Via Crucis - Para redescubri el camino de la Fe

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Jesús muere en la cruz.

DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN

P/. Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos. R/. Porque por tu santa cruz redimiste el mundo.

TEXTO BIBLICO

REFLEXIÓN

Del Evangelio según San Mateo 27, 45-50. 54 Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde Jesús gritó: «Elí, Elí lamá sabaktaní», es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Al oírlo algunos de los que estaban por allí dijeron: «A Elías llama éste». Uno de ellos fue corriendo; enseguida cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían: «Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo». Jesús, dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: «Realmente éste era Hijo de Dios».

En la cruz, Jesús eleva su voz de lamentación diciendo: «Elí, Elí lamá sabaktaní», es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Son expresiones que también nosotros pronunciamos en los momentos desesperados de nuestra vida. Cuantas veces sentimos desfallecer el alma ante tanto sufrimiento humano como Jesús mismo experimentó en la cruz. Cada vez que el sufrimiento y el dolor nos abruman debemos volver nuestra mirada a la cruz; porque allí está nuestra esperanza. Señor Jesús, que nos invitas a volver a recorrer la historia de nuestra fe, ayúdanos a hacer morir en la cruz los pecados que matan el alma; y a depositar nuestra confianza en ti.

PETICIÓN

REZAR

Por todos nuestros familiares que han muerto con Cristo; para que resuciten con él a la vida eterna, por la fe que Dios nos ha dado. Roguemos al Señor.

Un Padre Nuestro. Un Ave María. Un Gloria…

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DÉCIMA TERCERA ESTACIÓN

Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre.

P/. Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos. R/. Porque por tu santa cruz redimiste el mundo.

TEXTO BIBLICO

REFLEXIÓN

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 54-55 El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: «Realmente éste era Hijo de Dios». Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle.

La muerte de Jesús ocasionó consternación en sus propios verdugos que, al ver todo lo que sucedía aquél momento, dijeron: «Realmente éste era Hijo de Dios». Este acontecimiento fúnebre de descolgar el cuerpo muerto de Jesús inundaba de tristeza y dolor el corazón de la virgen María. Cuantas veces nos lamentamos después de haber tratado violentamente a nuestros hermanos, cuantas veces nos lamentamos después de todo lo que hemos proferido; cuantas veces nos lamentamos al ver sufrir a nuestros hermanos. Señor Jesús, que buscas sin cesar la conversión y la renovación de nuestras vidas, enséñanos a coger, a través de la fe, en nuestros brazos, a nuestros hermanos enfermos, débiles y desprotegidos.

REZAR

PETICIÓN

Por todas aquellas personas que no creen en Dios; para que Dios les avive la fe que está dormida en sus corazones. Roguemos al Señor.

Un Padre Nuestro. Un Ave María. Un Gloria…

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