Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura Volumen XXII-2 2016

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ARTICULO Venezuela 2017: aspectos de una catástrofe societal. Xiomara Martínez. El proceso de desindustrialización (anti) socialista en Venezuela, crónica de una ruina anunciada. Manuel Sutherland. El paradigma del Mercosur para Venezuela. Un análisis de coyuntura. Gerson Revanales. Las relaciones comerciales entre China y América Latina. Humberto Daza. Elementos sumarios para un juicio histórico al chavismo. Jesús Puerta. El bueno, el malo y lo feo. Desigualdad social y violencia en Venezuela: de lo macro a lo micro Freddy Crespo. Discriminación racial y vida cotidiana en América Latina: empleo, educación y medios de comunicación Esther Pineda. El mundo contemporáneo: la diferencia como apuesta contingente a una «comunidad» posible. Jordi Flores


Revista Venezolana de

ANÁLISIS DE COYUNTURA Volumen XXII, No. 2, julio–diciembre 2016

Depósito Legal pp. 199502DF22 ISSN: 1315-3617 Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales Residencias 1-A, Piso 3, Ciudad Universitaria, Los Chaguaramos Caracas 1051A. Apdo. 54057. Telf.: 605-25-61 Correo electrónico: analisisdecoyuntura@gmail.com http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_ac/index http://www.faces.ucv.ve/instituto/ranalisis.htm http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/HomRevRed.jsp?iCveEntRev=364


UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA RECTORA Cecilia García A. VICERRECTOR ACADÉMICO Nicolás Bianco VICERRECTOR ADMINISTRATIVO Bernardo Méndez SECRETARIO Amalio Belmonte

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REVISTA VENEZOLANA DE ANÁLISIS DE COYUNTURA Volumen XXII, No. 2, julio–diciembre 2016 DIRECTOR Pedro García A. COMITÉ EDITORIAL Carlos Peña • Javier Seoane • Rafael Ramírez María Teresa Salomón • Alba Carosio COMISIÓN ASESORA Absalón Méndez • Alberto Camardiel • Alejandro Puente Manuel F. Garaicoechea • Betty Pérez • Luis Mata • Edgardo Lander Guillermo Ramírez • Guillermo Rebolledo • Maritza Landaeta-Jiménez Isbelia Lugo • Jorge Rivadeneyra • Luis Beltrán Salas • Miguel Bolívar Humberto García • Maura Vásquez • Rigoberto Lanz • Seny Hernández Oscar Viloria H. • Trino Márquez • José R. Zanoni RESPONSABLE DE EDICIÓN Milagros Becerra León y Zhandra Flores PORTADA Andrés García CORRECCIÓN DE ESTILO Milagros Becerra L.

La REVISTA VENEZOLANA DE ANÁLISIS DE COYUNTURA es una publicación semestral del INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES «DR. RODOLFO QUINTERO», arbitrada e indizada en las siguientes Bases de Datos: LATINDEX, CLASE, RedALyC, REVENCYT, Scielo, DOAJ Fundada en 1981 como Boletín de Indicadores Socioeconómicos, el actual nombre se adoptó en 1995

Es una publicación auspiciada por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela y por el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación



Contenido Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ARTÍCULOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El proceso de desindustrialización (anti) socialista en Venezuela, crónica de una ruina anunciada The process of (anti) socialist deindustrialization in Venezuela, chronicle of a ruin announced. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Manuel Sutherland El paradigma de Mercosur para Venezuela. Un análisis de coyuntura The Mercosur paradigm for Venezuela: a conjunctural analysis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Gerson Revanales Las relaciones comerciales entre China y América Latina Trade relations between China and Latin America. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Humberto Daza Hacia una explicación de la violencia delictiva en Venezuela Towards an explanation of violent crime in Venezuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Freddy Crespo Elementos sumarios para un juicio histórico al chavismo Summary elements for a historical judgment to chavism . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Jesús Puerta Discriminación racial y vida cotidiana en américa latina: empleo, educación y medios de comunicación Racial discrimination and daily life in Latin America: Employment, education and media

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Esther Pineda G. El mundo contemporáneo: la diferencia como apuesta contingente a una «comunidad» posible The contemporary world: Difference as a contingent bet on a possible «community» . . .

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Jordi Santiago Flores INDICADORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Indicadores de la coyuntura – Venezuela 2do semestre 2016. . . . . . . . ABSTRACTS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lista de árbitros

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PRESENTACIÓN VENEZUELA 2017: ASPECTOS DE UNA CATÁSTROFE SOCIETAL

Cuando miramos la actual coyuntura societal venezolana como una específica combinación de factores y circunstancias, como un tiempo histórico en el que los presentes acontecimientos puntuales son siempre el resultado de una sucesión de eventos que definen la peculiaridad de un proceso; no nos parece una exageración afirmar que con la palabra ruina podemos nombrar acertadamente esta coyuntura del país, comenzando el año 2017. ¿De dónde viene esta ruina, de cuál catástrofe? ¿Por qué estamos ante restos de una arquitectura política que alguna vez pareció mostrarse en vigorosa completud estructural y de sentidos? La falta de mantenimiento o actos deliberados de destrucción conducen a la ruina, que a la vez es metáfora o alegoría de una catástrofe, de un pasado real, o que pudo haber sido, y de una condición moral que ya no es: desenlace doloroso y desgraciado de un proceso, parte final de una polis dramática, en constante acción conflictiva. Nuestro artificio de catástrofe (de naturaleza esencialmente política, puesto que es el resultado de toma de decisiones que nos han afectado a todos los venezolanos, que tiene como principal protagonista al gobierno chavista en el Estado y las maneras como éste ha intentado resolver los problemas de nuestra convivencia colectiva) puede ser nombrado, repetimos, como tal, con el registro de indicadores coyunturales que evidencian, como en toda catástrofe, daños en la infraestructura del país, sensibles pérdidas financieras y económicas y, más grave aún, pérdida de vidas humanas. Tan profundo es el daño, que desde el gobierno chavista se ha acuñado la tesis de la “guerra económica”, porque ciertamente la guerra ha sido consecuentemente señalada como causa histórica privilegiada de las catástrofes artificiales. El argumento oficialista de la “guerra” legitima también, y de por sí, el uso del término catástrofe para caracterizar esta coyuntura de grave y profunda crisis económica y social. Entre las características más comunes de las catástrofes no sólo se cuentan acrecentadas cifras de muerte y pérdidas materiales, sino también la declaratoria de una situación de emergencia que conlleva decisiones únicas como la autoritaria concentración de poderes en el ejecutivo nacional a través de consecutivas promulgaciones de decretos de emergencia económica nacional, cuya excepcionalidad corta e impide todo desarrollo normal y equilibrado de la norma constitucional. Diversos son los rostros trágicamente deformados de esta ruina. Uno de los más devastadores es, sin dudas, la descomunal caída de la producción agrícola e industrial del país (estimada sobre el 12%), como principal causa del dramático desabastecimiento y escasez de productos de la dieta básica. Situación a la que


