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LA NATURALEZA RE I ST Y DE SUS APLIOACIOK É

D E CI ENCIA Á LA ' ARTES Y Á LA I DU TRIA.

SEMANARIO ILU TRADO 1

PRECIOS Y PU TOS DE SUSCRICIO : MADRID: P1zA RRo , r5 , BA JO. Espaíl.a: un afio. . . .. .. .. » semestre. .. .

20 pesetas. 11 JI

PARI S: RuE

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Portugal: un año ........ » semestre . ..

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NÚMERO SUELTO : 2

REAL'E S.

PR OVEN CE, 19. 25 pesetas. 13 »


REVISTA DE CIENCIAS Y DE SU APLICACION A LAS .ARTES Y A LA INDUSTRIA PRRIÓDICO SEMANAL ILUSTRADO,

PRIMER AÑ0-1877- T0MÚ I.

OFICINAS: MADRID: Pizarrq, 15, bajo .

P ARIS: 19, rue de Provence.



Kli:.I. 1.

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LA NA'f URALEZA REVISTA DE CIENCIAS Y DE SU AP LI<JAOlü.N ~'-... LAS ARTES Y

RELOJES MISTERIOSOS. El nuevo reloj misterioso de :?11. Oadot diüei·e completamente poi· su principio, del que inventado al comienzo de este siglo, ha sido recientemente perfeccionado por :.I. liemy Robert. Se podría cncontt-ar, en ciet·lo modo, el punto de pal'ticla üe la innovacion aetual en el reloj de Robert Houclin; pet·o una combinacion e pecial debida [i i\I. Oadot ha morl ifkado completa. mente su ca1·úder. Robed Uoudin empleaba dos discos de Cl'i stal su perpucstos y encerrados en el

A LA INDUSTRIA.

mismo marco circular; el uno, fijo en el espacio, llevaba la graduacion que constituye todo cuadrante; el segundo , móvil sobre su .centro , formaba cuerpo con la aguja ele los minutos, y su rotacion disponía por el aparato ordinario de los minutos la de la ag uja de las horas. El movimiento era transmitido á esle cuadrante por un engrnnaje dispuesto á lo ·largo de su circunfel'encia y disimulado en la anchura del marco metúlico. Este engranaje era á su vez puesto en accion poi· una rueda dentada que con él formaba ,:\ng ulo recto , un árbol vertical y un mo-

Fig111·as I y 2.-Relojos mistoriosos_o n cri lal lransparente.-Sislema Robert !Ioudin y nueYo sistema CaJot.

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vimiento de relojería enceáados en el pié del EL PETRÓLEO E r PENSILVANIA. aparato. (La fig. 1 representa este reloj tal como se construye actualmente.) El petróleo, que forma hoy u na de las riquei\I. Cadot conserva los dos cristales; pero para zas de Pensilvania, es objeto de una exportacion desconcertará los investigadores qne estuviesen considerable; era muy estimado ya ele los inenterados del cl i os por suH artificio ele Ropropiedades 2 bert Houclin, medicinales, y adopta la forcon el nombre ma rectanguele aceite Sénelar que excluca, tomado de ye toda idea de la tribu india rotacion. La ele los Sénecas aguja de losmique hahi taba el m1tos no puede país, fué adopen aclelan te setado en seguida g uir siendo sopor los primelidaria de la seros colonos gunda placa de blancos para el cristal; recobra a lumbrado y su independen· limpieza. Pero cia. Esta placa 1. Vista do frente del rcloj. - 2. Vista de l erfil.-3. Detalle del 1110\'imiento del hasta 1853 no minutero co locado entre los dos crislales.-4. . Detalle del movimi ento móvil no con· comenzó á ordel cristal móvil. a. Zocato del reloj.-b. Marco sostenido por el zócalo a. serva mas latiga nizarse de tud que la de una manera reun débil movimiento angular alrededor de su gular la explotacion del petróleo. En un princentro, que permite el juego que ha quedado en cipio no se hacía otra cosa que extender telas · el interior del marco rectangular. Un pequeño sobre los manantiales y retorcerlas cuando esresorte, disimulado en el eje de la aguja, acu- taban bien empapadas en petróleo. Cuando se mula para ésta, bajo forma de rotacion progt·e- generalizó más el uso del aceite mineral, hubo siva, la oscilacion alternativa é invisible al es- que obtenerlo en mayores cantidades, y en 1859, pectador, del cristal transparente. I ara producir despues de dos años ele trabajo, se perforó en este balétnce, se suspende esta placa de un fiel Titusville un pozo, que, con la ayuda de una oculto en el borde inferior del marco meLáliec. bomba, daba 40 baniles por clia. Hoy el proDespues ele la oseilacion directa ele que se acaba ducto diario ele las fuentes ele petróleo en Penele hablar, otl'O resorLiLo, tesado por este movi- s ilvania llega á 30.000 barriles. La capital del miento, vuelve el sistema hacia atras. El cam- clisLl'iLo que produce la mayor parte del preciobio de lugar es producido directamente por un so líquido ha recibido el nombre de Oil-City lisLon vertical que haco levantar la extremidad (ciudad del aceite). Los pozos tienen una prodel fiel. Este liston tiene su punto de apoyo en fundidad media ele &00 piés. Ha habido que una palanca acodada puesta en relacion con una perforar una capa ele rocas arenosas de 120 piés rueda de 30 dientes 'Lt·iangulares. En fin, esta ele espasor. Todo el aceite es peoclucido por esta rueda gira sobre su eje en una hora, bajo la in- roca arenosa, y cuanto más espesa y porosa es, fluencia ele un movimicnLo de relojería oculto tanto más peoducen los pozos. Por término meen el pié del reloj. Cada u no ele los clien Les tarda dio, la capa de las cliveesas rocas no tiene mús dos minutos en pasar y la transmision prece- que 25 piés de espesor. Los manantiales de dente determina un cambio de lugar que corres- Triwnph-Hill se extienden sobre una superfiponde coú la aguja de los minutos que completa, cie ele dos millas ele longitud por una milla espor consiguiente, su rotacion en una hora. En casa de anchura (3.128 metros por 1.609 ). Esta cuanto á la segunda aguja, está gobernada por pequeña superficie, es, sin embargo, lo bastanun pequeño aparato ele minutos delicadamente te fecunda en petróleo para rendir durante un disimulado en el centro. año 25 barriles por dia y pozo, aunque estos pozos no estén separados los · UJTos --ele · 1os oteas sino por algunos 1'0cls (pértigas ing lesas· ~le 5,29 metros cada una ). El aceite que las


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la administracion pública. Entregado desde muy luégo al culto .de la ciencia pma, muy pronto volvió á la Escuela como pasante. La herencia de Laplace era libre, y él se posesionó atrevidamente de ella. Pnso en evidencia las condiciones ele esta]:iiliclad general del sistema solar por la profunda cliscusion ele las leyes que presiden los movimientos de Júpiter, de Satmno y de Urano, y todos comprendieron, por este debut extenso y áun altivo, si se considera el tiempo y la sociedad en que lo verificó, que acababa de renlarse nn gran astrónomo. La Academia de Ciencias se apresuró á adoptar á Le V errier. »Casi en seguida daba al mundo la clemostracion más brillante del poder ele la ciencia. E l último planeta ele nuestro sistema, Uran.o, experimentaba en su marcha irregularidades que la teoría no había previsto ni conseguía llegar á explicar. El sistema concebirlo por ewton, hasta entónces victorioso ele todas las objeciones, ¿iba á mostrarse ilnpotente y falso en los úl. mos límites ele nuestro sistema solar? Le V errier no lo creyó así ni un momento. Aceptando con firme buen sentido las leyes de atraccion como verdaderas, calculó todas sus consecuencias. Así es como por un análisis admirable y convincente descubrió en el espacio un pe· queño planeta desconocido : le pesó como si le tuyiera entre las manos, marcó en los cielos su ruta y la posicion que habría ele ocupar en 1.0 ele Enero de 1847, como si él mismo hubiese de dirigir su marcl1a. Es sabido que este astro fué encontrado por el telescopio eu el mismo lugar del firmamento que el análisis matemático hn.bía previsto. »La emocion fué uui rnrsal; pero Le Verrier no se engrandeció solo: ns cofrades, sns émulos y los sabios ele todos los países crecieron con él. Es necesario reconocer y proclamar en gloria suya que la confianza pública en las fuerzas ele la ciencia se elevó desde aquel momento á una altura á que quizá nunca había llegado. El jóven astrónomo, que por el solo esfuerzo ele su inteligencia descubría un planeta desconocido, el último del sistema, perdido en la inmensidad, á una distancia del Sol, treinta veces más considerable que la á que se encuentra la Tierra, se hizo ele pronto popular. Por una excepcion sin ejemplo, pero que todo o 52í s motivaba, le fué dedicado el astro nueYo, y si más LE VERRIEH. tarde su nombre, desde entónces in crito con justicia en los confines ele nuestro cielo, fué reemplazado por E l ilu stre astrónomo que acaba de perder la Frnn- el ele Neptuno, esto obedeció á antiguas tradiciones ... .. l>Parecc que desde aqnel momento Le Verrier se de- ·· cln ha muerto el 23 ele Setiembre próximo pasaclp, aniclicó á perfeccionar y completar la obra de N e,;,ton, Ycrsario del 1n.1s grande acoritecimicnto ele su vida . I gual dia del año 1846 fué percibido desde el Obser- apoyándose en la de Laplacc. De este modo, por mí rntorio ele Berlín, por primera vez, el planeta Neptu- trabajo perscYera.ntc proseguido durante treinta años á uo, cuya existencia y lugar en el cielo liabía revelado nuestra Yista. y sin que nada haya logrado distraerle, nos ha claclo sucesivamente el código definitivo y comeste sabio. Le Verrier nació en SaintrLó el 11 ele Marzo pleto de los cálculos astronómicos las tablas del mode 1811. De ningun modo creemos poder trazar mejor vimiento aparente del ol, la teoría y las tablas de lo-· el cuadro de sus imperecederos estudios que publi- planetas, tanto interiores como exteriores, abrazando cando extractos de algunos de los discursos que. han así el sisLcma solar cu su conj unto, escribiendo la última palabra ele la última p,ígina de u obra inmortal siclo pronunciados sobre su tumba . «Le V errier, elijo J\II. Dumas, (lra hijo ele sus obra . en la lÜlima hora Je sn vida y murmurando piado:s:i,-_ Había conocido todas !ns lucl1as. Ui. cípulo brillanf-c· mente cnt611ces : 1Yunc clirníttis servmn tuwm ~m¡¡ine.. »Le Vérrier miraba, c 11 efecLo el ~clo ~QUlQ un do.ele la Escuela Politécnica, no hizo m,\s que cruzar por

bombas sacan del pozo, se vierte en cubas. desde las cuales se transporta luégo á los depósitos, y lu égo á lo s sitios ·en que se depura. Con este objeto se emplean wagon es que tienen el aspecto de grandes calderas ó pailas montadas sobre ruedas, cada .una ele la capacidad de 3.600 galones (16.200 litros). A cada bomba se le da la canLidad de aceite producido , porque los depósitos de que se h a hablado so n comunes ú todo el distrito. Se han formado muchas compañías para el kansporte del aceite. Una de ellas, la Empire Line (línea nacional), transporta cada veinticuatro horas 800.000 galon es de aceite (3 6.320 hectolitros). S ucede con frecuencia que cae un rayo en los depósitos: h asta se ha ll egado á s uponer que el petróleo atraía el flúido eléctrico, porque rara vez h ay tempestad en aq uella reg ion sin que en uno ú otro depósito deje de caer alguna chispa del cielo . El incendio de la mayor fábrica de refinar del páís, ocurrido en 10 de Se tiembre de 1875, se ha h echo célebre. Debe hacerse n otar que los g igantescos depósitos ele las fábrica(son de hierro, lo cual expli ca la atraccion del flúiclo .elécfrico e n tiempo de tempestades. E l incendio ele 10 ele Setiembre de 1875 duró dos días y cubrió el país con una humal'eda espesa hasta el punto de oscurecer la clal'idad del sol. Era un espectáculo horriblemente sublim e. E l resplandor de las ll amas, las explosiones, las columnas ele fuego que se eleYa b an por el aire, dejaron imperecederos recue rdos en Pensilvania. El g r abado que acompaña á estas líneas, sacado ele una fotografía, da una exacta idea ele la abundancia extraordinaria de pozos de petróleo que hoy existen en las cercan ías de la ciuclacl clel aceite, en Pensilvania.


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Los ))6ZOB ยก:je ยก;ii,trรณleo cerca do Oil-Clty, BII P~n ilvania. (De fotografla.)


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l>Los sabios extraujeros que hau acudido ÍL rendirle minio ~le que le hubiera cslaclo confiada la guarda y ele que había siclo comisionado para proclamar el órclen y homenaje y á los cuales se han unido los miembros ele la belleza. Iuteuclente fiel, procuraba probar que todo la Comision del Metro que estaban en esta ocasion e (,aba en u lugar y no ha cesado ele vivir hasta que reunidos, saben tambieu toda la solicitud que Le V crlm ad.qLúriclo la certidumbre ele esto. El monumento rier poufa cu esta obra de interes general. El sabio dique ha elevad.o deja :'L un lado las alteracioues físicas de rector del Nautical Almanac que fué á meuudo su colaborador, ha Yeni.Jo á compartir uuestro duelo. A pesar lo · astros, no se ha ocupado mtis que ele las leyes que rigeu la marcha ele cada uno por el espacio. Afirma la lle s u mucha euacl, el astrónomo real, el ilustre decano estabilidad mecfoica del sistema solar y, clespucs ele lle los astrónomos de nuestro siglo, aquel aute cuyos haber servido para dirigir todos los cálculos as(,ronó· juicios se inclinan los clemas, no ha querido que su micos de nuestros coutcmporáneos, podrá durante si- corazon estu riese ausente. «Yo soy probablemente, esglos todavía prestar el mismo ervicio :'i n. sucesores. cribe éste, el m:ls rirjo amigo científico de L e Verrier. Su nombre creo que me »Una potencia de abses conocido desde Hi5::!, traccion verdaderamencuando él se daba cuente extraordinaria, una ta ele mis estudios sobre geometría :flexible y pemovinúenios de la los netrante, ayudada ele toTierra y ele V éuus. Por dos los recursos del ciílgrados le h e illo conoculo iufinitesimal,lehan ciendo más, especialpermitido llevar :'.L térmente por causa ele su mino esta obra inmensa tle 1846. ( DesMemoria que parecía exigir el escubrimiento de .,\ ·eptufuerzo de toda una Acano). He aprendido :i demia. No clPja otra heapreciar, no solamente rencia, pero su gloria no alto rnlor intelectual, sn es tle aquellas que uua tambien sugran casino nacion meuosprecia y nicter, y es una Yerdaderepudia.» rn satisfaceio n para mí << Le V errier hn crcnhaber poseído su conel tlo (exLracto del discurfianza. el so de M. Tresca) en 1>O u graucle hombre Obscrrntorio el servicio dejado de existir." l1a de aviso :í los puertos, poderosas faci«Las q uc bendice el mari uo, de Le Yenier lidades agdd.espachos el de los ciílculos de la los para c:ola que actualmente celeste se rcMed11ica cubren tocla la Francia, él de mu.,· eu Yelarou y que quedan\n siendo temprano (extracto del la base más cierta del discurso de M. J'ausest udio, tan lleno de R cll'alo de Le Vel'rier en JS',li , üni c11 que Je él se conoce. . Salido ele la Essen) porvenir y cleresultados Politérnica eu buernela i1uprevistos, sobre los nas collllicio11es, bien pronto rolviú lÍ ella como pasante ,,nrncles movimientos de nue. (,ru nlmósfora. Nacidu eu el lllOUJC11lo ele la aparicion del cometa ele Hlll, tléja la y cowcuzú e11 seguida la magnífica erie Lle trabajos que clebiau abrazar , ncesirnmente la rev-i iou ele todas las tierra i11ge11iúnclose en fijar la rnla de un astro 11ueyo, ele ese Yulcano, apéuas eutrevisto, y del que, ~in em- teorías planetarias de nuestro si tema, procurarle auclauclo el tiempo tan brillantes trinufos. y ascgLu·ai·le, bargo, ha sabido enlazar con uua gran probabilidad fin, para toda su vida una superioridad indiscutible en los fugiti ros recouocimientos. La rnz de su Boletín inlos mi\s grandes astrónomos ele su tiempo. Sus cutre . ternacional que uos ha sen ido para extender por todas parles la triste uueva, hablará largo tiempo aún, y hé e. treuos marco,11 bien el atrevimieuto naturnl de ·n aquí que ya se La extiuguiclo la palabra del gra11 a ·trú- cnnictcr y el seutimieuto precoz que te11ía de u fuerza. Acomete, cu efecto, para primer trabnjo, uua ele ].as 11 0 111 0; pero sus pensamientos, depositados en el primer tio11cs más dificiles de la l\1ect\uicn. celeste, la que ene resnme que Obsermtorio, del rnlúmen lle los Anales concierne ó, la estabilidad del sistema solar. 1a11 perfectamente las más altas concepciones astronóNewton, de pues ele haber establecido la gran ley micas, alimentarán dtu'ante siglos las meditaciones ele grnvilacion que Tige los movimiento planetario , de s us sucesores. preguntado si este mismo principio no llegahabía se con saben Paris, tle villa la ele representantes »Los ría en el trnn ~cnrso ele los t iempos á ser causa fatal tle qué segw·idacl ele miras se ocupabtt para ellos, en estos pcrturbacio11e . úllimos tiempos, de la unificacion ele In hora en la gra11 Nt wton pensaba que las aLraccioucs de diverso pln· ciudad. La solucion del problema e~ u11 l1echo )·a conrnlre ·í potlría nllerar grallualmc11tc la forma netas firmado.

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y magnitud de las órbitas y producir finalmente la destruccion del sistema planetario. Bien sabeiscuánto esta gran cuestion filosófica que interesa hasta al porvenir del planeta que habitamos, fué objeto de largos y admirables trabajos de parte de los geómetras que formaron la posteridad del inmortal Laplacc; Lagrange, Poisson fueron los que obtuvieron más bellos re ultatlos. Estos resultados nos mostraban que debemos estar tranquilos reRpecto al ponenir que está reservado al sistema ele que hacemos parte; pero faltaba todavía desvanecer algunas duelas y llevar ·á la teoría importantes perfeccionamientos. »Talfué la cuestion que n ucstro j ó,,en geómetra atacó resueltamente. El la repasó por completo, llenó importantes lagunas, y sobre todo llevó los ciílculos mucl10 rn:1s léjos que lo que nadie ántes los había llevado. Sus couclusiones afirman todavía ele una manera mi\s general y mús completa la estabilidad del sistema del mundo; pero es muy necesario advertir, señores, que esta teoría no considera sino la sola accion de la graYeclacl. Para resoher ele una manera completa y definit,iva esta gran cuestion de filosofía natural sería preciso considerar el conjuuto de todas las fuernas (todas las cuales están muy léjos de sernos conocidas) que intervienen en la cuestion. M.e parece que esto nos conduciría á modificar mucho estas conclusiones. l> Sea lo que quiera, este notable estreno puso al jóven geómetra en evidencia y le valió altas amistades t:ienWicas. La ele Arago le fné la má útil y glorio a. Con ·aquella generosidad que era uno ele los rasgos naturales de su carácter, el gran astrónomo físico qui ·o asegurar el desarrollo completo ele un talento que tan brillantemente se anunciaba, y para facilitarle ocasion ele señalarse por un trabajo tau útil como difícil, le propuso perfeccionar la teoría ele Mercmio, reputada entónces una de las m:ís oscuras y e pinosas del sistema. » La teor·Íil. ele Mercurio fué reparada y perfecciona• Lla, Despues de la teoría, nuestro compañero publicó la tabla del planeta, Pero este trabajo, á pesar ele todo el talento desplegado por .el autor, no era completamente satisfactorio bajo el punto ele vista del acuerdo entre la teoría y la observacion. Le Verrier le reparó mucho clcspues, Conducido cntónces á aumentar en cerca ele dos tercios ele minuto el movimiento secular cTel perihelio del planeta, pudo ya representar las ob• scrvaciones de una manera del todo satisfactoria. »Las.tablas ele Mercurio a í corregidas, aparecieron -en 1859. »Poco t iempo dcspues ele st,e primer trabajo sobre Mercurio, encontramos á Le Verrier ocupado de un asünto que fijaba entónces la atcncion de los astrónomos: quiero h ablar ele la teorfa de los cometas, Dió tina del de 1770 y un primer cstudlo sobre el de 18-!5, 'l'an importantes trabajos, y que con tanta rP.picler, se sucedían, anunciaban un talcui.o indudablemente su• perior; asi es, que en la vacante dejada en la • ccciou de Astronomía por la muerte del conde Cas ini, fué elegido Le V errier. Esta eleccion tuYo lugar en 1 D ele Enero ele 1846. » Llegamos aquí á la memoria ele una gnm gloria

nacional y á la época más briUante de la carrera científica ele Le Verrier. El éxito obtcni lo sobre Mercurio clió nuevos bríos á, nuestro auto r para abordar una teoría todavía mlis difícil. Se trataba del planeLa Urano, ese bello descubrimiento ele Herschel, planeta que csk't situado en las extremiclmles de nuestro sistema, y cuyos movimientos no podía representar cntónces la teoría establecida. Bajo la virn recomcuclacion ele Arago, Le Verrier, pudo Ji poner ele observaciones inéditas del planeta, hechas en Paris, que el di rector del Observatorio le confió. Debemos añadir que por sus consejos, por su apoyo, por el papel que hizo en el gran descubrimiento de que vamos á tratar, Arago merece una parte en nuestro reconocimiento. »Le Verrier abordó, pues, la teoría de Urano. Amaestrado por sus graneles trabajos anteriores, nuestro geómetra lleva este nuevo estudio con una seguridad, una sagacidad, una potencia ele cálculo y una celeridad incomparables. Parece tener el presentimiento de que se va á obtener un gran resultado, que otro avanza por el mi. mo camino y que e preciso apresurarse. »Desde los primeros pasos Le Verrier reconoció que era imposible poner de acuerdo la teoría con las observaciones, y no teniendo en cuenta más que las perturbaciones ele los planetas vecinos conocidos, Saturno y Júpiter, emprende la indo.gatoria del cuerpo desconocido que produce la perLurbm.: iu11. En!,óuce-s la Acauemia Yió sucederse una sobre otra una serie ele Memorias en que se abo rdan y fijan sucesivamente los elementos clelnucvo astro. Aquí ¿qué.podré decir que no sea conocido del mundo entero? Todos sabeis cómo Le Verrier tuvo entónces una dicha que nunca fué más merecida; sabeis que la averiguacion del astro así señalado por la t~oría exigía una carta muy detallada ele la rcgion en que debía mostrarse; sabeis que aquella caria no existía en Francia, pero que por una fortuna singular acababa ele ser cqnstruicla en Berlín; ele suerte que M, Gall al recibir el escrito ele Le V errier pudo hacer inmediatamente la inclagacion, y eucontró, en efecto, al planeta en un punto del cielo á ménos ele un grado ele diferencia con el que la teoría le había señalauo para el 1.0 ele Enero siguiente. E l clia inmediato ya estaba comprobado el movimiento 1 ropio y· hecho definitivamente el descubrimiento. » Quién no conoce la explosion ele admimcion· uni• versal que estalló entónces? E l nombre ele Le V erricr estaba en tonas las bocas, porque este descubrimiento, magnífico triunfo ele la teoría para los astrónomos, parecía incomprensible y absolutamente maravilloso á las personas extrañas i los cálculos astronómicos, )) E l ele Mercurio, por brill ante que fuese, 'no era lUlÍS que un incidente en la obra ele Le Verrier. He dicho que desde muy temprano hrubía formado la -firme resolucion de rehacer toda la teoría de nuestro sistema plane!,ario. Con su vida vemos desarrollarse la ejecucion de este inmenso plan. V cuus, la ·T ierra ( es decir , la teoría ele los rnoYimientos aparentes del Sol), Marte, son sucesivamente csl;ucliaclos. »Pero la sal ud ele Le V crricr clccliuaba dpiclamcut~


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en estos ü]timos años y la obra podía ser comprometi- [ hilos que forman esta larga y fina cuerda de da; faltaba la teoría .r las tablas ele los planetas s1w~- metal es ordinariamente siete. La razon por la riores. Dichosamente, en Le V erricr In. fuerza nioral cual se usa esta clisposicion es muy fácil de comha sabido dominar el cuerpo que le abandouaba y obliprender, porque si dmante el trabajo sobreviegarle tL servir al espíritu ha -ta llegar al puut.o que él se ne al hilo un accidente, ó si el mismo hilo tiene había propuesto ... un defecto oculto, es posible que su ruptura sea »Olvidemos que mucho'S de cutre nosotros, añala consecuencia, y que esto suceda algun tiempo dió M. Jaussen, se han Yisto mezclados con nuestro despucs ele tenderlo. Un accidente se;mejante compañero en las ricisilucles de la vida, adelantémonos á los sentimi entos de Ja posteridad que se abre en tendría por resultado la interrupcion absoluta en las comunicaciones. Si, por el contrario, está este momento para Le Verrier, y al último adios que le damos, añadamos con sincero corazou los homenajes compuesto el conductor de siete hilos en forma y sufragios que son debidos á todos aquellos que l1an de cuerda, por ejemplo, un accidente, ó un deilustnido su país.» fecto en uno de lo s hilos, aunque cause el romHI. Yoon Villarceau, Fraye y Bcrtrancl hablaron pimiento de éste, no interrumpirá el paso de la tambieu sobre la tumba de Le V errier. Sentimos que electricidad, supuesto que quedan otros seis la fa]l,a de e pacio nos impida reproducir sus palabras. ~

LOS CABLES ELÉCTRICO Y SU

SUBMARINOS

FABRICACION.

La fabricacion ele los cables submarinos es un monopolio de Ing laterra, pues por importante que sea la telegeafía oceánica, nunca podrá proporcionar trabajo suflcicnte p~ra el alimento de sus talleres más que á un número limitado de compañías . Gracias á ra amabilidad ele Mr. Gray, el eminente director de la Inclia Rubber Giitta-Pe1·cha ancl lelegraph 1-vorhs Com.pany, establecida en 8elve1· 'l'own, á orillas del 'l'ámesis, á algunas millas de Lóndres, he podido seguir muy de cer• ca la fabricacion de los cables y dar ~i mis lectores algunos informes precisos sobre ~ste asunto.

para el objeto: además, es mucho más fácil manejar una cuerda de metal que un hilo del mismo diámetro. Los cables, ántcs ele su inmersion y dmante la misma, se enrollan y desenrollan muchas veces; es, pues, necesario que cada una de sus partes posea, en cuanto sea posible, tas cualidades que son propias de las cuerdas. La pureza del cobre puede desempeñar un gran papel en el valor de un cable, y la: velocidad ele la transmision crecerá en razon directa ele dicha pureza. Con el objeto ele indicar la enorme diferencia que existe bajo el punto de vista de la conductibilidad entre los diferentes cobres del comercio, publicamos una tabla, sacada del informe dado por los profesores '\Villiamson y i\Iathierson al comité encargado del estudio de las extensiones eléctricas conocidas con el nombre de uniclacles b1·ilánicas. Todos estos hilos estaban recocidos. Cobre puro.. . . . . . . . . . . . . . . . . . Cobre escogido... . . . . . . . . . . . . . Demicloff.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Riotinto... . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Fig. ! .-Cables subm::u·inos para la cosla, las profunclidadc,;· --- .medias y las grandes profundidades.

Del condiict01·. El conduclor ó _centro del cable, 's iémpre de cobre, está forma_d o ele muchos hilos, y nunca de uno solo. E l número de

100 81,3 59,3 14,2

Podemos decir de pasada que se encontraron Yariacioncs semejantes para todos los metales. La ciudad de Birmingham tiene el m_onopolio ele la fabricacion ele los hilos de cobre para la telegrafía, y el diámetro ele éstos está generalmente indicado por un número de órdc11 convencional dado por los fabricantes. La temperatura tiene gran importancia en la conductibilidad del cobre, y es preciso tenerla en cuenta, así como que con muchos hilos se necesita mayor cantidad ele material aislador para una capacidad eléctrica dada. En el cable de 1873, hecho por los Sres. ici:iwns.,_consi ·te .el conductor c.ri llll...hil.o cen Lral espeso, rodeado de once hilos finos: la flexibilidad, hasta cierto punto, ha sido sacrificada en


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LA NATURALEZA

Cu nstruccion ,do

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hilos qu e cubren lus cable· sub111a1·inos. r.:dJric1\ ti c llay i\li\ls¡ 61'\ l),\r.1nin¡¡ (i:\1;\'\ .


LA NATURALEZA

favor de un aumento ele conductib ilidad. Cuando las distancias poi; 1·ecorrer son cortas, como un río, por ejemplo, no se emplea frecuentemente mas que un solo hilo como conductor. El diámetro del cobre en los cables largos varía entre dos y c11atro milímetros, y el peso por nudo (1.855 metros) entre 40 y 1-0 kilog ramos . Cuando el hilo llega á la fábrica, se toman los mayores cuidados para apreciar su conductibilidad . Aisladores.-El hilo ele cobre llega ya preparado do las fábricas especiales de Birmingham, y el fabricante de cables procede en seguida á cubrirlos 6 á forrarlos con el aislador, que casi siempre es de gutta-percha. La gutta-percha no ocupa el primer lugar ni mucho ménos en la lista de los aisladores: el caoutchouc, entre otros, le es muy superior, pues sabido es que la velocidad do transmision está en razon inversa del poder inductor. Con todo, la gutta-percha, por numerosas razones prácticas , ha sido escogida y quedará durante mucho tiempo todavía, siendo quizas el principal age nte de la telegrafía submarina. · El hilo conductor, recubierto ele su envoltura aisladora, es lo que los ingleses llaman el alma del cable: así, en los dibujos de nuestros cables, es A el condu_ctor, B la gutta-percha y la reunion de A y B constituye el alma (fig. 1). La gutta-percha llega á Europa en trozos de algunas libras, casi siempre llenos ele impurezas y algunas veces hasta bastardeados fraudulentamente . La mejor gutta-percha es amarillen ta y fibrosa: las cali dades inferiores son rojizas, blanc1uizcas y muchas veces se pega n á los dedos. La luz ejerce una gran influencia en ella : activa su oxidacion, y por esto se la g uarda en alm acenes oscuros. La guLta-percha es pdcticamcnLe in<lestrnctible debajo del agua, y aisla bastante bien en las temperaturas ordinarias; pero cuando se hace blanda por una elevacion de temperatura clema_siado grand e, pierde gran parte ele su poder aislador; por eso se le da la preferencia al caoutchouc para los cables aéreos destinados á los países calientes y para los conductores que deben inflamar las minas , los Lorpodos y otros mecanismos de esta especie. Para las necesidades del cable se emplea bajo la forma de past.:i la gutta-percha. Las máquinas de aforrar están instaladas en vastos talleres de una longitud de unos veinte metros, con objeto de dar tiempo á que se refresquen los hilos que salen ele las máquinas .

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Bl principio ele la máquina de afonar está indicado (fi g ura 2). La g ut:ta-percha se introduce á una cierta tempori\tura, en el cilin- · dro B, que debe conservarse tambien caliente : el hilo entra por C y sale por D, atravesando así la masa ele la g utta-percha, marcha con una velocidad constante , regulada con el mayor cuidado: de esto depende en parte el éxito. Una cierta presion, igualmente reg ulada, se ejerce sobre el piston A : esta presion tiene por objeto forzar la masa á que incesantemente trate · de salir por el orificio D, lo cual da por resulta• do que el hilo en movimiento la arrastre, y pot• consiguiente la cubertura de este último. A su salida del orificio D, que podemos considerar como el agujero de una hilera, el hilo se mete en un canal ·largo y estrecho de 10 á 15 metros, y en este transcurso encuentra una sucesion de canillas sobre las cuales se desliza suavemente hasta que se enrosca· en definitiva, clespues ele Í11uchas idas y venidas alrededor de la canilla, sobre la .cual debo ele descansar. Todas las canillas intermedias sobre las cuales se desliza simplemente, están revestidas ele cno utchouc, co n objeto de prevenir la más ligera impresion sobre la g utta, y ele evitar que el hilo conductor tome una posicion excéntriga.

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e

Pi g . 2.- l·'i., urn ,¡u c muc-.lrn el principi o <le la máq uina <le ' r.uhrit· el e g uita-percha los hilos cnnrluctnres. ·

Jamás se aforran los hilos con el espesor deseado de una sola vez; sería esto una práctica pelig1·osn y do ejecucion imposible. Un hilo pasa diez veces, Aun veinte . veces, á trnves de las máquinas, y cada vez recibe una capa nueva , La gran ventaja obtenida por este procedimiento , es que si existe una falta en la capa núm. 1, la capa núm . 2 la tapará, y así sucesivamente: no puede, pues , encontrarse hendidura 6 falta, más que en la última capa. Con las almas aforradas de este modo, ha sucedido á menudo que las capas s·uperpuestas no tenían adherencia: se ha evitado este grave inconveniente empleando una mixtura conocida


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con el nombre ele com1mesto ele Chatte1·lon: es una mezcla ele una parte ele alquitran, ele una parte de resina y de tres partes ele guirfia-percha; se extiende este compuesto en capas excesivamente delgadas entre las diferentes ele percha. De esta manera se obtiene una adhesion completa. Esta delgada composicion, ó una semejante, se aplica muchas veces -sobre el mismo conductor para rellenar los intersticios formados por las espiras de los hilos torcidos en cuerdas y facilitar su adhesion con el aislador. Es menester emplear la composicion de Chatterton· en capas lo más delgadas que sea posible, porque su poder aislador es inferior al de la guttapercha. La longitud de los hilos que se someten á este teatamiento, es, por lo general, de un nudo telegráfico inglés, ó sea de 1.855 metros. Dul'ante unos quince clias, gana la g utta en poder aislador, y por esta razon las pruebas eléctricas á que deben someterse las almas, no principian sino al concluirse ese plazo. Las pruebas relativas á la resistencia elécteica de los cables han exigido instrumentos nuevos, conocidos con el nombre ele galvanómetro y electrómetro de espejo ele Thom on , aparatos de una sensibilidad tal, que no puede producirse la electricidad, por ínfima que su manifestacion sea, sin que estos instrumentos acusen su presencia. Estos dos instrumentos han venido á dar nueva vida á la telegrafía oceánica, que segueamente no hubiera podido desarrollarse sin ellos. Con su ayuda es como se consignan y registran las menores pulsaciones de la vida de un cable: no es posible que se produzca el más pequeño defecto, sin que en seguida se advierta. Además de estos dos preciosos instrumentos que es necesario ver funcionar para apreciar su valor, es aún ele necesidad absoluta un tercer aparato: éste es, un condensador. Representa en algun modo un verdadero cable submarino. Supóngase una sucesion de hojas de estaño, separadas las unas de las otras por hojas de mica ú otras sustancias aisladoras y que formen una masa-.que puede compararse perfectamente con un libro, cuyas hojas estuvieran formadas alternativamente de estaño y de mica. Cuando la masa está así formada, se r':}unen, como se ve (figura 3), todas las hojas pares de un lado y todas las impares del otro: se tiene así un condensador de una superficie dada conocida, y si ponemos el lado A , por ejemplo, en comunicacion con una pila, pasa por B una cantidad igual ele electricidad del mismo nombre. Estos ~911densadores desempeñan un papel impar-

tante en las me.elidas eléctricas de los cables y áun son empleados para fa transmision de señales , pues tienen ciertas propiedades que no es nuestro objeto reproducir aquí. Estos condensadores alcanzan algunas veces proporciones considerables: citaremos, por ejemplo, los em_pleados por la Compañia Trasatlántiea, que tienen una superficie de 40.000 piés ·cuadrados. El hilo es muy caprichoso: es menester seguirlo en sus menores movimientos: calor, pre, sion, tcnsion, torsion, todo le afecta, y es necesario evitarle el menor sufrimiento. Siendo las medidas muy delicadas, es de la mayor importancia que los cu~rtos de prueba estén á cierta distancia de las m:iquinas y construidos bajo un suelo estable.- Los instrumen, tos deben estar irrep1·ochablemente aislados. Las pilas de prueba, ge neralmente pilas Leclan, ché, están lo más cerca posible de la habitacion de prueba, con objeto de que no haya un largo trecho que hacer recorrerá los conductores que transmiten la. electricidad á los instrumentos, y la pila no debe tener comunicacion alguna con el suelo; y para esto se la coloca sob_re tablas

Fig. :J.-Condensador para el ensayo de los cables.

suspendidas del techo por medio de largas cuerdas de gutta-percha: cada elemento de la pila está á su vez lo más aislado posible del elemento con el cual se enlaza. Los hilos que llevan de todos los puntos de la manufactura las extremidades de las almas ó los cables en curso de fabricacion, van todos á parar á un aparato especial llamado tabla de prueba: allí el emplea-

Fig. 11.-Aparato"para cubrir_el cable de hilos de hierro.

do, cuando lo desea, puede reunir á sus instrumentos cualquiera de los cables que desee someterá la prneba: es, en resúmen, una especie de conmutador. No pudiendo entrar en


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detalles de todas las numerosas experiencias á que se somete un cable en la habitacion para las pruebas, nos contentaremos con mencionar clgs ó tres de las más importanles.

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Fig 5.-El mismo aparato vi. to de lado.

El hilo, despues de haber sido descubierto de g utta, es sumergido durante Ycinte y cuatro horas en recipientes llenos de ag ua mantenidos á una temperatura conslantc de 24h centígrados. En este estado, cada ovillo de hilo sufre las pruebas que se hacen en el siguiente órden: 1. 0 resistencia del conductor; 2. 0 medida ele la ·capacidad inductora; 3. 0 medida del grado de aislamiento: operaciones que nece itan todas el concurso de aparato precisos y de cuidados minuciosos. Hay todavía un fenómeno que debemos de notar en consideracion á su importancia; queremos hablar ele los efectos producido por la presion sobre la materia aisladora. Cuando un cable forrado de gutta-percha es descendido al fondo de los mares, sil aislamiento aumenta siempre: 1. 0 porque la tem·p eratura del fondo del mar es siempre inferior· á la del agua en la cual se han hecho los experimentos: 2. 0 en razon de la presion ejercida sobre él cable por la masa líquida, Esta presion puede tener una influencia bastante grande para aumentar la resistencia de la percha entre 2,3 y 2,6 por 100 por pulgada cuadrada en '100 libras de gutta. Como ejemplo, citaremos el cable trasatlántico que ganaba 7 por 100 por cada 200 metros sobre poco más ó ménos de sumersion. .Jenkin dice que la diferencia de conductibilidad entre la percha del cable kasatlántico y una masa igual de cobre es tan grande como la diferencia entre la velocidad do la luz y un cuerpo que recorra la distancia do un pié en 6.700 años. Las pruebas de aislamiento se hacen á menudo valiéndose del procedimiento conocido con el nombre de pérdidas de carga estática, las cuales se determinan con la ayuda de un gal-

vanómotro ó de un electrómetro. Esta prueba no es más que comparativa y no da la resistencia sino cuando es conocida la capacidad; pero como es sencilla se emplea siempre. Envoltura del cable.-Así probada el alma, se procede á cubrirla exteriormente y queda hecho un cable. , egun nos alejamos de la superficie disminuyen los pelig ros de avería, y por lo tanto se construyen los cables de tres gruesos diferentes en conespondencia con las diversas profundidacle á que se han de sumergir sus teozos. La envoltura exterior del alma está formada ordinariamente de cáñamo ordinario ó de Indias, de hierro galrnnizado ó de di,·ersos compuestos que la resguardan. Cuando está hecha el alma, se pasa inmediatamente á la máquina que dobo recubrirla de hierro y teansformarla en un sólido cable meüílico. Las figuras 4 y 5 demuestran el sislema seguido para efectuar esta operacion. La figura 4. presenta el aparato de frente 'Y la 5 de perfil. En nuestro grabado (figura 5); A representa el hilo conductor, B la gutta-percha, C el cáñamo que va á cubrir el cable, y D el cable hecho. Un cable tal como sale de esta máquina, puede ser utilizado para la mayores profundidade . Los que se han de colocará menores profundidades ó en los rios, pasan despucs por otras máquinas más grandes y má fuertes. En la página 12 representamos la fáb1·ica de cables de i\E\I. \Y ebster y IIor fall de Hay i\Iills en Birmingham. -nos obreros arrollan los cables para conducidos á los estanques donde se conservan, otrns cuidan de los tambores adonde van á arrollarse los hilos despues de haber pasado por la hilera. La curva más pequeña que consiente el cable sirve de base para fijar el diámetro de la inmensa bobina central alrededor de la cual se arrolla, yendo de los bordes del estanque al centro y volviendo desde el centro á los bordes. De estos estanques pasa á la cala de buques· construidos especialmente para esta industria, y de allí al fondo de los mares para llevar y cambiar nuestros pensamientos ele un extremo á oteo clql mundo.

FOX T ALBOT. El célebre químico inglés, Fox Talbot, uno de los creadores ele los procedimientos fotográficos modernos, ha muerto el t7 de etiembre próximo pasado, á la edad de 77 años. Talbot, desde su juventud, se consagró con ardor al estlidio


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de la quími ca y parece que desde 1833 venía ocupándose en resol ver el g ra n problema ele la fijacion ele las imágenes en la cámara oscura, que Daguerre y Niepce bien pronto hicieron conocer. Talbot puede ser considerado como el verdadero inventor de la fotog rafía sobre papel, dicha talbotipia , y su nombre debe ser colocado al lado de aquellos dos g 1·andes inventores fran• ceses. ~

LO

INDIOS DE LA AMÉJRIOA CENTRAL.

blica del Salvador que más temía el Gobierno; pero las cosas han cambiado despues, y la civilizacion no tardará en difundirse por aquellas desoladas regiones. El grabado adjunto representa un 1·ancho, ó habitacion de estos pueblos indios, en el .momento en que preparan las viandi:.ia de aquel país .

MISCELÁNEA, CURIOSIDADES ÚTILE!::i.

Las repúblicas de Costa-Rica, Nicaragua, Maillechot. - En las artes se emplea el nikel Honduras, el Salvador y Guatemala, á las cuapara preparar una aleacion q_ue es susceptible de adles ha de dar nueva vida el rompimiento del quirir un bello pulimento y el brillo de la plata. Esta istmo de Pana má , aleacion compuesta de 5 partes de cobre, son hermosas CO· 3 de zinc y 2 de nímarcas , rica mente kel se conoce en el comercio con los dotadas por la nanombres de mailleturaleza, que sólo chort, pacfong, plata necesitan para toalemana y otros. No puede utilizarse en mar vuelo portenutensilios de cocina toso los beneficios porque se oxida muy fácilmente, prodt1.de una emigraciendo sales Yene• cion bien entendinosas. cla. Pero al lado de Laton, metal amauna poblacion inrillo semejante al oro, compuesto de 2· parteligente que hace tes de cobre y 1 de los mayores eszinc. Para trabajarle fuerzos por civilicon la lima es necesario añadirle 2 ó 3 zar el país y llama centésimas de plomo en su ayuda el ó estaño. concurso de los exBronce, compuesto de 9 partes de cotranjeros á quiebre y 1 de estaño. nes fraternalmenSirve para la fabrite recibe , hay tocacion de cañones, estatuas, can c1 el adavía en aq uellas bros, etc. regiones, sobre toBronce de campado en las solitarias nas; 4 partes de cocimas de la cordibre y i de estaño. Bronce de telescólleradel Salvador , pio.s; 67 partes de couna multitud de bre y 33 ele estafio. indios puros . Resulta nna alea.cion casi blauca v Estos indios vis u sce p t ibl e de ui1 ven solitarios, pelrnrmosísimo bruñido, por lo cual se ro tienen un gl'ito emplea en la. fabricapara reunirse, que cion de espejos de teen caso necesario , lescopio. repetido por bosFnndicion de im· Un 1·anc/io de indios en la Am éri ca _Ge ntral. prenta ; se compone ques y montañas , de ,J. partes de plom o puede junta r, en y 1 ele antimonio. cosa de cinco ó seis horas , de 15.000 ú 20 .000 1 · PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS. hombres en Oojutepeque, centro del di strito. -- - - - - - - - - - - - - - Hace algunos años, esta era la parte de la Repú. - - - MADRID.-Tipografln Estereotipia PEROJO.


Núm. 2.-8 Diciembre 1877.

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EL MONTE BLANCO. El Monte Blanco, the monarch of moimtains, como le llamó Byron, h a encontrado un historiador digno él. M. Carlos Dnrier consagra, en efecto, :i la incomparable montaña un libro incomparable. Literaria y cientí-fi.ca á la vez, entusiasta, sin dejar de ser escrupulosamente exacta, la nueva obra se clirige á todos y en manos ele todos anclará bien pronto. Y a el autor se había señalado ele una manera excepcional con las dos conferencias reunidas en un voli'imen que ha consagrado hace poco á su montaña preclilecta; pero se ha excedido en mucho á sí mismo en su nueva procluceiou. e trata esta ,ez ele 500 páginas del estilo

más sobrio y elevado que constituyen una verdadera monografía del gigante ele los Alpes. Falta, es verdad, al cuadro, un rasgo por desvanecido que fuese, relativo á la geología del Monte Blanco; pero debemos esperar que en la segunda edicion, muy próxima in duda, el autor hará desapa:-eccr esta laguna. Esto no impide por lo clemas que todo sea digno de encomio en la obra eminente que nos ocupa. M. Durier no trata su astrnto de segunda mano. No se ha limitado á mirar al Monte Blanco; ha pisado su cima más elevada, y la historia ele su aseen. ion (improvisada para decirlo pronto) no es uno de los capítulos ménos agradables ele su libro. Así el autor tiene toda la autoridad apetecible como historiador y nosotros

EL I\10:-{TE BL.\.NCO.

podemos añadir que á ella une una profunda eruclicion. La historia del Monte Blanco le ocupa en efecto mucl10, y ... apropósito, ¿sabíais qne el coloso ele nieve fuese ele descubrimiento tan reciente? « La montaña, dice M. Durier, se eleva en el centro de los Estados más populosos y civilizados ele la tierra; es en verdad el eje ácuyo alrecleclorlacivilizacion europea ha girado y gira todavía; su altura es tan considerable que domina á todo cuanto le rodea, y para mejor fijar su vista en el cielo azul, su cima, bajo una latitud dichosa, tem,plada, está eternamente cubierta ele un manto ele nieve. Sin embargo, durante veinte siglos, ni un historiador, ni un yiajero, ni un sabio, ni 11u poeta le nombra ni áun siquiera le hacen la menor alusion. En el curso diario del sol, proyecta sn sombra lo ménos sobre tres países

diversos y . in embargo contintia profundamente de conocido.» Así es, por ejemplo, que en la segunda mitad del siglo xv1, el belga Gilles Bouillon publica· por primera vez sin duela., una carta de la region del Monte Blanco y nada imlica eu ella á esta montaría que . e' apercibe, sin embargo, á 60 leguas en una circunferen-· cia. de -!OO. .Y i propósito de la atencion concedida á las montarías, y á la nocion que tenemos de las bellezas de la naturaleza, M. Durier hace una serie de con ideraciones de lo más ingeniosas y más sol'prenclentes. «La extremidad superior del lago ele Ginebra pasa desde hace mucho tiempo, dice, por ser uno de los mií bellos lugares que existen en el mundo. De cuálqtlier lado qne se vuelvan lo ojos, la mirada queda satisfecha; i


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pero, en fin, si el espectador procede con método, si sigue el sentimiento ele la Gida ó del Itinei·ario, cualqtúera que sea, que tenga en la mano, buscará primero la embocadurn del Valle del Róclauo, bordado de montañas inhospitalarias ele cimas rasgadas y cerrado en el horizonte por las nieves eternas del gran San Bernardo. ¿Se quiere ahora ver lo que hacía en otro tiempo la reputacion del panorama? .Bastará, sin cambiar de lugar, volver la espalda á lo que se acaba de admirar, mirar justamente en la direccion opuesta hácia la orilla del Oanton de Vaud, rica y populosa, que se eleva en anfiteatro por cima del lago límpido, sembrada de casas de recreo, ele vergeles, de viñedos y «formando en su extE}nsion, como mm quinta continuada.pl hé aquí el cuadl·o, el punto ele vista único en aquel tiempo, en que el célebre Tavernier decía: «no he encontrado en ninguna parte más bello paisaje.» Y mons i eur Durier muestra cómo es ele Rousseau ele quien elata la nocion del verdadero sentimiento ele la Naturaleza. Mientras la belleza de las montañas no fué comprendida, nadie pensó en visitarlas, y así se leerá con placer la pintura hecha ele mano maestra, ele la apacible calma que los habitantes del valle ele Ohamonix debieron á las defensas naturales que les 13eparaban del mundo. «DichoSA TTIAGO sas · gentes que desde las profundidades de la Edad Media han ll egado hasta nuestros días sin sufrir ni en, u fé ni en sus bienes,olviclaclos por los hombres violentos y sobre quienes las nieves protectoras del Monte Blanco no han atraído otra invasion que la ele los viajeros.» Porque los viajeros acabaron pór llegar, y naturalmente fueron los inglese los que empezaron las excursiones ele recreo en 1741 con Windham y Pococke. Sin embargo, sólo por transiciones insensibles se llegó al fin á concebir el deseo ele escalar las crestas más elevadas ele los Alpes. Es abiclo que á Jacques Balmat, guia ele Ohamonix, es á quien cor-

responde todo el honor de haber el 7 ele Agosto de 1786 llegado al pico ele la TaupiniJre Blanche (Madriguera Blanca de los Topo ), como él decía. M. Durier, que cuenta, con su talento habitual, la. biografía del célebre guia, acompaña el bello retrato, hecho , por Michel Oarrier, que reproducimos. Se encuentra en esta varonil y plácida figura el conjunto de caracteres tan claramente señalados por Saussure como particulares ele los habitantes de Ohamonix, y que han conserva lo tan :fielmente hasta nuestros días. La conquista del Monte Blanco «señala, segtrn la justísima expresion de nuestro autor, la época en que las ciencias de observacion tomaron decididamente la deht,ntera á las especulativas, porque entre estas ciencias, las primeras en grado yen cligniclacl, son las que se refieren á ,l a historia ele nuestro planeta, demasiado tiempo oscurecida con vanas hipótesis, al estudio ele su formacion lenta, al conocimiento ele su régimen act1.rnl. Desde entónces, la poderosa masa ele los Alpes, tan vi,,ameute manifestada por la cima gigante del 1.'Ionte Blanco, atrajo irresistiblemente la atencion; porque no hay ningun punto ele la tierra que ofrezca á la geología, á la meteorología, á la física general, un campo ele experiencias más fe-etrnclo, lrn obsermás favovatorio BALMAT. rable... Del descubrimiento del Monte Blanco, dice en otro lugar M. Durier, se podría lmcer datar la era ele la ciencia independiente y del libre exámen.» Por esto el autor lo califica de montafía sirnbolo. «Símbolo maravilloso ele la vida, dice, clirigiéndo e directamente á esta obra mcustra de la Natiimleza, como él la llama; símbolo ele la vida del cuerpo y del espiritu. Porque toda materia se renueva sobre tu cuna : tus nieves suceden á las 1úeves, y hacen lugar á otras nieves ; pero tu forma persiste, y tú iempre eres tú. Así cuando la, vida consume la carne ele nuestros músculos y cambia nuestros pensamientos, nues-


LA NATURALEZA. tra alma se reconoce todavía y el ideal queda.» Despues del lado histórico del gran a unto que trata, '[. Durier aborda la expo icion ele lo progresos realizados por las ciencias en las cimas del Monte Blanco. Las campañas ele 'au me al Cuello del Gigante; ele MM. Martins, Brani y Le Pillcur, á la Gran meseta; de M L Tyndall, Pit chner y Violle, son analizadas con el mayor cuidado. la descripcion de los camino del 1\fonte Blanco e ha dejado un ancho lugar, y una excelente carta estampada en color ilustra suficientemente e ta importante parte del a uuto,.completada por la narracion de los accidentes y las catástrofes que han ocmrido en cada itinerario. Si, como dijimos al empezar, la geología del Monte Blanco ha sido olvidada por el autor, no sucede otro tanto á u zoología. Un capitulo de los más cw'ioso hace relacion á la costumbres ele lo animales que Yiven accidental ó nomrnlmcnte sobre la nieve ele Ja montaña y no poclemo re i tir al placer de extractar alo-tmo de u pthrafo . El Dr. Pitschuer había llevado á la cstacion ele Grancls-Jll ttlets picl,oncs ,m gato y un perro. El ,,.ato 110 qui o jamá al.ir de la cabaña, y pe11n:1Ucció en un e taclo ele indolencia ca ·i com1 lcto. e pen aba utilizar para l:i corre ponclencia las facultades e peciales de lo pichones Yiajeros; pero el primero que se soltó tardó dos clias en Yolver, medio baldado, á su palomar. Bourrit viajaba de ordinario con su perro. Un terrauoya subió á Grands-J1Iulets en 176 . El perro de M. Kenned.r ha e calado la temible Aguja Verde. Silvano Couttet poseía una perra que liacía veinte ó treinta Ycce por año el trayecto ele Chamonix á Grands- íliulet . « Para impeclirla partir con la expeclicione era necc ario, dice ~I. Dur:ier cerrar puerta y Yentaua . A pesar ele tau bellas clispo icione , nunca e tuyo cu el ~Ioute Blanco, como otro perro, amigo suyo, que subió do Yeces · pero u amo, par~ sujetarla, la llevó :.í. lo alto del Goúte1·. La habían envuelto las patas con tiras de tela de lana, y me :iclmira que no haya siclo nece ario forrarla tambieu el hocico, porque Finette era muy pequeña y lo llevaba iempre carbando la nieYe. En tal e taclo iguió á la carayana, gracia al in tinto.» lucho in ectos, abeja y maripo a , rnn diariamente :.í. perder e en la uicYe, ubicndo, ubiendo iempre como impulsadas por una fuerza irrc i tible, ha ta que les faltan las fuerza . E ta especie ele instinto que lo precipita á la muerte y que no se -explica al pronto, tiene u razou do cr en una ele esas armonías naturale que se cncuentr'ln á menudo y que siempre maraviUan . En efecto · las alta 11ieves están habitada por piíjaro , nevatilla , cornejas, e encialmente in cctivoro , y que encuentran su alimento en el maná venido ele abajo. «No se puede admirar dcma iaclo, dice nue tro autor, el ingenio o mecani moque pone a í lo animales hechos para yfraqnear en lo prados florido al alcance ele otros hambrientos que su temperamento retiene cu la regiones helada .» H é aquí el análi i casi completo, aunque muy compendiado, del libro de lVI. Duri r. Por él se Ye la vario-

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dad qu el autor ha sabido introducir en un asunto por si mismo tan e pecial. Repetimos que lo que caracteriza su obra en sumo grado, es uua especie de bri a de juventud y de entu iasmo que sopla ele todos lados. J úzguese por la primera página, en la que vamos á.hacer alto. «Muchas veces e ha pi ado y es mejor. Le faltaría aJ... guna co a si no ofreciese al e pfritn má que la fría majestad ele la natmaleza. Pero ¿ dónde encontrar sobre la tierra un e pacio definido, inmutable, y ya por í mi mo de una belleza sublime que haya ido teatro de tanto actos ele valor y ele abnegacion? obre e tos inmortales campo ele nieve, el hombr in tnrido y el humilde guía han llevado junto , á la faz del cielo lo que hay más generoso en nuestras almas-la abnegacion por la ciencia y la abnegacion por nuestro semejante .- e hará burla si e quiere ele e. tapa ion por una montaña; en hora buena, yo la quiero de corazon, porque trae á mi memoria recuerdo. ele ami tacl y de dicha; porque en ella he vi to á la aturaleza bella y á la humanidad valiente-y hé aquí por qué he e crito este libro.» Por e to mi mo creemos la lecttu-a del Jionte Blanco provecho a y de viYo intere . ~

NUEVO HIGRÓMETRO DE CONDENSAC!ON.

El nuevo aparato se di tingue de todos lo que han siclo empleado hasta ahora por lo punto . iguicnte : 1. 0 la parte obre que debe er ob ervado el depó ita del rocío, es una cara plana A., bien pulimentada ele plata ó de latan dorado. 2. 0 E ta cara plana encaja en una l,imina de plata ó de latan V, dorada y pulimentada, que rio la toca y á. quien no alcanza nunca la humedad, por lo que conserva iempre todo u brillo. Re ulta de e ta di po icion que el clcpó ita de rocío s6 ob erva con la mayor facilidad, ele tal modo, que no e encuentra casi ninguna diferencia entre la temperatura de lo in tante en que el rocío comienza y acaba de aparecer sobre el in strumento convenientemente enfriado por la evaporacion del éter. La forma del aparato es la de tm pri ma recto ele bnse cuadrada. u alttu-a tiene 8 centímetro , y u ba e 18 milímetro de lado. Tre tubitos de cobre atraviesan la cara uperior; el primero llega ha ta el f~uclo, y lo otro do , de lo cuale el uno e tá coronado ele un embudo que sirve para introducir el éter, no l1ac.en má que desembocar en la mi macara. Do Yentauilla permiten juzgar de la agit:iciou del éter por la a piracion 6 la expulsion del aire destinado á. producir un enfriamiento evaporando el líqtriclo volátil : lo mejor e operar con u a pirador cuya funcione e arreglan segun la nece idacle . u tubo central permite la introduccion de un termómetro T qu al encontrar e colocado en medio del líquido en crnporacion, da la temperatura á que e hace en el depó ita del rocío. Un pequeño termómetro t' fijado al lado en uu aporte de latan, permite determinar con preci ion la temperatura del aire de que e quiere conocer el estado higrométrico.


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LA JATURALEZA.

El higrómetro de conden acion de Daniell ha sido Esta conclusion conduce el espíritu al teJTeno de modificado despues por M. Regnaul, quien ha hecho la filosofía y de la metafísica; esto no q1úerc decir para ele él un instrumento ele precision; pero su aparato no nosotros que sea falsa, pero sí que es necesario que se ha generalizado á cau a de lo delicado de u manio- definitivamente nos detengamos aquí. bra. Haciéndose el depósito de rocío obre un cilindro de plata pulimentada es difícil de apreciar. En el hiEL D RWINISMO. grómetro de cara plana, ideado por M. Alluard, este LO QUE HAY DE CIERTO Y DE FALSO EN ESTA TEORÍA. depósito se ve muy fücilmente por contraste, aún á algunos metros de clistancia, sobre todo si se tiene Las teorías comprencliclas bajo el ºnombre general de c1údado de colocru:le danviui mo han hede manera -que se cho mucho ruido en evite toda reflexion el mundo, y muy posobre las caras doracos sistemas han todas, lo que les hace mado en tau poco l parecer de un bello tiempo un lugar tan negro de ébano. iengrande en las intelido su empleo sencigencias. Para esto llísimo, sin perder hay muchas razones, nada de su precision, en cuyo detalle no 1rnda se opone :i que nos permite entrar su uso se haga geel cuadro ele este ren eral . Slímen, porque se reDesde que las obfieren á cuestiones serYaciones meteorofilosóficas. Sea ele lógicas se han mulello lo que quiera, tiplicado por todas nada puede ser, si no partes, el lúgrómetro mt\s interesante, al ha tomado una imménos más útil, que portancia que no teresolver el problema 11ía úntcs. El que casi tratado por Mr. de exclusivamente se G. Hartmann, es deemplea hoy, es el psicir, separar lo que crómetro. Pero todos hay ele cierto y ele los fí icos saben que fa] o en un sistema por bajo de cero no tau importante. se puede contar con ~fr. de Hartmanu los resultados que da, es un filósofo emiy que al mi mo tiemnente, y por esta po está con un aire cualidad aborda su demasiado agitado. a unto por muchos Y sin embargo, en lados á la vez. Joscasi toda partes, otros no expondrecontinúan sirviéndomos siuo la porcion se tle él en tales c011puramente científica . de su crítica ; pero cliciones. E peramos que el higrómetro ele recordemos ántes el cara plana, provisto sistema de Darwin y sus tres principios durante los fríos del fundamentales, que invierno ele un aspison: la descendencia, rnclor lleno de glicet l transformismo y la rina, podrá dar reseleccion natural. sultados precisos á Todo el mundo sabe todos los que no te•ucrn higrómetro de condensacion de ~J. Alluard. cómo proceden los man consagrar dos 6 criadores para obtetres minutos á su maniobra. Podrá ademas servir para comprobar en mu- ner ciertas variedades ele animales domésticos . uchas circunstancias toda instalacion higrométrica eu pongamos, por ejemplo, que se trata de obtener los observatorios meteorológicos, que se rea.l iza segun una varíe lad sin cuernos ele la especie bonua ; el · su plan regular y en clirecciones teleólogicamcnte de- criador elegirá en toda la vacada el toro y la vaca que presenten la comameuta ménos desarrollada ; los terminadas.


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hará reproducir juntos. Su posteridad, exagerando las senta la serie de séres vivientes, ha habido «páginas cualidades ó los defectos de sus autores, estará todavía arrancadas en el libro,» y por otro lado la paleontoloménos bien provista, y clespues ele dos ó tres genera- gía nos hace volver á encontrar buen número ele estos ciones se habrá obtenido el reS1tltado que se buscaba. intermediarios que habían desaparecido. Esta operacion, que es la seléccion ai•qicial, supone : En r esúmen, segun Darwin y su escuela, es en la 1.0 Que la especie puede v:i.riar hasta cierto límite. transformacion, el transformismo de las especies, sá2. 0 Que gracias á la herencia, las propiedades ad- liendo los unos de las otras por vía de descendencia quiridas por los individuos tienden á transmitirse :i sus genealógica, bajo la impulsion, la presion ele la condescendientes y á p~rpetuarse en ellos. currencia vital, es allí, y allí solamente, donde es nece3.0 S upone, en fin, que la voluntad, la inteligencia sario bu car la explicacion del origen ele las cliferente.i del criador, clirige los cruzamientos ele manera que se especies vegetales y animales. llega :i obtener una accion siempre en el mismo sentido. Olvidamos aqtú por el momento ciertos otros prinDarwin, partiendo de la experiencia incontestable é cipios invocados por Darwin como auxiliares , y sobre indiscutible ele la seleccion artificial, admite para las los cuales tendremos ocasion ele volver. especies lma variabilidad indefinida é ilimitada ; adY mientras tanto, ¿ qué vale este sistema seductor, mite asimismo la transmisiou hereditaria ele las pro- necesario es r econocerlo, por la sencillez ele sus prinpiedades indiYi lualmencipios y el rigor al métc adquirida . Pero ¿y la nos aparente ele sus devol unta l, la inteligencia ducciones? del criador? El hecho que la cienVéase la manera sencia tiene la mision ele cillí-ima, ingeniosísima explicar, es la analogía y muy nueva con que tle las diferentes formas Darwin salva la difianimales ó vegetales que cultad . han poblado sucesiva«Todos los séres, dice, mente nuestro globo. están en una lucha perEs cierto é incontestapetua para conquistar l::t ble que todos los tipos subsistencia que les es del reino animal y del necesaria. Hay concurreino vegetal presentan rencia, hay combate por entre sí una cierta semela vida, y los más fuerjanza que despierta en tes, los mejor armados, nosotros la idea de una obtienen necesariamenespecie de parentesco ; te la victoria sobre los fundándose en esta semás débiles, que deben mejanza se han podido necesariamente sucumestablecer entre todos bir. Deduce ele aquí que los séres clasificaciones si en una e pccie cualsistem:itica . quiera, un individuo, ó Hay sin eluda, al méun grupo de inclividuos nos, al primer pronto, · se encuentra fo rtuitauna diferencia considemente en posesion do r able entre el mamífero una ventaja resultante, y el molusco. Mirando DAR1\"IN. sea de una conformadespacio, se encuentra, cion más regular, sea de no ob tante, que ámbos un órgano nulo, sea de facultades superiores, el in~ tienen órgano semejantes que ejercen funciones idéndividuo ó el g rupo resistn-án victoriosamente las difi- tica ; ambos nacen, mueren, respiran, comen, etc., por cultades ante las cuales los otros clebcn\n sucumbir. procedimientos sensiblemente iguales. Esta analogía La reproduccion no se operaní. fructuosamente sino en- toma un canícter más marcado onando se recorren sutre los individuos del grupo sobreviviente; la ventaja cesivamente todos los grados que fo rman la tran icion en cuestion se generalizará, se fijará por la herencia en lógica entre estas dos extremidades ele la escala. Por las generaciones ulteriores, y una varioclacl, una e!,pe- encima ele los moluscos están los articulados, clespues cie nueva habrá siclo criada a í por el juego regular ele los vertebrados. Puede considerarse al in ecto, al pez las leyes ele la seleccion natural.» al cetáceo, al mamífero terrestre como los términos el~ Extendiendo estas conclusiones, Darwin y su es- una sola y misma serie. cuela han admitido que todas las especie , desde el Pero no es esto todo ; este órclen ele sucesion natuinfusÓrio hasta el hombre, han podido tomar así naci- ral, sistemática en cierto modo, que reconocemos entre miento por una serie ele tran formaciones y ele t ransi- los animales 3c los vegetales, no es sólo una simple opiciones insensibles. En cuanto á las lagunas que pre- niou del espíritu humano que obedece á preocupacio-


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nes pmamente lógicas, cla ifi.cando los séres como clasificaría minerales ó libros en una biblioteca. Lapaleontología nos enseña que este es al mismo tiempo el órden cronológico en que las formas vivientes so han realmente sucedido sobre la tierra. El molusco ha procedido al articulado, los peces han apru:eciclo ántes que los mamífero~; en cada uno ele estos grupos hay tambien un órclen de sucesion á la vez lógico y cronológico; una especie ele ascension continua, una progresion constante ele una forma ménos peifecta á otra más perfecta; en una palabra, hay evolucion. La ,ida se desenvuelvo sobre la tierra como en un árbol brotan las rnmas, las flores y l.Ds frutos. Entre los diversos representantes de la vida en todos lo grados, hay un parentesco, una filiacion ideal, lógica cuando ménos. Por otra parte, la experiencia ele todos los dias nos muestra semejanza del mi mo género entre los séres enlazados entre sí genealógicamente; por consiguiente, es muy natural que la inteligencia, procediendo por analogía, deduzca ele la semejanza ele las especies su parentesco real y establezca el principio de la ele cenclencia. Esta conclusion adquiere una fuerza todavía mayor por las consideraciones siguientes : Todo sér proviene ele un huevo, omne vivmn ex ovos, pero todo huevo proviene de su ovario, omne ovu ex ovario : todo sér que sale de un huevo tiene 11ece~ip.ad de cuidados, de una iniciacion, de una experiencia particular. Nos es imposible concebir una e. pecie creada en el estado adulto sabiendo, sin haberlo aprendido jamás ni áun por vía ele transmision hereditaria, servirse de. sus órganos (1). No es peimitido á la ciencia el recmTll' á la hipótesis de la· ereccion de especies adultas hasta tanto que haya victoriosa y perentoriamente refutado la posibilidad de la descendencia. ¿Pero esta refutacion está hecha? ¿Se ha opuesto á la teoría de la deseen lencia alguna de esas objeciones á las cuales nada resiste y que son la sentencia ele muerte de un sistema? ¿La fijeza, la invariabilidad de las especies? Cierto é incontestable es que desde la aparicion del hombre no hay ningun ejemplo probado de que una especie cambie en otra. ¿Pero sucede lo mismo para los hechos sobre-. c;¡ue reposan -las principales leyes y las principales lu.pótesis de la astronomía? Segtm la hipótesis cósmica, en el dia generalmente .admitida, los cuerpos celestes pasan del estado ígneo flúido, al estado sólido, o hemos asistido, sin embargo, mmca á tma transfo1macion de este género ;

( 1) Hará como unos cuarenta años se encontró encerrado en una habitacion, donde había probablemente vivido desde su nacimiento un pobre jóven llamado Gaspar llauser , que había crecido sin otra sociedad qúe la del personaje misterioso que le ciaba de comer é iba á verle raras yeces. A lo's quince ó diez y ocho años este desgraciado no sabia ni hablar ni anclar, y todavía ménos su bven ir á su propia subsistencia. Fueron necesarios algunos años para en cñarle las cosas más tl ualcs, y en el momento en que sabía bastante para unir sus recuerdos y contar su historia, murió asesinado.

vemos solamente en el cielo pruebas, muestras de estos diversos estados, y por consideraciones muy plausibles llegarµ.os á admitir que aquel planeta helado ha sido tm sol incandescente, que esta nebulosa gaseiforme se convertirá en sol, clespues en planeta, etc. Es exactamente lo mismo para las especies. Las especies actualmente vivas no tienen representantes en las faunas y las flores anteriores ; pero lo tienen los géneros, las familias, los órdenes. Y lo mismo si se consideran cla es del todo diferentes en el ramo animal, los peces y los mamíferos anfibios, por ejemplo, retrocediendo siempre en la escala ele los tiempos, se llega á épocas en que esta diferencia tan manifiesta se debilita poco á poco. Así, pues, la teoría de la descendencia, ele la filiacion genealógica de las especies tiene para sí toda la fuerza que pre. entan las más legítimas iuclucciones. o iremos, sin embargo, hasta á decir ó suponer con Darwin y sus discípulos que la teoría dé la descendencia es la sola explicacion posible y necesaria ele todas las semejanzas comprobadas entre los objetos animados ó inanimados. Y no iremos allí por una razon bien sencilla; y es que no es dado comprobar semejanzas tan sorprenclent'es como es posible entre objetos que no tienen ninO'tm lazo genealógico. Todas las sales minerales que cristalizan en cubos se parecen mucho más que el hombre al mono, y á nadie so le ocurrirá que existe entre ellos un lazo ele parentesco real. Si nos ocupamos ele l:is obras manuales del hombre, entre la basílica romana y la iglesia gótica, entre la cintra llana y la ojiva hay ciertamente pasmosa analogía. Es más, hasta se sieI1te que tma de las formas procede ele la otra por una especie de filiacion ; pero esta filiacion, este parentesco, es plU'amente ideal, ha sido en el ·genio artístico y no en otra parte donde ha tenido lugar la evolucion. Hay aquí con que hacernos prudentes. La teoría ele la descendencia, tan brillantemente rejiwenecida por Darwin, no tiene el ca~·ácter de mriversalidacl, ele necesidad que á toda costa se la quiero atribuir. Quizá sea un proceclimie¡ito geneml ; poro no es el procedimiento único de la N atmaleza. Pero ¿la teoría-ele la descendencia implica necesariamente, como quiere el darwinismo, la transformación lenta, gradual, insensible ele las especies, el transformismo dicho ele otro modo? Los fisiologistas alemanes Baumgartner, K olliker, admiten que la transformacion de una especie en otra tiene lugar de una manera brusca en el gérmeu, y á esto llaman la generacion heterogénea. En lo que los clarwinistas se creen más seguros de sí mismos es en el principio de la seleccion natural, ele cuya proposicion sacan las más graves consecuencias. Esta es tambien la que :Thfr. ele Hartmann ha combatido más, acumulando las más fuertes objeciones. La seleccion natural, tal como la hemos definido más arriba, reposa en tres principios que son : 0 ] • La concm rencia vital. 0 2. La variabilidad ele las especies,


LA NATURALEZA. 3.0 La transmision hereditaria de las particularidades adquiridas individualmente. No nos dcsctúdaremos, como hace Mr. de Hartmann, en demostrar que de estos tres principios, el primero, la concurrencia vital, es el lu1Íco que tiene el carácter material, mecánico, automático, tan preconizado, como uno ele los principales méritos de la nueva escuela. Nos limitaremos á considerar aqtú el lado pmamentc cientifico de los argumentos del filósofo aleman. Es imposible comprender cómo la propiedad que tiene el pavo real de extender en abanico su magnífica cola haya podido asegurarle una superioridad cualquiera en la lucha por la existencia obre el gallo ó el fai an sus más próximos allegados. Hay más : bajo el punto de vista puramente utilitario, el paso le una forma ménos perfecta á otra.más peifecta, entraña á menudo una can a ele inferioridad, puesto que una organizacion más rica, más perfecta, más complicada, es por esto mismo más delicado y ofrece mayor presa i las causa de destruccion. Y no es esto todo, sucede con frecuencia que en el desarrollo gradual de un órgano destinado á asegurar un día la superioridad de la especie á que pertenece, hay un período en que las climen iones todavía insignificantes de este órgano le crean una causa de inferioridad. Se sabe que los crustáceos tienen su esqueleto exterior que no crece con ellos, y que, por consigLúente, se ven obligados á abandonarlo. Hasta que hayan podido reformar otro más grande, más duro, es evidente que esta transformacion que los desnuda y les desarma es una cau::m muy real de inferioridad para ellos. Poclríamo multiplicar lo ejemplo hasta lo infinito ; pero no lo hacemos por no pecar de difusos. En la hipótesis clanvit):iaua los caractere má útiles deberían ser aquellos cuya transmisiouhcreclitaria fuese la más cierta ; los indiferentes, inútiles en la lucha deberían ser los más variables ; pero es exactamente lo contrario lo que se verifica. Remitimos i la lectura ele la obra de J'lfr. Hartmann á los que qlÚeran profundizar el asunto ; pero quizá baste lo que precede, que el principio de la selecciou natural, por vía de lucha por la existencia, es científicamente impotente para llenar la mision que se le ha atribuido. Los clarwinistas no dejan ele objetará los críticos que su sistema no reposa en un principio único, ino que admite tambien otros principios auxiliares, como la influencia directa ele las circunstancias exteriores sobre el organismo, la accion del uso ó no uso de los órgano , la seleccion sexual, y en fin, y sobre todo, la ley de correlacion de crecimiento. En el reconocimiento de esta ley Hartmanu Ye la confirmacion de sus propia ideas, la negaci.011 del carActe1• mecánico y material atribuida por lo darwinistas á la evolucion cósmica. «Resulta, dice que ac:_eptanclo la ley ele correlacion, el darwini mo invierte sus principios mecánicos ele explicacion, que van todos á parar á hacer concebir el tipo como una especie de mosáico reunido por la casualidad de los acontecimientos exteriores, como un agregado fortuito ele caracierm; producidos aisladawentc, ó uno despues de

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otro, por la seleccion ó la costumbre.» Mr. ele Hart,:. mann deduce ele todo esto la existencia ele una ley ele evoluciou orgánica interna. Esta conclusion nos lleva al t~1-reno ele la filosofía y metafísica; lo cual no qtúere clec1r que sea falsa, pero si que debemos terminar aquí.

EL PERRO- OAB,RIL MIDLAND (INGLATERRA,)

En 1830 110 existía todavía en Inglatena más que un camino ele hierro apropiado al transporte ele viajeros, el ele Stockton á Darlington. Otra linea ele Mauchester á Liverpool, estaba en construccion. Esta se abrió hácia fin de año y en ella se vió lo que pareció maravilloso para la época, wagones remolcados por una locomotora que se movían con una velocidad ele 14 kilómetros por hora. Un rico propietario del condado ele Leicester mis' al:ter J ohn Ellis, concibió cntónces, de acuerdo con gunos ele sus compatriota , el proyecto ele establecer una vía férrea entre Leicester y las minas de bulla ele la :ecindad. Habló ele ello á Jorge Stephenson, que rccornó el país, y declaró que el -terreno era favorable; pero el gran ingeniero nó quiso encargarse de dirigir los trabajos. «Tengo 31 millas de ferro-carril que construir, respondió al ofrecimiento que se le hacía: es bastante trabajo para un hombre solo.» Este detalle basta para pintar lo que era en aquellos tiempos l¡i industria de los caminos de luerro. Ademas, la region ele la Gran Bretaña, de que a í se ocupaban, encerraba tales elemento ele riqueza, que la cue tion de tran portes debía sobreponer e á todas las otras. Que sobre una carta de Inglaterra se unen por líneas rectas los Villallos ele Rugby, Hul y Liverpool, que están separados cerca ele 150 kilómetros una de otra, y se tcudní en el interior ó sobre lo lados del triángulo así formaclo-trifogulo ele una ·uperficie bien escasa20 pueblos lo ménos de 50.000 almas ó más. Allí prosperan Liverpool y l\fonchester, las do ciudades más importante de Inglaterra ele pués de Lónclres. Sheffielcl y Nothingham, Birminghan, Leicester, Derby y otras muchas aglomeraciones cuyo bru co crecimiento es debido al ele arrollo prodigio o de la industria en estos ültimos cuarenta años. Este c pacio abraza una gran parte ele los distritos mau ufactm-rro del Laucashire, de los condado ele Leicester, · ele Chester y de Lincolu, ricos en productos agrícolas y en o·anados; de los condado ele Derby y ottingham, donde abundan los minerales y la bulla, á lo · dos ex.tremo los puertos ele Humber y ele la Mer. ey, se abren á los navíos ele toda la naciones. No hay eguramcute mia sola region del globo donde la poblacion ea más den a, donde la riqueza del uelo y las adquirida por la acmnulacion de lo capitales e manifie te con igual i11ten idad. Un poco mi\ al R., Lóndres e el gran centro de con umo :i donde van á absorberse las producciones naturales ó artificiales ele e ta innu• wernblcs fábricas . ompréncle e, pu s, qué importante


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tráfico debe operarse entre la capital y e ta region cen- agua era dos veces más largo que el trayecto por tierra, tral de Inglaterra. Este es el campo ele actividad de una ele suerte que las mercancías permanecían demasiado tiempo en camiele las principales no. En fin, es bas · compañías ele la tantenotable que .Gran Bretaña, la los primeros ca111idland,que sirminos ele hierro ve todos los pu hayan siclo anunblos de esta zona, ciados como los sin tener, sin emmedios de remebargo, el monodiar la in uficienpolio. La historia ele las vías cia ele tal compañía n avegab l es, 110 ·es á propó ito so lam e nt e en para hacer ver por cuanto á la veloqué serie de pericidad, sino tnmpecias han pasaen cuanto al bien do las empresas precio del trans!.-Puente sobre el T,·en t. de caminos de porte. Esto es lo hierro ingleses , que se vió en parántes de llegar á al crearse . ticular la situacion prela compañía sente. lliiclland. Es sabido q ne Al principio, i\ntes que se traminas de hulas tase de los ferrotenido habian a ll carriles, los inglemm clientela pus es se h abía n ramente local; la creado 1rna red ele carreta de mavía. navegables . terias pesadas y bien concebidas y voluminosas cosmejor ejecutadas. taba tan cara ·En la region de q uc el carbou de que nos ocupatierra no se conmos, Lóndres, s umí a, puede Hull, Liverpool, decirse, sino en Birmingham y el punto le prol\fonchester, eran 2.-vVorcester. cluccion. Para recentros de donde mediar esto se hiirradiaban canac i cr o u primero les en diversas canales ; a í las direcciones, de del valle huUmas t inados á servir ele Erewash en el las principales othinghamshi ciudades i ndusre no alimentatriale . Pero sea ban al principio que los canales sino lo hornos de estuviesen consNoLhingham yde t ruidos con diDerbr. Cuando el mensiones demr,Trent y el , 'oar ·iaclo escasas , ó se hicieron navesea que fuesen mal explotados, gabl es, aquéllos pudieron em-riar el comercio no sasus productos caba todas las vc11taja que huha ta L eicester. 3.-Acueduclo cerca de L anca ter. bicraquericlo. Así Se vió eDtónces á las empre. as ele de Derby á Leicc ter, el precio del transporte no bajaba de 25 francos navegacion alcanzar un grado ele prosperidad increíble; •por tonelada, para una distancia ele cerca de 60 kiló- , la compañía ele canalizacion del Soar realizaba benefimetros. Entre L eicester y Birmingham el trnyr.cto por cios tales, que sus acciones, emitidas á l!O libras es-


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t erlinas, se negociaron á 4.500. Sin embargo, cerca de al P arlamento. L a compañía Ee había constituido con L eiccster había terrenos carboníferos :í, los que sólo 1 un capital de 25 millones de francos para construir tma longitud de faltaban medios cerca de 200 kilóeco nómic os ele metros. Al mistransporte. Los mo tiempo otra in te r es aclos se compañía solicientendieron para taba la línea ele construir un caDerby á L eecls; mino ele hierro de una tercera queSwannington á ría estab l ece r Leicester, que se una vía directa abrió en Julio ele de Derby á Bir1832. Entónces mi ng h am . Al hubo gran emoParlamento corcion entrelos prorespondía, como pietarios ele las corresponde hoy, minas del Ereapreciar la utiliwash. Su nuevos dad de toda vía competidores danueva , camino , ban el carbon á 4.-Vallc del llfonsal. ferro-carril ó cacerca de 4 chelinal, juzgar si los nes por tonelada con ce siouarios m ás barato. La disponían ele reclientela de una cornos necesarios gran ciudad mapara ejecutarlos, nufactmcra iba fijar las tarifas de á escapárscles. @xplotacion, imLos canales 110 poner tales ó taquerian bajar sus les condiciones, tari fas sino en con objeto ele imun a cantidad inpeclir el monoposignificante. Se lio, ó ele e torbar pensó. que no ha la concurrencia bía otro remedio cutre vías paraque co n str uir_ lelas ; pero cumotro camino . ele &.-Viaducto el e B.wnslcy plía este cargo hierro. con un poco ele Por otra parte, inexperiencia. llegaba 1a era de Por analogía con los ferro-carriles. los canales y los L a gran lín ea traa.vías que exisde Lónch-es á Bi:·tían ya :í, las inmingham, ya hamecliaciones de bía sido concedilos puerto ;, ele da á una compalas fabrica ·, y soñía que de exteubre los cuales :i sion en extension cualquiera se pcrse ha hecho, bajo m i tí a conducir e l n ombre de carruajes me.1, ortlte Western diante el pago ele (nor oeste), la un a cantidad, las más importaute concesiones no del reino. Un caestipulaban sino mino ele hierro de un derecho ele Derby y ele o6.- Estacion de mercancías en San Pancracio en Lóndres. peaje con la fat in o·ham á Leicultad para la cester con empalcompañia propietaria ele añadir á él una tasa de t ransme á Rugby sobre el ele Birminghan, tenía la ventaja de. poner los condados del centro en comuuicacion di- porte razonable, si operaba por sí misma el tráfico de recta con L óndres. En 1836 fué presentado el asunto mercancías.


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L .-\.

ATlíRALEZA.

Hasta 1836 no se apercibió el Parlamento de que e ta cláu ula dema iado vaga, dejaba un poder arbitrario á las compañías, por que una vía férrea e tá , ometida necesariamente á monopolio ele explotación . Al principio el legislador se ocupaba sobre todo ele atender á los intere es más á la vista. Las empresas de camino ele hierro tenían algo de tan nuevo que algunos se e pantaban, muchos desconfiaban. Los colonos y los ricos propietarios nu-ales temían que sus dominios fuesen pe1judicaclos; los ciudadanos temían el núdo y el humo de las locomotoras. Se había vi -to á los representantes ele "01-thampton, capital de un condado, obtener á fuerza de instancias que la línea de Lóndres á Birminghan fuese alejada á muchas millas de su territorio; es verdad que los habitantes de aquella ciudad no habían tardado en arrepentirse. Se citaba alguno que otro baron que había jw·ado no autorizar jamás á un ingeniero atravesar su hacienda. Respecto á las lineas ele Micliand no era lo que ménos había que temer la hostilidad de las compañías de navegacion. En la Cámara de los Lores como en la de los Comunes (ósea el Senado y e1 Congreso), el uso exigía que cada proyecto fuese sometido á un comité ante el cual comparecían todos los interesados, cada uno con su abogado, cada uno produciendo sus planes ó combatiendo los de la parte contraria. En verdad que catla litigante t enía que defender y ganar &u pleito contra innumerables adversarios. A.sí se explica que los gastos parlamentarios, prelnclio ele toda concesion, se elevasen alguna vez á 10.000 francos y más por kilómetro. La compañia del Leicestershire pasó por todas e tas formalidades sin mucho retra o y comenzó sus trabajos en la primavera ele 1838 bajo la hábil direccion de Mr. Vignoles, el ingeniero bien conocido cuyo nombre ha quedado unido al modelo ele rail más usado actualmente. Dos años despues la seccion de Derwy á Notingban se inauguraba con la solemnidad que las ciudades desplegan voluntariamente cu este tiempo y semejante ocasion. Las líneas de Derwy á Lecds y á Birminghan se acababa ca i en el mismo momento. E stas tres empresas tenían el mismo punto ele partida; ellas, por consiguiente, se harían en parte coucurrencia ó habrían de unir su contabilidad. Bien pronto comprei;idieron que esto era lo mejor, y en 1844 se fusion aron, saliendo de su union la poderosa Compañía 1líidland, que soñaba ya con extenderse en todas clirecciones.

NUEVA VÁLVULA DE SEGURIDAD DE

JI[.

KLOTZ,

Nos felicitamos de poder presentará nueskos lectores una disposicion nueva para las válvulas de seguridad, que ha sido objeto de un dictámen favorable en la reunion de ingen ieros ingleses , celebrada en Bristol , á la cual fué presentada en 22 de Junio último por Sir J ohn \Vilson. El inventor, de quien toma su nombre, es M. Klotz, profesor de 1uecánica en Praga.

Las válvulas habituales tienen por objeto dejar escapar el vapor cuando la presion se e_leva demasiado en la caldera, y no deberían volverá r ecobrar su posicion sino cuando esta presion hubiese descendido en toda la caldera hasta por bajo ele los límites de qu e nunca debe exceder. Se había notado desde hace mucho tiempo que esto no siempre sucedía así: el vapor sale, en efecto, en contacto inmediato con la válvula, pero su presion baja rápidamente en presencia del aire exterior, y ya no puede luchar contra la accion del contrapeso que hace entónces á la válvula volver a caer en su sitio, aunque, sin embargo, la presion haya quedado todavía demasiado elevada en la mayor parte ele la ::-:tldera, constituyendo siempre un serio peligro de 2:;: plosion. Es verdad que la presion se vuelve á elevar en seguida ju nto á la válvula, la cual se abre de nuevo ; pero el efecto que se acaba de señalar vuelve á reproducirse al momento: uná depresion nueva se hace sentir; la válvula vuelve á cerrarse para abrirse otra vez, y no deja, finalmente, salir el vapor sino por una serie ele tem blorcillos que disminu yen considerablemente el volúmen de vapor así gastado. El efecto es todavía más sensible cuando el contrapeso, de que generalmente se hace uso para luchar contra la accion del vapor, se ha reemplaz ado por un resorte: éste, en efecto, adquie110 rápidamente una fuerza de tension considerable á medida que se alarga para dejar levantar la válvula de escape, y su esfu erzo hace que ésta vuelva á caer ántes que la salida del vapor haya podido produci r una depresion real en el interior de la caldera. Otea causa viene á agregarse todavía para disminuir el volúmen de vapor expulsado mientTas la válvula está levantada. Se sabe, por las célebres experiencias de Torricelli y ele Savart, que una vena líquida q~e sale á través de un pequeño orificio practicado en la pared de un vaso, sufre una contraccion considerable, y que la seccion de salida con que realmente se debe contar es cerca de un tercio más pequeña que la superficie de la abertura ofrecida al líquido. La velocidad de las diferentes moléculas se aumenta en el momento en que atraviesan esta seccion estrechada, pero al mismo tiempo la presion se hace más débil conforme al teorema de Bernouilli, sobre la evacuacion de.las venas líquidas . La altura piezométrica con la alt ura debida á la velocidad, hacen una suma constante. Esta clisminucion de la presion es del todo inevitable , puesto que resulta ele las condicion es mismas de la corriente de los flúido s; se ve in-


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mediatamente qué turbacion introduce en las á poco en la caldera, y solamente cuando el vafunciones de la válvula de segmidad, toda vez por motor contenido en el interior del tubo de que es necesario -esté levantadaclmante el tiem- aspiracion haya sentido el efecto es cuando la po que durn la corriente, bajo la accion ele una válvula se volverá á cerrar. Con esto ya no hay presion reducida, inferior quizás á la que debía ningun inconveniente, pues la presion se disminuye realmente en toda la caldera. vencer en el estado ele reposo. El aparato ele M. Klotz está representado en Ui1 primer perfeccionamiento en la disposicion de las válvulas de seguridad, fué la adopcion de la figura. El vapor sacado del nivel del agua un tubo metálico dispuesto verticalmente en el hirviendo llega por el tubo central y se esparce interior ele la caldera, y terminado por su parte en el espacio anular A de donde no puede salir, inferior en boca de regadera , para sacar el ejerciendo su accion sobre la pared metálica suvapor del nivel del agua hirviendo, y conclu- perior en forma de cono invertido que es solidacirlcclirectamcntc á la válvula de expulsion. Este rio ele la palanca de la válvula. Cuando el esvapor así conducido ,por debajo ele la válvula, fuerzo resistente del contrapeso colocado en la posee una prcsion superior á la del vapor que se exLTemidad de la palanca es excedido por el es- · formaría en las partes altas de la caldera; deberá, fuerzo motor del vapor, el cono móvil se levanta pues, levantar más fácilmente la válvula, y se y con él la parte cilíndrica B que forma una esobtiene así contra toda elevacion ele prcsion una pecie de sombrero que cubre herméticamente el orificio del tubo. garantía más conEl vapor motor no · siderable que si se puede escaparse confiase solamenfuera, puesto que te al vapor enfriase ha evitado todo do en lo alto el ju ego entre eltubo cuidado de abrir fijo y la válvula la válvula. Sin móvil. B cesa de por no embargo, descansar sobre el el eso desaparece cilindro C que está queda peligro que T T enlazado al batido princial señalado exterior ele la mápio, pues esto no quina; B al levanes más que un patarse deja una liativo insuficienanular abertura te. Cuando el esencomprendida cape del vapor la por tre B y C, levante la válvula, el salir cual puede la prcsion bajará T. vapor del tubo necesariamente, El escape continúa como hemos diNucn1 válvula de seguridad ele l\l. Klotz. mientras la precho, y la válvula sion del vapor en volverá á cerrarse hasta que un momento despues la presion A mantiene levantado el cilindro B. La dificultad principal proviene, como lo ha estática la levante de nuevo. La idea ele M. Klotz ha sido conservar todo el hecho observar :tvI. vVille, del contacto hermétiempo de la salida del vapor aquella prcsion tico que es necesario establecer en B sin estorestática, no dejando escapar el vapor qué abre la bar las funciones ele la válvula. Se puede temer, válvula, sino que es otro vapor sin ninguna re- en efecto, que las partículas arrastradas por el 1acion inmediata con éste el que es expulsado. vapor vengan á depositarse en este anillo vertiNo se produce, por consiguiente, ninguna de- cal y estorben la accion de las piezas móviles. presion resultante del escape ni del enfriamiento La válvula, pues, exige que se la cuide con todo del vapor motor. Este es sacado como ántes esmero, sobre todo si se emplean para la alidel nivel del agua hirviendo, porque es su mentacion de la caldera aguas cargadas de sapresion aquella cuya accion sobre la válvula im- les. Ademas , la forma cónica dada en A no es porta conocer, y el vapor que se escapa es el que favorable á la resistencia del metal; se ha adopllega de las partes vecinas. Su expulsion pro- tado, sin embargo, para bajar todo lo posible el duce una cierta depresion que se transmite poco centro ele gravedad del sistema, darle una esta-


LA NATURALEZA.

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bilidad mas considerable é impedirle se desvíe cuando está levantado. La válvula de M. Klotz ha sido ensayada con gran éxito en las rúbricas de Avon cerc~ de Bris-

pulgadas. La válvula se levantó y dejó escapar la mayor parte del vapor producido, puesto que no se pudo hacer subir la presi.on á más de 5, 7 atmósfeeas. Con una válvula ordinaria, la pre-

Suelo superficial. T erre no diluviano.

Greda inferior.

Arena verde.

F ormacion '\V caldiana.

T erreno jurásico superior.

l'lauo y corte geológico del cabo ele la lleve, lovautaclo por i\1. L es uem•.

tal,· segun lo que leemos en el Engineer . Se cerró la válvula con una prcsion equivalente á cerca de 5,2 atmósferas, y se avivó al fuego todo lo posible bajo la cal<lcra. La sup 1rficie del horno era de 272 piés y la superficie ele fa válvula 3 I.

s:on htibiera subido mucho más á causa del sacudimiento ele la válvula tiue hubiera estorbado la salida del vapor. L BACLÉ.


LA NATl R LEZ A.

LAS ORILLAS DEL SE A EN TANCARVILLE.

Bajo el punto do vista geológico, las escarpadas tierras que á la altura do Tancarville sirven

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ele orilla izquierda al ona, ofrecen un poderoso atractivo; se observa en oll as do una manera particular el trabajo de dostru ccion de las aguas de aquel rio que horadan la roca en su pario inferior y determinan el derrumbamiento de su

Escur,iones del Congreso del Havro (Ag<'sto de 1877). La piedra Gante en Tanearvillc.

parto superior que está fuera de su aplom o, de Lillobonno, situada en las cercanías, es notaun a manera much as voces amenazadora . La ble por los vestigios do un antiguo toatrn romapiedra Ga nte , no. Esto teatro de que damos ha desapareciel dibujo (Ggudo hasta en sus ra 2), es una do ruinas desdo las más curioprincipio de ess as rocas en te siglo. ~Iedía contra-pen110 metros de di ente de la loanchura, ÍY el calidad. No tiecontorno intene ménos de G5 rior no bajaba metros do a!Ludo 208 metros. ra, y desde ella Cerca del tease goza de u na tro romano se vista magnífiadmira n las ca. Para preruinas de un sei·,·ai· á la loantiq uí simo calidad de este castillo. La:torLcpidotus !evis.-Exposioion geo lógica del liavro. trabajo ele inrocillaquosubasion de las aguas se han hecho importantes siste todavía y que forma la parte más intereconstrucciones ele contencion. sante de aq uella antigua fortaleza, debe ser, se-


L.\ N.\TURALEZA.

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gun M. de Coumont y otros arqueólogos, del siglo xm, pues ofrece la mayor analog ía con las torrecillas conocidas ele aquella época. EXPOSICION GEOLÓGICA Y PALEONTOLÓGICA DEL HAVRE.

· Con motivo ele la reunion en el Havre dql Cong reso de la Asociacion francesa para el adelanto ele las ciencias, la Sociedad geológica de Normandía ha decidido en su sesion de 4 de Setiembre ele 1876 organizar una Exposicion ge~lógica y paleontológica especial paea los cinco departamentos comprendidos en la antigua . provincia ele Normandía. Para la realizacion de obra tan importante, la Sociedad ha s:>licitado y obtenido el concurso de la Aclministeacion y ele la mayor parle ele los g eológos normandos. La villa del IIavre ha puesto á su clisposicion el antiguo Palacio ele justicia y le ha votado una cantidad des tinada al arreglo del local. La Cúmar:1 ele comercio , por su parte, comprenclienclo la importancia bajo el punto ele vista ageícola é industrial ele aquella Exposicion, ha querido contribuir tambien ú su organizacion, suhyencionánclola. De tiempo alrás, el suelo normando había atrniclo la atencion ele los geólogos; numerosas publicaciones le habían siclo consag radas, y ya la Sociedad había tratado de coordinar aq u ellos trabajos en una bibliog rafía geológica que tistá publicándose. La misma ha querido por la Exposicion ele las colecciones, mostrar á todos los materiales mismos que han servido para la publicacion de los teabajos ya dados á 1uz, los que resultan ele los nuevos descubrimientos, y llamar la atencion sobre las numerosas lagunas que todavía existen. Señalai·emos como muy notables la carta geoele los cinco departamentos, dibujada por ló()'ica o M. G. Lesueur y los cuadros geológicos que decoran la escalera que conduce.;_ las colecciones: estos son debidos á un pintor naturalista distinguido, M. A. l\Ioury, y representan el aspecto ideal ele la superficie del globo en las cliferen'Lcs épocas geológicas. No podemos describir todas las bellas muestras que llenan vastas salas; pero hemos querido reproducir dos ele los más curiosos· es el primero (fig. 3) un bellísimo pescado fósil , el Lepiclotus levis, encontrado por M. Lennicr" en las rompientes del cabo de la lleve, y el otro el Plano y corte geológicos clel cabo ele la Heve (fi g . 1) dibujados por i\I. Lesucur.

SOCIEDAD HELVÉTICA DE CIENCIAS NATURALES. LX SESION CELEBRADA EN BEX.

La Sociedad helvética de ciencias naturales que celebraba el año anterior sus sesiones en Basilea, había escogido como asiento de su sexagésima re:rnion el pueblecito de Bex, situado á cerca de 20 kilómetros del extremo N. del lago de Ginebra, á la entrada ele la llanura aluvial del Ródano. En el número de sabios extranjeros que han venido á tomar parte en los trabajos de la más antigua ele las sociedades científicas, hemos notado, para la Francia: M. Daubrée, director de la escuela ele minas de París, los Sres; ·Profesare:, Lory, de Grcnoble y Planchon, ele :i\Iontpcllier-; para la Italia: l\I. Dlaserna, autor del libro El sonido y la música, publicado recientemqnte por la Biblioteca. cieniífica inleniaciona.l, los Sres. Profesores 'rargione-Treffi, de Florencia, delegado en el Congreso filoxérico internacional ele Losana, Capellini y Bcrtholoni, ele Bolonia, Tomasi, de Milan; para la Alemani'a; los señores Profesores I iés y Norcllingcr, ele IIohenhcim ("Wurtemherg), y el docLor Bauske, de Berlir¡.. · La Península ibérica estaba reprcse_ntada por los Sres. Profesores Geaclls, ele Madrid, y Oliveira, de Ooimbra (Portugal) ; el Nuevo ?.Iu~do por los Sres. OLto Schuyclcr Profesor en Buenos-Aires, y Pitanga, ele Rio J a neiro. Se han conferido títulos ele miembeos honorarios extranjeros á los Sres. Paul Bert, IIebeet y Broca. Las sesiones estaban presididas del modo siguiente: Geología, M. Daubrée; zoología y botánica, J\<I. Oarl Vogt; físíca y química, el Profesor señor Elías Vv artmaun; medicina, M. Lebert. La próxima sesion tendrá lugar en Berna. s:-::;;-¡;:--:z -

DEFORMIDAD NOTABLE DE LOS DIENTES EN LOS HABITANTES DE LAS ISLAS DEL ALMIRANTAZGO.

El viajero ruso J\l. Miklucho-Maclay, en el curso de recientes viajes á . folanesia, ha observado entre los naturales de las islas del Almirantazgo y de la Hermita, una particularidad notable ele los dientes: los incisivos superiores se adela ntan como una visera casi horiz<?ntalmente, y de tal manera, que se extienden hasta por encima del labio cuando la boca está cerrada (figura 1." y 2. "). Ademas, la anchura de uno ele estos clientes es muchas veces bastante grande para igualar su longitud visible, siendo en

t


LA XAT -RAL EZA. el modelo que presenta mos, ele 19 á 16 m ilímetros ele largo, medidos n at uralmente desde el borde de la encía y no ele la extremidad de la raíz. Co mo t odos los dientes tienen un p ulim ei~to neg rnzco deb ido á la costumb re q ue.reina enaq ucllos paises de mascar betel , la boca presenta un aspecto asqueroso. M. Miklu cho-Maclay no ha enco ntrado en ning una otra parte semej a nte clef'ormiclad el e l os d ie n tes, a un q ue ha oido hablar de algo parecido cuando estaba en la peníns ula de J\Ialacca; la raza de hom.:. bres en qu e se p resenta es te fe nóm eno, se denomin a

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que medie contacto y , ólo por la irra liacion de la fuerza oscura. Aumento del volumen de la tierr?, por c a usa d e las meteorita s .

- En un a serie de interesantes con fereucias, dada en el teatro de la ociedad Real ele las Arte de Lóndres, Mr. Roctor ha desarrollado la . teoría de que la tierra crecerá miéntras fo~·me parte de nuestro sistema cosmico. Los meteoros extra-terre tres Yiajan en cantidades considerables, y formando graneles sistemas en órbitas muy excéntricas alrededor del sol. Estos sistemas de meteoros son mur numel¡/),·os, y cuando sn órbi ta le pone en contacto con fo ele la orang-gargassi . tierra, se hallan soJ . o. o. metidos á la influencia de la grantacion ele ésta . ..Al entrar en la atmósfera, e h aMISOELÁ. EA . cen luminosos y caen en la superficie de 1ínbitanle de las ishs del Almi rantazgo nECnEAC IO:\'ES cm:s'l'Ínuestro planeta en FIC.\ S. ll mias periódicas ele Reproduccion de estrell as fngaces,que grabados por l a todo el mundo conooscurida d. - Si se ce. ropa a una noexpone al sol la miche in que . e ,ean tad de un grabado caer algunas ele estas que haya estado por estrella ; en cierto. algun tiempo en la me es, y sobre todo oscuridad, teniendo en ciertas noches, cuidado ele cubrir e. ta lluvia de oro e bien la otra mitad, y ince ante. aturalse le lleva luógo á 1m mente, los meteoros paraje oscuro y se le caen tambieu duranpone en contacto con te el clia; pero entónun pliego de papel ces no se les vé. Se fotográfico, la parte calcula, egun míster Dientes prominentes vistos de frente. que haya estado exRocher, que centepuesta al· sol se renares de miles ele esproducirá en el papel, mientras que en la otra no, e re- to cuerpos extra-terrestres vienen á incorporarse á la producirá efecto alguno. Un grabado expue to al sol y tierra cada veinticuatro hora , y que ca la año caen 400 colocado despues en la oscmidad á un cuarto ele pul- mill ones el ello . gada ele un papel sensitivo, se reproduce tambien, sin 'in embargo, esto aumentos ele la materia terrestre

--


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LA

~

TURALEZA .

nece. itarian mucho millones de año para añadir un pié al diámetro de la tierra. Genera cion espont á nea.- En las nuevas experiencias que ha hecho el doctor Bastian, de Lóndre , se ha acomoda lo por completo á las exig 1Lcia el l\I. Past ur. Ha empleado la pota a, pura, á la temperatura

de 110 grado , durante muchas horas. pesar de e to, la orina neutralizada por la pota a ha dado en veinticuatro hora una innumerable cantidad de bacteria . Si e, te re ultado e coufi.rma, han't dar uu gran pa o ú la cue tion de la generacion e pontánea.

EL -A.VÍO DE GUERR

E~ EL SIGLO XVII.

fin de poner en relieYe lo progre o inauditos obtenido en el arte de las construcciones navales, crcemo intere a11tc reproducir el dibujo de un navío de los iglo pasados sacado de un grabado de su época. «La arquitectura naval, elijo Dul,amel du Monccau, puede dividir e en tres parte principale : l.ª dar á lo navío la :firrma e2..-i:crior que convi.ene al u o que e les de tina; 2." dar á toda las piezas ele un buque la füru.ra que deben tener, y unirla de modo que por u reunion compongan un todo ólido y capaz de re pon-

Navío de guerra del siglo xv11, segun un grabado de la época.

cler al servicio que debe llenar; 3." disponer de tal manera el mobiliario, qu todo lo que un uavfo leba contener esté alojado cómoda y convenientemente, oficiales, equipajes, aparejo , mercancías, municiones de boca y guerra, etc.» E ta dcfinicion del arte de con tru.ir los navios no ba envejecido de de 1752. ns prcdece. ores estaban léjos de pensar con tanto acierto. Entónces no había do navio que e pareciesen, dirigiendo u con truccion principalmente la fantasía. Actualmente puede aplicarse á la arquitectura naval

lo que Lamennais elijo de la arquitectura terrestre: «Por lo que la caracteriza e pecialmente, la arquitcctma representa el mundo inorgtin.ico; tambien u leyes primeras como la leyes de e te mundo, son la leyes matemáticas comuue á los dos elementos que se unen cu ella : lo útil y lo bello.»

MADRID:

h1rRFNTA v EsTEREOT1ri.-1. PEROJO

Mendizábal , G4-


Núm. 3.-15 Diciembr e 1877.

LA NATURALEZA

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r otras que son obra de las corrientes de aguas subterráneas. Por más que las eaveraas sean accidentes geológicos En una escarpa dada, se encuentra á menudo que alele suyo muy iuteresantes, la atencion que se les con- gunas de las capas que la componen son ele una cliscede procede sobre todo del uso que ele ellas lmu gregacion más fácil qne otras. Bajo la accion de la inhecho los hombres primitivos como refugios tempora- temperie se desmoronan poco á poco y el vacío que deles ó definitivos y como sepulturas. Bajo este punto ele jan constituye un refugio determinado, que no tarda en vista la exploracion ele estas cavidades naturales l1a ser habitado. A. esta categoría corresponden tambien sido siempre en extremo fecunda. las cuevas que han pr~pürcionaclo á los geólogos tan Las cavernas preciosos docuse presentan bajo mento relativos aspectos muy diá la edad de pieversos, que están clra. en rel ncion con el De otro lado, modo mismo de las aguas circusu formacion . L as l:-tnpor todas paruuas resultan ele tes en el espesor desprendimiende las hiladas de tos de rocas irreroca; de ello tenegularmente colomos la prueba en cadas unas sobre los manantiales, otras. De este géque no son otra nero se encuencosa qne la emtran en las monbocadura supertañas, al pié de ficial ele verdadeto das l as penros rios subterrádientes, en todos neos. Pero lo mislos ventisqueros, mo que los rios en donde están propiamente dicomprendidas en ch os destruyen las rocas que sin cesar sus origuarnecen lns la~ llas, así estas corcleras ele los misrientes de aguas mos (moraines): profundas corse l as ha ll a roen las paredes tambien en las Je los conductos regiones ménos por u.onde corren. accidentadas, por La disgregaejemplo, á lo larcion ele estas pago de las colinas redes es necesaele las cercanías riamente desele Paris. Estas igual . egun lo últimas son genemás ó ménos ralmente de muy compacto ó la pequeñas _dimencomposicion el e siones y complecada punto, y así tamente llenas ele es como se forcieno, pero tienen man las cámaras Fig. 1.-. . . . y con el pió atrajo la cuerda á si. (Pág. 311, col. 2.) llll vivo inter es más ó ménos vaspor l os res tos . tas reunidas por óseos ele mamíferos extinguiuos qLte en ellas se encuen- gargantas. Las cavernas que reconocen un origen setran á veces en gran nümero. Podemos citar las ele mejante son innumerables; puede decirse que existen Etampes, donde Gettarcl ha hecho conocer la presencia cloudequiera, y que por toda partes la corteza terre tre de residuos ele renos; las de Montmorency y ele An- está atraycsada por corrientes de agua que siguen las vers, donde Oárlos ele Orvigny y J . Desnoyers han re- direcciones m11s variadas. Sin embargo, sólo en localicogido mucl1ás osamentas ele animales diversos. dades excepcionales se puede penetrar en estos centros. Otras cavernas, en general más vastas, son debidas L11 entrada es muchas veces demasiado estrecha, y enteramente obstruida por la corriente que de ella sale. :i la corrosion, que las aguas hacen. ufrir á las rocas en el mi mo espesor de sus capas; y entre ellns se pueden Cuando se puede entrar se llega siempre, clespues de distingui r las que las a.guas superficiales hnn horadado, un trayecto nu\s ó méuos largo, de muchos kilómetros

LAS CAVERNAS .

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LA _TA'fUHALEZA

á vece , á regiones donde la excursion se hace imposible á cau a de la estrechez de los conducto ó de la abundancia del ao-na. Entre las cavernas pertenecientes á este tipo muchas han adquirido una o-ran celebridad por la magnificencia de los puntos de vi ta que ofrecen á los exploradores, y tambien por los importante ele cubrimiento paleontológico que han proporcionado. Entre ella es necesario citar la cayerna ele Gailenreuth, en Francouia, cuyo corte representa la figura segunda. En ella e ve una sucesion ele cámaras guarnecidas de estalactita , enlo ada ele estalagmi ta .r cuyo suelo está compuesto de uno ele lo más ricos depósitos de hue o . Esta cayerna como otras mucha , e tá completamente de ccada en varios punto , por haber cambiado de cur o la corriente de agua que la formó. 'u entrada no tiene mú de 2 metro y medio de altura y 4 de ancho. Una primera sala ele la e::-..-ten ion de 27 metros comunica por llil pa illo ele 60 centímetros solamente á una segunda, que tiene 43 metro de larga con 13 de ancha. La altura de la entrada es de 6 metros, descendiendo u techo ha ·ta quedar de 2 metros nada más. Un pa adizo ango to y muchos pequeño pa illo conducen á una tercera cámara, que tiene e.crea de 10 metros de ancha y 2 de alta. A la entrada de esta gruta, una cavidad ele 5 á 6 metro á la que se puede descender con ayuda ele una escalera, desemboca en una bóveda ele 5 metro de diámetro y unos 10 de altura. Junto á e ta bó,ecla ha.r una gruta curo uelo e tá sembrado ele huesos de Ursus pO!leus ( fig. 3) ó rrrande o o ele la caverna . Un poco más abajo, un nue,o corredor conduce á otra . ala ele l 3 metros de largo, que termina en un pozo de 1G metros, por el que se llega toclaYía á una gruta de 14 metros de elevacion próximamente. Dos pasillos conducen á nuevas cúmara bastante e pacio a . Por fin se llega á una gran ala que tiene "2.7 metros de larga por 4 de alta, siendo preciso atravesar todavía una étima y ültima para llegar al extremo de e te dédalo. Hay otras cavidades sul?terránea , que unen al interes de que acabamos de hablar, un airacti.o pintoresco :r mucha vece muy ,ivo; ma. ba tará con que mencionemos la célebre cueva de ~Iomnouth en el E tado de Kentucky. 'u entrada es imponente y ele un a pecto iniestro. Doscientas calles aparecen á la vi ta, por las que· surcan muchos rios cuyas aguas ou negras como, segun se cuenta, eran la de la lag1ma Estigia. La reunion ele estos caudalosos rios subterráneos forma un lago habitado por di tintos animales, en u mayor parte ciegos y de cuyo e tudio se han sacado documentos muy interesantes. La calle má larga de Moumouth no ha sido explotada más ele mil millas; cu ella se abre una sima profnuclí ima designada con el nombre de Mael trom, y que por mucho tiempo nadie e ha atrevido á examinar. e cuenta que un sabio distinguido, pro~ sor ele la ui,·er idad de Yale, re olYió un dia tentar la horrible bajada. l\fa apénas había ele ccnclido algunos pié en estas profundidades, le faltT> el Ya1or, pidiendo á

grandes gritos que se le ayuda 'e ~í ·ubir; que por 11a<la de este mundo elijo al encontrarse al aire libre, Yoh·cría á querer reconocer su profnuclidacl. En 1850, cuenta Mr. yma en un libro muy reciente, un jó,en de Lonisnlle, llamado Jame , declaró que por graneles que fue en los peligro que hubie. e que correr, él exploraría el l\Iael trom. , e ató alrededor del cuerpo una cuerda arrollada á un torno, que dos de sus amio-o e encargaron de manejar, eguu las eñale que él les hiciera, y con una linterna en la mano de afió e te abismo, ele donde o elPrnban ruidos y ecos iniesiro , parecido ú lo d 1 trueno, cuando e arrojaban algun s proyectile . La primera emocion que experimentó, fué advertir ·iuo ver, el clesprenclimicnto de ma a enormes ele roca y de tierra ; pero nin o-uno de e to ele plome ocurrió tan cerca ele él qÍ.10 pudie en inquietarle. Quizá al ilencio y al rncío e pauto o de e te abi mo, atribuyó e ic atrevido explorador la importancia ele e ·to desprendimientos interiores. A unos 40 pié ele profundidad, encontró una especie de plataforma <le donde irracliaban cuatro caminos abiertos en la J areele de roca. A cien piés má abajo oyó el ruido formidable ele una catarata que e precipitaba en el abi mo. Continuó descendiendo paralelamente :i e ta catarata; un momento u luz vaciló y e tuyo á punto ele apagarse por la corriente ele aire que producía e ta ma a enonnc de agua, cuya e puma , entía saltar ele ú la rara. En fin, á una cli tancia. de cerca de dosciento piés, tocó el fondo ele esta ima ..... Allí acababa positiYamente el :Mnclstrom. Por má cuidado q1w pn::;o en hacer llegar la señales á los amigo que había dejado en lo alto, James tardó mucho tiempo en hacerles comprender su de, eo ele YolYer á subir. o e 11cccsario decir .que estos estaban en una mortal inquict ud . En fin, la eí1al fné comprendida r James empezó u a cension . .Al lJco-ar á la altura ele la primera plataforma qne había encontraclo, se cletuYo para examinarla. Para poder cir ·nlar más libremente, liabía cl e:atado la cuerda de su cintura conse1:vanclo la extremidad en su mano. A pesar ele la precauciones que tomaba cu u marcha, clió rn1 paso en falso r la cuerda y la linterna se le e caparon de la manos al mismo tiempo. _Dicho amente no e apagó la linterna; pero la cuerda abandonada }l su propio pe o había tomado la perpendicular y flotaba por cima del abismo. Volverla á coger era una operacion ba. tnntc clificil y muy peligro a. Los amigos de James habiau adivinado por el moYimiento ele la cuerda qi.1e algo había ocurrido en aquél tenebroso abi mo; pero ¿qné? No 1 sabían. E peraban con una angu tia impo ible ele de cribir una señal que les ilumiua e sobre la ituacion. Jame Yió el pPligro en que e taba. Aproxim:.b1dos dema iaclo al al.Ji ·u 10, alargando el brazo para coo-er la cuerda el pe o de su cuerpo podía y debía arra trarle á la sima. Era hombre ele anrrre fria, y bien lo necesitaba en semejante momento; e echó boca abajo .r se fuó arra tranclo ha ta lo límite extremo de la plataforma ; e agarró eutónce con la dos mano :i la a pereza de la roca y con el pié atrajo la cuerda á í. , ólo ele. pues de tres tentativa , cuya duracion le pareció in comen ·nrable


LA ~.\.T 'R\LBZA cada vez, consiguió el éxito de esi,a maniobra. Ató sólidamente la cuerda á un pico· ele la roca, y se aventLu·ó en la avenida que se abríaá su derecha. Allí no encontró más que numerosas arcada de roca, un silencio mortal y una soledad imponente. A una distancia de ]50 á 200 metros la avenida estaba cenada por una muralla infranqueable, producto evidente de un desprendimiento, en atcncion á su aspereza y á estar grietada y mal cimentada, como si una conmocion la hubiera quebrantado en su base. James, yuelto obre sus pasos probó á penetrar en las tres avenidas que se abrían sobre la misma plataforma; é tas no ofrecían más que una profundidad ele algunos pasos. Entónces dió :i sus amigos b srñal de rnlver :i subir. Si se hubiera querido, para hacer 1mls dramática esta exploracion, ya bien peligrosa ele por sí, imaginar peripecias conmovedoras, no se hubiesen encontrado mejores que el episodio terrible ele aquella cuerda flotando sobre el abismo; pero no fué toda,ia ese el mayor peligro que corrió James. En su ascension desde el fondo del :M:aelstron á la plataforma, donde le hemos visto hace poco, cuando estaba suspendido encima del abismo, el fuego prendió en la cuerda que le sosfa,nía, á con ecnencia del roce contra el torno, sobre el que se arrollaba lcntamente·y bajo el peso de una prcsion muy fuerte. ¡ Os dejo imaginar si e to sería para los amigos de James una emocion terrible! Dicho amente pronto pudieron dominar el fuego . Por fin, James llegó al término de su ascension tranquilo y somiente, miéntras que sus amigos estaban qucbrantaclo1:¡ ele emocion; uno ele ellos hasta se desmayó clespucs ele haberle estrechado entre sus brazos. El modo mismo ele la formacion ele la cavernas indica, que deben presentar e con preferencia en las rocas calc¡\reas, á la vez olubles y sólidas. Esto es lo que en efecto sucede. Las cavemas ele la Bélgica y ele la Wesfalia rcnana, del Nordeste ele Inglaterra, muchas ele las ele los Pirineos, una parte de las del Hartz, la mayor parto ele las de la América septentrional se encuentran en rocas calcáreas del terreno paleozóico. A las calcár eas ele los cliferentes piso jurásicos se refieren las cavernas del Franco Condado, ·ele la Borgoña, la mayor parte de las ele Cévenne , de la Franconia, algunas del Condado de York y casi todas las de Baviora. Las calcáreas del terreno crct:icco, obre todo del neocomiano, comprenden el mayor número ele las cavernas do Pcrigorcl, ele Quercy, del Angoumois y una parte ele las del Langucdoc, las ele la Italia septentrional, de la Moma y ele la Tmquía cm opea. Los terrenos calcáreos terciarios ofrecen tambien, aunque mucho más raramente, algunas cavernas, célebres por la ·osamentas que contienen . Dcspues de las calcáreas e el yeso, la roca, en que más abundantes son las grntas. El aspcron tambien presenta :i ,cces ca,ernas, pero en circunstancias muy e pecialcs. La rocns ele cri. talizacion no las ofrecen sino rnramonte. La O'l'lltn son frecuente en las rocas de origen volcánico, no siendo raro que en este caso sean el sitio de una acumuln.cion de t\cido carbón ico. La c:élcbrc rJl'Ula del pel'rO es un ejemplo b ien couoci-

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clo, pudiendo agregar otra que l1:i poco hemos vi ·itado en Royat, cerca de Clermont-Ferr~ind. En esa cavidad SL1bterránea., la cantidad de ácido carbónico desprendida del suelo es tan considerable, que una bujía aproximada al piso se apaga inmediatamente, y que un perro no tarda en caer en síncope. Habiéndonos puesto on cuclillas para respirar la atmósfera inferior, percibimos desde la segunda inspiracion profunda una sensacion indefinible de calor y aturdimiento, que nos pareció indicm· la utilidad ele poner término al experimento. Como cleciainos al empezar, ol principal interes ele las cavemas consi te en los innumerables objeto sacados de ollas por los paleontólogos y anticuarios, osamentas y re. tos de 1n. industria primitiva . Tomados primero por restos ele gigantes, los huesos atrajeron desde muy antiguo la atoncion de los poetas. Así, hablando de la gruta de Lomb1-iYes, ituadn. en la orilla izquierda del Ariege, escribió Holagrai, poeta del siglo xn : Ce roe eambré par art, par nature et par aage Ce roe de Taraseon hcbcrgea quelquefois Les géants qui courroyent les monlagnes de Foix DonL l'art d'os cxc<lssifs rendenl leur tcmoignage.

Se sabe hoy que los pretendidos huesos ele gi()'antes son sobre todo huesos de o o; pero en algunas cavernas se han hallado tambien huesos humanos, cuyas dimensiones nada ofrecen ele particular. Alguuos sabios supÓnfan que las cavernas habían podido llenarse ele restos ele todas las eclacle , arra. trados por la corriente de las aguas, las cuales los habían acumulado y mezclado sin órclen ni concierto, imposibilitando así que pudiera determinarse jamás su antigüedad relativa . Además de ser del todo imposible e a confusion, en muchas cavernas situadas en puntos elevados la observacion ele las causas actuales demosi,ró la vanidad ele esa novela, mostrando cómo se llenan la· cavernas en nuestros dias. N acla más interesante á este respecto que la dcscripcion lada por M. Paul Mares ele una ca,erna, situada cerca del oa is ele Lagbonat (S. de la provincia de Aro-el). que sirve de refugio tí las hienas. La entrada de e ta caverna, ele lm,50 de di,1metro, da acceso á una cavidad, tallada á pico, cuyas paredes ofrecen graneles prominencias, quo hacen bastante practicable u de censo y aseen ion. En el fondo de esta excavacion e encuentra un corredor estrecl10, que conduce n una sala de 6 metros de longitud por 3 le aHura y± ele ancho. 'obre el suelo de la caverna están regadas numerosa osamentas, enteras las unas, quebradas ó roidas las otra·, y con ervanclo á. veces colgajos ele came de ecacla , Esos huesos pertenecen todos á los diversos animnles salrnjcs que liabitan las cercanía , como los perros, chacales, gacelas, antílopes, liebre , camellos, carneros, ayc !,ruce y cabra .. :Muchas cabezas hnmanas e ttln mezcladas á estos restos, entro los cuales e hallan esparcido numerosos excrcmcni.os ele hiena. En esta primera sala se encuentran do orificio·.


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L A NAT UR. LEZA

Descendiendo poco á poco en el seno ele la t ,erra, conduce el primero á una serie de salas muy pequeñas, en las cuales se ven, al decir de las gentes que las han recorrido, numerosos huesos y muchas cabezas humanas. Las hienas huyen ele la luz y del mido exteriores; por eso gustan ele llevar su presa á los más profundos

escondites de sus sombrí as madriguera . E l segun do corredor desciende casi á pico por el interior de la montaña; en él se han producido una ó dos fisuras, en las cuales se han Jeslizado en desórclen huesos y materias térreas ele la primera sala. Por otra parte, las tribus humanas, que habitan en cavernas, á la mauera de los antiguos trogloditas, no

Fig. 2 -Caverna de Gailcn rculh en F ranco ni1.

son tampoco raras, conociéndose muchas que utilizan las cavidades natmales para hacer sepulturas. P or la historia de estas poblaciones, estudiada por Lubbock y otro, , los materiales extraídos de las cavern as ele la época cuaternaria han hecho revivir realmente tiempos ele la humanidad primiti rn en absoluto olvidado ·. Es necc ario añadir que· á los matcIiales transportados por los hombres y los animales , se unen otros, cuyos vehícuFi¡;. 3.- Cráneo fósi l de oso de los son el agua y el aire : el agua conduce las materi as calcáreas cristalizadas, que en forma ele estalagmitas han asegmaclo t an á menudo la conservacion de los restos que cubren; el aire es portador de un sedim ento fin o, que en ei rtos casos puede, á pesar ele su aparente insignificancia, suministrar las nociones más preciosas. Así, el viaj ero Olau ssen, estudiando las caverna. del Brasil , cuya exploracion ha sido tan fruc-

tuosa para Ja paleontología, comprobó que el suelo de las mismas está form ado por capa s altem ativa · de fino bar ro rojizo y ele materia calc:irea cristalina estalagmítica. L a capa de barro es obra ele los viento ele verano, la otra vestigio el e las aguas, que corren en invierno, ele tal modo· que dos capas represent an un año. El suelo de la caverna es un verdadero cronómetro , conociéndose exactamente la edad de cada uno de los objetos enterralas cavernas (U1·sus spreleus) . dos á profundidades variables, En regiones cuya formacion se remont a á cien mil y más años, se hallaron restos de megaterio y ele otros graneles desdentados desaparecidos, cuya edad. se fij a al mi smo t iempo que se prueba que desde ese inmenso tiempo t ra nscurri do, no sólo no se ha verilicaclo rernlucion geológica algun a en la localidad, sin o que hasta su metercología ba permanecido exactamente la misma.


LA NATURALEZA En muchos· casos se lucha cou muy graves dificultades para establecer en las cavernas una cronología indu lablc. Los paleontólogos han hecho á este respecto inYestigacioncs sumamente interesantes, cuyo resultado paTccc ser de los más sati factorios. Sin entrar en detalles, impropios del presente artículo, diremos que la cronología de que se trata, ha podido fijaTse por comparacion con los depósitos cuaternarios (clihwium, tnrbcms, etc.)

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de la boTclaclorn y aplicable á su profesion, es decir, á la costura de trajes. En 1825, Thimonnier habitaba en Saint-Etienne (Loi.ra), calle de las Fmjas; el sastre, que ignora los primeros elementos ele la mecánica, pasa cuatro años trabajando bastante poco en el taller ele su profesion, que da el pan á su familia, y mucho en un pabellon aislado, ocupado en lo que todos ignoran. Desc1úda sus negocios, se aTruina, pierde su crédito y se ve tratado de loco; poco le importa. En 1829, es dueño de su idea; ha creado uu nuevo utensilio, la máqtúLA MAQUINA na ele coser. En 1830 con igue un privileDE COSER. gio de invencion para un aparato de coser Entre los "'raucles dcscnbrimicntos que mecánicamente á punto ele cadeneta. se han , uceclido de Hallt1nclose por enmedio siglo á esta t ó n ces en Saintparte , los hay de Etiennc el inspcctoT ap~riencia modesta, ele las minas del pero que deben llaLoira, JU. Beaunier, mar la aiencion por tuvo ocasion de ,er 1n, inmensidad de sus funcionar el aparato. resultados. El hábil ingeniero Tal es la máquina sospechó la imporde co er, que funciotancia del descubrina hoy con tanta remiento, y llevó á Thigularidad, y á la monnier á París. En cual cst:'.L reservado 1831 la casa ele Gernn po1Tcni r tan granrn an Pctit y Compade; fu· inventada por fi.ía, de que Thimonuno ele nue stros nier era director, escompatriotas. tableció en la, callo Los americanos de Sevres tm taller han introducido en ele 80 máquinas de ella graneles perfeccoser para la confeccionamientos , pero cion de vestuarios su el e scu brimiento militares. no les pertenece. En esa época, léE se honor podej os do aceptar las mos r cv inclicarle mt\qninas como inspara un conciuclano trumentos auxilianuestro, artesano res, los obreros no lionés. veían en ellasmi\sque Bartolomé Tbicompetidores pe limonnicr, hijo ele un grosos, q ne frecuentetintorero ele Lion, mente eran destruinació en Arbrcsle dos en los motines. (Róclano) en 1793; La máquina de La primera máquina de coser de Thimonnier ( 1829), ox¡rnesta en el hizo en su juventud Museo del comercio do Lion. Thimonnier tuvo la algunos estudios en s norte ele las otras, el seminario de San Juan, clespues aprendió el oficio ele sastre, que ejerció viéndose el inventor obligado á huir. El motín reen Amplepuis (Róclano), donde resicUa su familia des- primido clió lugar á condenas. Algunos meses despues la muerte ele Beaunier ocasionó la di olucion ele la de 1791. Las fábricas ele Tarare hacen ejecutar muchos boT- sociedad. Thimonnier Yolvió á Amplepuis en 1832. En 1834, nueYo viaje á Paris; Thimonn ier trabaja á claclos al corchete en las montañas inmediatas á Lion; allí encontró Thimonnier la idea ele la costma mecánica hechma como oficial de sastre con su máquina de coser, bu. canelo perfeccionamientos. y combinó un aparato destinado á reemplazar la mano


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LA _T_ \T

En 1836, ex.han to de recursos, vuelve á tomar el camino de su país. E ta vez ancla á pió con u máquina al hombro, y para vivir en el trayecto hace funcionar su aparato como objeto de cmiosidad. De vuelta á Amplepuis, Thimomrier con truye má-qtúnas y vende alguna en las cercanía . Pero el olo nombre de costura mecánica acaneaba tal desdoro al sistema que naclie quiso ac.loptarlo. En 1845 (un privilegio lo consigna), la máquina ele Tbi audier había logrado dar 200 puntos por minuto. En esta época el inventor se asoció á M. A . 1\foO'nin, ele Villefranche (Ródano). La casa establecida en esa ciudad fabrica máquinas de coser al precio de 50 francos . El 5 de Agosto de 1€-!8, obtiene o.u union de :M:. J. M. Iviagnin un nucYo privilegio de perfeccionamiento. El aparato se llama coso-bordador, pudiendo hacer cordones, bordar y coser tocla clase de tejidos, desde la muselina hasta el paño y el cuero, y habienc.lo alcanzado la velocidad ele 300 puntos por minuto. Una aguja giratoria permite bordar circulas y festones sin volver la tela. El 9 de Febrero le 1848 la ca a había tomado ya patente inglesa para su máquina, c.l scle entónces constrnida ele metal y con precision. La revolucion de 1 Q48 detiene de nuevo esta vez los proyectos de explotaciou; Thim011nicr va á Inglaterra, e.lande cede su privilegio á una compañia de Manchester ; pero 110 perman ce allí m} s de algunos meses y vuelve á Francia. Enviada á, la Exposicion m1ivcrsal ele Lóndres en 1857, la máqtúna de Thimonnicr por una inereiblc fatalidad queda en manos del corresponsal, no lJ eganclo á la Exposicion hasta clcspues del cxámen del Jurado. En el lugar que debía ocupar se registran lo primeros ensayos ele perfeccionamientos realizac.los por los americanos, y las múq1úuas ele dos hilos y de lanzadera ele E lias Howc. Desde 1832, Thimonnicr había ensayado este último género ele máquinas, del que se ocupaba todavía cu 185 :i. Pero todo había ya concltúdo. Treinta años ele luchas, ele trnbajo y de miseria le h abían auiquilaelo. Thimonnier murió desgraciado en Amplepuis (Róclano), el 3 ele Ago to le 1857, á la edad de se enta y cuatro años. Todos los ensayos ele costura wecánica :íntes de él, se componían de varias agujas, cada una ele las cuales llevaba una hebra. Estas tentativas fueron abandonadas por irrealizables. La mcíqitina de J.'himonnie1· ha servido eviden temen te de tipo á todas las modernas mrír¡uinas de coser. (In-

forme del Jmaclo de la Exposicion UIDversal de París, 1833, pág. 392.) Esta eleclaracion juzga la cucstiou y nos clispensa ele insistir. E l Jurado la completaba concediendo una medalla de primera cla. e al coso-bordrido1· perfeccionado por M. ,J. M. lVIagnin, colaborador ele Tl1imonnier. La máqtúna primitiva ele Thimonnicr dejaba que de. ear ; con. truicla en madera, era puesta en movi¡11 iC'nto por nn a c11crda ,de t ra mi sion d.irccta : cada

o cilacion producía un solo punto, lo cual es muy diferente de lo 800 á 1000 ptmto por minuto, que se obtienen con las máqui:::as actuales. ¿Rer,i preci o repetir .los servicio que pre. ta este maravilloso instrumento, us aplicacione extendidas de ele los ve ticlos al calzado, tí. la ombrerería, etc.? N mncro as manufacturas con trnyeu en Francia y en el extranj ero las máquinas ele co er por millares y la esparraman por toda las partes del globo. Se puede prever la época en que e te aparato fabricado las conclicione le baratma, que alcanzan hoy los relojes, tendrá su sitio marcado en toda fanúlia. Se puede calcular la hora, en que ese trabajo lento, penoso y enerrndor no se ejecutará más que para Z1ll'cidos, compostnras, adornos, etc.· L a máqtúna habrá tomado por su cuenta las largas horas en que la obrera gasta su vista, su salud , su existencia..... Y ese resultado obtenido e iiecesario que se sepa á quión debe atrib11irse. Nuestra tarea es reclamar el honor para nuestro corepatriota Tbimounier.

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EL CAFÉ Y EL CAFETERO. Rcgmameute que al saborear el apetecido Moka, aspirando con fru'icion su delicado aroma, pocas personas, áu u la. mónos curiosas, habrán clej ado de inquirir la patria ele un vegetal que tantas delicias proporciona; como que la bebida ele café es la ele uso más general en todos los pueblos civilizados, y al propio tiempo la más recomendable quiz:í, por más de un concepto. Lliimase en España, en Francia, en Portugal y en toda la América latina, café; en Inglaterra coffee, en Holanda ko.fflJ, en Alemania lcciffe, en Egipto elllcavié, en Arabia kawa, en Persia cahwa y en Ttuquía chove. Es el fruto ele un arbusto, dicl10 cafetero por nosotros, caffeiro por los portug ueses y brasileños, perteneciente á la familia de las rubiáceas, tribu de las cofeáceas, género cqfj'ea ( Pentandria monoginea ele Linneo). Tiene forma piramidal, ele seis á siete metros de alt1ll'a, siendo su trouco ele once á doce centímetros de gTueso. Ramos opuestos en cruz, ca i cilíndricos, nudosos, cubiertos de una epidermis cenicienta ; ele hojas opuestas, lampiña , o,,aladas, onduladas en los borde , aguzadas en las extremidades y de peciolo corto. Las flores, en número de cuatro ó ciuco, están situadas en las axilas ele las hojas, y son ele un aroma como cle jazmin; el cáliz quinqneclentaclo; la corola hipocratiforme con cuatro ó cinco lóbulos lanceolados. El pistilo de un estilete simple. El fruto (baya) es, cuando pequeño, ele un verde vivo; despnes se vuelve amarillo, y h1égo encarnado, clcl tamañ.o y color ele una cereza. Dicha baya ó fruto encie1ta una pulpa viscosa, en medio de la cual se hallan los simientes cubiertas ele una membrauita coriácea (á la que los labradoreR lJaman pe1·gamino) y adheridas ligeramente por su parte plana. .A. las veces una de estas semillas aborta, y la otra, adquiriendo mayor de e1wo1Yimiento, ocupa el centro ele la pulpa, queclaudo cntónces ele figura elipsoiclea: es lo que impropiamente llaman algunos comerciantrs


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LA

ATURALEZ

café d Ioka ; mas con efecto, la semillas a í escogida dan una bebida mucho más exqtü ita, :iun cuando la lemas sean de calidad sólo regular ó tal vez mediana. Pero generalmente hablando, la emilla de café son dura , aovada , convexa en el dor o y planas por el lado interno, que e. tá atrave ado por un mco longitudinal. Aunque son mucha la e pecie de la tribu de la cofeácea , una óla e la que da el verdadero café, la qur rniuucio amente hemo de crito, y cuyo nombre bobínico es Coffea arabica. E te precioso vegetal c. orio-inario de Kafá en Abisinia, y al o-una otra comarca africana; y el Kafá dc1-iYa el nombre con que es conocido; ma. de. de remotí imos tiempo fué irnn portado, cgun parece á Yem 11, en la Arabia feliz, y poco :i poco hasta el mar Rojo. í resulta ele diligentes invc t igacioncs. Claro est:i que la su t:mcia que el auúli i químico halla en la semilla del café ha de variar no poco en u proporciones, eo-un el país de donde pro,enga y otra porcion de circun tancia . Muchos on los análisi verificado , y nosotros poseemos el re ultaclo obtenido por m :\s de doce químicos de distinguicln. rcputacion, con grano de distinta procedencia ; I ero la expo icion de e to trabajos formaría por sí . ola un libro. Caclet de Ga. sicourt encontró en 6+ partes de café: Goma .. . . ... . ...... . .. . ... . . . 8 Resina . .. . . .. .... . ........... . 1 Principio amargo .. ....... . ... . 1 Acido ag,ílico . ............... . 3,5 Albúmina ........ . ........... . 0,14 Materia :fibrosa in oluble...... . . 43,5 Pérdida . . ...... . .. ... ... . .... . 0,8 Los forno os químicos Pellcticr y Robiquet, así con-io vario otros, hallaron un poco de aceite vohltil, goma ó mucilago, un principio amargo, un aceite g raso, blanco, que entra en fu ion :i 23 cent. y una materia óleo-re ino a colorada; con má , re icluo. de ílice, potasa :r alguna otra u tancia mineral. Mas e to son antili is de la semilla sin to tar. De pue de la torrefaccion, Robiquct de cubrió en el café un cuerpo t't que dió el nombre de cafeína, que tambien halló Runge en el café in to~tar; e ta sustancia c. presenta en forma de aguja eclo a , y contic11e dos equivalentes de agua de cri talizacion . Tiene ademas dea:trina, ácido cafeot,ínico, cafcotanato de potasa etc. La deliciosa infusion de café to tado, bebida en nuc tro clia eu ca i todo el ,ímbito ele la tierra, y decorada poéticamente con el titulo de bebida intelectual, es relatiYamcnte de u o moderno en la vieja Europa; pero los pueblo de Oriente la aboreaban de ele tiempo ca i fabulo o · y cuenta qu uo omo de aquello rebu cadores ele lü toria que pr tenclen que lainfu ion ele café fué la bebida ofrecida por el rey David á Abigail; ni ele los que opinan que Homero conocía el cafetero con el nombre de ·r-,hpe11the , si bien podría cr

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que el apellidado Bun por nue tro Avicena fuese el árbol en cuc tion . o hay para qué parar mientes en los cuentos árabes que so tienen que un pa tor de camello comunicó á un superior ele maronita la ob erYacion de que cuando los animale comían la em.illas del cafetero, e notaba en llo una agitacion extrafia, y que aprov chanclo la noticia el prelado hacia tomar ¡\, sus úbclito café para que no e durmie en en lo oficios nochuno · cuento éou pocas yariante atribuido por otra leyenda !Í una cabra. l\Ia. lo que e tá av riguado e , como ánte entamos, que desde remota época u. aba el Oriente el café y que la Persia ra lo empleaba el año de 85:í. En Con tantinopla empezó á beber e el apetecido licor en J517, poniéndo. e e. tablecimiento para . u venta en 1553, un siglo tinte ele qn . e conociera en París. Venecia siguió ú Con tantinopla; mas no fué sino el año de 1615, cuando comenzó :i xpender e en la ciudad ele lo Dux; y ele allí no apareció en otras cin° dad ele Italia lia ta 16-1 - . En Lóndre e conoció en 1652; en l\Iar ella en 1671 y en Parí en 1672. Dícese on todo, que el primer francés que tomó café fué Lui XIV (en 164-1), monarca que olía decir con énfa i el E stado soy yo, por lo que casi in l1ipérbole diriamo. que la Francia entera aboreó el l\Ioka en una rui 'ma taza y simultlineamcnte. E l cat tero e uno ele esos vegetale de lo que el vulgo dice que no tiene desperdicio. Empléa e la madera en varios artefacto , haciéndose ntre otra co as lindo ba tones; la hojas to taclas dan en info ion un té agradable, que e. en no poca oca iones un buen recur o t rapéutico en varia afecciones morbo as . De la pulpa e extrae aguar diente; ele la cáscara del fruto . 1íca. e pofa a en grande cantidad r irYe para la preparacion c nocida en.Arabia con el nombre de café de la , ultana añadiéndole un poco ele .'tmbar; ma en ,Java, Cuba, P uerto-Rico, Bra il y otro pm1tos prolu toros, la cascara sólo se mplea como uno de los rico abono , de compuesta por la accion de la lluvias r del aire. Finalment el o-rano ó fruto po ee cualidade tónicas antipútrida y excitante , y preparado con,enientcmente, egun lo pro eclitnicnto. modernos, lcspue de to-tar e, con tituye una ele la bebida. nHL agradable , . ola ó mezclada con leche. La medicina utiliza la accion timulante del cerebro en porcion de ca o. , ingularmentc en lo le envenenam iento por el opio, como ya lo experimentó el gran Orfila ; y ú. esta accion que el café ejerce obre la ma a enccfülica, . debido que e le haya llamado, como :\ute dij imo , bebida intelectual: por e o tiene tambien el café una importancia ocial. En el Brn il mucha gente pobre, y ahnna per ona , ,\ qtii ne por cualquier dolencia le e tá prohibido el café, u an la infu ion de la hoja to tacla prefiriéndo e la tierna á la m,\ vieja : y I odcmo a eo-urar que es una, excelente al par qu !!'ratí ima bebida. Po en una fragancia harto notable y el di ting uido químico acle, ele Hamburgo qu ha praclicado

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40 el análi i: de estas hojas, ha encontrado , aun q uc en menores proporciones, casi todas las sustancins que contiene el grano. Tan necesaria á la vida consideran los pueblo del Oriente la bebida del café, que tom;:m de ocho á nueve tazas al dia; y otro tanto . ucede en el Brasil y algunas comarcas americanas. Nadie distingue más la benl;_ fica infl ucncia del café, lice un distinguido consejero brasileño, como el que viaja; el que al partir del punto en que pernoctó saborea un concentrado café, no siente cansancio, calm·, 11i frío. Para confeccionar un sabroso café, creemos muy preferible el sistema ele filtradores ele algodon norte-americano ó de franela, al que resulta de cualqlúer cafetera, incluso las hidro stá ticas. Puesta la cantidad necesaria de polvo de café en el fondo del filtrador, se vierte sobre él agua caliente basta que se llene la taza, que ya contiene el azúcar necesano. I nmecliatamentese arroja el café que ya l,a servido, y se pone ele nuevo igual

LA NATURALEZA

Fig. 1.- L os alrededores do Saint-Nazaire án les del siglo xr. Fig. 2 y 3.-lclein en 18'10 y 1876.

cantidad para cada uno de los iudiv:iduos de la mesa: ele este modo el cafó couserva uu gusto y un aroma exquisitos. Los :inteligent es aprecian los filtradores tanto más cuanto más antiguos, á lamanera que las teteras de cierta arcilla. H oyes laAmérica In. que mayores cantidades de café proporciona al comercio del mundo ; ello no obstante, el cafetero es un árbol exót ico en el mundo de Colon. Los holandeses aclimataron este vegetal en Batavia en1 6DJ. Francia le ll evó á In. Martinica en 1823,grncias á los esfuerzos de De clieux. En 1718 se cultivó ya el cafetero en Sur:inam; en 1726 en la isla cle Borbon; en 1728 en la Jamaica, y poco ánt es en Cuba, P u erto - Rico, Santo Domingo, la Guayana y Java . No sabemos en qué año empezó á cultiv a rs e en nuestra provincia ele Canarias, donde prospera dicho vegetal. En el Brasil se retardó más el cultivo detanrico venero, á causa de las leyes mucho más restrictivas ele Portugal


LA NA T URALEZA para su colonias, y aunque desde mediados del siglo último habíanse introducido algunas plantas en el Pará y Amazonas, ora sólo como ele curioso adamo en los jardines, y de alli se llevaron á la huerta de los capuchinos italianos ele Rio-J ane:i.ro dos arbu tos, que no lleo-arou á propagarse hasta que el buen Virey marqués de Labradío fomentó el cultivo del cafetero como otros ramos de nqueza pública; y esto, apunta un escritor americano, porque so vió en las Gacetas el pingi.ie r endimiento que el café daba ya en la Habana (1). Para el cultivo del café prefiérense las colinas á los valles, en que deteniéndo e el agua de las lluvias, daña al arbolito. En terrcno vírgene prospera el cafetero en suelos compuestos do ( 1) Por más que nuestra administracion colonial haya adolecido y áu n conserve más ele una inconveniencia, reparen los detractores ele España que ya en 1526 se llevaron á Santo Domingo las primerns cañas de azúcar desde la costa de A lmcría y ele Motril, donde las habían aclimatado los industriosos árabes; y no olviden que la primera imprenta que hubo en América se estableció en Méjico en t 532, por Juan de Pablos; con la que se dieron á luz preciosas obras y entre ellas varias gramáticas y vocabularios de losicliomasclc los indios.-S.

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dos tercio ele arcilla, más un tercio d~ lnu;nu ; en las tierras muy arcillosa cü brese poco de follaje y el fruto alcanza esca o desarrollo. En los vaJle mué trae fronda o, pero da poco fruto y é te ele poco aroma. En la tierras nue5 Ya muy rubia no prospera el cafetero. La cosecha del café ele la cercanía de RioJaneiro, como Sierra ele Fig. 4.-Áncoras de piedra. (Reduccion 1/ 10 ).-1, 2, 3, pieOrganos, Paral1yba, los dras de 80 k ilógramos do peso, próximamente. -Piedras ménos pesadas que debían sorvir para botes. rotropoli , O'Corcobado y otra localidades, empieza en Abril 6 Maro, extendiéndose ha ta .A.go to y en otras parte del imperio ha ta fin de etiembro. El cafetero rn paulatinamente :floreciendo y madurando el fruto lll10 en pos de otro. 'épara e la semilla del pericarpio por medio de Ulla máquina de cilindros casi idéntica á la de desgranar el maíz. El cultivo del café on mucho. puntos do.A.frica, de .América y de Oceanía, ha tomado de poco años á e;;ta parte un aumento increible. La exportacionde cafécrece en gran le proporcione ; prueba do que el consumo -rn haciéndo e cada vez má general. La cantidade de café que de las Antilla , Brasil y otros C==:J Sa.bleetgra.viers ~ Oébrisvégétau>< ~ V a s e : a<fJlebleuecomracte · puntos e imporFig. 5.-Corla de los aluviones do la bahía de Pcnhouet, á 7 meh·os ele profundirepüla en tan dad. (Escala doble del tamaño natural.) 2

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N. T RALEZ.\

blica de los Estado -Unidos, es verdaderamente protligiosa. , ólo Bra il nvió para la gran nacion americana cerca de tres millones de libra el año ele 1 '72: la Habana Puerto-Rico, la Iartinica r otra del golfo mejicano enviaron millares de tonelada y el aumento e anualmente progre. ivo. {ucho habla en pro ele la tierra tle W a intono- e c5 elato-que poclriamo clemo trar con número fijos de m,\ de diez año -comparatinmente de alguna nacionalidades. Ha tenido, con todo, el café porfiado detractare , y el lo es verdad que en alguno individuos e tá contraindicado el uso de e ta bebida, como qtw no existe bebida ni comestible que á cierta per ona , y en circunstancia dada , pueda dejar de er daño a. En el café bu a, no in razon inspiracione el poeta y el hombre de letra. ; á él remrrc en su meditaciones el que cult iva la ciencia; él da vigor al marino que en rodio de las luchas de la vida del mar va ao-otarsc us fuerzas· recurre al café el soldado para obrcllcrnr las penafülade ele una ruda campaña; el fundidor, el minero el maquini ta, todo aquel en fin que necc ita fortalecer su ánimo ó Yigorizar su fí ico para proseo-uir en una empre a, halla lo que h.í menester en una taza tle aromático café. Exceptuado al desayuno, que ucle tomarse con leche, el café debe tomarse puro; r omos de la mi roa opinion que un di tinguido escritor bra ileño; es una verdadera profanacion la co tnmbre de añadir roro ó coñac al buen café. «Ne te estado, clice e e autor, ómcnte pelo uso frequcnte, nat ureza do clima ou palladar estragado pode ó café ser bebido con satisfac;aó.» Con efecto, en nuestro clima, sólo en un día doma indo frío cabe disculpa á e a extravagancia do pallcular estragado; algo cmejante á roa ticar tabaco. Por el contrario, mezclado con leche no sólo e. agradable y ano, sino tamhicn muy nutritivo: un Yaso de café con leche equivale á una libra ele carne, segun Liebig, el eminente químico inve11tor del E :rtracto de

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carne.

Y para que se vea como aumenta la proclnccion del café en general aunque haya puntos en que ha clecaiclo mucho su cultiYo, épase que Ranto Domingo, que en el año ele 1780 recolectó 77 millones de li bras tle café excelente, en 1850 sólo clió 37 wllones, y e11 ]868 16 millones. FllL1x C. Y oonox.

EXCAVAOIONE

DE SAINT-_rAz TRE.

LA EDAD DE BRONCE.

Há pocos meses, al hacer mencion del discurso pronunciado por el ministro de Instruccion pública e n la ses ion final de la últim a reunion de las sociedades sabias en la orbona, decíamos que el Se.' \Vaclclington h abía ll amado la atencion ele la ciencia sobre la eslratificacion

continua ele aluviones en la dosembocaclura dol Loira, descubierta por ol ingeniero r. Kerviler en el depó ito que so construye en Penhoüet ( aint-_·azaire sobre el Loira), anunciando que esperábamos co nocer n u ovos detall os para dar cuenta ele es te descubrimiento. Kerviler acaba ele publicar el estudio consagrado á este asunto en muchus entregas de la Re1Jue archéologique. Hace treinta años aint-1 azaire no era m;Ls que un villorrio de pescadores, situado sobre una punta do roca, especie de península en la orilla derecha ele la embocad urn del Loira. A ambos lados de esta punta se veían asas en arco de círculo, apoyadas sobro otras puntas de roca; el fondo inclinado de estas asas era légamo, hallfocloso el vél'tioe formado por un pequeño monton ele arena ele pocos metros ele espesor (fig. 2) . Cuando se decidió la construocion do un gran puerto en aint-Nazaire, se cerró por modio de un d ique la cuerda de la primera de estas asas ª"'Ua arriba, y se la excavó para formar el primer depósito; los materiales extraiclos sirv iero n para cerrar la entrada do la segunda donde se co nstrnyo hoy el do Penhoüot (flg. 3). Cua ndo so procedió á excavar este segundo depósito pa:ra establecer los muros de embarcadero, los sondajes y las primeras exploraciones hici eron conocer que un antig uo vallo roqueño y grnnítico habí a tenido su embocadura en esto puhto del Loira ; el suelo del vallo está situ ado cas i á4.0 meLros por debajo del actual , lo que ocasio na grandes dificultado para los cimientos de los mueos de embarcadero, que deben apoyarse en a mbas orillas, y cuyos curiosos procodimion Los ele co nstrnccion describiremos alg un clia; y como el pequeño rio Brivet, que hoy corro pot· llléan (fig. 3), pa a en este punto por un lecho do roca, profundo de 8 metros á lo sumo es absolulamonto necesario que el Ill'ivet, que es el desagüe ele todo el gean clepósi to do B1·ie1·c Molliere, haya tenido en otro tiempo s u c urso y desembocadura en el asa do P en hoüet, gradualmente ll enada do arena, arni lla y restos vegetales por los aluvio nes del Loira. La figura primera representa precisamente lo que debían sce los alrededo res de Saint-Nazairo antes que alcanzaran el nivel ele la marca baj a . Ejecutan. clo desmontes en estos aluviones, fué Kerviler sorprendido en 1874 por el hallazgo de cráneos y do diversos objetos prehistóricos, situados todos en una capa pedregosa, cuyo nivel es casi el mismo del fondo del depósito. 'l'oclos estos restos tenían los caracteres ele lo que se llama edad de bronco: había espadas ele doblo fllo y con sieLo agujeros en el ospigon; un


LA ~ATURALEZA puñal con dos pasadores de bronce para sujetarlo al mango; una aguja ó punzon de hueso pu lido, cuernos de cicevo labrados que habían servido ele puntas ele lanza, instrumentos agrícolas y rastrillos de cordelero; un rcgaton ele cuerno de cierYo, hachas ele picclea pulida · lo cual demuestra que la época era de teansicion, siendo de notarse las áncoras de picclea de dos formas difeeentes cuyos dibujos damos (fig. 4), pues demuesL-ran la presencia en estos puntos de una poblacion marítima, y por ser la primera vez, creemos que se las cncuontea en excavaciones antiguas; finalmente, estos objetos estaban acompañados ele huesos bien cara.eterizado~ ele! pcq ucño Bos prim,igenius long ifrons, de uro (aurnchs), javalí, ciervo, coezo y carnero. Todo esto concuerda con los objeLos que se encuentran generalmente en las estaciones ele la Edad de brnnce. Faltaba fijar la fecha, si posible cea. Kcrvilcr resolvió el problema por dos hechos diferentes, cuya concordancia es muy notable. En peimer lugar, halló una capa de restos romanos con una medalla de Tctricus á 2m,5Q por encima ele la primera. Un simple cú lculo ele proporcion le hizo llegar :i este senci llo razonamiento: cc como conozco la altura del al uvion superior e n la capa romana y la edad de forma,cion con toda la exactitud posible, po r una simple regla de tres tendré la fecha do la capa situada á 2m,5Q por debajo .» De esta manera obtuvo para la capa de la celad ele bronco el quinto siglo ántos de la era cristiana. Poro so podía objetará la proporc ional iclacl, que las capas de al uvion son m{ts densas, y por consiguiente ménos espesas á medida que se closciencle; y que para las capas superiores sujetas al flujo y reflujo, el tiempo ele inmcrsion ha sido cada ve,: más limitado. ro reproduciremos aquí los cálculos, con cuyo auxilio ha tratado Kervilcr de demostrar que estos dos fenómenos se compensan, pues el segundo hecho, de que hablamos hace poco, ha venido á confirmar plenamente sus teorías . El limo parecía absolutamente compacto, pero habiendo dejado una cxcavacion sometida durante algunos meses á la accion del aire y del agua, estos agentes arrastraron las partículas do arena y las paredes de la excavacion aparecieron un dia estratificadas regularmente de arriba abajo. Kcrviler ha comprobado dcspues que lo mismo sucede en toda la altura del aluvion. Pero hé ahí donde la observacion se hace particulal'mcnto in terosante: estudiando aLentamc~te estas esLratificaciones, se reconoce que se suceden siempre en el órden si g uiente: arena, arcilln,

res tos vegetales; arena, arnilla, restos vegetales, etc., 001110 en la figura 5, y que el espesor modio del conjunto de esto período de tres capas es ele 3 milímetros á 3 1/ 2 • La v uelta regular y absolutamente periódica ele los restos vegetales ha hecho concluirá Kervilor que el período total debía sor anual, obteniendo así 30 centímetros do aluvion por siglo, lo q uo confirma exactamente los primeros cálculos; de suerte que todo concurre, segun él, para llegar al mis mo resultado. Acabamos ele exponer las ideas de Kerviler, y añadiremos que su sistema ha sido muy criticado en· el congreso del Havre por De Mortillet: ccKervilor, dice el sabio antropó logo, 110 nos trae bases clcexámen absolutamente ciertas: al anunciar s :1co ~iva111cntc su ele cubrimiento á la Comision lopogrúfica do las Galias y á la Sociedad ele anticuarios ele Francia, sus cómputos ele niveles han Yariado ; do suerte que 110 podemos sobro bases tan frágiles establecer una teoría que ten el rú una grave importancia, pues tendería á aproximar ele tal modo el principio del período geológ ico actual , que se hallaría en desac uerdo con muchos otros hechos observados.» A lo cual ha contestado Kervil er en el congreso de avenay: «~Iis primeras suputaciones se hicieron como ele pasada, groseramente, sin pi.•cto,,clor en modo alguno alcanzar precision científica. S'1lo mús tardo, cuando fué preciso co rdinar todos estos hechos, se midieron los niveles todos con instrumentos precisos, debiendo discutirse sólo con estos niveles, indicados en el fo lleto y que cualquier sabio puedo venir á comprobar por sí mismo, pues las capas están todavía á la vista en la ·mayo r parte de los puntos, y so han dirigido :i la Academia de Ciencias y al musco de San German fotografías de las parceles de la excavacion.» A pesar ele las objeciones hechas á las observaciones ele Kerviler, hemos creiclo que, sin tomar aún la responsabilidad do una conclusion, nuestros lectores verían con interos la exposicion somera que les hemos presentado. La Academia ele Ciencias ha nombrado además, con encargo de estudiar el asunto, una comision ele cinco miembros, cuyo acuerdo daremos á conocer. Dr. Z.

EL ESTUDIO DELOS FENÓMENOS FONÉTICOS POil EL MÉTODO GilÁFICO.

En la última obra publicada por el pro~esor Marcy (Comp tes renclus eles tra.vaux clu lavoratoire, G. Masson, 1876), dos memorias nos han


44 parecido merecer particugua y el velo del paladar. larmente la aiencion de los 'l'ratábase no sólo ele fijar lectores que se interesan la parte que tal ó cual ele por la ciencia en general, estos órganos tomaba en la. sin limitarse exclusivamenproduccion ele los sonidos, te á tal ó cual especialidad. sino de determinar cómo De estas dos memorias, una se suceden y combinan los del dóctor Ch. Rosapclly, moYimientos de la parles indicada . presenta los primeros re na delegacion ele la Sosultados obtenidos por meciedad de lingüística, dirigidio del estudio simultáneo da por el presidente señor de los movimientos Yaria\Yais e, fué á consultar la dos que ejecutan el pecho opinion del profesor Iarey, la laringe , el velo del palacuya autoridad en esta madar y los labios en la arti teria era bien notoria á los cula ion ele los grupos de miembros de la -sociedad. sonidos que los lingüistas ¿_El método gráfico ofrece han llamado fonemas recursos suficientes para la (C ha.mpion) ; no por tratar solucion completa. ó parcial de un objeto del todo di linele las cuestiones que se io , es la segunda ménos había propuesto la ociedigna ele la seria atoncion dad ele lingüística? ).Iercy de iodo el q uc sigue las Fig. 1 y 2.-Explorador clt'cl1·1co ele las vibracioaplicaciones de los estudios considet'Ó realizable la cmdcs de la laringe (corle y allural . experimentales. 'Traln ele 1:1. prc: a y se apresuró :'t prestar su conrcp roduccion mecá curso. Confió al Doctor nica del vuelo de las arns Rosapclly :'t y es debida quien se al húbil é inunió el señor faligablc inL . IIavet, vestigador secretario de Fig. 3.-Inscripcion si multánea d los mov1mien los de los labios y de la larin¡p. Tatin, cuyo la comision , e l encargo nombre se do hacer en· el laencontrará á menudo bajo los ojos boratorio del Colegio de Francia dé nuestros lectores. los experimentos La ociedad de conducentes, que él podría dirigir lingüística había con sus autorizainscrito en su pro dos consejos. La grama, á princiimportancia de las pios del año 1875, la investigacion y in vestigacioncs la aplicacion de los sobre lingüística medios capaces de experimental era suministrar una de tal naturaleza, que deb ía excitar traza objetiva ele los moYimientos el celo de los fisió fonéticos , á los loo-os tanto como cuales concurren, el de los li ngüi como es sabido, la tas. i éstos dcb í a n tener por pared torácica, los labios, la len- Fig. 4.-Aparalo explorador de los movimientos vertic:ilcs ele los labios. principal objetivo


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'ATIIIL\..LEZA

L.\

el precisar mejor algunas de las leyes que pre- laringe y los movimientos de los labios y del siden ú la evo lucion del lenguaje, y obtener la velo del paladar; tampoco podremos consagrar expresion matemática de las transiciones por más que pocas líneas á exponer los resultados que pa an las letras para cambiar de geado, obtenidos, remitiendo para los detalles é'.t la Iemoria original. ele órclen y ele familia; los fisiólogos no podían A. En la voz hablada, la laringe emito el ménos ele aprovechar la oeasion que se les ofrecía paea analizar, por el único método que lo sonido fundamental, cuyo resonador ( faringe, permile, los diferentes caracleres, la fuerza. y la fosas nasales, cavidad nasal) delormina el 1.imhre. Las vibraciosucesion relativas 3 2 nes corres ponde los movimienA á un sonido dienles tos del aire y de t, ti ______ b o . m, om " P·-···---P 0 i,imple son, pues, los óro-anos foné1 - - - -- -- - - i + bs que se han potico en los grupos VibTlar - ¡.--,..___ _ _"'! v ¡_._....,__,_,,_,.¡ + ¡_-...,..._,.._=•~ + ~ ~~❖ dido regís tea.r, de sonidos, cuyo :1plicanclo sobre la conjunto constitularinge un pequcye el {one1no. Una iio aparato , del idea filantrópica. B n e_____ .. f e o w ... ·-····· \il o cual clan una idea. ele gean trnnscenp n. - - - - 1 .;. 1 - - -muy suficiente las dencia social, la V 1. 1 y 2. figuras creacion de un mé1::. 1 Muy análogo al lodo para la educacion verclacleraulilizaclo p.or l\Iarey para recoger men le cien tífica de c. f _ _____ . v o. e o P ···- - -V e e P--:-·- .'b e los sordo-muelos, la indicaeion ele n p clehía.clomi nar esta 1os movimientos V J. investigacion muy rápidos, está ll.l el aparato fundade laboratorio: «¿Cuúnto mejor tlo en la inercia ele una masa suspenimpuesto sobre los o dida elásticamenmovimientos que debe producir no le, que no pudien'P n. .do obedecer á los V l. estará el sordomuMl movimientos rápido, si tiene delandos com unicaclos te los trazados gráó. las piezas que la ficos de iodos es los rodean, constituactos? Trataría en E íónces de imit:1r ye una. especie de P n esos trazados que punto fijo, contra V l. el cual viene á prole servirían de mo M. 1 ducirse una serie delo, y no llegaría ele choques . ú su perfecta imiíacion más q u e .A.l extremo del reejecutando los sorte R. e tá u per.mismos actos y clicla una ma a de coemitiendo sonidos Figura j , bre .11I, que e tá exactameute en contacto idénticos ú los repor debajo y cerranituacla platinoP, ele punta la con presentados por los gráficos.» (Ro apell loe. do un circuito léctrico, cuyo trayecto e tá iuclicaclo por cit.) y - · en la Los experimentos fueron activamente impul- lo alambre marcados con lo igno colocados una pila hallan se circuito del exterior parte sado y I osapelly da cuenta de sus primeros y un aparato de señal e dpicla de Deprez. La ma a resultados en la :Memoria titulada: De la, insy la punta sobre que de can a e encuentran dentro cripcion ele los 1novimicnlo fonéticos. ele una caja lio-era ele madera y cautclmc vulcanizack, Tendeemos que contentarnos con da.e aquí á fin ele ai larlos de ambo extremo del circuito ele la una idea muy someea de los aparatos empleados pila, excepcion hecha del punto ele contacto de JI y P . para. explorar é inscribir las vibraciones de la u tomillo ele gracluaciou 17, apoyámlo ·e ·obre el re-

v,

+


LA

1

ATUJ ALEZA

sorte cerca de la masa jJI, liw.iLa los moviuúento del aparato alrededor de la masa inmóYil que ocupa el centro.

Fácil es comprender, que colocado el aparato sobre la laringe, cada vibracion ele este órgano hará separar las dos piezas M y P, produciendo por consig ui ente la ruptura del circ ito. Como sabemos que la señal eléctrica de Dcprez indica todas las rupturas y restablecimientos del circuito en que está comprendido, y corno cracias á su sensibilidad extrema permite inscribir un gran número ele señales por segundo, se puede esperar q uc, provocando rupturas de la corri ente eléctt'ica , todas las vibraciones de la laringe sean fi el mente in scritas por estas señales. En la fi g . 3 se ven las vibracion es de la laringe correspo ndi entes i la vocal a, desaparecer cuando se pronuncia la p y la f ele las sí labas ap y af, y persistir, por el contrario, al modular la r en la sílaba ar. L a misma Ggura contiene , ademas de la inscripcion de las vibraciones laríngeas, el trazado de los movimiento;; de los lab ios, recogido simultáneamente. B. Los labios ejecutan movimientos verticales ele elevacion y descenso, y utros antero-postcriorcs en un plano horizontal, en los cuales se dirigen más ó ménos hácia adelante. El tipo de los movimientos del primer género se observa en la emision de las consonantes explosivas labiales, como la b y la p ; el ele los antera-posteriores en la pronunciacion ele la vocal u . El aparato representado en la fig. 4 está destinado á explorar los movimientos labiales en sentido verti cal. Se aplica el labio s uperior en la pequeñ a canal metálica l' y el inferior en la otra lámina I. En los movimientos de elevacion del labio in ferior, la rama que termina por la canal l bascula alrededor de la articul acion que ve en su pal'lc media ; pone tenso el pequeño anillo de cautchuc que la une por su otra extremidad á la rama superior, y atra~ hácia sí la membrana de cautchuc del tambor T, al que esta unida por un pequeño puente metálico, siendo entónccs airaiclo el aire al tambor T por el tubo t , que comunica a su vez oo n otro tambor provisto de una palanca inseriptora, que registra una lín ea ascendente, cuando el labio inferior ejecuta un movimiento de elevacion. Es facil representarse el experimento considerando el trazado núm. 3, lín ea quebrada in "crior, y pronunciando la sílaba ab . La línea sinuosa expresa la abertura ele los labios, cuando ocupa la posicion horizontal superior, miéntras el segmento horizon tal infe-

rior corresponde al momento en que están completamente cerrados; las lín eas ob li~uas indican el paso ele una i otra ele estas posiciones. C. Pero los movimientos del velo del paladar, ele tan co nsiderable importancia en la articulacion de ciertas sílabas (a.m.-m.a, ab-ma), no pocleían estudiarse más q ue introd uciendo en las fosas nasales instrumentos tan incómodos para el experim entador, como perj udiciales á la litnpicza ele los sonidos que se trata de estudiar. Se ha tomado un rodeo para explorarlos. Czermack había imaginado con este objeto colocar delante ele la nariz un espejo frio y bien pulimentado. Cada vez que el velo del paladar se levanta, es desalojada un a pequeña cantid ad de aiee caliente y húmedo que empaña la superficie del espejo . Para obtener la inscripcion de tan pequeña cantidad de aire, el autor ele estas investigaciones ha introducido á la entrada ele uno de los orificios nasales un pequeño tubo en comunicacion con un tambor provisto ele pluma inscriptora : de este modo ha podido H.osapelly registrar los movimientos del velo del paladar, a.l mismo t iempo que los ele los labios y que las vibraciones larí ngeas, y resolve r la cuestion prnpuesta desde el principio: el estudio ele las relaciones ele cluracion y sucesion de estos diversos movimientos. Los detalles dados sobre el empleo de los aparatos y la s igniilcacion de los trazados, nos permiten presentar al lector un cuadro, cuya complejidad es sólo aparente, y que todos podrán leer ele corrido tomando en cuenta las indicaciones que les acompañan. La columna ele la izquierda indica en forma ab reviada la signi l1cacion ele las diferentes curvas de cada trazado. Para cada curva se ha observado el mismo órdcn: arriba la presion nasal (moYimientos del velo del paladar), ya en su grado normal, que se observa durante la oclusion del velo, ya elevado por la cm ision ele aire que se produce al entreahrirse el velo. La lín ea media hace siempre referencia á las vibraciones laríngeas; es rectilínea cuando e¡:¡tc órgano permanece mudo, oscilando durante la em is ion ele los son idos laríngeos. E n fin, la línea in ferior ele cada serie expresa los mo• vimi.cntos ele los labios . El cuadro fig. 5 representa quince fon emas diferentes, completame nte caracterizados por el método gráfico : se la puede leer ó al ménos determinar la consonante que cada uno contiene.

Dn.

FnANC ISCO FnANK .


LA NA'l HALBZA HUCHA AMERICANA. En uuo de mis últimos viajes á Lóndres, paseándome en el Syclenham Palace, me llamó la atencion una ingular hucha, montada sobre una caja donde se veía un cuadro parecido á los que están colocados sobre algunos relojes de música. Este cuadrn representaba una de las calles ele Lóndres. Los coches y los transeuntes estaban representados por ingeniosas recortaduras de carton, colocada sobre una ranura. Un cartel muy visible tenia la siguiente iuscripcion : .Aviso á los visitadores. Echacl itna pieza ele dos sueldos en la hucha y el cuadro mecánico funcionará. Yo accedí á esta invitacion . Dejé caer uua pieza de dos peniques en la hucha,. y en segn-ida vi l os carrnaj itos del pequeño cuadro resbalar en la ranura y moverse los transenutes en la calle. Un grnn número ele espectadores imitaron mi ejemplo, y al fin ele la tarde nocs dudoso que estuviera casi llena la hucha. Este medio ingenioso, ele hacer sin grandes gastos y. sin necesidad ele empleado alguno, u11a·colecta tan importante, me parece bastante hábil para merecer una clescripcion. . El Científico .Americano ele "ew-York, ha claclo recientemente la explicacion de este cmfoso mecanismo, muy usado en las exposiciones ele la otra posta del Atlántico, que nosotros reproduciremos. «Entre las invenciones que había con el fin de sacar algunas monedas á los visitadores de la Exposicion de Filadelfia, dice el redactor americano, expondremos las singnlare, alcancías, que su inventor colocaba en los salones de los principales hoteles, en las galerías ele la Exposicion, etc. Estos aparatos consistían en una caja provista de una vidriera, á través de la que se veía una campiña en miniahu·a con árboles, casas y trnnseuntes, todo confeccionado en cartou y pintado con esmero. Sobre la caja había una etiqueta, suplicando al visitador qLie dejase caer en la hucha una pieza ele cinco céntimos y .vería el resultado que daba. Cuando la pieza había caido, ponía en movimiento lm, ruedas de un mecanismo oculto, y en seguida se veían los pequeños personajes del cuadro ponerse en movimiento, ejecutar una carre.r a á caballo, u_na cacería de liebres, etc. Había otra hucha todavía más perfeccionada y cmiosa; la caja superior podía por sí misma dejar caer en las manos del visitador un retrato fotográfico con la imllgen ele liil personaje célebre. Mas para obtener esta fotografía presentaba muchas veces el aviso de echar en la hucha cierto número de piezas de cinco centavos. El retrato , no podía salir sino clespu es de haber introducido el nümero requerido de monedas, y el aparato, debemos de~ cirlo, era de una lealtad automática,)) La figma segunda demuestra la dispo icion bastante sencilla de este sistema ¡ la primera retrata el aparato tal como fué expuesto, y la segunda representa su corte longituclinal. Sobre la caja inferior ó recipiente de monedas hay una columna hueca .A que sostiene la caja en que e tán colocadas, sobre un plano inclinado, las tm:jcta fotográficas, apoyándose contra un cristal. Al caer las monedas tropiezan en la extremidad de una palanca ver-

tical que gu;a eu ·cguicla sobre un eje é imprime u.u movimiento de rotacion á una rueda dentada C (véase el detalle del mecanismo). La rueda C tiene tantas entalladuras como monedas se exigen para la caída ele una ta1:jeta. Sobre el árbol de la rueda de escape hay otra, que tiene una entalladura D; este árbol está movido por una cuerda anoliada ah-ededor de él y atada al elástico E . Un pestillo de resbalon T, solicita<lo por uu resorte, se apoya constantemente contra la entalladlU'a D. De suerte que á cada revoluciou de la rueda que tiene e ta entalladm·a, el resbalon al caer en la ramua se retira lo suficiente para dejar caer la primer-a ta1:jcta, quedando la siguiente sobre el resbalan . Para inti:oducir las tm:jetas se levanta la tapa del recipiente que se puede cerrar despucs con llave. Coruo están colocadas sobre un plano inclinado, están siempre impulsadas hácia adelante por una placa móvi l C, que tiene un rodillo en su base. De esta suerte, á medida que la retrograclacion del pestillo permita la caida de una tm:jeta, otra viene á reemplazarla junto al cristal. Se notará que la rueda de escape tiene seis entalladmas. Como una moneda no levanta la palanca más que una vez, es evidente que se necesitara introducir seis monedas para que la rueda efectúe una revolucion completa y el pestillo e retire una vez. Se puede liaccr á la rueda más ó ménos entallaclmas, á gusto del inventor, porque es claro que por este medio se está seguro de hacerse pagar el precio exigido por cada tarjeta. La invencion no es solamente un objeto fntil; puede utilizarse para distribuir anuncios, para vender perióclicos que se podrían introducir en la caja clespues ele haberlos doblado uniformemente; podría tambien emplearse para los peajes de los carrnajes ele lo que circulan por las carreteras. ---oo:=«o-o-----

MISCELÁNEA. E lefa nte h a llado entre el hielo en Siberia.-

En UJla de las últimas se iones de la Sociedad Zoológica ele Francia, el 8r. Bayle ha anunciado que hace -algunos meses unos ru os encontraron en 'iberia un nuevo elefante pe1fectamente conservado en el hielo, habiendo pocliclo comer la carne de dicl10 animal. Se• gun Bayle, esto no prueba, sin embargo, que los elefantes hayan viYido en ese país, sino que en una época de 0 ·ranclcs cataclismos sus cuerpos han podido ser transportados del Himalaya á Sibcria, donde los hielos los habrán deteuido ; por lo clema , el tiempo necesario para el transporte es mucho menor de lo que generalmente se piensa. Los elefantes, muy numerosos en esta época, no han llegado todos á Sibcria, muchos han ido detenido en el camino, donde sólo han dejado como re tos los hue os y las clcfcn a ; é to on empleadas c:iclu ivamcnte por los chinos lcsde hace mt1cho tiempo para toLlos los trabajos le escultura en


L

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NATL.JRALEZ

marfil. Respecto al cataclismo que ha arrastrado los elefantes hasta la region boreal, el conde Hugo recuerda que los pe cadorcs ingleses y americanos recogen todos los año en sus redes defensas de elefante, pudiéndose estimar en un millar el número de las que cada año se encuentran ele este modo.

Purificacion del a gua de l a s c a ldera s de v a por .-Al precio elevado del agua dulce en alta mar se

debe que se recoja con gran cuidado á bordo de las naves el producto de la conclensacion de los vapores al salir de las m1quinas. Pero este agua, que parecería utilizable así para el consumo de los marinos como en la alimcntacion de la caldera, se vuelYe paulatinamente *,,_ impropia para estos usos. Bajo la in:fiuencia del vapor U n segundo ej empla r de archeopt érix.-Como es sabido, el archeopté1·ix es el extraordinario avc- muy caliente, los aceites que lubrifican la mr.quina se rep lil, cuya cola estrecha, Jaro-a y flexible como la de s:1po11ifican, en efecto : descompónense en glicerina y un lagarto ó de un ratou, e i.aba adornada tí cada lado en úciclos grasos, entre los cuales figura en primera líele una hilera de plumas. El único ejemplar de e te nea el oléico, que comunica al agua un sabor ele los más desagradable.-, y le hace adquirir, ademas, la proanimal antidilUYiauo, que reunía á las alas r pluma t1cl arn caracteres del ónlcu de los saurios, había siclo p iedad de atacar el hierro de las calderas, produciendo á expensas ele él dcscu bicrto en las un oleato, que en cautcrns de picdos navíos del Esclra litogrMica de tado se ha elevaPappeclheim, cerdo á la proporca de 'olenhofen, cion de 200 _lcilópor Ernesto Haegramos por clia. bcrlcin . V cinte La formacion de años habían transeste oleato descurrido en infructruye las calcletuosas investigarastque pierden ciones del mismo 100 kilógramos sabio, sin haber ele peso al dia, podido ballar la pro el ucienclo al impresion del armismo tiempo decheoptérix en la pósitos de masas piedra litográfica. m amel onacl as, La I erseverancia que dificultan el de Haeberlein paso del calor, haacaba de obtener ciendo temer ácasu justa recomda instante accipensa en el dcscleutes y hasta exc u b rimicnto de plosiones. otro ejemplar de Un farmacéula rarísima ave, tico de Driest, el mucho más herSr. Etais, acaba mo o y perfecto de hall ar el meHucha amor:cana. que el conocido. dio de evitar esLa cabeza está tos inconvenientes por un procedimiento muy econóperfectamente conservatla, lo que permite determinar mico y completamente~ práctico, como lo demti.estran mejor los caracteres de la especie. los ensayos hechos desde bá más ele un año en varias * "',,_ Produccion de oro.- En 187-± la Colombia produjo naves ele ]a marina francesa de guerra. Su método oro por un ya1or total de 9.499.782 pesetas 70 céntimos. consiste en hacer pasar el agua de condensacion á un Al año siguiente esta suma e elevó :.'t 12.745.755 pese- rcservorio, que contiene agua de cal. E l ácido oléico tas con 60 céntimos. Las minas del metal noble ocu- pa. a al estado de oleato de cal, que, sea dicho de pasapaban á 199± ,obreros, ele los cuales 669 eran chinos, da, afecta la estructm·a oolítica de muchas rocas naturales; el agua queda pm·a, prestándose al consumo siendo los demas blancos de todas nacionalidade . En la Jueva E cocía el valor del oro laboreado en ele los hombres y á la alimentacion ele las máquinas. 187-± asciende á 93.967 pesetas 52 céntimos y en 1875 á 1.223.709 pesetas con 40 céuiimos.-(Jcon .) llladrid: ISi7 .-Tipogrnfia-Estei-colipia PE!loJO. * ,.

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Núm. 4. -22 Diciembre 1877.

LA _ºATURALIDZ

LAS HTGUER. S. La pcq ueña familia de las mareas, cuyo tipo es el moral, contiene únicamente algunos géneros, compuestos á su ycz de un reducido número de especies, exceptuando en todo caso el género Ficus ó higuera, el cual comprende pot· sí solo más que ningun otro género vegetal. De suerte que esta familia, pobre en géneros, es muy importante específicamente, pues se estiman en iete ú ochocientas el número ele especies de Ficus, couocidas en la actualidad. La higuera comestible parece ser la especie más

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rústica, pues su cultivo puede exteuderse próximamente desde el 48° de latitud Norte en Europa hasta el 45° ele latitud Sur, porque se le culti.a asimismo hasta en Chile. E l Ficus Carica parece ser indígena en Francia; se le ha hallado en estado fósil en el terreno cuaternario de las iumcdiaciones ele Fontainebleau, siendo bajo toda probabilidades e ponMnea en Bretaña una variedad del Oeste, conocida con el nombre de caprifi.guier. En los trópicos, sobre todo en la Iuclia y en la islas asiáticas, e cloucle más abundau otras e pecies de higueras. Léjos ele ofrecer una uniformidad de estatura

La higuera <le los !3:rnianos. (Dibujo toma<lo <le! natural á orillas del Ganges, por M. <le Bérard.)

ó de propiedades, como pudiera pensarse, estas especies, tomadas al azar, son á menudo totalmente diferentes bajo este punto de vista. Todas son árboles, á veces muy pequeños : las especies cult-iYadas cu las estufas como plantas de adorno, F. cerasiformis, lutescens, etc., parecen pequeños naranjos en miniatura, cu:1ndo esMn cargado de su frutos, los cuales, al machuar, toman un hermoso color amarillo; otra , por el contrario, alca,nzan una talla gigantesca, y ]a, higuera d~los Banianos (F. B enghalensis), representada en nuestro grabado, es i no la mayor, una de las mtís célebres, sin duela, á causa del papel que ha clcscmpcílado en la historia rcl igio a ele lo haLitantcs ele la Peníns ula índica. E::itc úrbol, di-

bujaclo del natural por M. de Bérarcl, comparte con otra especie, el F . religiosa, la veneracion de los habitantes ele la India y ele las i las próximas. En Ccilan, uno ele esto árbole lleva el nombre ele Bagoa; los europeos le llaman el árbol de Dio . Los chingalescs le tributan los honores re ervaclos :.í los objetos sao-radas. Es ele elevada talla y su cima inmen a cobija :í los indígena , que á su sombra e consagran á la acloracion del dio Vi ch nú, al cual creen nacido bajo e t.i higuera, e forzándose en multiplicar el úrbol, que . e ha,lla, en las ciudades y en los camino vecinale , acompañado habitualmente en us inmccliacionc de una piedra ó de un empedrado, cuiclaclosamcntc conservados. De su ii:01tco están casi siempre su peucliclas !¡


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LA

ATURALEZA

imágenes ó lámparas encendida . En Anazadopura e ve la más vieja higuera de las pagodas, cuya edad se estima en más de 1.900 años. Otra especie no mónos notable, el F. indica, llega á tener proporciones con, iderablcs que debe sobre todo á su singular manera ele vegetar, que por lo clemas, se encuentran en el F. Benghalensis. Cuando el árbol ha aclqtúrido un volümen uficientc , fórmanse en el tron.co, ó mejor en las ramas, raíces llamadas adventicias, que se desarrollan rápidamente y que bien pronto se mecen en el aire, como cuerdas , hasta llegar á tierra, donde se implantan vigorosamente aumentando tanto de diámetro, que fácilmente se las podría confundir con los tallos, que en realidad sostienen las ramas de donde t1aceu estas raíces aéreas. Suponiendo que cada rama principal dé origen á una ó dos raíces semejantes, al cabo ele algunos años el árbol parecerá formado por un tronco principal y muchos troncos accesorios, los cuale · le permitirán extenderse tanto más, cuanto mayor sea el número de sus raíces. Su follaje siempre verde aumenta el efecto pintoresco y decorafivo ele esta higuera. Las clemas e pecies sou utilizadas en la India á causa de su madera, que en algunas es ele buena calidad; otras clan frutos comestibles, pero de tí.u sabor relativamente mediano. Pasa de ciento el número de especie de Ficus, que viven solamente en las islas de la India neerlandesa. En .ti.frica tambieu está ampliamente representado este género, cuyos individuos adquieren allí igualmente un volúmen considerable. La madera, si bien frecuentemente ligera, se estima en la costa de Senegambia y sirve para hacer piraguas ele una sola pieza; pero en estos países cálidos es e encial descortezar todos los úrboles, cuya madera no es mny cllU'a, porque como allí dicen, se calient,a rápiclamcnte despucs de cortada, deteriorándose y volviéndose inútil parn la constrnccion y la carretería. Las mices ath-enticias, que alguna veces no clescie1r den mús que iL lo largo del tronco para soldarse al cuerpo del ,lrbol en su base , dan :'t estos ,egetal s un a pecto frago o )' borneado, pudiendo alcanzar diez ó doce pié de espc. or las prominencia resultantes. Con el nombre le ov1'0ounchoua puede verse en la exposicion ele las Colo11ias un a cccion clcl tronco de una higuera proceclei1te de Gabon, cuya madera es por exccpciou tau resistente que embota todos los instrumento:·, cuando ·e la qtúcrc decentar. En efecto, es cle notar que la madera ele los Fiws es generalmente homogénea y m.ls bien blanda que clura, lo que ha dado antigua celebridad al icomoro ele Egipto, del cual se ven todavía en Alejandría y en el Cairo ejemplares ele uua edad considerable, pue la tracliciou refiere que tmo de ellos sirvió ele abrigo :i la Sacra Familia en la htúcla á Egipto. Mas sea de esto lo que fuere, no es dudosa la longeYidacl ele uu sicomoro, cuya madera, se reputa incorruptible. En lo tiempos de su poderío, los anti"'UOS egipcios eran inhumados en atamlc de sicomoro, excavados con c.-tc objeto en el tronco ele los úrbolcs y que generalmente estaban adornados ele esculturas,

clibujos y caractere semíticos. Pueden verse sarcófagos ele esta clase, algunos muy hermosos, en el Musco del Louvre. En cuanto á los higos del sicomoro, son comestibles, pero poco apreciados. La Au tralia, ese país ele la, maravillas vegetales, tiene como la Nueva Caledonia gran cantidad ele Ficus, que en su mayor parte eran aún desconocidos há poco tiempo. Los F. Cmininghamii, columnari , rnacrophylla, etc ., llegan á tener tlimensiones colosalc:. Ruclcles clice que á orillas del río Hastings, el F . MaCl'Ophylla adquiere un tronco ele treinta piés de diámetro; que las primeras ramas tienen ocho en su base y que el árbol excede de doscientos piés. En el Mu eo existe un pequeño ejemplar de una ele estas higueras, el cual puede dar una idea muy reducida de su cmicsa estructura. Muchos Ficus son trepadores, yendo el tallo acompañado ele muuerosas raíces adventicias enlazadus á los árboles al alcance; el n\pido crecimiento ele estos vegetales excede pronto al de los que le sirven ele apoyo, y éstos suelen perecer ahoguclos y clesapareceu completamente bajo una malla potente, que les aprisiona por todas partes. Por esta razon, se ha dado átales higueras el nombre de árboles ele la muerte. Al lado de estas temibles especies, están• otras que prestan servicios á la horticultura, y el F . repens, que tapiza maravillosamente los muros de nuestros invernaderos. Los frutos, verdaderos reccptá:culo, ele inflorescencia, como es sahido, no on comestibles más que en nümero reducido ele especies, existiendo alguna hasta venenosas; el F . toxicaría, en particular, sirve en las i las ele la Sonda para envenenar la flechas de los indígenas. La casi totalidad ele las moreas están provistas ele un jugo lechoso uministraclo por los vasos lactíferos, siendo en muchas utilizable en e ta materia como liga para coger pájaros ó como barniz impermeable, es decir, como cautchuc. Por mucho tiempo el F. elastica, vegetal ele adorno en los salones, fué la principal planta que suministraba al comercio el cautchuc llamado ele la India, en uuiou ele algunas otras higueras lechosas ele jugo abundante; pero esta suerte fué pronto destronada por el cautchuc de América, que extraído de plantas de otras faiuilias, goza ele las mismas propiedades. Las personas que ignoran la formacion del cautchuc, pueden procurarse tau inocente diversion dejando caer en la palma de la mano algunas gotas eleljugo lechoso que mana ele una heridahechaá una higuera cautchuc; imprimiendo al jugo recogido un ligero movimiento giratorio con la yema del dedo, lo. glóbulos del latex coagulados dejan en la mano una pequeña esferilla ne· gruzca, que se extiende y presenta todas las cualidades fí icas del cautchuc. Las hojas, á veces lisas, esfalu otras herizaclas ele pelos rudos, los cuales asociado á las concreciones calcáreas, que existen en el tejido subepiclé11nico ele las bojas de todos los Ficus, permiten emplearlas para pulir maderas y metales en los paise cálidos. En fin, la corteza ele todas las morcas es rica en líber; sus capas fibro, as y frecuentemente fáciles de separar, son una fuente ele materia textil y de papel.


LA

AT

Ex:i ten todavía algunos usos me<licinale 6 industriales ele la o ·pcoies del género Ficu , poro limitado. y completamente localizado . J. Po1sso:s'. T

EVO :'1 J:iJSTUDIO,

SO1:lllE LA LONGI'l'UD DEL Í:-IDICE Y DEL A 'U LAR DE LA MANO.

El profe or Ecker, de la univer idad ele Fribmgo, fué el primero en examinar la lon"itucle re pectiYa del índice.y del anular. La cue tion e en efecto má compleja de lo que pudiera creer ·e á primera vi ta. Mirando la ma110, se notará probablemo11te una diferencia ele lono-itucl entre ambo dedo ; en alguno el mils corto es el anular. sucediendo en otro lo contrario; alguna. veces, en fin, los dos dedo son iguale . Ecker, dice De ParYille que hare umido recientemente lo trabajo ele e e abio, ha comprnbado, e tudianclo la mano , que el índice e iempre mA corto que el anular en el gorila, el chimpancé y el orangntan. De iuvestigacionc hechas por uno de us di cípulo de Filadelfia en 23 negros y 24 negra. , re ulta que : l." En los 23 negro ·, el anular ha ido má largo que el índice 22 ;eces ( 8 milímetros por término medio) ; una sola vez era igual la longitud de ambo dedo . 2. 0 En la 25 negras, 15 vece el anular era má: largo (de 2 á 14 milímetrn ·), iendo tre vece la longitud casi la mi ma; en ei · ca o . e l1a1ló el índice más largo (2 á Gmilímetros). Ecker ha vi to m,í larrro el anular en un hotentote y en uu au traliano, miéntra que mucho iudígena de las 1sla Sandwich ofrecieron una longitud mayor del índice. En los emopeos, el índice es ya más corto, ya más largo; en las mujeres el anular es á mennclo más corto. En las obra de arte de la auti"üedacl, e baila el índico iompre má largo que el anular; por ejemplo, en el Gladiador moribnndo, el A.polo de Belveder, la Vénu · de J.liédicis, la Vénu púdica y la del Vaticano . En las moderna hay grande diferencia ; Canova, el Ticiano, .A.ry cheffer clan más longitud al índice. En fin, sin formular ley general, Eckerpieu a que la mayor longitud del índice coustituye uu carácter mils elevado de la mano, y que se encuentra preferentemente en la mujer. Un profesor italiano, Paolo l\ilantegazza, acaba Je ocupar e nuevamente de la cue iion y de publicar lo re ultados ele us inve tigaciones. Re umiremos sus e tuclios en alguna línea . En mia erie de 712 ob ervacioue ha hallado : Indice má corto que el anular en amba mano hombre 27; mujere 64. Indice mi\ corto: hombre. 30!); mujere ] 9-1-. Ya más corto, ya m,\ largo, ya igual Yariando en cada mano : 118 vece . Luego el hecho mú col! tanto c. qne el í11dice ea más corto; el mú. raro e la i"'ualclacl de la longitud de ambos dedos cu la do mauo~.

51 Mantegazza ha comprobado que el índice mií largo e encuentra de preferencia en la mujer, pero se guarda bieu ele decir, como Ecker, que el índice largo es . i.,110 de belleza. Y, en efecto, ha examinado la mm10 ele gran mímero ele italiana , hallando en unas el índico más largo y n otras mú corto. La diferencia do longitud no rjerce, por lo dema , accion algn\lª sobre la aofüdad J' dr freza de la mano. Mantcgazza acon ej a, . in embaro·o, :'t los artistas dar al tipo mií perfecto creado por la ima ,inacio11, a í en la pintura como en la escultma, el índice li"eramente mi\s larn-o que el a1mlar. "o vemos en ello inconvenicnlo alguno. En defüútiva, de lo que precede resulta que la longitucle relativas del índico y del anular no con tituyen igno álguno de raza : no os un canícter anatómico, r no e taría legitimado afirmar que el hombre tielle el índice má corto que el anular ó recíprocamente.

OB ERV CIO_ E

' METEOROLOGICA.::,

EN GLOBO.

Mi hermano, Alberto Tissanclier, y yo hemos ajecntado el síibado 29 de Setiembre una nueva a cen ion aereo túiica. La partida tuvo lu"ar á las tre. y veinte minutos en lo terreno de la fábrica de Fland, aYenida ele Suffron (Campo do l\ilart ) . El tiempo era magnífico, el cielo azul, el ol ardiente; in embargo, la atmósfera no era en modo alguno homogénea, como ucede babitualm nte en .circunstancia an;ílon-a . Tre capa bien cli tinta: e superponían en el órcleu icruieute : 1. 0 De ele la uperficie del suelo ha ta lo 400 metro e encontraba una capa de aire, animada ele u11 débil movimiento ele E te á Oeste ; estaba limitada en su parte uperior por un tenue manto de vapore completnmente transparentes en sentido vertical, pero muy Yi ible horizontalmente. 2.0 De lo 400 á lo · 800 metro , egunda capa de aire de una tempcratma de 1±º, dotada ele un mo,imiento ba tanto n\pido do Este á Oc te y ele :20 á ~3 kilómetro por hora . 3.0 De lo 800 á lo 1.000 metro ah·a1'c' alli0 mm egunda zona ele yapore pcrfectameuie Umitado á la alttll'a de 1.000 metro . l\lI,\s arriba el aire e taba ca -i completamente inmónl; á 1.109, punto culminante de la a con ion, l globo permaneció estacionario, como pudimo comprobarlo tomando un puuto ele mira en el uelo á la extremidad del áncora pendi nte ele la navecilla. Distinguía e, en efecto, la tierra claramente 1'1 travcs ele las do capa de npores. 'e ye. pue que una capa de aire animada ele uu moTimiento ba tante rúpido y limitada arriba y abajo por tenue manto do Yapores, se de ]izaba cntl'c dos ma as el aire ca i inmóviles. E ta e la pl'imera Ycz que hemo encontrado tal particularidad atmosférica. la allura de 1.100 metro , c:l fondo del nit-e no e taba á una Lemperatüra elevada (11 °,50), t\ pe. ar ele er os rayos olares muy caliente . El din grama adjunto indica el en mino reconido por el


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L .\.. NATURALEZA

areóstata. las cuatro y cuarenta y cinco minutos el Yimicnto en torbellino, los corpúsculos ligero susglobo atraYesó en toda su longitud el dep · ito de far- pendidos en el aire pueden elevarse á una gran altura. ly, en el cual se reflejaba como en un espejo pasando He encontrado, hace ya alguno,, año , estos hilos á la despues á 300 metros por encima del campanario de altura de 2.000 metros. Saint- "om. LleYaba conmigo nitrato amónico para hacer una El e pectáculo del bo que de íarly n-to :\. tra,es ' mezcla refrigerante :i fin ele condensar ia escarcha y de la niebla traslúcida como una fina muselina, ofrecía estudiar así lo polvo atmosféricos á diferente altuun cuadro clelicioso. El sol plateaba los vapores aéreos ra ; pero la formacion ele la e carcha, que pncle lograr por Occidente, reflejándosesusfuegoscon tal intensidad cu tierra, no se consiguió en la capa superior, donde en el estanque de Vaucresson, que la superficie de éste el aire era muy seco y los rayos solares muy intensos. parecía una plancha metálica incandescente, lanzando D espue de un viaje de dos hora tocamo á tierra rayos dorados al seno de la niebla. en Chavenay (Seiue-et-Oise), á 23 kilómetro del punto A. la altura de 800 metros hallamos, flotando en re- ele partida. GASTON T1SSANDIEll, dedor nuestro un gran número ele esos lúlos que revolotean por el aire en otoño (.fils ele la vii:'rge) . Este h echo prueba que bajo la influencia del sol ó ele moOepa.-n.

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Diagrama de la aseension aereostática del 29 de Setiembre de 1877 De !a avenida de Suffren (París) á Charnnay (Seine-et-Oise).

L

MAQUI A AMERICANA DE ESCRIBIR.

La má,q uina de coser nació en los EstadosU nidos. Tambien en América, país de las sorpresas de la mecánica, acaba ~e nacer la máquina de escribir. Esta máquina, tan notable por la sencillez de su mecanismo como por la facilidad y rapidez con que se maneja, está llamada ciertamente á obtener entre nosotros el éxito que ya ha alcan~ado en los diversos Estados de la Union. Ha sido construida por Ir. Reminglon, el conocido ingeniero americano á quien se debe el fusil que

lleva su nombre. Se construye en la gran fábrica que este hábil inventor ha organizado para hacer fusiles y máquinas de coser. La nueva máquina ele escribir contiene un teclado, cuya disposicion se representa en la figura adjunta. Cuarenta y cuatro teclas hay en él y en ellas están claramente grnbadas: 1. 0 Las cifras desde el 2 al 9, pues la I y la O sustituyen al 1 y al cero; 2. 0 Las letras del alfabeto dispuestas en un órden combinado para facilitar el manejo del aparato; 3. 0 Los acentos agudo, g rave y cir-· cunflejo, el signo de intcrrogacion, la diéresis, el apóstrofo y la cedilla.


LA N. T RALEZA En la parte inferior del teclado hay una regla de madera, en la cual se ha ele golpear para que haya separacion entre las palabras . En lo interior del aparato, cada letra que ha de imprimirse en el papel está soldada al extremo ele un martillito metálico. Los 44 martillos que corresponden por medio ele barras y palancas arliculadas á las 44 teclas del teclado, están dispuestos alrededor de la circunferencia de un mis mo círculo.

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i se pone el dedo, por ejemplo, en la tecla A del teclado, el martillo interior que lleva la letra A se levanta y la letra se eleva hasta el centro del círculo . Por razon de su disposicion circular, todas las letras son llevadas, mediante el contacto de sus teclas correspondientes, al centro del círculo, esto es, á un mismo punto. El papel en que se quiere escribir está colocado, como nuestro grabado indica, alrededor de un cilindt•o 111.,111.ado sobre una especie de carri-

LA MÁQUIN.\. AMERICANA DE ESCRIBIR.

to (c hariot) que se ve en la parte superior del apaeato. Levantada la letra por la ligera presion del dedo en la tecla correspondiente, viene á golpear en el papel que está puesto en el cilindro, peroentre la letra y el papel hay interpucst~ c!!!a cinta empapada en una tinta especial. La letra que est.'.t en relieve como los caractércs tipográficos, funciona á la manera de una cuña, y se imprime, pues al causar la presion de la cinta sobre el papel, lo hace, siguiendo su propio relieve.

El carrito que lleva el papel está montado en ruodecillas que se deslizan por ranuras, y por medio de un cordelito, tiende iempre á ser llevado ele derecha á izquierda bajo la influencia de un resorte que le gobierna. Si permanece inmóvil, es pO'I'que le detiene una cuña metida en una muesca adaptada á su parte posterior. En el momento en que una letra se imprime, la muesca se suelta, el canito, solicitado por el resorte, se muda ele derecha á izquierda, en un pequeño espacio, igual precisamente á la an-


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LA N.\.T R LEZA

chllra de una letl'a. La letea sio-uiente puede venir, por tanto, á imprimirse al lado de la que acaba ele levantarse; todas las leteas están soldadas de ial modo, que su eje está orientado hácia el centro comun á que on llevadas, y se imprimen sucesivamente unas al lado de otras. El carrito que lleva el papel cambia de lugar á medido que se tocan é imprimen. Cuando llega al fin de su carrera, esto es cuando está terminada la línea, se oye un timbre que se lo advierte al manipulador. Este baja entónces una palanca colocada á la derecha del aparato, la cual por medio de una cuerdecita hace resbalar en su ranura al carrito y lo lleva á su po icion primitiva á la derecha del si. tema. Durante el trayecto, que se recorre rápidamente, y gracias á un mecanismo muy enci!lo, el cilindro recibe un movimiento de rotacion, gira sobre u eje con el papel que sostiene, y su superficie cambia ele lugar en una longitud igual á la que debe scpanw una línea de la siguiente. En resúmen, la opcracion consiste en tocar con los dedos, usando las dos manos á la yez, las teclas cuyas letras correspondientes se desea imprimir sucesivamente. De palabra á palabra hay qnc dar un golpe en la regla inferior del teclado que deja en blanco en el papel el intervalo que á aquélla separa. En cuanto suena el timbre, hay que bajar lapala nca colocada a la derecha del aparato . S i la palabra que se está escribiendo éntónccs no se ha terminado, se pueden trazar todavía una ó dos letras para concluirla 6, si es demasiado larga, poner el dedo en el guion, que permite continuarla en la línea si_guiente. El papel en que se escribe no puede exceder en anchura á la altura del cilindro que lo lleva; pero puede ser ménos ancho que éste· así es c1ue un sobre, una tarjeta postal, se colocan muy bien alrededor del cilindro, gracias á una pieza metálica móvil que les sirve de guía. i la anchura del papel está reducida á estos límite , la longitud nó, pues lo c. crito puede imprimirse en un papel sin fin . El cilindro del canito está J:1echo de una pasta do gutta-percha bastante dura, que facilita la buena impresion de las letras. Es necesario ahora, para completar esta descripcion, hablar del mecanismo que concierne á lacinia empapada en tinta. E ta cinta que, como hemos dicho, está colocada debajo del papel; y contra la cual viene á dar la letra levantada por la tcol.a, sigue al carrito en su movimiento, y se desarrolla constantemente, de tal modo que dos letra. sucesivas no la hi cr n en el mi smo punto.

De arrollándo e a í, l a ci nta pasa desde el tintero de la derecha á otro ig ual q uc hay á la izquierda. uanclo se ha desarrollado completamente, basta cambiar la disposicion de un tornillo para obligarla á caminar en sentido inverso, es decir, para hacerla pasar del tintero ele la derecha al de la izquierda. El desarrollo de la cinta en su movimiento alternado de doeecha á izquierda y de izquierda á derecha, puede, en cierto modo , verificarse indefinidamente . La impresion se hace con tinta ele copiar, pudiéndose sacar dos 6 fres ejemplares de la pitgina escrita, en la prensa de copiar. Delante del aparato hay una escala graduada, á lo largo de la cual se desliza el carrito. irve para hacer puntos ele descanso si hubiera que hacer bolumnas de números , etc. La escritura trazada por esta ingeniosa má quina os análoga á -la que se obtiene en tipogeafía con las letras llamadas ver a.les. Hemos conseguido escrib:r por medio de este aparato con claridad análoga á la de la impresion, y con una Yelocidacl igual á la de la pluma. Para escribir deprisa con la máquina hay que ejercitarse con mucha paciencia, durante algunos dias, en conocer bien el teclado para no tener que buscar las letrai, lo cual constituye la mayor dificulfad del aparato. Al cabo de dos ó tres dias de trabajo, se empieza á manejar el aparato sin dificultad; quince dias bastan para llegar á escribir con la velocidad ordinaria de la pluma. l• inalmente, despues de un ejercicio m,1yor, se excede con mucho esta velocidad. He visto á una señorita inglesa que llegó á trazar con esta máquina más ele !JO palabras por minuto. i el leclor quiere experimentarlo, puede estar seguro de que, con la pluma, no es po_sible escl'ibir, de modo que se entienda, más de 4 O palabras en dicho tiempo. La máquina de escribir, ofrece, pues, la ven- . taja de que se pueda ganar mucho tiempo en lo que concierne al mecanismo material de la e critura. S u uso no tardará en generalizarae en las oficinas y administraciones. Es, ademas, utilísima para las personas q uc tienen una letra fea ó poco legible y para las que padecen el calambre ele los escritores. Es, por último, un verdadero beneficio para los ciegos, que llegan muy pronto á manejarla, como lo han probado ya numerosos ejemplos en Inglaterra y los Estados- nidos. GAS'l'ON TISSANOIER.

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LA NATURALEZA L S MINAS DE CEDRO. Las minas ele ceclro son pantano inmediatos al cabo May, llenos de un cieno negro, donde están hundidos troncos inmensos de cedeos blancos á profundidades que varían entre tres y diez piés . Estos troncos, acumulados unos sobre otros provienen evidentemente de bosques que se han sucedido en estos parajes donde áun hoy crecen árboles análogos á los que están sumidos en el fango . Existen allí tesoros que los americanos no dejan perdidos, sacando de ellos, por el contrario , grnn provecho. Los hombres exploran con largas barras de hierro el fondo del fango y el agua; cuando han clavado la percha en un tron. co, saben bien pronto, por medio de algunos sondajes prévios , dónde está y cuál es su espesor; despues , por el imple olor de un pequeño pedazo _de madera , deciden si es pr:eciso sacar el árbol ó abandonado ; sólo por el olor averiguan si el cedro es wincl{all, es decir, caido de viejo , ó úreahdoun, ó sea arranca.do en plena juventud y 1oz anía y conservado intacto por las propiedades antisépticas de la laguna en que se halla sumergido. i el árbol es breahdoun, los obreros separan el fango que le rodea, cuyo itio es ocupado por el agua la cual pemlite al ieonco que se ponga á flote. Entónces se le sierra en segmentos regulares. Tal cedro así sacado del panta no ha dado hasta 10.000 tablita que se venden á 20 dollars ó sean 100 pesetas el millar. e en11úa la edad de esos cedros en mil, mil doscientos y más años . La capa superior de esos teoncos cubre otra y en ocasiones hasta una tercera, y por encima tiene un bosque vivo. ----=-o-<>-o<:=- -

LO

POLVOS ATMO FÉRI O .

Lo. dibujos acljuuto son concerniente. á los polvos atmo féricos, cuestiou que estudia M. Gaston Ti andier tanto tiempo h}\, y repre entan polvo orgauizaclos que h e r cogido en diferentes sitio y en época diYer. a . Los mtls notables son los ele la llauma llamada del Ródano, vasta extension pautauosa situada en la xtremiclacl oriental del lago de Ginebra; sobre los cuales ele caría yo hacer un e tuclio completo. La pequeña' localidad ele Villencuve, que se encuentra cu lo confines de e ta llanma e frecuentemente vi itacla por la fiebres intermitentes, y en el exámen que ha tenido oca ion de hacer del moco nasal y bucal ele los enfermo atacados por estas fiebre , he hallado si mpre algunas e pccic de algas y h ongo . De otro lado, hay una coincidencia entre la época de las fi brcs y el grado ele lrnmedacl ó sequía ele las lagnnas. Lo médicos, á

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quienes he con ultaclo sobre este puuto no e lán, sin embargo completamente de acuerdo entre sí, y seria intere ante hacer una monorrrafía de esta localidad, valiéndose de métodos científicos rigoroso . He copiado exactamente los principale poli-o de mis dibujos originales, tomados todo en la cámara clara, y se ve por ello que he hallado gérmene en el vértice del Palevc (1.3 3 mefro ), cl~la. rocas ele Naye (2.0-!Jmetro ) y del Gran Ran Bernardo (2.49-l metro ). Para lavar el ai.r he seguido dos procedimiento .. El primero es ba tan te conocido: consiste en a pirar el aire por una corriente de agua y en proyectarle sobre una gota de glicerina. El aspirador, que he empleado en Ginebra, es el mismo de que se ha s rviclo Schoenauer en nuestro laboratorio par; su. estndios preparatorios ánte el partir á :M:ontsomi . n aparato análogo me ha servido en la llanura del Ródano y en todo los punto donde he podido proctu"arme agua. Pero en la cú pide ele una montaña, el ao-na falta generalmente y yo la he uplido por el aparato de la figura 3. Á.. Es una pera de cautchuc, pequeño oplete muy empl ado con diferente objetos en lo. laboratorio . E tá cerrada en u parte inferior por do. labio de cautchuc, que e abren para clrjar alir el aire en el moment<, de la contraccion. En u parte up rior tiene uua v,ílvula B, que permite al aire entrar en la pera. Por una erie de coutracciones . e tiene a i trna corriente de aire continua, fácil de clüi•rir obre una gota de glicerina por medio ele un tubo Je vidrio estirado que e adapta á la Yálnua inferior. e trata todayfa de proteger e ta gota de glicerina contra los polvo C}..'iraño que puclieran proYenir del operador ó de los objeto inmecliato : para e. to la cubro con una especie ele pequeña campana de cri tal C provista ele do pequeños orificios en u caras laterale para dar alida al aire, y ele uno mayor en la part uperior : en este tíltimo e introduce el tubo que conduce el aire ha ta la proximidad ele la glicerina. Este aparato tiene un defecto capital ; e preci o mucho tiempo para lavar tan ólo una cantidad ele aire relativamente pequeña. Una maniobra cualquiera puede hacer este a¡ arato m,í enojoso que dificil como lo he experimentado por mí mi mo tratando, miéntra oplaba, de leer ó tomar un cr qu..is del pai aje. Para hacerle verdaderamente útil, sería preci o ima!!i.nar un mecani mo que reemplazara la mano del hombre. La pera debe er ele cautehuc natural negro, iendo e to e encial, pue la pera de cautclrnc vulcanizado hacen pa ar fragmentos de su nii ma usiancia que e en oca ione muy dificil clistingui.t· ele cierto polvo aéreos. Ad má e preci o moderar la coutraccion y producir una corriente regular. En la glicerina he hallado poho conocido , que había di eminado intencionadamente en el aire de un pequeño gabinete, en í como a i, puede presel cual n ayaba el aparato. tar verdadero ervicio en las montaña. por ser muy tran portable y poder funcionar en cualquier cumbre. Tengo iambien clibujo de llm,ja y de nieve (re._iduo ), a í como ele lo orgaui mo arra trado por el rocío natm/Ü y ai-tificial. Por ser en nn todo idrnticos


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LA

á lo publicados en la Memoria ele Mont ouri , 110 l1ao-o repr sentar e to ültimo en el presento artículo, lirnifa\nclome á alguno libujo ele vegetacione y o poro notables, h allado. en la nieYe en los Av-auts (fig. 4)

en el ..: an Bernardo (fio-. 5 y 6) y en 1\fontrcux (tig. 7) . E11 las figuras 1 y 2 h e agrupado lo restos orgiinicos más notables, que lie recocrido en diferentes épocas sobre un a hoja de papel de dibujo, mayor ele un metro

Fig . 1.-Polvos r ecogidos soLro 11~:i. hoja de papel expuesto ho_rizonlalment~ e n Monl reaux. _1' 1:agme ntos filiformes, pelo múltiple de platnrio, escama de pierido.-500/ l.

Fig. 2.-Pol vos recogidos s:ibre una hoja de papel e n Ginebra: Partículas de hierro, fragme ntos vegetales, esca ma do p:cr:do.-500/ 1.

pare~en -· uteresantes ; es un defi oto, contra el cual es cuadrado segun el método descrito en la obra de mo11preeLo reacc·on: r. E,'iclentemente el lado pdctico de sieur a ton Ti sand ier, Lespo11:J ·.·: es de l'air. los e tudios que nos ocupan, r ei,irfo Uliirnamente he sembrado polen us aplicacione á. la higiene y vos recogidos en la llanura del ú la etiología de las cufermedade. ; R ódano en . u tancias fermente es, por lo tanto, preciso hacer incibles contenidas en tubos ele Pastervenir la experimentacion fi ictem · habi éndose enturbiado lo l<ígica, la que más puede enseíiarlíquidos org>i~icos dos horas desnos. La ac:cion química de estcs pues , miéntras eran compl tadiferentes esporos obre las al es mente límpidos lo de tubo cerorgfoica , f>Un minerales ( ulfato rado , que 110 habían recibido la de cal) es exce ivamente intereglicerina del lavado. Eri todo ca. o sante. Exi te una seleccion de e, 110 menciono e tas inve. tigacione poros para ciertas sustaucias. , 'i má que como recm>rdo, pues sería e quiere estudiar la accion de lo pr eci o r epetir el experimento en polvos sobre disoluciones salina ó gran número de locales para consobre la sangre y propagarlas a i, cederlo todo el valor que merece. es preciso no recogerlas sobre n·li'i puclie e consagrar siquiern alcerina pura; ésta por absorciou <lo gunos mese iL o tos estudios con agua los marchita, si cabe expretodo el cuidado y la r egularidad sarse así, e. decir, que est:ín muerque demandan, emprendería el tos y que no se multiplican, miénlado fi. iológico. Tengo ya alguna tras que i se r ecogen en ag ua observaciones sobre la propagnazucarada, no se alteran á ménos cion de ciertos esporos en la anque la cli olucion . ea muy den. n. gre de la rana y del conejillo de Pig. 3.-Aparato de M. Yung par a reIndias, en cuyas crurales h abía incoger los polvos del aire. E. YuNG . yectado la glicerin a que h abfa reP1·oparaclor de m'croscop: o cibido el chorro ele airo durante :;]~-nas hora" . Pero on la Universidad de Ginebra. r epito que estos estudios son in completo!". e aco. tumbra á. tener pri a n publicar ohservacione~ que


LA

IATURALEZ

EL MAR. LAS :MARE .Aunque pocos de 1:ucstros lectores serán, dadas ]as facilidades que exi ten para el viaje al litoral, los que no l1ayan vi to el mar siqu_iera en ]as costas del Cantábricp ó del Meditcrr,íneo, no serün muchos, sin embargo los que le lrnyan cousideratlo de otro modo que

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superficialmente, e decir, que hayan Yisto en él algo más ele lo que se advierte á ]a simple vi ta. Por esto creemo que no ]e ba de desagradar les hao-amos una ligera descripcion de lo que en la temporaua de verano hubieran podido obsen-ar y de las causas de lo que eu efecto hayan observado. Se llama mar en general , ñ la masa ele agua salacln

Fig. 4..-Vrgctacion hall.o.da en un·wpo de niev(evaporado á sequedad.-500/ 1.

Fig. 5 -f!eslos Yegetales aglomerados, enconL1·adoJ e11 LL nieve del monte ele l::ian Bernardo, el 17 de Febrero de. 187fi. ~00,'l.

Fig. 6. -Olros restos vegetales hallados en la nie,7 e del n¡onle l::ian Bernardo el 17 ele Febrero ele 1876.-500/1.

Fig. 7 .-:.\latería organizada hallada en el residuo de evap:iracion ele la nieve, que cayó en l\Iontreux en los dias 17 y 18 de :.\larzo de 1876.-500/ l.

que cubre más de los dos tercios de nuestro globo y que rodea á la tierra por toda parte . Este mar uniYer. al recibió en la antigüedad el nombre de Océa110. .Actualmente llcYa diferentes nombres, cgnn fos diversa partes del g lobo que ocupa; . e le llama mar ú Océano Atlántico, mar del Norte, 11ia1· Pacijico 6 del

Sur, mar de las Indias lÍ Océano Indico, mar Ait tral. mar Glacial, 11ia1· ";.1Iedite1"1"áneo, 1na1· Báltico, ma, 1Yegro, etc. De e ta inmensa llanura líqttida o elevan con l.antemente á la atmó fera vapores que en fonn r de nubes recorren la superficie de la tierra hasta que i: resuelven en lluvia para alimentar los rios y arroyos.


58 Por ,::-tra parte, el mar absorbe incesantemente una porcion de ga e mefítico e parcido en el aire. Puede suponerse que en otros tiempo la aguas del mar cubrían una extensiou mucho más consi lerable, pue to que e encuentran producciones marinas sobre las cumbre de la montañas más altas de la tierra, lo cual indica que alguna vez han e tado sumergidas. El fondo de los mares tiene una forma tan accidentada como la mi ma uperficie de la tierra fu-me. Aq1ú el fondo es arenoso, allí arcilloso, más léjos pedrea-oso ó calcáreo. Cerca de Mar ella e tá formado del más bello mármol: en otra parte presenta banco de conchilla ó montaña de coral. Valles, montaña , abi ruo , ca,ernas, e suceden en él como obre el suelo que habitamo ; .r áun tambieu se encuentran manantiale. de agua dulce. Las i las y los escollo que aparecen por cima de la . uperficie de los mares, no son otra co a que los picos de las más altas montaña submarinas. E necesario, pues no extrañar que lo navegantes no hayan podido medir en todas partes la profundidad del mar : ¿que onda ería bastante larga para tocar, por ejemplo, lo. abi mos del Himalaya? Las orilla del mar se llaman co tas cuando son ele,ada ; en el ca o contrario se le da el nombre de pla-, ya. La costa más elevada es la occidental de Kilcla, una de las i las al O. de la Escocia: foTma una muralla perpendicular de 600 brazas, al pié de la cual la mar tiene·nna profundidad extraor linaria. Las costa de la oruega son ca i por todas partes altas y escar padas · las de la Holanda, por el contrario, son baja y 11 anas. La temperatura del mar, en su superficie se aproxima ordinariamente á la de la atmó fera que la rodea, pero 1,10 e tá ometida á tan bruscas variaciones. V a aumentando gradualmente á medida que se aleja de los polos ó que se aproxima al Ecuador, á ménos que ciertas razones locales no produzcan alguna anomalía, lo que sucede ámenudo. Qtúzás tambien las aguas son má frias á cierta profun lidad. De Saussme la haencontr r do +10°,6 á 860 pie , cerca del cabo de PortoFino . (Mediterráneo), cuando la temperatura de la uperficie del mar era de +16°,5 y la del aire de +15º,3. Algunos dias despues, á 1.800 piés de profundidad, cerca de la costa de Niza, encontró la mi ma temperatura. El agua del mar es incolora por sí mi ma; pero vista en masa y á una cierta distancia, tiene un tinte verle-azulado, que se llama por esta razon verdemg,r (cceruleum de los antiguos). Forster y otros creen ·que este color es causado por l,1 Teflexion del azul del cielo, opinion que parece, tanto más verosímil, cuanto que cuanJo el cielo está nublado, el mar toma un color pardusco. En muchas comarcas presenta á la vista otra tintas, segun la cualidad del fondo, las sustancia que contiené, etc. En los sitios más profundos, su color es de nn azul oscuro, hácia el polo ártico e negruzco; bajo la zona tórrida es morenuzco. Lo golfo Arábigo y de California tienen un color rojizo que ha hecho daT á uno y otro el nombre de Mar Rojo. A la embocadma del Rio de la Plata, la mar toma algunas veces un color rojo, que deb verosímilmente á insec-

to . En las embocadtu-a de otras grande corrientes de agua, e tá teñida de amarillo por el limo que arrastra el rio. El agua del mar tiene un sabor, no solamente alado, sino aceitoso, amargo y nauseabundo, á tal punto que los quela beben experimentan al momento vómitos; es además mal sana á causa de las su tancias a~males y vegetale que en gran cantidad contiene en putrefaccion. o se puede emplear ni para lavar la ropa; por e. o no se usa en los barcos, sino para lavar las telas mús vastas. , in embargo, se la puede ha~er potable clestil:\ndola despues de haber neutralizado la u tancia aceitosas y bituminosa que contiene, añadiendo. o a ó al o-una materia alcalina capaz de fijarlas. Los amílisis del agua del mar prueban que este üq uido contiene: ódico. ma!!Ilé ico. Sulfato de sosa. de magnesia. » de cal. » Carbonato de magnesia. de cal. » Cloruro

»

Se ha notado que las aguas de lo mare. mericliouale son mucho más saladas que las de los polares. El peso de la cal contenida en las aguas de los mares del orte, e evalúa en el 1,56 por 100 del total; el mar de Alemania contiene próximamente 3,12 por 100; el de España, 6,25 y en fin, el Océano equinoccial está talmente cargado, que sus aguas contienen desde el 8,33 hasta el li,50 por 100, es decir, 1 / 8 de su pe o. , e ha observado tambien que la salazon del mar es más grande hácia el fondo que en la superficie. Por la evaporacion e puede extraer la sal del agua del mar ; así es como se la procurnn en los países cálidos. El pe o específico del agua del mar varía segun que contenga más ó ménos sal. Segun algunos químicos, pesa 45 'Veces más que el agua dulce, lo que e::Kplica por qué los buques que Slll'can el Océano pueden ir mucho mtis cargados sin sumergirs~ más, sin embargo, sus quilla., que los que navegan por los rios. Un fenómeno muy notable que ofrece con frecuencia el mar, es la fo forescencia. Algunas veces sólo el sÚrco del navío parece luminoso : este fenómeno se cree tenga por causa la electi:icidad producida por la frotacion del barco sobre la superficie de las aguas, cuya opiuion está confirmada por las experiencias de Buffon. Otras veces toda. las ola que chocan contra un objeto sólido, centellean; esto sucede principalmente en tiempo de calma, y esa fosforescencia quizás sea debida á los pl'oductos de la putrefaccion y de composicion de las sustancias que nadan en el mar. Alguna veces, en fin, todo el mar parece sembrado de chispitas y brilla como el fueo-o : este fenómeno se ha atribuido á la presencia de animalículos fosfore. centes ; pero recientemente se ha reconocido que la mayor parte de los animales marinos gozan de esta propiedad. Algunos experimentos han probado tambien qne la mi:;ma agua del mar puedr hacer,;e fosforescente.


LA NATUR LEZA En virtud ele las leyes ele la hidro tática, el mar debería tener por todas partes el mismo nivel; sin embar.,.o no e a. í : el agua e tá m,í elevada cerca del ecuador que en los polos. Entre los golfos ó mares mediterráneos, unos son más bajos que otros : así el mar del Norte es más bajo que el Báltico, el mar de .Alemania más alto que el Zuyclersee, el mar Rojo que el Mediterráneo, etc., fenómenos que se explican por la diferencia de las masas ele agua que las corrientes llevan en estos mares, contenida y encerrada entre va tas tierras firmes. Tambien turban el nivel de los mare los movimientos que afectan la masa de las agua;; y que dependen de muchas causas, de donde resultan las olas, las co1·rientes y las mareas. . El movimiento de las olas es causado por los vientos. Cuando se altera el equilibrio del aire, ocurren en él ondulaciones que rompen á su vez el equilibrio de la superficie del agua y determinan el movimiento de las olas. La parte atacada por el aire se ele,·a por cima de la que e tá colocada delante de ella, la oprime y forma una eminencia que, en virtud de la ley de la gravedad se deprime; en seguida repele á su vez á la parte que tiene delante y la obliga á levantarse. A í, el movimieuto de las olas no es más que un movimiento alternatfro de alza y baja sin que las aguas corran sin embargo. El movimiento del agua esfaí. en relacion directa con el del aire; pero suce le con frecuencia que el choque violento del viento impi:de á las olas levantarse y que alcancen su mayor altma ha k'l. haber e aplacado la tempe tacl. Este fenómeno q ne lo franceses llaman houle á diferencia del roulis ó balance orclinario producido por el movimiento regular de las olas, es más terrible y peligro o para lo naYío · que el huracan m1, mo. La corrientes consisten en que, áun sin estar agitado por el viento, el mar en cierta comarca se dirige en un sentido determinado; el movimiento general de la mar libre. le empuja constantemente ele Este á Oeste; pero e ta corriente encuentra numerosos obstáculos que cambian completamente su direccion. Por e o en la costas del Pertí, la coniente se dirige del Sur al Norte y en-el cabo de Buena-Esperanza del Oeste al E te. La causa principal de e ta gran corriente es la rotacion del globo. Se observa tambien en la mar muchas corrientes particulares producida por la diferencia de nivel. Hasta hay en ciertas comarcas corrientes periódicas que varían segun la e taciones y la direccion del viento. Algunas veces dos corriente se encu entran y forman un remolino ú oyá : tales son el Maalstroom en las costa. de J oruega, y las de Scila y Caribdis tau temidas ele los antiguo . Se llama marea la oscilacion regular y periódica que experimenta el mar, y cuyo e tudio interesa tanto á la fi ica del globo como á la naYegacion. E te fenómeno ofrece dos fases enteramente di tintas : así en todos lo puerto de mar ituados en el Océano, en el e pacio de veinticuatro horas y cuarenta y ocho minutos, . e ,e dos vece al mar subir é invadir la orilla y dos veces volverá bajar dejando en seco la porcion de terreno ántes bañada por la. aguas, de modo que clespues

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de haber subido durante seis horas, dmante otras seis baja para volver á repetir la subida y lnégo la bajada. Llegada á u mayor elevacion, la mar permanece e tacionaria próximamente un cuarto de hora : e te es el momento de la pleamar ó marea alta. La rnqrea baia, que es el momento opuesto, dura como cosa de media hora. Estos movimientos que tambien se llamanjlu;"o y reflujo, parecen depender de las atracciones que sobre la masa líquida ej ercen los astros vecinos y principalmente el Sol y la Luna, ésta por u proximidad y aquél por tl volúmen. Esta opinion e tá apoyada en la observacion de er las mayores mareas en Marzo y Setiembre ó sean durante las sizigias de la Luna (novilunio y plenilunio) y equinoccios del ol, es decir, cuando ámbo ejercen su accion en el mi mo sentido. Esto no qtúere decir que se verifiquen eu:el mismo momento ele la referida posicion de los dos astros, pues la inercia natural de la masa de las agua , así como lo ob táculo que encontrarán en su camino, lo retardan. Sin embargo, el cálculo del momento y altura de la marea e de la mayor importancia para el nave()'ante, pues de él puede deducir la cantidad de agua que eiitónces habría en un sitio dado, y si el paso por él es oportuno ó peligroso. Los observatorios astronómicos han venido á atisfacer esta necesidad. Se llama unidad de altura para cada puerto la elevacion media entre las altas y bajas mareas en este puerto. Establecer un puerto es señalar el retardo constante que ufren en aquel punto las mareas. Bernouille y Laplace han dado fórmulas para averiguar la hora ele las altas mareas, y el .Anuario de la Oficina de longitudes ( .Anuarie du Bureau des longitudes), semejante á une tro Observatorio astronómico publica tabla muy cómoda y ejemplos para este cálculo.

