Galería de arte. Volumen - 2

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GALERÍA DE ARTE FACULTAD DE LIBRE EXPRESIÓN



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DEL 6 AL 12 DE MARZO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

“Destruid este templo, y Asco 2015 en tres días lo levantaré” CARLOS JORKARELI

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i la Cuaresma era en su origen un tiempo de preparación previa al bautismo de los nuevos convertidos al cristianismo, ¿qué sentido tiene que la repitamos todos los años los que ya hemos sido bautizados? ¿Tal vez no nos descubrimos convertidos, pues todos los años nos repetimos la necesidad de conversión? ¿Esperamos, pues, que acontezca algún signo especial en nuestras vidas que nos dé señales fehacientes de haber alcanzado la conversión? ¿O tal vez, esperamos experimentar una conversión milagrosa? Por otro lado, se nos recuerda que la conversión cuaresmal involucra una serie de actitudes y acciones voluntaristas de la persona – las condensamos típicamente en oración, abstinencia, limosna-, que parecen necesitar de una continua justificación y atribución de sentido en la vida cristiana; de ahí, que habitualmente recurramos a argumentos de universalidad basados en la sabiduría natural del hombre (el ayuno ha probado ser una acción saludable para regenerar el cuerpo y liberar el espíritu, la oración es un efectivo medio de encontrarse a uno mismo y favorecer una vida psicológica sana, la abstinencia se actualiza a todo tipo de dependencias viciosas – consumismo, tecnología, …., etc.). Ni signos (milagros traduce la lectura litúrgica la palabra griega semeion) ni sabiduría humana (nos responde Pablo), la conversión cristiana no puede apoyarse ni buscarse en signos extraordinarios en nuestra vida, ni tampoco en el voluntarismo del hombre: tanto lo uno como lo otro se pierde en la interpretación de la ambigüedad que los caracteriza, y en la conversión cristiana no cabe ambigüedad (“muchos creyeron al ver los signos que realizaba, pero Jesús no se fiaba de ellos”). El pueblo de la Alianza expresaba sin ambages la conversión en el cumplimiento del pacto del Sinaí, objetivado en la Ley, condesada, a su vez, en el Decálogo. ¿Es el Decálogo signo de Dios o sabiduría humana? El Decálogo – como todo Código – es expresión de la sabiduría humana fundada en la experiencia y deseo de la misma existencia y convivencia entre los hombres, pero existencia y convivencia que se descubre posible sólo fundamentada en la misma sabiduría y voluntad de Dios, que quiere que su pueblo viva. “¿Qué signo nos das para obrar así?”, ¿qué signo nos das de que quieres nuestra vida?; ¿qué signo nos das para que seamos tu pueblo? Y Yahvé da un signo, el signo: “Yo te hice salir de la esclavitud”. Ese será para siempre el signo de Dios. El signo de Dios es liberar de toda esclavitud. Dos formas son la expresión extrema de la esclavitud, de las que sólo Dios mismo puede liberar: la que la persona ejerce sobre sí misma y la que se ejerce en nombre de Dios mismo. Son las máximas expresiones porque ante ellas el hombre está ciego, es incapaz de verlas. El evangelio de hoy nos muestra que ambas se pueden dar unidas en la relación del hombre con Dios: el que el mismo hombre puede encadenarse a sí mismo a través de las estructuras religiosas que ha creado para mediar su relación con Dios. De esta forma, el signo mismo de Dios hacia el hombre – la liberación de la esclavitud – queda pervertido, y con ello, el mismo sentido de la religión: la relación de Dios con el hombre. El vínculo cultual – la mediación entre Dios y el hombre– ha devenido cadena. El culto ha encadenado al hombre en su relación con Dios, porque ha suplantado y desvirtuado la vía experiencial de acceso del hombre a Dios (y de

“El culto ha encadenado al hombre en su relación con Dios, porque ha suplantado y desvirtuado la vía experiencial de acceso del hombre a Dios (y de Dios al hombre -“sabe lo que hay en el interior del hombre”-), sin la cual el culto carece de espíritu”. Dios al hombre -“sabe lo que hay en el interior del hombre”-), sin la cual el culto carece de espíritu. Hombre como es - al declararse a sí mismo estructura fundamental de la mediación de Dios con los hombres - Jesús sanea esa relación, y lo hace bajo el signo mismo de Dios: la liberación de aquello que ha quedado encadenado. Así, al ofrecer su humanidad al sacrificio (“Cristo crucificado”), destruye la atadura cultual liberando ambos extremos: de un lado, al hombre; de otro lado, a Dios mismo. Al destruir la carne humana (“este templo”) en el sacrificio cultual ha liberado el espíritu del hombre para que pueda adorar a Dios en espíritu y verdad. Al destruir el Templo de piedra (“la casa de mi Padre”), ha liberado el Espíritu para que pueda ser adorado en espíritu y verdad. Jesús ha liberado a Dios mismo para que Dios pueda liberar al hombre; Jesús ha liberado al hombre para que el hombre pueda salir al desierto a adorar a su Dios. ¿Buscas signos de tu conversión? Mira si eres libre de ti mismo; mira si dejas libre a tu Dios; mira si dejas a Dios liberarte. Para ser libres nos liberó Jesucristo; también, de la misma religión.

