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Se cumplen 20 años del “sí del cura”
Redacción
En la práctica totalidad de nuestras hermandades y agrupaciones parroquiales hay una bonita historia que gusta contar. La de la Sagrada Resurrección lleva por nombre “El sí del cura”. Y es que siendo unos niños, quienes hoy dirigen los designios de esta corporación, ansiaron ese sí del entonces cura, el Padre Eduardo. Un sí que llegó un 22 de enero de 2003. Veinte años después la Junta de Gobierno de la Sagrada Resurrección ha querido recuperar aquella historia y para conmemorar tal efemérides ha escrito unas líneas de recuerdo que dicen así:
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Las vivencias podemos definirlas como momentos vividos por el ser humano que tiene un principio y un final. Suelen ser momentos efímeros y fugaces sin capacidad de permanencia en el tiempo. Por el contrario las experiencias nos presentan como la antítesis e las vivencias. Son una suerte de acumulación de momentos vitales, espirituales, de fe, con vocación de permanencia en un periodo con un inicio que va cambiando a medida de la variación en los ciclos temporales...
Por aquellos días de enero empezaba a fraguarse, entre un grupo de jovenzuelos, la idea de recuperar el culto permanente a Cristo Resucitado. Era la festividad litúrgica de San Vicente Mártir. Entre el grupo de chavales coleaba cierta incertidumbre ante la respuesta de aquel hombre respetado por todos, el Padre Eduardo. ¿Dirá que sí?. Se preguntaban a cada instante. Para disipar cualquier atisbo de duda, decididos entraron en la parroquia. Esta, aún, se encontraba vacía. Recién la habían abierto a los fieles para la Santa Misa Vespertina. Allí