Y vino un sapo, y vino un grillo, y vino un caracol a sacarle brillo... COMPARACIÓN Símil. Tras las analogías, las tenencias, siempre la partícula «como», hasta que desaparezca cuando llegue el tiempo de la metáfora: Redondo, redondo como un queso...
¿CUÁNDO SE UTILIZAN ESTOS CUENTOS? En general, estos cuentos se emplean en la educación literaria del niño y la niña en sus primeras edades. Suelen ser contados después de las enumeraciones corporales. Y las enumeraciones corporales son los primeros cantos que se le dicen al niño para señalarle ordenadamente las partes de su cuerpo. Son rimas que atienden los «aquíes»: Por ejemplo: para señalar al bebé su nariz, se le dice: No es un botoncito que es una nariz. Ay, que me la como. ¡Ya me la comí! Se le dice mientras la mano adulta cumple función de preescritura, de localización corporal. El adulto conoce y el niño se reconoce.
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