jorkareli@gmail.com

dienta y babosa sed de divertimento en la cruenta opresión que ejercían los feudos de la no menos medieval época, en la que bufones, gente de dudoso vivir y elaboradores de elixires engañosamente sanadores, paseaban sus carromatos por las embarradas superficies uy!, perdón, quería decir Arco – 2015. de los extramuros acaudalados de los poderosos. El arte debería ser algo serio en cuanto a actitud y compromiso para el que se denomina artista. Sin reRecientemente se ha ´producido´ una vez más el negar, eso sí, de lo hedónicamente placentero, ocioso acto: La feria de arte que en 1982, bajo el gobierno del y satisfactorio que en muchas de las ocasiones conlleinsigne e Ilustrísimo alcalde D. Enrique Tierno Gal- va para el propio autor y para quienes lo disfrutan. Pero, meter en el saco del arte el sin sentido mediáván, fundara la señalada Juana de Aizpuru, galerista donde las haya e ideóloga artística en un momento en tico, la capacidad oportunista y la hipocresía de los llaalza de la cultura y la movida madrileña sin parangón mados "curatores" y "entendidos", además de la prole carnavalesca que gira en torno al mismo, es, cuando hasta la fecha en la capital. La Feria de Arco, en sus últimas ediciones y como menos, de cuento, por no decir de fábula. Entiéndase ejemplo la que se clausuró el pasado 1 de marzo, ha ve- sin acritud por favor. Siempre suele ser recurrente en cualquier escrito nido siendo en función de la evolución de los acontecimientos sociales y políticos el vivo reflejo de un agos- que tiene como finalidad su publicación en medios, tamiento un tanto maltrecho del arte, cuyo exponen- afianzar el aserto proponiendo una serie interminable te en la presente edición se nos antoja ciertas obras que de citas que aseveren lo que se expone o defiende. En andan circulando por la red para asombro de los ilus- el mejor de los casos haciendo referencia a personas o personajes ilustres y fácilmente reconocibles. trados y contubernio de los caraduras. Tengo que decir que siempre me ha parecido una Vamos a citar dos de las que se han expuesto en esta práctica un tanto sospechosa que limita entre lo pedanFeria a modo de ejemplo. te e impersonal del asunto. Pero antes les invito a hacer arte. Es muy fácil. Pero por necesario en este tema vuelvo a quien menConsigan una trituradora de papel, destruyan una cantidad ingente de documentos, dispóngalos debi- cionaba arriba, fundadora de la feria de Arco, la cual recientemente viene a decir sobre el devenir del arte damente en un montón y…!ya! Tienen la obra. Consigan una madera de escasas proporciones que desde aquellos años que “el cambio es tremendo. Enpueda ir adherida a la pared. Pongan un vaso de agua tonces había más romanticismo, más trabajo por amor medio vacío (o medio lleno) encima de la madera y… al arte, y ahora lo que domina es el mercado, sobre todo ¡ya! Tienen otra obra. el promovido por las subastas, con precios que se miAtención, porque estas dos obras oscilarán entre den en millones de dólares y que van dedicados a unos ocho y veinte mil euros. Eso sí, si consiguen convencer coleccionistas nuevos, prepotentes, riquísimos, que al excéntrico curator - manager - , o a la más insalubre han contactado con el arte contemporáneo recientegalería que le represente. mente y que usan su poder mediático para dar una imaPues éstas, así descritas, son dos de los ejemplos de gen cultivada, moderna y poderosa de ellos mismos y Arco 2015 a los que hemos puesto el epíteto no sin cier- de sus países”. ta dosis de ironía, de geniales. Y preguntándola sobre si es bueno todo el arte que No parece conveniente ser políticamente incorrec- reluce en Arco dice: “Ni mucho menos. Como en casi to en esto de la profesión artística. Como en todas las todas las ferias, hay un porcentaje muy elevado de obras cosas. Parece que el gris jugara mejor papel en cual- bastante mediocres”. quier cuestión que neNo hago más refecesitara ciertas dosis rencias. Para qué. de compromiso a la “Fabulamos, novelamos idealizando las hazañas Fabulamos, novelahora de opinar. Sobre tanto pictóricas como vitales de los mos idealizando las hatodo si está en juego zañas tanto pictóricas la candidatura de uno históricamente llamados grandes maestros. En como vitales de los hismuchas ocasiones seguidos, en vida, del más mismo. tóricamente llamados Pero esto del Arte absoluto desprecio y abandono, elevándoles grandes maestros. En tiene una ventaja si de muchas ocasiones seguiverdad se vive con pa- después al olimpo inversionista de desaprensivos dos, en vida, del más absión; desde dentro; millonarios” soluto desprecio y abanhasta los tuétanos. En dono, elevándoles deslibertad. pués al olimpo inversioLa ventaja que tiene el Arte es poder elevar la voz nista de desaprensivos millonarios. ante lo políticamente correcto para desmontar tanta Despreciamos la costosa carrera de las Bellas Artes, falacia en torno a una actividad que nada tiene que ver ya sea homologada o vital que a través del ejercicio concon el mercantilismo, engaño o la desaforada marca tinuado, el empeño y la costosísima adquisición de los de la idiotez en la que intentan sumir a quienes de ver- materiales habituales para su realización, también endad buscan emocionarse a través del mismo. riquece a la industria correspondiente. Abandonamos Perfectamente podríamos cambiar el nombre de la la actividad de artista al no reconocerla en toda su amFeria que todos los años por estas fechas quiere hablar- plitud. Ignoramos todo sobre el arte por ser materia de nos de arte, o tan solo una letra como lo hacíamos por segunda clase en la enseñanza según el Ministerio de equivocación. turno. En definitiva, toleramos que sean los de siemPorque es un asco en realidad que las palabras no pre quienes, en la lejanía de los actores (los artistas) sean dignas, no se respeten. Y al igual que en artículos vengan a decir qué es o no Arte. anteriores las defendíamos como ´palabras sagradas´, Así sucede. Así nos lo cuentan y nosotros lo creemos. el diccionario de la lengua española es tan rico, que No obstante, para quien de alguna manera debebien podríamos dejar el Arte para otras lides que no mos sentirnos responsables, hemos de posicionarnos. sea una feria de este tipo. Como resulta quizá debamos concluir que... SALCuando pronuncio la palabra feria, me traslada a VANDO LA CALIDAD Y HONRADEZ - que también aquel espacio más medieval que chic donde la burlo- existe – invitamos a redefinir las siglas: Arto Reza Carina, inefable y cruda muchedumbre trasnochaba su se- caturas Obscenas.

