POEMARIO: Transitada ausencia. 2° Edición, Diciembre 2022. Kalei Producciones.

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M a r í a I s a b e l B a r

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Primera edición, 2012. María Isabel Barboza Ramírez. Editorial Mirambell, S.A. Costa Rica. Segunda edición digital, diciembre 2022. Pública y de libre distribución. Kalei Producciones. Diseño gráfico. Lucía Kalei Fine Artist. Kalei Design. kaleidesigner@gmail.com +506 86401822

María Isabel Barboza Ramírez Poetisa

Magister Litterarum en Literatura Latinoamericana. Profesora en diferentes universidades públicas y privadas de Costa Rica, en cursos de gramática española, redacción, literatura y español para extranjeros. Tiene publicados el poemario “Esta patria mía” (2022) y artículos de su especialidad e, inédito, el poemario “Lluvias”. Ha participado en recitales poéticos; obtuvo el premio de poesía Roberto Brenes Mesén, en 1985.

Rafael Ángel PresentaciónHerra

La poesía lírica es un encuentro consigo mismo. El yo recorre viejos lugares: la ausencia, el amor fatigado y la voz que llama al deseo, el silencio del amante, el rechazo y la furia, la melancolía y cada uno de los estados que se dicen y vuelven a decir en la palabra poética, pues con ese material se le infunde vida al texto.

Siguiendo esta constante, en “ Transitada ausencia” los fantasmas del amor toman la forma de cantos al amante ido y lejano que marcha por las geografías. Los poemas narran los tiempos y los espacios donde se hace presente al ausente: canoas, callejuelas, cordilleras, noches, atardeceres, bosques, ríos, patios. La voz lírica lo canta de muchas formas: se desvanece su sombra, aunque luego acabe con un tranquilo: duermo plácidamente, compañero, en tu ausencia, porque no es poesía de la desesperación. El motivo central se arraiga en estos versos: cansada, amor, cansada/ de ser un simple nombre/ en la pizarra gris del tiempo.

“Transitada ausencia” es un poemario de emociones sobrias, delicado sollozar de los días, gracias al cual la palabra reencuentra el amor en las geografías de la ausencia.

Nostálgico ayer

rimera P parte

Qué pasiva la noche en tu ausencia, en la soledad de mis ventanas abiertas al murmullo de la sombra, a la espera de la nada. Un calor envuelve mi sedienta boca, un respiro de noche larga se agiganta sobre el espacio infinito de las horas idas. Un escalofriante frío recorre el alba entera hasta mi cuerpo, que yace tenue sobre la eterna sombra de ti.

M a r í a I s a b e l B a r b o z a R a m í r e z

POEMARIO DIGITAL © TRANSITADA AUSENCIA. POETISA: MARÍA ISABEL BARBOZA RAMÍREZ, COSTARRICENSE. DISEÑO ED ITORIAL POR: © KALEI PRODUCCIONES. SEGUNDA EDICIÓN DIGITAL 2022.

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

rDe copiosa transparencia se desdibuja la vida cada noche que no te tengo.

Con líneas delgadas de noctámbulo sueño se desvanece tu nombre en mi mente. Un canto de ángeles se pliega a la orilla de mi cabecera.

Un sonido profuso va quebrando la noche en mi espalda desnuda y sedienta.

Coloco los húmedos pies al calor de la sombra y la vela, y duermo plácidamente, compañero, en tu ausencia.

Una rosa blanca al borde de la cama me acompaña esta tarde lluviosa de junio. Gotas de agua caen sobre la ventana y nubes de polvo se han colgado en la mitad de las paredes de mi casa. Entera pinto tu nombre en las delgadas hojas de una planta que asoma, arrodillada, a mi jardín de recuerdos y aguarda, como yo, la noche solitaria. Todas las preguntas llegan a mis oídos como campanadas; un pequeño rescoldo de respuestas las abraza, y un borroso humo de palabras desfila ante mí y me come enterita el alma.

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T r a n s i t a d a a u s e n c i a

rTe esperaré a que recorras el mundo entero, los cafés, las avenidas, los sitios hermosos y las palabras testimoniales de amigos que se lleva sigiloso el tiempo.

Te esperaré con la fuerza de la sombra en la noche guerrera de mi pequeña casa: una botella de vino, un pan y una mesa tapizada de flores blancas.

Te esperaré con la desnudez de la luna, sentada a la cabecera de mi cama, y el sol que asoma casi tibio a mi garganta.

r TCada mañana de mayo te recuerdo, en el rayo de luz y en el silencio compartido por la lluvia y la palabra. Los amigos ya se han ido y la noche llega fría hasta mis pies desnudos de soledades. En el jardín de mis sueños, aguarda una mariposa, en la seca hoja que despliega agua, a la orilla de una vieja ventana. Yo te recuerdo como siempre apoyado a mi vientre, suave, terso como la lluvia graniza que baja y se desborda en las canoas, en los patios, en las crueles esquinas de las casas. Yo te recuerdo...

