CANU 11, 12 Indicadores Urbanos

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Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo

Campus QuerĂŠtaro


Profesor David Noel Ramírez Padilla Rector del Tecnológico de Monterrey Ing. Víctor Gutiérrez Aladro Rector de la Zona Occidente del Tecnológico de Monterrey Ing. Salvador Coutiño Audiffred Director General del Campus Querétaro

Comité Editorial Dr. Ramón Abonce Meza. Secretario de Desarrollo Sustentable del Municipio de Querétaro, Administración 2012-2015 Dra. Eugenia María Azevedo Salomao. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México.

Dr. Héctor Morelos Borja Director de Profesional y Graduados en Ingeniería y Arquitectura

Dra. Stefania Biondi. Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro, México.

Dr. Fernando Núñez Urquiza Director del Departamento de Arquitectura

Arq. Jaime Correa. University of Miami, E.U.A.

Dr. Rubén Garnica Monroy Cordinador académico de la Maestría en Arquitectura y Nuevo Urbanismo

Arq. Frederico R. B. de Hollanda. Universidad de Brasilia, Brasil.

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo

Arq. María de Lourdes García Vázquez. Universidad Nacional Autónoma de México, México.

Publicación Periódica de la Cátedra de Investigación Nuevo Urbanismo en México del Departamento de Arquitectura del Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro

Arq. David Lewis. Profesor Emérito de la Carnegie Mellon University, E.U.A.

Coordinadora de la Cátedra Dra. Stefania Biondi Editor Responsable Dra. Stefani Biondi Imagen de Portada Indicadores sobre Querétaro Arq. Angélica Valera Aldana LDI Andrés Guillermo Ramírez Fellowes Formación y Producción Electrónica www.alegretza.com Cuidado de la Edición Arq. Angélica Valera Aldana LDI Andrés Guillermo Ramírez Fellowes Revisor Dr. Rubén Garnica Monroy Diseño Original LDG Gerardo Fuentes. Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro Epigmenio González No. 500 Fraccionamiento San Pablo, C.P. 76130 Apartado Postal 37, C.P. 76000 Querétaro, Qro. Tel. (442) 2 38 32 75 e-mail: nuevourbanismo.qro@itesm.mx © Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Ave. Eugenio Garza Sada Sur No. 2501 C.P. 64849 Monterrey, Nuevo León. 1a. Edición, Mayo 2012 ISSN: 2007-0683 Se prohíbe la reproducción total o parcial de este documento por cualquier medio sin previo y expreso consentimiento por escrito del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey a cualquier persona y actividad que sean ajenas al mismo. Impreso en México.

Dr. Carlos V. Licón. Universidad Estatal de Utah / LAEP, E.U.A. Arq. Michael W. Mehaffy. Presidente de Sustasis Foundation, E.U.A. Dr. Fernando Núñez Urquiza. Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro, México. Arq. Rubén Omar Pesci. Fundación CEPA (Centro de Estudios y Proyectos del Ambiente), Argentina. Dr. Nikos Salingaros. Universidad de Texas en San Antonio, E.U.A. Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo. Año 7, CANU No. 11 y 12, Diciembre 2013. Editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Querétaro, a través de su División de Ingeniería y Arquitectura, por el Departamento de Arquitectura, bajo la dirección y recopilación de la Cátedra de Investigación “Nuevo Urbanismo en México”, domicilio Av. Eugenio Garza Sada No. 2501, Col. Tecnológico, C.P. 64 849, Monterrey N.L., Editor Responsable Dra. Stefania Biondi, Datos de contacto: www. qro.itesm.mx/canu, sbiondi@itesm.mx, nuevourbanismo. qro@itesm.mx, teléfono: (442) 2383100 ext. 3645, Fax: (442) 2173763. Impresa por Imprecolor Industrial, S.A. de C.V., domicilio Calle 2 No. 37-A, Fracc. Industrial Benito Juárez, C.P. 76120 Querétaro, Qro. México. El presente ejemplar se terminó de imprimir el 07 de Enero de 2014, número de tiraje 350 ejemplares. Número de Reserva de Derechos 04-2008-081114451100-102 expedido la Dirección de Reservas de Derechos del Instituto Nacional del Derecho de Autor. ISSN: 2007-0683. El editor, no necesariamente comparte el contenido de los artículos y sus fotografías, ya que son responsabilidad exclusiva de los autores. Se prohíbe la reproducción total o parcial del contenido, fotografías, ilustraciones, colorimetría y textos publicados en este número sin la previa autorización que por escrito emita el editor.


Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo No. 11 y 12 Indicadores Urbanos Diciembre 2013

Índice 5

Editorial Dr. Rubén Garnica Monroy

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La integración de indicadores de sustentabilidad a través de un modelo gráfico de evaluación Dr. Carlos V. Licón

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Sistemas de observación territorial: Hacia una propuesta de observación de la forma urbana Dr. Salomón González Arellano

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Dinámica Macroeconómica y Finanzas en la Ciudad de México Dr. Gustavo Garza Villareal

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Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008 Dr. Fermín Alí Cruz Muñoz

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Delimitación del centro tradicional de comercio y servicios del Área Metropolitana de Toluca Dr. Carlos Garrocho Rangel, Zochitl Flores

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Una visión de la estructura urbana de Zacatecas Dr. Rubén Garnica, Arq. Dulce Barbosa, Arq. Helena Sánchez, Arq. Gabriela Durán.

98

Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local. MNU Arq. Montserrat L. Mendoza Anaya

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Ensayo sobre la muerte y vida de las grandes ciudades Laura Montaño

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Créditos de imágenes

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Normas editoriales



Editorial

Editorial Dr. Rubén Garnica Monroy

Hoy en día es muy común entre los analistas urbanos escuchar y oír de algún tipo de índice o indicador urbano, pero ¿Cuál es su utilidad? ¿Cómo se obtienen? ¿Porqué se hace tanto énfasis en ellos? No se pretende en este número dar una definición universal a este instrumento sino tener una panorámica de este hecho. Para poder lograr esto, considero necesario ubicarnos en un contexto mas general. El sociólogo François Ascher en su libro “Los Nuevos Principios del Urbanismo” (2004) nos sitúa en lo que ha llamado la tercera revolución urbana de la humanidad: la ultramodernidad. Una de las características enunciadas de esta sociedad que se relaciona directamente con el tema que nos ocupa es el empleo de la ciencia para tomar decisiones, minimizando algún o algunos riesgos posibles. Es a partir de la observación, recopilación y procesamiento de datos que se construyen indicadores e índices urbanos, los cuales buscan calificar y cuantificar las características deseables de un lugar, su entorno, ambiente, accesibilidad, equipamiento colectivo y servicios urbanos (Ascher, 2004). Es por esto que adquieren el valor que actualmente la sociedad le otorga. De acuerdo a Hammond et al. (1995, p. 1) un indicador "es algo que da indicios a un hecho de mayor significancia o evidencia una tendencia o fenómeno que no es detectable fácilmente", pero a diferencia del dato, al indicador se le da una carga social, un significado (Rueda, 1999, p. 11). Los indicadores urbanos que presentamos en este número, como muchos otros que se estudian y publican en otras revistas especializadas, tienen la finalidad de comunicar cierta información a los tomadores de decisiones y a los ciudadanos respecto a aspectos que son relevantes. Para que esto suceda, lo importante es que los indicadores tengan las siguientes características (Hammond et al., 1995, p. 12): • deberán cuantificar información de manera que su utilidad sea más evidente; • deberán simplificar la información de fenómenos complejos para que su comunicación sea mas efectiva; • deberá estar orientado al usuario; • deberá ser relevante para los intereses y políticas públicas. En este número se presentan siete artículos que nos muestran diferentes formas de medir las ciudades a partir de diferentes variables y por lo tanto, de entenderlas junto con los fenómenos que en ellas suceden. Se ha decidido agrupar los artículos en tres bloques: el primero nos permite entender la complejidad de las ciudades y cómo los cambios en uno de los sistemas afecta al resto. El artículo de Carlos Licón presenta un “modelo interactivo y multidisciplinar que permite utilizar información existente y evaluar las posibilidades de desarrollo sustentable de un conjunto de lugares”, cuya herramienta de comunicación es un gráfico que permite visualizar de una manera muy clara cuáles son las verdaderas áreas de posibilidades de acuerdo a las limitantes de cada aspecto, lo social, lo económico y lo ambiental. Salomón González Arellano por un lado nos recuerda la importancia que tiene la observación colectiva y luego nos explica de una manera sucinta cómo se dan los procesos de observación territorial y su importancia en la generación del conocimiento territorial. En la segunda parte de su artículo el autor se enfoca en la manera en que los observatorios urbanos modelan y miden la forma urbana, para luego describirla, explicarla y evaluarla. En el segundo bloque se muestra cómo las variables económicas pueden determinar el crecimiento de las ciudades. En el artículo “Dinámica Macroeconómica y Finanzas en la

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Editorial

Ciudad de México” Gustavo Garza describe las características cuantitativas del crecimiento económico de la Ciudad de México en el periodo comprendido entre 1960 y 2008, para luego analizar la inversión pública federal asignada a esta ciudad con el fin de crear un diagnóstico que permita diseñar planes eficaces que fomenten el desarrollo económico. Por su parte, Fermín Cruz Muñoz estudia la evolución de la distribución industrial también de la Ciudad de México para poder explicar la creación de infraestructura y equipamiento y la localización de servicios que dieron o dan soporte a las grandes industrias y entender cómo es que este sector influye en el crecimiento de la ciudad. El tercer y último bloque incluye tres artículos donde se observan variables y crean indicadores específicos, los cuales nos permiten entender de una manera más clara el crecimiento y la localización de residencias y servicios de los individuos dentro de las ciudades. El artículo de Carlos Garrocho y Zochilt Flores propone un método para identificar diferentes zonas en función de las oportunidades de negocios basándose en el análisis de flujos peatonales. En el artículo “Una Visión de la Estructura Urbana de Zacatecas” los autores analizan la estructura vial y el grado de conectividad del área urbana de la ciudad de Zacatecas para entender las diferencias morfológicas entre diferentes áreas de la ciudad, lo cual también puede ser un factor determinante para su caminabilidad y por lo tanto, de la calidad de vida de sus habitantes. El último artículo, escrito por Montserrat Mendoza es una discusión interesante respecto a que “la existencia de una mezcla o variedad de actividades no garantiza que los habitantes tengan accesibilidad a éstas y sean capaces de reducir en distancia y/o número sus traslados cotidianos”, por lo que se da a la tarea de analizar variables de ingreso, nivel educativo, cultura, etc. para ver cómo influyen en la compatibilidad entre actividades y habitantes y concluye con una lista de recomendaciones para posibles aplicaciones en la planeación urbana. Finalmente como parte de un ejercicio académico y ajeno al tema de los indicadores, Laura Montaño nos presenta un reseña muy personal del clásico de Jane Jacobs The Death and Life of Great American Cities (1964). Además de ser un reseña muy bien llevada, Laura reflexiona en los principios que dan fundamento a este libro (50 años después) y la manera en que las ciudades latinoamericanas están creciendo. Referencias Ascher, F. (2004). Los Nuevos Principios del Urbanismo. Madrid: Alianza Editorial. Hammond, A., Adriaanse, A., Rodenburg, E., Bryant, D., & Woodward, R. (1995). Environmental Indicators: A Systematic Approach to Measuring and Reporting on Environmental Policy Performance in the Context of Sustainable Development. Washington, D.C.: World Resources Institute. Jacobs, J. (1964). The death and life of great American cities. London: Pelican. Rueda, S. (1999). Modelos e indicadores para ciudades más sostenibles. Barcelona: Fundació Fòrum Ambiental.

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Licón, Carlos | La integración de indicadores de sustentabilidad a través de un modelo gráfico de evaluación

La integración de indicadores de sustentabilidad a través de un modelo gráfico de evaluación Carlos V. Licón* Resumen La visión de sustentabilidad nos aporta un marco de referencia muy útil para guiar esfuerzos de planificación, de diseño de políticas y de implementación para alcanzar metas de desarrollo complejas y con múltiples enfoques. Las metas de la planeación del desarrollo sustentable están enfocadas en un futuro de altos niveles de calidad de vida dentro de un medio ambiente protegido y funcional. Este artículo presenta un modelo interactivo y multi-disciplinar que permite utilizar información existente, y evaluar las posibilidades de desarrollo sustentable de un conjunto de lugares. El modelo presentado utiliza un método comparativo que muestra los resultados cuantitativos a través de un gráfico. Este gráfico produce una serie resultados que informan y ayudan en la toma de decisiones de planeación e implementación del desarrollo sustentable al definirlo en forma operativa. La planeación del desarrollo sustentable La sustentabilidad es un término que describe una visión integral. El término se aplica a múltiples aspectos de la vida moderna, pero fundamentalmente es un concepto que califica a un proceso de desarrollo, ya que su meta es dirigir acciones que construyan un futuro deseado, sin destruir en el proceso posibilidades presentes ni oportunidades ni necesidades futuras. Aún y cuando las consideraciones a largo plazo han formado parte de las preocupaciones de la planeación, no han sido tan importantes y oportunas como en nuestra realidad contemporánea, en donde cada día acumulamos más evidencias de los impactos que nuestros patrones de desarrollo tienen sobre los ecosistemas que sostienen la vida, incluyendo la vida humana, en nuestro planeta. La complejidad de las interacciones humanas con el entorno necesita modelos de estudio integrales que permitan entender mejor las consecuencias de estilos de vida adoptados. Las aplicaciones del modelo aquí presentado, tienen como objetivo proveer de un medio para discutir alternativas y opciones en un proceso de toma de decisiones de desarrollo. El modelo de desarrollo sustentable que aquí se presenta, se apoya en el supuesto de que las decisiones de implementación en planeación se toman, no solamente basados en la información disponible, sino también en la postura y visión de los tomadores de decisiones. Estas

posturas y conocimiento previo, ya sea por experiencia o por entrenamiento, definen enfoques paradigmáticos y generan expectativas de efecto por medio de asociaciones entre los elementos sobre los que se toman decisiones. Además, en la implementación de las decisiones de planeación es necesario establecer conexiones entre un gran número de factores ya que las acciones son ejecutadas bajo esas mismas expectativas de causa-efecto. Por lo tanto, la toma de decisiones de planeación, se llevan a cabo aplicando conocimiento, experiencia, y efectos esperados basados en supuestos construidos con anterioridad. Un ejemplo de estos supuestos puede ser la idea de adelantar una agenda ambiental por medio de la adición de espacios verdes o plantando más árboles. Aunque estas acciones no contradicen en principio la mejora ambiental, es posible que este tipo de acciones tengan poco efecto dentro de la auténtica jerarquía de problemas ambientales de la zona analizada y por lo tanto contribuyan poco a la mejora del medio ambiente local. Posiblemente hay prioridades más urgentes en el ahorro de energía, en la calidad del aire, o en la reorganización del uso del agua o el suelo, por mencionar algunos. Para generar visiones más integrales es necesario construir y aplicar herramientas capaces de capturar el conocimiento y la información existente en un esquema que permita aplicar este conocimiento con una mejor confianza de alcanzar los efectos esperados. Hay muchos casos en la toma de decisiones de planeación en los cuales no existe evidencia sólida del efecto que una acción de desarrollo pueda tener en otros ámbitos, sin embargo hay necesidad de tomar decisiones y actuar. El enfoque de este estudio, es identificar la combinación de indicadores de un lugar en función de su capacidad de crear oportunidades de desarrollo sustentable. Ciertas decisiones de desarrollo están fuera del control local, ya que pueden ser parte de políticas federales o estatales, o simplemente pueden estar ligadas a condiciones externas al control local; sin embargo, hay un conjunto de acciones medibles a través de indicadores que autoridades y grupos de interés locales y regionales pueden ejecutar para mejorar las oportunidades de desarrollo sustentable a nivel local. Los retos de la evaluación de la sustentabilidad local Uno de los retos más importantes en la adopción de la

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visión de sustentabilidad a nivel local, es la selección de indicadores. Con frecuencia, los estudios y los marcos teóricos de referencia se enfocan en la sustentabilidad a nivel global, internacional o nacional. En estos casos, las bases de datos compiladas, generalmente por la agregación de mediciones a nivel nacional, son elaboradas por agencias federales, grandes organizaciones no gubernamentales y en algunos casos por las Naciones Unidas, todas con un nivel de especialización técnica y con capacidad para producir una gran diversidad de medidas a nivel país. Sin embargo, con frecuencia estas bases de datos contienen indicadores que no existen a nivel local o al menos no son documentados de manera consistente por jurisdicciones locales o regionales. De hecho, a pesar de que hay un claro entendimiento entre los diversos autores acerca de la importancia de la escala a la que se mide e implementa la visión sustentable, las publicaciones que abordan los temas de mediciones y métodos de evaluación de la sustentabilidad son limitadas. Hopton et al. (2010) observan que la información utilizada para construir indicadores de sustentabilidad debe de ser adecuada a la escala a la cual se realiza el análisis, y sugieren como ejemplos ajustar las cuentas nacionales y estatales a escalas regionales, sin embargo, no discuten las discrepancias e inconsistencias posibles que esto puede ocasionar. Briassoulis advierte que la escala de la evaluación de la sustentabilidad “puede no reflejar la verdadera escala de los problemas relevantes” (2001, 420); pero no ofrece una manera de resolver este dilema, simplemente comenta que los indicadores de la sustentabilidad están “lejos de ofrecer una contribución importante” (p. 424). En los casos publicados en donde se aborda la medición de la sustentabilidad local, con frecuencia son estudios muy específicos y la selección de indicadores es muy definida por prioridades elegidas para fines muy locales (Bell y Morse, 2004; Brugmann, 1997; Cass, 2008; Keirstead y Leach, 2008). Las limitantes de estos estudios para su aplicación en otros casos se resumen en tres aspectos: Primero, los estudios fueron desarrollados para una sola jurisdicción y los indicadores utilizados no siempre resultan útiles para un estudio de varias localidades por lo que su comparación es difícil (Durham County Council, 1997; Sustainable Somerset Group, 1997; City of Santa Monica, 1994; City of Seattle, 1996; Sustainable Pittsburgh, 2008). En la segunda limitante se incluyen los esfuerzos de medición local de la sustentabilidad diseñados sobre una definición muy específica de la sustentabilidad, en vez de una definición mas integradora y multi-disciplinaria como lo plantea la Comisión Brundtland (WCED, 1987). Esto significa que una definición limitada utilizará la información poco generalizable o aplicable a otros casos y sobre todo carente del sentido holístico que implica un enfoque sustentable (Bell y Morse,

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2004; Herendeen y Wildermuth, 2002; Lazar y Lazar, 2008; Parkins, Steadman y Varghese, 2001; Sustainable Pittsburgh, 2008). De especial importancia en esta segunda limitante es que la mayoría de los estudios revisados, no hacen suficiente énfasis en entender las relaciones que existen entre los indicadores elegidos (Rorarius, 2007; Munda, 2005; Cartwright, 2000; Valentin y Spangenberg, 2000; Herendeen y Wildermuth, 2002; Briassoulis, 2001). Por último resulta evidente que en la mayoría de los estudios publicados, la prioridad local se enfocaba en la elaboración de políticas públicas y no tanto en entender la dinámica local en relación con el paradigma de lo sustentable, buscando influir en mejoras ambientales, la preocupación por el cambio climático, y temas mas relacionados con la salud de las personas, entre otros. Los indicadores elegidos en estos estudios se limitan a informar esa categoría específica en la cual se desea influir (Sustainable Pittsburgh, 2008; McAlpline y Birnie, 2006; Brugmann, 1997; Rydin, Holman y Wolff, 2003; Rydin, et al. 2003). El resultado de utilizar una definición restringida y unos cuantos indicadores que cubren un rango de mediciones estrecho, se vuelve un obstáculo para medir o describir de manera adecuada una imagen de la sustentabilidad del lugar. Por supuesto que servirán para avanzar e informar esfuerzos en toma de decisiones especificas, pero no ayudarán a entender el amplio y dinámico conjunto de interacciones que afectan la condición de sustentabilidad (Bohringer y Jochem, 2007; Briassoulis, 2001; Brugmann, 1997; Cass, 2008; Hopton et al., 2010; Herendeen y Wildermuth, 2002; Poveda y Lipsett, 2011; Rydin, Holman y Wolff, 2003). Otros intentos de medir sustentabilidad a nivel local también han reportado dificultades para obtener información de indicadores (Cartwright, 2000; Kissler y Fore, 1999; Lazar y Lazar, 2008; Letsie, 2004; Velázquez et al., 2008). La medición del desarrollo sustentable El modelo adoptado para la evaluación de la sustentabilidad está basado en que la planeación del desarrollo necesita atender tres consideraciones fundamentales: primera, la satisfacción de necesidades y expectativas de la comunidad (la dimensión humana o social del desarrollo). La segunda, entendida como la necesidad de materializar las acciones o identificar los impactos que las acciones tienen en un medio físico (el medio-ambiente). Y la tercera, la aplicación de energía, recursos y herramientas tecnológicas para ejecutar las acciones. Las evaluaciones aquí presentadas buscan establecer conexiones explícitas entre estas tres dimensiones básicas de un proceso de desarrollo: la social, la ambiental y la económica. La idea es que si logramos entender la influencia mutua y las limitantes que cada una de estas tres dimensiones tiene en las otras dos,

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podremos identificar áreas de oportunidad para un desarrollo sustentable integrado y también entenderemos que factores afectan negativamente la capacidad de los sistemas locales. Esta idea de capacidad tiene varias expresiones dentro de la concepción de este modelo: • La capacidad de la economía de proveer y producir para atender a la comunidad local. • La capacidad de mantener una producción económica que no destruya al lugar en el proceso. • La capacidad de la comunidad local de contribuir en la economía local. • La capacidad de la comunidad de ocupar un lugar y que el impacto de ese modo de vida se pueda mantener en el largo plazo. • La capacidad del lugar de proveer recursos para actividades productivas, y • La capacidad de la región de proveer recursos en calidad y cantidad suficiente para el bienestar de la población. Una evaluación capaz de medir y evaluar estas conexiones y capacidades de manera explícita servirá para construir una definición operativa de la sustentabilidad, o dicho en términos más cercanos a un proceso de toma de decisiones para la implementación, una indicador agregado de las posibilidades de desarrollo sustentable para un lugar o región. Este enfoque intenta capturar los supuestos y las expectativas de los evaluadores / tomadores de decisión y con esto abrir un “espacio” interactivo para la discusión de los diferentes puntos de vista y prioridades de los involucrados y los grupos que representan para poder elaborar planes y políticas de acción. Este medio de interacción con la información, ha sido construido por medio de una serie de hojas de electrónicas de trabajo interconectadas que en su conjunto forman una plantilla de evaluación y análisis flexible y dinámica. Esta interface digital permite visualizar combinaciones de indicadores que son seleccionados por medio de un proceso sistemático y producen resultados gráficos que interpretan las interacciones de los indicadores seleccionados. Hacia un modelo interdisciplinario de sustentabilidad El uso de modelos gráficos permite a los planeadores y en general a los tomadores de decisión, comunicar de manera más efectiva sus observaciones y evaluaciones del lugar, así como las posibles metas y estrategias a seguir en los procesos de implementación de las acciones hacia la sustentabilidad. Entre los modelos publicados se encuentran modelos conceptuales y de evaluación con diferencias en enfoques, datos utilzados y métodos. Entre estos modelos destaca como fundamental el modelo de Scott Cambell (1996), que define sustentabilidad en acuerdo con la Comisión Brundtland y además agrega en el gráfico presentado la idea de conflicto entre las diferentes metas de la planeación.

Otros modelos gráficos que definen y proponen formas de evaluar el desarrollo sustentable incluyen el Barómetro de la Sustentabilidad (Prescott-Allen, 1997; 2001), el modelo Triple Bottom Line (Elkington, 2000), el modelo Amoeba (Bell y Morse, 2008), el SAM por Sustainability Assessment Model (Clayton and Radcliffe, 1996), y el Tablero de la Sustentabilidad (Hardi y Atkisson, 1999). A partir de éstos, se han desarrollado una gran cantidad de variaciones, recopiladas y organizadas por Samuel Mann (2012) en el “blog” Visualising Sustainability. Otros modelos gráficos son empleados como marcos de referencia y son de carácter más conceptual, como el desarrollado por Donella Meadows (1988), el esquema Presión-Estado-Respuesta adoptado por Naciones Unidas (UNDPCSD, 1996), o los índices agregados como la Huella Ecológica (Rees y Wackernagel, 1996), o el Índice de Sustentabilidad PESI (WEF, 2000). Para los ejercicios de evaluación de las posibilidades de desarrollo sustentable presentados más adelante, se utiliza un modelo y una metodología diseñada por el autor (Licón, 2004), aplicada en Municipios de la Frontera Mexicana con Estados Unidos (Licón y Balarezo, 2009) y en los condados del Estado de Utah (Licón, 2012). Los elementos básicos del modelo empleado se describen a continuación. La evaluación de condiciones para la sustentabilidad se basa en el supuesto de que el desarrollo sustentable puede ser definido al atender de manera integral las preocupaciones por cuestiones ambientales, sociales y económicas (WCED, 1987; Campbell, 1996). Esta idea, combinada con la incorporación de Campbell (Figura 1) de los conflictos que surgen al no atender estas tres dimensiones de manera conjunta, constituyen las piezas básicas con las que se construye el modelo conceptual y la subsecuente metodología de evaluación.

Figura 1. Modelo de sustentabilidad de Campbell (1996)

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Una idea simple que gobierna la elaboración del modelo es que una decisión o acción de desarrollo puede representar u ofrecer restricciones a otras actividades, ya sean actividades similares o de diferente naturaleza. Por ejemplo, la decisión de utilizar una porción del territorio para actividades productivas reduce o elimina las posibilidades de usos con fines recreativos o ecológicos. Esta idea es complementada con el supuesto de que estos niveles de restricción se pueden medir. De manera gráfica, la idea de restricciones es representada por un rectángulo que describe el universo de acción local. Dentro de este rectángulo una línea divide acciones en conflicto y la altura de esta línea representará el nivel de restricción que una actividad significa para otra. Este principio se aplica a las tres dimensiones de la sustentabilidad, o como quedo descrito anteriormente, los tres componentes básicos de un proceso de desarrollo. Si combinamos y empalmamos en un solo gráfico estos tres sistemas de restricciones, el universo de acción quedará reducido a un triángulo delimitado por los mismos tres componentes: ambientales, económicos y sociales. Cada una de estas tres bases del nuevo triángulo del acción son el punto de partida de diferentes niveles de restricción que se describen a continuación. Este triángulo, por tanto incluye cualquier acción de desarrollo ejercida en el sitio estudiado, independientemente del tipo de impacto que tenga en cualquier ámbito del desarrollo. Al mismo tiempo estas tres bases describen los tres componentes básicos del desarrollo, considerando que cualquier acción implicará el uso de recursos, la aplicación de acciones de transformación, y la expresión de preferencias y necesidades. El modelo gráfico está organizado de tal forma que facilita la construcción de relaciones entre dominios, ya que el triángulo define niveles de restricción de actividades de un tipo (económicas, sociales o ambientales) hacia cualquiera de los otros dos tipos. Esta relación entre actividades de un tipo y su impacto en las otras dos queda más claramente descrito en la Figura 2, en la cual se observa como se forman triángulos menores en cada una de las bases al ser reducidas por limitantes provenientes de los dos lados opuestos. En otras palabras, el modelo implica la construcción de relaciones entre dominios y estas relaciones definen las posibilidades en cada dimensión de sustentabilidad. Por ejemplo, una economía sustentable, necesariamente significa actividad económica y productiva que sea ambientalmente amigable y socialmente responsable. Igualmente, una sociedad sustentable será una sociedad productiva y ambientalmente responsable, y de la misma manera un ambiente sustentable será capaz de proveer recursos productivos y capaz de proveer un medio saludable para sus residentes. Figura 2. Construcción de restricciones dentro del triángulo de posibilidades de acción

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Hay tres tipos de restricciones (de origen social, económico, y ambiental), y cada una de ellas afecta a dos dominios diferentes al propio, dando por resultado seis conjuntos de limitantes potenciales del desarrollo: • Limitantes ambientales al desarrollo económico. Referente a la disponibilidad o escasez de recursos, o a la productividad de la región. Se puede entender también como la capacidad de carga del medio ambiente para el conjunto de actividades económicas que ocurren que que están siendo consideradas para el lugar • Limitantes ambientales a las personas. Relacionadas con condiciones del lugar y su efecto principalmente en la salud de las personas. Este conjunto de restricciones representa los impactos de la relación entre las personas y su medio ambiente. También puede definirse como la capacidad de carga del lugar para una población y un estilo de vida particular. • Limitantes de la sociedad a la actividad económica. La manera en que la sociedad apoya o limita la productividad del lugar está relacionada con aspectos como habilidades, educación, disponibilidad de mano de obra calificada, y también con aspectos relacionados con la demanda de productos como son el poder adquisitivo de las familias, los sectores de mercado representados y sus preferencias de consumo. • Las limitantes sociales al medio ambiente tienen que ver con los impactos que las personas y su estilo de vida tienen con el entorno. Se incluyen aquí la generación de desperdicios, la contaminación, la superficie de territorio ocupado y el tipo de usos del suelo. Este último grupo incluye aspectos como densidades, consumos de agua y energía, etc. • Las limitantes económicas al medio ambiente se enfocan en cómo el sector productivo afecta el bienestar del ecosistema regional, generalmente descrito en términos de contaminación y deshechos, pero también en demanda y consumo de agua y energía. • Las limitantes económicas a la acción social incluye la disponibilidad de empleos, la distribución del producto del trabajo, la diversidad y la vocación productiva, el costo de vida, etc. Una vez definidas y graficadas las seis restricciones, quedan formados tres triángulos dentro del interior del diagrama propuesto. Cada uno de estos triángulos representa a cada una de los tres componentes del desarrollo sustentable limitados por las actividades realizadas en los otros dos sectores. Estos tres triángulos internos, se intersectan definiendo una serie de áreas diferentes. El área de intersección de los tres triángulos define el área en donde las actividades que allí se realizan no exceden ninguna de las limitantes y en vez de afectar al lugar negativamente, aprovechan las oportunidades que las condiciones generan.

Esta área de intersección de las tres dimensiones es el área de posibilidades de desarrollo sustentable. En donde solamente dos de los tres triángulos se intersectan se definen tres tipos de relaciones: los aspectos comunes al ámbito económico y al social tienen que ver con temas de justicia social y equidad distributiva. La salud es un tema que liga a cuestiones ambientales y humanas. El tema de eficiencia describe los empalmes entre el medio ambiente y la economía. Al considerar que una actividad sustentable no excede los limites definidos, se puede decir también que una actividad o una decisión es sustentable cuando reúne también estas tres condiciones y por lo tanto lo sustentable es eficiente, sano y justo. Los espacios fuera de cualquiera de los tres triángulos básicos representan las áreas de conflicto en los términos descritos por Campbell (1996). El proceso de operacionalización La herramienta de análisis y decisión que permite construir una evaluación del desarrollo sustentable ha sido diseñada como una serie de hojas electrónicas de cálculo interrelacionadas que cumplen varios propósitos: Primero, ofrecer una plantilla general capaz de recibir información de bases de datos ya existentes, siempre y cuando la información contenga indicadores que describan características ambientales, económicas y sociales. La metodología de evaluación utiliza un enfoque comparativo, por lo que es necesario tener un conjunto de sitios que se puedan o se deseen comparar (como por ejemplo los municipios de una región o de todo el estado). Un segundo propósito es crear una plantilla que sirva para generar escenarios seleccionando distintos indicadores y que se pueda visualizar en ese momento el peso o influencia que los indicadores seleccionados tienen en una evaluación global de sustentabilidad. Esta es una característica poderosa pues permite a los tomadores de decisión combinar distintos escenarios con la información disponible y así poder identificar las áreas prioritarias de atención y los indicadores que mejor las representan. Un tercer propósito es que la herramienta sea fácil de distribuir, implementar y utilizar por los distintos grupos de interés en la planeación sustentable. Esta plantilla de evaluación y visualización de las posibilidades de desarrollo sustentable sirve también para diseñar guías y prioridades de acción, contribuyendo de manera directa y en un esquema integrado y más holístico a la implementación de la sustentabilidad a nivel local. La organización de esta serie de hojas electrónicas de cálculo, hacen que el registro de datos, la evaluación y la documentación de resultados sea interactiva, continua, flexible, visual, y fácil de usar y transferir. Indicadores socio-demográficos La selección de indicadores que describan las condiciones de

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las personas incluye factores capaces de mejorar o deteriorar las fortalezas económicas del lugar o su integridad ecológica. Lo anterior significa, que la fortaleza de la economía local y la salud de su medio ambiente dependen en cierto grado de las acciones que realizan las personas de la localidad. Esta selección de indicadores también representa los ámbitos en los que se podrán realizar planes, políticas y estrategias que promuevan la responsabilidad social con el ambiental y con el potencial productivo locales. Indicadores del medio ambiente Los indicadores ambientales en los dos estudios realizados, resultaron uno de los retos más importantes para configurar una base de datos suficientemente descriptiva. Los indicadores del medio ambiente con frecuencia no corresponden a jurisdicciones políticas, o subdivisiones de orden administrativo. La escala y área de influencia de estos indicadores también cambia dependiendo de si el aspecto del medio físico que se mide se encuentra en el subsuelo, en cuencas hidrológicas, en la atmósfera o en las configuraciones geológicas que forman el lugar y su región. Sin embargo, hay una cantidad importante de indicadores que tienen una influencia directa en las posibilidades económicas y sociales, como los recursos hidráulicos, la productividad del suelo, o la configuración del territorio. En otros casos, hay que utilizar indicadores que de manera indirecta describen las influencias que el medio físico ejerce sobre las actividades y los asentamientos humanos, por

ejemplo la intensidad de uso de automóviles nos puede dar información indirecta de la calidad del aire, o la cantidad de vivienda sin servicios de drenaje o agua potable, puede indicar indirectamente problemas de calidad de agua. Indicadores económicos Los indicadores económicos se enfocan en describir el perfil productivo del lugar y la forma en que los beneficios de esas actividades son distribuidos entre sus residentes. En estos tiempos es evidente que las comunidades no operan como entes económicos de manera aislada o autosuficiente, pero sigue habiendo una cantidad importante de decisiones locales que definen la productividad favoreciendo, protegiendo o incluso anulando intereses locales en el corto y en el largo plazo. Los indicadores utilizados deberán ayudar a describir la relación y los efectos que los diferentes elementos económicos tienen en las personas y en el lugar. La aplicación del modelo de evaluación Los resultados individuales son representados en un gráfico que muestra cómo la combinación de indicadores seleccionados definen diferentes áreas y empalmes (Figura 3). El tamaño de cada una de ellas describe las condiciones combinadas que favorecen o generan retos para el desarrollo sustentable. Junto a este gráfico se incluye un listado de los indicadores seleccionados y los resultados normalizados de cada uno de ellos.

Figura 3. Ejemplo de las hojas de resultados por municipio/condado con los valores agregados, valores por indicadores individuales y por ranking

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A manera de ejemplificar el tipo de observaciones y recomendaciones que se pueden desarrollar con este estudio, un análisis de resultados para las dos aplicaciones mencionadas en este documento se resume en varias categorías: Para el caso de los condados de Utah: • En general, el medio ambiente resulta menos afectado por las actividades económicas y sociales que lo que estas actividades afectan a la ecología de los condados. Estas diferencias de afectación señalan una necesidad de estudiar y aprender más sobre la sustentabilidad de las personas en un ambiente como el del estado de Utah. • Es necesario aumentar el número y el tipo de indicadores ambientales. Esto ayudará a esclarecer algunas interrogantes que surgen del punto anterior y a tener una agenda de implementación más amplia para el diseño de políticas y planes de desarrollo. • Los condados con centros urbanos obtuvieron mejores niveles de sustentabilidad que los condados de perfil rural. Esta observación también hace necesario una revisión de los términos que definen sustentabilidad rural y urbana. Es posible que sea necesario separar los estudios de áreas dominantemente urbanas de las más dispersas y al mismo tiempo buscar la manera de medir las afectaciones y sinergias que se forman en micro-regiones y en general espacios que operan a diferentes escalas hacia el interior y el exterior de los limites jurisdiccionales. Esto producirá evaluaciones más claras y más transferibles en acciones de desarrollo. Para el caso de los municipios fronterizos, las principales observaciones incluyen: • Los conflictos socio-económicos dominan en los municipios fronterizos • Los condados fronterizos de Estado Unidos presentan una mezcla de limitantes ambientales y sociales • La sustentabilidad en la frontera esta ligada a mejoras en los tres ámbitos. En general, no hay una dimensión dominante o que por si sola lleve a las comunidades de la frontera a mejoras integrales y sustentables. • Se encontraron concentraciones de municipios con altos grados de sustentabilidad lo cual describe sinergias entre municipios geográficamente ligados. La ubicación sigue siendo importante y estratégica. • Dos terceras partes de los municipios evaluados presentan posibilidades de desarrollo sustentable frágiles en las que si alguno de los indicadores utilizados no mantiene su nivel de desempeño, las posibilidades de desarrollo sustentable pueden desaparecer. • Hay una serie de factores, desconocidos o fuera del control y de la medición local que son necesarias compensar para tener una evaluación más completa. Este es un primer paso de un esfuerzo futuro más continuo.

Análisis del gráfico de evaluación para la operacionalización El gráfico con los resultados para cada sitio sirve para desarrollar diagnósticos de las condiciones y posibilidades del lugar y puede guiar esfuerzos más específicos en recomendaciones de acción: La figura 4 muestra el orden de atención a los diferentes componentes. Primero los tres triángulos definen el área de oportunidades ambientales, económicas y sociales, dando una idea de las fortalezas del lugar. La siguiente área de atención está en el empalme de de estos tres triángulos que define el área de posibilidades de desarrollo sustentable. Una tercer área consiste en los espacios en donde se empalman dos de los tres triángulos y nos permiten entender la fortaleza de la economía con las personas, la eficiencia productiva en su relación con el medio ambiente y la relación de las personas con su ambiente. Un área de especial atención es la de los conflictos entre sectores, representado y cuantificado por los espacios fuera de los tres triángulos sectoriales. En muchos de los municipios y condados estudiados, estas áreas de conflicto y su tamaño relativo además de ayudar a establecer la jerarquía de problemas locales, también ayudan a definir el camino hacia el desarrollo sustentable. Conflictos, oportunidades, fortalezas y posibilidades se encuentran fuertemente ligadas en el gráfico y detalladas cuantitativamente en la tabla de valores. Finalmente, la atención puede enfocarse en aspectos más específicos revisando cada una de las seis líneas que definen los triángulos y revisando cuales indicadores han producido el nivel de restricción representado por cada línea. En este esfuerzo de construir un modelo y producir una evaluación de la sustentabilidad que sirva como herramienta en toma de decisiones, resulta importante destacar que esta lista final de indicadores con sus valoraciones comparativas y su efecto agregado en el gráfico es una forma de construir una definición operativa y cuantificada para cada lugar evaluado. El camino hacia la sustentabilidad está definido por la interpretación dada por los evaluadores a las diferentes mediciones utilizadas para describir aspectos individuales del lugar, su economía y su gente.

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Figura 4. Secuencia sugerida para la utilización de los resultados de la evaluación de las posibilidades de desarrollo sustentable.

La secuencia descrita describe el análisis de lo general a lo específico. Una vez construido, éste conocimiento del potencial sustentable de un lugar nos ayuda a hacer el recorrido en el orden inverso e iniciar definiendo actividades de acción prioritarias a partir de lo identificado en el análisis de las líneas de restricción. En un segundo paso, el conocimiento de conflictos sectoriales y empalmes de sectores puede utilizarse para definir metas sectoriales. Más adelante, en base a los resultados de las posibilidades de sustentabilidad se podrá entender mejor com la combinación de políticas y estrategias sectoriales pueden apoyar esfuerzos holísticos y con visión integral. La evaluación y la medición de la sustentabilidad es un proceso que, al igual que las metas de desarrollo sustentable, está en constante evolución y adaptación. Es por ello que la aplicación de este modelo deberá servir como un ejercicio para definir bases de posturas y de referencias de quienes están involucrados en decidir los caminos del desarrollo local. El soporte teórico de esta propuesta metodológica se encuentra en la teoría de sistemas blandos (tema para otro ensayo), que sugiere un debate informado y abierto de visiones alternativas que conduzcan a un gradual consenso colectivo que incrementa la adopción de visiones compartidas, el mejor entendimiento de la complejidad en planeación del desarrollo, y a un enfoque holístico y operativo que resulte en conocimiento traducible a la acción. Igualmente el modelo y su aplicación deberá mejorar y adaptarse mejor para brindar mejores sistemas de información , diagnóstico y decisión. Estos proyectos han sido desarrollados con el apoyo financiero de la COCEF (Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza) y de la UAES (Utah Agricultural Experiment Station).

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La Frontera México-Estados Unidos La frontera Mexico-Estados Unidos está compuesta por 23 condados y 37 municipios, sin embargo la región fronteriza se extiende más allá de este grupo de jurisdicciones. La frontera es también un conjunto de actividades económicas, estilos de vida, recursos y ecosistemas compartidos por ambos países. La Región Fronteriza ha sido definida como una zona 100 kilómetros a ambos lados de la línea divisoria. La zona de influencia definida para este estudio incluye una banda de 300 kilómetros con 224 municipios, incluyendo grandes centros de población y todas las capitales de los estados fronterizos mexicanos. Para el norte de la frontera el área de influencia consideró 200 kilómetros con 23 condados. El estudio se concentró en los municipios y condados más poblados de la frontera: los 29 municipios mexicanos y 23 condados de EUA con mas de cien mil habitantes, en los que residen respectivamente, el 81 por ciento y el 95 por ciento de la población fronteriza. Los Condados del Estado de Utah Localizado en el lado oeste de Estados Unidos, el estado de Utah contien 29 condados comn poblaciones que varian desde el Condado de Salt Lake con más de un millón de haboitantes, hasta condados con poblaciones ligeramente mayores a mil habitantes. Las características geográficas del estado incluyen desde ambientes áridos hasta bosques

Figura 5. Mapa con los resultados de la evaluación de las posibilidades de desarrollo sustentable para la Frontera México-Estados Unidos. Los tres mapas a la izquierda describen los valores obtenidos en los sectores social, económico y ambiental.

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Figura 6. Mapa de resultados de la evaluación de las posibilidades de desarrollo sustentable para los condados del Estado de Utah. Los tres mapas a la izquierda describen los valores obtenidos en los sectores social, económico y ambiental.

de montaña. Entre los 50 estados del país, Utah ocupa el lugar 13 en extensión y el lugar 34 en población lo que lo ubica como el décimo estado menos denso de los Estados Unidos. Sin embargo aproximadamente el 80 por ciento de los 2.7 millones de habitantes del estado viven concentrados a lo largo de un corredor urbano de 200 kilómetros, que lo hacen el sexto estado mas urbanizado del país (http:// en.wikipedia.org/wiki/Utah). *Doctor en Diseño y Planeamiento Ambiental por la Universidad del Estado de Arizona en 2004, profesor del Departamento de Arquitectura del Paisaje y Planificación Ambiental en la Universidad Estatal de Utah.

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González, Salomón | Sistemas de observación territorial hacia una propuesta de observación de la forma urbana

Sistemas de observación territorial: Hacia una propuesta de observación de la forma urbana Dr. Salomón González Arellano* Resumen El presente documento tiene un doble objetivo; analizar el papel que juega la observación colaborativa dentro del desarrollo de un sistema de inteligencia territorial y en base a esto esbozar una propuesta de observatorio de la forma urbana. La primera parte del texto discute los conceptos clave de observación territorial colectiva y su papel en el desarrollo de un proceso de inteligencia territorial. Enseguida, en la segunda parte el documento revisa la observación colectiva de un grupo de ciudades con el fin de identificar enfoques, métodos y actores. La tercera sección presenta una propuesta de observatorio de la forma urbana. En esta sección se argumentan las líneas de acción y el tipo de indicadores. Introducción En el contexto de una sociedad del conocimiento que atribuye una importancia mayor al uso y difusión de la información y las tecnologías de la comunicación, resulta de central importancia la reflexión sobre la manera de captar las trasformaciones del entorno social, construido y natural. Numerosos ejemplos dan cuenta que el adecuado funcionamiento de dispositivos de observación y monitoreo de nuestro entorno favorecen a las organizaciones a “tomar conciencia”1 de las interdependencias de su funcionamiento con la dinámica del entorno. Una reacción a tiempo, incluso la capacidad de anticipación, ayuda la toma de decisiones y la respuesta oportuna, diversa y adecuada por parte de las colectividades. Este tipo de prácticas es cada vez más común, y es incluso un atributo distintivo de las organizaciones que se distinguen por una desarrollada inteligencia colectiva.

En este sentido, el objetivo de este texto consiste en presentar una propuesta conceptual sobre las implicaciones de la observación colaborativa aplicada a la forma urbana. Para 1

La conciencia puede ser entendida comúnmente como el conoci-

miento que se tiene de los propios estados, percepciones, ideas, y sentimientos, es decir de uno mismo, y de las condiciones y transformaciones de su entorno. La idea de conciencia incorpora un aspecto moral; la capacidad de autojuzgarse, y de un aspecto teórico; la posibilidad de conocer de manera directa e infalible (Abbagnano, 2004). La observación puede ser en este sentido un detonador de la conciencia, especialmente si entendemos que uno es parte del entorno.

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este propósito se presentan tres secciones, la primera trata sobre la observación colectiva y de su implicación en el desarrollo de la inteligencia territorial. La segunda sección desarrolla una reflexión de los sistemas de observación colectiva por medio del análisis de un grupo de observatorios. El tercer apartado presenta una propuesta de observación de la forma urbana, del modelo conceptual, del tipo de indicadores y del sistema de colecta y comunicación de datos. Finalmente, se concluye con algunas recomendaciones y consideraciones para poner en operación una red de observación sobre la morfogénesis y evolución de ciudades mexicanas. La observación colectiva e inteligencia territorial En los últimos años hemos advertido la emergencia de un número importante de observatorios en América Latina, especialmente en países como Colombia, Brasil y México. Para el caso de México es notable el creciente interés por una participación ciudadana en la vigilancia de las políticas públicas y de la evolución de una serie de problemas sociales y de preocupación central dentro de la ciudadanía. Efectivamente, la creciente emergencia de observatorios ciudadanos puede ser trazada en paralelo al proceso de democratización que países de América Latina han venido experimentando en las última décadas y por una serie de crisis socioeconómicas, ambientales y relativas a los derechos humanos. Los observatorios, especialmente aquellos ajenos al aparato de gobierno, pueden ser entendidos como la formalización de una vigilancia social hacia las acciones de los gobiernos (L.S. Velásquez, 2001) . Este tipo de acciones cumplen en su origen con tres tipos de propósitos: a) la fiscalización de los compromisos adquiridos por los gobernantes; b) como canal de participación ciudadana en distintas esferas de la vida pública; y c) como instrumento de exigibilidad de derechos. Dentro de la práctica de la observación colectiva es posible distinguir aquellos observatorios que hace explicita una preocupación (justicia, empleo, educación, libertad de expresión, etc.) y aquellos que se distinguen por su vocación territorial, específicamente nos referimos a los observatorios urbanos y regionales. Actualmente existen cerca de 40 observatorios urbanos locales en México. Buena parte de estos (32) pertenecen a la red de observatorios urbanos locales que coordina la Secretaría de Desarrollo Social en el marco del

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ONU-Hábitat. En particular, esta iniciativa nace en 2006, y ha favorecido el nacimiento de este tipo de organizaciones a lo largo de aproximadamente 30 ciudades. Estos observatorios comparten metodologías y una batería de indicadores con el propósito de hacer comparables la situación y evolución de temas asociados a las metas del milenio enunciadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y aceptadas por el gobierno de México. Aceptación

Vigilancia como fiscalización

Vigilancia Social Vigilancia como canal participativo

Exigibilidad de derechos

Descripción Conjunto de acciones de la población dirigidas a velar por el cumplimiento de los compromisos asumidos por las instituciones públicas, entre los que se encuentran el respeto a los derechos Derecho a la participación en la vida política, social, económica y cultural Acciones orientadas al control de la gestión pública

Esferas Acciones dirigidas a instituciones estatales Acciones dirigidas a instituciones estatales y no estatales

Acciones dirigidas a instituciones estatales Acciones dirigidas a instituciones estatales (centrales y locales) y no estatales

El tratamiento, contextualización y síntesis de los datos permite pasar a la fase de información, favoreciendo el proceso iterativo de comunicación e interpretación en la generación y difusión del conocimiento dentro de las organizaciones y las personas. Esta fase es crucial en el cambio de comportamiento y aprendizaje de las sociedades, es la “sinapsis” y asimilación de la información al interior de las colectividades y los individuos. La generación de conocimiento ayuda la construcción de modelos sintéticos de la estructura y funcionamiento de la realidad, en cierto modo de la construcción de interfaces entre la teoría y la empiria. Desde esta perspectiva, los observatorios territoriales constituyen instrumentos formales en la generación del conocimiento territorial ya que integran una serie de herramientas de medición y codificación en la construcción de bases de datos que por medio de ciertos tratamientos, contextualización y síntesis permiten generar información y conocimiento. La comunicación y el compartir esta información, así como la apropiación de la misma por organizaciones e individuos por medio de su interpretación constituyen la fase de construcción colectiva del conocimiento, propósito central de los observatorios territoriales y requisito necesario en el proceso de aprendizaje (ver figura 3). Algunas características que presentan los observatorios territoriales pueden ser sintetizadas en cuatro grandes principios:

La prioridad de la vigilancia social es la exigibilidad de derechos por parte de quienes deben ejercerlos

Fuente: Gamero, J., Z. Cabrera, et al. (2004). Vigilancia social: Teoría y práctica en el Perú. Lima, Perú: Consorcio de Investigación Económica y Social Figura 1. Tabla de aspectos de la vigilancia social

De la observación colectiva y el desarrollo de la inteligencia territorial La observación territorial tiene desde nuestro punto de vista una función central en el desarrollo de mejores prácticas y un mejor manejo del territorio. Por una parte consiste en la acción deliberada de transformar las señales del entorno captadas por medio de nuestras percepciones, en ocasiones apoyadas por medio de instrumentos que permiten extender nuestras capacidades de percepción (como el termómetro, la cámara fotográfica, el sonómetro, o las imágenes de satélite entre muchos otros). De la percepción de estas señales pasamos a la fase crítica de codificación y medición como tarea de producción y gestión de datos. Esta etapa es la más comúnmente abordada entre organizaciones oficiales y buena parte de los observatorios. De hecho, algunos estudios sobres las actividades y tipologías de los observatorios consideran ser su principal función la generación, organización y evaluación de datos (Angulo, 2009).