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DEL 13 AL 19 DE MARZO DE 2015

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REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

“El que hace la verdad, se acerca a la luz”

Aquí, alguien miente

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egún la historia bíblica, los antiguos esclavos en Egipto entraron en la región de Canaán con la experiencia de Dios que, “movido a compasión”, intervino para liberarlos. Esa memoria les impulsó a combatir la idolatría o falsos dioses que amparaban y encubrían la codicia de los poderosos generando en aquellos pueblos cananeos la injusticia y explotación de los pobres. El monoteísmo surgió no como fruto de un discurso metafísico sino desde la experiencia en un Dios ético. Ello explica que, a la hora de organizarse dentro de la región, se repartirá la tierra según el número de miembros en cada tribu y no hubiera jefes ni reyes; la primera legislación de aquel pueblo buscaba una sociedad justa donde todos gozaran de los mismos derechos, y los pobres no quedasen abandonados. A pesar de los saludables avisos del profeta Samuel sobre los males acarreados por la monarquía, el pueblo hebreo influenciado por los otros pueblos quiso tener sus reyes. En efecto, con la monarquía vino la corrupción del poder, la invasión de de los caldeos, la destrucción del templo de Jerusalén la deportación de sus líderes al destierro. Pero llegó el imperio persa y su rey Ciro a quien “el Señor, rey de los cielos”, encarga edificar el templo de Jerusalén. ¿Cuál la lectura teológica de estos acontecimientos? Lo peculiar de la historia bíblica es la revelación de Dios, misterio inefable siempre mayor, es que acompaña siempre a los seres humanos y a la creación entera en su andadura por el tiempo. La verdad Dios en la Biblia es el amor fiel y estable, la compasión. Es alguien que no se impone nunca por la fuerza; que acompaña siempre con entrañas de misericordia; que no es hipócrita, que se mantiene fiel en el amor, que es digno de confianza. Dios expresa su verdad en acontecimientos y palabras. Su manifestación última en la historia es Jesucristo a quienes sus mismos adversarios reconocen: “Maestro, sabemos que eres veraz, que no temes a nadie, que no te fijas en el rango social y apariencia de las personas, sino que enseñas el camino de Dios en verdad” (Mc 12,14). En la convicción firme de que Dios es compasivo y protector de su pueblo, símbolo de toda la humanidad, está presente y activo en todos los momentos y en todas las situaciones de la vida humana, se comprende la interpretación teologal incluso de un mal como fue el destierro para que despertara el pueblo a su vocación original. La verdad de Dios se manifiesta no sólo en sus enviados o portavoces como son los jueces y profetas del pueblo hebreo. También, como es el caso de Ciro el emperador persa, en todos los seres humanos que se abren a esa presencia misericordiosa de Dios y son portadores de liberación para los otros. Según lo que dice esta segunda lectura de la misa, las personas valen y tienen una dignidad inviolable “por el gran amor con que Dios nos ama”, “por su bondad para nosotros en Cristo Jesús”. Bien podemos decir: “soy amado, luego existo; “el profundo estupor ante la dignidad del ser humano se llama evangelio”. No es sólo que seamos perdonados. Lo radical y primero en los seres humanos es el amor, el ser llamados y amados gratuitamente. Fue la experiencia que, siguiendo a Jesucristo, tan intensamente vivió Pablo de Tarso. Cuaresma es tiempo de conversión. Pero conversión ¿a quién o a qué? Jesús de Nazaret inicia su misión profética invitando: “convertíos porque ya está irrumpiendo el reino de Dios” El papa Francisco hace una sugerente observación: “Hay cristianos cuya opción parece la de una Cuaresma sin Pascua”. Ya filósofos del s. XIX se declararon ateos en buena parte porque los cristianos que creían en Dios, andaban por el mundo con la cara de poco redimidos. Si de verdad creemos que el amor incondicional de Dios en favor de la humanidad ha llegado hasta soportan la cruz donde ha vencido a la muerte ¿no deberemos vivir con profundo gozo nuestra conversión cuaresmal? Según el ritual antiguo en la imposición de la ceniza se decía: “recuerda que eres polvo y al polvo volverás”. La fórmula está bien y es interpelante para denunciar nuestras muchas vanidades, pero más que buena noticia, es constatación de las limitaciones que todos experimentamos. Según el ritual renovado, ahora se dice: “convertíos y creed en el evangelio”. La verdadera conversión o fe cristiana es abrirse con amor a la buena noticia de Jesucristo: Dios nos ama gratuitamente a todos sin discriminaciones. Cuando nos hacemos permeables a ese amor de Dios encarnado en la conducta histórica de Jesús, estamos en camino de la verdadera conversión cristiana. En este tiempo de cuaresma somos invitados a vivir la verdad del ser humano y nuestra propia verdad con “la certeza personal” de que todas las personas, incluidos nosotros mismos, estamos sostenidos y afirmados “por una amor más allá de todo”. En consecuencia, no sólo somos amados y llamados cada uno en particular. Jesús llamó “a los que quiso para que estuvieran con él y pare enviarles a evangelizar” (Mc 3,14). Luego los cristianos somos llamados y convocados. No hay vocación cristiana sin convocación. Y si realmente creemos que Jesucristo es Palabra que ilumina a todas las personas, el bautizado tiene una vocación católica. Se siente convocado con todos los hombres y mujeres de buena voluntad y sincero corazón. No hay nada más opuesto a la vocación cristiana que el espíritu sectario.

