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Comienzan los cruces de la Liga RVG Zumba de Pádel

CUARTOS DE FINAL

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PRIMERA

JORGE/DAVID - JOAQUI/ALBERTO

VICENTE/ALBERTO - TOMY/DAVID

JOSE/SERGIO - CURRO/CHESCO

VICENTE/ALFONSO - ANTONIO/A.LUIS

SEGUNDA

Redacción

La Liga Rafael Veloso García “Zumba” de Pádel ha puesto fin a su fase regular y disputará esta semana su fase de Cuartos de Final.

Los campeones de esta primera fase han sido las parejas de Jorge y David en Primera y Alejandro y Montero y Lolo en Segunda. Estos últimos ascienden de categoría. La otra plaza en juego la disputarán, en una promoción las parejas de José y Dani contra Miguel y Paco. Los que sí abandonan la categoría de Primera son Miguel y Ángel Mora, que han finalizado en última posición, por lo que el año que viene tomarán partido en la Segunda categoría.

Como decimos, la fase de Cuartos comienza esta semana y, en principio, habrá de disputarse a lo largo de la misma. Estos Cuartos enfrentarán a Jorge y David, primeros clasificados contra los octavos, Joaqui y Alberto. Vicente y Alberto se las verán en un atractivo duelo ante Tomy y David. José y Sergio, otro de los favoritos en estas eliminatorias jugarán ante Curro y Chesco. Y, por último, Vicente y Alfonso se las verán contra Antonio y A. Luis.

En Segunda los campeones jugarán contra Inma y Regina; Joaqui e Isaac jugarán contra Jorge y David; Miguel y Paco lucharán por un puesto en semis contra Antoñín y Pepe; y por último, Ricardo y David se enfrentarán a Fran y Luis.

ALEJANDRO/DAVID - INMA/REGINA

JOAQUI/ISAAC - JORGE/DA-

VID MIGUEL/PACO - ANTOÑÍN/PEPE

RICARDO/DAVID - FRAN/LUIS

En la temporada de 1981-82 fue el Guadalcanal CD a disputar su correspondiente partido de liga a la localidad onubense de Santa Olalla del Cala (a pesar de ser de Huelva, por proximidad jugaba en la regional sevillana). El vicepresidente de nuestro club, Lorenzo Blanco, me comenta que en vez de viajar con el autobús del equipo lo va a hacer en su coche, pues van a ir cuatro o cinco amigotes y querían disfrutar de un poco más de libertad de movimientos que lógicamente no podían tener con el resto de la expedición; también me dijo que no me preocupara por el itinerario pues uno de ellos se conocía la zona como la palma de su mano, ay que había estado por allí de maestro.

Una vez en Santa Olalla, como es preceptivo más o menos una hora antes del encuentro, me extrañó mucho el no verles por las inmediaciones del estadio, pues habían salido cuando nosotros y Blanco era una persona puntual y responsable. Todavía me resultó más raro el que no aparecieran cuando comenzó el partido y empecé a preocuparme verdaderamente ya que el vice tenía cuatro hijos jugando en el equipo y estaban bastante intranquilos por la tardanza de su padre. Total, entre preocupaciones y nervios llegamos al intermedio y cuando nos dirigíamos para la caseta vemos entrar por la puerta del campo de fútbol a los cinco expedicionarios: Lorenzo Blanco, José Fernández, Baltasar López de Ayala, Gregorio Pérez y Miguel Chaves. Al preguntarles yo que dónde leches se habían metido, Blanco, aguantándose la risa, me dice que si no me importa entrar un momento en el vestuario y nos cuenta.

Efectivamente, siempre guiados por la experta mano de su particular cicerone, llegaron al campo de fútbol antes que nosotros, sacaron sus entradas respectivas y, como tenían mucho tiempo por delante, se fueron a tomar café a un bar de las cercanías. Cuando se aproximó la hora del match se fueron para el estadio y al no ver por allí nuestro autobús, Blanco le preguntó al portero que si el Guadalcanal no había llegado. Éste le respondió que “eso qué es lo que es”. Nuestro vicepresidente, un poco mosca le contesta que es un equipo de fútbol, modesto, pero equipo al fin y al cabo. El portero se pensaba que Blanco se estaba quedando con él y Blanco que era al revés, y después de un rato de dimes y diretes se percataron de que estaban en Monesterio y no en Santa Olalla.

El cachondeo que se montó en el vestuario (y eso que íbamos perdiendo por dos goles a cero) fue poca cosa comparado con el que se formó en el Bar Nuevo, una vez regresados a Guadalcanal, cuando los osados aventureros nos contaron con pelos y señales su odisea, con el consiguiente cabreo del experto guía, cuyo nombre dejo que lo adivinen ustedes. La pista que les doy es que durante un tiempo de la guerra civil estuvo de maestro en la aldea de Pallares.

Murillo

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