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CARTA A LA 4T
A QUIEN CORRESPONDA:
Edgar Javier Corlay Aguilar
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Nació en 1974, vive en Bogotá, Colombia.
Licenciado en Contaduría Pública por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Maestría en Impuestos; Finanzas; Derecho Fiscal; Alta Dirección e Inteligencia Estratégica; Estrategias Fiscales e Impositivas.
Estudios de Maestría en Administración.
Estudios de Maestría en Psicología Organizacional.
Cuenta con diplomados y cursos en diversas áreas de interés empresarial y gubernamental.
2018 Instituto Nacional de Contadores Públicos de Colombia.
2017 Colegio de Contadores Públicos de México, A.C., afiliado al Instituto Mexicano de Contadores Públicos.
2017 Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas. IMEF
2017 Asociación Nacional de Fiscalistas. NET ANAFINET.
2017 Instituto Mexicano de Auditoría Técnica, A.C.
2019 Agente Capacitador Externo STPS con No. de registro COAE-7401029Q6-0005.
La pandemia y, en general, cualquier tipo de desastre o emergencia natural puede externar lo mejor de cada uno de nosotros… pero también lo peor. Es decir, el ying yang se encuentra presente como la balanza que equilibra al mundo. Lo anterior viene a colación en virtud de que el Poder (llámese 4T, Mafia del Poder, Constitucionalistas, Liberales, Conservadores, etc.; todos caben en el mismo costal) se encuentra representado por seres humanos, que se encuentran llenos de virtudes y defectos, y reflejan lo que somos como sociedad, y en este caso, voltean la mirada para no darse cuenta de lo que sucede abajo del monte Olimpo. Nuestros representantes populares, desde el Presidente de la República
El Pueblo es esa amalgama que representa nuestro podrido tejido social. El Pueblo incluye desde el hombre más rico de México, hasta el más humilde habitante de una población olvidada. Todos estamos sufriendo, todos tenemos intereses; su gremio, su grupo de poder tiene el interés de perpetuarse en el Poder.
Sabemos de su profundo desdén y repudio en la retórica política hacia aquellos que arriesgan su dinero en emprender, porque, en su imaginación, creen que cualquier persona que invierte está utilizando el dinero que se robó y permítanme decirles, no todos somos así.
No todos nos llenamos los bolsillos de los pantalones con ligas de dinero, no todos tenemos seis casas, ni el control de los sindicatos de la UNAM, ni vivimos de una pensión desorbitante como los exministros de la SJCN, ni a todos nos graban con bolsas llenas de dinero en un restaurante, ni tenemos un cacicazgo en Zacatecas con ranchos, negocios, gasolineras, no, señores de la 4T, no todos somos así.
Lo que sí puedo decirle es que nosotros tenemos el interés de recuperar nuestro dinero invertido en maquinaria, capacitaciones; es una mentira del tamaño del universo esa demagogia de que ya se acabó la corrupción, puede preguntarle al Director de la CFE; renta de locales, depósito en garantía para arrendar locales, materia prima, servicios públicos, pero, sobre todo, mantener los puestos de trabajo porque, aunque no lo crean, los trabajadores son seres humanos, sin los cuales nuestros negocios no podrían funcionar.
No soy economista, pero creo que el capital y el trabajo son los factores de producción y que están al mismo nivel en este momento y que continúa como un paradigma vigente, a menos que, con un decreto presidencial mexicano, se haya cambiado ya todo.
Todo eso es dinero ahorrado con gran esfuerzo, que se ha invertido, que nadie nos regaló, que no lo robamos, que tuvimos el valor de sacar de nuestro colchón, para poder poner un negocio con los beneficios e incertidumbre que ello conlleva.
Ustedes no son tontos, se hacen, y saben perfectamente que las empresas son las que tienen que sacar esto adelante, debe haber piso parejo, integridad, cero corrupción, pero no abandonar a las empresas que nada tienen que ver en su lucha por el maldito poder.
An Lisis Financiero
“No, nosotros no somos parte de la Mafia del Poder, pero tampoco concordamos con eso de que “si no me apoyas y me alabas, entonces estás contra mí”.