CARLOS JORKARELI

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omenzamos. Quiero decir, comienza la actividad electoral.

Tenemos por delante un resto de año interesante. Desde todos los puntos de vista. O mejor, correlacionados puntos de vista. A estas alturas desligar la cotidianidad de comprar el pan, lavar el coche, o salir a tomarse unas copas – si el tiempo que corre lo permite – de la realidad política que nos envuelve, agitada en los medios de comunicación con noticas diarias de calado directo en el estado de las cosas, parece inverosímil. Tendemos a pensar que todo funciona. Y que además funciona normalmente, casi por arte de magia, ajeno a nuestra cotidianidad o voluntad. Sí, parece que es verdad. Aunque esto lleva a engaño. Cómo funcionan las cosas tiene una relación intrínseca con el día a día, reflejado ahora en aquel lejano espejo que proponen ciertos estamentos velados por el humo de la confusión. Y es que la saturación que produce no descansar sin que una nueva sorpresa venga a trastocar el incierto presente, le hace a uno ´ponerse las pilas´. Se abren los oídos, se agudiza el entendimiento. Desde luego estamos lejos de aquella indiferencia que lo establecido, por repetido, venía acomodando la posición en la que nos gustaba estar: que lo hagan los demás. Para eso están. Ahora hay que decidir. Y si es con prudencia, mejor. Pero la prudencia no significa falta de criterio. Todo lo contrario. Se trata de sopesar con inteligencia y sensibilidad aquéllas, éstas y las otras que vendrán, propuestas de futuro, que con intenso énfasis e insolente contradicción, algunos de los que nos representan o pudieran representarnos, proponen a diario. La amalgama de asertos sobre un mismo tema, anima con cierto descaro las ya sabidas tertulias, mítines y desfiles por las pasarelas de las portadas que envuelven, en una suerte de alfombra roja glamurosa, a quienes quizá deberían situarse de forma más silenciosa pero efectiva en aquella prudente distancia de estar para lo que están y hacerlo efectivo en equidad. Pero desafortunadamente nuestra memoria histórica reciente no nos asiste. No va más allá de tres meses según dicen ciertos estudios. Así, sometemos al impropio olvido lo que deberíamos tener presente, muy presente, porque en ello va no equivocarnos. La confusión que produce escuchar proclamas, intenciones y planes desde los diferentes ángulos, puede inducir a pensar que todos están en lo cierto. Una desaforada capacidad de oratoria, una impresentable repetición, un interesado convencimiento a la hora de exponer no desmonta la realidad. La contrapone, como antes apuntábamos, a esa necesaria memoria de lo inmediato de lo que viene sucediendo, hartamente asociado a sus protagonistas directos. Aquellos que en nuestro nombre deciden. ¿Cómo se puede pretender revertir la realidad que nos asfixia desde posiciones que la administran? ¿Qué significa cambio, esa palabra ya manida, cuando aquél cambio desemboca en la cruda y más que reiterada actualidad? ¿Qué significa regeneración si observamos conductas que reproducen fotografías más que consabidas?

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Existe suficiente información para dibujar el rostro de la verdad. Avezarse a los vericuetos que supone esa táctica del ´yo más´ implementando el descalabro e hipocresía al no ajustarte al mandato de nuestra Constitución en sus derechos más básicos, propicia, como estamos viendo, irse de rositas por los cerros de Úbeda. Si no, ¿cómo puede entenderse tanta involución? Si no, ¿cómo puede entenderse tanta corrupción? Derechos laborales, índice de pobreza, educación, sanidad, cultura… ¿Seguimos? No. No hace falta repetirnos. En propias carnes o en ajenas, próximas o distantes, hoy las expectativas socioeconómicas han tocado línea roja. Aquella que marca el sufrimiento, alejado de los sillones y alfombras llenas de palabras vacuas, que entre el digo y el diego dicen, para luego hacer lo contrario. Eso es lo que ha pasado. Está pasando. No vale ponerse a hacer obras en año de elecciones. No vale rebajar el IVA cultural en meses de elecciones. Las necesidades de los ciudadanos no se limitan a los previos. Son diarias. Desde el día antes, hasta que se termina la legislatura. No vamos a citar siglas. Pero mínimamente asistidos por el sentido común, poniéndonos en lugar de los agentes políticos que vociferan – perdón -, quién no diría en campaña de elecciones ya sean autonómicas, municipales o nacionales, que su objetivo es cambiar el sistema judicial implementando su dotación hartamente desasistida. Quién no diría que la total gratuidad de la justicia es un derecho inalienable frente a la defensa de la integridad moral, física o de cualquier otro orden de las personas. Se tenga o no dinero. Quién no va a decir que la enseñanza ha de ser gratuita, universal y con índices de calidad que propicie la libertad de pensamiento y capacitación humana y social. Quién no va a decir que la sanidad ha de ser gratuita y universal, circunscrita al territorio nacional y a todo el que more en él como necesidad primordial de mantener el bien fundamental de la vida en salud. Quién no va a defender la cultura, buscando su rentabilidad social en la diversidad, universalidad y en el desarrollo de las ricas áreas de la creatividad como medio de esparcimiento y formación de la ciudadanía. Quién de los concursantes no va a asegurar que en su legislatura habrá trabajo para todos, justicia social, re - distribución de la riqueza, atención a los más desfavorecidos, políticas de mujer, igualdad, mayores y eliminación fulminante de la corrupción, entre otros etcéteras. Hace poco leía de nuestro presidente de Gobierno decir: “una cosa es predicar y otra dar trigo”. No cabe duda. Así lo hemos comprobado y así creo que la mayoría de los ciudadanos lo están entendiendo. Al punto que las voces se disipan, los naipes se caen y las máscaras huyen despavoridas, como no queriendo ser parte ya del interminable teatro de la mentira. ¿Entonces? Si todos los parabienes que anunciábamos desde el sentido común más arriba descrito, bien pudieran ser postulados en cada uno de los programas que ya empiezan a anunciarnos en un ´buenísmo´ sin parangón como el que estamos viendo a través de contertulios, anunciantes, beligerantes mensajeros y figurines de pasarela; si no importa de dónde y por quién están expuestos, desde qué lado, premisa, actitud, voz, presencia, respeto y si, al final, la memoria no nos falla, deberíamos volver a cuestionarnos dónde se encuentra la verdad. Quizá aquí, alguien miente.