SOBRE ALG

OS

SINGULARES FENÓMENOS DE D[FUSIO

Experimentando sobre la mezcla de líquidos que penetran en otro por la extremidad de un tubo de poco 'dü\metro, se ha presentado un fenómeno que me ha llamado la atencion, pareciéndome tan nuevo como singular. Cierta cantidad de alcohol que permanece nspendida en el seno de una ma a de agua, tomaba al extenderse en ésta una forma parecida ála ele un arbusto con u tronco y su ramas, terminada por expan ione foli.\cea , He tratado de reproducir el fenómeuo, creyendo que ese modo de difusion era puramente accidental ; pero como el hecho se reprodncía siempre, poco má ó ménos de la mi ma manera, ima 0 -iné un procedimiento experimental que permitie e examinarle mejor. Hé ahí la disposicion que me parece má sencilla, y con la cual he ejecutado gran número de e2,,.--perimento con pleno éxito. C (fig. l."). Es una especie de embudo cilíndrico de vidrio, en cuyo cuello está adaptado un pequeño tubo capilar como el del termómetro de mercurio T, de ocho centímetros próximamente de longitud. El tubo capilar comunica por medio de un tubo de cautchuc ab con


60

LA

ATURAL EZA -

vena liquida a cendente se forma o-eneralmente un un pequeño embudo I, que puede elevarse ó bajar e á voluntad por el oporte que le so tiene. Si se vierte en I tubo muy fino, que parece el tallo de la floró bien el cierta cantidad de alcohol coloreado, por ejemplo con tronco del arbusto líquido; ele cliferentes punto de e te una Lli olncion roja de anilina; el líquido atrave ará el tallo se ven producir e expan iones en forma de hoja . tubo capilar, del cual se e caparía, si no se impidiese Para conseguir el éxito de mis experimentos, el tubo apretando el tubo de cautchnc con una pequeña pinza• abductor del liquido coloreado debe ser capilar, la efuHecho esto, se llena de agua el vaso O ba ta los tres ion de éste lenta, y es preciso mantener el aparato en cuartos de su volúmen; despues con un embudo, cuya un estado de inmovilidad completa. Es menester, adeextremidad inferior penetre por debajo de la mitad del ma , cuidar de expul ar préviamcnte el aire del tubo nivel del agua, se vierte un líquido más denso, como de cautcbuc, porque las burbujas gaseosas perturban una di olucion concentrada de sal marina ó un jarabe la formacion del fenómeno. espeso de manera á llenar el vaso. Tambien puede emDaré ahora un ucinto restímen ele algunos ele los plearse el ácido ulfürico y en este ca o basta uu vohí- re ultados obtenidos con diferentes líquidos. men menor de líquido. El líquido más den o que el Colorer; de disoluciones de anilina.- fo he servido agua se depo ita en el fondo de la vasija O, re ultando del rojo, clel pardo, del verde y del violeta de anilina, así dos capas superpuestas, cli ueltos en el alcohol, cuidando que la clisolucion no cnya separacion puede versea demasiado concentrada. se claramente de. pues ele . Las formas obtenidas con una hora ele repo. o. el agua azucarada, salada Si pasado este tiempo se y aciclitlada están represenlevanta el embudo I á una iadas en la :figura 2, mímealtura conveniente y e quiros 1 y 2. Como e ve, pata la pinza que cierra c-1 recen eAl)an iones foliáceas· iubo de cautchuc ab, el allas ramificaciones se diricohol coloreado penetra en gen h,ícia abajo en el agua el líquido de la n · ija C :izucarada (núm. ] ), suceformando una vena, que de b diendo lo contrario en el ordinario tiene la forma esC :igua salada, en la cual piral. La vena alcohólica siempre se l1a1lan levantaatraviesa las capas más esdas, y al principio mucho pesas del liquido y se detie1rnís ele lo qne mue. tra el ne en la ménos densa que dibujo. Cuando se opera en sobrenada, en cuyo punto el agua acidulada, los colose ve aglomerarse la columres de anilina son molificana de alcohol coloreado en clos por el ácido sulfúrico; una masa primero informe, el verde se vuelre amaripero que poco á poco se prnllento pálido, el rojo pardo Ionga y se extiende, viény el violado adquiere un Jose aparecer en ella hebello color verde; pero en bras líquidas en forma ele iodos los casos la figura en follaje, ya pareciendo los arbusto, nlÍm. 2, e forma pétalos de una flor, ya tocon toda regularidad. mando el aspecto de las Fig. ! .-Aparato de M. Tito ?liartini. 1'ornasol. Solucion acuobojas ele un árbol. Despues de una hora, el alcohol cosa .-Con esta disolucion se loreado ha tomado una figura estable y regular, que obtiene en el agua acidulada la figura representada por varia segun los líquidos empleados; se parece á vece á. el núm. 3 (fig. 2) que se asemeja á un pequeño quitauna flor, y puede tambien afectar la forma ele un pa- sol. Mirada por encima ofrece el aspecto de un cli co, rasol ele colores vivos y vaporosos, que aumentan la be- de cuya periferia salen numerosos radios equidi tantes lleza del cuadro. y muy próximos unos de otros. En el agua salada, la La figura, por lo que concierne á la forma, alcanza misma disolucion acuosa da una figura cliferente (mísu máximum ele desarrollo á las tres horas, á lo sumo, mero 4) . En general, cuando se emplean los solutos de haber dado salida á la vena líquida; pero pasado acuosos es preciso para formar las figura un espacio este tiempo, la s expansiones foliáceas se dilatan cada ele tiempo m ás largo que el necesario,operando con sovez más, aproximándose para formar una masa de ca- lutos alcohólico . pas continuas que permanece su pendida en el resto Disoliwion alcoh6lica.-En el agua salada se forman del liquido. E to suceue áun cuando e baya tenido el :figuras análogas á los números 1 y 2; en el acrua acicuidado de detener la efusion, aplicando la pinza al dulada se produce un arbusto semejante al nlÍm. 2. Laca roja.- La clisolucion acuosa de laca roja forma tubo de cautcbuc ó bajando convenientemente el embudo. Y es tambien preciso notar que alrededor de la en el agua salada una figura semejante :i la del nú-


LA

ATURALEZA

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mero. 4; en el agua acitlulada se ve producirse la :figu- nieudo siempre los mismos resultados. Esta p ersistenra 3, pero más delicada y regular que la obtenida con el cia en la forma, prueba que el fenómeno está regulado tornasol. por una ley que trataré ele descubrir. Creo poder conAzul de pel'la.-Su oluto acuoso forma figuras aná- cluir de estos primeros ensayos, que la forma de la logas á las ya descritas. En el agua acidulada se ob- figura depende má del líquido, en que está disuelto el tiene uu núcleo esferoidal muy regular, de color azul color, que del color mismo. Empleando otro ácidos ú bastante oscuro, rodeado de una capa esferoidal con otra sales es po ible que se obtuvieran otras figuras, siu que se precipitase el color, sin embargo. tall o inferior (núm. 6). Profesor TITO MARTrsr, Cochinilla.-La solncion acno a forma en el agua de V"neci:t. salada la figura 1 2 nüm. 3, regular como la del torLA ESTATU RA na ol y de la laca HUMANA . roja. En el agua salada la cochini¿ Cuáles homlla no puede probres son los maducir el fenóme · yores ? ¿ Cuáles no, pues siendo los menores? in soluble e preegun Villercipita. mé, la estatura Yodo .-La tinhumana ,a1ia entura alcohólica de tre lm,-!62 y 1 yodo da en el an-ua metro 7 7 milíazucarada, salametros, siendo la cb ó acitlnlacla, me di a intermebellas :figmas casi di-iria de lm ,635; idénticas á las ele i e toma por los colores de aninormala listapulina. b l i cada por Bicromato de W ei sbach en el potasa.-Para vol úmen de la que salgan bien JI. ovcl1'a, e te prolos experimentos medio exacto econ el bicromato ría. lm,610. ele potasa, he YaT omando los riado b di po iC)...-tremos indivicion del experiduales conocido , mento á cau a de que son 4.3 centíla mayor densimetros enun dad de la disoluenano, citado por cion comparatiBurch y Buffon, vamente al ag ua. y 2m, 3 para un Lleno la vasija fll andés ele que como de costumaphabla M. bre; coloco encipey , la media ma un pequeño ería de lm,63 . embudo provi to En fin teniendo de un tubo capien cuenta el milar que entra en llon y medio de FiJ . 2.-Experimontos de 1\1. 'rito Martini _sob ro la difusion do líquidos coloreados en uno siru poso. parte en el líquisoldados de la do. La solucion América del "oracuosa de bicromato de potasa se vierte en el emb udo, te, en los cuales M . Goulcl ha hecho su inmenso trasale por el tubo capilar y penetra en el líquido forbajo, se encuentran lm,016 para el mínimum y 2m,095 mando una pequeña e piral de cendentc que habi- como máximum, siendo el término medio de lm,555, tualmente e detiene en el limite que separa la parte má bajo que en el ca o anterior. Pero lo ca os e)...-i:re-mií espe a de la ménos den a del líqtúdo. En el agua mo pueden considerar e como auormale , i no como acidulada ó salada se forman do figura muy bellas, patológicos y no deben entrar en un cálculo serio. parecida ú la de los números 2 y 5, pero invertida . Empcccmo por lo hombres más pequeño . Los diferentes experimentos q ne acabo ele describir Los esquimales han pasado durante mucho tiempo h an siclo repetidos muchas veces para cada color, obtc- por los menores ciudadanos del múvcrso, d,ínclo e eré-

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L

dito á la a ercion de Hearn de Paw, de que la e tatura de aquéllo era de Im,299 en los hombres y de Im,271 en las m11jeres. Los doctores Bebellon y Gnérault n eguran, que e tá univer almente reconocido que son mny pequeño y que rara, vez pasan de Im,50. in embargo, cuando se buscan la pruebas en medicione fijas, ésta se encuentran á faltar por completo. De la cifra establecidas ha ta hoy re ulta que entre ellos lo términos medios má pequeño on para el sexo masculino de Im,5 5, y que hay tribus de una estatura Yenladeramente eleYada de Im,708. La estatura aumenta en la direccion de E te á Oeste, de la orilla occidental del estrecho de Baffin á la isla de au Lorenzo en el estrecho ele Behring; lo que ería debido al cruzamiento con los indios del Norte de América. Los e quimale no on, pues favorable á la teoría que quiere que los clima fríos no produzcan más que hombres pequeño . El traje posado y ancho de los habitante del e::-..'tremo orte le habrá hecho pasar por • tener exigua talla. La misma doctrina de los medios ha hecho pensar en los lapones, pero las medidas tomadas ha ta· hoy dan por término medio para los hombres Im,53- y para las mujeres lm,421. Entran, pues, en el grupo de las estatm·as pequeña . En cuanto á los peschere es ó fueguinos (habitantes de la Tierra de FueO'o), que la mi ma teoría upone muy pequeños, exceden por el contrario del ténnino medio. El pue to de honor re pecto á pequeñez corre pon de ti los bosquimanos del Africa del ur. En ellos la e tatma media general está en ambos sexos por debajo de Im,400. Rivalizan con ellos otros negro del .A.frica, los akkas, en lo cuale el promedio seria tambien de Im,400, segun Schweinfurth: y los oblongos, de los que Du Chailln ha medido seis mujeres, cuya estatma era de Im,-!29, y un jóven de Im,371. En Oceanía, en fin, una raza negra de pequeña estatma ha entrado en la liza desde algun tiempo, los negrito , cuyos representantes má auténtico e ven en Filipina , en Andaman y en la penín ula de :Malaca. Pero por más exigua que sea su estatura no pueden luchar en pequeñez con los bo qui.manos, que son decididamente los menore habitante del globo. ¿ Cuál es, de otra parte, la raza de mayor talla? Los 110ruegos on Europa, los cafres en el .A.frica del Sur, ciertos indios en la América del Norte, los poline io y los patagones forman ca i en una misma línea, pero la lucha queda más bien limitada á los dos últimos. Las razas que habitan la Patagonia son múltiples. .A.l Norte se hallan los tehuelches que parecen pertenecer á la raza araucana ; los puelche , referidos {i los patagones del m· y los huilliches, mayores que los araucanos, á los cuale se les refiere, sin embargo. Al Mediodía viven ademas los tehuelches, principalmente entre el e trecho de Magallanes y el rio Santa Cruz (Martín de Moussy). En fin, en la Tierra ele Fuego, los peschcreses, que se suponen tambien de raza arau- · cana.

Toda on nómada ; u hordas rnrifican numerosa incnrsione en territorio ele las otra , ele uerte que se la puede hallar accidentalmente en regiones que no le pertenecen. Todos los dato hacen referencia á los tehuelche , ó al méno á los indígenas del Sm. r o repetiremo la fabulo a relaciones de los primeros naveo-antcs sobre la talla colo al de aquéllos, aunque :M:. :M:artin de Mou sy haya encontrado verdaderos gigante , no entre los tehuelche , ino entre los huilliche , que se extienden á veces hasta el estrecho. D'Orbigny e opu o con doma iada energía contra la exageracion de lo primero naveo-ante . L de Rocha hasta lleg; á pretender que D'Orbigny no ha visto más que los patagones del Nordeste. De todas la medicione recogidas hasta el dia, nos creemos con derecho á deducir que lo tehuelche , ya mezclados en la época ele los paraderos prehi tóricos, explorados por Moreno, cuentan entre sus antece ores una raza ele prodigio a estatura. El promedio de la tallas de patagone , sumini traclo por ,-iajeros dignos de crédito, e ele Im,781. Calculando la media de las talla hechas por los navegantes en los habitantes de diverso archipiélagos poline ios se obtiene im,762, algo méno que lo patagones; pero la diferencia es tan ligera que se piensa en la teoría, segnu la cual lo polinesios habrían llegado del Este, y en la tradicion referida por Fritz-Roy, que hace proceder del Oeste á los patagones. En último término, las mayores estaturas con ignada por lo viajeros, que han procedido con el compá on cle2m,057 en los patagone y las menores de 1m121!) en los bosquimanos del sexo masculino ; lo cual da una cifra media de Im,638. Pero el azar tiene clemaiada influencia en el hallazgo de un indiY:iduo alto ó bajo; más vale comparar lbs términos medio generales. De im,78 en los patagones ó de Im,853 en los samoano , segun Lapeyrouse, la media desciende á 1m,351 en los bo quimano ; de donde por punto intermedio : im,562 tomando los patagones, y Im,602 con lo samoeno . Con todo, 1m, 600 ó poco ménos e la estatura media de la humanidad. Y sin embargo, en nue tra opinion, esta media debe colocarse un poco más alta, por la razon de que sobre 130series qu(hemos recogido conforme se presentaban, y todas del sexo masculino, más ele la mitad (76) daban más de 1m1650. un reconociendo que la estatura media entre lo do extremos presentados á la yez por lo individuo y por los término medios de la razas e de im,600, i no algo ménos, proponemos la adopcion de la cifra im,650 como punto central á partir del cual han ele divergir las divisiones de e tatma. MISCELÁ E

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Nuevo procedimiento de curtido.-M. Alfonso Joltrai11, secretario de la r daccio11 del Journal d'hygie'ne, ha publicado recientemente en dicho periódico y reimpre o en folleto aparte, un trabajo muy cmio ·o


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RALEZA

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sobre lo · diferente procedimieutos para cmtir la pie- mi mo modo obre las ba e anhidra para dar ales les. La operacion del cmtido tiene especialmente por particulares. objeto y resultado combinará los restos animales una En la misma sesion se presentó una nota de :M:. Aimé sustancia anti éptica que transforma la piel en cuero Girard, sobre la dosimacia del azücar por la disolucionave é imputrescible. De tiempo inmemorial el tanino nes de cobre. El autor reconoce que existe un azúcar contenido en la corteza de encina ha sido casi exclusi- reductor, que no tiene propiedades rotatorias, de tal vamente destinado á esta operacion, exceptuando el modo, que el método del análisis óptico, generalmente zumaque, que se emplea para curtir la piel de Ru ia y empleado cau a una pérdida sen ible al fi co. el 11olygoni,m amphibium, superior á la corteza de enEn una Memoria impresa, M. Lamy presenta Ulla cina por la proporcion de tanino que contiene y usado mqJosicion muy completa del método de W eldon, desen gran escala en lo E tados-U nido , de-de hace al- tinado á regenerar el peróxido de mangane o, que ha gtm tiempo. Estos procedimientos están en suma to- servido para la fabricacion industrial del cloro. dos basados en el empleo del tanino y tienen el incon* veniente de exigir un tiempo con iderable, ha ta ca "" torce me e , confaíndolo todo. Alga s fósiles.-M. Munie1~Chalma , bien conoUn químico italiano, M. Cárlos Paesi, de Mortara, cido por importantes trabajos geológicos, acaba de dar ha tenido la dichosa suerte de descubrir un nuevo me- cuenta de us inve tigaciones sobre organi mos fó iles dio de cmtir de un modo mucho más expedito. Con- cla ificados liasta aq1ú ent:t'e los polípero r foraminísiste éste en dejar macerar las pieles en un baño ele feros, y que el autor reconoce por alga . cloruro férrico (percloruro ele hierro), y sal marina, diE ta algas, de c1-:ita por M. Munier-Chalmas, persuelto en agua. La operacion total no dma más que tenecen á más de cuar€Uta género del grupo de la cuatro á ei meses, y sólo la mitad para el curtido sifónea , de las cuales una décima parte, próximamenpropiamente dicho. Ademas, siendo el cloruro férrico te, viven todavía en los mare de la Antilla C/lteow1 podero o desinfectante, el nuevo procedimiento n-a11Íeris, Cimopolia, etc.) y están en decrecimiento. rantiza la salubridad de tma indu tria hasta hoy muy Las e pecies fósiles se han observado desde el frias nauseab unda. Por esta razon, el celo o secretario del hasta el terreno terciario. J ournal d' hygie'ne ha señalado particularmente este * " invento al püblico y al consejo de higiene de Puy-deNuevo mamifero. - De todo los mamífero , lo Dome, que se ha preocupado ya de e ta cuestion, debiendo empezar e una erie ele experimento para re- má raro on sin duda, lo que forman el grupo de mecliar en cierto barrio de Clermont-Ferrand ,i la lo monotremos. Do géneros le constituyen, el ornitorinco y echidnco, y lo dos parecen propio á la Ausinfeccion, que proviene de esta causa. tralia. sí, pue , excita vi.amente el interes el profe* sor M. Pablo Gerrni al anunciar la exi tencia en la . " " Los más viejos árboles de lnglat erra,-Lo - in"neva Guinea de una e pecie de echidneo, que difiere gleses, conservadores de todas las co as, cuidan piadomucho de u congénere ya conocido. n pelo e difesamente ciertos árboles venerable por su antigüedad, rente, tiene sólo tre uñas en lugar de cinco· adema ·, su talla y lo recuerdos á ellos relacionado . Prescinsu lengua es mucho más larga, y en v z de ser lisa diendo de e tos ültimos, que interesan á la h i toria) no está erizada de trc · fila de espinas. á la ciencia natm·ale se pueden citar entre la mara~ Tillas Yegetale ; la encina de lo Tre -Condados, que da ' ·ombra con su follaje á tma uperficie de 772 pié LOS PERROS DE CAZA. cuadrado repartidos entre los condado de "ottingl ham, Derby y York; la encina de Cathorpe (condado ele York), que mide 70 piés de cir~unferencia en la base; RAZA ' I GLE 'A '. la de Clipson-Park, perteneciente al duquedePoriland, Z \llC r~ llO DE P il LO .\ PEI\O P .\ll.-1. LA C.\ZA m ; L.\ ZO!lll.-1.. cuya edad se supone de mil años, y el famo o tejo de ada puede sumini trar mejor la idea exacta de las Fortingall, en Escocia, que se cree de tr s mil. diferencia profunda que eparan el perro francé de * las e pecie _ingle a que la comparacion de los dos "" Accion de los ácidos anhidros sobre las b ases zarcero representado en el grabado adjunto. inguna a nhidra s .-Conocido es el experimento de M. Bour- de la cualicladc que nosotros bu camos en nuestros s,r, que demue tra cómo obra el ácido ulfúrico anhidro pequeño perro de caza e encuentra en ellos, y in obre la barita de prendiendo una enorme cantidad embargo e o perros · ou mantenido en la pureza de de calor y hasta de luz. Había en apariencia una ex- sus aptitude buscada al otro lado del estr cho. o cepcion á las leyes normales de la con titucion de la podemo dejar con todo ele eñalar una emejanza y al e , en que el agua interviene iempre como elemento no otra co a,-que con iste en que cada raza ele perros con iituyente. En un trabajo pre entado por M. Duma corredores es doble en ambo países, estando formada á la Academia de ciencias de París demue tra M . Bépor tipos de pelo á pero y por otros de vellon nave. cbamp que, por el contrario, el hecho e ab olutamente Ha ta e to 1ütimos tres año se ·hallaba de tm exgeneral, y que todos los ácidos anhidros obran del tremo á otro de Inglaterra un zorrero de pelo á pero y

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LA

e pe o, completamente diferente de lo Skyes, los Dandies y lo York hire azul y fuego. L o m.is curio o es que con frecuencia se le llamaba escocés-h1c11 a non lucendo,-sienu.o completamente desconoci 1o del otro lado de la Tweed. Se parecía perfectamente al perro actualmente apellidado zarcero de pelo á.,pero para la caza de la zorra, pero casi siempre llernba sobre el cuerpo un , ello u largo, de una te,;tm·a más gro era, y n harba era mucho más prominente de lo que hoy se prefiere. 'ea de e to lo que fuere, hace má de ochenta año qne la raza de e tos tipos apreciados exi ·te en la familia de L egard. Blamble y T oppe1· reunidos en nuestro grabado, son

lo dos mejore tipo , pero ni uno ni otro tienen las fal as costillas bastante profundas para alcanzar la perfeccion, por lo demas bastante rara. El color preferido en todos los zarceros que cazan la zorra, es el blanco m:\ ó méno. manchado de fuego ó neo-ro ; muchos on negros ó fuego, siendo todavía más los de color o-ris y leonado; otros son de un !21:is oscmo ó rojo, pardos y hasta del color ele los tejones. Como {rntes se cortaban las orejas á todo lo za:·ceros, e imposible decir i eran ordinariamente derecha caídas ó en forma de tulipan · ca i nadie las Ita visto. P ero es probable que el antiguo zorrero tuviese la oreja como el moderno, es decir, m1s ó ménos dere•

El zarcero de pelo áspero para la caza de zorras.

cha, áun en los más pertectos. Este carácter constituiría por sí solo una diferen cia profunda eµtre estas razas y la francesa, pues una oreja derecha ó medio caída sería eu Francia,para considerada como igno indudable de ba tardía, ba tando i rechazar el tipo más airo o. En todo caso sólo en 1872 y despnes ele empcfinda di cu ión e creó un a clase especial de Rour;h Fox T erriers (zarceros de pelo ú pero para la caza ele la zorra) en la expo icioue. para admitir los perros ele que 110 ocupamos aquí. Se llamó tambien Broken hairetl ó de pelo desgreñado, considerándose como sinónimas ambas denominacione . Uuo de los más hermosos

ejemplares, Venture, ha siclo reunido hace algr,nos años en Carli le con perros para la caza de nutrias. Una co a importante e la calidad de la lana espesa y uave que existe por debajo de los grande pelos y que preserva al animal del frío y de la humedad; Yale mas que sea corta y apretada, que lar"'a, pue se seca más clep1isa y no conserva la humedad indefinidamente. H. lJE BLANCHERE . PROPIETARlOS GERENTES PE LWJO HERMANOS .

l\ladrid: 1877 .-Tipografía-Estereotipia P1-:11orn.


Núm. 5.-29 Diciembre 1877.

LA NATURALEZA

EL ORESIDRO LISTADO. En el mar que baña la parte Sudeste del .A. ia y las isla , que geográficamente dependen de ella, los pescadores cogen á veces en sus redes unos curioso animales de cuerpo prolongado, de pequeña cabeza y ele cola aplanada como un remo, cuyo cuerpo casi siempre presenta li tas blanca ó ne,,ra ; estos anímale son las serpientes de mar, extrañas por sus costumbres y temibles por el mortal ,eneno, ele que la naturaleza ha provi to los ~anchos que arman su. mandíbula . Con estos reptiles, cuyo veneno es tau sutil, e en cuentra á Ycces otro, parecido por su :fi onomía y co tumbres generales ti, las serpientes de mar venenosas ele las cuales se distin"ue demasiado para que pueda

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serles reunido. Léjos de ser escamoso, el cuerpo y la cabeza llevan tubérculos granulosos y como enga tados en una piel fina y arrugada. Los de la e palda son ligeramente prominentes en u centro y puntiagudos los del vientre ; la línea media está marcada por dos ó tres filas de escamas di puestas al trc bol i.llo y cuya puntas casi se tocan · el cuerpo e comprimido y el vientre ligeramente carenado. Un anillo de tubérculos algo mayores que los dema limita la órbita. Las narice abiertas por cima del hocico, son ,crticalcs r terminan en un tubo, que un repliegue membranoso puede cerrar. La cola en forma de remo recuerda la de las serpiente de mar veneno as. El color es generalmente negro, la cabeza pintada de pardo; la cola lleva manchas blancas redondeadas y

EL CRE;::,lDRO LISTADO.-Segun el individu:> actualmente vivo en la j aul:i de reptiles del Jardín de plantas.

el cuerpo lista transversales ele forma ovalada; el ¡¡,nimal ca i negro á vece , e tá adornado de pequeña Ji tas estrechas colocadas á ambos lado del cuerpo; otras Yeecs, es blanca la carena ventral, y al"una. lista estreclrns ocupan lo lado ele la regiones inferiores del cuerpo. En ciertos individuos el cuerpo e negro y tiene ancho aiúllo amarillo , interrumpidos en el dorso; la cola está li tacla de amarillo y la cabeza adornado con manchas del mismo color; la coloracion par ce estar sujeta á grandes ,ariacione , aunque tengan todas lugar en un mi mo sistema. En otros, el cuerpo está diY:idié!.:) por listas parduzcas, transversales é inco11:pletas, siendo de un cv'.or amarillo-gri áceo los espacios que separan estas listas, y la parte s uperior ele

la cabeza parda con manchas y pu ni.o amarillo . El tamaño no parece exceder ele tre pié~. E l animal que acabamos ele ele cribir brcYemcntc, es conocido por los naturalista bajo el nombre de ere idro li taclo ó acrocordio granulo o. Forma parte de una pequeña y miosa familia de serpientes, que para uno e coloca junto ::i las ele mar propiamente clicha , miéntra debe, segun otro , ocupar un punto inmediato á la boa . E ta familia de lo acrocordio e caracteriza cumplidamente por los tubérculos que en ,ez ele placas córneas cubren el cuerpo. En el xenocl rmo la parte inferior del vientre lleva anchas placa , m:iéntra la cabeza, la costillas y ]¡¡, parte uperior del cuerpo e tiín I rovi tas ele pequeños tubérculo ; en. el 5


LA NATURALEZA

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acrocorclio y el cresiclro no se hallan. en todo el cuerpo más que tubérculos engastados en la piel. El cresidro listado ha sido hallado á orillas del mar en la penín sula de Malaca, la bahía de Manila, á lo largo ele la costa de Coromandel, en Java, en Samatra, en. Timor y en. la Nueva Gu:in.ea. D e Saigon. procede el :individuo que en la actualidad posee la jaula ele reptil es del Museo de historia natural, gracia al celo de M. Heckel, el sabio clircctor del Museo ele Marsella.

~ - - ·LAS ABEJAS AMERICANA S. Fué costumbre demasiado comun en escritores de otros tiempos atribuir á ciertos animales y plantas cualidades é instintos que distan grandemente de la verdad. Cuando estos dichos se deslizan ele la pluma ele escritores de nota, y por otros conceptos recomendables, generalizan ideas erróneas con pe1jnicio de la verdadera instruccion de las masas, que es á lo que en suma deben tender los libros. Era á mediados ele Abril ele 1876, cuando para distraer honestamente las interminables horas de :i bordo, tomé en mis manos Las l,:femorias de Ultrati¿mba, clel célebre M. ele Chateaubriand. El amigo que acababa ele dejar ese libro sobre la toldilla del vapor italiano Sub-América, había puesto una señal en el capít ulo titulado Viaje del lago Onondaga al 1·io Genesee ( en el Can.adi); allí comeucé la lectura. Lamén.tasc el autor del Genio del Cristianismo, que no se haya conservado el idioma francés en aquel país, en que varios jesuitas franceses predicaron el Evan.gelio á los indios ele diferentes tribus : ya de los Iroqueses, que vivían en república, ya de los Hurones, los cuales se hallaron con un r emedo de monarquía, pern harto diferente, sin. embargo, ele los Incas peruanos, bajo todos conceptos. Estampa Chateaubriancl en clicha carta la siguiente cligresion en estas frases : «Se ha notado que las abej as suelen precederá los colonos en sus descubrimientos; si.nen de vanguardia á los labradores y son símbolo de la misma industria y civilizacion que van anunciando.» «Llegaron á América, ele donde no son naturales, siguiendo los buques de Colon ; pero á fu er de conqui stadores pacíficos, sólo se han apropiado en aquel J uevo mundo, de flores; tesoros, cuyo u so ignoraban. los ínclígenas, y sólo se hao servido de estos tesoros para euriquecer el territorio de donde los sacaban ..... » :No puedo expresar la sorpresa mezclada de asombro que me causó la lectura de los párrafos transcritos, igualm ente que á otros pasajeros que veníamos del Rio de la Plata y nos hallábamos á la sazon frente al Janciro ; puesto que todos sabíamos las muchas clases de abejas que existen en todas las comarcas americanas, y l a mayor parte ele sus variados nombres. «Pucliera el buen vizconde haberse ahorrado unas afirmaciones tan plagadas de inexactitudes corno faltas de oportunidad.>> Así elijo un caballern francé., que no acertaba á comprender lo que quiso decir el ilustre Jite-

rato cou esa, ligiímoslo así, licencia poética, in cli culpable en un h ombre que había ademas vivido eu América. Y a que por falta ele aficiou á la historia natural, elejase Chate::mbriancl ele distin o-u.ir los caracteres ele la8 abejas indígenas clel N nevo Mundo ele las que tambi.en h ay importadas de Europa, habríale bastado leer los muchos libros qne en español y portugués habían e. crito ya entóuces muchos misioneros para no ignornr ·que no só10 había abejas en América, si.no multitud ele especies diferentes . Lo mismo el P . Simon de V asconcellos en las Couscts clo Brazil, que Gumilla en el Ori110co ilustrado, y más de doscientas obras descriptivas, ya impresas cuando el poeta francés escribió susl,{emorias de Ult1·aturnba, le habrían sacado, y fuera m ejor, ele un error corno el que apuntamos. El sabio madrileño Pedro Lozano en ·u libro «Descripcion cborognífica del terreno, Rios, .,\.:rboles y animales ele las dilataclísimas Provincias del gran Chaco Gualamba.» Escrita por el P . P . Lozano ele la compañía ele Jesús. En Cordoba, en el Colegio de la Asuncion 1833; dice entre otras estas fras es : «Las abejas que fructifican con tanta dulzura son siete especies, qucclistinguiremos con los nombres que les dan en su lengua los indios Lules, uua. de las Naciones principales del Chaco. Abeja Yamacucí, que su ena en español abeja mestiza ; es del tamaño ele una mosquita roja, como las que se crian en el vi110 . Estas labran rica miel y prccios11 cera ele color amarillo. AbQja Ym;ialawá, que es semejaute á las abejas ele Eru·opa, aunque algo menor. La miel y cera es la mejor entre todas las especies, y tira á blanca. Abeja negra menuda, dicha por los indios Aneacuá : tiene colmena debajo de tierra, y su miel agridulce. Abeja Cueslmnmeacá, labra miel rica, pero sin cera como las dos que siguen, etc. >) Da una relacion de las Coc¿lcecfaci¿á ele miel dulcísima que cuelga sus panales, en fo rma de cantarillas, de las ramas de los árboles, que es la que en casi todo i:,ub-América se conoce con el nombre ele Camoati. Ademas, clel mismo Plata es la llamada Cabatatú, cuya miel embriaga ; la L echilmama y otras especies. Fuera larguísimo el catülogo de nombres ele las abejas, segun las diversas lenguas ele aquellos naturales; nosotros tenemos mfis ele cien voces sacadas de los vocabularios de las lenguas americanas; clesLlc la palabra Inmertete que emplean los tekiuiras de la Tierra del Fuego, hasta la voz Xicote de los mejicanos : y deriva. la ele ésta la voz Xicochiinalco, cscmlo ó defensa contra las abejas. Véase, pues, como no sólo había abejas en América, sino que los inclios distinguían sus especies con nombres diferentes, segun sus cualidades. Todavía en Cuba, donde la miel constituye un ramo no despreciable ele comercio, distinguen la abeja indígena ( llielipone ci¿bensis) con el calificativo ele criolla; y ú la europea la dicen de Castilla. E l P . José Gumilla cu su Orinoco ilustrado, clice, hablando ele las abejas de aquel territol'Ío. «Es tanta


LA NATURALEZA la abundancia de enjambres, que no se h alla palo hueco Je árbol ni rama cóncava donde no se halle colmena abundante de rica miel, la que sacan con facilidad agrandando la puerta de las abejas, 6 derribando y raj n,nclo el t ronco, siu temor ele ellas, que no pican ni gastan el aguijon de las ele acá (1), y luéo-o vuelan Y se van á buscar otra rama hueca. Es tautn, la miel que recoo-en los indios, que por un cuchill o venden inco frascos de ella despucs ele despumada y colada, y todavía abundara más si una especie de monos no persigui era las colmenas.>> No puede así pom:rse en duda que, en el caso de que las abejas europea , parn ayudar miís el pensamiento tlc Colon, iguicsen sus carabela , segun clice Chateaubriand, y no ob tanto su afirmacion nos atrevemos ti dudar; en tal caso, decimos, se encontraron en el seno mejicano cou pcirientas p1·ó;1_:irnas. Bien léjos de desconocer los indígenas las dulzmas de la miel, constituía ésta uno ele sus regalos, co a que designan multitud de escritores; pero hay una antiquísima prueba de que los indio me;{:ica y otros de N neva España tenían en mucho ln, bhena miel. Con efecto, entre los preciosos libros mexica que se conserYan h echos en metl ó papirus y escritos con lo,: gcroglificos que en vez de l etras usaban aquellos inilios, es uno el que se titula Códice Lorenzana. Es este singular docnmcnto un Catá logo ele los piteblos ele la cordillera, con e,xpresion ele los tributos con que cada mio contribuía al emperador Motezrnna, cada sesenta dias y eu qué especie. Hay varios distritos que ademas de otros objetos, daban m ayor ó menor c~nticlad de tano ele miel; especie ele cantarill os ele barro cocido, no mu,v diferentes de los empleados por los alcarreños para traer la miel ti Maclrid. Todos e taban aclomaclos con una bella pluma de ave (2) . E l Códice Lorenzana, ya impreso en Méjico cuando el autor de las jJ [emo1·ias ele U ltratumba escribía sus recuerdos de América, es uno ele los libros que, consultados, podrían haber sacado de u error al poeta. francés. Los indios mezclaban ademas la miel con cierta cantidad de agua, y sometiéndola á una especie de fermcnfacion, les daba una de las bebida. embriagantes de que hacían mucho uso, a í como de la chicha y otra . Y eran tan duchos los indígenas de América en e ·e punto, que componían con la fc11nentacion el e varios frutos bebidas exquisitas, y como dice V asconccllos, tan buenas como los vinos ele Portugal. Nosotros mismos h emos bebido más ele una Yez la chicha, prefiriéndola á la sidra ó sagmdua en todos conceptos. (1) En Am 'rica hay especies que tienen aguijon; pero las más no le tienen. S . ('l) E l Sr . L orenzana, arzobispo de l\Iéjico, pul licú di cho Catálogo, co piando en grabados ele bronce las figuras gerog lifi cas y poniendo su igniílcacion. Di cha obra es ya rarísima y enLre las bil,\ioteeas públicas de Madr·id sólo la tiene la de San Isidro. Lorenzana fundó clespues la Universidad ele Toledo.

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Bien quisiéramo , á ser esto posible en artículos ele esta índole, hacer la clcscripeion zoológica de las abejas americanas que conocemos, citar sus nombres técnicos y clar una idea de los panales que cada especie construye; entre los cuales les hay ele mucho artificio, como los del Carnoati, que puede ver e n el Museo autropológico del D r. Velasco ; donde tambien la abeja Camoati está visible. Los panales del Cmnoati tienen la particularidad de no tener cera: las celdillas están separadas por medio ele una especie de fino pergamino que los industriosos insectos forman muy curiosamente, clispue tos en todo lo clcmas como los ele cera de las abejas europeas. El conjunto todo le cuelgan ele ramas ele árboles, casi siempre á alturas inaccesibles: el exterior le re,--istcn ele un a especie le masa dura aunque un poco flexible y uniéndole en sitio en que la rama ten o-a otros ramos, para dar m,\s seguridad á su obra que ha de ser combatida por los graneles vientos, sin que jamás logren arrancarlos . Ha.r varias especies que hacen sus panales en la tierra con no esca a industria, y suelen tener miel excelente : tal como la Lechiguana. Apénas hay bosque ni cañaveral de tacuaras donde las solícitas abej as no brinden el producto de su industria al viajante, y francamente, no sé ccímo á CliatcauLriancl, en sus cxcui'Sioncs por el Canad:í., 110 le salieron miles de veces al encuentro, si es que él no las tomó por paisanas suyas equiYocadamcnte. FÉLIX C11Ho Y 8onn oN. DE CUBRIMIENTO DEL OXÍGEN O E X EL SO L.

Nueva teoría del e spectro sola r .

E l objeto del presente artículo es demostrar por mcclio de la fotografía, que el oa·íyeno ea:iste en el , 'ol, siendo su presencia acusada por las lz'neas brillan tes del espectro solar. No dando el oxígeno rayas oscuras como los metales, es preciso moclificar la teoría del c. pectro olar, no considcdnclola solamente como un espectro continuo con ciertas líneas procedentes ele la absorcion por una capa de vapores ele metales en fu,ion, sino como un espectro que presenta tambicn líneas brillantes y fraujas superpuestas sobre el campo del esp ctro continuo. Esta coucepcion no se limita :í abrir el camino del descubrimiento de otros cuerpo no rncfallicos (azufre, fósforo, selenio, cloro, bromo, yo<lo, ílnor, carbono, etc.), sino que tambicn puede cxplicnr que ciertas lin eas llamadas oscura s an interrnlos entre las brill antes. Debe comprenderse clarameute que al hablar aquí del espectro solar nos referimos al ele todo el di coy no al de una porcion limitada ó al del borde. En apoyo ele e te a erto doy adjunta la repro<luccion ele una fotografía del espectro solar, y para facilitar la comparacion, l a del espectro tlcl aire con algunas ele la s rayas del hierro)' rlel alumin io. Es clifíc:il h acer


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L A NATURAL EZA

coincidir bien los diversos cuerpos en una sola fotografía; por eso he escogido la prueba negntiva que mostraba con mayor claridad las coincidencias del oxígeno. Para completar esta observacion es preciso demostrar que las líneas del oxígeno se ven como rayas brillantes y que las del hierro estnn representadas por rayas oscuras. En razon ele la superposicion intencionada de los dos espectros, puede considerarse que ]a línea brillante del hierro en G (4.307) pasa por la raya oscm a de absorcion del Sol. Al mismo tiempo, la cuáclruple línea del oxígeno entre 4.3!5 y 4.350 coincide exactamente con el grupo brillante del espectro solar colocado encima. Este grupo del oxígeno basta por sí solo para demostrar la existencia ele dicho cuerpo en el Sol ; pues no sólo cada uno de sus cuatro componentes t iene representacion en el e pectro solar , sino que la intensidad relativa y el aspecto general de las líneas son semejantes. En la comparacion ele los e, pectros tle los elemen-

tos y del Sol no se ha atribuido suficiente importancia al aspecto general ele estas líneas, excepcion hecha ele lo concerniente á su posicion : en las reproducciones fotográficas este punto aparece con manifiesta importancia. . Debe llamarse la atencion sobre las dobles lineas 4.319 - 4.317, 4.190 - 4.184, sobre la raya simple 4.133. L a del oxígeno más intensa es la t riple línea 4.076-4.072-4-.069 ; tambien aqtú se nota una h ermosa coincidencia, aunque el espectro del aire parezca proporcion almente mucho m ás intenso que el solar. Pero es preciso recordar que éste es influido por su paso á t raves del aire y que el efecto de absorcion se produce principalmente en la extremidad violeta del espectro. Algunos experimentos, hech os en el verano de 1873 por H . Draper, demuestran cuánto aumenta esta absorciou local con el espesor del ail'e; y así, para obtener el espectro ultravioleta á la puesta ele sol, h ace falta un tiempo closcieutas veces mayor que al medio clia.

LEspeclro del sol y del ox igeno y ázo e dd ,ú,·o. (cie¡,tt il una futo ..\rafia de Henry l)r;i.per.) O, indica el oxigeno; Az, el ázoe; Fe, el hierro; Al, el alum inio. Los números colocados por encima del espectro del sol so:1 las longitudes ele onda. G, h, Ji, son las li neas domina nles del so l en la extremidad vio leta del espectro. El punto princi¡,::ll que debe nolarse ·es la coincidencia de las lineas brillantes del oxigeno con las lineas brillantes del espectr o solar.

Estas investigaciones son mucho mús largas y.difíciles ele lo que puede decirse, á causa de las numerosas condiciones que han de reunirse para sacar una bu ena fotografía. Es preciso llevar el oxígeno á una incandescencia por una corriente eléctrica, lo cual exige el empleo de un motor de movimiento uniforme y ele la fuerza ele dos caballos, poniendo en accion la máquina de Gramme, cuya corriente se transmite á una gran bobina de Rhumkorff á través de un interruptor Foucanlt. Esta disposicion debe producir cerca de 1.000 chispas de 10 pulgadas por minuto. Estas chispas se han de condensar en una batería de botellas de Leyden cuidadosamente proporcionadas al tubo ele Pli.icker. Al mismo tiempo es menester que el helióstato envíe un rayo de sol, que el aparato óptico ele la henclidma, los prismas, las lentes y la cámara estén cuida-

closamente dispuestas y que los focos se hallen bieu regulados. Además, la iustalacion del laboratorio fotográfico debe ser bastante completa :i fin de poder preparar placas de colódion húmedo, capaces ele soportar una exposicion de quince minutos y un clesarro11o prolongado.

EL 'l'E ~IBLOR DE TIE RRA DEL

E

8

11E OCTUBJ\E DE

1877

I1'ALIA~ SUI Z A Y F R ANC I A ,

Generalmente se consideran los temblores de tien a como fenómenos excepcionales, y afortunadamente es verdad t ratándose ele cataclismos que destruyen las ciudades, abren inmensas grietas en la tierra y causan la muerte ele poblaciones enteras; pero las oscilaciones


LA

ATl RALEZ

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fué ligeramente herido por un de plome en otra locadel uelo que e hacen sentir como una simple conmolidad.» cion son tan numerosas como la mayor parte ele los A las ciuco y doce de la mañana el temblor de tierra fenómenos meteorológicos. Ri se suman los caso obha sido en Lyon ondulatorio del 'udoeste al oroeste. servados en la mayor parte de las regiones del globo, «Durante clo" segundos próximamente, escribe M. Charse llega á veces á una cifra tan elevada como la de las lan :i Gastan Tissandier, be oido un núclo sordo que tempestades, rayos ó torbellinos. venía del MediocUa parecido al rodar de un coche ligero Las oscilaciones del su elo, léjos de ser fenómenos raro , entran al contrario en la clase de los que la na- cou la velocidad del rayo . En este momento los acudimientos eran bastante inten os para hacer crugir los turaleza pone habitualmente en ju go en la uperficie entarill!.ado ; de pues (hecho muy curio o) el ruido del esferoide terre tre. Los temblores de tierra como toda las manifestaciones de la fuerzas natmales, obe- ce ó dmante uno do egundo y la oscilaciones parecieron di minuir y de golpe dejó e oir un ru!2'1do que decen eguramente á leyes inmutables; i la fi ica del globo no la l,a descubierto todavía, si es temeridad_ parecía Yenir entónces del Norte y dirigir e al nr. Durante do segundo más fueron en ibles la aet..formular l1oy hipóte is y bu car el lazo de union que didas con miís inten idad que en el primer período. deLe ex.i tir entre los fenómenos sí mico y lo: atmosLa duracion total del fenómeno fué de cuatro ó cinco féricos, con todo es útil regi trnr los hechos, los cuales segundos próximamente.)> son los materiales más sólidos del edificio científico. La conmocion fué particularmente apreciable en la Tal hace Gaston Tissanclier todo lo completamente que e posible, Croix-Rou se sorespecto al tembre toda la verblor ele tierra del tiente ele la me8 de Octubr de seta que mira al 1877. En el mapa aonc. Gran míque acompaña á mero de per onas e to artículo ha , e hau_de perta.subrayado los do ele pavoridas. punto , donde Lo reloje e han han sido percepparado; cierta tibles lo acudibate1ia decocina mientos. colgada ele lapaMuy inten a red en una ca a fué la sacudida de le Grande-Coen el Norte ele te producían un Italia. ruido retumbante Durante todo Los mueble eran el día 8 se han levantado . En el sentido e o n m oboulevai·d de la ciones en lalc iCroix-Rousse ha na, ya fuerte , ya habido mueble ligeras; y eguiechado por tierdas de un rumor ra y vajilla rota Mapa del temblor do tierra del 8 de Octubre ele 18~ 7. subterráneo. «A en alguna casa . la ~cho y veinte Tambien fué muy minutos de la mañana, escribe un tcstigc, ocular, tuvo fuerte la conmocion en aint-J ust; las casas fueron salugar una muy fuerte, más fuerte que ninguna de las cudida . En el interior de Lyon han llamado las camque se han dcjndo sentir desde hace.mucho tiempo. o panilla . En Edully, en una propiedad de M. D., se describiré los ligeros desperfectos sufrido por al o-unas rompió un barril de ao-ua derramándose el líquido. casas, ni los muros y chimeneas que se han desplomaEn aint- ymphorien-d'Ozon, la acudida lia ido má, do, ni la grieta abierta en alguna calles. Tambien violenta. Las per ona que estaban aco taclas o han pasaré en silencio lo fenómenos que e han producido despertado obre altada y muchos, creyendo que u en las agua , algunas de la cuales han cambiado de ca a e ele plomaba, se han puesto de un alto en color. mitad de la calle, en traje de lo más ligero. Ha ta lo »Grandes ma as de tierra e han desprendido de la perros so han dejado dominar por el espanto lanzando montaña . U na de ellas ha, alcanzado á un pobre padre aullido plañideros. de familia que hacía leña con su hijo en el bosque. El De lo elatos recogidos en Grassier, Divonno, ai..ntede graciado trató de huir, pero fué alcanzado y transCroi..'{, Chietre , Morat, Riex, d'Aigle, Bex, Ro inieportado por l desplome á algunos metros de clistan- res, etc. , sobre este temblor de tierra, resulta que en cia. Su hijo se alvó bajo un montan de leña. El padre Suiza e extendió por toda la parte occidental y sepno ha muerto, pero t iene un brazo roto y varias heri- tentrional ele de Basilea á Ginebra. das graves, que ponen su vida en pel igro. Otro jóven En Be. all(;on la saoudicla se ha dejado sentir sobre


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las cinco ele la mañana. Para algunas personas, la impre ion ha . ido la ele la caida ele un mueble en la casa, seguido ele un n 1iclo en el cuarto Yecino. Otros se lian sentido agitar en cama y so hau levantado e. pautados. A lo·unos, :finalmente, han percibido la sacudida y el ruido acompañado ele un chischas del globo le la • Umpara. Sabemos que el mismo fenómeno se h a ohsenado en Baume, lo cual iudica que la conmocion ha debido extenderse á una distancia considerable. Por lo demas, ha coincidido con un do cen o . ensible del barómetro y con un brn eo cambio de la direccion del Yiento. Esta perturbaeion atmosférica en Besan9on ha traido la lluvia en lugar del cierzo frio que reinaba ,desde algunos días. En el Jma las oscilaciones se han prolongado cierto tiempo ; han siclo bastante fue rtes para despertar á muchas personas acostadas tod:wía; los que estaban levantados han salido inmediatamente llenos ele ansiedad. En el Del:finado la sacudida ha tenido lugar del Sndoe te al Noroeste, habiendo siclo ele corta cluracio1·, de tres segundos :i lo sumo. En Chambery ha ido acompañada ele un nudo sordo, bastnute parecido al que produce uu carro muy cargado. La comnocion ha durado cinco ó seis segtmdos. Las ondulaciones parecían dirigir e del Nordeste al Sudeste. En muchas casas, los mueble han mudado ele sitio, las bandejas se han caiclo y las vajill as roto. Muchas chimeneas . e han agrietado. Los muros l1an sufrido un movimiento ele oscilaciou que ha ocasionado :i muchas personas una profoncla impresion ele terror. El temblor ele tierra ha siclo bastante intenso en la Alta 'aboya, en Bonneville y en Sainto-Gcoire. En el departamento ele Saone-et-Loire, la oscilaoion h a tenido lugar dos veces con un intervalo ele do eguuclos, segun Basroger. La primera sacudida h a siclo débil é instantánea ; la segtrncla ha durado tres seg~uclos, fué más intensa que la primera y suficiente á despertar algunas personas en sus camas, hacer temblar los cristales y ha ta los muebles en las casas. E l fenómeno lia parecido comparable al temblor que produciría en el pi o segundo ele una casa situada cerca del forro-carril, un tren pa anclo á toda velocidad. E l Dr. L iepce, hijo, ha publicado sobre el fenómeno, observado por él en Pont-Charra-Siu-Biécla ( Isere). q:Al período ele las fuertes presiones observadas durante estos últimos dias, sucedía desde anoche, domingo 7 do Octubre, un descenso lento y gradual del barómetro, cuando esta mañana 8 tí las cinco y once minutos (tiempo de París), se dejaba sentu: durante dos segundos la primera sacu dida del temblor do tierra dirigida del Nordeste al Sudeste ; clespues de un i ntervalo igualmente de dos segundos, un nuevo sacudimiento ha hecho e tremecer las casas lJasta en sus cimientos ; éste fué m::ls intenso y duró tres segundos. La trepidacion puso en movimiento las campanillas ele los relojes, las baterías de cocina, las tejas sobre los techos despues ele haber ido procedido á distancia de un n u do sordo y profundo, comparable al paso do un

tren lol forro-carril. A l mismo tiempo, las casas han oscilado sobro suba e como i les faltase el suelo, y los habitantes asustados h an salido precipitadamente.» En Belfort, muchas sacudi las ele una cluracion total ele cu atro :i cinco segnn clos, dirigidas de Norte ú Sur, se han dejado sentir cutre las cuatro y las cinco ele la mañana. Las o cil aciones del terreno no parecen haber tenido gran intensidad en esta localidad. En Moutiers (Saboya), el fenómeno o ha verificado á las cinco y treinta minutos do la mañana. La sacudida ha durado catorce segundos, del orcleste ·al Rucloe te. El ruido del temblor se a emojaba al del vapor de una locomotora en el momento ele ponerse el tren en marcha . En Wfolhousc, l as sacudidas tnvicron lugar á .las cinco y quince. Gran nümero tle habitantes fueron bruscamente despertados. Afia.diremos que el primero ele Octubre á las ocho y quince minutos, tiempo medio ele Roma, el abato Bruui ha comprobado en el Observatorio de Couio una sacuclida de temblor ele tierra que duró próximamente tres segm1clos. Los barómetros han descendido inmecliatamcnto 2 milímetros. Esta acudida I arcce haber Rielo local. No ~os detendremos más en describirla. Para resumir lo concerniente al temblor de tierra del 8 ele Octubre, nos limitaremos á decir que se ha dejado sentir en e] Este ele Francia, siguien do direcciones yariables, desde Ilolfort h asta V alonce y desde Lyon á la frontera ; en Suiza, en toda la parto Occidental y Septentrional; y el Norte ele Italia húcia la regiones del rorcleste. Parece que por regla general se h an percibido do. acucliclas sucesivas.

~ - ,D JST RIBU CIO N DE LAS AGUAS E N FLOll ENC fA.

Desde h ace alg un os a ñ os la municipalid_ad de F loren cia, sig uiendo la iniciativa de s u inteligen te sín d ico P eru zzi , h a h ech o con struir p ar a la d istrib ucio n de las ag uas m áq uin as v ulgarmente llamadas máquinas ele S . N iccoló; á causa de s u proximida d á la p uerta de est e no mb r e . E l local q ue _las con tie ne, eeig ido co nform e á los pla n os del ingenie ro Caneva ri, está sit ua do sobre la orilla del A mo y a l b orde mi s m o del rio . L as agu as qu e deb en se r d is trib u idas en la ciudad , se r eunen en 1a. par Le inferior ( en el thah veg) de una serie d e colin as lla m adas Co lli; pasan primero por d os cám aras filt ran tes donde se purifica n y desp ues van a l dep ósi to . Este corresponde á la sit uacion de la sala de m áq uinas y se hall a sobre el nivel del A rn o, te nien do u na capacidad ele 4 .000 me teos c úbicos . Tomadas e n el depósito por las b o mbas, las aguas son llevadas ú los di s tin tos ban ios ele la


LA _1, TURALEZA ciudad por conductos ele funclicion ele 0,80 de diámetro. Las aguas tenían que dirigirse á la orilla derecha del Amo, y n o era posible colocar bajo el tablero de un puente cond uctos ele un diámetro tan co nsiderable. Esta d ificultad que había de ser vencida hizo nacer una constr uccio n muy notable: un túnel bajo el r io . Se llega i la entrada del túnel desde la sala de las máquinns, por un a escalera en esp iral muy cómoda y bien iluminada. Este conducto subí1uvial pecsenta una seccion elíptica de dos metros de altura sobre 1,40 metros de amplitud m,hima, hallándose á nu eve metros por debajo del nivel ordinario del Amo, que corta oblicuamente clieigiénclose paralelamente á la presa lla mada Pesca.ia. y á cuatro metros por debajo del lecho del rio . L a galería desemboca en los i;ia.li de la orilla derecha y tiene una longitud de 150 mcLros próximamente. La red de conductos comprende un trayecto ele 7.000 metros, siendo ele 44 metros la altura múxima, á q uc se elevan para llegar á la colina de la Q Llercecl. Hallándose todos los depósitos subterráneos expucslos á filtraciones, están construidos con los mayores cu idados y seg un las reglas que rigen las obras hidráulicas. En cuanto á las máquinas m ismas, forman dos grupos : uno de motores de vapor; el otro ele bombas aspieantes é impelentes. E l movimiento puede imprimirse á estas máquinas, sea por medio de dos turbinas ó por las fuerzas combinadas del ag ua y del vapoe, segun las exigencias· del servicio. Cada turbina produce un trabajo máximo ele 160 caballos y da 10 vueltas por minuto. Sobre el eje, que es vertical, está enchufada una rueda cónica que engrana con dos ruedas ele eje horizontal, las cuales transmiten el movimiento do rotacion al árbo l ho rizontal y por éste á las dos bombas pa readas que aspira n el agua del depósito para elevarlo hasta la cámara de aiee, el cual, h allá ndose en cantidad variable á causa de la llave, forma una almohadilla elástica que ev ita los gol pes de ariete, que podrían causar las masas de agua en movimiento. Las bombas son de eje horizontal; el cliáme~ro del pi1?ton es ele 500 milímetros. La presion para que están calculadas es ele nue ve atmósferas, si bien rara vez pasa ele cinco . En la extremidad del árbol moLot· se encuentra u n contador q ue indica el númcr ele vueltas del motor desde las unidades ú los millones. Cada úrbol motor lleva además do las del á ngu-

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lo una rueda dentada que puede ser puesta en contacto con la motriz ele las máquinas de vapor. E l ongrnno ó separacion ele estas ruedas entre sí puede obtenerse por medio ele los manguitos ele uni on, de modo á poder h acer soli dario ó independiente del movimiento de las turbinas el de las máquinas. Las máquinas ele vapor, en número de dos, tienen cada una dos cilindros pareados que representan una fuerza total ele 320 caballos, lo cual da 540 para el total del trabajo ejeculado po-r las turbinas y los motores de vapor simultáneamente . Las máquinas de S. Niccoló proceden de la casa Sig l , de Viena. La cantidad de agua s uministrada por las cuatro bombas, es de 150 litros por segu ndo ó sean 12.960 metros cúb icos en las veinticuatro horas. Siendo ele 176.000 al mas la poblacion de F lorencia, corresponde un promedio de 72 litros ele agua á cada habitante por día. Esta proporcion es de las más ventajosas; pues para calcular el ag ua en las ciudades, se acostumbra á tomar por base un máximum de 50 litros al dia para cada habitante . LAS GRUTAS DE LOS BAJOS -ALPES. Desde que, gracias á las numerosas publicaciones que se ocupan hoy del pasado del hombre, se ha comprendido bien el interes que pueden tener para la historia ele la humauidad las exploraciones minuciosas de las cavernas, vénse investigadores animados ele un ardor nunca bastante aplaudido, abordar sin vacilacion esta tarea tan ingrata como laboriosa. Aunque tardíamente arrastrada por el movimiento general ele las investigaciones prehistóricas, la region alpina ele Provenza, dotada muy e pecialmente en cuanto á excavaciones naturales por la coustitucion litológica ele su suelo montañoso, no podía escapar á esta necesidad ele nuestra época. Entre los puntos más favorecidos, el va1lc ele la Durance e hace notar obre todos por la multiplicidad de sus grutas. Para dar sólo una prueba diremos que en un radio ele alguuas leguas alrededor ele isteron y ele Gap se cuentan una decena todas más ó ménos cqnocidas, pero ca i inexploradas, y entre las cuales debe citarse en primer término la ele Saint-Vinccnt, cuyas considerable dimensiones facilitarían su e2..1)loracion, si no e tuviese situada en el corazon ele los lpes á 2.500 metros pró2..-imamente del lugar ele .A..uthon y á 22 kilómetros ele la poblacion más inmediata, Sisteron, cabeza del partido. Aunque protc 0 ·ido por una capa espesa y muy resistente ele estalagmitas, el suelo de esta gruta, cuando ménos hay que lcsear1o no con. ervan't por mucho tiempo una virginidad que laña á lo intereses ele la ciencia; y no mueve á creerlo que las vi itas h echas


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LA NATURALEZA

por algunos atrevidos exploradores, ele que pronto hablaremos, dejan presumil' la existencia de numerosos fósiles de gran intel'es. En una~de las pnrtes que ~onstituyeu esta rara excavacion, el sótano (ele una profundidad ele 5 metros próximamente), se han encontrado en m eclio de una capa ele estalagmitas huesos ele itrsus, uno ele cuyos húmcl'OS estaJm perforado. V olYerémos á ocuparnos ele esta gruta; por el momento bastarúhacer constar que las exploraciones, cuya realizacion desearnos de todas veras, seríaná la vez muy costosas y muy penosas, pues he adquil'ido ya el convencimiento de que para alcanzar el resultado propuesto, sería menester no sólo perforar, como hemos dicho, una c'spesa capa ele estalagmitas, sino levantar una cantidad enorme de blocs calcáreos. Por órclen de dimensiones, primero, y luégo :i causa ele las exploraciones frnctuo as, de que ha sidó objeto, debernos citar particularmente la gruta ll amada Troit ll'Argent. Se ignora el verclaclero orígen de esta clenominacion singular ; nosotros dejaremos de lado las fab ulas que t ienen la pretension de explicarla. Lo que nos interesa es conocer los resultados de las inve tigaciones tan inteligen-

ciencia, pusieron manos á la obra en el corazon de. una estacion tórrida. En los primeros dias de Julio, el pico resonaba por vez primera bnjo las bóvedas rebajadas del 'l'roit d'Argent, y despues ele seis dias ele tenaz trabajo, cuyas penalidades eran duplicadas por el calor y la sequía, nuestros intrépidos explo1'adores descubrían no solamente los objetos preciosos para la historia de la humanidnd, de que vamos á dar la lista, sino tambicu unn segunda excavacion, situada :i 150 metros de la primera, cuya existencia uaclie había sospechado. Esta gruta llena de promesas será pronto visitada; tienta tanto más á nuestros exploradores cuanto que, est.ando completamente obstruida sn única entrada, ha debido escapar en todos los tiern¡ os

Fig. 1.-Fragmento de húm ero humano perforado, hall ado en la gruta del T 1·ou c!'A1·gc11t.

tes como llenas de perseverancia, en que se han ocupado tres habitantes ele Sisteron : Rector Nicolas, conductor ele puentes y caminos, Gustavo Tardieu, distinguido farmacéutico ele esta villa , y Emilio Parcligon, empleado ele caminos y puentes, cuya amabilidad ha permitido al director del museo ele Marsella, el profesor E. H eck el, comproba1• de visu los resultados que vamos á referir. Los trabajos no empezaron hasta los primeros días de este verano, tomando orígen en una circunstancia fortuita. La grnta del Troit d' Argent era apénas conocida por algunos raros curiosos ele la naturaleza que habitan en esa region, cuaudo investigaciones judiciales le valieron cierta nomb.radía. Servía en efecto de madriguera :i salteadores de caminos. Este solo h echo bastó á d·espertar la atencion, y desde ese momento los -tres natmalistas de Sisteron, que h asta entónces no se habían preocupado m ás que ele llegar á la gruta de .A.uthon, resol vieron romper el encantamiento que pesaba sobre la montaña de la Beaume y expulsar de ella azadon en mano los espíritus misteriosos. Sin otra idea que su energía, sin más estímulo que su amor á la

Fig. 2.-l,lcdallas cncohlradas en la parte superficial de la g ruta.

históricos ,Í, las miradas de los ribereños de la Dara nce. Excavada á lo largo ele la montaña de la Beaume, que hace frente á Sisteron, sobre la orilla izquierdn del ::tfl.uente del Ródano, l::t gruta del 'l'roit ll'Argent, que no miele ménos de 70 metros u.e largo, está provista de dos ab erturas practicnclas en el terreno calcáreo oxforcliano (jurásico) y diametralmente op uestas, (fig. 3), sien~lo Este-Oeste la orieJtacion general de la cxca,acion. De estas dos aberturas, la primera, de más fácil acceso, á pesar ele las rocas abruptas que la rodean , está casi obturada por dos fuertes blocs de piedra BB, colocados en la garganta de esa boca, miéntras la otra más estrecha, enteramente libre y de un acceso excesivamente á p ero á causa de las peñas calcáreas que defienden los aproches, está mí,s próxima á los cami-


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LA NATURALEZA

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·-- _ --~- _J3,o~--_J :- ____ _ __ . 15.co - -- --- - _ _.:.:_,. __ . 1,00--- .J

F1g. 3.-La gruta del Trou

d '.1l1·gent

on los Ihjos-.\lpcs.

A. Tierras completamente escombradas, que han suministrado l,1 mayor parlo de los ~ilex hallados hasta hoy.-B B. Blocs que

obturan parcialmente h entrada prinoipal. - C. Primer corredor bajo y accidentado. - D. Zanja abierta en la segunda gruta. -E. Húmero de oso.-F. Corredor bajo y estrecho que conduce á una tercera gal ería no cxplorada.-G. Segunda galería muy accidentada.-JT. Tercera gruta.-l. J. Abertura en fo rma de ventana, que toma luz en una roca cortada á pico, de más de 60 metros de olevacion.-K. Entrada accesible por medio do una escala de cuerda. ·

nos practicables. La una y la otra, distantes cuatro ki- ¡· J J completamente inaccesibles y se pueden considerar lómetros de Sisteron, se hallan á una altura de 1.000 como ventanas naturales destinadas á iluminar una metros próximamente. A pegran parte ele la excavacion. En sarde estas dificultades de 11ctodo caso, á pe ar de esta clisceso aumentadas por la inhosposicion, de los tres puntos ele ...,✓ "' ----~,.. pitalidad de U!1a zona enteraeleccion, las cámaras H, E y la mente privada de agua, ha sido boca A, esta última y la priya explorada con el cuidado y mer:i, son las t\nicas que tienen la pei·severancia bastantes para bastante luz para los trabajos. que los resultados adquiridos Eu esta parte A, donde estaba merezcan ser señalados y alensin duda alguna el hoga.r, se tados, no sólo por el iutcrcs han hallado fragmentos ele va1f :~ \. '#-' científico que despiertan, sino sijas en gran número y mu.' \ '<Y•.!fl f 1 tambien er¡ atencion á los que chos huesos ele rumiantes so' ! ' ..lfl, 111' 1 1 1 11 i ) · 1 · .,a' l(\ parecen deber seguirles en un bre todo y de carniceros (por 1 h• 1 1 •1 1 ¡···• porvenir poco lejano. Esta . 1 ' . ' determinar), entre los cuales se gruta, de sinuosidades mt\lti.encuentra un húmero humano : n 1 ~ ! j/' :;¡¡ ),,¡:: .) ples, se compone de una serie (fig. 1), perforado en sn cavi,/1 .· 1'' 1111\1 '1 de cámaras y corredores, de dad olecriana, completamente r, 1Ji,1 111 l!l,1. · :l. ,1.1;· los cuales hemos tratado de intacto, pero seccionado en sus ·: V dar una idea todo lo exacta que dos tercios inferiores, in dt~da cabe, por la doble representaalguna con un instrumento de cion en corte vertical y cu plasílex, del cual se han ele cuno (fig. 3). Se notará que estas bierto numerosos fragmentos . galeiias tortuosas están interLa situacion de estos restos rumpidas sobre la montaña Fig. 4.-Vasijas de un tipo inédilo halladas en la humanos, entre hue os ele anitallada á pico por dos abertmas males procedentes de la ali-

"' ,\ "\!~mi~I 1

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gruta .


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mentacion, u roüua intencionada debida ú un sílex .r que no es po ible atribuir ú tma amputacion (por má que la trepanacion fuese conocida en esa época), clan ca. i derecho á creer que la gruta ha sido teatro de ce_ cena. ele canibali mo. Riendo e t trozo ele hueso humano el único hallado ha ta la fecha en la gruta (excepto al o-unas falanges ele la mano), solamente la e_· cavacione ulteriore podnin confirmar ó de truir esta opinion por lo dema ya sostenida por autoridades nntropológica ; hacemos referencia á lo hábito antropofügicos del hombre de la edad de pieclra pnlimentnc.la. Numero o fragm nio de ya ij a muy ornamentada con impre io11 es cligitale han liallndo n la misma dmara A ; aproximada y soldadas con una l aciencia admirable por los inve ligadores de Si. teron, se ha podido reconstruir casi por completo una yasija ele dimen ione con itlerable . Al latlo ele estos o-igantes e mene ter colocar, aunque ballaelo en la zanja D una ,a. ija mimíscula intacta y de forma e pecial, n~·o tipo es hasta hoy inédito al méno todo parece hacerlo creer (fig. -!). E tas Ya ijas de un color ele tierra le iena, estún admirablemente conser,a<la ; damos u fio-ura de mitad de tamaño. Segun la opinion ele lo que han podido Yerla ha ta hoy debía ervir ú las maclres para hacer beber á u mús tierno hijo : aún l10y pa tores ele este país montañoso usan con el mi mo obj to las pezuña de sus cabra . En las tres enmaras y repartidos ca i por io-ual á una mi ma lJrofunclidad, e ha hallado una cantidad considerable de sílex tallados como ra padores, cuchillo flechas percutore etc., que de de luégo indican la edad á que pertenecian lo hombres que las han habitado. En la zanja D, que hasta hoy ha sido muy fructuosa, se han encontrado agujas de hueso fragmento de Yasijas e.le barro :r un trozo de marfil no ornamentado, que bien pudiera provenir de una clefcn a de mamuth. Para 110 omitir nada, diremos que en la parte compl tameni.e uperficial del uelo ele la ca,erna se han recocido tres m dallas, p rfectamentc consen·ada , cuya fiel imáo-en e tá representada en la :fig. 2. La primera e del reinado de Gordianu Pins III ( Gordiani Africcmi nepo ), nacido en 2;d lle J. C. Cé ar el año 23 , emperador el mi mo año asesinado en 244:. , e lee n la cara: Impemtor Go1·dianus Pius Felix A.ugustuc. La egunda es del reinado de Marcus .Aureliu Clodius Germanicus Gothicu , nacido en 215 emperador en 2G8, muerto ele la peste en 270. Se lec en la cara ele la medalla: Irnperator Ccesar Clcw lius A.ugustu ; y en el anver o : v~rtus A.ugustus. La tercera e de Julia Domma ugusta, nacida en l.J.(¡ y muerta de hambre en 217. e lee en la cara : Julia Pia F eli.c .d.ugu ta; :r obre el anverso : Juno Sculpsit. Tales son los restos má importantes que en algunas horas de trabajo asiduo han descubierto los im·estigaclorc de f- i teron, que se prometían hacer perder :t las grutas tlc lo Bajo - lpes su mutismo y solec.lad . eculares, arrancándoles los ecretos, que :ra no puecl n ocultar por más tiempo ;í la ciencia. Una punta, del yr]o qnr ubre e tos mi . terios rstá Jio.v dia Jcyantado

y e lamos ciertos de que vi to el intere científico que euvueh·e, se procurar:\ ra garlo enteramente, sobre totlo i no on abandonado á u olos r curso lo i1n-c: tigadores, que hau tenido el m érito ele empezar esta excayaciones á u expeu as . .Así es de e perar dela dmini tracionfrance a, quenorehusajamá u liberalidaues á los inve tigadore celosos. ~

LA

01IBU TIO_ E PO~T NE DEL CARBON Á BORDO.

El incendio y el abandono del an R ap lwel, han venido recientemente á despertar de nuc,·o los fundados temores que experimentan los armadores, cuando se trata de expedir un carg amen Lo de car bon á gran distancia. E l San RaJJhael partió en estas con licioncs de Liverpool para Valparaiso; cuando estuyo á la altura del Cabo de Hornos, se declaró el fueO'o en la senti na, teniendo la tripulacion que rofuO'iarso en los botos , dos ele los cuales fueron reco O' idos por un buque. Más tarde se tuYioron noticias del tercero; indígenas dedicados á la caza do becerros marinos, dieron cuenta á un misionero do haber descubierto los restos de ocho hombres y una mujer en una isla desierta, donde debían haber muerto de inanicion . Los documentos hallad0s junto á los esqueletos, dieron á conocer que éstos pertenecían á la tripulacion del bUL1ue indicado. La frecuencia de los accidentes debidos á esta causa, ha dado lugar á numerosas informacio nes, á consecuencia de las cuales, parece haberse aconsejado unánimemente la ventilacion do las sentinas, como modio preventivo contra la combustion espontánea. in embargo, la experiencia parece demostrar que cuanto más ventilados están los buques, tanto más frecuentes son los incendios . Hace algun tiempo, cuatro buque cargaron á un tiempo en Ne-,Ycastle carbon de igual calidad y procedente do la misma capa. Tres ele estos buques con rumbo á den, fueron cuidadosamente ventilados; el cuarto con destino á BÓmbay, no lo fué absolutamente . El cargamento de cada uno ele ellos se componía do 1.500 á 2.000 toneladas ele carbon. Los tres navíos ve ntilados se perdieron completamente, á cónsocuencia de combustiones espontáneas; el cuarto llegó ileso á Bombay. Repelidos hechos de la misma naturaleza no han bastado á debilitar la confianza ele los navieros y armadores en el procedimiento ele la vcntilacion. Una comision, compuesta del doctor Porcy y del profesor abel , fué nombrada


LA NATURALBZ .

para. averiguar las causas de estos accidentes, que clcsgeaciadamcnte toman á veces las proporciones de un desastre . E l informe ele esta com ision fu ó dirigido al Paelamcnto i nglés; concluye, que la vcnLilacion no es medio adecuado para impedir la combustion espontánea, sobre todo cuan do se trata de cargamentos transportados más allá ele los trópicos, señalando las condiciones que clan lugar á la inf'lamacion del carbon. Entre las causas predom inantes, es preciso colocar en pl'imera línea el desarrollo de ·alor debido á la accion química, resultante ele la oxielacion ele las sus tancias contenidas en el carbon. L a combinacion que mús favorece este desarro ll o ele calor, es la del azufre y del hierro e n forma ele piritas. La hum edad del aire faci li ta la oxiclacion, la cual Ya acompañada de un desp rendimiento ele calor, con frecuencia baslantc in tenso para inflamar el carbon; por tanto, es e\'iclcnte que todo aumento de ventilacion sirve únicamente para aumentar el vigor ele la accion química, procluciéµclose á menudo la destruc cion total del buque. Otro orígen del peligro res ulta de la presencia en las se ntinas ele gran cantidad d e carbon finamente dividido, en estado poroso, por decirlo así, es decir, ele su avidez para absorber y condensar en sus poros vo lúmenes bastante cons iderables de oxígeno y oleos gases, que no tardan á engendear un foco de calo r; pol' lo <lemas, la tendencia á la oxiclacion poscicla por el carbono y algunos ele sus compuestos, es fayorecida por la condensacion del oxígeno e n sus poros, lo cual hace más íntimo el co ntacto de las partículas ele oxígeno y el carbon. De donde el desarrollo de calor por la absorcion y el establecimiento ele la oxidacion que se presentan simultúncamcntc, á medida que el calor aumenta, la oxiclacion se hace cada vez mús enérgica, hasta que el carbon llega al punto de ign icion . La recluccion del carbon á polvo, producida ántcs y durante el embarq ue por una manipulacion grosera, favorece est;;t"s desgraciadas co ntin gencias. El riesgo ele la combustion espontánea a umcna considerablemente por la duracion del viaje · b importancia del carga mento transportado. 'n la mayor parte ele los casos, el in cendio surge n las nayes cargadas con más de 500 toneladas le car bon, con rumbo á la costa occidental ele la mérica del m, á an Francisco y á los puertos siúticos más allá del :\Ieditcrran o y el i\Iar ero. Ouateo por ciento ele los buques cargados ue partice0n pat·.i c.:;; 0~· destinos di versos, se pcr-

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dieron en 18711; sobre un total ele 31.116 naves así fletadas, sólo 1.181 ib an consignados á puertos distan les ; y mas ele- ci¡1co sétimos de los accidentes rcsullaroq ele la inllamacion del cargamento. En total hubo 70 incendios, ele los que 10 solamente recayeron en buques, cuyo viaje tenía por término un puerto eueopeo . Si se con iclcra que más de diez m illones y m edio de to neladas estaban destinadas á E uropa y mónos ele tees millones á lo p uertos ele As ia , ele A frica y de América, se comJH'cnclerii la influencia ele la dueacion de los viajes en la com bustion espo ntánea. Como ya se ha hecho notar, los navios mejor ventilados fuero n víctimas ele la mayor pa1-tc de los acciclcn les. En rc&úmcn, las co nclusiones de la comision son opuestas á la ventilacion de las se ntin as ele carga. Señala, aclenüs, los peligros q uc ciertas cali dades de carbon hacen co1-rcr á los buques, y obsc1·va que es temerario embarcar carbon piritoso húmedo ó carbon m en udo. En el cur. o de esta in for-macion se ha puesto de maniflcslo un a circunstancia inesperada y bas tante sing ula r . E l au m ento de las escuelas ele pobres y el acrecimiento <le los in ce ndi os :en la m ar parecen dos cosas co mpletamente indepcnd ien te entre sí. No obstante, las combustiones parecen ser imputables en cierta medida á las escuelas ; y hó ah í porqué : La presencia ele piritas en el carbones un a de las causas (¡ominantes ele la combustio n espontánea. Los hijos ele los m ineros eran empleados en escoger las g lebas piritosas ( brasty lLLmp ) y separadas. E l peimer efecto ele The EclucaLion Act fué distraer á los niños de estos trabajos para mandados ú la esc uela; se dejaron de separar las piritas, resultando un aumento consi derable ele los incendios en las naves cargadas ele <::arbon.

~lANÓ~IETRO ANEROIDE EXTRA8ENSIBLE Indicaciones de presion para algas, indicadores de vacío para el tiro de las chimeneas de fábricas, hornos, ventiladores , etc.

Ántes ele dar la descripcion del aparato que queremos presentará nuestros lectores, nos parece útil hablar del interes ele s us apl icaciones inclusteiales. Entre las graneles industrias modernas, se puede citar como una ele las principales la del g as, que creada tan pocos años há, tiende ú a g nrntlnt'. e todos los <lias . A. medida q'.u c toma


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LA NATURALEZA

extension y sus necesidades personales aumen- diametro, son de cobre niquelado, lo cual les tan, las industrias hallan en ella lÍna mina ina- pone a cubierto de la oxidacion, y están provisgotable de inventos, ya en la fabricacion misma, tos de una llave que tiene su vuelta de tornillo como en las espitas ordinarias. Llevan una ya en los apaeatos que empl~a. Una de las cuestiones más estudiadas y más aguja que se mueve delante ele un cuadrante, interesantes , es la pecsion en los tubos de con- cuya circunferencia esl..í dividida en 10,50 ó 100 duccion, y lo es bajo muchos aspectos: primero milímetros de agua, segun el máximun que dándonos cuenta de la regularidad do la salida puede tener que medirse; estos milímetros ele del gas, indicándonos las fugas desde que se de- agua están, pues, considerablemente amplific·aclaran, y finalmente , obteniendo un grado de clos. El motor de la aguja es una concha de intensidad directamente sobre el poder ilumi- metal ó de otra sustancia impermeable al gas, que recibe la presion; las vibraciones de esta nante de la llama. Los apaeatos empleados para medir esta pre- concha son transmitidas á la aguja por medio de sion, son manómetros de cristal formados por nn sistema especial que los amplifica al mismo tubos en U medio llenos de sangre ; el gas lle- tiempo. El principio no es nuevo en sí mismo, gando por una de las ramas, comprimo el líqui- pero la sensibilidad que debe tener un manómedo y establece una diferencia de nivel, pudién- fro de esta clase ha sido un escollo para muchos ensayos; se había colocado dose leer la indicacion en en el rango de los impouna escala dividida. Estos sibles. aparatos presentan numeLas ventajas son numerosos inconvenientes; uno rosas; el instrumento es de ellos es la presencia mispoco frágil, de un transporma del agua, que rompe los te fempieo fáciles, ylo que tubos al congelarse en ines más importante, las invierno; añádase la dificuldicaciones son claras, pretad del transporte, la de cisas, y no hacen vacilar al hacer observaciones al aire observador. libre, y sobre todo los obsEl manómetro de agua, táculos que se encuentran como lo hemos descrito tal en la lectura de las indicaarriba, no es solamente más ciones á causa de la pequeá los gases; se usa aplicable del ñez de las divisiones para medir el igualmente menisco muy acentuado de chimeneas, las de tiro del agua, y en fin, el polvo los ventiladores, hornos, etque se introduce por la racétera, etc. En estos casos ma abierta del tubo. sus defectos perjudican mcis Estos manómetros exique en otros á las observa~ gen ser reemplazados, y i\lanúmetro an eroide ele los Sre3. Richard que se practican al ciones, serlo por un instrumento hermanos á poca distancia libreó aire que funcione sin líquido, de un pequeño volúmen y poco frágil. La gran de los hornos; import[!. que las lecturas se hagan dificultad residía en la sensibilidad que tiene ele prisa y de un modo preciso. Los Sres. Rique poseer el nuevo apar_ato. En efecto, los chard construyen indicadores de vacío ele la manómetros metálicos que se construyen hoy misma sensibilidad,· aplicando la idea ele su están graduados para medir presiones tle mu- manómetro aneroide. in hablar de las presiones del gas y de las chas atmósferas, y so sabe que una atmó fera del tiro, para los cuales han sido depresiones insel agua; de equivale á 10.330 milímetros trumento debía, pues, indicar de una manera construidos estos aparatos, su aplicacion puede ser muy grande; están, en efecto, llamados á. amplificada 1/,om de atmósfera. Los Sres Richard, hermanos, hijos del fa- prestar importantes servicios á la química, la bricante de instrumentos de presion han llegado fisiología y la física. En esta última ciencia, estos manó meteos á este resultado , y hasta construyen manómetros que marcan décimos de milímetros de agua, vienen á servir para observaciones muy curiosas es decir, _sensibles á ménos '/ 1000 0 0 de atmósfera. sobre la evaluacion ele pequeñas alturas. abiclo Estos instmmentos tienen 9 centímetrós de es que á la pres ion ordinaria, una altura de 10


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meteos corresponde á una depresion Je 1 milímetro de la columna de mercurio, y por consecuencia de la diferencia de las densidades, á 13 milímetros de agua. Dando estos instrumentos para un décimo de milímetro de agua un movimiento angu lar de más de un mi lí metro, la aguja recorrerá 13 divisiones para una diferencia de un metro de nirnl. Esta precision considerable permite obtener fracciones ele metro, lo cual podría ser muy importante para la topografía. ~

PAR.t\.TO P RA LA C01IPRE

ro~

DEL HIDnÓGENO Y DEL OXÍGE ' 0.

A. Bouvet, ingeniet·o ciYil, ha dirigido últimamente á la Academia de Ciencias de París

u na nota relativa á un mecanismo destinado á comprimir el oxígeno y el hidrógeno á presio nes m uy considerables. Hé ahí la descripcion que el autor da de su aparato: Supongamos un Yoltámeko formado por un bloc de vidrio, en el cual se han excavado dos probetas, una ele las cuales tiene un volúmen exactamente doble de la oíea. Esíe voltámetro A está colocado en un bloc metálico B, extremadamente resistente. El orificio por el cual se introduce el voltámetro está cerrado con ayuda de un tornillo de pre ion F. Un oriflcio especial G, permite introducir los dos hilos, destinados á comunicar con los electrodos colocados en las probetas. Dos conduc tos cerrados cada uno por un tornillo de pres ion

Apa ra tJ de Bou vcl para la cJm p:·e;i:,n del Lidrúgcno y del uxigenJ .

II , están destinados .'.i clar salida al aire conlcnido en el aparato .'.tntcs de empezar la operacion; en fi n, en la pade i n ferior del b loc metá lico se halla una tubulura J, que pone en comunicacion la cavidad interior del bloc con un reservorio K, cerrado por un fuerLe tornillo M, que hace las veces de piston lleno y está clesti nado á aumentar la presion en el interior de las probetas durante la operacion. Supongamos que las probetas en la altura de él b contengan una un litro y la otea dos litros; todo el aparato está lleno de agua exenta de aire Y ligeramente acidulada; se abren los dos pequeños tornillos I-1, para asegurarse de que

no existe yestigio alguno de aire en el inlcrior del aparato . Ce rrado el aparato, se hace pasar una corriente de una pila compuesta ele número suflcienle de elementos PP; el electrodo positivo corresponde á la probeta C, el negativo á la probeta D . u pongamos que la descomposicion del agua se efectúa y que el nivel de este líquido en fas probetas baja hasta b; concluiremos que el agua que contenía se ha transformado en gas. Pero entónces estos gases, si no se disuel ven en parte en el agua que queda en el aparato 6 si no han sido absorbidos por los electrodos siempre su-


LA

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mergidos en el líquido y abstraccion hecha ele la diferencia de coeficientes de compre:-ibilidad· estos gases, r epetimos, esü\n sometidos á una presion considerable que es fúcil calc ul ar. Las dos probetas, teniendo una capacidad total de tre lill'Os, contend rían tres kilóo-ramos o de agua. Considerándose el ao-ua como incompre ible, puede decirse quo esos tres kilógeamos de agua han sido reemplazados por tres kilógramos de gases . A hora bien un li trn de oxío-eno pesa 1,429802· dos li tros de hid rógeno pe an 0,179156; los tres Yolúmenc de o-as pesan pues 1,608958: por cons in-uicnte, los volúmenes de gas así producidos se ha ll an sometidos á un a prcsion ele

1000 X 3 1,6089-8

1854

atm.

50 .

Esta prcsion es muy considerable, pero se la puede aum nfar fác ilmente. i en efecto hacemos fu ncionar el tornillo de presion, que forma un piston macizo y que cstú en el rescrvorio anexo, el agua empujada va á comprimir los gases. u pongamos que las dos probetas sean as í á mitad llenas de agua; los gases, habiendo disminuido de volúmen en la proporcion de 1 á 1/ 2 , eslán sometidos á un a presion doble, es decir de '1854,5X2=3709 atm. e puede hacer pasar de nuevo la corriente para que bajo la accion de una nu eva descomposicion , el nivel del agua vuelva á b, y co mprimir otra vez los gases , etc. e manipulará, pues, sobre volúmenes muy co nsiderables de gas, sin estar exp uesto á las fu gas, tan difíciles de evitar cuando se emplean las bombas, y sobre todo cuando se trata del hidrógeno. En resúmen, puede decirse que con esta disposicion, se obícndri.Í.n presiones, que sólo estarún limitadas por la resistencia misma de los aparatos . Quizá no falte quien se pregunte el intcrcs que puedq h aber en comprimir gases á presiones tan considerables, á lo cual BoU\·ct responderá que la ciencia está altamente interesada en ver liquidarse ó solidificar. e el oxígeno ó el hidrógeno y e n obtener un enfriamiento hasta entónces desconocido; y abstraccion he·ha de toda consideracio n relativa á la ciencia pura, e puede decir que el empleo en los torpedos , de es tos gases extraordinariamente comprimidos, permitiría dará est0 aparatos una potencia mucho más con ·iderable.

-~-.

LEZ

SERTCULT R . Exi!'.lten en Francia 500 hilanderías de seda, 800 molin os y 120 .000 te lares que elabora n anualmente 6 millones de kilóg ramos de seda; el comercio de esta seda da lugará exportaciones por valor de 600 á 700 millon es de francos contra 500 á 600 millones de importacion. Más de 200 .000 personas viven de estos diversos trabaj os . Cualquiera que sea la importancia de una industria semejante-y las cifras que preceden tienen por objeto dar de el la una idea aproximada,-creemos que bajo el aspecto agrícola la i ndu s lria ele la seda no merece ménos consicleracio n. Se cuentan en Fran cia actualmente ele '1 50.000 á 200 .000 criadores de gusanos de seda; su cosecha no es h oy más que de 10 millones de kilógramos de capullos, que val en 50 millones de francos, p ro en mejores concli cione se podría dupli car y h asta triplicar en muy poco tiempo. A.de más, miéntras la industt·ia teata ele establecer o-randes manufacturas miéntras las pequeñas f~tbricas de aparecen e,~ beneficio de las mayore , las crias ele gusanos de seda son, al contrario, muy li mitadas so pena ele perecer, permanecen tan subdividid as como hoy están y quizás más, pues la experiencia demuestra cuán verdadero es el viejo refran francés: pequeiia cha gran hiln.nclería (pelile menagerie, grancle (ilature) . Los criadores pueden, pues, dedicarse á sus lrnbajos con una seguridad que los industTiales no tendrá n en igual grado; no habrán de temer como estos últimos la competencia de rivales más r icos· les basta sí una sola cosa, á saber: que la seda no deje de ser buscada como lo es actualme n te. ----<>C<>-----

LA S MA CHAS ,'OLARE '. f . Janssen obtiene magnífi a fotografías del Hol el~ ~O ce~tímetros ele ditímetro, en la cuales e puede d1st1110-mr la forma granulosa ele la superficie del a tro, como se le ve con ca i totlo los in trumento . Llega á esto hermoso resnltaclo, disminuyendo la duracion ele la accion obre la placa, haciéndolo menor ele la tre centés ima parto de un . eo-umlo y valiémlose de medios e peciale para desarrollar la im1ígen. En la mañana del 14 do bril último no presentaba mancha alrruna la superficie solar pues la perfecciou de la fotografía 110 dejaría escapar una mancha ele un egundo de diámetro, miéntras al clia iguiente, 15, obre las ocl10 ele -la mañana, una nueva fotografía mostraba, cerca del centro del .-•o], un grupo considerable de mancl,a , la mayor de la. cuale tenía :20 . eo-m1clos ele abertura. Como la Tierra, vi. ta desde el 801 110 t ien? 18 segundo ele cliám tro aparente, nue tra Ti~rra hub10se entrado cómoclaruento cu esta mancha.


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LA NATURALEZA La súbita aparicion y la magnitud del fenómeno hici9ron predecir á. J aussen una pronta dcsaparicion de estas manchas y frecuentes cambios n u configuracion. Las mismas le han h cho decir, qne la idea formada obre el período actualmente atrayesado por el Sol, chu·ante el cual se ven poca manchas, e inexacta, y qne no se trata precisamente de un período de calma de la actividad en la superficie solar, sino más bien lo contrario, formándose y destruyéndo e las manchas con rapidez mucho mayor que en otra época. E tas ideas emitidas por M. Jans en han dado lugar á diferentes observaciones. En primer lugar, Denza cita una pequeña mancha que apareció el 6 de Marzo y desapareció ántes del 12, estableciendo adcmüs, que la mancha del 15 ha debido formarse en la tarde del 14. El Sr. V en tosa, de Madrid, ha asisti lo, por decirlo así, á la. formacion ele un grupo de manchas sobre las cinco ele la tarde del 1-J, y habla tambien ele pequeñas mancha , que aparecieron y se de vanecicron r ,ípida111entc en los meses precedentes. l\,l. Gazan no acepta la ideas ele :M. Jan .. en; para él la mancha es el resultado de erupcione de la mate- · ria solar . .Antes de la mancha lrny fáculas, que deben haber siclo vista . M. Gazau tiene en contra la fotografía del 14, en la cual falt.a la fácula completamente, pero ale del paso asegurando que estas fáculas estaban demasiado próximas al centro para ser visibles. Para él, la mancha en cucstion no desaparecerá más pronto que las de la épocas ele máximum y se Yolvení 1í ver. M. Jans en contesta con un hecho· quince tüas despue el Sol ha más que terminado u semi-rotacion, que debía ofrecer la mancha, pero é ta falta. De otro lado, M. Tracchini ataca la idea de la actividad, que M. Janssen supone en el 'ol. Para él, h ay reposo en el verdadero seutido de la palabra, y compara las 290 manchas ob ervaclas en cinco meses de ] b7 L con las 2J vista durante los mismos meses en lb7e. M. Jansscn halJa exagerado el primero de estos 111:meros, pues muchas ele las maucha · que rcapareceu tres ó cuatro veces son coutadas como tres ó cuatro mancha , añadiendo que las munerosas, aunque pequeña , no pueden aparecer y ele aparecer nlpidamente como lo hacen en nuestra época sin acn ar mo,rimiens ele materia . olar excesivamente violento , y que or u parte se inclina :i Yer en nue tra época una ·an actividad del Sol, cuyo resultado sería contrario _l~ formaciou de las manchas y favorable á la ele apac1on ele las qnc acaban de formarse : actividad tan nérgica como en las épocas en que las manchas on ny numero ·as.

MISOEL'

EA.

Sobre la accion tel"apéutica del cor nezuelo de enteno,-James Outhil ha estudiado el efecto del ornezuclo sobre la contractilidad ele lo pequeños Yaos. Colocando sobre el microscopio ]a pata ele una rana examinando las Yariacioues de voli'imen en los vasos

con auxilio del micrómetro clespues de la inyecciou subcut-:rnea ele ergotina, lrn visto que el volúmcn e taba reducido á la mitad y que había éxtasis <le la corriente anguínca. De esie hecho deduce que el efecto de la ergotina sobre lo va os y m:is espccialmeutc sobre las fibra mu ci:.larcs de la vida orgánica es general, debiendo mostrar e en todos lo órganos donde abunden cliclias fibra . La accion estimulante debe, puc , extenderse al corazon, al c té,mago, :í los inte tino , á la vejiga, al útero, al bazo y Jas otra víscera que tienen una estructura auatómica amíloga. Fundado en e ta accion fisiológica el autor creyó que el cornezuelo podía ser de utilidad en ciertas cardiopatía ,Y administró esta su tancia á un. ujeto afecto ele palpitaciou s y con lo signos ordiua1ios ele una dilatacion simple sin lcsion vahular. El éxito fué completo; el cornezuelo clió energía ¡i, e e corazon füícido, cuya v:íln1la eran insuficiente :\. cau~a ele la clilatacion; los orificio recobraron su dimensiones normales y las yáln1la funcionaron regularmente. * Estudios sobre la vid. -El amíli -is de l1ojas de un gran número de Yariedadcs ele ,id lm hccl10 conocer al Sr. i\Iacagna, director de la e taciou agronómica ele Gadinara (Italia), que estos órganos contienen mucha gluco a y crema ele t:irtaro que pasan lué"'o al fruto. De este hecho re ultaría que la co tumbre de arrancará la planta cierto mímero de hojas en un momento determinado de desarrollo, no dejaría de tener consecuencias pe1jnclicialcs. De u experimentos re ulta que los rayo luminosos tieuen una influencia directa en la elaboracion de la glucosa; puc to ~que el cultirn compara ti.o de la vid al aire libre, bajo una tela blauca y bajo una tela negra, da por rcs11lta lo la presencia en el fruto de 12 por 100 de gluco a en el primer ca o, ele 8 por 100 en el cgundo, y la falta ab oluta ele azúcar en el tercero.

....* Sulfuro de carbono sólido .- De de que la de truccion del phylloa:em ha necesitado el empleo en los campos ele cantidacle impoliante de sulfuro ele carbono, e deja sentir cada YCZ miís la nece itlad de p ner e á cubierto ele los inconveniente que re ultan de su estado liquido y de u extrema Yolatilidad. l\I. Ca -sius cree l1abcr resuelto la cucstion incorporando el ulflU'o ele carbono en la gelatina, que puede en efecto absorber bajo fonl}a sólida ha ta 75 por 100 ele u pe 0 • Dumas ha presentado á la Academia de Ciencias ele Pari pequeños cubos así preparado , cuya accion se piensa estudiar en las vii1as ele Bézier .

"*.

no ele Persistencia del rastro de un b olido .nuestro amigo , cügno de entero crédito, dice el Journal du Ciel no afirma que en el iuvicrno ele 1 70-7], fué adYcrtielo nua noche en la Rochela donde re iclia, que el cielo acababa ele ser atravesado por un cuerpo lumiuo o, cuyo ra tro e veiá aún. alió inmecliata• mente vie1 do cfectiyarueute como una cinta anaranjada


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LA

ATURALEZA

del ancho de la mano, que partía de las inmediaciones de la estrella polar dirigiénclo e hácia el m· y aproximándose á tierra ha ta el punto de que su extremidad inferior parecía tocar los nuístilcs de las barca pescadoras amarradas en el puerto. Cambiando ele sitio, pudo comprobar que la cinta luminosa parecía mo,erse con él, y no estaba tan próxima, como había creído al principio. Durante una media hora, desde las once á las once y treinta minuto , esta lui.:ga cinta anaranjada conser,ó la mi ma po icion y su clireccion eguía una línea peifectamente recta; pero pronto se descompuso en dos trozos paralelo . El fenómeno lumino o duró todavía un enarto ele hora; y el reloj del puerto marcaba las once y cuarenta y cinco cuando desaparecieron por completo los tíltimos re planclores, despues ele haber durado mtís ele tre cuartos de hora. El cielo estaba sin nube alguna y la atmósfera en perfecta calma.

....* Ascencion á una de l a s más altas montañas del globo.- Wiencr acaba ele hac~r la aseen ion lel

monte Illimani, uno ele los picos m·ís elevados, sino el m :;s alto de los ncl s de Bolivia; esta montaña ofrece un aspecto admirable cuando se la contempla <lescle la ciudad ele La Paz. 'e la reputaba, eguu l I autoridad ele Sentlaml, por tener una altitud cle 7.3)0 metro ; pero Wiener no le asigna más que 6.')00 metro próximamente miéutra ::Mcchin eslima sn altura en G.-1-00 metros. 'i esta última cifra e exacta, estamo. autorizados para creer, que "\Viener no ólo ha verificado la m,ís alta .a con ion que ha ta hoy ·e ha hecho en lo Ancle , , iL10 que ha ll enado á la mayor altma á que se ia ólo lia ubiclo por tierra fuera ele A ia; y úun en lehasobrepujaclo John on, que hace algu nos ll egó á una al tma de 6.800 metro en el reino de Cochcmira, y por los 8rs. Schlagiutwcll que en 1 55 subieron á 6.766 metros en el Himalaya. Las ascensiones cu globo exceden con mucho e ta cifra. 8c recordará que Glai her pasó ele 8.000 metro y que G. Ti andier en compañía ele" Sivel y Crócé Spinelli, de 8.600 metros. * Alambres microscópicos.-Todo el mundo conoce el procedimiento de W olla ton para obtener hilo ele platino ele extremada finura: se cubre ele cobre el phi.tino y de pues se le e tira á la hilera ha ta el límite posible; disolviendo entónces el cobre en ácido nítrico, q uecla aislado el alambre ele platino que constittúa como el eje del alambre bimetálico. Por ingeniosos perfeccionamientos, Gaiffe ha realizado el mismo efecto en condiciones industriales, y el célebre químico Dumas ha pre entado á la Academia de Ciencias ele Paris, alambres obtenido por aquél, cuyo diámetro sólo mide J/47 de milímetro, y que son ca i invi ibles á imple vi ta. ~

A

L. Mane. Dicho objeto está formado ele un cuerpo e férico hueco, de metal ó madera, destinado á llm'.ar lastre en u parte inferior, de tal modo que puede en-el rezarse por sí mismo desde que caiga en el agua ·in zozobrar en ningun ca o por fuerte qÍ1e sra la mar. E tá provisto ele compartimentos para el ao-ua y las diversas provisione , de una puerta y de una abertura para izar las sefiales, de a ientos cómodos en el interior y de un má til hueco que a egura u Yentilacion. En el exterior hay una galería donde pueden permanecer los hombres empleado en la maniobra de la velas ó de los remos. Man e piensa que un propulsor mo-,-ido por un engranaj e, colocado en el interior podría adaptarse á esa embarcacion C ; representada por el dibujo que he hecho publicar , miele 3m,66 ele di,ímetro y ería , segun el autor, capaz ele contener cincuenta pasajeros. Está destinada ,i ir su pendida ele las járcias ó embarcada obre el puente inclifcrcntcmente. Es egnramentc obra ele un e píritu ino-cnioso, pero no parece muy pr,ictica en razon á la· clificnltacles que p:-escninrían al pon er :t fhtc (.'lllPjanle n;)arato.

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r ueva cmbarcacion de sah•amenlo.

UE A EMBARCACIOÁ DE SALVAMENTO.

L a embarcacion de salvamento representada en nuestro dibujo se lebe á la inventiva ele un americano,

P,1.0PIETARIOS GERENTES PEllOJO HERMANOS.

i\ladrid: 1877 .-Tipo3rafi a-Eslerco tipi a P EI\OJO.


Núm. 6.-5 Enero 1878.

LA NAT RALEZA

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EL TITÍ P}G;\IEO.

especie humana, su cuerpo robusto, desprovisto de apéndice caudal, y su cerebro voluminoso La Sociedad zoológica ele Lóndecs acaba ele que ofrece circunvoluciones numerosas; los adquirir ele un ingeniero agregado al servicio hapálidos no exceden en tamaño á algunos ele de la navcgacion en el. !to-Amazonas, un mono n_uestros roedores ; tienen el cuerpo bastante que puede considerarse como uno ele los mas pe- delgado, pero cubierto ele un espeso pelaje y queño representantes del órclcn ele los cuadru- terminado por un-a larga cola, siendo el cerebro manos. o alcanza, en efecto, la estatura de casi enteramente liso. Como los cebinos, con una ardilla, no midiendo su cuerpo más que los cuales constituyen la familia de los platirriquince centímetros y siendo su cola de igual nos, no tienen callosidades ni abazones pero se longitud poco más ó ménos. La tribu á que distinguen ele los otros monos del nucrn contipertenece, la ele los hapá lidos, figura al final nente por sus uñas en forma ele garra en todos de la serie ele los monos, cuya cabeza está forlos dedos, excepto en los pulgares ele los miemmada por los antropomórfos. TIIiéntras éstos se bros po teriorcs, y por sus clientes en número hacen notar por su estatura, casi igual á la ele la _ele treinta y dos solamente, pues lo molares

l liti pigmeo (/la}la!e puamwa), segun ol individuo actualm ente vi,·o en el Jardin zooló~ieo do L óndres. (Tamailo natural.)

tán en ambas mandíbulas reducidos á dos en cada lado. A estos caracteres corresponden diferencias bastante notablés en las costumbres y en el género ele vida, y así ciertos naturalislas han creído deber erigir los hapálidos, que designaban con el nombre bastante mal escogido ele llrctopitccos (monos-osos), en una familia independiente, ele igual impol'tancia á los platirrinos y catarrinos. Aun cuando se acepte esta manera ele ver, es preciso admitir que los hapálidos ofrecen ciertas afinidades con los roedores, si no en el es-

queleto y en la fórmula dentaria, al ménos en sus hábitos. Como nuestras ardillas, son esencialm ente arborícolas y trepan con agilidad á lo largo ele los árboles, hundiendo fuertemente sus uñas en la corleza; como ellas, se muestran Yivos y despiertos durante el clia y pasan la noche ocultos en agujeros; como ellas, se defienden del frío abrigándose el cuerpo con la cola, cubierta de pelos espesos; como ellas, en fin, son tímidos y clcsconfiaclos en exceso, cmprcnclienclo la fuga al primer ruido y corriendo á buscar un abrigo bajo el follaje. Pero ahí concluye la sr.n:1cjanza; pues mién6


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tras los roedores provistos de incisivos y de molares robustos corlan y rompen con facilidad los granos y frutos más duros , lo hapálidos cuyas mandíbulas están conformadas de otro modo, se nutren de huevos ele aves, insectos, frutos y yemas vegetales. Bajo el punto de vista intelectual, los hapálidos parecen muy inferiores á lo otros monos e tanclo en ellos medianamente desarrollado el sentido del tacto por terminar lo miembros po- teriore · en verdaderos piés, cu os dedos están armados ele garras y por no ofrecer los anteriores más que manos imper~ectas, en las que ni siquiera el pulgar es verdaderamente oponible. La cabeza es redondeada· la cara aplanada y animada por ojos pequeños pero muy brillantes, y sus orejas están á menudo provistas ele pinceles que imprimen á su fisonomía un sc1lo extravagante: en fin su cuerpo está cubierto de un espeso vellon sedoso y nave al lacto. á menudo con listas en el dorso y en la cola, dispuestas irregularmente (1). Por el aspecto y modo de colocacion ele su pelo , por sus dimensiones, por su o-énero de vida. así como por los detalles de .·u or 0 ·anizacion constituyen los hapálidos una familia muy natural. Ain embaro-o se les puede dividir en do género : los titís (Hapale ó Ja.cchusj , que tienen la cola laro-a y poblada, que no llevan melena alrededor ele la cara, pero que tienen pinceles en las orejas. y lo 1.amáridos (Mielas ), cu a cabeza está adornada de una crin, miéntras las orejas e üín más ó ménos denudadas. Dejaremos completamente de lado stc último grupo para ocuparnos exclusivamente ele los titis. Las especies del género J a cchu,s se encuentran sin excepcion en la América tropical desde el istmo de Panamá hasta el grado 30 de latitud ur, pero principal · si no exclusivamente en la region que se extiende al Este de los Andes.: unas viven en los bosques vírgenes, otras en las praderas pobladas de malezas. La más conocida es el tití vulgar (Hapale ó Jacchus vulgaris), cuyo pelaje es de un gris rojizo, rayado alterna·t ivamente ele rojo y de negruzco con Lluince ó diez y ocho anillos marcados en la cola, una mancha frontal blanca de forma triángular y largos .pelos blanco sobre los lados de la cabeza. Habita la Guyana y el Brasil, y ha sido descrito mucho tiempo hace por Buffon, por Illiger y por Geoffroy aint-Hilaire. Sus dimensiones son muy reducidas, pero un poco más considerables, ( 1) A causa do su pelaje ha dado llli o-er á estos anim ales el nombre de hapál idoR: ele la voz g-ri eg-a á1tClAÓc; (blando).

no obstante, que las del mono pi o-meo adquirido por la ociedad Zoológ ica de Lónclres: el cuerpo , en efecto, miele 0111 20 [t 0m,23 y la cola 0m,5 próximamente. E l tití vulgar es sin duda bien conocido de nuestros lectores, pues se importa frecuentemente á Europa; hasta e ha reprud ucido en cautiverio, habiendo podido muchos naturalistas hacerGbservaciones muy interesantes sobre esta e. pccie. Los hijuelos que nacen con los ojos abiertos, tienen la cabeza muy grne a, el pelaje ele un gris oscuro, casi uniforme, excepto la cola donde los anillos están ya bastante marcado. ·, y las orejas desprovistas de pelos . Apénas nacido se unen á su madre, la cual no parece con todo tenerles un afecto muy, i,·o, y no deja de conf1arlos al macho lan pronto como se siente fatigada. Este á su vez los vuelrn junto á ella, cuando quieren mamar. Los adulto , sin dejar de tener un carácter tímido, se apegan sin embargo á las personas qu lo cuidan, y sin manifestar gran inteligencia parecen capaces de asociar ideas . . \.. i, uno de los dos titís que uclouin conservó durante bastante tiempo, había tomado la costumbre de cerear los ojos todas las veces ciue comía uvas, y esto porque una vez al co 0 ·er un grano se había lanzado un poco ele zumo al ojo. \. la Yista de una avispa, este animal así como su compañero, presa e.le un terror súbito, se refugió en el fondo de , u jaula y concluyó por ocultar la cabeza entee las manos, á pesar de ·er sin eluda alguna la primera vez que veía esto insecto, y ele que hacía diariamente la caza á las moscas con muc;ha destreza. Testigo de este hecho, • udouin tuyo la idea de presentar á estos dos titís no ya una avispa viva ino un dibujo coloreado que representaba ese himenóplero , y con gran sorpresa suya comprobó que los monos reconocían perfectamente á su enemigo y daban signos del m¡ts vivo terror. Es sabido que la rnayoe parte de nuestros animales domésticos y hasta algunos monos de organizacion bastante elevada, aunque manifiesten cólera ó júbilo al apercibir sÚ propia imágen reflejada en un espejo, en cambio permanecen completamente indiferentes de lante de un retrato, por más fie l que- sea, de un animal de otra e pecie. Pallas refiere que unos titís soportaron perfe ctamente el invierno ele an Petersburgo, pareciendo al contrario muy incomodados por el calor del verano; pero este hecho debe ser una excepcion , pues ordinariam,mte estos pequeños monos luchan con muchas dif1cultade para pasar la estacion de lo fríos en


83 nu estras colecciones . Se les nu tre principalmente de hueYos, que vacían con gra n destreza, y de frutas; y áun es preciso que éstas sea n muy blandas y azucara das, pues los titís rech azan así las a lmendras como los frutos áeidos: La carne no tie ne para ellos atractivo alg uno, y cuando tie nen entre las manos un pájaro vivo, de pues de haberlo a hogado y en Jugar de devorarlo, Je abre n el crá neo para co merse el seso sio-u iendo en esto el ejemplo de nu estro abejaruco. us gri los son muy variados: expresan el miedo por u na especie de a ullido ; la cólera con silbido breve, y la alegría por medio de un grito poco intenso ó gorjeo bastante armonio o. A la menor contrariedad erizan los pelos de la cabeza rech ina ndo los clientes y tratando ele morder la ma no que los coge. Pero es justo advertir que estas desigualdades de humor se manifiestan mús bien en los indi, iduos cogidos en una edad avanzada que en los capturados cuando jó, enes. Para apoderarse de éstos, los indios hieren ó matan la ma dre á fl <::chazos, a pocler<'m dose sin dificu ltad de los hiju elos que lleva suspendidos de l dorso. Junto al tití vulgar se h all a colocado el tití orej uclo (H apale aw·ita) , de pelaje negro-rojizo con listas negras, apénas distintas de la region dorsal , y el Lití de muceta (H apale lwmerali[er ) de cara bla nca, rodeada de pelos moren uzcos, de cuerpo negruzco con una esclavina <le un blan· co ele nieve so bre la region escapula r y ele cola adornada ele anillos incompletos. Estas dos especies h abita n en el Brasil como el H apa le vulga1·is, haciéndose notar como éste por los pi nceles de pelos blancos que se levanta n en la parte anterior de l as orej as. En otros tilís, al contrario, como el tití de pinceles (Hapale pennitillata ), y el de cabeza blanca (Hapale lencoc:ephafa ), que viven en las mi mas regiones, los pinceles a uricul ares son negros . En fin, en el tití m elanuro (Hapale me/anura ) , del cua l el mico ( imia argentata) de Bu fon, no puede ser más que una variedad albin a el pelo de un ~ ore n o claro es casi plano. no prolongándose en forma de pinceles en ambos lados de la cabeza, y siendo la cola ele un neg ru co uniforme. la mi ma ca Leo-o ría per tenece el ti LÍ pigmeo (Ifapale pygnuea ), cuyo d ibuj o damos hoy; está tomado del 1Jalural sobre el tití do piés blancos (H apale leutoJnis) , . especie desc rila el a ño 1 pasado por el r. Gray y que , como u nombre indi ca, tiene los a ntebrazos, los piés y las ma nos de un blanco casi p uro, sie ndo de un g ris parduzco mi1s ó ménos lavado de rojo el re 9to del

pelaje. El I-Iapale leucopus ha sido descubierto en J\ledcllin (Co lombia), miéntras el llapa.le ]J'jgmcea, que lleva por lo demas· una librea completa mente diferente, de un rojo punteado y rayado ele neg ro , y que ofrece dimension es mucho menoecs, está confinado en ciertas regiones do! Brasil y del Perú. El tití pigmeo está representadp desde 1847 en las colecciones del i\Iuseo de historia natural de Paris, por un a serie de individuos de diferenles edades, capturados por los res. Castel na u y Dl'ville, en el !to-Amazonas , en las cercanias de las l\Iisiones ele arayacu y Egen. La misma especie ha sido halla da recientemente por L. Ba rtlett en Santa Cruz sobre el rio Huallaga (Perú); pero á pesar de todos estos esfuerzos, este viajero no ha podido proc urarse más que un solo individuo. ~

TELEGRAFÍA S B:MARI A. LA DESTR UCCION DE LOS CABLES.

Los cables submarinos están sometidos tí numerosas causas de deterioro. En las regiones del Jorte los bancos de hielo flotantes, que pueden alcanzar 5 á 600 metros de profundidad, fundiéndose en su marcha h úcia el Sur, llegan á presentar ari ta cortantes bajo el agua, que labran el fondo ele los mru·es y rasgan los cables que hallan á su pa o. E te accidente es frecuente en los cable del Atlántico cerca de Terranova. De pues de los hielo hay que temer el roce y el gasto contra la roca del fondo . Junto á la costa, dice Ternard en un estudio sobre la reparacion de los cables submarinos, los fondos sufren bruscas desigualdades que impiden al cable desean ar uniformemente sobre el uelo; una de las e}._-tremidade se apoya en una roca y soporta todo el peso de la parte del cable no apoyada. El . movimiento de vaiven continuo que re ulta de la agitacion del mar, ele la marea y ele !ns corrientes ordinaria determina el de ga te gradual, atmque lento, de lo alambres exteriores primero. Faltando el forro, los alambres conductores concluyen por ceder y romperse, ó bien continuando el desgaste ha sta el án ima del cable, el conductor queda al descubierto y se interrumpe la comunicacion . El cable que un e Bonifacio y la 'erdeña fué interrumpido en 1 61 por una can a de este géuero, y los ei hilos conductores que contenía se rompieron por extension dentro ele la gutapercha, la cual no cedió h asta que se levantó el cable. Mencionaremos todavía como causas de destrucciou los banco de coral lo temblore de tierra los desplomes submarinos y la temperatura elevada de la. costas en lo t rópico . L os enemigo del reino an imal no son ménos numerosos. Una ob ervacion curiosa se ha hecho ele pue de poner los cables de la costa bra ileña de ele Para á Cayena. En el mapa que acompaña (fig. 1) indicamos las diferentes comunicaciones submarinas de esta re-


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pulantes arrancó del cable, en el momento de sacarle gion : es un detalle geoo-nífico poco conociuo y ba tandel agua, un fragmento triangular agudo ele diente e ·te importante para merecer qu se le señale. , e sabe que 1 Bra il ha sido unido á Portugal maltado, de un cuarto ele pulgada próximamente de esen 1 75. A.l mi mo tiempo, una serie de cable co ta- pe or, que estaba fijado entre los alambres. D e cubriendo el núcleo, se encontró en el aislador un pequeño neros ha compl tado la red de las comarca comprenagujero parecido á un pinchazo de una aguja de hacer didas entre Pernambuco, Para, ayena, D emerara y media. las Antillas. El tercer de peifeeto era de una naturaleza más La ob er.acion ele que l1ablamos se refic!·e .í la ecmi teriosa. Elcacion de Para :í b l e no ofrecía Cayena. e trata aparen temeute de los mordi co' ningun trastorno. singulares, debiCuando se hubo dos á los ataques le-mutado el redel pez ierra, que. ve timiento exteabunda en e as rior y quedó al regione . . El año de cubierto el ele 1871 ocmrió núcleo, e vió un i.ambien un acci:vrnjero tan grandente análogo en de como la cabeza el cable de ingade un alfiler, lleno pore. Buckland halló en u colecde una sustancia o parecida al cecion un pez, con mento de Yidri cuya sierra pudo ro. e halló un practicaren el caalambre de la cuble un deterioro bierta interior igual al causante partido prcci adel entorpecimente por cima miento. C"> de este agujero; Pero cu el puno o el alambre que lo to de que hablacubría en la armos, el acciclente Fig. ! .-:.\lapa de los cables eléctricos de la co-ta del Dra il. madura exterior lrn tomado un e tabalio-eramencarácter crónico, i vale la palabra; tomamos lo datos de los ingenie- tc encorvaclo en forma ele corchete á do pulgadas próros encargados de tender el cable. En el primer trozo ximamente. Una pequeña parte del ct\ñamo exterior e ele cable ele compuesto, uno de los alambres protectohallaba ig ualmente eparado violentamente ah-edeelor res estaba ele plegado de tal modo, que dejaba al desdel de perfecto. Cortando el núcleo con un cuchillo á cubierto el cáñamo que servía de revestimiento inme- fin de poner al de cubierto el conductor en el sitio leionado, se vió á uno ele sus lacliato al núcleo. En medio de dos e a pasta blanda y como e ta parte e hallaba hundido tlr smenuzada. Se descubrieron á traYé del c:íñamo en el ánima do pedazos de materia dura y de cautchuc un pedazo de ]meso, aparentemente la esquirla huesosa, hunclido en una de de un diente ele pescado. "obre las extremidades del ci\úamo el mi mo lado del cable y á la interior. Estas mordeduras redistancia de dos pulgadas, se velaban rastros de altcracion, encontró otro pedazo de hueso pero eran tan pequeñas, que Fig. !?.-Pedazo de hueso hallado en un cable eléctrico, y a pecto del cable deteriorado. en po icion análoga. Ca la una fué difícil precisar si provenían de estas esquirlas tenia una. ele huesos ó de una cosa anápulgada de longitud, y próximamente un octavo de loga á la escama. Dichos Yestigios presentaban un capulgada de cliámetro. obre la :fi.g. 2 se ve represenrácter fibroso, un aspecto scmitran parente, siendo intado uno de estos pedazos en tamaño natural. Del otro dudable que tomando en cuenta todos los signos del lado del cable y entre los dos primeros pedazo , se de perfecto era imposible poner en duda que provenían encontró otra e quirla de cliente hundida en el núcleo; de un pez. La su tancia blanca era ciertamente 1ma en la seccion el desperfecto tenía el aspecto de la se- materia dentaria descompuesta. gunda parte de la fig. 2. Estas tres descomposiciones se hallaban todas á En otra de compo. icion, uno ele los alambres estaba una distancia de 18 millas una de otra y á 130 millas encorvado hácia adentro, estando el resto del cordon de Para. e halló todavía un cuarto desperfecto, cuyo deformado y la e pirales de hec]rns. Uno de lo tri- tipo era la del cable de agua profunda, y aunque en


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él no se vieron fragmentos óseos, la di tension de los El T eredo es tln gusano marino que se con truye un hilo protectores probó que reconocía io-ual cau a que abrigo en forma de tnbo, segregando materias calcálos precedentes. En fin, el quinto, hallado .'L 27 millas reas; el Xylophagct tiene forma bivah,a y no penetra de Para, es decir, á mitacl del camino de Cayena, no profundamente en la gutapercha, donde sólo aposenta era tan evidentemente causado por pece , si bien esta una de sus valvas. Sobre alambres de pequeñas dimcncau a era perfectamente posible. El núcleo estaba en iones, la gutapercha puede estar bastante atacada este caso pinchado como los para que re ulte uua pérdida precedente , pero e ta ,ez el considerable de la corriente. agujero estaba lleno de una El Te1·edo y el Xylophaga materia negra y el mismo cobre han ido ha 11 a el o recientemostraba la señales de dienmente en lo cables del Medites que debían haber ido muy terráneo, en el Atlántico y fuertes para haber podido deshasta en los mare lel .r orte. prenderse. W arren ha dicho El 1'aredo norvegica (fig. 3) cómo de pues de haber repaes de con. iderable dimen iorado e tos de peifectos, se innes, y está armado en la parte terrumpió de nuevo el cable al anterior de dos ,al vas en forma año siguiente, poco más ó m[de concha que le pernúten roer nos en el mismo punto, por la madera má dura . Pertenece cinco mordí co de un pez. En al grupo de los moluscos acéuno de los itios se pudo exfalo , no contando los naturatraer un gran pedazo de suslistas méno · de veinticuatro estancia ósea y dura, de la longipecies diferentes en este gétud de cerca de pulgada y menero. dia, y la parte hundida en el La Limnocia lignonan, llacable ocupaba una pulgada mada tambien L. terebrans por próximamente de circunferenel doctor Carpenter es un pecia. W arren r efiere que se nó queño crusMceo del tamaño de muy perplejo para decid.ir á una hormiga (:fig. 4), lo que le qué pez se debía el caso, hasta permite penetrar en lo interssu llegada :í D emerara donde ticio ele lo hilos de la armano yaciló en reconocer el cliente dura del mejor cable ha ta el Pig. 3.-1'ercdo norvcgica. del pez-sierra que abunda ea :ínima á través de la cual caaquellas agua , y en todo el mina . En los mares de la Indi:1, :rorte de la co tas del Bra il. Bucklaucl ha descrito y n el golfo Pérsico la Limnocia llega á tener mayores la accion del pez-sierra al atacar lo cables. upone dimen ·ione y pr0cluce orificio ele diámetro consideraque el animal rasando el fondo en línea recta llega al ble. Se le cucuentr~ frecuentemeute en Irlanda, donde contacto del cable, cuya resistencia le irrita, da contra ha causado serias aYerías :í. mucho cables. el oh táculo con su sierra y le dirige golpes tan rabioPara agotar el asunto, a!:iadirémos el papel que, ~esos q ne los dieng nn Ternant,cortes atraviesan los r e poude á la baVut> '½'randie Crundc,.¡u• 1wture/..l.& alambres protecll ena en lo accitore y penetran dentes de lo caha ta el micleo. bles. Cuando se De pue del tendió el primer cable en el tláu· Patlcs vues au, m/C,1yu•,:.vpe,,., lUtico en 1 59, una Yertebrado , cuballena e t uyo á ya fechoría no punto de romper. on conocidas ! o, pa ando por hace años. Preece detra del ·¡1ticígaFig. 4.-Limnoria lignonun. los ha denunciado 1·a d mante la oper cientemente á ra c 10 n. Otra la 'ocicdad de Ingeniero telegráfico de L ónclres. aventu.ra m1í. extraña concierne á uno el los cables El Teredo navalis r su congénere el Xylophaga, del golfo Pér ico , de Gwadur á Kurrachee. que Huxlcy descubrió por vez primera en 1860 en uno El accidente , dice Ternant , es de tan extraorclinade los cables de Levante, se alojan en el cáñamo del ria natmalcza que se hace preciso citar u procedencia cable y penetran hasta la gutapercha en todos lo pun- oficial. tos en que los alambres de la armadura exterior le deMr. I aac W alton, superintendente de los telégrafos j an paso suficiente. de M ekan y del golfo P érsico, refiere lo siguiente al


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ATURALEZA

gobierno de Bombay: «El cable de Kmrachee á Gwadur, largo de 3,)0 milla , fu ' repentinamente internunpido en la nochP. del 4 del corriente. El rnpor telegriífico el Ambenvitch , capitan Bi cl10p , con el per onal de ingenieros y tel !!rafi tas bajo las órdenes de Henry C. Manee, partió al dia igniente para. reparar el desperfucto, cuya situacion e babia e timado Íl 116 millas de Kurrachee por experimento practicados u ambas extremidade . »El Amberwitch llegó á ese sitio á las dos de la maurugada del dia 6. La mar era gruesa y una niebla e pesa reinaba en ese momento, pero pudo con todo pe carse el cable á un cuarto de milla de la ruptura. »Los sondajes operados en el itio mi mo de la fractma eran muy irregulares é indicaban una elevacion á 70 ,1 80 brazas. Al le,antarel cable se experimentó una resistencia insólita, como si el cable estuviese eno-nncbado en una roca; pero habiendo perseverado durante cierto tiempo, se pn o- á flote el cuerpo de una inmensa ballena prendida en el cable; se vió que e taba sólidamente sujeta por dos vueltas y media inmecliatamente por cima de la cola. Tiburon es y otro peces habia.n de.orado en parte el cuerpo, que se descomponía rápidamente hasta el p•rnto de que la mandíbul a inferior se de prendiera al ll egar á flor de agua. La cola, cuya anchura era ele 12 piés, estaba perfectamente conservada y cubierta de numerosas concl1as e11 sus extremidades. parentemente, la ballena había debido servirse del cable como de un ra pador para librar e de los parásitos, habiendo podido de un olo coletazo romper el cable y rodeár elo varia veces al cuerpo de manera á al1ogar e.» Concl 1úrémos con Ternant, que este accidente demuestra cuán importante es en un e tudio completo del mundo subma1ino no olvidar las elevaciones del fondo en la cercanías de la costa_. ~

TEH

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TEPE C .

Provincia importante de la república mejicana la de Tehuantepec forma el istmo del mismo nombre, allí donde achatándose la gran cordillera de los Andes, se estrechan t amb ien sus tierras entre el Pacífico y el Golfo mejicano, que parecen quererse comunicar por aquel punto, el más á propósito para la construccion de un canal interoceánico. Antes de la conquista por I-Iernan-Cortés había varios reyezuelos, y s us h abitantes h a blabaµ, y aún conservan, en unas partes la lengua mige y en otras el zapoleco . i\Iuy podos países hay tan intere. antes para ser estudiados por los anticuarios por los geólogos y por los naturalistas como esta gran comarca. El exámen de ias capas terrestres y el estudio de los preciosos fósile::; demuestran las g randes revoluciones de la tiena con la enorme estraü-

Dcacion de sus m asas, ates li"'ua ndo a imi mo lo restos de mamíferos, tan di fe rentes de los actuales, que el mundo tiene una edad muchísimo mayor que la que en sus cálcu los le p lugo señalarle el P. Petavio; por m:--ís que para alg unos pase como infalible el dicho de ese cronologista. Las ruinas éle antiguas construcciones merecen fijar tambien la atcncion de los arqueólogos · tales como lo que aún queda en (11liengola que en zapoteco signif1ca piedra grande anti"'Ua fortaleza en que un rey zapoteco, Cosijosea hizo una tenaz y porfiada defensa contra l\Iocteznma, la cual despues ele un a lucha ele algunos años acabó por un convenio y casando Cosijosea con una hi,ia d el emperador mejicano por. u blan cura dicha Copo ele nieve. P ero más estudio ha m enester el gran Cerro de Coscomate, no léj o. de Za natepec. En dicha roca est á n esculpidas dos colosales imágen es del , ol de la Luna, t alladas en hueco en un durísimo g ranito, acompañadas ele una inscripcion en carélcleres clescon0cirlos cnanto exlrafíns, nada emejantes á los que en libros y piedra se con ervan de los mexica , y que positivamente revelan una época remotísirna de que no queda tradici on histórica. Poco m ,1 s allá, h áe ia la parte au tral, se n o ta el gran peñ1.sco dicho vul ~armente Cerro d el ena rlo, á causa de una colosal escultura representando dicho animal, que e. tá grabada en esa ro ca que quiz i e contemporánea de las e. culturas del Cerro ele Coscomate. Así al ménos parece indicarlo el g usto artístico . Encuéntranse asimi mo otras ruinas de una antigüedad que se pierde en la noche de los tiempos, pero indudablemente de origen egipcio. Xo es raro en esas comarcas el hallazgo de ídolos de piedra y de cerámica de los que hay ejemplares en el museo de Méjico, piezas todas que han de dar mu.cha luz para desenmarañar la historia de las gentes del mundo ele Colon. En estas tierras de Tehuantepec está enclaYado el término dicho el alle ele que era marqués el buen Cortés; y en uno d e sus pueblos, en Jaltipan, célebre hasta hoy por sus h ermosas mujeres nació la memoeable Ialinche, de la sangre real de aquellos monarcas indios, y cuya seductora jóven, despues de abra;,;ar el cristianismo, se apellidó Doña Marina; fué la fiel compañera ele Cortés y por su sagacidad y adhe ion al caudillo español faciliLó no poco la conquista. Cosa que muy bien debieran de haber atendido los fanáticos clérigos que con especiosos y nada caritativos pretextos hicieron extinguiL' la raza


87 de aquellos mona1·cas, y ..... se apropiaron sus bienes· cuando sin I\falinche y sus grandes servicios á la causa de Cortés. fuera harto dif'ícil penetrar allí en mucho tiempo. Página ele terrible in o•ratitucl é i m prndente política. que es una de las más sangrientas que la intolerancia religiosa consumó en las vírgenes comarcas americanas; y cuenta que no son pocas. La historia de la intolerancia en algunos casos tambien del mercantilismo religioso destila sangre en ambos hcmi ferio . La proYincia de Tehuantepec es como digimos, por dcmas interesante á las meditaciones clcl naturalista. Sus moluscos, sus aves, sus mamíferos, su.· reptiles y sus insectos, son pre·iosos é innumerables; y por lo que hace á lo yegetales que tapizan el suelo. en muchas partes volcánico del Istmo de Tehuanicpec, la cnumcracion sola de sus especies llenaría un gran tomo. La industria y la medicina tienen en sus bellos bosques un arsenal completo, recursos seguros é inexplotados. Los árbolc dan e pecies inmejorables para lodo género ele construcciones, y los más sumini tran al médico medios que la terapéutica aprovecha.. El aca)tl ó acayií. Anaca.rcliwn occiclenta.le de L. de las terebintácea·, con su fruto medicinal y excelente madera. Por su inílore concia contaban algunos indios los años: así tanto era decir que teriían tan los acayús como señalar su edad. • El caobo Croton luciclLLm de L . a1°·o dife 1·enic del de Cuba; familia de las euforbiáceas. El granadillo, Brya ebenus de D. C.· órden de las legumino as; el cedro blanco Icica a.ltisima. de Aub.; órden de las terebintáceas. El ébano, Tecoma leucoxylon de ~Iartius; de ln bi.,.nonáccas. El palo amarillo. Bocconia frutes cens de L., precioso para muchos aetcfacios y muy medicinal. El pino Pinus devoniana. de Lindl de las coníferas. El ocozotl Liquidembar slü·a.cifhla de L. del órden de las hamamelídcas · fambien utilísima como medicinal. El quasi, tan conocido en la farmacia por la Qu:issia. amara; de las simarubáceas, uno de los medicamentos tónicos más importantes. El quiebra-acha, Copai(e1·a hymenea(olia. ele Mor, medicinal y apreciable por su compacla y duríima madera. El guayacan, Gllaya.cwn a.1·1Jorewn de D. '., de las zigofílcas: medicinal y maderable . El palo campeche Hcema.toxylon carnpecha.nwn, delas leguminosas, y que como tintórea es hado

conocida. El zapo le apota. Achta:s, de :\Iill, del órden de las sapoLáccas, é infinidad ele oteas madceas de diferentes aplicaciones á todos los usos de la vida , Como comestible , el famoso cazave,- el Jvfanihot ul ilisima de los botánicos, con que los indios ele casi toda la mérica hacían una harina exquisita y de la que, depurándola, se saca la tapioca ó mandioca que conocen en Europa tollas la gentes civilizadas . Tiene el género ~Ianihot varias especies, todas apreciables por su fécula alimenticia. El cazave es dicho tambien yuca. La especie más útil despucs del Manihot utilisima. es la Manihot Aipi. Distinguíanlas los indios por nombres sumamente apropiados segun sus caracteres. La yuca del Orinoco, lvfan:ihot Janipha de Pohl y otras, no se dan espontáneas en Tehuantepec. Plantas sarmentosas medicinales tiene muchas esta provincia, como el guaco, Mika.nia guaco, del órden de las compuestas, y no poca zarzaparrillas. Dáse tambien el ananá dicho en España piña ele mérica. Hay dos especies, la A nanassa saliva de Lincll y la Bromelia. pinguin; ele la familia de las bromeliúceas. En el órclen, puramente americano, de las cácteas, son muchísimas las e. pecies de plantas indígenas de Tehuantcpec. IIay gramíneas excelentes y plantas preciosas de adorno de las pontederúceas y otros órdenes. ¡Cuánta riqueza hoy sin valor habrá de centuplicarse el día en c1uc se dé paso á las aguas ele ambos mares, formando el proyectado canal y evitando á los navegantes un inmenso J peligroso rodeo! PÉLIX -,52:

!DAD y ..

E:IIPLEO DE LA' ~IATERIA Y

El\''TRE

LO

OBRON.

TINTÓ.REAS

EXTR.\CCIOX DEf, .\~LL

ANTIGUOS

ORIE

TALE

(1 ) .

na ele las indu tria más antio-ua e cguramcnte la tintorería ele las materia textiles. abiclo es que lo fenicio habían utilizado muy pronto el jugo de ciertos molu co , lo .J.liurex y los Buccimmi para obtener el magnifico color que fué tan 9élebre bajo el nombre depúrpura de Tiro. Los indio , los per as, lo chino y los egipcio uo fueron tampoco méuo hábiles para acar partido ele la numero a materia tintórea que profusamente le (!) Fragm ento de una obra inédita sobre Las Arles c1uímicas i11dHsl1·ialr!s y económicas e11tre los antiguos, p') r J. vi •

ra,·din.


LA NATURALEZ

88

ofrecía la naturaleza, sea en el r eino ,egetal ó en cier-

Fig. 1.-Rhamnus ttli/is (Decai -ne).

Fig. 2.-Rhamnus chlo1'opho1'us (Decai,rne).

tos insectos. Damos á continuacion lo que empleaban

r que comunicaron

á los tintoreros de Grecia, de Italia de la Galia . 1.0 Para los colores rojos recurrían principalmente de las dos p cie ele rubia ( R11bia pereá las raíc grina y Rubia numgista) al Chaye-u·eev (Oldenlandia wnbellata) tan afüíloga á la precedente , al 1'{aona ó Ver puttay ( íl:lo1·inda ·iir¡folia ó umbellata) á la orcaneta ó ancu a ele tintes, :.í un Lithospermum ( L. e1·ythroxylon), al palo <le la India al apan, al ándalo rojo, al aza:flor, á la cochinilla, al quérmes y á la re ina laca. 2.º rara los colores amarillos tenían á ~u di posicion: ]as raícc ele cúrcuma y de Ti-1-foang (Rheinnesia sinensis) la cortezas y leños de Fig. 3.-Indigolero fran c ó de tintoreros (l nI-foang-1,e ( Pteroca11n1s fla digo{el'a lincto1·ia. vus), del Hang-Lu ( De1'villa ver icolor), el leño amarillo de umatra, la o·ualda la retama, las flores del I-Ioai-hoa ó lVei-luca ( ophora japonicri) , n fin, la granas roja de Pcrsin, sumini traclas por varia e pecies ele cambroneras ó Rhamnu. 3.0 Para los colores azule . e crdan de las hoj11s le Jo. inclir,olcroi::, de la yerba -pa Lcl c1 un laurel-ro a ( VVrightia tinctoria) de una polio-ónea ( Polygonwn tincto1'iwn ), del SapatooPoo ( 1-fibiscus 1·osa sinen is) , de un malvavisco ( .A lt hcea rosa) y_ el e muchas otra plantas, cuyo jugo incoloro toma un tinte azulado en contacto del aire. - -:!.º Tampoco le faltaban colores moreno · y negro para la tintorería, como entre otra la corteza del castaño .v Fig. ÍJ..-Pho'y ]oawn linctodel nogal, las hojas ele rittm. ancusa e púrea ( Lawsonia inernú) r ele T sao-Rie (Jiimosafera), la eá. cara Yerde ele la uuez, las cáscaras ele Cablah ( .Acacia ve1·a), lo mirobolanos, el catecú, la nuez ele agalla (l) _ 5.0 En fin, los chinos especialmente obtenían de las cortezas de la rama ele dos e pccic de cambronera

r

(1) V éa nse e tas clifcre nles mat()rias tint j r()as en 1 · ,·oltunen do las Lccons de Chirnie é:émentaire et :.i11pt iq11 éa attx al'ls indttSl1'iels, par i\'l. J. Girarclin, troisiéme édition.-U-. i\Ias on, éditeur.


LA

89

IAT URALEZA

á la seda y al algodon matices verdes bastante sólidos, pero notables sobre todo por no variar á la luz

( Rhamnits utilis y -R. chlorophorus), que reproducimos, una especie cie laca, llama.la Co-l~ao, con la cual daban

Fig . 5.-Vista ex terior de una indigoleria de Killinur (costa de Cor 0manclcl).

artificial. Esta sustancia es la que recibe en Europa el nombre de verdeó indigo 1:erele de _la China . L a mayor

l

parte de las su tancias t intóreas que acabo de enumerar son todaYía u sada en la mi ma comarcas del

Fig. 6.-Visla interior ele b ind ig()tc ria de K ill:nur.

bramanes conse1Tan en us pagodas ( 1) Etuclc pratique du commc1·ce cl'e.,:po1•talion de la Chi11c,_ par ~f"il.}- F. Jicclcle, ~ el . Rm1arcl, A. IIaussman n et . I~o Jdot.-1 ar1s 1~1i.9.-Uh . Dup111, Force pi·oductive el es na1?ns, l. I , 3." parlte, pag . 693.-f::itani l as Julicn et P. C ham1011 , ln clust1·ies anciennes el moclei·nes ele l ' Empii-c chinois 1 J8 6U, p. 81.

ma ·

reliquia de la r emota anticri.ietlad, cubierta de seda teñida. Las telas azules :r los pañuelos r oj os de ltiadi-cís, las cachemi1'Cls, las bau lana , el rojo ele la India (2) , el paliacat, el nankin ele las I ndias, las in(2) E l rojo de las Indias se obtiene con el chaya-\"ce1· , mié nlras e l rojo turco ó de Andrinópoli procedo de la anc usa (G-onfreville).


90

•.

dianas. etc.. on nombre con agrado' en el comercio de todas la uacionc:, de de hace i 0 -Io que recuerdan bien que del ia oriental no han venido lo primero procedimiento de tinte y pintura de lo hilo. y tejido . Es cierto que en la India y en P er. ia e sabía, teñir <l e e. carlata con la cochinilla y que lo ve ti dos de e te color era tan comunes que lo llevaban las gente pobre. . El m édico Cté ia , que permaneció largo tiempo agreo-ado á la córte ele Per ia como métlico :r n egociador :i la vez, durante el reinado de ~rtajei:j es- ín émon (!0J-362 año. fo te de J. .) , y m 'i tarde el filó ofo .iffilian , profe or ele retórica en Homa bajo el reina<lo de Alejandro evero , han dado la de;'cripcion del i11' ecto que con tituye la cochinilla, y de la planta qu lo nutre ; clicen tambien que la Tnclia producía tal cantidad de e ta materia colorante, que ele de lo primeros tiempo e hacía con ella comercio de exportacion (1). El rey de Per ia euvió al emperador urelian o, entre otros pre ente , tejido de lana de un púrpura mucho más brillante que todo lo ha ta entónces Yi to eu el imperio Romano (2). Lo indio tejian aún la seda ·ou el quérme tamLien conocido en L e.ante de de el tiempo de Moi é ; é te le .llamaba jala, egun el profe or T,rch en · u iíbase la ustancia clicha para dar el primer baño á las lana qne habían de teñir e de pt'111Jnra. En todo t iempos se ha empleado tambien la laca para el t inte-en rojo e ·cm·laj:;a ó en carme í obre la secla y la lana, en l Indo tan, en Bengala, en Per ia y ha ta en el Japon. La extraccion y el empleo del indigo atestiguan tambien que los tintorero orientales ele la época más remota tenían ya práctica ba ta11te adelantada . La h ermosa materia colorante azul sólida que se extrae ele la l10ja de la l ndigofera (I. cmil, lin ctoria, crentlea (.fig. 3), etc.), pequeñas planta herhlícea · que ped:enecen á la misma familia que nue trn judía y trébole , e decir á las len-umino a y que se extrae tambien del lamel-rosa (Wrightias ti11 cto1·ia), r en China del Polygonwn tinctorium (fin-. 4); e a hermo a materia colorante, r epito, no e forma 111:í que cuaDclo el jugo incoloro de ]a planta· ha p rmaneciclo durante ba tante tiempo en contacto del aire; tau luéiro como e ha ai lado ele los restante principio que ]a acompañan en el tejido ,egetal, e clepo ita á causa de u iuolubilidad bajo ]a fo1ma <le polYo copo o ele un azul inten o· entónce toma el nombre ele añil 6 lndigo. Hé ahí como ele de tiempo inmemorial e procede á su ex.traccio¡1 en todo el ar ·hiJJiélago Indico. Las figura adjunta que debo á la amabilidad de Gonfrcville de Rouen, antiguo cliscípulo de lo Gobelino , que residió durante muchos año. eu nue. tros establecimiento de la co ta de Coroma11del, húcia el fin de la Restauraciou, arudarán á comprend er la eric ele operacione practicada en la indigoteria de Kilinur. . ( 1)

Dela val, Rechel'ches e.'\:pe1·ime11lal cs sw· l a cause du changcmen t des coulcurs dans les corps opaques et colo1·1's . Preface, p. 2L-V. los sumario y fragm ento de la ll istol'ia d e Pc1·sia, de Ctésias, publicados por He nri Etienne en la

.cdicion <le l!ero<loto, de Didot. (2) Beckmann: tornado do la ' ' icla ele A w·eliano, por Yopi cus, cap. 20.

L o. fabricante reciben del ·ulti,,ador_la h ojas seca de indigotero, de ·pojacla de u · tallo y coutunclida . la derecha de la fig ura 5 e Ye uu ángulo del almaceu donde se juntan e as hoja que llegan en saco m clidos por galones. D e fren e se ve una gran plataforma ele mampo ter ia para aventar e cojer, pulverizar y ele granar la planta y la h oja ; éstas permanecen expue ta durante un clia al ardor del ol ánte · ele er entrada en el almacen, donde se la· comprime fuertemente, cubriéndola· con e.-teras para pre,múr el acceso del aire y de la lnnnccl.tll. Dcspue de uno Yeinte días de almacenaje ·e empiezan á trab,1jar la. hojas. Una vez que se la ha quebrantado, e ll enan con ell as dos arte as ele fübrica perfectamente medida.- y 0 -raduada para calcufar la cantidad (:20 ó 3J galone.) que iebe poner e en operacion. Se dejan caer e ta . .l1oja en grande tiua ele mampo teda, llamada. trempoir•, y por meclio de reguera , que-traen el agua ele do pozos llamado · pecota ó picotah, que se ,en ü lo léjo , e cubren la h oja de cuatro ,ece . u Yolúmen ele ac-rua . .A. la do h ora se hace pasar el agua de ht infn ion de la primera ' tina ti. otra dos, tambien de cal y cauto llamadas batir/ero , á travé de un tejido poco apretado de pelo de cabra. En uno de P os batide1'0S está representado un pa11iken ó contramae ·tre y ocho cul/s ú obreros que baten la infusiou con palos durante dos hora próxiurnmeut ú hasta que un poco ele líquido que entónce debe tener un color azul-!!J.·i áceo, pue·to en un vaso ó en uu a taza presente pequeño grano: que e precipiten ráp idamente en cuanto se viertai1 alguna gota de agua de cal. El batido tiene por objeto poner en contacto con el aire el índigo blanco, qu halla cli uelto; el oxío-eno, fij ándose obre el principio incoloro, lo convierte en indigo azul in oluble, que e po a . Cuando el paniken ha comprendido por varios en ayos que ]a tran formacion e completa, se u pende el batido y e añaden al batidor 14 litros <le agua ele cal para cada .-o kilógramo de hoja , que se haya empleado. 'e agita el todo durante alguno minuto , se deja r eposar, se decanta el líqtúdo aclarado dándole salida por una canal ituacla en la parte inferior de todo batidero y e hace pa ar l clepó ito fango o de materia colorante sobre tela colocada por cima de pequeñas tina , al interior ele la inclirrote1fa (fig. 6). Cuando el añil e ha escurrido bien, lo ciilis ó pcírias lo quita de las tela. con nna e. p cie de llana y lo ll evan al paniken que lo hace calentar con una gran cantidad de ac-rua en la calderas, que se ven eu primer término á la derecha ele la fürura; e ta operacion tiene por objeto purificar, cocer y dar coh c ion á las partícula colorantes. D e. pue de nna ebullicion, cuya cluracion rnría, se e pllllla el líquido y se quita el fuego de la - caldera , que se llenan de agua y e dejan en r epo o. El precipitado e coloca ·obre lo filtro ele tela en el fondo de la izqui rda; y cuando tiene la con i teucia requerida, se le omete á la accion de la pre11 a en una caja cribada ele aguj eros r forrada de tela. E tas pren sas se Yell en primer término ti la izquierda del g rabado. Finalmente, con una llana se cliYide en cubos


LA 1'.A'l'UH LGZA la torta de pa ta aznl; lo cutis que se hallan en cuclilla en el centro del taller, estJu repre entados en e ·te trabajo. Lo cubos . on colocado obre cañizo de madera que se llevan á lo. compartimentos de un . ecadero . ituado al extorior. La desecacion se efectúa primero al ol y lnégo á la sombra ctúdando de hacer de aparecer las grieta que se producen en la uperficie de los p equeños panes de añil al de. ecar e. El procedimiento que acabo de describir ·ufre ligera modificacione , ségun las localidade . A í, en la indigotcr:ía de B ngala, e introduce un poco de alúmiua en lo batidero para precipitar m ejor el añil y l1accrle má · ligero. En otro puntos, en el 'enegal, por ejem1 lo , se opera con la hojas verde . ¿ 'ómo han llegado lo· indio , sin nociou al"u1ia ·obre la naturaleza química de lo cuerpos, á hallar lo medio de teñir con el añil, que es insoluble, como he dicho, en el e ·tatlo ele pasta ó de poh•o azul? ¿ C6mo han de cubierto que hacía falta el concurso de una materia que obra e como ele oxidante r de un álcali que actua e como di olvente para llevar de uuern el añil in oluble al e tado de índigo blanco ú oluble? Ba tante dificil e indicarlo. Es el caso que, cuando los chetty (tintorero ) r lo · mutchys (colori ta ) d la India quieren teñir de azul u telas r pañuelo , pulverizan el añil todo lo finameu!,e que pueden lo ponen con agua en grandes pipas hundida ca i hasta el b rde en la arena caliente del taller, agrupan un clecocto concentrado ele Tagarey-verey, 6 sean emi llas ele Cassia tora, y cierta cantidad lle Kwwn; e decir, una legía cáu . tica, obtenida dejando en contacto poi· un tiempo sufi iente la cal Je concha calcinada con una tierra alcalina, llamada Olla-munnoo, de las cercanías de Ponclichery. Despnes de agitar la mezcla, se tapan y agitan de rato en rnto la pipa , y á las cuareuta r ocho hora se ha operado la reduccion del añil, habiéndo e aclarndo r decolorado l líquicla, apto entónces para teñir la telas. 8e las empapa entónces en el baño, se las exprime .y pone al aire, viéndose entónces aparecer el color azul. Cada pieza. e moja varias veces, e exprime y pone al aire ha ta que haya adquirido el color azul que e cleee obtener. De pues e lava con mucha agua r e pone á secar. La manipula iones necesaria á pasar, lavar, extender, exprimir la telas, se hacen toda in nece idad de in trumeuto alguno, ba tando las mano lo pié y hasta lo cliente . ]~l g rabado adjunto, que repre enta el interior de un estab lecimiento de Pachnampett, costa de Cornmau<lel, clar,í una idea de implicidad del material ele un tinte en azul para la tela llamadas guineas. El centro e ·tá ocupado por un macizo d e fí.brica a a a et en el cual e tán empotradas tinnjas ó saal de bano que contienen lo liquido del tinte. Entre los obrero. qur rodean e te macizo lo uno ( b) mezclan el añil con 1 Karum y el Tagarey · otro (e, e) agitan la tinaja · alguno inmergen la. tela (d); otro la rxprimen (e), ó la aventan (f) . A la izqní rda (r¡) so hallan las tina que 11Ten

Vl

para preparar la, legia ó Karum unjo la vigilancia lkl paniken ( h), que opera la me:,;cla de la cal con la Olla11u111noo. A la der ,cha y cu el fondo del taller (i) .·e vei:i alguno horno. , todo en la mi ma liuea, para la coccion del tagarey. M i' h ácia abajo en l.: hay una o-ran tina oval que sirve p ,ira mojar el añil, y en l otra aún mayor, de tinada ti, limpiar las tela blancas. D espues ele pa adas por las tiuas del tiute r aventada e dejan la telas momentineameute eu el tendedero (m), .r ele pue e extienden en el fondo (n n n). El obrero (e) lcYauta u • a pieza eca para otro nuevo tinte. Otro (p) tran porta una pieza lista para entregarla al aparejador. La mujer (r) está encargada. de llcYar lo di,·er o ingretlientes uece ario para preparar la cuba . J uestro tintorero europeos no han hecho ino imitar y perfeccionar el procedimiento ele lo indianos; han reemplazado el 'l'agarey-verey por la granza el alvado, la miel ó la caparro a, egun operan en caliente ó en frío, r el Karum por la pota a la osa la orina amoniacal y la cal c:íu tica; e auxilian con in trumentos .r máquina. para la maniobra de la telas; pero el principio igue icnclo· el mi mo. Los chino e tán bajo e te punto de Yi ta méno adelantado que lo- indiano . No te1úan el añil óliclo y en forma de cubo ó pane · para dar tinte azul á su. tela , empleaban ">' iguen áun hoy empleando la hoja verde · le lo indigotero , que trituran y amasan con arcilla echando la mezcla inmediatamente en una tina junto con las tela que han de tomar la coloracion. Bajo esta forma e con ume gran cantidad de hojas en lo punto del imperio donde pueden cttltivarse los iocligotero . Los chiuos no fabrican, pues, el añil propiamente dicho, no pu?icndo, por lo tauto hacer comercio alguno de e ta u tancia. l,a materia gro era que preparan :i. la cual no e po ible dar el nombre ele añil, e con ume en lo mi mos itio tí. meclicla tle la nece iclade . El viajero uatmalista Pen-ottct llice que lo indí"'enas de Filipina .r de J aya emplean lo mi. mo medio que lo chinos para teñir de aznl (1). Lo anti"'no gipcio conocían el índigo .r abfa11 usarle; pue e han encontrado junto á cierta momia conse1Tada en el {nseo luterano de Gla cow, tela con franja azule cuyo color ha umini frado al au :ili i todo lo caractere del índigo. --<>«>--

E ..tPERI 1ENTO~ SOIJRll LOS EFl,CTOS l'II ODUCIDOS Pon L\S COl\llll(:'>'l'E. lll,ÉC 'l' ,l l t:.~~ DE T ll:'>'ION E!.E\'AD.\.

En 1 3 publicó 'a ton Planté lo efecto de la corrientes de ten ion eleYada obre la uperficie de un líquido alino. Para. e tucliar hoy lo mi mo fenómeno " en el agua, de ti.lada ha aumentado la ten ion de la corriente r uniendo 20 batería ecundaria compuesta cada una de 40 pares .r formando por lo (1)

Perrollot, . l 1·t le l'indigolia1·. 1 mi. Paris, 187Z.


02

LA

TURALEZ

tanto un total de 800 pares ecundarios, cuya corriente de descarga equi,ale pTó>...imamente á 1200 elementos de Bun en (1). Cuando e hace obrar la corriente de este conjunto ele baterías sobre el agua de tilada se ven ele de lu égo los efecto ya obserrndos por Grove con 500 elementos de su pila de ácido nítrico. 'i se umerge el electrodo positi,o en el agua destilada, r si e aprox~ma lu :go el alambre neo-atirn de platino para retirarla en egu.ida, e obtiene una llama amarilla, ca,i e férica de 2 centímetros próximamente ele diámetro (:fig. 1). El alambre de platino, de un dití.metro de 2 milímetros e funde nípidamente, y e mantiene alo-unos in tantes n fu ion á una altura de 1± á 15 milímetro por encima del nfrel del líquido. Esta llama e tá formada por el aire enrarecido incandescente por el Ya.por del metal del lectrodo y por Jo~ elemento del agua ele compue-ta · el análi is espectTal mue tra sobre todo con claridad la presencia del hidrógeno.

'i para eYitar la fu ion del metal se di minuye la iuten iclad de la corriente, interponiendo una columna de agua en el circuito, la chispa aparece bajo la forma muy limpia de un pequeño globo de fuego de 8 á 10 milímetros de di,Imetro (:fig. 2) . Levantando algo mús el electrodo e te globo toma una forma ovoidea, raparecen en la superficie del agua puntos azule lumino o , cuyo número varía continuamente, y que están dispue tos en cfrculos concéntricos. Pronto parten del centro rayo del mi mo color que reunen estos punto (fig. 4). Por inte1Talos, lo rayo toman un movimiento g iratorio, ya en un sentido, ya en otro, describiendo esp.rales (:fig. 5 y 6) . /4..lguna veces los puntos y los raros desaparecen todos de un mismo lado, dibuj ándo e cu la superficie del liquido cmTas variarla , formada· por el movimiento ele lo rayo que pcr i ten. Finalmente, cuando aumenta la velocidad del movimiento giratorio, todo lo rayo desaparecen, no viéndose mú que anillos azule concéntricos (fig. 7) . Los

Fig. 7 .-Tinte en azul de las te las llarnad as guineas, en PachnampelL (costa de Coromandel).

anillo.- on el último término de estas tran ·formacion , muy cm'io as para ob en ·adas á ojo de nudo ó con un anteojo, y que constituyen un verdadero l.:aleiJóscopo eléctrico. E to fenómenos descritos por G . Planté pueden ( 1) La fu erza lectro-mo tl'iz de cada par secundal'io de lám inas de plomo vale, en efecto, e n el in stante de la ruptul'a de la corriente primaria, vez y media la de un elemento de Grovc ó de Bun ·en, segun la medicion h echa en 1860 por G. Planté y en conformidad con nuevas determinaciones verificadas recientemente por el mi mo. La re istencia de cada uno de_ los pares que componen las baterías, es muy notablem ente rnfet·ior á la de los elem ento · de Bunse n, de dimension ordinariaá causa de la gra n aproximaciqn de las láminas de plomo y á pe ar do la exigüidad d e u superficie total (2 decímet1·os cuadrados). E la resistencia es apénas d o 3 metros de alambre de cobre de 1 milímetro de diámetro.

compararse á los que ha ob er,ado Fernet con la corriente de induccion; tambicn ofrecen o-ran a·rnlogía con lo re ultantes ele la cai<la de gotas líquidas sobre una superficie plana, e, tucliados por Helmholtz, Thom oro, Maxwell, Tait, Roger, W ortbington, Trawbricl cre cte. La procluceion de e tas figura e explica por la gran movilidad de los arcos ó filetes que componen la· luz ovoidea formada entre el agua y el electrodo. Examinando con cuiclado esta forma particular de cbi pa, se r econoce que es en realiclad una especie de borla ó arco voltáico, análogo á los arcos de la electricidad estática, pero m~\s marcado :i causa de la mayor cantidad de electricidad puesta en juego. Estando en continua agitacion estos filetes lumiuosos, lo puntos en que en-


L.

ATURALEZA

93

cuentrau la superficie del líq uitlo cambian con tautcLa corriente atraviesa tambien el aire enrarecido é me11tc de sitio y forma los rayos observados. El moYi- il llmina brillantemente los tubos de Geis ler, cuando miento giratorio proviene de la reaccion debida al desno presentan punto clema _iaclo estrechos, produciendo prendimiento de flúido eléctrico. En cuanto tí. los cu ellos la estratificaciones observadas en circunstananillo , se forman de una manera visible IÍ la vi ta cia amUoga. por Gassiot, W arren de la Rue y H. W . del ob ervador por el movimiento cada vez má rápiMuller. P.-onienclo en el circuito una larga columna do ele los puntos azules y por la persi tencia de la imde agua . e puede con u.na sola descarga de las batepresion sobre la retina. rías hacer_ luminoso un tubo de Geis ler durante más Cuando el electrodo metálico e~ poele tres horas :r media, en razon á la sitirn y el agua de tilada negativa, la poca electricidad consumida por el chispa tambien afecta exteriormente paso de la corriente á traves del aire enrarecido. una forma oval ; pero el medio e faí atravesado por un cono de luz vioh~Estos experimentos completan los cea. Cuando se emplean dos electroque Gastou Planté ha dado á conodos metálicos, se obtiene un esferoicer para explicar el modo de formade luminoso, exteriormente atravesaciou del i-ayo globulm·, demostrando do por una raya brillante. Es.te aspecque con cantidad y ten_ion ele electrito corresponde á la raya y á la aureola cidad suficientes, se pueden obtener de la chispa, ele las corrientes de inno sólo globos liquidos electrizados, duccion; sólo que aquí la aureola ocusino tambien la misma chi pa eléctripa mayor espacio á cau a tambien de ca de forma globular. Esta variedad la mayor cantidad de electricidad. En de mauifestaciou del rayo, debe, pues, efecto, si se aumenta mucho la longiresultar de la producciou de una destud ele la columna de agua interpuescarga abundante de electricidad en ta, no se obtiene más que un arco 6 estado dinámico, :r en la cual la tenuna raya rectilínea. sion y la cantidad corren parejas. El Fig . 1 .-Llama producida sobre el agua destilada por una corrienlo En estos experiwentos no es nececa. o particular en que los glóbulos elóc:L1-ica do lension elevada. sario poner el electrodo en contacto fulminarios presentan movimientos con el agua para dete11niuar el pa o lentos ó se detienen e e}.--plica por el del flúido eléctrico. A.un cuando los pares no estén nw.-imieuto ó el repo o de la columna de aire húmedo aislados de un mouo especial, la tension ele la batería fuertemente electrizada é invisible que siryc de elecque componen es bastante intensa para que la chi~- trodo. Por lo <lema para eYitar este efecto, basta hapa swja csponfaincamente á 1 milímetro poco 111:í ó cer o cilar el electrodo préviamente su pendido en forméno por encima del liquido. ma de Jaro-o péndulo por cima de un cubo de agua ó

Fig . 2. 3. 4. 5. G. 7. Chispas globulares ovoideas, y figuras luminosas producidas sobre el agua destilada por una eonieoto elécll'ica do tension eloYada ,

ele una superficie metálica, y ocultar por una pantalla su extremidad inferior. Entónces se ve una pequeña bola de fuego mo,·erse por cima del agua ó de la superficie conductriz, reproduciéndose así todas la apariencias del fenómeno natmal. LA POBLAOIO

I

DE FR NCIA.

El censo de 1872 fijaba los partidos en 362, el número de cantones en 2.865 y el de los ayuntamientos en 35.989. Segun el de '1876, se han contado 362 partidos, 2.863 cantones, y 36.056 ayuntamientos. E l n umero de partidos había disminuido en 2

y el de los ayuntamientos aumentado en 67 . En 1872 Francia contaba 36.102.921 habitantes. En 1876, la cifra se elevaba á 36.905.788 habitantes; diferencia en más: 802.807 habitantesó sea 2,17 por 100. Esta poblacion se descompone de este modo : SEXO MASCUl.l:SO.

oltero . . . . ." . Ca ado . . . . . . Viudos . ... . ..

1

SEXO FE:lfE:SIXO.

9. 05.761 oltera . .. . . 7.5 7.259 a atlas . ... . 9 .9.619 1 Viudas.. .. .. 1 .373.639

2.020.6 3 1 . 532.149

EsLe aumenlo equivale al aument:> medio de


LA NATURALEZA

94

la poblacion durante los quinquenios que se han sucedido desde mús de medio siglo, prescindiendo de los territorios anexio nados á Francia y ele los que h a pcrdiclocluranteestetiempo. ---oo~o-o----

ANÁLISTS ERPEO'fRAL DE LOS OO::\,(ETAS. El periódico in g lés The Observatoru ha publicado recientemente er resultado del a n áli sis espectral ele los cometas I, IT y JIT ele este año do 1877. El pequeño cuadro adjunto representa . las longitudes ele ondas, h all adas en las rayas brillantes del espectro de estos cometas, y en comparacion las del espectro del carbono . El primero de estos cometas h a siclo examinado por De Konkoly, el segu ndo y tercero por Lord Lindsay. COMETA I.

COMETA JI. .-----------...

!5556

5696 5560 5580 5593 5432

5177

5160 5086 5175 4986

4765

4722 4679 4705

COMETAIII.

5282 5079 4676

CARBONO .

5716 Id 56()7 II et 5457 5393 II b 5279 II e 5203 TTT a !5172 III b .4 40 IV a 4699 IV b

La tercera serie ele observacjones del cometa fT s-e h a hecho con ay uda del espectroi.copio ele Gruhb, provisto de un gran prisma compuesto y debe ser mAs co mpl eta que las otras. Lord Lindsay hace notar que el espectro ele esLe cometa se parece al del segu ndo de 1868 ("\Vinneke) , miéntras el cometa III presenta el tipo particular observado en el cometa de Brorse n de 1868 y e n el primero ele 187'1. El nú cleo del com eta JI da un espectro co ntinuo cua ndo se le observa con ayuda ele un débil poder clispersi vo; pero con un aumento mayor el espectro de líneas brillantes traspasa al otro. El hecho está de ac uerdo con el principio bien conoci do , en virtud del cual las protuberancias solares so n visibl es en el fondo ele un espectro qo nti nuo debilitado . Se h a comprob ado en el Observatorio ele Gree nwic!1 la existen cia del espectro co nti nuo y s u desaparicion, c uando es mayor el poder d isp ersivo . En cuanto al espectro ·de los compuestos de carbono, las comparaciones en Greenwich e n 1?75, superponiendo dos espectros ~n el mismo campo , han demostrado que no existe diferen cia sensible entre los espectros dados por los tubos vacíos, que contie nen respectivamente óxido y bióxido de carbono, gas olefiante, alcohol y ázoe, y q_u e la introduccion ele botellas de Ley-

den en el circ uito inducido, parece más bien a umenLar el brillo ele las líneas espectrales que producir cambio radical alg uno . Es preuiso h acer constar, no obstante, que otros observadores han h allado resultados diferentes. Las longitudes ele ondas de las franjas ele carbono son fijadas en cada caso por el b orde próx imo á la extremidad roja del especLro; los n úmeros romanos inrlican el número de la franja y las letras minú scu-l as s us s ubdivi siones. Todas las rayas desaparecen del lado del azul de manera que las letras a, b, e, designan el brillo relativo ele las s ubdivis ion es . Es importante·, no olvidarlo, pues, sobre las tres franjas principales de los cometas I y II de este año, sólo la primera coincide (en los límites del error) con la parte más brillante del espectro del carbono, miéntras las situadas en 5175 + y 4705 + corresponden a las secundarias del carbono, cuyo brillo a mµ enta con la temperatura creciente de la botell a de Leyden. Hoy no se puede decidir todavía si la presencia de estas dos franjas, exclu yendo las que la aco mpañan e n l:i.s circunstancias ord in arias con más brillo , puede consicle1·arsc como testimonio ele una temperatura muy elevada; re ina todavía demasiada in certidumbre e n las observaciones para decidir sobre un punto tan deli cado . Pero la coincide ncia satisfactoria ele las franjas I el, II a, y d e la lín ea brillante 5457 característica del gas olGfian te (hidrocai·bon o), induce á creer que el espectro cometario es realm ente el mismo que el de los compuestos de carbono, a unque s~n eluda en otrns cQncliciones . Es posible que las franjas 5079 y 4576, observa.das en el espectro d el co m eta IH correspondan á las del cúbono III b y IV b ; la fín ea 5282 parece coi ncidi r co n un a débil franja seuundaria del carbono, siendo muy difícil explicarse la a usencia ele la fra nj a brillante II a en el espectro de este cometa. A pesar ele la probable analog ía de la s ustancia conietaria con los compuestos <l e carbono , la certidumbre de esta opinion no está todavía de.mosteada por la observacion.

MISCELÁNEA. Alejandro Branicki.- Ell2 de Noviembre de1877 se ha verificado en Niza el entierro del conde Alejandro Braniclci, fall ecido en dicha ciudad el 20 de Octubre á la edad ele cincuenta y seis años. El conde Branicki, mi embro de una de las grandes familias polacas, era uno de los promovedores m ás arclieotes del estuilio de las ciencias naturales en su país. Ha hecho numerosos viajes científicos á Orintea, Riria , Arabia,


g,

LA NATUR \.LEZA Egipto y rgcl, etc., en compañía ele los sab ios naturnlistas Andrzejowski, Waga, Taczanowski y otro que protegía, compartiendo con ellos las penalidades de sus investigaciones científicas. La · nomenclaturas zoológicas y botánica trausmitin\n .i . lo.- naturalistas futuros el recuerdo de este protector de las ciencias naturales; pues le han sido dedicados muchos animales y vcgetale ( Dinomys Branickii, Chrysis Braniclcii, Ge11tianct Branniclcia, G. Branilciana, etc.) El conde A. Branicki había fundado en una de sus propicclade de Uluania un verdadero jardiu botánico, en el cual introducía todas las plantas nuevamente descu biertn é i ntentaba su _aclimatacion.

....* Antigüeda des babilónicas.-En el British ~lhtsemn de Lóndre se acaban de instalar en la seccion le antigüedades varias esculturas interesantes de procedencia babilónica. Los obj etos, ea cuestion, han. ido hallados en los alrededores de la aldea de Zira, sobre el punto donde ántes existió una ciudad, cuyo nombre se dice haber sido Zergul. La pieza mtis intereante es un bloc de basalto negro, de enormes di- . mensiones, cubierto con diferentes in. cripcione , algunas de las que contienen nombres y términos hasta hoy desconocidos. El nombre del rey Hemmurebi se repite varias veces, y parece indicar que los objetos proceden del siglo décimo sétimo .\ntes de Jesucristo. La coleccion contiene tambien antiguos ladril lo!';. E l con. ejo de admini tracion del establecimiento lm adquirido a lemá la colecciou de dibujos y copias de inscripciones dadns á conocer por ;Jorge Lu ith, obra póstuma de este sabio. e anuncia la publi cacion de una historia de Babilonia por mrn sociedad especial y no por el British .Jllusewn.

....*

Minerales de bismuto.-Segun Doñrnyko participa á la cademia de Ciencias de Pari , Bolivia debe ser el paí del munclo míis rico en m inerales bismúticos. El bi ·muto se encuentra en ése pwlto a. ociado al oro y á la plata, y forma un oxisulforo y un cloroar eniato minerales nuevo que el autor ele cribe en la comunicacion á que nos referimos.

....* Nuevos obse rva torios metereológicos e n l a s a lta s latitudes.-Los progresos científicos le la me-

tereología en estos ültimo años y la creciente importancia qu toma de dia en dia para la preví ion del tiempo, han hecho sentir la necesidad el tener en las altas latitudes un cierto númeró de ob crvatorio que permitan dilucidar muchas cuestione o curas. Dos austriacos muy conocidos, el teniente Heyprecht y el conde Wilczeck, se preparan á alir para una expedicion, cuyo objeto es establecer un punto de ob. oryaciones metereológica en la costa orte de la nueva Zembla. Otra estaciones se establecer.in clespues· cn el Spitzberg, á los 80° de latitud Norte, en la costa de Siberia,, cerca ele Lena, en Groenlandia, en U1Jernawik junto 111 estrecho de Ban ow; en fi n . e C'l'caní otro . -

tablecimiento en Finmark ( "oruega) para uuir las e taciones arriba mencionadas, con las del continente europeo. 'ería igualmente muy de desear, dice Le., jJfondes, que se crearan algunos establecimientos cerca del polo austral , pero esto no podrá hacerse sino más tarde, pué. las clificultac.le.' . on mucl,o nuí. con,:iderables. * P equeño pla neta.-El infati 0 able ast.rónomo de Boston, W at. on, acaba ele dar ü conocer nn nueyo planeta ele la undécima magnitud . *

Vía s fé rrea s. -Las de los Estados-Unidos tienen en la actualidad nna extension l 73.508 m ill as. E l Manual de los ferro-carriles de los E tatlo -Unidos para 1877-1878, que acaba de publicarse, recuerda que en 1867 110 había más que 36.276 millas de Yias ferreas abierta. al público. Desde esa época, los ferro-carriles han penetrado ha ta el Utah, el Colorado, el Dakota y otras regiones de Far-West. ---=>0-<>-o=--

SOOIEDAD FRA CESA DE FÍSICA . Se ion del 2 de Noviembre de 1877. PR I MER EXPERIMEN'l.'O

DEL

TELÉFONO

EN

PARIS .

M. Niaudet toma la palabra para dará. conocer e l teléfono de Bcll , cuyo pri n cipio es hoy bastante sabido para que necesitemos insistir. Oreemos suficiente el corte que damos del instrumento, en el cual se ve : 1: 0 u n iman derecho sohre e l que est~t m o ntada una pequeña bo bina ele fino a lambro, y 2. 0 l a membra n a circu lar de h ierro co locada fre nte al mismo pol o y que_comp leta el i nstrumen to . E l resto, e n efeclo, no es nüs que la cubieeta ó si se q ui ere la caja del instrumonLo, de caoba. Esta caja presenta en su parLo superior una embocadura en forma de embudo, cuyo agujero corresponde 'á la parto central de la membrana ele hierro. Cuando se qu iere hablar se presenta e l instrumento á. algunos centímetros de la boca; si se ha ele escuchar h ay que pon erle co ntra el pabellon el ~ la oreja . Sucede con el teléfono lo q ue co n todos los · i nstrumentos del mundo; se usa mejor la segu nda vez q ue la primera, siendo in n ecesar io advertir que es conveniente hablar muy distintamente y con alguna lentitud. Para oír bie n , es preciso saber- en qué medida ha de oirse, · y que la voz del interlocutor no llega, como si estu viese situado á. un metr-o ele distancia . La voz se rcprod.uce, todas las entonaciones se tr,msmiten, e l timbre es perfectame n te se nsib le: so reconoce la voz de un amigo, disting uié n dose ele otra s in la m e nor Yacil acio n , y


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LA

ATURAL EZA

las voces ele m ujer son particularmente recognoscibles y fáciles ele oir. Pero aunq uc el telé fon o ele Bell resuelva completamente el problema de la trasmision de los sonidos con sus tres cual idades: altura, intensidad y timbr_e; es prepreciso reconocer que, como ha dicho _-iaudet, n o da la voz, sino una imágen de la voz. Cuand o se mira una cara conocida en un espejo, se la YO con todos sus detalles, pero nos damos cuenta por ciertos caracteres de que vemos la imágen y no la persona.; la diferencia. sería aún m ás sen si bl e, si en lu gar de u n espejo ord inario se hiciese uso de los de plata ó cobre. Lo mis mo sucede con el teléfono; se oye la voz que se conoce, pero está como afectada por los intermediarios que intervienen en la tran. mision. L a imprcsion más general mente rnnlida por las personas que emplean por Ycz primera el m aravilloso aparato de Graham Bcll, es que la voz parece salir de un agujero, ele una clara-

hoya ó de una cueva. Es muy notable que al familiarizarse con el instn~mcnto se pierda completa.mente esta imprefiion, y que se concluya por no percibir ese efecto de ca.yema . Dos comunicaciones telefónicas se habían establecido: una entre el salon de sesiones, situada en los bajos, y una habilacion del primer piso, y otra entre la m isma sala y el sótano. E n la sala del principal se había colocado una caja de música.que funcionaba conLinuamen le y permitía á los miembros ele la sociedad acostumbrar el oiclo al i nstrumento . Sobre la otra línea, la de la cueva, todos han querido hablar y oir, y nadie se ha marchado sin haber hecho un experimento, el cual puede con derecho contarse entre los mús extraordinarios que hayan ejecutado los hombres. Nia.udet ha aflrmado que en un sitio completamente silencioso, es posible á dos ó tres personas oir el mismo teléfono, que no se apl ica

COH.TE DEL TELÉFO~O.

entónces al pabellon ele la oreja sino tai1 cerca de los oyentes como sea posible. Ha explicado tambien que dos teléfonos pocl íari ponerse en derivacio;1 1 de modo que dos personas podían oir á la vc:t y en las condicio n es ordi narias clc·l uso del instrumento . Parece q u e se han ensayado hasta diez derivaciones s in debil itacion perceptible. Tambien se pueden colocar varios im,trumentos en circuito y reunir varios interlocutores. Colocados todos á distancia unos de otros, poe u n alambee único, cada uno de ellos oída lo que dij ese cualq uiera de los <lemas y podría interr umpir para dar á· conocer su observacion, del m ismo modo que hacen los amigos reunidos á comer a lrededor de una mesa. Niauclet dice haber hecho el experimento en la misma mañana entre el sótano, los bajos y el principal. ¿ erá. p rácticamente posible establecer conversaciones

entee varios? Eso es lo·que el porven ir ha ele demostrar. En lnglalerra se ha hecho muchas veces el experimento ele co111tmicar de una ciudad á otra, especialmente entre Plymou1.h y Exctcr, cuando la conferencia de Preoce ante la Asociacion b riü1nica en el pasado Agosto. Parece h asta que Graham Bell ha te)1ido ocasion en America ele conversar con un am igo á una distancia de 258 millas (415 kilómetros). iauclet ha terminado anu n cia ndo que Bell lc había ofrecido formalmente hacer un viaje á París y tomar la palabra en u na reu nion cie n tíflca: erá u na fiesta para los admiradores de la d ichosa invcncion del teléfono. 'PROPIETARIOS GEREN

n :s:

'PEROJO HERMANOS.

Madrid: f 878 .-Tipografía- Estereotipia PEnorn.


Núm. 7.-12 Enero 1878.

LA NATURALEZA

LAS YUCAS. Entre las plantas que más adornan y que p·oclucen mejor efecto en nuesteosgeancles jardines, es menester citar las yucas, que constituyen el género , Yucca . Originarias del continente americano, donde crecen desde el Perú hasta el Canadá, estos vegetales pertenecen á la familia ele las liliáceas y al subórdcn ele las aloíneas.

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Su raíz es un rizoma carnoso ; su tallo leñoso, frecuentemente a rborescente, irregular y formado por un tejido poco apretado . Sus hojas son largas, tiesas, espesas, esfrechas, lanceoladas, persistentes, apiculaclas, abrazadoras y á menudo provistas en sus bordes de pequeños <lientos espinosos. Sus flores son numerosas, colgantes, grandes y clispueslas en panículos terminales; están rodeadas ele una espata bivalva y constan

Yucas.

de un periantio campanulaclo, compuesto ele seis tépalos iguales, conniventes, soldados por la hase, marcesantes y desprovistos ele fosas nectaríferas. Los estambres l en número ele seis, están insertos en la base del periantio; los fi lamentos ele los estambres son cortos y ongeosaclos en el véetice; las anteras muy pequeñas. El ovario tiene tres compartimentos multiloeulares, y está ooeonaclo por tres estigmas divergentes y no engrosados en el ápice. Las semillas son grandes, numerosas y aplanadas. La horticultura europea posee hoy un número bastante considerable do yucas, habiendo obtenido tambien diversos híbridos por medio ele la focundacion artificial. Las especies más extendidas son la yµca brillante, la glauca, la

ele hojas ele úloes, la de hojas blandas, la de hojas colgantes, la filamentosa, la mag ní(ica., elu. T~clas las yucas tienen flores do un blanco mate mús ó ménos nacarado, presentando algunas un tinte rosáceo, rojo carminado, violeta, lila, amarillo ó verdoso, lo cual da al conjunto de un bosquecillo de yucas un aspecto vistoso, haciendo además resaltar el color oscuro del follaje . Todas estas plantas son vivaces y bastante rústicas. Se les cultiva al aire libre. Crecen bien en -terrenos arenosos y al calor del sol, siendo menester regarlas copiosamente cuando van á florecer, y cubrirlas de paja en el invierno . Se las multiplica fácilmente por medio de espigas que se dejan arraigar. Aparte su utilidad como 7


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plantas ele adorno, las yucas suministran fibras bastan io tenaces, con las cuales se hacen cuerdas, etc . , estando además la pulpa ele sus cápsulas dotada de propiedades laxantes. LA' EMPRE

DE VIAJE

ALREDEDOn DEL ~lUNDO.

La idea de organizar cxpeclicione- para viaje' alrededor del mundo, ba parecido, sin duda muy nuen1 r por lo tanto á lo ojos de muchas p C'rona ,erosímilm ntr impracticable. No carnee de intere dar ú conocrr que mucha organizaciones dr e te género funcionan en otros paí es, y qu en Francia se ha fundado nna rllcientemente, cuya próxima r alizacion ha de tener lugar con la partida, de la primera expedicion en ,Junio de 187 '. Por mucho que nos ene te decirlo, creemos todavía muy lejano el clia en que una empresa española dé comienzo ii e. ta clase el Yiaje puc ni ilJUÍcra contamo con las que desdr años h á conducen en otros paí'e viajeros numero os al Oriente, ú Italia y áun á capitale. europea. en ciertas . olemnicladr arí,d. icas. ' Digámo lo cuanto úutc : di ta mucho de er nueva en sí misma la idea ele hacer dar la vuelta al mundo por un precio fijado ele a1,1temano y con un objeto roc1·rai.irn ó de in. truccion á un grnpo ele aficionado ~i. Y iajes. Nadie podrá atrilmirsc la prioridad pues no e. ni un invento ni un de cubrimiento. D ata ele la época, ha tan te lejana ya, en que un buque ele ,cla bien cquiJ)ado podría, sin correr o-mnde peligros hacer, egnn la f liz Pxpre~ion de :Mu .. et,

i

i-ne ceinture au monde, .Jl¡-ec le ,qf{lon cht 1:aisseau.

La aplicacion se hizo ya en tiempo ele la marina de vela. No es orprcnclenir que e. ta primeras tentativas no hayan siclo coronadas ele un éxito brillante. La vela es un motor económico, sin eluda, pero lento y de igual. La comodidad á bordo ele lo buques no · e entendía entóuces como hoy; las trave ías eran necesariamente larga ; la obligacion de doblar el cabo le Buena-Esperanza forzaba á dar un rodeo inmenso para llegará la India, y en fin, el gn to d" los .-iajes no e taba entónces ele arrollado como en nue tros días. Habemos que, . in embargo, se han ejecutado viaje de este género, con má ó méno fortuna, por franc eses y bel o-a . Más tarde, cuando lo progre o de las construcciones navales y de la máquina marinas, cuando la apertura del itsmo de nez y el aumento cada vez mií.s rúpido de lo viaje individuales hubieron traído erio elementos de éxito, e ta empre as no debían tardar en encontrar nueyos promoYedore . De de 1869, la ao-encia Th. Cook é hijo de Lóndres h abía oro-anizado y llevado á cabo viajes alrededor del mundo utilizando los medio. ele comunicacion exi tente . E te istema tiene el o-rave inconveniente ele neesitar continuos tra. horilo~. Volverrmo 1i o~uparnos

de este punto. La idea ele poner á la di posicion de lo viajero- un buque especial, debía ,olver á aparecer pudiendo en e te momento ser comparada entre sí siete mpresas al ménos, )' ª en proyecto ya funcionando qne organizan viajes alrededor del mundo á la cli posicion ele los aficionados á grande viaje . En Inglate1'1·a: Lo Sres. Th. Cook é hijo, de L óndres.- Agcncia en Pa ris, l 5, place clu Ha,re. Lo Sres. Gaye é hijo, de Lónclre .-Agencia en Pari , rue Dnphot. Los res. Grin llay y compañía 55, Parliament 'treet. En Francia: La 'ocieclacl de viajes (sociedad ant'mima), en París, 8, place Venclome. apitan Raclou, en Paiis fil, boulc-rnrd Hans mann. En ~llemania: Rr. Carl 'tano- n, en Berlín, 43, 1\íarko-rafenstra se. En los E taclo -Unidos: r. P. O. ·wooclruff, Inclianópoli , Indiana. Qnizús exi tan otras ociecladc. formada ó rn vías ele formaciou, pero . u publicidad no lia llco-aclo ha~tn no otros. l nicamente el ponrenir podrá decir si todas la citadas e t:ín de tinada ú pro perar. D e todos modos, e ta corta listó, ba ta á demostrar que el viaje organizculo alrededor ·c1el mundo no es un hecho excepcional. E ta empre. a e clivitlcn en dos cateo-oría bien di tinta. : las que no tienen medio propio. ele locomocion y e limitan á facilitar el viaje, utilizauelo los medios ele comunicacion exi tcntcs, y las que crean el mi mo viaje por el empleo ele un buque arreglado r. pecialmente, que queda á la di ·po icion de lo ,iajeros para miéntras dure la expcdicion . Las empre a Cook, Gaze y tangen hacen parte ele la primera categoria; las otras cnatro constituyen la segunda. "'\ amos :t examinar suce. ivamcntc el mecani mo (le estas organizaciones y las condicione que ofrecen. I. Los 're . Cook se hallan al frente ele una vrrdaclcra industria, e tn blecitla en gran e cala, que funciona regularmente ele ele hace algunos años. La vuelta al mundo no e su especiali<lad, y si bien e ocupan ele ella, es por entrar en el cuadro general ele ns operaciones comerciales. E te yiaje no es para ello , en efecto, más que un accesorio. Tienen itinerario ele tocTa especie para todo los países de Europa, para la Palc tina, el Eo-ipto y los E tados- U nidos. Ya los viaj eros anden solos con el billete comprado en la agencia, ya formen grnpos conducidos por un cicerone, l resultado viene :t ser siempre el mi mo. Lo eñores Cook conocen todos lo medios ele tran porte, tienen contrato con los principales hoteles saben las horas ele salida y ll egada ele todos los trenes y vapore , y dicen el tiempo que ha de permanecer e en cada sitio. U na Yez tomado el billete en la agencia, no hay que pensar en nada, sobre todo si se forma parte de uno ele los numeroso tom·s que se organizan todos los año . Este nombre se da á los Yiajes hechos en grnpo y en compañía de una per. ona de la ao-encia. En este 1íltimo


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ca. o, todo e tú minncio amente calculado, de de el día Berlin, e una empre. a naciente, organizada por un de la p:u·ticl11, al de la llegada. e , 11,be con precision hombre que, sin embargo, ha dirigido viajes de m enor matemútica el empleo ele cada hora, el momento de lcimportancia, como lo de lo 'res. Cook (fig. 1). Yantarse, almorzar, acostarse, etc ... El cicerone, petfecAunque 'tangen ha hecho repetidos prospectos en francé , parece dirigir e principalmente á u compatamente al corriente de cuanto e halla en el camino, fija aproximadamente el grado de admiracion couyetriota . e propone conducir por í mismo la expecliniente á cada belleza nattual y por poco ontimiento cion, que es anúloga á la que acaba ele ocuparnos. de di ciplina que e tono-a, se hac na í muy hermosos El programa aleman está redactado con cierta ,aYiajes, sin la menor fatiga ele espíritu. guedacl. Atribuye al organizador un poder ab oluto Este si tema que recuerda algo bajo otro punto de re pecto al arreglo de las excursiones, declarando con vfata, el prococlimiento para engordar meci\nicamento todo que « el lirector considerará como un clebei· el los pollos, que se sigue en el jarclin ele aclimatacioo hacer todo lo que 1 uede redundar en comoclidad, repor ejemplo, ú la vi ta ele todo el mundo, gn ta .í mucreo y en eñanza de los viajero . » clrn.s personas, y obre todo á los Sres. Cook, que lo Aunque ólo consta ele tres página sumini tra un practican con mucha inteligencia, á j UZ"'nr por el éxito ejemplo de e a fraseología algo pe ada que de ordinaconstante que recompensa us e fuerílo . . rio falta en los prospectos ingleses, francese , am riPara el viaje alrededor del mundo e ta agencia cano :r e pañoles. Ba taní con citar la fra e iguiente: adopta el mismo procedimiento. , 'u exto tour ha sa«E tá fuera de toda duda que las persona que tolido ele LiYerpool el 25 ele Ago to último, :r e tar,i cle marán parte en el viaje pertenecen sin excepcion .i la vuelta en Lóndre el 25 ele Marzo ele 1878. E , ¡;ue , mejor sociedad, y experimentan un vivo intere por lo un viaje do siete me cs. El itinerario e ca i exactapaí es que han de recorrer· así creo que el viaje mente el ele Philea Fogg en la humorí tica novela de ademá de la variedad infinita del e p cti\culo nuern, Julio V erne, s decir, que clej a completamente ti un grandioso y mao-nifico que presentan lo mares y pailado el Mrica, la América del ur los archipiélago es extranjero , ofrece á los participantes ocasion de del Pacífico, la A.u tralia y la India neerlande a. conversaciones mtUtiples, intere antes y ao-radable . D e siete meses do ausencia, ólo sois se pasan fuera En estas conrliciones me sení. in dncln, permitido diride Europa. Tres me e y medio e emplean en trayecg ir una invitacion para el viaje alrededor del mun lo. to , ya sea por mar ya en ferro-carril. Quedan, pues, El i tin erario adoptado por el r. tangen es el misdo me e y medio á tre.o utilizado en excur ione- dimo qne el de lo res. Cook. La duracion es de ocho ver as en Asia y en los E tado - Unido . m e es. La partida se ha fijado para Mayo de 1 7 ~. El E te itinerario e tá dirigido el~ E. á O. El precio del precio lel viaje es de 14.65 fn\uco . La empre a toma billete e. de .375 francos, mediante cuya suma la agená u cargo lo medio de tran porte y los gasto de hocia ook e encarga de °lo precio el trnn porte y ele tel (no contando la bebidas)· pao-a ademá lo medio ele tran porte para todas la excur- iones, así como las lo de hotel. Los extraordinarios de todo género, los propina , los guía , etc ... El pe o del equipaje está re<ínrnilm , coches, propinas, guías, te ... quedan á carg ducido á 40 kilógramo . el lo Yiajeros . El pe o de los equipajes . tá limitado á --1-5 kilógramo . acla viajero clebe cuidar ele reconoEs, en suma, el mismo viaje que el de la agencia incer u banles en los tra bordos, y ele hallar e pre. eute <Yle a; algo m á largo pero sen iblemente m:'. caro, á lo reconocimientos en la aduana . Los re . Cook organizado por una empre a ménos importante y cuyo declinan toda respon abilidad r clatirnmente á los equiprorrrama e tú ménos claramente definido. paje , a í como toda participacion en lo ga to ocaHemo dejado de decir que «un banquei.c ele de peionados por ol retra o ele lo vapores ó por cualqt1ier dida reuuirú á la vuelta en el hotel del Kai erhof en otro accidente que e té fuera de u atribucione~. Berlín, á todo lo que hayan tomado parte en la exE tas última. condiciones son ba tante amenazadopeclicion .» La or"'anizacion ele viaje alrededor del mundo del ras parn el viaj ro pero es eYiclento que e. t:in imp ue modo que acabamo d ver no nos parece nocesitnr ta por el modo ele organizacion adoptada. largo e tudio ni pre entar grande dificultadef-1. Inútil es decir que para un viaje semejante, el emExanúna1· la tarifas de la. compañías Je ferro-carpleo del tiempo no está tan exactamente preYi to como rile y de vapores que han de utilizarse· deducir el preuna cxcursion por uiza ó por Italia. La agencia da cio de lo tran por e ; fijar el ga to meclio de un viajero tambien cierta facilidade para permitirá lo viajeros en los grandes hoteles de los E tado - l nidos de Soque motlifiquen un poco u itinerario mediante s uple-kohama ele Hong-Kong y ele la India ingle a· umar mento ele precio fijado ele antemano ó á cli cutir, seesta dos cifra sin olvidar lo O'a to ele propaganda g un lo ca o . que hayan tenido que hacer e y el beneficio que e quieJI. Los Yiajes de lo 'res. Gao-e le Lóndre e r realizar, e lo q ne ba ta para aber el precio del viafundan en el mi mo principio, pero no creemo que ha. ta hoy e. la agencia haya organizado el tour bajo la j e. En cuanto á la ejecucion con i te únicamente en informa,r y acompañar á los ,wjeros; y pue to que no direccion de uno de u depencliente . e limita á dar se o re pon. able ele nada apéna la co a dejan de billet s irculare. valederos para los feno-caniles y marchar perfectamente, ha de alir e del pa. o con un vapore o nos detendremos en dar ro.is detalles. 1H. La vuelta al mnn lo del Sr. Carl Rtangen, de poco de finnra r mucha paciencin.


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Otra co a es crear en todas sus partes una organi- al que pronto siguió un segundo, en el cual daban á conocer que el vapor 111natra saldría el 15 ele .A.go to ele zacion de viajes. Se comprende fücilmente que expediciones, en las 1877 (en lugar del l.º ele Abril, fecha ántes anunciada) cuales el itinerario y la in talacion material estén e - para un viaje de recreo alrecleclor del mundo. Este butucliaclas con este objeto particular, deben ofrecer que, haciendo rumbo del O. al E., debía visitar lasco. grandes ventaja , tas ele E paña, ele Italia, del Asia que sólo ellas menor, atravesar pueden reunir los elementos que el canal ele Suez, ir á la India, á hacen el viaje i11sChina, al J apon, tructivoal mismo á las islas ancltiempo que agrawich, á anFrandable. E l empleo cisco, bajar la de un buque escosta occidental pecial permite lledel con ti nen te yar biblioteca é americano , volinstrumentos, ver á subir por hacer coleccione .. ··...-.:::·· .. la costa oriental estudiar in fatihasta ew-York, ga y in gran in haciendo escala terrupcion, ev ien todas partes, ta mucho cuidavolYer á ln°-lay dos, tribulacione. ~ --;:¡. -. ·.· .. ~ terra por las Azoy pérdidas de ,,., 6o Go res. Aunque olvitiempo; y en fin, dando la 1\ nstracla al viaje un caFig. 1. Cróquis del itinerario del viaje organizado por M. 'tangen, ele 13crlin. Duracion: ocho meses.-Partida á fin de :i\layo de 1898 . ( Las fl elia la :N uern Zerácter elc,aclo y chas indican la direccion de la marcha.) landa y las islas cientifico, propio del Pacífico, esto á seclncir espíritus serios. itinerario erabas,Bo Go Pero, en camtante completo, no comprendienbio, es una obra que exige conocido ménos ele cin mientos técnicos cuenta y siete exten os y una puntos ele escala, juiciosa apreciay anuncian do cion de todo los gran número de elementos. El esexcmsioncs ( fitudio de los pre"'Ura 2). supuesto ele e La exped icion ·~ •,=., tas expediciones debía emplear :_ . . .. · requiere por sí nue,e me es para solo mucho tracumplir su probajo, y la proporgrama. Las concion necesaria endiciones eran las -~·-- ... -tre las condiciosig uien tes : Prenes del Yiaje, el cio, 12.500 frannúmero de viajeco , siendo pagaFig . 2. Cróquis del itinerario del viaje organizado p:ir los Sres. G-rincllay, ros :y el precio dos por la emprede Lóndres. Duracion: Nuc,e mcscs.-Partida ... tLa fl echas indica n la queha ele exigir e sa to<los los ga direccion ele la marcha.) á cada imo para tos á bordo, ménos las bebidas, y por los viajeros todos los gastos en que la empresa sea viable, es muy dificil ele detierra. terminar. Examinaremos someramente las empresas creadas La partida no ha podido tener lugar. Quizás la crisis por los 'res. Grindlay, W oodruff y Radon y por la europea motivada por la g uerra ele Oriente ha tenido Sociedad anónima ele viajes; el lector decidirá con cogrn,n parte en la causa ele este fracaso; es probable, sin nocimiento de causa á cunl cree deber clar la prefeembargo, que otras causas hayan contribuido á ello. renCia. En primer lugar, los organizadores pedían ciento cinIV. Los Sres. Gr incllay, ele Lóncll'es, han hecl10 recuenta viajero , número muy cons iderable para un pripartir su primer prospecto en el mes de Enero de 1877, mer ensayo y ba tante á a, ustar mucha personas que

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. ATURAL EZ

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con g us to hubiesen hecho parte de un grupo de cuaE un Yerdadero colegio flotante; no ólo se ha emrenta ó cincuenta cxcursion i tu . En segundo luo-ar, barcado en él cuanto e necesario á la in truccion, concinco mese al ménos debían pa. ar o en ol mar de los tando una docena de profesores, sino que lo j ú,enes nneve do au encía, no quedando por lo tanto m,ís que viajeros e tún sometidos á una di ciplina bastante ricuatro para todas la escala· y ex Jursione. iudicatlas. gurosa y llernn un uniforme parecido al de los aspiE te tiempo parante de la Marecía mu.r iusufirina de la mon. , & _ ___ ,:o cicntc, .r el prosna. egunda cl~pecto, mur bre,e, se de najeros, deno daba ninguna. signado bajo el cxplicacion sobre nombre de cadeeste punto. tes, se compone Creemos saber do j ó,cne de méque los 'cñore 11os de diez y seis Grindlay no han año ; éstos re irenunciado á u ben una instrucempresa, re incion más partidudable que, con cularmente maríun programa m,ís tima, pero gozan detallado y e tu· de la mi mas diado, lograrán Yontajas que los realizarpronto su <lema vrnJero~, -~--- .: -Yachting voyage participan de las round the icorld. excur iones, etc. ,,,. 6o V. El 'eñor El precio del Fi~. 3. Cróquis del itinerario del viaje organi,mdo por,, o~'.:irnf, do InW oodi·uff, de InYiaje para lo esdianópolis (E~tados- nidos) . -Duracion: do!! aüos.-Part1da: Octubre diauúpoli ·, esL,~ tudiantes, e de de 1877. (Las !lechas indican la dircccion de la marcha.) al frente de una 12.500 francos, y expeilicion de 1 de 10.000 solamismo género mente para lo pero diferente ·ocadetes. En esta bre todo del procifra e~tán incluiytcto inglé , por do ciertos o-a tener un can\cter tos necesarios en casi exclusivapequeñas excurmente científico sione . é in tructiYo, Es necesario miéutras el ültiadvertir que el mo se dirige casi Ontario ha debiexclusivamente::~ do conducir cerca los turistas (fide 400 viajeros; gura 3). al méno e ha Esta expcdiarreglado bajo ese cion ha debido cál ulo, y, á pe ar --------- ..,,,., - ----------- - ~----:r---. alir de de u dimen ioueYay ork en la prines, e imposible Go mera quincena de contar con una Fig. 1. Urúg_uis del itine:rario del viaj e organiza~o por la Socic~lad de YiaOctubre. Es t á comodidad perjes de eslucl10.-Durac1on: once meses. -Partida: 15 de Jumo de 1878. or<Yanizada egun t eta á bordo, da(Las lineas punteadas indican la ruta del navío , miónlras los viajeros esdo tal mímero de un pla.u mn.r es. tfm en cx.cursion; las !lechas la direccion do las marchas .) tudiado. El viaje persona . Por otra parte, debiendo el buque permanecer prúxiri:i,ano debe clnrar ménos de dos años. El itinerario, muy mentc diez y ci meses en e cala durant.e 1 naje, completo, comprende un gran número ele escala y exlos gastos de permanencia y los do grande excursiocm iones. e dirige de E. ,\ . .r e tá jecutado bajo nes los cuale no on sufragado por la empresa, neel mando de J. M . Pbilip, ca1 ita.u do la marina de ce itaráu grandes desembolso que doblarán casi el los Estados- nidos, por un hermoso ,apor americano el Ontario, <le grandes dimen ion doma iado precio del viaje. ca d sto lo que fuere, la obra le W oodruff es grande quizús, pues en muchos parajes un buque de 120 metros de largo corro peligro de encontrar dificulyerdnd mmente notable; e11ada con e e caníctor de tade . audacia que se halla en toda · las conccpcione amer:-

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TA_TURALEZA

cana orgauizada con un objeto erio y útil, con. tituy una fundacion de valor real y merece eo-uramente u éxito. ñadamo que ha ido honrada con la aprobacion del Gobierno americano y el apoyo ele mucl10s per onajes oficiale . · VI. El S1·. Rado11 capitan francé , se propone ejc.cula.r tambien viaje alrededor del mundo, con el objeto e:pecial de recoger elato comereiale y de completar la in truccion pdctica ele los jó,ene de tinado al comercio; reconocemo toda la bondad ele la idea emitida. por el r . Raclou pareciéndonos u cPptible de una aplicacion práctica pero u programa no e tá al parecer como otros ya citado , ba tante e tudiado para poder reunir los medio de accion que le faltan todavía . El viaje duraría quince me es, realizándose en un buque de Yela, recorriendo un ilinerario que dob la lo. dos cabo de Hornos y de Buena- E peranza, y pre cinde de toda la mérica del orte y la India ingle a. E te itinerario · no compren el mti.s que doce punto de e cala, .r e tá dirigido ele O. á E. El precio fijado por Raclou e muy módico: 6.000 francó . Desgraciadamente, para llegar á e a cifra se ve oblio-ado ti suponer que 6ú viajero hallar[m cómodo itio en un bergautin de 800 tonelada , que se habría comprado por 9 .000 franco . El olo flete por llil año e.le un Yapor, que pueda alojar en buenas condiciones (iQ pa ajeros ele primera cla e, excede del doble de esa cifra. Lapo ibilidacl de la instalacione en un buque ele ,ela ele 8UU tonelada e mús que dudosa, y la per pectirn ele un Yiaje tan largo vi itanclo tan pocos punto , no seducirá endentemente á mucha persona . :No parece por lo dema, que un viaje de e te género no puede ,ra llevarse á cabo más que con un vapor. Por mejor que se emplee el tiempo pa ado en el mar. será iempre considerado por lo pasajero , estudiantes, negociantes, etc., como tiempo perdido. Es preci o nndar ele prisa. VII. La empre a formada por la Sociedad de via;'es de estudio alrededo1· del mundo, nos parece evitar el mayor número ele incouYenientes eiíala<los en la organizaeione que acabamos de ele cribir. u primeros trabajo , debidos al teniente ele na,io de la marina francesa r . Riarcl, son anterfores á lo de Grinclla,r y vV ooclruff. onstituida en sociedad anónima hace alguno mese . ha adquirido ya gran notoriedad para el éxilo de su primera expeilicion, que debe salir en Junio próximo r puede considerar e como seguro (fig. 4). Los viaje que organice tienen á la vez el car:\cter de iustrudiYOS y ele recreo. La cluracion es de once me es .r medio, de lo que seis )- medio próximamente se pa ·ani.n en tierra en diferente países. El itinerario dirigido de E. á O. es análogo al de la exr eilicion americana, con una gran excur. ion por el interior de lo. l~;,tados- uiclos . Compr 11cle la dos .c'i..méricas, lo ar ·hipiélago del Pacífieo, laAu tralia,la.r ucYaZelanda,elJapon,la hina,la lndÍ:-is 11eerlanclesas é inglesa, r el Egipto. El buque es un rnpor ele gran Yclocidml que uo e ele. ignani

ha ta conocer aproximadamente el número de ,i.ij¡_;ros. La ituacion del com rcio marítiiao es en la actual idad bastante embarazo a para que eu este pnnto no e eucuentre má difi 'ultacl que la ele escoger entre gran número ele buque excele11tcs. Léjos ele embarcar 13·1 per ona como pedía Grindla,r, ó 400 alumuos, como á borde del Ontario, la Sociedad de viaje e limita ú 7 pasajero . Treinta in cripciones on nece aria para que se verifique la particla. En la li ta ya empezada se notan los primeros nombres ele Francia y de otros paí es. Aunque no haya m :í que una cla e ele pa ajero , lo precios ,arian, segun que una ó muclrn per ona · se alojen en un mi mo camarote . El precio medio e de 17.00 franco . En e ta cifra e tán comprendido todos lo o-a-tos hecho ti bordo, y los más considerables ele las grandes excm·sione en mérica Asia y Egipto, ele modo que los ga tos per onales de los viajeros quedan reducidos á 3 ó 4.000 franco , miéntras que para las expediciones del mismo género, ele que hemo hablado, pueden lleo-ar á duplicar el precio del pa aje. Lo que en nuestra opinion cla una uperioriclad real :í la ociedad ele Yiaje obre las empre a imilare , e la manera ele que e ha formado e ta ociedad la regularidad ele u co·1stitucion, la notoriclacl de la personas que la componen :r Ja dirigen . Ha marcado bien su carácter, útil y científico sin tran formarse en escuela ó sociedad á bia; en u con ejo de aclruiui tracion e encuentran l1acencli ta y marinos; en u comité de e tudios, abio , miembros del In tituto y e peciali tas. Es un obra s:lbiamente conducida que hace el mayor l1onor á sus promovedore , y honrarú bien pronto, nos corupla.cemo esperándolo, al paí en que ha ido fundada . De e ta ni.pida reYi ta ele las empresa ele viaje alrededor del mundo, re ulta un hecho positiYo .r que no e tiene ba tante en cuenta en muchas circu nstancia., y es que la necesidad de conocer los países leja110s, de anudar con ellos relaciones estrechas .r eo-uida , va siompre creciendo, r que ningun pueblo ele Europa puede sustraerse á estas tendencia ele e:i..-pansion cada clia má imperio a . Lo hombres que organizan estos viajes iguen el monmiento de las idea ó le preceden, segun que . e dirijan rí lo turista. para distraerlo ó .í los jó,eue · para in truirlo pero en ambos ca os marchan con ellos, r creemo que t.ocla empre a de e. te gúuero, honrada ; inteligentemente dirigida, debe nece. ariameuie tener un éxito brillante.

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Lo ·• E Q L\I L E E:--1 EL JARD I N DE ACLU[ATl,CION DE PAR ÍS .

Diñcil es dar mejores lecciones de etnografía que la" rificacla ele un modo completamente pni.ctico en el Jardín ele aclimatacion de I aris. E l intelio-ente director de este establecimiento tan instructivo como encantador, Geoffror 'aiut-Hilaire, ha comprendido q ne el e. Ludio del hombre podría interesar al público ,hielo Y


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'A'l'URALEZA

- -- - -- - -- - - -- - -- - - - - - -- á su origen; pero atendiendo á la r 0 -iouc en que lo ele iu truccion, r ha aprovechado las oca. ione que se halla.mo , no parecen er autóctono-. hora bien; ·prole hau ofrecido para dar ti conocer, junto con lo animaceden del i ia como se ha pretendido, ó han sido exles que cazan 4ombre de razas totalmente lifereute pulsado ele la regione medias d la .ámérica del ~orde la nue t ra . yer, los parí iense le debían el cote y anojado mas allú del círculo polar por pueblo nocimiento ele lo. nubios-bedjas; á la hora presente m;\s enérgico ? Punto e é te dificil ele dilucidar hoy ofrece al estudio lo esquimales ; entúncc. pre entó un ca por l1oy. La mtturaleza de u lengua, la cual africano medio de nudos, hoy hace ver habitante del rúcter étnico importante, no pre ta ayuda alguna cu extremo polo cubiertos de pieles. El público francé e ta cue tion, pues ha ta ahora ha sido impo ible redebe an-radeccrlc us esfuerzos y los abio aplaudirán, lacionar la lengua, bien conocida, de los esquimalc · in duda alguna el celo del di tinguido naturali ta. cou alguna ele la familias glótica del anti"UO ó del Lo esquimale que en número de cuatro adultos y nuevo continente; pertenece ú la vastisima cla e de los do niño (fig. 4), han e tablecido u domicilio actual cu el J arclin de aclimatacion, son originario ele J a- idiomas an-lutiuante , que comprenden el mayor número ele familia lingüí ticas del uuiyerso. Sus procecobshaYn, pequeña e tacion danesa en la co ta occidimiento de aglutinacion, su modo de poli iuteti ·mo dental de Groenlandia, un poco al 'ur ele la i la de la aproximarían con todo ru{1s á lo i temas glóticos Di co, qu·' es como el centro de las po esioncs escandinava 011 la rC'gi.ones l olare~. , 'on un matrimonio, de América que á lo de Asia · pero eso es mera hipóte. i. ,'ealoquc.fuera.,lalenguadclo e quimalcs,con los cónyuge Olrnbak, un jóYen llamado Ko,rangi, un me tizo de danés :re quirual Jokkik, y do- niñas corta diferencia, es la mi ma en el e trecho de Bchde cuatro y un año re pectivamente, hija del maring, en el Labrador y n Groeulanilia no putliendo trimonio Okabak. E tas buena gentes son de e di tin ui :· e en estos diver O' puuto má · que diferencasa e tatura, pero robustos y rechoncho._; u· anchas cias de poca importancia, pertenecientes á dialectos, caras redonda y cobriza , de ojo pequeños, negros y pues todo los e quimales e entienden uno con otro·. cxpre iYo re piran dulzura y buen humor. TocareBajo el punto ele vista físico, la raza esquimal pa a cen tampoco de cierta educacion, pue aben leer y espor er uua de la má pura siéndolo en efecto· pue si cribir; uno de ello posee y estuclia una n-ramática dahien existen algunos me tizos en Groenlandia donde nesa y e quimal. Han llevado con igo alguno o-o la colonia e. candina,-as han ejercido cierta iníiuencia blanco jóYeuc encerrado en una jaulas 'lida, Yarias cu 1 e trecho de Bchriurr, clonde la razas e. bu notafocas que e solazan en el gran e tanque cerrado, hasblemente mezclada entre í, y en el limite que cpara. ta hoy de tinado á la ayes a()utit.icas, y ·icrto número lo pieles roja ele lo e quima.le, . el núcleo ele lapode perro esquimale que e uncen á lo trineo en blacion e mny homogéneo r pre cnta todo¡; lo · caracGroenlandia y en el extremo orte ele mérica. Ya e teres de la raza pura . han con tnúdo dos habitaciones de inYierno en la gran 'in pretender re olYer la cne-tion del origen de lo " e quimale puede decir-e que en otro tiempo e extenpradera prorn,réndola del mobiliario bastante ucinto lian mucho má hkia el ur en el continente ameriele los groelancle e (:fig. 3). En una palabra, exi te en cano y que u venida á Groenlandia podría er relatiPari una reduccion de las chozas, que con tituycn en e haYameut reciente, al ruénos, en la parte en qu la regione. hor ale lo más ruclimentario que conocellan los establecimiento. e cancliuaYo . 'abido es que mo respecto áaglomera ion humana . Tambien han llcla 'r eulanclia fué de cubierta por el vi!.:i11r; ó re,r de Yado á I ari dos embarcaciollJ) , mucho trajes instrumar i laudé Erico el Rojo ti. fine del si 0 -lo x y que mentos el P" ca objetos di ver o y hasta modelos ele barcas y hnbitacione . con u compañero fm1cló colonia que llegaron á er tan floreciente que, al conYcrtir e la I landia al cri Exceptuando :L J okkik el me tizo, todo pre ' entia.ni mo e crearon ede epi copale- en 'roeulanclia. tan perfectamente el tipo e quimal. Ln re"ion hehora bien; e ta - colonia no tmieron ninguna rclaciou lada dPl p1lo .i::Torte e t{m habitada por mucha racon los iuclig na y los canto tracli ·ionale no contieza , ab olutamentc ilistinta una de otra :muque se nen ruencion algnna que pueda dar :í. entender la exi las designe mucha Ycces con el nombre comuu de rateucia le lo e quimale al ménos en la parte tu de za hipcrborealc . E. muy dificil hacer el ele linde de Groenlandia. En todo ca o ería po ible que al 0 ula esta raza-, obre todo el la que habitan la cotas 11os grupo de e ta raza estuvieran e tableeiclo en reeurop a y a iAtica del Océano 0 -laeial · pero i existe giones ele mayor latitud y que lo i land e lo hualguna qn e té elararnente determinada e indudablebieran conocido poco á l oco. Eu 12GG e mandó una mente la raza squimal, que en puridad e :un ricana cxpeclicion á_explorar el pai d lo kra>linger, como Y que e extiende de de el estrecho de Behring á la e canelina Yo llamaban entónce á lo indígena del lo e raza ta de frnccion una · Groenlnnclia occidental ve ina . nH ele 100 afio mundo ártico y la region iablecida. n la co ta a iAtica del e ti·echo de B hriuo· ele puc , n ] 379 lo e tablecimiento eptentrionale e la de lo tchuktchis pe. caclore y marino que confundirse con la de lo thukchi. pasíorc , del debe fueron atacado por lo e qlúmale y lo combate s . rntcrior de tierra perteneciente á una raza poco cchicieron encarnizado · }- como á parí ir de la mitad del ll0 ida pero, in Inda difer ute ele la e q11imal. iglo :xv la roenlanclia fué totalmenl ohidada por En cfc.;ío, lo. sqn imal es constitu '011 una. poblacion Europa, lo colono e candinayos, abandonados á . í ca i ex ·ln. i,·:une ni. amcricnna. Nmla. e sabe re pect mi ·mo no tardaron en ucumbir á lo golpe ele lo pe0

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qucño cazaclores de focas ó á ser absorbidos por ellos. Entre las leyeudas e qui.males recogidas por Riuk, antiguo director danés de asuntos groenlandeses (1), se encuentran muchas que hacen referencia á estos sucesos. Cuenta una Lle ellas que un esquimal, que se había adelantado en su kayal.; hasta Kal.;ortok, establecimiento de los antiguos I<avdlunait (escandinavos ó europeos en e qui.mal), mató rí uno ele éstos en buena lid (fig. 5) ; alentado por la impunidad, a esinó otro al

RALEZA verano siguiente, cuyo crimen atrajo sobre lo suyos la venganza de los kavdhmait: éstos sorprendieron la cabaña del asesino y dieron muerte á cuantos hallaron ménos á dos hermanos que pudieron huir; el más j óven de é tos no logró, sin embargo, escapar á la persecucion de Oungo1·tok, jefe ele los escanclinavos. ólo el hermano mayor, I<aisc1pi, salió sano y salvo; refugióse en otra cabaña ele esquimales, con lo cuales preparó sn re,ancha. Kaisupi sorpreuclió un dia á los es-

OBJETOS E:3QUD1ALEti TO:\IADOS DEL NA'l'UR.-\L . Fig. 1. - 1 y 2 . Juguetes ele maelera esculpiela y teñida, r epresentanelr1 una foca y un perro.-3 . Cuchillo para desengrasar las pieles ele foca.- 11. Cinturon de caza, ele piel de foca. con medallon de marfil. - 5. Tabaquera de piel ele foca. - G. Lámpara de obsidiana.?. Anzuelos ele hueso con puntas de hierro.-8. Borla para limpiarse la. miseria.

candi11a,os, cercó su h abitao.ion y la entregó á las 11 ama . El jefe Onngortok pudo con todo escapar por la ventana con su hijo en lo brazos; p ero perseguido siu descanso por Kaisfipi, no pnclo librarse má que arrojando el niño al agua (fio-. 5). La lucha entre el escauclinavo y el esquimal coniinuú toclavía por algun tiempo hasta la completa Yicioria de Kaisapi. Es éste un ejemplo ele difíciles relaciones entre dos pueblos, uno de los cuales concluye por <le aparecer ante el otro; pues cuando John Davis volvió á descubrir la Groenlandia, no encontró m ás que e qui males. Esta raza se extendió mucho m,í hiícia el 'ur en el continente americano. Cráneos hallados en una sep ultura muy antigua junto á la catarata el l N i,ígara, presentan todos los caracteres e quimale . Los sagas islandeses, que hablan de los viajes al Vinland, que se supone ser el Ia achu etts, describen ese país como habitado por skrcelinger, que los antiguos marinos escancliuavos no habrían confundido con los belicosos y feroces pie(1) Tales ?ndt1·adictons of_thc Es/timos, by Dr. TI. Rink . -Lonelon, Y\-. Blackwood. Eci1t., 1875.-E la obra autorielad en la materia, está ilustrada con dibujos de artista; e quimales, de que pueden dar idea las figuras 4 y 5.

Fig. 2. l. Guante de piel armado ele garras ele oso.?. Cuchillo de hueso para limpiar las barcas.-3. Cuchara para sacar a,.,ua.-4. Uuchara de hueso, de mesa.-5. E tuches de hueso representados con el hil o empleado y fabricado con plumas de ave.-6. Pequ eño anzuelo de hierro con muchas puntas de hierro en la parte inferior.

les roja . D ebemos . pues, inferir que en el siglo x 1 los e quimales disputaban aún el territorio de los EstadosUnido y <lel Canad:t á los algonqu inos, los cuales concluyeron por dar cuenta de ellos y por rechazarlos al Labrador y á la h elada orillas del mar polar. Son los e quimalcs tlc poca talla estando de acuer· do en a ernrarlo a i la mayor parte de los autore y ele los viajeros. Un antrop0logo inglé , , 'ntherlancl , ha encontrado para 33 esquimales de mús de veinte aiíos el promeclio de 1 111 533. El viajero Koizebue no les da en general miís que 5 piés. Los tres '.e quimale adultos del J ai·cliu de aclimatacion no desmienten esos datos. Koyangi no tiene más que I m -!27, siendo el menor de todos. La mujer Okabak mide 1 m 43 y u espo o l lll 56 . E , pues, preciso admitir que los individuos de mayor estatura, l 111 7 J-! , 1 111 6 !) y 1 m 67G, indicados en cli verso sitios, eran me tizos. J okkik que es meclio clané y meclio e quimal, tiene Im 6-!7. Sería imposible describir lo e qui.males mejor que el Dr. Topinard, que parece haberlos tenido ,\, la vista al escrib ir: tan exacto es el retrato cuando se compara con los individuos del Jardin de aclimatacion de París. «Son, dice, g ruesos y rechonchos, tienen anchas


LA NATURALEZA

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la espalda , grande la cabeza y grue os los miembros, donde e in erta la nariz; u mejillas llenas y su. pó pero sus extremidades on pequeñas y bien conforma- mnlo salientes en alto grado; su nariz es ancha, pedas . u cara e apla tacla ha ta excavar-e en el sitio , queña y apéna prominente; la abertura palpebral exi-

Fig. J.

L-Js e c¡uimales en el janlin <le aclimatacioa <le París. {begua una fotog1·afia de Pedro l'ctit.J

gua, los ojos negros y hundido , la boca pequeña, redonda y de grueso labio inferior ; su diente regulare. y desgastados pronto hasta la encía, á can a de la

Fig. 4 y 5.

costumbre que tienen ele servirse ele ello para trabajar las pieles. L o cabellos on ele un negro ele azabache, largos, duro y poco abundantes; la seceion trans-

Fac-sim ile de dibujos C'jcc itadJs por ua artista esquimal. Episodios de la historia de Groenlandia.

versal se aproxima más á la forma l'edoncleada que á la elíptica. La barba es ca i nula.» Añadamo que el cuerpo carece ca i en absoluto de pelo , lo cuale faltan en la axila, por ejemplo. « 'u cráneo dolicocéfalo puro, da 714 (Broca) ó 71,8 (Virchow)· forma un paralelógramo prolongado , cuyos la l os caen Yerlicalmen-

te, y cuya ere ta sagital e tá tan marcada que algunos parecen fi onomónicamente escafocéíalo . on lo- má leptorino que se conocen (-!2° 2). u prognali mo de 71°,-l: corre poucle al grado medio ob ervaclcr en todas las razas amarilla . La direccion del plano occipital lo aproxima á lo· chino . Los hueso- propios ele la nariz


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LA

ou lo · m,is e trechos conocidos · u órbita · on redonda , us maxilares macizos y us huesos pómulo ele un ,olúmen y con:figuracion o-ro eros, que ba tan á hacer reconocer un cn\neo e quimal entre todos lo elema (l).» i no e u pie e que el promedio en tres indi Yiduos es demasiado poco para dar un indicio bastante gcucral, se podría uponer que lo e quimales no son tan dolicocéfalo como se supone, siendo ele 7G,1 el promedio de los ineliYiduo del Jardín de aclimatacion y de 74,1 re tando dos unidades para valuar el e pe or de los tegumentos. Pero, e te indicio m,\ ele,ado, e debe obre todo á la menor dolicocefalia de la mujer ele 7 ~,8, es decir ele 7G,8 en realidad; en cambio . u marido e muy dolicocéfalo (72 9 ó mejor 70,!J), y el jóven Koyangi de 76 6 ó sean 74,6 sin los tegumentos. El me tizo Jokkik e muy dolicocéfalo (7.2 2 ó 7 2). Otro can\cter interesanie es la gran longitud de los brazo : la clistaucia de una extremidad á otra de la mano r lo brazo extendido excede de 50mm la talla total n Okabak (lmGIO por 1 111 ,560 de estatura). En Koyangi la diferencia á fa,or ele los brazos es de 27 mm (lm,450 por 1m,J27), miéntras en la mujer los brazo son méno largos (lm 4 8 de e tatura para 1m,427 de longitud de lo bntzo ). Las do niña. son toda,ía demasiado jó,ene para que su exámen sea de intere considerable. in embaro-o. e ha podido comprobar n precocidad: la mayor tiene ya veinte cliente y la menor diez y ei ; e ta última habla y anda mejor que una niña de u edad en nue tro clima . En los esquimales la dm·acion de la ntla no e muy grande, sobre todo n lo hombre que per ccn á menudo á.ntc de la edad de cincuenta año · la mujerc , al contrario, yfrcn más lleO'nndo alguna á la edad de etenta y ochenta año . La alimentacion de lo. e quimales e ca i excln irnmente animal, lo cual e de toda necesidad en el terrible clima del Norte. Las carne. el foca y ele pescado . 011 las que concunen e pecialmente á la alimentacion ele e ta raza, cuyo nombre está tomado de esta particularidad: la palabra esquimal proviene del nombre eskimant ik, que lo abenakí , tribu de lo. pieles roja al"'Onquinos, dan por de precio á u ,ecinos y enemigo del :rorte y que igui:fica «comedores ele pe cado crnuo.» Lo e quimalc!'! e ele ignan á í mi mo como innuit, cuyo io-uificado e implemente ele a:hombre .» El esquimal es dulce y poco belico o, de suyo franco y amigable, pero ba tante ilencioso y poco alegre; in er ayaro, nada tiene ele dadivoso. Da pruebas de gran destreza y rara habiliclacl mecánica, comq lo demue. tran todos lo · objetos de su fabricacion. Antes ele ser medio civilizado uor lo dane es en Groenlandia era lo que on hoy lo otrn immits ele la mérica septentrional e decir únicamente cazador y pe cador y ele pl'OYi to ele todo conocimiento metalúrgico. El e quimal c. tá tocla,ia en la edad de la piedra y el lrne o. , 'u arma y uten ilios e Um fabricado con e to matcriale,:, y sólo por importacion po. ec cuchillo , instrn( l) Antropoloaie par Paul Topinard, p:ig. 500 y :;01. 1 Yol. m. 12.-Paris , R einwald et 'o. éclil.

mento de hierro r fusiles. E! verdadero esquimal 110 conocía ro,\ que el arco y la flecha, confundiénclo e para él la lanza y el Yenablo con di versas especies ele harpones. La punta de e tas arma e generalmente ele hu so y como pudiera romperse en el cuerpo de la -rictima herida, no se aclhiel'e sino ligeramente al a ta, separándose de ella con faciliclacl, pero queda ujcta por una cuerda ó col'l' a, e tanclo iempre provi ta de una v jiga llena de aire que flota cua11clo el animal hetido e hunde bajo el agua. Los trajes difieren poco e•run lo exo , y on o-eneralmente todo de pi el. Con isteu en blu as forrada , provistas de capuchon, en pantalones de piel de foca, impermeables y ue mucho abrigo, y botas largas. A veces están adornados con retazos de piele de cliferente colore , que prueban el gu to .r el cuidado de la mujeres, ocupada cu este trabajo en la larga noche de Íl1Yierno, durante la cual e permanece encerrado en la ca as meclio ubterráneas. Los hombres lle,an el cabello ba taute largo y sólo recortado á ni,el ele la · cejas. La mujere e hacen un moño derecho sobre la cabeza y bastante original. Hemos dicho que el traje de los hombres clifi.ere poco del ele la mujere ; haremos notar, sin embargo, que en la Groenlandia la jó,enes soltera en traje de :fie ta 1leya11 hermosas botas ele piel blanca suave y flexible; y las mujeres ca ada botas rojas. Pero . i los e quimalc y sus e posa son d los más hábiles en el arte del curtido, no han apreu~ dido el del tinte hasta sus relaciones con los europeo , importando hoy de Dinamarca los gl'Oenlaudeses los colores amarillo y rojo de que e i1Ten para teñir los eneros. Lo esquimale-- ·en estado natural eran ólo pesc,~dore y cazadores lo cual implica co tnmbres nómada ; pero, de otra parte, el clima riglll'o o ele su país los obliga á una vida sedentaria, al ménos cltU'aute los rueses de invierno. En la pradera del Jardin de aclimatacion pueden ,cr e modelo , pu hay dos ticmlas y dos casas de invierno. · Las primeras e tán h echas con cliez á catorce pilares y cubiertas ele picle , teniendo la pal'ticularidacl de er mús altas en la entrada que en el foudo, r ele no er cónicas como la de otros pueblo . La ca as e tán poco cleYadas sobre el suelo, en el cual e hnuclen :'t mitad. Los muros on de piedra r montone de cé pecl· el i.ccl!O e tú osleuido por pilare de madera, y compue to ele vigas cubierta ele tierra y cé ped; de léjos e a ca a parecen oteros de laüo: planos. En las regiones mú septentrional s lo s indígena emplean la piedra y lo huesos de ballena en lugar ele la madera, que falta por completo. La ntracla es muy estrecha y conduce :i un corredor, que baja en clecliYe para eleYarse en seguida por un codo ba laute apreciable. o hay m :1. que una ola pieza o-rancle cu la ca a, doncl, todos e reunen para dormir comer y trabajar. Como e tas habitaciones ·on comm1 s á ya.ria fomi lia puede p :msarse la prnmiscuitlatl que re nli.a y así n los países en que la civifü:acion europea no ha p enetrado como en Groenlandia, la moralidad ele lo e qnimalcs e cxcc i,Tan1.ente débil. 1~11 torno ele la


LA XAT RA.LbJZA pieza citada está un ancho banco de madera, bastante parecido tí nuestras camas de campo, y cfü,idiclo en tanta porcione cuantas son la familias, estando cada una separada por una cortina bastante corta. D la• te del banco anlc una lámpara por familia; e tas himparas son ele ob icliana y bastante grande , pareciendo escudilla prolouo-aclas, donde la luz se produce merced á una mecha umergicla en aceite de foca . "o exi te entre los e quimales alvajes otro medio de calefaccion fuera ele e ta- Hmpara , y como la habitacion e tá poco ó nada Y ntilacla, puede pensar e el hedor que allí reinar,í. En las ca a bien construidas se ha practicado en el muro un pequeño cuarto donde se n-uisa y que comunica con el corredor de entrada. En Groenlandia, bajo la influencia dane a, e a ca. a e han hech<Ymás cómodas ; se han introducido las estufas, abierto ~entanas provi ta , á falta ele cri tales, de pieles de entrañas ele pescado, muy transparente ; un tubo ele chimene:i conduce fuera el humo y una parte del aire Yiciaclo, y se han reve ticlo de tabla la parede . Habitando los bordes del mar y no nutriéndose má on húbiles que de anímale marino lo e quima] en maniobrar la embarcaciones. La tienen de dos clase : el lcayal.: y el oumiak. En el e tanqne del Jardín de aclimatacion pueden ,er e do y otro modelos reducidos se hallan en él pequeño musco ctnogr.i:fico esquimal que e tá tambien cxpue to. El kayak e una pira 0 ·un, estrecha y afilada por delante y por dctra , no in aualoo-ía con Jo~ bote llamado pfrissoire ; sólo hay sitio para una· per ona aunque algunas son para dos. E te bote e tú formado por dos jambas de madera ó ele ballena, cubierta de pieles cosida e trechameute; por sn lige reza es, por decirlo a í, in umergible; cerrado por todo lado , tiene una. abertura redoucla en el centro que permite sentarse cu el fondo y el marino atando lo bordes de su blusa á lo de esta abertura Yie11e :í hacer uu todo con la embarcaeion que dirige por meLlio de uu doble remo. Una gran vejiga llena de aire, atada por encima el l kayal.: le impide zoquimalcs arzobrar jamá.-. Montados en ese bote lo ro tran la mare n1.í furio . a y recorren di tancias enorme . La otra cmbarcacion, el ownial,, mur grande. ou'1.ruida sen-un el procedimiento empleado para el l,ayal.:, e decir, ele jambas de madera cubiertas de piel, cosidas y fijada con diente de foca, .í. gui a de claYos, está cerrada por encima r puede cont ncr cierto número de per ona . 'i el kayak e tá resc1Tado á los hombr , el owniak e generalmente conducido por las mujeres; se u a para lo tran porte y para lo Yiajcs junto á la co ·ta en el buen tiempo. o hay gobierno cutre lo esqnimalc . ada familia tiene u jefe y la reunion de lo jefe con tituye el gobierno ele la ca a . .A. vece. lo jefe de familia de Yaria ca a se reunen en una ca a comun l.·al,je más para diYertü· e que l ara otra co a. :No hay tribunal e org-a11izado : cuando un crimen ó un delito se ha cometido el culpable e juzgado y condenatlo por la comunidad. En re t'tmen se trata de nua sociedad completamente nulimc11taria.

