Si la ortografía es una mandarina,
como dijo Cortázar, y el ensayo es un ornitorrinco, como dijo alguien, entonces el mini-tauro es un iceberg, según la teoría de Hemingway. Los siete octavos del texto los tiene el lector. El escritor aorra hasta la h.
Los géneros literarios son camisas de fuerza, lechos de Procusto. Son una ilusión. Por eso, antes de que la desilusión llegue es necesario
su disolución. La disolución de los géneros es la máxima libertad literaria.