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En Jael Joyería siempre hemos creído que los desafíos merecen la pena cuando son compartidos. Desde la apertura de nuestra primera boutique en Compostela, hace ya más de 30 años, hemos intentado crecer de la mano de nuestros clientes, convertidos siempre en amigos, superando obstáculos en común, poco a poco, sabiendo que sólo con su confianza podemos llegar a nuestros objetivos.
Por eso nos ha emocionado tanto colaborar con Sarah Almagro, campeona del Mundo de surf adaptado, que protagoniza las páginas centrales de este número de Joyas de Galicia. La entrevista que aparece en esta revista es más que interesante: para ella, que ha tenido que superar dificultades que a la mayoría nos parecen insalvables, la clave está en apoyarse en quienes te quieren, aceptar su ayuda e ir más lejos, una filosofía que compartimos.
En estas páginas encontraréis, como es habitual desde 2011, historias de la historia de las ciudades en las que estamos presentes, A Coruña y Santiago, y un repaso por obras artísticas que reflejan la época navideña en la que estamos. También haremos parada en algunas investigaciones singulares que se llevan a cabo en las universidades y mostraremos cómo se prepara en Viveiro la Semana Santa, una de las fiestas más tradicionales y masivas de Galicia.
Nos encantaría que nos acompañaseis en este viaje y en los proyectos compartidos que estamos cerrando para 2026, otro año que prevemos ilusionante para Jael Joyería.
Os deseamos que disfrutéis de estas Fiestas en compañía de vuestros seres queridos.
JOYAS DE LA NAVIDAD
Pintura en la Catedral de Santiago
JOYAS DE LA ARQUITECTURA 12
Rascacielos coruñeses
JOYAS DE LA EMPRESA
Técnicas Constructivas de Ocio
JOYAS DE LA HISTORIA
El desaparecido hospital de San Miguel



jael joyas de galicia
28 • invierno 2025
Edita: Jael Joyería
Producción y diseño: Versal Comunicación, S. L.
Dirección: Elena Goyanes
Coordinación: Martiño Suárez
Traducción inglés: Isabel M. Portela
Maqueta: Paula Cantero
Fotografía: Adolfo Enríquez Estudio Fotográfico
Ilustración: Sr. Reny
Imprime: Gráficas Lasa
: 2254-0253



















































































































texto: ramón yzquierdo peiró museo catedral de santiago

English translation on page 94
A lo largo de los siglos, las celebraciones de la Navidad tuvieron en el ceremonial propio de la catedral compostelana un protagonismo destacado y, de hecho, desde principios del siglo XIII, ante la fachada del trascoro mateano, presidida por un tímpano de la Adoración de los Magos, tenían lugar celebraciones navideñas con fuerte arraigo popular.
Las iconografías relacionadas con esta temática de la Natividad y, de manera especial, con las representaciones de María como Madre de Jesús, cuentan con importante presencia en los fondos artísticos catedralicios, conformados en el tiempo a través de procedencias y vicisitudes diversas.
Entre estas escenas relacionadas con la Navidad se encuentran dos piezas que se han vinculado al legado testamentario del arzobispo Pedro Carrillo y Acuña, quien falleció en 1667; ambas atribuidas al pintor boloñés Guido Reni. Parece, por lo que recoge su testamento, que en la colección personal del prelado figuraban, al menos, cuatro obras del citado artista. Dos de ellas forman parte, actualmente, de la poco conocida colección pictórica de la catedral compostelana, recientemente recuperada a través del proyecto Historia Pinxit, desarrollado por la Fundación Catedral junto con el Grupo de investigación Iacobus de la Universidad de Santiago.
Estas obras muestran la presencia de la pintura barroca italiana en los fondos de la catedral, y completan su colección de iconografías dedicadas a las devociones marianas y a la Navidad

fotografía: adolfo enríquez


La primera de las piezas es una delicada representación de María velando el sueño del Niño Jesús que podría tratarse del «óvalo con marco dorado en que está pintada Nuestra Señora y Su Santísimo Hijo» que figura en el inventario correspondiente al citado legado del Arzobispo Carrillo, tal y como ha estudiado Leopoldo Fernández Gasalla. La descripción coincide con el cuadro hoy expuesto en el Museo Catedral, tras una compleja restauración que lo salvó de su desaparición y, además, el referido formato oval, el tipo de encuadre de la escena y sus características estilísticas, refuerzan su atribución a Reni o, en cualquier caso, a alguno de los miembros de su taller, los cuales solían copiar sus cuadros ante el amplio mercado con el que contaba en su época. De hecho, este mismo modelo se repite en otras obras atribuidas al propio Guido Reni, caso de un cuadro conservado en la colección Zanchi de Ginebra.
La comentada referencia en el testamento de Carrillo también alude, junto al óvalo con la representación de María, a un cuadro de San Pedro, al que tal vez pudiera pertenecer un fragmento, muy mal conservado, en el que se adivinan las llaves que le caracterizan, si bien también podría tratarse de una pieza de García de Bouzas sobre la que hay, así mismo, alguna documentación.
La otra pieza atribuida a Guido Reni está dividida en dos cuadros rectangulares, si bien pudo haber sido separada y repintada con posterioridad, tal y como planteó, en el momento de su descubrimiento, José María Díaz Fernández, quien, atendiendo a criterios estilísticos, fue el primero en relacionar su autoría con la figura del pintor boloñés.
El trabajo en cuestión se trata de una Anunciación en la que, sin embargo, se aprecian ciertas diferencias entre las representaciones del Arcángel y de María. Así lo ha señalado Paula Pita Galán, quien, tras un estudio comparativo de otras anunciaciones de Reni, atribuyó la imagen de María a una posible copia de la Virgen de la Contemplación de Carlo Maratta; mientras que la de Arcángel, por su parte, guarda muchas similitudes con la de la Anunciación de Ascoli Piceno, obra de Guido Reni; llevando la datación de ambos lienzos a los primeros años del siglo XVIII, el de las Luces.
En todo caso, en estas dos obras todavía enigmáticas nos encontramos ante muestras destacadas de la presencia de la pintura barroca italiana en los fondos catedralicios que, así mismo, complementan de forma notable su colección de iconografías relacionadas con las devociones marianas y celebración de la Navidad en Compostela. ᴥ





La Rolex 24 at Daytona 2026, programada del 24 al 25 de enero en el Daytona International Speedway, será la 64.ª edición de esta mítica carrera de 24 horas de resistencia y velocidad automovilística. Con unos sesenta participantes, los pilotos rotan en relevos intensos sobre un trazado de 5,73 kilómetros, enfrentando día, noche y amanecer en una prueba extrema en la que la concentración y la precisión son imprescindibles.Rolex apoya esta competición desde 1992 como patrocinador titular, tras iniciar su vínculo con Daytona en 1959 y reafirmarlo con el circuito inaugurado ese año.
Impresionada por sir Malcolm Campbell, quien batió récords de velocidad en los 30 con un Rolex Oyster en la muñeca, la marca ginebrina simboliza precisión y excelencia. Su filosofía Perpetual une relojería y automovilismo desde los orígenes del Daytona Continental en 1964, cuando se regalaban cronógrafos como premio. Los ganadores reciben un Oyster Perpetual Cosmograph Daytona grabado, el icónico modelo de 1963 nombrado por el Speedway, diseñado para pilotos de resistencia extrema. Rolex premia no solo velocidad, sino perseverancia de los pilotos que participan.



La edición 2026 anticipa duelos entre Porsche, Cadillac, Acura y Ford sobre la pista. Rolex extiende su legado motor a pruebas como la Fomula 1, la WEC y citas clásicas como Pebble Beach y cuenta con embajadores de este mundo como sir Jackie Stewart (desde 1968), Max Webber y Jenson Button, consolidando su rol en deportes de élite.

La firma patrocina una de las carreras de resistencia más míticas del calendario del motor
texto: m. míguez
fotografía: adolfo enríquez

Desde su fundación, A Coruña estaba llamada a buscar la verticalidad. La Torre de Hércules, símbolo por excelencia de la ciudad, es el primer ejemplo de una voluntad de destacar y elevarse que se traslada a la arquitectura urbana con la construcción de edificios que suman plantas a medida que los progresos técnicos lo permiten. La altura es poder. El primer rascacielos de España tiene corazón coruñés. Igual que la más alta de las torres de Galicia. A Coruña insiste en tocar el cielo.

El pasado noviembre celebró su centenario el primer rascacielos del país. El edificio del Banco Pastor, inaugurado en 1925 en el Cantón Pequeno coruñés, fue un desafío arquitectónico para la época y una declaración de intenciones de una ciudad que aspiraba a asemejarse a las grandes urbes europeas. Transformación, progreso y desarrollo económico condensados en un inmueble de diez plantas. Cuarenta metros de altura que desde la perspectiva actual quedan eclipsados por grandes torres internacionales que multiplican por seis su alzada, pero que durante cuatro años –hasta que en 1928 se inauguró la sede de la Compañía Telefónica Nacional en la Gran Vía madrileña– fueron el espejo en el que se miraba el resto de las ciudades españolas. En los años veinte del siglo pasado, A Coruña era la ciudad con más población de Galicia, superando los 62.000 habitantes, y una capital financiera. La obra de los arquitectos Antonio Tenreiro y Peregrín Estellés transformó la imagen de la tradicional fachada portuaria herculina de galerías blancas de madera y abrió el camino a un modelo de urbanismo que se afianzó en las décadas siguientes. Fue el primer inmueble de la ciudad en ocupar toda una manzana –para su construcción se derribaron once casas– y miraba desde arriba incluso al Obelisco. Este gigante de aire americano, con estructura de hormigón y proyectado con las pautas de la Escuela de Chicago, fue el primer hito vertical de A Coruña y, durante un tiempo, el techo de España.


El rumbo urbanístico esbozado por el edificio del Banco Pastor tuvo continuidad a partir de los años cincuenta. El Plan de Alineaciones de 1948 fijaba la altura máxima de las edificaciones en catorce metros y abría la puerta a la construcción especulativa. Más altura implicaba más viviendas y, con ello, mayor negocio inmobiliario. Comenzaron entonces a levantarse en el Ensanche de la ciudad edificios con más de diez pisos planteados entre medianeras de otras construcciones de menor alzado. La Torre Golpe, obra del arquitecto Santiago Rey Pedreira, fue la primera. En la bifurcación de las avenidas de Linares Rivas y Primo de Rivera, sus 75 metros, divididos en 23 plantas, hicieron de ella la más alta de la ciudad entre 1955 y 1971. También llevan su firma la Torre Coruña (1966), de 65 metros, que cierra la manzana entre Paseo de Ronda y la avenida de Calvo Sotelo, mirando a la playa de Riazor, y la torre del Hotel Riazor (1966), de 70 metros, que es uno de los dos edificios que rompen la uniformidad de la fachada litoral en este tramo del Paseo Marítimo. El otro, obra de Jacobo Rodríguez-Losada Trulock, es la Torre Siso (1963). Comparte manzana con el hotel, alzando sus 64 metros en la confluencia de la avenida de Rubine con la glorieta de la avenida de Buenos Aires.


De esta época es también la Torre Dorada (1966), planteada por Milagros Rey Hombre como la primera de las torres de la zona de Juan Flórez. Setenta y ocho metros que se erigen sobre las construcciones en bloque de menor altura ya existentes a su alrededor, que actúan como una plaza. Un planteamiento similar al del edificio Torres y Sáez (1974), también firmado por el arquitecto Santiago Rey Pedreira y de nuevo en Linares Rivas. Está formado por cuatro bloques de viviendas y una torre central de 78 metros que se eleva sobre ellos, creando la sensación de torre aislada. A Coruña crece hacia arriba.
La regulación de la arquitectura vertical llegó con el Plan General de 1967, que incluía de forma definitiva la figura del rascacielos en las normas urbanísticas de la ciudad. Las torres modernas nacían así a partir de estudios volumétricos y se fundamentaban en las teorías arquitectónicas del momento. La Torre Galicia y las Torres San Jaime fueron las primeras en construirse bajo estas condiciones. Estas últimas, obra de Carlos Meijide Calvo en colaboración con Manuel Gallego Jorreto, se localizan en el barrio de la Sagrada Familia y suponen una adaptación brutalista de la edificación residencial en un entorno con una alta densidad de población. La Torre Galicia (1968), de Manuel Gallego Jorreto, es uno de los pocos rascacielos aislados del centro de la ciudad. Sus ochenta metros hacen de ella el tercer edificio más alto de A Coruña y de Galicia. El segundo es el Edificio Trébol (1973), de Carlos Meijide Calvo, que ocupa una manzana entre las calles Juan Flórez, Sinfónica de Galicia y Costa Rica. Cuatro torres de 90 metros y un edificio medianero que se entienden como una pequeña ciudad.

Edificio Trébol desde la Torre Hercón Abajo, detalle del edificio Trébol


Al inicio de los años setenta del siglo XX, A Coruña ya sumaba una docena de torres. Ninguna tan singular como la que proyectaría entonces José Antonio Franco Taboada. Un joven arquitecto que derrochó ingenio para convertir el proyecto de una cooperativa de viviendas en el edificio más alto de Galicia. La Torre Costa Rica, por la calle en la que se ubica, debía ser un grupo de pisos más humildes dentro del conjunto residencial en el centro de la ciudad al que pertenecerían. El empeño de Franco Taboada de resolver el encargo con un bloque que solucionase con altura los problemas de iluminación y ventilación dio lugar al inmueble de 119 metros que domina la ciudad desde 1975. El diseño, ejemplo de innovación –fue el primer edificio concebido en España como una superestructura–, organiza las veinticuatro plantas destinadas a vivienda en ocho tramos de tres plantas cada uno, con un espacio entre ellos que aligera la estructura y la hace más esbelta. Las ventanas no están alineadas con la fachada, sino que cuentan con un alféizar que, además de protegerlas del viento, reduce la sensación de vértigo de los residentes, que desde su hogar pueden contemplar tanto el amanecer como el ocaso gracias a la triple orientación del inmueble. El resultado de la visión de Franco Taboada acabó siendo un icono de la arquitectura vertical coruñesa, que en su singularidad ha pasado a la historia como Torre Hercón, adoptando el nombre de la constructora que la elevó sobre la ciudad.
La construcción vertical como modelo de crecimiento de la ciudad continuó unos años más, con las torres Esmeralda, Efisa y San Diego como ejemplos más destacados fuera del Ensanche. El entorno de Cuatro Caminos acoge las tres edificaciones, que representan distintas concepciones de rascacielos. La Torre Esmeralda, obra de Ramón Tenreiro Brochón, cierra una de las esquinas de la plaza de la Palloza con una geometría contundente y una reinterpretación de las tradicionales galerías coruñesas. La Torre Efisa, junto a la fuente de Cuatro Caminos, está formada por siete bloques escalonados en forma de ‘L’, conectados por una plaza interior y alberga 181 viviendas y 72 locales comerciales. Las Torres San Diego, de Juan González Cebrián, son un conjunto formado por cuatro bloques exentos que ocupan una manzana frente al parque Europa. Llegó después un periodo de modificaciones en las normas que regían la construcción de rascacielos en la ciudad que dio como resultado que apenas se erigiesen nuevas torres. Al menos, con valor arquitectónico. No obstante, A Coruña mantenía la edificación en altura como desarrollo urbanístico de un territorio sin posibilidad de extensión, la única solución posible en una época de expansión demográfica.