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DEL 20 AL 26 DE MARZO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

Que sea glorificado el Hijo del hombre

La línea roja

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esde que se inició el tiempo cuaresmal, y de la mano de la pedagogía de las lecturas del ciclo B, hemos sido conducidos por diversos escenarios emparentados con lugares especialmente significativos para la fe bíblica. Todo comenzó en el desierto, lugar de la prueba y de la tentación. A continuación fuimos conducidos al monte de la Transfiguración para vivir una experiencia anticipada de la Pascua. El tercer domingo nos ubicó en el espacio espiritual de Israel sostenido por la Ley y por el Templo. El cuarto domingo centró la atención en la fiesta de la Pascua. Allí nos sitúa también este quinto domingo, subrayando así, mucho más nítidamente, la cercanía de nuestra propia celebración pascual de 2015.Visto así, estos escenarios bíblicos (Desierto, Monte, Ley, Templo y Pascua) son hitos que dan qué pensar a los que ajustan su paso al ritmo de la liturgia cuaresmal dominical. Una clave se vislumbra en esta didáctica. Una clave que hace suya la palabra de Dios en este quinto domingo y que, además, sirve también para interpretar la Escritura: Desierto, Monte, Ley, Templo y Pascua se han de leer a la luz de Jesucristo. Dicho de manera comprensible y aplicada a los textos de este V Domingo: la Alianza y la misma Pascua adquieren en Jesús un significado nuevo; en Él se cumplen de una manera única y significativa; se trata, claro, del sentido cristiano que, como Iglesia, celebramos los seguidores de Jesús en este tiempo cuaresmal que ya está llegando a su término. El Evangelio de Juan de este domingo (12, 20-33) ubica su narración en la celebración de la Fiesta de Pascua. La Pascua de los judíos, claro. Celebración que actualizaba la acción salvadora de Dios a favor de Israel. Se nos informa que mucha gente acude a participar en ella. Lo más interesante de esta información es que no sólo se hacen presentes judíos, también van a la misma “algunos gentiles” (o, quizás, “temerosos de Dios”). Este detalle es altamente significativo. Por tanto, la Pascua, la fiesta por excelencia del Pueblo de Israel, posee un valor desbordante. Se trata de una celebración trascendente que rompe fronteras. Su valor se universaliza. La salvación que en ella se celebra y se anuncia adquiere una dimensión más amplia, más ancha. Con todo, para ser veraces, hemos de advertir que, en el texto, esta perspectiva universal, en verdad, guarda relación directa con Jesús. Son los gentiles quienes, en el contexto pascual, quieren ver al hijo de María. La presencia de éstos en la pascua parece decantarse por el Maestro de Nazaret. La fiesta pascual, así, conduce hacia él de modo natural. De este modo, desde un contexto Pascual amplio se dibuja otro de mayor tamaño. Jesús es quien explica este fenómeno. Él es la nueva Pascua. Nuestro texto lo anuncia de forma velada hacia el final: “y cuando yo sea elevado atraeré a todos hacia mí”. Esta universalidad de la Pascua cristiana, no lo olvidemos, se emparenta con su sentido salvífico o soteriológico. Si la Pascua judía era ya expresión del amor de Dios que salva, la Pascua de Jesús es su expresión máxima. Jesús es la nueva Pascua. Él aporta a la misma un valor salvífico universal. Con todo, las lecturas de este domingo, además, detallan con cierto detenimiento la manera, el modo, el camino por el que la Pascua de Jesús ofrece tal perspectiva. Lo hallamos, por ejemplo, cuando el evangelio nos habla de la “hora” de la glorificación de Jesús. Esta hora glorificadora se identifica con la pasión muerte y resurrección de Jesús (su singular Pascua). Pero en las lecturas de este domingo tiene unos matices muy concretos. La comparación con el grano de trigo es muy ilustrativa. Para dar vida, para que la vida sea verdaderamente fecunda, se ha de morir; hay que darlo todo por amor. Por eso, “el que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guarda para la vida eterna”. Todo encaja desde esta óptica. No extrañe que Juan refiera en este momento la oración de Jesús en Getsemaní (“Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora”) con respuesta del Padre incluida. La segunda lectura, de la carta a los Hebreos, insiste en este momento clave (5, 7-9). No se ha de olvidar que, desde el bautismo de Jesús, tal y como las tentaciones del Primer Domingo de Cuaresma recuerdan, el Hijo de Dios y el Mesías va a vivir su identidad, lo que es, ajustándose a la senda del Siervo de Yahveh. ¿Es posible hallar a Dios y su salvación en el camino del servicio, del desprendimiento más radical? En este domingo, una vez más, la cuaresma nos recuerda que el secreto del itinerario que conduce a la vida es la entrega, la donación generosa de uno mismo. Jesús así lo ha vivido y enseñado.

