Cartas de viejos amores Lo interesante de la literatura, de escribir y componer, es que generalmente se mezclan la realidad y la fantasía, lo que es y lo que quisiera ser. Este escrito es algo así; una de las partes realmente se sentó y escribió esto; la otra, es sacada de la pura fantasía y de lo que una de las partes quisiera escuchar. Espero les guste.
One: Y yo que te lo di todo, ahora te doy hasta lo que no tengo. ¿Sabes? Le he pedido prestado los colores al arcoíris, le he robado el azul al cielo y al mar, he tomado la luna y las estrellas sólo para dedicártelos, sólo para que sepas cuánto te amo. Ah, sí, porque he tenido que buscar maneras alternativas de que lo sepas, ya sabes, por eso de que no puedo decírtelo en tu cara, por eso de que no puedo sonreírte y decirte claro y pelado que me muero por ti. Por eso, le he quitado todas las letras a mi canción, por eso mis poemas se han quedado en silencio, para que el silencio también te diga cuánto te amo, cuánto te quiero. Por eso es que nunca dejo que me veas de espalda cuando estoy contigo. Si lo hiciera, descubrirías todos los "Te amo", todos los "Te quiero" que guardo en el bolsillo y están a punto de escaparse. Yo no sé qué va a pasar, eso sólo Dios sabe. Yo sé que te amo a más no poder y que al final, alguien esto lo va a comprender.
The Other: Mis ojos se deleitan al ver tantos colores y mi mente se niega a reconocerlos, cegando a mi corazón. Mis oídos se empeñan en halar de tus labios aunque sonidos similares a las palabras que deseas decir, pero mi terquedad te calla y mi mente ha dejado sordo mi corazón. Mi manos se mueren por ponerte de espaldas a mí para no verte la cara cuando mi menta obliga a mi boca a lastimarte, para abrazarte y sentirte, para sacar de tus bolsillos lo que has guardado y tomar de tus manos, lo que piensas guardar. Pero mi mente me ha dejado insensible y no sé cuando te toco, cuando te hiero o cuando te acaricio. Por eso no sé qué hacer cuando estoy contigo. Mi corazón llora por no poder sentir a causa de mi mente. Mi lengua y mis labios, mi gusto en sí, no pueden esperar más por hacerse de boca como antes y darle razones a mi corazón para palpitar, pero mi mente ha tornado amargo todo lo que saboreo y ha convencido a mi corazón de que venenoso es tu paladar. Mi olfato ruega a mi mente que le permita sentir tu olor nuevamente, para que mi corazón se ablande y sonría una vez más, pero mi mente se rehúsa, dejando con que mi corazón se endurezca. Y mis ojos, también, se marchitan pues ya no pueden percibir la luz que irradiaba tu belleza, ya que mi mente ha nublado tan necesaria fuente de vida para mi corazón, con una falsa madurez. Tan solo la razón es la que nos detiene, así que arráncala de mi cabeza y devuélveme a mi antiguo yo, para amarte como solo un irrazonable amaría a otra irracional que me ha soportado tanto tiempo, para ser yo quien haga lo imposible por ti, para darte lo que no te he dado y aceptar, lo que no he aceptado, para atesorar los Te Amo y los Te quiero, para darte así un mundo nuevo y que tus señales sean contestadas.