La expresión poética que poseen los niños sólo es comparable con la belleza del universo. El niño es capaz de recrear con su imaginación un mundo de fantasía donde se entreteje la metáfora para dar vida a la palabra. La experiencia de los talleres de producción
de textos nos ha permitido incentivar esa imaginación a partir de la libertad de creación. Las propuestas llevadas a los talleres demuestran que el ejercicio de la palabra como posibilidad de comunicación de la
belleza, está presente desde la infancia. Celebramos este libro hecho al calor de la alegría, al abrigo de la ternura; con la convicción de encausar a los pequeños
escritores por los senderos de la literatura como arte.