CARLOS JORKARELI

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uchas veces nos ayudamos de figuras e imágenes para mostrar con explicitud lo que en palabras alargaría definir. Esta imagen, física o literaria, aglutina significados que producen de forma inmediata una reacción en nosotros. Si dibujamos un STOP cerrado con un círculo – línea cerrada -, todos prestamos atención ante esa inequívoca señal. Algo, casi inconsciente por asumido, nos lleva a reaccionar de manera inmediata al haber incorporado al lenguaje común su símbolo. Cuando trazamos una línea, en muchos casos estamos delimitando espacios o cerrando superficies, ya sea sobre el plano o figuradamente, al referirnos a actuaciones, pensamientos o contenidos. Los colores también tienen su lectura y no suelen ser caprichosos. Se manejan de igual forma. No es lo mismo un azul que un violeta. Ni un ocre que un naranja. El rojo, es el color por antonomasia que impregna de atención aquello que subrayamos, que queremos resaltar y cuyo significado queda sobrepuesto respecto al resto del contenido visual o gráfico. Podríamos decir que son muchas las líneas que conforman todo el entramado de relaciones, proyectos, ideas o iniciativas de nuestro discurso vital. Demasiadas, me atrevería a decir. Y no solamente a nivel individual, sino colectivo y que atañen a organizaciones y estados, al punto que todo ese entramado vectorial configura hoy día un mapa casi perverso de maquinación e intereses de proporciones confusas. En ocasiones las líneas no solamente son separadoras. Van más allá. Quieren indicarnos una zona límite, cuyo traspaso modifica la situación de forma sustancial, apremiando riesgos difíciles de retrotraer. Usamos la línea roja para subrayar. También para indicar el límite sobre el que pende la responsabilidad del siguiente paso, cuya atención reclama la mejor de las disposiciones y criterio para dilucidar el acierto o, por el contrario, la pervivencia de la confusión. En este sentido hay una línea roja que reclama toda nuestra atención. Y no es otra que la infausta e irrisoria farsa a la que nos vemos sometidos a diario por parte de estamentos políticos, pretendiendo hacernos comulgar con pan de molde, tergiversando el legítimo sentido y significado de las palabras y así escurrir ladinamente el bulto. Para quienes no somos afines a demasiados extranjerismos, paráfrasis o terminologías aducidas por la avaricia del mercado, sigue gustándonos usar el nombre de las cosas. Seguimos encontrando diferencia entre términos y significados. De forma entusiasta, el ministro de Justicia parece haber desistido, intentando seguramente seguir argumentos adoctrinados, o bien apabullado por la cantidad de sinónimos que concurren señalando a una parte, en nada despreciable, de integrantes y paralelos del partido que representa. Imputado, encausado o investigado, naturalmente tienen su propio significado. De forma individualizada, los matices de cada palabra tienen un alcance y han sido creadas, dentro de la evolución del lenguaje, para delimitar aquellos ángulos específicos que las conforman. Ante la continuada sucesión de imputaciones en las que se encuentran miembros y ex miembros de partidos políticos, la pronunciación o escritura de la palabra imputado adquiere, en estos momentos, dimensiones sin parangón. No es extraño que apabu-

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lle, ruborice y atemorice al mismo tiempo. Sobre todo siendo coetánea y compañera de asientos, cargos y sobrecargos en las diferentes instituciones. Parece que ésta, línea roja a la que nos estamos refiriendo, marca definitivamente el límite e idea que el propio gobierno, a través del ministro de turno, tiene del ciudadano. Así como parece también querer hacer desaparecer de un plumazo la correlación e identificación que se establece de esta palabra – imputado – con lo que representa. Pero eso no es todo. Actuaciones como estas, implican y coadyuvan una calificación hacia todos los que consumimos esta información y gestión. Roza lo ridículo y casi ofensivo. O lo que es lo mismo: venir a despistar el término para así despistar su esencia. Están surgiendo de forma reiterada manifestaciones de sesgo informativo y lingüístico. Como por ejemplo la afirmación del jefe del Ejecutivo diciendo que “hay imputaciones e imputaciones”. ¿Querrá eso decir que hay imputaciones buenas y malas? Siguiendo el diccionario de la R.A.E, imputar es atribuir a alguien la responsabilidad de un hecho reprobable, e imputado es aquel contra el que se dirige un proceso penal. Encausar es formar causa a alguien, proceder contra él judicialmente y encausado/a es aquella persona sometida a un procedimiento penal. Investigar es hacer diligencias para descubrir algo. Aclarar la conducta de ciertas personas sospechosas de actuar ilegalmente. Parece propio suponer que la investigación se deriva de un hecho precedente, viniendo a ser efecto en vez de causa. Y normalmente solo se produce cuando el ´asunto´ lo requiere. Es decir hay causa de investigación. Por otro lado la diferencia semántica entre encausado e imputado, como más arriba especificamos, adquiere un matiz de diferenciación tan escaso, que parece inverosímil que se gasten los recursos sociales en modificaciones de Ley tan sutiles, por no decir ridículas. Hasta cuando nuestros políticos, apelando al bienestar de los ciudadanos, como es el caso, miran hacia su ombligo en prevención, primero, de su posible inflamación. Hasta cuando ese descarado estatus de defender posturas que, por evidencia y repetición, deberían desaparecer del mapa de la gestión pública. Hasta cuando la pervivencia del poder por el poder está por encima de los dictados de la conciencia, la ética y la dignidad. No cabe posibilidad de equívoco frente a delaciones de tan infortunadas actuaciones. Pero en los casos que hacemos referencia, no hay denuncia por medio. No hay imputación. No hay juez que admita a trámite. Ellos mismos se delatan. Concurren por propios medios al esperpento del naufragio en tierra firme, aduciendo que el que imagina el naufragio es el que está enfrente. Existe una línea roja que no se debería traspasar. Una línea que pone a cada uno en su sitio, donde le corresponde y que diferencia muy bien el ámbito de responsabilidades de cada cual. Una línea que define con exactitud quien tiene la obligación de, siendo humano, dar ejemplo de actitud y aptitud salvando también la dignidad de las instituciones, muy por encima de cualquier razón, estatus y controversia de partido. Siempre existe la posibilidad de rectificación. Más causante aún es no ofrecer la credencial correspondiente y pensar que el ciudadano no se da cuenta de ello. El devenir histórico por excelencia indica que hay colores y líneas que es mejor no ensanchar.



