Revista Venezolana de Análisis De Coyuntura. Volumen XXI Nº1 enero-junio 2015

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EDITORIAL Estamos en la presentación del primer número del volumen XXI de la Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura. En un primer plano, festejamos la elaboración del número monográfico anterior (Vol. XX No. 2 jul-dic de 2014) sobre el tema de identidad cultural en el marco de la Constitución de Cádiz promulgada el 19 de marzo de 1812, en una alianza de nuestra revista con los organizadores del Seminario de Identidad Cultural Latinoamericana (SICLA), en esta ocasión titulado “Cádiz e Hispano América 200 años después” celebrado en México, septiembre de 2012. Agradecemos especialmente la valiosa colaboración de la Prof. Seny Hernández en la elaboración de ese número. En el transcurso de los veinte años de nuestra publicación, han sido pocas las ocasiones en las que hemos logrado ediciones de números temáticos, vale la pena recordarlos: en el primer número del año 1999 se elaboró un número sobre el tema de la globalización, muy exitosa en cuanto a su demanda (Vol. V/No.1), luego en diciembre de 2000 (Vol. VI, No. 2) se publicaron las contribuciones de la Mesa Redonda: “Perspectivas venezolanas ante la Globalización del Sistema Financiero” auspiciada por el BCV y el IIES de la FaCES de la UCV. Más tarde en febrero de 2005 (Vol. XI No. 2) se publican un conjunto de trabajos de los profesores del Doctorado en Ciencias Sociales de la FaCES presentados en las Primeras Jornadas del Postgrado en Ciencias Sociales. Luego de estos recuerdos y agradecimientos, pasamos a presentar los artículos que se incluyen en este primer número del 2015. Tenemos inicialmente el artículo de Zuinaga, que nos presenta los resultados de una investigación donde se interpreta desde una perspectiva teórica el enfoque de la geopolítica en el contexto de las relaciones internacionales del nuevo milenio. Continuamos con Riojas, que analiza la historia el desenvolvimiento de la historia de América Latina durante las últimas décadas del siglo XX con respecto a los sucesos de Europa Central, eventuales conexiones en el corto y largo plazo donde eran palpables rupturas y continuidades, se explican los regímenes socialistas comparando una retórica global basada en discursos aperturistas y democratizadores y se hace un balance de los procesos de cambio institucional en ambos subcontinentes. A continuación, pasamos a presentar un bloque de artículos enmarcados en la innovación tecnológica y en la gerencia: Aponte, analiza el proceso de gestión de innovación tecnológica, caracterizando cada una de sus etapas con los elementos más importantes; González, nos muestra la relación entre el mundo global, la era de comunicación y la gerencia actual en una época de cambios permanentes. Soto, diserta sobre reflexiones propuestas para incrementar la efectividad de liderazgo venezolano, como el modelo de Las Tres Responsabilidades


y la Aproximación al Liderazgo Responsable. Seguidamente, Peña evalúa el impacto de los choques exógenos en el producto agrícola para Venezuela, durante el lapso 1960-2012. A nivel internacional, Herrera analiza la evolución reciente de la economía norteamericana. El artículo se ubica en el contexto de crisis sistemática del capital, la cual se describe como crisis de acumulación de capital, especialmente de capital ficticio. En un último bloque artículos se tratan situaciones laborales: la de empleo y reconocimiento a las nanoempresas, en México, con la contribución de González Flores, y la de desempleo, en Brasil, con la contribución de Cacciomali, Tatei y de Toledo Lima. Pasamos a la sección de indicadores, donde, Nelson Morillo muestra los Indicadores de la coyuntura para Venezuela en el 1er semestre del año. En la sección de documentos se presentan dos disertaciones: Sulvey Naranjo, sobre la alternativa evolutiva presentada por Prigogint y dialogada con Bergom que se constituye en este ensayo en matriz de análisis controversial frente a los paradigmas evolutivos darwiniano y de la termodinámica clásica concluyendo en el enfoque de una “nueva alianza” interconectada de saberes, hacedora de mundo y de verdades; y, luego, Jorge Rivageneyra nos muestra el “Culto a los Muertos”. Para finalizar el primer número del volumen XXI de la revista en 2015, como siempre, damos las gracias a nuestros contribuyentes y revisores que hicieron posible su elaboración y por supuesto a nuestros lectores.


Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 11-32 recibido: 31-10-2014 / arbitrado: 10-02-2015

EL ENFOQUE DE LA GEOPOLÍTICA EN EL CONTEXTO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES EN EL NUEVO MILENIO Soraya Zuinaga de Mazzei1 INTERNACIONALISTA Y MAGISTER EN SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL Resumen: La presente investigación tiene por objetivo interpretar desde una perspectiva teórica el enfoque de la geopolítica en el contexto de las relaciones internacionales en el nuevo milenio. La investigación se enmarcó en un enfoque cualitativo, la técnica de recolección de información fue la observación documental, mediante la revisión de textos, libros, prensa y revistas especializadas sobre el tema. La comprensión teórica de los distintos autores dejó evidencia que la geopolítica ejerce dominio en el comportamiento de las relaciones internacionales pasadas, presente y futuras, además de brindar un marco de acción en el ejercicio de la política tanto interna como externa de los Estados en el contexto global. Palabras claves: Geopolítica, relaciones internacionales, nuevo milenio, contexto global.

INTRODUCCIÓN

Como muy bien lo dijo el célebre Napoleón Bonaparte en una de sus tantas citas relevantes “la política de todas las potencias está en su geografía”. En este caso, lo que se denominó “grandes imperios” o “potencias”, presentes a través de la historia, quienes para ello decidieron avanzar y consolidar su posicionamiento estratégico, gracias al uso de la geografía junto a los recursos con los que contaban, lo que les permitió utilizarlos como elemento de poder para el logro de sus objetivos y fines inmediatos, ejemplo de ello el imperio griego, el romano, el otomano entre otros, que expandieron su territorialidad en base a conquistas, invasiones u ocupaciones. Bajo esa perspectiva, la consolidación de esos dominios se debía al uso de la política como medio para expandir su influencia, conjuntamente con la práctica del conocimiento junto a la economía, le permitió a esos imperios en cada uno de sus momentos históricos, la proyección de sus respectivos espacios vitales a través del uso de una visión geopolítica. La reflexión anterior surge del pensamiento geopolítico de grandes filósofos, estadistas y militares que en su época trataron el tema sin definirlo y darle nombre de forma específica, como el caso de Aristóteles, Tucídides, Heródoto, Só1

szmazzei@gmail.com


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crates, el general Sun Tzu, más tarde, Maquiavelo, Montesquieu, Rousseau entre otros, no obstante, muchos ellos en cierta forma tuvieron la noción en que la geografía influía definitivamente sobre la vida del hombre en sus ámbitos de acción política. Dentro del marco de la secuencia histórica que le ha tocado vivir al hombre, en cuanto al uso de los recursos naturales en un determinado espacio geográfico, estos han jugado un papel fundamental en la administración del poder, que a través del tiempo, a veces en un menor o mayor grado ha cambiado en muchos casos el curso de los acontecimientos políticos, sociales y económicos de un país, todo ello basado en los intereses que más le resulten favorables. Eso es el juego de la dinámica geopolítica inmersa en el contexto de las relaciones internacionales basada en “intereses”, a veces comprendida por muchos cuestionada por otros. Por otra parte, al situarnos en el terreno de las relaciones internacionales como teoría, esta se ha construido basada en una serie de debates que le han dado vida a través del tiempo a diversos enfoques paradigmáticos que sirven como instrumento para la interpretación, compresión y análisis de la realidad internacional contemporánea, alimentada por otros fenómenos actuales como la globalización, la interdependencia, la complejidad y la transmodernidad que exigen nuevos retos desde perspectivas diversas, ante la mirada de nuevos actores emergentes y que definen una vez más una nueva arquitectura geopolítica producto de una dinámica de cambio signada por la incertidumbre. Según Rosenau (1990) la llamada “política mundial policéntrica” que se constituye de manera global y a su vez se caracteriza de acuerdo a la apreciación de Beck (1998) por nuevas situaciones, estructuras y elementos emergentes que dan origen a organizaciones, problemas y eventos de carácter transnacional que trascienden las fronteras de los Estados, se convierten en circunstancias y problemáticas comunes para los miembros que integran la comunidad internacional siendo ésta interpretada desde diferentes miradas como parte de la dinámica geopolítica pasada presente y futura. De allí los denominados conflictos geopolíticos por recursos, territorialidad, soberanía, étnicos y hasta religiosos han invadido en los dos últimos siglos los espacios de la historia contemporánea de la humanidad, dejando a su paso nuevas amenazas evidentes como los desplazados y refugiados de poblaciones enteras que huyen a otros lugares en sus países de origen y muchos de ellos deben hasta cruzar las fronteras producto de las guerras, la persecuciones o el terrorismo.


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Lo anterior conforma las relaciones internacionales del siglo XXI, que tuvo para muchos su marco de acción desde la visión de lo que se denomina el “Sistema Internacional” que comenzó a definirse a partir de la firma de la Paz de Westfalia en 1648, el mismo puso fin a la llamada Guerra de los Treinta Años y con ello dio origen a lo que todos conocemos como el Estado Moderno y se asume con ello el nacimiento de las bases de los Estados Nacionales, enfoque que por cierto, no está exento de debate ya que muchos analistas sociales no ubican su nacimiento sino hasta el siglo XIX (Sarquís, 2012: 5); sin embargo, su análisis y estudio desde el punto de vista académico tiene sus inicios en las universidades anglosajonas y estadounidenses, extendiéndose a su vez a otras universidades europeas. Especial énfasis en el génesis académico de las relaciones internacionales se encuentra en la fecha de 1919 en la cual se crea en la Universidad de Gales de Aberyswyth localidad portuaria del condado de Ceredigion, en Gales, Gran Bretaña, la primera cátedra en relaciones internacionales, bautizada con el nombre de Woodrow Wilson, para ese entonces presidente de los Estados Unidos, esto en honor a su propuesta que planteaba el establecimiento de una asamblea en la que pudiesen participar todos los Estados del mundo y que dio pie al nacimiento en la Conferencia de Paris de 1919 de la Sociedad de Naciones, además de ser el escenario que habilitaría un complejo mecanismo para diseñar el nuevo sistema internacional constituida en la reconfiguración geopolítica de Europa, luego de la primera guerra mundial, fundamentada en países ganadores y perdedores de esa conflagración mundial. No obstante, la pregunta subyacente en esta investigación teórica es ¿Cómo la geopolítica puede ser interpretada dentro del contexto de las relaciones internacionales del nuevo milenio? En vista de los múltiples acontecimientos que se generan diariamente a nivel mundial, donde se ve involucrado el poder y potencial de las naciones, generando a cada minuto entre diversos grupos sociales conflictos, rivalidades, enfrentamientos y a su vez también cooperación y colaboración; todo ello fusionado a variables intrínsecas como el espacio geográfico, la soberanía, la unidad, la integridad territorial, la estabilidad política y social, la religión, ideología, la economía; en el que está claramente involucrado el prestigio nacional e internacional de un país y por ende su seguridad y defensa nacional. Dentro de toda esta trama, la geopolítica como disciplina científica se nutre de diversas ciencias como la política, la economía, la geografía, la sociología, la historia, psicología, la estrategia entre otras que a su vez se contextualizan en un ámbito determinado de la acción social del individuo unido al accionar de los recursos tangibles e intangibles de un Estado junto a los factores endógenos y


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exógenos que actúan de un modo u otro como instrumentos de poder así como también de su vulnerabilidad o debilidad. En este caso la presente investigación consta de tres partes: en la primera de ella se exponen las escuelas y los referentes teóricos más significativos que le dan basamento a la geopolítica que abarca las relaciones internacionales en el marco de la llamada Guerra Fría; en la segunda se vinculan los nuevos enfoques contemporáneos de la geopolítica en el contexto de los acontecimientos de las relaciones internacionales posguerra fría y por último se dedica un espacio a las consideraciones finales más relevantes sobre la temática expuesta.

EVOLUCIÓN TEÓRICA-CONCEPTUAL DE LA GEOPOLÍTICA EN EL CONTEXTO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE LA GUERRA FRÍA

Si bien como se dijo al inicio, la geopolítica ha estado presente en diferentes etapas de la humanidad, no es menos cierto que en el siglo XIX comienza tener rostro visible con el estudio de referentes militares, políticos y académicos que comienzan a enmarcarla en la comprensión del comportamiento de los Estados a nivel nacional e internacional, la revisión teórica permitió constatar tales premisas. En cuanto a las diversas definiciones que se manejan en torno a la geopolítica hay algunas que conjugan numerosos elementos como por ejemplo un término usado para designar la influencia determinante del medio ambiente (elementos tales como características geográficas, las fuerzas sociales y culturales así como los recursos económicos) en la política de una nación. Importantes militares del siglo XIX como el general prusiano Karl Von Clausewitz, historiador especializado en temas bélicos y destacado profundizador del fenómeno de la guerra como estrategia, basado en su preparación, organización y movilización, concebido en su libro “De la Guerra”, convirtiéndose en un verdadero tratado sobre el tema leído por chinos, franceses, italianos y rusos (Girard, 2010); por su parte, el general suizo Antoine-Henri Jomini reflexionó acerca de la estrategia militar como responsable directa del planeamiento y dirección de las campañas bélicas; igualmente el historiador militar francés Liddell Hart con su estrategia de aproximación indirecta, considero el uso de la táctica de gran importancia para el despliegue y desarrollo de la guerra en cuanto a lograr la dispersión de las fuerzas enemigas como objetivo básico de combate. Sánchez y Lair (2004) sostienen que la estrategia militar en su esfera de análisis contempla la visión espacial, temporal y factual más amplia de la guerra plenamente identificada con el tema geopolítico.


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Es así que a través del tiempo, la geopolítica, en gran parte de la historia, ha tenido como objetivo fundamental, la búsqueda de las causas geográficas que estarían detrás de las relaciones entre Estados o de las verdaderas razones del comportamiento geopolítico de los Estados (Agnew, 2005). De acuerdo a Peritore (2010) la definición de Jorge Atencio sobre geopolítica tiene relevancia, ya que según él guía al estadista en la conducción interna y externa del Estado. Para otros autores es el estudio de la influencia del medio físico en la política, que se basa en el condicionamiento de las actividades humanas, respecto al medio físico. Para muchos estudiosos del tema el estudio de la geopolítica se enfoca sobre varias aristas: a) un espacio geopolítico extenso, que puede ser el mundo, un Estado, una Nación, un conjunto de Estados o un área específica perteneciente a uno o más Estados; b) un conjunto de fenómenos geográficos tanto físicos como humanos que influyen políticamente sobre el área geográfica en estudio, generados dentro o fuera de ella; c) la relación de influencias políticas que en muchos casos se refieren a efectos perceptibles de los fenómenos geográficos sobre la vida, evolución, capacidad y demás condiciones políticas del Estado, especialmente las siguientes: poder nacional, independencia, integridad territorial, estabilidad política y social, economía, prestigio y seguridad; d) determinadas influencias políticas donde los fenómenos geográficos son permanentes o de largo plazo, persistentes y variables en su intensidad en el tiempo y en el espacio y se presentan en forma combinada (deben ser analizadas para determinar las relaciones en muchos casos causa-efecto). En cuanto a estas consideraciones Odor (1997: 252) concluye que la situación geográfica que ocupa un Estado es una condición importante para el diseño en cuanto a sus lineamientos políticos, pues considera la ubicación de su superficie terrestre con relación al globo terráqueo y con respecto al mar, lo que tiene una relación directa con el clima, la calidad de los suelos, la presencia de los recursos forestales e hídricos, facilitando en todo caso el intercambio comercial y las comunicaciones internas y externas, proporcionando de este modo ventajas y desventajas con relación a otros Estados. Bajo las premisas anteriores, los recursos tanto humanos como físicos o naturales constituyen un elemento de poder para un Estado, sin embargo hoy en día en pleno siglo XXI la educación, el conocimiento y la tecnología junto a la investigación y desarrollo, constituyen también la punta de lanza para el ascenso y la proyección geopolítica de un país, traducidos en políticas públicas gubernamentales como parte de sus acciones nacionales e internacionales.


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En cuanto a las definiciones de los teóricos en el siglo XIX el geógrafo alemán Carl Ritter recalca la importancia de utilizar todas las ciencias en el estudio de la geografía, es a partir de ese momento que la geografía comienza a importar de otras ramas del saber, métodos que la proyectaban al rango de conocimiento científico; su obra “La geografía en relación con la naturaleza y la historia del hombre”, reflejaba la influencia del medio físico en la actividad humana. Sin embargo, de acuerdo a Rosales (2005) el alemán Friedrich Ratzel, es el auténtico precursor de la geopolítica; como profesor de geografía y antropología proporcionó los primeros pasos hacia una sistematización más completa y científica de la ubicación del hombre en el ambiente en que le correspondía interactuar. Al colocar en perspectiva la geopolítica hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX, muchos de sus exponentes se correspondieron al ámbito militar y actuaban como asesores para algunos gobernantes en su época, a continuación se destacan las propuestas planteadas por los referentes más significativos (Giudice, 2005; Rosales, 2005): a) Rudolf Kjellen, 1864-1922. En su obra aparece por primera vez el vocablo geopolítik (geopolítica).En su planteamiento consideraba al Estado como una forma de vida en el cual nace, crece y muere, en medio de permanentes luchas y conflictos de tipo biológicos. b) Friedrich Ratzel, 1844-1904. Crea el concepto de espacio vital, este referente consideraba el espacio como un organismo, el espacio vital era aquel necesario para garantizar la supervivencia de un Estado frente a otros a través de la lucha y la competencia, en esta definición el poder entre en juego como un recurso significativo. c) Karl Haushofer, 1869-1946. Para este militar alemán el término “espacio vital” se refería a conquistar territorios, ocuparlos y esclavizar a pueblos enteros en beneficio de la hegemonía alemana, fue uno de los asesores del Tercer Reich de Hitler, además considerado por muchos como el genuino estratega y representante de la geopolítica alemana expansionista. d) Alfred Mahan, 1840-1914. Desarrolló la teoría del poder naval donde el llamado Dominio Terrestre es el denominado control político y militar sobre el heartland; pero si se posee también el control de los mares, su dominio puede ser universal. Él partió del paradigma que quien domine el comercio marítimo internacional dominaba el mundo. e) Halford Mackinder, 1861-1947. Este geógrafo y académico inglés de la universidad de Londres se enfocó en construir la teoría del poder terrestre, en ésta expone que quien domina la Europa Central, controlaba el corazón


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mundial, el que controlaba el corazón mundial, dominaba la isla mundial y el que dominaba la isla mundial, dominaba el mundo. En este caso la isla mundial de la cual hablaba era la zona de lo que hoy es Eurasia. f)

Alexander Seversky, 1894-1974. Este militar ruso desde su perspectiva crea la teoría del poder aéreo el cual permitía de un modo u otro romper los cercos terrestres, los Estados tapón y los controles de puertos, pasos y mares. Seversky dividió el mundo de acuerdo a su referida visión en tres grandes zonas aéreas.

g) Nicolas Spykman, 1893-1943. Catedrático de origen holandés que se radico en los Estados Unidos, diseño la teoría del Rimland, para él quien dominará el Rimland (borde-cerco-orilla) dominaría, en pocas palabras, a Eurasia, quien dominara a Eurasia, dominaría al mundo. El control del Rimland, evitaba la expansión de la potencia central (Unión Soviética), aislándola en el Corazón de la Tierra e impidiéndole alcanzar la Isla del Mundo; bajo sus paradigmas se delineó el comportamiento geopolítico mundial de los Estados Unidos a partir de la posguerra. Igualmente el geógrafo inglés James Fairgrieve 1915, diseñó un mundo basado en zonas de presión, conflicto y países buffer o países diseñados para separar a las grandes potencias entre sí. Esta comprensión geopolítica estaba determinada de la siguiente manera: Nepal de la India, Finlandia de los Países Nórdicos, Bélgica separó la proximidad de Alemania a Inglaterra y el flanco norte de Francia. Mackinder toma de Fairgrieve el término Tierra Corazón, este último utilizo la expresión la “gran llanura del mundo” para señalar el centro de Eurasia, como la patria de los pastores nómadas (Martínez, 1993). Otro aporte teórico al tema, es la presentada por la Escuela Francesa, que estudió primeramente la influencia de los fenómenos geográficos, en la vida del Estado y la capacidad del hombre para modificar la geografía y el ambiente, dándole importancia a dos temáticas fundamentales como lo son la cultura y los recursos naturales. El segundo nos habla de los recursos naturales puesto que pueden ser renovables o extinguibles, lo cual se verá reflejado en su necesidad de satisfacción, aspecto que el Estado debe regular y adquirir mediante su soberanía para evitar una crisis interna como consecuencia de la escasez de los mismos. El geopolítico Paul Vidal de la Blanche, 1845-1918, con libros como “Cuadro de la geografía de Francia” texto dado a conocer en 1903 y “Principios de la geografía humana”, este autor tuvo como padre en la teoría entre otros a Humboldt “práctico de la idea de lo panregional o zonas de influencia”. Según Obadia (1981) Vidal de la Blanche se proponía estudiar los fenómenos geográficos en la vida del Estado y la actividad humana, teniendo como parámetros significativos


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la geografía regional para analizar los espacios donde se llevarían a cabo las relaciones naturales y humanas, con fin a concluir en lo que él llamaría el paisaje particular del estudio. Por su parte, otro otro autor geopolítico fue el francés Camille Vallaux, 18701945, quien se apoyó en las ideas de Vidal de la Blanche para aumentar las críticas al sistema de Ratzel. Al centrarse en la actividad humana por ello realizo una distinción entre los espacios donde la presencia humana es incipiente, donde se conservan las estructuras naturales, los denominó suelo político; no obstante los otros modificados por la agricultura, las industrias, las urbanizaciones, los hizo llamar suelo económico (Vallaux, 1914; Rana, 2008). Con esto Camille Vallaux, hace la distinción entre países desarrollados y los subdesarrollados igualmente sus aportes sirven para explicar las relaciones complejas de las sociedades con el medio natural constituido en un determinismo social. La diferencia con Ratzel, es que dentro del pensamiento del alemán subyace la idea de un hombre totalmente condicionado por el espacio geográfico. Para los autores antes citados tanto el dominio como el poder es un recurso importante, en la época que les correspondió analizar y poner en práctica el tema geopolítico, el realismo se fortalecía como teoría esencial de las relaciones internacionales desde un enfoque relacional como lo expresan dos autores clásicos del realismo como Raymond Aron que lo aborda bajo la concepción sociológica, este sostiene que “el poder de una persona o de una colectividad no puede ser medido con rigurosidad debido a la variedad de objetivos de su comportamiento y de los medios que utiliza” (Aron, 1985: 99). Esta es la capacidad que tiene una unidad política de la imposición de su voluntad a los demás, lo cual no es absoluto, ya que existe una relación mutua entre hombres. Por su parte, otro autor que lo considera pero desde el punto de vista relacional es Hans Morgenthau, considerado por la academia y muchos otros como el padre del realismo político, su definición de poder se enmarcó en “el control del hombre sobre las mentes y las acciones de otros hombres y donde el poder político es una vinculación entre quienes la ejercen y sobre quienes es ejercido” (Morgenthau, 1986). Todo ello quiere decir que aunque los recursos que posea un Estado representan un potencial, solo se convertirán en fuente de poder siempre y cuando se le otorgue por quienes manejen la política gubernamental, el valor para ejercer su influencia en el escenario que se plantee ya sea nacional, regional o mundial. Ahora bien, en el desarrollo de la Primera y Segunda Guerra Mundial los países involucrados en estas dos grandes conflagraciones bélicas, utilizaron sus


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recursos disponibles para ganar territorios y expandir sus dominios, los países ganadores de esta contienda finalmente se repartieron el mundo en zonas de influencias basados en dos modelos ideológicos, el sistema internacional sufrió un giro con el surgimiento a su vez de nuevos actores representado en organismos internacionales como la ONU,OTAN y el Pacto de Varsovia. De este modo, el orden internacional establecido postconflicto de 1945 generó nuevas alianzas y potencias emergentes, representadas en papeles protagónicos por los Estados Unidos en representación del bloque capitalista y por la Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS) con el socialismo, junto a los postulados de Karl Marx y la Dialéctica Histórica; las potencias europeas al final de la guerra quedaron devastadas y solo esos dos países ejercieron su hegemonía por varias décadas junto a sus países satélites. El denominado bipolarismo que surgió de esta nueva situación de reordenamiento geopolítico, se caracterizó por generar sistemas políticos económicos separados, sin posibilidad de intercambios ni negociación posible. En el año de 1947, Washington proclamó los lineamientos avasallantes de una política denominada la llamada “Doctrina Truman”; en ella, se manifestaba explícitamente la existencia de un conflicto ruso-norteamericano con grandes puntos de desencuentros en sus visiones del mundo originario de la posguerra. La llamada Guerra Fría hizo su aparición junto al bipolarismo Este-Oeste, la misma fue definida por Raymond Aron “como un estado de guerra improbable y de paz imposible” (Barbe, 2003: 272). Los conflictos, las guerras y el terrorismo fueron los acontecimientos que marcaron dicho período en las relaciones internacionales junto a la geopolítica en la comprensión paradigmática del reordenamiento internacional ya que nuevos referentes contextualizaron esta etapa de la historia contemporánea mundial. Desde esta perspectiva de la Guerra Fría académicos y militares estudiosos de los temas relacionados a la geopolítica se dedicaron a escribir y anal izar todos los hechos y acontecimientos que se generaron con el diseño de políticas vinculadas al territorio, el espacio y el poder en el escenario de las relaciones internacionales. En este sentido, Zarate (1986) sostiene que el alemán Hernan Franke definió la geopolítica durante esta etapa, como una disciplina que prepara al investigador para el arte de la estrategia y de la política, de acuerdo con las líneas aprobadas de la historia y que corren a través de la faz de la tierra; considera también, que es la ciencia de la relación entre el espacio y la política, que tiende


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en especial a mostrar cómo pueden transformarse los conocimientos geográficos en un caudal intelectual para los dirigentes políticos. Una clara definición de la geopolítica como base en la elaboración de la alta política para cualquier gobernante y sobretodo en el ambiente de la Guerra Fría. En este mismo orden de ideas, los postulados de Robert Strausz Hupé, en el libro “Geopolítica la lucha por el espacio y el poder”, donde en parte estudia y analiza la obra del general Haushofer considerándolo el Maquiavelo nazi por sus asesorías expansionistas al régimen de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, igualmente definió la geopolítica como la base para los proyectos de una estrategia política de carácter global. Para este autor la estrategia política era sinónimo del arte del estadista, considero que la geopolítica se fue usando cada vez más como un símbolo verbal en el estudio de las relaciones entre el espacio y el Estado (Strausz, 1945). Otro estudioso de la geopolítica fue William Kintner, quien desarrolló un extenso trabajo en la década de los años 50 y 60 donde considera a la geopolítica como la ciencia que interpretaba la historia de las naciones explicando por qué unas de ellas se hacen fuertes y otras débiles. Para llegar a este tipo de aseveraciones, recopiló la mayor cantidad de hechos geográficos y los evaluó a la luz de la historia; desde su perspectiva la geopolítica proveía una clave del pasado y del presente con la cual se puede conocer el futuro, al estadista le da las suposiciones esenciales para la conducción de la política nacional y al militar le revela los propósitos de una oportuna y eficaz estrategia. Otro teórico geopolítico Saul Bernard Cohen escribió “Geografía y Política en un mundo dividido” que se publicó por primera vez en 1963, su teoría tiene como eje central básicamente “un estudio de geografía política o política geográfica, intentando dar un enfoque espacial a los asunto internacionales. Así, aun cuando la geografía política tiene mucho en común con la política internacional, en función de su interés por las relaciones entre estados y otras entidades políticas, se diferencia en su método de evaluación y análisis” (Toledano, s.f.: 44). Bajo estas percepciones en el escenario de la Guerra Fría, la expansión soviética se inspiró en el modelo geopolítico de Harold Mackinder que era controlar el corazón de la Isla Mundial, en este caso Eurasia, una de las regiones más ricas en recursos naturales en el planeta, por el otro, la contención estadounidense se basó en el predominio del pensamiento geopolítico de Nicolás Spykman, quien consideraba que la política exterior de cualquier Estado debía girar bajo el ejercicio del poder, además su tesis del Rimland sustentaba que quién ejerciera control del Rimland (borde-cerco-orilla) dominaría a Eurasia, quien domine a Eurasia, dominará el mundo, de esta forma se evitaba la expansión de


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la potencia central, en este caso la URSS, aislándola en el Corazón de la Tierra e impidiéndole alcanzar la Isla del Mundo. A pesar que la estrategia militar y política consumó varios planes en manos de las dos superpotencias (Estados Unidos y la Unión Soviética) en el periodo de la Guerra Fría, no es menos acertado que la crisis y la conflictividad fue lo que dominó la escena internacional en esta etapa, representado en una serie de acontecimientos tales como: la guerra entre las dos Coreas, el conflicto entre Israel y Palestina, la crisis de los misiles soviéticos en Cuba, la guerra de Vietnam, la revolución islámica del Ayatolá Khomeini en Irán, la invasión de las tropas soviéticas en Afganistán, la guerra entre Irak e Irán y la catástrofe nuclear de Chernobil en la extinta URSS. Lo reseñado anteriormente se constituyó en una serie de acontecimientos en que la realidad del sistema internacional dejaba entre ver una fractura absolutamente clara en el sistema de Estados con la división en dos bloques antagónicos y hegemónicos, cada uno de ellos representados por una superpotencia, apoyada en el arma nuclear que jerarquizó e hizo rígido el sistema político-diplomático, dando lugar a que todas las demás fracturas y problemas quedaran obscurecidas o congeladas, dejando solo la periferia del sistema como un campo abierto al conflicto y a la inestabilidad (Del Arenal, 2001: 25). Durante esa etapa en América Latina, la geopolítica tuvo su apogeo en manos de las escuelas militares, representados por oficiales de alta jerarquía y de académicos que se dedicaron al estudio y puesta en práctica de los preceptos geopolíticos de la época, desarrollándola en muchos casos como lineamientos estratégicos de acción para la política de los Estados. En Colombia militares como el General Julio Londoño, historiador, geógrafo y hasta diplomático se dedicó a estudiar la proyección geopolítica de ese país, analizar la estrategia, el espacio, las fronteras tanto de Colombia como su entorno mundial, regional y vecinal, utilizando para ello pensadores como Mahan y Mackinder (Clavijo, 1985). La escuela del pensamiento geopolítico brasileño representada por militares como el general Golbery do Couto e Silva, defensor de la Doctrina de Seguridad Nacional, en la década de los años sesenta donde sentó las bases del libro Geopolítica del Brasil, como lo indica Romero et al., (2012) durante este periodo entre las décadas de 1930 y 1970, el coronel Mario Travassos, el académico Everardo Backheuser, fueron los pilares fundacionales de la escuela geopolítica del Brasil durante la Guerra Fría, junto al general brasileño Carlos de Meira Mattos. Otros a considerar como la geógrafa, historiadora y profesora Therezinha de Castro y la doctora en geografía Bertha Becker, esta última referente reconocido en los estudios e investigaciones sobre la Amazonía brasileña.


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Otros países como Argentina, Chile y Perú siguieron los mismos lineamientos en sus escuelas militares, la geopolítica constituyó la punta de lanza de la estrategia en mucho sentido en la vida del Estado, época donde la Doctrina de Seguridad Nacional tomó apogeo en la política nacional e internacional de diversos países del cono sur, donde las dictaduras de derecha se fortalecieron. Como lo explica Lafferriere (2008), el realismo fue el paradigma teórico durante el periodo de la Guerra Fría además describe las relaciones internacionales como una lucha por el poder entre Estados que buscaban su propio interés, un escenario totalmente pesimista que no conllevó a la eliminación del conflicto y la guerra sobretodo en ese periodo en que la geopolítica se caracterizó por el tema ideológico-militar.

ENFOQUES CONTEMPORÁNEOS DE LA GEOPOLÍTICA EN EL CONTEXTO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES POSGUERRA FRÍA

Diversos y novedosos cambios en el sistema internacional acompañaron el final de la llamada Guerra Fría, a continuación se traerá a contexto los referentes más representativos que marcaron pauta en explicar los nuevos cambios emergentes desde la perspectiva geopolítica en el marco de las relaciones internacionales que comenzaron a configurar el nuevo milenio del siglo XXI. No obstante, conviene destacar varios acontecimientos notables que le dieron forma a lo que se llamó el final de la Guerra Fría, denominados por muchos la posguerra fría, están a considerar: la retirada de las tropas soviéticas en Afganistán (1988-1989), las protestas a favor de la democracia en la Plaza Tiananmen en la República Popular China (1989), la caída del muro de Berlín (1989) y finalmente la desintegración de la Unión Soviética (1991). Algunos autores repensaban el hecho de reconceptualizar la geopolítica en términos del discurso y se refirieron a ella como el estudio de la espacialización de la política internacional por las potencias del centro y los Estados que ejercen hegemonía en el sistema internacional. Además la conceptualización política que se puede realizar de un discurso hoy, no es la misma que se realizó hace diez o más años atrás. Desde esta perspectiva el discurso geopolítico se fundamenta en una relación dialéctica y finalmente sintética o complementaria, entre las “representaciones del espacio” las “prácticas espaciales” (O’Tuathail y Agnew, 1992: 191). Diversos episodios transformaron los paradigmas que en cierta forma conformaban la coherencia del sistema internacional que se mantuvo por varias décadas, la geopolítica vuelve al escenario para explicar a través de distintos


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enfoques y perspectivas cual sería el comportamiento tanto de los nuevos actores como del Estado en la dinámica compleja de las relaciones internacionales que se desarrollaría luego del fin de la Guerra Fría. En este sentido, el escritor y experto sobre temas basados en la revolución digital y tecnológica Toffler (1981), introduce en su libro “la Tercera Ola” el término masificación en la producción, una perspectiva muy predictiva sobre lo que más adelante se denominaría el fenómeno de la globalización, aunque fue publicado en el año de 1979 en ella exhibía la historia de la humanidad no como un final sino con un comienzo, donde nuevas relaciones y configuraciones geopolíticas serían lo que expresarían el nuevo génesis de la humanidad. Alvin Toffler dividió, en este caso, a la civilización en tres olas, la primera la agrícola, la segunda la fase industrial y la tercera era la que estaba comenzando luego de los años 70 y las implicaciones que ésta conllevaría en el futuro. A lo anterior Cancelo y Alonso (2007) señalan, que la preposiciones futurista de este autor en su definición de tercera o cuarta ola tienen relación a la sustitución en cierto modo definitiva además de conferirle supremacía absoluta al cerebro humano, de acuerdo a su teoría la generación de conocimiento tendría que apoyarse en la tecnología tanto para bien como para mal en esa visión futurista. Por su parte, el geógrafo Samuel Cohen considera que el mundo de la posguerra fría comenzó a partir de 1990, desde su visión teórica basada en la Jerarquía de los Espacios del Globo Terrestre. Su propuesta plantea al mundo bajo tres jerarquías claramente definidas de la siguiente manera: a) el primer lugar lo ocupan las rutas comerciales marítimas de mayor frecuencia de navegación; b) este segundo lugar es ocupado por las rutas terrestres de comercio intraeuropeo, desde Madrid hasta Estocolmo y Rusia y, desde Venecia y Ámsterdam hacia el Mar Negro; por último c) la tercera jerarquía de espacios geográficos la ocupan los países de lenguas y etnias comunes. En los esquemas comprensivos del sistema mundial se reconocen como clásicos los aportes de este autor (Fernández y Gurevich, 2007). Otro referente teórico como Wallerstein (2005) expone la teoría denominada sistemas-mundo, en esta tesis argumenta que el sistema mundial actual es una creación social, con una historia, con orígenes que deben ser revelados a detalle, con mecanismos presentes que deben ser bosquejados y cuya inevitable crisis terminal necesitaba ser advertida. De este modo, Wallerstein –citado en Fernández y Gurevich (2007)– concibe también que en su sistema de economía-mundo que los Estados sean conceptualizados como unidades de organización política dentro de un sistema econó-


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mico caracterizado por un mercado integrado a escala mundial. Expone por una parte que la coyuntura actual mundial es una forma de transición de un tipo de organización social hacia otra y, por la otra sostiene que el resultado de esta transición está exclusivamente en las manos de los ciudadanos. Otro como el politólogo Francis Fukuyama escribió el ensayo titulado “el fin de la historia y el último hombre” en 1992, allí sostenía que las ideas del liberalismo habían triunfado de manera concluyente al terminar la Guerra Fría. Burga (2005) sostiene que este autor anunciaba el colapso de los socialismos de Europa Oriental como prueba para demostrar la caducidad de Marx y para confirmar muy contrariamente la veracidad de la propuesta hegeliana, ya que este se aventuró a lo mismo ante el fin de las sociedades aristocráticas. Lejos de esta apreciación, esta nueva era, marcó el regreso de ideologías de corte socialistas tanto en Europa como en América Latina. Sin embargo, todas las proyecciones hechas por estos académicos ante una nueva realidad mundial estuvieron signadas por acontecimientos que trastocaron ciertas visiones que dieron inicio a una nueva reordenación en el ámbito geopolítico de la sociedad internacional, luego del fin de la Guerra Fría que va desde la cooperación al conflicto. Eventos tales como la invasión de Irak a Kuwait en 1991, que produjo la participación directa de los Estados Unidos en la denominada Guerra del Desierto, hasta el Conflicto en los Balcanes, lo cual generó un verdadero drama a nivel internacional, fueron apenas dos ejemplos del inicio de una nueva era de la agenda global colmada de crisis, conflictos y guerras en un entramado de causas que abarcaban desde lo étnico-religioso hasta el control de gobierno y territorio. La reordenación geopolítica del mundo, la desaparición del imperio soviético dejó conflictos abiertos en buena parte de sus antiguas bases aéreas donde ejercieron dominación, desde el Báltico al Cáucaso, desde Bielorrusia a las repúblicas de Asia Central, gran parte de ellos conforman hoy en día epicentros permanentes de inestabilidad trasladando el enfrentamiento ideológicopolítico al terreno de identidad religiosa-nacionalista (Zuinaga, 2009; Martin de la Guardia, 2012). Todas estas dinámicas y cambios bajo nuevas formas de pensar, explicar y analizar el entorno internacional dejaron la puerta abierta para nuevas amenazas de carácter trasnacional y de tipo multidimensional, el tema del cambio climático comienza a ser el eje central de las discusiones en los organismos internacionales además del surgimiento de nuevos actores, donde la figura del sistema estatocentrico desaparece y el Estado no es ya la única figura central, el surgimiento de Bloques integradores en este caso la Unión Europea, marca un precedente en cuanto a la unificación económica y social en la zona europea.


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En relación a la geopolítica en cuanto a estos cambios emergentes Noguera (1997) señala que se debe descartar todo tipo de determinismo geopolítico por considerarlo fuera de época y como aporte importante a este campo del conocimiento se refiere a la definición de geopolítica regional; este autor presenta la tesis de la reorientación del concepto político de países situados en una misma área geográfica, para hacerlos converger hacia lo que en este caso correspondería al interés común de todos o varios ámbitos geográficos. Este postulado favorece y facilita los procesos de integración hoy presentes. Otros referentes como Samuel Huntington en su libro “Choque de Civilizaciones” explica en su tesis que la nueva fuente de los conflictos no estaría enmarcada en una visión económica ni ideológica, sino sería a través de un choque de culturas expresadas en civilizaciones, es decir, los conflictos políticos internacionales serían representados por naciones o grupos de civilizaciones distintas entre sí, en este caso Oriente y Occidente. Es por esta razón que “el mundo es ciertamente anárquico, está plagado de conflictos tribales y de nacionalidad, pero los conflictos que plantean mayores peligros para la estabilidad son los que surgen entre Estados o grupos procedentes de civilizaciones diferentes” (Huntington, 1997: 39). Por su parte, Zbigniew Brzezinski en su obra “El gran tablero mundial” presenta el análisis desde la perspectiva geopolítica y geoestratégica del nuevo reordenamiento mundial, finalizada la Guerra Fría y los futuros escenarios posibles, allí señala como se proyectaría el pensamiento político estadounidense para jugar estratégicamente el nuevo tablero mundial, impuesto por los nuevos acontecimientos internacionales. Brzezinsk (1998) identifica en primer lugar desde su óptica teórica que hay que partir que los Estados Unidos son la única superpotencia global militar, económica, tecnológica y cultural luego de los acontecimientos que marcaron una nueva época desde 1989, y donde Eurasia es el principal campo de juego; en segundo lugar, considera a los Estados Unidos como el único Estado que puede dominar la escena internacional; en tercer lugar, la meta de Estados Unidos debía ser avanzar hacia la creación de un núcleo político de responsabilidad compartida encargada de la gestión pacífica del planeta y, en cuarto lugar, Estados Unidos le correspondía hacer comprender a la opinión pública la importancia del poder para crear un marco de cooperación geopolítica internacional durable, que evitará la anarquía global y que controlará que no surgiese una potencia desafiante; donde el dominio de la innovación basada en las nuevas tecnologías de información debería ser un tema prioritario.


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No obstante, la visión geopolítica del historiador Paul Michel Kennedy autor del libro “Auge y Caída de las Grandes Potencias” en 1992, en su extensa obra el autor describe ejemplificándose en el presente, el declive de los Estados Unidos, como gran potencia y el surgimiento de otras naciones o potencias centrales en busca de predominio en el sistema internacional, como es el caso de China, Japón y la Unión Europea, es decir las nuevas potencias emergentes. En su otro libro “Hacia el siglo XXI” publicado en 1995 aborda una de las cuestiones más significativas de los años noventa: las fuerzas y desafíos transnacionales con las que habrían de enfrentarse los Estados durante las próximas décadas, algo acertado en cuanto su proyección futura de los acontecimientos suscitados luego de la caída del telón de la Guerra Fría. Kennedy (citado en Moncayo, 2002) concluye que estos cambios globales posguerra fría que se estaban produciendo en el escenario internacional cuestionaban al Estado-nación, ya que en algunos casos le quedaba demasiado grande o extremadamente pequeño su accionar ante algunos problemas para operar como él denominaba con “eficacia”, ya que al parecer estaba perdiendo control e integridad dentro del sistema internacional. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en territorio estadounidense y la consecuente política exterior de Guerra Global contra el terrorismo implementada por la administración de George W. Bush durante su primer mandato presidencial comprendido entre 2001-2005 que se extendía sin límites territoriales ni temporales, avivaron resentimientos y radicalismos políticos-religiosos en varios rincones del mundo en especial el musulmán. De este modo, académicos, expertos en política internacional coincidían en argumentar que lejos de servir de catapulta con la aplicación de la Doctrina Bush para la solución de una problemática compleja, se desdibujaban posibles consecuencias inimaginables, quedando igualmente al descubierto grandes contradicciones en temas sensibles de seguridad nacional, libertades y derechos humanos. El denominado uso del hard power (poder duro) representado en la capacidad militar que llevó a los Estados Unidos y los países aliados de la coalición en 2003 a participar en las intervenciones en Afganistán e Irak, zona del Medio Oriente donde el petróleo representa un instrumento de poder estratégico, todas esas acciones representaron un catalizador exponencial para los posteriores atentados terrorista que se llevaron a cabo en Madrid, Londres, Bali, Bombay, Moscú, Beslán y Bagdad por decir los más visibles. La nueva construcción geopolítica de los nuevos espacios de representación política-económica con diversos valores y jerarquías dentro del sistema internacional se hicieron presentes, en América Latina se convalidaron nuevas alianzas integradoras, el tema ideológico radicalizó y polarizó el discurso en varios países


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y el contenido que ocupó la agenda exterior la marcaron los recursos sobre todo el petróleo y el gas. Por otra parte, Calcagno (2006), resume algunos planteamientos actuales del geógrafo e historiador francés Yves Lacoste presentes en su libro Géopolitique de la Mediterranée en donde refiere a que se presentan rivalidades de poder o de influencia sobre los territorios y las poblaciones que viven en un lugar determinado, de acuerdo a su percepción se trata de rivalidades entre los distintos poderes políticos de toda índole, por el control o la dominación de territorios. Los conflictos geopolíticos se plantean sobre todo en países vecinos o cercanos; destaca que es necesario examinar las relaciones de alianza o de hostilidad con fuerzas exteriores pero también como esto puede afectar o impactar a territorios alejados. Lacoste (2006) plantea que Napoleón Bonaparte consideraba que los países tienen la política de su geografía. En el presente habría que agregar a esto “y de su estructura económica”. Ahora el poder y la geografía siguen siendo fundamentales; pero se agrega el factor económico. Las rivalidades no sólo conciernen al poder sobre territorio y población, sino también a la capacidad de producción y por ende a los recursos que se posean. Puntualiza a su vez, que se debía considerar a los conflictos que tienen lugar más o menos lejos del Mediterráneo, debido a que éstos por sus repercusiones son probables que se trasladen a Europa Occidental, además considera como un riesgo real un choque que se pudiese producir entre los países europeos con los países musulmanes en un futuro cercano. Otro autor contemporáneo que trata el tema geopolítico y desarrolla su tesis en el agotamiento de uno de los recursos no renovables de gran demanda mundial como lo es el petróleo y junto a este uno de sus derivados el gas, es Michael T. Klare, que sitúa este recurso como uno de los temas que domina la agenda geopolítica mundial mucho más que cualquier problemática derivada que afecte a la seguridad internacional como el crimen organizado trasnacional o el terrorismo. De esta manera Klare (2008) afirma que el crudo representa hoy en día un bien tan escaso y a la vez codiciado que la política internacional no está regida tanto por disputas militares, sino más bien de tipo energéticas, su planteamiento central es que el control del petróleo va a definir, en pocos años, el mapa de poder y la agenda geopolítica del mundo. Señala también como en el futuro se crearan asombrosas nuevas alianzas y con peligro explosivo; el autor no descarta en afirmar que la única vía para la supervivencia bajo este álgido prisma futurista pasa por la cooperación internacional en temas de recursos y sobre efectos del cambio climático.


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En esta etapa del nuevo milenio las relaciones internacionales se contextualizan desde el punto de vista teórico en un cuarto debate teórico donde se encuentran diversas posturas o enunciados; el conocimiento y el uso de la tecnología se convierte en grandes recursos, a su vez se habla de una nueva gobernanza mundial o global, del interregionalismo, de los regímenes internacionales, del multilateralismo, de la cooperación internacional, de un sistema multipolar o pluripolar. Los conflictos y guerras se hacen más visibles, la confrontación étnica-política y religiosa entra en el terreno de una nueva dinámica más difusa y menos comprensible, unido a la efervescencia de los reclamos ciudadanos en varias partes del planeta que tuvo como conclusión en 2011 la denominada Primavera Árabe que plantean el reto de nuevos enfoques geopolíticos.

CONSIDERACIONES FINALES

Partiendo del enfoque histórico de la geopolítica, desde sus inicios, esta se focalizó inicialmente en las conquistas y el expansionismo territorial, donde el poder era la herramienta de control político; en esos tiempos no había una clara definición del concepto, pero su aplicación a través de la estrategia en el campo militar definió la actuación y consolidación de varios imperios en la historia de la humanidad. En la constitución de un nuevo orden global en la Guerra Fría aunque las concepciones geopolíticas fueron estigmatizadas por la actuación del régimen nazi del Tercer Reich en su utilización para el expansionismo alemán, sin dudas, la geopolítica marcó un hito significativo en la proyección de las dos grandes potencias en el devenir de la historia contemporánea, la competencia global en lo político-ideológico diseñó los limites, el espacio y determinó las formas de gobiernos de los Estados que conformaban los aliados de cada bloque que jugaban entre el capitalismo y el socialismo, este aspecto conceptualizó la dinámica geopolítica entre crisis y conflictos, donde la confrontación ideológica y la carrera armamentista instituían la política internacional, donde la aportación teórica fue un gran recurso para la comprensión de la actuación de los principales actores dentro del sistema bipolar. Las argumentaciones de los referentes teóricos analizados desde un punto de vista objetivo permitieron caracterizar sus aportes y sus distintas ópticas dentro de diferentes épocas y contextos socio-políticos. Bajo este parteaguas permitió significar que la nueva dinámica de la geopolítica y las relaciones internacionales con sus conceptualizaciones y proyecciones se entrelazan y vinculan dándole forma tanto a las acciones de política interna como externa de los Estados dentro del sistema internacional, en muchos casos, sin ser mencionada su definición o aplicabilidad, tal sea el caso, tan solo la reacción, compor-


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tamiento e interacción de los mismos, hace suponer la aplicabilidad de concepciones geopolíticas que se traducen en acciones, planes y políticas de gobierno en diferentes etapas vivenciales de la sociedad internacional. En la posguerra fría el renacer de los nacionalismos colocó el tema de las nuevas definiciones limítrofes entre Estados bajo una nueva reconfiguración geopolítica los postulados entre la fragmentación e integración como parte del nuevo fenómeno de la globalización, así como el avance vertiginoso de los medios de comunicación y la tecnología, constituyeron nuevos elementos en las novedosas aportaciones teóricas de los distintos autores en la comprensión de los escenarios presentes ante la nueva realidad internacional, lo que crea una interacción necesaria e importante entre lo geopolítico y lo internacional. El panorama de las relaciones internacionales ante el contexto actual supone ciertas interpretaciones que van de la mano de los geopolítico como “los sucesos del 11-S, al igual que el final de la Guerra Fría y el avance de la globalización, suscitaron muchas otras cuestiones de importancia histórica, analítica y teórica. Entre ellas están, sin duda, la naturaleza del poder en el mundo moderno, los determinantes de la política exterior estadounidense y el papel del miedo en las relaciones nacionales e internacionales” (Halliday, 2006: 20).

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 33-57 recibido: 27-01-2015 / arbitrado: 04-03-2015

¿EVENTOS PARALELOS O HISTORIAS INTERCONECTADAS? AMÉRICA LATINA Y EUROPA CENTRAL A FINALES DEL SIGLO XX Carlos Riojas1 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA (CUCEA-UDG) Resumen: El ensayo analiza si la historia de América Latina se desenvolvía paralelamente a finales del siglo XX con respecto a la de Europa Central; o si es factible encontrar vínculos explicativos de fenómenos similares entre estas áreas. Con base en ello, se abordan evidencias empíricas bajo un espectro que rebase los límites de las historias nacionales mediante el uso de un enfoque transdisciplinario y transnacional. El texto se divide en cuatro partes: se explica qué son los regímenes socialistas de tipo soviético, luego se estudian las características del enfoque comparativo, después se subraya el predominio de una retórica global, por último se hace un balance de los procesos de cambio institucional en ambos subcontinentes. Palabras claves: Cambio institucional, historia global, América Latina, Europa Central, neoliberalismo.

INTRODUCCIÓN

El 20 de septiembre de 1980 el semanario londinense The Economist, en su sección de “Letters” (cartas de los lectores), publicó una observación firmada en Río de Janeiro por un economista británico de modesta fama internacional en aquel entonces: John Williamson. La reacción se derivó de un artículo que apareció en la misma fuente aproximadamente un mes antes 2, donde se narraba un cúmulo de problemas experimentados por ese país andino y los hechos relacionados con el golpe de Estado encabezado por el general Luis García Meza el 17 de julio del mismo año, panorama caótico que en términos generales el autor de esta carta denominó como “la tragedia boliviana” 3. Si partimos de este escenario boliviano creemos que es factible extraer una muestra de historias varias, susceptibles de interconectarse entre ellas gracias a los breves pero no por ello menos sustanciosos argumentos de Williamson, en cuyas palabras yacía una 1

criojas@cucea.udg.mx

Digitale Bibliothek, Zeitungsarchive, Freie Universität [DB-ZA-FU]: “Bolivia. Harshness descends on a harsh land”, The Economist, august 23, 1980: 36-37. 2

DB-ZA-FU: Williamson, John, 1980, “Brazil and Argentina”, The Economist, september 20, 1980: 4. 3


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serie de ideas relativamente maduras y claras pero que aún les hacía falta traducirse en un programa concreto de acción, tal y como sucedió nueve años después cuando éstas se transformaron en lo que conocemos como el Consenso de Washington (Williamson, 1990 y 1993). Asimismo, cabe señalar que el núcleo duro de esta última iniciativa pretendía resolver algunos de los problemas económicos que abordaremos a lo largo del texto, entre otros desafíos socioeconómicos de la época. No obstante de reconocer algunos puntos valiosos en el artículo sobre Bolivia, Williamson rechazó tajantemente que Argentina superara a Brasil como la economía más fuerte en el Cono Sur, dado que el país amazónico había manifestado tasas de crecimiento cercanas al seis por ciento; mientras que en Argentina eran de cero, a pesar de explotar su ventaja comparativa y no depender de la importación de petróleo, como sí era el caso de Brasil. El problema, pensaba Williamson, encontraba su origen en el despilfarro de recursos en Argentina tendiente a revertir la curva inflacionaria mediante un tipo de cambio sobrevaluado. La explicación dada por el articulista anónimo de The Economist, en torno a la situación económica de Argentina, le resultaba a Williamson inconsistente con lo publicado en números anteriores, así como, con la filosofía liberal que ha caracterizado a través del tiempo a este semanario. La desaprobación de nuestro economista británico (Williamson) llegó a tal grado de cuestionar a la revista (The Economist), que planteó lo siguiente: ¿Si acaso Inglaterra adoptara una estrategia similar a la argentina (consistente en la sobrevaluación de su moneda), sería entonces capaz de superar a Alemania Occidental como la economía más fuerte de Europa gracias a la apreciación de su tipo de cambio, tal y como se daba a entender en el artículo sobre Bolivia? Por lo tanto, ¿qué podemos extraer de esta breve carta de John Williamson? ¿Acaso se trata de una historia paralela en un contexto global en plena transformación o, en su defecto, es posible vislumbrar una serie de historias interconectadas que van más allá de las fronteras latinoamericanas? Creemos, en principio, que los argumentos básicos, los cuales darían nacimiento al Consenso de Washington, se encontraban en una etapa de discusión hasta cierto punto inicial, pero lo suficientemente nítidos para transmitirse a otros contextos, es decir, originalmente buscaban atender algunos de los problemas económicos inherentes a los países latinoamericanos, pero posteriormente viajaron hasta transformarse en argumentos con un pretendido alcance global. Entre los elementos que nosotros encontramos en la carta de Williamson, sobresalen al menos los siguientes: un reconocimiento por hacer uso de la ventaja comparativa de tipo ricardiana, la importancia que se le brindaba al crecimiento económico por encima de todo, los cuestionamientos al ineficiente manejo de la política monetaria y por ende fiscal, así como, la aprobación de una estrategia económica basada en la competencia y la productividad más que en la intervención ineficaz de algunas variables macroeconómicas por parte del Estado.


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Pero esta historia no sólo concernía a Argentina, Bolivia o Brasil, sino que más bien de la “tragedia boliviana” se puede extraer otra serie de eventos que se interconectarían posteriormente con los sucesos de los aún existentes sistemas socialistas de Europa Central4, como parte de un escenario global que adquiría ciertas características específicas durante este periodo y en conjunto formarían una especie de sistema mundial à la Wallerstein (1974: 489) dominado esencialmente por la filosofía del libre mercado. Entre las principales especificidades de este sistema que se articulaba de manera clara al menos desde los inicios de los años ochenta del siglo XX nosotros destacamos sólo cinco con base en la trascendencia adquirida para los argumentos que aquí expondremos: primero, el desafío enfrentado por los recientes procesos democratizadores ante las asonadas de los poderes locales, que muchas veces para conseguir el reconocimiento de la comunidad internacional hacían referencia a su lucha en contra del “cáncer Marxista” cuya máxima expresión se encontraba establecida en los sistemas socialistas de tipo soviético, los cuales no resultarían inmunes ante este proceso de cambio institucional que se hacía cada vez más patente; segundo, el uso de los medios de comunicación para legitimar esta y otras estrategias tendientes a desacreditar la intervención estatal; tercero, un discurso marcado por la promoción a la libertad de prensa y el rechazo a cualquier forma de ataque de esta y otras libertades; cuarto, señalar, al menos nominalmente, cualquier tipo de vínculo entre grupos mafiosos y algunos servidores públicos que desembocaría en un desorden generalizado, el cual no permitiría el funcionamiento eficaz del sistema económico, de acuerdo con los principales postulados teóricos que le darían sentido a una economía de libre mercado; y finalmente, un tanto contradictorio con el punto anterior, la gestación de algunos poderes fácticos en torno a la retórica prevaleciente durante el periodo de estudio, encaminada a salvaguardar o defender nuevas libertades individuales sobre cualquier tipo de acción social o colectiva. Por lo tanto, el objetivo de este ensayo radica en contestar si realmente este tipo de historias en América Latina se desenvolvían de forma paralela con lo sucedido durante las dos últimas décadas del siglo XX en términos generales a nivel global y específicamente en Europa Central, o si en su defecto, podemos encontrar algunos vínculos explicativos de fenómenos similares en diferentes áreas de estudio, gracias a las eventuales conexiones que se pueden establecer 4

Cuando se menciona a Europa Central nos basamos en las experiencias de República Checa, Hungría y Polonia, al menos que se señale lo contrario en el texto. Mientras que por América Latina, sucede algo similar, es decir, sobreentenderemos los casos de Argentina, Chile y México. La selección anterior obedece a que fue precisamente en este conjunto de países donde las estrategias de cambio institucional alcanzaron una mayor profundidad basadas en acciones de inspiración neoliberal, que en conjunto constituye una evidencia empírica adecuada para buscar y argumentar el cruce de historias varias.