Figura 2. Aspectos de la vigilancia social Fuente: Sede, M.-H. and A. Moine (2008). L´Observation: Concept et implication. Conference International en Intelligence Territorial, Besancon, Francia.

• Participativo y enfoque constructivista Un atributo distintivo de buena parte de los observatorios territoriales es el trabajo participativo y colaborativo. La concurrencia de actores de distintos sectores y disciplinas ha venido marcando el trabajo de construcción de indicadores, evaluaciones y reportes. • Enfoque global y sistémico Se ha transitado de una visión sectorial, parcial y fragmentada de la dinámica territorial, a gradualmente adoptar enfoques globales y con un énfasis en las interdependencias y relaciones sistémicas.

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• Comunicación Distintas estrategias han sido adoptadas por de los observatorios territoriales para la difusión de sus trabajos. Esencialmente el uso de la TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), específicamente la regular actualización de su portal WEB, algunas publicaciones impresas, impartición de talleres, entre otras estrategias didácticas. • Apropiación La apropiación e impacto de la información ha sido poco evaluada. Fuera de sectores muy especializados, la población común aún está lejos de formar parte de este proceso. Si bien en los foros relacionados con la construcción de indicadores reconocen la necesidad de comunicar de manear sencilla su información, raramente se contempla que sea integrada la ciudadanía a lo largo de todo el proceso de la observación y construcción de la información territorial. La observación colectiva es parte fundamental del desarrollo de la inteligencia territorial. Los procesos de gestión colectivos del conocimiento que hacen explicita la dimensión territorial favorecen al reconocimiento y desarrollo de una serie de habilidades y competencias cognitivas. Algunas de estas cognitivas sociales son: la observación colaborativa, la memoria colectiva, la anticipación social, la toma de decisiones participativas, y la gestión de conflictos. Este desarrollo de habilidades se da de manera iterativa y es justamente el desarrollo de la observación colectiva el basamento de este proceso (González, 2013). Sistemas de observación colectiva del espacio urbano La observación colectiva no es nueva. Tampoco es exclusiva de un sector de la sociedad, ni orientados a una temática u objeto en particular. Las herramientas y forma de organizarse son diversas y los métodos de observación pueden variar enormemente de una organización a otra. El propósito de esta sección es de mejorar nuestra comprensión de las prácticas de observación colectiva por medio del análisis de grupo de observatorios2. Para este fin se construyó una base de datos de observatorios de variados orígenes, propósitos, actores y métodos. La muestra no buscó ser representativa y trata de captar una diversidad geográfica y temática de esta muestra de observatorios. Para confrontar la práctica de observación en México con otras realidades se trató que aproximadamente la mitad de los observatorios fueran de organizaciones localizadas en México y el resto en otros países. A partir de motores de búsqueda de la WEB se lanzaron palabras clave en tres idiomas: español, inglés y francés3. 2

Durante el mes de febrero y marzo del 2013 se identificó una serie

de portales web de un grupo de observatorios correspondientes a diversas

Se seleccionaron 180 observatorios de los cuales 112 pertenecen a organizaciones localizadas en México, 40 observatorios corresponden a 12 países de América Latina, 16 de Europa, 3 de Estados Unidos, 2 de África y 7 de organizaciones transnacionales. Para el caso de los observatorios de México, se pudo prácticamente encontrar al menos un observatorio por entidad federativa y algunos con interés de escala nacional. El Distrito Federal, el Estado de México y Aguascalientes fueron las entidades con una mayor presencia de observatorios (38, 11 y 10 observatorios respectivamente). El resto de las entidades presentaron entre 1 y 7 observatorios. Actores Es posible identificar cuatro grandes grupos de actores dentro de los 180 observatorios: Gobiernos, Organizaciones no gubernamentales (ONGs), Centros de investigación y organizaciones transnacionales. Esta distinción no es excluyente, por ejemplo, algunos observatorios corresponden a ONGs y organizaciones internacionales, otros son una asociación entre gobiernos locales y centros de investigación, lo más común es la colaboración de dos o más organizaciones del mismo tipo (entre dos o más centros ONGs, y entre dos o más centros de investigación). Sin embargo, buena parte de los observatorios están bajo la coordinación de una sola organización. El grupo de observatorios dirigidos por Organizaciones no gubernamentales (ONG) es el más importante en número. Es de llamar la atención como las ONGs han recurrido a los observatorios como estrategias para documentar, informar e influir sus temas de interés. Efectivamente, de los observatorios analizados, 38 están bajo coordinación de al menos una ONG. En segundo orden, con 24 observatorios están las organizaciones académicas como universidades, o centros de investigación. Estos colectivos también han adoptado el modelo de observatorio en sus actividades de documentación, acopio y difusión de su información. En menor medida, algunos gobiernos de diversos niveles han creado observatorios para la documentación y difusión de información de la evolución y evaluación de su desempeño. De manera muy destacada, algunas organizaciones internacionales como la OCDE, la OMS, CEPAL, la Comunidad Europea, entre otras han instalado sus propias unidades de observación. Temáticas Las temáticas identificadas entre este grupo de observatorios es muy diversa. Como es de esperarse, buena parte de los observatorios tiene como vocación la de vigilar un paquete de derechos de la sociedad civil. Entre los que observatorios

temáticas, actores, y ciudades.

astronómicos. Especialmente las búsquedas con la palabra “Observatory”. Es-

3

tos observatorios no fueron tomados en cuenta.

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Esta búsqueda en ingles arrojó un buen número de observatorios

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de esta categoría encontramos organizaciones defensoras de derechos humanos, de las mujeres, de la infancia, a la diversidad cultural y sexual, a la información, etc. Cercana a esta temática está el conjunto de observatorios dedicados a la vigilancia de la violencia, el delito y la procuración de justicia. También y trabajando de manera semejante están las organizaciones que por medio de observatorios vigilan aspectos de participación ciudadana, democracia, y transparencia. Buena parte de estos observatorios es promocionado por organizaciones de la sociedad civil y su ámbito de interés es en buena parte de carácter local o nacional. Otra temática relevante seguida por los observatorios es la relacionada con asuntos de desarrollo económico y social. La larga tradición de producción de estadísticas económicas y sociales se ve reflejada en este grupo de observatorios. En este grupo encontramos organizaciones dedicadas al estudio y promoción del desarrollo económico, la ciencia y tecnología, el empleo, lo rural, el desarrollo urbano, la vivienda, las comunicaciones y transportes, etc. Otro grupo de observatorios, aunque en menor número, se interesa en los asuntos de los recursos naturales y las condiciones ambientales. Aquí encontramos observatorios del agua, de la energía, de la desertificación, del paisaje natural, de los ríos, etc. De manera marginal hay otro grupo de temas muy variados; religión, patrimonio, medios de comunicación, lenguas, tecnologías, arquitectura, etc. Cabe señalar con particular interés el grupo de observatorios urbanos locales promocionados por ONU-Habitat. Como hemos mencionado, estos observatorios adoptan en buena medida un mismo objetivo y se traduce en la construcción de un paquete de indicadores que dan cuenta del desarrollo urbano. Las temáticas que abordan estos observatorios son acceso a servicios urbanos, calidad y tenencia de la vivienda, desarrollo económico y social, medio ambiente y gobernabilidad de las ciudades. Los datos que normamente se presentan son agregado a nivel de ciudad siendo pocos aquellos que ofrecen información a nivel de intraurbano. Cabe mencionar que en esta búsqueda no se logró encontrar algún observatorio dedicado explícitamente a la forma urbana. Si bien existen laboratorios y equipos de investigación de la forma urbana, además de las redes internacionales sobre el tema, no fue posible identificar una práctica sistemática de observación de la forma de las ciudades. En contraparte, el estudio de la forma urbana es desarrollado en laboratorios o centros de investigación, la gran mayoría de las ocasiones en el seno de escuelas de arquitectura y urbanismo, y algunos con carácter interdisciplinario. De manera complementaria, están los seminarios, las redes y las conferencias

anuales que soportan la investigación en este campo. Muy pocas revistas periódicas se especializan en la forma urbana, siendo los libros el tipo de publicación más común. Los programas de arquitectura, urbanismo y geografía y algunos de posgrado que tienen que ver con la ciudad se encargan de la enseñanza de la forma urbana. Herramientas Los métodos y herramientas utilizados entre el grupo de 180 observatorios es diversa y desigual. Los recursos financieros y humanos de las organizaciones explican en buena medida estas disparidades. Algunos aspectos que cabe mencionar es sobre la manera explicita de los métodos de observación que se presentan en los portales WEB analizados. Otro tiene que ver con las herramientas para comunicar y compartir la información. Muy pocos observatorios logran mantener un sistema regular y sistematizado de información. La dificultad y los costos elevados de esta tarea resultan evidentes. La escala espacial y temporal de análisis refleja el sistema de producción oficial de estadísticas. Buena parte de los observatorios se limitan a la escala de cobertura que ofrecen las oficinas e instituciones productoras de datos. Esto explica que resulte normal y más fácil para las organizaciones trabajar con datos agregados por países o ciudades que espacios más pequeños o fuera de la demarcación geoestadística oficial. Son muy pocos los observatorios cuya información está más desagrada que la estadística del municipio. Incluso algún tipo de esfuerzo de agregación como el pasar de ciudad a zona metropolitana, o de estados a “franja fronteriza” resulta muy difícil de encontrar. Igualmente difícil es que los observatorios trabajen y comuniquen información en forma de series de tiempo, tendencias, u otros comparativos temporales, etc. Las herramientas de visualización de datos son cada vez más accesibles. Sin embargo, menos de 20% de los observatorios hacen uso de este tipo de recursos informáticos. En cuanto al uso de cartografía, el caso es muy semejante, sin embargo es notoria la progresiva incorporación de este tipo de herramientas. Es muy claro que la disponibilidad de fuertes recursos hace la diferencia en el uso de tecnologías y herramientas informáticas para el tratamiento y comunicación de datos. Las organizaciones trasnacionales como la OCDE, la OMS, CEPAL, la ONU, y en cierta medida algunas dependencias nacionales con clara vocación territorial, son capaces de realizar inversiones importantes y de mantener en funcionamiento sistemas de visualización de datos cartográficos. Aunado con el uso limitado de herramientas, son muy pocos

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los observatorios que producen de manera regular datos originales producto de levantamientos, encuestas, observaciones, etc. Lo más común es la reproducción de estadísticas oficiales, o el estudio puntual que no permite dar seguimiento de su evolución o comparación. En el mismo sentido, es poco común la propuesta de índices agregados o de la generación de un nuevo conocimiento. Observatorio de la forma urbana Modelado para la observación de la forma urbana Observar la forma urbana implica un acto consciente y analítico que exige identificar los aspectos que interesa captar, medir, analizar y comunicar. Este acto consiste, de cierto modo, en la discriminación (selección y omisión) y representación sintética de la forma urbana y de sus procesos morfogenéticos. En otras palabras, un proyecto de observación requiere de la construcción explicita del modelo conceptual del objeto de análisis. La construcción de un modelo de los procesos morfológicos permite hacer explícitos los aspectos que interesa observar. Lo anterior resulta valioso cuando se busca construir un sistema de observación y monitoreo de la forma urbana, especialmente desde una perspectiva colectiva y sistémica. En este sentido, el consenso y adopción de un modelo de observación facilitará el diseño de los instrumentos de monitoreo, registro, codificación y comunicación entre los participantes del observatorio. El estudio de la forma urbana puede ser sintetizado por dos grandes tendencias que ha marcado las escuelas en los últimos cincuenta años (Zukin, 1988; Pierre Gauthier y Jason Gilliland, 2006). La primera perspectiva está formada por aquellos estudios de carácter prescriptivos-normativos que trazan directivas sobre “la mejor forma de las ciudades”, y que se distinguen de los enfoques denominados analíticos o descriptivos que se presentan como objetivos y sin juicios de valor. La segunda perspectiva hace énfasis sobre dos posturas distintas de explicar la forma urbana. Por un lado están aquellos estudios, denominados externalistas, que consideran la forma urbana como el resultado a acumulado de fuerzas sociales, económicas, culturales, e institucionales. Por otra parte, están los estudios cuyo enfoque se interesa en explicar la forma urbana por medio de un sistema interno (autónomo) de reglas morfológicas. El modelo de escuelas y perspectivas del estudio de la morfología urbana propuesto por Gauthier y Gilliland (2005) nos resulta útil para identificar el propósito de un observatorio de la forma urbana. Este modelo puede ser traducido a tres tipos de interrogantes: 1) explicar las causas de la forma ur-

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bana, 2) describir y analizar la forma urbana, y 3) evaluar los efectos de la forma urbana. Estas tres preguntas nos recuerdan el modelo Presión-Estado-Respuesta (PER) utilizado para modelar las dinámicas y estructuras de ecosistemas. ¿Qué medir de la forma urbana? Las tres preguntas enunciadas arriba como directrices de la observación de la forma de las ciudades sugieren por si solas la dificultad de definir un sistema de mediciones. Aunado a estas tres líneas es necesario adoptar de manera explícita un modelo analítico del sistema morfológico. No existe una única respuesta, este modelo depende efectivamente de la postura e interese de cada observatorio.

Figura 3. Preguntas de investigación para la observación de la forma urbana.

Una manera de abordar la pregunta sobre qué medir de la forma de las ciudades es el asociar la noción de forma urbana y espacio. En este sentido es útil recuperar tres “dimensiones” que componen el espacio: a) el espacio que sirve de soporte físico, b) el espacio derivado de los usos y las prácticas espaciales, y c) el espacio de las representaciones sociales. Buena parte de los indicadores de forma urbana miden atributos del espacio físico, como superficie y forma de manzanas, largo y conectividad de vialidades, etc. Otras mediciones de forma urbana asocian algún tipo de actividad o práctica espacial; densidad residencial, centralidad, especialización, etc. Menos comunes son los atributos (traducidos en indicadores) de forma que hacen referencia a imaginarios urbanos; fortificación, archipiélago, gheto, etc. Por ejemplo, una ciudad “segregada” nos habla de su forma, tanto en el sentido físico, como de las prácticas y de sus representaciones socioespaciales. A su vez y en el sentido opuesto, una serie de representaciones e imaginarios urbanos, guían las prácticas espaciales y estas co-producen formas del espacio físico. Si bien, buena parte de las escuelas de morfología urbana pone énfasis en el análisis del espacio físico, resulta común pasar del nivel de la descripción de estos atributos morfológicos al análisis de su relación con las formas espaciales de las prácticas y representaciones sociales. Esta asociación se puede dar en dos sentidos; 1) de la observación de las prácticas y representaciones espaciales para explicar la morfología del espacio físico de las ciudades, y 2) del análisis del impacto o efecto que tienen las formas del espacio físico

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sobre las prácticas y representación del espacio urbano. • Explicar la forma urbana Dos grandes vertientes se derivan de esta perspectiva de interrogar la forma urbana: la externalista y la autónoma. Ambas requieren del basamento que ofrece los métodos historiográficos de la forma urbana. La externalista, como lo hemos mencionado, recurre a procesos socio-ecológicos, como la orografía, el sistema de propiedad, la cultura constructiva, la normatividad urbanística, etc., para explicar la morfogénesis de las ciudades. Un observatorio de la forma urbana deberá de desarrollar una reflexión sobre la colecta de información, y la producción de indicadores para explicar la morfogénesis de las ciudades. Ejemplo de esto puede ser los trabajos históricos como el desarrollado por Arnaud (2008) que permite entender la conformación morfológica de las ciudades por medio del uso de cartografía histórica y el análisis espacial. En otro sentido, sirve de ejemplo el estudio desarrollado por Talen (2011) que relaciona la generación de normas y reglas sobre la forma urbana en ciudades norteamericanas. Por otro lado está también el ejemplo que nos ofrece Desmaris (1995) al explicar la forma urbana desde una perspectiva de la carga simbólica del espacio y del territorio al reconstituir el proceso de morfogénesis de la ciudad de Paris. Un observatorio dedicado a la forma de las ciudades hará recurso de fuentes documentales, registros y mapas históricos que puedan ser codificados y puesto en relación con los elementos del sistema morfológico establecido (parcelas, manzanas, vialidades, edificaciones, etc.). Algunos de estos datos podrán ser recodificados en mediciones que permitan trazar la relación entre alguna transformación social y la forma urbana al pasar del tiempo. Ejemplos de la operativización de atributos morfológicos con el propósito de explicar la forma de las ciudades podemos tener; la evolución del tamaño y de la parcela con el cambio de propiedad o modo de producción agrícola a industrial, la transformación de la conectividad de un sistema vial de una ciudad antes y después de la masificación dela automóvil, la verticalización del medio construido al imponer un sistema de normas para la densificación, etc. Sin duda, la tarea de reconstitución del proceso morfogenético de una ciudad es parte central de la labor de un observatorio. Sin embargo, este ejercicio puede ser muy costoso, exigir muchos recursos, tiempo y una sistematización muy bien elaborada. Las tecnologías de la información han venido a facilitar en buen parte este trabajo. Concretamente, los Sistemas de Información Geográfica (SIG), y la digitalización y georeferenciación de mapas históricos son herramientas indispensables para la reconstrucción morfológica. En cuan-

to al método, experiencias diversas pueden ser rescatables, los trabajos de la escuela Italiana sobre el análisis de la morfogénesis de ciudades italianas puede ser un buen punto de partida. • Describir la forma urbana La literatura es amplia en cuanto a los indicadores que nos sirven para describir la forma de las ciudades. Las diversas escuelas de morfología urbana han construido a lo largo de los años un amplio repertorio de mediciones. Dependiendo del sistema morfológico que enmarque y oriente un ejercicio de observación se podrá delimitar y precisar el sistema de indicadores más apropiados. Sin embargo, una revisión de la literatura nos permite agrupar estas mediciones en cinco tipos: • Indicadores de intensidad • Indicadores de diversidad • Indicadores de distribución y proximidad • Indicadores de configuración y conectividad • Indicadores de estructura y forma Las mediciones de intensidad son las que permiten informar sobre la densidad o concentración que un grupo de objetos o actividades ocurren en una unidad de superficie. Las medidas más comunes hacen referencia a la densidad poblacional (habitantes por hectárea). Sin embargo existe un amplio repertorio de este tipo de indicadores que ayuda a mejor describir un sistema morfológico. Densidad vial, la densidad de intersecciones, densidad construida, índice de verticalidad, etc. La diversidad es otro tipo de atributo necesario a medir en la descripción de la forma urbana. Los indicadores de diversidad informan sobre la variedad y mezcla de objetos y actividades pertenecientes a una misma familia y que comparten una unidad de superficie. En un análisis de paisaje urbano, la diversidad de la vivienda en un centro histórico puede ser medida por medio de este tipo de índices. La diversidad de grupos sociales de un barrio o una ciudad, la mezcla de usos de suelo, el grado de variedad de especies vegetales, etc., son ejemplos de este tipo de medidas. La distribución espacial de los objetos que forman el sistema morfológico puede ser medida por medio de un amplio repertorio de indicadores. La distribución espacial tiene como principio subyacente el captar la proximidad o alejamiento entre objetos o actividades de una misma clase o en relación a otra clase. El análisis de concentración de actividades económicas, como los “clusters”, o la dispersión de servicios o áreas verdes en la ciudad, forman parte de este grupo de

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indicadores. Otro grupo de indicadores son lo que captan atributos de la configuración de objetos cuya espacialidad es fuertemente de tipo reticular o en red. Un buen ejemplo de esto es el sistema de vialidades de una aglomeración urbana. Este tipo de indicadores son muy diversos y en buena parte de ellos se logra captar el grado de conectividad y accesibilidad de cada nodo de la red o de la red en su conjunto. Con el progreso de la informática, numerosas aplicaciones se han desarrollado en los últimos años, destacando todos los trabajos de Space Syntax en el tema (Hillier, 1998; Neal, 2012). Por último, tenemos al grupo de indicadores que ponen énfasis la estructura y forma global del sistema morfológico. Este tipo de indicadores puede ser igualmente muy diverso y buscan medir aspectos como el grado de policentralidad, de fragmentación, alineamiento, compacidad, entre otros. Algunos autores designan a estos indicadores como medidas de macroforma (Allain, 2004) y permiten tener una visión de distintas facetas de la ciudad en su conjunto. Algunos ejemplos de lo anterior están los indicadores de policentralidad de actividades económicas que pueden ser estimados por medio de herramientas como LISA (Anselin, 1995). También sirve de ejemplo las medidas de compacidad o fragmentación que permite comparar la mancha urbana con propiedades geométricas del círculo (Angel, Parent, y Civco, 2010) De manera complementaria un enfoque que sin duda favorece enormemente al conocimiento de las ciudades es adoptar una estrategia de tipo comparativa. Un sistema de indicadores documentados, transparentes y pertinentes puede servir para la comparación entre un grupo de ciudades y poder sacar otro tipo de información. Del mismo modo, los procedimientos para el tratamiento de datos y la construcción de indicadores pueden ser documentados y compartidos entre colaboradores del observatorio. En este sentido, las tecnologías de la información de tipo colaborativas, como los servidores de datos espaciales, tiene mucho que aportar en un proyecto de observación de forma urbana. • Evaluar la forma urbana Este grupo de indicadores permite construir una relación causal entre forma urbana y procesos socioambientales. En términos generales, el propósito de este enfoque es de entender y estimar los impactos que producen ciertos atributos de un sistema morfológico sobre otros tipos de procesos. La literatura ha sido amplia en este tipo de análisis y es posible identificar los campos más sensibles de aplicación. Seis temas se imponen: • Impacto de la forma urbana y el consumo de energía • Efectos de la distribución espacial de recursos urbanos y

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justicia social • Relación entre estructura urbana y su desempeño económico • Interdependencias entre transporte y movilidad con accesibilidad, densidad y diversidad • Efectos de la forma urbana y el uso del suelo • Relación entre forma urbana y calidad de vida (seguridad, salud, medio ambiente, etc.) Los trabajos recientes sobre los impactos de la forma urbana son muy vastos y variados. En un contexto mundial de creciente urbanización, la manera en que han crecido las ciudades en los últimos 30 años y sus consecuencias sobre la calidad de vida, es sin duda tema de preocupación e interés. Basta revisar la literatura para constatar los numerosos estudios enfocadas a entender la liga entre atributos de la forma urbana, como la densidad, la mezcla de usos de suelo, o la configuración vial, etc. sobre el consumo de energía, la salud, la seguridad vial, la desertificación, la segregación, la criminalidad, etc. (Salat, 2011; Jenks, 2000; Eaton, 2002). En síntesis, este tipo de abordaje puede ser entendido por la búsqueda de evaluar las posibles interdependencias entre atributos de la forma urbana, una serie de comportamientos derivados de esta y sus efectos sobre tres grandes valores que dominan el discurso político de la ciudad contemporánea: la ciudad equitable, la ciudad habitable y la ciudad viable. Conclusión Iniciativas para la creación de una red de observación de la forma urbana Los observatorios constituyen un instrumento innovador en la gestión del conocimiento y merecen nuestra atención en cuanto a las variantes, funciones y oportunidades que ofrecen para la comprensión y comunicación de trasformaciones sociales y ambientales. Efectivamente, como lo mencionamos anteriormente, los observatorios muestran una difusión interesante a lo largo de numerosas ciudades de México y otros países. Además de constituir una fuente importante de innovación social en la gestión de conocimiento colectivo, favorecen un modo de participación ciudadana. En este sentido, vemos cómo los observatorios van transitando de la denuncia y la fiscalización, a la generación y comunicación de información útil, así como hacia un tipo de promotores de ciudadanía por medio de una didáctica socio-ambiental. El conocimiento sobre las ciudades no debe ser tratado como un saber especializado y de difícil acceso. La gestión

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colectiva de estos saberes debe permear hacia los más diversos aspectos de la agenda urbanística. Este es el caso del conocimiento colectivo que se tiene sobre la forma de las ciudades. Si bien existe una noción difusa y latente de los atributos de los sistemas morfológicos de las ciudades, hay muy pocas experiencias de observatorios de la forma urbana que sirvan como modelos de gestión de este conocimiento. En este sentido, consideramos necesaria una reflexión sobre las posibles estrategias de implementación de este tipo de observatorios. La observación urbana inicia con la reflexión sobre lo que entendemos sobre las ciudades, identificar los aspectos que interesa registrar y medir. La construcción de esta representación sintética, consiste en la elaboración de un modelo que sea consensuado y compartido por una colectividad. Las experiencias sobre el funcionamiento de redes de observación territorial y de organizaciones exitosas en la gestión colectiva del conocimiento nos permiten distinguir algunos aspectos útiles para la puesta en práctica de una red de observación y monitoreo territorial. Tres momentos son identificables: a) Hacer explícitos los objetivos comunes y susceptibles de ser apropiados y compartidos por otros actores para la observación territorial b) Identificar y delimitar claramente los aspectos conceptuales y metodológicos comunes para la observación: • Un mismo territorio de acción (construcción colectiva del proyecto territorial) • Una serie de protocolos de observación (herramientas, prácticas, transparencia, veracidad, etc.) • Una idea común de la gestión del conocimiento territorial (propiedad de la información, canales y modo de difusión, evaluación de la pertinencia y apropiación por parte de la sociedad) • Una serie de reglas y acuerdos sobre la utilidad e impacto de la información c) Diseñar y construir la infraestructura de información tomando en cuenta los recursos y competencias de los colaboradores. Para estos fines es necesario tomar en cuenta experiencias sobre software libre, compartir costos en el acceso de datos, formar grupos para compartir experiencias y aprendizajes, desarrollar documentos de trabajo sobre métodos, solución de problemas, experiencias, etc. En este sentido, la observación sistematizada y colectiva de la forma urbana es, desde nuestro parecer, un asunto pen-

diente, con un claro rezago institucional, y claramente necesaria para guiar políticas informadas del desarrollo urbano. Un marco conceptual, metodológico y técnico debe ser el primer paso para poner en acción un proyecto de este tipo. En este artículo se ha revisado la actividad social y colectiva de la observación en un grupo de observatorios de México, y otros países. Las experiencias exitosas de estos observatorios pueden ayudar al diseño y operación de un observatorio de la forma urbana en México. Tres preguntas han sido formuladas y que puede servir de guía para la construcción de un sistema de indicadores coherentes: ¿Cómo explicar, describir y evaluar la forma urbana? * Doctor en ordenamiento territorial y desarrollo regional por la Universidad Laval en Québec, Canadá; Profesor Investigador de la UAM Cuajimalpa. Referencias Álvarez-Lobato, J. A., T. Chávez-Soto, et al. (2007). "El observatorio metropolitano de Toluca: lecciones, propuestas y desafíos." En Economía, Sociedad y Territorio. Vol. 7. No. 25. Toluca: Colegio Mexiquense: 157-214. Abbagnano, Nicola. 2004. Diccionario de Filosofia / Philosophy Dictionary. Fondo de Cultura Economica. Allain, Rémy. 2004. Morphologie urbaine: Géographie, aménagement et architecture de la ville. Armand Colin. Angel, Shlomo, Jason Parent, y Daniel L. Civco. 2010. «Ten Compactness Properties of Circles: Measuring Shape in Geography». Canadian Geographer / Le Géographe Canadien 54 (4): 441–461. doi:10.1111/j.1541-0064.2009.00304.x. Anselin, Luc. 1995. «Local Indicators of Spatial Association—LISA». Geographical Analysis 27 (2): 93–115. doi:10.1111/j.1538-4632.1995.tb00338.x. Arnaud, Jean-Luc. 2008. Analyse spatiale, cartographie et histoire urbaine. Ed. Parenthèses. Desmarais, Gaëtan. 1995. La morphogenèse de Paris: des origines à la Révolution. L’Harmattan. Eaton, Ruth. 2002. Ideal Cities: Utopianism and the (Un)Built Environment. Thames & Hudson. Emily Talen (último). 2011. City Rules: How Regulations Affect Urban Form. First American Edition. Island Press. González, Salomón. 2013. «Measuring Territorial Intelligence in Mexico City». En Losn Angeles, CA. Hillier, Bill. 1998. Space Is the Machine: A Configurational Theory of Architecture. Cambridge University Press. Jenks, Mike. 2000. Achieving Sustainable Urban Form. Taylor & Francis. L.S. Velásquez. 2001. «Indicadores de gestión urban: los observatorios urbano-territoriales para el desarrollo sostenible». Manialez: 69.

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González, Salomón | Sistemas de observación territorial hacia una propuesta de observación de la forma urbana

Neal, Zachary P. 2012. The Connected City: How Networks Are Shaping the Modern Metropolis. Taylor & Francis Group. Pierre Gauthier, y Jason Gilliland. 2006. «Mapping urban morphology: a clasification sheme for interpreting contributions to the study of urban form». Urban Morphology 10 (1): 41-50. Salat, Serge. 2011. Les villes et les formes: Sur l’urbanisme durable. Editions Hermann. Zukin, Sharon. 1988. «The Postmodern Debate over Urban Form». Theory, Culture & Society 5 (2) (enero 6): 431-446. doi:10.1177/0263276488005002013.

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Garza, Gustavo | Dinámica macroeconómica y finanzas en la ciudad de México.

Dinámica macroeconómica y finanzas en la ciudad de México.* Dr. Gustavo Garza Villareal* La evolución de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), como de cualquier otra megaciudad del mundo, sólo es científicamente comprensible partiendo del análisis de los determinantes de su desarrollo económico.1 Con base al crecimiento de su aparato productivo, es posible derivar las magnitudes de su expansión demográfica y urbanística, así como la articulación estructural entre la base económica y las relaciones sociales y políticas. El andamiaje espacial resultante constituye un conjunto sistémico que es indispensable conocer en toda su complejidad para enfrentar exitosamente la amalgama de los problemas del trasporte y vialidad, déficit de servicios públicos, la cuestión de la tierra y la vivienda, el mercado de trabajo y la informalidad, la inseguridad y elevada criminalidad, el deterioro ecológico, su insuficiente potencial tecnológico y de competitividad en el sistema mundial de ciudades, entre los más relevantes. El enlace conceptual anterior justifica nítidamente la relevancia de investigar rigurosamente la naturaleza de la Ciudad de México en su carácter de colosal acumulación de infraestructura que la trasforma en una verdadera fuerza productiva. En esta oportunidad, sin embargo, se plantea como un primer objetivo esquematizar las características cuantitativas de su crecimiento económico * Documento presentado en el seminario sobre Desarrollo económico y finanzas, dentro del ciclo Los retos de la Ciudad de México. El evento se realizó el 23 de abril de 2012 bajo los auspicios de la Escuela de Administración Pública del Distrito Federal. 1

La delimitación de la ZMCM para los propósitos de este trabajo,

comprende las 16 delegaciones del Distrito Federal, más 40 municipios del Estado de México y uno de Hidalgo. Delegaciones: Azcapotzalco, Coyoacán,

de 1960 a 2008, centrado en la tendencia en los niveles de concentración sectorial con relación a la economía nacional y en la transformación que ha experimentado su estructura productiva. En segundo lugar, se analizará esquemáticamente la inversión pública federal que se asigna a la urbe, así como sus finanzas locales separadas en el ámbito espacial del Distrito Federal y de los municipios mexiquenses, incluido en ellos a Tizayuca, Hidalgo. Se parte del axioma de que es indispensable diagnosticar minuciosamente las variables macroeconómicas de la Ciudad de México para diseñar planes eficaces que fomenten su desarrollo económico. Concentración y estructura económica El logro de un desarrollo económico significativo es la única posibilidad real de resolver toda la problemática urbana que existe en todas las metrópolis del mundo, en mayor o menor grado dependiendo del nivel civilizatorio de las naciones donde se encuentren. Para lograr un crecimiento económico significativo se requiere identificar y cuantificar las variables que determinan la estructura y dinámica económica de las ciudades y las tendencias de su participación en la producción nacional y mundial. A partir de ello se tienen que establecer las políticas que permitan una expansión acelerada del capital privado, el capital humano, así como la inversión en la infraestructura que permita que las empresas sean competitivas dentro del proceso de mundialización de la economía. Avanzar en todo ello esta muy lejos de los propósitos de este inciso, el cual sólo pretende presentar un diagnóstico general de largo plazo de la concentración económica de la Ciudad de México respecto al país y los cambios que observa su estructura sectorial de 1960 a 2008.

Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, La Magdalena Contreras, Milpa Alta, Álvaro Obregón, Tláhuac, Tlalpan, Xochimilco, Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza. Municipios: Acolman, Atenco, Atizapán de Zaragoza, Coacalco de Berriozábal, Cocotitlán, Coyotepec, Cuautitlán, Chalco, Chiautla, Chicoloapan, Chiconcuac, Chimalhuacán, Ecatepec de Morelos, Huehuetoca, Huixquilucan, Isidro Fabela, Ixtapaluca, Jaltenco, Jilotzingo, Melchor Ocampo, Naucalpan de Juárez, Nezahualcóyotl, Nextlalpan, Nicolás Romero, Papalotla, La Paz, San Martín de las Pirámides, Tecámac, Temamatla, Teoloyucán, Teotihuacán, Tepotzotlán, Texcoco, Tezoyuca, Tlalnepantla de Baz, Tultepec, Tultitlán, Zumpango, Cuautitlán Izcalli, Valle de Chalco Solidaridad y, de Hidalgo, Tizayuca (Garza, 2000: 240-141). En este documento cuando se menciona Ciudad de México se refiere a la ZMCM, pero se diferenciará su parte comprendida en el Distrito Federal cuando se analicen las finanzas locales.

Participación de la Ciudad de México en la economía nacional El crecimiento económico de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) esta subordinado al nacional en términos de las políticas monetarias, fiscales, de inversión pública, de apertura al comercio internacional, etcétera, que implementa el gobierno federal; por el otro, obedece a sus propios recursos y acciones del gobierno de las dos entidades en donde se ubica, así como a la competitividad de sus empresas y características de su capital humano. Considerando la elevada concentración del aparato productivo nacional en la capital del país, el crecimiento de México también depende del correspondiente a la ciudad.

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Garza, Gustavo | Dinámica macroeconómica y finanzas en la ciudad de México.

El diferencial entre ambas expansiones se podría atribuir a las peculiaridades propias de la metrópoli, principalmente al conjunto de sus factores de atracción para la localización de las actividades económicas y a la eficiencia de sus aparatos de gestión dentro del Distrito Federal y del Estado de México. El “milagro económico”, 1960-1980 En 1960 la ZMCM absorbió 33.3% del PIB total nacional. Por grandes sectores, el primario representó únicamente 1.6% (una metrópoli por definición casi no realiza actividades agrícolas), mientras el secundario 40.9% y el terciario 37.5%. Sectores

1960

1980

1988

1993

2003

2008

Total

33.3

37.7

31.9

31.8

28.9

24.6

I. Primario

1.6

2.3

1.3

1.8

2.2

1.7

II. Secundario

40.9

42.3

32.9

32.5

27.7

18.4

III. Terciario

37.5

40.3

35.4

35.0

32.2

30.4

Fuente: de 1960 a 2003 de Garza, 2008:177; 2008 de censos económicos del INEGI Figura 1. Tabla de la ZMCM: producto interno bruto por sectores económicos, 1960-2003 (porcentajes respecto al total nacional)

En 1960, en el clímax del proceso de industrialización de México, la capital de la nación era industrial como primera actividad y terciaria como segunda, representando ambos sectores prácticamente la totalidad de su economía (figura 1). Entre 1970 y 1980 la tasa de crecimiento económico del país es alta, pero es algo superior en la ciudad (6.56% y 6.62%, respectivamente), lo cual permite que la urbe eleve ligeramente su participación en el total nacional a 37.7% en 1980, máxima cifra alcanzada en toda su historia. Hegemonía terciaria en la “década pérdida”, 1980-1988 El PIB de México tuvo un crecimiento marginal de 0.9% anual entre 1980 y 1988, pero la ZMCM fue severamente perjudicada y lo redujo en –1.2%, lo que significó una caída de su participación en el PIB nacional a 31.9% en 1988, cifra inferior a la de 1960 (figura 1). La Ciudad de México reduce dramáticamente su tradicional hegemonía industrial durante la crisis de los ochenta, al desplomarse su participación manufacturera a 34.7% en 1988, es decir, 12.3 unidades porcentuales menos que en 1980 (Garza, 2008:177). La profunda recesión anuncia el inevitable surgimiento de las actividades terciarias como las más importantes de la ciudad, pues en 1988 la rama de servicios sociales y personales representa 38.3% del total nacional y el comercio 35.6%, superando ambas la concentración manufacturera (Garza, 2008:177). En su conjunto, el sector terciario absorbe 35.4% de su correspondiente valor nacional, sobrepasando por primera vez al secundario que reduce su participación a 32.9%

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(figura 1). En síntesis, en los ochenta la Ciudad de México experimenta una transformación en su especialización económica pasando de su tradicional fortaleza en el sector industrial observada durante el “milagro económico” mexicano, a las actividades terciarias que emergen como las principales dentro de su estructura productiva. Consolidación terciaria en la recuperación relativa, 19881993 En este periodo de plena implementación del modelo neoliberal caracterizado por el desmantelamiento de las empresas paraestatales y la gran desregulación de la economía, la Ciudad de México se recupera parcialmente al lograr una tasa del PIB de 3.8%, misma cifra que la nacional. El nivel de concentración macroeconómica en la Ciudad de México se mantiene, por ende, prácticamente invariable al pasar de 31.9 a 31.8% entre 1988 y 1993, frenando la acelerada caída experimentada durante la crisis de los ochenta (figura 1). En resumen, durante la recuperación relativa de 1988 a 1993 la Ciudad de México retoma su crecimiento económico equiparándolo al nacional, a la vez que prosigue fortaleciendo su especialidad en las actividades terciarias, principalmente en servicios sociales y personales. El periodo de recuperación-recesión, 1993- 2008 Los resultados del “ajuste estructural” de corte neoliberal son muy limitados, pues mientras el PIB creció al 3.5% entre 1994 y 2000, muy por debajo de la magnitud observada durante el “milagro económico”, persisten una serie de desequilibrios estructurales que producen crisis periódicas (el crac de 1995, la recesión de 2001-2002 y el colapso de 2009). Durante estos 15 años de un tenue crecimiento económico del país, la ZMCM observa una clara tendencia hacia la reducción de su elevada importancia económica. Entre 1993 y 1998 el PIB nacional se elevó 2.9% anual y en la urbe sólo 1.8%, mientras de 1998 a 2003 las tasas fueron de 2.5 y 1.6%, respectivamente. De esta suerte, la ZMCM disminuye su contribución en el PIB nacional de 30.2% en 1998 a 28.9% en 2003 y a 24.6 en 2008 (figura 1). La tradicional afirmación de que la urbe representa un tercio de la producción nacional ha dejado de ser valida y, al parecer, tiende hacia una participación de alrededor de la cuarta parte de las actividades económicas del país. Parte de esta pérdida relativa se descentraliza hacia su área megalopolitana y al subsistema de ciudades que la rodea donde sobresalen Puebla, Toluca, Querétaro y Cuernavaca, mientras que otra proporción lo hace hacia el resto de las 11 metrópolis del país con más de un millón de habitantes, además de las tres primeras anteriores (Guadalajara,

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Monterrey, Saltillo, Torreón, Ciudad Juárez, Tijuana, León y San Luis Potosí). Evolución de la estructura macroeconómica La teoría urbana ortodoxa se centra en el análisis del desarrollo urbano desde el lado de la demanda y la oferta, tratando de explicar la organización territorial de las actividades económicas, la estructura urbana y los determinantes de la localización de las empresas. Dentro de esta escuela de pensamiento, existen pocos estudios sobre la evolución de la estructura de la producción de las urbes, aunque se le considera dentro del análisis de las “economías externas” que incorpora las interrelaciones industriales y la especialización de las ciudades. Este vínculo entre la estructura productiva y el tamaño de las ciudades se evidencia en la ZMCM, pues en 1960 ya contaba con 5.1 millones de habitantes y como gran metrópoli su sector primario fue casi inexistente, mientras el terciario concentró la elevada cifra de 73.3% y el secundario 26.0% del PIB total de la ciudad, magnitudes superiores a las del país (figura 2). Durante el “milagro económico”, la ZMCM observa un aumento industrial equivalente al nacional al pasar a 29.2% del PIB total en 1980, mientras el sector terciario atenúa su elevada concentración bajando a 70.3%. Al interior del terciario, sin embargo, ocurre un acomodamiento de las ramas al declinar el comercio y elevarse los transportes y comunicaciones en el país y en la urbe (Garza, 2008: 178). La expansión y modernización de esta última rama es crucial Sectores

1960

1980

1988

1993

2003

2008

Total

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

I. Primario

0.7

0.5

0.3

0.4

0.5

0.6

II. Secundario

26.0

29.2

25.6

26.0

24.7

19.9

III. Terciario

73.3

70.3

74.1

73.6

74.8

79.5

Fuente: de 1960 a 2003, Garza, 2008:188 y 191; 2008 de INEGI, Censos económicos de 2009. Figura 2. Tabla de la ZMCM: producto interno bruto por sectores económicos, 1960-2008 (porcentajes verticales)

para que las naciones puedan insertarse en la economía mundial, dada la creciente importancia de los transportes en la localización de las empresas en las metrópolis y en su articulación con las firmas de las medianas y pequeñas ciudades. Durante la “década perdida” se afecta primordialmente a la Ciudad de México, la urbe más favorecida en los periodos anteriores de bonanza relativa que hicieron imaginar que México superaría su condición de subdesarrollo en un futuro más o menos cercano. Así, la urbe experimenta una caída del PIB absoluto entre 1980 y 1988, lo cual produce

un reordenamiento de su estructura productiva: el sector secundario declina a 25.6% en el segundo año, mientras el terciario se eleva a 74.1%. En la recuperación relativa de 1988 a 1993, los cambios en la estructura productiva son marginales, tanto en el país como en su ciudad capital. En la recuperación-recesión de 1993 a 2003, por el contrario, la ZMCM reduce su participación de el sector secundario a 24.7%, la menor cifra en todo el periodo analizado. La desindustrialización relativa de la urbe ocurre mucho antes que en el país, en parte por las crisis recurrentes que experimenta, y en parte por ser una tendencia que experimentan las grandes ciudades del mundo, como Nueva York, Londres, Paris y Tokio. Finalmente, durante la recuperación-recesión entre 1993 y 2008, el sector terciario en México y en su ciudad capital alcanza 67.0% y 74. % en 2003, mientras en esta última se eleva a 79.5 en 2008, el mayor valor en toda la historia (figura 2). Desafortunadamente, estas transformaciones en la estructura productiva mexicana no se equiparan a la gran metamorfosis que están experimentando los países desarrollados en el contexto de la Revolución Terciaria o economía postindustrial, sino de una industrialización inconclusa que se canaliza a un sector terciario con elevados niveles de informalidad que impiden resolver satisfactoriamente los problemas ancestrales de la urbe de déficit de servicios públicos, inseguridad, inadecuada vialidad, carencias y deterioro habitacional, así como los grandes problemas de trasporte público que enfrenta. La cuestión de las finanzas públicas Los recursos financieros requeridos en la ZMCM para cubrir las necesidades del aparato administrativo, de servicios públicos y de la inversión que demanda las obras de infraestructura viales, hidráulicas, energéticas, de comunicaciones, entre las más importantes, provienen del gobierno federal y de las administraciones del Distrito Federal y del Estado de México. En esta oportunidad interesa ver las finanzas locales de estas dos entidades, pero se hará un planteamiento general de la situación de la inversión pública federal en la urbe, la cual es crucial para resolver los grandes retos que enfrenta. Desplome de la inversión pública federal La inversión pública federal (IPF) son las erogaciones asignadas a la construcción, ampliación, mantenimiento y conservación de obras realizadas por el gobierno de la república, así como por los organismos descentralizados y las empresas de participación estatal. Esta inversión se distribuye por el territorio nacional según sean las prioridades del gobierno federal en turno y la situación económica del país. Interesa sintetizar la tendencia de dicha inversión que se destina a la ZMCM en el largo plazo, esto es, en las

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nueve administraciones federales que trascurren entre 1959 y 2010. ¿Es adecuada la IPF que se destina a la urbe en su conjunto? ¿Cuál debe ser el punto de referencia para contestar la pregunta anterior? La respuesta más lógica y razonable a la segunda pregunta es establecer que la asignación de la IPF en la ZMCM

Figura 3. Gráfica de México y la ZMCM: montos absolutos de la inversión pública federal, 1959-2010 (millones de pesos de 2003). Fuente: Asuad y Garza 2013

debería ser en torno a su participación en la economía del país. Ello constituye un punto de referencia objetivo que permite evaluar la correcta adecuación del nivel de la inversión federal que se le ha asignado en los nueve sexenios considerados. En la figura 3 se aprecia nítidamente que tanto en el ámbito nacional como en la ZMCM la IPF se eleva significativamente de 1959-1964 a 1977-1982, para después caer sistemáticamente hasta 1995-2000, a partir de cuando se inicia una etapa de recuperación hasta 2007-2010. No obstante, en este último cuatrienio la inversión continua siendo inferior a la de 1977-1982. En esta dirección el país y la ciudad se encuentran rezagados alrededor de 30 años de si mismos. Respecto a la relación de la IPF con el nivel de participación de la ZMCM en la economía nacional se tiene lo siguiente (Asuad y Garza, en prensa): 1. En 1960 absorbió 33.3% del PIB nacional y el gobierno de López Mateos (1959-1964) le asignó 22% de la inversión, esto es, 11.3 unidades porcentuales menos. 2. Para 1970 elevó su participación económica a 37.5% del PIB nacional, mientras entre 1965 y 1970 el gobierno de Díaz Ordaz sube la inversión a 25% del total nacional, pero queda 12.5 unidades porcentuales rezagada. 3. La urbe absorbió 37.7% del PIB nacional en 1980, máximo valor alcanzado en toda su historia. El gobierno de Luis Echevarría, comprendido entre 1971 y 1976, eleva ligeramente la inversión federal a 25.3% del total nacional,

30

manteniendo el desequilibrio entre ambas cifras muy elevado. 4. El punto de referencia para evaluar el gobierno de López Portillo, que trascurre entre 1977 y 1982, será el 37.7% de concentración económica en 1980. Durante esta administración la participación de la urbe en la IPF nacional fue de 25.2%, por lo que el elevado diferencial se mantiene. 5. Con Miguel de la Madrid (1983-1988), la ciudad contribuyó con 31.9% del PIB nacional en 1988, magnitud muy cercana al 29.8% que absorbe de la IPF nacional, en buena medida por los requerimientos de reconstrucción por el impacto de los sismos que la asolaron el 19 y 20 de septiembre de 1985. El diferencial de 2.1 unidades porcentuales es el más equilibrado en comparación con todos los periodos anteriores. 6. En el gobierno de Carlos Salinas (1989-1994) la urbe alcanza un máximo histórico de 37.2% de la inversión total nacional, cifra que supera el 31.1% que representa del PIB nacional en 1993. Por primera y única vez en los nueve sexenios analizados, la inversión supera en 5.4 puntos porcentuales a la participación económica. 7. El sexenio de Ernesto Zedillo, entre 1995 y 2000, la inversión relativa se colapsa a 21.0% del total nacional, mientras absorbe 28.1% del PIB de México en 2003, quedando 7.9 unidades porcentuales rezagada de su aportación a la economía del país. Ello ocurre en el contexto de la elección, por primera vez desde el periodo posrevolucionario, de un Jefe de Gobierno cuyo triunfador resulta contrario al partido político que postuló a Zedillo. 8. En la administración de Vicente Fox (2002-2006) la ciudad representa 26.3% en el PIB nacional en 2006 y 21.8% de la IPF, siendo el diferencial durante el gobierno foxista de 4.5 unidades porcentuales menos, esto es, más equilibrado que en la administración precedente. 9. Finalmente, en los cuatro primeros años de Felipe Calderón la participación de la ciudad en la inversión federal se desplomó a 16.4% del total nacional, muy por abajo del 24.6% que represento del PIB en 2008, esto es, 8.2 unidades porcentuales menos. En síntesis, la tendencia decreciente de la participación de la ZMCM en la IPF nacional muestra la existencia de una política diferenciada espacialmente según la cual la urbe deja de ser una prioridad en la asignación de la inversión pública federal para los gobiernos del PAN, en parte por

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razones del laissez faire espacial imperante y, en parte, por rivalidades políticas con el gobierno del Distrito Federal. Es sumamente negativo que por esas actitudes partidistas se frene el desarrollo económico del país, pues la ZMCM representa alrededor de 25% de la economía nacional. Las finanzas públicas de los gobiernos locales2 El análisis de las finanzas públicas de la ZMCM requiere diferenciar las particularidades del Distrito Federal como entidad federativa sui géneris, así como las desigualdades entre los municipios conurbados mexiquenses que están muy consolidados dentro de la urbe de aquellos periurbanos recién incorporados. Adicionalmente, las 16 delegaciones del Distrito Federal no cuentan con ingresos propios del mismo tipo que los municipios del país, pues carecen de la posibilidad de recaudar impuestos, derechos, contribuciones de mejoras y otros ingresos, así como de contratar deuda por su cuenta. A continuación se sintetizará la situación de los ingresos y egresos de las finanzas locales de la ZMCM. Fluctuación de los ingresos locales Los ingresos totales de la ZMCM a precios constantes de 2003 decrecen de 1980 a 1988 de 67 974 a 43 204 millones de pesos, acumulando una pérdida real de 36.4% (figura 4). Esta tendencia se revirtió en las tres etapas restantes, excepto entre 1995 y 1999 que sufrieron caídas significativas. La variación en los ingresos de la ZMCM durante los 30 años analizados fue de 63.6%, pero en términos per cápita sube ligeramente de 5,245 a 5,756 (9.7%), mientras en el Distrito Federal lo hace de 7,728 a 10,442 (35.1%) y en los municipios mexiquenses conurbados de 729 a 1,815, muy por debajo de la entidad capital de la república. Los renglones anuales de los ingresos se pueden estudiar con mayor detalle en la figura 4. Egresos y déficit financiero La estructura de egresos efectivos del Distrito Federal y los municipios mexiquenses conurbados se clasifica en cuatro grupos principales: 1) gastos administrativos; 2) subsidios, transferencias y ayudas; 3) obras públicas y acciones sociales (OPAS), y 4) financiamiento (deuda pública). En la ZMCM los gastos administrativos representan el principal concepto de egresos, siendo que absorben en promedio 48.3% del total de los egresos efectivos de 1980 a 2009 (figura 5). Las OPAS son el segundo concepto más importante con un promedio de 19.7% del gasto total en el lapso considerado, el cual se puede considerar básicamente como inversión en infraestructura pues las acciones sociales representan una pequeña fracción del total. En tercer lugar 2 (2013).

