazar 2010’, convocado por la editorial peruana Pilpinta. En 2012 ganó el ‘Aurelio Espinosa Pólit’ (poesía).
co como prueba de la existencia de Dios. “Los enseres son seres que nos poseen y dominan”, escribe en uno de sus versos. ¿Qué objetos son imprescindibles?
La clásica pregunta de qué llevaría a una isla desierta. Leonardo Valencia tiene un buen cuento, ‘El ideograma’. Allí está la mejor respuesta: mientras menos mejor. ¿Cuál sería el título ideal para la película de su vida?
Voy a ser muy ‘lezamiano’: ‘El viajero inmóvil’. Ese título del filme de Tomás Piard resume también mi vida. ¿Qué está preparando? ¿Qué libro se aproxima?
Está preparada la publicación de ‘Cine y literatura. Encuentros cercanos de todos los tipos’, donde analizo las diversas opciones que tiene un guionista para abordar una obra literaria. ddelatorre@lahora.com.ec