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ntes de terminar creemos deber in ·i tiJ: oLre la. de emejanza profunda que exi te entre el esquimal ;y el lapon, con el cual podría querer e confundir el primero . .A.ntropo]ógicame• te, el esq1úmal e dolicocéfalo en grado m.íximo, y el lapon es braquicéfalo en grado no menor. El e quimal propiamente dicho ignora el u o de los metale , y el lapon lo conoce de tiempo inmemorial. El esquimal es pe caclor y cazador y no cria m'.is animale que u perros. El lapon e sobre todo pastor de renos. En fin el esquimal habla una lengua que le e propia, miéntras el lapon habla una rama de la lenO'ua :finlandc a, que pertenece á la rrran familia uralo-altaica. El esquimal y el lapon no tienen nada ele comuu salYo el vivir en latitudes extrema , particularidad que por'lo demas comparten con razas muy diferentes de las suyas.

LO ' VOLC _ E

DE F r GO

DEL DE'IERTO DEL cor.on .\DO.

Los Estados del Oeste de la -nion americana y los territorios vecinos son ciertamente lascomarcas. no sólo de los Estados- nidos, sino de la América y quizá del mundo entero, que prcscnfan el conjunto de bellezas naturalc mús sorprendentes y extrañas. Las cadenas de montaña roqueñas y los valles que las surcan de Este ú Oeste, ofrecen casi á cada paso los cuadros más imprevistos y grandiosos. Todo el mundo recuerda el inmenso eco que tuYo en 1871 el descubrimiento del depósito superior del Yellow tone y de sus mil quinienla fuentes termales. El entusiasmo, excitado por la lectura de las revelaciones de Hayden, fué tan grande en toda la -nion, que para evitar que las tentativas de colonizacion viniesen á de truir esta admirable rcgion, se decidió que 3.575 millas cuadradas se rcscn-arían á perpetuidad bajo el nombre de pm·que na.cional. :-{o se h a cnc0ntrado otro Yellow tone River, no s iendo una maravilla como las del Montana lo que no da á conocer el Geoaraphical 'w-rey, dirigido por \Vh celcr; sin embargo, tal cual se pre cnta el descubrimiento ele lo Jlucl rulca nocs, ofrece nn gra n intcres. El sitio en que se observa el curioso fenómeno que h a hecho conocer el Rcpo1·l de 1878 que acaba de publicar e est~t léjos de ofrecee los cxplendores que siempre acompañan las maravillas de Fire hole. Para llegar á él e p1·cciso atravc ar un de iceto del Colorado del ur arenoso y salino y sin la mcnoe vcgctacion. Por todos lados se extiende á lo léjo la ole-


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NATURALEZ

dad, inmensa y desolada; áridas montañas, de corte caprichoso formando el fondo del cuadro . Se encucntea primero el monte Purcly y su fuente excesivamente salada. Estas montañas, de GOO piés ele aHura, es un volean apagado, cuyo cráter tiene próximamente un centenar ele piés de profundidad . Haciendo diez millas nús e n la direccion del Sudeste, entre solfataras que humean aquí y acullá, se encuentra un paisaje extraordinario, representado en nuestro grabado. En el centro el hervor de las ol:;s negras de un lago de fango en continuo movimiento, y

proyectando ele rato en rato un chorro ele líquido espeso; en rcdeclor los cráteres por centenares elevan sus conos de fango seco, de color grís . Los conos tienen ele tres á seis piés de altura y cinco á veinte de diámetro. Los unos, ele estrecha embocadura, lanzan vapores sulfuro sos; otros :ibrcn ancho oriflcio, pudiendo verse en su interior agitarse el líquido fangoso, que se levante en intervalos cortos, pero irregulares en colum.naR de cuatró ó seis piés ele elevacion próximamente. La temperatura del fango y la de los vapores sulfurosos es ele 210° grados poco más ó ménos. U na pequeña corricn te ele agua clara hallada

Los volcanes de fango del desierto del Colorado.

cerca del lago central tenía la de 199; un pequeño estanque límpido situado en las cercanías era ele 100° y otro más vasto, cxca,ado al Este á un nivel inferior daba todavía 96°. Los exploradores americanos han podido comprobar que una vasta colina, que se eleva á un poco ménos de 200 metros al Sudeste del lago ele fango es producto de antiguas ocupaciones análogas á las que presenciaban en los Mucl Vulcanoes. Compóncse la costra ele aquélla principalmente de azufre, casi siempre en estado cristalino puro. Los vo lcanes de la naturaleza de los Mud V olcanoes del desierto del Colorado no son absolutamente raros en la superficie del globo, pero no se han visto frecuentementes otros que ofrezcan un espectáculo comparable al que en . bril de 18':6 han contemplado los agentes de la brigada geográfica del teniente \Vheeler.

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MÁQUINA REOSTÁTICA.

Sabido es que Frankl in ha hecho uso de series ele botellas de Leyden ó ele cuadros fulminantes dispuestos en cascada para obtener fuertes descargas de electricidad estática; que, ele otra parte, Volta, Ritter, Cruikshan k, etc. , han podido descargar condensadores por medio de la pila, y que estos resultados han dado lugar á investigaciones por el cálculo ó por la experiencia, ele parte de gran número de físicos . Gaston Planté, cuyo nombre recuerdan sin duela los lectores de la ATU RALEZA, ha estudiado á su vez los efectos estáticos de la clccLricidacl voltáica por medio de la batería secundaria de 800 pares, de que hoy dispone, construyendo un aparato que muestra la intensidad que pueden alcanzar estos efectos. Despues de haber comprobado cuán fácil es descargar rápidamente con una batería u n co ndensador ele lámina a islado ra bastante delgada,


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de vidrio, guLapcrcha, paraflna , etc., ha reunido eléctricas estáticas, s uministradas por el aparncicrlo número de condensadores , formados de to, no son ele sentido positivo y negativo altermica cubierta con hojas ele estaiío, disponiénnativamenlo, sino s iempre del mismo y que la doles del mismo modo que los pares de la batepéL·clidado fuerza resultante do la transformaoion ría, á fin de poder cargarlos cómodamente en debe ser menor que en los aparatos de induccanticlael y descargarlos e n tension. cion; puesto que no estando cerrado sobre s í Todas las piezas del aparato se h a n aislado mismo el circuito voHáico un solo instante, no con sumo cuidado. El conmutador cst,i formado hay convcrsion de un a par te de la corriente en por un largo cilindro de cautchuc endurecido, efecto calorífico. Se puede mantener largo tiemprovisto ele cintas metálicas lon gitudinales, des- po el aparato en ro-Lacio n y producir un número tinadas á reunir los condensadores en la super- considerable de descargas, sin que la batería seficie, y atravesado al mismo tiempo por alambres cundaria parezca sensiblemente debilitada. Esto ele cobre, acodados en ambos extremos, á fin procede ele que cada descarga no consume más ele asocial' los co nclu :- torcs en tcnsion. Láminas que una cantidad mínima ele electricidad, y de mctál icas ó que, como healambres en mos dicho, el form'.-1 ele resorcircuito de la te están en relabatería no está cion con las dos cJrrado un solo armaduras de instante por cada condensaun cuerpo condor y fija das ductor. La elecsobre una placa tricidad ele la de ebonita ú b:1tería se excada lado del tiende simplecilindro, que mentcsobre las puede es lar anisuperficies pomado de un lares ofeecidas movimiento ele por todos los rolacion. condensado res Si se hacen ú medida que con1.unicar los se descargnn. 1 ueva máqui na reoslálica de Gastan Planté. dos extremos Pero esta cmidel aparato con sion constant0la batería secundaria ele 800 pares, áun mu- men te r epetida d ebe concluir, no obstante, por chos dias despucs de habeela cargado con dos destruir cierta canUdacl de electricidad, y cuanelementos Bunsen, y si se pone en rotacion do el instrnmcnto está cargado por una batería el conmutador, se obtienen entre las ramas secundaria, no parece imposible agotar con el del excitador, á que afluyen las armaduras ele ticmpó en forma ele efectos estáticos la cantidad los condensadores cxtecmos, una serie ele chis- limi tada el elccLeicidad, qu e puede suministrar pas del todo semejantes á las que clan las mála corriente de la balería . quinas eléeteicas prnvistas de condensadores. Así se h a realizado poe una vía distinta de la Empleando un aparato formado solamente de incluccion propiamente dicha, con ayuda de un treinta condensadores ele 3 clecímctrns cuadra- simple efecto de influencia estática renovada sin dos ele superficie cada un o, h a obtenido G. Plan- cesar, la -Lransformacion de la eleck iciclad dináté chispas de 4 centímetros de longitud. mica, de modo que este aparato puede desigLa tension de una batería secundaria de 800 narse b aj o el nombre de máquina, reostá,tica., pares no es necesaria para producir efectos mar- como quiero su inventor Gasto"n Planté. cados con este aparato . Con sólo 200 pares se obtienen chispas de 8 milímetros; y si disminuNUEVO MÉTODO ye el espesor de las láminas aisladoras y muUiPAnA nECONOC!m LA FALSIF!CAC!ON DE LOS VINOS. plicanclo el número de condensadores se podrán, ·sin duda, obtener efectos con una fucnLe RoLh, por un nuevo método de ti ntura que pude clcct~icidad de menor tension. blica en el Bulletin ele la Société inclustrielle Es notable ha cer notar que las descargas ele }.tfulhouse trata de reconocer: 1. º los vinos


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LA NATURALEZA

naturales blancos y tintos; 2. º las materias colo- los tejidos toman un tinte todavía mús claro, q uc rantes y extrañas añadidas á los vinos; 3. 0 la en los vinos adicionados simplemente ele agua; adicion ele agua; 4. 0 el vino en cuya elaboracion las partes sin mordiente son hasta blancas, no se ha separado el escobajo; 5. 0 el fabricado , Con el vino hecho en cuya elaboracion se ha con glucosa, pasas ele Corinto, agua y levadura aprovechado el escobajo, rico en tanino, los punele cerrnza; 6. 0 el vino á que no se ha añadido t o. impregnados ele mordiente resultan despucs agua y alcohol. de saturar todavía más oscuros que con el vino Los ensayos ele tintura se hacen con vino no natural. saturado y eón vino saturado po~· la creta, ó meTiñendo con una mezcla de vino blanco y ele jor la sosa. Se tiñ e primero algoclon impregnado vino tinto no saturado, las partes que tienen de un mordiente ele hierro y alúmina, luégo morclienle, no se marcan sino muy ligeramente; otro con óxido ele estaño, y flnalmente lana y dcspues do saturarlo, aparece el color del vino seda sin mordiente. tinto, peeo más débilmente. Se observa el tinte ele los tejidos sumergidos En la tintura del vino blanco artificial mezen el vino, que se ensaya, ántes y despues ele clado con 10 por 100 cleRosellon, la materia colavarlos y ele enjabonarlos. Tambien se anota lorante del vino tinlo se fija, apareciendo clarala cantidad de carbonato sódico ncce~aria para mente las parles i m pregnaclas de mordiente, esté saturar 300 cenLímetros cúbicos de vino. ó nó saturado el vino. Roth hace notar la importancia de los ensayos no de los puntos esenciales ele la comunicacomparativos, tomando por tipos el Durcteos, cion ele Roth es, que todos los vinos naturales los vinos tintos ele arbona y del Rosellon, el sin excepcion, despues do ::;aturados tiñen los Borgoña, los vinos ordinarios ménos· coloreados tejidos con mordiente ó sin él, do un color gris clel "i\Icdiodia ele Francia, los vinos tintos ligcea- ó al ménos ele matiz grisáceo; poro cuando hay mente coloreados de Al sacia, el Picpoul y los coloracion arti flcial, el tinto grisáceo se modivinos blancos de Alsacia. fica, porque la materia colorante artifi_cial se Estos diferentes tipos clan las siguientes reac- fija, dando su color propio. ciones pr·incipales: Roth observa que el palo de campeche y el El Burdeos tiñe el mordiente fét·t·ico en mo- del Brasil, no son los medios empleados generalreno negruzco, casi negro. mente para falsificar los vinos, porque ántos ele El I arbona y el Roscllon, clan al mismo mor- añadir sus extractos solos ó con alumbre, sería diente un tinte moreno oscuro, ménos negruzco preciso neutralizar, para obtener siquiera el coque el Burdeos; con el I arbona el color es algo lor do un vino añejo. El autor cita como colomás intenso que con el Rosellon. rantes especiales las malvas, los mirtilos y las El Borgoña da con el mordiente de hierro una cerezas, inofensivos todos, miéntras que la phycoloracion intermedia entre la ele Burdeos y la tolacca y la fuchsina son nocivas. de los vinos del Meclioclia de Francia. El método do Roth da rápidos y excelenLos vinos tintos ordinarios tiñen los tejidos tes resultados, empleando vinos tipos para comele una manera ménos intensa que los tres tipos parar. precedentes, no siendo tan oscura la coloracion con el mordiente ele hiereo. Los vinos blancos ele Alsaeia, producen colo# res grisáceos do matiz más oscuro que los del Es una do las comarcas m.ás bellas ele la roPicpoul. públi0a del Unwuay la que, formando parte Sólo éste hace excepcion, pues casi no colorea del departamento de Cerro-Largo por la frontelos tejidos; no saturado tiñe ele amarillo la lana, ra del Brasil, é intcm~mclosc con el propio nomsi está saturado, el color es amarillento; al paso bre en dicho impet'io, se conoce con la clenomique los vinos blancos ·do Alsacia dan á la lana nacion de Aceguá ó sierra ele Aceguá; uno ele coloraciones griúceas, si no están saturados, y los territorios del Plata do más porvenir, cuando de tártaro rojo, si lo están. las vías de comunicacion sean allí un hecho Otra cosa sucede con los vinos artificiales, con consumado. Posee para ello cuantos elementos escobajos, aguados etc. El vino saturado, quo son menester. Zonas de incomparable fertilidad, contenga 20 por '100 ele agua, tiñe los tejidos ele minas ele hierro, de cobre, do oro, y lo que mús modo que no se ven los puntos donde se ha apli- vale, de carbon mineral, y no le faltan agúas ele cado el mordiente. rieeo. Con los vinos alcoholizados y con mucha ao-Lw Felices en medio de sn ignorancia, vivían en


LA NA. TU RALEZ dicha comarca los indios la.pes ó tapuuas, que hablaban un dialecto poco di fcrc nto de la len gua _g ua raní , y eran sencillos al par que humanos en sus costumbres, s in que, como otras no lejanas tríbus, estuviesen contaminados por el b~'trbaro vicio ele la antropofagia. ... o es raro hallar en los pintorescos parajes de dicha sierra, principalmente en las cavernas, multitud ele objetos que son oteas tantas alhajas arqueológicas, por demas dig nas del estudio de los amantes de las sociedades antropológicas; reliquias interesa ntes para el conocimiento de la etnografía de los indígenas, cuya parte del saber hu mano, en lo que hace relac'ion con dichos indios, no se encuentra suficientemente closentrañacla . Tampoco lo está por lo tocante á la historia natural, pues en botánica, [t oxcepcion do los trabajos de Saint-Hilaire en sus ligeras excursiones por aquellos parajes, se halla complelamente virgen, existiendo séres vegetales tan preciosos como los helechos arbóreos que hace tres años se llevaron de Ciifí.apirú á Montevideo, habiendo, no ya especies, sino géneros enteros desconocidos en la ciencia, y multitud ele riquezas que espera la industria y la terapéutica poner á contribucion para b ien de la humanidad. Poro no sólo se encuentra sin explorar, digámoslo así, si que clan do á esas localidades menor importancia ele la que últimamente csLá demostrado que tienen, no ha faltado quien negase rotundamente, u prio1·i, que pudiesen existir en ellas criaderos de car bon mineral, dando como averiguado que la mayor parte de las minas ele oteo gé nero, en Aceguá eran ele poca importa ncia; cuando las concienzudas y cleleniclas explo_ racio nes clel inteligentísimo D . Clemente Barrial y Posada ha n hecho ver q uo los famosos criaderos ele Candiota en el Brasil, se internan prolongándose por una buena porcion del departa _ mento do Cerro-Largo y áun por pal'lc del ele Tacuarembó, como ya ántes había sospechado y úun declaré en la prensa de Montevideo, aunque en vista ele somero exúmen. Verdad e , que por el contrario, no han faltado aventureros que, titulúndose geólogos, han afirmado ántcs de conocerlos, haber en el 'de~artamento de Minas (de la propia República¡ inmensos yacimienlos de hulla, y pedido y obtenido apoyo paea demosteal'los, han regresado ála capital del estado, dando informes inexactos Y demostrando una sola cosa: la audacia en consorcio con la ignorancia. (Se conl imrn,·;i.)

FJ\r.1x Crn.to .Y Co:mox.

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CUCARACHA AMERICANA.

Diversas especies de blútidos (orlópteeos corredores) son plagas ele las r egiones cálidas de ambos hemisferios . E!3tos inseclos, e¡ uc no son carniceros ele presa viva, son en rigor omnívoros, nutriéndose ele todas nuestras provisiones secas ele orígen animal ó vegetal, y hasta de productos inclusteiales, co mo objelos de cuero, telas, papeles, efo. Su cuerpo, muy aplastado, les permite pasar por hendiduras muy estrechas, entrar en los armarios, baulcs, toneles y cajas de madera. sí, en los viajes largos, es necesario enconar en cajas de hoja ele lata soldada no sólo todas las conservas alimenticias, sino los vestidos, los tejidos, los libros, etc. La voracidad ha domesticado esos bláticlos ú pesar nuestro ; infestan las casas, los almacenes y las naves. U na de las especies más extendidas es la cucaracha americana, Periplaneta ó Blalta americana, g1·an cucaracha de Geof froy, el a nti g uo hi dor iaclor ele los insectos ele las cercanías de París. Tiene ele 28 tt 3'2 milímetros rle longitud , es ele un color rojo feuuginoso más ó ménos claro, tiene antenas largas y robu las con dos imprnsiones laterales ferruginosas sobre el disco do! corselete, el cual es ele un tono mús claro. Los clo(pares ele alas (pseucloélifros y alas membranosas ) están bien desarrolladas en ambos sexos, y sobresalen del abdómen cuando están plegadas sobre el cuerpo en el reposo. El abclómcn termina por apéndices muy pronunciados· un par en !ns hembras (placas subanales) y dos pares en los machos (placas y estilos) . Las larvas, dcsprovis tas ele alas, tienen un color más claro; poco á poco se forman y ci·ccen estos órganos , que al principio no pueden funcionar por ei:;lar envuell0s en un estuche ( estado ele ninfa ). Estos diversos estados no cambian el rég imen d e las correderas, que em piezan á coerer apé nas salidas d el huevo. Esta cucaracha americana es la que principalmente infes ta los buques y corre ele noche por cima de los pasajeros clonnidos busca ndo los restos ele azúcar en sus labios, si han bebido agua azucarada, y royéncloles las uñas de los piés . Se la encuentra en España, Francia, Bélg ica, ll'lg laterra , etc., en los invernaderos, lqs a lmacenes de pieles, las refinci·ías de azúcar coloninl, los clocks, etc. Dichosamenle no penetra en nuestras casas, como su congénere la corredera de las cocinas ( Pe1·iplaneta 01·ientalis ó Blatta. 01·ienlali ) , conocida vulgarmente con los nombres de c1icarach.1.. C'.J1'1'<Yl e1·a, CLlriana.


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NATURALEZA

Su tamaño, mucho mayor que el ele esta, haeía ele ella un objeto de repugnancia y hasta ele espanto . Se ha hecho cosmopolita, pues los buques y los productos coloniales la han diseminado por el mundo entero. Esta gran cucaracha es perseguida en las colonias francesas, así en las Antillas como en la

isla de Rcunion, por himenópteros ele cuerpo esbelto y ele un hermoso color verde-metálico, pertenecientes á los géncrns Chlonon y A mpulex. Pican en el vicnfre ele las curianas, las adorme cen con su ponzoña y las arrastran á sus nidos, donde les hacen entrar, comprimiéndolas como en la hilera y arrancándoles á veces las

La gran cucaracha americana. Larvas y adultos.

patas ó las alas; ele este modo proporcionan á sus larvas una presa indefensa y siempre fresca. En algunos puntos, donde la corredera amcriqana abunda en las casas, se conservan con cuidado los sapos, que les dan caza con actividad, llegando las señoras á tolerar estos batracios hasta en sus vestidos, en razon ele los continuos y vigilantes servicios que prestan . Se puede emplear con ventaja contra las cucarachas el .polvo ins.ecticiclacle pclitre ó de pelitre caucásico, que

corre en el comercio bajo el nombre de polvo do Vicat, y que las entumece inmediatamente, produciendo su muerte á las pocas horas; es muy fácil convencerse de ello por · un experimento tan evidente como fácil de ejecutar y fecundo en res ul taclos. P1WPIETARIOS GERENTES: PEIWJO HERMANOS.

Madrid: 1878.-Tipografia-Estereotipia PEnoJo


Núm. 8.-19 Enero 1878.

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LA NATUR LEZA

toda su extension, ofrece un aplanamiento hácia su raíz , y está rodeada ·p or ascamas espinoBajo el sol ardiente del Egipto y de la Siria se sas dispuestas en una serio de anillos . La parte ve con frecuencia extendido sobre las rocas ári- superior del cuerpo presenta un tinte amarillo das un pequeño lagarto, el harclum de los ára- aceitunado. La longitud llega á ser de 15 cenbes; el menor ruido le e~panta, y deslizándose tímetros. con rapidez á lo largo de las parceles escarpadas, Examinando de más cerc~ el inofensivo anidesaparece en algun agujero ó se ?culta entre mal ~l ue se acaba do ca pturar, se nota que la cabeza es triangular, medianamente prolongada las piedrás. Si se ·logra apoderarse de uno ele ellos, se ob- y aplanada; que la oreja es grande, estando enserva que el cuerpo es bastante deprimido, es-· teramente al descubierto la membrana del tímtando el dorso inclinado en ambos lados. Los pano; que los lados de la cabeza están erizados miembros son largos y fuertes, las uñas cortas de ramilletes de espinas cónicas, dispuestas en y robustas. La cola, cuya longitud iguala casi á círculo alrededor de una espina más larga que los dos tercios del animal entero, cónica en casi las otras. Pliegues irregulares se ven á los lados EL ESTELIO .

El estelion, segun uno de los indi,·iduos em·iados recientemente á la j aula de r e ptiles del Jardín de planfas de Paris.

Los esteliones eran conocidos de los antiguos del cuello, bajo la garganta y ci. Jo largo de los flancos; el cuello y los lados del cuerpo está_n ar- . que los designaban ·con el nombre de tellio ó mados ele espinas que se elevan por cima do pe- lagartos que llevaban manchas estrelladas; stelqueñas escamas ligeramente carenadas-; un ru- la.riurri acl instar, dice Plinio: Este naturalista · dimento de cresta so extiende de la nuca l1asta nos enseña que el estelion, comun de Oriente y un poco por dctras de los hombros; las escamas el país de los Pal'tos, es mudo éomo el camadel dorso son mucho mayores que las -de los leon, que tiene aguijones dispues.tos sobre los lados de la cabeza, del dorso y de la cola; que flancos. Una especie afine, el estelion cia.noga.stro, pone en fuga á los escorpiones por su sola premás particularmente confinado á la Arabia, se sencia, y que no puede coexistir con este último distingue de la precedente por tener el cuello .animal. coronado de una pequeña cresta, el vicnke de Segun Plinio, se atribuyen virtudes maravicolor a-zul, como indica su nombre, el dorso de llosas al estclion . Contra las enfermedades geun moreno aceitunado y los miembros con pe- nerales se cmpka, escribe el naturalista de la queñas manchas amarillas. antigi.icdad, su piel macerada en agua; pero este 8


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remedio no es eücaz mús que cuando se le recoge en verano, carcciondo de toda virtud la piel arrancada cluranLe el invierno. El cuerpo del animal privado de la cabeza y ele las patas, despojado de las vísceras y reducido á cenizas, posee una gean cücacia conLra la hideopesía. Es singular que su ceniza, prepada con la mano izq uicrda, pueda dar nuevo vigor y reanimar la~ fuerzas abatida:s, miénlras que la misma ceniza preparada con la mano derecha sea, por ei contrario, un soberano calmant\3 de los ardores de la juventud. Los dolot·cs de riñones son eücaz_ mente combatidos por una pocion, en que entren los esLeliones calcinados, el vino y el jugo de adormideras negras (opio), recolectado en Oriente. El hígado del csLelion triturado en el agua atrae las garduñas. Inútil es perder el tiempo en rebatir las consejas que Plinio nos ha trasm itido. Lacepéde refiere que «en las inmediaciones del Nilo es donde parlicularmente abundan los esteliones. Se encuenlran muchos junto á las pirámides y las antiguas tumbas que subsislcn to da vía en la antigua. tierrn de Egiplo. Alójansc en los intervalos que dejan entre sí las hJlaclas, ele piedra, nulriéndose de mosc~s y de inseclos alados. »Se diría que estas pietimicles, eternos inonumentos del poderío y de la vanidad humana, han sido destinadas [1 prcsentaeobjetos extraordinarios en m:í.s de un concepto. A estos vastos mausoleos es donde se va, en efecto , ,í recoger cuidadosamente los excrementos del pequeño lagarlo que nos ocupa. Los antiguos, que los usaban como los orientales mocleenos, les daban el nombee de cococlrilea, al parecer porque los creían proceden les del cocodeilo; y quizá eslos cxcremen tos no hubieran sido tan buscados ¡se hubiese sabido que el animal que los peoducía nó cea ni el mayor ni el meno e de los. lagartos; tan cierlo es que los extremos imponen casi siempre á aquellos cuyas miradas no pueden abarca~' la cadena entera de los objetos: »Los modernos, mejot· instruidos, han referido estos excrementos al eslclion, lagarto que nada tiene de no Labio· pero ya es taba decidida la sucl'Le ele esLa materia abyee:ta, y su valor verdadeeo 6 falso eslaba establecido. Los lurcos hacen ele ella gean consumo, usándola paea untarse la cara; es necesario que los esteliones hayan siclo muy numerosos en Egipto, pues durante mucho tiempo se encontraba casi en todas paetes y en gran abunclancin esa materia que se llamaba s/escus laccrli, ó bien cocorlrilea.»

XUEVA .i:-AVEGACIO::,.;i A TROXO:MIC

(1).

En el momento en que el ilustre astrónomo Le Vcreier, digno continuador de las Ob1·as ele Lapla.ce, daba fin al e tudio de los principales planetas de nuestro sis lema solae, uno de sus colegas, su más ~ntiguo colaborador, terminaba una obra que constituye la aplicacion más importante de la ciencia asieonómica, la Aslronom.ía. ná.ulica . Es La obra, que los autores· han intitulado Nueva navegacion astronómica, se ha escrito con la colaboracion de un oficial de la marina francesa, A ved ele :Magnac. Las observaciones y los cálculos hechos en los observatorios sievcn parn p.ublicae efemérides anuales, como la Connaissance eles Temps, el Xautical Almanack, el Astronomische1· J ahl'lmch, cíe., las cuales contienen para cada clia del año las posiciones del Sol, de la Luna, de los planetas y de cierto número ele cslrcllas. Eslas posiciones son necesarias al marino para hallar el sitio de su buque, cuando no tiene á la ,;ista más que el ciclo y el agua; y se comprende cuánto importa fijar exactamente ese sitio para q uc el buque no vaya á echarse contra un escollo, cuancl9 se le creo libre ele todo peligro. Pero desde cerca ele cien años, la navegacion astronómica no había hecho progeesos sensibles; regían poco más ó ménos las reglas eslablccidas por el célebre Borda, capilan ele navío de Luis XVI, y por algunos sabios. La aplicacion ele estas reglas , que contienen ca.si Lodo lo que pueden dar los instrumentos núulicos ele re(Zexion y los cronóm.etros y relojes 1narinos ele aquella época, bastaban cntónccs á las neccsiclacles ele la navegacion; pero los métodos de Borda se hicieron cada dia más insullcicntes ,'.L medida que los instrumentos y los buques se perfeccionaban. ~n otro Licmpo, cuando el viento era el único motor ele las na.ves, el marino no era siempre dueño de su maniobra ; por _lo tanto debía sce . muy prudente al apeoximarsc á una costa peligrosa, y para tocar tierra tenía que esperar á que 'el tiempo fuese favorable: algunas veces le era preciso permanccce á distancia de tierea bastante tiempo, poe lo cual un aumento ele tres, cuatro dias ó más en Lea,·csías ele duracion variable y á veces muy largas, no tenía importancia algLma; y por otea parle, esta facultad de (1) l,;n volúmcn en 4.. con láminas y tablas numéricas. · 'l'corh por Ivon Villarccau , aslrónnmo del Observ:itorio de Paris, miembro del insliluln y d •l Bttreati des Longitudes.Práctica por A. de ~lagn-ic I teniente ele ntn-io.-Paris I Uau• thicr-Yillar~, Uli7. 0


L ,\. .r ATUHALEZA poder sin gran inconveniente aguardar el buen tiempo, no necesitaba ()1 conocimiento exacto ele la posicion del buque; así se consideraba aterrar bien, hacerlo con la diferencia de 10 millas -marinas (18k,5). Hoy sucede todo lo contrario: el vapor ap licado ú la propulsion de las naves les ha dado una velocidad incomparable ú la de los barcos de vela. El ca pitan de un vapor, siempre dueño de su maniobra, debe llegar ú pesa1· ele toclo, y por decido así , á una hora fija: los vientos, las noches oscuras y las nieblas no deben detenerlo ó demorarle poco ; y sin embargo, esto no puede tener l ugar-más que á condicion de que conozca exactamente su posicion. o ha hecho,4]_Jues, de primera necesidad para evitar los naufragios colocar la navcgacion á la altura de los medios do locomocion que posee actualmente la marina. Esta necesidad se verá especialmente, considerando las consecuencias espantosas de un naufragio en nuestro tiempo: la pérdida de un vapor de dimensiones ordinarias supone la muerto de centonares de personas, y la pérdida de ñ1illares do toneladas de merca1wía:,; miéntras que en otra época un accidente igual de un gran buque ele vela ocasionaba pérdidas ele vidas y hacienda cinco veces menores próximamente. Bajo el punto de Yista de la marina ele guerra, las consecuencias de un naufragio no son ménos graves, pues un gran buque acorazado cuesta cerca de tres veces el valor do un antiguo navío de tres puentes y representa una fuerza militar mucho mayor: la pérdida ele uno de estos buques es, pues, mucho más sensible para el país de lo que lJodía serlo la- del mayor navío de antiguo modelo . E l perfeccionamiento ele la navegacion astronómica se prescn taba, por lo tant<?, como una necesidad ele nuestra época. Los instrumentos que sirven para determinar la posicion do un buque en el mar por modio ele los askos, son el sextante y los cronómetros. El sextante pcrnüto medir la altura del sol ó de un asteo cualq uicra por encima del horizonte; el cronómetro es una especie de reloj muy perfeccionado que se compara á la horn ele París en el momento ele partir, y que debiera andar lo baslantc bien para marcar la misma hora du• ranle el viaje. La posicion ele un punto está marcada en. el globo terrestre por su latitud y longitud: la latitud pued~ determinarse por medio del sextante, sin que sea necesario conocer muy exactamente la hora ele Paris, pero no sucedo lo mismo con la longitud. Todo el mundo sabe que en un momento dado y definido por un fcnómono visible en localidades

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diferenlos, como la caida do una estrella, por ejemplo, los observadores de este fenómeno no encuentran la misma hora en sus relojes regulados conforme al tiempo local. Un Yiajero que haya puesto su reloj con el ele la oslacion al salie el tren de París, y que lo compare con el de la localidad á, que llega, le encuentea atrasado si el tren se ha dirigido luí.cía el Oeste: en Tan cy, por ejemplo, el retraso sería de quince minutos y veinticuatro segundos; en Brest el adelanto s0ría de Yeintisiote minutos y diez y ocho segundos: estos números, quince minutos veinticuatro seguridos y veintisiete minutos diez y ocho segundos, son precisamente las longitudes E . y O. d<:>Nancy y Brcst respectivamente. Se comprende, pues, que estando en el mar, si se tiene de un lado la hora de París y ele otra parte la del sitio en que está el buque, se obtendrá. la longitud deJ punto ocupado por el bal'co restando esas dos horas ; la tran formacion de este tiempo en grados á razon de 360 grados por veinticuatro horas, expresará la longitud marcada en los mapas . La hora del sitio del mar resulta do la obscrvacion ele la altura del sol ú otro asteo por encima del horizonte; csla altura se mide por medio del sextante; la hora ele París es suministrnda al mismo tiempo por el cronómetro. Se juzgará la importancia ele poder obtener exactamente la hora ele París, cuando se sepa que una diferencia de un minuto en esta hora produce un error ele longitud de 27k,7 en el Ecuador y de 18k,2 en la latitud de París: los errores en la hora local son siempre insigniJ1cantes en rclacion con los ele la hora de Pal'is. E l primer progreso que ha ele realizarse para el perfeccionamiento de la Í1avegacion es, pues, el de hallar un medio de conservar la hora de París con toda la exactitud posible por medio de los relojes marinos. Los cronómetros, por más perfeccionados que sean, nunca andan por• rectamente: las variaciones de su marcha son principalmente debidas á los cambios de temperatura y al estado de los aceites . Se compren derá fácilmcnlc cómo el calor inJ1uyc en un cronómoteo, notando qüe la elcYacion ele tcmperaturn dilata los metales y aumenta por lo tanto las dimensiones del balancín y del resorte en espiral, por cuyo sistema se regula la marcha de los relojes. El tiempo transcurrido desde la introcluccion del aceite en el mecanismo influye tambien en la marcha de un reloj, produciendo un espesamiento peogresivo. e trata entónccs ele hallar una fóemula matemática, que pcrmi~ lía calcular en el mar los cfcclos de la t empo~


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ratura y del ti empo en los crnnómetcos. Villarceau había hecho notar que las ciencias uiatemáticas nos ofrecían un teorema aplicable al es~uclio ele un fenómeno cualquiera, y propuesto aplicarles al estudio de los moYimientos de los cronómetros; este teorema es el conocido bajo el nombre de teorem::i, ele Ta.ylor; ademas, señaló el método de interpolacion del célebre Oauchy, cerno eminentemente apropiado para facilitar las aplicaciones del teorema. Pero era preciso experimentar el método propuesto; ayudado ele los consejos de Villarceau, emprendió De :Magnac esa tarea tan delicada como penosa, en razon ele los cálculos extensos que exigía. Despues de siete años de experimentos á bordo de diferentes buques (entre otros los buques Escuelas de aplicacion, el Jean-Bart y la Renommé), al-

canzó De l\Iagnac los m.ás brillantes resultados. Para convencer á nuestros lectores nos bastará decir que el nuevo métÓdo se ha permitid.o obtener la marcha de los oronóm.etros con ménos de un décimo de segundo por dia . En realidad, hay que quedarse sorprendido ante la potencia de los métodos matemáticos, cuya inteligente aplicacion permite llegar a resultados de una precision tan extraordinaria. Pero la consecue11cia útil y práctica bajo el punt_o de vista humanitario no es ménos admi ~ rable, pues permite determinar casi siempre la posicion de un buque con la aproximacion de 3 ó 4 kilómetros al final de un viaje de cinc uenta ó sesenta días, en los cuales se han recorrido 2.000 y hasta 3.000 leguas sin ver tierra. Despues de travesías de treinta dias que son hoy

Fig. ! .-Efecto de nubes · mamelon:i.tlas iluminadas por el sol.-AlLura: 2.500 metros.-.\. las cuatro y veinticinco minutos tle la lardo del 1'1 do Octubre 1870. (Del natural por Alberto Tissandicr.J

ps más frecuentes, y de trayectos ele 1.200 :i 1.500 leguas, el error quedada reducido á -11,,5 -ó 2 kilómetros. Tan notables resultados h an sido altamente apreciados en el extranjc1·0; en Inglaterra, en los Estados-U nidos, en A lemania, cte. ; en los Estados-Unidos se. les ha citado con las apt'eciaciones más halag üeñas para los autores ele la Nouvelle Navigation º!1 el informe anual del ministro de l\Iarinaal pecsidcntc, correspondiente al año 1876 . Un folleto de De l\Iagnac intitulado Reche1·-

ches sw· l'em.ploie eles cronometre

a la

1ner,

publicado en 1874, y la ohm de los señores I von Villerccau y De :.\fagnac, con tienen todo lo concerniente á la teoría y á la práctica del

nuevo método relativo al empleo de l os cL·onómetros. Así resuelta la cucslion ele los cronómetros, quedaba todavía mucho que hacer para utilizar convenientemente la hora de P.:¡,ris, obtenida con ayuda del nuevo método . Eea preciso para llegár á este resultado que se asociasen un astrónomo de superior talen Lo, bajo el punto ele vista teórico y de las observaciones, y un oficial de marina bastante conocedor de las ciencias matemáticas, para dará los resultados de la teoría formas utilizables en la práctica de la navegacion. El señor Villarcean accedió á la pcticion del ministro de i\Iarina, contralmirante De Iontaígnac, acometiendo en union del señor De Magnac la empresa de escribir la obra que nos


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ocupa, y dando á la publicidad en ménos de dos años la Nouvelle navigalion astronomique. Esta obra nos ofrece la aplicacion más completa de las teorías matemáticas y astronómicas á las observaciones realizadas con los instrumentos más perfeccionados. Los resultados ú que han llegado los autores, se distinguen por una gran superioridad sobre los que daban los métodos antiguos; permiten no sólo determinar la posicion dei _b uque con mucha mayor precision que ántes, sino tambien efectuar esta de-

terminacion con mayor frecuencia. Siguiendo los métodos antiguos no se determinaba el sitio ocupado por c1 buque, que los marinos llaman punto, m as que por medio del sol, y sólo cuando se podía observar este astro en condiciones muy especiales; pero sucedía frecuentemente que estas condiciones no se presentaban ó que el estado del cielo irnpcdía utilizarlas; entónces era imposible obtener ó rectificar el punto por medio de observaciones astronómicas. Los trabajos de v·narcean y De Magnac permi-

Fig. 2.-Descenso riel g lobo el Jean-Bai·t en medio del Sena, á la vista ele Jumieges, ce rca do Iloucn. ( 8 de Noviembre c[o 1870.)

Fi g. 3.-El globo la 1'ille de Flo1·ence ah·avesando el Ouche, cerca de Dijon. Eco producido sobro el rio. (1. 0 de Agosto de 1869.)

· ten, al contrario, utilizar todas las observacioLa Nouvelle navigation aslronomique hace nes del sol y c6n mucha frecuencia 1.ambicn ·1as gran honor á la oiencia y á la marina francesas. ele la luna, las estrellas y los planetas. Añadi- Por los trabajos de Le Vcrrier, Francia conremos que los cálculos ele la N ouvelle navig·a- quistó uno de los primeros puestos en la ciention so1~ ménos complicados que los hasta hoy cia astronómica; por los de Villarcean y De en uso; los nuevos métodos ofrecen, pues, bajo Magnac se coloca en primera fila en la más todos puntos de vista ventajas incontestables úlil de las aplicaciones de esta admirable ciensobre los antiguos. Tan importante obra mere- cia. La humanidad, la industria y el comercio cía una pub]icacion esmerada; así lo ha creído confracn una inmensa deuda con estos señores; el señor Gauthier-Villars, que la ha impreso y pues el número de barcos perdidos cada año edüaclo, hacierido del voló.men que tenemos á llega á un millar, si no pasa de esta cifra. ¡ Ouúnla vista una verdadera ohm de :1rLe bnjo el punto • tas vidas humanas extinguidas! ¡ Cuántos mide vista tipográfico. 1 nones perdidos! Aunque las circunstancias en


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ATURA.LEZA

que se producen estos terribles accidentes no sean siempre conocidas, no es dudoso que una gran parte debe imputarse á la incertidumbre sobre la posicion de los buques en las inmediaciones de las costas. La aplicacion de los nuevos métodos reducirá estos acontecimientos en notable proporcion, salvando á muchos ho~bres de los horrores del naufragio y muchas riquezas comerciales de una destruccion perjudicial á todos los pueblos. ~

HISTORIA DE

II

A OE1 STO~ES.

RELATO DE VEINTICUATRO VIAJES AÉllEOS, PRECEDIDO DE LAS l'iOTICIAS DIPRESClNDIBLES SOBRE LOS GLOROS Y LA NAVEGACJON AÉREA 1 POR GASTON TISS.-\NDIER (1) .

Todos los meteorólogos cstún de acuerdq en reconocer que las observaciones hechas en las regiones elevadas del aire, son de naLuraleza á suministrar elementos do gran importancia en favor de los progresos do la ciencia del tiempo; así en todos los países civilizados se ha visto á los sabios consagrarse á la co11straccion de observatori_os en el vórtice de las montaj'ias. El meteorólogo instalado permanentemi:mtc en lo allo ele un pico, puede emprender una serie de observaciones continuas, y todos los hombres competentes están conformes respecto á la u Lilidad de las estaciones de montaña pa:ra el estudio de lo fenómenos aórc os . Pceo junto á estos observatorios la ciencia dispone, aclemús, para estudiar las regiones elevadas del aire, de l os recursos que le suministran lo"S aeróstatas, y que recientes catústroícs. no deben hacer descuidar . Los globos nos dan el medio de llevar ú la meteorología observaciones precisas sobre las grandes alturas, donde l as desigualdades del terreno no ejercen influencia alguna; permiten al sabio seguir durante un tiempo más ó mé11os largo las corricnLc,s que se mueven en e l seno del aire, y penetrar en regiones mucho· más eleyadas que las ocupadas por las estaciones en las mon tañas. _~o creemos que sea necesario insistir en la importancia de la aerostacion cienLíflca, pues es indudable; pero ha parecido al autor que el mejor medio de defender la causa de las ascensiones meteorológicas en globo, era enunciar el resúmen de los hechos recogidos en cierto 11úmero de viajes aéreos. Eso ha querido Gaston Tissandicr al dará la estampa el relato de vein(1) Un Yolúmcn en 8. ilus trado con num e rosos dibujos <lo Alborlo Tissandier.-Paris, :i\laurico Dreyfous, 10, ruede la Bnurse, 1878. 0

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ticuatro ascensiones. El lector que eche una ojeada al libeo á que aludimos, tendrá sin duda en cuenta; las diOcultades materiales con que han de luchar esas expediciones, cuando, como sucede con la mayor parte, se deben á iniciativa privada; al enconLrár las numerosas observaciones que han de parecerle dignas de intercs, comprenderá la importancia de las que poclr{an recogerse, si observadores concienzudos y adictos á la ciencia co1:10 Gaston Tissandier, tuviesen á su disposicion recursos más importantes . Hace próximamente diez años que por vez primera vió el distinguido aeronáuta desplegarse el horizonte de nubes desde la barquilla do un globo, habiendo ya ejecutado un gran número ele viajes aéreos, cuyo relato completo ofrece hoy al público en la Ilistoire de m.es Ascensions. En la mayor parle de estos viajes ha sido acompañado por su hermano Alberto, quien ha reproducido por medio del lápiz los espectúculos constantemente nuevos, siempre interesantes y á monuelo incomparables que ofrece la atmósfera á la , •ista del expl orador. Los numernsos dibujos aerosLúLicos que ha lomado del natural en él aire, forman una colcccion ele gran · valor meteorológico, como lo han aLcstiguaclo algunos sabios distinguidos y apreciadores imparciales . · El mejor medio de préparar al lector parn seguit' con utilidad e l relato de l as ascensiones científicas, es resumir sucinLamente los hech os principales de la historia ele los g lobos . Comprendiéndolo así el autor ha consagrado la primera paetc de su obra á condensar sünples nociones sobre los globos y sob1·e la navegacio~ aérea, reuniendo documentos que no está permitido á nadie ignorar en nuestros días . La aeronáutica puede dividirse en cinco ramas distintas: 1. 0 El globo propiamente dicho: con truccion y ascencion . 2. 0 La areostacion meteorológiea: exploracion y estudio •científico de la atmósfera . 3. 0 Los globos militares: aeróstatas cautivos, reconocimientos militares y vi_gilancia aérea. 4. 0 Direccion de los globos y navcgacion aérea. 5. 0 La aviacion ó vuelo mecúnico, cuyo p.,rincipio se ha designado bajo el nombre de más pesado que el aire. El lector encontrara. en la IIisloire ele -mes a.scensions el resúmen muy sucinto de los aconlecimien tos importantes que marcan la historia de la aeronáutica así comprendida; se dará cuenLa del estado actual de la navegacion aérea y de lo que puede esperarse ele ell a en el por•


LA NATURALEZA venir, basá ndose en los hechos y tomando por g uía las reg las de la lógica y del raciocinio científico. La segunda parte del libro comprende el re lato de veinticuatro viajes aéreo.e;. Un diagrama explicativo indica claramente el camino recorrido durante cada viaje, la aUura alcanzada, la natural eza y direccion de las nubes, la de las corrientes, su temperatura y las circunstancias atmosféricas que dependen de olla. Numerosos grabados en m adera representan los espectá' culos observados, los efectos de las nubes, las puestas del sol, los fenómenos ópticos que so han ·ofrecido á los ojos de los aeronáutas, dibujados fi elmente por uno d o ellos, Alb erto Tissandier. Ofrecemos á nuestros lectores tres de los grab ados que acompañan á la obra. La fig. 1 representa uno de losmás bellos efectos de.nubes que pueden admirarse sobre las masas de.vapores, que tan frecuentemente ocultan á los oh~ervadores terrestres el azul del firmamento. Rayos de un sol ~rdientc lanzan torrentes de luz sobre la superficie superior de las nubes, g r aciosamente onduladas y mamelonadas. Este dibujo ha siclo ejecutado el 14 ele Octubre ele 1870 á 2.500 metros por cima ele las líneas prusianas que investían á París. La fig. 2 reproduce tambion uno ele los episodios _do los viajes ele Tissanclior durante el sitio ele Paris; representa al g lobo Jean-B{lst descendiendo en m edio del Sena, no léjos de Rouen, despues ele una tent~tíva infructuosa de vuelta á la oaJ)ital sitiada. La .flg. 3 muestra el g lobo Ville ele F1·ance, atravesando cerca do Dijon el rio Ouche, en el momento en que la voz do los aoronáutas se reflejaba en un eco· intenso en la superficie del agua. LAS AYES DE CHINA. La desconfianza de los indígenas que por tanto tiempo f1a protegido la mayor parte de la China contra la invasion del comercio europeo, no la {lC'fcndía ménos contra todas las tentativas ele cxploracion cientifica, tanto, que hasta estos últimos tiempos no teníamos más que descripciones muy vagas con respecto á las provincias centrales y ociclentules de tan vasto imperio; no se conocían de un modo exacto ni la orografía, ni la constitucion geológica, ni sus producciones natm-ales. En tanto que los muscos de Europa se enriquecían con las colecciones formadas por V on Siebolcl en el J apon, el mayor Hodgson en el Ilimalaya, Blyth y Jérclon en Bengala y en el Ass11m, estos mismos establecimientos hace qtúncc aíi.os no poseían ele

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la fauna de China má¡¡ que algunas especies recogiclas en las costas, ya por Sonnerat, ya por los naturalistas agregados :i las expediciones de la Danaiide y ele la Favorite. Mas desde entónces, siendo miis füciles las comunicaciones, se ha recuperado con C'xccso el tiempo perclido, y nuestros museos, muy particularmente el de París, encierran series completas de animales procedentes ele las regiones mtis aparl,adas del Celeste imperio. El Musco de Historia natural debe su sup~rioriclacl bajo este punto de vista :i los esfuerzos de un misionero lazarista, el abate Armand David que, enviaclb á China en 1862, se ocupó clcscle luégo en reunir numerosos materiales para la fauna, la flora y la geología de esta éomarca. Exploró en seguida los alredores de Si.rv·an, ciudad edificada por los cristianos en las montañas ele la Mongolia. En 1863 visitó la cordillera del Sichau, al SO. de Pekín, y en 18G± los alrededm-es de Jahol, residencia del imperio, á cinco d.ias al N. de la capital. Los años siguientes los c011sagró A. David á recorrer diversas partes ele la Mongolia, tales como el Ourato, el Ortans, etc.; dcspues en 1868• el intrépido misionero volvió á subir el Jang-tzé-Kiang hasta Kiou-Kiang, ciudad de Kiang i, donde permaneció cuatro meses. De allí volYió por agua á Setchuan y á Moupin, principado independiente situado en los límites ele la China y del Tibet, y habitado por· la tribu salvaje ele los Mautzcs. En este país montañoso, al pié de las nevadas cimas del Hongchan-t.in, encontró A . David mamíferos tan notable¡;¡ como los Rhinopisthec11s Roa:ellanm y Ailo,·upus melanoleucus qne adq,rnan las galerías del Museo de Historia natural. Dcsgraciamcnte aún no había trascurrido el año cu:1nclo se vió obligado á abandonar tan fructuosa explo;:acion en la provincia ele l\foufsin. La situacion de los cristianos en esta lejanas comarcas l1a llegado :i ser muy mitica; en varios puntos se habían cometido asesinatos por ln. poblacion indígena. Tambicn A . David, cuya sal ud estaba mny quebrantada por fatigas ele todas clases, se decidió :.í, volver n, su patria. Pero como á su llegada no había t!)rminaclo aún la guerra entre Francia y Alemania, se retiró á Italia, y allí estuvo hasta su conclusiou . Recobrada su salud con el reposo, volvió en 1871 al e~-tremo Oriente, y tan luégo desembarcó hizo una excursion en la Tchekiang; despues, de Pekín, su cuartel general, ganó la gran cordi. llera del Tinling y se disponía á avanzar directamente por el O., cuando la insurreccion ele los mahometanos le obligó ti retroceder. l\Iodificando cntónces su itineraTio, bajó, en la primavera de 1873,. hácia Hankcou y se estableció en las fronteras del Fokicn; mas le faltaron la fuerzas y tuvo que volver á Changlrnii donde los médicos le juzgaron lo bastante cnformo para ordenarle regresara prontamente :.í, Europa. · l\Iiéntras A. D,wicl recorría. las proyincias occidentales y centrales de Clúna, y enviaba al l\Iusco de Historia r atural, al cual pertenecía, plantas y animales ele todas especies, otro naturalista, un inglés, l\Iister R . Swinhoe, aprovechando la relaciones qua le proporcionaba supo icion de cdnsul en Amoy, recogía especies de mamíferos y aves cu las provincias oncn-


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TURALEZA

tales y meridionales del Imperio chino y en las ,eci- A. Da,i<l. ha suministrado los datos que había tomado nas islas ele Hainan y de Formosa. Los trabajos de del natural en sus largas peregrinacio·n es en el e:~treestos dos viajeros se completan de tal modo abra- mo Oriente, y M . Oustalet ha tenido el encargo ele eszando la totalidad de la fauna china, que en adelante tablecer la sinonimia, la clescripcion ele las especies será posible formaTSe de ella una idea suficientemente que A. David no había podido recoger y de la compaexacta. Entónces los naturalistas emprendieron sus racion ele l as aYes ele China con las de las comarcas trabajos, y los mamíferos fueron bien pronto objeto de inmediatas, como el Japon, la India y la Cochinchina. un estudio profundo por parte ele M. l\I. H. y A . l\IilDe esta colaboracion ha resultado un libro que podrá ne-Eclwards, que nos dieron :i conocer el Rinopithecus ser consultado con fruto, no solamente por los or1útóRoxellance, el Asluropus melanoleucus, el Elaplwdus logos, sino tambien por los viajeros naturalistas, que David ionus, etcéencontrarán en él tera, etc. Pero los caracteres de hasta estos .ú ltila mayor 11:ute ele mos tier~.pos las las aves y las forayes no habían mas más caractesido objeto de un rísticas de la fau- . trabajo análogo na china. Para en Francia ni colocar su libro á áun en Inglaterla altura de. la ra. En este últiciencia, los automo país l\f. Swinres han tenido hoe había publitambien eµ cuencado ,arios cata las especies túlogos seguidos descubiertas refile sucintas clescientemente en el · cripciones, y en Kon-soo yelAlaFrancia l\L J. chan, por un céVerreaux y el lebre viajero ruso, mismo 1\I. A. Dael teniente corovid, habían dado nel Przewalski, y á conocer los caque l1an llegado racteres de alguá su conocimiennas especies nueto ántes .ele que yas; pero, lo reconcluyese el mes petimos, no exisele Setiembre de tí a hasta nuestros 1877. dias fauna orni-Gracias á estas tológica del Ceaclicioncs, la fauleste imperio. na ornitológica ele Se ha conseO hin a comprenguido llenar este de en la actualiYacio ele la manedad 807 especies, ra más completa en cuyo número, por un libro que que se aumentar á necesariamentratamos de dará te con exploracioconocer al público y que lleva por nes ulteriores, es· título Las Aves tán incluidas 15 de China. E~te especies europeas libr.o, que l\L G . pertenecientes El Pal'acloxomis de cuello manchado. (Parado.wl'nis ¡ruttaticolis.) Masson ha editaprincipalmente, Dibujo d el natural. do con un cuidatanto como pudo y un lujo particulares, se compone ele un volúdiera esperarse, á_ la categoría de las a,es de rapifia men de 587 páginas ele texto, que comprende la deRdiurnas y á la de las ayes acuáticas. La América, por cripcion de más ele 800 especies y de un átlas con el contrario, que tiende no obstante á vol-verse húcia el 124 láminas, litografiadas clel natural por 1\1. Arnoul é Norte del continente asiático por el intermedio de las luminaclas por 1\1. Goethals. Es la obra del abate islas Alentinas y del Japon, proporciona á China sólo una ó clos especies que necesitan ser determinadas. AbsA. avid y de un ornitólogo cnyo nombre es muy cotraccion J1echa de estas formas extranjeras, China posee nocido, M . E. Oustalet, ayudante del l\Inseo ele historia 11:1tural. En este trabajo emprencliJo por ambos, 2.J.9 especies autóctonas, de las que 58 ( el t / ,, próxi-


LA NATURALEZA mamente) habitan la China Tibetiana, es <leen·, el Kan-sou, el Koko-noor y el principado de Uaupin, region en extremo montañosa y cubierta de nieve una gr:\11 parte del año. Circunstancia clignn. de notarse, pues prccisamc·nte entre estas 58 especies es donde se hallan los tipos más característicos de la fauna ornitológica de China. M"encionaremos entre otras el Syrnimn Davidi, que clifiere del Syrnium nivicolum ó Chat-IIuant de las nieves, por sus mayores dimensiones y su co]a cuneiforme; el Sephia Horlgsoni, precioso gorrion cuyas plumas son de un azul pizarra por arriba y amarillas anaranjadas por debajo, y cuyas co tumbres recuerdan las de ]a E1·ythrostema; el Yi1h1na diadernata, pcqneño ptljaro de pico delgado, de cabeza

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adornada con un moño, que se alimenta. de bayas y de insectos, y que tan pronto se ve posado en la cima de los árboles como un mirlo, tan pronto en los aires cazando como un papa-moscas. Asimismo, tambien viven en las fronteras del Tibet el Babax lanceolatus, los Cinclosorna artemisim, C. maseímun, C. lun1daturn, . clases de garrulácidas de plumaje moreno ó aceitunado, adornado de gotitas ó de crucecitas amarillentas, y el Cholornis parad osca, tan notable por su pico comprimido y robusto como el del papagayo, y por su patas, cuyo dedo externo está mutilado por una rareza natural. En la misma familia que el Cholo1·nis otros pájaros de pico comprimido de la mi roa manera, pero con las patas conformadas segun el tipo normal, tales.

El tl'agpoan de Tomminck (Ceriomis Temminckii). Dibujo do! natural.

son el Paradoxonzis IIendei, de pfomajc morenoleonado por arriba y ele un tinte rosado por debajo, y el Parado:rnrnis guttaticollis; q ne se distingue, ,como su nombre inclica, por las manchas negruzcas en forma de gotitas que adornan su pecho. E tas dos especies no habitan siempre en la mi mn region que el Clwlornis: la primera fué descubierta por el padre Hende en los alrededores de N anking, miéutras que la segunda, de que damos una figura oopiada .del natural, fué desde luégo- encontrada por David en el el Setchuan occidental, y más recienteDiente por el mayor Godwiu Austen en los montes Naga y en los Khasi (Assam), á una altura meclia de 2.000 metros. El Paradoxornis guttaticollis, que los chinos designan con el nombre de Laochanze, pre-

senta ciertas afinicladC's con los pa,o : se alimenta como é tos de insecto · arborícolas y de pequeños granos, y tiene un grito agudo y C', tridente. Probablemente es nacesario agregar todavía al mismo grupo los Sutho1·a, gorriones pequeños, que pudieran tomarse por Yerdaderos paros no teniendo en cuenta su pico mucho más comprimido lateralmente, más psitáceo (de Psitacus, nombre del género de las cotorras y los loros), si cabe e~l)resarse así. Estos Suthora son empleados frecuentemente por los chinos como p:íjaros de combate, y los res. David y Oustalet clan detalles curiosos sobre los proceclimientos que los indígenas emplean para desarrollar los justintos guerreros de estos pequeños animales. Poclríamos mencionar alÍn el ij_Jela:ornis tror;lody-


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LA NATURALEZA

toides, que recuerda por sus costumbres y las tintas de su plumaje á nuestro troglodita de invierno , el ltiachloloplms rex, pavo precioso, de plumaje variado de verde, blanco y amarill0, y de cabeza adornada con un elegante moño ; los Fulvetta striaticollis y cinereiceps, el Leiothrix htteus ó pavo ele N anking, que se ve algunas veces en poder ele nuestros negociantes de aves; pero tenemos prisa por llegar á la familia de l9s faisanes, cuya verdadera patria puede considerarse la China Tibetiaua y la region vecina del Himalaya. En el país ele los Mantzes vive el Itlzaginis Geoffroyce, que tiene ht altura de una perdiz y lleva tma librea rara pintada ele verde y rojo carmiu. Esta bella ave que los chinos denominaron T1Songky ( gallina ele monte), se distingue ·por la coloracion. de las plumas ele su cuello y alas, de una especie vecina, la Ithaginis sinensis ó Songoa-I<:y (gallina.florida de los pinos), descubierta_por A. David en los matorrales ele bambús del Óhensi meridional, á 8.300 métros sobre el nivel del mar. Los Satyres, Tragopans ó Geriornis, que igualmente pertenecen á la familia de los fasü1nidos, son más notables aún que los itaginos á causa de existir en el "plumaje ele boda ele los machos cuernos á los lados de la cabeza y un collar de vivos colores sobre la pnrte anterior del cuello. Estos apéndices se desarrollan particularmente en la especie cuyo gra.lmrlo damos, ·que es el Tragopan de Temminck (Ge1·iornis Temrninckii). El plumaje ele este faisan ofrece matices; que no e!;tamos acostumbrados á encontrar en las aves: las partes superiores son ele un rojo castaño con manchas ele un gris perla cercadas de negro, y las inferiores, rojas mt1s claras con manchas análogas de forma reclonc1eacla; los cuernos son azules y el alzacuello es variado ele rojo Yivo y de azul añil. Los chinos hacen una caza activa de esta bella gallinácea que vive solitaria en las regiones montañosas, y que ellos designan con los significati vos nombres de KoKy, Kiao-Ky (gallina cornuda) y_ de Sing-Tsin,i¿-Ky (gallina estrellada). En otro tragopan, el de Cabot ( Gei·iornis Gaboti), la cabeza y la gargi¡nta presentan colores a.n álogos á los del tragopau de Temmiuck, pero el pecho y el abéjómen tienen un bello color café con leche. Al lado de estas dos aves encontramos en la obra de los Sres. David y Ou talct el faisan ele Amherst, que parece haber pedido prestadas las diversas partes de su librea de arlequín á varias especie ele la misma familia; el faisan sin collar, casta que se diferencia poco del Phasianus torquatus; el faisan .elc Swinboe (Euplocamus Swinhoei), de plumaje azul purpíU'eo, con la espina dorsal y la mitad de la cola de un blanco limpio y el contorno de los ojos ele un rojo vivo, y el faisan de Elliot (Phasiamts Ellioti) , descubierto en 1872 en el Tchekiang por R: Swinl1oe. Esta magnífica· especie con la cola recta y prolongada, rayada ele rojizo y de gris, tiene la region ocular de col01· rojo-bermcllon como el faisau de Sw:inhoe, pero ofrece una colocacion muy diferente en el cuerpo; la nuca y el vientre son de un blanco negruzco, lagarganta y el pecho r evestido ele una especie ele coraza ele color rojo-cobrizo con reflejos dorados que sube por la

parte anterior del dorso. El abate David ha sido- bastante feliz para conseguir un macho ele esta especie, excesivamente raro :\un en las colecciones, y que condujo vivo al J arel in ele PJantas, donde estuvo cierto tiempo y se exhibía al püblico con todo el brillo de su plumaje. Dentro atín ele la familia de los fasiánidos, pero más cerca de los itaginos que ele los faisanes propiamente clicbos, se encuentran los pucrasios (Pi1crasia Darwini y P. xantiwspila) con la cabeza adornada de un moño, el cuerpo cubierto de plumas lanceoladas, variadas ele gi:is, negro y moreno-castaño. Son aves elegantes, pero que por la modestia de sus colores no pueden compararse con los faisanes que hemos citado, ni mucho ménos conloslofóforos, habitantes delas altas montañas del Asia central, que parecen encerrados en · una armadma de metales preciosos. Hace muchos años se conocí.a el Lophophorus impeyanus, que vive en las altas cimas del Him,_a laya, pero hasta estos últimos tiempos se ignoral:)a que existía una especie del mismo género y más notable aún que la ele la India, en los confines del Tibet y del imperio chino. En 1867 J. V cneaux hizo conocer en el Boletín ele la Sociedad de Aclimatacion esta espléndida gallin:lcea, que lo mismo qu:e su congénere, merecería ser conservada como ave de adorno en nuestros parques y jaTdines públicos. De formas más robustas que el Lophophorus i-rnpeyanus, el Loplwplwrits Lhuysii está caracterizado por su mofío ele plumás ménos sueltas y los diferentes matices ele su plumaje, en qne el oro está mezclado al terciopelo y á la pü.rpura. Habita las regiones más elevadas del Moupin, del Kokonoor oriental y ele las fronteras del Sctchuan, pero va haciéndose escaso en esta region montañosa, pues los incUgenas que le conocían con el nombre ele paé-'11wu-ki y de ho-than-ki (gallina carbon en- • ccndido), le cazan con actividad á causa de las cualidades de ~u carne. Algunos inteligentes aficionados han tratado ele aclimatar entre nosotros otros fasiánidos, ele los que vulgarmente se llaman faisanes orejitdos, y que en efecto se distinguen por tener dos pequeños mechones de plumas á los lados de la cabeza. Por los modestos colores de su plumaje que es blando y coposo, contrastan absolutamente estas aves con los lofóforos·: en China no se conocían m:1s que tres· especies: una oscura ( Grossoptilon mantchuricwn,) una blanca ( Gr. tibetamnn ó Gr. ·Drougnii) y otra de un gris azulado ( Gr. auriturn). Estas tres especies están cuidadosamente representadas en .la obra ele los Sres. David y O ustalet, tales como el Tetraopltasis obscurus, gallin ácea de un tipo particular, el Ibis nippon, de plumaje blanco limpio, y su variedad de color gris (Ibis sinensis), la Gallina mandarina, el Fulix Baeri y numcrmms especies que no habían sido nunca dibujadas, ó c11yas descripciones se hallaban esparcidas en multitud ele l\Iemori.a~ francesas y extranjeras. No es, en efecto, uno ele los méritos menores del libro que analizamos el de reunir, bajo tmá forma mode ta, el c1w,clro completo de la ornitología ele China. Con estos dos volümenes, que sus dimensiones hacen portátiles, los viajeros que recorran el Celeste imperio poclráu en


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LA NATURALEZA adelante determinar con rapillez las ayes que caigan en us manos, ó reconocer especies nuevas para la ciencia, poniéndose en condicione ele enriquecer los Museos de Europa. Tambien rogamos al 1\Iinisterio ele Instruccion pública de Francia, que segun hemos sabido ha distinguido esta obra. con una suscrieion importante, ponga algunos ej!lmplares á elisposicion ele los cónsules, oficiales de marina ó residentes europeos, que por su po icion son los corre$ponsales natnrales de los graneles establecimientos científicos. ~

ACEGUJ\.. (Cohclusion.)

Otra invcstigacíon preciosa del Sr. Barrial y Posada, consisLió en el valioso hallazgo de preciosos objeLos de los indios; como los Libes ó piedras boteacloras, flechas de sílice, cuchillos y lo más notable de todo, algunas esc1·ituras geroglíficas de estos indío-enas. Con efcclo, la etnografía, la historia y domas de los indígenas de aquella parte de ud-América es poco bien comprendida aún: é importa á las ciencias antropológicas un estudio cabal ele la manera de ser de dichos indios. Tan insuficientemente se han conocido que es corrien.J,c decir que no tenían: m.on:umento al-

guno, ele. E to no es así. No sólo los tapes, sino otros de Sucl-Améeica que se han creído desprovistos de todo monumento, les tenían do tal género que deben fijar la atencion de los antropólogos. Hace poco más do cuatro años fuimos á examinar el curioso documento llamado en el país Pieclra-cscrita, cerca del Arroyo d~ la Virgen en el dcpal'tamento de la Florida, límites del ele San José, y salimos sorprendidos· ele la majestuosidad ele los geroglíücos esculpidos en hueco en un enorme peñasco de granito. Es una coleccion ele siete figuras, representando la primera un tatu, y las otras, objeto al parecer caprichosos, formando el todo un semicírculo como · ele dos metros, y perfectamente pulimentado conservúnclosc á trechos señales do haber estado pintado de rojo. Hay cerca del pueblo dicho el Rosario Ol'iental, otro monumento tambieri dicho Pieclra.-oscrila, y que lo está esculpida de nueve figuras geroglíflcas, igualmente grabadas en relieve, y asimismo conservando mejor que la del Arroyo de la Vírgen el color rojo en los huecos del bajo relieve. Ya el célebre imon de Vasconcellos, en Das cousas clo Brazil, apunta haber, no léjos del territorio do Piralininga, unas escrituras geroglíficas con ca1'acte1·es singulfi1·es y clec;ronociclos; como lo son es- .

tas otra , pues no tienen semejanza con los gcroglíflcos mo-xica y otros. Aunque ele otTo género, os un monumento (ciclópeo) del tiempo de los indios la Pieclra rerloncla en dicha República, especie do dolmen, y otros varios rrue convendría reproducir por medio del geabado . ::\fas estos todos hacen sospechar que cintos acaso tuvieron aquellas gentes algun mayor adelanto, que por ignoradas causas perdieron. El hallazgo de las escrituras geroglíficas de Aceguá, por dicho r. Barr,ial, lo confirma más. La geología y la paleontalogía de Aceguá merecen un estudio detenido: sus rocas y sus fósiles acusan graneles revoluciones del globo, que, dicho sea con ó sin licencia del P. Petavio, tiene una existencia lo ménos diez veces mayor de lo que lo señala en su cronología. En Accguá se halló un rarí imo, quizá único ejemplar que existe en el museo del Sr. Velasco. Un hueso del carpo ele un megaterio que padeció una exostose: un ejemplar de anatomía patológica antediluviana; no puedo sor objeto más curioso. Otro hallazgo aún más valioso. En una caverna, por el lado oriental ele esta sierra, y entre Yarios utensilios do los indios·, hallóse en 1867 un cráneo humano en perfecto estado ele fosilizacion, y varios fragmentos de huesos ele grnnda importancia para el estudio del hombre prehistórico; mas desgraciadamente el cráneo, que me fué clonado por mi compatriota· el r. 'ay-o.recte, se extravió por falü, de cuidado ele los que desde Cerro-Largo lo traían á Montevideo. FELIX CIDAD y

SOBHON.

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LA EXPEDICIOX KOR

EGA

PARA EL E, TUDIO DE LOS FONDOS DEL )UR.

El Viringin levó anclas de Tromsroe el 1-1: ele Julio ele 1877, entró al clia siguiente domingo en Kjo en, cerca de Lingar, empeznnclo e lo trabajos el lG á la altura de Tuglooe (70º de latitud norte). Desde ese punto ,ogú al través en direccion del 70° '/2 de latitud N. y del 11° de longítud, in encontrar jamás tm fondo que tuvic. e m~ís ele 900 brazas ele profnncli(lacl (l.G:20 metro ). El 18 na,egó el buque h:icia el S., yendo de nne,o al tra,és paralelamente á la direceion que hahia tomado tintes y ~i una distancia. de ~oce millas geogrúficas próximamente (de 22 á 23 lcilómetros). Tc1n1inada la. operacion hizo vela para TromS<l'e, á donde llegó á media noche. En el último trayecto halló una profundidad de m11s de 2.160 metros al lado NE. de la bahía y que conducía á un banco e carpndo que está por fuera de Vesteralen y deLofoten.


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LA NATUR LEZA

En Tromscee el buque se puso completamente en septentrional de Jan Mayen la niebla se tornó tan estado de irá cruzar en la direccion de Jan Mayen. densa que no podía verse nada á la distancia de alguAbandonó e:;¡ta ciudad el 2-! de Julio, salió de :i\Ialau- nas longitudes ele la nave. Y ogó ésta primero al Norte, gonfjord y vogó hácia el O . En la latitud de 70° y en luégo hácia el O., el S . y el SE., tomando la temperatuel 5° de longitud E. Yolvió á llegar ,í. la línea transverra del mar cada cuarto ele hora para apercibirse de la sal, cuya parte oriental había ya explorado, y se diriproximiLlad del hielo. La temperatura de la superficie gió en derechura sobre Jan Mayen. Ei·a el 26 : se le- llegó á descender á 2°,3, pero generalmente se manvantó la draga llena de cieno y ele arcilla bilorulina, tuvo á 3°,5 y áun por encima. Al fin, cuando el buque pero casi exenta de animales. Al día siguiente se ense aproximó á la costa ocidental, y cuando al sondar contraron 0° centígrados :i 500 brazas de profündidad; se encontró un fondeadero conveniente, la niebla se p(lrO más al O., á lo 71° de latitud y 5° ele longitud disipó ba tante para permitir que se distinguiese la, Oeste , el isotermo ele 0° centígrados fué comproorilla y se pudiese escoger sitio cómodo donde anclar. bado roncho .í.ntes de la noche á 20 brazas ele pro- A media noche se hechó el ancla en la más septentriofuntl iclacl solamente. Esto prueba qu:e estaba el buque nal ele las tres bahías ele la costa occidental, á media en la corriente polar, y que el límite que la separa ele milla prúximamcnte (80-! meti"os) ele la orilla más cerla corriente caliente del Atlántico, conocida bajo el cana. nombre de gulf El siguiente dia strearn, es una superfué mu y tranquilo, 60 ficie abrupta parecipero la niebla cubría 1 ~ TOO f~hor.1s o 5 : >00 da á la del muro.frío los puntos más ele10: 1000 ,~ : ,;:,o de la costa americavados ele Jan :Ma20: ?000 na. La temperattua yen. Los expediciode b superficie del narios abordaron, y mar era de -!0 ,6 cenla mar e taba tan tígrado. Durante la tranquila que pudienoche sourevino la ron llegar á la costa niebla, y al clia sisin el menor inconguiente se hizo rumveniente. La orilla se bo con precáucion componíadeuna arehácia el O ., sondanna Yolcánica, negra, do con cortos inter y subiendo más se valos; pero las proencontraron m a el efundidades del mar ras que cubrían una fueron aumentando superficie aplanada. y pasaron de 1.000 Ala izquierda se elebrazas :intcs de que vaba una llanura se hubiese podido abrupta, maravillodescubrir una prosamente rica en colofundidad menor. En res y a ilo de miles 20 fin, en el mismo moele aves marinas; la mento en que los jependiente interior, Pig. ! .-~lapa de las profundidades del mar del Norte. fes de la e,q)eclicion cubierta de cenizas e l1abian sentado á y de escorias, indialu':i.przar, el segundo del buque exclamó: «alcanzo á ver caba que se estaba en presencia de uu antiguo cráter. el ventisquero enfrente.» Detú,o e el barco y se echó La comision científica se dispersó y empleó la mayor la sonda, que clió una profundidad ele 140 brazas. La parLc del tiempo en levantar planos, coleccionar planniebla empcznba á elevarse un poco, y pronto csLnvietas y rocas, y en dibujar. ron los expedicionarios en situacion ele apercibir un Las plantas recogitlas p ertenecen á un corto número enorme ventisquero, su spendido sobre una peña escarde especies; el verdor riente apercibido desde el buque p"acla y bañando su pié en el mar. Para apreciar la disno era 11uís que un revestimiento ele musgo. Las flores tancia á que se hallaban ele la orilla, descargaron sus estaban marchitas, y t oda la parte inferior de la isla, armas ele fuego, y la observacion del eco indicó uua hasta una altura de 2.::íOO piés, parecía generalmente di tancia algo menor de uua milla marina. Pronto la , exenta ele nieve, prescindiendo He la que formaba isloniebla se elevó más, haciéndose cntónces ,isibles los tes blancos en las partes bajas y que lleuaba los bardos puntos más elevados de la vertiente oriental de la rancos. Las rocas eran todas volc~íuicas, _pareciendo estar formadas las cumbres todas de piedras aisladas, base del gran Beerenberg. Dmante la tarde partió ele nuevo el baTco para dar lanzadas füera ele 1os críttercs, miéntras que al pié ele vuelta á la isla y hallar un abrigo en la costa occiden- las rocas e encontraba lava ólida y toba. En la tarde tal, pues el viento y la mar vcnian del ordestc, pero los expedicionarios abordaron l)Or última vez á la isla, desde que tomó la direccion del N. á traves ele la punta pues el mar estuvo demasiado g rueso los días siguién-


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' LA NATURALEZA tes, y Jan Mayen no tiene bahía algnua suficiente para senil' de refugio á un buque. Uno de ellos, H. Mohu, dice que habiéndose dirigido hácia el N. halló un pequeño lago de aguas frescas y claras separado c.lcl mar por li.na muralla baja ele cerca ele 300 piés de anchura, que estaba cubierta ele madera frotada. En la costa orie~tal de la isla hay tambien un pequeño lago, pero mucho más largo y lleno de agua salobre. Volviendo al buque, tiró H. Molm :í. una zorra g\le se lanzó de súbito á él y que parecía muy deseosa de ver un sér humano, como dice no sin cierta vis cómica el expedicionario á quien nos referimos . El viento y el mar eran al día siguiente demasiado violentos para que fuese posible un desembarco. Se

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levantaron anclas, y se vogó nuevamente alrededor de la parte septentrional de la isla. Las nubes pe11nitieron que se viese la parte más baja de la isla, y dnraute un instante, Beerenbcrg, el gran volean de Jau Mayen, mostró su cono nevado á la encantada vista de los expedicionarios. El capilan, ayudado por sus oficiales y por H. Mohn, levantó el plano de la costa en cuanto las circunstancias lo permitían, y recogió abundantes materiales para un mapa corregido y aumentado de Jau Mayen. El del almirantazgo noruego, levantado segun Scoresby y Jorg Dragers, resultó bueno, ayudando á navegar y á rectificar ciertos detalles topográficos que dejaban algo que desear. A. media noche fondeó el buque cerca ele la costa

Fig. 2.-Ilccreuborg, San Mayen¡ vista tomada tlel Sudoeste.

Fig. 3.-San i\layou, cabo Sudoeste y las Siete Rocas.

oriental, al Sur del cráter del hi.1evo y frente al gran lago. Midióse desde el puente la alturn Jel sol al otro clia, permaneciendo siempre imposible el desembarco. La latitud dada por el mapa se halló exacta, pero los cronómetros, puestos de acuerdo en Tromsroo y en Badroe, áutes y despues de la cxcm-sion marítima, con ·el tiempo ele Greenwich (que fué indicado por un telegrama del observatorio ele Cristianía), convencieron á los navegantes de que Jan Mayen está situado próximamente á medio grado más Mcia el Oeste de lo que marca el mapa del almüiantazgo. Otras observaciones ~lemostraron tambien que Jan Mayan no es tan largo como in-

clica el mapa y que su mitad meridional es algo más ancha. A.l clia siguiente se lcYantaron anclas y el buque se dirigió al Este sondando y ili-aganclo. Beercnberg estaba muy claro y ofrecía un aspecto magnífico (fig. 2). Los Yientos eran á veces violentos hasta recorrer 13 metros por segundo, siendo muy Yariables sus direcciones, fenómeno que Scoresby menciona en su descripcion de las aguas de Jan Mayen. La fauna era muy interesante y se parecía mucho á la de Grecia. La temperatm-a en el fondo era ele 1° C., y en esta agua gla~ial varios animales, bien conocidos, alcanzan dimensiones gigantee-cas. Por la noche se ancló frente á los lagos.


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LA NATURALEZA

Poda mañana del siguiente dia se hizo rumbo al J _ Se midió la altura do Beorcnberg, tomando por línea do base la cli staucia :r la navegacion del buque. Tres mediciones diferentes concordaron p erfectamente, dando un promedio de 5.836 piés ele alt,ma, es decir. cerca de 100 piés ménos de lo que. Scoresby le asigna. Una coniente bastante · sensible dirigida llel NEal KO. ha podido causar esta diferencia de aprecia ciou. Sea lo que fuere, csfa determiuacion da para Boereriberg una alt1ua menor que á la cima m:is eleYada de I slandia, el Oeroefojcckul, que tiene más de 6.000 piés ele clevacion . Al llegar al N. ele la isla se encontraron 1.000 brazas de profunclidad á la pequeña distancia ele una milla geográfica de la punt,t N., lo cual indica que la baso del Beerenberg continúa su declive de 10° hasta esa distancia por debajo de la superficie del mar. Desde este ptmto se hizo nunbo al O. · y se sondó clmaute toda la noche . El viento soplaba del E. y la temperatura del aire descendió ú 0,2 C. Como solamente se encontró una profundidad do 1.032 brazas á siete millas g.eogd:fi.cas al NE. ele Jau :Mayen, y como una serie de sondajes no dieron más que 0° C. á diez brazas ele profundidad solamente, mientras en la superficie marcaba 2° C., se YolY:ió hácia la costa occiclcntnl d.0 Jan 1\Iayen. En la maiiana del 8 de .A.gosto estaba el Viringin cerca ele su primer fondeadero, pero el oleaje era demasiado fuerte para permitir el desembarco. La expedicion costeó la isla en la direccion del SO. y estuditi la comarca con tocio . el detenimiento que consentían las circnnstancias, pues la niebla ocultaba la tierra de t i.empo en tiempo, pudo, sin embal'go, hacer una serie ele cróquis :r apreciar que la isla, cómo tintes se ha dicho, debe ser mtis pequeña de lo que parece indicar el mapa del almirautazgo. A medio clia se dobló el cabo del SO. y pudo clibujársele bastante bien (Yéase la fig. 2) .. La punta scpteutrioual del cabo del SO. presentaba dos conos volc:inicos de configuracion muy regular, uno tocando al mar, el otro muy pequeño, y ambos de un tinte muy rojizo. Sobre la orilla elevada, entre el cabo del SO . y esta punta, existe iambicn otro cono mús ancho. El cabo está perforado por un túnel á flor ele agua. Fundándose en sus obscn-aciones cree B. 1\Iohn que Jan Mayen es de un extremo á otro de orígcn Yolcánico comparativamente reciente, ·como por ejemplo, las islas Rcykjaucs. Jan Mayen nada tenía ele comun con la fo11nacion clolcrílica de las i las Faercce. En la tarde se procedió al sondaj e y so ech ó la draga á- cerca de seis miUas geogrúficas al SO . .ele Jan Mayen. La profundidad 110 era 1mís que de 263 brazas. La draga extraj o cantillad ele piedras y mia fauna muy rica. Las piedras eran en su mayor parte volc,ínicas; pero cutre ellas encontró 1\folm nn trozo ele granito, 1111 0 de cuarzo y un exq uisto Yenle clarítico. Entóuccs se abandonó á Jan 1\Ia_yen; la isla permaneció largo tiempo invisible cubierta por una niebla que no so disipaba, y á la mañana sig uiente el sondaj e dió 1.050 brazas á ocho.millas geogrüficas m1ís al S. Dcspucs ele haber andado diez millas gcogníficas m.'1s en la misma clireccion, se volvió :i sondar hallando 1.00.J. brazas; á

la profundidad de 20 brazas la temperatura era ele 0° C. Hecho esto, desplegó el buque todas sus velas tomando la iliroccion del E. V aciáronse las calderas para enfriarlas y limpiarlas, y cuando por la tarde_ hubo terminado la operacioú, la expeclicion se clirigió á Noruega con ayuda del vapor. Cuando el buque tenía las Yelas desplegadas el viento soplaba del N.O., pero era muy débil. Las obscryaciones del ·clia siguiente hicieron conocer que el bugnc había andado hácia el SE. en lugar ele ir al E . pnro, lo cual prueba que estaba en la corriente polar. Los dias siguientes so hizo rumbo al E. con buen tiempo, sondando y anotando la temperatura del mar. En la mañana del 7 la profuucliclad era de 2.005 brazas. La temperatura de 0° C. fué luego hallada :i, una profundidad ele 450 brazas. En la tarde tlel 9 se Yió tierra: eran las islas meridionales ele L ofoten. Al clia siguiente el buque entró en V erkfjord, donde dragó el 11; á media noche llegó á Boclcce. En Bodree el capitan ,Vill no se ocupó más que de observaciones magnéticas. El 13 el vapor expedicionario entró en el Salton-Fjord y en el Skjerstad-Fjorcl, donde dragó y sondó para averiguar la temperatul'a, lo cual enseñó, gracias á los termómetros ele N egretti y Zambra, que la temperatura.era constante (3°, 3) desdelas 90 brazas hasta un fondo de 270. El.18 de Agosto partió la expeilicion do Boi:lcce y entró en el Vestfjorcl; hizo una serie de observacio11os relativas á la temperatura en el mismo punto en que se encontraba el 22 ele Junio. R esultó que 1a temperatura seguía teniendo .su minimun :i 60 brazas; á esta profundidad era de 4°,7, siendo de fiº,.8 á la ele 140 brazas. A sí , pues, la masa de capas inferiores de agua h abía sufrido una eleYacion do 1° C. No es fücil explicarse la causa de esta singular clistribucion do temperatura estando ya el Yerano tan adelantado. Esta foé la última operaciou del bu.que expecl:icionario en el año de 1877. Luégo se dirigió h ácia el Sur, entrando el 23 de A gosto en Bcrgon, donde el buque fué desarmado, mi4utras los m iembros de la comision científica ganaban á sus respectivos domicilios. . La cxpeclicion fué este año favorecida por un tiempo excepcionalmente, h ermoso . :racla h a impedido los tra· bajos ni de dia ;ii de noche, y así los r esultados obtenidos son considerables, si se comparan á l9s del año pasado (1876), El pequeño mapa qno acompaña nuestro r elato (fig. 1), da los resultados de los sondaj es, combinados con los· de las expotlicioncs suecas al Spitzbcrg y las clcBi¿lldog, I'orc11pi11e y Valaroits . La lí1;:iea sombreada indica el límite en el fondo del mar, entre el agua glacial del mm: polar y el agua mús caliente del Atl{mtico, en cuanto las observaciones actuales permiten determinarlo. En el verano próximo la cxpedicion operará en la region com.preucfüla entre el cabo Norte, Jan l\fayen y el f\pitzbcrg septeat rio1rn.l; quiz,í haya mm excm sion hácia el E. hasta la Nucva-Zembla, á fin ele determinar la dil:eccion de la líuca isotérmica do 0° C. en el fondo del m:ar.

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L.\. XATUl ALEZA

MI SCE LANEA. Nuevo comet-a de l ~rgo periodo.-El u1ím. 2.16-! ele las .Astronomische Nachrichten contiene los c,í1culos de Raul Gautier sobre el cuarto cometa de 1873, descubierto en Marsella por Borelly el 20 ele Agosto ele dicho año. Segun cincucuta observaciones hechas clel 20 de Agosto al 20 de Setiembre en Marsella, Pari , Viena, Hamburgo, Kremsmünster, Leipzig, Berlin, Luncl, Alto na, Atenas, Kamigsberg y \V ashington, el calculador ha encontrado los elementos siguieutes para la órbita del cometa: Epoca 1873, Setiembre. 10,8208, t. m. de Berlin. Perihelio ................ . Nudo ................... . InclinacioO".............. . Log. q .. . ..........•... .. Excentricidad ........... .

2~,l

Gi• 22· 3.2" 230° •3~,• 20" 18 Equac. 1873. 05º

;;S' :JO" 5::J

0'8998500. 0'99Gí012.

A la excentricidad 0,!)!)64012 corresponde una órbita de 3.277 años. i se toman 11 cuenta lo. qrrores probables de long. q y de l, la duraciou de esta rernlucion clehe fijarsé entre los límites 3.012 y 3.38-!. Como se v~, es un período re peLablc.

,. *,. Los fósiles de las fosforitas de Quercy.-Los lectores de la NAT URALEZA habr:'m, sin dmla, tenido conocimiento de la. exploracion geológica que el doctor H. Filhol llevó á cabo en la isla Campbcll, cuando la expeclicion francesa, para obsen-ar el pa o de Vénns y de las ricas coleccione qne trajo de la :N' neva-Zelanda y de las i ·las Fidji. Las invesligaciones d~ ·Filhol no se limitan á la naturaleza actual. Sn reciente publicacion sobre las fosforitas de Quercy, nos ha revelado un mundo animal ca i desconocido, que h11 poblado el SudocsLc de Francia, cuando ese país poseía la tempcratlU'a elevada y húmeda ele Conchinchina, Cambobgc y Gu_inea . Las fosfo ritas de Qucrcy son rocas ai ladas en el vértice ele meserns calcáreas de diYersos puntos elos deparLamentos de LoL, Tarn-ct-Garonnc y Avey011, llenos de fosfato tribá ico ele cal no cristalizado ero concrecionado, mezclado cou un poco de cloroflnom·o de calcio. Estos yacimientos explotados por la gricultura, deben su orígeu á grieta del suelo, las nalcs se hau llenado elcspues ele aguas minerales que nian fosforita cu disoluciou. Las arcillas ferruginosas uc rodean los clepó itos fosfatados contienen nume-' osos restos ele animales, cuyas partes óseas cstiíu á enudo perfectamente con errndas, y que han ido ennados cuando la inYa ion ele la aguas. Una inmcna coleccion, principalmente ele mamíferos, recogid 1 por ilhol, ha permitido establecer la edad ele los dcpúsis de fosforitas de Qucrcy. Conc ponele á la época rciaria del eoceno superior y del mioceno inferior y edio, teniendo los fósiles la mayor analogía-para 'rcuuscribirnos al cuenco de París-con lo. de lo ,·es de Monmartrc y las arenas de Foutaineblcau.' ~ s Rhinoceros, Palaotheriwn y .1-inoplotherium, Filhol n podido agregar 42 e pecies de carniceros, mucho

ménos conocidos en el cuenco de Parí::; que los paquidermos, y ha encontrado 81 e pecies nuevas de mamíferos mouodclfo ·. Un lemúrido amHogo al galayo del 8e • e"al vida cntónces eu los bosques del 'udoesi.e de Francia. La forma ele los reptiles de las fosfo1:itas es esencialmente africana y puede ha ·ta estar formada ele las especies aciualc del .A.frica. Los molusco terre tres hallados indican a irnismo un clima c,ilido y húmedo, por analogía de sus especies con las de la IndoChina.

* Observatorio.-El de astronomía fí ica del doctor J aussen está ya completamente iu talado en :Meudon, en el punto mismo que ocupaba el palacio de·truido eltu"anie el sitio de París. Los in trumentos colocados en la azotea esttin protegidos por una cúpula. 'e tiene el propósito de pedir á la Asamblea legislativa los fondos ncce ario para reparar las núnas del eclifi.cio. El Dr. Janssen, ele quien cu otra ocasion hcmo hablado á nuestro lcctore , iJrepara una ~Iemoria sobre los resultado de sus numerosas fotografías .

* Estudio microscópico de la leche.- 'egun el Dr. Bouchut refiere ,i la Academia de Ciencias <le Pari ·, el amílisis químico de la leche pt1cde ustituirse con rrran Yentaja para la· necesidades médicas.por <'l aniilisis microscópico, y especialmente por la 11umcracion de los glóbulos. El autor cita un gran nümero de hechos en apoyo de su manera de Yer, qnc aplica al exiimeu de nodrizas.

LAS DIVER A' ~L\.QUINA' DE

LOS

HOTELES

DE

SA.N

J;'RA.NCI

·co.

Eufrc los monumentos que se Yen cu ..:'au Francisco algunos están prcrvistos de miiquinas de vapor ordinaria , cuya fuerza yaría en razon de los :,bjetos que est,íu llamadas á hacer funcionar. Por ejemplo: el Palace Hotel está pro,·i lo de una máquina de la fuerza de 60 caballo de 75 kilográmetros. E ia máquina tiene do calclera · cilíndricas de llama vuelta, cuya pre ion en marcl1a normal e de 7u libra por pulgada cuadrada (Jkil,!JJ0 por centímetro cuaclrado). l 11a de ella está continuamente cu prcsion á fin ele que pueda sumiui trar Yapor :i las bombas de incenclios, siempre susceptible ele funcionar. E tas bombas son en mímero ele tres y en todo semejante á las pequeñas que emplea la marina frauce a. Este hotel posee cuatro a ccnsore ó eleYadores que sirven para subir ó bajar de pi o á pi o lo inquilinos y sus equipaje : es una caja de madera en forma de. paraleli1jípedo rectangular, proyista de dos compartimientos uperpue to·; el compartimiento superior sirve para los vi.ajeros, el inferior para los equipaje . E tá moYido por una nuíquina basada en el principio de la pren a hid.r:íulica: un pistou ele hierro cuyo diiimetro es ele o,mGO y el cur~o dé 18 piés ingleses (!J,mJ.72) re-


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LA TATURALEZA

cibc la presion por intmmedio de seis bombas de un diámetro notablemente inferivr, que rechazan el agua bajo un gran piston para hacerle subir. Este ültimo tiene en su parte superior un contrapeso de 200 touclndas q_ue sirve á hacerle descender segun el funcionamiento del ascensor. La presion bajo el gran piston es por té1mino medio de 520 libras por pulgada cuadrada (34 atmósferas). Se puede cuando se hace dema iado elevada di minuirla, quitando un contrapeso colocado sobre una nHvula que permite al agua escapar. El movimiento de alza y baja del ascensor, por lo clemas muy suave en este sistema, se opera maniobrando un triángulo colocado en el interior del elevador, que abre ó cierra una lluve, é intercepta asi la comunicacion de los pistones.

.,..

I

Fig . 1.-El ascensor del gran hotel ele San Francisco.

La abertma de las puertas de comunicacion -del ascensor con cada piso tiene lugar por el ascensor mismo, que con este fin obtiene una disposicion particular, consistente en que las pue1ias de cada piso pueden deslizarse horizonta1mente y están pronstas de tm tope que puede girar sobre un eje :fijo (:fig. 1). La separacion de estos topes (cuando las pue1ias están cerradas) es menor que la anchura del elevador, que tiene sus partes superior é inferior en forma trapezoidal, de modo que durante la ascension ó el descenso viene á introducirse entre estos clos y los fuerza á separarse hasta que la abertura sea igual :i la anchura clel ascensor, que mantiene las puertas abiertas miéntras está detenido; pero apénas el ascensor puesto de nuevo en moYimiento ·pasa clel piso, las clos puertas ya no sostenidas. se acercan por medio de resortes convenientemente dispuestos. El hotel posee tambien siete reservorios de agua caliente destinados á alimentar los cuartos para l servicio de baños. El agua caliente llega á los pisos supe-

riores por existir en la parte superior del hotel otros iete rcservorios que comunican con los primeros. El diámetro ele estos reservorios es de cuatro metros próximamente, y su altura ele otros cuatro. Se notan tambien máquinas-de lavar que mueve la de rnpor por medio ele correas (fig. 2). Compónense ele un tambor encerrado en lma cubierta, cuya parte interior es ondulada. La ropa se introduce en el tambor, que puede girar dentro de s~ cubierta; se comprende que entónces el movimiento de rotaciou proyecta la ropa contra las paredes de su cubieiia, en la · cual se ha echado agua que, ayudada del frote, bastu á de engrasar la ropa. Tambien se usuu máquinas de planchar ruovi das asimi mo por la máquina Fig. 2.-1\lúquina ele lavar. de vapor, cuyo movimiento se transmite por correas. La ropa es primero superpuesta y arrollada luégo sobre un cilindro ele madrrn, dcspucs de lo cu::il se la coloca entre dos plataformas, una de las cuales es móvil y posee lID monmiento de vaiven horizontal. Esta última es apretada por medio de un sistema particular y arrastrada por una rueda dentada que engrana con .u na crema• llera (:fig. 3). El Pala ce hotel tiene una longitud ele 125 piés ingleses próximamente (38m ,125), y contiene 1.400 habitaciones. El Ilot.el Occidental es ménos importan te que el primero, y sin emb::irgo está provisto de una mác . . . . __ _ qLÚna ele 30 caballos que llena las mismas funciones de la precedente. Todas las Fig. 3.-1\láquina de planchar. máquinas citadas existen tambien en éste, á excepcion de la ql1e hace funcionar el ascensor ó elevador, que no es una máquina hidráulica, sino una cabria, cuyo movimiento es •ménos regular, por lo cual el ascenso no es tau suave. Las subidas y bajadas se operan haciendo girar la máquina en un sentido ó en otro, lo cual se efectúa por medio ele una varilla que maiúobra segun las necesidades ele dos pequeñas máquinas colocadas á los lados de la cabria. La disposicion para abertma de las puertas de cada piso es la misma que en el caso precedente.

-~~@ _•~-____.L ~['--~

PROPIETARIOS GERENTES: 'PEROJO HERMANOS.

Madrid: 1878.-Tipograf!a-Estereotipia PEROJO,


LA NATURALEZA

Núm. 9.-27 Enero 1878.

objeto de ensayar en la solucion diferentes reactivos. Con la potasa da un precipitado amarillo claro de hidrato do davyum, que es atacado con facilidad por los ácidos, hasta por el acético. El hidrato de davyum, disuelto en el ácido nítrico, produce una masa oscura de nitrato de davyum; calcinando esta sal se obtiene un producto negro, que es probablemente el monóxido. El cloruro de davyum disuelto en una solucion de cianuro potásico, da por una evaporacion lenta bellos cristales de cianuro doble de davyum y potasio. En esta sal puede ser reemplazado el potasio por varios elementos metálicos . El ácido cianodávyco es muy instable; se le aisla haciendo pasar una corriente de hidrógeno sulfurado átrnvés de otra de cianuro doble ele plomo y davyum. El hidrógeno sulfurado µrod uce en las diso-

EL <cDAVYUM,» NU~VO METAL. A mediados de este año ha conseguido Serge Kernc aislar un nuevo metal perteneciente al grupo del platino, que ha denominado davyum, en honor á sir Humphry Davy, eminente químico inglés. La arena platinífera de donde se extrajo (1) fué tratada para la separacion de los metales por el método analítico del profesor Bunsen. Las aguas madres, obtenidas despues de la separacio~ del rodio y del iridio se sometieron á la accion del calor con un exceso de amoniaco y de nitrato amónico. Despues de calcinadas al rojo, dieron un precipitado rojo. Se obtuvo una masa grisácea semejante al musgo de platino. De los 600 gramos de mineral empleados resultó tm lingote de 0kil.,27 de peso. El metal se disolvió en el agua régia con

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Ij:spectro del nuevo metal davywn. (Segun los trabajos de Sorgo Kern.)