se suma la drástica disminución de las importaciones de alimentos, medicinas y otros rubros como efecto de la merma en los ingresos provenientes de la renta petrolera (tanto por la caída de los precios, como por lo perdido a través del despilfarro descontrolado de las políticas clientelares y lo sustraído en obscenas prácticas de corrupción administrativa). Al férreo control gubernamental, monopólico y corrupto, sobre las divisas para la importación de los bienes requeridos, se añade el despliegue de una salvaje espiral inflacionaria superior al 1000% que devora indolentemente salarios e ingresos de trabajadores, profesionales y pensionados (también fuertemente devaluados por la política de bonificación del salario). Estos aspectos son abordados en el artículo del Investigador y Profesor Universitario Manuel Sutherland, desde la problemática del proceso de desindustrialización ocurrido durante el gobierno chavista, proceso que no duda en calificar como el más sorprendente de toda América Latina, sobre todo porque, paradójicamente, el chavismo ha construido su ideología política bajo el signo de un socialismo nacionalista del siglo XXI. Con un riguroso ejercicio investigativo, Sutherland registra indicadores del atraso productivo y de las políticas económicas seguidas por el gobierno, resultantes en un gran hundimiento catastrófico del aparato industrial. Los componentes del ciclo recesivo más violento de nuestra historia, dice el autor, refieren a que “por cuarto año consecutivo, Venezuela posee la inflación más alta del mundo (2015: 181 %), un déficit fiscal de dos dígitos (por quinto año consecutivo), una caída del 75 % de los precios del petróleo (que representa cerca del 95 % de sus exportaciones -2013-), el riesgo país a la inversión internacional más alto del globo (2016: JP EMBI+ 4145 puntos), la estrepitosa caída del PIB (-7,1% al tercer trimestre de 2015), la cantidad de reservas internacionales más baja del decenio y una tremebunda escasez de toda clase de bienes y servicios. A ello se le suma la fuga de capitales más elevada del mundo que se realiza bajo la mirada impertérrita de un rígido control de cambio.” El resultado final de ese proceso de desindustrialización de “proporciones antediluvianas” define la actual coyuntura económica que “cualquier estimación, por más moderada que sea, puede arrojar una caída del producto industrial de 50 % (1997-2016) y una caída de la productividad del trabajo en la industria de 45 % para ese mismo período. Venezuela podría perder la mitad de su capacidad industrial en menos de 20 años, en medio de la bonanza petrolera más generosa y prolongada de su historia”. Este pronunciado proceso de desindustrialización, correlativo a una intensificación interna del modelo rentista-extractivista, de erosión acelerada del proceso productivo interno, tanto para el consumo nacional como para su colocación en mercados internacionales, tiene otra expresión catastrófica referida en el texto del Embajador Dr. Gerson Revanales, quien se detiene a examinar rigurosamente las ruinas de una política populista de integración regional del país hacia América Latina, correspondiente a “la visión Geopolítica del ex presidente Hugo Chávez y de las razones del ingreso estratégico al MERCOSUR, donde la salida de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN); el enfrentamiento con


Washington; los ataques a la OEA; la creación de PETROCARIBE y de la ALBA formaron parte de una estrategia diseñada para llevar adelante el Socialismo del siglo XXI en la región”. Afirma Revanales, que “la cesación de Venezuela como Estado Parte de MERCOSUR representa un hecho lamentable al colocar a Venezuela en una situación de orfandad, al no formar parte de ningún mecanismo de integración que elimine las barreras arancelarias para hacer más competitivas las exportaciones venezolanas … La cesación aplicada a Venezuela, representa una de las situaciones más lamentables en que ha sido expuesta la diplomacia venezolana; así como un duro golpe a la imagen internacional del país”. En el mismo marco de improductividad e intensificación del modelo rentístico- extractivista, llevado a cabo desde el gobierno chavista a lo largo de los últimos dieciocho años, se despliega el artículo del Sociólogo y Profesor Humberto Daza, quien examina la naturaleza de las actuales relaciones comerciales entre China –socio comercial privilegiado por el Estado venezolano– y América Latina; modelo que ha llevado a la Cepal , entre muchas otras instituciones y analistas, a afirmar que en la región se ha evidenciado un fuerte proceso de reprimarización reforzado por los parámetros impuestos por la inversión extranjera directa china, ya que casi el 90% de la misma entre 2010 y 2013 se dirigió a las actividades extractivas, en particular la minería y los hidrocarburos. También, como toda catástrofe, la de nuestro país lleva anejos el miedo, la desazón y la desesperanza ante a las calamidades sufridas por el profundo deterioro de nuestras condiciones y calidad de vida. Basta detenerse en el estado actual de las variables establecidas en el índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas para evidenciar desde aquí también las ruinas: PIB per cápita, educación (en todos sus niveles) y esperanza de vida, los tres indicadores básicos más comúnmente usados, muestran sin ambages su peor rostro. Según estimaciones de la CEPAL, el año 2016 cerró con una caída superior al -8,0 % del PIB, y el año 2017 no subirá del -4,0 %. Por su parte, el FM sitúa la contracción del 2016 sobre el -10% y de -6% para 2017. Sobre el tema educativo, el panorama es nefasto tanto en el sistema público como privado, en las escuelas, liceos y universidades, no sólo por la creciente incapacidad de cubrir comedores o reparar las instalaciones sino también por la pérdida de su capital humano: estudiantes y profesores crecientemente incapacitados económicamente para mantenerse en el sistema educativo. Mención especial merece nuestra cotidiana puesta frente a la muerte violenta y repentina como inexorable destrucción de la esperanza de vida. Este aspecto catastrófico tiene varias entradas, entre otras, una criminal carencia de medicinas ubicada en este año por el sector farmacéutico sobre el 85% que “se está pagando con vidas”, en una estadística que todos padecemos en nuestras familias, pero de la que no podemos disponer en cifras oficiales. Otro de sus crueles rostros, vinculados al desabastecimiento, la inflación, el desempleo y el empobrecimiento generalizado, se ensaña con especial furia sobre nuestros niños y


niñas, tal como lo demuestra un reciente estudio de la organización Cáritas, llevado a cabo entre octubre y diciembre del año 2016, en 25 parroquias de cuatro regiones del país, el cual arroja un 25 % de niños en desnutrición aguda y un 28% en riesgo inminente de desnutrición, configurando un cuadro muy cercano a una crisis humanitaria, cuyo peligroso avance ya no espera y exige ser inmediatamente atendido. Y, por supuesto, no puede dejar de abordarse el feo rostro catastrófico de la violencia criminal que destruye de manera inapelable toda esperanza de vida, que contabiliza, en el año 2016, más de 28.000 homicidios en todo el país. Este aspecto catastrófico de la violencia criminal que nos azota hoy a todos, es el centro del trabajo que nos presenta el Dr. Freddy Crespo, ProfesorInvestigador y Criminólogo, quien examina con riguroso cuidado las paradojas de un país cuyos indicadores nos dicen que durante el actual gobierno se han producido más de cien mil muertes violentas y en lo que va de año más de 30 mil. Un país cuya situación de inseguridad personal nos obliga a todos a vivir con miedo y que constituye una de sus principales causas de muerte, exhibe de igual modo, desde las cuentas y estadísticas del discurso oficial, progresivos y positivos índices de superación de la desigualdad, basados en un privilegiado y peculiar uso del Coeficiente de Gini. Dice Crespo en su trabajo que en nuestro caso “la violencia se presenta como una acción de mayor probabilidad de elección cuando el sistema institucional formal está inmerso en una considerable crisis de legitimidad ante el individuo. En este contexto la violencia como acción es elegida para la consecución del objetivo y éste es alcanzando sin consecuencias para el individuo, tal acción no sólo se legitima, sino que además, cuando la reacción inefectiva contra la misma se hace perdurable, la violencia condiciona al actuar institucional a un ajuste sobre la base de la misma, en la que ésta no sólo se hace tolerable, sino también necesaria para el mismo sistema”. De lo que se deducen los alcances, pero también las inconveniencias metodológicas y epistémicas en el uso de un instrumento de medición de variables de calidad de vida, en un contexto en el que una supuesta reducción de la desigualdad no está, contra toda previsibilidad, relacionado positivamente con una disminución de los homicidios. Concluye el autor que “se normalizó lo anormal y se hizo ordinario lo extraordinario. Nos acostumbramos a la violencia. Y dicha costumbre nos hizo más violentos aún, no solo como actores activos que exteriorizan la acción en sí, sino también como actores pasivo que son víctimas de la acción y valoran como un evento extraordinario cuando la acción no nos afecta directa o trágicamente”. Situación que, en todo caso, nos habla de esta otra catástrofe: el deterioro moral y ético de un país en el que se ha desplegado un proceso de subjetivación que naturaliza las formas más salvajes del consumo, la violencia criminal y se disemina la impunidad. Este Dossier se complementa con un artículo que publicamos en la sección de Ensayos, en el que se analizan aspectos de la catástrofe política del gobierno


chavista y que, a juicio de su autor, el Investigador y Profesor de la Universidad de Carabobo, Dr. Jesús Puerta, “sepulta las posibilidades históricas de una izquierda en Venezuela, con consecuencias nefastas para toda América Latina”. Puerta detalla en este ensayo las debilidades, tanto en el chavismo como del resto de las experiencias de gobierno de “izquierda” en América Latina durante la primera década y media del siglo XXI; que si bien se trató de una respuesta reactiva frente al neoliberalismo dominante, no se acometieron reales procesos de transformación democratizantes y socialistas. Por el contrario, puntualiza y explica este autor, se mantiene y profundiza la división internacional del trabajo impuesta por el mercado mundial capitalista, a través del reforzamiento de un modelo extractivista “sin ninguna consideración ecológica, social, cultural ni política”. En segundo lugar, afirma la permanencia de un sistema de gobierno y el estilo político sostenido por la demagogia y el asistencialismo que reproduce nuestro tradicional modelo rentístico y a los anteriores populismos históricos latinoamericanos. En tercer lugar, refuerza los tradicionales sistemas de corrupción, apropiación privada de los bienes públicos, “acompañados con el fortalecimiento de las tendencias autoritarias, evidentes en esa fusión de la burocracia estatal, la partidista y los militares”. Y, por último, “nos condena a un retroceso inevitable hacia lo peor de las décadas perdidas: endeudamiento masivo para pagar anteriores deudas, sacrificio de la inversión social, privatización, entrega de soberanía nacional, etc.”

