Papa León XIV junto con el general Arturo Sosa, 2025
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Multi-impresos S.A.S
Edición cerrada el 17 de mayo de 2025.
Noticias de Provincia Mayo 2025
Editorial
Noticias breves
Bienvenido papa León XIV
Un cuerpo para el Espíritu enviado en una misión de reconciliación y justicia
La Promesa Peregrina: cuando la fe se hace arte y el arte se convierte en milagro en movimiento
¿Por qué preservar, catalogar y digitalizar el Archivo Histórico del Colegio Mayor de San Bartolomé?
San Bartolo: sembrando conciencia, cuidando la Casa Común
Papa Francisco: un legado de misericordia, justicia y esperanza
“Oremos para que cada uno de nosotros encuentre consolación en la relación personal con Jesús y aprenda de su Corazón la compasión por el mundo”.
Un café con los Albertos: P. Alberto Múnera, SJ, y P. Alberto Parra, SJ
Santos del mes - junio
Llamados a la misión
Libros de los nuestros: academia teológica posmetafísica y posmoderna y la Inteligencia Artificial: una mirada pastoral desde América Latina y el Caribe
Administradores de la misión
Comunicado
Cumpleaños jesuitas junio
Imagen: Eucaristía
Capilla San José, Iglesia San Ignacio, Bogotá, 2019
PARA CRECER EN LA
De Chicago a Chiclayo
Nuevo obispo de Roma: papa León XIV
L«¡La paz esté con todos ustedes!»
Juan 20, 19
as primeras palabras del nuevo Obispo de Roma fueron una expresión de su experiencia más profunda y de su deseo más hondo para todo el mundo: “¡La paz esté con todos ustedes! Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor, que ha dado la vida por la grey de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entre en sus corazones, llegue a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!”
Después de recordarnos al resucitado en la mañana de Pascua, el papa León continuó agradeciendo a su predecesor el papa Francisco, quien nos invitó a “unir a todos los pueblos del mundo en paz” y a crear “una iglesia que construya puentes y abra sus brazos al mundo como esta plaza”. La columnata de San Pedro, dibuja un monumental abrazo abierto al mundo entero.
La trayectoria del papa León ya la hemos conocido suficientemente a través de los medios de comunicación que nos han ofrecido mucha información sobre la trayectoria de fray Robert Francis Prevost, de la Orden de San Agustín, doctorado en Derecho Canónico del Angelicum de Roma, misionero en el Perú en varios períodos de su vida, primero en Chulucas, luego en Trujillo y finalmente en Chiclayo, donde primero fue administrador apostólico y luego obispo desde 2015 hasta 2023. Antes había sido Prior de su provincia de origen y Prior General durante doce años, entre otras misiones.
En el año 2023 el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina - CAL. Ese mismo año es creado cardenal en el consistorio del 30 de septiembre. Como presidente del Dicasterio para los Obispos, participó en los últimos viajes apostólicos de Francisco y en la primera y segunda sesión del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad en 2023 y 2024.
Un camino de servicio a su Orden y a la Iglesia como religioso y misionero agustino. Como lo dijo en su primera homilía, al inicio de su ministerio petrino, citando a san Agustín, Dios nos ha creado para Él y nuestro corazón andará inquieto hasta que no descanse en Él. Podríamos decir que este es el “Principio y Fundamento” en la versión agustiniana y en la versión del nuevo Papa. Somos creaturas de Dios que tienen claramente trazado su camino. El papa León nos convoca a vivir esta aventura como él mismo la vivió, buscando a Dios en todos los servicios a los que fue invitado y dejándose acompañar por el pueblo santo y fiel de Dios, como bellamente nos enseñaba el papa Francisco.
León XIV quiere liderar una Iglesia que siente la llamada a custodiar el rico patrimonio de la fe cristina y, al mismo tiempo, a responder a los desfíos de hoy. Desde allí, nos propone dos dimensiones de la misión que el Señor confió a Pedro: amor y unidad. Dos dimensiones que solo pueden vivirse desde la experiencia del amor incondicional de Dios:
"A Pedro, pues, se le confía la tarea de “amar aún más” y de dar su vida por el rebaño. El ministerio de Pedro está marcado precisamente por este amor oblativo, porque la Iglesia de Roma preside en la caridad y su verdadera autoridad es la caridad de Cristo. No se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús". (León XIV, homilía del 18 de mayo de 2025).
Desde esta experiencia del amor de Dios que nos convoca, el Papa nos propone hacer nuestro su primer gran deseo: “una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado” (León XIV, homilía del 18 de mayo de 2025). Es la respuesta a un mundo que sigue estando herido:
En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres. Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad. Nosotros queremos decirle al mundo, con humildad y alegría: ¡miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela! Escuchen su propuesta de amor para formar su única familia: en el único Cristo nosotros somos uno. Y esta es la vía que hemos de recorrer juntos, unidos entre nosotros, pero también con las Iglesias cristianas hermanas, con quienes transitan otros caminos religiosos, con aquellos que cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios, con todas las mujeres y los hombres de buena voluntad, para construir un mundo nuevo donde reine la paz.
Toda una ruta que nos sentimos invitados a transitar en comunión con el nuevo pastor que el Espíritu Santo nos ha regalado a través del colegio de cardenales. Dejemos que resuene en nuestro interior esta sentencia de san Agustín: “Es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él. Pues quien cojea en el camino, aunque avance poco, se acerca a la meta, mientras que quien va fuera de él, cuanto más corre, más se aleja” San Agustín.
Hermann Rodríguez Osorio, SJ Provincial Bogotá, 18 de mayo de 2025
Cambios y destinos
P. Stivel Toloza nombrado director del CIRE Centro Ignaciano de Reflexión y Espiritualidad, residirá en la comunidad Pedro Fabro
P. Héctor Londoño nombrado Director de Pastoral del Colegio San José de Barranquilla y ministro de la comunidad
H. Jesús Díaz destinado a Cartagena como Administrador del Santuario San Pedro Claver y ministro - ecónomo de la comunidad
S. Byron Felipe Ibarra destinado a magisterio en el colegio San Ignacio de Medellín
S. Cristian Darío Garnica destinado a magisterio en el Colegio Berchmans de Cali
S. Johans Steven Isaza destinado a magisterio en el colegio San Jose de Barranquilla
S. Sebastián Botero destinado a proseguir su etapa de magisterio en la parroquia Nuestra
Señora de La Macarena, en el departamento del Meta
P. Jorge Alahan Hernández destinado a trabajar en la Universidad Javeriana de Cali
P. Arturo Guerra destinado a Guadalajara (México) como superior de una de las comunidades de jesuitas que estudian filosofía
La directora de CINEP, Dra Martha Lucía Marquez, ha nombrado al P. Libardo Valderrama como coordinador de la línea de derechos humanos y memorias de las violencias políticas. Desde comienzos de este año el P. Valderrama hace parte del equipo de esta institución
Los novicios Bernabé Alzate, Carlos Palacio, Carlos Solano y Nicolás González, hxan sido admitidos a los votos del bienio. La emisión de los mismos tendrá lugar el viernes 4 de julio en la capilla del colegio San Ignacio, en Medellín.
Recomendado CIRE
Ejercicios Espirituales de Provincia
2025
Fecha: del 20 al 28 de junio
Lugar: Casa de Ejercicios Espirituales San Claver (Santandercito, Cundinamarca)
Acompaña: P. José Darío Rodríguez, SJ
La experiencia inicia el 20 de junio a mediodía y finaliza el 28 de junio a mediodía
Fecha: del 7 al 15 de noviembre
Lugar: Casa de Ejercicios Espirituales San Claver (Santandercito, Cundinamarca)
Acompaña: P. Miguel Martins, SJ (BRA)
La experiencia inicia el 7 de noviembre a mediodía y finaliza el 15 de noviembre a mediodía.
Informes e inscripciones: www.cire.org. co - 322 256 32 07
Ejercicios Espirituales IgnacianosCartagena
Fecha: del 2 al 10 de julio
Lugar: Casa de Ejercicios Espirituales Villa Claver (Turbaco, Bolívar)
La experiencia será dirigida y acompañada por la Fundación Silencio y Espiritualidad Informes e inscripciones: www.silencioyespiritualidad.com300 491 2575
XXV Simposio de Ejercicios
Espirituales - Sinodalidad
Fecha: 1 y 2 de agosto
Lugar: Pontificia Universidad Javeriana
Modalidad: Presencial y virtual Informes e inscripciones: www.cire.org.co322 256 32 07
Novena por el cuidado de la Casa Común
Únete a este tiempo de oración y reflexión, inspirado en el llamado a proteger nuestra Tierra. Juntos, fortalezcamos nuestro compromiso por una ecología integral y un futuro sostenible.
Vida comunitaria: una forma de proceder desde la mirada de Jesús
Recordar nuestra misión que se encarna en comunidad hace parte de la esencia de la Compañía de Jesús. Las prácticas diarias de la vida comunitaria están estrechamente ligadas con el compartir y nos recuerdan que juntos podemos lograr un bien más grande.
Este mes, continuamos compartiendo algunos detalles sobre la vida de las comunidades jesuitas de la Provincia.
Acompáñanos en este recorrido.
Novena por el cuidado de la casa común
Mira el TBT completo acá
bienvenido
Papa león XIV
Un papa con sello propio
Mario Rivera SJ
No sé si cuando murió Juan XXIII y fue elegido Pablo VI se presentó una situación similar a la que se vivió con la sucesión entre Francisco y León XIV. Quizás haya expectativas similares a las de aquel entonces, pero hoy, con la omnipresencia de las redes sociales en esta aldea global, el ´bombardeo’ de información ha sido vertiginoso y cada bando eclesial trata de demostrar que el nuevo papa es de los suyos. Incluso, sirviéndose de la inteligencia artificial, se han generado videos falsos en los que se presenta a León XIV diciendo discursos que nunca ha pronunciado.
Por eso, creo que lo mejor es hablar de lo que se esperaría de este nuevo pontífice basándonos en sus pocos discursos oficiales y homilías en los cuales, él, claramente ha dado unas líneas de lo que será su pontificado. Esto tendrá que concretarse en el ejercicio magisterial del nuevo Obispo de Roma, pero seguramente pasará un buen tiempo antes de que tengamos la primera encíclica, exhortación o constitución apostólica del nuevo papa. Estas son algunas líneas que podrían mencionarse hasta el momento.
Un papa por la unidad
León XIV ha recalcado que la unidad será una preocupación constante de su pontificado, así lo plasmó en el lema de su nuevo escudo y lo recordó claramente en su discurso a las delegaciones ecuménicas e interreligiosas que se hicieron presentes en el inicio de ministerio petrino: “en realidad, la preocupación por la unidad ha sido siempre una constante en mí, como atestigua el lema que he elegido para mi ministerio episcopal: In Illo uno unum, una expresión de san Agustín de Hipona que recuerda que también nosotros, aun siendo muchos, «en Aquel uno —o sea en Cristo—, somos uno»” 1 .
Pocas veces ha sido tan necesario como ahora trabajar por una unidad sin homogeneizaciones y sin temor a las diferencias. El verdadero amor se da entre distintos y creo que con León XIV podríamos esperan importantes avances en el diálogo ecuménico e interreligioso y, sobre todo, en la unión de ánimos entre las distintas corrientes presentes en la Iglesia actual.
Un papa con compromiso social
Todos nos sorprendimos con el nombre que escogió el hasta entonces cardenal Prevost, León. Un nombre que no se había usado en mucho tiempo, pero que para él era una forma de recordar la Doctrina Social de la Iglesia que inauguró su predecesor León XIII y que ahora quiere que esté en primer lugar.
Tres son las líneas que guiarán su doctrina social: la paz, la justicia y la verdad. Así lo presentó en el discurso que dio al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede el 16 de mayo. También las palabras de la homilía en el inicio de su ministerio son elocuentes sobre la línea social
1. Discurso a las delegaciones ecuménicas e interreligiosas convenidas para el inicio del ministerio petrino del papa León XIV, 19 de mayo de 2025.
que tomará su pontificado: “en nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres. Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad” 2 .
Un papa sinodal
Mucho se ha especulado sobre si León continuará el camino sinodal iniciado por Francisco. Las intervenciones del papa en las últimas semanas nos permiten pensar que así será: “consciente, además, de que sinodalidad y ecumenismo están estrechamente relacionados, deseo asegurar mi intención de proseguir el compromiso del Papa Francisco en la promoción del carácter sinodal de la Iglesia Católica y en el desarrollo de formas nuevas y concretas para una sinodalidad cada vez más intensa en el ámbito ecuménico” 3 .
Esto, sin duda, es motivo de esperanza. Durante los últimos tres o cuatro años la Iglesia ha estado dedicada a esta apuesta sinodal y, si bien, se ha avanzado mucho y se han hecho aportes muy importantes en este sentido, hay todavía mucho camino por recorrer. Lo que el papa León XIV haga en este sentido será tan importante como lo que en su momento hizo Pablo VI al continuar el Concilio Vaticano II.
Un papa agustino
Desde la logia de la basílica de San Pedro el día de su elección el papa nos recordó que es hijo de San Agustín. En muchas de sus intervenciones en estos días ha citado al hiponate, además, está presente en su escudo, ha almorzado con los agustinos de Roma y ha ido a orar al santuario agustino de la Madre del Buen Consejo. Sin duda, su formación agustiniana marca tanto su estilo personal como el sabor que le da a la liturgia y, probablemente, marcará sus posturas en lo referente a diversos asuntos teológicos. Cómo se concrete esto es todavía pronto para decirlo.
Un amigo de francisco
Las menciones que el nuevo papa ha hecho de su antecesor han sido muchas. En todas ellas ha podido mostrar su afecto y gratitud por la labor realizado y la herencia que dejó a la Iglesia. No han sido meras referencias emotivas, ha citado ha citado textos como Fratelli Tutti, Evangelii Gaudium, Laudato Si' y diversos discursos y homilías del papa Francisco. En varios asuntos sociales como la preocupación por los migrantes, los marginados y el ambiente está en clara sintonía. Entre la visión sinodal y ecuménica de León y de Francisco también hay importantes consonancias. Sin embargo, esto no significa que León XIV sea un Francisco II. No solo tienen estilos, orígenes y formación diferentes, sino que, como es obvio, el nuevo Papa tiene criterio propio y un carácter profundo, reflexivo y, ante todo, libre que lo llevará a tener continuidades y discontinuidades con Francisco y eso, seguramente, será una riqueza para la Iglesia.
2. Homilía de 18 de mayo de 2025
3. Discurso a las delegaciones ecuménicas e interreligiosas convenidas para el inicio del ministerio petrino del papa León XIV, 19 de mayo de 2025.
El Papa León XIV le recibe al Papa Francisco: sensibilidades y misiones compartidas
Carolina Sánchez y Eduardo Dueri
En el primer semestre del año 2018 estuvimos en Chiclayo, invitados por la CVX San Francisco Javier para ofrecer el taller del Reloj de la Familia con varias parejas durante un fin de semana. Recordamos la cálida acogida y la alegría por los frutos de la experiencia, pero lo que no nos imaginábamos era que el Obispo de Chiclayo en ese momento, era Robert Prevost, el hoy elegido Papa, nacido en Estados Unidos, con alma de peruano.
El 4 de Abril del 2019 tuvimos la oportunidad de asistir a una misa en Roma con el Papa Francisco, para celebrar con otras parejas nuestro aniversario de matrimonio número 25. Al final de la eucaristía compartimos un cálido e inolvidable saludo personal con el papa Francisco, al cual le entregamos el libro Cómo hablar de Dios a los hijos, legado de María Teresa, abuela materna de nuestras hijas.
Una de las primeras sensaciones al saber del nuevo papa León XIV y su vínculo con el papa Francisco, surge ahora de la experiencia de cercanía y familiaridad que sentimos al estrechar la mano del papa Francisco. Tal vez por la vivencia de la espiritualidad ignaciana que es parte de nuestra identidad como familia, nos parecía que estábamos saludando a un amigo jesuita de toda la vida. La misma sensación hemos podido experimentar con el papa León XIV en su pri-
mera aparición el 8 de mayo y otras posteriores, al verlo en la pantalla en vivo y en directo como una persona cálida, sencilla, que con solo su presencia, lo dice todo. “Fui elegido sin ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a ustedes como un hermano que desea hacerse siervo de la Fe y de la alegría, recorriendo con ustedes el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una sola familia” 1 .
El gesto más sencillo es también el más elocuente. Mucho nos dicen estos dos Papas cuando nos han invitado a mostrar cómo se está en cada momento, sin máscaras, mostrando alegría, conmoción, lágrimas, en todo mostrándose vulnerables y humanos. La presencia de Dios en cada uno de ellos se hace visible porque sus cuerpos y expresiones transmiten esa serenidad del saberse amados por Dios: abiertos a su gracia, necesitados y a la vez llamados a sostener al mundo en la Fe , el amor y la esperanza.
No podemos dejar a un lado el hecho de que, en sintonía con millones de personas en todo el mundo, seguimos en un proceso de duelo por el papa Francisco. En nuestro caso, es un duelo suave y sostenido al sentirnos consolados por la continuidad que trae su sucesor en términos de humanidad, mensaje de paz y apertura ante muchos cambios que deben seguirse haciendo realidad en nuestra comunidad eclesial.
Cómo no extrañar al papa Francisco con sus gestos y capacidad de comunicación, creatividad, cercanía, misericordia, comprensión. Lo sentimos prácticamente sentado en la sala de la casa dando mensajes sabios y claves para acercarse a lo que Jesús quiere de nosotros. Quedan sus encuentros con toda clase de personas, de todas las culturas y todas las edades. Realmente lo dio todo! Se entregó por completo, se metió en cada rincón del mundo estrechando manos, abrazando, besando, regalando su alegría y señalando y poniendo su mirada en los más necesitados como Jesús: los pobres, los migrantes, a las mujeres, la depredación de nuestra casa común. Estuvo al tanto de todos los desafíos de este mundo roto, desenmascarando las trampas y promulgando la paz.
