La aventura hacia el líquido dorado

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LA AVENTURA HACIA EL LÍQUIDO DORADO



Primera Edici贸n: Agosto de 2015 Bogot谩, Colombia

Autores: Paola Andrea Arango Ardila Isabel Echeverri Aranzazu Marcela Navarro Restrepo Mar铆a Isabel Nieto Tr贸chez Nicole Senz Giusti


PRÓLOGO


Esta historia tomó lugar hace más de un siglo, entre finales de 1800 y principios de 1900. Una época en la que, en Bogotá, los hombres vestían sombreros de copa, las mujeres largas faldas y los caballos y carrozas eran un medio de transporte en la ciudad. La sociedad se dividía entre aquellos que bebían licores finos traídos de países lejanos y aquellos que bebían extraños líquidos hechos en casa a partir de maíz que llamaban “chicha”. En este mundo de gustos divididos aparece Leo Kopp, un alemán lleno de grandes ideas que revolucionarían la forma de consumir licor en todo el país y la forma de vida en la ciudad de Bogotá. En el centro de esta revolución, estaba la cerveza o como se conocía entre las clases trabajadoras, “La Pola”. Fue, y a un es, una bebida que se volvió famosa en la sociedad. Los trabajadores ahorraban para comprarla de vez en cuando y los ricos la hacían parte de sus fiestas más importantes. En la historia, Tibu es un niño curioso y aventurero que se propone la misión de descubrir los secretos detrás de esta bebida fantástica. De esta manera, llega a descubrir algunos de los grandes inventos que ésta trae consigo y sus propiedades mágicas.


Tiburcio, mejor conocido como Tibu, era un niño que pertenecía a la reconocida familia de comerciantes de la ciudad de Bogotá, los Castello. Tibu era un niño al que le gustaba aprender todos los días cosas nuevas, era muy curioso y tenía una gran imaginación.


La familia Castello tenía una tienda en donde se vendía ropa que traían desde una ciudad muy lejana llamada Frankfurt, en el país de Alemania. Esta ropa era transportada desde Alemania por la familia Kopp.


Un dĂ­a, los padres de Tibu le enviaron a la familia Kopp una carta por correo en la cual los invitaban a Colombia para conocerlos mejor. Tibu estaba muy ansioso de conocer a los extraĂąos de los que tanto hablaban sus padres.


DespuĂŠs de unos meses de espera, la familia Kopp llego a Colombia. Todos eran altos, rubios y hablaban un idioma distinto al espaĂąol. Entre los integrantes de la familia, Leo Kopp resaltaba por ser muy sonriente y simpĂĄtico.


Tibu, quien era un niño muy curioso y aventurero, decidió entrar una noche a la habitación de la familia Kopp. Tibu encontró la botella que contenía el líquido dorado, de la cual había oído hablar en su casa.


Esta botella, que estaba hecha de vidrio, era transparente y a través de ella se podía ver pequeñas burbujas que se formaban. Tibu, con sus dedos, intento destapar el corcho, que mantenía el líquido en el interior. Justo en ese momento, oyó pasos de alguien que se acercaba.



Tibu corrió y guardó todo como estaba y volvió rápidamente a su habitación, temeroso de que fueran los señores Kopp.

Muy interesado por lo que había descubierto, decidió aprender todo lo posible sobre esta burbujeante bebida. Esa noche, Tibu soñó con el líquido dorado y veía como éste le otorgaba poderes mágicos a quienes bebían de él. ¡La gente baila, se llena de energía y de felicidad!


Al día siguiente, cuando salió el primer rayo de sol, empezó su nueva aventura. Tibu se levantó a las seis de la mañana para arreglarse y estar listo antes de que la familia Kopp saliera de la habitación y así poner en marcha su plan.


Esa mañana, Tibu persiguió al señor Leo Kopp, o como lo llamaba Tibu, “Mister Kopp”, quien se dirigió a una reunión con un comerciante de alimentos.


El comerciante, era un señor gordo y ruidoso que hablaba con otro acento. No parecía bogotano pero no hablaba enredado como lo hacía Mister Kopp. Hablaban de palabras extrañas que nunca había oído como “lúpulo” y “cebada”.

Esa misma noche, durante la cena, Kopp le contó a sus padres sobre la reunión y allí fue donde descubrió que esas palabras raras eran los ingredientes de la bebida mágica. Y no sólo eso, estos ingredientes eran traídos desde una tierra mágica muy lejana, pero Mister Kopp confesó que Colombia estaba llena de magia y decidió plantar los ingredientes en el país.



Un día, vio la posibilidad de continuar con su investigación cuando Mister Kopp decidió mostrarle la fábrica a sus padres y Tibu los acompañó.


Ya en la f谩brica, Tibu aprovech贸 la distracci贸n de sus padres mientras hablaban con Mister Kopp, para explorar por su cuenta. Tibu vio una puerta abierta de la cual sal铆a gente con grandes abrigos y no dudo en entrar.


Dentro de la habitación, empezó a sentir mucho frío y empezó a temblar. Cuando miró a su alrededor se dio cuenta que estaba rodeado de granizo gigante por todos los lados. ¡Entró en pánico!