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en el corto como en el largo plazo, donde eran palpables ciertas rupturas o continuidades. A lo anterior se añade el abordaje de estas manifestaciones bajo un espectro que rebase los tradicionales límites de las historias locales, regionales o nacionales gracias al uso de un enfoque trans-disciplinario y transnacional. Si bien es cierto que en América Latina estaba en marcha aproximadamente desde los años cuarenta del siglo XX una estrategia económica relativamente común en torno a la industrialización por sustitución de importaciones, no menos cierto es que nos enfrentamos durante este lapso a un amplio mosaico en cuanto al funcionamiento de los sistemas políticos. Mientras que en el caso de Europa Central existía una aparente homogenización en torno a los sistemas socialistas de tipo soviético a partir de la Post-Guerra. Con la finalidad de alcanzar el objetivo que nos hemos planteado, la exposición se ha divido en cuatro secciones. La primera parte del trabajo intenta explicar lo que nosotros entendemos por sistemas socialistas de tipo soviético, debido a que su reconocimiento resulta clave para entender mejor en qué consistió el cambio, cuáles fueron sus variedades y sobre todo, cómo se llevó a cabo dicha transformación en la recta final del siglo XX. La sección siguiente se dedica a señalar algunas especificidades de nuestro enfoque, gracias a dos ejercicios que buscan caracterizar el periodo de estudio; sin embargo, nuestra interpretación gira en torno a la perspectiva de historia global, la cual encontramos útil para detectar cómo estas historias varias se intrincaron a través del tiempo. Posteriormente, como tercer punto, intentaremos poner en relieve la existencia de una retórica global basada en discursos democratizadores y aperturistas, fenómeno que encontró un contexto propicio para su propagación mundial durante el periodo de estudio, además, estos discursos sirvieron para consolidar algunos poderes fácticos que compartieron con el transcurso del tiempo la construcción de un imaginario común. En el cuarto y último apartado se hace referencia al optimismo inicial de los procesos de transformación institucional, pero éste se contrapone a la aparición de diversos problemas socioeconómicos en un ambiente crecientemente complejo; dificultades que minaron constantemente el ánimo de la mayoría de los actores inmiscuidos en el fenómeno, situación conocida como la malaise de la transición, la cual se presentó tanto en América Latina como en Europa Central. El trabajo se cierra con algunas consideraciones finales.

1. SISTEMAS SOCIALISTAS DE TIPO SOVIÉTICO

La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), o la Unión Soviética, ejerció una amplia hegemonía en el mundo socialista, especialmente en Europa Central y del Este, desde finales de la Segunda Guerra Mundial. La base institucional de este tipo de naciones, en tanto que sistema histórico, estuvo caracteri-


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zada según Bernard Chavance (1992: 8, 17 y 21) por la combinación de dos principios básicos, pero hasta cierto punto con un funcionamiento heterogéneo de acuerdo a cada uno de los países, como fueron la propiedad del Estado y el partido único. Sustentados en estos pilares se erigió la planificación centralizada. Partido único y gobierno operaban de manera complementaria desde el punto de vista formal, pero en la práctica se encontraban sumamente intrincados en sus relaciones, a tal grado de fusionarse como una misma organización dentro de esta peculiar matriz institucional. Otro elemento importante desde la perspectiva económica y política fue el amplio poder de los directores de empresas, entendidas estas últimas como un instrumento clave de la planificación centralizada, mientras que el director coordinaba sus decisiones directamente con el gobierno y el partido único, incluso, puede ser considerado como uno de los prominentes miembros de la nomenklatura; en el caso de la República Democrática de Alemania las grandes concentraciones empresariales conocidas como Kombinat (grupo de empresas integradas de manera vertical y horizontal) fueron señaladas por Eric Honecker como la columna vertebral del tejido productivo de Alemania oriental (Chavance, 1992: 67). A grandes rasgos, entonces, se puede argumentar que la economía y la sociedad socialistas se organizaron mediante un aparente proceso de homogenización en torno al funcionamiento de estos pilares clave. Fenómeno que en conjunto algunos especialistas han reconocido como el sistema tradicional o clásico (Chavance, 1992: 27; Kornai, 1992: 19-30). No obstante que estos elementos pudieron existir y funcionar desde antes o en otros contextos históricos (como fue por ejemplo el partido único de facto en México durante gran parte del siglo XX), la especificidad del sistema socialista tradicional, desde una perspectiva histórica, radicó en la fusión orgánica de cada uno de ellos, a tal grado de lograr una eventual homogenización organizacional con base en su singular desempeño. Es importante insistir en que Kornai (1992: 23) explicó con cierto lujo de detalle cuáles eran los antecedentes y prototipos de los sistemas socialistas. Por lo que se refiere a los prototipos, el economista húngaro reconoció explícitamente cuatro, a saber: el sistema clásico o socialismo clásico que se manifestó en gran parte de Europa Oriental y obviamente en la Unión Soviética, que nosotros denominaremos como socialista tradicional; el sistema revolucionario transicional (del capitalismo hacia el socialismo o, en su defecto, un reforzamiento del sistema tradicional); el sistema reformado, y finalmente, el sistema post-socialista, donde Kornai incluyó a los países que se inmiscuyeron en la transición hacia una economía de mercado. Obviamente, el núcleo del sistema socialista tradicional se manifestó de una forma más “pura” en la Unión Soviética. Pero la extensión de esta estrategia hacia otros países, especialmente desde la época de Josef Stalin, se ha recono-


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cido como el despliegue funcional del sistema socialista de tipo soviético, cuya imposición se llevó a cabo básicamente en las naciones socialistas de Europa Central y del Este; es decir, si partimos de los prototipos sugeridos por Kornai, destacamos la existencia de una subcategoría implícita que nosotros la retomaremos como socialismo de tipo soviético, la cual radica en tres ejes, según este último autor: en la eliminación militar de la ocupación alemana (Nazi) por parte de los soviéticos; en una presencia y un fuerte apoyo externo (es decir soviético) a los partidos comunistas locales con la finalidad de garantizar un posicionamiento cuasi-único en el espectro político, gracias al amalgamamiento con otros partidos de inspiración socialista o social demócrata; así como, en la eliminación del sistema multipartidista funcional. Esta situación se reforzó con el impulso de la propiedad estatal y una notable dependencia del comercio exterior con respecto al Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON) como elemento clave del Pacto de Varsovia, ambos controlados por la Unión Soviética. El reconocimiento de esta subcategoría nos permite pensar en una diferenciación más sutil del sistema socialista tradicional para dar paso a uno de tipo soviético, impuesto a países como Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumania y de una manera más nítida a lo que se conoció como la República Democrática de Alemania. Por lo tanto, la muestra de países de Europa Central (Hungría, Polonia y República Checa) que inspira nuestra investigación coincide con la subcategoría de los socialismos de tipo soviético. Con base en lo expuesto hasta ahora, creemos que es trascendente acentuar las variedades de sistemas socialistas tanto en Europa como en otros continentes, por ejemplo en América Latina, donde Cuba se inscribiría en la categoría revolucionaria transicional (del capitalismo hacia el socialismo hasta antes de las recientes iniciativas de actualización del modelo cubano). Dentro de esta misma lógica, resulta importante también reconocer esta variada gama para desmitificar una eventual homogenización de estos sistemas y, así, entender con mayor profundidad los casos de Europa Central en el marco de sus respectivos procesos de cambio institucional a finales del siglo XX, lo que dará la pauta para vislumbrar la interconexión de historias con lo sucedido en América Latina. Por lo que toca a las variantes más importantes del sistema socialista tradicional, y por ende su distinción del tipo soviético, fueron la extinta Yugoslavia y China, sistemas que se inscribirían en la categoría de reformado, especialmente la nación asiática a partir de 1979, una vez manifestadas las iniciativas de Deng Xiaoping. A inicios de la década de los cincuenta, Yugoslavia modificó la esencia de uno de los pilares del sistema tradicional, donde la autogestión tomó un papel importante mediante la conversión de la propiedad estatal hacia la social, la separación entre Estado y sociedad, que la ideología estalinista de la época no la reconocía en este sentido, fue un signo distintivo de la Yugoslavia de Josip Broz Tito (Chavance, 1992: 73 y 77). Mientras que en el caso chino, dada la diversi-


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dad étnica, cultural y regional del país, resultaba sumamente complicado poner en práctica un estricto proceso de centralización mediante un plan, no obstante la influencia del maoísmo como ideología vinculante; además, en este caso la producción agrícola jugó un papel importante con respecto a la industrial, donde la articulación con los nichos locales y regionales resultaba clave ante la relación que existía entre la dinámica demográfica y la producción de alimentos; incluso, a pesar de la existencia del partido único, como lo es aún el Partido Comunista Chino, fue necesario diseñar una estructura organizacional que garantizará su representación en las diversas provincias que componen a este país (Cheek, 2006: 27). Dicho partido contaba en 2014 con casi 70 millones de miembros 5, lo que nos permite intuir el despliegue de un sofisticado sistema de control que difícilmente sería exitoso bajo una rígida centralización. Por lo tanto, estas variedades del sistema tradicional pueden considerarse como ajustes sistémicos mientras no desaparezcan del todo la propiedad estatal y el partido único. Sin embargo, la experiencia de China resulta controversial en el marco de semejante línea de reflexión, porque la promoción de propiedades alternas a la estatal, el relajamiento de la planificación centralizada y el mantenimiento del partido único han formado parte de una experiencia histórica inédita para los sistemas socialistas, la cual escapa de los prototipos anteriormente señalados; sobre todo si tomamos en cuenta la creciente importancia adquirida por las prácticas de mercado asociadas al capitalismo global y el auge de la propiedad no estatal que han desembocado en el aumento de la desigualdad. Situación que en conjunto cuestiona uno de los principios éticos de cualquier sistema socialista, al menos en teoría, como lo es la búsqueda de la igualdad. Entonces, ¿pudiéramos clasificar a China en la categoría post-socialista? pregunta compleja que no forma parte de nuestro objetivo central y por lo tanto no se tratará en esta ocasión. En lo que corresponde a otro tipo de reformas, tales como las propuestas (y finalmente no concluidas) en Hungría durante los años cincuenta, en Checoslovaquia en los sesenta o en Polonia y la URSS a inicios de los ochenta del siglo XX, entrarían en otra subcategoría como reformas radicales pero sin desaparecer los pilares de la base institucional, aunque sí se transformaría el funcionamiento esencial de los elementos constitutivos del sistema socialista de tipo soviético e incluso del tradicional.

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Más información al respecto puede consultarse en el sitio web de la Radio Internacional de China (http://espanol.cri.incn/chinaabc/chapter2/chapter20401.htm).


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Figura 1. Los sistemas socialistas

Fuente: Elaboración propia con base en Chavance (1992) y Kornai (1992).

Los cambios experimentados a partir de 1989 y a lo largo de la siguiente década para el caso de Europa Central desarticularon por completo la base institucional del sistema socialista, tanto del tradicional como del soviético, a tal grado de acabar con él; por ende aquí sí estaríamos de lleno en una categoría postsocialista como lo propone Kornai. Precisamente este fenómeno constituye uno de nuestros principales objetos de estudio en este trabajo.

2. HAUS DER KULTUREN DER WELT Y GLOBAL HISTORY OF THE PRESENT

Después de 1989 se levantó un gran entusiasmo por las transformaciones institucionales que se habían experimentado en varias partes del mundo, particularmente en los países que poseyeron sistemas socialistas de tipo soviético como fue el caso de Europa Central. Sin embargo, conforme el tiempo transcurrió el panorama se fue nublando, surgieron dudas en cuanto a la forma de cómo se estaban llevando a cabo las mencionadas transformaciones en diferentes contextos. Una alternativa para comprender con mayor profundidad la articulación de estos procesos en función de los problemas derivados del cambio institucional se desprende de un análisis comparativo de los hechos registrados en


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América Latina y Europa Central, además, creemos que estos eventos encuentran explicaciones comunes de lo sucedido durante las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX. De manera general nos preguntamos lo siguiente: ¿qué tan intrincadas estuvieron las historias de estos dos subcontinentes, básicamente guiadas por los vientos de transformación institucional en el periodo de estudio señalado? Inicialmente, consideramos que un enfoque de historia global resulta útil para responder este cuestionamiento y, de paso, también suponemos que bajo esta estrategia analítica estaríamos en condiciones de ratificar la pertinencia de este enfoque comparativo en cuanto a la conexión de sus historias. Aunque nuestra propuesta no es absolutamente nueva, sí contiene su dosis de originalidad. Antes de avanzar más en la argumentación, proponemos explorar brevemente otras iniciativas académicas que han abonado en esta misma vertiente comparativa. En febrero de 2009 el centro cultural berlinés Haus der Kulturen der Welt (HKW) organizó varios encuentros culturales y académicos en torno a la historia global de 1989. Una de las ideas rectoras de esta iniciativa fue poner en relieve la interconexión de una serie de eventos antes y después de este crucial año. Otro punto sobresaliente radicó en llevar a cabo una reflexión detallada sobre cada una de las actividades programadas por la HKW: mesas redondas, conferencias, exhibiciones fotográficas, presentación de libros, proyecciones de películas, conciertos, etc. Lo anterior reveló la pertinencia específica de emprender, o en su caso profundizar (Riojas, 2010: 131-157; Riojas, 2014: 7-26), un análisis comparativo sobre los procesos de cambio institucional, especialmente entre América Latina y Europa Central. No obstante que sus organizadores buscaron interconectar diversos acontecimientos registrados durante este annus marabilis en gran parte del mundo, creemos que hizo falta acentuar aún más su significado para un periodo histórico más amplio y no sólo concebirlo como un punto de ruptura, sino más bien, como un nodo conector. Por otra parte, desde Canadá se coordina un proyecto editorial denominado Global History of the Present (Historia Global Contemporánea), cuyo punto crítico radica en ofrecer diversos estudios de caso desde 1989. Es decir, la colección busca presentarnos varias narrativas bajo un prisma internacional, donde sobresalen los trabajos elaborados para zonas particulares tales como Europa Oriental (Kenney, 2006) o El Caribe (Bronfman, 2007); asimismo, abarca casos nacionales concretos entre los cuales encontramos a México (Dawson, 2006); Irak (Abdullah, 2006); China (Cheek, 2006); Brasil (McCann, 2008); Argelia (Le Sueur, 2010) o las dos Coreas (Lynn, 2007), entre otros. A pesar de ello, no detectamos una clara intención de interconectar las diferentes historias que aborda esta ejemplar colección de estudios en una misma narrativa. El énfasis


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se hace en los acontecimientos posteriores a 1989 con algunos enlaces a un pasado más remoto. Por lo que a nosotros corresponde, sí pretendemos realizar una interconexión de hechos, pero bajo un espectro mucho más modesto, gracias a las oportunidades comparativas que se derivan del enfoque de historia global para las experiencias de América Latina y Europa Central durante las dos últimas décadas del siglo XX.

3. APERTURAS DEMOCRÁTICA Y ECONÓMICA: BISAGRAS DE UNA RETÓRICA GLOBAL

Una de las vertientes articuladoras bajo la perspectiva que sugerimos aquí se deriva de las llamadas olas democratizadoras que envolvieron a varias regiones del mundo (Merkel y Croissant, 2004: 207) 6. Lo anterior se inscribe en el marco de los acontecimientos que encuentran explicaciones comunes a finales del siglo XX, cuando destacaron el surgimiento de la sociedad civil como uno de los actores clave y una reducción notable en el número de regímenes políticos abiertamente reconocidos como autoritarios. La transición sistémica, como se le ha denominado comúnmente al proceso de cambio institucional en Europa Central, alimentó durante los años noventa cierto entusiasmo en América Latina al reavivar las esperanzas democratizadoras en un subcontinente con severos desajustes macroeconómicos y una arraigada tradición autoritaria. Los éxitos relativamente rápidos en Polonia, Hungría y la recién creada República Checa (1993) afianzaron un optimismo en los primeros años de transformación; sin embargo, había una inherente preocupación por la caótica situación que se desenvolvía en algunas repúblicas ex Soviéticas (Szentes, 1990: 137), así como, por la inestabilidad institucional vivida en Moscú, desatada especialmente por la violencia en octubre de 1993 7. De manera 6

En un famoso estudio Samuel P. Huntington (1994: 27-33) mencionó la existencia de tres grandes olas democratizadoras. El origen de la primera, según él, se asocia con las Revoluciones Francesa (1789) y Norteamericana (1776) a finales del siglo XVIII, cuyo impacto se extendería a lo largo de la siguiente centuria en diversas partes del globo. Mientras que la segunda ola se iniciaría al término de la Segunda Guerra Mundial (1945-1946), su ímpetu se extinguiría a principios de la década de los setenta. La tercera ola, y última según lo concibe Huntington, abarcaría gran parte nuestro periodo de estudio; es decir, iniciaría con los proceso democratizadores en Portugal, Grecia y España entre 1974-1975, y se prolongaría hasta alcanzar a los países con sistemas socialistas y a otros regímenes latinoamericanos durante la década de los noventa del siglo XX fundamentalmente. Es importante destacar, dados los objetivos que pretendemos alcanzar con este trabajo, cómo la tercera ola coincide casi de manera completa con nuestro periodo de estudio, marcado por la ascensión del neoliberalismo en América Latina y Europa Central. 7

Un recuento útil y breve que vincula estos hechos con el resurgimiento del autoritarismo ruso en los primeros tres lustros del siglo XXI se encuentra en Chauvier (2014: 14-15).


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casi simultánea, se levantaron experimentadas y reputadas voces, poco escuchadas en ese momento de jubiloso barullo, que sugerían la cautela. Dichas opiniones reconocían la manifiesta capacidad del capitalismo para suministrar permanentemente un flujo importante de bienes en general, pero al mismo tiempo, subrayaban la deuda que tenía pendiente este sistema (al igual que el socialismo de tipo soviético) en materia de desempeño global, en el impulso de acciones que redundaran en una disminución de la desigualdad y en cuanto a brindar garantías para aumentar la calidad de vida de la mayoría de las personas que vivían bajo su influjo (Przeworski, 1991: 172). Por lo tanto, a una década de iniciada la transición en Europa Central se produjo una palpable decepción con respecto a cómo se había llevado a cabo el proceso. El pesimismo y la desilusión fueron sentimientos comunes que acompañaron a las iniciativas de transformación institucional en América Latina y Europa Central (Van Wijnbergen y Willems, 2012: 3 y 6); lo anterior encuentra hipotéticas explicaciones, pero no por ello fuera de la realidad, en la consolidación de algunos poderes fácticos en ambos subcontinentes, así como en un evidente incremento generalizado de las desigualdades 8. Si ampliamos el enfoque en torno a las diversas interpretaciones del cambio institucional, donde se incluyan los ámbitos económico, político y social, se vislumbran otras interconexiones en este estudio. Asimismo, mediante la puesta en marcha de dicha estrategia buscamos explorar, en la medida de lo posible, una eventual periodización que nos permita entender de una manera más clara el desenvolvimiento de cada uno de los procesos de transformación analizados con la finalidad de nutrir una mayor sensibilidad en este cruce de historias varias (Douki y Minard, 2008: 161-176). Concretamente deseamos enfatizar el surgimiento, o mejor dicho la propagación del pensamiento neoliberal a partir de la década de los ochenta del siglo pasado, el cual fue claramente visible en 1989. A continuación presentamos, dentro de esta misma lógica interpretativa, dos ejemplos que nos ayudan a percibir de una forma más nítida la intrincación de diversos acontecimientos a nivel global en torno a la difusión de las ideas propuestas por la corriente neoliberal. 8

Un refinado análisis de largo plazo sobre las desigualdades en las principales economías occidentales se encuentra en la obra de Thomas Piketty (2013). Si bien es cierto que este autor no ofrece datos concretos para nuestras respectivas áreas de estudio, no menos cierto es que nosotros esperaríamos una tendencia similar a los comportamientos estadísticos sugeridos por Piketty; lo anterior se explicaría por el predominio a nivel global de una política que privilegió ante todo una transferencia de recursos de la esfera pública a su similar privada. Este fenómeno también se manifestó en América Latina y Europa Central a través de las iniciativas de privatización en los noventa, lo cual cambió uno de los principales sustentos institucionales de estos regímenes.


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En el primero ejemplo se dilucida el proceso de transformación institucional como un fenómeno articulado con una historia global, situación que implica conectar en una misma narrativa diversos hechos. La segunda mitad de los años ochenta estuvo marcada por una paradoja para los sistemas socialistas en general (tanto el tradicional como el soviético); según János Kornai (1992: 5) fue en 1987 cuando este tipo de países alcanzó el mayor número en su historia, a saber: 26 naciones repartidas en cuatro continentes. Incluso, el aparente auge de ideas y sistemas socialistas en esos años, combinado con la propagación de otros términos en boga considerados como “radicales” (imperialismo, dependencia o intercambio desigual, etc.), atrajo la atención de los especialistas; una evidencia de ello fue un artículo publicado en 1985 que ofrecía una amplia e interesante revisión bibliográfica sobre el tema en una de las más prestigiosas revistas vinculada con las corrientes líderes de pensamiento económico. En ese trabajo Keith Griffin y John Gurley (1985: 1126-1136) le dedicaron un apartado en particular a explicar los motivos de la transición (del capitalismo) hacia el socialismo por parte de algunos países de lo que ellos consideraron en aquel momento como Tercer Mundo. Cinco años después de esta publicación apareció nuevamente el tema de la transición en el debate internacional, pero en esta ocasión el flujo era exactamente en sentido inverso: del sistema socialista hacia un capitalismo con un fuerte énfasis en la economía de mercado. Por lo tanto, a menos de un lustro de haber alcanzado el mayor número de países con sistemas socialistas en el mundo, más de una decena de ellos había abandonado el régimen para intentar transitar hacia una economía de mercado que se promovía aproximadamente desde hace una década a nivel internacional. Es importante hacer una breve digresión aquí, a fin de retomar el argumento de la supuesta homogenización abordado en la primera parte de este trabajo; es decir, a los países de Europa Central que inspiran nuestro análisis los reconocimos como sistemas socialistas de tipo soviético, sub-categoría derivada del socialismo tradicional o clásico de acuerdo con lo sugerido por János Kornai y Bernard Chavance en 1992. Conforme a lo que se difundía de estos países durante el periodo de la Guerra Fría, a primera vista se mostraba un bloque aparentemente homogéneo, sin embargo, aún en una clasificación más pequeña (o sub-categoría) hemos demostrado cómo la diversidad se puso de manifiesto. Fue precisamente durante la transición de los años noventa del siglo XX que se develaron diferencias sustanciales en sus genotipos, no obstante de compartir durante casi cuatro décadas un mismo fenotipo, por lo tanto, las taxonomías expuestas nos resultan hasta cierto punto útiles para entender la diversidad que yacía en estos países la cual se hizo más palpable una vez iniciado el proceso de cambio institucional.


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Figura 2. Publicidad del Banco de Escocia

Fuente: DB-ZA-FU: The Economist, marzo 22 de 1980, No.7125, pág.73b.

El segundo ejemplo es más breve y se relaciona indirectamente con el anterior, pero no por ello es menos importante. En este sentido, consideramos que se inscribe en un conjunto de manifestaciones vinculadas con la línea de historia global contemporánea, gracias a la cristalización de un discurso y algunas representaciones de carácter planetario que a su vez se derivan de las estrategias implementadas por el sistema financiero global y apoyadas por organizaciones de carácter multilateral como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. En la Figura 1, por ejemplo, se percibe claramente cómo el proceso de globalización adquirió en cierta forma un carácter lúdico 9. En la imagen se pone de 9

Es decir, el guante de base-ball (deporte sumamente popular en los Estados Unidos y El Caribe) tiene atrapada una pelota que representa al mundo, caracterizado en aquel momento (marzo de 1980) por el predominio de un régimen bipolar, cuyo origen se derivó de los conflictos de la Guerra Fría. En dicha representación también podemos intuir, sin exagerar, que se trata de la llegada del ansiado out número 27, el cual da por terminado de manera automática el juego cuando dos rivales compiten por adquirir la victoria. A


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manifiesto el dominio de los actores occidentales sobre el resto del mundo, gracias a las vinculaciones directas con el crecientemente complejo sistema financiero internacional, piedra angular en este cruce de historias varias. Por otra parte, sin abandonar del todo esta vertiente interpretativa, Kristina Spohr (2011: 525) insiste en el predominio de una retórica globalizante al subrayar la transmisión de sus iniciativas mediante una peculiar concepción del funcionamiento económico en general, sustentado en su apertura o liberalización, a lo que nosotros añadiríamos un discurso democratizador. Por lo que concierne a los casos que hemos decidido estudiar aquí de manera específica, la difusión de esta retórica global (aperturista y democratizadora) encontró importantes interlocutores entre los disidentes de los antiguos regímenes socialistas de tipo soviético; fueron especialmente los economistas quienes se encargaron de difundir y legitimar estas ideas no sólo en Europa Central, sino también en gran parte de América Latina; situación que dio origen una especie de comunidad epistémica a nivel global (Brier, 2009: 348 y 351). La aparición de semejante comunidad resulta esencial para comprender con mayor profundidad una interconexión de historias varias y probablemente, a reserva de explorar con más cuidado este punto, la configuración de uno de los grupos emblemáticos de los poderes fácticos a finales del siglo XX. Antes de explicar de una manera más detallada a qué nos referimos cuando mencionamos el término de comunidad epistémica, señalaremos, por una parte, algunas de sus características específicas y, por lo otra, cómo éstas se asocian con conceptos similares, que en conjunto, nos ayudan a entender con base en un panorama más amplio su naturaleza y desempeño en estos procesos de cambio institucional. La comunidad epistémica a cual nosotros hacemos referencia tiene algunas similitudes con el conjunto de personas que Saskia Sassen (2006: 246-269) reconoce como “clase global”, cuyo radio de acción, en ambos casos, es relativamente ambiguo al oscilar entre lo global y sub-nacional. Otro elemento en común lo encontramos en su explícito cosmopolitismo, obviamente fuera del alcance nacional, situación que da la pauta para reconocer a una capa social insertada en las actividades de los cuadros profesionales con una alta jerarquía, cuyo radio de acción es transnacional, además, de compartir un discurso (que no necesariamente es coherente con sus prácticas) liberalizador, individualista y democratizante en el ámbito electoral. Por lo que toca exclusivamente a la clasificación de Sassen, ella divide en tres tipos los miembros de lo que llama “clase global”, a saber: los responsables que forman parte de redes transnacionales vinculadas con tareas gubernamentales; activistas de sectores clave pertenecientes a una sociedad civil con redes relativamente dispersas pero que encuenpartir de ese instante the game is over, lo que daría el paso a otra historia con objetivos y desafíos renovados.


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tran algunos puntos en común al momento de llevar a cabo acciones sobre un tema en específico; y finalmente, un grupo emergente que se compone de trabajadores (con salarios bajos), los cuales forman cadenas migratorias de alcance transnacional (Sassen: 2006: 246). En lo que concierne a nuestra comunidad epistémica, es importante señalar que no se situaría de manera perfecta en ninguna de estas tres clasificaciones, sino más bien, dado su carácter evolutivo tendría elementos tanto de la primera como de la segunda; entre los rasgos que Sassen señala para los cuadros profesionales compartiría al menos cuatro elementos, tales como hacer gala de un cosmopolitismo en el más amplio sentido del término; su forma de concebir el mundo y la actuación derivada de ella, que encontró un terreno fértil en las acciones de los Estados durante la época neoliberal; un radio de acción de carácter netamente urbano, donde los vínculos con el medio rural son casi inexistentes y por añadidura con los problemas socioeconómicos derivados de ello; finalmente, esta última situación le permitió construir una serie de redes sociales con una amplia movilidad concentrada en las ciudades gracias al uso de una infraestructura tecnológica de “último grito de la moda” (Sassen: 2006: 249). En ambos casos, estos grupos de personas o capas sociales se han erigido como una formación histórica específica que modificó la tradicional concepción de ciudadanía atada a los intereses de un Estado en particular y dadas sus participaciones en distintas redes profesionales y burocráticas, adquirieron un poder [fáctico] sin precedentes tanto a nivel global como nacional, cuya esfera de influencia política puede ser informal (al no tener una responsabilidad abiertamente pública pero sus opiniones son tomadas en cuenta en decisiones trascendentes) o formal (tienen una responsabilidad pública que les permite coordinar sus decisiones y acciones gracias a que comparte un lenguaje y una concepción comunes con otros miembros de esta “clase global” o comunidad epistémica distribuidos en otras ciudades del planeta). Por lo tanto, estas comunidades epistémicas, líderes en sus respectivas áreas de acción10, generaron a través del tiempo significados diversos sobre los procesos de cambio institucional. Una eventual interconexión entre ellas, para los países que componen nuestra área de estudio, se daría mediante la generación y la circulación de un conocimiento específico que se originó y se transmitió gracias a la articulación con otras comunidades epistémicas asentadas en las principales universidades de los Estados Unidos y Europa Occidental fundamen10

Para el caso de México Sarah Baab (2001: 32-66) documentó este fenómeno mediante el estudio de la carrera de economía en el país, donde los economistas jugaron un papel determinante en la construcción de políticas públicas con diversas inspiraciones teóricas según los momentos históricos vividos. Mientras que para el caso de Chile se tiene el trabajo de Gárate (2012).


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talmente. América Latina y Europa Central se erigieron como nodos clave en la organización de este sistema cognitivo de alcances globales. El conjunto de estas comunidades epistémicas ha compartido básicamente una visión económica del ambiente que las rodeaba, además, concibieron de forma homogénea el momento histórico que estaban viviendo y diseñaron soluciones similares, o a veces iguales, para resolver problemas específicos. Esta interconexión que se sustentó en una perspectiva compartida de su ambiente (cuyas primeras luces brillan en la carta de John Williamson), en una interpretación cuasi única del contexto socio-económico que les tocó vivir y en la toma de decisiones similares (por no decir iguales) para resolver problemas “técnicos” diversos, a través de la propagación de un conocimiento en común, le denominaremos comunidades epistémicas; es decir, coexistieron una serie de instituciones formales e informales cuya finalidad radicaba en impulsar un conjunto de rutinas en un mundo cognitivo que ellos mismos recreaban con pocos elementos de crítica o cuestionamiento. El papel de estas comunidades epistémicas nos resulta esencial para entender los vientos del cambio y sus interconexiones en un ámbito global como uno de los poderes fácticos a fines del siglo XX. Entonces, en el centro de nuestra discusión, que incluye el papel jugado por las comunidades epistémicas, ubicamos la ascensión del neoliberalismo como un nodo articulador de ideas y hechos que propagaron un cambio institucional en específico, cuya repercusión no sólo se circunscribió al imaginario económico, sino también incluyó a la actividad político-cultural mediante iniciativas de privatización y libre mercado. La burocracia estatal dejó de lado su papel planificador y viró hacia la promoción de funciones empresariales o gerenciales, donde la eficacia y el beneficio sustituyeron al principio de igualdad social que rigió a muchos gobiernos años atrás. Según lo argumentado por otros autores, esta fue una pesadilla que también perturbó el sueño estadounidense (Brown, 2006: 695 705 y 963). Por lo tanto, 1989 se percibe en este estudio como un punto de interconexión articulado con eventos hacia atrás y adelante. Con base en esta perspectiva entonces, 1989 deviene un año crucial que nos permite entender comparadamente diversos hechos en América Latina y Europa Central; de igual forma, su carácter de quiebre es útil para reconstruir un panorama general de transformación institucional durante un periodo de estudio marcado por la caída del Muro de Berlín. A través de este ejercicio es posible mostrar el cruce de historias varias, la gran mayoría de ellas transnacionales, que se desenvolvieron a través del tiempo, algunas alcanzaron su momento más álgido a finales de la década de los ochenta. Lo anterior no solo significó romper de una manera poco usual con un pasado inmediato, sino también, produjo amplias consecuencias que impactaron a otros eventos que evolucionaban por una vía aparentemente independiente a tal grado de modificar la trayectoria originalmente prevista.


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Fue entonces cuando los vientos de cambio dieron como resultado la caída del Muro de Berlín, el fin de la Guerra Fría y la ascensión del neoliberalismo, estos hechos no sólo fueron sentidos en América Latina y Europa Central, sino que viajaron mediante diversos canales a otros continentes, lo que produjo un escenario factible de reconstruirse bajo una perspectiva de historia global. Por lo que concierne a América Latina, el proceso general de liberalización económica11 se manifestó desde la década de los ochenta a través de la implementación de estrategias vinculadas con el ajuste estructural, pero fue sobre todo en la siguiente década que dicho fenómeno tomó una mayor amplitud e intensidad a nivel global. Es decir, no sólo abrazó a Europa Central gracias a la caída de los sistemas socialistas de tipo soviético, sino también, envolvió a otros capitalismos del mundo occidental, cuyo ímpetu liberalizador fue más notorio tanto en las economías tradicionalmente conocidas como de libre mercado, así como, sus similares llamadas de mercado reguladas (Liebmann, 2009: 2 y 12), incluso, impactó a otros importantes países aún socialistas como lo era China (Cheek, 2006: 40). Lo anterior se llevó a cabo bajo las principales ideas emanadas del pensamiento neoliberal, que se acompañaron con una serie de discursos aperturistas y democratizadores con pocas coincidencias en el terreno de los hechos.

4. OPTIMISMO Y PREOCUPACIÓN POR EL CAMBIO INSTITUCIONAL

No obstante los avances registrados por la transformación sistémica en Europa Central a principios del siglo XXI aún el objetivo inicial estaba pendiente, el cual consistía en lograr la plena convergencia económica e institucional con las principales naciones occidentales, especialmente con sus vecinos de la Unión Europea. En 2002, según el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo estimaba que era necesario doblar las tasas de crecimiento en los países de Europa Central para alcanzar los niveles de vida manifestados en Portugal o Grecia en un lapso de 20 años (Wood, 2002: 16-17), siempre y cuando las condiciones económicas estables así lo permitieran. La situación era aún más crítica en Europa del Este y las ex repúblicas soviéticas, ya que en estos últimos casos de 1990 a 1999 se incrementó el porcentaje de personas que vivían con menos de un dólar estadounidense al día (3.7 por ciento) como parte de la expresión monetaria de la pobreza a nivel global (Konkel, 2014: 276-300), mientras que algunas empresas de Estado fueron vendidas aproximadamente en 10 por cien11

Es importante mencionar que en el caso de Chile el proceso de liberalización económica, como estrategia explícita del gobierno golpista de Augusto Pinochet, se llevó a cabo alrededor de 1975, una vez que los militares entraron en contacto con el grupo denominado los Chicago Boys, éste último perteneciente por cierto a una comunidad epistémica originada en la Universidad de Chicago que extendió sus redes de influencia hacia la Universidad Católica de Chile décadas atrás (Gárate, 2012: 109-116).


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to de su valor real; a ello se añadió que el 50 por ciento de los principales mandos directivos de las firmas recientemente privatizadas pertenecieron a la nomenklatura de la era soviética12. A pesar de las críticas que se puedan hacer al sistema capitalista de producción y a los adversos escenarios derivados de la transformación institucional, se mantuvo la firme convicción de seguir la ruta hacia la economía de mercado sugerida, entre otros, por la Unión Europea; es decir, se logró un mínimo pero necesario consenso en torno al impulso del proceso democrático y a la condicionalidad manifestada por la Unión Europea para los potenciales miembros adherentes (Brier, 2009: 344 y 346). Aunque otra de las metas radicaba en alcanzar mejores niveles en la calidad de vida de los habitantes en los países ex socialistas, el debate principal se concentró en la ejecución de las estrategias que impulsarían una transición exitosa, la cual devenía indispensable para lograr los altos estándares socio-económicos vistos en Europa Occidental. Sin embargo, no es raro encontrar argumentaciones que señalan cómo las condiciones generales de las personas que han vivido este fenómeno de cambio mejoraron relativamente con respecto a la situación prevaleciente en los sistemas socialistas de tipo soviético, a pesar de las dificultades derivadas de la transición hacia una economía de mercado. De lo anterior se citan, por ejemplo, las precarias condiciones que se vivían en el antiguo régimen, donde un joven tenía que esperar, según estimaciones a principios de los años ochenta (Kenney, 2006: 2-3), entre 15 y 20 años para comprarse un pequeño departamento en la ciudad; los testimonios sobre este tipo de privaciones materiales pueden multiplicarse. Este conjunto de hechos en el límite minaron las bases económicas y la confianza depositada en los sistemas socialistas. Pero creemos que el punto central no se encuentra en este tipo de argumentaciones, sino más bien, en el raquítico mejoramiento logrado durante la transición en comparación con las magnitudes de las que se hablaba en los primeros años. Por lo tanto, la discusión giró en torno a las estrategias seguidas para mejorar más rápido los estándares de vida en función de los niveles registrados en Europa Occidental, lo cual devino una referencia indispensable al inicio de este proceso de cambio institucional. Por otra parte, la inherente inestabilidad producida por el cambio institucional también se reflejó en la literatura especializada; destaca por ejemplo la mirada que se dirigió hacia China y su papel jugado en el comercio mundial desde los primeros pasos de las reformas a principio de los años ochenta. Mientras que en América Latina y Europa Central ha llamado la atención la estrategia gradualista de este país asiático y su desempeño económico, algunos autores argumentan que el sesgo espacial de la transformación china ha sido clave (Van Wijnbergen y Willems, 2012: 2, 5 y 21); es decir, la geografía también importa. A pesar de 12

“Life after communism: the facts”, New Internationalist, 366, april 2004: 18-19.


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todos estos argumentos, queda la duda para el caso de Europa Central si el camino seguido por China era realmente viable dado el contexto histórico que envolvió a estos países durante su peculiar transición en la década de los noventa; no obstante a ello, sí existió un debate en su momento sobre la adopción entre la terapia de choque (Polonia) o una estrategia gradualista (Hungría). En lo que concierne a América Latina, es evidente que la transformación institucional ha tenido un profundo sesgo sectorial, donde el territorio ha pasado a un segundo plano en el mejor de los casos. Independientemente de la factibilidad de las estrategias dentro de las oscilaciones producidas por los cambios emprendidos, la gama de comparación se amplió; se intenta superar la visión simplista de la economía de mercado y se ha propuesto estudiar una compleja conjugación de factores tales como el crecimiento económico, la democracia, la calidad de vida, el bienestar incluyente o el desempeño institucional y territorial, entre otros elementos13. De tal manera que muchos actores clave de América Latina y Europa Central comenzaron a observar con mayor detenimiento a las Américas, África y Asia para entender de una manera más profunda lo que ha sucedido antes y después de la caída del Muro de Berlín en un contexto global. Otro elemento importante de esta interconexión es el papel jugado por el Estado durante el proceso de cambio institucional en América Latina y Europa Central. En el ámbito económico, se observa por ejemplo cómo el consumo como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) de los gobiernos en general, para algunos casos, se ha mantenido prácticamente en el mismo nivel entre 1980 y 2006. Se esperaría que en un periodo de ascensión discursiva de las ideas neoliberales este tipo de consumo gubernamental disminuyera notablemente. Sin embargo, esto no fue así, por ejemplo, en los casos de Hungría y México se 13

Una evidencia sobre el cambio de visión o la amplitud del panorama bajo el cual se ha percibido el proceso de transición en Europa Central y América Latina es la publicación de un reciente conjunto de ensayos editados por Leszek Balcerowicz y Andrzej Rzońca (2015) dedicados a estudiar las fuentes del crecimiento económico bajo un enfoque comparativo a nivel internacional. Es importante añadir que Balcerowicz es considerado como uno de los principales arquitectos de la transición en Polonia, cuyas ideas tuvieron una gran influencia en los países ex socialistas durante la década de los noventa. Sin embargo, en este estudio los autores muestran una simpatía, sin recato alguno, por el potencial de los factores institucionales, que en términos generales según ellos, tienen la capacidad de impactar decisivamente en el crecimiento económico sostenido, no obstante de reconocer las inherentes dificultades para lograr una medición precisa de su participación de dicho fenómeno (Balcerowicz y Rzońca, 2015: 13-20). Con esta perspectiva renovada, se deja de lado la inquebrantable fe que se tenía por las soluciones de mercado tipo neoclásico, impulsadas con un ímpetu remarcable como parte de un paquete de ideas neoliberales durante los primeros años de la transición en Europa Central y desde la década de los ochenta en América Latina.


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sostuvo entre un 9 y 12 por ciento en el periodo señalado, mientras que en el caso de Chile la tendencia fue la disminución (de 15 a 10 por ciento) para estabilizarse en la década de los noventa alrededor del 12 por ciento. Argentina a partir de 1992 (año que inicia nuestra serie para esta nación sudamericana) rebasaba por lo regular el umbral del 13 por ciento para caer posteriormente cerca del 9 por ciento después de 2002. En la experiencia polaca, salvo la abrupta caída en 1989, se recuperó ese consumo incluso por arriba de los últimos años del sistema socialista de tipo soviético al oscilar entre un 17 y 21 por ciento. El caso más notable es el de República Checa que se encuentra por lo regular arriba de los 20 puntos porcentuales (gráfico 1). Gráfico 1. Consumo del gobierno como porcentaje del PIB, 1993-2006

Fuente: IMF (2007).

Otro ingrediente que contribuyó a hacer aún más complejo este escenario para el Estado fue la simultaneidad de varios tipos de transición, donde éste devino un actor clave, a saber: los cambios para promover o implantar una economía de mercado, la transformación democrática, el diseño e implementación de nuevas estructuras organizativas tanto en el ámbito de lo público como de lo privado en un contexto marcado por la liberalización comercial a escala global y el predominio de un discurso neoliberal. También se añade, específicamente para la experiencia de Europa Central, la transición de la Comunidad Europea hacia la Unión, así como, una eventual integración de algunas naciones en las Américas como parte de la intensificación de las relaciones comerciales entre Norte-Sur, o en su defecto, Sur-Sur.


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Dicho con otras palabras, se generó un panorama donde surgieron intereses comunes con efectos divergentes y multiplicadores, como parte de esta interconexión de historias varias. La conformación de este escenario ha representado un reto teórico en absoluto menor para las diferentes corrientes de pensamiento económico que han analizado e interpretado estos cambios institucionales en particular; lo anterior adquiere un matiz aún más intenso si se toman en cuenta el advenimiento de diseños organizacionales inéditos donde los Estados participaron activamente, así como, las posturas de los diversos grupos hegemónicos (entre ellos las comunidades epistémicas) como uno de los factores endógenos; mientras que desde la perspectiva exógena se tenía un panorama internacional favorable tendiente a promover las practicas democratizadoras y aperturistas (Merkel, 2008: 24 y 26; Merkel, 2010: 20; Ménard y Shirley, 2005: 16; Croissant y Merkel, 2004: 6-7; Merkel y Petring, 2008: 102), tal y como lo daba a entender John Williamson en su carta del 20 de septiembre de 1980 en The Economist.

CONSIDERACIONES FINALES

Los eventos de cambio institucional experimentados tanto en América Latina como en Europa Central a finales del siglo XX los concebimos como una serie de historias interconectadas, más que un paralelismo de hechos. Adoptamos un enfoque de historia global para dar respuesta a la pregunta que se plantea desde el mismo título, lo cual nos ha ayudado a explicar las influencias de una multiplicidad de relaciones que se establecen mediante el reconocimiento de historias varias, que en conjunto recibieron una serie de impactos derivados de grandes eventos manifestados a través del tiempo y del espacio, de los cuales el más tangible de ellos serían la ascensión del neoliberalismo y la caída de los sistemas socialistas de tipo soviético. Estas conexiones es posible distinguirlas tanto en el corto como en el largo plazo, donde destacan las rupturas y continuidades que rebasan con mucho los límites de las tradicionales historias nacionales, a veces carentes de una visión interdisciplinaria. El conjunto de hechos expuesto aquí parece que le dan sentido a un periodo histórico, del cual a continuación nos gustaría enfatizar algunas de sus características. Uno de los eventos más palpables de esta serie de historias interconectadas creemos que se desprende del fenómeno de cambio institucional para los países de Europa Central, el cual radicó en la transformación de lo que reconocimos como el sistema socialista de tipo soviético. Los pilares esenciales de la transición consistieron en la reducción al máximo permisible de la propiedad estatal y la desaparición del partido único. A pesar de ello, es importante subrayar que estrictamente no existía una completa homogenización de los sistemas socialistas ni en su estado más “puro” y mucho menos en sus similares reformados como tradicionalmente se pensaba durante el periodo de la Guerra Fría, sino más bien, se


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trataba de una variedad de ellos con sutiles diferencias en cuanto a su fenotipo, pero sobre todo, en sus genotipos. Por lo tanto, el colapso de sus pilares fundamentales nos permite entender por una parte qué se transformó, y por la otra, ubica nuestro análisis de manera casi inmediata en la categoría de sistemas postsocialistas, según lo sugiere Kornai (ver figura 1), fenómeno que guardó una interconexión con lo sucedido en América Latina a finales del siglo XX. Para darle coherencia al argumento de historias interconectadas, y por ende, desechar la interpretación de historias paralelas, insistimos en la adopción de un enfoque de historia global, tal y como lo hemos mencionado. Esta estrategia básicamente pretende superar una narrativa encapsulada en los casos nacionales, a partir de los cuales se buscaría explicar, de manera poco convincente, un escenario internacional hasta cierto punto “dado”. En contraparte, nosotros hemos propuesto interconectar nuestra visión a un panorama más amplio desde las perspectivas temporal y espacial, esto nos permite acentuar toda una serie de cambios aparentemente insignificantes en el mediano plazo, pero que en conjunto, le dieron sentido a una época que se manifestó con claridad a partir de la década de los ochenta del siglo XX. No obstante a ello, es importante aclarar que existen experiencias previas que caracterizaron históricamente a nuestro periodo de estudio, por ejemplo, el derrocamiento de Salvador Allende en 1973 a manos de los militares chilenos, o en su defecto, el inicio de las reformas en China bajo las ideas impulsadas por Deng Xiaoping en el ocaso de los años setenta. Ambos fenómenos desembocaron en una serie de cambios con una fuerte inspiración neoliberal. No obstante que la tercera ola democratizadora de finales del siglo XX levantó cierto entusiasmo en América Latina y Europa Central, el pesimismo y la desilusión se hicieron patentes dadas las complicaciones inherentes al proceso de cambio institucional como fueron los severos desajustes macroeconómicos y una creciente desigualdad. Aunado a ello, se reveló la conformación de una comunidad epistémica, que si bien es cierto guarda ciertas características similares con lo que Sassen denomina “clase global”, no menos cierto es que una de sus peculiaridades fue la construcción de un imaginario común asentado en las ciudades, acompañado de representaciones aperturistas y democratizadoras, que al final de cuentas le dieron sustento a uno de los poderes fácticos más arraigados a finales de siglo XX. Dentro de este escenario, la ascensión de las ideas neoliberales encontraron un terreno fértil para propagar una singular concepción del mundo, sustentada básicamente en el funcionamiento de una economía de mercado con soluciones universales. Estos procesos de cambio institucional se caracterizan por su complejidad. La meta inicial hacia la convergencia con la Unión Europea por parte de los países de Europa Central se ha complicado, manifestaciones de pobreza y de-


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sigualdad han sido fenómenos comunes con diferentes grados según la estructura heredada de cada nación. Pero en todos los casos es notable la transferencia de recursos de lo estatal a lo privado. A pesar de ello, la convicción de terminar la transición continuó. De tal forma que el espectro de comparación y los elementos que la incluyen se han ampliado, donde los factores institucionales adquieren mayor importancia conforme el tiempo ha transcurrido. Las funciones que toma el Estado, tanto en el ámbito nacional como internacional, es otro de los factores clave que un análisis bajo un enfoque de historia global no puede soslayar. Precisamente, de ello se derivan historias varias como lo puede ser la conformación, funcionamiento y prestigio de las comunidades epistémicas. De tal forma que la influencia de un entramado institucional, ya sea establecido o en proceso de cambio, resulta un hilo conductor prometedor en esta serie de historias interconectadas entre América Latina y Europa Central; algunas de las sugerencias de este entramado es factible detectarlas en las breves observaciones de John Williamson, publicadas el 20 de septiembre de 1980, como lo señalamos oportunamente al inicio de este trabajo.

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 59-90 recibido: 13-01-2015 / arbitrado: 22-01-2015

EL PROCESO DE GESTIÓN DE INNOVACIÓN TECNOLÓGICA: SUS ETAPAS E INDICADORES RELACIONADOS1 Gloria María Aponte Figueroa2 DOCTORANDO EN GESTIÓN DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO-UCV Resumen: En la Sociedad de Conocimiento globalizado, que caracteriza al mundo actual, la gestión de la innovación tecnológica se ha convertido en una nueva disciplina, fundamental para contribuir con el fortalecimiento y la mejora de la competitividad de las organizaciones y los países. En este trabajo se analiza el proceso de gestión de innovación tecnológica, caracterizando cada una de sus etapas con los elementos más importantes. Mediante un análisis de los indicadores de ciencia y tecnología de Venezuela se presenta un panorama de la capacidad tecnológica del país como producto de la gestión del proceso de innovación tecnológica. Palabras claves: Gestión de Innovación Tecnológica, Indicadores, Venezuela.

INTRODUCCIÓN

La innovación se ha convertido en uno de los aspectos más importantes de la sociedad actual, la sociedad del conocimiento, caracterizada precisamente por el conocimiento como elemento que representa un recurso estratégico en todas las organizaciones y países. El gestionar adecuadamente el conocimiento es la clave para que las organizaciones y los países mejoren su competitividad y se puedan mover al ritmo de la globalización de la economía. Es reconocido, entonces, que el conocimiento es la materia prima que produce innovaciones; en la medida que el mismo sea efectivamente direccionado con los recursos hacia la producción de innovaciones, en esa medida se alcanzará un mayor desarrollo tecnológico. No en vano la mayoría de los países han asumido una postura de vanguardia en cuanto al papel que cumple la innovación dentro de la sociedad, otros se encuentran en estado de alerta como es el caso de muchos países de Iberoamérica; tal como apuntan Albornoz & López (2010): “en las últimas décadas los países y los gobiernos de Iberoamérica han ido adquiriendo mayor sensibilidad acerca del papel de la ciencia y la tecnología en el desarrollo. La ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación se han convertido en una cuestión de estado y, como tal, son objeto de políticas específicas”.

1

Este artículo es parte de la investigación doctoral de la autora.

2

gloriam.aponte@gmail.com


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Al respecto, la CEPAL expone en su informe “Innovar para Crecer” que entre los principales elementos que caracterizan a la economía global del conocimiento se encuentran: i) una mayor codificación del conocimiento; ii) una relación más estrecha entre tecnología y ciencia, con mayores tasas de innovación y ciclos de vida del producto más cortos; iii) una creciente importancia de la innovación en el crecimiento del PIB, así como de la educación y del aprendizaje continuo; iv) una mayor inversión en elementos intangibles (investigación y desarrollo, educación, software, entre otros) que en capital fijo, y v) cambios sustanciales en la demanda de calificaciones en el mercado de trabajo. Por otra parte, dicho informe también señala que en América Latina, existen escasas capacidades tecnológicas que son explicadas, en parte, por factores relacionados con: su estructura económica y las dinámicas de innovación, entre los cuales se destaca el patrón de especialización, el fuerte peso de las importaciones en los sectores de elevado contenido tecnológico, el bajo posicionamiento en las cadenas globales del valor y la consecuente dependencia de la importación del conocimiento de ciencia, tecnología e innovación (CEPAL, 2009).

GESTIÓN DEL PROCESO DE INNOVACIÓN TECNOLÓGICA

En la literatura, existen diferentes estudios con enfoques variados de cómo estudiar la innovación como concepto y como proceso y la interrelación entre las diferentes etapas que participan, así como los elementos característicos y sus relaciones. Antes de continuar, es menester tener claro las características de una innovación, que de acuerdo a Trott (2005), una innovación se caracteriza por la presencia de dos elementos representados por la novedad y la explotación comercial (ver figura 1). Figura 1. El Proceso de convertir una idea en una innovación Proceso de Convertir una idea en Un artefacto tangible

Proceso de explotar una invención Para ser exitosa comercialmente

Invención

Nueva Idea

Proceso de Invención Proceso de Innovación Fuente: Trott (2005).

Innovación


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Ahora bien, la innovación tecnológica vista como un proceso se caracteriza por ser complejo, además de estar muy relacionado con aspectos intrínsecos de cada organización que lo implementa, creando cada organización lo que se denomina la cultura de innovación, por lo que está estrechamente ligada a la cultura de ésta. Tal como se visualiza en el embudo de innovación (ver figura 2), el proceso de innovación que inicia, en forma general, con un flujo de ideas que en la medida que se van valorando van resultando aquellas que realmente representan un potencial comercial para llegar a ser desarrolladas como innovación (Dávila y otros, 2006), que pueden estar representadas en nuevos productos, procesos, servicios y procesos de negocios. Figura 2. Embudo de la Innovación

Fuente: Oxford English Dictionary (2010)

Una innovación tecnológica –tal como se muestra en la figura 2– no se desarrolla de forma instantánea. El desarrollo de una tecnología, desde que surge la idea hasta que el desarrollo se encuentra disponible en el mercado, requiere de la puesta en práctica de conocimientos, técnicas, herramientas y recursos (económicos, tiempo, humanos, tecnológicos, infraestructura) que permiten que ésta pueda ser desarrollada en un determinado contexto para su puesta en operación. Sin embargo, no todas las tecnologías logran su desarrollo comercial ya que el mismo está condicionado, además de los aspectos técnicos intrínsecos a la tecnología perse, es necesario tomar en cuenta tres condiciones (Hidalgo y otros, 2002):


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-

Una necesidad social: debe existir un mercado potencial de usuarios o consumidores de la tecnología que demuestre que efectivamente la tecnología es necesaria.

-

Recursos sociales: estos recursos son los necesarios que se deben disponer para abordar el desarrollo respectivo; tal como: personal especializado, capital, material, infraestructura.

-

Contexto social receptivo: se refiere a la receptividad o acogida que debe presentar el mercado objetivo al cual está dirigido la tecnología.

De manera que para el desarrollo de cualquier tecnología deben estar presentes las tres condiciones antes mencionadas, de lo contrario, aun cuando los recursos sociales estén disponibles, la probabilidad de fracaso es casi inminente. El desarrollo de toda tecnología, incluyendo aquí las innovaciones tecnológicas, atraviesa por un ciclo que se expresa gráficamente en lo que Foster (1986) denominó la curva S de desarrollo tecnológico (ver figura 3). En dicha curva se muestran las diferentes fases de desarrollo de una tecnología, donde la fase embrionaria se refiere a la puesta en marcha de un proyecto de investigación donde se lleva a cabo el desarrollo experimental correspondiente que permite desarrollar, en el laboratorio, la tecnología; después de obtener resultados satisfactorios en esta etapa se pasa a la de crecimiento donde se evalúa el escalamiento de la tecnología a una fase de banco piloto y se obtienen los primeros prototipos a nivel comercial; comprobados los rendimientos de la tecnología en esta etapa se pasa a la etapa de masificación de la tecnología en el mercado definido como objetivo. Aca ya la tecnología se encuentra en el mercado y los esfuerzos tecnológicos se dirigen hacia la optimización de la tecnología con la finalidad de reducir costos mediante el logro de un diseño dominante de la misma. La última etapa del desarrollo se refiera a la etapa de obsolescencia donde al llegar a ese punto la tecnología ya no presenta oportunidad de ser mejorada sino por el contrario llegó a su límite máximo de rendimiento donde no existe la posibilidad de realizar ningún avance o mejora a la tecnología. En este caso se está en presencia de una tecnología sustituta ya sea por el mismo dueño o por la competencia. El desarrollo de una tecnología no se lleva a cabo de manera aislada, por el contrario las tecnologías se desarrollan utilizando el reforzamiento de otras tecnologías ya sea porque forman parte del desarrollo tecnológico deseado o porque forman parte del estado del arte de la gama de tecnologías que se d ebe dominar para llegar al diseño de la tecnología deseada. Es así como se establecen las relaciones entre las tecnologías, que permiten jerarquizar la forma de uso de dichas tecnologías dependiendo de su aplicación en un determinado desarrollo.


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Figura 3. Curva S de Desarrollo Tecnológico.

Fuente: Adaptado de Foster (1986).

El desarrollo de cada una de las etapas de una tecnología debe ser gestionado mediante el proceso de gestión de innovación tecnológica con la finalidad de conducirlo hacia el resultado final que no es más que la innovación tecnológica puesta en el mercado para ser aprovechado por el consumidor. Tal como lo explica Roberts (2007), la gestión global de la innovación tecnológica incluye, tanto la organización y dirección de los recursos humanos y de capital así como la eficiencia y eficacia de su gestión. Se enfoca fundamentalmente hacia: 1) la creación de nuevos conocimientos, 2) la generación de ideas técnicas destinadas a su aplicación en los productos nuevos o mejorados, procesos de fabricación y servicios, 3) el desarrollo de esas ideas en prototipos de trabajo y, finalmente, 4) la transferencia de éstos a la manufactura, distribución y uso en el mercado. La gestión de la innovación tecnológica engloba varias etapas y cada una contiene varios procesos que permiten gestionar el proceso global de la innovación tecnológica desde el inicio de la idea hasta su transformación en la innovación per se cuando ésta se encuentra disponible en el mercado. Estos procesos están presentes en todo el ciclo de desarrollo de la innovación; donde estas etapas se pueden resumir en la concepción, implementación y mercadeo de la innovación. La primera fase tiene como elementos caracterizadores: análisis de requerimiento, generación y valoración de la idea, planificación del proyecto. Con respecto a la segunda fase se caracteriza por el desarrollo y construcción, desarrollo de prototipos, aplicación piloto y pruebas y, finalmente, la etapa del mercadeo cuyos elementos característicos son la producción, lanzamiento y penetración en el mercado (Verworn y otros, 2006 y 2000).


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Roberts (2007) explica que el proceso de gestión de innovación tecnológica está conformado por múltiples etapas que presenta variaciones significativas en las actividades principales e involucra aspectos y prácticas de gestión que sean eficaces para lograr llevar una idea a una innovación. Roberts muestra este proceso en seis etapas y la clave de las actividades involucradas es justamente la búsqueda de respuesta desde el punto de vista de la gestión. El esquema de relaciones entre las diferentes etapas contempla el uso de recursos humanos, tecnológicos y estrategias que permitan accionar en el momento adecuado la toma de decisiones que conduzcan a los objetivos planteados. El monitoreo constante y sistemático de este proceso es el que permite el uso oportuno y efectivo de los recursos involucrados en el mismo. Al respecto Drucker (1985) señala que la innovación sistemática es la búsqueda intencionada y organizada para los cambios y en el análisis sistemático de las oportunidades que pueden ofrecer para la innovación económica y social. Para mayor conocimiento de las etapas y sus relaciones, Roberts (2007) propone un esquema que permite visualizar el proceso como un todo y que se tomará como herramienta de análisis para estudiar el proceso de innovación tecnológica. En la figura 4, se observan los diferentes elementos involucrados en cada etapa y sus interrelaciones. En cada una de las cinco etapas mencionadas por Roberts (2007) actúan diferentes procesos que permiten monitorear y controlar el proceso de innovación con la finalidad de llevarlo al punto final. Los mismos pueden estar presentes en cualquiera de las etapas antes mencionadas. En la etapa de reconocimiento de oportunidades, éstas pueden provenir del monitoreo constante del entorno mediante el proceso de vigilancia tecnológica, el cual permite hacer seguimiento al entorno tecnológico de interés mostrando aquellas señales que pudieran dar indicios de la presencia de un competidor, un nuevo nicho tecnológico o de mercado o también alguna señal relacionada con cambios en aspectos legales y/o ambientales que puedan afectar el desarrollo de alguna área particular.