En una elección rápida, en paz y con una alegría pintada en los rostros de los cardenales que lo eligieron asomados a los balcones vecinos al del nuevo Papa, se presenta el antiguo cardenal Robert Prevost, convertido ahora en el papa León XIV.
Apenas lo estamos conociendo. Ya hemos dicho que su cuerpo y su rostro nos hablan de un hombre sencillo y enraizado en Dios. Su persona se ha forjado desde la experiencia de varios mundos y realidades, no solo en la teoría (aunque su formación es muy sólida) sino también desde su liderazgo en su comunidad agustina, su contacto con las diferentes culturas, acompañando los sufrimientos de la gente con las botas en los charcos y sirviendo comidas, entre otras realidades muy humanas. Se concibe a sí mismo como un misionero. “Mi vocación, como la de todo cristiano, es ser misionero, anunciar el evangelio allí donde uno se encuentre” 2
Quisiéramos resaltar algunos puntos, para nosotros esenciales, que ya se vislumbran de lo que parece ser su camino y propuesta:
1. Homilía del Papa León XIV: es la hora del amor. Domingo 18 de 2025
2. Afirmación tomada de una entrevista con Andrea Tornielli cuando fue nombrado en el Dicasterio para los Obispos.
Dios es para todos y la paz es lo que Dios quiere. Se ofrece para construir puentes que lleven a la paz mundial. “Construir un mundo arraigado en la verdad, la justicia y la paz pidiendo el diálogo, la dignidad y la esperanza en medio de los desafíos y el sufrimiento mundiales” 3 . Denuncia de las injusticias en Gaza, nombrando a los niños, las familias, los ancianos, sobrevivientes que están pasando hambre, y otras atrocidades que están sucediendo.
Pone en el centro la Doctrina Social de la Iglesia que nos muestra una experiencia de fe que transforma la realidad. Énfasis en la justicia social, el respeto por los derechos de los trabajadores, cercanía a los vulnerables y sufrientes. Buscando siempre acompañar desde el Evangelio el trabajo en el contexto de las nuevas realidades tecnológicas y laborales.
A nivel espiritual enfatiza mucho en la unidad. Una invitación a caminar juntos porque queda mucho por hacer y hay que continuar. “Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”4 .
Como laicos que hacemos parte de la comunidad eclesial, desde la familia ignaciana, seguiremos atentos a la guía e inspiraciones del nuevo pastor de la Iglesia, contribuyendo a curar las “Heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a la diferencia y un paradigma económico que explota la tierra". Atentos también a colaborar a la unidad de la Iglesia, trabajando por dar más espacio a las mujeres y a tantos otros, otres.
3. Petición del Papa León XIV a los diplomáticos recibidos en Clementine Hall en Mayo 14 de 2025
4. Homilía del Papa León XIV: es la hora del amor. Domingo 18 de 2025
Algunos testimonios de amigos y colaboradores de la Provincia Peruana que compartieron con Su Santidad en su época como obispo.
Anécdota con Monseñor Robert Prevost
Eduardo Vizcarra Jesuita peruano amigo del nuevo Papa
Conocí a Monseñor Robert Prevost entre los años 2016 y 2017, cuando fui destinado por el entonces P. Provincial Juan Carlos Morante a la comunidad jesuita de Chiclayo como vice superior. La misión incluía, además del acompañamiento de la casa de retiros, participar en las reuniones mensuales del clero diocesano, que se realizaban en el seminario de la ciudad.
Fue en ese contexto donde tuve mis primeros encuentros con Monseñor Prevost. Más allá del saludo inicial y protocolar como nuevo jesuita en la diócesis, fue en esas reuniones del clero donde comencé a conocer al que hoy es el Papa. En medio de conversaciones pastorales, reflexiones y propuestas para el plan diocesano, fue tomando forma su visión de Iglesia: una Iglesia más abierta, participativa, orientada a la sinodalidad —aunque en ese tiempo aún no se usaba mucho ese término—, pero claramente en sintonía con el espíritu del Papa Francisco.
Sin embargo, Monseñor no lo tuvo fácil. Recibía una diócesis que tenía una visión particular de iglesia y que estaba bastante consolidada, distinta a la que él proponía. Como suele ocurrir en estos procesos de transición, surgieron tensiones. Monseñor tenía clara su ruta, pero no siempre encontraba disposición para el cambio. Muchos sacerdotes, formados en un modelo más clerical, se sentían incómodos con las novedades que traía este obispo cercano a Francisco.
Recuerdo con claridad una reunión especialmente tensa. Apenas comenzada, un grupo de sacerdotes abordó a Monseñor con insistencia para que tomara postura frente a unos documentos apócrifos que circulaban por el país, relacionados con un tema controversial. Muchos estaban alarmados, aunque en realidad no sabían bien de qué trataba el documento. Uno de esos textos había llegado a mis manos y, tras una lectura rápida, me pareció que el contenido no era tan alarmante como se planteaba. El texto iba en la línea del reconocimiento de que todas las personas debían ser tratadas desde su dignidad humana, y que hombres y mujeres tienen los mismos
derechos y responsabilidades. Sin embargo, la sola mención de este tema controversial generaba en algunos sectores sospecha, desconfianza e incluso temor, como si se tratara de una amenaza moral o doctrinal.
Aquel grupo proponía con fuerza organizar una toma de posición de la iglesia de manera multitudinaria, como las que se venían dando en algunos lugares del país, aunque en lo personal siempre me pareció que esas manifestaciones podían ser fácilmente manipuladas por sectores que temían los cambios propuestos por el Papa Francisco. En esa reunión, Monseñor Prevost se vio sorprendido, especialmente por la forma en que se lanzó la propuesta: sin diálogo, como una exigencia inmediata. Parecía no tener palabras para responder ante la presión.
Fue en ese momento que levanté la mano. Interrumpí con respeto y pregunté: “¿Alguien ha leído el documento en cuestión?”. La sala quedó en silencio. Entonces compartí algunas impresiones de mi lectura, señalando que tal vez estábamos exagerando las conclusiones sin suficiente información. Monseñor aprovechó ese momento para intervenir. Haciendo referencia directa a mi intervención, subrayó la importancia de informarse bien, de leer con atención, y de no dejarnos llevar por noticias confusas o apresuradas. Hoy lo llamaríamos prevenir las fake news. Su tono fue sereno pero firme, y nos invitó a actuar con prudencia y discernimiento. Aquel gesto me pareció muy sabio.
Un tiempo después, Monseñor se me acercó personalmente para agradecerme por esa participación. En algunos almuerzos con nuestra comunidad jesuita nos confió que se sentía acompañado y apoyado por nosotros. Y lo decía con sinceridad.
No fueron pocas las situaciones difíciles que le tocó enfrentar. Recuerdo bien las inundaciones por el fenómeno del Niño, cuando organizó, junto con Cáritas del Perú, una red de ayuda para cientos de personas que lo habían perdido todo. También se comprometió con el drama de los migrantes venezolanos, que llegaban por miles a la ciudad sin ningún tipo de apoyo. Fue entonces que impulsó la creación de una oficina diocesana de atención al migrante, e hizo un llamado a toda la Iglesia de Chiclayo para recibir, acompañar y ayudar a estos hermanos.
Durante la pandemia volvió a mostrar su temple y compromiso. Convocó a empresarios, articuló esfuerzos y promovió la construcción de plantas de oxígeno para abastecer a los más vulnerables, especialmente aquellos que no podían acceder a balones de oxígeno. En todo momento, Monseñor encarnó lo que san Ignacio de Loyola nos enseñó: “El amor se ha de poner más en las obras que en las palabras”.
Estas son algunas de las memorias vivas que conservo de mi encuentro con Monseñor Prevost. Cuántas veces nos repitió que valoraba profundamente la presencia de la Compañía de Jesús en la ciudad. Y uno sentía que lo decía de corazón.
“Lo conocí al momento de ser acólito con el Corpus Christi y asistir a sus misas. El peruano se asombraba por ese acento estadounidense, pero después con su mensaje se fue cambiando el chip. Fue alguien más de todos nosotros porque supo cómo llegar a cada uno con ese mensaje de amor y fe; -enseñó- a no evadir los problemas porque cuando él llegó hubieron casos de abusos dentro de la Iglesia. Él supo ser frontal y elevar el caso incluso a Roma. Fue un obispo que supo anunciar y denunciar en su momento. Cuando pasé a apoyar en el Centro Loyola, lo llamamos varias veces y asistió a darnos charlas a las que asistían todas las congregaciones que buenamente quisieran ir. Supo llegar a todas y conversar con todo público. He tenido amigos que han estado en otras congregaciones, en pueblos cercanos, y han tenido experiencias cercanas con él, lo que me da a entender que ha sido ese pastor como la oveja. Ha sido alguien muy cercano al pueblo de Chiclayo, a conocer sus tradiciones y a tener esa cercanía con los vulnerados de la sociedad. Cuando pasó el ciclón Yaku en Chiclayo, desde su posición de obispo, apoyó mucho animando a las parroquias a ser centros de acopio de víveres, a dar asilo o ayudar en esas gestiones para la gente que había perdido sus hogares en algunos pueblos; animó las autoridades a que se pusieran manos a la obra. Actualmente están pasando algunas fotos de él cuando pasó todo eso. Se preocupaba mucho, también por la gente migrante. Tengo la memoria de que él apoyó mucho con “Movilidad Humana” que es una comunidad de voluntariado a nivel de la diócesis que apoya a las personas en situación de riesgo o vulnerabilidad, en general son migrantes. Me da la impresión de que va a ser una imagen de como todo Cristiano tiene que ser: más allá de alguien que solamente habla de Dios, que está lejos, sino que en realidad lo demuestra con las acciones”.
Jorge Silva. Asesor de la pastoral juvenil jesuita ESEJOVEN en Chiclayo.
«Recuerdo con mucha gratitud que durante la pandemia un buen amigo, hoy estudiante jesuita, organizó una charla virtual a través de las redes ESEJOVEN Chiclayo titulada “Él vive, te quiere vivo y conectado”. Eran tiempos difíciles y de confinamiento, pero monseñor Robert, siempre cercano a los jóvenes nos compartió con entusiasmo y calidez ese mensaje a toda la juventud ignaciana. Me sentía muy animada y le pregunté algo relacionado al seguimiento del Señor y, él con esa sabiduría y sobre todo con esa paz que transmite, respondió: “es bueno tener un corazón inquieto”. Aquella frase quedó grabada en mí y hoy como papa León XIV creo que ese mensaje sigue dejando en claro su misión como misionero de la esperanza, del diálogo, de la unidad y de la paz. Estoy segura de que tenderá puentes y abrirá caminos hacia un horizonte más esperanzador para todos nosotros el pueblo de Dios. Comparto con alegría este recuerdo y los invito a mantener nuestro corazón inquieto por el Señor para en todo amar y servir».
Ángela Cabrera. Peruana, chiclayana y colaboradora en la misión de la plataforma apostólica regional Chiclayo-Trujillo.
“Mi experiencia con don Robert se dio en una entrevista cuando estaba en la etapa del Grupo Universitario Cristiano, GUC. El obispo de Chiclayo, monseñor Robert, era muy allegado a la casa, tenía mucha amistad con los jesuitas sobre todo con el el padre Juan Cima. Ahí hicimos una entrevista muy amena donde empezamos a conversar sobre la realidad de la Iglesia y los planes que tenía para nuestra diócesis. Esa oportunidad fue para darle la bienvenida y poder construir lazos de amistad. Me gustó mucho su carisma y la forma en la que nos invitaba a realizar acción en nuestra propia diócesis”.
Eduardo Rojas. Abogado y docente.
“Recuerdo del anterior obispo de Chiclayo, ahora papa León XIV, su cercanía cuando en mi comunidad, en la Casa de Retiro Santa María en Chiclayo, se iba a realizar una marcha por el planeta. Era motivada por el padre Juan Cima, SJ. En ella estuvimos muy involucrados realizando actividades y la organización general de la actividad. Era un pasacalle por las calles principales de la ciudad de Chiclayo. La marcha quería fomentar la ecología y el cuidado de la Casa Común a raíz de la encíclica Laudato Si del papa Francisco. Cuando ya íbamos a empezar la marcha llegó el obispo Robert Prevost. Su presencia nos alegró mucho, calentó el corazón; la cercanía de nuestro pastor en Chiclayo fue un respaldo, alentando y motivando para hacer referencia del cuidado de nuestra Casa Común que tanto necesita que seamos conscientes de su protección. Realmente, la compañía del obispo Robert nos hizo sentir que nuestra actividad era de mucha importancia y estaba con nosotros compartiendo este esfuerzo por una bonita causa. A la marcha se unieron muchas instituciones; salió muy bonita con música, pancartas y muchas personas de buena voluntad. Fue un arduo trabajo y sin duda el respaldo del obispo le dio mucho sentido a todo el proyecto. Nosotros estamos muy contentos por su elección, y rezamos mucho por él y por esta nueva misión que Dios le ha encomendado”.
Silvana Cárdenas. Miembro de una comunidad ignaciana en la Casa de Retiro Santa María en Chiclayo.
“Un momento importante en mi ciudad, en el año 2018, fue la celebración de los 450 años de los jesuitas en el Perú. Cuando monseñor Robert Prevost ejercía su rol como obispo de Chiclayo presidió la eucaristía desde la catedral de mi ciudad en homenaje a esta festividad acompañados por los padres Eduardo Bizkarra, Juan Luis Novoa y Juan Cima, este último que en paz descanse. Los jesuitas, en ese entonces, vivían en la comunidad ubicada en la Casa de Retiros Santa María, una de las obras de la Compañía de Jesús en Chiclayo. Esta experiencia fue de mucha alegría para nosotros los laicos y las laicas
de Espiritualidad Ignaciana puesto que nunca antes se había llevado a cabo algo en esa magnitud, teniendo a toda la población unida en oración y agradecimiento por la misión que los jesuitas venían y vienen realizando actualmente en mi ciudad. Desde ese entonces entendimos lo que el papa Francisco promovía: la audacia de lo imposible.
Resalto mucho la cercanía de monseñor Robert y su carisma para congregar a la gente. De hecho, esa actitud de desprendimiento y entrega inspiró a muchas pastorales juveniles, movimientos, comunidades adultas y la ciudadanía en general, por lo que más allá de la nacionalidad, la cual nos ensancha el corazón al saber que nos recuerda con nostalgia, es también el cariño que ha logrado ganarse de parte nuestra.
Momentos adicionales que puedo recordar es cuando en tiempos de COVID-19 salía por las calles principales de Chiclayo con Cristo Eucaristía para impartir la bendición mientras nosotros sus feligreses nos veíamos frustrados ante tanta desdicha. Sus gestos nos sostenían y eso también ha generado que lo consideremos como un padre bueno y protector. En esa época impulsó la implementación de plantas de oxígeno que ayudaron enormemente a quienes lo requerían con suma urgencia.
Agradezco a Dios por la vida de monseñor Robert, por su fundante vocación, por querer tanto a mi ciudad, la ciudad de la amistad; por elegir ser peruano y recordar con alegría su paso trascendental en esta ciudad pequeña, pero con un corazón abierto para darle cariño a quien decida entrar y hacer una vida de colaboración en la misión como lo hizo y sé que continuará haciéndolo”.
Juliana Benavente. Coordinadora nacional del voluntariado jesuita, Magis Perú. Integrante del equipo nacional de la red juvenil jesuita denominada ESEJOVEN. Parte de la comisión de vocaciones y juventudes de la Provincia Peruana.
«En noviembre del 2014 había llegado monseñor Robert como administrador apostólico para nuestra ciudad. En ese entonces, yo formaba parte de un movimiento llamado Renovación Carismática Católica. Llegó una invitación para que algunos jóvenes apoyaran en la cena de Navidad a favor de los indigentes y más necesitados del centro de la ciudad. Esa cena se iba a realizar el mismo día 24 de diciembre, más o menos a las 7:00 de la noche. Por lo difícil que es la antesala de la víspera de Navidad pocas personas pudieron colaborar. Yo me apunté porque justamente ese día coincidía mi cumpleaños y estaba en una época difícil de mi vida. En el comedor parroquial que está a una cuadra de la Catedral de Chiclayo participamos apoyando en esa cena navideña comenzamos a hacer los preparativos y a recibir a los indigentes del centro de la ciudad que podían llegar en ese momento. Cuando estábamos empezando a servir la cena apareció monseñor Robert en el comedor y comienza a a ponerse al servicio de los demás. Se acercó a a las personas que en ese momento estaban sirviendo la cena y les preguntaba si necesitaba algo más. Alguien por ahí dice: “monseñor, falta el chocolate”, entonces él se dirije a la olla donde está el chocolate y comienza a servir y a repartir a las personas que ya estaban en el lugar, un promedio de 50 o 60 indigentes.
Fue un gesto inesperado para los que estábamos ahí. En ese momento no había fotos, no habían cámaras, no habían videos… era un gesto muy genuino, muy de él. Para las personas que recién estábamos conociendolo nos encantó su cercanía con la gente, sin ánimos de lucirse, pareciera que era una parte de él, de su forma de ser y de acercarse a la gente, de compartir con ellos y, sobre todo, con los más necesitados. Una de las características que se ha podido recopilar a lo largo de toda esta experiencia de la ciudad de Chiclayo, en las múltiples experiencias que la gente tuvo con monseñor Robert, ese ha sido un signo distintivo su de su apostolado, de su servicio a la comunidad desde el plano social, la cercanía y el acompañamiento.
Ver a monseñor ese 24 de diciembre, día de mi cumpleaños, y compartir con él esa ayuda hacia los más necesitados marcó mucho para mí. Recuerdo que al haber terminado la cena me regresé caminando hasta donde yo vivía, pero con un sabor diferente, una tonalidad diferente respecto a lo era servir y ayudar desinteresadamente a los demás».
Daniel. Laico de la ciudad Chiclayo.
«La vivencia que puedo compartir de monseñor Prevost fue cuando organizamos un conversatorio juvenil: “Él vive y te quiere vivo”, dirigido a jóvenes de diferentes parroquias y movimientos de Chiclayo. Es un tema inspirado en la exhortación apostólica “Cristo vive” que el papa Francisco dirigió a jóvenes y a todo el pueblo de Dios. En esa oportunidad invitamos a monseñor Prevost a participar de este conversatorio. En realidad nos alegró muchísimo que él aceptara de una manera muy amable y generosa, y con la disponibilidad que siempre lo caracterizó.