Xiomara Martínez O. ESCUELA DE SOCIOLOGÍA, UCV DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES, UCV



ArtĂ­culos


Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2016, Vol. XXII, No. 2 (jul-dic), pp. 15-39

EL PROCESO DE DESINDUSTRIALIZACIÓN (ANTI) SOCIALISTA EN VENEZUELA, CRÓNICA DE UNA RUINA ANUNCIADA Manuel Sutherland1 CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y FORMACIÓN OBRERA (CIFO) Resumen: Este trabajo se enfoca en ver algunas determinaciones concretas más importantes de lo que se podría definir como el proceso de desindustrialización más profundo y sorprendente de América, con el agravante de que el protagonista de la desindustrialización es un gobierno que según la ideología que profesa (socialismo nacionalista del siglo XXI) debería haber hecho todo lo contrario. Aunque tal labor requeriría de varios volúmenes y el artículo tiene serios compromisos con la brevedad, se hará el intento de plasmar algunos indicadores claves del atraso productivo de la actualidad y de las políticas macroeconómicas que hundieron el aparato industrial. Por todo lo anterior se hará un esfuerzo de síntesis importante, lo cual dejará aspectos muy sugestivos fuera de este artículo. Por razones de espacio, se hará un enfoque en lo que no ha debido hacerse, en vez de lo que se podría (o debería) haber hecho. Palabras caves: Producción, productividad, importaciones, sobrevaluación, desindustrialización.

LA INDUSTRIA EN EL MARCO DE LA PEOR CRISIS ECONÓMICA DE LA HISTORIA

Es un hecho público y notorio que la situación económica actual del país se muestra como el ciclo recesivo más violento que ha sufrido en su historia. En la actualidad y por cuarto año consecutivo, Venezuela posee la inflación más alta del mundo (2015: 181 %), un déficit fiscal de dos dígitos (por quinto año consecutivo), una caída del 75 % de los precios del petróleo (que representa cerca del 95 % de sus exportaciones -2013-), el riesgo país a la inversión internacional más alto del globo (2016: JP EMBI+ 4145 puntos), la estrepitosa caída del PIB (-7,1% al tercer trimestre de 2015), la cantidad de reservas internacionales más baja del decenio y una tremebunda escasez de toda clase de bienes y servicios. A ello se le suma la fuga de capitales más elevada del mundo que se realiza bajo la mirada impertérrita de un rígido control de cambio. A enero de 2017 aún no se tiene ninguna cifra concreta del año 2016, ni siquiera de los primeros meses. Aunque todas las estimaciones concluyen que el año 2016 fue más negativo que el peor año en materia económica de nuestra historia (2015), aún no se sabe cuánto más podría disminuir la economía. Como 1

manuel1871@gmail.com


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boom noticioso se ha propagado una supuesta filtración de las cifras preliminares que el Banco Central de Venezuela estaría estudiando publicar. Los guarismos (filtrados) para el año 2016 son realmente escalofriantes: el PIB tuvo una caída acumulada de 23,0 %, la baja en actividades sensibles como petróleo y manufactura sobrepasaron el 20 % y la inflación anual fue 830 % (Patilla, 2017). Aunque las cifras están lejos de ser oficiales, parecen reflejar el definitivo estallido de la crisis más importante de nuestra historia (Sutherland, 2016). En otros trabajos se ha analizado la crisis como entorno macroeconómico en general (Sutherland, 2016). Hay varios ensayos interesantes en ese sentido. Las dificultades para conseguir data actualizada han sido extremas. Desde hace varios años el gobierno bolivariano ha decidido dejar de publicar informaciones vitales, o hacerlas con extremo retraso. Dicha política oscurantista se ha ―legalizado‖ en el año 2016, con los ―decretos de emergencia económica‖, que aprobados por el Tribunal Supremo de Justicia, explican que los datos macroeconómicos le pertenecen al poder Ejecutivo y que éste tiene el derecho de impedir su publicación, ya que muchos investigadores podrían usarlos para atacar la reputación del gobierno. Sin comentarios.

LA ENTRADA DEL GOBIERNO BOLIVARIANO Y LAS PROMESAS DE INDUSTRIALIZACIÓN

―Nosotros tenemos un proyecto, que es el proyecto de transición, apenas te hablé de una de sus líneas estratégicas, que es la línea macro política constituyente, tenemos también una línea macro económica, una línea de una economía diversificada…‖ Hugo Chávez, 1998 (Rondón, 1998)

En 1998 el Chavismo surge como alternativa política con base a un discurso nacionalista que retrotrae al imaginario de la ―Gran Venezuela‖. Con una retórica popular y patriótica el proyecto bolivariano se vendía como una esperanza de regreso a los años de esplendor de la economía. Parecía que el único problema era la distribución corrupta y clientelar del provento petrolero. Lo único que había que hacer era ―adecentar‖ a la clase política, estimular a los empresarios nacionalistas y poner en cintura a las rapaces transnacionales. Con medidas políticoadministrativas de rigor disciplinario se volvería al país potencia que alguna vez (se pensó) fuimos. Sin prácticamente mencionar a la clase obrera y a las necesidades de desarrollo de las fuerzas productivas, el proyecto bolivariano expresó el descontento general que estaba harto de los paquetes de ajuste macroeconómicos del FMI, la austeridad, las devaluaciones y la merma del poder adquisitivo. Aunque en toda campaña política las promesas electorales son tan fastuosas y resistentes como pompas de jabón, en todos los candidatos a la elección presidencial de 1998 la frase: diversificación de la economía y desarrollo produc-


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tivo, estuvo de moda. Sin embargo, en el proyecto ganador no hubo atisbos serios que apuntasen a una propuesta firme de desarrollo industrial. Años después, en diversos planes de gobierno y en algunos discursos, el Presidente Chávez trató de alguna manera de tocar el tema de la industrialización, aunque sea de soslayo. El énfasis parecía más bien orientado hacia el rescate de la renta petrolera, es decir, arrebatarle a la ―tecnocracia meritocrática‖ de PDVSA y a las ―maliciosas transnacionales‖ el ingreso rentístico que le pertenecía al pueblo y que debía ser administrado y distribuido por un gobierno popular. Con el pasar de los años y habiendo superado el llamado ―paro petrolero‖ y el ―golpe petrolero‖ (2002-2003), el chavismo fue creciendo en ambiciones ideológicas y del llano nacionalismo patriótico, muta hacia el socialismo nacionalista del siglo XXI. Dicho momento quedó inmortalizado en el discurso del Presidente Chávez en el foro Mundial de Porto Alegre de aquel lejano 30 de enero de 2005 (Garrido, 2005). Con una renta petrolera completamente en manos del poder Ejecutivo y con un apoyo masivo que le permitió al chavismo triunfar con un margen histórico en las elecciones presidenciales del año 2006, se empieza a consolidar un incremento sideral en los ingresos por exportaciones y comienza la etapa en la cual muchos pensaban, iba a desarrollarse al fin el proyecto de industrialización nacionalista que ―sembraría‖ el petróleo en una serie de máquinas e instalaciones que podrían servir para sustituir importaciones manufactureras en el mediano plazo. Los constantes llamados de Chávez a estudiar marxismo levantaron un gran entusiasmo por la oportunidad histórica que tenía el país de emprender un proceso ―socialista‖ de industrialización nacional, que tuviera tras de sí una enorme renta petrolera de respaldo. Como el proceso bolivariano se llamaba a sí mismo revolucionario y socialista, era de esperar que siguiera las incansables palabras de Marx en relación a la necesidad de desarrollar con la mayor ciencia, tecnología y planificación, los procesos industriales. Más aún, con las experiencias de desarrollo industrial en la URSS, China y la RDA, se creía que la clase obrera podría llegar a ser el verdadero sujeto histórico del cambio social. La propuesta industrializadora era indetenible, ya que aparte de manejar el estado por completo, se poseía una renta del suelo minera tan munificente que haría un camino de rosas, los dificilísimos pasos que dieron otros países intitulados ―revolucionarios‖. Pero parece que esto no fue así.