Con apenas 37,8 kilómetros cuadrados de superficie, A Coruña necesita aprovechar al máximo su espacio urbanizable. La construcción vertical se presenta como la solución, dando respuesta a la alta demanda de vivienda y permitiendo a la vez liberar suelo para zonas verdes o plazas públicas. No es de extrañar que albergue catorce de los dieciocho edificios más altos de Galicia. Parece así inevitable que sea la ciudad de España con mayor media de plantas por edificio: 5,15, por encima, incluso, de metrópolis como Barcelona o Madrid. Las nuevas promociones inmobiliarias, alejadas ya de un centro de la ciudad que en el siglo XX se propuso mirar desde las alturas, mantienen este planteamiento de bloques elevados que despunten sobre la línea del horizonte de una urbe que sigue con la vista puesta en el cielo. Como lo ha hecho desde su nacimiento. De la Torre a las torres. ᴥ


texto: carmen gaitán salinas instituto de historia, csic
La vanguardista pintora Maruja Mallo se exilió en 1937 a Argentina, con motivo de la Guerra Civil española. Allí, a partir de los años cuarenta, descubrió nuevos intereses vinculados a los espectaculares paisajes que le brindaban las costas rioplatenses y del Pacífico, a donde viajó con el objetivo de inspirarse para el mural que debía realizar en el cine Los Ángeles de Buenos Aires y donde visitó a su amigo Pablo Neruda.
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Flores, conchas, animales y rasgos étnicos cautivaron a la artista, quien emprendió durante el primer lustro de los años cuarenta algunas de sus series más conocidas: Naturalezas vivas y Cabezas. La estética empleada para estas imágenes, plagadas de elementos marinos y de cuerpos en movimiento –contaminadas por la técnica del collage en muchas ocasiones– influenciaron algunas de sus creaciones menos conocidas, como las tarjetas navideñas. Para muchos exiliados, la Navidad era un momento de nostalgia, de recuerdo de quienes habían quedado lejos y de los territorios donde habían nacido y crecido. En este contexto, las tarjetas navideñas se convirtieron en un medio de comunicación con familiares y amigos dispersos por España o por otros lugares del exilio. Además de transmitir afecto, funcionaban como una forma de expresión personal y de manifestación de gustos estéticos. Su precio accesible las convirtió en objetos decorativos habituales durante el invierno, y muchas de ellas alcanzaban un notable valor artístico gracias a su cuidada impresión cromolitográfica. También contribuían a proyectar cierta imagen social, educación o sensibilidad estética de quienes las adquirían o enviaban. Aunque las tarjetas de Mallo no están fechadas, la coincidencia de sus motivos con los de las obras realizadas durante su exilio sugiere que pertenecen
a los años cuarenta o a comienzos de los cincuenta. Las seis conservan una estructura compositiva similar: una imagen central que domina la página y una breve leyenda –en español o en inglés–, todas elaboradas en linóleo. Esta técnica le permitió crear figuras de tintas planas, formas sencillas y un lenguaje geométrico que remite a los papeles recortados de sus collages anteriores. La presencia de mensajes en dos idiomas plantea la posibilidad de que tuvieran una intención comercial y se dirigieran tanto al público hispanohablante como al anglosajón, lo que indicaría un deseo de traspasar fronteras.
En conjunto, estas tarjetas buscan resaltar aquello que une a las personas más que lo que las separa: el deseo de bienestar, la alegría de compartir y el cuidado de la infancia. ¿No es, al fin y al cabo, el cuidado de los otros –especialmente de los niños– un valor presente en todas las culturas? Probablemente ese sea el mensaje principal de estas felicitaciones, que transmiten un espíritu de optimismo y de unión.1 ᴥ
1 Trabajo realizado en el marco del proyecto «Hacedoras de cultura: conexiones e intercambios artísticos transatlánticos en el siglo xx» (PID 2022-142633OA-I00).
©️ Maruja Mallo, VEGAP, Santiago de Compostela, 2025. Procedencia de la imagen: Banco de imágenes de VEGAP


Bulgari inaugura un nuevo capítulo en la historia de su colección Aluminium con el lanzamiento del Bulgari Bronzo 2025, una interpretación que combina la nobleza del bronce con la precisión relojera suiza y la elegancia italiana. Una aleación atemporal aporta una pátina única que evoluciona con el uso, reflejando la huella del tiempo y el carácter de quien lo lleva.
Con el Bronzo, la Maison insiste en su espíritu innovador para fusionar materiales históricos y contemporáneos. El bronce, con sus resonancias clásicas y su fuerza visual, aporta a esta serie de relojes su capacidad de envejecimiento estético, una virtud muy apreciada por los coleccionistas. Cada reloj evoluciona de manera única, ya que la pátina se forma en función del contacto con la piel, la humedad o el aire. En cierto modo, el reloj «vive» con su propietario, adquiriendo un aspecto personal.

El resultado son dos nuevas creaciones que reinterpretan la elegancia deportiva. El Bronzo GMT combina una caja de 40 mm de bronce con bisel de caucho negro y esfera oscura, donde las agujas en oro rosa y el disco lacado de 24 horas en negro aportan legibilidad y sofisticación. Su calibre automático B192 ofrece una reserva de marcha de 50 horas, pensado para quienes entienden el viaje como una evolución constante.
Por su parte, el Bronzo Chronograph destaca por su presencia robusta y refinada. El contraste entre el metal arenado y el caucho negro transmite potencia y equilibrio, mientras los contadores y las agujas en oro rosa realzan la estética técnica. Su movimiento B381, con 42 horas de reserva, garantiza un rendimiento preciso.

La última tecnología relojera se une a un material clásico como el bronce en esta nueva serie
texto: m. suárez fotografía: adolfo enríquez
¿Cuánta gente sabe que en pleno centro de Compostela se guarda un trozo del lugar en el que, según la tradición, la Virgen María dio a luz a Jesús? La pieza se conserva en el tristemente cerrado Museo de Tierra Santa, en el convento de San Francisco, a un par de cientos de metros de la Catedral. Su historia es tan azarosa como parece.
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Son apenas cinco trozos de mármol antiguo y, sobre ellos, una estrella de metal de fabricación reciente. Pero su significado histórico y espiritual es enorme: la piedra procede de la Gruta de la Natividad de Belén, edificada en el lugar mismo del Nacimiento. De hecho, marcaba hasta hace unos pocos cientos de años la situación exacta del parto, como se puede leer en la propia pieza: «Aquí nació Jesucristo de la Virgen María». La leyenda enmarca un agujero en el metal a través del cual, en su ubicación original, los fieles podían meter la mano para tocar la piedra sobre la que reposó por primera vez el Salvador. En la estrella de la Natividad que se conserva en Compostela, lo venido de Belén es el mármol, que marcaba el sitio en el que nació Cristo. La estrella de metal se fabricó probablemente en el siglo XX, a su llegada a Santiago, e imita a la real, de plata. La piedra fue retirada de su sitio original (junto con la estrella de plata, que fue repuesta) a mediados del siglo XIX, cuando los ortodoxos griegos tomaron control de la Basílica de la Natividad y efectuaron una reforma profunda del templo.
De hecho, las reconstrucciones y destrucciones han sido lo habitual en la historia de la iglesia, una de las más antiguas de la cristiandad. Fue ordenada por el emperador Constantino I en el siglo IV como parte de un programa para realzar los lugares importantes en la vida de Jesús, y tomó su forma actual bajo Justiniano, ya en el siglo VI. El edificio sobrevivió y se transformó bajo el dominio de los cruzados (s. XI) y los mamelucos (s. XIII), antes de que los franciscanos lograsen su custodia en el XIV. El objeto es parte de la colección de un museo que cerró sus puertas con la pandemia, en 2020, y por el momento no tiene fecha de reapertura. Alrededor de un claustro del monasterio se expusieron durante décadas piezas procedentes de Palestina, dado que el principal de la orden franciscana en Compostela también lo es de Tierra Santa. Los visitantes podían entonces contemplar objetos de hasta dos milenios de antigüedad, de armas a joyas, instrumentos de trabajo, vestiduras y una enorme reproducción a escala de la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén. ᴥ


La de Técnicas Constructivas de Ocio Galicia es una historia de crecimiento con conciencia. Con casi cuarenta años de experiencia a sus espaldas –se fundó en 1988– y más de 2.500 obras realizadas en toda la Comunidad, la empresa que capitanea Javier Santos ha ido excavando su hueco en el mercado con una premisa: el compromiso.

Técnicas Constructivas de Ocio Galicia nació a finales de los ochenta de la mano de Javier Santos y su socio Jorge Gallardo. Primero, se especializaron de forma pionera en la construcción (madera laminada); poco después descubrieron que el de las piscinas era un nicho poco explotado y que, además, ofrecía una estabilidad que la construcción general no proporcionaba. «No es cierto que fuésemos visionarios», explica su director, Javier Santos, «pero sí detectamos que ahí había una oportunidad. A toro pasado se pueden hacer todos los análisis que quieras, pero la vida te va marcando el camino», apunta.
A principios de los noventa comenzaron a especializarse en la construcción de piscinas, ya de la mano del líder mundial en el sector, la francesa Desjoyaux. «Desde el principio quisimos cubrir todas las necesidades del cliente, desde el proyecto a la instalación y, luego, el servicio posventa y el mantenimiento», apunta Santos, que da mucho valor a la apuesta de la empresa por la formación y profesionalización del personal: «La compañía dispone
de certificados de calidad y los técnicos de todas las formaciones que imparten los fabricantes. El cliente tiene que saber que nos ocupamos de todo y que nuestro compromiso es estar en todo el proceso». En la actualidad emplea a alrededor de 35 personas en sus sedes de O Milladoiro y Santa Cristina (Oleiros) y es distribuidora de dos líderes mundiales en el sector: Piscines Desjoyaux y Jacuzzi, la marca original (y patrón oro) de los espás. En esa larguísima lista de 2.500 obras rematadas hay, evidentemente, una enorme proporción de piscinas para viviendas particulares, las más abundantes hasta ahora en Galicia, pero también varias construcciones singulares. Es el caso de la piscina del Real Aeroclub de Santiago; el vaso más grande de Galicia instalado sobre una terraza (en Vigo); o la mayor piscina comunitaria gallega (en A Coruña). En la actualidad trabajan también en grandes urbanizaciones proyectadas para empresas como Santiago Sur Galicia y Arial, y multinacionales como Acciona, aunque siguen mimando el mercado del particular.


¿Cómo se encuentra el sector en 2025? «Bien, gracias. Y mal también», bromea Santos. Por una parte, la demanda de piscinas sigue creciendo y la empresa completa alrededor de cien vasos cada año. Por otra, conseguir mano de obra cualificada se ha vuelto una odisea. «Las grandes corporaciones», explica el empresario, «no tienen ese problema porque subcontratan las obras, pero para las medianas y pequeñas es muy difícil. Un trabajador formado no sale de la nada. La situación nos impide crecer, a nosotros y a otras empresas; podríamos hacerlo, porque hay mercado, pero sería a costa de hacer las cosas mal por la falta de ese tipo de personal. Nosotros hemos tenido que poner el freno porque no nos arriesgamos a que los clientes puedan estar poco satisfechos y no obtengan la calidad que esperan en el trabajo».
En la actualidad también ha cambiado la forma en la que se trabaja en el sector. Puede resultar extraño

hablar de una empresa instaladora de piscinas en el número invernal de una revista, pero desde hace unos años este elemento doméstico hay que solicitarlo con muchos meses de antelación si se quiere tenerlo listo en verano. «El cliente las encarga ya en septiembre, porque ya no son elementos que se puedan instalar con inmediatez», explica el responsable de la compañía gallega.
Santos tiene en la misma palma de la mano un ejemplo del compromiso en el que ha basado el crecimiento de Técnicas Constructivas de Ocio Galicia. Lleva dos móviles. Uno es el suyo, «con el mismo número desde hace décadas». El otro responde al número de su socio, Jorge Gallardo, fallecido en 2008. «Si alguna persona con la que trabajamos hace muchos años lo llama, yo contesto. Le explico que, desgraciadamente, Jorge ya no está, pero sigue habiendo gente para ayudarle con su inquietud». ᴥ





Las calles de una ciudad con tanta historia como Compostela son como un palimpsesto. Bajo las actuales construcciones existieron otras que acogieron otros usos, otras vidas, ya olvidadas con el paso del tiempo. Es el caso de los números 23, 25 y 27 de la rúa Casas Reais, en donde se situó un antiguo hospital para peregrinos dedicado a san Miguel, posiblemente destinado a atender a los peregrinos con menos recursos.
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El arcángel san Miguel es, según la tradición, el principal defensor de la Iglesia. El cristianismo lo retrata habitualmente al mando de los ejércitos de Dios enfrentándose a Satanás y los demonios, guardando de males a los israelitas y al pueblo elegido. Es, en consecuencia, protector de ciudades, de soldados y, lo que es más interesante para la historia compostelana, de viajeros y peregrinos. En el Camino, el santo cuida del bienestar físico y espiritual de los romeros, y en consecuencia es una de las figuras más representadas en las diferentes vías que llevan a Santiago.
Bajo su advocación se abrió en torno al año 1400 un hospital en los últimos metros de la «vía francígena». Se hallaba en la actual entrada a la zona vieja por la Porta do Camiño, en el tramo de Casas Reais en el que figuran hoy los números 23, 25 y 27, ocupados ahora por cafeterías. Hace seis siglos no eran bebidas y tapas lo que se despachaba en la zona.
El antiguo y olvidado Hospital de san Miguel lo fundó el canónigo Ruy Sánchez de Moscoso para atender a quienes arribaban a Compostela en peor estado, los peregrinos más menesterosos y con menos recursos para mantenerse en la ciudad del Apóstol. La zona era idónea para su cometido: al pie del Camino, en el entorno de la misteriosa (algunos dicen que mágica e incluso espectral) capilla de las Ánimas, a 400 metros escasos del Obradoiro.
Nada recuerda en el lugar la existencia del Hospital de San Miguel. La literatura al respecto tampoco es abundante. Sí aparece reflejado en un artículo publicado por Ángel Rodríguez González en 1967 en la revista Compostellanum, bajo el título «El Hospital de San Miguel del Camino para pobres y peregrinos (siglos XV al XVIII)». El Arquivo Dixital de Galicia también dispone de documentación sobre su constitución y su historia en esas centurias, entre la fundación y su desaparición, con la integración del hospital de san Roque a finales del sigo XVIII.
La bruma histórica se extiende también a la figura de su fundador, Ruy Sánchez de Moscoso. Su propio apellido le confiere relación con el linaje de los Moscoso, nobles desde la Alta Edad Media. Moscosos fueron caballeros en el siglo VII, obispos en el VIII, arzobispos de Santiago en el XIV y Condes de Altamira (por lo tanto, una de las familias más ricas e influyentes de Santiago) desde el XV. Los Moscoso se relacionan en Compostela con el oficio de pertiguero mayor de la tierra de Santiago, lo que les daba un papel preponderante en el dominio feudal de la zona, así como privilegios a la hora de imponer orden en una ciudad que vivió años muy convulsos en esa época altomedieval por el conflicto entre el poder civil y el clero.
texto: l. fernández moreno fotografía: adolfo enríquez
Hacia 1400, a las puertas de Compostela, Ruy Sánchez de Moscoso –una figura situada entre la historia y la leyenda–fundó el Hospital de San Miguel para los peregrinos más desfavorecidos


Está aceptado por los historiadores que Ruy Sánchez era canónigo y, por lo tanto, se encontraba bien relacionado tanto con el poder civil como con el eclesiástico. Con todo, su relación con las fuerzas vivas de Compostela distó de ser idílica, como se recoge en crónicas posteriores. Una de estas historias la cuenta el genealogista e historiador Vasco de Aponte en su Recuento de las casas antiguas del Reino de Galicia, escrito alrededor del año 1500. El relato pinta a Sánchez de Moscoso enfrentado con el arzobispo Lope de Mendoza por el control de la ciudad. En una ocasión, Sánchez provocó a Mendoza paseándose frente al arzobispo con su ejército personal, «con todos sus escuderos y hasta setecientos peones sin pedir treguas». El mitrado y sus adictos respondieron saliendo en armas a reconvenir al revoltoso y sus huestes, haciéndoles huir hacia el sur. Apremiados por el ejército arzobispal, Sánchez de Moscoso y los suyos se refugiaron en el castro de Angrois (del que hoy, rodeado de autopistas, no queda ni rastro). Consiguieron resistir el asedio, aunque Sánchez perdió muchos soldados y recibió un saetazo que le sacó un ojo, lo que le valió el sobrenombre de «Tuerto» durante el resto de su vida. En penosas condiciones debió de huir del castro aprovechando la noche y escapando así de la ira del máximo responsable de la iglesia compostelana.