Las cifras de este inciso fueron tomadas de Conde y Jiménez

se encuentran los subsidios, transferencias y ayudas con 17.2%. Los montos y estructura de los cuatro renglones de egresos para los 30 años analizados se pueden ver en la figura 5. El Distrito Federal exhibió un comportamiento diferente que la ZMCM en su conjunto. De 1980 a 1983 erogó menos de una quinta parte del gasto total en gastos administrativos, pero posteriormente mostró un crecimiento notable hasta alcanzar un máximo de 73.3% en 1999, para posteriormente reducirse a 40% en 2009. El gasto en OPAS observa un comportamiento contrario al del corriente, participando en el total del gasto acumulado con 19.9%, magnitud muy equivalente a la de la metrópolis en su conjunto. En términos absolutos el Distrito Federal tuvo egresos totales de 63 875 millones de pesos constantes de 2003 en 1980, magnitud que se desploma a 36 228 en 1988, para repuntar hasta 91 405 en 2009 (figura 5). Respecto a los municipios mexiquenses conurbados, estos erogan más de la mitad de su presupuesto en gasto corriente, específicamente entre 57.1 y 74.7% en el periodo comprendido de 1980 a 2009. Estos municipios tuvieron hasta 1997 un promedio de inversión en OPAS de 995 millones de pesos constantes, para aumentar posteriormente. No obstante, su participación relativa en los egresos totales se redujo paulatinamente, promediando en todo el periodo 17.9%, esto es, únicamente dos unidades porcentuales menos que en el Distrito Federal. En ambos espacios su inversión infraestructural no llega a una quinta parte del gasto total. En la medida que los municipios mexiquenses elevan su participación en la población total de la metrópoli aumenta su gasto absoluto, el cual fue de únicamente 2 970 millones de pesos en 1980, para elevarse a 3 423 en 1988 y a 17 863 en 2009. En términos del balance financiero, esto es, la capacidad de cubrir los gastos públicos sin recurrir al endeudamiento y se interpreta como superávit, equilibrio o déficit si el resultado es negativo. Se calcula partiendo de los ingresos totales, menos el endeudamiento y menos los egresos totales. El balance financiero para el Distrito Federal fue de ‒25 983 millones de pesos en 1980, para elevarse a un valor positivo de 2 848 millones en 1988 y terminar en un déficit muy razonable de ‒754 millones en 2009. En general, de los 30 años analizados en 20 se tiene un balance financiero negativo. La situación correspondiente a los municipios mexiquenses empieza relativamente mejor pues en 1980 tienen un superávit de 379 millones, que se reduce a 195 millones en 1988, pero que cae a ‒1 093 millones en 2009. En 22 de los 30 años estudiados es déficit, esto es, presentan un balance financiero negativo. La dependencia financiera, por su parte, mide la proporción

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del gasto público cubierto por las participaciones federales y estatales, esto es, que no corresponden a ingresos propios. En el Distrito Federal la dependencia financiera fue claramente creciente entre 1980 y 1988, cuando se eleva de 37.3% a 70.7%, esta última es la mayor cifra observada en los 30 años estudiados. A partir de ese año la tendencia se invierte y baja a 38.6% en 1996, para nuevamente aumentar a 62.6% en 2009. En los municipios conurbados la dependencia financiera alcanza un máximo de 75.9% en 1983, poco antes de la Reforma municipal, para disminuir considerablemente a partir de entonces hasta 1991 cuando cae a 25.8%, a partir de ese año inicia su acenso hasta alcanzar 69.4% en 2009. En fin, aunque sería conveniente que los gobiernos locales fueran actores importantes en la inversión en infraestructura de la ZMCM, el análisis muestra que lo dedicado a ese renglón fue 19.9% del total de egresos en el Distrito Federal y 17.9% en los gobiernos municipales mexiquenses. En la práctica, por ende, esto ocurre porque los ayuntamientos sólo pueden proporcionar los servicios públicos básicos enunciados en el artículo 115 constitucional, tales como el alumbrado público, el servicio de basura, vigilancia básica, entre otros. En verdad, fuera de los municipios más prósperos, la mayoría tiene escasos recursos que apenas cubren los gastos operativos.

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Zona Metropolitana de la Ciudad de México: egresos efectivos según conceptos constitutivos, 1980-2009. (millones de pesos de 2003)

Concepto

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

ZMCM

66 845

74 769

90 865

55 878

62 130

60 557

44 653

43 380

39 651

41 792

51 371

Gastos administrativos

13 525

14 063

14 348

13 999

21 616

21 652

18 807

18 675

19 657

23 994

29 769

Servicios personales

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

12 182

13 612

Materiales y suministros

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

3 525

5 039

Servicios generales

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

8 287

11 118

Subsidios, transferencias y

1 540

253

1 639

6 023

7 176

4 213

2 463

2 824

3 606

7 258

10 109

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

130

95

29 289

47 611

40 686

28 824

24 852

20 707

14 452

14 667

12 231

9 717

10 706

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

9 575

10 538

ayudas Adquisición bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales Obras públicas Acciones sociales

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

141

168

Inversión financiera

2 668

1 021

1

0

0

0

3 655

3 696

2 025

0

0

Sector paraestatal del DF

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Aplicación recursos federa-

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

les y estatales Otros egresos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Deuda pública

19 824

11 821

34 191

7 032

8 485

13 985

5 276

3 519

2 132

694

692

Distrito Federal (incluye

63 875

71 026

87 430

52 851

58 132

57 146

41 244

41 344

36 228

37 308

46 076

11 688

11 767

11 874

11 992

19 294

19 228

16 294

17 153

17 137

21 246

26 635

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

11 827

13 343

delegaciones) Gastos administrativos Servicios personales Materiales y suministros

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

2 733

4 589

Servicios generales

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

6 686

8 703

Subsidios, transferencias y

1 405

92

1 455

5 906

7 065

4 083

2 313

2 716

3 426

7 004

9 880

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

0

0

28 290

46 325

39 909

27 921

23 289

19 851

13 706

14 260

11 508

8 516

9 134

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

8 516

9 134

ayudas Adquisición bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales Obras públicas Acciones sociales

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

0

0

Inversión financiera

2 668

1 021

1

0

0

0

3 655

3 696

2 025

0

0

Sector paraestatal

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Deuda pública

19 824

11 821

34 191

7 032

8 485

13 985

5 276

3 519

2 132

542

427

Municipios metropolitanos

2 970

3 744

3 435

3 026

3 997

3 411

3 409

2 035

3 423

4 484

5 295

Gastos administrativos

1 837

2 296

2 474

2 007

2 323

2 424

2 513

1 521

2 520

2 748

3 134

Servicios personales

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

355

268

Materiales y suministros

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

792

451

Servicios generales

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

1 601

2 415

Subsidios, transferencias y

134

161

184

117

112

130

151

107

180

255

229

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

130

95

998

1 287

777

903

1 563

856

745

407

723

1 200

1 572

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

1 059

1 404

ayudas Adquisición bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales Obras públicas

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

33


Garza, Gustavo | Dinámica macroeconómica y finanzas en la ciudad de México.

Acciones sociales

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

141

168

Inversión financiera

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Aplicación recursos federa-

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

les y estatales Otros egresos Deuda pública

0

0

0

0

0

0

0

0

0

151

265

Concepto

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

ZMCM

54 190

59 615

62 543

64 671

55 441

60 196

65 938

63 884

58 883

8 053

9 124

Gastos administrativos

32 741

35 499

37 454

40 539

35 499

36 445

43 830

41 117

41 967

4 890

5 734

Servicios personales

16 621

18 224

19 526

21 951

17 927

19 866

21 943

24 024

25 711

3 236

3 810

Materiales y suministros

4 988

4 668

4 557

4 423

4 750

4 221

4 447

4 227

3 757

488

533

Servicios generales

11 131

12 607

13 371

14 165

12 822

12 357

17 440

12 867

12 500

1 167

1 391

Subsidios, transferencias y

9 583

11 365

12 793

13 060

9 748

8 392

7 524

10 725

4 653

884

847

190

0

0

0

1 235

3 497

2 949

2 793

2 573

290

556

10 894

12 209

11 156

9 706

6 703

9 220

7 859

5 648

5 579

1 271

1 316

ayudas Adquisición de bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales Obras públicas

10 830

11 992

10 939

9 453

6 703

9 220

7 859

5 648

5 578

1 271

1 298

Acciones sociales

64

217

217

253

0

0

0

0

1

0

18

Inversión financiera

0

0

0

0

11

45

15

0

5

0

0

Sector paraestatal del DF

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Aplicación de recursos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

5

61

federales y estatales Otros egresos

0

0

0

0

0

0

0

1

1

0

56

Deuda pública

781

542

1 140

1 366

2 245

2 597

3 761

3 601

4 104

712

554

48 899

54 398

56 294

58 600

50 384

54 466

60 593

56 855

50 744

0

0

Gastos administrativos

28 942

31 971

33 712

36 208

32 129

32 987

40 401

36 813

37 204

0

0

Servicios personales

14 875

16 348

17 678

19 902

17 474

17 812

19 767

21 358

22 806

0

0

Materiales y suministros

4 696

4 320

4 169

3 962

4 007

3 719

4 069

3 794

3 263

0

0

Servicios generales

9 371

11 303

11 865

12 344

10 648

11 456

16 565

11 662

11 135

0

0

Subsidios, transferencias y

9 284

10 931

12 396

12 668

9 381

7 907

7 058

10 111

3 999

0

0

0

0

0

0

1 124

3 089

2 615

2 418

2 135

0

0

10 205

11 137

9 529

8 592

5 976

8 286

7 137

4 503

3 962

0

0

Distrito Federal (sector central y delegaciones)

ayudas Adquisición de bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales Obras públicas

10 205

11 137

9 529

8 592

5 976

8 286

7 137

4 503

3 961

0

0

Acciones sociales

0

0

0

0

0

0

0

0

1

0

0

Inversión financiera

0

0

0

0

8

45

15

0

5

0

0

Sector paraestatal

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Deuda pública

467

359

657

1 133

1 766

2 152

3 368

3 010

3 438

0

0

5 291

5 217

6 249

6 071

5 057

5 731

5 345

7 029

8 139

8 053

9 124

Gastos administrativos

3 799

3 528

3 742

4 332

3 370

3 458

3 429

4 304

4 763

4 890

5 734

Servicios personales

1 746

1 876

1 848

2 050

453

2 055

2 176

2 666

2 905

3 236

3 810

292

349

388

461

744

502

377

433

494

488

533

1 761

1 304

1 506

1 821

2 174

901

876

1 205

1 364

1 167

1 391

Municipios metropolitanos

Materiales y suministros Servicios generales

34

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Garza, Gustavo | Dinámica macroeconómica y finanzas en la ciudad de México.

Subsidios, transferencias y

299

434

398

392

367

484

466

614

654

884

847

190

0

0

0

111

408

334

376

438

290

556

689

1 072

1 626

1 114

728

934

722

1 145

1 617

1 271

1 316

Obras públicas

625

855

1 410

862

728

934

722

1 145

1 617

1 271

1 298

Acciones sociales

64

217

217

253

0

0

0

0

0

0

18

Inversión financiera

0

0

0

0

2

0

0

0

0

0

0

Aplicación de recursos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

5

61

0

0

0

0

0

0

0

1

1

0

56

667

712

554

ayudas Adquisición de bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales

federales y estatales Otros egresos Deuda pública

314

183

482

234

479

446

393

591

Concepto

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Acumulado 1980-2009

ZMCM

81 953

80 980

82 563

86 912

95 058

100 779

112 563

109 268

2 057 804

Gastos administrativos

47 038

41 018

37 795

39 328

41 291

44 962

49 297

46 992

993 942

Servicios personales

33 128

29 841

28 479

27 457

29 301

31 193

31 877

30 282

n.a.

Materiales y suministros

3 764

3 230

2 235

3 318

3 668

4 027

4 915

4 699

n.a.

Servicios generales

10 146

7 947

7 081

8 553

8 322

9 743

12 505

12 011

n.a.

Subsidios, transferencias y

21 686

26 557

27 737

21 618

23 489

25 604

27 623

29 820

353 732

2 209

1 180

1 288

1 206

1 823

2 417

3 154

2 136

n.a.

7 594

5 863

9 705

4 968

5 320

6 757

11 497

9 161

405 203

Obras públicas

7 485

5 823

9 688

4 934

5 283

6 751

11 447

9 144

n.a.

Acciones sociales

108

40

16

34

37

6

50

17

n.a.

Inversión financiera

35

299

184

0

0

158

6

27

13 937

Sector paraestatal del DF

0

0

0

13 920

13 956

16 054

15 734

14 018

73 682

Aplicación de recursos

13

2

0

0

0

1

0

0

82

ayudas Adquisición de bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales

federales y estatales Otros egresos

15

179

56

20

21

566

6

0

922

Deuda pública

3 364

5 881

5 798

5 851

9 157

4 260

5 246

7 115

182 295

Distrito Federal (sector

71 502

69 656

69 577

73 141

81 103

85 469

93 943

91 405

1 832 988

Gastos administrativo

40 561

34 131

29 975

31 291

32 861

35 292

38 664

36 561

854 409

Servicios personales

28 801

25 064

23 086

21 824

23 181

24 320

24 490

23 035

n.a.

Materiales y suministros

3 203

2 664

1 558

2 635

2 993

3 281

4 005

3 798

n.a.

central y delegaciones)

Servicios generales

8 557

6 403

5 330

6 832

6 687

7 691

10 169

9 728

n.a.

Subsidios, transferencias y

20 643

25 321

26 455

20 068

22 110

24 043

25 687

27 796

334 124

1 858

877

648

856

1 366

1 965

2 615

1 668

n.a.

6 083

4 245

8 092

2 611

3 540

4 882

8 116

6 320

364 962

6 081

4 238

8 092

2 611

3 540

4 882

8 116

6 320

n.a.

ayudas Adquisición de bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales Obras públicas Acciones sociales

2

6

0

0

0

0

0

0

n.a.

Inversión financiera

35

299

184

0

0

158

0

27

13 928

Sector paraestatal

0

0

0

13 920

13 956

16 054

15 734

14 018

73 682

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

35


Garza, Gustavo | Dinámica macroeconómica y finanzas en la ciudad de México.

Deuda pública

2 322

4 782

4 223

4 395

7 269

3 074

3 127

5 015

164 361

Municipios metropolitanos

10 450

11 325

12 986

13 771

13 956

15 310

18 620

17 863

224 816

Gastos administrativos

6 477

6 887

7 820

8 038

8 430

9 670

10 633

10 431

139 533

Servicios personales

4 327

4 777

5 393

5 634

6 120

6 872

7 387

7 246

n.a. n.a.

Materiales y suministros

561

566

676

683

675

746

910

901

Servicios generales

1 589

1 544

1 750

1 721

1 635

2 052

2 336

2 283

n.a.

Subsidios, transferencias y

1 043

1 236

1 282

1 549

1 380

1 560

1 937

2 024

19 608

350

303

640

350

457

452

539

468

n.a.

1 511

1 619

1 612

2 357

1 780

1 875

3 381

2 841

40 241

ayudas Adquisición de bienes muebles e inmuebles Obras públicas y acciones sociales Obras públicas

1 404

1 585

1 596

2 323

1 743

1 869

3 331

2 824

n.a.

Acciones sociales

106

34

16

34

37

6

50

17

n.a.

Inversión financiera

0

0

0

0

0

0

6

0

8

Aplicación de recursos

13

2

0

0

0

1

0

0

82

federales y estatales Otros egresos

15

179

56

20

21

566

6

0

922

Deuda pública

1 042

1 099

1 576

1 457

1 888

1 186

2 118

2 099

17 934

Fuente: Conde y Jimenez (2013). n.d. No disponible n.a. No aplica

Figura 4. Tabla de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México: egresos efectivos según conceptos constitutivos, 1980-2009. (millones de pesos de 2003)

Conclusiones: Recesión y desafíos macroeconómicos y financieros México fue uno de los países más afectados por el cataclismo financiero que estalló en los Estados Unidos en 2008, reduciendo el PIB en ‒6.2% en 2009, además de observar escasas posibilidades de alcanzar un desarrollo económico estable y significativo. El declive global sufrido por la ZMCM es de alrededor de ‒6.0%, considerando que la producción en el Distrito Federal cayó ‒6.4% y en ‒5.6% en el Estado de México, según estimación de Banamex. ¿Cuáles son las perspectivas de la capital del país para retomar una senda de desarrollo económico y progreso social en el mediano y el largo plazo? Una respuesta satisfactoria a esa interrogante requeriría de un proceso de investigación complejo y prolongado sobre los determinantes del crecimiento productivo de la ciudad y su interrelación con la economía nacional, por lo que está muy lejos de las posibilidades de este escrito. Por el momento, sin embargo, se pueden mencionar algunas directrices para ello en espera de que sea viable realizar en el futuro un análisis sistémico de la dinámica macroeconómica de la Ciudad de México, articulada con su expansión urbanística y superestructuras políticas y sociales. Ello debería ser impulsado por las dependencias gubernamentales con funciones en la temática, y deberá servir de diagnóstico para

36

el diseño de un plan estratégico para impulsar el desarrollo equilibrado de la capital del país. Con el fin de entender el actual patrón de acumulación de capital en el marco de la Revolución Terciaria es necesario analizar detalladamente las peculiaridades del sector servicios, el cual comprende cuatro quintas partes de la economía de la urbe, además de que seguirá elevando su importancia. Concretamente, se requiere elaborar una estrategia multidimensional que permita a la Ciudad de México constituirse en un espacio vanguardista del proceso de servicialización de México, especializada en actividades orientadas al productor, tal como lo fue de su industrialización hasta 1980. Su tejido urbano de 2000 km2, adicionalmente, se ha constituido por las inversiones públicas en infraestructura y equipamiento realizadas históricamente por el gobierno federal y las dos entidades estatales en la que esta situada. En conjunto, forma un gigantesco capital social que representa un factor de producción que constituye el soporte material indispensable para efectuar el moderno proceso productivo e impulsar la acumulación del capital privado. La modernización del monumental aparato infraestructural deberá articular sus diferentes componentes y estar orientada hacia la conformación de una “ciudad telemática” de tecnología avanzada, lo cual requerirá indefectiblemente

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Garza, Gustavo | Dinámica macroeconómica y finanzas en la ciudad de México.

de una coordinación y cooperación entre la federación y los gobiernos locales. Finalmente, la promoción exitosa del desarrollo económico de la Ciudad de México es la única posibilidad real de resolver su problemática en materia de déficit en transportes, vialidad, infraestructura, servicios públicos, tierra y vivienda, así como aminorar la contaminación del medio ambiente, los niveles de desempleo y subempleo, la inseguridad pública, entre otras patologías urbanas. Como conclusión cardinal sobre la participación de la Ciudad de México en la inversión federal se puede afirmar que existen dos periodos que marcan su evolución: 1) una tendencia creciente desde 1959 hasta 1994; 2) una significativa pérdida de participación de 1995 a 2010. Sobre esta última etapa se infiere que la óptica política del gobierno federal de afectar a los gobernantes locales de partidos políticos rivales prevalece sobre la necesidad estratégica de reforzar infraestructuralmente a la Ciudad de México. Con ello se impedirá que aspire, con posibilidades de éxito, a ser internacionalmente competitiva en la economía internacional. La variación en los ingresos de la ZMCM durante los 30 años analizados, a precios constantes de 2003, fue de 63.6%, al elevarse de 67 974 millones en 1980 a 111 203 millones en 2009. Sin embargo, tomando en cuenta que el PIB nacional se aumentó 117.2% entre 1980 y 2009, se podría inferir que los ingresos de los gobiernos locales de la ZMCM se han quedado rezagados de la marcha general de la economía. Es necesario, por ende, pensar en la necesidad de una reforma en las finanzas municipales de tal suerte que se aumenten sus fuentes de ingresos propios. En el Distrito Federal desde 2010 se ha estado actualizando la base del impuesto predial y su recaudación se ha elevado significativamente, pero la derogación parcial del pago de la tenencia de automóviles en 2012 le representará a las finanzas de la capital del país y del Estado de México perdidas significativas. Se podría pensar en la introducción de un impuesto compensatorio, como pago por la contaminación atmosférica de los vehículos, un sistema de parquímetros centralizado o un pequeño impuesto a la compra de gasolina. Dependerá de la capacidad de la nación de estructurar un nuevo modelo económico y político que permita disponer de la inversión pública y privada necesaria para lograr la anterior modernización urbanística, así como de su posibilidad de perfeccionar la gestión de sus finanzas públicas, la viabilidad de que la Ciudad de México sea competitiva dentro del conjunto de ciudades globales. De no lograrlo, el país quedará definitivamente fuera de la posibilidad de insertarse con cierto éxito dentro de una economía de escala planetaria.

*Doctor en Economía por la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, profesorinvestigador del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Referencias Asuad, Normand y Gustavo Garza (2013), “Colapso de la inversión pública federal en la Ciudad de México, 1959-2010”, en Gustavo Garza (en colaboración con Jaime Sobrino, Normand Asuad, Carola Conde y Conrado Jiménez), Teoría de las condiciones y los servicios generales de la producción, El Colegio de México, México. Conde, Carola y Conrado Jiménez (2013), “Finanzas e inversión infraestructural de los gobiernos locales en la Ciudad de México”, en Gustavo Garza (en colaboración con Jaime Sobrino, Normand Asuad, Carola Conde y Conrado Jiménez), Teoría de las condiciones y los servicios generales de la producción, El Colegio de México, México. Garza, Gustavo (2000), “Ámbitos de expansión territorial”, en Gustavo Garza (coord.), La Ciudad de México en el fin del segundo milenio, El Colegio de México, México (pp. 237246). --------- (2008), Macroeconomía del sector servicios en la Ciudad de México, 1960-2003, El Colegio de México, México.

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Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008 Dr. Fermín Alí Cruz Muñoz* Resumen La configuración espacial de la industria en las áreas metropolitanas es consecuencia de un largo proceso histórico que se conjuga con los nuevos requerimientos espaciales de las empresas que buscan aprovechar las economías externas que ofrecen las urbes. Este trabajo tiene como finalidad entender la evolución de la localización manufacturera en el área metropolitana de la Ciudad de México durante el periodo denominado neoliberal y de mayor auge del capitalismo global. Para ello se estudió la distribución de las unidades fabriles, personal ocupado y producción por delegación y municipios conurbados en el periodo 1985-2008 a fin de comprender las tendencias y cualidades de la industria emplazada al interior de la ciudad. A través de la aplicación de un índice de concentración espacial se observó una clara descentralización y dispersión manufacturera que parece irreversible, como resultado del proceso de expansión del área urbana y de la pérdida de la importancia relativa de la zona central. La tendencia de nueva industrialización se bosqueja en dos vertientes, focalizadas principalmente hacia el norte metropolitano. Por un lado, la zona norponiente se caracteriza por albergar a las fábricas de mayor tamaño en cuanto a personal y producción, emplazándose próximas a las vías de comunicación regional. Por el otro, están la zona este y noreste, donde predominan los pequeños establecimientos que buscan localizarse cerca de las demarcaciones más pobladas del área metropolitana. La actual distribución manufacturera expresa un proceso de especialización espacial según el tipo de industria. Así mismo, la infraestructura destinada a la producción industrial que históricamente se ha construido en zona semiperiféricas ha mantenido gran parte de la actividad en lo que hoy son zonas completamente urbanizadas. Uno de los factores fundamentales que caracterizan el desarrollo del capital global es la creciente interacción de las relaciones productivas a nivel internacional. Este proceso se enmarca en un momento histórico cuando el mercado mundial demanda nuevos bienes personalizados, modificando los requerimientos de los artículos. Ello motiva a las empresas que se preocupen más por la producción de bienes individualizados, que en la manufactura en serie, incrementando el énfasis en la innovación del producto (Guillen, 2005, p. 206). La necesidad de ofrecer bienes de mayor calidad sin descuidar costos se logró a partir de

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la introducción de sistemas flexibles de producción con tecnologías CAD-CAM1, es decir la incorporación de las computadoras en los procesos de diseño y manufactura de los bienes. Actualmente, las empresas transnacionales establecen sus plantas productivas en diversos países para aprovechar las ventajas locales, especialmente de carácter laboral y ambiental. De esta forma, se construyen cadenas productivas a nivel internacional gracias a la inserción del desarrollo tecnológico en los procesos productivos y en las telecomunicaciones que permiten crear vínculos verticales entre empresas de diversas regiones del mundo. Este desarrollo facilita la fragmentación productiva, que anteriormente se concentraba en una unidad económica. Además, la revolución telemática permite sincronizar actividades llevadas a cabo entre distantes plantas industriales sin perder la coordinación para la elaboración del producto final. Como resultado de la fragmentación del proceso productivo, la subcontratación de actividades no sustantivas toma mayor auge, como pueden ser: el transporte de bienes, tanto materias primas como de productos manufacturados, las funciones administrativas, de mantenimiento, limpieza, mercadotecnia, o actividades vinculadas con el desarrollo e innovación. Esta nueva política organizativa representa un siguiente paso en el proceso de especialización de las fuerzas productivas, pues se fundan nuevas empresas focalizadas en tareas relacionadas con específicos procesos de manufactura. Al descentralizar dichas funciones, que inicialmente se realizaban al interior de las plantas, se fomentó la creación de empresas que brindan servicios a la industria, es decir, servicios al productor. Este proceso de subcontratación, permitió que las empresas centraran sus funciones en el ensamblado de artículos y el control gerencial, tareas que no han sido descentralizadas por ser fundamentales para la eficiencia del proceso productivo. La Ciudad de México, principal polo económico del país, se ha caracterizado por un importante incremento de servicios al productor, resultado de las demandas actuales de empresas que establecen sus sedes de control en la metrópoli.2 Así 1

Las siglas CAD y CAM hacen referencia a los términos en inglés

que significan “diseño asistido por computadora” y “manufacturación asistida por computadora”, respectivamente. 2

Para profundizar más en la evolución y características de los ser-

vicios en la Ciudad de México se recomienda revisar a Garza (2012).

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Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

mismo, se ha observado una transformación de la actividad manufacturera en las últimas décadas, resultado de la transición de lo que podría denominarse industria tradicional, caracterizada por la concentración espacial del proceso productivo de bienes estandarizados, hacia una industria moderna, donde la fragmentación de la manufactura de artículos personalizados descentralizan parte del proceso o es subcontratado hacia empresas especializadas. El objetivo central de este trabajo es comprender la evolución de la distribución de la manufactura en el área metropolitana de la Ciudad de México (AMCM),3 bajo el contexto de la fragmentación del proceso productivo y consecuentemente los cambios en cuanto a la lógica de emplazamiento industrial. A fin de cumplir con dicho objetivo, se realizó un análisis longitudinal de la configuración espacial de la actividad manufacturera por delegaciones y municipios conurbados empleando las variables de unidad económica, personal ocupado y producción. Con el apoyo de un índice de concentración espacial, se identificaron las tendencias generales para saber si la actividad tiende a la aglomeración o a la dispersión. Existen estudios que analizan la distribución de la actividad económica al interior de las ciudades, sin embargo, existe poco consenso respecto a los patrones espaciales. Shearmur et al. (2007, p. 1713) argumentan que ello se debe a las diferencias de escalas de análisis, esto es, número de unidades a utilizar y la forma cómo los datos son evaluados. La medición de la concentración espacial depende mucho del tamaño y de los límites de las unidades geográficas para determinar el patrón de la actividad económica. Con el objetivo de avanzar en la discusión, se decidió utilizar un indicador que ponderara los datos a partir de la superficie de las unidades territoriales y así utilizar densidades de establecimientos, personal y producción como complemento al uso de números relativos. A través de este indicador se pretende eliminar las diferencias que existen al comparar unidades territoriales de diferente tamaño, permitiendo la comparación entre diferentes áreas urbanas. La fórmula para estimar la concentración con densidades se expresa de la siguiente manera:

Donde At es la superficie urbana total; di es la densidad de establecimientos, población ocupada o producción del área i; It es el total de establecimientos, población ocupada o producción; y ai es la superficie del área i. El índice de concentración oscila entre 0, expresando dispersión total y 1, refiriéndose a concentración total. Por ello, dentro del rango 0-0.25 se valorará como una dispersión alta, entre 0.26-0.5 como una dispersión media, entre 0.510.75 como una concentración media, y entre 0.76-1 como una concentración alta. Lamentablemente, la limitación del índice radica en la espacialización de los datos, pues no tiene una referencia geográfica que pudiera dar mayor referencia respecto a la distribución espacial, sin embargo, permite evaluar el grado de aglomeración-dispersión de la actividad. La georeferenciación de las variables será el complemento fundamental para lograr una clara descripción de la configuración espacial de la actividad industrial.4 Fragmentación espacial de la actividad manufacturera Tradicionalmente, la teoría abordada para comprender la distribución de la actividad industrial se orienta hacia los modelos espaciales de estructura urbana planteados por primera vez por la escuela ecológica de Chicago, donde sus principales exponentes son Burgess (1925), Hoyt (1940) y Harris y Ullman (1945). De manera general se argumenta que existe un proceso de descentralización de la actividad económica, dando paso a lo que Garreau (1991) denomino Edge Cities, que bajo la lógica evolutiva de las ciudades norteamericanas, la mayor concentración de la actividad económica emplazada en la zona central de la urbe se transformó hacia nuevos subcentros. Hoy en día existen argumentos que cuestionan la pertinencia del uso 4

3

La estratificación de la intensidad de la actividad industrial para la

Las demarcaciones que forman parte del AMCM son las 16 dele-

elaboración de los mapas se realizó de tal forma que quedaran esencialmente

gaciones del Distrito Federal y 15 municipios conurbados del Estado de Mé-

cuatro intervalos. El primer intervalo, está formado por los valores mayores a

xico, siendo: 1) Chalco, 2) Valle de Chalco Solidaridad, 3) Ixtapaluca, 4) La

cero (0) hasta la media. El segundo abarcó de la media hasta una desviación

Paz, 5) Nezahualcóyotl, 6) Ecatepec, 7) Tlalnepantla, 8) Coacalco, 9) Tultitlán,

estándar por encima del promedio. El tercer rango está comprendido por todos

10) Cuautitlán, 11) Cuautitlán Izcalli, 12) Tepotzotlán, 13) Naucalpan, 14) Ati-

los valores que estuviesen entre una y dos desviaciones estándar por encima

zapán de Zaragoza y 15) Huixquilucan. La razón de utilizar solamente estas

de la media. Por último, el intervalo superior agrupó todos los valores mayores

unidades administrativas fue que representa 77.66% de toda el área urbana

a tres desviaciones estándar superior a la media. Este criterio permitió realizar

de la AMCM y se concentra 98.65% de toda la actividad económica metropo-

comparaciones estadísticamente adecuadas entre las diferentes distribucio-

litana.

nes formadas a lo largo del tiempo.

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Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

de dichos modelos para comprender la estructura urbana de ciudades latinoamericanas. Esta duda adquiere mayor validez al momento de analizar la configuración territorial de la industria, pues hay evidencia que no existe el mismo contexto histórico de la manufactura en todas las ciudades, aún en las norteamericanas5. Lo que es un hecho es la necesidad de comprender la dinámica de la actividad industrial y sus cambios en su estructura productiva para comprender su expresión en el proceso de apropiación del espacio urbano. Sin embargo, la distribución de la manufactura está fuertemente vinculada con la evolución de la urbe, sus cualidades físicas y su papel en el contexto regional. Por lo tanto, retomar los esquemas espaciales como referencia explicativa de la actual distribución industrial sería insuficiente, más no necesariamente innecesaria. De tal forma, el marco teórico elaborado para este estudio se orienta en que actualmente la fragmentación productiva tiene un efecto en la distribución espacial, pues las empresas tienen la posibilidad de emplazar sus establecimientos en distintas latitudes geográficas para aprovechar las ventajas que brindan los sitios según las fases de fabricación. El desarrollo tecnológico permite la constante intercomunicación entre las diferentes unidades económicas y una adecuada sincronización del proceso de manufactura. Esta nueva lógica modifica las características de las fábricas, pues los requerimientos de espacio, de personal y de capital cambian como resultado de la nueva organización interna de la empresa, de las especificaciones de los artículos manufacturados y de las necesidades de mantener constante comunicación entre sus unidades económicas, tanto con el mercado como con otras empresas que están vinculadas con el proceso productivo. La fragmentación de la producción modifica indudablemente el tamaño de las fábricas, decreciendo la demanda de grandes extensiones de suelo, característico de una manufactura con uso extensivo del territorio. Esta nueva condición repercute directamente en los criterios de emplazamiento industrial, pues ya no está limitada a la periferia urbana que ofrece la posibilidad de acceso a grandes superficies de suelo a bajo costo. No obstante, la accesibilidad que ofrecen las vías de comunicación regional es más importante, pues ahora adicionalmente de acercar el producto hacia el mercado, son empleadas para el transporte de bienes semimanufacturados a otros establecimientos para continuar con el proceso productivo. De manera general, la fragmentación espacial del proceso productivo, además de reducir el tamaño de las plantas fabriles, reduce la cantidad de personal ocupado, 5 (2012).

40

Para profundizar más en el tema se recomienda revisar a Cruz

distribuyendo la cantidad de trabajadores requeridos en sus diferentes unidades productivas. Sin embargo, un fenómeno que llega a compensar este proceso de reducción de personal por establecimiento es la tendencia a realizar productos personalizados. Como se había mencionado anteriormente, la demanda de productos hechos “bajo medida” dificulta la producción en serie que fue característica durante gran parte del capitalismo fabril. La elaboración de productos no estandarizados complica la incorporación de maquinaria, demandando la sustitución de dicho capital por mano de obra especializada. El servicio de telecomunicaciones se vuelve un elemento fundamental para el correcto funcionamiento de muchas empresas que además de tener fragmentado su proceso productivo, requieren de constante comunicación con el mercado y por los vínculos verticales, con otras empresas. Cuando los procesos productivos están altamente estandarizados, la información intercambiada entre empresas también tiende a serlo. Esta estandarización de los datos permite diseñar mecanismos de comunicación especializados para el tipo de información intercambiada, permitiendo la dispersión entre dichas empresas, sin mermar la calidad de la información. En contraste, cuando se producen artículos personalizados, las empresas subcontratadas para elaborar un bien intermedio con especificaciones particulares, requieren de información no estandarizada. Esta condición dificulta la intercomunicación, ya que todos los datos relacionados con el proceso productivo son diferentes, por lo que los contactos cara a cara son esenciales. Aunado a ello, conforme se complejizan los procesos productivos, la información que se debe intercambiar entre las distintas empresas es más sofisticada. Con la finalidad de entablar un canal de comunicación adecuado y eficiente para el intercambio de información, el contacto cara a cara termina siendo la mejor opción. Esta interacción tiende a que las empresas estén próximas espacialmente, de tal forma que se garantice que la información intercambiada no sufra distorsiones, resultado de la lejanía entre los interlocutores. Es de esperarse que exista una convergencia espacial de sectores manufactureros donde el intercambio de información debe de ser de tal calidad que no es posible lograrla que de forma personal (Scott, 1983, p. 241). En síntesis, es posible definir que la industria con producción en serie, se caracteriza por tener plantas de gran tamaño donde predomina una concentración espacial del proceso productivo aunque con la descentralización de actividades complementarias como el transporte, limpieza, mantenimiento, etc. Por el tamaño de los establecimientos, tienden a localizarse en la periferia, donde la disponibilidad de suelo a bajo costo es mayor. Su producción se caracteriza

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por ser estandarizada con un intenso uso de capital que si bien no requieren de una proximidad con otras empresas, la localización de condiciones generales de producción, especialmente las vías de comunicación tiende a aglomerarlas. Estas fábricas requerirán el uso del servicio de telecomunicaciones que permitirá mantener contacto con el mercado y posibles vínculos verticales con empresas que ofrezcan servicios complementarios. En contraste, se identifica la industria de artículos personalizados, con procesos de producción altamente especializados y fragmentados espacialmente, reduciendo los requerimientos de suelo, por lo que no se ven obligados a buscar su emplazamiento en la zona periférica. Estas empresas tienen una producción menos mecanizada con una manufactura de artículos más personalizados. Ello demanda una predominancia de mano de obra sobre el uso de capital por lo que sus unidades económicas tienen alto personal ocupado pese a ser unidades económicas de poca superficie. La poca o nula estandarización de los productos demanda una constante interacción con el mercado, pues los artículos son casi bajo diseño, ello demanda un contacto cara a cara con el consumidor. Adicionalmente, productos semielaborados que se descentralizan del proceso productivo y que son subcontratados tienden también a demandar un constante intercambio de información que debe realizarse personalmente, por lo que este tipo de industria tiende a aglomerarse espacialmente entre ramas afines. El conjunto de fenómenos previamente descritos, indudablemente modifica la organización espacial de la industria en la Ciudad de México. Sin embargo es necesario reconocer que estos cambios no son instantáneos y aunque es posible encontrar empresas que tienen estas cualidades es lógico observar una convivencia entre estas nuevas empresas y las tradicionales, creadas a mediados del siglo XX y que posiblemente sigan siendo las predominantes. Méndez (2007, p. 53) define tres rasgos de la evolución industrial: la primera es la supervivencia de las empresas concentradoras de sus actividades en una sola fábrica, demandantes de grandes extensiones de terreno y cuya localización estuvo definida por las condiciones generales de producción históricamente construidas durante las primeras ocho décadas del siglo XX; el segundo rasgo es la aparición de empresas inmersas en una red nacional o internacional de información y de producción cuya condición de localización está vinculada con su demanda de infraestructura de telecomunicaciones; la tercera cualidad es la creciente integración entre la industria y los servicios al productor. La expresión espacial del primer tipo de industria, caracterizada por una alta demanda de recursos naturales, suelo o trabajo, ya se ha comentado de forma extensa por diversos autores (Harris y Ullman, 1945; Nelson, 1971; Berry,

1971 y Scott, 1983). Por otro lado, las nuevas industrias, fragmentadas en su proceso de producción y con una estructura organizativa interna que descentraliza funciones secundarias, tienen un requerimiento espacial diferente en función de sus cualidades particulares. Debido a la reducción del tamaño de los establecimientos la oferta inmobiliaria cambia, pasando de los grandes parques industriales ofrecidos en la periferia urbana a minipolígonos, es decir, pequeñas concentraciones de actividades económicas, donde es posible encontrar manufactura altamente especializada y de producción de artículos personalizados. (Caravaca y Méndez, 2003, p. 48-49). Por último, actualmente se pueden distinguir dos grandes tipos de parques empresariales vinculados con la actividad industrial. La primera es aquella que alberga pequeñas plantas altamente especializadas con uso intensivo de capital y tecnología, rodeadas de servicios al productor especializados en el transporte de mercancías, limpieza y mantenimiento de maquinaria y equipo u otro servicio complementario al proceso productivo. El segundo tipo de parque empresarial es aquel que concentran los centros de control de las empresas industriales. Méndez (2007, p. 55) tiende a nombrar estos establecimientos como terciario industrial donde se controla y coordina el proceso productivo disperso territorialmente. Estas oficinas también tienden a estar rodeadas por servicios al productor, pero enfocadas a tareas financieras, administrativas, de asesoría legal, entre otras. Descentralización de establecimientos industriales en el AMCM Para entender la evolución de la distribución industrial en el AMCM se analizaron la cantidad de unidades económicas, personal ocupado y producción por delegación y municipio conurbado. A continuación se aborda los cambios más significativos de la configuración espacial de los establecimientos manufactureros, los cuales mostraron una tendencia clara hacia la descentralización. Es interesante constatar que los principales rasgos de desconcentración de las unidades fabriles en la etapa neoliberal fue hacia la zona oriente del área metropolitana (figura 1). De manera contundente la delegación Iztapalapa se posicionó como una demarcación con alta concentración de establecimientos industriales. De manera paralela, la Gustavo A. Madero fue el destino de una gran cantidad de unidades fabriles, para que a partir de 1998 el municipio conurbado de Ecatepec adquiriera su predominancia que hasta el 2008 conserva. Cabe mencionar que la delegación Cuauhtémoc mantuvo gran parte del periodo su importancia hasta que en 2008 bajara su grado de aglomeración (figura 1). No obstante, con la finalidad de profundizar en este proceso de descentralización industrial se retomaron los datos absolutos y relativos a fin de constatar si este proceso fue

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constante. La delegación Cuauhtémoc, ya con una pérdida significativa de la industria en décadas anteriores, tenía la mayor concentración de establecimientos en 1985 representando apenas 13.8%, pero manteniendo su relativa primacía. Las delegaciones que le seguían en mayor cantidad de unidades económicas eran Iztapalapa y la Gustavo A. Madero como muestra del comienzo de una descentralización hacia territorios semiperiféricos. Estas delegaciones contenían 9.7 y 10.1% de las fábricas. La distribución de los establecimientos entre 1985 y 1988 pareciera sin cambio, sin embargo, al observar los datos de la figura 2 se puede observar que la delegación Iztapalapa seguía aumentando su grado de aglomeración industrial, al concentrar 10.7% de las plantas manufactureras. En contraste, la Gustavo A. Madero perdía participación al emplazarse en ella 9.4% de

las unidades fabriles. Ello mostraba un incipiente proceso de periurbanización de los establecimientos hacia los municipios conurbados, que aunque todavía era muy discreta, Ecatepec ganaba participación pasando de 4.6 a 5.4% de 1985 a 1988. En 1993, la delegación Cuauhtémoc todavía conservaba su primacía aunque solamente representara 12% de las unidades económicas. La delegación Iztapalapa incrementaba su importancia con 10.4% pero en ese momento los municipios de Nezahualcóyotl y Ecatepec alcanzaban un nivel destacado de concentración al contener 8 y 7.2% del total de los establecimientos, respectivamente. A partir de este momento ya era claro el proceso de descentralización hacia los municipios conurbados, luego de una rápida transición por la Gustavo A. Madero que al inicio de la década del noventa mostraba un claro descenso en su participación. En 1998, la delegación Cuauhtémoc

Figura 1. Área metropolitana de la Ciudad de México: distribución de los establecimientos industriales por demarcación, 1985-2008. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de los Censos Industriales de 1986, 1989, 1994, 1999, 2004 y 2009, INEGI.