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DEL 27 AL 31 DE MARZO DE 2015

OPINIÓN |

REFLEXIÓN DEL CONSEJO DE HERMANDADES

GALERÍA DE ARTE

Ha llegado la hora

Arte y provocación

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e acercan las fiestas de la Pascua y Jesús llega a Jerusalén. La ciudad y el momento en que esto sucede indican el trágico final que allí le espera. Y Jesús lo sabe.

Lo sorprendente es que no se acerca a ese momento final como un derrotado, ni entra en la ciudad como un triunfador victorioso. Lo hace con sencillez, humildad y una bondad que impresionan. Organiza él mismo la entrada para que no sea una ostentación, sino una manifestación popular de paz y alegría de las gentes más humildes y sencillas; los que siempre le han acompañado y han estado con él. Todo ese ambiente y esas escenas nos parecen evocar el logro de las aspiraciones de los más débiles y desamparados de este mundo. En Jesús triunfa todo lo que en el orden presente fracasa. Este parece ser el significado más profundo de la entrada de Jesús en Jerusalén. Jesús quiso inaugurar su Pasión proyectando sobre ella una luz profética anunciadora de su victoria. Esta es la razón de su entrada mesiánica en la ciudad de David. El relato presenta a los fariseos protestando y exigiendo reprensión para los humildes y sencillos. Vemos una vez más cómo la religión puede endurecer el corazón de no pocas personas. Muchos no soportan que sea el pueblo humilde el que cante la alegría. También nosotros nos unimos a los “hosanna” que coreaba el gentío; es el modo en que los cristianos seguimos proclamando nuestra fe en Cristo Señor, soberano de la vida. Después de la cena tiene lugar un momento de transición, podríamos decir, en el Monte de los Olivos. Pero de una relevancia capital. Jesús comienza a orar. Empezó a sentir terror y angustia: “Me muero de tristeza”. Y varias veces encontró dormidos a los discípulos, incapaces de velar y orar con él. Pedro llega a decirle: “Aunque tenga que morir contigo, no te negaré”. Y el texto de evangélico añade: “Y los demás decían lo mismo”. Es la hora de preguntarnos también hasta dónde estamos dispuestos a llegar en nuestro seguimiento al Maestro, al Señor. Es hora de reconocer que nosotros muchas veces prometemos fidelidad y seguimiento al Maestro; también puede que lo confesemos, adoremos y besemos. En otras ocasiones, como los discípulos de aquella hora, también nosotros nos dormimos, lo negamos, lo abandonamos y huimos. Toda la liturgia del Domingo de Ramos, no solo la de la Pasión, nos enfrenta con lo que puede ser la trayectoria, el recorrido de nuestra propia vida de fe, del seguimiento de todo cristiano. También nosotros debemos pronunciarnos ahora a su favor, con verdad. Debemos preguntarnos si de verdad estamos dispuestos a afrontar con el Maestro y Señor Nuestro el camino del amor, de la fidelidad y de la entrega hasta las últimas consecuencias, para vivir con plenitud. Cada Domingo de Ramos se lee la Pasión con la idea de que la Cruz de Cristo domine toda la semana: el camino de la cruz, la entrega, el amor, el camino de la Vida.

“Después de la cena tiene lugar un momento de transición, podríamos decir, en el Monte de los Olivos. Pero de una relevancia capital. Jesús comienza a orar. Empezó a sentir terror y angustia: “Me muero de tristeza”. Y varias veces encontró dormidos a los discípulos, incapaces de velar y orar con él” La pasión es todo sentimiento que rige y dirige la vida de alguien volcado en la felicidad de otra persona, a quien se considera imprescindible, de quien se está pendiente, y por quien se es capaz de entregar hasta lo más propio y personal. Pasión es la actitud y los sentimientos de padres y madres, de enamorados, de entregados, de fanáticos… Hay pasiones que matan y pasiones que dan vida; todos sabemos que hay pasiones insanas, morbosas, destructivas. Y hay pasiones, por el contrario, que dan vida y construyen, promueven, liberan, solidarizan, humanizan. El caso de Jesús, cuya Pasión ha de ser como un referente de nuestras pasiones, es el de quien está preocupado por unir, dar vida, hacer posible la felicidad de todos, y especialmente de quienes más carecen de ella. Precisamente en la narración de la Pasión encuentra respuesta la pregunta fundamental para todo discípulo y todo creyente: ¿quién es Jesús?, que constituye el eje del evangelio de Marcos. En la Pasión se revela el misterio: Jesús es verdadero hombre y verdadero Dios.