Compostela estaba llena de pequeños hospitales que intentaban sostener la llegada constante de romeros
Mas allá de mitos y leyendas, el dato más sólido sobre Sánchez de Moscoso es la misma fundación del hospital en el año 1400. Se situaba en la entonces conocida como «rúa do Camiño» y atendía fundamentalmente a los peregrinos más desfavorecidos, aunque sus actividades eran más. Disponía, por ejemplo, de una biblioteca donada por el fundador, con libros sobre teología y filosofía y, según el testamento de su fundador, «sermonarios e de medicina e física, como outros de dereito canónico de meu nome firmados», para «estudio dos peregrinos e romeus clérigos e leigos leterados». También contaba con capilla. Era, según escribió en 1886 Bernardo Barreiro, «el mejor asilo-hospedería de Galicia». Aunque ocupaba el solar que posteriormente acogió una popular ferretería y un local de hostelería, la entrada se efectuaba por la rúa Entremuros y se integraba en la precaria red asistencial de la época.
Compostela estaba entonces poblada por multitud de pequeños hospitales y edificios encargados de lidiar con el fenómeno de la peregrinación. Entre ellos se encontraban el Hospital de Santiago, situado en la actual Acibechería; el de Santa María Salomé, también destinado a viajeros pobres; el de Jerusalén, en el que se atendía a huérfanos; y otros más pequeños dedicados a san Fiz o san Andrés. Hasta la apertura en el siglo XVI del magno Hospital Real (hoy Hostal dos Reis Católicos), el cuidado a los romeros era precario y muy descentralizado, y cambiaba de manos con frecuencia. De hecho, el de San Miguel se puede encontrar en la documentación histórica asociado a las cofradías de Santa María do Camiño (también muy próxima, apenas a unos metros de lo que sería el antiguo edificio) o del Sancti Espiritus.
Ya en 1546, siempre según el artículo de Ángel Rodríguez González, el Hospital de San Miguel estuvo a punto de ser absorbido por el flamante Hospital Real. El administrador de este último, Pedro de León, logró la anexión de varios establecimientos de este tipo en virtud de una bula del papa Julio II. Cuando quiso aplicarla a San Miguel, se presentó en persona blandiendo la orden papal y exigiendo las llaves del edificio, para encontrarse que allí no había ni peregrinos ni enfermos. El capellán se negó, alegando que estaba «puesto por los señores regidores de la ciudad, administradores perpetuos». Reclamados estos prebostes, hicieron salir a Pedro de León de las estancias con cajas destempladas. El pleito duró hasta 1548, cuando el juez apostólico dio la razón a los administradores de San Miguel.
El Hospital de San Miguel perdió su independencia en 1778 después de un largo declive. Su situación era a mediados del XVII lamentable, según
Juan de Sanclemente, lo que requirió de obras urgentes para asegurar los muros. No había cocina ni chimenea y los peregrinos pasaban frío. Aunque con la entrada del XVIII su cosa mejoró, la muerte de su administrador aconsejó la integración en
el próximo Hospital de San Roque, que asumió la atención a peregrinos pobres y enfermos. El edificio debió decaer pronto, y las casas que hoy ocupan el solar son, como muchas de las que se yerguen en Compostela, del siglo XIX.

San Miguel, el arcángel protector de los creyentes, es una de las figuras más veneradas en el catolicismo, también en Santiago y en los Caminos que la rodean. En la ciudad, el rastro más evidente de esta devoción está en la iglesia de San Miguel dos Agros, con orígenes en el siglo XII (el de Xelmírez) y un aspecto encuadrado en su fábrica neoclásica. Su nombre deriva de que, en un primer momento, se encontraba fuera de la muralla medieval, ya en los campos de labranza que la circundaban. El Museo de la Catedral cuenta también con una interesante imagen del arcángel con una balanza en la que pesa las almas de los difuntos antes del Juicio Final. Según el Apocalipsis, en el fin de los tiempos será san Miguel el encargado de proporcionar este dato a Dios para que separe a los justos de los pecadores. La obra, del siglo XV, es de caliza policromada y se ha relacionado con la llamada Torre del Ángel o de San Miguel, en la fachada norte de la Catedral; esta escultura coronaría la estructura, aunque por su buena conservación parece poco probable que sea cierto. También el Museo conserva una talla de alabastro del santo digna de ser contemplada; y su efigie, espada en ristre, corona el monumental retablo de la iglesia monacal de San Martiño Pinario.

San Miguel es también uno de los santos más populares en el entorno compostelano, con lugares a él dedicados como la capilla de San Miguel de Roxos, al pie de la carretera que lleva a Noia. La iglesia, reconstruida en el siglo XX sin mucho cariño, es mucho menos interesante que el cruceiro, con una lograda representación de la Pasión.
En el Camino, el arcángel es honrado en algunos lugares de especial relevancia, como el santuario de San Miguel de Aralar (Navarra), hacia el que muchos peregrinos se desvían para venerar una célebre imagen románica y ganar sus indulgencias; la iglesia de San Miguel Arcángel (Pamplona); la de San Miguel en El Acebo (León); el templo románico de San Miguel de Corullón, en la misma provincia; o la ermita de San Miguel, cerca del monasterio de Santo Toribio de Liébana, en el Camino Lebaniego. La imponente abadía del Monte Saint-Michel (Normandía, Francia) y la Sacra di San Michele (Piamonte, Italia) marcan hitos en rutas de peregrinación medievales. ᴥ San Miguel en alabastro. Museo Catedral de Santiago

TISSOT PRX AUTOMATIC TITANIUM 38MM THE GIFT OF TIME

Hublot conmemora una doble efeméride con la presentación del Classic Fusion Chronograph UEFA Champions League Titanium: setenta años de la Copa de Europa y una década desde que la manufactura ginebrina se convirtiera en cronometrador oficial de su versión contemporánea, la UEFA Champions League. Ambos legados se entrelazan en una edición limitada a solo 100 piezas, concebida para quienes entienden que el verdadero triunfo también se mide en segundos.
Vestido con el azul de la competición más prestigiosa del fútbol europeo, este reloj encarna el espíritu de los campeones. Su caja de titanio satinado y pulido de 42 milímetros resplandece con elegancia, mientras la esfera azul degradada rinde homenaje al icónico balón estrellado.
La correa, que fusiona caucho negro y piel de becerro, culmina el equilibrio entre deportividad y distinción que define el ADN de Hublot. El motor que late en su interior —el calibre HUB1153, un cronógrafo automático de manufactura— garantiza precisión con una reserva de marcha de 48 horas.
Más allá del reloj, la experiencia continúa con una caja de presentación personalizada que alberga una réplica en miniatura del trofeo de la UEFA Champions League. Para Julien Tornare, CEO de Hublot, «el fútbol no es solo un juego, es un sentimiento. Desde el rugido del público hasta el silencio previo a un penalti, cada latido cuenta. Este reloj está hecho para latir con quien lo luce».

La firma conmemora el 70 aniversario de la Copa de Europa y el décimo desde que es cronometradora oficial de la competición
texto: : l. fernández moreno fotografía: museo del prado
El Museo Provincial de Lugo custodia, junto con su impresionante colección propia, algunas obras propiedad del Museo del Prado, el centro artístico más afamado de España. Una de estas obras es una pequeña tabla circular pintada en el siglo XVI en la que se representa la Natividad, de forma muy canónica, con todos los personajes presentes en la historia tradicional, buey y mula incluidos. Eso sí, del autor se sabe muy poco.
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La Natividad muestra a la Sagrada Familia al poco de nacer Jesús, centro de la obra. El Hijo de Dios, desnudo, se ve rodeado por un anciano san José y por la Virgen María. A Jesús han ido a verlo un pastor, acompañado por su cordero, un gaitero (curiosa aunque seguramente involuntaria referencia gallega), un buey y una mula llenos de curiosidad y dos ángeles, que se pintan en actitud piadosa. Al fondo, tras las paredes del portal de Belén, los Reyes Magos se aproximan al lugar guiados por una estrella, en un paisaje montañoso y junto al mar.
El cuadro, fechado en el siglo XVI y de autor desconocido, es una de las 3.400 obras que el Museo del Prado posee, pero son custodiadas en otras entidades. No es algo nuevo, ya que el centro inauguró esta práctica en pleno siglo XIX. Hace algo más de un lustro, el propio Museo Provincial lucense acogió una exposición en la que, con motivo del 200 aniversario del Prado, se podían ver nada menos que 30 obras propiedad del centro madrileño y que se guardan en Lugo desde hace varios decenios. Desde 1887 el Museo del Prado ha ido prestando obras a la ciudad, primero a través de la Diputación Provincial (originalmente como decoración del palacio de San Marcos, sede de la institución local). Eran, como explicó en su momento María Quiroga Figueroa, del Museo Provincial, en la inauguración de la exposición referida, retratos de reyes encargados por Isabel II a mediados del siglo XIX.
El grueso de los cuadros transferidos llegó en los años treinta y cuarenta del siglo XX. Pertenecían tanto a la colección de los reyes de España (caso del que se reseña en este texto) como a otros centros absorbidos por el Prado a lo largo de la centuria. Se trata de imágenes religiosas, en el caso de las más antiguas, y de obras de Raimundo Madrazo, Federico Madrazo o Modesto Urgell en el caso de las más modernas. ᴥ



Tudor, la reconocida firma relojera suiza, ha anunciado su designación como cronometrador oficial del Inter Miami CF. Esta colaboración institucionaliza la unión entre dos entidades que comparten un espíritu de iniciativa y una visión orientada a la acción. El club en el que juegan figuras como Messi, Busquets, Luis Suárez o Jordi Alba ha logrado, en su breve historia, un crecimiento significativo, consolidándose como un actor relevante en el deporte global en tan solo cinco temporadas.
La base de esta asociación reside en la filosofía que impulsó la creación del club. La determinación de sus fundadores —incluyendo al embajador de Tudor y copropietario David Beckham, Jorge Mas y José Mas— guio la construcción de un club que se lanzó bajo el concepto de «Libertad para soñar». La capacidad de la institución para establecer una organización de primer nivel y atraer
a jugadores destacados en poco tiempo es un ejemplo de este enfoque atrevido y visionario que Tudor también promueve.
El Inter Miami CF utiliza el color rosa como elemento distintivo. Esta elección refleja la vitalidad del sur del estado norteamericano de Florida y simboliza el espíritu emprendedor del club y sus seguidores. Dicho espíritu conecta con los orígenes de Tudor, una marca cuya identidad se resume en el lema Born to Dare, nacido para atreverse, que representa tanto su historia como el compromiso de fabricar relojes concebidos para resistir condiciones exigentes, siguiendo la visión de su fundador, Hans Wilsdorf.
Como cronometrador, el emblema de Tudor será visible en el Chase Stadium del Inter Miami. La colaboración se integra en la red de asociaciones globales de la firma, que incluye figuras y equipos de primer orden.

La marca se alía con el club de Messi y David Beckham
texto: m, suárez fotografía: adolfo enríquez
En una Compostela a reventar en plena época de cenas navideñas, el restaurante Solleiros destaca por su apuesta por lo tradicional. Su responsable, Ana Portals, trasladó en 2020 su propuesta gastronómica del laberíntico y coqueto establecimiento en San Miguel al nuevo local, en el bajo del mítico Hotel Suizo, donde, según reza una placa

en la fachada, durmió Hemingway a mediados del siglo XX. En estos cinco años la cocinera ha preservado algunos de los platos más populares de la primera encarnación de la casa y renovado la carta siempre con un ojo puesto en las recetas clásicas gallegas.
«Es un local más expuesto que el anterior y se ha notado cierto cambio en el público», apunta Portals. Solleiros está ahora situado en una de las plazas más compostelanas de la ciudad, y la actividad turística se nota durante todo el año. Los locales de Mazarelos han cambiado mucho en los últimos años, como lo ha hecho en general la hostelería santiaguesa: «En muy poco tiempo la ciudad se ha llenado de restaurantes internacionales, de poke, gyozas y dim sum, y a mí me sigue pareciendo que si tenemos que diferenciarnos es por lo que es más nuestro».
Así, la carta de Solleiros, que cambia dos o tres veces por año adaptándose a las temporadas, sigue ofreciendo platos conocidos de Portals como la empanada de maíz o el premiado bacalao a la gallega, y por productos clásicos de Galicia con un cocinado cuidadoso. Un ejemplo de este gusto por lo propio es el menú que la cocinera prepara para Joyas de Galicia, que bien podría alegrar una comida familiar en Navidad o en la mañana de Reyes.
Para empezar, Portals propone un Salpicón de vieiras, siempre en carta, aunque el producto principal puede variar en función de la temporada. Sigue el plato más reconocible de la casa, el Bacalao a la gallega, delicado, en el que la clásica allada se texturiza con la gelatina del pescado sobre una cama de puré de patata. Como propuesta más contundente aparece el Costillar de ibéricos sin costilla, en el que la carne desmigada se sostiene sobre un delicioso arroz, herencia de la formación de Ana Portals en otro restaurante compostelano de larga trayectoria, la veterana arrocería A Curtidoría.
El toque final y dulce lo ponen, por una parte, unas tradicionales Cañitas rellenas, con crema aromatizada a la menta y una masa delicada que «hay que comer en menos de cuatro minutos para poderla disfrutar». Otra opción de sobremesa es el Coulant de almendra, que combina a la perfección con el toque final, un Café caramelo preparado con café expreso, Martini y cacao. ᴥ

Salpicón de vieiras. El producto principal puede variar en función de la temporada

Costillar de ibéricos sin costilla. Se presenta sobre una cama de arroz

Cañitas rellenas. Con crema aromatizada a la menta Coulant de almendra. Acompañado de helado Café caramelo. Café expreso, Martini y cacao

Bacalao a la gallega. Una de las creaciones más populares de la casa


La Navidad llega a Jael y en estas fechas tan especiales queremos presentar a nuestra última invitada, Sarah Almagro, actual campeona mundial de surf adaptado.
Sacamos a Sarah del agua para enseñaros las tendencias otoño-invierno 2025/2026 en joyería y “ready to wear”.
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«Nos falta que el surf adaptado llegue a los Juegos Paralímpicos»
Con las ideas muy claras, Sarah Almagro (Marbella, 2000) niega ser un icono o un ejemplo, aunque lo es. A los 18 años contrajo una meningitis meningocócica que derivó en la amputación de manos y pies y en un trasplante de riñón. Antes de la enfermedad practicaba surf y “bodyboard”.
Ahora, con el apoyo de su familia y sus entrenadores, Sarah ha hecho del surf adaptado una forma de vida. Campeona de España y de Europa y desde 2025 del Mundo, ganadora del Hawaii Adaptative Surfing Championship, sueña con que su especialidad entre en los Juegos Paralímpicos y competir en Brisbane 2032.




