numero uno
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12/10/06
17:48
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Padres e hijos
¡PAPA, TÚ NO ERES EL ENTRENADOR! A menudo hay padres que siguen las evoluciones de sus hijos durante una competición como si fueran ellos mismos los entrenadores. Gritan, aconsejan, critican al míster y al terminar el encuentro trasmiten todas esas opiniones a sus hijos. por María Ruiz de Oña
Juan vuelve de jugar un partido. Tiene 13 años y participa en el torneo municipal con el equipo de fútbol del colegio. El equipo de Juan ha perdido el partido de hoy, pero el entrenador les ha felicitado porque han jugado bien y han estado entrenando duramente durante toda la semana. Mientras se ataba el cinturón ha estado recordando las palabras que el entrenador le ha dicho a él particularmente. "Buen partido Juan, me ha gustado como has jugado la pelota hoy". Al final, Juan se ha sentido contento aunque hayan sido derrotados. Ya en el coche, esperando en un semáforo, su padre se ha girado y le ha dicho: -"Pero qué mal habéis jugado", "tú lo que tienes que hacer es tirar para adelante y chutar a gol". -"Pues el entrenador ha dicho que lo hemos hecho bien", protesta Juan. - "De todas maneras, este entrenador no sabe. Si jugaras en otro puesto lo harías mejor”, ha seguido insistiendo el padre. Al llegar a casa su madre también se ha interesado por él: "¿qué tal cariño?". Juan ha respondido con un murmullo y malhumorado ha terminado subiendo a su habitación cabizbajo. "Desde luego, este hijo qué poco comunicativo es", piensa la madre.
L
Psicóloga deportiva
a participación de los padres en el deporte de sus hijos, hoy en día, es evidente. Cada vez hay más padres y madres que acompañan a sus hijos a los partidos, les ven jugar y les aleccionan sobre cómo han jugado o deberían haberlo hecho. Muchos padres se dirigen a sus hijos del mismo modo que lo hizo el padre de Juan. Analizan el juego de sus hijos como si fuera el equipo profesional de su ciudad y los juzgan como profesionales o como si fuesen a serlo. Se centran en estrategias, en sistemas de juego o en conseguir resultados, cuando los comentarios deberían ir encaminados al aspecto lúdico del deporte. Estos padres actúan como entrenadores de sus hijos. Es un mecanismo más de la necesidad confundida de querer sobreproteger a los hijos y de una mal entendido camino para ayudarles a conseguir lo que quizá ellos no tuvieron o no lograron alcanzar. Saber delegar los hijos en el entrenador y confiar en él es uno de los deberes de los padres en el deporte de iniciación. Los padres pueden ser una buena influencia en sus hijos y a través del deporte educarles en valores como la autosuperación, la cooperación, etc. Sin embargo, muchas veces en su afán de ayudar interfieren la labor del entrenador, que en este caso es quien debe dar las instrucciones y consejos pertinentes al jugador. Como el padre de Juan hay muchos padres que se implican excesivamente, y son ellos los que deciden cómo tiene que jugar su hijo, cuándo y dónde. Muchos de ellos están en la banda con cara de preocupación sobre el rendimiento de su hijo y continuamente buscan su mirada para darle alguna instrucción. Al acabar esperan al muchacho impacientes para contarles cómo le han visto y aconsejarles en lo que tendrían que haber hecho. Tanto el antes como el después del partido son momentos muy emocionales en donde se mezclan muchas sensaciones