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EL CICLO ECONÓMICO ATRAVESADO POR EL BOOM DE LAS MATERIAS PRIMAS

Una de las formas más sencillas de ver el avance de un proceso nacional de acumulación de capital, es estudiar las variaciones del PIB per cápita. De manera simple se puede observar la evolución del ingreso en una economía, sin reparar en la distribución del mismo, tema que sería adecuado para otro artículo. Aunque el PIB en su comportamiento muestre la normal ciclicidad de toda economía capitalista, el PIB per cápita muestra más bien las tendencias de la acumulación puestas en relación con el crecimiento poblacional, que en Venezuela ha sido bastante alto. En el gráfico 1 se muestra, desde 1951 hasta nuestro tiempo, la evolución del PIB per cápita que inmediatamente al llegar el gobierno bolivariano, detenta un ligero repunte, para luego desplomarse en 2003 en el medio de huelgas patronales, ―golpes de estado‖ y sabotajes a la producción petrolera. El posterior control de la situación política se entroncó con un inusitado y virulento auge de la renta a mediados del año 2004. Los precios se elevaron exponencialmente, y pasaron de un tímido $ 10 por barril a estabilizarse en torno a los $ 100. Ahí es cuando empieza la última época ―dorada‖ del esplendor de la renta. De un PIB per cápita cercano a Bs. 1.400.000 (poder adquisitivo de 1997), se salta a un PIB que casi roza los bs. 2.100.000. El crecimiento fue tan fuerte que casi alcanza al pico histórico alcanzado en 1977. Gráfico 1: PIB per cápita (1951-2015)

CÓMO SE LICUÓ LA RENTA PETROLERA EN IMPORTACIONES

Si en Venezuela las importaciones totales crecieron más de cinco (5) veces en el periodo 2003-2012, y la producción interna se había incrementado en ese período, lo que debió haber pasado es que el mercado rebose en productos


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importados, haya un exceso en la oferta de los mismos y sus precios disminuyan. Sin embargo, en Venezuela empezaba a suceder todo lo contrario. Las mercaderías empezaron a escasear, sus precios se elevaron, su calidad disminuyó y la variedad de las mismas se redujo de forma drástica. Un resultado completamente contrario al observado en los indicadores macroeconómicos más generales. Unas de las causas de la situación anteriormente expuesta fue la exportación vigorosa de capitales que restó capacidad de inversión productiva a lo interno del país, gracias a una enorme sobrevaluación de la moneda que facilitó (y facilita) y abarató las importaciones, en detrimento de la producción nacional. Dicha sobrevaluación del bolívar no es más que una poderosa transferencia de renta petrolera desde el estado ―socialista‖ hacia los importadores, quienes reciben mucho más dólares de los que deberían absorber por los bolívares que desembolsan. En el gráfico 2, cortesía de Juan Kornblihtt, se denota la evolución de la sobrevaluación del tipo de cambio para el período 1996-2014 (Kornblihtt J. , 2016). La metodología empleada para medir la sobrevaluación es la construcción del ―tipo de cambio de paridad relativa‖, dicho índice está ajustado por el IPC y la productividad del trabajo en EEUU y Venezuela, partiendo desde la base del tipo de cambio promedio del período 1964-1975. Según esta metodología, a diciembre de 2014 la sobrevaluación rozó el 1000 %. Eso significa que cada vez que el gobierno bolivariano vendía 10 dólares a los empresarios privados y a las empresas estatales que solicitan divisas, les estaba regalando (al menos) 9. A diciembre de 2015 la sobrevaluación es mucho mayor, según el cálculo de Kornblihtt la sobrevaluación puede estar por el orden del 9000 %. Esta espectacularmente lucrativa transferencia de renta petrolera al sector privado, es el negocio más oneroso y lesivo a la nación que se pueda imaginar. Peor ha sido que muchas de las mercancías compradas con ese dólar de ―regalo‖ han sido víctimas de fraudes masivos, que más adelante veremos. No hay que decir que con esa sobrevaluación el bolívar compra en el extranjero mucho más de lo que debería, haciendo que la producción nacional luzca mucho más costosa que la foránea. Ello impulsa a que muchos empresarios y burócratas prefirieran importar antes que producir a lo interno.


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Gráfico 2: La enorme sobrevaluación de la moneda local

Fuente: Cálculos de (Kornblihtt J. , 2015) en base a BCV y BLS. Método: tipo de cambio de paridad relativa ajustado por IPC y productividad, promedio 1964-1975=1.

En el gráfico 3, veremos con más detalles que el enorme auge exportador de Venezuela, gracias a la decuplicación del precio del petróleo (puntualmente, de 1999 a 2008) se ha visto acompañada con un voraz auge importador. Las importaciones CIF que en 2003 apenas rozaban los 14 mil millones de dólares, en 2012 alcanzaron los 80 mil millones de dólares (INE Comercio exterior, 2014), importación que siendo ―supuestamente‖ orientada en 70 % a la inversión productiva (Kornblihtt J., 2015), no se vio reflejada en un aumento de la producción. El aumento de las importaciones CIF de 457% para el período (2003-2012) refleja que el ritmo en la importación es a todas luces exagerada y sin ninguna vocación de ahorro ante una posible declinación del ciclo económico, ante una eventual caída en los precios del petróleo. De hecho el aumento de las exportaciones, para ese mismo período fue de 257 %, mucho menor al aumento de las importaciones. Gráfico 3: Exportaciones (FOB) e importaciones (CIF) anuales


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Los defensores del capital comercial suelen justificar el auge importador con un supuesto aumento generalizado del precio de las mercancías en el extranjero. Pero, si vamos a los términos de intercambios aplicados a nuestras exportaciones no petroleras, podemos ver que el precio pagado por cada kilogramo exportado de mercancías, ha subido en apenas 11 % (para el período 19982014), lo cual no parece justificar un aumento tan fuerte en los precios de las importaciones (INE; Comercio exterior, 2014).

El auge importador estatal El lema del gobierno pareciera ser: ―Todo lo que pueda ser importado, será importado‖. Lejos de favorecer a la industria nacional, el gobierno se ha visto estimulado a resolver necesidades diversas, a fuerza de importaciones masivas. Para angustia de nuestra balanza de pagos, las importaciones han experimentado crecimientos exponenciales. Aunque se pudiera pensar que solamente el sector privado tiene incentivos para la importación, el sector público es quien ha aumentado en 1033 % las importaciones que realizó (2003-2013) con incrementos interanuales en las importaciones que llegaron a alcanzar el 51 % (2007) como se observa en el gráfico 4 a continuación. Gráfico 4: El auge de las importaciones estatales

EL PRESUNTO FRAUDE EN LA IMPORTACIÓN

Las importaciones que hemos llamado ―fraudulentas‖, forman parte del principal motor de la exportación de la renta petrolera. En muchos trabajos hemos