¿Cómo se supera el miedo al mar después de una experiencia como tu enfermedad?
Al principio era un poco reacia porque sentía que no estaba preparada. Pero esa primera vez que volví a surfear fue increíble. Cuando tenía manos y pies, el surf era mi momento de estar sola, de vivir el presente y olvidarme de los problemas que había en tierra. Y ahora es lo contrario. Necesito entrar con alguien que es mis manos y mis pies, que me empuje en la ola. Al principio es un poco chocante porque es raro sentirte dependiente, pero ahora lo disfruto de otra manera, porque hay mucha más relación en el agua con la gente. A mí eso me ha ayudado porque yo soy una persona bastante tímida e introvertida. Y noto que en el mar no me ayudan con la sobreprotección que siento en tierra. Nunca he vuelto a tener miedo ni me he sentido indefensa en el agua. Es más, me siento como pez en el agua. Siempre ha sido mi medio, será que soy piscis.

¿Cómo empieza una malagueña en el surf?
Empecé con cinco años porque mi madre hacía bodyboard y siempre nos animaba a entrar en el mar, a disfrutar en verano de las olas. No teníamos traje ni nada de nada. Y luego con diez u once años vi a unos chavales intentando surfear y dije: yo también quiero.
Mi hermano y yo empezamos sin ir a clases, simplemente viendo cosas en Youtube y observando a la gente. Luego de enfermar, con 18 años, mis padres me plantearon hacer un deporte. Primero se me vinieron a la cabeza el fútbol y el triatlón, pero con cuatro prótesis la cosa está difícil. En esa época me abrí redes sociales para financiarme las prótesis porque no las cubría la Seguridad Social, y coincidió que una persona que surfeaba en la misma playa que yo y que conocía de vista me dijo que iba a hacer que yo volviera a surfear.
Le contesté: vamos a ver, no tengo manos ni pies, se nos va a complicar un poco. Él me respondió: ya veremos la forma; primero ponte bien. Con 20 años, después del trasplante de riñón, empecé a nadar con mi padre y a dar las primeras clases de surf en la piscina. A la semana me dijo el entrenador que ya estaba preparada para meterme en el mar.



Imagino que técnicamente has tenido que aprender muchas cosas.
Claro, debo tener muchísimo más control de mi cuerpo, de cómo posiciono mi peso porque las amputaciones que yo tengo no son simétricas. No puedo apoyar de la misma manera en la parte derecha que en la parte izquierda, la superior que la inferior.
¿Cómo te recibe la comunidad surfera?
A veces me saltan olas, pero creo que es porque siempre voy tumbada en la tabla y no me ven ponerme de pie. Pero cuando haces una maniobra y sale bastante bien, ya ves cómo piensan: «Uy, ¿esta quién es? ¿Te echo una mano?». Hay mucho respeto.
¿Dónde surfeas habitualmente?
Aprendí en las playas de Marbella pero estoy surfeando más en Fuengirola porque mis entrenadores son de allí. Además, las olas son diferentes, la de Marbella más suave, más larga, y la de Fuengirola un poco más radical, que es lo que me llama la atención.
¿Y aquí en Galicia, qué playas has visitado?
He estado en bastantes en la zona de Vigo, en Nigrán, porque ahí ha sido cuatro veces el Campeonato de España y un Europeo. Luego, en Doniños, San Xurxo, Fragata, Pantín, Esteiro en Lugo, Bastiagueiro…





¿Y qué tal las olas en Galicia?
Me gustan mucho, pero no es la temperatura que tenemos nosotros. Vuestro verano es nuestro invierno. Se pasa regular y la gente no llega a entenderlo del todo. Cuando tú tienes tu cuerpo completo, las manos y los pies regulan la temperatura. Y el hecho de no tenerlos hace que no te regules. Yo estoy en una categoría que somos los dependientes, que se llama «prone 2», con lo cual el esfuerzo lo hace el entrenador, no el deportista.
Yo solamente estoy en la tabla, entonces en el momento que hay un poquito de viento y llevas diez minutos sin coger olas, empieza la tiritona. En el norte tenéis muy buenas olas, todo hay que decirlo, pero en invierno intento tirar a Gran Canaria y el sur.
¿Qué nivel hay en el surf adaptado hoy en España?
Ha ido creciendo. Cuando yo empecé en 2020, la filosofía era un poco terapéutica para personas con discapacidad, pero hoy se compite más, se va a Europeos, a Mundiales. Está cambiando el chip. Nos falta que el surf adaptado llegue a los Juegos Paralímpicos.


¿Lo ves posible?
Totalmente. El Comité Internacional nos ha aceptado como deporte paralímpico, pero la organización de Los Ángeles 2028 no, por cuestiones económicas y de cantidad de practicantes. Tengo entendido que en los próximos Juegos el surf olímpico ha elegido una playa que no es accesible para nosotros, sobre todo para las sillas de ruedas. Hacer accesible una playa eleva todos los costes. Por eso se está luchando para Brisbane 2032.
¿Qué proyectos tienes en el surf?
Seguir revalidando el título de campeona del mundo y prepararme para los Paralímpicos. Me encantaría estar ahí y, obviamente, traerme el oro a España porque es algo que sueño desde pequeña.
¿Y fuera del deporte?
Hace dos semanas acabé la carrera de Derecho. No quiero ser abogada, no quiero ser jueza, no quiero ser fiscal. Hace un tiempo di una charla en el Centro de Internamiento de Menores Infractores en Almería, conocí la justicia juvenil y ya lo considero como una pasión, sobre todo el mundo de los menores infractores, porque muchas veces tendemos a encajarles en el estereotipo de niños malos. En muchos casos, no saben lo que es un beso de buenas noches. Hay que intentar mostrarles que a pesar de haber tocado fondo se puede volver a la superficie.
¿Te sientes de alguna manera un ejemplo, un icono?
No. Es una responsabilidad que a mí me cuesta asumir. Significa que tienes que hacerlo todo bien y eso es muy complicado. Yo intento hacerlo lo mejor posible y mostrar que a pesar de haber sufrido una enfermedad, haber sufrido secuelas físicas, problemas de riñón y diabetes, se puede llegar muy lejos, siempre y cuando aceptes la ayuda de los demás, ya sea en forma de salud mental, amigos, familia… Y también tener actitud ante la vida, eso es imprescindible. ᴥ




texto: martiño suárez fotografía: adolfo enríquez


La Semana Santa de Viveiro ha atravesado un milenio «a impulsos», explica Francisco Berdeal, de la Xunta de Cofradías. Sus orígenes se remontan al siglo XIII, momento en el que se menciona por primera vez en documentos, aunque es probable que las procesiones hubiesen recorrido las calles de la ciudad años o incluso decenios antes.
Estables desde entonces («somos la única Semana Santa que se ha celebrado de forma ininterrumpida durante siglos», explica José Miguel Soto, también integrante de la Xunta), las imágenes que hoy acompañan a los cuarenta pasos que desfilan van de los siglos XV al XIX.

Explica José Veiga, presidente de la Xunta de Cofradías, que la Semana Santa de Viveiro, cuyos orígenes se remontan a la Baja Edad Media, nació alrededor de los conventos franciscano y dominico establecidos en el siglo XIII. Con el tiempo, estas órdenes impulsaron la creación de cofradías y procesiones que acabarían dando forma a una tradición profundamente arraigada. Actos como el Encuentro, el Desenclavo y la procesión de Os Caladiños, algunos con imágenes articuladas únicas en España, se consolidaron entre los siglos XV y XVIII, incluso superando períodos difíciles como la invasión francesa o la desamortización. En el siglo XX, la Semana Santa vivió un gran resurgir gracias a la renovación de cofradías, la llegada de nuevas imágenes de importantes artesanos y una creciente organización comunitaria.
A lo largo del último siglo, Viveiro ha enriquecido su patrimonio procesional con numerosas e interesantes incorporaciones artísticas, desfiles emblemáticos y nuevos grupos escultóricos, manteniendo siempre una estrecha vinculación entre tradición y evolución. Las décadas recientes dieron paso a iniciativas de promoción cultural, a la creación de la Xunta de Cofradías y a la instalación de exposiciones permanentes, junto con innovaciones como la procesión del Vía Lucis o la de la Esperanza de la Resurrección.
Hoy, la Semana Santa de Viveiro es una celebración abierta, multitudinaria y considerada un símbolo de identidad local, que moviliza a miles de cofrades en una ciudad de poco más de 15.000 habitantes. Cuenta con 15 procesiones, unas 40 imágenes datadas entre los siglos XV y XXI, bandas de música históricas y actuales y un amplio programa cultural que incluye visitas guiadas, conciertos, exposiciones y actividades accesibles a todo tipo de públicos. Su fuerza radica en el sentimiento de pertenencia: generaciones de viveirenses han mantenido viva una tradición que sigue creciendo con nuevas obras –como la escultura Heraldos del Encuentro o el reciente mural de gran formato dedicado al Cristo de la Agonía– sin perder la esencia espiritual y patrimonial transmitida de padres a hijos.
En el XV se datan algunas de las figuras más queridas y más relevantes de la celebración: las imágenes articuladas, diseñadas para representar la Pasión de Cristo con el mayor realismo en una época preaudiovisual. A través de mecanismos que parecen «ingenios de Da Vinci», Jesús cae de rodillas bajo el peso de la cruz y bendice a los asistentes con su cuerpo articulado, la Virgen lo consuela en un momento tan dramático con un abrazo y enjugándose las lágrimas, san Juan gira la cabeza para mirar a Jesús y la Verónica limpia la cara de Cristo con un pañuelo en el que esta queda marcada.


En esta época quedó marcado el carácter sobrio y recogido del evento. De las dos fórmulas de celebrar la Semana Santa que hay en España, la andaluza (más barroca y teatral) y la castellana, Viveiro quedó impregnada de esta última. El silencio sepulcral que se respira durante la procesión de Os Caladiños (el Viernes Santo por la noche), la abundancia de hábitos franciscanos, la discreta denominación de pasos y cofradías... En la ciudad mariñana se prefiere la circunspección a la pompa, el castaño tallado a los dorados, la elegancia al exceso de oropel, algo que hace todavía más impresionantes los desfiles de esta Pascua.
Las celebraciones vivieron otro momento de impulso en los años cuarenta del siglo XX, época de la que data también una parte apreciable del ingente patrimonio artístico de las cofradías.

Después de la Transición, entre los ochenta y los noventa, el interés pareció enfriarse, para resurgir con el cambio de milenio de la mano de un recambio generacional del que forman parte Veiga y posteriormente Berdeal y Soto. «En los noventa nos costaba hacer entender que todo ese patrimonio hay que ponerlo en valor. Desde finales de siglo, la Semana Santa volvió a resurgir, con una idea que tenemos muy clara: tiene que ser una celebración inclusiva. Independientemente de lo que creas, esta es una tradición muy vivariense, y este es un patrimonio que hay que cuidar y mostrar». Como curiosidad, Berdeal cuenta que al menos desde los años setenta se veían en Viveiro «pandillas de niños que organizaban procesiones espontáneas, con algún santo que encontraban por casa e improvisando la ropa».


Declarada de Interés Turístico Internacional en 2013, sus responsables vieron con preocupación las suspensiones de las procesiones en 2020 y 2021 a causa de la pandemia de covid que paralizó el planeta. «Temimos un parón. Creímos que nos iba a costar muchísimo volver a arrancar. Pero fue justo al contrario», concluye Berdeal. La celebración volvió paulatinamente (incluso hubo un año en el que los cofrades debieron llevar mascarilla), pero volvió con fuerza.
En la actualidad, la celebración vive uno de sus mejores momentos. La Semana Santa de Viveiro moviliza a miles de personas. Las cofradías, afirman desde la Xunta, suman más 3.500 cofrades y todavía más participantes, un número nada desdeñable si se tiene en cuenta que la ciudad tiene algo menos de 16.000 habitantes. «La cuenta es sencilla», afirma Soto, «uno de cada cuatro vivarienses está implicado en la Semana Santa de una u otra forma». ¿La razón? También en palabras de Soto, que esta tradición forma parte de la identidad de Viveiro: «Es muy nuestra. Nos define».

El impacto económico de esos siete días es difícil de calcular, aunque es muy significativo el hecho de que sea imposible encontrar habitación en toda A Mariña, de Ribadeo a Ortigueira, durante las fechas grandes. La mayor parte del público es nacional, aunque cada vez acuden más extranjeros. Soto se ríe con una anécdota que da fe de la inclusividad de que presume esta tradición: «Hace unos años, vino un norteamericano que
quería participar. Le hicimos un sitio, por supuesto. Aquí siempre hay un sitio para quien quiera echar una mano». Los responsables de la Xunta de Cofradías trabajan para que todo lo conseguido en los últimos años en cuanto a proyección y espectacularidad no se pierda en el futuro. «Hay relevo generacional garantizado», afirma Berdeal, «en las procesiones participa gente muy joven, de diez o quince años, muy implicada».
800 años de celebración han hecho que la Semana Santa de Viveiro haya adquirido un vocabulario propio, único entre las celebraciones de este tipo. Por ejemplo, quienes levantan las imágenes y las transportan por las calles de la ciudad no son «costaleros», sino «levadores». La razón es simple: en otras latitudes, los pasos se cargan sobre un «costal» apoyado en la espalda y amarrado a la frente, mientras que aquí se «llevan» al hombro, en grupos de 60 a más de un centenar de personas. Tampoco lo que transportan son «tronos», sino «andas».