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finalmente deja de ser la más importante al ser superada por la delegación Iztapalapa, la cual era la demarcación con mayor participación de establecimientos, representando 11.5% en comparación del 9.4% de la delegación central. El municipio de Ecatepec también se consolida como un alto agrupador, representando 9.3% del total de unidades económicas. La distribución de los establecimientos industriales en el nuevo milenio mantenía la tendencia que se había

presentado a final del siglo XX. Las demarcaciones con mayor proporción de unidades manufactureras seguían siendo Iztapalapa, Ecatepec y Cuauhtémoc. Sin embargo, la delegación central ya había sido desplazada por el municipio conurbado colocándola en el tercer lugar. Iztapalapa seguía siendo el territorio con mayor aglomeración, representando 12%, seguido por Ecatepec con 9.5% y atrás la delegación Cuauhtémoc con 9.1%. Adicionalmente, las delegaciones caracterizadas por tener un nivel de industrialización medio y

Área metropolitana de la Ciudad de México: distribución de los establecimiento manufactureros por unidad administrativa, 1985-2008 Unidad administrativa

1985

%

1988

%

1993

%

1998

%

2003

%

2008

%

AMCM

32 713

100.0

30 391

100.0

42 292

100.0

50 481

100.0

46 938

100.0

54 576

100.0

Distrito Federal

24 452

74.7

22 087

72.7

28 059

66.3

30 512

60.4

27 727

59.1

30 934

56.7

1 932

5.9

1 671

5.5

1 984

4.7

1 879

3.7

1 503

3.2

1 703

3.1

905

2.8

810

2.7

1 149

2.7

1 311

2.6

1 106

2.4

1 388

2.5

Azcapotzalco Coyoacán Cuajimalpa

166

0.5

183

0.6

228

0.5

324

0.6

267

0.6

337

0.6

Gustavo A. Madero

3 310

10.1

2 817

9.3

3 538

8.4

3 835

7.6

3 568

7.6

3 803

7.0

Iztacalco

1 649

5.0

1 468

4.8

1 961

4.6

1 982

3.9

1 706

3.6

1 680

3.1

Iztapalapa

3 175

9.7

3 213

10.6

4 384

10.4

5 814

11.5

5 578

11.9

6 573

12.0

Magdalena Contreras

187

0.6

168

0.6

264

0.6

355

0.7

364

0.8

387

0.7

Milpa Alta

121

0.4

105

0.3

203

0.5

244

0.5

338

0.7

432

0.8

Álvaro Obregón

1 088

3.3

932

3.1

1 225

2.9

1 503

3.0

1 415

3.0

1 469

2.7

Tláhuac

411

1.3

459

1.5

712

1.7

1 031

2.0

1 044

2.2

1 303

2.4

Tlalpan

618

1.9

491

1.6

929

2.2

1 198

2.4

1 209

2.6

1 595

2.9

Xochimilco

397

1.2

402

1.3

496

1.2

899

1.8

960

2.0

1 274

2.3

Benito Juárez

2 249

6.9

1 777

5.8

2 081

4.9

1 827

3.6

1 420

3.0

1 453

2.7

Cuauhtémoc

4 502

13.8

4 428

14.6

5 128

12.1

4 728

9.4

4 286

9.1

4 476

8.2

Miguel Hidalgo

1 733

5.3

1 401

4.6

1 563

3.7

1 610

3.2

1 330

2.8

1 306

2.4

Venustiano Carranza

2 009

6.1

1 762

5.8

2 214

5.2

1 972

3.9

1 633

3.5

1 755

3.2

Municipios conurbados

8 261

25.3

8 304

27.3

14 233

33.7

19 969

39.6

19 211

40.9

23 642

43.3

Atizapán de Zaragoza

306

0.9

291

1.0

596

1.4

973

1.9

1 036

2.2

1 164

2.1

Coacalco

89

0.3

112

0.4

216

0.5

352

0.7

448

1.0

542

1.0

Cuautitlán

76

0.2

125

0.4

153

0.4

269

0.5

250

0.5

258

0.5

Chalco

134

0.4

279

0.9

450

1.1

754

1.5

787

1.7

987

1.8

1 521

4.6

1 614

5.3

3 026

7.2

4 680

9.3

4 460

9.5

5 583

10.2

59

0.2

59

0.2

142

0.3

224

0.4

289

0.6

385

0.7

Ixtapaluca

266

0.8

301

1.0

439

1.0

775

1.5

615

1.3

1 090

2.0

Naucalpan

1 533

4.7

1 465

4.8

1 913

4.5

2 104

4.2

1 919

4.1

2 051

3.8

Nezahualcóyotl

2 165

6.6

1 944

6.4

3 378

8.0

4 199

8.3

3 729

7.9

4 400

8.1

232

0.7

266

0.9

455

1.1

701

1.4

771

1.6

976

1.8

37

0.1

29

0.1

86

0.2

162

0.3

142

0.3

187

0.3

1 418

4.3

1 293

4.3

1 907

4.5

2 156

4.3

1 848

3.9

2 210

4.0

Tultitlán

259

0.8

212

0.7

413

1.0

828

1.6

980

2.1

1 292

2.4

Cuautitlán Izcalli

166

0.5

314

1.0

508

1.2

905

1.8

920

2.0

1 183

2.2

-

551

1.3

887

1.8

1 017

2.2

1 334

2.4

Ecatepec Huixquilucan

La Paz Tepotzotlán Tlalnepantla de Baz

Valle de Chalco Índice de concentración

0.40

-

0.38

0.33

0.28

0.26

0.25

Fuente: censos industriales, INEGI, 1986, 1994, 1999, 2004 y 2009.

Figura 2. Tabla del área metropolitana de la Ciudad de México: distribución de los establecimientos manufactureros por unidad administrativa, 1985-2008.

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

43


Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

por estar localizadas alrededor de la delegación Cuauhtémoc pierden concentración, como son el caso de Venustiano Carranza, Iztacalco, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Azcapotzalco. Esta disminución relativa de unidades económicas enfatiza el proceso de descentralización hacia la zona noreste de la ciudad. La redistribución de las unidades fabriles también representó una mayor dispersión de los establecimientos a lo largo de toda el área metropolitana. Consecuencia de que la delegación Cuauhtémoc era la única demarcación con alta aglomeración, el índice de concentración era relativamente alto, al menos en comparación con los años siguientes. Dado que no agrupaba más del 50% de los establecimientos, no se puede hablar de un patrón monocéntrico con una clara primacía en el centro urbano de las plantas fabriles en la Ciudad de México. En 1985, el índice mostraba una dispersión media, la cual tuvo una clara tendencia hacia la alta dispersión como consecuencia de la pérdida de participación de la Cuauhtémoc y ganancia de aglomeración de Iztapalapa y Ecatepec. Paralelamente, diversas demarcaciones que en 1985 tenían una muy baja participación industrial, en especial los municipios conurbados, mostraron un incremento de unidades fabriles que representó una distribución más homogénea de los establecimientos en toda la metrópoli. Para el 2008, el índice de concentración espacial alcanzó su nivel más bajo, ya dentro del intervalo de alta dispersión debido a que solamente dos demarcaciones tenían una participación de unidades económicas mayor al 10%, Iztapalapa y Ecatepec. Caracterización de los establecimientos según personal ocupado La evolución muestra una clara migración de las unidades manufactureras hacia el oriente de la ciudad. Sin embargo, las cualidades de los establecimientos son diferentes en las demarcaciones de la ciudad, tanto en cantidad de población ocupada como en producción. En esta sección se analizó el personal ocupado promedio por cada establecimiento a fin de entender las cualidades de las unidades económicas distribuidas dentro de la ciudad. En términos generales, a finales del siglo XX y principios del XXI el promedio de empleados por fábrica iba en claro descenso, es decir, se presenciaba una constante disminución del tamaño de la industria. Mientras que en 1985 la ciudad promediaba 25.7 trabajadores por unidad económica, en 1993 era solamente de 19.3, hasta llegar a 2008 con 13.2 (figura 3). Este comportamiento se puede relacionar con la fragmentación espacial de la producción, donde los procesos manufactureros se desconcentran a más de una unidad económica, transformando a los

44

establecimientos en pequeñas plantas especializadas en bienes semi-manufacturados y donde se llevan a cabo etapas específicas de un proceso industrial. No obstante, la reducción del tamaño de las unidades fabriles no es homogénea en toda el área metropolitana.

Área metropolitana de la Ciudad de México: personal ocupado por establecimiento industrial según demarcación, 1985-2008. Unidad administrativa

1985

1988

1993

1998

2003

2008

AMCM

25.7

26.2

19.3

17.2

16.1

13.2

Distrito Federal

21.9

22.6

17.8

16.7

16.2

13.1

Azcapotzalco

52.7

52.4

40.5

41.7

40.0

31.3

Coyoacán

26.9

32.5

21.7

21.5

23.1

16.6

7.9

9.4

8.0

10.1

11.7

16.6

Gustavo A. Madero

16.2

17.0

15.3

12.0

10.5

8.9

Iztacalco

25.7

27.5

23.2

24.7

27.8

20.2

Iztapalapa

20.3

21.3

15.7

14.2

13.1

11.2

4.7

3.6

3.0

4.0

4.0

4.5

Cuajimalpa

Magdalena Contreras Milpa Alta

2.7

3.8

3.6

2.7

3.3

3.5

Álvaro Obregón

20.5

19.2

15.6

12.4

14.0

11.5

Tláhuac

17.9

15.4

10.7

9.0

7.1

7.8

Tlalpan

18.1

34.6

16.1

12.6

13.2

9.8

Xochimilco

13.1

18.1

16.2

14.3

11.3

11.6

Benito Juárez

20.9

20.5

17.5

15.7

21.1

15.7

Cuauhtémoc

14.6

13.7

12.2

12.3

11.4

9.1

Miguel Hidalgo

35.2

39.3

32.3

36.7

36.3

32.0

Venustiano Carranza

13.2

14.2

11.1

10.2

10.6

8.7

Municipios conurbados

37.0

35.6

22.1

18.0

16.0

13.3

Atizapán de Zaragoza

34.6

29.7

17.9

13.8

15.9

12.6

Coacalco

19.5

12.9

9.4

6.8

4.9

4.3

Cuautitlán

60.1

72.4

49.6

30.5

29.9

24.0

Chalco

13.5

12.6

9.2

7.1

7.7

5.9

Ecatepec

34.0

31.5

16.5

13.2

11.2

9.6 5.1

Huixquilucan

5.7

3.7

4.4

4.8

4.2

Ixtapaluca

21.6

22.0

14.5

10.3

12.0

9.1

Naucalpan

52.9

54.7

38.2

38.5

31.6

25.7

Nezahualcóyotl

3.4

4.0

3.9

4.0

3.9

3.8

34.6

31.8

28.3

15.2

13.4

10.9

106.2

124.2

72.8

47.6

57.4

57.6

Tlalnepantla de Baz

63.9

62.3

41.6

36.5

33.8

28.6

Tultitlán

75.5

28.8

32.2

20.9

21.5

21.6

111.2

90.9

64.9

47.6

38.3

27.9

-

-

3.1

3.5

3.4

3.7

La Paz Tepotzotlán

Cuautitlán Izcalli Valle de Chalco Índice de concentración

0.40

0.38

0.33

Fuente: censos industriales, INEGI, 1986, 1994, 1999, 2004 y 2009.

Figura 3. Tabla del área metropolitana de la Ciudad de México: personal ocupado por establecimiento industrial según demarcación, 1985-2008.

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

En 1985, se observaba una clara diferenciación entre los establecimientos emplazados en los municipios conurbados que contrataban mayor personal que las emplazadas en el Distrito Federal (DF). Mientras que en el DF, las unidades fabriles empleaban en promedio a 25 trabajadores, en las

propias de los municipios conurbados contrataban a 37. Sin embargo, esta diferencia se ha ido reduciendo hasta el punto en el que ahora existe homogeneidad entre las unidades manufactureras. En 2008, tanto los establecimientos del DF como de los municipios conurbados contratan en promedio

Figura 4. Área metropolitana de la Ciudad de México: tamaño de establecimientos industriales según personal ocupado, 1985-2008. Fuente: elaboración propia a partir de los censos industriales, INEGI, 1986, 1989, 1994, 1999, 2004 y 2009.

13 trabajadores. Es posible utilizar como variable “proxy” la cantidad de trabajadores para suponer el tamaño de los establecimientos, ya que no se dispone de los datos relacionados con la superficie de terreno y construida de las fábricas. Bajo dicha aproximación, es posible explicar la homogeneización de los establecimientos. A mediados de la década de los ochenta, el proceso de conurbación era muy incipiente y no fue hasta después de la emigración residencial causada por sismo de 1985 y de las políticas de desconcentración

industrial, que los municipios empezaron a saturar su suelo de uso urbano. Por lo que las empresas ubicadas en la entonces periferia urbana disponían de mayor suelo para construir plantas de gran envergadura en comparación de las ubicadas en las delegaciones, donde la saturación del suelo ya no les permitía crecer. Con la continua expansión del área urbana, la saturación de suelo ha provocado que las empresas inmersas totalmente en el área urbana no puedan crecer.6 Esto se complementa ante la creación de 6

Para una mayor referencia respecto a la relación entre el cre-

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

45


Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

nuevas industrias en la nueva periferia que si bien tienen la posibilidad de adquirir grandes superficies de suelo, los nuevos requerimientos productivos ya no lo demanda. Esto no significa que no haya diferencias significativas de trabajadores por unidad manufacturera en el área metropolitana. En la figura 4 muestra una clara y constante diferenciación entre la zona nororiente, históricamente identificada como industrial, y el resto del AMCM. Esto significa que la zona norponiente de la ciudad tiene una importante actividad industrial no por la cantidad de establecimientos que alberga, sino por su magnitud en cuanto a personal y como se verá más adelante, en producción. De manera general es posible observar un comportamiento estable en cuanto al tamaño de los establecimientos según personal ocupado. En 1985, el municipio naciente de Cuautitlán Izcalli, que formaba parte de Cuautitlán, había aumentado el tamaño de sus plantas, promediando más de 111 trabajadores. Esto mostraba la disponibilidad de suelo en la periférica urbana para establecer plantas de gran tamaño. Para 1985, Tepotzotlán, nuevo municipio limítrofe de la ciudad, contenía a las unidades manufactureras con mayor personal ocupado, con 124 trabajadores. Esta tendencia continuó hasta el 2008, pues dicha demarcación conservaba su primacía (figura 3). Es evidente la importancia de las vías de comunicación para el buen desempeño de las unidades fabriles en la AMCM. De manera constante, las demarcaciones con mayor cantidad de establecimientos de gran tamaño fueron aquellas que están a lo largo del tramo occidente del Anillo Periférico, pasando por la vía Gustavo Báz hasta desembocar en la autopista México-Querétaro (figura 4). En contraste, los municipios del nororiente, caracterizados por conc entrar importante cantidad de establecimientos, albergaron unidades manufactureras de tamaño reducido en cuanto a cantidad de empleados. Iztapalapa, Ecatepec, La Gustavo A. Madero y Nezahualcóyotl en términos generales, estuvieron por debajo de la media metropolitana de personal por unidad económica. En 2008, el personal promedio por planta en toda la zona metropolitana era de 13.2 y los municipios previamente mencionados se caracterizaron por estar debajo de la media al registrar entre 3.8 a 11.2 trabajadores por unidad productiva. Además, estas plantas tienen una producción a baja escala al estar también por debajo del promedio de la producción por unidad. Por lo que se piensa que estas demarcaciones conservan la cualidad semi-manufacturera que en su momento se concentró en la delegación Cuauhtémoc.7 cimiento urbano y la distribución industrial, se recomienda revisar a Cruz y

Las cualidades de estos establecimientos ubicados en las demarcaciones más pobladas de la metrópoli, podrían ser consideradas como una aproximación a la manufactura de artículos personalizados que tienen una estrecha relación con el mercado. Aunque no se ha profundizado en el grado de tecnificación ni en la fragmentación del proceso productivo, estas unidades económicas se caracterizan por ser de baja magnitud y la proximidad espacial con un importante segmento de la población permite un contacto constante con el consumidor final. Producción industrial en el AMCM Las variables abordadas hasta el momento han sido útiles para entender las cualidades de la industria y como ésta se ha ido desplazando hasta crear dos polos importantes de industria. Ahora, el producto interno bruto complementará el análisis a fin de definir las zonas con producción predominante en la actividad industrial en la etapa de globalización y fragmentación espacial. El valor agregado censal bruto de los censos industriales se retomó para la medición de la producción. La distribución de esta variable tuvo una distribución bastante estable a lo largo del periodo de análisis. A partir de 2003 se puede hablar de un patrón espacial disperso ya identificado desde mediados del siglo XX, como resultado de un proceso de expulsión de las unidades económicas relativamente concentradas en la zona central hacia la periferia (Figura 5). La delegación de Azcapotzalco, destino del Parque Industrial Vallejo fundado por decreto presidencial en 1944, tiene una constante primacía relativa en producción manufacturera pese a estar completamente inmersa en el área urbana, fenómeno que tradicionalmente se relaciona con el aumento de deseconomías de aglomeración como puede ser la saturación vial y del suelo. Oscilando su participación de 12.6 a 22% (figura 6), representa la mayor concentración de producción industrial de toda la zona metropolitana, aún por encima de los municipios conurbados que han mostrado un incremento contundente de número de establecimientos como son Ecatepec y Nezahualcóyotl, así como de las unidades territoriales caracterizadas por contener unidades económicas de importante tamaño según personal ocupado, como son Cuautitlán Izcalli y Tepotzotlán. Esto significa que pese al proceso de descentralización o periferización, el punto de mayor concentración sigue siendo Azcapotzalco y pese a momentáneas reducciones en su participación en la actividad, esta área se recupera. Esto se puede explicar por la gran cantidad de infraestructura, equipamiento y servicios destinados a la manufactura en

Garza (en prensa).

sobre la distribución histórica de los talleres artesanales en la Ciudad de Mé-

7

xico se recomienda revisar a Pérez Toledo (1996 y 2011) y a Cruz y Muñoz

Históricamente, la delegación central concentró gran cantidad de

la producción artesanal, herencia del periodo colonial. Para profundizar más

46

(2011).

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

Figura 5 Área metropolitana de la Ciudad de México: distribución de la producción industrial por unidades administrativas, 1985-2008.] Fuente: elaboración propia a partir de los censos industriales, INEGI, 1986, 1989, 1994, 1999, 2004 y 2009.

esa zona que representan una economía externa a favor de los establecimientos del lugar, por lo que a pesar de no registrarse un incremento de las unidades económicas e incluso una reducción de su personal ocupado, seguramente la productividad de las empresas existentes aumenta en comparación de las emplazadas en otras demarcaciones. Sea como fuere, Azcapotzalco sigue siendo un nodo industrial competitivo pese a no estar en la periferia urbana y presentar diversos inconvenientes característicos de las zonas urbanas, como la saturación vial, la escasez de suelo y el incremento del valor del suelo. A esta delegación, se le une el municipio de Tlalnepantla, que inicialmente tenía una producción muy similar a Azcapotzalco y aunque se ha mantenido en casi todo el periodo como la segunda demarcación con mayor actividad

industrial su participación sí ha tendido claramente a la baja, ya que en 1985, aportaba 14.3% del total metropolitano y este porcentaje ha ido bajando paulatinamente hasta llegar a 8.8% en 2008. En tercer grado de importancia se encuentra Naucalpan, otro municipio cuya industrialización data de mitad del siglo XX y donde existe una clara predominancia de parques y fraccionamientos industriales. Con un comportamiento similar a Azcapotzalco, con incrementos y decrementos de su participación en la productividad, se ha mantenido en términos generales como la tercera demarcación de mayor concentración industrial. En un menor grado de importancia destacan los municipios de Cuautitlán Izcalli y Ecatepec. El primero se caracteriza por contener establecimientos con alto promedio de personal ocupado y un constante incremento de establecimientos. Al

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

47


Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

igual que Azcapotzalco y Naucalpan, tiene un comportamiento muy variable en cuanto a su participación metropolitana, oscilando entre 4.2 y 8.8% (figura 6). En contraste, Ecatepec, que como ya se mencionó, registra un constante incremento de unidades manufactureras con poco personal ocupado y tiene una tendencia hacia una creciente participación en

la producción industrial. Tan es así, que en 2008 supera ligeramente a todos los municipios conurbados, quedando solamente detrás de Azcapotzalco. De manera general es posible identificar un patrón espacial de localización industrial a partir de la formación de un eje

Área metropolitana de la Ciudad de México: distribución de la produccióna manufacturera por demarcación, 1985-2008. Unidad administrativa

1985

%

1989

%

1993

%

1998

%

2003

%

2008

%

AMCM

177558

100.0

250073

100.0

247937

100.0

197690

100.0

153981

100.0

168905

100.0

Distrito Federal

106030

59.7

146887

58.7

151809

61.2

93 816

47.5

76 032

49.4

93 322

55.3

Azcapotzalco

28269

15.9

49 808

19.9

39906

16.1

32506

16.4

19343

12.6

37101

22.0

Coyoacán

12514

7.0

15 985

10.4

8 520

5.0

Cuajimalpa

10 843

4.3

12277

5.0

10103

5.1

219

0.1

264

0.1

456

0.2

1583

0.8

501

0.3

653

0.4

Gustavo A. Madero

5437

3.1

11270

4.5

11122

4.5

8811

4.5

5645

3.7

4501

2.7

Iztacalco

5368

3.0

6653

2.7

7091

2.9

5187

2.6

5466

3.5

4222

2.5

Iztapalapa

10165

5.7

12273

4.9

13331

5.4

13346

6.8

10775

7.0

9198

5.4

Magdalena Contreras

36

0.0

48

0.0

65

0.0

147

0.1

98

0.1

-56

0.0

Milpa Alta

33

0.0

22

0.0

47

0.0

47

0.0

73

0.0

74

0.0

Álvaro Obregón

3619

2.0

5240

2.1

4692

1.9

860

0.4

3815

2.5

888

0.5

Tláhuac

741

0.4

893

0.4

913

0.4

830

0.4

558

0.4

993

0.6

Tlalpan

1646

0.9

4947

2.0

3038

1.2

4976

2.5

2323

1.5

5626

3.3

Xochimilco

2050

1.2

1357

0.5

3276

1.3

4996

2.5

5128

3.3

7665

4.5

Benito Juárez

9182

5.2

7738

3.1

9951

4.0

3334

1.7

3066

2.0

6989

4.1

Cuauhtémoc

12642

7.1

13559

5.4

15561

6.3

7349

3.7

5859

3.8

4531

2.7

Miguel Hidalgo

10516

5.9

17909

7.2

26181

10.6

-2827

-1.4

-4455

-2.9

443

0.3

3592

2.0

4064

1.6

3902

1.6

2567

1.3

1853

1.2

1974

1.2

Municipios conurbados

71528

40.3

103185

41.3

96128

38.8

103873

52.5

77948

50.6

75583

44.7

Atizapán de Zaragoza

Venustiano Carranza

1501

0.8

1198

0.5

1914

0.8

2116

1.1

1926

1.3

1681

1.0

Coacalco

338

0.2

259

0.1

343

0.1

385

0.2

243

0.2

214

0.1

Cuautitlán

1131

0.6

2906

1.2

2486

1.0

5483

2.8

1494

1.0

2902

1.7

Chalco

200

0.1

305

0.1

738

0.3

464

0.2

508

0.3

502

0.3

9161

5.2

17850

7.1

14751

5.9

17603

8.9

11875

7.7

15419

9.1

25

0.0

49

0.0

149

0.1

171

0.1

156

0.1

146

0.1

Ixtapaluca

1107

0.6

1442

0.6

2086

0.8

1951

1.0

2265

1.5

1630

1.0

Naucalpan

16506

9.3

21810

8.7

25791

10.4

17333

8.8

16127

10.5

13454

8.0

617

0.3

712

0.3

1117

0.5

1313

0.7

1088

0.7

1081

0.6

La Paz

1484

0.8

6235

2.5

3294

1.3

2390

1.2

2705

1.8

3386

2.0

Tepotzotlán

1188

0.7

944

0.4

2175

0.9

2191

1.1

2825

1.8

2901

1.7

25371

14.3

33077

13.2

27417

11.1

33408

16.9

16926

11.0

14790

8.8

Ecatepec Huixquilucan

Nezahualcóyotl

Tlalnepantla de Baz Tultitlán

-4

0.0

1645

0.7

3240

1.3

4886

2.5

5507

3.6

6859

4.1

Cuautitlán Izcalli

12903

7.3

14752

5.9

10494

4.2

14199

7.2

13546

8.8

10338

6.1

Valle de Chalco

-

-

-

-

134

0.1

0.0

757

0.5

280

0.2

Índice de concentración

0.45

0.42

0.43

-19 0.39

0.38

0.37

Fuente: elaboración propia a partir de los censos industriales, INEGIi, 1986, 1989, 1994, 1999, 2004 y 2009. Los valores están presentados en millones de pesos constantes a 2003.

Figura 6. Tabla del área metropolitana de la Ciudad de México: distribución de los establecimientos manufactureros por unidad administrativa, 1985-2008.

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Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

sur-norte, partiendo de Azcapotzalco, como centro de mayor concentración en el extremo sur, pasando por Naucalpan y Tlalnepantla hasta llegar a Cuautitlán Izcalli. Este patrón espacial se asemeja al modelo de sectores propuesto por Hoyt (1940), explicado por la importancia de las vías de comunicación. En este caso, la importancia de la carretera y la autopista a Querétaro determinaron la formación de la zona industrial más importante de la ciudad al agrupar 44.8% de la producción manufacturera en 2008. De forma secundaria se está creando una segunda bifurcación hacia el nororiente metropolitano, donde destaca Ecatepec como un importante polo de atracción industrial y que mantiene un constante incremento de producción y de unidades económicas. Un fenómeno que llama especial atención es la destacada concentración de actividad industrial en la delegación Coyoacán. En 1985, esta demarcación aportaba 7% de la producción y después del decremento en 1988 a 4.3% se observa un claro incremento de la concentración manufacturera, hasta llegar al 2003 con una participación de 10.4% del total metropolitano. Ciertamente, en el 2008 disminuye el porcentaje hasta 5% pero lo destacable es que esta zona no parece conjugar los factores de localización necesarios para atraer de forma importante la actividad industrial. Históricamente esta zona se ha caracterizado por albergar las plantas químico-farmacéuticas que no demandan grandes extensiones de suelo. Pese a ello, Coyoacán alcanza una concentración similar a la obtenida por la delegación Iztapalapa, donde se encontraba 7% de la manufactura en 2003. Como se puede observar, el proceso de descentralización da como resultado la creación de diversos nodos de concentración industrial. En primera instancia, se observa la concentración en la zona norponiente, siendo la mayor agrupación, en segundo término se tiene la zona noreste, especialmente el municipio de Ecatepec, y por último está la zona centro-sur abarcando las delegaciones de Coyoacán e Iztapalapa (Figura 6). Este proceso se ve reflejado en un muy ligero decremento en el índice de concentración, definiendo un patrón disperso. Es de esperarse que en el periodo de 23 años no se registre cambios significativos en cuanto a la organización espacial de la manufactura, debido al grado de permanencia de las unidades económicas que tienden a concentrar un importante capital fijo costoso de trasladar o incluso imposible como es el caso de las plantas fabriles. Conclusiones: especialización espacial del suelo urbano En términos generales la distribución de la industria en el AMCM tiene una clara tendencia hacia la dispersión. La concentración industrial en la zona central de la ciudad de mediados de la década de los ochenta se modificó hacia la periferia, especialmente hacia el este y noreste

de la urbe. Esto transformó la distribución de las unidades económicas de dispersión media hacia una alta dispersión. En contraste, los cambios en el índice de concentración de la producción manufacturera fueron más estables, mostrando una dispersión media durante todo el periodo de análisis. Este comportamiento es claramente herencia del proceso de industrialización de mediados del siglo XX, pues todavía predominan las zonas de alta producción creadas durante el periodo de sustitución de importaciones. Otro resultado a resaltar de este estudio es que la ligera concentración industrial está conformando una especialización espacial. Una gran cantidad de unidades económicas de pequeña magnitud en cuanto a personal y producción se agrupan principalmente en la zona este y noreste de la ciudad, mientras que las fábricas de mayor tamaño y producción concurren en la zona norponiente. Es posible generalizar que existe una incipiente estructuración espacial ente la industria pesada y la industria ligera al interior de la urbe, ambas respondiendo a factores de localización diferentes en función de sus requerimientos operacionales y de producción. En lo que respecta a la industria de la zona norponiente su origen data de mediados del siglo XX, periodo de gran auge fabril en el país como consecuencia de la política de sustitución de importaciones. La industria tradicional, caracterizada por el uso extensivo de suelo, diseñada para la manufactura de mercancías estandarizadas facilitó la incorporación de la producción en serie como sistema predominante con un alto capital fijo, dificultando el traslado de las plantas a nuevas zonas. Por esa razón, parte importante de los establecimientos de la zona norponiente de la ciudad todavía mantienen estas características tradicionales. Debido a la alta producción de dicha parte de la ciudad, es indudable que la capital del país sea un mercado insuficiente, por lo que los ámbitos nacionales e internacionales siguen siendo el principal destino de sus mercancías. Es por ello que las redes de comunicación regional, tanto vehicular como ferroviaria todavía tienen una trascendencia para mantener las unidades fabriles en esta zona. A reserva de realizar un estudio más profundo, es de esperarse que porcentaje importante de la industria especializada a los bienes intermedios y de capital se concentren en esta área a fin de exportar a otras latitudes sus productos. No cabe duda de la importancia de la evolución histórica de la expansión de la ciudad y su proceso de industrialización para entender la actual distribución manufacturera. Por ejemplo, la teoría dice que la industria tiende a emplazarse en la periferia, como resultado de una serie de factores que se vinculan principalmente con el fácil acceso al suelo en la periferia contra la saturación de vías de comunicación en el centro. Sin embargo, se observa el caso de Azcapotzalco,

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

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Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

demarcación que si bien es cierto inició su industrialización en la década del cincuenta cuando formaba parte de la periferia urbana, actualmente mantiene la mayor participación industrial en la ciudad, pese a que claramente se encuentra totalmente inmersa en la ciudad desde los años ochenta, resultado de la conurbación de los municipios del Estado de México. Por ello se evidencia la gran importancia de acontecimientos pasados como la construcción paulatina de las condiciones generales de producción cuando la industria era la prioridad para el crecimiento económico de la ciudad. En contraparte, se tiene la zona oriente y nororiente de la ciudad, sede de una importante cantidad de establecimientos de poco personal ocupado y discreta producción, excepto Ecatepec que registra un claro aumento en su producción. Esta industria es de reciente creación en comparación de la previamente expuesta en la zona norponiente. Sin embargo, esta industria dista mucho de ser la descrita por los modelos teóricos que hacen referencia a la fragmentación de la producción y de su incorporación al mercado global. Por la trayectoria de desplazamiento de las unidades económicas, parece ser que el atractivo de la delegación Cuauhtémoc, como delegación central y altamente accesible se fue trasladando hacia nuevas demarcaciones. No es coincidencia que la delegación y municipio más poblados fueran las unidades territoriales de mayor crecimiento de establecimientos manufactureros. Esta industria, caracterizada por ser de tamaño pequeño y baja producción atiende a un mercado local a través de modestos procesos productivos artesanales que demandan mano de obra de baja cualificación. Debido a que sus artículos se ofrecen directamente al consumidor local o en su defecto al comercio al por menor, la proximidad con el mercado se vuelve fundamental para mantenerse actualizado en los patrones de consumo. Si bien, en la zona oriente y nororiente tienen alta concentración de población, el poder adquisitivo es bastante bajo, por lo que los estándares de calidad no son necesariamente altos y los bienes de mayor consumo son de primera necesidad. Por ello, los establecimientos tienden hacia la producción de bienes de consumo inmediato. Pareciera que no hay presencia significativa de industria moderna en la AMCM que se plasme contundentemente en la configuración espacial. Por un lado prevalece la industria tradicional de producción estandarizada y por el otro una industria semimanufacturera con procesos poco mecanizados pero sin una integración al capital global. Esencialmente, la distribución industrial a nivel macroespacial ha sufrido cambios durante la etapa neoliberal como resultado del crecimiento urbano y de la consecuente saturación del suelo y de la infraestructura vial. La descentralización industrial tiene una clara tendencia hacia la zona norte de la capital,

50

la cual mantiene su especialización industrial pero en dos vertientes. *Doctor en estudios urbanos y ambientales por El Colegio de México, Investigador por proyecto en el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales Referencias Berry, B. (1971). Internal structure of the city. En L. Bourne (ed.), Internal Structure of the City (pp. 97-103). Toronto: Oxford University Press. Burgess, E. (2008) [1925]. The growth of the city: An introduction to a research project. En J. Marzluff, E. Shulenberger, W. Endlicher y M. Alberti (eds.), Urban ecology: An International Perspective on the Interaction between Humans and Nature (pp. 71-78). Nueva York: Springer. Caravaca, I. y Méndez R. (2003).Trayectorias industriales metropolitanas: nuevos procesos, nuevos contrastes. EURE, 29(87), 37-50. Cruz, F. y Muñoz M. (2011). La disposición de la industria artesanal y fabril en la Ciudad de México durante el siglo XIX. Quaderni di Thule, XI, 193-206 Cruz, F. (2012). Configuración espacial de la industria en la Ciudad de México (tesis doctoral). México: El Colegio de México. Cruz, F. y Garza, G. (en prensa). Configuración microespacial de la industria en la Ciudad de México a inicios del siglo XXI. Estudios Demográficos y Urbanos. Garreau, J. (1991). Edge City: Life on the New Frontier. New York: Doubleday. Garza, G. (2012). Distribución espacial del sector servicios en la Ciudad de México, 1960-2008. Estudios Demográficos y Urbanos, 27(1), 9-55. Guillén, H. (2005). México frente a la mundialización neoliberal. México: Era. Harris, Ch. y Ullman, E. (1945). The nature of cities. Annals of the American Academy of Political and Social Science, 242(7), 7-17. Hoyt, H. (1940). Urban decentralization, The Journal of Land & Public Utility Economics, 16(3), 270-276. Pérez Toledo, S. (1996). Los hijos del trabajo, los artesanos de la Ciudad de México, 1780-1853. Distrito Federal: Universidad Autónoma Metropolitana-El Colegio de México. Pérez Toledo, S. (2011). Trabajadores, espacio urbano y sociabilidad en la Ciudad de México, 1790-1867. Distrito Federal: Universidad Autónoma Metropolitana-Miguel Ángel Porrúa. Méndez, R. (2007). El territorio de las nuevas economías metropolitanas. EURE, 33(100), 51-67. Nelson, H. (1971). The form and structure of cities: urban growth patterns. En L. Bourne (ed.), Internal Structure of the City (pp. 75-83). Toronto: Oxford University Press. Scott, A. (1983). Industrial organization and the logic of intra-metropolitan location: I. theoretical considerations. Economic Geography, 59(3), 223250. Shearmur, R., Coffey, W., Dube, Ch. y Barbonne, R. (2007). Intrametropolitan employment structure: polycentricity, scatteration, dispersal and chaos in Toronto, Montreal and Vancouver, 1996-2001. Urban Studies, 44(9), 1713-1738.

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Garrocho, Carlos; Flores, Zochitl | Delimitación del centro tradicional de comercio y servicios del Área Metropolitana de Toluca

Delimitación del centro tradicional de comercio y servicios del Área Metropolitana de Toluca* Dr. Carlos Garrocho Rangel*, Zochilt Flores** Resumen1 En este trabajo se propone un método basado en el análisis de flujos peatonales para delimitar el centro tradicional de comercio y servicios del AMT. Este método (flujoscopía peatonal) permitió no sólo establecer las fronteras espaciales del centro, sino identificar diferentes zonas en función de las oportunidades de negocio: una zona de intensidad extrema, una de intensidad alta y, finalmente, una de intensidad media. Esto puede resultar útil para orientar diferentes tipos de políticas públicas en el centro y para la toma de decisiones locacionales de las firmas. Adicionalmente, el hecho de contar con información desagregada sobre la vitalidad del centro permitirá monitorear mejor su evolución y desempeño en los próximos años. Introducción Los objetivos de este trabajo son: i. Desarrollar una metodología que permita develar los límites espaciales de centros tradicionales de comercio y servicios al menudeo en ciudades mexicanas; y, ii. Ponerla a prueba para el caso del Área Metropolitana de Toluca (AMT), delimitando su centro tradicional de comercio y servicios al menudeo.2 Esta tarea es particularmente relevante en el AMT, dada la necesidad de monitorear el desempeño del centro de la ciudad en un nuevo entorno –intensamente competitivo- que lo enfrenta a los subcentros terciarios que han surgido recientemente en

la periferia metropolitana.3 En efecto, el AMT ha registrado cambios muy importantes en las últimas décadas: ha incrementado notablemente su tamaño poblacional y su base de empleo,4 ha modificado su especialización económica de las actividades manufactureras a las actividades terciarias (Aranda, 2005) y, especialmente relevante para este trabajo, ha modificado radicalmente su estructura metropolitana, al pasar de ser una ciudad monocéntrica en 1970 a un área metropolitana policéntrica en 1990 (Aranda, 2005; Garrocho y Campos, 2007). En la situación monocéntrica, la actividad terciaria del AMT gravitaba obligadamente en torno al centro tradicional de la ciudad; pero en el escenario policéntrico surgen nuevas concentraciones de actividad terciaria en el territorio que, inevitablemente, compiten entre sí y con el centro tradicional por el ingreso disponible de los consumidores. En otras palabras, mientras que en la situación monocéntrica prácticamente todo el gasto disponible en la ciudad se gastaba en el centro tradicional, en la situación policéntrica el destino del gasto se divide entre éste y los subcentros emergentes.5 3

Sin embargo, la relación de competencia/complementariedad en-

tre el centro y los subcentros de la ciudad no está del todo clara en la literatura especializada –ni en términos conceptuales ni en términos empíricos- y no ha sido explorada en México. Garreau (1991), por ejemplo, sugiere que algunos subcentros urbanos (“edge cities”) son entidades más o menos independientes del centro de la ciudad, aunque no analiza a fondo sus posibles interrela-

* Artículo publicado en: Papeles de Población (Indexada CONACYT), Vol. 15,

ciones; por otro lado, Adams, et al., (1996), Savitch et al., (1993) y Musterd et

No. 61, pp. 233-274, 2009. ISSN: 405-425 En colaboración con Zochilt Flores.

al., (2006), revelan interesantes interrelaciones de competencia/complementariedad entre el centro y los subcentros urbanos en diversas ciudades nor-

1

Agradecemos el apoyo de Julieta Muciño y Guadalupe Acevedo

teamericanas, hasta el punto de asegurar que la vitalidad de los subcentros

como asistentes de investigación.

y de las zonas metropolitanas como un todo dependen, en gran medida, de

2

Es interesante que la literatura especializada internacional de las

la fortaleza económica y social del centro. Es decir, que sus futuros están,

últimas dos décadas –la anglosajona, cuando menos- reporta escasos inten-

inevitablemente, interrelacionados, para bien o para mal; hasta el grado de

tos de develar los límites de los centros tradicionales de comercio al menudeo,

que, con frecuencia, el crecimiento económico y la reputación de toda un área

tal vez porque no es un tema clave en las ciudades de los países desarrolla-

metropolitana depende de la imagen que proyecte su centro (Artibise y Meli-

dos. Sin embargo, en varias ciudades de México (San Luis Potosí, Puebla,

grana, 2001; Solé y Viladecans, 2004).

Mérida, Querétaro, Morelia, Zacatecas, Torreón y Toluca, por mencionar sólo

4

algunas) tener una buena delimitación del centro tradicional de comercio es

llones en 2005; y el empleo total creció de 157 mil puestos de trabajo formales

actualmente un tema prioritario de política urbana. Existen diversos métodos

en 1994 a 267 mil en 2004; según el Censo General de Población y Vivienda

para intentar delimitar el centro tradicional de comercio al menudeo y los inte-

de 1990, el Conteo de Población 2005 y los Censos Económicos 1994 y 2004,

resados pueden remitirse a los artículos clásicos de Murphy y Vance Jr. (1954)

todos publicados por el INEGI.

y Davies (1960) o a algunos recientes como Cano et al., (2003) o Thurstain-

5

Goodwin y Unwin, (2000). No hay método libre de crítica, todos –incluido el

de actividad terciaria en la ciudad es con frecuencia un indicador del posible

que aquí se utiliza- tienen sus ventajas y limitaciones.

ocaso del centro tradicional de comercio (Polese y Chapin, 2000; Shearmur y

La población pasó de 1.0 millones de habitantes en 1990 a 1.6 mi-

Incluso se ha llegado a afirmar que el surgimiento de subcentros

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

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Cruz, Fermín | Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008

Evoluciones similares a la del AMT han ocurrido desde hace décadas en diversas ciudades del mundo, pero el dato crucial es que en muchas de ellas el centro tradicional no ha logrado enfrentar exitosamente el cambio y ha sufrido procesos de decadencia (Jones y Simmons, 1993; Thurstain-Goodwin y Unwin, 2000).6 A escala sectorial, el comercio al menudeo en el AMT está registrando cambios muy profundos. Las nuevas formas de organización especial de la actividad -basada en grandes centros comerciales planificados, hipermercados y clusters de tiendas de gran formato- se han orientado a zonas periféricas de la ciudad (especialmente donde residen grupos de población de ingresos altos y medios) y, en general, han dejado de lado al centro tradicional de la ciudad, que parece resentir la competencia.7 Si bien el centro tradicional del AMT sigue concentrando – aún- la parte mayoritaria del empleo terciario de la ciudad Alvergne, 2002). El debate acerca de si la relación entre las zonas centrales de las ciudades y los subcentros emergentes es competitiva o complementaria tiene importantes implicaciones de política pública. En el primer caso, el objetivo sería ganar la competencia, ya que no existiría relación entre los subcentros y el centro de la ciudad; pero en el segundo, el propósito sería instrumentar acciones cooperativas, porque el futuro del centro y de los subcentros estarían vinculados y serían interdependientes (Ihlanfeldt, 1995). El debate no está resuelto en la arena académica internacional, y menos en la planeación del AMT. Sin embargo, al margen del debate -que muy probablemente ignoran- los gobiernos municipales del AMT están inmersos en una encarnizada competencia –quizá autodestructiva- por atraer inversiones y oportunidades de desarrollo económico (Garrocho y Álvarez, 2008). 6

Johnston et al. (1991; p.47) comentan en su famoso diccionario

de Geografía Humana: “Con la suburbanización asociada a la descentralización, actualmente la mayoría de los CBD están en decadencia”. Aunque hay diversos ejemplos de centros tradicionales muy exitosos como los de París, Londres o Nueva York, por mencionar algunos de los más obvios. No obstante, desde los años ochenta hay evidencia de que muchos centros tradicionales registran una menor productividad que los subcentros localizados en los suburbios (Mc Donald, 1975; Lord, 1980) y, en consecuencia, los programas de

(Garrocho y Campos, 2007), la observación directa sugiere que está perdiendo competitividad como zona de localización de firmas de calidad frente a algunos subcentros urbanos, especialmente el que se localiza en las inmediaciones de Plaza Galerías en el municipio metropolitano de Metepec; debido, sobre todo, a que en esa parte del AMT se han desarrollado la mayoría de las nuevas áreas residenciales dirigidas a los grupos de mayores ingresos.8 Esta situación ha encendido luces amarillas en organizaciones empresariales y en el ayuntamiento municipal de Toluca.9 Lo que empresarios y gobierno se preguntan es cómo está enfrentando la competencia el centro tradicional de la ciudad y cuál es su futuro como zona de oportunidad de negocios.10 Sin embargo, contestar esas preguntas requiere no sólo de información de calidad, sino –y justamente este es el tema del presente trabajo- de la delimitación clara de lo que es el centro tradicional de comercio al menudeo en el AMT, de tal manera que permita definir con precisión los espacios que se deben revitalizar y/o aprovechar como zonas de oportunidad de negocio, tanto para la localización de firmas como para ampliar y redistribuir la actividad terciaria (i.e. relocalización de oficinas gubernamentales) con el fin de apoyar la funcionalidad del centro y de la ciudad en su conjunto. Actualmente existen varias definiciones de lo que es el centro del AMT, pero todas responden a una mezcla de criterios normativos, administrativos y subjetivos, y no se fundamentan en métodos sistemáticos, verificables y replicables que permitan apoyar sólidamente la toma de decisiones públicas y privadas (i.e. GMT, 2006a; 2006 b). Es innegable que muy diversos aspectos de las ciudades mexicanas han sido investigados con éxito.11 Sin embargo, los trabajos enfocados a investigar la naturaleza económicoespacial de los centros tradicionales de comercio al menudeo de las ciudades mexicanas son casi inexistentes. Consecuentemente, es muy reducido el conocimiento sobre la configuración espacial de los centros tradicionales y su funcionamiento económico. Aún más, no contamos ni

revitalización de centros son comunes en diversas partes del mundo (Artibise

8

y Meligrana, 2001). Para hacer más complicado el panorama, también existen

Sears, Martí, C&A, entre muchas otras) han evitado el centro tradicional y han

planteamientos que apuntan hacia las ventajas competitivas que son inheren-

preferido localizarse en el subcentro localizado en las inmediaciones de la

tes al centro y en las cuales se debe apoyar su desarrollo (Porter, 1995).

Plaza Comercial Galerías Metepec.

7

9

Para muestra algunos datos: en 1980 el municipio de Toluca (don-

Las firmas de mayor calidad en la ciudad (i.e. Liverpool, Zara,

Ver, por ejemplo, el Plan de Desarrollo Municipal de Toluca para el

de se localiza en centro terciario tradicional del AMT) generaba 91% del PIB

periodo 2006-2009.

comercial y de servicios de la ciudad, en 2003 generó sólo 63.5%. La razón

10

principal: el dinamismo terciario de Metepec. Si se desagrega el sector ter-

Centro Histórico en colaboración con una agrupación ciudadana-empresarial

ciario del AMT se observa que el PIB de comercio y servicios al productor

llamada Patronato Pro Rescate del Centro Histórico. Las inversiones del mu-

del municipio de Toluca cayó de 98% a 59% y los orientados al consumidor

nicipio para el centro histórico en 2008 y 2009 serán superiores al 50% de su

bajaron de 88% a 67% para los mismos años (Sobrino, 2008). La conclusión

presupuesto anual para obra pública (ver, por ejemplo, la nota publicada en el

es clara: la importancia del centro terciario tradicional del AMT como lugar de

periódico El Universal el 07 de octubre de 2007).

oportunidad de negocio está declinando a favor de los subcentros terciarios

11

emergentes como Metepec (Garrocho y Campos, 2007).

(1976).

52

El municipio de Toluca ha lanzado un Programa de Rescate del

A partir, quizá, del libro seminal de Unikel, Garza y Chiappeto

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Garrocho, Carlos; Flores, Zochitl | Delimitación del centro tradicional de comercio y servicios del Área Metropolitana de Toluca

siquiera con experiencias de delimitaciones sistemáticas de centros tradicionales, a pesar de que son piezas clave para el funcionamiento y la estructura urbana de las ciudades mexicanas. Sólo por referirnos al AMT: si no se tiene clara la definición espacial del centro no será posible construir indicadores de su desempeño, monitorear su evolución y diseñar políticas de apoyo para su mejor operación. Ni más, ni menos. Muy probablemente, lo primero que se deba hacer para subsanar este vacío de conocimiento sea definir metodologías que permitan delimitar espacialmente el centro de comercio tradicional de las ciudades mexicanas, de tal manera que se pueda comenzar a generar comprensión sistemática sobre su naturaleza, características, funcionamiento y configuración espacial. Precisamente en esa dirección se orienta este trabajo.12 ¿Por qué es complicado y necesario delimitar espacialmente el centro? Si concebimos al centro de comercio tradicional de la ciudad como una red de procesos sociales y económicos (Massey, 1994; Kearns y Parkinson, 2001), casi cualquier intento por delimitar su extensión espacial será sólo una aproximación a la realidad.13 No obstante, es necesario definir sus límites 12

Sin embargo, no se trata de una tarea fácil (Riley, 1997; Hill et al.,

1998; Thurstain-Goodwin y Unwin, 2000). Desde hace tiempo se ha reconocido que la complejidad implícita en la tarea de delimitar consistentemente un área de estudio -como el centro de la ciudad o la ciudad misma- es un reto mayor para los analistas urbanos y regionales (Bowden, 1971; Parr, 2007); y recientemente Artibise y Meligrana (2001) en una revisión de la literatura contemporánea sobre revitalización de centros urbanos nos dicen que incluso el concepto espacial del centro puede tomar diferentes significados y expresarse de diversas maneras, lo que no ayuda a su mejor comprensión (algunos ejemplos en el mundo anglosajón: downtown, central business district, the city, urban core, central city, inner city (Johnston et al,1991; Goodall, 1987); y en México destacan términos como: centro tradicional, centro histórico, primer cuadro y ciudad central, entre otros). La conclusión de Artibise y Meligrana

–aunque sean aproximados- para focalizar la generación de información clave e indicadores de desempeño que permitan monitorearlo, develar tendencias, identificar y anticipar momentos críticos en la trayectoria de la zona, evaluar el impacto de programas públicos y de acciones privadas, aplicar el conocimiento teórico disponible para analizar su proceso de cambio, y producir tanto insumos de planeación como nuevo conocimiento teórico que enriquezca la comprensión del centro (Lupton, 2003).14 La necesidad/dificultad de definir los límites de las zonas de estudio en los espacios intraurbanos es reconocida plenamente por los analistas del cambio a escala de barrio o vecindario (Lupton y Power, 2004); y se acepta que mucho del entendimiento que se logra generar sobre una zona –como, por ejemplo, el centro tradicional de comerciodependerá en gran parte de la manera como se le defina en el territorio (Massey, 1994). Cabe concluir, entonces, que la configuración espacial del centro -como muchos fenómenos espaciales- no tiene límites precisos, discretos, definitivos; sino aproximados, graduados y cambiantes. Esto es irremediable, es una característica inherente de gran parte del análisis geográfico. Sin embargo, los argumentos que apoyan la delimitación de las zonas de estudio sí pueden, y deben, ser claros, replicables y evaluables, tanto en términos prácticos como teóricos y conceptuales.15 Para el AMT existen algunos intentos sistemáticos por definir los límites de su centro tradicional, que se han apoyado en datos sobre la magnitud y la densidad del empleo a escala de AGEB (Garrocho y Campos, 2007).16 Sin embargo, justamente por la escala de las unidades espaciales y por el tipo de información utilizada (información censal) la delimitación mencionada de Garrocho y Campos resulta demasiado gruesa para las tareas de monitoreo y planeación del centro, que requieren una delimitación más fina: menos agregada y estática, y más funcional y dinámica –como la que aquí se propone- de tal manera que refleje mejor la

(2001; p.1) es muy interesante: “No existe en la investigación publicada con-

los criterios para definirlo y representarlo cartográficamente... El concepto es

temporánea una definición clara y aceptada de lo que significa “el centro”, lo

esencialmente difuso [“fuzzy”], y por eso el límite del centro es extremadamen-

que limita la investigación y los programas orientados a esa importante zona

te difícil de definir: es indeterminado”.

de la ciudad”. Cabe mencionar que dos de las definiciones de diccionario más

14

conocidas del centro son: “Es el núcleo del área urbana, que contiene la mayor

delimitar el centro tradicional de comercio al menudeo influyó para que di-

concentración de usos del suelo comerciales” (Johnston, et al., 1991; p.47);

versos estudiosos clásicos de la ciudad prefirieran identificarlo simplemente

y: “Es el núcleo del área urbana que actúa como un foco de la vida comercial,

como “un área algo difusa con límites más bien indefinidos” (Bartholomew,

social y cívica de la ciudad…generalmente es la zona comercial y de oficinas

1932; p.12); o como “un área que debería ser determinada de manera arbitra-

más antigua de la ciudad.” (Goodall, 1987). Esta segunda definición es más

ria” (Rasmussen, 1960; p. 52).

amplia que la primera y subraya el papel social y económico del centro.