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explicado (Sutherland, Aporrea, 2015) que el enorme auge importador tiene que tener relación con una gran cantidad de bienes importados que deberían pulular en los anaqueles. Dicha oferta de mercancías debería hacer bajar los precios de la mercadería en general. Sin embargo ha sucedido exactamente lo contrario. Uno de los rubros más importantes de la mesa del venezolano es el café. Dicho bien aumentó su importación aunque precisamente había hasta hace pocos años excedente y exportación. En el gráfico 5, vemos que la importación de café se incrementó en 8.200 %. Lo más fraudulento del asunto, es que el propio BCV explicó que para enero de 2014, el índice de escasez de café había llegado al 94 % (BCV), 2014). Gráfico 5: La importación (FOB) de café

El caso de la carne es arquetípico. El aumento de la importación de carnes (FOB) para el período 2003 (inicio del control de cambio) – 2013, fue de 17.810%. Sí, más de 17 mil por ciento. Lo ―asombroso‖ es que el consumo nacional promedio de carne disminuyó en 22 % para ese mismo período, como ya lo explicamos en un trabajo que dedicamos exclusivamente a la importación de cárnicos (Sutherland, Aporrea, 2014). De sólo importar 10 millones de dólares anuales, se pasó a importar más de 1700 millones de dólares. Ni hablar que la carne lleva meses sin hallarse de manera regular en los supermercados (Mejías, 2015). Como complemento de ello, se puede ver que de 1998 a 2013, el incremento en la importación FOB de animales vivos fue de: 2.280 %. Para ese mismo período el valor FOB de la exportación de animales vivos descendió en un 99,78 %, hasta llegar a la microscópica cifra de 4.300 dólares para el año 2013 (Sutherland, Aporrea, 2014).


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Gráfico 6: Importaciones y exportaciones (FOB) de carnes

La relación entre las importaciones físicas totales y su costo Vamos directamente a un gráfico (el 7) que muestra directamente una comparativa formal de las importaciones FOB y sus volúmenes físicos. Partiendo de una relación en la cual en 1998 y 2003 pagábamos alrededor de 1 dólar por cada kilo de mercancía importada, hemos pasado a una relación en la que cada kilo ―supuestamente‖ nos cuesta el cuádruple. Es decir, la presuntamente artificial distorsión en las importaciones nos parece indicar que cerca del 70 % de las mercancías (atendiendo a su relación previa: peso/valor) jamás llegaron a Venezuela. Más preocupante aún son las centenares de denuncias que alertan lo frecuente que es ver contenedores de mercancías importadas llenos de basura, piedras y chatarra, que se hacen pasar en aduana como verdadera mercancía importada. Son famosas las denuncias de importaciones de ―supuestas‖ máquinas de cortar césped de 12 mil dólares y de máquinas para procesar pollos de 2 millones de dólares; cuando la gendarmería aduanal revisó el contenedor sólo vieron herramientas oxidadas (Neuman & Torres, 2015). Incluso una reconocida empresa de consultoría, Ecoanalítica, quien está totalmente alejada de una posición comunista anti-empresarial, calculó que de 2003 a 2012 fueron robados $ 69.500 millones mediante importaciones fraudulentas (Neuman & Torres, 2015). Las trampas han sido tan abundantes que los exportadores en una zona de libre comercio en Panamá facturaron $1.400 millones de dólares en envíos a Venezuela. Sin embargo, funcionarios panameños aseguran que de esa cantidad $937 millones fueron un fraude: las compañías facturaban productos inexistentes (Neuman & Torres, 2015). En otro de los casos documentados, una compañía que importaba equipo agrícola declaró el costo de una máquina para


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desgranar mazorcas en $ 477.750, cuando su verdadero precio es de unos $ 2.900 dólares (Neuman & Torres, 2015). Tanto Torres como Neuman, como analistas del NY Times, están también exentos de cualquier sospecha de ser comunistas que detesten a la burguesía local. El gráfico 7 habla por sí solo. Gráfico 7: Relación entre las importaciones totales físicas y su costo

La industria en Venezuela un agregado en descenso… El comportamiento de la industria como agregado consolidado se puede evidenciar en el devenir del PIB en Manufactura. Sectores como: textil, automóviles y procesamiento de alimentos, son los que engrosan este componente del PIB. Acá se excluye la construcción, la minería y el petróleo, medidos en otros agregados. Por ende, podríamos decir que este sector es lo que se podría llamar: el ámbito industrial. En el gráfico 8, a continuación, podemos ver como el PIB industrial tiene un comportamiento muy similar al PIB consolidado. Ambos parecen disminuir y crecer a ritmos similares. Como en los gráficos posteriores notaremos, el PIB industrial registró un notable incremento 2004-2008, para luego decrecer a niveles ligeramente por debajo del año de 1997, situación preocupante y que se podría decir contradictoria (a simple vista), ya que en los años de crecimiento elevado (2004-2008), la importación de maquinaria y equipos industriales se quintuplicó. Una inversión productiva semejante, debería haber traído consigo una importante expansión productiva, pero no la trajo.


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Gráfico 8: Evolución del PIB Total y el PIB en manufactura (1997-2015)

Una forma de ver con más claridad el peso del sector industrial sobre la producción total, es verificar el porcentaje del PIB en manufactura sobre el total del PIB consolidado. Siendo el gobierno bolivariano un gobierno que se autodenomine de ―izquierda‖ y que algunos analistas llaman: desarrollista, es notorio que según lo que nos muestra el gráfico 9, posterior a éste párrafo, el peso del sector industrial ha mostrado una evidente tendencia al descenso. En guarismo sencillo, se computa la caída del PIB manufacturo, en el peso del PIB total, en un preocupante 28 %. Caída lamentable, si se desea avanzar hacia una necesaria diversificación de la economía e ir hacia la multiplicidad de productos para la exportación. Gráfico 9: El peso del PIB industrial en la economía


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Otra forma de ver la evolución del peso de la industria en la economía, sería mostrar la marcha del PIB per cápita en manufactura. De esa manera se podría considerar el peso del incremento poblacional en el andar del PIB en manufactura, y medir de forma un poco más acuciosa el desenvolvimiento industrial general. En el gráfico 10, que sigue a éste párrafo, se puede ver un descenso severo de más de un 25 % en el PIB manufacturero per cápita (1997-2015), lo que para nosotros puede ser considerado como una muestra de desindustrialización bastante seria Gráfico 10: El PIB manufacturero per cápita (1997-2015)

LA INVERSIÓN PRODUCTIVA: FORMACIÓN BRUTA DE CAPITAL FIJO (FBCF) BAJO SOSPECHA

Para ver con cierta claridad la inversión en maquinaria, equipo e instalaciones que se realiza en un país, por lo general se utiliza el agregado macroeconómico llamado: Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF). La FBCF se suele definir formalmente como: ―Valor de los bienes duraderos nuevos (junto con los servicios incorporados a ellos) adquiridos por las unidades productoras residentes para ser utilizados durante un plazo superior a un año en el proceso productivo. En su composición deben incluirse también los bienes usados procedentes de la importación, así como las grandes reparaciones o mejoras de los bienes existentes que cumplan una de estas dos condiciones: que alarguen su vida media o que modifiquen sustancialmente su estructura‖ Fuente especificada no válida. Para los países intitulados como de ―industrialización tardía‖ la FBCF suele ser una variable clave a la hora de saber el alcance de los procesos industriales que se desarrollan en sus naciones. El peso de la FBCF sobre el PIB es bastante alto en esos países. La ―inversión productiva‖ tan necesaria en la ruta hacia el


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desarrollo de fuerzas productivas puede verse reflejada en los incrementos o decrementos de este agregado. Para el caso venezolano se puede verificar en el gráfico 11, dispuesto al final de éste párrafo, que a precios constantes (con base al año 1997) la FBCF se ha duplicado para el decenio: 1999-2008, alcanzando su pico histórico en el año 2012. Ello indicaría, a todas luces, una vigorosa inversión productiva que a la sazón debería influir a los grandes conglomerados industriales del país, es decir, con semejante incremento neto de más del 100 % Fuente especificada no válida, pareciera evidente que ha habido un incremento enorme en la adquisición de maquinaria, equipos e instalaciones industriales que debería impulsar la producción y la productividad del trabajo en las empresas residenciadas en Venezuela. Esas compras (mayoritariamente importadas) deberían haber impulsado de una manera u otra, un proceso de sustitución de importación de bienes manufacturados. El gráfico 11, vemos que de 2012 a 2015 se muestra una caída severa en la FBCF de 43 %, que puede reflejar un retroceso gravísimo en cuanto a la necesaria reposición, actualización y renovación de maquinarias y equipos industriales. Ese retroceso puede verse reflejado en la actualidad (2017) con una severa escasez y un fuerte desabastecimiento, ya que una retracción de tal magnitud no puede no tener un impacto negativo categórico en la producción y en la productividad del trabajo industrial. Al haber menos máquinas y más obsoletas (o con mayor años de servicio) la producción debe disminuir, la oferta descender y los precios subir. Gráfico 11: Formación Bruta de Capital Fijo (1997-2015)

