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¿Cómo hacer frente a los brotes de la COVID-19?
Serie | COVID-19 y estrategia de respuesta
Autoría: Clara Prats (UPC), Daniel López-Codina (UPC), Anna Vilella (Hospital Clínic-ISGlobal) y Antoni Trilla (Hospital Clínic-ISGlobal)* [ Este documento forma parte de una serie de notas de debate que abordan preguntas fundamentales sobre la crisis de la COVID-19 y las estrategias de respuesta. Los trabajos han sido elaborados sobre la base de la mejor información científica disponible y pueden ser actualizados a medida que esta evolucione. ]
13 de julio de 2020 Foto de portada: Gustavo Fring / Pexels
La salida progresiva de las fases de confinamiento ha comportado el aumento de la movilidad, un mayor contacto entre nosotros y una llegada limitada de turistas de países en situación epidemiológica similar a la nuestra. Todo ello supone el aumento del riesgo de contagio, especialmente si no se siguen bien las medidas de prevención individuales recomendadas (distancia, higiene de manos y mascarilla) y si no se evitan los contactos próximos y prolongados o las aglomeraciones, en particular en espacios cerrados y mal ventilados. Son las denominadas 3 C (por sus siglas en inglés): Closed spaces, Crowded spaces, Close-contact settings (espacios cerrados, espacios con mucha gente y contactos próximos). El SARS-CoV-2 sigue circulando entre nosotros: hay casos nuevos todos los días, en un número ciertamente menor, pero significativo. Si hay virus y hay contacto entre nosotros, habrá contagios.
Con respecto a las estrategias de salud pública, hablamos de fases de contención y de mitigación. En las fases de contención, antes y después del pico o de la primera oleada u oleadas sucesivas, el mecanismo principal para intentar el control es el estudio de contactos. Se trabaja caso a caso y se identifican y siguen las cadenas de transmisión para detectar nuevos casos, practicar una prueba diagnóstica (actualmente una PCR) lo antes posible (en menos de 24 horas) y, si es positiva, aislar esos casos. También se trata de identificar a todos o la mayoría de los contactos próximos o estrechos, que son los de mayor riesgo, y ponerlos en cuarentena vigilando la posible aparición de síntomas en los 10-14 días siguientes. En determinadas circunstancias epidemiológicas (residencias, brotes, otros) es recomendable efectuar pruebas PCR diagnósticas a los contactos estrechos para descartar casos asintomáticos.
* Clara Prats es profesora agregada de la Universitat Politècnica de Catalunya, responsable de modelización computacional del Centre de Medicina Comparativa i Bioimatge de Catalunya y miembro del Grupo de Investigación de Biología Computacional y Sistemas Complejos. Daniel López-Codina es profesor titular de la Universitat Politècnica de Catalunya y miembro del Grupo de Investigación de Biología Computacional y Sistemas Complejos. Anna Vilella es Associate Researcher de ISGlobal, médico del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona y profesora asociada de la Universitat de Barcelona. Antoni Trilla es Research Professor de ISGlobal, médico del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona y catedrático de la Universitat de Barcelona.
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