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Figura 4. Proceso de Innovación Tecnológica, sus etapas e interrelaciones Tecnología

Búsqueda Uso Reconocimiento de la factibilidad Técnica

y/o

Fusión del concepto de diseño y evaluación

Uso

Solución a Información Través de la técnica Adopción o Obtenida Adaptación de mediante La tecnología Búsqueda Experimento Y cálculo

y/o

y/o

Transferencia de la manufactura

Trabajo de escalamiento

Información Técnica disponible

Reconocimiento de la demanda potencial

Información Solución de mercado A través de obtenida La invención Búsqueda Uso Prueba Respuesta

Mercado

1

Reconocimiento de oportunidad

2Formulación 3 Solución de 4 de la idea

problema

Prototipo

5

Desarrollo comercial

6

Uso y/o difusión de la tecnología

Fuente: Roberts (2007).

La vigilancia tecnológica permite, entonces, monitorear el entorno para detectar señales tempranas de cambio en el quehacer tecnológico de interés, tal como lo define Escorsa y Maspons (2007): La vigilancia tecnológica consiste en realizar de manera sistemática la captura, el análisis, la difusión y la explotación de las informaciones técnicas útiles para la supervivencia y el crecimiento de la empresa. Debe alertar sobre toda innovación científica o técnica susceptible de crear oportunidades o amenazas.

El reconocimiento de oportunidades también puede ser producto de la experiencia de los investigadores que trabajan en el área. Sin embargo, la forma expedita y sistemática de llevarla a cabo es a través de este proceso. Algunos autores, sobre todo, la escuela anglosajona se refiere a la vigilancia tecnológica como la inteligencia tecnológica un proceso que va más allá de monitorear el entorno, sino que además permite tomar decisiones estratégicas con la información proveniente del análisis del entorno. Es allí, según esta escuela, donde radica la diferencia con vigilancia tecnológica. En todo caso, ambos procesos se enfocan hacia el monitoreo sistemático del entorno para captar las señales


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de cambio que ameriten tomar una acción preventiva en el área tecnológica respectiva. En la etapa de formulación de la idea, el proceso principal para generar nuevas ideas es la creatividad, que permite a través del uso de metodologías ya conocidas potenciar la generación de nuevas ideas en grupos de investigación. Este proceso se caracteriza por pensar diferente de manera de retar los procesos mentales que permita abrir puentes hacia otra forma de ver la realidad y enfocar diferentes alternativas de solución de problemas en busca de oportunidades para desarrollar nuevos productos, procesos y servicios. La creatividad es el proceso por medio del cual se generan ideas nuevas y útiles cuya orientación pueda ser hacia mejoras incrementales o avances que puedan cambiar al mundo (Ahmed y otros, 2012). La creatividad es el proceso que genera las ideas que posteriormente se valoran y se filtran aquellas que representan el mayor potencial de ser transformada en una innovación. Dávila y otros (2006), explican el proceso de generación de ideas mediante la llamada gestión estructurada de ideas, la cual tiene como objetivo: el control del contexto o entorno laboral para asegurar la máxima creatividad posible; el empleo de los mejores y más rigurosos mecanismos de revisión para asegurar unos resultados de óptima calidad y finalmente el reconocimiento explícito y los protocolos para reunir o agrupar los fragmentos de ideas para crear conceptos realmente novedosos (ver figura 5).

Tarea 1 Desarrollar los criterios

Figura 5. El Proceso de Gestión Estructurada de Ideas Tarea 6 Tarea 7 Tarea 2 Tarea 4 Tarea 5 Tarea 3 Prepararse Para una Sesión de Brainstorming o Lluvia de ideas

Sesión de Brainstomring

Acordar una Un documento Documentar las Lista de Que recoja 200 ideas o más criterios toda Calibrados La lluvia Para revisar Y clasificar

Reunión de revisión

Taller y Primera clasificación

Breve Investigació n

Documentar Bosquejo 3-7 conceptos 10-15 grupos de 3-7 clasificados De fragmentos conceptos De idease

Clasificación final

2-3 conceptos Preparados Para el Estudio de La viabilidad

Fuente: Dávila y otros (2006).

Otro de los procesos que intervienen durante el proceso de la gestión de innovación tecnológica es la prospectiva tecnológica. La prospectiva según Godet (2011), es una reflexión para guiar la acción presente a la luz de los futuros po-


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sibles. Desde un punto de vista más específico, la prospectiva tecnológica , que según Martin (1995), consiste “en tentativas sistemáticas para observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos y sociales”. La importancia de la prospectiva, en este caso tecnológica, radica en la toma de acciones adecuadas en el presente, partiendo de construir el futuro deseado. Mediante ésta se pueden planificar diferentes caminos o rutas tecnológicas para desarrollar esa futura tecnología. Aquí entra el otro proceso importante que es la planificación tecnológica estratégica que representa un complemento para lograr construir los escenarios y hacerle el seguimiento continuo y tomar las decisiones pertinentes dependiendo de las señales emitidas por el entorno. La planificación tecnológica estratégica es un proceso en el cual se definen de manera sistemática los lineamientos estratégicos de la organización, las líneas detalladas para la acción, los recursos asignados y plasmados en documentos llamados planes, es un proceso que pretende alcanzar un futuro deseable a partir del análisis de la realidad existente interna y externa y de las capacidades de la entidad, orientado a la acción y en la que participa toda la organización (Francés, 2006). La planificación tecnológica estratégica permite entonces determinar una dirección desde el punto de vista tecnológico y está directamente asociada a la estrategia tecnológica a elegir dependiendo de las condiciones del entorno y de las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades tanto de la organización que la emprende como de la tecnología a la cual se apunta (Francés, 2006). La puesta en práctica de la estrategia tecnológica debe formularse dentro del marco conceptual proporcionado por la visión de la organización y esta visión condiciona los objetivos tecnológicos (Fernández, 2005). De tal manera que la visión desde el punto tecnológico de la organización debe ser lo suficientemente flexible como para poder modificarse a largo plazo en función del cambio de los objetivos ya que estos son impactados por los cambios del entorno. El diseño de la estrategia tecnológica sigue un enfoque jerárquico y en ese sentido existen dos estrategias tecnológicas, como son: la proactiva y la reactiva (Fernández, 2005). Ambas estrategias están dirigidas a lograr un bajo costo o una diferenciación del producto o servicio. La estrategia proactiva se identifica con el liderazgo tecnológico o pionero en el mercado mientras que la estrategia reactiva es propia de aquellas organizaciones seguidoras o imitadoras. En general, las empresas tienden a ver el liderazgo tecnológico como un vehículo para lograr la diferenciación, mientras que actuar como seguidor su enfoque principal es lograr bajos costos. El objetivo de la estrategia proactiva es introducir constantemente nuevos productos en el mercado, basada en la posibilidad de identificar nuevas necesidades del mercado y descubrir la forma de satisfacerlas; además de encontrar aplicaciones económicamente rentables para la producción tecnológica del departamento de


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I+D (Fernández, 2005). La empresa puede desarrollar una estrategia proactiva que apunte al liderazgo tecnológico en productos así como en procesos. Con respecto a la estrategia reactiva, la misma está enfocada a seguir la estela del innovador debido a que no desean ser las primeras en el mercado pero tampoco quieren quedarse rezagadas. Ello implica la vigilancia constante del entorno a la espera de vislumbrar productos nuevos con un alto potencial de crecimiento consiguiendo un espacio para desarrollar un producto diferenciado que posteriormente comercializan a un costo más bajo que la competencia. Por último se encuentran las estrategias tecnológicas de baja intensidad que son aquellas que aprovechan huecos que nadie satisface. En ese caso, intentan encontrar un nicho de mercado poco atractivo para la competencia y que al mismo tiempo tenga un potencial de crecimiento y rentabilidad aceptables. La planificación tecnológica estratégica es la descripción de los planes tecnológicos de cómo se abordará el camino o ruta tecnológica que quedó plasmada en la prospectiva tecnológica; de tal manera que la planificación tecnológica estratégica debe ser lo suficientemente flexible para lograr hacer los ajustes necesarios de acuerdo a los cambios del entorno. Para cerrar los procesos principales que están comprendidos dentro del proceso de innovación tecnológica se tiene el de transferencia de tecnología, el cual tiene por finalidad analizar las diferentes opciones de cómo va a ser transferida la innovación tecnológica al mercado. Para ello, existen diferentes mecanismos de transferencia de tecnología, tales como la compra de tecnología, las licencias, las franquicias; así como las alianzas estratégicas, el proyecto llave en mano y las empresas conjuntas o joint venture. El uso de alguno de estos mecanismos está directamente asociado al tipo de tecnología y además a la estrategia tecnológica que sea más favorable dependiendo de las condiciones del entorno tecnológico. El proceso de transferencia de tecnología permite entonces realizar las acciones finales para llevar la innovación tecnológica al mercado final para que ésta sea aprovechada por los consumidores (Fernández, 2005). En el concepto de transferencia de tecnología también se incluye la transferencia de conocimientos necesarios para la fabricación de un producto, la aplicación de un proceso o la prestación de un servicio. Se entiende que esta es una etapa de la transferencia global de comercialización y se presenta como la transferencia del capital intelectual y del know how entre organizaciones con la finalidad de su utilización en la creación y el desarrollo de ´productos y servicios viables comercialmente (Escorsa y Valls, 2001). El concepto de transferencia está asociado con la difusión tecnológica y diseminación de conocimientos (Bozeman, 2000). En ese sentido, transferencia de


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tecnología está más asociada al proceso activo y voluntario para diseminar y adquirir nuevas experiencias o conocimientos. La transferencia tecnológica es un convenio o acuerdo que presupone un pago. La difusión es un proceso normalmente abierto, sin pago, entre investigadores; más ligado a la transferencia y comunicación de conocimientos científicos, por métodos abiertos como artículos, conferencias y comunicaciones. En el contexto de las Naciones Unidas y acuerdos multilaterales, la transferencia de tecnología está más asociada a un proceso de adquisición por el cual unos países tratan de acceder a productos y conocimientos técnicos importados de otros (OMPI, 2006). Como últimos procesos que conforman la gestión de los procesos de la innovación tecnológica están el soporte en el uso y aprovechamiento de la tecnología, que se refiere al servicio prestado por expertos, donde se requiere celebrar un contrato entre las partes, que garantice que el cliente siempre será atendido en caso de ser necesario (Velazco, 2009). En este proceso se trata de sacar el máximo provecho a la tecnología y las soluciones tecnológicas implantadas en las instalaciones. Este contrato tiene un tiempo finito hasta que el usuario final pueda ser independiente desde el punto de vista de conocimientos técnicos y experiencia que le permitan hacer uso y sacar provecho de la tecnología. El otro proceso es el mantenimiento inicial de la tecnología, referido al contrato que contempla el servicio de mantenimiento inicial de la nueva tecnología, mientras se adquieren las habilidades, destrezas, conocimientos para realizar el servicio por sus propios medios (Velazco, 2009).

LAS PATENTES DE INVENCIÓN: ELEMENTO CLAVE EN EL MONITOREO DEL ENTORNO DURANTE LAS FASES DE DESARROLLO TECNOLÓGICO

Para el desarrollo de cualquier tecnología es necesario monitorear el entorno ya que dependiendo de lo que suceda tendrá un impacto en el desarrollo tecnológico que se esté realizando; por esta razón es imprescindible monitorear los competidores en términos de tecnología y de dueños de las misma. Es por ello, que surge lo que se denomina el proceso de Inteligencia Tecnológica Competitiva (ITC), que no es más que el monitoreo continuo y sistemático del área tecnológica de interés con la finalidad de analizar los cambios del entorno y tomar las acciones necesarias para corregir el rumbo o estar preparados para tomar ventaja de las oportunidades que se presenten. En ese sentido es de suma importancia realizar el monitoreo en toda la vida de desarrollo de una tecnología; para ello se utiliza la ITC con la finalidad de tomar las decisiones correctas en el momento oportuno. Como se muestra en la figura 6, este proceso está conformado por tres ámbitos, el Exploratorio, Especializado y de Negocio.


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Figura 6. Proceso de Inteligencia Tecnológica Competitiva

Fuente: Adaptado por Aponte y Marrero (2003) de Brenner (1996).

Ámbito exploratorio, el proyecto se encuentra en la etapa de la generación de las ideas, en ese caso, se está en presencia de un ámbito exploratorio, cuyo objetivo fundamental es tener un panorama general sobre las principales tendencias tecnológicas, principales líderes así como el estado de la técnica de la tecnología, producto o proceso en estudio; esto contribuye a generar una base de información para comenzar las investigaciones. En el producto generado en esta etapa se muestra la revisión del entorno tecnológico externo a objeto de identificar el mejor direccionamiento de los esfuerzos de investigación básica orientada. Entre los productos que se generan en esta etapa como resultado de un proceso ITC se encuentran: estados del arte, análisis de tendencias, servicios de alerta, compilaciones documentales, etc. Ámbito Especializado, el proyecto está en la etapa de investigación y desarrollo, se ha definido una línea de investigación específica y los esfuerzos son orientados hacia un nuevo desarrollo tecnológico o las mejoras de una tecnología existente en un área determinada. En este sentido, las actividades de ITC están focalizadas y dirigidas fundamentalmente a detectar las posibles tecnologías competidoras más cercanas; así como también las fortalezas y debilidades de los competidores, y la visualización de los mercados potenciales de dicha tecnología o producto. En esta etapa de la curva “S” el proyecto se encuentra en


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un ámbito especializado y los productos resultantes del proceso IC están enfocados a detectar líneas de I&D. Para ello, se revisa el entorno tecnológico específico que está más cercano a la tecnología, producto o proceso que se está desarrollando; esto con la finalidad de acortar el ciclo de adopción de tecnologías clave que pudieran apalancar el desarrollo propio. Los productos típicos que se generan en esta etapa son alertas especializados, mapas tecnológicos, análisis de portafolio, etc. Ámbito de Negocio, una vez culminada la etapa de I&D, se comienza con la etapa de transferencia, donde se realizan fundamentalmente convenios o acuerdos de confidencialidad para comenzar las pruebas de comercialización de la tecnología. Las actividades de ITC que se realizan en la etapa de transferencia están dirigidas fundamentalmente a localizar socios nacionales o internacionales, ya sean organizaciones gubernamentales, universidades, empresas públicas y/o privadas, con la finalidad de completar las pruebas comerciales de la tecnología, producto o proceso en estudio (estas acciones son necesarias cuando la institución que desarrolla la tecnología lo requiere). Finalmente, se tiene la etapa de masificación de la tecnología, que consiste principalmente en la producción industrial para abastecer la demanda nacional e internacional del producto, tecnología o procesos atendiendo a las normas de calidad, seguridad y ambiente así como a maximizar la relación costo/beneficio. En cada una de las fases del desarrollo de una tecnología así como en los ámbitos explicados anteriormente el análisis de la información de patentes es crucial para monitorear cómo se está moviendo el entorno y examinar las señales del mismo con la finalidad de tomar las decisiones estratégicas más apropiadas en el momento oportuno. Este monitoreo tecnológico se traduce en la evaluación exhaustiva de documentos técnico, uno de ellos, quizás el que aporte la mayor cantidad de información técnica específica relevante acerca del entorno, son los documentos de patentes de invención. Este análisis exhaustivo de la información contenida en dichos documentos ayuda a identificar los principales competidores y/o potenciales socios comerciales; los principales expertos internacionales que están trabajando en áreas tecnológicas específicas; las principales redes por áreas tecnológicas que existen a nivel mundial así como cuáles son las que mayor concentración de actividad presentan; el grado de obsolescencia tecnológica mediante el estudio de la evolución en el tiempo de una tecnología; las principales asociaciones comerciales en el desarrollo tecnológico; los inventores más prolíferos en cada tecnología, estructurar una estrategia de protección de tecnologías mediante el reconocimiento de los mercados potenciales haciendo un análisis de los países donde se protegen las invenciones asociadas a un área tecnológica e identificar las principales áreas tecnológicas traduce en elaborar los informes del estado del arte de la tecnología, analizar los movimientos tecnológi-


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cos de los competidores, monitorear los recursos internos con la finalidad de conocer y en donde se están realizando los principales desarrollos a nivel mundial así como también los principales usos de una tecnología. Todos estos análisis exhaustivos de los diferentes campos de información que están representados en los documentos de patentes de invención se traducen en un portafolio de productos tecnológicos que ayudan a evaluar las potencialidades reales de iniciar o darle continuidad al desarrollo de una tecnología con la certeza de tener un grado menor de incertidumbre en la toma de decisiones. Ahora bien, existen indicadores que permiten monitorear el entorno del área tecnológica en donde se desarrolla la innovación tecnología de interés, pero también permiten monitorear el estado de la ciencia y la tecnología, por ejemplo de un país. Dentro de estos indicadores se encuentran las patentes de invención, cuyo monitoreo nos permite evidenciar cómo están relacionados, por ejemplo, el desarrollo de la ciencia y la tecnología con la competitividad de un país. Como ejemplo de la evolución y relación de dichos indicadores se muestra, a continuación, un análisis de los indicadores de ciencia y tecnología de Venezuela.

INDICADORES DE CAPACIDAD TECNOLÓGICA: CASO VENEZUELA

1. Gastos de Investigación y Desarrollo Uno de los indicadores importantes en el desarrollo de la ciencia y la tecnología en cualquier país son los gastos dedicados a las actividades en ciencia y tecnología. Este indicador en los países industrializados representa hasta diez veces más que los países menos desarrollados. Los gastos de Investigación y Desarrollo (I+D) en los países industrializados representa un promedio de 2,5% del PIB; mientras que los países menos desarrollados dedican alrededor de 0,3% del PIB. En el caso específico de Venezuela en el periodo 1954-2000, el Estado Venezolano invirtió en ciencia y tecnología 0,23% del PIB, un índice considerablemente inferior al 1% establecido por la UNESCO como el mínimo para dicha actividad (Requena, 2002). Sin embargo, a partir del año 2005, este indicador presenta un alza tal como se observa en la figura 7 (Gutierrez, 2011). Este incremento se debe a la aprobación y entrada en vigencia de la Ley de Ciencia y Tecnología (LOCTI) que obliga al sector empresarial a contribuir con el desarrollado de la CyT en Venezuela aportando un porcentaje de sus ganancias brutas (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, 2013). Los gastos en CyT con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) se observan en la figura 8 y para el último año reportado, 2009, se visualiza un 2,36% con respecto al PIB.


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Al comparar el indicador de inversión en CyT de Venezuela en relación al PIB con otros países, el caso de Venezuela para el año 2009 parece estar la altura de lo que invierten los países desarrollados en CyT, por ejemplo con el promedio que presenta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) cuyo valor promedio es de 2,3% (ver figura 9.); sin embargo, aun cuando en los últimos años el Estado Venezolano ha invertido más recursos financieros en las actividades de CyT, los resultados de dichas inversiones no se constatan en la realidad; ello debido a la poca productividad científica y tecnológica representada en los indicadores de patentes de invención y artículos científicos publicados como se detalla más adelante. De allí se desprende que, efectivamente, no son suficientes los gastos dedicados a la actividad, sino que debe existir un enlace con la realidad científica y tecnológica del país que permita identificar aquellas áreas de investigación prioritarias donde se deben invertir dichos recursos y en consecuencia el personal que realiza actividades de I+D enfoque sus esfuerzos de investigación en desarrollar las áreas tecnológicas de interés para el país.

Figura 7. Gastos en actividades de Ciencia y Tecnología en Venezuela (millones de $ USA).

Fuente: Gutiérrez (2011).


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Figura. 8. Gastos en actividades de Ciencia y Tecnología en relación al PIB-Venezuela. (%). 3,00 2,69 2,54

2,50

2,36

Porcentaje

2,00 1,78

1,50

1,00

0,50 0,37 0,39

0,49 0,47

0,58 0,61

0,50 0,45 0,43 0,43 0,39 0,39 0,38

0,31

0,35

0,25

0,00 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Fuente: Gutiérrez (2011)

Figura 9. Gastos en actividades de CyT en relación al PIB-algunos países. Año 2009. China* UE 27* OCDE* Japón* Corea del Sur * Finlandia* Iberoamérica ALC Venezuela Estados Unidos Portugal España México Cuba Costa Rica Colombia Chile Canadá Brasil Argentina

1,5

1,8 2,3 3,5 3,5 3,5 1,2 1,2 2,3 3,0 1,6

1,4 0,4

0,9 2,3 0,4 0,3 1,9

1,6 0,7 0,0

0,5

1,0

(*) el dato es de 2007 tomado de BID (2010). Fuente: Gutiérrez (2011).

1,5

2,0

2,5

3,0

3,5

4,0


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2. Personal dedicado al desarrollo de la Ciencia y la Tecnología Otro indicador importante es la cantidad de profesionales dedicados a la actividad de investigación en Venezuela, aunque ha venido en aumento, cuya cifra llega a 6.829 investigadores certificados para el año 2009 (Gutiérrez, 2011), esta cifra de investigadores por cada mil habitantes de la población venezolana económicamente activa para el año 2009 estaba en 0,53; mientras que para América Latina se encontraba en 1,88%; ello indica que el país se encuentra bastante lejos del promedio de los países de la región (véase figura 10). Esta cifra representa un déficit del 79% para el año 2009 tomando como base una población de 28 millones de habitantes. El recurso más valioso en todo proceso de desarrollo de un país, es justamente el recurso humano, el cual está completamente asociado a la planificación tecnológica estratégica que permita apuntalar hacia el desarrollo de las áreas con mayor interés e impacto para el país. La gestión tecnológica, en este sentido, permite establecer una estrecha relación entre los cambios tecnológicos del entorno, la planificación tecnológica estratégica y el recurso humano especializado, en este caso, que se debe disponer para apuntalar hacia el desarrollo de las áreas tecnológicas más expeditas.

3. Productividad Científica Otro indicador importante es la cantidad de publicaciones de los investigadores venezolanos indizadas en el Science Citation Index (SCI), la base de datos internacional que indiza las mejores fuentes de información en cuanto a revistas especializadas se refiere y que dicho indicador muestra que la actividad de productividad científica por parte de investigadores venezolanos ha venido en descenso tal como se observa en la figura 11 (Gutiérrez, 2011). La escasa actividad en investigación y desarrollo realizada en el país, sustentada en indicadores de ciencia y tecnología, como la producción científica nacional, reflejada en el informe sobre el Estado Actual de la Ciencia en el Mundo publicado por la UNESCO (2010a), indica que la cantidad de artículos por millón de habitantes publicados en el SCI es alrededor de 47. En conclusión, Venezuela sigue contando con una comunidad científica y tecnológica pequeña ya que todavía se encuentra por debajo de lo que indican los estándares internacionales representado por un (1) investigador por cada mil personas económicamente activas (MCTI, 2013).


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Fig. .10. Investigadores por cada mil personas en Fuerza Laboral- (año 2009) OCDE*

8,00

China*

2,00

Corea del Sur *

9,90

Finlandia*

14,90

Iberoamérica

2,75

ALC

1,88

Venezuela

0,53

Estados Unidos *

10,00

Portugal

15,06

España

9,60

México

0,73

Cuba

1,05

Costa Rica

1,67

Colombia

0,73

Chile

1,47

Brasil

2,11

Argentina

4,10

0,00

2,00

4,00

6,00

8,00

10,00

12,00

14,00

16,00

Fuente: Gutiérrez (2011).

Fig.11. Venezuela: Publicaciones en el SCI por Cada Cien Investigadores. 80,00

Cantidad de Investigadores

70,00

69,49

69,53

69,25 63,41

65,43

60,00

58,74 54,45

50,00 43,69 40,00

35,58

33,26

30,00 25,88

24,15

25,42

20,50

20,00

10,00

0,00

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

(*) el dato es de 2007 tomado de: BID (2010). Fuente: Gutiérrez (2011).

2004

2005

2006

2007

2008

2009


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La productividad científica es un elemento fundamental en el desarrollo de la ciencia y la tecnología de cualquier país; a través de ella se hace seguimiento al desarrollo de las diferentes áreas de la ciencia y la tecnología y permiten establecer el estado del arte en cualquier área. Es por eso de crucial significado y uso para el desarrollo de las actividades diarias en I+D; es el principal insumo para monitorear los competidores desde cualquier ámbito. Es uno de los elementos principales que se utilizan en el proceso de gestión tecnológica para monitorear el entorno y actuar en consecuencia.

4. Tasa de Dependencia de Patentes El indicador Tasa de Dependencia en Patentes (TDP) definido como la cantidad de patentes solicitadas por No residentes/cantidad de patentes solicitadas por residentes; en el caso de Venezuela, la TDP es de 22,58 para el año 2009 (RICYT, 2013). Este indicador refleja que cada día las actividades de investigación y desarrollo no llegan a concretarse en invenciones que puedan ser protegidas bajo la figura de patente de invención véase tabla 1. Tal como se observa en la figura 12, la TDP es cada día mayor por lo que Venezuela es cada vez más dependiente tecnológicamente de otros países; acompañado de una tendencia descendente del Coeficiente de Invención (cantidad de patentes solicitadas por residentes por cada 100.000 habitantes (Gutiérrez, 2011). Las patentes de invención representan el punto de inicio de un desarrollo tecnológico, es el punto donde se comienza a demostrar el funcionamiento de la tecnología para resolver un problema técnico. Es por ello, que este indicador precisamente es el que permite visualizar, de alguna manera, el desarrollo tecnológico de los países, debido a que prácticamente todas las tecnologías pasan por el proceso de protección bajo patentes de invención. El monitorear este indicador es un reflejo de la evolución tecnológica en las diferentes áreas tecnológicas; este indicador juega un rol fundamental dentro del proceso de gestión tecnológica ya que permite realizar una traza exhaustiva en el entorno tecnológico permitiendo detectar competidores, posibles aliados, así como identificar la madurez tecnológica. Este insumo es de especial importancia en los procesos de gestión tecnológica ya que ayudan a complementar la toma estratégica en cuanto a la decisión de entrar a un mercado y en qué condiciones hacerlo.


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Tabla 1. Cantidad de patentes solicitadas y concedidas en Venezuela (2002-2008) Número total de patentes concedidas en Venezuela según solicitantes. 2000-2008 Solicitante 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Total Universidades 1 2 0 0 0 1 0 4 1 9 Organismos privados 204 72 93 1 370 nacionales y extranjeros Instituciones guberna1 1 1 3 mentales nacionales Empresas extranjeras 198 64 91 1 354 Personas naturales 8 16 11 1 36 nacionales y extranjeras Total 412 155 196 3 0 1 0 4 1 772 Número total de patentes solicitadas en Venezuela. 2000-2008 Patentes solicitadas 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Total Residentes 212 234 165 183 231 248 274 152 123 1822 No residentes 2883 2700 2547 2320 2285 2756 3086 2961 2778 24316 Total 3095 2934 2712 2503 2516 3004 3360 3113 2901 26138 Fuente: De la Vega (2010).

Figura 12. Venezuela: Tasa de dependencia en Patentes 35,00 31,41 30,00

25,00 22,59 20,00

19,48 15,44

15,00 13,60 11,54 10,00

10,01 8,01 6,61

5,00

4,16

6,72 6,91

9,96

12,68 9,89

11,11 11,26

7,47

4,84

0,00 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Fuente: Gutiérrez (2011).


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5. Formación de personal en el área de Ciencia y Tecnología Los estudios de postgrado que conducen a la obtención del doctorado y, en menor grado, los de maestría, contribuyen sustancialmente a la generación de conocimiento. Hasta finales del siglo pasado el Estado, a través de CONICIT y las Universidades autónomas, por medio de los Consejos de Desarrollo Científicos y Humanísticos, promovieron activamente la creación de programas de doctorado en el país y mantuvieron programas de becas para estudios en el exterior. El Consejo Nacional de Universidades aprobó la creación de un Consejo Consultivo Nacional de Postgrado y una Normativa que regula y evalúa la oferta de estudios de cuarto nivel y articula la vertiente académica (Academias Nacionales de Venezuela, 2011). Sin embargo, el número de instituciones académicas en condiciones de ofrecer programas de postgrado a nivel de doctorado son pocas, a pesar del esfuerzo realizado por las universidades en las últimas 5 décadas para incrementar las capacidades profesionales en materia de CTI. En la figura 13 se aprecia que para el año 2009 había un total de 153 Programas de Doctorado, representando el 8% del total de los postgrados en Venezuela (Especialización, Maestría y Doctorado) (Academias Nacionales de Venezuela, 2011). El bajo número de estudiantes que cursan estudios de doctorado y la ofe rta limitada de posibilidades de estudios (becas) a este nivel, producen un impacto negativo en el mercado laboral que requiere de personal altamente calificado y es generalmente considerado como un indicador que afecta negativamente a cualquier Sistema Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación que quisiera estructurarse. Efectivamente, la relación entre el grado de desarrollo de un país y su capacidad de generar conocimiento, es el flujo de estudiantes que ingresan y egresan al y del sub-sistema de postgrado. Su incremento sostenido, las áreas y especialidades que se privilegian, así como las condiciones en los que operan (infraestructura, equipos, insumos, entre otros), y, por supuesto, la vigencia de los Programas de Estudio con relación a las tendencias mundiales y los requerimientos del mercado laboral nacional, son elementos a seguir para tener un panorama claro de este ámbito.


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Figura 13. Programas de Doctorado en Venezuela, 2009.

Fuente: Academias Nacionales de Venezuela. (2011). UCAB: Universidad Católica Andrés Bello (privada); UNEFA: Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional; URBE: Universidad Rafael Belloso Chacín (privada); UPEL: Universidad Pedagógica Experimental Libertador; UC: Universidad Carabobo; ULA: Universidad de los Andes; USB: Universidad Simón Bolívar; LUZ: La Universidad del Zulia. IVIC: Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas; UCLA: Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado; UCV: Universidad Central de Venezuela

Estos indicadores demuestran la escasa actividad de investigación y desarrollo realizada en el país, a pesar de que las publicaciones científicas presentan una tendencia creciente en los últimos 20 años y que los gastos dedicados a las actividades de ciencia y tecnología presentan un aumento entre 0,5 y alrededor de 2,5% del PIB desde el año 1990 hasta el 2008 (UNESCO, 2010b). Sin embargo, a pesar de observar una mejora en los indicadores de las actividades de ciencia y tecnología en el país, esto no es suficiente frente a los gastos dedicados a dichas actividades que han tenido un aumento de alrededor de 2,5% desde 1990 hasta 2008 (UNESCO, 2010b). La formación del recurso humano en el área de ciencia y tecnología forma parte del plan tecnológico estratégico de un país ya que es el que garantiza el desarrollo tecnológico; es así como en los procesos de gestión tecnológica es uno de los elementos principales a considerar en el emprendimiento de nuevas áreas de I+D y en las mejores a realizar en las tecnologías existentes.

6. Exportación de Productos Manufacturados Con respecto al indicador relacionado con la exportación de productos manufacturados, este indicador fue creciente hasta 1998 y a partir de 1999 comienza una etapa decreciente. Así la tendencia de la exportación de manufacturas de las exportaciones totales, en los últimos 30 años es moderadamente decreciente y representó un promedio de 15% de las exportaciones totales. La exportación


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en manufactura en 2011 no superó el 5% de las exportaciones totales (Torres y otros, 2012). Venezuela en 2005 solo exportaba el 10% de los productos manufacturados con relación al total de productos exportados; mientras Brasil exportaba el 55%, México el 72%, Estados Unidos el 78%, Finlandia el 82% así como China y Corea 92%. En la exportación de productos de alta tecnología, Venezuela en 2005 apenas exportó el 2% de los productos manufacturados; mientras Brasil exportaba el 13%, México 20%, Finlandia 25%, China 31%, Estados Unidos 32% y Corea el 32% (Academia Nacional de Ingenieria y Habitad, 2012). En la tabla 2 se muestran algunos indicadores en cuanto a gastos de I+D, exportaciones e importaciones para los períodos 1996-2007; donde Venezuela ocupa el penúltimo lugar frente a los países de la región (Devlin & Moguillansky, 2009). Tabla 2. Algunos Indicadores de la economía de América Latina Gastos en I+D (% del PIB)

México Costa Rica El Salvador Rep. Dominicana Panamá Colombia Perú Chile Argentina Uruguay Brasil Venezuela Barbados América Latina

Crecimiento de las Exportaciones de exportaciones (% mediana tecnología anual en dólares (% de las constantes 2000) exportaciones de manufactura) 199619801990198019902005 1989 2007 1989 2007 0,41 9,7 9,8 25,4 37,1 0,33 5,7 9,2 5,5 11,2 0,08 -6,6 10,2 6,6 13,1 -1,6 6,4 18,5 0,32 0,22 0,11 0,57 0,43 0,27 0,87 0,37

-0,1 5,3 -0,8 6,9 3,2 3,7 10,5 -0,2

0,56

10,5

5,1 6,3 7,9 8,2 7,6 6,6 7,2 1,0 1,8 7,2

2,0 6,1 3,4 2,6 11,3 25,3 25,3 3,2 20,8 15,8

2,2 12,1 2,4 5,1 16,0 9,8 26,3 6,0 18,9 23,8

Exportaciones de Importaciones y alta tecnología Exportaciones (% de las (% del PIB) exportaciones de manufactura) 19801990198019901989 2007 1989 2007 5,6 22,2 19,5 51,5 3,1 18,1 48,0 85,5 3,5 5,6 32,5 59,9 5,1 0,5 77,3 89,8 1,6 0,5 0,4 0,4 2,2 0,7 4,2 0,1 15,2 3,0

2,2 1,9 0,5 0,5 2,3 1,5 1,6 0,4 9,9 11,4

159 24,8 21,6 39,1 10,0 23,0 10,7 38,5 19,6

156,2 36,1 33,6 59,9 19,9 37,3 20,6 46,5 105,3 37,6

Fuente: Devlin & Moguillansky (2009).

Así mismo, de acuerdo con la data mostrada por Requena (2011), en la figura 14, se observa la evolución histórica de las exportaciones de bienes de alta tecnología realizadas por Venezuela desde 1990 a 2009; la gráfica presenta una tendencia decreciente acelerada a partir del año 2004; ello indica que las exportaciones de Venezuela en los últimos años el valor agregado en cuanto a tecno-


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logía se refiere es casi inexistente en dicho rubro, lo cual le desfavorece su competitividad y la brecha tecnológica se hace cada vez mayor. Este indicador representa el producto de todas las políticas y planes tecnológicos implementados en el país, los cuales, efectivamente, no han arrojado los mejores resultados tal como lo muestran las estadísticas. Ello es la consecuencia de ausencia de un modelo de gestión tecnológica que permita adecuar y monitorear los recursos y toma de decisiones en función del desarrollo de tecnologías con mayor éxito en pro del bienestar y desarrollo del país.

Porcentaje

Figura 14. Serie histórica del valor en porcentaje de los bienes de alta tecnología industria exportados por Venezuela, referidos al valor Total de las Exportaciones

Fuente: Requena (2011).

7. Relación Universidad-Empresa El indicador relación universidad-empresa es fundamental para utilizar el conocimiento del sector universitario en función del desarrollo tecnológico del país. Es un círculo virtuoso que establece una relación ganar-ganar entre ambos sectores. En el caso del sector empresarial venezolano, la participación de investigadores es prácticamente nula, (véase figura 15); las principales razones que explican este comportamiento, y que es común en toda América Latina, son las siguientes: mecanismos deficientes para la inserción de los investigadores en el mercado, la orientación de las competencias de investigación (en muchos casos hacia la investigación básica), la desigualdad entre la oferta y la demanda (falta de correspondencia o aplicabilidad a las necesidades de la industria) y particula-


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ridades de los sistemas institucionales que mantienen a los sistemas de investigación y educación aislados del sector privado (falta de incentivos para la movilidad); otro problema es que el sector industrial no reconoce la importancia de la investigación para el aprendizaje y la innovación. Las compañías de América Latina y especialmente en Venezuela, han favorecido sistemáticamente las estrategias de innovación que se centran en la compra de tecnología en lugar de promover la generación endógena de nuevas ideas, con lo que descuidan en el proceso la importancia de la capacidad de investigación para la absorción de tecnología; todo lo contrario de lo que sucede en los países industrializados, donde la academia tiene una participación fundamental en el sector empresarial con la finalidad de contribuir con el desarrollo científico y tecnológico del país (BID, 2007). Sin embargo, este comportamiento en Venezuela se presenta, más acentuado en la última década; debido a la ausencia de políticas en cuanto al uso de la tecnología como motor de desarrollo de cualquier país. Así por ejemplo, los flujos de inversión extranjera directa cada vez tienen menos presencia en el desarrollo del país (véase tabla 3). Figura 15. Investigadores por sector de Empleo. 2007

Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo (2007).

La inversión extranjera directa representó 1,2% del PIB para el período comprendido entre el año 2000 y el 2008, la cual está muy por debajo de la recomendación internacional de 3% del PIB, equivalente a 9.000 millones de dólares (Academia Nacional de Ingenieria y Habitad, 2012). Hay precedentes de haber superado más de 4% del PIB en Inversión Extranjera Directa en los años


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noventa. Este indicador se encuentra muy por debajo comparado con el de la región (ver tabla 4). La fuente de desarrollo tecnológico de un país no solo proviene de nuevas tecnologías sino también de la posibilidad de aprender a adaptar las tecnologías existentes que se disponen a través de los procesos de flujo de inversión extranjera directa en el país receptor. Este mecanismo es principalmente importante cuando el país receptor no tiene la capacidad para desarrollar tecnologías nuevas y puede emplear una combinación de ambas estrategias para comenzar a desarrollar las destrezas y adquirir conocimientos especializados que le permitan madurar tecnológicamente con miras a lograr una independencia tecnológica en el futuro. El rol de la gestión tecnológica en este caso se centra en la oportunidad de identificar las oportunidades de mejoras tecnológicas en aquellas áreas donde exista potencial para llevarlo a cabo. Tabla.3. Flujo de entradas netas de Inversión Extranjera Directa (millones de $US) Venezuela IDE/PIB% Venezuela IDE/PIB%

Flujo de inversión extranjera directa (millones de US$) 1980 1985 1990 1995 1998 2000 1.604 1.548 3.865 6.975 4.984 4.701 2,2% 4,5% 7,3% 5,7% 3,6% 4,0% 2002 2003 2004 2005 2006 2007 782 2.040 1.483 2.589 -590 646 0,8% 2,4% 1,3% 1,8% -0,3% 0,3%

2001 3.683 3,0% 2008 1.716 0,5%

Fuente: Academia Nacional de Ingenieria y Habitad (2012).

Tabla. 4. Flujo de entradas netas de Inversión Extranjera Directa (millones de $US) Flujo de entradas netas de inversión extranjera directa (millones de US$) 2007 % 2008 % Mundo 1.940.900 100 1.658.500 Países desarrollados 1.341.800 69 1.001.800 América Latina y Caribe (a) 127.300 7 139.300

100 60 8

Fuente: Academia Nacional de Ingenieria y Habitad (2012).

8. Indicadores de Competitividad En el caso específico de Venezuela, de acuerdo con el último informe del World Economic Forum (WEF), publica en cuanto a los indicadores de competitividad como país, que Venezuela se encuentra entre los países que refleja un nivel de desarrollo en una etapa de transición denominada etapa de desarrollo 1


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y 2 (comprendida por aquellos países que presentan su PIB en un rango entre $2000-2900/por persona. Para los que tienen una alta dependencia de recursos minerales, este no es el único criterio para calcular el estado de desarrollo). Este análisis señala que nuestro país ocupa el puesto 134 de un total de 148 países, tal como se observa en la figura 16, la cual revela que prácticamente todos los indicadores de Venezuela (línea más interna al centro de la araña) relacionados con la competitividad se encuentran por debajo del promedio de los países ubicados en dicho nivel (línea más externa al centro de la araña) (WEF, 2013). Este indicador es un reflejo del desarrollo económico y tecnológico de Venezuela (ver tabla 5). Esta baja competitividad que presenta Venezuela también se observa en el mercado mundial de bienes y servicios que ha venido en descenso, tal como se muestra en la figura 17 (CEPAL, 2008). Figura 16. Etapas de desarrollo. Caso Venezuela, 2012

Fuente: World Economic Forum (2013).


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Tabla 5. Venezuela: Índice de Competitividad para pilares específicos Pilar: Preparación Tecnológica Índice VE Disponibilidad de últimas tecnologías 4.1 Absorción de tecnologías a nivel empresarial 4.1 Transferencia de tecnología y fondos de inversión directa 3.3 Internet uso individual (%) 44.0 Ancho de banda fija internet suscripciones/100 pop 6.7 Ancho de banda Internet internacional 10.9 Suscripciones ancho de banda móviles/100 pop 4.7 Pilar: Tamaño de Mercado Índice de tamaño de mercado doméstico 1-7 (mejor) 4.4 Índice de tamaño de mercado foráneo 5.0 Producto Interno Bruto (PPP $ billones) 401.9 Exportaciones como % del PIB 25.9 Pilar: Sofisticación de Negocio Cantidad de suplidores locales 3.0 Calidad de suplidores locales 3.4 Estado de desarrollo de clúster 2.7 Naturaleza de la ventaja competitiva 2.6 Amplitud de la cadena de valor 2.8 Control de distribución internacional 3.7 Sofisticación de los procesos de producción 3.0 Índice VE Extensión de la comercialización 3.8 Disposición a delegar autoridad 3.3 Pilar: Innovación Capacidad de innovación 2.8 Calidad de las instituciones de investigación científica 2.7 Gastos en I+D en las empresas 2.5 Colaboración universidad-industria en I+D 3.4 Contratación pública de productos avanzados de alta tecnología 1.9 Disponibilidad de científicos e ingenieros 3.3 Solicitudes de patentes ante el PCT/millón de personas 0.2 Fuente: World Economic Forum (2013).

Ranking de 148 115 118 143 76 73 93 100 33 51 33 117 148 135 143 137 142 106 124 Ranking de 148 97 109 128 125 129 82 148 121 88


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Figura 17. Participación en el Mercado Mundial de Bienes y Servicios (1960-2006)

Fuente: CEPAL (2008).

A MANERA DE CONCLUSIÓN

El proceso de gestionar la innovación tecnológica contribuye con el desarrollo tecnológico de un país ya que permite acelerar las etapas del ciclo de innovación, además de que mediante la implementación y uso de un buen sistema de gestión de innovación se logra reducir el nivel de incertidumbre optimizando las etapas de desarrollo tecnológico de los productos y procesos, lo cual impacta directamente en la reducción del tiempo para la colocación de éstos en el mercado final; el monitoreo constante y sistemático de los indicadores del proceso de gestión de innovación tecnológica permiten realizar los ajustes necesarios en función de los cambios del entorno para lograr los objetivos planteados en materia de desarrollo científico y tecnológico. La importancia de monitorear estos indicadores, dentro del marco de la gestión de innovación tecnológica apoya la toma de decisiones estratégicas, oportunamente, en el marco de la planificación tecnológica del país en función de los cambios del entorno, lo que representa una herramienta estratégica de alto valor agregado. En el caso específico de Venezuela, el análisis de los indicadores presentados indican que la capacidad tecnológica del país se encuentra en un situación muy precaria ya sea desde el punto de vista de recursos humanos especializados como de productividad científica, así lo revelan los indicadores de ciencia y tecnología disponibles hasta el año 2010. Esta capacidad tecnológica es un factor primordial para la capacidad de innovación del país la cual se ve reflejada en los indicadores no solo de productividad científica sino además en los indicadores de patentes de invención, tanto a nivel de los solicitantes nacionales como de los extranjeros, ambos indicadores han mermado de forma alarmante; el mo-


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nitoreo de todos estos indicadores representan el estado actual de cómo se encuentra la gestión del proceso de innovación tecnológica en el país, lo cual arroja un panorama desalentador desde el punto de vista de desarrollo de nuevas tecnologías, así como el uso y adaptación de tecnologías foráneas en la industria nacional.

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 91-105 recibido: 08-02-2015 / arbitrado: 12-03-2015

MUNDO GLOBAL, LA ERA DE LA COMUNICACIÓN Y LA GERENCIA ACTUAL: ¿ENTRE LA APERTURA AL CAMBIO Y EL ÉXITO ASERTIVO DE LAS ORGANIZACIONES? Ina Mariana González Salinas1 UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR Resumen: El presente trabajo muestra la relación entre el mundo global, la era de comunicación y la gerencia actual en una época de cambios permanentes, donde convergen diferentes actores dentro de un ámbito de constante globalización quienes tienden a etiquetar los cambios en base a paradigmas o creencias del pasado, en contraste con la inmediatez de la información y los movimientos económicos y comerciales del presente. Es por ello que, el planteamiento abordado en este artículo pretende mostrar la dicotomía entre la apertura al cambio o el éxito asertivo de las organizaciones. Palabras claves: Era de la comunicación, gerencial actual, organizaciones, globalización, información.

GENERALIDADES

La humanidad de hoy ha llegado a tal punto de realizaciones y alcances que hasta hace unos años parecían utópicos. Autores futuristas como John Naisbitt, Peter Senger, Alvin Toffler o Peter Drucker, anunciaron tecnologías y circunstancias socio-psicológicas de enorme impacto en la humanidad actual; sin embargo, algunos pronósticos parecen ahora conservadores frente a la aceleración del cambio experimentado sobre todo a partir de 1990. Desde el punto de vista intelectual, a grandes rasgos, la humanidad ha pasado por tres estadios muy interesantes que han definido prioridades, riesgos, condiciones de poder y el enfoque antropológico que explican lo que somos hoy por hoy como sociedad global, caracterizada por el sobre enfoque en la información y comunicación, la tecnología, la despersonalización del trabajo, y la confrontación dinámica entre la producción aún industrializada (procesamiento de materias primas) y el ecologismo económico para alimentar al rey de reyes: el mercado.

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inamgs@gmail.com


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La primera etapa es la de la “humanidad agrícola”, que data desde la aparición del hombre hasta finales del siglo XIX. En este período, el ser humano es fundamentalmente expectante, dependiente de la fuerza de la naturaleza, condicionado por el medio ambiente y por las leyes físicas. El poder de las personas se derivaba de la mano de obra, la producción era artesanal, las tradiciones y la experiencia (entendida como repetición de acciones y conocimientos adquiridos) eran las principales fuentes de información y se oponía frontalmente a todo tipo de cambio, la búsqueda de la seguridad y la vida basada en acciones predecibles eran virtudes altamente apreciadas para los grupos humanos que tenían poca movilidad social. El poder radicaba entonces en este largo período en la manufactura. El segundo estadio es la “era industrial”, iniciada a finales del siglo XIX con la paulatina aparición de la máquina y la reducción de la mano de obra directa. Arranca la producción en masa y retrocede la artesanía; el poder ya no descansa en el trabajo sino en la máquina que inicia la despersonalización y la especialización; el ser humano ansía extender su cuerpo mediante aparatos cada vez más potentes y veloces. Dos guerras mundiales incrementaron la necesidad de producir masivamente tecnología bélica, que luego encontró nichos de aplicación en todas las áreas de la tecnología pacífica. El poder se enfocaba en el desarrollo de la fábrica. La complejidad del proceso anterior abrió paso a la “era informativa". La necesidad de nuevos conocimientos incentivó descubrimientos cada vez más asombrosos. Se puede decir que, el último cuarto del siglo XX la humanidad entera entró a la era de la información por la democratización de la electrónica. La computación se popularizó, haciendo posible que un número cada vez más creciente de personas tuviera acceso a bancos de información ilimitados. Al masificarse la electrónica se promovió mayores investigaciones que antes solo eran accesibles a una élite reducida de personas. Ahora es más rápida y económica una enciclopedia electrónica que un libro tradicional. La computadora no solo se convirtió en la herramienta indispensable para cualquier profesión, sino en el símbolo de finales del siglo XX; aceleró la entrada a la era de la información cuyo poder radica en el mejor y más rápido manejo de conocimientos a través de “Internet” y sus redes sociales (complejas, cambiantes y dinámicas). El cambio acelerado y la era de la información son los pilares del desarrollo actual y las personas o los países que no logren sintonizarse con este cambio sustancial en la cultura presente, quedaran irremediablemente relegados. Los hijos de este siglo son “nativos digitales” en un mundo dirigido por “inmigrantes digitales” que generan un abismo generacional profundo dirigido por el internet y


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las redes sociales (públicas y privadas-organizacionales o personales). Ahora el poder radica en el “aprendizaje”. El cambio de un estadio a otro no se da en forma automática, sino que depende de la educación impartida. Muchos países permanecen hoy día en la era agrícola y, por eso, son calificados de Estados en “vías de desarrollo” (una vía larga y espinosa): su productividad dependiente de la mano de obra, sus rasgos culturales, históricos, sociales y psicológicos son estáticos, expectantes y deterministas. La educación hace posible la evolución integral de todo un pueblo, previniendo las deficiencias y desequilibrios en el desarrollo de todas sus áreas, superando asertivamente la brecha digital que la nueva generación plantea al Estado mismo y que sobrepasa la inversión cuantitativa de recursos, colocando en la palestra el cambio actitud frente al hecho educativo en todas sus escalas. La mentalidad actual, especialmente en estos Estados, plasmada por muchos antecedentes estáticos y deterministas, nos ha propiciado un sentido de seguridad y estabilidad, pero también ha generado una actitud rígida y suspicaz ante el cambio. Tal pareciera que el pasado nos seduce y nos hipnotiza, como el mito del flautista y la serpiente: el futuro despierta muchos sentimientos de temor y desconfianza. Resulta difícil el equilibrio entre las raíces y el cambio, generalmente se pretende polarizar las posiciones y asumir una de ellas como solución total, ocasionando reacciones exageradas. La estabilidad y las raíces, ciertamente proporcionan el fundamento para generar los principios y para utilizar sabiamente la experiencia, sin embargo, es necesario unir a esta cualidad la apertura al cambio que lleva a revisar y actualizar inteligentemente los aprendizajes anteriores. La información es como un mapa de la realidad,; es un paradigma que explica y orienta una determinada situación. Los mapas y los paradigmas no son sacrosantos o intocables pues deben cambiar cuando la realidad y el territorio han sufrido modificaciones; solo basta imaginar el desconocimiento que experimentaríamos si quisiéramos orientarnos en cualquier ciudad actual con un mapa elaborado hace un siglo: aunque el mapa estuviera realizado con gran precisión y claridad, ya no sería la herramienta adecuada porque los cambios en el territorio la han hecho obsoleta. Cuando la adaptación a los cambios es lenta, puede amenazar la propia sobrevivencia física o psicológica. En un mundo de cambios acelerados la lentitud en la adaptación es uno de los sabotajes inconsciente más potente para la sobrevivencia en todas las áreas. Los seres humanos tendemos a formar una zona de comodidad, hecha de costumbres, permisividad y satisfacción, contraria a la


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ambición existencial que siempre exige más; la zona de comodidad provoca una sensación de letargo intelectual que llega a cancelar la energía para enfrentar la vida con entusiasmo. Muchos adultos se cobijan bajo la conformidad de la experiencia para evitar el esfuerzo del aprendizaje continuo y aceptar la realidad del “nunca llegar”. Padres, docentes, políticos, gerentes y líderes en general de todo tipo de organización debemos renovar nuestro espíritu para sintonizarnos con las nuevas generaciones y aportarles las raíces necesarias para su desarrollo. Esta época dominada por la información, en los países en vía de desarrollo está arrojando miles de personas desahuciadas académicamente, con una autoestima deteriorada y una severa identificación con el fracaso. Ahora que contamos con tanta tecnología en el mundo global no hemos logrado abrir las puertas de la esperanza para las nuevas generaciones en estas naciones, ansiosos de una herencia de esperanza y optimismo. Resulta contradictorio que el poder de la información no haya ampliado las fronteras de la información para todos, tampoco democratizado la posibilidad de altos niveles de desarrollo intelectual, quedando este acceso tan solo a una pequeña élite de personas, que de manera más bien casual y esporádica han logrado encontrar el filón intelectual para explotarlo con asombroso resultado. El mundo del trabajo propone retos constantes a la educación formal y exige respuestas nuevas a problemas antiguos. Para Jhon Sculley, exdirector de la Compañía APPLE, gigante fabricante de computadoras critica a los sistemas educativos que “… preparan a nuestros niños para los mismos trabajos repetitivos antiguos de la era industrial –los mismos trabajos que están desapareciendo rápidamente. Por el contrario deberíamos preparar a nuestros alumnos, para los empleos del futuro que exigirán habilidades del pensamiento y no de repetición y memorización”. En tal sentido, los métodos de enseñanza tradicionales en los países en vía de desarrollo parece que están orientando a los niños y adolescentes para desempeñarse en los años 1950 y no para el nuevo milenio, lo que construye bases débiles para la formación de profesionales competitivos que cumplan con los perfiles de las nuevas exigencias de las organizaciones de la era de la información; se cuentan por excepciones los casos de nuevos profesionales exitosos que han aprovechado oportunidades particulares para salir del común denominador. Reflexionar esto implica que la política educativa diseñada por los gobiernos en general debe apuntar a fortalecer todo el sistema educativo en tanto inver-


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sión, calidad, eficacia y perspectiva de futuro, escapando de intereses pasionales e ideológicos que impliquen el sacrificio de la calidad de los profesionales que engrosaran las filas del mercado laboral. Si no adecuamos la enseñanza a las exigencias del mundo actual, expondremos a las nuevas generaciones a una grave desadaptación que los obliga irremediablemente a refugiarse en el paradigma conocido y cómodo, aislándose de la realidad y de su enriquecimiento. En estas condiciones se generan personas fanáticas, inflexibles y polarizadas, por su incapacidad de captar la pluralidad de la abrumadora información de este siglo. Por otro lado, los nuevos profesionales por ejemplo en el mundo aduanero, deberían haber aprendido las competencias necesarias para enfrentarse a los retos del siglo XXI, se ven obligados a adquirir las habilidades que deberían haber aprendido en su etapa escolar, alejándolos cada vez más de la posibilidad de insertarse exitosamente en las organizaciones más competitivas, las cuales comprendieron el cambio, se adaptaron y comenzaron a satisfacer el mercado desde los lineamientos de la era de la información. Siendo así, la educación necesita tener un profundo sentido de adaptación para que su fuerza formativa y transformadora no se desperdicie en objetivos irreales o en escenarios fantasmas. Los educadores en todos los niveles deben ser agudos observadores de la realidad y analistas de las implicaciones, causas y efectos de los factores que afectan al ser humano en general y las exigencias del contexto global, nacional y local; el educador actual debe ser una persona capaz de integrar sabiamente las experiencias y la actualización, el espíritu y la tecnología, las raíces y el futuro, más allá del Estado y los gobiernos.

PROCESO GLOBAL: CORRIENTE GLOBALIZADORA DE LA SOCIEDAD DE HOY

El proceso y sistema de la globalización, por su alcance y naturaleza, tiene repercusiones en toda la sociedad planetaria y afecta igualmente todos los niveles de la vida de los pueblos, en mayor o menor medida, según el estado de desarrollo en que se encuentren. De acuerdo a las tendencias actuales de este proceso, se percibe como su desenvolvimiento y efectos son asimétricos, en el sentido de que el mismo tiende a excluir a las comunidades y los países que, por su bajo nivel de desarrollo, no están aún en capacidad de incorporarse, aprovechando las oportunidades que brinda la globalización, en especial aquellas que son producto de la educación y la revolución tecnológica.


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Hans Küng (Global Ethic for Global Politics and Economics) afirmó que la mundialización de la economía, la globalización de la política y el advenimiento de la sociedad del conocimiento, obligan a la promoción de una ética global. Es decir se trata del establecimiento de un nuevo sentido ético de la responsabilidad: la económica, para combinar la estrategia económica con convicciones éticas y; la política, para procurar el difícil equilibrio entre ideales y realidades. Este cambio de conciencia, a su juicio, debe ser objetivo fundamental del tercer milenio, para hacer gobernable la globalización. En la economía, comercio, intercambios tecnológicos esta corriente tiende a convertir al mundo en un territorio único; los grandes bloques económicos a nivel mundial son la expresión formal de la “globalización” como proceso estructural. Lo que no hizo la religión ni la filosofía, lo está logrando el dinamismo del comercio y la información. Esta tendencia ocasiona una mayor necesidad de dominar varios idiomas, pues el sólo manejo del idioma materno nos condena al aislamiento. Cada vez más nos acercamos al ciudadano internacional, que no está condicionado por su lugar de nacimiento sino por su capacidad de adaptación a la globalización en todas las áreas. El efecto psicológico en la individualidad de cada ciudadano es dicotómico. Por un lado, ayuda a lograr una apertura a la rigidez, que es propia del regionalismo y del fanatismo; por el otro, las raíces del ser humano cada vez son más volátiles. En esta coyuntura, resulta obsoleto enfatizar en todos los centros educativos y productivos solo el aprendizaje competitivo en lugar del cooperativo, porque se pierde la oportunidad de aprovechar los recursos latentes en el grupo donde se desempeñen y que son mayores que cualquier técnica o recurso didáctico material. Desde la costumbre, la tendencia es el fomento de grupos de “Sísifos” 2, condenados a un trabajo inútil, pero lo trascendente es inyectar en nuestra cultura la sinergia que proviene de la transferencia mutua de riquezas personales y cuyo resultado es mayor que la suma de sus partes. La complejidad de este proceso conduce nuestra mirada al impacto de la era de la información, la cual es abrumadora y ya resulta imposible el manejo “glo2

Sísifo fue un rey de una de las numerosas islas griegas, era toda una ficha, tramposo y cruel. Fue capaz de encadenar a la muerte cuando esta fue a buscarlo. Fue condenado a efectuar un trabajo consistente en subir una roca hasta una alta cima, al día siguiente la roca aparecía al pie de la montaña y nuevamente debía subirla. Esto significa que el hombre está condenado a cumplir rutinas, de las que difícilmente se puede liberar. En la era moderna el mito fue analizado por Alberto Camus, en 1942; presenta el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre moderno, que consume su vida en fábricas y oficinas sórdidas y deshumanizadas.