Podemos ver la evolución de la FBCF per cápita, este indicador nos podría dar una aproximación interesante hacia la cantidad de maquinaria disponible por habitante, medida en cuanto a su valor, en aras de constatar si la densidad in-


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dustrial se ha incrementado o deprimido. Independientemente de las inexactitudes estadísticas de estos agregados, nos llama la atención la tendencia que se ha evidenciado. En el gráfico 12 se aprecia el incremento notable (188 %) en el período 2003-2009 y el fuerte descenso (45 %) de 2012 a 2015 que evidencia no sólo un retroceso con respecto al máximo histórico, sino que muestra un descenso de 12 % con respecto al año 1997. Gráfico 12: Formación Bruta de Capital Fijo per cápita

Se puede ser más específico aún en la estimación de la variación en la FBCF aplicada a la industria (sacando de ella al negocio de la extracción petrolera), y relacionar la FBCF privada con la cantidad de obreros ocupados en trabajos industriales no extractivos. Ese cálculo se puede ver en el gráfico 13, posterior a éste párrafo, donde notamos la caída pronunciada en el período 2002-2003 por las razones políticas que llevaron al cierre por varios meses de sus empresas. Luego se observa un rápido auge hasta 2007 de las inversiones productivas privadas, en relación a los obreros ocupados en la industria. Posteriormente notamos un vertiginoso descenso de 68 % en el indicador que construimos, para el período 2007-2014, lo que muestra a las claras una soberbia caída en la inversión productiva que nos lleva a imaginar un descenso en la producción muy severo. El año 2014 (último disponible a la fecha: 2017) es 62 % más bajo en cuanto a dotación de maquinaria (en valor), equipos e instalaciones que el año de 1997. Las lógicas consecuencias de este proceso de desindustrialización se observan en la escasa producción interna de bienes en la actualidad.


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Gráfico 13: FBCF privada sobre Obreros ocupados en el área de la manufactura

Se puede ver algo sumamente interesante relativo a la importación de maquinarias, equipos e instalaciones del sector privado, lo que se llama de manera resumida, importación con destino a ser FBCF privada. En el gráfico 14 se puede apreciar que el promedio de las importaciones destinadas a FBCF privado, estaba por el orden de los 2 mil millones de dólares anuales (1998-2003), en la etapa previa al control cambiario. Con la política económica de mantener persistentemente un tipo de cambio ampliamente sobrevaluado, las importaciones de este rubro industrial se multiplicaron por más de 5, obviamente muy por encima de las necesidades reales de la industria. Con un crecimiento de tal naturaleza el parque industrial debió haber crecido de forma significativa, ya que fueron más de 9 años importando más del doble del promedio de lo importado antes del control de cambio. Sin embargo, como hemos visto, esa importación parece no haber sido efectuada de manera efectiva, ya que la disminución en la densidad industrial es bastante notoria.


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Gráfico 14: Importaciones privadas con destino a ser FBCF (1998-2015)

LA INDUSTRIA AUTOMOVILÍSTICA: EL CORAZÓN DE LA MANUFACTURA SE APAGA

Uno de los principales motores productivos de la industria nacional, es la producción de vehículos. Este sector industrial es el que absorbe las mayores cantidades de divisas y facilita una serie de procesos fabriles que ofrecen posibilidades sólidas de integración vertical en varios segmentos industriales. Venezuela, a diferencia de otros países cuyo tamaño de mercado es similar, posee una interesante cantidad de ensambladoras de automóviles y autopartes a nivel nacional. Empresas como General Motors, Ford, Hyundai y Toyota tienen sendas fábricas en nuestro país. Medir la producción industrial automovilística nos puede dar una indicación aproximada de las tendencias que presenta un sector primordial de la industria local. Desgraciadamente, a la fecha (2017), existe poca información agregada disponible y bastante desactualizada. En el gráfico 15, a continuación, se puede ver la evolución del índice de Producción física de Vehículos. Cómo fácilmente se percibe, la producción en 1998 llegó a alcanzar los 382 Puntos Base (PB) y decayó hasta las 116 PB en el fatídico 2003. Este descenso obedeció a un cierre voluntario de las empresas a nivel nacional, no a una causa económica. Para el año 2006 la producción nacional rompe records y alcanza la cifra de 433 PB. Ello se puede relacionar con el auge de la renta que ya hemos explicado anteriormente. Es decir, como los componentes ensamblados son mayoritariamente importados, la producción tiende a aumentar cuando la moneda se sobrevalua y por ende se abaratan (e incrementan) las importaciones. Pudiendo comprar más de lo que deberían, si la moneda no estuviera artificialmente sobrevaluada, la importación de partes a


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ensamblar se dispara y la producción goza de un auge. Sin embargo, la elevada sobrevaluación de la moneda pasa a ser un estímulo suficientemente fuerte para importar con sobrefacturación y sobreprecios, ello impele a las empresas a la realización de dichas prácticas reduciendo de manera efectiva su producción, aunque lo gastado en importaciones se agrande. Por otra parte, también estimula la importación de vehículos terminados, cuya baratura relativa –por la sobrevaluación– dificulta al extremo a la producción nacional. Por todo ello vemos en el gráfico 15 la caída en un 54 % la producción de automóviles, aun cuando el año 2008 y 2011 fueron años de grandes ingresos por exportación petrolera e importaciones desorbitadas. La producción de vehículos de 2011 representa apenas la mitad de la producción de 1998, ello implica una severa caída en la oferta y un consecuente incremento de los precios. Gráfico 15: Índice de Producción física de Vehículos Totales

Al ver amplios sectores de la producción nacional tomar este derrotero la pregunta más sencilla que se nos viene a la mente es: cómo no se pudo prever esta tendencia? Ni hablar que la no publicación de data desde el año 2011, puede invitar a creer que la caída en la producción de automóviles es mucho más severa para los años posteriores. Este proceso de achicamiento de la producción industrial está a contrapelo del necesario desarrollo de fuerzas productivas que esta fracción podría encabezar. Algún amigo, muy enemigo de la producción de carros particulares, podría estar feliz por la caída en la fabricación de los mismos, alegando que los carros son una fuente de contaminación y que lo realmente ―socialista‖ es la producción de autobuses para el transporte colectivo. Considerando las palabras de este compañero, podemos pasar a ver el índice de la producción física de autobuses y minibuses, en el gráfico 16, a continuación. La figura nos indica que la caída


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más grande en la producción industrial de cualquiera de los casi 20 sectores industriales disponibles se refleja en la producción de autobuses y minibuses. El descenso de 97 % (1998-2011) en la producción de los mismos es un funesto indicativo de una realidad que apunta hacia una desindustrialización catastrófica en áreas de extrema importancia nacional. Gráfico 16: producción de buses y minibuses

APUNTES RECIENTES DE LA PRODUCCIÓN VEHICULAR EN VENEZUELA, UN DESPLOME HISTÓRICO

Como se ha visto en la estadística oficial, muchos de los datos de producción industrial disponibles (a enero de 2017) terminan en el año 2011. El bloqueo informativo parece tener razones relativas al pésimo andar de la economía y a la enorme magnitud de la caída en los índices macroeconómicos positivos, y en el ascenso en los índices negativos. Si analizamos con cifras recientes la producción de automóviles, vemos que el retroceso ha sido más que severo. Entre 2007 y 2015 la producción de automóviles se ha desplomado en un impresionante 89%, el guarismo de 2015 es casi tan bajo como el registro de 1962, cuando nació formalmente la industria y se ensamblaron 10 mil vehículos Fuente especificada no válida.. El colapso de la industria automotriz como corazón de la manufactura afecta a más de 100 mil empleos directos y una buena cantidad de empleos indirectos. La industria automotriz en 2015 se contrajo a su peor nivel en 53 años, ensamblando apenas 18.300 unidades. Desde 2007, año en que se ensamblaron 172.418 unidades –el segundo mejor resultado en su historia–, la industria ha