Las figuras que participan en las procesiones también reciben nombres populares que las definen con certeza y un par de palabras. Así, el Cristo de la Flagelación y las Espinas es para los viveirenses «O Sentado»; otra de las figuras más admiradas es, sencillamente, «o Cristo da Cana» por la vara que porta.
Acento local tiene también una de las procesiones más populares, la de la Santa Cena, en la que sesenta «levadores» cargan con una reproducción completa de este pasaje bíblico. Según se cuenta, el escultor se basó en las caras de marineros del cercano puerto de San Cibrao para esculpir a los Apóstoles. Es más: a Judas, que en la obra guarda sospechosamente una bolsita de monedas bajo la mesa, le puso la cara de un vecino que le debía dinero. No es irreverencia, sino todo lo contrario: proximidad a una tradición con la que la ciudad lleva siglos conviviendo. ᴥ

Desde su fundación en 1964 por Adriano Chimento, la firma italiana ha mantenido una relación constante con el oro, convertido en el eje central de su identidad. Nacida en el corazón de Vicenza, una de las capitales históricas de la orfebrería, Chimento surgió como un pequeño taller que pronto se consolidó como una de las casas de referencia en la joyería italiana.
Sesenta años después, la dirección de Mario Chimento, hijo del fundador, ha dado lugar a una nueva etapa marcada por el equilibrio entre la herencia artesanal y la modernización de procesos. La empresa se define hoy como una boutique company, dinámica en su estructura, moderna en sus sistemas y cercana en la relación con sus distribuidores autorizados. Este modelo ha permitido mantener la exclusividad de la marca sin perder su carácter familiar.
El posicionamiento actual de Chimento se apoya en tres pilares estratégicos. El primero es su estilo inconfundible, en el que el oro ocupa un papel protagonista. Sus diseños destacan por líneas suaves, volúmenes equilibrados y superficies cuidadosamente pulidas, fieles a una estética italiana reconocible y coherente.
El segundo pilar es su producción interna, donde la tradición artesanal se une a la precisión técnica. En su propio laboratorio, los orfebres de la firma elaboran joyas que combinan la belleza visual con la comodidad del uso diario. Las superficies perfectamente pulidas y las estructuras flexibles reflejan un conocimiento profundo del material. El tercer pilar es la comunicación, expresada en el lema Appetite for Gold Esta idea resume el espíritu de la marca: un deseo constante de perfección, de explorar nuevas formas de interpretar el oro.



El trabajo meticuloso del oro es la característica fundamental de la marca, fundada en Vicenza en 1964

texto y fotografías: cristobal ramírez
A Coruña, Ferrol y Santiago han estado recientemente en primera línea cultural e informativa. O con otras palabras, la BBC británica y de ella para abajo los medios de comunicación locales y regionales del sur de Inglaterra se han hecho eco de la presencia en el país del director gerente del Xacobeo, Ildefonso de la Campa; de dos diputados provinciales, Bernardo Fernández y Antonio Leira, y del senador y presidente de honor de la Asociación de Concellos do Camiño Inglés, Manuel Mirás. Y es que, ya entrando en el final de noviembre, esa representación gallega acudió a las ciudades sureñas de Reading y Winchester con el fin de inaugurar dos grandes señales de piedra (las popularmente llamadas «mouteiras») puesto que el Camino Inglés cruza aquellas.


Curiosamente, la segunda de esas señales no fue colocada al lado de la muy conocida catedral de Winchester, una auténtica joya granítica donde no consta ni el mínimo recuerdo de la boda en el siglo XVI entre María Tudor y el hijo del rey español Carlos I, que luego pasaría a la historia como Felipe II y que estuvo rezando en la catedral de Santiago previo a subir a un barco en A Coruña rumbo al altar. Ahora, tanto el enviado del obispo local como la presidenta de la Confraternity of St. James explicaron a sus invitados que la mouteira se había colocado ante la iglesia de St. Bartholomew porque desde allí distaba cien kilómetros justos la plaza del Obradoiro. Tuvieron que concretar que esa distancia la había por tierra. Es decir, desde Winchester al puerto de Southampton
El enviado del obispo local y la presidenta de la Confraternity of St. James explicaron a sus invitados que la «mouteira» se había colocado ante la iglesia de St. Bartholomew porque desde allí dista cien kilómetros por tierra de la plaza del Obradoiro


(uno de los más importantes en la Edad Media para el embarque de peregrinos) y desde el de A Coruña hasta Compostela. Como es comúnmente sabido, la Iglesia católica solo expide la compostela a quienes han recorrido un mínimo de un centenar de kilómetros y han acabado la peregrinación ante la basílica que conserva los restos humanos del Apóstol Santiago. En las reuniones en suelo británico salió siempre a relucir la presencia de Ferrol en la ruta jacobea. Los argumentos históricos fueron venciendo resistencias iniciales ‒lo cierto es que la ciudad herculina gana por goleada en el imaginario colectivo‒, pero tampoco es posible negar que quedaron dudas.
el

La delegación gallega potenció la presencia ferrolana en el itinerario «y eso no es en menoscabo de A Coruña, sino justo al contrario: la potencia», en palabras de Manuel Mirás, que corroboró el resto. Además, Mirás mantuvo horas después una reunión en Oxford con un grupo de voluntarios organizados desde hace ya años en torno al Camino, varios de los cuales habían estado en Galicia recorriendo alguna de las rutas, con el objetivo de potenciar el movimiento jacobeo en esa urbe famosa por su universidad, otra joya.
La estancia terminó «como no podía ser de otro modo» –y ahora es Ildefonso de la Campa quien habla‒ con una peregrinación simbólica por los alrededores de Winchester. El final se fijó en el Hospital de Saint Cross, la primera instalación creada para acoger peregrinos en lo que hoy en Gran Bretaña y que desde el siglo XII continúa cumpliendo su misión y forma parte del Camino Inglés. La tradición no se ha interrumpido y, como es lógico, tampoco lo ha hecho con la delegación gallega: sus diez integrantes fueron despedidos con un trozo de pan y un vaso de cerveza elaborada por los monjes trapenses.
A la hora de coger el avión de vuelta, los dos diputados provinciales aseguraron que las inauguraciones que dejaban atrás les habían dado fuerzas para continuar recuperando el Camino Inglés en Inglaterra. En la actualidad, y gracias al esfuerzo conjunto de la Xunta y la Diputación coruñesa, están definidos y señalizados casi dos centenares de kilómetros entre Finchale Priory (el comienzo, no lejos de la frontera con Escocia) y el río Humber, y, desde el mes pasado, el tramo de Reading a Southampton vía Winchester. El próximo desafío, desde Oxford a Reading. ᴥ

texto: j. pombo
fotografía: museo de belas artes da coruña
El lienzo «La Adoración de los pastores», conservado en el Museo de Belas Artes da Coruña, ofrece una lectura muy reveladora de cómo la pintura religiosa de finales del siglo XVIII combina la tradición barroca y la sensibilidad neoclásica. El contexto político de su siglo y del XX marcaron su azarosa trayectoria hasta ingresar en una colección pública y visitable.
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El cuadro representa el momento en que los pastores acuden al portal de Belén para adorar al Niño Jesús, siguiendo el relato del Evangelio de san Lucas, el único que narra este episodio. La Virgen aparece arrodillada, mostrando al Niño en el pesebre, mientras san José, con su vara florida, parece casi un mediador con el espectador de la obra.
La composición insiste en la humildad y la cotidianidad: las ofrendas son aves, huevos y un cordero de patas atadas, símbolo del Cordero Místico y del sacrificio futuro de Cristo. Esta dimensión próxima y humana dialoga con la función pastoral que la Iglesia quiso reforzar tras el Concilio de Trento, que se celebró entre 1545 y 1563, buscando que el espectador se reconociera en los personajes y entendiera el mensaje sin dificultad.
Aunque el cuadro se adscribe al neoclasicismo, mantiene un fuerte eco barroco en el uso dramático de la luz y en el tono intimista de la escena nocturna. La simplificación de las formas y la mayor claridad compositiva revelan un gusto más racional y equilibrado, propio de la sensibilidad neoclásica del último tercio del siglo XVIII.
En España, la Adoración de los pastores se popularizó algo más tarde que en Italia o Flandes, consolidándose a partir del Barroco del Siglo de Oro y alcanzando una gran difusión en el siglo XVIII. A medida que este tema se independiza de la Natividad y de la Adoración de los Reyes, gana autonomía iconográfica y se convierte en un espacio privilegiado para mostrar el realismo de rostros y objetos cotidianos, en línea con las directrices tridentinas y con la tradición belenista hispana. En el contexto del XVIII, cumple una doble función: catequética, al hacer comprensible el misterio, y emocional, al invitar a una identificación afectiva con los pastores como modelos de fe humilde.
La obra padeció una trayectoria azarosa. Procede de las incautaciones realizadas durante la Guerra Civil (1936-1939), dentro de las labores de protección y salvamento del patrimonio artístico. En 1941 la pintura se entrega al museo como depósito, pasando temporalmente por el Ayuntamiento de A Coruña antes de regresar al Museo Provincial de Bellas Artes, y en 1963 se declara finalmente propiedad del Estado mediante decreto. ᴥ

texto: s. fraga fotografía: adolfo enríquez

El Performance and Health Group (PHG) de la Universidade da Coruña busca respuestas precisas a una pregunta importante: ¿cuál es la «dosis» óptima de ejercicio para contrarrestar los efectos de la menopausia?
¿Se puede «recetar» un patrón de entrenamiento eficaz, seguro y aplicable en la vida real? El grupo, dirigido por Eliseo Iglesias con la participación de la profesora Jessica Rial, busca mejorar la salud de mujeres posmenopáusicas, una población históricamente infrarrepresentada en los estudios científicos. Esta etapa vital, marcada por la caída brusca de estrógenos, genera cambios profundos: pérdida de masa muscular y ósea, alteraciones metabólicas, mayor riesgo cardiovascular y síntomas como sofocos, hipertensión o insomnio.

Financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el proyecto CARE analiza respuestas inmediatas y las y adaptaciones a medio plazo al ejercicio de fuerza en mujeres posmenopáusicas. Se evalúan de forma integrada la composición corporal (mediante ecografías para medir hipertrofia muscular), cambios neuromusculares, marcadores metabólicos y cardiovasculares, capacidad funcional y síntomas menopáusicos. Los resultados de la primera fase confirman que, con el mismo volumen total de trabajo, las sesiones estructuradas en series cortas y alejadas del fallo muscular (del máximo esfuerzo, por lo tanto) atenúan el estrés cardiovascular y metabólico, reduciendo la «ventana» de deterioro posterior al ejercicio. Esto es crucial en una población con sistema cardiovascular frágil por la pérdida hormonal. En paralelo, se rastrea la evolución a largo plazo, incluyendo seguimientos dos meses después del entrenamiento, para determinar si esfuerzos más intensos generan mejores adaptaciones crónicas pese a mayor estrés inicial. El enfoque del grupo de investigación busca que los protocolos usen ejercicios convencionales, realizables directamente en gimnasios o centros de salud.
El PHG, dirigido por Eliseo Iglesias y en el que se integran hasta 15 personas, entre ellas la profesora Jessica Rial, afronta ahora una extensión del proyecto a tres años para explorar el entrenamiento concurrente: mezcla de fuerza con ejercicio aeróbico de resistencia (como caminar rápido o ciclismo). El reto es identificar combinaciones que minimicen riesgos inmediatos y maximicen ganancias en fuerza, masa muscular, salud cardiometabólica y funcionalidad, evitando interferencias en las que el ejercicio aeróbico limite las adaptaciones musculares del de fuerza.
En el horizonte, el grupo planea tres estudios anuales con 30 mujeres físicamente activas por año (no sedentarias, para aislar efectos menopáusicos), seleccionadas tras evaluaciones médicas y control de riesgos cardiovasculares. Cada intervención dura veinte semanas, con reevaluaciones cada cinco, reclutando voluntarias en gimnasios cercanos a la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de Bastiagueiro para facilitar la adherencia. El inicio está previsto para abril, tras adquirir el equipamiento necesario. Esta ambición responde a la necesidad de prescripciones personalizadas, como un «medicamento» adaptado a cada mujer. Lo ideal es conseguir una pauta que se pueda, de algún modo, «recetar» a las personas que lo necesiten, bien por parte de sanitarios de Atención Primaria o a través de profesionales de las ciencias del deporte.
La evidencia respalda que el ejercicio frena la pérdida muscular y la osteoporosis, estimulando la formación ósea mediante cargas de impacto o resistencia (pesas, bandas elásticas). También mejora la densidad mineral ósea en cadera y columna lumbar, reduce grasa visceral y controla la presión arterial, invirtiendo el riesgo cardiovascular que iguala o supera al masculino después de la menopausia.
El PHG enfatiza intervenciones realistas para integrarlas en atención primaria o salas de fitness en el mundo real. Su trabajo complementa otras iniciativas como la Cátedra SXD Galicia Activa (asesoramiento en DAFIS y «Adestra a túa Saúde») y la Cátedra AECC-UDC «Exercicio contra o Cancro», que divulgan y forman en prescripciones seguras.
Esta visión posiciona el ejercicio como intervención terapéutica de precisión, con potencial para políticas de salud pública que empoderen a mujeres posmenopáusicas hacia una vejez activa y saludable, con más esperazanza de vida. ᴥ



texto: s. fraga fotografía: david catá

Una mano se camufla entre la nieve sobre las montañas de A Gañidoira, en la sierra de O Xistral, en el brumoso norte de la provincia de Lugo. La piel, cosida con hilo blanco, se entrelaza metafóricamente con el paisaje natural en el que creció el autor de la imagen, David Catá, uno de los artistas contemporáneos más originales y arriesgados del actual panorama gallego.
English translation on page 95
E sta técnica que mezcla la imagen con el propio cuerpo es característica de David Catá (Viveiro, 1988). Con ella trabaja en varias series que lo han situado como uno de los artistas contemporáneos más observados de Galicia. Tras la piel, afirma el creador, «se ocultan nuestros sentimientos y aflora nuestro interior emocional». Los trabajos agrupados bajo el epígrafe ‘Bajo mi piel’ muestran las manos del autor ocupadas por fotografías y recuerdos. En la serie ‘A flor de piel’ abunda en la idea, esta vez tejiendo con hilo retratos de amigos y familiares. Es una técnica exigente y hasta dolorosa con la que el artista quiere construir una historia compartida, con la mayor cercanía posible.
‘Horizontes’, a la que pertenece la obra que protagoniza estas páginas, toma elementos de estas últimas series: la piel y el hilo remarcando el vínculo se funden esta vez con paisajes reales relacionados con la vida de Catá. «Es un diario escrito con aguja e hilo sobre mi propio cuerpo, concretamente sobre la palma de mi mano, que nace de rescatar algo
que marcó mi infancia, el oficio de mi madre como costurera». La mano del autor aparece en estas imágenes sobre fotografías del mar (el Cantábrico, el de su niñez), las montañas de A Gañidoira (sobre su Viveiro natal), las ciudades de Lugo, A Coruña o Madrid, la playa vivariense de Covas…
Se trata, en palabras del artista, de «una acción performática y efímera que me confronta con el pasado» y que plasma «escenarios que me definen emocionalmente, con los que establezco una mímesis entre mi cuerpo y el entorno».
Formado en la facultad de Bellas Artes de Pontevedra, David Catá exprime en otras series la poesía que puede brotar de la fotografía. Es el caso de ‘Abismos’ o ‘La vida tras la ventana’, en cuyas obras las inflorescencias del diente de león sobrevuelan paisajes brumosos, o se acumulan en horizontes interminables. Catá ha expuesto estas obras que combinan fotografía, pintura, poesía y performance en países como México, Perú, Alemania, Estados Unidos o Camboya. ᴥ