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bal” de cualquier profesión. Todas las carreras universitarias se han segmentado y continúan su tendencia atomizadora. El mismo camino parecen recorrer todas las profesiones, ya que esta fragmentación tiene efectos en la educación como sistema y en el perfil del hombre que se está formando: se encuentran muchas áreas intermedias o de conexión que se han quedado sin atención por estar estáticas en las fronteras de la especialización. Considerando lo anterior, vale la pena reflexionar cómo después de la dramática segunda Guerra Mundial, el proceso de internacionalización de la economía fue la base de todos los procesos, ventana casi única para entender la realidad de entonces y configurar lo que se asumía sería el futuro de la e specie humana. Creció el comercio y la inversión internacional, más rápida que la producción tradicional, donde la búsqueda de alternativas era la clave estratégica para conseguir gran parte del poder económico de las naciones y los particulares llamados empresas, expandiendo así el capitalismo como modelo económico generalizado. En este momento histórico lo característico fue el significado y la creciente importancia de la estructura financiera mundial; la creación global de crédito, dominando las finanzas sobre la producción; el aumento de la estructura del saber, del conocimiento para la producción; el crecimiento de la transnacionalización de la tecnología; el ascenso de corporaciones multinacionales; y por lo tanto, la globalización de la producción, del conocimiento y de las finanzas, favoreciendo principalmente a las agrupaciones internacionales (integración económica en todas sus modalidades y la transnacionalización empresarial). Se fomenta progresivamente: (a) la competitividad "holística", la cual está basada en el “enfoque centrado en la persona” (Carl Rogers), que pasa de la economía con eje especulativo, concentrador del ingreso y generador de pobreza, a la economía con eje productivo, de distribución relativamente equitativa del ingreso y “erradicadora” de pobreza en sus intenciones nominales; y (b) el traspaso de la sociedad con eje excluyente, singular y marginador, a la sociedad con eje incluyente, plural y participativo, siempre y cuando compita en el campo de interés de la nueva economía. Actualmente el proceso de lo global, la globalidad, la globalización, se caracteriza por la transnacionalización, regionalización, bilateralidad y apertura; el liderazgo mundial compartido; la reactivación económica por estimulación al


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capital; la transformación de la estructura productiva, comercial, financiera y de servicios; el aumento de la competitividad y la cooperación; el desarrollo tecnológico y comunicacional, además de la fortaleza de la economía de mercado. Todo esto se traduce en un fenómeno dinámico que comprende variables económicas, políticas, sociales y culturales; pero su dinamismo se caracteriza por recrear contradicciones que no puede combatir; en buscar la calidad y transparencia de los procesos, la reducción de las disparidades, el fortalecimiento de la educación y la mano de obra, la adaptabilidad de las identidades nacionales, el fomento de ambientes legislativos previsibles y estables, la flexibilización y confiabilidad de la economía, y la agresividad en el mercado para la atracción de inversiones globales. Representa un proceso que nace a partir del desarrollo explosivo de los sectores que vienen a conformar la columna vertebral de la sociedad moderna: Los Mercados Financieros y la Tecnología de la Información. De esta forma todos los agentes productivos influyendo inevitablemente el más importante de todos, el componente humano, adquieren nuevas responsabilidades y características. Surge la figura de los “expatriados”, que son los ejecutivos de una corporación, que debido a su labor exitosa, son enviados a sedes en otros países para poner allí en práctica su experiencia; se pretende el acceso igualitario a las oportunidades, se promueve y estimula el desarrollo tecnológico (intercambio permanente de recursos técnicos, tecnológicos y humanos) y se favorece la transculturización. Por tanto se estimula la comunicación directa e indirecta, nacional e internacional entre los miembros del componente humano de la organización; el desarrollo de las telecomunicaciones; el intercambio permanente de información; aumentando y profundizando las actividades de preparación, formación y desarrollo técnico y profesional. Es la integración y coordinación global de las actividades y funciones: se trata de la Creación de la “mentalidad global de la organización”. La información3 y el conocimiento son hoy en día el corazón de la nueva economía, resaltando la capacidad creativa del hombre, base fundamental del proceso productivo, haciendo del trabajo competitivo un hecho social más flexible para que exista buena disposición a los cambios, para que el empleado se sienta más poderoso pues es dueño del elemento clave de la competitividad de la organización: el conocimiento (ver: las nuevas tecnologías como la panacea

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Ver el paradigma cognitivo de la ciencia de la información, integración o desintegración del usuario o sujeto cognoscente con modelos mentales del mundo exterior: Nicholas Belkin y Peter Ingwersen.


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del trabajador de hoy, el trabajo en red y a tiempo parcial, cuestionando la lealtad de los empleados hacia la empresa, por ejemplo). La globalización ha cambiado las formas de la competencia empresarial, que ahora están dominadas por los activos intangibles y por las personas que, o bien los componen o bien los utilizan. Las empresas que actúan globalmente prestan atención especial a la dirección de recursos humanos; los toman como un componente estratégico y, al mismo tiempo, los consideran personas: son atendidos en su dimensión holística. Una empresa no puede aspirar al liderazgo del mercado salvo que, de algún modo, haya construido los recursos organizativos y humanos para hacer esto posible y sus ejecutivos sean realmente sensatos para revisar sus objetivos. Este es uno de los principios de la teoría de los recursos y capacidades (Barney, 1991; Grant, 1991). De esta forma el ser social productivo del presente en su esencia epistémica, alejado de la idea de ser solo un instrumento productivo para el desarrollo económico, se asume como el episteme poseedor de un saber organizado y fundamentado que implica enfrentar el caos y el desorden racional, el cual dista de la esencia de la formación y capacitación profesional y especializada en este tiempo, que permite ver clara además de competitivamente lo que tenemos como reto frente a nuestros ojos permitiendo un mejor desempeño y una mejor calidad profesional al servicio propio, organizacional y global. Es importante destacar, que los problemas de hoy no serán los del futuro próximo, debido a que la sociedad en general demandará nuevos espacios, instituciones, nuevas teorías, ideologías así como de una gran cantidad de bienes y servicios que propenderán al mejoramiento y desarrollo continuo de las personas y las instituciones; por lo que podemos afirmar que la sociedad futura será una sociedad del conocimiento, su recurso clave estará en el conocimiento y los trabajadores del conocimiento se conformarán como el grupo dominante de su población activa. Contradictoriamente esta coyuntura histórica debe considerar que el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM-2011) contemplado por la ONU refleja graves carencias en las dimensiones de educación, salud y nivel de vida, lo que afecta directamente a las condiciones generales de su componente humano y de sus clientes o consumidores. El gerente de hoy al centrar su perspectiva gerencial en la pobreza que circunda su organización, permite coadyuvar positivamente el mejoramiento de las


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privaciones de origen medioambiental, el acceso a combustibles modernos, agua potable, y saneamiento básico de su componente humano, por ejemplo. Estas carencias absolutas constituyen violaciones graves de los derechos humanos y exige ponerles fin desde el micro espacio organizacional, lo cual podría incrementar algunas de las principales capacidades al ampliar las opciones de la gente e impulsar su desarrollo humano, aportando valor agregado a su empresa y estimulando la productividad de su recurso humano. Un gerente que no considere en sus planes productivos y de negocio al medio ambiente físico y socio cultural expone a su empresa, enmarcada en un mundo cada vez más global, a la degradación, la cual daña en múltiples aspectos las capacidades de las personas, más allá de los ingresos económicos y los medios de vida, afecta la salud, la educación y otras dimensiones del bienestar.

EL MUNDO ACTUAL: CAMBIO ACELERADO

Estamos en la era de la comunicación instantánea. En segundos, millones de dólares pueden cambiar de un país a otro mediante transacciones informáticas y digitales, derribando todas las fronteras políticas y espaciales. Los capitales pueden cambiar de país al capricho de la especulación, con una rapidez difícil de seguir. Es posible hoy día ser testigos presenciales de acontecimientos que suceden en el otro extremo del planeta, gracias al Internet, vehículo fundamental de la información. La comunicación ha convertido a las naciones de todo el mundo, más allá de las condiciones de su estructura socioeconómica o de la salud de sus balanzas de pago, en “aldeas globales”, donde todo se sabe inmediatamente. El arte, la expresión plástica, la arquitectura, la medicina, las comunicaciones en general, las tecnologías de la diversión, doméstica, etcétera, están sujetas a revoluciones constantes. El conocimiento en general es cada vez más utilitario. Cada día salen nuevos productos, por lo que los egresados de las universidades y profesionales de cualquier área u actividad necesitan una vital actualización permanente, pues los conocimientos se renuevan diariamente y, muchas veces, los títulos que poseen ya no están respaldados por una capacidad actualizada. Por eso, la ley inexorable que se impone hoy es: “renovarse o morir”. Cuando por ejemplo un educador o un gerente, independientemente del nivel donde se desempeñe, se colocan de espalda a esta realidad global, nos vemos fácilmente rebasados y podemos perder la misión revitalizadora de la sociedad, entonces se cae en la tentación de satanizar la cultura del cambio y no valoramos la importancia de participar en la dirección de este proceso y utilizarlo con un enfoque humanista.


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El cambio acelerado genera lo que se conoce hoy por hoy como la “psicología desechable”, caracterizada por “el usarse y tirarse” lo que inevitablemente contaminación hasta las raíces del ser humano, las relaciones interpersonales, el afecto y el trabajo: todo es temporal y momentáneo; con esta concepción de tiempo, la tendencia es claramente apegada a un presente sin pasado y sin futuro, acciones sin aparentes consecuencias y basadas en un relativismo inconsciente en el plano de lo moral que es permisivo y en ocasiones, hasta irresponsable en el ámbito ético; no pareciera haber tiempo para reflexionar o para analizar, simplemente para actuar vertiginosamente. La generación actual rechaza lo estático, lo convencional, los hábitos y la costumbre a las estructuras, porque no es grato lo que signifique rutina y co nsistencia, con la consecuente reducción de la tolerancia ante el esfuerzo y la frustración. De esta forma se puede comprender como las universidades competitivas y asertivas en la formación y colocación en el mercado laboral de sus egresados, están más centradas en el uso de la información a través del internet y medios digitales, por ejemplo. Los textos electrónicos y los métodos computarizados desplazan violentamente a los métodos tradicionales de lectura y consulta. Mientras un libro puede ser obsoleto al momento de aparecer, la información generada por las computadoras y transmitidos en la web y plataformas digitales se mueve al ritmo de sus autores. Los procesadores de palabras con diccionarios integrados y corrección automática de ortografía cuestionan críticamente los métodos de enseñanza de la escritura y la ortografía. Ahora es totalmente factible recibir clases directamente de un premio nobel en cualquier parte del mundo en tiempo real, generando un conocimiento sin fronteras y sin espera. El crecimiento exponencial de la web, podcast, blogs, entre otros, abren escenarios de educación y comunicación que revolucionan el concepto de educación e intercambio efectivo de información en cualquier escenario donde se requiera. Solo basta dar un ligero vistazo a la última diversión de las multitudes solitarias en el mundo entero: la comunicación por internet. Millones de personas invierten horas dialogando con interlocutores sin cara y sin voz; las supercarreteras de la comunicación ofrecen un horizonte ilimitado y relativamente económico para tener acceso a cualquier persona, en cualquier lugar del mundo y a cualquier hora. En tal sentido, la gama de opciones se incrementan a gran velocidad, ya que estamos viviendo una época en la que la abundancia material tradicional se ha convertido en un problema: el número de opciones ha rebasado la capacidad para decidir, generando debilidades en el plano psicológico por la intensidad de


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las dudas y el manejo de la incertidumbre (dolencia típica del gerente de hoy), porque el ser humano en general se ha convertido en el campo de batalla del mercado y la comercialización. Las herramientas electrónicas y digitales ayudan a sintetizar y organizar los desmesurados volúmenes de información, que son imposibles de leer y procesar. La multiplicación de opciones genera un mundo competitivo, donde la selección natural es feroz: el más fuerte sobrevive y los débiles desaparecen, en el terreno humano la competitividad se desarrolla en el manejo de la información inteligente. Solo las personas con mayor educación podrán sobrevivir en el nuevo mundo de la competitividad. Kenichi Ohmae afirma que si se observan los países con mayor prosperidad, todos se caracterizan por la escasez de territorio y recursos naturales, pero poseen personas de un alto nivel educativo y espíritu de trabajo que tienen la ambición de participar en la economía global. La abundancia de recursos naturales tiende a reducir el desarrollo de un país porque genera una burocracia numerosa, complicada e inútil. La mayoría de los países latinoamericanos son prueba para este doloroso postulado. Los grupos competitivos exitosos tienen una enorme cohesión interna generada por la actitud cooperativa entre los miembros y una autodisciplina en las funciones que cada quien desarrolla. Su competitividad depende de la utilización de los recursos concentrados en la estructura, el individuo y los grupos de la organización. También se deben incluir, a criterio de Ignacio Gil, los recursos económicos, los medios informáticos, las características físicas, el talento humano y los manuales internos. Estos facilitan que la empresa logre sus objetivos, enmarcados en un contexto global complejo. Es de vital importancia que el trío conformado entre grupo –estructura– individuo (ser social), funcione de forma fluida y en permanente intercambio de información para analizar dialógicamente los cambios y llevarlos a cabo: es la flexibilidad entre el comportamiento del componente humano y la fluidez de la organización interna en armonía con el entorno. Este componente debe tener el poder de decisión para impulsar sus productos y resolver los diferentes problemas que constantemente se presentan. Una organización eficiente cuenta con personas emprendedoras, una estructura flexible, una cultura empresarial sólida y una armonía dicotómica con su entorno complejo y cambiante.


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CONCLUSIONES

Hoy día los cambios producidos en los sistemas y valores epistemológicamente conocidos, han dado pertinencia y autoridad al conocimiento no social para re-significar la realidad social, en función de sus campos de interés. La tecnología, el conocimiento de la informática, las telecomunicaciones, telemática, entre otras áreas de las ciencias no humanas, son el norte del individuo social para coexistir en estos tiempos. El mundo actual es plural, diverso y heterogéneo especialmente en lo social y lo histórico-cultural, donde todo cambio avanza direccionalmente con lo que comúnmente se conoce como diferencia con el orden establecido. Sin embargo, en las organizaciones con poca flexibilidad, lo nuevo parece representar las dificultades para situar con productividad, la probabilidad de ocurrencia de eventos nuevos a nivel macro y micro social, que generen fluctuaciones en un orden no esperado, crítico o fuera de las expectativas de lo planificado. Frente a cualquier cambio toda sociedad u organización se enfrenta a una posible ruptura del orden establecido. Hay órdenes, continuidades, equilibrios en coexistencia funcional, retroalimentación permanente con el desorden e inestabilidades. En tal sentido, el orden y el desorden se establecen en la sociedad como una mutualidad que incluye, y al mismo tiempo excluye, a los seres sociales, quienes a su vez exigen estabilidad como resultado de todo proceso de cambio. En opinión de Gregorio Castro en su libro “El Asalto del Plural” (1999: 89): Admitir la proliferación del desorden en nuestro mundo no puede constituirse en un principio exclusivo desde el cual el orden quedaría pulverizado, hecho trizas sobre la geografía contextual en la que vivimos; si todo es desorden, luego entonces volvemos al determinismo en este caso, en determinismo de la caoticidad, que tendrá que ser leído como el nuevo orden.

Orden es igual a permanencia y continuidad en el tiempo, es relacional con el equilibrio, estabilidad, organización, modos de ser, pensar, hacer, relacionarse en función de valores socializadores que como tales son compartidos por la sociedad o grupo particular. Esta idea se asocia a la relación entre estabilidadtemporalidad comprendida como parámetro de referencia en cuanto a lo que continúa o permanece, bien sea en una entidad, familia, sistema u organización, entre otros. En este sentido, Balandier (1989: 88) afirma que “… todo no puede ser mantenido según su orden, nada puede ser mantenido por puro inmovilismo; el movimiento y el desorden son aquellos de lo que ella alimenta su propio dinamismo y aquello a lo que finalmente debe subordinación”.


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El orden y el desorden son elementos implícitos en la dinámica del cambio social en las sociedades modernas, son parte de una misma moneda. El llamado imperio del orden es inacabado, siendo afectado durante el transcurso del tiempo social, por el movimiento constante de las fuerzas sociales, trazando ineludiblemente los cambios del desorden. La idea del orden y el desorden/caos motiva a los encargados de gerenciar un proceso de cambio, a pensar en la condicionalidad de los individuos y la organización misma para asumirlo. Además debe lidiar con la resistencia al cambio que es un fenómeno consecuente dentro de cualquier organización que se plantee establecer un nuevo orden; cuanto más grande el cambio más fuerte la resistencia. Es una reacción inevitable ante la pérdida de control, que nace al mismo tiempo que el cambio y está muy influida por la percepción que cada quien tiene de ese cambio. Esta es la transición entre una situación actual hacia un futuro, pasando por un periodo de inestabilidad o desequilibrio, lo que hace particularmente complejo este proceso.

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 107-127 recibido: 26-10-2014 / arbitrado: 29-01-2015

LIDERAZGO EN LA EMPRESA PRIVADA VENEZOLANA DEL SIGLO XXI1 Eduardo A. Soto Gajardo2 CURSANTE DEL DOCTORADO EN GERENCIA, UCV Resumen: La investigación tiene como objetivo reflexionar en torno a los distintos tipos de liderazgo predominantes en la literatura técnica correspondiente, así como, realizar una propuesta de liderazgo para el escenario venezolano que contemple dichos avances teóricos, pero que al mismo tiempo considere su particular realidad cultural, política y social. El estudio arroja indicios, en las organizaciones privadas, de la existencia de relaciones líder-seguidor caracterizadas por una cultura externalizadora de las responsabilidades y orientada al poder. Finalmente se ofrecen algunas reflexiones, así como el modelo de las Tres responsabilidades y la Aproximación al Liderazgo Responsable como propuestas para incrementar la efectividad del liderazgo venezolano. Palabras claves: Liderazgo, empresa, responsabilidad, externalización, cultura.

1.- INTRODUCCIÓN

El estudio del liderazgo en el marco de las ciencias administrativas ha alcanzado, durante las últimas décadas, un volumen superlativo comparado con otros ejes temáticos. Este hecho sugiere la importancia atribuida al rol del líder en el éxito de las organizaciones, lo cual, no se ubica sólo en un abstracto teórico. Por sobre esto, implica el alcance de objetivos organizacionales de los cuales es responsable, por ello, involucra además, el estudio de las organizaciones, su estrategia, sus fines y especialmente su dimensión humana, en tanto la figura del líder supone la existencia de seguidores o colaboradores. Es el talento humano quien finalmente hará realidad los objetivos trazados, siendo el líder su impulso, su orientador, su guía. La literatura en la materia nos permite distinguir tres grandes categorías en su abordaje; en primer lugar podemos hallar el estudio de los grandes líderes de la humanidad como lo han sido, por ejemplo: Rudolph Giuliani, Gandhi, Colin Powell, Nelson Mandela, entre otros. Su objetivo ha sido destacar las cualidades de estos personajes a fin de contribuir al desarrollo de nuevos líderes. Una segunda categoría la podemos ubicar en la literatura que propone pasos o herramientas para transformarse en un líder, en donde autores como John Maxwell y 1

Este trabajo se realiza dentro del marco de las actividades del Doctorado en Gerencia de la UCV, como contribución y avance de la Tesis Doctoral. 2

sotogajardo@yahoo.com


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Steven Covey tal vez, sean los más conocidos. Su objetivo ha sido ofrecer en breves pasos acciones a seguir para llegar a ser líder. La tercera categoría observada, sin que sea el objetivo de este estudio desmeritar los aportes de las otras dos, es la que, a nuestro juicio, contempla una mayor base académica y rigurosidad científica; la misma, se ha dedicado a estudiar las tipologías de liderazgo, documentar su impacto y a ofrecer nuevos modelos que den respuesta a las cambiantes realidades del devenir organizacional. El presente estudio se ubica dentro de esta tercera categoría. La investigación tiene como objetivo reflexionar en torno a los distintos tipos de liderazgo predominantes en la literatura técnica correspondiente, así como, realizar una propuesta de liderazgo para el escenario venezolano que contemple dichos avances teóricos, pero que al mismo tiempo considere su particular realidad cultural, política y social. Por ello se realiza un contraste entre las propuestas teóricas del liderazgo transaccional, liderazgo transformacional, liderazgo inspiracional, liderazgo visionario y liderazgo responsable. Para evaluar su correspondencia con la realidad nacional, los mismos serán contrastados con los resultados de los estudios de David McClelland sobre los patrones motivacionales observados en Venezuela, el estudio de Alberto Rial sobre la cultura venezolana, y la visión de un grupo de trabajadores acerca del líder organizacional. La metodología aplicada es predominantemente cualitativa hermenéutica en su categoría de análisis bibliográfico, documental y contrastación teórica. Adicionalmente se complementa con un estudio fenomenológico al indagar en torno a la visión sobre el liderazgo que tiene una muestra de trabajadores de una organización privada. Si bien no representa una muestra estadísticamente significativa, desde el paradigma interpretativista permite comprender como los patrones culturales esbozados se articulan dentro de una realidad organizacional, contribuyendo a la contrastación mencionada anteriormente.

2.- DESARROLLO INDUSTRIAL EN VENEZUELA

El desarrollo industrial y empresarial en Venezuela no ha sucedido de manera similar al ocurrido en otros países, como por ejemplo, las naciones europeas. La Revolución Francesa y la Revolución Industrial fueron dos factores que influyeron de manera importante en la estructura económica e industrial del capitalismo. El primero de estos eventos permitió la consolidación de una pequeña burguesía compuesta por mercaderes y artesanos, quienes sin tener abolengo o nobleza real, aprovecharon la ruptura del ancien régime para emerger como un poder económico. La Revolución Industrial, por su parte, permitió la optimización masiva de los procesos fabriles, lo cual contribuyó al incremento de la producción en las empresas e industrias de la época.


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En conjunto sentaron las bases del sistema capitalista de mercado abierto y competitivo que se venía desarrollando en paralelo a las ideas liberales de Adam Smith. Subyacente a estos hitos de la historia se encuentran unas características particulares de la cultura de estas sociedades las cuales, a pesar de las dificultades políticas y económicas de la época, lograron impulsar el surgimiento de la empresa moderna descrita por Max Weber en la primera década del siglo XX. Sin pretender compartir en su totalidad la propuesta teórica weberiana, es necesario resaltar la importancia de la ética del trabajo basada en el logro, el esfuerzo y la vida ascética. Por otra parte, en el país desarrollo industrial no surgió en el contexto de difíciles procesos político-económicos como los mencionados anteriormente. La industrialización nacional se inicia dentro del marco de la política de sustitución de importaciones realizada en América Latina (Cardoso y Faletto, 1987: 3), pero con un elemento distinto. A diferencia de los demás países de la región, estuvo amparada por la renta petrolera que le permitió al Estado facilitar el crecimiento nacional sin la competencia, resolución de conflictos y negociaciones, comunes en otros países, tal como describe Urbaneja (2013: xv). Esta situación favorable de contar con un mercado de consumidores de alto ingreso per cápita y agregado, derivado del continuo incremento del gasto público gracias a una renta petrolera cada vez más cuantiosa, no hizo necesario exportar los bienes que el sistema capitalista genera como excedente de producción. Así mismo, el tipo de cambio fijo en dólares permitió importar materia prima y maquinaria, fortaleciendo el aparato productivo nacional. Finalmente, con un Estado cuya política era favorecer la consolidación de la manufactura nacional sin exponerse a negociaciones o competencia con sectores privados opuestos, generó que el éxito de las empresas no se produjese en un entorno de competencia similar al existente en países desarrollados. En este sentido, se comprende el surgimiento de un mercado protegido en donde, más allá del logro técnico, prevaleció la figura de las relaciones filiales y de amiguismo con un “contacto” en un cargo de poder. Esto, a su vez contribuyó a que más que líderes existieran caudillos legitimados más en su capacidad de resolver para sus amigos, que en sus capacidades técnicas y gerenciales (Naím, 1989: 47). Por ello, McClelland (1970: 90) menciona que fue la renta petrolera y la política económica del Estado quienes permitieron el surgimiento de un bienestar colectivo y un desarrollo empresarial sin que el motivador fundamental de la población venezolana fuese la orientación al logro. De igual manera, Naím (1989) considera que esta situación país no sólo tuvo un impacto en los resultados de las empresas, sino en la manera en cómo se


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administraron. En sus propias palabras (Naím, 1989: 8) “Por años, Venezuela vivió una situación en la cual el éxito de un empresario, de un gerente o de un ministro no requería que éste se esforzara por aplicar ‘técnicas de gerencia”. Desde el punto de vista corporativo es interesante destacar el trabajo publicado por el IESA, denominado “¿Quiere ser Gerente? Responsabilidades que vienen con el cargo”; en este estudio se afirma que en Venezuela, muchos gerentes o aspirantes a serlo “subestiman la magnitud de las responsabilidades que esos cargos implican. Sólo ven el lado ‘sabroso’ del cargo: poder, estatus, beneficios. Pareciera que (…) lo importante es el cargo y no su posible contribución a la organización” (Blanco, 2010:14). De acuerdo a este aporte, el liderazgo transaccional, la orientación al poder y la externalización de la responsabilidad parecen ser elementos característicos en la gerencia nacional. Los elementos mencionados ofrecen, a nuestro juicio, importantes indicios de que la cultura que ha acompañado el desarrollo industrial venezolano, tiene relevantes diferencias con la cultura asociado al desarrollo industrial de las naciones europeas y norteamericana. Esto no sólo conlleva herramientas concretas de gestión, sino que involucra el factor humano, especialmente en el engranaje líder-colaborador. El no haber tenido que desarrollar herramientas de gestión y una cultura acorde a una economía orientada al desarrollo empresarial, genera interrogantes en cuanto a los modelos de gestión que pudiesen estarse aplicando en las organizaciones nacionales, especialmente en tiempos de crisis como el actual, en donde, en palabras del Vice-Presidente de una importante empresa de alimentos nacional “…que el Gobierno te liquide dólares para la materia prima, es enormemente más determinante para el éxito organizacional, que el contar con una buena gerencia”.

3.- PERFIL MOTIVACIONAL EN VENEZUELA

A los efectos del presente estudio se realizará una revisión del aporte de David McClelland (1970) denominado “Informe sobre el perfil motivacional observado en Venezuela” a fin de proponer una reflexión acerca del tipo de liderazgo compatible con el perfil motivacional descrito en Venezuela, y en los países desarrollados. Este ejercicio parte del supuesto que el liderazgo se produce en un contexto social en donde el seguidor es parte inextricable del mismo, a lo cual dicho perfil motivacional influirá en las condiciones en que se lleve a cabo. El modelo diseñado por dicho autor establece la existencia de tres grandes factores motivacionales que impulsan a los individuos en su conducta social. Estos son la Orientación al Logro, la Orientación a la Filiación y la Orientación al Poder. La primera es la motivación derivada de alcanzar metas concretas y tan-


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gibles. La segunda es la motivación basada en contar con el apoyo de otras personas (ya sea familia, amigos o grupos en general). La tercera es la motivación de alcanzar objetivos de poder. En la misma investigación se estudiaron las motivaciones de 45 países encontrando que en los países desarrollados la orientación al logro es el principal factor motivacional de sus ciudadanos. En el caso específico de Venezuela, menciona que el principal factor motivacional es el poder, en segunda instancia la filiación y de último el logro. Llama la atención porque del total de la muestra de los países “sólo tres acusaron un nivel más alto que Venezuela en temas de poder y dos codificaron más bajo que Venezuela en lo relacionado a afiliación y logro” (McClelland, 1970: 76). Estos datos marcan una importante diferencia entre la cultura venezolana y la de los países desarrollados en cuanto a su aproximación hacia los objetivos organizacionales. Por motivación al logro dicho autor entiende a “un patrón de pensamiento y de sensaciones que se asocia con la planificación y el esfuerzo en la consecución de una meta de excelencia” (McClelland, 1970: 5). De la misma manera, décadas después, este autor determinó que los países con mayor desarrollo económico y bienestar para sus habitantes presentaban indicadores de motivación al logro en su población, muy superiores a los de países pobres. Otro autor que debe ser considerado porque retoma los estudios de McClelland y los complementa con otros de data más reciente, es Alberto Rial (2013). En su trabajo La Variable Independiente recorre los distintos estudios que se han realizado sobre cultura venezolana y su impacto en el sistema político. Como resumen podemos destacar que este autor encuentra los siguientes elementos distintivos de la cultura nacional, y que, a nuestro juicio no se quedan en el espacio socio-político, sino que permean y drenan en los espacios organizacionales. Ellos son: a) La importancia marcada de un pasado glorioso que no abre paso a la reflexión sobre el futuro, b) La marcada aversión al riesgo y la búsqueda de certezas, c) Elevada orientación a la filiación que contribuye a la concentración humana, pero que al mismo tiempo evade el debate que pueda implicar manifestar discrepancias, d) El punto anterior induce a la polarización del contrario, al que se le considera enemigo, e) La tendencia al pensamiento único, que explica los fenómenos que suceden de manera lineal y univariante, f) La creencia de que hay un mundo ideal posible, pero para llegar a él, más que trabajo se necesita un héroe o un acto heroico, g) La dificultad para aceptar críticas o pensamientos divergentes, h) La lealtad marcada con la familia y los amigos, lo que favorece la importancia de las relaciones por sobre las capacidades, i) El líder como el caudillo que en un rol heroico resuelve los problemas por los demás, j)


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El trabajo está más determinado por el status que genera en el actor que por el beneficio para el colectivo, y la responsabilidad asociada al rol. Más allá de las diferencias entre la obra de McClelland y la de Rial, podemos destacar que ambos confluyen en que somos afectos al status, al poder, al reconocimiento social; no obstante nos alejamos de la responsabilidad por la incertidumbre que genera de cara al futuro, lo que no abre paso a la orientación al logro como fin colectivo que beneficie a la nación. Estas características tienen su impacto en el engranaje entre líderes y seguidores, tal como dice Rial (2013: 92) “El líder venezolano para lograr un mínimo de efectividad, debe ser una combinación de hombre fuerte, valiente y temerario, a la vez que igualitario y afectivo con sus semejantes”. En el ámbito político el fenómeno de Hugo Chávez estuvo en gran medida apalancado en esta realidad nacional, cuando sus slogans de campaña lo presentaron como el Corazón de la Patria (filiación) y el Poder está en el Pueblo a través de él como Presidente (Poder). Tanto en el concepto de Rial, como en la experiencia de Chávez, la noción de eficiencia, resultados, logros y responsabilidad con la gestión, no forman parte de los discursos ni de las estrategias para alcanzar el liderazgo. Los elementos culturales descritos anteriormente, son distintos a los que contribuyeron a consolidar las empresas de Europa y Norteamerica, lo cual, como ya se mencionó se diferencia del desarrollo empresarial venezolano. Es necesario precisar que esto no significa que no se cuente con personas u organizaciones con orientación al logro. El modelo de McClelland no indica “ausencia absoluta” de orientación al logro. Lo que se destaca es que los motivadores más importantes han sido la orientación al poder y la filiación, a juicio nuestro el devenir histórico político-económico de Venezuela ha sido consecuente con el mismo.

4.- LIDERAZGO: DE LO TRANSACCIONAL A LO RESPONSABLE

Tal cual se mencionó anteriormente, el estudio del liderazgo ha representado uno de los esfuerzos más importantes de la academia en las últimas décadas. Son diversos los enfoques y autores especializados que han realizado sus aportes en esta materia. No obstante, se puede afirmar que James MacGregor Burns, quien estudió la distinción entre el liderazgo transaccional y el transformacional, realizó uno de los aportes más relevantes en esta materia en virtud de la repercusión alcanzada por su obra. El liderazgo transaccional se puede entender como “un intercambio equitativo o transacción entre líderes y seguidores en base a los intereses propios de cada uno” (Sashkin y Rosenbach, 2005: s/p). Este enfoque, más allá de las críticas recibidas, es frecuentemente observado en las relaciones laborales, especial-


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mente en dónde la visión que tienen los integrantes de la relación laboral (directivos-gerentes y sindicatos) es del tipo juego suma-cero, en donde lo que uno gana el otro lo pierde. Una característica destacable es que cada quien tiene un interés individual, sin haber sinergia en torno a un objetivo organizacional compartido. Este tipo de liderazgo se puede presentar de tres maneras: 1) El premio contingente, 2) La dirección por excepción activa y, 3) La dirección por excepción pasiva (Bass citado por Rodríguez, 1997: 2). El primero se produce cuando el líder establece metas al seguidor y acuerda determinados premios o retribuciones por el alcance de las mismas. La segunda se refiere a una transacción en donde el líder hace seguimiento continuo del desempeño de su seguidor, de manera de ofrecer feedback, ajustes y correctivos en caso de ser necesario. El tercer tipo es similar al segundo, no obstante el líder no se encuentra cercano al seguidor. Interviene sólo en aquellos casos en que un error o circunstancia amerita su presencia. Desde la perspectiva de las tres motivaciones sociales de McClelland, el liderazgo transaccional involucra un importante componente de orientación al poder, en virtud que cada quien desea hacer realidad sus objetivos, lo cual pasa por dominar u obligar a su contraparte a ceder para alcanzarlos. De esta manera, el liderazgo transaccional está orientado al poder, pero un poder que busca un bien individual, egoísta y sin considerar el bienestar tanto de los colaboradores como de la organización. En este orden de ideas, se debe destacar que a nuestro juicio, la relación histórica que los gobiernos nacionales han tenido con los distintos actores sociales (ciudadanía, instituciones, empresa privada, entre otros), ha estado determinado por un modelo de liderazgo transaccional. Por un lado los actores del sistema político reciben votos, legitimidad política y, por ende, continuidad en cargos de poder (y todos los beneficios colaterales que esto involucra); por el otro, los actores sociales reciben un gasto público orientado a su beneficio, como diría Urbaneja (2013) con su tesis de los grifos del poder; lo que terminó generando el sentido de tener derecho a recibirlo. El liderazgo transformacional fue la respuesta al liderazgo transaccional. “Burns, define el liderazgo transformacional como algo que ocurre cuando una o más personas se involucran entre sí, de tal manera que los líderes y seguidores se llevan, unos a otros, a los niveles más altos de motivación y moral” (Sashkin y Rosenbach, 2005: s/p). De acuerdo a estos autores, la clave para comprender la diferencia se encuentra en lo que “Weber denominó fuentes no económicas de autoridad o influencia” (Sashkin y Rosenbach, 2005: s/p). Dentro de una organización se espera que el líder impulse en sinergia con sus colaboradores, un


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ambiente en el que se produzca una transformación orientada a incrementar los niveles de compromiso y moralidad corporativos. El liderazgo transformacional tiene cuatro elementos fundamentales: 1) La influencia idealizada, 2) Motivación inspirada, 3) Estímulo intelectual y 4) Consideración individualizada (Bass citado por Rodríguez, 1997: 3). El primero se refiere al líder que es idealizado y seguido por sus convicciones, valores y propósitos. El segundo tiene que ver con la visión poderosa que ofrece del futuro; un futuro ideal, que significa un desafío y esperanza para los colaboradores. El tercero, involucra el desarrollo de un contexto de relaciones líder-colaborador que sea demandante intelectualmente hablando. El debate de ideas es abierto y facilita la evolución del equipo. El cuarto significa el respeto a la individualidad de cada colaborador. Requiere distinguir en cada uno de los miembros del equipo, sus características, habilidades, brechas y oportunidades de mejora. Desde la perspectiva paradigmática de la modernidad el liderazgo transformacional involucra la noción de una transformación positiva de líderes y colaboradores. Es la noción de que la evolución y el cambio van acompañados de progreso y bienestar. Un aspecto que en el marco de esta investigación no se realizaron hallazgos, fue el de la transformación como involución organizacional. En contraste con las motivaciones de McClelland, el liderazgo transformacional incorpora con un mayor grado de importancia, la orientación a la filiación, en tanto el colaborador y el líder desarrollan una relación que si bien no se menciona como afectiva, termina siendo de inspiración, modelaje y respeto. En torno a la orientación al logro, los elementos de visión y reto intelectual, revelan un cambio en relación al liderazgo transaccional. No se abandona la orientación al poder, no obstante el mismo se usa con un fin superior (un logro) que es la transformación positiva de la organización. El liderazgo Inspiracional de Bass y el Liderazgo Visionario de Sashkin y Rosenbach, continúan con la corriente de estudios derivados del liderazgo transformacional de Burns. A nuestro juicio, son propuestas que emergen al destacar y desarrollar elementos del liderazgo transformacional, sin realizar una crítica de fondo a éste último. De esta manera, la propuesta de Bass destaca y desarrolla el factor personal del líder en cuanto a su capacidad para inspirar a sus colaboradores. Tal como mencionan Pons y Ramos (2012: 84), el liderazgo Inspiracional es una faceta del transformacional “El segundo factor transformacional es la inspiración (o motivación Inspiracional), que se define como la capacidad del líder para comunicar su visión”. En cuanto a las motivaciones de McClelland, el liderazgo Inspiracional destaca la importancia de la orientación a la filiación y perfila la orientación al logro, en tanto que la relación emocional del líder con sus seguidores se destaca como factor clave en donde “estimula en sus seguidores


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el entusiasmo por el trabajo e incrementa la confianza en su capacidad para cumplir con éxito la misión encomendada” (Pons y Ramos, 2012: 84). El liderazgo visionario de Sashkin y Rosenbach, por otro lado, se asocia con el liderazgo transformacional en torno a la importancia de la visión como factor de enganche con los seguidores, pero sin que la visión se derive de la inspiración, sino de “la habilidad de pensar acerca de lo que sucede, para determinar las causas e identificar cómo funcionan complicadas redes de causa y efecto” (Sashkin y Rosenbach, 2005: s/p). Es así que el líder visionario debe contar con cualidades particulares como: 1) autoconfianza: involucra la confianza en las capacidades propias del líder; 2) autoeficacia: la confianza en la capacidad de alcanzar los logros por sí mismo; 3) poder: se refiere al poder utilizado para impulsar el beneficio colectivo y 4) visión: la capacidad de interpretar complejas redes de fenómenos. Dentro de este orden de ideas, Sashkin y Rosenbach (2005), reportan que si bien la propuesta inicial de McClelland establecía que una alta orientación al logro era necesaria para alcanzar el éxito organizacional, posteriores investigaciones lo llevaron a reformular su posición en relación al poder. Encontró que en aquellas organizaciones en donde había orientación al poder, el cual era usado para fines individualistas y egoístas, los resultados eran negativos. No obstante, en las organizaciones en donde la orientación al poder era usada en pro del bienestar colectivo, empoderando a sus colaboradores a fin de contribuir con un objetivo común que fuese más allá de los intereses individuales, los niveles de éxito eran superiores. Se puede afirmar que si bien, tal como mencionan Sashkin y Rosenbach (2005), hubo una reformulación del supuesto original de McClelland (1970), según el cual la motivación al logro era la clave en el éxito organizacional, por encima de la motivación al poder; lo cierto es que los hallazgos posteriores mencionados en el párrafo anterior, no implican necesariamente que el poder haya desplazado al logro como factor clave. Más bien, reinterpretando a Sashkin y Rosenbach, lo que ocurre es que los tres factores motivacionales están presentes, en mayor o menor medida, en las relaciones sociales de los seres humanos. No obstante, siempre uno prevalece, sin que ello implique la ausencia de los otros. En el ejemplo citado por Sashkin y Rosenbach (2005) en donde se menciona que los gerentes con orientación al poder para fines personales no son exitosos, ciertamente hay una prevalencia del poder individual, no obstante, la motivación al logro está presente, sólo que como un medio para alcanzar el poder. Por el contrario, cuando los autores mencionan que los gerentes con orien-


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tación al poder para fines colectivos son más exitosos, la motivación que prevalece es la orientación al logro, en tanto un fin colectivo. La motivación por el poder está presente, pero como un medio para el alcance de dichos objetivos. Esto, a nuestro juicio, permite seguir sosteniendo la importancia de la orientación al logro en el éxito organizacional. Por supuesto que requiere del impulso y capacidad de ejecución de la orientación al poder, no obstante la variable principal es el logro. En concordancia con las exigencias del entorno derivadas, muchas de ellas, de la crisis económica global de comienzos de siglo XXI asociada a la falta de ética en el manejo de importantes corporaciones norteamericanas; el liderazgo responsable se ha posicionado como un nuevo foco de atención académica. A grandes rasgos representa una respuesta a la concepción económica ultra liberal, que considera que el mercado debe ser el único factor regulador de los negocios. No obstante, en este escenario de crisis se ha desarrollado un debate teórico que promueve una visión de la empresa privada que va más allá del interés financiero de los accionistas. Uno de los aportes, a nuestro juicio más interesantes en relación al liderazgo responsable, es el de Susan Lynham (2006). A diferencia de otras corrientes que hacen foco principal en la responsabilidad social y en la reputación ética como factores que inciden en el retorno financiero de la organización, el aporte de esta autora puntualiza la importancia de la responsabilidad que tiene el líder de conducir a la organización hacia las metas que se ha trazado. El líder, más allá de lo transformador, inspirador o visionario que pueda ser, debe finalmente ser responsable por el alcance de los objetivos. No se trata de un rechazo a los modelos de liderazgo descritos en párrafos anteriores, sino de destacar la faceta pragmática del ejercicio del liderazgo. Desde una perspectiva general, el liderazgo responsable “se concibe como un sistema enfocado en su utilidad, no un proceso administrado por un individuo” (Lynham, 2006: 81). La utilidad la entiende desde una posición pragmática para beneficio tanto de la organización como de la sociedad en general. De esta manera el liderazgo no se produce cuando prevalece el interés individual, sino que se produce dentro de un marco social, económico, cultural, tecnológico, ecológico y político; que finalmente se traducirá en las expectativas de los distintos actores de interés. De dichas expectativas se deriva el marco de responsabilidad del líder, finalmente se establecen los parámetros de su desempeño. Según la autora, este modelo puede llegar a involucrar una reestructuración profunda en los modelos de desarrollo de liderazgo vigentes. A nuestro juicio, la propuesta de liderazgo responsable de Lynham, contiene una noción de responsabilidad asociada a la idea de resultados financieros de la


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organización y los beneficios sociales que esto tiene para la sociedad vista como mercado. Esto es lógico dentro del pensamiento predominante en la academia y mundo de negocios de los países capitalistas contemporáneos. No obstante, si ampliamos la concepción de sociedad y de resultados más allá de lo financiero y se incorporan elementos de responsabilidad social, humana, cultural y colectiva; consideramos que este tipo de liderazgo tiene valiosos elementos que aportar a las organizaciones venezolanas. Como se menciona anteriormente, la orientación al logro no se encuentra dentro de las competencias con mayor manifestación en nuestro país. De la misma manera, siguiendo a Rial (2013) la cultura nacional tiene un importante componente de externalización de responsabilidades, lo que en psicología se denomina locus de control externo, definido como la atribución que los individuos realizan de que las cosas que les suceden responden a la responsabilidad de factores externos a ellos. Este patrón cultural es compatible con los modelos de liderazgo político populistas prevalecientes en nuestra historia política. No obstante, avanzar hacia un modelo de liderazgo que se enfoque en una responsabilidad que vaya más allá de la relación directa entre el líder y su colaborador, en donde los resultados no se limiten a considerar el espacio intra organizacional, podría generar un compromiso distinto del talento humano de las organizaciones. El liderazgo transaccional que ha predominado en Venezuela, retroalimenta la externalización de responsabilidades, la evasión del compromiso así como la adopción de posiciones defensivas orientadas a proteger el status y poder asociado al cargo, lo cual pasa, muchas veces por evitar realizar propuestas innovadoras que impulsen la orientación al logro. Por su parte los modelos de liderazgos derivados del liderazgo transformacional, incluso el liderazgo de responsable tal como lo plantea Lynham, en tanto parten de una concepción de los objetivos organizacionales de corte financiero y mercadotécnico, no generan conexión con la orientación a la filiación y poder del venezolano que requiere sentir que su labor tiene un efecto importante en su reconocimiento y status social. Un liderazgo responsable que se conecte con la realidad cultural venezolana, a nuestro juicio debe: a) Hacer de los resultados organizacionales la oportunidad de que se trabaje por un fin que vaya más allá de los intereses individuales concretos. b) Que los resultados sean vistos en una conexión organizacional, familiar y social; que la visión de las organizaciones vaya mucho más allá de resultados financieros. c) Que transmita al equipo humano el sentido de ser parte de algo importante de lo cual pueden sentirse orgullosos. De acuerdo a los estudios de McClelland y Rial, los patrones de poder y filiación venezolanos, son nuestros principales problemas a atender como sociedad, ya que nos alejan de los logros colectivos que generan bienestar a la nación. Nuestra propuesta no pasa por modificar estos patrones culturales. El liderazgo que proponemos debe


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brindar el reconocimiento, filiación y status que las personas desean, como resultado de alcanzar los logros que requieren la organización y el país en general.

5.- EL LIDERAZGO DESDE LA PERSPECTIVA DEL COLABORADOR

A fin de profundizar la comprensión del liderazgo en Venezuela, se realizó un estudio fenomenológico orientado a indagar en torno a la visión del liderazgo que tiene un grupo de trabajadores de una organización privada. Si bien la muestra no puede ser considerada representativa para llegar a conclusiones cuantitativas; desde lo cualitativo permite observar como la reflexión teórica realizada en los puntos anteriores tiene correspondencia con la realidad organizacional, lo cual profundiza la comprensión del fenómeno estudiado. El mismo fue realizado a todos los trabajadores profesionales de cargos jerárquicamente bajos y medios de una empresa manufacturera del estado Lara que estaban presentes al momento del estudio. El total de participantes fue de cincuenta y nueve (59) individuos, distribuidos en veintiún (21) trabajadores de nivel supervisorio y treinta y ocho (38) de nivel operativo profesional. El personal calificado como supervisorio ocupa cargos en diferentes gerencias de la organización, teniendo a su cargo tanto personal profesional operativo como personal obrero. El personal calificado como operativo profesional corresponde a cargos iniciales sin personal a su cargo, como analistas o especialistas, lo cual implica contar con algún grado universitario. Por medio de un cuestionario, se realizaron tres preguntas abiertas, las cuales están asociadas a las tres dimensiones que se pretendía indagar; la primera pregunta fue: ¿Cómo definiría usted al liderazgo organizacional desde su perspectiva como trabajador de una empresa privada? Esta pregunta corresponde a la dimensión de “Conceptualización” del liderazgo desde una perspectiva teórica. La segunda pregunta fue: ¿Cuáles son las funciones de un líder en una organización privada? Esta pregunta indaga en torno a la visión “Funcionalista” que tiene el trabajador del liderazgo. Finalmente, la tercera pregunta fue: ¿Cuáles considera que son las responsabilidades de un líder con sus colaboradores? Esta pregunta indaga en la “Relación Personal” que tiene el trabajador con su líder directo.

6. RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DEL CUESTIONARIO

Las respuestas obtenidas del aporte de los trabajadores participantes, fueron analizadas en su contenido subyacente a fin de categorizarlas de acuerdo a su aproximación a los distintos tipos de liderazgo abordados en el presente estudio. Es de destacar que en una misma respuesta fue posible encontrar indicadores de


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Liderazgo en la empresa privada…

hasta de tres tipos de liderazgo. Las distintas respuestas fueron codificadas y finalmente se calculó el porcentaje de veces que un tipo de liderazgo fue detectado en las respuestas, lo cual puede ser observado en los siguientes cuadros: Cuadro 1. Tipos de liderazgo subyacentes en respuestas de personal supervisorio Presencia porcentual Cargos Supervisorios

Pregunta 1

Pregunta 2

Pregunta 3

Conceptualización Funcionalista Relación Personal Transaccional

35,29

57,14

56,25

Transformacional

2,94

25,71

18,75

Inspiracional

17,65

2,86

15,63

Visionario

2,94

2,86

3,13

Responsable

41,18

11,43

6,25

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 2. Tipos de liderazgo subyacentes en respuestas de personal operativo-profesional Presencia porcentual Cargos Operativo-Profesionales

Pregunta 1

Pregunta 2

Pregunta 3

ConceptualizaciónFuncionalistaRelación Personal Transaccional

37,04

56,14

69,39

Transformacional

11,11

19,30

12,24

Inspiracional

9,26

8,77

14,29

Visionario

11,11

5,26

0,00

Responsable

31,48

10,53

4,08

Fuente: Elaboración propia.

La pregunta 1, “Dimensión conceptualización”, se ubicó desde una perspectiva teórica abstracta con el fin de indagar la visión teórica conceptual del concepto de liderazgo lo más alejada posible del interés personal. La pregunta 2, “Dimensión funcionalista”, se ubicó desde la perspectiva funcional a nivel organizacional, a fin de ubicar al participante en una dimensión más cercana pero sin llegar a lo personal. La pregunta 3, “Dimensión Relación Personal”, se ubicó desde la perspectiva de la relación directa del participante en su díada líderseguidor. Es llamativo observar en ambos niveles jerárquicos que existen noto-


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rias diferencias en la visión de liderazgo, dependiendo de la dimensión desde la que se observe. En los cargos supervisorios se observa que al momento de conceptualizar o teorizar en abstracto sobre el liderazgo, el liderazgo responsable ocupa el primer lugar de presencia, con el transaccional muy cercano en segunda instancia. Lo transformacional y visionario casi no tienen presencia, pero lo inspiracional alcanza aproximadamente 17%. Ahora, cuando la respuesta pasa a una dimensión que involucra conectar el liderazgo con su propia organización, llama la atención como el factor responsabilidad cae casi 30%, al tiempo que el transaccional sube a 57,14% para ubicarse como el estilo predominante. En esta dimensión lo transformacional sube notoriamente, de la misma manera que lo Inspiracional cae de manera abrupta. En la siguiente respuesta, al conectar al participante con su situación real concreta de trabajo, se mantiene lo transaccional como predominante, pero llama profundamente la atención como el liderazgo responsable pasa a apenas 6,25%, cuando en la primera pregunta llegó a tener 41,18% de presencia. En los cargos operativos-profesionales, a diferencia de los cargos supervisorios, lo transaccional ocupa el primer lugar en presencia incluso en la dimensión de conceptualización con 37,04%. Lo responsable ocupa el segundo lugar con 31,48%. Lo visionario, Inspiracional y transformacional se ubican equilibradamente alrededor de 10%. Al igual que los cargos supervisorios, cuando la pregunta involucra que el participante conecte el liderazgo con su organización, se produce un incremento importante de lo transaccional alcanzando el 56,14% y se produce una caída de lo responsable a 10,53%. Al conectar liderazgo con lo personal directo, que sea vinculado con su experiencia real, lo transaccional llega al alcanzar el 69,39% de presencia y el responsable cae a un 4,08%. La aplicación de este instrumento, también permitió realizar las siguientes reflexiones: -

Las respuestas de los participantes si bien tocan elementos asociados al liderazgo responsable, en el mismo la responsabilidad es únicamente con la organización. En la revisión bibliográfica previa se observó como el liderazgo responsable involucra una conexión pragmática con resultados que deben ser beneficiosos no sólo para la organización, sino para la sociedad en general. No obstante, la visión de responsabilidad en los participantes no evidencia conexión con una visión sistémica social de la misma, lo que podría conectarse con la característica descrita por Rial (2014) en cuanto a que los seguidores asumen una actitud pasiva ante la realidad y desean que el líder paternalista resuelva sus problemas. Un ejemplo de respuesta es la siguien-


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te: “Liderazgo organizacional es aquella posición que materializa los objetivos y metas de una organización…”. -

Las respuestas que se asocian con una visión aproximada a lo que teóricamente se han definido como liderazgo transformacional, se diferencia de cierto modo con los modelos teóricos. Los participantes conectan el liderazgo con procesos transformacionales, pero en donde los protagonistas de dicha transformación son tanto el líder (que no es el participante) como la organización. En otras palabras, se encontraron evidencias de conectar procesos de transformación con el liderazgo, pero en ninguno de ellos el participante propone que él también debe cambiar o transformarse; esto podría interpretarse como una validación de la característica externalizadora de la responsabilidad que reportaron con anterioridad los estudios de McClelland (1970), Fonseca (2013) y Rial (2014), lo cual a su vez se conecta con la ausencia de orientación al logro como asumir la responsabilidad de alcanzar metas para un bienestar trascendente que esté más allá de los intereses individuales. Un ejemplo puede ser esta respuesta: “El líder debe indagar y tratar de resolver las necesidades de su equipo”.

-

Las respuestas asociadas al liderazgo visionario e inspiracional, también revelan diferencias en relación a las teorías esbozadas anteriormente. En los modelos teóricos la visión y la inspiración van orientadas a comprometer al seguidor con objetivos trascendentes que van más allá de lo concreto tangible de su tarea diaria. En las respuestas, si bien hay evidencia de una concepción de liderazgo orientada a la visión y la inspiración; la misma no es asociada con dicho objetivo trascendente sino al deseo del seguidor de que líder lo motive para la realización de tareas operativas, lo cual lo conecta más bien con un deseo transaccional. Ejemplo de esto pueden ser las siguientes respuestas: “Liderazgo es la capacidad de influir a los trabajadores a cumplir los objetivos en un alto grado de motivación y comprometido con la organización” “El líder debe fomentar el trabajo creativo y la generación de ideas de sus seguidores”.

-

Un elemento interesante a destacar es que en sólo tres cuestionarios se observaron respuestas que conecten al líder con capacidad, conocimiento, competencias y preparación. Estas no parecen ser cualidades resaltantes al momento de definir a un líder. Por otro lado, la mayor cantidad de respuestas conectaron al líder con su capacidad resolutiva de brindar algo a sus seguidores, de allí que lo transaccional prevaleció especialmente en la dimensión de relación personal.


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EL LIDERAZGO EN LA EMPRESA PRIVADA VENEZOLANA DEL SIGLO XXI

El siglo XXI ha venido acompañado de importantes retos para la empresa privada en Venezuela. De acuerdo a Conindustria (2013) los diez factores que más afectan a las empresas son: Incertidumbre política, falta de divisas, falta de materias primas, caída de la demanda, racionamiento eléctrico, controles de precio, ausencia de maquinarias y equipos, conflictos laborales, falta de mano de obra, y falta de financiamiento. En general, el entorno económico, político, legal y social ha evolucionado hacia un escenario que complica en gran medida la operación de estas organizaciones. Dentro de este contexto país, la exploración bibliográfica del liderazgo, la revisión de estudios que abordan la cultura venezolana así como la historia del desarrollo empresarial venezolano, además de la investigación cualitativa realizada en una organización privada venezolana, nos permiten realizar las siguientes reflexiones: -

Los estudios culturales realizados en la población venezolana que fueron revisados hablan de una baja orientación al logro, una elevada orientación al poder y filiación, además de una marcada externalización de las responsabilidades. Si bien han sido utilizados para describir o explicar el sistema de afinidades políticas que ha sido denominado como Estado paternalista, existen indicios de que estas características se replican dentro de las organizaciones, tal como afirman, tanto el estudio del IESA (Blanco, 2010), como la investigación realizada en el marco de este estudio en una organización privada. Esta última, si bien cuantitativamente no se puede considerar como una muestra representativa de las organizaciones de todo el país, cualitativamente tiene el valor de contribuir a la compresión del fenómeno en estudio, así como estimular la profundización de esta línea de investigación.

-

Dentro de este marco cultural es comprensible que al momento de personalizar la figura de su líder en la organización, el trabajador evoque una figura protectora, filiativa y transaccional que fomente la externalización de la responsabilidad de los resultados a alcanzar.

-

El modelo del Estado paternalista, personalista y protector fue profundamente arraigado en la historia nacional a lo largo del siglo XX, con influencias tanto en los ciudadanos como en las organizaciones públicas y privadas. Las últimas experiencias políticas en el siglo XXI se han orientado a fortalecer este tipo de relación entre el ciudadano y el Estado, al tiempo que la han debilitado con las empresas.

-

Desde una perspectiva macro no es objeto de este estudio ponderar o evaluar la idoneidad o no del modelo de Estado descrito anteriormente. No obstante, desde la perspectiva organizacional, sí se puede afirmar que contar


Liderazgo en la empresa privada…

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con equipos en donde exista alineación estratégica entre las tareas operativas y la misión y visión, así como empoderamiento de las responsabilidades subyacentes por parte de cada uno de sus integrantes, favorece la eficiencia y competitividad, así como un clima organizacional satisfactorio para el talento humano. -

Dentro del marco de crisis político-económica y social que atraviesa actualmente el país, las organizaciones privadas que deseen, no sólo sobrevivir, sino generar oportunidades de crecimiento que favorezcan el bienestar nacional (tanto ofreciendo empleo digno como aportando bienes para la sociedad en general), deben tener metas claras, firmes y trascendentes conocidas y compartidas por cada uno de sus integrantes.

-

En este contexto el rol del liderazgo juega un papel fundamental. A lo cual, es necesario reflexionar sobre un modelo de liderazgo adecuado para la organización privada venezolana contemporánea. Más allá de pretender ofrecer una respuesta definitiva al tema, se plantea la posibilidad de aproximar una propuesta, más orientada a generar un debate sobre el liderazgo en Venezuela desde la perspectiva de dimensiones pocas veces abordada.

-

Tal como se mencionó con anterioridad, para promover una idea acerca del modelo de liderazgo necesario en nuestro país, consideramos que se debe comenzar por tomar en cuenta nuestra realidad cultural. Creemos que el liderazgo responsable puede ser adaptado y cumplir este fin. El liderazgo responsable que se propone parte del principio de que las responsabilidades de la organización trascienden sus resultados económicos, por lo que deben generar bienestar no sólo para la organización, sino para todos los actores de interés vinculados a la misma. De allí que el líder debe conectarse con estas metas trascendentes, de manera de tener una lectura acertada de ellas. Ahora, no sólo debe conectarse él sino que debe impulsar a sus seguidores a que se conecten de igual manera.

-

Una de las características resaltantes de la cultura nacional es la motivación a la filiación y al poder. Si el líder se plantea conectar a sus seguidores con la responsabilidad subyacente puede apalancar su relación directa con sus seguidores en el liderazgo inspiracional, aprovechando la orientación a la filiación presente. De la misma manera se puede aprovechar la orientación al poder para empujar, tal vez por medios transaccionales (más de reconocimiento que monetarios), el cumplimiento de algunas metas.

