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LA REPUTACIÓN SE CONSTRUYE A PARTIR DE LA CONFIANZA
Roberto Moreno Mejía Fundador y Presidente de Amarilo
LA REPUTACIÓN
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se construye a partir de la confanza
Roberto Moreno Mejía
La confanza es un valor medible y concreto al que deben apostarle las empresas para construir su reconocimiento, crecer conjuntamente y trabajar en equipo.
Pues es, a partir de la confanza entre la compañía y sus audiencias (colaboradores, clientes, inversionistas, proveedores, comunidades), que se construye la reputación corporativa.
Cuando la confanza es alta se mejoran las relaciones, la calidad del trabajo en equipo, y la retención del capital humano, aumentando la productividad y competitividad de la empresa. Por eso, las empresas que buscan crecer y trascender están dispuestas a trabajar por mejorar sus niveles de confanza. Pero, ¿cómo se construye confanza? Su construcción requiere de compromiso, pues requiere tiempo y dedicación, pero, en cambio, se puede destruir rápidamente. Para lograr una confanza duradera y sólida, la empresa debe ser coherente con lo que dice y hace, y actuar de manera transparente. Pero, lo más importante es tener un propósito conectado con toda su cadena de valor, y defnir una motivación que vaya más allá de sus propios intereses.
Los consumidores de hoy en día no solo buscan productos, buscan empresas conscientes que aporten valor, impulsen cambios y lideren iniciativas de impacto social. Por eso, las empresas
que generan confanza, y por ende cuentan con una reputación positiva, son aquellas que ofrecen empleos donde las personas pueden crecer y sentirse satisfechas; cuentan con un gobierno corporativo transparente y equitativo; lideran programas ambientales que mitigan y compensan los efectos del cambio climático, garantizan la transparencia informativa y la comunicación corporativa; y tienen un compromiso con las comunidades más allá de las regulaciones legales. Para construir confanza en el sector constructor es importante entender que edifcar va más allá de desarrollar terrenos, de levantar edificios, de diseñar espacios innovadores y de impulsar proyectos inmobiliarios que atraigan compradores. Con nuestra labor, cumplimos sueños, transformamos vidas, creamos oportunidades, brindamos bienestar y dejamos huella.
Entonces, una constructora que quiera tener Good Will, más que construir proyectos urbanísticos, debe convertirse en impulsora de desarrollo, generadora de cultura ciudadana y aliada del mejoramiento de las condiciones de vida. Ser un agente de cambio que aporta al progreso del país. Y esta, precisamente, ha sido nuestra apuesta desde Amarilo, ser un actor relevante en las 17 ciudades y municipios en los que tenemos presencia, a través de una estrategia de sostenibilidad integral que genera impactos positivos a nivel económico, social y ambiental en nuestro entorno, porque sabemos que es necesario que el sector productivo vea más allá de sus grupos de interés y lidere iniciativas de alto impacto que fomenten la transformación del país.
Para tener buenas empresas y comunidades empoderadas, debemos construir relaciones de confanza, pues es a partir de esas relaciones, que las empresas construyen su reputación, se diferencian de la competencia, atraen talento, y logran fdelidad de sus clientes.