luciones ácidas de davyum un precipitado de sulfuro de davyum fácilmente atacado p-or los sulfuros alcalinos, dando probablemente una serie de sulfosales. Una solucion concentrada de cloruro de davyum da con el suifocianuro potásico un precipitado rojo que, enfriado! lentamente, produce grandes cristales de color rojo. Si se calcina este precipitado, el davyum sulfocianurado toma la forma de un polvo negro. Estas reacciones demuestran que dicha sal es alotrópica. El cloruro de davyum es muy soluble en el agua, el alcohol y el éter; sus cristales no son delicuescentes. Calcinado, da como residuo el monóxido. El cloruro de davyum forma sales dobles con los cloruros potásico y amónico, que son insolubles en el agua y muy solubles en el (l) La arena tratada <lió la composicion siguiente: Platino.................. . .. . .. . 80,03 9,L5 Iridio .................. . ........

~~~fo· .· .' .' .' .' .' .' .' .· .' .· .' _- _- _- _- .· .' _- .' .' .· .· . .' .' f;: ~

Paladio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hierro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ~utenio......................... Cobre ......... ................ ,.

1,20 6,45

0,28 1,02 100,09

alcohol absoluto. La sal doble de sodio y de davyum es casi insoluble en el agua y en el alcohol; esta reaccion es característica, porque varias sales sódicas del grupo del' platino son muy solubles en el agua. Este cloruro de davyum es el único que exis.te, porque conteniendo más cloro el otro, se descompone durante la evaporacion de la solucion, con desprendimiento de cloro. El autor á quien nos referimos ha hecho nuevas investigaciones sobre la densidad del davyum fundido: tres experimentos arroj:m los siguientes números. Estos resultados concaerdan sensiblemente con los de sus primeros ensayos: la densidad del davyum, consignada en su primera nota á la Academia, era de 9,385 á 25 grados. El ingeniero ~fr. Alexejeff ha emprendido la detcrminacion del equivalente del davyum . Pero como la cantidad de davyum que posee nuestro autor es bastante escasa, es difícil hallar un resultado exacto. Experimentos preli1;11inares han demostrado que su equivalente es mayor que 100, y que probablemente está comprendido entre 150 y 154. Con nuevas arenas platiníferas que llegarán á manos del Sr. Serge Kerne 9


LA NATURALEZA

130

tralar..í, do obtener una canlidad suficiente del nuevo metal para nuevos experimentos, esperando lener, denlro ele a1gun tiempo, tgr.,2 ele clavyum próximamenle. PoslO'I'iormente ha estudiado el ospeclro del clavyum, evaporando el melal en poh·o enlre los carbones ele la lámpara eléclrica. El espectróscopo ele que disponía no era bastante poderoso para presenlar con limpieza lodas las líneas secundarias. Por esta razon se indican en nuestro geabado únicamenlo las principales, bien distintas en su especlróscopo.

=..::,...e_==

ALmlBRADO ELÉCTRICO DE

LA

ESTACION

DE

LION.

Nuestras lectores tendrán ya conocimionlo del ingenioso sistema ele luz eléctrica debido ú Jablochkoff. Este sistema se emplea todas las noch~s en París delante de la nueva Opera y en los graneles salones del Almacen del

Lom;re. La csíacion ele Lyon en toda la l ongilud del bouloYanl ::\lazas está en la actualidad completamente iluminada con lm: eléctrica; pero el sistema usado es el ele :i\I. Lonlin, que difiero do los de Gramme y Jablochkoff. Debemos decir cuatro palabras acerca de él paea· completar las monografías que sobre la luz eléctrica se han publicado. LonLin se ha propuesto crear, con la cantidad de electricidad necesaria para un alumbrado dado, el mayor número posible de luces clistinlas é inclepcndi.cntes, disminuyendo al mismo tiempo la potencia de cada una de ma-. nera que puedan aproximarse sin inconYcniente superficies iluminadas, facilitando el acceso á los aparalos y haciendo más práctica su inslalacion. Con tal objeto ha construido una máquina de corrientes múltiplos y altei'nativas, lo que permite ya un primer fraccionamicnio de la elccteicidacl producida. El número do corrientes distintas é indcpenclic~1Lcs que puede exigirse á una máquina, no tiene por límites más que las d~mensiones verdaderamente prácticas que puedan darse á las diferentes piezas. La máquina de 12 corrientes do 2.liOO bujías, emplea. da en la cstacion del boulevard ~Iazas, es uno de los mejores modelos que pueden adoptarse. Podría llegarse sin dificultad á 3.000 bujías poi· máquina. Para mayor número, salvo el caso de absolula necesidad, sel'Ía prudonlc ·multiplicar las mác1uinas , tan la. más, cuanto que así se pro-

ve el caso do interrupcion en las fu nciones de una máquina, y se tien e á mano el medio d e continuar el al umbrado si n pérdida ele t iem po . El primer fraccionamiento obtenido ele es te modo no es· suflcientc; necesita, además, mayor número de conductores para establ ecer el circuito entre cada regulador y la máquina. Para completarla, Lontin ha modificado los rcgulacloees ele luz eléctrica, reemplazando el antig uo olectro-iman ó solenoide de hilo grueso por la bobina ele resistencia, ele hilo fino y corriente de dcl'iYacion . Se han podido col ocar así dos ó tres aparatos en u n mismo circuito, con tanta mayo r faci lidad cuanto que la múqu ina, por su composicion, permite disponer por pares las corrieules parciales producidas en cada bobina inducida , de modo que ,,.pueda clárseles la can tidad y l a tension correspondientes al trabajo que han de ejccütar . Para el alumbrado de la cstacion ele ParisLion habíase proyectado no emplear más que una máquina de l modelo ele mayor potencia, la cual debía suministrar en cada 350 vueltas por mi n uto 12 coerien les de 200 bujías Cal'cel , que desdobladas daban 24 luces de 100 buj ías. La imperfcccion de la inslalacion mecánica, rcsullante de las dificultados del local y del tiempo, hizo renunciará esta velocidad ele 350 vuellas, y decidirse á poner en marcha una segunda máquina que en el proyecto primitiYo no figuraba más que como de repuesto. Esta permite reducir la Yelocidad á 280 vueltas, 300 é.'t lo más, y asegurarse así do su fu ncio namiento . Pero con esta nueva disposicion se ha limitado cada máquina á sois corrientes, qué' pueden soslcncr cada una tres lámparas, ó sea n 36, ele las que sólo han de utilizarse 28. En esta instalacion no hay cordones más q ue para conducir las corrientes de las máquinas á los aparatos, ó para relacionar los aparatos que funcionan en un mismo circuito. Las vueltas se hacen por intermedio de la armadura metáli ca del zócalo. Esta disposicion funciona muy b ien , y realiza sobre los gastos de la primeramente establecida una gran econom ía. La cstacion de Lion emplea en la actualidad 2-'i l ámparas eléctricas distribuidas de la manern siguiente: En el gran salon de salida, seis; galería del conteo, tres; _sala do llegada, cinco; sala de ParPerdus, cuatro; ·vestíbulo de salida do ,,iajeros á la llegada, dos; sala de or1u.ipajes de llegada, cuatro; total 24 . La instalacion, tal como existe, satisface con exceso todas las necesidades, y basta paL:a de-


L.A NATURALEZA mostear las ventajas que pueden sacarse del empleo de la luz eléctrica. Las lámparas eléctricas empl eadas son de las de reguladores del modelo ele Seerin, pero modificadas por el empleo de la bobina de derivacion, aplicada por Lontin en la clevacion del motor. Sólo hay una del modelo inventado por Lontin con el empleo ele un hilo metálico para producir la separacion entre los carbones. Este está suspendido y da el alumbrado zenital, que consideramos excelente . Las lámpa ras están colocadas sobre pilares que sostienen los reflectores a l mismo tiempo. E l alumbrado ele la estacion de Lion es ciertamente uno de los más bellos experimentos de luz eléctrica realizados en nuestra época. --R

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P;

ESTADÍSTICA DE LOS ACCIDENTES DE FERRO-CARR ILES .

Si se consulLan las estadísticas oficiales puede verse t1uc en Francia, en tiempo de las mcnsagerías, había próximamcnte,un viajero rnucdu por cada 335.000, un herido por cada 30.000; miéntras q uc ele 1. 781.404 .687 viajeros transportados por los ferro-carriles franceses desde el 7 de Setiembre de 1835 al 31 de Diciembre de 1875, aparecen un muerto por cada 5. 178.490 y un herido por 580 .450 . Si se dividen los accidentes en dos grupos, correspondiendo á los dos períodos del 7 ele Setiembre de 1835 al 31 de Diciembre de 1854, y desde Enero de 1855 al 31 de Diciembre de 1875, las cifr-as son las siguientes: Primer período (del 7 de Setiembre de 1835 al 31 de Diciembre de '185í), un muerto por 1.955.555 y un herido por 496 .555 . Segundo período (del 1. 0 de Enero de 1855 al 31 de Diciembre de 1875) un muerto por 6.171 .117 y un herido por 590 .1 85. Se ve que en el primer período, el número de accidentes ha disminuido considerablemente. En estos últimos años disminuye tan1bicn la prnporcion, y los resultados para países como Francia, Inglaterra y Bélgica son particularmente significativos . En Prancia durante los años 187.2, 73, 74 y 75, un muerto por 45.258 .270; un herido por 1.024.360. En Inglaterra de 187:2 á 1875, un muerto por 12 millones de viajeros; un herido por 366.000. En Bélgica de "1872 á 1876, un muerto por 20 millones; un herido por 3.500.000. En resúmcn, en tiempo ele las mcnsagerías,

• .

131

había en Francia aproximadamente una probabilidad de muerte en 300.000 viajes y una ele herida en 30.000. En los ferro- carriles, de 1835 á 1855, una de muerte en 2 millones de viajes y una de h erida en 500.000 . En los de 1855 á 1875, una de muerte en 6 millones de viajes y una ele herida en un millon. Continuando estos cálculos, el autor del trabajo en cuestion h a conseguido demostrar que una persona que viajase contin uamente en fe rro-carril durante diez horas diarias, con la YClocidad de 50 kilómetros por hora (admi ti endo que la longitud rnédia de los viajes sea ele 30 kilómetros ) habría tenido en los tres períodos indicados las siguientes probabilidades de muerte: De 1835 á 1~55, una en trescientos veintiun años. De 1855 á 1875 una en mil catorce años. Y ele 1872 á 1875, una en siete mil cuatrocientos treinta años . ------<><>-<>-o

EXPLORACIO~ DEL H.IO COLORADO AL OESTE DE LOS ESTADOS- UNIDOS .

Los indios que ha visitado Powcl cerca de Flaming-Gorge, poseen casi todos una porcion de terreno de una extension ele 243 áreas, enorgulleciéndose de poder culti,·ar allí, como los blancos, manzanas, nabos, calabazas, n1clones, etc. IIabilan en chozas y se niegan á construiL' .habitaciones . ((OuapJ.o, dicen, muere uno de nosotros en su choza, la abandonamos y i menudo la que mamos con todo lo que el clifun to poseía; si construyésemos habitaciones no podríamos tratarlas de otro modo.» Por lo demas, con sus moradas mal limpias una habitacion fija sería una yecindad desagradable para los blancos . Sus antepasados estaban, sin embargo, mús civilizados; tenían alfarerías, piedras ele mol ino , etc . <( Viendo los indios que me interesaban estos datos, dice el explorador, me enscñaeon con solicitud los lugaecs en que se encuentran sus curiosidades arqueológicas. Añaden que ucn la garganta en que voy á entrar, hay rocas casi enteramente cubiertas de dibujos.» N ucstros viajeros han dado el nombre do Garganta ele la .clesolacion á un canal- formado por el rio Verde, y en el cual varios de ellos se ahogaron. Godman, uno de sus compañeros, acababa de abandonados, fatigado por los peligros que sin cesar se presentaban, Entr@


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los grandes inconvenientes de la aventurada na- fortalezas de la Edad i\Iedia, con sus fosos, mu- vegacion á que se había lanzado Powel, unq de ros, tor-res, etc. ellos consistía, como ya hemos indicado, en las El 17 de Julio llegó la expedicion , siempre rápidas, á veces herizadas de rocas, que podían por agua, á la confluencia de los ríos Grande desfrozar fácilmente las embarcaciones. Una y Verde, en otros términos al río Colorado . Una noche acamparon nuestros viajeros en medio de hermosa caverna descubierta por nuestros vialas arenas . Un viento furioso levanta nubes de jeros, recibió de ellos el nombre de Templo de polvo, y á pesar de no haber dormido, se consi- la Música, porque repetía sus é9'ntos con una deran muy dichosos con poder levantarse con sonoridad admirable. En la Glen-Cañon los el día, y no eñconexploradores hatearsemásque mellaron una roca dio sepultados por que parecía una unacapa ele arena. gigantesca estaOtras veces han tua ele mujer, encontemplado, sovuelta en su abribre todo, cerca de go, y con los piés la Garganta Gris enormemente ex(fig. 1. ª) el espectendidos . táculo de un sin«El 10 de Agos gular espejismo, to, dice Powel, en que hacía danzar las márgenes del ante ellos árboles, rio Colorado, que rocas y montañas. debe su nombre al Cuando hubo cecieno rojo que arsado el fenómeno rastra, maté dos y nada engañaba culebras de cascasus ojos•, observabel, y a l llegar a l ron que las rocas campamento supe se presentaban que mis compañecon los matices ros habían matado más variados, anaotra.» Es la primeranjado, pardo, ra vez que el ~iacasta_¿.1.o, b1ancorio de la expe<licrcma, gris, azul, c ion refiere un púrpura, etc. Las hecho de este gé- rocas de color anancro . ranjado son ordiEl 11 de Agosnariamente de _asto nuestros viajeperon y de estrucros en e u entran tura homogén.ea ; ~agmentos de vase encuentran jillas de barro y tambicn calcáobservan signos reas, má rmolcs geroglíficos g raFig. 1.-La punta de Guunisscn, de 2.700 piés de altur,i, cerca ele la pulimentados por Gargai!ta Gris (Gray ca11on). bados en las rocas. las lluvias, lavas, Ven al mism o gra nitos, esquistos crista.linos, metamórficos, tiempo _precipicios de 1.000 metros de altura etcétera. sobre el nivel del río. Powel atribuye las cons• El 14 de Julio, una roca que baña el rio se trucciones antiguas de piedra y barro, ha• ofrecía b aj o la apariencia de una catedrál con Hadas en las márgenes árida.s y abruptas del las más variadas formas; los detalles arquitec- rio Colorado á los indígenas, que huían de la tónicos eran· tales que despertaron la aclmira- codicia y crueldad de los españoles, ávidos de cion ele nuestros viajeros. A .veces las rocas, fororo é irritados por el ardor del más intolerante mando un recinto casi circular,· recordaban en proselitismo: · Si no transcribiéramos el relato sus mayores proporciones los anfiteatros cons- de un anglo-americano, nos creeríamos . en el truidos por los romanos. A menudo imitaban caso de consignai• una l)rotesta, pero es acha•

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LA NATURALEZA que comun en los de su raza atribuirnos cuantos males y desdichas han ocurrido, ocurren y podrán acaecer en América. Se-trata de un lugar comun del diccionario de diatribas é improperios en uso contea nuestros mayores. Todos lo saben y es inútil insistir. El 28 de Agosto el reducido cuerpo expedicionario disminuye por la partida de tres de sus miembros, cuya paciencia se había agotado. Dunn y los dos hermanos Howland abandonan la ílotilla y marchan en busca de regiones ménos inhospitalari::J,s, corrientes con ménos rápi-

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das, alimentos ménos primitivos y más sustanciosos, que aquellos de que podía disponer dicha caravana científica. Estos desgraciados llegaron á perecer miserablemente asesinados por los indios. Además las provisiones tocan á su fin. No se había contado con las lluvias, nau. fragios parciales, etc. Llegados, en fin, á la coníluencia de los ríos Vírgen y Colorado, los intrépidos exploradores encuentran blancos é indios. Ya era tiempo, porque no les quedaba para su sustento más que diez libra-s de harina, manzanas secas y setenta

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Fig. 2.-E! indio Pá-1·i-at,. Tipo de los habitantes ele las orillas del Rio Colorado.

Fig. 3.-Uno de los mensajeros indios de los exploradores americanos. (Rio Virgen.)

ú ochenta libras de café. Habían llegado al país de los Mormones, que parecían benévolos y hospitalarios. El 5 de Setiembre de 1871 Powel y sus compañeros se pusieron en marcha para continuar sus atrevidas exploraciones. En lugar de barcos, á los que renuncian, toman mulas para conducir los equipajes; y a;1 anzan por montes y valles, desafiando los pelig;ros para llegar al país de los uts . Esta tribu india tiene narradores como los árabes. En las veladas. de invierno los

ancianos relatan á la tribu reunida en torno ele ellos las antiguas tradiciones del país, en las cuales lo maravilloso juega el papel principal: Habiéndose captado Powel las simpatías de la tribu distribuyendo pipas, tabaco, café y bizcochos, obtuvo permiso para asistirá una Yelada y oir estas narraciones de labios de un orador, cuyas palabras rectificaban á veces los asistentes. El lecho del río Colorado ofrece á la geología un terreno, cuyo estudio es muy va to. IIé aquí


LA NATURALEZA cómo Lermina :'.\Ir. Po,yel la doscripcion que ha hecho de esta yasta comarca: «Tres veces estas regiones quedaron altas y secas por la mar que continuamente modifica sus costas; tres veces ¡as rocas fueron conmovidas y dislocadas y las olas de la)ra se lanzaron por Jas grietas, y oLras tantas las nubes se amontonaron en las ro cas y produjeron huracanes que arrasaron los valles. La primera ycz tuvo lugar despues que se formaron los <lepó itos de esquistos; la segunda, despues del nacimiento de los depósitos do asperon rojo; la tercera vez, quedó constituido el estado actual de la comarca. Las llanuras y montañas del primer período fueron clcstrnidas ó hundidas; pe_rdióse su historia rica en peripecias; los ríos que desembocaban en el mar quedaron en calma, y sus ondas se mucYen ahora bajo la forma de mareas ó se han abierto oteas canales. ¿Había entónces C8¡ñones? Xo lo creemos. Las condiciones necesarias á la formacion ele estas gargantas son excepcionales en la historia del mw1clo. «Hemos echado una mirada· retrospectiva á innumerables siglos del pasado, añade el explorador y ústo el tiempo en que los esquistos se estratificaron en las profu\1cliclacles ele la Gar ganta-m.ayor, como capas sedimentarias, por deba.jo del nivel del mar; hemos Yisto éÍ. este largo período seguido ele otro, el ele la tioera firme; duró tanto tiempo que centonares, quizá millones ele piés de capas fueron tea idos por las lluvias; en seguida vino otro período durante el cual-triunfó el Océano, y por lo ménos diez mil piés do asperon so acumularon como sedimentos. El agua retrocedió ante la fuerza del aire, y la· region llegó á ser ele nuevo tierra firme. Sin 0mbargo, las causas atmosféricas do clostruccion reunieron los diez mil piés ele roca por un trabajo lento, pero continuo; dospues el Océano corrió ele nuevo sobro la tierra, más de diez mil piés de capas de rocas se ocultaron en el fondo del mar; éste se retiró de_ nuoyo; hoy se prcsenLa.n á núcstea vista gargantas es trechas, valles profundos y cruzados por las aguas, y, sin embargo, las colinas y ~as montañas desaparecen, las llanueas se disuelven y el geólogo on vista ele la historia antigua de la tierra, predice el tiempo en que esta tierra, despojada de rocas inmensas, llegará á ser el valle de los valles.» La parte zoológica de la magnífica publicacion ele la que hemos hecho un anál isis sucinto, ha sido tratada por Elliolt Cones. Esta scccion está casi exclusivamente consagrada á dos roedores, el Geomys y el Thomomys. Los

y

Geomys so parecen al Ilamstc1· ele los alemanes . No se les encuentra más que en la América del Norte. Las garras, ele que están provistas sus patas, sobrepujan á éstas en longitud. Hay muchas variedades ele Geomys, tales como el Tusa, el Castanops, el Mejicano, el Geomys hispiclus, etc. El Thomomys se asemeja al topo; así una de sus variedades se ha denominado Thom.01nys talpoides bulbivonts; otra lleva el nombre de Thornom.ys talpoides umbrinits. Por último, el Thom.omus clusius. Es muy sensible que Elliott Canes no haya consignado .ningun detalle acerca do las costumbres y habitaciones de estos animales. El Thomomys debo su nombro ú la palabra griega thoma, que significa montecillo, topera. El clusi~s se ha l lamacló así porque cierra herméticamente la entrada de sus oxea- vacionos. El Geomys tuza ha siclo lla1nado 'impropiamente salamandra. Conos hace una oxccpcion á favor de esta Yariodacl acerca ele la cual da algunas noticias tanto éticas como anatómicas . Dice: «si se encicaan dos individuos do esta casta en una misma jaula, no dan muestras do apercibirse, á ménos que l a casualidad los pon- · ga en contacto. Sus ojos son pequeños, tiernos y sin exprcsíon . Croo que tienen un olfato muy fino, al ver la manera como reconocen la proximidad do los sembrados de batata. Sus movjmientos tienen una rapi9-ez admirable; ele la mañana á la tardo no comen nada. He visto atacarse dos machos y morderse con increíble ferocidad . No cesó el combate hasta que perdió la vida sobre el terreno uno de los campeones . Cuando dos tuzas, -q1acho ó hembra, se enouen- ' tran enjaulados, su sal udo consiste en un mordisco . Cuando cavan la tierra trabajan con la nariz, las cuatro patas y la cola. Parecen haber nacido para cavar la tierra como las aves parahendir el aire. Sus conducto.;; subterráneos forman zic-zac y profundizan cada vez más háoia el interior del suelo hasta el lugar donde establecen su al macen, que saben abastecer ele provisiones, arrebatadas idos propietarios vecinos. Los hijos nacen y son conducidos bajo tierra. Desde l¡¡¡, punta de la nariz hasta el extremo do la cola un tuza do gran talla mide próximamente 32 centímetros. El magnífico viaje de Powel ha suministrado á la ciencia numerosos documentos, sobre todo bajo el punLo de vista geológico. Pronto volYe~ romos á ocuparnos de dicho punto de vista.


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que ocupa . En medio ele un prado cubierto ele césped se levanta una cabaña toda de palastro, DEL SEÑOn n. D!SCUOFFSUErM EN E[, OBSEI\VA1'01ll0 DE PAnIS. cuyo techo está formado por dos planchas que, Entre los muchos instrumentos con que Le girando sobre discos, pueden separarse y dejar Vcrrier ha enriquecido el Observatorio de Pa-. abierta toda la parte superior del edificio . Las ris durante los veinte años de su direccion, el paredes están hechas de dos cubiertas ele palas• último que h a podido ver completamente insta- tro, en cuyo intervalo circula libremente el áire, lado es el círculo meridiano, cuyo dibujo ofre- que mantiene así todas las piezas ú su misma cemos hoy á nuestros lectores . Este no ha sido temperatura. Además pueden abrirse anchas construido como los otros á expensas del Esta - ventanas, y el observatorio y el insteumento se do: una inscripcion grabada en uno ele los pila- encuentran, por consiguiente, en las mismas res de mármol, sobre que descansa, advierte al condiciones que si se hiciera la observacion al visitador que lo deb_e el primer estab lecimiento airn libro. El {mico obstáculo que puede aún astronómico francés 1-Í la munificencia del señor oponerse ú la perfeccion ele la obscrvacion es la Raphacl Ilischoffsheim, quien de este modo ha presencia de hermosos árboles que conYierten inaugurado en Francia una YÍa hace tiempo el tejado en un magnífico jardin, pero que recoseguida en Ing laterra por los amantes ricos de gen el airo caliente durante el clia y lo devuel~ la asLronomía . Dischoffsheim no se ha detenido ven lentamente por la noche. Sin eluda alguna en · este primer paso: el nuevo Observatorio los astrónomos sacrificarán un dia el goce de estas bellas sombras en aras de la precision de deLion le deberá. tambien un instrumento. El proyecto de irístalacion de un círculo meri- las observaciones. El círculo meridiano está compuesto, comoindiano en el Observatorio de Paris se remonta á la época, ya algo lejana, del cé lebre debate sos- di~1. su nombre, de dos i-nstrumentos: el anteojo tenido en la Academia de ciencias sobre la meridiano destinado por su asociacion con un trasl acion del mis mo fuera de Paris. Los sabios péndu lo astronómico á determinar el momento que no admitían la legitimidad de las quejas for- del paso ele un astro por el m.ericliano del punto muladas por los adversarios ele su actual em- de observacion, y el círculo mural que da la plazamiento, c,evieron obligadosú reconocerquc medida de la distancia angular de este mismo la gran sala meridiana construida en 1830 por astrn al polo ó al zénit. Cuando hace cuarenta. Arago, no ofrecía ninguna ele las garantías ne- años construyó Gambey los dos instrnmentos cesarias á observaciones de gran precision. El es- meridianos del Obsen·atorio de París, tan juspesor de los muros y del doble techo de esta sala, tamente célebres, y segun cuyo modelo so consla poca anchura de las aberturas, l as inmedia- truyeron los ele otros muchos observatorios, deciones del edificio del Observatorio, la diferen- bió conciliar, por un prodigio ele habilidad. la cia de nivel entre las fachadas Norte y Sur de- ligereza resultante ele los medios de construchítln necesariamente afectai: el equ ilib rio ele las cion entónces usados con la rigidez ele las piezas necesarias para la prccision de las observacapas a tmosféricas m ás próximas ó impedirles ciones. La alianza ele estas dos cualidades E)S lo tomar la horizontalidad que supone la teoría de la refraccion atmosférica, y que permite cor- que hace tan interesantes los instrumentos de regir las observaciones- de la influencia ele esta este célebre artista, y sobre todo su múquina pa ra dividir los círculos, qu,e el bai-on Sóguier ha causa perturbadora. Efectivamente, la refraccion, es decil', la cles- reslaurndo en las galerías del Consen-atorio .viacion que sufren los rayos que vienen ele un Pero en primor lugar resultó la necesidad ele · astro al atravesar la atmósfera terrestre, es el separar la medida de las dos coordenadas de ene migo m ás tenaz de la precision de las obser- las estrellas: instante del paso por el meridiano vaciones; y puede decirse que hoy dia los erro- y distancia polár. Asimismo se vió Gambey res procedentes de esta causa son mayores que peecisado á no poder fijar sobre su círculo mu los debidos á los instrumentos y métodos de ob- ral de dos metros de diámetro más que un anteojo del lodo insuficiente como poder óptico. servacion. Una simple mirada que se dirija al gran círcu o pudiendo el as trónomo librarse de esta influencia, su primera preocupacion debe con- lo meridiano del observatorio, al ecuatorial del sistir en reducirla á condiciones en q uo pue~a Oeste, al gran telescopio ya! nuevo instrumento calcular su efecto. Y as í, lo que desde luégo sor- de Bischoffsheim, todos proceden les de los taprende al visitador del círculo meridiano del lleres del célebre artista francés Sr. Cichcns , Observatorio de París es el peq ucño edificio demuestra la revolucion operada en los procecliEL CÍRCULO l\IERIDIA O


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mientes de ~onstruccion. En lugar de inste1.,1mentos formados de piezas de laton laminado, unidas por simples tornillos ó por soldaduras de estaño, son cuerpos de anteojos de hierro fundido, asegurados sobre ejes ele fundicion y ace-

ro, ele aspecto elegante y fuerte; círculos de bronce compuestos de una sola pieza por fusion y protegidos por 11umerosos travesaños . Es el 1:1,rte del ingeniero apl icado á la construccion de los instrumentos astronómicos con la fuerza

• Fig. 1.-El nuevo circulo meridiano úel Sr. Bischoffshoim, en el Observatorio de Paris. Transporto del aparato sobro su carretilla.

que dan la eleccion de los metales, el espesor ele lns pieza.g y la precision que puede esperarse del empleo de las máquinas. Esta revolucion fué inaugurada en Ing laterra hácia 1847 por Airy, ilustre director del Obscrvatodo ele Greenwich . En 18G3 Le Verrier terminaba en Paris la instalacion ele un círculo

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meridiano todavía mayor que el de Greenwich, y destinado corno él á la observacion de los pequeños planetas. Pero estos gigantescos instrumentos, verdaderos cañones de mucho alcance, pu.esto que deben examinar las últimas profundidades del cielo, carecen, en razon de su mismo peso, de una cualidad esencial; . no son re-

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• Pig. ~- - El nuevo circulo meridiano del Sr. Bischoffsheim , en el ObservatJrio de P ,tris Vista del aparato durante ·la observa.cio n.


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versiblcs. Cualquiera que sea la rigidez de las piezas, el instrumento sufre en cada posicion ¡,uccsiva flexiones necesariamente desiguales, que el astrónomo debe estudiar y medir para corregir sus observaciones. Ahora bien, este estudio y esta medida no pueden hacerse más que por la Yuelta del instrumento . Oompréndesc, en efecto , que dirigiendo succsi vamente el aparato al mismo punto del cielo, primern con una de sus caras hácia arriba y dcspues con la misma cara hácia abajo, si en realidad es un todo rígido, pero elástico, se obtenclrún dos resultados igualmente separados ele la verdad, uno por exceso y otro por defecto; ele manera que el término medio ele las dos 9bservaciones da la posicion exacta del astro . Esto es lo que puede exigirse a l nuevo círculo meridiano deBischoffsheim. La figura 1 representa el anteojo sobre el carro que sirve para elevarle por cima de sus pilares, y para volverle completamente por un movimiento de rotacion alrededor éle un eje vertical. Desde 1852 Brnnncr había construido pequeños instrumentos portátiles que respondian ú estas condiciones. Perfeccionados por sus hijos, por Rigaucl y por Eichcns, estos círculos meridiano s son hoy únicamente empleados en las expediciones geodésicas. En 1868 Eichons construyó para el observatorio ele Lima un círculo meridiano móvil cuyo anteojo tenía 2,m30 de longitud y el objetivo 20 cm ele abertura libro. Este modelo, sucesivamente perfeccionado, ha llegado á ser en manos del hábil constructor el círculo meridiano ele ::\Iarsella (187G) y el círculo donado por Bischoffshoim (1877). El objetivo del primero ha sido tallado por Leon Foucault; los otTos dos son del Sr. Ad. ~fortín. El nuevo observatorio cb Lion, en cuyo establecimiento trabaja activamente el Sr. Anclre, sostenido por la administracion, poseerá muy pronto un círculo m eridiano semejante, un poco menor (anteojo de 2m, objetivo de H m ele ni. 'Praczmowzki), cuyos gastos satisface generosamente ól Sr. Bíschoffsheim. Los grabados que ofrecemos á nuestl'os lectores representan lbs modelos de todos los círculos meridianos empleados en los observatorios franceses para la determinacion de las coordenadas celestes de los astros. Para que 1rneda comprenderse el uso de las diversas partes del instrumento basta describir el método operatorio de una observacion completa de estrella. Algunos minutos ántes del paso de esta esteclla por el meridiano el astrónomo da al anteojo la inclinacion conveniente para que el astro, si-

g ui endo el movimiento diumo, atraviese el campo del instrumento. Con óste objeto los círculos interiores fijos en el eje del anteojo tienen uná gr9-duacion grosera que se apunta por medio de un anteojo fijado al muro Este. Una pinza que a braza el borde de este círculo sirve á fijar el instrumento. El oh ervador se echa entónces sobre la cama, y en la posicion indicada por la figura 2. La estrella aparece .,Pronto, entra en el campo del instrumento por el O., y dirigiéndose .al E. Al mismo tiempo que la estrella, el observador ve en el plano focal del objetivo una red de hilos de telaraña verticales y atravesados por otro horizontal. Escuchando los golpes del péndulo anota el segundo y la fraccion de segundo en que la estrella pasa por cada hilo vertical: el promedio de estos tiempos es el momento pre- · ciso del paso por el hilo central. En este momento desvía ligeramente el anteojo por un movimiento de ·atraccion del tornillo, y !}Oloca la estrella en el hilo horizontal. La estrella es, pues, vista en el momento de su paso por el hilo central, segurr la direccio n de una línea determidada por el cruzamiento de este hilo horizontal con el vértice del medio y por el centro óptico del objetivo. Para fijar esta direccion es necesario referirla á puntos de partida de una fijeza absoluta. Con este objeto el anteojo. está provisto de un círculo de un metro de diámetro , dividido muy fina y exactamente, cuyo limbo gira con él deiante de seis microscopios invariablemente fijados en el pilar del Este. Eichens ha adoptado para estos microscopios la disposicion imag inada por Airy para el círculo meridiano de 'Grenwich. El tubo d e cada uno de ellos .está formado por la pared de un agujero practicado en el bloc de mánnol que forma la parte superior del pilar: las posiciones de estos microscopios estún, pues, invariablemente fijadas á la~ del muro y no podrían variarla más que haciéndolo el muro mismo. Otros orificios dan paso á la luz de una lámpara y permiten leer las divisiones. Estas están trazadas ele 5 en 5 milímetros sóbre el círculo, que tiene por lo tanto 4.320 trazos equidistantes; cada micro~copio está provisto de un micrómetro, que per!Y}ite estimar el décimo de segundo de arco. Si ahora, por las observaciones de la estrella polar durante su paso superior y su paso infe- . rior, el observador determina lo mismo la direccion d el anteojo mirando al polo, el ángulo comprendido entre esta clireccion y la del anteojo apuntado á la estrella dará la distancia polar de esta estrella. Si, PS!r medio del baño de mercurio, el observador determina la direc-

A


LA NATURALEZA cion del anteojo, cuando su eje ópLico es vertical, conocerá tambieu la distancia zenital de la· estrella. Estas observaciones pueden hacerse en las dos posiciones que toma el anteojo ántes y despues de haber sido invertido. Por eso tiene dos círculos de fundicion graduados groseramente, y otros dos de laton finamente graduados sobre plata, los cuales, al dar vuelta al instrumento, se sustituyen unos á otros delante del anteojo y de los microscopios fijos. La disposicion de estos cÍl;culos asegura una simetría perfecta al instrumento, condicion esencial si se quieren cortar las deformaciones irregulares. Pero estas operaciones no darán las coordenadas del astr0, si no se practican con un instrumento exactamente establecido en el meridiano del siLio. Es, pues, necesario que el anteojo gire alecdedor de un eje horizontal, que sea perpendicular á este eje, y que el plano que describa al girar Yaya á pai:,ar por el polo del mundo. Dn nivel, que nuestro grabado representa descansando por medio de dos horquillas sobre los muñones del anteojo, pero que dur ante la observacion está levantado sobre un lado por medio de una grua fijada en el techo, sirve para medir y corregir la inclinacion del eje de rotacion. La inversion .sobre una mira distaiüe permite asegurarse de la perpendicularidad del eje óptico sobre el de los muñones. Dos miras habían de construirse, una al Norte, la otra al Sur; sólo esta última se ha edificado. En fin, las observaciones astronómicas de la es-• trella polÚ indican si se ha llenado la úHima de estas tres condiciones. Nos quedan por decir dos palabras sobre la iluminacion de los hilos. De dia se destacan en negro sobre el fondo iluminado del cielo; por la noche se obtiene el mismo efecto _con ayuda de un rayo de luz procedente de un farol de gas que se ve colocado en el muro del Oeste, y cuyos rayos son enviados al ocular por un pequeño prisma fijado en el centro del anteojo . Una pantalla de abertura variable (ojo de ga to) permite proporcionar la intensidad de la ilumin3;cion al brillo del astro observado. En fin, para los astros muy débiles una disposicion mecánica muy sencilla suprime toda luz en el campo y la transporta á los hilos de telaraña, que aparecen como líneas luminosas en un fondo absolutamente oscuro. La larga enfermedad de Le Verricr no le permitió dar todo el impulso que hubiese querido á los estudios preliminares de este hermoso instrumento, entre los cuales es preciso contar, so: '

1,

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bre todo, el de la division de los círculos, tan largo como penoso . Sin duela será facilitado por la circunstancia de que, trazadas con la máquina ele dividir construida por Eichens, las lineas ofrecen una regularidad y una finura complétamente favorables á graduaciones precisas. Los astrónomos del Observatorio de París tendrán á honor el poder cuanto ántes servirse del magnífico aparato, que deben á la generos idad del Sr. Bischoffsheim. -

'2S'

LA EVOL UOION DE LOS NERVIOS Y DEL BISTE)I.A. NERYIOBO (1). El tejido nervioso en general se compone de dos elementos n11atómicos figmados, á saber: de muy pequeñas células ne,·viosas y de- muy delicadas fibras nerviosas. Las fibras nacen de las células y terminan en ellas, sirviendo así para reunirlas unas á otras y con las partes más distintas del cuerpo animal. Por lo clemas, las células y fibras nerviosas, én cualquier parte que las hallemos, presentan absolutamente la misma apariencia . Ved, por ejemplo, un bosquejo muy aumentado del tejido nervioso, tal cual se halla en el cerebro (fig. 10). Si os mostrara el tejido nen'loso que he encontrado en la meditsa, veríais cómo se paTecen ambos tejidos, á pesar de habérselos tomado en los límites extremos de la porcion del 1:eino animal en que se ha reconocido la existencia del sistema nervioso. Se encuentran ordinariamente las células nerviosas reunidas en grupos llamados centros_nerviosos ó ganglios, de donde parten y donde terminan gruesos manojos de fibras nerviosas; estos gruesos manojos son los que vemos ::í: simple vista, y que bajo el nombre de nervios recorren el cuerpo en todas direcciones (fig. 5). Cuando uno de estos manojos llega á un ganglio ó grupo de células, se clivicle como la extremidad ele una cuerda que se cardase, y las fibras que le constituyen atraviesan las células y se entrelazan en todas direcciones como lo muestra este cliagrama (fig. 4). Véase otro dibujo (fig. 6) mt\s conforme al natural, que presenta una seccion muy aumentada del cerebro humano; pues este órgano no es más que una reunion de ganglios muy voluminosos. Para explicar la funcion de las células y de las fibras nerviosas debo empezar por decir lo que los fisiólogos entienden por excitabilidad. Supongamos que este dibujo (fig. 2) represente un músculo desprendido del cuerpo de un animal recientemente muerto; m.iéntras no obreis sobre él ele un modo cualquiera, permanecerá completamente inmóvil. Pern cada vez que lo estimulei pellizcánc.ole, quemándole ó empleando una descarga eléctrica, el músculo dará una contraccion por respuesta á la excitacion. Esta facultad de los tejidos orgánicos ele respon(1) Extracto de una conferencia ele Georges J . Romanes en el Instituto real de LóndrA


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der á un estímulo es lo que los fisiólogos llaman excitabilidad. Los nervios, no ménos que los músculos, presentan la propiedad de ser excitables. Suponed, por ejemplo, un músculo preparado del mismo modo que el anterior, excepto que se desprenda con él el nervio corresponclicnte. Cada vez que se pellizque, . queme ó electrice un, punto cualquiera del nervio, el músculo se contraerá; pero notareis que existe uua gran diferencia en estos dos casos de respuesta del músculo. l\liéntras en el primer caso el músculo responderá á uu' estímulo aplicado directamente á su propia sustancia, en el segundo caso responde á un estímulo aplicado á distancia de su propia sustancia, que es condi1cido al músculo por el nervio. Desde luégo comprendeis la foncion caractelistica de las fibras nerviosas, que es la de conducir las excitaciones á distancia. Tal es la füncion ele las fibras; pero la de las Con sis Le en Fig. 1.-Células células e i muy diferente. y fibras nen·io- acumular, en almacenar la energía sas del hombre. nerviosa y descargar en tiempo opor(Se:;un Leydig.) tuno esta energía en las fibras unidas á la célula. La energía nerviosa, así descargada por las células, obra como estímulo sobre las fibras nerviosas, ele modo que si terminan en un músculo, éste se contrae bajo la influencia ele la excitacion .

tante clistincion, entiéndase que siempre que hablo ~e un rnúsculo, me refiero al conductor de una onda visible ele contraccion, miéntras que en el nervio aiudo á la conduccion de una ancla vi ·ible ele excitacion. Las fibras nerviosas difieren, pues, fllllcionalmente de las musculares y tambien, debo decirlo, del protoplasma, por 1n, propiedad ele conducir ondas invisibles ó moleculares ele excitacion ele un punto á otro del org~nismo, estableciendo así una continuidad fisiológica entre estas partes, sin que sea necesario el paso de una onda contníctil 't:isiblt. Habré terminado cuanto tengo que decir sobre la funciou del sistema nervioso, cuando haya descrito el mecanismo ele las acciones Fi 0 . 4.-Células y fibras nerreflejas . Suponed que viosas de un ganglio de lamprea. (Segun Carpenter.) en la fig. 3 se representa un órgano periférico, como la piel de un animal, por ejemplo : C, una colecciou de células (5 ganglio y B un mt1sculo. La parte dela piél representada está reunida á las células, que forman el ganglio, por medio ele un. tronco nervioso de clireccion centrípeta, miéntras que las células nerviosas del ganglio est:'tn unidas al músculo por un tronco nervioso cen-

Fig. 2.

Debo añadir que cuando las células ner,iosas están reunidas en ganglios, se las ve frecuentemente descargar espontáneamente su emergía sin que ningnn estímulo visible haya pro,ocado el fenómeno. Y así, en toe dos los animales, exceptuando los que están colocados al final de la escala zoológica, cuando ,emos una accion espontiínea deducimos la presencia probable de ganglios. Pero el punto que deseo tengais muy presente la clistincion que yo hago es Fig. 5.- Esquema de un ganglio nervioso muy aumentado. A (Segun Paul Bert.) entre el nervio y el rnúsculo. á U na excitacion aplicada Fig. 3.-Esquema del meun músculo sin nervio, no trífugo. Esto sentado, cuando un estímulo es aplicado canismo de la accion repuede propagarse en el á la piel en el punto donde nace el tronco nervioso cenfleja 6 arco sensitivomotor. músculo más que originan- trípeto, este tronco nervioso conduce la excit~cion á las do una onda visible de con- células nerviosas del glanglio, Cuando estas células retraccion, que se extiende en todos sentidos, irradiando ciben el estímulo dejan salir una de las descargas cade un punto central, como de un centro. Por el contra- . racterísticas ele energía nerviosa, la cual, pasando por rio, un nervio conduce laexcitacion sin sufrir cambio el nervio centriji1go, determina la contraccion del alguno de forma (fig. 7). Para no olvidar esta impro- músculo.


,_

LA NATURALEZA A este modo particular de respuesta del músculo se ha dado el nombre de accion refle;"a, porque la onda de excitacion no pasa en línea recta del sitio de estímulo del músculo, sino que gana primero el ganglio, clesde donde se ,·efle;"a sobre el músculo. A primera.. vista, esto parece un procedimi!3nto muy lento, pero en realidad es el más corto posible. - Pensad en el número enorme y en la infinita complejidad de las excitaciones á que todo animal está más ó ménos e1..1)uesto, y comprendereis la necesidad, para los animales superiores, de un sistema organizado que haga posible una respuesta á cada una de estas exci-

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pecíficas de la vida: desde entónces algunas d(l sus partes están habitualmente sometidas á la accion de fuerzas diferentes de aquéllas, á que otras partes están e1..1)uestas. Por consiguiente, el protoplasma continúa tomando formas cada vez más variadas, y en ciertas circunstancias puede suceder que unas partes, colocadas de una manera especial con respecto á las in:.fluencias exteriores, sean más frecuentemente excitadas á contraerse que otras porciones de la masa. En seme-

B

A / • E.rx;ü.a,ti,on-

=~u~e:-: ..,. / .

i;n;oi.ril,le;.

Fig.

Fig. 6.-Células <le! cerebro humano. (Segun RoLin.)

taciones. Ahorn bien; valiéndome de una feliz comparacion, os diré que las excitaciorres están sistematizadas segun el mismo principio que la circulaciou de las cartas en el correo. Porque preci amente cuando se trata de cartas no hay comunicacion directa entre una calle y otra, sino que cada carta pasa primero por la oficina central; del mismo modo, la trasmision ele las excitaciones ele un miembro del cuerpo ó otro se efectúa exclusirnmente por el intermedio ele Jlil centro ó ganglio. Aquellos ele entre vosotros que estén familiarizados con los escritos de Herbert-Spencer saben pcrfectan1ente las fuertes pruebas que aduce en favor ele su tco-

Cont.radúm,protoplar-

m.o.<i<¡.~ v_wlet.

8.

jante caso, la frecuencia relativa, con que las ondas de excitacion irradian de las partes más expuestas, tendrá probablemente como resultado crear una especie de disposicion, de polaridad en las moléculas protoplasmáticas situadas sobre las líneas, cuya direccion siguen las ondas, y por otras J:azones tambien tenderá siempre con mayor energía á convertir estas líneas en pasos, que ofrezcan una resistencia cada vez menor á la progresion de las · ondas moleculares; es decir, á las ondas de excitacion, tan diferentes de las de contraccion. En fin, cuando las líneas que ofrecen una resistencia comparativamente menor al paso de las impulsiones moleculares se han establecido orgánicamente de este mo-

Fig. 7.-a. Fibra muscular excitada direclamente.-b Fibra mus~ular excitada por un nervio sin contraccion de éste.

ría de la génesis de los nervios. Esta teoría consiste, como rec?rdais, en suponer que al principio, en el estado naciente, los tejidos conductores ó fibras nerviosas rudimentarias se diferencian del tejido contráctil ª1:1biente ó protoplasma homogéneo por un pÍ·ocediIniento de integracipn debido únicamente al uso. . As~ pues, empezando por el caso de uu protoplasma sm run~a diferenciacion, H. Spencer parte del hecho de que cada porcion de la masa colóide es igualmente excitable é igualmente contráctil. Pero muy pronto comienza el protoplasma á tomar esos caracteres definidos, reconocidos por nosotros como las formas es-

Fig. 9.-Medusa.

do, deben tender á definirse siempre más por un uso constante, hasta concluir por ser los conductos habituales de comunicacion entre las partes de la masa contráctil á través cie quepa an. Así, por ejemplo, si una de esas líneas se ha establecido en el punto A y en el punto B de una masa de protoplasma contráctil (fig. 8), cuando se aplique un estímulo al punto A, una onda invisible de excitacion correrá á lo largo de esta línea hasta llegar á B, determinando en este punto


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LA

NATURALEZA

B 'una contraccion de tejido,-y esto sin que ninguna onda contráctil visible haya pasado á través del tejido de A á B. . Hé alú un breve rest'tmen ele la teoría de Spcncer, cnya más clara y más viva concepcion resultará quizás de estas palabras, tomadas ele una de sus propias comparacione.s: «Del mismo modo que el agua ensancha y excava cada vez más y sin interrupcion el canal, por que corre, .la corriente molecubr que estudiamos, pasando siempre al través de la misma via tiende de con· tinuo á formarse líneas ele paso, foucionalmente diferenciadas del resto del tejido.» Cuando esta línea ele paso ha alcanzado su completo desarrollo, es una :fibra nerviosa que el histólogo puede estudiar: aparte; pero ántes ele llegar á este estado perfecto,' es decir, ántes de poder ser observada como elemento anatómico distinto y :figurado, Spencer la llama línea de descarga. Expuesta esta teoría, como acabo de hacerlo, voy á esforzarme en démostrar cómo se realiza en los hechos, siendo para ello preciso que haga alusion á mis propios trabajos. Todos conoceis, no puedo ponerlo en duda, la apariencia general ele las meditsas. Este animal presenta una forma muy parecida á un hongo (:fig. 9); el órgano que ocupa el sitio del talfo del hongo es la boca y el estómago ele la meclnsa, y se le llama pedúnculo ó polipito, ruiéntras que el órgano que simula el sombre rete del hongo constituye la masa priu~ipal del ani~al y recibe el nombre de sombrilla. El pedúnculo y la sombrilla están casi enteramente compuestos ele una sustancia gelatinosa transparente y espesa, no contráctil; pero tocla la superficie cónéava de la sombrilla est,í. recubierta de una tenue capa ó lámina de tejido contráctil. Este tejido no es del todo igual al protoplasma, ni completamente idéntico al músculo, sino algo intermedio, constituyendo la primera aparicion en el reino animal dé un tejido semejante al muscular. E l espesor ele esta capa continua de múscul.b ruclimenta1-io, es bastante uniforme y en ningun punto mayor que el de una hoja ele papel muy fino. El borde de la sombrilla lleva una serie de tenMculos muy finos y tambien otra serie ele cuerpos que tienen para nosotros la mayor importancia. Esos cuerpos marginales se ven en la fig. 9, p ero no necesito describir su extructura. En fin, no será superfino.añadir q11e todas las medusas están dotadas ele la facultad de locomocion, cuyo mecanismo es muy sencillo : consiste simplemente en la contraccion y el descanso alternativos de la lámina musculai: de la sombrilla. A cada una ele estas contracciones de la capa muscular los bordes de la sombrilla se aproximan mútuameúte; la capacidad de ésta disminuye, el agua es expulsada hácia atras por la parte abierta ele la sombrilla, y la reaccion resultante empuja el animal hácia adelante. En estos movimientos natatorios el sistole y el diástole se verifican con un ritmo de perfecta regularidad, como los movimientos ele nuestro corazon. La cuestion de sab'er si las medusas tienen un sistema ucrvioso, ha siclo objelo por largo J?erioclo de las tareas más ó ménos arduas ele muchos naturalistas. Has-

, ta estos últimos tiempos, sin embargo, ha habido tan poca certidumbre en este punto, que el mismo profesor Huxley, una ele las mayores autoridades para este grupo, define así el estado ele la discusiou en su Glasificacion del reino animal: «No se ha descubierto sistema nervioso en -ninguno de .estos animales.>> La causa de esta incertidumbre está. en el hecho ele que la naturaleza transparente y delicuescente de los tejidos de las medusas hace muy difícil una buena observacion microscópica ; tanto, que teniendo en cuenta la cantidad y el mérito ele los trabajos ele que ha siclo objeto este punto, duelo que jamás hubiese siclo resuelto por el empleo exclusivo de los métodos histológicos. Pero aquellos ele vosotros, que hayan aFÜsticlo á. mi conferencia del año pasado, recordarán, sin eluda, que sirviéndome de un meclio distinto-de la histología, llegué á ~-esolver la cuestion há tanto tiempo pendiente. Re~rclais, en efecto, que clespl'endienclo simplemente el extremo del borde marginal ele la sombrilla, vi con sorpresa que los movimientos del animal, muy actiYos un momento ántes, habían cesado repeutjna y enteramente. La parálisis producida por esta simple operacion era instantánea, duradera y completa. De otra parte, reconlais que el borde ele la sombrilla, que se acababa de desprender, continuaba invariablemente sus movimientos rítmicos con un vigor y una obstina-· cion que en nada alteraba su separar.ion ele la mayor parte del organismo. Horas y áuu días clespues de esta operacion, estos movimientos persistían, ele modo que el contraste entre la inmovilidad cadavérica ele la sombrilla mutilada y las contracciones enérgicas ele la porcion filiforme que se había desprendido era tan sorprendente como pudiera imaginarse. Estos experimentos probaban, pues, del modo más concluyente· que á lo largo de la extremidad marginal de las medusas está situado un sistema sumamente localizado de centros nerviosos ó glanglios, á cuya actividad funcional se deben exclusivamente los movimientos rítmicos de la sombrilla. ( Se continuará.)

MISCELANEA . Investigacion del árbol que suministra la gp• ma elástica en el istmo de Panamá·.- En el Gar-

dener' s Chronique se encuentran detalles sobre el-Castilloct elastica, de la familia. ele las artocapeas, que los • ingleses tratan de introducir en los cultivos de la In- · clia, como han hecho con éxito respecto al té, las Cinchona (quinas) y la [ipepacuana. Este.:úrbol no es el único que produce cautchuc, pero sí uno ele los principales. Es mu•y posible que su cultivo dé buenos resultados tauto m¡\s cuanto que los indígenas lo destruyen eu su país natal como hacen los del Perú con las Cinchona. El Sr. Cross es uu coleptor inteligente y laborío.so. Por los elatos del cónsul inglé.; ~lJ I'a:1amá supe qu:e el á1~ bol en euestion existe en los bosques del istmo entre 1º ele latitud Sur y 20° ele lafüucl Norte. Los frutos maduran en la estacion m.\s húmeda y malsana. 8in ele-


' LA NATÚRALEZA

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jarse arredrar por esta eireunstaucia, el intrépido viaEL ABEJORRO BATANERO. jero remontó el rio Chagres y un.o de sus afluentes, llamado Vino tinto, que nace en una laguna y cuyo color Pocos conocen en Paris el abejorro batanero, proviene de las materias vegetales en descomposicion. el mayor ele Francia y de tamaño casi doble del. Sobre sus bordes se veían grandes bambús, pero más léjos, en terrenos un poco más secos y elevados, se haabejorro Ol'dinario; en cambio se le encuentra llaban magníficos bosques, compuestos sobre todo de comunmenLe en los alrededores Madrid, siendo l,nufaeas, cuyo tronco llegaba á tener 150 piés de altu aquí de car:;i todos conocido, pues en las nora ántes de toda camifieacion, y de un Bombax, llama- ches de pl'imavera y ele -verano se le ve revolodo quito por los indígenas. y cuyo tronco de 200 piés de tear entec los úrbolcs de nuestros paseos, sienaltura, termina por una corona de hojas. En el_ monte bajo se hallaban bromeliáceas leñosas, cuyas hoJas, ar- do muy frccuentc1 hallarle en la Castellaria, por madas de o·rande. púas, tiepen hasta 10 piés de largo. ejemplo. La razon de esta diferencia:- está en la naturaJóvenes· ejemplares de Castilloa se vefau junto á los leza ele los terrenos ele ambas capitales y ele los arroyos, pero los más viejos habían sido ya destruidos. Despues de haber comproba<lo que los frutos de este consiguientes cultivos, pues la especie que nos árbol madman en la segunda mitad de Juuio, Cross ocupa pone sus huevos en los terrenos arenovolvió al mismo punto en esta época del año y pu<lo re- sos, donde sus larvas se alimentan ele las raíces coger cerca de 7.000 semillas y gr~n número de peque- ele gramíneas, que ó sólo se cultivan 6 son es'ños ejemplares que mandó á Panamá para la India in- peciales á dicha clase do -tierras. La larva es glesa (1) . El fruto se parece á una pera.- _Es verde, enorme y de color blanco, lo cual le ha valido el excepto en su corona aplanada de un hermoso color nombre ele gusano blanco (rnrt-blanc), que le rojo. Las semillas, de la forma_y magnitud ele un grano aplican los labradores franceses. Si bien es raro de café, se encuentran en una pulpa anaranjada, en . este insecto en los alrededores de Paris, no decuya sustancia semilíquida germinan á menudo. Una germ inacion tlln n\pirla es un inconveniente para el jan por eso ele haberse capturado algunos inditransporte á un país lejano, pero serú fácil de vencer viduos aislados en sus inmediaciones, particupara horticultores inteligentes ; el cafetero ha sido in- larmente en el bosque do Boulognc. Más extentroducido en América, sembrando en Francia á bordo dido está por el c~nteo ele Franeia, y algunos de un buque q ne partió, las semillas recogidas en el autores franceses le han llamado por eso abej arclin del Museo de historia natmal ele Paris. jorro del Poilou; pero donde más abunda es en 0

* V olatilizacion de los liguidos en los gases .-

W. Kirschmann. ha obserrndo que la volatilizacion de ciertos cuerpos volátiles es retardada ó impedida por una atmósfera de ácido cm·bónico;-para otros compuestos la volatilidad aumenta, por el contrario. El alcanfor casi_no se volatiliza en el úcido carbónico, sucediendo lo mismo con el cloroformo, el sulfmo de carbono, etc. El éter, los alcoholes metílico, etílico y amílico, así como el agua, son mús volátiles en el áci<lo carbónico que en el airll; si se dirige una rápida corl"iente de ácido carbónico á través del éter, las paredes exte_riores ele la vasija se cubren ele uúa capa de hielo, [cosa que no tiene lugar en las mismas condiciones con luria corriente de aire. El alcohol etéreo es rápidamente ¡privado del éter por una corriente de ácido carbónico. Tambieu puede por este rneclio privars\;l füeilmente del ~lcohol .ó del agua á una mezcla ele trementina y de !aquellos compuestos. En general, el úci<lo carbónico gaseoso seco suministra un excelente me<lio de quitar é. ios aceites esenciales el agua que les acompaña en su k>xtracci9u.

(1) El Jardín botánico ele Kew ha expedido á Ceylan en

bs?r; 1.900 ejemplares ele Ilevea b1·asiliensis, árbol que sumilnistra el eautehuc en el Brasil. 11 '

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1

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las costas del J\Ieclitereáneo, ele cuyas costas se aleja poco en Francia, mién tras en España está bastante extendido, si bien no es tan abundante en Madrid, pot' ejemplo, como en Barcelona y en Valencia. Con Lodo, es com un en Lyon y se llega á encontrar /t Yec~s en grnn abundancia en las costas del Norte ele Francia, probablemente por sor basLanLe benigno el invierno en las playas francesas. El insecto adulto roo las hojas de los árboles como el abejorro ordinario, en Julio y Agosto, y algo úntcs en nuesteos climas más mericlio• nales; vuela do noche, produciendo un zumbido bastante fuerte, y hace oie, cuando se le coge, una cst-ridulacion aguda frotando la base, del abclómcn contra el mesotórax. En Francia no os nunca bastante comun para producir desperfectos apreciables, pero no sucede lo propio en todas las partos ele Europa. Carecemos ele datos concretos y s_uficientes sobre España; pcrn á juzgar por el estado ele muchos árboles ele nuestros paseos en los meses en que abundan él y sus congéneres, no eludamos que pueda en ocasiones dar lugar á averías de mayor consideracion, si bien debe ser raro al asegmar ele los autores. El célebre auto,' ele la bis-


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LA NATURALEZA toria de los insectos perjudiciales á los bosques de Alemania, Ratzcburg, le coloca entre las especies que hacen sufrir á los árboles. En ciertos años de suave invierno ha llegado á ser muy abundante y devastador, como sucedió en "1731, segun Frisch, en la :Marca de Brandeburgo. Con todo no parece ser tan destl.'uctor (quizá por ser ménos abundante) como el Melolontha,

v ulgaris ó abejorro vulgar, que felizmente es desconocido en España. Este gran abejoreo, Melolontha villosa, ha sido el tipo de otro género afine, dándole el nombre de Polyphilla f ullo Linn., que Geoffroy llamó batanero (foulon). Las hojas de las antenas de los machos, en número de seis, son muy largas y anchas, mucho m¡\s desarrolladas que en los Me-

~L ABEJORRO BATANERO lolontha verdaderos ; la antena de las hembras rojizo en ciertas variedades, habitualmente más oscuro en los machos que en las hembras. Sobre no tiene más que cinco hojas cortas. El género presenta una particularidad en la este fo11do se destacan tres franjas blancas en el manera como sus tegumentos están provistos de coselete, siendo discontinuas las dos laterales. pelos; por debajo sólo el pecho presenta pelos Los élitros están sembrados de un elegante III;º" ordinarios; el abdómen, las patas, los élitros y saico de puntos y de manchas blancas sinuosas el coselete están cubiertos de pelos modifica- que se repiten con simetría, á pesar de la irre· dos , convertidos en. escamas , que, segun las gularidad del dibujo. especies, constituyen jaspeados, cintas ó un re• PROPIETARtoS GERENTES: 'PEROJO lt:€1\MANOS, vestimiento uniforme. En el batanero el color del fondo es de un moreno claro, que se hace Madrid: 1878 ......Tipograffa..Eetereotipla PEnoJo.


Núm. 10.-2 Febrero 1878.

LA NATURALEZA

BASCULA DE EQUILIBRIO OO~STANTE. A. Reclier ha construido recientemente un nuevo aparato ele registro que .está llamado á prestará los físicos·, fisiólogos yagróno1:nos úlile:1 recursos experimentales en sus investigaciones. Es u·na fiáscula de equilibrio constante: registra ele un modo continuo las Yariaeioncs de peso ele un cuerpo cualquiera, ya animado como un animal, una planta, etc., ya inanimado como una sustancia volátil, una lámpara en combus"tion, ~te.,· que se encuentre colocado en suplato. Esta búscula da el trazado de las curvas que

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representan los aumentos y las pérdidas ele peso del objeto sometido á la experimentacion, pern con una sensibilidad y exactitud verdaderamente notables. La balanza dequc'i10s ocupamos·, cargada con un peso ele 300 kilógrnmos, anota las fracciones ele gramo. Un cuerpo mucho ménos pesado, como una bujía · encendida, determinaría del mismo modo sobre la hoja de ensayo curvas más ó ménos inclinadas, segun su número, pero sin discontin nielad ni saltos bruscos. 'ral delicadeza depende del e§Lado ele oscilacion constante que anima la palanca, y la mueve con

?\ueya m:Lquina inscriplora de equilibri o cónstanto, construid a por Rodicr.

muy pequeñas cantidades. Pocos conocen esta prnpioclacl ele las balanzas: I-Icrvé Mangon y Melsen, de Bruselas, parece ser q uo fueron los primeros qne observaron esta condicion . Hé aquí cómo funciona tan ingenioso instrnmento. Sobre una. plancha, con que se continúa la báscula, están colocados el cilindro anotador P, el 1;1nelle de reloj R que Icconcluce, y el .doble rodaje R que determina el estado constante de equilibrio. (Véase la figura.) El principio en que se apoya el restablecimiento del equilibrio,. cuando ha .sido destruido por una causa cualquiera, es el siguiente:

Si se coloca en una balanza or~inaria un vaso lleno de agua equilibrado por ü'n peso, y se sumerge en el Iíq u ido del vaso un cuerpo cual- · quiera suspendido por un hilo, se rompe el equilibrior y segun que el cuerpo penetrn más ó ménos en el líquido, así se alterará más ó méJ nos el equilibrio. De un cuerpo sumergido análogo ha indicado el uso Ilervé Mangon para establecer el estado de equilibrio constante ele la báscula, que representamos. Debajo del plato menor del instrumento hay un. vaso cilíndrico V, lleno en sus tres cuartas '10


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LA NATURALEZA

parles de agua comun; un cuerpo cilíndrico, cu yo hilo se arrolla en la polea R, se encuentra deprimido ó clcYaclo por el rodaje ele esta polca en cuanto el plato mayor sufre un exeso ó clisminucion ele peso. El equilibrio se restablece bien pronto , y los movimientos de la poleaR son trasmitidos al lápiz colocado en el registro del cilindro anotador P, dejando en e1 papel clesarrollado·los trazados ele Lodos estos mo-vimientos. Las ruedas de la polea R son las mismas que las empleadas en el barómetro registrador de Rcdier. Unas marchan constantemente á la derecha á beneficio de un escape; las otras á la izquierda con una velocidad doble ele las primeras, y la extremidad del balancin determina por sus movimientos la 1iberlad del volante de este segundo rodaje, que hace girar la polea P en el sentido que se clci?ea. Varios modelos de la balanza que acabamos ele describir han sido empleados con éxito hace ya algunos meses por L. Grandeau, en su laboratorio de la estacion agronómica del Este. Grandeau ha emprendido cnn ayuda de estabalanza una serie de invcsLigaciones sobre la evaporacion de la tierra y las teanspiracion de los vegetales hojosos y resinosos. Nuestro grabado reproduce la fotografía de uno de estos experimentos, y representa la báscula dispuesta para observar los cambios de peso de la planta colocada en el plato. En una de las últimas lecciones del Conservatorio de artes y oficios de París, Hervé :\Iangon hizo funcionar la balanza registradora de un modo completamente satisfactorio. Un hombre se colocó en la plataforma; la curva trazada por el aparato indicaba cierta disminucion de peso, que es á la que está sometido todo sér viYiente durante el reposo. Cuando la qurva quedó trazada con limpieza, el hombre se puso á leer en alLa voz. Este trabajo mecánico, con ser lan débil, no se escapó á la sensibilidad del ·isLema; tan pronto comenzó la lectura, se vió á la curva cambiar de forma y acusar una dismin ucion de peso más considerable . Este bello iustrumcnto abre ancha via á una s erie completa de estudios sobre las variaciones de peso del cuerpo humano, así como á infinidad de investigaciones no ménos importantes.

METEORO OBSERVADO E~ BIL\W~EPOOR (INDIA). En una de las sesiones del último Congreso de la Asociacion británica de Plymouth, el mayor N. Money ha dado detalles curiosos acerca del célebre meteoro; que pasó por cima de Bhaw-

nepoor, en la India, durante el mes de Octubre de 1873. La ciudad de Bhawnepoor, capital de un pequeño estado independiente que lleva el mismo nombre, está situada en la márgen izquierda del Sutlej, al Norte del gran desierto ele Bikaneer. «Una mañana muy temprano, me desperté sobresaltado por un ruido muy parecido al que hubieran hecho media docena de trenes que ú un mismo tiempo pasaran cerca de mi casa. l\Ii habitacion me pareció iluminada por una luz tan viva como la del sol. Antes que hubiese salido de mi asombro, se sucedieron dos explosiones violentas que conn1ovieron toda la casa, cuyas puertas y ventanas temblaron con fuerza durante diez ó quince segundos. Como los temblores ele tierra no son raros en el :Norte de la India, sobee todo en la estacion en que me encontraba, pensé naturalmente en uno de ellos y salí. En este momento se disipó la lt~z, y asomándome al Yerandah, pude notar sorprendido que era ele ·noche todavía y que trabajosamente podían entreverse del lado del Oriente los primeros matices del alba. Todos los criados inúios· se laí1Zaron fuera de sus habitacioncs.-¿Qué sucede?-les pregunté.-¡Que se cae el cielo!me respondieron . »Una ó dos horas des pues vinieron á decirme que habían llovido piedras á 30 kilómetros al ordeste de Bhmvnepoor, y cll el curso del dia me llevaron, en efecto, algunos fragmentos meteóricos de bastante importancia. La más voluminosa de estas piedras formaba una masa irregular de un moteo de longitud por 30 centímetros de espesor próximamente. Su densidad era considerable, su fractura gris oscura; estaba aún caliente cuando me la enseñaron, y parecía ennegrecida exteriormente por la accion del fuego . lle conservado un fragmento que separé de ella, y aunque no tiene m,is~1ue el volúmen de un puño, pesa cerca de un kilógramo. Los indígenas nos contaron que habían caido en el mis· mo lugar un número considerable de piedras semejantes, que formaban una masa del volúmcn de una carreta ele bueyes, y tan caliente · que no habían podido tocarla. »Pude enseguida comprobar qne una segund a lluvia, debida sin eluda á otra cxplosion, había Leniclo lugar á 50 kilómetros de allí. Xo abrigaba la menor duda sob1·e el origen de los fragmentos en cuestion, pues tod.o el distrito de Bhawnepoor es un terreno cubierto ele arena ó ticrm de aluvion, y en 150 kilómetros• [t la redonda no se encuentran piedras ni rocas <le ninguna clase. »Las relaciones de los indígenas q_uc habían


LA NATURALEZA visto la caicla del meteoro me parccie1·on contradictorias en ciertos puntos y dignas de poco crédito; pero felizmente conseguí un testigo verdaderamente digno de fe; era un capataz europeo, encargado ele vig ilar los trabajos ejecuta. dos en Bhawnepoor para la constrnccion del palacio del nawah del lugar. Este hombre había ido ántes del dia á una cantera para examinar un horno de ladrillos; no teniendo en torno 1m1s que un terreno ab?olutamente descubierto, pudo con toda facilidad ver el meteoro. Era, me elijo, una gran bola de fuego, veinte veces más voluminosa que la luna, que pasó con estrépito justamente por encima de mi cabeza, dirigiéndose hácia el Nordeste. Su l uz era tan desl umbrante que el cielo parecía abrasarse todo; dejaba tTas sí un resplandor en que aparecían mezclados los colores,verde y amarillo. Antes de desaparecer oyó dos explosiones que se sucedieron rápidamente, seg'uidas cada una ele una lluvia de chispas; en cuanto ar globo luminoso, no pareció cambiar de forma ni ele volúmen. iiEste m ismo meteoro fué visto y oiclo en DeraGhazi -Khan, ciudad situada á 110 kilómetros al Norte de Bhawnepoor. A 320 en la misma dircccion su brillo hizo creer en un incendio, pero no se oyeron las explosiones. Por úlLimo, los soldados de un regimiento estacionado en Te rar, en el Afghanistan, á más ele 600 kilórr~etros al Norte ele Bhawnepoor, fueron igualmente sorprendidos por el brillo ele este meteoeo. ». ~

LA EVOLUOION DE LOS NERVIOS Y DEL SISTEM.A. NERVIOSO.

(Continuaoion .-Véase pág. 130.)

II . Siendo las medusas los animales m tís inferiores ele la escala en los cuales se ha descubierto un sistema nervioso hasta hoy, tenemos en ellas sórcs en los que podemos experimentar con las mayores esperanzas de llegará dilucidar todas las cuestiones relativas al origen y á las propiedades de los tejidos nerviosos primitivos. Por eso he consagrado mucho tiempo y muchos esfuerzos, así este año como el pasado, cultiyando este campo ele i1westigaciones, y como se trata ele un terreno que no ha siclo nunca cultivado y cuya fcrLiliclacl se ha mostrado prodigiosa, no es sorprendente que haya recogido abundante cosecha de resultados. Miéntras estos resultaclvs csfaín más ó ménos relacionados con la teoría general ele la evolucion, su carácter es imifonnemente tal como esta teoría nos los hubiei·a hecho prevei·. Podría citar un número ele hechos que tienden á probar de un:i manera sorvrcnclcntc que los tejidos neuro-muscubrcs primifo,os ele las medusas, bajo el punto de vista ele sus propiedades

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fisiológicas, presentan incliscutibles afinidades, ele una parte con los-tejidos excitables de ciertas plan't,as, y ele otra con el tejido nemo-muscular· ele animales situados muy' arriba en la escala zoológica. Pero temiendo que este punto me lleYe demasiado léjos, me limitaré á describir los resultados obtenidos por mí, que tienden :i corroborar la teoría de Herbert Spcncer concerniente á la manera como se ha verificado la evolucion de los nervios y del sistema nervioso. Y adopto este plan no sólo por creer que los hechos relativos á un punto tan imJJortante, no pueden ménos ele interesar :i toda persona inteligente, sino tam,.bien porque se me figura que es la ocasion más propicia para dar :i conocer algunas de las inducciones que me han sugerido los hechos por mí comprobados . Si estas inducciones son lógicas, su infü encia, así filosófica como científica, será grande y del mayor alcance; por ese motivo ,oy á llamaros la atcncion sobre una interpretacion relativa á estos hechos, y que publico aquí por primera vez. Empe¡-:emos por este diagrama (fig. 1). Representa la ./1.urelia mtrita, cuyo pedúnculo ha siclo cortado en la base, y que ofrece á la vista la superficie _inferior cóncava ele la sombrilla. Esta, cuando se Jrnlla completamente extendida, como está aquí representada, tiene próximamente las climensiones de uu plato sopero, y todos los ganglios del borde cstt'm reunidos en ocho grnpos marginales, de suerte que enucleanclo P.Stos ocho cuerpos se determina la parálisis total ele la sombrilla. Pero áun cuauclo la sombrilla ('.)Sté paralizada en sus movimientos espontáneos, sigue responclienclo á las excitaciones. Cada vez que se pincha ó que se electriza un punto de la lámina contráctil, una onda de contraccion parte del punto que se ha estimulado, y se extiende como de un_ centro en todas direcciones. Estas ondas contráctiles caminan á la temperatura ordinaria cou una velocidad de próximamente un pié y medio (45 centímetros) por segundo. A.hora bien, la cuestion m:ís importante que habeis de considerar relativamente á estas ondas es la siguiente: ¿Son simplemente de la natmaleza ele las ondas musculares tales cuales las vemos en el protoplasma, aün 110 cliforenciaclo, ó bien exigen para propagarse la preseucia de fibras nerviosas rudimentarias, causando la onda ele e;t:citacion que seguirá la fibra nerviosa rudimentaria tí. 1~edida que avanza la onda contráctil en las fibras -musculares rudimentarias? El gran aTgumento para demostrar que estas ondas contráctiles son ondas nmsculares --y nada más, es simplemente el signicnte: el tejido contráctil puede soportar formas ele secciou sumamente rigorosas sin que el paso de las ondas contráctiles sea interceptado. Por ejemplo, cuando la sombTilla de la .11.urelia se corüt, como representa la figura 2, y se excita un punto cualquiera del círculo, una onda _contrúctil irradia á partir del p1.mto excitado, exactamente como sucedía ántes ele operar la ~eccion ; sin embargo, la onda tiene aho~·:i que describil' una especie ele zigzag parn contornenr la extremidad dB cada uno ele los cortes que se oponen á su paso. Del mismo modo, si en lng·ar ele ampliar una.


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excitacion artificial, se deja in situ un solo ganglio despues de haber extii1Jado todos los restantes, las ondas contráctiles irradiarán con su regularidad rítmica habitual del -único ganglio subsistente y se extenderán alrededor del disco. Este experimento parece, pues, demostrar que el paso de las ondas contráctiles depende, no de la propiedad conductriz de alguna red nerviosa rudimentaria, sino simplemente de las cualidades protoplasmúticas del tejido muscular primitivo. Este experimento, digo, parece probado, puesto que la forma de la mutilacion parece deber destruir necesariamente ]a contimúdacl funcional de"todo lo que pudiera parecerse á una red nen-iosa, como se observa en los animales superiores. Véase ahora (fig. 3) otra forma ele seccion. Habiéndose extirpado como anteriormente siete de los cuerpos marginales, el octa,o dejado en sitio ha sido tomado por el origen de una seccion circular que se ha prolongado ahecledor del disco, bajo la forma ele una espiral contínua. De esta operacion resulta una larga cinta de te-

cesan de propagarse más allá, punto donde son interceptadas. Además, el punto en que se paran así las ondas, varía extremadamente en los diferentes individuos de la misma especie. Algunas veces las ondas son interceptadas, cuando la cinta tiene una pulgada (dos y medio centímetros) ó ménos ele largo, miéntras otras ,eces siguen pasando libremente ele un extremo á otro ele la cinta, que no tiene más que una pulgada de ancho por cerca de un metro ele longitud; y entre estos dos extremos se encuentran todos los grados de variacion. Si ahora ·suponemos que la influencia del g-anglio situado en la extremidad ele la cinta se propaga á lo largo de ésta como una sin:wle contraccion rnuscular, no veo por qué una onda de esta naturaleza tendría jamás que rleteuerse completamenie, y todavía ménos por qué motivo el punto de la detencion sería tan variable en los diferentes incfüiduos de un:1 misma especie. Pero si, por el contrario, suponemos que la propagacion de la influencia del ganglio depende más ó ménos ele la presencia cTe una red nerviosa más ó

. 1-'ig. l.

Fi.;. 2.

ji<l.o en forma de cinta, que lleva en una de sus extremidades el ganglio y en otra el resto ele la sombrilla. Ahora bien ; como .'tntes, las ondas contráctiles nacen del ganglio; pero ahora tienen que correr á lo largo de la cinta hasta llegar á la otra extremidad, en cuyo punto cada onda hace sentir su influencia á lo que resta ele sombrilla, la cual se contrae inmediatamente. Así de este modo de secciou, como del precedente, parece deber deducirse con certeza que el paso ele la onda contráctil no depende de la presencia de una red nerYiosa, pues no puede imaginarse nada más propio á clestnúr la continuidad de un 11lexo de esta natmaleza que la seccion en espiral. Con todo, hay un n-úmero importante de pruebas que pueden iuyocarse en favor de la otra manera de ver. Como sólo tengo iutencion ele indicar los puntos principales, limitaTé mis observaciones á la seccion en espiral. Y ante todo, he hallado in,ariablemente que en este modo de seccion, si se lleva la operacion bastante léjos, puede estarse seguro de llegar más ó ménos tarde á un punto donde las ondas contráctiles

ménos determinada, la cxplicaciou de los hechos precedentes no sufre ya dificultad alguna, puesto que, segun la teoría general de la ernlucion, es preciso esperar que, si existen fibras de esa naturaleza en ani~ males tan inferiores, no sean constantes en su posicion. Mas hay todavía á fayor de las fibras un argumento de más fuerza. En cualquier punto de la cinta espiral que avanza progresivamente por la seccion, en cualquier punto, repito, que tenga lugar la detencion de la onda contráctil, es seguro que tiene lugar completa y exclusivamente en dicho punto, y yo no puedo explicarme este hecho invariable más que suponiendo que en este punto preciso la secciou ha hallado una línea ele un tejido diferenciado funcionalmente, es decir, que ha cortado un nervio nulirnenta1·io. Algunos de ,osotros recordarán cmH era el estado de la cuestion la última ,ez, que os hablé del asunto. En resúmen, adopté provisionalmente la opinion ele que todas las partes de la lámina muscular de las medusas estií.n surcadas por una red ele nervios rudimentarios 6 U1ieas ds desca1·ga, y explicaba el hecho de


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que estos tejidos pudieseu soportar secciones que los tráctil .partirá, sin embargo, ;oco cle,;pues del ganglio, mutilaban sin perder su continuidad fisiológica, supo- mostrando así que la onda estimulante ha pasado á niendo que todas las fibras nerviosas rudimentarias través de la lámina contráctil hasta el ganglio y ha que compon~n la red son capaces en grado extraordicausado la descarga de éste. En algunos casos el paso nario de suplirse unas á otras. ele la onda ele excitacion puede ser realmente visto. Fig lU'aos la red nerviosa representada por un disco En efecto, es una propiedad partí ular á los innude muse1ina; claro es que, áun cuando practiqueis en merables tentáculos que ocupan la extremidad mar- • él cortes, ya en sentido de los radios ya on direccion g inal de la medusa, la ele ser más excitables que el teespiral como está indicado en la figura, poclreis siem- jido contráctil de la sombrilla. Consiguientemente, se pre seguir los hilos de la muselina con una aguja alpuede aplicará la lámina contráctil un estímulo que, rededor del disco sin interrumpir una sola vez la consin ser bastante enérgico para producÍl' una onda continuidad clol trazado, 13orque al llegar á la extremidad tráctil en el tejido mismo de la sombrilla, sea, sin emele un hilo cortado, podreis siempre sin abandonarle bargo, bastante foerte para determinar una onda convolver hácia atras y escoger otro hilo que pueda cor- tráctil en los tentáculos. Estos se contraen entónces rer en la direcciou requerida. Tal era el año pasado mi -iw.o despues de otro hasta que la onda de esti?~iulacion opiniou sobre la ma)lera como las cosas ocunen en el haya pasado alrededor del disco. Este lÜtimo, por lo plexo nervioso. Yo creía que_siempre que la onda pro- . -<:lemas, permanece completamente pasivo hasta que la ducida por el estimulo onda- tentacular ó de esllegaba á una solucion tirnulacion llegue á uno de continuidad volvía de los ganglios ó al 1ínihácia atrás para pasar co ganglio subsistente, por las líneas ele descarsi el disco ha sido prega vecinas, que yo supoparado por la ablacion nía capaces de obrar por de siete de éstos. Ensustitucion, en lugar ele tónces, despues de un las lineas cortadas por intervalo de medio seuna secciou . gundo, correspondiente Tal era, cuando di la al trabajo lento, se está lÜtüna conferencia, el esseguro de que el ganglio tado de la cuestion so se descarga y causa así bre estas ondas contrác-. una onda generaldecontiles tau notables. En traccion. reslÍmen, mo decidía á Estos hechos prueban, pues, ele una mafavor el~ un plexo nernera singularmente bev:ioso rudimentario, á lla (pues la expresiou pesar ele ser mucho ménos probable qne una · óptica del paso ele una onda de estimulacion red de esta naturaleza es un espectáculo tanto fuese capaz, en todas Fig. 3. sus partes y en un gramás interesante cuanto do tan ilimitado, de ac.que es l'lnico), estos heciones por sustitucion. Tengo el gusto de decir que chos prueban ele un modo concluyente que la lámina esta manera do ver ha sido confirmada más tarde por contráctil de la sombrilla pi:esenta no sólo las cualiclacles protoplasmáticas de excitabilidad y de conalgunas observaciones adiciG .1ales que son de la matractilidaJ, pero ánn la propiedad esencialmente neryor importancia. Desde mi lütima leccion, en efecto, viosa, de conducir las excitaciones á distancia sin la he notado que en los ganglios marginales de las m edusas y en todo el togido del animal, tienen lugar ac- intervencion de una onda contráctil. Concluyo de esto que hoy no puede ya ponerse en duda que se ciones reflejas. Así, si cogeis elJ)echínculo con pinzas, los ganglios del borde ponen inmediatameni;j la som- trata do uu tejido bastante diferenciado c;lel protoplasma primitivo, para que la foncion distintiva de los brilla entera en un estado ele conmocion violenta mostrando así que la oxcitacion debe haber corrid~ nervios ·esté en él plenamente establecida. (Se contiuu,mi .) subiendo por el pedl'mculó hasta su iusercion en la G. J. RoM.i.l.NES. sombrilla, y desde ahí hasta los ganglios del borde de ----------=:>Ola sombrilla, determinando de este modo la descarga de estos centros por vía ele accion r efleja. SupongaATLAS METEOROLÓGICO mos de nuevo, que ele los ocho ganglios siete hayan DEL OBSERVA.TORIO DE P.A.RIS. sido sustraídos de los bordes de una Aurelict, y que un~ parte cualquiera del disco contráctil sea estimulada El nuevo vohím.en de esta importante obra contiene demasiado ligeramente para producir una contraccion una serie de noticias originales, que enumeramos á en el punto inmediatamente exdtaclo: una onda concontinuacion:

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LA NATURALEZA

lNTRODúccroN.-Instrucciones y diversas piezas relatiyas á la organizacion y marcha de los diferentes servicios meteorológicos.-Scrvicio mal'itimo; servicio agrícola; instruccion para el uso de los barómetros aneroides, por Crova; servicio agrícola en el departamento d'e la Vienne, por Toucbimbcrt (dos mapas). Obser,aciones ele temperatura hechas en el Musco de Historia natural en el año meteorológico 1876, por Becquerel y Ed. Becquerel (una lámina). Resúmen ele las obserraciones meteorológicas hechas en Annecy y en el departamento de la Haute-Savoie, en el año 1876, por Tissot. Las tempestades ele 1871 á 1875 en Suecia, por Hildebrand, Hildebrandson (dos mapas) . Memoria sobre las tempestades de 1871:l_en el departamento del Ionne, por Jules David (un mapa) . Memo'.ri.a sobre las observaciones hechas en Francia en las Escuelas normales primarias en los años meteorológicos 187-±-75 y 1875-76, por Th. l\fourcaux (32 láminas) . Influencia ele los fenómenos meteorológicos en la calidad ele las aguas, por Aug. Gérarclin. Estudio sobre los grandes movimientos ele la atmósfera y sobre el fcehn y el siroco en el invierno de 1876-77, por H ébert. Meteorologia ele las altas regiones de la atmósfera. Resínnen ele las obsenaciones hechas en veintidos ascensione~ aereostáticas, por Gaston Tissanclier (tres láminas). Tempestades en el departamento del Aude en 1876, por Rousseau (un mapa). La lluvia en V ersalles, por el doctor Bérigny. Observaciones meteorológicas hechas en 1876 en Alejanclría (Italia), por Parnisetti. Mem·oria sobre las tempestades observadas en 1876 en el departamento del Sena inferior, por Lechalas (un mapa). Medidas de la intensidad. caloi·ifica ele la racliacion solar en Montpellier en el áño 1876, por A . Crova. Climas de Argelia y Córcega. R es úmen de las comunicaciones dirigidas i las reuniones de 1as Sociedades de sabios en la Sorponne, por el doctor de Pietra-Santa. Recuerdo ele las observ!1ciones ele meteorología comparada, agrícola y montañosa, hechas en la s inmediaciones ele N ancy por los alumnos de la Escuela de montes en los años 1873 á 1876, por Mathieu. Noticias sobre las principales tempestades ele l 875 en el departamento de la Haute-Mame, por M. Carlier (un mapa). Memoria sobre las tempestades del departamento de Allier en 1876, por de Pons (dos mapa~). Meteorología nautica. Las calmas del Atlántico Norte en las -estaciones extremas, por L. Brault ( dos mapas). Resúmen de las observaciones hechas en el' Observatorio magnético meteorológico de los ':PP. de la Compañía le Jesús en Li-Ka-W ci, cerca de ChangHai (China), por el P. lVforc. Dechevrcus.

Noticia acerca de ]as avenidas de los principales rios de Francia en Marzo de 1876. Cuadro delas alturas ele las lluvias caidas en 1876 por M. Ivl. Belgrand y · Lemoine (cuatro láminas). Tempestades, granizos y lluvias de l 876 cu el departamento del Puy-de-Dome, por Alluard y Plumandon (trcs' mapas). Tempestades de 1876 en el departamento del Hérault . poT Auzillion (mapa). Determinacion· de la temperatura del aire, por de Brito-Capello. La lluvia en Lisboa por de Brito-Capello.

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EL DALTONISMO YLOS ACCIDENTES EN EL MAR. Las consecuencias del daltonismo son quizá mucho más graves en el mar que en tierra, pudiendo provocar irreparables desastres. Quizá se deba á esta enfermedad la pérdida de la Ville

du Havre. Si nos referimos, en efecto, á los juicios emitidos á este respecto por los Consejos ele los Almirantazgos franccs é inglés, se verá que las dos tripulacionés fueron declaradas exentas ele toda ¡¡ulpa: si se prueba además que había una probabilidad contra veinte para que el · hombre encargado de señalar no conociese el verde, y una contra setenta y cinco para que pudiera confundir el color. verde con el rojo, se ve que este desastre pudo ser consecuencia del error de un daltoniano . ¡Cuántos hechos análogos podríamos citar! Si registramos la :Memoria tan intél'esante del doctor Romberg, se saca que Jos 2.li08 abordajes que tuvieron lugar de 1859 á 1866 se descomponen de la manera siguiente: Por negligencia ó torpeza· de las tripulaciones ó accidentes imposibles de prever ó evitar .. . . ... ... . ·. . . . . . . . . 1 . 562 215 Por error del piloto ó del capitan . . . . . Por faltas de observa Jion ó interprela537 cion inexacta de las reglas ele marcha. 94 Por causas indeterminadas . . . . . . . . . . . Ahora bien; habiendo teniclo lugar de-noche la mayw parte ele los aborda jes, no puede im- pedirse que· sean excluiclo~ de los 537 siniestros motivados «por inobservacion ó interpretacion inexacta de las reglas de marcha, >> y preguntar por cuánto enil¡1n en esta cifra cons iderable las catástrofes debidas á una observacion inexacta del color de las luces; error que proviene del daltonismo del encatgado de dirigir el buque. Se ve, pues, que las consecuencias de esta enfermedad son por lo ménos tan graves· en el mar como en tierra y que se debería, bajo el punto


LA NATURALEZA de vista de la seguridad de los pasajeros, organizar para los marinos, en los puntos de embarq uc, un sistema de exámen análogo al que func iona en el ferro -carril de Paris-Lyon-Mediterráneo. -

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ARO LUNAR OBSEflVADO EL

21

DE NOVIEMBRE DE

1877.

El miérnolcs 21 de Noviembre idas 7 y 15 minutos de la mañana, se ofreció á los habitantes de Barcelona el tan raro como siempre granclioso espectáculo de un paraseleno ó aeo. ·Este ele que voy á hablaros era todo lo perfecto · posible, y tal q ue á verle desde la calle, en que las casas ocult~n siempre una buena parte del cielo, hubiera podido tomársele muy bien á primera vista por un arco-iris lunar, pues era de diversos matices y de contornos de bandas perfectamente definidas. Estas, ele una anchura muy desigual, se manifestaban· por una serie de círculos concéntrico-s, en cuyo centro se destacaba magníficamente la luna en toda su plen itud . La primera faja, anch a como la mano y colo.: coloreada fuertemente de amarillo-ana'ranjado, se adhería al disco, que rodeaba por completo. Pero el color del arco, e n contacto con el borde occidental del astro, clistinguíase notablemente del tinte del arco opuesto. Despucs veíase un campo ele amarillo brillante, matiza~lo igu.:1lmcnte, ménos vivo de tono por lo tanto,-tcrminado por una faja circu lar como la. precedente y ele la misma anchura. Esta última faja, ele un gris ele hierro esplen dente, interiormente tiraba á verde y por el exterior á azul . Le sucedía un nuevo campo teñido ele gris pálido, ménos claeo y más estrecho que el pri -· mero, y como él Ler,;ninado por una faja circular tambien, pero ele azul intenso y ele dos dedos de ancha. En el límite exterior del tercero y ú lt imo círculo , que podía tener, al cálculo, ele 18° á 20° ele diámetro, el matiz violeta se manifestf!-ba muy bien al callo ele alg unos segundos ele observacion. Visto en conjunto y sin fijarse, nuestro aro . tenía todo el aspecto de· un gran espejo, con la superficie ondeada, como cebrina y empolvada de oro . Pero fijándose un poco, se descubrían hasta los menores detall es. E l día ligeramente fresco(+ 14° centígrados), fué espléndido. Ni una n ube en el cielo ni u n soplo ele air~.

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Hácia las 6 y 1/2, cuando pasados algunos momentos la luna se movía á a lgunos grados por enc ima del horizonte, se levantó hácia el Este una 1.igera niebla, que llegó en pocos instantes al cuerpo del astro brillantemente Üumi nado. Pero, muy poco densa para oscurecer sensiblemente· su brillo, apén as si un débil velo _de vapores,-consecuencia del fenómeno-consiguió· ocuHar ligeramente el contorno, pero tan poco, que haciendo de aspecto más blando su radiante disco, llegó á ser más delicadamente suave de contemplar. Bien pronto pudo notarse que se rodeaba poo á poco de u na aureo la creciente y b la n quecina, con reflejos empañados y decolorados . Despues tomó una forma fija; se puso en movimiento: se dibujó un círculo primero y l uégo un segundo. Á las 7 y 15 min utos, como ya he dicho, se desarrolló el fenómeno en toda su plenitud. LOS OET1-( CEOS DEL JAPON. Una especie de ballena que los vascos han pescado por largo tiempo en el golfo ele Vizcaya y que se cogía todavía en mímero bastante considerable en la época del Renacimiento, no viene á esos mares en nuestros dias, ó a1 ménos se muestra en ellos sólo individualmente y en épocas muy lejauas unas de otras ; no es la ballena verdadera ó comun llamada por los ingleses Rigt TYhale y por los naturalistas Balaena mysticetus. Esta ba disminuido igualmente mucho en el Norte del Océano Ath\ntico como en el mar Glacial, que son sus estaciones principales, y hasta ha llegado á !:l_er rara en las costas ele Grpenlanclia. Se atribuyen á esta especie las ballenas que vienen al estrecho de Behring, pero nada hay de cierto sobre este particular, y pÜclier:111 muy bien ser de una especie clistinta. La dificultad, cada vez mayor, de procm:arse estos grandes cetáceos ha coudncirlo á los balleneros á otros parajes m,1s prol'i f.os de esos a.~imales, y así la geografía y la zoología han reportado .grandes ventnjas de ]a~ tentativas hechas por ellos para salir airosos ele su difícil empeño. Sübese hoy que hay diverrns formas ele esos mamíferos gigantescos, y aunque sean todas 111tís parecidas á la ballena verdadera, es decir, á la ballena ·árctica, que á los rorcuales, llamados tambicn falsas ballenas ó ballenas de vientre arrugado, se ha propuesto t1 menudo cliviclirlas en varios géneros, uno de los cuales estaría constituido por la ballena verdadera, comprendiendo los otros, además ele la ballena de Vizcaya ( Balaena biscayensis) casi extinguida en la actualidad, la ballena del Cabo (B . cmstralis), la del Sur de Australia (B. antipodwn), y otras aún,-entre las cual~s no es, posi_ble olvidar ni el macleayi?1s de Gray, ni la neoba-


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llena del Sur, lli mucho méuos la ballena del J apon como en las ballenas verdaderns. Se distinguen muchas (B.japonica ó B . Sieboldii), puesto que nos ocupamos formas. Algunos tienen aletas pectorales y ' entran en tera), de los cetáceos del J apon. Esta ballena es el mayor y el género de los megapteras de Gray (Megap La Escbricbt. por Riphobalcena apellidado asimismo más productivo animal ele la familia, que pcsran los ele recibe que la es rnrgaptera ele conocitla ás m especie marinos ele ese país. Con frecuenc ia se la ve represenlos escandinavos tada en sus dibuel nombre de KeFi¡;. l. jos. Hemos copiaporkak. En los lido ~los de l os dibros japones !lS bujos queleest:ín son fr!:)cnentcs lns consagrados: en figuras que repreuno la ballena essentan la megaptá aislada (:fig. T); tcra de ese p aís. lleva una inscripReproduci1nos cion que señalauna(fig. S)tomamos allector, porcla ele uno de esos que se refiere sin libros, cuyo objedudaá la historia toprincipal es dar misma del animal á conocer á los que representa; marinos y armaen la otra se exdores los detalles ponen los proceele esta p esca y las dimientos con cuespecies que son yo auxilio se cono bfeto de ella. sigue la captura Fig. 2. Este libro basido del mismo animal dirigido poco (:fig. 5 y 6). Gervais,y puede Paul francés naturalista há_al tiempo de diferentes especies aguas mismas as l en Existen rorcuales, que son los balénidos, que tienen el vientre consultarse en la biblioteca del Museo de Historia nasurcado por numerosas arrugas en lugar ·c1e ser liso tural de París, á la cual dicho señor le ha regalado 0

generosamente. Otros rorcuales acompañan al K eporkak. El mismo naturalista ha Tecibido un esqueleto casi completo de. uno de ellos, junto con :figuras (figura 3) que muestran bien sus caracteres exteriores. En opinion ele Paul Gervais debe referirse al Sibbctlclius Schlrgelii ele Flower, que tiene por tipo uu esqueJeto

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proccclente ele Jaya, que se conserva en el l\,[ui;eo de L eycle. No es ésta, con todo, la ün ica especie de rorcual que podría señalarse desde ahora en esos parajes. Sin embargo, ántes del viaje de Siebold y de que se poseyesen los ciocumentos recogidos por el célebre viajero, no se

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LA NATURALEZA

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Fig. :i.

Pig . 6. Muestra de los dibujos enviados al Museo de historia natural do Paris, por el gobierno japones.

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poseían más que raros detalles, en su mayor parte insignificantes, sobre los cetáceos ' que acabamos de enumerar. Las"' obras japonesas y chinas habían inducido á Lecepede á ensayar su cla ificacion., pero las figurns que únicamente constituían estos documentos, sólo ]iabían :¡rodido condncir :í resultado incompletos y en ocasiones ha ta erróneos. Lo mi mo sucedía con las pequeña esculturas ele barro cocido recogidas entre los Aleutas, que se dedican tambien á la pesca de los mismos cetáceos. Estas figuritas, que Pallas, y de pues ele él Rotzebue, han representado, eran en la mayor parte de los ~'lsos ménos exactas todavía que las ej ecutadas sobre una chapa ele hueso de cachalote que reproducimos ahora. La que nosotros hacemos representar está tomada de un trabajo de Paul Gervais, quien la elebe ,í. la buena amistad elel ilustre natmalista danes, Steenstrnpp. De un lado se ve la ballena yerdadera (fig. 1), y ele otro el cachalote (:fig. 2). Sin eluda han ido ejecutadas en Groenlandia. La ciencia ha adelantado mlich6 desda que Temminek, el antiguo director del museo ele Leyde, y su sucesor Schlegel, die ron á conocer los documentos traiclos por -ron Siehold; algunas colecciones remitidas del J apon han aclarado las difíciles cuestiones que se refieren á la fauna mai'ítima de esLe archipiélago. El Múseo ele Paris h a r ecibido, por su parte, diferentes esqueletos pertPnecientes á varia de las especies que componPn esta fauna, habiendo el cxámen de los mismos conducido á nuevas demostraciones. Si dejamos los balénidos, que constituyen una de las dos divisiones principales de los cetáceos, para ocuparnos de aquellos animales del mismo órden que se reunen bajo el nombre de cetoclontos, porque en lugar de posee.,r barbas como los balénidos tienen las mandíbulas armadas ele dientes mús 6 ménos J1umcrosos, tendremos que señalar en primera línea el cachalote, tan buscado por su esperma ceti, por sus dientes y por su s huesos, algunos ele los cuales son casi tau dm·os como el marfil. Otro género es el ele los globicéfalos, de los que á ,eces Yieneu á la costa bandas compuestas de gran número de individuos. , 'e les conoce ¡Jor su frente muy abultada y como globulosa. S in duda alguna la :figura 6 representa m1a de estas bandas y la carnicería que sigue á su captura. El Gra,npus se ve tambien cu el J a pon. Gray lo ha bía ya señalado, pero duclanclo, bajo el nombre de Sa7.:amata; el gobiern o japones h a hecho al Sr. Paul Gcr, vais varia remesas, en una de las cuales figura un esqueleto que no deja duela alguna sobn: la identidad genérica ele este animal con los Grampus de las costas de Europa y de los Estados-Unidos. Independ ientemente de los deljine$, propiamente dichos, vió Gray en las aguas japonesas l{eomiris; son éstos, animales muy poco diferentes del nru.·,,al, pero que tienen la cabeza más corta y cuyo aorso carece de aletas, lo que lo ha hecho asociar algunas veces á los del:finápteros. U • a forma más curiosa, y no había siclo aún seña-

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lada en aquellos parajes, es la de los I<:ogía, muy próximos á los cachalotes por el conjunto de sus caracteres, pero que no tienen más ele tres 6 cuatro metros de largo. El primer ejemplar que se trajo á Europa fué descrito por de Blainville bajo el nombre de cacha'lote ele cabeza corta; venía del Océano Indico. El halló despues en las costas de la Inmismo généÍ-o dia y eii la de Australia; vive igualmente en el Japon, y uno de los esqueletos clonados al niiuseo de Paris procede ciertamente ele dicho punto. Paul Gcrvais y Vau Beneden le han descrito en una de las últimas entregas de la Osteograplzie des Cétacés, que· e'tán publicando tan distinguidos naturalistas. Los japoneses desig nan generalmente los cetáceos, ya sean baléniclos 6 cetodontos, con el nombre comun de Kuzira; pero clan á cada especie un calificativo particular á fin de distinguirla de las demás especies del mismo género, como lo hacen para cada uno ele los grupos del mismo valor los nat_)l.ralistas europeos, desde que Linneo hizo aceptar las reglas de la nomenclatura binaria. Así el Sato-kuzim es un balenóptero comparable al Balcenoptera boops; los nagazu-kuzira y noso-7.:uzira son rorcuales más ó ménos an álogos al Ro1·qualus muscuhts, y probablemente sucede lo mismo con los I wati-7.:uzira y kutsowo-kuzira; el Rogia llegó :í. mtÍ.s de Gervais con el nomhrP ele ulcé-Ruziza y el Grampus-antcs llamado sakamata por "Gray,con el ele Roto-Ruziza.

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EI\IPLEO DE LAS SUSTANCIAS TINTÓRICAS .A.UTIFICI.A.LE S PAU.A L.A. COLOU.ACION DE .A.GUAS NATURALES EY LOS ESTUDIOS IlIDROGUÁFICOS

Las a g uas del Danubio y del Aach.

Recientemente se ha sostenido un pleito entre los industriales y el gobierno aleman con motivo de la clausura de las ag uas aprovechadas por cierto número de fabricaciones impo;tantes. Nos remitimos á la Memoria de un ingeniero francés, M. Ten Brink, resúmen de los interesantes experimentos hechos para resolver el problema del origen de las ag uas del Aach 1 problem a que ha preocupado á los geólogos bajo el punto de vista científico, y á los industriales baj o el práctico. El Da nubio viene ele la Forct- Ioise , corre en la diecccion de Oeste á. Este, miéntras que el Rhin lo verifica en una cl.ireccion. paralela, pero inversa, desde ellago de Oostanza hasta Basilea. L a altura de estos dos rios es muy di fere nte: el Danubio, en la region que nos ocupa, está á 650 m etros próximamente. La diferen cia de alturn de los dos ríos es, pues, de 25:J metros; la distancia que los separa es cuando má,; de 28 á 30 kilómetros. El Aach, que es el que nos interesa, es tributario del lago de Oostanza ;. nace cerca de la ciudad del mismo nombre, Aach, á 15

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kilómetros_ del Danubio, por encima de Mcehr(ngen y á una altura de 150 metros menor que la del Danubio. El orígen de1 Aach es uno de los más considerables de los países del llano de Europa; su curso es por término medio de 5.500 litros por segundo, el volúmen mínimo de 2.000 litros por segundo, miéntras 9-ue el máximun se eleva á 40 ó 50 metros cúbicos; su orígen presenta, pues, un magnífico efecto. El Danubio corre en un suelo absolutamente calcáeco jurásico, que constituye la capa superior, cuya inclinacion es justamente la misma que hay del Danubio al nacimiento del Aach . El terreno calcáreo cesa por fuera de este oríge;1, y el lecho del rio se halla bien pronto for mado por los aluyiones, que ele este lado rodean al lago de Oostanza en una gran extension. El terreno calcáreo del valle del Danubio está compuesto de capas irregulares y diversamente inclinadas, muy friables, estratificadas, separadas y divididas. Es tan permeable el terreno, que la mayor parte de los manantiales y riachuelos de la comarca coruptendicla entre el Danubio y el Aach se pierden y no reaparecen. Desde hace mucho tiempo se notaba que el Danubio perdía parte del agua entre Immendingen y Mrohringen ; tambien sucedía que en los años secos la mayor par te del río desaparecía por las hendiduras y verdader;os agujeros, que hay en el lecho d13l mismo. Los propietarios ele las fábricas situadas hácia abajo del Danubio habían hecho cerrar repetidas veces las salidas subteeráneas para evitar las pétdiclas ele agua, y los fabrican tes del curso del Aach l)retenclían tener derecho á esta ao-ua . o , que segun ellos alimenta al nacimiento del Aach. Ante pretensiones é intereses considerables, directamente opuestos, el gobierno decidió que ante tocló era preciso tener la conviccion de que el agua perdida por el Danubio provenía en realidad del Aach, y comisionó á 111. Knop, profesor de química de la Escuela politécnica ele Kadsruhe, para resol ver el problema. Despues ele estudios muy laboriosos,"M. Knop emprendió un ensayo por medio de 10.00.0 kilógramos de sal comun que so arrojaron al Danuhio en el lugae donde se verillcaba li pét-dida; el experimento se ejecutó el 21: ele Setiembre ele 1877. Un observado r colocado en el orío-en del Aach re' cogió hora por hora, durante ºvarios días, botellas de agua de dicho sitio. Analizando i\I. Knop el agua contenida en las botellas, encontró la sal que se había introducido en uno de los ao•u• . b Jeros del lecho del Danubio. M. 'l'en Brikék ha imaginado otro método de

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ensayo; este sabio aprovecha una sustancia colorante artificial, la fliw1·esceina, fabricada en Basilea por los alsacianos, -Sres: A. D_urand y I-Iugue.nin. Ha reconocido que la proporcion ele una materia colorante por '20 .000 .000 de agua basta para hacer la experiencia. L~ disolucion ele fluoresceina se ejecutó segun ·ras instrucciones de :w:u. Durancl y I-Iuguenin. Fué colo cada en una vasija cj.e GO litros de cabida. El 9 de Octubre, á las cinco de la tarde, se puso la disolucion en uno de los orificios del lecho del Danubio, entee Imm.endingen y Mrohringen. E l 12 de Octubre por la mañana, los guardas situados en el nacirniento del Aach, comprobaron la coloracion del agua; empleó la fl uores ceina de cincuenta á sesenta horas para reaparecer, despues de atravesar las cavidades subterráneas. Era soberbia la coloracion del rio, de un color verde intenso, sobre todo á la luz del sol, y en las partes profundas presentaba reflejos más ó ménos fosforescentes, del verde claro al amarillo brillante. La intensidad ele la coloracion fué en aumento de ta mañana á la tarde del día 12 ele Octubre. Los habitantes del país no dejaban beb'er á. sus bestias temiendo envenenarlas. Pero el s~~bado t3, por la mañana, empezó á disminuir mucho, y el mismo elia, á ~as ·tres ele la tarde, había desaparecido. E::;ta coloracion era tan poderosa que persistió treinta y seis horas. Nos ha pat'ecido que los anteriores experimentos son dignos de conocerse; son muy provechosos al estudio aún oscuro ele las corrientes subterráneas ele agua, y abren la vía á un méto do de investigac:on que podrá ser fecundo en resul tados. SEGA.DORA. Q~E ATA ~!EC.ÁNIOAMENTE LAS GAVILLAS .·

En la exposicion agrícola verificada en Vincennes dmante el último· mes de Agosto, llamaba especialmente la atenciou ele los visitantes una segadora americana, la primera que se ha visto en los concursos agrícolas de Francia, y cuya perfeccion y adelanto llega al punto ele ligar automáticamente las _gavillas. La mecánica agrícola ha hecho graneles progresos durante estos últimos veinte años. Las guadañeras y segadoras no son ya del dominio exclusivo ele las gi·ancles explotaciones; han llegado á adaptarse mejor á las condiciones ele cultivo ele las propiedades divididas, como existen en Francia, encontrándoselas hoy en la mayor parte de las fincas ele regular importancia de los departamentos del Norte; pero hasta hoy, el tra-

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bajo de recoger y atar las gavillas parecía exclusivamente destinado á la mano del hombre, no pareciendo deber efectuarse por tina máquina. La invencion del atador automático hubiese sorprendido á nuestros padres tanto como uuo de los más curiosos descubrimientos modernos; no hubieran comprandido que fuese posible segar y poner á cubierto en Yeinticuatro horas una cosecha de algunas h ectáreas. No hace mucho, en efecto, que se segaba muy penosamente con una hoz y que era preciso cl.-ejar much0 tiempo las mieses en los campos, expuestas á todas las intemperies. El atador llega ele Amórica, como casi todos los inventos que interesan á la mecánica agrícola. Y efectivame.nte, en este paí,s el precio del trabajo manual es muy elevado, habiendo tenido los constructores que in;

geuiarse para disponer aparatos capaces de efectuar los complejos y delicados trabajos de la agricultura. El atador ha tomado de la máquina ele coser su disposicion esencial para hacer el nudo con la atadura de la gavilla; pero como en todos los aparatos análogos ha tratado de no emplear m ás que los órganos ele transmision más elementales, y ele hacerlos, sobre todo, capaces de resistir á los choques, fáciles de reparar así como de reemplazar. E l grab'.tdo adj llllto da la vista exterior del atador Osbome, que figmaba en el concurso de Vincenues. Esta máquina ha segado este aíío en una finca cerca de Chatellerault; actualmente ha, entrado en los talleres del Sr. Osbome, donde se estudian los perfeccionamientos de. que es susceptible, t\. fin de fabricar el año

Pig. 7.

Fig. 8.

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próximo bastante número de ejcm1ilares y extenderlos en el comercio. El Sr. W ood ha hecho ensayar igualmente en Gl'ignon un atador que había construido; l,ps resultados h an parecido algo ménos satisfactorios que los de la m áquina de Osbome; en todo caso, ha dado lugar á suponer que se perfeccionaría tambien y que sostencb;ía la competencia con su rival. Las espigas ele trigo son cortarlas como con la segadora ordinaria. El órgano esencial de la segadora est[1 formado por una sierra horizontal que descansa sobre el suelo, y cuyos dientes pueden deslizarse en el interior ·ae dedos fijos en el armazon ele la máquina: Cuando ésta avanza, los tallos de trigo se introducen entre los dedos fijos y los dientes de la sierra; éstos reciben un movimiento de vaivcn muy rápido, gracias al

cual cortan 1 s tallos que penetran en los dedos; el movimiento ele los dientes es comunicado por el ele rotacion ele las ruedas, merced á una transmision de engranaj e. La múqui1\a es tirada por cabállos. El depresor qne se ve á la izq1úerda en la figura, está formado por seis brazos móviles alrededor de un eje horizontal; estos brazos penetran en las mieses é inclinan cluleemente los tallos, en el momento en que van á ser cortados. Echadas sobre el tablero inferior ele la m,íquina, caen sobre una tela sin fin, provista ele listones, que las arrastra en su movimiento hácia la derecha. La tela, primero horizontal, se l evanta formando una especie de plauo inclinado, y se repliega en sns dos extremidades sobre cilindros que le sostienen y le comunicairsu movimiento.


LA NATURALEZA En la parte inclinada, una segunda t elá sin fin esLá dispuesta sobre cilindros paralelamente á la primera, y forma con ella una especie de vaina en la cnal se elevan én los tallos que desembocan luégo en el vértice del plano y caen sobre la plataforma ele la. derecha, donde va á confeccionarse y atarse la gavill a. La ligadura ele paja, de que orclin arimnente se.hace uso, está reemplazada aquí por un alambre arrollado sobre la bobina, como indica la figura, y que se extiende poco á poco con una tlifi.cultad calClllada. Este hilo sigue, en efecto, como en las rµáq uinas ele coser, el gran brazo acocladO' casi vertical por delante ele la plataforma, 1:msa sobre cierto número de topes fijos, viene á desembocar en la punta del bi'azo, que se llama

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aguja, desciende luégo verticalmente por debajo de la plataforma que atraviesa en una ranura, y es enganchado en su extremidad á una especie de pinza llamada torcedor (twister). ' La ranura excavada en la plataforma es un arco ele círculo cuyo brazo ocupa el centro; éste gira sobre un eje y desvía el hilo ele una extremidad á otra ele la ranura. E l hilo p,1rte ele hi extremidad derecha en el mom ento en que la ültima gavilla acaba ele abandonar la plataforma, cayendo al suelo; m_al'Cha poco :i poco h ácia la izquierda, empuj¡mclo por delante las gavill as, que llegan continuamente á medida que abandonan el plano inclinado y son esparcidas sobre la plataforma. Al mismo tiempo la aguj a que forma la punta del

SEGADORA QUE ATA MEC!I.NIC,DlENTE LAS GAVILLAS.

brazo se inclina poco á poco, aplicando el hilo sobre dor y desprenden la gavilla, que cae dulcemente al las mieses que se acumulan, continúa así y aprieta prosuelo. Durante esta oscilacion el brazo ha vuelto :i togresivamente la gavilla en vía de formaciou, y cuando mar su posieion primitiva vertical, y la aguja se eleva, el hilo llega á la extremidad izquierda ele la ranlll'a, dejando desenredarse al hilo atado al torcedor, que esta aguja pasa por debajo de la plataforma atrave- servirá para atar la gavilla siguiente. sando la ranura, y viene á enganchar su hilo en el torUna disposicion ingeniosa permite regtilar á ,,ohmcedor. E l brazo vnelve á tomar su oscilacion cu sen- tad el grosor de las gavillas, aumentando más ó ménos tido inverso, yendo esta vez ele -izquierda á derecha, la duracion ele la oscilacion del brazo. Estas gavillas ? arrastra el hilo con la gavilla. El torcedor se mueve deben ser, por lo demás, ménos voluminosas que las I~ualmente hácia la derecha, pero tuerce entónces enér- ordinarias, así por ser ele más difícil manejo como gicamente el hilo cuyas extremidades ha cogido. para permitir en su interior la circulacion del aire que Cuando la gavilla llega al borde ele la plataforma: está . delie secar y madurar el.grano. completamente apr etada; unas tijeras movidas autoComo las mieses q Lle se han ele cortar no tienen máticamente Yienen á cortar la lazada junto al torcesiempre la misma altura, se ha dispuesto un aparato

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particular que permite variar de sitio toda la plataforma á la vez, á fin de que el hilo ocupe siempre la misma posicion en la gavilla. Muchos de los trigos blancos franceses son bastante altos, habiendo resultado pequeño el taelcro inferior para contener la mie es; este incon,enieute podrá. remediarse fácilmente aumentando el tamaño ele las telas. No insistiremos sobre las transmisiones de movimientos que. permiten realizar los resultados indicados, pues no podríamos describirlas sin dar figuras ele· detalle; digamos implemente que se han simplificado cuanto era posible, :r que la máquina está formada ele p~ezas resi tente y fáciles ele reemplazar. Se han cubierto los engranajes para preservarlos del polvo y de los choques. Todas las correas ele transmision han siclo reemplazadas por cadenas, cuyos anillos pueden qui-: tarse á mano, lo cual permite la reparacion sin interrumpir la faena. 'egun O borne, el atador permitiría terminar completamente la cosecha sobre dos ó tres hectl\reas en un solo dia. La magnitud de la bobina está regulada, cu consecuencia, á fin de que no se haya de cambiar en el curso del trabajo. e com1Jrenderá cuán JJreciosa es la rapidez de la siega, pues basta una tempestad ó un tiempo lluvioso para comprometer en un instante tocla la calidad de la cosecha. El trigo, otras veces aba11donado en el suelo y expuesto á la lluvia, germiiiaba rápidamente y no daba ya más que harina ele mala c_alidad; tal sucedía todo los años lluvioso .. Entónces no se sabía segar el trigo sino con la hoz, procedimiento que se sigue empleando en gran parte de Francia. Ese es el procedimiento primitirn cemenzado dm·ante siglos. Luégo vino lo que es hoy el procedimiento más generalmente empleado. El obrero e. tá armado en su mano izquierda con un gancho metálico que le dispensa de cogeÍ· con la mano el puñado de tallos que va á cortar con la guadaña que lleva en la mano derecha. :Más tarde se segaron algunas cosechas, sobre todo las avenas, con la hoz, lo cual permite ir todavía más rápidamente. La hoz metálica está provista de una especie ele tela met;Hica que forma un tablero que retiene las espigas, impidiendo caigan bruscamente al suelo. Todos estos inventos abrevian la siega y prestan un serYicio precioso al cultiYadm-; además la cosecha permanece mucho ménos tiempo expuesta á la tempestad y á la lluvia, y como todos los progresos se encadenan para impedir que el trigo germinase, se tuvo la idea <le no dejar las gavillas extenteuclidas sobre el suelo, como se había hecho hasta cntónces. Hoy se las coloca derechas, poniendo las espigas al aire y cubriéndolas co11 una ga,illa horizontal; así puede el trigo soportar la lluvia sin gran pérdida y se sostiene á una gcrminacion demasiado temprana. Esta idea, bien sencilla por lo demas, e ha extendido muy difícilmente, siendo aún muchos los paíse que vacilan en utilizarla. La máquina ele atar resuelve inmediatamente la dificultad, pues sumí.ni tra pequeñas gavillas que pueden colocarse derechas en los campos para dejar madurar y secar el grano miéntras no puede ponerse bajo techado.

Un nue,o progreso, realizado igualmente en estos ültimos años, consiste en adelantar la época ele la iega, practicánclola cinco ó seis dias ántes de la compl~ta madurez del trigo. Se desgrana mejor entónces, y segun los experimentos del Sr. Isidoro Pierre, ele Yillcfort, re~ulta que el trigo tiene así un peso superior al completamente maduro. La matmacion sigue ef'ectfüíndose bien aunque el trigo esté segado; las materias minerales de los tallos pa an poco á poco al grano. Para el trigo de semilla vale más esperará la madurez completa.

MISCELANEA . Consideraciones sobre la higiene de las bebidas alcohólicas.- Lunier ha presentado á la Academia de J\Iediciua ele París una série de cnach-os y ma-

pas, de que resultan ciertos hechos que pueden resumirse así: ·Las bebidas alcohólicas que se consmnen en Francia on el vino, la si~ra, la ceiTeza, los aguardientes y los licores. El vino es la verdadera bebida nacional ele los franceses, consumiendo cada habitante 120 litros por año. En 1833 el consumo por habitante 110 excedía de GU litros al año. Si en ciertos departamentos no se consumen más que 38 :i 80 ~itros por cabeza, en cambio hay otros donde se consumen 360. El consumo de - la icl.ra tiende á disminuir en Francia, no siendo hoy más que de 20 litros por habitante al año; pero se bebe aguardiente para facilitar la cligestion de la sidra, y cuanta más sidra se con ume, mayor cauticlad de aguardiente se bebe. Desde hace cincuenta años ha aumentado el consumo de la cerveza. En 1823 era de 8 litros por habitante; hoy llega á 22 litros. El alcohol, cuyo consumo era de 2 litros por habitante, en 1837, está hoy representado por una cifra de 3 litros. Los departamentos que ro.is alc:ohol consumen son los que no hacen uso del Yino. De otra parte establece Lunicr relativamente á los alcoholes que: 1. 0 En los departamentos que m:ís alcohol consu· men, es donde los excesos báquicos dan lugar ,í. mayor número ele muertes accidentales. 2.º Los ~asos ele embriaguez en que ha tenido qne intervenir la justicia, son cinco ,eces m:\s numerosos en lo~ departamentos que consumen alcohol sobre todo, que en los que usan principalmente el vino. Lo mismo sucede con los casos de locura ele orígen alcohólico, cuya proporcion est~í, casi en todas partes en rclacion con la cantidad de alcoliol consunúclo clirectamente. Sólo la Y cndéc y la Cha rente inferior hacen cxcepcion á esta regla, pues ünicamente consumen nnos blaucos, y.hoy se sabe que éstos, tomados en grandes cantidade , son casi tan nocivos en este concepto como el aguardiente.

" ...... El busto de Félix Pouchet.-La inaugnracion del busto tlel sabio naturalista francés, Féli.-x: Pouchet, se ha verificado recientemente cu Roucn. Todas Jas corporaciones literarias de la ciudad estaban represen•


LA NATURALEZA taclas en esta ceremonia, á la cual asistían el prefecto del Sena-inferior, el alcalde ele Roueu y un gran número de notabilidades. El monumento, colocado en el vestíbulo del Uuseo de historia natural se compone de una especie de pórtico, que rodea un a hípida ele mannol blanco con la sigtúente inscripcion: «A Félix Arquímedes Pouchet, 1848-1872.» El busto, ele marmol blanco, se destaca sobre marmol rojo , el conjunto está protegido por una barandilla cuyas banas verde y oro se destacan claramente sobre el monumento. Este mide dos metros próximamente de anchura, ocupando toda Ja altura del vestíbulo, ó sean cuatro metros. A ambos lados de este pórtico, ltípiclas de marmol blanco sobresalen en claro sobre un tono vércle mar que cubre todo el fondo del vestíbulo y dibuja la som1ra de este pórtico. El conjunto del monumento, dice el Journal Qfficiel, ha sido ejec utado por el Sr. Méritte, contratista, baj? la direccion y segun los dibujos ele Jules .A.deline. Ópalo artificíal.-Sobre una disoluriou sirupos~ de ilicato•sódico ,icrte Monnier ácido o:s::ílico muy diluido. Los dos líquidos se mezclan muy lentamente, produciéndose oxalato sódico y q·uedando la sílice·en libertad. Esta sílice, en lugar de tomar la forma o-clatinosa, que tend1fa i la clescomposicion se verificase rápidamrnte, se concreta sobre las paredes de 111 vasija con una eohexion, densiuacl y dureza comparables en todo á las del ópalo natural. Reemplazanuo el ácido oxálico por una disolueion ele ulfato de niquel, obtu,o el autor un ópalo verde que le parece an:ílogo á las materia silíceas que sir ven ele ganga á los minerales de niquel. Tratando por el mismo proceclimiento el sulfato alumínico con una di olucion de amoniaco, se obtiene ademas del alumbre coherente y muy duro que adhiere fuertemente á las paredes de la vasija donde se hace el experimento.

* El experimento del péndulo de Leon Fou-

cault.-Couocido es el experimento que en 1860 hizo en el Panteon (Paris) el sábio físico franc:és Leon Foucault. Un enorme globo métálico ó giróscopo, suspendido de llU alambre que pendía ele la bóveda, ilemo traba que los movimientos ele oscilacion de una masa pesada, libremente suspendida en el e pacio á la extremidad de uu hilo sin torsion, erau independientes ele ln fotacion de la tierra. El péndulo se balanceaba con extrema lentitud á causa ele la longitud del hilo, y al final ele cada vaiYen una punta saliente, situada por debajo del globo, descascarillaba un muro ele arena destinado á hacer mús en ible el cambio de sitio procluciclo por la o cilacion. Segm1 un periódico francés, se trata de repetir este experimento con ocasion ele la Expo iciou universal de 1878, debiendo ejecutarse con nuevos perfcccionaicnto y de manera á impresionar la masa de los viitantes. El péndulo, que pesa 300 kilógramos próximamente, oscilará al extremo de un alambre de. 65 á 70 metros le longitud. Como se ve, será preci o con truir uu edi~cio éspecial para dar cabida al aparato. El péndulo

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oscilando debe desviar una especie de corredera que, como el péndulo, pe~·manerá fija en el espacio con relacion á las con telaciones del cielo. Por debajo del péndulo se colocará un inmenso globo terrestre ele 25 á 30 metros ele diámetro. Este globo, descansando en el suelo, seguirá necesariamente con los espectadore el movimiento oscilatorio ele la tierra. La corredera, por el contrario, so tenida por un pié en la e2-d;remiclad del eje y girando con el péndulo, arrastrará grandes agujas que parecerán moverse con ella. Como el ·globo que representará la tierra t endi·á uu · ,olúmen con iderable, los movimientos ele la agujas serán visibles, haciendo tangible á los ménos atentos la rotacion de nuestro planeta . obre su eje.

,. *,,. Propiedad del ácido bórico.-La poca actinclacl química, que generalmente se está dispuesto á conceder del ácido bórico, preclispo::e á sorprenderse ·del hecho anunciado por Ditte, que el ácido bórico en polvo, mezclado cou la cantidad de agua necesaria para 1úclratarse, desarrolla calor suficiente para llernr Ia mezcla á 100 grados.

* Pila eléctrica.-:-Seguu Jabloskoff, se obtiene un

excelente resultado reemplazando el zinc de -la pila de Bunscn por uua mezcla de cok y ele sal marina fnndicla. El carbon que se quema lentamente cuando la corriente está cerrada reemplaza ventajosamente al metal, que se clisueh-e. El mismo autor acaba de hacer experimentos para aplicar las botellas ele Leyden de gran superficie á la clistribucion ele la electricidad. Estas botellas, que producen un refuerzo notable de la corriente obran á , oluntad del operador, como conden~adores ó como acumuladores.

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Emilio Guimet, hijo del inventor del azul ele ultramar artificial, resumió há poco auto la Academia ele ciencias de Paris los datos que resultan de la larga experiencia que ha adquiriclo en la fabricacion de este bello producto. Como hecho importante debe citarse que la formaciou del ultramar e manifiesta por su coloracione , que varían en un órden determinado. Calentando progresivamente el kaolin, el azufre y la sal de sosa, se obtiene primero un producto moreno, que pasa sucesivamente, á medida que se eleva la temperatura, al verde, al azul, al violeta, al rojo, y finalmente al blanco. Estas modificaciones son indicio de la accion oxid mte del aire sobre este producto¡ y la prueba es que calentando el ultramar blanco con un cuerpo reductor, como el carbou, se comprueba la reaparicion de los colores en órdeu· retrógrado, es decir, primero el rofo, luégo el Yioleta, . el azul, el verde, etc. E. Guinet ha re~ouocido que si reemplaza la. sosa por otra base, como la potasa, la cal, la barita ó la estronciana, el producto es constantemente incoloro á todas las temperaturas. Si se substituye al azufre, el selenio ó el teluro, se obtiene en el primer caso un producto _roj o, y en f!l otro un proclnco g ris. €:onstitucion del ultramar. -

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LA NA'l'URALEZA

Cursos de Antropologia.-El 24 de Noviembre ültimo tu.o lugar la apertura üe los cm·sos de Antropología en el local de la Sociedad Antropológica en la E scuela vráctica de la Facultad de medicina. Mucho no alegraríamos de ,er algo parecido cu nuestra Sociedad Antropolr'lgica de Madrid. La li ta de los cursos comprende un programa extenso y yario, y la de los prófesores no pueüe ser más brillante. como puede ,erse á continuacion: Antropología anatómica, doctor Broca. Antropología biológica, doctor Topinard. Etnología, Sr. Dally. Antropología prelli tórica, 1 'r. de 1\Iortillet. Antropología liugi:ústica, Sr. HoYelacque. Demografía y Geografía médicas, Dr. Bertillou. ~

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LOS INDIOS IROQUESES EN EL CA.NADA . J ulcs Loclercq acaba do publicar en la librería Plon et Qic, ele Paeís, un librn muy interesante intitulado Un verano en América. Es la historia de un vi.ajo entre las curiosidades naturales y sociales del N uevo Mundo, historia contada con mucha verdad y animacion por un observador que sabe ver. Tomamos de esta curiosa obra algunos documentos sol~re los indios del Canad[t, que, contrariamente á los pielesrojas de oLras regiones de América, viven di chosos y prósperos y se desarrollan con la protoccion do los blancos. Esle hech o, poco conocí-

Un crme nlcrio in cl:io de los iroqu c$CS del C..:anadá.

do, nos ha parecido digno de notarse, pues habla en pró de esta raza perseguida, cuyo carácter os cal umniado con demasiada frecuencia. «Las tribus ele Canadá, dice J . Loclercq, son más nu merosas que las ele los Estados-Unidos, y sin embargo, los canaclenses no tienen nunca que quejarse de sus salvajes; al contrario, los cuentan como auxiliaros de su fuerza numél'ica y como porcion útil y notable do su poblacion. ¿_Cómo esta diferencia? Porque respetan los tratados·quo hacen con ellos, mantienen sus derechos y los protegen contea la codicia y la injusticia. En el Canadá, cuando un sal vaje os asesinado 6 saciueaclo por un blanco, el culpable castigado tan severamente como si un b lanco

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fuese el ultrajado, miéntras en los Estados-Unidos apénas se reconoce á los indios el derecho· do existir.» Se ve que estas afirmaciones tienen su m oralidad y su enseñanza. Nos limitaremos á exponer su funtlamento remitiendo al lector deseoso de estudiar el asunto al libro de J. Leclercq . Completamos esta corta noticia dando la vista do un cementerio ele estos salvajes iroqueses situado cerca ele Caughnawaga., localidad d on de ha residido el autor. PROPIETARIOS GERENTES: PE tWJO HERMANOS.

Madrid: 1878 .~Tipografía-Eslereolipia PEnoJo.


Núm. 11.-9 Febrero 1878.

LA NA'rURALEZA

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LA PRESION BAROMÉTRICA.

turalista que estudia la fáuna y flora de las profundidades del mar y de las grandes alturas; interesa, finalmente, á la higiene de los pueblos POR PAUL BERT. que habitan en la vertiente de elevadas montaYa conocen nuestros lectores los resultados ñas: por los multiplicados problemas que resolobtenidos por viéndolos abraPaul Bert en za, debe llamar a' D . sus largas y dela atencion de tenidas in vestodos los que tigaciones acerse pre ocupan ca de los procon el progreso blemas relatide las ciencias. vos á las modiLos resultaficaciones de la dos obtenidos presion baro- por Paul Bert métrica ; aquí están á la altumismo hemos ra de la imporofrecido un tancia de las análisis comcuestiones con pleto ele ellas; que se relaciopero debemos nan. La obra recordarlas hoy que este sabio para dar á coexperimenta1.-A:rn en un aire cada vez más dilatado y más oxigenado.-A. Campana nocer el gran Pig. dor acaba de que se comunica, en B con la máquina pneumática, en C con un tubo baromélibro que las trico y en D con un saco lleno ele oxigeno O . publicar, quereasume. La dará además obra de Paul como modelo Bertes sin conde concision y tra di ccion de método en la las de mayor exposicion de importancia los hechos hisque ha Y isto natóricos, correcce1· la fisiología cion y eleganexperimental; cia en una .clilaabraza cuesliotadascrie de.exn es e a p i ta 1es periencias que que sin cesar se suceden y difunden vivas encadenan con y fecundas lurigorosa ló ces; se dirige al gica. médico que La primera emplea como parte del libro agente terapéude Paul Bert· tico el airecomestá consagraprimido ó de da á la historia baja prcsion; detallada de al i n d u s t r i al hechos relatique somete los vos á los efecFig. '2. - Respiracion, en el aparat~ ele_ P,u~l Bert, en un_ aire sobreoxigenado, obreros ~t fuertos de la dismiclilaládo por la d1smmuc1on de la pres1on tes p res i o n es n ucion de la en la contruccion de pozos, de machos de puen- presion en el organismo humano. Despues de tes ó en las obras marinas, permitiendo penetrar haber descrito los puntos más elevados de la al fondo de los mares. Interesa al explorador que superficie terrestre, y de haber enumerado las trepa por las montañas, al aeronauta que se aHas montañas en diferentes partes del globo, lanza á las altas regiones de la atmósfera, al na- consigna el autor las tentativas hechas en todos INVESTIGACIONES DE FISIOLOGfA EXPERIMENTAL

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LA

ATURAL EZA

los países por los antiguos y modernos exploradores para trepar las grandes cimas, y pasa revista á los efectos del mal de las montañas producido por la depresion del aire. A los viajes por las montañas siguen los aerbstáticos á grande altura. Bcrt ha reunido por primera vez los hechos de un modo completamente satisfactorio; su abundancia es muy grande. _To 8$ en un solo hecho en el que para su estudio y comprobacion se ha remontado á la fuente original, al propio relato del explorador. us indicaciones bibliográficas ~on innumerables; para descubrirlas y relacionarlas le ha sido necesario compulsar bibliotecas enteras. Despues de -esta larga é interesante historia, Paul Bert aborda otra y la !3studia con el mismo cuidado: la de las teorías relativas á la accion de estas modificaciones de la presion barométrica y experiencias ejecutadas anteriores á sus tTabajos; la exposicion del estado de la cucstion ántes de sus investigaciones. La segunda parte del libro tiene una lectura más laboriosa, pero encierra el trabajo esencial del autor· en ella hace la descripcion de sus experiencias ele laboratorio. Es imposible reasumir una serie tan vasta de trabajos; por esto nos limitaremos á considerar únicamente uno de ellos, exponiendo las investigaciones emprendidas sobre los medios de conjurar los aécidcntes de la compresion del aire. Se ha creirlo durante mucho tiempo que éstos eran debidos á una accion en algu n modo mecánica, á la sustraccion de la presion atmosférica; los hechos mal interpretados han sido además desfigurados. ¡Cuántas veces no se ha. o ido afirmar que en la cima de las altas montañas se escapaba la sangre ele los ojos y oídos del explorador, y que tales efectos se produjeron en Gay-Lussac en una ascension á grande altura! ¿. Io ha llegado á decirse que en la asccnsion de Robcrlson, la cabeza del acronáuta se hinchó de tal modo que no poclia ponerse el sombrero? Bastaba, en Yerclad, dejarse llevar ele las narraciones auténticas ele los exploradores para hacer justicia á estos errores populares, pero no ménos se consideraban los accidentes como producidos por la sustracion de la presion. Paul Bert ha probado que son debidos á la d.isminucion de la tensi0n del oxígeno, que no penetra entónces en la sangre y consecuentemente en los tejidos, en cantidad suficiente para sostener las combustiones vitales en el grado de energía · normal. Para combatir los efectos del mal de las m.ontafias ó del mal de los aernnáutas, basta, pues,

aumentar la proporcion centesimal del oxígeno del aire respirable á medida que disminuye la presion. Estas conclusiones, deducidas ele las investigaciones de ~Ir. Bcrt, han sido confirmadas por la experiencia. El sabio fisiólogo ha empleado el aparato que representa la figura 'l .ª Un gorrion ha siclo sometido á la accion del aire enrarecido por la máquina ,meumática, y las depresiones, acompañadas desde el primer momento ele los síntomas que preceden ó la muerte, han llegado á ser inofensivas por la adicion de oxígeno al aire decomprimido. La figura 2. ª representa el aparato en que Mr. Paul Bert ha hecho luégo los experimentos sobre sí mismo. Reproducimos algunos de los pasajes del relato de esta memorable empresa. ((A las dos y treinta minutos, dice Bert (presion exterior 708 milímetros), entro y me siento con toda comodidad en los cilindros, llevando un saco lleno de aire sumamente rico en oxígeno; á mi lado, un gorrion en una jaula.Dos y treinta y siclo: la puerta está cerrada; la dcpresion empieza bajo la accion ele la máquina pneumática.-Dos y cincuenta y ocho: prcsio1i 590 milímetros; pulso 70: sometido á una dcpresion que corresponde aproximadamente ú la altuL·a ele Méjico, 2.150 meLros .-Tres y doce mi• nutos: -1.50 milímetros· pulso 84; depresion de Calamarca, por 4.150 metros; siento náuseas.Tres y catorce: 450 milímetros· el pulso baja a 80; desa1mrecen las náuseas; tengo el Yientrc un poco hinchado ; siento la cara congestionada, y algunos ligeros dcslumbramicntos.-Tres y diez y siete: 430 milímetrns; pulso 84 . Respiro tres Yecos oxígeno; el pulso baja á 78 ; experimento algunos dcslumbramicntos.-A las tres y vein liun minutos la prcsion no es más que de 4·J 8 milímetros, _que corresponde á la altura del Mont-Blanc, 4.800 metros; el pulso continua bajando, con algunas respiraciones ele oxígeno, no es más que de 70; á cada respirac"ion un cles1umhramiento. » En esta primera experiencia las inspiraciones de aire oxigenado han sido intermitentes, y el efecto de cada una instantáneo. Desaparecían las náuseas renaciendo el bienestar. El número ele pulsaciones es un signo precioso, dice Mr. Bert, disminuía inmediatamente para volver á lacifra primitiva. El resúmen sucinto que dejamos hecho no representa más que una débil parte del Lrab,1jo de Paul Bert. Púa adquirir una idea completa de su interes é importancia, es preciso leer la obra entera,


LA KA T GRALEZA obra capital; en 1875 el Ins-tituto ha consagrado su mérito , concediendo al sabio diputado del Yonne su gran premio biannual. -------o-o<>-o=

SOBRE UN ALTOS i\ITOCENO DE LOS ALREDEDORES DE RA~lBOUILLET.

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cialmente de una muestra que recibió el ::\Iuseo de París en 1863 del r. Chambreland, procedente de Courlouso, Lugos (Gironde). El álios es notable por su riqueza en una sustancia orgánica. que se separa fácilmente po:c un lavado ( Chevreuil), y cuya composicion descubrió Cloez. Esta sustancia hidro-carbonada se encuentra en el asperon ele Cernay- tanto, que que parece que no debe ponerse en duela la existencia. allí de un álios mioceno Yerdadero, cuya huella. permita reconstituir los lugares por que ha pasado el 11unto donde se formó. La arena. de Fontaineblea.u está en Cerna.y, como en otras muchas localides, desproyista d~ los caracteres más puros del terreno sedimentario; no se ve en 91la extratificacion alguna, y faltan absolutamente los fósiles. Faye describió en 1870, en una notable Memoria, la manera de ser del álios de Landes de Gascogne, y emi lió una ingeniosa teoría relati ,a á la formacion de e ·ta sustancia. Creemos que la mayor pai·te de las condiciones señaladas por este sabio en el terreno reciento, se encuentran en las capas más antiguas de los alrededores de Hambouillet. En uno y otro caso se agarra, por decirlo así, al hecho de las reacciones por las cuales las plantas realizan la procluccion clel mineral de hierro de los pantanos, como lo ha demostrado Daubrée. IIa ta aquí no ha siclo posible hallal' en la !ignita de Cernay caractéres que permitan determinar los YeO'etalcs do que se deriYa; quizá sea. esta una razon para Y0r en ella una antigua turba procedente de yegetales ce1ulares. En rcsúmen, parece eYidente que, en la localidad que nos ocupa, el paso de laformacion marina ele Fontainehleau á la formacion lacustre ele la Beauce, ha siclo dirigida por la formacion atmosférica idéntica á la de nuestras dunas, y que ha sido teatro de fenómenos absolutamente parecidos á, los que se desarrollan hoy en el litoral de los océanos. La interpretacion de la capa ele Cerna.y, bajo el punto ele vista de las causas actuales, induce, pues, como otros tantos casos, á suslituit' laopinion de una modiflcacion muy lenta por la hipótesis antigua favorable á la de un brusco cataclismo.

El estudio de las circunstancias que p~sidieron en un -punto dado el paso de un régimen geológico al régimen siguiente tiene particular inlcres, pues más que otro alguno permite la cleccion entre las doctrinas antao-onistas ele causas .actuales y revoluciones del globo. Todos los hechosohservaclos con cuidado bajo este aspecto, parece natural que sean acogidos con inleres, y por lo tanto, nos creemos obligados á decir algu nas palabras acerca ele la forma en que se presenta el contacto del terreno marino ele las arenas superiores y del terreno de lacustre de la Bcauce en el pueblo ele Cornay-la-Ville en las · cercanías ele Rambouillet. Bajo una capa de 50 eontímolros aproximadamente de tierra veo-etal, sostenida por 3m 50 de moleros superiores onn10ltos en la arcilla que siempre les acompaña, so descubro un calizo margoso blanco, notable por las innumerables líneas que encierra: en él es donde so oncucn-= tra, por ejemplo, el interesante L. Condita. do Doshayos. Estd calizo, cuyo espesor no pasa nunca de 25 centímetros, reposa sobre 10 centímetros do margas blancas sin fósiles, que lo separan de una capa muy espesa y quizá explotable de lignila muy negra y combustible, aunque bastante arcillosa. Súbese que á e te nivel precisamente, en la costa de Saint-::\Iartin d'Etampes, existo una doblo capa lignitosa notable por la abundancia y bella conservacion de Pontácicles Lamarkii que allí se recogen, pero el combustible está bien léjos de ofrecer la misma pureza y espesor del de Cernay. En esta última localidad, lo mismo que en Etampes, la !ignita corona la reunion de las arenas de Fontainebloau cuya fuerza os desconocida; pero ofrece la particularidad de esíat' separ~da de la arena blanca por una capa de una especie do asperon friable, cuyo cimento es EL AXOLOTL. á la vez lignitoso y ferruginoso. La composicJon ele esta última capa y su situacion con respecto A principios del año 1864, el departamento de á la arena pura y ú la !ignita, pal'eccn signif1cativas. El· análisis que ele ella se ha verificado dió, reptiles del "Musco dé Historia natural de París en efecto, los mismos resultados que el de cier- t recibía del J ardin de aclimatacion ~ á los cuidatas variedades de álios de Landes, y muy espe- ] dos de :;-..r. Rufy, su director, curiosos animales


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NATURALEZA

procedentes del lago de l\Iéjico y llevados á P rancia hacía algunos meses; estos animales eran los axolotls. Los axolotls enviados de regalo al Jardin de plantas eran seis, cinco machos y una hembra. Poco tiempo des pues de su llegada, y sin r1ue se hubiera notado en los machos ninguna modiflcacion, ni en la colocacion ni en la forma del cuerpo, la hembra se echó á poner; este hecho clió lugar á sorprender en los animales que pertenecen al mismo grupo zoológico del batracio ele l\Iéjico, que los machos revisten, en cierta época del año, una librea de boda que á ycccs los desfigura; una cresta adorna el dorso en unos, aparecen membranas intcrdigitales en al-

gunos, y un filamento termina la cola en otros. La misma hembra puso huevos el 4 ele E;_ero, 19 de Pebrero, 16 de Abril y 30 de Diciembre del mismo año; de los nacidos de estos huevos provienen todos los axolotls que tan abundantemente repartidos est[m hoy día en los aquari Lims. Aunque· provistos á un tiempo ele branquias y pult'nones, pudiendo además respirar por la piel, como los animales del mismo grupo, siendo, en una palabra, verdaderos anfibios, los axolotls tienen, sin embargo, éostumbres esencialmente acuáticas. A pesar de la posibilidad que Lienen para salir del agua á respirar el aire ambiente, están casi siempre en el fondo del

Fig. 1.-El axolot.

aquarium ó nadando á cierta distancia de la su perficie. ormalmente el axolotlpermancce en el fondo del agua, en las partes más sombrías del aquarium, casi completamente inmóvil; no se le ve ejecutar otro movimiento que el que verifica con objeto de deprimiryelevar los penachos branquiales que á cada lado guarnecen el cuello, Algunas veces, sin embargo, el animaJ sube perpendicularmente á la superficie, sacando la extremidad del hocico; penetra un poco de aire por las fosas nasales en sus órganos respiratorios; despues se sumerjo y se escapan de su boca algunas burbujas de gas. Llegado el mómento de la puesta, se echa, ya en las piedras, ya en las ramas ú hojas de las plantas acuáticas; tan pronto lo verifica ele lle-

no sobre los cuerpos flotantes, como se suspende de ellos por sus patas traseras, ó bien, colocáU:dose de lado, se aproxima todo lo posible á los lugares donde va á dep_o sitar sus huevos. Todas estas maniobras; durante las cuales va frecuentemente á respirar á la superficie ó se deja ir lentamente al fondo del aquarium, tienen por objeto el desembarazarse de sus huevo;;. Las puestas no tienen lugar en cualquier sitio, y lo mismo que los tritones de los ríos de Francia, la hembra del axoloLl excoge los más favorables para el nacimiento; toma grandes precauciones para asegurar el éxito de su obra, y no se detiene más que allí donde los huevos, con ayuda de la materia gelatinosa con que los envuelve, pueden contraer adherencia suficiente


LA NATURALEZA con los cuerpos sobre que los ha depositado; por medio de sus patas traseras lleva, por lo demas, al mismo punto los huevos que acaba ele poner. Estos aparecen como un globo tembloroso y transparente, en el cual se nota un pequeño punto negro; este es el futuro embrion; poco tiempo despues de la puesta, este punto se prolonga, luégo se encoeva 011 arco de círculo; dos pequeñas manchas negras son el lugar de los ojos, una cabeza y una cola, y el animal desde entónces queda formado; movimiento~ rápidos, en cierto modo convulsivos, le agitan frecuentemente, y veinte dias des pues de la puesta, por término medio, el hijuelo, compiendo su prision, empieza á nadar libremente en el

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agua en busca ya de una presa proporcionada á su cuerpo. No mide entónces más que 14 ó 16 , milímetros de longitud; su color es verde claro con finas manchas negruzcas más apretadas por detras que por delante. Si la alimentacion es abundante, las patas no tardan en aparecer, el pequeño sér crece rápidamente, y al cabo de algunos meses es casi imposible distinguirlo de sus padres. Individuos nacidos de los axoloLls importados directamente de Méjico, no han salido en un todo semejantes á sus padres. Estos tenían el cuerpo de color pardo ; se ve frecuentemente producirse casos de albinismo. Bajo la infuencia de la cautividad, sin duda, bajo el imperio

Fíg. 2.-Axolotl transform ado.

de las condiciones del medio distintas de las que gozan los animales en su patria, rio tardaron en aparecer monstruosidades; ele este modo se explica la presencia de 1.res dedos en lugar ele cuatro ei:i el' miembro -anterior, y ele cuatro en vez ele cinco en el posterior; se presentaron anomalías por exceso, viéndose cinco, seis y áun ocho dedos en las patas delanteras y cinco, siete y ocho en las traseras. Estas monstruosidades producidas por la domesticidad, no tenian nada de sorprendentes, observando las perturbaciones profundas que debian ej_e rcer en la economía de estos animales los cambios de habitacion, clima y alimentacion; son, en una palabra, debidos á la adaptaeion del medio, verdadera lucha entre el sér vi-

viente y el medio que le rodea, adaptacion que no se consigue casi nunca sin pérdida y sin s,tcriucios. Pero debían producirse otras modifi caciones más profundas. Uno de los axolotls nacidos en Francia apareció enfermo repentinamente. Manchas de un color blanco amarillento aparecieron en la coloracion general del cuerpo; la cresta que desde la nuca se cÓntinúa hasta la extremidad de la cola, se atrofió poco á poco, desapareciendo luégo; la cabeza se alargó, los penachos branquiales se marchitaron. Este axolotl había llegado á ser, en una palabra, en cuanto á su aspecto exterior, absolutamente semejante á los batracios que los naturalistas conocian desde hace


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LA NATURALEZA

tiempo con el nombre de amblystomos y que clasificaban en otro grnpo zoológico . Y las modificaciones no eran únicamente e)tteriores; habían aparncido en la exfructura misma del animal. De los cuatro arcos, asientos ele las branquias, que en el axolotl flotan por fuera, tres se habían escondido·en el animal transformado; la cara anterior de las vértebras se habia hecho cóncava; habían desaparecido los dientes que clctras ele la hilera marginal guarnecen las mandíbulas, íos del vómer se habían caído, los del paladar ele longitudinales se habían convertido en transversales. G. Cuvier, dotado de la mirada que le caracteriza, pensaba que el axolotl no era sino lana de otro animal, de alguna gran Salamandra; esLe hecho no tenía nada ele sorprendente, sabiendo que las metamorfósis son la regla en los batracios, y que este grupo, por mucho tiempo confundido con los reptiles, pero en realidad mús cerca ele los pe-c es, es raro por su historia paleontológica y por las curiosas modificaciones que presentan, segun las edades, y los séres que las componen . . Objetando que los axolotls se reproducen, ciertos zoólogos habían deducido que eran animales en Bstaclo perfecto, y que los amblystomos no eran sino séres degradados, anormales, enfermos, en una palal~ra, miéntras que otros naturalistas creían que los axolotls no eran sino renacuajos de especies de organizacion superior. ::\Iuchos años habían ele pasar ántes que la cucsLion, p::>r tanto tiempo debatida, se resolviera en uno ú otro sentido. Desde la puesta del mes de Enero de 1866 hasta la de Julio de 1867, tuvieron lugar -diez y seis transformaciones de axolotls en amblysto1nos; dcspues no se reprodujeron; era demasiado singular que de tan gran número de animales nacidos en el departamento, y sómctidos todos á las mismas condiciones de medio, fueran tan pocos los transformados en amblystomos; por lo <lemas, era de notar que los axoloLls llegados directamente ele Méjico no habían sufrido modificacion alguna, excepcion hecha de las que la edad imprime en todos los an imales ; se envejecieron, pero no se moclific8ron. Colocada ú más altura la cuestion, está hoy clia resuelta. En el mes de l\Iarzo de 1876, pusieron los amblystomos; dieron oríge·n á axolotls; en- · trc los nacidos, dos no tardaron en convertirse á su vez en Amblystomós; el ciclo es completo; el amblystomo es el estado podecto del axolotl, que como otros tantos batracios, puede reproducirse en el estado de larva. El hecho tan interesante de la puesta del amblystomo y de su

transformacion en axolotl, fué observado en el l\Iusco por el profesor L . Vaillant. Respecto á las condiciones del medio, que hacen que la larya se conYierta en animal perfecto, no sabemos aún nada. Observando Aug. Duméril que ele acuática se hacía aérea la rcspiracion en el animal transformado, y notando que el amblystomo tenía mús bien relaciones terrestres, ensayó varias veces el obligar al axoloLl á respirar el aire ambiente, para lo cual cortó las branquias á cierto número ele individuos; todo fué en vano, pues la respiracion cutánea suplió á la de l as branquias; los animales mutilados no iban más á menudo que los demas ú la superficie del agua, y no se operó la metamorfósis. La historia biológica del áxoloLl trazada á grandes rasgos, quizá necesita algunas palabras acerca ele la zoológica. La primera nocion que tenemos del axoloLl, daLa del principio del siglo XVII; en 1600, Hernandez, en su Ilisto1·ia ele los animales ele la Nuer,a-E pafia, habla ele un pez muy comun en el lago ele l\Iéj ico, que designa con el nombre de 1-ilolocalt. En su Historia ele los peces, publicada en 1767, Fohnston nos enseña. que el Ascolotl, nacido del lodo, es un ju ego de aguas (Lusus aquan.im), cubierLo por una piel blanda, provisto de cuatro patas como los lagartos, y de un palmo de longitud. La lengua es grande y cartilaginosa, la cabeza deprimida y ancha en proporcion del resto del cuerpo, la boca fuertemente hendida y de color negro. ce E l axolotl, añade Fohnston, ·proporciona un alimento sano y agradable, de sabor algo parecido al de la anguila. Se le prcp::ira ele varios modos, cocido, fr ito, y más com u nmcnte asado. Los españoles le hacen una salsa con vinagre, pimienta, clavo de especie y pimiento, miéntras que los mejicanos se con Len tan con salpicarle con pimienta, 6 le comen sin ningun otro condimento.>, Segun Schneidcr, una especie ele axolotl, designado con el nombre de A xolotl ele Ilarlarn, se encontraba en los Estados- Unidos; esta especie procedía del lago Champlain, y habia sido recogida por pescadores que «la temían por venenosa cuando la hall aban en eus redes.» Ouvier fué el primer anatómico que se ocupó del animal cuya historia h·acemos. Segun las notas que le fueron comunicadas pór Humboldt, ,,el axoloU es comun e n el la.s-o en q ue se hall a · edificada la ciudad de i\Iéjico. i\I. Humboldt refiere que es uno de los animales que se hallan á más aHura en las montañas y en las agu él-S


LA NATURALEZA más frias. Tiene semejanza con nuesLras salamandras acuáticas que en la primavera aparecen muy á menudo presas en los hielos, donde s in perecer permanecen heladas cluranLe varios dias.» ccEs basL::urte singular, añade Ouvicr, como ha observado Dufay, que los an imales, á los que en otro tiempo se atribuía la propiedad fabulosa de resistir las llamas, tengan en realidad la ele resistir los fríos.» Gracias á la observacion ele numerosos animales nacidos en el departamento, ha podido dar á conocer Aug. Duméril, cori graneles detall es, la historia zoológica del axolotl y describir las costumbres ele un animal tan raro; á él se debe la comprobacion del hecho de la transformacion del axolotl en amblystomo; por último, el profesor Lcon Vaillant, como ya hcm o3 indicado, ba Yisto la puesta del amblys tomo reproduciendo axolotls, y éstos á su vez convirliéndose en amblystomo ·; el ciclo de la transformacion ele estos animales es hoy clia comp letamente conocido.

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estudiar los trabajos hidráulicos de estas comarcas cuya agricultura depende sobre todo de la buena clis~ posicion de las aguas. De I aint-Etienne al dique conduce un camino de 8 á 10 kilómetros, construido en una estrangulacion del valle, denominada abismo del infierno, ú alguna distancia hácia arriba ele la ciudad y de las ruinas de Rochetailléc. El valle del Fmens, estrecho en el fondo, e tá formado por columnas de granito, de gnei y de mica. La parte superio r de las colinas está poblada de árboles, y hay praderas en las partes laterales y en el fondo. El fondo de la garganta, al pié del dique, no pasa de cinco metros. Este se eleva de un solo golpe á 50 metros de altura. Una cascada, blanca de e puma, precipita el sobrante de las aguas del canal de derrame al fondo de la garganta. A cien pasos de esta cascada, se puede subir al coronamiento del dique por una escalera que rodea la roca á l a derecha. A ambos lados ele la garganta, las rocas elevan sus paredes verticales á una altura de 100 metros. Ofrece 1111 aspecto imponente: La roca eu que se apoya el dique, libra paso, del lado opuesto, á nn canal de descarga, que simula por encima del depósito una cima cónica aislada en medio de la boca cuando se mira desde arriba. Una in scripcion grabada en una de las fachada del pabellon de las paradera·s da á conocer al visitador los elementos principales de lá obra, los cua~ ' les transcribo textualmente: capacidad del depósito EL DIQUE DEL FURE S 1.600.000 metros cúbicos, de los que 1.200.000 irven Y LAS INUNDACIONES DEL LOIRE. para conservar el agua destinada á Jas fuentes y fábrica , y 100.000 vacíos para las aguas de inundacion; A consecuencia de la eleva tacione ocasionadas por ga to total 1.C4--1.0U0 francos · 902.000 para el muro del las graneles inundaciones del Loire en 185G, ha h echo dique de 50 metros de elevacion, 106 de ancho y 49 ele estudiar el gobierno en los valles super:iore ele e te rio espesor en la base; 18.000 para el túnel superior de 65 una serie de obras destinadas á impedir ó atenuar el metros, que sirve para el cm· o ele Jas aguas de inundapeligro ele los desbordamientos. El depósito ele Roche- cion; 102.000 para el inferior de 185 metros por donde taillée en el Furen. se halla en el número ele los proentra el agua para los tubos, llaves, etc.; 350.000 yectos hoy dia ej ecutados, y esta magnífi a obra, temu- para el canal de descarga; 177.000 para reparaciones; nada en 186G, puede servir ele modelo bajo todos con35.000 para el dique pequeño y la paracleras que esceptos. Su construccion ha dado resultados muy satistán á 1.600 m etros hácia arriba. Además de estas factorios para determinar la ele 1i1l segundo depósito obra., la ciudad de Saint-Etienne consagra en la acen Pas-du-Riot, en la misma corriente hácia arriba. tualidad una suma de 1.500.000 franco para el estaEsta alimenta y riega la ciudad ele Saint-Etienne. Enblecimiento ele un nuevo dique en con truccion en · cajonad; en un estrecho y pintoresco valle, animado el Pa -du-Riot, á 2.200 metros hiiéia arriba del de por numerosas fábricas de seda, molino de lrnrina, Rochetaillée. Este depósito tendr{L una cabida de fraguas, tiene un carácter torrentuoso, con variaciones 1.500.000 metros cübicos, y el muro de retenida un a exce ivas de ga tos líquidos, que o cilan entre 80 litros elevacion -t.lc 25 ti 26 metro . en tiempo. secos, y 130 metros cúbicos 1 or segundo Por término medio al año, la al~ura del agua caida en los de avenidas. Oomprénclese el efecto pernicioso de en el receptiículo del Furens alcanza un metro y la -suestas crecidas excesivas y la n ecesidad que lrny ele perficie del mismo hácia arriba del depósito es de 25.000 mocforarias por represas tan poderosas como posi- h ectárea . Segun estos elatos, la cantidad de agua clisble . Estas no sólo siryen contra las inundaciones, pottible, r epartida en el año entero, seria ele 792 lit.ros .sino tambien para asegurar depósitos abundantes de por segundo, miéntras que los arqueos diario hechos agua destinados á las época ele sequía. Por tal motivo durante diez años con ecutivo en la presa de agua tambien, sG'han unido el Estado y la ciudad de aintdel clepó ito, acu an un ga to medio de 500 litros por Etienne para construir el primer depósito del Fmen , segundo. En las sequías, e¡ gasto baja á 80 litro ~' no . destinado á urtir las fuentes ele la ciudad y las fábri- pa a nunca de 15 metros cúbicos durante la crecidas cas del valle, al mismo tiempo que retiene las aguas fuertes de los años ordinarios; pero ha dado 131 mede inundaciou. tros cúbi~os, á consecuencia de una tromba que e talló Charles Gracl fné .í ver el depósito del Furens al el JO de Julio de 18-!9. Ahora bien, la ciudad de 'aintregreso de un viaje que llizo á E spaña y á Argelia, para Etienne empieza ii inundarse cuando se elevan las ere-


LA NATURALEZA

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cidas de 90 á 100 metros cúbicos . El dique está cons- ' sirve para contener las aguas de inuudacion, y la maniobra se hace de manera que en tiempo ordinario se truido y funciona de tal modo, qne la retenida disponible en prevision de las inundaciones, alcanza 400.000 mantenga el nivel entre-!-! y -15 metros de altura. Onda año puede renovarse dos vece. la retenida permanente metros cúbicos, ó sea el doble de la capacidad necesaria para acumular la porcion perjudicial de la tromba de 1.200.000 metros cúbicos en otoño y primavera. de 18-19 en la parte superior del valle de Furens. La Como lo reservado para el servicio suplementario de la ciudad no pasa de G00.000 metros cúbicos, quedan capacidad total del depósito equirnle á 1.600.000 metros cúbicos, de los cuales 1.200.000 son para conservar 1.800.000 que repartirá las fübrica en los descansos el agua destinada á las fuentes y fábricas. La retenida de .erauo é invierno. E te da un escaso de 120 litros por segundo sobre los gastos del Fm·ens durante seis permanente corresponde ti una altura de 44m,5 sobre el me es del año. fondo. El exceso de altura de 5m,50 dado á la barrera•

·(Q} A'

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Fig. l .-D epósito y dique clol Furcns. Plano general. Seceion del clopó,ito. Dique clcl abismo del Jnflcmo.-Depósito \le! Furens.

De este modo, el depósito del Furens, no solamente protege la ciudad ele Saint-Etienne contra las inundaciones, sino que proporciona una provision de agua suficiente para la higiene pública y la alimentacion ele las fábricas. Superior en elevaciou á todas las obras análogas construidas hasta el dia, el dique de Rochetaillée tiene una altlll'a de 50 metros con 49 de esp esor en la base y 5m, 70 en el coronamiento. A 32 metros de arrib:t abajo del coronamiento general, el e pesor del muro llega á ser igual al ancho del vall<.>, que mide 23m ,40 á este nivel. Como los diques en la tierra son de dudosa seguridad cuando se elevan á más ele 20 metros, éste ha sido hecho de mampostería. 'u perfil está calculado de manera que pueda resistir presiones comprenilidas entre 6 y 14 kilógrnmos por centmetro cuadrado. En ningun punto del perfil pasa la

Plano clol cliquc del Fnrcns. Scccion por la 11110n 'f. E. N. F. H. K. tlcl plano gcn~ral.

presion de Gkil.,50. Bien que por su peso el macizo resiste esta· presion, y en una mampostería bien hrcha, con buenos morteros, la resistencia llega f,ícilmeiite :i 14 kilógramos. Lo que distingue tambien el cüque ele Rochetaillée ele los más antiguos -de ]:rancia, es la forma de los })aramentos. El paramento de abajo forma una superficie curva en vez ele ser escalonada. Ciertos ingenieros opinan que los diques en· curva no pueden obrar como bóveda contra la presion del agua. Opinion contestable si se tiene en cuenta la cohesion ele los buenos morteros y la elasticidad de los macizos ele mampostería, que es hecho confirmado. La forma cm-va en el presente caso ofrece más garantías. En el dique do Rochetaillée, el sagito que forma el eje del principio mide 5 metros y la cuerda 100, con un radio ele 252 metros, Damos el plano y pc1fi-


., .., LA NATURALEZA del dique trazados en 1860 por Graeff, entónces inge-n iero jefe de puentes y calzadas en el departamento del Loire. Como se ve1 las super:fü_:ies del paramepto son en-

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genclradas por el perfil colocado en el plano vertical que pasa por el eje O D, y se mueven ele manera que el punto medio del coronamiento queda sobre el arco c;le QírQulo A O B . Las linea:;¡ ele a1-riba y de abajo del

Fig. 2.-Dic¡uo do Rochotaillce.-Dopósilo del Furons. (Tomado de una fotografía.)

perfil trazan los paramentos y les dan la forma ele superficies tóricas gratas á la vi ta. A fin ele prevenir los efectos de un deshielo rápido, los constructores del dique han dado á la parte superior del mUl'o·un espesor más considerable, que no era necesario, pues estamos á 800 metros ele altma. A esta altma la nieve

llega á 50 centímetros de espesor durante los inviernos rigurnsos. Viene un deshielo rápido, la nieve se quiebra en graneles trozos, que l?ueclen ser arrojados violentamente contra el macizo por los vientos tan impetuosos del mediodía dominantes en la locali.dacl. Por consigui ente, en vez del espesor ele 6m ,52 y de 16m ,66


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indicado por· el perfil teórico, tiene el dique 9m,56 y 18m ,Ol con la elcrncion de 12 y :26 metros. Segun ht nota ele Graeff~ la accion de las nieves y de las olas es la m:ís temible á la altma de la retenida permanente, que se baila á 4-1:m ,50 sobre el fondo. Encima de este nivel, las aguas ele la parte pe1:judicial de las crecidas permanecen poco tiempo para sa1ir del depósito por el túnel super-ior tan pronto cesa aquélla. Por el otro lado, para colocar los andamios .en caso de rcparacion, lleya el paramento ae abajo hileras horizontales de piedra tallada, madillones dispuestos en quinconce de 4 111 ,GO ele :."tltura y separados ±111 ,60 unos de otros. E tos madillone. sobresalen 30 centímetros del paramento, cuyo a:=:pecto deshace la monotonía de la superficie. En el paramento ele arriba, en donde la accion de las olas proscribe las interrupciones, se colocaron argollas dispuestas del mismo modo, bien para fijar Yigas ó bien para amarrar barcos. Todo el macizo üc la barrera, cimientos y paramentos, cstún hecho- con mampostería ordinaria. incru. tados en la roca viva, que est:i formada de micas. Para los cimientos, los ingenieros hicieron lc,ani.ar con cuidado todos los blocs eparados ó dudosos, ele modo que pmli<:ran fijarse en el asiento de la roca compacta que une ambas laderas de la gargaula. Del mismo motlo se Jcyantó en los lados toda la parte e foliada por el contacto del aire y de la humedad. Se practicaron escalone , en los cuales penetra la mampostería, a í en los lado como en la base, á fin de impetlir todo movimiento de traslacion ó deslizamiento. Los ünicos moYimientos posibles son los de aplanamiento vertical ac la mampo ter:ía. En los puntos en que el arrancamieuto ele la roca presentaba superficie demasiado lisas, se picaban en seguida parn. hacerlas rugosas; despues, para dar tL la mampostería tocla la coliesiou posible, los alliañiles picaban en una capa de mortero de argamasa de V assy morrillos, forrna11do de este modo una superficie ele asperezas muymanifieslas. Para las obras ele este género, el establecerlas sobre la roca viYa es esencial, tanto por abajo como por los lados, pues ele otro modo se corre el 1iego ele ruptura, como cu el dique de Pueutcs en nuestro país, que fné construido sobre estacas y se rompió por la base en 1802. Importa tmnbicn no emplear en la com;trnccion materiales ele diferentes dimensiones y pro cribir los macizos de argama a, intercalados los muros de paramento, pues éste siemprn corre el riesgo de separarse del macizo, tL con~ccuencia de un aplanamiento di tinto y ele la union insuficiente· entre las dos especies de mampostería. Cuando los muros se separan en dos partes bajo la accion tle las nieYcs ó de un aplanamiento desigual, ninguna conserya el espesor necesario para resistir la presion. ·En el dique de Rocbctailleé, el ángulo de la retirada superior, los plintos, parapetos y madillones son de piedra tallada. A pesar ele todos los cuidados tenitlos en la constrnccion, hemos observado en el dique que nos ocupa, que se :fi Itra el agua en el paramento de abajo; lo cual se explica por los aplanamientos y por la porosidad del mortero y de la piedra, efecto de las fuertes presiones. Con una elevaciou de 50 metros, la

prcsion ele carga sobre la arista inferior es de 6 kilógramos por centímetro cuadrado ele superficie. En España, cu el dique de Alicante ó ele Tibi, esta presion es de 11 kilógramos y ele 14 eu el de Almansa. Antes del depósito hay un canal artificial, abierto en la roca á lo largo de la m,írgcn derecha y que .reemplaza al antiguo lecho natmal del Purcns. Una doble compuerta M.cia arriba en el mismo punto, facilita el paso • á las aguas en el depósito y en el canal de clerivacion. El niYel de la reserva que aprornclrn la ciudad no debe pasar de 4-! m,5 por dctras del dique. Sobre este niYel se acumulan momenfaíneamente las aguas peligrosas de las avenidas. Un canal subternínco abierto á trayes del contra-fuerte en que se apoya el dique, ú la derecha como el canal de dcriYacion, deja paso á las aguas del depósito á un pozo. El canal subterráneo encierra tubos ele fundicion ele 40 centímetros ele diámetro, cuyo gasto en el pozo esti.i limitado por lla,es. El pozo si1Ye para repartir las aguas entre la ciudad y las fábricas. El agua clcstinacla. :í las fül5ricas pa a {L un canal que une el pozo con el lecho del Purens hácia. abajo del dique. El agua de la ciudad pasa á otro canal subterráneo y á un acueducto especial, ya directamente, ya por intermedio de una cámara de mampostería. En ambos lados los gastos t"süí.n limitados por paracleras reguladoras, y el acueducto. encierra las aguas ele las -fuentes, tomadas en la parte superior del rnlle. Durante el estío, estas aguas de fuente no bastan para el riego de las calles y limpieza ele las cloacas. Se recurre cntónces tí. las del depósito, que igualmente sirven para aumentar el gasto tlel Purens, en proporcion ele las necesidades ele las fübricas, que tienen ei1 esta estacion descansos mt'1s ú ménos largos. En cuanto :.'t la alimentacion del depósito, la compuerta de acceso queda abierta miéntras no pasa de 4,!m , 50 el niwl ele las aguas. Llegado tí. este nivel, se cierra la compuerta, y es la que alimenta el canal de clcrivacion que se abre. Sobreviene uua crccicl~ bastante grande, que produzca más .ele 93 metros cúbicos por segundo, y la ciudad ele Saint Eticnne.corre riesgo ele ser inundada. Entónces funciona de nueyo la compuerta del depósito para acumular las aguas peligrosas, lo que se ,erifica cuando las del canal de der.i,acion alcanzan 2 metros de la escala. Tal es el mecanismo á un tiempo sencillo é ingenioso .í que Saint-Etienne y las fübricas del Furens deben una alimcntaciou de agua regular, al mismo tiempo que se halla á sa!Yo de las i111mdacioncs. El depósito del Fnrens, de igual capacidad que el del lago :regro en Alsacia, ha costado sin embargo más caro, pues tiene más eleYacion y es touo de mampostería. Su constrnccion no ha dado peores resultados, por m.ís que una vez concluido, la ciudad de $aint-Etienne haya emprendido la de. otro dique ele igual importancia en Pas-au-Riot, á 2 kilómetros bácia arriba del mismo Yalle. Otros dos depósitos acaban de e tilbleccrse igualmente segun el modelo del ele Rochetaillcé uno en Pernay, cerca de Anuonay, en la Ardéche, y otro sobre el Ban, afluente del Gier. Este ültimo tiene un dique ele 42 metros de elevacion y sirve para sur-


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tir de aguas potables :í la ciudad ele Saint-Chamond, y regularizar el juego de- las _fabricas del Gier. Los afluentes del Loire nperior en general se pre tan mucho (i la coustruccion de diques. En muchos puntos el fondo ele los valles está constituido por roca viva. Ca i todos estos valles presentan tambien estrangulaciones, .que no pasan de 20 metros de ancho, ele modo que las construcciones pueden incrustarse en las rocas de ambas vertientes. Por toaas partes se multiplican estas obras, en Italia, A:frica, en las colonia holandes~s de las Inclias. En otro artículo nos ocuparemos de la - grandes obras eri v:ias de ejecuciou en Argelia.

INSTITUTO AGRONO~IICO DE GEISB8RG . En el estado de Geisbcrg; propiedad nacional del ducado de ¡{assau (.\lemania), hay instalado hace algunos años ei establecimiento que lleva por título Instituto Agronómico ele Gcisbcrg. Este se halla situado en una altura que domina el valle del Rhin, á dos leguas próximamente del pueblo de ·\Viesbadcn , y cslá consagrado á la. enseñanza teórica y prúctica de 1~ agricultura. La primera abraza la mineralogía y la gcognosia, la botánica, la zoología, la física y química, la gcometl'Ía prúctica, la medicina vclerinaria, l a tecnología y arquitectura rural y todas las ramas especiales del culiiYo, prados, Yiñcdos, jardines, Yerjelcs, etc. Tiene este instituto un director, tres profeso res y un médico veterinario· ademús hay ageegados varios maestros especiales, que explican asigna turas, tales como la construccion de prados, arquitccLura rural, ele. Los cursos teóricos sólo 1.iencn lu gar en invierno; el verano está consagrado á la práctica, sea en el mismo Geisbcrg ó bien en granjas particulares bien dirigidas, donde los jefes del estab lecimiento pueden, por sus numerosas re laciones, ayudar á los jóvenes estudiantes á en contrnr buena colocacion . En el colegio sólo habitan el Director y profesor ele agricultura; l os domas profesores, así como los alumnos, habita n en \Vicsbaclcn. na - parte ele los estudios tienen lugar por la mañana en Gcisberg; los otros por la 1.arcle en \Vcisbaclcn. La enseñanza es gratuita. para los jóvenes nacidos en el ducado ele Xassau; los.forasteros satisfacen por la matrícula de un scmcstec de i.nvicmo 6't. franco s 50 céntimos (360 rs.) . Los estudiantes hallan buen alojamiento en las Yarias casas del pueblo ele \Viesbaden, cuyos dueños se dedi.can a esta industria. Por habita-

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cion, alimento, lavado, plancha, etc., pagan de 43 á M francos al mes (161 á 246 rs.) . El número ordinariÓ de alumnos es ele 40 á 50, cuya mitad casi se compone ele forasteros y extranjeros. U na cxtcnsion de 25 hectáecas aproximadamente es propiedad del colegio, y sir,·c á las experiencias del cultivo. Una parle de esta extension está dedicada especialmente á las faenas del arado; otra al cultiYo de la vid; otra- a l del lúpulo; otrn al semillero y planlcl, y el resto, en fin, :i jardin botánico: para la enseñanza del labrantío bastan dos caballos, tambien propiedad del cs1.ablccimicnto. Asimismo mantiene el colegio doce vacas, de las razas Schwytz , Ilolancla, Fbrisia, Oclenwald, Vogelsbcrg y Oberlancl . Además del ·estiércol producido por-estas bestias, hácese ~so ele otros, obtenidos por medio de operaciones químicas ejecutadas en el mismo colegio . Ilé aquí el conjunto ele las materias que abraza la enseñanza agrícola en cslc cstablc"cimiento, que no es el único en los Estados alemanes. En éste, como en los demas, se educan buenos agricultores, y es indudable que la teoría, estu. diada simultáneamente con la práctica, ha de hacer agradable y útil el estudio agrónori10, y aficiona á los jóvenes á dedicarse á la ciencia y arte ageícola. En nuestro país, esencialmente agrícola, el fomcnlo ele esta clase ele establecimientos aficiona.ria iambicn á nuestra j uvcntud al estudio ele tan reproductiYo arle, y no cabe eluda que la faz ele nucs tm · agl'icultura, hoy generalmente abandonada á sus propias fuerzas, cambiaría dentro ele un pceíoclo de pocos años. J . :i\I. FERR.\NDIZ . OROGR

FO.

Tal es el no1Úbrc de un aparato presentatlo :i la Academia de Ciencia. ele Paris por Daubrée, en nombre de su autor 1\1. Schrader. Tiene por objeto facilitar el lcntntamiento de planos topognHi.co ele ias montañas, y ha sido empleado con éxito en los Pirineos hace cuatro años. Gracias á su empleo, se puede reproducir el contorno del horizonte, colocando sus d:iyer os puntos ele modo que todos los ,\ugulo horizontales ó verticales se proyecten sobre un mi mo plano : para e to ba ta dirigir una YÍ ual sucesiYmnente á cada·una de las r giones que e tratan ele reproducir. Como ejemplo ele lo re ultados que con él pueden obtener e, el autor envió ,í, la Academia un panorama del l\fontPcrclu, que, cgun pa1:ece, es verdaderamente exacto.


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color verde-claro contrasta con el oscmo de las espigas desarrolladas anteriormente. La planta parece quo DE UN A PLANTA .ACUÁTICA SUMERGID.A , procede á su tocado y á sus pronsiones de invierno. EL CERATOPHYLLUM DEMERSUM. El exámen microscópico confirma plenamente estas En un artículo publicado en el mes de Junio último, inducciones. En un corte h orizontal, el tallo estival se clespues de haber señalado en el Ceratophyllwn demer- presenta compuesto casi en totalidad por un tejido smn movimientos espontáneos y periódicos defiexion, apretado de célt1las claramente poliédricas, cuyas faindicábamos la existencia en la misma planta de movi- cetas, proyectadas en el campo visual en exágonos mientos detorsion . Pero no pocliamos precisar nada acer- prolongados, no dejan entre sí sino poca ó ninguna ca de su velocidad, de su amplitud ó de su regularidad. sustancia intercelular. Estas células no contienen maDesde entónces Rodier ha multiplicado sus obser- teria colorante propia, y con dificultad se ven en un vaciones, y por más que se hallen léjos de ser comple- coi-to número de ellas escasos granos de fécula (fig. 6). En el tallo modificado, las células, mucho ménos tas, los primeros r esultados obtenidos nos parece que deben publicarse desde ahora . U u motivo pa{·ticular apretadas, tienen otra apariencia. Sus ángulos son renos induce ,í hacerlo: la imposibilidad en que se halla dondeados, hasta tal punto, que son casi esferoidales. Están separadas unas de otra¡; por uua espesa red de el autor ele continuar por ahora sus comprobaciones y sustancia intercelumedidas. En efecto, lar. Ponütimo, están basta leer l as páginas absolutamente 11 e consagradas á esta nas y como hinchaclase de fenómenos das por gruesos grapor el sabio profesor nos de almidon; todo ele Wurtzbourg, J. el corte toma, bajo Sachs, en su Tratado la influencia de nna de botánica, paraconsolucion yodada, nn vencerse de qnc están color azul oscuro, estrech~mente ligamuy visible á simple clas al crecimiento. Fig. n.-Tejido de un tnllo d e rc1·alop/J!f!lumdesarcollndo e n e~tío. Aspecto ele l:ts células aumentadas ele volúm en. 'Yista. Algunas reguAhora bien; en la larmente distribuiépoca del año que aldas están llenas de canzamos, el desarun líquido colorante r o 11 o, y por con si-" muy refrigente y del guiente los movimás vi,o carmi n mientos espontáneos (fig. 7). están suspendidos Nada más bello, en casi por completo en estío, que un Cerala planta que nos tophyll u m demerocupa. Atraviesa sum, visto :i traves una crisis -fisiológica del agna t ran sparenll ena ele in te r es, Pig, 7.-Tejielo del tallo por clebnjo del boton otoñal. A~peeto de una célula. aumentada de Yolúmen. ~ te y muerta de nucscuyo resúmen indit ros estanques. El camos á continualas hojas,la aproxide tmiforme muy y sostenido verde ramas las de parte mayor la de cion. La extremidad sufre ui1 cambio notable. La elongacion del boton ter- macion de las ramas, la forma cónica de sus mil cabezas, el relieve ondulado y mamelonado del conjunto, el juego minal, tan rápida en Ja primavera, poco mús ó ménos de la luz en los claros abiertos acá y allá, todo recuerse detiene copipletamente. Los ültimos ,erticilos se da, en miniatma, una selva de pinos marítimos que se aproximan de tal modo que forman un· todo compacto hubiera sumergido y se mirase desde la playa. y tirsóideo de hojas imbricadas. El tallo engruesa y No es así su fücies otoñal. No se distingue entónces frecuentemente toma un tinte rojizo. Las hojas, que tenian en "verano un aspecto -filiforme, casi capilar, se más que una masa negruzca, uniforme é indifinida, en la cual resalta vivamente un semillero de manchas rehacen ahora más gruesas, más carnosas, más ámplias; dondeadas, que el contraste hace aparecer de color · se ven verticilos que alcanzan varios milímetros de amarillo claro. Estos son los botones globulares de ancho en el punto de bifmcacion, tanto, que apénas parecen pertenecer¡\, la misma planta que las hojas es- que acabamos de h ablar. De cada uno de ellos saldrá tivales. Ofrecen una forma arqueada, cóncavas hácia on la primavera un nuevo tallo. Los antiguos no servin\n más que á título de cables, para sostener el ancla dentro, que no se las puede hace1· perder sin quebrarlas. de la nueva colonia: Al propio tiempo se fortifican y erizan sus espinas, los Por lo demas, estos botones de hojas anchas y dmas vacuolos internOl[l se llenan de gas ,Y como estas lagunas parecen escaliformes, dan al conjunto un aspecto á la que constituirán el nuevo tallo son, en este momento, vez estriado y nacarado. Toda la vida de la planta pa- extremadamente frágiles : un ligero rozamiento, la lirece reconcentrarse en estas especies de botones, cuyo ma fina y suave de tm molusco, las mandíbulas de una MOVIMIENTOS ESPONTÁNEOS


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larva que busca abrigo, la menor causa, en una pala- cion y creer en un isocronismo absoluto en las oscilabra, basta para que se separen de la planta madre, y ciones de todos los ejes. En varios casos el movimienque su flotilla vaya ti. fundar más léjos un nuevo es- to precedente (el de izquierda á derecha) se prolonga tablecimiento. El exceso de gas, que hace poco hemos hasta las nueve 6 diez de la mañana, pero estos casos indicado, facilita, quiztl., su separacion y flotacion. son poco numerosos y no llegan á la cuarta parte de · Esta manera de reproducirse y de dispersarse parece las observaciones totales. · favorecer al Ceratophyllum demersum su multiplicaLa velocidad de esta primera excursion es casi unicion rápida, por más que forme. Bien pronto se verá sus gérmenes sean relatiYa que tiene, al principio, tenmente pequeños. dencias á la aceleracion :r • , , 1--4-1-+-l-i-+-1-l-+-l-l 80::l--4-l-+-1-1-4--1-1--H-l Corno quiera que sea esta retardo hfoia el fin. al 7o''l--4-l-+-l-1-+-1-I--H-l nllaptacion del -vértice ele • IJ Tan luégo cesa este mo" los tallos á las necesidades .... ,00•1-+++--f+-H+-H"*-H-+--H vimien.to, es decir, entre 30•·1-+--1-+-1-1-+-+-l-+-J-l-\+--l-i-+-1 ele la estacion fria, esta con1) •" "°"l-+--1-+-l-i-+-+-1-·H-1-'>;-1-1-+-1 once y doce, :r algunas veces !:'."'-l-~l-l-+-1-++-f-+-+-P,,l\+-f-H centracion de energía qne ' despues de una corta pa, prepara la próxima elongarada, se produce una torOo"I.-.J,.._!._.L..J.-'-.,__._....,_.L..J......._......,,......_.,__,. cion, es un hecho, que no . sion inversa ele la primera, Fig. l. tiene nada de hipotético, y Fi ;. :!. ó sea de izquierda á de1·ees el que nos ha arrastrado cha, y esta segunda evoluá hablar ele los clemas: cion se contimía hasta , ,o.,,flidi1 • .,. 'l 3 ... 10 ,,,.¡¿¡, 9 3 r., o 9 '10 11 G 7 6 , es decir, la cesacion ele . la tarde. Las siguientes .... los movimientos ele flemedidas angulares pue''?' ',. xion y ele torsion en los den caracterizar la am;i: ' 1\ ejes as1 moclificaclos. plitud: •I He aquí, pues, en tan,,.. ' 11 horas. 14 Mnyo... 70° ,,., 1 » ... 102° 12 » ló ,to que el nuevo retoño ,, ... 2 h. 30 m. » ... 600 17 permita al autor conti10 horas. 19 Junio ... 120• "" ·-•! Soº 3 h. 30 m. 3óº » 20 a,• nuar su trabajo, algunos º" 1 h. 30 m. >> ... 05° 21 ,J ,. h. 30 m. 1 76° ... » 23 hechos que parecen in1 horas . » ... 50° 24 ..., contestables. » 9 » ... llóº 26 » 9 Agosto. 83° en o 3d' Generalmente, á las •" •" seis de la mañana e haEstas cifra y otras .,.v ,. N ancilogas conducen :í. un llan las ramas ejecutando alrededor de su eje movimiento horario de doce grados aproximade crecimiento un modamente, que es al de la vimiento de torsion de maiíana como 1 á 3. Atribuyéndole izquierda á deréclta. Entónces éste se , g ,ottNidi, a ,s.-• '\70• una <luracion media de siete horas y detiene y se produce otro de derech.1 J , J treinta minutos, se llega á una amá iz quie,·da, que continúa así, por tér,e.o• plitud de 90 grados, ó sea la mitad mino medio, hasta las once del clia. I , ,ao• de la de la maña.na. Las medidas angulares siguiente::-, V no• , demuestran entre qué límites varía la Cuando termina este movimien~o s•· 1 60º reemplazado en sentido contrar:io. e excursion total: , 1 Los números que preceden no in15 Mayo ... .. . 35° en 4 horas. dican ninguna de las variaciones que 18 Junio ... .. 67° 3 » estos moYirnientos en la dm·asufren ... 1 » 19 G » 207° , cada período. Pcrlecta Y fáele cion » 20 » 2 88° 21 » 2 h . 30 111. 125° cilmente se compre11derán estas vaFig 5. )) 22 3 horas. 90° riaciones por medio ele las curvas 23 )) 1 h. 3 m. 45° dadas en las figuras que preceden. Los gra:dos se cuen)) 24 )) 275° 6 tan sobre las coordenadas, y los tiempos sobre las )) 26 » 3 220° 28 » » 4 40° abcísas. Las figuras 1, 2, 3 y 4 se refieren á casos par» 12 Julio ..... . 80° . 1 ticulares comprobados en diferentes dias de lo meses » 20 » 1 70° de Mayo y Junio; la figura 5 representa la cm·va media Estas cifras dan un medio aproximado de 36 grados calculada en doce obseryaciones, graduadas en los mepor hora. Ahora bien, como el período de la mañana es ses de Mayo, Junio y Julio. Es fácil notar en ella de cinco horas (por término medio), resulta una tor- cómo se acelera y retarda el movimiento de la mañana, sion de 180 grados, ó sea una semi-circunf,rencía de :r cómo el que le signe disminuye en velocidad constantemente hasta llegar á una inmovilidad relativa. derecha á izquierda. Todo lo que acabamos de decir debe referirse á las No es posible elevar esta fómrnla á regla sin excep-

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LA. NATURALEZA. ex.tremicladcs de las ramas. Por medio de yaria ag uja fijadas á diferentes altura , se ye que eT mo,imient.o tiene su máximum en la que llc,a el boton terminal, y qnc decrece en las dos inferiores, por debajo de las cuales es nulo. Jo pasan siempre las cosas con la regularidad que acabamos ele indicar; algunas veces el período sinistrorsum se interrumpe por una vuelta de algunos grado derl'trorswn, seguida de otra en 1 sentido primitiYo. Otras veces se corta la rotacion por un momento de inmonlidad sin cambio de direccion. .r o hay duda que la torsion de los ejes no está én relacion directa con su fl.exion, pero no podemos expresar por cifras esta concordancia. U na ele las causas de esta imposibilidad, es que la observacion de la torsion llega ti ser muy difícil en el caso de uua curvadura muy pronunciada del eje, á consecuencia de los desplazamientos del plano en que gira la aguja que sirrn para medir los ángulos.

AT~IÓSFERA DEL PLA 1 ETA VÉNUS. Debemos á los últimos progresos de la astronomía física datos tan imporLanLes acerca de nuestro vecino y hermano el planeta Vénus, que nos es fácil ]Jasar en el conjunto ele ellos una opinion científica sólida y racional eon respecto á la meteorología, climatología y estado probable de vida de la superficie de este mundo. Su objeto es doblemente curioso, y su esLudio no carecerá indudablemente de interes para aquellos de nuestros lectores, que algunas veces olvidan los asuntos de nuesLro mundo, para transportarse á las regiones celestes que el telescopio presenta más allá de los horizontes habituales de la vida. Hasta estos últimos años podia ponerse en duda la existencia de la atmósfera ele Vénus; ]?Cro hoy clia poseemos· pruebas irrecusables de la similitud completa de este mundo con el nuestro; no solamente sabemos que existe dicha atmósfera, sino que tambien hemos medido su espesor, su densidad y su misma constiLucion física y química. Las primeras probabilidades se tuvieron en el úUimo siglo, por las observaciones del paso del planeta por delante del sol en 1761 y '1769; pero podían atribuirse los -efcclos observados á ilusiones ópticas. A fines del mismo notó Schrcctcr . en una de las fases de este globo, á lo largo del borde iluminado, una débil luz que parecía denotar un efecto crepuscular. Los dibujos del mismo observador presentan listas de sombras que atraviesan el disco, debidas evidentemente á la existencia de una atmósfera. Estas mismas bandas fueron apreciadas des pues, especialmen-

te por lord Rosse, De la Rue y Duffham. Otra prueba poco convincenle de la atmósfera de Vénus S:) había dado, fundada en la prolongacion del creciente, tanto en longilud como en latitud, aumento producido por la luz del sol que ilumina, bien sea una atmósfem ó bien sean nubes , que viene á ser lo mismo, pue·s no hay nubes sin atmósfera. El borde interior del creciente aparece con una zona gris, una pen ümbra, producida por el he cho de que ·en la cxtension de este meridiano el sol no ilumina la superficie del planeta, :sino únicamente su atmósfera, como sucede aquí al salir y ponerse el sol. Así yemos desde aquí los crepúsculos del mundo de Vénus, el alba y declinacion del clia . Entre los astrónomos que han examinado detenidamente este bello planeta, no hay uno sólo que haya dejado de notar que la parte del crecimiento exterior ó vuelta hácia el lado del sol, es más brillante que la curva elíptica interior, que marca la línea de separacion entre la sombra y la luz. Esta desigualdad prueba la existencia de la atmósfera de Vénus. Los rayos del sol reflejados en la superficie del planeta, y que forman el borde circular del crecimiento, atraviesan, en efecto, un ·espesor menor de atmósfera que los que llegan á las parles más ó ménos · próximas del círculo terminador. ½ª discusion de las observaciones prueba que esta penumbra no puede ser motivada más que por una atmósfera que rodee el globo ele Yénus y poco diferente de la nuestra en espesor, más bien.más que ménos elevada. Estas primeras medidas rudimentarias estaban hechas cuando tuvo lugar el maravilloso descubrimiento de la análisis especlral. Los astrónomos se apresuraron á aplicarlo, emprendiendo Iluggins, en Inglalerra, el imporlante estudio de las atmósferas planetarias. Las primeras investigaciones ele este hábil astrónomo dieron los resultados siguientes · (1S66): <cAunque sea brillante el espectro de Vénus y se vean muy bien las franjas de Fraünhofcr, no he podido descubrir ningul'l.a franja adicional que revele la presencia de una almósfera. La ausencia de dichas franjas quizá sea debida á que la luz no sea reflejada probablemente por la superficie de este globo, sino :i;¡or las nubes situadas á cierta altura. La luz que llegase á nosotros de este modo por reflexio~ sobre las nubes , no se h abría expuesto á la accion absor• bcntc de las capas más densas de la atmósfera del planeta. » ' Estos pri\neros rcsuHados no adelantaban la cuestion. Empezando de nuevo Huggins sus ex-


LA_ AT R LEZA pcricncias en diferentes ocasi.oncs, acabó por descubrir en el espectro franjas adic.:ionalcs {t las del solal'. Dcspucs, las observaciones de Vogcl h an confirmado la existencia de estas franjas, en un todo análogas [t las de absorcion de la atmósfera terrestre . «Las modificaciones inlroduciclas por la atmósfera ele Yénus en ·el espectro solar son muy débiles; es preciso deducir ele ellas que los rayos solares que nos en vía este planeta se reflejan en su mayor parte en la superficie de la capa ele nubes que le rodea, sw.1 penetrar en su interior. Sin embargo, hay franjas particulares, entre las que se reconocen las del vapor de agua. Puéclesc, pues, admitir como muy probable, que en la atmósfera ele Vénus exista agua, elemento tan indispensable á la Yida. » Tales son las frases propias del astrónomo aleman. En Italia, el P . Secchi babia encontrado, por su parte, que el -i;apor ele agua en la atmósfera de Vénu:;; obra absorbiendo la luz recibida del sol. Rcspighi, director del observatorio del Capitolio en Roma, halló las franjas del nitrógeno. Así, tenemos: 1. 0 El planeta Vénus está .rodeado por una atmósfera. 2. 0 Esta atmósfera es tanto ó mús espesa que la que re· piramos nosotros. 3. 0 Eslá constituida por un gas qµc parece análogo á la mezcla que forma nuestro aire. 4. 0 Está sembrada de nubes en número considerable . Pero continuemos nuestro estudio; se deben -al último paso de Vénus docümci:itos m..í.s nucYos y más preciosos aún. Como habíamos preústo, las cxpeclic.:iones enviadas para la obscrvacion de csle importante fenó meno celeste, han hallado, aparte del objeto especial de su mision, resultados cxlraños al mismo y completamente inesperados . Entre olros, uno ele los más importantes, el de mayor inleres, es sin contracliccion, la <lemostracion de la existencia de la atmósfera .ele Vénus, su medida definitiva y su análisis química. ( Se continuaní.)

MI SCE L ÁNEA. La Sociedad d e higiene. -Dumas hizo notar en Lma de las últimas sesiones de la Academia ele Ciencias de Paris, que las publicaciones depo itada en la mesa por la Bociedad francesa ele higiene erau ya muy numerosas. Gracias á la actividad de sus celosos promotores, y sobre todo de su infatigable presidente el doctor Pietra-Bauta, esta útil asociacion constituye ya, contando apénas algunos meses de exi tcucia, uuo ele los órganos importantes de la vida científica ele Fran-

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cia. 'us mim'nbros se cuentan hoy por centenares, notándose entre !:!llos ilustraciones ele todos los países. Todas sus sesiones on señaladas por discusiones considerables sobre las más palpitantes cuestiones del bienestar general; y su órgano oficial, Le Journál d'hygie'ne, es rico en hechos nuevos y consideraciones profuudas. Eleccion .-Por 27 ,,otos contra 23, dados al naturalista holandés Van Bencden, ha siclo elegido William Tompson por la Academia de Ciencias de Paris para ocupar la vacante de socio extranjero, que deja el célebre embriólogo r naturali ta van Brer. Sabido es que estos nombramientos han de someter e á la aprobacion del jefe .del estado, quien no eludamos claria el acerlado que nos ocupa.

REOIE~TES OBSERVACIO~Et:, DEL PLANET.á. MARTE .

E. DuYal ha seguido, durante la oposicion de Iartc de este año, con muchísima atencion, las diversas apariencias físicas que presentó este vecino planeta. Ila podido formar idea~ acerca del desplazamiento de las nubes. Es un estudio interesante y muy curioso. Ila observado que las nubes se mue,,en en i\Iade, como en la tiena, aproximadamente con la misma velocidad que nuestros cyclonos. Tambic n observó dos veces, en Octubre y en Noviembre, la teaslacion de dos manchas blanquecinas del NO. hácia el Este; la prime1:a yez, dicha mancha blanquecina recorrió la extension del planela en el espac io de seis dias. Despues de la desaparicion de estas manchas, Yió que una banda oscura, que se manLcnia en el Sur ó en los alrededores del Ecuador, se remontaba hácia el Xorte. Parecía sujeta á periodic.:ida<! en sus cambios. Resumimos sus observaciones, ofreciendo sus principales dibujos acerca del planeta, para la mejor inteligencia ele nuestras descripciones. «Empecé ú observará ~!arte el 13 de _Scticm.: brc; el 15 pude notar que una banda oscura, bien definida, se mantenía sobre el Ecuador. Algunos dias despues del. 2.2 del mismo mes, observé que el aspecto' de l\Iartc era indec.:iso. Ya me hacía yo la observacion de si el planeta estaría demasiado 1éjos para poderle disting·uir con la claridad necesaria, cuando el 30 del citado mes salí,.,cl_~ mis dudas, viendo ·que los detalles todos aparecían muy bien caracterizados, y el t. 0 de Octubre hice un dibujo que dcmueslra una mancha blanquecina al X.O., otra man cha oscura avanza húcia el Ecuador, y que el 9 se extcndia has la la parte Este. Observé una supeeficie triangular de un tinLe rojo uniforme,


, L

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NA'l'UP ALEZA

hácia el Su1·, y que permaneció así durante tres clias, avanzando un poco en direccion al SE. »El 4 de Octubre, el lugar ocupado por la mancha blanquecina se presentaba de un modo diferente; veíase en la forma que indica la figu• ra; es la única vez que la vi con tal aspecto. Asp ectos del pla neta Marte

1. 0 de Octubre 1877.

4 Octubre, 8 h.

)) El 18 de Octubre, hube de admiearme al Yer á l\farle invadido en sus tres cuartas partes por la faja,. oscul'a, y con mayor razon al dia siguiente, vi11ndo que dicho fenómeno se habia reducido á la mitad; tambien babia alrededor del polo un círculo oscuro que .):a babia observado el 6 de Octubre, pero entónces estaba mu• cho más acentuado. )) Se notará que la mancha polar es siempee visible. ¿~o esL.'.t nunca cubierta de nieve? ¿O es r1ue las nubes de ~[arte n o son de la misma na1.uraleza r1ue las nueslras?

1G ele Octubr e, 8 h.

18 ele Octubre, 8 y 4. 5 m.

»A fines de Octubre, no veia más que la faja oscura que permanecia en el hemisferio orte, cerca del TI:cuaclor, en la que, el 26 á las ocho y media de la mañana, pude notar una línea blanca que seguía el contorno de dicha parte os. curecida. )) El 28, á causa ele esLar el cielo brumoso, no me fué posible ver la mancha polar, perriütiéndome, si embargo, observar la faja oscura. A principios de Noviembre, Yolvió á hacerse confuso el aspecto del planeta de que nos ocupamos.))

Copio el registro ele observaciones correspondiente al 13 de roviembre: «Bella tarde; Marte fácil de ver; la faja óscura desciende hácia el Sur, donde se halla limitada por un espacio rojo, como de ordinario, bien definido; al NE. un pequeño espacio tan brillante como en el polo, en el lugar en que vi la mancha blanquecina el 1. 0 de Octubre. »El 16, hice dos observaciones y seguí la • rotacion de Marte y la direccion de la mancha blan10 de O ctubr<', 8 h. ca, que me paroció ménos brillante; á las siete y treinta minutos la Yeia al borde del planeta. 11El dia 23, fué cuando vi ·por última vez la cilada mancha. La divisaba en ménos tiempo que ántes, á pesar de hacer la observacion próximamente á las mismas horas; consisLia en que el planeta no se presentaba con su forma redondeada; la mancha estaba en la parte no iluminacla. ,i Trnnscurrieron veintiocho días entre la clcsaparicion de la primera mancha y la aparicion

.

13 ele ~o viembro, 7 h.

16 de Noviembre, 5 y 25 m.

ele la segunda. Es verdad que tenía que recorrer un arco de círculo mayor en el otro hemisferio. Pero pudo producirse un nuevo torbellino en los mismos lugares y bajo las mismas influencias que el primero. La faja oscura se remontó hácia el 1ortc, del mismo modo que lo hizo clesqucs ele la desaparici9n ele la mancha de Octubre. PROPIETARIOS GERENTES: PE1t0JO HERMANOS.

· Madrid: 1878.-Tipografia-Estereotipia PEnoJo,


Núm. 12.-16 Febrero 1878.

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H . D . RUHMKORFF.

dar en sus investigaciones á un inventor sin fortuna . Hoy dia el nombre de Ruhmkorff es europeo; todos El célebre físico que acaba de perder Ja ciencia (19 los gabinetes de física, todas las Universidades, todos Diciembre 1877) nació en Hannover en 1803. Termina- los colegios, todos los establecimientos de enseñanza del dos sus estudios de mecánico á Ja edad de diez y ocho mundo poseen sus instrumentos, y los sabios de todos años, abandonó su ciudad natal para recorrer la Ale- los países han recurrido á su talento para la ejccucion mania y perfeccionarse en su profesion . En seguida de los aparatos m,\s exactos y más delicados. ,olvió á París, donde residió durante dos años, al cabo Ruhmkorff babia hecho de la Francia su patria de los cuales partió para Lónches. Despues de una adoptiva; la fué siempre fiel, á pesar de sus desastres permanencia en Inglaterra de la misma du.raciou pró- y desgracias. Despues de la guerra de 1870-71, se le hiximamente, volvió áParis y trabajó en diferentes talle- cieron las más seductoras ofertas para decidirle á fijar res, por espacio de trece años consecutivos. sn residencia en Berlin; pero se opuso enérgica y reRuhmkorff había nacido para elevarse por encima sueltamente, rccJrnzando todas las proposiciones que de su profesion de obrero; en 1839 se separó de su ül.'. en tal sentido le fueron hechas. Hasta su 1ílti.ma hora timo maestro y se estableció pm· sn cuenta. Sus prin- fué su voluntad vivir en Paris, á quien amaba, en su cipios fueron modestos, como los de todo hombre que modesto pero tan célebre taller, frente á frente de la necesita un jornal para antigua Sorbonnet. Hevivir. En su muy humilmos visto que la Francia de casa fué donde consno olvidó nunca al hijo truyó el primero de sus adopti rn á quien Ja cieninstrumentos, que debía cia. debia tantas glorias. transformarse en la adRubmkorff era de camirable máquina de inrácter tímido, dulce, que cluccion, á la cual va unise captaba las simpatías do su nombre. La bobide todos. Era muy labona de Ritl1mk01:ff ha prorioso,ycaminando siemporcionado á la ciencia pre tras el progreso. inmensos adelantos, y Cuando lo había alcanmuy justamente mereza.do lo realizaba de la ció por ella su autor el manera más útil, decligrau premio de V olta cándose luégo ;\ darlo á (50.000 francos), la m;1s conocer á iodos, tlin1lalta recompensa naciogándolo bajo una fonna nal que pnclo ofrccérselc. sorprendente en la enEn 1&-14 Ruhmkorff señanza del mundo enexpuso en Paris nn apatero. ra to te r mo-e l éctrico Ruhmkorff dió durancompletamente transforte su vidaclejemplomí1s mado por él, y que sirvió bello ele modestia y despara las bellas experieninterés. Habíase concias de Melloni ; dicho quistado la estimacion y aparato le va.lió una meafecto ele las más altas dalla~ de plata. notabilidades de la cienRuhmkorff. (De fotografía.) En 1849, presentó un cia.. Fué un obrero en la aparato construido pura bella acepcion ele la paejecutar las experiencias de polarizacion por el mague- labra: se colocó, por el trabajo y l~ inteligencia., en el 1 tismo, de Fara.day,y los ensayos diamagnéticos; obtu,o mímcro ele los grandes inventores. entónccs otra medalla de plata. El retrato de Ruhmk01ff, que reproducin10s, está En la Exposicion u niversal de 1855, el éxito ele tomado do una fotografía. Sn fisonomía era inteligente y viva su mirada; su cabeza, rodeada de ca.bellos blanRuhmkorff foé completo con su aparato de incluccion; el jurado le concedió una medalla de primera clase; 1 cos, era, por lo domas, bien conocida, pues ha sido reademás fué nombra.do caballero de la Lcgion de Ho- producida á menudo en las pu~licaciones ilustradas, sobre todo desde que obtuvo el gran premio ele Volta.. nor. Algun tiempo despues se le confirió el grado de Oficial de Instruccion '.pública. No podemos enumerar todos los aparatos construiV IDRIO TEMPLADO. dos por Ruhmkorff; ünicamente diremos que s~1 nombre esUL liga.do á todas las aplicaciones nuevas del elecEn una de las últimas sesiones de la Sociedad tro-magnetismo. Dmante cinco años consecutivos, la de Fomento de Paris, Mr. de Luynes ha leido Academia de Ciencias de Paris le concedió el preen n ombre de Labastie u na com u n icacionaccrca mio F rémont de 5.500 francos, instituido para ayu12


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de los progresos que la industria del vidrio temCULTIVO DE LAS QUINAS . plado ha hecho desde que la Sociedad le concedió su aprobacion y prnteccion . M. Decaisne, en u na comun icacion que diriManifiesta á la asamblea numerosas mucslras, el 26 de l\Iarzo de '1866 á la Academia de gía que presentan létS más variadas y correctas forde Paris, clecia lo que á conlinuacion Ciencias mas .-Consiston éstas en tubos para vasos ele acerca del culLi vo ele las quinas transcribimos lámparas y boqui llas para gas, cubilotes do foren la India.: mas diversas, copas, retarlas para laboralorio, «Recordaré ú la Academia que, hace ya mu tubos de ensayo, ele.; rclalivamontc á estas piezas, recuerda los funestos y frecuenlos acciden- cho tiempo, hombres de reconocido y claro taden tes á que oslaba.n sujetos; la. menor caicla lcnlo so inquietaban en Europa y otras parles causaba su ruptura probando que no sucede lo con las devastaciones que sufrian las selvas cinmismo con los de vidrio templado. Presenta coníferas de la América del Sur por parte de extambion cápsulas para la farmacia y para la quí- plotadores am.biciosos. Eran tales estas devasta.mica, de todas magniludos y formas, platos ele cione::;, que la procluccion ele las cortezas de quividrio, en c.;ristal 6 en esmalte, tazas para café na estaba seriamente comprometida y su reali zacion no muy lejana quizá, á ménos que los goy para té, con esmalte blanco. locales tomaran enérgicas medidas, lo biernos Termina esta enumorauion por una experienpodia esperarse del esta.do de viva ao•ino cual cia que llama la atcncion poderosamente: coloca º país. Los precios de las quinas se cledel tacion en una cesta Yarios vasos de vitlrio ordinario y otras tantas copas de la misma forma hechas Yarnn considerablcmcnle, y áun algunas suerde cristal tcmplatlo; comunica en seguida [i la tes, en otro tiempo muy abundantes, por ejemcesta Yiolcntas sacudidas y q ueclan rotos todos plo la quinn Pitayo, llegaron [t hacerse ele difí cil aclquisicion. :\"o estaba totalmente desposeído los vasos ordinarios, pcrmanccicnclo inlactos los ele fundamento semejante temor al ver la falta do vidrio templado. que harían algun clia tan preciosas corgrande Se Ye, pues, que han sido resuellas todas las . tezas dificultades de la cuestion. Pero lo más impor»Pero gobiernos previsores, y en particular tante, los procedimientos de fabricacion han suele Holanda é Inglnic ·ra, no han querido los frido mucha simplificacion, combinándolos con á úl lima hoea paea asegurar á sus naaguardar las operaciones ordinarias do CL'istalería, ele tal á todo el género humano, la proquizá y ciones, modo, que se disminuyen considerablemonle que reclama.ria la medicina quina de vision los gastos, consiguiendo al mismo tiempo foragotado en América. IIan hubiera se cuan<lo mas regulares y una ejecucion mús perfecta. Los y debían hacer con los úrpodían que juzgado objetos hechos con la sustancia líquida, cuando h izo Francia en el último que lo quina, ele boles todavía están rojos, son sometidos directamenle café en el nuevo contiel introduciendo ·siglo á la accion del baño de temple, y no se colocan ha hc0ho rceicnteInglaterra que lo y nente, en el horno, como se hacía al principio, hasta natuealizado y hoy té, del árbol el con menle su completo reblandccimienlo, lo cuai motivaba . >) Himalaya el en escala geandc en cultivado alguna alteracion en sus formas. Las botellas, se no botánico eminente del previsiones Las copas, tubos, lámparas y otra porcion do objeserie interminable la completo: por realizaron tos cóncavos que contienen aire, que se opone ele gueeras inteslinas, los trastornos interiores á la entrada del líquido durante el templo, son que ha sido teatro la América del Sur, la inele recibidos en un tubo curvo, una especie de sifon curia ele los diferentes gobiernos que ha tenido, que, en el momento de la inmersion, deja escado par el aire, entrando el lí quido en su cavidad han disminuido cada vez más la importacion las quinas en Europa y aumentado sus pre0ios sin esfuerzo alguno. 'l'oclos estos perfeccionamientos, puestos en considerablemente. En estos ú-ltimos dias, las práctica en la fábrica de Choisy- le- Roi, permi- buenas variedades ele quina calisaya, se han venten una fabricacion corriente y bastante fácil dido, por término medio, de 20 á 30 francos el acpara que se pueda esperar ya el momento no kilógramo, y el sulfato de quinina está en la en kilógramo; francos 750 á plaza la en tualidad muy lejano en que los objetos de vidrio temhan se casi próximamente, año un de espacio en plado no cuesten sensiblemenlc más caros que duplicado los precios, y personas bien informal os de vidrio ordinario. das aseguran que el alza no ha llegado aún á su apogeo.


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En vista de la escasez de un medicamento Lima la vireina, en '1640, confió ciertacanliclad tan precioso para todos y tan enérgico en sus á los padres jesuitas para que repartieran su efectos, nos ·11a parecido interesante, clespucs de uso, lo que le valió el nombre ele polvos ele los haber recordado el orígen ele las quinas, el des- jesuitas. Linneo, para inmortalizar el nombre cubrimiento de sus propiedades febrífugas y los ele la condesa de Ohinchon, ha llamado cascagrnscros procedimientos ele recoleccion en uso rilla chinchona., en su clasificacion botánica, al en la mérica del ur, poner en conocimiento árbol que suministra esta preciada corteza. de lo s lectore::; de LA NA·ruRALEZA los esfuerzos Introducida en Roma por los jesuitas, y en hechos en sus respectivas colonias por los go- nuestra patria por el conde de Ohinchon, no biernos de Inglaterra y Holanda para aseguear tardaron los polvos ele quina en ser conocidos la procluccion de las quinas; el éxito y desar- en toda Europa. En Francia fueron reveladas rollo considerable ele estos nuevos cultivos po- sus propiedades por un inglés llamado Falboth, drán por sí atenuar el mal que acabamos ele se- que curó á Luis XIV con asombrosa facilidad ñalar. una calentura intermitente rebelde. El rey le La quina no es una sustancia medicamentosa concedió títulos ele nobleza , le compró el seimportada en Europa ele muy antiguo; conocida creto, lo divulgó públicamente, y le colocó á ele tiempos ya muy lejanos en América, es algo gran altuea paea con el público y los médicos. difícil asignar una fecha al descubrimiento de La quina no crece únicamente en el Perú, sus propiedades medicinales. Seg un Huiz, uno sino tambien ú. lo Jar"'O ele la cordillera ele los de los primeros naturalistas que se ocupal'on de Ancles. en una cxlcnsion de más de 700 leguas, estac ucstion, es probable que los indios ele la pro- desde Bolivia á Nueva-Granada, en una zona vincia de Loja conocieran sus vil'tudcs y la em- ele 12 á 18 leguas de a~ho y á una altura complearan muchos años ántcs ele nuestra conquista prendida entre 1.200 y 3.270 metros. Las seldel Perú. Con todo, húcia el año 1636, un indio vas en que se en cucntea la quina, son ele difícil dió á cono ce r sus propiedades al corecgidor, acceso y retieaclas del mar; así que el viajero que padecia fiebres intermitentes. Éste, deseando que desee visitadas iienc que vencer graneles curarse, pidió al citado indio coetczas y el modo obstáculos para llegar á ellas . de emplearlas, que no era oteo que el ele prepaLos Sres . Castclnau, algunos meses clespucs rar con ellas una infusion; siguió sus instruc- Delonclrc y ~I. \Vecldcll, han atraYesad'o los deciones; ú. los pocos días cesó la fiebre, y conti- . sicrtos que soparan las selvas ele la costa; para nuando en el uso de este medicamento, acabó que nuestros lectores puedan formarse una idea por recobrar por completo la salud. ~Iús adelan - ele las cliflcultacles que tuvieron que superar te, en 1638, habiendo llegado á conocimiento del estos sabios, reproducimos una parle del t·elato corregido(' que la vireina padecía tambicn una do Castel na u: ce Es difícil dar una idea ele la exflebt·c terciana, escribió al viroy, el conde de trema aridez de la costa del Perú; no puede Ohinchoñ, enviúndolc cortezas do quina y anun- compaearse más que con los grandes desiertos ciándole su innegable virtud cura ti va, y aña- del A.frica; en ella no se encuentran ve. ligios ele diendo que no ponía en dutla que con su em- vogctacion, y no llaman la atencion m,í.s que los pleo bien pronto se veria libre ele los accesos. 111011 Lículos arenosos, que han recibido el nomPers uadido éste de que nadie podría adminis- bre de meclanos . Estos montículos deben su trar mejor el remedio que el mismo corregidor, formacion á Ja accion ele los vientos constantes le obligó á presentarse en Lima, exigiéndole que del Sur que reinan en la region, y (t esta causa úntcs de emplearlas en su esposa las ensayase es preciso atribuir la forma de erccicntes que en el hospital. Así lo hizo en presencia de los casi todos afectan. Unicamentc con gu ias expemédicos, y pocos clias clespucs estaban curados rimentados es como se pueden recorrer estos todos los enfermos que siguieron su tratamien- desiertos, pues cuando las tempestades agitan to. En vista de pruebas tan evidentes, se resol- estas masas arenosas, se forman tt·omhas ele arena vió ú. tomarlas la condesa; á los pocos días des- ele 30 á 40 metros ele clevacion, que harian peaparecieron los accesos, recobrando complcta- recer al viajero poco acostumbrado á su marmcn te la salud, q uc había perdido seis meses cha habitual. ántcs. · »Los niecla.nos que acabamos ele citar tienen En reconocimiento á tal beneficio, distribuyó normalmente de 6 á 8 metros de altura; se asegratuitamente la condesa el nuevo remedio, que gura que, cuando son impulsados por un viento por mucho tiempo se conoció con el nombre de fucrLc, recorren la llanura con gran rapidez. polvos ele la conclesa. Antes ele abandonar ú Por lo domas, nada más incierto q uc la forma-


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cion de estas_ colinas de arena. La region más tas tropicales se entrelazan, y á cierta altura se abundante en medanos la víspera, puede muy encuentra por fin el árbol ele la quina, que creen medio de . la exuberante vegetacion de las bien, al día siguiente, presentar una llanura perfectamente uniforme. La falta de aguas cons- selvas vírgenes. Las especies de este género se tituye la dificultad principal que encuentra el hall an á una altura media de 1.600 á 2.400 metros; no lo convienen ni los calores de la llaviajero . nura ni el frío ex»Así que, durancesivo de las cite la guerra ele la mas elevadas. En Independencia, se ciertas loc a lidaextraviaron reg idescienden las des mientos en teros, hasta 1. 200 quinas encontrando tina en otras, metros; muerte horrible observaha como en medio de estas se eleCaldas, do dunas. 3.270. hasta van »El camino que entónces, Pasan, recorríamos nosde la zona de las otros estaba indise extienselvas, cado por una hile la rehasta den ra ele piedras, cogencialas de gion locadas á ambos nas, en donde tolados del mismo. m an la forma · de · Despues de una y de ararbustos marcha de qujnce bolillos. leg uas, rendidos y En la selva, los fatigados por el arele quina árboles dor del sol, llegagran alalcanzan mos á un tambo, cortezas sus tura; especie de posada argentadas, son pequeña construilas hojas anchas y da con tablas en de color verde m\;ldio del desierto. cambiante, las floUn antiguo soldares son blancas, do francés estaba rosadas 6 purpúdicho al frente ele y tiene n un reas, establecimiento, perfume suayc y construido con obmuy agradab l e jeto de ofrecer alque recuerda el de bergue_ á los vialas lilas . Comosajeros, pocos 1nescs bcmos, en la corá ántes, obligados de este vcteza recorrer treinta g c tal es donde leguas por dia. Peresiden las proro el principal beEl árbol de la quina. piedades tan útineficio del intrépiles de la qui-na; do soldado consistia en la venta de aguas, que iba á bu;;car á cua- con todo, se ha comprobado que los principios tro 6 cinco leguas de allí, al precio ele 30 cénLi- febrífugos no sólo existen en la corteza, sino mos el vaso . Pensando en er placer que se ex- tambien en todas las partes de la planta, espeperimenta al apagar la ardiente sed que tenía- cialmente en las flores y en las raíces . Los encargados ele la recoleccion de la quina mos, no pudimos quejarnos de los 20 francos se denominan casca1·illeros . Para separar las que pagamos por nosotros y los animales .>> Una vez pasadas tan áridas reg iones, cambia cortezas, el cascarlllero corta el árbol de quina; el paisaje; la temperat ura es más dulce, los ár- clcspues con un cuchillo muy agudo practica boles se hacen frecuentes, la enredadera y plan - incisiones longitudinales en todo el espesor ele

en

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LA NATURALEZA la corteza; levanta en seguida las láminas cortadas y las coloca al sol para secarlas. Bajo la influencia del calor, las cortezas delgadas se arrollan sobre sí mismas y suministean las varíe-

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dados c.onocidas en el comercio con el nombre de quina a,rollacla, miéntras que los trozos más grnesos lo son con el ele quinas lisas. Frecuentemente el cascarillero, para evitar la

J:::ig. 2.-Flor de la quina (Cinc/tona succi1·1·ubra). !amaño nalural.

fatiga que le causa el encorvarse, dirige los hacahzos desde cierta distancia del suelo . Abandona el tronco en el nacimiento de las ramas, no recogiendo aproximadamente más que la mitad de las cortezas que puede dar cada árbol. Las diferentes variedades de árboles de quina

producen cortezas de cualidades particulares; se distinguen en el comercio, por el color, con los nombres de quina roja, quina gris y quina blanca y tambien por su procedencia ó el punto de embarque: las variedades mús conocidas son las de Calisaya, Pitayo, Loja, Iluanuco, Carta-


LA NATURALEZA gena, etc. Despucs lle mucho tiempo, algunas de estas variedades se han hecho célebres por sus propicclmles medicinales; así, la quina laja, roja, ft,brosa, clel rey, era cultivada en el Perú en parques cercados y guardados escrupulosamente. rre nian sumo interés, sobre todo ele quitará lo s árboles las criptógamas que se acercaban. Recolectada por medio ele un aparato especial, y secas con el mayor cuidado, eran encerradas entónccs en cajas ele estaño perfectamente soldadas, clcfencliclas ele los agentes exteriores por una caja ele madera y una piel ele búfalo; y una vez selladas, eran enviadas á l\faclricl. Todos los años tenía lugar uua remesa semejante; el resto de las cortezas del año anterior las regalaban á las principales personas de la corte; gozaba de tal eficacia, que muy pequeñas cantidades bastaban para curar fiebres tenaces y rebeldes á la accion de otras cortezas. Para comprender esta diferencia ele peopieclaclcs en las diversas suertes comerciales ele quina, es noc@sario recordar el importante descubrimiento ele Pelloticr y Oavontou. En efecto, estos químicos han demostrado que la quina contiene dos alcaloides, la quinina y la cinconina, princiÍJios activos que comunican al medicamento ele que nos ocupamos sus importantes peopieelades terapéuticas; más adelante, los trabajos ele oteos sabios han demostrado que la quina contiene aún ot\os principios básicos, entro lo s cuales, los que han siclo mejor estudiados son la cinconiclina, la quiniclina y la m·icina,. Fundándose en estos descubrimientos, setrató de preparar artificialmente los alca1óiclos extraídos ele la rruina en el laboratorio, y con ayuda ele los progresos químicos so logró preparar sa-· les..definidas. El sulfato ele quinina y el hidroclorato ele cinconina, poseen en grado mucho mayor las propiedades_ febrífugas ele la quina; la-reemplazan tambien con mayor ventaja en medicina, ¡mesLo que pueden closi.Qcarsc con cuidado, y permiten al médico peopprcionar la dó is con areeglo al carácter y progeesos de la enfermedad (1) . (1) La quinina y la cinconina obean ílsiológicamente de igual manera; sin embargo, para conseguir los mismos efectos, es necesario administra1· l~.s sales de cinconina á dósis dobles que las de quinina. A altas dósis, provocan las sales de quinina un e~tado particular, denominado embriaguez ó delfrio quinico, que se maniCTcsta por fenómenos cerebrales, tales como vórtigos, ruidos de ~id o, sordera, vómitos, etc. Los operarios que pulvcrizun la r¡uina en las fábricas de sulfato de quinina, están casi siempre suj etos á estos accidentes, cada vez que emprenden sus trabajos; entre los dedicados ú otras manipulaciones ele la quina y del sulfato de quinina, los hay que sufren un a enfer-

Además ele estos principios alcalinos, contiene la quina sustancias astringentes, tanino, úciclo quínico, 1·ojo cincónico, que le comunican peopia<lacles aperitivas, tónicas y digestivas, del todo diferentes ele las febrífugas; de aquí la costumbre ele emplear en farmacia la quina en clococcion en el Yino y en el alcohol, y tambien en el estado ele extractos acuoso ó alcohólico, formas farmacéuticas que permiten conservar en el medicamento el conjunto ele toda::; las propiedades de la quina. 001110 quiera que sea, fácil es comprender que la quina debe tener propiedades variables, segu n la clistribucion y cantidad ele sus principios inmediatos. En general, las quinas rojas y amarillas contienen mayor proporcion ele quinina; son, pues, esencialmente febrífugas, y muy buscadas por los fabricantes para la preparacion del sulfato ele quinina; las grises principalmente contienen cinconina, por lo que son astringentes sobre tocio, y se reservan para la preparacion de los vinos ele quina; con respecto á las quinas blancas, debemos decir que algunas de sus v1cwicdacles son ricas en aricina, pero. que en general son pobecs en principios activos, y tienen ménos valor que las variedades precedentes. No mencionaremos las quinas conocidas bajo la donominac ion ele falsas quinas, pues no tienen ele talos más que el nombre; no contienen ningun principio activo; clesgeaciaclamente son muy frecuentes en el comercio, y los consumidores deberán precaverse contra ellas (1). Por último, Garles en Francia, y Hownrcl en Inglateera, h an demostrado en estos últimos tiempos que los alcalóides ele la quina están distribuidos con closigualclacl en un mismo árbol, y áun en una misma corteza; así se hallan en mayor cantidad en las raíces que en la corteza y en las flores; y en una misma corteza, la quinina se acumula con preferencia en las capas externas ó periférica¡; . Los primeeos ensayos ele transplantacion ele las quinas á sitios favorables á su existencia y clesareollo, se deben exclusivamente, como ya hemos dicho, á la, iniciali va ele los gobiernos ele Holanda é Inglaterra. Desde 1829, época en que medad cutánea que les ohliga á suspe nder sus ocupaciones por espacio de quince dias, un mes, y ánn por má.s tiempo; algunos tienen que abnndo nat· por completo el trabajo . ( 1) Algunos negociantes de conciencia ancha expenden al público quinas averiadas por el agua del mar, quinas que ya han servid o para la fabricacion del vino de quina ó del sulfato de quinina, y hasta quinas mezcladas con co1·l~zas de encina. Táles son los resultados de la competencia ilimitada.


LA NATURALEZA C. E. Blumc llamaba la atcncion del gobierno holandés acerca ele este punto, se hicieeon en tal Rentido diferentes tentativas; pero hasta 1850, clespues ele una desgraciada experiencia hecha por los franceses en Argelia, no se determinaron los holandeses, enviando á la América del Sur á Jiasskarl para que recogiese plantas y semillas ele quina. Difícil era la empresa, pues babia de luchar con la oposicion ele las autoridades del país, que deseaban conservar el monopolio del precio ·o medicamento. Sin embargo, á fuerza de estrntajemas consiguió IIasskarl su objeto, y lleYó á Java se.millas, que distribuyó en cierto número de jardines botánicos . Los felices resultados ele la siembra y cnltivo, cuyo desarrollo presentó á pesar de todo, grandes cliflcultaclcs, animaron á los ingleses á seguir su ejemplo, y en 1859 enviaban á su vez á las selvas del Ecuador á los natural istas i\Iarckham y Ceoss . Jluslraclos con los trabajos de sus predecesores, que sobre todo habian llevado de América quinas ele cinconiclina, 1\Iarckham y Cross recorrieron durante varios años la vasta region ele las quinas, y ele este modo adquirieron la seguridad. de que la especie más rica en quinina crecia en los alrededores de Pitayo, en la NucvaGranada, en la cxtension de algunos kilómetros cuaclrndos . Explotadas por lo· naturales del país, las quinas Pitayo se hacian cada yez más escasas, pues los indígenas, no sólo las cortaban, sino que tambien las sacaban completamente ele raíz, por ser las cortezas subterrúneas más ricas en alcalóidcs que las partes aéreas. Los sabios ingleses citados fijaron su atencion en esta especie; transplantarnn en sus colonias plantas jóvenes y sem.illas de ellas, é hicieeon ensayos en el mon le del Ilimalaya, á los 27° de latitud septentrional, en Ccylan y en Santa Elena. Fué dispuesto el p lantel, bajo el punto de vista climalológico , conforme á las indicaciones recogidas en Pilayo, allí dontle á una cslacion humcda sucede un período ele sequía, durante el cual el sol hiere directamcn Le al árbol de quina y ascgurn el ciclo de su vcgctacion anual. En todas partes se lograron las nuevas plantaciones, de tal modo que, segun demuestra una reciente estadística el gobierno holandés posee en la actualidad dos millones ele plantas de quina de diferentes Yaricdades, y el inglés cerca de dos m illon es y med io; desde h ace algunos años, las remesas de corlezas de quina á. la metrópoli se hace n con regu l aridad, y se ve n-

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den ú un precio relativamente alto. Ya h emos dicho que los ensayos hechos por los franceses en la Argelia fueron infructuosos; en n ucvas tentativas hechas en sus colonias, sobre todo en 1\Iaclagascar y en la isla ele la Rcunion, obtuvieron m ejores resullaclos. En la sesion verificada el 21 de Mayo.ele 1871 por la Academia de Ciencias de París, anunció el general ~Iorin que un hijo suyo, en union del doctor Vinson habia consog uic.lo provechosos resultados; poscia 234 piés de quinas aclimatadas en la Reunion, en diferentes puntos y alturas de la isla, todo lo cual les inducia á ercer que los nuevos cultiYos tomarían allí gran incremento . Las variedades de quina así cultiYaclas, son más ó ménos ricas en quinina· pero lo que interesa consig nar es que los cuidados en el cultivo de la planta aumentan su riqueza en alcalóides; de este modo en Java y en las Indias se han conseguido cortezas que contenían hasta un 90 por 1.000 de sulfato de quinina. Sin embargo, el abono debe dirigirse con cuidado, porque eslá probado que el exceso de sustancias azoadas empobrece en quinina las cortezas y las enriquece en cinconidina (1 ). La rccoleccion ele las cortezas ha sido natu ralmente modificada en las nuevas plantaciones; repeocl uciénclosc en el árbol la corteza, para recoger el medicamento, es suficiente descortc zarlc. Adcm,is, despréndcse de las observaciones ele ::--.rae YYor, que recubriéndole de musgo y poniéndole al abrigo de laaccion directa de la 1uz, se au mep ta con. idcrablcmente su riqueza en alcalóidcs; así se practica. hoy dia en casi todas las plantaciones. Especies ricas tratadas de esta manera, casi han duplicado sus rendimien tos· una corteza ele Cinchan.a Bom.planclw.na., tratada por este procedimiento, ha dado á la análisis en sulfatos cristalizables 61 en vez de 37 por 1.000; otra especie, laC. tlccir1·ubra, ha peoducido !10 en lugar de 69,5 por 1.000. Finalmente, como se ha probado por un lado que las raíces son muy ricas en quinina, y por ( 1) Segun " ' edel, la eiaconidina tc.'lld ria propiedades febrífugas~ ,si tan cnórgica5 como las ele la quinina, Lenicnclo sobre ella la ventaja de ser mejor tol erada por el eslómago y producit· mónos f,i.cilm cate ruido de ciclos . Los ensayos he~ chos c..>n tal objelo por el gol.,ierno de i\ladrás, demuestran que, en 1.11 5 enferm os febriles, de ilO trataclos por la cinconi na . se curaron. .... 4.00 » ..... 340 cinconidiaa » 3:;9 » . .•. . 35;; quinina » 376. Esta observacion es tanto más importanle, cuanlo que la indusl1·ia ofrece la cinconidina á más bajo precio que la quinina, por e3Lm· el primn1• alc::i.lóidc muy rcp1.rtido ca las cor~ l~zas ti c q'lina.


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la seguida anteriormente por el estímulo. Y esta es, no temo decirlo, la obseryacion más importante, para biologistas y evolitcionistas, de las hechas en el dominio ele la fisiología ele los invertebrados, porque prneba á los biologistas que la funcion característica del nervio, allí donde aparece por primera vez en la escena de la Yida, es ·t al que puede, en el más alto grado, cumplirse por sustitucion, por todas las partes de la misma masa de tejido; miéntras qne demuestra á los evolucionistas la existencia de un estado tal de cosas, que ,!lebia hacerles presentir su teoría de la génesis de los nervios. En un animal de forma tan simétrica como la medusa, en la que todas las partes de la lámina contráctil se asemejan completamente, debemos esperará que las líucas de descarga, que constituyen la supuesta red, sean muy numerosas y se asemejen mucho, con resLA EVOL UCION DE LOS NERVIOS p ecto al grado ele evolucion. Se deduce, segun la teoría Y DEL SIS1'Ei\Ii.\. NERYIO SO. de Spencer, que no exigiendo la forma simétrica del disco que una porcion ele las líneas entren en accion (Continnacion.-Véasc págs . 13n y 147.) imís frecuentemente que otras, todas elebon asemejarse Queda por resolyer, sin embargo, la cuestion siguien- m:ís ó ménos por el grado de diferenciacion; es decir, te: ¿Puede la funcion conchtctriz sufrir secciones de que todas deben ofrecer aproximadamente la misma ,, resistencia al iJatejido, como está so de una onda de probado que pueexcitacion; do tal de liacerlo la foueion contráctil? modo, que es indiferente el que Pues si así no se verifica, queda dicha onda pase <les trui da toda por una ú otra o bj ecion á la lri.parte de estas lípótesis de que el neas. paso ele las ondas Existe aún eo n tr áctiles · es otra clase ele hedebido á la acciou chos que, :i mi enpor sustitucion tender, combaten de·las fibras nerenérgicamente á viosas rudimenfavor de la teoría tnrias. En pocas ele Spencer. AdFig. l. palabras, la conmitiendo, como testacion es afirmativa. Y en efecto; creemos que creo qLlC me hallo autorizado á hacerlo, que las ondas tau dífícil es interceptar el paso de las ondas de exci- contráctiles no son simplemente musculares, sino qne tacion por meJio de secciones interpuestas, como lo es, su propagacion depende del paso de una ele estimulasegun ya hemos visto, interceptar por el mismo medio cion; admitiendo este hecho, repito, adq1úeren gran el paso de las contráctiles. Por ejemplo, hé aq1ú (fig. 1) significacion las obsenaciones sigLúentes: Cuando una una Aurelia cuya sombrilla ha sido cortada en forma onda contráctil que signe una cinta espiral se detiene de paralelógramo y sometida enseguida á las terribles súbitamente á consecuencia del encuentro de una secmutilaciones que representa elgrabado. Estimulándola cion, en la mayoría de casos dicha detencion es permaaún muy delicadamente en un punto cualquiera de la nente; del mismo m.odo que cuando la cinta continúa extension del t ejido, como en la extremidad a, una siendo excitada, bien artificialmente ó bien por la cononda tentacular correrá á lo largo del borde, hasta el scrvaciou de un solo gánglio terminal, como lo demuespunto b, demostrando así que la onda de excitac.ion tra la figura ele la'página número 149. Pero en la genedebe haber contorneado la ·extremidad de cada una de ralidad de los casos, des pues de un tiempo que varía las soluciones de contimúdad que haya encontrado. En entre unos cuantos minutos y un dia ó más, queda la figura está representada la onda tentacular como si vencido el obsttículo y la onda contráctil continúa sn hubiera recorrido ya la mitad de la distancia compren- marcha con entera libertad. Si para ello tuviera tiemdida entre a y b ; y cerca de b está figurado el único po, podría probar que estos hechos no son debidos á lo gánglio conseryado g. Cuando llegue á g la onda tenque los fisiologistas llaman sacudida ; y en tal sutacular, producirá el gánglio, muy poco des pues, una pu,~sto, me parece que no queda más que una sola hidescarga que dará orígen á una onda contráctil, la Qnal pótesis. recorrení la distancia de g á a, en direccion opuesta á Este hecho es el que acabo de .enunciar ahora mis-

otro que la edad de la planta parece disminuir sus cualidades, se ha propuesto sustituir á los procedimientos ordinarios de cultivo, por siembras que se arrancarian cada dos ó tres años, y se entregarían así al comercio; pero no tenemos conocimiento de que se haya puesto en práctica aún semejante idea. Por lo demas, estas son cuestiones que, por muy interesantes que parezcan á los directores de cultivos de cinchonas, no debe preocuparles mús que el punto más importante, es decir, la aclimatacion de la planta misma, problema que hoy dia está completamente resuelto.


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mo ; que el que la mayor parte ele las líneas tle descar- tiene impone á estas lineas particulares ele descarga un ga en la red supuesta se asemejen mucho con respecto grado de actividad funcional mucho más elevado que al grado ele diferenciacion, no significa que dichas lí- el que habían tenido q~1e ejercei· hasta dicho momento neas sean exactamente adecuadas bajo el mismo as- A su vez, esta actividad mayor engendrará tambien pecto ; porque á priori tal estado de cosas sería impro- mayor permeabilidad, y tarde ó temprano llegani el bable en último término. En su consecuencia, diri- momento en que las líneas de descarga, de casi capaces giendo la seccionen espiral, debe suceder que en cada se conviertan en completamente capaces de transmitir, corte de tijeras se dividen varias líneas de descarga, una excitacion molecular para provocar ondas contrácpresentando diferentes grados de diferenciacion ; y en tiles más allá del punto en que fueron interceptadas. caso semejante, el hecho de una detencion rápida y deEn tal caso, debemos esperar que se verifique lo que :finiti va es debido probasiempre hemosvistoproblemente á que se haya dncirse, á saber : que las cortado una línea bien primeras ondas que ,endiferenciada, en una parcenel obstáculo son muy te de tejido en donde débiles, las siguientes un ninguna otra tenga el poco más fuertes y las suficiente grado de forque las siguen más fuermacion para conducir tes aún, y así sucesivam,1s adelante la. excitamente á medida que el cion. Eu la mayor parte nuevo paso se hace más de los casos, la detenpracticable por el uso, cion originada ele este hasta que las ondas conmodo . es p ermanente, tráctiles atraviesan su porque es claro que la antiguo dique sin dismiform acion do los conel nenucion apreciable en su 1-;,ig. 2. fuerza. En algunos catos nerviosos cu las condiciones iuc.licadas por sos, explorando el sitio Spencer, no pueden producirse con la energía necesa- por medio de e timnlaciones graduadas y ele extremidades ele punta de aguja, hemos podido :fijar de una ria para poder admitir que eu el tiempo ele Yida que manera cierta. la línea precisa, ,í. través de la cual habia resta á una medusa mutilada, es decir, en el e pacio tenido lugar la irrnpcion ele la influencia estimulatriz; de unos dias, se establezcan líneas ele de carga entede modo que estos 1Utimos hechos, en mi sentir, tienramente nuevas. den ~í confirmar poderosamente la ieo1ia de 'pencer Sin embargo, conforme á la hipótesis, se puede esacerca de la formacion ele los nervios. perar, en el menor número ele casos, que la cleteuci0n Añadiré además que si es corde la onda contráctil sea únicarecta esta interpretacion ele los mente temporal, porque deben llehechos, nos proporciona una prue-_ gar circunstancias en que sea tal ba ele gran yalor con respecto á la la relacion ele la línea muy clifcuniformidad del trabajo de la narcuciada que acaba de ser destruituraleza. Teoría científica de la da, con la ménos diferenciada q ne evolucion de los nervios, que hace se encuentra en la proximidad de un año parecia imposible resolyer, la seccion, que sea ésta capaz de porque las obserYaciones que huobrar por sustitucion de la otra. bieran podido demostrarla. habrian Las ondas contráctiles, pues, en el exigido varios centenares de años, primer momento, serán instantay que ahora se halla establecida neamente interceptadas con el fin por observaciones, para las que no de la cinta ; pero la onda molecuPig. 3. es necesa1'ío más que horas y mi- lar, y con ella la contráctil , que nutos. La historia-de la génesis de continúa · hasta la extremidad límite de la misma , encontrándose entónces súbi- los nervios Jústoria que se ha desarrollado dtu-ante un tamente interceptadas, se producirá un violento con- inmenso p~ríodo, se baila reproducida de un modo inflicto de fuerzas moleculares en el punto en que se en- finitamente abrenado en los hechos que acabamos de exponer. Y aunque parezca inconcebible la diferencia cuentren estas ondas, y cada una buscará la línea de menor resistencia. Por esto es que, como onrlas suce- de estas dos historias bajo el punto de Yista de su dusivas vienen á herir continua y regularmente el sitio de racion, es, sin embargo, muy probable que no difieran la obstruccion, se esparcirá igualmente un desórden bajo otro aspecto. Llamaré ahora vuestra atencion acerca de otra esmolecular más 6 ménos grande á t ravés de las líneas pecie de medusa que pertenece á un tipo cuya e~olude descarga, las cuales no eran desde el principio más que casi insuji,cie1Ítes para sostener la continuidad fisio- cion es uu poco m:is avanzada que la de la ..A.urelia, Y que he llamado Tiaropsis indicans (fig. 3), nombre que lógica. del tejido. D e este modo, cada onda. que se de-


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hace alusion :í una importante facultad de que goza su pedúnculo 6 polípito. Dicha facultad consiste en que este órgano puede Jocitlizar, con la mayor prccision, cualquier punto ele excitacion situado en la sombrilla. Por ej emplo, si se pica por medio de una aguja la sombrill a, inmediatamente el pedúnculo se dirige.. luícia el punto picado, y Je toca, como represcnfa la figura. Si en seguida se le estimula otro punto cualquiera ele] disco, se dirige el polípito hácia el sitio estimulado, y así sucesivamente. F.icilmcntc se comprende que existe una funcion notable, pues prueba que todas las partes de la sombrill a dehen estar recorridas por líneas de descarga, cada una de las cuales es capaz de conducir una excitaciou clisti1tta al pedúnculo 6 polipito, y ponerle en condiciones de determinar siempre cuúl ha sido la excitada cutre la multitud de líneas. E ta facultad ele localizacion de que está dotado el pol/pito, demuestra que las líneas ele descarga deben estar más diferenciadas en esta especie que en la Aurclia, y que l::t accion por sustitucion no podría llegar en ella á tan alto grado. Cada línea ele descarga debe tener afecto un carácter mns especial, ú fin ele que el mcusaje que llcYa al polipilo, cuando ha sido excitada, no pueda co11funLlirse con 11inguno de los conducidos por otras líneas. El estado ele cosas que aquí obscnamos, es precisamente el que cspcníbamos encontrar, como constituyendo el segundo estadio, segundo proceso de la cyolucion ele los nenios. Indudablemente es una ventaja. para la medusa que su pedúnculo sea capaz de localizar el punto de la sombrilla en que tiene lugar la cxcilacion. En efecto, la extremidad ele dicho pedúnculo se halla proYista de un aparato punzante que al mismo tiempo es la boca del animal. Por consiguiente, cuando un objeto vivo se pone en contacto con la sombrilla, ya sea un enemigo ó un sér el stinado á ser,ir de presa es evidentemente muy Ycntnjoso para el citado animal que su polipito pueda dirccta y dpidamcnte dirigirse al punto estimul::tL1o, para picar y alejar al enemigo cu el primer caso, y capturar la presa en el segundo. Por esto, me inclino ti creer que la selcccion natural debe tender probablemente :í con,erlir las líneas de descarga esparcidas y sin direccion fija en líneas que la tengan de.finida, de. arrollando así la facultad de localizacion. Dicha facultad no se manifestará, sin duda alguna, mús que ele una manera general é incierta ( como lo he hecho notar en el caso de la .<l.urelia), pero gradualmente adquirir,í una prccision cada Yez mayor por la accion combinada y la rcaccion mtítua del uso y ele la subsistencia ele las mejor adaptadas. Coustitnye, pues, un paso importante en la marcha de la evoluciou del sistema nervioso, puesto que hace presentir el principio de la coordinacion en los movimientos musculares, que se efectúa en todos los animales superiores por accioncs _reílejas, asemej,ínclose exactamente en lo concerniente á esta fuucion á las primitivas que consideramos. Pero aquí se presenta otro punto importante: pues~o que la te.orí a de Spencer supone que una línea de descarga se hace cada vez müs definida por el uso, si para

mantener ·una funcion particular ( tal como la que consideramos) una ele estas líneas sirve habitualmente de comunicacion entre dos puntos de los tejidos animales, se seguirá que dicha líneá ofrecerá ménos resistencia que otra alguna al paso de una excitacion entre estos dos puntos. Po r consiguiente, tanto tiempo como permanezca intacta semC'jantc línea, tanto tiempo debemos esperar para que se verifique lo que hemos visto producirse; es decir, para que no se establezcan mns qnc muy pocas acciones por sustiti.lcion entre la citada línea y las otras. Pero que se corte y que haya cierto número ele líneas inmediatamente adyacentes ( como debe suceder en el presente caso), ¿no debemos prever desde luégo, segun la teoría de Spenccr y segun lo que ya sabemos de la Aurelia, que conforme al grado de cvolucion nerviosa que presente la t iaropsis, deberá la cxcitacion poder pasar ele l a línea cortada :.1, las intactas? Y o creo que, eu fecto, así es como pasau las cosas. I'orque si se practica una pequeña secciou entre fa ba. e del polípito y el punto irritado ele la sombrilla, 110 es capaz ele localizar el sitio ele la irritacion, por más que contiuúc sintieudo, por decirlo así, que se le hiere alguna parte. Por ejemplo, si se hace un pequeño corte como el que está representado en la figura entre b y e, y se pica la sombrilla eu uu punto situado por debajo ele la sol ucion de contin uidar1, como eu d, el polípito, en lugar ele aplicar su extremidad ele un modo exacto al punto que se le irrila, se mueve ele un lado para otro, tocando tan pronto un punto como otro de la sombrilla, como si buscase en Yano el cuerpo que le ataca, y que, sin embargo, 110 puede llegar .í encontrar. Explico este cambio señalado cu la conducta del polipito. suponiendo que en semcjaute caso las ondas ele estiumlacion corren á lo largo de su línea habitual de descarga, hasta aquellas á quienes comprende lascccion, y qne una yez ll egadas allí, no pudiendo seguir por la línea ordinaria ele menor resistencia, se esparcen en las adyacentes r se distrilmyon así en toda la superficie ele la sombrilla. De aquí la multitud ele transmisiones contradictorias que llevan simultúncamcnte al polípito, el cual, cu su consecuencia, ejecuta á fo, Yentura los movimientos que he descrito. Cada uno ele estos mcivientos es determinado probablemente por la mayor 6 menor energía con que, ahora una línea y despues otra, toma parte en la transmision de la excitacion así dispersada. Ahora otra prcvision que hacer: debemos esperar que el grado relativamente superior de especialidad que en estas líneas ele descarga, miéntras esttín intactas, se opone :'t toda accion por sustitucion, tenga por efecto producir esta accion por sustitucion consecutiva :í la secciou de las líneas, méuos fácil que en la Anrclia, en la que, siendo ménos pronunciada la especialidad de las líneas, es probablemente más habitual en ell as una accion por sustitucion. Y esto es lo que vernos que sucede, ¡mes miéntras que en la Anrelia, caminando en zig-zag la onda de excitacion, contornea 1., : ::: ;·emidad de todas las secciones que encuentra, en la Tiaropsis dos ó tt-es cortes son suficientes para destruir, no solamente los movimientos coordinadqs, sino


L.\

TATüR.\LEZA

.¡ambicn los incoherentes' del polípito quedando en estado pa ivo e ·te último, porque tocla,_, la· onda t1 excitacion han itlo ntónce, interceptadas. Por último, :íntes de dejar el caso de la Tiaropsis indican Yoy :'t m 'ncionar un hecho digno ele obsern1cion. Aunque 1 polípito sea capaz de jecutar la funciou complicada .r propia de los gánglios ele localizar un puuto de excitacion en la ombrilla no puede tlcscubrir-e en él huella alguna ele estructura ganglionar. Además, una porcion eparacla del polí¡¡ito continúa, cualquiera que sea u climension, gozando de la facultad ele localizacion. exactamente igual que como lo ,erifica el órgano entero. En otros términos : esta facultad de localizacion que tan plenamente ejecuta. el polípito de esta medu a (r que i una cosa parecida ucediera en lo anímale uperiorc exigiría la excitacion tle o-úuglio. ) estú igualmente repartida en toda la - parte dt'l tejido irritable extremadamente delicado que forma la superficie exterior del órgano. E l estado naciente de los ncrYios del polípito e parece al de los mi,mo · en la ombrilla, pues en lo do' aparecen signo evidentes carecterístico de una funcion, úntes q ne pnetla di:tiuguir e huella alguna de estructura correl:itiva. Queda así prob:1tlo que las célula ne1Tio ·a . no méno,-; que la. fibra , tien n ,u principio en las clifcrcuciacio11es ele la u tancia protoplasmática; clifereuciacioucs tlema iaclo delicada para que puecla analizarlas el microscopio. (Se continuani.)

G. J.

Ro)UXES .

LA GEOLOGÍA. DEL UIXTA.. La reo-ion clel inta quiz í. no sea ilc t . m{1s fmuiliares :í. la, mayoría de 11ue ·tro:- lectores. ~Icrcce sin mbargo, que se la sc[ialc tle un mOllo t>special á cau!'a de lo interesante fcn<'>menos ·geolt',gicos de que ha , ido teatro y que acahan ele sugerir ú los inye,.tigadores americano la idea de trabajos muy importantes. '01110 puctlc ,er e por el mapa alljuuto (fü:r. :?) el ·inla forma parte del ·tah y la c:uleua tlc montafül. que le caracteriza se prolonga ha ta el olorado. , 'e ubdiYiclc en tre provincias, tlcnominada,-; Poa ~in, Platean r Pare que vor otra parte no eo:;t:ín claramente cparadas entre , í, y al contrario, va an insen iblementc tlc u11a ú otra . Tr s importante- categoría Lle fou ',menos se lian de arrollado en e te paí. en una e.cala tan grande, que in duda será citmlo por mucho tiempo el 'Cinta como clá ico bajo e"tc punto tlc yi,-;tn. Tr:íta e de ltccl10 relati rns ú la dislocaciones del suelo, á la dcnudacion que la, partes supcrfü:ialcs han ufrido por los agente cxt rnos, :í. la scdimentacion que se ha de nYuclto con m1a fuerza excepcional. Las clislocacione y de plazamicntos tlc masa minerale son aquí particularm nte interesante , porque en Yez de afectar á roca cri taliuas, como e ye cu la. mayor parte de las cadena" de moutaña han tc11itlo lugar obre fonnacione e. tratificada .. El es1wi::or ele la difere11t s capa:- y el niYcl suce iYo tic uu mismo

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horizonte geol<'1qico, permiten en e te caso calcular con exactitud la encrpfa de la acciones de arrollada y la manera grndual con que han sido producidas. A pe. ar dr este poder ele levantamiento se ha ejercido la cleuu,lacion con tauta foerza que eu cierto puntos ha lle.!.!'ado, no sólo :'t hacer desaparecer los relieves autcrior,•s, sino tambicn tí profumlizar de un modo indep rnlientc to<lo un i tema de hondo yalles eli. ciíatlo.· r oriP11tatlo de formas muy eliYersa . . Por ültimo, se puede calcular cu .í0.000 pié ing-leS() ·, ó sean] .:í.:?:33 metros (cerca de cuatro leguas), el espe.·or de las hilada.' e tratificaela que , e presentan en el inta al estmlio del ..,.cúlogo. Pertenecen i~ los terreno m:'t. diYerso-, es decir, á lo- que se de i~na.n con lo:< nombre. de paleozúico (primario-), mesozóico é ccumlario ). r cenozóico (terciario ). En la última porcion de lo tiempos secundario., la mayor parte de la ¡ironucia del Da~,;in era continental . La tlel J>lateau estaba, por el contrario, cubierta por el mar encima del que se eleYaban numero .. as islas eli pue,,ta,· en forma de catlcna. Lo;: tiempos ccuoz6ico empezaron 1>or una cric tle moYÜnientn q ne, continu,\JHlo e ha ta la época actual, l1an dc1.erminatlo la J>rotluccion ele lo;: caracteres topogr 'ticos que ou,-;e1-ya111os ahora. E:-f.a parte tlc la corteza terrestre fué qnebrúndosc y contornc:íntlo e ""radualmenfr. Las pr°'inc:ias del I'laf.ean y del Pare fueron separatlils tlcl mar, y grandes caniiclacles de agua dulce se reunieron en sus bajo , miéntras que húcia el E., en la rcgiou de los grande llano., cxi tía mar uhil•rta. Lentmnente, en el periodo terciario. la co11:figuracion de c,;fos lago:; cambiú iud11<lableme11te en Yirtucl de do,- tli,tiuto' procc,limiento. : elcstle lm;go, :í con ecucncia del desplazamiento gradual é incesante tlc las capas ele roca ,elcnulas aquí r all:í deprimidas; cle pues por la desel'aLion progrcsiYa clel país, desccaci n motfratla ú la yez por haberse ccg:ulo los bajo ' n que tuvo lugar la sctlimcntacion r la c:orro:ton de ' U, precipicio-.:. El resultado total de esta doble nccion fné una tli,-;rninucion continua de la upcrfidL'. Pero los m°' imicnto- del suelo. ·e extC'ndicron, como nm10: :í ycr, m i" · alL de lo limit~ tlc· la pro,i11da tlel JJ:1,-;siu. E:;ta con tituitla por una llanura relatiramcnte bnja, debe er considerada como rcpresentauclo el nfrcl general :i. que t.otfa la region habi:i siclo traida por dl•nudaciou anterior ú la t:poca terciaria. La ob·er,acion autoriza, en efecto ú admitir qnt', :íun cuando form:ulas de roen: muy antigua. , la montaña· del Bn:;._ in :--011. como (ales. de formacion muy rec:iente. l-i .',lic:- , adema , , que en cierto punto· la ero ion dió una medida precio a de la tluracioues n-colúgicns, :r cúmo una montaña puede no tener má que una exi ·te11cia pfünera. Aplieamlo e los tinto es como se reconoce con exac· titml que los lenrnlamiento· tlel 'Giuta empezaron al terminar el periodo ecullllario, y continuaron de un modo iutcnnitenie ú tmYes tle la época. terciaria. ha ta el mom •nto actual. ...Tinguna otra conclu~ion ~acacla. clcl razon:unil'nto obre lo datos g 1 'g-i~o pod.1io.


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LA NATURALEZA