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T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Negocia con la lluvia, con mi desnuda y tibia cama, con la soledad de mi cuarto y los amigos buenos, ya vencidos de fiesta y de noches sin palabras.

Negocia cada año de tus horas idas con la sombra y el apacible verde de la montaña, con el grito apagado en mi garganta, con los niños que juguetean en las calles, los buses atestados de gente y las noches curtidas de soledades. Negocia con el amarillo pasto, con los amorosos besos de mi padre y los inseparables compañeros de mis viajes. Negocia con el tiempo y la distancia, con la furia del mar en mis pies descalzos y la brisa fresca pegada a mi cuerpo, siempre solitario.

Galopa, noche, desplegada de miedos en los bancos vacíos de mi territorio.

Acuerpa los adioses de mi destino, irrumpe en la doblada pared de la brisa que calla y desaparece. Pregúntame por las mañanas que acarician mis minutos de constante vida y los cerezos frescos que aún no he comido.

Galopa, noche desmedida de recuerdos, gáname en las horas muertas Y piérdete conmigo.

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T r a n s i t a d a a u s e n c i a

rBúscame en los pasillos de la noche noctámbula, en los adioses del viento que me rodea entre la furia de los árboles y el pasto. Búscame junto a mi mar de enlazados besos, a la sombra del callado faro. Pasos y pasos entre la niebla, montaña desolada de recuerdos a la espera larga y fría de mis manos. Quema mi rostro con tu furia de caballero y rodea de nubes aguaceras todo mi cuerpo.

Levántame un altar de tibias noches, mil azucenas en sábanas blancas y una cama de lluvia graniza sobre mi cabellera.

r TExtraño tu voz entre la niebla arenosa de la cordillera. Gano las luchas de mi gastada agenda, en los pilares del viento que llega de lejos y desvanece ante mí tu recuerdo. Voy rodeándome de sombra perla y adioses claros en el frío pasto del amanecer, en la lluvia seca de la montaña.

El destino me arrebata tu nombre, me arrincona en las callejuelas del aire, y voy perdiendo la sombra de ti, a cada paso.

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T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Metabólica nostalgia que me sacude y me arrebata los minutos idos, las palabras.

Ya no hay barcos de vela ni faros ni noches quebradas de silencio. No canta el despertar de la mañana ni el mar agonizante sobre mis pies dormidos.

Se han quedado conmigo los amaneceres vacíos y las noches blandas.

Un pedazo de mi cuerpo se murió la otra noche mientras dormía. Un susurro de olvido me quemaba el alma, el corazón hecho sombra en la despierta nada.

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Te he perseguido en los atabales de la luna, en cada rincón de pasto mojado, en la cordillera de los Andes, en los tiempos del arrabal y las nubes clandestinas.

He pasado entre los túneles inciertos de la vida, en el destino aventurero que va y viene como la corriente, los ríos, las lluvias persistentes del invierno.

He visitado los bosques, los arenosos mares, el jugoso sol que cae fresco entre los arbustos, los desiertos del Sur y del Norte, las callejuelas estrechas y medievales.

Te he perseguido en cada noche veneciana, desolada, y en la esperanza ciega que nos sacude en las impávidas horas.

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T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Escalofriante el aire de esta tarde sin la presencia de tus labios, alejados con la sal espesa de los mares.

Cuerpo celestial habitado en mí, garganta de cañón abierto a la savia de mis palabras. Fuego luminoso que llena todo espacio, canto de lirio y de vida, bocanada de esperanza. Sucumbes a la morada, a los territorios de mis noches vacías, a mi piel cansada. Llegas al verde olor de la naranja, agua fresca recorrida, turbulencia hospitalaria. Una sombra de viejos atardeceres te desplaza, te acerca y, cálido como la tarde, mueres en mí.

Nostalgia matutina, aguardas sentada en las escaleras de mi casa, teñida de tiempo, añejada de sol. Nostalgia que arrebata las horas muertas en mi piel dormida, pesadumbre, calabaza, veleta, aguijón de montaña. Imperecedera, calas hondo en mi garganta.

Nostalgia rutinaria, cena de cada día, fuego, brisa luminosa, calor de la mañana, quemas, abrazas, irrumpes, y a veces matas.

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T r a n s i t a d a a u s e n c i a

rTe amé la otra noche hasta los huesos, con el alma abierta enlazada a tu delgado cuerpo.