Esa tarde fue muy especial, reflexiva y emotiva; los jóvenes recibieron formación y monseñor Robert los exhortó a vivir la alegría de Cristo Resucitado. También compartió con ellos un diálogo abierto y sincero, en el cual los jóvenes con mucha confianza y con los corazones abiertos hablaron sobre sus inquietudes, esperanzas y fracasos. Lo que más me impactó ese día fue que, al finalizar el evento, abrazó a cada uno de los casi 50 jóvenes presentes. Con este gesto, monseñor Robert nos mostró una vez más su cercanía con los jóvenes. Fue un gesto más que simbólico, una señal viva del Evangelio encarnado en el amor concreto. Estoy segura que esa tarde los jóvenes se sintieron muy felices, valorados y acompañados por su pastor. Fue un recordatorio que la fe no se predica con palabras, sino con gestos de ternura y compromiso. Realmente ese día Cristo vivió entre nosotros».
Carmen Quesquén. Directora del Centro Loyola Chiclayo
El Papa León: Un signo de contradicción
Juan Enrique Casas Rudbeck, SJ
Cuando recibí la invitación a escribir estas líneas, pensé durante varios días, como me gustaría titular este escrito pensando en lo que sería mi primera impresión de nuestro nuevo Papa, el Papa León XIV. Cuando empezaron a abrochar las primeras imágenes después de su emotivo, nombramiento y aparición en la plaza de San Pedro, ante la presencia de miles de feligreses, una de las imágenes que más me impactó fue verlo como Obispo en el Perú, con unas botas Machita, (como las llamamos aquí en Colombia), caminando en medio del barro y de una inundación en una barriada periférica y pobre, acompañando a su querido pueblo del Perú, del cual se hizo parte y merecedor de esta ciudadanía, por la fraternidad compartida durante cuatro décadas. ¡Ahora podemos decir que tenemos un Papa con las botas bien puestas!
Un hombre que es capaz de estar en esas circunstancias, habla mucho de él. En primer lugar, habla de su empatía con el sufrimiento de los preferidos de Nuestro Señor. Habla de su sencillez y de su estilo Pastoral. Habla de su capacidad de entregarse sin reserva y sin esperar el momento ideal. Esto se comprueba simple y llanamente aceptando la sede de San Pedro lo cual podría parecer como optar por un privilegio. Por el contrario, aceptar la Sede del Obispo de Roma, coherente con su vida pastoral anterior a este momento no tendría ninguna mayor pretensión que la desde servir, llevando a toda la humanidad su testimonio de servicio. En este sentido, muchos podrían haber esperado que él siguiera viviendo, como lo hizo el Papa Francisco, en la Residencia de Santa Marta. Sin embargo, él decidió vivir en el Palacio Apostólico, lo cual no debería sorprendernos ya que la actitud de pobreza es interior. Aunque viva allí ahora, él sabe que tendrá que, al igual que en Perú, ponerse las botas nuevamente, de manera simbólica, para caminar por el barro de este mundo que se debate en coyunturas de política internacional muy complejas y para andar por un planeta que está inundado de guerras muy dolorosas en distintos lugares. Si Jesús calzaba sus sandalias para hacer sus largas caminatas apostólicas, León, como su Vicario, se pone las botas para acompañar a la humanidad, no sólo a la Iglesia, en una jornada de esperanza que será contradictoria. Desde el primer momento en que lo vemos en el balcón, aún con la chimenea humeante de humo blanco en San Pedro, tiene la valentía de declararle, no la guerra a las políticas opresoras de este mundo, sino la paz cimentada en Jesucristo. Cita las palabras de Jesús cuando promete que la Iglesia, fundada sobre la fe de Pedro, no será dominada por las fuerzas del mal, la muerte o el infierno. Se apoya en la promesa de Jesús para darle un mensaje de esperanza no solo a la Iglesia sino al mundo entero. Si en muchos rincones del planeta crecen los espinos de la desesperanza, desde el primer instante el Papa León, paradójicamente, muestra los caminos de esperanza como signo de contradicción.
Así la esperanza creciendo como un bello rosal en medio de cardos y espinos, se abre paso. Por esto creo que para este tiempo, los cardenales eligieron a un Papa de un perfil más pastoral que académico. Un Papa que no hable meramente desde las bibliotecas sino que pueda tener un corazón al que le quepa la humanidad entera, como lo fue el de Francisco, para acompañar de cerca las diversas realidades de las culturas, para ser un testimonio de servicio a quienes más lo necesitan y para defender las causas de los más débiles cuya voz aún no se alcanza a escuchar.
Otro elemento que es llamativo y que pudo inquietar a algunos, es el hecho de ser ciudadano estadounidense de origen. Cuando vemos lo que acontece en el norte del continente americano con el gobierno de la administración Trump, se podría pensar que la balanza se tornó hacia este país teniendo dos líderes mundiales de tanto influjo del mismo país. Lo cierto es que ha sido más que evidente que no hay conexión alguna salvo haber nacido en el mismo territorio ya que los valores mundanos de la escala ascendente y totalitaria del gobernante contrastan profundamente con los valores evangélicos de la escala descendente del líder religioso que se inspiran en el modo de Jesús.
Otro signo que aún está despertando curiosidad y la comunidad católica sigue expectante en su evolución es que a diferencia del Papa Francisco, León XIV ha mostrado gestos que algunos interpretan como una revalorización de las formas tradicionales y un reconocimiento a los trabajadores. Un ejemplo fue la entrega de un bono de 500 euros a los empleados del Vaticano, lo que ha generado comparaciones con el estilo más austero de Francisco. Sin embargo, este gesto busca ir más allá del salario y reconocer concretamente a quienes sirven en la Iglesia. Si bien su pontificado es muy reciente, ha dado señales de que valora la tradición, considerándola una herramienta para comunicar valores. Por ejemplo, cantó el Regina Caeli en latín desde la ventana del Palacio Apostólico, algo que rompe con algunas prácticas recientes.
En síntesis, las signos pastorales iniciales del Papa León XIV parecen apuntar hacia un pontificado marcado por la cercanía con la comunidad cristiana, especialmente la latinoamericana, una profunda preocupación por la paz y los conflictos con un enfoque de reconciliación, y un equilibrio entre la sencillez y la valoración de ciertas tradiciones, reconociendo también el trabajo y la labor de la gente.
“Para una dirección más segura del espíritu santo”: fórmula del instituto Exposit
Debitum de Julio III (1550)
Luis Aurelio Castañeda
Rector
Colegio San Luis Gonzaga
Con un pontificado en ciernes, apenas podríamos barruntar razones de la consolación, que nos ha producido la elección de León XIV. Sin embargo, dadas la procedencia y las palabras, gestos y símbolos del Papa recién electo, norteamericano y ciudadano peruano, podemos intuir algunos rasgos nuevos, en referencia a su antecesor, que quizás nos señalan nuevas tendencias del Espíritu, de cara a los signos de los tiempos. No en vano, Francisco había hecho visible en Roma a un obispo con “olor de oveja”. Pero, por otro lado, los cardenales – esa especie de “senado” de la Iglesia – habían elegido a un “Papa de unidad”, como quedó claro en el lema del escudo papal: In Illo Uno Unum (“en el único Cristo somos uno”), tomada de una exposición del Salmo 127 de San Agustín que, ya de entrada hace referencia a uno de los cuatro padres emblemáticos de la Iglesia latina e inspirador de la Orden de pertenencia del Papa. El papa Francisco también había aludido a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, aunque no exclusivamente, cuando dijo: “san Francisco hizo esto; pues yo lo tengo de hacer”.
En su saludo inicial, cuando el nuevo Papa fue presentado en la plaza de San Pedro, para su bendición urbe et orbi, ya como que empieza a configurarse un proyecto de su pontificado: la paz, que sólo puede venir de Jesucristo, en un escenario de guerra “a pedazos”, lo cual es ya expresión de una fe histórica, como lo fue para Francisco el cambio climático y su insistencia en la ecología integral, en la encíclica Laudato Si' o el tema de la inclusión, la diversidad y la igualdad en su otra encíclica Fratelli Tutti.
El nombre León XIV, ya parecía aludir al ministerio social del papa León XIII y su encíclica Rerum Novarum, que luego corroboró ante el colegio de cardenales, cuando dijo que, aunque no era la única razón, sí veía el desafío de la inteligencia artificial, como un asunto relacionado con la dignidad de la persona humana, la justicia y el trabajo, en la cuarta y vigente revolución industrial. Pero también su nombre hace referencia a Fray León de Asís, conocido como el Hermano León, quien fue el discípulo más fiel de Francisco de Asís, y quien le acompañó como secretario y confesor. Y si nos vamos a la Revelación, Jesucristo el “León de Judá” fue el vencedor, quien pudo abrir “los 7 sellos” de la historia humana (Cf. Apocalipsis 5, 5).
El llamado de León XIV, en el mismo escenario inicial de la plaza de San Pedro, por una iglesia sinodal, en camino hacia “la patria” celestial, que Dios prepara para cada uno, tan promovida por Francisco y que produjo tantas polarizaciones eclesiales, parecía lograr un equilibrio entre la Tradición y la inculturación, con otra cita de San Agustín: “Con ustedes soy cristiano, para ustedes soy obispo”.
El agradecimiento de León XIV a la iglesia de Chiclayo (Perú), por el acompañamiento que le brindaron, cuando fue su obispo, parece recordar las iglesias periféricas que, en la conciencia de
Francisco, podrían ser una luz de fe para tantas naciones occidentales secularizadas, que tanto habían aportado a la difusión del cristianismo, y que hoy estaban tan necesitadas de un nuevo anuncio del kerigma, renovando la devoción al Sagrado Corazón, tan querida por los pobres, como lo propuso con su última encíclica Dilexit Nos.
El llamado de León XIV a una iglesia en misión, de lo cual él mismo es insigne testigo, con su acento en el encuentro, la caridad, el diálogo, “tender puentes”, respeto de la religión popular y la cercanía a todos, especialmente a quienes más sufren, son débiles y descartados, nos remite a la “iglesia en salida” de la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium del papa Francisco.
Dos Papas distintos, ambos sucesores de Pedro por mandato del Señor que, en su búsqueda da la voluntad de Dios, han tenido y tendrán que enfrentar las conflictos normales de una historia y de una iglesia, donde Dios ordinariamente se revela, como lo atestiguan las Escrituras, incluso en los mismos orígenes del cristianismo, que vivió una tensión entre petrinos, que ministraban más al interior de una iglesia mayoritariamente judía, y los paulinos, que trabajaban más con los gentiles de muchas naciones.
Las tres consignas del papa Francisco: “ecología integral” ante el cambio climático, la “amistad social” ante la globalización y el “nos amó” frente a la secularización, son absorbidas en León XIV por otros signos de los tiempos: la paz mundial, la urgencia de una iglesia unida y misionera, colegial y sinodal, y por la evangelización de aquella tecnología que hace cultura global.
En ambos, la devoción mariana se ha hecho evidente. Para Francisco, la presidencia de Nuestra Señora en el colegio apostólico de pentecostés, siempre fue inspiradora de su opción por integrar “el genio femenino” en la edificación de la Iglesia cuerpo de Cristo, simbolizada en la advocación de la virgen Salus Populi Romani, de la basílica de Santa María Mayor, que reforzaba su título de obispo de Roma, también reiterado por León XIV, y que ciertamente suma a la unidad con las iglesias orientales, cuando se avizora la celebración de los 1700 años del Concilio de Nicea (325).
Un papa es un papa y otro papa es otro papa. Estamos ahora ante un papa simpático, prudente, equilibrado y más formal, también heredero de una rica espiritualidad agustiniana. El corazón “flechado” por el Amor de Jesucristo, sobre el texto de las Escrituras, que nos refiere a San Agustín, y puesto en el escudo papal, nos recuerda aquella moción del santo, cuando sentía que Dios, mostrándole los Evangelios, le decía: Tolle, Lege. Se presiente una presentación docta del depósito de la fe.
No sé si esté en lo cierto, pero es una simple reflexión, corta, que brota de la consolación, que me ha producido la elección de León XIV, y que refuerza ese espíritu ignaciano de “comprometernos con un voto especial, de modo que todo lo que el actual Romano Pontífice y los futuros deseen ordenarnos respecto al progreso de las almas y la propagación de la fe, o adondequiera que se digne enviarnos, obedeceremos de inmediato, sin subterfugios ni excusas, en la medida de nuestras posibilidades”. Desde ahora oramos por su ministerio, para que su gracia de estado nos fecunde a todos, dentro y fuera de la Iglesia.
Elección del Papa León XIV 2025/08
A TODA LA COMPAÑÍA
Queridos Hermanos:
Con todo el Pueblo de Dios, y tantas personas de buena voluntad, compartimos la alegría de la elección del Papa León XIV, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia Universal.
En este tiempo pascual hemos contemplado la esce na en la que Jesús, el crucificado -resucitado, confirma la llamada al Apóstol Pedro a seguirlo, a hacerse cargo de sus hermanos y hermanas reunidos en la Iglesia, enviados a difundir y ser testigos de la Buena Noticia en todo el mundo. La fuente de la misión encomendada al Apóstol Pedro y sus sucesores es el amor incondicional del Padre. El Hijo, Jesús, entregó su vida para cumplir la voluntad redentora del Padre y confió a la comunidad de sus seguidores la continuación de su misión en la historia. Envió al Espíritu Santo como inspirador y consejero de sus apóstoles y ministros responsables de llevarla a cabo. El ministerio petrino cumple así un papel de primera importancia en animar el servicio de la Iglesia a la misión redentora del Señor Jesús en cada una de las complejas situaciones de la historia humana.
Para nosotros, es una oportunidad de renovar una de las dimensiones características del carisma recib ido a través de San Ignacio y los primeros padres, fundadores de la Compañía de Jesús, a saber, la disponibilidad a recibir del Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra, la misión con la cual podamos ofrecer el mejor servicio a la Iglesia universal . Como hicieron mis predecesores con los Papas anteriores, le he comunicado al Santo Padre León XIV, la disponibilidad de la Compañía de Jesús a ofrecer nuestra colaboración donde y
como su visión universal considere que podemos dar lo mejor de lo que hoy somos.
Igualmente aseguré al Papa León XIV la oración de todo el cuerpo y de cada uno de los miembros de la Compañía de Jesús. Aprovechemos este momento para renovar nuestro sentir con la Iglesia , encontrando, en fidelidad creativa a nuestro carisma, la mejor manera como hoy podemos servir a la misión d el Señor Jesús.
Encomendamos al Papa León XIV, pues, de todo corazón a María Madre de la Iglesia, Nuestra Señora, la que supo aceptar la llamada del Espíritu Santo, confiar en que nada es imposible para Dios, acompañar a su Hijo Jesús durante su vida terrena y, testigo privilegiada de la resurrección, acompañar los primeros pasos de la primitiva Iglesia.
Arturo Sosa, S.J. Superior General
Roma, 8 de mayo de 2025
(Original: español)
CUn cuerpo para el Espíritu enviado en una misión de reconciliación y justicia
José Darío Rodríguez, SJ
Asistente para eldiscernimiento y la planificación apostólica
ada vez que conversamos sobre el Plan Apostólico de Provincia, suele surgir, casi de manera inmediata la consigna de dicho plan, “soñemos juntos lo imposible”. Tan conocida, tan inspiradora y tan enriquecida desde nuestro típico buen humor jesuítico con preguntas y comentarios como los siguientes: ¿Para qué quedarnos soñando si lo importante es actuar? ¿Por qué lo imposible si en la vida cotidiana de lo que nos tenemos que ocupar es de lo posible? Mejor hagamos más planes estratégicos y proyectos con objetivos claros, actividades e indicadores, que estén bien financiados y sean fácilmente evaluables. ¿Cómo se mide la espiritualidad encarnada y apostólica? Todas estas preguntas y comentarios han ayudado mucho a ir aterrizando esa consigna, en acciones e iniciativas concretas la misión en las obras y regiones, a consolidar una narrativa común, y a integrar el Plan Apostólico en la planeación estratégica concreta de varias de nuestras obras apostólicas.
...nos responden con insistencia que seamos lo que somos: religiosos, testimonio de la presencia amorosa de Dios en este mundo, capaces de actuar desde un ministerio ilustrado y abierto al diálogo con el mundo contemporáneo.
No se puede olvidar, sin embargo, que es la visión que anima a este Plan Apostólico, la que ha venido marcando una ruta en el modo de funcionamiento de la Provincia y que marcará los próximos años, por lo menos hasta que desde la Curia General, hacia el 2029, se active un proceso para evaluar, confirmar o reformular las Preferencias Apostólicas Universales. Esta visión se expresa de la siguiente manera: “Soñamos con ser un cuerpo para el Espíritu, que se sabe herido, pero también amado por Dios, y llamado para ser enviado en una misión de reconciliación y justicia”. Importante decir que esta formulación fue fruto de un largo proceso de discernimiento en el que participaron las comunidades jesuitas y los miembros del Cuerpo Apostólico de las diferentes obras de la Provincia. Nos ha venido trazando un camino que nos ha lanzado, de cierto modo, hacia afuera, hacia lo que ya venimos haciendo y queremos hacer especialmente en los temas de Reconciliación y Justicia, de Ecología Integral y de Juventudes. Hoy nos sentimos enviados a fortalecer estos temas en medio de las realidades desafiantes de nuestro país. Nos sentimos llamados a ser voces esperanzadoras y a unirnos en torno de esto que denominamos, nuestra Misión común, o nuestra Misión compartida.