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venido en picada Fuente especificada no válida. El rendimiento del pasado 2015 es peor, incluso, al de 2003, cuando se armaron 47 mil automóviles. Si se analiza el año 2016, las cifras preliminares hasta noviembre, ofrecen un panorama aún más sombrío. Según data de la Cámara Automotriz de Venezuela (CAVENEZ) y de la Federación Venezolana de Autopartes (FAVEMPA), el ensamblaje de vehículos llegó a la microscópica cifra de 2.694 unidades, un 83 % menos que en los mismo 11 meses del año 2015 Fuente especificada no válida. La solución planteada por el gobierno a empresas como FORD, y otras, estriba en una autorización para que puedan vender sus autos directamente en dólares. Esta opción es (por decir lo menos) insólita ya que estimula la importación de vehículos terminados y deprime a la industria nacional. El resultado de esta alternativa, es que para el año 2016 la cuota de vehículos importados se duplicó (en comparación con el año 2015) y la alícuota de autos ensamblados en Venezuela disminuyó en 83 %. LA PRODUCTIVIDAD DEL TRABAJO INDUSTRIAL… LA CLAVE DE LOS PROCESOS DE INDUSTRIALIZACIÓN

―La capacidad productiva del trabajo depende de una serie de factores, entre los cuales se cuentan el grado medio de destreza del obrero, el nivel de progreso de la ciencia y de sus aplicaciones, la organización social del proceso de producción, el volumen y la eficacia de los medios de producción y las condiciones naturales‖ Karl Marx

Juan Iñigo Carrera explica a la productividad del trabajo como una relación puramente material en la cual se puede medir la cantidad de unidades (output) que se producen, utilizando una determinada cantidad de un input, en este caso, fuerza de trabajo Fuente especificada no válida. Se puede definir el término también, como la relación económica que establece la eficiencia de la actividad productiva de los hombres expresada por la correlación entre el gasto de trabajo (en escala de la sociedad, de una rama, de una empresa o de un solo trabajador) y la cantidad de bienes materiales producidos en una unidad de tiempo Fuente especificada no válida. El nivel de la productividad del trabajo es un índice importantísimo del carácter progresivo de un modo de producción de un régimen social dado, todo nuevo régimen social, indicó Lenin, vence al que le precede consiguiendo una mayor productividad del trabajo Fuente especificada no válida. Elevar la productividad del trabajo significa economizar trabajo vivo y trabajo social, o sea, reducir el


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tiempo socialmente necesario para producir una mercancía, disminuir su valor Fuente especificada no válida. El nivel y los ritmos de crecimiento de la productividad del trabajo social dependen de muchos factores, ante todo del grado de desarrollo de las fuerzas productivas, cosa que el gobierno bolivariano debió impulsar, si se llama así mismo revolucionario y social-nacionalista. Como se ha repetido en varias ocasiones en este trabajo, la quintuplicación de las importaciones destinadas a ser FBCF debieron incrementar notablemente la densidad industrial (la cantidad de establecimientos industriales por Km2) y la cantidad de maquinarias por obrero, por ende, aumentar la productividad del trabajo. Sin necesariamente usar el supuesto de que cada adquisición de maquinaria debe ser ahorrativa de fuerza de trabajo, lo cual quiere decir que la producción de la fábrica se mantiene o se incrementa con menos cantidad de obreros, podemos entender que cada máquina o instalación industrial que ingresa, tiene que incrementar la cantidad productos que realiza cada obrero. En Venezuela ha sucedido lo contrario. La caída en los niveles de productividad en la actividad industrial para el año 2015, supera el estrepitoso descenso que se apreció en el año 2003. Si prestamos atención al gráfico 17, podemos observar que la productividad en el trabajo muestra su nivel más bajo en 20 años. El decremento del 28 % que se aprecia en el gráfico es sumamente alarmante, es seguramente el descenso más fuerte experimentado en nuestra historia moderna y tiene que verse correlacionado con una baja sensible en el nivel salarial, asunto que no estudiaremos en artículo. Gráfico 17: Productividad del trabajo en la Industria nacional (1997-2015)


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LA ALOCADA EXPANSIÓN DE DINERO: ESTÍMULO A LA IMPORTACIÓN E ILUSIÓN MONETARIA

El sostenimiento de una moneda tan extraordinariamente sobrevaluada trae consigo un axiomático aumento de la demanda de divisas, ya que las divisas se constituye como uno de los bienes que mantiene su mismo precio y que además puede conservar su valor en el tiempo. Dicha situación ha estimulado una sobredemanda severa de divisas preferenciales, debido a que el precio de venta que usa el gobierno es varias veces más bajo que el nivel de precios del dólar paralelo, ello crea un diferencial o spread que permite hacer ganancias cambiarias de forma constante y abre la puerta a una serie de mecanismos extremadamente corruptos en la asignación de divisas. Sin adentrarnos en los múltiples estímulos que políticamente se pueden obtener de la capacidad de manejar discrecionalmente una cantidad de divisas tan enorme, podemos notar que la sobrevaluación extrema fue impulsada por una depreciación real de la moneda, impulsada por una expansión sideral de la base monetaria a niveles nunca antes vistos. Dicha expansión encarece (vía inflación) a los demás bienes de la economía, pero como el gobierno controla el precio del dólar regulado, éste dólar no refleja la pérdida de valor de nuestra moneda, lo que conduce a que se profundizara la sobrevaluación y por ende el diferencial cambiario que incitó a todo tipo de fraudes en la importación que aceleró la destrucción de la industria y desestimuló cualquier intento productivo. A esto se le añadió la política de congelación de las tasas de interés, lo que hizo que con tasas de inflación anual que superaron en el año 2015 el 180 %, la tasa de interés activa apenas llegase al 18 %. Ello facilita la toma de préstamos para comprar divisas y especular en el mercado paralelo. En el gráfico 19, a continuación, vemos el aumento de 96 mil por ciento (1999-2016) de la base monetaria emitida por el BCV. Semejante incremento es absolutamente desproporcional al ―aumento‖ en la producción en el país y al crecimiento de sus ingresos en divisas, por ende, podemos llamar a prácticamente el 95 % del dinero creado como ―inorgánico‖, es decir, sin ningún respaldo en el ámbito productivo.


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Gráfico 19: La alocada expansión de la base monetaria en Venezuela

La profusa proliferación de medios de pagos se ha encontrado con una menguante producción, lo que ha causado los niveles inflacionarios más elevados de nuestra novel historia. La inflación destroza cualquier posibilidad de echar a andar un sistema crediticio y de pagos que pueda ser útil para la producción industrial cuya rotación de capital suele durar varios meses, es decir, la ferocidad de la inflación impide la reposición óptima de inventarios ya que los precios se elevan a una velocidad que hace que cualquier tipo de venta que se haga de la mercancía propia, al terminar de realizarla ya implique una pérdida. El asunto de la rotación del capital le llevó a Marx muchos años de estudios y el segundo tomo del Capital entero. Desgraciadamente las leyes bolivarianas relativas a ―Precios Justos‖, impiden la actualización de los precios en los inventarios y castigan hasta con 7 años de cárcel el guardar (acaparar) mercancías en almacenes hasta que el precio se estabilice. De hecho, un industrial pudiera ir a la cárcel si no logra distribuir su mercancía a tiempo, ya que el gobierno pudiera pensar que éste esconde las mercancías para crear caos. La ley de ―Ilícitos Cambiarios‖ también sanciona con cárcel a quien compre con dólares propios insumos y materias primas, y traslade el precio del dólar paralelo a su estructura de costos. Comprar un repuesto para una maquinaria determinada pasa por mil pasos burocráticos que obligan a que esta se detenga (causando una grave pérdida de tiempo: dinero) y ralentizan la continuidad que requiere el proceso de trabajo industrial. De más está decir que estas políticas afectan de manera grave a la industria.