15

13

Es muy interesante cómo, desde hace décadas, la dificultad de

Los analistas urbanos han reconocido desde hace mucho tiempo

Thurstain-Goodwin y Unwin (2000; p. 1-3) lo expresan de la si-

que “las fronteras (o límites) en sí mismas pueden no definirse claramente en

guiente manera: “Pero ¿qué es exactamente el centro?... A pesar del hecho

la realidad, pero las razones detrás de su definición sí pueden ser determina-

de que podemos reconocer que el centro existe y de que somos capaces de

das de manera objetiva” (Vance Jr, 1957; p. 278).

darnos cuenta cuando estamos en él, será muy difícil que podamos acordar

16

AGEB: Áreas Geoestadísticas Básicas.

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Garrocho, Carlos; Flores, Zochitl | Delimitación del centro tradicional de comercio y servicios del Área Metropolitana de Toluca

lógica espacial y económica del centro.17 En lo que sigue, la estrategia de exposición de este trabajo se apoya en cuatro secciones. En la primera se presentan los principales referentes teóricos que explican la existencia de aglomeraciones de firmas comerciales y de servicios en los espacios intraurbanos y, particularmente, su tendencia a aglomerarse en el centro de la ciudad. En esta sección se subraya la importante que resulta para este tipo de firmas su accesibilidad a la demanda, que en el interior del centro toma la forma de flujos de compradores potenciales. En la siguiente sección se discuten los principales rasgos de la metodología aplicada en este trabajo para delimitar el centro de comercio al menudeo del AMT, que se sustenta, precisamente, en el análisis de los flujos de compradores potenciales; y se argumentan tanto sus bases teóricas como sus posibilidades prácticas. En la tercera sección se muestran y analizan los resultados del estudio, y en la última se registran las principales conclusiones de este trabajo, incluyendo una breve agenda de investigación. El documento se cierra con un listado, quizá un poco amplio, de la bibliografía consultada. El comercio al menudeo y su localización intraurabana En este apartado se exploran dos preguntas centrales para intentar definir los límites del centro de comercio al menudeo de la ciudad: i. Por qué se aglomeran las firmas terciarias en el espacio intraurbano (aún y si se trata de firmas en competencia directa, como ocurre en el centro de la ciudad); y, ii. Por qué se aglomeran precisamente en el centro de la ciudad. En el desarrollo de las respuestas se subraya la importancia de la accesibilidad a la demanda, que al interior del centro se traduce en flujos de peatones (compradores potenciales). ¿Por qué se aglomeran las actividades en el espacio intraurbano? Diversas firmas distintas entre sí o similares, incluso muchas que están en competencia directa, se ubican juntas en los espacios intraurbanos. Estas aglomeraciones de firmas las explica la economía urbana a partir de las economías

de aglomeración (Maoh, et al., 2005).18 Las economías de aglomeración son fuerzas económicas (i.e. ahorros, menores costos, gastos no realizados, reducción en los costos de transacción) que actúan sobre las firmas, generándoles ciertas ventajas y beneficios, lo que las incentiva a formar clusters en el territorio. Si las ventajas que le puede generar a las firmas la aglomeración espacial superan el desempeño esperado que podrían tener si actuaran de manera aislada, entonces las firmas tendrán un incentivo para formar un cluster. Es decir, las firmas dejan de lado la idea de contar con mercados espaciales exclusivos (que se derivarían de repartirse el territorio) ya que esto se ve más que compensado por lo que ganan operando concentradas en el espacio, debido a las economías de aglomeración (O´Sullivan, 2007).19 Cuando estas economías (es decir, las ventajas que impactan positivamente su desempeño: que les generan ahorros o más ventas a las firmas, por ejemplo) son locales a una misma industria (firmas que producen o venden bienes o servicios similares), se llaman economías de localización y producen fuerzas de atracción espacial (fuerza centrípeta) entre firmas similares.20 Ahora bien, cuando estas economías (ventajas) afectan a diversas industrias y sectores de la economía, reciben el nombre de economías de urbanización y reflejan no sólo que la presencia de firmas de una industria beneficia/atrae firmas de otras industrias, sino que las fuerzas de atracción (de firmas) están relacionadas con las características propias de la ciudad.21 Ambos tipos de 18

Debe destacarse que las economías de aglomeración se han es-

tudiado, sobre todo, para las firmas del sector manufacturero (Porter, 1998) y cuando se incorporan al estudio del sector terciario, se consideran particularmente las firmas de servicios orientadas a la producción (Daniels, 1985). Son mucho menos comunes los estudios sobre economías de aglomeración que consideran a las firmas terciarias que ofrecen bienes y servicios al menudeo y que están orientadas al consumidor en espacios intraurbanos. 19

Es decir, que las firmas ganan más aprovechando las economías

de aglomeración derivadas de operar en el territorio en forma de cluster, que teniendo áreas de mercado monopólicas o exclusivas. 20

Algunos ejemplos de este tipo de cluster son las zonas especia-

lizadas en ciertos productos o servicios en determinadas partes de la ciudad (i.e. el centro tradicional, áreas especializadas en venta de productos específi-

17

Adicionalmente, habría que decir que los análisis geográficos que

cos como zapatos o electrodomésticos, por ejemplo) o aún de aglomeraciones

utilizan unidades espaciales discretas se ven afectados, inevitablemente, por

de firmas en instalaciones comunes (i.e. en grandes centros comerciales o

el llamado “problema de la unidad espacial modificable” (“modifiable areal unit

en las llamadas plazas -de computación- o centros –joyeros- por mencionar

problem”; Openshaw 1987). Sin embargo, cuando se desarrollan represen-

algunos).

taciones de la realidad urbana es inevitable introducir diversos factores de

21

inexactitud e incertidumbre en cada etapa del procedimiento. El punto clave es

electricidad, vialidades), hospitales, bancos, despachos de servicios especia-

evaluar si el resultado de estos procedimientos (con todo y sus inexactitudes

lizados, hoteles o universidades, son alguna muestras ilustrativas de carac-

e incertidumbres) es mejor -o no- que el de las taxonomías tradicionales o

terísticas importantes que favorecen la aglomeración de firmas diversas en

que no contar con ninguna representación de la ciudad (Shearmur y Alvergne,

la ciudad. Las economías de urbanización y localización actúan de manera

2002).

simultánea sobre las firmas, y un ejemplo claro de esto es la aglomeración de

54

Por ejemplo, disponibilidad de infraestructura urbana (i.e. agua,

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economías tienen raíces explicativas comunes y los límites entre ellas son difusos, por lo que a menudo simplemente se les denomina a ambas como economías de aglomeración (Parr, 2002).22 Los vínculos entre las firmas son la clave de las economías de aglomeración. Sin embargo, estos vínculos pueden ser de muy diversos tipos, tomar muy diferentes formas y resultar, a veces, incluso difíciles de identificar, especialmente en el sector terciario orientado al consumidor. Por esto, resulta útil la perspectiva de la economía urbana, desde la que se pueden distinguir una serie de factores clave interrelacionados que generan economías de aglomeración entre las firmas del sector terciario (O´Sullivan, 2007; Garrocho, 2008) (figura 1) ¿Por qué se aglomeran las actividades en el centro de la ciudad?23 El razonamiento teórico más general sobre la localización de actividades en el centro de la ciudad lo ofrece, quizá, la Teoría de la Subasta del Suelo Urbano (TSSU).24 Los razonamientos oficinas corporativas -de numerosas y diversas empresas- que se localizan en algunas zonas de las grandes ciudades, como ocurre en Santa Fe en la Ciudad de México; o la aglomeración de numerosas firmas en los centros tradicionales de las ciudades mexicanas. 22

Sin embargo, no todas las aglomeraciones de firmas ocurren por

las economías de aglomeración. Se pueden generar clusters debido a ciertas características del entorno, como la legislación, por ejemplo. En este caso podemos mencionar como ejemplos prototípicos a Las Vegas o Atlantic City, que son aglomeraciones de firmas del sector turístico debido a que ahí están legalizados los juegos de azar; o, incluso, también podríamos referirnos a cier-

originales de la TSSU se deben a Haig (1926a; 1926b; 1927), quien propuso que en una superficie hipotética uniforme, donde viajar en cualquier dirección implica los mismos recursos, el centro de esa superficie será la localización más accesible y la que menos recursos requiere para ser alcanzada desde cualquier otro punto de ese territorio.25 En este escenario, todas las firmas tienen un fuerte incentivo para ocupar el centro, que es la localización que minimiza los costos de acceso, tanto de los compradores potenciales (clientes) como de la mano de obra que requieren las firmas (trabajadores). No obstante, las firmas tienen diferentes capacidades para extraer beneficios de la localización más accesible (que es la localización central) (Egan y Nield, 2000). Por lo tanto, las firmas compiten, vía un mecanismo de subasta, por apropiarse de esa localización (Harvey y Jowsey, 2003). Haig demuestra que la competencia por una oferta inelástica (estable) de suelo genera, en el largo plazo, que el suelo urbano más accesible (el centro) sea ocupado por las actividades económicas (i.e. firmas, organizaciones) capaces de pagar las rentas más altas (Fujita, 1988).26 De acuerdo a la TSSU, la estructura espacial de las firmas terciarias orientadas al consumidor deberán seguir un patrón concéntrico, con las funciones y firmas capaces de extraer mayor renta a la accesibilidad localizadas en el centro;27 y con las firmas capaces de extraer menor rentabilidad ubicadas en sitios cada vez más alejadas del centro (Brown, 1993).28 En otras palabras, en la TSSU la clave es entender

tas partes de las ciudades mexicanas que aglomeran actividades comerciales

hizo von Thünen en 1826 para explicar el uso del suelo agrícola y es, en

y de servicios muy específicos –los llamados giros negros- por acuerdos explí-

esencia, un modelo de uso del suelo urbano (Brown, 1993), aunque algunos

citos (i.e. normatividad sobre usos del suelo) o tácitos (concesiones políticas

la contemplan como una alternativa a la Teoría de Lugar Central (TLC) y a la

y/o corrupción) entre ciertos empresarios y algunas autoridades.

Teoría de Interacción Espacial (TIE) para explicar la localización de activida-

23

Hace cerca de 75 años, y en un lapso de apenas seis –entre 1927

des específicas al interior de la ciudad (Daniels, 1985). Los interesados en

y 1933- surgieron cuatro enfoques que siguen siendo fundamentales para

profundizar en la TSSU, el modelo de von Thünen y la Teoría de Lugar Central

explicar la localización de las actividades terciarias orientadas al consumidor:

se pueden referir a Lloyd y Dicken (1990).

la Teoría de la Subasta del Suelo Urbano (Haig, 1926a; 1926b; 1927), el Prin-

25

cipio de la Diferenciación Mínima (Hotelling, 1929), la Teoría de la Interacción

estratégica.

Espacial (Reilly, 1929; 1931) y la Teoría de Lugar Central (Christaller, 1933),

26

que ofrecen argumentos que complementan la idea de las economías de aglo-

yaron los razonamientos de Isard (1956) sobre el funcionamiento de la ciudad

meración. Casi tres cuartos de siglo después de su aparición, estas cuatro

y luego los de Alonso (1960; 1964), para construir su modelo pionero de uso

perspectivas teóricas siguen siendo puntos de apoyo para numerosas inves-

del suelo urbano; y sobre los que se han apoyado Fujita y Tomoya (2005),

tigaciones y motivo de discusión y controversia académica (Brown, 1993). A

Anas el tal. (1998) y otros para desarrollar, más recientemente, modelos eco-

estas cuatro teorías se debe añadir el modelo de usos y precios del suelo de-

nométricos teóricos sobre la ciudad. Estos modelos son la base de la llamada

sarrollado por William Alonso (1960; 1964) como el quinto elemento clave del

Nueva Geografía Económica, aunque lo de “nueva” está a discusión (Martin,

cuerpo teórico que complementa la idea de las economías de aglomeración

1999).

para intentar contestar la pregunta de por qué se aglomeran las actividades

27

terciarias en el centro de las ciudades.

requieren de un amplio mercado.

24

En inglés: “Bid Rent Theory; también conocida como Teoría del

28

En términos de Porter (1995) se diría que tiene una localización

Los argumentos originales de Haig son la base en la que se apo-

Por ejemplo, zapaterías, tiendas de ropa, joyerías, que además

Las tiendas de abarrotes (tienditas de la esquina), carnicerías,

Valor del Suelo (“Land Value Theory”) o Teoría de la Renta Urbana (“Urban

farmacias, por poner algunos ejemplos. Vale mencionar que incluso el patrón

Rent Theory”), Brown (1993). LA TSSU se deriva de los razonamientos que

de uso del suelo de actividades comerciales y de servicios al interior del centro

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Figura 1. Factores clave que generan economías de aglomeración Fuente: Garrocho, 2008.

que las ganancias potenciales de una firma pueden variar significativamente en el territorio de acuerdo a las variaciones de accesibilidad de cada sitio respecto a la demanda. En estos términos el centro de la ciudad es la localización más ventajosa (Egan y Nield, 2000).29 Otros enfoques para explicar la localización de firmas en el centro de la ciudad Adicionalmente a la TSSU, existen otros enfoques que también aportan argumentos para explicar la aglomeración de firmas en el centro de la ciudad, pero en todas, la accesibilidad a la demanda resulta, de una u otra manera, el factor explicativo clave. La Teoría de Lugar Central (TLC), por ejemplo, predice tradicional de la ciudad puede ser descrito y explicado también en términos de la TSSU. 29

La TSSU ha sido sujeta de innumerables pruebas empíricas y en

lo general ha resultado aceptablemente acertada (Ingram, 1998); de ahí que

que debido a los costos de transporte (que se incrementan con la distancia) la demanda para cualquier bien o servicio decrecerá de manera regular conforme se incremente la distancia al punto de oferta (Christaller, 1966).30 Más allá de cierta distancia el costo de transporte será tan elevado que la demanda será igual a cero. Ese será el límite del área de mercado de ese bien o servicio y la distancia al punto de oferta será su rango.31 Si las áreas de mercado de todos los bienes y servicios se superponen (bienes y servicios de distinto orden y con diferentes rangos) emerge la famosa jerarquía de centros proveedores de bienes y servicios que postula la TLC (desde los más grandes y especializados hasta los más pequeños que ofrecen servicios o bienes de menor rango). Cuando los supuestos de la TLC se relajan, la distribución espacial de los oferentes de bienes y servicios se hace más realista y, a pesar de la naturaleza originalmente regional de la teoría, también puede aplicarse a espacios intraurbanos.32 La llamada fricción de la distancia (o “distance decay effect”), que

se le considere una de las piedras de toque de la teoría de localización de las

30

actividades terciarias en espacios intraurbanos. Entre sus múltiples aciertos

también considera la Teoría de Interacción Espacial. Por costos de transporte

vale destacar el supuesto de que el comportamiento locacional de la mayoría

se puede entender también el gasto en energía, que es particularmente impor-

de las firmas terciarias, especialmente las orientadas al consumidor, es alta-

tante en el caso de los flujos peatonales.

mente determinado por la accesibilidad a la demanda, lo que eventualmente

31

genera aglomeraciones comerciales. Ingram (1998) realiza una muy amplia

dad mínima suficiente de población para hacerlos económicamente viables

revisión del proceso de desarrollo urbano (metropolitano) tanto en países de-

(incluyendo un margen de ganancia razonable). A esa cantidad de población

sarrollados como en vías de desarrollo y encuentra no sólo notables regula-

mínima suficiente, Christaller la llamó población de umbral.

ridades empíricas, sino que éstas son altamente consistentes con la TSSU

32

(Ingram, 1998; p. 1019).

(1958a y 1958b) en la ciudad de Chicago, quienes fueron los primeros en apli-

56

Por otro lado, cada bien o servicio requerirá de una cierta canti-

Como lo demostraron desde los años cincuenta Berry y Garrison

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En este contexto, las firmas que intentan entrar al mercado son guiadas por el principio de obtener una localización central (es decir, altamente accesible para la demanda) en la ciudad, que les permita optimizar el contacto con sus clientes potenciales, maximizar sus ventas y lograr el margen de ganancia esperado, formando una jerarquía que usualmente es encabezada por el centro tradicional de comercio al menudeo.33 Si bien la TLC explica la distribución de firmas en el territorio –incluso la formación de clusters de firmas terciaria como el centro tradicional de comercio al menudeo de las ciudades-, no explica la concentración de firmas similares que están en competencia directa. No obstante, mediante el Principio de la Diferenciación Mínima de Hotelling (1929) se puede intentar explicar el fenómeno de la co-localización de firmas en el territorio, aún si se trata de firmas que ofrecen los mismos bienes o servicios. Hotelling demostró, bajo determinados supuestos,34 que se generaba una situación de equilibrio locacional, en la que las dos firmas se localizarían una junto a la otra –de manera aglomerada- en un punto del territorio que les permitiera maximizar su accesibilidad a la demanda. Con ese arreglo espacial ninguna de las dos firmas registraría incentivos para re-localizarse, debido a que ninguna localización alternativa les redituaría -a ninguna de las dos- ventajas de accesibilidad al mercado ni, por tanto, incrementos en sus ganancias. Justamente la accesibilidad al mercado es –también- el elemento estratégico de la Teoría de la Interacción Espacial (TIE) cuando se aplica al análisis del comercio al menudeo.35 car los principios de la TLC a escala intraurbana. Ver una ampliación de esos planteamientos en Berry, 1963 y una actualización en Berry, 1988. 33

Aunque modelar conceptualmente la localización de las firmas

terciarias al interior de la ciudad es más complicado que a escala regional,

El supuesto principal de la TIE es que los consumidores acuden al punto de oferta más atractivo y que les implique menores costos de transporte (es decir, que les resulte más accesible).36 En otras palabras, los consumidores deciden su comportamiento espacial en términos de dos fuerzas básicas contrapuestas: lo atractivo que les resulte cada punto de oferta (que los hace acudir a ese punto) y los costos de transporte que deben pagar para llegar a cada uno de ellos (lo que los detiene; es decir, el inverso de la accesibilidad).37 Así, desde la perspectiva de la TIE las firmas terciarias tenderán a localizarse (aglomerarse) en el centro de la ciudad si éste les resulta lo suficientemente atractivo y accesible, respecto a las demás aglomeraciones comerciales que existen y compiten en la misma área urbana.38 Finalmente, el Modelo de Alonso considera dos elementos clave para explicar la aglomeración de firmas en el centro de la ciudad: la accesibilidad y su relación con los costos de transporte y del suelo (Johnston et al., 1991; p. 12). En su forma más sencilla, el modelo asume que la localización de las actividades en la ciudad dependen del equilibrio entre precio del suelo y costos de transporte (accesibilidad) al centro de la ciudad. Así, cada actividad (i.e. comercio, industria, vivienda…) derivará una curva de indiferencia locacional que representará las diversas combinaciones que le resultan aceptables entre costos de transporte y precios del suelo. En general, el resultado será un modelo concéntrico de usos del suelo, con las actividades comerciales y de servicios ocupando el centro de la ciudad, debido a que son las actividades que más valoran esa localización, justamente por su accesibilidad a la demanda (Alonso, 1960; 1964; Goodall, 1987).39 Conclusiones sobre los elementos teóricos A diferencia de la TLC, que propone que los consumidores sis-

debido a la habilidad de las firmas para diferenciar sus productos y al hecho de

36

que son capaces de localizarse justamente al lado de sus competidores direc-

temáticamente acudirían al punto de oferta más cercano para satisfacer su

tos (las aglomeraciones de refaccionarias o joyerías son buenos ejemplos de

necesidad de un bien o servicio.

esto) para beneficiarse de las economías de aglomeración, elemento crucial

37

que no considera la TLC (Daniels, 1985; Walmsley y Weinand, 1990).

cial o de servicios (a una zapatería, a un restaurante, a una tienda de ropa, a

34

una joyería…)? Dar una respuesta completa a esta pregunta sigue siendo uno

Dos firmas cuyo objetivo es maximizar sus ganancias, que venden

La pregunta es crucial: ¿Qué hace atractiva a una unidad comer-

productos idénticos, operando en un mercado lineal con costos de transporte

de los grandes retos de la geografía comercial (Jones y Simmons, 1993).

constantes, interactuando con una demanda inelástica e idéntica guiada por la

38

maximización de su utilidad, distribuida homogéneamente en el territorio y que

precio de los productos; y las aglomeraciones de firmas resultan más atracti-

selecciona dónde comprar sobre la base, exclusiva, del costo de transporte al

vas que las firmas aisladas porque ofrecen mayor diversidad de productos y a

punto de venta del bien o servicio (ver Lloyd y Dicken, 1990).

precios más bajos (incluyendo los costos de transporte y búsqueda de produc-

35

La TIE es originalmente una conceptualización del comportamien-

tos, Garrocho, 2008). Por otro lado, es interesante destacar la vinculación que

to espacial del consumidor, y ha sido utilizada ampliamente para estimar áreas

existe entre la TIE y la TLC: si la TIE se pone a funcionar bajo las condiciones

y participaciones de mercado, medir impactos de la entrada al mercado de

consideradas por la TLC, resultan las conocidas áreas de mercado hexagona-

nuevas firmas en el desempeño de las demás firmas competidoras, pronosti-

les de los paisajes comerciales de Christaller (Garrocho, 2003).

car ventas, evaluar opciones de localización y para diseñar estrategias loca-

39

cionales, entre muchas otras aplicaciones (Birkin et el., 2002; Garrocho et al.,

de la existencia de un centro único, el resultado es un patrón de usos del suelo

2003).

policéntrico (Johnston et al., 1991).

En el componente de atractividad se considera la diversidad y

Si los supuestos del modelo de Alonso se relajan, por ejemplo el

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Es importante destacar que los enfoques tradicionales y los de la economía urbana contemporánea se complementan, y que sus postulados básicos siguen siendo válidos para explicar la localización espacial de las firmas en el espacio intraurbano, especialmente dos: i. Las economías de aglomeración que incentivan la concentración o colocalización de firmas en el territorio (clusters terciarios); y ii. La accesibilidad a la demanda que incentiva la aglomeración de firmas en el centro de la ciudad y afecta el precio del suelo.40 Juntos convierten al centro de la ciudad en una localización estratégica para capitalizar oportunidades de negocio (Porter, 1995).41 Metodología para la delimitación del centro del AMT La metodología aplicada para definir los límites del centro se basa en el conteo de flujos de peatones (flujoscopía peatonal) en el área del centro tradicional de la ciudad.42 La justificación de utilizar los flujos peatonales para encontrar los límites del centro del AMT se apoya directamente en los postulados teóricos sobre la localización de las firmas terciarias en el espacio intraurbano (ver sección anterior), especialmente en la idea de accesibilidad a la demanda. Es decir: accesibilidad a los compradores potenciales que en el centro se expresan como flujos de peatones. Por esta razón, incrementar el tráfico de peatones es uno de los objetivos estratégicos de diversos programas de revitalización de centros en muchas ciudades del mundo; y, consecuentemente, el flujo de peatones es uno de los indicadores clave de desempeño del centro (Shields y Farrigan, 2001).43 40

La accesibilidad también puede entenderse como costos de trans-

No obstante, la demanda -es decir, los peatones entendidos como consumidores potenciales- en el centro es elástica, cambiante, fluye con intensidades diferentes en el espacio, es altamente dinámica y se concentra y dispersa a lo largo y ancho del territorio y a lo largo del tiempo, incluso se dilata y se contrae a lo largo de cada hora del día.44 En otras palabras, la configuración espacial de la demanda (los flujos de peatones o consumidores potenciales) define lo que es el centro de la ciudad, así como toda la gama de probabilidad/ oportunidad de negocio en su interior.45 En general: a mayor flujo de peatones (consumidores potenciales) mayor probabilidad/oportunidad de negocio. Así, los flujos de peatones en el centro de la ciudad alcanzarán su máxima intensidad en algún punto del territorio (en el más accesible y atractivo de la zona) y, en general, tenderán a decaer conforme se incremente la distancia a ese sitio, hasta dejar de ser significativos en términos de oportunidad de negocio.46 Hipotéticamente, ese punto donde dejen de ser significativos los flujos de compradores potenciales define el límite del centro.47 Delimitación del área de estudio El punto de partida para delimitar el centro del AMT fue tanto, generar, distribuir, modular y organizar el movimiento de personas es un tema que está en el centro de la planeación y el diseño de los centros de las ciudades (Peponis et al, 1997). 44

Habría que subrayar que este trabajo se orienta a la economía

diurna, cuyo funcionamiento y agentes participantes son muy distintos a los de la economía nocturna. Para los interesados en la economía nocturna de las ciudades, especialmente de sus áreas centrales, se recomienda referirse,

porte (a menores costos de transporte mayor accesibilidad y viceversa). Por

entre otros, a Lovatt y O´Connor, 1995; y Elvins y Hadfield , 2003.

su parte, la demanda se manifiesta en el centro de las ciudades -incluyendo

45

por supuesto a las mexicanas como el AMT- en forma de flujos de peatones

gen positiva del centro tradicional de la ciudad con frecuencia no está tan

(compradores potenciales).

vinculada a indicadores económicos sino al volumen de la actividad peatonal

41

en la zona (Artibise y Meligrana, 2001; Robertson, 1995).

Una discusión más amplia sobre la explicación a la aglomeración

de firmas en el centro de la ciudad se puede ver en Garrocho, 2008. 42

La literatura reporta numerosos ejemplos de análisis flujoscópicos

46

Diversos investigadores han encontrado que la vitalidad y la ima-

Con otras palabras, esto es lo mismo que postula la Teoría de la

Interacción Espacial (Fotheringham, 1983).

de peatones, aunque no para delimitar centros de ciudades, sino para analizar

47

su comportamiento y monitorear su evolución. Algunos ejemplos relevantes

en el centro –donde dejan de ser relevantes los flujos peatonales como opor-

son: Chagas et al., (2007); Desyllas, et al. (2003) y CRC (2006).

tunidad de negocio- es una variación de lo que se llama alcance en la Teoría

43

En términos de planeación y diseño urbano una buena configura-

de Lugar Central (Christaller, 1966). Es decir, el alcance del centro respecto a

ción del espacio en el centro de la ciudad debe: i. generar movimiento de pea-

los compradores potenciales que fluyen en la zona, al que podríamos llamar

tones (consumidores potenciales); porque, ii. el movimiento produce oportuni-

alcance interno del centro; para diferenciarlo del alcance del centro respecto

dades económicas (oportunidades de negocio); lo que, finalmente, iii. detona

de todos los compradores potenciales de la ciudad, al que podríamos llamar

un efecto multiplicador que atrae más comercio y servicios a la zona (efecto

alcance externo del centro. En este trabajo el que interesa, evidentemente,

autoreforzante; O´Sullivan, 2007). Este proceso dinámico es tan relevante que

es el alcance interno del centro y el reto es definir su dimensión espacial.

los centros de las ciudades han sido conceptualizadas como “economías del

Concebir de esta manera el alcance tendría, además, consistencia con los

movimiento” (Hillier, 1996; Topcu, et al., 2007). La importancia de los flujos de

conceptos de accesibilidad interna del centro (las condiciones que favorece/

peatones también es subrayada por los planificadores del “Nuevo Urbanismo”

inhiben el movimiento de los peatones en el centro) y la accesibilidad externa

(Banai, 1998). Desde esta perspectiva el movimiento es un indicador de la

del centro (la facilidad/dificultad con la que se puede llegar al centro desde las

vitalidad y diversidad que caracteriza la vida de los centros urbanos. Por lo

demás partes de la ciudad) (Baier y Heinz, 2000).

58

Esa distancia máxima que recorren los consumidores potenciales

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una definición preliminar -y deliberadamente ampliada- del área de estudio, que correspondió esencialmente a una delimitación gruesa del área comercial del centro del AMT; es decir, se buscó hacer una primera aproximación espacial del centro comercial tradicional de la ciudad. Para ello, se consideró como principal criterio la existencia de usos de suelo comerciales continuos en las vialidades del centro y el límite de la zona fue el punto en el que la presencia de la actividad comercial era discontinua y se mezclaba con usos de suelo habitacionales o se registrara mayor frecuencia de locales vacíos. Esto dio como resultado una zona de estudio irregular que incluye el corazón comercial de la ciudad y tres brazos comerciales sobre vialidades importantes (Figura 2). Definición de puntos y tiempos de conteo El siguiente paso fue ubicar estratégicamente 120 puntos de conteo de tal manera que permitieran medir las afluencias peatonales al interior de la zona de estudio. Esta cantidad de puntos permitieron cubrir adecuadamente el área de estudio.48 Los 120 puntos se organizaron en circuitos de conteo -que incluían seis puntos de conteo cada uno- dando un total de 20 circuitos (Figura 2).49 La razón por la cual los puntos de conteo se organizaron en circuitos de seis se debe a la forma y al tiempo en el que sería levantada la información. En cada circuito se asignó una persona para contar el flujo peatonal. El tiempo de levantamiento para cada punto de conteo fue de tres minutos. Por lo tanto, el procedimiento consistió en contar el número de peatones durante tres minutos en el primer punto del circuito, luego utilizar los siguientes siete minutos para hacer el registro en los formatos diseñados para ello y desplazarse hacia el siguiente punto del circuito, donde se repitió el procedimiento hasta llegar al último punto del circuito.50 De esta manera cada circuito quedó cubierto en 48

La cantidad de puntos de conteo por hectárea resultó muy supe-

una hora; así, para cada punto de cada circuito se contó con una muestra de la cantidad de peatones que pasaron por cada sitio, cada hora durante los tres días del trabajo de campo.51 Definición de días y horas de levantamiento Se aplicó una encuesta entre comerciantes (cien casos distribuidos aleatoriamente) de diversos giros y hubo coincidencia en que los días de mayor afluencia eran los días de pago de quincena, los viernes y los sábados, y señalaron que de domingo a jueves la afluencia era muy similar; por lo que se decidió tomar como muestra tres días: uno que fuera día de pago de quincena –de preferencia un viernes-, un sábado y un día entre semana, como muestra del comportamiento de los flujos de peatones. Con base en estos criterios, se eligieron los días jueves 29, viernes 30 y sábado 31 de mayo de 2008, que permitían hacer el levantamiento durante tres días continuos. Los resultados de la encuesta también indicaron que las horas de conteo deberían ser de 9:00am a 9:00pm (doce horas continuas), así se garantizó tener un panorama completo de los flujos peatonales durante los tres días de la muestra. La información se ordenó en cuadros y se generaron gráficas de flujos peatonales para cada calle para analizar estadísticamente las afluencias de peatones e intentar delimitar el centro tradicional mediante la definición de valores mínimos (umbrales) que se derivan del comportamiento de los flujos peatonales.52 En este sentido, cada calle es entendida como un corte del centro, que permite observar su hora y el de tres minutos expandidos fueron inferiores a 5%, lo cual demostró la confiabilidad del periodo de conteo de tres minutos. Métodos de conteo de peatones se pueden consultar en: MTC (2003), USDT, 2005, CRC (2006). 51

Se asignó un supervisor por cada cuatro circuitos y dos supervi-

sores generales. Además se realizaron dobles conteos de los circuitos más transitados para asegurar la exactitud de la información. En total participaron

rior a la de otros análisis flujoscópicos de peatones que registra la literatura.

26 técnicos que fueron debidamente capacitados para realizar el conteo de

49

peatones. Se debe subrayar que se requirieron varias pruebas piloto para de-

120 puntos / grupos de 6 puntos =20 circuitos. Métodos para loca-

lizar los puntos de conteo para realizar flujoscopías peatonales se pueden ver

finir los tiempos y afinar la distribución de los puntos de conteo.

en: MTC (2003), USDT, 2005; NYCDCP (2006); Ercolano, et al., (1997).

52

Pero que, como se mencionó antes, inevitablemente tienen un

Para precisar los lapsos de tiempo para el conteo-registro-despla-

componente subjetivo, como prácticamente todos los estudios que involucran

zamiento se hicieron varias pruebas piloto con cuatro circuitos de alta com-

el manejo de valores de umbral (que son muy diversos y numerosos en el

plejidad, considerando en un principio cinco minutos para el conteo y cinco

análisis urbano y regional; aunque las razones de la definición del umbral de-

minutos para el registro de la información y el desplazamiento al siguiente

ban ser objetivas). Por ejemplo, ¿Cuál es el umbral de población que debe

punto de conteo. Con base en las pruebas se observó que la variación en los

de rebasar una ciudad para dejar de ser chica y convertirse en mediana y

datos en términos porcentuales (ya estandarizados por hora) era mínima al

para dejar de ser mediana para ser grande? ¿Cuál es el umbral de cantidad

hacer el conteo durante cinco ó durante tres minutos, y que, por el contrario,

y densidad de empleo o de flujos que debe de rebasar una zona de la ciudad

el tiempo de registro y desplazamiento era muy ajustado; por lo que se decidió

para convertirse en un subcentro urbano? ¿Cuál es el umbral de accesibilidad

la distribución de tiempos ya señalada. Adicionalmente, se realizaron conteos

que debe de rebasar una zona de la ciudad para poder decir que no tiene

durante una hora continua para probar la exactitud del método de contar cada

problemas de acceso a un determinado servicio? ¿Cuál es el umbral de inte-

tres minutos expandido a una hora (3 minutos multiplicados por 20, generan el

racción o relación funcional que debe alcanzar un municipio para que pueda

flujo por una hora). Las diferencias registradas entre el conteo continuo de una

ser considerado metropolitano o no?...Los ejemplos pueden ser innumerables.

50

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

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Figura 2. Zona de estudio y puntos de conteo

interior, de manera similar –toda proporción guardada- a los procedimientos de tomografía que se realizan en el campo de la medicina. Delimitación del centro tradicional de comercio al menudeo del AMT Características de la zona de conteo La zona considerada para realizar la flujoscopía peatonal tuvo una extensión de 261.6 hectáreas. Se trata de una zona continua e irregular de alrededor de 150 manzanas que incluye el zócalo (o plaza de armas), las sedes de los gobiernos estatal y municipal, el recinto del congreso local, diversos edificios públicos y religiosos y alrededor de 6 mil unidades comerciales y de servicios, lo que arroja una densidad bruta de 23 unidades económicas por hectárea. Su extensión máxima en dirección este-oeste es de 3,200 metros (equivalentes a 29 cuadras) y de 2,400 metros en dirección norte-sur (equivalentes a 14 cuadras). En total, la longitud de calles cubierta fue de 20,200 metros lineales

60

(Figura 2). Magnitud de los flujos Los valores de los flujos peatonales en la zona de estudio tuvieron un importante rango de variación. El pico más alto se registró en el cruce de las calles de Hidalgo y Juárez (casi en el centroide geográfico de la zona de estudio) y alcanzó los 142 mil peatones a lo largo de los tres días de conteo (36 horas de conteo en total: un promedio de 47 mil peatones en promedio por día y 3,916 por hora) y el más bajo se registró en la periferia del área de estudio (5,640 peatones) (Figura 3).53 Así, el promedio total de peatones por punto de conteo 53

Estos datos resultan sorprendentes: significa que en promedio,

al mes por este sólo punto de la ciudad -que es el pico de máximo tráfico de peatones del centro- circulan 1.3 millones de personas, que equivalen a cerca de 80% de la población de toda el AMT en 2005. Hubo puntos (como el C6 -en el cruce de Hidalgo y Juárez, ver Fig. 2- donde los flujos alcanzaron una sorprendente intensidad de 6,880 por hora (entre las 13:00 y las 14:00 horas del sábado).

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fue de 27,732 y la desviación estándar casi de una magnitud igual (24,934).54 Sólo cuatro puntos registran flujos totales mayores a 100 mil peatones (3% de los casos a los que podemos llamar de intensidad extrema) y todos se localizan en la parte más central del centro sobre una línea continua en forma de escuadra que suma 584 metros (Figura 3).55 Treinta puntos de conteo (25%, a los que podemos calificar de intensidad alta) registraron flujos de entre 50 mil y 100 mil peatones totales, y se localizan, en general, contiguos a los puntos de afluencia máxima. 52 puntos (43%, que llamaremos de intensidad media) registraron flujos totales de entre 20 mil y 49,999 peatones (localizados en general en la periferia de los flujos de intensidad alta) y el resto de los puntos (35, equivalentes a 29% y que denominaremos de intensidad baja) contabilizaron flujos totales menores a 20 mil peatones. Al agrupar los valores de los flujos totales según sus rangos de intensidad se genera una distribución de campana. Los de intensidad extrema concentran 15% del tráfico total, los de intensidad alta 22%, los de intensidad media 39.5% y los de intensidad baja 23.5%. Esta distribución es marcadamente desigual, ya que mientras el 3% de los casos de intensidad extrema concentra el 15% de los flujos, el 29% de los casos de intensidad baja representan el 23.5%. Relación intensidad de flujos-distancia y el umbral mínimo para delimitar el centro En general, la intensidad de los flujos decrece conforme se incrementa la distancia al pico de afluencia máxima. Sin embargo, esto ocurre sólo hasta una distancia de 750 metros.56 Veamos: aunque el coeficiente de correlación entre los flujos peatonales y el log de la distancia al pico de máxima 54

Estos datos no sólo develan una realidad desconocida sobre la

“economía del movimiento” (la circulación de la demanda) del AMT, sino que resultarán de gran utilidad para monitorear la evolución del centro. 55

Sobre las calles de Hidalgo, Juárez y Morelos. En el cruce de

estas calles se localizó el punto de afluencia máxima (142,020 peatones). El segundo lugar en la jerarquía lo ocupa el punto de conteo que se localiza en el cruce de las calles de Juárez y Morelos (121,400 peatones), el tercer lugar en la jerarquía lo ocupa un punto localizado sobre la calle de Hidalgo, en “El Portal” (lo que en otras ciudades llaman “Los Portales” y que es un elemento arquitectónico casi infaltable de cualquier centro tradicional de ciudades mexicanas) que en el AMT es una pasaje o corredor peatonal techado, de seis metros de ancho, con arcos al lado de la calle y comercios al otro; y el cuarto punto de intensidad máxima se localiza sobre el cruce de Juárez y Morelos,

intensidad de flujos resultó de 0.56, positiva y significativa, si se realiza un análisis de correlación segmentada (o por tramos), se observa que a partir de los 750 metros la correlación flujos-distancia es nula (R2 =0.00). Es decir: en el centro tradicional del AMT, a partir de los 750 metros del pico de máxima afluencia peatonal, la distancia deja de tener cualquier influencia sobre el comportamiento de los flujos de peatones (Figura 4). En otras palabras, la relación de la magnitud de los flujos peatonales con el pico de máxima afluencia decrece sistemáticamente conforme se incrementa la distancia, hasta que se pierde completamente al llegar a los 750 metros. A partir de esa distancia cesa su relación espacial con el pico de máxima intensidad peatonal. Pero igualmente interesante, es que a partir de esa frontera de la relación espacial, la magnitud de los flujos se estabiliza en un rango que va de los 5 mil hasta los 20 mil peatones, resultando insensible a los cambios en la distancia (Figura 4). Dado que a partir de los 750 metros ningún punto de conteo rebasó una intensidad máxima de 20 mil peatones, se concluyó que esta intensidad peatonal podría ser un umbral razonable para definir los límites del centro del AMT. Esto se confirmó al observar que los puntos de conteo con registros de flujos peatonales iguales o menores a 20 mil personas coincidían -con una regularidad muy interesante- con importantes vialidades del centro de la ciudad, que funcionan como “fronteras naturales” del centro. No obstante, la intensidad tan variable de los flujos superiores a 20 mil peatones evidencia que el centro no es una región homogénea y sugiere la conveniencia de identificar y delimitar su interior en función de la diversidad de la intensidad de los flujos, que son –vale reiterarlo- un indicador de la probabilidad espacial de hacer negocios en la zona. Esto permitirá tener una imagen más fina y, sobre todo, más útil del centro, que permitirá monitorear su evolución y desempeño con mayor detalle y apalancar mejor la toma de decisiones públicas y privadas. Así, los rangos que definen las diferentes zonas de oportunidad de negocio en el centro son los siguientes: i. zona de intensidad peatonal extrema: flujos mayores de 100 mil personas; ii. zona de intensidad peatonal alta: de 100 mil a 50 mil personas; iii. zona de intensidad peatonal media: de 49,999 a 20 mil personas; y, iv. zona intensidad peatonal baja: flujos menores a 20 mil personas; esta zona no se considerará parte del centro de comercio al menudeo del AMT.57

a unos metros de una gran plaza comercial planificada (llamada Grand Plaza

57

Toluca). Para dar una idea, la distancia medida sobre las calles (no “a vuelo de

bral de 20 mil personas no deja de tener un sesgo subjetivo: ¿por qué no mejor

pájaro”: en línea recta) entre el primer y el cuarto punto equivale a la longitud

un umbral de 19,999 personas? ¿o de 18,357, 19,005 o 20,001? Se pueden

de cuatro campos de futbol.

decir dos cosas: una, que, como se discutió antes, este es un problema inhe-

56

rente e inevitable a las clasificaciones en el análisis geográfico (ver sección

De 746 metros para ser exactos, según el análisis estadístico.

A pesar del razonamiento derivado del análisis estadístico, el um-

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Figura 3. Intensidad de los flujos en los puntos de conteo

Tomografía del centro La delimitación de las diferentes zonas de oportunidad espacial de hacer negocio en el centro y la delimitación misma del centro –a partir de los umbrales ya establecidos de la intensidad de los flujos peatonales- se realiza haciendo cortes del centro calle por calle, y se van localizando y clasificando los puntos de conteo de acuerdo a los umbrales de intensidad de flujo. Veamos un ejemplo para que quede claro el procedimiento. Se analizará la calle Morelos, que cruza de oeste a este toda la zona de estudio (2,800 metros de longitud) y es una de las principales vialidades de la ciudad. De hecho, en esta calle se localizan dos puntos de alta intensidad de flujos peatonales, que están entre el 10% más intenso en la jerarquía de intensidad de flujos (los puntos P2 y Q6; ver las

Figuras 2 y 3). En total, en Morelos se ubicaron 24 puntos de conteo. Todo esto hace de esta vialidad un ejemplo muy ilustrativo de cómo se definieron las zonas de oportunidad de negocio en el centro. Un corte de la calle de Morelos se vería como en la figura 5. En el eje vertical se mide la intensidad de flujos y en el horizontal la distancia desde el inicio de la calle, en el extremo oeste del área de estudio (Figuras 2 y 3). Como puede observarse, los flujos menos intensos se registran en los extremos de la vialidad y comienzan a incrementarse paulatinamente hasta alcanzar un punto de máxima intensidad de flujos.58 Si reordenamos la información en función de la distancia que hay de cada punto de conteo al punto de máxima intensidad de flujos de la misma vialidad, la correlación resultante es alta y significativa (0.73) y se deriva una pendiente negativa y baja (-0.007), que refleja la poca variación de los flujos en

anterior); y, dos, que es mejor contar con un indicador inexacto pero justificado

58

y razonable, que contar sólo con una delimitación arbitraria o que, en el extre-

las calles Morelos y Juárez. Claves como ésta se usaron para identificar cada

mo, no contar con nada.

punto de conteo de peatones y para organizar la información.

62

Que en el diagrama tiene la clave P2, y corresponde al cruce de

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Figura 4. Diagrama de dispersión flujos-distancia de los puntos de conteo

los puntos localizados en los extremos de la vialidad, cuya intensidad es menor a 20 mil peatones.59 Sin embargo, cuando los flujos rebasan los 20 mil peatones la pendiente se acelera y alcanza un valor de -108.8 reflejando la influencia gravitatoria del pico de máxima densidad. Confirmando que cuando los flujos son menores a 20 mil la distancia prácticamente no influye en su intensidad, y en cambio cuando los flujos son mayores a 20 mil, los flujos aumentarán o disminuirán en cerca de 109 peatones (en promedio) por cada metro que se reduzca o aumente la distancia. Así de intensa es la influencia gravitatoria del pico de máxima intensidad peatonal, y así de variables los flujos de peatones y, por tanto, las oportunidades de negocio en el centro de la ciudad.60 Como se puede observar en la misma figura 5, si se traza una recta que representa el umbral de flujos de 20 mil peatones, quedan delimitados los puntos que pertenecen al centro y los que no (los mayores y los menores a 20 mil, respectivamente).61 El cruce de la recta de umbral (digamos, 59

En este ejemplo los puntos de conteo con flujos menores de 20

mil peatones forman la mayoría de los casos. Recordar que la zona de estudio se delimitó deliberadamente sobrada para garantizar que en su interior –en alguna parte por develar- se localizara el centro de comercio al menudo del AMT (ver la sección donde se describe la metodología). 60

Una decisión locacional que falle por unas cuantas decenas de

metros puede tener un impacto muy serio en el desempeño de las firmas terciarias orientadas al consumidor. Vemos, si los flujos varían en 109 peatones por cada metro -según el conteo realizado durante tres días- la diferencia por cada metro a la semana será de 254 peatones aproximadamente (109 / 3 x 7 = 254). Así, la diferencia de acceso a los flujos de peatones a los diez metros será de 2,540 a la semana, a los cincuenta metros será de 12,700, de 25,400

del nivel del mar) con la curva de flujos (digamos, con la ladera de la montaña) se registra en los puntos I5 y S1 que corresponden –exactamente- a los cruces de Morelos con las calles Villada y Pino Suárez (Figura 3). Estas dos calles funcionan como fronteras del centro sobre la calle de Morelos, porque más allá de estas dos calles los flujos peatonales pierden fuerza y se convierten en flujos de intensidad baja.62 En el siguiente umbral (zona del centro de oportunidad de negocios de intensidad media: flujos mayores de 20 mil y menores de 50 mil personas) estarían seis puntos de conteo (O3, O2, D5, P4, P3 y Q2; Figura 5). Los límites de esta zona con la de intensidad alta estarían en el punto P3 (justo en la calle de Aldama) y entre el punto Q2 y Q6 (mucho más cercano al segundo que al primero), es decir exactamente en la calle de Rayón (Figura 3). Por lo tanto, Rayón y Aldama serían los límites de la zona de intensidad media con la de intensidad alta. En la zona de oportunidad de negocio de intensidad alta (flujos entre 50 mil y 100 mil personas) están sólo dos puntos (P2 y Q6). El primero representa la cúspide de la curva de flujos y el segundo está cercano a la frontera con la zona de intensidad media (Figura 5). El punto Q6 se localiza de manera contigua al cruce con la calle de Rayón, que ya hemos definido como el límite que divide las zonas de intensidad media y alta. Por su parte el punto P2 está exactamente en el cruce de las calles de Morelos y Juárez, dos de los más importantes ejes (peatonales y vehiculares) que articulan el centro.63 La calle de Morelos no registra puntos de conteo con flujos superiores a 100 mil personas, así que se puede decir que ningún tramo de esta vialidad es parte de la zona de oportunidad de negocio extrema del centro tradicional de comercio al menudeo del AMT. Si repetimos el procedimiento -ilustrado con la calle de Morelos- para las demás calles de la zona de estudio, es posible definir no sólo los límites del centro, sino las zonas de intensidad extrema, alta y media, que indican, en ese sentido, las diversas zonas de oportunidad de negocio de comercio al menudeo en el centro de la ciudad (Figura 6). El centro tradicional de comercio al menudeo del AMT La delimitación del centro, de acuerdo a los umbrales establecidos se presenta en la Figura 6. Al norte el centro limita con un mercado muy importante64 que atrae flujos de

a los cien metros y de 127 mil a los quinientos metros. Quizá por esta razón es

62

tan difícil acertar al tomar decisiones locacionales, lo que seguramente influye

datos, que se han representado gráfica y cartográficamente y que se revisa en

en la elevada tasa mortalidad de este tipo de firmas.

campo esa parte de la zona de estudio.

61

63

La curva de flujos y la recta de umbral recuerdan las represen-

Lo que puede resultar lógico una vez que se han analizado los

Otra vez: esto resulta lógico una vez que se han analizado los

taciones que hacen los geógrafos físicos de los cortes orográficos y del nivel

datos, que se han representado gráfica y cartográficamente y que se revisa

del mar, respectivamente. Esta analogía puede ayudarnos a entender un poco

esa parte de la zona de estudio.

mejor la explicación.

