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como fuente de vida

Trasplantes: El amor al prójimo como fuente de vida

Este fue el título de la Mesa Redonda que organizó la Hermandad, en la que nos emocionamos con los testimonios de personas trasplantadas y con la madre de un joven donante de órganos. El acto estuvo presidido por un cirio que iluminó a María Santísima de la Amargura que llevaba escrito en su alma un mensaje de Esperanza: LUZ DE VIDA

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Los trasplantes siempre nos emocionan porque los reciben personas con enfermedades terminales que, al sustituir el órgano enfermo por otro sano, recuperan la salud, vuelven a nacer y a disfrutar de una segunda oportunidad en la vida. También porque esos órganos que trasplantamos no se pueden comprar en una farmacia; los tienen que donar alguien con un corazón muy grande, dándonos un gran ejemplo de amor al prójimo.

LA MUERTE NO ES EL FINAL Los cristianos creemos que existe vida después de la vida. Cristo murió, pero resucitó. Desde que los avances científicos nos trajeron esta nueva forma de curar mediante los trasplantes, comprobamos que no solo es cuestión de fe que “la muerte no es el final”, pues algunos órganos de las personas que se fueron al cielo pueden seguir viviendo en los enfermos que salvaron.

Ana, la madre de Fernando, cuando estuvo en la Hermandad no quiso nombrar la palabra “muerte” cuando habló de su hijo; siempre nos habló de VIDA, pues él sigue viviendo en las seis personas que salvó y en los dos ciegos que volvieron a ver.

LOS CRISTIANOS Y LAS DONACIONES “NO TE LLEVES AL CIELO LO QUE NECESITAMOS AQUÍ” nos dijo hace años nuestro Cardenal Emérito Don Carlos Amigo Vallejo. “LA DONACIÓN DE ÓRGANOS, UNA NUEVA FORMA DE VIVIR LA CARIDAD” afirma nuestro Arzobispo Monseñor Asenjo. El Papa Francisco nos dice que “LA DONACIÓN DE ÓRGANOS ES UN ACTO SUBLIME DE AMOR AL PRÓJIMO”. Poco a poco se han abierto las puertas de nuestros corazones y, al erradicarse viejos miedos y prejuicios, han aumentado las donaciones y con ello los trasplantes, pudiéndose salvar muchos enfermos terminales. Es el triunfo de la vida gracias a la generosidad.

JESÚS FUE EL PRIMER DONANTE Monseñor Asenjo, ha escrito una Carta Pastoral titulada “La donación de órganos, un gesto precioso de alto valor cristiano”. En ella nos dice que “La donación de órganos es una manifestación de humanidad y que para la Iglesia es un acto supremo de caridad y de amor auténtico”. Afirma que “el ejemplo supremo de donación, el Primer Donante, fue Jesucristo”.

estar allí, junto a la Virgen, convertido en un Ángel. Esa LUZ que la Hermandad pone junto a Ella representa a esos ángeles que regalaron vida y Esperanza, gracias a una familia ejemplar que, superando el dolor por la muerte de un ser querido, supo transformar sus lágrimas de AMARGURA en Vida para otras personas. Los donantes vivos de un órgano, los donantes de sangre y de médula también están reflejados en esa luz, que se convierte en una semilla de amor al prójimo, pues iluminará nuestras consciencias aportándonos nuevos valores cristianos.

¿CÓMO NOS HACEMOS DONANTES DE ÓRGANOS?

Para ser Donante de Órganos sólo tenemos que hablar con nuestras familias. Decirles, sencillamente, que si cuando ya no necesitemos el cuerpo pudiéramos salvar alguna vida, que digan SÍ, que respeten nuestra voluntad de ser generosos incluso tras nuestra muerte. Al cielo sólo va el alma.

GRACIAS POR LUCHAR POR LA VIDA Doy las gracias a la Hermandad en nombre de los enfermos terminales que sueñan con la Esperanza de recibir un trasplante para seguir viviendo y de sus familiares, que sufren viendo como se apaga la luz de la vida en la persona que aman. También en nombre de todos los donantes anónimos de órganos, de sangre y de médula, porque con estos gestos de la Hermandad sabrán que los consideramos unos héroes y que nunca nos olvidamos de ellos.

José Pérez Bernal Director General de Trasplantes del Colegio de Médicos de Sevilla