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CULTURA
se encontraba él, esperando con su semblante bonachón y con cigarro en mano. Aquellos niños se acercaron, preguntaron y obtuvieron “el sí del cura”, del Padre Eduardo.
Si echamos la vista atrás, este grupo de jóvenes ha crecido, madurado en la fe mediante la formación cristiana y experiencias personales en torno a la convivencia diaria, uniéndose nuevos jóvenes al grupo para seguir el sendero marcado. En el tintero de la memoria se aguarda el tesoro más preciado, aquellas tardes en el patio de la parroquia, adecentándolo para los ensayos con el paso de San Francisco. En aquellas tardes se funda la actual cuadrilla de costaleros que va de la mano del surgimiento de la actual Agrupación Parroquial.
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Atrás quedó el primer montaje de cultos, que a decir verdad, el Santísimo Cristo Resucitado, de forma más o menos estable hasta el 2003 tuvo sus cultos organizados en primer término, por la antigua Hermandad Sacramental, durante las décadas de los 50, 60 y 70 del


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pasado siglo XX, pasando después a hacerse cargo del culto La Borriquita, en un breve periodo de tiempo que abarca desde 1979 a 1982 aproximadamente, para después continuar la parroquia, hasta esta nueva época iniciada como ya se ha comentado en enero del año del señor 2003.
Que este día simbólico nos sirva para recordar nuestras raíces y, por su puesto, reflexionar en este punto del camino de la luz que nos ha marcado el Resucitado, en especial aquellos primeros 20 jóvenes que, de la mano, resucitaron, valga la redundancia, el Domingo de Resurrección en Guadalcanal.