Se obligó a mantener la calma y a observar con detenimiento a su alrededor. Se dio cuenta que estaba rodeado de miles y miles de botellas con líquido dorado. Supuso que como éste venía desde una tierra lejana, debía conservarse en un lugar más frío para que no perdiera la magia.


Cuando salió de allí, fue a contarle a sus padres y al señor Kopp lo que había descubierto. Al ver la emoción en su rostro, mister Kopp decidió regalarle un poco de hielo. Con este hielo, Tibu podría preparar helados. Significaba esto que, ¿Con todo ese hielo ahora Tibu podría comer helado todos los días sin importar que no granizara en Bogotá? ¡Tibu se llenó de alegría!


Mientras continuaban con su recorrido, Tibu no podía para de pensar en el helado que se iba a comer, cuando de repente, tropezó con una gran montaña de arena y calló. ¿Qué hacía eso allí? Acaso Mister Kopp quería hacer un Castillo? Decidió perseguir a las carretas que pasaban llenas de arena y entraban a otro cuarto para descubir qué era lo que pasaba con toda esa arena .


Mientras los perseguía, transitaron por varios corredores hasta llegar a un lugar donde hacía mucho calor y habían grandes máquinas donde se ponía la arena. Ésta pasaba por un recorrido donde la calentaban y salía por otro lado, ¡En forma de botella! ¿Cómo era esto posible? ¿Estaba soñando Tibu?

Uno de los trabajadores del lugar le explicó que la arena, al calentarse demasiado, se volvía líquida y transparente. De este modo, se le podía dar forma que se quisiera.




Tras esta visita, Tibu había aprendido mucho. Había descubierto el hielo y la arena mágica con la que se hacían las botellas. No podía esperar a saber que más escondía esta bebida.

Tiempo después, ocurrió un hecho muy alarmante, una explosión sonó afuera en el patio de su casa. Tibu corrió a su ventana a ver que ocurría. ¡Al parecer el líquido dorado tenía vida propia y quería escapar de la botella! Empujó y empujó tan fuerte que logró sacar el corcho de la botella y éste salió volando por todo el patio.


Mister Kopp se veía muy preocupado por esta situación, hasta que un día llegó a la casa de los Castello con una botella que tenía una pequeña tapa de metal. Ésta mordía por fuera la botella y no permitiría que nada se escapara.

Tibu no sabía por qué el corcho no le había funcionado a la botella, hasta que le explicaron que dependiendo del lugar, el líquido mágico podría tener más fuerza para escapar que en otros.



Tibu no podía creer todo lo que había aprendido ya sobre la bebida, y creía que ya nada podía sorprenderlo hasta esa noche. Sus padres y mister Kopp habían organizado una gran fiesta en su casa.


¡Su sueño se hizo realidad! Los adultos estaban con sus más elegantes vestidos y joyas, y todos bailaban llenos de energía y felicidad.


Fue en ese momento que Tibu descubri贸 el secreto m谩s importante de la bebida dorada: Su capacidad de reunir tantas personas maravillosas alrededor de ella.


Cuando ya estaba en su cama, Tibu recordó todas las aventuras que había vivido alrededor de la bebida. Sin parar de sonreír se dijo a si mismo: “¡Algún día trabajaré en ese mundo mágico!”


EPÍLOGO


La receta de la cerveza, los ingredientes, las máquinas para hacer hielo y vidrio, fueron sólo unos de los grandes aportes de Leo Kopp a la ciudad de Bogotá. Además, contribuyó a la construcción del tranvía, un pequeño vagón que solía ser arrastrado por caballos y que le permitía a la gente de toda la ciudad ir desde sus casas hasta el trabajo. Por otro lado, fomentó la construcción del ferrocarril para transportar sus productos y poder comercializarlos. Se dice que cuando las personas se enfermaban de gripa, él les regalaba un poco de su hielo para ayudarles a bajar la fiebre. También brindaba ayuda a los trabajadores de la fábrica para que pudieran tener su propia casa, lo que lo llevo a construir muchos barrios en la ciudad. Leo Kopp fue un empresario amado por ricos y pobres por todos sus aportes a Bogotá. Por eso lo llamaban “El Santo Kopp”. Hoy en día, la gente sigue visitándolo en el cementerio, llevándole flores y velas en su honor. Bavaria, la empresa de Leo Kopp, se volvió en una de las más importantes del país. Convirtió a todos los adultos en amantes de la cerveza y superó muchos retos en el transporte, la fabricación, la siembra y la aceptación social. Hoy en día, producen más de 10 tipos de cervezas y 3 bebidas sin alcohol. Además tiene fábricas en 10 ciudades diferentes y sus productos se venden hasta en el pueblito más pequeño de Colombia.


BIBLIOGRAFÍA


Borja Gómez, J. y Rodríguez Jiménez, P. (2011) Historia de la vida privada en Colombia. Tomo I: Las fronteras difusas del siglo XVI a 1880. Bogotá: Taurus Molina, L. (Agosto de 2015). Conferencia llevada a cabo en la Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia. Ogliastri, E. (1990). Cien años de la cerveza Bavaria. Bogotá : Siglo XXI Impresiones Ltda. Plano Danais, Ricardo. (2011). La industria cervecera en Colombia. Disponible en: http://www.banrepcultural. org/blaavirtual/revistas/credencial/agosto2011/ cerveza-industria



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