64

El mercado “16 de Septiembre”.

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Figura 5. Total de Flujos en la calle de Morelos: umbrales de intensidad

intensidad alta y con la calle Santos Degollado. Más al norte de Santos Degollado está la calle Gómez Pedraza, pero por ahí ya no circulan flujos importantes de peatones, debido, sobre todo, a que esta calle colinda con un desnivel de poco más de cuatro metros, que se constituye en un límite natural del centro.65 Al sur el centro termina, en términos generales, en la calle Instituto Literario, aunque sobre la calle de Juárez se extiende hasta Gómez Farías. Al oeste el límite principal es la calle de Villada, pero sobre Hidalgo se extiende un poco más, hasta llegar a la Alameda; y al este el límite principal es la calle Sor Juana Inés de la Cruz, aunque en las calles de Independencia, Hidalgo y Morelos se extiende hasta el cruce con la calle de Pino Suárez. Estos son los límites del centro tradicional de comercio del AMT. Los tramos de flujos de intensidad extrema forma una línea continua en forma de escuadra sobre las calles de Hidalgo y Juárez, que son los ejes principales (y transversales) que articulan el centro.66 Sólo estas dos calles registran flujos de intensidad extrema en un tramo de 584 metros (6.2% del total de vialidades que conforman lo que aquí hemos definido como el centro). Este tramo, el más importante del centro en términos de oportunidad de negocio, corre de oeste a este: desde “El Portal” hasta la esquina que forman Hidalgo y Juárez67, donde dobla al sur -sobre Juárez- y llega al acceso de una gran plaza comercial planificada;68 luego la intensidad del flujo pierde fuerza en el cruce de Juárez con la calle de Morelos. 65

El nivel de la vialidad Paseo Matalazincas está poco más de cua-

tro metros sobre el nivel de la calle González Pedraza. 66

La calla Hidalgo corre en dirección este-oeste y la calle Juárez en

Por su parte los tramos con flujos de intensidad alta se concentran también sobre Hidalgo y Juárez, más algunos tramos de Rayón, Independencia, Morelos, y Galeana, sumando una longitud de 1,730 metros (18.4% del total de metros de vialidad de la zona). Todos los tramos que registran flujos de intensidad alta (es decir, los de oportunidad de negocio alta) están contiguos a los que registran flujos de intensidad extrema, lo que confirma que la intensidad de los flujos, en general, se reduce conforme se incrementa la distancia a los puntos donde alcanza su valor máximo.69 Finalmente, los flujos de intensidad media (oportunidad de negocio media) suman 7,070 metros (75.3% del total de las vialidades del centro), son periféricos a la zona centro y rodean todos los tramos que registran flujos de intensidad extrema y alta.70 Conclusiones El método propuesto en este trabajo para delimitar el centro tradicional de comercio del AMT permitió no sólo establecer sus fronteras espaciales, sino identificar diferentes zonas en función de las oportunidades de negocio: una zona de intensidad extrema, una de intensidad alta y, finalmente, una de intensidad media. Esto puede resultar útil para orientar diferentes tipos de políticas públicas en el centro y para la toma de decisiones locacionales de las firmas. Adicionalmente, el hecho de contar con información desagregada sobre la vitalidad del centro permitirá monitorear mejor su evolución y desempeño. Dado que no hay antecedentes de información acerca de la

dirección norte-sur.

69

67

flujos de intensidad alta exactamente sobre la fachada principal del mercado

Ver la descripción de El Portal en una nota de píe de página ante-

Salvo un tramo aislado de la calle de Rayón (al norte) que registra

rior.

“16 de Septiembre” que es un importante atractor de peatones.

68 Grand Plaza Toluca, una plaza de cerca de 36 mil metros cuadra-

70

dos.

principal del mercado “16 de Septiembre”.

64

Salvo el ya mencionado tramo aislado de Rayón sobre la fachada

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intensidad de los flujos peatonales en el centro del AMT, los resultados de la flujoscopía son sorprendentes: hay puntos en la zona que registran hasta 6,880 compradores potenciales en una hora, lo que es un indicador muy claro de la importancia del centro como opción locacional y oportunidad de negocio. No obstante, también quedó en evidencia la enorme variación de la intensidad de los flujos en el centro –a veces en cuestión de unas decenas de metros- lo que explica en parte lo complicado que les resulta a las firmas encontrar soluciones locacionales correctas. La regularidad del comportamiento espacial de los flujos, aunque previsible en lo general, resultó interesante al comprobarse empíricamente en lo particular: la intensidad de los flujos disminuye sistemáticamente –aunque con velocidades cambiantes- conforme se incrementa la distancia al pico de máxima intensidad. Adicionalmente –y este hallazgo es relevante en términos de planeación- la influencia gravitatoria del pico de máxima intensidad de flujos del centro del AMT tiene un alcance de 750 metros sobre el comportamiento espacial de los consumidores potenciales.

Más allá de ese punto la influencia de la distancia sobre la intensidad de los flujos desaparece y estos se mantienen en un nivel de intensidad bajo. Un punto que se debe subrayar, es que el centro no es una región en el sentido tradicional, sino una retícula de calles; o, si se quiere, una región reticular.71 Para comenzar no es bidimensional (como los tipos básicos de las regiones tradicionales: región homogénea, región funcional y región plan), sino unidimensional (sólo se considera la longitud de las calles72); no es necesariamente continua (como 71

Aunque los más ortodoxos dirán que sólo existen tres tipos de

regiones: la homogénea, la funcional y la región plan (Carter, 1995). Sin embargo, aquí proponemos la idea de región reticular para el centro porque tiene características diferentes a las tres categorías básicas mencionadas. Ver la explicación en el texto. 72

Para delimitar el centro no es requisito necesario considerar el

ancho de las calles ni las variaciones de los flujos de peatones en ambas aceras de la calle (lo que de cualquier manera no altera la propuesta básica de la región reticular); y dependiendo de la zona de estudio será necesario, o no, incorporar la altura de las edificaciones lo que añadiría otra dimensión a

Figura 6. Delimitación del Centro del AMT

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la región homogénea y la región plan, por lo que en este sentido es similar a la región funcional), ni uniforme (como la llamada región homogénea), ni se define en términos de interacción entre puntos (como la región funcional; aunque la región reticular considera la intensidad de flujos en diversos puntos del territorio que se pueden luego modelar), ni tiene límites lineales y continuos (como las regiones plan y homogénea) sino que el centro tendrá un límite puntual en cada calle (o retícula) que lo integra y estos límites no estarán necesariamente interconectados (en esto también se parece a la región funcional).73 Es decir, el centro es una región diferente a las regiones tradicionales de los libros de texto.74 Esto es importante, no sólo como una curiosidad académica, sino porque muchos de los intentos pioneros por definir espacialmente el centro económico tradicional en zonas urbanas se apoyó en metodologías que intentaban, necesariamente –casi como una obsesión- generar zonas (o regiones intraurbanas) continuas, incluso si para eso tenían que recurrir a diversos artilugios metodológicos (Murphy y Vance Jr., 1954; Davies, 1959).75 El método que aquí utilizamos requirió de trabajo de campo intensivo y un tanto complejo76, pero a cambio

generó información útil y precisa, resultó rápido y cumplió su cometido con creces: delimitar el centro e identificar la intensidad espacial de las oportunidades de negocio en la zona. Sin embargo, no está libre de limitaciones. Quizá la más importante es que todos los peatones se consideran consumidores potenciales idénticos: en su ingreso, gasto disponible, propensión al gasto, gustos, preferencias, entre otras características, lo que evidentemente es inexacto. Por ello, la intensidad de los flujos de compradores potenciales es sólo un indicador –aproximado- de la oportunidad espacial de negocio, que debe de complementarse con otra información importante (especialmente con los usos del suelo) para delinear una imagen más definida de las oportunidades espaciales de negocio en el centro. El paso siguiente parece claro: explicar el patrón espacial de flujos peatonales en el centro del AMT y vincularlo con los usos y precios del suelo. Falta mucho por hacer, pero la primer tarea –delimitar la zona de estudio, con las incertidumbres e inexactitudes inherentes al caso- ya está realizada y lista para ser sometida a la prueba de la controversia.

la región (que no es necesaria para definir el centro tradicional de comercio al

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Primero, porque los límites del centro en cada calle o retícula del

centro no están interconectados en la realidad; y segundo, porque no es necesario interconectarlos artificialmente para definir la región reticular. Interconectarlos en un mapa sólo complacería nuestra necesidad psicológica de completar imágenes (según las leyes de la Gestalt; Koheler, 1992), pero, tratándose del caso que aquí nos ocupa, una región con límites continuos sólo existiría en un papel o en la mente de su autor, pero no en la ciudad. 74

Diferimos de Murphy y Vance Jr (1954; p. 191) en que el centro

tradicional de actividades terciarias orientadas al consumidor es una región como cualquier otra; pero coincidimos en que, efectivamente: i. tiene un núcleo en el que las características de la zona (en este caso los flujos peatonales) alcanzan su máxima intensidad que decrecen con la distancia; ii. tiene zonas de frontera (aunque no son continuas y son complicadas de definir); y, iii. estas fronteras son cambiantes en el tiempo. Aún más, estas fronteras son cambiantes a lo largo de cada hora del día (como lo indican los resultados de la flujoscopía peatonal que sustenta el análisis empírico de este trabajo). 75

Vale la pena revisar el artículo clásico de Murphy y Vance Jr.

(1954) para darse cuenta de las grandes ventajas y desventajas de su metodología, pero, sobre todo, para apreciar las diversas reglas de excepción que necesitaron diseñar para garantizar la continuidad espacial de sus delimitaciones, incluso si eso significaba dejar fuera áreas importantes que no cumplían

*Doctor en Geografía Social, profesor investigado del Colegio Mexiquense.

el requisito básico de contigüidad espacial.

los puntos de conteo y definir los circuitos y los tiempos de conteo, registro y

76

traslados. Sin embargo, todos los trabajos de campo tienen su grado de com-

Por un lado se requirieron 33 personas durante 36 horas (tres

jornadas diarias de doce horas cada una) y diversas pruebas para localizar

66

plejidad.

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Garnica, Rubén; Barbosa, Dulce; Sánchez, Helena; Durán, Gabriela | Una visión de la estructura urbana de Zacatecas

Una visión de la estructura urbana de Zacatecas Dr. Rubén Garnica Monroy*, Arq. Dulce Barbosa, Arq. Helena Sánchez, Arq. Gabriela Durán** Resumen En muchas ciudades del mundo la planeación se sigue realizando de manera sectorizada, participando de una manera independiente, subestimando o ignorando las relaciones sistémicas y su impacto en los otros sectores. Algunos planificadores del transporte han reconocido que estudiar y planear las ciudades a partir de la movilidad presenta algunas limitaciones, además que ha sido ampliamente superada por la realidad, no habiendo infraestructura que sea capaz de satisfacer la demanda de circulación por ellas, lo cual crea incertidumbre respecto a la localización de nuevas actividades (Banister, 2002). La presente investigación parte de la idea de volver más eficiente el sistema de transporte a partir del análisis de las características de la red vial, de su conectividad de la estructura vial y de la accesibilidad espacial. Se seleccionaron algunas zonas metropolitanas de tamaño medio para identificar áreas de oportunidad para el desarrollo de intervenciones urbanas o proyectos de transporte integrales fundamentados en la conectividad y la accesibilidad. En este artículo se presentarán los resultados observados en la ciudad de Zacatecas. Primero se describe la estructura vial de la ciudad, para después identificar de las vialidades más importantes según su conectividad, longitud de línea y longitud de frente de cuadra. A partir de los resultados obtenidos en cada una de las variables observadas se puede entender la manera en que Zacatecas se ha desarrollado y cómo se ha transformado morfológicamente y las implicaciones que esto conlleva. Entender la ciudad como red Las ciudades son objetos muy complejos, compuestos por grupos sociales que han determinando y transformado su estructura urbana a lo largo de la historia (Giddens, 1984), por lo que explicarla resulta igual de complejo. La estructura urbana está conformada por sistemas y subsistemas cuyas relaciones determinan su organización y modos de crecimiento (Næss, 2006), tales como: la localización de las actividades (residencia, trabajo, equipamiento y servicios); la distribución geográfica y la forma de la traza que contiene al conjunto de edificios; el sistema de transporte; los sistemas de infraestructura (agua, drenaje, provisión de energía y telecomunicaciones); las estructuras verdes y azules (cuerpos de agua) localizadas dentro o cerca de la ciudad. Lo importante de la ciudad no es sólo su forma o apariencia, o sólo los procesos sociales que se dan día a día, sino también el espacio donde se relacionan lo público y lo privado es

70

decir, el espacio público. Éste sistema, abierto y continuo, conforma el esqueleto de la ciudad y su morfología es la evidencia de cómo la sociedad ha adaptado y transformado el territorio con el fin de poder lograr una organización espacial de las actividades favorable para sus habitantes (Herce Vallejo y Magrinyà Torner, 2002; Hillier, 1996). Existe tan diversas maneras de entender las ciudades como intereses particulares, por ejemplo: bajo la óptica económica se puede explicar como el resultado de la competencia entre productores y/o consumidores con el fin de localizarse en los sitios de mayor conveniencia de acuerdo a la combinación más favorable entre localización y cantidad de espacio; socialmente se advierte como el escenario de la interacción social y autoexpresión de sus habitantes; mientras que la visión de la ingeniería de transporte la explica como la distribución de polos de atracción que generan flujos, que modifican la organización funcional y su configuración; la arquitectura y el diseño urbano la ven como una composición geométrica capaz de organizar las actividades, incluyendo la densidad de ocupación del suelo. Con el desarrollo e implementación de las tecnologías de la información y comunicación se ha retomado el estudio de las ciudades a partir de la lógica de las relaciones que influyen en su capacidad organizativa del territorio, es decir, entendiendo la ciudad como una gran red compuesta por diferentes redes: las de comunicación, las de infraestructura y la vial, para así tener visiones a diferentes escalas a partir de estas relaciones. El objeto de estudio de estos análisis es la estructura espacial y el conjunto de puntos geográficos interconectados en un sistema por un número de rutas, con el fin de encontrar patrones de localización y movilidad y de observar la evolución de las redes de transporte (Kansky, 1963, p.1), hacer propuestas que integren la movilidad con la distribución espacial de las actividades a varias escalas (Barthelemy, 2011, p.2) y observar el grado de resiliencia que la ciudad puede tener (On Line TDM Encyclopedia VTPI, 2012a). Al ser el espacio público (incluida la red vial) el que permite y distribuye las relaciones urbanas, y al observar su importancia como elemento indispensable de su crecimiento (especialmente las vialidades) y consolidación, los análisis de redes lo toman como base, reduciéndolo a su forma más básica y elemental (Haggett y Chorley, 1969, p.3): una estructura de puntos y líneas que se analiza de una manera topológica1, empleando conceptos de la teoría matemática de 1

La topología es una “rama de las matemáticas que trata especial-

mente de la continuidad y de otros conceptos más generales originados de

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grafos para observar su grado de conectividad y la jerarquía (a diferentes escalas) obtenida a partir de las conexiones existentes. Los análisis de redes se han convertido en una herramienta útil para estudiar cómo se crean y alteran las posibilidades de localización de actividades en el entorno de la ciudad y cómo se crean condiciones para el crecimiento de las ciudades. Al simplificar2 la estructura urbana se puede: observar con mayor claridad la estructura básica de la red; entender las relaciones de complementariedad entre actividades y redes en la organización espacial; poner de relieve la importancia de los parámetros que categorizan las redes, como son su cobertura, capacidad estructurante, flexibilidad y limitaciones de crecimiento, accesibilidad y conectividad que otorgan al espacio, nivel de servicio, etc., así como sus correspondencias con los requerimientos de ordenación espacial de las actividades (Herce Vallejo y Magrinyà Torner, 2002, p.81). Actualmente, algunos planificadores están reorganizando las ciudades o sectores de éstas a partir del entendimiento de la red urbana como instrumento de planeación, porque en ella se reflejan las posibilidades de las relaciones espaciales y la capacidad organizativa del territorio. Es así que se han comenzado a redefinir “las técnicas de planificación territorial (a menudo sobre la base de la concertación) y a recuperarse instrumentos de análisis propios de la geografía y de la economía urbana, adaptándolos a los requerimientos de medición de los efectos estructurantes de las infraestructuras (análisis de grafos y modelos de potencial, principalmente). Poniéndose el énfasis en las redes como oferta y no en las redes como predeterminadas por los requerimientos de la demanda; y en los territorios privilegiados por la topología de estas redes como oportunidades de articulación urbana” (ibid, p.161) La conectividad como fundamento de la movilidad urbana El sistema de transporte de una ciudad está compuesto por la red de transporte (estructura vial, puentes, terminales aeroportuarias, de ferrocarriles, etc.) que relaciona todos los componentes espaciales del medio construido (edificios y espacios públicos) y permite la circulación de los individuos por cualquier modo de circulación (puede ser motorizado o ella, como las propiedades de las figuras con independencia de su tamaño o forma” (Real Academia Española, 2001). 2

Como en cualquier modelo, cierta información se descarta con el

no motorizado) (Figura 1). La combinación del sistema de transporte y el medio construido es el llamado ambiente de circulación. Es en este último donde la gente vive y realiza sus actividades, mientras que es en el sistema de circulación donde se dan los desplazamientos de los individuos (Vasconcellos, 2001). El propósito de la estructura vial3 es el de conectar lugares y hacer posibles los desplazamientos de los habitantes, por lo que la ciudad se entiende como el conjunto de puntos geográficos interconectados por un número de rutas que determinan patrones de localización y movilidad.

Figura 1. Ambiente de la circulación Fuente: Elaboración propia

La conectividad se define como la cantidad y tipo de conexiones o intersecciones que una calle o camino tiene, por lo que una calle bien conectada tiene un gran número de intersecciones4 y de la cual es fácil llegar a otras calles más lejanas (On Line TDM Encyclopedia VTPI, 2012b). Algunos beneficios de una ciudad bien conectada son: la reducción en las distancias de viaje; mejora en la accesibilidad a cualquier destino; el incremento en las opciones de posibles rutas para llegar de un punto a otro; la optimización en la provisión de los servicios urbanos, tales como servicios de emergencia, seguridad pública, agua potable, drenaje, etc. (Handy et al., 2003, p.13; On Line TDM Encyclopedia VTPI, 2012b); el incremento de posibilidades de movimiento en el área, especialmente el peatonal (Jacobs, 1964; Siksna, 1997). Estudios en ciudades donde se ha mejorado la conectividad de la red vial han demostrado que una mayor conectividad reduce la distancia recorrida en automóvil entre un 1.2 y 1.6% (On Line TDM Encyclopedia VTPI, 2012b) además de tener un alto impacto en la decisión de selección de modo de transporte, incrementándose la posibilidad de caminar y del uso del transporte público –ver figura 2- (Ewing y Cervero,

fin de poder observer de una mejor manera el fenómeno a estudiar. En el caso

3

En esta investigación se usará indistintamente los términos red

del análisis de redes urbanas, esta simplificación descarta toda la información

vial y estructura vial. En ambos casos se considera que en esta red es posible

de qué sucede en los intersticios o regiones entre líneas o en las mismas

cualquier desplazamiento en cualquier modo de transporte.

líneas (como la longitud, la dirección, su capacidad, etc.), pero que luego se

4

puede volver a incorporar.

de-sacs).

Y tratando de que el menor número sean callejones sin salida (cul-

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Garnica, Rubén; Barbosa, Dulce; Sánchez, Helena; Durán, Gabriela | Una visión de la estructura urbana de Zacatecas

2010; Handy, Tal y Boarnet en On Line TDM Encyclopedia VTPI, 2012b; Siksna, 1997). Además, el incremento de la red de transporte y la provisión de un mayor acceso a los equipamientos y servicios provistos por la ciudad y a las zonas de concentración de trabajo son algunos de los factores que contribuyen a la consolidación de un área de la ciudad (Negrón Poblete, 2003). Longitud de “frente de cuadra” (m)

Tipo de flujo predominante

Tendencia al cambio

60 – 100

Peatonal

No

100 - 200

Peatonal y Vehicular

No

Mayor a 200

Vehicular

Fuente: Elaboración propia a partir de Siksna (1997)

Figura 2. Relación entre longitud de “frente de cuadra”, tipo de flujos predominantes y su tendencia a ser modificado

Existen distintas formas de medir la conectividad, sin embargo todas cuantifican el grado de conectividad de una calle (origen) con respecto a los destinos deseados de acuerdo al modo de transporte empleado. Algunos de los índices mas comúnmente empleados son: el número de tramos de una calle dividido entre el número de nodos; el cociente obtenido de la división de las intersecciones entre el

Índice

número de intersecciones y número de callejones; el número de intersecciones dentro de un área determinada; solamente el número de conexiones de una línea. Algunas de las formas mas comunes de medir la conectividad de una ciudad o de un área urbana se muestran en la figura 3. Cuando la accesibilidad se relaciona con los grupos sociales es común confundirse con el término de movilidad por ser complementarios, porque son los grupos sociales los que tienen que desplazarse (movilidad) de un lugar a otro en la ciudad considerando sus posibilidades de desplazamiento, los sistemas de circulación disponibles y la distribución espacial de las actividades (accesibilidad). La accesibilidad y la movilidad se diferencian por ser atributos de diferentes sujetos, mientras que el primero (como ya se mencionó) se relaciona con el territorio, el segundo es una característica de los individuos. La accesibilidad El concepto de accesibilidad ha estado presente de manera implícita en la planeación desde sus inicios como ciencia, pero ha evolucionado o variado de acuerdo a nuevas formas de pensamiento y avances tecnológicos. Podemos entender la accesibilidad como la facilidad que da la configuración física de la ciudad a la población para alcanzar los destinos deseados, distribuidas en el territorio desde cualquier punto,

Fórmula

Razón entre número de tramos (T) y número de nodos (N)

Escala del índice

Ejemplo gráfico

1 = Ideal C=T/N

(Ewing, 1996)

1.4 = mínimo requerido para una ciudad caminable 4/4=1

Razón de Intersecciones (I) (USEPA, 2002)

C=I/(I+K) K = número de callejones sin salida

12 / 9 = 1.33

0 = Nula 0.75 = Deseable 1 = Máxima conectividad posible 20 / (20 + 4 ) = 0.83

Número de Intersecciones (I) en un área determinada

C=I/sup

A mayor número de conexiones mejor conectividad C = 60 conexiones / km2

Número de intersecciones (I)

C=I

A mayor número de conexiones mejor conectividad

Fuente: Elaboración propia a partir de On Line TDM Encyclopedia VTPI (2012b)

Figura 3. Índices de conectividad

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empleando la red vial. De esta manera tenemos que entenderla como un atributo del espacio, propio de los lugares, de las ciudades y los territorios (Santos y Ganges y de las Rivas, 2008, p.20). Otra característica es que para poder alcanzar los sitios deseados es necesario superar la distancia entre ellas, empleando algún modo de transporte. Es entonces, la proximidad o distancia entre un lugar y otro (o el resto de los lugares) el otro factor que definirá el grado de accesibilidad de estos. El empleo de índices de accesibilidad para la planeación integral supone resultados favorables para la ciudad y sus habitantes, tales como: la consolidación de políticas de uso de suelo y transporte compartiendo objetivos con otros sectores; los cambios en la red de transporte son observables y cuantificables respecto al acceso a las oportunidades de los individuos; la precisión del impacto del transporte y el desarrollo se distribuye en el territorio, grupos sociales, propósitos y modos de viaje (coincidiendo con los objetivos de la ciudad equitativa); el análisis de las oportunidades que una ciudad o área ofrece a escalas locales o globales, dependiendo del modo de transporte que se observe y de los intereses de la planeación; se puede cuantificar el valor agregado de las opciones de los viajes para cada grupo social, lo cual permite evaluar el impacto que un cambio en cualquiera de los dos sectores tiene, y por lo tanto, tomar las decisiones más apropiadas para el caso (Halden, 2002). Las ciudades intermedias en México Entre los años 1970 y 2010, la población urbana aumentó significativamente, lo cual se ve reflejado en el número de ciudades en México, de 174 en 1970 a 399 en el año 2010, es decir casi tres y medio veces. Para el 2010, las ciudades de mas de un millón de habitantes eran once, mientras que 79 tenían entre cien mil y un millón de habitantes (ciudades intermedias) y en 309 habitaban menos de cien mil personas (ciudades pequeñas) (Garza Villarreal, 2003; Sobrino, 2011). Aún cuando en términos relativos el cambio más significativo fue en las grandes ciudades, las ciudades intermedias han adquirido mayor presencia dentro del país (Sobrino, 2011: 4), posiblemente porque se siguen concibiendo como “una posibilidad tanto de reducir lo que parece ya una costosa concentración en el aspecto social –y ‘potenciar’ o aprovechar los recursos físicos, humanos y en general económicos latentes en el resto del país-, como de integrar –al menos funcionalmente- la población dispersa a los beneficios del desarrollo” (Aguilar et al., 1996, p.24). La ciudades intermedias se han constituido en el soporte básico de la vida social, cultural, económica y política del México actual (Ruiz, 1993, p.716), lo que sugiere que deberían existir políticas de desarrollo urbano congruentes con su realidad que permitieran un equilibrio de todos los

elementos físicos y sociales5 determinantes del tejido urbano (Garza Villarreal, 2003, p. 79). A pesar de esto, los procesos de instrumentación de las acciones no han sido ni efectivos, ni suficientes, por lo que actualmente las ciudades se encuentran en condiciones desfavorables para poder proteger los recursos naturales (bosques, cuerpos de agua, áreas de conservación, etc.) y el suelo de intereses económicos y la especulación inmobiliaria. Una planificación integral de las ciudades intermedias podría entonces llevar a “un uso más racional de la tierra; al acceso mejorado al empleo, los mercados, los servicios públicos y las áreas de recreación; y a la conservación y preservación del medio ambiente” (Ward, 2004, p.302), lo cual significaría un gran beneficio para sus habitantes y el país. La conectividad en la planificación Uno de los problemas mas comunes de la planeación en México es su sectorización, es decir, cada sector que involucra a una ciudad (desarrollo económico, medio ambiente, usos de suelo, vialidades, etc.) planea su participación de una manera independiente, olvidando las relaciones sistémicas e ignorando su impacto en los otros sectores, por lo que se ha vuelto mas decorativa que indicativa (Ward, 2004). A partir de la literatura revisada respecto a un cambio de paradigma en la planificación, esta investigación propone que tanto los planificadores como los diseñadores urbanos deberían buscar un arreglo mas eficiente de las actividades en la ciudad empleando la proximidad entre éstas y una mayor conectividad provista por la red de transporte (Garnica Monroy, 2012). Al emplear la proximidad entre las actividades, como el mejor sustituto de los largos desplazamientos y mejorar la conectividad entre las diferentes áreas, con modos de transporte eficientes y adecuados es posible mejorar la calidad de vida de sus habitantes (Owen, 1972), con beneficios económicos, sociales y ambientales a las ciudades, tales como: la reducción de la necesidad de viajes, especialmente los hechos en automóvil; el mejoramiento de la calidad ambiental; mayor seguridad; la creación de nuevos desarrollos inmobiliarios evaluados previamente con respecto a su localización, escala, densidad y diseño; promoción del transporte no motorizado; beneficios en la salud de los habitantes, etc.

5

Los elementos físicos son la organización territorial, el tamaño, los

recursos naturales, la dotación de servicios, equipamiento y obras de infraestructura, la distribución territorial de los factores de producción. Los sociales son la especialización económica, el empleo, la marginalidad, la distribución de ingreso, el nivel educativo y los principales agentes políticos.

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Figura 4. Zona Metropolitana de Zacatecas diferenciando los municipios de Zacatecas y Guadalupe. Fuente: Elaboración propia con base en Google Maps.

La estructura vial de Zacatecas caso de estudio La zona metropolitana de Zacatecas6 se encuentra conformada por la conurbación de dos municipios: la capital del Estado Zacatecas al poniente y Guadalupe al oriente, los cuales están ubicados en la parte central de la entidad (Figura 4). En el año 2005 la ciudad cubría una superficie aproximada de 1,215 km2, siendo 442 km2 pertenecientes al municipio de Zacatecas (36.4%) y 773 km2 al de Guadalupe (63.6%). De acuerdo a datos de la CONAPO (2007), la zona metropolitana contaba con una población de 261,422 personas repartidas de la siguiente manera: 132,035 habitantes de Zacatecas (50.5%) y Guadalupe con 129,387 habitantes (49.5%). Con los datos de superficie y población, podemos concluir que la parte de la ciudad perteneciente al municipio de Zacatecas (101.6 hab/Ha.) es más densa que la zona de Guadalupe (88 hab/Ha.). El crecimiento de la ciudad situada en el municipio de Guadalupe es posterior al de Zacatecas, y al igual que muchas áreas conurbadas, surgió por la migración de los habitantes de la ciudad antigua a las periferias. Además, después de una inspección visual podemos decir (ver Figura 5) que el área de Guadalupe es más dispersa en territorio que la ciudad antigua, suponiendo que los conjuntos habitacionales construidos han sido de 6

La zona metropolitana esta conformada por áreas urbanas y rura-

les que están incluidas dentro de cada municipio, mientras que el área urbana,

baja densidad provocando la expansión de la ciudad. Zacatecas está conformada por la conurbación de las cabeceras de dos municipios, y se puede observar claramente como dichas cabeceras o centros de municipio fueron conectadas mediante avenidas en las que posteriormente se dio el desarrollo de la ciudad. La zona de Zacatecas es la más antigua y se estableció en una zona montañosa debido a su producción minera, por lo que tiene una traza irregular y orgánica. La traza tuvo que adaptarse al terreno, sin embargo hacia el sur, donde las pendientes disminuyen se puede observar como comienzan a surgir colonias más reticulares. Por el otro lado, Guadalupe tiene una orografía relativamente plana, ha crecido en superficie notablemente ya que los nuevos desarrollos buscan zonas con menores accidentes geográficos. Asimismo, mediante este análisis visual nos damos cuenta que el municipio de Guadalupe se encuentra sobre un terreno más regular, por lo que podemos observar que los fraccionamientos y colonias establecidas ahí son de forma reticular. El modelo de análisis Para poder hacer un análisis de la estructura vial de Zacatecas se decidió hacer primero un mapa axial es decir: un mapa con el menor número de líneas rectas (siendo éstas las mas largas posibles), que cubrieran7 toda el área de

a la que se denominará en este artículo como Zacatecas, solo considera la

7

mancha urbana continua y contigua dentro de los límites político-administrati-

estén completos formando anillos y que todos los espacios convexos se hayan

vos

atravesado (Hillier et al., 1993: 34).

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Por cobertura se deberá entender que los circuitos de circulación

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Figura 6. La Zona Metropolitana de Zacatecas se formó a partir la conexión de los centros de los dos municipios. Fuente: Elaboración propia

Figura 7. Mapa de líneas continuas de Zacatecas Fuente: Elaboración propia

estudio, creando una red donde son las líneas los elementos analizados y las intersecciones los elementos de conexión8. 8

Contrario a los análisis de redes convencionales, particularmente

los de transporte, donde el elemento analizado es la intersección y los arcos

De esta manera es posible internalizar la estructura linear en un grafo y permite estudiar las principales características geométricas de una manera objetiva (Hillier y Hanson, 1984, p. 91). Una vez construido el mapa, se decidió hacer un proceso de

son los elementos de conexión.

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agregación para representar la mayor extensión posible de un camino (limitado por una sinuosidad máxima previamente definida9), al que se le denomina mapa de líneas continuas. Este tipo de mapas parte del hecho que para un individuo los pequeños cambios de dirección en su recorrido o ruta no son percibidos (Dalton y Turner en Figueiredo y Amorim, 2004) por lo que cambios de dirección no sean drásticos deberán considerarse como una sola línea (Thomson, 2003: 3), por lo que las líneas axiales son agregadas (Figueiredo y Amorim, 2004: 5). El mapa resultante consta de 9,429 líneas continuas (Figura 6), de las cuales se analizaron dos propiedades, su conectividad y su longitud, y se hizo una estimación del tamaño de frente de manzana o cuadra. Este mapa muestra la estructura vial de la ciudad, sin embargo es necesario mencionar que todos los conjuntos habitacionales “cerrados” fueron excluidos del modelo, por lo que es posible que existan algunos grandes vacíos dentro de la estructura que en realidad no lo son. Longitud de línea Estudios han demostrado que las ciudades, sin importar su tamaño, forma o retícula, están conformadas por pocas líneas largas y muchas líneas cortas y mientras las ciudades crecen, la proporción de las líneas largas en relación con el total de líneas es menor, pero éstas son más largas y van desde el centro (o cerca de éste) hacia la periferia (Hillier, 2001) Es así que la ciudad de Zacatecas no es la excepción ya que está construida con una estructura vial jerarquizada no sólo por sus dimensiones de sección, por su nomenclatura o niveles de servicio, sino por su longitud. Las calles con mayor longitud (y mayor jerarquía) permiten que los habitantes puedan moverse de un lado a otro de la ciudad fácilmente y sin cambiar de dirección, lo cual la vuelve una vialidad importante en términos del potencial de desplazamientos intraurbanos. A continuación presentamos el análisis de las calles de acuerdo a su longitud, dividiendo las calles en 6 intervalos. El primer intervalo, mostrado con color azul oscuro, encontramos las calles que van desde 1 a 100 metros de longitud; el segundo, de color azul claro, la que se encuentran 9

El ángulo para la sinuosidad máxima no está definido de manera

absoluta, sin embargo los estudios empíricos sugieren un ángulo mayor a 35º se puede considerar ya como un cambio de dirección. Por lo que el proceso de agregación de líneas axiales para la creación de las líneas continuas considera que si en la intersección de dos líneas el ángulo es menor al definido por el investigador (35º según los autores) las líneas serán agregadas y consideradas como una sola; en el caso de que el ángulo sea mayor al umbral definido,

entre 101 y 200 metros, ; el tercer intervalo, de color cyan, son calles entre 201 y 500 metros; el cuarto intervalo, de color amarillo, va de los 501 a los 1,000 metros; el quinto intervalo, de color naranja, es de 1,001 a 2,000 metros; y el último intervalo, mostrado de color rojo va de los 2,001 a los 3,774 metros, medida que tiene la calle más larga de la ciudad de Zacatecas. La mayor parte de las calles se concentran en los primeros intervalos (98% en los dos primeros intervalos) y pocas calles tienen una longitud mayor a los 1,000 metros. Al mismo tiempo observamos que la mediana10 para dicho atributo es de tan solo 92 metros, lo cual nos dice que las calles en general son pequeñas en la ciudad de Zacatecas, y solamente los libramientos y carreteras son los que tienen las mayores longitudes dentro de la ciudad. Así podríamos inferir que la ciudad de Zacatecas tiene le potencial para ser una ciudad caminable (ver figura 8) con calles compartidas con modos de transporte motorizados. Esta inferencia se confirmará en el análisis de frente de cuadra. Conectividad Es importante conocer la conectividad de una ciudad debido a que nos ayuda a conocer la manera en que los habitantes pueden trasladarse desde un punto A hasta un punto B de manera fácil y en el menor tiempo posible. Gracias a este análisis podemos saber cuáles son las distintas opciones o rutas de desplazamiento y que tan conectadas están, al mismo tiempo podemos estudiar la cantidad de calles que tienen buena conexión con el resto de la ciudad y en todo caso saber cuáles son las calles más utilizadas y por lo tanto las que podrían tener mayor congestión vehicular. En la Figura 9 podemos observar la distinta conectividad que presentan las calles de la ciudad de Zacatecas, dividida en 7 intervalos para poderla identificar fácilmente: el primer intervalo, mostrado en color azul marino, son aquellas calles que tienen una sola conexión; el segundo intervalo, de color azul claro, muestra las calles que presentan 2 conexiones; el tercer intervalo, color cyan, tiene 3 conexiones; el cuarto intervalo, color verde claro, tiene entre 4 y 5 conexiones; el quinto intervalo, color amarillo, de 6 a 10 conexiones; el sexto intervalo, color naranja, tiene de 11 a 20 conexiones y por último el séptimo intervalo, mostrado de color rojo, va desde 21 a 37 conexiones. Como se puede observar en la imagen anterior la mayor parte de las calles con una sola conexión se presentan en las periferias de la ciudad, y en el interior de la ciudad se presentan calles con conectividad entre 4 y 10, y tal como se puede esperar, las calles con mayor conectividad son

entonces las líneas no serán agregadas y por lo tanto serán nodos distintos

10

para el cálculo correspondiente.

distribución de los valores esta sesgada a la izquierda.

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Se emplea la mediana como media de tendencia central porque la

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Figura 8. Mapa que muestra la longitud de líneas de ZacatecasFuente: Elaboración propia Número de calles por intervalo: de 0 a 100 metros, 5,071 líneas; de 100 a 200 metros, 2,615 líneas; de 200 a 500 metros, 1,502 líneas; de 500 a 1,000 metros, 209 líneas; de 1,000 a 2,000 metros, 26 líneas; de 2,000 ó mas larga, 5 líneas. Distribución de la longitud de línea de Zacatecas.

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Figura 9. Mapa de conectividad de Zacatecas Número de líneas de acuerdo a su conectividad: 1 conexión, 591 líneas ; 2 conexiones, 3,806 líneas; 3 conexiones, 2,219 líneas; entre 4 y 5 conexiones, 1,860 líneas; entre 5 y 10 conexiones, 1,449 líneas; entre 10 y 20 conexiones, 141 líneas; más de 20 conexiones, 9 líneas. Distribución de las líneas de Zacatecas por su conectividad.

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los libramientos y las avenidas principales, ya que la mayor parte de las calles locales y secundarias se conectan a ellas. Además es posible observar la presencia de muchos clusters distribuidos en toda la ciudad (visibles en los colores cálidos –rojo, naranja y amarillo-), lo cual sugiere la posibilidad que en estas áreas haya una concentración de actividades económicas, residenciales, recreativas y servicios de consideración. En la Figura 9 podemos ver la distribución de las calles de acuerdo a su atributo de conectividad. Se observa que la mayoría de las calles está distribuida en los rangos menores, y que son pocas las calles que tienen una conectividad alta. Asimismo la mediana de conectividad de la ciudad es de 3, lo que nos indica que se trata de una ciudad fragmentada por lo que no es tan fácil trasladarse de un lado a otro a menos que se transite mediante las avenidas principales. Tamaño de “frente de cuadra” La longitud de las cuadras tiene un relación directa tanto con los usos de suelo como con los patrones de movimiento en las ciudades, e incluso al valor del suelo (Garnica Monroy, 2012). Es así que por ejemplo, para poder desarrollar sus actividades la industria ocupa grandes áreas del territorio cercana a cierta infraestructura vial (necesaria para proveer y distribuir sus productos), por lo que generalmente se ubican, de manera individual o dentro de parques industriales, cerca de la periferia de las ciudades La forma en la que se construye el valor de “frente de cuadra” es a partir de la relación entre la longitud de una calle y su conectividad. Esta relación se encuentra utilizando la siguiente ecuación (Desyllas, 1999): F = L / ( C-1 ) donde F se refiere al frente de cuadra, L es la longitud de la línea y C es el número de conexiones de cada línea. Cuando C es igual a 1 se considerará solamente la longitud de la línea. Los “frentes de cuadra” fueron divididos en 7 intervalos de acuerdo a su longitud (Figura 10): el primero, ilustrado en color azul oscuro, muestra las cuadras entre 1 y 50 metros de longitud; el segundo, en color azul claro, va de los 51 a 100 metros; el tercero, de color cyan, está entre 101 y 150 metros; el cuarto intervalo, de color verde, es de 151 a 200 metros; el quinto, de color amarillo, va entre los 201 y 500 metros; el sexto, de color naranja, esta entre 501 y 1,000 metros; y el ultimo intervalo va de los 1,001 a los 1,668 metros y se muestra en color rojo. De acuerdo a la distribución de “frentes de cuadra” (Figura 10) podemos sugerir que la ciudad de Zacatecas es “caminable”, ya que la mediana para el tamaño de cuadras es de solo 50 metros. También es posible observar que la

mayoría de las calles, el 93%, tienen una longitud de “frente de cuadra” menor a los 150 metros, mientras que las que muestran mayor longitud vuelven a ser las líneas periféricas, carreteras y libramientos. Conclusiones y futuras investigaciones Según Dupuy y Alexander (en Salingaros, 2005: 148) la vida de una ciudad depende del tipo y número de conexiones entre los diferentes espacios dentro de la ciudad, lo que facilita la interacción entre individuos. Es por eso que para que una ciudad funcione de una manera adecuada es necesario que existan diferentes “rutas” de conexión entre diferentes nodos de la red, ya que de no ser así se corre el peligro que la única ruta se sature e incluso colapse (ibid: 23). Aunado a esto, para poder planificar la ciudad de una manera integral es decir, integrando los diferentes sectores a un mismo plan, es necesario primero comprender su estructura urbana. Este estudio parte de esta premisa, por lo que se presentó la estructura del “sistema oseo” de la Zona Metropolitana de Zacatecas, el cual es al mismo tiempo su sistema circulatorio: la estructura vial. Este estudio permite observar la manera en que este esqueleto esta constituido: pocas líneas largas que atraviesan y conectan de oriente a poniente la ciudad y un gran número de líneas pequeñas y poco conectadas en toda el área urbana, tal y como lo han demostrado los estudios de otras ciudades alrededor del mundo. También a partir de la construcción del modelo, fue posible ver de una manera clara en el territorio cómo es que la densidad de la estructura vial evidencia la diferencia de densidades habitacional existente entre los dos municipios que conforman el área metropolitana. En términos de la habitabilidad de la ciudad y la posible convivencia entre diferentes modos de transporte (motorizado y no motorizado), al ver que mas del XX % de las cuadras son menores a los 200 metros nos permite sugerir que Zacatecas es una ciudad muy caminable y que en principio, no debería existir una rivalidad entre modos. Sin embargo sería de mucha utilidad conocer a detalle las condiciones físicas de las vialidades, lo cual incluye el ancho de calle, el ancho de las banquetas, el mobiliario urbano que tiene y en ambos casos, las condiciones físicas tanto de calles como de banquetas. El modelo empleado también debería de compararse con la categorización de hecha para las vialidades (primaria, secundaria, terciaria) para ver las diferencias y las coincidencias como se hizo para la ciudad de México (Garnica Monroy, 2012) y así poder hacer una planificación mas ad hoc a la estructura de la ciudad. Claro esta que los resultados deberán de cumplir otros requisitos como son las

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Figura 10. Mapa de “frente de cuadra” de Zacatecas. Número de líneas de acuerdo a su frente de cuadra: de 0 a 50 metros, 4,621 líneas; entre 50 y 100 metros, 3,250 líneas; entre 100 y 150 metros, 982 líneas; entre 150 y 200 metros, 334 líneas; entre 200 y 500 metros, 221 líneas; entre 500 y 1,000 metros, 17 líneas; mas de 1,00 metros, 4 líneas. Distribución de las líneas de Zacatecas por su frente de cuadra.

dimensiones de sección y los sentidos de flujo. Finalmente, es necesario insistir que lo presentado en este artículo es solamente una parte de una investigación mayor de estructuras urbanas de ciudades intermedias, donde se incluyen análisis de accesibilidad espacial (empleando la herramienta Space Syntax).

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*Doctor en Estudio Urbanos y Ambientales por El Colegio de México, 2012, Profesor Investigador del ITESM Campus Querétaro, coordinador académico de la MNU y coordinador del CEUS. ** Alumnas de la Maestría en Arquitectura y Nuevo Urbanismo en el ITEM Campus Querétaro Generación 2011. Referencias Aguilar, A. G., Graizbord, B., & Sánchez Crispín, A. (1996). Las ciudades intermedias y el desarrollo regional en México. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Banister, D. (2002). Transport planning. (2 ed.). London New York, N.Y: Taylor and Francis, pp. 317 Barthelemy, M. ( SUM Preparatoria / 7:00 pm ANDREA RUÍZ 20 Orfeo Quagliata, Rodrigo Chávez y Tatu Martilla. Ariel Rojo, Fernando Rubio, Mariano García, Jared Jiménez Rodríguez, León de la Barra, Lara Godoy Montñes, Héctor Esrawe, Panel de expertos: Julius César & Marcos Paulo Machado, Nutcreatives y Roger Van Der Heiden. Boa Mistura, Clive Van Heerden & Jack Mama, José de Lao, CONGRESO FACTOR CLAVE 11, 12 y 13 Agustín Solorzano / México, KBAS/ EUA . Filipe Balestra / Brasil, Nik Lietchi / Suiza, Alborde / Ecuador, Roger Van Der Heiden / Holanda , Boa Mistura / España, SOM / EUA, Universidad de Talca / Chile, KOZ / Francia, CONGRESO ARQUITECTURA “CICLOS” 11, 12 y 13 Galería 14 EDA del 11 de Septiembre al 11 de Octubre ÁLVAREZ, DETRÁS DE LO PÚBLICO / Exhibición 11 Salón de Congresos 1 / 7:00 pm PEDRO PACHECO / ITESM Mty. 6 SEPTIEMBRE EXPO EDA9DICIEMBRE ENTREGA DE FIN DE CARRERA30SUM Preparatoria / 7:00 pm ADOLFO PEÑA / CCAU22SUM Preparatoria / 7:00 pmVictoria Transport Policy Institute TODD LITMAN /15Explanada EDA / 7:00 pm MARCOS BETANZOS / (B)ordos8Auditorio Parque Tecnológico / 1:00 pm DANIEL ROMERO / TUUX 1NOVIEMBRE Taller Internacional / Prof. Fernando Núñez IIT _Illinois Institute of Technology 19-26 Salón de Congresos 1 / 7:00 pm ARROYO-PEMJEAN Arquitectos 25 Susana Tort Ayala / Alejandra Vera González Gabriel Mendoza Torres / Citlaly Ordoñez / María Elen Pino Bravo / Maria Jose Robles Azul Castañeda / Roberto Cevada / Héctor Javier León González / Alejandra Martinez Explanada EDA / 7:00 pm PECHA KUCHA / Alumnos EDA 18 Koln Fachhochschule / Politecnico di Milano / Tecnológico de Monterrey Bauhaus University / Bern University of Applied Arts / HEPIA Geneve / Prof. Rodrigo Pantoja ELOP*6 Stanford University / Taller Internacional 5-13 Prof. Efraín Alonso / Carlos Cobreros SOLAR DECATHLON / Taller Internacional / California 5-12 SUM Preparatoria / 7:00 pm PAUL CREMOUX Studio 4SUM Preparatoria / 1:00

pm GILBERTO GONZÁLEZ / Trecho Innovación 11 Auditorio Parque Tecnológico / 4:00 pm GIANFRANCO ZACCAI / Design Continuum 1 OCTUBRE Salón de Congresos 1 / 7:00 pm IVÁN HERNÁNDEZ / Ludens 23 Fernando Nuñez, Danitza Palma. Alfonso Garduño, Rubén Garnica, Rodrigo Chávez, Mariano García, Alejandra Acuña, Stefania Biondi Salón de Congresos 1 / 7:00 pm PECHA KUCHA / Profesores EDA 16AGOSTOrchavezh@ itesm.mx / (442) 238.3759Rodrigo Chávez, Dir. Carrera LDIrpantojc@itesm.mx / (442) 238.3276Rodrigo Pantoja, Dir. Carrera ARQINFORMES:CAMPUS QUERÉTAROTEC DE MONTERREY 2013CICLO DE CONFERENCIAS AGOSTO DICIEMBRE 2013 2011). Spatial networks. Physics Reports, 499(1), 1-101. Ewing, R. (1996). Best development practices : doing the right thing and making money at the same time. Chicago: American Planning Association. Ewing, R. y Cervero, R. (2010). Travel and the Built Environment. Journal of the American Planning Association, 76 (3), pp. 265294. Figueiredo, L. y Amorim, L. (2004). Continuity lines: aggregating axial lines to predict vehicular movement patterns. Proceedings of the Third Great Asian Streets Symposium, Singapore , pp. 1-11. Garnica Monroy, R. (2012). La accesibilidad como instrumento analítico para comprender la organización espacial de la ciudad de México. Un estudio a dos escalas usando Space Syntax. (Unpublished El Colegio de México A.C., México D.F. Garza Villarreal, G. (2003). La urbanización de México en el siglo XX. México: El Colegio de México, Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano. Giddens, A. (1984). The Constitution of Society outline of the theory or structuration. Cambridge: Polity, pp. 402 Haggett, P., & Chorley, R. J. (1969). Network analysis in geography. London: Edward Arnold. Halden, D. (2002). Using Accessibility Measures To Integrate Land Use And Transport Policy In Edinburgh And The Lothians. Transport Policy, 9 (4), pp. 313-324. Handy, S., Paterson, R. G., & Butler, K. S. (2003). Planning for street connectivity: getting from here to there. Chicago, IL 122 S. Michigan Ave, Suite 1600, Chicago 60603: American Planning Association, Planning Advisory Service. Herce Vallejo, M., & Magrinyà Torner, F. (2002). La ingeniería en la evolución de la urbanística. Barcelona, ES.: Edicions UPC. Hillier, B. (1996). Cities as movement economies. Urban Design International, 1 (1), pp. 41-60. Hillier, B. (2001). A Theory of the City as Object. Or, how spatial laws mediate the social construction of urban space. Proceedings. 3rd International Space Syntax Second Symposium, Atlanta, GA., 7-11 May 2001, 1 , pp. 02.01-02.28. Hillier, B. yHanson, J. (1984). The Social Logic of Space. .