Ahora bien, sin desconocer que hemos avanzado en este camino, y que debemos seguirlo haciendo, valdría la pena también girar la mirada al Cuerpo que desempeña esa Misión, y que, según la visión del Plan Apostólico, se entiende como un Cuerpo para el Espíritu, herido, amado, llamado y enviado. En este sentido, uno de los grandes desafíos del presente es, por una parte, la formación de ese cuerpo apostólico en temas de identidad y espiritualidad y, por otra parte, unas mayores claridades en lo que comprendemos por cuerpo apostólico. Somos más de 18.000 personas vinculadas en diversas modalidades a las obras apostólicas de la Provincia, entre las cuales el 63% son mujeres. En ese universo global de la Provincia, los jesuitas representamos menos del 1%. ¿Cuál debería ser nuestro papel en este contexto? ¿Qué espera este cuerpo apostólico ampliado de nuestra identidad como jesuitas y del tipo de aporte que deberíamos estar ofreciendo? Al preguntar a varias de estas personas, nos responden con insistencia que seamos lo que somos: religiosos, testimonio de la presencia amorosa de Dios en este mundo, capaces de actuar desde un ministerio ilustrado y abierto al diálogo con el mundo contemporáneo. Quizás, atendiendo a estas preguntas, que tocan nuestra propia identidad y misión ad intra, logremos seguir fortaleciendo aun más todo aquello que ya estamos haciendo ad extra. Y, a lo mejor, con fuerzas renovadas desde dentro, surjan nuevas propuestas creativas que contribuyan a renovar nuestras estructuras y apostolados en lo que sigue de este caminar, soñar y construir juntos. La reflexión queda abierta.
La Promesa Peregrina: cuando la fe se hace arte y el arte se convierte en milagro en movimiento
Santiago Tobón Grajales, SJ
Rector de la Iglesia San Ignacio - Bogotá
Desde el 15 de mayo y hasta el 16 de julio de 2025, la Capilla San José de la Iglesia San Ignacio de Bogotá acoge la exposición La Promesa Peregrina, una muestra que entreteje espiritualidad, memoria y arte en un espacio donde el pasado y el presente dialogan a través de la pintura. Esta exposición, fruto de la colaboración entre el Museo Santa Clara del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, y la Iglesia San Ignacio de la Compañía de Jesús en Colombia, abre sus puertas de martes a sábado, de 12:30 p.m. a 4:30 p.m., invitando a los visitantes a vivir un encuentro profundo y transformador.
La Promesa Peregrina no solo ocupa un espacio físico, sino que celebra algo mucho más hondo y necesario: un encuentro improbable. Es el encuentro entre instituciones, entre generaciones de artistas y, sobre todo, entre lo humano y lo divino. El resultado es una experiencia que desborda los márgenes de la exposición convencional para convertirse en un acto de contemplación y diálogo espiritual. Así pues, el corazón de la exposición es el diálogo entre dos obras y dos formas de entender el arte como plegaria. De un lado, la monumentalidad pictórica del padre Santiago Páramo, SJ, quien convirtió la Capilla San José en un santuario de lo eterno con su arte sacro del siglo XIX. De otro lado, la pintura cálida y soñadora de Juliana Ríos Martínez, artista contemporánea que, desde Villanueva (La Guajira), crea un universo visual cargado de memoria, resistencia y fe popular.
Juliana centra su obra en la festividad de la Virgen de los Remedios, celebrada cada 2 de febrero en Riohacha. Su pintura nace de una convivencia empática con sus vecinos guajiros, poniendo en escena no solo una fiesta religiosa, sino una manera distinta de vivir el tiempo, el territorio y la fe. Sus obras son testimonios de una región marcada por contrastes, pero también por una inquebrantable esperanza. Así, en la penumbra azulada de la Capilla San José, donde aún resuenan letanías pintadas por el padre Páramo, las obras de Juliana se despliegan como una nueva plegaria, tejida con pigmento, polvo y canto. Así, el espacio se transforma en territorio compartido entre lo ancestral y lo contemporáneo, entre el fervor católico barroco y las búsquedas espirituales de nuestro tiempo. La procesión, obra central de la muestra, no solo representa una celebración religiosa, sino una peregrinación de sentido: desde La Guajira hasta Bogotá, desde la intimidad del pueblo hasta el misterio de lo sagrado.
Más que una muestra pictórica, La Promesa Peregrina acogida en la Iglesia San Ignacio, corazón de la Manzana Jesuítica de Bogotá, es parte de nuestra vocación como cuerpo apostólico: provocar conversaciones significativas entre la tradición jesuita y la contemporaneidad, entre la fe y la cultura. De esta manera seguimos trabajando por tender puentes, no levantar muros; abrir puertas, no encerrarnos en certezas. En ese sentido, La Promesa Peregrina es un canto de resistencia, un gesto de fe, un acto de esperanza con el que seguimos afirmando nuestro deseo de que lo sagrado no quede atrapado en el pasado, sino que siga latiendo en las búsquedas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Sobre la artista
Juliana Ríos Martínez es Maestra en Artes Visuales de la Pontificia Universidad Javeriana y Especialista en Animación de la Universidad Nacional. Su obra ha sido exhibida internacionalmente y ha recibido numerosos reconocimientos. Vive entre Bogotá y Villanueva, donde sigue explorando nuevas formas de expresión. Su trabajo más reciente ha sido celebrado en festivales de animación y bienales en Europa y América Latina, consolidándola como una de las voces artísticas más sensibles del país.
Una experiencia que une lo patrimonial y lo contemporáneo en uno de los espacios más simbólicos del turismo religioso y cultural, mira el video acá
¿Por qué preservar, catalogar y digitalizar el Archivo Histórico del Colegio Mayor de San Bartolomé?
Jorge Enrique Salcedo, SJ
Profesor
Asociado, Departamento de Historia y Geografía
Pontificia Universidad Javeriana
Un poco de contexto
Siguiendo la tradición de San Ignacio de Loyola en la parte octava de las constituciones: en donde invita a “De lo que ayuda para unir a los repartidos con su cabeza y entre sí”. Las cartas y los documentos que los jesuitas escribieron y han preservado desde los distintos lugares del mundo lograron este doble cometido de estar comunicados con el general de la Compañía en Roma y de este con sus súbditos y de servir como un instrumento de gobierno y de unidad.
La Compañía de Jesús una vez fundada en 1540 se expandió por los distintos continentes. Cuando arriban al actual territorio de Colombia invitados por el arzobispo Bartolomé Lobo Guerrero en septiembre de 1604 y comienzan su obra espiritual, educativa y misional en 1605 comenzará este archivo que ha estado presente como memoria de su estadía en estos territorios.
Entre junio de 2018 y mayo del 2024, un grupo de historiadores e investigadores, apoyados por técnicos y archivistas se dedicaron a “inventariar, realmacenar, digitalizar y describir” un acervo de documentos, en total 209 mil folios. Esta de labor se debe a la iniciativa de la rectoría de la Universidad Javeriana, que con el Archivo Histórico Juan Manuel Pacheco hicieron posible este proyecto. Además, se contó con la apertura y disposición del rector del Colegio Mayor de San Bartolomé para llevar a cabo este trabajo.
Estos documentos fueron conservados y acopiados por los distintos jesuitas que pasaron por estos claustros desde 1604. Una vez son expulsados del Virreinato de la Nueva Granada en 1767 y hasta 1887, algunos exalumnos y autoridades laicas tanto en las administraciones y autoridades virreinales como de los ciudadanos de la nueva República aumentaron esta colección. Es importante notar que entre 1844 y 1850 en la República de la Nueva Granada y luego entre 1858 y 1861 en la Confederación Granadina, los jesuitas estuvieron en la que hoy llamamos Manzana Jesuita, en la primera etapa como capellanes del colegio y luego encargados de la administración del colegio. Lo cual nos hace suponer que en ese periodo también guardaron y acumularon documentos. Al final del siglo XIX, en el gobierno de la Regeneración, los jesuitas regresaron en 1884 y reciben el colegio en 1887 y desde ese año han cuidadosamente preservado estos archivos hasta nuestros días. A finales de la década de los ochenta del siglo XX, El P. Fortunato Herrera Molina, SJ, fue director de estudios del Colegio, en sus ratos libres se dedicó a la elaboración de un inventario de los documentos de este archivo. Para el inventario, el realmacenamiento, la digitalización y la descripción de estos legajos se tuvieron en cuenta estos volúmenes, escritos a máquina de escribir, y se procedió a realizar esta magna obra.
Importancia del Archivo Histórico del Colegio Mayor de San Bartolomé
El Archivo Histórico del Colegio Mayor de San Bartolomé que hoy tenemos digitalizado guarda documentos de la historia civil y religiosa de Colombia desde 1568.
Del periodo de la Monarquía española encontramos pleitos entre las autoridades civiles y religiosas, planes de estudios, visitas de los distintos de los arzobispos de Bogotá como el de Hernando Arias de Ugarte, sobre la limpieza de sangre, manuscritos sobre las cátedras que dieron los jesuitas en la Academia Javeriana y una historia del Colegio de San Bartolomé de 1742. Con estos documentos se puede reescribir y complementar la historia civil y eclesiástica de este periodo.
Del siglo XIX, encontramos fuentes sobre los intentos de Planes de Estudio para la nueva república: de Francisco de Paula Santander, de Mariano Ospina Rodríguez, de José Hilario López y los los programas para fundar la Universidad del Primer Distrito de la Nueva Granada. Además, los programas de las clases que se dictaron y las notas de los estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia fundada en 1867. Con lo hallado e inventariado se podrá reescribir la historia de la educación en Colombia en el siglo XIX. En suma, con estas fuentes se constata todos los intentos de los gobiernos “conservadores” y “liberales” decimonónicos por apostarle a la educación en Colombia.
En este archivo encontramos documentos para seguir escribiendo la historia de la Compañía de Jesús en Colombia en el siglo XX: las obras educativas y sociales como el archivo del Colegio Ortiz de Tunja y los apostolados de los jesuitas en los barrios del sur de Bogotá que dieron origen a la Fundación Carlos González, SJ. También hay dos fondos uno del general Manuel Briceño sobre la Revolución de los Comuneros que ayudará a los historiadores e investigadores a complementar este hecho histórico del siglo XVIII y el otro que acopió el P. Arturo Montoya, SJ. En este momento hay un estudiante de la maestría en historia, que está escribiendo sobre el plan de estudios para la enseñanza de la filosofía que tuvo el Colegio Mayor de San Bartolomé entre 1887 y 1922, cuando se abrió la casa de estudios de filosofía para los estudiantes jesuitas.
Finalmente los invito a ojear y leer el primer del Catálogo del Archivo que se acaba de publicar en la Editorial de la Universidad Javeriana. Mas adelante saldrán tres tomos más. Por ahora disfruten de la lectura del texto que escribió José Dionel Benítez Rodríguez, un filósofo y un conocedor de este valioso archivo, para el periódico El Tiempo, el viernes 16 de mayo del presente año.
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ESan Bartolo: sembrando conciencia, cuidando la Casa Común
Alejandro Tovar Martínez Coordinador del Proyecto Ambiental Escolar, PRAE
l Colegio San Bartolomé La Merced, el cual hace parte de la Compañía de Jesús en Bogotá, ha consolidado un proyecto ambiental escolar que responde a los desafíos socioambientales que afectan a su entorno inmediato y a los contextos locales y regionales, desde una comprensión amplia de la responsabilidad ecológica. Inspirado en el llamado del papa Francisco a una conversión ecológica –formulado en la encíclica Laudato Si’–, el colegio asume la responsabilidad de repensar la relación entre los seres humanos y la naturaleza, adoptando un compromiso que combine conciencia crítica, acción responsable y espiritualidad comprometida. Esta conversión supone escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres, y actuar frente a problemáticas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y la sobreexplotación de los ecosistemas. Bajo una perspectiva de globalización, el colegio articula acciones concretas de cuidado ambiental dentro del espacio escolar, sin perder de vista su impacto en redes educativas más amplias y en las dinámicas territoriales de Bogotá y la región.
Una de las principales acciones ha sido la restauración del bosque de seis hectáreas que hay dentro del predio escolar. Este proceso ha incluido la eliminación de especies invasoras como el Retamo Espinoso, el control de especies exóticas como el Eucalipto (Eucaliptus globulus), la siembra de árboles nativos y la habilitación de senderos ecológicos. El trabajo se ha desarrollado con la participación de estudiantes, docentes y personal administrativo del colegio, generando apropiación del territorio y fortaleciendo los vínculos con la naturaleza. Esta experiencia no solo contribuye a la recuperación del ecosistema, sino que también se convierte en un espacio pedagógico al servicio del desarrollo de habilidades.
En este mismo sentido, se han implementado huertas escolares en los niveles de primaria y bachillerato. Estas huertas, funcionan como espacios de aprendizaje para la observación, la siembra, el cuidado de los cultivos y la experimentación con técnicas agrícolas urbanas sostenibles. En primaria se cuenta con un invernadero que permite realizar semilleros y observar de forma más controlada los ciclos de vida de las plantas para cosecha. Por otro lado, en bachillerato tenemos un espacio dedicado a la investigación y la generación de semillas.
El colegio ha incorporado el compostaje como estrategia para transformar residuos orgánicos en abono, reduciendo la cantidad de desechos enviados al relleno sanitario de la ciudad de Bogotá. Esta práctica también promueve el cierre de ciclos ecológicos dentro de la institución, involucrando a los estudiantes en el manejo responsable de los residuos.
La observación de la biodiversidad se ha convertido en una práctica habitual mediante registros fotográficos, identificación de especies y monitoreo de fauna y flora. Estas actividades se articu-
lan con la habilidad de indagar del área de ciencias naturales, donde los estudiantes desarrollan competencias relacionadas con la recolección de datos, la formulación de preguntas y la interpretación de fenómenos ambientales a partir de su experiencia directa con el entorno.
En el ámbito energético, el colegio avanza hacia la sostenibilidad con la instalación de un sistema de paneles solares que permitirá generar un promedio mensual de 21.198 kilovatios-hora (kWh). Esta producción representa una reducción estimada del 51,1% del consumo eléctrico actual, lo que contribuye directamente a disminuir la huella de carbono institucional y promueve el uso de fuentes de energía limpias.
Además, el San Bartolomé La Merced ha implementado un sistema de aprovechamiento de agua lluvia en el edificio de bachillerato. Este sistema recoge el agua de lluvia, la filtra y almacena para ser utilizada en actividades no potables dentro del campus. Este aprovechamiento contribuye a reducir la dependencia del sistema de acueducto y promueve el uso eficiente del recurso hídrico.
El proyecto se articula con otras dimensiones de la vida escolar, como la Pastoral, mediante la participación en el programa FAS (Formación en Acción Social), en el cual los estudiantes vinculan su reflexión social y ambiental con acciones concretas de servicio comunitario.
El Proyecto Ambiental Escolar del Colegio San Bartolomé La Merced avanza con base en evidencias, participación comunitaria y responsabilidad institucional, generando procesos de conversión ecológica para una transformación social. De esta manera, se evidencia el compromiso que existe dentro del colegio con la iniciativa “Cuidado del Medio Ambiente”, y las diferentes acciones significativas que se llevan a cabo con estudiantes, desde grado prejardín hasta grado undécimo, con maestros y con administrativos, las cuales dejan en cada uno de ellos una conciencia del cuidado de nuestra Casa Común.
El cuidado ecológico es una de las apuestas más importantes de la Provincia este año. Para ello, la Compañía de Jesús busca educar a las nuevas generaciones y sensibilizar sobre su impacto en la Casa Común como un aporte a la construcción de un futuro esperanzador. El Colegio San Bartolomé La Merced es una de las instituciones educativas del país que trabaja en la sensibilización de la comunidad y la reducción de la huella de carbono desde las aulas de clase.
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DPapa Francisco: un legado de misericordia, justicia y esperanza
José Yamid Castiblanco, SJ
Profesor y coordinador del Medio Universitario de la Facultad de Teología, PUJ - Bogotá
esde su sorpresiva elección en marzo de 2013, el papa Francisco no sólo se convirtió en el primer Papa jesuita en los casi 500 años de la Compañía de Jesús. Jorge Mario Bergoglio, con sus gestos y su magisterio, puede considerarse ahora como aquel que ha dado un impulso definitivo para la consolidación del Concilio Vaticano II convocado por San Juan XXIII el 25 de enero de 1959. Si el Concilio marcó un antes y un después en la manera en que la Iglesia se ha auto comprendido de cara al mundo, Francisco marcó un antes y un después en el modo de ser Papa, en la relación de este con toda la Iglesia y en la manera de actualizar el Evangelio y la doctrina eclesial tanto para los cristianos como para todo el mundo. Su estilo cercano, su lenguaje directo y su insistencia en temas como la misericordia, la justicia social y el cuidado de la creación lo convirtieron en una figura muy influyente no sólo para los católicos, sino también para personas de otras religiones y creencias.
Sin mencionar sus innumerables gestos, los siguientes datos pueden darnos una idea de la magnitud de su Magisterio: 4 encíclicas (Lumen Fidei (2013), Laudato Si’ (2015), Fratelli Tutti (2020), Dilexit Nos (2024)), 7 Exhortaciones Apostólicas (Evangelii Gaudium (2013), Amoris Laetitia (2016), Gaudete et Exsultate (2018), Christus Vivit (2019), Querida Amazonia (2020), Laudate Deum (2023), C’est la Confiance (2023)), 99 Cartas Apostólicas, 75 Motu Proprio y 39 Constituciones Apostólicas (documentos sobre reformas o cuestiones particulares), 2 Bulas, 545 Homilías, 2,393
Discursos, 26 oraciones-mensaje Urbi et Orbi y los siguientes libros: El Hombre de Dios es Misericordia (2016), De los Pobres al Papa, del Papa al Mundo (2022), Vida: Mi Historia a Través de la Historia (2024) y Esperanza: La Autobiografía (2025).
Ahora bien, ciñéndome a la misión encomendada, intentaré dar un bosquejo de lo que ha sido el legado del Papa Francisco expresado a través de los escritos que podemos considerar más relevantes, comenzando por las encíclicas; el tipo de documento pontificio de mayor densidad magisterial, importancia y alcance.
1. Lumen Fidei (2013) – La Luz de la Fe. Aunque fue iniciada por el papa Benedicto XVI, Francisco la completó y publicó como su primera encíclica. Allí se presentan las diferentes dimensiones e implicaciones de la fe; luz que guía la vida del creyente en un mundo marcado por la secularización y una visión inmanente de la vida.