-

Tal como se mencionó anteriormente, en el ejercicio práctico no se presentan aplicaciones de tipos puros de liderazgo. Los líderes habitualmente hacen uso de una mezcla de los mismos; es por ello, que dada nuestra realidad cultural, el líder puede partir del “cómo somos” para orientarnos hacia el logro del liderazgo responsable.


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-

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De igual manera, las metas asociadas al liderazgo responsable deben ser tangibles y no quedarse en ideas abstractas; por lo que se propone un modelo que hemos denominado “Las Tres Responsabilidades”. De una manera básica, significa conectar cada acción de trabajo diaria con la responsabilidad existente con la organización, la familia de sus integrantes y la sociedad en general. En la medida que su motivación filial se active al sentir que con su trabajo contribuye con sus compañeros de trabajo y sus familiares de manera tangible y concreta, al mismo tiempo su motivación al poder se conecte con el reconocimiento social que genera formar parte de una organización exitosa y respetada por la sociedad, se puede impulsar la orientación al logro y el liderazgo responsable. Se trata de hacer un uso estratégico de los motivadores naturales para encauzar el éxito organizacional. Este modelo puede contribuir a trascender la visión dicotómica que existe en muchas organizaciones, en donde los objetivos de los trabajadores y los de los accionistas o ejecutivos, se perciben como un juego suma-cero, en donde lo que uno gana el otro lo pierde. En la figura siguiente se observa el modelo.

Figura 1. Modelo de las tres responsabilidades

Fuente: Elaboración propia.

Fomentar el tránsito hacia el liderazgo responsable en donde tanto líder como seguidores se empoderan de los objetivos, asumiendo en conjunto los éxitos y los desaciertos, puede pasar por procesos de desarrollo que le hagan visible al trabajador el desplazamiento desde las condiciones iniciales de externalización y ausencia de motivación al logro; tal como se expone en la siguiente imagen


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Figura 2. Aproximación a un Liderazgo Responsable

Fuente: Elaboración propia.

Un elemento adicional que debe destacarse es el caso de los seguidores. La mayor cantidad de aportes existentes en materia de liderazgo se orientan a estudiar la figura del líder, sus características, sus competencias y como convertirse en uno. Ahora, como ya se mencionó, el líder está inmerso en una relación inextricable con los seguidores. La existencia de uno implica la del otro. No obstante, son muy pocas las investigaciones y desarrollo teórico en materia de seguidores, al tiempo que este estudio, sugiere la importancia además de la trascendencia entre las cualidades del líder y las características de sus seguidores.

CONCLUSIONES

El desarrollo y estudio del liderazgo seguirá representando un factor de importancia en la organización del futuro. En la medida que las condiciones del entorno sigan experimentando cambios cada vez más rápidos, la importancia de contar con líderes con visión estratégica será fundamental. En este sentido, es difícil establecer o definir una tipología única de liderazgo que llegue a responder a todas las necesidades organizacionales; no obstante sugerimos que deberá orientar a sus seguidores hacia un liderazgo responsable, que bien podría ser el modelo de las Tres Responsabilidades que se explicó anteriormente. Esto debido a que trasciende la visión economicista de la organización y la ubica desde una perspectiva sistémica compleja. Dentro de esta perspectiva, se menciona la dificultad de un tipo único de liderazgo, ya que dadas las condiciones culturales, económicas, sociales y políti-


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cas de una nación, sociedad o país; la aplicación mixta de estilo transaccional, transformacional, inspiracional y visionario, puede ser una alternativa, en tanto finalmente encauce a los equipos humanos hacia la responsabilidad por las metas sistémicas. A nuestro parecer, esto involucra la necesidad de futuras investigaciones y desarrollos teóricos en relación a los seguidores y la cultura organizacional y nacional en donde se encuentre la organización; ya que como se ha esbozado, influyen en el desempeño y ejecución del liderazgo. Visto de esta forma, el caso de Venezuela representa un interesante caso de estudio para seguir explorando la relación entre el liderazgo, los seguidores, la cultura nacional, así como también las condiciones económicas, sociales y políticas. Este estudio esbozó una propuesta que pudiera dar pie a un debate como a una línea de investigación, que a futuro pudiera consolidarse en propuestas más sólidas y robustas que contribuyan al éxito de un sector productivo venezolano actualmente debilitado y en riesgo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 129-148 recibido: 04-04-215 / arbitrado: 26-06-2015

CHOQUES EXÓGENOS Y PRODUCTO AGRÍCOLA. VENEZUELA, 1960-20121 Carlos Peña2 ESCUELA DE ECONOMÍA, UCV Resumen: En el lapso 1960-2012, la economía venezolana, en particular, el sector agrícola ha transitado un largo camino, caracterizado por una profunda inestabilidad macroeconómica, asociada a un conjunto de factores, tanto internos como externos, entre ellos, quizás los más relevantes serían los shocks externos negativos causados por los desequilibrios del mercado petrolero, acciones de políticas económicas discrecionales y cambios estructurales además de los coyunturales. En este contexto, la dinámica del sector puede estar afectado por dos tipos de perturbaciones: transitorias o permanentes. Estos eventos estarían asociados a diversos choques de origen exógeno que han alterado el crecimiento del sector agrícola, medido por el PIBapc; se utilizará la metodología de la econometría de series de tiempo, específicamente los test de raíces unitarias, tanto los clásicos como los que se aplican en presencia de cambio estructural. Así, el objetivo de este trabajo es evaluar el impacto de los choques exógenos en el producto agrícola, para el lapso 1960-2012. Palabras claves: Sector agrícola, choques exógenos, quiebres estructurales

INTRODUCCIÓN

En el lapso 1960-2012 la economía venezolana ha transitado un largo camino, determinado por una profunda inestabilidad macroeconómica, asociada al deterioro político e institucional, shocks externos negativos y positivos causados por los desequilibrios del mercado petrolero, acciones de política económica discrecionales además de cambios estructurales y coyunturales. En particular, la etapa que va desde el año 1983 en adelante está signada por un proceso de pérdida de dinamismo macroeconómico, incertidumbre macroeconómica, política e institucional. Todo esto ha generado un gran costo económico y social para el pueblo venezolano. El sector agrícola refleja la dinámica macroeconómica de un país y es un indicador del comportamiento de una economía. En la literatura económica, la importancia de la agricultura para el crecimiento económico ya es una idea ampliamente aceptada. No obstante, depender de una estrategia de crecimiento 1

Este documento forma parte del proyecto de investigación de grupo Impacto de las crisis económicas mundiales en la economía agroexportadora venezolana, coordinado por la profesora Adelina Rodríguez y financiado por el CDCH/UCV. 2

cpenaparra@gmail.com


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liderada por la agricultura es difícil si esta constituye una proporción relativamente pequeña del Producto Interno Bruto, PIB y si su la tasa de crecimiento no es especialmente dinámica. La falta de dinamismo parece ser una descripción bastante exacta del sector agrícola en Venezuela para el período de estudio. En general, las explicaciones para esta característica han enfatizado diversos canales; para el caso de Venezuela, se han experimentado situaciones que conllevan alteraciones sustanciales en la estructura de la economía y en la orientación de la política económica, así, se puede decir que este sector está afectado por dos tipos de perturbaciones: transitorias o permanentes. Las primeras tienen un efecto más de corto plazo y las segundas de largo plazo. Estos eventos están asociados a diversos shocks de origen exógeno que han alterado la estructura económica del país. En este contexto, el objetivo de este trabajo consiste en evaluar el impacto de los choques exógenos en el producto agrícola, para el lapso 1960-2012. La metodología que se utiliza es la referida a la econometría de series de tiempo, la cual consiste en analizar la existencia de diferencias en las relaciones de largo plazo, como consecuencia de tener en cuenta o no la posibilidad de cambio estructural, que pudieran ser provocados por el entorno económico; para ello se utilizan diferentes contrastes de raíz unitaria, incluyendo los test en presencia de cambio estructural. El trabajo se estructura de la siguiente manera: en la primera parte se hace una revisión de los aspectos teóricos; en la segunda se abordan algunas consideraciones del comportamiento y dinámica del sector agrícola; en la tercera sección se presenta la metodología utilizada y los resultados empíricos, finalmente las conclusiones.

I.- ALGUNOS ASPECTOS TEÓRICOS

I.1.- El papel del sector agrícola y los choques exógenos La importancia de la agricultura3 en las economías de los países varía notablemente, pero de forma relativamente predecible. La importancia relativa de la agricultura disminuye a medida que aumenta el PIB per cápita y la economía experimenta una transformación estructural. 3

La agricultura no se puede estudiar de forma aislada, debido a que su comportamiento puede depender en alto grado de las políticas macroeconómicas. Estudios recientes parecen demostrar la alta correlación que puede existir entre el desarrollo agrícola y las políticas monetarias, cambiarias, fiscales; así como, del comercio exterior e interior


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En algunos de los países más pobres del mundo, la agricultura representa más del 30% de la actividad económica, en los países menos adelantados como grupo, ésta supone el 27% del PIB según cifras de 2009. En cambio, en las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, la agricultura representa menos del 1,5 % de la producción económica global. Así pues, el papel que desempeña la agricultura en el impulso del crecimiento económico global variará de un país a otro y, en general, su importancia es mayor en los países más pobres. El pobre crecimiento del sector agropecuario está asociado con el bajo nivel de inversión que atrae. Se debe por lo tanto entender cuáles son los determinantes de esta baja inversión en el sector. La idea central de este enfoque es que hay una diversidad de “cuellos de botella” que inhiben la inversión en el sector agropecuario, tales como la inseguridad, la indefinición de los derechos de propiedad, la infraestructura inadecuada, la ausencia de innovación y desarrollo tecnológico y la falta de acceso al financiamiento, entre otros. Como la resolución de los distintos “cuellos de botella” que pueden contribuir al crecimiento del sector no necesariamente son sustitutos entre sí, es necesario identificar cuáles de ellos generan las mayores restricciones al crecimiento. En términos conceptuales un “cuello de botella” es más restrictivo que otro si al eliminarlo se aumenta la inversión en el sector en mayor cuantía respecto a lo que habría sucedido al eliminar el otro. El crecimiento es el indicador clave del comportamiento global de las economías; no obstante, esta variable se encuentra lejos de ser estable. En efecto, las expansiones y recesiones alternan en el tiempo y están relacionadas, principalmente, con movimientos en el nivel de empleo. El crecimiento del producto está afectado por dos tipos de perturbaciones: persistentes y transitorias. Las primeras tienen un efecto de largo plazo en el producto y corresponden típicamente a variaciones de la productividad de los factores y de la oferta de mano de obra. El segundo tipo de innovaciones está asociado a eventos naturales, modificaciones del gasto público, de la oferta real de dinero y tienen un efecto de corta duración (Fernández y Lara, 2004). El impacto de los choques externos en una economía, depende en gran medida de los fundamentos económicos del país. Países con desequilibrios macroeconómicos, mercados de exportación reducidos, en particular los concentrados en bienes primarios y con una fuerte dependencia de recursos financieros externos, son más vulnerables a las fluctuaciones del entorno externo. La volatilidad macroeconómica o las fluctuaciones económicas han sido y son un tópico de particular interés en el análisis del desempeño económico de


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América Latina, bien sea como fuente o reflejo del subdesarrollo. El nivel de volatilidad macroeconómica puede estar asociado a elementos de diversa índole, sin embargo, uno de los canales o determinantes de la volatilidad macroeconómica son los choques externos, fundamentalmente los expresados a través de los términos de intercambio4, específicamente su volatilidad. Así, los términos de intercambio afectan al producto por medio de su impacto en las exportaciones y las importaciones. En la medida en que los términos de intercambio mejoran, el producto debería aumentar debido al incremento en las exportaciones, en caso contrario disminuirá. En particular, la relación entre los términos de intercambio, definidos como la relación entre el precio de las exportaciones y el precio de las importaciones, y las fluctuaciones macroeconómicas, es un tema de interés en el estudio de los ciclos económicos en economías pequeñas y abiertas. La literatura, tanto empírica como teórica –véase por ejemplo Mendoza (1995), Easterly et al (2001), Castillo y Salas (2010), entre otros– plantea que esto es más relevante para los países en desarrollo, debido básicamente, a la dependencia y concentración de sus exportaciones en unos pocos productos básicos. Existe una larga lista de estudios, que han analizado los efectos de los vaivenes de los términos de intercambio en los ciclos económicos. En especial, la volatilidad de estos cumple un papel importante en la explicación de las ciclos en los países en desarrollo –Véase entre otros: Kose y Riezman (2001), Kose (2002), Saez y Puch (2004)– Esta singularidad parece adquirir relevancia en los países petroleros, donde la volatilidad de dicha variable actúa con más intensidad. Evidentemente, el impacto sobre los términos de intercambio de los choques petroleros tiende a generar situaciones de inestabilidad e incertidumbre macroeconómica; sin embargo, el mecanismo de transmisión de esta inestabilidad viene dada por el tipo de cambio real, TCR (Peña, 2008). En este contexto, el sector agrícola se ve afectado por la incertidumbre y la volatilidad, no solamente a nivel externo, sino también a nivel interno por las políticas económicas además por el deterioro de los términos de intercambio y su volatilidad. Así, puede existir un vínculo entre el deterioro del sector agrícola y los choques externos, toda vez, que los términos de intercambio agrícolas, representan, no solo los precios de las exportaciones sino también el de las importaciones. 4

Los términos de intercambio, entendidos como las variaciones en las estructuras de precios de las exportaciones en relación a las importaciones, han sido durante años uno de los principales temas de atención para los países de América Latina. En efecto, un deterioro en los términos del intercambio puede llegar a traducirse en un crónico deterioro de la balanza de pagos, tal como ha ocurrido en un número significativo de países de la región.


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II.- COMPORTAMIENTO Y DINÁMICA DEL PRODUCTO AGRÍCOLA

II.1.- Evolución del PIB agrícola y la volatilidad de su crecimiento Es importante comenzar caracterizando el lapso de estudio, el cual va de 1960 a 2012. En este período, la economía venezolana ha transitado un conjunto de etapas, las cuales van desde episodios de crecimiento y estancamiento, pasando por fuertes recesiones y profundos desequilibrios macroeconómicos; así como también, diversas crisis, entre ellas inflacionarias, de tipo de cambio, de deuda, bancaria, política, institucional, golpes de Estado, huelgas generales. Adicionalmente, la economía venezolana ha estado sometida a choques, tanto internos como externos, los cuales han provocado que el crecimiento económico, medido por el Producto Interno Bruto per cápita, PIBpc, haya sido extremadamente volátil (véase Peña, 2005 y 2007). De los anteriores planteamientos se deduce que la inestabilidad e incertidumbre que ha caracterizado a la economía venezolana pudo haber tenido efectos perversos en el comportamiento del sector agrícola venezolano, especialmente sobre el Producto Interno Bruto agrícola per cápita, PIBpca. En este escenario, la dinámica y comportamiento del PIBapc ha mostrado fuertes fluctuaciones, sin presentar una senda estable de crecimiento. En el gráfico 1 se observa lo mencionado.

Fuente: BCV. Cálculos propios.

Como se muestra en el gráfico 1, el PIB agrícola está determinado por fuertes oscilaciones. Se ven aceleraciones y profundas desaceleraciones. Como se


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evidencia en el cuadro 1, la tasa de crecimiento del PIBpca, presenta una gran fragilidad a lo largo del período de estudio; para el total del lapso, si bien las cifras señalan un crecimiento positivo, éste es muy pobre. En particular, el desempeño del sector agrícola es muy inferior al resto de la economía. A pesar de que la agricultura ha sido históricamente penalizada por las consecuencias de un tipo de cambio con tendencia a sobrevaluarse, elemento característico del capitalismo rentístico, los recursos provenientes de la renta petrolera, la protección recibida y los subsidios sirvieron para que tuviera un proceso de modernización y diversificación, aunque con insuficientes mejoramientos de la productividad. Durante el siglo XX, de una agricultura tradicional basada en el modelo agroexportador (café y cacao) y factor fundamental de la economía, se pasó a una actividad agrícola moderna, con predominio de relaciones de producción capitalistas, intensiva en el uso de fertilizantes, maquinaria agrícola y otros insumos modernos, pero fuertemente dependiente de los apoyos gubernamentales y de la protección para su desenvolvimiento. No obstante lo anterior, el crecimiento agrícola parece ser muy volátil; para establecer una primera aproximación a este fenómeno hay que determinar el grado de volatilidad del PIBpca. Para ello se recurre a un conjunto de indicadores, en este sentido, hay que precisar que la definición de volatilidad que se emplea no es inocua al momento de probar empíricamente la existencia de su relación con el crecimiento. En la literatura económica se emplea una variedad de indicadores que permiten medir la volatilidad del PIB. En líneas generales, estos indicadores se pueden dividir en dos grupos. En el primero, están las medidas más comúnmente utilizadas en los estudios que vinculan la volatilidad con el crecimiento económico. Dichos estadísticos son la desviación estándar, DE; y el coeficiente de variación, CV, de la tasa de crecimiento del PIB. En este caso, se utiliza la desviación estándar de la tasa de crecimiento de la variable en cuestión. Los resultados se muestran en el cuadro 1. Cuadro 1.Comportamiento del PIB total y PIB agrícola. Venezuela, 1960-2012 pibpc σpibpc pibapc σpibapc Fuente:

Períodos Total 1960-1969 1970-1979 1980-1989 1990-1999 2000-2012 1960-2012 0,6 2,0 1,8 -2,8 -0,1 1,9 3,1 1,7 1,5 3,0 4,3 4,4 0,7 3,1 -0,4 -0,4 -0,3 1,1 3,4 1,9 2,7 3,4 4,5 4,1

BCV. Cálculos propios. Nota: pibpc: variación porcentual del Producto Interno Bruto per cápita total. σpibpc volatilidad del PIBpc total. pibapc tasa de variación del Producto Interno Bruto per cápita agrícola. σpibapc: volatilidad del PIBapc.


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El cuadro anterior presenta el comportamiento de la tasa de crecimiento del PIBpc total y del PIBpca; así mismo, las respectivas volatilidades asociadas a esas tasas de crecimiento. Se observa, que la volatilidad del PIBpc agrícola es mayor que la del PIBpc, además, el crecimiento del sector ha sido mediocre. Como se aprecia parece existir una relación entre la volatilidad macroeconómica, medida por la desviación estándar de la tasa de crecimiento del PIB per cápita y la del PIB agrícola per cápita. La evidencia sugiere que es directa. Igualmente, en el gráfico siguiente se relacionan dichas volatilidades.

Fuente: BCV. Cálculos propios

El gráfico 2 da cuenta de la relación positiva entre la volatilidad del PIB per cápita y la del PIB agrícola per cápita. Se evidencia que el vínculo entre ambas, si bien es positivo, como se pudiera esperar, no es del todo fuerte. Esto estaría insinuando que es posible que existan otras variables que esté afectando el PIB agrícola. En el orden de las ideas anteriores, existe un segundo grupo de indicadores que provienen de entender a las crisis o, contracciones abruptas del PIB, como una forma extrema de volatilidad real 5, según Prasad et al (2004) o como indicadores de inestabilidad del crecimiento (Pritchett, 2000). De estos indicadores destacan tres: i) número de episodios de crisis o puntos de quiebre; ii) la duración de dichos episodios y, iii) la cuantificación de la pérdida del producto observada durante los episodios. En el cuadro 2 se aplica la metodología mencionada.

5

El uso de esta segunda fuente de indicadores ha ido creciendo, en especial, debido a líneas de investigación donde se enfatiza la importancia de la crisis, tanto del sector financiero como externo, para explicar el comportamiento de largo plazo de la actividad económica.


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Cuadro 2. Episodios de contracción del PIB per cápita. Venezuela, 1960-2012 Nº de episodios Duración Pérdida/PIBapc Fuente. Nota:

Períodos Total 1960-1969 1970-1979 1980-1989 1990-1999 2000-2012 1960-2012 23 3 5 7 4 5 2,1 1,5 1,7 3 1,3 1,7 6,8 1,6 12,8 10,3 7,7 1,7

Cálculos propios. Duración esta medida en años. La pérdida en % del PIBpc.

En el cuadro 2 se advierte cuán dramático ha sido el comportamiento del PIBpca. Se tiene que en el lapso comprendido entre 1960 y 2012 se han presentado 23 episodios de contracción del producto o crisis, con una duración promedio de 2 años. La persistencia máxima de estos episodios fue de 3 años, la cual se registró en la década de 1980. Durante las recesiones del período, la pérdida media registrada fue del 6,8% del producto agrícola per cápita. Una mirada un poco más detallada al cuadro permite encontrar que la década de los 60 del siglo XX contrasta significativamente con los lapsos siguientes, signados por turbulencias. Al parecer, las crisis antes de los 80 eran más aisladas, lo que sugiere que no afectaban demasiado al crecimiento. Por otra parte, se identificaron crisis en los 80, 90 y los primeros años del siglo XXI. Un conjunto de elementos pudieran explicar dichas crisis y el consecuente deterioro en el crecimiento del PIBapc, entre ellos están los choques externos, los cuales se expresan a través de los términos de intercambio, las distorsiones en la política económica, entre otros II.2.- Choques exógenos, volatilidad y producto agrícola Generalmente se acepta que los términos de intercambio, tdei, representan una fuente de perturbación externa, es decir, a través de éstos se expresan los denominados choques externos reales. En este caso, se puede asumir que una de las fuentes de inestabilidad del PIB agrícola per cápita pudieran ser los términos de intercambio agrícolas, entre otros factores. Un elemento importante es que el patrón de consumo altamente dependiente de las importaciones de alimentos fue posible mantenerlo gracias al poder de compra internacional del cual disfrutó el país, debido a las exportaciones petroleras y a los excedentes rentísticos captados internacionalmente. En la medida en que los ingresos de divisas por concepto de petróleo declinaron en términos reales y la economía entró en crisis, se ha hecho mucho más difícil continuar importando en las magnitudes del pasado. Como la producción nacional agrícola también ha venido atravesando por una profunda crisis en los últimos años, la disponibilidad y los niveles de consumo de alimentos por habitante han mostrado una tendencia decreciente así como una mayor inestabilidad desde comienzos


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de la década de los 80, con sus consecuentes efectos negativos sobre la seguridad alimentaria nacional y de los hogares de menores ingresos. Lo antes mencionado lleva a establecer que la relación de intercambio del sector agrícola está altamente influenciada por los precios de los productos agrícolas importados. De la misma manera, la volatilidad de tdei agrícolas, ha estado determinado por la volatilidad de los precios agrícolas. Como se mencionó anteriormente, diversos pueden haber sido los elementos que han provocado que el crecimiento del PIBapc sea volátil, sin embargo, uno de los elementos que menciona la evidencia empírica es la volatilidad de los precios agrícolas. En este sentido CEPAL/FAO (2011: 3) señala: La volatilidad de los precios de las materias primas agrícolas tiene costos para los países, tales como pérdidas en la eficiencia económica, reducción de la seguridad alimentaria y desnutrición, efectos negativos sobre la balanza comercial, posibilidad de movilizaciones sociales y riesgos elevados para los productores, especialmente para los pequeños agricultores, pues se incrementa la incertidumbre sobre sus ingresos esperados.

Dado lo anterior se plantea la siguiente gráfica para aproximarse a la relación entre los choques exógenos, medidos a través de los tdei agrícolas y el PIB agrícola.

Fuente: Cálculos propios

El gráfico 3 presenta la relación entre la tasa de crecimiento del PIBapc y de la de los términos de intercambio del sector. Como se ve, el vínculo entre ambas variables es positivo, es decir, a medida que la relación comercial mejora pudiera darse un crecimiento en el PIB agrícola; por el contrario, un deterioro en esta relación, ocasionaría una caída en el crecimiento del sector agrícola. En todo


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caso, la gráfica pareciera sugerir que ha existido una asociación entre el comportamiento del PIBpc agrícola y los tdei. Para el lapso total, el vínculo es de 57,1% positivo. Igualmente puede existir un vínculo entre la volatilidad de los tdei y la del PIBapc. En el gráfico 4 se expresa dicho vínculo.

Fuente: Cálculos propios.

Como muestra el gráfico anterior el nexo entre ambas variables es positivo y fuerte. Es de pensar que uno de los elementos que ha ocasionado que el PIBapc sea volátil, adicionalmente a otros factores, han podido ser los términos de intercambio agrícolas.

III.- CHOQUES EXÓGENOS Y PIB AGRÍCOLA PER CÁPITA. EVIDENCIA EMPÍRICA

III.1.- Persistencia de los choques en el producto agrícola En esta sección se aborda el tema de la persistencia de los choques sobre el PIB agrícola por medio de los test de raíz unitaria. Hay un hecho importante de detectar que es la presencia de una tendencia aleatoria (raíz unitaria) en una serie como la del PIB, el cual se basa en serias implicaciones de política económica. Las pruebas de raíz unitaria se realizan para el logaritmo natural de la serie del PIB agrícola per cápita, lPIBpca, en nivel. La prueba incluye un intercepto y una tendencia determinista para analizar si la serie es estacionaria en torno a dicha tendencia. Para verificar si la serie citada presenta o no una raíz unitaria


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se recurre a los siguientes test: Dickey-Fuller Ampliado o ADF; el test de correcciones no paramétricas Phillips-Perron, PP, (1988); el contraste de estacionariedad de Kwiatkowski et al, KPSS, (1992). No obstante, DeJong et al (1992) muestran que estos tipos de test tienen problemas de potencia, por lo que no son capaces de distinguir series con raíz unitaria frente a otras que sigan un proceso autorregresivo de orden uno (AR1), con un coeficiente cercano pero inferior a la unidad. Según Rivera y Toledo (2004), Cámara (2006) y Ramírez y Rodríguez (2008) consideran que los test: DF-GLS (Dickey-Fuller test with GLS detrending) o ERS (GLS) –véase Elliot et al (1996)– y el Ng-Perron, NP, (2001), son los de mayor potencia. Todos ellos se plantean en el contexto de un modelo con constante y tendencia y la variable es tomada en niveles; para el contraste de ADF se utilizó el criterio de Akaike, AIC, para seleccionar el orden del proceso autorregresivo. Los contrastes de PP y NP se realizaron con la ventana espectral de Barlett. Los resultados se muestran en los cuadros 3 y 4. Cuadro 3. Test de raíz unitaria DFA Estadístico t Crítico 1,5424 4,1923

PP Estadístico t Crítico 0,9793 4,1923

KPSS Estadístico LM Critico 0,1924 0,2160

Nivel de significancia estadística: 1%. DFA: Dickey-Fuller Aumentado, PP: Phillips-Perron; KPSS: Kwiatkowski, Phillips, Schmidt Shin. Hipótesis nula: ADF y PP: la variable tiene raíz unitaria. KPSS: la variable es estacionaria. Fuente: Resultados econométricos software Eviews7.2.

Cuadro 4. Test de raíz unitaria DF-GLS Estadístico t Crítico 1,3831 3,7700

ERS punto óptimo NP Estadístico t Crítico Estadístico MZa 26,302 4,220 3,645

Critico 23,800

Fuente: Resultados econométricos software Eviews7.2. Nivel de significancia estadística: 1%. DFA: DF-GLS Dickey-Fuller detrending; ERS: Elliot, Rothenberg y Stock punto óptimo. NP: Ng-Perron. Hipótesis nula: la variable tiene raíz unitaria.

En el cuadro 3, la evidencia señala que con el test ADF y el PP se acepta la hipótesis nula. En este caso, la variable presenta una raíz unitaria, lo cual implica que no es estacionaria, en consecuencia, con estas pruebas se puede concluir que la serie en niveles muestra una tendencia estocástica, sin embargo, el KPSS señala que no se puede rechazar la hipótesis nula, la serie es estacionaria en niveles, I(0). De acuerdo a esto, existen contradicciones en estos test, según Cheung y Chinn (1997) puede estar indicando que la información contenida en la variable no es suficiente para discriminar entre los modelos recogidos bajo la hipótesis nula y la alternativa de los diferentes contrastes. Por otra parte, Carrión et al (2004) plantean que los contrastes pueden estar mal especificados


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si las series han sufrido cambios estructurales a lo largo del período analizado, es decir, dicha contradicción se puede interpretar como un indicador de la existencia de cambio estructural. Dado los resultados anteriores se procedió a utilizar los test de mayor potencia, los cuales se muestran en el cuadro 4. Los test DF-GLS y ERS, revelan que se rechaza la hipótesis nula, la variable es estacionaria en niveles. En este caso, presenta una tendencia determinista no así el test NP, que acepta la hipótesis nula. Una correcta lectura de los resultados anteriores debe considerar, adicionalmente, el problema de potencia que sufren estos estadísticos al ser utilizados en muestras pequeñas. En particular, es posible encontrar niveles de potencia aceptables para estos test cuando se utiliza un tamaño de muestra mayor a 50 observaciones. No obstante, como señalan Ramírez y Rodríguez (2008) la existencia de cambios estructurales es una importante fuente de distorsiones en la inferencia de los test de raíces unitarias. III.2.- Test de raíz unitaria con cambio estructural La incorporación de cambios estructurales en la modelización de las series de tiempo se ha realizado bajo diferentes enfoques, que en lo fundamental difieren en la endogeneidad o no del momento de cambio y en el número de cambios permitidos. En el presente trabajo se contrasta la existencia de una raíz unitaria en el PIB agrícola per cápita contra la hipótesis alternativa de estacionariedad en presencia de cambios estructurales, para tal caso se efectúa la prueba de Zivot y Andrews (1992), para la serie anual de la inversión privada. Zivot y Andrews, ZA (1992), desarrollaron una serie de pruebas para la estimación de cambios estructurales endógenos. Dichos test permiten la evaluación de la presencia de una raíz unitaria contra la alternativa de un proceso estacionario con un cambio estructural, bien sea en nivel, en tendencia o en ambos. ZA, seleccionan el punto de cambio donde el estadístico t (student) en el coeficiente de la variable autoregresiva se utiliza para probar ddnde la hipótesis nula de raíz unitaria es más negativa. Así, el experimento de ZA investiga la posibilidad de la existencia de una tendencia segmentada. Estos autores buscan un corte estructural y lo tratan como endógeno a la muestra. Modelo A.

(1)

Modelo B:

(2)


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Modelo C:

(3)

En consecuencia el modelo para el PIB agrícola per cápita en Venezuela quedaría como sigue:

Donde lPIBpca es el logaritmo del PIB agrícola per cápita expresada en niveles, α es una constante, DU(λ) es una variable dummy que toma el valor de 1 a partir del año en el que se cree ocurrió el cambio estructural y el valor de 0 en los años anteriores, la variable t representa el tiempo, lPIBpcat-1 es la inversión privada rezagada un período. DT(λ) = t – Tλ si t > Tλ y 0 si esto no es así. El siguiente término es la sumatoria del cambio en la variable de interés para los periodos t – j hasta k; los k regresores de éste término, se agregan para eliminar la posible dependencia en la distribución límite usada en las pruebas estadísticas, causada por la dependencia temporal de las distribuciones. Finalmente ε es el término de error. El test de ZA se aplicó recursivamente, es decir, para todos los T o posibles. Al permitir que los quiebres se calculen endógenamente, se reduce la posibilidad de no rechazar la hipótesis nula cuando ésta no es verdadera, por lo que las conclusiones son mucho más sólidas. A continuación se presentan los resultados La hipótesis nula es si el PIBapc presenta una raíz unitaria con quiebre estructural. Cuadro 5. Test de raíces unitarias de Zivot & Andrews Quiebre en intercepto Quiebre en tendencia Quiebre en ambos Estadístico ZA Critico Estadístico ZA Critico Estadístico ZA Critico 3,3524 5,34 3,4280 4,80 3,7521 5,57 Fuente: Eviews 7.2.

Los resultados muestran que en los tres casos se acepta la hipótesis nula, es decir, el lPIBpca en Venezuela para el lapso 1960-2012, presenta una raíz unitaria, tanto en constante como en la tendencia. Así, el hecho de que la variable no sea estacionaria implica que los factores exógenos o perturbaciones aleatorias observadas en la serie de PIB agrícola per cápita tendrían efectos


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permanentes o de largo plazo. En consecuencia, el comportamiento errático de la serie se debe a la presencia de raíz unitaria. Los efectos permanentes vendrían dados por choques exógenos, los cuales habrían producido cambios más duraderos y estarían representados por los quiebres estructurales, los mismos han afectado, según la evidencia, tanto el nivel como la tendencia del PIB agrícola. El hecho de que existan quiebres estructurales en la tendencia implica una tasa inestable de crecimiento agrícola. Una tasa estable de crecimiento proporcionaría la tendencia de largo plazo en condiciones de completa estabilidad, lo cual no es el caso. III.3.- Identificación de los posibles quiebres estructurales Una vez que se ha caracterizado al PIBapc como una serie no estacionaria, con quiebres en el nivel y tendencia, cabe encontrar los períodos en los cuales se han dado esos quiebres. La importancia de realizar este análisis radica en el hecho de que si no se evidencian quiebres estadísticamente significativos en la tendencia del PIB agrícola, ello significaría que la trayectoria de largo plazo no ha sido afectada por choques permanentes. Para la determinación de los quiebres, se siguió la metodología usada por Bai (1997) y Bai y Perron (1998, 2003). Estos test permiten identificar los posibles puntos de ruptura o años en los que sucedieron dichos quiebres. Se parte de una identificación general de la variable PIB agrícola per cápita, PIBapc, a través de una estimación por mínimos cuadrados ordinarios, MCO. A partir de allí, se aplican un conjunto de test de estabilidad. Ente ellas están: la prueba secuencial, la global que implica números de quiebres vs ninguno y por último la información de criterios de quiebres globales. Los resultados de estas pruebas se presentan en los cuadros siguientes. Cuadro 6. Test de quiebres múltiples de Bai-Perron. Test secuencial Test secuencial de quiebres determinados 5 Test de quiebres F estadístico 0 vs 1* 34,2854 1 vs 2* 38,9203 2 vs 3* 25,8326 3 vs 4* 21,6350 4 vs 5* 22,4695

Valor crítico** 8,58 10,13 11,14 11,83 12,25 Cont.


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*significativos al 5% **Bai-Perron (Econometric Journal, 2003) Años de quiebre Secuencial 1 1985 2 2005 3 1998 4 1969 5 1977 Fuente: Eviews 8.

Cuadro 7. Test de quiebres múltiples de Bai-Perro. Quiebres globales vs ninguno Quiebres F estadístico F ponderado 1 34,2854 34,2854 2 48,4006 57,5176 3 116,2698 167,3816 4 175,2625 301,3532 5 213,1384 467,7051 Estadísticos UDmax* 213,1384 valor crítico WWDmax* 467,705 valor crítico *significativos a l 5% **Bai-Perron (Econometric Journal, 2003) Fechas estimadas de quiebres 1: 1985 2: 1969, 1987 3: 1969, 1986, 2005 4: 1967, 1975, 1986, 2005 5: 1967, 1975, 1986, 1998, 2005

Valor crítico 8,59 7,22 5,96 4,99 3,99 8,88 9,91

Fuente: Eviews 8.

Cuadro 8. Test de quiebres múltiples de Bai-Perron. Criterios de información Quiebres

# de Suma de Log L Schwart* LWZ* coeficientesresiduales Criterio Criterio 0 1 8,4902 -26,6725-1,7564 -1,7502 1 3 2,4666 6,6828 -2,8427 -2,7029 2 5 1,2738 23,5959 -3,3537 -3,1188 3 7 0,5696 44,9200 -4,0086 -3,6768 4 9 0,3631 56,8534 -4,3091 -3,8785 5 11 0,2291 69,0611 -4,6199 -4,0885 *Valores críticos de información Fechas estimadas de quiebres 1: 1985 2: 1969, 1987 3: 1969, 1986, 2005 4: 1967, 1975, 1986, 2005 5: 1967, 1975, 1986, 1998, 2005 Fuente: Eviews 8.


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Las dos filas sombreadas indican que tanto el criterio de información de Schwart como el LWZ seleccionan 5 rupturas a lo largo de la muestra, por lo tanto, los quiebres estructurales registrados en el PIB agrícola durante el período de estudios, estarían en los años que se muestran en el cuadro anterior, es decir, 1967, 1975, 1986, 1998 y 2005. III.4.- Estimación econométrica En función de los objetivos planteados para este documento y los resultados obtenidos en las secciones anteriores, se establece un modelo econométrico para validar o refutar lo anterior. Partiendo de los elementos argumentados a lo largo del trabajo, se puede construir un modelo teórico a estimar; en este caso, parece existir una relación negativa entre la volatilidad macroeconómica, medida a través de la desviación estándar de la tasa de crecimiento del PIB per cápita, pibpc, la volatilidad de los términos de intercambio, tdei y el PIBpc agrícola; así mismo, el vínculo sería positivo entre el PIBpc agrícola y los términos de intercambio agrícolas, sin embargo, la intensidad de esa relación hay que establecerla. En consecuencia, se plantea una especificación a partir de un modelo general que será estimado por mínimos cuadrados ordinarios, MCO. Las variables fueron tomadas en logaritmos. (1) Donde Cuadro 9. Estimación del modelo. Variable dependiente lpibpca Variable C lpibpc ltdei ltdei lpibpca-1 D67 D75 D86 D98 D05 R2 R ajustado F estadístico DW

coeficiente 3,18613 -0,10347 -0,15371 0,18454 0,77318 -0,18657 -0,16433 -0,11605 -0,10173 -0,07969 0,923891 0,907582 56,648970 1,686997

Fuente: Eviews 7.2.

t estadístico 4,8656 -4,6026 -2,4968 2,6386 16,9887 -5,2586 -4,8894 -3,4783 -3,0714 -2,4460

Prob 0,0000 0,0001 0,0122 0,0117 0,0000 0,0000 0,0000 0,0012 0,0013 0,0186

0,0000


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El cuadro 9 presenta los resultados de la estimación de la ecuación (1), los cuales son económica y estadísticamente satisfactorios. Los signos son los apropiados y los coeficientes son significativos, tanto al 1% como al 5%, así mismo, se presenta un buen ajuste, dados por los estadísticos R 2, F y Durbin Watson, DW. La evidencia mostrada en el cuadro 9, sugiere que existe una relación negativa entre la lpibpc, la volatilidad de los ltdei y el logaritmo del PIB agrícola per cápita; así mismo, un vínculo positivo entre el pib agrícola y los ltdei. En cuanto a la interpretación de los coeficientes, se tiene que, al estar las variables en logaritmos se está hablando de elasticidades. En este sentido, se puede decir lo siguiente: los valores de los coeficientes parecen apuntar a un vínculo entre las variables que no parece robusto, sino más bien débil. Así se tiene, que al aumentar la volatilidad macroeconómica en 1%, disminuirá el producto agrícola en 0,10%. En el caso de la volatilidad de los términos de intercambio agrícolas un aumento del 1%, reducirá el producto agrícola en 0,15%. Caso contrario a la relación entre el producto agrícola y los tdei. Un aumento en los tdei del 1%, generará un incremento en el PIB agrícola del 0,18%. Esto último pareciera sugerir que el impacto de la relación de intercambio tiene un mayor peso. Otro elemento de importancia es la inclusión en la estimación del PIB agrícola rezagado, lpibpca-1. Esta variable resultó estadísticamente significativa y con el signo apropiado. Su interpretación estaría en consonancia con la persistencia. Significa entonces que el PIB agrícola presenta, según la evidencia, una fuerte persistencia de sus valores pasados y su comportamiento y dinámica en el período presente está altamente influenciada por situaciones pasadas. Adicionalmente a lo expresado, se incorporaron las posibles fechas de quiebre identificadas en los cuadros 7 y 8, con la metodología de Bai y Perron. Para ello se incluyeron variables dummy que en esos años, según la evidencia mostrada, parecieran haberse presentado quiebres en el producto agrícola. Dichas variables resultaron estadísticamente significativas y con signo negativo. Esto sugiere, que los posibles choques sobre el producto agrícola, generaron efectos adversos sobre el mismo en los años estimados. Resulta oportuno comprobar si los residuos de dicha regresión son ruido blanco. Para ello, se verifica si cumple con los supuestos fundamentales de normalidad y no autocorrelación. En el cuadro 10 se presentan las diferentes pruebas para demostrar esto. En el cuadro, se evidencia que el comportamiento de los residuos de la respectiva estimación está en consonancia con el ruido blanco; en otras palabras, la


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prueba de Jarque Bera, JB, para normalidad, descarta que existan desviaciones en los residuos. Por su parte, el test LM de correlación serial indica la ausencia de ésta hasta el residuo 5. Cuadro 10. Pruebas de diagnóstico de los residuos Test Normalidad Jarque Bera, JB1 LM correlación serial2 F-estadístico Obs*R2

Valor

Prob

0,7745

0,6789

0,7467 0,9121

0,3940 0,3396

Fuente: Eviews 7.2 A MODO DE CONCLUSIÓN

En este documento se reportó evidencia acerca de los efectos de los cambios estructurales en el PIBapc, en Venezuela. En particular, esta variable presenta un comportamiento muy volátil y desigual en el período de 1960 a 2012, debido a shocks de tipo coyuntural y estructural que han sacudido a la economía venezolana. Como se muestra en el trabajo, los test tradicionales de raíz unitaria, no dan una señal clara, en cuanto a si el PIBapc es una variable estacionaria o no. Se aplicó la prueba recursiva de Zivot y Andrews, ZA, para comprobar si el PIB per cápita agrícola sigue un proceso aleatorio o uno estacionario con quiebres estructurales. La evidencia mostró que dicha serie presenta una raíz unitaria; en consecuencia, los choques exógenos tienden a permanecer por largo tiempo. Las implicaciones de política económica estarán entonces destinadas a corregir los desequilibrios que afectan a la agricultura a largo plazo. Después de las consideraciones anteriores, se procedió a realizar una estimación econométrica para comprobar el impacto de los términos de intercambio, de su volatilidad y de la volatilidad macroeconómica. Los resultados insinúan que existe una relación negativa entre la volatilidad macroeconómica, lpibpc, la volatilidad de los ltdei y el PIB agrícola per cápita; así mismo, parece existir un vínculo positivo entre el pib agrícola y los términos de intercambio, ltdei; de igual manera, se incluyeron variables dummy para representar las posibles fechas de quiebre identificadas en los cuadros 7 y 8. Dichas variables resultaron estadísticamente significativas y con signo negativo. Esto sugiere que los posibles choques sobre el producto agrícola, afectaron de manera adversa el producto agrícola.


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Una pregunta que queda sin responder es la naturaleza de los shocks. Esta es una tarea que puede responder a una agenda de investigación, que idealmente debería ser capaz de explicar si estos shocks provienen de factores internos y/o factores externos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 149-173 recibido: 08-12-2014 / arbitrado: 09-02-2015

A ECONOMIA ESTADO-UNIDENSE HOJE: ENTRE CRISE SISTÉMICA E GUERRA PERMANENTE Rémy Herrera1 CENTRE NATIONAL DE LA RECHERCHE SCIENTIFIQUE (CNRS), PARÍS Resumo: Este artigo analisa os recentes desenvolvimentos na economia dos Estados Unidos. Ele começa por situar a economia no contexto da crise sistêmica do capital. Esta crise é descrito como crise superacumulação de capital, especialmente de capital fictício. As políticas anti-crise para lidar com a destruição de capital que caracteriza a crise, também são estudadas, até a presente guerra cambial –ganhou provisoriamente pelo dólar. O artigo, em seguida, fornece uma ligação entre a crise da economia dos Estados Unidos e as guerras militares que este país tem em curso contra o Sul. Ele finalmente termina examinando a exacerbação das contradições do sistema capitalista mundial eo risco de deterioração da situação atual. Palavras chaves: Economia dos Estados Unidos, crise capitalista, guerra militar.

INTRODUÇÃO

O capital financeiro, composto pelos mais poderosos oligopólios bancários e financeiros, os quais possuem capital a uma escala mundial, tem o seu centro de gravidade no próprio cerne do poder hegemónico do sistema mundial: os Estados Unidos da América. Historicamente, o retorno do capital financeiro ao poder –consolidado nas últimas décadas do século dezanove, mas colocado sob controle do estado após a Grande Depressão de 1929– verificou-se após a confirmação do declínio nas taxas de lucro registadas nos principais países capitalistas do centro (Estados Unidos, Europa Ocidental, Japão) principiados no fim da década de 1960, as quais aprofundaram-se durante a década de 1970 e tornaram-se uma crise do capital aberta e generalizada, com a queda de todo o sistema monetário no caos e na explosão de desigualdades. O ponto de viragem para a alta finança esteve ligado ao aumento da taxa de juro (ou prime rate) nos Estados Unidos em Outubro de 1979. O Federal Reserve Bank, influenciado por políticas monetaristas, unilateralmente e brutalmente tomou esta decisão. Como o “prestamista de último recurso” no sistema monetário internacional, o Fed executou um “coup d'État financeiro” através do qual a alta finança, essencialmente aquela dos Estados Unidos, restabeleceu o seu poder sobre a economia mundial. As consequências desta mudança foram globais, elas afectaram tanto o Norte, cujas estratégias, sob “constrangimento externo”, acomodaram os

1

herrera1@univ-paris1.fr.


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componentes das suas políticas monetárias, como o Sul, contribuindo para estabelecer as condições para uma epidemia de crises de dívida. Esta reconquista financeira ocorreu sobre as ruínas dos antigos pilares do sistema global: i) “Regulação fordista” do capitalismo no Norte, desafiadas pela estagflação da década de 1970; ii) programas falhados das burguesias nacionais no Sul, como mostram as crises de dívida na década de 1980; e iii) colapso do bloco soviético no Leste com o fim a URSS no princípio da década de 1990. A conjunção destes três grandes eventos provocou mudanças profundas no equilíbrio de poder entre capital e trabalho à escala global, permitindo a ofensiva neoliberal contra os controles do estado que anteriormente estavam no cerne do seu projecto de transformação de formações sociais. Ao nível nacional, os dogmas neoliberais eram atacar qualquer forma de controle estatal e deformar a propriedade do capital em favor do sector privado; isto incluiu reduzir despesas públicas e impor restrições salariais como um elemento chave, dando prioridade, acima de tudo, ao evitar da inflação. Ao nível internacional, os objectivos foram perpetuar a supremacia dos US dólar sobre o sistema monetário mundial, manter taxas de câmbio flexíveis e promover o comércio sem restrições através da remoção de barreiras proteccionistas e liberalização de transferências de capital. Tais mudanças moveram o centro de gravidade do poder para a finança global. A “normalização” desta estratégia de desregulação –isto é, de deixar os oligopólios dominantes terem controle exclusivo da “re-regulação”– e da globalização financeira –cujos efeitos foram ampliados pela ausência de uma entidade política supranacional que controlasse os mercados financeiros– era parte das funções de instituições monetárias locais (bancos centrais “independentes”) bem como das organizações internacionais, sob o guarda-chuva do arsenal militar dos EUA. O problema é que, hoje, esta estratégia global está em crise profunda, tanto na sua dimensão económica como militar. Este artigo pretende analisar, no quadro destes dois aspectos, as origens, características, mecanismos e consequências da crise actual na hegemonia do sistema capitalista mundial.

A ACTUAL CRISE SISTÉMICA DO CAPITAL

Um dos erros mais frequentes na interpretação da crise actual é considerá-la apenas uma “crise financeira”, a qual está a contaminar a esfera da “economia real”. Ela é, de facto, uma crise do capitalismo, da qual os aspectos mais visíveis e publicitados emergiram dentro da esfera financeira devido ao grau extremo de financiarização do capitalismo contemporâneo. Estamos a tratar de uma crise sistémica que afecta o próprio cerne do sistema capitalista, o que quer dizer, nos Estados Unidos, o centro de poder da alta finança que tem estado a controlar a


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acumulação ao longo das últimas três décadas. O desastre não se deve à combinação de factores conjunturais: é um fenómeno estrutural. As séries de repetidas crises monetário-financeiras que atingiram sucessivamente diferentes economias ao longo dos últimos trinta anos, desde o “coup d'État financeiro” cometido em 1979 pela alta finança nos Estados Unidos, fazem parte integrante da mesma crise: México em 1982; crise de dívida dos países em desenvolvimento na década de 1980; os próprios Estados Unidos em Outubro de 1987; a União Europeia em 1992-1993; o México em 1994; o Japão em 1995; a chamada Ásia emergente em 1997.1998; a Rússia e o Brasil em 19981999; os Estados Unidos mais uma vez em 2000 com o estouro da “nova economia da bolha”; então a Argentina e a Turquia em 2000-2001, e assim por diante. Esta crise agravou-se recentemente, sobretudo desde 2006-2007, arrancando a partir do centro hegemónico do sistema mundial e tornando-se generalizada e multidimensional (sócio-económica, política, alimentar, energética, climática...). Desde há alguns anos tem havido um certo número de pensadores a sustentarem que a desvalorização do capital era inelutável que seria brutal e numa grande escala2. Basicamente esta crise podia ser interpretada como uma crise de super-acumulação de capital que decorre da própria anarquia da produção e leva a uma pressão para a taxa de lucro cair tendencialmente quando as contra-tendências –incluindo as novas, ligadas a derivativos– estancaram-se. Esta super-acumulação manifesta-se através de um excesso de produção vendável, não porque não haja suficientes pessoas que necessitem ou desejem consumir, mas ao invés disso porque a concentração de riqueza tende a impedir uma cada vez maior proporção da população de poder compras as mercadorias. Ao invés de ser questão de uma super-produção padrão de bens, a extraordinária expansão do sistema de crédito tornou possível para o capital acumular em capital-dinheiro o qual pode assumir formas que são cada vez mais abstractas. “Capital fictício” parece ser um conceito muito importante para analisar a actual crise do capital (Carcanholo e Nakatani, 1999). Seu princípio básico é a capitalização de receitas as quais são baseadas em valor excedente futuro. Esta espécie de capital é formada principalmente dentro do sistema de crédito, ligando firmas capitalistas ao estado capitalista. Nesta intersecção podem ser encontradas dívidas públicas, capital bancário e bolsas de valores, mas também fundos de pensão, hedge funds especulativos (localizados em paraísos fiscais), ou outras entidades semelhantes. Nos dias de hoje, os veículos de capital fictício mais favorecidos são a titularização (securitization), os quais transformam activos em títulos e as trocas em derivativos. Capital fictício, simultaneamente irreal e real, é uma noção complexa. Apesar da sua natureza parcialmente parasitária, um tal capital beneficia de uma distribuição de valor excedente – sua liquidez dá 2

Para uma discussão destes argumentos, do ponto de vista teórico e empírico, ler: Herrera (2010a, b).


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ao seu proprietário o poder de convertê-lo, sem qualquer perda de capital, na “liquidez par excellence”: moeda. Assim, ele alimenta uma acumulação de capital fictício adicional, como meio de remunerar-se. A análise do capital fictício leva ao conceito de “reprodução ampliada”, bem como ao exorbitante desenvolvimento de formas de capital cada vez mais irreais, como fontes de valorização autonomizada que aparentemente estão mais separadas do valor excedente ou são apropriadas sem trabalho, como “por magia”. A especulação não é um “excesso” ou “erro” de governação corporativa: é um remédio contra o mal estrutural do capitalismo, um remédio que actua contra a tendência para queda da taxa de lucro e proporciona saídas para as massas de capital que já não podem mais ser investidas lucrativamente – o estouro das chamadas “bolhas financeiras” é o preço a ser pago. Em consequência, os montantes correspondentes à criação de capital fictício ultrapassaram, de modo rápido e vasto, os montantes destinados a reproduzir directamente capital produtivo. Exemplo: em 2006, o valor anual das exportações mundiais era igual a três dias de comércio em contratos bilaterais, chamados “off-exchanges”, os quais não são portanto registados em balanços, e criados quase sem nenhumas restrições cautelares, com 4.200 mil milhões de dólares comerciados por dia. Foram sobretudo os derivativos de crédito, com suas complexas disposições de credit default swaps (CDS) ou collateralized debt obligations (CDO), que criaram ao mudar a visão tradicional do crédito e lançar em jogo vários graus de capital fictício. Estes 4,2 tera dólares são comerciados por um número restrito de oligopólios financeiros, os “primary dealers”, mencio-nados pelo Fed como o “G15”: Morgan Stanley, Goldman Sachs e outros 13. A crise que estalou na secção subprime do mercado habitacional dos EUA foi preparada por décadas de super-acumulação deste capital fictício. Ela deve ser entendida dentro do contexto de um longo período de agravamento da disfunção nos mecanismos de regulação do sistema capitalista mundial, pelo menos desde a super-acumulação de capital-dinheiro na década de 1960, ligada a défices internos e externos dos Estados Unidos – parcialmente causados pela guerra do Vietname – até a tensões insustentáveis sobre o dólar e a uma proliferação de eurodólares, então petrodólares, nos mercados inter-bancários (Herrera e Nakatani, 2008). Portanto, as contradições que esta crise revelou têm raízes de longo prazo na exaustão dos motores de expansão que operaram após a II Guerra Mundial, os quais levaram àquelas transformações financeiras. Na esfera real, as formas de extracção do valor excedente a organização da produção alcançaram os seus limites, elas tinham de ser substituídas por novos métodos e uma redinamização do progresso tecnológico (como tecnologia da informação, robótica, internet,...), modificando as bases sociais da produção pela substituição de trabalho por capital. Após uma sobre-acumulação concentrada na esfera financeira, o excesso de oferta acentuou as pressões reduzindo a taxa de lucro que se observava desde a década de 1960.


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Figura 1. Taxa de crescimento anual do PIB nos EUA, 1999-2009 (em percentagem)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do Banco Mundial (vários anos) Nota: Taxa de crescimento do PIB em média anual e a preços de mercado, em dólares constantes (base 2000).

Figura 2. Taxa de crescimento anual do PIB nos EUA desde 1950 (em percentagem média de dez anos)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do Banco Mundial (vários anos). Nota: Taxa de crescimento do PIB em média anual e a preços de mercado, em dólares constantes (base 2000).


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Figura 3. Taxa de desemprego nos EUA, 1999-2011 (em percentagem da força de trabalho)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do Bureau of Economic Analysis (vários anos). Nota: Base de dados da National Economic Accounts. OS ESTADOS UNIDOS NO CERNE DA CRISE

A crise foi provocada pela dinâmica que jaz no cerne da própria economia estado-unidense. Por um lado, há uma reequilibragem destes desequilíbrios internos e externos pela drenagem para o exterior de capital estrangeiro duradouro numa escala internacional. Isto pode ser visto como uma operação das classes dominantes dos EUA, absorvendo riqueza do resto do mundo. Por outro lado, causou a maior concentração de riqueza dentro do país em um século. Isto pode ser mostrado por algumas estatísticas: do total de rendimentos nos Estados Unidos, a fatia de rendimento monopolizada pelos 1% mais ricos era de 10% em 1979; em 2009, era de 25%; a proporção dos 10% mais ricos era de um terço do total de rendimentos trinta anos atrás; agora, elevou-se à metade. A tremenda ascensão em lucros financeiros – através da acumulação de capital fictício – pelas classes dominantes deformou a economia dos EUA tomada como um todo. A taxa de poupança, por exemplo, tornou-se negativa pouco antes da crise (Herrera, 2011b). Alguns dos principais factores que explicam a crise são “reais” e ligados à austeridade: a crise subprime, na qual muitas famílias pobres encontraram-se em incumprimento, também pode ser analisada pelas políticas de austeridade conduzidas ao longo de mais de 30 anos, as quais diminuíram


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salários, tornaram o emprego flexível e precário, estenderam o desemprego a uma escala maciça, degradaram condições de vida – políticas ditas neoliberais, que desaceleraram os motores que criam procura e tornaram-na artificial, portanto insustentável. Assim, este regime tem mantido o crescimento pela promoção da procura para consumo privado, enquanto afrouxava e aumentava linhas de crédito. Este boom sem precedentes no sistema de crédito revelou a crise de sobre-acumulação na sua versão actual. Numa sociedade onde um número crescente de indivíduos são excluídos ou deixados sem direitos, expandir oportunidades disponíveis para donos de capital só podia atrasar a desvalorização de fundos excedentes investidos em mercados financeiros-mas não evitá-la. Uma das manifestações da crise foi uma destruição brutal de capital fictício. Em 2008, a capitalização das bolsas de valores mundiais caiu de 48,3 para 26,1 milhões de milhões de dólares. Esta espiral descendente no valor dos activos foi acompanhada por uma perda de confiança e uma situação de iliquidez no mercado inter-bancário – sendo explicação mais provável uma insolvência de muitos bancos. Consequentemente, num contexto onde os preços de derivativos compósitos e os riscos que transportam eram cada vez mais mal avaliados, os problemas mudaram-se do sector habitacional subprime para aquele dos créditos de créditos, a seguir para empréstimos solventes (primes), antes do estouro da bolha das ferramentas ligadas a hipotecas habitacionais contaminarem os outros sectores dos mercados financeiros e, a partir dali, do próprio mercado monetário. Para além da destruição de capital fictício que leva a quedas drásticas na capitalização de mercado3, é todo o sistema de financiamento da economia que ficou bloqueado. Portanto, as economias entraram em depressão conjunturalmente a partir de 2007 – mas também, por razões estruturais, num mundo onde pico foi atingido para centros recursos naturais estratégicos (dentre eles, o petróleo) e onde a busca de novas fontes de energia coloca limites objectivos ao crescimento, tudo isto dando origem a pressões para guerras. Em consequência, os indicadores económicos foram afectados: quedas na taxa de crescimento do PIB (Figuras 1 e 2), no consumo familiar e no comércio externo, défices de exploração para numerosas empresas, desemprego, perdas no sector habitacional, etc. Multiplicaram-se bancarrotas de empresas e afectaram alguns líderes em sectores industriais que registaram perdas abissais (General Motors, por exemplo). Daí a explosão da taxa de desemprego para mais de 10% da força de trabalho no quarto trimestre de 2009. Seguindo a definição oficial e bastante restritiva, o desemprego atingiu aproximadamente 15 milhões de pessoas em 3

Exemplos: -33,84% registados para o Dow Jones Indus, -39,76% para S & P 500 e -40,54% para o NASDAQ entre 1 de janeiro de 2008 e 1 de janeiro de 2009.


