Construyendo su Imagen Personal Josh y yo adoptamos la manera, tal como lo hicieran mis padres, para que mis hermanos y yo nos sintiéramos únicos y al mismo tiempo muy especiales al referirnos a nuestros hijos como “favoritos” y únicos. Por ejemplo, cuando nuestros hijos eran pequeños le llamábamos a Kelly “nuestra favorita niña pecosa”, nuestro hijo Sean era “nuestro niño favorito”, Katie “nuestra rubia favorita”, y Heather “nuestra hija favorita que ama a los animales.” Continuamos con esta tradición y les cambiábamos los títulos de acuerdo a lo que ellos estaban haciendo o lo que les llamaba la atención en esa época. Así que ahora, Kelly es “nuestra doctora favorita”, Sean es “nuestro maestro de secundaria y candidato para un doctorado favorito”, Katie es “nuestra mamá canadiense/americana favorita”, y Heather es “nuestra artista favorita.” Cada uno de nuestros hijos ha tenido muchos títulos y estos títulos continúan cambiando. El concepto mismo hace una declaración y les recuerda a nuestros hijos que cada uno es igualmente apreciado y valioso, al mismo tiempo que es amado de manera única. Estamos viviendo en una cultura que comunica que “un hijo es solo tan bonito como luce en su apariencia, según se le compara con la foto retocada de un actor adolescente. La inflada imagen personal respecto del cuerpo no solo es forzada sobre nuestras hijas, sino también sobre nuestros hijos varones.” Rob Jackson afirma magistralmente nuestra vocación de padres al decir, “Tenemos la capacidad de afirmar el valor inmutable de nuestros hijos por lo que Dios el Padre sacrificó por ellos: la vida de Jesucristo. El desempeño de nuestros hijos y la aprobación que puedan darles otros, ya no será la vara para medir su valía personal. La obra de Cristo a favor de nuestros hijos y la aprobación de Dios Padre para todo hijo que reciba y ame a Cristo, confirma la valía personal de cada quien, misma que necesita conocerse no solo intelectualmente, sino también emocionalmente.”i Nuestros hijos son especiales, no por algo espectacular que hayan hecho o que estén haciendo, sino porque Jesús los creó y por lo que Él ha hecho a su favor. Cuando los padres ejemplifican este valor basados en Jesús, se produce un hermoso fruto en el niño. “Los padres y los miembros de la familia no tienen alternativa en cuanto a la influencia que tienen para ayudar a desarrollar la valía personal de sus hijos y de otros miembros de su familia. Lo único que pueden hacer es escoger hacerlo bien o mal.”ii El sentirse valorado por su familia reduce el riesgo de enfrentar una profunda depresión al llegar a la edad de 18 años.iii También el sentirse valorado positivamente a la edad de 9 años predice una alta valía personal y reduce el riesgo de sufrir depresión ( especialmente para los varones), la dependencia y abuso de las drogas, pensamientos suicidas, problemas de relaciones, ser hijo retraído, comportamientos de ansiedad y depresión, comportamientos agresivos y delincuenciales.” De igual manera el “alabar frecuentemente a nuestros hijos marcándoles metas realistas y alentándolos en sus intereses, son maneras eficaces de elevar su valía personal.”iv Manuscritos\Hable a sus hijos…\Libro y Capítulos\35.Imagen personal Manuscripts\Talk to Your Kids\ConstruyendoSuImagenPersonal
Page 1