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Feminicidios: ¿Qué hacemos?
from Pulso Regional
by josvicsa
dades cuando sienten que están frente a una mujer que no quiere estar más bajo su dominio o control.
Escribe: Serly Figueroa Mormontoy (*)
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PREVENCIÓN. Prevenir no solo depende de un sector o de una autoridad sino del concurso de esfuerzos de los tres poderes y niveles de gobierno para articular esfuerzos encaminados a promover una sociedad más equitativa, donde se erradique el machismo y se garanticen los derechos humanos de todas y todos.
Escuchar en las noticias que una enfermera de 32 años en Ayaviri, Puno, murió tras haber sido violentada sexualmente por dos sujetos, que además trabajaban con ella y sabían que era madre de tres menores, de 4 y 6 años y un bebé de ocho meses, o que una joven de 18 años fue quemada viva por su ex pareja delante de mucha gente en la plaza Dos de Mayo, en Lima, o que en Sicuani, Cusco, un sujeto asesinó a la madre de sus cuatro hijos y la enterró en el patio de su casa, no solo nos llena de indignación, cólera y asombro, también nos hace preguntarnos ¿qué hay en la cabeza de estos sujetos para cometer actos tan crueles e inhumanos?
De acuerdo a la psicóloga mexicana Ana Celia Chapa Romero, de la Universidad Autónoma de México, no existen estudios concluyentes sobre la personalidad de los violadores, pero queda claro que no se trata de personas que tengan algún trastorno de personalidad o psicosis significativa. Por lo general, son personas con baja autoestima, poco control de sus impulsos y conductas adictivas con el alcohol o las drogas.
En su libro Agresores sexuales, el psiquiatra William L. Marshall señala que existen factores que influyen en los agresores: sus experiencias en la infancia, sus vínculos paternos filiales, su historia sexual juvenil, sus influencias socioculturales (machismo), su desinhibición y la oportunidad.
Otros autores como Brown-Miller señalan que los delitos sexuales se cometen como una forma de dominio del varón sobre la mujer, de mostrar que ellos tienen siempre el control. Eso explicaría que cometen este tipo de atroci-
Ahora que sabemos el perfil de los agresores, es importante que trabajemos en prevención, atención y sanción a los responsables.
La prevención no es una tarea fácil. No depende solo de un sector o autoridad. El Estado, desde sus tres poderes y niveles de gobierno (nacional, regional y local), así como los órganos constitucionales autónomos, tiene que de una vez por todas articular esfuerzos para promover una sociedad equitativa. Una sociedad en la que se respeten los derechos humanos de todas y de todos y se erradique el machismo, aunque haya un sector político conservador que por temor no quiere que eso ocurra.
Tenemos que garantizar que no haya más policías, fiscales y jueces que vean a las víctimas como las responsables de lo ocurrido. Tienen que ser más bien quienes brinden de forma efectiva acompañamiento a las agredidas. No podemos permitir que haya médicos legistas como el de Ayaviri, Puno, que, a pesar de las evidencias de la brutalidad de los violadores, diga que se “trataba de lesiones leves”.
Y los procesos penales deben tener mayor celeridad, porque justicia que tarda no es justicia, y en estos casos mientras más tarda, más mujeres están en peligro de ser violentadas.
(*) Abogada, coordinadora de la Carrera de Derecho de la Universidad Continental – Sede Cusco. Ex regidora de la Municipalidad Provincial del Cusco.