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Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local. MNU Arq. Montserrat L. Mendoza Anaya* Resumen El presente reporte de investigación pretende fundar las bases que permitan analizar la fricción urbana de la Zona Metropolitana de Querétaro (ZMQ en adelante), como proceso de desestabilización, resultante de la incompatibilidad entre la vivienda y las actividades locales presentes en un mismo sector de la ciudad. En virtud de ello, el estudio habrá de desarrollarse en dos etapas. La primera etapa determinará, a través del análisis de los conceptos esenciales de la corriente Nuevo Urbanista, las variables adecuadas y su interacción, dando como resultado la conceptualización preliminar del fenómeno descrito. Como segunda etapa, se determinarán parámetros de ponderación que permitan la transición entre la conceptualización preliminar y el desarrollo de una metodología de análisis que tenga la capacidad de representar gráficamente la problemática actual de la movilidad residencia-trabajo de la ZMQ. Introducción La industrialización, el crecimiento desmesurado, la conurbación y la dispersión de las distintas actividades en las ciudades, han contribuido a la creciente dependencia del automóvil e influido en la segregación social. Aunado a ello, la falta de una visión transversal en la aplicación de las políticas públicas, ha determinado una ineficiencia para conformar ciudades inclusivas. Los centros y subcentros urbanos, difícilmente identificables en las ciudades contemporáneas, no son más que núcleos aislados de actividad predominante que no proporcionan jerarquía y claridad de funcionamiento a las metrópolis. Durante los últimos años, la preocupación por mejorar las condiciones de movilidad se ha enfocado en sólo una cara de la moneda: la eficiencia en los medios de transporte, el tiempo y el costo de los traslados físicos. Dicha visualización omite el estudio de las características estructurales de los nodos de origen y destino. La estructura, por su parte, determina la interacción permisible entre la vivienda y las distintas actividades cotidianas, lo que permite una evaluación de la accesibilidad local y su relación con los viajes de escala regional. La importancia de esta problemática radica en que, tal y como se mencionó anteriormente, la lógica económica y

los procesos de valorización del suelo han influenciado la producción y la disposición de vivienda de distintos niveles. A su vez, la disposición de las actividades económicas persigue una aplicación distinta o de forma disgregada a la vivienda de dicha lógica. Por esta razón, se hace referencia en este estudio al fenómeno de desestabilización urbana resultante de las incompatibilidades entre la vivienda y las actividades locales presentes en un mismo sector de la ciudad. La situación descrita, construye una barrera que impide la interacción “vivienda - actividades cotidianas”, aún cuando éstas sean complementarias, razón por la cual, existe una propensión a los traslados regionales. En este contexto, se define el término de fricción urbana como concepto de medición de incompatibilidades en un mismo sector, que a través de la identificación de patrones socioeconómicos, permita valorar la accesibilidad local y su relación con los traslados regionales. Asimismo, se entenderá en este estudio por “patrones socioeconómicos” a la relación existente entre las características económicosociales y los diferentes tipos de actividades. Las actividades cotidianas, se pueden definir en tres grupos generales: • Trabajo • Abastecimiento • Recreación Es importante mencionar que, entre las actividades antes mencionadas, la actividad laboral ejerce una fuerza gravitatoria predominante sobre la vivienda; al igual que el resto de las actividades, el trabajo debe guardar una relación de equilibrio con la vivienda. Tal y como se establece en la Carta del Nuevo Urbanismo, es un principio de la ciudad sostenible la “distribución estratégica, a través de la región, de viviendas asequibles para los distintos estratos socioeconómicos, a fin de equiparar las oportunidades de trabajo y evitar concentraciones de pobreza”. En este sentido, el presente estudio tiene como objetivo el desarrollo de una metodología de análisis del concepto de fricción urbana, que permita evidenciar la falta de atención en las características, localización, efectos de la actividad laboral sobre la vivienda y sus consecuencias sobre la movilidad en las ciudades.

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Hipótesis Se puede inferir que el nivel de especialización requerida por algunas de las labores, asumen la presencia de una relación entre los sectores de actividad laboral, el salario y el estrato socioeconómico de los trabajadores. En este sentido, el desarrollo de una metodología de análisis que permita valorizar la fricción urbana a través del estudio y definición de los patrones socioeconómicos en la interacción entre la actividad laboral y la vivienda, demostrará que a menor nivel de fricción urbana en la interacción, mayor accesibilidad local y menor número de traslados Conceptualización de la problemática general La conjugación de las zonas metropolitanas en México que tuvo lugar desde 1940, está relacionada con el crecimiento físico de varios centros de población sobre el territorio de dos o más estados, municipios, y en algunos casos, puede rebasar unidades político-administrativas nacionales. Este proceso se conoce con el nombre de “conurbación”, introducido por el autor de Patrick Geddes en 1915, con el objetivo de connotar la extensión generalizada de las ciudades. Genéricamente, la formación de zonas metropolitanas es resultado del desarrollo económico, social y tecnológico que han tenido lugar en las últimas décadas, ya que dichos procesos, influyen directamente sobre la concentración demográfica, la especialización económico-laboral y la expansión de la mancha urbana. Según estudios realizados alrededor de este tema, han identificado que existen dos tipos de conurbaciones: • Conjunción física de varios centros de población o ciudades, conservando cada una su independencia funcional en materia económica, social y ecológica. • Aglomeración espacial de dos o más centros de población o ciudades, relativo a la conformación de una región central y regiones externas. Las regiones externas son dependientes de la región central, y regularmente, se transforman en zonas satélites. En el caso de México, la mayoría de las zonas metropolitanas en crecimiento pertenecen a la segunda tipología. Las regiones externas se convierten en zonas de uso predominantemente residencial, lo que influye en un bajo desarrollo económico y un crecimiento desproporcional de la población. Por esta razón, existe una fuerte dependencia entre estas regiones y la región central para el desarrollo de las actividades económicas. La Problemática de la Movilidad en las Zonas Metropolitanas Mexicanas La movilidad se conceptualiza en los desplazamientos origendestino que tienen lugar en las ciudades, ya sea por medios de transporte motorizados y no motorizados, particulares y

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colectivos, ante una clasificación general de los mecanismos que le permiten a una persona trasladarse de un lugar a otro. En el caso de México, se registra que a nivel nacional el 49.5% de los viajes son realizados en transporte público, el 24.6% en vehículos particulares y el 25.9% está representado por viajes ciclistas y peatonales (CTS-Banco Mundial, 2009). No obstante estas cifras, tipológicamente estamos influyendo en un modelo orientado al transporte motorizado, con una prioridad evidente hacia el vehículo particular.Las políticas públicas adoptadas actualmente en las ciudades mexicanas, han demostrado ser una herramienta ineficaz en la gestión de soluciones que contrarresten las problemáticas medioambientales, sociales, e incluso, económicas, causadas por la alta densidad del tránsito vehicular. (Figura 1) Las acciones adoptadas se han enfocado a incrementar la velocidad de los traslados diarios, principalmente a través del aumento en la capacidad vial. Sin embargo, se ha demostrado que dichas acciones solamente promueven un incremento en el parque vehicular, y por tanto, se crean nuevas demandas. En este sentido, estudios realizados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en el 2009, describen que el aparente efecto positivo de las acciones de este tipo, tiene una duración

Figura 1. Ciclo del tránsito inducido Fuente: Imagen extraída del documento “Ciclociudades: Manual Integral de movilidad Ciclista para ciudades Mexicanas”. ITDP, 2011

máxima aproximada de seis meses. Estadísticamente, en los últimos años el número de vehículos registrados en el país ha tenido una tasa de crecimiento del

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9.6%, lo que rebasa hasta seis veces la tasa de crecimiento de la población a nivel nacional (CTS, 2009). En otros términos, podemos decir que por cada 4.1 habitantes en el país, existe un automóvil, y por cada automóvil, solamente se transporta un promedio de 1.3 personas (CTS-Banco Mundial, 2009). Resulta lógico pensar que el crecimiento poblacional y económico de las ciudades necesita de la ampliación y el desarrollo de la infraestructura. Sin embargo, “nunca será posible satisfacer las necesidades de una población creciente y con necesidades complejas…..ni sostener un ritmo de crecimiento de infraestructura que compense el crecimiento del parque vehicular (IMCO, 2010)”1, sino se establecen políticas que permitan aprovecharla eficientemente. En este sentido, se está influyendo en un funcionamiento desordenado de las ciudades, y de alguna manera, en la inequidad social. La pragmática de los mecanismos de valorización del suelo y el modelo cartesiano de zonificación como herramientas de planeación de las ciudades mexicanas, influyen directamente en la distribución de la vivienda, la localización disgregada de las distintas actividades, la fragmentación social y la aglomeración de la riqueza. Por tanto, una ciudad más incluyente es aquélla que no solamente promueve el uso de medios de transporte más sustentables, sino que provee una accesibilidad equitativa a las oportunidades que ofrece la ciudad. La Carta del Nuevo Urbanismo establece entre sus principios que la ciudad sostenible requiere de una “distribución estratégica, a través de la región, de viviendas asequibles para los distintos estratos socioeconómicos, a fin de equiparar las oportunidades de trabajo y evitar concentraciones de pobreza”. No solamente es importante hacer más eficiente la habilidad de trasladarse en las ciudades para realizar las actividades cotidianas, sino incluso reducir el número de traslados y la distancia entre los mismos. Para ello, es indispensable fomentar el desarrollo de ciudades compactas, con usos de suelo mixtos y una mezcla de vivienda que incorpore distintas tipologías y sectores socioeconómicos de manera más homogénea. En este sentido, se reconoce la existencia de un nuevo enfoque para el tratamiento de la movilidad en las ciudades, cuya prioridad no es el tratamiento de los traslados en sí mismos, sino el origen de estos. Tomar como nuevo paradigma de pensamiento y acción el concepto de accesibilidad, permitirá reestructurar el funcionamiento de las ciudades a partir de mecanismos que estimulen el desarrollo de comunidades auto-sostenibles y permitan reducir los traslados de grandes distancias. Dicho de otra manera, el objetivo principal considera la creación 1

“Ciclocidades: Manual Integral de movilidad Ciclista para ciudades

Mexicanas”.Instituto para Políticas de Transporte y Desarrollo (ITDP). México 2011

de los mecanismos necesarios que permitan distribuir equitativamente las oportunidades, bienes y actividades dentro de las ciudades, en virtud de que los habitantes (en su mayoría) puedan realizar sus actividades cotidianas dentro de su misma comunidad. Planteamiento La existencia de una mezcla o variedad de actividades no garantiza que los habitantes tengan accesibilidad a éstas y sean capaces de reducir en distancia y/o número sus traslados cotidianos. Variables como el ingreso, el nivel educativo, la cultura, entre otras, influyen en la compatibilidad entre las actividades (trabajo, comercio, servicios básicos, entre otros) y los habitantes. El estudio de las interacciones existentes en una ciudad, resulta una tarea fundamental que permitirá conocer los patrones socioeconómicos rigen su existencia. De esta manera, se tendrán las herramientas necesarias para determinar si los efectos externos de una tipo de actividad “A” son positivos o negativos para una comunidad, en función de su nivel de aprovechamiento. En este sentido, un enfoque en la accesibilidad local deberá considerar la influencia que tienen los siguientes factores: • Movilidad • Conectividad en el sistema de transporte público • Usos de suelo • Distribución geográfica de actividades y servicios • Compatibilidad entre las actividades, los servicios y las características de los habitantes. Antecedentes evolutivos de las actividades laborales A través del tiempo las actividades laborales se han visto influenciadas por factores externos, que al modificar el contexto y las condiciones de vida de la sociedad, han creado nuevos procesos o formas de producción. Manuel Catells ha demostrado un interés por el estudio de los efectos que ha causado el desarrollo tecnológico en las actividades sociales, con especial atención en las actividades laborales, y su aportación en la configuración de las ciudades. Como primer proceso de tecnificación, este autor explica, acompañado de Peter Hall en la publicación “Las Tecnópolis del Mundo: La Formación de los Complejos Industriales del Siglo XXI”, que el constante y natural crecimiento de las ciudades se vio disparado en el siglo XIX con la Revolución Industrial, y posteriormente con el “hambre de construcción” que dejó la Segunda Guerra Mundial. La invención de la máquina de vapor de James Watts, la aparición de las primeras industrias enfocadas a los procesos de manufactura masiva de bienes materiales como una nueva forma de actividad laboral, y finalmente, la emergencia de las industrias dedicadas al desarrollo de

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nuevas tecnologías, que como resultante, crearon nuevas necesidades en los procesos manufactureros. Esta constante movilización de las actividades económicas, ha dado como resultado el desarrollo de las “tecnópolis” (Castells, 1996) mundiales, que en definición se refieren a los complejos para el desarrollo de nuevas tecnologías, en cualquiera de sus distintas vertientes, que por sus características, modifican los modelos de organización y especializan la actividad económica de la ciudad concentrando la fuerza laboral. Consecuencias urbanas de la tecnificación La actividad laboral es una variable que se ve seriamente influenciada por el fenómeno de la globalización, materializado en tiempo y espacio gracias a las tecnologías de la información. La red global desafía constantemente la competitividad de las ciudades contemporáneas, teniendo grandes consecuencias en la conformación de la estructura urbana. La falta de atención y profundización de tales consecuencias, ha contribuido entre otros factores a la fragmentación económica, social y espacial, teniendo claramente implicaciones en aspectos como la conectividad y la expansión desmesurada de las urbes. Por un lado, la constante especialización del trabajo desemboca en el desplazamiento de trabajadores por aquéllos de mayor capacitación; siendo que ésta no es una variable que promueva la equidad ya que requiere de recursos económicos para su solventación, es correcto afirmar que existe una desigualdad en el acceso a puestos de trabajo mejor remunerados. Por otro lado, la separación de las funciones de las actividades humanas dentro de las ciudades, consecuente de la corriente modernista, impidió una inserción natural de las nuevas formas de actividad económica que pudiera permitir su interacción coherente con la estructura urbana. Las corporaciones especializadas, las industrias, las empresas de desarrollo tecnológico, entre otras, representan unidades de desarrollo negativas de gran escala. Sus características de configuración y sus necesidades de infraestructura y superficie de suelo, influyeron en su disgregación de la ciudad conformando polos periféricos que fuerzan la expansión tentacular del desarrollo urbano, y polos intra-urbanos que no interactúan coherentemente con el entorno, al mismo tiempo que maximizan la valorización del suelo urbano, impidiendo que los sectores de población de nivel socioeconómico bajo puedan acceder a una vivienda, obligando su desplazamiento a las periferias, o bien, provocando incongruencias entre las características espaciales reales de la zona y su valor comercial. Sin embargo, es importante destacar que a pesar de ser unidades de desarrollo negativas, estos poseen una

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gran fuerza de atracción en materia laboral, una actividad humana esencial que connota desplazamientos obligados de la residencia al trabajo, independientemente del nivel de conectividad que proporcione el tejido urbano y las posibilidades de movilidad que ofrezca. Diseño de la Metodología Una de las principales limitaciones del presente estudio es que el procedimiento de investigación deberá adecuarse a la información sobre datos estadísticos, cualitativos y teóricos, con el objetivo de que la metodología pueda ser aplicada y calibrada en zonas y condiciones distintas. Presentación Tomando como zona de estudio la ZMQ y la dinámica de su actividad laboral, el presente proyecto de investigación pretende desarrollar el diseño de una metodología piloto para el análisis del concepto de la fricción urbana en las ciudades. A través de esta metodología se podrá valorar la estructura de la pequeña escala, con el fin de visualizar las problemáticas que originan los traslados regionales que afectan la movilidad de las ciudades. Para el desarrollo de la metodología se tomará como base las siguientes fuentes de información: Fuente: Censo de Población y Vivienda 2010 Indicadores: • Población ocupada total Desagregación: Manzana urbana Fuente: Censo Económico 2009 Indicadores: • Total de unidades económicas • Población ocupada total en unidades económicas Desagregación: Manzana urbana Fuente: Microdatos de la muestra del Censo de Población y Vivienda 2010 Indicadores: • Sector de Actividad Económica • Rama de actividad económica • Posición dentro del trabajo • Ocupación (actividades que realiza) • Nivel de Escolaridad • Ingreso Mensual Desagregación: No contiene Fuente: Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2010 Indicadores: • Sector de actividad Económica • Sub-rama de actividad económica

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• Tamaño de unidad económica • Ocupación • Nivel de Escolaridad • Ingreso Mensual Desagregación: AGEB urbana Fuente: Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas 2011 (DENUE) Indicadores: • Sector de Actividad • Sub-rama de actividad económica • Tamaño de unidad económica Desagregación: Unidad económica Construcción de la metodología de análisis La construcción de la metodología de análisis constará los siguientes procesos principales: 1. Identificación de los núcleos laborales de mayor impacto en la ciudad 2. Caracterización de la composición de los núcleos laborales 3. Análisis de Patrones Socioeconómicos por rama de actividad económica 4. Caracterización de la composición socioeconómica de los trabajadores por rama de actividad económica 5. Caracterización paramétrica de la fuerza laboral de los núcleos económicos 6. Construcción de radios para el traslado no motorizado 7. Análisis de la fricción entre la fuerza laboral integrada y las características requeridas Es importante mencionar que todos los procesos tendrán un producto gráfico que coadyuve a la interpretación de los resultados. Identificación de los núcleos laborales de mayor impacto Los núcleos económicos de mayor impacto en una ciudad se encuentran caracterizados por zonas de concentración de unidades económicas que en conjunto albergan un gran porcentaje de los trabajadores en la ciudad. Con el objetivo de identificar los núcleos económicos, será necesario construir un indicador que permita visualizar la distribución de los trabajadores. Para su construcción, se utilizará la siguiente fórmula: DT=(POTue/POTcd)*100 En donde: DT = Distribución de trabajadores POTue= Población Ocupada Total en unidades económicas Desagregación: manzana POTcd=Población Ocupada Total en la ciudad Desagregación: manzana Construcción del mapa temático

La construcción del indicador anterior deberá tener una desagregación por manzana urbana. Los datos obtenidos se deberán georeferenciar a la proyección del Marco Geoestadístico 2011 del INEGI. Para visualizar el producto obtenido ver Figura 3. Distribución de Población Ocupada en Unidades Económicas. Una vez obtenida la georeferenciación, para la identificación de los núcleos económicos de mayor impacto se realizará un análisis de concentración de trabajadores a través de la herramienta Hot Spot Analysis, incluida en el grupo de herramientas SpatialStatisticsAnalysis del EsriArcMap. Esta herramienta permitirá delimitar los núcleos laborales mediante la identificación de concentraciones en torno a un radio de influencia específico. Los datos requeridos para la ejecución del análisis son los siguientes: • Input FeatureClass: Se deberá seleccionar el archivo en formato .shp al que se haya georeferenciado el indicador Distribución de Trabajadores • Input Field: Se deberá seleccionar el nombre de la columna que contenga el indicadorDistribución de Trabajadores • Output FeatureClass: Se definirá la ruta y el nombre para guardar el nuevo archivo • Conceptualization of SpatialRelationships: En esta ocasión se elegirá la modalidad Zone of Indifference, cuya ventaja es la construcción del un límite a través de relaciones equivalentes, es decir, aumentará o reducirá el radio de influencia de manera equilibrada para concentrar o agrupar aquéllos datos que pertenezcan a un mismo rango. • DistanceMethod: Se encuentra ya seleccionada por default Euclideanmethod • Distance Band: El radio que se seleccione deberá guardar un relación con la escala de análisis que se quiere realizar: vecindario, barrio, colonia, ciudad, etc. Para el desarrollo del presente análisis, se seleccionó un radio de influencia de 1.00km, equivalente a la medida ideal para la conformación de un barrio, tal y como se establece en la Guía Técnica de los Lineamientos del Artículo 73 de la Ley de Vivienda. De esta manera, las concentraciones obtenidas mostrarán núcleos económicos de gran impacto para la actividad laboral de una ciudad. Caracterización de la composición de los núcleos laborales Una vez obtenida la delimitación de los núcleos económicos, se procederá a analizar su composición de actividad a través de la información contenida por unidad económica en el DENUE. Como primer paso, se deberá identificar todas las unidades económicas contenidas dentro de la delimitación de los núcleos laborales. Posteriormente, se clasificarán las unidades económicas

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por rama de actividad. Para ello, se deberá consultar el Catálogo de Actividades Económicas, basado en el Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (SCIAN). Las ramas de actividad económica es una clasificación general, que a su vez, se categoriza en sub-ramas de acuerdo al tipo de procesos que se realizan. Una vez clasificadas las unidades económicas, se deberá realizar una sumatoria total aproximada de trabajadores por rama de actividad, tomando como referencia la variable estrato de ocupación de las unidades económicas, contenida en los datos del DENUE 2011. Para ello, será necesario elaborar una tabla de clasificación que permita caracterizar a los diferentes núcleos de actividad por actividad predominante y actividad de mayor concentración de trabajadores. Análisis de patrones socioeconómicos por rama de actividad económica El análisis de patrones socioeconómicos por rama de actividad incluirá aquellas ramas que se hayan identificado en la composición de los núcleos laborales. Para su elaboración, se construirán diagramas conformados por las siguientes variables, incluidas en los Microdatos de la Muestra del Censo de Población y Vivienda 2010: • Posición dentro del trabajo • Ocupación (actividades que realiza) • Nivel Escolar • Ingreso mensual Cada una de las variables antes mencionadas cuenta con un sistema de clasificación específico basado en el Catálogo de Variables Socioeconómicas de los Microdatos de la Muestra del Censo de Población y Vivienda 2010. La construcción de los diagramas se basa en la sumatoria de valores a través de la elaboración de consultas de desglose tipo árbol, para la construcción de “gráficas de araña”. La base de datos de los indicadores antes mencionados que se tomará como insumo, serán los Microdatos de la Muestra del Censo de Población y Vivienda 2010, elaborados por el INEGI con base en los resultados del cuestionario ampliado. Los resultados y sumatorias de las consultas de desglose tipo árbol por cada rama de actividad serán subdivididos en una clasificación principal, identificada por la variable posición en el trabajo. En otras palabras, se elaborarán gráficas de araña por posición en el trabajo, a fin de mostrar su composición en relación con cada una de las ramas económicas. Para una mejor representación, la construcción de las gráficas de araña se elaborará en el programa EsriArcMap, con el fin de que las rutas de relación contengan los valores absolutos de la muestra. De esta manera, a través de una tematización sus líneas de representación obtendrán distintos grosores que permitirán una clara identificación de las características de las fuerzas laborales de mayor presencia.

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Caracterización de la composición socioeconómica de los trabajadores por rama de actividad económica A través de la construcción de los diagramas de patrones socioeconómicos y su tabla de atributos, se elaborarán tablas de composición de cada una de las ramas económicas. Los valores deberán representar una composición porcentual de la fuerza laboral y sus ingresos mensuales. Los resultados de los rangos de ingreso mensual serán, a su vez, relacionados con valores de vivienda para determinar el costo máximo de vivienda que es asequible para cada uno de los rangos de ingreso. De esta manera, tendremos como resultado una idea general de la composición idónea de mezcla de vivienda que habría de tener el área de influencia relacionada con cada una de las ramas de actividad económica. El cálculo de los valores de la vivienda se basa en los siguientes parámetros, tomados como referencia de los lineamientos generales para la obtención de hipotecas: • Se calcula un préstamo hipotecario equivalente al 70% del valor total de la vivienda • Enganche mínimo del 10% del valor total de la vivienda • Pago mensual equivalente al 30% como máximo del ingreso mensual • Plazo de pago a 30 años Con base en lo antes descrito, el valor se calcula utilizando las siguientes ecuaciones. Vp={(im*.3)*12}*30 Vmv=(Vp*100)/80 En donde: Vp= Valor del préstamo im= Ingreso mensual Vmv= Valor máximo de la vivienda Caracterización de la fuerza laboral de los núcleos laborales Una vez obtenida la composición tendencial de la fuerza laboral de cada una de las ramas de actividad económica, se calculan los valores de composición de cada una de las ramas de actividad económica presentes dentro de la delimitación de los núcleos laborales. Los resultados de composición por rama económica se deben mostrar para cada uno de los núcleos identificados. Construcción de radios para el traslado no motorizado Para la elaboración de este proceso, se deben tematizar las unidades económicas dentro de la delimitación de los núcleos económicos por rama de actividad. Posteriormente, se define un radio de influencia para cada una de las unidades económicas. Los radios de influencia equivalen a 20 minutos de traslado peatonal y/o ciclista. Los radios que se especifican para el caso de las ciudades mexicanas serán los siguientes:

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• Radio Local= 1.20km 15 minutos de caminata y 10 minutos en bicicleta Calculado a partir de una velocidad de caminata promedio de 1.00m/s y 14.00km/hr en bicicleta (ITDP México, 2009) Con base en cada uno de los radios de influencia se delimita la zona de influencia a través de una selección de las manzanas mediante la herramienta SelectbyLocation en la pestaña de Selection del EsriArcMap. Una vez delimitada la zona influenciada por cada una de las ramas de actividad económica, se analiza la fricción urbana a través de una comparación entre las variables de la caracterización paramétrica de la fuerza laboral y sus equivalentes presentes en el contexto de la zona de influencia. Cada una de las variables tendrá una ponderación de importancia para la determinación del nivel de fricción urbana. Las variables tendrán una ponderación del 0 a 1, correspondiente al porcentaje de coincidencias entre las variables de la caracterización paramétrica y la condición de la estructura de la zona de influencia. Por ejemplo, la composición de las unidades económicas de la rama de actividad A, requiere de un X número de empleados dedicados a la operación de maquinaria. La zona de influencia solamente ofrece un número Y, equivalente a un porcentaje Z; por lo tanto, la ponderación de la variable ocupación será de Z/100. Es importante destacar que los indicadores de la zona de influencia serán tomados de las ENOE’s realizadas durante los 4 trimestres del 2010, y georeferenciadas al Marco Geostadístico por AGEB 2011. Los resultados de las AGEBS influenciadas se analizarán para obtener tendencias de composición, tomando como referencia los porcentajes de concentración de la clasificación de las variables. Los porcentajes obtenidos de los resultados de la encuesta, se transmitirán a los valores absolutos de la población ocupada total por AGEB en las viviendas. La tabla anterior identifica las variables necesarias para el desarrollo del análisis. Para la ponderización de las variables, será necesario multiplicar el valor obtenido de la comparativa entre el valor

de importancia. Los resultados obtenidos estarán representados por el valor final obtenido, en un rango de 0 a 10. Mientras más se acerque el indicador a 10, representa que existe una fricción urbana nula, por lo que la zona posee una buena accesibilidad local. Los valores cercanos a 0, indican una accesibilidad local nula y una fricción urbana muy alta. Aplicación de la metodología al análisis de la zona metropolitana de Querétaro. Delimitación de la Zona de Estudio La ZMQ se conforma por cuatro Municipios conurbados: Querétaro, Corregidora, Huimilpan y El Marqués. La metrópoli posee un continuo urbano de 15,544.20 hectáreas de superficie aproximadamente de acuerdo a datos del 2005 del INEGI, citado en el “Estudio Técnico del Programa de Ordenamiento de la Zona Metropolitana de Querétaro” (ETPOZMQ) del 2009. Al 2010, el INEGI reportó una población para la ZMQ de 1,097,025 habitantes de los cuáles, 460,981 representan la población ocupada; el 95.3% de la población ocupada pertenece al segundo y tercer sector económico. Características urbanas generales de la ZMQ La configuración de la ZMQ se caracterizó por la expansión de la mancha urbana que tuvo sus inicios en la década de los 60’s con la construcción de la autopista México-Querétaro, detonando la construcción de industrias a lo largo de su eje que movilizaron rápidamente la modalidad económica de Querétaro. Una década después, la construcción de la Avenida 5 de febrero, como prolongación de la autopista hacia el norte del país, atrajo el desarrollo industrial, que aunque tuvo sus inicios como una zona laboral periférica, hoy ha quedado inmersa dentro de la mancha representando una barrera que fragmenta la zona central de la ciudad y los desarrollos del lado este. El centro de la ciudad se identifica a través de la delimitación

Figura 2. Tabla de variables de análisis

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que proporciona el anillo vial conformado por la Avenida 5 de Febrero y el Boulevard Bernardo Quintana. Sin embargo, el desarrollo de las actividades ha tenido una tendencia lineal, marcado por el curso de estos ejes viales. La desmesurada expansión de la mancha urbana no ha sido proporcional al crecimiento de la población; en el 2010, la ZMQ denotó una densidad promedio de apenas 35 habitantes por hectárea; sin embargo, es claramente identificable que existe una mayor concentración de población en las zonas periféricas. Identificación de núcleos laborales de mayor impacto En el caso de la ZMQ, se encontraron 5 núcleos laborales de mayor impacto, claramente identificables por la distribución de la población ocupada en las unidades económicas. Tres de ellos se encuentran localizados en las cercanías de la Avenida 5 de Febrero, una de las articulaciones viales más importantes de la ciudad, como ya se mencionó anteriormente, dentro de la delimitación del municipio de Querétaro. El cuarto, se localiza dentro de la zona centro de la ciudad de Querétaro, específicamente a lo largo de la vialidad de jerarquía secundaria Epigmenio González. Por último el quinto núcleo, se localiza en la zona oeste de la zona conurbada del municipio de Corregidora. Como se puede identificar en la Figura 4. Identificación de Núcleos Económicos de gran impacto en la ZMQ, a nivel de zona metropolitana el municipio de Querétaro representa el área central de las actividades laborales, hacia el cual, se desplaza el mayor porcentaje de la población ocupada de los municipios de Corregidora, Huimilpan y El Marqués. A pesar de que se logran identificar distintos núcleos en la ciudad, la localización tendencial de estos presume una sobre carga en la concentración de actividades laborales en la zona centraleste de la ciudad. En este sentido, se puede identificar una relación entre el análisis de concentración y la congestión vial de la Avenida 5 de Febrero en horas pico. La composición de la estructura de actividad que posee la zona colindante a esta vialidad, posee una caracterización industrial importante, lo cual influye directamente en su identificación como núcleos laborales de mayor impacto.

Caracterización de la composición de la industria manufacturera y el comercio en los núcleos laborales de mayor impacto en la ZMQ Para efectos de aplicación de la metodología, se analizarán solamente las ramas de actividad que posean la mayor concentración de trabajadores. La identificación de la concentración se medirá en base al total de la población ocupada por rama de actividad en los núcleos laborales.

90

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SIMBOLOGÍA Límite Municipal Sin unidades económicas Sin datos Distribución de Población Ocupada 0,002 - 0,032 0,033 - 0,097 0,098 - 0,206

M01

¯

DISTRIBUCIÓN DE POBLACIÓN OCUPADA EN UNIDADES ECONÓMICAS FUENTE: Censo Económico, INEGI 2009 Censo de Población y Vivienda INEGI, 2010 0

750

1.5

3

4.5

0,207 - 0,398 0,399 - 0,688 0,689 - 1,565 1,566 - 3,785

6 m

Figura 3. Distribución de población ocupada en unidades económicas.

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

91


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

SIMBOLOGÍA Límite Municipal Sin unidades económicas Sin datos Concentración de Trabajadores

M02

¯

-3,115470 - -2,310389

IDENTIFICACIÓN DE NÚCLEOS LABORALES

-2,310388 - -1,075769 -1,075768 - 0,759732

FUENTE: Censo Económico, INEGI 2009 Censo de Población y Vivienda INEGI, 2010 0

750

1.5

3

4.5

0,759733 - 2,027213 2,027214 - 10,360800 6 m

Figura 4. Identificación de núcleos laborales

92

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

Para el cálculo de este indicador se tomarán como base los datos contenidos en el DENUE: • Clase de actividad económica • Estrato del personal ocupado (rango de trabajadores) De acuerdo a los datos por unidad económica, los núcleos laborales identificados concentran una población aproximada de 103,670 personas, lo que representa el 53% de la población ocupada total en la ZMQ.La tabla que se muestra a continuación, presenta la distribución de trabajadores por rama de actividad económica. Del total de los trabajadores aproximados en los núcleos laborales, las actividades manufactureras identificadas con las claves de actividad 31, 32 y 33, concentran el 24.75%. Por otro lado, las actividades comerciales al por menor y mayoreo, identificadas con las claves 43 y 46 respectivamente, concentran el 26.71% de los trabajadores totales. Por este motivo, se analizará la fricción urbana de los núcleos

4.3.1 Descripción de los Núcleos Laborales De entre los cinco núcleos identificados, el Núcleo 01 y el Núcleo 03, concentran casi el 60% de la población ocupada en las ramas de actividad manufacturera y comercio.Se describen a continuación la composición de cada uno de los núcleos laborales. Núcleo 01 Este núcleo se encuentra caracterizado por el Parque Industrial Benito Juárez; en este sentido, la actividad que concentra el mayor número de trabajadores es la rama 33, Industrias Manufactureras de Clase 3, con un porcentaje del 51.50%. Núcleo 02 Este núcleo, presenta un “equilibrio” en la distribución de los trabajadores en las ramasmanufactureras y comerciales. Sin embargo, las cifras evidencian que las unidades económicas correspondientes a la industria manufacturera concentran promedios de trabajadores por unidad económica entre un 30% y un 50% mayor que las unidades económicas comerciales. La variedad en las sub-ramas de actividad tanto en las industrias manufactureras como en las unidades de comercio al por mayor no evidencia ninguna tendencia. Núcleo 03 Evidentemente, la concentración de unidades económicas dedicadas al comercio al por mayor, y principalmente al por menor, predominan en el este núcleo laboral. La actividad de comercio al por menor está concentrando el 75% de los trabajadores. La composición de los tipos de actividades realizadas es variada, por lo que no se identifica la existencia de una sub-rama específica.

Figura 5. Distribución de población ocupada por rama de actividad económica

laborales con base en 5 ramas de actividad económica, tres de ellas correspondientes a tres sub-clasificaciones de la industria manufacturera, y las dos restantes, correspondientes al comercio al por mayor y comercio al por menor.

Núcleo 04 Para la zona centro, el área se identifica con un alto nivel de servicio para la provisión de abarrotes y alimentos debido a la presencia de grandes tiendas de autoservicio como Wal-Mart, Comercial Mexicana, Costco y Sam’s Club. Por otro lado, se identifican algunas industrias manufactureras, entre las cuales, se presenta una tendencia importante hacia la fabricación de mueble y acabados metálicos para la construcción. Tal y como se ha observado en el resto de los núcleos el promedio de trabajadores por unidad económica de las actividades manufactureras es mucho mayor que aquélla que presenta las actividades comerciales al mayoreo y al menudeo. Sin embargo, el número de unidades económicas de la actividad comercial al menudeo es la que concentra el mayor porcentaje de los trabajadores en el núcleo, aunque

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

93


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

su promedio represente una relación de 14 trabajadores por unidad económica. Núcleo 05 Se considera que este núcleo representa el centro laboral de la cabecera municipal del municipio de Corregidora. Este se encuentra representado por el Parque Industrial Balvanera, cuya rama de actividad predominante corresponde a procesos de manufactura de clase 3. En este caso, el número de unidades económicas tampoco permite identificar una tendencia de sub-rama de actividad; sin embargo, se podría decir que la más concurrentes se refieren a la fabricación de productos de herrería, metálicos y para la electricidad.

94

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 1

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 2

31

32

COMERCIO AL POR MAYOR

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 3

33

43

COMERCIO AL POR MENOR CLAVE

46

UNIDADES ECONÓMICAS TOTALES 31

TRABAJADORES APROX.

12

450

32

33

3445

33

71

7910

43

77

2240

46

113

1310

15355 SIMBOLOGÍA Límite Municipal

31

Rango de Empleados

32

1.00000 1.00001 - 2.00000

N01

¯

COMPOSICIÓN DE UNIDADES ECONÓMICAS INDUSTRIA MANUFACTURERA Y COMERCIO

700

1.4

2.8

2.00001 - 3.00000

33 43 46

3.00001 - 4.00000 4.00001 - 5.00000 5.00001 - 6.00000

FUENTE: Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas, INEGI 2010 0

Rama de Actividad

Manzanas

6.00001 - 7.00000 4.2

5.6 m

Figura 6. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 01

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

95


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 1

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 2

31

32

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 3

COMERCIO AL POR MAYOR

33

43

COMERCIO AL POR MENOR

46

CLAVE

UNIDADES ECONÓMICAS TOTALES

TRABAJADORES APROX.

31

24

2150

32

49

2765

33

67

1910

43

108

3420

46

189

1875

12120 SIMBOLOGÍA Límite Municipal Rama de Actividad

COMPOSICIÓN DE UNIDADES ECONÓMICAS INDUSTRIA MANUFACTURERA Y COMERCIO

N02

¯

FUENTE: Directorio Estadístico Nacional Económicas, INEGI 2010 0

700

1.4

2.8

de

Unidades

Manzanas

31

Rango de Empleados

32

1.00000

33

1.00001 - 2.00000

43

2.00001 - 3.00000

46

3.00001 - 4.00000 4.00001 - 5.00000 5.00001 - 6.00000 6.00001 - 7.00000

4.2

Figura 7. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 02

96

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5.6 m


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 1

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 2

31

32

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 3

COMERCIO AL POR MAYOR

33

43

COMERCIO AL POR MENOR

46

CLAVE

UNIDADES ECONÓMICAS TOTALES

TRABAJADORES APROX.

31

71

565

32

78

735

33

45

425

43

181

2235

46

1629

11685

15645 SIMBOLOGÍA Límite Municipal Rama de Actividad

COMPOSICIÓN DE UNIDADES ECONÓMICAS INDUSTRIA MANUFACTURERA Y COMERCIO

N03

¯

FUENTE: Directorio Estadístico Nacional Económicas, INEGI 2010 0

700

1.4

2.8

de

Unidades

Manzanas

31

Rango de Empleados

32

1.00000

33

1.00001 - 2.00000

43

2.00001 - 3.00000

46

3.00001 - 4.00000 4.00001 - 5.00000 5.00001 - 6.00000 6.00001 - 7.00000

4.2

5.6 m

Figura 8. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 03

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97


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 1

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 2

31

32

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 3

COMERCIO AL POR MAYOR

33

43

COMERCIO AL POR MENOR

46

CLAVE

UNIDADES ECONÓMICAS TOTALES

TRABAJADORES APROX.

31

9

45

32

6

415

33

13

805

43

18

240

46

252

3655

5160 SIMBOLOGÍA Límite Municipal

COMPOSICIÓN DE UNIDADES ECONÓMICAS INDUSTRIA MANUFACTURERA Y COMERCIO

N04

¯

FUENTE: Directorio Estadístico Nacional Económicas, INEGI 2010 0

700

1.4

2.8

de

Unidades

31

Rango de Empleados

32

1.00000

33

1.00001 - 2.00000

43

2.00001 - 3.00000

46

3.00001 - 4.00000 4.00001 - 5.00000 5.00001 - 6.00000 6.00001 - 7.00000

4.2

Figura 9. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 04

98

Rama de Actividad

Manzanas

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

5.6 m


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INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 1

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 2

31

32

INDUSTRIA MANUFACTURERA / CLASE 3

COMERCIO AL POR MAYOR

33

43

COMERCIO AL POR MENOR

46

CLAVE

UNIDADES ECONÓMICAS TOTALES

TRABAJADORES APROX.

31

2

500

32

8

1290

33

13

2055

43

12

465

46

29

565

4875 SIMBOLOGÍA Límite Municipal

COMPOSICIÓN DE UNIDADES ECONÓMICAS INDUSTRIA MANUFACTURERA Y COMERCIO

N05

¯

FUENTE: Directorio Estadístico Nacional Económicas, INEGI 2010 0

700

1.4

2.8

de

Unidades 4.2

Rama de Actividad

Manzanas

31

Rango de Empleados

32

1.00000

33

1.00001 - 2.00000

43

2.00001 - 3.00000

46

3.00001 - 4.00000 4.00001 - 5.00000 5.00001 - 6.00000 6.00001 - 7.00000 5.6 m

Figura 10. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 05

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Análisis de patrones socioeconómicos y composición de las ramasde actividad industria manufacturera y el comercio El análisis de los patrones socioeconómicos existentes en las ramas de actividad manufacturera y comercial, no solamente permitió definir de manera general su composición laboral, sino que evidenció algunos paradigmas conocidos en las características del empleo en la ciudad. Asimismo, se pudo observar la existencia de algunos parámetros que influencian la accesibilidad laboral. Es importante mencionar que el fin de integrar en este proceso una relación entre el nivel de ingresos y la accesibilidad a la vivienda, es permitir la construcción de estrategias y acciones futuras que contrarresten la problemática del tránsito inducido de la movilidad en las ciudades mexicanas. Tales acciones, pueden incluir la reestructuración de la pequeña escala y el diseño integral de nuevos núcleos que reconozca la necesidad y la utilidad de la mezcla de usos y de vivienda dirigida a diferentes niveles socioeconómicos. Las variables y claves utilizadas para la construcción de los

Figura 13 Grado escolar terminado

Figura 14. Ingreso Mensual

Figura 11. Posición en el trabajo

Figura 12 Tipo de ocupación

100

mapas fueron las siguientes: Ramas de actividad industrial manufacturera De manera evidente, las posiciones laborales dentro de las actividades industriales presentan una proporción dentro de un rango de 10 a 20 empleados por patrón. En este sentido, se puede observar una importante diferencia en relación a los salarios recibidos por estas dos posiciones. Asimismo, las gráficas demuestran que las actividades realizadas en las industrias manufactureras guardan una clara relación con el nivel escolar, y a su vez, con el ingreso recibido. En este sentido, se puede observar que la población ocupada con mayores niveles de escolaridad recibe mejores ingresos, lo que también sucede en sentido inverso. Por lo antes expuesto, y recordando las teorías del autor Manuel Castells descritas de manera breve en este documento, la industrialización de las ciudades arroja una necesidad de tecnificación de su población empleada. El estrato de ocupación de trabajadores de las unidades económicas industriales, principalmente manufactureras,

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Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

dificulta sus actividades de manejo contable, relaciones públicas, y potencializa la necesidad de incrementar la velocidad de producción. Por esta razón, la adopción de nuevas tecnologías provoca la necesidad de personal mejor capacitado. Ramas de actividad comercial Por su parte, las ramas de actividad comercial presentan una proporción empleado-patrón de 10 a 1. Sin embargo, en estas actividades se observa una clara tendencia hacia los trabajadores por cuenta propia, principalmente del comercio al por menor. Esto evidencia la razón por la que el promedio de trabajadores por unidades económicas comerciales, resulta potencialmente menor que aquél que presentan las industrias manufactureras. Del mismo modo, se puede destacar que en las ramas comerciales las posiciones de jornaleros y ayudantes tienen una relación con los trabajadores por cuenta propia. En cuanto a la relación del nivel escolar y el ingreso, la rama de actividad comercial al por mayor presenta una relación, aunque ésta es débil. Las actividades comerciales al por menor, evidentemente, no demuestra ninguna relación entre ambas variables. En este sentido, también se puede observar que la diferencia de ingreso entre la posición de empleado y patrón guarda una proporción mucho más equilibrada. Con respecto a lo anterior, también es importante mencionar que los ingresos recibidos por la población ocupada en la rama comercial es en promedio mucho menor a los recibidos por los trabajadores de la industria.

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101


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 6 7 8

OCUPACIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

NIVEL ESCOLAR 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

NIVEL ESCOLAR INGRESO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

1 2 3 4 5 6 7 8 9

NIVEL ESCOLAR POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

OCUPACIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

POSICIÓN

OCUPACIÓN

1 2 3 4 5 6 7 8 9

1 2 3 4 5 6 7 8 9

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

POSICIÓN

OCUPACIÓN

1 2 3 4 5 6 7 8 9

1 2 3 4 5 6 7 8 9

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

NIVEL ESCOLAR 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

POSICIÓN

OCUPACIÓN

1 2 3 4 5 6 7 8 9

1 2 3 4 5 6 7 8 9

PORCENTAJE

NIVEL ACADÉM ICO

INGRESO

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

PORCENTAJE

1 2 3 9 4 5 6 7 8 10 11 12

RANGO DE INGRESO

PORCENTAJE

VALOR M ÁXIM O DE LA VIVIENDA

1

77,29

0

2,66

1

7,15

$196,080.00

3

2,33

2

19,22

2

16,17

$392,184.00

4

3,58

3

36,25

3

29,08

5

15,09

4

18,13

4

20,84

$980,460.00

6

0,62

6

0,31

5

12,29

$1,960,920.00

9

1,09

7

2,50

6

7,62

----

2,34

7

6,84

----

9

0,78

10

2,27

Trabajadores 0-3 4-7

PATRONES SOCIOECONÓMICOS INDUSTRIA MANUFACTURERA CLASE 1

8 - 13 14 - 22 23 - 37

FUENTE: Microdatos de la Muestra del Censo de Población y Vivienda INEGI, 2010

$588,276.00

8

SIMBOLOGÍA

38 - 87 88 - 159

Figura 15. Patrones socioeconómicos Industria Manufacturera Clase 1

102

INGRESO

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

INGRESO

POSICIÓN

P31

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

NIVEL ESCOLAR INGRESO

NIVEL ESCOLAR 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

INGRESO

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

OCUPACIÓN

POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

NIVEL ESCOLAR POSICIÓN

OCUPACIÓN

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

NIVEL ESCOLAR

0

INGRESO

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9 10 11

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

OCUPACIÓN

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6 7

8 9 10

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

11

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

6

7

7

INGRESO

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9 10 11 12

NIVEL ESCOLAR

0

INGRESO

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9 10 11

INGRESO

0

OCUPACIÓN

POSICIÓN 1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9 10 11 12

NIVEL ESCOLAR

1

5

6

0

OCUPACIÓN

POSICIÓN

1

83,81

0

0,59

1,00

2,41

VALOR M ÁXIM O DE LA VIVIENDA $196,080.00

2

3,41

1

0,11

2,00

14,49

$392,184.00

2,27

2

14,57

3,00

30,68

POSICIÓN

OCUPACIÓN

4

5

NIVEL ESCOLAR INGRESO

12

POSICIÓN

3

4

11

NIVEL ESCOLAR OCUPACIÓN

3

10

12

POSICIÓN

2

12

1

7

1

2

9

NIVEL ESCOLAR POSICIÓN

1

8

12

0

INGRESO

0

OCUPACIÓN

POSICIÓN

PORCENTAJE

NIVEL ACADÉM ICO

PORCENTAJE

RANGO DE INGRESO

PORCENTAJE

0

INGRESO

3

1

1

4

1,85

3

41,12

4,00

22,44

$980,460.00

2

2

5

7,24

4

19,00

5,00

15,63

$1,960,920.00

3

3

9

1,42

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9

$588,276.00

5

0,43

6,00

9,38

----

6

2,48

7,00

5,11

----

7

3,40

8

1,19

9

15,33

10

1,78

11

2,27

10 11 12

SIMBOLOGÍA Trabajadores 0-2 3-7

P32

PATRONES SOCIOECONÓMICOS INDUSTRIA MANUFACTURERA CLASE 2

8 - 18 19 - 36 37 - 74

FUENTE: Microdatos de la Muestra del Censo de Población y Vivienda INEGI, 2010

75 - 126 127 - 260

Figura 16. Patrones socioeconómicos Industria Manufacturera Clase 2

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

103


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

NIVEL ESCOLAR POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 6 7 8

OCUPACIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

NIVEL ESCOLAR INGRESO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

1 2 3 4 5 6 7 8 9

NIVEL ESCOLAR POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

OCUPACIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

OCUPACIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

OCUPACIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

INGRESO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

1 2 3 4 5 6 7 8 9

NIVEL ESCOLAR POSICIÓN 4 8 1 9 12 12 10 1 0

OCUPACIÓN 5 11 4 9 3 5 2 7 8

PORCENTAJE 1

INGRESO 3 2 6 9 7 4 9 4 1 8 2 5

NIVEL ACADÉM ICO

86,11

PORCENTAJE

0

2,66

RANGO DE INGRESO

PORCENTAJE 1

2,05

VALOR M ÁXIM O DE LA VIVIENDA $196,080.00

2

0,22

2

19,22

2

13,57

$392,184.00

2,96

3

36,25

3

34,79

$588,276.00

4

1,78

4

18,13

4

24,50

$980,460.00

5

7,49

6

0,31

5

11,63

$1,960,920.00

6

0,22

9

0,22

7

2,50

6

7,97

----

8

2,34

7

5,49

----

9

0,78

10

0,78

11

2,27

Trabajadores 0-5 6 - 14

PATRONES SOCIOECONÓMICOS INDUSTRIA MANUFACTURERA CLASE 3

15 - 32 33 - 79 80 - 185

FUENTE: Microdatos de la Muestra del Censo de Población y Vivienda INEGI, 2010

186 - 480 481 - 878

Figura 17. Patrones socioeconómicos Industria Manufacturera Clase 3

104

1 2 3 9 4 5 6 7 8 10 11 12

3

SIMBOLOGÍA

P33

INGRESO

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

OCUPACIÓN

POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

POSICIÓN

8 1 6 2 3 0 3 6 5 7 7 10 6

INGRESO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

NIVEL ESCOLAR

NIVEL ESCOLAR 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

NIVEL ESCOLAR 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

INGRESO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

INGRESO

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

OCUPACIÓN

POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

12

NIVEL ESCOLAR

NIVEL ESCOLAR INGRESO

0

POSICIÓN 1

OCUPACIÓN 1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

1

2

2

3

3

1

1

4

4

2

2

5

5

3

3

6

6

4

4

7

7

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

8 9 10 11

POSICIÓN

OCUPACIÓN

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

OCUPACIÓN

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

1

1 2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9 10

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

6

7

7

OCUPACIÓN

POSICIÓN 1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

0

INGRESO

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9 10

11

11

12

12

NIVEL ESCOLAR

0

INGRESO

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9 10 11

INGRESO

0

OCUPACIÓN

POSICIÓN 1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8

8

9

9

1

1

2

2

3

3

4

4

5

5

6

6

7

7

8 9 10 11 12

INGRESO

0

1

5

6

NIVEL ESCOLAR INGRESO

NIVEL ESCOLAR OCUPACIÓN

4

5

12

POSICIÓN

1

3

4

11

12

POSICIÓN

2

3

10

NIVEL ESCOLAR POSICIÓN

1

2

9

NIVEL ESCOLAR POSICIÓN

1

8

12

0

INGRESO

0

OCUPACIÓN

1

PORCENTAJE 1

75,47

NIVEL ACADÉM ICO

PORCENTAJE

0

RANGO DE INGRESO

1,89

PORCENTAJE 1

1,89

VALOR M ÁXIM O DE LA VIVIENDA $196,080.00

3

3,30

2

9,67

2

7,08

$392,184.00

4

7,31

3

25,00

3

25,24

$588,276.00

1

1

5

11,79

4

22,64

4

27,83

$980,460.00

2

2

6

0,47

6

0,47

5

19,34

$1,960,920.00

3

3

9

1,65

4

4

5

5

6

6

7

7

8

7

2,59

6

12,50

----

8

4,25

7

6,37

----

9

2,12

10

28,30

11

3,07

9 10 11 12

SIMBOLOGÍA Trabajadores 0-2 3-5

P43

PATRONES SOCIOECONÓMICOS COMERCIO AL POR MAYOR

6 - 10 11 - 17 18 - 27

FUENTE: Microdatos de la Muestra del Censo de Población y Vivienda INEGI, 2010

28 - 55 56 - 107

Figura 18. Patrones socioeconómicos Comercio al por Mayor.