tener más seguridad. Por otra parte, se prueba con frecuencia el desarrollo de la vcgetacion, que constituye claridad que, durante el mismo periodo, las partes le- la proteccion mejor que pueden tener las masas rocovantadas han sufrido, á consecuencia ele la erosion, sas coutra los agentes demoledores. Por lo que hace al grado de dureza y compacidad una pérdida en su espesor no menor ele 30.000 piés 6 9.000 metros. Como es fácil ver que la erosion ha está ligado muy débilmente á la rap;i.dez de la desorsiclo intermitente, es necesario reconocer que la ener- ganizacion, pues sucede muy á menudo que los restos gía ele los procedimientos ele denuclacion alcanzaron debidos á la demolicion primera, constituyen una cubierta protectora para las masas subyacentes. por el momento una potencia e2,..--trema. Así es que, incontestablemente, la elevacion por enEn la erosion de las cadenas montañosas de la provincia del Bassin sorprende la importancia del trabajo cima del nivel de se::'imentacion, es la que debe conside clemolicion realizado por los agentes atmosféricos. derarse como factor priucipal de la erosion máxima. Segun nuestro autor, la Es evidente que la de la cropotencia cordillera actual no aumentaenprosion es más que un débil __, B gresion geométrica resícluo de una gran con la elevacion. El masa inclinada, de las corrienpoder miéntras que los estes acuosas para arpacios comprendidos rastrar los detritus, entre los eslabones aumenta del mismo han perdido su proy la fuerza del modo, / funilidaü, llenos coagua, como agente mo están ele arcillas, de corrosion, por dearenas y piedrecillas, cirlo así, es acrecenresultado de la pultada tambien. Las verizacion de cimas paredes de estos cadesaparecidas; y sea nales profundos esque se considere la cortadas pura y tán cantiüacl de sustansimplemente por la cia perdida por las accion de la gravepi e el r as primiti ,,adad, que se hall a mente levantadas, segun un ayudada, la mire se sea que prqcedimiento iudeque se ha acumula- ' finido, alli donde alclo en el valle, pérditernaulas capas más da allá y ganancia dm·as con las más aquí, es lo cierto que blandas. se reconoce que el Gracias á estos davolúmen ele los matos, sabemos que de teriales el is l 9 cadas , los 30.000 piés de eses enorme. Y no olvidemos que en la 8 13 pesor levantados por No,d dcnudacion de la sumayor parte de la 1.-Stereógramo que representa el relieve de la porcion DBBBB de l perficie de las monsuperficie que nos Fig. mapa adjunto, despues del levantamiento sufrido por esta reg ion en la tañas del Uinta, ocupa este trabajo ele época terciaria, y antes de la accion de los agentes ele denudacion. 16.000 por lo ménos recomposicion es proceden de las capas de la época paleozóica, presenobra ele los agentes atmosféricos. Con todo, á pesar de esta escala de los fenómenos tando uua testura de las más compactas, pero situaele clenudacion de la provincia de Bassin, parecen muy das á un nivel elevado. Y a hemos dicho que el resultado de los movimienpoco en comparacion á los que han tenido lugar en las del Platean y del Pare. Bajo este aspecto, M . Powel tos del suelo en las tres provincias fué un levantaha hecho notar que la mayor 6 menor rapidez de la núento general. El máximtm en la del Pare, menor en erosion atmosférica depende de tres condiciones priu- la del P l ateaú, y méuos manifiesta aún en el Bassin. Desde el principio, ésta tütima provincia estaba por cipaYes: en primer lugar, de la elevacion de las rocas encima del nivel del mar; pero, como ya hemos incliconsideradas por encima del nivel de seclimentacion; dicaclo, representaba una llanura relativamente baja; luégo del grado de dureza y compacidad de las rocas; y por último, de la cantidad de agua pluvial que re- tambien la erosion que en ella tuvo lugar fué comparativamente débil, y los productos de demolicion queciben. daron en los valles sin que fuese arrastrada al mar Es preciso atender á este último punto de vista, siu en;i.bargo de que la erosion no crece eu proporcion de la uua porcion notable. U na parte de la provincia ele Plateau fué el punto cantidad de h~medacl. En efecto, ésta determina con


LA NATURALEZA adonde vinieron á acum'.uJarse los productos detríticos suministrados por la denudacion; pero los movimientos <le elcvacion que comenzaron allí al principio de la época terciaria, llevaron todala superficie de la provincia, uo solamente por encimn del nivel del mar, sino tambien por encima del nivel general de la misma pro-

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vincia del Bassin. De tal modo, que el ve:·dadero desagüe que entonces desecaba el Bassin en provecho del Plateau, se trastornó y tuvo lugar en sentido contrario. En la provincia del Pare, la elevacion fué mayor aún, como hemos dicho, y el rio Colorado, que desagua en el golfo de California, tomó allí orígen para arrastrar

Fig. 2.-Mapa topográfico:de Ia:region del Uinta, estudiada recientemente por la Comision geológica do los Estados- Unidos.

á su paso las corrientes de agua del Bassin . Esta elevacion fué tan rápida, que la superficie, que en los tiempos secundarios no estaba por encima del nivel del mar,"se halla ahora á 14.000 piés <le altura, cerca de 4.300 metros. Es preciso añadir que los puntos en que existen ahora las cadenas montañosas han debido elevarse á 20.000~ó 30.000 piés (6.000 á 9.000 metros). N noca, ademas, alcanzó esta altura de una manera

real, á consecuencia de la accion incesante de denudacion que arrancó materiales, de los cuales unos iban á extratificarse en el mar, miéntras que los otros contribuian á cegar progresivamente los lagos. Estos, por fin, se desecaron completamente, y se encuentran ahorn sus sedimentos cortados por faltas, rodeados y sometidos á la erosion. La vasta superficie que nos ocupa, limitada al Este

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, LA NATURALEZA

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por las montañas del Pare, al O. por Sierra-Nevada, al N . por los nacimientos do los rios Verde y Sboshoni, y nl Sur por las montañas ele San Francisco, est.\, quebrada y contorneada, siguiendo innumerables direcciones. Con todo, en medio ele este desóhlen aparente, 1·oconóoese que las líneas de gran extructlU'a afecLan con clireccion general do N . á S.; este es, en efecto, el sentido en que corren las cadenas ele la provincia del Bassin, las graneles fnltas ele la de Platean y las montañas del Pare. l\Ias estos trazos. generales son cortados por desplazamientos oblicuos y transYersales, ordinariamente de mé11os imp01·ta.ncia. Al mismo tiempo que la region del Uinta, como so ve, léjos de sor simple bajo el punto do vista do las acciones mecánicas, de las que nos revela su ejercicio, es complicadn:tambieu en razon ele la variedad ele las capas sedimental'ias de que está constituido su suelo. Esta complexidad so halla aumentada por el hecho de la extension tlo las corrientes de lava que hnn recubierto diferentes puntos del }Jais ele una manera intermitente desde el principio do la época t erciaTia hasta nuestros dias. To(las estas corrientes de lava, estos millares de montañas eruptivas, cliques inten:alndos, conos volc{micos en uua regio11 que era esencialmente continental, couLraría 1n teoría formulada como general ele la iufluencia del mar en la activid~cl volcúuica. Para terminar con el objeto principal de este artículo, es decir, con ]a cnestion ele los desplazamientos notables del Uinta, illllicnmos la manera cómo el autor La conseguido representarlos do un modo claro, utilizando uu método destinado :::in eluda á generalizarse. Hasta aquí, para representar en un mapa las cliferencias de altura de diYersos puntos, se ha recurrido al método do las ·sombras y al de las cur\'as de nivel ambos demasiado conocidos para que nos detengamos en describirlos. Powel, empleando el proceclimiento de Gilbert, ha operado de otro modo y el resultado obtenido se expresa en la :figura 1. Consiguamos, desde luégo, que el autor no ha querido representar por este estereúgrarno el estado actual ó r ~licve ele] país, sino el que corresponde á la desui,·elaciou considerada óntes ele todo trabajo ele denudacion. Así so explica la diferencia del estereógramo comparada con la region BBBBB del mapa á que corresponde. Sentado esto, para obtener la represimtacion de un relieve dado, se supone la region que se trata ele representar atravesada por una serio de planos verticales paralelos entro sí y equidistantes; dcspues se levanta en cada uno ele estos planos la. traza ele su interseccion con la superficie real. Cada plano clá de esto modo una línea que es como la silueta do la region, y por la reunion de estas siluetas se obtiene el estoroógramo. Algu11as veces sttcedo que las trazas sucesivas so tocan ó entrecruzan; eu este último caso, que so presenta muy frecuentemente (:6.g. 1), se supone que cada plano, limitado superiormente por el perfil que representa·, es opaco y no permite ver las si nuosiclades ele la sil neta que inmediatamente le sigue, Como vemos, el resultado es excelente; con dificultad puede creer e que el mapa sea realmeulo plano. El 0

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ünico inconveniente que ehtrañ.a el nuevo método es, segun parece, el de dar, con ménos comodidad que los procedimientos antiguos, 111, nocion de las alturas por encima del niYol del mar.

LA PILA ELÉCTRICA (1) . Bl autor ele esto libro, M. A. Niauclet, ha publicado dos estudios acerca de la pila de cloruro ele plata, do W arren, do La Rue y ele las pilas secundarias de PlanLé, que con pocas variaciones ha reprod ucido en su tratado. Esta pequeña ohra está hecha bajo el punto de vista puramente práctico ; en ella no se encuentra desarrollada ln. teoría de la pila, pero sí una onumeracion bastante complot~ de toclas las pilas conocidas y ciasifi.cndas de una manera metódica. Termina el libro con una serio ele cuadros numéricos que no habian sido reu11idos aüu; rcsiste11cia de lo· sólidos y de los líquidos qnc pueden emplearse en la construccion de pilas, y fuernas electro-motrices de tt11 gran número ele pares ,ollaicoR. 8uponcmos que nuestros abonados lec:rún con interés la conclusion ele dicha obra : Conclusion .-Creemos que qnedarítn presente al lector muchos datos acerca de las pilas, su modo ele accion y sobro los principios en que debo fundarse el físico qne busque una nueva. Por otra parte, se Yen puntos todavía oscuros, especialmente con respecto á la naturaleza do los compuestos químicos que so originan en las pilas que conocemos; es, pues, una cuestion cuya resolucion es relativamente fácil y que sern esclarecida el dia que los químicos quieran ocuparse do olla sériamente. Pero tambieu se entrevé un mundo ele descubrimientos que hacer; por ejemplo, so ve que la combustion ó clisolucion del zinc consLituye el principal, por no decir el único medio empleado; do modo que cada equivalente de electricidad supone uno de zinc, mús otro de una ó de varias otras sustancias. En esto es en lo que estriba el precio elevado de la electricidad, y se pregunta si miéntras qne la combustion del earbon nos proporciona á precio mínimo el calor en nuestras calderas y chimeneas, sería posible utilizar esta misma accion química en el clesanollo de electricidad. Las máquinas magneto-eléctricas dan una solucion al problema ele la procluccion barata de la electricidad; y cuando una máquina Gramme so pone en movimiento, debe observarse en esto conjunto ele aparatos que so verifica la transformaciou en electricidad del calor producido por la comóustion del carbon e~ los fogones del motor. Es, pues, una solucion indirecta, puesto que el calor se transforma primeramente en fuerza y luégo la fuerza en electricidad ; pero, sin em(1) Tratado elemental de la pila eléctrica por N iaudet. Obra ilustrada con 56 grabados intercalados en el texto. Par is, Baudry, 1878.


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bargo, constituye una olucion muy buena y consagrada desde luégo por la práctica. , 'i l:t electricidad producida por las máquinas magneto-eléctricas, y en particular por _las de Gramme, es muv económica, consiste en que se desarrolla por la co~bu tion clel carbon de piedra, que es hasta aq1ú la foente müs ventajosa de fuerza; fuerza que puede presenta"!"se bajo las formas ele calor, movimiento ó electricidad, y que es susceptible de ser transformada á voluntad en cualq1úera ele estas t res manifestaciones. Es muy posible aclem:1s que en lo suce"i,,-o se consiga transformar directamente en electricidacl el calor producido por la combustion del carbon, l1abiendo Jablochkof-f realizado ya un elemento de pila que responde á este programa. E l líquido ele dicho elemento es el nitrato de pota a ó de so a fundido; los dos electrodos son de carboi;1 uno, y de platino ó de plomo el otro. El carbon e quema ::í. expensas del oxígeno del nitrato, produciendo :,cido carbónico · el plomo permanece inatacable. El carbon es, pues, en este caso el electrodo po ·itivo, y el plomo el negativo. Sucede á la inYersa de lo que pasaria en una pila de líq1údo ordinario, ácido ó sal en disolucion en el agua. El nitrato debe ser fundido préYiamcnte; pero una vez empezada In accion, la sal permanece líquida á cau a del gran calor de arrollado por las combinaciones que tienen lugar; y si aün el elemento no funciona, basta para volverle ú poner en accion enrojecer la extremidad del carbon y apoyarle en la superficie dela sal; bien pronto empieza la accion química, y por el calor que desarrolla entra en fmion el nitrato, quedando recon tituido el elemento. Podrá objetarse que semejante elemento de pila no tiene nada de pr.íctico en su forma actual; no tenemos ninguna dificultad en eonvenil" en ello; pero, sin embargo, creemos que indica una nueva vía, en la que podnín hacerse n ípidos progresos i la atcncion se clirige ,i s u lado. La misma pila ele V olta, cuando fné inventada, no era mús que una novedad puramente científica, y se estaba muy léjos de ver en ella un objeto de utilidad práctica. El experimento ele J ablochkoff, que no habia sido publicado aún, dando nosotro la primera noticia acerca de él á nuestros lectores, sería objeto de muchas reflexiones y comentarios; pero no es e te el lugar oportuno para hacerlas; únicamente hemos querido, al mencionarlo, hacer comprender que m ,ís allá ele los horizontes explorados quecl,m todavía mundos que descubrir y tierras ,írgenes que cultivar.

MISCELÁNEA . Distincion merecida.-Gramme, inventor de la máquina magneta eléctrica de corrientes continuas, ha sido 1wmbrado caballero de la Legion de Honor . .rTunca recompensa mejor merecida ha coronado los esfuerzos de un trabajador más digno. Gramme, cuyas sorprendentes concepciones atlm:u:an los sabios del mundo en-

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tero, era, hace veinte años, simple operario, que á fuerza de trabajo, valor y perseverancia, consiguió combinar la maravillosa máquina que le ha colocado entre los grandes inventores del siglo XIX. ,,_ * ,,_

_Paleontolo gía.-Gaudry h a publicado un magn:fico volúmen relativo tL los mamíferos de los terrenos terciario , y qne forma parte de un estudio general de los encadenamientos del mundo animal, desde la aparicion de la vida hasta nuestros dias. No basta á la obra un simple anuncio, y el lector apreciará su importancia en un artículo especial.

* El alcohol y la depravacion.-El Dr. Lunier estmlia la procluccion y el consumo del a1cohol en opo sicion ú la produccion y consumo del vino, y demuestra que el primero engendra el crimen, la locura y la

miseria. Las notas iluminadas que ir. Dumas pre ent.a ú la Academia son sumamente elocuentes. ,,_ * ,,_

Temblor de tierra en los Estados-Unidos.-En

la mañana clel 4 de .rroviembre pasado se sintió un teml>lor ele tierra, en una gran extension en los Estados-Unidos y en el Canadá . Las sacudidas fueron • muy fuerLes, particnlannente en el E-tallo ele ~uevaYork, en el Connctticnt, el Vermont y l\Iassachu sets. Las campanilla ele las casa y campanas ele las iglesias de Lebnnon (Nueva-Hamp hire), se oyeron en Branle. Todos lo cristales r objetos foígiles de gran, número de casas ele Northamfeton se rompieron . En 'an Juan, pro,-iucia de Puébee, hffo lugar una erie ele choque de una durn.cion media de diez segundos y cou fuerza suficiente para Yolcar los mueble ele las babitacione . Una sola sacmlida ele Yeinte segundo se sintió en J\Ioutrcal (Canadá), la cual fué acompañada de un ruido seco semejante al producitlo por el cboqne de dos locomotoras. La consternacion fné mayor aún en la ciudad, por el recuerdo de una antigua profecía, sc>gun la cual .Montreal debía hundirse por un temblor de tierra ántes que termine el siglo XIX. ,,_ * ,,_

Phylloxera.-Con mofo-o de e le in ecto, han sos-

tenido una larga discusion en la ..1.cadcmia de Ciencias de París, los Sre . Lichten tein y Balbiani, cu la que han hecho alarde ele igual ciencia é igual calor. El prim ero afirmaba que el phylloxera dcspues de la focunclacion, pone huevos cuyo gérmen se desarrolla ántes de la pue ta, miéutras que el segnudo creia que dicho desarrollo no tiene lugar ha ·ta clespues ele la misma puesta. Inteniuo M. Boiteau, haciendo notar que ambos aclYersario tenían razou, y que el desacuerdo proYenia de no haber estudiado el mismo insecto. Licbten tein siguió el desarrollo del pbylloxera de la encina, y Balbiani el ele la vid, que tiene cada uno caractére especiales.

* Minerales de plata.-)I. :Margottet ha pre en-

tado á la }1..catlemia ele Ciencias de Pari,s uua J\Icmoria relatiYa á la preparacion del sulfmo, seleniuro y


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LA NATURALEZA

telururo de plata en magníficos cristales, que fueron enviados á Oloizeaux para que procediera á su exámen geniométrico. El autor ha comprobado que el sulfuro ele plata, sometido á la accion del oxigeno, produce ácido sulfuroso y plata metálica, con la circunstancia ele presentarse en estado fibroso, idéntico al de la p1-ita nativa. Se deduce, pues, que la plata fibrosa nativa, pudiera pro,enir de una oxiclacion -incompleta del sulfuro de plata; los mineralogistas apreciarán el valor de esta observacion.

* Termo-química.-Ditte dá á conocer los fenómenos caloríficos qne acompañan á la reaccion del agua sobre el clorurn ele calcio. Cuando éste es anlúclro, se

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produce calor, y nuevas adiciones de agua determinan producciones ele calor sucesivas; pero cuando el cloruro es hidratado, su mezcla con el agua da lugar á un enfriamiento considerable, seguido ele produccion de calor, si se le añade una nueva cantidad de disolvente.

~ -LOS INDIOS DEL RIO COLORA,DO. Hemos señalado anteriormente algunos detalles de los interesantes viajes de exploracion de M. Powel, á Jo largo de las riberas del ri.o Colorado, y tambien hemos publicado los tipos de algunos naturales que habitan en estas re-

,

Poblacion india de las ,iberas del rio Colorado (Estados-Unidos).

giones poco conocidas. Entre los indios que se encuentran en las diferel:ltes comarcas que riega el citado rio, hay algunos que '110 son inaccesibles á los beneficios de la civilizacion, y hay otros en los que,por el contrario, parece no ejercer ninguna influencia la idea del progreso. Tales son los curiosos habitantes de las regiones situadas en la proximidad de la localidad en que confluyen el rio Vírgen y el Colorado. Son indios fuertes, indolentes, salvajes, que viven nómadas y de un modo verdaderamente miserable. · M. Powel no se extiende en largos detalles con respecto á estas tribus; pero ha publicado en los Estados-Unidos un curioso é interesante

dibujo, que representa una de sus poblaciones verdaderamente primitivas. Nosotros lo reproducimos, para que puedan verlo nuestros lectores. Las chozas son constmidas por medio de ramas de un árbol espinoso, las cuales, entrelazándose, se sostienen por sí mismas; forman las habitaciones más elementales que pueden imaginarse. Estos salvajes tienen costumbres bastante dulces, tanto que ninguno de los exploradores americanos se ha tenido que quejar de las relaciones que han sostenido con ellos. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

Madrid: 1878.-Tipografía-Estereotipia PEno10.


Núm. 13.-23 Febrero 1878.

LA NATURALEZA

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la presion de 2 3/,. atmósferas aproximadamente. Vuelve entonces al recipiente C por un pequeño tubo d á medida qne se efectúa la liqnefaccion. EXPEnI MENTOS- DE RAOUL PICTET. E y F representan dos cuerpos de bombas idénticos .Al mismo tiempo que Cailletet ejecutaba sus prime-á los precedentes y pareados de la misma manera. ras experiencias sobre el cambio de estado de los gases Obran sobre el ácido carbónico contenido en el recipermanentes, en el momento mismo en que liquidaba pient(anula(H.~En ~él la presiones tal, que el ácido el óxido de carcarbónico se evabono y el oxigepora á la t empeN no, Raoul Pictet, ratura del40 grade Génova, emdos sobre cero; M prendía i g ual es impulsado por las experiencias por bqmbas se dirige un método operaal condensador .., torio a b so 1u taK, rodeado por m ente distinto, el recipiente C de pero que tambien ácido sulfuroso, debía conducirle cuya temperatuk á los resultados ra es de 65 gra más brillantes. cl os sobre cero; Miéntras que en él se liqtúda Cailletet sometía bajo una presion sucesivamente á de 5 atmósferas. la accion de su El ácido carbóaparato los seis ]]ico vuelve al regases permanencipíente H por un tes y se daba rapec¡ueño tubo l.: ,l. zon de su incoeren proporcion á cibilidad, Raoul la liquefaccion. Pictet exp eriL es una retorD mentaba, primeta. de hierro forro con el oxígeno, jado ele bastante luégo cou el hiespe or para que Fi1;. 1. -.\p arato ele naoul P;t ct para la lic¡uefaccion del oxigeno. pueda ufrir una drógeno, ll eganpres ion de 500 atdo á producir un mósferas. Contiene clorato pot~sico, y se calfonta parn volúmen muy apreciabl e de estos gases liquiuado. ó dar lugar al desprendimiento de oxígeno p1:1ro; se.cosolidificados, que dá un carácter de particular iniercs munica por una tubulura con un tubo inclinado M, á sus trabajos. tambien de bastante espesor, de 1 metro de longitud Hé aquí la descripcion q1rn hace de su aparato: y que penetra en el ~recipiente H ele áciuo carbónico: A y B (fig. J ), son dos cuerpos de bomba aspiranque alcanza Ja tes é impelentes temperatura de ele doble etecto, 1±0 grados obre pareadas segun cero. u tapon Compound, a piele tornillo N, corante una en otra, locado en el cuede tal modo que llo de la retorta, -. pueda obtenerse permite abri r un la mayor separaorificio que facilicion posible entre te la ali da al aire los movimientos Fig. 2.-Disposicion ele la retorta generadora del o~ige~o y del tubo ele con<lensacion, rod eado de la mezcla fr1gor1fica . libre. de aspiracion é D , mortero de hierro forjado que contiene -;oo gramos de_clorato J?Olásic~¡ q E, Des pues de vaimpul i on. Ditubo en que se cond_e nsa el oxíger:io; .ª• entrada del áetclo earbomeo lic¡u1do¡ rias hora de trachas bombas b, salida correspond1ente á la asp1rac1o n de las bombas . bajo de los cuatro obran sobre el ácicuerpos ele bombas, movidos por una máquina de vado sulfm·oso anhidro que contiene el recipiente anupor de 15 caballos, cuando se ha desprendido todo el lar C. La presionen este recipiente es tal, que el ácido oxigeno del clorato potásico, su presion en el tubo es sulfuroso se evapora á la temperatm·a de 65 g rados sode 320 atmósferas y la temperatura de 140 grados sobre cero; impulsado por las bombas se dirige á un conbre cero. densador D, enfriado por una corriente de agua; allí se Destapando rápidamente el ori ficio P, se escapa violiquida á la temperatura de 25 grados sobre cer o, y á

LIQUEF ACOION DE LOS GASES.

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LA NATURALEZA entamente el oxígeno, produciendo una condensacion y absorcion de calórico bastnnte con,iderable, para que 1ma parte liquidada aparezca en el tubo de Yidrio y salga por d orificio al inclinar el aparato. La figura 2 representa la clisposicion adoptada en los nuevos ensayo por Pictet, en la pnrte del sistema en que tiene lugar la liquefaccion. D es un mortero de hierro de 35 milímetros de espesor en sus paredes; contiene 700 gramos de clorato potásico. Se comunica por su orificio con un t ubo de hierro de 5 metros de longitud y 1-! milimetros de di,\metro interior. E te tubo encorvado est;\, completamente cerrado, pei-o puede abrirse á beneficio de una llave E . Un manómetro Bomdon, graduado ha ta 800 atmósferas, indica la presion interior. El tubo e E, en el cual se comprime el oxigeno desprenclido, está sumergido enteramente en el ácido carbónico liquido, que por el mecanismo de la bombas ya descrito, entra en el aparato et y se escapa en forma de vapores por el orificio b, despues de su vo]atil izacion, que se efecttía á -140°. El lúnes 24 de Diciembre de 1877, en una experiencia hecha por Pictet en presencia de los miembros de la ociedad Fí ica de Génorn, obtuvo tres veces repetidas chorros q11 contenían glóbulos de oxígeno liquidado. El jueves siguiente repitió el experimento por enarta ,ez, en diez horas Justas; el manómetro, que babia subido á 560 at~ósfera , descendió en algunos minutos á 505, para permanecer e tacionario en esta cifra durante más de media hora, indicando esta disminucion de presion el paso al estado líquido de una pa1ie del gas, bajo la influenciá: de 1-!0 grados de foo á que babia sido sometido. Se abrió entonces la llave que cierra el orificio del tubo, escapándose con extraordinaria ,ioleucia un chótTO de oxígeno. Por meclio ele un rayo de luz eléctrica que ob1'e él se proyectó, pudo comprobarse <JUe se componia de dos partes clistintas : una central, de algunos centímetros de lo11 gitud, cuya blancura acu ab::i, · elementos líquidos y aun sólidos; otra exterior, cuyo color azulado indicaba la vuelta del oxígeno con;tprimido y congelado al estado gaseo. o. Eu ensayos po-teriores llegó á recoger y conser,ar un vohímen muy apreciable ele oxígeno líquido. emejante resultado le condujo á confirmar las altas teorías formuladas en otro tiempo por Dumas, cuando el ilustre sabio se ocupaba del cstnclio ele las leyes de la filosofía química. Dumas, considerando al oxígeno como perteneciente ú. la familia del azufre, y á los cuerpos isomorfos con un mismo volúmen atómico, dedujo que el ,olúmen atómico del azufre era 32/2, el del oxígeno debía er 16/1, y recíprocamente, que la den sidad del oxígeno líqtúdo ó sóli do, seiia ele 16/l 6, igual á la del agua. Pictet ha llegado á recoger 45 g,·.,.J-6-7 ele oxigeno líq uiclo, que corresponden á un volúmen de 46,25 centímetros cúbicos. E po iblc que en la parte supei·ior del tubo clel<>'aclo tuviese algunos centímetros ele lo11gitucl vacíos, sin líquido, lo cual explicaría la diferencia hallada ele 0gr.,, . Esta comprobacion de las teorías cstablcc:das por Dnma. , notable <',iemplo de la exactitud

de las previsiones que la ciencia puede llegar á formular, hacen mucho honor· á uno ele los más ·eminentes sucesores de Lavoisier. En una de las tütimas se iones de 1a Academia de Ciencias· de París, Dumas citaba el pasaje, verdaderamente profético, en que el gran fundador ele la química moderna aseguraba que el estado de los gases no era permanente de una manera absoluta. lié aquí.lo que e cribia Lavoisier al fin del siglo último : «Con ideremos por un momento lo que sucedería á las diferentes su tancias que componen el globo, si la temperatura cambiara bruscamente. Supongamos, por ejemplo, que la tierra se encontrara repentinamente tran portada á una region más cálida del sistema solar, á una region en que el calor habitual fuera superior tí. el del agua en ebullicion; bien pronto el agua, todo& los líquidos que se evaporan próximamente á los mismos grados de temperatura que ésta, y tambien varias sustancias metálicas, entrarían en e pansion transformándose en fluidos aeriformes, que irían á fo11nar partc de la atmósfera. Por el contrario, si dicho cambio tambien repentino, se verificase á r e!!iones más frias, por ejemplo ú. las de Júpiter ó Saturno, el agua que hoy constituye nuestros rios y mares, y probablemente la inmensa mayoría de los líquidos que cqnocemos, se transformaüa en montañas sólidas. En tal supu esto; el aire, ó por lo menos una parte de las sustancia aeriformes que le componen, sin duela alguna dejaria de existir en el estado de fluido in,isible, por falta ele un grado ele calor suficiente; pasaría, pues, al estado líqtúdo, produciendo semejante cambio otros, ele los cuales no nos podemos formar idea alguna.» Se ve, por estos ejemplos, que la Qtúmica, lo mismo que la Astronomía, puede en determinados casos, ele cubrir los h echos del por,enir, considerándolos como en estado latente. Prueba de ello que Lavoisier pudo decir que el aire «llegaría al estado líquido,» y Dumas supo á su vez definir la densidad que o,freceria, en el estado líqtúdo, uno ele los gases constitutivos del cita• do elemento. Despues ele esta. magníficas experiencias sobre el oxígeno, las ha emprendido Pictet con el hidrógeno, con ayuda ele la poderosa fuerza ele su aparato. Y a indicaremos los interesaut s detalles que han sido daclqs :i la Academia ele Ciencias de París, respecto á este memorable experimento, así como las noticias sobre la soliclificacion del aire, obteuicla por Cailletet. Esperamos tambieu poder ocuparnos de nuevo, con elatos más ámplios, de los Tesultados que se cuentan entre los más importantes ele los obtenidos por la química moderna y que erán títulos ele gloria para dos infatigables investigadores. Se ha querido discutir la cuestion ele prioridad; pero creemos que no se pre ta ií. cli cusion el ca o presente. L . Cailletet y R. Pictet, pnecle comparárseles tí. dos explotadores que, habiendo partido ele puntos diferentes, tritmfan ele ig uales dificulta.eles, y llegan, sin haberse encontrado nunca, á tomar posesion de tierras nuevas á un mismo tiempo. Haremos observar que á primera vista lrny razon para sorprenderse ele la facilidad con que han siclo li-


LA NATURALEZA qtúdados algunos gases; pero, como anteriormente hemos dicho, no se trataba solamente de disponer de poderosos medios de compresion, para resolver el problema; era necesario, además, como claramente ha demostrado Cailletet, encontrar el punto critico de la liquefaccion, hacer obrar á un mismo tiempo la accion de cierta presion con cierta temperatura. En fin, era absolutamente indi pensable, sobre todo para los gases de mayor incoercibilidad, como el aire, y particularmente el hidrógeno, añadir al enfriamiento producido por las m ezclas frigoríficas, el descenso con siderable de temperatura, debido á la canden aciou del gas comprimido. Cuando está comprimido el hidrógeno á 650 atmósferas y la temperatura de 140 grados sobre cero, quizá permaneciera aún en estado gaseoso, si la accion condensaute no se tradujese bien pronto por un aumento enorme de frío, que uniéndose á la baja temperatura del ácido carbónico líqtúdo, sobrepuja con mucho á los más poderosos enfriamientos obtenidos por la evaporaciou. En esto consiste el carácter sobr~saliente de las experiencias de Cailletet y de R. Pictet; en esto estribaba la dificultad encontrada en la resolucion de este gran problema, al cual habiau renunciado algunos de los primeros sabios el nuestro siglo. LA EVOL UCION DE LOS NERVIOS Y DEL SISTEMA NERVIOSO.

(Continuacion.-Véase págs.

139 y 147.)

Existe aún otra especie de medu a, acerca de la que diré algunas palabras, porque presenta un grado mucho más elevado que el de las Tiaropsis en la evoluciou nerviosa. Me refiero á la Sarcia tubulosa (fig. 1), medusa en la cual están bastante diferenciadas en ciertos lugares las lineas de descarga para que se las pueda ver directamente, mereciendo desde luego el nombre de nervfos. Alrededor del borde, y tambien en la direcciou de los tubos radiados, se puede seguir la huella de las primeras fibras nervio as vi ibles del reino animal. Debemos estar seguros anticipadamente de que el progreso en la estructm·a, que supone la tran formacion de una linea de descarga en fibra nerviosa visible, llevará consigo el progreso correspondiente en la fnncion. En primer lugar, la Yelocidad con que avanza la excitaciou á lo largo de estas fibras nervio as completamente desarrolladas, es mucho mayor que en los nervios rudimentarios ó líneas de descarga de la Aurelia. En egttudo lugar, la mayor cliferenciacion del tejido nervioso hace mucho mejor definida la concxiou entre las dos partes del organismo y por consiguiente, la acciones por sustitucion menos numerosas que la que hemos vi to en otra medusas. Si bien sucede que, en e ta especie, pueda detenerse una onda tentacular con sólo un pequeño corte que se haga en el borde ele la sombrilla. Por último, en ella es donde he visto, por primera vez, pruebas inequívocas de coordinacion en los ganglios marginales. En todas las otra especies de medusas, se ve obrará los ganglios con entera independencia; pero en la que estudiamos (donde apare-

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ceu por primera vez reunidos por tilla fibra nerviosa) obran siempre de concierto. A tal extremo, que el animal es capaz de dirigirse en la clireccionlque se desee. Así resulta de las experiencias que describí hace un año, en las cuales podían ver e individuos ele dicha especie que podian eguir con suma facilidad un myo de luz móvil alrededor del Yaso en que se hallaban encerrados. Obseryo tambieu que ofrecen más energía nerviosa que las demás medusas que hemos tenido ocasion ele e tudiar. Acabo de e2'."J)0ner algunos de los punto por los cuales mi trabajo ha tratado ele poner en claro las primeras fases de la eYolucion ele los nervios y del sistema nervioso. Ahora bien; son precisa1n.ente 1a fases que más claras ha ctúdado de poner la naturaleza. U na Yez que las fibras y la células nerviosas han concluido su evoluciou tomando la forma ele simple mecaui mo reflejo, se comprende fácilmente la historia de su evoluciou subsiguiente en sistema nervioso compuesto. L o p1incipios segun los cuales se efectúa esta evoluciou superior son siempre los mismos: esencialmente es el resultado del establecimiento de grados de integr-acion cada .ez má elevados. Compárense, por ejemplo lo sistemas nerviosos ele un gusano, un milpiés y 'una araña, y_se verá la fusiou progresiva de los gánglios. Esta centralizaciou creciente es debida ciertamente en ültima análisis :i la selecciou natm·al, si no exclusivamente, cuando méuos en gran parte. Esta consolidacion progresiva de los aparatos reflejos constituye una gran ventaja para los organismos en que . e efectúa, puesto que sirve para dar posibilidad á lo movimientos musculares cada vez más variado y mejor coorclinados. En la e cala de animales vertebrado , la eyolucion ele la sustancia nerviosa central consiste principalmente en el crecimiento en dimension de los ganglios, debido al aumento del número ele su elementos nerviosos, células y fibras. Este crecimiento progresiyo en el Yolúmen ele los gánglios, es notable obre todo en el ca o de los h emisferios cerebrale . Dicho hemi ferias cerebrales son los g:inglios, que sabemos constituyen el asiento exclu iYo ele la facultades intelectuale , y su aumento de Yohímen, á medida que e a ciencle en la escala animal, debe sin duda alguna mirarse' cuma resultado de la correlacion de la e tructm·a con el desarrollo progresivo de las fuerzas intelectuale ; correlacion muy evidente cuando se asciende de los animales inferí.ore hasta el hombre. Y ahora, para terminar, notemos que, áu{1 en este r esultado final de la evolucion n erviosa, en estos g{mglios que r epre entan al cerebro humano, no solamente encontramo los rui mos elemento fundamentales de e tructura que ob crvamos en los otro gánglios sino tambieu la célula .r fibras del cerebro ele un hombre, no diferenciándose de una manera sen ible de las que contituyen los gfoglios de una Aurelia. Hay, in embargo, notable diferencia en el producto de su operaciones. Cuando las células de los günglios ordinario descargan su energía potencial el resultado es, como hemos vi to, una contraccion muscular; pero


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LA NATURALEZA

cuando las células cerebrales descargan la suya, el re- dez, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos sultado (no podernos dudar de ella hoy clia) es una posibles, así como los actuales, son determinados por rnod.ificacion mental. Aúnque reconozcamos franca- las condiciones extrictamente físicas, segun las cuales mente que nos encontrarnos en los limites ele un mis- las ondas de excitacion recorren el tejido cerebral; de terio insoluble, no podernos temer el afirmar con con- modo que, en la hipótesis spenceriana, á saber: «que fianza que, en la espantosa complejidad ele la estruc- las lineas de descarga se hacen cada vez más definidas tma cerebral, entre millones ele millones de células y por el uso,» tenemos una explicacion física (tan comfibras entrelazadas, vemos el lado físico ele todas las completa, quizá, como pudiera serlo) de ·la génesis del relaciones que, bajo su aspecto psíquico, son para nos- espíritu. Desde que los primeros resplandores de la inteligenotros pensamientos y sentimientos. cia brillaron en la escena de la vida, cada vez que se ¿Os parece esto una especie de profesion de fé 7nfiterialista? No he venido aquí con ánimo de cfü~cutir ha establecido una relacion en el dominio del espíeste punto; pero ele paso haré observar que, áun cuan- ritu, no ha podido hacerlo más que á beneficio de a!do me sería fácil pr~cisar el elemento cerebral particu- guna nu eva linea de descarga escaYada en la sustancia cerebral. Cuanto más frecuentemente haya tenido lar de que me valgo para expresar estos pensamientos, sería tan avanzado, en que repetirse dicha relacion en el espíritu, tanto rnás pró ó en contra, en la .frecuentemente tendní. lugar la descarga en el cerebro, prueba del materialis- y tanto más fácil se hará la repeticion de la operacion, mo, como si os dijese que un golpe Yiolento 2 ' 1 en la cabeza produce la insensibilidad. La ciencia no puede nunca ir rnás allá que el , entino comnn para probar que existe una relacion necesai·ia entre el espíritu y la materia. Pues todo lo qua puede hacer la ciencia está reducido á establecer 11 umero sos hechos particulares con respecto á la existencia incontestable de esta conexion, la cual, gracias á una experiencia diaria, ol sentido comun ha re-· conocido ya plenamente. Como quiera que sea, materialismo ó no materialismo, es_induclable que, tales como)on los Fig. 2.-N. º 1. S istema nervioso de un molusco (el argonáula). h echos, la teoría de -N. º 2. Sistema nervioso de una larva de insecto (abeja). Spencer sobre la génesis ele los nervios 110 puede hasta que, por último, se haya constituido la linea de Fig.1.-Sai·sia tubulosa (_l/ 3 tamaño natural). acusarse de que se que- descarga en fibra nerviosa, propiedad hereditaria de la de corta, allí donde más raza en adelante. necesaria es su presencia. Así es que siempre (segun esta teoría) hay invaHabiendo visto que los hemisferios cerebrales del riablemente una proporcion exacta entre la constan• hombre se asemejan, por su estructura, á los demás cía con que han estado reunidas entre sí durante la gánglios, no podemos estar indecisos en concluir que, historia de la inteligencia y las dificultades que la missi la teoría de Spencer es verdadera en su manera de ma experimenta ahora para coucebirlas corno separaexplicar la génesis de los nervios en general, no puede das. Así es como miéntras se efectúa la evolucion de dejar de serlo cuando trata de explicar la formacion de una inteligencia individual, pe1:fecciona la práctica, estos gánglios supremos en particular. hora bien; por la repeticion de las excitaciones indispensables, dicomo tenemos razones para creer que las operacio- rigidas á lo largo de la misma línea de descarga cerenes funcionales de estos gánglios están inseparable- bral, haciendo por tanto á esta última cada vez más mente asociados á nuestros pensamientos y senti- permeable. Así es como los niños aprenden sus lecciomientos, somos arrastrados aún á esta conclusion nes á fuerza de repetirlas. Así es como se acumulan más avanzada que, si esta teoría goza de alguna soµ- nuestros conocimientos. En una palabra: si con razon


LA NATURALEZA ha podido decirse que «el hombre es u.n cony'unto de hábitos,» tenemos en la teoría de la génesis nerviosa de Spencer una traduccion material de esta verdad. Y puesto que esta historia es el fundamento en el cual ha edificado Spencer este gran monumento del pensamiento moderno, sus principios de psicología, no puedo impedir el que piense que uno de los resultados más importantes de mi trabajo sobre las medusas es el haber proporcionado hechos que dan un cuerpo á esta doctrina, y justamente en el momento en que parecía que no podría apoyarse nunca más que en consideraciones hechas á priori. Pues si es correcta la interpretacion que doy de estos hechos, recibe hoy esta bella teoría una comprobacion inductiva de la fuente más inesperada. A primera vista no hay dos organismos que t engan ménos rasgos comunes que la sombrilla de una medusa y el cerebro de un hombre, y nada podia parecer m,í.s inverosímil que ver un dia una gran teoría psicológica que se apoya en el estudio de los pó-

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ATMÓSFERA DEL PLANETA VÉNUS. (Continuacion.-Véase pág. 174.)

Entre las relaciones de los observadores del paso de Vénus que se hayan propuesto estudiar la atmósfera de este planeta, la primera es la del astrónomo Tacchini, del Observatorio de Palermo, jefe de la expedicion enviada á Iuddapur (Bengala). En una carta escrita el día siguiente a l del paso al Ministro de Jnstruccion pública en Ita li a, y publicada en el Boletín de la Sociedad de espectros-copistas italianos, el sábio observador exponía los hechos en los términos siguientes: «Antes de la hora á que había de salir Vénus del Sol, con un cielo muy puro, he examinado el espectro solar en la proximidc1d de la banda oscura formada por el planeta. Este espectro se presentaba por todas partes en e~tado normal, excepto en dos posiciones, en que, despues del paso de la banda del planeta, se notaba un ligero oscurecimiento en dos puntos del rojo correspondiente á las líneas de absorcion de nuestra atmósfera; el fenómeno parecia debido á la

presencia de la atmósf e1·a de Véntls, p1·0/.Jablemente de la misma naturaleza que la, nuestra. »

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Fig. 3.-1 .• l. Sistema nervioso de un inseclo perfecto aumentado (abeja).-N. 2. Sistema nervioso ele un arácmdo (esporrion) . 0

lipos, en los que la e:-d teucia de 11n sistema nervioso acaba apénas de ser descubierta. Pero ahora creo que podeis reconocer la uniformidad de la natw·aleza. Miéntras estudiaba detenidamente en las cintas contr,í.ctiles de la .A.w·elia las ondas de excitacion, ya circulando libremente, ya detenidas por un exceso de resistencia ó ya forzando el paso, he comprendido que asistía en los llanos inferiores de la génesis nervio a tí. las marchas y contramarchas de las mi mas fuerzas que, en las altas cimas de esta evolucion invariablemente acompañan, si ellas no las producen, tí. los más complicados razonamientos de un Newton, las emociones más sublimes de un hakcspeare, la m á imperiosa voluntad de un N apoleon y las ideas más transfonnadoras de un Danvin.

G. J.

ROMANES.

Los asfronómos italianos, versados de una manera especial en la análisis espectral del sol, y habituados á hacerlo diariamente por espacio de muchos años, tenian por objeto, sobre todo , el aplicar el espectróscopo á la observacion del paso ele Vénus. En dicha observacion ellos no han inopinadamente visto en un anteojo, sino comprobado con el espectróscopo la existencia de la atmósfera ele este vecino planeta, y su analogía química con la que nosotros respiramos. Miéntras se hacia esta observacion en Bengala, tenía lugar en el J a pon, á mil leguas ele allí, un hecho muy diferente del que precede, pero que le confirma de un modo singular . En Saigon, los astrónomos de la comision france a, no observaban con el espectróscopo, sino con anteojos ordinarios. Hé aquí lo que se nota en la relacion enviada por Héraud, jefe de di cha expedicion, á la Academia de ciencias de París. o han comprobado del mismo modo la accion de la atmósfera de Vénus sobre la luz solar; vieron la misma atmósfera, directamente y en una circunstancia igualmente inesperada: ccA las 21 horas 17 minutos , habiendo entrado ya más de las dos terceras partes del planeta en el disco solar, notó que la parte exterior no en-


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LA NATURALEZA

trada aún está claramente indicada poi' un filete luminoso pálido que, unido á las franjas de la imágen interior, forma un círculo completo. ro esperando éste fenómeno, no puedo señalar el instante preciso de su aparicion.» ¿Qué era este filete l uminoso, que rodeaba al planeta y le diseñaba en el ciclo al lado del sol, en la parte que había entrado? Era la atmósfera ele Vénus iluminada por el sol, y que refractaba hácia nosotros la luz del astro del dia. Esta es la ünica explicacion posible del fenómeno . Este hecho fué. observado igualmente en aigon por Bonifay, cuya relacion es la siguiente: ccA las 21 horas 17 minutos, el contomo de Yénus exterior al disco solar se ilumina ligeramente empezando por la parte inferior de la imágen que constantemente permanece más visible que la superior. La circunferencia planetaria, aparece así completa en el cielo de un modo visible por este arco luminoso; subsiste el efecto cuando el planeta avanza. Cuando se aproxima el momento del contacto, se con t in úa viendo al horde del planeta, que queda ligeramente luminoso.» El fenómeno de la iluminacion del contorno de Vénus no se produce á la salida del planeta. Los dos observadores precedentes creyeron que iendria lugar por segunda vez, pero le espeearon en vano. ¿A. qué causa es debida esta diferencia? ¿La atmósfera de Vénus no es igualm'3ntc transparente en el meridiano oriental que en el occidental? ¿Era acaso pura en el primer caso (refraccion visible) y cargada ele n ub es en el segu ndo? ¿O es que la diferen cia no es debida más que á la mayor oblicuidad de los rayos solares con respecto al observador? Anteriormente hemos visto que los astrónomos italianos en Bengala y los franceses en el Japon, han confirmado la existencia de la atmósfera del planeta Vénus; se ha hecho una comprobacion análoga por los ingleses en el Egipto. En Luxor, en tre otros, el Almirante Ommanney, el córonel Oampbell y su señora, cada uno tenía un telescopio. Citaremos el pasaje de la narracio n del Almirante, relativo al punto que nos ocupa, narraccion publicada por la Sociedad real astronómica de Lónclres. «En el monento en que empezó á salir el planeta del límite del sol, se presentó un fenómeno notable . La parte del di. co ele , énus que babia salido del Sol, se iltiminó con una orla blan ca, haciéndose visible y muy luminoso en todo su contorno, hasta el momento en que apareció la m i tad. Entónces disminuyó la lu z, y desapareció

próximamente siete mil'rntos ántes del últimó contacto externo .» Así, e n este caso, se hizo la observacion no ánles ele la entrada como en aigon, sino despues ele la salida. La entrada era por lo <lemas invisible. ¿Por qué la il uminacion de la atmósfera ele Vénus por el Sol, fué vista por los astrónomos de Luxor y no por los ele Saigon? La causa debe ser no astronómica, sino terrestre, y consistir en el estado de nuestra atmósfera en Saigon . Además de estas tres observaciones diferentes sobre la atmósfera ele "\ énus, hay una cuarta un poco ménos dieecta, en u na Me m oria posterior, en la de Janss_en, establecido en Nagasaki (Japon). Cuando el planeta llegó al contacto con el Sol , la imágen de Vén us se presentó muy redonda, bien terminada, y el paso relativo del disco del planeta con relacion al disco solar se ejecutó geométricamente. Pero hubo un intervalo bastante largo entre el momento en que el disco de Vénus aparecía tangente interiormente al disco solar, y el de la aparicion del rayo l uminoso que se presenta en el mome nto en que el planeta , habiendo e ntrado completam ente, deja el borde del Sol para atravesar el asko. «Existe en esto, decia M . Janssen, una ano malía aparento que, en mi concepto, consiste en

la presencia de la atm.ósfera del vlaneta. » Una fotog;rafía hecha en el instante mismo en que el contacto parecía geométrico, demostró que el contacto real no se verificó en dicho mo mento . E l hecho t iene fácil explicacio n , si se supone que las capas i n fer iores ele la atmósfera de Vénus estaban más ó ménos cargadas de nieblas ó nubes, cons tituyendo así una especie de pantalla. En una atmósfera pura, sólo la refraccion puede dar luga.c á diferencias análogas . La atmó fera de Vénus fué observada igualmente por la mision francesa de la isla Sain1.Paul (seguimos en esta exposicion el órcle n c1·onológico ele los documentos recibidos); éste no se publicó en las~ Cuentas dadas del 25 de Marzo de 1875. · « n cuarto de hora clespues del primer contacto, cuando aún estaba fuera del Sol la mitad del planeta, se vió el disco entero d e Vé n us, di4ujado por una pálida aureola, más brillante en la proximidad del 'ol que en el vértice del planeta. »A medida que Vénus penetró en el disco solar, las dos partes extremas más vis ibles de la aureola t end ieron á reunirse, desar roll ando una


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luz más viva aún el seg1~1énto exterior del planeta, y esta reunion anticipada de los cuernos por un arco de círculo luminoso, se hizo más completa todavía·por un ¡5equeño reborde muy brillante de luz que terminaba la aureola del disco de Vénus. . »Durante casi todo el paso, el planeta apareció con un color negro muy oscuro y un poco violeta, miéntras que una aureola amarilla muy pálida le rodeaba en el disco del Sol.» El mismo hecho de la visibilidad de Vénus por fuera del Sol se observó por los astrónomos instalados en vVindsor (Nueva Gales .del S ur). Encontramos, en efecto, en las AstTonomische :.., achaichten del 4 de Marzo de 1875, núm. 2.027 (Schreiben des Illern J. Februtt an den IIeransgeber), un pasaje característico, cuya traduccion es la siguiente: · 1c i una sola parte del planeta pudo de ·cubrirse ántos de la entrada , dirigiendo el telescopio hácia·el punto en que debia hallarse diez minutos ántes de este momento. La observacion fué muy precisa. Poro cuando entró la 1íütad del planeta en el disco solar, la mitad exterior aún• se dibujaba por un luz gris de ménos de un seg undo de arco ele espesor. Este aro se aumentó gradualmente, tanto en ancho como en b1·illo, hasta que el borde exterior de Vénus se puso en contaoto con el Sol. Con todo, el planeta proyectado en el disco solar no apareció rodeado de aro ni ele penumbra alguna. No pudo descubrirse en ella ningun punto luminoso ni apariencia de satélite.» En Pekin, el astrónomo americano ,Vatson observó este fenómeno del anillo atmosférico que rodea al planeta en su contorno exterior al Sol. La inesperada observacion de esta corona de luz fué objeto de una discusion especial en la Sociedad real astronómica de Lóndres en su se- · sion del 14 de Mayo de 1875. En ella, Russull, astrónomo del gobierno de ydney, se expresó en los tér-111inos cüyo ·e xtracto sigue: Se vió aparecer inmediatamente· despues de la entrada de Vénus un débil anillo luminoso, que dibujaba la ci1·cunf&encia del planeta alrededor de la parte del disco que no babia aún entrado en el Sol. Los observadores calcularon su ancho en un segundo. Varias· planchas fotográficas presentan una débil línea do plata limitando el planeta. En este anillo luminoso se nota un ensanchamiento, una especie de mancha que se encuentra hácia el sitio clel polo del planeta. Un asistente que miraba el paso y que no babia

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·notado el anillo observó esta mancha luminosa hácia el polo. Los mejorm¡ dibujos de este ensanchamiento fueron hechos en una estacion levantada á 2.200 piés sobre el nivel del mar, con ayuda ele un ecuatorial de cuatro pulgadas y media y con una atmósf'ora 'tan clara q ne se veia el boeclc del Sol con perfecta limpieza. Se demuestra con estas fotografías australianas que, la parte del disco de \ énus visible fuera del Sol, debia esta propiedad al anillo luminoso que le rodeaba, y no al contraste que pudiera existir entre esta parte del disco y el _ cielo rodeante. Este anillo estaba ciertamente formado por la refraccion ele los rayos solares al ateavesar la atmósfera do Vénus. La region más brillan te notada cerca del polo del planeta es interesante ele un modo particular, tanto más cuanto que ha sido observada por diferentes observadores independientemenle los unos de los otros. Sugiere, pues, la conclusion ele que la at• mósfeea de Vénus posee una fuerza de refraccion mayor en estas frias regiones polares, dando lugar á mayor ex.tension del crepúsculo, Yisible para nosotros entónccs bajo la forma ele una línea brillante. A todas estas comprobaciones añadimos la observacion que acaba de hacer en América l\I. O. . ele Lyman de Vém.ls bajo la foTma de

un anillo luminoso. Ya en el momento ele la conjuncion inferio11 ele Vénus en 1866, el aulor había visto al planetá bajo la forma ele un anillo luminoso muy del.a gaclo; había seguido atentamen Le y dia por diá s u crecimiento, á medida cjuc se aproximaba al Sol, y habla comprobado que las dos extremidades del mismo se prolongaron y extendieron gradualmente más allá de un semicírculo, despues á las tres cuartas partes, acabando poi· enco1it1·a1·se y formar un anillo luminoso.

(, e continua.ni. ) EL :MUSEO DE LA ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA.

La reaparicion ele lo cur ·os ele antropología que tln-o lugar el S<íbado 2-! de miembre último, añade interes ele actualidad al científico que en si presenta e te mu eo. Constituido por la reunion ele las col cciones ele la ocieclacl ele antropolo 0 fa y ele la del laboratorio dirigido por Broca, contiene próximamente -!.000 cdneo -· ele diferentes razas, un mímero considerable ele osamenta , otras piezas anatómica , y una , erie ele JO esqueletos humano ; en fin, algunos millare ele objeto d etnografía y ele arqueología prehistórica.


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Además, como la antropología no se propone únicamente el estudio comparado ele las razas humanas, sino 't ambien determinar el lugar que el hombre ocupa en la naturaleza, contiene el museo un gran número de esqueletos de g randes animales. L os más preciosos son t res esqueletos completos, quince cráneos ele gorila y un maniquí que representa muy exactamente los músculos y otros órganos de estos notables animales, preparado del natural por Auzoux, el ingenioso autor de la anatomía clásica. Por ¡;u parte etnográfica el museo de la Escuela de antropología es extrictamente un museo de enseñanza. S us fundadores han logrado procurarse las piezas típicas necesarias para llamar la atencion del auditorio y

para fijar en su m emoria el recuerdo de hechos generales. Pero no han juzgado útil multiplicar indefinidamente el número de objetos de la misma naturaleza, como se esfu erzan en hacerlo en los museos ele estudio. Por consiguiente, el discípulo que desee conocer la naturaleza y forma de los instrumentos y armas de los pueblos salvajes, ya sean contemporáneos ó prehistóricos, saca{á una idea muy suficiente del museo de la E scuela de antropología. Por el contrario, un sabio que, en una investigacion más profunda, quisiern comparar un gran número ele piezas de este órden, haría mejor en dirigirse al Museo Saint-Germaiu ó al Museo de etnografía, cuya próxima creacion anuncia el Journal oficie l.

Fig. J . -Cráneos deformados artificialmente.

Notamos, sin embargo, en el muestrario de la Escuela una magnífica colección de antigüedades peruanas (coleccion Ancon), que sería injusto pasar en silencio. Pero lo que hace original y dá valor al museo de la Escuela de antropología, sou sus numerosas colecciones anatómicas, varias de las cuales han servido ya de base á trabajos hoy día clásicos y que valen, aproximadamente, las colecciones a ntropológicas del Museo Tales son las colecciones de cráneos parisienses que datan de épocas más ó ménos antig uas. Se sabe que Broca ha demostrado que la capacidad media de los cráneos parisienses no ha dejado de aumentarse durante el curso de dos siglos, del mismo modo que ha demostrado que los cráneos contemporáneos sacados

de las concesiones · de p erpetuidad son más considerables que los que provienen de la fosa comun. Resultados de este género no son admisibles sino cuando quedan establecidos por un gran número de cráneos. D el mismo modo se hacen casi todos 1os estudios craneológicos. Tambien el Museo de antropología posee un gran número de series de cráneos de la misma naturaleza. Así contiene una série de treinta cráneos microcéfalos y semi-microcéfalos, acompañada ele un esqueleto completo de microcéfalo adulto,' del que no se encuentra equivalente en ningun Museo del mundo. Sábese que los microcéfalos son idiotas, dotados de un cerebro detenido en su desarrollo, muy pequeño y rudimentario. Un transformista célebre, Cárlos V ogt, de

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Génova, ha sostenido que allí estaban los ejemplos de en el Cáucaso varios cráneos macrocéfalos que resatavismo. ponden á la descripcion de los dos autores griegos. El Museo posee igualmente una bellísima serie de Los macrocéfalos de Crimea producian estas deforcráneos deformados artificialmente, unos procedentes maciones en sus hijos por medio de dos vendas que de América y otros de Europa. En América, sobre partian ambas del vértice de la cabeza; despues, miéntras que una pasaba por delante de la oreja para vetodo, es donde se han extendido estas extravagannir á anudarse debajo del ménton, la otra se dirigía, tes costumbres. Así~vemos en los escaparates del por el contrario, Museo los crápor detrás de la neos nahuas, aplastados de deoreja á anudarse lante atrás . Esta debajo del occi3 tribu, que aparepucio. ce al principio en Hácia el octala Florida, se exvo ó qninto siglo tendió á Méjico ántes de nuestra en donde avenera, los macrocé-. tajó á los tolte-' falos hicieron una expedicion á tracos y aztecos, y Yés de Europa ·ganó en seguida (se encuentran la América del en efecto sus cráSur donde imneos en algunos portó la costumlugares de Alebre poco elegante uiauia), pues deque la caracterijaron algunas za (fig. 1). colonias en el deUn poco má partamento del léjos Yemo latleSena-Inferior, en form ac ion crael de Demc-Séniana propia de vres y ah-ededor los Incas; desde Tolosa. pues los crlmeos Los macrocéartifici almeute falos, estableciaplastados y prodos en el orte y longados de los en el Oeste de Aimara del Francia, no Perú. abandonaron la Pero los europráctica segnida peos, que se compor sus antepaplacen en declasados, y la demar contra el forma c ion craMrbaro uso de niana se practicó deformar la cabeen estas dos proza de los niños, vi n ci as hasta injustamente innuestro siglo, en s ul t a n por tal que ha caido en motivo á los auun des uso cási toctónos ameriabsoluto, sólo que canos; las injula moda ha camrias que les lanFig. 2.-El Museo_de la Escuela de antropología. biado ligeramenzan algunas vete desde los tiemces nos caen en pos de Herodoto ; en Yez de do. vendas compresivas pleno rostro, pues se sabe que áun hoy dia no es raro no han aplicado más que una, la que pasa por delante ver, en los alrededores de Tolosa, individuos dotados de la oreja (deformacion anular de Foville). de forma por su nodriza de cráneos prolongados en Las nodrizas de Tolosa, por el contrario, no han conmorcilla. servado más que la que pasa por detrás, lo que hace Se admite que3del Cáucaso nos vino esta ricUcula que se prolongue y eleve prodigiosamente la parte poscostumbre. Herodoto é Hipócrates, en efecto, nos hade la cabeza; esta modificacion de las formas naterior blan de un pueblo que habitaba la Crimea y que la turales pareció tan ventajosa que era aún usada hace practicaba en gran escala; denominánbanse por esto treinta años. macrocif<ilos; se han encontrado además en Crime.a y

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Añadamos, ademas, que tales tormentos , aplicados desde la m.i.s tierna edad al órgano del pensamiento son ménos nocivos de lo que podria creerse. Cuentan que en opinion de los pueblos salvajes teniau por efecto acrecentar el valor y la inteligencia, resultados felices que 110 cousignierou ciertamente; pero es probable que si no servian no dañaba~ nunca. Lo que hace importante el estudio del crlmeo humano es que contiene al cerebro órgano del pensamiento. Pero ¡ cuánto más interesante es el estudio del mismo cerebro! Así los organizadores del museo ele la escuela de antropología han hecho los mayores esfu~rzos para dotarle con riqueza bajo este aspecto. La col'eccion de cerebrós desecados y vaciados que han sabido reunir, puede seguramente pasar como única en el tnundo. · Una parte de los esqu_eletos armados que anunciamos, representan tipos de cierto número de razas asiáticas ó africa11as. Otra son e queletos europeos, notables por alguna anomalía. A í e notará el esqueleto de un gigante bnrgniñon q ne vivía exhibiendo su prodigiosa talla en las ferias. Tenía 2m, U de altura (:figuI'a 2): · Otro esqu eleto, ~:ecientemeute adquirido por el Museo, no tiene más que once pares de costillas. U na interesante Memoria que el profesor P. Topinard acaba de publicar sobre las anomalías de número ele la coZíiinna vertebral, nos demuestra que esta pieza es absolutamente única en su género. · Se ve, pues, que fll Mu eo ele la E cuela de autropqlogía posee, no solamente pieza suficientes para las necesidades de la enseñanza, si no tambien colecciones capaces ele dar los elementos ele tra-bajos originales considerables. La antropología, cie.1cia esencialmente francesa, ha enco~trado aquí desde luégo sus principales fundamentos. ¿Por qué el principal obstáculo á la;·tan deseada exteusion de este Museo ha ele ser una miserable cuestion ele lugar? ¿Tan dificil es encoútrar un local bastante considerable? ¿Es París tan pequeño que no pueda alojar algunos esqueletos más?

ENFERMEDAD DEL TRIGO POR CAUSA DE LA

IEIJLA Y ROCÍO.

MODO DE EYI'.L'ARLA. .

rocío, lo que ocasiona todos los años pérdidas inmensas en distintas regiones. Los campesinos del departamento de Var {Francia), saben libraese de esta calamidad por medio de una operacion sencillísima, y nosotrns los liemos visto peacticarla con un éxito tal, que la recomendamo::;, por lo útil, á los labradores de nuestras comarcas productoras de cereales. Hé aquí el procedimiento: Durante algunos dias antes de la madurez del trigo, y todas las mañanas una hora ántes de la salida del sol, si el viento de la noche no h a sacudido y hecho caer el roció que reposa sobre las espigas, todos los habitantes de la granja, sin distincion de edad -ni sexo, se reunen á la voz del jefe de familia, y armados de cuerdas y largas cañas, maechan en línea paralela por los sembeados, unos por los lados y ateos por el centro de ellos, sosteniendo cada uno la extremidad de la cuerda ó caña, que mantienen bastante tensa la peimeea, y ambas altas, para hacer encorvar la extremidad superior de las espigas qne encuentran al paso. ~sta liger·a rozadura basta para que caigan al suelo las ge'.)tas de rocío suspendidas en las aristas, y esta humedad, que calentada y evaporada por el calor del sol hubiere sido nociva al gi;-ano que envolvía, se transforma, por su caída al pié de la planta, en un riego que favorece los últimos esfuerzos de la vegetacion. Los efectos de esta pe.'.tetica son tan constantes, que los panaderos del país reconocen al instante los trigos que no h an tenido el beneficio de esta operacion, y ofrecen por ellos un peecio mucho más inferior. Ademas, 'los labradores confiesan JJ0r sí mismos que el trabajo, bien soportable por cierto, que les ocasiona esta opeea• cion, está recompensado suficientemente por la abundancia y superior calidad del grano cosechado; y en e:ecto, bastan dos hombres, y áun dos muchachos, para verificada en ménos de un cuarto de hora por cada hectárea de sembrado. Operacion tan fácil y económica, y que repoda tan beneficioso resultado, déb ese poner en peáctica en nuestras comarcas ageícolas, y llamamos sobre ella la atencion de los agricultores instruidos, para que, hecho el experimento como nosotros lo hemos visto hacer, y verificado ademas, hagan su peopaganda entre la clase de labradores de menoe instruccion y que po1· tanto ignoran peácticas provechosas de otros países ménos rutinarios que el nuestro.

Uno de Jos azotes que con frecuencia hieren a:l labeador en sus más legítimas esperanzas en el momento mismo en que el precio de sus tra• ]fajos viene á manifestarse en las apariencias ele una rica mies, es la cruel enfermedad conocida éon el nombre de Tizon {Rocha, en el reino ele Yalencia), causada por la aparicion súbita de los ardientes rayos del sol sobre un campo sem- . , brado de trigos, despues de una niebla ó fuerte

J. M.

FERR.A.NDlɡ

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LA NATURALEZA FABRIOAOION DE LOS RUBÍE, '. Ha sido un verdadero acontecimiento, en la sesion dél 3 de Dicicmbl'e ele 1877 ele la Academia ele Ciencias de París, la lectura ele un gran trabajo <le Fremy, en colaboracion con Feil, cuyo objeto es la procluccion, poclemo llamar industrial, del corindon y de vario siJicatos cristalizados:- Las hermosas muestra depositada en la mesa proyocarnn con Yerdaclera justicia la admiracion de todo el concurso. Sábese que la transformacion de la al úmina cristalizada en corindon, que es la base de multitud ele piedras preciosas llamadas orientales, y especialmente ele los rubíes "y del zafiro, ha preocupado á gran número de experimentadores, entre los cuale!;! merecen especial mencion Ebelmen y Senarmont, en primer lugar, y lnégo Deville y Oaron, Marco-Antonio Gaudin y Debray. Pero hasta ahora, á pesar de tantos esfiu.erzos, no se ha])ian conseguido sino cristales casi microscópicos. Hoy clia, por el contrario, Fremy y Feil presentan muestras que muy bien pueden utilizarse en relojería y son susceptibles de ser talladas por el lapidario. El ingenioso procedimiento seguido por estos sabios experimentadores, consiste en someLer á la accion del calor, durante mucho tiempo, y llevándola hasta el Tojo, una mezcla de aluminato de plomo y sílice. La experiencia, hecha con 30 kilógramos de esta mezcla se ha.continuado por espacio de veinte dias en el hor?o de la fábrica de Feil. Bajo la accion del calor, l a alúmina se separa poco á poco ele su combinacion plúmbica y cri talizada; se produce ele este modo un corindon incoloro; pero que si clicho producto e introduce en una mezcla ele dos ó tres centésimas ele bicromato potá ico, adquiere la coloracion propia del rubí. El resultado es exacto y riguroso en cuanto á la densidad, dureza, brillo, color r áun, como ha reconocido J annettaz, en sus propiedades cristalográficas y ópticas. Entre los silicatos cristalizados obtenidos por los res. Fremy y Feil, debemos indicar, sobre todo, el disteno que se presenta, en largas agujas incoloras enteramente semejantes á la de la naturaleza. Por último, hacen presente los. autores que no se han detenido más que en el a pecto exclu ivamentc científico de la cue tion, que colocan u procedimiento ba:io el dominio público, y que se considerarían muy felice si la industria llegase i sacar de él algun provecho. ~

ALGEBRA TAQUIMÉTRICA. Lagout es inventor y apóstol de la taquimetría. Gracias á sus esfuerzos y á los de sus colaboradores, te nuevo método de enseúanza se ha de ·arrollado considerablemente: ha recibido ya ancion oficial en Frania por una circular del Ministro del Interior, y poco tiempo de pues, tambien de l\í. Orí tophle, entónces Ministro de Obras públicas. Se na enseñado en las escuelas de montes y privadas, y en varios departamenios, como en ]os de Meurthe y Moselie y el Oi e, y en '' irtnd ele conferencias füvo;-áblemeñte' acogidas por los

Consejos generales, se en&eñará en las escuelas normales y generalizará á las primaria . La obra de Lagout ha sido vertida al inglés 1ütimamente, y un editor ele Lausanne se ha puesto en relaciones con el autor para propagarla en la aiza france a y alemana: En fiu, los periódicos se han apoderado ele la cuestion, y como toda invencion nueva, tiene partidarios y detractores. Es preciso reconocer que, en efecto, algunas ele las obras de Lagout se prestan á la crítica por la forma : entusia mado el autor con u idea, y deseando llamar la atencion por imágene sensibles, se ha cuidado poco del e tilo llano y in metáforas que se acostumbra emplear en las obras de enseñanza elemental. Los críticos se ceban con preferencia en ei lenguaje, poco u ado, y pasan por alto el mérito de la invencion; algunos, ya prevenidos en contra, han llegado á negarla, y dicen, parodiando la célebre frase sobre la geometría, que la taquimetría tiene por objeto «hacer demostraciones inexactas con figm·as e;x:actas.» Oreemos que tal reproche es muy exajerado; las demostraciones taquimétricas son verdaderas dentro de su e fera; algunas son en realidad sencillas y elegan~ tes, sólo que en general no buscan una evidencia del mismo órclen de las de la geometría. Si se penetrara al fondo de las cosas, se ballarian las demostraciones geométric~s por bajo de las simplificaciones taquimétrica ,· El geómetra quiere dar á todas sus proposicio:nes una evidencia igual á la de lo axiomas primordiales, y es necesario comprender que no hacen más ~ue repetir estos axiomas, bajo otra forma, cuando anuncian un teorema cualquiera, por lajos que se esté del punto de partida. La t~quimetria sólo trata de hallar la eYidencia in tintiva, generalmente por todos admitida, y e detiene cuando lo ha conseguido, La "eometría e ante todo una e peculaci<'.m teórica y de <:, poco interés, miélitras que la taquimetría tiende á demostrar las reglas de medida con la suficiente evidencia para lo que de ella se sirvan . E , por ejemplo, lo que sucede en aritmética: las reglas de las diferentes operaciones parecen evidente y exactas; se sabe, siu embargo, que dichas regla deben ser objeto de delicadas y difíciles demostraciones, si e quiere probar su eYidencia inmediata y axioma primordiales. o hay inconveniente en matemáticas de colocar e bajo distintos puntos de vista para buscar la verdad siempre que e razone con exactitud, pue to que no puede conducir jamas á resultados contradictoúos, que es lo que le ha dado superioridad sobre la ciencias mora.: les, en las qne las conclusiones dependen__siempre ~el lugar en que se coloquén. 1 o-deben, pues desdeñarse la ventaja que reporta la taquimetría, con el pretexto de que 'la evidencia que iinoca no es la misma que la q~1e e busca en geometría. , . , Lagout lia tratado de ,aplicar al algebr1:1, el metodo concreto que había conseguido para la geometda. Acaba de publicar el Álgebra taquiméi1'ica. o puede tratar en ella un curso teórico y completo ; una ciencia tan ab tracta como el álgebra no se pre ta á una enseñan~a concreta; mas para los obreros que quieran estudiar sus principios elementales; es más bien arte 0


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doble signo', pero éstas son inhere.n tes al álgebra, y que ciencia, y basta entónces, como ha hecho Lagout, justificar de un modo patente las r eglas segui- mucho s_e ha conseguido con dar una representacion sensible que permita comprender las fórmulas algedas en las transformaciones y resolucion de las ecuabráicas. ciones de primero y segundo grado. Representa las El autor representa por procedimientos análogos los · · cantidades abstractas que :figuran en las relaciones algebráicas por una balanza, en cuyos platillos se colo- curiosos resultados de ciertos cálculos algebráicos, como el cuadrado de a-b, el producto (a-b) (a+b), can pesas que equilibren el cuerpo que se va á pesar. y demuestra de un modo claro que el producto de dos Cuando queda horizontal el balancin, tenemos una cantidades negativas debe ser positivo. Llega del misecuacion en la que las pesas indicadas son los datos conocidos, miéntras que el cuerpo por pesar representa mo modo á resolver por sencillas representaciones geolos desconocidos, cuyo valor se inquiere. Se encuentra métricas, los problemas de máxima que pueden necesinaturalmente conducido á los métodos de resolucion tarse. Se ocupa tambien de los intereses compuestos, y representa por una fórmula tratando de aislar este cuerpo fácil é ingeniosa el crecimiento extraño, que debe que dar sólo de los capitales en los présta'l en el platillo, y su peso está mos y anualidades. Por últideterminado entónces por la mo, ha ensayado una teoría ·de suma de las pesas que ocupa_n logaritmos yde la numeracion; el otro plato. Asi se justifica pero tememos que estas matede una manera clara y sencilla P' rias, á pesar de sus esfuerzos, el camhio de signos que se desean á sus lectores difíciles de muestra en álgebra. Este procomprender. Recomiendade un Fig. 1. cedimiento, aplicado á la ecuamodo pai·ticular la numeracion cion de segundo grado, terror por 8, pues ciertos múltiplos de los principiantes, permite ele 8, por ejemplo el 64, son á resolverla con mucha rapidez, la vez cuadrados y cubos, procomo vamos á ver. piedad que facilita la represenLa :figura 1 r epresenta la tacion sensibie del crecimienecuacion x 2 + px q2 • Tene. to ele los números. Siente que mos á la izquierda el cuadrado esté -abandonada esta nume- · x 2 y el rectángulo px, cuyo Fig 2. racion; no~otros creemos, por peso es equivalente al del cuael contrario, que la numeradrado q°, que se supone colocion decimal ha sido adoptada cado en el platillo derecho de la desde la antigüedad, pues está balanza. Dividimos en dos parnaturalmente indicada por el tes iguales el rectángulo px, número de dedos de la mano. y elevamos la mitad inferior Podemos convencernos inmeP para aplicarla á la dere-• cliatamente observando los nú2X meros romanos: I r epresenta cha del cuadrado x 2 • Así obteun dedo prolongado, V (5) la nemos la situacion indicada en mano abierta, X (10) las dos la :figura 2, sin que se haya alí 1ig. 3. manos cruzadas, C (100) la terado el equilibrio. Se ve inDemostracion de la resoluciou de la ecuacion de mano encorbada. Además no segundo g rado x 2 +px=q 2 • mediatamente que á la izquieres clificil notar en todas nuesda se tiene la imagen de un tras lenguas, por lo ménos, cuadrado escotado por la base, que el número diez ha sido siempre designado por el p2 p y que basta añadir--, cuadrado de - , para obtemismo nombre que la palabra cledo, y de la misma raíz 4 2 se derivan todas las palabras que significan mostrar y ner un cuadrado pe1fecto, el de x+ )2_ . Hacemos esta r.onducir. En griego a~-,,.-:x., lla-rc-cuJ.o,;, lldxw¡.ú; en latin cle2 2 cem, digiti¿s, clucere; en aleman zehn (diez), ziehen ( con2 adicion añadiendo P debajo de q para no alterar el ducir), zeichen (signo). Segun los :filólogos las palabras 4 equilibrio ; esto es lo que representa la :figura 3. que significan ciento, Ex.otrov, centum, lmndert, se r eLa resolucion de la ecuacion es, pues, evidente. suelv_en igualmente por diez veces las dos rncmos. La numeracion decimal, pues, ha prevalecido siempre en 2 2 =q2 +L x+L=¡/q'+ P • la familia ariaua, y parece que de cambiar la base ( x+.!!_) 2 4' 2 4' quizá se le diera preferencia al número 12, que tiene 2 la ventaja de tener mayor número ele divisores que L4 + Vq2+ -¡-· P el 10; el 8 por el contrario, no tiene más que dos, A pesar de esta· ligera critica, la obra de Lagout Así hemos obtenido el valor de x en funcion de cantidades conocidas. Habria algunas dificultades para el conserva todo su valor, y noe felicitamos al indicar

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'·=-


LA NATURALEZA semejante tentativa, que facilitará á los obreros el estudio de una ciencia abstracta tan dificil de comprender.

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Fácil es desembarazar las caballerizas de estos dos parásitos, pues es suficiente frotar á los caballos con p omada mercurial, infusiones de tabaco, ó insuflando en sus pelos los polvos de Vicat. LOS EPIZÓIOOS DEL CABALLO. Los dueños de caballos de todo género deben fijar toda su atencion eu otros parásitos, como son los AcáLa conquista más noble del hombre en el reino ani- ride s de ocho patas ó arácnidos muy degenerados. mal, segun la e}..-presion de Buffon, La historia de estos funestos el caballo, es atormentado por nuanimales ha sido puesta en claro merosos enemigos, á veces muy con sumo cnídado por uno ele los peligrosos, á pesar de su pequeñez. veterinarios más sabios de ejérciUnos le atacan de un modo interto, el Sr. Megnin. Hace poco tiemmitente: dípteros como los tábapo que se conoce la causa de las nos y los estomoxos con su aceraafecciones psóricas, á veces tan da trompa hacen correr su sangre desastrosas, pues suprimen las impor mil h eridas en los calurosos portantes firnciones de la piel. No dias del verano; los (es tros) ponen ha.rémos más que indicar estas al animal furioso por la irritacion creaciones repugnautes que, sin que le causan los huevos que deembargo, es necesario conocer, si positan entre sus pelos. Por últinos hemos de interesar por la samo, un díptero pupívoro degenelud de los caballos. rado, el hipobo co ó rnosca-araña De dichos acárides, el más ande Réauníur, que mueve sus alás tiguamente conocido, que vive en con dificultad, se agarra por lela piel que esca.van como para magiones enteras á la r egion de las driguera., es elPsoroptes eqzti, Geringles y de la cola de los caballos va.is, ca.usa de la a.feccion cutánea mal cuidados, sobre todo en la muy molesta, que se manifiesta primavera. por granos hemisféricos, en un Fig. 1.-llemalopinus tenufrostr·s. Otros articulados mucho más principio, en la parte superior y en pequeños, desposeídos de alas, son la cola del animal. En cinco ó seis verdaderamente epizóicos, que se agarran por medio meses, si no se emplean r emedios, es invadida. toda la de sus órganos bucales á la piel del caballo. Unos, piel del caballo ~, la muerte inevitable. Otro de lo. provistos de sei patas guarnecidas de uña encorvaacfirides del dicho animal, el ménos peligroso de los das, son insectos pertenecientes al tres que hemos citado, es el Choórden de los Anopluros ó Pedirioptes spathifen,s, Megnin, estucúlidos. Uuo de ellos es el I-Iemadiado en Alemania. por Gerlach en 1857, y en Francia por Megnin topinus tenuirost1·is, Btumeister en 1860. La afeccion psórica. que (fig. 1), que mide de 3 á 4 milíorigina no se manifiesta nunca metros de longitud, de color pardo más que en los caballos jóvenes y. vientre ceniciento; horada la piel no atacando sino los miembros, de con el chupador y aspira la sanun modo lento, pues sou necesagre. Vive, sobre todo, en los carios años enteros de descuido para ballos adultos, principalmente cerque un miembro se cubra eu toda ca de las crines y en las partes latesu longitud. rales desde la cabeza á la espalda, A consecuencia. de la guérra. causando muy vivas é incómodas franco-prusiana. de 1870-71, se picazones y cubriéndole de pequedesarrolló una epizootia. en los cañas pápulas rojas que constituyen ballos del ejército francés, con sínuna afeccion muy contagiosa. Otro tomas que se habían mira.do hasta parásito del caballo, mucho má s entónces como propios de la mipequeño, de color ennegrecido, seria., las privaciones, la mala capoco más ó ménos uniforme, es el lidad de los forrajes, etc. La causa Frichodectes equi, D enny (:fig. :2). verdadera. consi tia en un a cáride Es ca i inofensivo, porque sus Fig. 2:-Fricliodecles cqui. muy peligroso por su espantosa mandíbulas no le permiten pellizfecundidad, que puede cubrir en car la piel, no sirviéndole más que para subir á lo largo de los pelos y de las crines. Deja un solo mes la piel entera de un caballo, ocasionando la la piel sin lesion alguna y no provoca más que uu lige- muerte por la completa. supresion de la r espiracion cutánea. El más pequeño de los tres acárides del ca-;ro prurito. Dicho insecto es patrimonio de los caballos ba.llo es el Sarcoptes scabiei, La.treille,~variedad equi, ióvenes.


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Gedach, contagioso en alto grado y con la posibilidad de trasmitirse al hombre ,pues -realmente pertenece á \a misma especie q11e el que da oligen á la enfermedad psórica en la especie hum,iua.

FENÓMENO ÓPTICO OBSERVADO EN PINZGAU, El 1t de Setiembre de -1877 , el profesor Schlesinger, acompañado de T. Turcher, hicieron una escursion al valle de Hollersbach, ceeca de Mittersell, en el Pinzgau superior. Próximamente á las tres de la tarde, notaron q ue el sol descendía tras los estribos de las montañas de hielo de vVatzfeld. En el lugar mismo en que iba á ocultarse, se destacaba en el horizonte un grupo de pinos. Repentinamente presenciaron un espectáculo de raea magnificencia, que hubo de nota r primero el citado profesor, tratando de ver las señales colocadas en las más altas crestas. Los pinos presentaban espléndido aspecto; no parecía sino que un inmen so manto de plata fundida había cubierto dichos árl)oles , envolviendo sus ramas hácia el suelo en forma de grandes dentellones, como pasa a lg unas veces en invierno con la nieYe que cubre los árboles. Algunos de éstos, que se h allaban aislados, brillaban de un modo deslumbrador. Tan grande era la inten sidad del fenómeno luminoso, que sobrepujaba á la del sol reflejado en la plata pulimentada, pudiendo compararse á la luz del mag nesium inflamado ó á un h az luminoso que emanase de un foco eléctrico. Al mismo tiempo se veía en el cielo, por encima del bosque de los pinos, otro fenómeno resplandeciente, que parecía dar origen al que acabamos de describir. Toda la parte del firmam ento , herida por los rayos oblicuos del sol poniente, brillaba y vibraba por efecto de una · lluvia de partículas radiadas, que se asemejaba al paso muy denso de estrellas hilantes, ó al hormig uéo estelar de la Vía L áctea. Durante un momento pudiero n distinguirse en este manant ial de lu z, tres nubes estratiformes, que notardaron en deshacerse. E l espectáculo alcanzó su mayor belleza durante cinco minutos, y cuando la marcha separó nuestro punto de vista, pudimos gozar aú n de é l hasta el momento en que no proyectándose los árboles en el hori zonte, lo hacian en el flanco de una montaña. Solall}ente la ondulacion y centelleo de las parLículas luminosas que tomamos por cristal E:s do hi elo, y cuyas dimensiones muy apreciables nos parecieron un efecto óptico ¡ duraron at'in algun tiempo y se aminoraron

progresivamente en la puesta del sol y el principio del crepúsculo. Para que se pueda comprender mejor estefenómeno, haremos notar que del 8 al 10 ele Setiembre caía una lluvia continua muy abundante, á consecuencia de la cual se enfrió mucho · la atmósfera, y debió determinar la formacion de nie, e á una altura por lo ménos de 3.000 me-· tros, desde las cimas del T auern h asta el fondo del valle de Salzach . Dicho valle fué invadido por la mañana por una espesa nub e; pero un viento fuerte, procedente del Ta uern , a d aró el cielo, permitiendo al sol lucir durante el resto del dia. L as capas de a ire estaban sin embargo muy impregnadas de humedad, y en la region de los hielos no tenian suficiente calor, de modo que al bajar por el lado opuesto de la montaña, observamos una especie de rocío, que, en las capas superiores, debia estar formado de cristales de hielo, y producir, por la retlexion de los rayos solares, el fenómeno descrito. La tarde estaba fresca y clara, y h ácia las siete de la misma terminaba tan bello dia por una puesta de sol ad mi rable, detras de nubes paralelas, resplandecientes de púrpura y oro. Al dia s igu iente apareció el valle envuelto e n una espesa niebla de otoño.

MISCELÁNEA. De Litrow.-Oádos-Lui s de Litrow, que falleció en el mes de Noviembre próximo pasado, nació en Kazan (Rusia) el 18 de Julio de 1811. Su padre, eminente astrónomo, era entónces profesor en la niversidad de Kazan, y fué más adelante director del Observatorio imperial de V iena. Tuvo por sucesor á su hijo, objeto de las presentes noticias. De Litrow publicó la relacion del viaje de I-Iell á vVardoe y las observaciones hechas por este astrónomo acerca del paso dc_Vénus por el disco solar (1769) . Se conserva de él una historia de la astro nomía durante los veinticinco primeros años del siglo diez y nueve. A partir do 1842, reemplazó á su padre en el Observatorio de Viena. Continuó la publicacion do los Annalen cler vViener Ste1·11warts (Anales del Observatorio de Viena), y se ocupó principalmente de los cometas en sus relaciones con las órbitas do los planetas telescópicos. Las Astrnnomische achrichten (Noticias astronómicas) recibieron tambien m ás de un artículo debido á la colaboracion de O. L. de Litrow. La viuda del sabio astrónomo , l\Iadame Augusta Litrow-Bischoff, es muy conocida por


LiA NA'I'URAD·E ZA sus trabajos literarios, que le han valido un lugar honroso entre los literatos de Austria. En vida de su marido, su casa era el punto de reunion de los escritores de todo género que encierra la capital de Austria.

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La miopía y la presbicia.-En las escuelas primarias es donde más se desarrolla la miopía , defecto incómodo y algunas veces peligroso. La permanencia en las mismas no hace más que aumentar el mal que con algunas precauciones podría disminuir. En Bi•eslau, el doctor Conh examinó en el año 1869, 10.060 escolares, y en dicho número encontró 1.004 miopes, que llevaban catorce años ele estudios; los mio12es estaban con los présbitas en la proporcion ele 63 por 100. En el mes de Febrero de '1877, el doctor Luciano Howe no encontró un solo caso de miopía en los niños menores de seis años; en los de siete años de edad, habia un 5 por 100, en los de once años, 1'1 por 100; en los ele trece, 19 por 100; en los de diez y ocho, 26 por 100; en los de veintiuno, 43 por 100. Entre cien jóvenes educados sin frecuentar la escuela, el doctor Oonh no h alló mas que dos miopes. El doctor Howe, aunque considera ilicurable la miopía, cree que se la puede prevenir. Entre las causas de la miopía y en general ele las áfecciones del ojo, cita Donders el aire viciado de las escuelas , que no solamente gasta la vista, sino que tambien puede provocar la ceguera. Hacer pasar la mirada rápidamente ele un sitio iluminado por el sol á otro oscuro y vice-versa, .es tambien una causa de miopía, así como la costumbre de leer en los ómnibus ó carruajes en movimiento. Es tambien muy peligroso el obstina rse en leer ó escribir, cuando empieza áfaltar la luz del dia.

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. Baby shon.-Hace poco se ha abierto en Boston (Estados-Unidos) una gran exposicion de niños (Baby shon ). El número de concurrentes á esta orig inal exhibicion se eleva á 240, y los pre!'nios consisten en sortijas, collares, med allones, relojes de oro adornados de diamantes, etc. Los niños quedan confiados, en el local mismo de la Exposicio n, al cuidado de sus madres, las cuales tienen á mano todo lo necesario. Este año, segun la Boston Post, el niño más grueso es del distrito de Roxbury, de edad de· dos años, que pesa 58 libras. La extremidad opuesta es una niña ele tres meses, cuyo peso n o pasa de 6 Ji-

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bras. Hay gemelos blancos y. de color, .y un prodigio de diez y ocho meses, que habla perfectamente y canta las canciones de Moocly r· Sankey.

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Empleo del tanino eJ;). la análisis de las aguas.Lefort llamó la atencion en 1873 acerca de la presencia probable ele la gelatina .,. en las ao-tias o de los terrenos próximos á los cementerios. M. H. Kaemmerer ha confirmado está observacion en tres aguas diferentes, y se apoya en la analisis efectuada en. las aguas dé un pozo situado en una fábrica de gelatina. El reactivo de que se sirYe para caracterizar esta sustancia, es el tanino. Como la presencia de las sales minerales puede retardar la precipitacion por el tanino de la gelatina ó sustancias análogas, 'se hace necesario algunas veces dejar al reactivo en contacto del agua durante veinte y cuatro horas. Todas las aguas que se enturbien con el tanino, deben separarse de1 consumo.

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Nuevo observatorio. -El profesor Nardi ha inaugurado, el 25 ele Noviembre ele L877, en el seminario de Fiesole, cerca ele Florencia, un observatorio meteorológico, construido á ex~ pensas del obispo de Fiesole y del Club alpino italiano, quien se halla dispuesto á fundar otro en Castelpiano, cerca de Siena. La gran mayoría ele las estaciones meteorológicas de Italia, en número de 80, se deben á la iniciativa del citado Club-alpino, que ha desplegado en este concepto un celo y actividad infatigables.

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"" Temblor de tierra.-En.la noche del sábado al domingo 10 de Febrero, á las dos y treinta y siete minutos, se sintió un temblor ele tierrabástante fuerte en Bliclah y en toda la parte comprendida entre dicho punto y Cherchell. En Mouzaiaville, Bon-Roumi y El-Afroum, es decir, en todas las poblaciones próximas al foco ele las fuerzas subterráneas que producen este fenómeno, a lcanzó tal grado de violencia é intensidad, que en un principio inspiró las más .:ivas inquietudes, pero al cabo de algunos segundos todo el mundo estaba tranquilo, sin que hubiese que lamentar la menor desgracia.

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"" Candidatura.-El jóven director del Obsevatorio ele To losa, corresponsal de la Academia ele Ciencias de París ha solicitado que se le inclu-


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LA NATURALEZA

ya en el número de candidatos á la plaza que hay vacante á consecuencia del fallecimiento de Leverrier. ~

tras lectores su reproduocion, por ser un in~ vento que está llamando la atencion en todos los países. M. Bell emplea ahora dos teléfonos: uno que coloca en la boca para hablar y otro en el o ido. De este modo evita el cambio sucesivo del instrumento de la oreja á la boca, cambio que por otra parte lleva en sí el grave inconveniente de poder perder en el movimiento indispensable alguna de las palabras pronunciadas por la persona con quien se está en comunicacion . Con tal disposicion hay la posibilidad, durante la

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EL TELÉFONO DE M. GRAHAN BELL. El teléfono que funciona en la actualidad en la administración telegráfica de Paris, ha sido instalado con todas las modificaciones y segun las últimas instrucciones de M. Graham Bel!. Nos creemos obligados á ofrecer á nues-

Disposicion adoptada por M. Graham Bell para el uso del teléfon1 c1n sus c:tm p:mi ll as magneto-eléctricas.

audicion, de aplicar ambos teléfonos uno á cada oido, con el fin de evitar la incomodidad é interrupcion que necesariamente han de producir los ruidos exteriores. Por último, dos personas pueden oir á un mismo tiempo las palabras pronunciadas por otro. Ambos teléfonos están unidos, como puede verse en nuestro grabado, á una caja que contiene un sistema de timbres eléctricos . Cuando se desea hacer uso del aparato, se dá vueltas al mango B , haciendo · funcionar as í un timbre magneto-eléctrico que es oido inmediatamente en la otra estacion. Queda advertido ele esta manera el encargado de la misma, respondien-

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do por igual medio. P ara recibir la respuesta no es necesario más que poner sobre el botan S la palan ca que se halla en la parte superior de la caja. Oido el timbre, se separa esta pequeña palanca á T, empleando los dos teléfonos, como represe nta la l1g ura. Esta clá la disposicion de los aparatos idénticos de las dos estaciones. Los teléfonos de la aclministrac ion de telégrafos de PariB se hallan separados en la actualidad por una distancia de 15 kilómetros. 'PROPIETARIOS GERENTES: 'PEROJO HERMANOS.

Madrid: 1878.-Tipografia-Estereotipia PEROJO.


Núm. 14.- 2 Marzo 1878.

LA NATURALEZA

LAS ~IINAS DE DIAMANTE DEL .\FHICA AUSTRAL, Existe en el África austral uua rcgion geográfica, cuya forma particular merece que fij emos en ella uuestra atencion. Está limitada al Este por la cordillera del Drakenberg, cuyas cimas más altas alcanzan 3.000 metros, y al Sur, por la ménos elevada del Stomberg; separada al Norte del Zambese y al Oeste del gran desierto de Kalabari, por simples colinas. Considerada en conjunto su forma es oval, extencliéndosc ele J orto á Sur en una longitud de 1.500 metros próximamente, entre los 20º y 32° grados de latitud Sur, cou una an-

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cbura de GOO kilómetros entre los 21º y 29° ele longitud oriental. Como se ve, dicha region no está limitada en modo alguno por el . mar; la!l aguas que recibe son recogidas por dos rios : el Orange, que desemboca al Oeste en el Atlántico, y el Limpopo, que lo efectúa al Este en el Océano Índico. Los dos se abren paso por estrechas gargantas, en la cintma que rodea esta region. El Orange, recibe poco ántes ele llegará ]a garganta por la cual sale, un gran afluente, el Vaal, cuyo cur o tiene, cuando ménos, tanta importancia como el rio principal. Además, gran mímero de afluentes de menor consideracion recogen las aguas de toda la superficie de que nos ocupamos.

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Jllina~ dé diamante de l África auslral.-Rush de Calo bc1·g-T-i:opje, pro ·:inc1a de Natal. (De fotogra fía.)

Bajo el punto ele vista político, dicha region interior comprende al Sm tres condados de la colonia inglesa del cabo ele B nena-Espera,nza, el Estado libre <le Orange y la pro,iucia de Griqualand, rica en terrenos diamantíferos, anexionada recientemente á ]a Gran Bretaña; al Nor te el T ransvaa], que ántes era tarobien un Estado libre, fundado por los emigrados holandeses, lo mismo que el de Orange, pero que en la actualidad pertenece al gobierno inglés. El Orange y el Vaal constituyen la. fronteras interiores ele estos Estados. En el interior de la region, las pendientes son insignificantes, ca i . insensibles, á tal punto, que parece ,i, primera vista una inmensa llanura; in embargo, la

diferencia de altura entre al límite exterior y el punto más bajo es ele algunos centenares de metros. Por el contrario, al extcrior,las pendientes son abrnptas, sobre todo hácia las partes Sur y Este. El a pecto general del país e muy tri te, y su vegetacion bastante pobre. Frecuentemente falta la pied ra, ele modo que las construcciones se hacen con ladrillo; existen algunas ciudades pequeñas, poco pobladas. Los colonos, de orígen europeo, se hallan establecidos en granjas ele gran superficie, de 2.000 á 20.000 fanegas, en las que se dedican ú la cría de ganado. Se puede calcular la poblacion en 400.000 habitantes, ele los que una tercera parte son de raza blanc::i; los indígenas no son· malos y manifi est:tn cierta aptitud para ]a ciril izacion. l4

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Se había creido que esta region estaba en otro tiempo cubierta en gran parte por las aguas, y que se babia de ccaclo á medida que el Limpopo y el Orange se abrian paso en la ci ntura montauosa que la rodea; y en efecto, en ella e encuentran cautos rodados, pla,ras de arena, fi', siles de animales y de plantas, lechos de rios y lagos en que no existe agua. Aun podl-ia supo1Jerse que el uivcl ele las aguas continúa bajando, pues se nota que lentamente disminuyen ele extensiou los lago que existen actualmente y que se hacen ménos abundantes los manantiales, desde la época muy reciente en que se establecieron en dicha region los europeo . Es poco conocida la geología de esta comarca : podremos formarnos uua idea ele ella con la de la provi ucia inglesa de Natal, qne ha siclo mejor estlHliada. Eu dicha colonia se presenta una arista granítica, orientada del udoe te al Nor<le te, á poca distancia <le! mar, y casi paralela al litoral. Si á partir de la citada arista se a,anza al interior, se encuentran gneis, esquistos, m,1 rmoles, etc.; es decir, todas las rocas que han si<lo modificadas por el calor; luégo una formaciou poderosa de a peron, que e eleva hasta las cimas del Drakenberg, se halla cubierta por una capa de pórfido arcilloso, cuyo e ·pe or eR ,í ,eces ele 400 metros. Dicha arcilla es azulada, dura, compacta, que contiene blocs ele granito, de gneis, de cuarzo, de espesor muy ,-ariable; estos blocs son pulimentados, pero no rodados. El trias y el oolito faltan completamente en el territorio de J atal, y el terreno cretfoeo est í repreentaclo únicamente en la parte Sur por un -depósito ele extension limitada, que pertenece probablemente al si tema del gris ,erde. Las capas ele formacion m,ís reciente no han sido srñaladas. El carbon de piedra se pre enta en muy pocos lugares; pero es ele mala calidad á causa de la proporcion üc cenizas que produce al quemarse. L os minerales ele hierro on abundantes y ricos; los hay tambien de cobre que producen hasta un 7J por 100 ele metal. Por 1'1ltimo, se encuentra oro, no en lo aluviones, sino en el cuarzo, lo que hace su extraccion difícil en un país en que la industria está tan poco desarrollada. El lugar m ·.s importante de esta region se halla en el territorio de Transvaal, entre Leydemburg y la bahía de Lagoa, á lo largo ele la arista granítica que hemos mencionado. Se ha asegurado que existen tambien terrenos auríferos entre las regiones del Limpopo y del Z ambese. Los indígenas las explotan aplastando los fragmentos de cuarzo y recoo-ienclo las pepitas que se separan por el choque. Es verosímil que la regíon interior del Limpopo y del Ornnge teugau mucha semejanza bajo el punto de vista geológico; dícese que se encuentrau vastos espacios de terrenos arcillosos donde hacen falta las agua corrientes, sin embargo de lo cual son buscados por lo granjeros, porque en ellos crece una hierba fina y el clima es saludable. Podría decirse que toda esta parte del i\frica au tral está levantada ele una época sumanwntc lejann, ele modo que los terrenos secunda -

rios y terciarios no h an podido separarse, salvo en partes muy limitadas. Hace diez años próximamente turn lugar un descubrimiento inesperado en esta gran regíon interior, en la que, basta eutónces, no habían pensado los colonos m,ís que en la cría de bueyes y carneros. Se encontraron cerca ele la confluencia del Orange y del Vaal minas de diamante de una riqueza fabulosa. Cuentan unos que un pastor, despues de haber cubierto ele lodo su cabaña para tapar los agujeros, notó que una vez desecado dicho lodo brillaba con los rayos solares; otros clicen que en uua piedra que servia de juguete á los hijo de un granjero hubo de reconocerse un diamante ele volLímen maravilloso. Como quiera que se efectuase el descubrimiento del diamante, es lo cierto que los deseosos ele fortuna rápida acudieron por millares. L os mineros se ded icaron desde luégo á explotar las arenas ele los rios; encuntraban diamantes mezclados con pieclras de toda clase, tígatas, granates, granitos y feldespatos. Poco más adelante, se obsllrvó que á alguna distancia de los rios existian asimismo filones mucho m:'1s ricos. En ciertos lugares, el terreno esquistoso forma eminencias de cerca de 3J metros de eleYacion, contaLlos sobre la llanura; en el centro de cada una de esta eminencias, hay una especie ele pozo lleno de detritus de naturaleza muy variada, en medio de los cuales se hall an disper aclos los diamantes; es de notar que dichos pozos tienen á Yeces dimensiones considerables; el ele .1Yew-Ruch, que supera á todos en riqueza, mide 200 metros de ancho por 300 de largo. En su interior elige cada minero sn claim cuadra do de lU metros de lado. Cuando la mina tiene un a superficie de consideracion, como la que repre. enta nuestro grabado, se abren calles entre dos líneas de clairns, con objeto de que puedan circular los carros. El minero establece al borde de la calle una especie de plataforma que construye con vigas y tablas, provista de baranclilla y de una cabria; en seguida empieza á escavar el terreno; las tÍerras son arrojadas á la plataforma, primero con la paleta, luégo con un saco y una cuerda, y á med ida que aumenta la profundidad se transportan en carretillas ó carros al sitio destinado para escogerlas. Cada uno cava á su modo, sin ocuparse para nada del vecino; así es que los hundimientos son frecuentes; si uno de éstos se verifica en la parte lateral, todo es beueficio, pues en tal ca o, al que le sucede, no ocasiona otro trabajo que el de conducir los materiales al sitio del apartado; pero en el caso contrario, es decir, cuando tiene lugar en la pared correspondiente á la calle, puede quedar enterrado el obrero entre las tierras, ó perecer á consecuencia de los carros que caigan en la excavacion. emejante accidentes se repiten por desgracia con suma frecuencia, porqne el minero, por no perder nada, escavn con gusto bajo el suelo mismo ele la calle, dando de este modo ocasion al desplome. La tierra diamantífera es pisada de un modo grosero; se la pasa por un tamiz para separar las piedras, Y por último se extiende sobre tablas para verificar In eleccion á mano . La explotacion no puede ser más sencilla; el brillante más pequeño. áun en el estado


LA NATURALEZA bruto, arroja un brillo tal, que es lo uficiente para que en seguida le distinga un minero Mbil y ejercitado ; pero los que son negligentes pierden mnchos, tanto, que hay personas exclusivamente dedicadas {i repasar las arenas escogida , ganándose füeilmente la vida ele este modo. Ya hemos dicho que los diamantes aparecen en los pozos ó vans (esta palabra holandesa quiere decir cavidad) mezclados con arenas ó tierras ele naturaleza dirnrsa. Estas piedras preciosas no se manifiestan en igual proporcion por todas partes. Hay mayor número ele las que son pequeñas, y menor de las mayores; por encima de una roca de graneles dim ensiones, tiene el minero muchas probabilidades de encontrar una ele Yolúmen considerable. Aparte de esto, todo es particular en estas singulares minas. L os minerales ele que está n ll enos los pozos, son tan vários, difieren tanto ele la roca esquí tica que constituye sus parcele , que oblig!), á creer que estas arenas son procedentes del exterior. Pero ¿de dónde ·proceden, y en virtud ele qué fenómeno se han acumulado en su interior? Preténdese haber encontrado en medio de las capas diamantíferas una concha de ostra, huesos y otros restos de los tiempos moderno , pareciendo adm itido por los geólogos que el pan no es más que el cráter ele un volean extinguido, y que las arenas que le llenan se han introducido de abajo arriba, lo cual sería un caso de aluviones verticales, y los minerale a í confundidos en la ma a serian los restos ele todas la capas inferiores. Queda aún por explicar la causa ele aparecer en ellas mezclados los diamantes. o pueden haber ido forzados con el resto, porque siendo frágiles, el choque los hubiera reducido á polvo. Se ha propuesto la explicacion siguiente, que es bastante ingeniosa: antes de haberse extinguido el volean completamente, y su crn.ter ya cegado, pudo tener lugar una emision de vapores de :ícido carbónico que, perdiendo su oxígeno, depositara carbono en el rstado cri talizado. Consignamos esta hipótesis por lo que pueda tener ele verdadera; el único 1echo cier to es, que estas minas del África austral se han presentado con una riqueza excesiva. Cinco años despues de la primern noticia ele tan afortunado descubrimiento, habia en la citada region, hasta aquel entóuces casi desierta, uno 20.000 habitantes, y se sacaban de sus minas 50 millones ele francos anuales en diamantes. uestro grabado, que representa el rush de Oolesherg-K opj e, demuestra la energía con que los ruineros explotaban el t erreno. Desde dicha época e ha tram,formado la explotPcion, como babia sucedido ya en la Australia y California. Ya no son individuos aislados los que cavan la tierra, sino poderosas compañías con numero os obreros, ingenieros y máquinas de vapor; hay mucha gente ocupada en este rudo t rabajo, y mucha tambien en las granjas de los alrededores, para proporcionar alimentos á esta colonia incl ustrial.

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LA BOCA DE LO ' I TSECTOS. D e tiempos muy remotos viénese ad mi rando, con justísim a razon, cómo la naturaleza co n distintos m edi os consigue un mismo fin; pero lo que quizá es aú n mús admirable, es, por decirl o así, la tésis contraria, la sencillez la unidad del pl an con que ha modelado órganos que destinados á un objeto, deben obrar por pro cedí. mi en tos com pleLamente di versos . Los ejemplos son numerosos; pero entre aque. llos m ás conocidos y que se presten a l exámen más fác ilm e nte, podemos citar la boca de los insectos, en la cual se encuentra gran núm ero de piezas d estinadas, en uno como en otros, á proporcionar al a parato digesiiYo de estos a nim a les sustancias convenientemente preparadas parn. la quimificacion, con ayuda de m edios muy di ferentes. Unos, como la mayor parte de los co leópteros ó de los ortópteros , tienen la boca dispuesta para la masticacion · as í e· que desgarran y triturnn a limentos a nimales ó vegetales primitivamente sólidos; otros, como ciel'Los himenópteros, que la t ienen conformada para la succion , toman sustancias líquidas que h all an ya preparadas y á descubierto· otros las chupan por medio de una trompa muy fina, como las mariposas, ó bi e n, como los h emípteros que necesitan he rir ántes la piel ó corteza de los a nimales ó plantas, cuya sangre ó savia aspiran; por último, otros, como la mosca, chupan como con un cu erpo de bomba . El fin es el mismo: la a limentacion del ani m al ; pero los procedimientos son ab olutamentc di sti ntos; co n todo, el insecto m asticador ó chu pador, realiza el objeto de s u existencia indivi'dual: alimentarse por medio de las mi smas piezas, pero convenientemente modifica das en rclacion con las funciones que ha d e ll en a r. En iodos los insectos, y puede decirse mejor en los articulados, g rupo que abraza no solamente los insectos sino tambien los crustáceos, los arácnidos y los miri ápodos, las piezas que arman la boca son primitiva y morfológicamente las mismas; y sin embargo, en ning un a parte ele la escala zoológica e encuentra mayor divers idad aparente. Entre las poderosas m a ndíbul as del cárabo dorado de nuestros jardines ó de la langosta verde y la trompa de la mariposa, no se hall a, e n efecto, á primera vista, m ás analog ía que entre los dardos del mosquito ó de la chinche, y la tro mpa de la mosca ó la le ng ua de la abeja, órganos todos que no se parecen en nada .

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En todos los vertebrados se ven siempre dos cha más s imetrí a que el vertebrado, cuya parte maxilaras provistos de dientes de formas diver- izquierda no sie mpre es semejante á la derecha. sas ó sencillamente lisos , segun el gr upo á que En efecto, resultan de dos cintas embrionarias pertenece el a nim a l; poro en esto co nsiste en que se sueidan en el huevo, en toda s u longitud , ellos toda la· diferencia, s iendo siempre fácil é y que cada una lleva una sede de apéndices suinmed iatamente recono cidas las dos piezas óseas; cesivos , simétricos co n los de la otra c inta . E l en los insectos so encuentra n seis piezas q uc, primer par de apé ndi ces forma las a ntenas ó modificadas ó transformadas de diferentes mo- colnlillos del veneno en los arácnidos; el segun dos, constituyen el aparato bucal del cú.rabo co - do las mandíbulas , el tercero las m axi las; el mo de la mariposa, de la mosca como de la chin- cuarto las dos piezas del l abio inferior que se sueldan en la línea media. Los clemas forma n che, y ele la abeja como d el mosquito. Fijémonos en estas diferentes piezas y desde las patas, más ó menos numerosas, seg un que lu ego en un insecto en que se h allen , por decir- se trate de un crustáceo, ele un miriápodo, un lo as í, en esla~lo norm al ; en un insecto masti ca - arácnido ó ele un insecto. E n los crustáceos, la apropiacion de los apé ndices n o es siempre la dor, un cárabo por ejemplo. Se h a dicho, hace ya mucho tiem po, que el misma, pues se encuentran clos pares de antearticulado es un vertebrado invertido, y hay n as un número variable de pares de maxilas, patas-maxilas, patas ambu lanmucha verdad en tal idea. En tes, etc. el articulado, el esqueleto se En cuan to al labio superior , halla h ácia afuera , los múscuá men uclo pres en ta la hu eque los h ácia d entro y el eje n ervioso por encima del intestil la de un a sold ad ura media, n o. L as maxilas de este últino resulta ele la unio n de dos apéndi ces later a les y simétrimo se mueve n ele arriba abac::>s, co m o s u cede al inferior , jo; están formadas cada una sino que eslá formado por la de dos piezas óseas simétriso ldad ura de las extremid ades cas, que se sueldan en la línea anteriores, de las dos cintas m edia durante la v ida fetal. embrionarias que constituyen L as d el insecto están comel insecto . Cada un a ele l ns puestas ele piezas que permamen cion ad as cintas tenía prinecen in el e pe ndic ntes y se mitivamen te su cordon n ermueven en sentido lateral; vioso ganglionar, pero am bos forman·, pues, cuatro piezas cordon es se h a n soldado ó redispuestas en dos p ares, uno Fig . 1.-B oca del 5árabo. unido en ciertos puntos para superior y otro inferior, que En la ~g ura superio r es tán de plano, por formar uno doble. Por el confuncionan como dos pares de dc.ba¡o , por la ca ra ve ntra l.-a. Labio sup e1-ior.- b. Lal.,io inferior, co n el trario, el intestino es úni co , tijeras colocadas ele plano una menton e y los palpo la biales p.-m. sobre otra. La primera co nstiporque si:fha formado, por dei\lar,clibulas .-n . :\l a xi las co n los palpos ma xilares q, r. cirlo as í , fuera de tiempo, por tuye las manclíb-ulas, formauna invagi nacion del tegudas ele piezas ordinariamente mento h úc ia adelante del lado buca l , y otra demás fuertes, arqueadas, agudas, dentadas, a rmas poderosas que agarran y retienen la presa trás del lado a nal, las cuales van á encontrarse, en los insectos carniceros: la segunda, oculta para quedar reunidas, un a delante y otra atrús, b ajo la primeea, es el ap arato masti0aclo r pro- el resto de la yexí cula v itelin a engloJ)ada en el piamente dicho, las maxilas. H ay que añad ir embrio n . As í es que el tubo digestivo está priá este doble sistema, los labios que forman la miLiYamentc formado ele cabo á cabo ele tres porboca por encima y poe debajo, y que, en el in- ciones que más adelant e se ponen en comunicasecto pertenecen al esq ueleto t ug umentario , el cion po r la reabso rcion de los tabiques qu e los separan: la anterior, que ha ele constituir la boca labio superior ó labro y el inferior ó lengüeta. U no y otro lab io, de los cuales el segundo y la fari nge; la media, resto de la vexícula vitepresenta á veces en su parte medi a una peque- lina , el buche, la m olleja y el estómago, y la ña prolongacion llamada mentan, r esultan de posterior que ha de formar el recto. la soldad ura de las dos piezas latera les y s iméPara comple tar este rápido bosq uejo ele la fortricas , p ero su orígen morfológ ico no es el mis- macion de los órganos en el cmbrion del in secmo. El articulado es un animal que tiene mu- to, bosquejo que h emos creído útil recordar ,


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puesto que explica por qué ciertos órg anos son hipofaring e en la libélula, y en el zángano la simétl'icos, miéntras que otros no lo son ne cesa- cpifari nge , parecen representar la lengua (?) . riamente en u1:i. mismo aparato, por ejemplo, en Si nos eeferimos á la boca del cárabo (fig . j ), el digestivo; para completar, repetimos, dicho fácil mente puede verse cómo funciona; pero por bosquejo, es necesario _ un mecanismo muy disañadir que cada una ele tinto es como se aliestas tres porciones del mentan las mariposas, intesLino emite proloncuya fina trompa conogaciones laterales, más ce todo el mundo, con ó méúos complicadas, frecuencia más larga que han de constituir que el cuerpo y anollaglándulas. La porcion da en espiral bajo la caanterior forma de este beza . Por encima de esta modo las llamadas salitrompa se encuentra un vares, en mayoró menor rebOL'cle y dos pequeñas eminencias puntiagunúmero; la media, el hídas, que son el labio su gásga do y los folículos perioe y las mandíbulas tricos; en su union con atró.6adas; por debajo do el reclo aparecen los tuFig . 2.-Extromid ad de la trompa del Van ess.:z Jo. la misma se hallan el vos ele Ma.lpighi, órgalabio inferior y dos pallporú nos de excrecion; aunque muy , ateofiados, cli[e~ ele pos labiales tambien füno, la porcion post riot· cstú lJeovista respecto á Con especies. rentes gllinclula.s rectales ó ele cl i~crtículos que manifiestos en ciertas desar misma, trompa la llenan funciones cliveraguuna con í·ollándola sas , poe ejemplo, llegancomestá que ve se ja, do á see óeganos ele respuesta ele dos filetes unipiraci on, como pasa ~n dos, con un canal en su las larvas de las 1ibécara interna, y formando lulas. un tubo por la aproxiA la boca, de la q uc rnacion de ambos . Didebemos ocuparnos prechos hilos están además ferentemente, Yicnen ú mantenidos en con tacto parnr, uno, dos ó tres por unos pequeños ganparns de g lándulas salichos colocados en los vares que segregan dibordes del canal, que se versos líquidos; se en engranan con los del lacuentran además en ella do opuesto. dos pequeñas piezas imEstas dos piezas son, pares, que limitan lacapues , maxilas desmesu Yiclad por la parte posteradamente desarrollari or , situadas una por das, siendo posible muy encima y otea por debaá menudo ver aplicados jo del exófago: di chas en su base los rudimendos piezn.s im1 ares son tos de los palpos maxila epi(a.ringe y la hipolares. Dichas rnaxilas, faringe . ¿Resultan dela , que en toda su longitud soldadura media de dos tienen músculos, una Fig . 3.-Leng ua do la abt'ja. piezas simétricas ó son L :,l,io iníe l'ioL· lransío rmado m1 lengua, o:i n los dos palpos tráquea y nervios, están primitivamente impa lalJiales y 10 3 dos maxil ares escamoso , co n los palpos estriadas transversalescamosos. mbicn h ares xil ma se res? Esta pregunta no mento por líneas salienha contcs taclo aún ele redondos muy aproxi puntos ele formadas tes una maneea dcflniliv~. Como quiera que sea, del citado hilo, extremidad la húcia Poro mados. . un a y oLra pueden tomar un desarrol lo notable m,\s espa gruesos, más hacen se puntos es-tos Y fi g urar un órgano al cual free u en temen te se En g-ran papilas. de aspecto el toman y ciados han atribuido las funciones de una lengLta. La 4

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núm ero de especies, tales como la vanesa \fig. 2l, y los !i ce nitos, se enc uentran húi:ia la punta varias hil eras de papilas especiales, muy voluminosas, term inadas por un a coro na ele pequeños di ent es con una punta ccnteal , y que se p a rece n á las flores e n cascabel ele ciertos arb ustos . Si se ofrece á un a mariposa un poco de agua azucarada, bien pron to s um erge su trompa en ella, cuya extremidad se anima con un movimiento verm ic ular, que resulta de la dilatacion y co ntraccion s ucesivas del canal formado por dos hilos, co n ay uda ele los p queños músculos transversales; movimiento que se propaga como una o nd a á toda la parte extrema del órgano, determinando la ascension d el líquido h ácia l a boca. Estas mariposas so n , pues, h__abl a ndo propiamente, insectos chupadores . A l lado de los insectos que cl_:i upan encontramos l os in sectos que abso rb e n losj ugos nutritivos: tal es la abeja. En esta interesante especie, los machof'l y la hembra tie nen m a ndíbul as bie n desarroll adas y dentadas. Las obreras tienen mandíbulas lisas, pero cortantes y formando un a especie de cuc har a por su aproxi macion , la cual constituye un útil con el que a m asa n la cera segregada bajo los an illos ele s u abdóm en y ha cen sus construcciones; pero como los individuos sexuados, ll evan , replegado h ácia el esternon, un órgano que se ll ama lengua ó trom.pa, que no es mús que un lab io (flg. 3) . Es u na pieza tal, que enderezada y exte ndida bajo la le nte, prese nta primero dos expansiones laterales, escarizadas, las maxilas, que h an llegado á ser in ú Liles, pero que co ntie nen los p a lpos m axilares; luego, en la parte media, una le ng ua prolon gada, estriada transversalmente, sobre todo en s u extremi dad ; es el labio inferior excesivamente d esa rrollado, y que lleva palpos l abiales b astante largos . Con una especie de movimiento vermicular q ue verifica este la bio la rgo y flexible, el insecto hace s ubir hasta s n boca los ~dimentos Iíquiclos, la miel co n que se alimenta ó que almacena . El labio inferior ad quiere a ún un desarrollo co n sid erable en los hem ípteros, como la chinche, y en ciertos dípteros, como e l mosqpito. Al mismo tiempo que se prolongan las dos piezas que l a compone n orig in a ri amente, se s uelda n dejando entre sí un canal , cenado en toda su lon g iLucl y abier to en s us dos extremidades. En este canal se ocu ltan como en un a vai na las dos mandíbulas y las dos maxilas, transformadas en c uateo s edas la rgas , duras, ag udas, barba das e n s u exLrem idad y que pueden prolonga rse, salwnclo fu era de s u vaina para h erir l a piel del

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animal cuya sangee chupa, vertiendo en la h erida por e l mismo movimiento un veneno irritante, segregado por g l á ndulas salivares especiales. Seg un parece, por un m.ovimiento altern ativo de vitiven de estas piezas , ó ele dos de ell as, es como h ace subir los jugos ' en el tubo del labio inferior , tubo cerrado herméticamente por a rriba en este momento por el la bio superior, que ~e hall a dispuesto en forma de tapon. ( Se continuará.) LA ATMOSFERA DEL PLANETA VÉNUS. (Conclusion.-Véase p áginas 174 y 197.)

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No se ha presentado ocasion alguna p a ra repetir las observaciones de que hemos h ab lado, h asta el ella del paso ele Vénus. El 8 de Diciembre de 1874 , estando de nuevo Vénus á g ran proximidad · del sol, se consiguió descubrir el an illo arge ntado delicado que envolvía su di sco , Aun t;uando el planeta no estab a léjos d el sol m ás que á la distan cia ele un semi-diámetrn de éste. Tenía lu gae á las c uatro de la tarde ó poco ménos de las cinco, ántes del principio del paso. L a i)art e del a nillo m ás próxim a al so l, era la m 1;Ís brilla nte. En el la do opuesto, el filete de luz era de colorido m ás bajo, con un tinte lige ra mente a ma rill e nto. En el borde, al norte del planeta, á 60 ú 80 grados del punto opuesto a l sol, el a nillo, en un pequeño espacio , era más débil y aparentemente m ás estrecho que en otros puntos. Al di a siguiente al del paso ('10 de Diciembre] el creeimiento ele Vénus se extendia á más d e lo::; trns c uartos ele un círculo: se le veía en el ecuatorial con p erfecta claridad y limpieza ; en este dia y e n los dos siguientes se tomaron medidas con el mi crómetro para dete rminar la extension de los cuernos y la refracd on horizontal de la atmósfera que la produce. El cua dro adj unto demuestra los resultados obtenidos en estas observaciones. Cada uno de ellos repre• se nta el término medio ele los h allados en el número de medidas toma das separadamente que indica la última columna. Dich as observaciones arrojan 44'5 para la r cfracc ion horizonta l de la at mósfera ele Vénus. Las verificad as en 1866 dieron un res ultado ele 45'3 . L as primeras investigaciones ele este género fu ero n h echas por Schrceter. Et 12 d e Agosto de 1790, habia encontrado los cuernos prolonga dos más allá de su límite geométrico, por lo c ua l dedujo la existencia de una atmósfera un


L

_ A'l'URALEZA

poco ménos refractante que la nuestra. Más de medio siglo clespues, en el mes ele Mayo ele 1849, tomó Madler una serie ele medidas muy preci sas; observó que los cuernos de crecimiento se prolongaban hasta 200 y áun á 240°, en lugar del semicírculo, ó 180° límite geométrico del h em isferio iluminado. Halló entonces 43°,7. Ap licando á e:.:;tas medidas la correccion del suplemento del ángulo (q ue no hnn hecho los autores), se encuentra que In. refraccion horizontal de Vénus debe elevarse á la cifra de 511'. S iendo la de la atmósfera terrestre de 33', resulta que la densidad de la almósfern de Vénut', en la superficie de l planeta, está representada por el número 1,K90, designando por 1,000 Jade nuestra atmós ·e ra .

L a atmósfera ele Vénus es , pues, casi clos i;eces más clensa que la nuestra. La refeaccion ele la atmósfera que, para nosotros, hace aparecer el disco del sol por encima del horizonte , cuando realmente está por debajo, y que , d el mismo modo figura todos los astros sobre su

FECHAS.

8 de Diciem bre á las 3 de la tarde .................... 10 » 11 y 3:, de la mañana .....•... .•.. » 11 » » 11 y 16 de la mañana ........ .... . )) )) 2 y 40 de In tardo.. . . . . . . . . ..... 11 12 » 2 y 45 d e la tarde ........ ..... . . »

Bianchini, en 1726, fué extraordinariamente a fortunado, ya fuese por la pureza accidental del cie lo ó la ,'uerza ele su anteojo, ya sea en razon de otras circunstancias deseono ciúas. Este ob. ervador vió háuia la parte media del planeta siete mai1chas que desde luego calificó de ma res que se comunicaban entre sí por estrechos, y tambien ocho promontorios distintos. Dibujó las figuras correspondientes y las asignó el nom bre de u n rey ele Portugal , su protector, y los de los navegantes más cé lebres por sus viajes, á los cuales añadió los ele Ga lileo y Casini. 81anchini babia creiclo que las citadas manchas et·an invariables y que habían siclo observadas con bastante seguridad para dibujar él mismo un plani ferio geogr!ifico del planeta. Es necesa rio ser muy reservados en este punto, pues los instru mentos m odernos, á pesar ele ser más poderosos que lo de aquella época, no desmuesLran estas man chas con la claridad que él las , ió, y, ya sea que a lgu nas ele ellas val'ien, ósea que la atmósfera de Vénus haya sido en tiempo de

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posic ion verdadera, es aún mnyor en el planeta ele que ha b lamos, siendo m ayo r tambien la duracion d el clia. El- aire qu e se respira en el citado mundo - no se diferencia mucho, físiea y químicamente, del ' que nosotros respiramos. Además eslá impregnado como el nuestro, ele vapor ele agua, y las variacion es ele temperatura producen nubes, corriente atmosférica , vientos, llu,·ias, en una palabra, un ré 6 imen meteorológico que ofrece graneles analog ias con el ele la tierra. La curiosidad y pe rsevera ncia d e los ast rónomos, deseosos ele escrutar los misterios de l verdadero ciclo, ha hecho que se haya ·llegado á descorrer una punta del velo nebuloso ele la atmó fera Je Vénus, y á descorrer las m ás importantes variedades de los m atices de su suelo. L a primera observacion de estas manehas se debe al primer director del Observatorfo ele Par1s, á Juan-Domingo Oasini ántes ele su llegada á Fran cia. Bajo el mismo cielo d o Italia, parece que

DI T \Nr.J.\S DE LO~ CE:-iTIIOS DE l,A TIERRA Y DE n ( NUS .

0° ,30 1 ,G 2°,:11 1 ,7 4° ,O~' ,5 {l. 0 ,2.o' ,'t

5° :>8 1 ,3

EXTE:--S10:.\' DEL CllECl:IIIENTO.

:rno• 27!l 0 .':>8 1 2:1:i•, 15° 23 1º, 'tfi' 21 :, ,2l' 0

REFR ICCION UORIZO:-iT \!. DE

LA

AT:'.IÓC:FEIL\

DE \'E:-it;S.

.ifi'¡¡ 43'0 4·1 :¡ · 42 1 !)

4.'1 15

ºÚ )IERO DE

oni:;E.nv \C[ONES DE LOS CUEíll<OS.

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6 15 22

este asfrónomo más transparente que lo que se ha mostrado despues, es lo cierto que hoy dia muy rara vez se ven las man1,;has oscuras ele este planeta, siempre cle··l umbrante: por lo tan to, el planisl'er10 ele Bianchini no debo ser considerado más que como un primer rudimento de la geografía ele Vénus . Segun estos dibujos, las m a nchas grises consideradas como mares se prolongarían á lo larg o del ecuador de Vénus, y formarían tres oeéanos, de los cuales uno seda cas i circular, y los dos restantes estarian divididos en tres partes próximam en te igu a les. Se nota n aclem.-í.s dos mc1n~ chas gr i:;e prolongadas, oeu pando u na tocio el polo . 1ortc (i nferior) y describiendo la ·otra un semicírculo alrededor del polo opuesto. Las manchas deben ser mares efeetivame¡¡te, porque sabemos que el agua ab.<;orbe más la lu.z que las tierras, y las refleja ménos. A fines d el último siglo 'chrcetcr hizo varios dibujos del elíseo ele Vénus· pero las manchas que en e llos se encuentran no recuerdan


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LA t\ATURALEZA

sino muy lejanamcnlc las de 0asini y de Bian- cristal plateado, ha llegado á ser más fúcil , y en i;;u consecuencia tambien más frecuente, la obchini. Dmante los años de 1839 y 1841, el padre servacion del planeta; tambien poseemos , sobre Vico y los astrónomos del Observatorio del Co- ·todo de diez años á esta parte, una coleccion legio Romano repitieron en la atmósfera ele Vó- muy hermosa de dibujos de este planeta, ménos nus la ohservacion ele Bianchini, verificándola detallados ciertamente que los de :Marte y áun sobre todo durante el dia. Es de notar, en efec- los de Júpiter, pero que por lo ménos son lo to, que es mucho más fácil disLinguir las man- suficiente para nuestra instruccio n.. · Entre los dil:lLljos de vat-ios astrónomos que rechas de Vénus durante el dia que durante la noche, á causa de la vivacidad ele su brillo; adc- cientemente se han entregado á observaciones m.is, haciendo la obseevacion á la lu z del clia, contínuas y perseverantes, se nota un hecho puede hacerse uso del micrómeiro, el cual no se digno de fijar la atencion: consiste_en que en puede emplear por la noche. Todas estas obsCL'- 1871 han vuelto á ver dos manchas ovales, que vaciones se consignaron en sus dibujos. El re- representan mares absolutamente se mejantes ~L sultado deílnitivo ha sido, que dicho globo gi ra los que 0assini dibujó en t8GG, es decir, con un sobre su eje en ~-i:eintilres hora.s, 1:cinliun m.i- inlervalo de doscientos cinco años. No se h a notado mann u tos y . veinticuatro a alguna en i87G. Únich segundos. La duracion cam_ente llegaron á disdel dia y de la no che retinguir los Sres. Paul y unidas, es alli p1·óximaHenry, astrónomos del m.ente la misma que Observatorio de Paris , aquí; la difere n cia no es e n union del Sr. Camilo más que de treinta y Flammarion, un rastro cinco minutos ménos. li gera mente oscuro á lo En las regiones ecualargo del borde interior 1.oriales de Vénus, lo del crecimiento, y tammismo que en las de la bien algunas escotadutierra, el dia es durante ras, aunque muy raras, lodo el año ig ual á la pero sin que nunca llen oche; su duracion es gara la m a ncha prolonconstantemente de 1t á ofrecer un carácgada horas y 40 minutos. Peautenticidad inde ter ro b ajo las demas latico ntestable. tudes, dicha duracion Estas di versas series varía considerablemende cuidadosas observate, segun las estaciones, como sucede en nuestro L:t ntmósfera de V énu s , vi sla'en el momenlo de la enlrnda ciones, nos demuestean del planel.1 p oi· delante del sol. que ex isten. en el planeta planeta ó quizá más. Vénusrnanchas pennaLas medidas hech as sobre tales irregularidades, prueban que el mun- 11.entes y manchas 11asa.ieras, siendo muy difícil do de Vénus, aunque de las mismas dim ensio- distinguir unas ele otras. Co n todo, podemos estar nes que el nuestro, posee monLañas mucho más seg uros de que los puntos brillantes que vienen á altas, de las que las más colosales llega n á escot ar el borde de l hemisferio iluminado, son 44.000 metros sobre el · suelo m ús bajo. Jo so n cadenas de montañas muy elevadas. T a mbienes cinco veces más altas que nuestro Hirnalaya, cierto que el hemis ferio boreal es m.ás montafíocomo acostumbran consignar· algunos fratados ·so que el hemisfel'io austral, fundándonos en el de astronomía, pues sería preciso compararlas h echo ·real de que el crecimiento boreal es casi con las alturas de las montañas de la tierra, no _ siempre más irregular y más trnncado que el ausmedidas desde el nivel del mar, sino desde el tral. L as grandes manchas oscuras, observadas fondo del Océano; pero á pesar de lodo tienen en varias repeticiones hechás desde m ás de dos siglos ·, deben representar mares, así como las un.a superioridad de más del doble. Se ha notado que los telescopios son preferi- blancas deben ser continentes. Pero ademas se bles ~L cualquier oteo instrumento para la obser- forman en la atmósfera de Vén us con bastante vacion de Vénus, y desde que el procedimiento frecuencia, y probablemente todos los dias, como Foucault ha permitido construiL" telescopios de pasa en la tierra, nubes inmensas, regiones ne-


LA NATURAL8ZA

bulosas muy extensas, que desde nu esteo planeta se ven, afectando la forma de man éhas brilla ntes variadas. Por lo tanto, podemos dcdu-

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cir, en conclusion, segun el brillo particular del planeta y segun las dif:ícultaclcs de las observaciones, que el esta.do ordinario de su atmósfera

Perros sab ios. (Tomado de una otografia.)

es el de estar cubierto ele nubes; de tai manera, que en general no vemos más que la supcrGcic exterior formada por estas nubes, y no, como sucede con la Luna y con Marte, el suelo mismo.

Tales son Íos conoclm1entos actuales acerca de la meteorología y la geogra fía del mundo de Vénus.

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LA NATURALEZA

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DE LA INTELI GENCIA D E LOS ANIMALES. Perros s abios.

Durante un a reciente perma nenci a en Lóndres, he tenido ocasion de exami nar ele cerca el talento ele un a co mpañía ele perros sabios que se exhibía entónces en la capital de la Gr:;in Bretai'ia. El objeto en sí de este artículo q,uizá varecerá pueril á primera vista; pero, sin embargo, está ligado á co nsiderac¡ones muy sérjas acerca de la intelige ncia de los animales y de la,s relacio nes del hom bre con sus hermanos de la creacion , que Descartes consideraba ciegamente como mecá~1icas . No nos ha parecido, por lo tanto, dig no de la atencion ele los lectores de LA 1

NATURALEZA.

Los perros de que nos ocupamos, se componí an de tres ele los llamados ele aguas , y de un galgo: nuestro gnibado, tomado ele un a fotografía, los representa con basta nte exactitud. 8 l ga lg o se distingue· por su agi lidad; . al menor gesto ele su dueño se mantiene en equ ilib rio sobre los travesaños s upe1~iores ele dos sillas, que se las van a lejando de modo q ue lleg ue á h aber una gran separacion , sosteniéndose lo mismo que lo hace n los clowns. Salta por encima de la cabeza ele 1111 hombre , atraviesacírculos de papel, en fln, es ciertamente un artista su mame nte há bil; con todo, el talento de s us compañeros los perros de agua es in co mp arab leme nte s uperior. Como todos los aním ales de su raza, se hacen el heTmoso, anda n en s us patas traseras; pero lo que es más particular, ménos co mun , no sola mente juegan al ajedrez, a l et.;arté, sino que tambien del mismo modo que el perro Minas, que se exhibi ó en París, saben reconocer los retra tos fotográficos. Ya había tratado yo de observar con lste ele la capital de Francia lamanera de hacer este juego c urioso; me fué posi• ble poder estudiarla al otro lado del Ca na l de la Mancha . Hé aquí en lo que consiste tan notable experiencia. El dueño de los citados perros sabios extiende sobre un a alfombra unos treinta re tratos fotográfieos, que represenlan á los soberanos, grandes personajes y hombres céleb res de Europa. S upli ca en segu ida á uno de los asistentes que pronuncie e n a lta voz el nombre de uno de estos personajes. Me o~·reci g ustoso á hacerlo. Tenía ante mi vista los retratos ele la reina ele Inglaterra, del ·czar, del emperador de A lemania, ele Bismark, 'rlliers y otros personajes . Designé, como se me pidió, á Bismark. El dueño llamó á uno de los perros de ag uas,

que se le acercó inmediatamente; y mirándole con fijeza y con un a aten cion soste nida: «Amigo mio , le dijo, ¿has oido el nombre que acaba ele pronun ciar el señor?)> E l perro in clinó la cabeza. cc Presta mu ch a aten cio n, continuó el dueño; mira todos los retratos y t ráe me el ele M. Bismark. » El animal se dirigió luícia la alfombra, miró una por un a las treinta fotografías, y, deteniéndose en la que representaba el canciller de Alemania, la cogió con la boca y se la llevó á s u dueño. Hech::i. la operacion gran núm ero de veces, obtuvo s iempre satisfactorios r esultados . Terminada la sesion, pregunté al dueño de los perros s::i.bios có mo era que hacía esta experiencia. Me afirmó que el perro oía el nombre pronunciado, y que sabia reconocer por la entonacion de la voz la ta1~jeta que debía tomar. Las fotografías eran siompre colocadas en el mismo órden. El anim a l no reconocia los retratos; pero yo creo que por la ento nacíon ele la vo,:; del dueño sabia s i debía tom a r la primera, la segu nda ó la quinta fotografía, etc. Miéntras se vcriflcaba dicho juego, el dueño no hacia ningun gesto , ningnn movimiento, ningu n signo; se contentaba con repetir muy distintamente el nomb re del personaje designado, y el perro levantab a 1'.t veces las orejas , como para oír mejor . . He creido interesan te señalar este hecho pa ra · los que h a n m ed itado sobre la intelige ncia de los a nimales. Por extraordin ario que pueda parecer, está en co nso na nci a con otros del mi smo gé neró que observadores dignos ele re han comprobado: «El perro de aguas, h a dicho M. Scheitlin, está totado de.un gran poder de observacion; nada se le escapa; ll ega á com prender no so lamen te la palabra, sino tambie n los gestos y las miradas de su dueño. " DR. z. EL CONTIN ENTE AFRICAN O. DISCURSO PRONUNCIADO P()R ,L ST .\NLEY EN L A GEOGllAFÍA DE MAl!SEUA.

SOCrF.D.\D

DE

La llegada á Francia, y sobre todo á París, del célebre explorador afri ca no, h a sido saludada por toda la prensa; no hemos de reproducir nosotros todas las noticins que han sido dadas acerca ele M. S ta nl ey, que ha llegado á ser el héroe del dia; nos limitamos á publicar las siguie ntes fra ses pronunciadas por el intrépido viajero en la confereneia que celebró en l\1Iarse•


LA NATURALEZA lla, y que prueba que en un cerebro lleno de energía hay lugar tambien para e l tale;1to: « Esta tierra de A frica, este centro desconocido en donde todo es oscuridad y misterio, es lo mismo que una fortaleza, á la que hay que buscar la parte débil, en la que es preciso e legir una puerta, segun el objeto que uno se propone. No hay camino recto delante de sí; es necesario tener en c uenta condiciones materiales que realizar, con cursos diferentes que agrupar en vista de los acontec imientos. No solamente hay necesidad de hombres para acompañantes; es preciso tambien que estos hombres estén ganados, simpaticen en cierto modo con el viajero y que se interesen por su empresa. De los guías c¡ue se encuentran en Zanzíbar, es necesario b acet· soldados, y de estos soldados amigos de entera confianza, capaces de coadyuvar a l objeto del viajero. Por esto es por lo que he hecho en aquel país lo que se luí hecho en Marsella: he constituido una Sociedad de geografía, cuyos miembros componían mi tropa. Con ellos he podido em prender el estudio del problema que separaba á mis predecesores, visitar el Ayanza, el lago A lbert, el Fanganycka, _determinar definitivamente los verdaderos orígenes del N ilo ... Una vez en camino el viajero, debe empezar nuevamente varias veces el trabajo de asocia- · cio n á su empresa. Así es que tan· pronto como llegué á Nyangw_e, casi constituí una nueva Sociedad de geografia, pues los compañeros de un viajero no se determinan siempre á seguir sus huellas, á compartir sus trnbajos, sus fatigas, sus peligros, l?in tener, en cierto modo., la nocion de un objeto que perseguir, ele la utilidnd prát;tica que habrá de reportar. El dia en que reun í la tropa delante de mi tienda y en que les manifesté el deseo ele seguir el c urso del Lualaba, uno de ellos, un sabio seguramente, con su bla nco turbante de diez bt~azas de longitud, leva11tando su negro rostro, me responJió: ¿Qui~res saber luío ia dónde se diri g-e e l Lualaha? A l Norte.-¿Y despues?-Tambien al Nor te., -¿Y luégo?-Tamb ien, y siempre al Norte.Pero yo quiero convencerm.e de ello.-¿Parn qué? Llegarás á la region de los onatrns, pequeños hombres y valientes guerreros, armados con arcos pequeños y pequeñas flechas envenenadas, que te atacarán y la menor herida serA 1nortal.-¿ Y si yo me defiendo y logro matarlos? ... -¡Oh! ya eso es otra cosa . Pero cu ando hayas franqu"eado el país de los enanos, te en.contrar¡1s en una espesa selva en donde todo es tenebroso, en donde el so l estará oculto á tus ojos semanas y semanas. Allí, boas constricto-

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ras te akaerán, _te agarrarán y te despedazarán ... -¡ Brr-r !-Y si escapas de las serpientes, hallarás á los leopardos y panteras; serás asaltado por millares de insectos que harán domicilio de tu piel; no saldrás de ellos sino para caer en manos de _los hon~bres graneles, de gigantes, los cuales son caníbales . Estos te cogerán, te asarán y se ofrecerán tu cuerpo en un festín ... _:_Aquí nuevo estremecinüento.-Y luégo que el Lualaba está sembrado de rocas, de rápidos, de cascadas, con profundos remolinos en que se romperá tu barca, y tú mismo perecerás. Estas eran las perspectivas que· se me ofrecían para hacerme desistir do la aventura. Sin embargo, proseguí mi camino, ví á los enanos y no me mataron ; la selva tenebrosa es cosa real; las serpientes no me impidieron el paso; hubiéramos matado, ciertamente, todos los leopardos que hubi éramos enconLrndo ... pero no vimos ni uno solo. Demasiado ocupados en otras cosas, no fijamos nunca la atencion -en los insectos. Hemos peleado con los uaníbales, y, siguiendo siemp1·e el curso del Lualaba, que no se dirige constantemente hácia e l Norte, sino que por fln lo h ace hácífl. el Oeste, franqueamos muy penosamente la region de los rápidos y de las cataratas, y llegamos, por último, a l término de nuestro vinje: el Lualaba se continúa con el rio Co ngo hácia la parte Oeste del continente africano. Tal ha siclo es le viaje, en el cual empleamos más de tres años. Si me preguntais ahora qué resultados prác~ ticos apreciab les para Marsella puede tener ·mi empresa, os diré que he visto un país sumamen"'. te vasto, h abitado por poblaciones desgracia. das, privadas de todos los recursos que nos ofre• ce la civilizacion, que carecen de todo y que fi, veces mueren de hambre. Este país, rieo en re~ cursos naturales, podría decfros : Ustedes tienen n eces idad de maderas, ac1uí h ay inmensas selvas; os hace h ace fa! ta el cobre y el hierro, aquí hay 111011 tañas de ell os; nuestro suelo produce nueces, especias, etc . ; te1;emos marfil, pieles de anima les; nuestros ríos aerastran oro, tomaclle.-Dadnos en cambio vestidos ele que carecemos, adornos para nuestras mujeres, a limentos que no tenemos.-Oambiemos.-Despues, a l mismo tiempo, trataré de enseñar con vuestros ejemplos lo que es y lo que vale vuestra civilizacion. Dichos pueblos, cuando vean a l hombre blanco abatido por la enfermedad, herido ele muerte, muriendo con la calma y dulce resignacion del cristiano, se preguntarán cuál es la fe que le sostiene, ele dónde procede la


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LA NATURALEZA

pararse paralelamente á sí ·mismo en sentido horizontal, por medio ele un sistema-de tornillos y de cuñas; separando ani1os tambores, se detiene el cable hasta el punto conveniente. U u aparato sencillo é ingenioso advierte al mecánico q ne ha experimentado alguna ave1fa el cable. Antes de anollarse en los tambores, atraviesa el cable una caja de hierro muy sonora, en la que se encuentran dispuestas láminas metálicas delgadas, de tal moclo,que permiten libre paso al cable miéntras se halle en estado normal; pero si se rompe un solo cordon, el TRAMVÍAS DE TRAOCION MECÁNICA producido por el paso de los hilos rotos y separuido F::-1 LA CIUDAD DE S.\ N FRAXC!SCO. rados, advierte inmediata.mente al mecánico \la avería. Por último, la elasticidad general, indispensable á la La ciudad ele San Francisco posee dos sistemas ele marcha del sistema, se halla asegurada por el buena tramvías ele traccion mecánica; uno de ellos está instasiguiente: en la extremidad inferior <le la ecanismo m lado en la calle Olay, éntre las ele K earny y L eavenpor debajo del suelo una polea horicolocada hay vía worth; el otro en la calle Sutter; entre las de Sansome es igual á la distancia que ex iste diámetro cuyo zontal, y Larkins. La vía de la calle Sutter t iene una pentúneles; por ella pasa el cable ambos ele es ej los entre de la de la que regular diente mucho más suave y más de la vía descendente á la aseen lente. Esta polea no es Clay, cuya inclinacion llega hasta un 16 po~- 100. l.º Sistema de la calle Clay. En la extremidad fija, sino que se h alla dispuesta en un carro que meda sobre rails; un más elevada de la co ntrap eso de vía, en la calle l. 5OO kilógramos, L ea venworth, suspendido en un existe un a mápozo, tira cons' 1' quina devapor tan te mente del i1 ele 25 caballos ele carro por interl fuerza, que pone medio de una ca1 en movimiento á ' dena en sentido un cable sin fin opuesto al del ca1 ele hilo de hierro, i1 ble. compuesto de seis Dmanteel moco r.dones, que l1 se ve vimiento, 1 contiene cada carro el oscilar nno veinte hilos, :' stantemente, n o e -.r:-•-· .. ·-·-·-· · ····-···--·y de una longitud y estas oscilaciode 2.300 metros. No·Í·A. L e, linee, ne91·a i-núfca 1,, 1,vsfoion del ca/Jle citando pasa el coche. nes, que no tienen En, medio de la calle Clay se ·ha- Fig . 1.-Disposicion del cable subte rráneo el e hil o el e hi erro, en el tún el practi- niénos ele 10 centímetros de amcado por debajo del tramvía do San Francisco. 11 an di sp u estas plitud, demuesdel scparacion la impedir para horizontales planos los en dos vías parale- G. Poleas oolooaelas t r an suficientecable háoia arriba.-(, ( 1 , { 11 • Poleas en que descansa el ca!Jle cuando queda n ve sir 1as, que en r eposo. mente la necesipara la bajada y Llad de esta disposubida de los coque la fuerza del en di!l. el lejano esté no Qtúzi s1c10n. ohes . En el centro de cada vía existe, por debajo del aire compriu:údel la por reemplazada se·a contrapeso suelo, un pequeño t únel por el cual corre el cable; descansa de distancia en distancia en voleas ele garganta do, que asegurará uua elasticidad mas perfecta, sin poque le impiden rozarse en el fondo. L a pendiente gene- ner en juego fuerz a viva. Queda aún por señalar la ral se halla interrumpida por m eseLas horizontales en instalacion de las planchas giratorias, por medio de el sitio en que cruzan las calles transversales, ofrecien- las cuales pasan los coches de la vía descendente á la do una serie de tramos sucesivos . En la base de cada ascendente; estas pl anchas, de un mismo diámetro, tramo corre el cable sobre un sistema de dos galetes, tienen uu radio igual á la mitad de la distancia ele los colocados uno :i continuacion de otro en la parte supe- dos ejes de las vías; llevan cada una un cum-to de col'ior del túnel; en el vértice de cada uno ele los mencio- rona dentada que le permite por su engranaj e descrinados tramos, nieda en una polea de garganta de gran bir en uno ó en otro sentido un cuarto ele vuelta; el co· che describe de este modo en dos veces una media dimension. L a máquina motora imprime al cable su movimiento vuelta. La :fig. 1 demuestra el córte longit udinal del túnel, haciendo girar al tambor en que se arrolla; para poder 2 y 3 la io stalacion de los coches y el aparato de las y t ender el cable con facilidad, hay un segundo t ambor El conjunto que recibe el movimiento del catraccion. el que plano mismo el en de enroscamiento, colocado tambor motor; el aje de este segundo tambor puede se- ble se compone de un coche-ómnibus y de un pequeño

confianza ele alcanzar una vida mejor. Despues del cambio de productos, yendrá el cambio ele ideas, y así es como podremos, poco á poco, lentameúte, ·con paciencia y perseverancia, abrir y en tregar á la ci vilizacion esta gran tierra de Afríca. Hé aquí para' lo que sirve la fundacion de las Sociedades de Geografía .

1

i 1 1

1


LJ\. NA TU RALEZA truck que 1e precede. El trnck ll eva la palanca. El bra-

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22 1

zo ele 1a pa1anoa penetra en el túnel por una ranma

·•••••••IDl·[•

·I

Fi.;. 2.-C.Joche ?el tramvia de San Francisco, demostrando la clisposicion del truck, do la palanc:i y del tún el subterh\neo. \. Freno suplem entario para casos de accicl onto .-D . Tornillo que s'irve p:ira L:ljar la p:i.lanca. -CJ. T orn i' lo interi or al !3. 0

longitudinal situada (L la derecha del plano diametral I permiten pasar. y do::pnes en las quijadas éilíndricas que contiene el que le inmovilicable; la parte inzan y determinan ferior del brazo rl arrastre de termina en: un truckydelco chr. tornillo · de gran Para que lapadiámetro; bacienlanra pueda evido obrnr al votm· los rodillos solante que lleva la bre los cuales ll etuerca, sehace suva el c~ble tan bir ó bajar ·en el ==;'~= prontu ñ. la parte túnel á la palansuperior como ií ca; en el interior la inferior del tú• Lle ésta se desliza --=,,,____,, nel, es nece nrio un vástago tamque ocupe siembion ele torniJlo IF-~===~ pre el punto meen su paTte supedio ele la altura rior, y cuya tuerdel túnel; así, ñn ca obra por un vo===~====!;-;::;'-'! tes de la partida lante más peque~;;;;;;;; ~ifl del coche, son neño, situado enci!===::::;~~§:::,., L - - - - cesarios tres moma de1 primero; l~-----s;;; ?-~.../ vimientos: l.º hael movimient o cer bajar la prrvertical delvástac.:;::;:~~===;:;;:::ato=::;::::::;;:====~'-1~;:::::========:::;~f~ lancac.ando vuelgo se transmite ~~-~ ---'-1 t1s al gran volanpor una cuña á la '------= .' <'~>----- l te; 2.º a.garrar el parte móvil de la cable imprimienpalanca, :i la que do al pequeño voimprime un rno.,..,....,~,.. ,......,. ]ante las vueltas vimiento horizon~.,_-1&,... necesarias par a tn.1, por el cual el que entren en accable se encuen·: Fig. ~.-Corlo tr:i.1w~crsa l J o la fl g ur:i.-F. Corte del túnel sub terráneo. cion las quijadas; tra cogido, pri3. colocar el todo mero en las gargantas de los ga letes oblicuos que le I en la mitad de la altma del túnel, por medio del gran 0


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LA NATURALEZA

volante. En este estado, maniobrando el volante pequeño, se pone el corhc en marcha ó se su pende el movimiento. Un freno muy poderoso, compuesto de dos remates horizontales que se aplican sobre sus rails, es manejado en el truck por el conductor; además hay otro freno parecido en el coche, al mismo tiempo que el freno ordinario de las ruedas, para conseguir la perfecta seguridad de loF: viajeros. Este sistema ha sido muy bien estudiado en todos sus detalles, y funciona perfectamente; seria fücil, con algunas modificaciones conyenientes, el aplicarle á la traccion en una na horizontal que presentara curvas de radio suficient!). 2.0 Sistema de la calle Sulter. Este sistema en su mecanismo general se asemeja al que acabamos de describir; la diferencia esencial no consiste m,\s que en la palanca, que en vez ele ser horizontal es vertical. Dicha palanca no lleva más que dos galetes verticales de garganta por los que se desliza el cable; las dos quijadas ngarrau al cable cuando se las aproxima una ú otra, por la accion de una palanca cu.va empuñadura tiene á mano ·el conductor. Cuando el truck llega ti la extremidad de la línea, se separa el cable automáticamente, la aguja trasporta el coche á la otra vía, .r nniendo á chocar la palanca con uu resorte dispue to en la ranura del túnel, queda colocado de uue,o en su sitio en la palanca. El sistema que acabamos de describir es mncl10 ménos perfecto que el establecido en la calle Clay; funciona muy bien en la calle utter, en donde por la poca importancia y la continuidad de la pemlieute, no son necesarias las poleas de la parte uperior del túnel; pero parece ménos favorable que el precedente bajo el punto de vista de su aplicacion á las vías srnuosas en terreno horizontal.

tolerable en los tenenos elevados, donde casi todos los árbolrs perteuecian al género Eucalyptus, hasta el extremo de ha9er imposible el sueño durante la noche y muy peno a la vida durante el dia. »Los gums (1) esparcen 1m olor característico, sobre todo cuando los ha bañado el sol. Recmriendo á caballo las grandes llanuras ele Qneensland, percibí este olor :í. mucha distancia de los árboles. Estas llanuras puede decirse que están impregnadas en dicho olor en una anchura de 10 millas; tan pronto como se aproxima una persona á dichas selvas, el órgano del olfato es impresionado repentina y fuertemente. No diré que semejante olor tenga un efecto determinado ó que constituya un preservativo de la malaria. El desarrollo de los EucalJ ptus en la América del Sur, es muy rápido. Cuanrlo estaba en la parte oriental, hace ya algunos ·años, tuve ocasion de examinar una plantacion de los Eucalyptus denominados red s blue gurns (i), ele ocho aüos de edad. Los árboles te1Jian cuando ménos 40 piés ele altura, y varios de ellos median tres piés de circunferencia en el tronco, á tres piés del suelo. Tenían una masa ele hojas tan grande, como no la habia visto en ustralia. Creciau en una pampo, en un terreno de aluvion profundo. Las hormigas negra , tan peijucliciales á lo árboles de que nos ocupamos, habían atacado desde luego las raíces, pero éstas habian resistido, lo mismo que ti los terribles huracanes de esta comarca. Puede decirse, segun esta ünica plantacion de Ebcalyptus, que las pampas de la América meridional, á pesar ele ser tan vastas y tan denudadas, pueden cubrirse artificialmente de selvas. Los ingleses establecidos en los límites de la Plata harán bien en pensar en ello, así como el propietario ilustrado de las granjas de la SherPden suministrar gustoso granos á sus compatriotas.»

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VENTAJ AS REALES Y S UPUE6TAS DE LAS Pl,ANT .\CIO~ES DE EUCALYPTUS.

Se atribuye una gran in-fluencia á los Eucalyptus para destruir la malaria, pero viajeros como el señor A . Jicols aseguran qne no han hallado la citada influencia en Queensland, uno de los principales puntos de su desarrollo. Dice dicho señor: «Yo mismo he padecido la malaria en medio de una selva que se extendía á varias millas en todas direcciones, compuesta principalmente de las diferentes especies de Encalyptus, sin que hubiese muchos lugares pantanosos. He tenido conocimiento de muchos ataques sufridos poT los pastores y leñadores del mismo lugar. Además me aseguraron que dichas fiebres no se desorrollan de una manera particular en determinados año , sino que, más ó menos, las babia siempre. »Me sorprendió el leer en a!gun periódico científico que en Argelia habian desaparecido los mo quitos por efecto de las plantaciones de Eucal¡ptus. Cualquiera que haya vivido algun tiempo en Australia no dirá otrn tanto. Desgraciadamente he enc011trado esa casta in-

DETERMT

AOJO

DEL ÁZOE

EN LA NITROGLICERINA.

Con ocasion de las investigaciones hechas sobre dinamitas ele di versas procedencias, hubimos de determinar la cantidad de ázoe que encerraba la nitrngliceriua. Pareciéndonos muy baja la cifra que obtuvimos, tratamos de hallar las cansas de error, así como un método que diera mejores resultados. Calculamos primero la cantidad de nitroglicerina contenida en un cartucho de dinamita extrayéndola por el éter, secándola luégo y pesando la silice, .sirviénclonos ele comprobacion la solucion etérea evaporada con cuidado; el residuo era tratado en seguida en un matraz por una disolucion alcohólica ele potasa, empleando el calor hácia el fin de la operacion hasta la completa destruccion de la nitroglicerina. La rcaccion es ba. tante viva, el líquido toma inmediatamente un color moreno-oscuro cuando se añade la ( 1) 1 nmbre vulgar de los Euc'1.lyptus en Auslrilia. (2) S egun la F lora de Australta de Benlham, ocho especies de Eucalyplus snn llamados por los colonos 1·ed gums y siete del Eucalyptus globu los, blue gums. Se ve, pues, lo que valen los nombres vulgares.


LA NA'rURALEZA

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nitroglicerina á la clisolucion potásica. Determinamos de descomposicion p01·-Ja potasa alcohólica no produce el 1ízoe contenido en uua parte del ·líquido, primero, únicamente sal neutra, sino tambien amoniaco, desegun el método de Schlasing, modificado por R eichbiendo emplearse, por consiguiente, el método ele Duhard, calculaudo directamente el deutóxido ele f1zoe, mas para. calcular el t\zoe de la nitroglicerina. recogido sobre mercurio, oxiclúndole despues y tratanA. SauEu Y E . Anou. do el ácido azótico formado por una disolucion ele sosa al décimo. Repetida varias veces esta cleterminacion <le ázoe, MISCELÁNEA. siempre nos daba 12,3 y 12,5 por lUU ele ázoe, cifra que nos pareció desde luégo ser inferior á la verdadera, Sustancia desinfectante ......:...Segnn Garcin, un p~·oaunque varias obras indican l 3 y 16 por 100, como la ducto dotado de propiedades desinfectantes consiste -cantidad de ázoe contenida en toda buena nitroglice- en el residuo que dejan las materias celulosas trartadas rina. por el ácido sulfúrico. Este residuo, carbonizado en En nuevos ensayos separamos la nitroglicerina de parte, está aún fuertemente hidrogenado. El autor cita la sílice por medio del agua, haciéndose la operaciou varios casos de desinfeccion que no dejan lugar á generalmente muy bien; la nitroglicerina se secó en el duela. -.--.sc,--::-vacío sobre ácido sulfü1·ico por espacio de doce á diez y ocho horas; despues foé tratada por la potasa alcoh ó0 TABLE VACA DE CUERNOS PEQUEÑOS lica una parte disuelta en alcohol, sometiéndola luégo á la accion del cal01: .(lo1· espacio de algunas horas. DeLa historia de esta bestia, ll amada la cléc:ima. terminado el üzoe de idéntico modo al anteriormente indicado, nos dió una cifra un poco miís elevada, 13 duquesa. ele Génoi;a., así como la de sus ascen dientes, es tan poco conocida como digna de in:-í 14por 100. Entónces ensayamos descomponer la nitroglicerina teres. La tradicion hace remontar el orígen de por la cal sodada y transformar por este medio el tizoP esta familia á una casta de ganado <-1ue poseyó en amoniaco. La cal sodada húmeda descompone in- durante siglos, la familia del duque de Nothummed iatamente la nitroglicerina; pero si está reciente- ])erla n cl; pero los elatos actuall s proceden del meute preparada, es necesario calentar. Se forma un siglo xvm, cuando una ele las ascendientes de poco de amoniaco, que corresponde á un 2 y 3 por lUO esta vaca pasó á poder de Mr. Co lling, de Ketton de ázoe; pero como era de esperar, la mayor parte del Durham, uno de los creadores de la casta shorázoe queda combinada en el estado de nitrato. de cuernos cortos ) , tan distinta y tan thorn ( Cuando se descompone la nitroglicerina por la potacuidadosame nte mejorada. En 1804, Mr. P. Basa, se creía que era simple la reaccion y tenía lugar dé tes, ele Kirkle\'ington (Yorkshire), compró una es te modo: 0 3H 5 ( 0 3 ) 3 3KOH 3KNO, C 3 Hs (OH)~ ; ele las vacas cluquesa.s, y reconociendo en su expero este no es el caso, y se forma tarubien amoniaco. celencia y en la de sus descendientl3s del lado Nos hemos convencido de ello cualitativamente, reco- paterno la superioridad de la fami lia, compagiendo en el ácido clorhídrico diluido los gases y vapo - rada con las que hasta entónces babia poseiclo, res que se desprenden cuauclo se añade la disoluciou resolvió a um entar el número. Cuando tuvo luele nitroglicerina á la ele potasa en alcohol, pues se ve gar la gran venta de i\fr. Col lin g, en 1810, e n que se forma al contacto del ácido una especie de nieque fueron , encliclos 47 animales al precio, en bla de cloruro amónico, satm·áudose el r\ciclo parcialtónces desconocido, de 151 lib ras 8 c h elin es mente. (3 .785 francos ) , dió '183 guineas (4.758 francos ) No habiendo dado buenos resultados estos procedí_ por la ternera de dos años, ll a jóven dnquesa., mientos de descomposicion de la nitroglicerina, recurmada más tarde la p1·imera cltlq"!-teSa., hija ele rimos á la. combustion por meclio del óxido de cobre. que en la misma: ocasion fué vendida Cometa, Bi se mezcla íntimamente la nitroglicerina con el óxido de cobre fino, no hay que temer explo ion alguna, veri- en 1.000 gu in eas (26.000 francos ) , é hija de la ficándose tranquilamente la combustion. Con tal mé- vaca que habia comprado primero. De esta betodo, obtuvimos las cifras siguientes: cerra, s iguie nd o directamente la linea femen ina, nacieron las duquesas, que en diferentes épocas I Nitroglicerina ele Varallo P ombia. / por 100 ele ázoe. » II 18,52 por 100. • » han co nseg uido los premios de honor concedidos » III de Nobel (Isleten).. 18,45 por 100. por la Sociedad Real ele Agricultura de InglaLa teoría exige 18,5U para la trinitroglicerina. terra, y que, durante mu·chos_años, han obteE stos análisis demuestran, pues, que la nitrogliceni do los precios de ve nta más a l tos en las adj urina del comercio. tal como la que se halla contenida dicacioncs, tanto públicas como privadas . en la dinamita, n.o es una mezcla de mono, bi y tri ni_ Mr. Bates , qµe practicaba en gran escala el troglicerina, como podría deducirse de los aná lisis hesistema del no-cruzamiento de las razas, cruzó, chos hasta ahora, sino que est:i fcu·mada exclusivamente de tri nitroglicerina, .r en segundo lugar, que el método sin embargo , sus duquesas con otras familias

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LA NATURALEZA

tambien de cuernos pequeños , tambi en de renombre , especialmente con la 1·osa- roja y la princesa, de Mr. Colling, combinando así las que pertenecían á las fami lias shorthorn, más antig uas y mejores del reino. En 1853, en la Yonta de Tortworth, despuc-;s de la muerte del conde Ducis , la duquesa 66 fué comprada por los Sres. Fecar y Monis , de Nueva-York, en la suma de 735 libras (18.375

francos ). Habiendo cambiado de dueños en América estas bestias, se dispersaron po r último en la venta de 1873, cuando compró Mr. Berwich para el con de ele Bective, en la :cantidac1. de 35.000 clollars (180,250 francos ) la clécima duquesa ele Génova . En América parió dicha vaca los toros te1'ce1' cliiquc ele O neicla, sexto cluque ele Oneida y la b ecerra octm.,1a duquesa ele Oneicla, comprada

L :i. Déc im a duquesa ele Génov;i . E sta vaca fu ó ve ndida en subasta _en ciento ochenta mi l_francos.

tambien poe Lord Bective en la cantidad ele 15.000 clollars (77. 250 fra ncos). En In glaterra parió al toro cluque ele U n clerley y las becerras duquesa ele Unclerle y y duquesa ele L ancastre. Todos estos animales , así como la octava duquesa ele Uncle1·ley, se ei1ct10ntran en la aolualidad ·en el ganado de Und erley-Hall , vVeslmoroland. L1 décima. clur¡uesa ele Génova h a muerto hace poco; y en el mismo mes de su

muerte, el conde de Beotive tuvo la desgracia de perder su viejo toro el segundo cluque ele Treguntes. ruestro grabado, que representa la d écima duquesa , esLá hecho_ Je i:;u misma cabeza disecada. PROPIETARIOS GERE NTES: PEltOJO HERMANOS,

Madr id: 18i8.-Tipog rafia-Estereotipia PEnoJo.


Núm. 15.-9 Marzo 1878.

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L A NATURALEZA

A pesar de los esfuerzos de gran número de práctico,, que, desde principios del siglo diez y ochp sobre DE i\I. GA.STON BOZERIA.N. todo, ensayaron el geueralizar el t r atamiento por el agua fria, seguramente in spiraría aún desconfianza si La hidroterapia, arte de tratar las enfermedades por no hubiera sido por los testimonios de .lErtel y de rueclio del agua pura Priessnitz, que la rey fria, no data mlis comen el aban como que de principios clel una panacea infalisiglo. El hijo de un ble, y si los resultacampesino austriaco, dos favorables que se Vicente Priessnitz. obtenían frecuenteque nació el 5 de Oc~ mente en la práctica tub r e ele 1799, en no hubieran repentiGroofen bcrg, Silesia namente convertido austriaca, fué su vcren ent usiasmo las c1adero inYentor. prcocupaci!3nes que En otrn tiem1)0, la couti'a ell a abrigaba medica c i o n por el el vulgo y excita~lo ag ua fria 110 · estaba en crecido número de pní.cticos el pesar ele en uso más que.en haber descuidado cirugía; sin embargo, no se clejaba de recohasta entónces su mendar el agua pura u so. Y a no se tardó como medio dietétien crear, primero en co en bafios y bebiAlemania y luego en das: Es cierto ql,e en Francia, gran nümegeneral se la dcscui .. ro de estab lec imiendaba mucho, pero tos en que era metódicamente empleada tambien lo es qnc el agua fria en la cusiempre que trata-ban de poner la en. racion ele las enferuso se hallaban los medades; pero ciesiucouYenientcs, difi.graciadamente estos -ciles ele vencer á veestablecimientos 11 0 ces, de las preocupa-están al alcance ele todas las fortunas ni cioncs profuuclamcn · . te anaigadas q ne l e tle todas las posiatribuían r esultados ciones. pe1juclicia1 cs, 6 Ja inPara remediar sediferen~ia <r1.1.e inspimej an,te incon vera naturalmente al niente, mucha's permédico todo m edio sonas se·han d,eciclido á someterse :i su trade masiado vulgar l)t\\'a dejm· alguna tamiento en sus mismas casas. Tal sisteilnsion al que lo emma tiene la ventaja plea, ó servir los inde costar poco y no tere:Ses del que lo orexigir mucho tiemt1e~a. Eu alg unos capo . Con este objeto sos en qne se eusayú se han creado varios el agua fria, dcspues modelos ele aparatos de haber u sado inhidroterápicos que útilmente otros medejan mucho que dedios~ produjo buenos Nuev,) aparato hidrol¡irápico de M. Gaston Dozerian. sear bajo diferentes res ultados, pro-vopuntos ele vista . cauclo bien pronto Unos se compoueu de un simple receptáculo colocaéstos alg unas itnitaciones; pero con todo, dichos tratado por encima ele la cabeza del enfermo, que se llena i1iieutos excepcionales no consiguieron sacar al agua fria. de h categoria de los r ~cursos extremos y deses- de agua ~n el momento de tomar la ducha; dichos apaPet·ados, para colocarla eu el uümero de agentes tera- ratos son bastante baratos, pero no dan casi ningun resultado en la curacion de las enfermedades, pues una pénCicos de comun empleo.

APARATO HIDROTERÁPICO

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LA NATüRALEZA

de las condiciones incli pensables, esencial de una buena hidroterapia, es la ele emplear el agua muy fria y que y~nga á herir con fuerzi la piel del enfermo, de tal modo, que produzca una reaccion tanto m,\s viva Y tanto mií saludable cuanto más considerable haya siclo la proyeccion del agua. Para realizar este ültimo punto tan importante, se han construido aparatos de aire comprimido. Tienen ele de luego la falta de ser muy caros; además, la necesidad de comprimir el aire en el depó ito, es una operacion fatigosa en la que se emplean diez minutos ó un cuarto de hora· tambiu1 la presion, considerable al principio, Ya iemprP. en di minucion á medida que el aire se dilata :í, consecuencia de la salida del agua, ha ta que por fin llega ci ser nula. Pasemos á describir el aparato que representa nuestro grabado, debido ti ir. Gaston Bozerian: en medio tlc la Yasija se halla clispuesta una especie de campana dé fnnclicion, que al mismo tiempo que sÜTe de soporte :.'t las palancas de los pedales, está destinado á depósito de aire. En cada uno ele los pedales hay una varilla que pone en juego á un piston, que por su monmiento rechaza el agua de la vasija á la citacla campana; lo pi tones obran alteroatiYamente, segun que el indi,iduo inclina su cuerpo hácia uno ú otro de los citados peclalrs. Rechazada el agua ele este modo, asciende por el tubo que se abre en el receptáculo, y cae sobre la persona colocada en el aparnto con gran fuerza de proyeccion, para ser rechazada de nuevo y a í succsiYamentc; se ve, pues, que el mecanismo no puede ser mús sencillo. El doctor Dujardin-Beaumetz, médico del hospital de San Antonio de París, lo ha ensayado en su clínica y ha obtenido muy buenos efectos; ha afirmado q:ue los enfermos, aún las mujeres más débile · y más delicada , han podido, sin fatigarse, manejar tan ingenioso aparato; los chorros de agua tienen una fuerza de propulsion müs que uficienie y la lluvia hiere la piel de los enfermos con más violencia que la determinada por la ducha ordinaria del hospital, alimentada por las aguas de la ciudad. Segun parece, resulta de estas experiencias que el aparato que acabamos de describir es superior :i todos los demas de duchas para habitaciones, imaginados hasta aquí. La obligacion de moverse, impuesta al enfe1momientras toma la ducha, l1a siclo reconocida por los métlicos como su ceplible ele producir excelentes resultádos, no siendo este aspecto de la cuestion uno de lo. ménos interesantes. El aparato, tal c.omo le representa nuestro grauado, permite tomar uno mismo las duchas sin ninguua prcparacion anterior con una fuerza de proyeccion consic1erable y constante, cualquiera que sea la duracion ele las mi ma ; e. tá di ¡me to de tal modo, que con él s~ pueden tomar duclias de lluvia, tle círculo 6 ele chorro, ya ucesi rn 1 ya shnultáneamcnte. Du. Z.

LTOUEFAOOIO~ DE LO' GASE"' . EXPERIMENTOS DE CA!LLETET.

'l'oclo el mundo sabe que la materia que constituye los cliferen t~s cuerpos de la naturaleza se presentan bajo tres estados diferentes: sólido, líquido y gaseoso. ábesctambien que el estado ele un cuerpo no tiene nada de permanente, un sólido puede entrar en fusion y volatilizarse, un líquido es suscepLiblc de solidificarse y de transformarse en vapor, un gas puede llegar á ser líquido ó sólido, segun las condiciones de temperatura ó de presion á que so hallen sometidos el só lido, el líquido ó el gas. El agua, bajo la accion del frio se convierte en hielo; bajo la del calor, en vapor de agua. E l azufre, el fósforo, los metales y la mayor parte do los cuerpos sólidos, pueden afectar los tres eRlados de la materia; es decir, ser sólidos, líquidos ó gaseosos. El cloro, el protóxido de ázoe, el ácido carbónico, etc., son susceptibles de liquidarse ó ele solidificarse. Para esto, basta aproximar sus moléculas, comprimiéndolas ó sometiéndolas á la accion de bajas temperaturas. De este modo había conseguido Faraday liquidar un cierto número de gases, utilizando la comprcsion y el enfriamiento (1), pero quedaban aún otros, refractarios en absoluto á las más enérgicas acciones, por lo cual fueron designados con el nombre de permanentes. Los gases que se consideraban como permane9tes son el hidró(1) Los primeros experimentos do Faraday, hechos en un principio con el concurso do Davy, datan del afto !823. Estos dos ilustres químicos habían conseguido liquidar el cloro y ot1·os gases introduciendo en un tubo de cristal oncorYado U las sustancias necesarias á su produccion. El aparato era enteramente cerrado. Xo pudiendo escaparse el gas, se acumulaba en la parlo del tubo opuesta á la en que se originaba; esta parle se hallaba rodeada por una mezcla· frigorífica. Voiaso al gas condensarse en el estado liquido. En 1835, Fhilorior cÓnstruyó, basado 3n los mismos principios, un apa1·ato do hierro fundido en donde pudieran obtenerse grnndes cantidades do ácido carbónico sólido. Dicho aparato dobia soportar JJresiones enorme ; estalló un dia en la Escuela de Farmacia, quedando herido do muerte i\I. 1Iervi, oncai·gado do la operacion, dospuos do habe1· tenido la desgracia de perder las dos piernas. Posteriormente construyó Deleuil aparatos Fhilorior, haciendo más resistentes los cilindros do hierro fundido por medio de aros ó fajas muy gl'llesas de hierro dulce. Bianchi, más tarde, construyó, conformo á las instrucciones do Dumas, otro aparato do compresion do los gases que se ha usado mucho, especialmente para la produccion del protóxido de ázoe liquido. Nos limitamos á mencionar estos aparatos, cuyas descripciones se hallan en la mayor parto do los tratados de física ,·, química. Debemos ailadir que en l84 j volvió á emprender Faraday sus ensayos sob1·e la licucfaccion do los gases, aprovochan<.lo el intenso frío que puede obteMr• se con el ácido carbónico sólido.


LA NATURALEZA geno , nitrógeno, oxígeno, óxido de carbono, bióxido de ázoe y el formen o. Los químicos tenían la conviccion ele que estos gases no escapaban ú las l eyes generales , esta ndo persuncliclos de que si h abía n resi stido á la li cu cfaccion no co nsistía probablemente en otra cosa que e n la carencia de medios de accio n ele compresio n ó ele enfriamiento suficientemcn te poderosos; manteniéndose dichos gases como cuerpos particulares, desafiaban en cierto modo la accion del químico sobre la m ateria, y su cambio de estado se presentaba como un problema importante, cuya soluc~oH era tanto más seductora cuanto que se ocultaba teas obstáculos difíciles de vencer. Se h abían sometido á las más rudas pruebas los seis gases permanentes, y Berthelot, co n especialidad, les h abía hecho sufrir presiones enormes hasta la de 800 atmósferas, y enfriarnient-os intensos de 100° b ajo cero; pero era en Yano q u e los químicos pusiesen en práctica todos los recursos de la ciencia. Los gases _permanentes justificab a n s u nombre. No sucede lo mismo en la actualidad. Un industrial benemérito y al mismo tiempo un sabio de los m ás distinguidos, h a tenido la, fortuna ele triunfar de los gases permanentes. Ha llegado ú liquidarlos y á solidificarlos. Este resultado_, un o de los más interesantes entre los muchos que se han obtenido en nuestra época, debe ser considerado como un a nueva y brillante victoria de la ciencia sobre la materia. Como ya hemos di cho en uno de los anteriores números ele L A NATURALEZA, casi al mismo tiempo, otro in ge nioso investigador, Raoul Pictet, h a obtenido los mismos resultados sobre el oxígeno. H abiéndonos ocupado ya ele los experimentos d e Pictet, pasemos á indicar los trabajos ele Cailletet. Nuestro grabado represen ta el aparato construido al efecto por dicho señor en • su fabrica ele C h,Hillon-sur-Sei 1J e. El aparato se compoBe ele un ci lindro hueco de acero A, sólidamente sujeto á una mesa ele hierro fundido por medio de abra za~cras n B. Un vástago cilíndrico de acero, que llena las funciones de piston, y penetra en el cilindro, que debe llenarse de agua. La extremidad opuesta de este vástago termina por un tornillo de filetes c uadrados que atraviesa la tuerca ele bronce F, fijad a: en el centro de los volantes M. Segu n la direccio n que se imprima al volante por medio de los mangos de que está provisto, se puede h acer adelantar ó atrasar al pistan en el eje del cu erpo ele bomba. U n trozo ele cuero em butido en él impide que el líquido comprimido se escape del cilindro.

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Para introducfr el ag ua ó el líquido que se ha d e comprimir, se le vierte en la copa ele cristal G, que está puesta en comunicación con el interior- del aparato; el esteec h o co ndu cto 'que da paso a l líquido se cierra pcir medio ele un tornillo de punta có ni ca. Este tornillo se termina por un pequeño volante O, tambie n provisto de mangos. Esta clisposicion permite retene1· súJ)itamentc los gases comprimidos y Yer asimismo el vapor intenso que se produce en el tubo capilar ele cristal en donde están contenidos. (Este tubo está representado en la fl gura dentro del cilindro m) . E l vapor se forma bajo la inl'Ju encia _del frio exterior producido por la conclensacion brusca, co nstitu ye ndo un signo cierto ele que se h a verificado la li cuefaccion y áun lu. congcla cion de los gases considerados hasta aqu í como

permanentes . a, es un receptáculo de acero que puede soportar la presion de 900 y áun ele 1. 000 atmós• feras: está unido al aparato ele compresion por me~ dio de un tubo capilar metálico. El agua, bajo la accion del pistan, penetra en el depósito a y obra sobre. el mercurio que comprime el gas. b, flgura un accesorio que recibe el aparato de cristal destinado á encerrar el gas del experimento. UÍ1a tuerca sirve para fljar c.·ta pieza á la parte superior del receptáculo. La fig. 2 demuestra su clisposicio n en escala mucho mayor que én la flgura general . m, representa un cilin dro de cristal que contie n e otro, en medio del cua l se ve el tubo delgado en que debe verificarse la li cuefaccion del gas. Este tubo capi lar puede rodearse con un~ m ezcla fri gorífi ca ó ele protóxido ele ázoe liqui do. E l cilindro exterior m, concéntrico al pri~ mero y que contien e· sus tancias á,iidas ele hu~ mcdad, impide el depósito ele hielo ó ele vapor sobre el tubo enfriado, lo cual dificultaría las. observaciones. JJ, tableta ele hierro fundido destinada á sostener el receptáculo a; clcl, tornillos que permiten s ubir ó bajar los rccept{1culos para facilitar el exámen espectroscópico ó la proyeccion de las experiencias. Un banquili o, s, reune los tubos capilares me tálicos que sirven para tran mitir la presion á las diferentes partes del aparatO". N, es un manómefro Thomassct, modiflcaclo y comprobado con otro ele aire libr~ cstablcc!c~o en una colina próxima al laborator10 de ChaL1ll on-sur- Sei ne. 1 N, representa un manómetro de vidrio que sirve para comprobal' las indi caciones del pri~ mer aparato ele mercurio.


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Fig. 1.- Gran aparato de i\1. Cailletet para la licuefaccion de los gases. (seg un el modelo construido en Cbรกtillon-sur- Seine). A. Prensa de tornillo para la compresion .-m. Cilindro de cristal que contiene el tubo, lambicn de cristn l, en que se verifica la lir,uefaccion del gas.

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LA

ATURil,EZA

Este notable aparato no ofrece ningun peligro, puesto que el tubo de cristal en que se comprime el gas no presenta mas que una superficie muy pequeña que no produciría, áun cuando se rompiese, ningun accidento desagradable. En estos últimos años, un físico inglé.s, Thomas Anclrows, había manifestado la opi'nion ele que debía existir para los gases permanen~ ···· ······ tes un punto c1·ítico de presíon y tem pera tura, por encima del cual no se conseguirla el reducirlos al estado líquido. Los experimentos deCaillctet han venido á confirmar esleaserto. Es n ecesario, en efecto, que para cadagas se combinen cierta pL·osion con cierto descenso de tomperaLura; una y otra accion, aisladamente empleadas, podrían quedar sin resultado, áun cuando se las llegase á dar una intensidad considerable. Cailletet ha liquidado primero el bióxido ele ázoe. Como acabamos de indicar, si las dos acciones ele co-mpresion y ele cnfriamicn to no se combinan entre sí, conforme con el citado Fig. 2.-Tul.io de ct·i tal J e pa- pwito c1·ítico, no se redes csr,esas, en donde se produce la licucfaccion de los consigno la licuefacgases en el aparato de Caille- cion del gas. Así se tet. El gas es comp rimido en la parte superior poi· la as- comprendo y explica cension, puesta en relacio n co n un a prensa de tornillo que haya permanecique obra sob r e una masa ele do en estado gaseoso agua. Se condensa afectando la forma de got itas líquidas ú el bióxido de ázoe, á en vapores intonsos. Este tu- pesar de someterse á bo está conten ido en un cilindro de cristal, donde se coloca la presion de 270 atla mezcla fri go rífica. mósferas y á la temperatura de+ 8 grados. El formeno ó gas do los pantanos se liquida con '180 atmósferas de presion y + 7 grados de temperatura. «S i se encierra, dice l\I. Cailletet, oxígeno ú

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óxido de carbono pu.ro-en el aparato de compresion, si se llevan estos gases á la temperatura de - 29 grados, empleando el ácido sulfúrico, y á la pre:;ion de 300 atmósferas poco más 6 menos, estos dos gases se conservan en su estado normal. Per0 si se les condensa súbitamente, lo que debe producir s~gun la fórmula de Poisson cuando ménos una temperatura de 200 grados bajo el punto ele partida, se Ye aparecer inmeqiatamcn le un vapor intenso originado por la

Fig. 3.-Poqueüo aparato de liouefacoion ele los gases.

licuefaccion y quizá por la solidificacion del oxígeno ó del óxido ele carbono. El mismo fenómeno se observa con el ácido carbónico, el protóxido y el bióxido de ázoe.» Dcspues de haber obtenido estos brillantes resúltados, ha anunciado Cailletet á la Academia de Ciencias de París, con fecha 31 de Diciembre último, que había triunfado por completo de los · otros gases permanentes. El hábil experimentador babia conseguido liquidar el nitrógeno, el aire atmosférico y aún el hidrógeno , considerado como el más refractario de todos los gases. Ponemos á continuacion los detalles que han


LA NATCH.ALEZA

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;.

sido publicados, con motivo de estos experimentos. A.::oe. El ázoe puro ó seco comprimido ,'.t 200 atmósferas y á la temperatura de+ 13°, se condensa de una manera perfecta; aparece primero una sustancia semejante á un líquido pulverizado, en gotitas de un volúmen apreciable, clcspues este líquido desaparece poco á poco ele las parceles hácia el centro del tubo, fórmando, por último, una especie ele columna vertical que a '.'e cta la direccion del eje del mismo tubo; este fenómeno persiste dtrrante más ele tres segundos. Estas apariencias no dejan clud;1 alguna acerca del verdadero carácLer del fenómeno. Caillctet, c1ue había hecho el experimento en su casa á una temperatura de - 29°, la 'repiLió gran número de veces en el laboratorio de la Escuela Normal de París, en presencia de muchos sabios. Hidrógeno. El hidrógeno ha sido siempre considerado como uno de los gases más incoercibles , á causa de su poca densidad y de la conformidad casi completa de sd's propiedades mecánicas con las de los gases perfectos. Así es que Cailletet, con extrema desconfianza de conseguir su licuefaccion, le sometió á las mismas pruebas que determinaron la ·de los clemas gases . «En 1nis primeros ensayos, dice el sabio químico, no había observado nada de particular; pero como frecuenLcmcntc sucede en las ciencias experimentales, la costumbre, el hábito de observar los fenómenos, acaba por hacer reconocer los signos en las mismas condiciones en que habían pasado inadvertidas primero. Esto fuó lo que me sucedió con el hidrógeno. Repitiendo la operacion hoy mismo 31 de Diciembre en presencia y con el concurso de los Sres. Berthelot, Sainte,Clair-Dcville y 1\fascart, que han querido así autorizarme para invocar su testimonio, he conseguido observar indicios de licuefaccion del hidrógeno, en condiciones de evidencia · que no han parecido dudosas á ninguno ele los sabios que han asistido al ensayo. Se ha repetido éste gran número de ;veces. El hidrógeno, comprirn.ido á 280 atmósferas, se transforma en un vapor ex:cesivarn.ente fino y sutil, suspendido en Loda la longitud del tubo y que desaparecía súbitamente. La producciori del mencionado vapor, á pesar de su extremada sutileza, ha parecido inconLestable á todos los sabios que presenciaron esto experimento, y que tuvieron cuidado ele hacerla repetir varias veces á fin do no abeigar duda alguna acerca ele la rcalidad. i> Ai?·e .. «Una vez liquidados el nitrógeno y el

.,

oxígeno, estaba demostrada la po·s ibilidad de la licuofaccion del aire atmosférico, sin embargo ele lo cual me pareció interesante y conveniente el hacerle objeto do un experimento directo, y como era do esperar, lo conseguí completamente. No tengo necesidad de decir que el airo había sido préviamcnte secado .Y privado de toda traza de ácido carbónico. De este modo se halla plenamente confirmada, añado Caill etet, la exactitud del aserto emitido por et fundador de la química moderna, Lavoisier, sobre la posibilidad de ,reducir el aire al estado líquido, produciendo líquidos dotados ele propiedades nuevas, desconocidas. i> Se concibe desde luego que la posibilidad de obtener aire en estado líquido, abre á l a ciencia aplicada nuevos horizontes. Bajo el punto de vista puramente científico y filosqfico, los experimentos ele Cailletet tienen una importancia capital, que no tiene necesidad ele ser demostrada. Terminaremos describiendo el pequeño aparato de curso ó de labor torio que Ducretet ha construido, segun las indicaciones de Cailletct, para la licuefaccion <le los gases. Es una copia exacta de la par·te a, C, m, g, c\el aparato do Chátillon-sur-Seine. La campana de cristal es lo único que se ha modificado; tambien ha sido reemplazada la prensa de tornillo por una bomba fácil ·de mover. La figura 3, que representa un corte del aparato, nos puede servir para detallar mejor el sistema imaginado por Cailletet. TT, es un tubo de cristal lleno con el gas que ha de comprimirse; dicho tubo ha sido atravesado por una corriente gaseosa, con el objeto de desalojar el aire completamente, á cuyo efecto se le ha dispuesto en posicion horizontal; una vez lleno con el gas que ha de someterse al ensayo, se cierra á la lámpara su extremidad ]J, se tapa con el dedo su otra extremidad y se introduce verticalmente en el aparato de hierro, como le representa la Dgura. Se sumerge en una cubeta cilíndrica que contiene mercurio. La parte superior del citado tubo está rodeada por un cilindrn ele cristal l\I, que se llena de una mezcla frigorífica ele un modo idéntico á como se hace en el gran aparato. El todo se halla envuelto en una campa11a de cristal G . El tubo TU, se encuentra en relacion con una bomba de compresion que se hace obrar á mano y provista de un manómctrÓ indicador de ·las presiones. El agua, comprimida por la bomba, obra en la parte superior del mercurio, indicado en nuestro grabado por líneas horizontales. Dicho mercurio, rechazado en el tubo T'l', reduce el espacio a b, ocupado por el gas, en el cual bien pronto apare-


LA NATURALEZA

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cen gotitas de gas comprimid-•, que se reunen mentos de trabajo, los vestidos de estos pueblos que en una pequeña masa líquida b. han desaparecido ya, se encuentran en la tumba coHé aquí las principales piezas del aparato: mentario elocuente de sus usos, culto y personalidad. . ~iener ha recorrido 15.000 kilómetros, empleando B, bloc de hierro foi~"jado de paredes muy resisteptes; E', E, tuercas que pueden desatorni- clistmtos medios ele locomocion, á caballo, en mula, á llarse para disponer et aparato ántcs ele h acerle pié y algunas Yeces en canoas. Ha recogido elatos geogr áficos de suma importancia; ha ejecutado miís ele funcionar; A', accesoria; PP. piés ele tres ramas, 3.000 observaciones barométricas é innumerables memuy sólido, que sostiene el aparato; S, soporte didas de longitud, que ofrecen un interes verdaderaele la campana G y del cilindro de cristal M; mente capital; el país es, en efecto, mucho ménos cotornillo suplementario destinado á cerrar el nocido de lo qué comunmente se cree, siendo frecuenorificio ele comunicacion R, en el momento en temente cnóneos hasta los documentos geogn\ficof' adque se vierte el mercurio en el aparato . quiridos. Cuando el viajero desembarca en el Callao, se halla Haremos notar que la parte ancha inferior del tubo T, sufre una peesion igual á la interior en un medio muy agradable, encantadora imitacion de y á la exterior y no puede romperse; sólo 1a París, dice M. \Vicner, aunque entre los habitantes parte exterior del tubo de cristal soporta la pre- haya gran número ele color, que proceden, bien ellos ó sus ascendientes, ele todos los ángulos ele Europa, ele sion interior, pero tiene paredes muy resisMrica, ele la China. Lima se asemeja mucho por su , tentes. sociedad á las grandes eapitales de Emopa; sus habiEl experimento puede proyectarse sobre una tantes prestan siempre buena acogida á los extranjepantalla con la luz de una lámpara Drumoncl. ros, son cariñosos, afables, hasta el punto de que I::t El aparato es ele gmn sencillez, y coi¡ él pueden permanencia en cliclia ciudad es ele las que no se olviliquidarse gran número de gases; además pue- dan nunca. Penetrando 60 leguas al -interior, cambia den seguirse i simple vista todas las fases de la la PRC<'na completamente; al contemplar á sus habilicuefaccion, sin que h aya que temer peligro al - tantes y sus costumbres, viénense á la memoria con guno . Es, pues, un insLrumento que está llama- ' sus graneles ventanas las iglesias de estilo gótico; se encuentran en plena Edad Media. Más al interior aün, do á prestar grandes servicios para las investiá otras 60 leguas de alli, se encuentra el viajero en pregaciones , lo mismo que para la enseñanza, en sencia de otro cuadro: el que ofrecen los pueblos comlos colegios y cursc,s públicos, en donde tendrá pletamente salvajes, el hombre primitivo y á la vez gran acepLacion. contemponineo. Supresion absoluta del ve tido; única Á

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EXPEDIOION CIE . 1 TÍFIOA FRANCESA . AL PERÚ Y Á BOLIVIA. ASCl!NSLO:-i DE M. \\"IENER AL

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lLL[MANl, UNA DC: LAS MOXT.\Ñ .\S

ALTAS DJ::L MUNDO .

El 9 ele Julio de 1875 comisionó el ministro de Instruccion pública ele Francia á M. V{iener para desempeñar una importante mision: la exploracion clel imperio ele los Jncas, en el alto y bajo PerLÍ, Yaslo territorio gue se extiende del 5° al 15° grado de latitud~, que compr endía en otro tiempo la inmensa region situada entre el Écuador y las regiones polares. El objeto esencial del viaje de ~I. \Viener, no era otro que recoger elatos precisos ácerca de la antigua cirilizacion peruana que ha representado un papel de no escasa importancia en la historia ele l::t humanidad. En el itinerario seguido por Wiener, ha hallado ¡u inns de ciudades, ele fortalezas y de templos, vestigios todos de una sociedad próspera; pero no le ha sido da.ble encontrar en ninguna parte en estos monumentos, las huellas que representaran al hombre que los lernntó. No le sucedió lo mismo en las tumbas, en donde ha podido esludiar la momia, que revela al observador las creencias, las costumbres y las aptitudes físicas de paS!Hlns pol>lncionC's. Las annns ele guerra, los in shn-

ocupacion, la caza; armas, de madera, de caña, hachas ele piednt: tales son los caracteres sobresalientes de los habitantes ele estas regiones. Podrá preguntarse cómo pueden coexistir así tres etapas de la hisLoria de la humanidad en un terreno relativamente limitado. Basta, para encontrar la explicacion ele este hecho, echar una r11pida mirada sobre el mapa del Perú. Las dos cadenas transversales de los Andes (Fig. 5) diYiden el país en tres partes: el europeo que ha de embarcado en la costa Oeste, ha podido establecer relaciones con los que ocupan 1~ region comprendida.entre las cordilleras, miéntras que permanece extraño absolutamente á la tercera region, protegida por la vasta cadena oriental de los Ancles, que es casi impenetrable. Wiener ha pasado las cordilleras siete veces distintas á alturas de .J .200 metros entre Huanchaco y Cajamarca, y de 5.070 en Vincocaya, entre Puno y Arequipa. En el viaje longitudinal que emprendió entre las dos corclilleras, llegó con frecuencia á alturas considerables, de 4.363 metros, especialmente en el cerro , del Paseo; ha permanecí lo m~\s ele tres meses á 3.70() metros de clevacion en las altaS' mesetas de Cuzco y de Puno, m e etas que no tienen ménos de 600 kilómetros ele longitucl. Desde allí es desde donde se ven d _ Dlampn y el Illimani, los dos puntos extremos de la cadena del Sorata. Se hallaba Wiener en la capital de Bolivia, cuando


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LA NATURALEZA

se propuso llevar á cabo la ascension de la montaña últimamente citada, una de las más altas que existen en el mundo. Asoció rí tfln ruda empresa á: un jóven

f\;. !.-Vaso de Chimbote (Perú) anlcrior :i la ci vi lizacion de los Incas.

peruano, el Sr. Ocampo, y ,1 m1 ruso, M . de Grumbkow. Salieron los intrépidos vinjcros de la Paz (Ohuquia-

Fig. 2 .-Cabeza postiza de Chanca_y (Perú), hallada s:.ibre una momia del ti~mpo de los Incas.

brazos del rio, ménos difíciles de franquear en otras po) el clia 11 de Mayo de 1877; rodearon el 1Jié del Illipartes que en los rúpidos que existen desde Obrages mani, caminando por espacio de dos dias consecutivos por el lecho casi seco del rio ~le la Paz, uno de los tri- l1asta Ootaña. En esta ültima localidad, Wiener y sus acompañantes resolbutarios del Beni. v i ero n permanecer Esta exploracion es algunos clias, con obextremadamente cude reparar sus jeto riosa. El l echo de la ántes de emfuerzas, inmensa corriente de prender la peligrosa agua ofrecía un asascension. pecto muy irregular, Ootaña se halla sipues tan pronto se en la vertiente tuada presentaba con un de la monSudeste kilómetro de ancho, taña, á 2.441 metros como con sólo algu' sobre el nivel del nos metros. Las mar. Dicha montaña aguas torrenciales ofrece una base recque la constituyen tangular, casi cuahan arrancado á la drada; uno de los áncordillera el terreno Fig. 3.-Copa de madera escul¡)ida, encontrada en Cuzco antigua capide esta base gulos de menor solidez, , tal del Imperio ele os Incas (Perú)-Reduccion 1 /o está dirigiüo hácia_cl miéntras que no han Norte, de modo que podido separar el de la Paz $e ve el lado Noroeste, y de Ootaña el Sticuarzo y el granito que acá y allá revisten sus vertiendeste. tes: en estos 1Utimos lugares se admiran rápidos .granPor este lado fué por donde emprendieron la ascendiosos, que los natm-ales del país denominan las A.nel clia 1:_9 de Mayo de 1877. sion gostiiras. Pudieron muy. bien pasar la noche á una altura suEn el espacio de cuarenta y ocho horas tuvieron los exploradores que pasar m!ÍS d0 doscienb~s veces los perior á la de Oot:1fía, en donde la temperatura merlia


LA NATURALEZA es de 20° á 22° centígrados y en donde el clima cálido permite el cultivo de la caña de azúcar, batatas, naranjas; pero Wiener no qtúso arríe garse á pernoctar á tan gran elevacion, sob re estas mesetas de los \.nd es,

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pues eu ellas el cuerpo se entorpece, la voluntad se debilita, sin quo se tanga conciencia de ello. Prefirió intentar la empresa partiendo do un ni,,el inferior. Los yiajeros llegnron en mt1las á la alturn de 4-.217 metros,•

Fig. 4.-ViBta lle! lllimani, e n el l'orü; una do las monto.1'\as más allas del mundo, á la cual subió i\l. Y'i'i ener e l 17 ele ;\layo de 1877 .-El pico representa el Condo1· bl1lnco (G.386 metros), los dos de la derecha, sc,n el Pico de Pai-is (li. 136 metros) y el 1/lampu (6 .011 metros). (De F otografía.)

rn donde ~las abandonaron á las diez de la mañana, para empez·ar entónces á pié la ascension. Bien pronto encontraron una acequia, ültimo yestigio de los tra-

bajos de los antiguos habitantes. Costeando una corriente de agua torrencial, se detenían á cada momento para contemplar cascadas de un efecto imponente, ha-

Fig . 5.-Corte transvei•sal de la cordillera de los Andes del Perú.

hiendo una, entre las muchas • que ofrece allí la naturaleza, que no meclia ménos de 800 metros de elevacion. A los 4.310 metros de altura, traspasaron el límitr <'Xfr<'mo r1C' la YC'.~rtncion. pnm eni,rar <'11 <·l <1o-

minio de las nieves perpetuas. Las verdaderas dificultades de la ascension iban á empezar. Una de las vertientes del Dlimani se halla constitnitln por r,q ni stm: ~- pizmTns cli !"pnrRfri~ <'ll i111n ensns


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L . \ XAT( 1 RALEZA

láminas, mezcladas con hojas m~\s pequeñas;clicho terreno móvil la timaba muchísimo los piés de los viajeros, les causaba dolorosas heridas, atravesando lo mismo los sólidos calzados europeos que los ele los indios que les acompañaban en la empresa. Dos veces diferentes hubo de detenerse la nrnrcha de los incansables Tiajeros, á con ecuencia de la aparicion de muros naturalas bastante elevado . Tuvieron necesidad de improvi a-runa e cala; subiendo unos sobre los hombro de otros, con iglúó uno ele los explorauores~llegar al vértice ele la muralla; de idéntico modo subió otro, y con ayuda ele una cuerda formada ele pieles de vacas, fueron subieudo los que habían quedado abajo. A los 5.9 O metros de altura tuyo lugar una escena inesperada. Los indios que había,n acompañado hasta entónce á :i\I. Wiener, e negaron rotundamente á seguir adelante. A pesar de los ruego y amenazas ele que fueron objeto, acentuaron más y más su irrevocable determinacion, empezando á bajar inmediatamente. egun las ideas supersticiosas del país, el intentar franquear el monte Dlimaui, era ir en contra de la voluntad del cielo. Terribles castigos aguardan á los audaces que intenten semejante empresa. El que sube á lo alto · del pico, no baja nunca . Eran las tres y cincu~nta minutos ele la tarde; á pesar ele la fatiga y ele la accion ya sensible del mal de las montañas, los intrépidos exploradores resolvieron continuar la expeclicion . Conocían que no les faltaba más que un último y supremo esfuerzo para llegar al Yértiee ó pico que se levantaba ante ellos. :ro titubearon para hacerlo. El sol, que desaparecía detras ele la montaña, se había ocultado ya á los viajeros. Despues ele una marcha ele la más fatigosa , sobre pendientes cubiertas de nieve, con ig1úeron el objeto que se habían propuesto; llegaron por fin al punto extremo, e. decir, á una altura de 6.131 metros sobre el nivel del mar. .Detuviéronsc entónces algunos momentos para consultar el barómetro; luego se propn ieron hacer que el agua hirviese para anotar el punto de ebullicion, hallando para él la cifra ele 79°,-t El resultado ele estas observaciones se con io-nó en un pergamino que Wiener encerró en un tubo ele metal, indicando la fecha y la altura. Querían los viajeros que no se perdie en las huellas de su empre a, en el caso ele que les sorprendiese la muerte á la bajada. Envolvieron estos documentos en un paño con los colore. nacionale , y los colocaron en una ele las grietas del pico á que acababan ele trepar, que en adelante había ele ser conocido con el nombre ele Pico de Pa1'!·s. Aunque la insolacion había siclo bastante viva, lo mismo Wiener que sus dos amín-os sentían los piés materialmente helados : el termómetro señalaba, en efecto, 7 gracl~s sobre cero, un poco ántes ele que llegaran :i la cú pide; el ciclo era puro, aunque algo oscuro, . con un tinte azul negruzco. La bajada ofrecía peligros aún mucho mayores que la subida. Ala caicla ele la tarde la o enrielad era casi rompleta. por lo cual tuvieron los exploradores que

esperar la salida ele la luna; con alegría indescriptible saludaron la aparicion del astro de la noche, que se manifestó en cuarto creciente. Despues de una marcha sumamente penosa, en la que emplearon diez y ocho horas, te1úenclo que·vencer :i cada momento obstáculos insuperables, llegaron á los alreclcclore. ele Cotaña, á 3.4±4 metros de altura. Grumbkow cayó enfermo, con u•rn fiebre cerebral de las más graves; Ocampo, aunque no sintió novedad en algunos clias, fné atacado al fin de la núsma enfermedau, teniendo amenazados sus dias por espacio de dos meses; únicamente Wiener fné el que escapó á los peligros de la temeraria empresa; estaba acostumbrado ya á respirar el aire ele la _altas mesetas del Perú y sus pulmones habituados al medio de las eleyaclas regione . Dicho viajero ha medido la altura ele los picos del Dlimani: el Candor blanco tiene 6.386 metros, 200 metros más alto que el Pico de París, que á su vez domina á la próxima cumbre de Atchojpaya en 300 metros, número redondo (fig. 4 y 5). E ta montañas ele los Andes son poco conocida . A 50 leguas al Norte del de Paseo, hay sitios cuya ele,acion es absolutamente ignorada. Ha medido en ella algunos picos que tenían 5.900, 6.100 y G.200 metro de altura: los resultados obtctiiclos arrojan ,iva luz cu la geografía ele estas regiones. Con respecto :i la del Chimborazo, debemos de· cir que con frecuencia se·ha exagerado mucho . Wiener no ha querido referirse á la afirmaciones procedentes ele :E entlancl, quien equivocándo e exageradamente a. ignó á este célebre monte, una elcvacion de 8.000 metros, como con posterioridad él mi mo ha confe ado en una carta que escribió á Humbold. Cometió un error que excede ele 3.000 piés en la medicion que hizo del Dlimani. '\Viener no se ha limitado, en las condiciones tan notables como atreYidas ele la exploracion de los Ancles del Perú, á verificar la ascension ele una ele las montañas más elevadas del mundo (1), sino que tambien ha visitado los antiguos monumentos en que abunda el país, escudriñando las tumbas: ha traido fotografías y numero os dibujos ele todo lo que le pareció digno ele consenarse, recorriendo regiones habitadas por pueblos primitivo , salvajes gro eros que no conocían el uso ele vestidos; por último, ha recogido una mag· nífica é incomparable coleccion de cráneos, vidriados, telas, que han ele formar los· objetos más interesantes del Museo ele Etnografía ele Paris, cuya fnndacion de· ben los france. es á la iniciativa del señor baron ele W atteville, y cuya exposicion pública se está en la actualidad organü,ando en el Palacio ele la Industria. Ya nos ocuparemos ele la clescripcion detallada de este museo, único en . u género; bástenos indicar por (1) vViencr ha conseguido llegará una altura mayor que la que habían alcanzado los trepadores de montañas anteriores á él, excepcion hecha do los hermanos Schlagi~tweit, los cuales subieron á la altura de G.7(l(i metros en los montos Tlimalaya. Recordemos que el ::'llonl-Blanc tiene i.810 metros de clevacion. vViener ha pasado, pues, en más do 1.300 metros la cüspiclC' del gigante rlc los Alpes.


LA

1

ATURALEZA

ahora, que Francia debe :i M. vVieuer el haber conseguido pruebas admirables de una cerámica antigua cuya variedad es infinita. Entre los milla.r es de muestras que le ha proporcionado el jóven y valiente explorador, existen más de 600 que ofrecen formas absolutamente distintas· unas de otras. Tambien recogió varios vasos hermosísimos que encontró en Santa en el Perú. Uno de ellos pertenece á la civilizacion de los Chimus, que reinaron en la costa tí 50 leguas al Norte de Lima, y que fueron luego vencidos por los Incas, ántes de nuestra conquista. El vaso de Chimbote (fig. 1), tiene el mismo orígen; represeuta uua cabeza hu.mana muy notable bajo el punto ele vista artístico; se distingue ele todos los demas y demuestra la exuberante inspiracion de estos antiguos ceramistas. Asimismo ha encontrado en sus investigaciones gran número de momia::;. Éstas aparecían de un modo particular; estaban acmTucadas, puestas en c1,1clillas en las tumbas, embaladas en algodon con ídolos, vestichn·as, etc., y envueltas en mortajas, constituyendo un verdadero lio. Éste, colocado de pié, se terminaba por una cabeza postiza adornada con una almohadilla rellena de algas marinas secas. La figura 2 representa 1ma ele las citadas cabezas que se encontró á ocho leguas y media al-Norte de Lima. Pertenece á la última civilizacion de los Incas, ántes de nuestra conqtústa, civilizacion que segun parece subsistió en .una época posterior. En sus investigacioues ha confirmado Wiener semejante opiuion, por el hecho ele haber hallado tm perro emopeo momificado. Anteriormente, un explorador frances, l\lL Quesnel, había recogido algunos vasos del estilo i:lel Renacimiento que halló colocados cerca de la momia de una indi1¡1,. La figura 3 representa una de las piezas mas curiosas de la coleccion. Es una copa ele madera esculpida, cuya fabricaciones sumamente rara en el Perú. Dicha copa fué hallada en Cuzco, primera capital del Imperio ele los Incas; es extremadamente antigua, se remonta á la época ele las civilizaciones anteriores á nuestra couqtústa. Hemos reproducido con toda la fidelidad posible, en resúmen, los resultados obtenidos en tan laudable r provechosa empresa, consignados por Wienci: en la Memoria que presentó á la Asamblea general ele la Sociedad de Geografía de París, al dar cuenta :i la misma de la mision que se le había confiado; en dicha Memoria pide el explorador que, sin descuidar los viajes al polo Norte y al Africa central, no se ~chen en olvido las inmensas riquezas etnográficas y arqueológicas que ofrece el inmenso territorio de la América del Sur, desconocido aún en muchas de sus partes. Aquellos que deseen vencer dificultades, riesgos, peligros, pueden ejercitar su valor con sumo provecho, irnes anticipadámente deben tener la completa y absoluta seguridad ele recogHr para la ciencia una áruplia cosecha de hechos nuevos.

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FJLAMENTOS i\IETEORICOS.

¿Quién que haya habitado en el campo no ha observado, hácia el fin· del estío particularmente, esa telilla sutil que se forma en la superficie de la tierra, en especial sobre el surco que acaba de trazar el arado? ¿Quién que esto haya visto y parado su atencion, reflexionando sobre la causa de esos filamentos apénas perceptibles é impalpables, no se habrá convencido de que aunque semejantes en conjunto á la tela de araña, no puede ser _este insecto el que las forma como vulgarmente se cree? Nosotros, que más de una vez nos hemos fijado en ello y cerciorado de que su formacion nó era debida .'.t aquellos insectos, pues no los encontramos donde los filamentos se producen, no podemos atribuidos sino á causas atmosféricas. Y en efecto; una casualidad nos ha hecho afirmar más en esta crencia. El Sr. Z. tiene en una finca de su propiedad un estánque, y en medio de él una isleta de la cual habíanse apoderado las cardas, formando una masa compacta. Como sus semillas, llegada ya la época de su madurez, amenazaban esparcirse al menor soplo del viento, hizo transportar dicho señor, y distribuir sobre el terreno de ,,, la isleta, rodeada completamente de agua, una cantidad bastante de paja para cubrir por completo la superficie, dando al combustible un espesor tal, que habiéndose prendido fuego al anochecer, hierbas y cardas quedaron incendiadas y el suelo seco y ennegrecido: todo, pues, debió perecer; hasta el menor insecto. La noche había sido hermosa; la calma completa; á la mañana siguiente, la capa ele paja había naturalmente disminuido de altura; empero los tallos carbonizados conservaban su forma, y vimos con sorpresa que la red de esos filamentos que nacen con el rocío y que cubrían las llanuras circundantes cubrían tambien del mismo modo y en igual proporcion la capa ele cenizas todavía calientes. Imposible, pues, era admitir en semejantes circunstancias, la presencia de arañas ni otros insectos; debieron ciertamente haber sido quemadas, y las que pudo haber en las orillos del estanque, de seguro no habrían, contrn sus hábitos, atravesado el agua durante la noche. La idéntica cantidad de hilillos que cubrían las verdes alfombras _que rodean la isla, así como las orillas del estanque y el centro de la isleta, no podían absolutamente ser cfecto•de semejante orígen, y como durante el clia pudimos obser,·ar que insectos fales como los topos


... 236

LA NATURALEZA

habían perecido á impulsos del incendio, era vaciones, los filamentos frisados, quedando la todavía m ás inverosímil que las arañas hubiesen c~csLion por consiguiente, y así la proponemos, podido sobrevivir y tejer en el centro de la isleta . en examinar ele nuevo y es ludiar la causa de dilos referidos filamentos . chos filamentós, averiguando h asta qué punto ¿Cuál era, pues, la naturaleza de estos hilos? los glóbulos que las componen J)articipan ele la ¿Cuál podía ser su orígen? No abrigamos prc- naturaleza vegetal, y si pueden, á título de estcnsion nin g una de explicar cienlíflcamente tal poros, engendrar algu na procluccion imperfecta fenómeno, y si y parás ita, ya lo exponemos amparándose es sólo con la. de bases más esperanza ele suculentas, ya llama r la atende follaje más cion de persodelicado. nas compete n• Nosotros, tes, s obre un qne no hemos h echo que tal dejado de obyez importa servar una y mucho examiotra vez estos nar. filamentos , geEn las reg ioneralmente n es polares, y atribuidos á las en ciertas époarañas, aunque cas del año, se su formacion Fig l . ha notado que ·sea muy difela nieve toma rente, somos de en la superficie el color rojo unas veces, y otras opinion de que mucho nos podrá enseñar en este el verde; y el exámcn micrnscópico de la natura- , sentido el empico del microscopio con el auxilio leza de estos cambios, ha dado por r esultado que de la ciencia, lo que los navegantes ele las latitudes pola res llaman nie1;e roja y nieve vercle, era un semillero NUEVO TER~[Ó~IETRO ANOTADOR, de glóbulos, ya coloreados, ya verduscos, y que estos glóbulos Existe un termómetro anotador de tenían la singular propiedad ele Hervé Mangon, en el cual se obtienen unirse á modo de rosario y forlas curvas por medio de la clilataeion mar filamentos . Algunos naturael e nn volúmen de mercmfo; el que yamos á describir ahora, construido por listas creyeron asimismo que esel Sr. Reclier, produce los mismos retos. g lóbulos no eran otra cosa ,\ . ultados aproveclrnndo la diferencia que rudimentos seminales; los de dilatacion en línea recta de dos meverdes de naturaleza vegetal, y tales : el zinc y el acero. . los colorados de formacion emSi sobre una barra de acero de un brionaria perteneciente al reino metro de lorrgitud, se monta un meanimal. Tales observaciones escanismo multiplicador, y _se coloca en t á n consignadas en diferentes represencia de este mecanismo otra laciones de alg unos viajes, las barra de zinc de la misma longitud, cuales ad mitimos como verídisiendo la diferencia de las dilataciones de los dos citados metales, en 100 cas, por la autoridad de quienes gra-dos, e.le 2 milímetros aproximadaFig. 2. las relatan. mente, queda reducida la cuestion ú Existe, pues, sobre la superficie utilizar convenientemente esta diferencia, para señalar del suelo, áun en las más estériles latitudes, forlos cambios de temperatura. maciones vegetales que -p odemos llamar meleóPasemos, pues, á su descr:ipcion: ricas: tales son las n eblinas, algunas ele las que La. figurn 1 representa el termómetro propiamente se denominan secas, otras, g lobulares , etc. ~os dicho; un tubo exterior de acero A, lleva una rueda atrevemos ú, colocar en el númeL·o de estas for- de111 ada, D, sobre la. cual se encuentra dispuesto el j)rim aciones, y sólo por satisfacer á propias obser- mcr mecauismo multipl,icador del termómetro; en el


LA ~ATüHALEZA interior de este tubo A, se halla otro tubo de cinc z, que se ajusta perfectamente, de tal modo, que no queda en~re ambos espacio alguno. Estos dos tubos se unen uno y otro pol" 1a e::dTemidad P, que además tiene 1m eje cuyo uso indicaremos más adelante. El tubo de cinc z, lleva en la parte superio1 un platillo L, en el cual se fija un pequeño carrete Y; este carrete está provisto de un pequeño dedo terminado en una punta redondeada, que es susceptible ele trasladarse por medio de un boton ele muelle B. El citado dedo obra sobre una pequeña paleta X,

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que mi mueve alretledor cie dos puntos fijos, trausmitiéndose así el alargamiento producido por la dilatacion, por medio de un mecanismo muy sencillo, á, la aguja A, que forma parte del conjunto ele movimiento montado sobre el tubo de acero. La ag ujn A está. provista en su extremidad libre ele un pequeño corchete c. Esta pm·te del anotador representada por la figura 1, e halla montada sobre una platin a frente á 1m doble movimiento ele relojería, y dispuesta ele tal modo que pueda girar de derecha ,;, izquierda, bacien-

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L. Ci!AU'IE T

l' ig. 3.-Kuo,,o termómetro anotador de ~l. Redicr.

do las veces de ej e el tubo exterior de acero A (fig 1). E l movimiento ele reloj ería empleado es el mismo de que se ha servido ya R ed ier para su barómetro anotador y la báscula de equilibrio constante; recordemos r,\pidamente los principales detalles de dielto movimiento que lia permitido á su autor el resolver alg unas cuestiones ele suma importancia. Compónesc, pues, de dos motores M y N (fig. 2); el motor M termina por uu escape de cronómetro, y el N por un pequeño volante bastante delicado, que gira con gran rapidez. E stos dos movimientos se unen entre sí por una marcha diferencial RR' S. El satélite S determina por su movimiénto el del eje A que ll eva en un extremo la polea

P, en l a cu al se arrolla la cuerda que eouclnce al lápiz y en el opuesto un piño~ E, que engra na co n la rncda D (fig. 1) del termómetro. Estos dos rodnjes están calculados de manera que consideraudo .como 1 la velocidad del motor M, sea como 2 la del otro motor N. Veamos ahora lo q ne sucede al funcionar el aparato, upouiendo que la temperatura sea constante. El corchete e ele la aguj a A detiene al pequeño vol ante V; el escape E, del rodaje M (fig 3), que siempre gira , pone en m.ovimiento á la gran ru eda D, que lleva el termómetro de izquierda i derecha, la aguja va á con-• tiuuar-el movimient¿ y separará el volante N; una vez libr~ u.icho volante, como t iene una velocidad re-


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H.A.LEZ.

presentada por 2, siendo l la del escape E, tended, á hacer girar la rueda D de derecha á izquierda, hasta el momento en que la aguja A. venga de nue,o á engancharse; empezarán de nuevo entónces los mismos movimientos que hemos descrito y como quiera que lapolea P afecta el mismo movimiento que la rueda, el lápiz trazará sobre el papel, siempre que, como hemos supuesto desde un principio, permanezca constante la temperatura, una línea recta aparentemente continua, pero que en realidad se halla constituida por una serie de pequeños zig zags muy finos. Este movimiento ele oscilacion con tante tiene gran importancia bajo el punto de vista de la sensibilidad del instrumento, pues suprime, en efecto, el frotamiento de partida y pone al instrumento en estado de apreciar siempre instantáneamente el menor cambio de posicion que experimente la aguja A.. Si la temperatura varía, qnc aumente, por ejemplo, el volante V quedará enganchado durante un tiempo mt\s ó ménos largo, que por lo demas siempre será proporcional al cambio de temperatura; y como el e cape E, conduciendo la rueda D de izquierda á dereqha para desenganchar el ,olante, hace girar tambien lapolea P, é ta lo verificará en un t'rngulo proporcional al que imprima á la aguja A el cambio de temperatmaSe producirá un efecto completamente opuesto, si baja la temperatura. El lápiz K se mue,e sobre un cilindro 00, en el cual se encuentra arrollado el papel II; el cronómetro R regula la marcha de este cilindro á una ,elociclad de cuatro milímetros por hora . El instrumento termométrico propiamente dicho, puede colocarse á suficiente distancia de la pared, para evitar las causa ele error que pudieran provenir de la proximidad ele otros objetos. Estando en el inteTior ele ]a habitacion el mecanismo, es preciso hacer el tubo exterior ele acero A de una longitud suficiente, conservando la de 70 centímetros el tubo de zinc. Se coloca en la extremidad libre de este 1ütimo tubo uno de acero, y siendo toda esta nueva parte de la misma natm·aleza que el tubo c2..-terior, no obra sobre el aparato termométrico. Dicl10 tubo exterior se cubre con una capa de nikel ó de platino, con objeto de evitar la o:xidacion que pudiera producirse por efecto de su permanencia al aire libre. Tambien se puede hacer de este instrumento un termómetro hümedo, para lo cual es suficiente el rodear al tubo de acero con muselina, como si fuera un psicrómetro ordinario.

la conservacion y propagacion de los árboles; pero comparativamente, es muy corto el número de los que tienen conocimiento de la extension de estos terrenos, y de qué manera procede. Fijémonos, por ejemplo, en la Reserva Bundalier; el sitio no puede haber sido elegido más juiciosamente. La gran carretera de Ciare atraviesa en él algunas partes declives al pié de la cordillera, hallándose limitada la reserva en una gran extension por la citada carretera, extendiéndose por <letras sobre ribazos cortados por pequeñas quebradas que en su mayor parte tienen siempre agMa. La orientaciones generalmente al -Este, y toda la plantacion está protegida al Oeste por montañas que se levantan por detras. Lo más interesante en este momento, es el lugar en que se sicºmbra y en que se cuidan las plantas; este lugar, que los australianos llaman N urse1·y, está situado en las dos partes laterales de una quebrada, en cuyo fondo corre constantemente un riachuelo delicioso. El suelo es rico y profundo, y parece formado por depósitos de materias vegetales descompuestas. El terreno en que se hace la siembra está dispuesto en forma de terraplen á los lados de una fértil quebrada, pudiendo regarse á voluntad por medio de canales que parten del riachuelo, con elevacion suficiente para poder regar todala plantacion. El método seguido en la siembra es, no solamente nuevo, sino que constituye un inmenso progreso sobre las siembras á puño ó en línea. Millares de trozos de Bambú de una pulgada á pulgada y media de diámetro, y de cuatro de largo próximamente, se cortan de una manera regular, extrayéndole luego la médula. Estos pequeños tubos están colocados u nosj unto á otros paralelamente, presentando las extremidades superficies perfectamente planas. En el conjunto de ellos así formado, se extiende un abono pasado préviamente por la criba, llenando en parte los tubos y el intervalo que con semejante disposicion df)jan entre sí. En cada uno de estos bambús, se depositan tres ó cuatro granos, modo de proceder que á primera vista pudiera parecer lento, pero que con la costumbre se practica con maravillosa celeridad. Existe un cuadro de gomero azul, de la Tasmania (Eucalyptus globulos), que contiene quizá de tres á cuatro mil de estos bambús, todos en perfecto estado. Cuando las plantas están suficientemente desarrolladas, se levantan los hambt'is en proporcion de las necesidades, y se entierran en el suelo donde deben quedar definitivamente. o tardan en descomponerse, y una vez que han prestado proteccion (t la delicada planta que contenían, proporcio-

LAS PLA TAOIONE DE LA AUSTRALIA MERIDIQ

AL.

A seis millas de Jamestown, en el camino de Clare, en la base de la cordillera de 'ever- ever, se llevan á cabo trabajos tan importantes •como poco conocidos. Todo el mundo sabe que el Gobierno se ha reservado en diversas partes de la colonia ciertas extensiones de terreno para


L.\ ~AT -H.ALEZ.\. nan aún á sus raíces una nutricion abundante. Cuando la descomposicion llega á verificarse por completo, es ya la planta bastante robusta para no necesitar proteccion ni cuidados. Las grandes ven tajas que ofrece el procedimiento que acabamos de describir, es fácil ele comprender. El levantamiento se hace así muy fácilmente y con bastante seguridad; se han ·arrancado y transplantado millares de estas plantas, sin que haya muedo ni una sola. Cuando se quiere transportará alguna distancia estas plantas jóvenes, el procedimiento seguido con tal objeto no puede ser ni más sencillo ni llevarse á cabo con más perfeccion. Se arrancan una docena ó un ciento, se encierran en cajas convenientemente preparadas, y se envían al punto que se desee, sin abrigar el temor de que se detengan en su desarrollo ó que se lastim·cn sus raíces. Llegadas á su destino, no hay otra operacion que hacer que la de enterrar los tubos con lo cual queda terminada la transplantacion. Además del gomero aznl, hay ya magníficas plantaciones de jaras, algunas varicdacle;; u.e pinos, de los cuales el pino marítimo debía ·ser llevado á Port-Pirie, pues esta esencia agrada cerca del mar. Están próximos á plantarse pinos ele Alepo, gomeros rojos, encinas, olmos, chopos, sáuces y :ilamos blancos. En la misma base de la colina, hay una triple línea de encinas de Inglaterra y ele olmos que se extienden en una longitud considerable, ofreciendo un buen golpe ele vista. Se asegura que en un mes habrá 1.000 acres (1) plantados de diferentes esencias y que se proponen sembrar y plantar otro tanto ca.da año; así que, como el área total de la rese1·va ele que nos hemos ocupado es de 22.000 acres, han de pasar veinte y dos años, para que se encuentre cubierta la citada superficie.

MISCELÁ EA. Repoblacion de los montes en Francia.-8e acaban ele publicar las .cuentas de los trabajos de repobla.cion de los montes ejecutados eu el año 1875. D e ellas resulta que de los terrenos comunes se ha repoblado voluntariamente una superficie que pasa ele 81± hectárea . En cuanto á los ele particulares, los trabajo de repoblacion llevado · á cabo por ellos durante el citado año, se eleYan á 347 hectáreas ±8 i\reas. Las subvenciones concedidas por el Estado con tal objet.o, bien en metálico ó bien en granos y plantas, ascienden á 36.9-'3 francos para los terrenos comunes, y 13.705 para los (1) El acre, mi,dida do superficie · antigua, equivale á 404.'671 hectáreas ó 4.840 yaras cuadradas castel!D n'\R,

particulares. En 31 de Diciembre de 1875, la extension total ele los terrenos comune repoblados desde 1861 era de 32.53± hectáreas; durante el mismo período lo han verificado los particulares, ayudados por subvenciones, en una superficie de 15.065 hectárea , pero es . imposible fijar la de las ejecutadas sin subvencion. Con respecto á los hechos por cuenta del Estado, figura 128.269 hectáreas, aunque 29.±90 ele ella pueden considerarse hechas en 31 ele Diciembre ele 1875. Por último, es preciso añadir á estos datos el importe ele las subvenciones que la Administracion concede it las asociaciones campe tres r.onociclas con el nombre ele frutales, subvenciones que ascienden en 1875 á 11.600 francos para los Altos-Alpes r para la Saboya, y 11.766 para los Pirineos.

....* Exploracion alemana en África.- En hre,e se embarcará en Marsella, con clireccion á la parte oriental del Sahara, una expecligion alemana bajo la direccion de Roh lfs. Este irá acompañado ele algunos sabio , citúnclo e entre otros al Sr. Zittel, profesor de Munich. El cuartel general ele dicha expedicion e establecerá en Trípoli, y sus primero trabajos serán lo de visitar los mi teriosos oasis de Wajanga y Kufarn, al Sur ele Anji.la, que no han pisado aún viajeros europeos. Gerardo Rohlfs nació en Breme, en 1831; disfrazado ele musulman recorrió en el Maroc una serie ele comarcas en que ningun '.cristiano había podido penetrai·, vol,ienclo al reino ele Boumon, en 1866, porcamiuoRcompletamente desconocidos. La ociedad geográfica de París le ha concedido por sus intrépida exploraciones una medalla de oro.

...." El doctor Erving von Barg, ele origen bávaro, La

sucumbido por las fatigas ele su viaje de exploracion al país de los Touaregs. El objeto ele dicha expedicion era visitar el paí de los Touat , tel'l'i torio ocupado por los T ouaregs Hougar 6 A -gar, casi de conocido á consecuencia clel fanati mo de sus Jiabitante . Si bien el doctor von Barg no consiguió penetrar en el mi lllO territorio, no ha sido infructuosa n expcclicion, siendo el único europeo que, excepto Dnw•yricr, ha llegado á Ghat, objeto de los naje ele la , ra . .A. Finne, la exploradora holandesa y de Donnean-Dnperré, que ucumbieron en el camino. De 1mes de haber e establecido en Malt:i, con el fin de estudiar el ,1rabc, hizo hace dos años próximamente una excursion á la montañas tripolitanas, para habituar e un poco al clima. Regresó lleno ele entusiasmo á prepararse para un viaje de_ma~·or importancia. • u mujer empleó todos lo recursos imaginables para hacerle variar de re olucion, pero convencido de que el aire del desierto le sería fa,orable, a í como ele su superioridad sobre ns preclecesore , partió in compañía alguna el cristianos, no yiajaudo más que de noche y disfrazado ele musulman. Llegó in clificultaclcs :í Ghat; la Yí pera de su muerte e tuvo basta me<lia noche en ca a del mudir (era e; tiempos ele Ramadan, cuando los a untos e trataban de noche). Al aco tarse encargó :'t u criado que no le

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despertase; al sigtúent, dia, 1.0 de Octubre tütimo, hácia el medio dia, reconoció éste que el doctor había muerto. Supónese que había tomado una exagerada tlosis de morfina, de la que hacía frecuente uso. Se le en . terró inmediatamente como verdadero musulman. El doctor Erviu von Barg, había conseguido visitará Ahir y reunir colecciones y notas de gran iutereB.

* A propósito del queso.-¿Eu qué difieren qmm1camente el queso fresco y el viejo? Tal es la pregunta que se ha propuesto contestar M. Duelan.-:, segun una nota transmitida p:>r Pastem á la Academia de Ciencias ele París. El autor reconoce qne las modificaciones que sufre la materia grasa son insignificantes. Por el contrario, la caseína pasa casi por completo al estado de dos albúminas soluble:;;. El autor no se ocüpa ele la razon de estas transformaciones, pero estudia los organismos microscópicos que se eles arrollan al propio tiempo.

una araña fósil, encontrada en las margas terciarias de Aix, en Provence. La Attoides eresifo1·mis, que describe en ella, de talla pequeña, próximamente de 3,5 milímetros, se halla muy cerca de los Atidos y de las Eresis de nuestros dias, debiendo tener costumi)res análogas. Las Eresis s_on arañas sedentarias que están caracLerizadas por tener dos pulmones, dos estigmas, seis hileras ele seis á ocho ojos lisos, situados en la anchura de la frente, cuatro ó dos en el centro y tres ó- dos á cada lado; se distinguen ademas en que fabrican telarañas ó extienden hilos para sorprender la presn, miéntras que las ele la

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UNA ARAÑA 1\IUY A -TIGUA. Las selvas que cubrían la Francia cB la época terciaria, con un clima m.uy análogo al d'e las regiones tropicales, calientes y húmedas, contenían gran número de insectos, ;;\ los que hacían activa caza las arañas, absolutamente lo mismo que hacen en nuestros dias . Unas extendían sus redes, otras acechaban la presa, 'y a en ·üerra ó deba.jo de las piedras, tan pronto ocultándose en el fondo de tubos _llen·o s de hilos de seda, como agarrando la presa envuelta en redes de hilos irregulares y no aparentes. Las había tam- , bien parecidas á nuestrns arañas vagabundas, las cuales desprecian la astucia, persiguiendo á la carrera á su víclima hasta que consiguen echárselo encima. De la extremada rareza ele los restos fósiles, no debe deducirse la escasez ele especies ele un grupo zoológico. Los insectos terrest_res ó aéreos, conformados para el vuelo, en épocas anteriores á la nuestra, como sucede hoy dia, eran arrastrados por el viento á la superficie de las aguas, en donde encontrahán la muerte, pudiendo de este modo conservarse sus restos entre los sedimentos. La ocultacion ele los mismos debajo de las aguas constituye una condicion precisa, necesaria, como lo indica su nombre. Oompréndese, pues, por qué esta condicion ha debido presentarse escasamente pará las arañas, que. son terrestres (excepcion hecha del género de las Argironectas) y no están dotadas de la facultad ele volar. Por consiguiente podemos considerar desde luego como una verdadera fortuna para la ciencia la interesante publicacion que acaba de hacer el Sr. OH. Brongniart ele

AH.A:\'.\. FÚ:::;IL. 1. Alloides eresifo1'lnis muy_ engrosado, tamaño natural, por la parto lateral.-:-2- Extrem1~ad de una de las patas posteriores.-3. Extremidad del abdomen, que presenta mamelones. -4. Palpo muy engrosado.

oLra üibu en que se subdividen las A rafías propiam.ente dichas, es decir , las vagabundas, no construyen tela, slno que, como ya hemos indicado, persiguen la presa á la carrera. Los Sá!Licos ó Aüdos son arañas vagabundas que tienen los piés conformados para el salto, lo mismo que para la carrera: sus muslos delanteros son notables por su magnitud. Lo mismo que las ara· ñas-lobos, las hembras de los sálticos fabrican preciosos capullos de seda muy delicada, en los que depositan sus huevos; pero ep lugar de lle· vados consigo, no abandonándolos sino en último extremo y volviendo por ellos cuando ha pasado el peligro, como sucede á las Licosas, el_las los ocultan debajo de las piedras, ele las cortezas de los árboles, en láminas unidas por medio de algunos hilos de seda. M.G. 'PROPtETAIUOS GERENTES: 'PEROJO HERMANOS.

Madrid, 1878.-'l'ipogra fía-Estereotipia

PEROJO .


Núm. 16.-16 Marzo 1878.

LA NATURALEZA

LA ÍNTESI DE LOS LÍQUENES. Las membranas verdes ó amarillentas que se hallan aplicadas á los teoncos de los árboles (flg. 1, A), las manchas grises que re-

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cubren las rocas, esas expansiones ramificadas de color verde -blanquecino ó blanquecino que revisten las ramas muertas ele las enci nas ó de los abetos, ó que crecen en el s uelo como musgos, cónstituyen la numerosa fam i-

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Fig. 1.-A. Pamiella, tamaño naLural, visLa de frente con las fructificac iones.-Il Nostoc, algas li bres. (Aumento, 4.00.) -C. Collema, corte del liquen clemost1·ando las goniúias en fo rma de nosloc. (Aumento, 4.00.)

Fig. 2.-A. Endocarpon pusillwn, corle dado perpendicularmente al tallo úel liquen, demostrando la fructificacion que encierran. los esporangios. (Aumento, 320.)- B. Esporangios más aumentados aún, rodeado~ por pequeñas gonidias.

lía ele las criptógamas conocida bajo el nom- nos, por ejemplo, en dos de ellos, un Collema y bre de Líquenes. El estudio de los líquenes un En_cloca.Tpon: hagamos un corte muy fino en ha ofrecido g randes sus tajidos perpendific ultades; hasta clicularmente"li su suno poco muy hace perficic aplanada y ~ ltl e:,~ 0 A se había conseguido coloq uémosles en la o 0 0 0 0 0 el darse cuenta de platina del microsco °: (lo o ºi la organizacioh y expio (fig. 1, O y flguo o~ ro 2, A). '" a :) §> 0 traño modo ele vida o c , rotaremos en la de estos vegetales si no '" o_, 0 0 ' o 1) :) parte media de am bos gulares. Sus fructifie O o o ~ o fil amentos blanqueficaciones no pcrmicinos , que se entreten alejarlos del grulaza n y cuyas ma llas ° po de los hongos; son son cada vez más absolutamenteanáloapretadas á medida gos en estas dos claque se aproximan á ses. El g ran número los bordes . En medio de célul as verdes de de estos fil amentos, clorófila que contie________________________. muy parecidos .á los nen, parece, por el conteario, .oponerse Fig. 3.-A. Esporas y goniclias Fig. 4. .- Continuacion del de los hong os , distingu imos , t anto en uno desarrollo del liquen (segun puestos en libertad (segun Stabl). á dicha aproximacomo en otro, infiniStahl). Lasgonidias verdes -D. Principio del desarrollo.cion·, los hongos 110 se han aproximado y consLos esporas emiten filamentos dad de células dispertituyen la masa central. que abrazan á las gonidias . son J)unca verdes. s as, redondeadas y Antes de exponer c6.mo se ha resu~lto ~emej ante ~ificulta~'. ,exa- j ver.des._En la seccion del Endocarpon (fig. 2, A), n1111cmos lá orgamzac10n de un liquen. F 1J emo- estan aisladas y separadas una¡s d~ otras, míen•

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tras que el Oollema (fig. 1, O), con~tituye por su reunion pequeños rosarios que serpentean en medio de las mallas de la red incolora. Estas partes de coloracion V!)rde que encontramos en los líquenes, han recibido el nombre de gonidias. ' Por su clorófila y bajo la accion de la luz, fijan el carbono del ácido carbónico del aire, fo que permite á estos vegetales vivir sin ser parásito;; como los hongos. Del mismo modo que la estructura de la red filamentosa puede ser muy diferente, la forma de las gonidias puede tambien variar mucho en las diversas especies de líqu~nes. Pueden presentarse bajo la formá de simples granos unicelulares redondeados como en el Endocarpon; á veces cúbicos, ovales, en paralelepípedos, ó bien bajo la de filamentos cilíndricos, ó rosarios como los que acabamos de indicar. La fructificacion de los líquenes que podemos estudiar en la seccion, de Endocarpon, recuerda á la de los hongos ascomicetos (morilla, trufa, cte.) De trecho en trecho, más ó ménos próximas unas á otras, se encuentran eminencias, á veces coloreadas de amarillo 6 rojo; en otros casos son únicamente manchas más oscuras, que indican al exterior el lugar en que se encuentran los aparatos reproductores. Se componen comunmente de una cavidad escavada en la misma masa del líquen (fig. 2, A), que en su interior encierran, en medio de filamentos cilíndricos cierto número de células prolongadas, más anchas en el vértice que en la base, y sostenidas cada una por un pedículo muy esteecho. En el interior de estas especies de pequeñísimas peras, es donde se verifica la formacion de los esporos. Si se sigue, en efecto, el desarrollo sucesivo de estas fructificaciones, se ve al contenido de estas células separarse en determinado número de pequeñas masas que se aíslan de las paredes, quedando en seguida en libertad á consecuencia de la destruccion de una parte de la membrana que las contenía. Aquí es donde surge la primera dificultad. Si se colocan estos esporos solos en la superficie en que el líquen vive ordinariamente, cualesquiera que sean las condiciones de calor ó de hum~dad, no producirá nunca un nuevo liquen, y en general, ni áun filamentos blanquecinos. Así los esporos de los hongos siempre germinan; los de los líquenes no germinan nunca. Ahora bien; estudiando comparativamente las gonidias verdes de gran número de líquenes y las algas inferiores unicelulares ó fi1amentosas que crecen en las rocas y los árboles, ha po-

dido observar Schwendener (1) que á cada gonidia de líquen correspondía una alga libre absolutamente idéntica. Así es como, por ejemplo, los nostecs (fig. 1, B), pequeñas algas de agua dulce que constituyen masas de color verde negruzco al pié de los árboles, de las rocas, de los muros, son en todos sus puntos semejantes á las celdillas del Collema (fig. 1, O). Otra alg::¡,, mucho más comun, que da coloracion verde á la corteza húmeda de todos los árboles, tiene la misma forma que las celdillas del Endocarpon. Este exáqien minucioso de las gonidias, comparadas con las algas libres, ha inducido á S. Schwendener á enunciar una teoría acerca de la # constitucion de los líquenes. Ha emitido la hipótesis de que el liquen no es una especie vegetal, sino la asociacion ele dos especies vegetales diferentes, una alga y un hongo. Toda celdilla de líquen es una alga, y Schwendener considera al hongo como un parásito de una alga que envuelve con sus filamentos; toma el carbono que ella asimila para la colonia por medio de la clorófila verde que encierra. El Collema (fig. 1, C), sería de este modo la asociacion de un hongo Ascomiceto y de una alga Nostoc (fig. 1. B) , el Endocarpon la de otro hongo y .d e una alga Cistococcus. Las algas pueden vivir por sí solas, lo cual no le es posible al hongo. Sin las algas, los esporos abortan. De aquí la idea de que el hongo vive parasitariamente sobre las algas; peró si efectivamente tiene esto lugar, tambien suce• de lo contrario, como veremos bien pronto; si las algas -sirven al hongo, tambi<tn los hongos son útiles á las algas. El hongo puede, en efecto asimilar directamente el nitrógeno, por ejemplo, y proporcionarlo á lai:¡ algas, mientras que éstas le dan en cambio el almidon que forma en abundancia. Prodúcese, pues, entre ambos asociados, un cambio amistoso de sustancias azoadas é hidrocárbonadas. Muchos líquenólógos, que con tal teoría veían profundamente alterada toda la clasificacion de los líquenes, no se decidieron á aceptarla y pretendieron probar que podía ser desmentida por la observacion más sencilla del desarrollo de los mismos; á pesar de todo, no hicieron en tal sentido ninguna experiencia precisa;-sin embargo, no es posible afirmar aún la realidad de la asociacion supuesta. (i) S. Schwendener, U,ntersuchungen iiber den Flechlell• thallus (Investigaciones sobre el tallo de loa líquenes) Beilr zttr, Wiss·., Bol. de Nregeli.


LA NATURALEZA Estaba resuelto uno de los lados de la cuestion . El análisis hacía probable la hipótesis de Schwcndener. Mas para probada de una manera indiscutible, era n ecesario llegará l a síntesis del Iíquen; es decir, era necesario constituir, con un esporo de hon go por un lado, y por otro una alga, todas las partes de un líquen con todos los caracteres de los que se encuentran en la naturaleza. Las primeras experiencias hechas con este fin , son las de, Rees en Alemania, y las de Bornet en Francia. Rees ha conseguido formar una masa gelatinosa anák,ga á un veraadero Collema, qaciendo germinar los esporos del Colle1na glaucescens sobre ef Nosloc lic~noicles; pero no ha podido obten~r fructificaciones; la síntesis no era, pues, completa. Bornet ha ensayado gran nómero de recomposiciones análogas, resultando siempre incompletas; pero ha hecho ademas otra experiencia interesante . El Enclocarpon minfatum. tiene go niclias que se asemejan á las de las algas Cistococcus . Para probar que son las algas mismas, Bornet ha extraído celdillas del tejido del liquen, ha podido conservarlas vivas y multiplicarlas en libertad durante más de un año. A todas las experiencias citadas se podía aún objetar que no habían fructificado nunca dichos líquenes artificiales, que no se había seguido el ciclo completo, á partil' de un esporo ele liquen para llegar por transformaciones sucesivas al mismo esporo ele Iíquen. Trabajos más recientes han terminado la clemosteacion; la hipótesis emitida por Schwendener está fuera de toda duda. Se habían citado líquenes tales como I·os Opegtap ha, cuyos esporos germinan sin el contacto de las algas, como los de un hongo, y dan filamentos libres que se desarrollan penetrando en la corteza de los árboles. Franck ha demostrado que estos líquenes no podían fructificar nunca más que cuando filamentos procedentes de fuera de la corteza, llegaban á encontrar una alga viviendo en libertad. Mas últimamente ha hecho Stahl la síntesis completa de algunos líquenes (1). Vamos á seguir, segun él, las diversas fases sobre el Er1.d,oca1·pon pusillunl por ejemplo. Volvamos, pues, á considerar el corte de este líquen, representado en la figura 2, A. Notare-

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E. Stahl Beit1·age zum entwichelungsgeschichte der Heft IT-Lcipsig-1877.

Ftec/¡tcn.

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mos que en la cavidad que encierra los esporangios se encuentran pequeños puntos verdes alrededor ele ellos, que no son otra cosa que gon iclias de la misma forma que las del tejido Yegctativo, aunque más pequeñas. No estando en contacto con los filarpentos del hongo, no pueden verificar el cambio de nutricion ele que ántes hemos hablado, y por consiguiente están ménos desarrolladas. Dichas pequeñas gonidias esparcidas, se acumulan poco á poco alrededor de los esporangios á medida que estos llegan al estado de madurez (flg. 2, B). En el momento en que los esporos salen de las membranas que los envolvían y por lo tanto quedan en libertad, las pequeñas celdillas les acompañan hácia afuera. Es, pues, •una mezcla de los esporos del hongo y de gonidias poco desarrolladas que escapan á la madurez de las fructificaciones del liquen (figu· ra 3, A ). Esta mezcla, colocada en condiciones exterio~ res favorables, no tarda en desarrollarse . Las pequeñas algas unicelulares se unen á los espo~ ros y aumentan pidiéndole nutricion, en cambio de la que le suministran por la accion de sus partes verdes bajo la influencia de la luz (figura 3, B). Cada esporo emite por todos sus lados filamentos cilíndricos, que en derredor de él se des• arrollan; estos filamentos se prolongan cada vez más, se. reunen, engloban á las pequeñas algas que encuentran y la asociacion queda definitivamente establecida. No por esto ha de ser necesario creer que sea -ese ncial que las pequeñas algas provengan del mismo Iíqucn que los esporos. Stahl ha conseguido producir el mismo desarrollo con otras celdillas ú oteas algas . Pero volvamos al desarrollo del E1ndocarponi los tubos blanquecinos del hongo continúan acrecentándose cada vez más, en tanto que las algas se multiplican por su parte diYidiéndose cada una en otras dos ó en otras cuatro. Luego ; se efectúa en toda la colonia uria especie de regularizacion, por la que todas las algas se reunen en un falso tejido medio. Por un lado esta masa verde está revestida por una membrana incolora; por otro todos los filamentos pl'olongados del hongo adquieren grandes proporciones (fig. 4). Aquí es donde se detiene el cultivo artificial . Pero si el semillero inicial se ha establecido en tierra húmeda, el desarrollo continúa, habiendo podido obtener de este modo Stahl, la reconstitucion del Enclocarpon, análoga á el de la flgu-'


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NATURALEZA

ra 2. El ciclo de las transformaciones ha sido, prea. Hay cierta semejanza entre el cangrejo J; este insecto ele cuerpo cilinclroideo y largo coselete, que figura . pues, recorrido completamente. una especie de coraza aterciopelada, en el cual esconde Por consiguiente, las _ob ervaciones que presu pequeña cabeza; todo su cuerpo tiene una coloracion ceden están confirmadas 1 la demostracion es ab- morena parduzca afelpada, cubierto de una pubescensolutamente complela, y la constitucion de los cia hidrófuga. Cnanclo el insecto ha llegado al estado líquenes definiiivame1:ite establecida. adulto, presenta alas superiores ó pseudo-élitros, como Eslos curiosos vegelalcs nos ofrecen el ejem- largas escamas grises con fuertes nervaduras negruzplo poco comun en la naturaleza, de la comuni- cas, más cortas que el abclómen, situadas por debajo de dad de dos especies distintas en absoluto, con grandes alas mcmbrano as, que cuando el animal se provecho para ámbas. En efecto, hemos hablado halla en e tado de reposo forman como dos tiras ó filadel cambio recíproco ele nutricion que tiene lu- mentos, que se prolongan m11s allá de los élitros, sobre gar; pero no se limita á esto la utilidad de la todo en los machos. La zarandija pertenece tí la tribu de los grillos, en asociacion . Si obserYamos las algas cuando vilos Ortópteros saltadores, pero salta mal, en razon de ven en libertad, podremos ver que les es necesasu pesado cuerpo. El canto del macho que se oye en ria en alío grado una gran humedad atmosfé- las apacibles y bellas noches del estío, es bastante desrica. Basta que llegue un rayo de sol al tronco agradable; el instrumento coñel cual lo ejecuta se del árbol enYerclcciclo por las pequeñas algas halla dispuesto cerca ele los élitros; en el bordei.nterno Palmella, para que se sequen súbitamente y no el e éstos existe una híruina n-i_embranosa, -en forma de puedan vivir. l\Iientrns que si estas mismas Pal- talco, que frotando con rapidez con la h\mina correspondiente, pro el u ce meilas se asocian unrnido, ó grito parú un hongo, para ele un tono ticular, dar lugar á un líque relastimero, quen cuyas gonicuerda el ele la Choclias constituyen la 1acabra; para atraer masa coherente del ú las hembras corren tejido que forman, por las acirates. A la puede mantenerse entrada ele las noches húmeda por muele mucho calor vuecho tiempo. Sostela á veces el macho, pero siempre rasando nidas y protegidas el suelo. Estos insecde este modo las tos escavan el suelo Zarandija.-Indiúduo hembra, adulto. algas, conservan con tal prontitud que su Yitalidad á pela conformacion ele como así tupo; el en pensar hace sar de la falta de humedad del aire ambicn le. nombre del género del orígen el delanteras, patas las En cuanto al hongo ya hemos visto que las topo-grillo, Grillotalpa. En efecto, mientras que las paalgas no solamente le proporcionan carbon, sitas intei:medias y posteriores son muy cortas y robu no que tambien le son indispensable muy á me- tas, las ele delante, sostenidas por el primer segmento nudo para germinar, y siempre para fructiílcar. del coselete, tienen una pierna ancha y proyfata de una Los modos de fecundacion de los líquenes especie ele garra con ti-es garfios negros y córneos; el han sido objelo tambien de muchos é im1Jortan- tarso, que está situado hácia fuera, tiene tambien dos tes trabajos; tahl ha prelendido en algunos ca- garfios del mismo color que los demas; esta disposisos haber observado sexualidad en algunos de cion se parece á la ele las manos de los topos y obran ellos; pero del mismo modo que para los hongos como ellas, haciendo las veces de poderosas paletas. La hembra de la zaranclija comun, Grillotalpa vulascomicetos , estas indicaciones dan -orígen ú Linu, escava por el mes ele Junio y Julio un a garis, muy sérias objeciones, como lo ha demostrado madriguera, un escondrijo, en la tierra ó en el estiérVan-Teeghem. Es, pues, una cuestion cuyo escol, ele seis pulgadas ele profundidad poco illtlS ó métudio no está aún terminado. nos, redondo y liso en el interior, y en él depone ele 300 G

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¡

LA .ZARA TDIJA. La zaranclija ó grillo-topo, es un Ortóptero· tau repugnante como dañino, constituyendo un yerdadero azote para los hortelanos. Es de aspecto muy desagradable, tetra visu, dice Fischer en sus Orthoptera euro-

á 400 huevos: este nielo, junto con la galería que á él conduce, se asemeja á una botella de cuello corvo. De ellos nacen al cabo de un mes pequeñisimas larYaS blancas, sobre las que vela con solicitud algunos días, viviendo en sociedad hasta sn primera muela, que se verifica á los treinta dias ele su nacimiento, al cabo de los cu~les se clispersan. Estas zaranclijas comen en todas las fases ele su existencia y se cuentan entre los


LA

ATURALEZA

¡nás voraces del órden de los Ortópteros, que á su vez son los miís comedores de la creacion entomológica. 8011, pues, insectos omnfroros, que buscan con avidez las larvas subterráneas, las or ugas, los gusanos de tierra, y devoran ha. ta los individuos de su propia especie; pero tambjen roen las raíces de las plantas y las hojas de ensalada que hallan á su alcance no tanto para comerlas como para abrirs:i paso: pero cnaiquiera que sea el objeto que se proponga no deja de ser una verdadera plaga para los jardineros que Yen amortiguarse y perecer sus legumbres sin poder dar con el enemigo subterr{meo que royendo sus raíces las de truye. Cuando se logra cogerlos, echan por la boca nna saliva oscura y por el ano u n líquido grisáceo y ele olor sumamente desagradable, que elabora en dos glánd ul as posteriores.

Las zarandijas, que viven varios años, pasan el inviern~ adormecidas en los agujeros verticales, que son, en pnma,era, el origen de galerías que extienden en todos sentidos, en los terrenos lige1·os. Todas las raices que se encuentran en estas galerías subterníneas, son cortadas por estos insec~os, ya sea para bu. car en ellas larvas, ó ya para devorarlas; los dafios que ocasionan en los t errenos arenosos r bien mullidos por el rastrillo son considerabk,s, hasta el punto de hacer imposi ble á Yeccs <'l huen éxito en la iembra ele legumbre~. Es preciso ,-ertcr aceite en la galeiia ele los jarclmes. aceite cargado de gas, diluido en agua, si se opera en los cultirns de importancia ó agua de jabon mny concentrada. Se recomienda tambien el colocnr de distancia en distancia, en medio de las capas de nhono de las lcgumhr(',:, cnscos un poco l1ondos ,1 tie,:to;: t]('I flore¡1,

F ig. t .-Cunanchum milcrorhizon florecidas, en las cuales se han posado mu chas moscas y un Caps11s . (Tamaño natural).

casi llenos ele agua, con algunas gotas rle aceite ele trementina. En ellos se ahogan y e1wenenan gran 111.'tmero de zarandijas, que no ·se yen por el clia, pero que, salen por la noche. Por último, el mejor procedimiento para destruirlas consiste en disponer algunos montones de est,iércol ele caballo ó de buey, un poco caliente, el cual las atrae, pues á él nenen en bu ca de abrigo y de larvas. A la mañana siguieni.c se encuentran en ellos y se las mata. lgunos animales como los topos, las urracas, los cu ervos, etc., protegen los cultiYos devorando las zaranclijas. La zarandija comun e:x iste en toda Europa, excepto en la Scania boi-eal y en la Laponia. Habitan tnmbicu en el Cáucaso y Asia menor y en Argelia, en donde la ha encontrado l\L H. Lucas, en los bo ques que rodean al lago Houbeira, en los meses ele Mayo y Junio, excavando en el terreno agujeros ba tautc profundo~. Un insecto reput ado en Chin a como remedio eficnz

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Fig. 2.- Flor separada, con una mosca y un Capsus, A. (Tres ycces el tamaño natural.)

contra la rabia, fué remitido por el R. P. Perni á Guerin-l\Iennc,ille, el cual hubo ele reconocer en él una pequeña especie de zaranclija. El género Grillotalpa cuenta una quince especies muy anüloga en sus formas y colores al insecto ele que nos hemos ocupado. Proceden e tas del Egipto, del cabo ele Buena-Esperanza, ele China, ele la península de l\Ialaca, de los Estados-Unidos, de California·, de las Antillas, ele .<l.ustralia, de la Colombia, del Brasil r deChile. El célebre outomologist::i. Samuel Scuder ha establecido un género muy próximo, bajo el nombre de Scapteriscus, para las e. pecies ele zarandijas exclusin1mente americanas. ·-·•·-=C>-~

DOS N ·EvAS PLA~T

JAPONÉ .\.S .

La plantas ele que vamos á oeupamo~, pertenecen, un a á la familia de las Asclepüídeas y la otra á las


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LA NA'l'URALEZA

