MÓNICA ROZMAN ES DEDICA A L'ART RELIGIÓS DES DE FA TRES ANYS
Me ilusionaba recuperar mi
2
faceta artística que tanto me había costado desarrollar y enlazarla con mi faceta de catequista que inicié a los dieciséis años.
ANTIGUES ALUMNES
www.arrel.eu MÓNICA ROZMAN JURADO, Arrel Vall de Gaià Qué rápido pasa el tiempo, qué rápido pasa la vida! Impacta saber que a alguna de las compañeras se le ha escapado ya de entre las manos. Qué experiencia tan agradable reencontrar a amigas después de tanto tiempo y maravillarte de lo que han hecho en la vida y de lo que la vida ha hecho con ellas... y contigo! Somos la mismas, sin duda. La vida ha sacado a la luz lo que había dentro nuestro y, aunque alguna compañera se sorprenda, las profesoras no. Ellas lo vieron y lo cultivaron y hoy lo contemplan con satisfacción.
En mi trayectoria de estos 25 años hay cuatro etapas tanto en lo profesional como en lo personal: Una primera etapa de estudiante universitaria. La carrera de arquitectura supuso una dedicación muy intensa pero apasionante a la vez, que me hizo desarrollar, no sin un gran esfuerzo y muchos sufrimientos al principio, capacidades de las que no era consciente, como la creatividad artística. Pero encontré ayudas muy valiosas en personas concretas, profesores que, fuera de su horario, me orientaban en mis primeros proyectos y algún compañero que me ayudó a descubrir algo importante: que la arquitectura puede encontrarse en espacios muy
TRENTA-VUIT
sencillos; que lo que les da valor es la intención con que se piensan y lo que consiguen provocar en quien los habita. La segunda etapa: acabar la carrera, casarme, construir nuestra casa y trabajar como arquitecta. Muchos cambios, mucha energía, muchas decisiones importantes y algunos choques con la realidad profesional, diferente de la carrera, bastante dura para todos y quizás un poco más para una mujer joven. Pero los proyectos realizados están en pié y funcionan muy bien. Reformas de pisos y una casa en el Pirineo. Visitarla y escuchar de su dueña los ratos agradables que ha pasado en los lugares que yo proyecté es el mejor premio para tanto esfuerzo. Y llegó el momento de tener hijos. Sin duda alguna la experiencia más profunda y transformadora... hasta ese momento. Cambiar todas las prioridades. Dejar la arquitectura por la enseñanza para poder estar con el bebé, para poder