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2010 (figura 3). E sua estrutura deteriorou-se: a proporção de desempregados a longo prazo aumentou drasticamente a partir do segundo semestre de 2008. Os sectores de produção tradicionais foram os mais gravemente afectados (indústria, construção, agricultura); e as comunidades afro-americana e hispânica – ou “raças”, conforme o vocabulário padrão da administração dos EUA – sofreram mais do que outras. Simultaneamente, os lucros total corporativos apropriados por todos os oligopólios estado-unidenses da alta finança –isto é, utilizando a mesma terminologia, as instituições financeiras interna, incluindo sectores das finanças, banca e seguros– recuperaram-se muito rapidamente, retornando em 2009 para o mesmo nível de 2001 e então, no fim de 2010, para o mesmo nível de lucros do momento anterior ao estalar da crise (figura 4). Uma das principais características do caminho neoliberal era, até a economia ter implodido, uma baixa taxa de acumulação nos Estados Unidos. Em 2000, a seguir à alta em valor conduzida pelas novas tecnologias de informação e comunicação, a queda provocada pelo estouro da bolha da “nova economia”, causou um acentuado arrefecimento da actividade económica. Durante os mandatos de George W. Bush, o crescimento do PIB nunca foi superior à taxa de 2,5% em qualquer ano. Esta taxa declinou outra vez durante o Verão de 2007 e entrou em colapso no segundo semestre de 2008, com a “crise financeira” no sector imobiliário propagando-se a toda a economia. Desde o fim de 2006, os ganhos de produtividade registados após o aumento temporário durante o episódio da “nova economias” desaceleraram-se e convergiram rumo à sua muito mais moderada tendência de longo prazo. Alguns aspectos preocupantes da crise estão ligados à elevada dívida pública, particularmente aquela do governo federal, o qual “nacionalizou” parcialmente dívidas privadas. Há também a contrapartida externa deste processo conduzido pelo endividamento maciço, isto é, a deterioração da balança de pagamentos dos EUA, especialmente os défices de transacções correntes. Isto envolveu uma depreciação pronunciada do dólar em comparação ao euro e ao yen. Os desequilíbrios externos dos Estados Unidos, os quais ainda têm à sua disposição a divisa do sistema monetário internacional, foram compensados pelas sempre crescentes influxos sustentáveis de capital do resto do mundo, China inclusive. Até agora, Washington tem sido capa de forçar todos –desde os seus parceiros do Norte (Europa e Japão) até os seus potenciais rivais do Sul (como os BRICS e, especialmente, a China)– a enviar capital para os Estados Unidos; mas por quanto tempo mais?


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POLITICAS ANTI-CRISE E GUERRA DE DIVISAS

A primeira tentativa do governo americano para contrapor-se à crise consistiu em coordenar as acções dos bancos centrais para injectar liquidez no mercado inter-bancário. Fez isto através da criação de moeda primária, oferecendo linhas especiais de crédito aos bancos líderes primários e reduzindo taxas de juros. Um ponto de viragem verificou-se depois de as autoridades monetárias evitarem intervir durante a bancarrota do Lehman Brothers em meados de Setembro de 2008. Dentro de poucas horas, o Tesouro dos EUA e o Federal Reserve fizeram um giro de 180º: um certo número de instituições financeiras em perigo (como a companhia de seguros AIG) foram nacionalizadas – geralmente sem que o governo obtivesse o direito de voto ou qualquer controle acrescido –, vendas a descoberto foram temporariamente suspensas na Grã-Bretanha, a seguir nos Estados Unidos; o Fede abriu enormes linhas de crédito para os dealers primários em condições especiais, com taxas de juro de quase zero; o governo ajudou estes estabelecimentos privados a organizarem a tomada de grupos em bancarrota e a recapitalizá-los, etc. Figura 4. Lucros das instituições financeiras nos EUA, 2001-2010 (em mil milhões de dólares)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base nas Tabelas NIPA do Departamento do Comércio dos EUA (vários anos). Nota: Linha 12 “corporate profits –other financial- domectic industries” na Tabela 6-16D.


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Figura 5. Défice fiscal do estado federal nos EUA, 1999-2009 (em percentagem do PIB)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do U.S. Government Spending (vários anos)

Figura 6. Dívida publica nos EUA, 1999-2010 (em percentagem do PIB)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do U.S. Government Spending (vários anos).


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Por outras palavras, o governo federal apoiou fortemente os esforços dos oligopólios financeiros para concentrar a propriedade e o controle do capital, levando à hiper-centralização. O Citigroup tomou o Lehman Brothers, o Bank of America tomou o Merrill Lynch, o Morgan tomou o banco de poupanças Washington Mutual, etc. Foi criado um “cancelamento” (“defeasance”) de fundos, de modo que o estado garantisse títulos “tóxicos”. Finalmente –isto foi a medida crucial– em Outubro de 2008 o Fed estendeu sua organização de linhas swap ou “disposições temporárias recíproca sobre divisas” aos bancos centrais nos maiores países do Norte bem como do Sul (México, Coreia do Sul,...), tornandoas quase “ilimitadas” (Herrera, 2010b). A seguir, houve o planos Paulson No. 1 e No. 2 e os programas para o apoio geral à economia estado-unidense (incluindo a General Motors, sem impedir despedimentos maciços) – e, pelo caminho, a recapitalização do Fed, o qual estava no fim do seus recursos... Contudo, no princípio de 2011, o presidente do Federal Reserve advertiu tanto o Tesouro como o Congresso dos EUA de que a sua instituição não continuaria a financiar défices públicos extra, que tinha de haver um retorno a maior rigor e que as taxas de juro tinham de ser aumentadas... No entanto, uma ascensão da taxa de juro envolveria dois grandes riscos: para os Estados Unidos, que o fardo da dívida pública se tornasse ainda mais pesado e a sua dinâmica incontrolável; e para o resto do mundo, que os fluxos de capital que o abandonam recomeçassem a financiar os défices nos Estados Unidos, permitindo-lhes continuarem a viver mais uma vez acima dos seus meios. Dentre os mais gritantes efeitos da crise actual está a exacerbação de uma “guerra de divisas”. Num ambiente altamente incerto, a criação maciça de moeda e a fixação de taxas de juro apenas acima de zero, juntamente com enormes défices fiscais – o défice orçamental correspondente a aproximadamente 10% do PIB nos Estados Unidos (figura 6) – e o aumento desproporcionado da dívida pública (figura 7), tudo isto provocou uma depreciação do US dólar e uma “guerra de divisas”. Esta última a esta altura está a ser paradoxalmente vencida pelo próprio dólar, pela razão fundamental de que os Estados Unidos têm à sua disposição uma arma extraordinária: seu banco central pode criar montantes quase ilimitados de moeda a qual é aceite por todos os países estrangeiros, porque até agora o dólar permanece a divisa de reserva mundial. Isto permite aos Estados Unidos imporem sobre o resto do mundo os termos de uma capitulação que os obrigas a prosseguirem políticas neoliberais, bem como a suportar a taxa de câmbio do dólar que melhor se adeque à estratégia de dominação dos EUA – mesmo se isto implicar uma depreciação imediata das enormes reservas de divisas mantidas pelas autoridades monetárias de outros países, como o BRICS. O problema com tal estratégia é que, durante anos, o défice comercial e a pro-


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dução interna dos EUA reagiram pouco ao rebaixamento do valor do dólar: isto resulta num fraco crescimento económico nos Estados Unidos, numa situação que tem piorado porque agora as causas das dificuldades decorrem de todo o sistema de financiamento da economia. Os efeitos da actual crise sistémica variam conforme as características das economias do Sul e o grau da sua integração no sistema capitalista mundial. Alguns países estão tão excluídos e presos em armadilhas de pobreza que a crise parece não afectá-los. Mas, na realidade, é impressionante para todos eles, sejam eles “emergentes” ou não. Fundamentalmente, parece que todas as condições estão a combinar-se de modo que uma grande consequência da crise poderia ser um aprofundamento da confrontação Norte-Sul – apesar dos recentes movimentos do G20 para “cooptar” países sulistas – num mundo em que os níveis das contradições estão a tornar-se cada vez mais complexos. No Sul, uma grande maioria de governos optou por continuar a manter o capitalismo – ou uma das suas variantes – em vigor. No entanto, nossa opinião é que esta estratégia não é solução. É impossível no Sul resolver as profundas contradições produzidas pelo sistema capitalista (por exemplo, aquelas devidas à recusa de acesso à terra a camponeses), e isto leva os países sulistas a entrarem em conflito com as potências do Norte. Isto é claramente o caso num período em que são necessárias transferências de capital em direcção aos Estados Unidos, em ainda maiores proporções, para travar a espiral de desvalorização de capital fictício. Estas transferências do Sul em direcção aos Estados Unidos operam através de diferentes canais: repatriação de lucros de investimentos directos estrangeiros ou de carteira de investimentos; reembolso de dívidas externas, transformação de reservas oficiais em créditos (concedidos aos Estados Unidos), intercâmbio desigual, mas também fugas de capital, corrupção... (Nakatani e Herrera, 2007). É provável que tais transferências em breve tenham de acelerar-se para garantir o resgate da alta finança e evitar bancarrotas nos centros capitalistas. Tudo isto se verifica enquanto os Estados Unidos tem o arsenal militar necessário para impor esta drenagem de capital duradouro do resto do mundo (figuras 7, 8 e 9).


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Figura 7. Despesas militares nos EUA, 1998-2010 (em mil milhões de dólares)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do SIPRI (2011)

Figura 8. Despesas militares e educacionais nos EUA, 1999-2010 (em percentagem do PIB)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do U.S. Government Spending (vários anos).


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Figura 9. Despesas militares por país, 2010 (em percentagem das despesas militares mundiais)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do SIPRI (2011.)

Figura 10. Despesa militar em Investigação e Desenvolvimento (I&D) nos EUA e na UE, 2010, (em mil milhões de dólares, paridade de poder de compra)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do Estado-major das forças armadas (CPCO) / Ministère de la Défense et des Anciens Combattants (2011).


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Figura 11. Despesas de capital com defesa por militar nos EUA e na UE, 2010 (em milhares de dólares, paridade de poder de compra)

Fonte: Gráfico preparado pelo autor (02/2013) com base em dados do Estado-major das forças armadas (CPCO) / Ministère de la Défense et des Anciens Combattants (2011)

Figura 12. Proporção de pessoal militar activo dos EUA em países estrangeiros de 1950 a 2010-todo o mundo, incluindo Iraque e Afeganistão (em percentagem do total do pessoal militar dos EUA)

Fonte: Calculado pelo autor (02/2013) com dados do U.S. Department of Defense (vários anos) Nota: Componente “em países estrangeiros” do “Active Duty Military Personal Strenghts”, mais o pessoal militar empenhado na Operation Iraqi Freedom (no Iraque desde 2003), Operation Enduring Freedom (no Afeganistão desde 2004) e Operation New Dawn (no Iraque)


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Figura 13. Pessoal militar dos EUA no Iraque e Afeganistão entre dezembro de 2002 e Dezembro de 2011, (em numero de pessoas)

Fonte: Calculado pelo autor (02/2013) com dados do U.S. Department of Defense (vários anos) Notas: OIF = Operation Iraqi Freedom (no Iraque desde 2003); OEF = Operation Enduring Freedom (no Afeganistão desde 2004); OND = Operation New Dawn (no Iraque).

Tabela 1. Principais companhias de armamento no mundo em 2010 Volume de negócios no sector militar Classificação Companhia País (mil milhões de dólares) 1 Lockheed Martin Estados Unidos 42.025 2 BAE Systems Reino Unido 33.418 3 Boeing Estados Unidos 31.932 4 Northrop Grumman Estados Unidos 30.656 5 General Dynamics Estados Unidos 25.904 6 Raytheon Co. Estados Unidos 23.139 7 EADS Holanda 15.013 8 Finmeccanica Itália 13.332 9 L-3 Communications Estados Unidos 13.014 10 United Technologies Estados Unidos 11.100 11 SAIC Estados Unidos 8.400 12 Thales França 8.032 13 ITT Estados Unidos 6.097 14 KBR Estados Unidos 5.410 15 Honeywell Estados Unidos 5.382 Fonte: News Defence (2011).


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GUERRA PERMANENTE

A administração Obama planeia reduzir o défice fiscal do governo federal em cerca de 500 mil milhões de dólares em 2013, graças às poupanças do fim da guerra no Iraque – a qual supostamente excederia os custos do reposicionamento de tropas no Afeganistão. No entanto, o facto é que o presidente Obama e sua equipe não reverteram a lógica das “guerras preventivas” conduzidas pelo seu antecessor – ao contrário do que ele havia sugerido durante a sua campanha eleitoral – e os Estados Unidos não cessaram de “regular” o sistema capitalista mundial através de guerras militares. A crise está estreitamente ligada a estas guerras (Herrera, 3007, 2010b, 2011b). Elas estão integradas no ciclo, de um ponto de vista económico, como formas extremas de destruição de capital, mas também politicamente para a reprodução das condições do comando de fracções da classe dominante – isto é, alta finança – sobre o sistema mundial. Veremos na próxima secção como os oligopólios financeiros lançaram recentemente um assalto ao complexo militar-industrial dos Estados Unidos [que] lhes deu um controle decisivo sobre este sector. Como matéria de facto, o capital financeiro apossou-se de suficientes acções comerciadas publicamente de corporações do complexo militar-industrial para assumir o seu controle. A despesa militar tornou-se uma grande fonte de lucros para o capital num contexto no qual a utilização de forças armadas é a estratégia imposta sobre o mundo pela alta finança dos EUA como condição para a sua reprodução. A militarização está a tornar-se o modo de existência para o capitalismo. E aqui, o papel do estado (neoliberal) é fundamental para o capital – porque é o estado que vai à guerra no interesse do capital, enquanto as agências governamentais atribuem montantes astronómicos de contratos militares às companhias transnacionais de armamento, através do seu lobbying (Mampaey e Serfati, 2004). Dever-se-ia observar que os Estados Unidos lançaram suas guerras contra o Afeganistão e o Iraque num momento muito específico. Quanto ao Afeganistão, o ano de 2001 já era um tempo de crise – tal como 1913 e 1938 foram anos de depressão que antecederam as Guerras Mundiais. A crise actual emergiu exactamente quando estavam a ter lugar mudanças na política monetária estado-unidense, seguindo-se o agravamento dos desequilíbrios internos e externos – o primeiro, devido à necessidade de financiamento ligado parcialmente a estas guerras; o segundo devido em parte ao outsourcing, acima de tudo para a China. Portanto, a seguir ao arrefecimento do crescimento económico em 2000, o Fed reduziu grandemente sua taxa de juro: de 6,50% em Dezembro de 2000 para 1,75% em Dezembro de 2001, a seguir para 1,00% em meados de 2003, e ela foi mantida a este nível muito baixo até meados de 2004. Foi precisamente neste momento, quando as taxas de juro reais haviam-se tornado negativas, que os mecanismos da crise subprime foram gerados, com cada vez maior tomada de risco, especialmente no sector habitacional. Então, devido à pressão agrava-


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da causada pelo esforço de guerra, o Fed (dentre outras decisões, mas de modo significativo) teve de elevar a taxa de juro dos seus 1,00% de meados de 2004 (isto é, um ano após o começo da guerra no Iraque) para 5,25 em meados de 2006. E logo após, a partir do fim de 2006, começou um incumprimento maciço de pagamentos de hipotecas por parte dos devedores – os seus números a aumentarem devido à contracção do crescimento e à estagnação dos salários. A Reserva Federal manteve esta ligeiramente alta taxa de juro, acima de 5%, até meados de 2007, embora os sinais da crise já fossem aparentes. Foi só em Agosto de 2007, portanto muito tardiamente, que o Fed começou a dar aos bancos quantidades de crédito a taxas reduzidas, taxas prenda, próximas do zero; este passo, contudo, não conseguiu impedir novos pânicos financeiros. Portanto, a crise explodiu quando uma massa crítica de devedores tinha dificuldades em reembolsar seus empréstimos. Foi este o caso no fim de 2006, depois de o Fed ter elevado suas taxas de juro para atrair o capital a fim de financiar os orçamentos militares que haviam sido inchados por novas guerras. Considerando tudo, não houve vitória militar para os Estados Unidos, nem qualquer ressuscitar da acumulação apesar da destruição provocada por estes conflitos. Ao contrário, o prosseguimento de tais guerras, desde a Líbia, via NATO, até o Iémen, onde em Junho de 2011 o presidente Obama convidou o Pentágono e a CIA a colaborarem estreitamente, está a exacerbar as contradições ainda mais... A marcha forçada da sociedade iraquiana rumo ao neoliberalismo, começada imediatamente depois de este país ser ocupado, proporciona um “exemplo de tipo ideal” das consequências económicas desta violência. Sem qualquer direito ao Iraque e aos seus recursos, a coligação de ocupação conduzida pelos Estados Unidos (e o Reino Unido) impôs a plena privatização de serviços públicos e uma mudança correspondente na estrutura de propriedade do capital de mais de 200 companhias (nos sectores da água, electricidade, telefone, estações de televisão, ferrovias, aeroportos, hospitais...) a fim de entregá-las a firmas transnacionais sob o pretexto da “reconstrução”. Para este objectivo, Lewis Paul Bremer, o administrador civil da autoridade provisória, então nomeado pelo presidente George W. Bush, durante os seus 13 meses no gabinete [emitiu] cerca de 100 ordens (chamadas “Coalition Provisional Authority Orders”), as quais serviam como substitutos de leis nacionais –mas sem qualquer controle democrático. As companhias transnacionais estadounidenses (e britânicas) obtiveram aproximadamente 85% de todos os contratos adjudicados. A Ordem 17 defendia os direitos de ocupantes legais e seus subcontratantes, suplementada pela Ordem Executiva 13303, a qual os protegia contra eventual processo nos Estados Unidos. O diploma isentava as 38 firmas na coligação de impostos de importação, ao passo que a Ordem 39 permitia propriedade estrangeira de até 100% em propriedades de terra e companhias


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iraquianas e não estabelecia restrições à repatriação de investimentos financeiros e lucros no Iraque. A Ordem 400 permitia a estrangeiros comprarem bancos locais. A Ordem 81 impunha a privatização de recursos biológicos, o patenteamento da vida (para sementes agrícolas) e a liberalização dos Organismos Geneticamente Modificados (OGMs). Em Fevereiro de 2004, o Iraque tornou-se observador na Organização Mundial de Comércio, antes de preencher sua candidatura a membro pleno, num “procedimento de emergência). Em consequência, a guerra no Iraque transformou este país, em meses, numa das mais neoliberalizadas economias do mundo4.

A ALTA FINANÇA E OS MILITARES

Em 2010 as despesas militares nos Estados Unidos foram de aproximadamente 700 mil milhões de dólares (figura 7), isto é, pouco mais de 5% do PIB, a ser comparado com 6% para educação (figura 8). Isto representou cerca de um quinto do orçamento federal e quase 44% das despesas militares mundiais (figura 9). Contudo, o fardo real é significativamente maior. Na verdade, algumas estimativas consideram que o total de despesas militares dos EUA, incluindo pagamentos de juros sobre dívidas a elas associadas, actualmente excederia 1,0 ou memo 1,1 milhão de milhões de dólares (Foster e Magdoff, 2009). Mesmo este ajustamento para cima, o “fardo militar” (isto é, a proporção da defesa no PIB) subestima a importância efectiva do sector da defesa na economia americana. Também é necessário avaliar a força destrutiva e o alcance das armas do Pentágono, incluindo o impacto da sua rede mundial de bases militares. Qualquer que seja o critério escolhido para medir a extensão da militarização – incluindo a I&D da defesa (figura 10) ou despesas de capital dos militares (figura 11), a superioridade dos EUA é clara. Não há escassez de modernos “aproveitadores” (“profiteers”) da guerra, incluindo oficiais sénior na activa e na reforma, membros de comités do Congresso sobre gastos de defesa e administradores de topo de companhias de armamento, cujas actividades de lobbying obtiveramlhes lucrativos contratos militares das várias agências governamentais. Aqui estão, em geral, as principais firmas transnacionais produtoras de armas, com vendas astronómicas e contratos de vários milhares de milhões de dólares para cada uma delas, como Lockheed Martin, Boeing, Northrop Grumman, General Dynamics, L-3 Communications, Raytheon, United Technologies, SAIC, ITT, Kellogg Brown & Root, Honeywell, General Electric, ITT, Computer Sciences, etc. (Tabela 1); e mais especificamente, aqueles entre elas que beneficiaram dos contratos adjudicados no Iraque e no Afeganistão: a KBR outra vez (com 14,4 mil milhões de dólares entre meados de 2002 e meados de 2004), a Par4

Ver os relatórios sobre este assunto redigidos pelo Center Europe-Third World (CETIM): http://www.cetim.ch


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sons (5,3 mil milhões no mesmo período), Fluor (3,8 mil milhões), Washington Group (3,1), Shaw Group E&I (3,0), Bechtel (2,8), Perini (2,5), Contrack (2,3), mas também a Tetra Tech, USA Environmental, CH2M Hill, American International Contractors (com cerca de 1,5 mil milhões de dólares respectivamente), e assim por diante (Herrera, 2010b). O ponto fundamental a ser sublinhado aqui é que o capital financeiro continua a fortalecer a sua recente e bastante rápida ascendência sobre o complexo militar-industrial dos EUA. Isto pode ser visto quando investidores institucionais, eles próprios dependentes dos mais poderosos oligopólios bancários e financeiros dos EUA, capturaram a estrutura de propriedade do capital destas companhias militares. No princípio dos anos 2000, a proporção controlada pelo capital financeiro alcançou 95,0% do capital a Lockheed Martin, 86,5% do da Engineered Support Systems, 85,9% da Stewart & Stevenson Services, 84,7% da L-3 Communications, 82,8% da Northrop Grumman, 76,0% da General Dynamics, 70,0% da Raytheon, 66,0% da Titan, 65,0% da Boeing, etc. Analogamente, quando o governo “externaliza” cada vez mais o seu negócio da defesa, uma fatia crescente de companhias militares privadas fica sob o controle da finança. Por exemplo, a DynCorp foi comprada pela companhia de software Computer Sciences Corp. em 2003 e, dois anos depois, tornou-se propriedade do fundo de acções privado Veritas Capital. Anteriormente, em 2000, a L-3 Communications Holdings controlou a MPRI. Uma consequência destas tomadas de controle é que cidadãos comuns participam (muitas vezes sem o seu conhecimento) na propriedade de uma companhia militar cujas actividades vão desde as missões de mercenários até o “interrogatório” de prisioneiros... No fim de 2006, sua colaboração foi recompensada. O MPRI obteve um contrato para apoiar o U.S. Army no Iraque e no Afeganistão; os preços oficiais das acções comuns das firmas associadas e da sua companhia mãe dispararam para cima. Outra companhia militar privada, a Vinnell, cuja lucratividade atraiu tanto interesse que os seus proprietários mudaram várias vezes nos últimos anos, havia sido comprada anteriormente pelo grupo financeiro Carlyle... (Cicchini e Herrera, 2008). O número de agentes empregues por companhias militares privadas no Iraque atingiu os 182 mil em 2008, ou seja, um número maior do que aquele do pessoal militar americano no Exército, Marinha, Corpo de Fuzileiros Navais e Força Aérea somados (Figuras 12 e 13). Naquela época, o número total de combatentes paramilitares privados em actividade era aproximadamente de 75 mil, os quais deles faria o segundo mais numeroso contingente empenhado no conflito, muitos mais do que as tropas estrangeiras aliados aos Estados Unidos (aproximadamente 23 mil soldados). Integrados na “Total Force”, eles são empregados por aproximadamente 300 companhias privadas, tais como KBR,


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Blackwater USA, MPRI, Vinnell, DynCorp, Control Risks, Pacific Architects & Engineers, Custer Battle, Titan, ArmorGroup, California Analysis Center, etc. Tomadas como um todo, estas firmas partilhariam vendas anuais de mais de 100 mil milhões de dólares. O seu maior cliente é obviamente o estado (neoliberalizado), o qual transformou tanto o Afeganistão como o Iraque em sítios privilegiados de acção para este novo “mercado de guerra” que se abriu após 11 de Setembro de 2001 com o lançamento da “Guerra Global ao Terror”. No entanto, tais mudanças geraram novas contradições económicas e políticas, ainda mais profundas do que aquelas que provocaram as mudanças. A ineficácia desta estratégia de “privatização da segurança” é cada vez mais aparente do Iraque, bem como no Afeganistão; ela não “minimiza custos” e nem tão pouco faz vencer estas guerras. Alguns economistas estimam que os custos financeiros destas guerras são demasiado altos... 5. O que quer seja poupado ao recrutar mercenários experientes – ao invés de treinar novos recrutas – é perdido devido às altas quantias pagas a firmas militares com fundos públicos. E os escândalos são conhecidos: sobrecarregar preços ou contrato por administração (“cost plus”), ausência de competição sob o pretexto de “acordos secretos” com o Pentágono ou a CIA, dupla contabilidade e pagamentos por serviços que não são executados, conluio duvidoso de accionistas, além de abusos repetidos (que vão desde a tortura até crimes impunes de mercenários)... Têm sido observados conflitos entre soldados do exército regular e mercenários privados – sendo os últimos mais bem pagos, com melhores “condições de trabalho” e muitas vezes escapando a penalidades legais...

A EXACERBAÇÃO DAS CONTRADIÇÕES DENTRO DO SISTEMA CAPITALISTA

Entretanto, o fracasso desta nova “parceria público-privado” é completo, como também é o caso da própria estratégia de guerra permanente. Esta não impediu o ressurgimento de protestos e resistências dentro do exército. Hoje, a oposição às guerras é parcialmente organizada pelo IVAW, ou “Iraq Veterans Against the War”, movimento fundado pela convenção de Veteranos pela Paz efectuada em Boston em Julho de 2004 a fim de encorajar as vozes de pessoal activo e veteranos que recusam a guerra no Iraque, mas forçados a manteremse silenciosos. O espírito de rebelião da antiga “Resistência dentro do Exército” (“Resistance Inside The Army”, RITA), durante a guerra do Vietname, exala-se no seu manifesto. Desde o princípio da guerra no Iraque, mais de meio milhão de soldados americanos fizeram pelo menos uma missão ali. Segundo dados estatísticos oficias, entre Março de 2003 e Julho de 2008, 4.124 deles foram 5

Ver, por exemplo, as estimativas (3,0 milhões de milhões de dólares) propostas pelo Prémio Nobel Joseph Stiglitz.


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mortos (num total de 4.438 mortos entre todas as tropas da coligação). Fontes alternativas6, que descrevem os artifícios utilizados pelas autoridades militares para reduzir o número de baixas tornadas públicas, sugerem números muito mais elevados... Depois de ter anunciado a retirada do Iraque ao longo de 19 meses a começar em Fevereiro de 2009, e o reposicionamento de tropas no Afeganistão, o desafio do presidente Barack H. Obama será tentar amortecer o impacto destas decisões no interior da sociedade estado-unidense. Os efeitos da procura efectiva associados às guerras no Iraque e no Afeganistão afectam essencialmente o curto prazo, e os efeitos tecnológicos são positivos somente para o complexo militar-industrial, o qual é claramente insuficiente para restaurar o crescimento sustentável. A destruição de capital provocada por estas guerras –considerável para os povos que sofrem estes conflitos– não revitalizará a acumulação no centro da economia hegemónica do sistema capitalista mundial, como foi o caso durante a reconstrução conduzida pelo Plano Marshall após a II Guerra Mundial. Para ser capaz de recomeçar um ciclo de expansão de acumulação de capital de longa duração no Norte, a crise teria de “destruir” montantes absolutamente gigantescos de capital fictício, a maior parte dele sendo parasitário. Contudo, as contradições profundas que caracterizam o sistema capitalista tornaram-se agora tão difíceis de resolver uma tal desvalorização poderia impelir ao colapso. Pensadores ortodoxos também acreditam que a crise actual levará ao colapso do capitalismo, como, por exemplo, os analistas do Global Europe Anticipation Bulletin, cujas previsões acerca do agravamento da situação levam à total deslocação geopolítica do sistema, à queda do dólar e ao desaparecimento das bases do sistema financeiro globalizado; ou, nos Estados Unidos, aquelas [análises] de Money&Markets, que prevêem o futuro aprofundamento da crise numa sequência mais tradicional: ampliação do défice fiscal, inchaço da dívida pública, defesa insuficiente do dólar pelas autoridades monetárias dos EUA... Por agora, o agravamento da situação mina um pouco mais a hegemonia unipolar dos Estados Unidos. A esta luz, uma pequena mas significativa minoria entre as correntes pensamento dominantes continua a ser cada vez mais radical no seu apoio a teses ultra-liberais, inspiradas do von Mises, Hayek ou Rothbard 7. Suas análises da crise baseiam-se numa fé reafirmada no carácter automático do reequilíbrio do mercado. Isto é aborrecido para os neoliberais, na medida em que estes ultraliberais defendem a ideia de que a crise decorre de um excesso de intervencio6

Ver o sítio web IVAW: http://ivaw.org/ E também o apelo à paz: http://appealforredress.org./index.php 7

Ler, por exemplo, os comentários de Rockwell e Rozeff, do von Mises Institute.


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nismo e que o estado não deveria salvar os bancos e companhias em dificuldade. O que precisa ser feito, segundo eles, é por um fim às regulações do estado que limitam a liberdade dos agentes nos mercados. Estes autores são portanto contra qualquer plano anti-crise e, em particular, contra qualquer regulação das taxas de juro pelo banco central. Os mais extremistas entre eles chegam até a apelar pela supressão das instituições do estado –incluindo o exército– bem como a privatização da moeda. Ainda que estejam conscientes de que tais medidas empurrariam o capitalismo rumo ao caos, eles pensam que, graças a mecanismos de mercado, este caos beneficiaria o capital e o capitalismo reconstituir-se-ia a si próprio mais rapidamente e melhor do que através de intervenções do estado na forma de assistência pública artificial a empresas que em qualquer caso estão condenadas a fracassar. Paralelamente, a gravidade da crise tem favorecido um retorno a teses “reformistas” (Krugman, 2009). De facto, enquanto medidas “keynesianas” eram perceptíveis –inclusive no plano de G.W. Bush de 2008, por exemplo (com sua entrega de parte dos impostos) e, acima de tudo, no programa do presidente Obama (infraestrutura, etc)– hoje, a prioridade é dada claramente ao neoliberalismo a fim de salvar tanto quanto possível do capital fictício sobre-acumulado. Contudo, as actuais políticas anti-crise não são keynesianas e os seus iniciadores não se libertaram dos dogmas neoliberais. Na verdade, o Fed e os outros bancos centrais do Norte continuam a criar moeda primária numa escala maciça. Mas esta política monetária aparentemente “keynesiana” caiu de facto na “armadilha da liquidez” (“liquidity trap”), em que a estratégia de rebaixamento da taxa de juro real demonstrou-se incapaz de aumentar a eficácia marginal do capital e transferir capital-dinheiro da esfera financeira para a esfera produtiva. As crises constituem momentos nos quais fracções de capital, geralmente as menos produtivas e/ou inovadoras, são absorvidas e incorporadas numa estrutura de propriedade capitalista mais concentrada. Até agora, cada reorganização do capital na história permitiu ao sistema construir instituições e instrumentos mais eficazes para amenizar os piores efeitos devastadores destas crises, mas de modo nenhum para resolver as contradições profundas do sistema capitalista.

CONCLUSÃO

A probabilidade da escalada da crise actual é extremamente alta hoje – não só na Europa com as dificuldades da zona euro e as preocupações causadas pelo endividamento público, ou no Japão, preso numa conjunção de problemas dramáticos, mas também e acima de tudo nos próprios Estados Unidos. Há uma alta probabilidade de que a presente crise venha a tornar-se mais aguda, como uma crise sistémica do capital, uma vez que todas as condições estão aí para


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que isso aconteça. O capitalismo está em perigo, incluindo o próprio centro do sistema. Obviamente, outras crises capitalistas aconteceram no passado e o sistema sempre saiu delas mais forte e mais concentrado do que antes. É uma ilusão acreditar que o capitalismo está em vias de entrar em colapso devido aos efeitos da crise actual. Entretanto, se o problema estrutural para a sobrevivência do capitalismo é na verdade o das pressões declinantes sobre a taxa de lucro, e se a financiarização não é uma solução sustentável, a única coisa que este sistema oferecerá, até a sua agonia, será uma pressão constante para aumentar a exploração da força de trabalho, porque o capital fictício pretende ser remunerado e ele consegue isto pela transferência do excedente (surplus) do capital produtivo. A situação presente não se parece ao “começo do fim da crise” como dizem alguns conselheiros do presidente Obama. Não é uma crise de crédito habitual, nem tão pouco uma crise temporária de liquidez, através da qual o sistema se reorganizará e se reforçará para então começar a funcionar “normalmente”, com uma nova expansão das forças produtivas numa estrutura de relações sociais modernizadas. Parece ser muito mais grave; o que significa dizer, o princípio de um de longo processo de colapso da actual etapa ou fase do capitalismo, a qual é agora oligopolística e financiarizada. E este processo de entrada em colapso está a abrir vastas perspectivas de transições. Portanto, isto tornará necessário reconsiderar possibilidade de alternativas e transformações pós-capitalistas.

REFERÊNCIAS

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— (2007), “War and Crisis”, Political Affairs, vol. 86, 4. — (2005), “When the Names of the Emperors were Morgan and Rockefeller”, International Journal of Political Economy, vol. 34, 4, winter. Herrera, R. and P. Nakatani (2008), “La Crise financière : racines, raisons, perspectives”, La Pensée, 353. Krugman, P. (2009), The Return of Depression Economics and the Crisis of 2008, W.W.Norton & Co., New York. Mampaey, L. and C. Serfati (2004), “Les Groupes de l'armement et les marchés financiers”, F. Chesnais (ed.), La Finance mondialisée, La Découverte, Paris. Nakatani, P. and R. Herrera (2007), “What Rich Countries Owe Poor Ones”, Monthly Review, vol. 59, 2.


Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 175-186 recibido: 10-12-2014/ arbitrado:22-01-2015

LA NANOEMPRESA, COMO FORMA DE ORGANIZACIÓN ECONÓMICA, SU RECONOCIMIENTO PARA MÉXICO Adalberto González Flores1 UNIVERSIDAD MEXIQUENSE DEL BICENTENARIO TECNOLÓGICO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE VALLE DE BRAVO, MÉXICO Resumen: En el mundo globalizado, las empresas que sostienen económica y socialmente son las Mpymes, reconocidas como unidades económicas que lucran y que están integradas en los sistemas de recaudación fiscal. Sin embargo; existen unidades económicas, conformadas al menos por un integrante, que son informales. En México, esto no es la excepción, no existen para el Estado, por ello se hace un análisis de diferentes características que tienen y se justifica su participación, como soporte de la economía y de la sociedad. Palabras claves: Informalidad, organización, nanoempresa, sistema abierto, enfoque de procesos.

INTRODUCCIÓN

En México, existen millones de personas que tienen un negocio, el cual tiene entre sus principales características la informalidad, es decir que trabajan en la parte empresarial, pero no registran y mucho menos enteran sobre sus actividades comerciales al Sistema de Administración Tributario, a través del pago de impuestos o de la información sobre lo que hacen derivado de su act ividad empresarial. En general se manejan cifras de que cerca del 60 por ciento de los trabajadores están en la informalidad, pero la Secretaría del Trabajo, incluye como trabajadores también a aquellas personas que se mantienen ocupadas en una unidad económica en la cual ellos son sus propietarios, por lo que las cifras reales de cuantas personas son dueñas de negocios informales en los que a lo sumo tienen hasta cinco trabajadores, no están definidas (Quintana, 2014). Estos realizadores de una idea de negocios, pueden estar en cualquiera de los sectores de la economía, desde la producción de un insumo, pasando por la elaboración de un producto hasta la prestación de un servicio. Cuentan con personal que van desde una hasta menos de cinco personas, las cuales reciben algún beneficio económico, que puede denominarse como salario o sueldo, pero 1

ag_flores2001@yahoo.com.mx


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que no están registrados en el régimen del seguro social. Pueden o no tener un local o establecimiento fijo para su actividad empresarial, pero sobre todo es que si impactan en el Producto Interno Bruto Nacional.

ANTECEDENTES EN EL MUNDO

Existen algunos antecedentes en el mundo sobre el concepto de nanoempresa, por ejemplo en España, “según el Directorio Central de Empresas (DIRCE) de fecha 1º de enero de 2007, había 1’237.792 personas físicas no asalariadas realizando actividad económica y 471.294 con un máximo de dos asalariados lo que hace un total de 1’709.086 personas físicas bajo forma no societaria, las cuales no son asociaciones especialmente obreras, (The free dictionary, 2014) que entrarían bajo una posible interpretación de nanoempresas. La denominación que se les empieza a dar en algunas regiones del mundo son las de nanoempresarios, esta deviene de la utilización del prefijo nano, de origen griego, que significa super enano y se les denomina a aquellas unidades empresariales constituidas por una sola persona que es, a la vez, la propietaria y único miembro (Ljungberg, 2014); de ello deriva, el concepto de nano tecnología, lo cual significa que es una tecnología representada físicamente en forma muy pequeña, relacionada con microchips y semiconductores. También, se utiliza el concepto de nano biotecnología, lo cual hace referencia al uso de aspectos biotecnológicos, pero en su mínima expresión; es decir relacionado con aspectos de información genética. Si tenemos también en cuenta las sociedades de responsabilidad limitada (662.547), la cifra conjunta es de 2.371.633. El DIRCE no distingue de las sociedades de responsabilidad limitada cuales son unipersonales” (García-Gutiérrez & Lejarriaga, 2008: 29).


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La nanoempresa, como forma de organización…

Trabajadores autónomos al 31 de diciembre de 2007 Reta

Sin asalariados Con 1 asalariado Con 2 asalariados Con 3 asalariados Con 4 asalariados Con 5 y más asalariados Autónomos con asalariados Total (autónomos personas físicas o autónomos propiamente dichos) Nanoempresas

1.551.986 219.940 95.813 47.265 25.202 4.162 428.382 1.980.368

1.867.739

Régimen Régimen Total Porcentaje especial especial del respecto al agrario mar total (%) 229.794 11.641 1.793.421 80,10 7.440 1.338 228.718 10,22 2.792 407 99.012 4,42 1.455 119 48.839 2,18 853 29 26.084 1,16 2.524 12 43.698 1,91 15.064 1.905 445.351 19,89 244.858 13.546 2.238.772 100,00

240.026

13.386 2.121.151

94,75

Fuente: Elaboración propia en base a http://mtas.es/empleo/economiasoc/BaseDeDatos/TrabajAu tonomos/2007/4trim/Autonomos4AltaSS, (consulta 15-03-2008). (García-Gutiérrez & Lejarriaga, 2008: 27).

Una de las principales características de este tipo de negocios, es que se encuentran en el sector informal, en Colombia se tienen datos al respecto, aunque no se les denomina nanoampresarios, estos representan más del 60% del personal ocupado en ese país: “en el primer lustro del siglo XXI, alrededor del 65% de los empleados en las cabeceras municipales de Colombia –dos de cada tres– trabajan en el sector informal. Y la mitad de esos informales son trabajadores por cuenta propia no profesionales ni técnicos, lo cual implica que las denominadas actividades informales generan uno de cada tres empleos en la economía colombiana” (Ortíz, 2007: 109). Como se muestra en el siguiente cuadro: Empleo urbano en Colombia por posición ocupacional (%) Sector Informal 1. Cuenta propia, no profesional ni técnico 2. Microempresas 3. Servicio doméstico 4. Ayudantes familiares Sector Formal 1. Cuenta propia, profesionales y técnicos 2. Mediana y gran empresas 3. Gobierno 4. Otro Total ocupados

2001 66.8 35.0

2002 62.8 30.2

2003 2004 2005 63.9 63.0 60.7 28.8 28.8 27.7

21.8 5.9 4.1 35.5 2.2

22.6 6.2 3.7 34.4 2.3

24.9 6.1 4.1 32.7 2.0

25.1 6.1 2.9 34.6 2.3

22.4 6.3 4.4 36.3 2.5

23.1 6.1 4.0 36.0 2.2

23.8 9.3 0.2 100

24.1 7.6 0.4 100

23.5 7.0 0.2 100

24.8 7.1 0.4 100

26.1 7.5 0.3 100

27.1 6.5 0.3 100

Fuente: Tomado de la Revista Sociedad y Economía de la FaCES, 13 de 2007: 100, Cali.

2006 61.3 28.1


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Cuenta propia, no profesionales ni técnicos; microempresas informales Medianas y grandes empresas formales y gobierno

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2001 2002 2003 2004 2005 2006 56.8 52.8 53.7 53.9 50.1 51.2 33.1

31.7

30.5

31.9

33.6

33.5

Fuente: Elaboración propia.

Lo importante a resaltar de la información referida en el cuadro anterior, es la parte sombreada en la que se nota que más del 30% de las personas ocupadas están en actividades informales por cuenta propia y que no tienen alguna formación profesional o técnica; asimismo, en promedio 23% laboran en microempresas no formales; esta situación denota su relevancia en la economía de Colombia de los que aquí se denomina como probables nanoempresas. En este mismo orden de ideas, si analizamos el rubro 1 de lo formal, notamos que los profesionales y técnicos por cuenta propia representan apenas un 2%, que no les aplicaría la denominación de nanoempresarios al estar integrados en el sector formal de la economía. Por otra parte, en la experiencia italiana para denominar a una sociedad unipersonal como organización empresarial, se define jurídicamente como una persona que se dedica a alguna actividad empresarial y que tiene derechos y obligaciones fiscales y económicas, podría tener rasgos relacionados con el de una nanoempresa, por la característica de que es una persona su propietario, pero por otro lado, el hecho de estar dentro de la formalidad la segrega de tal denominación (Cordoba, 2014). Algunas de las características de una nanoempresa están descritas en el siguiente cuadro: Algunas propiedades sustanciales 1. Varios miembros en la organización 2. Estructura organizacional de relaciones 3. Procesos de influencia entre los miembros 4. Relaciones de poder entre los integrantes 5. División de tareas 6. Relaciones de conflicto al interior 7. Procesos de comunicación interna 8. Finalidad de lucro

Organizaciones Si Si Si Si Si Si Si Sólo algunas

Nanoempresas No No No No No No No Si

Fuente: Ljungberg (2014).

Para poder definir si existen esas propiedades o no en el concepto de nanoempresario, antes se define cada una de esas propiedades sustanciales que se enuncian a continuación.


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Primero se define el término de organización desde un enfoque de la administración (UNAM, 2014): Según Agustín Reyes Ponce –en Munch Galindo– organización es la estructuración de las relaciones que deben existir entre las funciones, niveles y actividades de los elementos materiales y humanos de un organismo social, con el fin de lograr su máxima eficiencia dentro de los planes y objetivos señalados. Y para Munch Galindo es el establecimiento de la estructura necesaria para la sistematización racional de los recursos, mediante la determinación de jerarquías, disposición, correlación y agrupación de actividades, con el fin de poder realizar y simplificar las funciones del grupo social

En este sentido, las organizaciones están integradas por personas (miembros) las cuales forman parte de ella, por lo que efectivamente una nanoempresa podría estar integrada por un solo miembro, y de acuerdo a los autores citados, no coincide con esta característica de las organizaciones. En lo referente a la segunda propiedad sustancial: estructura de relaciones, para explicarlo definimos dos conceptos, en primer término el de estructura y en segundo el de relaciones sociales, ya que en toda organización existe una estructura de relaciones de las funciones. Según Francisco Torres Pérez (2014) “estructura es el conjunto de elementos relacionados, formando una unidad tal que los elementos pueden ser sustituidos por otros sin que se altere el conjunto”. Por otro lado, “una estructura organizacional es un concepto fundamentalmente jerárquico de subordinación dentro de las entidades que colaboran y contribuyen a servir a un objetivo común” (Enciclopedia Financiera, 2014). Con lo anterior, se puede afirmar que una estructura de relaciones consiste en la interacción jerárquica de subordinación entre las personas que componen una entidad denominada organización; por supuesto una nanoempresa integrada por una sola persona carecería de una estructura de relaciones al interior de la misma. Sin embargo, desde un enfoque de sistema abierto, existe una estructura de relaciones hacia el exterior de la nanoempresa, ya que efectivamente puede haber una subordinación ya con proveedores, clientes, competidores, el gobierno, la sociedad, etc. (Porter) 1997. Al analizar la tercera propiedad sustancial: procesos de influencia, nuevamente al interior y exterior de las organizaciones existen procesos de influencia, mientras que las nanoempresas integradas por una persona, estos procesos de influencia se dan al exterior y nuevamente la principal influencia está con el cliente, el gobierno y la sociedad, entre otros; por ejemplo, si un expendedor de bebidas alcohólicas al consumidor final, vende lo que el cliente más consume, se subordina a las normas que el gobierno le aplique y la sociedad le critica su acti-


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vidad económica, ya que ésta tiene la percepción de que destruye a las familias que algunos de sus miembros consumen esos productos. Lo referente a la cuarta propiedad: relaciones de poder, efectivamente al interior de una organización si existe una relación de poder, simplemente porque hay una subordinación jerárquica entre las personas en una relación de jefe – subordinado o patrón– empleado; en una nanoempresa compuesta por una sola persona, en la cual tiene diferentes roles, seguramente que no existe esta relación de poder al no haber subordinación jerárquica al interior de ella. Sin embargo, nuevamente al exterior y siguiendo con la misma idea de Michael Porter (1997), existen las cinco fuerzas que interactúan de manera subordinada y jerárquica con la nanoempresa, según la participación y presencia que tenga ésta en el mercado, según el nivel de poder que tenga esa empresa en dicho mercado. En lo referente a la quinta propiedad sustancial: división de tareas, está basado en sentido estricto… por Charles Babbage (1792-1871), en su obra On the Economy of Machinery and Manufactures (1832), a través de la cual postuló y desarrolló el enfoque científico de la administración; así como, el estudio de operaciones repetitivas y de tiempos, y la división del trabajo” (Barba, 2010). Por supuesto que toda organización, y por supuesto la nanoempresa no es la excepción, tiene división de tareas, ya que están claramente definidas las actividades de producción, ventas, compras, etc.; lo que si es cierto, es que existe la elaboración de un producto o servicio en varias fases, pero no colaboran diferentes personas durante el proceso que va desde la adquisición del insumo hasta la venta del producto. La definición que dio Adam Smith de la división del trabajo persigue el aumento de la producción “Este aumento considerable en la cantidad de productos que un mismo número de personas puede confeccionar, como consecuencia de la división del trabajo, procede de tres circunstancias distintas: primera, de la mayor destreza de cada obrero en particular; segunda, del ahorro de tiempo que comúnmente se pierde al pasar de una ocupación a otra, y por último, de la invención de un gran número de máquinas, que facilitan y abrevian el trabajo, capacitando a un hombre para hacer la labor de muchos” (Sánchez, 1992); la lógica de esto es que al dividir las tareas, una para cada trabajador, en consecuencia aumenta la producción; por lo tanto, el nanoempresario al ser un individuo no está dentro de esta lógica de un empleado para cada actividad; pero, las tareas si están divididas ya que vender, comprar y producir, no las asume de la misma manera, ni en el mismo momento; es decir, que cambia de rol en cada momento, ya al comprar, producir, vender, etc. Pasando a la sexta propiedad sustancial: relaciones de conflicto, por supuesto que los conflictos derivados de las relaciones de sus integrantes dentro de una organización se dan frecuentemente, pero nuevamente al ser una persona el único integrante de la nanoempresa, no existe la posibilidad de un conflic-


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La nanoempresa, como forma de organización…

to, ya que para que este se dé se requiere que haya, al menos, dos integrantes. Pero nuevamente, esta concepción se da en una concepción sistémica cerrada, ya que en un sistema abierto, los conflictos ocurren muy a menudo con la competencia, los proveedores y, en menor medida, con los clientes. Para la séptima propiedad: procesos de comunicación interna, sin duda que para que haya comunicación se requiere de más de un integrante, ya que al menos se requiere un emisor y un receptor de un mensaje; en la nanoempresa, también hay procesos de comunicación interna, pero estos no se dan bajo este esquema de emisor-receptor, sino que la información se transmite de manera inmediata, casi instantánea. Por ejemplo, si la persona fabrica tamales, inmediatamente se entera que falta materia prima y detona el procedimiento de compra de la misma; si los clientes demandan más tamales de un sabor específico, también lo conocerá, por lo que la comunicación es parte del conocer y aunque no está explicita, existe. En la octava propiedad: finalidad de lucro, según la definición que da el Diccionario de la Real Academia Española al concepto de lucro como “la ganancia o provecho que se saca de algo” (RAE, 2014); es decir, en los negocios es la obtención de ganancias o utilidad mediante la comercialización de un producto o servicio, de ello deriva que no todas las organizaciones tienen fines de lucro, ya que existen las gubernamentales y las sin fines de lucro ya que su fin no es la obtención de ganancias; las únicas organizaciones que persiguen el lucro son las empresas y las nano son eso: empresas. Por todo lo anterior, ahora ya se tienen elementos para plantear un esquema donde se visualice el enfoque sistémico, que integre el sistema cerrado y el sistema abierto para efectos del análisis que se pretende de las nanoempresas; además, se integran algunas propiedades que fortalecen esta concepción: Algunas propiedades sustanciales 1. Varios miembros 2. Estructura de relaciones 3. Procesos de influencia 4. Relaciones de poder 5. División de tareas 6. Relaciones de conflicto 7. Procesos de comunicación interna 8. Finalidad de lucro 9. Procesos 10. Generan productos o servicios 11. Relación de subordinación Fuente: Elaboración propia.

Organizaciones Sistema Sistema cerrado abierto Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si Algunas Algunas Si Si Si Si Si Si

Nanoempresas Sistema Sistema cerrado abierto No Si No Si No Si No Si No Si No Si Si Si Si Si Si Si Si Si No Si


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DEFINICIÓN DE UN NANOEMPRESARIO

Ahora que ya se ha analizado diferentes características o propiedades que tienen las empresas integradas por una persona, podemos analizar la situación en México, si hablamos de informalidad se tienen datos que indican que el 60% de los trabajadores están en esa clasificación, según la Secretaría del Trabajo; para el Sistema de Administración Tributario (SAT) se tiene que la población que no está dada de alta en Hacienda es del 16.8% (Quintana, 2014). En el pasado, había otra definición de informalidad que correspondía a las personas que trabajaban en el sector definido como informal. Éste está compuesto por unidades económicas que cumplen tres condiciones: son micronegocios; no están prohibidos por la ley (como el narcotráfico); el negocio no tiene un patrimonio distinguible del de la persona o familia que lo opera, por eso se califica como una división del sector de hogares. Además, usualmente no cumple con pagos de impuestos, seguridad social y demás obligaciones legales. De acuerdo con los datos de la ENOE del INEGI, al primer trimestre de este año se ocupaban en este sector 13.7 millones de personas, lo que significa 27.7 por ciento de la PEA ocupada. Sin embargo, pareciera que muchos de ellos, algo así como 5.5 millones, sí están dados de alta en el SAT. Por ejemplo, cuando se habla de las unidades económicas informales que lastran la productividad del país, más bien hablamos del segundo indicador, el del “sector informal” de la economía. Según el INEGI, hay 3.9 millones de unidades económicas con menos de cinco personas ocupadas. Cuando hablamos de la precariedad del empleo, la referencia es del tercer indicador, el empleo informal (Quintana, 2014). Con esta información se determina, que cerca de cuatro millones de personas son propietarios de un negocio que se mantiene en la informalidad. Por ello se considera que estos negocios informales no pueden clasificarse como empresas, ya que su principal característica es que no están dentro de la formalidad fiscal y, que en caso de ser formal pasa a formar parte de la categoría que hace la Secretaría de Economía en donde en una categorización reciente las incluye: según sus ventas, giro de la empresa y número de trabajadores, como microempresas (SoyEntrepreneur, 2014). Entonces por qué denominarla como “nanoempresa”, desde mi particular punto de vista, debe ser tratada así, porque al final es una unidad económica que aporta al Producto Interno Bruto Nacional, da trabajo y manutención a familias mexicanas al permitirles a través de ese negocio allegarse de recursos eco-


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nómicos y sobre todo porque con ello se les da el reconocimiento que necesitan, cuando siempre han sido segregadas al convertirse en motor de la economía al estar integradas en una cadena de valor. Esto resulta muy importante, ya que los nanoempresarios, con certeza son consumidores de productos o servicios de las empresas formalmente establecidas, muchas de las veces venden sus productos o servicios a los consumidores finales. Con esto se justifica su existencia y denominación de nanoempresa, pero sobre todo porque la empresa se define como una “unidad económico-social, integrada por elementos humanos, materiales y técnicos, que tiene el objetivo de obtener utilidades a través de su participación en el mercado de bienes y servicios. Para esto, hace uso de los factores productivos (trabajo, tierra y capital) (Definición de, 2014). Consideración que sin duda, también cumple la nanoempresa. Es un organismo con fin de lucro, integrado por al menos una persona que aprovecha ciertos recursos que obtiene de sí mismo y del ambiente que le rodea, que se mantiene en la informalidad y que ofrece un producto o servicio para su venta, proceso por el cual obtiene una ganancia. Al referirse a organismo es que está vivo, es decir la nanoempresa está viva, ya que obtiene del medio, insumos que transforma y que ofrece nuevamente al medio, pero transformados en productos o servicios con algún valor adicional, derivados de ese proceso. Como muchas empresas en el mundo, nacen en la informalidad, algunas de ellas con el pasar del tiempo, se formalizan, es decir se integran en el régimen tributario, pero en este caso, con las nanoempresas no ocurre así, es decir, se mantienen en la informalidad, porque así convienen a los intereses de los involucrados. Ya que la ley obliga a tributar a quien lucra, no existe en México medios para obligarlos, su explicación se debe a factores políticos, económicos y sociales que serían motivo de otro estudio. En suma, la nanoempresa es un concepto de organismo que existe en México y que es necesario su reconocimiento, ya que se convierte en promotor de la economía y del bienestar social, que emplea a millones de mexicanos que se dedican a diversas actividades lucrativas, y que por supuesto impactan al Producto Interno Bruto nacional, al consumir a empresas formales sus productos, como insumos para sus procesos, al mantener ocupados a personas que se mantienen de su trabajo y por supuesto, que fomentan y fortalecen la paz social.


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CONCLUSIÓN

La importancia de la conformación y consolidación de empresas en México es muy importante, por ello es necesario reconocer este nuevo concepto de empresa integrada por no más de cuatro personas y que no está dentro del sector formal de la economía, pero que sin embargo, forman parte de las cadenas de valor de diferentes sectores económicos del país: la nanoempresa, integrada por una persona, al menos, el cual se convierte en un hombre-empresa, que realiza todas las funciones que en una organización lucrativa son parte de su naturaleza, pero que entre sus características particulares tiene el no estar dentro de la formalidad y quizás permanezca ahí por mucho tiempo. Su reconocimiento dentro de las categorías que define la Secretaría de Economía, se hace necesario, por lo que representan, tanto en volumen como en importancia social, al emplear a millones de mexicanos, proporcionarles un ingreso digno el cual sirve para la manutención de millones de familias y ser motor de la economía nacional al formar parte de esas cadenas de valor en las que participan de manera informal, pero necesaria y sobre todo, porque en un enfoque sistémico y de procesos, forman parte del suprasistema llamado México y porque actúan como un proceso en el que ingresan insumos, los transforman, generando finalmente productos o servicios que venden. Reconocerlos significa, valorar la importancia que tienen en la vida nacional, solo basta pensar que sería de esos mexicanos sin esa opción que eligieron, ya por convicción o por necesidad, que los orilló a aventurarse en poner un negocio, sin ninguna preparación y muchas de las veces con recursos muy limitados, pero eso sí, con entusiasmo y que con el tiempo, a través del ensayo y el error han logrado comprender la dinámica de los negocios y mantenerse. Sin duda que deben ser considerados en esa clasificación, porque al final son unidades económicas que participan en la economía y aportan al PIB nacional, pero eso si manteniéndose en la informalidad, que si es ético o no, eso no está en discusión, su justificación está al ofrecer productos o servicios a bajo costo, de manera inmediata y sin trámites adicionales que no van más allá del intercambio de dinero por producto o servicio. Su reconocimiento se hace necesario, no tratando de integrarlas a la formalidad por obligación, sino por derecho y justicia, porque generalmente los que inician un negocio sin formación académica, lo hacen porque las circunstancias los orillaron a ello y ahora son soporte de su familia, la sociedad y la economía. La tarea del gobierno no es obligarlos por la fuerza o las leyes, sino a través de propiciar condiciones en que esos nanoempresarios convencidos decidan hacerlo.


La nanoempresa, como forma de organización…

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Finalmente, desde la academia es necesario construir los argumentos, para que ello suceda, su reconocimiento es imperioso, porque al final de cuentas son mexicanos y mexicanas que han decidido hacerlo en condiciones adversas, pero que ellos tienen la necesidad de reconocerse y ser reconocidos para propiciar su integración dentro de la economía formal del país y entonces quizás transformarse en empresas de mayor tamaño a la formalidad.