2. Laudato Si’ (2015) – Alabado seas. Inspirado en la alabanza de san Francisco de Asís a Dios a través de su creación, este documento es ya considerado uno de los más influyentes del siglo XXI, pues allí, por primera vez y con maestría, un Pontífice se refería a la crisis ecológica que en un sentido integral es también social y humana. Exhortando por un lado al cuidado de “nuestra Casa común” y a una "conversión ecológica", Francisco denunció por otro lado el consumismo desmedido y la cultura del descarte. Basado en el Evangelio y en la ciencia, este documento ha logrado inspirar o dar fuerza a movimientos ambientalistas dentro y fuera de la Iglesia. Con la exhortación Laudate Deum (2023), Francisco respondió a las críticas injustificadas contra Laudato Si’ y reforzó su mensaje.
3. Fratelli Tutti (2020) – Hermanos todos. Inspirada en el histórico Documento sobre la Fraternidad Humana que Francisco firmó en Abu Dabi con el gran Imán de Al-Azar, y la Amistad Social, esta encíclica llevó el mensaje de la fraternidad del más importante encuentro interreligioso de la Iglesia con el Islam al plano mundial justo en medio de la pandemia del COVID-19, del aislamiento y del acaparamiento de recursos y vacunas. Allí, criticando el individualismo, el populismo y las desigualdades económicas, Francisco propuso un mundo más justo y de puertas abiertas para los que huyen de la guerra, el hambre y la falta de oportunidades. La cultura del encuentro y la amistad social fueron allí sus principales apuestas.
4. Dilexit Nos (2024) – Nos amó. Inspirado por el Sagrado Corazón de Jesús, Francisco abordó aquí el amor de Dios, cómo este fundamenta tanto la existencia humana como la misión de la Iglesia y cómo este amor divino debe traducirse en misericordia concreta, justicia social y unidad fraterna. Su Magisterio social quedó así bella y más explícitamente articulado con su profunda espiritualidad y toque ignaciano.
En cuanto a las Exhortaciones, Evangelii Gaudium (2013) constituyó sin duda el documento programático que definió las líneas pastorales de su pontificado. Allí Francisco insistió en la necesidad de una Iglesia “en salida”, misionera y cercana a los pobres en claro contraste con la economía reinante de muerte y exclusión. La evangelización debería ser así siempre nueva y cada vez más encarnada, atendiendo a los problemas sociales y la sed de Dios en todos.
Amoris Laetitia (2016) fue por su parte un texto clave para la pastoral familiar. En efecto, sin cambiar la moral tradicional de la Iglesia, Francisco abordó allí casos de personas en situaciones irregulares, como el los divorciados vueltos a casar. Su invitación fue a un discernimiento constante y particular, así como a un acompañamiento misericordioso de la Iglesia, la cual es más “tienda de campaña para pecadores que museo de santos”. En línea con esto y el jubileo extraordinario de la misericordia que convocó para ese año, Francisco simplificó los trámites para las declaraciones de nulidad matrimonial con el Motu Propio Mitis Iudex Dominus Iesus (2015) y habilitó a los sacerdotes para absolver el pecado del aborto con la Carta Apostólica Misericordia et Misera (2016).
Finalmente, podríamos mencionar Gaudete et Exsultate (2018) donde Francisco llamó a la santidad “de la puerta de al lado”, destacando no sólo a los grandes santos, sino la que podemos encontrar a nuestro alrededor en la cotidianidad y alegría en Dios, sin rigideces moralistas, y practicada en las obras de misericordia.
Como hemos podido ver sumariamente, el magisterio del papa Francisco se caracterizó por su énfasis en la misericordia, la justicia social y la apertura a un mundo en crisis y personas excluidas. Sus documentos hablaron así no sólo a los católicos, sino que interpelaron y seguirán interpelando a la humanidad entera sobre temas urgentes: la ecología, la desigualdad, la indiferencia y la necesidad de una fe encarnada en la realidad.
En un mundo cada vez más polarizado, el papa León XIV nos ha dado ya signos y palabras de continuidad con este gran legado del papa Francisco de diálogo y trabajo por la paz… muy en consonancia con la misión propia de todo pontífice: crear puentes. Con profunda gratitud despedimos a Francisco y con gran esperanza recibimos ahora a León XIV y seguimos disponibles para el servicio de la Iglesia, del mundo y en definitiva de la fuente que debe inspirar todo Magisterio y toda acción de un buen cristiano: el Evangelio de Jesús.
Los Albertos: P. Alberto Múnera, SJ, y
P. Alberto Parra, SJ
Alix: Bienvenidos a este espacio fraterno de la Provincia Colombiana donde mensualmente conversamos con jesuitas, líderes religiosos y amigos de la Compañía de Jesús en torno a la Iglesia, la esperanza y la alegría de compartir la vida. Hoy nos encontramos en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, en compañía de mi gran amigo Toño Pepe. ¿Cómo estás Toño, Pepe?
Toño Pepe: Muy feliz de estar aquí, en este hogar que me albergó durante tantos años (la Universidad Javeriana) y en esta Facultad de Teología con mis grandes maestros. En la primera mitad de los años 80 fui estudiante y tuve como maestros y profesores a los queridos padres Alberto Múnera y Alberto Parra.
Alix: En este cuarto espacio estaremos disfrutando de un café con los padres José Alberto Parra y Alberto Múnera. Bienvenidos padres.
P. Alberto Múnera, SJ: Gracias, muchas gracias. Un gusto inmenso.
Alix: El padre José Alberto Parra es doctor en Teología de la Universidad de Estrasburgo, ma-
gíster en Teología de la Pontificia Universidad Gregoriana y licenciado en Filosofía y Letras de la Pontificia Universidad Javeriana.
Toño Pepe: Y nuestro querido padre Alberto Múnera tiene doble doctorado en Teología en la Pontificia Gregoriana de Roma y en Filosofía de la Javeriana, y ha sido profesor de Teología largos años ¿Cuántos Alberto?
P. Alberto Múnera, SJ: 54 años contando dos antes de ir al doctorado en Roma.
Toño Pepe: ¿Y Alberto, cuántos?
P. Alberto Parra, SJ: 52.
Toño Pepe: Y junto con su enseñanza e investigación de la Teología, Alberto Múnera también fue decano de la facultad, decano de la Facultad de Educación y rector del Colegio Mayor de San Bartolomé. Fundó la emisora Javeriana Estéreo 91.9 y fue decano de la Facultad de Estudios Interdisciplinarios en su momento.
Muchas gracias por aceptar esta invitación, por compartir un buen café y por dialogar y conver-
Mira la entrevista completa acá o escaneando el código QR
sar de tantas cosas apasionantes que nos trae la vida: de la sociedad, de la Iglesia, de la fe, de la reflexión teológica... Pongo mi mano en el corazón y les agradezco que estén con nosotros.
Alix: como este espacio se denomina un café con… Hoy vamos a estar disfrutando de un café de Pasto, precisamente de Villa Loyola, un centro de innovación agroecológica y ambiental en la Compañía de Jesús. Los invito a deleitarnos con este café.
Quiero hacerles entrega de un detalle de la Provincia Colombiana para ustedes, pioneros de la Teología de nuestra Provincia y como forma de agradecer la oportunidad que nos da de compartir este espacio.
Alix: Y empezamos con la pregunta obligada, mientras disfrutamos de nuestro cafecito y es ¿cómo les gusta tomar el café?
P. Alberto Múnera, SJ: Así como está servido. Yo lo tomo sin azúcar y sin leche, negrito. El sabor del café de Chachagüí es conocido internacionalmente.
P. Alberto Parra, SJ: Mis asuntos de tensión alta no me permiten tomar café sino es soluble y descafeinado, pero disfruto mucho el café realmente.
Alix: Este fue el primer café que yo probé en la Compañía cuando estaba trabajando en Bucaramanga, debo decir que se ha quedado en mi corazón este café.
Toño Pepe: Una pregunta para ambos, ¿cómo es un día típico, una mañana típica en la vida de los queridos padres Albertos?
P. Alberto Parra, SJ: En este momento ambos somos profesores eméritos. Yo tengo dos años de profesor emérito, pero no termina la misión, va hasta el final. Mi tiempo en estos dos últimos años ha sido dar curso a unos textos que tenía comprometidos con la Facultad de Teología. Mi
ocupación es ser escritor y paso aquí las mañanas enteras en la biblioteca, los libros, la consulta, etcétera.
P. Alberto Múnera, SJ: Comparto con Alberto. Tenemos las oficinas unidas la una a la otra y disfrutamos de la misma experiencia diaria de leer para escribir, que ha sido la rutina durante los 54 años en mi caso y los 52 de Alberto. Cuando terminé los últimos 50 años consecutivos de trabajo, es decir en el 2022, le pedí al padre Provincial que me permitiera hacer lo mismo que hacía Alberto, no dar más clases y pasar solamente a escribir el producto de todo lo que tenía preparado.
Toño Pepe: Remontemonos ahora a la infancia y a la adolescencia, a los tiempos de colegio. Alberto Múnera como estudiante del Colegio Mayor de San Bartolomé y Alberto Parra como estudiante del Colegio de la Catedral y de San Bartolomé la Merced. ¿Cómo fueron esos tiempos? ¿Qué recuerdan de esa Bogotá? ¿Cómo se conocieron ustedes? ¿Cómo empezó su amistad? Cuéntenle al público que se interesa en estas narrativas de vida.
P. Alberto Parra, SJ: Soy un hombre de los cerros bogotanos, de tierra fría; en una Bogotá muy aldea todavía. Por el sur, la ciudad llegaba hasta el barrio Restrepo, estaba en construcción el barrio Olaya; por el Occidente, lo más lejos era el barrio Ricaurte, un poco más abajo de la estación de la Sabana, y por el lado norte el último barrio se llamaba El Retiro. De allí a Usaquén era salir a un pueblo lejano. Casi que soy de las faldas de Monserrate. Mi casa quedaba en la calle 30, arriba de la carrera séptima, detrás de lo que hoy es el Museo Nacional, antes era un panóptico, es decir que se podía observar todo el edificio por dentro desde un solo punto porque era una cárcel. Hoy es el Museo Nacional, pero era una cárcel cuando yo era un niño.
Desde muy niño, pues me hice acólito detrás de mis hermanos. Soy el último varón de cua-
tro hermanos; consentido y querido, y con una mamá excelente, descomunal, que la amo. Todavía hablo con ella continuamente, hablo con ella, le pido que me bendiga, generalmente recibo su bendición cada mañana antes de comenzar mi eucaristía.
Crecí a la sombra de la Iglesia desde que fui acólito con el famoso padre Peña que era el párroco sublime y el padre Luna que manejaba las granjas infantiles. Fui por primera vez a la escuela, relativamente cerca, por la calle 26 bajando detrás del cementerio. Bavaria hizo una escuela que se llamaba la Escuela de Bavaria y ahí me matricularon. Tal vez estuve allí en primero, segundo y tercer año con dos profesoras que siempre recordaré: la profesora Blanca, una hermosura de mujer que me introdujo en tantas cosas. Ella descubrió que para las fiestas el que mejor podía recitar poesías era yo. Desde ese momento me encomendaron que cuando hubiera reuniones, sobre todo el Día de la Madre, yo tenía que hacer una recitación. De la escuela salí, tal vez unos tres años después, con dirección al Colegio de la Catedral. Estaba situado donde hoy es el Palacio Arzobispal de Bogotá. Allí la arquidiócesis tenía un Colegio. Su rector era el padre Luis María Fernández que fue un apóstol de la juventud, de las tropas scouts y un hombre diocesano fervoroso.
Ahí completé los estudios primarios y comencé el bachillerato, por lo menos hasta el primer año. El padre Fernández se enamoró de una cosa que había visto en Roma en el Año Santo: la congregación de San Felipe Neri, y dijo que él quería pertenecer, que tenía pues una Escuela Apostólica en Pasto, y que un grupo vocacional que él tenía, donde yo estaba presente, debía irse a Pasto a comenzar el bachillerato o a proseguirlo. Pasé un año en Pasto, en esa Escuela Apostólica, porque el padre se desencantó al fin de San Felipe Neri y volvió otra vez a la Arquidiócesis de Bogotá y nos dijo que éramos libres para escoger dónde queríamos estudiar. Mis hermanos y mi madre deliberaron y me mandaron al Cole-
gio de San Bartolomé la Merced (Carrera 5 calle 34), que más o menos acababa de fundarse en ese sitio.
Mi bachillerato transcurrió en el Colegio San Bartolomé La Merced y allí tuve unos amigos extraordinarios. Recuerdo mucho al hijo mayor del profesor de Greiff, el gran poeta nacional, se llamaba Alex. Generalmente ayudaba a mis compañeros en las partes de literatura, lenguas, historia; y ellos me ayudaban a mí en las partes de álgebra, matemáticas… en las que yo era un poco más lento, intercambiábamos conocimiento y nos ayudamos mucho. Fue una infancia muy feliz en el Colegio de San Bartolomé la Merced con toda la belleza natural, con un edificio recién inaugurado, con la capilla esplendorosa, con una comunidad jesuita sumamente amplia (al menos 25 padres y hermanos entre profesores y hermanos coadjutores) que acababan de rehacer el reciente edificio de San Bartolomé y en la enfermería había una sesión de internado. Siempre externo. Con los directores espirituales llegamos al convencimiento de que el Señor me llamaba en la misión de la Compañía de Jesús. Del Colegio pasé al noviciado en el año 1954. Toqué las puertas con mi madre, una tía y un hermano que me llevaron a Santa Rosa. El maestro de novicios era el gran padre Cándido Gabiña, un hombre extraordinario, un jesuita sublime… Ahí comienza esta poesía de la formación en la Compañía de Jesús. Al pasar al juniorado encontré a Alberto Múnera que era profesor de Latín. Tal vez ahí comenzamos nuestro intercambio, nuestra amistad que ha durado tanto tiempo; en ese comienzo de la formación clásica que era dedicado a los estudios de latín, griego, artes y literatura universal. Esta era la parte humanística de la formación que duraba dos o tres años, yo hice solamente dos y allí comenzó la carrera.
P. Alberto Múnera, SJ: Los caminos por los que el Señor me trajo a la Compañía fueron un poco diferentes. Sin embargo, es extraño que en ese tiempo de la infancia vivíamos muy cerca: Alberto en la calle 30 y mi familia, que llegó a
vivir a Bogotá, en ese momento vivía en la calle 22 abajito de la Caracas. Mi papá y mamá eran antioqueños. Éramos ocho hermanos, cinco varones y tres mujeres. Nací en Piendamó, Cauca. Mi papá era abogado, trabajaba en la aduana de Buenaventura y vivía en Cali, en un edificio perteneciente a la familia de Roux, coincidencias de la historia. Uno de mis hermanos estudió en el Berchmans estando en Cali. Mi hermano mayor era basquetbolista famoso de la selección Colombia y le fue tan bien en esas competencias internacionales de la época que mi papá decidió que debería estar en Bogotá donde podía avanzar en su desarrollo deportivo. Como buen paisa trasteó a la familia para acá. Yo vine a nacer en la finquita La Estación en la parada de Piendamó. Esto pasó porque mi hermana mayor se había casado con un señor de Popayán de apellido Nates y tenían esa finquita donde pasaba la familia a temperar, como se dice allá, porque Piendamó es tierra fría y se vivía en Cali que era muy caliente. Llegaron a Bogotá entre el año 38 - 39 y se instalaron en el centro de Bogotá donde mi papá tenía buenos amigos. Mi mamá tenía una gran amistad con Lorencita Villegas de Santos que era en ese momento la primera dama, la esposa de Eduardo Santos. Por eso mi hermano, el que estudió en el Berchmans se llamaba Eduardo en honor a él porque Lorencita se había criado con mi abuela materna en Manizales. Nos pasamos a vivir a Bogotá, a mí me ubicaron en un colegio de primaria que quedaba en la calle 24 con carrera séptima. Allí me tocó el 9 de abril. Me hice muy amigo de las niñas bibliotecarias de la Biblioteca Nacional que quedaba a una cuadra. Leía mucho, me prestaban los libros, algo que era extraño en ese momento, y era mi afición. Pertenecía a la Parroquia de San Diego y allá hice la primera comunión con monseñor de Brigard. En ese Colegio hice tres cursos de primaria: segundo, tercero y cuarto. Al terminar cuarto, supe por el periódico que el Colegio Mayor de San Bartolomé tenía abierta la inscripción para quienes quisieran hacer su bachillerato allá. En ese tiempo, no existía obligatoriamente
el quinto de primaria sino que se llamaba el año preparatorio. A mí me había ido bien en los anteriores años de primaria y me atreví a presentarme sin el año preparatorio y me aceptaron en el Colegio. Al año siguiente el padre Carlos Ortiz Restrepo, SJ, que había sido el último rector del San Bartolomé antes de la expropiación por Eduardo Santos, pasó a ser rector del San Bartolomé Mayor y nos hicimos grandes amigos. Allá iban los jesuitas que estudiaban Teología en la Javeriana a promover vocaciones; el padre Umaña formó un grupo que se llamaba “Los Luises” en honor a San Luis Gonzaga, y el padre Jorge Hoyos, “Los Kostkas”, en honor a San Estanislao de Kostka. Estando en ese grupo vocacional, al terminar cuarto de bachillerato, me ofrecieron pasar a la Escuela Apostólica del Mortiño. Allá tuve el gusto de pertenecer al grupo que dirigía el padre Merino, un español que trabajaba aquí en Colombia y que fue un magnífico rector. Desde ese momento tuve mucha vinculación con el padre Carlos Ortiz, SJ, que era todavía rector del San Bartolomé Mayor, y quien nos llevó al grupo de candidatos jesuitas que fueron mis compañeros en el Mortiño y después en el Noviciado. Era un grupo de ocho atendido por el padre Carlos Ortiz, SJ, que nos visitaba con frecuencia y llevaba a otros candidatos a jesuitas. Así fue como terminé trabajando en la actividad propia del Juniorado en latín, griego, oratoria, literatura… mientras obtenía el primer título de bachiller en letras clásicas con excelentes profesores, muy conocidos como el padre Tulio Aristizabal y el padre Manuel Briceño. Casi todos tienen edificios aquí en la Javeriana.
