Pre-Siesta

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New Hall

Mar Hernandez Riquelme Erick Miraval Jose Antonio Vallejo Serrano

Pre-Siesta








Pre Siesta (antes de After-Siesta)


PRE-SIESTA El hipocampo es la parte del cerebro que organiza y recompone los elementos que conforman el recuerdo, también es aquel quien u6liza estos mismos elementos para construir posibilidades a la hora de predecir una situación. Es por tanto el que desarrolla lo que llamamos crea6vidad y el elemento que borra las fronteras no tan claras de la memoria, acontecimiento y simulacro. Todo puede ser un tanto difuso en la cabeza. Frente a un suceso que constantemente es postergado: A$er siesta. Decidimos crear una simulación en la representación bidimensional de lo que deseamos, soñamos, ensoñamos y es poco probable que acontezca, siendo una posibilidad colec6va. Un acto mágico que intenta vivir lo aun no vivido. En términos generales los elementos son anónimos y algunos de los que aparecen sí exis6rán en ese happening deseado como es el Oso, y algunos pensamientos recurrentes o algunos tópicos que salpican el soporte. Hay situaciones inverosímiles, y elementos aleatorios, estamos en la mente de los organizadores. Un caldo de letras, de significados que se aglu6nan en esta herramienta de simulacro.

Grupo New Hall


La apropiación surrealista de la historia también implica un aire de melancolía. La apropiación surrealista de la historia también implica un aire de melancolía, además de una voracidad e imper6nencia superficiales. En los comienzos mismos de la fotogra"a, a fines del decenio de 1830, William H. Fox Talbot advir6ó la especial ap6tud de la cámara para registrar las “heridas del 6empo”. Fox Talbot hablaba de lo que ocurre a edificios y monumentos. Para nosotros las abrasiones más interesantes no son los de la piedra sino los de la carne. Mediante las fotogra"as seguimos del modo más ín6mo y perturbador la realidad del envejecimiento de las personas. Mirar un viejo retrato propio, de cualquier conocido, o de un personaje público fotografiado a menudo, es sen6r ante todo: cuanto más joven (yo, ella o él) era entonces. La fotogra"a es el inventario de la mortalidad. Ahora basta con oprimir un botón para inves6r un momento de ironía póstuma. Las fotogra"as muestran a las personas allí y en una época específica de la vida; de un modo irrefutable, agrupan gente y cosas que un momento después ya se han dispersado, cambiado, siguen el curso de sus autónomos des6nos. (…) Las fotogra"as declaran la inocencia, la vulnerabilidad de las vidas que se dirigen hacia su propia destrucción, y este vínculo entre la

fotogra"a y la muerte lastra todas las fotogra"as de personas… Susan Sontag. Sobre la fotogra"a. pag 75 A$er siesta es un proyecto que surge a raíz de un paseo por la facultad. Comprobamos que exis7an muchos lugares abandonados a su suerte, sin tener un uso determinado. Uno de los que más nos llamó la atención fue el pa6o interior de la planta baja. Realizar una fiesta -happening podría ser una solución para revitalizar el espacio. Debido a la climatología y el desacuerdo no pudimos realizar ese happening planeado, así que ante esta imposibilidad decidimos imaginar cómo podría ser esta fiesta utópica a través de un dibujo colec6vo. El dibujo es el resultado y la documentación a través del vídeo y la fotogra"a es la prueba de ese encuentro entre tres ar6stas jóvenes, unidos por la casualidad, cuyas vidas probablemente seguirán su curso una vez terminado el proyecto. Olvidos y siempre el entorno es cambiante y se modifica sobre nuestras marcas. Mar Hernández Riquelme


Simulacro En su uso más corriente un “simulacro” es una “falsificación”, algo que imita la realidad teniendo sólo sus apariencias: la voz la6na “simulacrum”, polisémica, significa primero “representación figurada de algo”, imagen, retrato, estátua, e incluso “maniquí de mimbre en el cual se encerraban a los hombres para quemarlos vivos en honor a los dioses”. Esta idea de imitación la da la raíz “sim”, de “similis”, marcando la unidad, la igualdad, la semejanza de una cosa con otra. Philippe Vicente

Erick Miraval


En medio de mi fiesta está la muerte. Bajando la voz, arrastrando a la señora Dalloway al refugio de una feminidad común, un orgullo común por las ilustres cualidades de los maridos y por su triste tendencia a trabajar en exceso, Lady Bradshaw (pobre gansa, uno no podía tenerle manía) murmuró: “justo cuando nos íbamos, mi marido recibió una llamada, un caso muy triste. Un joven (es lo que Sir William le está contando al Señor Dalloway) se había suicidado. Había estado en el ejército” ¡Oh! pensó Clarissa, en medio de mi fiesta está la muerte, pensó. (...) ¿Quién les mandaba a los Bradshaw hablar de la muerte en su fiesta? Un joven se había suicidado. Y se ponían a hablar de ello en su fiesta; los Bradshaw hablaban de la muerte. Se había suicidado, pero ¿cómo? Siempre lo experimentaba en carne propia, cuando le daban la no6cia, de primeras, de sopetón, de un accidente; su ves6do se inflamaba, el cuerpo le ardía. Se había 6rado por la ventana. El suelo: arriba como el rayo; atravesando su cuerpo, penetrantes, hirientes, se clavaron los roñosos pinchos de la verja. Ahí quedó él, con un golpe seco, seco, seco en el cerebro, y luego un ahogo de 6nieblas. Así lo vio. Pero ¿por qué

lo había hecho? ¡Y los Bradshaw hablando de ello en su fiesta! Virginia Woolf La señora Dalloway No puedo evitar sen6rme preso del contrario, del lado siniestro. Si tengo tu presencia me entristece, ya que mi alegría es propiciada porque he experimentado ambas sensaciones y conozco el sufrimiento de no tenerte a mi lado. Odio que se hable de muerte en medio de mi fiesta.

Jose Antonio Vallejo Serrano


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