La colaboración entre TAG Heuer y New Balance fusiona la relojería suiza de precisión con la innovación deportiva en una propuesta que une tecnología, rendimiento y estilo. Fruto de esta alianza nacen el TAG Heuer Connected Calibre E5 40MM x New Balance Edition, la quinta generación del reloj inteligente de la firma suiza, y las zapatillas New Balance FuelCell SuperComp Elite v5, diseñadas para quienes conciben el running como una forma de vida.
El nuevo Calibre E5 representa la evolución del concepto de «artesanía conectada» de TAG Heuer. Su sistema operativo propio, TAG Heuer OS, ofrece una experiencia fluida, intuitiva y compatible con iOS, optimizando el seguimiento de la actividad física mediante sensores avanzados y GPS de doble banda. Entre sus funciones destacan la monitorización de la frecuencia cardíaca, el control del sueño, el registro de actividad y planes de entrenamiento.
La caja, fabricada en titanio de grado 2 con reves timiento DLC negro, combina ligereza y resistencia, mientras que la nueva correa Cushion Comfort System proporciona mayor ergonomía y un diseño moderno, con el logotipo de New Balance bordado.
La colaboración trasciende el diseño para ofrecer una experiencia de entrenamiento integral: el re loj incorpora seis planes de carrera exclusivos de sarrollados por New Balance, desde distancias de 5 km hasta maratón, con sesiones guiadas, métri cas en tiempo real y herramientas de motivación visual como «Chasing Diamonds».

y gris, compartido por ambos productos, refuerza la identidad común entre precisión y movimiento. Esta edición especial refleja la filosofía compartida de ambas marcas: disciplina, rendimiento y búsqueda constante de superación. Para Sydney McLaughlin-Levrone, embajadora de ambas firmas y dos veces campeona olímpica, se trata de productos «diseñados para ganar».

La relojería suiza de precisión se funde con la innovación deportiva y el estilo
En 1868, la novelista George Eliot escribió en The Spanish Gypsy que las gemas «tienen vida en sí: sus colores hablan, dicen lo que las palabras no alcanzan a decir». Y no le faltaba razón. A lo largo de la historia y en el cine ciertas joyas parecen moverse, hablar o incluso maldecir a quienes se cruzan en su camino. Icónicas, enigmáticas, trágicas o glamurosas, algunas gemas se han instalado en el imaginario colectivo con la fuerza de una
leyenda. Una de las más afamadas es el diamante Koh-i-Noor, pieza central de la corona de Elizabeth Bowes-Lyon, esposa del rey Jorge VI y abuela del actual monarca inglés, Carlos III. No es solo un diamante: esta piedra de 105,6 quilates ha cargado con siglos de historia, poder y, según el folclore victoriano, una peculiar maldición que afecta únicamente a los hombres que lo poseen, destinados a perderlo todo.
Coronación del rey Jorge VI e Isabel Bowes-Lyon

La tradición local tardía cuenta que el diamante se extrajo en la mina Kollur, en la orilla sur del río Krishna, y que fue fijado como el ojo izquierdo de la diosa hindú Bhadrakali. Este es el momento en el que los más cinéfilos empezarán a entonar: Kalimā! Shakti de!, Kalimā! Shakti de! a la espera de que Indiana Jones y Tapón aparezcan en el templo maldito para rescatar la piedra sagrada y devolverla a los aldeanos. Steven Spielberg fue un hombre inteligente y supo ver el potencial cinematográfico de esta leyenda, sin adulterarla.
Teniendo en cuenta su denominación, que se podría traducir como «Montaña de Luz», se tiende a pensar que la fama del Koh-i-Noor procede de su belleza o su tamaño, pero no hay que engañarse, pues otras grandes montañas de luz le disputarían el trono. Entre ellas, el Cullinan, con 3.106 quilates, que, aún después de haber sido dividido en 105 diamantes menores que adornan las joyas de la Corona Británica, dio origen a otras dos piezas de tamaño más que singular, el Cullinan I y el Cullinan II, con 530,4 y 317,4 quilates respectivamente. No, en cuestión de magnitud, nuestro protagonista no es en absoluto el número uno.


En cuanto a glamur, otro duro competidor le haría sombra. Hablamos del diamante Sewelo, de 1.758 quilates, descubierto en 2019 en Bostwana. El tamaño y misterio de esta pieza atrajeron a una de las principales firmas mundiales del lujo, Louis Vuitton, que, con su compra, hizo una de las escasas incursiones de la alta costura en el mundo de las gemas en bruto. No obstante, sería difícil para estas u otras gemas similares superar las leyendas en torno a su origen, así como a la azarosa y emocionante peripecia vital del Koh-iNoor hasta su ubicación actual. Esta pieza tiene un aura que pocas piedras, aún las de mayor tamaño, pueden igualar.
La travesía histórica del Koh-i-Noor comienza en 1739, cuando el gobernante persa Nader Shah invade el imperio Mogol, que abarcaba gran parte del subcontinente indio, y saquea sus ya por entonces famosas riquezas. Una de las piezas que cargaron los 700 elefantes, 4.000 camellos y 12.000 caballos que las crónicas cuentan que fueron necesarios para transportarlas fue el fastuoso Trono del Pavo Real, símbolo del poder mogol, donde Shah Jahan probablemente había ordenado engastar al Koh-i-Noor, aunque no existe consenso al respecto.
Tras la muerte de Nader Shah, la gema pasó de unas manos a otras entre varios imperios del sur y el oeste de Asia hasta que fue formalmente entregado a la reina Victoria en 1849, como parte de los términos de rendición de la guerra anglo-sij, con la que Reino Unido comenzaba su incursión en la que acabaría siendo, no sin cierta ironía, la ‘joya de la Corona’ de su imperio.

Ilustración del Koh-I-Noor original
El viaje del Koh-i-Noor hacia el Reino Unido no estuvo exento de tribulaciones. El barco que lo transportaba, el HMS Medea, sufrió un brote de cólera a bordo en su escala en Mauricio y fue expulsado de la isla bajo amenaza de ser destruido. Más tarde, un fuerte vendaval se cruzó en su camino y, durante casi doce horas, estuvo a punto de irse a pique. Pero, al fin, el 1 de julio de 1850 llegó a Spithead, cerca de Portsmouth, y el 3 de julio el diamante era formalmente presentado a la reina Victoria en el Palacio de Buckingham.
Tras ocupar un lugar de honor en la Gran Exposición de Londres, celebrada en 1851 en Hyde Park, la gema adquirió fama rápidamente. No obstante, su misterioso pasado y la asignación de un exorbitado valor por parte de la prensa victoriana, de 1 a 2 millones de libras esterlinas de la época, se vieron ensombrecidos por su imagen, una piedra defectuosa y asimétrica que no parecía adaptarse a los cánones de la espectacular joya que se suponía. Es entonces cuando el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, decide, con el permiso del gobierno británico, pulir la piedra. Para ello contacta con uno de los mayores y más famosos comerciantes de diamantes de la época, el holandés Mozes Coster, quien envía a Londres a uno de sus artesanos más experimentados, Levie Benjamin Voorzanger. Fueron necesarios treinta y ocho días de trabajo en la fábrica de Garrard & Co. en Haymarket, bajo la supervisión del príncipe Alberto y con la participación del Duque de Wellington, así como la dirección técnica del mineralogista de la reina, para completar el pulido del Koh-i-Noor. La piedra tallada resultante, si bien presenta sesenta y seis facetas, repartidas entre la corona y el pabellón, no sigue la configuración estándar moderna de cincuenta y siete o cincuenta y ocho facetas de la talla brillante, sino un diseño híbrido propio de tallas históricas orientales. El coste de la operación, de 8.000 libras esterlinas, era en la época una suma considerable, equivalente a varios millones de libras actuales.
Después de la muerte de la reina Victoria, el Koh-i-Noor ilumina la corona de la reina Alexandra (esposa de Eduardo VII), se engasta en la corona de la reina María (esposa de Jorge V) en determinadas ceremonias, y acaba ocupando la cruz central en la corona de Isabel Bowes-Lyon (esposa de Jorge VI). Los visitantes de la Torre de Londres pueden contemplar réplicas en cristal del Koh-i-Noor en las coronas más antiguas, así como una réplica del brazalete en el que la reina Victoria llevaba la gema y un modelo de vidrio que recrea su apariencia original al llegar a Londres.


El diamante y su lugar de engarce en una de las coronas inglesas
Protagonista en el entierro de la más icónica de las reinas del siglo XX, Isabel II, la corona de la Reina Madre se exhibió junto al féretro real durante el sepelio. Tras este, la polémica sobre la devolución del diamante a la India se ha reavivado –con la reclamación de historiadores, investigadores y diversas autoridades del país– hasta el punto de que para la coronación de la reina Camilla, esposa del actual monarca, se optó por utilizar la corona de la reina María de Teck. Y es que este diamante, más que un simple objeto, es un testigo de conquistas, diplomacia y disputas internacionales: un pedazo de historia que sigue marcando el presente a través de una nueva narrativa que revisita episodios sensibles del Imperio Británico, desde su papel en el tráfico de esclavos hasta las atrocidades coloniales cometidas en su nombre. Esta nueva forma de ver los acontecimientos amplía y matiza la percepción de esta pieza, hoy reinterpretada también como un símbolo de la conquista colonial y de sus consecuencias. ᴥ
de galicia

texto: cristóbal ramírez ilustración: sr. reny

En el siglo XVI, Enrique VIII de Inglaterra y luego su hija Isabel I rompieron relaciones con Roma, separación que se originó debido al repudio por parte del primero de su esposa Catalina de Aragón para contraer nuevas nupcias. Nacía la iglesia anglicana y con ella la persecución implacable a la religión católica. Y eso afectó, y mucho, a A Coruña, porque cesaron prácticamente por completo las peregrinaciones a Santiago. Se extendió un manto de silencio sobre aquellos multitudinarios viajes, se perdió la memoria colectiva y esa fue la tónica durante varios siglos. ¿Qué cambió? La atmósfera política, simplemente. En 1906 Alfonso XIII se casaba con Victoria Eugenia de Battenberg, de la familia real británica (su abuela era la reina Victoria), y en 1909 comenzaban los viajes en barco desde los puertos británicos de Liverpool y Southampton a Vigo, que fueron una auténtica conmoción entonces ya que eran tres al mes y en ellos llegaron miles de personas. Galicia se puso de moda.
De modo que en el primer año santo compostelano del siglo XX, justamente en ese 1909, y en el mes de mayo, desde la archidiócesis de Westminster se organizó una peregrinación en barco con un muy nutrido grupo de feligreses y con el cardenal Franciz Bourne al frente. Pero ahora A Coruña quedó marginada ya que el recorrido fue, obviamente, el único posible: de Liverpool (en el vapor Ambroise) a Vigo, donde atracó el día 24. Claro que los restos humanos del Apóstol están donde están, de modo que Franciz Bourne y sus devotos tuvieron que subir a un tren. Eso sí, después de haber pasado un día de descanso visitando Baiona, a la que dirigieron grandes alabanzas.
El periodista, Gainsford Tombs publicó en el Westminster Cathedral Chronicle:
Fue la primera peregrinación en 350 años que partió de las costas de Inglaterra hacia la famosa ciudad medieval de Santiago. Sin embargo, antaño, cuando Santiago estaba en la cima de su fama y ocupaba con orgullo su lugar junto a Roma y Jerusalén en una trinidad de grandes santuarios, Inglaterra enviaba anualmente a miles de fieles hijos de la Iglesia a rezar ante el altar compostelano. Solo en 1434 sesenta y tres barcos ingleses transportaron a 3.000 peregrinos. Comparada con aquello, nuestra peregrinación ocupa un modesto lugar.
El día 26 los peregrinos llegaron, por fin, a su destino. No todos, porque un grupo numeroso prefirió quedarse a tomar las aguas en el ya entonces muy famoso balneario de Mondariz. El cardenal Bourne bajó en la vieja estación de Cornes, y allí fue recibido con gran pompa, con el obispo auxiliar de Santiago en primera fila acompañado por una comisión del Ayuntamiento, bomba de palenque tras bomba de palenque y, eso sí, «un chaparrón imponente», según recogió La Voz de Galicia, que añadía:
Entre los peregrinos se ven muchas señoras y señoritas con grandes sombreros de paja y velas. También vienen 14 sacerdotes que visten unos de paisano con levita y otros con ropa talar. En total son 50, entre los que figura lady Neuville, esposa del ministro de Marina británico.
El ministro se incluía en las filas de los anglicanos y había querido evitar los problemas que surgirían en su entorno político si se hubiera animado a subir al barco. El periódico gallego especificaba que tan ilustre dama traía «una señora de compañía». Por cierto que una de esas mujeres gritó, en perfecto español, a su llegada a Vigo: «¡Vivan las señoras católicas españolas!», y las presentes respondieron a pleno pulmón: «¡Y las inglesas!». Al regreso, el propio Franciz Bourne escribió de manera telegráfica en el mismo Westminster Cathedral Chronicle:
Puerto de Vigo, tremenda recepción, bombas explotando a nuestro alrededor, las campanas de las iglesias tocando, un gran himno de triunfo, viaje en tren, entusiasmo sin límites en cada estación y villa, Dios salve al Rey, estación de Santiago, las calles ocupadas con miles de personas, catedral, el cardenal Herrera recibiéndonos, Te Deum , himno español de la peregrinación (Santiago adalid) cantado por nosotros lo cual agradeció la población española, gran placer tras un lapso de 350 años. Haciendo historia.
En efecto, hicieron historia. Hoy el Reino Unido es uno de los países que más peregrinos envía a Santiago año tras año (más de 12.000 en este 2025 que ya termina)… aunque Ferrol ha desbancado a Vigo en sus preferencias como punto de partida. ᴥ

La casa relojera suiza Breitling ha anunciado una alianza que fusiona la moda, la sostenibilidad y la precisión, dando la bienvenida a la periodista y emprendedora Sara Carbonero como la nueva embajadora de marca. Tras una destacada carrera en medios nacionales e internacionales, Carbonero fundó en 2015 la firma Slowlove, una marca de ropa de estilo casual elegante que se distingue por su compromiso con la sostenibilidad. Además de su faceta empresarial, es embajadora de UNICEF España.
La colaboración resalta la importancia de la noción del tiempo y la precisión de los relojes, elementos que reflejan la misión de Breitling de ser una marca sostenible, inclusiva y casual. La periodista comparte la filosofía de la firma helvética y su compromiso con el el medio ambiente en la producción de relojes de alta calidad. Esta visión se alinea con la búsqueda de un lujo sostenible e inclusivo, socialmente responsable.
Breitling trabaja en la transición hacia el abastecimiento responsable de oro y diamantes de forma inmediata, mientras que Sara Carbonero y Slowlove buscan integrar la sostenibilidad en las decisiones diarias, creando moda con conciencia.
Para Edouard d'Arbaumont, CEO de Breitling Southern Europe, «Sara personifica el compromiso y la determinación que apreciamos. Es una mujer versátil: periodista, empresaria y madre realizada, refuerza nuestro compromiso con el liderazgo femenino y la promoción de la sostenibilidad en el universo de la moda y la relojería de lujo».
Para su día a día, Sara Carbonero ha elegido el nuevo Top Time B01 Shelby Cobra 41 de Breitling, un reloj que combina moda, velocidad y estilo. Este modelo se adapta a su vida multifacética y su diseño vanguardista y conexión con el mundo del motor encarnan la energía que busca en su rutina.