Me aficioné mucho a la literatura. De manera que aproveché, al terminar la Filosofía, para intentar el doctorado en Filosofía y Letras, que en ese momento estaban unidas. Así fue como vine a obtener un doctorado en tiempo de estudios mientras avanzaba en Teología aquí en la Javeriana.
Habíamos formado una amistad muy estrecha con Alberto desde Santa Rosa, todo el Juniorado
y toda la Filosofía la compartimos en Chapinero bajo la dirección del padre Hernando Silva, gran filósofo que venía de estudiar con Piaget en París. Nos guió por unos caminos distintos a la escolástica de ese momento, lo que nos causaría más de un problema en Chapinero donde todos eran tomistas escolásticos. Eso nos mantuvo unidos hasta que el padre Provincial destinó a Alberto, que era maestro en Bucaramanga, a Roma a hacer la Teología; esto pasó durante la separación de las provincias en Colombia: la provincia de oriente y la de occidente. Como yo había nacido en occidente, me quedé allí. Después de ordenados nos destinaron al mismo tiempo a estudios especiales en Teología: Alberto en Estrasburgo y a mí en Roma y, continuó la amistad y el trabajo conjunto que hacíamos en muchos aspectos de la Teología.
Alix: Muchas gracias por ese testimonio. Creo que es un recorrido por la misma historia del país. Cuando hablabas del oficio de escribir pensaba que no solo es importante en el sentido de contar lo que ha pasado, sino que también es el legado de la propia Provincia. Es un oficio y un arte difícil, pero que a lo largo de la vida deja muchos frutos positivos de todos esos aprendizajes que se van teniendo y que se van dejando como legado. Estabas hablando del 9 de abril, podrías contarnos qué recuerdas del Bogotazo, ¿qué recuerdas de toda esa época?
P. Alberto Múnera, SJ: Recuerdo que estábamos encerrados en el colegio desde la 1:00 p.m, cuando se supo la muerte de Gaitán y llegaban oleadas de estudiantes, sobre todo de la Nacional, tratando de tumbar la puerta del colegio. Más tarde, a las 6:00 p.m, uno de mis hermanos me recogió, me llevó al lado del panóptico mientras asaltaban todas las tiendas y terminaban en la Perseverancia que era un refugio para las personas durante el Bogotazo. Después me tocó caminar desde el panóptico hasta donde vivíamos en la calle 57, abajo de la 13. Atravesé toda la parafernalia de ese momento y después en la calle 39 con la policía que se había suble-
vado. Me tocó dar una vuelta por la séptima para poder llegar a mi destino. Llegué aprox. a las 9:30 - 10:00 p.m después de la caminata. Es un recuerdo por supuesto imborrable.
Estuve muy cerca de donde vivía Alberto y de la misma parroquia; nuestro señor juntó los caminos, nos unimos en los estudios del juniorado y tuve el honor de tenerlo como estudiante. Después en filosofía nos las arreglamos para estudiar juntos los proyectos filosóficos que presentaba el padre Silva.
P. Alberto Parra, SJ: Ese momento de la filosofía se hacía en las facultades eclesiásticas de la Javeriana, que están no en esta sede sino en Chapinero. Este edificio hoy está ocupado por tres comunidades, entre ellas una enfermería. En ese momento éramos por lo menos unos 4550 filósofos y otros tantos teólogos. Era una casa totalmente habitada y un cuerpo de profesores tanto de Filosofía como de Teología. En la parte de filosofía se destacaba especialmente el padre Hernando Silva porque no seguía las corrientes propias de la escolástica de la Filosofía medieval, sino que iba un poco más atrás y le encantaba el pensamiento agustiniano del gran San Agustín de Hipona, él teólogo fundamental de la entera Patrística de San Agustín.
Por fortuna, a mí me marcó desde el comienzo esa carrera mucho más humanística y literaria; mucho más profunda, que no eran tesis de carácter escolástico de demostrar cosas, sino de vivir una filosofía intensa. Al padre Silva le causó problemas esa corriente y se quejaron a Roma de que él no era escolástico y que estaba enseñando una filosofía demasiado light. Pidieron los apuntes tanto del padre Silva, los de Alberto, y los míos para ser examinados en la Congregación Romana de la Educación para ver si eso era ortodoxo o no. De todas formas, para mí tiene un tinte de gloria ese maestro de filosofía que nos encausó realmente por un pensamiento muy alternativo, muy humanístico, sumamente profundo y con todos los valores de santidad y
de intelectualidad que tiene San Agustín entre los doctores de la Iglesia.
Toño Pepe: Alberto Monera, ¿cuál fue el maestro o maestra que recuerdas que te marcó particularmente?
P. Alberto Múnera, SJ: Allá en la primaria tuve un par de maestros admirables que me marcaron con su enseñanza de la Geografía, de la Historia y de la Literatura. Se encantaban conmigo porque yo estaba al tanto de los libros que iban saliendo en la Biblioteca Nacional. Esas maestras marcaron mi infancia, yo les agradezco inmensamente. El colegio se llamaba Colegio Oriental de la Santísima Trinidad. Coincidencialmente, después yo sería profesor del gran misterio de la Santísima Trinidad durante toda la vida en la Facultad de Teología. Durante los 50 años, estuve enseñando el tratado, la asignatura del misterio del Dios trinitario. En eso también coincidimos con Alberto porque seguíamos muy de cerca los escritos de san Pablo y de san Juan, y era la base escriturística más fuerte que teníamos. Alberto se sabe de memoria a san Pablo en latín.
Alix: Vamos entrando a la fase final de la entrevista y nos gusta hablar sobre la humanidad de nuestros entrevistados. Antes de pasar a una dinámica muy chévere porque vamos conociendo a los entrevistados, me gustaría que brevemente nos pudieran contar quiénes son ustedes. Ya conocemos a los teólogos, a los pioneros de la Teología en la Provincia, a los escritores, pero nos gustaría que nos contaran ¿quién es el ser humano? ¿qué hacen en su tiempo libre?, ¿qué disfrutan en la cotidianidad?
P. Alberto Múnera, SJ: Mis aficiones han sido siempre la lectura. Libro que logro conseguir para mi propia satisfacción, como por ejemplo la famosa trilogía de los emperadores romanos que son tres mamotretos de 3000 páginas, libro que devoro; yo los disfruto. La lectura sigue siendo para mí el centro de descanso y de acercamiento
a la vida real. Me encanta la historia y la historia novelada que nos permite estar vinculados con la realidad sin estar necesariamente metido en una realidad virtual, sino directamente. Esa es mi afición principal y a eso dedico gran parte de mi tiempo libre, en la medida en que lo libera a uno en medio de todas las actividades propias de la vida religiosa y de la vida apostólica que llevamos tanto en la facultad como en la colaboración con las parroquias de los barrios populares. Esa es la actividad más cercana a una vida cotidiana que le permite a uno, sin salirse de la realidad, estar conectado con ella.
Tengo la grata oportunidad de visitar a parte de mi familia que reside en Estados Unidos, donde tengo la “sobrinería”. Tengo sobrinos tataranietos. Son cuatro generaciones que están detrás, dos de ellos fueron jesuitas que se retiraron por situaciones circunstancias imprevisibles. Uno de ellos está terminando su doctorado en la Sorbona y trabaja con la Superintendencia de Industria y Comercio con la actual ministra encargada. Visitar a la familia y encontrarme con ellos los días que es posible o cuando me invitan a una u otra actividad familiar es muy grato. Me siento muy cercano a mi familia, a la que le debo toda una formación espiritual, religiosa y el haber recibido la fe a través de la familia me hace inmensamente feliz. Me alegra participar en todas las celebraciones de bautizos, primeras comuniones, matrimonios, pues son múltiples. Ciertamente en todo eso se va la actividad cotidiana, la que vivimos en la Compañía de Jesús y compartimos en nuestras comunidades muy fraternalmente. Me siento feliz de vivir en la Comunidad de la Javeriana porque me mantiene muy cerca de toda la actividad académica y de la actividad universitaria, a la que pertenezco desde que comencé mis estudios.
En este momento, vengo a hacer en la Provincia uno de los pocos que hizo sus estudios y fue después profesor en la Javeriana. Sumando años son 54 años de vida académica, más los años de formación que fueron 20 prácticamente en la
Universidad Javeriana. Todo eso es parte de la vida cotidiana porque la cantidad de profesores, de profesionales, de diversas áreas, del Derecho, de la Medicina, de las Ciencias Sociales.
Nosotros molestamos mucho con los nombres, de este edificio y del que está detrás de nosotros; a este lo llamamos el Vaticano por ser el de Teología y el de aquí al lado lo llamamos el Olimpo por los grandes filósofos y las Ciencias Sociales, donde están los dioses del pensamiento. Tenemos el edificio en honor al padre Fernando Barón, que fue rector de la Universidad, y aquí al lado el edificio Manuel Briceño y el auditorio Jaime Hoyos, profesores nuestros entonces. Nuestros profesores, todos tienen edificio, a nosotros nos tocará las baterías de baños.
Alix: Muchas gracias padre.
P. Alberto Parra, SJ: Desde siempre en el ministerio como profesor y como teólogo, la Teología segunda, que no tenga una profunda experiencia en la Teología primera para mí no se compagina; que yo pudiera explicar nociones que están lejos de mí o nociones aprendidas. Por eso, cada vez que enseño lo primero que hago es asegurar el texto escrito, donde toda mi concepción, todas mis emociones, toda mi forma de pensar e incluso de dividir una materia teológica. Así he hecho siempre. Hablé del Bose Calderón que me acompañó en la barriada con mis alumnos; allá nos trepábamos para atender esas pobres comunidades. No solamente el entrar como los redentores, sino realmente vivir de sus gustos, de sus primeras comuniones, de sus fiestas, de tomar contacto realmente con ellos…
Alix: padre, tú hablabas de los gustos, ¿qué haces en tu cotidianidad? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
P. Alberto Parra, SJ: Algunos me critican porque llega el jueves, el viernes, después del almuerzo, yo cojo mi malética y salgo a las parroquias. Fundamentalmente a una parroquia dirigida
por Gilberto Duque, un amigo querido de Toño Pepe y mío; fue jesuita, pero tuvo que pasar al clero diocesano y se ordenó. Ha sido vicario general de la Diócesis de Engativá. Yo voy allí y se vive todo un proyecto pastoral de una iglesia de la misericordia, como quiso que fuera el obispo pasado.
Alix: Ahora sí les proponemos esta dinámica que busca un poco conocerlos y conocer estas curiosidades de su vida. Yo les voy a ir haciendo unas preguntas. La idea es que me respondan con lo primero que se les venga a la cabeza y que traten de ser lo más concisos respecto a la pregunta. Entonces vamos a empezar con la primera:
¿Qué es lo más extraño que han comido en su vida?
P. Alberto Parra, SJ: En Chantilly, un gran castillo que fue de la Compañía de Jesús había una especie de biblioteca grande y yo tuve que consultarla por mi tesis doctoral. El comedor era fantástico, unos vinos exquisitos, pero había algo que se movía en un plato y me lo pusieron para que me lo comiera; era cerebro de oveja crudo. Intenté arreglarlo con las salsas que podían, pero para mí francamente fue la cosa más extraña.
P. Alberto Múnera, SJ: Además de las exóticas hormigas santandereanas, a mí me pasó en un viaje a Rumanía que nos ofrecieron el plato más exquisito. Era también carne cruda llena de especies de diversas clases alrededor, pero era simplemente carne cruda. Todavía el sushi se pasa, pero la carne de res cruda ciertamente sabe a diablos.
Alix: ¿Cuál es su gusto más culposo del momento? Les puedo decir que mi gusto más culposo, y creo que el de Toño Pepe es igual, es que amamos la Coca Cola.
P. Alberto Parra, SJ: En Roma, me hice muy hincha en general de la pasta asciutta en todas
sus formas. Soy feliz con un buen plato italiano de pasta.
P. Alberto Múnera, SJ: Soy más local. Me encantan las empanadas de la calle 59 con ají picante. Siempre que puedo pasar por ahí y acercarme a comer una de esas empanaditas quedo muy satisfecho. Aunque hay unas que matan a las de Bogotá y son las empanadas de pipián.
Toño Pepe: En Popayán.
P. Alberto Múnera, SJ: Son deliciosas con un maní medio picante, pero pues hay que estar en Popayán para disfrutarlas.
Toño Pepe: Las acabo de disfrutar. Pasé toda la Semana Santa en Popayán y la mamá del querido compañero Hugo Nelson nos dio en “la vena del gusto”. Deliciosas y adictivas.
P. Alberto Múnera, SJ: Son deliciosas realmente.
Alix: Nuestra tercera pregunta es ¿qué país o qué lugar del mundo les gustaría visitar?
P. Alberto Parra, SJ: Tengo una afición especial por las ciudades y pueblos alemanes. Siempre añoro estar ahí, en la plaza, en el mercado. En general, en cada pueblo alemán, los sábados, domingos y festivos encuentras todas las comidas, todos los bizcochos, todos los sabores, todas las cervezas y al mismo tiempo una cantidad de cosas típicas que se ofrecen. Para mí es encantador estar ahí, lo gozo tanto. En mi espíritu quisiera volver. Quisiera estar allá.
P. Alberto Múnera, SJ: Tengo un problema y es que tuve el privilegio por la misericordia de Dios, y que compartí con Alberto, de haber podido visitar todos los países de Europa, además de algunos de África y algo de Asia; entonces tengo unos países preferidos. Por supuesto, nuestra permanencia en Alemania como párrocos de reemplazo en los veranos, lo que nos llevó a aprender un poco el alemán. El haber llegado hasta Moscú en tren y pasar por todos esos paisajes
especialísimos, o por ejemplo, recorrer Japón en el tren bala conociendo esos paisajes maravillosos... Me encantaría la vida alemana porque tengo muchas amistades que quedaron allá y no se diga de Italia que la recorrimos con Alberto de pueblo en pueblo, con todas las peculiaridades; lo mismo que España y Portugal. Francia la disfrutamos mucho cuando estuvimos en Chantilly estudiando en la biblioteca del castillo de los Rothschild, donde estaba la biblioteca más importante de la Patrística. Fue para nosotros una delicia el poder aprovecharla.
Alix: Si no hubiesen sido jesuitas, ¿qué profesión les hubiese gustado intentar?
P. Alberto Parra, SJ: He tenido un gusto por las cosas espirituales desde muy pequeño; desde que yo iba a estudiar, (tenía que salir de mi casa en la calle 30 del Museo Nacional y atravesar un cementerio y llegar a mi escuela). Cuando salía del Colegio pasaba casi siempre al cementerio donde estaba enterrada mi abuela, entonces yo quería estar en las cosas de Dios. Alguna vez le pregunté a mi madre, “mamacita, ¿la bendición de uno que va a ser sacerdote vale?· porque yo bendecía la tumba de mi abuela, pero era un niño de siete años. Para mí ha sido una vocación sin alternativa; era esa y solamente esa, y la sigo amando.
P. Alberto Múnera, SJ: Mi vocación también resultó muy temprana. Apenas entré al Colegio Mayor de San Bartolomé y los jesuitas volvieron pasé a ser acólito de la Iglesia de San Ignacio. Para mí era una dicha que me asignarán a acolitar las misas de los padres jesuitas que celebraban temprano a veces. Me tocaba madrugar mucho para llegar a la misa de 5:30 a.m. de uno de los padres, pero era grato, yo lo disfrutaba realmente. Aunque el anzuelo que lanzaron los jesuitas que nos metieron a los grupos vocacionales fue una encuesta en la que nos preguntaron qué profesión queríamos seguir. A mí me encantaba el mar, no lo conocía, y me pareció maravilloso ser marinero; ser médico también
me encantó y siempre fui aficionado a temas de salud médica gracias a una hermana que era la encargada de recetarnos a todos. Esas fueron las otras profesiones que mencioné en esa encuesta, la otra fue ser misionero en Alaska porque me había leído todos los libros del padre Llorente, el jesuita misionero en Alaska, que eran realmente deliciosos e impulsaban verdaderamente a la vida en la Compañía. Esas otras profesiones no tenían nada que ver frente a la opción por la Compañía que, también como dice Alberto, sigo amando de todo corazón.
Alix: ¿Cuál es el recuerdo más bello que todavía tienen en su corazón de toda su vida? ¿Qué nos puedes contar?
P. Alberto Parra, SJ: El recuerdo más profundo y más bello ha sido mi madre. Tal vez porque yo era el menor y mis hermanos eran estudiantes y algunos de ellos ya trabajaban. Mi madre fue un punto de referencia tan importante, tan grande. De mi papá tengo un recuerdo muy lejano, no lo pude disfrutar, entonces volqué todo a mi madre. Realmente fue una mujer bella, espléndida, cariñosa, tan religiosa que yo aprendí a ir a la iglesia de mano de ella, aprendí a rezar por ella, aprendí a iluminar el Divino Rostro que estaba siempre presente en mi casa con aceite de higuerilla. Realmente es el ser central de mi existencia. En mi cuarto tengo la fotografía de mi madre y siempre hablo con ella o le doy quejas.
P. Alberto Múnera, SJ: Para mí el recuerdo también es de la infancia porque mi papá murió cuando yo tenía 9 años. Lo recuerdo llevándome a misa a la Catedral de Bogotá. Me llevaba siempre, íbamos los dos a misa y quedó por ahí una foto en la que estamos camino a la Catedral. Lo interesante es que para mí esa visita a la catedral fue impactante porque mirando la cúpula había un santo con un pie salido, uno de los evangelistas que estaba en un fresco, pero el artista puso el pie en el yeso salido de la cúpula. No sé si lo han detallado alguna vez.
Toño Pepe: La próxima vez que vaya a la catedral voy a ir directo allá.