Grosuláricas. Hé aquí la descripcion: Oynanchum 11iaarorhizom. Planta muy vigorosa, tronco muy viyaz, robusto, que emite raíces carnosas que se extienden ha ta nn metro ele longitud por 8,10 centímetros y aún más ele diámetro, de corteza morenuzca, señalada con numerosas eminencias transversalmente lineales. Tallos anuales muy ramificados, trepadoras y sumamei;i.te nudosas en la insercion ele las hojas, y alcanzan frecuentemente 5,6 metros ele altura. Hojas entera , opuestas, delicadas, cordiformes, á vece. ásteas, bre,emeute cuspícleas en un peciolo delgado de 15 centímetros. Flores pedicelaclas, di puestas en umbelas (fig. 1), sobre un pedúnculo axilar de 6,9 centímetros; pedicelos delgados de 20 milímetros poco más ó menos; cáliz de divisiones muy pequeña ; cinco pétalos abiertos, retráctiles, de color verde amarille.ito; antei:as blancas, derechas. Frutos foliculares, subtl'igonos, de igualmente angulosos, de cerca ele 9 centímetros de longitud, ligeramente disminuidos en la base, luego aumentados de ,olúmen y muy disminuidos, por último, en el vértice; maduran en Octubre y Jonembre. Grano. elipsóideos, de color gris oscmo, escamosos en los bordes, disminuidos en el Yériicc, del que sale un ramo plumoso <le 3,4 centímetros de longitud. El Oynanchmn macrorhizon podría emplearse para cubrir los emparrados, para lo que es tanto más propio cuanto que se renueva muy temprano, y qu•e . u ab1melante follaje no desaparece basta la aproximacion de los hielos. Sus raíces, que adquieren grandes dimensiones, y que contienen un principio aglutinante mucilaginoso, poiliian quizá ballar empleo en la indu tria y en la terapéutica. Las flores, que atraen particularmente las mosca', po ecn una propiedad contráctil por la que los insectos que van á ellas quedan frecuentemente aprisionados, presentando entónces la inflorescencia el aspecto que demuestran las figuras 1 y 2, que han sido tomadas del natural. Son, pues, como dirían alg1mos, verdaderas plantas insectívoras, aunque nosotros diremos plantas insecticidas, por .parecernos más exacto, pues si bien puede ponerse en eluda que «devoren» los insectos, no e posible negar que los baga perecer. Una vez aprisionados, quedan retenidos con tal fuerza, que no pueden desembarazarse, desligarse, aún de pues de secas. Así, cuando se desarticulan las inflorescencias, caen, arrastrando los insectos aprisionados, &obre las bojas colocadas por debajo, como podemos ver en la figma l. Se multiplica el Oynanchum macrorhizon, por la division de las ramas cuando son fuertes, ó mejor aún por semillas, que produce en abundancia la planta y que germinan pronto y con la mayor facilidad. Ribes japonicum. Arbusto pequeño, que recuerda por su aspecto general, sobre todo por sus hojas, al Ribes tenuiflontrn de Linclley, por más que sea completamente distinto; ramas divaricadas; botones delicados, corteza de color amarillento, ramas grises, resquebrajadas, escamosas; yemas muy desarrollada , puntiagudas. Hojas persistentes ó subpersistentes, trilobuladas, de lóbulos más 6 rntnos dentados, recortados, bastante resistentes, co)l muchas nervosidades por de-

bajo, sostenida por un peciolo de 15,22 milímetros. Flore reunidas en glomérulos sobre botones axilares muy cortos, campaniformes, erguidas en pedúnculos de 8,12 milímetros, o-ruesos en el.vértice, verdosos; estambres que no pasan del cuello de la flor; antera muy gruesa , cordiforme . Frutos por mucho tiempo persü?tentes, sube féricos, ele 8,10 milímetros ele· diámetro, coronados por los restos del cáliz; epicarpo ele color rojo-cereza oscuro ó encarnado. Carne muy fina, pulposa, azucarada, melosa, pero m.uy acre, astringente. Granos numero ·os, su belípticos, amarillentos, y que contienen un allní.men muy desarrollado, ele un color blanco muy bello. Las hojas del Ribes japonicmn, presentan en el otoño un a pecto particular: el limbo aparece rodeado por una faja ó zona rojiza, que hace recordar las de los Pelargoniums zonales, con los que tiene alguna semejanza por su aspecto.

-----e-----LA GALERÍA ET_ OGRÁFICA D'.EL

MUSEO

DE

ARTILLERÍA

DE

PARIS,

Las salas recientemente creadas en el Museo de Artillería del Cuartel "de Inválidos de Paris, seguramente encierran lo más curioso, lo más pintoresco, lo más exacto de cuanto hasta ahora se había reunido en documentos etnológicos. Toda la glorta es para el coronel Le- Clerc, que ha puesto al servicio de una idea original las más variadas cualidades del sábio en las cosas militares, del erudito y del observador en los mil detalles que constituyen la etnología, las cualidades del antropologista, y por último,- las del arlisla. Reunir todos los tipos humanos, desde el kábila, el tuareg, el senegal, el asiático, el malayo, el oceánico, el polinesio, hasta el esquimal, hasta el piel-roja, el mejicano, el brasileño, el boticudos; representar exactamente las formas , proporciones, color ele la piel, color y naturaleza de los cabellos prop'ios á cada una ele estas razas, era un trabajo suficientemente difícil é interesante y en_ el cual se ha acreditado de antropologista consumado el coronel Le-Clerc; ar• tista, ha sabido estereotipar estos diversos pueblos; les ha distribuido sus adornos, sus trajes respectivos; militar, ha puesto en las manos de este abigarrado ejército las armas que pertenecen á cada uno de los pueblos que le constituyen. Ahora bien; cabellos, alhajas, amuletos, ídolos, trajes, armas, todo es auténtico, todo procede directamente del país que trataba de representar; no hay un solo qbjeto, ni un solo adorno, ni una sola arma, que no sea en sí una alhaja artística, que no tenga verdadero é in-


• LA NATURALEZA

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discutible mérito. La historia de las armas: tal intelectual, como en nuestras sociedades civilies el fin que se propuso el coronel Le-Olerc; lo zadas; no tiene por lo ménos otros instrumentos ha alcanzado completa y satisfactoriamente, sin que verdaderas armas que pide prestadas al separarse nunca del camino que debía seguir; mundo que le rodea: el árbol de la selva primepero esta colosal empresa tiene además el méri- ro, la piedra arrastrada por el torrente luego, y to de demostrar palpablemente cuán estrecha- el hierro más adelante. mente unidos están todos lós ramos de la histo- - Pero si la forma y la materia primera de las ria del hombre. armas varían segun los puntos del globo, el obLos especialistas, generalmente limitados al jeto del combate es por todas partes el mismo, estrecho círculo de sus estudios habituales, no ya contra los hombres, ya contra los animales; piensan con detenimiento en el valor que po- las pasiones son las mismas: el miedo, la supersdrían adquirir si el trabajo de análisis á que ticion, la vanidad, la coquetería, pertenecen á han debido entregarse, fuera siempre seguido' todas las edades de la historia, y se encuentran de otro de síntesis que coloca á cada clase en su lo mismo bajo el Ecuador que en las regiones justo medio. polares; y todos estos sentimientos que la civiNo hemos de hablar mas que de armas, pues- lizacion transforma mas bien que destruye, y to que nos ocupamos de un Museo especialmente que á veces hace armas ménos sencillas, ménos militar; es necesario visitar sus salas para apre- naturales y mucho más n;iortíferas que las de ciar mejor toda la diferencia que existe entre los salvajes, toman, segun el medio, diferentes una coleccion seca, como toda nomenclatura formas. que se limitara á dar al espectador un catálogo Esta es la impresion que desde luégo se expor vía de enumeracion, y una serie de cuadros perimenta al encontrarse en medio de todos esvivos en que cada ar~a está en su actitud pro- tos hombres de colores variados. pia y en las manos de los que las crearon y ¿Qué otro sentimiento que el dictado por la que se sirven de eÜas; en una palabra, en su supcrsticion, ha hecho nacer en el espíritu de todos estos pueblos, la necesidad de llevar al medio. Todo esto consiste en que la ciencia debe ser cuello esos ídolos hechos á semejanza del gran amena; debe tener colorido, ser pintoresca, viva, Manitú ó de Udoa el dios de _la gloria? ¿Esos so pena de no ser la representacion exacta de la -dientes agujereados, huesos, conchas, amuletos naturaleza y de la vida. diversos, cuya historia, desde los tiempos más Semejante cualidad le es absolutamente in- remotos hasta nuestros dias, presenta tanto indispensable cuando se dirige al público; así es, teres; cuya sustancia varía, pero la causa es la que la coleccion etnográfica del coronel Sr. Le- misma, la eterna ignorancia humana que se enClerc, reportará ciertamente á cada una de las cuentra en todos los pueblos y en todas las épopersonas que la visiten, mayor suma de cono- cas? En un interesante artículo ..acerca de los cimientos que la que pudieran adquirir con la amuletos de los galos y galo-romanos, G. de lectura de muchos volúmenes; hay además, en Mortillet da á conocer un gran número de objeellas, para el arte, una fuente de inapreciable tos venerados en aquella época; laenumeracion riqueza, que seguramente no dejarán de agotar que de ellos hace, puede dar una idea de las dilos pintores. En cuanto á los sábios de profesion yersas reliquias que se han puesto en el cuello le harán, con mucho provecho, más de una de los habitantes inmóviles del Museo de Artillería: piedras agujereadas, conchas diferentes, visita. Tambien la Sociedad de Antropología, invita- dientes de puerco, huesos de mono ó de kanda por el coronel para gozar las primicias de su gurú, etc. En el personaje cuyo retrato ofrecemos á int.e resante coleccion, y á la cual quiso él mismo nuestros lectores de un piel-roja, podemos nohacer los honores, ha saludado con entusiasmo tar la vanidad que revela toda su persona, y una innovacion que será indudablemente fecunque á primera vista tomaríamos por el retrato da para la ciencia que cultiva. El estudio de las armas, ¿no es, en efecto, el de un charlatan, de un mercader ambulante de estudio de toda una sociedad, sobre todo tra- antídotos, con su cara pintada de rojo y azul, tándose de pueblos que no han llegado aún más cubierto de piés á cabeza del oropel de colores que á los primeros escalones de la civilizacion? más chillones, con un aire insolente y burlon, !roda colectividad humana empieza por ser ofen- blandiendo en una mano su escalps, y sostesiva y defensiva; la lucha para la existencia, no niendo con la otra una tira de cuero cabelludo es aún en ella, con corta diferencia, puramente que ha arrancado al enemigo vencido. «¡Sin do-


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LA

TATURALEZA

Tr.ije de un¡ ie'. -ro: a de la Américn del Norte, segun el maniquí de la nue;-n, galería eLnog1úl1ca del Illuseo de Artillería ele París.


LA NATURALEZ A Jor!» parece decir. En él podemos reconocer al charlatan y as tuto piel-roj a que t a nta s veces hemos visto descrito en ciertas novelas, y que

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h a n hecho m ás veros ímil de lo que se creía. Á él se re fi e een los d isc ursos irref1exivos, violent os, que hacía n , al g unos años há , resonar las

Fi g . !.- Alg u nas a r mas de la n ue va galería d~ l :i\luseo de Ar li llcr;a de P aris. 1. ~lacana de ma dera (Islas Viti). -2. Macana d e made ra (?\ ueva-Zelanda).-3. l\l acana de made ra ([slas l\l a rq uesas).-i. l\la cana do madera ([ las Salo mo n). - 5 ~, G. (lachas a ustralia nas de piodra.-7. Lan~a do ob~idiana ~o las Islas do! Almi ra n te. -8. Espada de hu eso (Nuevas-l!é bridas). - 9. lllacana do ma dera co n pu n ta de h ie r ro (P1 eles-Rops).-I O. l\l acana d e ma dera (Pieles-Rojas).- ! l. Hacha d e hierro (Pioles-Rojas). -1 2.-fCacha de hi erro (Gabon) .-1 3. Macana de ma rfll ( Negr o del Berta t).-11. ~Iacana de serpe ntina ( Nu eya- G uin ea).-1 5 .. S ab io en fo r ma de hoz (Abisin ia).-1 6. A r ma do tiro , de hie rro, de los T ua rogs.

salas de algun congreso irrisible, en donde lq eivilizacion cruel, desconocía hipócrita mente los derechos , á pesar de todo , imprescriptibles, ele

estos intransig entes de la libertad, de estos insumisos, que no podrán, sin embarg o , r esistir por mucho tiempo á la ley in evitable, no preci-


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LA NATURALEZA

samente del más fuerte, sino, digámoslo por eu- transformacion de los rayos solares de estos femismo, del más civilizado . países, forman la base de pintorescos adornos. No nos es posible por falta de espacio repro- Estas mismas plumas han servido ya á las aves ducir todos los retratos de estos personajes que que las produjeron, llevadas de los mismos sense hallap. colocados en el Museo, sobre pedesta- timientos de amor, de guerra, de gloria. les, eñ donde aparecen con su aire satisfecho; Si bien la escena es más noble, el papel que desempeñan es el mismo. Cuando ignora el todos tienen por decirlo así aire ele familia; el aire de la familia humana. arte de arrancar, como decían nuestros abuelos, El neo-zelandés está incontestablemente tan sus secretos á la naturaleza, se ·contenta el salorgulloso de sus arrogantes ídoloi:, de jade col- vaje con recoger lo que le da sin que se lo haya gados al cuello, como de los círculos conoéntri- - pedido: las plumas de las aves, el élitro ruidoso cos grabados en su rostro por cicatrices indele- y tornasolado del bu preste, para hacerse un cobles, de su crinolina de Phormiwn tenax y de llar cuyo ruido le acompaña al andar, espanta su majestuoso manto de caña. los animales temibles, que lo son todos, · al No tienen igual m.ás que en el habitante de mismo tiempo que ele este modo satisface la colas islas Marquesas, que tambien se recarga, quetería y el amor al ruido, que constituye otra embarazando su marcha, con muchos adornos necesidad para la humanidad. de plumas de gallos y capacetes de plumas de Cuanto ménos debilitado por el sol, tanto mefaeton; llevan un bonete monumental, y creyen- nos perezoso, tiene el salvaje gustos belicosos, do que el tatuage nunca es demasiado, se ponen convierte la satisfaccion de su amor al ruido, en la piel completamente llena cie festones y astrá- un instrumento de guerra, un agente de terror galos. para el enemigo. Así el habitante de las islas El hawaiano, con su cuerpo dividido en dos Marquesas lleva· en la cintura un gran caracol franjas, una de color azul y otra blanca, seme- sonoro, recogido en la playa y perforado en su jante á un lansquenete que hubiera hecho dibu- extremidad para recibir una calabaza que hace jar su traje en su piel, con u~ manto de red en las veces de embocadura; el brasileño lleva con la.cual cada nudo sostiene una pluma i;:oja de un idéntico objeto una especie de chupador adorave rara, manto que los hawaianos distinguidos, nado con, plumas, hecho con una calabaza vaque visten hoy vestido negro y sombrero de cía, en la cual producen varios guijarros, por copa-alta, llevan aún en señal de nobleza; el po- agitacion un ruido, que cuando cada uno de los bre taitiano, que muere del cohiví y de tísis pul- individhos que componen el ejército agita su monar, envuelto en su tapa amarilla teñida de instrumento, deh'e . aterrar al enemigo . En cúrcuma; el australiano de piel negra, de barba Australia, el sentido de la vista es el medio de larga, con cicatrices muy visibles y nariz reman- que se valen para infundir temor, poniéndose gada, pintada de rojo y adornada con ~na caña en la cara una máscara horrible, que recuerda que atraviesa el tabique; el neo - caledonió ves- algun tanto á la tragedia antigua. tido ..... con algunas conchas y con un andrajo Luego si por todas partes demuestra el homnegro de tapa alrededor del dedo; el Malgacho bre los mismos vicios, los mismos apetitos que con su concha en la frente á guisa de ferroñé, provocan en el filós.o fo una sonrisa, á condicion insignia ele comandante, como nuestra charre- de que se convenza de que la raza á que pertetera ó la .pluma blanca en el sombrero; el Bor- nece no está más exenta de ellos que las <lemas, neo, con su cráneo ele Callao en la cabeza, y su es tambien un estudio sumamente curioso que cesto que llena á sus piés con una cabeza huma- permite observar cómo todos los pueblos, áun na; y el botocudos, con sus pedazos ele madera los más atrasados, manifiestan un talento paren el labio inferior y en el lóbulo de la oreja, su ticular para vencer las -fuerzas naturales que los saco de leña seca para encender fuego, etc.', etc.; rodean, para evitar su funesta accion ó para todos, ¿no están igualmente convencidos ~e que, utilizar en su provecho los agentes que pone á reyes de la tierra, son ele ella el más bello orna- su disposicion el suelo que habitan; por esto mento? ¿No representan todos á los ojos de su únicamente, en una palabra, por su inteligenraza el ideal más ó ménos aproximado á lo cia, es por lo que se eleva el hombr~ por encibello? ma del resto de los animales. Cada uno ha obedecido á un sentimiento parSin salir del Museo etnográfico, se puede adticular de la forma, del colorido, en relacion con mirar el arte con que los neo-caledonios confecla raza, pero tambien con el clima. En el Bra- cionan con una especie de papel vegetal, el tapa., sil, en las Guyanas, las aves de mil colores, tela ligera y elegante, sujeta con cuerdas de pe-


LA NATURALEZA los de liza: se admira el arte con que los habitantes de las islas de los Papús adornan sus telas con dibujos casi de estilo griego ·y de colorido armonioso, con hileras regulares y simétricas de pequeñas conchas; además ciertas conch as hábilmente tall adas, les sirven para azado nes, palas, cuchillos, que no abandonan nunca sus dueños, llevándolos colgados á la cintura. Se ve á los pueblos de los países eálidos y secos, preservarse con vestidos de lana blanca, que reflejan sin absorber los rayos solares . E l esq~imal lleva sobre sus pieles interiores un vestido completo de piel de foca, especie ele impermeable contra la nieve y el frio: el que está representado en la galería de que nos ocupamos, tiene en la mano esos enormes patines en raqueta q ue llevaban ya los hiperbóreos de I-Ierodoto, que han inspirado la opinion legendaria de que los hiperbóreos tenían los piés de una long itud desmedida. Pero sobre todo en sus armas, es que deben ser estudiadas las muestras reunidas por el señor Lo-Clerc;, así como en sus adornos para la cabeza, que como nuestro casco ó la antigua gorra ele los g u erreros entran en el ornamento militar . (Se continuará.)

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NUEVO PEDAL PARA LA TRASMISION DEL MOVIMIENTO EN LOS TORNOS Y EN LAS MÁQUINAS DE COSER .

{ PJiJDAL

MÁGICO

DE

BOURDIN.)

Nuestroi lectores tendrán ya conocimiento de los motores de gas y de los servicio~ que pueden prestar en las pequeñas industrias, moviendo un torno ó uua máquina ele co er, por ejemplo. El manejo del pedal ordinario es indudablemente difícil y fatigoso; la invencion del i: r. Bourdin lo simplifica notablemente, y merece por lo tanto que se la describa al lado de los clemas motores mecánicos. El pedal e tá normalmente unido por una biela ,í una manivela, dispuesta en el ,frbol de la máquina que se quiere poner en movimiento; la oscilacion determinada en el pedal por el pié _del obrero, es recogida por la biela y transmitida ,t la manivela, determinanc.o la rotacion de ésta y la del árbol ; despnc de lo cual se comunica el movimiento á las diferentes piezas del mecanismo. be ve que en semejantes condiciones la amplitud de la oscilacion del pedal está determinada por la longitud y la disposicion de las dos piezas, biela Y manivela, que le ponen en relacion con el iírLol principal. Esta es, por otra parte la situacion en que se encuentra en todas las máquinas puestas en movimiento por uua fuerza física, con pre. ion ele gas ó de vapor, etc. La posicion ocupada por los diferentes órga-

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nos metálicos, resu;l.ta á cada instante de la intensidad del esfuerzo motor, calculado de ante~ano; todas las piezas son solidarias, y el movimiento de una de e1las determina el de las demas. Se evitan de este modo todos los juegos y oscilaciones pe1judiciales, lo cual es tanto más fácil cuanto que los esfuerzos son constante y bien detem1inados. .1: o sucede lo mismo cuando el esfuerzo motor es _producido por un órgano animado, y . obre todo por el pié del obrero. El esfuerzo así determinado, es esencialmcnt~ Yariable, y exige ademas que el pié se adapte perfectamente á la oscilacion del pedal, cuando trata de desarrollar el movimiento. Es preciso que se dirija con él hácia arriba y hácia abajo, en la extension que señala la construccion de la Diáq1úna y que al fin de la oscilaci:on produzca aún el esfuerzo motor necesario para vencer el punto muerto. Es una dificultad que proviene de la rigidez de lai;; piezas, y e la que obliga á los obreros ú hacer un aprendizaje bastante penoso para llegar á acostumbrar el pié á esta. oscilacion de una amplitud determinada, en la cual el esfuerzo tiene que ser aún producido á propósito, y cuando pasan de · una m,iqnina á otra, frecuentemente encuentran una amplitud nueva, que les hace modificar forzosamente esta costumbre con tanto trabajo adquirida. Con respecto á la máqtúna de c,oser, hay más aún; porque el movimiento no debe darse en ella má s que en un solo sentido, con el objeto ele evitar cualquiera ruptlU'a, y sin embargo, cuando la manivela se detiene en el punto muerto, es decir, cuando el botón ocupa el punto más elevado ó el miís bajo de su curso circular, el movíviento comunicado al pedal para poner en marcha la máqtúna, puede de~plazar el citado boton, lo mismo hácia la derecha que hácia la izquierda, si no se pone especial cuidado. Así es como las costureras poco experimentadas imprimen á la máq1úna un movimiento en sentido inverso que rompe el hilo ó parte las agujas, lo que hace preciso el uspender el trabajo por un tiempo más ó ménos largo, para e{ectuar la reparaciones necesarias. Con semejantes detenciones las costureras pierden un tiempo precioso y disminuyen mucho su salario, pues éste es proporcionado al número de metros de co tura que hacen al dia. Bajo el punto de vista fisiológico, la o cilacion del pedal debe ser comunicada por los miembros inferiores, y el movimiento no debería sentirse más arriba ele las rodillas. Sin embargo. como la articulacion ele los piés no se presta mncho á una oscilacion de amplitud un poco grande, se fatiga, por ·consiguiente, con suma prontitud, y la obrera poco habituada llega á poner en movimic~to toda la piema para comunicar el esfuerzo motor necesario; la oscilacion tiene lugar entónces en las articulaciones de la cadera, y las piernas se frotan una contra otra en la parte uperior. Continuando por mucho tiempo este movimiento de oscilacion de la pierna, trae con ecuencias pe1:judiciales á la salud, y en efecto, recomiendan mucho los médicos que se haga todo lo posible por evitarlo. El pedal Bourclin remedia estos inconvenientes, en cierto modo, pues es ele manejo más sencillo y noeA.-ige


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ritmo particular alguno, ninguna oscilacion de amplise dirige de arriba abajo, el cilindro de la derecha gira de delante atras, la polea superior gira tambien hácia tud determinada y muy considerable en el monmiento del pié, y suprime• de este modo la necesidad del aprenla derechá, el vástago de la izquierda se levanta, impridizaje, puesto que puede recoger todos los esfuerzos me un movimiento de atras hácia adelante al cilindrn motores por débiles é irregulares que sean, los aproyeele la izquierda, luégo desciende hasta el pedal izquiercha y los añade á la fuerza viva del volante de la mido y le levanta. Cuando á su yez baja el pedal izquierdo por el csfnerzo natural do los piés, se produce el quina. Tambien evita nl mismo tiempo todas las paradas, suprimiendo efecto inverso, los puntos muer entónces es el citos é impide, colindro de la iz quierda el que gimo ya hemos dicho, los movira de delante á atras; el de la demientos en sentirecha Ya, por el do in,erso. El mecanismo contrario, de e. tá representaatras ~ delante y el pedal derecho do en la figma adjunta; como se leYanta con el pié derecho, que puede verse en tambien se eleva. ella, lleva dos peLa polea media dales, que entran está destinada, cada uno en accomo ya hemos cion, elev,1ndolos y bajñndolos aldicho, á recoger el movimiento tcrnativam en te motor; es decir, el con el pié confordel cilindro corme al movimiento respol)di c n te al natural del hompedal que baja; el bre. De uno ele de la derecha, por los citados p€daejemplo, debe deles parte una corjar girar librerea de cuero, que Fig. !.-Detalle del movimiento del pedal de Bourdin. mente al contrava á arrollarse rio al otro cilinsobre un cilindro clro que no produce eutónccs eP.fuerzo motor, y gira en móvil dispuesto alrededor del árbol motor; pasa de allí sentido inYerso del movimiento, miéntras el pedal ele á una polea ele retomo colocada por debajo ele la parte media de la mesa; vuelve en seguida á arrollarse á la izquierda se levanta. Hubiérase podido cQnseguir por medio de nn aparejo particular el hacer solidarias un segundo cilindro análogo al primero, y por ültimo las dos poleas para la rotacion en un termina en el segundo pedal, al que solo sentido, como se encuentra, por está atada, del mismo modo que al ejemplo, en ' las ruedas ele los tamboprimero, por medio de un corchete. res de los relojes; pero el r. Bourdin Relacionados de este modo los pedaha prefcri~o, con mucha razon, una les, adquieren un movimiento altertransmision por pelotas ele cautchnt, nativo completo, puesto que miéntras que com1111ican notable elasticidad :1 que uno, impulsado por el pié se dirieste aparejo, y al mismo tiempo ofrege hácia arriba, lo verifica el otro hácen la ventaja de eYitar todas las incia abajo. Entre los dos cilindros que terrupciones tan fatigosas para el obreacabamos de indicar, se.halla dispuesro. La polea media presenta á derecha ta sobre el mismo árbol una p·olca de en adoplJ.da 2.-Disposicion Pig. é izquierda, bordes salientes que conscilinLos él. con garganta, solidaria el volante do la máquina ,vheeuna especie ele caja en la que tituyen dros regidos por la correa, comprenler, con objeto de impedir el movimiento en sentido contrario. se aloja el disco solidario con el cilinden dos discos que afectan la forma dro del mismo lado. Este disco de ende una rueda dentada que viene á em• butirse en las muescas escavadas tí derecha é izquierda grane presenta, como se ve, seis dientes dosimétricos de la, polea media. Comunican á esta, y en su conse- igualmente espaciados, y terminados en punta cnrYa; cuencia á todo el mecani mo de la máquina, el movi- el ratlio de las puntas es ligeramente menor que el radio interior de la polea central, pudiendQ girar libremiento que reciben ele la correa por un sistema particular de aparejo que describiremos inmediatamente. mente el disco en la caja, pero los clientes móYiles aisHasta ahora el movimiento de los cilindros es el si- lan constantemente eis cavidades iguales que quedan guiente: cuando baja el pedal de la derecha, la conca yacías, entre las paredes de la caja y el disco que la

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llena. En cada una de estas cavidades existe una pelota mecanismo, y ya hemos indicado la importancia que de cautchut que la llena por completo, sin poder salir tiene en las máquinas de coser, pues en semejantes de ella, como podemos ,er en la pgu.ra. La gra,edad casos se rompe el hilo frecuentemente y es preciso dedispone las pelotas en el interíor ele las citadas cavida- tener la máquina para Yolverla á poner eu órden . La des, y tiende á darles la posicion más baja que puedan °:1-áquin~ Wheerler_y Wi(son p~·esent~ ya una dis1¡>osiocupar; unas se deslizan, tanto como es posible, en el c10n analoga para unpechr la mvers10n de los moyiángulo curvo formado per el plano inclinado del cliente mientos, siendo ella la que ha dado la primera idea del del disco y le pared de la caja, que es el caso de las aparejo Bourclin. Delante de la llanta del volante, se tres pelotas de la derecha ele la figura. Las ele la izencuentra un carrete circular cóncavo, el cual ya aproquierda, por el contrario, nenen á alojarse en la parte ximándose constantemente á la mi ma, abrazándola cóncava por debajo del diente; no juegan ningun papel casi en su parte inferior, y SÍITc par:i alojar una pelota en la transmision de los movimientos, puesto que no ele cautchut que tiende á descender á lo largo del ciestán en contacto con las parede de la caja. En la ro- tado carrete bajo la accion de la grayedad, no pudientacion ele derecha á izquierda, ias tres pelotas ele la dedo. alir ele él fÍ causa de la proximidad ele la llanta. recha entran en accion y deterLa rotacion dei volante en senminan la solidaridad entre las tido contrario al que en la figudos poleas ; la polea central gira ra indica la flecha, pone en y arrastra con sn movimiento acciou inmediatamente á la pe'.. el ele todo el mecanismo, el lota, ó por m ejor decir, dete· cual continuará mientras gire niéndole; la rotacion directa en el disco en el mismo sentido, cambio, no halla dificultad alpuesto que á cada instante, en guna; la pelota es arrastrada razon ele la accion de la gravepor el frote, sube al largo del dad, entran en accion las tres canal y vuelrn á bajar incle:fi.uipelotas citadas, no interviniendamente. E ta disposicion es do sólo las de la izquierda. Si ménos ingeniosa que la del apase considera, por el contrario, rato Bourdi..n, pero se ,e que al mismo disco girando ele ize tá fundada en el mismo prinquienla á derecha, las pelotas cipio y que im1Jide tambien ele la derecha no establecerán muy eficazmente la inversion por sí mismas solidaridad alele los moYimientos. guna con la polea central, no Con semejante mecanismo entrarán en accion, puesto que se puede comunicar -al pedal á cada instante las partes enun movimiento cualqtúera, tau sanchadas de las ca vi el a de s corto ó irregular como se quiemarcharán al encuentro de las ra, sin que por esto deje de recogerle siempre y transmitirlo pelotas para aflojarlas; las de á la máquina sin provocar dela izquierda quedarán siempre alojadas en la cavidad de los tenciones; los puntos muertos dientes. En esta rotacion en se han evitado completamente, sentido inYerso del primero, el puesto que la correa conserva siempre el mismo brazo de pamovimiento del disco no afecta Fig. 3.-Pedal de Dourdiu aplicado á una málanca sobre el cilindro. Un voá la polea media, y por consiquina do coser. lante que se baila colocado en ' guiente es imposible el cambiar el árbol de la m'.iqtúna, regula el seutido ele la rotacion una riz~ el movimiento y hace desaparecer las variaciones Yez construido el aparato. de intensidad que resultan de la irregularidad del esAhora bien, cuando un pedal baja, el vástago que le corresponde tira del cil indro y de su disco de derecha fuerzo motor. La correa es susceptible de atarse más ó ménos léjos en el corchete del pedal, á fin de manteneri\ izquierda, como indica la figura, la polea media se la en tension, pudiendo tambien separar dicho corchete hace solidaria con el disco y adq1úerc el movimiento. El otro pedal, por el contrario, se eleva miéntras el si se quiere, con objeto de yariar la ·a mplitud de la os• · primero baja, el disco correspondiente se cucuentra so- cilaciou . Por lo que hace al obrero, se ve que sus piés funciolicitado de izq1úerda á derecha y gira del modo que nan alternativamente en condiciones idénticas; la fatihemos dicho, sin obrar sobre la polea media . Cuando el primer pedal se lc,anta, los movimientos son inver- ga disminuye en proporcion considerable, porque el pedal aca partido del esfuerzo motor más ligero. El tido , su disco gira en sentido opuesto á su rolacion anterior; pero pierde toda r elacion con la polea y es trabajo es más natmal y más fácil, no exige que se le· ,ante completamente la pierna para poner en movicutónc~s el segundo disco el que adquiere el sentido miento la m.\quina, y pcr ültimo, la necesidad del del movimiento que se convierte :.í su vez en motor. aprendizaje estít casi suprimida. Todas las trausf1!1SiOGracias á este aparejo, se hace imposible invertir el


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nes ele movimiento han perdido · la rigidez metálica, llegan á hacerse flexible y elásticas y mejor adaptadas á la naturaleza animal del motor. El pedal Bourdin puede aplicarse ventajosamente á los tornos de presion de los lapidarios y joyeros; permite tambien evitar en tales casos el empleo de los motores mecánicos; el obrero puede dirigir su pedal con mucha mayor facilidad, porque siente á cada instante una resistencia que vencer, y advierte la necesidad de producir el esfuerzo conveniente. Puede suspenderle del todo cuando lo desee, dejando marchar sola á la máquina, lo que se verifica en virtud de la velocidad adquirida, ó bien detenerla instantáneamente con el auxilio de una barra que sirve de freno que viene á comprimir el volante. Para los tornos de precision en todos los trabajos delicados en los que es preciso variar á cada momento el esfuerzo motor, el trabajo inteligente del hombre se adapta mejor, es mucho más apropiado que el inconsciente de una fuerza física. En casos semejantes, el pedal es incomparablemente superior al motor mecánico, y como el del Sr. Bourilin se acerca más á las condiciones del trabajo del hombre, obtendrá siempre la preferencia; esto es lo qne nos ha inducido á consagrarle un artículo de alguna extension.

EL ÍRIS, CRUCERO I IGLÉS. Este buque es notable sobre todo en el sentido de que está llamado á ser el mas rápido de los barcos de guerra del mundo. Hasta ahora lo había sido el Inconstante, que, con 7.360 caballos de ftrerza y 5.330 toneladas de desplazamiento, había alcanzado la mayor velocidad: una marcha de 16,n 513, por término medio. El fris, con máquinas de 7.000 caballos, y un desplazamiento no mayor de 3.700 toneladas, podemos suponer sin temor de engañarnos, que alcanzará fácilmente la velocidad prometida de 17 '/2 nudos por hora. Este buque difiere, •sin embargo, mucho, por sus proporciones, de otros conocidos como grandes andadores, pues la relacion entre su longitud y su anchura no es más que de 6'/2 (91m,44 y 14m,17). Como otros tantos buques ligeros, será movido por dos hélices de cuatro alas, habiendo probado ya, en la travesía que hizo con tal _objeto de Pembroke á Plymouth, que con tal instalacion no experimentará mas que muy pocas vibraciones, áun á toda velocidad. Despues de este ensayo preliminar del Iris el Alejand1·a y el Temerario, buques que poseen una arboladura completa, que se pueden obtener con dos hélices marchas muy grandes, pues el primero dió los resultados más satisfactorios en una prueba de seis horas á que fué sometido, su-

perando al Hérciiles y al Siiltan, que no tienen más que un hélice; y el Temerario, que no tiene de longitud más que cuatro veces y media su anchura, alcanzó la velocidad media de 14n ,65, más que el Hérciiles, el Siiltan, el Alejancfra y el Monarca, á pesar de hallarse completamente armado y listo para hacerse á la mar. Las máquinas del Iris, han sido consirnidas por los Sres. Mandslay hijo y Field. Los árboles de hélice, y los cilindros son de acero fundido, de vVhitworth; el casco y la cubierta de las calderas, son de acero Candore-Siemens, obtenido en Swansea, por el procedimiento Siemens. La máquina puede funcionará todo vapor con una presion de 60 libras (l1k ,20), y á pequeña velocidad con la de 6 á 7 lihras solamente (Ok ,42 á O k,49). La máquina ylas calderas ocupan casi la mitad de la longitud del buque. Su peso, añadido el del carbon, es tarnbien poco más ó menos la mitad del peso total del desplazamiento del buque, completamente armado. El Iris, destinado al servicio de los despachos en tiempo de guerra, puede cumplir su mision sin correr el riesgo de ser alcanzado por otro buque, cualquiera que sea, de los existentes hoy dia, .en razon de su grandiosa velocidad. Sin embargo, tiene algunos medios de defensa, pues lleva diez obuses ligeros, pero de gran alcance. Uno se halla colocado en el castillo y ol.eo en el alcázar. Es presumible que en algunos años el Iris y el Mercurio, construido de un modo semejante, no tengan competidores que los superen en velocidad, pues son correos sumamente dispendiosos, cuya construccion no se puede justificar mas que con el desno de crear una armada poderosa. ----=---<><>-o<

EL ÁCIDO PERSULFÚRICO. En una de las sesiones del mes de Enero último de la Academia de Ciencias de Paris se veía sobre la mesa un largo tubo de cristal, que contenía cierta cantidad de gruesos cristales blancos. Segun Berthelot, que ha hecho de ellos un estudio particular, constiLuyen una buena combinacion de azufre y oxígeno, á la cual conviene el nombre de ácido persulfürico y la fórmula S 2 0 7 • Para obtenerle, basta someter una mezcla de volúmenes iguales de oxígeno y de ácido sulfuroso á la accion de una corriente eléctrica producida por una poderosa bobina de Ruhmkorff. El residuo que representa exactamente 1,8 del volúmen primitivo, está exclusivamente


L.

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formado por oxígeno. L a ecuacipn siguiente expresa la reaccion que tiene lugar:

s·o~ + o'• = s2 0 1 + o. ~

4 vol

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Sometido el ácido persulfúrico á una elevacion de temperatura conveniente, primero entra en fusion, luégo se solidifica y por último se descompone. El agua se resuelve en ácido sulfúrico y en oxígeno que se desprende. Con la barita da un persulfato soluble , que se descompone espontáneamente al cabo ele muy poco tiempo. Este cuerpo interesante representa segun Berthelot el límite superior de la oxidacion del azufre y parece que no se podrá pasar del número 7 en la serie de los compuestos oxidados de radical cualquiera. Añade el autor q1Je en tal punto de saturacion por el oxígeno, las propiedades de las combinaciones dependen ante todo del mismo oxígeno. Dichas combinaciones son hasta ahora siete, el ácido perclórico, 010 7 , el ácido periódico, 10 7 , el áci do permangánico, Mn 2 0 1 , el ácido percrómico, a unque apénas entrevisto, Cr 2 0 1 , el ácido perruténico, Ru 2 0 1 , y el ácido persulfúrico S 2 07; verifican todos combinaciones q ue se corresponden completamente, á pesar de la diferencia que existe entre el ruthenio, el azufre, el yodo, el manganeso, etc. , A menor grado de combustion, es aún más íntima la analogía para el ácido sulfúrico S 2 0 6 , el ácido mangánico Mn 2 0 6 y el ácido crómico Cr2 06, aunque no hay ya comparacion posible para el cloro, el yodo y el ruthenio. Más bajo aún, es decir, para las combinaciones de cinco equivalentes de oxígeno (010 5 y S20 5 ) y con mayor razon par~ los de cuatro (0104, sz O", Mn 2 0~¡, ó de tres (010 3 , l\In 2 03, Cr 2 0~), dedos (S 2 02, l\Inz 0 2 , Cr 2 0 2 ), no hay analogía alguna. La funcion.. de cada una de estas sustancias está determinada por su elemento electro-negativo, siendo unas ácidas, miéntras que las otras con el mismo g rado de oxidacion, son bases poderosas.

MISCELÁNEA. Carreteras en el Africa centraJ.- Cou objeto de facilitar el acceso al interior del Africa, se ocupan activamente los ingleses, de la construccion de carreteras en el Languibar, comarca sometida á su influencia. La primera de estas carreteras, que parte de Sadani á 15 leguas al N arte de R agamayo, está ya terminada en una longitud de 300 kilómetros. Mr. Price, misio-

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uero escocés, la prolongará hasta Ujiji, y un ingeniero la continuará httsta el lago Victoria Nyanza . Dentro de poqo debe establecerse un ferro-carril americano, cuyos coches han sido encargados >"L Inglaterra. La segunda carretera ha sido empezada en Davi-Salama, 12 leguas al Slll" de Zanzibar. El obispo anglicano es el director de esta empresa, que esta subvencionada por la Sociedad de las misiones de Oxford.

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Los diarios de China.-Mr. Mayers, secretario de la legacion británica ele Pekin, acaba de publicar datos muy cmiosos acerca de la prensa periódica del país. Los diarios aparecen en forma ele pequeños cuadernos de 10 á 12 hojas de papel delgado y de color oscmo, reunidas por un lomo de papel amarillo. Tienen 19 centimetros de longitud, por un ancho aproximadamente de .la mitad. Algunos son autografiados en planchas de cera, pero este procedimiento es muy imperfecto, y la mayor parte de las publicaciones se imprimen como en Elll·opa, con caracteres móviles, pero de madera. Es regla que todas las peticiones dirigidas al emperador, línico representante de la autoridad, le sean trasmitidas por medio de la prénsa, publicando luego el diario 1a respuesta en la forma ele decreto imperi!1l. Tambien es regla no hacer nunca alusiou en ellos á los extranjeros, ni á sus asuntos ni países. Sin embargo, fué quebrantada por la fuerza de las circunstancias en Hong-Kong, en donde se publica la Prensa diaria y en l::lhanghai, en que aparecen las 1.Yovedades, el }lortli China Htrald, el Tirnpao, redactado en inglés y en chino; el Shumpo, impreso con tipos grabados en el extranjero. En Pelcing, aparecen 11 diarios, comprendiendo la Gaceta de Peking, que es el periódico más antiguo del mundo; empezó manuscrito, desde la primera mitad del siglo XYIII.

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Nuevo volean en los Estados-Unidos.-El Chicago Evening Journal habla de un pequeño volean, de un V esubio en miniatura (little american Vesubius) que ha aparecido en plena actividad en el Estado qe N ebraska. No es conocido aún sino de un corto mimero de sabios in,estigadore ; situado en la parte "ordeste de .i: ebraska, se eleYa en una apartada region, léjos de todo camino comercial, en la ribera occidental del Missomi, no habiendo sido mencionado todavía en ningun tratado de geografía ni de geología. Sin embargo, ha sido el centro de los temblores de tiei'ra que agitaron el Canadá y los Estados-Unidos el 4 de Noviembre de 1877. Este pequeño volean, á los pocos meses de su aparicion, desarroÚaba una acti ddad extraordinaria; sus vapores eran visibles á 12 ó 13 millas (19 ó 21 kilómetros) de distancia. Del 4 al 16 de Noviembre de 1877, se sintieron temblores de tierra casi diariamente en ewHampshire, V ermont, Massachusetts, el Canadá etc. * Viaje cientifico.-El doctor Harmand, narraba en una de las últimas sesiones del aí;í.o 1Htirno de la So-

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ciedad de Geografía de Paris, su viaje de Mekhoug á la mar de Cbiua, despucs de una permanencia de tres años; ocupándose únicamente de la última parte del citado viaje, decía: «Partí d·e Bassac, r emoutando el gran rio de la Indo-China hasta Lakon, de doude ru e dirigí h ácia el Este, deseando visitar el Toug-King meridiona1. Pero la desconfianza que inspiran alH los extranj eros es muy grande. Imposible parece que haya necesidad de auto~ rizacion de los maucl~rines para obtener un hombre, un elefante y h asta un pollo. Bien se puede ofrecer 100 francos por día á los indígenas, en la segurida d de que no consentinin en llevar el menor paquete, ni áun acompañar al extranjero, como no h ayan recibido órden ele un mandarín. En Sang-Khon, en contré, por fin, uno mas complaciente que los clemas y me fné fácil llegar á una poblacion muy interesante, tributaria del imperio de Annam, los Pou-Thay. Tuve la suerte de ser muy bien r ecibido en el país; dejé á los Pou-Tlray, remonté un rio admirable, el Sé-bang-hien, llegando, despues de tres días que estuye atravesando montañas, al lJrimer punto annamita» . ....,

galerí as que se ven con tanta frecuencia en la leñ,a que se u sa para las chimeneas, que se encuentran sobre todo en la albura y en la parte profunda de la corteza. Los hilésinos son unos pequeños coleópteros ele coloracion oscura, cuyos élitros son muy levantados en su bordeanterior, sus piernas comprimidas, con el priniero de sus palpos l abiales prolongado y el tercero pequeño y puntiag udo , y coselete áspero, que s urcan con las gale rías que construyen toda la superficie ele las maderas resinosas, á las que, á veces, hacen peeecer las esLípulas. L a hembra aguarda al macho en un agujero de la corteza, encerrándose despues en la niadePa. El otro trozo de m adera fósil silicosa, tam'2

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LAS PEl\FOIUClONES DE Li\S MADERAS FÓSILES. Formaríamos una idea s um am ente falsa, errónea, de las épocas antiguas de nuestro g lobo, si creyésemos en diferencias profund as con los tiempos actuales. A parte de ciertas desemejanzas en los climas, que indudablemente se han modificado, podemos sentar que los hechos que hoy observamos tenían lugar en otro tiempo de idéntico modo. Las selvas de los tiempos paleozóicos y secundarios contaban tambien sus agentes destructores, y larvas de insectos peeforahan los_trnncos de loa árboles que de este modo conservaban-an_imales que habían d esaparecido en nuestro co n cepto, pero qne pertenecen á las ramificaciones actuales. Cárlos Brnngniart acaba de dar á conocer en particular que, desde las edades de la hulla y desde las mucho ·m ás recientes ele las turbas, existían insectos coleópteros, silófagos, ó jilófilos cuyos h ábitos y costumbres eran completamente semejantes á los de las especies que destruyen hoy nuestros bosques . Estos insectos no han subsistido en el estado fósil, pern se ven en las m aderas silicosas galerí as cons!ruidas por las hembras para poner sus huevos, con las cuales se -ramifican otras debidas á las mandíbulas ele las larvas,: que van ensanchándose á medida que éstas se desarrollan. Un trozo ele madera conífera, de los terrenos carboníferos de Au1.un, presenta agujeros del to do semejantes á los que los hilésinos hacen en nuestras plantaciones de árboles: Todo el mundo conoce las

Trozo de madera fósil (Conifcra),Jwocedente de los terrenos carboníferos de Autun, perfora o por Hylesinus.-2. Corto muy fino Je una porcion de este tro-zo de madera silicatada, dado para demostrar la forma de las perforaciones.3. Porcion de un a capa de esta madera fósi l que presenta una perforacion en la que se e ncuentran pequeños excrementos, vista a l niicroscopio, y aumentados seis veces a . Excrcmentos.-ii. Porcion de la figura precedente aumentada unas doce veces-a. Excrementos.-b y b. Bordos de la perforacion.-5. Trozo de madera fósil (ConHera), .procedente de Luttingh em (Paso-de- Calais), perforado poi· Botrichus.-6. Madera del fresno actual, que presenta perforaciones de Cm·comas.

bien de conífera, estudiada por el Sr. Bron· g niart, pro cede de una de las capas inferiores ele los terrenos cretáceos del Paso de Calais . Las perforaciones son debidas con toda probabilidad . á los Bost1·ichiis ó carcomas~ coleópteros de la mJsma talla y de las mismas costumbres que los hilés inos, que como éstos se ven muy á menu· clo en la albura y debajo de la corteza de los fresnos. M. G. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS,

Maclricl: 1878.-'fipograíia-Esterootípia f'i,!110Jo.


Núm. 17.-23 Marzo 1878.

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tura de la boca, la cual está, como se ve, bien guardada por estos cuatro órganos de tacto, de olfato y quizá de gusto. Dicha boca aparece en (Conclusion.-Véase página. 211.) el reposo como una pequeña morcilla velluda aplicada de arriba á abajo, hácia el esternon, y La boca es mucho más difícil de estudiar en que tiene en su longitud un surco medio. No las moscas, en las cuales los géneros y las especies son numerosos, pero presentan bajo este es más que el 1>abellon de la trompa de la mosca, cerrado por la aproximacion de sus labios aspecto diferencias de muy poca importancia. longitudinales. Si S i se examina se acerca al punto con una lente un de reunion de los poco fuerte la parpalpos y de las te inferior do la caantenas una gota bezade unam.osca, de agua azucarada se nota entre los en una lámina de dos grandes ojos cristal, se prolonreticulados, un ga la trompa saespacio en el que liendo de la foseta están implantadas en ·que estaba redos antenas muy plegada, por un cortas cuyo último movimiento que art ículo (puede eje cu La en tres haber de uno á tiempos, y que se tres, segun la espueden imitar de pecie] es muy larla manera siguiengo, aume ntado de le: plicando el vol úmen en su oxbrazo al cuerpo, 1Temidad en forma leYantando el ande maz·a , y lleYa, tebrazo sobre el bien un estilo ¡)lubrazo, el dorso de moso ó bien hilela mano contra el ras de pelos. Estos hombro, y di rison pelos tactiles giendo la muñeca que reposan cada hácia delante con uno e n un pequeel puño cerrado: ño gánglio, al cual tal es la disposiconcurre un fileLe ción de la trompa nervioso. Las dos replegada en el reantenas· citadas poso, el puño cerestán dirigidas ele rado, dirigido háarriba abajo, · cocia el e 1 ante q ue mo las dos ramas representa el paele mia V invertibellon. La prolonda (A ), hácia la Tromp::i. de la m ::isca . muy aumentada, gacion de la tromfeseta o e upa da pa se hará así: Bapor la teompa rejando el antobrnzo horizontalmente con el codo, plegada. Por debajo de las dos antena~ se ven levantando el brazo horizontalni. ente · con el otras dos más pequeñas y velludas diri g idas de hombro, y abriendo el puño. Tal es con corta ahajo arriba, y cuyas exLremidadcs, 1.amhicn en diferencia el movimiento que se ob!ierva en la forma de mazas, se aproximan á las de las pritrompa cuando se desarrolla; los dos labios de t~eras: son los palpos (para nosotros palpos maxilares); en su base existe frecuentemente una la exLremidad se separan en un pabellon en forpequeña eminencia cornnacla por un moño de ma de corazon, y si se le mira del otro lado de la lámina de cristo.l, se Ye, por transparencia, pelos, vesLigios del segundo palpo maxilar. que dicho pabcllon parece una ventosa que se Entre los palpos levantados y las extremidacomunica por una abertura oval ó cordiforme des ele las an:tenas deprimidas, se halla la aber-

LA BOCA DE LOS I SECTOS.

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situada en la base del corazqn, con el tubo interior ele la trompa. El órgano so compone, pues, de tres partes: una parte basilar ancha que lleva los palpos, que en la extension de la trompa cambia do direccion, pero sobre todo so prolonga saliendo ele la foseta bucal en donde estaba invaginada en el estado de reposo; una parte media articulada en rótula con la primera y que se ex:. tiende encorvándose de atras á delante y de arriba abajo; un pabollon encorvado durante el reposo por delante ele la parte media y cerrado por dos labios longitudinales, doblado durante la cxtonsion y abierto por la separacion de los labios que lo verifican transversalmente. Inmovilicemos la mosca colocándola sólo algunos instantes debajo de un vaso cuyas paredes hayan siclo mojadas con cloroformo; fijémosla lu ego por medio de un alfiler atravesado por el coselete en una laminita de corcho, y con una pinza de bocados muy finos, agarremos los dos labios aproximados del pabellon que está recogido; hagamos tracciones muy suaves hácia adelante, lo que obligará á la teompa á prolongarse, y depositemos en el órgano extendido una gota de alcohol puro. Los músculos retraetoros ele la trompa entónces prolongados, los fijaremos tambien, para que no pueda replegarse aquella. Una vez h echo esto, con unas tijeras muy finas cortamos la !,rompa rasando la cabeza, y la ponemos sobre una lámina de cristal con una gota de glicerina, adicionada con un poco de ácido acético ó fórmico, ele tal modo que no so incline sobre un lado, sino que quede extendida de plano en su posicion natural, con el pabellon dir:igido hácia abajo. La recubrimos con una laminilla sobre la cual haremos una presion conveniente y moderada que aplastará ligceamcnto el órganó y abrirá el pabellon; · dospuos llevamos esta proparacion á la platina del microscopio, en el que nos será fácil ver direclamenle la composicion de la trompa. (Véase la figu.ra.) En el centro, vemos un tubo formado por diferentes piezas, de coloracion oscura, formado en toda su longitud por una sustancia dura excepto al ni,vel de la articulacion media á fin de poder obedecerá la flcxion, envuelto en una espesa capa de músculos estriados, de los cuales unos son longitudinales y los otros oblicuos y transversales. Dicha capa contiene una trúquca gruesa que se di vide en la articulacion en dos ramas, y éstas en gran número de ramificaciones cada vez más finas. En la pcrifcría 0hservamos un tegumento espeso cubierto ele pelos cor-

tos y cónicos, dispuestos en líneas paralelas, y tambien gruesos pelos tactilcs. En la baso ó superficie de seccion, podemos ver un paquete do células que corresponden á las glándulas saliYares. Busquemos ahora la significacion de las piezas que constituyen el tubo central, y en el cual debemos encontrar las que arman la boca de los demas insectos. En la misma base, hallamos un anillo escamoso erizado de gruesos pelos tactiles; á menudo partido á consecuencia de la compresion de la laminita de cristal y que limitaba el borde superior de la foseta bucal. Esto es todo lo que queda del labio superior. Por dentro de dicho anillo sale un cono hueca, tambien quebrado frecuentemente, á veces intacto, estrangulado hácia la parte media ele su longitud y bifurcado en el vértice. Son las dos maxilas soldadas á lo largo de la línea media, soldadura cuya huella se conoce, y luego separadas al llegar á formar el vértice del cono; llevan por debajo, implantados en la gruesa capa muscular y tegumentaria que las recubre, los dos palpos maxilares. En el vérticl:l del cono, las maxilas dejan de ser de consistencia dura -para convertirse en hialinas y flexibles, á fin de poderse plegar en la articulacion; pero más adelante vuelven á adquirir su dureza y se continúan bajo la forma de dos láminas prolongadas y delgadas soldadas en en la línea media, cuyos bordes externos están arrollados hácia arriba como una larga trompetilla, cubriéndose uno á otro. Normalmente oxist_enen estos bordes, pequeños tubérculos que representan los dicn Les ó las diminutas piezas córi10.,{s de que están provistas las maxilas de otros insectos. (Es ta disposicion no puede verse en la fig uea por encontrárse en un plano distinto al de la misma.) Este l.ubo, arrollado en forma de trompetilla, termina en punta y constituye una especie do dardo hueco que puede ser proyectado más allá do la abel'Lura del pabellon. En cuanto á las mandíbulas, las encontramos bajo la forma do dos largos bastoncillos ensanchados en la baso de insercion, dispuestos á cada lado, por fuera del cono maxilar. Son móviles alrededor ele esta insercion y forman como una charnela sólida en la ai'Liculacion, durante la flexion de la trompa. En su otra extremidad, tienen dos espolones laterales que dan inscrcion á músculos; pasada la articulacion so reunen á su vez en un tubo enrollado sostenido por un basloncillo más del· gaclo que tiene á cada lado, tubo en el cual me· {en, como en una vaina, las e.·lrcmidades ele Ins


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maxilas. Este tubo viene á morir con los bas- adherirse á las sustancias secas, y tambien e] toncilios laterales en la base del pabellon, en poder funcionar como una ventosa. una especie de anillo provisto de varios apéndiPor último, el pabellon está recubierto en la ces transversales, que dan inscrcion á los mús- parte superior por un tegumento áspe1·0 de diculos flexores clel pabellon sobre la trompa y en bujos cuadriláteros muy .regulares, con pelos un sistema de cordones elásticos sumamente tactile~, y en la inferior por un epitelium sumacuriosos, que se hallan colocados debajo de cada mente fino. Así, el pabellon, que es evidentemente un uno de los dos labios del pabellon, esparcidos órgano de tacto y muy probablemente tambien en forma de abanico. El labio inferior es casi invisible en nuestro de gusto, representa las extremidades, soldadas en su 11rimera porcion y abiértas en la segunda, grabado, porque se halla situado al exterior, debaf o de la trompa. Tiene la forma de una cu- d¡¡¡ los dos palpos labial~s. La mosca, pues, rechara inserta en el tegumento, ó más bien con- une y concentra alrededor de la boca y de los tin uándose con el tegumento ele la porcion basi- ojos todos los órganos de los sentidos más delilar; al nivel de la articulacion. Recubre con su c?'dos ele que está dotada; si con tales medios concavidad la parte media del órgano por deba- de investigacio n concenteados ele c_ste modo se envenena al probar el agua de jabon y al chujo; es decir, que cuando la trompa se levanta, estando invaginada la porciori basilar en la fose- . par el papel mata-m,oscas, son absolutamente ta bucal, el labio inferior grueso, escamoso, cu- imperdonables. Con respecto al tubo central de su trompa, bierto ele pelos tactiles, protege la única part9 de la tl'6mpa expuesta hácia afuera, como una que contiene las maxilas arrolladas en forma de pequeña coraza anterior, hasta el orHlcio del dardo, diremos que es lo que se llama otras vepabellon. Terrn.ina en efeuLo, cerca de este orifi- ces el chupador. Constituye una verdadera bomcio, por dos largos espolones transversales, que ba en·la cual se mueve el dardo como un pistan están representados en nuestra fi g ura á cada y cuya cavidad se obtura q_u izá para formar una lado del anillo central del pabellon. Estos dos válvula, pis ton que por su punta puede tambien espolones pueden ser considerados como los servir para escarificar el cuerpo ele donde la palpos labiales: constituyen la armazon sólida mosca quiere extraer jugos. Hé aquí un aparato ciertamente complicado. del citado pabellon y dan insercion á los múscuPero al lado de los insectos bien provistos de los constrictores del mismo. El aparato que produce, por lo ménos en gran aparato bucal, encontramos otros que no lo esparte, la dilatacion del pabellon, es muy com- tán tanto. Algunas mariposas que no se aliplicado. El tubo mandibular central, dcspues ele mentan en el estado perfecto, cuya existencia terminarse en un anillo coriáceo, suministra en como individuos ha terminado y que no tienen cada labio un sistema de pequeñas laminillas otra mision que llenar que la de la continuacion dispuestas en forma de abanico, bifurcadas en ele la especie, tienen las piezas bucales atroflasu extremidad, apencliculadas en las partes la- das. Ciertas larvas, como la ele los IIemerobos, no tienen bo ca por decirlo así, sino únicamenterales ( y que están ocultas debajo del an'nlo, te dos mandíbulas perforadas por un canalículo en el g rabado ). Entre est~s laminillas apareque se abre en el ex_ófago. Por úHimo, las Coccen larg os cordones estriados al traves, afeccinélidas machos, las Fil_oxeeas sexuadas, no tando la misma disposicion que vemos en un tienen boca del todo definida. Viven, pues, sin elástico ó una trúquea, pero que no son Lubos comer; tambien su existencia es coda, sostenicerrados; son semi-conductos, ó por mcjoe cleda únicamente por los alimentos vitelinos que CÍ1', canales, de bordes festoneados y g-uarnecihan quedado en su cuerpo, porque no teniendo dos _ele pequeñas puntas. Estos cordones ó cintas boca, t~mpoco 1.icnen intesLino, y presentan el scmi-canalicularcs se encuentran en cada labio, fenómeno singular propio de los animales que esp~rcicfas ele una manera· radiada, y á su elasno son mús· que embriones ambulantes. ticidad es debida principalmente la separacion --==-c¡)-C;: auto mática y abertura de los dos labios cuando 1-a trompa se encorva. Cada uno de dichos corUNA VISITA dones está envuelto por una membrana hialina; ,t LOS MONOS DE LA OHIFFA ( ARGELIA) . entre las ramas de la V formada por los dos cor• dones más internos, aparece situada la glándula Entre las tradicionales excursiones de un vinje ií. Arsalivar descubierta por IC..rnckel, cuyo producto gelia, se cuenta la de una visita á las gargantas de la Ohiffa. Estt:i es uno de los puntos ch1sicos, y las guías lubriflcanclo la aberturq, dei órgano, le permite


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trabajo, los cosecheros empie:,,an ya á cortar sus trigos. itinerarias no dejan de convidará ello. Si los monos ¡Animo, cosecheros! del valle pican vuestra cmiosidad ó son susceptiHé aquí la Chiffa que se presenta; clespues, la encoá dároslos bles ele ag1:adaros, voy á esforzarme en trada de las gargantas por cletras d"el rio. El lecho de nocer. éste, ancho y profundo, se extiende con amplitud. Una Estos animales no viyen en estado ele libertad en doble hilera de ºárboles de laurel-rosa, en plena floresningun punto de Europa, excepcion hecha del peñon cencia, adornan las riberas. Es un magnífico especele Gibraltar. Aun en el estado fósil no se han enconá lar, primeras luces del alba. ¿Cómo describiros túculo trado hasta ahora más que muy raros ejemplares, que de la aurora, en to das partes el mismo espectáculo este provienen de las formaciones ele la época terciaria, desy sin embargo variado cuando el marco del cuadro transcubiertas en Sanson~ en Francia y en Pikermi en forma la escena? Pasamos muy deprisa para admirar Grecia. mucho tiempo. Las No meha seduciaguas ele la Chiffa do tanto la historia en la boca cl,e las garnatural de las gargantas, ahora en la gantas, como la beépoca ele sequía, son ll eza del sitio. Harecogidas por un mobiendo llegado á Blilino. A pesar de la sedah para exaininar quía y del ardor de los depósitos de la estacion, estas transporte del Oueclbienhechoras aguas el-Kebir, tenía que vivifican fértiles comprobar ciertos plantacion<ls. Alborcaractéres ele una de clelcamino existen formacion análoga á algunas e as as con las bocas de los dessus correspondientes filaderos de la Chifcultivos. Más adefa. Debiendo tomar lante, el camino se el f-erro-carril de pierde en el valle, por Oran á l as nueve de <letras ele una hilera - ]a mañana, no podía de montecillos. Aquí disponer del tiempo . no reina el siroco. Le necesario para hacer son un obstáculo las una excursion ele 25 montañas. Bajo las kilómetros por l0 abruptas pepdientes ménos. Me fui á pié, al abrigo de las garsaliendo ántcs de gantas, el fresco del amanecer. A u i que torrente modera la el sol no había salido tempera tura y el aún, el mercurio de v:iento cálido no pe· un pequeña termó~ netra allí en este mo: metro· que llevaba, mento. ¡ Qué magnipasaba la graduacion fica vcgetacion saca de la escala, marcande la tierra el agua, do más de 33 grados. tan árida sin ella! ¿Por qué tal calor? Aür¡. se ve el laurelUn siroco abrasador rosa, adorno ele vehabía soplado toda rano detoclos los l'ios Un 1110110 de la Chiffa. la noche. Todavía me ele Argelia.. Con el _ parece estar sintien-ó r eunido s por grnalternativamente veis laurel-rosa do en la cara sus bocanadas de aire caliente semejantes el acebo, .el lentiscrabl~, el olivo, el tamarisco, el pos, á las de un horno. Lo cual µo impide á mis pequeños con sus esjnyubal el luego mirto, el zumaque, el co, caballos árabes, acostumbrados á esta atmósfera de el brezo arborescente, gancho, ele forma en ·pinas Meele camino el por fuego, el marchar con ligereza veinticuatro especies de árboles y arbustos que no me cleah. Magnífico camino. Pasa primero atravesando la es posible citar. Debajo ele los árboles y al lado de los ]lanma en clireccion paralela al del ferro-carril. A amvienen los vegetales herbáceos, más numerozarzales bos lados se extienden b~llas plantaciones ele naranjos, sos, más modestos, pero casi todos florecidos. Cojo al campos de trigo y algunas viñas . Algunos grupos de pasar algunas de estas flores, una siempre-viva y camárabes, rebozados en su albornoz, marchan silenciosos en la semi-oscuridad. Es tiempo de cosecha. Como en pánulas azules, y pienso ~n mi lejano país. Cuanto mrís se avanzaiu\cia el Sur, tanto más prom edio del clia el calor llega rl ser insoportable para el 0


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Vi ,la de : ..s 0 a rJa ulas Je la Chiff,, (ArJdiaJ .

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fondas aparecen las gargantas, tanto i;nás espesas se hacen 1.as selvas en el fondo del valle. Las altas cimas, así como ciertas laderas, generalmente están muy desnudas. Estas pendientes ofrecen gigantescos hundimientos que alteroau con las escarpadm·as clé las ro·· cas leyautudas. Paisaje digno de los Alpes, las gargantas de la Chiffa forman en el Atlas una grieta Yisible desde muy léjos y ele nna exteusion de cinco leguas. A la salida encuentran los ojos el cuadro mágico de la Mitidja, las colinas del Sahel, el mar, eu fin, que se distingue á traYes ele la grieta de Mazafran. En el fondo de la· garganta murmura el torrente. En cuanto al camino, domina el to;-rente y se abre tan pronto en su mismo lecho, que le cede bastante sitio para pasar, como eu 1n. roca que amenaza desplomarse. Si para abrir paso al camino lia ·ido· necesario el auxilio ele la mina, el agua ha sabido por sí sola practicarse á traves ,<le la roca su lecho tortuoso. lvfil cascadas le llegan poi: los canales laterales, que corren á chorro, formando arroyos ó semejantes :i los gases ligeros ondulantes al soplo ele la brisa. ¿Admiraremos más la naturaleza ó el arte? ¿La naturaleza tau pintoresca en este sitio ó el arte atrevido que ha conseguido abrir este camino ele Meclcah? Nuestro viaje de hoy no va más all:i del puente del Ouescl-lVIerdja. Para encontrará los monos nos es preciso volver hasta el riachuelo que lleva este nombre, en una grieta :i la llcrecb-a del camino. A falta de otra inclicacion, la muestra de Palacio de los monos, basta para demostraros el punto clásico, objeto ·c1e los visitadores ordinarios de la Chiffa. Ya lo sabeis, el Palacio .de los monos ofrece buen albergue :i cualqtúera que dc~ce descansar en él. Los turistas ingleses vienen á él muy :i menudo, lo cual constituye una garantía. Un artista ha pintado en sus muros una mascarada de sus habitantes. Hablo de los Il;l.onos que. le habitan, ·no de las personas que vienen tL visitarlos. ¿Pei·o, dónde veremos á los venla<lcros monos? Esto no será dificil. Subid al jardi•, clctras del palacio, á unos cien pasos Üe distancia solamente. El valle está muy poblado de úrboles y el bosque es tan espeso y cerrado de tal modo que el riachuelo desaparece bajo el césped. ¡A.tencion! ¿No ilotais un movimiento en los thboles? ¿Ramas que se agitan? ¡Silencio! ¡Psit! Ahí están ]os mouos, muy cerca. Hé aquí uno que alcanzo cou mi anteojo. Es un mono grande, Yiejo, jefe da familia. Aparece asido gravemente á un árbol, ocupado en su tocado matinal, acechmí.do en los pelos de su piel no sé que cosa impeTCeptiblc para nosotros :r que el grave Bertrancl coloca entre su's dientes clespues de haberla cogido con aire sumamente satisfecho. Si teneis buena Yista, habreis notado ya la sociedad que acompafia á este personaje. Sin eluda alguna, sus pequefiuelos. Son cuat:o, seis, cliez y más, toda una cuadrilla. Trepan á 'los .h'boles más altos, conen en cuatro patas, li.stos y ágiles. Se cuelgan á hts ramas los unos de los otros, ·· · •fo~·-!llando m1a cadena. Se encuentran tan pronto arriba como abajo, brincan d.escompasadamente, haoen cabriolas, juegan unos con otros. Algunas veces, los maliciosos le tiran de la nariz ó de las orejas al pap;'i, el

cual les contesta con una patada ó un manotazo. Al lado una madre aprieta á su hijo contra su pecho. Aquí veis todo lo que los monos pueden hacer. Y o porfiaba tí lV+ohamrned, el criado ::írabe del palacio, sosteniéndole que estos monos estaban familiarizados y sueltos en los árboles del j ardin para atraer [1, los turistas. Domesticados ó nó, Yiven en el valle por centenares. ~:ro me pe a el haberlos visitado. 'En la Kabilia pulnlan lQs monos hasta el extremo ele ser una verdadera plaga para el país. Se les ve alimentarse no solamente ele las piñas, bellotas dulces y dátÜe , sino tambien de melones y sandías que roban eu los jardines, á pesar de todas las precauciones que para evitarlo toman los propietarios. 1\llientras estáu cometiendo el robo, dos ó tres de los más listos se suben á la copa ele los árboles y :i las rocas IJróximas para hacer centinela y a,-isarles en caso ele peligro. Cuando estos distiugen alguna pérsom1, que se acerca ú oyen algun mido, lanzan un grito cu señal de alerta. En seguida, con prodigiosa rapidez, emprenden la fuga, llevándose como puedan todo aquello que han llegado á coger. U na antigua preocupacion popular, hace que se les considere, por la gente ignorante clelpaís, como los descendientes 'degenerados ele una antigua raza ele hombres que habia sido privacln de la palabra y así afeados por Dios, en castigo de sus faltas. Les temen, y sin embargo no trapan ele destruirlos. Los pcrsigui::11, los acosan, los ojean, emple:in toda clase ele medios, ~üs ó rnéuos ingeniosos para espantarlos y tenerlos (1, distancia, pero no se determinan á matarlos por temor al castigo. · La geología ele la Chiffa insensiblemente me ha traído entre los monos, pero debo decir algunas palabras acerca ele otras observaciones mías n1c1s sérias. Con M. Henry Marés, uno ele los miembros de la Sociedad geológica ele Paris, y uno ele los hombres que conocen mejor la Argelia, he explorado en Blidah una formaciou de transporte señalada por Maupas como morrillos frontales, pero cuyos elementos no tienen el carácter ele un depósito glacial. Este depósito está compuesto de blocs angulosos, ele galetes y de tierra acumulada sin huella alguna de estratifi.caciou. Parece haber cortado hasta 100 metros de elevacion vertical el lecho del Ouecl-el-E..ebir, dctras de Blidah. Por trna parte se une al fuerte ele Mimich. En medio, las aguas lo han cortado con una profunda grieta, como sucede aún en los morrillos terminales de los ventisqueros actuales. Pero miráudolo ~le cerca, no podeis descubrir ni rocas pulimentadas, ui galetes estriados, ni verdaderos blocs err[tticos. El depósito encierra t.imbien mucha tierra que no tiene semejanza alguna con los restos glaciarios. Nada ele morrillos laterales en las Yertieutes del valle hácia arriba ele esta fonnacion. Sus caractéres son los de un enorme cono ele deyeccion depositado por una corriente de agua violenta y ele una manera sübita, por decirlo así. Luégo, el depósito ha sido quebrado por un torrente de mé.nos fuerza, to· mando el aspecto de un dique transversal p;l,recitlo li los monillos frontales de los ventisqueros. En el valle ele la- Chiffa, en las bocas ele las gargan~

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de apéndices, en los cuales encuentra igualmente satisfaccion el amor á los adornos. I-Ierodoto, en la enumeracion pintoresca que hace del ejército de Jerjes, nos presenta á los Calibianos con la cabeza cubierta con un casco de bronce, por delante del cual se elevaban cuernos y orejas de buey, y terminados en un plumero; los Etiopianos adornados con cabezas de caballo desolladas, con las orejas levantadas y con largas crines; se sabe por César que los Galos se cubdan, para entrar en combate, con cabezas de animales feroces, que disponían ele tal modo que parecían hacer gestos. Todos los pueblos tienen aflcion á esta moda, presentando la coleccion del coronel Le-Olerc curiosos ejemplares ele las costumbres seguidas para satisfacer semejante necesidad, por los pueblos escalonados actualmente en l9s difeÜÁRLOS Gn.rn. rentes grados de la civilizacion. Bliclah, l87'i. El negro clel Berlat tiene la cabeza cubierta con un enorme bonete puntiagudo, verdade~ ro bonete de astrólogo, de piel ele mon0 velluLA GALERÍA ETNOGRÁPICA do, terminado en una larga pluma ele avestruz DEL MUSEO DE ATlTILLERÍ.A. DE PARIS. sujeta por la punta; el Galla de Abisinia aumenta su negra cara toda cubierta con las se~ ñales del tatuage, con una ancha banda de piel (Conclusion.-Véase pág. 251.) Los adornos de la cabeza tie'nen tambien su ele pantera. El habilante de Borneo lleva en la cabeza una impo·rtancia, como 'Un instrumento de guerra; ele cesto de junco entrelazado, recubier~ especie enLee los pueblos salvajes sobre todo 1 pertenece to con un trozo de piel figurando toscamente esencialmente al conjunto del aparato guerrero. una cabeza fañtástica, encima del cual colocan El hombre, por otra parte, no hace en esto más enorme cráneo ele Callao , que termina en un que obedecerá una ley que rige en todos los y elegante penacho de plumas de Ar~ largo un animales: en casi todos, las plumas ó los pelos 1). (flg, de la cabeza se erizan bajo la influencia de la gos En las islas Ma1·quesas, el guerrero cubre lá -cólera; el ave levanta s1,1 _moño·, y, para no refecon un adorno hecho ele plumas de ga~ cabeza rirnos mas que á graneles mamíferos, el leon llo dispuestas en forma ele abanico; por delaneriza la melena, el gorila, cuando está furioso, te se pone una diadema ele madera, sembrada levanta la cresta de pelos que lleva en la cabeza, de pequeños granos rojos; por encima de la diaal mismo tiempo que dilata la;;, ventanas de la dema se levanta un haz de plumas ele faeton, nariz, y deprime el labio inferior. Para asegumuy raras, porque ele ellas no se encuentran rar esta funcion, existen en todos los animales que dos en la cola ele cada ave. incluso el hombre, fibras musculares especia- más Las razas de cabellos más ó ménos encrespa:.; les; por lo demas, si en el homb1•e ¡;:ivilizado, dos, se distinguen pai·ticularmente en el arte de es poco sensible esta horripilacion determinada dar á su cabeza una apariencia extraña; así es por la cólera ó el espanto, es preciso confesar que el australiano coloca entre los mechones que no lo es mucho más en el estado inferior de desgreñados ele su cabeza una mezcla. ele huesos civilizacion. Parece, pues, que la citada faculele kanguroo, colas ele perro y plumas ele casoar; tad de erizar los cabellos se ha conservado en el pero el tipo más extraño, bajo este aspecto, esl{t ·hombre, no ya de una manera positiva, sino sopor los papús. hre todo de un modo intencional: la necesidad representado El papú ele la Nueva-Guinea, con toda la cara de horripilacion, instintivamente. calculada con embarrada con pintura.roja y con el tabique ele el fin de atemorizar al enemigo, ha dado origen la nariz atravesado por pequeños trozos ele na-, á mil maneras de arreglar el cabello, ya dándocar, parece á primera vista cubierto con un vole enormes proporciones, ó ya, aumentando las luminoso bonete; su tocado no es sin embargo naturales en caso de necesidad con toda clase

tas, se observa uua formacion completamente ~náloga á la de Blidah. Sin embargo, no presenta la Chifla rastros de blocs erráticos procedentes de morrillos laterales eil las vertientes del valle. Por el contrario, se nota en ciertas cornisas rocosas de mucho vuelo, fragmentos del terreno de transporte, á un nivel correspondiente á la parte superior del cono de deyeccion de la boca de las gargantas. Estos fragmentos persisten en los puntos en donde las capas levantadas pa·ra formar cornisas, les protegen contra el hundimiento. Nuestro grabado representa uno de estos fragmentos en la parte derecha. Probableménte los depósitos erráticos indicados hace algunos años en la parte superior de ElKantara, en el camino de Batna á Biskra, son de la misma rni,tmaleza. En toda la parte Norte del África, lo mismo al pié ele las montañas que en las riberas ele sus ríos, se encuentran aluviones antiguos de gran fuerza, depositaclós por corrientes de agua más abundantes y más violentas tambien que las de hoy dia..

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otra cosa que su misma cabellera encrespada, separada en dos grandes lóbulos que pasan por encima de la cara, que se tiñe de color rojo con cal, polvoreada en seguida de blanco con coral pulverizado; delante de esta especie de bonete de pelos, ostenta á gu isa de placa una diadema de plumas de casoar, colocándose encim a de todo este conjunto un ave del paraíso de colores variados y con la larga cola graciosame nte encorvada (fig. 2). Por otra parte, parece probable que alguno ele nuestros tocados militares, llevados por la cas ualidad en la navegacion á estas lejanas comar-

Fig . 1.- lsla ele Borneo.

las Salomon (San Cristóbal ) ha ejecutado segun un modelo europeo, con sus cabellos enrojecidos por la cal , este bonete velludo, adornado con una corona de óbulas blancas y con dos borlas encarnadas que no faltaban nunca en los antiguos bonetes de los granaderos franceses, y terminado en un peine adornado con plumas de papagayo? (fig. 3). ¿No es l a mismo uno de aq uell os tocados mitad casco, mitad sombrero, adornados de plumas cortas y rizadas, que se usaban en tiempos de Luis XV _en Francia, y que si n saber cómo, _ha inspirado el tocado del jefe de las Nuevas -IIébridas que representamos? (fig. 4). Ha habido necesidad de reemplazar lo que tenían de bonito y gracioso los tocados ele la época á que nos

cas, h ayan sido objeto de la admiracion de los naturales, que se han esforzado en imitarlos, empleando el medio que les· h a parecido más sencillo. · No se diferenciaban mucho: ¿q ué son esos bonetes de pelo que desaparecen hoy de los ejércitos modernos , pero que existían aún hace a lgunos años? ¿Qué son todos esos adornos del casco, sino el último vestigio de ese gusto natural del hombre qµe le emplea para inspirar temor á sus enemigos por la singularidad de los mismos? ¿Xo podemos suponer que este jefe de las is-

Fig. 2.-Nueya Guinea.

referimos, por algo más propio y que estuviera más en armonía con el fin q _u c se propo, nían llenar. De semejante asociacion ha nacido evidentemente el extraño tocado de los jefes: especie de casco redondeado, adornado de plumas amarillas, cortas y rizadas, pero figurando una cabeza gesticulante en la cual los ojos y los dientes descubiertos por una risa horrible, están toscamente representados . Con respecto á las Islas del Almirante, el tocado adoptado por los jefes parece pertenecerle en propiedad, y casi mas bien nos incli.namos á creer que algun marino inglés despues de haber hecho reirá sus compañeros con la imitacion del tocado que h nhí a vtsto entre los inclí-


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genos, ha importado , ele tal modo este tipo exó-

1

ti co, que ha llegado

a ser luego

el tipo legenda-

f'i g. 4.-Nue,•as ll ébl'i<las.

llig . 3.-Islas <le oalomou.

I' ig. G.- _\u sll'al ia.

Fig. 5. -Islas del _\.Jimra nle.

'focad'.ls copiados ele los 'm odelos ele la nueva gal ería et uogl'::tnca del Musco ele Artillería ele P arí,.

rio del clown: ¿Como no recordar al cómico ele los circos al encontrarse en presencia de este ,

I personaje,

cuya cara está pintada de blanco y rojo, y cuyos cabellos enrojecidos por 1a cal es-


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tan sobrecargados de plumas de gallo dirigi- tica de máquinas de muerte,-primer resultado das hácia delante y con dos flores rojas de hi- del primer esfuerzo de que es capaz la inteligel!biscus, que hacen el contraste más extraño? cia humana; no se tarda, sin embargo, en rcco,nocer que, en esto como en todo 1 lo que toma(fig. 5). El australiano (fig. 6) se contenta con un bo- mos por un capricho, por una casualidad, no es nete de piel de kanguroo, adornado con un pena- mús que la resultante de las fuerzas calculables cho de plumas. Su larga barba negra, un círcu- del medio y de la necesidad. lo blanco alrededor de los ojos y bandas blan- . La materia de las armas, así como su forma, cas que ciñe al cuerpo, son sobre su negra piel, ostán son1.etidas á una misma evolucion, como tiene lugar respecto á las lenguas; la inteligenele un efecto muy raro. Pero á medida qu~ se asciende en la- galería cia humana debe recorrer fatalmente en todas de que nos ocupamos en la escala de la civiliza- partes el mismo camino, detenerse en las miscion, se nota que poco á poco el tocado deja de mas etapas, para llegar al mismo fin. En los ser un aparato de efecto, para conv'ertirse en un países calcáreos la primera piedra que el pié objeto útil, un arma defensiva, no solamente hizo rodar, recogida al momento, fué la primecontra el clima, sino tambien contra el enemi- ra arma que empleó el hombre, y como abundago. Llegaríamos así hasta el estado de la Euro- ba la piedra, cogió otra sin pensar en si volvepa en la Edad-Media, y bastaría_arrojar una mi- ría á encontrar la primera. Se estaba en el rada, en la sala próxima, sobre fas armaduras camino del arma de tiro . Allí, donde la piedra ei-a escasa, debió el homy los cascos de esa época, para observar que tambien los europeos desde mucho tiempo en bre tenerla en 1a mano y herir sin dejar su . arel camino del progreso, nos preocupamos mu- ma·; todos los perfeccionamientos ulteriores se hicieron en este sentido, no se apartaban del cho JUáS del lado ofensivo que del defensivo. El exámen de las armas de la coleccion Le- camino del arma fija. A.sí es, que la naturaleza Clerc, permite comprobarlo á cada paso. Allí todo del suelo debió desde un principio, y segun el está hecho para el ataque. El arma defensiva es ·país, imprimir á la industria humana una direcrudimentaria: en todas partes se ve el escudo cion cie la cual no se aleja. El hueso, }a madera, de madera primero, como en Nueva-Caledonia, el hierro, vienen en seguida y marcan una edad diferente. El arma de fuego aparece á su vez, en donde está adornado con líneas quebradas, rectas y paralelas; más á menudo el escudo está pero no es· una evolucion del arma, es una rehecho de la piel gruesa de un animal: .d e la del volucion en el armamento. Sin ocuparn,os aquí elefante, en el Gabon y en Nubia; del rinoce- del fusil, del trabuco, ele las armas de fuego que ronte, en Zanzíbar; del buey, en Guinea; del se encuentran, ricamente adornadas, en manos pacífico antílope, entre los tuaregs. El magnífico de los kábilas, de los árabes, de los abisinios, escudo tuareg, expuesto en la coleccion, está ele los malgachos, etc., de la coleccion Le-Clero, cubierto de dibujos profu11dos, de color azul, vamos á ver cómo los pueblos actuales, que figuque obliga á preguntar si se habrá practicado ran en la galería, están desigualmente escalonael tatuage durante la vida del animal, que se dos en las diferentes etapas del camino que las destina á la preparacion de un escudo. Pero co- naciones europeas han recorrido desde mucho mo el arma defensiva debe al mismo tiempo te- tiempo. La edad de la piedra, que es tamhien la del ner un carácter ofensivo, no inspirarían el tery la madera, segun las circunstancias del hueso ror si algunos pueblos no dibujasen en sus reina en la actualidad y á veces sin dimedio, caras con distintos c9lores, cabezas gesticulante,s é imágenes de los suplicios qu_e esperan al vision, en un gran número de países. El-papú de la Nueva-Guinea, c~yo tocado reenemigo vencido; otros, como en Borneo; acumulan en el escudo las cabelleras de las cabezas presentamos en la figura 2, se apoya en un !'arque han sido cortadas ya por el guerrero, espe- go y enorme rompc·- eabezas, que señalamos en cie de chevron que parece seguramente hecho el grabado de la púg. 249, fig. 1, núm. 14, Dicha arma está formada por un largo baston de mapara inspirar respeto . Mucho más variado parece. el genio de los dera dura, que pasa como á traves ele un anillo en un ei1orme globo de s.erpentina, cuyos golpes pueblos primitivos cuando se trata de atacar. 'l'odo eslá calculado ciertamente, en razon del deben ser terribles. El habitante de las islas del Almirante tiene 1nedio en que puede encontrar el guerrero la m¡3.teria primera de sus armas--"-se pierde desde en la mano una zaga ya, cuya caña es de bambú luego en este conjunto confuso, panoplia fanlás- y la punta ele obsidia11a (1Jé.Íg . 249, fig. 1, núm. 7);


LA NATURALEZA lleva1~ colgados al cuello cuchillos de la misma sustancia, que recuerdan mucho á los ele la época de la piedra tallada en Europa. Las armas del australiano son numerosas. ;\.demás de las diversas zagayas ó mazas ele madera, lleva en la cintura un hacha de piedra pulida (fig. 1, pág. 21l9, números 5 y 6), idénticas á las que se conocían en Eurnpa en cierta época. La piedra e tá embutida en un mango formado por dos latas flexibles y unidas entre sí por ligaduras. 'Sirve la más pequeña, (!lg . 1, pág. 2119, núm. G), dice el coronel Le-Clerc, para subir á los árboles; mientras que con una mano se agarra el australiano á las ramas, con la otra, armada con el hacha, practica un corte en el cual apoya el dedo grande del pié, siendo así con1.o se libra del gato montés y de los animales dañinos que se refugian en las cavidades ele los troncos de los árboles. El arma ele piedra á veces se convierte en insignia de~mando; como ejemplo tenemos á ese jefe caledonio que lleva en la mano una elegante macana en forma ele raqueta , hecha con un pedazo liso y circular ele jacleita pulida, sujo la . en un mango ele madera por cuerdas ele pelo ele ruseta, gran murciélago del país; pero el arma más segura para el jefe que citamos es su honda, que lleva enrollada akecleclor ele la cabeza, y cuyos proyectiles, pequeños pedazos ele sulfato de barita, lleva en la cintura, en una pequeña bolsa ele malla. Estos proyectiles, dice el coronel Le-Clerc, alcanzan hasta 200 metros; pero su alcance ordinario no es más que de 60 ú 80 metros. Las armas de piedra, son, como ya hemos dicho, contemporáneas con las ele madera y las de hueso; bajo el punto de vista de su forma , todas estas armas pertenecen á tipos diferentes: basta citar las magní!lcas macnnas de madera de las islas Salomon, Viti y Marquesas ó de la Nuev.a-Zelanda, cuyos dibujos se encuentran en nuestro grabado (fig. 1, p:'.tg. 249, números 1, 2, 3 y 4 ), las zagayas neo-caledonias, las lanzas australianas de madera, etc. Los australianos poseen un anua ele tiro muy particular; sus lanzas, sus zagayas ele madera, son arrojadas con un movimiento de raqueta, por medio del V-ummera, palo corto que termina en un gancho, en el cual se apoya la zagaya, hasta que un movimiento brusco le da el vuelo necesario. Esto es lo que sustituye al arcoJ que no existe ni en la Polinesia, ni en la Australia ni en Nueva-Caledonia, El arco y las flechas existen por el contrario en la Nueva-Guinea, en donde

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encontramos tambien una llecha particular, cuya extremidad , de madera poco pesada, es reclonclcacla y no puede más que aturdir sin matar y sobre todo sin estropear el plumaje ele las aves de hermosos colores, que el hombre desea conseguir para hacer ele ellas adornos. Con el mismo objeto se sirven los naturalistas ele pequeños cartuchos llenos-de agua. Excepto en el país ele los Botocudos, en el cual son de madera las puntas de las flechas, ele las zagayas ó de las lanzas, son ordinariamente ele hierro, cuando no son ele piedra. Damos el dibujo ele una soberbia lanza de las Nuevas-Hébriclas (!lg. 1, pág. 249, núm. 8); está formada ele púas talladas en huesos humanos y cuyos intersticios están ocupados por hilos muy delgados entrelazados con nmcha habilidad. Con clientes de tiburon guarnecen una lámina ~e madera, que constituye ele este modo un puñal sumamente peligroso; en fin, construyen macanas enormes · de una sola sustancia, que suele ser el hueso ó el marfil. Así es la que representamos (fig. 1, pág. 249 , núm. 13) y que tiene en la mano un negro del Bertat. Se notará la analogía que hay entre esta arma y la que, muy conoc.icla en el estudio ele la Europa prehistórica, ha recibido á falta ele otro el nombre ele baston ele mando. En la época pre-histórica, el europeo, como hoy dia el negro del Bertat, empleaba armas toscas, gruesas, que debían ser muy á propósito para matar de un solo golpe al enemigo. Al hacha, á la macana, al instrumento en for• ma ele raqueta que sirve al australiano para lanzar sus zagayas, á la honda, es preciso añadir dos armas ele tiro sumamente interesantes: üna es el B-umm·an auskaliano, especie de arco ele círculo ele madera lisa, ligeramente encorvada en íorma ele hélice, y que como sucede á Yeces con las flechas ele papel confeccionadas y lanzadas por los niños, posee la singular propiedad ele voher á los piés del que la ha arrojado, cuando no ha alcanzado su objeto; la otra es la cerbatana , en uso en la Guayana y en Bor • neo, en donde tiene una vercladcrn bayoneta ele hierro. Por lo clemas no debemos extrañar el Yer reunidos en un mismo personaje las muestras ele lo que podríamos llamar la edad ele la piedra, ele la madera, del hierro, etc. Cada período se une al que le pt·ececle sin anularlo, ele la misma manera que la piedra pulida ha podido , en un momento dado, encontrarse en otro tiempo en Europa, eri las mismas manos que la piedra tallada, y que hoy clia el .fusil puede acompañar


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al rompe-cabezas, como en Madagascar, en la zarse entre dos capas de aire, lo mismo que una flecha, y la arrojan al corvejon de los cab.allos, costa de Guinea, en Abisinia, etc. Así es que v~mos el hierro en la extremidad que infaliblemente corta. ¡Cuánto talento, cuánta habilidad, cuánto gede la lanza del habitante de la isla de los Papús, nio empleado en la eleccion de los medios de del malayo, que fabrica tambien armas flamantes por la forma, de hierro, con infinidad de que se vale el hombre para destruir_á su semeadornos; una punta ele hierro completa la maza jante, pues son más bien armas de guerra · que arinas de caza! Pero tambien debemos observar de madera, el tomahawck del piel-roja (l1g. 1, pág. 249, números 9 y 10). Así es que el hacha que cuanto más se perfeccionan las máquinas de hierro, construida de un modo particular, de destruccion, tanto ménos mortíferas son las como las lancetas de sangría que los médicos guerras; nuestros grandes combates de artillería producen denominan de ménosvictimas g1·ano de cebaque los antida, acompaña 1, ·g uos combates (figura 1, pagicuerpo á cuerna 249, númePor otra po. lamaá 11) ro no pareparte, madera de cana que la sino ce piel-roja. del invencion de Por otra parlas armas, sea te,_si queremos la primera etahierel admirar pa por que debe ro en su pureza pasar el espírihemos étnica, tu humano, paele buscarlo en ra llegar más mano de las poá la adelante del blaciones deslos cíe vía Negros África. cubrim_icn tos; son los que-han si bien porque, el importado que verdad es Egipen hierro ocnaciones las exámen el y to, ins c 1 ta ciden ele sus armas I as n taro en v opila confirma I'ig.z fueele armas tendía que nion T go, tambien es _ á hacer creer T I' cierto que han G_ trabajo el que inventado las era hierro del t le Caillc L. e el '.o ra a :n del moc.le:o mo .-Déc: I Fig. máquinas de africaorígen de pa r a la licuefaccion de los gases. y el telévapor no. Las granntad o e n el momenlo en que a caba represe cuefaccion, li e d ':?.-Tubo Fig. grafo. eles lanzas heel e llenarse con e l gas que se tra ta de som eter al ensayo, ántes ele str col ocado en el aparato. chas ~t martillo del negeo del LTCUEPAOOION DE LOS GASES. Bertat, del Nubiano, el gran sable en forma de hoz delAbisinio (fig.1, p~tg. 249, núm.12), cuya forma y el modo ele fijarla al mango, recuerdan APAfiA'l'O DE DE~lOS'l'BACION DE CAILLE'l'E'l'. del 1.oclo la forma y fabricacion de las hachas de Anteriormente nos hemos ocupado del gran aparnJo la época de la piedra pulida, como si el tipo huque se ha servülo Oailletet para la realizucion L1c de biera sobrevivido á las modificaciones de lamasus notables experimentos sobre la Iicuefaccion de los teria primera; las espadas y los puñales encorvagases permanentes, en su fabrica de Ohatillon-:sur-1::k:dos de la co.sta de Zanzibar son magníficos tra- ne. Tambien, hemos hecho algunas indicaciones, ú bajos metalúrgicos. Pero el arma más singular propósito de esta primera noticia, relativas al aparato es indudablemente la que se halla en manos del transpo:d able de menores dimensiones, cuyos planos Tuareg (flg. 1, pag. 249, núm. 16): es u·n a ver- ha dado el sabio industrial, ií uno de los constructores dadera navaja, destinada por su forma á desli- franceses mas h~íbiles, M. E. Dncretet, Este décimo LAt. GL OIS


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aparato, semejante en principio al ele Chatillon-slll'- que es comprimido el gas, porque suponemos á nuesSeine, le representamos en totalidad en el grabado ad- tro~ lectores suficienteniente enterados· por los dos j unt9. No hemos de)nsistir en la parte clel sistema, en 1 articulos que acerca ele este punto llevamos publi-

Fig . 3.-Uran aparato de Raoul Pictet para la li cuefaccion ele los gases.

cados. Sin embargo, recordaremos que el tubo TT (fig. 1) contiene el gas que se ba ele comprimir. Se su-•

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merge en su porcion inferior, en una cavidad llena de mercurio. La presion ejerce su accion por el interme-

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Fig. 4 .- Seccion del aparato anteriot·. B . l\'lortero d e hierro qu e contiene clorato potásico para la produccion del o:"igeno.-AA'. Tubo _de l!ie rrb, cerrado, en do~de se verifica la compresion del gas.-C. Cilindro refrigerante en donde ttene lugar la volat1ltzac10n del áetclo_ carbónico liquido.-F. Caja ele madera que contiene un cuerpo mal co nductor del calor.-D. R eceptácu)o ele áetdo_carbónico liqu1do, envuelto por un cilind ro refrigerl!-nte, en doncl_e se vola~iliza el ~ci~o sulfuroso liquido.-H_. Cap que _c ontiene un cu er~o mal ' co nductor del calor.-G. Gasómetro c¡ne contiene el áetclo carbomco gas~oso.-K. Recep_taculo de á~1do sulruroso l1qu1do.P. Una de las bombas aspirantes impelentes.-A' Llave que puede abnrse para dar salida al gas _hc¡mdaclo, que se escapa en la direccion de las fl echas.

dio de una capR, de agua, obra sobre el mercurio y le

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obliga :'i ascender en el tubo TT. El gRs es comprimí-


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do en la porcion superior de este tubo.-M es el cilin- cía en la teoría del sistema, más bien que su disposidro que coutiene la sustancia refrigerante, protóxido cion real y verdadera. El aparato del Sr. Pictet tiene dimensiones considede ázoe liqlúdo, hielo fundente, etc.-C es la campana ; pafa qne nuestros abouaclos puedan tener idea rable exterior en el fondo de la cual se encuentra la materia. que mide, bástanos decir que un hombre altura de.la desecanté, destinada á impedir la formacion de rocío de pié, colocado junto á él, llegaría con la cabeza :i la que. dificultaría el poder obs¡rvar lo que pasa en el tubo altura del manómeti:.o, que aparece indicado en el grade licuefaccion . con la letra H. Se encuentra instalado en una bado Hé aquí ahora la dcscripcion de la bomba de comgran extension, en donde pueden asistir más de sala presion, que difiere de la prensa de tornillo del gran cómodamente, á todas las fases de los personas 30 de Cbfi,tillon-sur-Seine. en aparato instalado La gran palanca L (fig. 1) entra en accion; conduce experimentos. Cuando se trata de liquidar el oxígeno, se soqiete á fácilmente la presion á 300 atmósferas próximamente, accion del calor el mortero B (fig. 1), que contiene la como indica el manóm!c)tro M. Para conseguir una presion supel"Íor á ésta, es preciso obrar con el volante V, . 700 gramos de clorato potásico. Este :mortero, que llena las funciones ele una retorta, se halla colocado sobre que manda á un tornillo del piston sumergido lateral; de este modo es susceptible el apai·ato de alcanzar una un hornillo ele gas. El gas desprendido se comprime prnsion de 500 atmósferas. El décimo volante V', sirve en el largo tubo de hierro encorvado adaptado á la para el caso eu. que se desee suprimir bruscamente la parte superior del mortero. Dicho tubo, dispuesto en accion de la presion -y producir la conclensacion, que la caja F, se termina por una llave y un manómetro, ha sido Cailletet el primero que la ha utilizado con el que están indicados en nuestro dibujo en el primer desprenfin de obtener el frio necesario para la licuefaccion plano. Está enteramente cerrado durante el por solo el verifica se compresion La gas. del dimiento para algunos de los gases permanentes. quí1nica. La figura 2 representa el tubo TT, en el momento. efecto ele la descomposicion encerrado en un cilindro está cuestion en tubo El en que se llena del gas que se trata de ensayar; este que al volatilizarse líquido, carbónico ácido do lleno gas llega por el tubo H, y se escapa por la extremidacl aspirantes, probombas las de accion poderosa la bajo se Cuando operacion. la durante abierta queda que P, de-140°. frío un duce ha separado el aire enteramente, se cierra al soplete la Este ácido 'carbónico se liquida en un tubo que está punta P, y se levanta el tubo: un glóbulo de mercuen la caja superior H; los dos cuerpos de conteuido rio G, que se había introducido al comenzar la operase ven en el segundo plano del grabado, que bomba, constituyendo eBcorvada, parte cion, viene á-ocupar la en el estado gaseoso en el gasómetro toman le 1) (fig. un tapon que cierratherméticamente, sujetándole con en el tubo colocado en medio de la comprimen le y G, el dedo; entónces puede trasladarse al lugar oportuno forma el receptáculo de ácido que tubo Este H. caja del aparato, para someterle á la compresion. sometido por sí mismo á estar debe líquido carbónico puros; absolutamente gases con operar Es necesario por un cilindro envuelto está enfriamiento, gran un · no liaciéndolo así, es evidente que la licuefaccion pose volatiliza, que líquido, sulfuroso ácido contiene que _ dría producirse en un gas extraño. líquido sulfmoso ácido de receptáculo El cesar. sin Este décimo modelo del aparato de L . Cailletet, es cuerprimeros dos Lo3 1). (fig K en representado está Ciencias de Academia la á presentado sido ha que el á la destinados especialmente están bombas de pos y el que ha funcionado en el laboratorio de la Escuela refrigecilindro el en sulfuroso ácido del volatilizacion Normal de París. Le hemos visto funcionar en dicha capital recieni,emeute, y nos ha parecido de un manejo rante de la caja H y á comprimirle alternativamente sumamente pn\ctico. En el experimento de demostri- en el cilindro K . La figura 2 demuestra la seccion de este poderoso cion á que asistimos, se distinglúa con mucha claridad mecanismo. la formaciop. de una niebla espesa, análoga á una nuRemitimos al lector á la descripcion que hemos dado becilla de rocío, en el momento en que, despues de una de los bellísimos experimentos del Sr. Raoul Pictet fuérte compresion del gas, se producía la retencion por (véase pág. 493, número del 23 de Febrero proximo pai:;aun movimiento de rotacion que se imprimía al volanacerca de este punto. Debemos añadir que grado), te V'. No sería, pues, imposible recoger una pequeña cnntidaél. del gas liquidado, adoptando un recipiente cias á la «Sociedad ger..ovesa para la -construceion de de llnve que se colocara convenientemente en la extre- instrumentos de física», ha podido disponer Raoul Pictet del material mecánico tan poderoso que acabamidad del tubo en que tiene lugar la compresion. mos de describir. GRAN .A.PAR.A.TO DE R.A.OUL PICTET .

Tenemos una verdadera satisfaccion en poder ofrecerá nuestros lectores el grabado adjunto (fig. -1), que representa de una manera completa el gran aparato de licuefaccion ele Raoul Pictet, tal como ha sido constrnido en Géno,a. Las :figuras que hasta abora habíamos publicado, eran puramente esquemáticas, y no tenían otro objeto que el ele facilitar la mejor inteligen-

LA MARIPOSA DE LA ZANAHORIA. Los Lepidópteros que más comunmente llaman nuestra atcncion y nos encantan con el brillo de sus hermosos colores,·cuanclo vuelan y cogen, flores animadas en medio de las.· flores inmóviles, han recibido de los entomologistas el nombre ele Ropalóceros, porque


LA NATURALEZA sus antenas están terminadas por un boton en forma de maza más ó ménos prolongada. Este nombre es ménos conocido que el de mariposas dilU'nas, que so les ha aplicado enrazon de su estado de actividad durante el dia. Sería muy exacto, en razon de las costumbres de estos Ropalóceros, si tal denominacion de los autores antiguos no estuviera en oposicion de las de crepusculares y nocturnas dadas á otras mariposas cuyas antenas están conformadas segun tipos variados y diferent es. Estas ültimas no ,uelan todas por la tarde; un cierto número recorren los aires durante el dia y áun bajo los ardientes rayos del sol; rio dejan de volar hasta que ha entrado la noche, no permaneciendo en actividad más que d9s horas á lo más, despues de la puesta del sol. Se han abandonado, pues, estas distinciones poco exactas. La Europa tempfoda no posee más que algunas especies de esta espléndida familia. La más comUD, pertenece ií. un ejemplar que se reproduce en toda la tierra. entre diversas especies, con el fondo de las alas de un color amarillo más ó ménos oscuro y con fojas ó ó manchas subrectangulares de color negro intenso. Es el Papilio rnaclzaon, Linn., conocido vulgarmente con la denominacion de mariposa del hinojo ó de las zanahorias, porque sn larva vive sobre diversas_Umbelíferas : el hinojo, la angélica, el anís, el nabo, la zanahoria silvestre y la cultivada. Pertenece á las larvas _ ele patas completas, como el> gusano de seda, seis escamosas ó en forma de ganchos, que corresponden á las patas del tórax, las únicas que esconde la mariposa, diez en forma de mamelones rodeados de una corona ele ganchos y que sirven al insecto para agarrarse á las hojas y á sus peciolos. E sta larva es de un bello color verde vivo, con fajas transversales de color negro aterciopelado; salpicadas ele manchas anaranjadas. Se la encuentra frecuentemente en las huertas, y se crian con suma facilidad en un tiesto de flores cubierto con una muselina, dándole hojas de zanahoria. Cuando se la inquieta, hace salir, como todas las larvas de sú. género, del primer anillo próximo á la cabeza, un tentáculo carnoso y eréctil, de color rojo-amarillento y en forma de Y. Parece prob~Lble que dicho tentáculo sea 1m medio defensivo, del cual se valen para inquietar el ave ó la avispa que intentaran despedazarla, ó los Icneumónidos ó Dípteros 1entomóbicos que buscan sitio á propósito para depositar los huevos de donde han de nacer larvas que se alimentan con los tejidos de esta l~rva. A menudo, sobre todo cuando hace calor, esta larva espa,rce nn olor á zanahoria, lo mismo que la mariposa que de ella proviene. El insecto tiene dos generaciones anuales; las larvas de la primera provienen ele los huevos puestos en otoño y los cuales parnn el invierno en tal estado; las otras, nacidas de los huevos puestos por las mariposas de la primavera, recorren en dos IJ?eses r medio, próximamente, el ciclo de sus metnmorfósis y clan las mariposas á fines de Julio, Agosto y Setiembre. Ltt crisálida, desprovista de las bellas manchas do radas de algunas crisliclas de las Ninfales ofrece la

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region superior gruesa y angulosa; y es en donde se reconocen, si hay alguna costuni.bre, las cubiertas ele la trompa enrollada, de los ojos, de las antenas, las escamas que recubren las alas, las patas desplegadas debajo del vientre. Los anillos del abdomen son bien distintos y muy móviles, cuando acaba ele formarse la crisálida y está por consigtúente todavía blanda; pero pasados UDOS dias se endurece. El animal permanece inmóvil y suena lo mismo que un grano que se dejase . caer sobre una placa elástica; se le creería muerto. El color d,e la crisálida es tan pronto Yercle claro como grisáceo, sin que influya para nada esto en las mariposas, que nacen parncidás á las crisálidas de estos dos colores. Algunas personas .habían emitido la opinion de que existía un poder voluntario de imitacion del color ele los objetos, destinados á proteger la vida del in~ secto, sustrayéndole de este modo más fücilmente á la mirada del enemigo. Si se hace crisalidar á. esta especie en las cajas de cría, se obtienen crisúlidas ,erdes ó grises separadamente ó á un mismo tiempo, sin que conozcamos la causa. Las mariposas ele las zanahorias que nacen en la primavera, tienen 1,iempre el fondo de las alas de un color amarillo azufrado pálido. Vuelan sosteniéndose en el aire con las alas extencliclas, sin moverse de un sitio si uo se las inquieta, y onanclo avanzan lo hac:en con 1ma lentitud tranquila y majestuosa. N acla más bello que la pureza ele sus matices, sobre todo las pequeñas manchas en forma de ojos, de un color azul muy delicado análogo al aterciopelado de la ciruela, r los círculos negros que se ven en el ángulo anal de cada ala inferior. Esta bella mariposa vuela en losjnrdines, en los bosques, y 13obre todo en las praderas y en los carú.pos ele trébol y de alfalfa. La hemb.ra es ménos comun que el macho y de mayor tamaño. Las mariposas ele los meses de Agosto y de Setiembre tien(¡)n á veces el fondo ele las alas de color amarillo subido y un poco oscuro. Es prouable que esto sea debido á una insolacion prolongada de la crisálida ó del insecto adulto que reYolotca en las praderas abrasadas por el sol; se ve á•los machos esperará las hembras, posados en las espigas, en cuya actitud permanecen varias horas bajo los ardientes rayos de la canícula. Se ha observado que los individuos conservados en los cuadros ele adorno expuestos á 1ma luz muy viva, adquieren un color enteramente análogo entre sí. · Debemos añadir que la mariposa ele que nos ocupamos, lo mismo q tte todas las ele su familia, poseen las 1 . seis patas ele adulto, poco ma·s ó ménos ele la misma longitud y propias para la marcha, mientras que en otras familias ele Ropalóceros, el primer par de patas, es decir, el de delante son casi rudimeutarias, mucho más cortas que las demas, y rodeando el cuello á la manera ele un collar, lo que ha hecho que se las aplique el nombre de patas palatinas. Existen muchas especies muy parecidas á la mariposas de las zanahorias, y de dibujos análogos. Entrn ellas, dos son las especies más notables: el Papilio Alexanor, que habita en la parte Sur de Europa, que tiene las alas amarillas, cuatro fajas en las superiores


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y dos en las inferiores, viéndose en éstas un ojo colorado hácia su ángulo interno; la otra es el P apilio liospiton, de Córcega y Cerdeña, por la cual algunos aficionados se han expuesto, persiguiéndolas, á padecer las fiebres de los pantanos. Por último, el cunlio representante de los Papilió-

nidos de Europa, es la mariposa Podalirio ( Papilio podalirius Linn.), que t iene las alas amarillas con foj as negras longit udinales y estrechas ; en el borde po,;terior tienen algunas semilunas azules, y detras de la última se prolonga el ala en una especie de cola negra, con sus bordes y extremo amarillos ; la crisálida es en-

La mariposa de las zanahorias (Paptlio machaJn, Litm,) y sus metamorfósis.

carnada con pintas negrnzcas; viYe)obre las Umbelíferas y vuela en los mismos lugares que el Macaon ú mariposa de las zanahorias; en otro tiempo eran muy comunes en los alrededores de las grandes poblaciones, pero hoy son sumamente raras, por la destruccion de la!mayor parte de las plantas, que ceden sn sitio á

las coustruccione , y quizá se hayan ahuyentado tambicn por el ruido y olor de las aglomeraciones humanas. 'PROPIETARIOS GERENTES: 'PEROJO HERMANOS.

Madrid: 1878.-Tipngra fia-Es lereotipia PtinoJo.


Núm. 18.-30 Marzo 1878.

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_ ATURALEZA

NUEVO ESTUDIO SOBRE LAS NUBES. A prinoipios ele este siglo, en 1803, fué cuan do el meteoro logista ITowarcl rntrodujo en la ciencia la nomenclatura ele las nubes ( 1}, y las di,·iLlió en cualro grupos di . lintos: cwnuln.3, sfralus, nimbu.. y cirrus. Desde esta época la clas rncacion dé llowarcl ha siLlo adoplacla ele una. manera enteramente general, y los tratados ele fí i<..:a mús recientes reprocluc:cn hoy dia fasi tcxlua l mentc los propios términos empleados h:1vc mús ele sclcnta años por el abio inglés.

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No r1ueremos determinarnos ú hacer una crítica ele esta antigua y clásica nomenclatura, porque en tal caso seria preciso, para que reportase alguna utilidad, reemplazarla con otrn mús completa, y que fuese tan ·clara y prúctica. como ella. E s una empresa sumamente dífícil y labo riosa, tanto, que nos atrevemos ú aseguear ·que no podrá realizarse hasta que se consiga conocer la atmósfera mejor que lo es en los aclual~s momentos. La tarea que nos proponemos emprender, es mucho mús modesta, por más que suponemos que no sea del todo inútil, puesto· que tendrá

Superliéie superior <le un Laneo <le vapores, observado en globo el 2i de 8etiembre do t87í. (Copiado del natural.)

por rn ullaclo direc;Lo llevar_ á la meteorología un cierto número de hechos observados con escrupu losa a tc ncion en un a larga serie de años, ya en la s u perfl cie del s uelo, ya en el seno m ismo del aire. Veremos en el transcurso del peesente artículo, que en gran número de casos las masas de vapor 6 los bancos de agujas de hielo que se hallan en suspension en el aire, no se reflercn iÍ. ningu no de los cu~tro tipos defin idos po t' IIo,rnrd, y que la nomenclatura adoptada por los meteorologistas es segura·memte incompleta. (1)

Tilloch's Philosophical magazine, vol. xv1, pág. 97.

Citaremos, por ejemplo, l1!1 caso ele los nüs frecuentes, en que el sistema de clasiflcacion actual se maniflesta palpablemente defectuoso . E l tiempo en la superflcic del suelo es claro pero el azul del ciclo no se ve está oculto por una masa de vapores que no tienen forma deflnida, y que se presentan como una cortina ele bruma; cntónces se dice que el cielo es gris. i se atraviesa en globo la citada masa de vapores, se nota que está separada del aire.por dos superficies, una inferior un poco confusa que se funde gradualmente con el aire y tiene un color grisáceo como la niebla, y otra s uperior, perfectamente p lana, de color blanco desl umbrante, co18


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mo uni superficie de nieve en plena luz. Abajo, en la tierra, no ha podido el observador comprobar más que una bruma más ó ménos espesa; arriba, en la atmósfera, el aeronauta considera· á sus piés un verdadero llano que recuerda el aspecto, como el brillo, de los cúmulus de un hermoso cielo de verano. Pero si esta superficie superior es completamente lisa y unida como la de un lago, y el caso se presenta bastante á menudo, se ofrece á su vista una especie de banco ele vapor, niebla en su parte inferior, nube en la superior, que no podrá atribuirse á ninguno de los tipos de la clasificacion. A este ejemplo podían seguir otros muchos, pero por ahora nos es suficiente haberle mencionado aisladamente. Entrando desde luégo en materia, empezaremos por examinar los diferentes aspectos de estas capas de vapor de superficie superior plana, y más adelante indicaremos á qué altura pueden encontearse suspendidas en la atmósfera. - El g rabado adjunto , copiado del natural, representa la sÚperficic superior de una neblina semejante. El cielo estaba gris, visto desde la tierra (24 de Setiembre de '1874). A 200 metros ' de altura penetraron los obsérvadores en globo en la niebla, que tenía enteramente el mismo aspecto de una neblina terrestre. La luz era muy débil en su parte media. Hácia la superioc se -convertía en blanquizca opalina, y se separaba del aire á 400 metros, en una capa no completamente lisa, sino ligeramente mamelonada , como lo dem~estra el dibujo. Este llano superior era del todo hlanco y reflejaba con tanta intensidad los rayos solares, que difícilmente podía la vista soportar el brilló; del lado del sol era ligeramente dorado. En él se veía n acá y allá hendiduras oscuras como las ele un ventisqueeo. En el horizonte estaba dominado por masas de vapores redondeados aféctanclo la forma ele los • cúmulus. Este banco de vapor se encontraba muy cerca de tierra, puesto que· su superficie inferior distaba próximamente unos 200 metros del suelo, y la superior se separaba del aire á unos 400 metros de altura. Se movía con débil velocidad en una clireccion tal, que formaba un ángulo apreciable con la de la cor.riente superior. Persistió sin variacion ele aspect0 en toda la duracion del viaje á que nos referimos, que fué de tres horas, y probablemente durante todo el día, puesto que el aspecto de la atmósfera, visto desde tierra, fué constantemente el mismo desde la mañana hasta la tarde. Estos bancos de vapores se hallan general-

mente en suspension en la parte superior de una capa de aire, moviéndose la mayor parle del tiempo en una clireccion diferente ele aquella por debajo de la cual se encuentran; podría comparárseles á los bancos de hielo que flotan en la superficie del mar. Otro banco de nubes, muy semejante al que hemos descrito, fué observado en otra ascension veriflcada el 10 de Febrero de 1873. Tenía un espesor ele 380 metrns próximamente, brumoso en su parte inferior, formado en su centro por una nube blanca opalina, llena completamente de partículas de hielo, con una temperatura cl.e 2 grados bajo cero, y la superficie superior de_un blanco deslumbrante, se separaba tambien muy claramente de la aapa de aire superpuesta. Este banco de nubes, flotando en la superficie de la corriente atmosférica superficial, se movía en una clireccion que formaba tambien un ángulo apreciable con la corriente superior que se dirigía del Sudeste al Sudoeste. Estaba suspendido en la atmósfera á una altura bastante considerable, hallánrlose la superficie supei'ior á 'l.180 m~tros sobre el nivel del mar. En la superficie de la tiena, el cielo era gris, el Liempo oscuro, miénteas riuc por encima del banco ele nubes la atmósfera estaba límpida, y el cielo azul resplandecía bnjo los rayos de un sol ardiente. G. 1'. ( Se continuará.)

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DESA.PARIOION DEL FARO DE KRI SNHA EN LAS I:NDIAS.

El faro ele Krisnha, llamado así porque está construido no léjos de las bocas del rio del mismo nombre, situado del lado de acá del Gánges, ha desaparecido repentinamente ele la superficie del mar en el transcurso del año último. Nadi e ha presepciado este hecho extraño; un dia se reconoció que el faro no existía. Un periódico extranjero publica un artículo, en el cual trata de poner en claro las ca.usas qu e pudieron determinar semejante catástrofe. Aún no se ha publicado ninguna reseña que se ocupe ele este punto, lo cual no debe sorprendernos, porque sabemos que en tanto no termine la estacion de los vientos, es decir, el monzon, será completamente imposible llevar á cabo trabajo alguno de investigacion en dichos lugares. La opinion más generalmente admitidét es la de que la superficie del anecife en que estaba colocado el· faro, hubiera sido excavada por el mar bajo la influencia de corrientes recientemente forma-


LA NATURALEZA das. Bl periqclico á que nos referimos la combate invocando las consiueracioncs siguientes: Si la roca hubiera tenido que sufrir una accion ele esta naturaleza, la ancha base de la construccion y la posicion muy baja de su centr9 de gravedad hubieran sostenido el edificio áun en el caso desfavorable ele que los cimientos hubieran siclo completamente denudados; el faro habría descendido, pero no hubiese llegado hasta el exlremo de ser derribado; esto fué lo que sucedió con el faro ele Fleetwood, establecido en análogas condiciones en Morecambe-Bay. Mas si en este descendimiento la plataforma llegaba á ser bastante baja para tener que soportar el esfuerzo del mar, no le quedaba posibilidad alg una de resistir. Es preciso pues, en tal caso, examinar en qué medida debió ser denudada la roca, para que alcance este límite ele resistencia . Los pilotes estaban clavados á la profundidad ele 24 piés (7m,32); luego este primer espesor del arrecife hubiera tenido que desaparecer ántcs que hubiera empezado á producirse el movimiento ele descenso de la construccion. La plataforma se levantaba 30 piés (9"',14) sobre el nivel del mar, de modo que las olas de 20 piós (6m, 10) de altura·, como son ordinariamente en el golfo ele Martaban, no llegan más que á 10 piés (3 'u,05) ele esta parte del edificio . Es, pues, perfectamente inverosímil que la clesaparicion del foro sea debida ú semejante causa. Preténclese tambien explicar él hecho, suponiendo que un;:t tempestad ele violencia excepcional haya podido arrancar ele base el ecliílcio; pero tal ase rcion no es sostenible. La base comprendida entre los cimien.Los medía 65 piés (19m,81} por 3G (10"',92), y el centro ele gravedad estaba colocado muy bajo. No hay hurncan, por violento quo sea, capaz de arrancar los cimientos establecidos en estas condiciones. Sin embargo, ya ha habido ocasion ele observar cj_ue no ha siclo aplicada en Krisnha una clisposicion nueva, i ntroclucicla en el faro de· Opter-Reef, y que consiste en continuar el principal pilote, haciéndole atravesar la parte habitada del ccliflcio, y que la;, parle superior de la estructura estaba enclavada solamente en la plataforma que reposa en la cabeza ele los .pilo tes. Además se ha sabido que, en un fuerte temporal, la plomada había acusado una oscilacion de 4 pulgadas (102 milímetrosJ en cada clireccion, siendo allí donde verdaderamente es preciso ver la causa ele la fatiga excesiva que había tenido que sufrir el edificio. Una hipótesis bastante probable es la ele suponer que el faro puede haber sido destroiclo por algun choque v io-

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lento y desconocido. Se recuerda que porciones d·e los 111 uelles ele Madrás y ele Ilastin g han siclo arrancados en medio ele un temporal, en el que los buques han venido á estrellarse contra estas constrncciones. El faro de Fleetwood, despues ele haberse conservado, por m ás que h abía desaparecido la arena en que estaban enclavados sus pilotes, fué destruido en análogas circunstancias, en las cualés, porciones ele la construccion fueron llevadas sobre el puente del buque que había venido á chocar con ella. Créese que los pilotes ele Krisnha se· encontrarán al cabo, pasado el monzon, pero considerablemente averiados: anúlogos efectos se produjeron bajo el imperio ele las mismas causas, durante la constrnccion del faro ele Opter-Reef. La última explicacion, fuera de la hipótesis de un temblor de tieera, parece la más probable; y si llega á j ustiílcarse r ealmente por los trabajos de invesli gacion que se verifiquen, será preciso inferir en conclusion la n ecesidad de rodear los pilotes ele estas constrncciones ele una proteccion ex terior. M.

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LOS PARARA YOS DE PUNTAS Y CONDUCTORES TERRESTRES MÚLTIPLES.

n;.:~cn,rc10:--

DllT.\LLAD.I. DE LOS PAílAílAVOS ESTABLECIDOS

EN El, HOTEL-DE-VILLE DE DRUSEL.\S,

Por grnnde que sea el interes que entrañe la buena clisposicion de los pararayos, ya estén destinados á garantir contra el fuego del cielo los establecimientos indu. tri:iles y las habitaciones particulares, ya lo estén á prqtcgcr los monumentos públicos, los muscos, etc., es preciso reconocer que no se sabe aún nada preci-' so con respecto á las mejores disposiciones que conYicnc adoptar. La Academia de Ciencias de Paris Jia nombrado repetidas veces Comisiones que han establecido programas generales á que debían ajustarse la constrnccion é insialacion ele los pararayos; pero las prescripciones que encierran son un poco vagas y dejan lugar :i lo arbitral'io en gran m~clida. Semejante cuestion ele electricidad esttltica, que e ofreció á los físicos mucho tiempo 1\utes ele que pudieran estudiar seriamente la electricidad din.ímica, estil léjos de haber realizado progresos comparables :i los de esta ültima rama de la ciencia; no sería dificil señalar las razones en que se funda semejante diferencia. Además de q~e la cuestion no es indu tria], hablando con propiedad, se han interesado no mucho por los medios de pre,,euir las consecuencias de hechos excepcionales, raros: en otro órden de ideas, ¿quién no conoce que basta que se trate de seguridades de la vi.da, parn que tropiece con dificultades en su desarrnllo?


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con .una masa de zinc. L os conductores .son ordinariae explica, pues, muy bien que el Sr. 1\Ielsens, miembro de la .Academi!L de Ciencias de Bélgica, en - mente poco numeroso , únicos á veces: su secc ion es relativamente grande, demasiado con siderable para cargado, en virtud de diversas circunstancias, del esque sean difíciles de doblar para seguir los contornos tablecimiento de pararayos en el H o tcl-de-Vi lle de del edificio ; su superficie es débil. Melsens ha empleaBrusélas, despues de un detenido estudio de la cuesdo hilos de un solo alambre, delgados y que se prestan tio n y clespues ele haberse acercado :i los sab ios que se habían ocupado de este punto, haya creído conYenien- fácilmente ú ondular y á plegarse; la· r eparticion de uua misma masa de metal en gran número de conducte deber renunciar á los t ipos generalmente adoptados, tore aumenta notablemente la uperficie: añadamos y haya concebido y puesto en pn\ctica un sistema que, á esto que en debemos decirlo, Brusélas, las secnos parece absociones reunidas lutamente lógico de los diferentes y muy propio paconductores, es ra responder :ilas rn u cho mayor que 11ccesidacles en la estrictamente vista ele las que necesaria SPgun ha sido ima g ilas instrucciones nado. oficiales. Indiquemos Una de las didesde luégo las ferencias más clisposicione s ,consid e rabl es que diferencian consiste en las especialmente el precauciones que sistema de los pahan sido tomadas ra.rayos del H oen Brusélas para tel-de-"\ ille de establecer una Brusélas, del sisancha, muy antema uniYersalcha comunicamente aplicado cion del sistema en la mayor parte ele las naciones de los conductores con la tierra, europea!:'. En lu ga r de con el depósito una barra única, comun: semejanó poco numerote precaucion, de sas, de gran altulaque quizá no se ra, te rminadas han ocupado lo por puntas obtubastanteen genesas ( cono ele 30 ral, es de las qué grados en el vérentrañan mayor tice), emplea importancia : un Melsens gran núpararayo cu y a s mero de coronas cornunicacio n es colocadas en tosubterráneas cl as las puntas, se a n in suficienpresentando una tes, está léjos de elevacion r elativa ser una garantía. Fig. l . - ueYOs pararayos del llotel- de-Ville de Brusélas. con las partes que suficiente, purodean estas codiendo suceder ronas que están compuestas de barras cuyas extremida- que sea 1rnís bien peligroso que útil. des están dirigidas en t.odos sentidos; unas .son granEntremos ahora en algunos detalles sobre el estades y doradas; _las medias son de hierro, las pequeñas blecirpiento del sistema de pararayos del Hotel-de-Vide cobre rojo; todas muy afiladas. ile de Brusélas, y señalemos al mismo tiempo algunos Los enlaces que están constituidos por piezas rede los puntos que no han encontrado lugar en el resúunidas por pas.adores, moldmas ó tornillos y que son men somero que acabamos de hacer. susceptibles de descomponerse, alterarse en el sistema U na experiencia antigua ya y clásica, pero á la cual ordinario, ha~ sidos reemplazados en el H otel-de-Ville ha dado Faraday una fonna nueva, demuestra que el de Brusélas por uniones simples é inalterables; gene- espacio comprendido en el interior de un conductor ralmente las extremidades de los conductores visibles, metálico en ancha comunicacion con el suelo, está al bien limpias, desoxidadas, están soldadas r cubiertas abrigo de las acciones eléctrfoas que se producen al


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e:irterior:, un electróscopo muy sensible colocado debajo barras P, inclinadas segun un ::íngulo de 4.5°, y por ele Ulla campana ele tela metálica en comunicacion meotras tantas coronas que salen ele las puntas m, m: totálica tnmbien con el depósito comun, no presenta didas estas puntas están puestas en relacíon por medio vergencia alguna aunque al lado se desarrolle la elccc ele una cintura metálica HKH, á In, que todas están triciclacl, se produzcan chispas, etc.No se puede así co- soldadas. Además esta cintura y las coronas comunilocar un monumento bajo un abrigo metálico, si no se can con un casquete metálico FF que recubre á la llega ÍL un resultado análogo estnbleci~mdo un número aguja, y por diferentes piezas con la misma estatua bastante ele conductores unidos entre sí por banas, por intermedio del eje metálico vertical qne le sirve ele cintmas metálicas, constituyendo ele este modo ulla soporte. En fin, de este conjunto parten ocho conduci·ecl de mallas muy anchas. Se completa la proteccion tores m eMlicos 00, que descienden por las partes lacon el empleo ele puntas múltiples, repartidas en coro- terales de la torre y que están en relacion con cada una nas y dirigidas en todos sentidos. La cuestion ele las de las cuatro galerías que la componen, por medio de masas metálicas las coronas disque forman parte puestas sobre las de la construccampanas y á vecion ele un edifices con las cintucio, ha preocuparas met álicas que do mucho al se.rodean á la mam- . ñor Melsens. postería. La agu\ \ Cree que las cija y la torre, abs\ tadas masas, aistraccion hecha ele ladas, embutidas la gran -corona en la mampostesituada en el vérría, que no tiene tice (fig. 2), concomunicacion altienen 36 coronas g una directa ó que comprenden indirecta con el 264 puntas; hay suelo, pueden no además 16-! punestar en relacion tas repartidas en con el pararayo. otras partes del Otra co a sería edificio, las cuasi fuese dable que les elevan la cise estableciera fra total á. 428. lrna comunica Dos conductores cion más ó ménos de 6 milímetros completa con el de di::ímetro dan suelo, pues enla vuelta al eclifit 6 ne es el flujo cio; uno por la eléctrico p o el ría línea más elevada dejar el pararayo del techo y el vérpara dirigirse sotice de las boharbre la mencionadillas exteriores da masa, que ha(fig. 1), que coría las veces de munican con las Fig. 2.-Pararayos ele la torro del Ilólel-de-Villo do Brusélas. conductor, proeqronas de las d uc'i en do una torrecillas; el otro chispa susceptible de dar lugar á un illcenclio, causar sobre las bohardillas interiores que dan á los patios (no visibles en In, figura); estos dos conductores están estragos, etc. Mas si en tal caso conviene unir estas soldados con los que bajan de la torre principal. masas al pararayo, son precisos, cuando ménos, dos puntos de contacto, de modo que se formen siempre Dichos conductores se detienen al llegar á un metro circuitos metálicos cerrados. ele distancia del suelo, y terminan en una caja ele hierro En la figura 1, que da una vista ele dos de las facha- galva.nizacla, d<=: la que salen inferiormente tres series das del Hotel-de-Ville ele Brusélns, se han representa- de conductores formados de varios hilos cada uno, que do con trozos negros fuertes los conductores y las co- mielen una seccion total de 1884 milímetros cuadrados. ronas que protegen esta parte del edificio, excepto en La caja está llena de zinc fundido, que establece cola aguja, en la que no se han hecho tales indicaciones. municacion perfecta entre el pararayo aéreo y el sub La figura 2 representa con detalles el vértice de la terráneo, al cual, como ya hemos indicado, concede citada aguja, que remata en una estatua de San Miguel Melsens gran 1importancia. dominando al clragon, que hace las veces ele veleta. Se Una serie ele los conductores inferiores penetra en ve que la base de la estatua está protegida por ocho un pozo situado en el patio; esta comunicacion por sí l


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sola sería probablemente, llficiente, sobre todo si corresponde :í los datos generalm ente admitidos : la superficie de co ntacto, en particular, es m ás considerable ele la qne ordinariamente se juzga corno necesaria . Las otras dos series de hilos pasnn subterníneamente por un tubo de hieno, en el cual los conductores cstúu envueltos por la brea, el alquitran ele gas y van :í terminar con contactos metálicos perfectos, uno en un conducto de agua, otro en uuo de gas. La comunicacion con el depósito cornun queda así establecida por una red de gran extension, lo cual prueba que la parte subten:rnea del parara_yo constituye una garantía completa de seguridad. El Si;. lVIelsens ha discutido y estudiado mur detenidamente esta cuest.i on, y apoyándose en r espetables autoridades es como se ha decidido :.\, aprovecharse ele estos conductos subterníneos. Tenemos conocimiento ele que, en un a gran ciudad ele Fran· ciase ha opuesto la, administracion it que se pusieran en comun icacion con los conductos de agua los pararayos de los edificios municipales; admitimos que semejante cletenuiuacion se h aya pensado maduramente, pero arrastra á, un suplemento considerable de gastos á, consecueneia de la necesidad ele escavar pozos en nümero suficiente. Creemos haber dado 1'.t nuestros lectores una idea completa, aunque somera, acerca ele los principios que han guiado al 'sr. l\felsens, así como de la aplicacion que de ellos ha hecho en el establecimiento de los pararayos del Hotel-de-Ville de Brusélas. Lo que hemos debido pasar en silencio, bien á pesar n1.iestro, son los hechos citados por el sabio académico en apoyo de sus ideas, las discusiones que ha sostenido con motivo de las opiniones emitidas por los autores que se han ocupado ele este punto, hechos y discusio11cs que aumentan notablemente el interes ele este importante trabajo. Únicamente diremos que al óTClen adoptado por el autor, por muy metódico que sea, hubiésemos preferido que 1a descripcion del sistema de pararayos y la éxposicion de los principios que han conducido ú su aclopcion, hubieran sido ti:atadas en dos partes distintas. Como se Ye, esto no es más que una crítica sumamente débil, que no quita absolutamente 11ada al valor de una memoria que indudablemente será, leida con fruto por todas aquellas persoiias á quienes interesa el estudio ele ]a electricidad atmosférica. ~

COMERCIO DE CA.l\NE FRESCA EN AWlÉRICA. El público· y los agricultores, se preocupan, ~desde hace algun tiempo, con la introduccion de cantidades importantes ele carne fresca procedente de América. S i, por un a parte, es de esperar una disminucion en 'el precio de ven ta ele un artículo necesario , por oLra debe temerse la competencia que resultaría de estas importaciones para los productos de la agricuJtura. Ornemos, que particularmente los franceses, deben tener confianza en la fuerza productiva de su

s uelo, para no inquietarse con la competencia que las carnes americanas ó los ganados de la Hung da y de ciertas partes del Austria ó de Italia, puedan hacer en sus mercados con la produccion indígena, pero no conviene dormirse en tal seguridad; es preciso juzgar los hechos con calma, para estudiar con anticipacion las soluciones más conformes con el interes gen eral y preparar, si hay lugar á ello, las modifi cacion es que se h a n ele introducir en las explotaciones rurales para sostener con ventaja la lucha contra la compete ncia extranjera. Son ya ele todos conocidas algunas cifras relativas al estado actual de la_ importacion de carnes al'nericanas en Ing latcrr.a, en donde se desarrolla rápidamente este comercio ele dos a ños á esta parte. L as cifras que á continuacion publi.ca mos lo han siclo ya por la Sociedad real ele Agricultura de In g laterra. El transporte de carnes frescas á inmensas di sta ncias tropezaba en otro Liempo con difi':?ul~acles insuperables; el problema está completamente resuelto hoy dia, en condiciones prácticas y con una economía vcrda_d eramente sorprendente. L as expediciones más importantes íiene11 lugar, hasta ahora, entre New- York y Liverpool. L as vacas las llevan del interior á New-York, por los ferro-carriles y. l as desembarcan cerca de los mata deros especiales. El principal de estos establecimientos pertenece á los Sres. T. O. Easlman y C.ª Se lleva á cabo la matanza con un a rapidez y un, cuiclaclo extremos, gracias á un material peefEfctamcntc entendido y á un personal de obreros muy hábiles. La carne muerta queda abandonada á sí misma por espacio de tres ó cuatro horas, para que adquiera naturalmente h1, temperatura ambiente . Entónces se divide en cuartos, se la envuelve cuidadosamente en fuertes telas, y se la baja, aguardando el momento de embarque, ú almacenes en donde la temperatura se mantiene constantemente á, + 4° centígrados. Cuando el buque está próximo á partir , se la transporta á él rápidamente, colocándola en cámaras enfriadas, especialmente dispuestas para este objeto. Varios medios han siclo propuestos y empleados para mantener la carne á una temperatura baja durante la travesía . Los procedimientos mús se ncillos, más eílcaces y más prácticos, son los que funcionan ú, bordo del Celtic, buque de la compañíatrasafü'.tntica White-Star y C.º El piso inferior del barco, por encima del fondo de cala, está reservado para el almacenaje ele la carne. Dicho I iso está dividido en dos hileras ele


LA NATURALEZA cámaras independientes, separadas por un corredor. Cada una de las citadas cámaras está cubierta por todas partes de sustancias no cond uctoras <lel calor; h asta las pºuertas están compuestas ele las mismas sustancias y cerrada¡, por junturas de cauchuc, destinadas á interceptar completamente la entrada y salida del aire exforior. Las carnes están colgadas independientemente unas de otras en estas cámaras·, en hileras regulares, y, en los espacios que dejan entre sí, se colocan travesaños y cuñas para sostenerlas y al mismo tiempo evitar que los movimientos del buque puedan dar lugar á choqu<!ls y frotamientos. En el corredor intermedio existe un ventilador, que da paso al aire frio de un departamento herméticamente cerrado que contiene determinada provision ele hielo, introdu ciéndole en las cámaras destinadas á la carne. Este aire llega á ellas por la,J_)arte superior y sale por el plano inferior para volver al punto de partida, es decir, á la nevera; ele modo que el mismo aire circula continuamente en estos diversos compartimientos, pasando á cada vuelta por la cámara del hielo en donde se enfría antes ele entrar en las de la carne . La capacidad de lamencionada nevera es ele uú cuarto ó un quinto de la de las cámaras que tiene que enfriar. Algunos termómetros colocados en diversos puntos de estas cimaras, y dispuestos de tal modo que la escala pueda verse al exterior, son constantemente vigilados, y se regula la marcha del ventilador de manera que la temperatura interior no baje de 2°,8 centígrados y no suba de 4° ,4. La carne no está, pues, en contacto con el hielo; no está helada, s ino sumergida en un aire frio en el que la tension de vapor es constantemente conducida á cero; es decir, que este aire es seco en relacion á la carne, que tiene as í tendencia á desecarse un poco. Tales son las condiciones que se han de llenar para que la carne se conserve bien y llegue á Europa en estado y con aspecto completamente satisfactoeios . Hé aquí ah ora las condiciones de precio en que se hace n estos transportes. La compañía hace pagará los exportadores ele 31,25 á 37;50 francos por cada capacidad ele 40 piés cúb icos, es decir, por 1m,13 ctíbicos ele .cámara fresca, que puede contener ele 330 á 3.\0 kilogramos de carne. El precio del flete de NewYork á Liverpool, es en número redondo, ele 10 céntimos (0,10 fr.) por kilogramo ele carne. E l transporte de un buey mueeto, es por término medio ele 35 á 40 fral1'.:ios, mientras que el del mismo buey vivo se elevaría, por flete y alimentacion ele 2 1O á 220 francos. La comparacion ele

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estas dos cifras basta por sí sola para demostrar el progreso económico que se ha alcanzado con el empleo de las cámaras frescas para el transporte de la carne. De Chicago á New-York, los gastos de transporte, cleduccion hecha del importe ele lamatanza, etc., etc., es tamblen de unos O, 10 fran cos por kilo'5ramo de carne que se exporta. Cuando un buque cargado ele carne sale ele América, se avisa telegráficamente á los agentes ele los expedidores en Inglaterra, y mientras el buque atraviesa el Océano, se ocupan estos en aseg urar la colocacion del cargamento á su llegada. La compañía les concede tres días de plazo durante el cual pueden permanecer las carnes en el buque sin ocasionar gasto alguno. La necesidad ele desp ;, char en término tan corto una gran cantidad dé carne fresca, obligaba á menudo, en los primeros tiempos, á venderla á precios demasiado bajos para que pudiera haber ganancia. Poro los corresponsales de los gran eles expedidores americanos, han hecho construie en Liverpool almacenes frescos, en donde se mantiene la temperatura á un grado conveniente por medio de maquinas fr igoríficas que envían á las cámaras cerradas que sirven de almacenes, aire con la temperatura que se quiera. La capacidad ele uno de estos al macenes es de 5.662 metros cúbicos; es bastante grande para contener el abastecimiento de una gran ciudad durante varios días. Al principio se expecl"ía la carne por los ferro-carriles y wagones ele mercancías ordinarios; pero en la actualidad, para asegurar su frescura y buen estado, se hacen estas expediciones del puerto ele llegada á Lóndres, por wagones especiales refrescados con -el auxilio ele procedimientos análogos á los empleados á bordo de los buques. El precio ele esta carne en Liverpool, es por término medio de 1,40 fr. el kilogramo. Este tráfico se ha desarrollado con increíble rapidez. En efecto, en el primer mes, en Octubre ele 1875, la cantidad teansportacla ele NcwYork. y ele Filaclel-fia fué ele 16.322 kilogramos; en el último trimestre del mismo año, fué de 94.000 kilogramos. En el _a ño 1876, ll egó á 8.994.000, cerca ele 9 millones, y solamente en los cuatro primeros meses ele 1877, fué superio1· á 10 millones ele kilogramos. Los documentos oficiales clan á conocer que, desde el orígen ele este comercio, se han importado ele New-York y Filadelf1a 19 millones y medio ele kilogramos ele carne; por otra parte, datos particulares que, sin ser oüciales, deben separarse poco ele la verdad, demuestran


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que las expediciones, hechas por otros puntos de los Estado.s americanos, se eleva á la milad de las que acabamos de indicar. En diez y nueve. meses, la importacion de las carnes americanas frescas ha sido de 30 millones de kilogramos. Se trata, pues, de un comercio considerable, que dispone de grandes recursos y que se ycrifica en una fuente de productos de gran fecundidad. Los gastos de transporte desde América á los pueetos ingleses ó franceses, comprendiendo los extraordinarios y los beneficios de los comerciantes, no deben pasar de unos 0,15 á 0,18, frs . por kilogramo de carne. Si se añade á esta cifra la de 0,10 á 0,12 frs . que representa los gastos de fransporlcde Ohicago á New-York, se Ye que la produccion indígena no está protegida conlra la invasion ele las carnes americanas más que por una diferencia de precio de unos 30 céntimos á lo mús . cmejante diferencia es débil seguramente, y obliga á los agrónomos á pensar detenidamente en el l)orvcnir. Eu presencia de hechos tales, es preciso convencerse de la ne cesidad absoluta de bajar el precio de produccion de los alimentos del ganado, es decir de los forrajes; lo cual no puede conseguirse sino uirigiendo la economía y las fuerzas nacionales hácia la ejccucion, en gran escala, de los trab;1jos de irrigacion, ele desagüe etc., etc., des li nados á aumentar las fuerzas de la agriculLura. H. l\I.

ÁCIDO SALICÍLICO. Esle ácido foó descubierto en 183 por Piria, que lo ·obtnvo oxitlando la esencia de r eina ele los prmlos, pircea ulmania, formada principalmente ele aklehitlo· alicílico. E te al:'!.ebido era conocido hasta entónces bajo el nombre de ácitlo salicilo o, á causa_ele sus propiedades débilmente ácidas debidas al agrupamiento fenólico que entra en su constitucion. Casi al mismo tiempo, le obtenía Ettling por el mismo proceclimien, to. Fué en seguida estudiado por Lowig y \V eiclman u; La.lande le encontró en la cnmarina. Cahours demostró que la esencia de Wintergrnen, extraída dei' de la Gaullthe1·ia p1·ocuinbens, e taba constituido en gran parte por el salicilato ele metilo; más recientemente, Gcrland, comprobó su protluccion en los productos de la accion del ácido nitroso sobre la solucion acuosa del ácido antranilico ó amic;toben.zoico, derivado por oxiclacion del índigo. Por último, Kolbe y Lantemann admirados de la facilidad con que se desdobla el úciclo i,alicílico por el calor en úcido carbónico y fénol, hecho señalado ya en 1812 por Gerhardt, obtuvieron el :\cido salicílico haciendo obrar el ácido carbónico sobre el sodio y el fénol calentados. Este ültimo modo de procluccion ha confirmado las

ideas de los qtúmicos acerca de la constitucion del ácido salicílico, que es al fénol lo que el ácido benzoico e á la benzina. En efecto, la benzina absorbe el ácido carbónico, en presencia del sodio y produce ácido benzoico: 0 6 IP + 00 2 0 1 II 6 0~ Del mismo modo el fénol y el ácido carbónico dan el ácido alicílico:

=

0 6 Il 6 0

+ 00 2 = 0'IF0 3

Pero se sabe, segun la teoría de Kekulé, sobre los cuerpos aromáticos, que pueden cxi tir tres ácidos de la fórmula 0'H 6 0 3 • En efect_o, la benzina estú formada de eis átomos de carbono, combinado cada tino con otro de hidrógeno . Keknlé representa gráficamente esta fórmula por un ex:Igono regular, en el que cada ,értice está ocupado por un grupo OH. Todas las re-servas hechas sobre la disposicion real de los útomos, y no mi.raudo esta teoría_mt\s que como medio gráfico y mnemotécnico ele clasificar los numerosos cuerpos isómeros derivados ele la benzina y de sus homólogos, se ,e qne, en el caso de un derivado monosustituido, úcido benzoico, fénol, .anilina, etc., no hay isomería poi ble, siendo simétricos los sei átomos de carbono ~en su consecuencia eqtti,Talentes; esto es adem:'ts lo que demuestra la experiencia; en efecto, se ha probado que los lla_!llaclos isómeros con el tícido benzoico, :\citlo salicilico de Kolbe, etc., no eran m t: s que :\ciclo benzoico impuro. Pero si reemplazamos dos :\tomos ele hitlrúgeno por dos cnerpos simples, ó por dos radicales compnestos, equivalente caPig. l. da uno á un átomo de liiclrógeno monoatómico, tendremos tres cuerpos isómeros; nsi, uumerantlo los seis vértices del cxúgono (fig. 1) uno de los radicales ocupa el 1ugar J, otro patlr:i oci1par uno de los cinco lugares disponibles; pero la. po iciones ::2 y 6 son equirnlentcs, como simétricas con relac:ion ú l; 3 y 5, lo son tambien por la misma razon; por otra parte, 2 .r 3 no son eqnivalc11tes con relaciou á 1, pues el átomo ::2 estti unido directamente i 1, mientras que 3 está separado ele él por el átomo 2; del mismo modo el átomo 1 e bi separado del átomo 1 por dos átomos de carbono. Tenemos, pues, tres cuerpos isómero , que se numeran generalmente así: J, 2, tipo de una serie llamada orloseric; luego 1, 3, tipo de la mei.aserie; por ültimo 1, 4, tipo de la paraserie. Siendo equivalentes los átomo~, es evidente ·q ue aún cnando Yaríe ele po icion el exágono, no cambiar:ín las relaciones; así, aunque se sustituya por el cloro el átomo de hidrógeno tlel lugar 1 y por el yodo el átomo ele hidrógeno del lugar 3, el cuerpo oLi.eniclo sería el mi 'mo que si el cloro estt1Yiera en la posicion 3 y el yodo cu la l; en una pa1abra, estos símbolos expresan relaciones de proximidad y no de posicion absoluta en el espacio. Aplicando esta teoría á los ácidos oxibenzoicos derivados del ácido benzoico por sustitucion, del átomo de hid rógeno por un oxbi-


LA NATURALEZA drilo OH, ó derivados del fénol por sustitucion del átomo ele hidrógeno por el grupo monoatómico CO 2 H, camcterístico ele los ácidos orgánicos, tendremos los tres isómeros posibles, que representa la figura adjunta (fig. 2). El primer ácido, perteneciente á la ortoserie, es pues, el ácido ortoxibenzoico, esto es, el ácido salicílico que nos ocupa; el segundo es el ácido metaxibcnzoico ó ncitlo oxibcnzoico propiamente dicho; el tercero es el nciclo paroxibenzoico, que precisamente lleva este nombre. El ácido salicílico se prepara hoy dia en gran escala para las necesidades por el procedimiento de Kolbe y Lantemann, que dichos sabios han modificado en 1874 así: se disuelve el fénol en la sosa cáustica, se evapora hasta la sequedad y se hace pasar una corriente ele i\cido carbónicro seco á traves de la masa triturada .r sometida á la accion del calor, primero lÍ 180 grados, lnégo, elevándole poco á poco hasta 220 y 250 grados. Se fo rma salicilato sódico Msico y destila fénol:

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tener en gran cantidad este ácido, y llamar ele nuevo la atencion de los médicos. En Alemania, en Austria Y en Inglaterra se le ensayó contra todos los fermentos; los médicos lo emplearon contra todas las enfermedades sépticas, ·clespnes como febrífugo y contra el reumatismo articular agudo, la gota y ciertos dolores nerviosos. V amos al1ora á pasar revista ñ los efectos fisiológicos del ácido salicílico. Posee la propiedad específica de detener la accion de los fermentos. Así, se ha aplicado á la conservacion de las carnes; suspende tambien la fermentaciciu de los vinos y" ele la cerveza añadido en la proporcion de 0,1 por 100. Obra sobre los microcos, bacterías é infusorios, aunque con m enor energía qne el ácido carbólico y el ácido paracresilico. Tambien obra sobre la fermentacion amoniacal ele la orina. Por último, paraliza la accion ele la sinaptasa sobre la amigdalina y sobre la harina ele mostaza. A dósis peqm,ñas, 1 á 2 gramos, no produce efectos sensibles en los animales. A altas clósis se observan náuseas, vómitos, ruidos de oídos, ero sin que sobrevengan trastornos ele ningun género p 4 2 6 6 2 6 6 O H ONa,OO Na+C Il O. 2O I-I5O:Na+CO en la inteligencia ni en la visiou; determina una sorTratando la masa por el agua se clisncl ve l:,, ;;,1 l, CJ!lü dera pasajera, algunas .-eces una elevacion ele tempese trata por un ratura que dege:\ciclo, se precipiH nera en acceso feHO ta ácido salicilíbril, y á menudo• ~1 co, poco soluble H ganas frecuentes en el ag ua, pero de orinar; en los coloreado; es pogotosos, fa.-orcre sible obtene r] e la excrecion del incoloro y puro ácido ürico. En H H por la destilacion fin,provoca sudoen el vÚpor calenres abundantes. H,O '.) \hO:l H,O:, tad o á 170 graLos méllicos F g :2. dos. franceses no se E l ácido salicídecidieron :í. emlico, derivado del fénol, no podía m énos de- llamat· b plearle hasta dcspucs de un aílo que estaba en uso en atencion de los fisiúlogos y de los médicos, qne se re- otros países, debiendo citar, sin embargo, á M. G. béc, signaban á emplear -el fénol, á pesar de su olor y de su que e conYirtió en rampeon de este medicamento. Se causticitlacl, á causa dv sus marav]losos efectos contra han ensayado los salicilatos de sosa, de quÍnina y de los fermentos y los vírus. En 1855, l.9 ensayó Berta- litina. Los dos primeros han dado muy buenos resulgn ini; «2 á 3 gramos de .leido salicílico porclia, dice, no tados en las fiebres palúdicas, pero su eficacia resalta producen nada; pero si durante dos días, se toman ele sobre todo en el tratamiento del rc~1matismo articular 6 á 7 gramos diariamente, determina, ruido de oidos y agudo, en los qne hacen desaparecer los dolores en un una sensacion de estupor.>>-Demostt-ó qne este :\ciclo día y el aumento de voltímen de las articulaciones en se encuentra en las orinas una hora dcspues de su indos ó tres; se prescriben, con tal objeto, 10_gramos de gestion, pero transf01·mado en parte en ácido salicilú- salicilato ele sosa en 200 gramos de agua, para tomar en cinco veces en las veinticuatro horas, extendiendo la rico Ü9 l·PAzO', que ofrece con el ácido salif'ilico las dósis en medio vaso ele agua; pero para impedir la remismas relaciones que el ácido hiptí.rico con el ácido benzoico : caida, .es preciso continuar el tratamiento durante diez ó doce días. Se_han obtenido tambien excelentes reO9 H 9 AzO4, ácido salicilúrico+H 2 O sultados en las diversas formás del reumatismo cró0 1 Hº 03, ácido salicílico+ 0 2 H 5 AzO" glicocola. nico y en la gota aguda ó crónica y en- las afecciones 2 de la médula espinal, pudiendo emplearle para calpiar C 9 H 9 AzO3, ácido hipürico+H los dolores rebeldes á las medicaciones ordinarias. En 1 2 2 6 5 0 H 02, ácido benzoico, + 0 H AzO glicocola. las enfermedades puramente parasitarias ó sépticas, Estas observaciones quedaron en el dominio cientí- como el crup, la gangrena, etc., su accion ha parecido :fico hasta 1874, época en la que, abandonando el labo- hastit ahora dudosa ó nula. Añadiremos algunas palabras acerca de la indagaratorio para entrar eu el campo ele la industria el procedimiento de Kolbe y Lantemann, ha permitido ob- cion de la-existencia del ácido salicilico en los alimen-

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282

LA NATURALEZA

tos, las bebidas, etc. Al liquido que le contiene, diluido <le man era que llegue á ser débilmente ácido ó si es nlcnlino, apénas acidulado, se añaden algunas gotas de perrloruro de ]úerro muy Llilnido. , "i el liquido que f:e examina es coloreado, e. preci o aci<luln.rle con el úcido sulfúrico y agitarle con el éter. Re separa éste por medio de un embudo de llave y se añaden algunas gotas tle percloruro. Se ob ~er,a .,ntónce. una coloracion violeta intensa, sensible con una millonésima y atín con menor cantidad de tíci<lo salicílico.

LOS PROGRE OS DE LA DOT.\.:~ I CA . En la Biblia se hace mencion de cincuenta plantas, poco más ó ménos, claramente determinadas y de otras ciocuenta indicadas en términos más generales. Las obras ele Hipócrates mencionan 234 vegetales y las ele Teofrasto cerco de 500. Dioscórides conocía más de 600 y se revelan más de 800 nombres ele plantas en la Ilistoria na,tura.l de Plinio . , e tienen algunos elatos sobre las plantas cultivadas en la época de ·Garlo-Magno y en l as moradas feudales en las que los cruzados introdujeron algunos embellecimientos; pero á partir del Renacimiento fu é cuando l a botánica, como todas las ciencias de observacion y las artes técnicas , tomó vuelo. En el siglo :XVI se pueden contar: 800 plantas en las obras de Conraclo Gcncr; 2. 731 en la His to?'ia generalis planta.1·um, ele J. Dalechamps , en 1587; 6.000 en el Pinax thea.tri bota.nici, ele Gaspar Ba uhin. El siglo xvn está ilustrado por las obras de Tournefort ( 169~ ) ; conocía 10.146 especies; las repartió en géueros, en número de 694. En el siglo xvm, el inmortal Oárlos Linneo, el fundador de la 'nomenclatura botánica, había, al fin de su vida, definido 7.294 vegetales, distribuídos en 1.239 géneros. En el siglo XIX, segun el Synopsis planta.rum de Persoon, se conocían , en 1805, de 25 á 26.000 especies, en cuyo número se hallan comprendidos ínfimos hongos y todo lo que encerraban los herbolar•os. En 1819, P. de Candollc, en la décima edicion ele su Teoría elemental de botánica, valúa en 30.000 el número de especies conocidas entónccs científicamei1te. En 1824, Stendcl, en la primera edicion de su Nomenclatura. botanicus, da 70.649 nombres de plantas distribuidas en 6. 722 géneros; pero estos números se refieren á los ' nombres existentes en la ciencia más bien que á las cosas existentes en la naturaleza. El Ho1·li¡,s britani- ,

cus, de Juan Cláudio Loudon, de 1839, enumera 31.731 especies en 3.732 géneros. En 1845, L ascg ue valúa las plantas conocidas en 95.000, y en 1846, John Lindley las repartió en 66.4.35 dicotilidóneas y 13.952 monocotiledóneas. Estéhan Endlichcr, en su Gene1·a plantanini (183(3 i 1840 ), describe G.895 géneros conocidos en el reino vege tal, comprcndiencio los fósiles, ó solamente 6.135 gé neros actualmente vivos y 24.0 familias. En 1853, J. Lindley (Vegetable hinaclom) valúa los gé neros en 8.931 y las especies en 92.920 . En 1863, Bcntley estima en 125.000 las especies conocidas. Puede admitirse la suposicion de que esta última cifra llegará á duplicarse cuaµdo se haya herborizado en toda la superficie ele la tierra. Entre tanto, se puede valuar el conjunto de las que sean conocidas en la actualidad, en: 60. 000 dicoti lcdóneas; 20.000 mono coti ledóneas. !10.000 criptógamas: O se~rn próximamente 150.000 especies repartidas en 8.000 géneros. Por otra parte, en la primera mitad ele este siglo, el número ele especies cultivadas ha llegado á ser en número redondo, de 10.000 á 30.000 y puede suponerse que el catálogo de las plantas actualmente cultivadas comprendería unas 40 ."000 especies botánicas, sin contar las familias y las variedades. Segun este cálculo, habría 10.000 especies que añadirá los Ho rtus de 1839, ó sea una cifra redonda de 250 á 300 especies por cada a ño, lo que concuerda, al parecer, con la cifra que se puede hallar directamente: así, el im entario formado por Andrés de Vos , con solo las plantas ornamentales descritas 6 fig uradas por primera vez en 1876, comprende 175 nombres nuevos.

IlETON DE CORCHO PARA LAS SUPERFICIES METÁLICAS. El teniente Lcontjew, de la marina rusa, ha inventado un baño destinado á preservar los metales; tiene sobre todo el objeto de impedir la condensacion de los vapores en las grandes superficies metálicas, y evitar así la gran absoecion de calor que resulta en los espacios cerrados. Despues de las pruebas oficiales, ha sido adoptado en la marina rusa y empleado en los tabiques de· palastro del Pedro-el-grande y en

el Dschigit. La superficie que se ha de bañar debe se1· prévia y cuidadosamente frotada con petróleo, condicion esencial para la buena adherencia del


LA NATURALEZA baño; luego, con un intervalo de veinticuatro ho.ras cuando méno:'l debe recubrirse con una doble capa de 1)1i ni o de buena calidad. Se ap lica en seguida sobre el minio una capa de la c.on1posicion sigu iente : para 40 partes ele linaza sometido á la accion del calor y no á la del vapor, se añaden, 1,5 de.litargirio, 1,5 ele minio de hierro, 1 ele acetato plúmbico, 1 de blanco de plomo. Se agita el todo hasta conseguir la mezcla completa y se usa con un pincel 9rJinario. Luego se aplica el baño de corcho 1Jropiamcntc dicho, que se compone de 20 partes ele blanco de plomo, 1 de litargirio, 5 de minio, 2 de acre, 0,25 de manganeso, 8 de aceite de laca y 4 de barniz; mezcla á la cual se añade el corcho raspado en la cantidad · que sea necesaria para obtener una masa que pueda áun ser extendida con el pincel. Aplicado este baño, y cuando todavía no está completamente seco, se esparce en la superficie un polvo ele corcho muy fino, lo que se hace con mucha faciliclac! con ayuda ele un soplete . Ya seco enteramente,. sirve aún el SOJJleLe para separar el corcho que no se h a adherido. Sobre dicho baño bien seco, se puede pintar de un color.cualquiera la s uperfi cie m.etáli ca. ~

AERONÁUTICA. Transcribimos de un periódico extranjero dos hechos muy inter~santes acerca de los g lob os aerostáticos: C< En la actualid ad se h ace n experimentos en Bridgcport _(Connecticut) con globos solos, provistos de un mecanismo automálico que deja caer proyectiles en momentos determinados sobre una plaza sjtiada ó un ejército enem igo . En 1870 se presentó al gobierno de la Defensa nacional en Francia un proyecto de esta especie, pero no se aprobó s u apli cacion. En t849, los austriacos que siliaban á Venecia, lanzaron 400 globos ,p equeños, que llevaban bombas que debían incendiar la ciudad . Pero á cierta altu ra, el viento condujo los g lobos sobre el ejét·cito austriaco en el q ue lúcieron estragos. No se renovó el ensayo. ¿Serán más afortunados los americanos? Es poco probable.» , «Un aero nauta inglés, l\fr. Kind, ha verifi cado en Bombay una asccnsion en los últimos días de ovicmbre de 1877. Parlió solo en un globo incompletamente ll eno . Se elevó rápidalllente, y á una gran altura salió de la corrie nte que soplaba en In, direccion de las costas. Fué arr,1straclo hácia el Océano Índico, pero lo mis-

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mo que en la ascension marítima del Neptuno en Calais, el aeronauta volvió á bajar, llevándole la corriente inferior sobre la isla, en donde baj_ó cerca del palacio de un rajah. Mr. Kind se prepara á continuar sus ascensio nes. >i EL MUSEO DE ETNOGRAFÍA DE LAS MISIONES CIENTÍFIOAS

FRANCES .\S.

Un riuevo Museo acaba de ser creado en Paris . Al baron tle "\Vatteville, director de Ciencias y Letras en el Ministerio ele Instruccion pública, correspo nd e la g loria de haber iniciado y organizado csla obra esencialmente nacional, puesto que no responde á otro fin que al ele reunir las colecciones remilidas ele los diferentes países del mundo, por los viajeros enviados co·n tal misinn por el gobierno franccs. Arrojaremos una rápida ójcada sobre lás curiosidades etnográficas que se ofrecen actual mente á la vista del públi co en las salas del Palauio •tle la Industria, en Pal'is, y t.iue suministra datos de muchísimo intcres á la histo1'ia de la humanidad. La primera cxpo.s icion que se ofrece á la admiracion del visitador en el Palacio ele la Industria es la que se refiere á la misron de M. Rivicre en l\Ienton y en Italia. Se han reunido en una vidriera los notables objetos descubi ertos en la gruta ele l\Ienton por este infatigable explorador, que ha proporcionado á la ciencia vercl::tcleras riquezas rélátivas al hombre primitivo .en Europa. La primera vidriera de esta interesante colcccion t iene el privilegio de excitar la atencio n. Allí se veri los instrumentos y las armas de silcx y ele obsidiana ele nuestros antepasados, que no conocían todada el metal, pero que cqnfeccionaban ya adornos de ·conchas para satisfacer su prehistórica coquetería. La mision ele M. Ch. de Ujfal\1y en Rusia y en el Asia central, nos da á conocer las maravillas de una civilizacion ignorada, que desgraciadamente se extingue en medio de ; us impo nentes ruinas. El sabio viajero , q ue ha recorrido los valles del alto Zerafchan, el Ferhganah, el país de Koulclja, ha podido disfrazar alg unos maniquíes co n los magníficos trajes que co nsiguió en sus viajes. Las informaciones que suministra á la etnografía, bajo el punto ele vista de los monumenlos, son más interesantes aún; presenta especialm ente ·al público algunas fotografías muy notables ele las antiguas mezquitas de Samarkand , co n sus minarci"es elegantcs 1

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284

LA NATURALEZA

graciosos, que dominan pórticos de arcos aLrevidos . La nJezquita de Schah Sandeh, la de Ilazzet, la de Goui- Emir en donde se halla el sepulcro de Tamerlan, son de rara magnificencia. Ofrecemos á nuestros lectores en el adjunto grabado (fig . 1) una mucslra de estos curiosos monumentos persas. La superficie de estos suntuosos palacios eslaba recubierta con ladrillos de vidriado esmaltado, que constituyen objetos de arle de alto precio; los dibujos que los aclocnan no serían desdeñados por los maestros del

siglo xvr; el brillo, la armonía de sus colores son de aquellos que no es posible imitar hoy día (fig. 2). Gracias á l\I. de Ujfalvy, se puede representar el esplendor de estas antiguas civilizaciones . Figurémonos una ciudad entera resplandecicnle bajo un cielo italiano. En medio de ella un pueblo poderoso que se adorna con alhajas brillantes y vestidos ricamente bordados. ¡Que espectáculo debían producir los caballeros montados en sus caballos caparazonados con terciopelos

Fig . 1.-:.\l'ueyo l\Iuseo do eLnografía.-Exposicion del P a lacio do la Industria e n Paris .-~Iczquit:l de Klúva (de fot ografía). Mision de l\I. Uh. E. de Ujfal vy e n el Asia menor.

recamados de oro, enjaezados con una verdadera diadema llena de piedras preciosas, caballos que cubren de espuma sus bocados de plata y se encabritan al sentir el láligo que no tiene precio, incrustado de turquesas! Este cuadro del?ía sar digno de las Las mil y una no¡;hes. La prim.era sala del i\Iusco demuestra no solamente esta pasada grandeza, sino tambien la lenta decadencia de estas naciones, en otro tiempo tan prósperas. Las épocas se suceden y al lado de la obra de cada una de ellas, puede estudiar el antropologista el cráneo de su autor. Si el Asia central es para su paciente explorador una página infinitamente curiosa de la h istoria de la humanidad, las antiguas civiliza-

cioncs del Canxbocljc , el mundo Khmcr, son Jrnsta el presente un enigma sin solucion. Esta es la mision de lll . Delaporle, 1.enientc de navío, que nos ha dado ú conocer las asombro~sas riquezas que encierra. Si no hay un nuevo mundo que descubrir en la presente, l\I. Delaporte nos ha probado que existían olros quo encontrar en las tinieblas del pasado. El mundo Khmer es tan antiguo como las selvas seculares que lo han recubierto y su memoria ha seguido á los pueblos que han sido autores ele ella, en el olvido, en la . nada. Sin embargo, hQ aquí aún un arle_arquitectónico, tan maravilloso, que el arte clásico y el arte moderno parecen pobres al lado suyo .


LA NATURALEZA ¡C uá nto palacio s orprendente, co n especialidad este de An co n! Galerías s in fin, _vaslísimas

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salas,_ t echos dorados en forma de pirá mides que se destacan en el bellísimo ciel~ de los fró -

Fig. 2.-Porccla nas esmalladas <le la mczquil::i de IJ azzcl (Turqu csta11). :\u 1vu i\lus ·o de clnografia.-1. Fragmento de una porcelana en reli eve .-'..'. Pieza intacta do onladr illado.-3 . Vaso do po1·colnnn..

picos. ¡ Qué conjunto tan armonio so , qué d eta- MARA.VILLOSO INSTXNTO DE UN INSECrn. lles tan d elicados! ¡ Qué mundo de hombres y de dioses en s us bajo-rc1icYcs innumci·ablcs, quepoUn n aturali s ta aloman, drían cubrir el suelo de el do ctor Dcwitz, ha clcs- una ¡;iudad entera! ¡Ou(m crito un ejemplo muy notatas esce nas co nmoYcdoras b'.c del instinto qucindu cc :.í. de batallas, cuúnto arte, los insectos ú ·adoptar un cuú nto movim iento, cuúnla disfraz protecto r . Es un hcverdad! eho muy conocido que las Al lado de los cuadros h iscrisálidas, las larvas y t a m tóricos revelados por Dclahi en los i ns ce tos en estado po rte, la mision del doclor perfecto, escapa n ú menudo Ifarmand, médico de made sus enemi g os por la conrina, en Oochinchina_, ha formidad de su color ton el contribuido poderosamende los objetos próximos . te á arrojar viva luz sobre Aquí la imitacion es m ;;1s las inscripciones de esta. singular y no es posible explicarla por la hipótesis de época, esc1'itas en un iclioI'na desconocido, por medio una accion colorante ele la l uz reflej.ada. La crisá li da de caractéres todavía inde una mariposa del género descifrab l es, sobre gran Aidos, que habita en Venúmero de paredes de piedra. n ez uela, es perfectamente Fi o- , 3.-Bajo-rcliovo d los monumentos <l o! arle fchmer.--i\li sion do las ruinas de Khm er. aparente, pero que púece Hay allí, pues, para la arvacía y llena de agujeros. queología una rica mina que explotar é importantes y pintorescos descu- Exa mim'mdola de cerca, se ve que la envuelta brimientos que hacer. de la crisálida es doble: la capa exterior está perforada y la interior·presenta, en los puntos (Se continuará.) correspondientes, escotaduras que concurren ú prod ucir la impresion de agujeros profundos.


L A NATURALEZA

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L a larva, despucs de h aber h ilado este capull o externo lleno de agujeros, se fabrica una e nvol tu ra intern a co nt inua y b ien cerra da .

MISCE LÁNEA. Asociasion francesa para el adelanto de las ciencias. -Con motfro de la solemnidad de la próxi-

ma Expo iciou universal ele Paris, la A.sociacio11 .francesa, en la asamblea general del Havre, ha determinado crlcbrnr excepcionalmente en Pari- su congre o anual; au 11 que la fecbano se ha fijado definicivameniC', todo iuduc.e á creer que, como en los año precedente , tendrú lugar eu la . egunda quincena, de Agosto. abemos por conducto :fidedigno que ,;e adoptarán todas las disposiciones convenientes para que esta esion científica, á la que seguramente concurrirán gran número de sabios de todos los países, presente, bajo todos conceptos, un atracti,o excepcional. Tendremos al corriente á nuestros lec.t ores Lle cuanto con ella se relacione: por ahora, nos limitamo á indicar que pre iLlir.í dicha scsion el Sr. Fremy, miembro del Instituto y profesor del Museo ele Historia natural de París. Barcloux, presidente del Consejo general ele Puy-cle-Domc, diputado y actualmente ministro ele Instruceion pública, ha siclo elegido vicepresidente del congreso del Havre: pasará de derecho tí ser presidente para la sesion de ]87', que tendrá lugar en l\Iont11cllier.

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Los torpedos en los Esta dos -Unido s . -E l Brocul

da cuenta de algunas in,encioues de importaucin, hechas en la escuela de torpedos ele N ewport; citando en prime1: lugar, un aparato ideado por el profesor Tarm,er, por medio del cual, uu operador colocado en uu bote de servicio ordinario, puede dirigirle y ma1,iobrar á voluntad. El teniente l\Iac-Clean ha inYeutado una lancha-torpedo eléctrica destinada :í conducir los torpedos basta los mismos costados ele los buques enemigos. Esta lancha ya siempre ocupada por un solo hombre, excepto cu anclo tiene que rec.orrer un trayecto mu.r largo, en cuyo caso necesita un a~-ndante para sostener los fuegos. Estit proYista de un aparato electrico que anuqne de dimensiones C-"'-tremadamente limitadas, tiene ocho operaciones diferentes. Determina la pro1:iulsion de la lancha, la accion del timon y pone en marcha á la múquina. Está u11ido á un cable eléctrico que va á parar po r su extremidad opuesta, á otro aparato colocado á bordo clel buque al cual pertenece la lauclia-torpedo y que sirrn para dirigir la opcraciou y comprobar ::;ns movimientos. La lancha a.Yanza in hacer ningun ruido, desarrollando el cable que permite al operador diri.!:,,irla á sn gusto sin estar en modo alguno expuesto. lgnórase si la lancha üebe ser ó no sacrificada cuando ha c.ouseguiclo sn objeto.

Á.1TOW

Un nuevo mono.-El R. P. Pozz i, mi ioMero en la. América meridional, ha enviado ,:1 M usco do Pari ; uu mono 1rneyo para la ciencia, perteneciente al géne-

ro de los Yistitis. Esta especie, á la que Milne-Edwarcl clió el nombre de 1"\Jiclas fl'ipartitu.s, ha siclo encontrncla en los bosques qne limita 1 Hio ~apo, en la República del Ecuador. Debe su nombre á la clisiribncion particular de sus colores, pue tienen negra toda la cabeza, amarillas las espaldas el pecl10 y los brazos, y ele un color gris aceitunado mezcla'élo ele negro el re Lo del cuerpo. No parece sino que e 1,á vcstiLlo con una especie de bonete negro y un:i chnpa ele color amarillo cuya mangas fueran mas oscuras. Tiene la cola morena-oscura en Sll base y negra en el resto de su extension . Lo labios esttin proYisto de pelos blancos que simulan bigotes. Esta especie es una de las mas b011itas del grupo ele los Tamarinm;, que cuenta muchos representantes tan notables por su brillo, como por la variedad de su. colores.

... *

E mpresa difi cil.-Se l1a anunciado la saliLla ele N ueYa-York de una expedicion encargada de irá buscar en el fomlo del Océano lingotes de oro y plata, así como objeto precio os, que representan un yalor de 3 \000.000 de pesetas, q ne cayeron al mar cerca ele V enezuela, cuando el naufragio del buque San Pedro A.ldntara. Este barco de "'llClTa zozobró en 1815, cerca de la isla de C11aga. RI capitan Goodrich, de Newbnryport, consiguió en 181 G, con ayucl!), de buzos, encontrar 15'.l.000 pesetas. En el año 18-J.5, otra cxpeclicion sa.có] .000.000, y en 18i'í3-5fi, clos steame1·s americanos recobraron l .000.000 y l .5üU.000 pesetas respectivamente. La nueva empresa que se propone recuperar el resto de los 30.llOD.OOD, esl,:í prorista de apa.ratos submarinos perfeccionados.

* Los periódicos y lengua s del Austria-Hungria.- Hé aquí segun el 1. r. Elí eo Reclus, la curiosa.

enumeracion de las publicaciones periódicas que aparecían en 1873 en el imperio austro-húngaro : se imprimían G7!) en aleman, 18' en magiar (húngaro), Jl-! cu tcheco )' esl aYo (bohem io), 72 en ital iano, 50 en polonés, :25 en croato, 1ü en lovcno, 13 en rutheno, -! e11 il.n-io, 3 en inglés, :2 en griego y 1 en búlgaro; total , 1 .20:2 diarios y revistas en 17 lenguas; los políglotas e tán contados una vez por cada uua _de las lenguas en que est,ín redactados.

... *

H ulleras q uemadas.-J\;Iaillan<;on l1a enuH1erallo las sustancias sólidas que se condensan en la .- upcrficie del uelo por encima de las lrnlleras quemadas . Las eflorescencias blancas le l1nn sum inistrado chórhiclrnto, bromhidrato y yoclhid/ato ele amoniaco, así como el ,ícido arsénico; las rojas est(m. cargadas de rejalgar, mezclado con oropimente en las anaranjadas; las amarillas no contienen mú que é Le ültimo sulfuro. La l1ay tambien negras, en las que el sulfocianuro ele amonio se encuentra mezclado con el arsénico nativo, la galena y otros productos.

•*•

Disociacion.-Ua ta al10ra se ha admitido que el

carboJiai.o de barita resi te perfectamente ,í · 1a accion del calor y que difiere, por consiguiente, mucho


LA

1

ATURALEZA

del carbonato de cal, cuya disociaciones relatirnme • te tan fücil. M. Isambert ha probado recientemente que el carbonato de barita, sometido al calor en una corriente de ázoe, se desprende en abundancia del ,1cido carbónico, entrando en la re6 la gelleral.

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rededores, en el valle del Saóne ó en el del Róclano, que no haya dado algunos restos ele probociclios. DIMENSIONES DEI, llIAl\Il\IOUTH DEL MUSEO Dl~ LYON.

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EL MAJIMOU11II DEL 1IU EO DE LYON.

MIEMBRO ANTERIOR DERECHO.

:uA.,1llOLJ'U.

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Los huc os fósiles de clcfanles han c:\.citaclo desde la más remota anligi.iedad la curiosidad del público y han llamado muy pronlo la atencion de los naturalistas. Su volúmen, ge1ieralmente considerable, los ha hecho notar y recoger por todas partes, y ánlcs de ha.her sido estudiados han sido considei-aclos muy á menudo, y hasta el fin del último siglo, como restos de gigantes ó de venerables personajes. Falgose refiere que en 1456 el Ródano puso al descubierto cerca de Saint-Péray, no léjos de Valence, tres grandes hue os, de los cuales una parte fué Henda á Bourges y colocada en la Santa Capilla de csla ciudad. Cassanion menciona un descubrimiento análogo J10cho en 1561 en una localidad próxima. Igualmente en el Delfina.do y cerca de Valence fué donde fueron exhumados en Hi13 los famosos huesos atribuidos al rey gigante Teutobochus, y que fueron objeto de largas y laboriosas disertaciones entre Hebicot y Riolan hácia el año 1615; éste último fué el primero que reconoció en estos huesos los de un elefante. En t78!J, los canónigos de an-Vicente hacían pasear procesionalmente en las calles y en los campos, para conseguit· la lluvia, un pretendido brazo de santo, que no eea otra cosa que un fémur de elefante. Despues de eslas épocas de ciega credulidad, y gracias á Cuvier principalmente, se apoderó la .ciencia de estas reliquias, exhumadas en número cada vez más considerable, á consecuencia del desarrollo ele la actividad humana, siempre en aumento. La cuenca media del Ródano, en medio ele la cual han venido á abrirse, al fin del período terciario, grandes y poderosas neveras, es incontestablemente una ele las regiones mús ricas del ce ntro ele Europa en restos de elefantes fósiles. Lyon y sus alrededores, cuyas colinas están casi uniformemente cubiertas de un manto de lehm nevado, ha proporcionado en particular una de las series más bellas de estos fósiles. uEs un erdadero cementerio de elefantes,» como decía Jourdan, el antiguo direclol' del i\Iu¡;eo de Lyon (1834 á 1869 ).No se ha emprendido una ~ola excavacion en la ciudad ó en los al-

.Apófisis traspasando el omóplato.. Omóplato...................... Húmero........................ Cúbito.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pié............................

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.A.It111·a :1 la cruz . . . . . . . . 3m,75

Hasta el año 1859 no poseía Lyon más que dientes, maxilares aislados ó diversas porciones ele esquelelos pertenecientes á más ele noventa individuos distintos y que pNcedían de veinticinco estaciones, cuando las excavaciones hechas cerca de la coníluencia del Hódano y del Saóne, para los cimientos de un edificio que había de levantarse en las laderas de la colina ele Sainte-1• oy, diel'on ocasion al descubrimiento de todas las partes del esqueleto de un elefante de gean talla en ·perfecto estado ele conservacion. Esta importante pieza, fué recogida con el mayor cuidado por Jourdan; pero hasta el año "1872, no pudo hacer el Sr. Lortet, su sucesor, la reun.i.on de las di versas partes dispersadas y olvidadas en los depósitos del Museo. Armado con muchísima habilidad por uno de los preparadores del :Museo de Lyon, Cárlos Revil, este elefante representa el tercer ejemplar de este género ele p1·obociclios, ele los que se posee un esqueleto completo, pero único en su clase. Anteriormente á su descubrimiento, no seconocían más que el mammouth del ";\Iuseo de San Petersburgo, y el de el Museo ele Brusélas: el primern, encontrado en las orillas del mar Glacial, en la embocadura del Lena, que no se armó hasta el año 1825, y pertenece á la especie prim.igenius, ele la i;rue ha llegado á ser el tipo; el segundo, extraído en 1860 de la turba de Lierre, en la provincia de Anvers, y que fué armado en 1871 bajo la clireccion de Dupont. Como el de an Petersburgo, el elcfanle el~ Brusélas pertenece á 1a especie primigenius. El de Lyon puede considerarse como forma inlermeclia entre esla especie y la que ha recibido el nombre de me1·iclionalis 'i que Falconer ha llamado antir¡uus; pero Jourclan ha creido reconocer en el elefante de Lyon una nueva forma intermedia entre el Elephas anliqm.ls y el Elephas primigcnius y le ha d9nominaclo intcrmediLLs. No habría allí solamente una raza pro-


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pia de los valles del aóne y del Ródano, cuyo carácter principal es el ele sce un poco mas coeto que el Elephas anlir¡uus. Las dimensiones del mammouth ele Lyon son más considerables que !ns del ejemplar de San Petershurgo, del ele Bru sélas y que las de los mayores individuos ele las e pecios vivas. Mide hasta la cruz 3m,75; el ele Bru sélas no tiene más que 3"', ÜO y el de San Pctcrshurgo 3m,45_ ~_,as proporciones del mammouth de Lyon, comparadas con las d e un B "eplw.s inclicus , en-

via do hace poco tiempo al ~Iuseo de Lyon, procedente ele Cochinchina, serían quizá apreciadas más fácilmente. Semejante eomparacion (véase el estado adjunto) es tanto más interesante, cua nlo que el E/ep/1:1.s inclicus presenta la forma más próxima al Elephas antiquus. Por m{ts que el individuo comparado con el mammouth sea de bastante talla, se ve que es una tercera parte menor. El fémur del mammouth tiene lm,25, la tibia Ü"',69 y los colmillos, perfectamente conservados y fuertemente encorvados mielen 2111 ,lO; el

l\Jammoulli (El cplws i11/crmcditis , J ourJan) enconLr::ulo en el L chm, en 18:i U, call o de Truis-ArLichanl-;, ca Lyun. E squeleto del tilusco de l listoria natural de L yon.

diámetro ele la corvadura es de 1 metro; tiene en la base, cerca del alvéolo, Qm,53 de circunferencia y su diámetro es de om,'17. o falta á este esqueleto más que un corto número de piezas: algunas vértebras y costillas; asi es, que se ha completado fácilmente. Para explicar su perfecto estado de conservacion, es preciso admitir que el animal murió en el mismo lugar 6 que fué arrastrado poco despues de mue1·to, por uno de esos remolinos del rio con las aguas cenagosas que se desprenden de los ventisqueros que cub,;ían las llanuras de la Bresse y del Delfinado y cuyas huellas son importantes en la. parte media de la cuenca del Ródano.

• L a configuracion actual del suelo demuestra aún cómo han podido constituirse estos depósitos tan poderosos de lehm en los valles del Ródano y del Saóne: casi por todas partes existen ensenadas y golfos que, permitiendo á las aguas el depositar sus limos, productos de levigacion , retenían al mismo tiempo las materias orgánicas conducidas por las aguas, siendo así como se han conse1,vado los preciosos restos de la fáuna cuaternaria.

E. O. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

Madrid: 1878.-Tipogrnfla-Esterootipia Pi;noJo,


Núm. 19.-6 Abril 1878.

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el romper á la misma una de sus extremidades. En la extraccion de que nos ocupamos, los lacustradores la h an llevado á efecto ele una manera sumamente h ábil· practicaron en el fondo, á la derecha y á la izquierd~ ele la piragua, dos fosas de una profundidad convenientemente calculada, con cuyo auxilio pudieron pasar por ~ebajo del esquife barras transversales equidistantes unas de otras. En seguida ataron cuerdas á las extremidades de estas barras, y despues de haber levantado el esquife hasta el nivel del agua, le recogieron y colocaron en una plancha flotante, conduciéndole á Génova, en donde lo vendieron al Museo de Antigüedades. El doctor Sr. Gosse, el inteligente director de este Museo, sabiendo que el aire destruye en poco tiempo las maderas antiguas extraídas ele las estaciones fa-

PIRAGUA ENCONTRADA EN UNA EBTAOION LAOUBTRAL DEL LAGO DE GÉNOVA,

En el mes de Noviembre de 1877, una sociedad de barqueros, que toman el nombre de L acustradores, porque tienen por oficio exp}otar durante el reflujo de las aguas las muchísimas curiosidades que ocultan las orillas del lago, consiguió extraer de la estacion lacustral próxima á la ciudad de Morges, los restos de una piragua antigua que se encontraba enterrada á 4 ó 5 metros de profundidad. Hace algunos años se hicieron algunas tentativas ele extraccion, que mal dirigidas, dieron por resultado

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Fig. 1, 2 y 3.-Plano y seccion de la piragua antehistórica encontrada recientemente en el lago de Génova .

custrales, ha hecho colocar e'sta p:ii:agua en una gran cuba forrada de zinc, llena de agua, en la cual se halla completamente sumergida. · Como no es posible sacar esta barquilla del agua, así como el hacerla fotografiar en tal posicion, ha habido necesidad de limitarse á tomar las dimensiones exactas, sirviéndose para ello del ni-vel superior del agua y de las caras de la cuba, que hacen las veces de planos coordenados, para determinar la forma de los contornos y la disposicion de las partes principales. El grabado adjunto representa el plano (fig. 1), dos elevaciones laterales (fig. 2 y 3) y dos secciones perpendiculares transversales. Es probable que las dos extremidade¡¡ terminaran en punta. aunque las partes de la extremidad rota no han podido ser recogidas. Se calcula que la longitud total estaba comprendida

entre 4 y 5 metros ; el ancho es de om,70; el fondo mide de 8 á 10 centímetros de espesor y el de los lados varía entre 6 y 8 centímetros. La e;<,..-tremiclad que subsiste ·AEFF' no está acanalada; aparece redondeada en forma de asiento, solamente que ele ella se ha separado una astilla muy grande, como puede verse en la seccion número 4 y en la figura 1, en la que está representada la pérdida por las letras A a a" Db'. Una gran parte de los costados de la piragua ha quedado casi intacta, á saber de F' á K y de E á J. En el fondo de la misma, á unos om,70 próximamente del asiento ya mencionado, se ven dos piezas salientes que forman parte del fondo y que habían sido reservadas indudablemente por el constructor con el objeto bien evidente de prestar apoyo á los piés del r emero. Estas partes salientes, que miden om,04 á om,05 ele al19

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tura poco más ó ménos, están colocadas á igual distan- toesfera solar, diremos algunas palabras acerca cia del asiento y se hallan sopa.radas una de otra por de los procedi~1üentos que han permitido descuuna distancia de 0 ,20 próximamente. Están represen- brirlos. Sábese que hasta aquí había sido impotadas en nuestro grabado por las letras H, h. tente la fotografía para reproducir los detalles Segun su posicíon, se puede conjeturar, de una madados por los instrumentos poderosos. Las fotonera más ó ménos cierta, que el conductor de la piragrafías más notables del sol, obtenidas hasta gua estaba sentado, que se servia de un pagays, ó remo ahora, y entre las cuales es necesario citar en grande, sin apoyarle en los bordes de la barquilla, haprimer lugar las del eminente '\Varren de la Rue, ciéndola avanzar por delante ele él, constituyendo la uno de los fundadores de la fotografía celeste, proa la· extremidad rota, mientras que él se sentaba en la popa, apoyando sus piés contra las partes sa- las .de Rutherford, etc., daban muy bien las lientes H, h, que hemos indicado ántes, para resistir el manchas y las fáculas; pero en la superficie, proimpulso de delante á atras que con ambas manos im- piamente dicha, no demostraban más que jasprimía al pagays, tan pronto á la derecha como á la iz- peados, sin ninguno ele los detalles de granuqlúerda para hacer a,anzar á la barquilla. laciones, cuya existencia nos han revelado los Este sistema está enteramente cambiado hoy día; instmmentos de óptica. los remos, notablemente más largos toman un punto Es necesario consignar que no se trataba tamde apoyo en los bordes de la embarcacion, de suerte l)OCO ele obtener detalles tan minuciosos, entreque el remero tiene ordinariamente la espalda dirigida vistos en circunstancias atmosféricas muy favohácia la proa. No se han encontrado en las-diferentes estaciones la- rables, y c1ue los procedimientos fotográficos custrales del Lago Leman, remos ni pagays; el que es- parecían absolutamente impotentes para reprotá representado en la :figura fué regalado al Museo de ducidos. l\Ieditando un poco acerca de esta Génova, y procedía del fondo turboso de un lago ita- cuestion, nos inclinamos á creer que semejante liano. inferioridad reconocía por causa el modo seguiLa piragua de Morgcs parece haber siclo constnúda do hasta aquí, y de ninguna manera que tenga con un tronco de encina, con el auxilio de instrumentos origen en la esencia misma del método fotogL'áde piecha ó de bronce. Puede tener algun interes el fico. Comparando detenidamente los dos métosaber que aún hoy día, en el pequeño lago de Egeri, en dos, puede reconocerse que la fotografía debía el canton de Zug, ~e sirven de barquillas construidas con troncos de árboles. Estas embarcaciones son cono- tener sobre la observacion óptica, ventajas que cidas con el nombre de Eibaum (probablemente por le eran absolutamente propias, para poner en Eimbaum, árbol ünico). En la ribera occidental ele este evidencia efectos y relaciones de luz que es imlago, en Morgarten, el día 16 de Joviembse de 1315, posible percibir ó estimar á la vista. fué donde el reducido ejército de los confederados suiuestro órgano visual está dotado de la admizos venció completamente á las tropas de Leopoldo de rable facultad de poder funcionar en las condiAustria, en una batalla que aseguró la libertad y la in- ciones lumínicas más diferentes, pero tambien dependencia de la , 'túzn. la vista no nos permite juzgar las relaciones de D. C. intensidad luminosa, sobre todo cuando dichas intensidades son demasiado considerables. La SOBRE LA CONSTITUCION DE LA SUPERFICIE SOLAR imágen solar se encuentea en este caso. A pesar Y LA FOTOGRAFÍA. de la intervencion de los cristales coloreados, CONSIDERAD.A. COMO MEDIO DE INVESTIG.A.CION de los helióscopos, etc,, el ojo debe apreciar deEN ASTRONOMÍA FÍSICA. talles en un medio deslumbrante, y funcionar en condiciones completamente anormales para él. La fotografía celeste entra en la actualidad en Las verdaderas relaciones do intensidad lumiuna nueva vía. Hasta ahora no se había consi- nosa de las- cliver.s as partes de la imágen, no derado este arte en sus aplicaciones á la astro- pueden ser percibidas y las apariencias no resnomía más que como un medio de obtener fenó- ponden á la realidad de las cosas. Esto es lo que menos é imágenes fieles é independientes de explican las opiniones tan diferentes que se han toda intervencion de la mano del hombre. Hoy emitido acerca de las formas y dimensiones do dia, la fotografía se halla en estado de preslar las granulaciones y de las partes constitulivas servicios- aún más importantes y convertirse en de la superficie solar. La imágen fotográfica, cuando se obtiene en 411 medio á propósito para descubrir hechoEJ qtie escapan á la investigacion de los instrumentos condiciones bien regladas de la accion de la luz, está libre de estos defectos, y expresa, ele una ópticos de que disponemos. . Antes de hablar d(;l estos hechos, que en la manera muy ap.roximada, las verdaderas relaactualidad se refieren a la constitucion de la fo- ciones de intensidad luminosa de las diversas 00

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paetes del objeto que le da origen. Para que Se comprende que cuando se trata de granupueda realizarse este precioso resultado, es pre- laciones solares que tienen un diámetro medio ciso que, durante la accion luminosa, la capa de 2 á 3 segundos, no se las puede obtener sosensible quede próximamente semejante á ella bre imágenes en las que la irradiacion fotográmisma, condicion que exige que la porcion de fica tendría un valor superior á sus propias dila sustanciafotográfica sometida á su influencia, mensiones. Hemos estudiado , pues, con el mamiéntras subsiste la posicion, no esté más que yor cuidado y en conformidad con los principios una débil parte de cantidad en presencia de la expuestos precedentemente el tiempo de la acplaca. "\ olveremos á ocuparnos de este punto cion luminosa, á fin de combatir este obstáculo tan importante. capital. Así, midiendo rigurosamente el tiempo de la Hemos combinado la dísminucion de tiempo accion luminosa de tal modo que no haya lugar de la accion luminosa con la ampliacion de las á sob1·eposicion en las partes más brillantes del imágenes. Las dimensiones de éstas se han lledisco solar, se obtendrá una imágen que nos vado sucesivamente á 12, 15, 20 y 30 centímepresentará, no solamente los detalles en la ver- tros. El tiempo de la accion luminosa, que es dad de sus contornos, sino que, además, nos aquí la condicion exclusiva del éxito (pues se instruirá acerca de las relaciones muy aproxi- han obtenido porciones de imágenes solares cormadas de sus verdaderas intensidades lumi- .respondiendo á discos de· más de un metro de nosas. diámetro y que demuestran la granulacion), se La fotografía posee aún sobre la vista otra ha disminuido hasta ~ de segundo en esa.o 00 ventaja de gran valor, sobretodo cuando se trata de posiciones cortas. Puede reconocerse, en tío (1). Es preciso un mecanismo especial y muy efecto, que el espectro fotográfico, cuando la' ac- perfecto, para regular así una cluracion tan corta cion luminosa es corta; en lugar de tener la ex- y dar, paea las diversas partes de la imágen, tension que se le conoce, se reduce á una franja una igualdad de accion luminosa que debe rea1 -- de segundo. Cuando la duracion estrecha situada cerca de G. Esta curiosa pro- lizarse á -10.000 piedad demuestra que se podrían obtener imá- de la accion luminosa es tan corta, la imágenes genes fotográficas muy tolerables con lentes mucho más latente aún que en las circunstansimples de largo foco. Sobre todo, demuestra cias ordinarias; es necesario aplicar un desarque el acromatismo químico es incomparable- rollo lento, que en seguida se termina por el mente más fácil de realizar que el acromatismo refuerzo con el ácido pirogállico y con el ni trato óptico y que las imágenes solares, esp~cialmente. argéntico. obtenidas teniendo presente esta propiedad, pueCreemos que no hay necesidad de adverlir den tener una claridad mucho mayor que la de que las operacioues fotográficas deben hacerse las imágenes ópticas. Tales son las ventajas, con el mayor cuidado cuando se trata de imáque podríamos llamar ventajas de método, que genes destinadas á revelar detalles tan delila fotografía presenta sobre la óptica ocular. cados. La inferioridad de las imágenes fotográficas Realizadas estas condiciones, se obtienen imásolares, obtenidas hasta ahora, no reconocían genes solares que, con relacion á las antiguas, otra causa que las condiciones desfavorables en constituyen un mundo nuevo y demuestran feque se hacían. En primer lugar, es preciso co- nómenos , de los que nos ocuparemos detenidaloca r las circunstancias de duracion exagerada mente. de la accion luminosa. Examinemos ahora de una manera somera En efecto, cuando la accion luminosa se pro- lo que nos enseñan las fotografías en un primer longa demasiado con relacion á su intensidad, exámen, respecto á la constitucion d~ la capa la imágen fotográfica se amplía rápidamente y fotoceférica. Así es, que como ya hemos indicapierde toda la claridad y limpieza de los contor- do, las fotografías presentan á la superficie solar nos. Esto fenómeno, que se podría denominar cubierta con una gran ulacion general. Las forin·adiacion fotográfica (sin prejuzgar nada so- mas, las dimensiones, la distribucion de estas bre su causa), es muy evidente en las fotograo"'ranulaciones, no están del todo ele acuerdo con fí as de eclipses obtenidas desde el año 1860. En las ideas que se habían formado acerca de estos dichas fotografías, se ve que la imágen de las elementos de la fotoesfera, segun el exámen ópprotuberancias usurpa parte del disco lunar en una cantidad que se eleva á 10, 15 segundos y (!) La cifra se refiere á la accion do la luz solar natural , atin más. que no haya pasado por ningun. medio refrin gen to.


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tico. Las imágenes fotográficas no confirman en manera alguna la idea de que la fotoesfera esté constituida por elementos cuyas formas constantes recordarán las hojas del sauce, los granos de arroz, etc. Estas fo·rmas que pueden encontrarse accidentalmente en taló cual punto, no son más que excepciones, y no deben de ningun modo c01:isiderarse como la expresion de una ley general de la constitucion del medio fotoesférico. Las imágenes fotográficas nos conducen á ideas mucho más sencillas y tambien más racionales acerca de la constitucion de la fotoesfera. Forma ele los elef

mentos granulares.

los elementos granulares, de que estos elementos están constituidos por una sustancia muy móvil que cede con facilidad á las acciones exteriores. El estado líquido ó gaseoso goza de ·estas propiedades; p ero, teniendo en cuenta otras QOI1Sideraciones que desarrollaremos más adelante, es necesario admitir para las granulaciones un estado muy análogo al de nuestras nubes atmosféricas, es decir, que nos vemos obligados á considerarlos como cuerpos constituidos por un polvo de sustancia sólida ó líquida nadando en un medio gaseoso. 0

(Concluirá.)

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LOS VOLCANES

Si se estudia la graDEL J.APON, nulacion en los puntos en que está mejor Las crestas de las isformada, se ve que las Niponas , eminenlos granos afectan temente volcánicas, no formas muy variadas, son más que anillos de pero se refieren mas esa gran cordillera igó ménos á la forma nívoma del Far-East, esférica. Esta forma que tiene su cuna en la América rusa y su tumes tanto más general ba en la isla Barren del cuanto más pequeños golfo de Bengala. Esta son los elementos. En incontestable dependenlos granos muy nucia desde luégo nos oblimerosos, en los que ga á definir el trazado las formas son más ó principal. ménos irregulares, se En los confines de la ve que están . constiAmérica rusa, hoy dia tuidos por la agrega- , América de los Estadoscion de elementos U nidos, y en clireccion más pequeños que se del Oeste, en donde apasolar. 10 de 0clnbre de 1877, 9 y 36 minutos de la maña-~recen los primeros volrefieren á la esfera. Superficie na (diámetro del disco, 0m ,92). Re·produccion por él helioa-rabado de una fotografía hecha por Janssen, en el Observatorio de rifoudon . , canes, en un largo traAllí, en donde la grayecto de más de 200 minulacion es ménos llas marinas. En Kamtchatka, se separan hácia el clara y en que los granos parecen alargados, se Sudoeste, clireccion que conserva en adelante, á traves ·comprende que la esfera ha sido la forma pride los Kouriles, el archipiélago Nipon y Formosa. mera de los elementos, forma más ó ménos mo- Franqueada es!a última isla, pasan directamente hácia dificada á consecuencia de las fuerzas que obran el Sur atravesando las Filipinas y las Molucas y de sobre estos cuerpos. La forma normal de los este modo se unen al trayecto retrógrado de los volcaelementos granulares de la fotoesfera, parece nes sondanianos. Efectivamente, á contar desde allí, pues, referirse á la esfera y aún las figuras ir- cambiando repentinamente de direccion, la línea de regulares están ligadas á ella, ya sea que el e_le- fuego remonta hácia el Nordeste á traves del archimento haya sido constituido por cuerpos más piélago ele las Timores, Java y Sumatra, luego se expequeños, ya sea que este mismo elemento se tinguen finalmente en Barren y N arcondal: dos islotes encuentre más ó ménos deformado por efecto perdidos en medio del golfo de Bengala. En su trazado general, forma una V gigantesca abierta al Norte, cuya de fuerzas extrañas que obran sobre el medio rama oriental es relativamente enorme y compuesta de en que se halla colocado. Resulta aún de estas tres porciones desiguales, tanto más inclinada hácia el consideraciones una consecuencia muy impor- Oriente cuando más se separa del vértice de la letra. tante, esto es, la prueba, que se desprende del Constituye un poderoso emuntorio contra la accion de hecho mismo de la variedad de las formas de los fuegos centrales de nuestro planeta; número colosal


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que promete -aumentar, puesto que no se conoce aún cuando; despues vienen estribos escarpados, cubiertos el interior de Y esso, el de Formosa, ni las cadenas cen- de una vegetacion francamente septentrional y rodeatrales de la mayor parte de las islas malay as. El J a pon, dos de perspectivas grandiosas, que recuerdan mucho por su parte, figura de una manera importante; ántes los puntos más ponderados del Unterwald y del Uri; ele insistir sobre lo que le pertenece, diremos unas pa- una roca sulfurosa muy friable anuncia la proximidad labras acerca de las bocas que le preceden. del cráter. Este, de 600 metros de altlll'a sobre el nivel H ácia el grado 60 de latitud Norte, en la península del mar, tiene como el de o ·uchi-yama más de un kilode Alaska; es donde se manifiesta el primer cono de· metro de longitud; su anchura es de 230 metros, y está accion, de unos 4.500 metros de altura; la isla ele Alas- lleno de multitud de hendiduras, de donde por interka que sigue, posee v-arios, y uno de ellos, á conse- valos salen grandes masas de vapores sulfurosos; alcuencia de la erupciou de 1786, perdió su vértice que rededor se levantan conos secundarios, dispuestos sin rodó por la llanura. Las Aleutinas que se s uceden se- regularidad por una fuerza que duenne por el mogun el eje mayor de la península, contienen el Ouna- mento. A los piés del volean. se encuentra una super_ lachka, el Oumnak, cerca del cual surgió una isla en ficie de agua bastante considerable, llena de islotes poel año 1796, cuyo suelo estuvo caliente hasta 1804, se- blados de bÓsques en los que abunda la caza, y formada gun los datos de los rusos dedicados á la caza de pie- incontestablemente á expensas de un antiguo· cráter. les; luego vienen El Komaya ha los cuatro volcaproducido erupnes Liguam, ciones en 1796 y Amzchitka, etc. en 1855. El Kamtchatka Y esso contiene tiene su gigantesaún dos volcanes co Kloutchewen plena activikaia Sopka, de dad, el Ousi-yama 4.800 metros de y el Yova--nai que altura y que aún están por explovomitii lava, su rar. Á la entrada Ohivelutch, su Oeste del estreKoriatskaia que cho de Tsougaentró én erupcion rou, se encuenen 1772. En las tran tambien dos Kouriles se han volcanes: Oosima reconocido unos y Koosima, que diez vértices; emergen brusunos están todacamente del mar vía en actividad, á la manera del los otros han da·stromboli, anundo señales de vi ciados por la nodaen épocas muy che por luces inFig. 1.-El volean de Kamagataké, cerca de llakodat, y del estrecho próximas: Onetermitentes, y por de Tsougarou . kotan, Itournp, el dia por los esTchikotan, própesos humos que ximos á la costa de Y esso, Ouroup la tierra de los Es- están afectos á_sus vértices. Se dice que Saghalien que tados, que no es más que una vasta mina de azufre. no tiene volcanes en actividad, es igüalmente de forRé aqlú ahora la exposicion de los volcanes del J apon. macion plutoniana. En la proximidad del puerto abierto de Hakodati, En T esan-yama y en el estribo que ciena el bajo de la costa se abre en una bahía llamada de los Volcanes, la bahía de A wamori, es decir, desde el Norte de la isla en la que la ribera está cubierta de lava y de piedra- Nipon, se encuentran trazas de la accion subterránea; pomez, y que está marcada en efecto á su entrada por un poco más abajo, en la provincia ele Kotsoulcé, aparedos bocas humeantes, una al norte Ouchi no yama, ce aquella en toda su actividad. Allí, cerca de la ciudad montaña del Buey, hendida como la cabeza ele este de Takasaki, al extremo de un estribo de la cordillera animal; la otra al sm, Iúmaya-take, que no produce central, directamente al Norte del Tousi-yama, y á la más que humo desde hace algunos años. El pié de ésta vista de la montaña sin par, se levanta el majestuoso se encuentra á 25 millas de los confines de Hakoda- Asama-yama; dos maravillas una enfrente de otra. Los habitantes· de Yeddo van allí por el Nakasenti. Su poco alejamiento, y la belleza de los sitios, la do, dejando atras los primeros estribos para franhan hecho objeto de frecuentes ascensiones por los miembros de la pequeña colonia europea de la ciudad. quear los Wadjis, desfiladeros que se abren. á la entraEn la falda de las primeras pendientes, las cryptome- da. Al pié se encuentra un pueblecillo que posee una rias, las camelias, los bambús, últimos representantes fuente ferruginosa, cuyas virtudes aprovechan en la ele la flora nipona se encuentran tambien de cuando en estacion cálida, A partir de este punto, el que quiera


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emprender la ascension debe tomar necesariamente un guía: á uno de esos buscadores de plantas medicinales, únicos séres que frecuentan las cimas de la ardiente hornaza. L as primeras pendientes están pobladas de árboles y las especies nacen y desaparecen allí alternativamente segun la altura y con sujecion á la ley tan magistralmente descrita por Ch. Martins. A partir de una fuente que marca próximamente la mitad del camino que se ha de recorrer, e cnbre súbitamente la tiena de un pasto fino, compuesto sobre todo de tomillo ca i inodoro, brezo y algunos arbustos, en donde las liebres de grandes patas Yiven en plena seguridad. Cuando se llega al cono terminal todo esto desaparece, no hay más que piedra-pómez y escorias, camino ruinoso que conduce al término del viaje:. un magnífico cráter de 3.000 metros do altma, con una profundidad de 100 metros poco más ó ménos, en el fondo del cual se ,e la lava hirviendo con estrépito. Por las laderas salen silbando chonos sulfurosos por hendidmas considerables y del fondo brotan con increíble fuerza cenizas calientes que siguen la suerte del viento y á veces piedras enormes que van á caer á algunos centenares de metros de distancia; la lava corre á raros intervalos, siguiendo las huellas indicadas ya por las salidas procedentes. En la famosa erupcion de l.º de Agosto de 1783, el Asama aniquiló veintitres poblaciones con sns habitantes, y al mismo tiempo el Tnne-Gawa que corre á sus partes laterales, salió súbitamente de madre para inundar la comarca. Todo esto fué precedido por temblores de tierra que abrieron hendiduras tan colosales que desaparecieron poblaciones enteras; la lav;i arrasó con todo lo que aún era susceptible de Yida en los contornos. En 1788 tuvo lugar otra erupcion, pero de consecuencias ménos funestas que la ántes citada. Segun las leyendas del país, en el Kotsouké, cerca de 1Vasnomo1tra, existe una montaña que se convirtió en volean durante unos cuantos dias, inundando los distritos próximos de cenizas y"piedras . Enfrente y al Sur del Asama, á 3 leguas de distancia, se levanta el Fousi-yama, la Montaña admirable, volean apagado hoy dia, que surgió de las entrañas de la tierra en el año 28'1 ántes de Jesucristo, en el reinado de Korei, el sétimo mikado, mientras que á 80 leguas de allí se convertía la tierra en una hondonada para formar el lecho del lago Biwa y el Y odo-gawa, que le sirve de vertiente. Produjo varias erupciones, entre las cuales merece citarse la del año 799 que duró treinta dias; la de 864, que saliendo de un cráter situado en su base,des.astó el país en 40 leguas á la redonda: Hácia el año 1707 fué cuando se extinguió, lanzando aún eu su agonía una lluvia tan grande de cenizas que se extendió hasta Y eddo. En 1793 una parte de sus laderas se desplomó hácia las llamu·as circunvecinas. Como el Asama, el Fousi se halla colocado al extremo de un estribo de la cordillera central. Por la manera insólita con que emerge de la tierra, aislado eu medio de una llanura y libre por consiguiente de todo pmlto de comparacion, i causa de su considerable altlU'a, que le hace visible desde muy léjos, y tambien

por la regularidad y gracia de su forma, se impone á la admiracion de los indígenas. Para ellos es un objeto sagrado digno de verdadero culto, maranlla i la cual rinden homenaje por lo ménos una vez en su vida. Su cráter, sepultado en la nieve una gran parte del año, es una especie de valle pequeño que mide un kilometro de largo por 500 metros ele ancho, cuyo fondo se encuentra ocupado por una balsa de agua situada á 300 metros del reborde y cuyo perímetro tiene más do una legua Desde allí e puede distinguir el emplazamiento de Y eddo y su gran bahía así como el ele Y okohama; se ,en los vértices que circundan el Quanto, antiguo dominio de los taikunos, y, justamente en la üirecciou del :r orte, levantarse el ,érticc humeante del Asama; á sus piés vienen á morir las azules aguas del gran golfo de Tsourounga. .Los senderos practicados en él, aparecen llenos de templos y oratorios de los dos graneles cultos nacionales, buclhismo y sinthismo. Los ramos sagrados de cryptomerias y salisburias señalan allí las principales estaciones con las casas de thé y las hatagoyas: lugares ele devocion, de reposo y de placer para los peregrinos, entre los cuales gozo r religion deben marchar siempre unidos. El Fousi-Tama tiene 4.000 metros sobre el nivel del mar (el agua entra allí en ebullicion :\. 85°,'17) . El derrame principal de lavas se verifica por la vertiente Noroeste; al Nordeste se encuentran dos lagos que ocupan indudablemente el lugar de antiguos cráteres. En estas islas colocadas como centinelas á la entrada de la gran bahía de Y eddo, aparecen dos volcanes en actividad; uno en Oo-sima, el Vries de los holandeses, y el otro en .il.liaki-sima. El Vries produce lavas, arroja llamas que se ven algunas veces desde el mar; pero frecuentemente la presencia del fuego no se anuncia allí más que por la reflexion de las nubes que están constantemente muy prórimas á su vértice; por esta razon constituye un excelente faro natmal. Cuando se pasa bastante cerca de él de día, se distinguen con claridad en las partes laterales del ,értice las columnas opacas ele humaredas que funcionan continuamente, el suelo está sembrado de un azufre del cual se saca bastante provecho; su costa no puede ser más pintoresca, ni más abundante en esas cul'iosidades naturales que tanto gustan á los nipones ; eñtre ellas, debemos citar, como una de las más interesantes, el YehiBachi, el puente de piedra que se .adelanta hácia el mar con sus dentellones calcinados, de forma bizana. Los otros islotes centínelas parecen pertenecer igualmente al régimen plutónico. Excepcion hecha del Asama, la gran isla Nipou 110 contiene, en suma, más que volcanes extinguidos. En las montañas que están al N orocste del lago Biwa, so encuentra el Tade-yama, ele la proüncia de Setsou, y el Sira-yama, colocado en los confines del Tamba. El Tade-yama daba sin embargo de cuando en cuando señales de actividad poco peligrosas para las cercanías y los crédulos hasta hau llegado á decir que en las nubes que le cubren se ven á veces reflejar «las tintas de sangre humana que existe en su cráter.» En el viaje que Koempfer hizo por tierra á Y eddo, reconoció en el

,


LA NATURALEZA Tsomounga un volean, el Tefi, en plena actividad. Sikok -n o tenía tampoco más que volcanes extinguidos, pero en cambio sólo en K.iú-siú existen cinco bocas que han dado hace poco tiempo señales ele una actividad c9nsiclerable. A la vista de N agasaki, al extremo de un promontorio de la península de O-mura se levanta el Omentake-yama, que miele 1.260 metros de altura, cuyo vértice permanece blanco ele nieve el mante una buena parte del año; produce llamas de cuando en cuando y constantemente humos sulfmosos muy densos. A consecuencia de estos vapores deletéreos, y tambien por la elevada temperatura del suelo, ningun sér viviente, vegetal ó animal, ha podido alcañzar la parte ~levada de la montaña: en este punto reina la desolacion m:.ís absoluta. En el año 1792 su vértice se hundió en el mar; de sus faldas salió un diluvio ele lava y ele agua hirviendo que, uniéndose á las sacudidas de la tierra y á un desbordamiento de las aguas, causó verdaderos estragos en todo lo que existía en los alrededores; espantoso cataclismo que hizo desaparecer por mucho tiempo toda huella de vegetacion y de industria en algunas leguas ÍL la redonda y costó la vida á más ele 5.COO personas. Dos meses clespues, se abría un nuevo cráter, el Bhw-no-koubí, cerca del antiguo para vomitar lava clmante más de cinco años . En la parte central de la isla, en el Higo ó Figo, surgió el Aso-yama, que ha tenido varias erupciones, entre las cuales la más reciente es la del año 1872. El 2 de Diciembre del mismo afio, despues de medio día, hubo un temblor de tierra en las inmediaciones de la montaña y al mismo tiempo tuvo lugar una lluvia de piedras y de arena, que saliendo del cráter con un ruido horroroso cubrió por completo el campo en una gran extension. En el mismo momento se abrían en el vértice unos 20 cráteres, que lanzaban en todas direcciones pieclras enormes; las gentes que se entregaban al trabajo de recoger azufre quedaron heridas ó muertas. El 16 de Diciembre se anunció una segunda erupcion con temblores ele tierra y proyecciones de agua hirviendo que se vertía sobre la ciudad claimial ele Kouinamoto por el lecho del Chíra-gawa, que nace al mismo pié del volean. Esta segunda erupcion, que -ocasionó algunas desgracias personales y exterminó los peces del rio, que miele ele 7 á 8 leguas, cesó tan pronto como la primera. El 8 ele Enero, se oyeron muchísimos y muy frecuentes truenos, y hácia la tarde del mismo dia empezó á echar llamas el cráter,. constituyendo un espectáculo. magnífico é imponente; este fné el preludio de una. erupcion, que quizá no ha terminado aún. En los primeros clias de esta tercera erupcion, el cielo estaba siempre oscuro y una lluvia de cenizas cubría al país en una extension de más de ocho leguas, destruyendo las cosechas y arruinándole en su consecuencia por mucho tiempo. Kiú-siú contiene otras tres bocas volcánicas: el TsoiLroumí--vama, en Bungo, que produce todavía humos ele cuando en cuando, el Ounga ó NoiLtaké-yama, en Satsuma, y el tercero el Iúrisima-yarna, en el Fiuga. Cuenta aclemr\s numerosos picos extinguidos, particularmente en Fiuga y Satsuma.

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El gran rastro ignívomo, siguiendo su clireccion hácia el Sudoeste, se abre nuevas salidas en las islas que unen el J apon á Formosa. En el grupo del Fuego se cuenta Ywoga-sima ó V olcano, pico en actividad, de 715 metros de altura, que mAs de una vez sirve á los navegantes de faro al cruzar el estrecho de Van-Die• men, emerge bruscamente del mar, y termina por un cráter profundamente escotado al Norte y atravesado en sus faldas por numerosas humaredas; Tanega-sírna, volean extinguido; IraboiL-sima, ele 630 metros ele altma y Suwa-sima, ó Arqtúmecles, ele 855, ámbos en activídad. Kozou-sima producía todavía fuego en 1865 y en Ioko-sima ó Cleopatra se encuentran dos volcanes apagados. La mayor parte de estas islas, abruptas y calcinadas, no tienen ni vegetacion ni habitantes, su única riqueza consiste en el azufre que contienen y que en la actualidad está muy poco explotado; no son, á decir verdad, más que cráteres que salen á pico del seno ele las olas sin formar ni llano ni tampoco playa. Por otra parte, en el J a.pon, la actividad subterránea se manifiesta por fenómenos de otro órden; así es que hácia el año 75 de Jesucristo surgió del mar la isla Tsikouba, que adquirió en seguida un carácter sagrado; lo mismo sucedió cerca de Tatsisio, en donde apareció en una noche, hácia el año 1606, una isla cónica, que bien pronto se llenó de capillas y oratorios. El J a pon tiene además sus geyseres y gran mí mero de manantiales termo-minerales. En las LieiL-Kieu y en las l,:fodjico-sima, dependientes del imperio, se señalan dos rastros volcánicos; en las Lie1¿ se encuentra Iwo-sima, islote de azufre que da llamas de cuando en cuando y constantemente vapores. Con respecto á la constitncion de las islas Madjico, sólo diremos que es hoy dia casi desconocida, á pesar ele que en la prolongacion de la línea que las une á la costa occidental de Formosa, descubrió el capitan Boyle en el año 1853 un volean submarin9. Aunque no sea más que haciendo una simple enumeracion, seguiremos la línea de fuego del extremo Oriente hasta su terminacion. La isla Formosa tiene al Norte el Takao, pico en actividad, y volcanes apagados en el resto de su extension; Ti-nan-michan, T ehi-I{ang, etc. En Luzon, el Arínguay, el Taal, el Anibil, los Camarenas; en Minclanao, el Calagan y el Sanguil; en el paso ele Cé· lebes, se han indicado el Salses y el pico apagado ele Clobat en la extremidad Norte de la isla; en Gilolo el volean J.'ernate y el Jliolir; el volean Dampier al extremo de la gran península Dubus de la Nueva-Guinea; volcanes extinguidos en Ceram y en Timor; en Sumbawa el Tombaro; en Java, la cordillera del FarEas, magníficamente representada, cuenta 38 volcanes, unos apagados y los otros en actividad, un lago ele ácido s1ilfúrico y el célebre valle del veneno guevoiipar, próximo al pico apagado ele Batur. En Sumatra, en donde es probablemente tambien muy rica, no se señalan por el momento más que los montes Ofi,1· y Elefante y el Botogapit. El volean Barren, que con el llarconclal cierran la serie, han salido de las aguas del golfo de Bengala en una época muy reciente.


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296 A las partes laterales de la gran línea principal se hallan unidos dos desahogos ele segiwidad, uno oriental y el otro occidental. El primero sigue la d.ireccion de los volcanes centinelas japoneses que forman parte de ellos evidentemente, y compren den los tres volcanes del Sw· de las Bonin-sima, el Pagou y el Alamaguarn de las Marianas. El segundo, occidental, no cuenta más que volcanes continentales hoy dia apagados: el Ho-Kan del .vireinato de Canton y los que acabamos clese~alar, al Norte de la China, en las riberas del alto Hoang-ho.

G.M.

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REACTIVO PARA EL

ALCOHOL.

En Paris el Sr. Oloez haleid o re c i e n temen te en la Sociedad de Fomento, en nombre del comité de arles químicas de dicha capital, u.na nota acerca de los procedimientos para reconocer pequeñas cantidades de alcohol vínico mezclado con otras sustan-

Fig. 2. Primer aspecto del Tusi-yama, Yiniendo do Europa.-Fig. a. El Tusi-yama lago de Hakonó.-Fig. 4. Volcano Uvoga Sima (estrecho de Van-Diemen).

y

el

cías, que han sido encontradas por l\I. J acquemart, farmacéutico de París. Se sabe que los derechos impuestos al alcohol en Francia, ya por el tesoro público, ya por arbitrios municipales, son bastante elevados. De aquí resulta gran actividad en el fraude para sustraerse á su pago, llegándose á inventar medios diversos y multiplicados para disimular la presencia del alcohol: entre ellos se cuenta sobre todo la mezcla con otras sustancias que hacen desaparecer, en apariencia, completamente sus propiedades, pero de las cuales se le puede separar fácilmente cuando han franqueado la oficina de percepc ion. En los laboratorios de química, puede comprobarse siempre la presencia del alcohol por medios más ó ménos complicados: pero, para que el químico sea llamado á ha-


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cer esta comprobacion es necesario que se sospeche que se ha cometido el fraude en algun

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modo, sospecha que puede adquirirse por un exámen prévio hecho en la oficina de percep-

Fig. 5. -El puente de piedra (Yehi-Bachi) en Co-Sima (Jap~n).

l~ig. 6.-Volcan Asama, yisto de Tomioka (proYincia de Kotsouké), márgen izquierda de Tonegawa. Volcanes del Japon. Segun los cróquis copiados del natural por el doclor G. r.Iaget.

cion, y que por consiguiente, -debe tener la cualidad de que pueda operar de una manera sencilla y en poco tiempo cualquier empleado de contribuciones, de aduanas 6 de arbitrios municipales.

Jacquemart, farmacéutico-químico, encontró, en 1864, un reactivo del alcohol de una sensibilidad perfecta y cuyo empleo no deja nada que desear bajo el punto de vista de la sencillez y la rapidez de la ejecucion. Este reactivo es una di-


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solucion de nitrato de mercurio, obtenido tratando el metal por una proporcion conYeniente de ácido azótico de concentracion media. La accion de este azotato ácido sobre el alcohol €1.el vino, es viva y rápida. Da lugar ú peoductos nume~sos; pero en las condiciones de la experiencia, el mercurio es en parte llevado al mínimum de oxiclacion y si se le añade á la mezcla despues de la reaccion un poco de amoniaco, se - obtiene un precipitado negeo tanto más oscuro cuanto mayoe es la cantidad de alcohol que contiene el producto sospechoso. El alcohol metílico y los demas líquidos análogos, se conducen ele otro modo y no clan precipitado negro con el amoniaco . Los aparatos, reactivos necesarios y la instruc~ion acerca ele la manera de emplearlos en los diferentes casos que pueden presentarse, se hallan contenidos en una caja portátil. Se opera con una cantidad de cinco á seis centimetros cúbicos de líquido. Cuando esté es coloreado, se le decolora préviamente con cierta cantidad de negro animal; si contiene esencias ú otras sustancias insolubles en el agua que pudieran dar una coloracion con la disolucion de mercurio, se le mezcla primero con agua salada, que deLermina la separacion de dichas sustancias y no se opera más que sobre el líquido acuoso recogido con una pipeta. Cuando se trata de una mezcla sólida, como son las pomadas, el jabon, pastas, etc., se toman unos quince gramos de esta sustancia, se la disuelve en un poco de agua que separa el alcohol, y luégo se procede con este agua lo mismo que con los demas líquidos. En este último caso se puede ya presumir con graneles probabilidades la ' presencia del alcohol frotando la sustancia que se ha de someter al ensayo sobre un papel preparado de color negro que contiene la caja, y que adquiere un color rojo-vivo cuando existe algo de alcohol; si se presenta esta coloracion, para que la prueba. sea definitiva, es necesario hacer regularmente el ensayo con el nitrato de mercurio. Sirviéndose del procedimiento de Jacquemart, que no ofrece peligro ele ninguna especie para el experimentador que sigue al pié de la letra las indicaciones consignadas en la insLruccion, los empleados de arbitrios de París y los de las aduanas é impuestos, han llegado á reconocer fraudes de alguna importancia que hubieran pasado desapercibidos á no contar con semejante medio de experimentacion. El mérito de esta invencion está hoy dia perfectamente demostrado.

LOS BRIOZOARTOS. Es una ley general de la naturaleza que los animales débiles viven reunidos en colonias numerosas; así sucede á los pulgones, las cochinillas, las philloxeras, etc. Cuanto más débiles, más íntima es la reunion; una multitud de séres minúsculos habitan en un mismo polípero, guardando una vida individual en la vida comun del apoyo animado. Hace mucho tiempo se han clasificado entre los Pólipos, es decir, en el mismo grupo que los Actinias, el Coral, las Hidras ele agua dulce, séres agregados que viven exclusivamente en las aguas marinas y que forman en la superficie de los diversos cuerpos sumergidos láminas extendidas en forma de corteza ó de tallos ramificados que se asemejan á los musgos, lo cual expresa el nombre de Briozoarios (musgos animales) dado á éstos séres múltiples agrngados. La estructura anatómica de estas colonias llenas de pequeñas celdas, ha sido estudiada en un trabajo reciente y muy interesante de Joliet (1 ), que ha pasado revista en Roscoff á numerosas especies de Briozoarios. Ha reconocido la verdadera significacion de los cuerpos morenos, pequeñas masas ovoideas que se encuentran en la mayor parte de las celdas. Son como los residuos ó las momias de los antiguos polipedos ó animales de las celdas, inertes é incapaces de germinar, no pareciéndose en nada ni á un huevo ni á un órgano reproductor cualquiera. Además, el prétencliclo sistem.a 1iervioso colonial, que se suponía existir y determinar la contractilidad y la sensibilidad comun al animal múltiple, es un tejido constitutivo y fundamental del Briozoario, al cual ha dado Joliet el nombre de enclosarco. El lugar zoológico real ele los Briozoarios no está aún bien determinado. Se los ha separado de los verdaderos Pólipos por haber notado que tienen una cavidad anal distinta de la de la boca y colocada en la parte lateral; en razon de esta forma ele las extremidades que terminan el tubo digestivo y que se asemeja por su estructura á los moluscos, han estado mucho tiempo colocados los Briozoarios entre los moluscoideos, despues de los Ascidias ó Tunicados. Esta opinion ha debido ser abandonada y las investigaciones que citamos han · conducido á su autor á demos· (l) Joliet, Co,itribucion al estudio de los B,·iozom·ios de la costas de Francia. Tésis del doctorado de ciencias en la Fa· cultad de Paris, Noviembre i877.


LA NATURALEZA trar que se deben alejar los Briozoarios del grupo de las Hidras, al" cual han tratado recientemente de acercarlos algunos naturalistas alemanes. Otro Leabajo acerca de los Briozoarios, publicado por J. Barrois (1) al mismo ti-empo que el precedente, ha permitido precisar mucho más la cuestion del verdadero lugar de los Briozoarios en la escala zoológica, pues el citado autor se ocupa en su importante memoria, ele la reprocluccion ele los Briozoarios, de sus embriones, y ele sus larvas. Se sabe que las observaciones con respecto á las primeras formas de los séres, tienen un valor capital bajo el' punto ele vista ele las clasificaciones naturales. Barrois ha emprend ido investigaciones muy extensas sobre las formas larvares ele más ele 35 especies ele Briozoarios, pertenecientes á todos los géneros del grupo, y ha conseguido referirlos á un tipo único, del que se sirve en seguida para estudiar la marcha general del desarrollo y las afinida·des del grupo. Comparando las afinidades deducidas ele la anatomía con las que resultan de la embriogenia, se ve que las clases en que se reunen la mayoría de los Briozoarios son las de los Rotíferos y los Braquiópodos. La forma ele los Briozoarios ofrece en particular una semejanza notable con la de las Terebrátulas ó Terehratulinas.

M. G. LAS CRECIDAS DE LOS LAGOS SEGUN LAS INVESTIGACIONES DEL DR. F. A. FOREL.

Si tomamos una vasija rectangular, oval ó aunque sea de una forma irregular, é imprimimos á las paredes del vaso ó directamente al agua que contiene un movimiento cualquiera, veremos oscilar el líquido durante un cierto tiempo, hasta que se restablece por completo el equilibrio. Estas hondas de vaiven oscilan en dos direcciones, segun el diámetro mayor ó seg-un el diámetro menor del vaso, poseyendo cada una su ritmo propio. En algun caso, del mismo modo que se produce la impulsion exterior, por ejemplo, en la direccion ele la diagonal, veremos formarse ondas oblicuas. Los dos únicos ejes ele balanceo del líq~iclo, bajo la accion de una fuerza de clireccion cualquiera, serán pues los dos ejes ele simetría de la vasija. Cumplida debidamente esta primera ley, to(l) J. Barrois, Investigaciones sob1·e la emb1·iologia de los Bi•iozoa1·ios. En 4.•, con 15 grabados. Lille, 1877.

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memos por objeto de nuestras observaciones las depreiciones ele otro modo gigantescas que constituyen los depósitos naturales de los lagos do génova, ele Neuchatel, ele Brienz, ele Thoune, ele W allenstaclt, de Constanza, el lago de los Cuatrp-Cantones, el lago ele Bourget. Citamos preferentemente los lagos suizos, porque son los únicos ó casi los únicos que hasta el dia han sido objeto de los curiosos estudios que vamos á resumir. Estos lagos son, en suma, haciendo caso omiso de sus proporciones, comparables á la vasija de experiencias en la que hemos reconocido la existencia de dos ejes fijos de oscilacion. Supongamos, pues, que por una causa cualquiera-una diferencia ele presiones atmosféricas sobre la capa líquida exterior, una presion violenta sobre las paredes internas producida por algunos fenómenos subterráneos-se rompa el equilibrio do la masa de agua, el lago entero á ejemplo del líquido contenido en nuestra cubeta, oscilará alrededor ele uno ú otro de sus ejes ele simetría ó quizá alrededor de ambos simultáneamente. Estas ondas ele balance que existen de un modo continuo en los lagos, han recibido el nombre ele crecidas. Observadas desde mucho tiempo, aunque ele una manera puramente accidental, cuando alcanzaban alturas considerables, por los ribereños de los lagos, excitaron repetidas veces las crecidas la atencion de los sabios. Horacio de Saussure midió en Génova, el 3 de Agosto de 1763, una crecida cuya amplitud era ele 1m,S0. La del 16 de Setiembre del año 1600, si hemos de creer á Fatio de Duillier, se elevó á tm,62. Jalaber, Bertrancl, observaron igualmente c;ecidas considerables_. El dia 2 y el 3 de Octubre ele 1841, hubo ocasion ele ver una de 2m,15 . Se han emitido las explicaciones más diferen. tes para justificar este movimiento súbito de clepresion y de elevacion del nivel ele las aguas. Jalaber atribuye las crecidas ele Génova á las repentinas crecidas ele un afluente del Ródano, el Arve, que detendrían momentáneamente el gasto del rio. En cuanto á las crecidas ele Villeneuve, situadas á la extremidad opuesta del lago, no hay lugar á inclecision para hacer intervenir el aumento del producto del Róclano, súbitamente engrosado por la fusion de las nieves. Bertrancl suponía que las nubes eléctricas podían atraer y levantar las aguas del lago que, al volverá su nivel primitivo, provocaban ondulaciones tanto más sensibles cuanto más est-rechadas estuvieran las riberas. Horacio ele Saussure fué el primero que clió, en 1799, una clefinicion


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exacta del fenómeno que atribuye á variaciones ele oscilacion, un punto muerto que no presenbruscas y locales en el peso ele la atmósfera. En tará traza alguna de crecida. El exámen ele la el estudio que hizo, algunos años más tarde, ele amplitud, de la altura ele clesnivelacion, nos dalas crecidas del lago de Génova, Vaucher se rá luces acerca ele las causas múltiples del fenómeno, diferencias ele presiones barométricas, adhiere á la opinion ci.e Saussure. Formulando la verdadera causa de las creci- influencias el.e ciel'tos vientos, conmociones subdas , _los dos ilustres genoveses consideraban terráneas, etc. Este doble estudio de la amplitud y del ritmo, sin embargo el fenómeno como puramente accidenLal, análogo á el que se observa en el Bál- que debía conducir al conocimiento completo tico, y tambien en el ce mar ebriÓ », m.are ebria- de las crecidas, fué emprendido y llevado á buen co, de Sicilia. Al doctor F. A . Forel estaba re- fin por el doctor Forel, con el auxilio ele dos aparatos de su servado, fu n in vencion, el dándose en los plem irá.metro f' e estudios ele (plemura, mat Vaucher, estarea), y en seblecer las i_e ycs gundo lugar el matematicas limnímetr o del grandioso anotador. movimiento osEl limnímecilatorio cuy.a tro a no tad or marcha hasta consigna á caFi . \ él no había si0 da instante del clo observado dia y de la nomás que de una e. I' che, como lo manera entera;; e'1::· - - - ------- --- - -- -...:."·· indica su nom: ,, r --, mente general; l, d . '. e, ' bre, la marcha debía estable.i / fJ ele las desnivecer su movi(; laciones del lamiento rítmico go. 1, Funcion a y su constancia. 1-1 l sin in te rrup'1 Si las creci1 cion desde el 20 ¡t das son verdab ' a, de Marzo de clerame n te la \: / 1876, en la orimanifestaci o n lla del lago de exterior de un Génova, en movimiento de Morges. L a o·s cilacion de 1 composicion Fig. t.-Limnimetro anotador de-l as crecidas del lago de Génova; de Morges. líquido el e un lago alrededor · Fig. 1. L imnimetro: p. Flotador. - t. Vástago del ílotador. - a b c d. Parale- del limnimeh'o lógra mo vertical. - ce f g. P aralelógramo horizontal. - c d é, Tri úngulo es sumamente de un eje fijo, que los r eun e. - c. L ápiz an otador. - s. P a pel continuo. - q y r Contrapesencilla.Un11osos. - Fig. 2 - Fig uras teóricas qu e demuestra n las relaciones de ambos pacada lago obralclógramos en dos posiciones sucesiYas. tador ele zinc, servado debecolocado en un ra., segun las pozo que se comunica con el lago por un con· leyes más sencillas del péndulo, poseer su ritmo dueto de arcilla, está provisto de un vástago verparticular, que numerosas circunstancias potical que, por medio de dos paralelógramos ar· drán hacer variar de una oscilacion á la siguienticulados, imprimen un movimiento ascendente te, pero que no por esto permanecerá ménos constan.te en un cierto límite, para un número y descendente á un lápiz anotador. Las desni· determinado ele observaciones. El ritmo con re- velaciones son de este modo inscritas, sin inlacion á este mismo eje de balanceo no deberá terrupcion, en un papel•continuo que se clesar· nunca cambiar de una estacion á otra, única- rolla con velocidad constante bajo la accion de mente la amplitud de la crecida, será la que va- un movimiento ele relojería. Desgraciadamen~e ríe con la distancia del lugar de experiencias al no nos ha sido posible conseguir una fotografia eje. En cada una de _las dos riberas del" lago, de tan ingenioso aparato, instalado al abrigo existirá siempre, con relacion á un mismo eje de una caseta de madera; pero la figura teórica (V

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LA NATURALEZA

301 que ofrecemos á nuestros lectores (fi g . 1), con t ador nota el tiempo de detencion del flotador, los ejemplos de las crecidas anotadas (fig . 3), y construye fácilmente ,· con ayuda de sus obsercree mos que será suficiente para comprender la vaciones , una curva que representa fielmente marcha del limnímetro. el movimiento rítmico de la crecida observada . A fin de que no. sufra alteracion, por las on- El limnímetro a notador es ciertamente mucho das rápidas del viento ó. de los buques de vapor, más curioso, puesto .que él mismo inscribe, con la lenta oscilacion de las crecidas-su duracion gran reg ularidad y sin interrupcion alg una , sus es, eri Morges , poco más ó m énos de 10 minutos observaciones; pero en cambio el plemirá met ro para las crecidas t ra nsversales, y de 73 minu- ofrece las g randísimas ventajas de se r más transtos par a las longitudinales.-Forel <lió al po- portable, de m ás fácil colocacion y sobre todo zo del flotador ménos costoso. f L una superficie Lo recomenda5 rel a tivamente mos á aqu ellos ext ensa, prode nuestros leclo ngando el tutores que habo de comuniy a n d e emcac io n con el prender -el es• lago. La supertudio monog ráficie del pozo fico de un lago. mide 2 metros Una vez coPig. 2. -Plemirá metro. cuadrados, y la los dos nocidos asij a de zinc. - aaa . S ifon de cauchut. - LB. P ar te del sifon de cristal. long itud del A .f.VFlotador.comaparatos, Ni'. r.-NN ílotado el plicarse a á viene s s. E spirales á las que vel del ag ua en el lago y en la vasija del plemirámetro. conducto de arpren de remos cilla 8"' ,40. De fácilmente coeste modo, la entrada de agua durante una on- mo· la experiencia ha podidd verificar la asip'l.ida rápida como las del viento, es débil y no hace lacion del movimiento oscilatorio de los lagos nunca variar el nivel del . pozo . Forel cita que con las ondulaciones del agua en una vasij a , una tormenta que arrancó una piedra de 85 kilo- habiendo de presentar la onda de vaiven , a mgramos , no hizo vibrar sin embarg o el lápiz plitudes idénticas, pero invertidas , en dos ex treanotador del lininímetro. midades opuestas, de tal modo que si la onda L o mismo es descendent e que el limníen una de las metro, el pleestaciones será ascendente en mir á metro la otra , es sufi(fig. 2) ql}e descü~nte comprode el principio bar experimenhabía empleatalmente est a do Forel en sus circunsta n c i a . observaciones Fig. 3. - Oreciclas ti·ansvel'sa!es del lago de Génova, registradas .e n el li mníEl doctor F orel en d iferentes metro de Morges, el 9 de S etiem~re 1877. (La linea de _p un tos representa la crecida long i tu dinal de una clurac1on de 73 mi nutos próx1mamente. ) en union con lag o s suizos, el Sr. G. Rey, llenó la condicion esencial de no sufrir la más mínima altera- encontró en los dos puntos extremos del lago de cion por las ondas del viento. Una vasij a de zinc Neuchátel, Iverdon y Prefargier la· simultan (:)icolocada en la orilla comunica con el lago por dacl y la oposicion en el movimiento oscilamedio de un sifon de cauchut. Una vez prepara- torio. Numerosas observaciones probaron tambien do el sifon, se producen corrientes de entrada y si las crecidas que se suceden están lejos de que de salida de agua del lago hácia la vasij a y reindicados son uales , no por esto deja de existir para una ig que ser cíprocamente movimientos determinada un ritmo propio. Un térestacion por un flotador que recorre un tubo de cristal . dé 132 observaciones dió á Forel medio mino intercalado en la porcion horizontal del si fon. de 31 5 seg undos para la semi-creduracion una Cuando está en actividad el plemirámetro, el de Morges, con un error que transversal cida flotador viene á dar contra una ú otra ele dos pequeñas espirales de laton que guarnecen las no puede pasar de 9 seg undos. La duracion del extremidades del tubo de cristal; el experimen- movimiento oscilatori_o, es pues, de 315 +g se-


LA NA'l'UHALEZA

302

gundos, que representan el ritmo constante de la crecida en un punto especial de la ribera del lago. De una estacion á otra, la 9-uracion de las crecidas será ciertamente distinta, pudiendo la oscilacion verificarse alrededor de uno ú otro de los dos ejes de balance. Así es, que en el lago Leman, la duracion de las crecidas de Morges es de 630 segundos, las de Veytaux, cerca de la embocadura del Ródano, alcanzan 1. 783 segundos . La explicacion de esta diferencia reside en el simple hecho de que: las crecidas de Morges son t1·ansversales, y las de Veytaux son longitudinales . El eje de balance de estas últimas es el eje 91enor de simetría del lago, mientras que las crecidas de l\Iorges oscilan alrededor del diámetro mayor de le masa líquida. • Las experiencias hechas en el lago de Génova se han repetido en la mayor parte de los lagos suizos. En todos ellos, se ha reconocido la existencia de las crecidas, así como tambien su constancia. En efecto, es sumamente raro que el limnímetro deje de marcar una oscilacion del lago, por pequeña que sea. Esta desnivelacion no es posible ateibuirla á otea causa que á una crecida, puesto que la di posicion del aparato anotador elimina completamente la influencia de las ondas del Yiento, que por otra parte se distinguían fácilmente de las <lemas por la rapidez de su oscilacion. ¿Existe una fórmula matei:nática que represente el movimiento oscilatorio de las crecidas? Su duracion debe, en efecto, estar en funcion, no solamente ele la longitud del lac;o observado, sino tambien de su profundidad. El doctor Gu thrie, profesor de la Escuela de Minas de Lóndres, estudiando directamente el movimiento de las ondas de os0ilacion fija en varias vasijas ele experiencias, y asimilando la duracion de estas ondas á las leyes del péndulo, llegó á establecer para las oscilaciqnes uninoclalcs en una vasija rectangular la fórmula t

= v- ,l 1t:

g

haciendo absteaccion de la profundidad de la vasija Guthrie había observado, en efecto, qu,e cuando la profundidad llega á ser una fraccion importante de la vasija, su influencia es nula. o sucede lo mismo con los lagos franceses en los que la profundidad es muy poca en comparacion de su longitud; esta relacion varía en efecto, de

+

ii.

: 8 3

.

El doctor Forel, modi-

ficando la fórmula de Guthrie y completándola con cálculos que sería enojoso desarrollar aquí, obtuvo, en fin, la fórmula de oscilacion de las

crecidas en funcion de la longitud l y de la profundidad h del lago en que oscilan: (cluracion de lasemi-crecida)

- --

=

Vgh

Se puede deduqir de esta fórmula el valor de una de las tres incógnítas l, h y t, conociendo las otras dos, lo cual permite comprobar la exactitud de la oscilacion observada. Si conocemos por ejemplo, la longitud de un lago y la <luracion de sus crecidas, deduciremos su profundidad media h, por la fórmula: z2

-· h=gt2

Resumiendo las observaciones del Sr. Forel, diremos con él: Las crecidas son ondas de oscilacion fija al-

rededo1· de los dos ejes p1·incipa.les de un lago. u duraciones proporcional á Za longitud del mismo, é inversamente propo1·cional á la. ra.iz cuadrada de su profundidad medfa. I. H. ( Se continuai·á.)

LOS

EMERTO~\

El hombre ha tratado siempre, tanto en las ciencias físicas como en el estudio de los séres vivos, de suponer á la naturaleza más sencilla de lo que realmente es, á consecuencia de la dificultad que encuentra para llegar á comprender la grandiosa complejidad de los fenómenos. Por mucho tiempo se han considerado como sujetos· á degradacion, en su organismo y en sus desarrollos, los séres que terminan las ramas naturales. Esto ·e s lo que se suponía especialmente con respecto á la clase de los Helmintos, colocados at fin de los Anélidos. Hoy dia se sabe que la mayor parte de las formas parásitas de los animales pasan por estados larvares complicadas y que su evolucion complefa exige, como medio ambiente, una transmigracion en diversos animales. Las formas de vida libre de los Helmintos ofrecen igualmente transformaciones variadas que la ciencia hoy dia llega solamente á dilucidar. Los emertos son gusanos rubáneos exclusi. vamente marinos, caracterizados por la blandura y poca consistencia de su cuerpo incapaz de sostenerse por sí mismo y que se agarra á todos los objetos. Pueden, conservando formas bastante pobres, adquirir á veces extremada longitud, asemejándose entónces á un peloton


LA NATURALEZA de hilos enrollados, en el cual no se distingue á primera vis la las extrerni dades anterior y posterior. Se ha demostrado que el cuerpo de un Nem~rto se compone esencialmente: 1.º de la epidérmis; 2. 0 del tubo digestivo dividido en excwns y que llena n casi toda la cavidad del cuerpo; 3. 0 de una poderosa capa muscular que tapiza la cara interna de la epidérmis y se refleja hácia la cabeza. Los productos genitales se forman en la cavidad general y salen por hileras ele orificios laterales que alternan con los excwns del tubo digestivo. El Sr. J. Bauois (1), . acaba de reconocer, despues de un detenido y delicado análisis de las diversas especies de Nemertos, cómo se derivan las dos formas fundamentales del grupo: los Anopla y los Enopla. Tocia la diferencia se reduce á un cambio de disposicion del sistema nervioso central, ya en las láminas cefálicas, ya en las cutáneas. Pueden presentarse, segun los géneros, en el desarrollo, diversas formas larvares a partir del huevo antes de llegar á Nemerto definitivo, ó bien el que puede provenir de una evolucion directa. La embriogenia, como sucede comunmente, ha permitido al señor Barrois asignar la verdadera afinidad zoológica ele los Nemertos, no cerca de los Anélidos en los que todo el sistema se deriva de los mismos rudimentos del huevo, mientras que el de los Iemertos proviene de dos orígenes distintos. En realidad es de los Planarios, gusanos deprimidos y muy voraces del mar y de las aguas dulces, que tienen un poco del aspecto de las linazas, y muchos punt6s de contacto con los Nemertos.

M. G.

MISCELÁNEA. Stanley.-El Times anuncia que la corporacion de Lóndres ha conferido los derechos de ciudadanía á Mr. Henry Stanley, en recompensa de sus descubrimientos en el África ecuatorial. La Sociedad de Geogrnfía ele Lóndres, ha celebrado, por su parte, en SaintJames's Hall, un gran banquete en honor del célebre explorado~·.

*

""

Física solar. - En una nota dirigida á la Academia de Ciencias de Paris, en donde se prosigue el estudio del espectro solar, el Sr. Cornu se ocupa del orígen de la franjas oscuras, que desempeñan un papel tan importante en las observaciones de análisis prismática. (1) E111b1·iologia de los Neme1·los. Tésis d e l cloctor11do de Ciencias.

303

Su conclusiones la-de que las citadas franjas son debida~ á absorciones causadas por una atmósfera muy semeJante i la que resultaría de la volatilizacion de los aereolitos. Al mismo tiempo, Mr. Lockyer, estudiando la composicion de la capa superficial del sol, demuestra que encierra 38 de los cuerpos simples terrestres. Dichos cuerpos simples, segun el sabio inglés, pertenecen todos á, la categoría de los metales, y el oxígeno mencionado por Draper no forma parte de la atmósfera solar. La presencia del hidrógeno entre ellos, sería una razon más para considerar este gas como una snstancia metálica.

*

""

Fertilidad de Jos suelos volcánicos.-Estudian-

do bajo el punto de vista agronómico la tierra vegetal de la Limagnc de Auvernia, en Francia, M. Truchot ha dedu ciclo la consecuencia de que la fertilidad proverbial de este terreno es debida á la gran proporcion ele ácido fosfói·ico que contiene por la clescomposiQion ele las rocas volc,1nicas. El hecho debe ser general para todas las regiones de la misma constitucion geológica.

* Linneo.- El centenario de Linneo, el célebre botánico sueco, mu erto en Upoal el 11 de Enero de ] 778 · se celebró en Stokholmo, en la gran sala de la Academia de Ciencias. El Sr. Malrristen, presidente de la misma, pronunció un discurso en el cual trazó la vida del legislador y del renovador de la botánica. El rer ele Suecia asistió á la ceremouia.

*

""

Las Estrellas.-Bajo este título publicó poco ántes de su muerte, el P. Secchi, en Milan, una obra de mucha importancia. El autor reunió en ella los datos más recientee: y de mayor precision de astronomía estelar y dedicó al estudio de las nebulosas un etúdado especial. Allí se encuentran figmas que no tienen nada de comun con las tradicionales imágenes que han llenado hasta ahora todas las obras. La cuestion del sol está tratada de una manera muy detallada, y al mismo tiempo que su libro, publicó una lista de las protuberancias observadas durante el primer semestre ele 1877. *

."

Accidente de ferro-carrriles en los EstadosUnidos. -Al Oeste de Tariffville (Oonnccticut), los

trenes ele la línea Oonnecticut-Westero, atraviesan en este sitio el rio Farmington sobre rails tendidos ele una orilla á otra, y sostenidos en su posicion con algunos pilares. Esto es lo que llaman en el pai's un trestle bridge. A las diez de la noche, un tren procedente de Hartford con direccion á Millerton cayó al rio al pasar este titulado puente. El tren se componía de dos locomotoras, un wagon de eqtúpajes y tres de viajeros. Era un tren de exc1usion, servicio especial, organizado exclusivamente para las personas deseosas de asistir á un gran servicio de revival establecido en Hartforcl por los célebres Moody de Sankey. Los viajeros eran, pues, casi todos, fieles ó curiosos que habían asistido ó,

,,.


304

LA NATURALEZA

los ejercicios religiosos de la tarde, y que regresaban á sus residencias respectivas. Se ignora el número de ellos. Las dos locomotoras pasaron los rails en toda su longitud, es decir, toda la anchlU'a del rio y se detuvieron en tierra firme. Uno de los wagones, cuya extremidad anterior había llegado tambien al lado opuesto, quedó suspendido encima del rio y los otros t res cayeron sobre el hielo, que se rompió al peso. De los wagones hundidos se extrajeron siete cuerpos; se reconocieron cuatro víctimas, y se calculan unos 40 heridos. ,. *,.

muy interesante en la que se ocupa de la accion mecánica, muy poco conocida, que se ejerce por los vientos de arena. Durante el curso de un viaje en la América del Sur, pudo observar Hooker que las corrientes aéreas, en el vértice de las montañas elevadas acarrean casi constantemente una arena muy fina, muy delicada que, viniendo á chocar contra los troncos de los árboles, determina poco á poco el desgaste superficial. Las figuras adjuntas, A, O, dan el aspecto de trozos de madera cortados de la superficie de Un hongo fósil. - Mr. W orthiugton Smith ha un tronco de enebro de crecimiento lento, muy descubierto en un fósil del terreno carbonífero (Lepidodendron), el micelio y las vogonias de un hongo viejo y de tallo muy denso. La parte del tronparecido en exco {C), que estremo al P eronostaba direct aA B e po1'a infestan ( el mente expueshongo de la enta al viento de fermedad de las arena, está despatatas) . Con un gastado como aumento de 400 pudiera haberdiámetros, los se hecho con utrí co los y los un escoplo do zoósforos de ambas especies se acero. El lado manifiestan abcontrario (AJ, solutamente se ménos directa;nejantes, habienmente expuesdo denominado to á la citada Smith al ej emaccion, está lleplar fósil citado no de depresioPel'ono SJJ orites nes de un modo antiquarius. Fragmentos de troncos de árboles desgastados por los Yientos de arena. particular. Po. •*• dría decirse Uno de los buques más grandes del mundo.que infinidad de gotas de agua habían dejado Aún se puede ver en el Alfred-Dock, en Birkenhead, su impresion en él. cerca de Liverpool, el mayor stearner que existe despues La tercera muestra (B) es otra prueba notadel Great Eastern. Dicho buque, llamado el Hoope1·, es ble de la accion de los mencionados vientos de un vapor de hierro de 360 á 370 piés ingleses de largo, por 60 de ancho. Construido en 1873, en N ewcastle-on- arena. Ha sido cortada de la corteza do un tronco muerto y caido al suelo. La superficie está Tyne, para la colocacion de los cables submarinos; el pu1imentada y estriada, como lo son en Suiza Hoope1· ha servido ya para el establecimiento de ocho ciertas rocas bajo la accion ele las nieves. líneas telegráficas, especialmente entre Cuba y Santiago, Santa-Cruz y Puerto-Rico, Demerara y Para. Segun Hooker, es preciso añadir los vientos Acaba de hacer la travesía de N ew-York á Li verpool de arena á las fuerzas que la naturaleza pone en en quince días, con un cargamento de 7.800 toneladas. juego para ejercer accíones mecánicas más ó A su llegada en la Mersey, hubo necesidad de alige- ménos importantes en la superficie de los conrarle considerablemente para que pudiese entrar en los tinentes (1). docks de Liverpool.

ACCIO J MECÁNICA DE LA AREN.A. FIN.A.

(1)

Del The Gal'de11e1•"s Chronicle.

TRANSPORTAD.A. POR EL VIENTO.

Sir J oseph I-Ióoker, presidente de la Sociedad de Horticultura de Inglaterra, ha dirigido recientemente á sus colegas una comunicacion

PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS,

Ma<lri<l: 1878,-Tipografia-Estercotipia PEnoJo.


Núm. 20.-Abril 13 1878.

LA NATURALEZA ·

305

LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS DE STANLEY EN ÁFRICA. Ning uno de nuestros lectores ha olvidado por qué serie de circunstancias ~mcontró el intrépido

1•eporle1· del.New-York Hernld , Henry l\Ioreton Stanley, al doctor Livingstone en Oujidji, á orí-

Fig. L-Stanley explorando el lago Tanganyika. (Segun los documcnto3 comunic¡tclos por el viajero americano .)

llas del lago el~ Tanganyika. No insistiremos sobre estos hechos, perfectamente conocidos y ex~ puestos por el mismo viajero americano e n un libro traducido por la casa I-Iachette de París,

• con el titulo: Gom.o encontré á Livings tone. La exploracion ele la par:te septcntl'ional del Tangany ika, desat:rolló e n Stanley la pasion ele los d escubrimi entos. Livinsgtone, que h ab_ía dado 20


· LA NATUH.A.LE:ZA

3ilG

