Mí^lRIIIIlM m u s Madrid, agosto 1929.
AÑO VII.—VOL. VII.—NTJM. 80.
Los procedimientos geofísicos de prospección El p r o c e d i m i e n t o
magnético
Por VICENTE I N G L A D A O R S
VI GENERALIDADES.
Alrededor de la Tierra existe un campo de fuerzas magnéticas: el estudio de la distribución y variaciones de estas fuerzas, así como de su origen y causa es el objeto del magnetismo terrestre. La experiencia ha mostrado que dichas fuerzas presentan particularidades en relación con los fenómenos electromagnéticos de la Tierra y la atmósfera y con los de las manchas solares. Aparte de las aplicaciones que de la distribución de las fuerzas magnéticas terrestres se derivan, por medio de la brújula, a la navegación maritima y aérea, el estudio de las anomalías de dicha distribución es un valioso medio de investigación de las propiedades del subsuelo. En ciertos casos se ha logrado explicar la existencia -de determinadas anomalías magnéticas por la acción de masas subterráneas, cuyas propiedades físicas justificaban la intensidad de imantación productora de las anomalías observadas, y esto ha sugerido el procedimiento magnético de prospección en que, inversamente, partiendo de la distribución de las anomalías magnéticas observadas, se trata de averiguar las condiciones geológicas de las capas subterráneas. Como base de este procedimiento está la diversa acción magnética que ejercen los materiales del subsuelo y que altera la dirección e intensidad de los elementos del magnetismo terrestre. La unidad de la fuerza magnética, denominada Gauss y representada por T es la que corresponde a dos polos magnéticos iguales (del mismo o contrario signo), que colocados a la distancia de un centímetro se repelen (o atraen) con la fuerza de una dina. En la prospección magnética se acostumbra a tomar como unidad práctica la • cienmilésima del Gauss, que se representa por y: Y =
10-5 r
[88]
Si en un campo magnético se introduce un cuerpo, ^ (1) Véanse los artículos anteriores en nuestros números de febrero, mayo, junio, julio y octubre de 1928, págs. 57, 225, 287, 361 y 510. (2) Teniente coronel de Estado Mayor e Ingeniero Geógrafo.
(1)
(2)
prodúcese en él un campo inducido, cuya intensidad depende de la materia que constituye el cuerpo, así como de la intensidad del campo inductor. Se llama permeabilidad magnética ¡x de una substancia la relación ti
=
B H
[89]
en que H designa la intensidad del campo magnético primitivo en un punto del espacio ocupado por el aire, y Z? la intensidad del campo inducido en la masa de la referida substancia colocada en el mismo punto. En virtud de esta definición /x = 1, para el aire. Los cuerpos se llaman paramagnéticos o diamagnéticos, según que su permeabilidad ¡x sea mayor o menor que la unidad. La susceptibilidad magnética de una sustancia es la relación: J_ H
[90]
en que 1 designa el momento magnético, por unidad de volumen, del campo inducido (producto de la intensidad de los polos por la distancia que los separa). Entre las citadas magnitudes, existen las relaciones: 5
+ H )
=
471 7
=
4 7t >c - f
1
)
,
¡^ >
[91]
por lo tanto, si [X <
1
,
ti =
1
1
se verifica, respectivamente: X < 0
,
>c=0
,
> t > 0
es decir, que la susceptibilidad magnética del aire es nula, positiva la de las substancias paramagnéticas y negativa la de las diamagnéticas. La permeabilidad y susceptibilidad magnéticas dependen de la intensidad del campo inductor. Cuando ésta aumenta, disminuye la aptitud de la substancia a aumentar su imantación, y para un cierto valor de H toma el valor 1, y la substancia ha llegado a su saturación magnética.