P. Alberto Múnera, SJ: a mano derecha. Es una historia que para mí fue conmovedora. Me impresionaba. Recuerdo igualmente a mi mamá, a mí me tocó enterrarla, asistí a su funeral junto con Alberto y Eduardo Gámez, que era decano de Medicina. Él médico me preguntó si le hacíamos resucitación. Yo dije: “No, déjela morir tranquilamente”. Ella tenía 81 años y había vivido una vida hermosa. Yo la quería muchísimo. Fue muy duro tomar la decisión de que no la resucitaran, quién sabe cómo podría quedar una persona a esa edad con una inyección de epinefrina en el corazón. Ese es un recuerdo doloroso pero grato, el saber que pude estar, porque ella decía que quería al morir estar con la asistencia de tres sacerdotes y estuvimos Alberto, Eduardo Gamez y yo, en ese momento en urgencias de San Ignacio.
Alix: Para finalizar, recordando a estas personas que se han ido, pero que nos han dejado legados muy importantes recordamos también al papa Francisco. Él nos hablaba de la esperanza. No solo la esperanza de estar aquí, sino la esperanza de ese legado que dejamos y sigue impactando positivamente al cuerpo Apostólico, a la Iglesia... Me gustaría que en medio de esta esperanza, que muchos de nosotros decimos que viene el Resucitado, pues nos cuenten para ustedes, ¿qué es la esperanza y cómo pueden compartirla con nosotros, el cuerpo Apostólico de la Provincia?
P. Alberto Parra, SJ: El asunto de la esperanza, en el libro que escribí sobre la Teología de la acción, el último capítulo, hace referencia a tres principios que son capitales en la acción, uno de ellos es el principio esperanza. Ese principio es de un alemán incrédulo, completamente comunista que dice que la esperanza, no en los términos católicos sino la esperanza humana, es completamente capital en la existencia para que el mundo progrese y el mundo vaya adelante. Él dice, por ejemplo, que el marxismo es realmente la mejor forma de esperar, y no solamente es-
perar, sino de ir ejecutando lo que la esperanza muestra. Sin esperanza no hay cambio, sin esperanza no hay proceso, sino esperanza no hay futuro. Le contesta otro alemán que hay que añadir el principio responsabilidad, porque la esperanza desbocada puede terminar haciendo cualquier cosa. Si no somos responsables con la esperanza. Yo espero, pero para llegar a lo que espero tengo que ser responsable de lo que hago. En los cambios sirve, pero para dónde va el cambio. Tiene que ser realmente con una gran responsabilidad. Me parece que es el esperar contra toda esperanza, pero en medio de la responsabilidad con el planeta, con las aguas, con los pájaros, con el medio ambiente… el esperar con responsabilidad. Me extasió con lo que se puede hacer, técnicamente hacia adelante, pero cuidado con una técnica que no sea responsable. ¿A dónde nos puede llevar? Así cada invento, cada tesis, cada sistema económico o político; esperar y querer el cambio, pero con responsabilidad.
P. Alberto Múnera, SJ: Para mí la esperanza es uno de los fundamentos de mi existencia. Yo vivo embebido en la persona del Señor Jesucristo que no es esperar contra toda esperanza sino al contrario el saber que esa esperanza es la realidad única que queda después de salir de este mundo. La esperanza es el motivo permanente de reflexión y de consideración, la esperanza cristiana, es decir, lo prometido por el Señor Jesucristo. Su oferta es que quien lo sigue a Él tendrá la vida eterna, la transformación de este ser material, insignificante, pero maravilloso creado por Él mismo para ser transformado ontológicamente y pasar de ser un simple ser humano creatural a un ser divinizado por la divinidad misma del Señor Jesucristo. Para mí es el anclaje esencial de mi existencia, de la que vivo día a día, hora a hora, minuto a minuto, que pasa por mi mente permanentemente, cada instante, porque experimento vitalmente que esa realidad en mí sucede, está sucediendo y está en camino de la plenitud infinita, de esa vida divina que es la esperanza que tenemos nosotros. No es
un concepto, no es una teoría, es una persona, la persona segunda de la Santísima Trinidad que se hizo humano, el señor Jesús, y que arrastró con esa vinculación con la humanidad, arrastró al ser humano, criatura suya a la plenitud infinita de Dios ¿qué más podemos esperar?
Toño Pepe: Un agradecimiento salido del corazón queridos Alberto Múnera y Parra. Muchas gracias por habernos regalado este tiempo, esta narrativa de su vida, esta dedicación tan comprometida, tan responsable con la Teología; a Alix también, una cómplice de estas faenas periodísticas. Muchas gracias. Y a ustedes también, en nombre de la Oficina Provincial de Comunicaciones. Muchas gracias.
P. Alberto Múnera, SJ: Gracias a todos ustedes por este rato admirable de poder compartir tan cercanamente nuestras experiencias interiores y teológicas.
P. Alberto Parra, SJ: Muchísimas gracias. Ustedes superan toda frontera, es realmente abrir una ventana sublime sobre dos vidas, ciertamente la mía de una pobre criatura que ha procurado responder a la ocasión del Señor. Pero ustedes la amplían, la venden, la propagan, mil gracias por su bondad.
Toño Pepe: Gracias al equipo detrás de cámaras y en la próxima entrevista escucharemos a la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, religiosa de la Compañía de María, ex-presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos. Aquí seguimos compartiendo con nuestra Provincia Colombiana, laicos y jesuitas, colaboradores en la misión, estos procesos de reconocer nuestra gente vinculante, los que están en el terreno, en la misión, en la calle y evocando con mucho cariño y gratitud a nuestro inolvidable papa Francisco. Muchas gracias.
Presbítero y mártir
Santiago Berthieu
Nacido en Polminhac (Francia) en 1838. Párroco en la diócesis de Saint-Flour. Ingresa en la Compañía de Jesús buscando ser enviado a las misiones. Destinado a las Islas de la Reunión, la expulsión de los jesuitas de Francia en 1881 le lleva a la isla de Madagascar. Predicando el Evangelio en medio de OS y persecuciones es brutalmente herido y obligado a una marcha de 10 kilómetros, tras la cual es finalmente fusilado, el 8 de junio de 1896. Fue canonizado por Benedicto XVI el 21 de octubre de 2012.
Presbítero y mártir.
JUNIO
San José de Anchieta
José de Anchieta nace en san Cristóbal de la Laguna, en 1534. Ingresa en la Compañía en 1551 en Portugal. Destinado al Brasil, se entrega a la formación de los indígenas bajo la luz del Evangelio. Ordenado sacerdote en 1566, después de diez años de Superior, es nombrado Provincial de todas las misiones brasileñas, siendo sabio superior y sobresaliente organizador. Es el primero en componer una gramática de la lengua indígena y en escribir un catecismo en la misma lengua. Como misionero apostólico procuró la promoción de los indígenas en lo humano, lo social y lo moral. Todo ello le mereció de los nativos el título de «Apóstol del Brasil». Murió el 9 de junio de 1597 en la ciudad de Reritiba, que en su honor lleva hoy el nombre de Anchieta. El papa Francisco lo canonizó, el 3 de abril de 2014.
Religioso
San Luis Gonzaga
Nació en el palacio de Castiglione, cerca de Mantua, en Lombardía en 1568, siendo el mayor de los hijos de Fernando Gonzaga, marqués de Castiglione delle Stiviere. A los nueve años, en Florencia, hizo voto de perpetua castidad ante un altar de la Santísima Virgen. Permaneció más de un año en España como paje de María de Austria y estudiante del Colegio Imperial de Madrid. Obtenido el permiso de su padre, después de una larga lucha, entró en la Compañía de Jesús el año 1587. Víctima de la peste contraída al cuidado de los enfermos contagiosos, murió en Roma en 1591. En 1726 fue canonizado por Benedicto XIII, quien en 1729 le declaró patrono de la juventud y, en especial, de la juventud estudiosa.
Trujillo, SJ, nos comparte cómo diversos acontecimientos vitales fortalecieron su vocación. Su narración es una amorosa contemplación de la acción de Dios, un eco de esa "historia sagrada" personal que cada jesuita va escribiendo. El P. Trujillo define la vocación como “un llamamiento a la vida, a entregarse, a proyectarse a trascender en los otros, ayudar a cicatrizar y a recuperar ese ser humano que es hijo de Dios”.
Estas palabras nos recuerdan que la vocación es una respuesta dinámica al Dios de la Vida, que nos convoca a encontrarle en el hermano, especialmente en el que sufre. Que este testimonio nos inspire a renovar nuestro "sí" al Señor y a seguir siendo portadores de esperanza.
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Libros de los nuestros
Academia teológica posmetafísica y posmoderna
Alberto Parra, SJ
Feria Internacional del Libro, mayo 7 de 2025
Tengo cinco minutos para presentar un libro de 828 páginas, más de 1000 citas, abundante bibliografía y buenos años de elaboración de sus capítulos -que yo llamo lecciones- y de sus partes -que son 3-
¿Con qué te puedes encontrar en el libro y con qué no te puedes encontrar, querido lector, si es que de sola lectura se tratara?
Encontrarás un escrito propio de ese espacio que Platón denominó “Academia” en honor de Academos, el mitológico dios protector del saber, del conocer, del investigar, del enseñar, del aprender. A ese espacio Aristóteles lo llamará luego “Liceo” o lugar en que se ejercita el conocer y el saber, el preguntar y el responder, el enseñar y el aprender. Hoy se conoce como “Universidad” de las ciencias y templo de la sabiduría.
Te encontrarás con la Academia en su dimensión teológica que responde a la vieja pregunta de Tomás de Aquino si la teología es ciencia y es sapiencia. Él comprendió en plena Edad Media que la teología es taller de artesano de cuanto puede investigarse y responderse, aprenderse y enseñarse bajo la óptica de Dios y de su plan universal en la cosmosfera o en la biosfera, en la zosfera o en la neumosfera, en la cristosfera y en la reinosfera, en esas dimensiones humanas del pasado, de presente y de futuro, en esos tiempos sucesivos de lo que fue, de lo que es y será en tanto que la verdad de Dios permanece para siempre.
Te encontrarás que la Academia Teológica hoy, aquí y ahora ni puede ni debe ser una ciencia que no sea sapiencia. Porque, más que las profesiones y los oficios para ganarse el sustento, la Academia teológica -como todo el sistema educativo- debe enseñar el saber y los saberes: saber ser,
saber vivir, saber ser en comunidad, saber ser en libertad, saber la vida presente y preparar con esperanza cierta la futura. Este libro se asocia al título glorioso de Jürgen Habermas Jerusalén o Atenas y a ese otro luminoso de Edgar Morin Los siete saberes indispensables para la educación del futuro.
Te encontrarás que la Academia Teológica, ya y en el comenzado futuro, corresponderá no a la era pretérita que fue la Modernidad subjetivista y racionalizante; tampoco a la era de la abstracción de lo existente en categorías pensadas como fue la antepasada Metafísica que sustituyó al existente real por la naturaleza humana, al pensar por el abstraer, a la raza y al color por accidentes mentales, a la rotunda subjetividad por los universales del ser que Heidegger en su texto Ser y Tiempo calificó de gigantismo de las esencias sin rostro y sin historia, sin existencia y sin memoria, sin angustia de vivir y certeza de morir: el gigantismo de la esencias sin existencias reales y amadas.
Academia, Teológica, Posmetafísica, Posmoderna en 37 sustanciales lecciones de la vida real, del hoy, del aquí, del ahora. De esa vida real que amó y sirvió el Papa Francisco de santa e inmortal memoria.
¡Feliz lectura de este texto mientras vamos de camino!
La Inteligencia Artificial: una mirada pastoral desde América Latina y el Caribe1
Lizardo Estrada Herrera Obispo auxiliar de Cusco - Secretario General del CELAM
Entusiasmo y temor son dos formas propiamente humanas para aproximarse al tema de la Inteligencia Artificial (IA), tecnología que no es nueva, pero que ha alcanzado la condición de un instrumento muy poderoso que influye -y lo hará con mayor alcance en el futuro próximo- en diversos ámbitos del quehacer humano.
En el centro de su influencia, está la dignidad humana.
La Inteligencia Artificial alcanza “de la medicina al mundo laboral, de la cultura al ámbito de la comunicación, de la educación a la política” 2 En definitiva, al modo de vivir. Este signo de los tiempos no pasó desapercibido para la 39ª. Asamblea del CELAM, reunida hace año y medio en Puerto Rico. La presidencia del Consejo encargó a su Centro de Gestión del
Conocimiento asumir una iniciativa que permitiera contar con antecedentes para ilustrar la reflexión pastoral. Prontamente, un grupo interdisciplinario de doctores en teología, filosofía, bioética, educación, economía, pastoral, comunicaciones, ingeniería, un empresario y un experto en temas laborales, venidos de diversos países, aceptaron el desafío.
Conformado el grupo, la presidencia del CELAM les envió una carta que señala:
“Nos parece que la inteligencia artificial, como todo avance científico y técnico, es parte de la misión creadora que Dios encargó a hombres y mujeres. A muchos traerá alivio en sus condiciones laborales, así como de vida personal y familiar; al mismo tiempo, para otros ofrecerá de dificultad de asumir estos cambios y podrían conformar nuevos grupos marginados o excluidos. Hay alcances múltiples. Por ello, como pastores en la Iglesia que peregrina en Latinoamérica y el Caribe, queremos disponer de una mirada seria y objetiva, que nos permita tener opinión fundada, abierta a los cambios y cuidadosa de la persona humana. Es en ese sentido que agradecemos profundamente su disponibilidad y lo invitamos a asumir esta tarea sabiendo que será un gran servicio a la Iglesia”.
Con entera libertad académica, con amplitud de mirada, se reunieron en Ciudad de México en agosto de 2024. Luego varias veces por medios tecnológicos y, nuevamente, en forma presencial en Bogotá, en marzo de 2025. Allí terminaron de afinar el documento que ahora tenemos el agrado de presentar.
El trabajo incluye desde nociones generales sobre Inteligencia Artificial hasta propuestas prácticas a los obispos del continente. El sumario incluye antecedentes históricos y evolución de la IA, aspectos éticos, antropológicos y teológicos, recoge el magisterio de la Iglesia, asume el desafío
1. Presentación tomada del libro: La Inteligencia Artificial: una mirada pastoral desde América Latina y el Caribe
2. Papa Francisco. Discurso en la sesión del G7 sobre inteligencia artificial. Borgo Egnazia, 14 de junio de 2024.
teológico del desarrollo digital, propone una mirada antropología cristiana y señala cómo se afecta la dignidad humana y cómo se ejerce la vocación del ser humano como cocreador responsable, reseña algunas aplicaciones e impactos de la IA (economía, procesos políticos, derechos humanos y la democracia participativa, salud, comunicación social, educación, trabajo, ecología), aun sabiendo que existen muchos ámbitos más afectados por esta tecnología.
Igualmente, el documento incluye llamadas a la acción: expresa recomendaciones y propuestas pastorales, hace una invitación a inculturar la IA en la Iglesia latinoamericana y caribeña, explica la vinculación entre IA e Iglesia y formula una interesante enumeración de regulaciones existentes en materia de Inteligencia Ar tificial.
La seriedad académica con la que el grupo ha desarrollado su cometido, su valioso aporte, nos lleva a expresar públicamente el agradecimiento de la Iglesia latinoamericana y caribeña por la tarea realizada inicialmente como Grupo de Trabajo IA-CELAM. También a alentarlos a continuar su tarea como Grupo de Trabajo de Frontera Tecnológica del CELAM, analizando los efectos que el desarrollo de la ciencia y la tecnología traen para nuestros pueblos.
Al mismo tiempo, al publicar este trabajo, esperamos que sirva particularmente a los casi dos mil obispos de América Latina, y, en general, a todo el Pueblo de Dios que peregrina en Latinoamérica y el Caribe, que tenga en estas páginas elementos ciertos para ofrecer orientación y acción pastoral.
Se trata de un trabajo claramente alineado con el Magisterio de la Iglesia y en especial del papa Francisco, que nos invitan a ver los progresos en la ciencia, en la tecnología y en toda empresa humana, como parte de la colaboración del hombre y de la mujer en el perfeccionamiento de la Creación visible3 , con equilibrio entre los beneficios que ofrece y los asuntos éticos envueltos en est a materia.
3. Antiqua et Nova, documento de los dicasterios para la Doctrina de la Fe y para la Cultura y la Educación. 28 de enero de 2025.
Descarga el libro completo acá o escaneando el código QR
MISIÓN Administradores
Secretaria
Renovación Programa de Seguros
Como es de su conocimiento, nuestro actual programa de seguros está contratado con HDI Seguros (antes Liberty Seguros). Su vigencia finaliza el 31 de julio de 2025. En este sentido, en los próximos días estarán recibiendo, a través del correo electrónico institucional, nuestra acostumbrada solicitud de actualización de información, con el fin de consolidar los datos requeridos para la renovación de la póliza para el período comprendido entre el primero (1) de agosto de 2025 y el treinta y uno (31) de julio de 2026.
Como es habitual, el formato incluirá algunas preguntas adicionales respecto a versiones anteriores, con el objetivo de seguir fortaleciendo y ajustando las coberturas del programa de seguros conforme a las necesidades reales de nuestras propiedades.
En esta oportunidad, queremos enfatizar especialmente en la descripción de las actividades y el uso principal de cada sede asegurada. Es fundamental identificar con precisión la actividad principal desarrollada en cada propiedad, por ejemplo: educación, finca de recreo, sede administrativa, servicio de hotelería, finca de producción, entre otros.
Asimismo, reiteramos la importancia de verificar que todas las sedes o propiedades estén debidamente registradas y que las direcciones se encuentren actualizadas, a fin de garantizar una adecuada protección del patrimonio y una correcta gestión del riesgo.
