Sarmiento, Domingo Faustino_Viaje a Francia

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cinismo! El primero escribe según él mismo, para que Rosas se suscriba por doscientos ejemplares; el segundo por contrata; y el tercero cuéntanos cómo ha escrito ya a Oribe, trasmitiéndole las propias palabras del rey: “N’ayez pas peur, M. Pichon –es el rey quien habla– mes pantalons garance ne verront jamais cette rivière de la Plata. ¡Yo! ¡destronar a ese M. Rosas que gobierna ya catorce años en esas repúblicas americanas, que ha fundado el orden, y sometido a esos anarquistas, alborotadores, a esos unitarios! Dicen que es un bárbaro, sanguinario, ¿qu’est-ce que ça nous fait à nous? Me dice cosas peores la oposición. ¡Calumnias, contra los gobiernos moderados!”. ¿Recuerda Ud. que Lamartine preguntaba a Varela qué idioma hablábamos?; un redactor en jefe de diario conservador me ha pedido pormenores sobre nuestras luchas en América contra los mahometanos, disertando enseguida con un aplomo admirable sobre la oposición de creencias, de razas, etc. Argentina vista por Francia A mi llegada a París, Rosales me trasmite la orden de presentarme en el ministerio de Relaciones Exteriores, por orden de M. Guizot. El rey le ha preguntado qué clase de individuo soy yo, y Rosales ha debido decirle que soy un excelente sujeto. Más tarde sé que el caballero de Saint Georges ha escrito a su gobierno que si desea saber algo sobre la cuestión del Río de la Plata, oiga a un señor de mi nombre, hombre competente para juzgar. Don Francisco Matta me guía al ministerio, y M. Dessage, jefe del departamento político, me recibe. Este funcionario es el ojo con que Guizot ve la cuestión del Plata. Todos los BIBLIOTECA AYACUCHO

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