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“UNA CIENTÍFICA ESTRATEGIA DE MERCADEO, ES LA BASE PARA UN BUEN GOODWILL”

Doménico Barbato Vicepresidente Mercadeo Procafecol S.A.

“UNA CIENTÍFICA ESTRATEGIA DE MERCADEO,

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es la base para un buen Goodwill”

Doménico Barbato

Después de estudiar física, matemáticas, cálculo, entre otras ciencias exactas, llegué al mundo del mercadeo como un total principiante, a cuestionar absolutamente todo, sin predisposiciones ni paradigmas, pues hasta ese momento no había estudiado mercadeo, sin embargo lo empecé a vivir.

Recuerdo que, en las primeras reuniones, las discusiones que tenía surgían por mi inquietud de querer hacer las cosas totalmente diferente a lo que se venían haciendo, y siempre encontraba una voz que, con conceptos de mercadeo, enviaba mis ideas a las aulas de ingeniería electrónica. La frase más común que yo escuchaba era: “Eso no se puede hacer” y la creatividad que se buscaba para encontrar la razón por la cual no se podía hacer, me hacía entender que había un patrón que se seguía, así como los patrones secuenciales que yo encontraba en mis clases de estadística. Los cuales después de aprender a entenderlos bastaba con programar muy bien para que una computadora siguiera descifrándolos.

Ahí empieza mi cuestionamiento sobre cual debe ser el papel de los mercadólogos en la industria, seguir esos patrones conceptuales que dictaban las grandes multinacionales sobre sus marcas, o dejarle eso a las computadoras, y precisamente salirse de los patrones para marcar la diferencia.

Y tomé el camino de emprender siempre la diferencia. Primero, de entender muy bien los conceptos mediante los cuales fueron edifcadas las grandes marcas mundiales para poder saber, que si quería marcar la diferencia, en un mundo donde cada vez son mas frecuentes los lugares comunes y los encuentros conceptuales, debía conocer de donde venían esos paradigmas.

En ingeniería electrónica nos enseñan a reducir los problemas a su minima expresión, a dividirlos en variables y después a encontrar la manera mas sencilla de observarlos. Y el éxito de un análisis matemático es encontrar la forma mas simple de describir una variable. Durante todo mi pregrado medíamos nuestras capacidades por las habilidades de encontrar la ecuación mas sencilla a partir de los problemas matemáticos mas complejos.

Y eso fue precisamente lo primero que me encontré en mercadeo. Al contrario de lo que yo había estudiado, existía una sobre valoración por lograr que a la ecuación más sencilla se la

convierta en el problema mas complejo y esto era el refejo de la alta capacidad de un equipo dentro del mundo del mercadeo.

No existía ningún problema tan complejo en la práctica del mercadeo, como los que yo me enfrentaba en el estudio de matemática cuántica, y de eso estaba muy seguro. Con curiosidad observaba cómo al tener la solución mas sencilla en la mayoría de ocasiones se buscaba la acción más compleja.

Entonces me dí a la tarea de aplicar lo que había sido mi formación, y de descifrar los problemas más complejos de mercadeo intentando llegar a las soluciones mas simples. Y eso me llevó a entrar al mundo de lo que es consciente y lo que nó.

Empecé a entender el mundo del mercadeo como la formación de infnitivas variables, con la gran diferencia de la ingeniería electrónica que la relatividad de una variable se puede medir, precisamente según las suposiciones que uno haga del contexto de la misma. Sin embargo, en el mundo del mercadeo, esa infnidad de variables, están en la mente de las personas, en su inconsciente, y que el éxito de una buena acción de mercadeo era descifrar la inconsciencia de esas variables en la mente del consumidor, entenderlas, es decir volverlas conscientes para nosotros y devolverle impulsos catalizadores y señales , para que hicieran cambiar su percepción de manera inconsciente.

No queremos hacer consciente al consumidor de todo eso que para el es inconsciente, no porque no lo quiera hacer, sino porque es más poderoso un concepto inconsciente en la mente del consumidor que uno totalmente consciente. Al segundo se lo cuestiona, se lo compara, porque se lo entiende, al primero no se lo entiende, pero se le hace caso.

Metiéndome en temas que efectivamente no entiendo ni soy consciente, es como en el amor, cuando un amor es muy fuerte, la persona difícilmente puede encontrar la razón por la cual siente el amor hacia el otro, cuando puede poner una lista de razones por las cuales siente amor, y todo su sentimiento puede explicarse con variables puntuales, entonces la terminación del mismo sentimiento también se puede explicar por la falta de esas mismas variables.

Así es la mente del consumidor, quiero entrar en ella sin que sepan, enamorarlos y dejarles un corazón grande de mi marca en su mente. Y para eso entendí que la simplifcación de las acciones, de los mensajes y de la estrategia es la clave para cumplir nuestro cometido en mercadeo.

Y simplifcar fue lo que me enseñaron en 5 años de física, matemática, cálculo entre otras. A diferencia de la ingeniería que existen fórmulas dadas mediante las cuales yo tengo una o varias respuestas correctas, en el mercadeo yo tengo la oportunidad de crear esa formula, no está nada, no existe, no es una ciencia exacta, pero si desciframos el problema a su mínima expresión encontraré esas variables que si las modifico de manera simple cambiaré inconscientemente para el consumidor y consciente para mi, la percepción que quiero que él ajuste, modifque o mantenga de cualquier marca, bien o servicio que yo quiero posicicionar en la mente del consumidor.