La periodista y la firma suiza promueven un lujo sostenible e inclusivo

fotografía: adolfo enríquez
l Multiusos de Sar acogió en octubre una nueva edición del Xacobeo de Ximnasia
Rítmica, IV Torneo Internacional Viravolta-Jael y V Gala Internacional, que reunió sobre el tapiz a atletas de primer nivel mundial. Organizada por el Club Viravolta con el patrocinio principal de Jael Joyería y la marca relojera Longines, la cita se consolidó un año más como el gran evento gimnástico de Galicia.
Las mañanas de los días 25 y 26 de octubre se dedicaron a la competición del Torneo Internacional, que contó con la participación de 70 clubes y 800 deportistas procedentes de diversas zonas de España, así como de Portugal e Italia. La tarde del sábado estuvo marcada por la Gala Internacional, una exhibición que congregó a una treintena de figuras destacadas de la rítmica mundial. La presentación del espectáculo corrió a cargo de la olímpica española Carolina Rodríguez y el periodista de la Televisión de Galicia Carlos García Verdugo.

Entre las atletas participantes brillaron nombres de la talla de la campeona olímpica y mundial Darja Varfolomeev (Alemania), quien además asistió a la entrega de medallas. También se contó con la presencia de deportistas como Anastasia Simakova (Alemania), Tara Dragas, Alice Taglietti, Sofia Aciobanitei (todas ellas de Italia) y Jasmine Ramilo (Filipinas). La Selección Española estuvo representada por el conjunto sénior (triple campeón de Europa y bronce mundial) y por gimnastas individuales como

Daniela Picó, Alba Bautista, Lucía González y Cristina Korniychuk. La gala también incluyó una sección dedicada al deporte adaptado, con la actuación de gimnastas con diversidad funcional.
La organización del torneo cuenta con la colaboración desinteresada de numerosas empresas y entidades gallegas. Además de su componente deportivo y cultural, esta edición volvió a destacar por su carácter solidario. Toda la recaudación obtenida se destinará a financiar los proyectos de ASANOG.





Jael Joyería destina el 20% de las ventas a la Fundación Andrea de Apoyo a los Niños con Enfermedades de Larga Duración, Crónicas o Terminales
SANTIAGO Xeneral Pardiñas, 7 | T. 981 576 895 | santiago@joyeriajael.es
A CORUÑA Compostela, 8 | T. 981 909 029 | coruna@joyeriajael.es
www.joyeriajael.es





Los surfistas Sarah Almagro y Gony Zubizarreta recibieron el pasado verano, en el marco de la Pantín Classic, los Premios Pantín Genuines de Joyería Jael, en una gala celebrada en el Pazo Libunca de Narón que reunió a centenares de invitados. Los galardones reconocen la trayectoria, el compromiso y la vinculación histórica de ambos deportistas con el campeonato decano del surf en Galicia.
Sarah Almagro (Marbella, 2000), campeona del mundo de surf adaptado y tricampeona de España en la categoría Prone 2, representa una historia de superación ejemplar. A los 18 años sufrió una meningitis meningocócica que la mantuvo varios meses al borde de la muerte, con ocho paradas cardiorrespiratorias y la amputación de manos y pies. En 2021 retomó su relación con el mar al surfear de nuevo en la playa de Pantín, donde descubrió en el surf una auténtica terapia. Desde entonces ha conquis-

tado tres campeonatos de España, uno de Europa y uno del mundo, además de varias medallas internacionales. Por su parte, Gony Zubizarreta (Buenos Aires, 1985), considerado el mejor surfista gallego de todos los tiempos, recordó emocionado sus primeros años en Pantín junto a su padre y su hermano, cuando comenzó a participar en la competición siendo un niño de siete años. Habitual del circuito durante décadas, Zubizarreta es uno de los surfistas más queridos por el público local. «Esta distinción significa mucho para mí. Gracias por vuestro apoyo a lo largo de todos estos años», expresó durante la gala. Actualmente continúa vinculado al campeonato como miembro del equipo de comunicación de Classic Surf Pro en las competiciones de la WSL. Los premios fueron entregados por Chema Fernández, director de Joyería Jael, y Blanca Panzano, directora general de TAG Heuer España, en un acto conducido por Mikel Urigortia y Lucía Martiño. ᴥ


fotografía: manuel lucas mariño
La sede de la Asociación de Cáncer Infantil y Juvenil de Galicia (ASANOG) acogió en octubre la presentación del libro As historias da historia de Compostela, una obra solidaria cuyo importe íntegro se destinará a apoyar la labor que la entidad desarrolla con familias afectadas por el cáncer infantil en Galicia.
El acto reunió al autor del libro, José M.ª Fandiño Fernández, al fotógrafo Adolfo Enríquez y a José María Fernández, de Joyería Jael. Asistieron también Verónica García y Pilar Alcalde, en representación de la entidad, junto con varias familias beneficiarias, que quisieron compartir este emotivo encuentro con los impulsores del proyecto solidario.
Desde ASANOG subrayaron que «esta iniciativa es muy importante porque nos ayuda a seguir acompañando a las familias que atraviesan un proceso oncológico infantil, y solo podemos agradecer a todas las personas y entidades que la han hecho posible». Por su parte, José María Fernández destacó que «este libro es una muestra de solidaridad con los niños pacientes de cáncer y de generosidad por parte de su autor y de las empresas colaboradoras, al tiempo que pone en valor la historia de nuestra ciudad».
El proyecto cuenta con la colaboración de Joyería Jael, Adolfo Enríquez Fotógrafo, ALVA Servicios Gráficos, Iago Fernández, Versal Comunicación y la Xunta de Galicia. El libro puede adquirirse en librerías que apoyan la causa, como Couceiro, Follas Novas y Anagrama (Arzúa).
Con esta iniciativa, ASANOG refuerza su compromiso con la infancia y adolescencia oncológica gallega, una labor que desarrolla desde 2012 y que fue reconocida con la declaración de utilidad pública en 2019. La asociación ofrece apoyo psicológico, social, educativo y económico, además de alojamiento gratuito en su piso de acogida en A Coruña para familias desplazadas durante los tratamientos.





Tissot presenta The Gift of Time, una campaña que recorre su historia para reflexionar sobre el valor del tiempo como legado. Concebida como una pieza cinematográfica, la narración transcurre en el vagón de un tren, donde un único viajero atraviesa distintas épocas. A través de este recorrido, la marca suiza pone en diálogo su pasado, su presente y su visión de futuro.
Fundada en 1853 en Le Locle por Charles-Félicien Tissot y su hijo Charles-Émile, la firma nació de la unión entre la artesanía de las cajas de oro y la precisión del oficio relojero. Sus primeros relojes de bolsillo y colgantes recibieron pronto reconocimiento internacional y sentaron las bases de la Manufactura en Chemin des Tourelles.
A lo largo del siglo XX, la casa mantuvo una línea constante de investigación técnica y diseño. En la década de 1930 desarrolló el primer reloj de pulsera antimagnético del mundo; en los años cincuenta, la colección Seastar consolidó su experiencia en resistencia al agua. La década siguiente trajo el PR 516, un modelo pensado para soportar impactos sin renunciar a la comodidad ni a la elegancia, inspirado en la cultura del motor.
Durante los años setenta, Tissot amplió su alcance con las primeras colecciones de cuarzo e introdujo el IDEA 2001, primer reloj del mundo con movimiento de material sintético, resultado de veinte años de investigación. Su historia reciente confirma una misma orientación: combinar innovación, fiabilidad y una estética clara.
Hoy, esa herencia se mantiene. Tissot participa como cronometrador oficial en competiciones internacionales como la NBA, la WNBA, el Tour de Francia o MotoGP, además de colaborar con federaciones nacionales. Esta relación con el deporte refleja los valores que han definido a la marca desde sus orígenes: precisión, rendimiento y continuidad.




Un reloj puede ser, a la vez, un objeto de precisión y un símbolo de permanencia

From its very foundation, A Coruña seemed destined to look upward. The Tower of Hercules, the city’s quintessential symbol, is the first example of a will to stand out and rise that later translated into urban architecture, with buildings adding floors as technical progress made it possible. Height is power. Spain’s first skyscraper has a Coruñan heart – just like the tallest tower in Galicia. A Coruña insists on touching the sky.
Last November marked the centenary of the country’s first skyscraper. The Banco Pastor building, inaugurated in 1925 on the Cantón Pequeño, was an architectural challenge for its time and a declaration of intent from a city that aspired to resemble the great

The streets of a city with as much history as Compostela are like a palimpsest. Beneath the present constructions there once stood others that served different purposes, different lives now forgotten as time went by. This is the case of numbers 23, 25 and 27 of Rúa Casas Reais, where an old pilgrims' hospital dedicated to Saint Michael was located – likely intended for those with fewer resources.
The old and forgotten Hospital of San Miguel was founded by the canon Ruy Sánchez de Moscoso to care for those who arrived in Compostela in the worst condition: the most destitute pilgrims, with the fewest means to support themselves in the Apostle's city. The area was ideal for this purpose: right on the


European capitals. Transformation, progress and economic development were condensed into a ten-storey building. Forty meters high – a figure that today seems overshadowed by major international towers six times taller – yet for four years, until the opening of Telefónica’s headquarters on Madrid's Gran Vía in 1928, it was the benchmark against which other Spanish cities compared themselves.
In the 1920s, A Coruña was the most populous city in Galicia, with more than 62,000 inhabitants, and a financial capital. The work of architects Antonio Tenreiro and Peregrín Estellés transformed the traditional port façade of white wooden galleries and paved

Camino, near the mysterious (some say magical, even spectral) Chapel of the Souls, barely 400 meters from the Plaza do Obradoiro.
Nothing at the site recalls the existence of the Hospital of San Miguel. It stood on what was then known as “Rúa do Camiño” and mainly served the most disadvantaged pilgrims, though its activities went further. It had, for example, a library donated by its founder, and it formed part of the fragile care network of the time.
Compostela was then filled with numerous small hospitals and buildings dedicated to dealing with the phenomenon of pilgrimage. Among them there was the Hospital of Santiago, located in today's Acibechería; that of Santa María Salomé, also intended for poor travel
the way for an urban model that took root in the following decades. It was the first building in the city to occupy an entire block – eleven houses were demolished for its construction – and it looked down even on the Obelisk. This American-style giant, built with a concrete structure and designed according to the principles of the Chicago School, became A Coruña ' s first vertical landmark and, for a time, the roof of Spain.
Later came other major high-rise landmarks, such as the Golpe Tower, the Hercón Tower (currently the tallest building in Galicia), the Trébol Building, the San Diego Towers and, most recently on the Coruñan skyline, the Amura Tower. ᴥ

lers; the Hospital of Jerusalem, which cared for orphans; and other smaller ones dedicated to San Fiz or San Andrés. Until the opening in the 16th century of the great Royal Hospital (today the Hostal dos Reis Católicos), care for pilgrims was precarious and highly decentralised, and it often changed hands. The Hospital of San Miguel lost its independence in 1768. In historical records, this is the date assigned to its integration into the nearby Hospital of San Roque. Saint Michael, the archangel and protector of believers, is one of the most venerated figures in Santiago de Compostela and along the surrounding pilgrimage routes. Within the city, the most evident trace of this devotion is the Church of San Miguel dos Agros. ᴥ




Shy, yet with very clear ideas, Sarah Almagro (Marbella, 2000) denies being an icon or a role model, even though she is. At the age of 18, she contracted meningococcal meningitis, which resulted in the amputation of her hands and feet and a kidney transplant. Before her illness, she practised surfing and bodyboarding. Afterwards, she continued. With the support of her family and coaches, Almagro has made adaptive surfing a way of life. Champion of Spain and Europe, and from 2025, of the World, as well as winner of the Hawaii Adaptive Surfing Championship, she dreams of seeing her discipline included in the Paralympic Games and competing in Brisbane 2032.
How does a girl from Málaga start surfing? I started at the age of five. After falling ill at 18, my parents suggested I take up a sport. Around that time, I set up social media accounts to help fund my prosthetics because they wer-

en' t covered by the public health system. It so happened that someone who surfed at the same beach as me, and whom I knew by sight, told me he was going to help me surf again. I replied, “Let's see… I don't have hands or feet, it's going to be tricky.” He answered, “We'll figure it out; first, get yourself healthy.” At 20, after my kidney transplant, I started swimming with my father and taking my first surf lessons in the pool. A week later, the coach told me I was ready to go into the sea.
How do you overcome fear of the sea after an experience like your illness? At first, I was a little hesitant because I felt unprepared. But the first time I surfed again was incredible. When I had my hands and feet, surfing was my time to be alone, to live in the moment, and forget about problems on land. Now it’s the opposite. I need someone with me who acts as my hands and feet, who pushes me on the wave. At first, it's a bit shocking because

it's strange to feel dependent, but now I enjoy it differently, because there's much more interaction in the water with people. That has helped me a lot because I'm quite shy and introverted. I notice that in the sea, people don't overprotect me the way they do on land. I' ve never felt fear again, nor felt helpless in the water. In fact, I feel like fish in the water. It has always been my element – maybe it's because I'm a Pisces.
Do you feel in any way like a role model or an icon? No. It's a responsibility I find hard to take on. It means you have to do everything perfectly, and that's very difficult. I try to do my best and show that, despite having suffered an illness, physical after-effects, kidney problems and diabetes, you can go very far – as long as you accept help from others, whether in the form of mental health support, friends, family… And also by having the right attitude to life, which is essential. ᴥ