su vida por reconocer el . frica interior, había las pérdidas sensibles que habían causado ú la expeclicion las deserciones, la disentcríu, las fiemuerto sin poder acaba,r su t• rea; Stanley relas faLigas y los ataques de los naturales. bl'Cs, litado faci fué solvió reanudarla. Este teabajo le 1 alrayesaron sin graneles clificullades el Se por dos grandes periódicos de e~v-York y de el Ousirn, el Ouchambi y el Ousokousima, Lóndres: el Nev,;-York Hernlcl y el Dailu TeÍ)Or último al Vicloria -yanllegando Ousmaou lcgraph, fo'l cuales se asociaron para subvenie llanura. del Louambeni , larga la de fin al za, á los gastos de la empresa. Stanley tanteó peípor las aguas del tiempo otro en anegada mero el terreno, y .empezó por la exploracion del durante la es(acion cubren la todavía que o lag delta del Loufidji, río que desagua en el Océaque el LyoumStanley supo Alli lluvias. las de no Índico, al ur de Zanzibar. Acto continuo, el i\IoOusoumkouma, el en llama se que bou, despues de organizar una expeclicion de 3í0 de nombre el con lago el en desagua nangah, afeicaños y tres europeos, con un barco ponton, impormás anuente su consliluye y Ohimiyou el Liuingstone, y una harca de cedro desarmada, la L acly Alice, abandonó Stanley iL Zanzi- tanle. Despues de instalar su campo en Kajedbar el 17 ele Noviembre d.e 1873. El camino que gi, armó Slanley la Lady Alice, flotando pot· sig:iió para llegar al lago Ukerewé ó Yi cloria vez primera en uno ele los grandes lagos africa~yanza, se separaba algo en el Norte del itine- nos el pabcllon estrnllaclo de los Estados-Unidos ele América, en una embarcacion europea. ¿Qué nario de los viajeros que le habían precedido. La primera parte del viaje ú traves del Ounyan- se conoda en este momento del lago Victoria·? Casi nada,,c~n exactitud. Su forma y extension yemhé se verificó sin incidentes y cor.. mucha se conocían aún con seguridad; hasLa se pl'C· no dirigió se i\Ipouapoua, ele rapidez. Partiendo que era más bien una region lacustral tendía 8tanley hácia el :Norte á tr:wes del Ougogo sábana ele agua, y aunque Speke la exuna que y del Oukimbon, donde fué abandonado por dos ocasiones, no había podido seguir en ploró sus guías á la entrada de un inmens:l desiermás que por la orilla occidental y soo cur, S"a to cubierto de hierbas y de gigantescos cañaobservado un curso consiclerahle había lamente VGrnles de euforbios y de plantas espinosas, era el Nilo, y que salía por creía que a3ua, ele ele donde no pudo salir sino guiado por la Se obs~rva poi· lo septentl'ional. extremidad l:1 bníjula. completo del trazado el hacel' fallaba que tanto Algo más léjos, en el Ourimi, fué necesario se propuso Stanley que tarea la es esta y lago; parlamentar durante tres días con los naturales llevar ,'.t cabo. para obtener la autorizacion de atravesar el país. Empezando por la parte oriental del lago, viPor último, en Ohiouyoué pudo observarse que las aguas que hasta entónces habían corrido há- sitó rápidamente todas las comarcai;; ribereñ as; obse1·vó que se da el nombre de Oukerewé [i ci;¡i. el mar de las Indias, tomaban la clireccion una gran isl ..L; reconoció que l\Iajita, tomada por del interior del continente, como lo indicaba el 'peke por una isla, es una montaña en form:.i curso del Lonamberri y del :\Ionangah. El 21 de Enero de 1874 acampó Stanley cerna de la aldea de mesa, que se eleva cortada á pico sobre una de Vinyata, en un rico y exuberante Yalle, re- llanura baja á 3.000 piés sobre el nivel del mar; descubrió en el Victoria muchos afluentes, algado por el Lyoumbou. En este sitio, miéntras gunos de ellos considerables, y llegó por fin [i que se secaba todo el material dela expedicion, Ouganda, cuyo rey Mtésa ó i\I'tsé, había recibiy cuando los hombres se hallaban dispersos y benévolamente en otro tiempo {t Spekc Y do ocupados en varias tareas, se reunieron armaLa recepcion hecha (t Stanley fué de las Grant. dos los naturales, llamados los Ouatourous, y hubo graneles festejos, verilicándose en mejores; con un fútil pretexto atacaron el campo, que se del ejército y ele la flota. Stan· honor-revistas su había fortificado apresuradamente. Despues de dominios de estJ poderoso los en encontró ley una serie de com.bates en que mneieron 21 homi\I. Linaut de Dellcfonds, ú africano onarca m_ bres de Stanley, causó la experlicion pérdidas ,·irey de Egipto, que dede1 seevicio al frances tan sensibles á los naturales coligados, quemó {t su regreso, b;ijo miserablemente peeecer bía tantas aldeas, y esparció tal terror por toda la tan cobarde como tribu I3aris, los ele golpes los comarca, que pudo continuar su camino sin ená i\I' Lsé, hiabandonó Stanley Cuando pérfida. contraryaresistencia; pero cumHlo llegó á Mgon1 iaj~ro amedca110 , al acompañase que éste zo go Ternbo, ·en el framba, ele los 340 hombres que salieron de Zanzibar, no le quedaban ya á .una importante flota ele 50 canoas, escolta de honor y defensa para la Lady A/ice, que visitó Stanley más que HH, habiendo sucumbido uno orilla occidental del Victoria, ya ex.ploradii la ele los e_uropeos, Eduardo Pocock. Esto explica 1


LA NATURALEZA por Speke y Grant, volviendo á Kajeclgi, despues de una ausencia ele cincu_enta y ocho días. Ya era tiempo por otra parte ele que regresase Sta nley, pues había corrido el rumor de . su muerte y sus compañeros estaban para volverá Za;zibar de un momento á otro, tanto que s\ llega á tardar un dia más no hubiera encontea-' do á nadie . I?esgraciaclamcnte no encontró á todos sus compañeros, pues habían muerto muchos y entre ellos un europeo, Federico Barirnr. E n resúmen, si durante este derrotero del Victoria se había tenido que luchar muchas veces oon los indígenas; si la Lady Alice apenas había podido resistir las violentas y repentinas tempestades que agitaban las aguas del. lago, no por eso había dejado ele conseguir Stanley ver ificar una excursion ae descubrimientos muy afortunada y provechosa, que resol vía todas las duelas sobre la extension, forma y situacion ele uh a ele las más importantes fuentes del Nilo. i\I'tsé había prometido á Stanley canoas para tra nsportar todo su personal á_ Ougancla; pero clcsp ucs de una inútil y prolongada espera, el viaj e ro americano se apoderó por la fuerza ele las canoas del rey ele Oukcrewé, castigó ú los indígenas de Bambireh por su perfidia, y desembarcó por últin10 en Ougancla, en Doumo, puerto situado entre los dos rios, el Kadjera y la Ka.tonga, desde donde se propuso ·llegar al lago Alberto. Stanley penetro con 1c:ma escolta ele 2. 000 hombres enviados por i\I'tsé,en el Ounyo ro entre los dos lagos, pero · ante la actitud belicosa de l os habitantes y mala voluntad del jefe de ~us tropas ouganclas, tuvo que retroceder despue·s ele una dctcncion ele dos dias en las orillas del golfo Beatriz., y en__tró en el Ougancla. Desde aquí se dirigió á Kara'goué, cuyo rey · Roumanika le proporcionó todos los medios de hacer el reconocimiento del Kadjera, caudaloso aflu ente del Victoria y del lago Ouindermecre, ele' Speke. E_! Indjezi, río lacustral , desagua en el Kacljera, á 1° grado ele. latitud Sur, clespues ele salir del lago Tcha-Ngoma, al cual puso Stanley el noJ11bre do Alejandra, en honor ele la princesa de Galles. Eslo lago os á su vez alimentado por un rio que riega el país al Sur del lag0 Alberto. Opina Stanley, aunque con resct'' ª, pues no lo· ha obsel'vado personalmente, que el lago Alejandra está en ~omunicacion por su extrenüdad meridional con el lago ó p::ii¡tano do Kivon, que se asegura da orígcn al Rousizi, el cual desagua en la punta septentríonal del Tanganyika; y por lo tanto las dos cuencas del N'ilo Y del Congo podrían considerarse como ::tlimcntadas por una serie ele lagos q u@ IJrnnclan sus

307

aguas en dos diferentes direcciones, hácia -el Atlántico y hácia el Mediterráneo, lo cual sería una curiosa solucion ele la cuestion tan discutida ele las fuentes del Nilo. (Véase nuestro mapa detallado del Nilo Alejandra. ) . Sin incidente digno de m encionarse, volvió entónces Stanlcy al Sur y llegó á Oujiclji, á oril las del Tanganyika . _Dcspuos <le un descanso que habí_a ganado con exceso, resolvió explo_rar el lago, reconocer el desagüe que Cameron había descubierto dos años ántes, é intentar á su vez con otros medios el proyecto fracasado ele Camoron. Se sabe que mucho más larg o qúe ancho, y rodeado el Tanganyika ele una cadena casi continua de montañas, se parece á un a inmensa roca abierta por alguna conmocion subterránea. Livingstone y Camcron pudieron obserYar qt!e el nivel del lago tendía á elevarse, constituyendo algunos p.untos, vistos por el primero de estos viajeros, cuando l·os exploró el segu11clo, vcrcladoeas islas; diferencia ele nivel crue no explica bastante la mayor cantidad ele agua acumulada J)Qr la eslacion de las lluvias, )~ ele la cual no puede aún darnos explicacfon nuestro conocimiento demasiado imperfecto ele la variedad del clima. Ahora bien; Cam0ron había descubierto sol;re la orilla occidental del lago el Loukouga, y había remontado su curso unos 9 kilómetro·s, punt9 donde tuvo que detenerse por uqa obstrliccion ele hierbas flotantes y por apretados rosales. El Loukonga está cerrado en su desembocadura en el lago por una barra de arena y de cieno, cubierta ele 2 metros 55 centímetros de agua·, dctrns ele la cual" tiene este curso ele agua una profundidad que varía de ,m,30 á 9 metros . A medida que se avanza disminuyen la anchura y la profundidad del Loukouga, hasta el punto ele no ser ya más gue 5 01 ,50 la primera y 5m,50 la segunda en el sitio en que Cameron se había detenido. Á posar ele los rosales amontonados en el lechd del rio, eran arrastradas bolas do madera y áLin.troncos de árboles, con una velo'ciclad ele 2 .000 mcLros por hora próximamente; el agua del Loukouga tenía, por úlLimo, _el saborparticular de la d el Tang anyilrn, razones todas que concordaban para considerarle como el desagüe tan inúti.lmente buscado por Livings: tono . Stanlcy penetró á -su vez en esta. corriente de agua, cuya supe1::ficie libre ele papirus y do rosales variaba entro 366 y 550 metros lo más; alcanzó y pasó en 90 metros el punto c'.i que llegó Cameron. Tambien él se vió detenido por un

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LA NATURALEZA

laberlnto inestricable de abundantes cañave- á poco y el afluente se transforma en una calerales que tenían conveniente alimento" en un ta. Ahora bien; gracias á la elevacion del nivel cieno n egro, infecto, compuesto de detritus or- del Tanganyika, observada hoy por Stanley y gánicos. Llevado por sus hombres, vió Stanley sus antecesores, los cienos del Mitouansi ó Loukouga, serán empuá lo léjo~'> el Loukoujades y llevados muy ga, obstruido del mispronto hácia el Loua( mo modo, y en el cual laba; en una palano tenía el agua más bra, si el Loukouga que 2m,5Q ele profundiet no es aún el desagüe dad, y á 2 kilómetros del Tanganyika, está más léjos, árboles que en camino de serlo, se elevaban en el leopinion que ha encho de . la cor1·iente. centrado en M. DuEmplea ñi os á proveyrier, explorador pósito esta palabra, muy conocido del porque habiendo daÁfrica septentrional, do resultados contra0 un adversario decididicterios dos experido. (Véase nuestro mentos hechos por mapa deta!}ado del Stanley p ara deterLoukouga.) minar la direccion de 0 El 1. de Agosto consiguió no aquella, .de 1876, volvía Stansaber si el Loukouley á Oujidji, desPig. z.-:\lapa de Loukouga. ga era un a'1-uente pues de haber costeaTandel ó un desagüe ganyika. No era esto, sin em_bargo_, bastante para j. do en cincuenta y un dias toda la extension de desanimar al rep~rter ame~1cano, acostumbra~o , las o·rmas del Tanganyika ... Enfermo tambien, por su profesion a profundizar las cosas; subió 1. llegaba á un país asolado por la viruela; y despues de un desca nso por tierra- á lo larg o corto como fué tan - del Loukouga, más se decidió á posible, allá <ie su c9nfluenla estancia d~ huir cía con el Kibamiba. de la ciuapestada Durante la ei,;tacion los sustraer para dad seca es pantanoso el exsu de individuos lecho del Loukouga, pedicion de la plaga y aunque sólo lleva que había empezado 45 ·centímetros de á atacarles. agua oculta por cañaAbandonó, pues , á verales, existe una Oujidji el 24 de Agoscorriente hácia el to de 1876, llegó al Oeste; por último, Ouggouha en la oriá 19kilómetros dellalla occidental del go, elLouindi, nomTangan y i ka y á bre con el cual se deNyangwé vista ántes ,. " signal~a entónces al por Livingstone Y ,, Louko.uga,. se conCameron, despues ele vierte en un verdadcy cuatro dias sesenta ro rio y corre en diFig. 3.-Mapa <lel Nilo Alejandra. de marcha. Situada reccion delLoualaba. en· el país de los ~Ia•• Segun Stanley, el Loukouga, en otro tiempo afluente del Tangan- nouyema, que son antropófagos, es Nyangwé yika , ha visto sus detritus detenidos por los ca- residencia habit_ual de algunos musulmanes ñaverales , y tambien por la misma barra que se procedentes de Zanzibar y de mulatos estableciencuentra á su entrada y que es debida á los dos en el país, donde se- dedican á la trata de ne· vientos del Sudeste; el lecho, pues, se eleva poco gros. Además organizan expediciones que ma· .


LA NATURALEZA tando los hombres adultos, se apoderan de las mujeres y de los niños, quemando aldeas y talando campos, convirtiendo un país fértil y poblado en un desierto. No bajan da seis á diez las expediciones que partiendo cada mes de Nyangwé, van á destruir sin pretexto los países t:ircunvecinos. Al llegar Stanley á los sitios en que se hace la caza de hombres, experimentó el mismo disgusto, igual indignacion y horror que Livingstone al contemplar los procedimientos vergonzosos, innobles é implacables de los traficantes árabes y ·ouanyamouezi.

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Oameron tuvo que renunciará descender por la corriente del Loualaba, y no púdo adquirir la ·seguridad de si era, como pensaba, el orígen del Congo, por lo cual fracasó el objeto de su expedicion. Pero Stanley, que poseía otros medios que -ºl viajero inglés, que. tenía una caravana de conductores, podía pasarse sin el auxilio de los •manouyem3: y de los árabes y no hacer caso ele las espantosas relaciones sobre la ferocidad de las poblaciones ri?ereñas del Loulaba. Partió, pues, el 5 de Noviembre y adelantó primero por tierra ateavesañdo espesos bosques, viéndose

Fig. 4.-Mapa de las regiones recorridas poi' Slanley, desdo Nyangwó hasta el Océano.

sin embargo obligado á las 41 millas de Nyangwé, á 3°, 51 1 17 11 de latitud Sur, á armar la Lady A lice, y derivar por· el rio. En esta parte ele su corriente, al pié de los montes Ouregga, que separan su cuenca de la del Nilo, recibe el Loualaba, el Liru, el Ourindi, el Roua y el Kaukora por la derecha, y el Riouke, el Kassoukou y el Lomama por la orilla izquierda, sin contar otras muchas pequeñas corrientes de agua. La expedicion tuvo que sostener en la embocadura del Riouké un forrpidable ataque de los naturales, embarcados en numerosas canoas: Dos dias despues llegaba á las cascadas de Oukassa .

Algo más léjos, nuevo ataque, y para que la situacion fuese más difícil áun, atacó la virueá setenta y dos de los compañeros de Stanley, el cual se vió entónces obligado á apoderarse de una gran aldea indígena, para depositar en ella sus enfermos, y permitirlos descansar dos días y dos noches, miéntras él tenía á raya todas las fuerzas del paí~. Aquí es donde se separó de su escolta árabe que volvía á ryangwé, quedándose con 14.6 hombres bajo sus órdenes. El 4 de Enero de 1877 llegó á una serie de cataratas formadas por las últimas estribaciones de los montes Ouregga, más abajo del


LA NATUR LEZA

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conl1ucnte del Lomama, y llamadas saltos Baswa. Entónces se vió obligado á transportar las embarcaciones más allt'i ele esLos rápidos á tra- · ves de un espeso bosque, donde tuvo que abrirse paso con el hacha, miéntras que una parte ele la escolta protegía á los trnbajadoees conLra los inclígerias que les disparnban flechas e1wcnenaclas. A partil· ele 0° 1 í' 22", el rio que había corrido hasta entónces hácia el_ -orLe e volvía húcia el Oeste, empezando á ensancharse al mismo tiempo y á recibir impor"tantes :l.fluenles; uno de los primeros en la orilla derecha es el Arouimi, que Stanley toma por el Oucllé de SchcweinfurLh, pero esto es al parecer p'oco veeosímil, porque es Le rio pertenece m,is bien á la cuenca del Chari. ~n el confluente del .\.ronimi tuvo que luchar tambien la expedicion con 2.000 sah"ajes embarcados en 54 graneles canoas, una de las cuales tenía 80 remeros; al cabo ele media hora ele combate quedó libre. el paso huyendo los indígenas. Stanley siguió el curso del rio hasta 2° al Norte próximamente, es decit·, hasta un punto casi el centeo del lago Alberto y á :21 º ele longitud. Partiendo de aquí, desciende el rio cada vez con mayor rapidez húcia el Sur. Entónces el Loualaba, ó más bien el Zaira, es un mag- ., - níflco rio cuya anchura varía de 3.700 metros á 18 kilómetros, conteniendo en este último caso este rio lacustral muchas islas, entre las cuales pudo pasar, 'Lanley sin comunicar con las poblaciones ribereñas , sicm pre hostiles y casi todas antropófagas. Desgraciadamente, con este aislamiento continuo, cmpczat·on á agotarse los víveres ele la cxpeclicion, y hubo que pensar en desembarcar para renovarlos. Stanley encontró en la Lribu que abordó en la orilla Sur, una acogida amistosa que le sorprcndíó sobeemancra; contrajo con ella la (nilc1·nida.cl ele fa sa.ng1·e, y supo que el rio por que naYegaba tenia en este sitio el nombre ele Jkoutou, ya Kongo, que debía transformarse clespucs en Kouango y en Zaira. Tres dias despucs se encontró ante una formidable flota, · cuyos guerreros armados ele mosquetes no tardaron en entablar una lucha que se prolongó en un espacio de 22 kilómcLros. , i bien este combate fué el último, fué Lambien el más prnlongado y morLífcro de los trein La y uno que tan ley t1,1 vo que sosLcner sobre el Zaira. Todavía tenía que encontrar la expedicion peligros de oLro género; nos referimos á los rápidos y cataratas que enLt·e las caiclas ele Nlamo y las ele Yellala suman sesenta y dos. El 3 ele Jnnio se ahogó en las cataratas de Massassa

F. Pocock, el último compañero europeo de Stanley: por último, Stanley y la embarcacion que montaba se salvaron por milagro en las cataratas ele Mbéto. El alrnvcsar esta region costó á la expedicion, Pocock, 15 negros muct·los ó ahogados, sin con lar los heridos, 12 bar ·os p::irdidos y colmillos de elefante por valor de 93.000 francos, arrojados al agua. Finalmente, el 6 ele Ago~to se desembarcó en la aldea de Ni ancla, á cuatro dias de camino· ele Embomma. La cxpedicion se moría de bambrn y ya no tenía para adquir_ir víveres más que objetos sin valor en el país. En tan cruel si tuacion di rigió Stanley una carta á todos los que hablaban inglés, reclamando prontos auxilios. · El 8 ele Agosto recibió los víveres pedidos; estaba en país civilizado, habiendo terminado su expcclicion y reconocido el Zaira desde Nyangwé. Examinemos ahora las inmensas aclquisicioeiones que debe la geografía e.le .\.frica ú. H. :\I. tanley. Primcramcnle ha recorrido el trnyccto completo del Victoria y reconocido sus dos principales afluentes, los rios Chimiyou y 1 adjera. Ila descubierto el golfo Deatriz sobre el Alberlo ~yanza, ha visto el monte Gambaragara, division ele las aguas del ·notoria y del Alberto; recorrido el lago Akanyarou, é jnclicaclo una comunicacion posible entre el Victoria y el Tanganyika por el Kacljcra, el lago Kivou y el H.ousiz-i. IIa completado en la cuenca del Zaira el reconocimiento del Tanganyika~ explicado y desarrollado el clcscubrimim}lo hecho por Camcron del Loukouga, y ha seguido por ú!Lim o, y csle ~ el resultado capital de su viaje, Zaira, Loualaba ó Congo, desde Nyangwé hasta el mar. ¿Cuántos viaje,ros cuenta nuestro siglo, tan fecundo en ellos, que hayan realizado tan importan les descubrimientos y resuelto problemas lan inútilmente estudiados? Segurámcnte hay toda· vía mucho ele vago y desconocido en estas misteriosas regiones del .\.frica ecuatorial, pero hoy ya está dado el impulso. l\I. ele Drazza se encuentra ya en el alLo Ogoné, que se aproxima mu cho al Congo; las expediciones ele la Asociacion para la cxploracion y civilizacion del 1\frica, van á abordar muy pronLo.por varios lados m,tc temible y cxlenso tcl'rilorio , que entregará forzosamente todos sus secretos y tesoros. Las cal'Las dirigidas á la pecnsa por tanlcy convidan á ello, y nada mí-Ís podemos desearle que se reponga ele sus faLigas, para que pueda reunir sus notas, y nos dé el relato maravilloso de sus viajes, ante los cuales palidecen los de Simbad el marino.


LA NATUI.ALEZA

.. MES ME IEOROLófüCO_DE LOS .ESTADOS-UNIQOS. Diciembre de 1877.

Los fenómenos meteorológicos más notables de les Estados-Unidos en el mes ele Diciembre ele 1877, son: el exceso general ele temperatura, la violencia ele dos t empestades y las abundantes Jlnyias resultado del paso ele las borrascas ·principales. Las perturbaciones atmosféricas, relativamente débiles y raras en vera~o, n.lcanzan su 1náximun ele intlrnsiclacl en los meses de invierno, siendo tambien más frecuentes durante la estacion fria. El mes de Diciembre ele 1877 no ha faltado :i esta ley, aplicable igualmente :i las borrascas de Ei1ropa, J~de una manera genernl á los modmientos giratorios del hemisferio Norte; se señalan 15 depresion~s, cuyas trayectorias han podido dibujarse en la carta especial pnblicatla por el general Mycr. La mayor parte han empezado hácia el Pacífico, al N orto del paralelo de 50º; unas han atravesmlo el continente en sentido pn.ralclo ií. esta latitud, clesnparccicmlo <lcspues hácia Terrai10, a; otras han atrn.vesado igualmente el continente, pero su trayectoria ha descrito sobre los Estados-Unidos una curva cnya conc:witlad se inclina uniformemente húcia el Norte, refiriéndose lÍ este último grupo las dos borrascns mús iutercsantcs del mes. La primera llegaba :i las costas de Cn.lifornia el l.º ele Diciembre, dirigiéndose primero hticia el Sudeste; despues ele haber franqueado las Montañas-Peclrego~n~, cn.mhió ropcntinamente su trayectoria de direccio11 y corrió hácia el Nordeste; en llondc desapareció ht cleprcsion del dia G, cercn. ele Terranova. Esta tempestad ex.tendió su accion hasta los Ln.gos y hasta las costas ele Nueva Bretaña, teniendo necesidad los buqnes de hn scar rcfngio en los puertos. La otrn. clepresion que queremos describir, dará una idea ele los resultados prácticos obtenidos con el serYicio de avisos meteorolt,gicos en los Estndos-Uni.do~. Apareció como la: anterior en b California, y tambien como ella se alejó por Tcrrano,a, difcrenciírnLlosc 1'111icn.mentc en que su trayectoria q,vanzó mucho uüs lu\cia el Rnr, recorriendo próxima.mente toda la costa del continente americano del Norte: esta borra.sea, que fné acompañada ele Yicntos violentos, clió Iugar t1 con den aciones muy ene:\rgicas, produciendo las n.bundantes llnvins ¡lc los ültimus din.s clel mes, inundaciones en el Alabama r Virginia meridional. Señalada y·estndiacla desde el 22, no desapareció hasta el 31, pudiendo, pues, el signal service vigilar su marcha durante diez dias. Así se observa que en la parte oi;iental ele los Esta.dos-U nidos, es decir, en la region más poblada, donde son mús útiles los a,isos, la prevision del tiempo puede adq,uirir, y áclqtúere con efecto, un extraordinario grado de certidumbre, puesto que puede anunciarse cuatro, seis y l1asta con ocho dias. ele antemano la aproxim.acion de las tempestades. Consignamos, segun la Jlfonthly vVeater Review, lllln p!t,rticularidacl de las depresiones procedente dr>l 7

Pacífico y dirigiéndose hácia ·el Sudeste. Se ha obsery:.i,Jo que siempre que sigue lf!, tempestad esta direccion en la vertiente occidental de las Monta.ñas-Pedregosas, reinan simultá1{eamentc en la vertiente opuesta vientos ciílidos y húmedos que vienen del golfo de Méjico. La mn.yor parte de las tempestades de Euro. pa p1:ocedcn del Océano, llegan á latitudes más ó ménos elevadas, pero es muy raro que st1 C\3ntro se clirija al principio hácia el Sudeste, estando comprendido en-' tre el Norte y el Este el punto hácia que se dirigen con más frecuencia; sin embargo, á medida que adelantan sobre el continente, encuentrnn regiones cada vez mr.s secas, y en!ónccs se ve inclinarse su trayectoria gradualmente hác:ia el Este y áun hfoia al Sudeste, atrn.vesando la Rusia, al mismo tiempo que reinan , ientos más húmedos dci S~u·, procedentes del mar Negro y del mar Caspio. El mes ele Diciembre de 1877 es uno de los más cálidos observados hace mucho tiempo; el exceso de tempern.turn está señalado en todas las regiones, ~ero especialmente en el país comprendido entre el valle del Missonri y los L~gos: en el 1\Iinnesota, el término medio es de 11º sobre la temperatura normal. Resulta ele lo;; elatos remitid9s por el profesor G. Hinrichs, que la temperatura excedió en Yowa -en 6° al términ o U1eclio mtís elevado observado hostn. el presente, y en más ele 15 ° :.í. la temperatura media ele Diciembre ele 1876, de manera que la diferencia entré lns tcmpern.turns ele los dos ültimos me~es ele Diciembre es ln. mayor que se ha obscr.ado desde 1840. El suceso ele Diciembre de 1877, no resultó de calore~ excesi,~os, y apénn.s alcanza al m11ximun dimno; se debe sobre todo ~~ la frecuenéia relativa de las lluvias, de las nieblas, ele los nublados; circunstancias todas cine constituyen un obstáculo á la irradi¡tcion nocturnn., y que en el caso p1:csente han mantenido las mínim~s á temperaturas cxcepcionalmentq elevadas.

EL MUSEO DE ETNOGRAFÍA l)]~

T, ,\R

MISIONF.S

CIF.NTiFIC.\S

FR .\NOEBAS.

(Conclusion,. - Véasc p á g. 283.)

Ln. sala grande de la exposicion del palacio ele la Industria, esti exclusiYamcnte consagrada [i la mision ele Oh. vViener en e l Perú y e1.1 Bolivi a. · Anterio~mente nos hemos ocupado de los resultados del viaje verificado con tanto éxito por \Viener; describiremos hoy la notable exposicion arqueológioa y etnográfica que á él se debe. La parte arqueológica se encuentra clasificada del modo siguiente: A 1'LJ Liitectura. Grandes cuadros ejecutados por Oetner, segun los cróquis copiados del natural, representan los curiosos monumentos antiguos, que s ir vieron de asilo a l hombre autóc-


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LA NATURALEZA

reciclo permiten estudiar todos los objetos de su tono. A continuacion repro d u cimos (fl g . 3) el aspecto imponente de la fortaleza ele Paramon- industria, de sus trajes y de sus armas. Estudiando las ga, que da una momias, examiidea exacta de esnando estas tumtas antiguas consbas es como "\Vietrucciones. ner, y al mismo Escultw'11. . Vatiempo los señores liéndose de vacia-Pi nart y Cessac dos hábilmente han podido descuejecutados por brir verdaderos Soldi, segun fototesoros etnográfigra fías de "\Vicner cos en otros parase exponen algujes. La historia nos de los trabadel guerrero pejos decorativos ruano á n tes de que adornaban los nuestra conquista monumentos del hoy compuede antiguo P e rú. En pletarse con el esel fonclb de la sala tudio de sus trag rande ele la ·cxjes , utensilios, ceposicion, se admirámica, armas é r a el g ran pórtico ídolos. ele Hu-a.nuco el El Sr.\Viener ha Viejo, á cuyos lacoleccionado adedos se han colocamás una admirado los vaciados de ble serie de tej ilas curiosas estados, desde el m:1s tuas de Tiahuana sencillo hasta la co. La esc ultura cachemira y el apli¡::ada á los obde pluvestido douso de j etos Pig. l.-:\Iaseo etn ográ fi co de- las misiones cie ntifl cas fra ncesas; P alacio .¡ peruano~ uos g nti a los de (;'asos ia. Industr ta de tamestú méstico., mas, y una coJecbien espléndidacion completa- de mente r e prei nstrumen tci s, husos, telareE', sentada por lanzaderas, cumorteros, vasos de diferencharas, martites formas, etc-. llos, etc. L a enum e raSe le de be cion de los pro-. tambien una duetos etnoincomparable gráficos de la colcccion de cecxposicion de r.'.imica, desde Mr. "\V-icner, el vaso más pri- . pued e hace rse mitivo hasta el d el modo simás espléndido de forma g uiente: Las sepullu etrusca; gean ras. Ya b e m os número de armas de madedicho que los a nti g uos pera, piedra, meFig . 2.-1\lisio n de , v ic ner e n el P erú y e n B oli,·ia. V asos. !dolo de pla ta. ruanos cons erMa ngo de un a la nza esculpido. tai , ídolos de vab an piadosatiera cocida 1 de mente las momias de sus muertos , y que los madera, de cobre, de plata, etc. Estos objetos tienen cincuenta y seis proceden• sepulcros ele estos pueblos que ya han des apa-


LA NATURALEZA cías diversas, y dan por consiguiente una idea completa ele la civilizacion en todos los puntos

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del territorio del antiguo imperio de los Incas. Los grabados que siguen representan algunos

Fig . 3.-Forblez:i de Par:imong:1.-}luseo de etnografía de las misio:1es cientiíicas fran cesas.

de los objetos recog~dos por "\Viener. La figura 1 / ner, haremos una rápida clescripcion de los obes un vaso ele tierra encontrado en las excava- jetos que se refieren á las misiones de los señores Pinart y Cessac (Perú, ciones de l\Ioche, y reprel\Iéjico ) y á la del Dr. Cresenta uno de ,lo$ ti pos más vaux en _la Guyana frannotables de . la elegante ce. cesa. rámica ele los . antiguos peEl Sr . Cessac ha practiruanos. En la figur·a 2 se cado excavaciones en Anven á la derecha otros dos con, á cuatro leguas de Livasos iguales, enlazados en.ma, que le han proporciotre sí, y en la parte superior nado muchas é interesande uno de ellos l a figura ele tes antigüedades peruanas. un bebedor, con el vaso y Citaremos en primer lugar la botella en las manos·. En una momia cubierta ele sus el centeo del grabado hay vestidos y que data probauna pieza rara, es un ídolo blemente de la primera mide plata. Finalmente, se ha tad del siglo diez y seis. dibujado á la derecha 1a· Tomamos del coronel parte superior de una lanza Duhoussct la descripcion de madem, usada por los que ha publicado de esta antiguos guerreros peruamomia, cuyo tocado mornos. El ex.tremo superior tuorio describe del modo de esta lanza es hueco, y siguiente: contiene bólas ele arcilla: «Turbante suj_eto por un Fig. 4..-l\Iision de Marche en el rio Ogooué.La tiene en la exposicíon Poine de cobre.-Idolo de madera recubierto cordoncillo y con pasamaun maniquí vestido cori el con hojas de cobre amarillo. nería bordada, arrollado traje de_ la época, muy eletodo en torno de un gorro de tejido, especie de gantemente preparado por Cetner. redeéHla de vivos colores; camisa corta adornada Despues de haber visitado la coleccion "\iVie~

. •


. LA

ATURAL EZA'

en los hombros de lentejuelas azules; vestido del mismo tejido que el gorro· _peto de plumas ele aves rodeado de blanco; sandalias ele esparto; lúmina ele plata ,1lredeclor ele todos los dedos; la !Joca abierta ·tapada con algo don y cerrad~ con una planeha ele plata en estado ele sulfuro por su permanencia en la tumba, y colgado ele sus hombros el saco bordado ó la coca y oíros a ccesorios. »El Dr. Ilamy, añade el mismo escritor, ha arreglado las divisiones ele la sala, de modo que la mayor parle ele ellas se componen ele los artículos cuyo uso se observa sobre la momia descrita. Es por lo tanto el resúmen sintético ele todos los objetos que adornan los muros, procedentes generalmente de lo interior de las sepulturas. Hay tamhien momias de perros y ele loros, en medio ele telas y objetos de cerámica .. »Despues ele haber visitado Pinart la isla de Pascuas, Taití, etc. _, volvió por las Carolinas á San Francisco. Sus trabajos mús importan les con sisten en excavaciones en las Casas Graneles de Motezuma y en las ciudades arruinadas de Arizona y del Colorado; lo~ túmulos cTe Vancouver en Litka y en. las Aleutinas. Sus investigaciones nos presentan adornos ele pluma ele gran riqueza Lle colores, vasos, trabajos de conchas ejecutados por los salvajes de la América del Norle , y por último, una coleccion mejicana, única en el mundo, ele obsidi1ma, cristal ele roca, p_ó dlclo, granito , armas, punlas ele flechas, ídolos, etc. »Se ven íambien en esta sala núm. 3, con el nombre de Crevaux, médico ele marina, los pulimcntadores ele las hachas caraibas ele las islas de la Salud, costas ele Cayena , y algunas piezas recogidas entre los indios. »El Sr. Orevaux ha llevado á cabo una mision geográfica extraordinaria. Jla siclo el primero en remontar hasta su origen el cm·so del ~faroni (Guyana francesa); ha franqueado las montañas á costa ele mil peligros y en m~dio ele tribus hostiles Rtwuuenas del alto ~Iaroni , hosLigaclo por los negros cimarrones e capados ele las colonias holandesas. Ila llegado á la cuenca del mazonas por el Rio-Yari, del que no se conocía más que la embocadura, y regresó enfermo des pues ele seis meses de penosa exploracion. Todavía no conocemos los resultados ele sus investigaciones. • »Los doctores Uamy y R,oche~rune., han dirigido el arreglo de esta sala, en sustitucion de sus compañeros, retenidos todavía por sus deberes de v_iajer_:os. » La tercera sala grande ele la exposiciori está

ocupada gor los productos de la mision del seño·r EduarcJo Anclré, cuyos conocimientos especiales de naturalista, le indicaron para estudiar las riquezas botánicas y zoológicas ele las regiones poco conocidas ele Nueva-Granada y Perú. La gran vidriera que ocupa el cen.tro de la sala esbí. completamente llena de aves ele brillantes colores, mariposas é inseclos con reflejos ele pedrería. La pasion del Sr .. \.ndré por la historia natural, le ha impulsado [t verificar yercladeras hazañas con riesgo de su Yida. En un desfiladero estrecho, con las paredes cortadas á pico, en cuyo foncio mugía una corriente· de agua profunda y torrencial, se hizo bajar coo. cuerdas para coger los huevos de un pújaro raro. Se cuenta que los indios que sostenían la cuerda la dejaron deslizar hasta el agua, donde le sumergieron contr:1 su voluntad , no comprendiendo las llamadas desesperadas de la cuerda ele señales. Afortunadamente le sacaron á tiempo ele este temible baño, pues la sima tiene próximamente 100 metros de profuncliclacl, habiendo en el fondo unos 18 de agua. Bajo el punto ele vis La etnográfico, ha expuesto André bustos de indios del . 'apo, así como una estatua de pié ele uno de estos indígenas, Yestido con su traje de gala, con plumas de loro y ele tucanes, 11jas e :1 las . mejillas y en los lados de la barba, collares ele muchas vueltas de picos de tucanes amarillos y neg1~s, trajes de plumas, etc. Olra fi g ura r0presenta una chola de Quilo cuyo tip:> g-,·osero difiere mucho de los lipos finos ele las -rp1i chuas y ele las aymarns de Cuzco y del Perú. " on muy notables algunas graneles estatuas de ídolos: el mochuelo sag rado estrangulando una serpiente con el pico; la rana cuyo carácterreligioso hemos indicado ¡intes, y en la cual no quiere ver André más que la diosa del agua; el pum.a, leon americano con su pequeño emblema, cuyo sentido no conocemos; por último, l:t representacion de una fachada de roca cubierta ele gerogl íficos. La exposicion etnográfica comprende tambien otras colecciones interesantes, ademús de las que se refieren á la América. Citaremos la vidriera: en la CU8:l se encuentran impresiones de piedras grabadas. desde los más antiguos egipcios hasta los romanos, que es resultado ele los excelentes trabajqs del ST. Emilio Saldi , que tiene por mision estudiar los orígenes del grabado en piedras fihas . Mencionar~móS' tambien las muestras ohLcni. das ·en Ja·s exc-a:va:ciones ·pr:\cticadas vor el cloc-

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LA NATURALEZA tor Vcrncaux en las g rutas de los antiguos Guauchos de Tenerife objeto_s sal vnjcs debidos á la mision de l\Iarchc (Africa ccuatorinl), entre los cuales reproducimos un peine y un curioso ídolo ele madera cubierto de una del g ada lámina de cobre que se encuentra pegada ú él (fi g . !1) . Esperamos que estas descripciones por brev es que sean, bastarán para dcmostraL' que seg un el ministro de Instruccion pública, puede considerarse com,.o fundado el ~Iusco cLnog eá/1co de las misiones cicntíf1cas frances as.

SOBRE LA CONSTITUCION DE LA SUPER\IIClE SOLAR Y LA FOTO GRAFÍA CON S IDERAD.A. COJIIO JIIEDIO DE INVE STIGACION EN

ASTRONOMÍA

FÍ S I C A.

(Conclusion .-Véa e pilg. 292.)

Origen ele las granul~ciones.-Si la capa solar que forma la foLoesfera estuviera en un cslado de reposo y de equilibrio perfectos, resulta de la nocion de su fluidez que formaría una envuelta conLinua alrededor del núcleo solar . Los elementos granulares se confundirían los unos con los otros y el brillo del sol sería uniforme en todas sus partes. Pero las corrientes gaseosas ascendentes no permiten este csLado de equilibrio perfecto. Didias oorricntcs quiebran y di viden esta capa flúida en un ·gran número de puntos para constituir clia: ele aquí la procluccion ele estos elementos que no son más que frac ciones ele cnvllclLa fotqesférica. EsLos elementos fraccionarios tienden á aclw1irir la forma esférica por la gravedad propia de sus par-·· tes constituLivas: de aquí la forma globular que, como se ve, no corresponde á un estado de equilibrio absoluto, en el que la sustancia fotoesférica, no p{i.diendo constituirse en una capa conLinua, cst[i dividida en elementos á tomar individualmente ·su figura de equilibrio. Pero este estado de equilibrio individual ele las partes se realiza con ba~tantc ra1·cza; en numerosos puntos, las corrientes arl'astran con mayor ó menor fuerza los elemenlos granulares y se allera su forma globular de equilibrio, hasta llegar á desfiguearsc completamente · cuando los movimientros se hacen más violentos. Dichos movimientos en los que la capa gaseosa en donde nadan los elementos folocsféricos esta incesantemente agitada, ·presentan puntos de eleccion. Lo su perfic-ie s~lar se halla de este modo dividida en regiones de calma y d'c acLividad relativas de donde resulta la produccion de la

recl {o loe ·[fri ca. Por otra parte , en los mismos puntos de calma relativa, los movimientos del medio fotoesférico no permiten á los element.o s geanubrcs disponerse en capa ele nivel, de donde L'CSulla el hundimiento más ó ménos grande de los granos por debajo de la su pcrficie, y por c~rnsiguiente, consideeaclo el gran· poder absorbente del medio en que se hallan estos elementos, la notable· di fe rancia de bt·illo ele los granos en las imágei:ies fotog ráücas. Así, un primer estudio ele las nuevas fotografías nos conduce ya á moclif1car mucho nuestras ideas a ccrGa ele la fotoesfera, y el conjuntó ae datos que nos proporcionan nos lleva á esta idea tan sencilla con respecto á la constitucion de los elementos fotoesféricos y á las transformaciones que sufecn á consecuencia de las fuerzas á que se hallan sometidos . Deduzcamos aún esta consecuencia, del hecho de la rareza relativa de los granos más brillantes en las imágenes fotogr,:ificas; que el poder luminoso del sol reside principalmente en un corto número de puntos de su superficie. En otros términos: si la superficie solar estuviera enteramente cubierta por los elementos granula-res más brillantes que nos presenta, su poder luminoso sería, segun una prime •a apro~imacion, ele diez á veinte veces más considerable . En fin, cons tituye una cucstion interesante sobre la cu.al arrojan un nuevo dia los hechos prcccclcntes: es la cuestion tan frecuentemente rlebatida de la variacion del poder luminoso del sol. Es evidente que las manchas no pueden ser consideradas como colll:,tituyendo el elemento principal de las variaciones que puede experimentar el astro, y que sen\ preciso en adelante· con-· siclerar el número el poder luminqso variable de los elementos granulares, que pueden desempeñar aquí un papel preponde rante. .J . .J. '

INVESTIGACIONES DE GASTON PLANTÉ SOBilE LO S EFE CTOS DE L.i.S OORTIIEN,;rE S ELÉ C'l'RT C AS DE GRAN 'l'ENSION.

Luz electro-sili cica; grabado eléctrico sobre cristal.

Es muy posible que nuestros lectorns tcngn.n conocimiento ele los numerosos fenómenos observados por Planté, con las poderosas descargas eléctricas de sus baterías secundarias. Hoy damos una vista de conjunto ele los aparatos empleados por este ingenioso é infatigable físico. La figura 1 pl'Cnscufa la disposicion de 400 eleme1> tos secundarios di vicliclos en diez baterías, cada una de 40 pares. En los últimos e::perimentos practicados


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por Planté con 800 pares secundarios, está, colocada en otra sala una segunda serie de baterías completamente semejante, y la corriente de descarga qne suministra, se reune con hilos conductores á la de la primera serie. Unidas al principio estas baterías en superficie con el auxilio de conmutadores, no necesitan para ser cargadas simultáneamente más que dos ó cuatro pares de Bunsen, que se colocan en el alféizar de una ventana, para evitar las emanaciones ácidas. Cuando las baterías no están mucho tiempo sin funcionar, bastan algunas horas para cargarlas. E~ seguida se pueden asociar todos los elementos secundarios en tension, volviendo los con:i:Irntadores, y consumir, á voluntad, é~ algunos segundos ó en más tiempo, la gran cantidad ele electricidad que resulta clel trabajo químico acumu-

lado dlU'ante muchas horas po'r dos ó cuatro pares de Bunsen. Los experimentos s~ hacen generalmente en la oscuriclacl, para poder estudiar los detalles de los fenómenos "luminosos que se producen. El voltámetro está representado en el momento en que la corriente eléctrica acaba de obrar en su superficie. Se observa tambien cómo se desprende vapor de agua por encima clel líquido, á causa del poderoso efecto calorí_fico producido por el paso de la corriente. · No insistiremos en la descripcion de los fenómenos observados, segun varía el líq"Q.ido del voltametro, la naturaleza de los electrodos ó el mímero de los elementos secundarios; solamente describiremos alguno¡:; •efectos obtenidos por Planté, hace ya algnn tiem-

Fig. !._:_Baterías secundarias de Planté, dispuestas para el estudio ele los fenómenos producidos en los líquidos por corrientes eléctricas do alta tension. -

po, con una potencia eléctrica relativamente ménos considerable. I.J¡¿z el,ectro-silícica.-Si se sumerge en una clisolucion de nitrato de potasa un hilo de platino introducido con frotamiento en un tubo ele cristal y puesto en contacto con uno ele los polos de una batería secundaria de 60 elementos, miéntras que el otro polo se hallaba sumergido de antemano, entra en fusion la extremidad. inferior del tubo de cristal dentro del mismo líquido, desprendiendo una luz deslumbradora. La punta del hilo de platino se encuentra encajada en una pequeña masa de cristal fundido, manteniéndose muy intensa la luz mientras continúa la descarga de la batería secundaria, y hasta que enfriado el cristal alrededor del electrodo, le aisla c:ompletamente del líquido (:6.g. 2). Cuando se opera con una disolucion de -sal comun

en el voltámetro, exige este efecto luminoso, para producirse, la reunion de 250 á 300 pares secundarios, mientras que una disolucíon ele salitre permite obtenerla con una·corriente mucho ménos enérgica. El modo de obrar ele las disoluciones salinas respecto de la sílice clel cristal -elevado á una alta temperatura por la corriente eléctrica, es con efecto muy variado, á causa de la mayor ó menor fusibilidad de los silicatos formados, como ha observado ya Carré, mezclando varias sales á los carbones empleados para la hiz eléctrica ordinaria. Puede tambien obtenerse la luz vítrea, apoyando el élMtrodo positivo ó negativo sobre una lámina de cristal colocada á poca distancia de la disolucion salina (:6.gma 3). Va acompañada de un desprendimiento de vapores blancos, siendo fuertemente atacado el cristal al mismo tiempo.


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Esta luz se produce igualserie ele experimentos análogos, mente á lo largo de las paredes que los surcos 6 anillos hunide tm vaso de porcelana, y se nosos que se forman en torno une su brillo al del arco voltaidel eléctrodo positivo de una co en las bugías eléctricas de fuerte batería, quedaban algu.rablocbkoff. nas veces grabados en la suLos fenómenos iuminosos obperficie ele cristal ele un voltáservados alrededor de un cristal metro que contiene una disolucon el auxilio de las corrientes cion salina. Esta observacion de induccion por los señores le ha inducido ií aplicar la corMonee], Gassiot, Grove, etc., riente eléctrica al grabado en se refieren tambien á la luz cristal 6 Yidrio. de que se trata. Podría atriPara ello se cubre la superbuirse el brillo de esta luz á la ficie ele una l ámina ele vidrio 6 cal combinada con la sílice en el ele cristal con una clisolucion . cristal; pero si se examina el esconcentrada de nitrato ele popectro que suministra, se obsei"tasa, vertiendo sencillamente Fig. 2.-Luz producida por la fusion eléctrica del va que no presenta rayas perel líquido sobre la lámina co• cristal en un voltámetro. ceptibles, al paso que tm fraglocada horizontalmente en una mento de espato calizo colocacubeta poco profunda. Además do en las mismas condiciones se sumerge en la c~a líquida que cubre el cristal y á lo largo al mismo tiempo que ·da una' de los bordes ele la lámina un luz muy viva, permite ver las hilo horizontal ele platino, q Lle rayas características del calcio. comunica con los polos ele una Siendo débiles las rayas del · batería secundaria de 50 á 60 silicio segun· el análisis de llirelementos; sosteniendo des pues cbhoff, se conciben que no se con la mano el otro electrodo, presenten á causa de la intenformado ele un hilo ele platino sidad luminosa del espectro forrodeado, excepto en su extremado; pero el origen silícico ele . midacl, ele un estuche aislador, esta luz, se demuestra,· por el se toca el crjstal recubierto ele hecho importante de manifesla delgada capa ele disolucion tarse en contacto del electrodo salina, en los puntos en que con la sílice pura cristalizada 6 se quieren grabar Jetras 6 diciiarzo hialino (fig. 4). Solabujos. mente se necesita para produ- Fig. 3.-Luz producida por el contacto ele una lámina do cristal y un eledrodo de platino en la Entónces se produce un surcirla en este caso con la misma superflcie de un voltámetro. co luminoso en todos los pundisolucion salina, una fuerza tos en que toca el electrodo, eléctrica mayor que para el y cualquiera que sea la racristal, próximámente 100 pidez con que se escriba 6 pares secundarios. se dibuje, se encuentran Debiendo descomponerse con claridad E)n el grabados la misma sílice por estas cristal los -trazos que se hacorrientes de gran tension, cen. Si se escribe 6 se diburesulta el efecto luminoso, con lentitud, se graban ja segun toda probabilidad, de los trazos; profundamente la incandescencia del silicio del diádepende anchura su cuyas notables analogías metro del hilo ele platino con el diamante y el grafito que sirve ele electrodo, _y si han sido demostradas por este acaba en pm1ta, pueden los Sres. Saint Olaire Deser los trazos sumamente· ville y W ehler. Para distinfinos. El hilo metálico que guir esta luz de la produciconduce la corriente se enda por una corriente elécele este modo traoocuentra trica. entre dos conos ele carformado en un bmil espebon1 la ha designado Plan cial p~ra el cristal, cuyo té, con el nombre de luz Fig. /¡. -Luz producida por la acci'1n de una fueL:te cormanejo no exige ningun eselectrosílicica. riente eléctrica en ni cristal de roca. fuerzo por parte del· opera. Grabado eléctrico sobre C1'istal.-Planté tuvo la ocasion de observar en una ¡ clor á pesar ele la dureza del . cuerpo que ataca, pues


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basta pasar ligeramente el hilo de platino por la su- del edificio y no tardaron en desaparecer sin que perficie de cristal, para obtener un grabado indeleble. se supiese cómo, clespues de un trayecto como La fuerza corrosiva es suministrada por la accion :i ele 20 metros. na mujer que se hallaba en la vez calorífica y química de la corriente eléctTica en una habitacion, á 15 metros del campanario fué presencia de la disolucion salina (1) . lanzada violentamente al extremo de la habitaPuede grabarse con cualquiera delo~ dos electrodos; cion, un jóven que pasaba. cerca fué derribado se necesita, sin embargo, una corriente méno enértierra y otras muchas personas experimenta.á gica para grabar con el electrodo negati,o. conmociones más ó ménos . violen tas. ron Aunque se hayan obtenido estos resultados emlos testigos están conformes en decir Todos pleando baterías secunqarias, añade Planté que puede observó niqgun zigzag, sino una masa se no que usarse preferentemente para un trabajo continuo, otro rodeaba el vértice del campanario. que fuego de é,iutensicantidad de eléctrico cualquiera generador dad bastantes, ya una pila de Bunsen con bastantes En cuanto se oyó el trueno, cesó el granizo, elementos, ya una m11quina ele Gramme y hasta una que fué reemplazado por un huracan de nieve máquina magneto-eléctrica de corrientes alternativac1ue cayó con abundancia durante un cuarto ele mente positivas y negatiYas. hora. Esta nueva aplicacion de la electricidad voltaica , Al cesar la tempestad se observó que el came tá llamada al parecer ii prestar grandes sen-icios :i ardía en dos puntos; uno en la parte panario la industria del cristal, y tal vez tenga ;entajas sobre lado ~oroeste, y el otro en la parte del infel'ior los procedimientos ante-higiénicos empleados hasta Sudeste, probablemente puntos de del infcl'ior ahora. del flúido eléctrico . salida y entrada G. T. Toucy está situada á orillas del Ouanne, pequeño rio·que corre en clircccion del roroeste y en el centro de un estrecho Yalle. La poblaeion "OTA METEOROLÓGICA protegida de los vientes Sur, arte y Oeste está SOJ3HE EL INCE 'DIO CAUSADO POR EL R..\.YO colinas, y por esto son muy raras elevadas por .E:-/ EL C.\MP.\N.\1\1O DE TOUCY (YO:-INE). las tempestades, que pasan casi siempre por la izquierda ó la derecha, se dividen á menudo y El 25 de Enero de 1878 á la una y media de· apénas alcanzan á la poblacion. Es muy raro la tarde cayó el rayo en el carnpanario de 'fouque granice en ella, y puede deo.irse que nunca cy (Yonnc) y le incendió. cae el rayo, á pesar de lo cual, el8 de Enero y en Las noticias recogidas sobre este hecho anorcircunstancias meteorológicas casi semejantes, mal son los siguientes. Soplaba el Yiento Xocon viento oroeste, cayó otro rayo en una casa roeste; una gruesa nube que se elevaba á poca próxima á la iglesia ocasionando desperfeclos altura empezó á · arrojar gruesos . gran_izos ,que insignificantes. cubrieron la tierra. Pocosminutosdespues se oyó un solo trueno, seco y prolongado, y al mismo EA. · MISCEL tiempo se vió rodeada la cruz del campanario como de un meteoro luminoso. Personas que estaban en casas próximas á la iglesia vieron saLas conferencias de laSorbonne.- 'e han reanulir de ht base del campanario dos esferas de fuedado en Paris en el gran anfiteatro de la Sorbonne, las go de 0 1 30 á 0,40 metros de diámetro, distanantiguas sesiones cientifi.cas y lite1·arias, interrumpidas tes una de otra 50 centímetros próximamente, á éonsecuencia ele la guerra y de las que los habituaque rodaron eongran velocidad por las escaleras les concurrentes de otro tiempo conservaban un recuerdo de aclmiracion por los grandiosos experimentos que en ellas se hacían, así como del acreditado talento (1) Las figuras producidas sobre el cristal por la electricide lo profesores que actuaban. dad eslática y las pruebas oblenidas poi· Grove con la elccll'ÍLa nueva serie, organizada bajo los auspicios de la cidad de induccion, se refieren á eslas alleracioncs del Yidl'io por la eleclricidad dinamica. Pel'o como la cantidad de elecAsociacion científica, se ha inaugurado con un brillantricidad, suminislracla por las máquinas eléctricas ó las bobite discurso prouunciado por st1 actnal presidente, el nas de induccion, es relativamente muy débil, y no tiene Sr. Milue-Edwards, que ha versado sobre el objeto y apem:i.s efecto electro-c¡ufmico, tal como se produce en p1·eestado presente ele ]a Asociacion, la cual ha podido sencia de una disolucion salina, eslas figuras y grabados son destinar ya trescientos mil.francos para ayudar r facimuy di[icilmente visibles. Exigen para que puedan verse un las investigaciones ele los hombres cientilicos litar . depósilo de rocio ó colada resultanle •de la insuílacion, lo pobres, constituyendo ademfa un fondo de 70.000 cual ha hecho que se las designe con el nombre de figurns francos . 1·óricas; desde las im•estigaciones ele los Sres. Riess, Peyré, \Va¡-tmann, ele. Dnmas hizo el elogio del fundador de la Asociacion


LA NATURALEZA Le-V crricr, eu términos coni:novedores, y al mismo tiempo anunció, en medio ele los aplirnsos ele todos, que· la Asociacion tomaba la iuiciativa para erigir un monumento á su primer presjclente. · ..U1-rn -dc las últimas sesiones consagrada por J amiu Ala cxposicion ele los recientes pl'ogrcses cleJ alumbrado eléctrico, ha resucitado por completo la animacion que reinaba en las pasadas: Asistió un numeroso público atraiclo :i la vez que por el j i1sto renombre del profesor, por la cert eza de asistir, gracias á él, á experimentos hechos en escala inusitada. Se reunieron miís ele dos mil personas en un local capaz sólo para uuas lllil ochocientas á lo más, que, bajo el atractivo del claro talento ele exposicion del ilustre académico, olvidaban las iueomoclidacles corporales. Por una coincidencia extraña y por clemas extraordinaria, ti. cousecuencia ele un accidente imprevisto del contador, se apagó brnscamente el gas, y hubiera siclo preciso suspender la sesion, si milagrosamente no hubiera tenido ésta por objeto el alumbrado eléctrico; los reguladores, que estaban destinados únicamente para las demostraciones experimentales, fueron uficientes para iluminar instantáneamente la sala durante toda la sesion; era imposible pensar que ·se Labia de hacer una clemostrnciou más práctica y oportuna de las verdades afirmadas por el profesor: el' alumbrado eléctrico ha entrado ele lleno en la explotacion industrial. Puede ser que nunca se haya sometido la hrn voltaica á una prueba ele tanta importancia: el arco que brilhtba cu 1± lámparas de 100 bnjías Carccl cada uua, alimentadas por máqninas electro-magnéticas de diferentes sistemas, y puestas en accion por dos ·pode.rosos locomóviles situados eu los patios, se apagó y volvió á encender simultáneamente gran numero de veces por las proyecciones sobre la pantalla, y siempre se llcvú á efecto con el mi1<mo éxito. Es verdad que ayudaban á J ami.n los mismos inventores ele los descubrimientos que exponía: Loutin, Grammc y Jablochkoff, los cuales ante tal auditorio r con tal maestro consideraban como una clistincion el ·s er sus preparadores. Semejantes sesiones son muy costosas, pero en cam-bio proporcionan gran número ele miembros nuevos, que á pesar ele la cuota módica ele 10 francos que satisfacen, es de esperar qne con nueYos ingresos puedan continuar las conferencias durante la Exposicion.

Geología· m~c a nica.-Como couclusiou á sus excelentes experimentos sobre las fracturas producidas por fi exion en las láminas sólidas, rechaza Dambrée la _opinion de qne las grietas terrestres sean resultado de acciones lentas. Opina qne los esfuerzos de flexion con'tinuadas por mucho tiempo en una direccion, prQdu_cen en u.n momento dado una rotura repeutina.

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Constitucion g e ológic a de la Reunion .-No conocernos bien el rest'.n~en hecho por_Heolélrt de un es. tudio fo1pori~utc de Ch. V elain sobre los terrenos vol~

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canicas recientes ele la Reuuion . La conclusion es al parecer que el órclen de ·erupcioú ele las diferentes lavas del oligoklase, ele labrador, y por tíltimo ele anortites, es el. mismo que el ya obserrndo por Fouq·ue en el Santorin.

UN GEIROSCOPIO GIGA~TESOO.

Todo el mundo se acuerda todavía de la iugeniosa clemostracion popular del movimiento de rotacion ele Ja tierra, i1echa por Foncault en 1850. Del ccn.tro de la clipula del Panteon, en París se colgó un péndulo con un solo hilo; el péuclnlo consistía eu uua bola ele· cobre, por debajo de la cual estaba sujeta una punta. Esparciendo arena en el atrio, y sobre to.do, colocando dos líneas de arena fina de modo que sufrieran el contacto ele la punta en ambas oscilaciones def péndulo, se veía aparecer el plano de oscilacion, tocar las dos lineas ele arena y desviarse insensiblemente con forma muy perceptible, con una clesYiacion de Oriente ú Occidente. Las rayas sucesivas de la punta del péndulo se cruzaban todas en el centro girando de Este á Oeste. ¿A qué causa se debe esta desviacion del plano del péndulo? Desde los primeros experimentos hechos hace yá mas de dos siglos con el péndulo, se había obsenaclo y señalado esta cle1:,viacion. La lrnuiau observado los miembros de la Acadeni41, del Cimento ele Florencia á la cual había pertenecido Galileo. En los manuscritos de Vicente Viviani, discípulo de Galileo se lee: KTodos los péndulos de un hilo se desvían del primer plano yertical constantemente en la misma clireccien, de dere,cha á izquierda de las partes auteriores.» Támbien se lee en las ~Noticias de 'Tor,qione sobre los progreso§ ele las Ciencias fisicas en 'Toscana: «28 de Noviembre de 1661. Si la punta de uu péndulo de un solo hilo, toca el polvo de mármol c~rnndo empieza á retrasarse en su movimiento, señala su curso en él formando una espiral oval, que siempre va estrecluíndose hácia el centro.>> Todavfa no se había encoutrado la causa de esta clesviacion, r Foi1eault fué el primero qne demostró consistía en el movimiento de rotacion ele la tierra. · Esta desviacion del plano de las oscilaciou es, es sólo aparente. En realidad el plano está fij.o, lo cual se elemuestra en mec.'Lnica y tambien por la experiencia. Supongamos que se fija un pénclu]o pequeño á un bastidor movible; que se pone el péndulo eu movimiento, y que mientras oscila, se hace girar lei1tamentc sobre sí mismo el aparato que le sostiene: se observará que [1 pesar de este cambio continuará oscilando el péndulo en el mismo plano, lo cual podrá comprobarse con el auxilio de pnutos ele reposo colocados fuera del aparato. El hilo experimentará naturalmente con esto una · ligera torsion, pero esto no impide qne sea inYariable el plano de las oscilaciones. Por esto en · el experimento del Panteon, como la tierra giraba con los espectaclores·por debajo del péndulo, de Occidente á.Oriente, ei·a arrastrado el punto de 0

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suspension del hilo por el movimiento de la tierra, y se torcía algo, pero esta torsion no ejerce influeucia apreciable en el conjunto del -péndulo, y como está inm(>vil para todos los· ojos, es el plano de oscilacion el que al parecer se desvía de Este á Oeste. Ull' ingenioso inventor frances que ha pasado veinticinco años en los Estados-U nidos, Charles Mancel, intenta repetir esta gran leccion de cosmografía, perfeccionarla y hacerla en grande escala á propósito de la cita de todas las naciones en la Exposicion universal próxima. En vez de un simple atrio cubierto de arena para recibir el trazado de las oscilaciones sucesivas, coloca l\fancel bajo el plano de oscilacion del péndulo una esfera terrestre de tamaño colosal, puesta verticalmente con el polo Norte dirigido hácia la _parte superior. La punta inferior del péndulo oscila en un bastidor horizontal móvil, colocado sobre el polo Norte de la tierra. La desviacion del plano de las oscilaciones, produce al mismo tiempo la del bastidor en que oscila la aguja. Del soporte del bastidor colocado encima del polo, bajan unos brazos ó indicadores, verdaderos meridianos movibles, que giran por encima del globo, de Este á Oeste segun el cambio del plano de oscilacion del péndulo. En realidad este plano permanece fijo, los meridianos tambien, y se observará que los diferentes .países de la tierra pasan lentamente en virtud del movimiento diurno del globo. Es una idea he1jÍ:nosa y grande, y deseamos que se lleve á cabo. No hay que ocultarse, sin embargo, que la demostracion no será, ni podrá éier completamente exacta. Con efecto, para que fuesen exactos la desvi_acion del plano visible de las oscilaciones y el moYimiento de los meridianos en el sentido de las latitudes, seria necesario que el péndulo estuviere sostenido en la prolongacion del eje terrEistre, y que el experimento se hiciere en el polo mismo, siendo alli todo simétrico con relacional plano en que se hace mover el péndulo al arbitrio, el movimiento de la tierra haría describir al plano de oscilacion una rota:cion aparente de Este á Oeste en veinticuatro horas. Pero no estamos en el Polo, y á pesar de los rápidos progresos de la Geografía contemporánea, distamos aúu mucho de que se verifique una exposicion universal en el vértice del eje de la tierra. En -París, á 48° 50' de latitud, es bastante léjos del Polo. Afortunadamente sin duda, tampoco estamos eri el Ecuador, donde seria imposible el experimento, porque el plano de oscilacion permanecería siempre inmóvil. Nuestra posicion no es muy favorable para ver giral' la tierra. ~"o se trata con efecto de que nadie esté veinticuatro horas observando el movimiento del péndulo, pues esto no sería materialmente posible y hasta el mismo. péndulo se negaría á ello obstinadamente. Se trata de ver una dcsviacion sensible de cualquier país del globo terrestre en una hora á la vista del observador. Esta desviacion de los meridianos artificiales, no se verificará paralelamente á los ch-etilos de latitud, y no se vencería la dificultad, tomando por polos de la esfera recta, París

y su antípoda. La desviacion se operará. inclinándose sobre los meridianos verdaderos, y bastará para poner ele manifiesto á todo el mundo, el movimiento diurno de la tierra sobre su eje. La construccion de un globo gigantesco por una parte, y el movimiento impreso por el péndulo por otra, manifestarían así á todos un cuadro permanente de geografía y de cosmografía vi ,TÍentes. A pesar de la sencillez teórica, no hay que ocultar que existen ;erdader.1s dificultades pr,\cticas, que dominan tanto en la construccion de la base de sustentaciou, como en la comprobacion de la c-ontinua homogeneidad del hilo y en el frotamiento del bastidor; pero ev.iilentemente

Proy~clo de geiroscopio de Ch. i\lancel.

no emprenderá el invento~- el experimento públíco, sin haber comprobado cómo marcha su péndulo. ¿Se harti este experimento? A.sí lo esperamos. Desgraciadamente no podrá ser en el recinto de la Exposicion, porque ni la sociedad de ésta, ni la comision del Ministerio pueden sufragar sus gastos, y además por estar prohibido todo derecho de entrada en dicho recinto. Pero puede hacerse fuera de ella, y creemos que el capitalista que realizara esta excelente idea, se vería doblemente recompensado. PROPlETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

Madrid: 1878.-l'ipografía- Estereotipia PEnoJo .


Núm. 21.-20 Abril 1878.

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jos. Becquerel ha creado la electro-química, que hace posible, mediante experimentos muy clereproduuir muchas sustancias naturales. gant.cs, A. C. BECQUEREL . . Ha imag in ado el termómetro eléctrico, que perA. O. Becqurel, que murió el 18 de Enero de mite determinar á distancia la tempeeatura in1878, nació en Ohatillon-sur-Loing (Loiret) el 7 terior de los vegetales y d e los animales, así code Marzo de 1788. Empezó sirviendo á su país mo la del interior de la tierra ó de las altas reen el ejército. Como ha recordado Fizeau sobre giones de la atmósfera, y que ha proyectado una la tumba de este ilustre físico, despu es de salir viva luz sobre los fenómenos termo-eléctricos· de la Escuela politécnica en 1808 en calidad de se d ebe tambien á Becquerel la balanza electro~ oficial ele ingenieros, se vió obligado el jóven mag nética, el galva nóm etro difereñcial, así co Becquerel á tomar una parte activa en las lumo importantes tra bajos en meteorología sobre chas ele esta época mem9rable . Asistió á los si- el clima propicio para los bosques, las tempestios de siete plazas tades ele granizo, etc. fuertes, mandó una A pesar de una sacolumna de ataque 1ud delicada al pare en la toma ele Tarracer, y ele un cuerpo gona y luchó contra poco robusto, como l os enemigos de ha di cho Fizeau en lrrancia durante la el elogio fúnebre del guerra de 18H. Desilustre físico, sostepues de esta campanido siemp re Becña resolvió consaqueeel por una grangrarse al estudio de de energía moral y las ciencias físicas , una gran fuerza de como atraído por el voluntad, h a tenido presentimiento de los el peivilegi o ele condescubrimientos que servar hasta la edad iba á hacer en ellas. m{ts avanzada, la vi Todavía ig noraban v acºidad de movilos físicos la causa de mien tos y ele intelilas corrientes que se gencia que meses án originan en la pila de tes de su muerte eran Volta, cuando Becel asombro de todos querel demostró que sus amigos. Su amor no hab ía en ella desal trabajo, su espíriprendimiento de elecinvestiga dor, su tu A. C. BECQUEREL. tricidad , produciéncuriosidad respecto Nació el 7 de Marzo de 1788 y murió el 18 de Enero de 1878 . dose por el contrario de los fenómenos de una accion química. la nat uraleza, no se Descubrió poi· vez primera que li electricidad han desmentido nun ca durante su prolongada es uno ele los resultados de la combin acion quí- carrera. Por sus d esc ubrimientos , por su método mica, y en particular de la que resulta de la ac- el e experimentacion y de observacion, por su cion de los ácidos sobre los_metales . Becquerel a mor y su respeto á la verdad científica, ha ejerha sentado las verdaderas bases de la teoría ele cido seguramente sobre la ciencia d e su tiempo la pila, y ha introducido además en el cloi;ninio una ele las influen cias m ás verdaderas y más · de la física los aparatos perfeccionados que han beneficiosas . De esto proceden la ilustracio n_que contribuido poderosamente a l desarrollo de un a desde el principio ha acompañado á s u nombre, de las ramas m ás fecund as de la física experi- y los brillantes testimonios de estimacion de sus mental. Se le deben las pilas con tabiques ó do- contemporáneos, que nunca le han faltado. Becquerel frisaba en los 90 años, cuando se ha bles para dos líquidos, que han dado orígen á una innumerable variedad ele diferentes s iste- exting uido dulcemente, rodeado de los s uyos , mas, en que la corriente eléctrica está sometida con la serenidad del sabio. á una constancia y á una regularidad de accion Debemos añadir que Becquerel encontró en completamente desconocida ántes de sus traba- su hijo un dig no continuador ele sus trabajos, y

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que el nombre del ilustre físico que ya no existe, está llamado á brillar por mucho tiempo todavía en el dominio de la física. VÍCTOR REG~AULT.

Víctor Regnault, olro de los físicos más eminentes con que puede honrari-e Francia, ha muerto al dia siguiente en que Becquerel cenó los ojos pára siempre, es decir, el 19 de Enero . de 1878. Este dia et·a, por una coincidencia di g ca de mencionarse, aniversario de la muerte del pintor Henry Rcgnault, hijo del físico, hcl'ido en el corazon por una bala prusiana. Las exequias de Víctur Regnault, se verificaron el 22 ele Enero. Debray pronunció sobre la tumba del sabjo un discui·so en nombre de la seccion de química de la Academia de Ciencias. y Jamin otro en nombre de la seccio n de física; Dnubrée habló en nombt·e del cuerpo de minas. y Laboulaye en nombrn del Colegio de Francia, del que Regnault había sido pro~esor durante treinta años. Víctor Regnault nació en Aix-la-Chapelle, el 2 1 de Julio de 1810. Discípulo ele la Escuela politécnica, se hizo ingeniero de minas en 1847, fué director de la manufactura de SeYres en 1854, pro'"esor del Colegio de Francia y de la Escuela politécnica, y miembro de la Academia ele Ciencias en 1840 y 1842. Era de esos hombros privilegiados cuya inteligencia puede abarcar muchas ciencias á la vez, y si fué una de las lumbreras de la química. se le considera tambicn como una ele las glorias de la física. Sin mencionae por completo los innumerables trab~jos de química de Regnault, debemos recordar que la enseñanza que ha dado durante largos años ele esta ciencia, ha representado un gran papel en la educacion de muchos químicos modernos. El tratado de química que ha publicado es un modelo de con cision, de claridad y de elegancia. Como físico, ha hecho Re 6 nault grandes trabajos, restaurando las ideas de su maestro Dulong sobre la naturaleza de los gases y de los vapores. Regnault, como ha dicho muy bien Jamin, ha podido predecir y hacer admitir por todos, que la insuficiencia de las presiones era el tÍnico o1Jstáculo para la licuefaccion del oxígeno y del nitrógeno, y que hasta el hidrógeno si se enfriase bastante tomaría una compresibilidad excesiva y se liquidaría . Todos sabemos el éxito con que esta prediccion se ha cumplido, y no podrá olvidar la Academia que en la sesion en que recibió esta noticia, asistía Regnault por última vez.

Regnault deja un monumento imperecedero. EstutliaJas todas las grandes cuestiones experimentales referentes al ealor; halladas tocias las leyes empíricas de las fuerzas clásLicas de los calores la.lentes; meclitlos todos los coeficientes numéricos con tal perfcccion qne la ceÍLica más severa nada encuentra que oponer, ni suseiLa la idea de volverá empezar esLos inmensos trabajos, tan profunda es la conviccion; e«tos son los fundamentos de la ciencia del calor, edificada con una solidez que desafía al tiempo. Laboulaye ha recordado las tristes y conmovedoras circunstancias de los últimos dias de la vida de (?Ste gran físico. Al ll egar al fin de la edad y del talento, podía Regnault mirar siu temor el por,enir, cuando recibió un golpe terrible. El 19 de Enero de 1871,_su hijo, el digno heredero de su nombre, la gloria de su vejez, caía heroicamente en Buzenval, y para colmo de desdieha exclama Laboulaye, nuestro querido colega no tenía el refugio del estudio, último consuelo de los que sufren, porque al ménos permite olvidar: todos sus papeles y aparatos que había dejado en Scvres habían s ido destruidos ó dispersados por el enemigo. Regnault no debía ya encontrar sus manuscritos, en los que durante muchos años había consignado una larga serie de experimentos tan delic·ados que puede temerse que no se recobren en mucho tiempo. TueYos lutos le dieron el último golpe en J 873. Destrozados el cuerpo y el alma, no hizo ya Regnault más que languidecer. CLAUDIO BERNARD.

¡Los muertos van de prisa! Despues de Re• gnault y de Becquerel, acaba de perder la ciencia á Claudio Bernard, uno de los creadores de la fi s iología experimental. Al saber esta notici a y abrir su sesion, se separó la Academia de Ciencias de Paris en señal de luto, eomo lo hace con todos los muerlos ilustres. Claudio Bernard Lenía 65 años. Desde 1844 se había hecho notar por una memoria de fisiología experimental sobre el papel que representan en la digestion las diversas secreciones del conducto alimcnLicio. Poco tiempo despues, sus trabajos sobee los usos del páncreas y sobre la funcion glucogenésici del higa· do, le colocaron á lo. cabeza de la ciencia fisiológica; demostró que la sangre que penetra en el hígado, no contiene azúcar, al paso que la que sale de éste órgano y ll uo se dirige al corazon poi: las venas hepáticas está cargado de ella, Y

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LA NATURALEZA al closcubric la influencia del sistema ne~vioso sobre esta funcion, produjo casos ele verdadera diabetes ariificial. Obtuvo el gran premio ele fisiología experimental en 1849, en 1851 y en 1853. En 1854 se creó para él la cátedra ele fisiologia ex peri mental en la Facul tacl ele Ciencias ele Par is; el mismo año fué elegido miembro del Institulo y des pues profesor en el Colegio de Francia y e n el lVIuseo . La Academia Francesa le llamó á su seno en 1869 en reemplazo ele Flourens, y al mismo tiempo le nombraba el Imperio Senador y Comendador de la Legion ele Honor, títulos que si no aumentaban en nada su valor personal, añadían un nuevo brillo á su g lori a. Entre sus principales obras, debemos mencionar sus investigaciones sobre el gran simpático y el calor animal; sus lecciones ele fisiología aplicadas á la medicina;-sobrc los efectos de las instancias tóxicas y meclicinales;-sobre la fisiología y la patologia del sistema nervioso;-sobre las propiedades ele los diferentes líquidos del organismo;-sobre la nutricion y el desarrollo; sobre las propiedades ele los tejidos vivos;-su informe sobre los progresos ele 1a fisiología general , etc. Es muy interesante para nosotros formarnos un a idea general del papel importante que ha representado en la ciencia contemporánea. Habiendo llegado á Paris con una tragedia en los bolsillos, vaciló muchos años ántes ele encontrar su verdadera vocacion, y no se examinó ele doctor en medicina hasta la celad ele 30 años, en 1848. Sus primeros trabajos fueron sobee terapéutica. Despues ele haber renovado Bichat la anatom ía, la fisiología y la patología, tuvo el deseo ele reformar la terapéutica. Admirado ele la confusion y ele la incertidumbre ele esta ciencia, pensó que podría perfeccionarse estudiando metódicamente la acr:ion ele las sustancias medicinales, ·no en las enfermedades, _sino en los tejidos. Con este propósito empeendió en el HótclDieu, del que acababa ele ser nombrado médico, á los 30 años de celad, una serie ele experimentos exactos, tocante al efecto ele · los remedios; pero murió á los dos años y la ciencia tenía que esperar cincuenta años más las investigaciones que han aniquilado el empirismo y dado á la tei:-apéutica sus bases definitivas. A Claudio Bernard se debe en gran parte esta renovacion. Tenía tantas raíces el empirismo, y era tan poderosa la tradicion, que cuando empezó hace treinta años sus primeros trabajos de terapéutica científica, y explicó sus principios, tuvo,

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que luchar contra la oposicion de los médicos más célebres. Estos, entre los cuales se puede citará Trou;:seau (talento maravillosamente flexible y brill a nte, dotado ele las facultades más eminentes del artista que reemplazaban en él las del sabio), continuaron sosteniendo que laaccion de los medicamentos no puede referirse á leyes fijas y que las operaciones de la vida se escapan á toda clemostracion exacta. Claudio Bernarcl refutó estas aserciones poco fllosóficas. Ha desarrollado en muchas Memorias todos los métodos que permiten · resolver con precision los problemas de la terapéutica y unido el ejemplo al precepto en sus investigaciones sobr:e el curare, el óxido ele carbono, el éter, la nicotina, los alcaloides del opio, etc. Pero en la fisiología propiamente dicha es donde debía manifestarse tocia la elevacion ele su talento. ¡Qué admirable espectáculo el de la naturaleza estudiada ele este modo, desde la apaeicion de los primeros vestigios del pensamiento, hasta su completo desarrollo, progresion lenta en la que el fisiólogo ve las diversas formas de las funciones nerviosas y cerebrales analizándose en cierto modo por sí mismas y repartiéndose en los diferentes animales segun el grado de su organizacion. Primero, en el último escalon las manifestaciones instintivas oscuras é inconscientes; clespues la inteligencia consciente que aparece en los animalessupcrio. res, y por último la inteligencia iluminada por la razon en el hombre, dando orígen al acto racionalmente libre, el más misterioso ele la economía animal y acaso ele toda la naturaleza! La fisiología demuestra en primer lugar con claridad que la conciencia reside exclusivamente en los lóbulos cerebrales; pero en cuanto á la inteligencia en sí misma, si se la considera de una manera general, y como fuerza que armo niza los diferentes actos ele la vida, las regula y las apropia á su objeto, nos Jemuestran los experimentos fisiológ icos que esta fuerza no está concentrada únicamente en el órgano cerebral superior, y que reside por el contrario en diversos grados, en muchos centros nerviosos inconscientes escalonados en todo el eje cerebro-espinal, y que pueden obrar ele un modo independiente, aunque coordinados y subordinados gerárquicamentc unos á otros . Con efecto, la extirpacion ele los lóbulos cerebrales en un animal superior, hace desaparecer -el conocimiento, dejando ~ubsistentes todas las funciones del cuerpo, cuyos centros nerviosos coordinadores se han respetado. Las funciones ele la circulacion y ele la respiracion continúan


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cópica, es que los séres vivos son aglomeracioverificándose con regularidad sin interrupcion, pero cesan en cuanto se separa el centro que nes de partículas, sumamente tenues y delicadirige cada una de ellas. S{ se quiere por ejem- das, verdaderas individualidades dotadas cada plo detener la respiracion, hay que obrar sobre una de ellas de virtudes características y conel centro respiratorio que se halla colocado en sustanciales. Esas unidades activas, formas y fuerzas á la vez, .producen como consecuencia la médula oblongada. La digestiones la única que al suspenderse de múltiples acumulaciones toda la organizano queda aniquilada. Privado el animal de co- cion y funcionamiento de las partes animales y nocimiento y de percepcion, no tiene ya el uso vegetales. Animales y plantas, no son más que de sus sentidos y pierde por consiguiente la fa- plantas animadas por un poder distinto que las cultad de buscar su alimento; pero si ésta se su- impregna y las mueve; son sistemas de mónaple introduciendo alimentos hasta el fondo de das solitarias, en las que obra profundamente y la garganta, se efectúa la digestion porque ha en las que se manifiesta la vida; son colecciones maravillosamente orquec;lado intacta la denadas de pequeños accion digestiva de resortes que poseen los centros nerviosos. en sí mismas deterD esp rovi sto un minadas tendencias. animal de sus lóbuSegun Leilimtz, cada los cereb.rales, no sér vivo . está conspuede ya moverse estituido por infinidad pontánea y voluntade otros. riamente, pero si se Claudia Bernarcl sustituye la influenha esceito un ex:cecia ele la voluntad . lente libro Infroduccon otra excitacion, cion á Za medicina . se adquiere la seguexperimenta.[, en el ridad de que han concual expone ' bajo el servado su integrinombre de determidad los centros nernism.o, la docteina viosos coordinadores que demuestra la sode los movimientos lidaridad indisoluble de sus miembros. De ele todas las condieste modo se explica ciones necesarias al el bocho extraño y cumplimiento de los bien conocido de una fenómenos de la virana decapitada que VÍCTOR REGNAULT. da. Demuestra en él separa con su pata la que esos fenómenos pinza que la causa Nació el 21 d e Julio ele 1810 y murió el 19 ele Enero ele 1878 están determinados dolor. Este movirigorosamente en miento tan apropiado á su objeto, no emana del cerebro; está eviden- cuanto al sentido de que se producen segun letemente bajo la dependencia de un centro que yes fijas é invariables, tan expresas como las reside en la médula espinal, y puede funcionar' que rigen al mundo .mineral, y que ninguna caunas veces por la influencia central del sentido prichosa intérvencion podría separarlas del óríntimo y de la voluntad, oteas poe la influencia den que esas leyes determinan. Para el ilustre fisiólogo, no hay p1·incipio vital, del mismo de una sensacion exterior y periférica. De este modo posee cada fun,cion del cuerpo modo que no hay principio mineral, es decir, su centro nervioso especial, verdadero cerebro entidad distinta de los fenómenos en sí mismos. Admite por consiguiente,· que la evolucion ele inferior cuya complejidad corresponde á la de la misma funcion. Son estos los centros orgáni- estos, desde que aparecen los primeros elemencos ó funcionales, que todavía no son todos co- tos del embrion, obedecen á una leyó idea prenocidos, y cuyo número aumenta todos los dias meditada, que gobierna anLicipadamente las fases de la existencia futura. l a fisiología experimental. El eminente acatlémico. trató de aplicar el méEl mismo resultado demostrado por las vivisecciones de la fisiología de la anatomía micros- todo experimental á la explicacion de los · fenó-


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menos intelectuales lo mism.o que á los demas de perder, y por el que lleva luto la ciencia sin fenómenos de la vida, y si reconocía con razon distincion de opiniones ni de P?-Íses. Con .homque hay lag un as más considerables en nuestros bres como éste se verifica el progreso en las diconocimientos relativamente á los mecanismos ferentes ramas de los conocimientos hu manos. funcionales de la inteligencia, no admite por eso Las exequias ele Claudia Bernard, se han heque estos mecanismos sean por su naturaleza ni cho á expensas del Estado, con un inmenso conmás ni ménos accesibles á nuest~a imaginacion curso de sabios, de hombres políticos y de respetuosos admiradores del gran fisiólogo. En el que los de los demas actos vitales. Segun él, las manifestaciones de la inteligen- cementerio del Padre L achaisse, se pronunciacia no constituyen una excepcion de las <lemas ron muchos discursos en su elogio. Dumas hafunciones de la vida, y no hay ninguna contra- bló en nombre del ministro de Jnstruccion púdiccion entre las ciencias fisiológicas y metafísi- blica y del Consejo superior; despues hablaron cas, y que sólo consiste la diferencia en que los Sres. l\Iezicres, Bouilland, Vulpian, Labouabordan el mismo laye, Paul Gervais y problema del hombre Paul Bert, como rebajo dos aspectos dipresentan tes de la ferentes. Las ciencias Academia de Cienfisiológicas refieren cias, del Colegio de el estudio de las faFrancia, del Museo cultades intelectuales de historia natural y á las condiciones orde la Facultad de gáiiicas y físicas que Ciencias. Reproducilas expresan, al paso mos á continuacion que las ciencias melas palabras pronuntafísicas descuidan_ ctadas por Paul Bert, las relaciones para no digno discípulo- de Claudia Bernard. consideear las manifestaciones del alma, «La Facultad de más que en la marCiencias de Paris, que cha prog resiva de la ha tenido el honor de humanidad, ó en las contar catorce años enaspiraciones eternas tre sus profesores á Claudio Bernard, no pode nuestro sen tidía permanecer silenciomiento. sa al borde de esta. tumDe este modo ·se ba, áun cuando hiciese elevó Claudia Berya diez años que salió de nard progresivamenCLAUDIO BERNARD. su seno. Viene tambien te de la esfera del obá expresar su sentimienNació el 12 de Julio ele 181 2 y murió el ll de Febrero de 1878. servador y del expeto, y !í. reivindicar su rimentador á la de la parte legítima ele gloria. fisolofía y de la metafísica; pero no sin tener Claudio Bernard entró en nuestra compañía en 1854. que vencer muchas dificultades logró el ilustee El gran descubrimiento de la produccion del azúcar fisiólogo fundar oficialmente en Francia su cien- acababa de llenar al mundo científico de sorpresa y adcia predilecta. No pu~den imaginarse las luchas miracion. Para permitirá su autor desarrollar todos que tuvo que sostener Magendie para instalar los rec1u-sos de su fértil genio, se creó entónces una cáun rincon de laboratorio experimental en el Co- teclra que con el título de Fisiologíl]. general, vino á agrandar y completar el cuadro de la enseñanza en legio .de Francia y las de su sucesor. nuestra Facultad. Como acabamos de ver, el eminente fisióloEl valiente luchador no había sin embargo obtenido go era un sabio á la vez que filósofo, y no sim- más que una parte de las condiciones de la libre invesplemente un experimentador del detalle. Esti- tigacion. No se concedió ningun medio material de acmaba los trabajos intelectuales como los experi- cion á la cátedra en que iba á explicar; ni presupuesto, mentales, y así se observa con claridad en su ni laboratorio, ni ayudante, y en medio ele esta penmia notable discurso de recepcion en la Academia acusadora de la indiferencia de los poderes públicos, tuvo que explicar sus cursos Claudio Bernarcl de 1854 .Francesa. • Este es el sabio ílustre que la Francia acaba á 1868, no logrando conseguir sus propósitos sino uti-


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lizando los recursos de fa cátedra del Colegio de F rancia, que no tardó cu heredar de Magendie. Por esto no puede pretend~r nuestra Facultad el ho, nor de haber visto nacer estos descubrimientos cuya acumulacion apresurnda elevó rápidamente al mayor grado su reputacion científica. Del l aboratorio del Colegio de Fra11cia, bien pobre sin embargo por sí mismo, es de donde salieron esos innumerables trabajos, cada uno de los cuales hubiera bastado para ilustrar ~í su autor. Pero si en el Colegio de Francia es donde se desplegó el genio creador de Claudio Bcrnarcl en el dominio ele las investigaciones experimentales, no se desarrolló cou menor energía y utilidad para el desarrollo general -de la ciencia en la enseñanza ele la Sorbonne. L a fondacion de una cátedra de fisiología general en el seno de la Facultad, había dado á esta ciencia experimental derecho ele ciudadanía en la enseñanza clásica al lado ele sus h ermanas primogénitas la fisica y química, Clauclio Bernard se dedicó en sus lecciones á justificar este nuevo establecimiento, que no había tenido general aprobacion. La fisiología no se había consiuerado hasta él más que como una rama ele otras ciencias y su estudio correspondía al parecer rle <lPrecho :i los médicos y á los zoólogos. Unos decían que basta el conocimiento anatómico ele los órganos para que de él se deduzca el juego de sus funciones, es decir la fisiología: otros no veían en esta más que un conjunto de disertaciones propias para satisfacer el espíritu de sistema sobre las can: sas, la naturaleza y asiento ele las diversas enfermedades. Casi todos no conceclian á sus enseñanzas mits que un valor variable ele una especie viva :i otra, ó para la misma especie, segun circunstancias indeterminables; valor subordin ado á los caprichos ele un poder misterioso é indomable, negando, ipsofacto en r ealidad á la fisiología basta el título de ciencia. Claudio Bernard empezó por rcstituírsele. Demost ró tomando frecuentemente por ej emplo sus propios descubrimientos, que si la fisiología suscita cuestiones más complejas que las demas ciencias experimentales, está tan segnra como ellas de. sí misma, cuando planteado un problema, reunidos sus elementos y eliminadas sus variantes, experimenta, razona y deduce. Demostró que de la infinita variedad de los fenómenos funcionales, en relacion con la innumerable diversidad de las formas orgánicas, se desprenden verdades fundamentales, u niversales, que reunen en un h az comun todo lo que tiene vida, sin clistincion de órdenes ni ele clases de vida animal, ni de vida vegetal; produciendo el hígado azúcar, como el frnto, adormeciéndose la levadura de cerveza, como el hombre bajo la inflnencia de los vapores etéreos. Detnostró que la deduccion anatómica es insuficiente y áun engañadora para la fisiología de los mecanismos, y que sólo la experimentacion puede conducirá la certidumbre. Demo,,tró que las reglas ele esta expe1imentacion son las mismas en la ciencia ele la vida que en las ele los cncrpos brntos, y que ce no existen dos naturalezas

contradictorias que den lugar á dos órdenes de ciencias opuestas. » Demostró que el fisiólogo experimentador, no sólo analiza y demuestra, sino que domina y dirige, y que puede aspirar á ser con la misma razon que el físico ó el químico conquistador ele la naturaleza. Demostró que si el fisiólogo debe recurrir sin cesar á las nociones que le suministran la anatomía, la histología, la medicina, la historia natural, la química y la física, debe hacerse dueño de ellas y subordinarlas á sus mirns, tanto que t iene necesidad ele una educacion especial, de medios especiales de investigacion, de c:\teclras especiales y de laboratorios tambien especiales. De este modo afirmó Claudio 13ernard las bases de la fisiología, .fijó los límites ele su dominio, expulsó lus entidades caprichosas, la desembarazó del em pirismo, formuló sus ]llétoclos, perfeccionó sus procedimientos, indicó sus medios de accion, la señaló su puesto entre las ciencias experimentales y r eclamó para ella s1,1 sit io legítimo en la enseñanza pública; en una palabra, la puso en posesion de sí misma, la individualizó y caracterizó como ciencia, viviendo en ella, identificá ndose con ell a hasta tal punto, que un sabio extranj ero ha podido decir : ccClaudio Bernard no sólo es un fisiólogo, sino que es la fisiología,)> Tal es la parte, y-uo es pequeña, que puede reclamar nuestra Facultad, para apoderarse ele ella con orgullo, en la obra del ilustre fisiólogo. Tal fué, · con efecto, la materia de enseñanza que dió en ella basta 1868, época en que abandonó la Sorbonne por el Museo de historia natlu-al. Al discípulo suyo que fué llamado á reemplazarle en la cáteura ele fisiología, es al que la Facultad ha confiado hoy el honor de representarla. Que le sea ahora permitido representar su papel oficial, y dirigir en nombre de los discípulos ele Claudio Bernard, el aclios filial al maestro que ya no existe. Tambien podría casi re- · vindicar este triste privilegio, como un derecho al que más le debe, porque se lo debe todo. Ciertamente, la Ciencia y la patria, tienen motivo para estar de luto, pero ¡qué dolor tan grande se añade á esos sentimientos universales en el corazon de los que se han aprovechado ele sus lecciones, recibido la s muestras de su bondad, experimentado los efectos de su proteccion paternal! Benévolo y simpático para to, dos, fué para los que llamaba en su lecho ele muerte su familia científica, el más afectuoso y el más desin~ teresaclo de los maestros; no con un afecto sin medida, porque abundante en consejos y en apoyos, se mostraba crí tico tan severo para nuestros trabajos como para los suyos ; no con un clesinteres sin sacrificio, porqne sufría abandonando espo ntáneamente esta cátedra ele la Sorbonne para dejarla á un discípulo. Nunca entre los in cidentes diarios del laboratorio salió de sus labios una palabra impaciente; nunca una palabra dura entre tantos dolores físicos y morales tan valerosamente soportados; nunca uu reproche á aqnellos cuya gratitud desapareció demasiado pronto! Hasta en los últimos dias y en las últimas palabrai,i, ante esta muerte tan inesperada, siempre afecto, consejos, somisas; nos daba

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LA NATURALEZA las ?racias _por nuestros cuidados, :i nosotros que le debiamos cien veces ro.is! «Vosotros trabajareis» dec!a, y hablaba de e_sta ciencia que fué su viua . «A~nque sm maestro, trabaJarcmos, todos conocemos eu m edio de nuestró dolor, que aumenta el deber. Apretaremos nuestras filas, y marcharemos siguiendo vuestra huella luminosa, por el camino empezado.»

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~ias cada vez más marcadas que le clan un perfil regul~rmente octogonal. Se ven con mucha claridad en la columnela ó espiral los surcos correspondientes á los tres pliegues característicos de la especie.

LOS ENCADENAfüENTOS DFL MUNDO ANrnIAL PALEONTOLOQ-IA. Ex:iminando las innumerables conchas fó siles enterradas en las capas ele las arenas medias ele Jaignes (Seino y Mame), se ha. encontrado una especie completamente nueYa, que ha sido inscrita en la ciencia bajo el nombre ele Dentalium Leonire. EsLa pequeña concha difiero muc.:ho ele todas las elenfalesseñalaclas basta aquí en las arenas medias y se aproxima al Dentaliwn ebuTneurn de la caliza, estando eomo él, recubierta ele numerosas estrías anulares muy profunuas. En una longitud tolal ele 20 milírnelros se cuen-· tan 19 ele estas e~trías que elib11jan como 18 anillos. Estos son regul a res y no apretados de una manera variable como en el ebuTneum. La concha es ménos arqueada que la do este ú ltimo y tambien ménos débi 1, su extremidad posterior es ménos aguda. Tiene una hendidura dorsal notable por su longitud de 11 milímelros y su anchura. EsLa hendidura es mucho más ancha en efecto que la ele las de mas dentales h endidas y se termina brusca.mente h ácia los dos tercios ele uno ele los anillos. La abertura es circular y transversal. Se ha recogido un solo ejemplar en la capa inmediatamenle superpuesta en el banco de Nummuliles vaTiolaria. Qui:,,;á, con las actuales ideas acerca de la filiacion de las especies, pudiera verfe en el Dentaliwn Leon ire , la forma del el. eburneum propio de la época de las arenas medias. En la misma nota presentada por Dumas á la Academia de Ciencias de Paris, se indica la presencia en Gentilly (Se ine) de una concha muy rarn en la rcgion ele Paris. Se trata del Cerithium Cornucopire (Sow.), considerado por mucho tiempo como extraño á dicha reo• . o ion geo lógica y descubierto hace algunos años en Boury (Oise). Su existencia en Genlilly está demostrada por una concha interna recoo-ida en el o banco, C. giganleum, por M. Laville. Esta concha, á la que falta la extremidad antei-ior, tiene 23 milímetros de longitud y comprende siete vueltas, de las cuales las primeras son uniformemente redonueaclas, mientras que las otras adquieren progresivamente ocho protubcran-

SEGU:-1 LA onn.-1. RECIENTEMENTE PUBLICADA POR H .

G.-1.UDRY

(!).

Los progresos verificados por la paleontoloo-ía desde la época de Cuvier, han sido verdad:ra~ mente extraordinarios, y se cuentan hoy por millones las plantas y los animales arrancados á las entrañas de la tierra. P or esto algunos naturalistas ele la escuela tra1 s ·ormisla se han preo-untado si no era ll egado ya el momento de ,J)andonar el método analítico que tan buenos resultados ha dado, é investigar la filiacion de las especies desa.parec.:idas , rel1riendo floras y faunas ele tiempos pasados á las del período actual. GaudL"y ha empeendido este trabajo hace muchos años, y expuesto muchas veces sus convicc:ones en este punto, en un curso ciado en el Museo ele Historia natural de Paris. Deseando hoy divulgar sus id eas fuera de este recinto y ha.cedas a cce~ i bles á todos los que se interesan en las cuestiones paleontoló 6 icas,. empieza el sábio profesor la publicacion de una obrrt considct·1ilile titulada: Lo.s encadenamientos clel mundo animal. Sólo el título indi ca el objeto que se propone el autor: fijándose en los tipos más marcados y mejor conocidos, tratará de seo-uir o su historia ú traves de las edades, establecer su genealogía y demostrar que no han aparecido como cre ía Cuvier, aislada é independientemente unos de otros. La primera parte do esta obra, que tenemos el gusto de recomendará nuestros lectores, acaba de aparecer acompañada de profusion ele graba.dos y está consagrada al estudio de los mamíferos del período terciario. Se sabe que la prolongada serie de depósitos qus constituyen la corteza terrestre se subdivide en cuatro grupos principales de terrenos, que corresponden cada uno á un período cuya duracion es difícil calc.:ular, pero que abarca seguramente mu¡;hos siglos. Desde el período primario que ha siclo señalado por la aparicion de la vida sobre nuestro planeta, hasta el lJerioclo cuaternario á que se refieren los tiempos modernos han ( I)

L';S encnrlennmientos del mtmrlo animal en los tiem-

1 pos r,eo/07ico.s; ma_míferos tc1·cia,·ios, p •11· :\l. A . Gandry , profesor de ¡,a l ont ,1 ,g- ,a en el :'lluseo de 11!,turia natura l <le l'aris. -1 v11l. en Rº de ::o_o p'Lg-11,as co n 312 tig uras intercaladas

en el texto.-Pans, librel'ia F. l:;avy, 1877.


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experimentado los animales muchas transformaciones, y generalmente han ido perfeccionándose de un modo gradual: pero los progresos no han sido iguales en rapidez para todos; mientras que los invertebrados han adqu iri do pronto

el aspecto que les es propio, y h asta _los vel'tcbrados ele sangre fria han ll egado desde el fin del período cretáceo á un grado de organizacion relativamente elevado, los m am íferos , cuyos teg umento s son más delicados, no h a n alcanzado

Fig. 2.-Encéfal o y c,·áneo de l::t P 1·ovivcna Caylttxi, vislo_s por la pa rte supe.,_ rior. - 5/ G de su. ta maño na tural, restaurados por tres eJemplares que se en--centraron juntos. o!{.-Lóbulos olfatorios.-hc. H emisferios cer ebrales.-opt. Sitio ele los lóbulos ópticos .-ce,·. Uer ebelo.- me . :Médula espinal.-oc . Occipital.-par. Parietal.-sag. Cresta sagital. -(1·. Frontal.-tem. Temporal.-n. N ¡¡ sal.- im. Intermaxi lar. - m. Ma:cilar.-lac. Lagrimal.-jtty. Yugal. - Fosforitas de Quer cy.C:oleccion Filhol.

H.F. Fig. 3.- Ca beza del Zeuglodon cetoides , vista por la parte lateral.m año na tura l.-Eoceno del Alabama.

Fig. 1.-Esqueleto del Didelp hys. C. , descrito por Cuvier. Tamaño natural. Se encontró en dos pedazos, r es taurand o los hu esos del uno por los del otro. ms. Mandíbula superior.-o. Omópla to./!. Húmero. - 1·. Raclio.-c. tt. b. Cúbito.m. c. Metacarpianos. -!. V értebras lumbares. -s. Vértebras sacras.-m. Iluesos mar~upiales.-i!. Il eon. - is . Isquion .p u . Pubis .-{. F émur. - p. P eroné.t. Tibia. -m!. Metatarso.-c. Vértebras caudales. -Y eso de Montma rtre.

su completo desarrollo, hasta que los grandes reptiles secundarios, mejor a rmados que ell os y i;nás favorablemente dotados en la lucha para la existencia, les dejaron el sitio y permitieron desarrollarse con toda seguridad. Durante el perío. do terciario (1) estaban, pues, los mamíferos en (1) E ste período se suLdivide en tres épocas, que se suceden en el órclen siguiente: eoceno, mioceno y plioceno.

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Fig. 4.-Molar superior del Z1mglodon cetoides , '( 3 de su tamaño natural.Eoceno de Alabama.

plena evolucion , y conservaban una variedad de formas que ya no se encontraba en los vertebrados de las clemas clases; por esto es particularmente interesante su estudio , bajo el punto de vista de la doctrina de la evolu cion. Los mamíferos se dividen naturalmente en dos grandes grupos; los Placentarios y los Marsupiales. En los primeros se h alla el feto en relacion con la madre por medio de una placenta, es decir, de


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una membrana da bajo el vienmuy vascular, tre de la madre cuya forma vay sostenida por ría, pero cuya dos hu esos acsu perficie está cesorios en siempre erizacierto modo á da de vellosidalos demas de la des: en los otros pél vis. Hay por el contramars upi ale s rio, no se obque se alimenserva nada setan con carne , mejan te; el pey otros que son queño animal, hervívoros. no tiene antes Obligados ésde nacer relatos á veces, paciones tan íntira buscar su mas con el sér alimento, á que le lleva en atravesar corsu seno; viene rientesdeagua, al mundo en un se encuentran estado mucho sus pequeñuemás imperfecto . los más sujetos y concluye su á perecer que desarrollo fuelos de los mar- _ ra, en una bol- Fig. 5.-IIocico del Anth1·acothe,•ittm Cttvie1·i, visto de lado.- 1 /2 de su tama1'io. supiales carnímarsu- im. Inter-maxilar.-m. Maxilar.-li. Diente do delante.-2i. De enmedio.-3i. De voros, y muatrás.-c. Caninos.-Jp y 2p. Primeros y segundos mo!arcs.-11'1ioceno de Saiutpium), colocaMenoux (AllierJ . cho más que los

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Fig. 6.-Helladothei·ium Duve,•n oyi

de los mamíferos placentarios; por esto han desaparecido ántes estos marsu_piales hervívoros,

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ele su tamaño natural.-Pikermi.

y no han dejado ningun resto en los terrenos terciarios. En Auvernia, en Suiza y hasta en


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los alrededores de Paris, se encuentran por el contrario los restos de un animal análogo á los Zarigues (fig. 1) y casi á la misma profundidad otros marsupiales que viYÍan, unos de carne fresca (Hycenodon), otros de carne muerta (Pteroclon) . Estos marsupiales carnívoros, se han comparado a lgunas veces, no sin razon, á los mamíferos placentarios, tí. los que se parecen algo por el modo con que se reemplazan sus dientes molares, pareciéndose siemp1·e á los Zarigues por la disposicion de sus primeras vértebras. Para Gaudry, constituyen una transicion entre los dos grandes grupos de la clase de los mamíferos. Lo mismo sucede con la Provii;erra Cayluxí, que ha sido descubierta por el Dr. II. Filhol en las fosforilas de Quercy. l!]l cráneo de esta especie, del que acompañamos una figura tomada de la obra de GauJry (Üg. 2), se halla en un estado de conservacion tan nolable, que se le podría creer procedente de un animal de la fauna actual: se ven en él perfectamente desarrollados los lóbulos olfatorios, bastante lisos los hemisferios cerebrales, prolongados, pero .relativamente pequeños; ligeramente descubier. tos los lóbulos ópticos, el cerebelo y el origen de la médula espinal. La perfecta separacion Je todas las partes del encéfalo, visibles por encima, indica un animal poco adelanlado en su desarro llo, un marsupial, miéntras que la forma de la mandíbula inferior, la falta de grandes fuerzas en los hu esos palatinos, el número de incisivos superiores revelan las afinidades con los placentarios: Tambicn olra especie fósil, el Aretocyon, cuya mandíbula recuerda la de los osos, podria referirse á los mamíferos inferiores, si no se considerase más que la forma del cerebro y el tamaño ele los ag uj eros palatinos. Gaudry se ve, pues, obligado á preguntarse si la distancia enlre los marsupiales y los placentarios es tan grande en realidad como suponen la mayór parte de los naturalislas. Dice y_ue es posible, que algunos de los caracléres ambiguos ántcs mencionados, sean resultado de una aJc1p taci·on á . un régimen y á condieiones particulares de vida; pero en la mayor parte de los easos establecen al parecer, el paso de los mamiferos inferiores á los de organizacion más elevada. En esto se encuentra Gaudry casi de acuerdo con Ernesto Haeckel, que en su obra la Creacion natural hace derivar de los mamíferos primitivos ó Prom.a.mmalia., por una parle de los mamíferos con pico de ave ú Orníth.ostom.a (Equidnos y Ornilorincos); por otra los marsupiales, que se han dividido á su vez en tres ramas: marsupiales hervívoros, marsupiales carnívoros

y placentarios. Desaparecieron los marsupiales án tes ó durante el periodo terciario, para dejar sitio á los mamíferos superiores; pero han subsisLido hasta ahora en América y en Auslralia, donde se hallan representados por los Zarigues, los Kanguroos, etc. Pasando despues á los mamíferos placentarios, estudia primero Gaudry los mamíferos marinos, grupo poco natural en que coloca los Oelúceos, los Sirenios y los Anfibios. Estos animales vivían ya dul'ante el período terciario, pues que se han obserYado señales de ballenas, ele cachalotes y de delfines en el terreno mioceno de Europa; sin embargo, no se remontan á épocas muy atrasadas y su desarrollo ha siclo muy tardío: con efecto, elevándose sobre los marsupiales por el tamaño ele su aUantoides, es decir, de la vexícula que enlra en la consLitucion de la placenta, los mamíferos marinos presentan tambien en su denticion señales claras de su inferioridad. Las ballenas están desprovislas de dientes en la edad adulta, pero los tienen en los primeros tiempos de su existencia, y los que opinan que el desarrollo paleontológico de un tipo dado, conesponde en general á su desarrollo embriogénico, admiten sin dificultad, que las ha.llenas han tenido en cierta época dientes persistentes. Los Sirenios, cuya presencia se ha señalado igualmente en la caliza de Blaye, y en el terreno eoceno del Egipto y de Veneeia, se parecían en muchos conceptos á las especies actuales del mismo grupo; como las ballenas, no tenían dientes en el estado adulto en la parte an terioL' de la mandíbula inferior, pero muy jóvenes preséntaban alveolos muy marcados en la parte anterior del maxilar. Tal vez se derivaban segun Gaudry, de ciertos cuadrúpedos antiguos, por el inlermedio <le formas análogas á este Ila.lithe1·iwn, que ha descrito Kaup, y en el cual se observan las señales de un miembro poslerior rudimentario. En cuanto á las focas, á las cuales hay que referir probablemente el Zeuglodon cetoides del Alabama (América del Norte) (fig. 3 y 4), sus relaciones con los cuadrúpedos son aún más fúciles de establecer. Otro naturalista, Haeekel, llega hasta considerados como dos descendientes directos de los carniceros terrestres, al paso que señala los Ungulados como antepasados de los Sirenios; los cuales al ser transporLados á un medio acuático, tomaron un aspecto pisciforme. Los placentarios terrestres se dividen n atu· ralmente en dos grandes grupos; los Ungulados, cuyas patas eslán completamente conformadas para la lo comocion, y los Unguiculados,

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LA NATURALEZA cuyos miembros anteriores pueden servir para la prehension lo mismo que para la marcha; y que á causa de esta disposicion se hallan en nivel más elevado que los Ungulados. De estos dos grupos, el de los Ung ul ados era indudablemente el más rico en especies y en individuos durante el período terciario, y estaba representado, sobre todo en los primeros tiempos, por especies de Paquidermos. Bajo este nombre compre ndía _C uvier, animales bastante diferentes unos ele otros y entre ellos los elefantes y los caballos, pero hoy se colocan estos últimos en dos grupos aparte, y se ll ama ·solamente Paquidermos á los hipopóta mos, rinocerontes, tapiros, puercos, es decir, cuadrúpedos de cuerpo volumino~o, patas ensanchadas, terminadas por muchos dedos, dientes conformados en general para un régime n omnívoro, y que muy pocas veces se tl'ansforman e n armas defensivas como en el Anthrncotheriwn (fig. 5). Los Paquidermos se subdividen á su vez e n Tmparidi gitados ó Perisodáctilos, como los ri·nocerontes y los ttl.f) iros, y e n Paridigitaclos ó Artio dáctilos, que tienen los dedos pares: comprenden actualmente un gran núm ero de especies mucho más alejadas un as de otras que las que componen el órden de los rumiantes, pero remontando en la serie de las edades, vemos ll enarse las lagunas que separan los diferentes t ipos de Paquidermos, al mismo tiempo que se encuentran los antepasados de las formas actuales . E l r ino cero nte de Asia se deriva a l parecer del Rhinoceros Schleierniacheri de Pikermi y ele Sansan; el rinoceronte bicomio de J\..frica; del Rhinoceros pachygnathus de Pikermi, y á s u vez todas las especies fósiles h an siclo precedidas por los Acerotherium, los Palreote1'ium y los Pa.loplotherium. Estos últimos se parecen por la forma de sus miembros, pero presentan en el cráneo y en la denlicion particu laridades que no le parecen á Gauclry tan importantes como han pretendido otros naluralistas. Es cierto que e n los verdaderos Pa.lreoterium, so n su m amente d ébil es los hu esos de la nariz, al paso que en los rino ceeo n tes adquieren much a fuei:z a, para soste n er el cuerno; pero en un mismo gé n ero, el género Ace1·othei-ium, se observa que estas piezas óseas varían cons iderablemente_ en magnitud y alcanzan á veces bastan1e desarrollo para que se pueda ad1~ilir la exis tencia d e un cuerno de cortas dimensiones. Los Palmoteri1.ini poseen un a denticion completa, es decir, dos can inos y tres pares de · i!1cisivos en cada mandíbula, al paso que los rinocero ntes adultos carecen por completo ele

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clientes anteriores, ó no tienen e n la parte anterior de la boca más que dos fuertes dientes, comprendiendo e n ellos un par de pequeños incisivos . Pero estudiando los rinocerontes fósiles de la India, ha observado Falco~er la existencia en estos anima les de tres pares de in cisivos en la mandíbula inferior, y Gaudry ha visto por otra parte en un Palreoterium ma.gnum de la Debruge, que los caninos invadían eri parte el sitio reservado á los incisivos. Los molares son generalmente muy complicados en los Ungulados; sin embargo, examinándolos con atencion se observa que todos están compuestos ele los mismos elementos ó dientecillos so ldados en lóbulos más ó ménos prominentes. Estud ia ndo Gaudry comparntivamente l a disposicion de estos lóbu los en los rinocerontes Ace1·otheriwn y Palreolheriuni, ha descubiert o en este concepto relaciones análogas á las que había obseevado en otras partes del esqueleto. Asimila el hipopótamo, que á primera vista parece conslitui r un t ip q completamente anómalo, al gr upo de los Ursinos, basándose e n algunas especies fósi les de la Indi a y ele la Argeli a, en las cuales, en vez de alargarse desmesuradamente los dientes, como en el hipopótamo, se desarrollan de una manera regular, no presentando los caninos por lo demas ningun acanalado; pero á pesar de todos sus esfuerzos, no pudo descubrir los descendientes del B1·outotheriwn, cuya cabeza peesentaba por delante una doble pi·ominencia ósea, y del Dinpcera.s mira.bilis, cuyo crán eo, más notable todavía, presentaba un triple par de protuberancias, uno sobre la n ariz, otro encima de los maxilares, y el tercero detras ele la region frontal. Estas dos extrañas especies, exh:.1madas de los terrenos terc iarios de la América del Norte, han desaparecido probablemente s in dejar descendencia. Alcanzando, más tarde aún que los Paquidermos, su máximun ele cl~sarrollo, son todavía muy num erosos e n la fauna actual. Los animales más antiguos del grupo, conocidos en Europa, son e l Dichoclon, el Amphimeryx y el Xi phoclon; este último merece tam bi en en cierto conceplo clasificarse entre los Paquidermos. Por lo demas, muchos caractéres de este grupo se encue ntran en otros rumiantes, como el Gelocus del terreno mioceno inferior ele Francia, habiendo apa,recido solamente en la época siguiente los verdadeeos rumiantes, como las girafas, los Brama.therium, los Siva.therium y los Hella.clotherium (fig. 6), cuyos esqueletos se han d esc ubierto en la India, e n Grecia y tambien en. Francia. Tambien formaron e ntónces los anti -

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LA NATURALEZA

lopes, numerosos rebaños, análogos á los que se encuec.tran en las llanuras del África centeal, estos graciosos animales estaban provistos de cuernos, pero dichos apéndices frontales no alcanzaban en todos el mismo desarrollo, de modo_que puede establecerse una gradacion insensible desde los rumiantes privados de cuernos y más ó ménos parecidos á los Paquidermos, como el Gelocus y el Xiphodon, á los antílopes adornados de cuernos prolongados como el Tragoreas y el T1·agocerus de Pi-kermi. De ·este modo no estaría léjos de considerar Gaudry los antílopes, cuya aparicion ha siclo relativamente tardía como Paquidermos modiflcados. Pero todos los rumiantes no tienen la cabeza coronada de cuernos huecos y persistentes, y los hay como los ciervos, que llevan astas c·uya caicla se verifica regularmente todos los años. A primera vista constituye esto al parecer una diferencia fundamental; sin embargo, M siguiendo el tiL po Ciervo á traves de las edades, puede observarse que ha e xperimentaclo respecto de los apéndices frontales, modificaciones análoFig. 1.-Seccion del gas á las que sufrió el ciervo ordinario al pasar del estado de ce1·vatillo al de cliez cuernos. En otros términos; se encuentran ciervos fósiles, cuya cabeza no estaha armada más que con dos punt~s sencillas y persistentes (Procervulus); otros cuyos cuernos sólo se enencorvaban en su parte superior (Dicrocerus anourus), como l@ indica el sitio de círculo de piedras que se halla én la raíz del asta; por último, otros cuyas astas eran caducas y muy ramificadas (Cercus Sedgwickii). «Dice Gaudry, que acaso en la época en que los ciervos empezaron á tener astas, la sávia osificante (si así puede llamarse), no era suficiente para que aquellas pudiesen renovarse. Hay que pensar sin embargo, que ha sido más abundante que en la mayor parte de los antílopes, pues, se ven astas que tienen una hifurcacion , otras que tienen tres puntas, y otras en las que hay además de los pitones bien desarrollados, rudimentos de los mismos, como si la sustancia ósea hubiera empezado á estar en exceso en las astas que no se renovaban. »

Los rumiantes se distinguen· tambien generalmente de los Paquidermos, por la falta de incisivos en la mandíbula superior, y la falta ó debilidad de los caninos, que no constituyen armas temibles como en el A ntracotherium (figura 5). Pero conviene observar que hay una éspecie ele equilibrio entre el desarrollo de los apéndices frontales y el ele la porcion prehensil del aparato dentario. Con efectó, se encuentran poderosos caninos en los rumiantes que están privados de cueenos, como el Gelocus y el Dremotheriwn entre las especies extinguid-as y los Hym ceouschiis, los cervatillos, los camellos y los llamas entre las modernas. Ahora bien, si se supone que en un momento dado, tal ó cual rumiante se vió privado ele este medio de defensa, ántes de haber adquirido oteo de gran valor, se comprende fácilmente que al ser asi desarmado debió sucumbir en la lucha por la existencia. Á · esta causa debe atribuirse tal vez la desapar i c ion de los Gelocus y de los Dremotheri um del terre,no mioceno inferior y su sustitucion por los antílopes y los sacarímetro Laurcnt. Dicroceros del mioceno me• dio. Los dientes molaees, no presentan tampoco el mismo tipo en los rumiantes que en los Paquidermos, y en particular en los cerdos, en los cuales estos órganos se hallan conformados para un régimen omnívoro; sin embargo, hay entre los Paquidermos, vivos ó fósiles; tales variaciones en la colocacion de los dientecillos, que puede establecerse en mucho1ª casos la transicion entre los molares ele los cerdos que peesen tan mamelones poco elevados, revestidos de una gruesa capa de esmalte, y los molares de los rumiantes que están iurcados por elevaciones alargadas que forman una verdadera lima. E. O. ( Se continuará.)

EL NUEVO SACARÍMETRO Ó POLARÍJIIETRO-LAURENT.

El aparato se halla representado en la :figura 1 en seccion longitudinal; los dos brazos J, K, verticales en el dibujo, son horizontales en el original.

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LA NATURALEZA A . Llama monocromática amarilla, colocada á invariable distancia del aparato. El mechero está construido de manera que aumenta mucho la intensidad de la llama.-B. Diafragma que contiene una lámina de

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imágen, interceptado por dos diafragmas. Puede girar alrededor del eje O, E.-D. Diafragma que lleva una lámina delgada de cuarzo, paralela al eje, y cuyo grueso es de uua semi-onda para los rayos amarillos. Se halla :fija, y no cubre más que la mitad del diafragma. E. Diafragma. -N. Nicol analizador.-H. Objetirn.-0. Ocular cóncavo, qne forma con H, un a uteoj o de Galileo. E l sistema OHN está montado en una aliada que gfra sobre el cuadrante O, alrededor del eje OE. -T. Tubo que contiene la disolucion que se ensaya.-0. Ouaclrante con una ó dos divisiones ; .una especial pa,ra el azúcar, otra cu semi-grados de círculo para cualqu i er sustancia rotator ia.-L. Fig. 6.-Nuevo Lente para leer las divisiones.Espejo que proyecta la luz del mechero sobre las divisiones y evita asi el empleo .de una luz auxil!ar. La nueva disposicion óptica consiste en el sistema polarizador. Está compuesto de dos partes distint<lS! el prisma bi-refrigei:ante P, que puede girar, y el d~a-

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bi-cromato de potasa, qne tiene por objeto absorber los rayos violados y azules de la llama, dejando pasar intactos los rayos amarillos útiles.-P. Prisma bi-refringente en el cual se proyecta de lado la segunda

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fragma D, que es fijo, con su semi-lámina de cuarzo. Merece algu na atencion la explicacion siguiente del papel ele esta lt\mina. La figura 2 representa el diafragma (D, :f:lg. 1) aumentado y talcomo se ve con el anteojo. La mitad de la izquierda está cubierta por la lámina ele euarzo, cuyo eJe es tambien paralelo á la lín.ea de separacion OA, y la mitad derecha que está al descubierto, deja pasar sin desviarla la luz polariza-da por el polarizador P, (fig. 1). Supondremos primero el plano de polarizacion paralelo á OA (fig. 2). Si se le deja fijo y se hace girar el analizador N (fig. 1), se pasará progresivamente de la extincion total, al máximun de luz, sacarímetro. y las dos mitades del disco permanecerán siempre iguales una á otra en intensidad, lo mismo exactamente que si no existiese la lt1mina. Estando ºsiempre fija ésta, supongamos que se hace girnr el polarizador de modo que su seccion principal vcn~a á OB, formando con el eje OA un ángulo cualquiera ce,


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LA NATURALEZA

Sea entónces, por ejemplo, una vibracion que se verifique en un plano representado por su trozo OB. Esta vibracion representamos en longitud por OB, puede descomponerse en otras dos; una Oy paralela al eje OA ele la lámina, y otra Ox perpendicular. Esta vibracion pasará sin desviacion del lado derecho, pero al izquierdo será desviada por la lámina. Siendo la ordenada Oy paralela al eje de cuarzo, no cambiará de signo, pero la abscisa Ox que le es perpendicular, cambiará de signo y vendrá á Ox' á 180°, puesto que la l_ámina tiene el grueso de una semi-onda; de manera que la vibracion resultante por el ladoizquierdo,se Yerificará en OB, formando con el eje OA un fogulo rx' simétrico é igual á rx. Esta lámina tiene, pues, por objeto determinar al lado izquierdo una seccion OB, colocada con relacion á la línea de separacion OA, simétricamente á la seccion principal OB, del lado derecho. Si se mantiene :fijo el pc,larizaclor en esta posicion, y se hace girar el analizador de manera que ponga su seccion principal SP, perpendicular á OB (fig. 3), habrá extincion total por el lado derecho, pero parcial por el lado izquierdo, y se tendrá el aspecto de la figura 3. Recíprocamente, si la seccion principal del analizador SP, es perpendicular á OB (fig. 4), habrá extincion total para el lado izquierdo, pero parcial para el derecho y se obtendrá el aspecto de la figura 4. Por último, si la seccion principal del analizador SP, es perpendicular á OA (fig. 5) habrá extincion parcial en ambos lados é igualdad de tonos, puesto que rx= rx', y se obtendrá. el aspecto de la figura 5. Si dejamos ahora fijo el analizador en esta última posicion, y se gira el polarizaclor ele manera que su secci9n principal forme con OA ángulos que varíen ele 0° á 45°, los dos medios disco¡; permanecerán siempre iguales en intensidad uno con relacion ~1 otro, pero ambos juntamente cambiarán progr~sivamente su intensidad comun al pasar ele la extincion total, al máximun de luz. De otro modo, si el aparato está arreglado á cero, es decir, á la igualdad de tonos, y se gira el polarizador, no cambiará la igualdad de tonos, ni por consiguiente el cero, pero se cambiará esta intensidad comun de tonos, y se hará la igualdad en un fondo müs ó ménos sombrío. Pero si despues de haber obligado el polarizador á hacer un ángulo cualquiera (excepto 0°) con OA, y dejándole en est~ última posicion, se hace girar el analizador en un pequeño ángulo, ya á la derecha ya i la izquierda de SP (fig. 5) entónccs se rompe inmediatamente la igualdad ele tonos en los dos semi-discos; uno se pone más oscuro y otro más claro; este cam.bio repentino permite determinar con mucha precision la posicion del analizador, es decir, la posicion del cero del instrumento, cuando no hay ninguna sustancia interpuesta. Si se interpone una sustancia que posea el poder giratorio, se destruye 1~ igualdad ele tonos, y entónces hay que hacer girar el analizador hasta que se restablez ca esta igualdad y el ángulo de rotacion con que

ha girado el analizador, indica el poder rotatorio de la sustancia. Este aparato da, pues, ele una manera muy sencilla la solncion general de la cuestion siguiente: variar ü, voluntad el ángulo ele las secciones principales de cada una de las dos lllitades del diafragma. Esta nueva combinacion óptica, permite estudiar fácil, rápida, y económicamente y en condiciones comparables entre sí, diferentes ángulos, á fin ele determinar cuál es el que mejor debe adoptarse en casos bien determinados. Cada ope:rad01· puede hacerlo con un solo aparato. -En la importante industria azucarera en que hay que examinar con frecuencia licores muy coloreados, e muy apreciado ya este aparato. La facilidad con que puedfl aumentarse el ángulo de las secciones principales, permite ver y leer con jarabes y zumos coloreados, que colocados en cualquier otro sacarímetro no se distingue nada. El aparato y el mechero están representados (figura 6) en el acto del experimento y vistos de lado. El modelo del Gobierno frances de 1 clivision en centésimas y 1 trazo' sobre la alidada, pueden apreciarse aproximadamente las décimas de division, pero en la práctica se consigue, cuando ménos, los cuartos ele grado con mucha facilidad. El modelo de laboratorio de 2 divisiones, una interior en centésimas de azúcar, y vernier da las décimas de divisiones, es decir, las milésimas de azúcar. La· otra en medios grados de círculo y vernier señala los ángulos ele rotacion ele 2 minutos. El modelo grande sobre plano de bronce con 2 divisiones y además está completa la de medios grados. El polarizaclor se desliza á lo largo del plan6; pueden emplearse tubos, cuya longitud puede llegar hasta 50 centímetros. Una placa de cuarzo perpendicular al eje, de 1 milímetro ele grueso ( en el esferómetro) y montada eu un tubo especial que no sirve más que para esto, debe señalar 100 cuando se emplea la clivision en centésimas de azúcar, 21 º,67 ó 21 º,40 cuando se emplea la de medios grados, y esto en todos los sacarímetros. Es un medio ele comprobar y examinar estos instrumentos. Corresponde á la cantidad de ensayo, adoptada reglamentariamente-y fijada á 16°,20.

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MISCELÁNEA. Diferencias barométricas entre estaciones próximas.- El Sr. Renon ha presentado últimamente 11

la Academia de Ciencias ele París dos notas cuyo estracto ofrecemos á nuestros lectores. En ellas hace notar la precision que es posible conseguir en las obsen1aciones comparando el resultado en estaciones próximas. Por esto las diferencias entre la estacion del parque ele Saint-Maur, donde observa Renon (JG111 , 38 ele altura) y el Observatorio de París (67m,38) varia• ele un modo muy notable con los vientos y con la temperatura del aire.


LA NATURALEZA Respecto ele las temperaturas del aire, so11 notablemente <listintas las desemejanzas del invierno al verano: 2m'",04 en invierno y 1mm,39 en verano, iguales diferencias durante el dia, siendo menores del medio dia á las tres de la tarde, con mayor temperatura, y no existiendo confol'midad absolutamente mtís que para las observaciones de dia,que es para las que se ha adoptado la f,h·mula de La place. Se observa en ellas la diferencia media de omm,02 al mismo nivel para dos es taciones, una de las cuales se halla á 11 kilómetros y medio ESE. de la otra. En cuanto á las diferencias por variedad de vientos se encuentran en un espacio tan corto, la ley de los ciclones, el viento que gira siempre 9J grados á la derecha de la direccion que debería seguir teniendo en cuenta las diforencias de las presiones si la tierra estuviese en reposo. Pero lo que hay de más interesante bajo el aspecto de la precision de las observaciones, es notar una diferencia á medio clia, en un sentido en Febrero y en el contrario en. Octubre y Noviembre, porque en Paris se observa en tiempo seguro y en el Parque en tiempo regular. Análisis mineralógico de las rocas.-Thou let ha Lenido la feliz idea de emplear en la separacion de los minerales ele diferente densidad la disolucion del yoduro de mercurio en el yoduro de potasio. Esta disolncion que pe:;a -2,77, puede llegar por una clisolucion conveniente á adquiril' la misma densidad de un mineral dado, y por consiguiente á separar todo lo que pese ménos. De este modo ha separado Daubrée en un aparato ml1y sencillo presentado á la Academia 'de Ciencias de Paris, minerales que pesaban 2,65 de otros que pesaban 2,7. El autor ha realizado ent~e otras la separacion de una mezcla de labrador y de oligoklase, y ya es sabido q lle los procedimientos químicos son completamente impotentes para conseguirlo. Thoulet ha prestado seguramente á la litología uq servicio de la mayor importancia,

* El Gallium.-Los Sres. L ecog de Boisbaudran.t y

Jungfl.eisch han conReguido preparar 62 gramos de gallium metálico 5.000 kilógramos de blenda para obtener tal cantidad. Las muestras presentadas, comprenden: l.º el nietal líquido por sobrefusiou y análogo al mercurio por su aspecto. Si alguna vez abunda el gallium, se empleará seguramente en la construccion de termómetros, que darán it1dicacio nes exactas hasta el rojo: 2.0 láminas cristalinas que presentan una especie de moaré metálico,cuyo brillo metálico pos.ee una débil fae ultad de oxidacion que es necesario cuidar ele no tocar con los dedos, si se quiere q lle conserven su estado sólido: 3. 0 una barrita cuya fl exibilidad puede observarse con las pinzas: 4." y finalmente, magníficos cristales, notables por el número de sus facetas, cuyo estudio cristalugrúfico no está hecho toda,ía, y que hasta ahora pertenecen al parecer al quinto sistema. * Meteoritis fósiles.-Estndios microscópicos e1~ un

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trabajo de los Sres. Gastan Tissandier y Estanislao J\1eunier, nos dan á conocer que algunas rocas antiguas cretáceas, liásicas, triásicas, permiennus, carboníferas y devonianas, contienen esferillas magnéticas absolutamente iguales á las de los polvos del aire, y que desde ahora pueden considerarse como meteorílicas. Pronto publicaremos este trabajo con extension .

CRÓNICA DEL TELÉFONO. El teléfono continúa llamando la atencion del público y de los físicos, pareciendo que este aclmirableaparato debe conservar por mucho tiempo todavía el favor del mundo sabio. En adelante publicará la Naturaleza, con el nombre de Crónica del Telé(ono, todos los progresos que sobre él se hagan. Empezarémos hoy mencionando algunos de los muchos experimentos que ponen de manifiesto la extremada sensibilidad del instrumento. Si se ponen dos teléfonos en comunicacion directa con los dos hilos de una bobina de Ruhmkod'f, de modo que se cierren las corrientes ele ambos por medio de estos hilos, y si se habla en uno ú otro de estos aparatos, elseg'undotransmi te los sonidos, como si ambos teléfonos estuviesen en comunieacion directa. Para este expe rimento se ha empleado la bobina de Ruhmkorff de 30 centímetros de longitud, con alambre fino, y es de notar que el alambre inducto·z-de dil;ha bobma, introducido directamente en la línea, como resistencia, intercepta toda comunicacion. Hecho el experimento con una bobina pequeña sale perfectamente la operacion. La exp licacion ele estos hechos es muy sencilla. A pesar de la debilidad de las corrientes pro el uciclas por el primer teléfono, engendran, en - el otro hilo, corrientes ele induccion bastante enérgicas para que vibre la placa del segundo aparato. Si se habla en el teléfono en comunicacion con el alambre grueso instructor, funciona la bobina como con una pila áun cuando las corrientes sean alterúativamente inversas, h abiéndose observado que se producían descargas muy débiles en la extremidad del alambre de induccion, poniéndolos en contacto con la leng ua por medio de dos alambres finos ele cobr0 . Para hacér más peeceptiblcs los sonidos transmitidos por los teléfonos, es necesario que en lo posible vibren al unisono los sonidos emitidos. Et:ito explica por qué se oyen mucho mejor las voces de las mujeres y ele los niños con placas vi brantei::, ele 3 á 5 centímetros de cliá"metro, y la de los hombres con placas de 6 á 8 centímetros ele diámetro. Si se canta la escala musical en


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un teléfono de ancha placa vibrante, se percibi- ca de mano entre la extremidad J de la línea y rán más fácilmente las primeras notas graves, uno de los extremos A del alambre de induccion al paso que se percibirán con ménos claridad las de la bobina, estando el otro extremo en comumás agudas; si la placa vibrante es de corto diá- nicacion constante con el suelo, lo mismo qu e metro, sucederá lo éontrario y se oirán con m ás la segunda muñeca T del teléfono. Acto conticlaridad las notas más altas. Se pueden colocar nuo, e-I indicador arreglado convenientemente dos teléfonos en los extremos de una línea ele ele antemano, empieza á funcionar, y el sonido doble circuito, y cosa notable, si se h abla 6 se que da, muy débil con frecuencia con algun as canta simultáneamente en ambos aparatos, se bobinas, comparado con el que envía, se reprooyen con claridad las dos v_oces, en un solo le- duce con una intens:clad notable en el teléfono léfono, al otro extremo de la línea. Segun estos de ll egada T', que en este momento se hall a hechos, debe investigarse si colocando dos 6 tres en la posicion de espera, T'L'. Si en el trateléfonos de yecto del alamtimbres di febre LL' se inrentes en el fontercala una bodo de una caja bina P, y se inque forma una troduce lo misespecie de tromn10 en una sepeta acústica; gunda lín ea se obtendrían próxima ll' , sonidos más otra bobina p, intensos y soconcéntric a bre todo más con la primera claros. El señor y que contenga Demoget, que tambien un haha llevado á cazecillo de alambo los experiPig. t. bre de hierro mentos citados, dulce (aparato se ocupa en la que sirve en toactualidad eri - - - - - - - : - - - - - - - - - - - - - - - -- ------',. - -- ~ ¡ : . dos los cursos los·estudios nede física para cesarios para la =~: / . . . ensayar los exrealizacion de . ~ perimento s este aparato. fundamentales El Sr. Izaru, Fig . 2.-Sistema de avisador para la correspondencia telefoni co. de la in d u ede Clermontcion), puede reFerrancl, ha inventado un sistema ele avisos para la correspon- petirse en esta segunda línea los curiosos expedencia telefónica, que es muy sencillo y ele uso rimentos hechos en Clermont, por _e l coronel muy cómodo, siendo la pieza principal una bobina Cham poallier. De este modo se oye perfectamente con todos de Ruhmkoff. E stas bobinas funcionan con una pila, adapta~do al tallo que sostiene la lámina los teléfonos instalados en esta segm~cla lín ea, de zinc un resorte Boudin sobre el cual hay que áun sin acercarlos al oiclo, el ruido del indicaapoyar el dedo para templar la lámina y que la dor; es decir, que se observa la accion enérgica eleva automáticamente tan pronto como se da producida por las corrientes de induccion de seel aviso. No .teniendo que pasar la corriente más gundo órden. Si se arregla además de manera que se debique el hilo inductor y no la línea, no es necesalite bastante este ruido, puede hablarse por rio que sea de mucha intensidad, y no funciocompleto como de costumbre en esta segunda nando la pila más que en el momento de la selínea, sin que por ello resulte la menor conñal, se gasta con mucha lentitud. Las fi g uras 1 y 2 demuestran con claridad la fusion. colocaciun del punto de partida A'I'L, idéntica á la del de llegada A'T' L'. Para avisar se apoya el PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS. dedo sobre el boton de la pila P, despues de haMadrid: 1878.-Tipografía-Estereotipia P1,n0Jo. ber establecido la comunicacion con una palan-

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Núm. 22.-27 Abril 1878.

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AERÓLITOS FÓSILES. Estudiando al microscopio el polvo del aire y los sedimentos suministrados por la nieve de los Alpes y por las aguas pluviales recogidas en muchas localidades y especialmente en el Obser. vatorio meteorológico del Sr. Hervé Mangan en Sáinte-Marie-du-Mont (Francia) se han observado entre otros elementos atraídos por el iman, no.tables esferillas, por la regularidad geométrica ele su forma. Estas esferillas, formadas por el óxido de hierro , son idénticas 'á las que produce el hierro

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metálico al arder en contacto del aire, y la analogía induce á pensar, que siempre que penetra en nuestra atmósfera un hierro meteórico, debe próducir un gran número de ellas. Esta manera de ver, se afirma por la observacion micfoscópica de la costra de los aerólitos, en la que se perciben granos redondea dos que no dejan de tener alguna semejanza con los anteriores. Además, las partículas obtenidas de los sedimentos atmosféricos h a n presentado en el análisis indicios.de níkel , que inclinan por consiguiente á considerarlos como procedentes de aerólitos. Si bien estos hechos inducen á suponer un

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Fig. 1.-Esférulas m ag néLi cas recogidas en la a rena del fo ndo de la b ahía de la P osesion (América del Sur).-Vistas al microscopio.-Aumento 500/1.

Fig. 2. -E síórul as m agn éticas r ecogidas en la arena. de los pozos do Grcnelle . Vistas al microscopio.-Aumento 500/ l.

orig en cósmico á los granos que nos ocupan, co nviene sin embargo confesar, que otras consideraciones invitan por el contrario á investigar si no procederán de las masas de hierro metálico que arden en todas partes, sufriendo, por ejemplo, las operaciones metalúrg icas, como lo demuestra la abundancia en esferillas del óxido que hay en las partículas y chispas de hierro batido y en las que saltan al choque del eslahon (1). A este propósito, deberi10s mencionar que, examinado al microscopio el hierro magnético recog ido por Daubrée en el fondo de los po-zos en que el hierro sometido á la accion de la di-

n a mita, se ha observado en su polvo numerosos glóbulos de superficie lisa y brillante, cuyas irregularidades de forma se explican sin duda por la violencia con que han sido arrojados, todavía en fusion, contra las paredes del pozo. Estamos léjos de desconocer la importancia de estas fuentes terrestres de glóbulos, y, sin embargo, nos parece difícil atribuirlas la inmensa cantidad de esferillas que presentan los polvos amontonados en los sitios más distantes y en situaciones las m ás di'versas. De esto nos ha proporcionado nuevos ejemplos el estudio de las arenas recog idas por la draga en el fondo del Océano. El comandante Monchez acaba de enviar al fuseo de París una numerosa coleccion de productos del fondo del mar, coleccionados en las

( 1)

Brad. A!i11e1·alogí

na 143.-1821.

:rn,Lir:i rla .:i

las artes , l. III, pág i-

22


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LA NATURALEZA

costas de Túnez y de Argelia, y cuyo análisis zoológico se está haciendo en el laboratorio geológico del Mu'Seo. Su estudio ha suministrado muchas esferillas magnéticas. Gil.aremos en particular una arena cuarzosa y caliza, tomada á los 14 metros de profundidad en el fondeadero de Boni-saf, á 700 metros ele la costa: contiene glóbulos cuyo diámetro es próximamente de 0m"'l,028. Un sedimento á la vez cuarzoso y arcilloso encontrado á 11 metros ele profundidad, 2 millas al Nordeste ele Oartago, es tambien mucho más rico, y los g lóbulos que contiene, del grueso algunas veces ele 0mm,04'2, presentan en varias ocasiones el pequeño gollete característico de las esferillas que saltan con el eslabon. Existen análogas á éstas y más gruesas tambien, en la arena que forma el fondo del mar, á 7 metros de profundidad delante ele Goulette; en la arcilla extraída de 270 metros de profundidad en el golfo ele Filippeville, y en otras muchas muestras. En una region muy diferente, puesto que se trata del otro hemisferio, ha recogido el almirante Berres sedimentos marinos que ha dado igualmente al Museo. No faltan en ellos los glóbulos, y se -encuentran con la misma exLraordinaria abundancia en la arena que forma el fondo de la bahía ele la Posesion, alcanzando el diámetro de 0mm,056 (fig. 1). Estos ejemplos no concuerdan apénas con la suposicion ele un orígen exclusivamente terrestre ele los glóbulos; pero los hechos que falta dará conocer, son todavía más concluyentes, y conciernen á la existencia de esferillas magnéticas en los mismos sedimentos, cuya fecha de formacion es anterior y con mucho á la aparicion del hombre sobre la tierra. Al principio de estas investigaciones, causa asombro la abundancia de hermosas esférulas en la arena extraicla del pozo artesiano de, Passy; á 569 metros bajo el nivel del suelo , y que pertenecen al gau lt. Sus dimensiones varían ele omm,007, omm,020. Cierto es, que hallándose esta arenamásó ménos expuesta a l aire, podía pensarseque los glóbulos habían caidotal vez recientemente. Pero habiendo repetido las observaciones con arenas del pozo ele. Grenelle, no deshechas desde su formacion, como lo demuestra la sucesion de las capas planas que las componen, encontramos en ellas exactamente el mismo resultado (fig. 2). La arcilla que recubre en Grenelle la capa de agua, contiene tambien glóbulos en lo interior de su masa. Más léjos, se han examinado rocas duras, cuyo movimiento no puede suponerse, y cuyas su• perflcies expuestas al aire, se hicieron desapar'e~

cer con cuidado. Aislado así el núcleo, se cubrió y pulverizó sin choque, por presionen un torno, y se sometió el polvo a l contacto con el imán. Para contestar á la objecion ele que los glóbulos pueden caer del aire á las preparnciones, en el curso de la operncion ( lo que es exagerar mucho su número en la atmósfera), se trataron exactamente igual las rocas cristalinas y expecialmente un gneis del Simplon t8. R. 173 ) ('1 ), un micasquito del an Gotarclo (11. B. 14 ), una serpentina verde del valle de Aosta (8. R. 197), etc., y n u nea se ha observado nada que se pareciese ni con mucho, á los glóbulos propiamente dichos. El mismo resultado negativo ha dado el exámen ele una magnetitis friable ele Noruega. Tratado por el método que acabamos ele describir un gnéis infra-liásico de Saint-J ulicn-les:Metz (9. z. 186), presentó por el contrario una esférula casi perfecta ele 0m 01 ,014. Un psanmita micáceo del trias ele E slingerber, en ,vurten~ berg (4. D. 79 ) suministró una ele iguales dimensiones. El gneis ferruginoso permiano de Salzbach, en Brisgau (O.110. a. ) esmuchomás almnclante. Una preparacion que se conserva en el Museo, contiene por lo ménos cuatro g lóbulos, cuyo diámetro, a ría ele omm,0 '14 á0mm,042. Uno ele estos esferoides, ele orum, 028 de grueso, es perfecto, é idéntico á los del período actual. La riqueza de esta roca indujo á estudiarla con un cuidado especial; mucfias preparaciones han dado exactamente los mismos resultados. Continuando la serie ele las épocas, se han examinado lós sedimentos carboníferos. Un pscfilo extraido de un pozo ele mina de Saint-Avold, clió un glóbulo perfecto ele omm,01. Un gnois ele· voniano, más antiguo todavía, ele las cercanías ele Villeclien (2 . A. 52), presentó muchos gló· bulos irreprochables, entre otros el que presenta una preparacion conservada, y que tiene omm,01. En ·resúmen, los hechos que acaban ele expo~ nerse rápidamente, demuestran que los sedimentos actuales del mar, como los ele los océanos geológicos, contienen glóbulos sen1ejantes á las esferillas que la atmósfera deja caer constantemente en la superficie de la tierra. Hasta el presente no .se tiene ningun medio para clis· tinguirlos unos ele otros, puesto que son igual· mente negros, esféricos y susceptibles de ser atraiclos por el imán, pudiendo por lo tanto considerarlos desde luego como idénticos entre sí. (1) Número de órden de las muestras que existen en el Museo de Historia natural de Paris.


LA NATURALEZA Si se admite esta conclusion, y separando toda intcrvencion humana por necesidad, conviene reconocer que las capas del globo contienen materiales ele origen cósmico, cuya caicla data algunas veces de los tiempos más lejanos. Todo el mundo comprenderá la imporLancia que hay en precisar, si es ·posible, la época en que la tierra ha recibido por vez primera este Lributo del espacio, y se cspcr-arán tal vez con interes nuevas investigaciones en este sentido (1). -

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CRÓNICA DEL TELÉFONO. La escala de intensidad ele los sonidos que puede percibir nuestro oído, es inmensa; en efecto, ¡qué diferencia entre el susurro de un ~rroyo, el roce de una tela, el zumbido ele un insecto, que apénas se oyen á un metro do distancia y el estrépito ele la artillería cuyo ruido se siente á 40 kilómetros y aun más! Siendo entre sí estas intensidades como el cuadrado de las distancias, l a primera no sería más que una fracc ion ele la segunda, que tendría por denominador á un millar seis cientos millone , suponiendo además que fuesen iguales todas l as cosas . fin de comparar la intensidad de los sonidos tean~miLidos por el teléfono, con la del sonido primitivo, se han h echo varios experimentos y entre ellos el sigúiente: en una llanura se dispusieron dos teléf~nos~ teniendo un individuo uno ele ellos al oído, mientras que un ayu dante se alejaba con el segundo, repitiendo continuamente una ínisma sílaba con la misma intensidad: se oía primero el sonido transmitido por el teléfono, y en seguida el emitido directamente, de modo que nada más sencillo y fácil que la posibilidad de comparados. A 90 metros de di tancia, eran iguales las intensidades percibidas , estando la placa alejaMdel tímpano. unos 5 centímetros próximamente· en este momento, la relac ion ele las intens idades era de 25 á 81."000.000; en otros términos, el sonido transmitido por el teléfono, no era más que 1/3.000.000 del sonido emitido; pero como quiera que l as estacio n es que ocupaban los experimentadores no pueden en realidad considerarse como dos pun Los vibrantes en el espacio, habría l u b()'ar á r educ ir esta relacion á la mitad, ú causa de la influencia del suelo y á admitir que

(t¡ No publicamos los dibujos hechos de to,ios los oje mplal'os, porque son idénticos. Las esférulas, cuyos grabados ofrecen1os á nucstl'OS lectores, clan el aspecto de todas las que se ha n encontrado de las procede ncias más diversas.

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el sonido transmitido por el eléfono es 1. 500.000 veces más débil que el emitido en el otro. Como por otra parte, se sabe ,que la intensi:.. dad ele dos sonidos eis proporcional al cuadrado de la amplitud de las vibraciones, se puede deducir en conclusion que las vibraciones de las dos placas de los teléfonos son directamente proporcionales á las distancias, es decir, como 5 es á 9 .000, ó que las vibraciones del teléfono . transmisor son 1.800 veces más pequ·eñas que las del teléfono receptor· se puede, pues, compararlas á las vibraciones moleculares, pues las del teléfono ;receptor tienen ya una amplitud muy pequeña. Sin disminuir en nada el mérito ele la notable inveneion de Bell, se puede concluir de lo que precede que el teléfono, bajo el punto de Yista de su producto, es una máquina que deja mucho que desear puestoquenotransmiie más que una 2/1.800 del trabajo primitivo y que si el ci-tadó instrumento ha dado resultados tan inesperados, se deben más bien á l a asombrosa perfeceion del órgano del oído que á la del instrumento mismo. I or esto creemos que dicho aparato es susceptible de grandes perfeccionamientos y que para conseguir tal resultado se presentan dos vías á los investigadores. La primera, ensayando aumentar las vibraciones ele la placa vibrante del segundo teléfono, por medio de una fuente de electricidad su ministrada por una pila, como lo han hecho los res. Garnier y Pollard. La segunda teatando de aume ntar el ·efecto útil del aparato, pcefeccionando los órgzrnos, á fin de dar más amplitu.d á las vibraciones del teléfono transm is or. IIé a quí ahora lo primeros r a ultados de las investigaciones hechas en esto sentido por . Demoget. i delante y á un !}1ilímetro de distan cia de la placa vibran te del teléfono ele Bell, se colocan una ó dos placas vibrantes semejantes , teniendo cuidado de practicar en la primera un orificio circular ele diámetro igual al de la barra imantada, y en el segundo otro ele u·n diámetro mayor, se aumen ta, no solamente de una mane~ r a muy sensible, la intensidad del sonido transmitido, sino tambien su claridad. A las extremidades de una línea de 30 metros uispuesta en los pisos do una casa, so puede sostener muy bien una conversacion á media voz, entendiéndose muy distintamente hasta las sílabas mudas. Con semejante disP,osicion la masa vibrante magnética, siendo mayor con relacion al imán , la fuerza electro motriz de l as •corrientes


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LA NATURALEZA

se aumenta y por consiguiente, las vibraciones de las placas del segundo teléfono tambien aumentan. Los teléfonos h a n tenidó muy buena acogida en nuestro país; se han construido un buen número de ellos en Barcelona, haciendo al mismo tiempo numerosas aplicaciones. Recientemente se ha llevado á cabo un experimento entre Barcelona y Zaragoza. El r. Dalmau, miembro de la Academia de Ciencias de Barcelona, se encontraba en un extremo de la linea, y D. Pablo Palacios, inspector de telégrafos, en la otra. Se

escogió la hora de tres á cuatro de la madrugada por ser la más á propósito, no teniendo que luchar con los inconvenientes de las acciones inductrices de los hilos próximos. La distancia que hay entre dichas. ciudades es de 36_4 kilómetros; la comunicacion ha sido satisfactoria por lo ménos en Barcelona, á pesar del mal tiempo; en Zaragoza, por el contrario, fué bastante imperfecta. La razon de tal diferencia estriba en lo siguiente. Se ha imaginado en España el construir garitas cerradas, que h a n recibido el nombre de

Fig. t .-Combate naval.-Rocas del Lokcberget Bobuslan.

cámaras telefónicas, que aislan al auditor de . demas, que tal precaucion es útil, y que se halos ruidos exteriores y hacen por lo tanto la co- lla indicada por la teoría y por los precedentes. municacion mucho más fácil y segura. En la A. N. experiencia q.ue acabamos de indicar, sólo en la estacion de Barcelona había cámara telefóniLAS ROCAS ESC LPIDAS DE BOHUSLAN. ca. Dichas cámaras son de muy reducidas dimensiones: se practican en ellas ventanas con El viajero que recorre algunas provincias del ur cristales para que pueda penetrar la luz del dia; Suecia, y en particular la de Bohuslan, encuentra de pero las puertas se hallan cerradas con burletes en ellas con bastante frecuencia, en rocas de granito, de cautchuc con el fin de evitar toda posibilidad pulimentadas por la influencia de los ventisqueros cuade oír los ruidos de afuera. Es preciso dotar de ternarios, figm·as groseramente esculpidas, que forman una resistencia bastante considerable á las bo- algunas veces escenas de considerables dimensiones. binas de los teléfonos que deban funcionar á Son los hcillristningar, monumentos del más alto intetan grandes distancias. Oompréndese, por lo res para el estudio de la etnografía escandinava, y so-


.,

LA NATURALEZA bre los cuales han publicado interesantes trabajos Holmberg, Hildebrand y algunos otros arqueólogos suecos, que acaba de reasumir Osear Montelius en una

Fig. 2.

34'1

excelente memoria. De este trabajo tomamos los detalles siguientes. Las rocas esculpidas de Bohuslan se presentan ge-

Fig. 3,

neralmente en forma de planos muy inclinados que les de pasos. Los animales son bueyes cortos ele piertienen dibujadas diferentes figuras aisladas ó agrnpa- nas y de cuerpos muy prolongados; caballos, pájadas en gran · núros,etc. Entre los mero de cuadros árboles se recoque alcanzan, en noce el ·abeto. Tegneby por Las armas reejemplo, 7 metros presentadas son de altura por 5 de hachas ele muancho . Estas chas formas, lanFig, ~figuras- represenzas, espadas, estan hombres, anicudos. En cuanto males, árbo l es, á los buques, los buques, armas, muchos dibujos etcétera. La altuque los muestran, ra ordinaria de les dan una forlas personas, es ma muy constande 40 á 50 centíte. Grandes ó pemetros; algunas q ueños, corios ó veces las hay que prolongados, tiealcanzan 1,50 menen todos una tros, y Montelius quilla que termicita un grabado na por delante en Pig. 5.->iavius de hs rocas esculpidas ele Buhuslan . encontrado en una especie de Lissleby, par- . tajamar ó esroquia de Tapolon, algunum, que minas veces ele 2m,30. Arenorme, y por mados de lan<letras -en .un za ó de hacha, talon encillo protegidos aló doble, horigunas veces zontal ó inclipor un pequenado oblicuamente: ele ño es e u do gantemente cuadrado, los contorneadas guerreros de Ja popa y la las rocas esproa, están culpid as se ·construidas hallan genede diferente ralmente en modo; más actitud belicopequeña la sesa. FrecuenteFig. G.-La piedra de llaggeby, R éplancle.-Edad de hierro. o-unda y más mente se enbaja que Ja cuentran como en algunas inscripciones americanas, piés que se primera se levanta algunas , eces· á. gran altma en forven por la planta y que tienen al .parecer una siguifica- ma de (fig. 1). lgunos buques están coronados por cion artística ó numérica. Diez individuos e hallan una figura inflada en forma de maza, cuya sign.ificac.ion representados, por ejemplo, en el ángulo superior le no han podido explicar hasta ahora los etnógrafos más la figura adjunta (fig. 1), por otras tantas dobles seña- ilu trado . La tripulacion está representada por una ·


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L

serie de trazos verticales (fig. 3, ± y 5) ó por pequeñas pirán:udes coron!tda_ por un boton . Alguna veces e percibe con bastante claridad una cabeza, un tronco y pierna (fig. 2). olos fi veces estos buques, reunido otras, parece. casi siempre que toman parte en algun combate naval, como en la figura 1, que representa una batalla librada en la proximidad de la co ta. El héroe en cuyo honor e pu o la in cripcion parece contemplar la lucha de de el áno-ulo superior ele la izquierda, eu el cual e tá r epresentado de m1 modo proporcionalmente enorme. De e te modo se ve cómo domina el- muer to toda la escena grabada en su honor, en los ñ1ás antiguo · hipogeo del Bajo Egipto. Los hallvistuingar han sido objeto desde 1627 de . muchas investigaciones, p ero no por e to se han dejado de emitir las opiniones mús diver a sobre s u io-nificacion, . obrn su edad, etc. Holmberg, que publicó en 184: ' una imp-ortante obra sobre estos re petables monumentos, lo atribuye tí lo vikings y los refiere por con iguiente al noveno siglo de nuestra era. Brunius, lo con idera por el contrario como de la Edad de piedra. Hildqbraud, padre, ha podido eñalarles con exactitud una fecha intermedia, gracias á un curioso descubrimiento que se hizo en 1 67. En un g rupo ele e culturas n1.,1evamente descubiertas cerca de Norrkopiug, en O tergotlande, ob ervó este di tingi.údo arqueólogo formas de espadas que presentaban un a semejanza casi completa con las de las armos de la Edad de bronce e candi nava (V estergotlande y Ostergotlande). La teoría ele Bruuius no había sido aceptada por ninguno de lo arqueólogos sueco , pero la ele Holmberg gozaba de algun crédito á los ojos ele a]o·uuas peronas que no habían tenido en cuenta ni el a pecto ele las figuras que podían atribuii-se seguramente :i 1a, edad ele hierro y que tan profnndameute difieren de la s de l os hallvistuingar, ni ele la ejec ucion tle la s primeras con simples líneas, ni ele la ausencia de ciertos ra gos en las segunda , ni poi· ültimo, ele la falta constante, en las inscripciones ele Bolrnslan, ele la cruz de los mon umentos de la Edad de hierro. Los re ultados obtenido en "orrkoping, vienen á apoyar los que h abían suministrado las comparacio nes ante hecha , y ya no dejan duda sobre la edad de lo hallvi ttúngar. ólo el estudio de las embarcacione hubiera b astado para diferenciar la s esculturas de la roca de la ele piedras más recientes. Hemos dicho que en ·los dibujos, presentan constantemente los buques tlos extremidades con truiclas con modelos completamente diferentes. Las embarcaciones de la Edad de hierro, que se conocen perfectamente, gracias á los descubrimientos hechos en la turbera de Nydam, en Sleswig, y en los túmulu s ele Tune, en Noruega., tienen completamente emejantes u dos extremidades. La figura 6, repre enta segun Stephens, uno de estos buques grabado con trazos, en el estilo especial de la Edad de hierro, en una piedra encontrada en H aggeby, en U plan da. E s una galera con doce pares d_e remos, cuyas formas generales se encuentran taro-

bien aún en nuestros días en algunos barco del Nordtlancl. Toi:ell ha in i Lido en el ongreso de Ciencias !:teogd:ficas de 1875, en el interes que presenta, bajo el punto de Yi ta ele l a 1i-versi~lad de raza que h an poblado la necia en las Edades de bronce y da ~üerro, la arquitectura navnl que nos r evelan los hallvistuingar y la piedra rúnicas ele Gotlandia y de cania, al mismo tiempo que llamaba la atencion en la per i tencia de las formas adoptadas para sus buques por los ·sviones de T ácito, con erv-adas por los vit,,ings de la primera Edad M'edia, y cuyo u so han conservado ha ta nuestros dias su descendientes del extremo Norte escand inavo.

SOCIEDAD FRANCESA DE FÍSICA.

El conde L. Hug o ha enviado á la Sociedad Francesa de Fís ica un a nota «sobre las granul aciones apreciables, segu11 la fotog rafía suminis trada por el aparato de i\Ieudon.» Estudiando la fotogra fía solar prosenta:da por Jansen en el nuario de l a oficina de longitude¡¡ y reproducida por la Naturaleza por medio del h eliog rab ado (núm. 19, p ág. 292), encuentra que la super~cie solar prese nta 1.300.000 granos. Vincent llama la atencion sobre el empleo del cloruro de metilo p ara producir temperaturas b ajas . Esta s ustancia, muy cara en otro tiempo, puede extraerse industrialmente engrandes cantidades y muy b a rata de los productos del a:.1úcar de remolacha, en las condiciones norm a les al gas , que se liquida á la presion de 4 atmósferas próximamente, y puede entónces conserv arse y transportarse en vasos de cobro 6 hierro, los cuales constituy en un depósito de frio, siempre á disposicion del operador. Basta abrir la llave que cierra el vaso, p a ra hacer salir el líquido y obte ner un baño á - 23°, temperatura ele su e bullicion á l a pecsion a tmosférica. S i so act iva la ovaporacion por un a corriente de aire de cie nde la temperatura á. -5° próxim a mente. Algunos co nUmotros cú bicos de me1'curio colocados en un tubo en m edio de un b a ño, se congela n en tres minutos. Vincont ha d ispuesto un aparato que permite utiliúlr estos fríos intensos y multipli car con comod idad sus aplicaciones. Para esto, pone 2 ó 3 kilogra mos de cloruro de metilo líquido en una doblo pared que rodea un baño de a lcoholó de cloeuro de cnkío disuelto, y le cttb re exteriormente con una capa aisladora de corcho. P a ra obtener temperaturas Jnuy bajas, h asta p o n er e n co municacion por un tubo ele cautchuc, el orificio ele la llave del vaso ele doblo pared con un a máquina neumática. De


LA NATURALEZA ste modo se realizan fácilmente los experimentos que exigen un enfriamiento lento y graduado, el de la cristalizacion del mercurio por ejemplo. Cornu se ha propuesto completar el trabajo ejecutado por Angstrom sobre las radiaciones visibles, construyendo el espectro normal ultramoraclo. Para conseguirlo ha estudiado primero por el método fotográfico ele Mascart un espectro obtenido con un prisma ele espato de Islandia, empleando el rayo ordinario que es el más desviado y el que más se dispersa. Para extender en lo posible el límite del espectro, reemplaza con un prisma ele cuarzo ele reflexion total el espejo ele vidrio ó ele metal del he1iostato que absorbe bastaiite cantidad ele rayos muy refrangibles. Para obtener buenas im'ágenes es necesario usar objetivos tan aplanados como sea pos.i ble . Calculando por las fórrµulas conocidas la curvatura que conviene darles respecto del cuarzo, á fin ele obtener el mínimun ele observacion, se obtiene una forma casi plano-convexa, con la convexidad hácia afoera. Si se vuelve la lente cara por cara, se hacen confusas las imágenes. Finalmente, . para obtener mayor intensidad, se concentran los rayos en la hendidura del colimador, por medio ele una lente convergente ele cua1.•zo, utilizándose entónces la superficie total· del objetivo. Operando en estas condiciones, y con un sol bastante despejado, ha observado Cornu que el límite á t1ue se extiende la imágen, que se trat:;i de fijar, varía con las horas del clia, pasando por su máximun hácia el medio clia: la extension del espectro depende ele la al.tura del sol y dadas elevaciones iguales, siendo mayor en invierno que en verano. Para construir el espectro normal, empieza Comu por dibujar en grande escala toda$ las rayas del espectro 1:irismático, colocadas segun sus desviaciones . Basta determinar en seguida las longitudes ele la onda ele algunas ele estas rayas, calcular clespu.es las otras por inteqJolacion, transformando este espectro en espectro norn1al. Para conseguir esto se ha servido ele redes, pero sustituyendo al es pectro solar ultra-morado que es muy pc:ico in tenso, el espectro eléctrico de hierro que reproduce sus principales detalles con completa exactitud. El Sr. Cornu describe los principales grupos de rayas del especko ultra-morado, que ha . podido extender algo más del límite conseguido por Mascart. Además de las rayas del hierro ciue representan aquí un papel muy importante, se encuentra en este espectro el níkel, des pues el magnesio, el calcio y el aluminio. Para terminar, indica Cornu algunas precauciones qu_e de-

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ben adoptarse para emplear el ocular fluorescente ideado por Soret para la observacion de las radiaciones muy refrangibles. Breguet da cuenta á la citada Academia de algunos nuevos experimentos hechos con el teléfono. Ha conseguido aumentar gradualmente el grueso de la lámina vibrante del teléfono recep tor, hasta hacer ele él un bloque de hierro de 15 centímetros de grueso, sin que deje de oírse con claridad. Ha observado además que pueden.transmitirse las vibraciones por cualquier parte del instrnmenLo. Se puede por ejemplo suprimir la lámina y oir, aproximando el oído á la misma barra imantada, ó mejor todavía cogiéndola en tre los dientes. Se puede igualmente fijar á la barra ó á la placa, un gancho al cual se ata cierto número de cordo·nes que van á parará otros tantos teléfonos de bramante, pudiendo de este modo hacerse oir una persona de muchas, con i.m solo teléfono de Bell.· Breguet indica á propósito del teléfono de bramante, un pr~ceclimiento q1,1e permite ampliar el uso de ,este procedimiento, muy sencillo, á longitudes bastante graneles. Bastaría construir los soportes y los ángulos qué no. admite en las condiciones ordinarias, con membranas tensas, que hacen el papel ele estaciones y pueden transmitir el sonido á considerables distancias. Señala por último un avisador telefónico que funciona sin pila, ideado por Blondot, y que consiste en un cliapason imantado que vibra entre los polos ele un iman encorvado, cada una de cuyas ramas tiene una pequeña bobina. Las vibraciones del diapason se transmiten á un teléfono ordinario fijo, en frente de un resonante al tono del diapa.son. Puede oírse el sonido en todos los puntos de un .local espacioso.

LA LIMPIEZA DE PARIS. París no es solamente una ciudad notable por el esplendor ele sus monumentos y el lujo de sus industrias; es además una ciudad limpia y sana. Todo lo que puede favorecer la higiene pública, hacer más agradable la vida exterior, es en elh, objeto de los mayores cuidados. Los extranjeros que visitan á París, se admiran de los muchos obreros que se ocupan desde lamañana á la noche, unos en cuidar el centro de las calles, otros en regarlas ó limpiarlas, tarea que i:;e hace diariamente. Es curioso pensar en la prodigiosa cantidad ele barro, de detritus, de despojos ele tQdo género que debe producir diariamente una poblacion de dos millones de ha-


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LA NATURALEZA

bitar¡.tes acumulados en un corto espacio. Desearíamos demostrar con algunos números y algunos detalles, tomados de una nota últimamente insertada en la publicacion francesa los Anales ele puentes y caminos lo que exige el cuidado diario de esta gran capital, en mano de obra, escobas, agua y dinero. Hace veinte años que la limpieza de la ciudad c·orre á cargo de los ingenieros, lo que equivale á d_ecir que se emplean los métodos científicos más perfeccionados. Este importante servicio, tiene empleados á dos ingenieros jefes de ca-

minos y puentes, tres ingenieros, 112 conductores ó agentes secundarios, más de 3.000 obreros entee hombres, mujeres y niños, sin contar tambien los de los contratistas encargados de quitar las inmundicias. Es un verdadero ejército con su estado mayor, sus oficiales y soldados, un ejército en que cada cual tiene su trabajo designado de antemano, no sólo para los tiempos normales, sino tambien para los casos imprevistos, como romper los hielos ó recoger las nieves. En virtud .de ordenanzas de policía, las más

Fig . 1.-La limpieza ele P aris.-llfa ngas de ri ego .

¡rntiguas de las cuales datan del siglo xm, los propietarios están obligados á barrer todos los dias la vía pública delante de sus casas, tiendas ójardines. Como se concibe perfectamente, era esta una carg a que muchos cumplían con neglig encia, aún cuando se estableció la costumbre de limitarla á una zona de 6 metros delante de cada fachada. Ei Ayuntamiento tenía que barrer el centro de las calles más anchas. Algunos propietarios se abonaban con una compañía de b arrido; otros ma.n<laban hacer este trabajo á sus porteros ó criados. A menudo , había 9onfusion entre unos y otros, . y la hubo sobre todo cuanclo se introdujeron las b°arrederas me-

cánicas, que no funcionan bien sino operando en trayectos largos, y que no pueden suspender su tarea de puerta en puerta. Hay además calles en que es preciso barrer muchas veces al clia, y para remediar estos inconvenientes, ha reemplazado una ley reciente que reclamaban los ingenieros hace mucho tiempo á aquella obligacion, mediante una cuota en metálico. Desde 1. 0 de Enero de 1.874, hacen los ingenieros el barrido en toda la extension de las calles de París, es decir, en una superficie rle 1450 hectáreas. La operacion se practica por la mañana, de las tres á las seis en verano y de cuatro á siete en invierno; despues llegan los carros que cargan las


LA NATURALEZA inmu ndicias y las basuras de las casas y á las nueve debe estar concluido todo. Despues de muchos ensayos y vacilaciones, han concluido los ingenieros por emplear las barrederas mecánicas. Hay ya cerca do doscientas en servicio, y sin duda aumentará su número , pues cada una de estas máquinas hace el t rabajo de diez hombres, y funcionan con tanta rapidez como economía en los boulevares y en las calles principales. Se comprende que los mercados centrales deben necesitar una limpieza más minuciosa que

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los demas barrios. En verano, cuando afluyen las verduras, llevan los desperdicios que hay que sacar á 70 metros-cúbicos por · día. En cada pabellon de los mercados existe un subterráneo en el que preparan los comerciantes sus productos ó los almacenan de un día para otro. Hay que sacar desperdicios de legumbres , de aves, de pescados, y no basta extraerlos, sino que hay que lavar las superficies en que han estado dichas materias. Hay que lavar además los recipientes urinarios, limpiar los puestos de la policía, los bancos de los paseos, purificar, en una

Fig . 2.-La limpieza de P a r is.-:-llláquiaa de barrer.

palabra, todo lo que se pone sucio y que pudiera infectar la vía pública ó sus dependencias. Con este objeto se emplean diferentes productos químicos. Como desi nfectantes, el cloruro de cal, los sulfatos ele zinc y de hierro, el ácido fé nico; para lavar, el ácido clorhídrico y la nitro-benzina. El cloruro ele cal que descompone iodos los productos volátiles que proceden de la fermentacion de las materias orgánicas, es el mejor desinfectante. Se echa en los retretes, en los arroyos de aguas corrompidas, etc. Los sulfatos de hierro ó de zinc tienen una accion ménos enérgica; disueltos á razon de un 1 kilogramo de sal en 10 litros de agua, sirven para la-

var los recipientes á donde van á parar los residuos de los mercados. El ácido fénico es unantiséptico poderoso diluido á 20°, á .100° y hasta á 1.000°, sirve para regar las salas, call es yaceras en que se teme que fermenten las materias orgá nicas. Los recipientes urin arios, las paredes de las letrinas, los muros y los :Suelos de los mataderos se lavan con ácido clorhídrico diluido en agu a . La nitro-benzina es más enérgica, pero ño puede emplearse en todas partes á causa del mal olor que despide y deja por ·m ás ó ménos tiempo en el lugar en que se ha usado. En cuanto- al simple riego con ag ua pura, nadie ignora con qué abundancia se ejecuta, hasta


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LA NATURALEZA

el punto de que puede acusarse á los ingenieros y este no tiene la obligacion de recoger ni el barro de los caminos empedrados, ni las cenizas de de d·emasiada prodigalidad . Las calles empedralas fábricas, ni las conchas de ostras ú okos res i• da!'¡ nó se 111antienen en buen estado· más que á condici-on de que se hallen húmedas en todo duos análogos, que no valen nada como abono . t iempo: careciendo de esta humedad se desem- La mayor parte de su gan.ancia consiste en las pedrarían y se llenarían de baches. Se ha tratado inmundicias que todas las criadas deben echar muchas veces de suplir este riego derramando en la cuba cuando pasa por delante de las casas. por las calles una sal del icuescente, el cloruro o se ignora que durante mucho tiempo se de calcio ó el de magnesio que .absorbe el vapor vertían los desperdicios de las casas por la nodel agua contenido en el aire. Ademas de que che en la vía públ ica, y allí quedaban hasta la la citada sal forma en el suelo un l:>arro n eg ro y mañana siguiente. Los traperos los registraban viscoso, se ha v isto que este modo de comb-atir para buscar en ellos los despojos de algun va-el polvo es caro, y además tiene el inconveniente lor. Cuando la autoridad municipal quiso supri• de secar la atmósfera, siendo por lo tanto un mir esta costumbre antihigiénica y sucia, gritaprocedimiento poco higiénico. En París, donde ron tanto y tan fuerte los 15.000 traperos deParis, no falta el agua, no se ha recurrido más que al que no se atrevió á sostener una reforma que ar• r iego directo para conservar los macadanes, ruinaba tan modesta industria. La Prefectura de sentar el polvo, y para lavar las calles y los arpolicía había adoptado sin embargo el partido de royos . no conceder ya permisos para ejercerla, de maHay tambien una <_2rdenanza de policía que nera que esta interesante corporacion debía conobliga á los vecinos á r egar, á lo ménos una vez cluir por extinguirse. En '1 870, se aprovechó el al dia, durante la estacion del calor. Como esta sitio de París para prohibir todo depósito en la órden se obedece poco, todo el trabajo de lim- vía pública. Los traperos no trabajan desde enpieza inqumbe a l personal afecto á ella. Esto se tónces más que en las casas donde los conocen, . verifica ya por meclio de la cuba ó con las mangas , ' y allí rebuscan ántes de que lleg ue el carro de sie ndo preferible este ú l timo medio . E l tubo d~ la basura. la m a nga se adapta á las bocas de ri ego estableT a mpoco ·se reduce todo á sacar las inmuncidas á distancias en las aceras, exac.:tamente lo dicias todos los días . Durante el invierno hay mismo que lo vemos en nuestra capital. Los en- nieves que son obstáculos de otro gé nero. 'Dijicargados van de una á otra con sus aparatos y mos ántes que la superficie de la vía pública es riegan así graneles superficies con p9ca fatiga. de 'l.450 hectáreas; una .capa de nieve de 10 cenSe temía al principio que· el chorro incomodase tímetros da un v'olúmen total de 1.450.000 meá los· transeuntes, un motivo ele susto para los tros cúbicos, de crue es casi imposible desen1bacaballos , pero todo el mundo se ha acostuh1brar azar las calles en poc_o tiempo. Si hay alcantado á él, conslituyendo en la acLualidad el pro• rillas que reciben por casualidad aguas.. calienceclimiento más cómodo y más J)arato . , tes, se echa en ellas la nieve sin inconven iente , No consiste todo en la, ar, barrer y amonto- pues de lo contrario se convertirían en una nenar las basuras; hay que sacarlas fuera de Pavera. Se ha tratado de amontonar la nieve y rís, pues no pueden arrojarse en las alcantari fundirla entónces con un chorro continuo ele vallas que sedan obtruidas y que tienen ya bas.por de agua, pero· no se ha conseguido. Se han tante con dar salída á las aguas ·cie las lluvias ó inventado barrederas para ni eve, arrastradas del lava do. Los barros quedan, pues, en la su- por 11ombres, pero no sirven de nada, porque perficie de las calles, hasta que se cargan en siempre es delgada la capa y se comprime en sec.ubas destinadas- á. este objeto. Antes, cuando I· guida poe los carruajes y p eatones, y se limitan estaban empedradas las call es y apénas se lava- á hacer más deprisa la operacion de l barrido . ban, los barros de París valían mucho como En cuanto nieva es requerido todo el personal abono; á medicla que se ha saneado la vía púele que d isponen los ingenieros; se ponen en blica, se han hecho más pobres en ·este conmovimiento todos los carros del servicio muni· cepto . En dicha época, los cultivadores del cipal, comprendidos 50 furgo nes de dos caballos contornó, pagaban un cánon al ayuntamiento que la compañía de ómnibus está obl igada á por el derecho de sacar el barro , pero hoy dia proporcionar para estos 9asos en virtud ele su no pasa lo n~ ismo . E l recoger hoy el cieno, contrato . Los veci nos están obligados á barque llega -próximamente á 1. 700 metros cúbicos rer cada uno delante de su propiedad en una al dia, es una carga onerosa; el ay u ntamiento extension de 4 metros; los peones lavan el cenpaga bastante á un contratista para que lo haga, tro de la calle. Está prohibido hacer montones;


LA NATURALEZA la expúiencia ha demostrado que es mejor quitar la nieve en zonas más ó ménos anchas, de manera que no dificu lten la circulacion . Los furgo nes l impia n con más rapidez las calles principales; des pues, cuando empieza el deshielo se sueltan todas las bocas de riego; trabajan s i n descanso ias barrederas mecánicas y las escuadras de barrenderos, mientras lo permiten sus fuerzas y en algún as horas recobra la ciudad su aspecto normal. Lo mismo para tiempos de nieve, que para las circunstancias ordinarias, todo se halla arreglado ele antemano; cada uno en su pueslo y á su trabajo marcado. Sin embargo, todos los años se introducen algunas mejoras. Poco á poco se esfuerzan los ingenieros en plantear procedimientos más eficaces, m áquinas más expedilivas,procedimientos ménos incómodos para el público, de manera que este ímprobo trabajo ele limpiar y sanear una pobl a cion de dos mi llones de habitantes, puede verificarse sin que casi se note. Pero esto cuesta muy caro. El aseo de París exige anualmente 250.000 francos para escobas, cep illos, herramientas, aparatos de riego y sustancias desinfectantes . Paga cerca de 3 millones á los barrenderos,. 1 miilon para sacar los barros y la nieve, y 450.000 francos para el riego. Si se aiiaden los gastos do personal y otros ele menor cuan Lía, sube el total á 5 millones por nadie le parecerá mucho, comparado con a ño . el resultado que se obtiene.

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La caza de estos grandes marsupiales no está exenta ele pel igros . Aunque de ordinario es completamente inofensivo y huye del hombre precipitadamen.te sirviéndose de su enorme co la como de un resorte para dar saltos de ocho á diez metros, el kanguroo, cuando se ve acosado de cerca, se vuelve, resiste vigorosamente y á veces ataca á su adversario, abriéndole el vien tre con las uñas de los piés, que constituyen un arma temible, ó bien le desgarra con la mandíbula superior, que tiene provista de seis caninos muy largos y muy fuertes. El kanguroo gigante, de la ' ucva-Holancla, llega á tener la talla ele un carnero y pesa hasta 125 libras ; su piel es de color rojo oscuro · con la cola se hace un caldo exquisito y muy nutritivo, y el cuer-o se emplea en la fabricacio.n del calzado. Se mató, en los meses de Julio, Agosto y etiembre del año próximo pasado una cantidad tan grande de estos animales que los settle1·s austealianos tuvieron la idea de utilizar la carne en forma de conservas (Kangw·o o tins ), que serán exportadas á Inglaterea conYe1üentemente preparadas en cajas ele hoja de lata .

UEVO PROOEDI11IE

TO

DE CAMPANILLAS ELÉCTRICAS PARA LOS ESTABLECIMIEXTOS I NDU TRIA.LE

Todo el mundo sabe lo importante que es en los establecimientos industriales, poder avisar desde el mismo motor á los obreros de las dife MATA Z ~ DE K.A.NGUROO E r A TRALI . rentes salas, ·bnto la marcha como la suspension del motor. Se han empleado diferentes sisEl Melburne Argus refiere que una invasion temas y se ha recurrido naturalmente á las camde kanguroos ha sembrado la consternacion en panillas eléctricas; generalmente se emplea en varios condados de la Australia, principalmente estos casos una serie de timbres cuyo número en las costas de Queensland. Parece que la debe ser bastante grande, sobre todo en las saseq uía que reinó el verano último, y la falta de las de los pisos bajos. De esto resulta un númeali"mentacion que es su consecuencia lógica, obli- ro considerable de hilos, que oponen mucha r~ garon á estos cuadrúpedos á abandonar la parte sistencia al paso ele la corriente, y necesitan por interior del pa ís; hajaron por m illares al terri- l o tanto una pila muy enérgica, ó por lo ménos torio de los seltle1·s, devorando todo lo que en - el mantener constantemente la fuente ele la eleccontraban á su paso, desde la hierba hasta el tricidad: además, esta multiplicidad de los hi tl'igo, siendo así que los ganados estaban redu- los aumenta mucho las probabilida des de aveci dos á alimentarse con hojas secas. Los co lonos rías de todo género. Para: remediar estos inconno tardaron en declarar á los invasores una venienles, ha tratado Helm de reducir el núg uerra encarnizada. En muchas partes atraían · mero de aparatos de campanilla, empleando á tan terribles roedores á sitios cercados, en verdad eras campanas, cuyo martillo se pone donde los mataban á t iros; además, se organiza- en movimiento por la tranamision; gracias á ban expediciones que constaban ele mas ele cien la ingeniosa colocacion del aparato, es muy cazadores. En una batida se mataron mas de débil el esfuerzo que hay que vencer; por últi 4.000 kanguroos en el espacio de cuatro días . mo, una combinacion muy sencilla permite du-


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LA NATURALEZA

rante la detencion de la máquina, que un martillo repetidor golpee la campana que produce bastante ruido, cuando todas las máquinas están paradas. Véase la disposicion del aparato de I-Ielm: la campana A está colgada de un bastidor de fundicion: debajo de éste, el árbol G recibe por la polea E el movimiento de transmision. E te árbol tiene en su extremidad un plato elíptico F, que oscila en dos tornillos, K y I-I, sostenidos por una horquilla calada en el árbol C: al detenerse, toma el plato la posicion indicada en la figura, al paso que cuando el árbol C tie-

ne cierta velocidad, tiende á ponerse en un plano perpendicular á este árbol. Este movimiento del plato hace adelantar un pequeño vástago OP, que se apoya á su vez por su extremidad en un pequeño conmutador R, colocado de manera que la corriente de la pila pasa por las bobinas, B, B', segun el disco F, está ó no levantado, es decir, segun que anda ó no la transmision. En el caso de suspension, las bobinas B, B' , hacen andar el agitador s', si se cierra el circuito, el cual golpea sobre el borde de la campana y avisa de este modo que empieza á funcionar la máquina.

E

J

Nue,·a disposicion de la campanilla eléctrica.

Si por el contrario se levanta. el disco, pasando la corriente por las bobinas B, este electroimán atrae el brazo t', t" de la palanca de tres brazos tt' t", fijo de manera que oscila ligeramente en la extremidad del árbol TT', en un plano perpendicular á este árbol, que sostiene el martillo que debe golpear la campana. Sobre este árbol está sujeta una segunda palanca C'D' que tiene un pico U, contra el cual viene á apoyarse tt'. El árbol CD, sostiene además un disco circular M, sujeto á aquel, y que tiene en su plano la pieza m; cuando por bajar la rama t' t" avanza hácia ~l disco la rama tt', este último brazo es cogido por el gozne m, que le arrastra levantando la palanca C'D', y por consiguiente el martillo s, que vuelve á caer sobre la

campana en cuanto m pasa del extremo de tt'. Un pequeño contrapeso movible p, sostenido por un tornillo de presion en la tercera rama de la palanca tt' t", permite equilibrar esta palanca, y por consiguiente hacer muy débil esfuerzo de atraccion del electro-imán de las bobinas B. Aña,diremos para terminar, que en unafilatura de lana de 25.000 brochas, ·trabajando con sus preparaciones en una misma sala, reemplazan ventajosamente dos de estos aparatos á veinte campanillas eléctricas, sin que desde hace un año haya tenido su empleo ningun inconveniente.


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día, pero al siguiente se inclina h ácia la base de la célula, y toma la posicion horizontal al segundo y tercero. Estos tres días de existencia, Se da el n ombre de simiente en los Himenóp- en estado de huevo, son los mismos para lamatero_s sociables que hacen nidos, á las larvas y dre , la obrera y el zángano ó machó . L a memá las ninfas de donde brana exterior del se originan los insechuevo se romp·e al tos adultos. Esta procuarto día, y sale de genie es la que en las él una larva sin paabejas se alimenta y tas, dividida en trece cuida excl usivamensegmentos, que se te por las obreras; encorva y endereza ellas defienden con a lternativamente pafuria lo que perturba ra desembarazarse la colmena áun cuande las cubiertas del do sólo sea el tocar á huevo. Primero pere sus pa redes 1 ó si se i manece en el fondo da n g ritos en su ende la célula doblada trada, haci éndose en sobre sí mis.m a en setónces temibles por micírculo , y .despues sus picaduras y arroen círculo completo. jándose en tropel_so- Fig. 1.-a y b.Larvas aumenta<las. -c. L arvas de tamaño natural. - En cuanto salen las bre el ag resor: son d y c. infas aumentadas.-{. _Ninfa de tamaño nalural.-g . Huevos la rvas, las llevan las de ·tamaño nalural.-h. Aumentados á la lcntc.-i. JI uevo aumeninofensivas siempre tado que demues tra el polo ele micropila.-j. Micropi la muy amp li- obreras una papilla fi cada. que separadas de la compuesta de miel, si miente no creen tede pólen y de agua, ner motivo ele temor sustancias modifica por estos séres, objedas por secreciones to ele todos sus cuidel tubo digestivo. Esta papilla, blan,.m dados . La madreó reina, é insípida al principio, es colocada bajo y alg unas v eces accide ntal mente una la larva, que la rodea y puede de este m·oobrera fértil, pone l os do tomar el alimento huevos; recorriendo sin moverse casi nauna por una las celda. La papilla se asidillas vacías de los mila ele un modo tan panales . Agarrándo completo, que la larse al borde del alveova no pone ningun lo, y despues de miexcremento en su cérar el interior, intro.A lula. L a naturaleza duce su abdómen en Fig. 2. -Células di versas de la abeja. él, y pone un huevo A. Uólulas de lós machos y de las obreras .-B. Cólulas de las hem- de la papilla cambia bras fecundas 6 r einas. á medida que aumenrecto, prolongado, ta el desarrollo de· la cilíndrico, de color blanco de perla alg o azulado. L a punta m ás larva, y toma poco á poco un sabor de miel, delgada se adhiere al fondo de la celdilla con su convirtiéndose al fin en una gelatina tra nspamat~ria pegajosa natural, y la más gruesa se rente y azucarada. L as larvas son ovaladas , blandas, de color encuentra en la parte superior, presentando un algo amarillento ó agrisado, con la cablanco, microfilo, es decir, un pequeño agujero, por el m ás coloreada que el resto y sin más algo eza b cual penetra el principio fecundante y que está en forma de ojos . Los a nillos puntos dos rodeado de un dibujo en forma de rosa (figu- que ra 1, i), colocado en el centro de una dcpresion son abultados, pero no ahuecados, porque la larva no tiene necesidad de ari::astrarse. Está circular. El huevo puesto permanece derecho el primer provista de nueve pares de estigmas ú orificios

LA SIMIE TE DE LAS ABEJAS.


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respiratorios colocados á lo la rgo de dos grandes tráq ueas laterales, tubulares, si los depósi- . tos aéreos tan dilatados que se encuentran en los adultos. Cuando las larvas que h a n sufrido mu chas mudas, ll egan á s u término ó ap ogeo, las nod~iz as obreras dejan de llevarlas la papilla, y ci.erran las céldas con un_ opérculo de cera, ligerame nte ahuecado para las larvas de obreras y mucho para las larvas de ma_c hos, en forma de campana grabada para las larvas de las madres. El opérculo de las células de mi el es completamente plano. La la rva permanece siempre libre en su célula, á un cuando esté encerrada; se prólonga y se coloca en espiral, y unta· las paredes empezando por la cubierta y la parte superior, con un líquido go moso y bla nquecino que se seca pronto y forma un- cap ullo de película lustrosa. La fil era bucal deja salir esta seda segeegada por las dos glándulás saliva res. Este capullo no rodea en la larva de la madre más que la mitad anteriór del cuerpo, q u e está como bajo una campana, con el abdómen fuera del medio-capullo. Esta colocacion permite á la madre rival que n ace primero , y á veces á las obreras, que maten con el aguijon la larva materna. Despues de veinticuatro horas (madre), á treinta y seis (obreras), empleadas en hil ar el capullo, descansa la larva dos ó tres dias , y elespues se convierte poco á poco en ninfa. e for man las piezas de la boca; hundida la cabeza al principio en el tórax, se separa poco á poco de él.y se acentúa la division entre éste y el abdómen. Despues aparecen las antenas, la trompa, las patas (ílg. 1), y las alas, apenas visibles al principio, descansan en el tórax en la direccion del primer par de patas . Formados los ojos, aparec!=ln primero blancos, y clespues ennegrecen más que los demas órganos como ha observado Swammerclan. El abcló_m en adquiere s u forma y ti-ene en las larvas de la ·obrera y de la madre UÍl aguijon exterior al principio. Despues empieza á colorearse poco á poco el cuerpo, al principio blanco agrisado; la region del ano entra en los segmentos anteriores, de modo que se hace interior el aguijon. En el último momento, quita el insecto la película muy delgada que sujetaba los órgano s ele la li n ía, y con sus patas la arrolla formando una bola del gr ueso de una cabeza de alfiler, y la empuja al fondo de la célula .. L a peq ueña abeja roe por último con s us mandíbulas la cubierta de cera qu e la tenía cautiva, y sale agitando ligeramente sus patas y sus alás 1 para d ará estas últimas, comprimidas en la célula, la posicion conveniente.

L a duracion de las fases de evolucion, no es igual en las clil'erentes formas de la abeja. L a madre es la que exige ménos tiempo; cinco dias en estado de larva alimenta~a, un clia para el capullo, dos ó t r es de descanso, cuatro próximamente en ninfa; total, con los tres días en hue. vo, quince y medio ó diez y seis para llegará su completo desarrollo. La obrera emp lea medio día más en hil ar el capullo y próximamente otro tanto en un suplemento ele descanso; despues queda iete ú och o dias en estado de ninfa; total co n el estado de huevo, veinte dias y á veces véintiuno. Por último, no sale el m acho al estado volador h asta lo.s veinticuatro dias, con Lados desde la postura del hu evo, permaneciendo próx imamente seis dias en forma de larva criada, y otros tres en hilar el cap ullo. · Las obreras y los machos proc~den de células exagonales de fondo piramidal (fig . 2), y son mayores las ele. los machos. Esto no es s iempre así, pues una reina que tiene pris-a por pone r , lo hace á veces ele huevos de obreras en las células grandes de los machos y poe el contrario huevos de machos en las célul as pec1 ueñ as de obreras. Los alveo los rea les natura.les so n grandes dedales ovoideo.s de paredes gruesas , que contienen en peso cerca ele cien veces tanta cera como exige una célul a obrera. Los ali;eolos reales arlificiales, · destinados á suministear las madres ele salvacion en caso de que muera la reina, ó ele accidente que la haga estéril, están colocadas en lo interior de los pan ales, son de la misma forma que los primeros, pero más pequeños, y formados á .expensas de la destruccion ele muchas células de obreras . U no de los hechos mas interesantes de la historia de las abejas, es el que se veriílca denlro de estas c_é lulas natu r ales ó artificiales, e n las que se cria la larva que debe s uministrar una reina. Se la ofrece el alimento en abundancia, y es de tal nat uraleza, sobre t0clo en los t res dias que pr-eceden á la clausura de la célula por las obreras, 'q ue se la ha ll amado papilla rea.l. Tiene un sabor algo ágrio y m é nos pesado que el que se da á -l as obreras ó zánganos; no con tiene más que un poco de pólen y de azúcar, y nueve décimas partes por lo ménos de albúmin a y fibrin a az oadas. Este alimento s ustancioso, es el que opera el desarrollo completo de los órganos reproductores de la reina, los cuales aborta n por el contrario en la obrera, condenada á alimentar los hijos de otro y á construü· sus cunas.

M. G.


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taclismo? i\Iuy difícil nos es interrogar con alguna seguridad la lenta é invisible accion de BEGUN LAS INVESTIGAOIONES DEL DR. F . A . FOREL. los fenómenos geológ icos. Sentemos l'l in embargo, por el momento al ménos, que si bien no se más que un lago de Ginebra, existen, tiene (Con el usion .- Véase pág. 299 .) bajo el ·punto de vista especial que nos ocui todos los lagos tuvieran una forma long i- pa, dos cubetas sub- lacustrales separadas una tudinal regular, como el de Ne1:1Chatel, por ejem- de otra. plo; si su relieve no se hallase accidentado por Volviendo á nuestro objeto, á las difere ncias montículós sub-lacustrales que influyen conside nivel y censen ando á la vista la topografía derable y directamente en la marcha del balanespecial del lago de Ginebra (fig. 1), nos expliceo de la masa líquida, sería perfectamente precaremos muy fácihnente que los dos aparatos, limnímetro y plemirámetro, a nota n: cisa la_ley de oscilacion de sus diferencias de ni1.º Creciclas longituclinales del lago, de Vil vel respectivas, y, al mismo tiempo, sería facil determinar, con seguridad matemática, su du - leneuve á Ginebra, de 73 minutos de duracion racion y su amplitud en una estacion dada, co- poco más ó menos, oscilando en un cuenco de nocidos que fuesen la profundidad y el contor- 73 kilóm_etros de longitud y 114 metros de profundidad media; no geométrico del lago . No sucede siempre así, 2 .º Crecidas transi;ers~les, l\Iorges á Amsin embargo. Para convencerse de ello, basta fijarse en un mapa topográfico, la gran mayo- phion, de 10 minutos de duracion, oscilando en un cuenco de 13 ,8 kil. de longitud y 208 metros ría de los lagos suizos poseen riberas sinuosas. media; profundidad E l lago de los Cuatro- Cantones, no estudiado 3. ° C1·eciclas longitudinales del gran lago aú n bajo el punto de vista de las diferencias tle nivel de que nos ocupamos, que puede dividir- ó lago Leman, de 35 minutos de duracion, osse en tres grandes cuencos distintos, es el ejem- cilando en un cuenco de 47 kilómetros de longitud y 205 metros de profundidad media. plo n~ás pate nte de esta notable ireegularidad. El limnímetro de Morges fué instalado espeDe aquí, en la marcha de las crecidas, una verdad\;)ra mezcla inextricable de movimientos di- cialmente con el fin de registrar las crecidas trans\ ersales del lago. P lantamour estableció en ver os de oscilacion, de crecimientos de ondas, echeron, Ginebra, un nuevo aparato que a nota que se traducen en el limnímetro por sinuosidades-interferencias-sobre el trazado, de la las ceeciclas longitudinales en su máximun de amplitud. La comparacion de los trazados rescrecida principal.-Esto es lo que demuestran pectivos , obtenidos á un mismo tiempo en l\Iorlos planos de crecidas que hemos representado. Los crecimientos de ondas citados son constan- ges y en Ginebra, ha permitido comprobar una tes, no osci lando nunca separadamente, una vez más la existencia del eje de bala nceo de l~s crecida, longitudinal ó transversal , á ménos de crecidas, y precisar su posicion. Si sobreponemos en efecto ambos trazados, siendo opuéstas encontrarse en el nudo mismo de la oscilacion, es -decir, en el punto muerto. En este último sus amplitudes, el eje de balanceo se encontrará caso, trazaría el limnímeteo una curva perfecta- forzosamente entro las dos estaciones citadas. Esto es lo que nos demuestran los planos adjunmente uniforme. Una breve monografia· de las (fig. 21, en los que leemos en G las crecidas tos familiarizará, crecidas del lago de Ginebra nos observadas en Ginebra y en !,lf longitudinales ele estudio el con por lo demas, completamen,te La línea punteada indica• la creIorges. de las un lago bajo el punto de vista de sus movimiensobre la cual están · señaladas itudinal long cida tos oscilatorios. . SienlascrecidastransversalesMorges~Amphion La _cubeta entera del lago, de Villene uve longitudinal qrecida la de curva la contraria do dé estrecho el á · Ginebra, está dividida, en Promenthoux, en dos partes por una barra punteada M á las G de Ginebra, las dos estaciones Iorges y Ginebra se encuentran cada una transversal, una especie de lomo que se une un lado del eje de oscilacion. La débil ampli.1.. á por sus dos puntos extremos á las riberas aboyana y del Vaux. El perfil c1e esta barra tiene tud de la línea l\I prueba además que el ¿itado una profundidad relativamente débil, y si, por eje está muy muy poco alejado. El plano nos un cataclismo cualquiera, bajase el nivel del indica pues, en suma, que las dos crecidas lon lago unos 60 metros, habría verdaderamente gitudinales l\<Iorges y Ginebra tien~n la misma dos lagos d istintos, separados por la cresta de duracion; ámbas for_m an parte . de la misma osci lacion. Las crecidas transversales señaladas Promenthoux. ¿Tendrá l ugar a lgun día el caLAS CREOID S DE LO

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sobre la línea punteada presentan como ya he- 1 vedad de este artículo no nos ha permitido el entrar en detamos dicho, una lles que pueduracion de 10 den encontrar minutos apronuestros lectoximadamente. res en los inteLas desig ualresantes estudades de los dios que ha putrazados pro blicado Forel. vienen de los Tenemos que cruzamientos lracer constar de ondas y de ante todo que crecidas que la verdadera hemos indicam archa ctees te do ya, pero la confenómeno, edisposicion g hasta siderado neral de la osFig. 1.-Superposicion de las creci<las del lago de Ginebra y de l\lorges. G. Crecidas de Ginebra.-M. Crecidas Morges. ahora com o cilacion es eviaccidental, no dente. Creemos h aber expuesto con suficiente cla ri- h ab1a sido observado m ás que en . casos exked ad el fenómeno tan curioso de las diferen cias mos en que ca usas extra ñas , tales como comde nivel que tienen lugar en los lagos. La bre- mociones subterrá neas , venían á turbar su mar

.~

Fig. 2.-El lago ele Ginebra considerado bajo el punto de vista de sus crecidas. f. ° Crecidas longitudinales del lago, Villeneuve-Ginebra.-2. • Crecid as transversales, Morges-Amphion .-3.° Crecidas longi· tudin:iles del gran lago, Villeneuve, estrecho ele Promenthoux. .

cha lenta y reg ular. Oonstituye 1 pues , un verdadero descubrimiento científico el que ha hecho el sabio observador de la_!'l crecidas de los lagos suizos, que las personas que habitan cerca de un lago debían completar con sus observaciones particulares , ya en el limnímetro, ya en el plemirámetro, un estudio cuyas bases pl·incipa-

les son conocidas, pét'o que ofrecen áun, · en sus detalles, más de un fenómeno interesante para la ciencia. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS ,

Ma<lrid: 1878.-Tipogrnfia-Esterootipia Pm10JO.


Núm. 23.-4 Mayo 1878.

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TURALEZA

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«El depósito metálico de gallium no se efectúa ventajosamente, dicen Lecoq y Jungfleisch, sino en condiciones especiales. La intensidad de la corriente elécLecoq de Boisbaudran acaba de completar con gran trica, por ejemplo, debe variar segun el estado de éxito la hi toria del nuevo metal que le debe la quími- líquido, pero siempre conviene que la superficie del elecca. Sin retroceder ante operaciones minuciosas, delica- trodo uegativo sea pequeña relativamente á la del elecdas y con frecuencia penosas, como exige el tratamien- trodo positivo. En una de las manipulaciones que proto de una masa de blenda (:;;ulforo de zinc) que se ele- dujo 8 gramos de gallium en veinticuatro horas, 40 raba al considerable peso de 4.300 kilogramos, ha con- elementos Bunsen (10 centímetros de alttu-a) colocaseguido en union del Sr. E. J ung:fleisch, obtener 62 dos en ocho series paralelas, que contenían cada una gramos ele gallium. «Si se tiene en cuenta, dicen los 5 elementos en tension, obraban sobre un electrodo nequímicos, las pérdidas que son inevitables, y algunos gativo, cuya doble superficie no ef'cedía de 15 centígramos de gallmm que quedan todavía en nuestros va- metros cuadrados, al paso que el electrodo positiro rios productos, puede calcularse que la blenda ele B eus- presentaba un desarrollo de 450 centímetros cuadraberg, contiene dos próximamenpróximamente t e. Depositado el 1/60.000, ósea cametal en frío, forsi 16 miligramos ma á menudo larpor kilogramo. gas filas de crisEsta corta protales con el asporcion de matepecto ele agujas, ria extractiYa, adheridas norexplica el tiempo malmente al electan considerable trodo por una de que ha exigido sus extremidaeste trabajo.)) des, algunas de Las diferentes las cuales tenían operaciones que 3 centímetros. El ha siclo necesario metal corre á más empren cler, han de 30 grado en siclo con efecto gotitas que se remuy penosas. UD en al pié del No las describielectrodo.» Daremos aquí pormos la represeuque sería necesatacion del aspec~ rio entrar en deto de los cristales ~ i.al les absolutade gallium, que mente técnicos. L ecoq y J ungNos limitaremos fl.eisch han obte:l decir, que las nido, y que BerCristales de gallium oLlenido3 por los Sres. L ecoq de Boisl,audran y E. Jungprimeras manithelot ha presen. íleisch . (Tamaño natural.) pul aciones del tado á l::t Acadetrat amiento se mía de Ciencias de Paris en su sesion de 18 de Febrero ü.ltimo: estos han ejecutado en la fábrica de J avel, gracias {i la gecri tale , que tienen un brillo metálico gri azulado, nerosa iniciativa de su industrial el Sr. Leon Thomas. son claramente octaédricos, pero aün no se han medido Los 4.300 kilogramos de blenda se redujeron á una sus ángulos, porque sus caras· son algo redondeadas . masa que p esaba 100 kilogramos próximamente, y que Están colocados en tallos pequeños de cri tal y consercontenía todo el gallium. Estos 100 kilogramos ele materia segunda, fueron tratados en Cognac, en el labo- va ios al abrigo del aire en un globo de la misma maratorio de Lecoq de Boisbaudran, habiéndose purifica- teria. Estos cristales se obtienen, introduciendo en el medo clcspues y reducido al estado metálico en la Escuela de Farmacia de Paris el producto de esta opera- tal enfriado á 10 ó 15 grados bajo el punto de fusion, un hilo de platino que so tiene una partícula de ga.cion. D espues de atacarle muchas veces con los ácidos, llium sólido. Al cabo de poco tiempo (3 á 10 segunY ele precipitarle sucesivamente, se consiguió eliminar el zinc, el hierro, el cadmio el plomo, el iridium, etc., dos), se recogen octaedros apenas modificado en sus yértices, por las señales ele la base p. i no se retiran asociados al gallium. E te ültimo metal que quedó en pronto los cristales, se caldea el metal hasta su punto el residuo de las di olucioues en que habían sid,, sepaele fusion, se retrasa la soliclificacion, y se desarrolla la rados los demas metales por precipitacion, se obtuvo basep hasta producir anchas tablas. en estado meMlico por medio de una corriente eléctrica. El gallium es un metal duro y maleable; se extiende

EXTRACCIO

DEL GALLIUM.

t

23


)

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LA NATURALEZA

clesconociaa; el análisis espectral, que permite descubajo la accion del martillo y adquiere el pulimento del brir la existencia ele cantidades infinitesimales de un yunque, pero se hace muy pronto quebradizo y se romcuerpo simple, y trazar el camin o de las reacciones que pe. A pesar de su dureza relativamente grande, deja el hay que ej ecutar para llegará aislarle. Pero si el métogallium sobre el papel señales muy visibles de color do es notable, no hay que olvidar que en el caso pregris azulado. El gallium conserva su brillo en un labosente no lo son ménos la perspicacia, el talento y la ratorio cuyo aire se halla, impregnado de vapores ácidos, y permanece ig ualmente brillante en el agua hir- inteligente perseverancia del operador. ~ viendo, pero se empaña lentamente en agua aireada. INFLUENCIA METEOROLÓGICA E l gallium, que se funde á 30 grados, puede permanecer en estado líquido por fusion elevada, en un tubo DE L.A. SUPERl<ICIE DEL SUELO (1) . cerrado á l a lámpara. L ecoq y Jungfleisch han preparado de este - modo alguna cantidad que permanece Hácia fines del mes de Diciembre d e 1877, no flúido como el merctuio; cuando -se invierte el tubo, se h abía a ún nieve en el territorio ele la R usia ve deslizarse el metal como cera fundida. E l gallium oriental, au nque desde el principio del mes liquido es de color blanco pai:ecido al del estaño ó de permaneció la temperatura constan temente poe la.plata: se adhiere á las paredes del vaso de cristal, debajo ele 0°. Est a zona descubierta se extendía siendo esta propiedad un obstáculo al uso que qued esde el Volga inferior h a sta más a llá d e Karía hacerse ele él para la construccion de termómetros que dieran indicaciones precisas en la medida de tem- zan, es de cir, por lo ménos á 56° ele latitud Iorperaturas que llegan á 300 ó 400 gr_ados. Es posibl e te, y por el Oeste próximamente h asta 40° ele que se consiga remedia\ este inconveniente, y en este longitud. No se encontraba riieve e n la paete caso podría el nuevo metal prestar un precioso servi- occidental'clel Ural ,·si n o en alg un os puntos aiscio á las aplicacionas físicas . lados. Esta. falta ele nieve es un fenó meno raro Lecoq y Jungfleisch han preparado ademús láminas en época tan avanzada del invierno y m ás en de gallium que se funden con el calor de la mano, y que están caracterizadas por el reflejo azulado de su estas region es. Desde el principio de Diciembre se había elesuperficie metálica. Para obtenerlas, hay que fundir el vado mu cho l a presio n barométrica; la tempegallium entre cristales calientes. Despues de frios, se separa el metal con bastante facilid ad de los crista- rat u ra n o excedió de-3°,3, pero no se observales, sobre todo debajo del agua. Los químicos han funro n grandes mínimas . E l 13 subió el b arómetro dido por tUtimo una pequeña barra clel nuevo metal, á m ás de 761 milímetros (alLma de '1 40 metro s cuya maleabilidad y elasticidad se comprueban encor- sobre el nivel d el mar) y alcanzó rápidamente vándole con1 unas pinzas. 778= ,3; el 15 bajó !1 milímetros probablemenccEl gallium cristalizado preparado en frio , por la te por la influencia de un a tempestad que pasó electrolisis de una disolucion potásica, decrepita cuanpor el Oeste; bajó de nuevo y ll egó el -J 9 ~t la do se echa en el agua caliente y deja desprenderse bur11 bujas de gas . Por medio de la electrolisis de un liquido extraordinaria a ltura ele 78 t n n 1 2. Del 2 1 a l 25 calentado á má s ele 30 grados, h emos obtenido con fre- b ajó el b a ró metro h asta 761mm,2, y volv ió en segu ida á sub ir con lentitud. Del 13 al 18 r ein acuencia, dicen los hábiles experimentadores citados, (principalmente h ácia el fin de las operaciones) un ban los vientos S ud- S udeste y S udeste , modemetal pq,stoso, que aumenta ele vol úmen bajo la accion rados y des pues muy d ébil es con frecuentes caldel agua templada, y toma el aspecto de la amalgama mas. El mis·mo tiempo reinó d el 21 a l 28 , aclade amonio. Malaxada esta materia bajo el agua á 40 rándose el cielo b astante cubierto h ácia el 18, y grados, se contrae y se convierte por último en_gallium qu edando d espej ado durante diez clias . flúido comun.>> . E l carácter del tiempo era el d e un a nti cícloL ecoq y Jungfl.eisch, hau presentado además á l a no. La falta de nubes, produjo ·en los dos últi~\..cademia de Ciencias de Paris, algunos compuestos nuevos ele gallium, como cloruro, bromuro y yod uro mos dias un frío muy intenso por racliacion. anhidros. E l cloro ataca vivamente en frio al gallium, (La humedad b astante pequeña para el inv ier· no no excedió ele 60 por 100 . L as nieb las frecon gran desprendimiento de calor, y el producto apénas es amarillento, y será probablemente incoloro en cuentes en-los anticiclones y las calmas faltaron estado de completa pureza. Cristaliza bien, es muy por completo) . La temperatura no era si n emfusible y fácilmente volátil. Atrae la hmneclacl del aire. b argotan baja co mo pudi era esperarse, el térmi- · La accion del bromo es m énos enérgica que la del clo- no medio del 19 a l 28 era de-17°,4, y el míniro. Para obtener el yoduro hay que calentarle ligera- mun el 21, de-23°. Esta temperatura d e inviermente. no relativame nte moderada fu é tambien obser· o terminaremos estas cortas noticias sin manifestar una vez más todavía n uestr a admiracion, respecto ele ( 1) Extracto rle una nota del doctor A. vVojeikoff en la los procedimientos analiticos ele l a química contempo- Zeitschi·ift der osteni·eichsen Gesellscha ft fiir Meteo,·ologiedel ránea; de ese modo de investigacion ele una delicadeza 1.° F ebrero 1878.


LA NATURALEZA vada en las otras regiones no cubiertas de nieve (Saraton, Kazan, Orenburgo, Jekaterimburgo), en este hecho es donde debe buscarse su causa. Una gruesa capa ele nieve, interrumpe como cuerpo mal co nductor, la com uni cacion entre las capas sup eriores del suelo y el aire. La superfic ie nevada se enfría mucho, con efecto, c uando el cielo está despejado, y el frío que ele el la emana se esparce inmediatamente en la atmósfera, pero penetra lentamente en el s uelo, del que se reflejan las temperaturas muy bajas. Si falta la nieve, la temperntura baja el e la s uperficie se co muni ca rápidamente más ahajo, y entónces no puede n aturalmente observarse tanto frio en las capas inferiores ele la atmósfera, por q ue en Diciembre está el s uelo mucho más cali ente que el aire. El cambio ele temperatura, al cual no pone obstáculo una capa el e nieve caldea el aire in fer ior, a l paso que se enfría el suelo. Si además está húmedo, que era lo que sucedía en la Rusia ~oriental eles pues del otoño lluvioso ele 1877, se desprende mayor cantidad ele calórico á causa de la congelacion del agu a . Se abren con el frío muchas y profundas grietas, y el aire que se intrncluce en ellas se caldea rápidamente. Tales son las causas de no h ab er s ido tan intenso el frio ele la R usia oriental como hubi era podido preveerse, consideran do la prolongada duracion del anticíclono y la constante limpidez del cielo. Sería importante verificar investigaciones comparativas en reg:iones ele invierno muy rigurosos, sobre la temperatura del s u elo cubierto ó no d e nieve, particularmente e n Si beria, e n las estepas Kirghises y en la embocad ura del Amor. Estas investigaciones serían útiles sobre todo para el estudio de la situacion de los polos del frío . En el estudio ele la influencia ele los bosques en el clima, h abría que considerar particularmente la temperatura del aire y del suelo, la humedad de la atmósfera y la evaporacion, es decir, los d atos con los cuales puede ju zgarse ésta infln e n cia clespues ele un solo año ele obse r vacio n, al paso que observando solamente la cantidad d e lluv ia, es por completo ins uficiente este período . Debería intentarse el establecimiento de estacion es meteorológicas e n la India, donde acaba de establecerse perfectamente organ izado el servicio fore.s tal por el Gobierno inglés . Serían sobre todo muy favorab les las provincias cenlra.les y las ele Berar, donde son muy exte nsos los bosques del Estado . Se sabe ya q ue las partes ele la !nclia cubiertas de bosqu es, d eb en á esta circunstancia una

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temperatura más baja y presentan en los meses más cálidos del año, numerosas mínimas y una gran hum edad . A esta circunstancia deben pro- ' b abl eni.ente lluvias más anticipadas, como puede deducirse do la comparacion ele las observaciones de Assam, con las verificadas en la misma latitu d en las estaciones ele las llan ueas del Ganges. La influencia ele los bosques debe ser diferente, segun los elementos ele que se componen. Por esto los bosques ele tejo guardan ménos calor y sequedad ele Marzo á Mayo, pues pierden s u fo ll aje al entrar la estacion cálida . La influen cia del riego, especialmente el que inunda los campos ele arroz, puede tambien estudiarse especialmente e n la India. Esta influencia debe sobre todo notarse en los riegos que suministran el agua en el período más cálido del año. En las provincias del Noroeste no hay · un s istema extenso de can ales ele riego, pero el agua de los rios cuando alcanza cierta altura, inunda los campos. Este caso se presenta cuan do cluean algun tiempo las lluvias del 1Ionzon . En los períodos tórridos, tiene n poca ag ua los rios y no existe la influencia · del riego. Sería n muy útiles observaciones practicadas en el Pendja,b y en el Lind. Los ríos tienen allí crecidas que corresponden a l deshielo de las nieves en las montañas y á la lluvia que cae en ell as .al mismo tiempo, al paso que en las llanuras no llueve casi nada.

LOS ENCADENA~llENTOS DEL MUNDOANIMAL Si,; GU N L .\

ODIU I\ECrENTEMENTI::

PUBLICADA POI\

ll.

GAU DHY.

(Continuacion.-Véase pág. 327.)

Los paquidermos y los rumiantes no tienen ni el mismo gé n ero de vida, ni el mismo régi~ men: armados los primeros de cuernos y de dientes poderosos, no tien en casi nada que.temer de los enemig os q u e los cercan; viven en rebaños y se muestran poco difíciles en cuanto á la eleccion de alimentos: los . r umiantes, por el contrario; m ás ó ménos privados de medios ele defensa, deben buscar su salvacion en la fuga; forman á menudo inmensos rebaños, y se alimentan de hierbas y dé hojas tiernas, lo cual les obliga á emig rar con frecuencia de una á otea comarca. Los paqu idermos son tambien an im ales de movimientos tardos, q ue se apoyan sobre robustas patas, provistas ele anch os dedos (flg . 1). Los rumiantes por el contrario, poseen la rápida carrera de los cuadrúpedos, los miem-


LA NATURALEZA

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Fig. 1. - Pata anterior el e jabalí (Sus sc1·oplw) vista por delante( ' h Lamaño natural ). l. Trapecio. -tr. Trapezoides . -yo : Hu eso mayor. - onc. Unciform e ó ganchoso. 2. Segundo metacarpiano.;;. Tercer metacarpiano.4. . Cuarto metacarpiano.5. Quin to metacarpian o.

Fig. 3.-Pata ante rior izqui erda del Acerothe1·iwn tef;1•aclactu tum

vista por la parte anterior tamaño ( 1 /i. natural) . t. Trap ecio. tr. Trapczo ides .--go . Hueso ma.yo r.onc. Unciforme 6 ganchoso.- 2m, 3m, 4.m, 5m . Segundo , tercero, cuarto y quinto mctacai·pian os . -

JJ', p'' p'",

Primera, seg unda y te rce1·a falanges.

Fig. /¡_,-Pala anterior •izquierda del P a. l reo th er i um c1·assum, v ista el e frente (1/3 tamaño natural). t. Trapecio . - tr. T1·apezoicles.-go . H ueso mayor.onc. Uncifcrme ú ganchoso. - 2·m, 3m, l;m, 5m. Segundo, tercero, cuarto y quinto metacarpianos . p', JJ", p"'. Primera, segu nda y tercera falanges. (Segun una pieza "~ de la coleccion del Museo de Historia natural de Paris).

Fig. 2.-Miemb ros izq ui erdos anter ior y po Lurior de una 0"irafa (Cmnelo- parclalis allica.), vistos ele lado (' / 1 1 tama ño natu ral.) lt. Ilúm ero.-1·. R adio.-c. Cúbito.- s . c. Escafoid es.-!. Semi lun ar.-py. Piramiclal.-pi. Pisiforme.-g. o. Hueso mayo~·.-onc. Unciforme ó ganchoso . -mc. Melacarpo .-p'. Pnn;iera falange.-s. c. Huesos sesamoideos-(. F émur.t. '11b1a. -a. s. Astragalo.-ca. Calcáneo.-c. n. Cubo:nav1cu lar. - m. t. Metatarsiano .

Fig. 5.-Pata anterior izqui erda de Palollw1·ium ,ninus, vista de frente (1 / 3 tamaño natu ral.

bros delgados y terminados_ en · largos dedos (fi g . 2). Dice Gaudry que la naturaleza actual no ofrece en este co ncepto mu ch as transiciones . Al pasar del h'popótamo al cerdo , al H ej amwschus y al cabrito, se observa que disminuye lá


LA NATURALEZA

importancia de los dedos laterales: estos h asta desaparecen en el Steinboch (Calotragus canipestris) y en el buey y en el carnero, en que todavía son más sencillas las patas, á primera vista aparecen los metacarpianos representados por uno solo, la pezuña 6 callo. Estudiando, sin embargo, · este hueso en el buey, en el estado ele feto, se observa que es el resultado de la fu sion de dos piezas separadas, que corresponden al tercero y cuarto metacarpiano; y examinando atentamente el callo, áun el adulto, pueden en-

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contrarse los rudimentos de los metacarpianoslaterales (2 y 5). El A noplotherium representa por decirlo así la forma fetal ele los rumiantes comunes. Puede, pues, concebirse que un cuadrúpedo que tenga las patas antériores conformadas como el hipopótamo, se haya podido transformar en un cuadrúpedo análogo al cerdo, y que este haya tenido despues las patas como un Pecari, despues como un Hy cemoschus , como un Steinbock, y finalmente, como un cordero. Por último; si en vez de considerar

Fig. 6 .-Pata a nterio r izquierda de A1·chithe1·iurn aurelianen se, vista d_e frente , Y por su lado interno ( 1/s tamaño natural) .

Fig. 7 .-Pata anterior izquierda de un caballo, vista de frente y por su lado i nLerno ( 1/ 5 ta maño natural).

Fig. 8. -Pa ta anterior izquierd a de un potro monstruoso nacido en I ormandía (' / 5 de su tamn.i\o natural.)

Figuras G, 7 y 8.-t. Trapecio.-!1·. Trapezoicles.-go. Hu eso mayor.-onc. Unéiformo ú ganchoso . -2m, 3m, 4m , 5m. Seg undo , tercero, cuar to y quinto metacarpianos.-])', p'', p"'· Primera, segu nda y tercera falanges.

los animales que vive~1 en la misma época se examinan los séres que se han sucedido en la ~uperficie del globo, como el Hipopotamus, el Palmocherus, el Dremotherium, el Tragocerus, 01 Gelocus y el Helladothe1·iun, se encuentran gradaciones aún más ins ensibles, no só lo en los miembros anteriores, sino tambien en los posteri-Ores . La simplificacion siempre aparece producida, por lo <lemas , por la. desviacion de los metacarpianos, por el cambio de forma de estos huesos, su atrofia sucesiva á la soldadura de algunos ele ellos . Queda todavía por explicar, por qué se observan aún en la época actual

Hy mmoschus; cabritos y r enos en los que se conservan los dedos laterales, cuando en la época iocena había ya animales como el Diplopus, el Anoplotheriuni y el X-iphodon, en los cuales los metaca ·pianos y los m etatarsianos laterales se hallaban en estado rudimentario y se encontraban por consiguiente en un grado de evolucion más adelantado que algunos rumiantes del período actual. · Los solípedo!l, es decir, los mamíferos cuyo pié se hall a·terminado por: un solo dedo, son al parecer como los rumi antes, los últimos que se presentaro'n en el globo, pero tienen relaciones


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LA NATURALEZA

incontestables co n los A uchiteriwn de la época miocena media, y sobre todo con los Hipparion de la miocena superior, que formaban inmensos rebaños en Grecia, en Provence, en A lemania, en la India y en la América del Norte. Los Hipparion se distinguen por la existencia de un pequeño dedo á cada lado del dedo medio, de los caballos propiamente dichos, que no aparecieron hasta el período plioceno medio. De todos modos, puede decirse que la propagacion ele los herbívoros, solípedos ó rumiantes, ha sido muy tardía, y Gaudry encuen'tra en este hecho un argumento importante en favor de la doctrina del desarrollo progresivo. Con efecto, no han podido multiplicarse mucho los herbívoros, sino cuando se desarrolló una vegetacion ab undante en la superficie del globo, viniendo á reemplazar con ventaja á los -séres pesados y desagradables que poblaban entónces nuestras regiones. ¿Del mismo modo que los rumiantes no habrán podido provenir esos solí pedos de formas tan elegantes, ele algunos paquidermos de la fauna anterior? ¿No habrá t enido alguno de ellos por aBteJ_Jasados á los Acerotheriwn cuyas patas anteriores terminaban en cuatro dedos in~pares? (fig. 3). Gaudry no duda en suponerlo. En el Palreo therium crassum (fig. 4), el 2.0 , 3. 0 y 4. 0 metacarpiano subsisten solos por decirlo así, quedando el 5. 0 reducido á un peqqeño hueso lateral; en otra especie del mismo género ( Palreo therium mediurn ) se acentúa la reduccion: en el Paloplotherium miniis (fig. 5) só lo consérva importancia el metacarpiano 3. 0 , formando el 2. 0 y 11. 0 simples estiletes, terminados por cor-tas falanges. De este Paliep lothe1·iirn1 se pasa con facilidad al A nchitoriwn (fig. 6), despues al Hypparion gracile, que estaba mejor conformado para una carrera rápida, y se llega por último a l género caballo (Equus), en que llevada al extremo la simplificacion, no deja subsistir generalmente más que una pezuña ó callo, acompañado en su parte superior solamente por dos estiletes imperfectos (fig. 7). Decimos generalmente, porque en algunos casos de monstruosidad, se ve aparecer en el caballo un dedo interno con falanges muy desarrolladas (fig. 8). Las investigaciones hechas en América, por el Sr. Marsh, han hecho que este sabio paleontólogo haga deducciones aná logas : dice que ha vistb el 01·ohippus agilis con las patas anteriores provistas de cuatro dedos , pasar ai Eq1ws frater • nus del terreno cuaternario, y hasfa ha podido observar, partiendo del tipo más antiguo·, un aumento g radual en el volúmen y en la com -

plicacion del cerebro, aumento que existía so- , bre todo en los hemisferios, es decir, en la parte más elevada del encéfalo. Admirados de las semejanzas que existe.n por una parte entre los paquidermos de dedos pares y los rumiantes, y por otea entre lo s paquidermos de dedos impares y los so lípedos, muchos naturahstas han reunido los primeros bajo la clenominacion de paridig itaclos, y los otros con la de imparidigitados . Establecidas así estas dos categorías de mamíferos, presentan ciertamente diferencias de consicleracion; en el caballo por ejemplo (fig. 8), el tercer dedo ocupa en cierto modo el sitio de los clemas: en el cerdo por el contrario (fig. 1}, el cuarto dedo está tan desarrollado como el tercero: en los paricligitad~s, los dos hu esos ele la- pierna se apoyan sobre el tarso, la tibia sobre el as-,t rág'alo , el peroné sobre el calcáneo: en los imparidigitaclos por el contrario, sólo la tibia se apoya sobre el tarso y el peroné se adhiere á la tibia, sin articularse con el hueso del talon. Estas diferencias producen otras en la forma del astrágalo y del calcáneo así como en la disposicion de los músculos flexores y extensores: parece por lo tanto que las moclif1cacionesq,u e presentan los imparidigitados resultan únicamente de cambios en la colocacio n ele los dedos. Todavía no se ha descubierto ciertamente, piezas fósiles que cleni.uestrnn por completo el paso ele los miembros de lo s paridigitados á los imparidigitados, pero se encuentran ya en los tapiros B1·ontotht3riiim y Aceroteriwn, ej0mplos ele animales provistos de cuatro dedos en los miembros anteriores, y ele tres dedos solamente en los posteriores, es decir, que presentan á la vez los caractéres propios á las dos categorías de Ungulados, y por otra parte el Hipparion, tan parecido por lo demas al caballo, apenas puede ll amarse solípedo á causa del número de sus dedos, al paso que el caballo presenta á veces una especie ele retroceso á la forma ele sus antepasados. Bajo el punto ele v ista ele la clenticion, es todavía más difícil separar los paricligitados ele los. imparicligitaclos: del A n chite1·iwn al Palreotherium, pasando por el Pachinolophus y el Hyracotherium, los dientecillos externos ó internos· de los molares se redondean más cada vez, al mismo tiempo que disminuyen los dientecillos medios. Los dos grandes grupos ele ungulados presentan, pues, segun dice Gauclry, afinidades indudables , pero hasta ahora no se han encontrado tipos que formen entre sí un verdadero lazo ele union, al menos entre los animales del período terciario. Esto procede sin


LA NATURALEZA eluda, d e que ya e n esta época se habían separado de s u tronco comun para dar oríg-en por una parte á los so.líp ecios, y por otra á los rumiantes. ( Se continuará.) ~ ---

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LA METEOROLOGÍA POPULAR. LOS MONUMENTOS

METEOROLÓGIOOS EN SUIZA.

Desde h ace veinte años, el estudio d e las cienc ias, reservado en otro t iempo á un corto n ú mero de sábios ilustees, tiende á ensanchar cada vez más sus límites , hasta h acerse completamente popular. ¿A qué debe atribuirse este movim iento i rresistib le que impulsa hoy las person as m énos ilustradas á explicarse co n la exactitud posible las leyes que rigen á la n at u raleza? Evi d entemente á muchas causas, y no son las ménos i mportantes la v ulgariz acio n por las bibliotecas, las co n ferenc ias y los periódi0os, la creacion ele soci eclacles a las que tienen libre· acceso todas las personas, s in distin cio n de-clases ni fortunas, y la creacio n en las plazas públicas ele monumentos científicos, como los que vamos á describir en este artículo . Q uizá tengan ya conocimiento nuestros lectores ele un apara to, el cosmógrafo instalado en las principales ciudades del Mediodía ele Francia, para popularizar el estudio ele la astro nomía . En una •visita últimamente h ech a á S uiza, nos h emos admira do del desarrollo que h a tomado en esta region la instalacion ele monumentos d estinados á hacer accesible á todos el conocimiento ele los principales fenómenos meteorológicos. A pé nas hay ciudad ó pueblo importa n te, que no haya establecido en un a ele s us plazas, parques ó cerca ele .los lagos, una elegante columna en la que h ay barómetro, termómetro, higrómetro, linnímetro, y otros instrumentos destinados á observar los fenómenos más comun es. E l monumento m eteorológ ico de G inebra, que se levanta. á la entrada del parque llamado Jardín in g lés, enfrente del embarcadero do los vapores que h acen el servicio d el lago, es probablemente el más conocido ele nuestros l ectores. Hemos visitado tamb ie n los de Neu chatel , Frihurgo, Zurich, , i\Tinterth ur, Lucerna, Basilea, co n strnido este último e n medio del puente que atraviesa el Rhin . Todos estos monumentos se par ece n co n co rtas variaciones, en el número y colo cacion de l os instrumentos, excepto, como se co mprende, en los -deta ll es arq uitectó nicos, q ue n ada tienen que ver en nuestra clescripcion. Describimos aquí los dos monumentos ele Fri-

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burgo y de Lucerna, constru ido el primero en una d e las plazas de la ciudad, enfrente d el convento de las Urs ulinas, y el segundo sobre el p uente que limita la extremidad Norte del lago de los Cuatro Ca·nton es, á la sali aa de Re uss. El monumento de Lucerna, como la mayor parte de los que están colo·cados en la proximidad de los lagos, tiene un linním etro que indica a utom áticamente las variaciones de nivel de la capa líq~ida . La creacion de estos apar.atos se debe en general á. la ini ciativa privada, ó con más -exactitud, á la ele las sociedades cantonales, cuya federacion. constituye la So ciedad suiza de Ciencias naturales, la más a nt igua ele las asociaciones cientíllcas, q ue celebra todos los años sesiones del más alto inter·e s. No dudamos que la obra ele utilidad y de eclucacion pública, emprendida y co ndu cida á buen fin bajo los auspicios de estas sociedades, será pronto imitada en ' o t ros pa1se·s para el aumento del progreso gene- • ral. Por esto pensa m os que una breve descrip cion ele unp de estos aparatos meteorológicos, ·pu ede servi r ele guía para ereccion de monu mentos a n á logos. Los clib uj os que puhlicamos dan una ideabastante exacta del co nj unto de los monum entos • ele Lucerna y de Friburgo . El de esta última ciudad es de mármol negro ele Saint-Triphon (can~ to n de Va ud ), completamente pulimentado en todas sus caras. La plataforma que le sirve ele base 11a sido extraida de los h ermosos bl oques erráticos ele gra nito, de q ue el ventisq u ero del Ródano h a sembrado s u cu rso sec ular hoy vuelto á la vida. La elevacio n de la colLimna es ele 2"',65 desde la p lataforma á la esfera que corona el monumento: las domas · dimensiones siguen las reglas arquitectó ni cas establec idas. Las cuatro caras del monumento llevan l os aparatos siguientes: a l Norte un termómetro ele alcohol co n dqble graduacion grabado en el már:mol (Celsius y Reaum u r ): a l Oeste un barómetro ele cubeta, c uya column a de mercurio t iene 6 milímetros de d iámetro; al Este un higró..: metro ele cabel lo. Estos excelentes instr umentos so11 regalo ele la casa Hermann y Pfister, ele Berna. En la cara Sud , se e ncuentran las ins- . cripciones sig ui entes. CONSTANTES.

L ongitud E. ele .Pa r is . ........ .. . . Latitud . . ..... , .. ...... . ..... . . Altura ......... . .... ..... . ...... .

4°/19 1 , 14" 46°,48',20 1 ' 61sm ,t¡J13.

VARIABLES .

Medio barométrico ... : .... .. .... . i\ileclio term ométrico ........ . . ... . Elevacion anual del agua ele llu via.

703mm 5

7•,9 '(üolsius) 90Qmru


360

LA NATURALEZA

. FiJ . 1. -Mouum cnto meteorológ ico el e Lucerna. (D e fotografía) .

Sobre la esfera que coro n a .este observator io popular, están trazadas lín eas que señalan la direccion de los cuatro puntos cardinales. Para recuerdo de los p·romovedores de la empresa se h a grab ado en l a parte in ferior de la caea S ur esta inscri cion : E1·i-

gido bajo los auspicios de la Sociedad de Ciencias natura les de Friburgo. El coste total del monumento, no h a excedido ele 1.500 á 2.000 francos. E l texto ele las inscripciones grab adas en una ele las caras de la éo-

Fig. 2.-Monumento meteorológ ico de Friburgo. (D e fotografía.)

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lumn a varía seg un las localida d es. Alg unos monumentos, el ele Basilea por ejemplo, tienen la reduccion de las m edidas suizas, longitudes, superflcies ó volúm en es a nti g uos ó nu e vos, en medidas extranjeras, y hasta la relacion de las mon edas. Otros indi can la hora de las diferentes ciudades del g lobo cuando es medio día en Berna. Alg un os indi can las temperaturas máxim a ,y 1:1ínima; ó ti en en la r elacion como recuerdo el e 1o s in:viernos rigorosos, las in und aciones , etc . L a m a-


LA NATURALEZA yor pa l'Le señalan las alturas dé las montañ as próximas. La columna d e Lucerna, •indica por ejemplo la altura del Righi, del Monte Pilatos, la ele los alrededores de Lu cerna y del lago. El aparato ele Gi nebra contiene una larga lista de alturas que empieza por el Mont-Blanc y acaba parla ciudad, despues de con signar la de todos los picos de la cordillera de los Alpes . Se observa en resúmen que la placa que ll eva las inscripciones está r edac tad a d e modo que satisfaga la natural curios idad de los h abitantes, el conocimiento de los puntos de partida astronómicos,

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m eteorológ icos ó geográficos de las reg ion es próximas. Además de la columna barométrica poseía tambien Gin ebra, hace pocos años, otro monum ento igualmente muy interesante . Era una sencilla plancha de mármol en la que estaban grabadas las direcciones ele las principales ci udades del mundo. De este modo tenía el público un medio muy fácil ele orientarse. Esta plancha estaba colo cada en el año 1871, s i no recorda mos mal, en el parque ele los Alpes cerca del hotel Beau-~ivage. En un reciente viaje hecho

Vista del dique- depósito del Habra. (Argelia).-f:;egun una fotografía .

á Ginebra, hemos visto con pesar qu e la citada plaza estaba. rodeada de una formidable empalizada para proteger los trabajos de ereccion d e la estatua del duque ele Bmnswick, que legó á Ginebra su inmensa fortuna. No tuvimos tiempo para indagará donde llevó el municipio ele la ciudad la tabla ele orientacion. o termin a remos estas breves indicaciones s in consig nar la amabilidad con que los dos honorables miembros ele la Sociedad friburguesa ele Ciencias n aturales~ el do cto r Poechat y el ·el Sr. H. So taz, fundadores de la Revista científica suiza, pusieron á nues tra disposicion los documentos qu e hubimos ele pedirle. Por nuestra parte nos felicitamo s de que el loable ej em-

plo de_ las sociedades suizas fuese seguido en nuestro país, y que cada ciudad, cada poblacion, ó cuando ménos las principa les, las de mayor importancia, poseyesen una columna meteorológica, que tan cortos gastos ocasiona, reportq.ndo por el contr.a rio tantos beneficios.

---=-=-~~o--'l'RABAJOS DE IRRIGACION Y DEPÓSITOS DE AGUA EN ARGELIA . Dique-depósito del H abra.

Dicen los colonos de Argelia qne la tierra es d e fu ego .. ro es pos iblé el cultivo sin agua y los ri egos so n el principal agente de la procluccion.


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Por esto el general Chanzy, gobernador de _Ar- dia de las lluvias en toda la cuenca del Habra, gelia, se ha dedicado á impulsar con actividad no excede al parecer de 400 . milímetros ál año. los trabajos de irrigacion, al mismo tiempo que La corriente ordinaria del río es de 3.000 litros la construccion de caminos de hierr:o y carrete- por segundo, en invierno, y de 500 á 600 litros ras . El desarrollo de las vías de comunicacion en verano, elevándose á 700 metros cúbicos facilita el cambio de los productos y In, defensa cuando. hay crecida. Observaciones exactas hedel país. Solamente el riego permite emprender chas despues de la construccion del dique-depóy extender los cultivos del verano más producti- sito del Sig, indican para esta corriente, á la alvos que las plantaciones del invierno. Dentro de tura del depósito, un aumento de 1/37 de la llupocos años podrá atravesarse toda la Argelia en via caida en su cuenca. Como el Sig y el Hahra ferro-carril, desde la frontera de Túnez hasta la se encuentran en las llanuras ele la Macte y las de Marruecos. En la actualidad se ven ya mag- · dos cuencas presentan condiciones análogas de níficos diques para la conduccion de aguas; el clima y de altura, la proporcion de aumento del dique-depósito del Sig, el del I-Iabra, el de Oued- Habra debe ser la misma que para el Sig; corITamiz, los de derivacion del Chélif, cerca de· respondiendo á 3111 ,4 cúbicos por segundo, con Orleansville, y el ele la Mina, en Relizana. Ya una cuenca de 1.000.000 de hectáreas y 400 milímetros de lluvia anual. En Francia el aunos hemos ocupado de los depósitos de Orbey, en los Vosgos, y de Furens en Francia. os mento anual ele las corrientes varía entre la miocuparemos hoy con partiqularidad del dique- tad y la cuarta parte del volúmen, suministrada por las lluvias y la nieve, ó sea más de diez depósito del Habra. El dique-dep6sito del Habra se encuentra á veces el de las corrientes del litoral de Argelia. Sin riegos, se detiene, pues, la vegetacion du10 kilómetrns de la estacion de Perregaux, situada en el camino de hierro de Argel á Orán, rante el verano, y seca la tierra, no produce nay muy próximo á la nueva línea férrea del puer- da durante cinco meses á contar desde Junio. to ·ele Arzew á Saida. Es una obra notable por ' Para remediar este inconveniente puede consermás de un concepto, la más importante en su varse e11 depósitos el sobrante de agua caída género de las que existen actualmente en Euro- . en invierno. Pueden establecerse los depósitos pa y en Africa. Su longitud llega á 450 metros en valles susceptibles de presentar una cuenca de un extremo á otro; tiene 34 metros de eleva- ancha y profunda, cerrada por un estrecho descion y más ele 30 millon'es de metros cúbicos de filadero, con vertientes bastante sólidas para capacidad. El rio I-Iabra, ele carácter torrencial proporcionar buenos cimientos á las construccomo casi todas las corrientes de Argelia, nace ciones que se hagan. El depósito del Habra se en la region de las mesetas, elevadas á más ele encuentra en la confluen-:ia del río del mismo 1.000 metros de altuea, desembocando en el nombre con el Oued-Tergoug. Mediterráne·o, á tr'aves de los pantanos de la (Se conti?marcí..) Macta, cerca de Mostaganem. Se cree que su cuenca tiene una extension de 10.000 kilómetros cuadrados 61.000.000 de hectáreas . I-Iay que MES nlEfEOROLóGICO DE LOS ESTADOS-UNIDOS. subir hasta el pié de las mesetas elevadasr para encontrar bosque, encontrándose casi pelado é Enero de 1878. inculto el resto de la cuenca. Sus ·terrenos consisten sobre todo en margas más ó ménos arciLas condiciones meteorológicas · del mes de llosas, que salen del cauce del río arrastradas Enero de 1878 forman un contraste notable con por las lluvias. La escasez de éstas, la falta de los valores medios ele los diversos elementos bosques, la rápida evaporacion producida por para esta época. Los vientos frios del Norte, coun sol ardiente, secan todas las corrientes y el munrnente frecuentes, apénas han reinado este suelo del país con mucha rapidez. Cosa singu- año: en todo el país se señala un tiempo de una lar: las lluvias disminuyen en esta region desde dulzura notable, esiJecialmente como en Diciemel mar, á medida que aumenta la altura hácia bre de 1877, en las regiones del Missouri, Mislas mesetas elevadas. La altura anual de agua sissipí, del Minnesota y d.e los lagos; la mayor ele lluvia varía en Oran de 300 i 1.600 milíme- desviacion ele la normal varia por término metros, con un· término medio de 480 milímetros, dio de 5 á 7 grados. La elevacion excepcional de en treinta y cinco años de observacion. temperatura, ·se encuentra así á uno y otro lado Las lluvias empiezan en Octubre y te1~minan del Atlántico, hecho que resalta en la prien el mes ele Mayo generalm~nte. La altura me- mera parte del invierno de que nos ocupamos.


LA NATURALEZA Se han estudiado 12 depresion es en los Estados-U nidos durante este mes;· segun su marcha á traves del continente americano, pueden dividirse en tees grupos : comprende el primero cinco depresiones procedentes del Noroeste h ácia el Dakota, y cuyas trayectorias, despues de h aber tomado la direccion Sudeste h asta cerca del paralelo 42°, subieron al Nordeste hácia el golfo ele San Lorenzo. E l segundo g rupo se compone tambien de cinco depresiones; aparecidas al Oeste del territorio Indio, caminaron primero hácia el Arkansas, es de.cir, al Sudeste como las del primer grupo, despues tomaron igualmente la dieeccion Nordeste, hácia el Maine y la neva-Escocia . El tercer g rupo comprende sola mente dos depresiones procedentes del Sud de Tejas ó de Méjico, que se trasladaron al· ordeste por la Carolin a del Norte y la Nueva-Escocia. Segun Loonis, son relativamente raras las borrascas de esta ú ltim a clase; forman solamente cerca de la sexta parte del total a nual de fas borrascas que e presentan en el territorio de los Estados-Unidos, y son casi desconocidas durante los meses de verano. Los ciclones que llevan la desolacion y la ruina al golfo de Méjico y á la costa Sur del Atlántico, se relacionan con las borrascas de este tercer gr upo. Entre las de presiones de los dos primeros gr upos, unas, como acabamos de h acer n otar, proceden del Océano Pacífico, atraviesa n las montañas Pedregosas y los Estados-Unidos, desapareciendo e n el Atlántico; · las otras, las borrascas del mes de Ene ro· último, se forman sobre la vertiente oriental de las montañas Pedregosas, y no son á menudo e n s u orígen más que depresiones secundar ias, debidas á la existencia más ó ménos lejana de depresiones pei ncipales más exte nsas, situa das ya a l otro lado de las montañas, ·ya en el golfo de Méjico. Las dos borrascas del tercer grupo han sido muy intensas, y han causado muchos siniestros marítimos, tanto en el go lfo de Méjico como en la costa d~l Atlántico; especial mente miéntras la segunda ¡Jasaba sobre la Nueva Inglaterra en la noche del 10 al 1'1 , iba acompañada de un huracan espantos~, que á pesar de ·las p recauciones adoptadas por los avisos del signal se1~vice, causó muchos destrozos en un a gean extension de la costa. En Mont-vVash ing ton, c uya elevacion es de 1. 71 4 metros, señalaba el anemómetro el 11 á las c uatro de la mañana la asombrosa rapidez de 298 kilómetros por hora. _L a última borrasca tlel mes es ·ig ual mente interesapte: el · 30 por la tarde, c uando su centro estaba en el Ten-

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nessée, se formaba una de pres ion secun daria en la vertiente Sudeste de los montes All eghanis, en la Georgia meridion al , al mismo tiempo que el centro principal se llenaba, por decirlo así, en el acto; en el día 31 aumentaba r áp ida mente su importa ncia la depresion . secundaria, y la acompañaban v ientos violentos en su marcha hácia el Nordeste á lo largo ele la costa. Como consecuencia hubo much os siniestros; en Kittyh an, naufrag io del steamer Met?·opolis; en Long Isl and, enfrente de Ncw-York, muchos buques sufrieron averías más ó ménos considerables . En los alrededores de Boston, el paso d el centro de la borrasca fué seguido de una nevada tan abundante, que se cubrió el suelo co n una capa d e 50 centimétros próximamente. Llovió considerablemente e n la costa oriental así como en Californi a; e n el ii1terior fué, por el contrario, m uy rara la condensacion y aún en alg unas regiones del centro no cayó ni una sola. gota de agua en todo el mes . Se observó un fe n ómeno óptico muy curioso el día 12 e n la.costa de la F lorida, en KeyvVest. L a te mperatura del mar era de 9 grados ménos que _la de la capa atmosférica inferior: esta difere n cia de temperatura determinó en la superficie del Océano la produccion de una capa de vapor co nd ensado, sobre la cual caían oblicua:nente los rayos del sol ; la parte superior de esta capa, cuyo espesor era so lamente de algunos metros, se confundía á distancia con -la superfi cie del agua, de manera que los buques parecía qu e se sumergían en el mar; su casco desaparecía grad u almente, al paso que los mástiles y los aparejos se destacaban en el cielo transparente, con vigorosos detalles. En Cairo, en el Jllinois, se sintieron dos sacudidas de temblor de tierra el clia 8 á las diez y 30 minutos d e la noche. ~

ELEME TOS DE ZOOLOGÍA 0

POR PA UL

GERVAIS

(1).

A las personas que deseen echar nna ojeada á la s misteriosas maravillas de la creacion, á los j óvenes que empiezan á profundizar las grandes é importantísimas cuestiones de historia natural, tambien á. las jóvenes ( 1) Er.mtE NTOS DE ZOOLOGIA, que comprenden la an[!lomia, fisiología, clasificacion é histo1·ia natm·al ele los anima l es, poi•

P au l Gervais, miembro del Instituto y proíesor do anatomía comparada en el Museo de historia natural de Paris.-Tercera ed icio n, con tres láminas y 6011 fi g uras intercaladas en el texto.-En 8.º de 5/iO pág inas.-Paris , Hachette .


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que no quieran ignorar aquello que provoca la admivacion á la e:q)eriencia, á fin de comprobar una por racion de los grandes talentos, acaba de ofrecer, en otra estas dos fuentes de indicaciones y descubrimienuna obra escr1ta con claridad y tos. Apreciando en su valor real elegancia., sirviéndose de los inlos r esultados ·s uministrados por apreciables materiales del Museo este doble modo de investigacion, de Historia natm·al de Paris, un se llega facilmentc en muchas cirmaestro ele la ciencia y al mismo cunstancias á deducir hechos detiempo trabajador infatigable, lo mostrados, exactos, de preciosas des ~ubrimientos, las observac:oindicaciou es que ponen en camino nes y los secretos más recientes de ele hechos nuevos. En este caso, la ciencia. se procede á b vez por deduccion Por las innumerables figuras con y por inclncciou, apoyándose en lo que se halla adornado, puede consiconocido para llegar al descubriderar e la obra de que nos ocupamiento de lo desconocido y dedumos como un verdadero museo: se cir en seguida las leyes que rigen al encuentrae ~i;t ella perfectamente universo. ll . repr esentados todos los séres que Los primeros capítulos de los pu eblan el planeta en que habitaE lementos de Zoología están dedimos. ¡ Cuántos animalitos bajo el cados á las generalidades : los camicroscopio! Allí se encuentrm t rnctéres que distinguen á los séres los grandes auimales fósiles que organizados de los cuerpos iuorencierran las deformidades de las gánicos ;-cle la especie en historia rocas y las oscuras cavernas de natural: grave cuestionen la que donde se sacan; y los anímale. rano puede pasarse en silencio la teocliaclos, brillantes y variables coría de la variabilidad y á la cual, mo el mar donde vi ven, ell:lgantes segun la conclu sion del autor, no y agradables como las plantas con ha dado aün la ciencia r espuesta Fi_g .. 1.-0ampanul:u•itt. las que por tanto tiempo e los clefinitiva;-caractér e.'J distinti \ 0 S confundió. ele los animales :-clefinicion ele ln Si en la actualidad es posible, en algunos cientos ele zoología; su s ~ifcrentes ramas. _Desp1:1es entra ~e lleno páginas, exponer de una manera tan complefa y al 1 en la anatomrn comparada, sm olvidar la :fis10logfa, mismo tiempo tan senpudiendo admirar el leccilla los principios de la tor la unidad ele compohistoria natural y agrusicion que presid e en la par i los ojos del lector estructura ele los séres, tantos séres distintos, y que, esclarecida por el ciertamente se debe á los autor, facilita sin gulargrandísim.os progresos mente el trabajo. Acompañan á la obra bellísique ha h echo la ciencia. ¿Dónde hallar la causa mas láminas · consagr:i.ele tales adelantos? En el das á la anatomía del método seguido por los hombre. naturalistas en s us inEn fin, en la tercera vestigaciones. «Tal es la parte del libro, que es superioridad que ha adla más importante, se quirido en nuestros dias, encuentra la clasificadice el Sr. Paul Gervais, cion . Despues de dedique ha siclo fáci l el aplicar algunas p alabras :\, carle con igual ventaja las el asificaciones artifiá los <lemas ramos de ciales, llega ·Paul Gerlos conocimientos huYais á la clasificacion manos. Bajo el nombre llamada natural, con la de método de los natuque hace patentes proralistas, se ha conq1ús0-resos sucesivos. Divide Fig. 2. -Sincorina. tadoun sitiodenoescasa los animales en siete tiimportancia en las obras pos ó ramas: vertebraen que se trata ele los procedimientos lógi~os con ay udos, artrópodos, gusanos, moluscos, equinodermos, póda de los cuales puede ll egar con mayor seguridad el lipos y protozoarios. En estos siete t ipos se hallan comespíritu humano al esclarecimiento ele la verdad. Su prendidas veintiseis clases. En los vertebrados conserva medio consiste en pasar simultáneamente de la obser- las cinco ciases de Cuvicr (mamíferos, aves, repti les, 7


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batracios y peces); pero en los artropóclos ó condilóLos animales inferiores terminan el vohímen . Infipoclos, que son los antiguos articulados, suprime los nidad ele formas nuevas despiertan la admiracion del lector. Así es que, por ejemplo, la historia de las meanélidos y los coloca en _los gusanos con los helmintos, clasificados ántes entre los radiados . A los moluscos dusas deja muy atras á las más fantústicas conoepcioncs de los poetas. Se sabe, en efecto, como lo recu~rda de Ouvier añade los briozoarios que formaban parte el Sr. Gervais, que recientes observaciones han demosde los radiados; por 'último, estos radiados, que no existen en el cuadro del autor de que nos ocupamos, trado que «las medusas nacen ele ciertos pólip9s, desestán reemplazados por los equinodermos, los pólipos CI'Ítos primero como pólipos ordinarios, bajo el nomLre ele campanularias (:fig. 1), tubularias y sincorinas y los pl'Otozoarios. (fig. 2). Sien efecPaul Gervais to se coloca uno da un cuadro de de estos pólipos clasificacion de. en un aquarium, los mamíferos, en no se tarda en vei· el cual no coloca aparecer meclu~ al hombre; lo sas q ne no son cual no impide otra cosa que los que consagre á tenUtculos qu e nuestra especie cubren las ramas un capítulo muy de estos pólipos· importante, muy separados, que se cerca del de los han hecho libres monos. Allí se ' llegando á su fahalla la clasificase reproductora cion de las razas (fig. 2, e) . Reprehumanas: blausentémono á las ca, morena, amaflores de los verilla, roja, negra, getales separánmelanesia y hodose de las partentote, y la de . tes verdes en el las diferentes ramomento de la ·mas de dichas fecundacion, cograndes razas. mo por otra parte Desp u es se tiene lugar en las trata de la cuesflores machos de tion de la antilas valisnerias, güedad del homqne son plantas bre en Europa . acuáticas propias E l profesor no del mediodía de emite su opinion Europa, y tenpe r sonal, p ero dremos una idea valiéndose de las exacta del modo aserciones de vasegun el cual narios sabios que cen las medusas. hacen vivir á La parte sedennuestros antepataria de los pólisados {111tes q.e la pos, de las que se época glaciaria, Pi g . 3. Fisoforo hicl rostaLico. separan para ir á pone -á la vista producir huevos del lector una m1ís léjos, continúa, acrecentándose por yemas absoluquijada defelis spelcea (leon de las caverna ) y otra ele tamente como lo hacen las ramas hojosas de las planw·zus svelceus, ambas rotas por el hombre; recuerda tainbien la famosa caverna ele Gaylenreuth, y exhibe tas, es lecir, las partes ele estas últimas salidas ele los botones ordinarios. Las medusas ó individuos libres y una rica coleccion de silox tallados. En este punto termina el hombre, abriendo un a nue- · provistos ele sexo nacen, por el contrario, ele la misma va serie los monos y los lemmios, y todo el r eino ani- manera que los botones ele las flores, y están destinadas á hacer el mismo papel que las flores . Son, en efecmal en clases, órdenes, géneros y especies, desfila t:on su variedad, sus costumbres, su habitacion. No se han to, los individuos sexuados ele la colonia <le que formau olvidado los servicios que presta al hombre ni íos per- parte.» Como muestra ele los grabados ele los Elementos de juicios que causa. Hay un capítulo ele entomología zoologia, reproducimos el Fisóforo hidrostático, colopráctica y otro sobre la utilidad ele las aves.


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nia flotante de pólipos agregados y adornados con los matices más brillantes. Creemos que son suficientes estas p alabras para dar ,á conocer el alto interes de una obra que ha obte-· nido muy favorable acogida, como era de espernr, ent-re los hombres científicos.

S. M. OJEADA HISTORIOA SOBRE LA LUZ PRODUCIDA POR LA ELEC'r RIC ID AD .

El g ran movimiento que hoy se veriflca con motivo del alumbrado por la luz eléctrica, n os hace pensar que no dejaría ele se r interesante el da r á cono cer lo q~e ha siclo la luz eléctrica en un principio . C uando se ven l_a s importantes . aplicaciones que se realiza n todos lo s dias por medio ele la m áq uina Gramm e, por ejemplo 1 y se presencia semejante r evolucionen los alu m brados de los g randes espacios, es curioso, con efecto, traslada rse do s sig los solamente atras, y detenerse algo e n · el asombro, y h as la en las predicciones ele los sabios que h a n s ido los prim eros en ver una luz prncedente ele la electricidad. No ll evaremos este estudio m ás allá de la produccion de la luz por las pilas. No ha llegado a ún el momento d e h acer la exposicion histórica de las máquinas magnetoeléctricas y de s us aplicaciones al alumbrado . Toda vía no dominamos esta parte del as unto desde un punto de vista bastante elevado para verlo en . s u conjunto. Correríamos, pues, el riesgo de cansar al lector con detall es, que sin tener ya el interes especial que se desea encontrar en las cosas a ntig uas, harían vago y confuso el juicio que se formase. No podría mos decir , más que H. Fo nta in e en s u última obra sobre el alumb rado por la electricidad, en la qu e el autor h a desarrollado con precision, más bie n el lado industrial que el lado histórico de su as unto. No tenemos más pretension que h acer en cierto modo un prefacio al volúmen ele Fontaine, y por lo tanto desea mos se r comprendido s en el estudio retrospectivo que presentamos sin preámbulo. Otto de Gu ericke (1602-1688), alcalde de Magdeburgo, inventor d e la m áq uina n e umática, fu é el primero que produjo la luz por la electricidad. Hablando con propiedád, esta luz era más bien un resplandor, pues to que la compara á la del azúcar pulverizada en la oscuridad. Para producir este fenómeno, frotaba simple~