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como pábulo de una especie de ´cabreo´ digno de ser expresado a toda costa, o bien una sensacionalista manifestación cuyo fin es llamar la atención a través del morbo que produce un tema determinado, arece existir un paralelismo profuso entre es- aunque el contenido, sin el título y la explicación cotas dos palabras que abre el presente artícu- rrespondiente, pudiera dar a entender cualquier otra lo de opinión. Más si cabe en la actualidad, cosa. Defender la estética y la ética en el arte es necesaen un momento en que la libertad de expresión, lejos de ponerse en duda, es ampliamente ad- rio. No cabe duda. La ética porque nos pone en directa relación con mitida por el conjunto de la población. No cabe duda que esto supone un gran avance en lo mejor de nosotros mismos en un natural ejercicio logro de libertades cercenadas y menoscabadas en de autocrítica y análisis de aquellos potenciales perel transcurso de la historia y por las que han lucha- sonales y significado de los valores humanos. La esdo y sucumbido infinitud de nuestros ancestros, co- tética, porque es la manifestación y exteriorización nocidos y menos conocidos, en las diferentes épocas en sí misma de esa ´ilustración´ catalizada en nuestro interior como personas y en aquel caso, artistas. de la humanidad. Si la estética lleva implícito un acercamiento neTampoco cabe duda que éste avance haya supuesto la posibilidad de un diálogo más amplio en las di- cesario a la belleza en cualquier creación, será mateferentes áreas de expresión, sobre todo en aquellas ria ineludible a participar en la obra como en el anáen las que por su propia naturaleza, no ha de existir lisis y su significado. No se trata de discriminar materiales utilizados en la producción de arte si éste es viningún tipo de restricción. Ése es el caso del Arte. Lejos de cuestionarnos esta realidad y en este pa- sual. No se trata de las técnicas utilizadas para la pronorama de libertades, recientemente, en el actual ducción en pintura o escultura. No se trata tampoco de establecer si la represenespectro de creación artística, proliferan manifestaciones donde parece existir una acusada descom- tación o dramatización se realiza en espacio cerrado pensación entre ambos conceptos, estableciendo o en vía pública aplicando sus nuevos conceptos. No se trata igualmente, si aquello que se expresa una dicotomía de prevalencia entre el arte y provoviene alimentado por una idea concreta o bien surcación. ge de la nada, sin objeto, sin intencionalidad, sin esYa hemos dejado entrever y si no lo repetimos, que el Arte y su definición ciertamente es una ardua ta- tilo determinado, sin procedencia conceptual u obrea, máxime atendiendo a la relativamente reciente jetivo. Se trata más bien de que no sean las fauces de la conceptualización de las palabra, que de carácter moderno, arranca en el siglo XVIII o siglo de las lu- apariencia y la pretensión en pertenecer al tablero ces, donde la ilustración, por contraposición a la edad de la concupiscencia propagandística, rentabilidad media por ejemplo, viene a implantar la racionaliza- económica, profesional o difusión de lo creado. Se trata más bien de la capacitación en las diferención y el concepto, frente al origen divino, abriendo tes vertientes de expresión creativa. Su elección y dolas puertas a la estética, crítica e historia del arte. No es nuestra intención entrar en discusión sobre minio, su manejo hacia el fin expresivo que, alimenla definición de la palabra, que tanto viene ofrecien- tadas por el concepto si lo hubiere, puedan ofrecer do al ámbito de la cultura. Pero sí cabe la responsa- un resultado digno en su vertiente de belleza o fealbilidad de acercarse a su significado. Más quizá a quie- dad, entendiendo que existen expresiones, aunque nes lo ejercen. Es decir, todo aquel que llevado por armónicas, que nos comunican con el aspecto más la necesidad, encuentra en la expresión creativa una crudo o virulento de nuestra existencia. La provocación es otra cosa. Lleva implícita un asvía de comunicación personal en una suerte de abstracción, comunión y conjunción con el espectro so- pecto de controversia social e ideológica que ofrece un relato a través de la, a veces, presunta obra de arte. cial y vital que le rodea. Pero al igual que existe la armonía u hostilidad en- Pero ese aspecto y relato ha de tener forma. Si es fitre el todo y las partes en cualquier actividad huma- gurativa, colorista, abstracta, conceptual es indifena, en una obra de arte se nos antoja, que persiguien- rente. Todas son hermanas. Lo que no puede do la belleza, pretenser indiferente es la sión ésta desde la que “Defender la estética y la ética en el arte es propia expresión en parte la ilustración, tamsí. Y si en ésta, prima bién ha de existir la ar- necesario. No cabe duda. la provocación a su monía. Y ha de produ- La ética porque nos pone en directa relación con estructura, es decir, cirse entre significante lo mejor de nosotros mismos en un natural a la plasticidad de lo y significado, sujeto y expresado, algo se objeto; en definitiva y ejercicio de autocrítica y análisis de aquellos pierde en el camino. en todo caso, lo produ- potenciales personales y significado de los Algo nos dice que cido y el fin perseguido. valores humanos” prevalece el cabreo, Sea este adulador, seoportunismo, inductor o provocador. fluencias o capitales Más aún. No sabiendo cual es el objetivo y final en el proceso creativo, la empleados. El arte concierne principalmente al artista. Ni crísensibilidad habrá de llevarnos en el delicado ejercicio de estética, a la sensación, conclusión y expre- ticos, ni historiadores, ni galerías, ni directores de sión armónica de su construcción, en una suerte de museos tienen más opinión, ni mejor formada, ni experimentada que quienes viven en primera persoresultado debidamente equilibrado. Es por esto que nos llama aún más la atención na, por dedicarse a ello, las luces y sombras del arte. Es por eso que desde el Arte, los artistas, han de aquellas obras, profusamente publicadas y expuestas en las galerías, ferias y museos actuales, muchas reivindicar el Arte, denunciando si fuera necesario veces presentadas como ejemplo de arte emergen- la provocación sin Arte de obras como la expuesta te, novedoso o de vanguardia, a través de las que pu- en el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de diera parecer que lo que prima es la provocación por Barcelona) bajo el título de 'Haute couture 04 Transla provocación. Obras que, desde nuestro modesto port´ a través de la que la provocación desfigura el punto de vista, no ejercen como arte, sino más bien Arte. Valva la redundancia voluntaria en la palabra.

CARLOS JORKARELI

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MARZO 2015 Galería de arte ©Carlos Jorkareli 2015


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