viveiro prepares for holy week (pages 54-59)
Viveiro's Holy Week has traversed a millennium “in fits and starts”, explains Francisco Berdeal of the Confraternities Board. Its origins date back to the 13th century, when it was first mentioned in documents, although it is likely that processions had already been making their way through the town’s streets years – or even decades – earlier. Stable ever since (“we are the only Holy Week celebration to have taken place without interruption for centuries”, notes José Miguel Soto, also a member of the Board), many of the figures that accompany the forty pasos now parading are from the 15th, 16th, 17th and 19th centuries.
Viveiro's Holy Week, with roots in the Late Middle Ages, emerged around the Franciscan and Dominican convents founded in the 13th century. Over time, these orders en-
couraged the creation of confraternities and processions that would ultimately shape a deeply rooted tradition. Events such as the Encuentro, the Desenclavo and the Os Caladiños procession – some featuring articulated figures unique in Spain – became established between the 15th and 18th centuries, even surviving difficult periods such as the French invasion or the disentailment. In the 20th century, Holy Week experienced a notable revival due to the renewal of confraternities, the arrival of new images crafted by leading sculptors of religious art and growing community organisation.
Throughout the last century, Viveiro enriched its processional heritage with numerous artistic additions, emblematic parades and new sculptural groups, maintaining a
close balance between tradition and evolution. Recent decades have seen cultural-promotion initiatives, the creation of the Confraternities Board, and the establishment of permanent exhibitions, along with innovations such as the Vía Lucis procession and the Women's Via Crucis. All this culminated in its declaration as an Event of International Tourist Interest in 2013, a distinction that cemented its prestige and reputation beyond its borders.
Today, Viveiro's Holy Week is an open, large-scale celebration regarded as a symbol of local identity, bringing together thousands of confraternity members in a town of just over 15,000 inhabitants. It features 15 processions, around 40 figures dating from the 15th to the 21st centuries, historic musical bands and a wide-ranging cultural programme. ᴥ

christmas iconography in the cathedral (pages 6-9)
Over the centuries, Christmas celebrations played a prominent role in the specific ceremonial traditions of the Compostela cathedral and, in fact, since the early thirteenth century, Christmas festivities with strong popular roots were held before the façade of Master Mateo’s retrochoir, presided over by a tympanum depicting the Adoration of the Three Wise Men. Similarly, the iconography related to this theme – especially representations of Mary as the Mother of Jesus – has a significant presence in the cathedral's artistic collections, formed over time from diverse origins.
Among these scenes associated with Christmas there are two works that have been linked to the testamentary legacy of Archbishop Pedro Carrillo y Acuña, who died in 1667; both are attributed to the Bolognese painter Guido Reni. The first of these pieces is a delicate representation of Mary watching over the sleeping Christ Child, which may correspond to the “oval with a gilded frame in which Our Lady and Her Most Holy Son are painted,” listed in the inventory of the Archbishop Carrillo’s aforementioned legacy, as studied by Leopoldo Fernández Gasalla. The description certainly matches the painting now displayed in the Cathedral Museum, following a complex restoration that saved it from disappearing. Moreover, the oval format, the type of framing of the scene, and its stylistic features reinforce its attribution to Reni.
The other piece attributed to Guido Reni is divided into two rectangular panels, although it may have been separated and repainted at a later date, as proposed by José María Díaz Fernández at the time of its discovery. He was the first to associate the works with the Bolognese painter, based on stylistic criteria. It is an Annunciation in which, however, certain differences can be observed between the depictions of the Archangel and Mary.
In these two works, we encounter notable examples of the presence of Italian Baroque painting in the cathedral's collections, which also significantly enhance its set of iconographies related to Marian devotions. ᴥ

maruja mallo's christmas cards (pages 18-19)
The avant-garde painter Maruja Mallo went into exile to Argentina in 1937, due to the Spanish Civil War. There, from the 1940s onwards, she discovered new interests linked to the spectacular landscapes offered by the coasts of the Río de la Plata and the Pacific, which she visited to seek inspiration for the mural she was to create in the Los Ángeles cinema in Buenos Aires, and where she also visited her friend Pablo Neruda. Flowers, shells, animals and ethnic features captivated the artist, who during the first half of the 1940s produced some of her best-known series: Naturalezas Vivas and Cabezas . The aesthetic employed in these images, full of marine elements and bodies in motion—often enriched with collage techniques—also influenced some of her lesser-known creations, such as her Christmas cards.
For many exiles, Christmas was a moment of nostalgia, a time to remember those left far away and the territories where they had been born and grown up. In this context, Christmas cards became a means of communication with family and friends dispersed across Spain or elsewhere in exile. In addition to conveying affection, they served as a form of personal expression and a demonstration of aesthetic taste. Their affordable price made them common decorative items during the winter, and many of them achieved considerable artistic value thanks to their careful chromolithographic printing. They also helped to project a certain social image, education or the aesthetic sensibility of those who purchased or sent them.
Although Mallo's cards are undated, the similarity of their motifs to works produced during her exile suggests that they belong to the 1940s or early 1950s. The six cards share a similar compositional structure: a central image dominating the page, accompanied by a brief legend – in Spanish or English – all created in linocut.
Altogether, these cards aim to highlight what unites people rather than what separates them.

a piece of the nativity of bethlehem in compostela (pages 22-23)
How many people know that, in the heart of the historic centre of Compostela, a piece of the place where, according to tradition, the Virgin Mary gave birth to Jesus is preserved? The artifact is kept in the sadly closed Museum of the Holy Land, in the convent of San Francisco, just a couple of hundred meters from the Cathedral. Its history is as eventful as it seems.
It consists of just five small pieces of ancient marble, topped with a recently made metal star. But its historical and spiritual significance is immense: the stone comes from the Grotto of the Nativity in Bethlehem, built on the very site of the Birth. In fact, until a few hundred years ago, the stone marked the exact location of the delivery, as can be read on the piece itself: “Here Jesus Christ was born of the Virgin Mary.” The inscription frames a hole in the metal through which, in its original location, the worshippers could reach in to touch the stone on which the Saviour’s body first rested.
In the Nativity star preserved in Compostela, what comes from Bethlehem is the marble, which marked the spot where Christ was born. The metal star was probably made in the twentieth century, upon its arrival in Santiago, and imitates the original silver star. The stone was removed from its original location (along with the silver star, which was replaced) in the mid-nineteenth century, when the Greek Orthodox took control of the Basilica of the Nativity and carried out a thorough renovation of the church.
Indeed, reconstructions and destructions have been common throughout the history of the church, one of the oldest in Christianity. It was commissioned by Emperor Constantine I in the fourth century as part of a programme to highlight important sites in the life of Jesus, and took its present form under Justinian in the sixth century. The building survived and was transformed under the rule of the Crusaders (11 th century) and the Mamluks (13th century. ᴥ

lugo safeguards a ‘nativity’ from the prado (pages 38-39)
The Provincial Museum of Lugo safeguards, alongside its impressive own collection, a number of works owned by the Museo del Prado, Spain's most renowned art centre. One of these works is a small circular panel painted in the sixteenth century, depicting the Nativity in a very canonical manner, with all the figures from the traditional story, including the ox and the mule. However, very little is known about the artist.
The Nativity shows the Holy Family shortly after the birth of Jesus, who forms the central focus of the piece. The Son of God, naked, is surrounded by the elderly Saint Joseph and the Virgin Mary. Visiting Jesus are a shepherd with his lamb, a bag-piper (a curious, although probably unintentional, Galician reference), a very attentive ox and mule, and two angels painted in a pious posture. In the background, beyond the walls of the Bethlehem stable, the Three Wise Men approach the scene, guided by a star, set in a mountainous landscape.
The painting, dated to the sixteenth century and by an unknown artist, is one of the 3,400 works owned by the Museo del Prado but kept in other institutions. This is not a recent practice, as the museum initiated it in the nineteenth century. Just over five years ago, the Provincial Museum of Lugo hosted an exhibition marking the Prado’s bicentennial, in which no fewer than thirty works belonging to the Madrid museum and housed in Lugo were displayed.
Since 1887, the Museo del Prado has lent works to the city, initially through the Provincial Council (originally as decoration for the Palace of San Marcos, the seat of the local institution). As María Quiroga Figueroa of the Provincial Museum explained at the time, these were portraits of kings commissioned by Isabel II.
The bulk of the transferred paintings arrived in the 1930s and 1940s. They belonged both to the collection of the Spanish monarchs (as in the case of the work discussed here) and to other collections absorbed by the Prado over the century. ᴥ

calm in the heart of the light in the night: a neoclassical nativity (pages 66-67)
The painting The Adoration of the Shepherds, kept in the Museo de Belas Artes da Coruña, offers a highly revealing insight into how late eighteenth-century religious painting combines Baroque tradition with Neoclassical sensibility. The political context of its century, as well as of the twentieth century, marked its eventful provenance before it entered a public collection.
The painting depicts the moment when the shepherds arrive at the stable in Bethlehem to adore the Christ Child, following the account in the Gospel of Saint Luke, the only one to narrate this episode. The Virgin kneels, presenting the Child in the manger as she gently lifts the cloth that covers him, while Saint Joseph, with his flowering staff, appears almost as a mediator, introducing the scene to the viewer.
The composition emphasises humility and everyday life: the offerings consist of birds, eggs and a lamb with its legs bound. This intimate human dimension aligns with the pastoral function the Church sought to reinforce after the Council of Trent, aiming for the viewer to recognise themselves in the figures and grasp the message without difficulty. Although the painting belongs to Neoclassicism, it retains a strong Baroque resonance in its dramatic use of light and the intimate tone of the nocturnal scene. The radiance emanating from the Child acts as the sole light source, illuminating the faces of those present and organising the composition around a spiritual and visual centre that guides the gaze.
The work experienced a turbulent history. It comes from the seizures carried out during the Civil War (1936-1939), as part of efforts to protect and salvage artistic heritage. In 1941, the painting was deposited at the museum, passing temporarily through the City Council of A Coruña before returning to the Provincial Museum of Fine Arts, and in 1963 it was finally declared state property by decree. ᴥ

skin over the snow of o xistral (pages 72-73)
A hand camouflages itself among the snow on the mountains of A Gañidoira, in the O Xistral range, in the misty north of the province of Lugo. The skin, sewn with white thread, intertwines metaphorically with the natural landscape in which the creator of the image, David Catá, grew up — one of the most original and daring contemporary artists in the current Galician scene.
This technique, which blends the image with the artist's own body, is characteristic of David Catá (Viveiro, 1988). He employs it in several series that have established him as one of Galicia's most closely watched contemporary artists. Behind the skin, the creator says, “our feelings are concealed, and our emotional inner world emerges.” The works grouped under the heading Bajo mi piel (Beneath My Skin) depict the artist's hands busy with photographs and memories. In the series A flor de piel (On Edge), he develops the idea further, this time weaving portraits of friends and family with thread. It is a demanding – even painful – technique through which the artist seeks to create a shared story, as intimately as possible.
Horizontes (Horizons), to which the work featured here belongs, draws elements from these earlier series: the skin and thread emphasising connection are fused this time with real landscapes linked to Catá’s life. “It is a diary written with needle and thread on my own body, specifically on the palm of my hand, born from rescuing something that marked my childhood – my mother's work as a seamstress.” The artist's hand appears in these images over photographs of the sea (the Cantabrian, the one from his childhood), the mountains of A Gañidoira (over his native Viveiro), the cities of Lugo, A Coruña or Madrid, and the Vivaroese beach of Covas…
In the artist's words, it is “a performative and ephemeral action that confronts me with the past” and depicts “places defining me emotionally, through which I establish a mimesis between my body and the surroundings.” ᴥ


La pianista compostelana Isabel Dobarro logró el pasado mes de noviembre un auténtico hito para la música clásica gallega: su álbum Kaleidoskope recibió el premio Latin Grammy en la categoría de Mejor Álbum de esta categoría. El disco, editado por la compañía Naxos (con sede en Hong Kong) reúne composiciones de algunas de las autoras contemporáneas más destacadas, como Dobrinka Tabakova, Gabriela Ortiz, Nkeiru Okoye, Suad Brushnaq, Yoko Kanno o Tania León, en un auténtico «caleidoscopio» de los sonidos actuales creados por mujeres. Kaleidoskope es un viaje a través de sonidos y culturas que le ha valido el Grammy a Dobarro, nacida en Santiago en 1992 y una de las pianistas españolas con mayor proyección. Formada en el Real Conservatorio Superior de Madrid y la Universidad de Nueva York, ha ejercido su profesión principalmente en esta ciudad.

www.naxos.com
Bajo el título «Wonderland», la Fundación MOP presenta en A Coruña la primera gran retrospectiva en España dedicada a Annie Leibovitz. La muestra estructura el vasto archivo de la fotógrafa en cuatro secciones diferenciadas, ofreciendo un recorrido integral que abarca desde sus inicios documentales y su inmersión en la música de la mano de los Rolling Stones, hasta la evolución de su narrativa visual y códigos estéticos. El itinerario culmina en el bloque homónimo, donde se exhiben un centenar de impresiones e instalaciones de vídeo centradas en su influyente trabajo dentro del mundo de la moda y el estilo. Esta exposición busca no solo mostrar imágenes icónicas, sino desgranar el proceso creativo y la voz autoral que han definido la carrera de Leibovitz a lo largo de las décadas. La obra de esta fotógrafa, todo un mito de esta arte, estará abierta en el Muelle de Batería de A Coruña hasta el 1 de mayo.

www.themopfoundation.org

www.adolfoenriquez.com

www.stylelab.mobi
El fotógrafo gallego Adolfo Enríquez, colaborador habitual de Joyas de Galicia, hizo historia al convertirse en el primer español en obtener la Cámara de Oro (Golden Camera) de los One Eyeland Awards, que lo reconocen como «Fotógrafo profesional del año» a nivel mundial. El certamen, uno de los más prestigiosos del ámbito fotográfico, evaluó más de 3.000 imágenes procedentes de 51 países, y Enríquez logró un total de 145 puntos, situándose muy por encima del segundo clasificado, el estadounidense Howard Schatz. El jurado, formado por 12 especialistas internacionales, también le otorgó varias medallas de oro en categorías como Deporte, Cultura Popular y Mejor Fotógrafo del País, gracias a obras inspiradas en las tradiciones y cultura gallegas, como el Entroido o el Pórtico de la Gloria. Enríquez subrayó que sus raíces y su entorno continúan siendo una fuente esencial de creatividad y motivación en su trabajo.
StyleLab se define como un «probador virtual» que utiliza tecnología de inteligencia artificial para transformar cualquier teléfono inteligente en una herramienta de prueba de vestuario. Su motor tecnológico se centra en la reproducción precisa de proporciones y texturas, permitiendo superponer digitalmente prendas de ropa sobre la imagen del usuario con un alto grado de realismo. A diferencia de editores genéricos, esta aplicación está diseñada específicamente para integrar colecciones reales de marcas de moda, asegurando que la representación visual de la tela y el corte sea fiel al producto físico. El funcionamiento de la aplicación cierra la brecha entre la exploración digital y la adquisición física. Los usuarios pueden navegar por catálogos de moda actualizados, probarse virtualmente las nuevas colecciones para verificar el ajuste y el estilo en su propia silueta y proceder a la compra.