Agradecemos de antemano su valiosa colaboración y la de sus equipos de trabajo en el diligenciamiento de esta información. Como siempre, cuentan con nuestro acompañamiento y asesoría para facilitar este proceso.
aSiStencia jurídica
Cumplimiento de reportes ante la Superintendencia de Industria y Comercio - SIC con relación al Tratamiento de Datos - Habeas Data
La Circular 003 del 01 de agosto 2018, expedida por la Superintendencia de Industria y Comercio -SIC, en su numeral 2.1 literal f) inciso primero (i), señala que anualmente, los responsables de Tratamiento de Datos deben efectuar ante el Registro Nacional de Bases de Datos -RNBD tres tipos de reportes, que son:
1. Reporte semestral de reclamos de los titulares de datos personales: Lo que comprende las solicitudes de corrección, modificación, supresión y/o limitación parcial o total de datos personales existentes en las bases. Con el fin de cumplir con el reporte las tareas del Responsable del Tratamiento son: i) Realizar un consolidado del tipo de solicitudes presentadas por los titulares y; ii) Reportar ante la SIC dicho consolidado de forma semestral de la siguiente manera: Los casos presentados del 1 de julio al 31 de diciembre de cada año, dentro de los quince (15) primeros días hábiles del mes de febrero siguiente y los casos presentados del 1 de enero al 30 de junio de cada año, dentro de los quince (15) primeros días hábiles del mes de agosto siguiente.
El 3 de febrero del año en curso, desde la Asistencia Jurídica de la Administración Provincial se efectuó el reporte de los reclamos presentados por los titulares ante la SIC, referente a las siguientes personas jurídicas: Compañía de Jesús, Fundación Colegio Mayor de San Bartolomé y Fundación de Servicio Social Carlos González, del periodo comprendido del 01 de julio al 31 de diciembre de 2024. Esta tarea a nivel nacional la hemos podido lograr con la coordinación y apoyo de los Oficiales de Privacidad a nivel local.
2. Actualización anual de novedades en bases de datos: La actualización anual de las bases de datos inscritas ante el RNBD debe hacerse anualmente a partir del 2 de enero y como fecha límite el 31 de marzo. La información que debe actualizarse es la comprendida en las bases de datos ya existentes siempre y cuando estén en estado activo y hayan presentado alguna novedad, por ejemplo, cuando hay un cambio en el número de titulares registrados.
Se debe tener en cuenta que la actualización corresponde a la cantidad de titulares cuyos datos personales están almacenados en nuestras bases de datos, no de los registros que se tengan de dichas personas. Es decir, se tendrá
en cuenta únicamente al titular, independiente de la cantidad de registros que se tenga de esta persona.
Este año la Asistencia Jurídica de la Administración realizó este reporte dentro del término legal, a partir de la información registrada y actualizada en SAP para las obras de Compañía de Jesús. En el caso de la Fundación Colegio Mayor de San Bartolomé y Fundación de Servicio Social Carlos González la información se registra a partir del reporte de su Oficial de Privacidad Local.
Cabe precisar que los soportes del envío de los dos reportes anteriores a la SIC, esto es el reporte semestral de reclamos de los titulares de datos personales y actualización anual de novedades en bases de datos, se comparten con los Oficiales de Privacidad Local de cada obra.
3. Incidentes de seguridad: Así mismo, independiente de los reportes anuales y semestrales que deben efectuarse, también se deben registrar los incidentes de seguridad, es decir, aquellos eventos en que se evidencie la violación de los códigos de seguridad o la pérdida, robo y/o acceso no autorizado a la información depositada en las bases de datos; estos casos deberán reportarse dentro de los quince (15) días hábiles siguientes al momento en que se detecten y sean puestos en conocimiento de la persona o área encargada.
Así las cosas, cuando las obras detecten un incidente de seguridad este debe ser reportado inmediatamente a la Asistencia Jurídica a través de un correo electrónico al buzón tratamientodatos@jesuitas.org.co en el que se detalle el incidente y las acciones que se han adelantado. De esta forma se podrá evaluar si corresponde a un incidente de seguridad y, por tanto, amerita hacer el reporte ante la SIC.
Finalmente, es importante tener en cuenta que, en los tres tipos de reporte referenciados anteriormente, hay que trabajar en conjunto, la Asistencia Jurídica, los Oficiales de Privacidad Local y las Obras, con el fin de cumplir oportunamente y dentro del término legal con las obligaciones legales ante la Superintendencia Industria y Comercio - SIC.
Línea Corporativa de La Asistencia Jurídica
Nos complace informar que se ha habilitado la línea de celular corporativa 3115956501 para el servicio de Asistencia Jurídica de la Administración Provincial, disponible tanto para llamadas como para mensajes vía WhatsApp.
El horario de atención es de lunes a viernes de 8:00 am a 5:00 pm, y para temas relacionados con Contratación Civil el horario es de 7:00 am a 4:00 pm. A través de esta línea, podrán realizar el seguimiento de las solicitudes previamente remitidas a la Asistencia Jurídica; sin embargo, recordamos que este canal no está habilitado para la radicación de nuevas solicitudes, las cuales deben ser enviadas por correo electrónico.
GeStión humana
Fiebre amarilla: una amenaza prevenible que sigue latente en Colombia
La fiebre amarilla, una enfermedad viral aguda transmitida por la picadura de mosquitos infectados, continúa representando un riesgo real en varias regiones de Colombia. Aunque su nombre proviene del característico color amarillento que puede adquirir la piel por afectación hepática, esta enfermedad puede ir desde cuadros leves hasta presentaciones graves e incluso mortales.
Con dos ciclos de transmisión bien diferenciados —selvático y urbano— el virus circula de manera compleja. En zonas selváticas, el contagio ocurre entre monos y mosquitos del género Haemagogus, con humanos infectados al ingresar a estos ecosistemas. En ambientes urbanos, el principal transmisor es el mosquito Aedes aegypti, que propaga el virus entre personas en áreas densamente pobladas. Esta doble modalidad obliga a adoptar estrategias integrales que combinen vacunación masiva y control ambiental.
En Colombia, los departamentos de Amazonas, Caquetá, Casanare, Cesar, Guainía, Guaviare, La Guajira, Meta, Putumayo, Vaupés y Vichada están identificados como zonas de riesgo. Sin embargo, el desplazamiento de personas y el cambio climático podrían expandir su presencia a nuevas áreas.
Los síntomas suelen aparecer entre tres y seis días después de la picadura y comienzan con fiebre alta, dolores musculares, fatiga, náuseas, vómito y cefalea. En algunos casos, los síntomas ceden, pero en otros, la enfermedad progresa hacia una fase tóxica más peligrosa, que incluye ictericia, sangrados, falla hepática y renal, alteraciones cardíacas y un alto riesgo de muerte. No existe un tratamiento antiviral específico, por lo que el manejo médico se limita al soporte de los síntomas.
La buena noticia es que la fiebre amarilla es prevenible. Una sola dosis de la vacuna proporciona inmunidad y está disponible en Colombia para personas entre los 9 meses y los 59 años. Para mayores de 60 años o quienes ya hayan recibido la vacuna anteriormente, se requiere valoración médica previa. La inmunización no solo protege al individuo, sino que actúa como una barrera comunitaria frente a posibles brotes.
Además de la vacunación, se recomienda el uso de repelentes, ropa de manga larga, mosquiteros y la eliminación de criaderos de mosquitos, especialmente aquellos formados por recipientes con agua estancada.
En un contexto donde muchas enfermedades transmisibles han perdido visibilidad pública, la fiebre amarilla se mantiene como un recordatorio urgente de la importancia de la vigilancia epidemiológica y la acción preventiva.
Desde la Compañía de Jesús, se hace un llamado a todo el Cuerpo Apostólico a adoptar y promover activamente las medidas de prevención recomendadas. La protección individual y colectiva está en nuestras manos y puede ser decisiva para evitar nuevas infecciones y salvar vidas.
contabilidad
Fuentes No Convencionales de Energía (FNCE): oportunidades y beneficios para la Compañía de Jesús
Las Fuentes No Convencionales de Energía (FNCE), comúnmente conocidas como energías renovables, representan una alternativa sostenible y ambientalmente responsable frente a los sistemas energéticos tradicionales. Su principal ventaja radica en su bajo impacto ambiental, al emplear recursos naturales con capacidad de renovación ilimitada.
Compromiso de la Compañía de Jesús con la sostenibilidad
La Compañía de Jesús ha asumido activamente el reto de incorporar energías limpias en sus obras, consolidando su compromiso con la sostenibilidad ambiental y la innovación energética. Para la implementación de un proyecto de energía solar fotovoltaica, es necesario contar con el certificado por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), entidad
adscrita al ministerio de minas y energía (MME), adicionalmente habilita el acceso a diversos beneficios tributarios.
La Compañía de Jesús está explorando activamente la implementación de Fuentes No Convencionales de Energía (FNCE), impulsada tanto por su compromiso con la sostenibilidad ambiental como por los beneficios económicos derivados de este tipo de iniciativas.
En este contexto, la Ley 1715 del 13 de mayo de 2014, modificada por la Ley 2099 de julio de 2021, establece el marco normativo para promover el desarrollo y la utilización de energías renovables en Colombia, incluyendo tecnologías como la energía solar fotovoltaica.
Esta normativa tiene como propósito principal fomentar la inversión en proyectos de energías limpias a través de una serie de incentivos tributarios, entre los cuales se destacan los siguientes:
1. Deducción especial en el impuesto de renta: Las inversiones en FNCE pueden ser deducidas hasta en un 50% del valor total de la inversión, distribuido en un período no mayor a 15 años, sin superar el 50% de la renta líquida del contribuyente.
Si bien este beneficio no aplica directamente a la Compañía de Jesús al no ser contribuyente de renta, es importante conocer su existencia.
2. Exclusión del IVA: De acuerdo con la normatividad vigente, los paneles solares fotovoltaicos y los inversores están excluidos del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA), siempre y cuando cumplan con los requisitos técnicos y procedimentales establecidos por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME).
3. Exención de aranceles: Se otorga la exención del pago de derechos arancelarios a la importación de maquinaria, equipos e insumos destinados a proyectos de energías renovables.
4. Depreciación acelerada de activos: Los activos asociados al proyecto solar pueden ser depreciados a una tasa de hasta el 33.33% anual, lo que representa una ventaja contable y financiera. Para acceder a este beneficio, se requiere una certificación del Ministerio de Ambiente, con base en el listado oficial emitido por la UPME.
Por lo anterior, la Compañía de Jesús podría acogerse al beneficio N.º 4: Depreciación acelerada de activos, contemplado en la legislación vigente.
Estos beneficios representan una oportunidad estratégica para avanzar en la transición energética del país, al tiempo que se fortalece el compromiso institucional con el cuidado de la casa común, alineado con los principios de la Encíclica Laudato Si’.
Reducción de costos operativos a largo plazo
La adopción de tecnologías basadas en Fuentes No Convencionales de Energía (FNCE), como la energía solar fotovoltaica, puede generar una reducción significativa en los costos operativos a mediano y largo plazo. Al disminuir la dependencia de fuentes tradicionales de energía,
se reducen los gastos por consumo eléctrico y se mitigan los efectos de posibles aumentos en las tarifas del servicio público. Esta eficiencia económica contribuye a una gestión financiera más sostenible y predecible para la Compañía de Jesús.
Actualmente, en el marco de su compromiso con el cuidado de la casa común, la Compañía de Jesús ya ha comenzado la implementación de proyectos de energía limpia en algunas de sus obras. Estas iniciativas, basadas en el uso de tecnologías sostenibles como la energía solar fotovoltaica, reflejan el liderazgo institucional en la transición energética y sirven como ejemplo para replicar en otras sedes y comunidades.
Desde esta Administración, la dirección de tecnología y con un equipo de expertos hemos compartido con ustedes los términos de referencia para proyectos de energía fotovoltaica. Esperamos sean de gran utilidad.
tecnoloGía
Avanzamos en la Automatización de la Gestión y Recaudo: Mejores resultados, más transparencia
La Compañía de Jesús continúa su apuesta por procesos más eficientes e innovadores. Como parte de esta estrategia, se implementó en nuestros colegios un nuevo sistema automatizado de gestión y recaudo desde SAP, con el objetivo de optimizar la comunicación con las familias, asegurar una gestión más ordenada de la cartera y fortalecer la sostenibilidad financiera de nuestras obras educativas.
¿Qué se pretende con esta automatización?
El principal propósito es realizar un seguimiento sistemático y respetuoso de las obligaciones económicas, garantizando que los padres de familia reciban notificaciones oportunas a través de los canales que autorizaron en su contrato escolar. Además, se busca minimizar los errores manuales, asegurar la uniformidad de las acciones de cobranza y cumplir de manera estricta con la Ley 2300, que regula los mecanismos de contacto.
¿Qué ventajas trae?
- Transparencia: La automatización asegura que el proceso sea justo, respetuoso y visible para las partes involucradas.
- Eficiencia: La ejecución semanal programada evita duplicidad de gestiones y optimiza los tiempos de recaudo.
- Cumplimiento normativo: Se respetan estrictamente los canales de contacto autorizados por cada familia.
- Seguimiento personalizado: Cada estudiante es gestionado individualmente, mejorando la precisión de las acciones.
- Flexibilidad: En caso de canales no autorizados, se activa de manera automática un canal alternativo, asegurando la comunicación.
¿Qué hemos logrado hasta ahora?
Desde su puesta en marcha, el proceso ha permitido:
- Incrementar el control de las actividades de recaudo, evitando errores y mejorando la trazabilidad de cada acción.
- Mejorar los indicadores de recuperación, gracias a la periodicidad semanal y al ajuste dinámico según la edad de vencimiento de la cartera.
- Fortalecer la relación con las familias, al garantizar comunicaciones respetuosas, claras y en cumplimiento de la normativa vigente.
- Reducir cargas operativas en los equipos de gestión de cartera, permitiéndoles enfocarse en casos especiales o de mayor complejidad.
Con esta iniciativa, seguimos consolidando procesos de excelencia administrativa, siempre al servicio de nuestra misión educativa y apostólica.
Bogotá, 5 de mayo de 2025 2025/Cir.03/Prov.
CIRCULAR DEL PADRE PROVINCIAL
En el marco del itinerario de reestructuración de la formación en la CPAL , se han puesto en marcha, desde noviembre del 2024, tres procesos significativos en torno a los noviciados de nuestra Conferencia: el proceso Mesoamericano (que involucra a las Provincias de México, Centroamérica y el Caribe), el proceso del Cono Sur (que involucra a las Provincias de Brasil, Chile, Argentina-Uruguay y Paraguay) y el proceso que hemos denominado Andino Amazónico. Los provinciales de Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y Venezuela, después de un cuidadoso camino de recolección de datos, profunda reflexión y, sobre todo, discernimiento comunitario en el que fuimos acompañados por el Delegado de Formación de la CPAL, queremos comunicar los siguientes puntos:
1. Proponemos la apertura de un nuevo noviciado para las cinco provincias en la actual sede del noviciado San Ignacio, en Quito, Ecuador.
2. Este nuevo noviciado llevaría por nombre: Noviciado Interprovincial San Pedro Claver, SJ.
3. Para ello, consideramos oportuno proceder a la suspensi ón de los noviciados provinciales actuales de Colombia (Medellín) y Venezuela (Caracas), así como del noviciado regional de las Provincias de Ecuador, Bolivia y Perú, ubicado en Quito, Ecuador.
4. Planteamos que este proceso se lleve a cabo gradualmente, a partir de la recepción de su aprobación.
5. Sugerimos que el padre Edil Calero, SJ, actual maestro de novicios en Quito, continúe desempeñando este rol en el nuevo noviciado, ubicado en la misma sede, pero con un renovado plan de formación y estructura, dada su naturaleza interprovincial, hasta diciembre de 2026, esto, con el fin de garantizar una transición fluida y adecuada al nuevo noviciado.
6. En el año 2026, como fruto del discernimiento conjunto de los cinco provinciales, nos permitiremos proponer al P. General un nuevo maestro de novicios, quien deberá comenzar su misión en enero de 2027.
Este proceso de configuración de un noviciado para nuestras cinco provin cias nos llena de profunda consolación. Si bien experimentamos la natural nostalgia por el cierre de noviciados tan queridos y significativos en la historia de nuestras provincias, nos sentimos impulsados por la realidad del número de novicios en la región, así como por la conciencia de lo complejo que es sostener económicamente edificaciones muy grandes y garantizar equipos de formadores de calidad. Frente a ello nos acompaña el ferviente deseo de ofrecerles una formación atenta, esmerada, responsable y renovada.
Reconocemos que las sedes de Quito y Medellín son lugares apropiados para la formación de novicios. Sin embargo, hemos discernido que la elección de Quito ofrece una riqueza particular. Colombia, por su parte, cuenta con el Centro Interprovincial de Formación (CIF) en Bogotá.
Creemos que la diversidad geográfica de una casa de formación puede enriquecer significativamente el proceso formativo, abriéndolo a una perspectiva más amplia de la universalidad de nuestra Compañía y de la formación en y para esa universalidad.
Hermano en el Señor,
Hermann Rodríguez Osorio, SJ Provincial
Cumpleaños de jesuitas en junio
1 Luis Fernando Álvarez
2 Jonnathan Marín Cano
Fernando Mendoza Vargas
3 Edwin Mauricio Martínez
4 Edmo Flores dos Santos
Luis Aurelio Castañeda
Carlos Eduardo Correa
7
Javier Ignacio Hernández
Camilo de Jesús Quijano
8 Romel Yamid Pastrana
10 Alejandro Bejarano Acosta
11 Andrés Hernández Caro
12 Gilberto Cely Galindo
Álvaro Stivel Toloza
13
14
16
Ángel Mauricio Mosquera
Angelino Ortiz Ruiz
Carlos Emilio Ossa
Jaime Pérez Pérez
Víctor Alonso Herrera
Juan Antonio Ramírez
19 José Yamid Castiblanco
20 Anselmo Molano Vergara
27 Jorge Julio Mejía
28 Virgilio Arias Salazar
29 Jorge Augusto Quintero
30 Diego Giraldo Aristizábal
Te invitamos a ver todos los
Hemos compartido una serie de conversaciones cada uno con un tema que busca abrirnos al diálogo, la escucha y la profundidad. Si ya viste algunos, gracias por caminar con nosotros. Si te falta alguno, aún estás a tiempo de completarlos.
Cada video es una oportunidad para detenernos y reflexionar.