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Ana Paulina Gámez revisa la influencia hispanomorisca en México

Ana Paulina Gámez revisa la influencia hispano morisca en México

Durante la videoconferencia La huella de la cultura hispano-morisca en México, Ana Paulina Gámez Martínez —doctora en Historia del Arte— participó en el ciclo Diálogos en El Colegio de Sinaloa, que se transmitió vía Facebook y YouTube institucionales el viernes 9 de octubre.

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La Dra. Gámez Martínez explicó que la cultura hispano-morisca de raíces árabes no llegó a Nueva España sólo gracias a los recién conversos, pues muchos de sus elementos eran ya parte de la civilización de los viejos cristianos españoles venidos a estas tierras, incluidos los conquistadores. Es por ello que el español que hoy se habla en México está salpicado de arabismos y nuestras costumbres, cocina, indumentaria, arquitectura y artesanías poseen los más insospechados toques moriscos.

La especialista hizo énfasis en la lengua, al español que hablamos cotidianamente ―y en nuestras costumbres— para entender después esa influencia hispano-morisca en la gastronomía, la indumentaria y la arquitectura mexicanas. Entre las palabras de origen árabe podemos mencionar: acequia, alfarería, elixir, aceite, almíbar, jarabe, jazmín, aceituna, álgebra, azucena, alfeñique, amapola, aljibe, alberca, bazar, quilate, azotea, almohada, entre otras.

En el caso de la cocina y la agricultura, nombró a los chiles en nogada —platillo que se dice fue creado por primera vez en un convento poblano en el siglo xix― que está colmado de ingredientes que se trajeron con la conquista: granada, nueces, duraznos, peras, chabacanos, manzanas y las especias, son ejemplo de un plato que consideramos tan mexicano que en realidad no hubiera sido posible sin todos estos elementos de agricultura que llegaron a nosotros vía España, pero a su vez fueron introducidos en la Península Ibérica por los árabes.