Te amé con el silencio de las horas bordeando mis mejillas, caliente y desnudo mi plexo abandonado en ti.

Te amé como una niña despierta al sol de la mañana, arrullada, tierna entre sus brazos gitanos.

Te amé sin duda, te amé sobre tu piel dormida de fracasos y tu suave pecho, siempre solitario .

Se desvanece un nombre, tierra. Se desvanece un beso tornado de miel, tierra. Se desvanece el calor de dos bocas amantes, tierra. Se desvanece la montaña parida de sol, tierra. Llega de lejos un canto mediterráneo, un pintar de voces, un camino andado y perdido en el tiempo, casi imperceptible a mis ojos, atrapados siempre de ti, tierra.

M a r í a I s a b e l B a r b o z a R a m í r e z

POEMARIO DIGITAL © TRANSITADA AUSENCIA. POETISA: MARÍA ISABEL BARBOZA RAMÍREZ, COSTARRICENSE. DISEÑO ED ITORIAL POR: © KALEI PRODUCCIONES. SEGUNDA EDICIÓN DIGITAL 2022.

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Busca el puente del adiós y pasa sin temores las murallas del océano, los pastos secos, los crudos inviernos tejidos de blanca sal, los pueblos añejados, fríos amaneceres.

Ven y cala el aire en mis mañanas, en mis días pasajeros.

Camina seguro hasta mi morada, que un silencio de años nos arrulla desde la ventana.

Puéblame con tus besos en esta noche de luna. Vive conmigo este silencio cómplice del agonizante sol sobre la montaña. Recorramos el tiempo infinito que bordea las aguas por la llanura, los pastos, las tierras bajas. Contemos juntos los lirios del amanecer, frescos y doblegados a la tierra como nuestros cuerpos.

Comamos de la savia que bordea sonora la siempre verde y desesperada naturaleza.

M a r í a I s a b e l B a r b o z a R a m í r e z

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T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Mis pequeños dedos se deslizan sobre la humedad de tu cuerpo. Recorro la luz que pasa por tu garganta, y me quema el calor de tus brazos siempre agradecidos, en esta fiesta desnuda de palabras. Juntos y adormecidos, las horas idas, muy lejos, irremediablemente danzan.

Necesito que me digas que una luna llena está dorando tus zapatos y tu piel, que hay un sol rojo entre mis labios, otra vez, otra vez.

Necesito que me digas que hay silencios blancos en tu cuarto y, nuevamente, azucenas en mis pies.

Necesito que me digas que la noche cubre el alba y en mi oscura cama ha dejado de llover...

POEMARIO DIGITAL © TRANSITADA AUSENCIA. POETISA: MARÍA ISABEL BARBOZA RAMÍREZ, COSTARRICENSE. DISEÑO ED ITORIAL POR: © KALEI PRODUCCIONES. SEGUNDA EDICIÓN DIGITAL 2022.

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

La tarde muere sigilosa en mis manos agoreras.

Te pienso solitario, pensativo, como una noche desolada del frío invierno europeo. Clamo cada día por tu presencia, tu voz, tu cuerpo tibio, tus artísticas manos… Me envuelvo cada minuto en el infinito espacio de mi territorio, y simplemente sobrevivo en la transitada vida de mi pequeño país.

Diariamente dibujo tu rostro en el aire para no sentir tu fría ausencia, porque estoy cansada, amor, de madurar el tiempo a través de las horas; cansada de tapizar mi cuarto con el húmedo sollozar de los días, de desnudar palabras de aliento en cristales mudos que ya no me entienden. Cansada, amor, cansada de ser un simple nombre en la pizarra gris del tiempo.

M a r í a I s a b e l B a r b o z a R a m í r e z

POEMARIO DIGITAL © TRANSITADA AUSENCIA. POETISA: MARÍA ISABEL BARBOZA RAMÍREZ, COSTARRICENSE. DISEÑO ED ITORIAL POR: © KALEI PRODUCCIONES. SEGUNDA EDICIÓN DIGITAL 2022.

Parabólica existencia

Segunda parte

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

rOda a la liana

La vida, cardumen de lianas, avance perpetuo en el tiempo, sin mirar atrás.

Atraparse en una de ellas, pantano, bosque profuso, total oscuridad.

La liana que pasa, jamás, jamás volverá. La liana que aguarda vestida de azahares no espera, se va.

La liana del tiempo y cristal, abrázate a ella, columpia sin miedo tus brazos despiertos, colgados de cielo, llenos de verbo, ceñidos al mar.

En un vaivén, siempre, la vida se va y se va, selva profunda, maestra constante, liana prescrita, liana mortal.