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

105


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

Análisis de la fricción urbana de las actividades manufactureras y comerciales en los núcleos laborales de mayor impacto de la ZMQ Los resultados obtenidos en el análisis demuestran que hay una gran tarea para los técnicos y diseñadores sobre la planeación de la escala local, a fin de resolver varias de las problemáticas que aquejan a la ciudad. Fricción Urbana de las Actividades Manufactureras Como se puede observar, los niveles de fricción urbana son muy altos. Para el caso de las actividades económicas manufactureras, como se puede observar, no existe una buena interacción entre los pobladores de las zonas de influencia y las unidades económicas. Las unidades económicas se concentran en los parques industriales, mismos que son claramente relacionados con la vivienda de interés social, económica y popular. Dicha relación es una teoría errónea que provoca la concentración de pobreza, la construcción de grandes desarrollos industriales, bajo el supuesto de incrementar las oportunidades laborales, y finalmente, zonas en la ciudad de una carente calidad en la imagen urbana y la calidad de vida. Es posible que esta teoría sea también una de las razones por las que estas “ciudades satélite” comiencen a terciarizarse. Fricción Urbana de las Actividades Comerciales A diferencia de la industria, las actividades comerciales demostraron tener niveles de fricción mucho menores, Posiblemente esto tenga una relación con la proporción de patrones y trabajadores por cuenta propia que manejan las unidades económicas. Asimismo, el bajo nivel de especialización que estas actividades requieren, y las posibilidades de ubicación mucho más amplias, permiten mayores oportunidades a la población ocupada en este sector de elegir su lugar de trabajo. Aún cuando existen importantes concentraciones de trabajadores en esta rama económica, la fricción que genera

106

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

NÚCLEO 01

NÚCLEO 02

NÚCLEO 03

NÚCLEO 04

NÚCLEO 05

SIMBOLOGÍA Límite Municipal Manzanas Niveles de Fricción 0,00000 0,00001 - 0,28640 0,28641 - 0,83252 0,83253 - 0,93150 0,93151 - 1,03177

ANÁLISIS DE FRICCIÓN URBANA DE LAS ACTIVIDADES INDUSTRIALES MANUFACTURERAS

F01

¯

FUENTE: Directorio Estadístco Na ci onal de Un i dades Económi cas 2010 y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2010, INEGI

0

1.000 2.000

4.000

6.000

1,03178 - 1,10502 1,10503 - 2,04574 2,04575 - 3,15578 3,15579 - 4,75395 4,75396 - 5,88818

8.000 m

Figura 19. Análisis de la fricción urbana de las actividades industriales manufactureras

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

107


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

NÚCLEO 01

NÚCLEO 02

NÚCLEO 03

NÚCLEO 04

NÚCLEO 05

SIMBOLOGÍA Límite Municipal Manzanas Niveles de Fricción 0,571260000 - 1,32845000 1,32845001 - 2,21408000 2,21408001 - 3,51887000 3,51887001 - 4,11380000 4,11380001 - 4,57014000

F02

¯

ANÁLISIS DE FRICCIÓN URBANA DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES FUENTE: Directorio Estadístco Na ci onal de Un i dades Económi cas 2010 y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2010, INEGI

0

1.000 2.000

4.000

6.000

Figura 20. Análisis de la fricción urbana de las actividades comerciales

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Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

4,57014001 - 4,92845000 4,92845001 - 5,07042000 5,07042001 - 6,58141000 6,58141001 - 8,23775000 8,23775001 - 9,71831000

8.000 m


Mendoza, Montserrat | Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local

es mucho más amigable. Conclusiones Generales Las características que presentaron las unidades económicas de manufactura, demuestra que existe una conformación compleja de su estructura. Por esta razón resulta prácticamente incosteable que se relacione a esta rama de actividad con solamente vivienda de para población de menores recursos por la errónea idea de que éstos representan la población ocupada predominante. Ante esta situación, la presente investigación demuestra la necesidad de hacer más eficientes los procesos de planificación, romper paradigmas actuales, y comprender la ciudad como un sistema complejo en su organización. Las posibles ramas de aplicación del modelo son las siguientes: Nuevos modelos para la gestión de vivienda: Es necesario que se prevea una nueva política de vivienda que permita contrarrestar los efectos del mercado y posibilite la mezcla de vivienda de distintos niveles socioeconómicos dentro de la ciudad. Aplicación de instrumentos para la ubicación de unidades económicas: Como ya se demostró, existen algunas ramas de actividad económica cuya complejidad en su estructura, manejo, y concentración de trabajadores, tienen un gran impacto en la movilidad de las ciudades. En este sentido, la planificación de su ubicación adecuada y el cobro de impuestos por los efectos externos negativos sobre la movilidad de la ciudad, se convierten en estrategias importantes para evitar el traslado de los costos.

“Las Tecnópolis del mundo. La Formación de los Complejos Industriales del Siglo XXI”. CASTELLS, Manuel y HALL, Peter. Ed. Alianza Editorial. Madris, España 2001 “La teoría de interacción espacial como síntesis de las teorías de localización de actividades comerciales y de servicios”. GARROCHO Rangel, Carlos. Ed.Economía, Sociedad y Territorio. Toluca, México, 2003 “Connectivity Oriented Urban Projects”. PHILIBERT Petite, Ernesto.Delft, Holanda, 2006 “Hacia Un Método Integrado de Identificación de subcentros a escala municipal: Un análisis para La Región Metropolitana de Barcelona”. AGUIRRE Núñez, Carlos y MARMOLEJO Duarte, Carlos. Ed.Arquitectura, Ciudad y Entorno. Cataluña, España, 2010 “Estructura Urbana y Policentrismo: Un análisis de los Sistemas Urbanos a partir de las relaciones económicas en la Región Metropolitana de Barcelona”. CHICA, J. Eduardo y MARMOLEJO Duarte, Carlos y MOIX Bergadá, Montserrat. Ed.Arquitectura, Ciudad y Entorno. Cataluña, España, 2010 “Ciclocidades: Manual Integral de movilidad Ciclista para ciudades Mexicanas”.Instituto para Políticas de Transporte y Desarrollo (ITDP), 2010.

Reestructuración de la escala local de las ciudades: A través de la redensificación de los vacíos urbanos con la implementación de vivienda adecuada para reducir los traslados regionales. Planificación de nuevos desarrollos: Será posible prever mezclas adecuadas entre actividades. Es importante mencionar que la aplicación de esta metodología puede calibrarse para el estudio de la fricción con respecto a otras actividades, tales como salud y educación. *Maestra en Arquitectura y Nuevo Urbanismo por el ITESM Campus Querétaro, analista de Planeación y Sistemas de Información Geográfica en la Dirección de Desarrollo Urbano del Municipio de Corregidora, Qro.

Referencias

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

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Montaño, Laura | Ensayo sobre la muerte y vida de las grandes ciudades

Ensayo sobre la muerte y vida de las grandes ciudades Laura Montaño* Jane Jacobs reflexionó profunda e innovadoramente: el diseño urbano, la historia urbana, la economía regional, la moral y la naturaleza del crecimiento económico; siguió una progresión lógica, cada idea que conduce naturalmente a la siguiente. De escribir sobre cómo la gente funcionaban dentro de las ciudades, analizó cómo funcionan las ciudades dentro de las naciones, cómo funcionan las naciones entre sí, cómo funciona todo en un mundo de principios morales en conflicto, y, finalmente, cómo las economías crecen como organismos biológicos y promueven la interacción social. Jacobs no limitó su impacto en palabras, trabajó como reportera y escritora independiente en la redacción del Architectural Forum en 1952. Se manifestó frente al empuje de modernizar las áreas urbanas que derribaran barrios establecidos. Su primera de muchas obras sobre el medio urbano, “la muerte y la vida de las grandes ciudades”, se publicó en 1961. Ella y otros manifestantes fueron retirados por la policía de la Comisión de Planificación Urbana después de escuchar que habían saltado de su asiento y corrieron al podio. En 1968, fue arrestada, se enlistó en batallas urbanas en Toronto y se vio inmersa en conflictos con varios gobiernos de diferentes ciudades reclamando "No me gusta el gobierno por hacer de mi vida un absurdo", ya que no sería forzada a vivir en las "indignantes" obras promovidas por el gobierno. La meta de Jane Jacobs era trascender su propia crítica fulminante de la planificación urbana del siglo XX y proponer principios radicalmente nuevos para la reconstrucción de las ciudades, recomendar estrategias para mejorar el desempeño real de la ciudad. Su principio era promover cada vez más la diversidad, densidad y dinamismo en efecto, reuniendo más personas y actividades juntas en un medio urbano eficaz. “Las ciudades tienen la capacidad de proveer algo para todos, si y sólo si han sido creadas por todos” Jacobs justificó el tema de su libro en base a estudios y encuestas sociológicas, en cómo la calidad de la vida urbana y la salud económica ocurre cuando diferentes funciones urbanas proveen un sistema de conexiones intensas de barrios antiguos y densos y provee una diversa vida pública, propuesta a pesar de la privatización de la ciudad, sostiene que una ciudad sólo es feliz y segura cuando las calles poseen una concentración suficientemente densa de personas y cuando en sus residentes predomina la amistad

110

y la cordialidad. Este libro no es sólo un libro sobre ciudades, sino como un libro acerca de libros, argumenta que una de las ventajas paradójicas de la existencia urbana es la privacidad. En contraste con los suburbios, un barrio denso y diverso posee muchos lugares aptos para detenerse y platicar, lo que permite ser amigable con decenas de personas que viven o trabajan cerca de casa, sin nunca sentir la mínima obligación de invitar a ninguno de ellos a tomar el té. Este concepto, también conocido como “ojos de la calle” se convirtió en el concepto más conocido de Jacobs y muestra a los planeadores y tomadores de decisiones que calles habitables con una escala pequeña de comercio y una alta densidad de residentes son los mejores medios para garantizar la seguridad en las calles, ya que la vigilancia casual y constante de los residentes y comerciantes crean el sentimiento de bienestar y seguridad. Lo contrario a ojos en la calle Jacobs lo llamó “lugares ciegos”, característicos de varios proyectos de renovación urbana. El concepto de prevención del crimen a través de diseño ambiental se originó, como muchas de las ideas que planeadores dan por hecho hoy, con Jane Jacobs. Aunque Jacobs no usó ese término, la idea de ojos en la calle, en conjunto con su idea de que las calles necesitan una clara demarcación entre espacio público y privado y su postulado de que las banquetas necesitan uso continuo, sentó los conceptos básicos que otros después afinaron. A medida que este concepto se trasladó cuidadosamente en la práctica de planeación y criterios de diseño de sitio, un campo de práctica especializada se desarrolló gracias a las ideas de Jacobs. Muchos de los requisitos que Jacobs estableció para construir una comunidad real saludable y diversa pueden aplicarse con éxito real para construir una comunidad ficticia creíble y vívida. En un estilo creativo de libro de texto, Jacobs sostiene que “bajo el aparente desorden de la vieja ciudad, la vieja ciudad trabaja exitosamente, es un sorprendente orden por mantener la seguridad de las calles y la libertad de la ciudad. Esto es muy complejo. Su esencia es compleja para tomarse superficialmente, trae consigo una contrastante secesión de miradas. Está compuesto en de constante movimiento y cambio, y a pesar de ser vida, no arte, podemos soñadoramente llamarlo la forma de arte de la ciudad y relacionarlo con la danza” Pero la forma de arte de la ciudad no es en realidad una danza. Los debates, a pesar de ser necesarios en un proceso de

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Montaño, Laura | Ensayo sobre la muerte y vida de las grandes ciudades

avanzar, distraen del rigor ambicioso de su escrito, donde ella no sólo reporta su propia observación, sino también reta e invita a participar con ella. Jacobs no era predecible en sus opiniones, sus preguntas eran muy diversas y variadas. De lo que uno podía estar seguro era de que su análisis estaba basado en observación y en perseguir los patrones superiores de conexiones, sugirió su campo de investigación llamado “la ecología urbana”: cómo la forma construida de la ciudad, la economía y la ética interactúan, y juntos alimentan la vitalidad y prosperidad de la ciudad. Cincuenta años después de la publicación de “Muerte y Vida” se provee un momento en el tiempo para reflexionar en nuestro propio estado de literatura urbana: ¿Qué se ha trabajado bien en esta ecología urbana? ¿Dónde están las desconexiones? ¿Cómo podemos nosotros, como constructores de la ciudad reforzar la “fábrica” de flujo capital económico, social, cultural y ambiental que respalda la habitabilidad de este lugar? Teorías abstractas, fórmulas únicas y recetas no eran el método que debemos seguir Más que basarse en interpretaciones del trabajo de Jacobs, una mejor opción es aprender de su método de examinar que es lo que está funcionando y porque, entrenar nuestros propios ojos y oídos para notar lo particular y encontrar esquemas públicos y privados que resulten funcionales. Jacobs brevemente explica las ideas influyentes en la planeación ortodoxa, comenzando por la ciudad jardín de Ebenezer Howard, ciertamente un conjunto de pequeños pueblos autosuficientes, ideal para todos aquellos con un plan para sus propias vidas. Simultáneamente, la Ciudad Bella fue desarrollada para disponer todos los monumentos del resto de la ciudad y congregarlos en una unidad. Después Le Corbusier proyecto la Ciudad Radiante, compuesta de rascacielos en conjunto con un parque. Jacobs argumenta que todas éstas son irrelevantes para el funcionamiento de una ciudad real, y por lo tanto continúa explicando las funciones de la ciudad en la primera parte del libro. Ella explora los tres usos primarios de las banquetas: seguridad, contacto y libertad para los niños. La seguridad en la calle es promovida por pavimentos que claramente marcan una separación entro lo público y lo privado, y por la protección espontanea de los ojos transeúntes y aquellos que miran el flujo continuo de las personas desde los edificios. Para lograr esta protección efectiva y aumentar la seguridad, debe de haber “una suposición inconsciente de la calle” cuando sea necesario, o un elemento de “confianza”. Como el principal medio de contacto, los pavimentos contribuyen a construir confianza entre los residentes con el paso del tiempo. Además, ciertos personajes públicos como comerciantes mejoran la estructura social de la vida en las banquetas. Jacobs argumenta que dicha confianza no puede ser construida en lugares públicos artificiales como un

cuarto de juegos en un proyecto de vivienda. El contacto y la seguridad de las calles, en conjunto, impiden la segregación y la discriminación. Una última función de las banquetas es el proveer un ambiente seguro para que los niños jueguen. Esto no se logra en los presuntamente “seguros” parques urbanos, una suposición que Jacobs reta seriamente debido a la falta de mecanismos de vigilancia en los parques. Exitosamente, los parques funcionales son aquellos bajo uso intenso de un grupo diverso de compañías y residentes. Estos parques usualmente poseen cuatro características comunes: complejidad, centralidad, sol y cercamiento. La complejidad es la variedad de razones por las cuales la gente usa los parques, entre ellos la centralidad o el hecho de que los parques tienen un lugar conocido como sus centros. Sol, sombras en verano, deben estar presentes en los parques, así como construcciones que cerquen los parques. Más adelante, Jacobs explora un vecindario urbano, complicado de definir ya que es un órgano auto gobernado. Se pueden identificar tres niveles de vecindarios urbanos: ciudad, distritos y calles. Las calles deben ser aptas para pedirles ayuda cuando problemas enormes aparecen. Distritos eficientes deben entonces existir para representar calles en la ciudad. La ciudad es el sujeto del mayor gasto público que la federación o que el estado otorga. Dada la importancia de todos los tipos de diversidad, complejamente relacionados en soporte mutuo, Jane Jacobs explica las condiciones para la ciudad diversa o las funciones económicas que producen ciudades habitables. Primero, los distritos deben funcionar para más de una función primaria para asegurar la presencia de la gente usando los mismos servicios comunes en diferentes tiempos. Segundo, las manzanas deben ser cortas, para aumentar las opciones de caminos entre puntos de partida y destinos, y eventualmente aumentar el aspecto social y como resultado el desarrollo económico. Tercero, los edificios deben ser de edades variadas, alojando personas diferentes y negocios que pueden obtener diferentes niveles de renta. Cuarta, debe hacer una densa concentración de gente, incluyendo residentes, para promover una vida urbana visible. Es importante hacer notar que todas estas cuatro condiciones son necesarias para generar diversidad, la falta de alguna puede resultar en homogeneidad y en última instancia monotonía. Jacobs desmiente los mitos acerca de las desventajas de diversidad presentadas en la planeación ortodoxa. Primero argumenta que la diversidad no disminuye naturalmente el orden visual. Por el contrario, áreas homogéneas carecen de belleza. Por otra parte, la diversidad no es la causa fundamental de las congestiones de tráfico, causada por vehículos y no por la gente en sí. Agradablemente, diversas áreas animan a caminar. La diversidad no permite

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Montaño, Laura | Ensayo sobre la muerte y vida de las grandes ciudades

usos destructivos, si son correctamente definidos. Existen categorías de uso que no contribuyen a la conveniencia general del distrito, tales como depósitos de chatarra, que crecen en puntos sin éxito. De hecho, para hacer de estas áreas exitosas y por lo tanto disponer de tales usos destructivos, la diversidad debe ser mejorada. Una segunda categoría de usos destructivos concebidos como bares y teatros son una amenaza en áreas grises, pero no dañinos en distritos o barrios diversos. La categoría final incluye estacionamientos grandes o enormes terminales de camiones, gasolineras, espectaculares enormes y empresas nocivas debido a su error de escala en ciertas calles. Jacobs sugiere que ejecutar controles en la escala de los frentes de calle permitidos en un uso aliviaría de tal uso. Hay una parte donde ella analiza las cuatro causas del deterioro y regeneración de los ciclos de la ciudad: una diversidad exitosa como un factor autodestructivo, entorpeciendo la influencia masiva de elementos solos en ciudades, inestabilidad de la población como un obstáculo al crecimiento de la diversidad, y los efectos de presupuesto público y privado. Inestabilidad de la población es el tercer factor en la vida cíclica de las ciudades. Por ejemplo, la razón por la cual barrios marginales siguen siendo barrios marginales es su inestable población de residentes, listos para irse cuando se presente la oportunidad. Por lo tanto, Jacobs sugiere que el proceso real de barrios marginales, a diferencia del desplazamiento de barrios a través de proyectos de renovación o prácticas de planeación ortodoxa de cerramiento de barrios pobres, es hacer que sus habitantes deseen quedarse y desarrollen sus barrios. Esto puede ser posible por incremento gradual de capital que puede provocar continuas mejoras en la calidad de vida de los residentes individuales de barrios pobres. El último factor es dinero público y privado. Jacobs argumenta que el dinero y sus limitaciones, incapaz de comprar el éxito inherente a las ciudades que carecen de los factores de éxito. Ella clasifica el dinero en tres formas: crédito extendido por tradicional, instituciones lideres no gubernamentales y dinero provisto por el gobierno a través de recibos de impuestos o poder prestado, y dinero en efectivo o crédito proveniente del bajo mundo. Jacob argumenta que a pesar de las diferencias, estos tres tipos de dinero se comportan de manera similar en una consideración: estos dan forma cataclísmica, en vez de gradual, a los cambios en la ciudades. Ella empareja los ciclos de los distritos de la ciudad con estes tipos de dinero “primero el retiro de todo el dinero convencional, luego ruina financiada por dinero del mundo de sombras, luego la selección del área por la Comision de Planeacion como candidato para el uso de dinero del gobierno para financiar un permiso de renovación. Este dinero, en ausencia de dinero gradual, desperdicia distritos urbanos que ciertamente

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encajan en la vida de la ciudad y poseen un potencial para mejoras rapidas. Esto habla acerca de tácticas efectivas para realmente mejorar el desempeño de la ciudad. Esto incluye: vivienda subsidiada, desincentivar el uso de los automóviles, en contraposición a la erosión de las ciudades por los coches, la mejora del orden visual sin sacrificar la diversidad, el rescate de proyectos, y el rediseño de gobierno y planificación de los distritos. Jacobs sugiere vivienda subsidiada debe ofrecerse a aquellos que no pueden obtener vivienda normal. A diferencia de la práctica recurrente en la que el gobierno actúa como propietario, esta gente puede y debe obtener vivienda por empresas privadas en edificios regulares, no proyectos. El gobierno garantiza una renta a los propietarios. Inquilinos pagan rentas subsidiadas, calculadas basadas en su nivel de ingreso el gobierno paga la diferencia. De esta manera, bajo circunstancias en las que sus ingresos crezcan, ellos no están forzados a irse, sus rentas se ajustarían. De esta manera, la diversidad puede ser mejorada por mantener a aquellos que desean quedarse como su decisión. Los inquilinos serian estimulados a quedarse por permitir que ellos tengan su propia casa gradualmente, luego de años de pagar rentas. Jacobs admite que hay potencial para corrupción pero argumenta que la corrupción crece a medida que las víctimas de corrupción permanezcan sin cambios. Por eso, sugiere que métodos de vivienda subsidiada sean revisados y varíen cada ocho o diez años. Las ciudades ofrecen múltiples opciones. Sin embargo, no se puede tomar ventaja de este hecho sin ser capaz de circular fácilmente. Por eso, el acomodo del transporte en la ciudad es importante, y esto no debe destruir la relación compleja y concentrada de uso de suelo. Ella propone tácticas dar espacio a otros usos de la ciudad que compiten con las necesidades del tráfico de automóviles, como la ampliación de las aceras para exhibición de la calle que reducirían el paso vehicular y reducir con ello automáticamente el uso del automóvil y la congestión del tráfico. Jacobs enfatiza la importancia de la cohesión visual que un gran número de calles provocarían por retratar una vida intensa. En el lado negativo si estas calles siguen y siguen a la distancia, la complejidad y la intensidad del “primer plano” parece repetirse infinitamente. Por lo tanto, la repetición sin fin y la continuación deben ser obstaculizados, introduciendo irregularidades visuales e interrupciones en la escena de la ciudad, tales como patrones de calles irregulares con curvas , edificios especiales, etc. Por último Jacobs argumenta que las ciudades son un problema de complejidad organizada. A diferencia de los problemas simples de dos variables o problemas de desorganizada complejidad de aleatoriedad estadística, los problemas de complejidad organizada están compuestos por numerosos factores interrelacionados. Por

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013


Montaño, Laura | Ensayo sobre la muerte y vida de las grandes ciudades

lo tanto, las estructuras horizontales de planificación de la ciudad funcionarían mejor que las estructuras verticales, cuyo objetivo es simplificar demasiado los problemas de tal complejidad. Puntos fuertes: Ella creó un cambio de paradigma en la planificación pues trajo el respeto de la diversidad de la ciudad existente al conocimiento de los planificadores y cambió profundamente la forma en que muchos habitantes de la ciudad ven las ciudades de hoy . Incluso hoy en día , sus ideas son muy importantes, ya que sirven para informar e inspirar movimientos importantes de planificación, tales como el Nuevo Urbanismo y se citan cuando se habla de la evolución contemporánea en las ciudades, provee de n consejo poderoso, particularmente para planificadores. Jacobs estimula a los planificadores a trabajar sobre la base de sus propias observaciones para comprender la complejidad de las ciudades en lugar de imponer teorías de planificación incuestionables. Las nociones de Jacobs de que los planificadores deben promover la diversidad en las ciudades y ser autocríticos en el logro de las metas de planificación son muy importantes hoy en día. “Muerte y vida” es apreciada por estudiantes y planificadores activos. Jacobs proporciona ejemplos prácticos y se relaciona con el sentido común y la vida cotidiana de la ciudad mediante el uso de un lenguaje vivo en lugar de escribir en un código indescifrable por practicante de planificación promedio. Debilidades: su debilidad reside en su enfoque casi exclusivo en los barrios. Jacobs idealiza barrios antiguos y los mitos románticos de las economías del siglo XVIII. Además, ella hizo algunas simplificaciones sobre los males de la planificación modernista, tenía una inclinación a idealizar las pequeñas empresas locales y descuida por completo las cuestiones de raza en la renovación urbana. Hay muy poca reflexión en como todas las piezas se unen para hacer una ciudad. Tenemos que involucrar a nuestras comunidades, pero cómo todas las piezas encajan en un todo vibrante y saludable es un problema creciente. Considero que el urbanismo es una ciencia que está cambiando continuamente, no hay una verdad absoluta, en el momento en que el libro fue escrito, estoy segura que las declaraciones y propuestas podrían haber sido la respuesta a los problemas urbanos, en la actualidad algunas de estas propuestas son obsoletas , por el hecho de que la gente , la cultura , el espacio, siempre tienden a cambiar, y con ello sus necesidades. Obviamente este es un texto que tiene las bases de cualquier dirección que el urbanismo va a tener o tiene. El estudio de un problema y su solución en términos de urbanismo, no puede ser universal, así como Jane Jacobs aborda los problemas de las ciudades estadounidenses en América Latina, los problemas y las soluciones son diferentes. No hay urbanismo sin la presencia de las

personas, y son ellos los que hacen urbanismo para ser vivido de otra manera, en América Latina tenemos una cultura muy particular, el crecimiento de las ciudades es totalmente diferente en comparación con las ciudades Americanas, la educación es diferente también la infraestructura, por lo que es difícil pensar que lo que funciona en un lugar puede funcionar en el otro, sin embargo, hay muchos elementos que son universalmente positivos y exitosos en el campo del diseño urbano. Elementos donde podemos aprender y adoptar los que se ajustan a nuestra cultura y necesidades. Y lo más importante de este texto es que Jane Jacobs propone que cada planificador debe primero observar, observar las dificultades que una ciudad tiene, todo lo que ella propone sobre las ciudades Americanas podría también ser implementado en nuestras ciudades, pero siempre con el conocimiento de identificar la diferencia sobre cada lugar y cada problema. *Estudiante de Arquitectura en el ITESM Campus Querétaro. Referencias Jacobs, Jane “The Death And Life Of Great American Cities” Vintage Books, New York : Random house, 1961. http://www.biography.com/people/jane-jacobs-9351679

Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo | Número 11 y 12 | Año 7 | Diciembre 2013

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Créditos de Imágenes La integración de indicadores de sustentabilidad a través de un modelo gráfico de evaluación

Figura 2. Tabla del área metropolitana de la Ciudad de México:

Figura 1. Modelo de sustentabilidad. Campbell 1996.

administrativa 1985-2008.

Figura 2. Construcción de restricciones dentro del triángulo de

Figura 3. Tabla del área metropolitana de la Ciudad de México:

posibilidades de acción. Carlos V. Licón.

personal ocupado por establecimiento industrial según demarcación,

Figura 3. Ejemplo de las hojas de resultados por municipio/condado

1985-2008

con los valores agregados, valores por indicadores individuales y por

Figura 4. Área metropolitana de la Ciudad de México: tamaño de

ranking. Carlos V. Licón.

establecimientos industriales según personal ocupado, 1985-2008.

Figura 4. Secuencia sugerida para la utilización de los resultados de

Elaboración propia a partir de los censos industriales, INEGI, 1986,

la evaluación de las posibilidades de desarrollo sustentable. Carlos

1989, 1994, 1999, 2004 y 2009. Fermín Alí Cruz Muñoz.

V. Licón.

Figura 5. Área metropolitana de la Ciudad de México: distribución

Figura 5. Mapa con los resultados de la evaluación de las

de la producción industrial por unidades administrativas, 1985-2008

posibilidades de desarrollo sustentable para la Frontera México-

Elaboración propia a partir de los censos industriales, INEGI, 1986,

Estados Unidos. Carlos V. Licón.

1989, 1994, 1999, 2004 y 2009. Fermín Alí Cruz Muñoz.

Figura 6. Mapa de resultados de la evaluación de las posibilidades

Figura 6. Tabla del área metropolitana de la Ciudad de México,

de desarrollo sustentable para los condados del Estado de Utah.

distribución de los establecimientos manufactureros por unidad

Carlos V. Licón.

administrativa, 1985-2008. Elaboración propia a partir de los censos

Sistemas de observación territorial: Hacia una propuesta de observación de la forma urbana Figura 1. Tabla de aspectos de la vigilancia social. Gamero, J., Z. Cabrera, et al. (2004). Vigilancia social: Teoría y práctica en el Perú. Lima, Perú: Consorcio de Investigación Económica y Social. Figura 2. Aspectos de la vigilancia social. Sede, M.-H. and A. Moine, 2008. L´Observation: Concept et implication. Conference International en Intelligence Territorial, Besancon, Francia. Figura 3. Preguntas de investigación para la observación de la forma urbana. Salomón Gonzalez Arellano. Dinámica Macroeconómica y Finanzas en la Ciudad de México Figura 1. Tabla de la ZMCM: producto interno bruto por sectores económicos, 1960-2003 (porcentajes respecto al total nacional). Gustavo Garza. Figura 2. Tabla de la ZMCM: producto interno bruto por sectores económicos, 1960-2008 (porcentajes verticales). Gustavo Garza. Figura 3. Gráfica de México y la ZMCM: montos absolutos de la inversión pública federal, 1959-2010 (millones de pesos de 2003). Asuad y Garza, 2013. Figura 4. Tabla de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Conde y Jimenez, 2013. Evolución de la distribución industrial en la Ciudad de México, 1985-2008 Figura 1. Área metropolitana de la Ciudad de México. Elaboración propia a partir de los datos de los Censos Industriales de 1986, 1989, 1994, 1999, 2004 y 2009, INEGI. Fermín Alí Cruz Muñoz.

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distribución de los establecimientos manfactureros por unidad

industriales, INEGIi, 1986, 1989, 1994, 1999, 2004 y 2009. Fermín Alí Cruz Muñoz. Delimitación del centro tradicional de comercio y servicios del Área Metropolitana de Toluca Figura 1. Factores clave que generan economías de aglomeración. Garrocho, 2008. Figura 2. Zona de estudio y puntos de conteo. Carlos Garrocho. Figura 3. Intensidad de los flujos en los puntos de conteo. Carlos Garrocho. Figura 4. Diagrama de dispersión flujos-distancia de los puntos de conteo. Carlos Garrocho. Figura 5. Total de flujos en la calle de Morelos: umbrales de intensidad Carlos Garrocho. Figura 6. Delimitación del Centro del AMT. Carlos Garrocho. Una visión de la estructura urbana de Zacatecas Figura 1. Ambiente de la circulación. Rubén Garnica Monroy. Figura 2. Relación entre longitud de “frente de cuadra”, tipo de flujos predominantes y su tendencia a ser modificado. Elaboración propia a partir de Siksna (1997). Rubén Garnica Monroy. Figura 3. Índices de conectividad. Elaboración propia a partir de On Line TDM Encyclopedia VTPI (2012b). Rubén Garnica Monroy. Figura 4. Zona Metropolitana de Zacatecas diferenciando los municipios de Zacatecas y Guadalupe. Elaboración propia con base en Google Maps. Rubén Garnica Monroy. Figura 5. La Zona Metropolitana de Zacatecas se formó a partir la conexión de los centros de los dos municipios. Rubén Garnica Monroy.


Figura 6. Mapa de líneas continuas de Zacatecas. Rubén Garnica

Clase 2. Microdatos de la muestra del Censo de Población y

Monroy.

Vivienda, 2010.

Figura 7. Mapa que muestra la longitud de líneas de Zacatecas.

Figura 17. Mapa. Patrones socioeconómicos Industria Manufacturera

Rubén Garnica Monroy.

Clase 3. Microdatos de la muestra del Censo de Población y

Figura 8. Distribución de la longitud de línea de Zacatecas. Rubén

Vivienda, 2010.

Garnica Monroy.

Figura 18. Mapa. Patrones socioeconómicos Comercio al por Mayor.

Figura 9. Mapa de conectividad de Zacatecas. Rubén Garnica

Microdatos de la muestra del Censo de Población y Vivienda, 2010.

Monroy.

Figura 19. Mapa. Análisis de la fricción urbana de las actividades

Figura 10. Distribución de las líneas de Zacatecas por su

industriales manufactureras. Directorio Estadistico Nacional de

conectividad. Rubén Garnica Monroy.

Unidades Económicas 2010 y Encuesta Nacional de Ocupación y

Figura 11. Mapa de “frente de cuadra” de Zacatecas. Rubén Garnica

Empleo 2010, INEGI.

Monroy.

Figura 20 Mapa. Análisis de la fricción urbana de las actividades

Figura 12. Distribución de las líneas de Zacatecas por su frente de

comerciales.

cuadra. Rubén Garnica Monroy.

Económicas 2010 y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo

Directorio

Estadistico

Nacional

de

Unidades

2010, INEGI. Metodología de análisis para la valorización de la fricción entre la población ocupada y las ramas de actividad laboral en la escala local Figura 1. Ciclo del tránsito inducido. Imagen extraída del documento “Ciclociudades: Manual Integral de movilidad Ciclista para ciudades Mexicanas”. ITDP, 2011. Figura 2. Tabla de variables de análisis. Montserrat Mendoza Anaya. Figura 3. Mapa. Distribución de población ocupada en unidades económicas. Montserrat Mendoza Anaya. Figura 4. Mapa. Identificación de núcleos laborales. Montserrat Mendoza Anaya. Figura 5 Distribución de población ocupada por rama de actividad económica. Montserrat Mendoza Anaya. Figura 6. Mapa. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 01. Directorio Estadistico Nacional de Unidades Económicas 2010, INEGI. Figura 7. Mapa. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 02. Directorio Estadistico Nacional de Unidades Económicas 2010, INEGI. Figura 8. Mapa. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 03. Directorio Estadistico Nacional de Unidades Económicas 2010, INEGI. Figura 9. Mapa. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 04. Directorio Estadistico Nacional de Unidades Económicas 2010, INEGI. Figura 10. Mapa N05. Composición de Unidades Económicas industria manufacturera y comercio. NÚCLEO 05. Directorio Estadistico Nacional de Unidades Económicas 2010, INEGI. Figura 11 Posición en el trabajo. Montserrat Mendoza Anaya. Figura 12. Tipo de ocupación. Montserrat Mendoza Anaya. Figura 13. Grado escolar terminado. Montserrat Mendoza Anaya. Figura 14. Ingreso Mensual. Montserrat Mendoza Anaya. Figura 15. Patrones socioeconómicos Industria Manufacturera Clase 1. Microdatos de la muestra del Censo de Población y Vivienda, 2010. Figura 16. Mapa. Patrones socioeconómicos Industria Manufacturera

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Normas Editoriales

Los Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo son una publicación periódica de la Cátedra de Investigación Nuevo Urbanismo en México del Departamento de Arquitectura del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. Tienen como objetivo divulgar información reciente y pertinente a temas relacionados con la Arquitectura y el Nuevo Urbanismo, así como investigaciones recientes, artículos y puntos de vista que ayuden a entender mejor la importancia de éstas disciplinas en las ciudades de nuestro planeta. La difusión de sus contenidos y propósitos se dirige a la comunidad científica y a la población en general. Los Cuadernos están siempre abiertos a la colaboración de lectores, profesionistas, catedráticos, investigadores, y todo aquel que esté interesado en contribuir y fortalecer con sus puntos de vista, opiniones e investigaciones, nuestra labor de difusión. Con la intención de que todas las propuestas de artículos, ensayos y reportes de investigación que lleguen a la redacción puedan ser debidamente revisadas y, consecuentemente, publicadas, pedimos a todo aquel que desee colaborar con la presente publicación atienda las siguientes NORMAS: 1.- Se recibirán tres tipos de trabajos: reportes de investigación, ensayos y artículos de difusión del conocimiento. a) Los reportes de investigación deberán incluir una breve descripción de los objetivos de la misma, el planteamiento del problema y los resultados obtenidos y/o esperados, con una extensión máxima de 15 cuartillas ó 12,000 palabras (sin considerar gráficos), y deben estar sustentados en un marco teórico crítico fundamentado por él o los autores. b) Los ensayos deberán presentar la opinión sustentada del autor acerca de tópicos de interés propio de la Arquitectura y el Nuevo Urbanismo, con una extensión máxima de 15 cuartillas ó 12,000 palabras, sin considerar gráficos. c) Los artículos de difusión del conocimiento deberán consistir en la exposición y/o presentación de conocimientos sobre un tema específico, adecuado a los temas que aborda la revista, con una extensión máxima de diez cuartillas u 8,000 palabras, sin considerar gráficos. 2.- Es altamente recomendable que el trabajo contenga, al menos, dos ilustraciones. En caso de que así sea, éstas deben ser presentadas en formato digital TIFF ó JPG, en

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alta resolución. No se aceptan impresiones, fotocopias, o archivos digitales de baja calidad. 3.- Todos los trabajos deberán ser enviados o entregados de manera digital (vía correo electrónico, CD, o cualquier medio electrónico) a las direcciones listadas al final de éstas notas. Todos los archivos deberán estar colocados en una misma carpeta y debidamente referenciados. 4.- Cada propuesta de publicación deberá incluir una carátula de presentación, con los siguientes datos: •Título / subtítulo del trabajo. •Nombre completo del autor. •Teléfono, fax y dirección de correo electrónico. •Institución donde realiza sus actividades. •Posición que ocupa en su institución de trabajo. •Grado académico, sin abreviaturas. •Nombre de la institución donde recibió su grado, y fecha de titulación. •Dirección completa del colaborador, y la institución donde labora. 5.- Se deberá anexar un resumen no mayor de 20 líneas, así como las palabras clave del trabajo enviado, ambos requerimientos tanto en inglés como en español. 6.- Se deberán realizar todas las referencias bibliográficas necesarias. No serán aceptados trabajos que no estén sustentados bibliográficamente. Ni el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, ni los editores se hacen responsables en casos de reclamaciones por plagios. 7.- Los trabajos deberán atender los siguientes lineamientos: • FORMATO: Los trabajos se presentarán en formato digital, en un texto procesado en Word o un programa similar, con letras mayúsculas y minúsculas, párrafo justificado y espacio sencillo. • TÍTULO: Deberá ser breve, de una a dos líneas con tipografía Arial de 24 puntos, interlinea normal, en negritas. • SUBTITULOS: En caso de haberlos, deberán ser de una a dos líneas con tipografía Arial de 14 puntos, interlinea normal, en negritas. • AUTOR

(ES):

Deberán

venir

el

o

los

nombres


completos, grado académico e institución que representa, inmediatamente después del título, alineados a la derecha, con tipografía Arial de 12 puntos, Normal. • RESUMENES: Se colocarán después del nombre(s) del autor(es) con tipografía Arial de 10 puntos, Normal, interlineado sencillo, párrafos justificados, sin sangrías. Las palabras clave se colocarán después del resumen utilizando el mismo formato. • CUERPO DE TEXTO: Con tipografía Arial de 12 puntos, Normal, interlineado sencillo, párrafos justificados, sin sangrías. • NOTAS: El número que lleve a la nota deberá estar indicado como superíndice en el cuerpo de texto. La nota deberá ser presentada con tipografía Arial de 10 puntos, Normal, y ubicada al pie de la página en donde se utiliza la nota, en orden numérico, y debe incluir los comentarios pertinentes a los que el autor quiere hacer referencia. • CITAS: Las citas deberán ser referenciadas inmediatamente después de haberse utilizado en el cuerpo de texto. Deberán colocarse entre paréntesis, indicando autor, año de publicación y páginas de donde se ha tomado la cita o idea. • MATERIAL GRÁFICO: Deberán colocarse en el cuerpo de texto las referencias al nombre de las imágenes, e indicaciones necesarias para la colocación de las mismas SIN INCLUIRLAS EN EL DOCUMENTO. Las imágenes deberán ser enviadas en archivos TIFF o JPG de manera conjunta con el documento de Word.

En caso de que el formato anterior no sea el adecuado para la publicación consultada, será necesario referirse a los criterios de la American Psychological Association (APA). 8.- Los editores se reservan el derecho de hacer los cambios editoriales que juzguen pertinentes. 9.- Se recibirán trabajos durante todo el año, a través de cualquier integrante de la Cátedra de Investigación Nuevo Urbanismo en México del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. Se recomienda que sean entregados en un CD grabado. Los trabajos también pueden ser entregados personalmente y/o por paquetería en la siguiente dirección: Dra. Stefania Biondi Departamento de Arquitectura. Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. Edificio 2, 4to Piso. Epigmenio González 500, Col. San Pablo. CP 76130. Santiago de Querétaro, Querétaro. MÉXICO. Tel. (442) 2383275 Así mismo, los trabajos pueden ser enviados directamente vía correo electrónico a las direcciones: nuevourbanismo.qro@itesm.mx newurbanism.qro@itesm.mx

• PIES DE GRÁFICO: Con tipografía Arial de 8 puntos, deberán ser colocados entre corchetes junto a las referencias de la imagen en el documento, y citar la fuente de la imagen, en cursiva. Los gráficos que no presenten éste elemento no serán publicados. Ejemplo: [Fachada del Templo de San Francisco, en Querétaro. Fotografía de Juan Perales, 1986] • BIBLIOGRAFÍA: Deberá presentarse al final del cuerpo de trabajo, después de las notas, en orden alfabético por apellido de autor. Las fichas bibliográficas deberán contener los siguientes datos, y en el orden y formato indicado a continuación: APELLIDO, Nombre (Año de la publicación). Título: Subtítulo. Colección y Número de Volumen (páginas consultadas, en caso de tratarse de capítulos o secciones). Editorial: Lugar de Edición.

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AGOSTO DICIEMBRE

2013

CICLO DE CONFERENCIAS

2013

SEPTIEMBRE

TEC DE MONTERREY CAMPUS QUERÉTARO

6 PEDRO PACHECO / ITESM Mty.

Salón de Congresos 1 / 7:00 pm

11 ÁLVAREZ, DETRÁS DE LO PÚBLICO / Exhibición del 11 de Septiembre al 11 de Octubre Galería 14 EDA

AGOSTO 16 PECHA KUCHA / Profesores EDA Salón de Congresos 1 / 7:00 pm Alejandra Acuña, Stefania Biondi Rodrigo Chávez, Mariano García, Alfonso Garduño, Rubén Garnica, Fernando Nuñez, Danitza Palma.

SOM / EUA, Universidad de Talca / Chile, KOZ / Francia, Roger Van Der Heiden / Holanda , Boa Mistura / España, Filipe Balestra / Brasil, Nik Lietchi / Suiza, Alborde / Ecuador, Agustín Solorzano / México, KBAS/ EUA.

11, 12 y 13 CONGRESO FACTOR CLAVE

23 IVÁN HERNÁNDEZ / Ludens Salón de Congresos 1 / 7:00 pm

11, 12 y 13CONGRESO ARQUITECTURA “CICLOS”

Boa Mistura, Clive Van Heerden & Jack Mama, José de Lao, Julius César & Marcos Paulo Machado, Nutcreatives y Roger Van Der Heiden. Panel de expertos: León de la Barra, Lara Godoy Montñes, Héctor Esrawe, Ariel Rojo, Fernando Rubio, Mariano García, Jared Jiménez Rodríguez, Orfeo Quagliata, Rodrigo Chávez y Tatu Martilla.

20 ANDREA RUÍZ

SUM Preparatoria / 7:00 pm INFORMES: Rodrigo Pantoja, Dir. Carrera ARQ rpantojc@itesm.mx / (442) 238.3276

DICIEMBRE 9 EXPO EDA

Rodrigo Chávez, Dir. Carrera LDI rchavezh@itesm.mx / (442) 238.3759

OCTUBRE 1 GIANFRANCO ZACCAI / Design Continuum Auditorio Parque Tecnológico / 4:00 pm

11 GILBERTO GONZÁLEZ / Trecho Innovación NOVIEMBRE 1 DANIEL ROMERO / TUUX

Auditorio Parque Tecnológico / 1:00 pm

8 MARCOS BETANZOS / (B)ordos Explanada EDA / 7:00 pm

15 TODD LITMAN / Victoria Transport Policy Institute SUM Preparatoria / 7:00 pm

22 ADOLFO PEÑA / CCAU SUM Preparatoria / 7:00 pm

30 ENTREGA DE FIN DE CARRERA

SUM Preparatoria / 1:00 pm

4 PAUL CREMOUX Studio SUM Preparatoria / 7:00 pm

5-12 SOLAR DECATHLON / Taller Internacional / California Prof. Efraín Alonso / Carlos Cobreros

5-13 ELOP*6 Stanford University / Taller Internacional Prof. Rodrigo Pantoja

Bauhaus University / Bern University of Applied Arts / HEPIA Geneve / Koln Fachhochschule / Politecnico di Milano / Tecnológico de Monterrey

18 PECHA KUCHA / Alumnos EDA Explanada EDA / 7:00 pm

Azul Castañeda / Roberto Cevada / Héctor Javier León González / Alejandra Martinez Gabriel Mendoza Torres / Citlaly Ordoñez / María Elen Pino Bravo / Maria Jose Robles Susana Tort Ayala / Alejandra Vera González

25 ARROYO-PEMJEAN Arquitectos Salón de Congresos 1 / 7:00 pm

19-26 IIT _Illinois Institute of Technology Taller Internacional / Prof. Fernando Núñez

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Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo. Número 11 y 12 Indicadores Urbanos. Se terminó de armar en octubre de 2013. Formado y producido por Imprecolor Industrial S.A. de C.V., ubicado en Calle 2 No. 37-A Fracc. Ind. Benito Juárez, Querétaro, Qro., con teléfono (442) 210 2132. La presente edición constó de 350 ejemplares. Fue impresa sobre papel bond blanco de 90 gr. para los interiores, y cartulina couché brillante de 250 gr. con barniz UV para el forro.

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