Me atrevo a poner en la mesa una propuesta que puede ser de gran utilidad en este momento tan crítico en el cual nos encontramos.
No, no me refiero a un subsidio de $25 mil pesos, o que me condonen impuestos, nada de eso. Me refiero a que, por una vez, tomen la vida como un equilibrio, nada es bueno ni malo en exceso. Ni tan malo es el neoliberalismo, ni tan bueno es el socialismo, y viceversa. Usar en parte, una medida contracíclica en este momento, no sería una mala idea. Me permito poner a su consideración la propuesta de permitir una facilidad administrativa, para que las demás empresas puedan registrar como una deducción autorizada, el 100% de los consumos en alimentos en restaurantes, mientras dure la emergencia económica. Lo anterior, en virtud de, que en la actualidad, el artículo 28 Fracción XX de la Ley del Impuesto sobre la Renta establece que, solamente, será deducible para las empresas el 8.5% de los consumos en restaurantes.
Para ponerlo en números: si quiero fomentar el “quédate en casa” o disminuir la circulación de personas en la calle, y, al mismo tiempo, salvar a la industria restaurantera, puedo permitir que si una empresa gasta $100 pesos, la dejen deducir esa cantidad en su totalidad. Reitero que la propuesta no debe ser para siempre, solo una facilidad en lo que dure la emergencia sanitaria. Nosotros ya hicimos el sacrificio, ahora les corresponde a ustedes.
Cabe recordar que si bien, el objetivo de nuestro sistema tributario es proveer de recursos al Estado para la realización de sus actividades, cierto también es que persigue otros objetivos, como la promoción del desarrollo nacional a través de tratamientos diferenciales recaudatorios que permitan el desarrollo y la supervivencia misma en este momento, de ciertas actividades consideradas estratégicas en la economía nacional.
¿El sector restaurantero es estratégico en la economía nacional? Pues según datos del INEGI, la industria restaurantera da empleo a 2.14 millones de personas. Si eso no es estratégico para ustedes, entonces no sé qué lo sea. La Camara Nacional de Restauranteros ha indicado que han cerrado 13,500 negocios, desde el inicio de la pandemia. Lo anterior implica que 13,500 centros de trabajo han perdido todo, inversión, empleo, arrendamientos, ingresos en venta de boletos de transporte, se ha dañado parte del ciclo económico, pero cabe aclarar que no todo ha sido pérdida. También se ha ganado, en el aumento del riesgo en factores psicosociales que ustedes quieren disminuir. Quizá para ustedes sea poco, pero para ellos, inversionistas y trabajadores, lo fue todo y ahí está su falta de empatía para con aquellos que ustedes dicen representar.
”Ahora bien, si a un negocio se le hubiera permitido vender $1,000 pesos diarios y que otra empresa los pudiera deducir, eso implicaría hacer una operación aritmética muy simple:
13,500 empresas cerradas, por $1000 = $13,500,000, por 365 días = $4,927,500,000 (cuatro mil novecientos veintisiete millones quinientos mil pesos), cantidad que es insignificante, en comparación con las pérdidas de PEMEX de solamente UN TRIMESTRE (enero-marzo 2020) que ascendieron a $562,250 millones de pesos. Es decir, la pérdida de todos los mexicanos de UN SOLO DÍA ascendió a $6,244,444,444 (seis mil doscientos cuarenta y cuatro millones cuatrocientos cuarenta y cuatro mil cuatrocientos cuarenta y cuatro pesos).
Repito, UN SOLO DÍA en la vida de PEMEX ES MAYOR
A TODO EL PRESUPUESTO DE GASTOS FISCALES PROPUESTO, que bien pudo haber ayudado en parte a las empresas restauranteras, al permitir la deducibilidad en materia de impuesto sobre la renta de tan solo mil pesos diarios a otras empresas para que compraran sus alimentos. En fin. Ahí está el cálculo empírico.
No quiero que me regalen dinero, ni subsidios ni nada de eso. Esas cosas se las pueden dar a su base electoral. Lo que me importa es que nos ayuden permitiendo la deducibilidad de los alimentos, para que otras empresas nos puedan comprar mientras dure la contingencia sanitaria o como sea que ustedes le llamen.