Ya no temo a lo inesperado, al constante dolor de lo que llega, a la impasible sombra del tiempo irremediable. Ya no temo al eterno compañero, mi silencio, a la despierta y prolongada soledad de mi cuarto, ni al eterno tictac de los relojes que sucumbe a las etéreas horas. Ya no temo... ya no temo.

POEMARIO DIGITAL © TRANSITADA AUSENCIA. POETIZA: MARÍA ISABEL BARBOZA RAMÍREZ, COSTARRICENSE. DISEÑO ED ITORIAL POR: © KALEI PRODUCCIONES. PRIMERA EDICIÓN DIGITAL 2022.

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Estoy caminando y me cuesta dejar las huellas a mi paso. Me cuesta entender que la vida se hace de minutos. Me cuesta abandonarme en el silencio presente, razonar entre el delgado límite que nos separa de la muerte, en el fluir constante donde se rompen las barreras del miedo, en ese principio solitario de la felicidad completa, despegada del otro o de los otros. Me cuesta deslizarme en mi interior para descubrir el todo, la transparencia, la paz universal, este porqué de la existencia en todo tiempo recorrido sin reclamos, sin ataduras, con los ojos siempre abiertos hacia el firmamento.

Hoy quiero denunciarme, abrir los puños cerrados: denunciarme. Decir que tengo las venas pobladas de sangre roja, de roja sangre. Hoy quiero, miedo, desafiarte.

POEMARIO DIGITAL © TRANSITADA AUSENCIA. POETIZA: MARÍA ISABEL BARBOZA RAMÍREZ, COSTARRICENSE. DISEÑO ED ITORIAL POR: © KALEI PRODUCCIONES. PRIMERA EDICIÓN DIGITAL 2022.

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Mujeres, como decir historia, una herida en el pecho y una bandera de amor en la boca.

a r í a I s a b e l B a r b o z a R a m í r e z

Esta noche, desde la humedad de mis ojos, me pierdo en los detalles de mi cuarto: una cortina blanca, una escalera que baja, sobre la mesa un libro de años helados; afuera, un mundo diferente que se abre, aquí, en estas secas y silenciosas paredes, otro diferente. Ambos de frente se miran, sonríen, no logran comprenderse, solo se miran; caminan despacio y conviven tontamente de la mano.

POEMARIO DIGITAL © TRANSITADA AUSENCIA. POETIZA: MARÍA ISABEL BARBOZA RAMÍREZ, COSTARRICENSE. DISEÑO ED ITORIAL POR: © KALEI PRODUCCIONES. PRIMERA EDICIÓN DIGITAL 2022.

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Disfruto de todo lo que tengo: el color de la lluvia, el frío del pasto, el sol que quema mis manos, la semilla por la semilla misma, lo que soy y quiero ser: la esencia, única verdad de cada huella por donde paso. Mis poemas, hijos de la soledad, compañeros en este caminar sin tiempo.

Un reloj de agua es mi vida que voy sorbiendo en cántaros de luz. No me condeno ni muero, sino vivo.

Soy la huella del otro yo, la hija de la nada y una mendiga de Dios.

POEMARIO DIGITAL © TRANSITADA AUSENCIA. POETIZA: MARÍA ISABEL BARBOZA RAMÍREZ, COSTARRICENSE. DISEÑO ED ITORIAL POR: © KALEI PRODUCCIONES. PRIMERA EDICIÓN DIGITAL 2022.

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

¡Quién diría que la noche va bocabajo, que uno siempre lleva escondido un sueño! Desde ser el Sol hasta un punto blanco en el Universo, pero la vida se va llevando las ilusiones y los recuerdos parásitos del tiempo, aferrados al silencio.

Un día, de tanto esperar un sueño, llega la vejez que se convierte en el dulce consuelo de estar vivo y no muerto. Al final del camino cuando todo acaba, cuando todo termina, tristes y agobiados descubrimos que traicionera la vida nos ha robado un sueño.

A veces caminamos con miles de recuerdos amontonados en la piel y resulta tan heroico no llorar. A veces somos tan solo un pequeñísimo sol al otro lado del corazón, casi a punto de estallar. A veces… pero solo a veces.

T r a n s i t a d a a u s e n c i a

Nos asusta mirarnos al espejo y no reconocernos, descubrir que no somos los amantes perfectos, compañeros ideales en el lecho.

Nos asusta el beso tímido que asoma a nuestros ojos y sucumbe tristemente en nuestro cuerpo.

Somos cobardes, suicidas en el silencio; abrazamos a la noche y amamos en secreto, inconfesables mentirosos del deseo que de amar y de vivir tenemos miedo, y eso también… nos asusta.

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M a r í a I s a b e l B a r

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