mente con la mano un glob o de az ufre, al mismo tiempo que le h acía g irar rápidamente alrededor ·c1e uno de s us diámetros. L a chispa eléctrica que Otto de Guericke acababa sólo ele adivin ar, fu é v.ista con más claridad poco tiempo despues por el Dr. ·"\Vall. ccO bservé, elijo éste, que frotando con suavidad con mi mano e n la oscuridad un trozo de á mbar muy pulimentado, producía luz , visto lo c ual tom é un trozo bastante grande de á mbar, que hi ce largo y cónico, y pasá ndole muy .s uavemente á traves de la mano que estab a muy seca, dió una luz considerable. »Entónces empleé muchas sustan cias a nim ales para frotar el ámb a r , y encontré que la mej or era la la n a . Desde entónces se presenta.ron por sí mismos nuevos fe nómeno s . Frotando con, rapidez el trozo ele ámbar con tela, y oprimiéndole con bastante fuerza co n mi mano, se oyer~n muchos pequeños chasquidos, cada un o de los-cuales produjo un poco ele lu z; pero c ua ndo se frotó el á mbar s uave y ligeramente con la Lela, só lo produjo lu z y no el chasquido. Si- alguno aproxima b a el dedo á corta distancia del ámbar se oia un g ran chasquido, seguido ele una viva luz. >>No duelo, añade, q u e sirvié ndose de un tro zo de ámbar más largo y más g rueso, deberían ser . mucho mayores lo s chasqui dos y la luz . Esta lu z y este chaequido represe nta n en cierto modo el tru eno y el relámpago.» Es interesante h acer constar lo que al principio del siglo xvm se lla m ab a un a g ran chispa d e luz. Comparada á nu estro arco voltaico, la chispa del Dr. , Vall era bien p á lida, pero es notable que los descubrimientos algo imprevistos ele este género, se h an descrito la mayor parte del tiempo con gran exageracion. El pá ni co delos físicos· que experimentaro n las primeras sacudidas ele la b otell a de Leyde, es uno de los ejemplos más notables. Musch euhrock d ecía que no quería experimentar seg unda vez la .conmocion á un cuando le dieran el reino ele Francia; y Boze, profesor de física en vVittembe rg, presentándos e de a nte m a no como casi un m ártir, d eclaraba que querría. morir de una conmocion eléctrica, pa ra que el relato de s u muerte fu ese el aslrnto de · un a n ota en las Memorias de la Aca_d emia Real de Cien cias ele Paris. Dejando á un lado las exageraciones, lo cual es fúcil al presente, debemos ciertamente h acer justi ci a á las opiniones del Dr. Vall y tener presente que es el primero qu e h a señalado la a n alog ía de la chispa y del rayo. D e la analogía á la identidad h ay un g ran paso, que estaba re-


LA NATURALEZA servado franquear al abate Nollet y á Francldin. E l Dr. Vall saca ele sus experimentos deducciones completamente extrañas y muy en armonía con las ideas de su época. Despues de haber demos traclo que todos los cuerpos eléctricos gozan de la propiedad del ámbar y del azufre, produciendo luz, creyó que ésta era la que daba oríge n al estado eléctrico, y habiendo obtenido alguna clai'idad con el diamante, pretendió haber encontrafto un método infalible para reco nocer los diamantes verdaderos ele los falsos. Creyó observar tambien que los chasquidos eran Lantos y tan intensos por ·e1 dia como por la noche, pero qu e la luz apénas se producía m ás que en la oscuridad. Llega hasta asegurar,. lo que con justicia puede parecernos hoy extravagante, que el momento más favorable para hacer estos experimentos es aquel en que el sol se encuentra á "18° sobre el horizonte: en este caso, áun c°uando la luna esparciese.una g ra n claridad, la lu z eléctrica era la misma que en una habitacion muy oscura, lo cual le indujo á da rl a el nombre de nocrnlica. . Casi al mismo tiempo que vVall, pero sin embargo algo despues que él , un inglés, Francisco Hawksbee, ensanchó tambien el círcu lo de los conocí n1ientos relativos á la electricidad estática. Lo mismo que sus predecesores -consideró la luz eléctrica como una luz fosfórica (la del az úcar raspado ). Consiguió producir una considerable cantidad ele luz, segun refiere, agitando plata viva en un vaso ele cristal , en el que préviamente había practicado el vacío, y llama á este resp landor fósforo m.ercuria.l. «La mayor luz eléctrica que obtuvo M. ,I-Iawkshee , dice Priestley, fué cuan,do encerró un cilindro vacío ele aire en otro no vacío, y frotó el exterior poniendo ambos en movimiento. Observó que, se moviesen al mismo tiempo ó no, no por eso había di fe rencia alguna en el resultado. Añade que cuando sólo se movía el ci lindro exterior, era muy considerable la luz y se ·e xtendía sobre la superficie del cilindro interior. Lo que más le sorprendió fué que cu a ndo se movieron los dos ·cilindros por a lgun tiempo, durante el cual había ap licado la mano á la superficie del ci lindro exterior, cesaba el movimiento ele ambos y no aparecía nin g una luz, por poco que aproximase la mano á la superficie ele! cilindro exterior, presentándose en e l interior ráfagas ele luz parecidas á relámpagos, como si las· emanaciones que salían del vaso exterior fuesen impulsadas a l interior con más fuei:za, por la proximidad ele la mano. »

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En otro experimento untó ele lacre más de la mitad del interior de µn globo de cristal , y haciendo el vacío en él le puso en movimiento . Aplicando en1.ónces la mano sobre el g lobo para electrizarle, vió dentro, en la superficie cóncava del lacre, reproducidos con perfeccion todos los detalles de la mano. Dice «que se verificó precisamente esto como s i no hubiese habido más que el crista l entee el ojo y la mano, y no hubiese existido nada de lacre. La capa de éste, en el sitio en que era más d elgada, hubiera dejado todo lo más que se viese una luz á _traves de ella en la oscuridad, pero en alg unos sitios tenía esta capa por lo ménos un octavo de pulgada ele grueso; sin embargo, áun en estos sitios se dejaban ver la luz y la fig~1ra de la mano á teaves de ell a con tanta claridad co¡no en los r estantes. Además, aunque en algunos sitios no estuviese tan adherido el lacre como en los otros, se percibía la luz en ellos, sin embargo, con la misma claridad. >> Concebinios fácilmente hoy todo lo que debían admirar estos fe11ómenos á estos experimentadores, que no sabían aún lo que era la influencia eléctrica. Siguiendo el órclen cronológico, veinte años despu es de Hawksbee, continuó Estéban Grey los trabajos de sus predecesores y consiguió llevará cabo grandes progresos en la electricidad. Pero para no ocuparnos primero más que de lo concerniente á la luz, conviene citar un experimento de este físico, que señalaba ya la chispa como un fenó111eno de tránsporte. Observó Grey, con efecto, en 1727, que la chispa obtenida del agua ele un vaso, próximamente á una pulgada ele distancia, produce una «pequeña montaña ele agua» ele forma cónica., ele cuyo vértice sale una luz muy visible en la oscuridad, despues de lo cual vuelve ·á caer esta montaña en el resto del ag ua, comunicándola un movimiento de temblor y de oscilacion. Del vértice de la montaña se separaban pequeñas partículas de agua, y á veces un filete muy disg regado, del que salía un vapor tenue casi invisible. (Se continuará .)

MISCELÁNEA . Le Verrier.- Eu la secretaría de la Academia ele Ciencias ele París se ha abierto un a su cricion cuyos productos se destinan á levantar una estatua al antiguo clireqtor del Observatorio.

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Galgos turcómanos.- Las colecci-0nes del J arclin zoológico de aclimatacion de Paris, se han enriquecido con tres preciosos animales procedentes del Asia central, y recogidos en su expedicion científica por Charles Ujfalvy, profesor en la Escuela de Lenguas orientales. El Sr. Oh. ele Ujfalvy, designado por el gobierno frances para una mision científica ele la cual ya nos hemo ocupado, hf!. qu·ericlo que el J ardin de aclimatacion clisfrutase de los resultados ele su expeclicion científica, regalándole tres galgos turcómanos ele gran valor. Estos perros se designan en el país con el nombre ele Tazi; sirven para cazar la liebre, como los Slaughi en Argelia y el galgo en Persia, y lo que sobre todo los caracteriza, es la elegancia de sus formas y el vigor de sus müsculos: tienen larga y fina la cabeza de un modo extraordinario, corto el pelo, orejas muy grandes y llenas de pelos brillantes como los f¡¡,lcleros finos; las patas están cubiertas de pelos muy largos, asombrando á primera vista este vellon qne cubre las partes inferiores del animal, al paso que las superiores le tienen muy corto, ·y pareciendo como cubiertos de pantalones flotantes . Nunca se habían importado en Europa los Tazi, y constituyen una excelente adquisicion. Uno de dichos tres perros fué adquirido ele los Kirghises del Emba; los otros dos nacieron en Samarkancl . * ",,.

Concur·so agrícola en el Palacio de la Indus tria en Paris.-Todos los años aumenta la impor-

tancia de este concurso, que comprende al presente la exposicion ele animales cebados, animales reproductores machos, aves vivas, aves muertas, semillas de cer eales, plantas de praderas naturales, linos, cáñamos, liípulos, raíces, patatas, frutos frescos y secos, conservas, aceite de oliva, legumbres ele primera sazon, mieles, ceras, quesos, mantecas, instrumentos y máquinas agrícolas. Dicho concurso tuvo lugar del 23 al 27 de Febrero ültimo. Entre las cosas notables de este concurso deben citarse una coleccion ele aves muertas, con su pluma, y bajo el punto· ele vista científico, una serie de patos abiertos para demostrar :el progreso del aumento -ele voltímeu del hígado. Dura la operacion veintiun dias, y si al llegar éste no se mata el pato, revienta al clia siguiente y ya no pueden comerse ni el hígado ni la carne. En la seccion ele instrumentos se ha visto por vez primera una luz eléctrica, producida por una máquina de Gramme, movida por tm locomóvil y destinada á trabajar de noche en el campo cuando hay una labor apremiante. Con los aYisos meteorológicos transmitidos por el telégrafo á los agricultores y la luz eléctrica, será posible recoger en una noche la cosech a, al aproximarse una t empestad. ~

LONGITUD DE LOS CAMINOS DE HIERRO. Europa: 143.758 kilómetros . . .A.mérica clcl Norte : 127.806 kil. - - --

Asia : 12.302 kil.

- - .A.mérica clel Sul': 6.054 Id!. -

- - - - - - - - - .A.lemania: 27 .056 kil.

- -- Italia: 7.688 kil.

- - - - - - - --

- - España y Portugal: 6.750 ki l.

OceanJa: 2.820 l,il. África : 2.339 kil.

Gran Bretaña: 26.870 kil.

U'rancia: 21.596 kil. - - --

- - Bólg ica, Pafscs-B:,jos y Luxcmbtu·go: 5.393 k .

- - Rusia : 10.550 1,;1.

-

- - - - - - Austria-H,mgria: 17.308 k il.

-

Suecia y Noruega: 4.466 kil. , uiza : 2.080 kil.

Longitudes comparativas de los caminos ele hiel'l'O del munclo.-1 milimet1·0 repl'esenta 1.000 kilómetros .

El diario de la U nion alemana de Ferro-carriles (Zeitiing des Vereins Deiitscher Eisenbahn Werwaltungen) ha publ icado reciente mente datos estadísticos sobre la lon g itud de los caminos de hierro de los difere n tes países d el mundo. Utilizando los citados elatos , hemos hecho el cuadrn que ofrecemos á nuestros l ectores, en el cual los caminos ele hierro de cada país están representados por líneas horizontales de diferentes lon g itudes y proporcionales á la cxtension de los mismos: De todos los países del mundo, Eueopa es la que tiene mayor número; mielen una longitud de más de H3.000 ki lómetros . Al emania cuenta ·cerca ele 28 .000, la Gran-Bretaña, 27.000 próxi-

mamente, 2 1.000 Francia, y España cerca de 6.000 . Sólo la América del Norte, conta r á bien pronto con una lon g it ud de caminos ele hierro ig u al á la ele Europa. Resultado prodig ioso, teniendo en cuenta que es un país que no estará m ás poblado que Francia. El total ele torlas las líneas del mundo arroja u na l ongitud de 295 .139 kil ómetros , la cual es suficiente para d ar l a vuelta al mundo por el Ecuador. PROPlETARIOS GERENTES: P EROJO HERMANOS ,

Madrid: 1878 .-Tipografía-Estereotipia PErroJO.


Núm. 24.-11 Mayo 1878.

LA NATURALEZA

EL FO ÓGRA.FO DE EDISO Este extraordinario instrumento, descubierto en América y anunciado por los periódicos, acaba de atravesar el Atlántico y de llegará París. Un ejemplar de este aparato, conclu.iclo por el Sr. Puskas, concesionario en Europa de los privilegios de invencion, se presentó el lúnes 11 de Marzo á la Academia de Ciencias ele París, y el viérnes15 á la Sociedad francesa de Física. El fonógrafo llena una doble funcion; su nombre no indi0a más que la primera; escribe los so nidos, los ele la voz ó los de cualquier instrnmento; esto es la mitad: es capaz de reproducirlos despues, y dar como si dijéramos su retrato; esta es la otra mitad. El registro ele los

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sonidos se había obtenido ya de otro modo, especialmente con el fonautógrafo de Scott y de Iüenig, cuyo descrip.cion se encuentra en todos los tratados ele física modernos; pero la reprocluccion de los sonidos por medio de la huella que dejan en el registrador, había sido soñada, buscada, ensaya.da por muchos, y nunca se había realizado hasta conseguirlo Ir. Edison . El aparato que hemos visto está representado · ·en la figura que acompañamos; es de una sencillez que no podrá sobrepujarse, y que habrá que abandonar en cierto 111.oclo, si se quiere perfeccion a r m ás. Tiene una membrana semejante á la de los teléfonos, sostenida en su circunferencia por una sortija metálica A. Esta membrana, lleva en su .superficie inferior un estilete metálico, colocado perpendicularmente á supla-

El fonógrafo ó máquina parlante <l e Edison. ( 1/G de su_tamat'io).

no y muy ríg ida. Se habla delante de esta membrana, y el estilete, escribe las vibraciones de la mis ma. La im presion se verifica sobre un cilindro me túlico M, que se mueve con una manivela. El eje del cilindro está tallado en rosca., y uno de sus cuellos ó soportes funciona como tuerca, de modo que cuando gira la manivela, no sólo gira el cilindro, sino que adelanta. La superficie del cilindro presenta taml::Íien la forma de tornillo de la misma elevacion que el eje, de tal modo que la punta del estilete, se encuenka continuamente mientras gira el cilindro, en la ranura practicada en su superficie . Cuando se quiere emplear el instrumento hay que empezar por colocar sobre el cilindro un papel de estaño; se pega este papel metálico con cola comun, en la direccion de los generadores del cilindeo á fin de cubrirle por completo . Se aprieta con las manos para que el papel penetre en las ranuras que se dibujan á traves del papel. Se coloca entónces la membrana en posicion de

funcional', se la sujeta con un tornillo de apretar, de modo que el estilete se apoye suavemente en el fondo del canal elipsoideo que presenta. el papel. Se habla, y al mismo tiempo se hace g irar el cilindro; vibra la membrana, y el estilete hace en el papel de estaño una serie de señales más ó ménos profundas y de formas variadas, que sólo pueden percibirse con un poderoso microscopio. Hasta aquí la parte que se refiere á la. inscripcion de los sonidos, ó primera parte del invento de Edison; esto es lo que se había hecho ántes que él y áun mejor que él cuando se proponía escribir las vibraciones para estudiar sus formas; pero el modo presei1te de inscripcion ha sido un rasgo del genio, y como ha dicho muy bien Marce! Desprez en la Sociedad de Física de París, el empleo de este papel de estaño ha hecho posible la reproduccion de los sonidos, que en vano había sido buscada por hábiles y sábios experimentadores. Véase cómo se procede para sacar del instru24 .


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mento así preparado los sonidos que se le han transmitido ó más exacta!nente, que se hangritado al oido. Se separa la membran a , se h ace girar el cilindro en clireccion contraria, hasta que vuelva á la posicion que tenía al empezar el experimento; se aproxima la membrana y el estilete se encuentra en contactó con el papel ele estaño. Se hace girar de nuevo y en la misma clireccion que la primera vez. Empujada la. membrana por el estilete, que va guiado á su vez por las señales ó cavidades anteriormente producidas, vibra y reproduce los sonidos producidos por la inscripcion. Aumentados estos sonidos por una especie de porta-voz colocado junto al círculo A (véase la figura ), que sostiene l a membrana, pueden oirse á distancia. No puede explicarse sin haberla oido, la singular impresion que produce esta vocecilla delgada al salir del instrumento· se duda hasta el último momento, y cuando llegan al oido los sonidos claros aunque débiles, se experimenta un aso mbro y una satisfaccion, que se tradujel'On en la ociedad de Física en .aplausos y risas de las personas que llenaban la sala. Insistimos sobre las particularidades de este instrumento, gracias á las cuales realiza lo que era tan difícil de producir. El papel de estaño está como suspendido en el vacío formado por el paso del tornillo trazado sobre el cilindro; presenta cierta rigidez á causa de su tension, pero como no está sostenido por detras, presenta al mismo tiempo cierta flex.ibilidad. Gracias á estas peopiedades, la hoja de estaño es capaz, primero de recibir las impresiones que produce en ella el estilete señalaclor, y de devolverlas despues á la membrana, cuando se hace pasar segunda vez el estilete delante de la hoja escrita. Segun parece no es el papel de estaño todavía lo que mejor puedo emplearse; ahora emplea Mr. Edison láminas de cobre, sin duda rojo, muy delgadas y que dan los mejores resultados. Hemos supuesto implíc~tamente en lo que precede que ora uniforme la rotacion del cilindro; p ero es claro que el movimiento dado directamente por la manivela, no puede ser perfectamente regular. Para atenuar este deiecLo, se ha puesto en la segunda extremidad del eje un pesado volante V, que se ve en la figura, y que corrige en cierto modo las variaciones de velocidad 11roducidas por la accion de la mano. Es fácil concebir aparatos de relojería con los cuales puede obtenerse un movimiento muy uniforme, y no hay por qué insistir en ello. Cuando se trata de reproducir palabras ar-

ticuladas por la voz hum ana, no Lienen apénas importancia las desigualdades de velocidad; el sonido baja ó sube cuando el cilindro so apres ura ó se retarda; pero cuando se reproducen sonidos musicales, es más sensible la falta. e comprende, en efecto, que cuanto más rápida es la rotacion, más agudo es el sonido y la misma inscripcion puede dar no Las muy diferentes , segun gire más ó ménos rápidamente. Por consiguiente, si se inscriben sucesivamente las cuatro notas ele un acorde perfecto, do, mi, sol, clo, sobre el cilindro saldrá justo, [1 conclicion de que éste g ire con completa regularidad durante la inscripcion y durante la reprocluccion del sonido, y por poco que se pertnrl~e la uniformidad ele la velocidad en cualquiera de las dos ocasiones, no saldrá justo el acorde. Puede notarse aquí a l mismo tiempo, que los sonidos musicales se trnnsmiten más fácilmente con el t~léfono que las articulaciones ele la voz , siendo lo contrario con el fonógrafo, como hemos oiclo. Lo hemos dicho y tenemos que repetirlo; estas pequeñas imperfecciones de transmision, se corregirán con aparatos que proporcionen un movimiento regular. Eclison ha anunciado recientemente por telégrafo á su representante en Europa, que hab.ía llegado á reproclucit· exactamente el timbre de la voz humana. Esto sería una nueva maravilla, ó más bien la perfeccion ele una maravilla mecánica, pero desde ahora, hay ya demasiado que admirar en el resultado obtenido y en la extraordinaria sencillez de los medios puestos en práctica para obtenerle. Entre las perfecciones que ya se han realizado, segun parece, por Edison indicaremos una sola: en aparatos 1Í.uevo , se coloca el papel de estaño, no ya sobre un cilindro, si no sobre un a plancha, en la que se practica una ranm·a que tiene la forma ele la espiral de Arquímedes , ó vulgarmente, en forma de caracol. El movimiento de esta plancha está combinado ele manera, que el estilete sostenido por la memlJL·an a traza sus inscripciones en la ranura espiral. Esta disposiciones seguramente más complicada que la del aparato enseñado en Paris pero permite que se coloque más pronto y con m~ts facilidad la hoja de estaño, y permito sobre todo que una vez escrita la hoja se coloque sobre otro aparato que puede hacer la reprocluccion, y puede estar en otra ciudad y en otra parte del mundo qu e el primero. En estas condiciones, será posible que la ocieclad francesa ele Física, do Paris oiga una comunicacion verbal de Edison, comunicacion


' LA NA'l'URALEZA confiada al estaño quince dias ántes, y que pasará el Atlántico bajo un sobre. Todav ía no se ha realizado esta cosa extraordina ri tt, pero lo serú por poco que se esfuerze Mr. Edison en continuar por el camino que ha emprendido tan brillantemente . Añadamos, para terminar, ·.que el fonógrafo puede co mbinarse con el teléfono, y sin hablar de lo que podrá h acerse, debemos decir que se han hecho experimentos en Brusélas, en los cuales la membra na del fonógra fo se puso en el momento. de la reproduccion en con• tacto con un imán de teléfono. Las vibraciones producidas en la -membrana por el estilete, dirigido por la hoja de papel de estaño préviantente escrita, producían corrientes telefónicas de incluccion en el hilo que rodeaba el imán, y se reproducían en un teléfono receptot' colocado á distancia . Son posibles otros muchos experimentos de este gé nero, pero no es este el lugar de dejar correr á la imaginacion; contentémonos con haber dado á conocer cosas ·que consideraban como irrealizables las personas más autorizadas hace poco tiempo todavía. Sepamos admirar y gozar con la sorpresa, y enviemos nuestros plácemes y muestras de admiracion al afortunado y perseverante inventor Mr. Thomas A. Edlson, de Menlo Park., ew-Jersey (Estados-Unidos de América). LA VIDA VEGETAL (1). VIO'.r 0111.A. 11lllGIA,

Explorando uu naturalista frances, A, ele Orbig-11y, la provincia ele Oorrientes, en los primeros clias del año 1827 descubrió en la orilla del Parauá, nfl.ne11te del rio el~ la Plata; un enorme nenúfar; era la Victoria regia. Admirado ante la vista de esta magnífica ni • facea, y convencido de la importancia de su descubrimiento, dibuj ó Orbig• y la planta acto continuo, y g uardó por último en frascos llenos de alcoh ol , las .flores y los frutos. A fines del año 1827 estaba conchu do su trabajo ,. y remitió dibujos, descripcioD, hojas secas Y )

)

(1) La v ida vege tal , llist o1·ia de las plantas, al alcance de 0 todo el mundo por Jionri Ernery.-1 vol, e n 8 . mnyo r, ilustrado oo d 4.20 grabados, en madera y 10 lá minas cromo litografiadas.-Paris, H acholte y C.•, 1878. Esta obra magníficamente editada, es cier tamente una do las más completas que pueden recomendarse á los amantes de la bolán ica.-Soberbias \,\minas e n co lor ; finos y notab les g rabados en madera forman un li bro d e g ran lujo; la co mp etencia y el talento del auto r , so n la mejor garant ía pa ra una obra em in entem en te científica y curiosa. Tomamos de la c itada ob1·a la descrip cion el e la Viclo1·ia 1•cgia, una ele las plantas m,is curiosas de la na turaleza.

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muestras con ervaclas en alcohol, al ]\fusco de Paris, donde todo quedó olvidado . CuaDdo volvió á Europa en 1835, publicó OrbigDy en su Via}e á la América meridional, los detalles ele su descubrimiento, pero sin lograr que se despertase la atencion del muDdo científico, siendo en esto tan desgraciado como Preppjg, viaj ero y bott\nico distiDgnido, que había encontrado la Victoria regia en los afl.neDtes del Amazonas, y la había dado á coDocer en 1832 con el nombre de Eurialia del Amazonas. ( Eu1·yale Amazonica.) Muy pronto, sin embargo, esta larga indiferencia debía cambiarse en preocnpacion general y repentina. El 1.0 ele Enero ele 1837, la observaba en las aguas de la Guyana inglesa Sir R obert Schomburgk, encargado ele una misionpor la Sociedad Real de Geografía do L ónclre, , y clió iDmediatamente parte ele su descubrimiento ú los boM nicós Íllgleses. El mismo año la describió y dedicó á la rein a Victoria el Dr. Luidley elt una publicacion especial, emiquecicla con h ermosas lümiua s, r de la que sólo se t iraron 25 ejemplares. Entúnces so preocupó todo el mundo con la nuern ninfácea. BotüDicos, aficionados y horticultores quisieron conocer su historia, lns circt111sta11cia, ele su descubrimiento, y el nombre del afortunado viajero á qtúen e11po lti dicha de desonbritlus. Consultando las desoripcioues de antiguos exploradores, se supo que h a bfo sido sefialtida desde 1801, en Bolivia, :i orillas del Mauoró, t ributario del Alto Amazona.s, por el botáidco aleman Hreuko, enca1·guclo por el gobierno español ele estudiar la flora del Pert't, y vuelta á ver alg nD0S uño des pues, por Bonpland en las mismas regiones . Por últ imo, los graneles establecimientos hortícolas se e forzaron tt porfia en obtener muestras viva . La empre a presentaba clliicttltades m uy serias, y fraca~arou las primerns tentativas. La primera data ele 1846: este afio pu. o Bridge, en tierra constantemente húmedo., semillas recogidas por él durante los meses ele J·unio y J'nlio ele 1845, en Bolivia, en l a pro~ vincia Lle lVIoxos. De 25 semillas compradas por el J ardín de Kew, solamente germinaron dos, pero mmieron muy pro11to las jóveues plantas, La introcluccion ele. la Victoria en el continente europeo se remonta al año 1849, época en que el mismo J ardiD recibio semillas expedidas en botellas llenas de agna ptlra. Desde entónces se e:x--tendió poco á poco ' la plaDta por las estufas, siendo sin embargo bastante escasa, sobre todo por los enormes y costosos aquariums que exige. En el mediodía se ha ensayado su cultivo, y :i veces con éxito, al air~ libre, y ha florecido especialmente en el J ardin botánico de Palermo. R easumamos los caractérns ele l a gigantesca · planta, con arreglo á los relatos de los viajeros y á las ob· servaciunes hechas en las estufas. E l tronco de la planta e un rizoma ele om,! á0m,6 de longitud y do 0 ,10 de grneso próximamente. La sing nlai• confor macion de_sus ~ojas ha admira~o e~ ~ d r tiempo á los pu eblos nberenos, y los nomb1 es rnd1géuas de la Victoria, proceden precisamente de la comparacion de estas forma con las de los objetos comun es. L os indios del Alto Amazonas, lasllam an I a1JUna: 111


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LA NATDRALEZA ·

nomb re de la g rnn sarten de hien o sin m ango que les sirve para secar la h arin a de m anihot. P ai·a los Guaranis, que habitan los confin es m eridionales donde se cría, es el Iritpé, literalmente plato de ag ua, y por ül timo los indios del B aj o Amazona s, la ll am an Anzuelo de l diablo, á causa de los po derosos y p elig rosos ganchos 'd¡ om,02 próximam ente de longit ud que erizan los peciolos, los pedúnculos, y la car a inferior de las corolas. Sólo con ver las hoj as, basta para~r econocer la pl anta. En la extremidad de largos peciolos cilíndricos, g rue-

sos como m ar omas, pu es t ienen 0 ,025 de di:ím etro, se extienden en la superficie del agu a corolas orbiculares de color verde oscuro por encima, p1írpu ra intenso por ·debajo, cu yas dimension es muy variables por lo clem as; alcanzan algun as veces más ele 2 m etros ele diám etro, bastan do un a sola para carga de un hombre. Estas en ormes cor olas, son por su -organiz.acion excepcion al la parte m ás-característica de la V ictoria regia En las demas ninfüceas, pueden comparar se est os órganos á s~m ples b alsas que flotan en la s uperficie del 01

F ig . !.-Vi ctoria i·egia do! lago Nuna on las riberas del Uoayali , aflu e nte del A lto Amazo n:is .

agua; las de la Victoria se conviert en en verdader as barcas, en virt ud de levantarse sus bordes á un a altura de om,10 á om,12. Su parénquima est á sost enido por poderosos nérvios que forman prominencia en la cara inferior; peciolo y nérvios están adem ás como t odas ·las hojas que sobrenadan , completam ente cubiertos de oquedades, disposicion que da á las h ojas, á cau sa ele sus grandes d imensiones, una enorme fu erza de r esistencia para sumergirse. En América se pasean las Zancudas, y los Papamoscas sobre estos pontones ele nuevo género, como sobre tierra firm e, en busca de su presa, y afirman los viaj eros que estas hojas pueden sostener á .un hombre, lo que p arecería increible si no se hubiese confirmado por e2..1Jeriencias h echas en las

es tufas . En el J arclin bot ánico el e Gante, una hoj a ele V ictoria, que m edía 2m,75 de ditímetro, r esistió la carg a _ele 114 kilogramos, bastante má s por consig uiente del peso medio de un ·h ombre, y u n jar dinero pudo co lo~ar se sobre ella sin que se sumergiera. L as flores nacen en la extremidad el e un largo pedúnculo de om,025 ele grueso, que las levanta om,15 á 0"',20 por encima del ag ua : se parecen á las g ig antescas flores de nenúfar ele Q"'.,35 á om,40 de anch as ; blancas la prim era noche de su exist encia, t oman durante la segunda y última nu m atiz rosado m ás ó ménos i nt enso. Son con efecto, co;uo ya hemo¡, dicho, flor es nocturnas que se abren po i' la t arde, exhalan toda la noche un olor p enetrante, complej o é indefinible, en el que se


LA NATURALEZA

perciber~ los aromas característicos de los frutos ele In, vainilla y del arranas, se cierran á la mañana siguiente para volver;;e á abrir por la tarde, y durar ha.sta el día siguiente por la mañana, en que se marchitan para siempre. Entónces se sumergen en el agua para madurar en ella un fruto globuloso ele om,15 ele diámetro, ('Specie de baya, llena ele muchas y gruesas semillas farináceas, que los habitantes comen tostadas, particu-

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laridad que ha valido á la planta en la provincia de Corríentes el nombre ele maiz ele ag1tct. IR!AllTEA Vll;-{Tn!CUL ADA

( [ ).

¿Puede soñarse algo más graciosamente extraño que la figma majestuosa de la Iriartea ventriculada (iriar tea ventricosa, Mart)? Su tallo, ·inflado en su region media, está sostenido á 2 6 3 metros del suelo por fuei·-

Fig . Z. -El fri a1·tei.Í de tronco ventricu lado (fria1·tca -vcntl'icosa). ele la cuenca del Amazonas.

tes raíces adventicias, y lleva á los 25 metros de altura sus hojas de 3 á 4 metros de largo, plennicortadas, con tiras onduladas y ligeramente do blaclas. ¿Quién podrá decir, por qué serie de tranformaciones debe pas¡ir el árbol para llegar á este estado? ¿Asombrará á nadie, que dadas estas formas excepcionales, ·sea de los más difíciles el cultivo de las iriarteas? Estas palmeras se crian en las orillas de las corrientes ele agua, 6 en llanuras sumergidas durante la estacion dé las lluvias. En esta atmósfera ardiente y húmeda, emite la· ,.,p arte inferior ele su tallo en una longit ud de muchos decímetros, raíces adventicias que se implantan en sentido

divergente en el suelo pantanoso y sqstienen por sí solas todo el árbol ántes ele que desaparezca la raíz normal.

( 1) Aiiadimos al grabado ele la Victo1·ia que tomamos ele la obra La Vida vege tal, el qu e el autor da del Iriartea. Al miBmo tiempo pnblicamos algun as lin eas relativas á este curioso á rbol ace rca del cual el Sr. Emery da alg unos datos en el capitulo en que se ocupa de las P almeras.

H. E.


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LA NATURALEZA

LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE EN

MÉJICO.

El doctor Hamy ha concluido las conferencias que ha dado en el nuevo Museo etnográfico de P~ris, con un rápido exámen de los documentos recog idos en el antiguo Méjico por los viajeros franceses, sobre todo por los que formaban parte de la Comision científica que exploró esLe país hace unos diez años. Tomamos de esta conferencia la exposicion de los documentos, que hasta ahora, eran inédito3, que se refieren á la antigüedad del hombre en la América intertropical, y á su coexistencia con los grandes mamíferos ya extinguidos. Despues de haber discutido con brevedad el valor de las leyendas americanas, y en particular de aquellas que se refieren á los orígenes del hombre y los fenómenos que han acompañado la aparicion y destruccion de las primeras razas humanas de Méjico y del Yucatan, continuó ei oradoe en estos ó parecidos términos: «De las varias razas americanas á que aluden los antiguos relatos mejicanos, es sin contracliccion la más notable, la de los Quinamés ó gi:gantes. Se demues.t ra fácilmente el orígen de la leyenda en que intervienen estos séres. Se derivan con efecto casi siempre ele las mismas semejanzas que la han dado orígen en las <lemas partes. Las tradiciones gigantéscas se han propagado y perpetuado en anibas Américas, á merced sobre todo de la abundancia de restos fósiles de los grandes mamíferos, como ha hecho observar Humboldt, hace mucho tiempo. »Las leyenda:s· relativas á estos séres fabulosos, se hallan en Méjico como en Colombia, en la América central y en parte de los EstadosUnidos, en íntima relacion con el descubrimiento de osamentas ó clientes de los mastodontes y de los elefantes grandes. Así ha observado el Sr. vVeber en la provincia de Nueva-Leon, que los huesos de los J_Jroboscídeos fósiles se llamaban entre los indígenas huesos de gigante. Guillemin-Tarayre, dice que al Sudoeste de Chihuahua, ántes · de llegar al Bolson del Mapimí, se ven en el aluvion gigantescas osament.a s, por las que se ha llamado á esta parte del territorio llanos ele los gigantes. »Lo mismo piensan generalmente los indios del distrito ele Sahuaripa, en Sonora, y hasta estos últimos años se ha creído en el mismo Méjico en la leyenda de los gigantes. »Por último, dice Berna! Diaz, que ha podido observar en Tlascala, en tiempo de la conquista,

huesos enormes que los jefes tlascaltecas tomaban por huesos de gig antes exterminados po r sus antepasados, y Humboldt no duela en creer que si los olmecos se alababan, segun Torquemada, ele que sus padres vencies·en en esta misma meseta de Tlascala á los quinamés, se debe á que se encuentran en ella molares· de mastodontes y de elefantes, que en todo el país toma el pueblo como dientes de hombres de estatura colosal. »Todos los gigantes americanos no tienen sin duda orígen en la existenuia de osamentas fósiles en los terrenos superficiales. Muchos de ellos son perfeetamente al parecer la personificacion de graneles fenómenos naturales, como Zipacua y Cabrakan en los libros ele los quichés. Además, la existencia ele estos séres extraordinarios, sirve tambien para explicar la construccion de algunos trabajos como los de Cholulan, que parece imposible al pueblo que se atribuyan :i hombres como los clemas , y á los que atribuye la obra del gigantesco Xelhua. )) Sin embargo, los proboscícleos, representan en resúmen el papel más importante en la h:storia ele los gigantes ele Méjico y de la América central, y los quinamés en partjcular, no son otra. cosa que esos elefantes colombianos (E. Colombi) cuyos numerosos restos llegados al Museo de Paris, han proporcionado á Gaudry los _elementos para una interesante monografía qu e aparecerá en breve. · ))En la leyenda son destruidos los Quinamés por los Olmecas. Estos no son séres imaginarios como los quinamés ó Tzocullocas, híjos ele X eehua y de Jukub-Cakix. Formaron con los Xi c'alancos, los Mixtecas y los Zapotecas una primera capa étnica, extendida por casi todo Méjico y cuyo equivalente se encuentra en otras reg iones americanas y especialmente á orillas de ese Rio Gila, cufas famosas Casas Graneles han siclo objeto ele tantos estn.dios. )) ¿Pero son estos Olmecas los primeros indígenas que han poblado el Nuevo Mundo? ¿Es bastante antigua su existencia para que hayan vivido al mismo tiempo que el Eleplw.s Colombi y los mastodontes? Hasta ahora n u nea se han encontrado restos humanos en Méjico, en los aluviones que contienen los restos de éstos animales; es por consiguiente imposible responder á estas dos preguntas en el estado actual de la ciencia. !> Todo lo que puede afirmarse, es que conforme á la tradicion, y ántes ele los últimos acontecimientos geológicos que dieron á la Améri ca su constitucion actual, existía ya un hombre


LA NATURALEZA cuyos caractéres antropológicos se desconocen todavía, y que en Méj ico particularmente fué este hombre contemporáneo de los g igantescos an irna les, cuya destruccion concl uyeron los olmecos, segun los relatos indíge nas. Sabemos con efecto , desde las investigaciones de los exploradores franceses, q u e se encuentran de cuando en cua ndo silex visiblemente trabajados por la mano del hombre, en los depósitos q u e contienen los dientes y los huesos d el Elephas Co -

lombi .

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paso por las provincias centrales, se hicieron d os descubrimientos que pusieron casi por completo e n evidencia el yacimiento, en los a luviones cuaternarios, de instr umentos trabajados con las formas consideradas en Europa como las más antiguas. >)E l Sr. Franco expedía á la Comision científica francesa, en 1869, entre otros objetos recogidos en el departamento d·e Jalisco, una pequeña h acha (fig. 1 y 2), descubierta en el aluvion antiguo del río de J uchipila, afluente por la derecha del rio Grande de Sar.tiago, cerca de la antigua ciudad chichimeca de Teul, capital de la confederacion de las tríbus del Nayarit. E¡¡ta h ach a, constru ida co n silex agrisado, tiene el aspecto un poco g raso y la fractura concoidea que se llama chert en los EsLados-Uniclos, tiene 47 milímetros de lon gitud por 31 de a n cho y algo ménos ele 10 ele grueso . Es, como se observa, una recluccion de los instrumentos tan conocidos con el nombre de hachas ele Saint-Acheult. Debió experimentar por mucho tiempo la accion de los ag entes atmosféricos, ántes de enterrarse en e~ depósito de donde sali ó al excavarse. ·No tiene nin guna señal de sLircos . Las dos caras están h echas con algun os grandes g olpes; otros más pequeños dan á los bordes, cortantes por todas partes, la forma llamada lengua, ele

>) Gu illemin - Tarayre h a co nsagrado tambien la expos icion rápida de alg unos hechos que se refiere n. á esta interesante cu estion muchas páginas de una importante memül'ia. Cuando este viajero recorría el Norte de Méjico, las locali dades ·en que se había observado la coexistencia del ho mbre y de los mamíferos extin gu idos, no eran ya más raras e n los departamentos septentrionales de este país. Unicamente carecían de precision todavía por lo comun las noticias referentes á los descubrimientos h echos e n ellas. Se había indicado por ejemplo á Guillem in-Tarayre en los aluviones de los alrededores de Chihuahu á, el hallazgo de dientes de elefante con algunas señales de la presencia del hombre, sin enterarse sobre la naturaleza y valor d e las pruebas sobre la coexistencia de ambas especies . E l Sr. Calvo, có nsul de Francia gato. .»El segundo descubrimiento relativo á los h aen G u aym as; Etchego u ren , cóns ul de España en bitantes primitivos de Méj ico central se hizo Matzalan, el cura de Jalisco, cerca de Tepu, le en Guanajuato. Guillemin-Tai·ayre había menenseñaro n piedras talladas p_rocedentes de la So nora, d el Si n aloa y de Jalisco, algun as de las cio n ado el hallazgo, en el lecho ele los arroyos cuales pasaban . como extraídas de aluvion es que desembocan ele las cañadas superiorei:1 d e la a nti g uo s, pero s in que nunca se hubi ese com- serranía de Guanaj u ato en la cañada de marfil, «ele muchas h achas ele varios tamaños» y peobaclo científicamente el yacimiento. restos fós iles , entee los cuales citaba un cliente »En Dueango le afirmaron, sin más precision, que había pertenecido á un individuo del gén eque ·se h abían encontrado r estos de grandes ro bos . Alfonso P inart ,ha tenido á bien co munielefantes ce-r ea de esta ciudad, con hachas de carnos una pieza sacada de la ad mirable colec«buen tamaño ». Por último se le elijo que «accion de antig ü edades mejicanas. Esta pieza, que cidentalmente se h ab ían enco ntrado alg uno s procede de Guanaj uato, en vez. de h aberse en instr um entos ele piedL~a al pié de la Serran ía de contrado como las q u e cita Guill emin-Tarayr e, Zacatecas en los terrenos ele Cieneguilla, no lérodada por alg una corriente, se e n contraba al j os de una cabeza comp leta de elefante con sqs descubrirse en p leno clepósit:o cuateTnario, no defensas. »Ab_sorto durante sus rápidas coreerías por léj os de la misma ciudad de Guan aj uato. No se el Norte y Centro de Méjico, por los estudios trata a hora de una hacha, como en J alisc~ ó en especiales que se le habían confiado por la Co- las cañadas ántes mencionadas, sino de una lanza mision cie ntífica, G uillemi n-Tarayre, tuvo que de la,fonna llamada por los arqueólogos tipo del Mo-ustier (flg. 3). Es una pieza elegante y limitarse á coleccion ar los h echos que se .le inde hábil fabr i-cacio n ; un solo golpe l a h a sepadicaban, sin poder profundizar s u est udio; pero r ado de su núcleo, y la s uperficie concoid ea prose h abía d espertado la atencion de alg unos investigadores por la especie .de estudio arqueoló- ducida por este ch oq u e, y desde la cu al se observa co n claridad el bulbo de percusion, consg ico y ethnográfico que h ab ía hecho aq uél en tituyo por sí sola , como en toda pieza que pertodo su camino, y poco tiempo clespues ele s u

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tenece á este tipo de inst rumentos primitivos, la cara inferior. La cara superior está determinada por dos planos de á n g ulos muy obtusos; el asta presenta a l gunos surcos destinados á sujetar el mango; la punta es muy aguda, y los bordes tal lados en líriea recta á golp es pequeños, se separan y d esp ues convergen de una á otra extremidad con n otable regularidad, dando ;L los contornos casi el aspecto ele la hoja de laurel. La longitud de esta punta de lanzá es de 107 milímetros, su anchura ele 46 y su gr ueso máximo no baja de 1 centímetro . Es como el hacha del rio de J uchi pila. Su color es gris morcn uzco, ligera m e nte veteado d e moreno y blanco; es débilmente trasluciente en los bordes, s u aspecto es algo céreo y l as fractu ras son desiguales. ii El tercero y último testigo que puede interrogarse sobre la coexistencia del hombre y de los gi·andes animales extinguidos e n la América espa ñola , presenta. una disposicion no m énos clarae interesante. Este instrumento, cogido en un grue!3o fragmento de chert, de color gris azulado y negruzco á veces, .al cual ha dejado el obrero primitivo cerca de un ter cio de un a de su:; caras con s u cor teza nat ural bla nq uecina 6 parda, rugosa y desigual, es una especie de raspador del t ipo Moustier, es decir, que presenta todavía una de sus caras s in ningun trabajo especial, y la trabajada co n b asta nte regula.ridad para presen t~r en tres cu a rtas partes por lo ménos de s u circunferenci a una curva regular que se ob tiene separando

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Pig . 1 y 2.

Pig . 3.

oblicuamente una serie de fragmentos excéntri~amente colocados, y retocando con pequeños golpes los contornos así obten idos . iiEste raspador, que que debía ser un instrumento de alguna potencia, pesa unos 147 gramos, y tiene 77 milímetros ele longitud, G8 de anchura y28 de grueso . Jla figurado mucho tiempo en la co lecc ion del Sr . Bobai1, últimamente adquirida por el r. Alfonso Pinart. El Sr. Boban se la había cncon trado en un a excaYacion practicada á gran profundidad en depósitos c uaternarios no removidos, paea establecer trabajos de defensa en los alrededores de 1\Iéjico. E l terreno es casi por completo semejante ~L los quo en Huehuetoca, en Toluco, e n T excoco, etc., en la misma cuenca del Anahuac, contienen los numerosos restos del Elcphas Colombi, señalados por 1\Iilne Edwards á la Comisio n científica de )Iéj ico, en 185G y 1866. El raspador estaba enterrado en ell os á 8 m etros próximamente de profundidad. »La existencia de un homb re contemporáneo d e los gran des proboscídeos, hoy ext inguidos, parece demostrada tanto y tan bien en el Anahuac, como en el valle del rio Grande ele Sant iago. i> e sabe que ya h ace al gu n tiempo se h an señalado hechos en s u mayoría de la misma naturaleza, en varios puntos de los Estados-U nidos. Recordaremos solamente los qu<;i h a dado á conocer el profesor Dani el Wilson, y que revelan l a existencia en un a época lej a na , e n Kansas, "\1/iscons i , estado de Ncw-


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York, etc ., de un sér h umano, que fabricaba COLUM A LUMINO A instrumentos de piedra, que recuerdan casi OBSERVADA. EN LOGELBA.ClI (ALSACIA) siempre, como los que acabamos ele estudiar de EL 23 DE MARZO DE 1878 . :Méjico, los sil ex tallados ele los terrenos cuaternarios, de los El r. Trindepartamentos cano se ocupa del Sena, la de la descrip So mme ó del ci o n ele este Oise. fe nómcno de » i el instruque ya hemos mento ele piehabladoá nuesdra encontrado lectores. tros por cott á ·H el mo En piés de profunen que mento d i cl a cl en el ohser·á puso se clri(t de P ike's co la arle, v peak ( Kansas), luz de lumna no tiene una alcanzaba una, forma bien cade ?5 clevacion rn c ter í s tic a, ansu 28°: ú au nque su traconstanchura bajo sea tan te en lodo el g r osero como ticm pode la ohel ele los útil es Fig . l y 2.-Column a lumino3a ob-ervada e n Logelb ach (Al ~a cin), el 2~ el e ~I arz ele 1878. servacion memás antiguos 7 h. mairnna . día 2 á ' 2°,-: el G h. 30 m. mañana. del hombre cielo, que estacuaternario europeo, el hac ha ele Lcwislon, encontrada al ba brumuso en el punto de salida ó de oríg en hacer un pozo, en una profundidad que no se hacía resaltar más c. ta banda vertical de color rojo ceniciento, en el horiha determinado, es absolutazonte, que se convertía en mente iclé ntica á los ele Saintrojo anaranjado en el zenit. Acheu lt, Abbeville, etc., deEl respl_a ndor de esta cosignadas por Evans con el lumna varió poco de las sei. y nombre ele hachas amigdalo· media á las sielc; durante este dcas. Los cuarenta y tan tos rn había trasladado espacio instrumentos descubicrlos por de 4° á 5° . .,.\ horizontalmente el Dr. Hoy, á do3 piés y medio el disco sopresentó siete las de profundidad en la arcilla, subido. E l de rojo color un lar inmediatamente debajo ele una con parecer l a reflejaba ciclo capa de turba, cerca ele Racilos color de gradaciones sus ne ('Visconsin) y de los cuales solar peclro e~ un de matices figuran dos ejemplares en el inmenso; excepto la intensiInstituto Smithosoni ano en se encontraban en él to dad, \ Vas hingto n, se parecen al de colores en su escala arlos dos Lcwiston . mónica. iiPor úllimo, el instrumento Cortante en sus bandas hode Tejas, depositado en el misrizon_tales, se destacaba la como tipo con su rudeza y sus ieregularidades de fabrica- Fig . 3.- .\ pecto del fe nóme no á las 7 y 15 l urna luminosa brillante y Yide la ma ña na . Ya en los diversos colorns del cion. En los Estados- nidos, cori10 en 1éj ico, los pdmeros vestigios del hom - rojo vivo al amarillo .de oro . Un minuto despues de amanecer, estaba el bre son exactamente parecidos á los que ha dejado en Europa, hallándose colocado en medios sol incandescente; la columna se replegó cntónccs sucesivamente sobre su disco de fuego, y casi del todo semejantes. duró más de cinco minutos en el e¡:¡tado rudi-


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mcntario, de un a borla luminosa de 3° de altura, y despucs desapareció por completo.

LOS ENCADENAMIENTOS DEL MUNDO ANrnIAL ~,-:r. U:-1

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(Concln ion.- Véaso pi\g . 355.)

Con el nombre de Proboscídcos, se incluyen en las clasificaciones modernas los Dic1·otheriwn, los 1\Iastodontes y los Elefantes, es decir los mayores de todos los mamíferos terrestres. , Durante el período terciario, estaba ya representado este órden por especies más imponentes todavía que las actuales, y entre oteas por el Dinotherium., que tenía más de cuatro meteos y medio ele alto, pero que no debía rem_ontar mucho más en la serie ele las edades. 1\Ierece tenerse en cuenta este hecho por todos los que admiten que los tipos rri~s perfectos y los más divergentes son los que aparecieron los últimos. Los Proboscídeos son con efecto, muy superiores en varios conceptos á los demas un g ulados, y eetán dotados, como los ungu iculados , de la facultad de prehension, solamente que ésta, en vez de ser peculiar á los miembros anteriores, reside en una trompa constituida por uua prolongacion del apéndice nasal. no de los primeros Proboscídeos que se conocieron, el Mastoclon angusticléus, se diferenciaba sensiblemente de las especies actuales, por la forma de süs molares, la de su reemplazo, el número y dimension de sus defensas, la elevacion de su cabeza, la prolongacion de su cuerpo, etc.; pero entre él y las formas modernas, se interca la n muchas especies que establecen la gradacion: l\I. Gaudry, cita por ejemplo, el Mastoclon tapi1·oicles ó t'l,l1·icenses del mioceno medio, de Simorre (Gers), cuyos molares se parecen cuando es jóven á los del Mastoclon angustideus, y presentan en la edad adulta el tipo tapiroicles, y encontrándose tapizadas de prominencias unguladas, colocadas en forma de colinas transversales. Á ·veces aumenta el número de estas colinas, y se interpone entre ellas cierta cantidad de cemenío; de este modo se establece una transicion hácia los elefantes actuales, y es lo que se observa en algunos mastodontes fósiles de la India. Es, pues, imposible establecer el límite entre los molares de los mastodontes omnívoros y los de los elefantes hervívoros. Los incisivos no suministran mejores caractéres_para separar ambos grupos . En los mastodontes hay con frecuencia colmillos en ambas mandíbulas; en los elefantes por el contrario, 10 hay colmi-

llos en la mandíbula inferior, y los superiores adquieren á veces un enorme de arrollo. Pero hay transiciones entre estos dos extremos, puesto que el Mastoclonte arvernensis, no tenía colmillos infeeiores, y el Ma.stodonte americanus sólo los tenía cuando jóven. La altur~ de los molares y la longitud de los incisivos, varían no sólo en un genero, sino de una especie á otra, resultando de esto naturalmente diferencias en el desarrollo de los músculos elevadores, en la prominencia de la parte posterior del crán~o, y por consiguiente en la forma ele esta caja ósea. ería completamente fácil, dice Gaudry, presentar gradaciones análogas en la prolongacion ele los miembros, y particularmente ele los miembros anteriores, en las dimensiones del cuerpo y de la region cervical, etc. Los elefantes se parecen, pues, á los mastodontes , y probablemente se derivan ele ellos. _ o sucede lo mismo con los Dinotheriu1n, que se han extinguido sin dejar pos"teridacl, y que constituían un tipo especial entre los P1·oboscícleos. Con efecto, estos animales presentan un aspecto tan extraño con sus colmillos fuertemente encorvados (fig. 1), que se han desconocido por mucho tiempo sus afinidades zoológicas, y se han colocado primitivamente entre los mamíferos acu,'tticos. Aun colocándolos hoy todavía entre los proboscídeos, no se les puede hacer derivar ele ningun tipo más antiguo . Lo mismo sucede por lo <lemas con los mastodontes, cuya filiacion no puede establecerse ]1asta e l presente de un modo satisfactorio. Como ántes hemos dicho, los unguiculados se distinguen en general de los un gu lados, por s us miembros anteriores que sirven á la vez para la prehension y la locomocion. o todos poseen, sin embargo, en el mismo grado la facultad de coger los objetos con las patas delanteras, y se obsen an en este concepto los muchas diferencias, revisando los desdentados, los roedores, los insectívoros y los queirópteros, que componen el gran grupo de los unguiculados . La mayor parte ele los ungu iculados son hoy cosmopolitas; se exceptúan sin embargo de esta regla los desdentados, los cuales se hallan hoy confinados en el continente americano, donde vivían ya durante el período cuaternario y áun á fin del terciario. Pero ántes de esta época no contaba la América desdentados , y la Europa por el contrario, hoy privada ele ellos, totalll)ente poseía al principio del período terciario varios representantes de este órden. Deben, sin embargo, considerarse los desdentados como mamíferos de orígen bastante reciente, y puesto que están al mismo tiempo señalados


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con una especie ele inferioridad organica , sumi- han descubierto los restos ele los mamíferos planistran al pa recer argumentos á los acl versarios centarios m ás antiguos. Desgraciadamente los roedores son, en general, a nimales ele talla tan ele la do ctrina ele la évolucion. S in embargo, dice Gauclry que importa observa r que hay en- pequeña que sus osamentas escapan fácilmente á las investigaciones. Es cierto, sin embarg o, q uc tre estos animales dos especies ele inferiorida d, resultando un a ele que estos séres no han al- se remontan á una época muy lejana, puesto canzado todavía su maximun ele desarrollo, y que presentan divergencias notables con los otra ele que han pasado ele él. Tal vez están los mamíferos ele los <lemas órdenes, y hasta con desdentados en este úlLimo caso, y deben ser los ungulados, con los cuales encuentra algüconsiderados como los desce11dientes degenera- nos puntos ele contacto Forsyth Major . Durandos de oteas mam íferos. Hay que confesar, sin te el período terciario vivían ya formas análo embargo, que es 'difí cil referidos a una forma gas á las que pueblan actualmente el planeta; a nterior , el 1\!Iacrotheriuni, descubierto por el yeso ele Montmartee, los terreno.s mio ceno s Ecl. Lartet·en el célebre yacimiento ele Sausan. · ele Saint-Guerrancl, de Sausan , d e Eppelsheim, En este desdentado, presenta n las patas un meca- contienen restos ele ardillas, ele espermófilos, ele nismo completamente particulae, siendo sus- castores, ele pueeco-es pines y do liebres: l os Titanomis no difieren de los Lagomys más que ceptibles las enormes uñas que las terminan, por la falta del tercer molar posterior; los Paele levantarse durante la marcha, no solamente leolagus del N ebraska, se parecen mucho á los como en lo s gatos, por una elevacion ele las faLeporiclos; los Plesiosarctomys á las m armotas; l a n ges ele las uñas, s ino como una vuelta ele los Myarion á las ratas americanas, etc . Puetodas las falanges sobro los metatarsiános y · los den hacerse observaciones análogas á propósito metacarpianos. Los huesos ele los dedos, del de los insectívoros , que h an dejado igualmente antebrazo y del brazo estaban conformados muchos vestig.ios en nuestros terrenos miocecomo en los animales trepadores, y los miemnos, vestigios que establecen conexiones evibros posteriores eran más largos que los ante- ' dentes entre familias hoy rn uy distintas. Por úlriores, al contrario ele lo que se observa en la timo, los Queirópteros contemporáneos ele la mayor parte ele los mamíferos cuaternarios, las formacion de los fosforitas de QuerC)' , del yeso manos dirigidas hácia afuera, h aciéndose impoele Montmartl'e, se parecen ele tal modo á nuessibles los movimientos ele supinacion como en tros murcié lagos, que pueden considerarse co los pangolinos, por la soldadura del radio y del cúbito, que segun Lartet se operaba en los in- mo sus antepasados directos. Comparando en segu ida los carnÍVOJ'OS ele la dividuos viejos. Acaso, sin embargo, á desp efauna moderna , con los ele la fauna terciari a, cho de esta organizacion de trepador, caminaba descubre Gau'dry lazos ele pa rentesco tan nota penosamente por el suelo el Ma.crotheriwn. Do bles corno en los herbívoros: el oso del plioce no, todos modos, su par iente próximo el A nciloth eele Auvernia, tiene graneles afinidades, segun 1·iwn, animal todavía mas fueete y m ús ropaeece, con el oso rayado ele la América del Su r; busto, era un mamífero andarin, pu es aunque la Hiena eximia ele Pikermi, con la hiena pa rtenía las extremidades conformadas como el da; la Hy ama arvernensis , con la hien a rayada . Mac1·otheriwn, estaba más a plomo sobre el Los perros, los gatos y las nutrias d el pl ioceno suelo, alcanzando próximamente sus cuatro pade Perrier y ele Montpellier, el crag ele Tng late r tas la misma longitud. Geacias á este· tipo exra, del mioceno medio de Sausan y del mioceno traño, la distancia que separa los desdentados superior de Epp elsh eim, se parecen de una maele los ungulados se onc uentea li geramente disnera indudable á las es pecies actuales. Pero h ay minuida. más: en nuestros días , como todo el mundo saMientras que los clesclentaclos, presentan sebe, presentan los carniceros grnncles diversidañales ele decrepitud, tienen los roedores un asdes, en el concepto del rég im en y del género ele pecto ele juventud, si así puede ·d ecirse, y son vida, si.e ndo unos, como el oso, m ás ó ménos al parecer los mamí re ros cuya evolu cion no está omnívoros, alimentándose otros, como el leon, terminada. Por l a pequeñez ele la vexícula ala nde carne fresca, y ofros, por último , ele cadútoides (es cleci r, ele un órgano importan te del reto veres , como la hiena. Ofrecen por consig uienque co ncurre á la formacion ele la placenta) se te considerables diferencias en la longitud y colocan estos un guiculados hasta cierto punto,· fuerza ele las patas, el poder ele las mandíbulas, entro los marsupiales y los place ntarios. Es, la forma de los dientes y la proporcion ele los pues probable, que ll egará un clia en que se enmol•ares masticadores ó tuberculosos, con la de contearán sus restos en los terrenos en que se


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en el veso. Resulta de esto que como los h erbílos molares cortantes ó carnice1·0s. Ahora bien, l a paleontología ha revelado 'la existencia en los voros, sé enlazan los carnívoros d e los tiempos tiempos terciarios, de tipos mi xtos, que unen pasados co n los de los tiempos modernos, presentando a lgunos tipos que han desaparecido unos grupos con otros, hoy bien separados. E l Amphicyon por ejemplo, provisto de una den- sin dejar desce nden cia. Entre estos últimos, ticion a n áloga á la de los perros, tiene sin empuede citarse el terrible Machaerodus, cuya mandíbula superior estaba armada de dos cabargo más largos los canin os y.más rectos que estos últimos an imales, más pequeños los preninos exfraordin ariamcnte prolongados y cormolares y los carniceros, y más anchos por el tantes, como hojas de ·c uch illo. contrario, los tuberculosos: E l carúcter de oso, E n trn los cuad rum anos, es decir, en t re los im preso por animales el desarrollo que tieacn de los tu e l pulgar bérculos es oponibleá todavía más lo s demas marcado en dedos, no el H yaenasó lo en l os miembros relos, que ·anteriores, nos conduce ::;ino en los al .lEluro pus, este nopostcriore~, para no intable carn ivolucrar cero del TiGaudry las b e t, que se ideas gencparece á la ralmenteadvez á los tejones y á lo_s mitidas, deosos. Los alja todavía ga li as aclos L em urítual es tic d e os, que n en en la otros n atur alistas com andíb ul a inferior una loca n probatuberculosa b l c m ente m énos que conrazoncn los perros; un gr up o pero los Cy aparte, y que han dcnodon, de Fig . !.-Cráneo del Dinolhernim giganteum, YÍsto tle pe1:fil. ( 1/12 tamaño natural.) j ado a l g u1 os cu ale s h a senos vesti ñalado el Dr . Filhol diez y siete especies g ios en · los terrenos terciarios. Un o de estos en las fosforitas de Quercy, presentan oscilaLcmurídeos, parecido á los L emur propiamente dichos y á los H apa/emw', ha sido descubierto cio n es unas veces hácia el tipo oso y otras en 1862 por Rü timeyer, en el terre no siderolí hácia el tipo perro. En las hi enas son generalmente muy pequeñas las t ub erculosas, y bas- tico ele Egerkingen, cerca ele Soleure; unido tante grandes por el contrario en l os a lgalias; además á los Galagos y á los Indris, h a s ido pero en el género I ctither ium, estos mismos descubierto en 1871 por Delfortrie en las fosfodientes presentan un as veces ta n pequeñas diritas de Beduer (LoL); por último , más recientemensiones como en l as hien as, otras el mismo mente h a dado á conocer el Dr . F ilhol dos espe- . desarrollo que en los a lgalias . Por último, e n cíes del mismo órden, procedentes ele las fosfolos gatos de l a fa una actual, no se ve ni tuberritas ele Quercy . El animal que Delfortrie ll amó Palcelm:ur y que d.e b e colocarse en el género culosa inferior, ni segundo premolar; pero en Adapis, se enl aza, seg un Gaudry , por medio los félidos de los terrenos terciarios de la Europ a y ele América, se observa á veces un segun- ele los Aplwlotherium, co n los un g ul ados, cudo premolar, ó una pequeña tuberculosa como yas afinidades con los Lemurídeos h a bían siclo


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ya descritas por Milne Edwards y Granclidier en Eduardo Lartet, por su parte, ha dado á conosu gran obra sobre Madagascar. cer el Pliopithecus antiquus, animal más ó méLos monos han estado en otro tiempo lo mis- nos parecido á los Gibbones , y el Dryopilecus mo que los lemurídeos, más cercanos á oteos del que desgrnciadamenLe no se posee más que órdenes, que lo están al presente. Entre los pa- el húmero y un a parle de la mandíbula inferior, quidermos, el Cebochmrus de los lignitos de la peeo que era seguramente un mono de organiDebruge, presenta algunos caractéres rimianos; zacion muy elevada. (( E te Dryopitecus, dice oLro t:into puede decirse del Hyracotheriwn Gaudry, se aproxima al hombre por muchas parque Owen había considerado, despues ele exami- ticularidades; la estatura debía ser próximanar los dientes, como un verdadero mono. (Ma- mente la misma, los incisivos eran pequeños, cacus eocenus. ) Por otra parte, entre los mo - los molares de atras tenían pezones ménos renos, el Oreopithecus del terreno mioceno de la dondeados que las razas europeas, pero bastanItalia, presenta en su denticion algunas analo - te semejantes á los pezones de los molares ele gías con el Chmropotam:us, pero evidentemenaustralianos: se ha supuesto (esto no es seguro ) te con afinidades bastante pequeñas, y en las que el úILímo molar salía despues del canino cuales no pretende apoyarse Gaudry para estacomo la muela del juicio en el bombee . Al lado b lecer la fil iacion de los cuaclrnmanos. Lo que de estas semeja nzas, hay una diferencia que ades cierto, es mir a, en que se han cuanto se descubierto coloca una restos de vamandíbula rias especies humana dc<le mono s, y b aj o de l a entre otras, man dí bula de semnopidel Dryopiteco s y de t c cus : en una mandí macacos, bula humapor Bakcr na, en qucel Durancl , primer moFalcon e r y lar posterior antley, en es más fuerlas col in as te que en el Sewalik, y D r y o pitepor Servais cus, el canien los alreFig . 2. - Es c¡ uclclo del Jlesopillwc us f'ent •lici (l. e .11bra) , yisto do pel'lil. (1 / ;, de su tam a ño natura l). no y los prededores de molares son l\Iontpellie r por el contrnrio más débiles· esla diferencia es de y que, por consiguiente, lo verdaderos cuadeumucha importancia; porque la corLeclacl de los manos, datan por lo ménos ele mitad de la época terciaria. El único mono fósil, cuyo esqueleto dientes anteriores eslá en relacion con lo poco que sale la cara, y es por consiguiente una señal se posee casi por completo, es el Mesopitecms Pentelici, que ha sido descrito primero por '\Va- de la superioridad humana· lo que .caracteriza gner, y del cual ha recogido Gaudrymuchos hueesencialmente la cabeza del hombre, es un extresos en Pik.ermi (fig . 2). El ángulo facial de 57°, n1ado desarrollo de los huesos que rodean el anuncia, al parecer una inteligencia relati ,·aencéfalo, sitio de la inteligencia y tal disminucion de los huesos de la cara, que en vez ele formente desarrollada ; los dientes denotan un régimen que no ern exclusivamente frug ívoro; la n1ar un hocico , no son ~ ás que la fachada de igualdad casi completa de dos pares de miemla cabeza . >> i Gauclr y insiste tanto en estas diferencias, bros, revela un animal andarín ; y por último , la acumulacion ele osamentas en un mismo si- es porque muchos naturalistas han creído descubrir señales de incision en osamentas de _anitio, indica una especie que viví a en pequeños grupos . Este Mesopitecus, como puede prcveer- males extraídos del terreno .mioceno, y porque e por el nombre, era por el conjunto ele los el abate Bom·geois ha reunido toda una coleccaractéres, una especie intermedia de dos géne- cion ele sil ex procedentes ele las calizas de Beauros actuales; elgé nero Semnopiteco y el '1acaco . ce, y que presentan á su vista la forma ele cu-


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chillos, raspadores, chupadores . Hasta ahora no ha podido descubrirse á pesar de las más activas investigacio nes, el menor hueso humano en esta profundidad •algo mayor que la de Pikermi y de Eppelsheim ; nos vemos, pues, obligados á poner en duda las observacion es hechas por muchos paleontólog os, á admitir que excavaciones más afortunadas descubrirán algun resto de la especie humana, sin duda muy poco numerosa en esta época lej ana, ó suponer, por último, que .los sílex recogidos por el abate Bourgeois so n obra de los antepasados del hombre, y acaso de los Dryopithecus. Esta última hipótesis puede parecer muy atrevida; Gaudry se in clina á aceptarla con preferencia á cualquiera otra, negándose á creer que la especie humana haya sido en la época miocena media lo que es hoy , y que haya atravesado sin cambios un espacio tan largo de tiempo, cuanao las demas formas animales se modificaban en torno de ellas. En el conjunto de sus estudios, ha adquirido Gaudry la conviccion de c1ue todas las criaturas ha1:i siclo efímeras, y que aquellas cuya vida es . más corta, son precisamen te las que h a n siclo más poderosas, como el Dinotherim n, el Anthracote1·ium, el Sivathe1·ium, el Helladotheriwn, el Machmrodus, etc. Pero al lado de estos séres, cuya fuerza vital se ha agotado muy pronto por decirlo así, y que han desaparecid o sin· posteridad, hay otros cuyos descendient es florecen todavía en la naturaleza actual. Lapaleontolog ía no sólo revela los lazos de parente ;co entre estas especies modernas y sus antepasados, sino que permite descubrir los lazos que unían en otro tiempo géneros, órdenes y grupos, que ahora parecen separados por un abismo. En los cambios sucesivos experiment ados por los mamíferos desde el principio del período terciario h~sta nuestros dias, han entrado por mucho las condiciones exteriores, así el desarrollo de la familia de las gramíneas, que datan del período terciario y la desecacion de algunos brazos ele mar que poníán obstáculo á las emigraciones, debieron eviclenleme nte favorecer la multiplicac ion ele los herbívoros; pero no conviene exagerar la influencia ele los medios, pues en nuestros días algunas regiones cálidas, cuyo estado físico no ha cambiado sel1siblemen te desde el fin ele los tiempos miocenos, poseen, sin embargo, una poblacion animal completame nte diferente. Para profundizar el estudio ele los procedimien tos con los cuales se han operado las modificacio nes de las especies, sería necesario poseer materiales mucho más numerosos

que los que la fisiología ha puesto hasta el presente á nuestra clisposicion; por esto ha creído Gaudry que debía dejar á un lado cuestiones todavía oscuras que constituyen la esencia del Darwinismo . S u trabajo está pues, exento de esas teorías nebulosas en las cuales se extravía demasiado á menudo la escuela alemana, y no se apoya más que en hechos bien demostrado s: es ante todo, en una palabra, una obra rigorosamente científica; pero al mismo tiempo, gracias á las figuras ejecutadas por un hábil artista y profusamen te intercalada s en el texto; gracias á la claridad cl-éla exposicion, al arte con que están agrupados los hechos, este libro se leerá en todas partes con mucho interes, é inspirará, así lo creemos; á jóvenes trabajadore s, el deseo de caminar por la via trazada por el sabio profesor del Museo ele Paris, y de llevar una piedra al edificio de las ciencias paleontológ icas. ~

EFEO'l'OS DE LA INSOLAOIO N. El doctor Viguier expone los diversos acci~ dentes que puede prov.ocar la insolacion en los países muy cálidos. La accion del sol muy prolon gada determina un :1, congestion fulminante y rápidament e mortal. El Sr. Viguier ha observado un caso en el Mar Rojo. Un marinero, que había subido al puente con la cabeza descubierta, cayó casi de repente y murió al cabo de media hora; las pupihs estaban contraídas, el pulso duro y lento , la respiracion extertorosa , y pérdida absoluta de conocimien to . Lo más comunes que la insolacion se traduzca simple• mente por una congestion pasajera; el principio puede ser brusco y acompañad o de pérdida ele conocimien to, pero por lo comunes insidioso. Pasados algunos instantes, ú, veces bastan dos ó tres minutos, á la accion del sol con la cabeza desnuda, ó clespues de un tiempo más ó ménos largo, aunque se tenga la cabeza suficientemente protegida, se empieza por sentir cefalalgia, á veces muy intensa, bien pronto acompañad a de inapetencia , insomnio y fiebre; se pre~entan entónces algunos vómitos y casi siempre constipacio n. En los casos más graves, la fiebre va acompañad a ele delirio. Los accidentes se disipan al dia siguiente ó a-1 otro, pero tambien pueden continuar durante varios días, sobre todo cuando el enfermo no se ha sometido it ningun tratamiento . Por lo demas, un purga nte y un diade reposo bastan en los casos más ligeros . Otras veces, determina la insolacion una verdadera mening itis. Viguier ha observado


LA NA 'l'URALEZA un ejemplo de ella, en el J apon en un hombre q uc, des pues ele haber pasado un día entero expuesto al sol fué atacado de dolores de cabeza in tolerables, luego perdió el conocimiento y murió el tercer dia. En la autopsia se encontraeon las meninges muy engrosadas é infiltradas. A consecuencia de un baño de mar en HongKong , un marinero fué atacado de dolores de cabeza que aumentaron durante aquel dia y en el siguiente, y se acompañaron ele fotofobia y de vómitos , así como ele una gran excitacion cerebral y fiebre viva. El enfermo curó, gracias á la ad_m inistracion ele varios purgantes y á la aplicacion ele un ancho vejigatorio en la nuca, préviamcntc l'asuracla.

LA SORBO_r _e E. ainte- Clair Deville, ha descrito en la 8orbona el 23 de febrero último los célebres experimentos ele Cailletet y Pictet sobre la licuefaccion ele los gases con una gracia y una amabilidad tan encantadoras, y á veces con una emocion tan comunicativa, que nadie ha creiclo que fuese un efecto rebuscado. El éxito del ilustre académico fué especialmente oratorio ; los experimentos excepcionalmente difíciles, no eran brillantes. o podía tratarse ele reproducir los grandiosos y peligrosos experimentos ele Pictet, no existiendo todavía en París, segun creemos, el material para ejecutados. Por lo que toca á los brillantes experimentos de Cailletet, su proyeccion directa por el r ay.o eléctrico es actualmente por ·10 ménos, tan delicada, que no han podido conseguirse sino , gracias á la presencia del mismo Cailletet, que, á pcticion ele su ilustre maestro Deville, abandonó su fábrica ele Chátillon-sur-Sei n e, para ejecutarlos delante del ilustrado público de la orbona. Cuando por la accion del frio se convierte el aire en una niebla líquida y opaca, ésta se disipó en seguida, y sólo las personas más próximas al cuadro blanco pudieron ver la línea luminosa (produci la por la luz eléctrica que pasa á traves de la parte vacía del tubo ele cristal de compresion), oscurecida por un relámpago negro, si se nos permite la frase, en el momento de la descomprension repentina. Con el hidrógeno, que no produce mas que un velo "'L'is > más fucraz todavía, no se vió casi nada. b o Hubo tambien la fortuna de escuchar la rclacion del grande experimento de Pictet al obtener granalla de hidrógeno , eslallando los apla usos cuando el profesor recordó que la n atura-

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leza metálica de este gas, había sido prevista medio siglo ántes por su glorioso maestro, el Sr. Dumas, que estaba presente y le apretaba la mano. Haciendo alusio n á las profesiones respectivas de maestro de forja y "fabricante de hielo artificial, concluyó Deville diciendo : ccCailletet es el hombre de las aplicaciones del calor y Pic~et de las aplicaciones del frio; estos rivales, son amigos: que unan sus esfuerzos, y tal vez un clia nos presentarán un lingote de hidrógeno y un pan de aire. l\I. Renan ha dado otra conferencia en la orbona, examinando á grandes rasgos el método científico que, aplicado á la comparacion de las raíces lingüísticas , de las gramáticas, ele las mitologías, ele los trajes, de las costumbres de los pueblos, permite establecer su filiacion histórica, llegar hasta su origen, y ay uda á Iienar, con el estudio de las lenguas comparadas, como con el de la arqueología, las grandes lagQnas de la historia y ele la leyenda. u conclusion fué, que existe una completa separacion entre el parentesco de las razas, que es del dominio de la historia natural, y el ele los idiomas, que lo es de la historia; sus límites geogrúficos, su descendencia, todo es disLinto y casi sin relacion. Un len guaje basado en las leyes rigorosas de una si ntaxis, no ha podido formarse al principio mas que en una tribu muy numerosa y muy enérgica, que extendió poco á poco su len gua, ya por el comercio y la colonizacion, ya por la conquista · ó por la emigracion y la multiplicacion. Los romanos impusieron por la conquista su lengua á la Europa latina, y los arias divulgaron su o-ramática y su mitología por la emigracion desde la India á Irlanda. El profesor concluyó entre los aplau os del auditorio, afirmando que la nacionalidad no está constituida por la raza ni la lengua sino por la Yida omun, los recuerdos comunes de gloria y ele desgeacia, la libre union por consentimiento recípro co tle todos los ciudadanos de un país. ·

S.M.

MISCELÁNEA. Fisiología vegetal.- El Sr. Corcnwinclcr, químico de Lille anuncia ·que las hojas jóvcnc se conclucen bajo el punto de -Yi ta respiratorio, lo mi mo que lo animales: exhalan ,\ciclo carbónico basta en el centro del dia, clistinguiéndo e esta propiedad á medida que_


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g rafo en el q ue se in scribían d e un a m an era co ntin ua las variaci on es ele la p resio n b a r ométrica de la temperatu ra, del estad o hi grom étrico * del ai re, la velocidad y la clireccio n d el v ie nto . El Propa g a cion de l a phillox era .- U na serie muy . P . Secchi recib ió poes u apar a to la g r a n m eda ll a inter esan te de planos dirigidos p or Duclaux i la deoroy la cr uz d e ofi cial d e la L egio n deHo n or. Academia de Ciencias Paris, pone de m anifiesto la E l P. Secchi h abía es tud iado las m atem át icas desastrosa rapidez con que la philloxera ha extendido sus est ragos en el Oeste de Francia. Son muy interesuper;iores y la mecá ni ca celest e b ajo la clirecsantes y D umas anuncia que van á publicarse. cion del padre Caraffa; p ero en lo que esp ecialm ente se hall ab a á más a Hura , er a en las cien* 'f. 'f. cias de observacion . L as Me morias publicadas El Gallium.-Como complem en t o á la Memoria de desde 1850 por el ob servador del Col egio Ro malos Sres. L ecoq de Boisbn.udran y J ungfleich h an preno, justifican el que las d ive r sas S ociedad es de sentado muestras de cloruro, bromuro y yoduro de gaEurop a s e apres u raran á a dmiti rle e n s u serio. llium, dando al mi smo tiempo detalles sobre las pr eD es de -18 56 era m iembr o d e la Academia de los cauciones que conviene tomar p ar a ob tener cristalizado el nu evo m etal. Nouvi L incei, de la Socied ad italia na d e Cien* cias, de las Academias Conserva cion de blo de T ur in , Bolonia y Náques ~rrát icos.- Se t r ata po les , de la Sociedad de que eJ Gobierno fran ccs Heal ele Lón clr es, de la tome alg unas m edid as enS oc iedad Real Astr onócaminadas :c'L conservar é impedir la rlestrnccion de m ica y corresp on sal del los muchos bloques errátiInstit uto de F r a n cia . E l cos que h ay esparcidos en P . Secchi h a p en etra territorio frances y que son do los m ás misteriosos seuno de los fenóm enos m ás cret os d e la co n stitu cion curiosos de la geología. del sol y d e las estre* . llls , merce d á s u h a biliFundac i on de premio. dad p_a ra las in vestig a - 1VI. Dumas ha anun cin.do cion es espectroscópi cas . que «una per sona que deL as Estre llas, obra ·p usea g uardar el incógnito)) blicada reciente m ente en le h a m anifestado el deseo, italia n o, cont ie ne t odos lo mism o que· á Alfon o los resultad os ele s us in Guérin , de ofrecer :í, la Acav estigaciones; es el comdemia la sum a de 6.000 ple mento ele s u gran fran cos, destinados á premiar la aplicacion m ás útil, obr a escrita en fra n ces El P. Secchi. Nació el 29 de Jun,o ele 18 18 y m u1-ió el 2G de los trabaj os de Pasteur, El So l, cuya seg un da ele F ebrero ele 1878. al arte de ~urar. eclicion se h a publicado * por la librería Gauth ier-Villa r s, e n d os m ag nífico s vol ú me nes en 8. 0 , con un lujo de t ipograPla netas pequeños.-El incan sable Sr. P et ers fía y de il ustr acion , d ig na d el obj e to y del a utor. n.uuncia el descubrimiento de un nuevo asteroide, cuya ascension recta y declinacion señala. S e co n sidera q u e el n ú mer o d e Me morias que el sabio italiano h a env ia do á las difer entes So---=o-<>o=---ciedades cient íficas , pasa de trescie ntas. Gran E L PADRE SEOOHI. nú m ero de esos t r abajos se h a n publi cado en las Memorias ele la Acade mia de Cie n cias ele París, E l ilustre director del observatorio del Cole- ele la q u e el P. Secchi era un o de los m ás actig io romano, falleció el 26 ele F eb r ero ú ltimo á vos correspon sales . los 60 años ele edad , y á co n secu en cia ele u n cancer del estó mag o. S u n ombre se h abía hec h o popula r en Fran cia desde la ép oqa ele la Expo siPROPIE T A RIOS GE RE NTE S : P E ROJO H ERM A NOS . cion un iversal ele 1867. Se recu erda todavía el éxit o q u e obtuvo s u i nge ni os o apara to m et eoróMutlri tl: 1878 .-Tipogrufi u-Es terco tip iu P1.mow. cr ecen, y cesando esta exbalacion por completo en el m om ento del desarrollo total.

de


Núm . 25.-18 Mayo 1878 .

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' NUEV.l:\ MAQUINA PARA HACER CIGARROS. Es indecible las proporciones que de algunos I años á esta parte va tomando en Europa el con-

Nueva máquina. para lncer cigarro~; c1;ii1. de un , de I ,~ 1.p wa t n q,11 _ya e3tán funcion a ndo en la fábl'lca <le tabacos de la c.alle d Orsay en Pal'ls.

sumo de cigarros procedentes de las fábricas de tabacos del Estado. Basta para convencerse de este aserto considerar lo q ue está pasando en la

república vecina, donde hace diez años se gastaban sólo 9.000 ,000 de cigarros por año, mienteas el dia de hoy pasan de 649 .000 .000, te25


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nienclo i:on este motivo el Estado, que adoptar medidas para poder safü;facel' las n c1.:esiclacles ele los co ns umido res . Vamos, clespues ele hacer a lgu nas observaciones sobre el particular, á dar á conocer la m,í,q ,tin a úlLimamente invcnlada, en la que se hallar,í, una ingeniosa y delicada apl icacion ele la i\Iccúnit:a. Bien conocida es la co n feccion de los cigarros hech os á mano por cada uno de los consumidores. Entre n osotros los españoles, se hacen liando tabaco picado en un pe,¡ucño rPctán g- ulo el e papel especial, preparado casi en su total id ad con celulosa pura: en los clemas paÍ:;es ele Europa el tabaco clcstinnclo á ell o sue le ser e l de hebra. Si la confecc iones en las fúbricas, no haciendo á mano mas que los de tamaño no comun por su grosor, los más de lgados suelen hacerse con moldes más ó ménos ingeniosamente dis puestos, á fln de manejarlos co n prontitud y faci li dad. Despucs ele no po cos ensayos para obtenedo, se han lleg ado á discurrir dos m ·íc¡uinas, destinada la una á los cigarros de tabaco en h ebra y al picado la otra. La que rcpresc~ 1;a el grabado ante1·ior, e. L(t ele tal moLIO dispuesta, que e n lo s diversos movimientos de s us partes, va sucesivamente reproduciendo los d istintos estados por que pasa el cigarro i1ntcs ele salil' hecho. El movimiento de todas las piezas del aparato se obtien e, como en todas las m :í.c¡uinas de estrnctura complicada y cuyo movimiento no exige un consumo de fuerzas considerab le , por medio de ruedas dentadas, una s que flgurnn discos y otras de forma ci lín drica , pu es nada mejor que las ta les en virtud de sus clientes y muescas para estarcont inu amentc produciendo un movimiento ele ascenso y descen so en cualquier pieza que sobre ellas descan se. La pi eza A es un cilindro dentado, y la B una rueda con idéntica propiedacl. Esto supuesto, para faci litar la inteligencia ele lo qu e sigue, pasemos ú ver cómo funciona la múquina. Lo pr im ero que esta hace es el tubo de papel, que despues ha ele ll enarse de tabaco, para lo cual In. múquina m isma desarrolla, por medio de l pequeño carrntc O, el papel que en gran cantidad está arro ll ado á la bobina D, en rujas de 15 milímetros ele ancho, y de l que toma la cantidad necesm·ia para un c ig arro , ó sean :25 mi límetros . Esta can ti dad ele pape l es en un momento cortada, timbrada y presentada á unas pinzas cilín dr icas E, que continuamente entran y salen e n alguno de los tubos del porla- m.olcles. Las pinzas clan vuc l ta e n roll ando el pape l, y moj a ndo· éste a l ser se-

p:u-aclo del carrete O, uno de sus bordes en goma arúb iga, que se h a ll a disuelta en un ,t plancha de cao uluhou c endurecido, invi sib le e n el gra bado por tapa.ria e l carrete C. Tan lu ego corno el papel acc1ba de flnro ll arse, se un e dicho bord e a l otro que le corresponde y en consee u e nuia resu lta. un tubo ó cartud10 perfecto, c¡ue permanece en en el porta-moldes, mientras las pinzas salen ele él en virtud Jcl moYimicnto del ci lindro A, al propio tie mp o que e l porta-moldes dando 1/9 de vue lta en v irtuJ del movimiento que le comunica el ci lin dro B, prcscnla á las pinzas el orifiuio sig ui enle, repit iéndose otra vez la anterio1· openiL,ion. Si sólo se tl'atase de hacer lo s tubos de papel neces a1· ios para el cigarro, b11sü\ría: dis,currir un mecanismo que los hiciese sali r del porta-m oldes á medida que los fuesen a llí dejando las pinzas; pero no s iencto este e l Jln de la mittJuina , ern pt·cciso cliseurrir un mecanismo en cuya virtud se l lenasen de tabaco los ca:·tuuhos ó tubos, Veamos el modo como esto se rea liz a. Pat·a el lo, mientras se h ace e l sexto tubo ó cartucho, un pequeño pislon G, movido po i· la rueda cilínelriua H, arroja di primer tu bo hácia la cxtt·emidacl de l que le contieñe e n el porlamoldes, cuya fol'rna es la de un embudo . Inrnccliatamen te clespues, la vari ll a I, movida por la rueda cil í nclrica A, vierte en e l sobred icho tubo ele pape l la porcion ele tabaco a l efecto preparada en la pieza K, que ll eva el nombre de compresor. Para prepat·ar esta porcion de tabaco es para lo que se necesita la accion de la cigarrera que ú este fin le dispone en uapas de regu lar espesot·, sobre una correa si n fin, que g ira movida por una corredera p róxima ú sus manos, tomándole para e ll o ele la caja L. La combi nacion del movimiento ele la correa sin On con el de un carrete destinado a l erecto, es la causa que h ace al tabaco entrar continuamente en proporciones iguales en el compresor de q uc án tes hablam0s y de l que, segun vimos, sa lí a para cntrár en el tubo de papel, ya preparnclo en el porta-m oldes . En c uanto se ll ena un tubo 6 cartu uho, el portamoldes da 1/9 ele vuelta co locúnel ose de modo que otra vari ll a J, movida a l mismo t iem po que la I por el cil ind ro A, puede clespedil' del molde el cigarrn ya concluido. Con eslo queda terminada la conreccion propiamente dicha del cigarro, pudiéndosele· rccogct· en un recipiente cualqu ic1·a, como se verifi· eaba en los primeros tiempos de la invencion del aparato. Pero inclustrialrnenlc cons id erado , tal procedimiento es in acep ta bl e, pues e n su consecuencia se ve ía n ohli gaclas las cigarreras


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á tener que recoger el fruto de su trabajo y colocarlo en órclen para el necesario recuento y embalaje, lo cual obligó á pensar cómo se podría hacer que la misma máquina ordenase los cigarros, y en honor ele la \'erclacl, debe decirse que el mecanismo para ello adoptado no es ele los ménos ingeniosos del aparato. Los cigarros se van colocando por órden en la caja M, para lo cual una corredera semicircular los lleva, eles pues ele hechos á una plancheta terminada en ranura de forma tambien semicircular, qL e en v irtuci de un movimiento vertical levanta los cigarros ya colocados en la caja, y pone en el fondo do la misma los últimamente hechos. EsLe es el órclen de operaciones seguido por la máquina do que tratamos en la fabricacion tle cigarros, los que salen tan parecidos á los. hechos por las manos más habiles, que es imposible poder distinguir los unos de los oLros. En prueba de las v0ntajas que esta máquina t'eporta, sólo diremos que si úntes en diez horas una persona sólo podía hacer '1 .200 cigarros, hoy, con ella bien manejada, se puede en igual liorn po obtener 9. 600. La con Lruccion y perfeccionamiento de estas máquinas, cuya primera idea se debe á M. Su sini, es obra de M. Durand; debiendo no obslunlo decirse que sólo cuando empezaron á dnsa;yarsc en las fábricas del Estado, donde recibieron algu nas modificaciones, fué cuando perdiernn su carácter meramente teórico y comenzaron á ser de provecho para la industria.

EL P .1-'LR ~SITISMO. Habiendo la naturaleza dolado ele Yicla al número mayor posible ele séres, justo era q uo para proporcionar [l todos cotidiana subsistencia pusiese en el mundo un númern abunclantísimo ele alimentos . Desde la dulce miel ele la abeja y el rico fruto del banano (Miisa para.clisia.i.:a), hasta las carnes podridas y los más viles detritus; desde la leche de los mamíferos, hasta la del árbol maravilloso que da un líquido semejante á ella (Gulactoclenclron utile ); desde los cereales que nos sirven ele alimento cotidiano en el pan que de ellos se hace, hasta el peecioso fruLo del árbol ('1 ) que nos lo proporciona ya preparado, tocio ha sido por la naturaleza liberalmente ofrecido ú los animales, para que tanto

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1,; 1 1i1•/.Jol e/el ¡,;w.

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del reino vegetal como del animal, puedan á su , arbitrio elegir el respectivo sustento . ' Existen entre los animales a lgunos parn los que las materias vegetales constituyen pre ferente y casi exclusivo alimento, acometiendo en su hambre devoradora así las hojas como las flores, los frutos Y: los granos, como las cortezas y las más duras maderas, no viéndose libres de sus ~faques ni áun las raíces más tenues ó más se1:iultaclas en el seno ele la tierra. Otros por el contrario, se alimentan de sus1.ancias animales, como canies, pieles, lana, plum.as, etc. _sien~o en esta clase muy ele notm· los que perfectamente armados para el ataque , acechan con un acierto que espanta el momento oportuno en que poder hi.nzarse sobre su peesa para cleslrozarla y clovoear sus entrañas y carnes aún palpitantes. ]?oro toda,ia son más temibles los que 110 te niendo un gusto cxc1uisito para elegir alimento , se contontnn indiferentemente con :iquello que encuentran en su camino , ya sean muebles, vestidos, calzado ó cualquier otro prnducLo que proceda de la industria y pertenezca á los reinos animal ó vegetal, llegando algunos en su afan ele buscar vivienda y alimentos, hasta taladrar los costados ele los buques acorazados, como lo hace el animal llamado Tereclo navalis, y hasta á agujerear otros, sin más instrnmentos que sus dientes los mortí "eros proyectiles cuya invoncion debió el genio ma ligno ele la guerra sugerirá los ambiciosos conquistadores, para que en sus combates derramasen sus súbtlitos arroyos ele sangre (1). No pocos ponen su morada en el cuerpo mis• mode los otros, exigiendo .í, sus huéspedes que los alimenten de su propio sustento , ó á lo mónos ele sus residuos, siendo, en una palabra, ver• daderos comensales. El lugar por ellos es.Jogiclo para a limentarse con la sangee y sustancia ajena, es unas veces la parte inmedialamente contigua á la piel, otras , lo más interno del animal , ya prefieren la boca ya el estómago. ya por fin el mi mo tubo intestinal. Estos comensales abundan onto das las clases de animales, sin excluir los peces. As í por ejemplo, el Fieraste1·, cuyo cuerpo es de forma tan aplanada como la de una espada, habita en el canal cligestívo ele las Hololhw·ias ó coho1Jtb1·os ele m,a1·, alimentándose en dicho sitio ele las sustancias que estos últimos dedican á la a( 1) _\luJim r ac¡ui a l U ,·oce1·u · ju r~ 11 cus, cspet:ic do ltim nópLc rn que dura nte la g ue rra rlc Crim ca , fu ó ,·is tn p 11· el ma ri scal Y a ill1111t ag-11jc- r , n1· rnri a• ha la, d e fu sil ,


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tisfaccion de st-is necesidades. É insistiendo sobre lo mi:¡;mo _¿quién al abrir ostras, almejas ú otros , parecidos mariscos, entre los cuales el llamado Pinna nobilis, no se ha encontrado un pequeño crustá_ Fig. 3.-Nigua macho. ceo · conocido ya en tiempo de Aris- ligro su vida. Pudiera decirse que son como un tóteles y designa- pobre necesitado que ha de ser socorrido para no do por este sabio con el nombre ele

Pinnotem? Las fábulas que ,i propósito ele las mútuas relaciones entre las especies citadas se han es- parcido, son bastante numerosas, Segun u nos, la Pinnotera desempeña para con el molusco que le da hospitalidad, el cargo de conserje, Fig , 1,-Actera hembra. no abandonando la habitacion que ocupa hasta la muerte del propietario. Otros dicen, que siendo la naturaleza tan parca en conceder vista á las almejas, que llega á negarles. sentido tan esencial, para resarcirse de esta falta, ofrece dentro de las conchas vivienda á la Pinnotcra, que Liene ojos muy excelentes, con el fin de ponerla al corriente de cuanto sucede á su alrededor, Inútil es refutar tales errores, siendo lo único de verdad que en esto hay el que la Pinnotera sea simplemente un comensal dotado ele la suficiente habilidad para espiar el momento en que abriendo el molusco las valvas de su concha, pueda introducirse y apoderarse de losresP ig. 2. -Actera hembra (muy agrandada), tos excrementicios. Los parásitos, al contrario, tienen la propiedad de vivirá expensas del vecino, consistiendo toda su arte en explotarle lo más posible, con tal de no poner en pe-

Fig. 4.-Nigua hembra.

morirse en la calle, pero que guarda pcl'fectamc_nte el conocido precepto de no matar la galli-

r l

Fig· 5.-Trenia solium ó solitaria. a, Cabeza.-b. Serie de anillos ó más bien de individuos agregados,-Cabezá y primeros anillos del mismo en mayor tamaño.-a. Roslellum,-b, Corona de dientes,-c, c. Ven• tosas.-a núm. 2. Forma ele los dientes.


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na para no perder los huevos, de donde puede

de la mesa, y el carnicero mata Ja presa para satisfacer sus necesidades, el parásito no Ja mata, sino que disfruta de todas las ventaj~s reportadas por el hu ésped á que se adhiere ,i Todo animal, incluso el hombre , mantiene generalmente una ó varias especies de parásitos que se alimentan ele su carne y sang re. A hombre adulto se adhieren especies distintas de las que al niño, y en todas edades llevamos sobre la piel parásitos ele género distinto de los que nutrimos en el interior del organismo. Sin saber por qué nos horrorizamos con sólo oír el nombre de algunos, mientras la existencia de otros que sabemos de cierto se hallan en pacífica posesion de algunas cavidades. de nuestro cuerpo, por ejemplo, algunps Acarns del género Limonea quemoran en las cavidades ,,. nasales, no nos proi,I ,o • duce la menor per• 1' turbacion ; ántes al • ' o "' • contrario, llegan en • o o .,. Fig. 6.-7',erda se1Ta ta procede nl.J de ~OJ:1t1 ,·us cc rel,1·a lis • criado en el intes tino de un perro. algunos países los ' " hombres al exteemo fácilmente sacarse la diferencia que le separa de considerar como un signo ele salud digna de envidiarse, la presencia de los b parásitos más temibles, como prueba ele lo cual, podemos citar á los abisinios, que jamás creen tener más perfecta salud que cuando coPig . 8.-Un a n' llo a dulto ó p rog lotis ele la Trenia sonocen llevar en sus lium.-i. On1ri o co n ra mas, -[J. Oviclucto. -a, h. O rgaintestinos una ó dos no masculin o. solitarias. 6 Entre los animales ú que presta el hombre inconscientemente socorro y vivienda, podemos primero c;tar cuatro Gestadas ó Solita1·ias, que 5'l:l alberg an en el intestino, además tres ó cuatro distomas que mora n en ig ual sitio y tan1bi cn Pig . 7.-:,.it'tm. 1. Uislicc rc:i s..1,cad o del cercbt·o del hombre. a , porcion a nteri or de su cuerpr.,, co ntra ída; b, parte a nteen la sangre ó el híg ado , y por último nue, e ó rior.-Núm. 2. El mismo con la porcion a nteri or de su diez N ernatodas c uya morada es la carneó el cuerpo saca da fu e!'ª · a, vejig a caud a l ú rece ptáculo del seo/ex lleno de liquido; e, extre midad a nterior y vacía de l tubo digestivo. A los referidos _suelen á veces ctJ erp o del cisticerco; d, cabeza y cuello del c isticerco constitutivo del scolex de la 7'renia. - Iúrn . 3. R eunion de scolex agregarse .Gestadas poco desarrolladas ele las del camurus ce rebral a dh erida á una pa ,·te de la ve.jiga, hallamadas Cisticer cos, Equinococos, Hydastidas llada en e l crá neo ele un carn ero; a, b, e, scolex .-Núm. 4.. Scolcx vuelto h:i.cia a fu Elra y agrandad o. a , doble coron a de y A ce falocistas que ponen el seg uro refugio que dientes; b , un a ele las ve ntosas ó chupadores de la cabeza; encuentran en el hombre en los órganos que e, g iron es de la Ye jiga.-Núm 5. Cabeza del mis mo vi sta de fr ente co n su dobic co ron a de die ntes y s us cua tro ventosas. carecen ele sal-ida, como el globo del ojo, los -Núm. r,, Dientes del mismo, agrandacl os.-Núm. 7. Scolex ventrículos del cerebro, el corazon ó la membradel camurus ce1•ebralis hallados e n e l intes tin o del pe rro. 1 na conjuntiva. Por último, dejando á un lado del comensal y del carnicero, pues, miéntras e¡ ¡·ciertos. organismos inf~riores que se _Presentan primero no es más que UJ1 simple acompañante en el foetaro ele los dientes , y tamb1en en las

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membranas mucosas, viven á costa nuest ra cua- de q ue s us hij os encontrarán a l nace r, e n los t ro especies de pioj os, el cimex, anim al muy pa- ó rganos inte riores ele los Bu.prestes, la ca n t idad recido á las chin ches, la p ul ga y dos es pec ies de a lime nto n ecesari a para ll egará s n co mpl eto ele aca 1·os . clesaerol lo. Oomunm ente se cree q ue to dos los parásitos Adh eridos los pa rús itos perfectos firm emente tien en n ecesidad., du rante to da s u vida , del ani- :~ s u presa, nun ca la ab a ndon a n sino cua nd o, mal á qu e es tán acl heri (los ; pe ro esto no es cier- h abie ndo su frido una transfor m acion , necesitan to, como pod rá ded ucirse ele las sig ui entes oh- d istintos a limentos, q u e no h a lla rá n s ino en otro servac iones . a nimal , perteneciendo á esta clase la mayor parte Los h ay q ue vi ve n lib res, independientes y de los helmintos ó cntozoos, c uya vari edad so n vagab undos e n su prim era edad, pasando cua n- los im prop ia mente ll a ma.dos so li tarias, tan fredo más viej os á ser ad here ntes, ele q ue so n ejem- cuentes en los intes tin os del h ombre y otros plos los lenieos y las acteras. (V. fi g . 1 y 2. ) mu chos a nim ales. Otras veces , s iendo la hemb ra parásito , conse rSabido es qu e las solita ri as ('1), anim ales de va el m acho s u in depend encia, co ntentá ndose cuerp o tan a pl astado co mo un a cinta , por lo que can chupa r ele paso la sa ngre ele s us víctim as, los n:it urali stas les ha n dado el n ombre el e Cestal es la ni g ua ó Pu lex p cnetr,11is ele la A méri- toiclos, co ns ta n ele un a cab eza s uma mente reduca meridional , s umamen te a l1 cionacla á in trod u- cida, a t·mada d e c uatrn ve ntosas y de mu chos cirse bajo la piel ele los dedos el e los piés, hin- clien tes en form ~ de gancho, di sp uestos e n dos chándosele tanto el vientre, un a vez dent ro , q ue co ronas : s u cu erpo, uni do á la cabeza por un el t ronco y la cabeza parece n se r me ro s a pénd i- cuello dé bil sí, pero di vidido e n partes perfe ctaces, siendo en este estado indec ibles los dol ores m ente d istintas, se h all a form ado po r multitud q ue proporcionan a l pacie nte . de a nill os, qu e, teni e ndo a mb os sexos, de ben Entre los pa rás itos qu e un a vez crecidos se ade más mirars e co m o indi vidu os co mpl etos, co nse rvan libres, m erece n soh ec todo co ntarse simplem ente agrega dos entre sí pa ra form ar un a los J eneumóniclos y los T a.quina1·ios . L os pri- s uerte de fala.ns terio cie ig ual co ndi cion q ue el m eros, cuyo cuerpo es esbel to y gracioso, tien en so ñado por Fo uri er y E nfo nt in , ó constit uir un a alas sum am ente té nues q ue sie mpre bate n, y s u rep úbl ica s~meja ntc ,í, la p ro cla mada por Duabdómen termin a en un largo taladro ú ovid ucto, po nt y ~ em o m\ defe nso res acérri mos del refecdel q ue se valen para m eter los hu evos d entro torio comun pa.ra. loclos los ciuda, da.nos . Cua ndel cuerpo del anim al escog ido por víctima . E n do ll eva n aú n poco ti em po ele vida, no da n incuanto las la r vas salen del hu e.vo, devo ra n poco d icio alguh o el e' lo q ue 111 :ts ta rde ha n ele se r , y (t poco las en t ra ñas del anim al que las e ngen- s u destino en tó nces es rea li za r un a se rie de m ed ró, teni en do mu cho c uidado de n o to car e n un t amorfós is y emi g raciones, p or cuyo m edio se prin cipio los órga nos más esenciales , h asta qu e haga n capaces de r eprod ucie su es pec ie, s ieqclo , viéndose ya co n alas y ·en d isposicion ele la nzar- c ua ndo lo alcanzan , verdaderos ccs toiclos . Digase á volar, rom pe n fi nalm e nte la piel hu eca q ue mos algo ele las c uri osas circun stan cias por qu e cubre las ent rañas del sé r q ue ta nto bien les hi- pasan. ciera dá ndoles v ida, y que ellas devoraron , la nL os a nill os de un a téni a, qu e separados de zá ndose en segu ida á ,·o lar alegre mente por los los de mas en los intes tin os salen fu era mezcla dos co n los excrementos, está n ll enos ele hu evos :iires . Otros himenópteros, mu y co no cidos ya en el fe cunda dos y capaces ele p rn du cir la~ la rv.~s ó mun do cie n tífico, gracias á las curi os ís im as ob- . cmb ri one>', á qu e se da el no mb re de p1·osco lex. se rvacion es de Leon Dufour y de M. Fa bre qu e Estos h uevos, innum erables casi, se enc ue ntran dota dos de un a vita lid ad ta n so rpre n dente, qu e, les d ieron el n omb re de -Ccrceris buprcs ticida.s, :ico melc n sin co mpas ion á los coleóp teros del si i nnum erables exp erim e ntos directos no v i0 ni ese n [t conurm ar la, parece rí a in creibl e; pu es , ·é nero Hu.preste q ue por s u bell eza m erece n el nom b re ele reyes ele la ontomo logía, y encon tra- no só lo resiste n du ra n te a ños ente r os el fri o, el calor, los t iem pos m:ts secos y los más húm edo el f'l aco de su coraza, en riq uecida co n oro, es meralda ó za fi rn, v ierte n en la. h erida q ue por dos , s in o qu e ade más aq uell os age ntes quimiél le h ace n un ven eno s u til y ac ti vo con c11.1 e se :ido rmece la víctim a, y , lle\'ún do la ú su galer ía ( 1) F:io n so/it;.11·ias c uand o no es mús q ue un h UC\' O ó un s ubterránea, junta n ;í, s u lado o tras m uchas, has- scol c.~ lo r¡11 se clcsnrr nll n é n e l l11 bo diges tivo; pero s i l:1s ta q ue, pareciéndoles s u·nc ie nte la provis ion , cire:in. tnneins r¡ ue m,ts ny urlnn :\ In i ntroclurcion de estos g usanos en la s _vísce ras son favo rables, no es 1·ar o ve r asoci:trl ns cierr,1 11 b p uer la clel s uh tc rd m eo , seg uros yn f,•rs i', r11:i.tro r n 11 11. mis :110 l1omh1'C'. :


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LA NATURALEZA

cosque más parece ha bían el e serles perjudiciales, como el a[c;ohol y el átirlo 1.:1·úmico, no les molestan lo mús mínimo, pal'ecie ndo que la naturaleza ha tomado á su cuct1ta el sacados de tocios estos pelig ros ele muerte. Y aún en el caso ele que perel.:i cse n tocios m é nos uno, este so lo bastaría, con tal ele que lograse conclicion csfavorables á su clesarrollo, para reparar todas estas pérdidas y perpetuar la especie. Los embriones ó procos lcx sal idos ele los huevos son ele transparen cia casi completa, y se componen de u na masa ge latinosa llamada p1·0to¡1lasma, desprovista ele músculos y nervios, y que por lo tanto puede contraerse en todos 1lenticlos. En medio ele dicha masa sarcódica se encuentran seis clientes en rorma de agudísimos corchetes, distribuidos ele dos en dos, ocupando el medio un par ele ellos casi rectos y sumamente unido el uno al otrn, por lo · que parecen una lanceta ó estilete que, en virtud del movimi e nto como el e vaivcn qu e le es prnpio , puede mareh ar húcia adelante y h iwia atras .. Lo:,-: otros euatro dientes restantes, que por la figura que 'peese ntan mere ce n con verdad el nombre de corcheLes que se les da, se hallan de dos en dos colocados á deeeclrn é izquierda ele los primeros, é imprimiendo su movimiento ele adelante hácia atras á tocio el cuerpo, y por consiguiente á la lanceta, un impul,;o basta nte fuerte, movida por él la lance1a, puede clecenlat\ como lo verifica en e "eclo, aquellos tejillos en los que pee tende la í é nia pen etrar. Log rado su intento, se envuelve en un saquillo ó envoltura vexiuular, con lo cua l pasa .a l estado ele gusan o cÍ,;tico ó swlex, y perdicmlo s us estilete~ . primitivos, apat·ece en s u lug ar una doble cornna de corchetes más numernsos y fuertes que los primerns, cnyo fin e.s hacer que la ténia, desprovista aún de sexo, se pu eda eon ellos ,1 flan zar al h ué:;pecl que la debe man tener. La ténia no puede e n trae en un a nimal t:ii éste no intr-oduuc en su estómago los órganos de aquel sér que m:is ó ménos Liempo ab1·igó en su se no el proscolex ó embrion prirnil.i vo, y, :; i esto se veriflca, luego sale la té nia ele _s u lct,,rgo, abandona la vexícula en que e,;taba en vuelta, como dedo en g uante, y pe netra por lln en el inteslino prnpiamcntc tal. Para m;-'i,; f1jae las id eas y que nuestrn pensamiento se entienda mejor, vea mos cómo se desarrolla la ténia, que es lo que más nos iHteresa, por hace r este animal Lanto daño e n los inte;;tinos del hombre, donde, una vez inLroclu ciclo, sólo los remedios más violentos, como el llama-

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do Couso, corteza de granado, le pueden arrojar. Por mucho tiempo, y con no pequeña equivocacion, se creyó que la ténia como todos lo s clemáslwlmintos, proceclian ele gcne1·aeion espon·tánea; pero hoy todo el mundo sabe c¡11e prncedcn de un huevo , y que, salidos de él, tienen que pasar por todas las fases y emigraciones que dejamos d escr itas. Cuando el cerdo, como no pocas veces sucede, se acerca á comer excrementos humanos q.ue contengan algunos anillos ó huevos ele la Trenia solúrni, li egado ses tos al estómago de l cerdo, producen muchos g usanos císticos, que fijándose desd e un principio en el tejido celular de los músuulos del cerdo, le ocasionarán la enf'eemcdacl llamada lepra. ó laceria. ( Se continuará.) LOS INSECTO S · DAÑINOS. Sabemo por experiencia con qué facilidad se aclimatan algunas especies daüinas de plantas ó insectos. El pulgon lanígero y el philoxera, hau ll egado á ser verdaderas plag·as, que tal vez sea imposible extirpar por completo. Hoy se encuentra en la fron tera el Do. r~fora, y cuanto se haga para denunciar al culpabl e, no bastará ,í contener s u marcha y sus estragos. Hay sin embargo, un medio de ami11orar el mal, y consiste en importar voluntariamente los par:'.sitos y los en emigos conocidos del insecto, llnrnnucl o así en nuestro socorro {L estos aliados naturaleB. Algunos de esos auxiliares h an llegado ya, por puro iiiteres particular p ero ha y otros qu e no se encuentran en condicion es de h ace r este viaje, y ti la sociedades científicas corresponde suministrar los medios. Entre tanto hay una mecliclaque podríasen·ir de iniciativa gub ern amental y que en nuestra opinion sería. muy útil, y es formar un a cou:iision de naturalistas encargada de estudiar los ii1sectos que in t roducen los productos irnportados. Una medida s~mpjaate se adoptó e11 la Exposicion del centenario americano. A pcticion de los com i;;arios organizadores, la Academia de Ciencias L nturales de Fil adelfb cl e;;ignó para este objeto algnnos ele sus rniepibros; prO\·i stos estos ele tarj etas el e entrada recogieron cuidadosamente los insectos en los productos agrícolas de las nacio11 es extranjorns y pre¡;entaron un informe y la lista de las especies recogidas. Sn clict:í men fué que nada tenían que temer los iutereses agrícolas de los Estados- Uui<los por las esp ecie introcl ucidas con motivo de la Exposicion, pues unas ya estaban aclimatada,:, ó eran carniceras ó fungívoris (por consig uiente útiles) ó bien se alimentaban de pla11tas exóticas y in valor comercial. Nos parece inter~sante una obserrnciou liecha por la Comision. Los obj etos atacados por los insectos eran aquellos que habían estado expuestos :i la hum edad e11 el momento del embalaje ódmante el transporte. Los

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productos de Portugal estaban admirablemente conservados, gracias al cuidado qne se tuvo en mandar los en frascos cerrados que tenían aderu:ís una corta cantidad ele cal viva envueHa en un papel. En Paris, con motivo de la Exposicion uuiversal, f:e ha llevado á efecto un estut.lio amílogo por algunos miembros de la Sociedad Entomológica de Francia, que tiene verdadero interes y utilidad práctica.

de sus partes principales sea con detenimiento estudiada, á cuyo fin dedicamos este articulo y algunos que le seguir,in, confiados en que los lectores de esta Revista hallarán en ellos interes científico y además do actualidad. Comparar el globo cautirn de M. Giffard, cuyas distintas partes han . ido objeto de investigaciones no ménos lnrgas que la dispos:cion de todas ellas, con un globo ordinario es lo mismo que poner una c:.í scara de nuez en parangon con el célebre Grectt Easteni. La red, por ejemplo, destinada á sostener -GRAN GLOBO CATITl\'O DE ll. HENRl GIFFARD. un peso tau considerable, ha debido confeccionar se con verdaderas cuerdas de 11 milímetros de diáEl primer pensamiento del constructor fué que su metro, enlazadas entre sí de un modo especial, pues la práctica ordinaria de lrncerlo por medio de nudos globo se arma e dentro del local destinado it la Extraía el inconveniente posicion u11i,·ersal, mas por falta ele sitio hubo no pequeño de rodear el globo de una serie de de cambiar de plan, y eligió para e11o el patio prominencias duras del tamaño de un huevo, <le las TuUerías, conceque por el roce continuo diéndole para ello el percon la tela del globo humiso necesario el ·m inisbiera llegad, hasta romtro frances que e~tiendc perlo. M. Giffard ha teen el ramo. nido la idea de hacer · Para efectuar la elcv aci o n del globo, se pasar las cuerdas de la red de modo que, atrn.han comenzado ya los Ycsando las unas á las trabajos relati ros á la albañilería y terrapleotras, se crucen ell tre sí; mas como había qn c nes indispensables, tendrá lngar entre el arco Yerificare te trabajo con de triunfo del patio de cuerdas de 26.000 metros de longitud, fácilCarrouscl y las ruinas mente . e concel.iirá In del palacio de las Tullenecesidad que para ello ríns. Y a est:í abierto el había de imaginar una túnel de 60 metros de construccion especial. longitud, á traves del Hace poco tnye el gusto cual debe el cable de vi¡:itar el local en circular, y existe el esdonde se fabrica, e::tn tanque destinado ú. coninmensa red, · sito en tener la barquilla. DiFi¡,. J.-lleú u el g lobu caul '.\'O úc l\l. ll e111·i Gilfai-d.-\·is la auVincennes, en la cordegamos primero algunas mentarl a de una <le las :i'l .000 111lci-sccci11ncs de las cuerdas poi· fuera y por dentro.-A. o cccion de la cuerda. lería central de Ml\I. palabras sobre las prinFretet y Compañía, cipales dimensiones de bojo la sabia direccion de MM.. Yon y Dardaud. Allí se este gigantesco globo, que todos han de mirar como una de las obras mecúnicas más atrevidas y admira- ha construido para el efecto, en medio ele la fábrica, un n1sto circo, que por tener tres inmeusos balcones bles de nuestra época. Será una esfera de 36 metros de diámetro y de 25.000 metros cúbicos de vohímen. Bien circulares, representados en el adjunto grabado, percolocado en el suelo, ¡:e elevará sobre él 55 metros, pa- mite se puedan colocar unos sobre otros 110 obreros, sanclo por encima de la parte superior del arco de Car- dedicados ú las diversas faenas de la coustruccion. La operacion de. cruzar las cucrdns unas con otras tiene rousel que sólo tiene 45 de elevacion. lugar en el suelo, despues de lo cual, lcyántnnse Al subir el globo elernrá consigo unos 50 viajeros, pendientes ele un cnble de GOO metros de largo, que haRta la parte superior del recinto, y los obreros inspesa 3.000 kilogramos y que, arrollado á un torno,ohc- talados en los balcones, las fijan entre sí en los punto. de enlace, por medio de fuertes bramantes ernbrenclos, dece al movimiento que le imprimen dos m ti quinas de con lo que se eYita que puedan unas cuerdas correrse Ynpor de 300 caballos. Bastan estas enormes cifras para dar á conocer la importancia de la obra á cuya por entre las otrns, y se fija la forma defi.uitirn de los mallas. Como a,ün presentasen las cuerdas en el lugar rcalizacion l1a consagrado :M. Giffar<l sus esfuerzos; donde se cruzan nn saliente que pudiera con su roce mas, á fin ele comprender el canicter uuevo que la disestropear la tclti del globo, dispuso M. Giffard con el tingue de l!l.s de su género; es preciso que cada nna


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Fig. 2. - Confoccion de la reú del globo cautivo ele 111. Uenri Giffarcl Cordelería central de l\lM . Fretet y Comp.•, Vincenncs.


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intento de disminuir dicho efecto, que en todos aquelJos punto e colocasen pedazo de piel, del modo que la figura 1 repre ent::1; operacion umameute penosa pues existen entre la s cuerdas m,\s de5:2.0UO juntura: . El peso ele la red e. ele 3.000 kilo rnmo , y n precio no bajará de 5J.OOO franco . , irviendo e te dato para calcular el enorme co~te total del material del globo. •nando tal es el de una parte del mi mo. El cable, de una lon gitud de GUO metro. , y fabricado en una cordelería espec ia·1 e ligeramente cúuico, por aumentar. e su di.,metro ]e-ele una extremidad ú otra en uno 3 centímetros. Para romperlo en u parte inferior, que e la méno re i tente, e nece itaría una traccion equirnlcute al peso ele 25 .000kilogramo , fnerza dos Yece . uperior ti la, qne, clnrante el servi cio de las aseen . iones, actuar,\ obre el cable. :\I,í resistente e aún sn parte uperior, pue. aunque le hicie en so. trnc>r nn pr o de -1,ll.'HHl kilogramo. , no. e :rompería. ( e continuará.) 0

LARIXGE ~RTIFIOIAL. Habiendo pocos días há tenido lugar on esta Corte por .primera Ycz en tocia España la difícil operacion de la exLirpacion de la laringe , felizmente llevada á cabo por el ya tan reputado cirujano D. I• eclerico Rubio, creemos hacer una obra ele gusto é inLeres para los lectores de esta Re\·ista. al exponer con brevedad el origen y proo-resos de tan maravillosa operacion, como tambien alguno ele los casos más curiosos , erif1 cados en e l extranjero. La posibilidad de extirpar en touo ó en parle con felicidad la laringe, fué por primera vez teóricamente probada en 185!5 por el entendido profesor Koebedé; mas estaba reserv;1do á Ozerny h acer las primeras ap li cac;io nes prácticas en aquella teoría, como lo verificó con yarios perros en 1 '70, obteniendo los apetc0ido; re,,ultaclos. Un paso no más y se ponía la 0irugía en estado de poder realizar en el hombre una ele Jas más oo-randes maravilla· ele la cieno.a. Este paso Je clió Billroth 1 quien aprovecl1ándosc ele cuantos experimentos se habían ántes practicado, se atrevió en 1873 :1 extrner á un hombre quepadecía de un cáncer en la laringe, este ór-gano, teniendo la salí ·"accion, á los dos meses de realizada la cuea, de ciar alta al paciente, sano ya, y en clisposicion, gracias á la ingcnio •a laringe artif1cial, conocida hoy con el nombre de tubo de Gus. enbauer, que le puso, ele poder hablar con toda claridad,. si bien con bastante monotonía. A Billeoth siguieron varios cirnjanos er. la práctica ele igual operacion para los casos ele inflamaciones malignas en la laringe, s iendo en-

tre todos el méis notable el que vamos á exponer casi con los mismos términos con que lo hace su autor i\L David I•o ulis, profesor de patología y 0irujano de l hospital d e Glasgow, tan aücion;_,do de:;de su jurnntud á los estudios sobre las enfermedades de la gar"'anta, que para lograr mejor sus deseos, partió para Viena á ponerse bajo la clireccion del sabio S.;hroettez tan entendido en ellas, pudiendo en diuha poblacion admirar la claridad y facilidad con que el operado por Billroth u aba de la palabra, tomando parle en 0uantas conYersaciones quería. En Abril de 187!5 presentóse á M. Foulis un jóve n de :28 años, c¡ue iba al hospital- por si le curaban la ront1ucra tiue le aquejaba. Et•,1. un h o rnbre púlido, y <1u0 segun él mi mo decía, nunca gozó de buena salud durante un espacio de tieml_)o largo y continuado. iendo inútil especif1car todas y cada una de las enfermedades de c¡ue el jórnn en cue. tion adolecía, ba ·tará úniuamente decir que á la celad de 21 años cogió un fuerte resfriado l'.t causa de haberse mojado, por cuyo motivo duran le diez meses hubo clu guardar cama. De de e. te tiempo siempre estu\ 'O ronco, mas poco á poco fué recobrando su primitiva voz, aunque siempre que cantaba se sentía en consecuencia buslante faLigado. El año anterior al ele Sll cnlracla en el hospital, sintió ele nuevo la anligua molestia ele la ronquera, padeuimicnlo que de tal manera cobraba creces, que no podía méno ele traerlo sumido 011 sérias preocupaciones. Ya desde este tiempo se le hacía imposible dar gritos, y. us palabras salían de los labios divididas en dos distintos hálitos, siendo el último de éstos completamente impel'ceptiblc áun pn.ra sus propios oídos. 'i n gu n embarazo ni difi cu ltad expcrimentabn en la cleglucion, mas durante el aulo ele la inspiraeion sufría en la larin ~c una especie de s equedad. Con el laringo copio se alcanznba á ver una excrescencia destacada de la parle inferior y antcr·ior de la cuerda vocal izquierda: su g rosor era el de un guisanLe verde y su color el gr is pú lido, co n ~111a pequeña tintura sonrosada. Mirando la cxcrescc1rnia con mayor detenimiento , aparecía ser ele suave con. istencia, y que su base, ancha y espaciosa, se apoyaba sobre In mús baja y pendicnLc superf1cie ele la cuerda voca l, en la parte anterior de la misma. En vi t~, ele todo lo cual resolvióse el cirnjano á sacarJe pot· parte: la excecsccn0ia, haciéndole con este fin al enfermo, que Yino en ello, una in cision externa. E l estado peculiar del paciente hacía imposi-


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ble la operacion en el lugar en que porentónces ,·ida, por lo que el doctor Georges Buchanan no dudó admilir1e en el hospital del Oeslc, donde una vez instalado hizo dicho doctor el 19 de :.\Jayo de 1876 la operacion de la cricotomía. En , etiembre del mismo año observó M. Poulis con el laringoscopio un nuevo tumor parecido al ¡wimilivo, formado en el mismo sitio, y que, por agranrl°arse constantemente, no dejaba la más pequeña eluda de ser su natural eza la ele la fístula. Por mucho tiempo , ayudado del instrumento ele chroetter, aplicó á lá excrescencia ele la laringe insuflaciones de curtiente, pcrn lodo sin resultado, por lo cual expuso l\I. Foulis al paciente la necesidad ele abrí r ele nuevo la lari ngc más profundamente que la vez anterior, para extinguir la hinchazon. Avínosc [L ello, y el lG rle bril de 1877 sufrió la tirotomía, y haciéndole una indsion que, pasando por la fístula aún abierta <le la larin 00e, desde el medio de la arista superior d el cartílago tiroides bajaba hasta el--primer anillo de la traquearteria, metiólc en dicha incision un puntiagudo bisturí, tomadas ántes todas las precauciones para oYi lar el rezumo de la sangre, y cortando húcia abnjo pol' entre las cuerdas ,·ocales, partióle por la mitad el cartílago tiroides. Ambas mitades ele la laringe fueron separadas por medio ele corchetes y en su vit·tud se log ró fuese la excrescencia cortada con tijeras, cauterizándose en seo-uida el lugar ele su aparicion con el cauterio que actualmente se u a, y uniendo uno con olro, por medio de suturas profundas y superficiales, los bordes ele la herida. En la segunda milad ele la operacion cesó el paciente de estar bajo la accion del cloroformo, y púclose notar que, lograda la rcu n ion ele las dos mitades de la lar in ge, salió por ella una voz, aunque ronca , lo bastantemente fuerte para que sin esfuerzo pudiera ser oida, efectos que en nada se aHeraron cuando la suturas volvieron á disponerse conYen icntomente. Hasta cuatro dias clespuos ele hecha la operacion, ósea el 20 do Abril, no hubo novedad , mas en esto dia sintió el enfermo gran rigidez en todos sus miembros, acompañada ele fuorles ataque á la. cabeza y ardiente sed, síntomas todos nuc so e:-..plicaron por la p1·esoncia de la erisipel~ en el lado izquierdo del cuello. Las puntadas de la suturn fueron p1·onto eliminadas, siendo los alimentos del enfermo, durnnte todo el tiempo ele la cura, té mez clado con caldo, loche y aguardiente. '01110 siguiese el paciente Yi s il:111clo c0n ro-

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gulariclacl el hospital , observó :.\l. Foulis, al encontrado en el mes ele Julio, que la excrescencia había vuelto á aparecer en su primitivo sitio; mas esta vez, abatido el paciinte, no quiso someterse á nueva operacion, siguiendo en esto además ele su propia inclinacion los co nsej os de Yarios cirujanos. , in embargo, á tal extremo lleo-ó en el mes ele Agoslo la dif1cultacl eon que respiraba, que él mismo pidió con insistencia se le operase. _\.l primili,·o tumor que visto al laringoscop io aparecía grande como nunca, formado por una masa saliente, nudosa, redonda y rojiza que penolraln lwsla la parte infeeior ele las cuerdas en la traquearteria, llenando por completo el orifleio del tubo aéreo, acompañaban de alo-un tiempo hacía una debajo de otra, á laizquicrda do la larin°·e, dos ()'lándulas bastante más o-rancles y reblandecidas corno consecuencia de la última oporacion dotadas segun el enfermo decía y :.\l. F'oulis pudo obsen·ar, de la propiedad de disminnir sensiblemente y ú la yoz, de tamaño. La voz del paciente no podía ser· más apagada ni mús ronca, y- su fisonomía en extremo lívida, mostrnba suma inquietud. Al punto comprendió :.\I. Foulis y el enfermo con él, que, despues ele la completa extirpacion y cauLeeizacion pasada , era inútil hacerle otra incision en el tumor con el fin de repetirle la operacion tirolómica. Propúsol~ ontónces el entendido cirujano la extraccion ele la laringe , :.'t que se resistió en un principio; mas considerando llevarle su enfermedad á muerte segura aunque lenta, y que, si quería librarse del poli o-ro ele muerte repentina por sofocacion, no tenía otro remedio que el de permitir le inlrodujesen un tubo en la traquearteria, operacion que lo exponía :t dolores poco ménos inten os que la de su ~lraorle la laringe dañ ada, y colocarle en su vez otra artificial; convino en lo que so le peopon'Ía y se someLió por' fin á la difícil opera cion. Esta tuvo lu o-ar el 10 de eticmbro do 1 77 y duró do horas y media. La convalqcencia no fué alterada por accidente alguno .-erio, do modo que á los cinco dias pudo el enfermo trao·:11· sin diflcultad sustancias líquidas, notándose, sin embargo, ·que si las pretendía pasar o-ota á gola, el líquido so rezumía á traves del tubo de la traquearteria, saliendo de él para esparcirse. obre el pecho. El dia nono tomó en dos veces y sin difü;ultad alguna quinee onzas de Lé mezclado con caldo, y por rezumarse aún el líquido á traves ele la llaga, aclopLóse la medida do seguirlo nclministranclo los alimentos durante al-


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LA NATURALEZA

gun tiempo por medio del catéter. No se lavó la desaparecer lo segundo consagró M. Foulis tollaga durante todo aquel tiempo, usándose de dos sus esfuerzos, introduciendo al efecto du1,1na jeringa de cristal de punta larga para de rante cierto tiempo en el orificio el dedo meñivez en cuandd' sustraer todo el pus y mucosidad que ele su mano, con tan buenos resultados que, que de ella salía. al cabo de una semana, logró introducir el de Una vez cerrada suficientemente la herida, se en medio,. de modo que, entrando por la herida , esforzó l\I. Foulis en introducir al enfermo un tocó el tragadero, en cuya posicion permatubo vocal que de Viena le remitió M. H. Rei- neció uno ó dos minutos. Siendo la parte suner, compuesto, como puede Yerse en la Og . 2, perior do la. herida la más sensible de todas, dáde dos partes, una banle, al tocar en B que penetra en ella con el dedo la traquearteria , y como resultado tal otra A, que pasanvez de la presendo por cima de la cia en dicho lugar epig lótis , se adapele las últimas rata al tubo B. En mificaciones del el tulJ'o superior nervio superior ele A , entra con frola laringe, violenta.miento suave tos accesos de tos un a cajita de plata espasmódica , con una lá mina ú acompañados de que va sujeta un una especie de esestrangul. Un bopasmo asfixiante; ton O , cierra la sucediendo esto .'t pesar de ser la exparte anterior del tremidad superior aparato, estando ele la traquearteria todo dispuesto lo bastante ancha de modo que el para que el aire aire no puede papudiese llegar sin $ar más que J:!Ol' dificultad :.í los encima del estranpulmones; todo lo gul, y, por los oricual hace explifi cios corresponquemos este fenódiei:ites, marcha. á los tubos. Al subir meno como pasmo el afre, pone en vireflejo, producido hracion el estranpor la irritacion gul chocando con de los nervios en él y resultando de la parte superior esto un sonido de la herida. musical capaz ele Miéntras se efecsei· por la boca tuaba la dilatacion 1.-Figura llcmos tra ti,·a de la clisposicion de la laringe a rtificial A transformado en Fig. de la llaga, pusiéB, C, colocada en la gar!:!'anta ele un enfermo del hospita l de Glas"o w' por el Dr. F oulis. vocales y consoronse en juego disnantes. tintos medios para Así las cosas, hubo que luchar con nuevas di- la ohtencion do un tubo que viniese bien <fon la Ocultades , siendo la primera que el aparato , por configuracion particular de la herida, en cuya efec to de s u conílg uracion y la pequeñez de sus empresa ayudaron á ~I. Foulis no poco el do cdimensiones, no se ajustaba del todo, y el cs- tor Irvine y el dentista M. Fóulds, el primero tran g ul, por inflexible, no vibraba con facili- por sugerir y 1·ealizar en un tosco modelo la idea dad , teniendo que renunciará él y buscar otro. de invertir el órden de los tubos, y el segundo Además de esto, contrájose de tal modo la parte por haber compuesto un tubo ligero á la vez y superior de la herida, que se hizo imposible in- muy pulimentado , cómodo de llevar y hermétroducir por ella ni áun la extremidad del de- ticamente ajustado ú la llaga. La lámina adjundo meñique de la. mano ele una persona. A hacel' ta (f1g. 3), demostrará que, salvas laG modificaO

v


LA. NATURALEZA ciones esenciales, el tubo vocal que nos ocupa está basado sobre el plano del de Gussnebauer. Por ejemplo, el tubo inferior se introduce en el superior, permitiendo así á éste, que dicho sea de paso, ofrece mayores dificultades en su colocacion, ser colocado primern en el lugar que le corresponde de la herida, y además, segun el consejo dado por M. Foulds, no se encierra al estrangul en una cajita de plata, sino que simplemente descansa en una ranura practicada en las paredes del tubo inferior, por la cual se desliza como lo hace el cajon de una mesa. Una vez colocado en su lugar, se inclina el estrangul, desciende, y la corriente de ail'e que viene de los pulmones, en vez de mover de abajo arriba, como lo hace en el tubo de Gussenbauer, el estrangul vibrante, hiere solamente su extremidad libre, habiéndose descubierto que este

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tubo demasiado largo, llegaba á producirse irritacion y salivacion tan excesiva, que entrando la mayor· parte de la saliva en la traquearteria, llegaba á provocar una tos áspera y penosa. La figura 1 demuestra la posicion que el tubo tiene en la garganta, y la longitud que hoy se ha fijado como mejor para la extremidad superior. Por YÍa ele precaucion se introdujo durante las horas de la comida en la parte superior del tubo un tapon de corcho, siendo mucho de temer, en el estado sos pechosoen que se encuentra la parte superior del pulmon derecho, los espasmos accidentaÍes de tos; pero habiendo disminuido considerablemente la cantidad de saliva, el empleo de dicho tapon es actualmente ménos necesario.

Fig. 2.-Corte t1·ans,·crsal del tubo vocal de Gussenbaue1· (grnndor naturalJ.-A, tubo superior que sube hácia la boca.-B, tubo inferior que penetra en la traquearteria.e, pieza á que está fijo el estrangul.

mecanismo da una nota mejor que el ideado por el sabio que acabamos de mencionar. Ahora bien, no es necesario extenderse en presentará nuestros lectores lo arduo de las dificultades que vinieron á ofrecerse al operador cuando quiso adaptará la llaga el ya construido tubo; pero diré que una de estas dific~iltades consistió en la determinacion de la longitud que había de darse al tubo superior; porque habiendo sido dejada en la raíz de la lengua la epiglótis, fué necesario dar al tubo una longitud tal, que el aparnto pudiese en el acto de la deglucion cerrarse superiormente, miéntras que al mismo tiempo quedaba abierta la extremidad bucal de la llaga. En efecto, la tendencia que posee á cerrarse la parte superior de la region enferma, fué por algun tiempo muy inoportuna, y perjudicó de un modo caprichoso á la limpieza de la voz, y si por otra parte se echaba mano de un

Fi¡¡-_. 3. - Corlc del tubo Yocal adoptado para el enfermo de ulas9ow (g randor natural).-A, tubo superior.-B, tub:i inferior destinado á fij a r el estrang ul y la pieza C.

'l'ambien ofreció gran interes la confeccion del estrangul. En el instrumento estaba constituida esta parte por una hoja delgada de plata alemana, al paso que la fabricada primeramente por l\I. Foulds, era de bronce. El Dr. Trvine halló de pues de varios experimentos , que al fin propuesto respondía mejor la vulcanita dulce, con cuya materia hizo un modelo que fué entregado al enfermo, quien por distraerse con ello sumamente se dedicó á reproducirlo en marfil, cuerno, vulcanita, caña y otras sustancias. Tambien se han hecho algunos ejemplares con plata alemana yacero, siendo la última que se acaba de inventar y la


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LA

ATUH.A.LEZA

más perfecta pol' prnducit· el mejor de los tonos, motivo que la hace pred ilecta para el paciente, c1 ue la maneja con gran destreza, la formada por tma aleacion ele plata y ele laton. De este modo Liene el paciente á su disposicion un gran número de voces, siendo no poco instructivo y cul'ioso es~udiar las variaciones ele los timbres ele voz ele un momento á otro, producidas por el cambio ele estrangul. Las notas más dulces y acaso las más naturales, son e~ectos ele estrangu les no m etálicos; las más ruidosas, de los metálico~. No varianclq para nada la cavidad bucal, puede una misma person_a comunicará su voz, gracias al empleo de tal ó cual estrnngul, el timbre de tenor ó el de barítono, lo cual tiende :'.t confirmar la opinion ya por jueces competentes emitida, ele que el timbre de la voz humana no ménos pende de la densidad, elasticidad y otras propiedades ele las cuerdas vocales, que de la particular acentuacion de las ondas sonoras en la cavidad bucal. La articulacion de' una peesona 1Jrovista de este aparato es tan maravillosa, que aparte de la monotonía, en nada se diferencia de la voz humana. Las vocales no pueden pronunciarse más distintamente, tanto si se habla bajo de dentro á fuera, como si en el interior del tubo se producen clü;tintas entonaciones, lo cual conffrma, caso de q uc aú n ruese necesario, la opin ion ele que las vocales son produdo de cambios sucediuos en la conformauion de la cavidad bucal, y no resultado ele las alterauiones de la glótis. M. Foulis tuvo el gra ndí:;imo honor de presentar el operado á los profesoees sir \\TilliamThomson, I\fa~-Kencldck, Clelland, Graham Bell y varias notabilidades mús ele la Universidad, el 13 ele Noviembre de 1877; 1:'.t la Sociedad patológica y clínica, y á la Sociedad filosólica ele Glasgow el 21 de Noviembre, en cuyas ocasiones pudieron tan ilustradas personas convencerse por sí mismas de la realidad de cura tan si ngular. Habiendo el enfermo aclquiriuo mayor experienuia en la confcccion del estrangul, ha podido recientemente hacerse uno ele vulcanita, éon el que ll ega á dar verdaderos gritos , para lo cual, dicho se está, necesitará mayor cori-iente ele aire que la suficiente para los otros estrangules, que á su vez no funcionan sino con cotTicnLes de intensidad fijas. Estas intensidaüe~ son mayores que la de la respiracion, pues con ella permanecen en silencio las láminas vib rantes. Para acabar es Le artículo, diremos algo sobre el estado ge nera l ele sal ud del operado y de las pl'obabiliclacles de aparecer nuevamente el tu-

rnor. Éstas han desaparecido por ahorn, pues áun las dos g lándulas ele regular tamaño y no poco peligrosas, que aparecieron ántescleoperarle, al presente son de magnitud insignificante , si bien visibles buscándolas con cuidado, y de todos modos, si llegasen á producir alguna perturbacion, pudiera sin dificultad procederse á su excision. Como ántes sigue el enfermo predispuesto á coger resfriados, habiendo ya sufrido alguno bastante fuerte, como el que le vino estando aún en el hospital, tanto más temible cuan to que al violento ataque de bronq uítis ele que era objeto el pulmon derecho, se añadían por la noche ligeras transpiraciones; mas tocio desapareció á los quince clias, y desde cntónces acá continúa casi normal la temperatura del cuerpo, aunque ofreciendo una accidental tendencia por las tardes á elevarse medio grado. Alguna que otra vez, muy rara siempre, se peesentan por las noches indicios de transpiracion, y por lo que hace al pulmon de-recho, bien examinado últimamente por M. Foulis, _lo ha encontrado tan sano como el primer dia que· se le presentó el enfermo, á cuya opin ion se adhiere el doctor Finlayson.

MISCELÁNEA. El café barómetro,-¿Qué hay eu mm taza de café? A esta pregunta respondenín muchos que hay achi-

coria, todos los médicos dirán que contiene un excitante espasmódico, y M. H. Sauvegeon, de Valencc, añade que en una taza de café hay un barómetro tau exacto como los mejores in strumentos de Chavalier y Lerboms. «Si al poner el azúcar en el café, dice, dejais que se deslia sin agitar la taza, las burbujas ele aire contenidas en el azúcar suben ú la superficie del líquido. Si las bmbujas forman una masa espumosa conservúndose bi en en el centro de la taza, tendreis la indicacion de buen tiempo; si, por el con--_ trario, la espuma se aparta en forma de anil1o á los_ bordes de la taza, tcnclrr.is la indicacion de la lluYia; si la espuma se estaciona, pero 110 extensamente, en el· centro, indica variable, y si se dirige hácia un solo' punto del borde ele la taza, pero sin separarse, indicará llu via. Doy al público estas advertencias clcspues ele· haberlas compro Lado por medio ele la.comparacion cou las de un barómetro metülico ele Bonrdon y otro ele m ercurio, y ele quedar convenciLlo de que todos co11· cuerdan exactamente. 1) E ste experimento pueLle :qrrir para examiuar ;;i el café es ó no puro, pues si no marca Los fenómeno a11tedichos, claro es que no ser;'t puro.

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Expedicion científica"'"'de Mr . R. Fewen. -1::,e

hau recibido en Lóndres noticias ele la expedicion científica, clirigida por Mr. R. li ewen, en el Sur de Átrica.


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LA NATURALEZA Dicho señor, que partió hace año y medio, ha remontado el ZambPza .r ,is itado las cataratas Victoria . E te me debe abandonará W ankd, para atra,c ·ar la rrgion e ro explorada s, que se extienden entre el Zambcza .r el lago Baugweolo.

* Co3echa de la seda.-La coseclia ele seda en Alcira, que tan bien e presentaba ha ta ahora, ha experimentad o ele pocos dia · á esta parte un cambio mny de agradable. El gnsauo, al de, pertar ele la cuarta dormida, ha sitlo atacado por la eufermeclael qne desgraciadamente parece aclimatarse en aquella regio u, y en pocas hora ha idu de. trui::"'.a una buena parte de la co echa.

virá de in stituto á los ingen"ieros ele minas, y contenclrá una biblioteca pública, ala de <'onferencias, cútedras, laboratorios y un mu eo. , e ha elegido para. u replanteo la fa!Ja ele una coliua, debajo de la igle ia ele aquella vi ll a d·oncle yacen los ·restos mortale ele Stephuuson, que había nacido en "\Vylamon-Tyne, cerca ele Newcastle, y murió en aquella villa el año 1 '4 •. En su jU1-entud era un imple obrero de la m inas de bulla; pero po t rionnente, estudiando fí ica, clemosh"ú tal apro,·echamiento y g-enio, que á la par que Davy, inYeutó una l.impara de .·eguridad, y m."1s adelante, en 1814,la locomotoras, fundando un gran e:;tablecimiento para la fabricacion de m;;qninas de vapor.

*

Cultivo de los girasoles.-Eu Inglaterra se atien* de ahora con grande abiuuo al cttlti1'0 de los girasoles, Bandada de mariposas en V a llés .-El ]uuc- úl, de lo cuales se ac:a un producto muy grande. La timo se noló un fenómeno raro en V allés. Durante boja. de la flor contienen grandes cantidades ele miel tres hora s atravesó la comarca una bandaLla inmen , a de y cera, la em illa clan un aceite exqui ito, y on nu mariposa amarilla que ocupaban un radio .ele-una lealimento excelente para pa,o , fai anes, capones, etc. gua Je ex Len ion. Llevaba la direccion ele E te ú Oe. El aceüe lo emplean tamuieu con buen éxito lo pinte. Su Ynelo se elernba pocos palmo del uelo. Los tores 0 11 la preparaciou de los colores azul y ,erde. D e p~jaros las dieron caza .r se hartaron de ella . En Calla , emilla se pueLle tambien extraer una harina muy das Je l\lontbuy tomaron la direccion ~ orte. Lo labrabueua para el pau y las pa ta . Finalmeute, del tronco dores temeu que, [b con ecuencia ele tan rara Ílwa -ion, se ele vreude un material que en la Chiua se aplica, pro,enga otra ele gnsanos ele cierta especie qnc pc1:¡upor sn cal idad filamentosa muy parecida á la seda, cliquen la hortaliza. para lo tej idos ele e ta clase, explotándo e tambieu * para la fabricacion del papel. Maravillosa operacion quirúrgica.-El reputa* .. * do cirujano D. Fede1ico Rubio uno de e tos dia extirLa prensa de París en i 877.-.A fin de que veau pó la larin ge á un desgraciado enfermo, en la calle de lo lcctore ele e ta R evista lo ruucho que falta á la Jesu del Valle, nüm. l. La op racion, que duró tre. hora , e llevó á término con toda felic.:idacl, y en ella e prensa e,pañola para ponerse á niYel de la extranjera en publicacionc científica , y los grnude acrificio vencieron hábilmente las numero as y gra1' c dificultades que se pre entaron. l\Iucho di::;ti1wuido profe- que tienen que hacer lo que á la noble empre a ele sores asistieron á la operacion y f lic.:itaron al Dr. Ru- ' igualarlas en nuestra patria, . e dedican, véa "C el sibio por esta prueba m ,ís que ha dado de ,.n amor ú la g uiLnte r~ úmen de la pnblicacione de París en 1877. La pren a pari ien e en l b77 comprencUa 836 diaciencia, explicando y practicando por primera vez en España una operacion tan delicada, y que . úlo e ha rio y perii',dicos diferente , contra 764 que e contaban en l i-i75. De ellos, 51 diario y 14 emana les ou hecho en el extranjero por las notabilitlaclc~ ele la cirnpolítico , 49 periódico religioso (37 católico ·, 10 progfa contemporanea, encomiando tambien u filantrnpía y caridad, pue to que se pre tó á ejecutarla en una te tan te y 2 judío ) ; 65 tratan de legi lacion, 95 de economía política 2U ele geografía, 7..J de bellas let ra : per ona clesvalitla. 20 ele peclngogía, 3:2 ele a untos literario-científico , * ...... G8 _de moda., 77 de tecnología 75 de medicina y de lo Constitucion del sol.-Cont:nuaudo ·us i11ve tigare tantc;,, -113 tratan de matemútica y ciencia naturadones, opin a el , r. Corn u que la c11 orme cant idad ele les, ii de la milicia y 31 de agronomía. Fuera de e to, , vapor de hierro conten ida en la atmó fora solar, clehe h ay ] GYenntorio · y 4 masónico . . producil' importante fenómeno mag11éticos. Rechaza Hé aquí a!torn cómo e cla ifica la pre11 ·n purarucnte l a idea de qne las protuberancias ean mera erupciones política. de ga , y admite de m<'jor grado que on el resultado El partido republicano pul,lica. 22 diarios, cuya ediele reacciones clectro-dim1mica11. cion ube á :WL1.0UU ejemplare - ; el legitimista G que emilcn y publica11 :23.UUU ejemplare·; el orleaui ta tí, * con una ediPion ele Üll,000 ; el bonaparti ta 7. con una Monumento al gran ingeniero Ste phenson.de 7Ll.UUU. El Figaro que e,, el diario de mí1 circula LorLl Hartington ha colocado en CbesterfielJ (condacion en París, 110 puede cla ificarsc como perteneciente do de Derb,r), la primera piedra. de un ed ificio, ::-itepheá n ing una de c_as bandera , aunque ca. i . iemprr se sone-Hall, desti11ado á perpetuar la memoria del o-ran ladea h,ícia el partido monárquico. ingeniero Jorge Stepheson, al cual ·e debe In. aplicacion del rnpor ,í los caminos de hicno. Este edificio er-

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LA NATURALEZA

Reproµuccion artificial de las formas exteriores de los meteoritos.-Un nuevo procedimiento de fabricacion de cemento Portland es explotado en las inmediaciones de Viena y necesita la proyeccion de un a corri ente de aire comprimido contra bloqiles de piedra calentados al rojo blanco. Se ha observado que en estas condiciones desaparecen los ángulos de la piedra, produciendo el aire la pulverizacion de todas las aristas dando lugar á un polvo fino. Observados, estos hechos por Suss, han sido presentados á la Academia de Ciencias de Paris, como a11;Hogos á los que se producen cu ando caen aernlitos, siendo indudable que el bloque de cemento presentado ofrece los mismos accidentes de fo rma que aquell os. Esta interesante observacion confirma lo que en una Memoria de ] 872, inserta en las actas de la Academia, se dice: «el redo 11 deamiento de la super~ ficie de los aerolitos se _de: be á una Yerdadera ernsion producida por el aire, completamente comparable á la que ,crifica el agua en las rocas terrestres . Considerados así algunos aerolitos, muy numerosos, por lo dcmas, presentan, en cuanto á la forma, una notable semejanza general con esas islas escandinavas, cuya region septentrional ha sufrido el labrado del fenómeno ernítico, al pasoque la costa Sur ha estado al abrigo ele él.

puede directamente absorberse por los glóbulos y por el suero, mieren con rapidez.

HALO SOLAR OBSERVADO EN BURDEOS EL

4

DE ABRIL DE

1878.

A las once y diez minntos de la mañana del dia 4 ele Abril del presente año, apareció sobre Burde~s en todo su esplendor uno de esos fenómenos meteorológicos tan raros en la naturaleza, que llevan el nombre ele halo solar. Cubierto el cielo por un ligero velo de cunmlus á traves del cual. se veían flotar en las regiones superiores de la atmósfera algunos cirrus, apareció sobre este fondo vaporoso de color gris blanqüecino, que fatigaba no poco la vista, un círculo zen ital de 80° de diámetro, que permaneciendo paralelo al horizonte, y teniendo de ancho como dos veces el diámetro del sol,pasaba por encima de este astro. Su color paro é intenso, aunque algo atenuado en su parte del Norte, le hacían definido, y distinto de todo lo que en el cielo se di visaba. Cortaba á este círculo, en una cxtension del20°, el arco de otroruayor,cnyaconcavidad miraba hácia el sol, como puede verse en el adjunto grabado, y cuyos colores, sumamente virns y pareci* dos á los del espectro, esta•• -ban colocados en órd·en inCarburaciondel nikel. verso qne los del arco iris, -Asombrado de la débil es decir, mirando hácia el facultad de ox idacion del sol el ro;'o. nikel, comparnda con la alHalo solar observado en Burdeos el 4 de Abri l de 1878 . El sr.gundo arco se exteracion tan rápida delJ1iertendía unos 40° al Este del ro por el agua, pregunta M. Boussingault si no podría en algunos casos susti- primei'o, y otro tanto a1 Oeste,formando en los puntos tuirse el primer metal al segundo, y como consecuen- de interscccion con el zenital dos focos lumin osos, uno cia, ha intentado fabricar acero de nikel. Este se car- á la .izquierda poco vis ible, y otro á la derecha deslumbura perfectamente con los procedimientos comun es brador,· verdadero parelio, cuyo disco, mirado á trnves de un cri stal ahumado, ig ual aba así en luz como en de cementacion; pero el producto no tiene ni la elasticid ad, ni la fu erza coercitiva del acero, y no puede te- número de rayos luminosos al del sol. A las once y media comenzó á disminuir de intensiner ninguna de las aplicaciones de éste. dad el fenómeno, y al medio clia desapar ecíó por completo, dejando sum amente sorprendidas á cuantas per•*• sonas le obscn1 aron, por ser muy raros los casos, en Accion fisiológica del oxígen---,.-Sc han dado á que, ,i semejanza del presente, pase por enpima del sol conocer hechos muy cnriosos observados por Paul Bert el círculo luminoso zenital. al estndiar Ja accion del oxígeno sobre los dirnrsos elementos anatómicos. Su concl usion general es que estos ~lementos mueren por el oxígeno, lo mismo exacPRO PIETARIOS G ERENTES : P EROJO HERMA N OS, tamente que los séres que Pasteur clasifica con el nombre de anaerobios. Jo se exceptúan ele esto, ni los g-lóMadrid: 1878.-Tipografía-Estereotipia P E ROJO. bulos rojos de la sangre , aumentando el oxígeno que


Núm. 26.-25 Mayo 1878.

LA NA'l'URALEZA

RECIENTE ERUPCION DEL HECLA EN

ISLANDIA.

Habiendo hecho las indispensables diligencias para recoger datos con que formar un sucinto resúmen del hecho qne acaba de tener lugar en Islandia y ofrecerlo :'t los lectores de LA NATURALEZA, tenemos hoy el gusto ele realizar nuestro deseo, refiriendo la imponente manifestacion de fuerzas que los fuegos subterníneos han prolongado por más de treinta d.ias consecutivos; y para mejor inteligencia de los sucesos, acompañamos 4-el relato con nn notable dibujo, en que :figuran el in-

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menso penacho de humo .r cenizas que sobre una columna. de fuego lanzaba de su cráter el voÍcan islan- . dés. Este dibujo está ejecutado de conformidad con el cróquis que, en vista del fenómeno, sacó el capitan del vapor dinamarqués Valc1 emai·, A. Ambrosen, que hacia por aquellos dias el servicio entre Islandia, las islas Feroe, L eith y Copenhague. Uno de los pasajeros del Valdemar, refiere como sigue el suceso: «A las cinco de la mañana del 24 ele Marzo, proseg uíamos nuestra marcha :i lo largo de la costa ele Re,rkjank, en direccion á las islas Feroe, cuando todos los pasajeros pudieron ser testigos de la gran ernpcion ,olcánica, que tenía su orígen en un ,a-

En¡pcion del Ilecla en Islandia, segun un cróquis hecho á bor<lo del vapor dinamarqu!s Valdema1· el ~A de i\larzo de 1878. Mirdahl Jokull. Oster Jokull. Tin Fjeld. l\Ionte Hecla.

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lle siLuaclo :'t cinco millas del Hecla, y sobre una pe· queña eminencia del mismo, elevada 1.500 piés sobre el nivel del mar, ó sea 3.500 piés mtís abajo de la cumbre del citado monte. »Las llamas subían hasta una altura doblemente mayor que la del Hecla, y :i no separarlas de su posicion vertical una fuerte brisa del Norte, que, juntamente con el humo y las cenizas, las arrastraba hácia el Sur, se hubieran elevad.o muchísimo. El capitan Ambrosen tuvo la feliz idea ele sacar un cróquis del espectáculo que el volean presentaba desde el mar, logrando fuese tan parecido que todos le- juzgamos copia perfecta.» (El adjunto grabado.) Efecto de los temblores de tierra, sintiéronse en toda Islandia catorce dias ántes de · la erupcion violentas sacudidas, clara señal de darse principio ií las erup-

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dones, que en efecto se presentaron luego, para no desaparecer en todo el tiempo que ya dijimos. Segun artículo reciente, que publica un periódico extranjero, el número total de volcanes activos en Islandia, contando entre ellos el más temible de todos, el Hecla, y algunos, meras solfataras, llega á 25. Cuando en 1845 tuvo lugar la gran erupcion, mirada por los islandeses como el más terrible cataclismo que sufriera su patria, tanto, y en tan gran cantidad se esparcieron por los prados y sembrados las cenizas lanzadas, que la mayor parte del ganado de la isla mmió por carecer de pastos, y además, porque la arena volcánica produjo el doble efecto de escarizar los órganos intestinales de los animales que sobrevivieron, y de limarles los dientes, incapacitándoles con esto para la rumia y masticacion, y de consiguiente para los actos de la di2G


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6 estiou; peij uicios tanto mayores, cuanto q ne por dos años seguidos continuó el volean lanzando tau pernicioso elemento. V eintitres erupciones de] H eda, separadas por espacios de tiempo que Yarían de seis tí. sesenta años, registra la historia de Islandia, del año 100± al 17G6, siendo, ]a de este último, notable por su larga duracion de treinta años consccutiYOs. La altura del ruoute Herla no pasa de 4.795 pié;;, y enLre los habitantes de la isla, que sólo con oirlo nombrar se aterrorizan, corrió siempre muy válida la opinion de que en él tflnian perpetua morada los dueudes y fantasmas. El primer mortal que se atrevió á realizar la ascension á la montaña, fué sir J·osepb Banks, en 1772.

LOS INDÍGENAS DE LA NUEVA-CALEDONIA. Enteeamente sum isos á las a utoridades francesas, á cuyo respeto no faltan sino muy rara vez, viven desde hace diez años en la Nu~vaCaledo nia y sus dependencias Lifou, Maré y Ouveá, más de 40.000 canacos. El g obierno de la Nueva-Caledonia, casi siempre confiado á oficiales ele marina, con el fin de hacer lo más conli ales posible s us relaciones con las tríbus indígenas, no hú para nada molestado á lo s que fieles á los intereses franceses, se han conservado en sus primitivos puestos, si bien para más segUt;idad se les h an impuesLo caciques afec tos ~t la nueva dominacion. Co ndu e la muy distinta se ha segu ido co n aq uell os que en reducido número se rebc larori, pues desposeídos de s us j efaturas, fueeon .'.t lej a nas Lierras con finados. C ua ndo en N oumea ó en cualquier otrn parte se n ecesita n trabajadores, maeineros ó co r reos, l as a utoridades europeas a llí residentes, toman á su cargo el exigidos de los jefÓs indígenas. Otras veces, el gobernador y los jet'es inferiores suelen e n caso urgente ll amar á s u presencia á los principales de la tribu, y h aciéndo les responsables el e la peonta y exacta ejec ucion de s us órdenes, les pa rticipan cuanto juzga n conveniente. Depuesta desde h ace mu cho tiempo por los n aturales la antigua inclinacion á la antropofagia, y conservando su perpetua aversion h ácia el hurto, puede decirse que el trato para con los europeos es ya dulce, franco y hospitalario , lo cual unido á la no pequeña clisposicion ele que la n aturaleza les dotara, y ele que han dado bu ena prueba unos veinte niños que asistían á la escuela ele Kanala, s uprimida por fa lta de local, y it p oco sábiamente restablecida , hnce con gran

fundamento esperar que la a.proximacion y fusion ele los indígenas con los europeos, pres en te todas las condiciones de un hecho próximo :'.i realizarse. Las mujeres, en númceo casi ig ual al ele hombres, son bastante desgraciadas; pues si bie n existe el matrimonio, y por lo general ningun neo-caledonio tiene más ele un a esposa, la un ion es con frecuencia disuelta, tomando en ello exclusivamente los esposos la inicia tiva. Aparte ele esta falta ele consicleracio n social, las sujetan á los más rudos teabajos, ya labrando la tiel'ra' peeviamente desemb arazada por medio del fuego ele los hierbajos y malezas que la cubren, ya acat'L'canclo lo s alimen tos y grandes i::anticlades ele leña para g uisarlos y encender en sus chozas fuego que les defienda por la noche del frio y los músticos, insec tos tan abundantes en el país, ya por füi traye ndo sobre sus espaldas enormes cantidades de paja para la confeccio n de una especie de jergones sobre los cuales duermen , y que co n frecuencia ronueYan, y para la fabricacion ele s us pobres chozas. E n fuerza ele tantos trabajos, estos sércs desgraciados', en .su m ayo r parte ele baja estatu ra, feos y conteah echos, e ncuéntranse á los pocos años consum idos, ú los vcinLe ya van inclinados y con los pechos arru gados, entrando en plena vejez á los treinta ó pocos n1cís años . El h ombre, por el contrario, es generalmente bien h echo, de miembros Yigorosos, rasgos ménos feos que los de la muj•ee, y alguna vez co n t ipos do verdade ra belleza. Sólo a lg unos jefes so cncuenLra n casados con m ús de un a muj e r , s ien do en Lodo caso el hijo mayor ele la primera h eredero unive rsal ele lo s bienes ele s u padre; y si por morir éste q u cda ol primogénito en menor edad, la obligacion de mirar ta1úo por la persona del hu érfan o como ppr sus intereses, cumplie ndo en todo con las obligaciones del tutor, recae sobre el h ermano mayor que sobreviva a l clifunLo. Las atencio nes de un canaco no pueden se t• más sencill as, pues toda s u ocupacion se reduce ú preparar un poco la tierra para podeda sembrar ele taros, b ata tas, y ucas, patat as dulces, maíz ó tabaco, dedicarse á la pesca, construir la chozas, h acer barcas y confeccionar sus armas. Un pueblo canaco se compo ne de 20 ó 30 chozas de paja, só lidame n te hec has y ele forma lo más ordinariamente có nica, sin género · alguno ele ado rnos, á no ser la del jefe, cuya choza, tanto por tenerlos e n profusion, como por su g randor y elevacion, es s ie mpre di!'.itinta de las ele lo s simples tayos. El sitio elegido para la


LA NATURALEZA fundacion del pueblo, se encuentra siempre en medio ele tierras fértiles y á orillas de una corriente de agua, á favor de la cual puedan navegar en las piraguas. Las tierras ele Kanala, al presente regadas y cultivadas con inteligencia, lo estarán mucho más el dia que se repartan, como os justo, entre los emigrados, para que en su urgente necesidad hagan producir y fructificar las vastas superficies que están ahora baldías, y que se aumentarán en el momento que se Yerifique el anhelado reparto del terreno entre los indígenas, pues esta operacion, al fijar los límites do las posesiones de los canacos permitirá á la autoridad conocer cuál es y cuánto el terreno ele que puede en realidad disponerse. Por decreto de M. do Pritzbücr, gobernador de la )l"ueYa-Caledonia y sus dcpenclcncias, dado el 22 de Junio de 1875, quedaron nombradas las personas competentes, que reunidas en comision han de realizal' los estudios prévios á la ejecucion del reparto, pues ele dilatarse más resultarían enormes pérdidas, así para los colonos, que no pueden realizar en gran escala sus planes por falta de tereenos, como para el tesoro, que con ellos se aprovecharía ele no peque.ños ingresos. Pudiera alguno preguntar si sacando los reservados para la administracion, los cultivados por los proscritos europeos y los que han ele dar con que vivirá los indígenas, quedan aún terrenos baldíos; mas ello es un hecho, que Yerificado el rcpaetimicnto, quedarán libres muchas hectáreas ele buena tierra para el cultivo y cria de ganados, las cuales Yenclidas ó arrendadas á los particulares, no podrán ménos ·de producir inmensas ventajas para la obra de la colonizacion. En confirmacion de lo cual, digamos algo sobre la excelente caHdad del terreno. El de Kanala produce muy buen arroz y caña ele azúcar en las partes bajas ele la tierra, café de igual calidad en las que fácilmente se inundan, y en todos buena hierba, maíz, cocos y yucas, que constituyen el sabroso y abundante alimento de los indígenas. La capa vegetal del pueblo á que nos referimos, es como en todos los puntos de la costa, profunda, y sus valles, gracias á sor anchos y espaciosos, ménos expuestos á las devastaciones que lo.s de otros pueblos de la colonia. radie se puede figurar cuán perfectamente se ha aclimatado allí el ganado caballar, vacuno, lanar y de cerda. Cuando llega el tiempo de la recoleccion del café, del arroz y del maíz, como csüis ocupa-

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ciones exijan muchos brazos, los jefes de los ind igenas se encargan de buscárselos. ú, los colonos, por salarios primitivamente moderados, hoy, por haberse muchos braceros consagrado al beneficio de ias minas recientemente descubiertas, más de lo justo subidos, con enormes perjuicios de los labradores, que se ven en la prccision de pagar los jornales, no ya á 30 céntimos ó un fra nco á lo sumo, como en otro tiempo sucedía, sino á 3 y áun á 4 francos. Los árboles frutales de los trópicos, como naranjos y palmeras, y no pocos de Europa, principalmente el albérchigo, dan en la isla frutos tan sabrosos como en los países de donde proceden. El que más abunda, y por cierto ·c1.e buena calid,1d, es el anana. Existe gran abundancia ele caza, consistente en pichones, ánades silvestres y gallos de Oochincbina, objeto de perpetua persecucion, especialmente los dos últimos, por los destrozos que suelen hacer en los sembrados ele arroi. En el interior de la isla, como puede verse al recorrer el nuevo camino abierto del Este al Oeste, entre los pueblos ele J{ana/a y Ouraíl, hay bosques inmensos vírgenes, cuyas maderas, unas producen ricas esencias como el tamanou de montaña, y otras, á las cuales pertenecen árboles muy parecidos á nuestras encinas, hay~s y acacias, proporcionan excelentes mader¡is para la construccion y ebanistería. Agotada )a esencia de s¡mdalo que era la más preciosa, tiéncse hoy por 1nás estimada que ninguna la de rosa, abundante en los muchos puntos ele la costa cercanos al mar. En los terrenos pantanosos, y más que todo en los recodos que mán las bahías, crece un árbol llamado rnilnea que dá muy buena madera para ebanistería, y otro que por crecer á orilla de las desembocaduras ele los rios, y participar de las propiedades del tamanou de las montañas, lleya el nombre de ta1nanou de los rios. Tambien existen en ciertos parajes de la isla algunos Kao1·is ( Damara) , cuyos troncos, á veces ele grosor extraordinario, dan una madera equivalenle á la del álamo, y gean cantidad de resina, por sus buenas condiciones muy estimada de los fabrican .. tes de barniz. Las minas de níkel de Kanala pro<lueen can~ ticlades enormes de este metal. En un principio acarreado el mineral á _ oumea pqr medio de barcas, era luego remitido á la Auslralia; pero ac(ualmente, cuanto mineral sale de KuevaOaledonia, viene, pasando por el IIavre, directa.mente ú París , donde para su rccluctiion,

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LA NATURALEZA acaba M. Cristophe de levantar una fábrica en Saint-Denis, y bien pronto, gracias á los altos hornos que se están construyendo en la isla, podrá el metal venir á Europa ya reducido.

musicales de los sonidos de las vocales, y en el cual encontramos no pequeñas dificultades. En efecto, al emitirse los sonidos de las vocales, parece que cada una posee su elevacion particular de tono; tanto, que si se pronuncian seguidas algunas de ellas, se puede percibir disHISTORIA DEL TELÉFO~O tintamente una escala musical. Propusímonos CONTA.D.I. POR SU INVENTOR (1). determinar la elevacion del tono natural de cada vocal, cuando hé aqu í que nos salieron al paso Hace muchos años que mi padre Alejandro . dificultades imprevistas, pues varias vocales paMelvil!e-Bell, natural de Edimburgo, y persona recían hallarse dotadas de doble elevacion de toque había hecho un largo estudio sobre el me- no , efecto probablemente la una de la elevacion canismo de la de la resonanpalabra, hizo cia del aire en Oirecl 1nverso fijase en este la boca, y la punto mi atenotra de la eleh ¿ cion. :Muchos ~ .1' 'TSZ Z T Z vacion de la rede vosotros os s o na n c i a del b' b' b' q!. 4\ A I.J. . . . . . . . . . . A 3 q' ,d'rd'... ~ . r ~ ~ · ~ acordareis aún aire contenido d' del invento de en la cavidad mi padre, conposterior de la sistente en un lengua, cavimecanismo á dad que compropósito para prende la larin1 reproducir lo ge y la faringe. 8 ~ ~l•l•PI R'.,j b' , b'J • más exactaPara deterb' b' •· ª ., ms -,, • e -•- -_ , -- e- •A ,, S, !Eil In• ~ -b' • mente posible -p minar la ele,_grV 1P b' la posicion de vacion imagi,~··-•-·~r ____ b'..,.r_.--•·• -.,·- - - - - - - · - - - -.... - !l' s n FR Tk J' - 6' n b b' !,' 6' 11·'1.f:.1.•b"ill[llilll'iliÍIIIÜl._.s-!!l!.. los órganos vo.. . l!all. .1' ... A'ªª nf' z ,. s·: 7 Z T né un expediencales· en la forte, que me hizo Pi '-'. ~macion de los Fig. 3. creer ser el prisonidos. De mero, en resolconsuno em,--..,.....--------·ver la cuestion, prendimos nuexpediente que merosos expeconsistía, en rimentos, cuyo hacer vibrar un objeto en un diapason deprincipio, fué lante de la boca averiguar cuál mién tras tefuese el mecanían lugar las nismo de los diferentes poFig. :;, Fig. 4. elementos de la siciones de los palabra, tanto órganos vocanl tratarse del inglés como de las lenguas ex- les al pronuncia1· de quedo, con lo que pude Lranjeras. l\fo acuerdo, sobre todo, de un estudio hacer constar que cada posicion de vocal reforque realizamos concerniente á las relacion·es zaba con especiaiidad tal ó cual diapason ó Yarios diapasones. Do todas estas investigaciones remití una re( t) La Sociedad de ingenieros de telégrafos de Lónd1·es lia lacion á l\fr. Alex. J. Ellis de Lóndres, por cuya recibido recientemente una visita ele l\lr. Gr. Dell, en la cua1 respuesta supe que cuantos expel'imentos yo reol profundo físico pronunció un extenso y notable discurso, exponiendo los trabajos ó investigaciones por él emprendidos fería, habían ya sido hechos por Helmholtz, y ántes de l!egar á la brillante invencion del teléfono. Reprodupor eierto que de un ·modo más perfecto que el cimos aquí casi íntegro el discurso de dicho sei'lor, porque, empleado por mí. Decíame dicho señor que siendo aún inédito en España, tendrá en nuestra patria la Helmholtz no sólo había analizado los sonidos importancia que so mereca. Nos permitimos recomendarlo á la atencion de nuestros lectores, de las vocales en sus elementos musicales cona•

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titutivos, sino que adcmús había realizado la síntesis de dichos elementos, logeando tambicn producir artiílcialmente ciertos sonidos ele vocales, para lo que hacía vibrar al mismo tiempo, ayudado de una corrienta eléctrica, diapasones ele diversos tonos. Mr. Ellis tuvo la bondad ele otorgarme una entrevista con el fin de explicarme la clisposicion especial ele los aparatos que empleara Helmholtz en la procluccion de efectos tan extraordinarios, en el exámen de los cuales empleamos juntos la mayor parte de un clia. Hay que notar que en aquella época no estaba yo aún tan familiarizado con las leyes ele la electricidad que pudiese comprender con perfeccion las explicaciones que oí; pero ele esta entrevista resultó consagrar toda mi atencion al estudio del sonido y ele la electricidad, sin poderme tranquilizar hasta tener en mi poder un ejemplar del tratado magistral de Helmholtz, y hasta haber practicado ensayos de un modo rudimental é imperfecto á la verdad, para obtener los mismos resultados. l\Icditaba en la posibilidad ele obtenerse el sonido por medios eléctricos, cuando brilló en mi mente la idea ele que el principio ele hacer vibrar un cliapason por la atracci on intermitente de un electro-imán, podía aplicarse á la produccion eléctrica de la música (1 ). Imaginé, pues, una serie ele diapasones de distintos tonos, y los dispuse de tal suerte que pudieran vibrar automáticamente del modo indicado por Helmholtz, interrumpiendo cada diapason en cada vibracion una corriente voltaica. ¿Por qué no podda ser, nos preguntábamos que el descenso de una placa tal como la tecla de un piano, dirigiese la corriente de interrupcion ele cualquiera ele estos diapasones á traves de un hilo telegráfico, hasta una serie de electro-imanes que actúen sobre las cuerdas de un piano ó de otro cualquier instrumento de música? De esta suerte pudiera una persona tocar el cliapason-piano en un lugar, oyéndose la música sobre un piano electro-magnético en otro cualquiera aunque fuese distante, lo cual nos parecía tanto más probable, cuanto más reflexionábamos sobre ello, pues np veíamos razon alguna en cuya virtud al descenso de cierto número de placas en el momento mismo de la vibracion del diapason no correspondiese en el punto de llegada la produccion de un acorde perfecto, perceptible sobre un piano que estuviese al unísono. Los atractivos con que enton( 1)_ H clmh~ltz Die Leh1·e von den TonempfinclungPn, traducc1on ínglesa por Alojanclrn J. Ellis.-Theory oftone, Tco~ia de la perccpcion do los sonidos.

ces se nos presentab::t la electricidad, nos condujeron al estudio ele varias de sus aplicaciones, así en Inglaterra como en América, causándonos sobre todo admiracion la simplicidad del alfabeto de Morse y el hecho ele poderse conocer sus letras nada más que por el sonido que al funcionar produce; conforme á lo cual suelen los telegrafistas preferir habituarse á observar la duracion del tic-tac de los aparatos, distinguiendo al oído los diversos signos, c1ue no tener que acudirá los puntos y rayas, grabados sobre el papel. Luego, ocurrió á nuestra mente la posibilidad ele representar ele una manera análoga el punto y la raya adoptados por Morse, por modio de la cluracion ele una nota musical, pudien<lo suceder que una persona imprimiese un movimiento á cualquier tecla de las del diapason-piano, cuya disposicion hemos más arriba explicado, y que otra observase la duracion del sonido emiLido por la cuerda correspondiente en el piano distante. Pareciónos ser con esto posible la simultánea transmision ele varios partes telegráficos distintos, desde un diapason-piano hasta la otra extremidad del circuito, teniendo cada uno ele los manipulantes una tecla distinta del instrumento. Leerían estos partes personas colocadas alrededor del piano de llegada, cada una ele la? cuales oiría sonidos ele determinada elevacion, correspondientes á determinados signos, ignorando por completo Jo que se · comunica á los demas. Con esto pudiera realizaese la simultánea transmision ele varios partes telegráficos por un solo alambre, pudiéndose el número ele partes extender, tanto cuanto alcance la delicadeza ele oído del que escucha. El aumentar del modo expuesto el poder transmisivo de un alambre telegráfico fué el fin práctico que nos pusimos clel?,nte, al comenzar nuestros estudios sobre la telegrafía eléctrica. Sucede generalmente, que en el progreso de la ciencia la complicacion guíe á la simplificacion, y que al exponer la historia ele un descubrimiento científico convenga principiar por su fin. Al dirigir una mirada retrospectiva sobre mis estudios, reconozco la necesidad de designar con nombres especiales una variedad ele corrientes eléctricas que pueden producir sonidos, llamando vuestra atencion sobre vaeias especies dis· tintas de corrientes ele electricidad que pudieran llamarse telefónicas. Con el fin de que las particularidades de estas corrientes se entiendan bien, suplicaremos á mi auxiliar Mr. Frost, ten•


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\Positiva, 7 Corriente positiva ondulah,ria. gala bondad de proyectar sobre la pantalla una OndnlntGria.. D".ncctn.)Negativn. 8 » negativa » 9 » iu,~erPa. >> \ .............. Invcr a, prueba gráfica de estas diferentes variedades . El método grá!lco de representar las corrienDebo, si n embargo, notar, que si bien es 1.al la tes eléctricas, tal cual lo estamos aqu í presen- teoría ele la corrie nte ondulatoria eléctrica, que ciando, es el mejor que imag inarse puede, si se se puede demostrar su orí"'en, existen métodos, trata de estudiar exactamente los efectos produ- sin embargo, en v irtud de los cuales se obtienen cidos por aparatos telefónicos de formas distin - sonidos con sólo las corrientes intermitentes y tas: él fué el que nos hizo conocer este ~énero es- pulsan les . pecial ele corriente telefónica á que daremos aqu í Hace mucho se descubrió, poder un electroel nombre de corriente onclitlatoTia, en cuya imún producir un sonido al ser de súbito imanta virtud se hace posible la procluccion arti!lcial do é clesinmantado. En efecLo, si se cierra y abre del lenguaje articu lado por medios el éctricos. con rapidez el circu ito ele que forma parte un La linea horizontal gg' (fig. 1), se considera electro-im.ín óyese partir de dicha pieza una como el cero ele las corrientes: los impulsos ele serie de crujidos que llegan al oído, producienelecteicidacl positiva se e n cuentean representa- · do en él el e ·ecto ele una nota musical , cuando dos sobre dicha línea, al paso que los negativos la corriente se interrumpe suficiente número de lo están debajo, pudiendo tambien hallarse in - veces por segundo . Descubriendo Page (1) en verLiclos. Lo ancho de un impulso eléctrico 1837 la ap licacion de las corrientes eléctricas á cualquiera b ó el, medido á partir de la línea la músi ca, hizo que la atencion ele los sabios de cero, indica la intensidad ele la corriente en ·el distintas partes del mundo, se fijase casi á un punto ele obserrncion y lo largo del mismo b ó mismo tiempo en la telefonía. el la cluracion de la m isma, En cuanto a l númeEstudiaron con todo cuidado los efectos acúsro de ·las corrientes telefónicas, estas pueden ticos producidos por la imantacion los sabios ser n neve; m as por ahora, bastarA indicaros sólo sigu icnles : Marrian (2) , Deatson (3), Gass iot (4) , seis. Las tres vaeiedades primarias, que desig- De la Rive (5), Matteucci {6\, Guillcmin (7), Vern amos con los nombres de in termitente , pul- thcin, (8), \Vartmann (9), Janniar (tO ), Jousantos y ondulatorias, van en la figura representadas por las líneas 1, 2 y 3, pudiéndose notar en ellas algunas subvarieclaclcs, que reciben ( 1) ('. G. Page, l.\ Pnooi;cerox DE f,\ )lÚSLC:.\POR MEDIO DE los n.ombres de corrientes directas ó inversas, CORUU-:XTl-:S G.\L\",\'s!C.\S, JOURX.\L DE SIT,T.1\1.\XX, 1337, xxx11r, segun que los impulsos eléctricos sea n todos ele página 396; JOUUX.\f, DE StLLDl.-1.XX, 1838; xnru. p. 118; un a misma clase, ó alternativamente pos~tiYos Blll!..l"XIY., llllC\'a se ri e, 1839. u, p. 398 . (:!) J . P . .'.llarri an, PfTIL. )[AG . , xx.v, p. 382; lXST., 184.5, y negativos; y áun las clireclas se distinguen página 20; AllCtl. DE r.' ÉLEeTnlf:ITI;, Yéa e p. 19 5. tambien segun sean positivas ó negativas, clis(3) Bcatson, Anen. DE L'Ér,EeTlllCll"É, \"Cá~c p. l !l7; .\UCIL tincion que les viene ele ser los impulsos eléc- m:s SC. PllYS. ET )L\T . 2. • Serie, 11, p. 113. teicos de una clase ó ele otra. (1) Gassiot, véa~c cnE .\TISE ox ELECTnICtTY, por de l:i. RiViniendo á los caractéres de las corrientes, la ,·e, 1 p. 300 . intermitente se h alla caracterizada por la alter(5) De la RiYc, enEATrsc ox EI,ECTRtetTY, ,, p . 300· l'IJIL. n ativa presencia y ausencia ele la electricidad en )[AG. xxxv, p. 4.22; .\llCII. DE L'ÉLEeT. véase p. 200; IXST., 184.G, el ciecuito; la pulsante rcsulla de cambios ins- página 83¡ CO)fPTES UENDUS, xx, p. 1"'28i¡ eO)IPT . RENO., XXII, p ág in a 4.32, POGG . .\XN . , p. 637: ANX. DECIL[){. ET DE PlffS., xxvr, tantáneos en la intensidad ele un a corriente conpá«ina 158. tinua, y la ondulatoria es efecto de una corrien(G) ;\[atteucci, IXSl'., I 8115; Anen. DE 1,'ÉLEr.Tnre1TÉ , Yéase te eléctrica, cuya intensidad varía segun lo haga página 38'J. la velocidad del movimi ento ele un a partícula (7) Guillcmin , eo)tPTE nExn., xxn, p. 2G'i; rxsT. 184G, páele a ire miéntras se efectúa la procluccion del g in a 30; .\n en. DES se. ~•nYs. t-:T x .\T., 2.' serie, r, p. 1() 1. sonido. Pol' lo tanto , la curva que grá!lcamente (8) Y crthcim, eO)[PT. REXD., XXI[, p. 33G- 5H; IXST., 184.G, representa la corriente ondulatoria correspon- página 65, 100; l'OGG. AXX., t. xnlf, p. 1'10; CO\lf'TE: UEXD., diente á un simple tono musical, es la que re- xxn, p. 50:i; [XST., 1818, p. 1!1'2; AXX. DECUDL ET DE l'l1Y$., XXI[[ p . 30:lj .\llC:H . DES r.. l'IllS. ET X.\1'., Ylll 1 p. 20G· l'OGG. presenta un a oscil acion simple del péndulo, ó lo AXN.; t, xxnr, p. '13; DEIII, ,mn .. I\". p. 1'21. que es lo mismo, una curva sinuosa (()) .Elias ,Yartmann, CO)IPT. llEXn., XXII , p. r,'Li rmr..

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\Positiva, 1 Corriente posiLiYa intermitente. ª·!Negativa, 2 >l nognLivn >l .............. Jn,crsa, 3 >l inYer8n. l•

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)l.\G., 3.' serie, xxnu, p. 5'li; .\RCIL DE~SC. l'llYS. l\T 's.\T. 2.' serie,,, p . 4f!l; r:-.s-r., l8'1G, p. 2!l0: )!OX.\TSelIEll. D. IJEUD 11.\D.,

IS'ili, p. 111. (10) J anniar, COMP . Il EXn., xx11r, p. :H!l; ['IST., 18iG, págin a 21Hl; .\RCH. DE. se. rms. ET :-.AT., 2.' ~cric, p 394.


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le (1), Laborde (2), Legat (3), Reís (4), Pog- mente posible el circuito voltaico, y pudiese con gendorf (5), du Monee! (6), Delezenne (?) y ventaja sustituir el diapason que en sus estudios otros muchos (8). Conviene tambien notar que usara Helmholtz para transmitir la corriente. Es un hecho singular y curioso lo que pasa Gore (9), obtuvo por medio del mercurio notas los grandes descubrimientos, los cuales suecon musicales muy claras, que fueron acompañadas al mismo tiempo á diversas persoocurrirse len de ondas muy preciosas en la -superficie del meunas ele otras por considerables separadas nas, t al, miéntras tenían lugar los experimentos elecley no se ha eximido la idea cuya de distancias, trolít icos. Page (to) produjo tonos musicales en , tal como Helmholtz la múltiple telegrafía la ele las barras de Tre velyan , m edi a nte la accion de di agramas presentados diversos sus en uso exp la corriente galvánica, y más tarde descubr ió Sullivan, que la vibracion ele un alambre com- á la Sociedad, pues pa rece haberse al mismo puesto parte ele un metal y pa rte ele otro, puede tiempo ocurrido á cuatro personas distintas, de desarrollar una corriente eléctrica, la que du- las que un as residían en América y otras en raba tanto como suele una nota musical, dete- Europa. Aún en los detall es mismos sobre la niéndose inmediatamente despues de cesar el · disposicion del circuito, se parecen sumamente los propuestos por Mr. Cromwel Varley de Lónsonido. Durante muchos años pusimos toda nuestra dres, Mr. Elisha Gray de Chicago, Mr. Paul Lacour de Copenhague, y Mr. Thomas Edison de Rewort, en el estado ele Nueva .Jersey. De aquí

Fig. 7. Fig. 6.

es que sería inútil discutir sobre quién fu é el primero en realizar el descubrimiento. Para que mejor se comprenda lo difícil que es el uso du una corriente intermitente, bueno será fijarse en la aplicacion que se hace del efec(1) J . P. J o ul e , Pllll,. MAG., xxv, p. 70-225; IJERL mm. , 111 , producido cuando dos sig nos musicales de to pagina 489. (2) L abo rdc , CO:.IPTES REXD U~, 1, p. li92; c·oS)IOS , XVII, pátono diferente marchan juntos á lo largo de un g ina 154..· mismo circuito. La fi g ura 2 presenta una dis(3) Legat, nnis, ZG, 1x , p. 125 . posicion segun la cual las dos varillas aa' ele (11) Reis, TÉ LÉPllO i'(IE POT.YTECI!. JOURX., c. t. XVIII, p. 1s:,, . los dos conductores sirven para interrumpir la DOLT.GEn's i'(OTIZ, b., 1863, núm. G. (5) J. c. Poggendorf. POGG . AXX., XCVIII, p. 192; m,:nr,INE!l 1 corriente de una misma pila, B. Supongamos MO:-IATSDAR, 185G, p. 133; COSMOS, 1x , p. lt9; DERT. DER., xrr, píL- [ que el intervalo musical entre las dos varillas gi na 24.1; POGG. AN:-1., t. xxxnr, p. 139. equivalga al de una tercera; mayor, en cuyo (6) Du Monee !, Ex r osE, H, p. 125, y 111 , p. 83. ca~o sus v~braciones est~n entre ~í · como 4 á 5, (7) Delezenne, SOUN PRODUCED m: MAGNETIZATJON, llllJ[,. 1 quiere clecrr que en el n11smo tiempo en que se 1: x 1v., nu evas series, 1841, x v1, p. 4.0G . (8) Vé a se LONDOX JOU!lN,, XXXII, p . lt02; POL\'TEIJ. JOU!lN ., verifican cuatro vibraciones ele á, tienen tamex. p.161; cos:-ros, rv, p . 43; G lisenc r, ·rrr ..uTÉ GÉNERAL, ye. bien lugar cinco de a', A2 B 2 representan las corpágina 350: D ove, REPE!lT., VI, p. 58, POGG., CTX:-1., XIII, págirientes intermitentes producidas, corresponna lt 11 ; DER L DERU J, p. l ltli.; ARfll, DES se. PllYS. ET N.\T . ; XVI, en un mismo tiempo cuatro impulsos diéndose phgina /¡06; RllUN °S ENCICLOPÉD!E DEn PHYSif,, p. i OH-1021. de B 2 con cinco de A2; significando la línea A2 (9) Gore, PROCEDINGSOF ROYAL SOCIETY, XII, P. 217. (10) c. G. Page, VJB RATION OF CREVELI.\N°S BARS BY TllE y B2 el resultado que en la línea principal reG.\LSa\XIC CURRE;,/, SILLn!Ax's JOUR N.U,, 1850, IX, p. ·10 5-1 08 sulta de la simultaneidad de accion ele las variSULL IV AXj CUílRENTS 01' ELECTntC ITY PRODUCED DY THEVInllATION a y a', interrumpiendo y restabl eciendo una llas 01" MET.\LS, PmL, )fAG ., [ 8'15, p. 20 1 j .\llCII, DE 1,'J.'.; 1,ECTRI CfT I\, x, corriente. misma • página 480,

atencion casi exclusivamente en encontrar un instrumento que interrumpiese lo más ráp ida-


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LA NATURALEZA

cuentran sujetas a uno de los polos de una pila, miéntras que los tomillos contra los cuales chocan aquéllas, están en comunicacion con la línea; de esta suerte llegan los impulsos de la pila á la línea, miéntrns se efectúa la vibracion ele las varillas. Sin entrar en pormenores de cálculo, Yeis que con una corriente pulsante el efecto de la tl'ansmision simultánea de varios signos musicales es casi él equivalente de una corriente continua de intensidad mínim~, segun indica la figura 3; pero si se emplean corrientes ondulatorias, .el resultado es distinto (fig. 4). La corriente que viene de la pila B, conviértese en ondulaciones, como consecuencia ele la accion inductiva ele las

Vése bien por la figura, que la corriente que resulta, conservando siempre una misma intensidad, se halla ménos interrumpida si ambas espig,as manipulan, que cuando lo verifica una sola. Si continuamos en profundizar la cuestion, caeremos luégo en la cuenta, de que si se ocupa al mismo tiempo en inteerumpir y restablecer el mismo circuito un gran número de varillas ele elevacion de tono y velocidades de vibracion diferentes, el resultado final equivale realmente en la línea principal á una corriente continua. Compréndese tambien que el mayor número de signos musicales que sin confusion puede á un mismo tiempo transmitirse por un nlambre it lo

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F ig. !J.

largo, depende mucho de la proporcion que guar-:le la duracion del restablecimiento con la ele la intcrrupcion: así es, que cuanto más corto sea el contacto y más larga la in terru pcion, mayor tambien será el númern de signos que pueden sin confusion transmitirse, y viceve1·sa . Delante ele vuestros ojos 1.encis el aparato con c1ue se ha demostrado cuán verdadera sea la anterior consecuencia práctica, consistente en una caja de armonio como las ordinaeias, y cuyas varillas se hallan sometidas á la accion del aire del modo que en tales instrumentos sucede. Delante de cada varilla se halla un tornillo metálico, contra el cual vari aquellos á dar cuando vibran, dependiendo el ser más larga ó más corta la duracion del contacto, de estar el tornillo mits 6 ménos apretado, Las varillas se en-

varillas ele hiereo 6 ele acero M:\I', las cuales vibran delante de los electro-imanes ce' incluidos en el circuito ele la pila. A 2 y B 2 represen tan las ondulaciones producidas en la corriente por la Yibrncion ele los cuerpos imantados, no- · tánclose haber cuatro ondulaciones ele B 2 por cinco ele A2, y tambien que la resultante final sohr.e la línea mayor está representada por la curva A2 + B2, suma algebráica ele las cur,·as sinuosas A 2 y· B 2 • Parecido efecto se obtiene cuando se hace uso ele conienLes ondulatorias inversas, como se ve en la figura 5, cuya corriente se obtiene mediante la vibracion ele electro-imanes unidos entre sí, sin necesidad ele pila voltaica. Observando bien las figuras 4 y 5, se comprenderá que el e'.'ccto do la transmision simultánea de los sonidos musicales ele diferente


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tono, á lo largo de un mismo alambre, no consiste en destruir el carácter vibratorio de la corriente, como sucede en el caso de ser las corrientes intermitentes y pulsantes, sino en cambiar las formas ele las ondulaciones eléctri cas; pues en este caso la corriente sufre una influencia exactamente parecida á la que sobre el aire ejerce la vibracion ele los cuerpos indnctores l\IM', de aquí que rlebería ser posible el lransmitir por un alambrn tantos tonos n'.lusicales como por el aire. Siendo posible el usar de corrientes ondulatorias en péovccho de la telegrar(a múltiple, me resolví á dar ele mano á cuantas disposiciones complicadas cm el circuito usarn úntes )' á emplear para todo él una sola pila, conservando los receptores ele ·que me había precedentemente servido. Dijimos ántes que Helmholtz llegó á producir sonidos ele vocales mediante la combinacion de tonos musicales ele distinta elevacion é intensidad, valiéndose para ello del aparato representado en la figura 6, en el cual pónense varios diapasones de diferente toao, entre los polos ele los electro-imanes a\ a2, etc., que se encuentran en vibracion, gracias [L la accion ele una corriente intermitente que parte del diapason g. A fln ele reforzar los sonidos, colócanse oportu• namente cuerpos aptos para ello, 1, 2, 3, etc., cnya eflcacia dependerá de ser los orificios exteriores más ó ménos alargados. En el procedimiento usado por Helmholtz, se ve que los diapasones mismos son los que producen tonos ele intensidad uniforme, pudiendo variar su intensidad en virtud ele un refuerzo exterior, siendo en este particular lo que más sorprendió, el poderse obtener los mismos resultados, y áun ele manera más perfecta, haciendo vibrar diapasones que se diferencien en los grados de su amplitud, lo cual me sugirió la idea del aparato representado pór la figura 7, que fué mi primera forma de teléfono articulado. En dicho aparato, un arpa formada por varillas de acero, se halla sujeto á los polos de un imún permanente, NS, y si se pone en vibracion una cualquiera de las varillas, luego tiene lugar una corriente ondulatoria en los cilindros del electro-imán; el electro-imán correspondiente E' atrae las varillas del arpa H' con fueeza variable, poniendo en vibracion aquella que esté al unísono con su respectiva de las que viJwan en la otea extrnmidad del circuito. No es esto sólo, sino que ádemás, la amplitud de vihracion ele una ele las varillas, determina la amplitud que ha ele tener la otra, á causa de que la inten'>idad de la corriente inducida la fija la

amplitud de la vibracion inductora, y la amplitud ele la vibracion en la extremidad de recepcion depende de la i ntensiclacl de los impulsos atractivos. Si nos ponemos á canto.r cerca ele un piano, ciertas cuerdas del instrumenLo se ponen á vibrar movidas por la accion ele la voz, y :llln á veces sucede, que poniéndose ú una distan c ia conveniente, parte del piano un sonido que se aproxima al ele la vocal pronunciada: ele modo que la teoría nos induce á crece que si el piano tuviese en la octava, mayor númcrn ele cuerdas, reproducida perfectamente los sonidos ele las vocales. Mi plan sobre el curso ele las operaciones en el aparato, curso que indica la fig. 7, era como sigue: Una vez emitido un sonido cceca del arpa 11, algunas de sus varillas se pondrán á vibear con amplituclc~ distintas: las Yarillas correspondientes del arpa II', que cstar,'L colocada en la extremidad opuesta del circuito, se poncleán ú vibear eón ondulaciones proporcionales al impulso recibido, ele lo que resultará el tirnúre del sonido. :Mas los grandes desembolsos que hubiéramos tenido que hacee para la consLruccion del refeeiclo instrumento, nos impidieron por entónces emprender estudios ele este género ele investigaciones. Hemos hablado ántes ele una invencion de mi padre, consistente en un sistema ele símbolos fisiológicos, destinados ú. representar la accion ele los óeganos vocales, el cual, habiendo llamaclo•la atcncion del Consejo de Jni;;truccion pública de Boston, hizo que éste nos convidase ~i pracLicar una serie ele experimentos, con dicho sis Lema, en la Escuela ele sordo-muelos. Todo el mundo sabe que los sordo-muelos lo son por ser sot·clos, no existiendo en sus 6eganos vocales defecto alguno que les impida hablar. Por esto desde un principio se pensó que el sistema ele mi padre, sistema ele símbolos ilustrados, y por mucho tiempo conocido con el nombre vulgae de lenguaje visible, podría ser un buen medio para que un sordo-mudo aprendiese á servirse ele sus órganos vocales para hablar. Produjeron aquellos experimentos tan buenos resultados que, animados, nós resolvimos á pensar en la invencion ele métodos de representacion gráfica y óptica ele las vibraciones del sonido, con que pudiesen see instruidqs los sordo-muelos . Durante algun tiempo proseguí mis ensayos con la cápsula manométrica de Koenig, y, con el fonautógrafo ele Lcon Scott, pues todos los aparatos del Instituto de tecnología ele Dos ton, fueron generosamente puestos á nuestra disposicion para tales expcL·imentos, cuando tuvimos noticia de que un estudiante del Tnstituto ele


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tecnología, llamado ~Ir. Maurey acababa de encontrar un modo por el que se perfeccionaba el fonautógrafo, pues había logrado hacer vibrar ·por medio de la voz un punzan de madera de casi un pié de largo, fijo á la membrana del fo nautógrafo, disposicion que le permitía se grabasen sobre una superficie plana y ennegrecida por el humo rayos de magnitud considerable: con cuyo aparato obtuvimos á nuestra vez producir bellísimas represenlaciones ele las vibeacioncs impresas al aire por"las vibraciones de vocales, alo-unas ele las cuales van indicadas en la fig. 8. Este último perfeccionamiento del aparato no pudo ménos ele sorprendemos, viendo en él un notable parecido entre el modo con que la pieza de mal.lera vibraba bajo la accion de la membrana del fonautógrafo, y aquel con que la cadena de h uesecillos del o ido hu mano obedece al movimiento de la membrana del tímpano. Resolví, pues, construir un fonautógrafo más exactamente modelado, sobre el mecanismo de nuestro oido, y á este fin me aproveché del claro entendimiento del distinguido especialista Dr. Olarcncc ,J. Blakc, el cual me sug irió la idea ele emplcm· el propio oiclo como fonautógrafo, en vez de hacer uso ele un oiclo aetificial, por lo cual quedó suprimido el yiinque, fijándose en la extremidad del martillo un estilete formado por una pajita ele heno, de una pc1lgada ele longitud. Por lo que hace á la mo, ilidad necesaria de las parles del órgano auditivo, se obtenía humedeciendo la membrana del tímpano y los huesecillos con una mixtuea de glicerina y agua. Cantando cerca del oiclo externo, poníase en vibracion el estilete, obteniéndose sobre una superficie plana ele cristal, cubierta ele negro de humo y colocada en contacto con el estilete, la rcpresentacion de las vibraciones (fig. 9). Entregado yo á estos experim~nLos, sorprendióme no poco ver la notable desproporcion existente entre la membrana y los huesos puestos por ella en vibracion, cuyo fenómeno me teajo la idea de que si una membrana tan fina como una hoja de papel, podía excitar la vibracion de huesos, que, comparados con ella, son de inmenso peso y no pequeña climension, con mucha mayor razon una membrana mayor y más espesa, podda producir la vihracion ele un trozo ele hierro cantea un electro-imán, en cuyo caso desaparecería por no ser ya necesario el complicado mecanismo de las varillas de acero que se ven en la forma primitivamente dada á nuestro teléfono (fig . 7), bastando simplemente fijar

-1.11

en la membrana un pedazo de hierro que queclaría colocado en cada uno ele los extremos del circuito telegráfico. • (Se continuimi.)

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PLUMA ELÉCTRTCA DE EDISON. El objeto del aparato cuya descripcion emprendemos, no es trazar, al modo de la plumas y l:ípice , una raya de color no interrumpida, sino pref'l ent.ar ít la n ta por medio de pequeños agujeros hechos en el papel, una raya discont.inua, lo cual se consigue usando de un tubo que pueda tenerse en la mano, y en el que eutra, para salir al momento, una. aguja de acero . umamente delgada. La disposicion indicada lince del tubo un instrumento parecido :1 los portalúpices ele metal. La aguja, atrnque sin al.ir nunca del tubo más que lo preciso para poder agujerear el papel, está dotada de un movimiento ele ,ai,en tan nípido que llega á dar 180 golpes por segundq, merced á lo cual y á ser el mo,~imiento tan corto como dijimo , puede lleYar e la pluma sobre el papel con una velocidad igual á la que dan á sus plumas los calígrafos en.ando se aplican á hacer letras mayüsculas de formas clen-antes. La pluma recibe el mo,imiento ele YaiYen de un pequeño electro-motor, sencillo é ingenioso, colocado en la parte snperior del porta-pluma, y representado con toda fidelidad en la figura 1. La aguja está njeta al extremo inferior de una l:ímina, que a.traviesa el porta-pluma y que en su extremidad superior lleva una horquilla destina.da IÍ abrazar entre su lados una excéntrica montada obre el eje del motor. Los dientes de la excéntrica on tre. , bastando por consi<ruiente GO revolucione del rje en un segundo, para que se obtengan los 180 golpes que debe la. aguja dar en igual tiempo. Al eje del motor acompaiía una lámina de hierro dulce cuyo de tino es hacer de armadura movible de un elcctro-im{rn fijo, delante del cual gira con gran rapidez, movida por un conmutador muy , en cilio, que en ca<la vuelta. interrumpe dos ,cces la corricntr. Un Yolante anular, relativamente pesado. cu,rn cli:ímetro lia de ser de igual lono-itnd que l:i. de la lámina, por haberla el Yolante de incluir, e tl de tinado ,í. hacer el movimiento regular y continuo. Para mover el pequeño aparato u a Mr. Edison de una pila de bicromato de potasa, de dos elemento cuya disposicion no puede ser más fel iz y acertada. La cubiertas de los ya os, á la cuales esttin ujcto, el carbon y el zinc de la pila, e componen de di cos de ebonita ó ea caoutchouc endurecido fuertemente ujeto :i una pieza met,ílica central, que corre á lo largo de una yarilla vertical. A fin de preservar los elementos de la pila del contacto con los líquido , pues de otro modo el zinc se inutilizaría con o-ran rapidez, cléYase cuando el aparato no funciona la pieza central y e engancha en la vertical. Cuando es nece ario escribir, no hay más que sumergir los electrodos en los líquidos, como indica la figura l. Aunque nada puede decirse de absoluto con respecto


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LA NATURALEZA

al tiempo que podrá una pila funcionar sin renovar el bicromato, pues esto depende de la mayor ó menor actividad á que se le sujeta, sin embargo, observaciones constantes han demostrado que, guardando las precauciones dichas no habní."necesidad de echar nuevo líquido sino de cuatro en cuatro dias, y el zinc podrá muy bien desempeñar sus funciones durante muchas semanas.

Esta es la descripcion del aparato sucintamente hecha; digamos algo de su objeto y utilidad. Dijimos que por su medio se obtier:e sobre el papel un escrito formado por numerosos agujeros contiguos unos á otros; mas siendo casi imposible leer este escrito del modo ordinario, esto es, por reflexion, y no trayendo ventaja alguna la mayor facilidad, con quq

Fig. 1.-Pluma eléctrica de Edison, con su pila.

se le puede por transparencia descifrar, de nada serviría el aparato si, usando del papel agujereado como de un negativo, no se sacasen con él innumerables pruebas positivas 6 co1:iiaS:de~las palabras ó dibujos grabados por la punta. La obtencion de est;as pruebas_tienc

lugar mediante una prensa, representada en la figura 2, y en cuyas cubiertas, que es la parte que figura IÍ. la izquierda, se fij _a el negativo por medio de resortes füciles de manejar. En el cuerpo de la prensa se coloca una ñoja de papel

Pig. i.-Prensa destinada á la tirada~cle las~pruebas.

blan~o, y sobre ella se deja caer el negativo, bajando la cubierta. Un rollo, representado tambien enla fig. 2, cubre de negro el negativo, por cuyos orificios penetra la tinta hasta la hoja blanca que está debajo, de modo que levantando la cubierta, se encuentra la pnreba · concluida. Careciendo el escrito de gruesos y delgados, es ne•

cesario,- para que puedan bien leerse, haber hecho los agujeros del negativo lo mayores posible, pudiendo en este caso obtenerse, con alguna ligera modificacion, todo género de dibujos, y nun de composiciones de müsica, perfectamente reproducidas con blancas y negras. Un mismo negativo puede servir para la sucesiva


LA NATURALEZA produccion de gran número de JJositivos, número que á veces llega hasta mil. Se dice que a.lguno ha podido sacar seis pruebas por minuto, cosa nada imprnbable, si se atiende á que todas estas obras manuales se ejecutan con tanta más pe1feccion y presteza cuanto mayor es la facilidad que en su ejercicio se adquiere. Los métodos hoy en uso para la instanUnea reproducciou de los dibujos ó escritos, son numerosos, entre los cuales merece especial mencion el empleo del papel l\Iarion, porque ú consecuencia de numerosas pruebas nos parece excelente, mas es preciso confesar, y en esto no nos guía el espfritu de parcialidad, que exigiendo cada prueba ele las sacadas con el papel Marion estar expuesta, al sol por algnn tiempo, y si el cielo está nu-

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blado, por un gran espacio, con lo cual no se puede en un dia sacar sino muy pocas pruebas, es mucho más venbjoso usar de la pluma de Edison. Esta rivalidad cede en gran beneficio de la humanidad, pues estimula los ingenios para que discurran perfecciones ulteriores en sus inventos, si no quieren pasar por la humillacion ele ser relegados al olvido.

EL 110.L TE -YE TOUX. Hace poco, el minislro francas de Obras públicas, como si dijéramos, nuestro ministro ele

El moule \ ·enluux. (Tu:n:ulo J e un c1·ú,¡uis Ju .\l. E. :\lar0 ol10.)

Fomento, ha propuesto á las Cámaras se Yote se, cuyas atribuciones son poco más ó mónos una cantidad considerable para la formacion de como las ele nuestras diputaciones pro,inciales, una red meteorológica, que, enlazando entre sí se había determinado hacerlo á sus expensas, los observatorios existentes y otros nuevos que invitando á que contribuyesen á la emp1·esa {i se han de formar, pongan toda la nacion en co- los departamentos limítrofes, Gard, Héi-ault, nocimiento de los fenómenos que en la atmós- Bouches-du-Rhóne, Var, Basses Alpes, no méfera se presenten. , nos interesados que el de Vaucluseen la realizaUno de los que el ministro propone para su cion del proyecto, por las grandes ventajas que constrnccion es el del monte Yentoux, sito en reportarían. aquella parte del Delfinado, perteneciente hoy Digamos algo sobre la situacion y aspecto de al departamento de Vaucluse, donde es tan ne- la montaña. El Ventoux, que debe considerarse cesario el observatorio, y son tan bellas las cori- como continuacion de la sierra de Lure, aunque diciones del monte para lo que se pretende, que esté de ella separado por una gran corladura, el consejo general del departamento de Vauclu- es el verdadero límite del clima del i\ifeclitcn·ú-


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LA NATURALEZA

neo. La pal'tc más álta de la montaña da á la e:>..teemiclad Oeste, junto á la reducida villa de 1'Ialauccnc, la vertiente más escarpada, y que parece cortada á pico, al Xorle, y al , ur la ménos pendiente, pudiendo por lo tanto por este lado subir las personas hasta la cumbre, y úun llegar las carretas sin grandes di!lcultacles a l sitio denominado ainte-Crnix, donde existe una ermita edificada poco tiempo de pues de la ascension del Petrarca. El panorama que desde lo alto del Ventoux se presenta, no puede ser mús grand ioso; al Este la cadena de los Alpes y sus espolone¡::, al )Iorte los montes ·del Delfinaclo, al Oeste, primero el Ródano que no se pierde ele Yista hasta enfrar en el mar, clespues los Cevennes, y al Sur, finalmente, el rio Duranso, la pequeña cordillera del Tuberon, la de los Alpinos, la de la Estrella, la de Sainlc-Baume, y en último término el i\Iediterúneo. El eminente 11atun1lisla ~I. Charles 1\lartins ha publicado recientemente una interesanteclescripcion del monlc Vcntoux, úllima vertiente de los Alpes marítimos, <ccl cual, elevándose bruscamente sobre lo demas del terreno, goza en su falda de una temperatura media, igual á la de las ciudades ele 'ena, Drescia ó Venecia, y en su cumbre, de ot1•a comparable :'.t la de la Suecia septentrional en la parte colindante con Laponia. » El notable aislamiento de esta mon, taña, la orientacion de sus Yertientes y su posicion geográfica, le hacen muy á propósito, diremos con ~I. ~Iarlins, para los estudios de topogeal'ía botánica, ósea para estudiar la inf'luencia que ejerce sobre la vegetacion la clevacion del terreno, como tambien para el establecimiento de un observatorio meteorológico. Hablando l\I. Martins de los vientos tan fuertes que reinan en el monte de que nos ocupamos, y de los cuales recibe el nombre ele Ventoux, que significa ventoso, se expresa en los términos s iguientes: ccSon estos vientos, sobre todo el Noroesteó ma.est1'al, tan violentos que de no hab erlos experimentado es imposible hacerse una idea de ellos. Hombres y áun caballos ruedan por el suelo cuando el viento sopla con toda su fuerzn. Por el ímpetu con que el maestral recorre las llanuras del Róclano, se puede calcular la violencia con que azotará los flancos ele la montaña al llegar á ellos entero y sin haber en todo su cul'so sufrido oposicion ningnn.a. o son ménos fuertes los domas vientos reinantes en la montaña, cuyos estragos son á veces extraordinarios. En 1795 arrancó ele raíz el cierzo todo un bosque situado á 1.500 mctt'os

ele elevacion. >) De todas estas indicaciones se saca lo útil que sería á los labradores el estahlc"cimicnto en el país de un observatorio que les predijese la inminencia ele tan desastrosas bol'rascas ó la proximidad de benéficas lluvias teaidas por los vientos del mar, tan rarns en el Mediodía, y cuya ausencia suele causar la parali:,mcion de todas las faenas del campo. .\.1 referir Pctrarca su ascension dice: «Cuando se hubieron mis ojos saciado de contemplar el magnífico espectaculo que se les presentaba , y que tenía mi espíritu elevado y embebido en profundas co1~sideracioncs místicas, abrí un libro ele las Confesiones ele San Agustín, que á su mérito intrínseco junta el ele ser recuerdo de un amigo querido. Las p1·imeras palabras que me encontré fueron las siguiente3 : «Admiran los »hombres las elevadas montañas, las olas pode»rosas del mar, las corrientes ele los graneles »rios, el contorno del Océar~ y las órbitas des»critas por los astros; 111as cntl'C tanto, no se )) acuerda u ele sí mismos para nada.» Quedé con fundido al ver la opoetunidacl del Lexlo del santo, cuya ap1icacion no podía ser más clara, y luégo, cerrando el libro, acudieron á mi mente en tropel miles ele ideas sobre la locura ele los hombres, que despreciando la parte mús noble de su elevado sér, se recrean en Yanos espectáculos, buscando fuera lo que pueden muy bien encontrar sin salir de sí mismos.» Así se explicaba en sus tiempos aquel generoso espíritu, que hoy se avergonzaría de sus palabras si viese el conjunto admirable de ver~ clacles, que para ennoblecimiento de la inteligencia del hombre ha el estudio encontrado en lo que él ll amaba <, espectáculos Yanos.» J. LonE~TE.

MISCELÁNEA. Planta eléctrica, -La Gacetci Jlorticula de Nicaragua ba publicado recientemente algnnos elatos ele una planta de la familia de las fitol.'.tceas, que crece eu aquel país, r que disfruta propiedades electro-magnética. Cuando se corla una rama, dice el autor ele este no· table descubrimiento, experimenta la mano una scnsacion tan viva, como si se tratase ele una Latería Rnmkorff. Sorprendido por este fenómeno, nrifü:ú el autor uu ensayo con auxilio ele una pequeña brújula: ti la distancia de siete ti ocho pnso: ·e dPjaba sentir la i11fiL1cncia de la planta. La cles,,iacion de la aguja estaba en razon de la distancia; cuanto m,ís se acercaba, más bruscos eran los


LA NATURALEZA movimienLos. r, por último, cna11Llo el aparato se colocó en medio de la planta, los movimientos se transformaron en rotacion smnamente acelerada. El . uelo adyacente no contenía huella alguna de hierro, ni de otros metales magnéticos: no queda, pues, duua alguna acerca de que e ta cualiclaJ es inherente á la plauta misma. La int,eusiclad del fenómeno varía segun la hora: por la noche es ca i nula; llega. ú su 1míx.i111un á las dos de la tarde. En dias ele.tempestad aumenta su fuerza, y cuamlo llueve se marchita la plania. El autor nunca ha Yi to posarse príj a ros é insectos sobre la fito lacea eléctrica.

,. *,. Expedicion al poloNorte.-En los primeros días

del mes actual ha debido pai·tir de Amstercl:uu para el polo NorLe el buque Willem-Barent ·. , 'u tripulacion se compone de caLorce personas, enire ellas tres o.ficiale. de marina, un méclico, un natmali ta y un fotógrafo. Entre lo diversos regalo - hechos al comité organizador de la expedicion,· merecen citarse las placas conmemorativas que deben ser colocadas iodo lo m,ís cerca po~ible del polo para perpetuar la memoria de los holandeses, que han sido lo que m;í. sfl lrnn adelantado cu la exploracion de estas clenidas regiones.

. *,. Exposicion de flores. - Dias airas se inaugnrú en

el gran palacio de cristal de Munich, una magnífica exposiciou de flores y plantas. El interior de dicho palacio quedó convertido en un J ardin fantástico de la 1llil y ww noches, coa calles, montículos, lago , ca caclas, fuentes y multitud ele plantas de toda clases, cubiertas ele bcllí ima flores. , cíanse por doquiera camelias, geranios, tulipanes y oiro - mil prodigio de la floricultura, ctne prueban basta dónde puede llegar fa naturaleza auxiliada por el arte. l\luchos aficionac.los al refericlo arte y jardineros de. profesion, han ido premiados, ya por la rareza tlc la - planta expue tas, ya ·por el culLi vo e pecial de la misma , ya por el florecimiento precoz, ó ya por cualquier otro concepto cu que se han di tiuguido. El núruero tle plantas expuc ·tas pasa de ltUJ( O,

... *

El paso ele Mercurio sobre el disco del So!,So bre el paso tle Mercurio por delante del disco tlcl 8ol, et,yo fenómeno tuyo lugar el día G del actual, se l1a transmit,iclo des.de Paris á nue tra rctlaccion la nota sigtúente: «Eu el 01.Jservatorio tle Meutlo11 pllLlo percibir M. J anssen el planeta }Icrcurio :in tes ele u ingreso cu el disco solar, fouómeno ya obserrndo en el Japon en 187-!, y que prueba la existenc ia de una va ta atmósfera gaseosa alredctlor del Sol, descubrimiento que había hecho ya ~l. Jan en en 1,.7 J. tlúnclole el nombre de (Tatmósfera coronal.» Tam 1.Jien obtuvo un an1íli is espectral de la atmósfera de l\íercmio, cuya composieion es desconocida todavía, y log ró sacar una fotografía del plm1eta un enarto de hora despucs de principiar

415

su pa ·o. Eu su con ecuencia podni calcularse con ·cgn rirlad , n ,·e.nladero dúímetro. Eu Argel la · ob crYaciones 110 l1au sido ele importaucia , y cu Burdeos estaua el ciclo cuuierto; pero en Ogtlcn, Utah (Estados- Unitlo ·) los delegado · cmiado por el "Obierno frances, :M. ,\11tlré de Lyon, y :M. ~\ugot, <le Pnris. fotografins del paso del planeta. obÜn'ieron En los Ob. errntorios de \ Í ashington y '\Vest l 1 uint se han conseguido fotografías sati factorias de dicho paso y se han.hecho obser,acioue interesantes.

,¡;

.

"*

Temblor de tierra en Constantinopla.- El tewblor ele tierra que se hizo sentir en Con tautiuopla el :?G tle Abril, l1a causauo ¿rayes accidentes en Ismitl (Sicorncdia) y sus alrededore . La más bella mezquita de la ciudad (Orta-Dchami). e ha huudido por completo; muchas casas y comercio lrnu sido destruiuos; tocla la maquinaria de la manufactura imperial de paños, ha quedado inutilizada. Las pérdida ~e valúan en cerca de cuatro millones de franco- . .A siete leguas de Ismitl, en la aldea de E ·me, no ha quc<lado una sola casa en pió y han perecido-!:) persouas. En , 'abantlca, cerca del lago del mi::.mo 11ombre, ba habido tamuien grnuues hundimientos y desgracias personalc ..

... *

Monólito de carbon de piedra. -Eutre lu pro· duetos ele lo Estados- tliLlos lleo-atlos ú la Exposicion uni ,·er al, .figuran Yarios steeping car y un trozo de rarbou <le pieclra monólito que pesa 10.000 kilogramo - ú lo que e- lo mismo, «diez tonelada métrica ~.» Este enorme 1.Jloqne procede de las mrna de Pen ylYHlll,l. •

*+

Nueva inclustria.-Ha empe:rndo ,í, expluLarse eu llarcclona una nueni industria; la prcparacio11 de cnrnes por un procedimiento que las hace inalterable dnraute un pc1 iodo que llega hasta Ycinticinco Llia . Por el mismo procrtlimiento parece que se couse1Tan tambien el pc ·eatlo, las a,·c;:3, la leche r la manteca.

....* Velocidad elé ctrica.-Dumntc el me de .Abril último, lo telegrama cursado - entre }Iatlritl é Ing-Iatcrrn pur la YÍa del cable directo de llilbao, han invertitlo, por térm in o medio dos horas y d iez y siete minuto en llegar ú su dest ino, incluyemlo en este tieru· po ln. tran, mis ion por las lineas terrestre ·.

...

El año científico.-Ha nparecido el torno xx1 del Aíio cientitico é indui;trial, de Loui Figuicr. Conticiic todo lo que se ha protlucido de importancia en astro . nomía, meteorolo!:rÍa, fí ica, mcc:ínicn, química, l1igie11c medicina, ao-ricnltura, zoología, uotiínica r hasta iurnedintas de la en el dominio de las aplicacion cienc ia :'t la inclu tria.


416

LA NATURALEZA DEL EMPLEO DE LOS GASES

PROCEDENTES

DE

LOS

HORXOS

INDUSTRIALE S.

En las fábricas mctah1rgicas se utiliza de ordinario para la producciou del vapor el gas procedente de los hornos sujetos .í. la más alta temperatura. Al efecto, á su salida son conducidos los gases á una caldera fija, no muy léjos de los sobredichos hornos, siendo en ella

por llltimo aspirados por una chimenea á este efecto destinada. A11alizando, eles pues de hacer pasar los gases por una caldera horizontal de 10 metros de diámetro, y en el momento en qne van :i invadir la mencionada chimenea, l\L Oailletet ha podido asegurarse no ser cierto que el óxido de carbono se queme onteramoute, así oo!Il0 de la existencia de una notable proporoion de carbono que es arrastrado en estado do humo. Bajando la temperatura de los-gases hasta 300 ú

Fig. 1.-Cortc longitu,Jiu al.

400 grados, al ponerse cu coutacLo con las paredes de la caldera, se nota que quedan completamente extinguidos, mas es facil tornarlos al anterior estauo. En efecto, si se quiere producir este fenómeno, no l1ay más que ,ol,erlos á calentar, procurando entre tanto aminorar la ,elocidad de la salida. Partiendo, pues, de estos datos, lVI. Oailletet expuf:o, en 1877, ante una junta del centro denominado Societé d'encouragement reunido á instancias de dicho señor, en las fraguas de

, 'aint-1\Iarc (CoLe d'O r) el aparato reprosentaLlo en la adjuntas láminas. Su disposicion ófrcco la mayor simplicidad, consi~tiondo tan sólo en una pequeña, bó,,ecla ele ladrillos refractarios B, B, colocada á continuacion del generador A., para ir :i terminar al horno l\I, en el que se puecleu cocer ladrillos, hacer cal ó tostar guijo, para extraer de él el mineral que contiene. Observando el grabado, se ve que en F hay una pequeña parrilla, destinada al

F ig. -~ .-Uurlc horizontal.

consume de un combustible cualquiera de poco yalor. Al llegar al horno M, los gases procedentes del hogar metalúrgico se calientan, y una vez en contacto con la parrilla, se encienden, subiendo inmediatamente la temperatura del recinto hasta el rojo blanco. Saliendo despues de esta parte del aparato, puede aún hacerse ·:iue los gases pasen por t ubos destinados :i la vaporizacion del agua, á los cuales ceden la mayor parte del calor que poseen, siendo por último aspirados por un caii.on de chimenea proporcionalmente elevado. Hace muchos años que M. Oailletet aplica con ex-

celentes resultados el sis Lema que ac.abamos de describir, creyendo, y no sin razon, el laborioso inventor, que el calor resul tante ele la oombustion de los gases, elespues que vuelven á ser encendidos, corresponde á unos 500 kilogramos ele la cantidad de hulla de buena calidad que se consume en el espacio ele veinticuatro horas. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

Madrid: 1878.-Tipografia Estereotipia P1morn.


ÍNDICE ALF ABÉT!CO Págs.

D

A Abejas (Simiente de las) ..... .. .... . ............... . Abejas american.is................ ....... . ....... . Abejorro b·üanero ........ . .......... .... ........ . Acc10 n mecánica de la arn na ........ .. .. . ...... ... . . ~cciden tes de ferro- carriles .................. . ...... . ~cido bó,·icor_. .. ........... ....... .. .... .......... . ~c~do pc~·sul ur1co ..... . ....... . .. .. . ........ . .... . Actdo sal1cíl1co . .... .... ... ....................... . Accion de los ácidos .......... . ... . ........ .. .. . .. .

t~~~:~li~~--·. ·. ·. ·. ·.·. ·. ·. ·. ·. ·. ·. ·. ·.·. ·. ·. ·. ·. ·.·.·. ·. ·. ·. ·.·. ·. ·. ·.·. ·.·.. ~ ~ ~ .' Aern li tos fós' les . .. ... ............. . . ... .. . ...... . . . Agrícola (Co ncurso) . .. . . ... .. ..................... . Agua (Purifi cacion del) .. ... .. ..... . ... . ........... . A lambres microscópicós . ...... .. .... .. . . ... . ... ... . Alejandro Branir.ki .. .. . . . .... .. . ..... . . . .... .. .... . Algas fósiles . .. . ...........•............. . ..... . .... ~lcohol (E l) .. .. .. .. ..... ...... .. . ... .......... . .. . Alf;ebra. taquimétrica ..... . .. ... . ... ; ............ . . . Al10s mioceno ... ... .. ...... . ............... .... .. . Alumbradn eléctrico ... . . .. . .. . ............ . ....... . Anális is es p ctrn l de los com etas ................... . . Anál isis mi net·alr'1gico ..... .. ........ .. .. . ... ... ... . . Antropolo3 ía (Muse" de) . .... . .... ... ..... .. . .. 160, Antigüedad d0I hnmbre en l\fojico............ . . .... . AnLi_güe\larl es uaLilónicas ........... ... ........ . ... . Arana lns1 l ..... . ... .. ... .. . ........... . . . ..... . . . . Arbo les más antiguos de Tn glatrrra . ... ... . ...... . ... . Árbol de l c 10utchouc en Panamá., .... .... .. .. . . ... . Aro lun ar ...... .. .. .. .... .. ......... , .... .. . ... .. . A rr.h eopterix (tiegunrln ej ,~m plar de) ... . ............. . A scension á las montañas .... .. . ... , ......•...... 80, Asociacinn fr ancesa .. .......... . ......... .. .. ..... . ,\ tlas meteorológicn ..... . .. . .............. . ....... . Atmlisfera dcl planeta Vénus .. . .. . . ....... 1711 , 197, A Yes de China . ...... . .... ........ .. ........... .. . Axolotl (El) .... ...... . ... . . . .................... . Azoe en l• nitrnglice1·ina.. . . . . . . . . . . . . . . .......... . Azul de Ultramar.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... . 0

349 66 143 30!¡

131 1:i9 254 280 63 123 28:1 337 3fi8

48 80 91¡

· ¡;3

191 203 H3 130 04 335

199 374 95 240 r,3

14'2 15 1 48 .1 18 28!i 149 214 119 16:1

159

B Baby shou (Exposicion de niños).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Barométricas (Oiíerencias). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Báscula de eq11i librio constante.... . .... . . . ....... . .. D etun do corcho .... . ..... . .... .. .... . .. ... ........

Bismuto (Minerales tle) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bloq11es erráticos (UonserYacinn de).. . . . . . . . . . . . . . . . . Bohulan (R ocas esculpid as tl e)........ ... . ..... . ..... B ólid o (Ra~tro ele un) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . BoLánica (Prngresns de la)....... . ........ .. ..... .. . Briozoarins {Los)........................ ...... . .. . Buque de los mayores tlel mundo... . .. .......... . .. .

o Cables eléctricos submarinos. .... ..... .... ... .... ...

Págs. ·

207 334 14:i 282 tl5

384 340 79 28'2 208 304 11 38 398 3H8

Café (El). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Caíe baró metro (El). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Caminos de hierro (Lo ngitud tle lns) . . . . . . . . . . . . . . . Campanill as eléc tricas para los estableci mien tos indu striales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 7 Carnes fr escas (í~omercio d<>).............. ........ . . 278 Carbon {Combus 1}o•: espon tá nea del) . .. . . . . .. . ....... 74 Uarreteras en el Afl'lca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 Cavernas (Las). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 C eratop hyllum demersum ...... . . .... .. . ... .. .. ~ ... . . 172 C etáceos del J apo n . ............... . . .... ......... .. · 15 l Cí rculo meridiano (El) ..... . ....... ... . ...... . . .. . . 135 Co meta el e largo perí,,do .... : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1?7 Conferencias de la Sorbonne....... .. . .......... .... 3 19 Constitucion geológ ica de la isla de la R eunion . . . . . . . . 3 19 Continente a íricann (El). .. . ............... .. .. ... .. 218 Cornezuelo de centeno............... . . . ... . ... ..... 79 Corrie ntes eléctri cas ele ~ ran tension . . . . . . . . . . . . . . . . 3 15 Crecidas de los lagos ........ ...... .. . ......... 209 ,. 35 l Curtido (Nu evo procedimiento de).. ... .... ..... : . .... 62 •Cucaracha americana.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 ! l

Daltonismo (El) .. . .. ......... . .. , . . . . . . . . . . . . . . . . . . Darwinismo (~I) . .. ... . . . . .... .. .. . . . . . . . . . . . . . . . D,,vuum, nuevo metal . . .... . : . . ... ... .. . ........... Deformidad nota ble de los d ientes.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Descu brimientos de titan ley ............ . . ..... . 303, Desinfectante (Suslancia) .. . ......... . . . .... . .... . . , Diamante (Minas de)...... . ............. ........ . .. Diarios de Uhina (Los).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Dique tl el Fu rens ..... : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . Disociacion del caruonato de cal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¡ 50 20 129 30 305 223 209 255 tfi7

286

.E Elefante en Siberia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Empleo de los gases procedentes delos hornos in dustl'iales. Empresa dificil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . En~adenamicntos del mundo animal (Los) ... 327, 355, Er1zo1cos del caba llo..... .. . . ...... . .. ..... ... . .... En,ing von ilarg ......... . .. ... ... -· ..... . ..... . . . . , Estatura hum a na ......... . .. ... . ...... . .... . ... . ... ' Estelio n (El) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . Esquimales e n el Jardín de Pl antas de París ..... . . .. . Estrellas (Las) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Eucal iptus (Pmntacion de los) . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Exped1cion noruega para estudiar la profundidad del mar . . ... . .... ............ .. ..... . ... . .... . . . :.. Exped icion eientílicn a l P erú.. .... . ... ........ .. . ... Expedicion de l\Ir. F ewen.. ... ..................... Exp erimento subre los efectos pl'Oducidos por corrientes elevadas-. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Exploracion del rio Unlor;odn............ ..... ..... .. F.xplorac ion a lemana en A frica. ... .......... . .... . .. Exposicion geológica del U avre.. . ... ... ... .. . .. ... .

4. 7 /1 16 286 378 205 239 61 2:19 l02 303 222

123 23 1

398 9l 13 l 239 30

F Faro de Krisnha. .. ... . . . ..... .. .... .. .. . ..... . .... 274 Fenómenos do d•fusion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Fenómenos fon éLicos (Estudio de los) . .. ....... .. .. . . . , 43 Fenómeno óptico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 Félix Pouch et ( El busto d!'l). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158 Ferro- carri l en Midland.... .. ............... . ...... 23 Ferro-carriles (Un accidente de los).. . ...... . . . .. .... 303 Fí~ica (Sociedad france$a de). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342 Física so lar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303 F ertilidad de los suelos volc:inicos...... . ............ 303 Fisiológ ica del oxigeno (Accion) .. . :. : : . . . : . . ........ 40 0 F is iol ogía vegetal. ... . ...... . .. ............ ..... ... 383 Fonúgraío de Edisnn. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369 Fósiles de las fos foritas de Quercy : . . . .. ..... . . . ..... 127 Pox Talb ~t ........ . .. .. . .. ..... . ... .'..... .. .. ... .. 15 Francia (Poblacion de). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

G Galería etnográ fi ca ... ... ....... . ... . ... . ...... 246, Galgos turcomanos. ......... ... . . .. .. ..... .. . .. .... q-allium._ .. .. ..... ........... _. .. . .. ......... 335, 353 1 C.:-a_ses (L1c11ef!l;cc10 n de los). . . . . . . . . . . . . . . . 193, 226 , Ge1roscop10 gigantesco.... ....... . . ... . .... .. ...... Ge neracio n espontá nea... .. . .... . ........ ... ...... . Geología del Vinta... .. .. ...... .... ...... ... .. .. . . . G iraso les (Culti vo il e los) . . ... .. . . . ...... . .. ........ G lobo cautivo (Gran). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . G rab ados (Reproduccion e n la oscuridad de los). . . . . . . G rutas de los BaJos Alpes. . ...... . ... ... ..... . .... .

203 368 384 268 3 19 32 187 399 392 31 71

H Ha lo solar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ilecla (Reciente erupcion del) . .. .'.. . ... . ............ Hidrógeno y oxígeno (Compresion del) ....... . .. . .... H!d~nterapéutic~ (Aparato). . ........ .. . . . . . . . . . . . . H1¡n ene (La sociedad de)...................... . .. .. Hig iene de las bebidas a lco hólicas. .. .. .. . ...... . ... . 1ligueras (Las) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . H ongo fós il \ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hucha ame ricana... ...... ... ......... .. ....... . . . . Hulleras quemadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

400 401 77 225 175 158 49

so\ 47 286


LA NATURALEZA

418

Págs.

I 5l Índice y angular de la mano (Longitud del dedo) ..... . Indios de la América Central. .. . .. . . . .. ..... .. ... . . 16 Indios iroqueses . . ......... . ... . ......... . ......... . 160 Indios del Rio Colorado ...... .. .......... . .... . ... . 192 · Insectos (Boca de los) . . ..... . . •. . . . . . . . . . . . . . . . . 2 l l , 257 Insecto (Instinto de un) ... : ............ .. .. . .... .... . 285 Insectos dañinos (Los) ....... . . .. .......... . ....... . 39[ lnsolacion (Efectos de la) .. ..... . ... . ........ . ...... . 382 Instituto agronómico . ........ . ... . ........ .. .. . ... . 171 lris, crucero inglés (El¡ ... . . ............... . ..... . . . 254. Irrigacion en Argelia (Trabajos de) ..... . ...... . 361

K

Kanguroos en A ustralia (l\latanza de) ... . .. .... .. ... .

L

Lagos (Crecidas de los) .. . . . .. .... .. ........ ... 299, Laringe artificial . ...... .... . ..... . ....... . ....... . L eche (Estudio microscópico de la) .......... . ...... . Limpieza de París ........................ .. ...... . Linneo (Aniversario de) .. .. .... ... . ........ . ...... . Líquenes (füntesis de los) ..... ... .. . ..... . ....... . . . Litrow (Muerte de) ... . ... . ......... · .......... . ... . Luminosa (Columna) ..... . ........... . . . ...•...... Luz eléctrica (Ojeada histórica sobre l¡¡.J .. . .... . ..... .

351 394. 127 34.3 303 21¡ 1 206 377 366

M Maderas fósiles (Perforacion de las) ... . ............. . Maillechort ... .... . .... . .. .. ...................... . Mamífer0 (Nuevo) . .. ... .... . . . ........ . ...•.. .. .... Mammouth de Lion (El) .. . ... . .. .. ....... . ...... . . . Manchas del·sol ...... ............ . ..... . ....... . ... . Manómetro aneroide ............................ . . . Máquina de coser ......................... . .. , . .. . . Máquina americana de escribir ........... . ........ . . Máquina reostática.................. . . .... .. .. . . . . Máquinas de los hoteles de San Francisco ............ . Máquina para hacer c_igarros . . ...... . .............. . Mar y las mareas (E l) ... .. . . .. . ..... ... . ..... ..... . Mariposa de la zanahoria (La) .. .. ............ .. . . .. . Mariposas (Bandada de).. . .... . . .......... . .... . . . Meteonitas ... ... ...... . ....... . ...... ... . . ...... . :Meteoricos (Filamentos)............ . ...... . •. . . . .. Meteoritos fósiles . . ....... . .. . .. .. .. . .... .. ... . .. . Meteoritos (Repi·oduccion de las formas de) ... . ...... . Meteo ro . . .. . . . ... ... .... . ... .. . ... ............. .. . Mes meteorológico ele los Estados-Unidos .. : . . ... :ll 1, Meteorológica (Iníluencia).. . ... ............... ... . . Meteorología popular (La) ....................... . . . Minas de cedro .... ... .. . .... . ... . .. .. ~ ........... . Miopía y presbicia .. .. . . . ............. .. .. ... . . .. . . Monos de Chiffa . . . ... . ..... ... ... . ... . ............ . Mono (Nuevo) .......... . ........... .. ............ . Museo de Etnografía .. ......... .. .... . ... . . . ... 283,

256 16 63 287 78 75 37 52 108 127 385 57 270 399 31 235 335 i¡OO 14.6

36·2 351¡ 359 55

207 259 287 311

N Navío de guerra en el siglo xvn. . . . .... . _- . . . . ...... , Necrología ........ .. ........ .... . . .. . . .. . .. ... 321, Nemertos (Los) .. . ........ . ........... .. . . . .... . .. . Nervios (Evolucion de los) .......... . . 139, 14.7, 184., Níkel (Carburacion del) . ... . . ....... . ....... .... . . . . Nota meteon,lógica sobre el incendio causado por un rayo .... . ..... . .. . ...... . .... .. . . ...... .. .. .. . . Nubes (Estudio de las) .. .... . ... . .... .. .. . .......... . Nueva Caledonia (Los indígenas de la) . . ... ... . , .... .

o

Observaciones del Planeta Ma,·te ... .. .... . ......... . Observaciones meteorológicas en globo .............. . Observatorio .......... . ... . .. . ..... .. .. .. ........ . Observatorio (Nuevo) .................. . .......... . Observatorios meteorológicos en las altas latitudes ... . 'ópalo artificial .......... ·. . ·..... . ... .. . . ..... .. .. . Oro (Produccion del) .. .... . ... ... ........... . . . ... . O'rógrafo . . .. . ..... . .. ....................... . .. . . Oxígeno (Descubrimiento en el sol del) ... ~ .......... .

32 322 302 195 4.00 Sl8

273 402 175 51

127 207 .95 159 4.8 171 67

p Parar~yos de puntas ........... : . .. .... ... . . . .. ... . P ar ns1t smo (El) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. ... . fedal mágico de Bourdin .. .. ... . .... . . . .. . .. ..... ... .

275 387 25 1

Págs.

Péndulo de L ean Foucault ..... ............... . ... . . 159 Periódicos y lenguas del Austria . ...... . .......... . . 286 Perros de caza . .... . . ..... . . .. . .................. . . 63 Perros sabios . .. ... .' . . . . . . . . . . . . ... ... ....... . ... . 218 Petroleo en Pensilvania (El) . .. . ... . . .. . ....... . .... . 6 Phylloxera.... . ......... . ..... . ... . .... . ...... 191, 384 Pila eléctrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159, 190 Piragua del lago de G in ebra .. ... .................. . 286 P laneta . .. ......... . .·........... ... ............. . 95 Planetas pequeños .... .. . ·. .. ... .. ................ . . 384. Plantas japonesas .... .. . . ............. . ........... . 24.5 Plantaciones de la Australia .. .. ..... . ............. . 238 Plata (Minerales de) . ... . .............. . ........... . 191 Pluma eléctrica de Ed ison. ... ... . ............. . . . .. 4. 11 Polvos atmosféricos .. . ....... .......... ........ . ... . 55 Prensa de París .... .... ........ . ... . .... ... . . .. .. . 399 Presion barométrica ...... . ................ . ... . .. . . 161

Q

Queso (A propósito del) . . .......... . . .. . ....... . , .. . Quinas (Cultivo de las) . .. . .... ~ ............. .. .... . Quirúrgica (Operacion) . .... ....................... .

340 178 399

R

Reactivo para el alcohol. ...... •. ... . ......... . ..... . Relojes misteriosos . ......... .. ... . . . .. . ....... . ... . Repob lacion de montes . .. . .. ... ................... . R uhmkorff ... . .. . ... . . ... ... . .... . ...... . ........ .

s

Sacarímetro (El nuevo) .........-............. . ..... . Salvamento (Nueva embarcacion de) . ......... . .... . . Secchi (El Padre) ........... , ..................... . S eda (Cosecha de la) .... . ... . . . . . ............. . ... . Segadora . . ............. . ........... . ............ . Sena en T ancarville (Las orillas del) . ..... . ......... . Sericultura .. . ............ .. .. . ................... . Sociedad helvética de ciencias naturales . . . ..... ..... . Sol (Constitucion del¡ ... .. .. . ........... . . . . .. .... . Stephen~on (Monumentb á) .......... . ........ . ..... . Superficie .solar (Ccnstitucion de la) . . . ... . ...... 290, Sulfuro de carbono .......................... ..... . .

296 5

239 177

332 80 384 399 1 ;>~ 20 78· 30 399 399 315 79

T Tanino en el anál isis del agua ................ . ..... . Tehuantepec ...... .. ... . ............. . ........... . Teléfono (Primer experimento en París del) .. .. .. . .. . T eléfono ... . .............. . .......... . ............ . T eléfo no (Crónica del) ..................... . ... 335, Teléfono (Historia del).......... .. . .. .. . .. . .. .... . . T elegrafía submarina . .................... . ....... . . T e mblord eticrra ..................... 68, 191, 20 7, Termómetro anotador . ... . . .. . .. .... ... ... ....... . . Termo-química ................. .. ................ . Tintóricas (Empleo de las sustancias) . .... ........ 87, Titi pi~meo (El) ................................... . 'l'orpectos (Los)..... . .................. . ..... ... . . Tramv ías de traccion rµecán ica .......... .. ....... . . . Trigo (Enfermedad del) .......... . ....... . ......... .

207 86 95 208 339 405 83 /¡ I 5

236

192 154 81 286 220 202

V Vaca de cuernos pequeños (Notable) ................ . 223 Válvula de seguridad (Nueva) ................ ... ... . 26 Ventoux (E l monte) ....... .. ... .... ............. . .. . /¡ f 3 V errier (Le) ..........· ............... . ....... . .. 7, 367 Vías férreas ......· .......................... . ..... . 95 V!a.jes ~lre?edor del mundo . ... ....... .... ..... . .. . . 98 V1a,1e c1ent1flco . . . . ......... . ............... . . . . .. . . 255 Victoria Regia (La planta) . ........................ . 371 Vid (Estudioa sobre la) ............. . .............. . 79 Vidrio templado . . .. . . ... ........ ........ ......... . 177 Vinos (Método para reconocer la falsificacion de los) .. . 109 Volatilizacion de los líquidos .......... . ............ . 14.3 Volcanes de fango ..... . ......................... . . 107 Vo lcanes del Japon ... . ... . . . .............. . ... .. . . 292 Volean en los Estados-Unidos (Nuevo) ......... . .... . 255

y Yucas ......... .. ......... . ............ . ....... . . .

97

Zaranclija (La) ...... . .. ..... .. . . ... . .. . . .. ........ . Zoología (Elementos de) .. . . ... .. . ... .. ...... . ..... .

2H 383

z


ÍNDICE DE :MATERIAS Págs.

ASTRONOMÍA. Cometa de largo periodo . .. ... ..................... . El Circulo meridiano . ..... . . ... ..... . ....... .. .... . Análisis espectral de los cometas ......... . ...... . ... . Atmósfera del planeta Vénus . . ............ 174, 197, Manchas del sol. .. ... .... . .. .... . ............ . .... . Sobre la oonstitucion de la superficie solar y sobre la fotografía como medio de descubrimientos astronómicos.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290, Constitucion del sol. ......... . .......... . .......... . Las estrellas ..... ... ............ ·...... . .. . ........ . Descubrimiento en el sol del oxigeno . ... . . .. ... . ... . Observaciones del planeta Marte ....... ..... .. ... . . . Física so lar ....... . ..... .. ....................... . . Geiroscopio gigantesco ........... . .......... . ..... . Nuevo observatorio ... . ....... .. . ... . . . . . ...... 127, Paso de Mercurio por el disco solar ................. . FÍSICA. Alumbrado eléctrico . ......... . .......... . . . ...... . Máquina reostática....... . . . . . . . . . . . . . .. .... . . .. . Experimentos sobre los efectos producidos por corrientes elevadas ......... . ... . .. . ....... . .. . ......... . . . Estudio de los fenómenos fonéticos .................. . Fenómenos de difusion ............................ . Fenómeno óptico . .. . ........ . .............. . ..... . Sociedad fra ncesa de física ............ ...... . .. ... . . Relojes misteriosos ...... . . .' ................. .. .... . Nueva válvula de seguridad .. . ..... . . . ........ .. .. . . Volati li zaoion de los liquiaos en los gases. '· .. ... .. ... . Vidrio temp lado ... .. . .. .. ............ • a . . . . • . . . • . • Corrientes eléctricas de gran tension ............. .. . . Campanillas e léctricas para los establecimientos industriales . . . . . . . . . .............. ....... . ......... . El café barómetro ... . ... . ......................... . Nuevo higrómetro de condensaoion ......... . .... . .. . Aparato hidro-terapéutico .... ................... .. . . Fonógrafo de Edison . .. .. .... ................... . . P lu ma eléctrica <le Edison ........... . .............. . Ojeada histórica sobre la luz eléctrica ............... . Licuefaooion de los gases... . . . . . . . . . . . . . . . . 193, 226, Pila eléctrica . .... . ....... .. ..... . .......... . 159 , Presion barométrica .................... ..... . .... . . Para-rliyos de puntas ....... ... .. ... .... .. . .. ..... . Difere ncias barométricas .. . .... .............. . .... . Manómetro aneroide................. ...... ... ..... . CaL les el,jctrioos submarinos ....................... . Tele 9rafia submarina................. ..... ... . .... . Teléiono .. ... .. .. ... . .... .. ............... 95, 208 . Termómetro a notador ........ ... .............. . . .. . Crónica •fo! T eléfono ............. . .... . . . .. . .. 335, Aeroná utica ... . .. .. .............................. . Gran globo cautivo ......... .. ............. . ... . ... . Planta eléctri<>a . . ......... . .... . ............. ..... . QUÍMICA Y MI.TERALOGÍA. Minerale8 de bismuto .. . ..................... ..... . . Betun ele corcho ... . .. .. ..... . .. ..... ............. . Roca• e&ou lpidas de Ilohu~lan .... .. ............ .. .. . Con~e.rvaoion de bloques erráticos .... ....... . ..... .. . El petróleo en Pensi lvania .............. . . ........ . . Mineraled de plata .. . ...... . .. ... ... . . . ........... . . Reproduocion de grabados en la oscuridad ........ . .. . El gallium .......... . .... .. .. . .. . .. .. .... 33~, 353, El <lavyum, nu evo metal ... . . .... . ................. . Min as de dia ma nte . . .. . ... . ....... . .... . .... .. . ... . Sust.inci a desi nfectante ...... .. .............. . .. . . . Disooiacion del carbonat o de cal . .. .......... ...... . . Fósiles do las fosrori tas de Queroy ................ .. . Produooion d·e I oro . ..... ......... ................. . Opal,1artifio1a l .. ..... .......... .................. . Corn ¡,rosio n del hi,frógeno y del oxigeno ............ . 1):1 _ál'i<lo por~ulfúriou ............... ........... .. .. . Aetd,, sahoilioo ........... .. .. ... .. ... . . . ....... . . . Análi,is mineral ógico .. . ...... .. . . .. . .... . ........ . R eactivo del alonh·,I,., .. , .. , . .. ,, .. , ... ,, ....... .. . Ca,·huraoinn del Nikel .... , ....... .............. . .. . Sulfuro de carbono .. ........ .. .. . . , , , : .. , . .. . . , , , . .

127 135 94 2 14 78 315 399 303 67 175 303 319 207 415 130 108

91 1¡3 59 206 342 5

26 14.3

177

315 347 398 ' 19 225 369 411 366 2fi8 190 161 275 334 7j

11 83 405 236 339 283 292 /¡l'!

9:,

282 340 384 6

191 31 331¡ 129 209 223 286 1':'7 (¡8

159 77

254 280 335 296 400 79

Págs,

Nuevo sacarímetro .. .. . .......... , ....... . ........ . Mcleoritos (ósiles . . ............ , .... , . . .... .. ...... . Mailleohor t, 11'.etal. .. , ..... ........ .. . ..... ........ . Meteoritas ............... : ....... , .......... . .... . . Minas de o,Jdro .............. . .. ..... .. .. .. ....... . Purifioaoion del agua . . ........................ , . .•. Aoo1on de los ácidos ....... .. .... . .... . . . . . ........ . Empleo do las matiiria• tintóreas . .. ......... ,• . .. 87, qonibustion ~~pontánoa del oarbon : ... . . . . . ........ . 1 ermo-quí1111 oa ........................ ... ....... . '.f aninn en_ el análisis del agua ..... ... ........ .. .... . A01do bónoo ... . ......... . .... .. , ..... . , ... ... . .. . Azul de Ultramar ... . . ........•.. . .. ..... , . . . .. ... . Et alcohol .. ... , . . . ............... ... . .. . . . ...•. ... E l ázoe en la nitrogliot:rina ....... ...... , . .. ......•• Método para conocer la falsifioaoion de los vinos ..... . PALEONTOLOGÍA. - GEOLOGÍA. Minas de diamante . .. ..... . . . •.......... . ......... . Crecidas de lo; lagos . ....... . ... ........... ... . 299, Gruta~ de los Bajos Alpes . . .... . . . . .. . ... .. ........ . La geología do Uinta . ...... .. ...... . . , .. . .. . . ..... . Fósiles de las fosfor;tas de Qu~roy ... ... .. .......... . F ertilid ad de los sucios volcánicos . . .... . . .... ...... . ConstiLucion geológica de la isla de la Reunion ....... , La;; cavernas .. , . . . . . . . . . ........ . ......... . . .... . R ocas escu lpidas de Bohuslan .... ·.. , ... , .... . ..... . Hulleras que ,1,adas ........... . .. , ...... ,., ...... .. . Hongo fósil ..... , ..... ..... ..... . ... ... . .. .. . . . . , .. Volcanes de fango, .. . .... .. .. ..... , ... . .... ... . , .. . Nuevo volean en los Estados- Unidos .. .. . , ..... ... .. . Volcanes del Japon ........... . ..... ... .... . ... .. . . Aooion mecánica de la arena ............. ...... ... . . Aerol itos fósi les ................ .... . ... , ...... , ... . El Monte Blanco . . .......... . ....... , . .. .......... . E l monte Vontoux ............... , . .. ... ... . ... .. .. . Meteoritas, ............. . ............... . . . ....... . Minas de cedro, . ....... .................. ....... . . El mar y las mareas ....... . ............ .... ....... . Perforaciones de las maderas fósiles ....... . .... . .... . , Arar,a fóRil ........................ ' . .... .. .... ' ' .. A n tig,·1edades babi lónicas . . ....... .... ..... .... .... . El Tehunntepeo ..... . , .. , ..... . , ....... . .......... . Tern blor de tierra .. , . . ........ , .. . . , .. , . . . . 68, 19 1, L as orillas del :::iena en T anoarville . .... .. . ...... , . .. . Sl!gundo ejemplar del Aroheopterix ., .. . . ..... . .. .. . A lgas fósiles.-~ ...... . . ...................... . ..... , El Mammouth de L1on ........... ...... , , .......... . Meteo ritos fósiles .. .... .. ........ ... .... ... ....... . Exposioion geo lógica del Havre .. . ................. . Excavaciones de ::,aint Nazere .. : ............... . ... . Alios mioceno .. . ......... . ..... . ................. . Paleontología .. . ... ... ·... ·..... ................ 191 , R eciente erupoion del Heola . . .. .. ...... . .... . .. . .. . . METEOROLOGÍA. Meteoro •.... . .... . ........................ , .. .. . . . Filamentos meteóricos ..... . . . ...............•... .. . i\lcs meteorológico de los Estados- Unidos . . ...... 311, Influe ncia meteo r ológica de la superficie del suelo .. . . . La meteo rología popular ... . ... . . , ..... .. ......... . Asoension á una, mqntaña . ......... . .......... .. ...• Historia c;le v;iri[\s aso1111siones .. , .. . ......... ... .. .• E•tudio sob re las nul;><;i~ . .. ... ,. . .... ... . .. ...... . ... . Noticia meteorolqgioa s,;,bre el incend io causado por un

H~t;~~i~1: : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : ~

Observaciones meteoro lógicas en globo ....... . .... . . . Columna lumino.;a ... ....... . .. . . . ......... . ...... . Polvos atm osfé!'ioo.s., .. .. , . ... , •. . . . , .. ,, ......... . R astro de un bólido . . .. ........... . .. .... . . .. .... , Ob.servatorio 11:1e~eorológioo en las altas latitudes .. . . . . Atl as meteorolog100 ............... ... ......... . .. , . Nuevv navegaoion astronómica., . .... ,, . . ....•..•... Aro luna r ..... . ... , . . . . . . . .. .. . , . . , .. ........ . •.. i\lECÁNICA Y ARTES I NDUSTRIALES . Hucha amer icana .... , ... ............... .. . , ..... . . T-Iulleras qucm~c_las:, . .... . ... ...... ..... . . . ... . . . . B'ásoula de equ1hbr10 constante .. . , ..... , ...... , . . . . .

332 335 16 31

55

48 63 1:,4 74 192 207 159 159 / 191 222 109 209 351 71 187 127 303 319 33 340 286 304 107 255 292 304 337 17 413 31 55

57 256 240 95 86 207 27 48 63 287 335 30 42 163 327 40 1 146 235

362 354 359 80 118

273 318 400 151 377 55

79 95 149 114 151 <\17

280 145


420

LA NATURALEZA Págs.

Máquina de cose~·............ . . . . . . . . . . . . . . ....... . Máqu ma de escr1b1r . ........ .. . . ..... . .. . ... . ...... . Máqui:ias de.lo~ ho(eles <le San Fr~nc1sco ... . ..... . .. . TrabaJOS de 1rngac10n e n la Arg ·ha .... . . . ..... . . .. . Péndulo de Leon Foucau lt , .. , .... . .. : ..... . ...... .. Pedal mágico de Bourdin .. . .. . ........... . ..... . ... . Legadosa c¡ue ata los haces . ...... .. . . .. . .......... . Reproduccwn de l~s form~s ~e los meteoritos .. .. .... . . Tramvías de tracc10n mecamca ......... .. .... . ..... . Dique <le! Furens.......... . . . ............. . ..... . {)rógrafo ... . ............ . ......... . ........... . .. . El ferro-carri l de Midland ...... . ... . . . ............ . Nuevo procedimiento en el curtido ................. . . Vías íérreas ...... . ............... ., . . . . .... . . . ... . Empleo de los gases procedentes de los hornos icdustriales. FISIOLOGÍA. Larinae artificial. .... . .... . ......... , ....... .. .... . f[)efor~idad notable de los dientes .... . ... ·.......... . E l daltonismo .................................... . Estatura humana. ............... . .... . ........ . .. . Longitud del indice y angular de la mano ....... . .... . Efectos de la insolacion .......... . .......... . ...... . M10pia y pre~b\cia ..... ·: .......................... . Acc1on fis10log1ca del Q:\'.tge.no •.... . ..... . ...... . .•.. Evolucion de los I)él'Vios,., ........ . .. 1;J9, 147, 184, BOTÁNICA. Plantaciones <le la Australia ... . ............. . ...... . Plantas japonesas ............ . .................... . Cultivo de los girasoles .... . ............ : ......... . Las higueras ............ ·.. . .. . ........... . ....... . Hongn fósi l.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El caíé y el cafetero ...................... .. .... . .. . Cornezuelo de centeno ................ . .. . ........ . Ceratophyllum demersum ..... . ...... . ............. . Yucas ... . ... . · ................. . ............ . ... . Cultivo ele las quinas .............. .. .............. . Eníermedad del trigo .. . ...... . .................... . Progresos de la botánica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. nruol del° caoutchouc en Panamá ............. . ..... . Árbol más antiguo de Inglaterra .................. . . . Algas fósi.les . ............ . ...................... . . . Repoblac1on de montes .............. . .. . ....... . .. . Fisiología vegetal .. .. ......................... . ... . Estudio~ sobre la vid ..................... ... ...... . La planta Victoria Regia . ......................... . Plantaciones de los Eucaliptus .......... . .... . .... . . Síntesis ele los líquenes ...... . .............. . ...... . ZOOLOGÍA. Elementos de zoología ......... . .............. . .... . La zaranclija . . .. . .... . .... . .......... . . . ... . ..... . . Generacion espontánea .................... . ....... . Galgos turcomanos ........... . ... . .. . . . .... . ...... . Los brioz,arios ..................... . .......... . .. . El cresiclro listado . . . . . . . . . . . . . ............... . .. . Cucaracha americana .................... ·.......... . Cetáceo~ del Japon ................ ,. .... . .. . ...... . Perros ele caza . ... . ........................•....... Phylloxera . . ..... , .................... . ..... ~. ;J84, Perros sabios .. . ... . .................... . ...... .. . . El parasitismo . ...... . ... . ........ . .... . ........ . . . Abejas americanas .............. . ..... .. .......... . AveR ele China .. , ... . ..... . ....... . ....... . ...... . Bandada de mariposas . . ........ .. .. . ......... . . . . . . Los encadenamientos del mundo animal . . .. ;J27, 355, Matamm de . kangoroos en Australia •. . .• .. ... . ..... . . Boca ele los insectos ....... . ... ... . . ........ . ... 2 11 , lnstint1J singular de un insecto ......... . ...... . ....• Insectos dañinos . .. ....... . ........ . .............. . Nuevo mamífero .. , . . . .... . ....................... . Monos de Chiffa .. .. .... . . . .. . ..... . ....... . .... . .. . Mariposa de la zanahoria........................... . Un nuevo mono . . . .. ..... . ........................ . El tití pigmeo ..................................... , Los nemertos ......... . ........................... . El elefante en Siberia .................. : . ......... . E l estelion ................ . .. : ..... . ...... . .. . .... . Epizoicos del caballo ................. .. ... . . . . . ... . Notable vaca de cuernos pequeños ..... . .... . ...... . . Simiente de las abejas ..•.. . .. . . . . . ................. Sericultura .. . . . , ... . ............ , .. . .... . . . . . ... . Cosecha 9-e la seda ................................ .

. 37 52 127 31ll

1~9 251 155 400

no

11l7 171

23 li2 95 416

394 30 1~0 6l 51

382 207 1100

195

2;J8 245 399 40

304 38 79 172 97 178 202

282 142 R3 63 239 38:1

79 371

222 241 31l7

244. 32 3Ci8 298 fi5

111 151 r,3 19[

218 387 R6 119 399 373 34.7 257

285 39 1 63 259

270 287

81 302 1¡7

112 205 223 349 78

399

Págs.

Abejorro batanero.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 E l Ax:o loth.. ...... ................................ 16!! El Darwinis:no . . . .. . . .. . ...................... ,... 20 IIIGIENE Y MEDICINA. Comercio de carnes frescas ........... . .. , . . . . . . . . . . . 278 <>bser_vaci~n sobr~ el q11cRo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2!i0 Est11cho microscópico de la leche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 La limpieza de las _calles de Paris ... .. •.. . ... . .... : . . 343 La sociedad de J11g1ene.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . 175 Higiene de las bcl.,id:1s alc:,hólicas. . . . ... . .. . .. . . .. ... 158 Operacion quirúrgica . ... . . .... .. . ....... . . .... .. ... . 399 EXPEDIC!O~E8 CIENTÍFICAS Y GEOGRÁFICAS. DESCfllPCION DE PAÍSES.

Los indígenas de la Nueva Caledonia.. . . . . • . . . . . . . . . . 4.02 Aceguá . . .......... ... . . ... . ............. ... . . 1 10, 123 DP.scubrimicntns de btanl P.y ..... .. ...... . .... . . 303, 305 V\a.jes ~lredouor de l mundo.... . ...... . ... . ... .. . .. . 98 Viaje c1ent1fico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . 255 Expediciun noruega para conocer la proíundidad del mar . . . . ... ... ....... . ... . ....... ... . . ... . .. . . :. 123 Ex ploracion del ri11 Col<., rado . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 l Ex:pedicion alemana en Aírica . .. . ...... .. ........... 239 Expedic1nn científica a l Perú.... . . . ... . ..... .. .. . . .. 231 El continente a.íricano .. ....... . .................... 218 Carreleras en Africa ... ,. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 Expedicion científica al Africa....................... 393 Expedicion al Polo Norte.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1115 EXPOSlCIO:.'{ES. - ~OCIEDADES CIENTÍFICAS. Conferencias·de la Sorbonne . .. . ... . . . .... . ......... 319 Concurw1 agríco la.................. .. ............ . . 368 Asociacion írancesa de íi$ica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286 Sor:iPdad he lvética de ciencias nalurales... . ... . . ... . . . 30 I nstituto agronómico ..... . ....... '. ... . ..... .. ... ·... 171 Baby shon (Exrnsicion de niftos). . ........ .. . . ...... 207 Exposicion de ílores . ...... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 4 15 ANTROPOLOGÍA. Antropología.............. .. .......... . ........... 160 Museo de Antropología . .... . ... :. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199 Museo de Etnograíia ... . ...... . ..... .. .... .. . . . 283, 31 t Los indios de la América Central....... . .. . ......... 16 LoR indios iroqueses. . ............. . .... . ... . ....... 160 Los indios del rin Colorado.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192 Galería etnográfica ...... . . . ................... 24.6, 263 Antigüedad del homl.,re en Méjico........ . ........ . . . 374 Esquimales en el Jardin de Aclimatacion de Paris..... 1Ot Piragua de l lago de Ginebra.......... . ... . ......... . 286 ESTADÍSTICA. Longitud de todas las lineas íérreas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368 Accidentes do lo, ferro-carri les . . . . . . . . . . . . . . . . . 1S 1, 303 Diarios de China ........ . .......... "'.'.. .. .. . ... . ... 255 Periódicos y lenguas del Aust.ria......... . ........... 286 Prensa de Paris. . .... . ........ . ............. .. ..... 397 Poblacion de Francia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 MARINA. Los torpedos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El Iris. crucero inglés................. . .. . . . ....... Faro ele Krisnha................................... Empresa difici l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Navío de guerra en el si~ lo XVII .. .. . .......... .. .... Buque de los mayore~ del mundo ....... , . ........... Nueva embarcacion de salvamento. . ... .. ......... . ..

286 254

274 286

32 304 80

BIOGRAFÍA.-NECROLOGÍA.-ANIVER8ARIOS. MONUMENTOS.

Necrología de A. C Becquerel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . del P. Secchi . ... .... .. ...... . .. . ...... . . de V. Regnault........ . ................. de Fox Talbot....... . .................. . de Claudio Bernarcl .......... .'. . . . . . . . . . . Busto á Félix Pouchet....................... . ...... Necrología de Ruhmkorff................ . ......... . . ele Erving von Barg. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de A lejandro Branicki. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ele Litrow. . ....... .. ................... . Aniversario de la muerte de Linneo.... . . . . . . . . . . . . . . Biograíia de.Le Ve rrier . ........... .. .............. Monumento á Le Vcrrier.. . ......................... Monumento á Stephenson ... . ............ ., .......... ·

321 384

322 15 322 158' 177 239 94 206 303

7 367 3gg


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