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DETERMINANTES E DURAÇÃO DA DESOCUPAÇÃO NO BRASIL DURANTE TRES PERIODOS DE RECESSÃO ECONÔMICA: 1992-2010 Maria Cristina Cacciamali1 UNIVERSIDADE DE SÃO PAULO, BRASIL

Fábio Tatei2 FUNDAÇÃO INSTITUTO DE PESQUISAS ECONÔMICAS, BRASIL MEMBRO DO NESP/USP/CNPQ

Tânia de Toledo Lima3 UNIVERSIDADE FEDERAL DE SÃO CARLOS, BRASIL MEMBRO DO NESP/USP/CNPQ Resumo: O objetivo deste artigo é comparar a duração da desocupação e seus determinantes em anos de crise econômica para seis regiões metropolitanas do Brasil. A aplicação de três métodos –não paramétrico, semiparamétrico e paramétrico– confirmaram resultados já vistos anteriormente: chefe de família e quem já foi empregado mostraram menor tempo de duração de desocupação. Entre os resultados novos verificou-se que o desocupado apresentou maior chance de sair dessa condição em 2009 do que nos outros anos, entretanto, aquele que não conseguiu uma nova ocupação nos primeiros meses de busca em 2009 permaneceu mais tempo desocupado. Palavras chaves: duração da desocupação, determinantes da duração da desocupação, desocupação nas regiões metropolitanas brasileiras, desocupação e ciclo econômico. 1. INTRODUÇÃO

A economia brasileira depois de um breve período de retração do nível de atividade devido à crise financeira ao final de 2008 retornou ao crescimento econômico e do emprego no segundo semestre de 2009. E em 2010 todos os indicadores de mercado de trabalho apresentaram melhora perante os resultados de 2009, com aumento do nível de participação no mercado de trabalho e da ocupação, assim como queda da desocupação (gráficos 1 e 2). Assim, a piora dos indicadores de mercado de trabalho ao final de 2008 e início de 2009 seguiu o

1cciamali@uol.com

/ 2ftatei@usp.br / 3taniatl@al.insper.edu.br


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movimento da curva de Beveridge, que mostra a relação negativa da oferta de postos de trabalho com a taxa de desocupação ao longo dos ciclos econômicos2. Por outro lado, sobressaem-se alguns aspectos distintos da crise de 2008/09 com relação àquelas de 1991/1992 e de 1998/19993. Em primeiro lugar, a origem da crise foi distinta. Em 2008/2009 se originou da inadimplência de créditos, sobretudo imobiliários, em bancos norte americanos, e atingiu o setor real da economia de todos os países onde o sistema bancário estivera associado a volumes excessivos de títulos insolventes, nos Estados Unidos e países da Europa, sobretudo. Os bancos brasileiros pouco se comprometeram com esses papéis e a retração da economia da região ocorreu pela contração das exportações e diminuição da oferta internacional de crédito. A segunda distinção é quanto ao contexto da economia. Na crise de 1991/1992, a economia vinha de um período de alta inflação e estagnação dos 1980; naquela de 1998/1999, a economia vinha de um período de controle da inflação e instabilidade no crescimento econômico tanto no cenário mundial quanto no doméstico; e naquela dos 2008/2009 a economia vinha de um período de inflação baixa, crescimento continuado e de expansão do comércio mundial, fase que propiciou prosperidade e fortaleceu as condições econômicas domésticas e externas do Brasil4. A crise de 2008 foi enfrentada com política econômica distinta em relação às crises dos 1990. Durante a crise asiática de 1998/1999, as autoridades econômicas no Brasil reagiram por meio de ajustes econômicos convencionais 5; enquanto que na crise recente o governo central empregou múltiplos e articulados 2

Assim, em períodos de contração econômica ocorre redução da oferta de emprego e aumento da taxa de desocupação, e vice-versa em períodos de expansão econômica. Essa abordagem é utilizada na literatura internacional (ver, entre outros, Blanchard et al, 1989; Nickell et al, 2005; e Shimer, 2005), todavia, a inexistência de séries históricas sobre oferta de emprego limita a elaboração de estudos semelhantes no Brasil, exceto por alguns trabalhos pontuais (por exemplo, Scandiuzzi et al, 2001). 3

Salienta-se que os períodos escolhidos para caracterizar crises econômicas não representam, necessariamente, anos de recessão econômica em termos de crescimento anual negativo do PIB. Por outro lado, cada um desses períodos tiveram uma recessão técnica, isto é, queda da atividade econômica por pelo menos dois trimestres seguidos. 4

Vale ressaltar que esta análise é proveniente dos dados das Contas Nacionais Trimestrais do Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE). Um quadro mais completo sobre o período pode ser encontrado, entre outros, em Cacciamali e Tatei (2010: 53-77). 5

Manteve-se a política de metas de inflação, com aumento da taxa interna de juro para reduzir a saída de capital externo e controlar o aumento de preços; e diminuindo os gastos públicos para aumentar o superávit primário.


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instrumentos de política econômica anticíclica, com o objetivo de fomentar o consumo e o investimento, alargar o tamanho e o acesso ao mercado de crédito, aumentar o financiamento de longo prazo para o setor produtivo e expandir os gastos de investimento do governo em infraestrutura6. Ademais, a política social –programas de transferência de renda e políticas de mercado de trabalho– também foi ampliada, o que complementou as medidas anteriores e impediu o aumento da pobreza7. As diferenças no contexto econômico prévio às crises e as diferenças de política econômica adotada para o seu enfrentamento adiaram o efeito negativo dos mecanismos de transmissão da crise mundial de 2008/2009 sobre a economia brasileira. A reação do mercado de trabalho no último período 8, especial6

No mercado de crédito, até julho 2009, o Banco Central brasileiro reduziu continuamente a taxa básica de juros, diminuiu o compulsório para os bancos e ampliou as linhas de crédito dos bancos públicos para o consumidor e para micro, pequenas e médias empresas. O consumo foi incentivado, a partir de dezembro de 2008, por meio da manutenção do aumento do salário mínimo, e da redução das alíquotas de imposto indireto sobre automóveis, material de construção, bens duráveis da linha branca e motos; como também pela redução das alíquotas do imposto sobre a renda das pessoas físicas dos estratos médios. Para as empresas, o governo central e o governo estadual dilataram o prazo de recolhimento dos impostos, e financiaram exportações e dívidas externas. Forma mantido O investimento foi incentivado por meio dos empréstimos do Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES) que ampliou as linhas de crédito para investimentos de infraestrutura e para o setor industrial. A previsão de recursos girou em torno de US$ 400 bilhões entre 2007 e 2010, incluindo o Programa de Aceleração do Crescimento (PAC). 7

Em março de 2009, o governo central lançou o Programa Minha Casa, Minha Vida que tem a missão de construir um milhão de novas casas, subsidiadas para os mais pobres, e com taxas de juros menores que as do mercado para os estratos médios. Em maio de 2009, o Conselho Deliberativo do Fundo de Amparo ao Trabalhador (CODEFAT) prolongou, por até, mais dois meses, o seguro-desocupação aos trabalhadores demitidos. O Ministério de Desenvolvimento Social (MDS) dilatou o prazo de recebimento, a abrangência e o valor da transferência para os participantes do Programa Bolsa Família que, em 2009, pretendia atender cerca de 13 milhões de famílias. 8

Nos períodos anteriores, a retração ocorreu sobre atividades orientadas sobretudo para o mercado interno (Montagner, 1998; Chahad, 1998); em contraste, ao final de 2008 e início de 2009, os efeitos negativos incidiram, principalmente, sobre as regiões e os setores econômicos mais dinâmicos que dependiam de crédito e do mercado externo (Cacciamali e Tatei, 2010). Ademais, nesse último período, a despeito do saldo líquido negativo de postos de trabalho, e diferente do que ocorrera nas crises anteriores, os setores de comércio e de serviços mostraram expansão do nível de emprego formal em atividades econômicas intensivas em mão de obra feminina, menos qualificada de baixos salários. Segundo o Cadastro Geral de Emprego e Desocupação (CAGED) do Ministério do Trabalho e Emprego (MTE), o último trimestre de 2008 e o primeiro trimestre de 2009 registraram


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mente quanto ao comportamento da formalidade, participação feminina e evolução do salário real –cuja tendência de crescimento nos anos 2000 não foi afetada pela crise de 2008/2009 (gráfico 3)–criam um objeto de pesquisa distinto para a investigação sobre o tema da desocupação9. Assim, o objetivo deste artigo é responder a duas perguntas: como se comportou a duração média da desocupação nas crises de 1991/1992, 1998/1999 e 2008/2009? Houve mudanças nos determinantes de sua duração? Almejando responder à essas questões, utilizamos três métodos distintos, estimação nãoparamétrica, semiparamétrica e paramétrica das funções de risco e de sobrevivência da duração da desocupação, conforme proposto por Menezes-Filho e Picchetti (2000). O artigo está estruturado em seis seções, incluindo esta introdução. A segunda seção apresenta a discussão da literatura especializada, sobretudo na abordagem sobre os determinantes da desocupação e do seu tempo de duração, enquanto a terceira seção descreve a metodologia e a base de dados utilizadas. A quarta e quinta seção mostram os resultados estimados e, por fim, na sexta seção tecemos as considerações finais.

2. O QUE A LITERATURA NOS DIZ?

A análise da desocupação, entre os anos 1990 e 2000, foi enfocada na literatura econômica, especialmente brasileira, principalmente, sob três vertentes. A primeira relaciona-se ao aprimoramento do conceito de desocupação, tal como em Corseuil (1994), Rosenthal et al (1994) e nos debates e disposições derivadas da 13a Conferência Internacional dos Estatísticos do Trabalho da Organização Internacional do Trabalho de 1982. A segunda busca descrever o comportamento agregado da variável desocupação e como se associa com outras variáveis macroeconômicas, tais como alterações na moeda, no salário real e insuficiência de demanda efetiva, conforme em Amadeo et al (1994), Oreiro (1997), e Portugal et al (2000). A terceira analisa a estrutura da taxa de desocupação e foca a identificação dos determinantes e a duração da desocupação. O perda líquida de 692 mil postos no mercado de trabalho formal, notadamente, na indústria e na agropecuária. Entre os ramos mais atingidos, destacaram-se alimentos e bebidas, agricultura, indústria do material de transporte, indústria mecânica e metalúrgica. As regiões metropolitanas de São Paulo, Belo Horizonte, Campinas e Curitiba foram as mais atingidas, corroborando o impacto da crise sobre o núcleo dinâmico da economia. 9

A discussão da relação do desemprego durante uma recessão econômica teve maior relevância nos anos 1990 (por exemplo, Baltar, 1996; Dedecca, 1998; Averbug et al, 2000), mas a questão perdeu intensidade nos anos 2000, sendo retomada apenas a partir da crise financeira de 2008/2009.


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presente estudo se insere nessa terceira vertente, que abarca estudos como Nickell (1979), Lancaster (1979), Foley (1997), e Roed et al (2000) para o mercado de trabalho de países europeus. No Brasil estudos similares iniciam-se principalmente nos anos 1990. Bivar (1993) analisou o tempo esperado de duração da desocupação para a Região Metropolitana de São Paulo, de 1983 a 1990, com dados da Pesquisa Mensal de Emprego (PME), da Fundação Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (FIBGE), aplicados a um modelo geral de sobrevivência –sob a hipótese de que o tempo de duração de desocupação seguia um processo markoviano ou semimarkoviano10. Os resultados mostraram que a probabilidade de saída da desocupação não fora constante ao longo do período de desocupação, e as mulheres apresentaram maior probabilidade de sair da PEA depois de um mês de desocupação, enquanto os homens mostraram probabilidade maior de obter uma ocupação. Por sua vez, a abordagem dos determinantes do tempo de duração da desocupação no Brasil teve contribuição importante com o estudo de MenezesFilho e Picchetti (2000), que analisaram os determinantes do tempo de duração da desocupação para a região metropolitana de São Paulo em 1997 por meio de três modelos –função de sobrevivência, função de risco e regressão loglogística– aplicados aos dados da PME. As estimativas mostram que o tempo de duração da desocupação fora inferior para indivíduos reingressantes no mercado de trabalho e para aqueles que ocupavam a posição de responsáveis pela família. E que o tempo esperado de duração da desocupação estava positivamente correlacionado com as variáveis anos de escolaridade, idade, desocupado demitido do mercado de trabalho formal e maior tempo de permanência no posto ou ocupação anterior. Além disso, os autores estimaram que a probabilidade condicional de se encontrar um novo emprego fora crescente do primeiro até o sexto mês de desocupação (ponto de máximo), momento que corresponde exatamente a um mês adicional ao número máximo de parcelas do benefício do segura desocupação, previsto pela legislação brasileira vigente naquele período. Essa vertente de análise econométrica dos determinantes da duração da desocupação foi ampliada por Avelino (2001) e Penido et al (2002). O primeiro analisou os determinantes de longo prazo na região metropolitana de São Paulo entre 1984 e 1997, enquanto o segundo estudo expandiu a análise para cobrir todas as regiões metropolitanas abarcadas pela PME em 1999. Além de corro10

O processo markoviano supõe que a distribuição do tempo de saída do estada desocupação é geométrica, isto é, não depende da duração em que se permanece nessa situação. Por sua vez, no processo semimarkoviano a probabilidade de sair da situação de desocupação depende da duração da desocupação.


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borarem as estimativas de Menezes-Filho e Picchetti (2000), esses estudos contribuíram com análises adicionais para a questão da desocupação. Avelino (2001) constatou que quanto maior o número de indivíduos da família com idade igual ou superior a dez anos de idade, maior a probabilidade do desocupado conseguir ocupação, e que a desocupada não responsável pela família frequentando escola mostrara maior tempo de duração de desocupação. Por sua vez, Penido et al (2002) constataram que as estimativas são distintas nas regiões metropolitanas, de modo que a menor probabilidade de se empregar estava associada ao desocupado na posição de filho, de escolaridade equivalente ao ensino fundamental completo e residente na região metropolitana do Rio de Janeiro; enquanto a situação inversa se conectava aos desocupados cuja última ocupação fora não remunerada, sem recebimento do Fundo de Garantia por Tempo de Serviço (FGTS) no último posto de trabalho 11, e residentes nas regiões metropolitanas de Recife, Salvador ou Belo Horizonte. Os estudos supracitados reforçam a importância de analisar a questão da duração da desocupação e, sobretudo, sua correlação com as características pessoais, produtivas e regionais de cada indivíduo. Portanto, visamos contribuir para a literatura de análise da desocupação ao abordar como esse fenômeno interagiu nas mais últimas recessões econômicas, as quais tiveram origens distintas e afetaram, acentuadamente, diferentes grupos em cada uma delas.

3. DADOS, MODELO E PROCEDIMENTOS METODOLÓGICOS

O presente estudo aplicou metodologia baseada em Menezes-Filho e Picchetti (2000) para analisar a duração e os determinantes da desocupação por meio dos dados da PME; e ampliando a abrangência para dois subperíodos: 1992 a 2000 (PME Antiga Metodologia) e 2002 a 2010 (PME Nova Metodologia), além de considerar as seis Regiões Metropolitanas (RMs) 12. É importante salien11

Esse resultado está em linha com o processo de informalidade em andamento no mercado de trabalho no período. 12

A desagregação da amostra em dois períodos se deve às alterações de metodologia da PME em 2002, postas em prática tanto pelas mudanças na estrutura do mercado de trabalho brasileiro como pelas novas recomendações da Organização Internacional do Trabalho (OIT). Dentre as diversas alterações, destacam-se a redução da idade mínima para a população em idade ativa –de 15 para 10 anos de idade– e a composição da amostra de domicílios da PME, que passou de 4 (quatro) grupos rotacionais por mês na antiga metodologia para 8 (oito) grupos rotacionais na nova metodologia. Tal ajustamento permitiu que se evitasse o efeito blackout na PME de 1992 a 2000. A antiga PME possui limitações para a construção de um banco de dados em painel devido ao efeito blackout da composição de sua amostra, na qual trocava-se totalmente o conjunto de domicílios entrevistados a cada 2 anos. Esses fatores permitiram a construção da amostra para os


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tar que os resultados foram estimados para todos os anos, embora a análise neste artigo centra-se nos momentos de crise econômica (anos de 1992, 1998 e 2009) para fazer frente aos objetivos propostos13. Os seguintes critérios foram adotados para construção da amostra do estudo14. Primeiramente seleciona-se apenas o indivíduo que declarou estar desocupado na primeira entrevista feita pela PME/F.IBGE no domicílio e que, além disso, obrigatoriamente permaneceu por mais três entrevistas consecutivas. O segundo critério é que as quatro entrevistas transcorressem no mesmo ano. Logo, o indivíduo que responde à PME ao final de um ano e continuou no painel no início do ano seguinte não ingressou na amostra. Dessa subamostra se excluí também o indivíduo que passou para a situação de inativo em quaisquer das entrevistas seguintes, assim como aquele que mudou de situação de atividade mais de duas vezes. Em suma, a amostra abrange apenas o total de indivíduos desocupados na primeira entrevista e que permaneceram desocupados nas três entrevistas seguintes, mais os indivíduos desocupados na primeira entrevista e que conseguiram e mantiveram uma ocupação nos três meses subsequentes (tabela 1)15. As variáveis utilizadas para as características individuais são: sexo, posição na família, estudante ou não, anos completos de estudo, e se o indivíduo possuía experiência no mercado de trabalho. Em caso afirmativo de experiência no mercado de trabalho, foi identificado o tempo de trabalho, demissão ou não, anos pares do período de 1992 e 2000 o que, em parte, restringiu este estudo. No tocante ao período abarcado pela nova PME, o efeito blackout não ocorre, portanto, é possível construir o painel para todos os anos. 13

Não foi considerado o ano de 2001, pois a base de dados não apresentava peso para a expansão. Vale ressaltar que o peso disponível considerava informações apenas para chefe de família. Observa-se que a Pesquisa levanta a situação de desocupação apenas para indivíduos que procuraram emprego no mês anterior ao da entrevista, e que este estudo se utilizou também de dados referentes à situação de emprego dos mesmos indivíduos nos três meses posteriores. 14

Para construção do painel da PME foi utilizada a metodologia de Ribas et al (2008) para reduzir possíveis atritos que poderiam ocorrer para identificação do indivíduo na base de dados. 15

É relevante deixar claro esta diferença, pois o presente estudo não visa analisar a duração da desocupação sob o aspecto das possíveis transições no mercado de trabalho, ou seja, a probabilidade de um indivíduo passar uma condição de atividade para outra, como por exemplo, um ocupado passar a ser desocupado ou inativo. Assim, a questão da desocupação é analisada a partir de modelos baseados na matriz de probabilidade de transição, dentre os quais destacamos Clarck et al (1982) e a aplicação para o Brasil realizada por Flori (2003).


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possuidor de carteira assinada ou não, e o qual o setor da sua atividade. Adicionalmente, foram utilizados dados do IBGE, da Federação das Indústrias do Estado de São Paulo (FIESP) e da Federação das Indústrias do Rio Grande do Sul (FIERGS) como proxy de conjuntura econômica: nível de emprego, número de horas pagas na produção da indústria da transformação (índice), folha de pagamento real por trabalhador (índice), produção física industrial para a indústria da transformação (índice)16. A duração temporal da desocupação e seus determinantes foram estimadas por meio de três modelos: não paramétrico, semiparamétrico e paramétrico. No caso do modelo não paramétrico, quando se leva em conta as observações censuradas, torna-se possível estimar consistentemente a média e a mediana do tempo que o indivíduo permaneceu sob a condição de desocupação. Entretanto, esta classe de modelo não leva em consideração possíveis correlações entre as variáveis de controle disponíveis, assim, a variável resposta é uma variável aleatória real com suporte não-negativo. No tocante à classe de modelos semiparamétricos, é possível considerar as possíveis correlações entre as variáveis, possibilitando assim a estimação dos efeitos conjuntos de um grupo de covariadas sobre o tempo que o indivíduo permanece desocupado. Para isto, a função de risco é decomposta em um termo comum a todos os indivíduos, tomando como hipótese que os riscos são proporcionais, além de não haver nenhuma hipótese forte a respeito da densidade de probabilidade da variável aleatória. Por fim, no modelo paramétrico não é considerado que os riscos são proporcionais, uma vez que na prática isto não é verificável. Sendo assim, no caso da classe de modelos paramétricos, assume-se que há uma forma específica para a densidade de probabilidade da variável, sendo considerado na presente pesquisa a especificação log-logística devido a flexibilidade de resultados. Ademais, neste caso, é possível estimar diretamente uma função de risco e sobrevivência devido ao fato de se considerar uma forma específica para a densidade de probabilidade. Os métodos de estimação supracitados apresentam graus crescentes de especificação das hipóteses e, consequentemente, de poder de explicação. Assim, enquanto a estimação não paramétrica é importante para uma análise preliminar dos resultados, a relação das variáveis explicativas sobre a duração da desocupação é captada apenas nos modelos semiparamétrico e paramétrico, os 16

Ressalvamos que os dados citados não se encontravam disponíveis para Salvador e Recife, de modo que foi considerado os dados do Brasil para ambas as regiões metropolitanas, logo, a interpretação quando aos efeitos marginais não poderá ser realizada nessas regiões, sendo possível olhar apenas quanto a inferência e significância dos parâmetros.


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quais, por sua vez, diferem na especificação da proporcionalidade ao longo do tempo dos riscos de cada indivíduo. Uma apresentação mais formal dos métodos pode ser conferida no apêndice deste artigo17. Por fim, cada modelo foi estimado separadamente para cada região metropolitana e especificamente para cada ano. Ademais, ressalta-se que esses métodos não descartam as observações com informações censuradas 18, mas a tratam de forma diferenciada em relação as observações não censuradas.

4. TEMPO DO TEMPO DE DURAÇÃO DA DESOCUPAÇÃO EM MOMENTOS DE CRISE ECONÔMICA

A estimação dos resultados em contextos distintos de recessão do mercado de trabalho busca verificar se há algum determinante que permanece associado a algum grupo de trabalhadores, de forma a sugerir medidas de políticas públicas especificas. A probabilidade de duração da desocupação é obtida por meio do estimador de Kaplan-Meier para a função de sobrevivência, que mostra graficamente a relação entre a probabilidade de um indivíduo continuar desocupado em cada instante do tempo. A fim de exemplificar a leitura dos resultados 19, o gráfico 4 mostra a função de sobrevivência para Recife em 1992. Para esta RM, observase que a probabilidade de um desocupado continuar nessa situação depois de três meses é de 75%, e esta probabilidade diminui para 25% após onze meses. Similarmente, a probabilidade de 50% indica a duração média da desocupação –sete meses e meio. Na comparação entre os anos de crise econômica observamos que a duração média da desocupação foi maior em 1998 para quatro regiões metropolitanas –exceção de Salvador e Recife, que apresentaram maior tempo de duração da desocupação em 1992. Por outro lado, se analisarmos a função de sobrevivência segundo os níveis de probabilidade do tempo de duração da desocu17

Por sua vez, a descrição ampla dos modelos pode ser encontrada em Cox e Oakes (1984), Kalbfleisch et al (1980), Greene (1993), Lancaster (1990) e Menezes-Filho e Picchetti (2000). 18

Para esse estudo, as informações censuradas se referem aos indivíduos que continuaram desocupados ao final das entrevistas da PME no domicílio, de modo que não é possível saber a duração efetiva da desocupação. 19

Por restrição de espaço o presente artigo não apresenta todos os resultados da estimação não-paramétrica, mas os interessados podem entrar em contato com os autores para ter acesso aos demais gráficos.


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pação em cada ano, podemos inferir uma tendência de redução do tempo de duração da desocupação. Sob esse aspecto, as estimativas sugerem que em 2009 houve queda do tempo de duração da desocupação para todas as RMs sob probabilidades elevadas (75% e 50%), mas aumento do tempo médio de duração da desocupação para os indivíduos com baixa probabilidade de conseguir uma ocupação. Esses resultados indicam dois aspectos que diferenciam a desocupação nas crises econômicas. O primeiro é que nas crises da década de 1990, sobretudo em 1998, o desocupado se deparava com maior dificuldade de obter uma ocupação vis-à-vis aquele de 2009; assim, temos indício do efeito acumulado negativo do contexto econômico prévio a 2009 que gera menor probabilidade de encontrar uma ocupação com repercussão sobre a maior duração da desocupação. O segundo aspecto é que, apesar de a probabilidade de obter emprego ser maior em 2009, aquele que não o consegue permanece mais tempo fora do mercado de trabalho perante o desocupado da década anterior. Este é um indício de que o desocupado de longa duração dispõe de atributos menos adequados para ser contratado e, consequentemente, que os melhores qualificados têm maiores chances de conseguir uma ocupação. Para ampliar a análise de duração da desocupação, apresentamos dois recortes da amostra de desocupado: responsável pela família vs. outro membro da família; e desocupado que busca o reemprego –já trabalhou anteriormente– contra aquele que busca o primeiro emprego. O resultado indica que o desocupado responsável pela família e que busca o reemprego apresentam menor probabilidade de continuar na situação de desocupação perante os demais. Assim como fora observado na amostra completa, a estimativa sob o recorte chefe de família demonstra a redução da duração de desocupação sob as probabilidades de 50% e 75%, e aumento acentuado da duração para baixas probabilidades no ano de 2009. Logo, os resultados indicam que o desocupado chefe de família apresenta o mesmo padrão estimado para o total da população desocupada. No recorte do desocupado que busca reemprego –já trabalhou anteriormente–, a duração média de desocupação aumenta de 1992 a 1998 no Rio de Janeiro e Porto Alegre, apresenta queda em Recife, Salvador e Belo Horizonte, e em São Paulo manteve-se constante. O ano de 2009 foge a esse padrão. Sob baixa probabilidade de duração de desocupação (25%), o desocupado


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197

em 2009 mostra duração de desocupação muito superior ao desocupado de 1992 e de 199820. Assim, os recortes segundo posição na família e busca de reemprego corroboram o padrão observado para o total da amostra. Todavia, conforme citado anteriormente, esse método não permite uma compreensão para esse fenômeno, abordagem que será feita na próxima seção.

5. DETERMINANTES DA DESOCUPAÇÃO

A análise dos determinantes da desocupação foi realizada mediante dois modelos distintos e complementares: paramétrico e semiparamétrico. Considerando a abundância de resultados estimados no presente estudo, nos concentramos em alguns dados marcantes que salientam as diferenças entre os anos de crise econômica. Assim, o quadro 1 sintetiza as variáveis significativas e seus efeitos sobre a probabilidade de desocupação por meio da estimação semiparamétrica21. Primeiramente, os resultados foram mais homogêneos e consistentes em 1992 e 1998 do que em 2009. Assim, nos dois primeiros anos citados, a variável anos de estudo é significante e com razão de risco menor do que 1 em todas as RMs22, com exceção de Recife em 1998. Isso indica que a probabilidade de desocupação aumenta a medida em que os anos de escolaridade aumentam. Esse resultado pode ser reflexo da escassez de oferta de postos de trabalho qualificados, uma vez que o desocupado mais escolarizado não aceita qualquer tipo de ocupação e procura postos de trabalho mais condizente com sua qualificação, logo o tempo de duração da desocupação para esses indivíduos tende a ser maior. Este padrão é confirmado na literatura por Barros, Camargo e Mendonça (1997) que constataram que a duração da desocupação é crescente com o nível educacional. Ademais, vale salientar que as RMs que apresentaram a variável anos de estudo significante foram exatamente aquelas que demonstraram maior elevação no percentual de desocupados qualificados e semiqualifica-

20

O percentual de desocupados qualificados saiu de 5,2% em 1992 para 7,8% em 1998 e 12,8% em 2009. 21

Não foi estimado o modelo semiparamétrico para Salvador e Rio de Janeiro em 2009 devido ao tamanho reduzido da amostra para aplicação do modelo nessas regiões metropolitanas. 22

Todas as estatísticas significantes no presente estudo apresentam p-valor inferior a 10%.


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dos de um período para outro, além de queda no percentual de desocupados menos qualificados. A variável chefe de família é estatisticamente significante para as RMs de São Paulo e Porto Alegre, a variável trabalhou anteriormente –busca de reemprego– é significante para a RM de Porto Alegre, e a variável anos de estudo é estatisticamente relevante para as RMs de Recife e Porto Alegre. Ou seja, o comportamento dessas variáveis segue o padrão observado anteriormente: ser responsável pela família e buscar reemprego reduz a probabilidade de desocupação, enquanto maior escolaridade e maior experiência aumentam essa probabilidade. A exceção notável para a variável escolaridade ocorre em 2009 no Recife, onde o efeito da variável sobre a probabilidade de desocupação é negativa23. Estes resultados estão em consonância com estimativas realizadas por Menezes-Filho e Picchetti (2000), Avelino (2001) e Penido et al (2002) para o Brasil, que utilizaram metodologias similares, e com Foley (1997) para a Rússia, e de Roed et al (1999) para a Noruega. Ademais, o desocupado que havia permanecido por mais tempo no último emprego também apresentou maior dificuldade de encontrar um emprego, assim como aquele que era mais velho (exceto Belo Horizonte e São Paulo). A crise de 2009 revela duas diferenças perante àquelas dos 1990. A distinção ocorre para os determinantes setor industrial e contratados com registro, que perdem significância nos anos de 1998 e 2009. O desocupado oriundo da indústria de transformação enfrentou maior dificuldade de conseguir uma nova ocupação em 1992 e 1998, período que abrange a reestruturação produtiva na indústria de transformação. Por outro lado, essa variável não foi significante em 2009, o que indica que, na recente crise, a ocupação anterior do desocupado não influenciou suas chances de reemprego. A variável contratado com registro –proxy para mercado de trabalho formal– aumenta o tempo de desocupação em 1992, e aumenta o tempo de desocupação no ano de 1998 apenas na RM de São Paulo, polo dinâmico da economia brasileira. Esse resultado gera indícios sobre as dificuldades de se obter um emprego formal nessa RM ao fim dos anos 1990, devido aos efeitos negativos acumulados da crise econômica do início dessa década, que se sobrepôs sobre 23

Assim, maior escolaridade representa uma menor probabilidade de desocupação nessa RM na crise de 2009, sendo que, dentre todas as estimações, esse foi o único caso em que o efeito de uma variável sobre a probabilidade de desocupação foi diferente em anos distintos. A mudança do efeito da escolaridade em Recife pode ser reflexo tanto da mudança da composição dos desocupados dessa RM quanto de efeitos distintos sobre os trabalhadores qualificados e não qualificados. Desse modo, um estudo mais aprofundado poderia ser realizado para verificar se, de fato, houve essa mudança no efeito da escolaridade e compreender as suas causas e consequências.


Determinantes e duração da desocupação no Brasil...

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os efeitos da crise do início dos 1980, seguida de um período de estagnação econômica, e da instabilidade econômico-institucional do mercado de trabalho ao longo dos 1990. Fatos esse que incentivaram a contratação informal –contratados sem registro. Em seguida, as estimações paramétricas apresentam, em média, a mesma distinção dos resultados do modelo semiparamétrico (quadro 2). As estimativas significativas comum aos dois métodos são: anos de estudo e chefe de família. Vale lembrar que os sinais dos modelos para estas variáveis se complementam, ou seja, o desocupado chefe de família que apresentou maior probabilidade de saída da desocupação, também apresenta impacto negativo com relação à duração de desocupação. Por outro lado, o desocupado que apresenta mais anos de escolaridade mostra maior probabilidade de desocupação e, concomitantemente, maior tempo para sair da situação de desocupação. Ademais, as variáveis empregado com carteira de trabalho assinada –mercado de trabalho formal– e meses no último emprego também afetam positivamente a probabilidade da duração de desocupação, entretanto, com significância distinta a depender da RM24. Considerando as estimações paramétricas nos anos de 1992, 1998 e 2009, é importante verificar algumas distinções entre os resultados. As estimativas referentes ao modelo paramétrico demonstram que o desocupado que trabalhava com registro, apresentou em 1992 e 1998, tempo de saída da condição da desocupação superior (exceção Recife em 1998). No entanto, durante a crise de 2009, sob as mesmas RMs, este efeito não se verificou. Sendo assim, este resultado enfatiza o ajuste que ocorreu no mercado interno em 1992 e 1998, e as condições mais favoráveis do mercado de trabalho em 2009 depois do aquecimento da economia e do aumento do emprego com carteira assinada no mercado de trabalho.

24

No tocante a crise de 2009 destaca-se o efeito positivo da variável trabalhou anteriormente em Porto Alegre, o único resultado dessa natureza no estudo e que indica que naquele momento, a duração da desocupação era menor para os que procuravam o primeiro emprego. Assim como no caso da variável anos de escolaridade em Recife de 2009 na estimação semiparamétrica, o resultado antagônico de ter trabalhado anteriormente para os desocupados de Porto Alegre em 2009 pode estar captando tanto uma mudança estrutural da desocupação nessa RM como um efeito distinto da crise de 2009 sobre os desocupados de Porto Alegre. Novamente, ressaltamos que o presente estudo permite captar essas variações, mas não estimar com precisão o que determina essas diferenças.


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6. CONSIDERAÇÕES FINAIS

A partir dos resultados estimados podemos inferir algumas conclusões, sobretudo ao focarmos nas variáveis que permanecem significativas em todos os anos estudados e em cada uma das RMs pesquisadas. Primeiramente é clara a importância das características pessoais para a probabilidade da desocupação, principalmente a variável posição na família e anos de estudo. Essas características respondem ao questionamento prévio da pesquisa que buscava verificar se havia alguma característica nos momentos de recessão que se apresentavam com maior frequência. Vale ressaltar que, conforme já apresentado, anos de estudo demonstrou-se significante para a maioria das RMs, tornando-se necessário, em pesquisas futuras, identificar se houve mudança no percentual de indivíduos não qualificados e qualificados sob a condição de desocupação e, se houve alteração no grau de escolaridade médio destes indivíduos desocupados qualificados e não qualificados. A necessidade em verificar, futuramente, se a mudança ocorreu na composição percentual ou no grau de escolaridade médio pode fornecer indícios a respeito do mercado de trabalho, em períodos de recessão, pois possibilita compreender se o mercado de trabalho apresentou algum tipo de rigidez na contratação de indivíduos qualificados, ou se os indivíduos desocupados e qualificados prefeririam ficar mais tempo nesta condição a espera de melhorias no contexto do mercado de trabalho. O presente estudo, em relação aos estudos brasileiros, avança ao abranger todas as RMs pesquisadas pela PME e por considerar uma amostra em três anos distintos, mas que se assemelham por serem representativos de momentos de recessão econômica, logo, períodos em que o fenômeno da desocupação tende a se acentuar, padrão esperado segundo a curva de Beveridge. Isto indica que indivíduos à margem do mercado de trabalho e com baixa chance de empregarem-se novamente enfrentam condição de maior exclusão. Sendo assim, este resultado enfatiza o ajuste econômico e da estrutura produtiva que ocorreu no mercado interno em 1992 e 1998, e as condições mais favoráveis do mercado de trabalho em 2009, depois de um período de aquecimento da economia e do aumento do emprego registrado no mercado de trabalho. Conjuntamente esses resultados indicam tanto mudanças estruturais da composição do mercado de trabalho como a relevância da natureza das crises econômicas, que podem impactar de modo desigual os setores de atividade econômica e, portanto, afetar distintos grupos de trabalhadores, segundo sua qualificação, por exemplo. Esse último aspecto é relevante para a aplicação de políticas públicas de mercado de trabalho que focalizem grupos mais vulneráveis, sobretudo nos programas de intermediação e de qualificação de mão-de-obra.


Determinantes e duração da desocupação no Brasil...

201

Por fim, ressaltamos que o presente estudo fornece indícios para que uma análise mais ampla possa ser realizada, considerando outros fatores relevantes como a evolução e as mudanças estruturais do mercado de trabalho, assim como outros aspectos conjunturais e peculiares de cada RM, uma vez que o conjunto de variáveis significativas nas crises de 1992 e 1998 era distinto do conjunto de variáveis na crise de 2009.

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for

the

duration

of

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APÊNDICE A

Tabela 1. Número de indivíduos da amostra, por região metropolitana e ano Anos Recife Salvador Belo Rio de Janeiro São Porto Horizonte Paulo Alegre 1992 450 258 378 360 544 370 1994 282 327 345 424 587 291 1996 450 274 380 399 653 454 1998 348 299 488 534 718 589 2000 332 356 586 545 709 574 2004 171 472 387 533 658 236 2007 167 504 308 486 526 261 2009 69 348 234 324 609 178 2010 74 429 208 306 364 148 Fonte: PME, F.IBGE. Elaboração dos autores. Obs.: Dados em negrito representam anos considerados no estudo.


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Gráfico 1. Taxa de Participação e de Ocupação. Brasil. Regiões Metropolitanas. 1991 a 2011

Fonte: PME, F.IBGE. Elaboração dos autores.

Gráfico 2. Taxa de Desocupação. Brasil. Regiões Metropolitanas. 1991 a 2011

Fonte: PME, F.IBGE. Elaboração dos autores.


Determinantes e duração da desocupação no Brasil... Gráfico 3. Evolução da renda do trabalho. Brasil. Regiões Metropolitanas. 1991 a 2001(em R$ de 2011)

Fonte: PME, F.IBGE. Elaboração dos autores.

0,00

0,25

0,50

0,75

1,00

Gráfico 4. Função de Sobrevivência (estimador de Kaplan-Meier). Recife 1992. (meses)

0

2,5

5

7,5 10 12,5 15 17,5 20 22,5 25 27,5 30 32,5 35 37,5 40 duração do desemprego

Fonte: PME, F.IBGE. Elaboração dos autores.

205


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Quadro 1. Determinantes da desocupação sob a estimação do modelo semiparamétrico Variáveis significativas na Recife Salvador Belo Rio de estimação semi paramétrica* Horizonte Janeiro 92 98 09 92 98 92 98 09 92 98 Chefe da família - - Anos de estudo + + + + + + + Idade + + + Trabalhou anteriormente - + Meses no último emprego + + + + Demitido + Contrato com registro + + + + Setor industrial + + Salário + Vendas reais da indústria + +

São Paulo 92 +

+ +

Porto Alegre 98 09 92 98 09 - - - - + + + + + + - + + + + +

+ -

* O quadro indica o efeito que cada variável significativa tem sobre a probabilidade de desocupação, sendo que (+) indica que a variável aumenta a probabilidade e para (-) o efeito é inverso.Vale ressaltar que as variáveis que não apresentam marcação no quadro acima não se apresentaram estatisticamente significantes a 5%,(nível de significância adotado). Fonte: Elaboração própria a partir dos microdados da PME/F.IBGE.

Quadro 2. Síntese dos resultados da estimação do modelo paramétrico Variáveis Recife Salvador Belo Horizonte Rio de significativas Janeiro na estimação paramétrica* 92 98 09 92 98 92 98 09 92 98 Chefe Anos de estudo + + + + + + + + Idade + + + Trabalhou anteriormente meses no último emprego + + Demitido + + Formal + + + + Setor industrial + Horas na semana Salário + Vendas reais da Indústria + + Nível de emprego + +

São Paulo

92 +

+

Porto Alegre

98 +

09 -

92 +

98 + +

09 + +

-

-

-

-

+

+

+ -

+

+ +

+

+

-

* O quadro indica o efeito que cada variável significativa tem sobre o tempo de duração da desocupação, sendo que (+) indica que a variável aumenta a duração e para (-) o efeito é inverso. Fonte: Elaboração própria a partir dos microdados da PME/F.IBGE.


207

Determinantes e duração da desocupação no Brasil... APÊNDICE B

Caso não paramétrico Considerando t a duração de transição de uma situação de atividade para outra, o objetivo será calcular a função de risco e a função de sobrevivência. A função de risco fornecerá a probabilidade condicional em cada instante de tempo, ou seja, a probabilidade da desocupação acabar num dado período, dado que a desocupação ocorreu até aquele instante de tempo. Logo, a função de risco pode ser definida como: h(t )  lim

P (t  T  t  dt T  t )

dt  0

dt

f (t ) 1  F (T )

(1)

Onde, h(t) é a função risco, t é uma variável aleatória denominada tempo de duração, f(t) é a densidade de probabilidade da variável aleatória duração, e F(t) é a distribuição acumulada. Por sua vez, a função de sobrevivência [S(t)] tem a seguinte relação matemática com a função de risco:

h(t ) 

f (t ) S (t )

(2)

O cálculo da função de sobrevivência depende do método a ser estimado. No caso do modelo não paramétrico o método aplicado é o de Kaplan-Meier. Assim, considerando que: t1< t2< ... <tk, onde k são os tempos independentes e identicamente distribuídos pela ocorrência da “falha”; dj é o número de falhas em tj, j = 1, ..., k; e nj é o número de indivíduos sob risco em tj, isto é, os indivíduos que não falharam e não foram censurados até o instante anterior a tj. O estimador de Kaplan Meier é dado por:

(3)


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E será calculado separadamente para os seguintes grupos de desocupados: responsável pela família (chefe de família) ou não responsável, indivíduos que já trabalharam e indivíduos que procuram o primeiro emprego. Ressalva-se que devido as informações censuradas, a curva de Kaplan-Meier não atinge o valor zero, logo, gera viés no cálculo do tempo médio de desocupação. Assim, diversas modelagens paramétricas foram propostas com o objetivo de obter estimações mais precisas, das quais destacamos duas.

Caso semiparamétrico Além do tratamento das informações censuradas, a principal vantagem do modelo semiparamétrico ante o não paramétrico é a possibilidade de se analisar o efeito conjunto de um grupo de variáveis covariadas sob a probabilidade de duração da desocupação, controlando-se, assim, a heterogeneidade dentro de cada grupo analisado. A função de risco passa a ser definida como:

h(t | X )  h0 (t ) exp(b1 X 1  b2 X 2  ...  bk X k )

(4)

Onde X representa o vetor de variáveis que afetam a probabilidade de sair da condição de desocupação. O primeiro componente dessa função não é especificado, pois se trata de uma função não negativa do tempo quando X = 0, de modo que h(t) = h0(t), ou seja, é um termo comum para todos os indivíduos da amostra. Assim, este modelo é considerado semiparamétrico porque apenas o segundo componente da função – os efeitos das covariáveis – é tratado de forma paramétrica. Tal especificação é conhecida como modelo de Cox ou de “riscos proporcionais”, pois considera os riscos individuais como uma proporção do risco comum. Vale notar que a única hipótese necessária neste caso é a consideração dos riscos proporcionais, ou seja, não se faz nenhuma suposição forte a respeito da especificação de (4), de modo que é possível estimá-la pelo método de máximaverossimilhança parcial, dado por:

(5)

A limitação desse modelo é que, na realidade, os riscos não são necessariamente proporcionais, conforme sugerido por Bivar (1993). Isso nos leva para uma terceira categoria de estimação apresentada a seguir.


209

Determinantes e duração da desocupação no Brasil... Caso paramétrico

Em comparação aos anteriores, este modelo assume uma configuração específica para a função risco, entretanto, não assume que os riscos são proporcionais. A especificação assumida para este trabalho para a função risco é a loglogística. A vantagem dessa escolha é que permite a análise da duração condicional da desocupação sob três formas: constante, crescente, e decrescente com o tempo. Outra vantagem do modelo paramétrico está em poder estimar diretamente as funções de risco e de sobrevivência. Os testes de especificação dos modelos de duração são calculados por meio da variável aleatória construída Z integrada à função de risco de (0,T), cuja a distribuição é uma exponencial com média igual a 1, como descrito abaixo: T

Z    ( s; x)ds 0

(6)

E (Z )  1 Sendo assim, a especificação do modelo paramétrico pode ser testada de maneira ampla, pois a função de risco é determinada por uma distribuição exponencial. Dessa forma temos: Z

  ( s; x)ds  Z

(7)

0

O cálculo da função de risco integrada para cada observação por meio do modelo paramétrico produz valor unitário, sendo capaz de prever a possibilidade de saída da desocupação considerando as característica pessoais de cada indivíduo. Neste caso, as características individuais consideradas são as mesmas daquelas no modelo semiparamétrico. Uma vez calculada a equação (7), os resíduos serão estimados e padronizados a fim de comparar a distribuição empírica dos resíduos com a teórica.


Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 215-227

INDICADORES DE LA COYUNTURA VENEZUELA-1ER. SEMESTRE 2015 La fragilidad y la incertidumbre marcan el comportamiento crítico del país en materia económica. La actividad productiva, mantiene un estancamiento alarmante que se profundiza con la baja de los precios del petróleo. La caída de los precios del petróleo disminuyeron los ingresos nacionales en un 50%, eso hace que con más evidencia se constate el grado de deterioro de la economía nacional. El modelo, aplicado actualmente en el país, colapsó y no muestra la confianza y credibilidad para llevar adelante una rectificación que materialice el cambio deseable hacia una economía saludable acompañada de resultados competitivos a nivel global. La capacidad de producción, se encuentra disminuida y el sector industrial, está afectado por una política gubernamental centrada en esquemas de controles. La escasez de divisas, impide ejecutar los planes productivos dirigidos a la elaboración de la manufactura que requiere el mercado. Esta situación del sector productivo, es confirmada cada día por los consumidores, cuando destinan horas de colas para conseguir los productos de subsistencia, desde alimentos hasta rubros de salud y cuidado personal, entre otros; esto, reafirma el fracaso total del modelo Socialismo del Siglo XXI y no hay soluciones para mejorar la calidad de vida de los venezolanos. La economía con distorsiones, inconsistencias y desequilibrios severos está atascada y no encuentra la dirección lógica para su normal desenvolvimiento. La persistencia de controles de precios, restricción del mercado de divisas y la ausencia de medidas tendentes a liberar del estancamiento el aparato productivo sigue dibujando un panorama recesivo muy desfavorable para todos los venezolanos. Se profundiza, la escasez de bienes y crecen las expectativas de que será mayor el crecimiento de los precios, tanto que muchos analistas han llegado a contemplar la proximidad de la hiperinflación, incidencia en la que pudiera esperarse incrementos de precios por el orden del 50% intermensual, cuyos efectos sería devastadores para los salarios de los trabajadores y las familias. La economía recibe el impacto directo derivado de la política cambiaria que se maneja apegada a tres tipos de cambio. Un esquema que hace casi imposible que el venezolano común pueda conseguir un dólar para proteger su patrimonio ante la pérdida de valor del bolívar. Se ejerce, una fuerte presión, en el llamado mercado paralelo, cuyo precio ha alcanzado niveles nunca antes vistos en el país. Este mercado paralelo o negro, como también se le llama, pareciera ser el verdadero factor de desequilibrio de la economía venezolana mientras las


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autoridades nacionales no logren conseguir la fórmula para frenar su ascendente carrera. Así, los inventarios que se importarán tendrán los efectos del mercado paralelo y seguirá aumentado la inflación. Hay, un gran drama económico que enfrenta el país y mientras las autoridades nacionales no muestren intensiones de corregir los desequilibrios, los problemas sociales se irán intensificando y los niveles de pobreza se podrían acrecentar. La sorprendente pasividad, con que las autoridades ven el tema económico, parece indicar que no hay interés por mejorar las condiciones de vida de la población. La evaluación, total de la economía, se ve afectada por la política gubernamental de suprimir la información estadística de los principales indicadores. No obstante, los datos provenientes de instancias internacionales, la información de prensa y los datos aportados por analistas económicos, permiten analizar las tendencias y la percepción de la panorámica nacional con una visión acertada. En tal sentido, en este reporte del 1er semestre de 2015, se comenta que el Producto Interno Bruto (PIB), ya mostraba una desaceleración que comenzó desde finales del año 2013. Es así que, en 2012, el PIB mostró un crecimiento de 5,6%, para 2013 registró 1,8% y en 2014, extraoficialmente, se estimaba una contracción de -4,0% toda vez que el BCV indicó con su último dato publicado que el comportamiento del 3er trimestre de 2014, marcó una contracción de 2,3%. Esta, tendencia desfavorable, se seguiría acentuando, si se cumplen los cálculos que adelantaba el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su informe de abril 2015, el cual mencionó que el PIB para el año 2015, tendrá una caída de menos 7,0%. Vale mencionar, que estudios de consultoría divulgados dan cuenta de que el 79,3% de la población considera que la situación nacional va por mal camino y el 80% que la crisis económica ha empeorado respecto a lo ocurrido hace un año (encuesta Hercon Consultores- junio 2015). Así también, que de acuerdo a la encuesta de coyuntura de Conindustria, del último trimestre de 2014, el sector manufacturero registró el 63% en la caída de los inventarios, mientras que la producción cayó en 58%. Conviene mencionar que aun cuando esta tendencia recesiva persiste a mediados del año 2015 no hay señales de que la situación se pueda revertir ya que no se perciben señales de cambio en lo que resta del año.


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Indicadores de la coyuntura…

Var (%)

Evolución PIB

AÑO

Fuente: BCV- FMI-Notas de prensa.

En el análisis, relacionado con el comportamiento de los precios sigue sin control el aumento desmesurado del costo de los bienes. El desabastecimiento, de productos en los anaqueles, hace que se ejerza la fuerte presión en los precios, creando la preocupación en los consumidores que no encuentran como hacer para proveerse de los bienes necesarios. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) cerró el pasado 2014 en 68,5%. Resultando, los componentes Alimentos y Bebidas no alcohólicas con una variación de 102,2%, Bebidas alcohólicas y tabaco con 90,8%, Restaurante y Hoteles con 81,45% y Transporte con 59,7%, los de mayor incremento de precios en 2014. La ubicación de los grupos componentes del INPC según las variaciones porcentuales es vista como sigue.


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Fuente: BCV-INE.

En relación, con la evolución de los precios en el año 2015 y dado que al final del 1er semestre persiste la política de no divulgación de cifras, se ha sabido por otras fuentes, que se han acentuado las expectativas sobre un elevado crecimiento de la inflación. Tanto, que ante los desequilibrios del país, los agentes económicos han manejado diferentes estimados sobre el comportamiento de la inflación de 2015. Según, el Informe de LatinFocus Consensus Forecast (Quinto Día, 15-52015), las proyecciones de principales firmas y entidades financieras son: Barclays Capital proyectó inflación de 188%, Bank of América 174%, HSBC 144%, Frontier Strategy Group 138% y Ecoanalitica 133%. Por su parte, otros analistas económicos del país, han referido que los venezolanos pudieran enfrentar inflación de tres dígitos en este 2015, entre estas estimaciones mencionan inflación de 120%, 200% y 300%. Más reciente, el académico Steve Hanke, del Proyecto Monedas en Problemas del Instituto Cato (USA), estimó en 600% la inflación implícita del país que debería absorberse antes de estabilizar la economía. Adicionalmente, se ha comentado que Venezuela, se encuentra a las puertas de la hiperinflación, incidencia en la que se suponen crecimientos de precios del 50% intermensuales, conforme al criterio, fijado a modo referencial, por el economista estadounidense, Philip Cagan de la Universidad de Columbia (USA). Véase, la tendencia de la inflación con cifras disponibles del INPC y suponiendo un creci-


Indicadores de la coyuntura…

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miento de 120% que es una de las proyecciones de los analistas económicos para 2015, divulgada en los medios informativos.

Fuente: BCV-Notas de prensa.

Es particularmente claro, que el desabastecimiento incide en el comportamiento de los precios por la ausencia de productos. En tal sentido, la Escasez no ha dejado de rondar la memoria de los consumidores que hacen largas colas para conseguir alimentos y otros bienes. La última cifra del Indicador de Escasez, que publicó el BCV, fue la referida al mes de enero de 2014, la cual registró 28,0%. Para, el mes de mayo de 2015, según datos de la firma Datanalisis, la escasez se ubicó en 60,7%, resultado que duplica el dato del año pasado del BCV. Así también, el Centro de Documentación y Análisis Social (CENDAS), señaló que en mayo 2015, escasearon 31% de los 58 productos que componen la Canasta Familiar que ese organismo evalúa. En el mercado nacional, es conocida la falta de productos de la dieta diaria, tal como: harina precocida, azúcar, café, harina de trigo, carne de res, pollo, así también medicinas en el sector de la salud y el cemento y la cabilla en los insumos de la construcción, entre otros. La reducción de las importaciones, los con-


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troles de precios, la intervención de fincas y empresas, abonan a la reducción de la oferta de bienes. La ausencia de incentivos para reactivar la producción nacional, hace que disminuyan los bienes en el mercado. Esto se traduce en una baja capacidad de consumo de las familias toda vez que simultáneamente han disminuido los beneficios que venía ofreciendo el gobierno nacional con el sistema de comercialización público en el que se podía adquirir alimentos de la cesta alimentaria a precios solidarios.

Fuente: BCV (enero 2014)- Datanalisis (mayo 2015).

En el comportamiento de la inflación y la escasez, es evidente la incidencia de la Política Cambiaria. Esta mantiene, sin rectificación el esquema cambiario ocasionando grandes distorsiones en el sistema de precios. El mercado de divisas, se maneja con un esquema que involucra tres tipos de cambio. En el mes de enero de 2015, el Gobierno Nacional, redefinió el mercado del dólar. Primeramente, mantiene la tasa referencial de Bs 6,30 por dólar que se destinará para alimentos y salud. Se eliminaron, los esquemas de asignación de divisas SICAD I y II para sustituirlo por el Sistema Complementario de Asignación de Divisas (SICAD). Adicionalmente, establece el sistema de subastas llamado Sistema Marginal de Divisas (SIMADI) un esquema de asignación de divisas tipo subasta con la intención de frenar el dólar paralelo.


Indicadores de la coyuntura…

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Pero, a decir verdad, de toda esta formulación lo que se obtiene en resumen es una gran devaluación, cuyo diferencial será el que resulte de la brecha entre el precio a 6,30Bs/US$ y cualquiera de los otros referidos. Si se compara el dólar Simadi 199,80 Bs/US$, respecto del dólar referencial de 6,30 Bs/US$, la devaluación sería de 3.071,43%. El dólar SIMADI, no ha podido impedir la carrera del dólar paralelo, tanto que el también llamado dólar negro, superó en su momento la barrera de los Bs500/US$ y continúa la avanzada sin que aparezca la iniciativa de ponerle limite. El Gobierno Nacional, se ha visto impotente para implantar la muy sugerida unificación cambiaria. Quizá, ello se deba a la insuficiencia de divisas, luego de la caída de los precios del petróleo que ha llevado al país a una disminución de los ingresos en un 50% y a la imprevisión de la nación para ahorrar recursos financieros cuando éstos eran abundantes. Los tipos de cambio oficiales de la economía venezolana en este primer semestre de 2015, son como sigue.

Fuente: BCV.

A la par, de los menores ingresos del país, por efecto de la baja de los precios petroleros, las Reservas Internacionales, se ven afectadas directamente. Y eso es así, ya que luego de mantener un nivel de Mill US$ 22.327, en diciembre de 2014, paso a ubicarse en Mill US$ 16.245 en junio de 2015. Se observa una caída de -27,24%.


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Fuente: BCV.

La disminución, de las Reservas Internacionales, indujo al Gobierno Nacional a la búsqueda de recursos para la disponibilidad de caja o efectivo, en gestiones tales como; la venta de activos, en el caso de la refinaría petrolera Chalmette (Luisiana-USA) por US$ 328 millones. Acordar, el cobro con descuento de la deuda de Republica Dominicana con Venezuela (Petrocaribe) por US$1,93 millardos. Así también, el retiro de US$383 millones del fondo Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, según el informe de abril2014 de ese organismo. Quedando, un resto en ese fondo de US$1,9 millardos al que pudiera acudir nuevamente, el Gobierno Nacional, en la búsqueda de divisas. En el hilo de las Relaciones Comerciales, el análisis de la economía nacional determina un descenso en el comportamiento de las Exportaciones e Importaciones comerciales. Centrando, la evaluación en la información disponible de la relación comercial entre Venezuela y Estados Unidos. Para el periodo, eneromayo 2015, el intercambio comercial entre los dos países mostró una contracción de -37,94%, cuando se comercializó un total de $10.578 millones respecto a $17.045 millones que se registró en el mismo periodo de 2014. En detalle, el monto de las Exportaciones de Venezuela, hacia los Estados Unidos, se ubicó en US$ 6.955 millones en enero-mayo 2015 menor a US$13.306 millones, que se registró en igual periodo de 2014, lo que representa una reducción de 47,73%. Por su parte, las Importaciones provenientes de los Estados Unidos de Norteamérica, se situaron en US$ 3.622 millones en enero-mayo 2015 menor a US$ 3.739 millones en el mismo periodo de 2013, lo que representa una dismi-


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Indicadores de la coyuntura…

nución de -3,12. Vale decir, que esa tendencia es consistente con lo que ya se observaba en las últimas cifras publicadas por el BCV. Ciertamente, las Importaciones de bienes al 3er trimestre de 2014, se ubicaron en US$35.820 Millones menor a las del mismo trimestre de 2013, cuando registraron US$ 43.980 Millones, lo que representa una caída de -18,6%. Entre tanto, las Exportaciones, descendieron al pasar de US$ 66.882 Millones, en el 3er trimestre 2013 a US$ 60.497 Millones en el 3er trimestre de 2014.

Fuente: La Otra Vía Web-VenAmCham.

En el Mercado Laboral, los indicadores disponibles refieren que en el mes de enero 2015 la tasa de desocupación fue de 7,9%. Eso vino a determinar que 1.124.799 personas se encontraban sin empleo para ese momento. Por su parte, en el sector Formal de la economía se encontraban 7.695.649 personas mientras que en el sector Informal se registraron 5.394.922 personas.

Población

Fuerza de Trabajo - enero 2015 Sector Sector Población

Ocupada

Formal

Informal

13.100.203

7.695.649

5.394.922

Fuente: INE.

Desocupada 1.124.799

Tasa Desocupac. (%) 7,9


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En materia de Salarios, el Ejecutivo Nacional, nuevamente realizó un ajuste salarial para los trabajadores, específicamente el salario mínimo, pero los ingresos de los empleados están siendo devorados por la inflación dado que el poder adquisitivo se ha deteriorado grandemente. Los salarios perdieron la capacidad de compra ante los efectos de la devaluación y el costo de los bienes y servicios. El salario mínimo, pasa desde el 1ro de julio de 2015, de Bs 6.746,97 a Bs 7.421,67 un incremento de apenas 10% que representa Bs 674,7Bs, cuya capacidad de compra diaria es ínfima. La insuficiencia del salario mínimo, se puede constatar cuando se relaciona con el costo de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF), cuyo valor según el CENDAS, para el mes de junio de 2015, se ubicó en Bs 32.023,51 lo que induce a decir que se necesitan al menos 4,3 salarios mínimos para disponer de la CAF. En tales, circunstancias es imposible que los trabajadores puedan mejorar sus condiciones de vida.

En el Mercado Petrolero, después del descenso de los precios del petróleo, el comportamiento del mercado se ha mantenido con pocas expectativas de precios altos como sería el deseo de las autoridades nacionales. El petróleo venezolano, pasó de un precio de 54,83 Dólares/Barril en el mes de diciembre de 2014 a 56,35 Dólares/Barril en el mes de julio 2015. Si bien, se observó un ligero aumento en la comparación puntual de esos precios, las perspectivas del mercado, son poco favorables para el producto nacional ya que no se esperan altos precios en lo que resta de 2015. Por demás, en vista de que se prevé el retorno de Irán al mer-


Indicadores de la coyuntura…

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cado petrolero pudiera esperarse una mayor presión de los precios a la baja. Véase, la evolución reciente del precio del petróleo venezolano.

Fuente: Min. Petróleo y Minería.

Respecto de Otros Indicadores, se menciona que la Liquidez Monetaria, paso de Bs 2.001.240.566 miles en diciembre 2014 a Bs 2.198.638.618 miles;en julio de 2015, un incremento de 9,86%. Así, la cantidad de dinero que circula en el país, viene reforzando el mayor crecimiento de la inflación, debido a la presión que ejerce en el mercado nacional una masa monetaria que busca comprar bienes en un comercio desprovisto de inventarios por la reiterada escasez. Es decir, mucho dinero buscando pocos productos. La Tasa de interés promedio de los 6 principales bancos universales, dan cuenta de que la Tasa Activa de junio 2015 registró 19,68% mientras que la Tasa Pasiva fue de 14,51%. La producción de vehículos según la Cámara Automotriz de Venezuela (CAVENEZ), en el lapso enero-diciembre 2014, fue de 19.759 unidades mientras que en igual periodo de 2013 fue de 71.753. Una caída de -72,46% reafirmando este resultado la difícil situación contractiva del sector.


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El Banco Mundial (BM) ubicó a Venezuela en la posición 181 de entre 189 naciones, en su Índice Haciendo Negocios de 2014, posicionando al país muy detrás de naciones arruinadas por guerra como Siria, Irak y Afganistán. Las Perspectivas Económicas de Venezuela, respecto a otros países, dan cuenta de que el país se encuentra distante del avance alcanzado por sus vecinos de la Región. El FMI en su reporte de abril 2015, denominado Perspectivas económicas: Las Américas, menciona que el Norte se recupera mientras que el Sur espera. La mayoría de los países Suramericanos, se encuentran en la categoría de naciones en desarrollo o emergentes. Véase, Venezuela y otros países respecto a la proyección de dos indicadores básicos: la Inflación y el PIB para 2015. Perspectivas económicas. Venezuela y otros países 2015 PIB Argentina

Inflación -0,3

20,5

Bolivia

4,3

5,0

Brasil

-1,0

8,0

Chile

2,7

2,9

Colombia

3,4

3,6

Ecuador

1,9

3,0

Paraguay

4,0

4,5

Perú

3,8

2,2

Uruguay

2,8

7,4

-7,0

94,9

Venezuela Fuente: FMI.

La inflación, desde las proyecciones 2015 del FMI, muestra la magnitud estimada para Venezuela, marcando el mayor resultado de la Región.


Indicadores de la coyuntura…

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Según, las proyecciones del FMI, la economía mundial tenderá en 2015, a una tasa de crecimiento de 3,3%, ligeramente menor que en 2014, por la incidencia favorable de las economías avanzadas ya que los mercados emergentes y en desarrollo se estarán desacelerando. Esto significa, que si el crecimiento global no es elevado la demanda materia prima pudiera disminuir afectando a Venezuela que solo es productor de petróleo. Nota: Para este reporte, Indicadores de la Coyuntura 1er Semestre 2015, se menciona las fuentes consultadas: BCV Web, INE Web, El Nacional Web, La Otra Vía Web, Reporte de la Economía, Diario Quinto Día, La Patilla.com, Cendas, Diario La Razón, Diario Tal Cual. Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Instituto Cato Web y Hercon Consultores.

Informe preparado por: Nelson Morillo-Estadístico


Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 231-238

EL CULTO A LOS MUERTOS Jorge Rivadeneyra A. Fue un cortejo de millares de dolientes caminando detrás del ataúd del recién fallecido presidente de la república. Del exterior vinieron treinta presidentes y cincuenta representantes de Estados tan lejanos como la India, China e Irán. ¿Estos homenajes forman parte del atávico culto a los muertos? Se diría que sí, y lo de atávico porque es viejísimo. Los egipcios del faraonismo creían que la muerte es la iniciación de otra vida, anticipándose a la tesis de Kierkegaard de que la tragedia del ser humano radica en que su alma es inmortal. Los egipcios dedicaban gran parte de su vida a rendir tributo a los difuntos. Incluso escribieron El Libro de los Muertos, contiene la teoría de lo que hacen los muertos a favor de la humanidad siempre que se los reverencie con los ritos pertinentes. Las pirámides son las casas de esos inmortales. Las estatuas son posteriores; han llegado hasta nuestra época computarizada, atómica, impregnada de tecnología. Tanta civilización ha cambiado el nombre de algunas cosas, por ejemplo, ya no se dice culto a los muertos sino tradición, lo cual incluye los mitos heroicos, de acuerdo a los cuales, los muertos, pobrecitos, hicieron lo suyo para darnos ejemplo. Pero la tradición no es suficiente y para inocularle seriedad científica se inventó la historia. Se dice que ahí se encuentran las recetas para solucionar los graves problemas económicos, políticos y filosóficos. “Todo país tiene su historia y toda historia nacional incluye a los muertos célebres. El himno nacional, a veces el nombre de la moneda, así como las calles, plazas, ciudades e instituciones provienen del panteón. Su sacralidad está en relación inversa con el tiempo, o sea que es un irrespeto criticar a los muertos recientes sin sufrir algún tipo de castigo, pero es posible reírse un poco de los que tienen más de mil años”1. En todo caso, los muertos crecen y crecen, como esos muertos de Eugenio Ionesco, demostrando que su estado de putrefacción no sobrepasa el de cuando estaban vivos. El culto a los muertos, entonces, es viejísimo, casi vestigial. Se realiza con tolas, mastabas, monumentos de todo tipo. Los que dejan este mundo ya no son seres humanos, sino muertos suma cum lauden como ocurre, por ejemplo, con Hugo Chávez; de él se dice que le llevó Dios para que le ayude a gobernar el universo. Debe ser por eso que la situación no mejora.

Jorge Rivasdeneyra, “Los Creadores del Mundo”, Caracas, Vadell Hermanos, 2005, P+ag. 46 1


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LOS MINISTROS DE DIOS

Se dice que Dios necesita ministros que le ayuden a gobernar el universo, y hay quienes creen que ese es el caso de Chávez. Otros afirman que su muerte es un castigo del Todopoderoso. Para los chavistas porque han perdido a su ídolo. Para los anti-chavista porque ya no tienen a quien insultar, y para los judíos por cuanto en una de sus cadenas televisivas dijo: ¡“desde mi alma y mis vísceras, maldigo al Estado de Israel”! En todo caso, para unos y otros, la muerte tiene el don de borrar los defectos del difunto y poner en primer plano todas sus virtudes reales o supuestas, por eso, gracias a su capacidad para organizar cadenas televisivas de larga duración, los todos cuantos afirman que era un líder carismático lucía como un buen conversador llanero que intercalaba chistes de cantina, cantaba o bailaba, como metáforas de sus discursos, utilizando un lenguaje que algunos llaman de mal gusto y que en el pasado era prohibido usarlo en público y menos si se trata del presidente de la república, como en esa ocasión, durante su interminable cadena televisiva, golpeando la mesa dijo, ¡“váyanse a la mierda gringos del carajo”! La popularidad transnacional de Chávez induce a preguntar en qué radica su notoriedad; la respuesta usual es la de su carisma, y rebuscando en lo escombros del pasado, se descubre que el odio es carismático porque sus discursos eran del odio, pero satánico, objetivado en la pobreza del pueblo causada por los escuálidos, palabra que para él significaba ricos. También el odio lenguaraz al imperialismo yanqui, autor de todas nuestras miserias, sin tener en cuenta su actual decadencia, lenta y casi imperceptible. Pero su anti-imperialismo parecía sólo de labios para afuera porque USA era el único país que compraba al contado el petróleo venezolano. Varios psicólogos dicen que ese odio acérrimo se origina en que toda su niñez se desarrolló con el cuidado de su abuela y no de su madre. Cualquiera que sea la causa, de trataba de un odio enfermizo, tan acendrado que se tenía la sensación de que el socialismo que inventó, repleto de declaraciones de amor a los pobres, sólo era una mascarada.

EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Su socialismo no sólo era socialismo, sino del siglo XXI, acaso para diferenciarlo del fracasado socialismo soviético. Su principal diferencia era la de que no contenía principios teóricos, tan académicos como en el viejo marxismo. Lo ejercía con un carácter intempestivo en el sentido de repentinamente improvisado. De ese modo, hacía incursiones por las calles de Caracas, por ejemplo, y de repente, después de un larguísimo discurso, decía ¡exprópiese ese edificio!, o


Documentos…

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esa fábrica, o aquel estacionamiento de carros. De parecida manera ordenó la expropiación de tres millones de hectáreas calificadas de latifundios aun cuando en realidad eran empresas capitalistas del campo. Para Chávez, el latifundio no era una entidad feudal sino simplemente la gran extensión territorial de una hacienda, explotada capitalistamente. Añádase que las empresas expropiadas no fueron utilizadas por el Estado de acuerdo a nuevos conceptos de producción, y en el caso de las empresas agrícolas simplemente sus dueños perdían la propiedad, los campesinos se comían el ganado aun cuando fuese de raza, y como no tenían dinero, la tierra dejaba de producir. Y como no es posible sobrevivir en un país que no produce ni siquiera su propia comida, se desató el importacionismo. Importar es un viejo vicio de los venezolanos, desde la colonia, pero con Chávez alcanzó el 95%, y en esa actividad se diluyó la mayor parte de los dólares provenientes de la venta del petróleo a los altos precios del mercado mundial. Pero la verdadera tragedia consiste en que el socialismo del siglo XXI realmente es una variable del populismo. La palabra el pueblo, se la usa como si sólo designara a los más pobres, a los ahítos de necesidades, a los enfermos, a los desamparados, a los especialistas en reprimir deseos. Como reprimir no es lo mismo que suprimir, los deseos insatisfechos son el arsenal de un odio añejo. Esta parte de la población es más numerosa que el proletariado y que la clase media de todos los pisos. Por eso les necesita la democracia para pobres2. La esencialidad de la democracia es elegir, de ahí que los ya ungidos, así como los candidatos, siempre están en campaña electoral. Y adulan, prometen, encienden el odio; tratan a los electores potenciales como a manada que acaba de salir de una hibernación centenaria para reclamar derechos preteridos. No obstante, año tras año, desde hace muchísimos años, los señores les han inculcado la ideología de la conformidad, de la templanza, de la humildad, entendidos como sacrificios mínimos exigidos por Dios o por la patria. A esta victimidad, y a la promesa de superarla, se le ha dado el nombre de cultura de la pobreza. Pero esta cultura tiene cuando menos dos polos: 1) resignación, como la de los lobos de la manada ante el Lobo Alfa. Su mansedumbre, como si fuese una de las características del sentido común, ha sido fomentada por creencias del sistema social en su conjunto, y 2) La democracia y la misma religión sostienen la paradoja de que la voz del pueblo es la voz de Dios, que el pueblo es un gigante dormido, gigante por enorme, dormido por apaciguado, paciente y sabio porque el pueblo es un Dios crucificado.

2

Jorge Rivadeneyra, “Socialismo por Decreto”, Ed. El Centauro, Caracas, 2007, pág. 21


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Nietzsche no es un filósofo del populismo y cuando escribió “Genealogía de la Moral”, en su horizonte mental no estaba la dignificación de lo que él llamó la chusma. Pero los artífices del populismo se han apropiado de ese concepto porque “toda la historia de una cosa, de su uso, puede ser una cadena ininterrumpida de interpretaciones y de aplicaciones siempre nuevas, cuyas causas no tienen ni siquiera que ser ligadas entre ellas”3. Por eso, porque se trata de castigar a los que vienen crucificando a Dios, es decir al pueblo, el populismo es justiciero. Su justicia es una forma de venganza; su salvación es la felicidad que se obtiene sin esfuerzo, como en el paraíso bíblico. La justicia y la salvación son las piedras sillares de la Tierra Prometida, a la que deben llegar los pobres de acuerdo a una suerte de derecho histórico. En este sentido, el populismo no es una malformación de la democracia, sino la democracia electorera de la postmodernidad. Se ha consolidado cuando se agotó la guerra de guerrillas como método para alcanzar el poder. Y el derrumbe del Muro de Berlín es algo así como su bautizo. Se ha supuesto que la democracia tiene el propósito fundamental de dignificar lo humano, aumentando la distancia con lo bruto que pervive en el hombre. Y la democracia de los libros, de las asambleas, de las constituciones, establece que estar de pie es existir. Pero el populismo aparece como un acondicionamiento para tasar votos. Y esta tasación establece el monto de las dádivas que se debe cobrar a los candidatos, donde dádiva significa arrodillarse para medrar sin que medie el esfuerzo creador, es decir la voluntad y el pensamiento que han hecho al hombre un hombre, un humanitas que no sólo es el ser que razona y habla, sino aquel que inventó a Dios, es decir el modelo de lo que debería ser la humanidad. En este sentido, el populismo podría sintetizarse con ese aforismo que dice “pan para hoy día, hambre para mañana”. A pesar de todo lo anotado, el populismo es antiquísimo. A ese comportamiento político ya se refiere Aristóteles. Y acá, en el Nuevo Mundo, Boves, a quien algunos le llaman el precursor de la democracia porque a diferencia del ejército independentista comandado por Bolívar, él vio que los negros y blancos de orilla tenían un profundo resentimiento contra los mantuanos, y para ganarse su apoyo eligió la táctica de halagarles. Napoleón III, Napoleón El Pequeño, como le llamó Víctor Hugo, abrumado por la creciente impopularidad, incapaz de promover proyectos encaminados a redimir a los franceses, eligió el camino más fácil, esto es adular al pueblo raso, hacerle promesas, recordarle sus hazañas bajo el mando del ya extinto Napoleón el Grande. También cambió la forma del pordioserismo, y en vez de las limosnas usuales a los mendicantes, dispuso que se les dé comida, albergues provisionales, una suerte de bonos negociables para la creación de cooperativas. Todo eso a fin de que el pobrerío ratifique al 3

F. Nietzsche. Genalogía de la Moral, Ed. Porrúa, Argentina, 1998. Pág. 153


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régimen autoritario mediante el sufragio universal. Este estilo de política fue bautizado con el nombre de bonapartismo, algo así como un mercado de pulgas. En esos mercados se compra-vende cachivaches, ollas viejas, platos rotos, abalorios, ropa de seda en hilachas, y según Napoleón III, también conciencias en harapos. Actualmente el bonapartismo se llama populismo.

LA CHUSMA

“El tiempo está desquiciado”, dice Derrida, traduciendo el out of joint de Shakespeare. Y desquiciamiento no sólo significa malponer los soportes de las puertas sino también, por eso de las metáforas, decadencia moral, la corrupción de la ciudad, el desarreglo o la perversión de las costumbres. Sin embargo, dudando saludablemente, Derrida se pregunta “¿y si el desajuste fuera, por el contrario, la condición de la justicia?”4. Esta duda no está fuera de lugar porque sólo en el campo de la técnica lo bien ajustado es lo correcto, y nadie garantiza que eso mismo, tan bien situado, sea lo justo en los otros territorios de la existencia. En efecto, si el tiempo está fuera de quicio, con independencia de su sabor metafórico, no es que realmente esté sino que así parece estar porque previamente se ha establecido que estar en el quicio es la manera de ser del orden. Suponer que el orden es aquello que está como debe estar, sólo es verlo sometido a una valoración, como si el quicio bien puesto, el tiempo y la historia, fuesen el orden y el ordenador. Si se considera que el quicio está fuera de lugar, se trata de una apreciación valorativa, se mire desde donde se mira, desde la izquierda o desde la derecha, qué más da, porque en ambos casos tanto las unas como las otras buscan imponer algún tipo de orden. Rehacer lo mal hecho es el propósito de una revolución. Pero al contrario de Shakespeare, el revolucionario cree que el tiempo no está fuera de quicio sino muy bien empotrado, perfectamente en su sitio. Es decir que estar en su sitio quiere decir orden vigente, o injusto. El tiempo como historia, el tiempo como existencia de la humanidad, sometida a un orden llamado desigualdad, equivale a injusticia. El tiempo en su quicio, es decir el orden vigente, ha posibilitado la reiterada derrota de los de abajo, de esos que habían sido vencidos mil veces, una y otra vez. Aristóteles, en “La Política”, cuenta una historia de revoluciones cuya constante es la lucha de pobres contra ricos, y viceversa. Dice que los objetivos permanentes de esas confrontaciones era la eliminación de la desigualdad, que 4

Jacques Derrida, Espectros de Marx, Ed. Trotta, Madrid, 1995, p´g. 33 y siguientes


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siempre estaba acompañada de injusticias, desprecio, persecución, cárcel y destierro. En la actual América Latina hubo luchas sociales de parecida urdimbre. No obstante, hay serias discordancias acerca de si los protagonistas de esas confrontaciones, como por ejemplo en la guerra de independencia, fue la chusma, el populacho, las montoneras. Pero aun cuando al pueblo se menciona en los Himnos Nacionales, en el Libro Grande la Historia de la Patria se habla con insistencia de Miranda, Picornell, Campomanes, Gual, Bolívar, Sucre, todos ellos mantuanos, es decir, ricos descendientes de los colonizadores españoles. Esta constatación le permite a Laureano Vallenilla Lanz señalar que el pueblo llano no sólo no participó a favor la independencia, sino que se opuso tenazmente a la liberación continental combatiendo a favor del dominio colonial. “Hasta 1815, la inmensa mayoría del pueblo venezolano fue realista o goda, es decir enemiga de los patriotas”5. Al parecer, el bravo pueblo no estaba con los buenos, porque el mismo General Urdaneta, presidente de la Gran Colombia, afirmó que durante la guerra, fueron tantos los ladrones cuantos habitantes tiene Venezuela. Los pueblos se oponían a su bien y el soldado republicano era mirado con horror6.

LA MULTITUD

Gustav Le Bon escribió un libro traducido con el nombre de “Psicología de las Multitudes”; en esa obra, ya casi olvidada, su autor dice que las ideas, instintos, sentimientos, es decir toda la subjetividad se transforma en actos sólo cuando los individuos se convierten en multitud. Es decir que hay una diferencia, no sólo cuantitativa sino especialmente cualitativa entre individuo y multitud. Y Sigmund Freud, en su “Psicología de las Masas”, añade que la vida consciente se muestra muy limitada frente a la inconsciente, con la circunstancia de que los actos conscientes tienen raíces inconscientes profundas, condicionantes de los actos cotidianos. Es decir que la racionalidad es incompetente para controlar la gran dosis de irracionalidad que también tiene el ser humano, como ocurre, por ejemplo, entre mito y racionalidad científica. ¿Bolívar fue un héroe sin tacha? El mito dice que sí, la racionalidad histórica demuestra que no, pero es un no al que nadie hace caso.

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Laureano Vallenilla Lanz, Cesarismo Democrático, Ed. Universidad Santa María, Caracas, 1938, pág. 8 6 Ibid, pág. 9


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La personalidad del individuo es absorbida por la multitud, que actualmente reaparece como un nuevo sujeto colectivo con la capacidad de sustituir al proletariado, ése del cual hablaba Marx. Michel Hardt y Antonio Negri7 aseguran que multitud no sólo es la suma de individuos impulsados por determinadas motivaciones que no son estrictamente espontáneas. A diferencia de estos autores, Le Bon sostiene que la multitud es una concentración de individuos movidos por la ira, el fanatismo o el entusiasmo; estas emociones determinan que la multitud se considere poseedora de un poder invencible. Esta convicción es producto de un contagio mental modelado por la sugestión o la fascinación. De acuerdo a estos criterios, el nuevo sujeto de una revolución emancipadora llamado multitud, es impulsivo, irritable, ávido de acción generalmente destructiva porque se ha eliminado la noción de lo imposible, haciendo caso omiso de la lógica y de la incertidumbre. De ahí que la multitud sea autoritaria, intolerante, destructiva. El individuo constituido en multitud elimina los intereses personales y es proclive a la magia de la palabra. Quiere ilusiones a las que considera realidades alcanzables. Esta conceptualización inspirada en la revolución francesa, quizá de manera puntual en la toma de la Bastilla, tiene una impresionante vigencia. Reaparece con furor en movimientos políticos, como el populismo; en los saqueos, en las degollinas de personas consideradas enemigas, así como…

LA PATRIA ES AMÉRICA

A partir de 1996, un grupo de profesores y estudiantes de varias universidades venezolanas, organizamos una campaña continental orientada a propiciar la creación o la profundización de la unidad latinoamericana en torno a la educación y la cultura. La simbolizamos en la bolivarísima expresión de que “la patria es América”. Chávez no reconoció esa labor porque él estaba por encima de todo, se apropió de la frase y declaró que le gustaría dirigir esa patria en el sentido bolivariano del concepto. Y como un Genhgis Khan sin caballo, vio que el petróleo era la mediación. No exactamente como mercancía, sino más bien como dádiva para alcanzar la amistad incondicional de países carentes de ese combustible, a precio por debajo del mercado, a crédito y con intereses que parecen de mentira. Y no sólo eso. Tam7

Michael Hardt – Antonio Negri, “Multitud. Ed. Debate. España, 2004


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bién hizo donaciones monetarias, como el caso del maletín, con ochocientos mil dólares para la presidenta de Argentina; hospitales, escuela y carreteras para Bolivia y Nicaragua, cien mil barriles diarios de petróleo para Cuba, satisfaciendo la enfermedad histórica de esa país de pedir ayuda, en este caso para sobreaguar bloqueo gringo. Napoleón decía que prefiere no matar a los enemigos, como aconseja Maquiavelo, sino comprarlos porque todo hombre tiene su precio. Chávez fue más allá y compró no sólo individuos, sino el sometimiento de países, y en Venezuela, su patria, durante catorce años permaneció a la deriva con empresas confiscadas que dejaron de producir, con importaciones desaforadas. Las carreteras pavimentadas durante la llamada cuarta república, envidia del sur continental, actualmente son trampas desprovistas de mantenimiento. La educación en todos sus niveles carece de recursos para la investigación y los sueldos del magisterio apenas sobrepasan el salario mínimo. No hay hospitales nuevos, casi han desaparecido los museos y algunas actividades culturales son financiadas sólo si los promotores son chavistas. La teoría del socialismo del siglo XXI es el populismo, y el gobierno autoritario de Chávez era totalmente legal porque todos los abusos y violaciones no eran ni abusos ni violaciones, sino disposiciones constitucionales según su estilo de interpretar la Constitución.


Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015, Vol. XXI, No. 1 (ene-jun), pp. 239-256

CIENCIA EN DEVENIR INTERCONECTADO Sulbey Naranjo Resumen: Este ensayo persigue no sólo destacar el aporte ya reconocido a Prigogine sobre el cambio de rumbo operado en la ciencia a partir de una reconcepción del tiempo y subsiguiente relación con la inestabilidad de la materia como estructuras disipativas, sistemas inestables o teoría del caos y de cómo este flujo del tiempo altera la idea del universo y de la cultura humana. Un nuevo orden sinérgico que emerge de una idea de tiempo no divisible, no unilineal ni espacializado demanda una relectura de las ciencias sociales y en especial de la organización político-social y educativa. La alternativa evolutiva presentada por Prigogine, y dialogada con Bergson, se constituye en este ensayo en matriz de análisis controversial frente a los paradigmas evolutivos darwineano y de la termodinámica clásica. El enfoque: una “nueva alianza” interconectada de saberes, hacedora de mundo y de verdades. Palabras claves: proyecto-comunicación, tiempo-devenir, realidad-verdad, cienciatransdisciplinariedad, reversibilidad-irreversibilidad, sistemas estables-inestables, conocimiento percibido.

INTRODUCCION

Antonio Machado destacó tres eventos que a su juicio marcaron el epílogo del siglo XIX: La Primera Guerra Mundial, el proyecto bergsoneano y la novela El Tiempo Perdido de Marcel Proust. Coincidimos con el poeta en el señalamiento de estas significatividades, aunque no necesariamente la afinidad se extienda al punto de verlas como determinantes y exclusivas. Desde nuestro punto de vista, el fin de siglo se venía asomando en medio de situaciones subversivas en sí mismas. El conflicto mundial constituyó, desde luego, una conmoción que trascendió lo geopolítico, pero la precedente exaltación del infinito tesoro interior, que surge en la trinidad de la novela moderna de Proust, Joyce y Kafka, se había producido en un clima de afligida sensación de fugacidad. La exaltación del Yo (el Fausto de Goethe), el tedio de una sociedad anclada en la tradición –requerida de oxígeno (James Joyce)– y la celebrada revalorización paradójica de la subjetividad objetivizada como respuesta a la insuficiencia del razonar científico propuesta por Bergson, representaban todo ello respuestas al desaliento, al escepticismo a la imposición intelectual y a la necesidad del reencuentro con formas de saber soslayados por la preeminencia de la ciencia y la tecnología. En esta misma dirección de fin de época, el nacimiento de la física moderna con sus aportes revolucionarios como la radiactividad, el descubrimiento del electrón, la teoría cuántica, la teoría general y luego la especial de la relatividad


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colocan al pensamiento científico decimonónico en situación de quiebre de los principios controladores que venían rigiendo y explicando de forma mecanicista la constitución del cosmos y del mundo en particular. Henri Bergson ocupará ese sitio de vanguardia que en justicia le asigna Machado no sólo por el replanteamiento del papel de la ciencia en relación con las posibilidades, matices y expectativas de la vida psíquica y en particular con las sensaciones, sino por el intento de superación de la conciencia exclusivamente reflexiva ajena a la comprensión de la realidad liberada del yugo de la autoridad intelectualizada y reina del espacio cosificado. El devenir en la duración no sólo replantea la idea del tiempo absoluto de base newtoniana, sino que se convierte en sí y desde sí mismo en fuente de creación. Prigogine, afín con la disposición dinámica del devenir bergsoneano, sigue, sin embargo, el camino inverso adoptado por su predecesor respecto al fenómeno de la transfiguración, expresado mediante la fugacidad en todas las dimensiones del pensamiento fecundo del momento. Si para el primero la opción se encuentra en el fluir introspectivo a partir de “hechos psicológicos profundos” (Bergson, 1999: 20), con los cambios de naturaleza que se operan en los fenómenos objetos de observación, para el segundo, en cambio, la dirección sigue la postura de la física materialista de Boltzmann. Se distancia –como él mismo afirma– de la “experiencia íntima” para adoptar una evidencia inmanente a la propia física” (Ilya Prigogine e Isabelle Stengers, 1988: 13). En ambos, sin embargo, el punto de convergencia está en la manera alternativa de pensar la declinación del tiempo divisible y espacializado ante el devenir y el acto de creación que de él emana. Es así como el aporte de Prigogine sobre el fenómeno tiempo, analizado desde dimensiones múltiples y a partir de la concurrencia, coincidencias y diferencias de enfoques y aportes, constituye la matriz de análisis controversial en este ensayo. Siguiendo su propuesta de “La nueva alianza” será menester transitar por las implicaciones de la evolución en las invariancias (Darwin), por la postura sostenida por la termodinámica en relación con la irreversibilidad y el enfoque sobre la probabilidad que sigue Boltzmann so pena de la paradoja reversibilidad-irreversibilidad apuntada por el matemático Poincaré por falta de logicidad. Finalmente, y a título de síntesis, el carácter creador de las estructuras disipativas o de no equilibrio, en contraposición con el principio de la termodinámica clásica de equilibrio. Este ensayo no sólo destaca el aporte ya reconocido a Prigogine sobre los cambios de rumbo operado en la ciencia a partir de una reconcepción del tiempo y subsiguiente relación con las estructuras disipativas, sistemas inestables o teoría del caos. Nuestro interés se orienta en varios sentidos. El principal de


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ellos se dirige hacia la contribución no sólo de la apertura de las ciencias duras, sino a su nivelación con las ciencias sociales, donde el mundo contemporáneo reclama teorías alternativas a los fracasos evidenciados de los proyectos inspiradores de orden mundial. Claramente el campo de las ciencias sociales no sólo se ha visto disminuido como conocimiento válido a la luz de las ciencias físicomatemáticas y biológicas, sino que, además, ha presentado deficiencias de aplicación en la organización político-social como efecto negativo de la praxis de la investigación social y subsiguiente contribución teórica. A tales fines, y desde el punto de vista del replanteamiento y profundización de las teorías sociales, el ensayo explorará proyectos científicos y filosóficos afines al prigogineano en cuanto a una relectura de la evolución y de su implicación en la emergencia de lo nuevo, tales como el ya referenciado sobre estados de conciencia de Bergson, el filosófico Dar-se heideggereano mediante el desocultar/ocultar que mana del acaecer traducido en conocimiento percibido y otros que han contribuido a evidenciar las fábulas deterministas. Asimismo cederemos espacio a las propiedades de polinización múltiple, matesis de saberes y sistemas complejos que se manifiestan a partir de la transdisciplinariedad, propuesta ésta que viene estudiándose en sus alcances desde Piaget y Basarab Nicolescu, entre otros, como alternativa a las limitaciones de la multidisciplinariedad y de la interdisciplinariedad y fuente de creación. A tales efectos, nos proponemos una agenda que asuma inicialmente la lectura físico-química del flujo y el potencial de la energía como fuente de realidad y verdad, considerando su impacto en los métodos de investigación. Seguidamente, la problemática del tiempo y la relación de su relectura con la emergencia de lo nuevo. Finalmente las posibilidades de una ciencia social como expresión de un proyecto de totalidad, lanzado a un devenir interconectado en el que la comunicación es la propiedad y no sólo propiedad constitutiva de realidades múltiples.

EL FLUJO DE LA ENERGIA COMO FUENTE DE REALIDAD Y DE VERDAD

Ilya Prigogine inscribe su trabajo como científico en el desafío que se le planteó a la ciencia por los derrumbes del paradigma mecanicista en virtud de los hallazgos encontrados no sólo en el terreno de la física, sino particularmente en la química y en la biología. Su búsqueda suele relacionarse con el interés en una visión alternativa de la ciencia, en un paradigma, que en afinidad con Bergson, trasciende el dominio de la física en términos de un reencuentro o “alianza nueva” entre el científico y la naturaleza en su conjunto. Una propuesta para una realidad especializada, cuantificada y fragmentada; una de dilemas entre la razón y la vida, entre el tiempo y el devenir, entre lo simple y lo complejo, entre la recurrencia determinista y la flecha del tiempo…


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Desde esta intencionalidad, pensada en el entorno de hallazgos de insuficiencias y contradicciones, las reflexiones de este connotado científico siguen los aportes que la termodinámica pudiera ofrecer en la concepción de esta nueva ciencia, trastocando, de paso, la imagen de realidad y de verdad que se legitimó con el hacer científico del mundo newtoniano-cartesiano. Pero la incertidumbre suscitada no se presenta sólo en el campo de la ciencia; la filosofía, literatura y dominios diversos venían abundando con señalamientos afines. Husserl, Heidegger, Nietzsche, Bachelard y un sin número más, se constituyeron en sonados referentes sobre interpenetraciones de fenómenos, fluidos de mundos de vida, que envueltos en un tejido de complejidad derribaban las fronteras de la otrora dividida cultura científica y humanística y el determinismo matemático que hacía de todo lo existente una férrea recurrencia. Sin embargo, es en el terreno de la química y de la física –termodinámica– donde Prigogine revitaliza los componentes caóticos y postula la complementariedad de los contrarios frente al reduccionismo y a la representación esquemática del enfoque moderno. Se intenta profundizar así la transformación de la ciencia. A partir del aporte de James Joule sobre el principio de conservación de la energía, nuestro científico indaga y deduce otro comportamiento de la segunda ley de la termodinámica, en oposición a la concepción sostenida sobre cambios de la entropía hasta muerte térmica. Observa un evidente impacto del fenómeno de entropía en sistemas inestables o de no equilibrio con los subsiguientes efectos en nuevas estructuras y formas de orden. La ley de conservación de la energía era asumida hasta ese momento unilateralmente, en el sentido de que a más entropía había menos movilidad, al punto de que la máxima entropía conducía a cero movilidad (péndulo de la ley del comportamiento de la energía), esto traducía disminución en la capacidad de asociación y menos gravedad. Sin embargo, paralelamente a ese incremento de entropía se reconocía un máximo potencial. Este potencial, como en estado de espera, suponía una representación de energía suspendida. No obstante, de conformidad con el segundo principio de la termodinámica, el máximo de entropía fue aceptado como muerte térmica, es decir, como la negación de la transformación de la energía. Visto desde el comportamiento entrópico inverso, la menor entropía era representativa del movimiento, de la dinámica de asociación y del calor de la vida. De este binomio, de mayor energía igual a menor entropía, se dedujo lo que llamamos realidad concreta, donde realidad encuentra su equivalente en los resultados del movimiento, de la sinergia. Esta apreciación sigue en pie pero en la segunda ley termodinámica dejaba en suspenso el potencial de la máxima


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entropía. ¿Quedaba reducido ese potencial a instancia de posibilidad? ¿Cómo se interpretaría la potencialidad más allá de la muerte térmica? A la interrogante anterior Prigogine nos da una relectura del segundo principio de la termodinámica y con ello a una nueva idea de ciencia y obviamente de realidad, de tiempo y de verdad. Si una parte de la energía se disipa sin posibilidad de recuperación del origen, partiendo de la imposibilidad de un sistema de mantenerse en trabajo de manera perpetua ¿qué sucede con esta energía suspendida y dispersa –por decirlo así– que no se pierde aunque no recupere su condición inicial? Si de acuerdo con el segundo principio, en la concepción original, esa energía alcanzaba su muerte térmica, para Prigogine, el potencial energético diseminado como está, y deambulando al azar, se transforma en un nuevo estado termodinámico por asociación con sistemas energéticos externos. Al respecto nos dice: “El crecimiento de entropía muestra una evolución espontánea del sistema. La entropía llega a ser así un indicador de evolución y traduce la existencia en física de una flecha del tiempo: para todo sistema aislado el futuro está en la dirección en la cual la entropía aumenta” (Prigogine en Denise Najmanovich, 2011: 6). En otros términos, la energía cumple su cometido de transformarse y no de destruirse en muerte térmica, y esa irreversibilidad energética, entendemos, ocurre por la interconexión con otros sistemas que hace revertir el sentido de la entropía, generando un nuevo orden desde el desorden o caos. Es precisamente la reversibilidad de la entropía, que por mediación de nuevas interconexiones energéticas, es convertida en irreversibilidad, lo que genera la constitución de subsiguientes sistemas en esa dirección de lo irreversible. Conviven así los contrarios –irreversibilidad y reversibilidad– en el proceso indetenible del fenómeno termodinámico. Al llevar esta lógica al plano de lo cultural podemos ver su impacto en el lenguaje y el de éste en la cultura y en lo que hemos asumido como verdad. A más asociación o movimiento relacional de una proposición, conjetura o conseja –lo que equivale a una praxis del discurso– se produce más posibilidad de convertirse en realidad-verdad colectiva. ¿No es esto acaso el fundamento de la sociología del conocimiento sustentada por Weber, Fleck, Scheller, Manheinn y otros cultores de la relación conocimiento-cultura? ¿Cuál sería el efecto científico de una asociación disciplinar en el tratamiento de un problema de interés académico, científico, social o de cualquiera otra índole? Hasta ahora no podemos enunciarlo, habida cuenta de una fragmentación disciplinar que ha acompañado la composición del conocimiento humano. Refiriéndonos ahora al método de investigación científica, expresión de una cultura de investigación, convendría pensar ¿cómo abordar una realidad móvil o de cambios de naturaleza –en palabras de Bergson–, una que se vuelve difusa y


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versátil entre lo dado y el advenir, el orden y lo disperso, con la posibilidad de transformarse y de constituirse a partir de lo imprevisto. Analizar ese movimiento entre el azar y la necesidad –como diría Monod– es el reto planteado; develar ese acaecer escurridizo y afín con rasgos cualitativos no medibles en el espacio; sobreponerse a la exclusividad de los esquemas de la razón; nutrirse con proyectos de la incertidumbre, de lo móvil y de lo dado, de la aventura y del orden. La opción de lo seguro, vale decir del orden establecido, es lo que ha dominado el hacer científico, incluyendo el dominio de las ciencias sociales, dejando en segundo término la intervención de lo no previsto y de lo incierto. Esta elección no sólo ha triunfado en la ciencia, sino igualmente en la organización política del hábitat humano. Su preeminencia ha contribuido, sin duda alguna a lo hegemónico de las ciencias duras con soslayo de lo estimado ajeno al control racional. Aquí reside el desafío que la ciencia contemporánea se ve precisada a confrontar y de manera especial las ciencias sociales, fieles imitadoras de los paradigmas impuestos por la ciencia acreditada Esta disyuntiva nos remite a diferentes visionarios del problema. Brentano, estimado como padre de la fenomenología, convocaba a rescatar el fenómeno si se quería ser científico, teniendo por cierto que se explicaba el fenómeno más no el mundo. El fenómeno era la realidad misma y como fenómeno con sus propiedades debía ser abordado. Igualmente podríamos pensar, en términos más cercanos, en los aportes de Maturana y Varela en su alusión a la autopoiesis como autonomía organizativa dentro de un sistema, donde sólo éste puede controlarse y dar cuenta de sí, posibilidad que intenta dar un nuevo sentido a la forma de apropiarse de la realidad, guardando afinidad con lo dinámico, sinérgico e incontrolable en su totalidad del comportamiento energético de los sistemas. Por otra parte, habida cuenta de la situación de probabilidad que emana del movimiento de asociación que crea cada realidad en cuestión, cabría considerar igualmente el factor de fluctuación que hace presencia en la relación de atracción y repulsión que producen las partículas elementales, generando con ello de manera autónoma su propia constitución organizativa. Desde esta perspectiva, Edgar Morin extrapola el método de la autoorganización del dominio biológico al campo de las ciencias sociales (Morin, 1981:115 y ss) y Prigogine – lo señalamos anteriormente– plantea la recreación de nuevos organismos a partir de estructuras en no equilibrio –estructuras disipativas que emergen en virtud de la combinación o complementariedad con otras activas– sin perecer en su proceso entrópico como lo sustenta la postura clásica del segundo principio de la termodinámica.


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Sobre este fenómeno de complementariedad entre equilibrio y no equilibrio y sobre el horizonte de la posibilidad desde lo imprevisto ¿cómo extrapolarlo a lo cultural? Estas son provocaciones que se le plantean a las ciencias sociales aún varadas en el enfoque unidimensional que nos ha legado la ciencia decimonónica. Prigogine y Bergson junto a filósofos que han seguido el avance de las ciencias duras nos han abierto el camino. Más aún, estamos fondeados en esquemas político-sociales anacrónicos que no sólo reclaman una revisión sino un acompañamiento transdisciplinar para buscar nuevos órdenes organizacionales. Prigogine nos ha puesto pensar desde la ciencia; Bergson, ha hecho lo propio destacando el carácter de cualidad y duración de “la actividad viva del yo” donde “no hay con precisión dos estados contrarios, sino una multitud de estados sucesivos y diferentes” Bergson,1999: 126-127) resultando la necesidad de superar los límites del pensar científico desde la exclusividad de la razón; Heidegger, nos ha llamado la atención sobre la manera cómo pensamos invitándonos a reflexionar sobre “el qué significa pensar”; Nietzsche, nos alertó de manera figurada acerca de cómo está creciendo el desierto. En El Anticristo destaca cómo es “errónea la creencia de que la humanidad representa un desenvolvimiento hacia lo mejor, hacia algo más fuerte, más elevado. El progreso es una idea moderna… El europeo de hoy vale mucho menos que el europeo del Renacimiento. Desarrollarse no significa, en modo alguno, elevarse…” (Nietzsche, 1990: 11). Casi un siglo después Deleuze y Derrida llamaron nuestra atención sobre los efectos perversos de los centros y las periferias… Podríamos continuar alargando la lista en torno a efectos que deben ser revisados sobre la base de la premisa identificada con el Progreso y la apariencia engañosa de la lógica de la razón, causante de un orden y de una sociedad mundial donde ha triunfado la ciencia moderna. La razón, como lógica privilegiada de pensamiento; como “método” para alcanzar el rango de científico, dentro de una epistemología igualmente mecanicista, sigue movilizando el debate en el plano de las ciencias sociales, haciéndose eco de la necesidad sentida de una legitimidad causa sui. Esta suerte de porfía, hacia una visión alternativa a los límites evidenciados de las bases de causalidad lineal y el determinismo de la epistemología moderna, ha derivado en un nuevo acercamiento a la física por su condición de fuente epistemológica. Así los aportes de la teoría cuántica y la revisión de la termodinámica –entre otros– obligan a la reconcepción de fenómenos como el devenir, el tiempo, la reversibilidad, la flecha del tiempo, la novedad, los sistemas estables e inestables. Tal será el propósito de los contenidos que nos animan en este ensayo.


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EL DEVENIR Y LA EMERGENCIA DE LO NUEVO

“Hoy día, el devenir y la eternidad ya no se oponen; no obstante, el problema de la eternidad no ha abandonado la física. Muy al contrario resurge, como veremos, bajo una nueva luz, en la posibilidad de un eterno volver a empezar, de una sucesión infinita de universos que revela la eternidad incondicionada de esta flecha del tiempo que confiere a nuestra física su nueva coherencia” (Prigogine y Stengers, 1988: 18). Si la primera ley mecanicista sustentaba la conservación de la energía, la segunda de la termodinámica, como ya comentamos, marcaba el horizonte de la muerte térmica en virtud del signo universal de la entropía.El enlace entre estas dos leyes ha contribuido a un debate que involucra las nociones de tiempo y devenir junto a las de probabilidad y azar, equilibrio y desequilibrio, girando todas ellas en torno a diferentes conceptos de evolución. Prigogine, citando a Einstein en la relación de la irreversibilidad con las leyes de la física, toma nota de su respuesta: “la irreversibilidad no es más que una ilusión, suscitada por condiciones iniciales improbables” (…) “la diferencia entre pasado y futuro no es más que una ilusión, aunque sea tenaz “(Prigogine, 1983: 263). Esta declaración hay que leerla con cuidado, prescindiendo de su literalidad. Al respecto es necesario tener presente la acotación de Prigogine sobre la propiedad aleatoria de la teoría cuántica, atribuida a “Bohr, Sommerfeld y Einstein”, quienes en concordancia con el comportamiento indeterminista del electrón, “conferían al suceso aleatorio un papel central” (cursiva nuestra) (Prigogine y Stengers, 1988: 16). En este sentido, se entendería la postura de Eisntein sobre la ilusión de la irreversibilidad en términos de la flecha del tiempo o linealidad, mas no en la negación de lo irreversible a instancia de lo probable y subsiguiente multidimensionalidad. No obstante está implícita noción de suceso aleatorio, que altera el orden previsto por el paradigma mecanicista, Einstein saluda el “cálculo diferencial” de Newton como “el mayor logro intelectual alcanzado por persona alguna” en cuanto hace posible “describir el movimiento de cuanto se relaciona con la gravedad” (Araya, 2006: 130). A partir de la ecuación newtoneana, se asentaba el realismo matemático y subsiguiente paradigma mecanicista. Justifica la sentencia de Einstein sobre la ilusión entre pasado y futuro, ilusión que se fundamenta en la posición determinista frente al universo, conciliando la incertidumbre de lo irreversible con la certidumbre que brinda la ley matemática; obviamente debemos concluir en que esta confluencia de los contrarios altera el sentido clásico de la realidad convirtiéndola en multidimensional o múltiple.


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Como consecuencia de esta conjugación de opuestos, la idea de tiempo lineal sucumbe ante el devenir, donde ya no se es ni una cosa ni otra, sino más bien una posibilidad nueva. La imagen de la realidad se identifica ahora con lo indeterminado, difuso y complejo. Empieza un obligado nuevo paradigma científico cimentado en la complejidad de diferentes planos de realidad y diferentes niveles de organización, es decir, múltiples realidades conviviendo en paralelo. Contrasta esta lectura del devenir con la presentada por Hegel donde podemos deducir una ausencia de novedad si consideramos que la síntesis –que supuestamente es la manifestación de la novedad– no constituye más que matices de la tesis y de la síntesis, es decir más de lo mismo al conservar la sustancia de los contrarios que preceden a lo nuevo. Así, este panorama sobre la realidad, al ser afectado por las variaciones y nuevos estados de la experiencia misma, se puede hacer aún más impreciso en su posibilidad de registro. Para Heisenberg, por ejemplo, los niveles de realidad van unidos a su vez con diferentes formas de objetividad respecto al desarrollo del conocimiento. Para Morin (2007: 69) sería cuesta arriba acceder con certeza a una realidad donde en la relación sujeto cognoscente-objeto de estudio, uno es constitutivo del otro; en este sentido afirma: “el mundo está en el interior de nuestro espíritu, el cual está en el interior del mundo”. Visto así en este enfoque del devenir no hay realidad única, sino tantas realidades, en un devenir, como formas emergentes de vida. El peso de la incertidumbre limita la posibilidad de un conocimiento en términos de ley. En palabras de Heisenberg “Uno no puede alcanzar jamás un retrato completo de la realidad”… “la continua fluctuación de la conciencia…nunca puede identificarse con un sistema cerrado” (Basarab Nicolescu, 2006: 8). Esta idea de realidad difusa será confirmada por Basarab en la fundamentación del pensamiento transdisciplinar sobre lo cual nos detendremos más adelante. Lo expuesto hasta el momento refleja claramente la incompletitud de las leyes físicas. Sobre el particular nos hemos referido en los ensayos que han precedido a éste en desarrollo (Naranjo, 2012: 291-305), todos los cuales forman parte de una investigación que adelantamos en torno a la Imagen de la Nueva Ciencia. Estos límites aparecen demostrados desde el propio Newton, quien resolvía ecuaciones irracionales mediante simulacros en los cuales hacían presencia errores o diferencias. Todo dejaba ver que no existe sistema finito o, en otros términos: hay limitaciones a cualquier sistema lógico, tal como evidenció Gödel a partir de un grupo de axiomas que en su razonamiento demuestran proposiciones contradictorias.


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La constatación de que un sistema no puede ser consistente por sí solo llevó a la aceptación de que en la naturaleza no tiene lugar una conformación idéntica, amén de la existencia de problemas no solucionables. No se cuenta, por tanto, con una teoría que pueda representar la realidad y de ahí el esfuerzo de proponer la comunión de una familia de teorías susceptibles de participar en lo que denomina Teoría M, familia de teorías, “que permiten diferentes universos con leyes aparentes diferentes” (Hawking, 2010: 136). En esta dirección de imprecisiones es conocido también el error numérico encontrado por Alexander Friedmann a la teoría de la relatividad ampliada, que había derivado en la idea de un universo cerrado y finito. Caso de no haberse producido el error, la formula hubiera representado un universo infinito. Bergson, por su parte, en su polémica y no poco cuestionada obra Duración y Simultaneidad, toma como premisa el que su “concepción de la duración traduce en efecto una experiencia directa e inmediata” (Bergson, 1968: IX), a partir de allí, si bien no encara la totalidad de los problemas referentes a la teoría de la relatividad, se detiene particularmente en lo concerniente al tiempo, considerando los límites de la relatividad restringida referida al movimiento uniforme y simultáneo. Su propósito era mostrar hasta qué punto la teoría de la relatividad corrobora la relación ciencia/filosofía y apoya su impulso de ampliar los límites de la razón y de recuperar la metafísica mediante las manifestaciones de la vida psíquica. Al respecto, refiriéndose al determinismo de los átomos aclara que “suponiendo que la posición, la dirección y la velocidad de cada átomo de materia cerebral estuviesen determinadas en todos los momentos de la duración, no se seguiría en manera alguna que nuestra vida psicológica estaría sometida a la misma fatalidad” (Bergson, 1999: 107). En el tema atinente al comportamiento del tiempo –en referencia a Einstein– el filósofo destaca que el valor relativo de la teoría de la relatividad lo es exclusivamente para la ciencia, en cuyo caso “no puede experimentar toda la realidad” (Bergson, 1968: 65) ni debe paralizar la realidad, sino lo manifiesto en el espacio mensurable. El movimiento que estudia será siempre relativo. En el caso del ejemplo de relatividad respecto al observador real que está en el tren y al otro observador también real que está en la vía, el tiempo se mide por el espacio, por la relación de simultaneidad de ubicación de los observadores en tren y vía, donde ambos se refieren a un solo y único tiempo. El cambio de un mismo tiempo depende del espacio que ocupe el observador y no del tiempo mismo. No es un tiempo relativo con valor universal ya que no se refiere a sí mismo. No alcanza su simultaneidad por causa sui sino por otra variable: el espacio. De ahí que la teoría de la relatividad pasa a ser en sí misma relativa, sin valor absoluto en cuanto a tiempo.


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No pocas críticas siguieron a esta obra de Bergson. En lo personal, y sin posibilidad ni intención de profundizar en el fundamento de Einstein o en la contrargumentación de Bergson, me parece que el propósito de este último fue el de distinguir el tiempo espacializado del devenir. Pensar en términos de una “duración pura, sinfonía de estados de conciencia” del “Yo profundo” en libertad, que piensa diferencias de naturaleza, donde “no medimos ya la duración, pero la sentimos; de cantidad se convierte en estado de cualidad; la apreciación matemática del tiempo pasado no se realiza ya” (Bergson, 1999: 93). Se trata de cambios que se van operando en los fenómenos, generando una multiplicidad de carácter cualitativo, donde la realidad parece constituida por esa movilidad misma que se identifica con desdoblamiento, pliegues, transfiguración, y el método para aprehenderla trasciende la inteligencia, que se muestra insuficiente para filtrar esos procesos móviles. Es la intuición, como método de investigación complementario, el nutriente de la voluntad de creación que amplía las insuficiencias de la razón y contribuye a evitar lo que él denomina “falsos problemas, inexistentes o mal planteados”. Bergson, busca no sólo resistir a la tentación del poder matemático, sino la apertura a lo inédito. Los aportes del proyecto bergsoneano a partir de sus obras claves “Datos Inmediatos de la Conciencia”, “Materia y Memoria” y “Evolución Creadora” y su invitación a pensar desde la experiencia de la duración marcan un hito que intenta trascender, de hecho trasciende, la trayectoria del pensamiento occidental moderno, donde el mundo de la imagen, actuando desde el reino de las percepciones, confronta al mundo de la representación intelectualizada y las visiones de mundo que escindieron la realidad sensible y suprasensible en instancias irreconciliables de pensamiento y materia, naturaleza y espíritu, realismo. Veamos en forma esquemática la distinción ciencia/ filosofía en sus respectivos enfoques:


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Ilustraciรณn 1a

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La ilustración No. 2 intenta mostrar la suscitación del método intuitivo sobre la libertad, el espíritu y la vida, problemas estos vinculados a una suerte de realismo físico-químico y biológico. Su perspectiva de tiempo y del espacio le lleva a postular “diferencias de naturaleza” por encima de nuestras habituales “diferencias de grado” donde el movimiento como duración y virtualidad, en tanto fluir entre la disociación y el desdoblamiento, coloca en el suspenso de un desdibujarse en curso lo considerado detenido como cosa dispuesta en el espacio. La duración, como fuente activa de creación de naturaleza, da rango de movilidad continua a todo lo real, donde todo lo real es movimiento y todo movimiento es real. Desde esta perspectiva, de orden cualitativa, emerge, desde luego, otro principio de realidad: el propósito creador o elan vital –en sus palabras– como fundamento de todo lo real concreto. A nuestros fines sociales nos entusiasma la posibilidad de pensar en la transfiguración como visión de mundo, en armonía con la constitución de la vida misma y con todo lo que de ella se manifiesta. Bergson ofrece la visión del devenir como una incógnita difusa que transcurre en una movilidad desgarrada, sin metas definitivas, entre corrientes aleatorias unas y predeterminadas otras. La facultad de la razón luce restringida ante este imponderable y ante la reivindicación del poder liberador, versátil y deconstructor del acto perceptivo en tanto mediador del “estado fluídico del psiquismo imaginante”, como acordaría con Gastón Bachelard (1993: 12 y 14), para quien, además, “al devolver a la imaginación su papel de seductora…abandonamos el curso ordinario de las cosas…para lanzarse hacia una vida nueva”. Con este proceso abierto no sólo a la inteligencia, sino a la intuición y a la acción imaginante, Bergson plantea una superación de los logros positivistas –no una negación– al tiempo de ofrecer una revalorización de lo metafísico. Propone, en síntesis, la dilatación de la palabra, de los significantes más que de los significados –posteriormente trabajada, como proyecto implícito, por Derrida y Deleuze–, distanciándose de la sumisión ante la misma y de los subsiguientes efectos en falsos o inexistentes problemas en virtud de la confusión del más por menos, donde la perspectiva de NO SER se encuentra en la percepción o autoridad del SER; donde el DESORDEN representa la negación del ORDEN consensuado; y lo POSIBLE, depende de lo REAL (ilustración 3a). En lugar de estas imágenes suministradas por una percepción centrada en el poder de la autoridad, plantea la inversión de los valores dicotómicos tal como se aprecia en la ilustración 3b. Esta apertura ante lo significante, que supone reacción frente a la impostura de la autoridad, tiene importantes repercusiones en el orden cultural como con-


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texto de todo hacer humano. Su aceptación como visión de mundo implica, en principio, la identificación del vivir en libertad. Veamos lo expuesto en las gráficas siguientes. Ilustración 2a

Ilustración 2b


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Ilustración 3a

Ilustración 3b


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Los cuadros anteriores podrían resumirse en una configuración de la evolución creadora desde el impulso vital traducido en movimientos de disociación continua, en momentos de distensión y de contracción, en la fuerza interna de la duración actuando, a la manera de Heidegger, en realidades que se desocultan como en un dar-se, generando simultáneamente un ocultar como efecto de ese traer a lo abierto. Se trata de un dar-se desde el apropiar realidades a partir del acaecer, del suceder, del mostrarse formas del SER, ese que resulta infinito, inabordable en su plenitud. La propuesta de Bergson, coincide así con posturas filosóficas heideggereanas quien propone trascender lo ente para “pensar al ser como acaecimiento apropiador” y el modo cómo éste se da en el tiempo, uno que se le entiende como más “mundano que humano” (Heidegger, 1999: 15) El filósofo alemán, se vuelve a los griegos “que al descubrir la presencia de los entes, ellos olvidaron, y con ellos la tradición metafísica, fijarse en el ser mismo como presencia” (Heidegger,1999: 13) Asimismo el planteamiento prigogeano coincide con este juego de acaecerse con realidades que se expresan en un mostrarse, como manifestación de un proyecto lanzado a un devenir de posibilidades. El desarrollo del segundo principio de la termodinámica que propone Prigogine reconoce en la entropía su poder creador, su posibilidad de generar nuevos e inéditos órdenes mediante el potencial energético que reside en estructuras indefinidas, que llegado a situación de máxima entropía o equilibrio son capaces de transformarse en sistemas inestables por efecto de los filtrados energéticos que la disponen en la apertura hacia condiciones dinámicas. Se trata, al igual que los proyectos anteriores, de una nueva visión de ciencia y epistemología en el marco de realidades sinérgicas, pródigas en sí mismas, en continuo hacerse y deshacerse.

A MANERA DE CONJETURA: LO SOCIAL COMO POSIBILIDAD DE AUTOORGANIZACION DESDE Y HACIA UN DEVENIR INTERCONECTADO

En los temas anteriores hemos destacado el carácter móvil de una realidad en continuo desdibujarse, considerando para ello aportes tanto del ámbito de la ciencia como de la filosofía y procurando establecer relaciones y diferencias entre los argumentos considerados. La relectura que hace Prigogine del proceso entrópico para lo cual se ve precisado a introducir nuevos conceptos como los de “atractor, horizonte temporal y caos” (Prigogine, 1990: 14) asumido el primero como un punto de referencia que en el marco de un sistema caótico puede convertirse en punto de convergencia para llegar a un orden dentro de un horizonte temporal. Se plantea de este modo una imagen alternativa de evolución potencial de los sistemas que conduce, como él mismo afirma, a una “comprensión no reductora de la aparición de la vida a partir del mundo de los fenómenos físico-químicos” (Prigogine, 1990: 15). La ciencia del devenir se sustrae a la visión selectiva plan-


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teada por Darwin y por la asumida en el ámbito biológico en la propuesta de Monod. La dinámica entrópica envuelve una posibilidad inesperada y autorganizativa en el seno de procesos entrópicos susceptibles de hacerse compatible con tiempos irreversibles. En todo caso y a los efectos de conocer el impacto de este aporte de la ciencia físico-química a las ciencias sociales convendría valernos de una posible conexión con el tratamiento inventivo de realidad bergsoneana desde la intuición filosófica en contraste con el aporte de la ciencia en la instancia del descubrimiento. El pensar en términos de duración representa para Bergson, como lo vimos, la visión de realidad a partir de un estado de metamorfosis o “diferencia de naturaleza” como condición inherente a todo lo real. El existir, en cuanto cambio continuo o evolución sustancial en la movilidad, tiene implicaciones de orden político-social que trastocan el orden societal que hemos construido y legitimado en nuestra tradición cultural. La salida de estados de naturaleza como efecto de la duración que nos caracteriza en el proyecto bergsoneano muestra afinidad con las estructuras disipativas en el pensamiento de Bergson. Es con ese proceso de metamorfosis con el que nos corresponde lidiar en lugar de espacios homogeneizados que se vuelven cómplices de los afanes de poder y dominación que han logrado imponerse. En cuanto entidades sociales pensadas en términos de diferencias de naturaleza y proceso entrópico auto regenerador, la propuesta social moriana cabría ser especialmente considerada. Al respecto afirma: “No se puede concebir el nacimiento de la organización fuera de los encuentros aleatorios… hay un azar organizacional. Pero este hijo bastardo del azar o del desorden es anti-azar, anti-desorden y constituye un islote, un aislado al que su determinismo protege contra los desórdenes exteriores e interiores” (Morin, 1981: 158). Es así como la relación organización-orden-desorden se vuelve una triada dinámica y oscilante entre lo constituyente lo constituido, proceso éste que desde el trabajo de conectividad organizativa, lo hace protagonista de su propio acontecer, forma de resolverse y conformarse. Desde luego, estos anuncios de nueva ciencia toman su tiempo para alcanzar una concreción a nivel cultural y posteriormente político-social. Hasta ahora sólo se vienen dando a nivel de discurso y debates en diferentes comunidades científicas. Tal vez hace falta mayor tiempo para que sus postulados formen parte de la conciencia colectiva y, como diría Ludwwik Fleck (1986: 18) “la autoría de la investigación puede trasladarse desde el sujeto individual a la colectividad a pesar de que, como se puede ver en el trabajo de Kuhn, los topos de las conquistas individuales todavía determina en buena medida, tanto antes, como


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ahora, la investigación”. En todo caso, los valores e ideas compartidas en el marco de la sociología del conocimiento es, por lo pronto, la esperanza por nuevas formas más amables, abiertas y respetuosas de la auto- organización de nuestro mundo.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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