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COROLARIO…

La brevedad de este trabajo impide ocuparnos de los múltiples factores que determinan la materialidad del proceso de desindustrialización en Venezuela. Acá y con las severas limitaciones en cuanto a la disposición, calidad y especificidad de los datos disponibles se trató de hacer un esbozo que pudiera permitir elucidar los aspectos más esenciales del problema. Partiendo de las salvedades anteriores, podemos indicar que toda la evidencia empírica basada en estadísticas oficiales, parece revelar la existencia de un grave proceso de desindustrialización. Dicho devenir destructivo del ámbito industrial, está totalmente divorciado de lo que promulga el ideario marxista y lo que en la práctica sucedió en países como Rusia, China y la RDA, donde la industria se expandió vertiginosamente. Las políticas de sobrevaluación de la moneda han desestimulado a la producción nacional en aras de favorecer a la importación, disminuyendo paulatinamente la posibilidad de competir a empresas estatales y privadas radicadas en Venezuela. Todo ello ha favorecido, en una primera etapa, al advenimiento de una masa de mercancías importadas que mayoritariamente pasando como materiales de Consumo Intermedio, parecen más bien haber fungido de sustitutos de la producción nacional. En una segunda etapa hubo un fuerte auge de las importaciones de capital fijo, que se tipifican en el agregado de Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), que evidenció una quintuplicación en menos de un quinquenio. Por las evidencias de los resultados de esa importación, la mayor parte de ella pareciera haber sido fuertemente sobrestimada, ya que el impacto en la producción industrial fue mucho menor al correspondiente a semejante inversión en medios de producción. Buena parte de lo importado parece haberse fugado del país; no por nada Venezuela sufre la fuga de capitales Fuente especificada no válida. más severa del planeta (en proporción al tamaño de su PIB). En una tercera etapa se evidencia una contracción muy severa en las importaciones, casi el doble de la inflación más alta sufrida en nuestra historia (INPC: 180 %, 2015) y una escasez manifiesta de los insumos industriales más elementales. El resultado final parece apuntar a un severo colapso industrial de proporciones antediluvianas. Partiendo de que el año 2016 fue el período del estallido de la crisis económica en su versión más depresiva (Sutherland, 2016), y que los pésimos resultados industriales acá expuestos rozan al año 2015, es de consi-


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derar que cualquier estimación, por más moderada que sea, puede arrojar una caída del producto industrial de 45 % (1997-2016) y una caída de la productividad del trabajo en la industria de 38 % para ese mismo período. Venezuela podría perder la mitad de su capacidad industrial en menos de 20 años, en medio de la bonanza petrolera más generosa y prolongada de su historia. Las declaraciones del gremio de comerciantes: CONSECOMERCIO, que versan sobre la desaparición de 570 mil empresas (hasta 2016) de las 800.000 empresas existentes en Venezuela antes de 1999 Fuente especificada no válida, parecen no estar alejadas de la realidad. La caída en la producción, la productividad y la inflación auguran disminuciones extremadamente severas del salario e incrementos en la pobreza. Mientras menos se produzca por habitante, menor será el ingreso disponible a repartir. Urge un sólido proceso de industrialización con alta tecnología, basado en las potenciales industriales del país (petroquímica), el desarrollo de la producción aguas abajo concernientes a la extracción de minerales y un impulso vigoroso al sector de la biotecnología y al rubro de los servicios relacionados a las nuevas tecnologías de la comunicación. Lamentablemente, las últimas políticas económicas relacionadas con la apertura del Ministerio para la Agricultura Urbana y el impulso al conuco y a la cría de animales en hogares urbanos, muestran que el gobierno va en dirección opuesta a las necesidades reales de desarrollo de las fuerzas productivas. Concentrarse en distribuir de manera discrecional-clientelar la renta petrolera, no sirve de nada, y mucho menos si no hay un amplio desarrollo industrial que impulse la productividad del trabajo de la clase obrera y permita expandir su poder adquisitivo. Desgraciadamente se transita en la ruta contraria. Ya lo decía Engels, si la construcción del socialismo no logra desarrollar las fuerzas productivas, sólo le quedará socializar la miseria…

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2016, Vol. XXII, No. 2 (jul-dic), pp. 41-62

EL PARADIGMA DE MERCOSUR PARA VENEZUELA: UN ANALISIS DE COYUNTURA J. Gerson Revanales1 MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES, VENEZUELA Resumen: El ensayo consta de dos partes: La primera desarrolla la hipótesis central, -en nuestra opinión casi inédita debido a la poca la literatura, publicaciones y estudios académicos formales, sobre la visión geopolítica del ex presidente Hugo Chávez y de las razones del ingreso estratégico al MERCOSUR, donde la salida de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN); el enfrentamiento con Washington; los ataques a la OEA; la creación de PETROCARIBE y de la ALBA formaron parte de una estrategia diseñada para llevar adelante el Socialismo del XXI en la región. La segunda parte, aunque tenga un enfoque económico-jurídico, sus razones son geopolíticas, para lo cual se compone de tres temas: en el primero se analiza lo que se denomina ―El cambalache‖ de la CAN por el MERCOSUR; una decisión aparentemente económica pero de naturaleza política con un alto costo para las relaciones comerciales de Venezuela. El segundo tema, a la luz de la teoría de la integración analiza el MERCOSUR, como el paradigma en un ―Mercado no Común‖ a los intereses de Venezuela; fundamentalmente, si se revisan estas relaciones acorde a la ―Teoría de las Ventajas Comparativas‖ de David Ricardo 2. Para su comprobación, se realiza un estudio en el periodo 2002 - 2014, que demuestra la poca competitividad que tienen los productos venezolanos en el mercado sureño, al presentar Venezuela una balanza comercial negativa con cada uno de los países del MERCOSUR; de donde se infiere que la decisión de denunciar el Acuerdo de Cartagena fue una decisión más que comercial de interés político. El tercer tema, cierra con una revisión de los incumplimientos, dilaciones y consecuencias que conllevan la cesación de Venezuela dentro del MERCOSUR; un hecho nunca ocurrido en la historia de las relaciones diplomáticas de Venezuela, como es una medida disciplinaria de tan grave significado. Para terminar, se hacen unas reflexiones sobre el porqué Venezuela debe buscar nuevos modelos de relacionamiento político, social y comercial dentro y fuera de la región. Palabras claves: MERCOSUR, geopolítica, ACE18, estrategia, integración.

I PRESENTACIÓN

El presente ensayo tendría que haberse intitulado ―Geopolítica del Socialismo del siglo XXI‖; sin embargo, al no haberse materializado este proyecto por diversas causas entre ellas la desaparición de su propulsor; la caída de los precios del petróleo y recientemente los cambios políticos en una de sus plataformas como es el Mercado Común del SUR (MERCOSUR); las diferencias acaecidas por causa del incumplimiento de algunos compromisos asumidos por el gobierno de Venezuela al momento de su ingreso, se ha considerado abordar1 2

grevanales@gmail.com Salvatore D. (1994).


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lo como –el paradigma que representa para Venezuela, la permanencia o no dentro de MERCOSUR–, ―al ser cesada en el “ejercicio de los derechos inherentes a la condición de Estado Parte” lo cual la deja a Venezuela en estado de orfandad dentro de los esquemas de integración económica regional.

II INTRODUCCIÓN

Rudolf Kjellen (1864-1922) padre y creador del termino geopolítica, en su obra fundamental “El Estado como forma de vida”3 (1916), concibe al Estado como un organismo viviente el cual nace, crece y muere. Por lo tanto, requiere de un espacio geográfico para su subsistencia. Sobre la base de este planteamiento teórico, primero en Europa y posteriormente en Latinoamérica surgieron diversas escuelas: la chilena con la doctrina de Diego Portales, al aplicar ―Principios Geopolíticos‖ hacia el norte (Perú-Bolivia) para apropiarse de territorios y salitreras (Guerra del Guano y del Salitre-1879). Su máximo exponente es el general Augusto Pinochet Ugarte quien plantea: -Desarrollar un gran poder marítimo; -Crear conciencia de montaña en la mente de la población; e -Impulsar un poder económico industrial en Sudamérica. Por su parte, la Escuela Geopolítica Argentina está dirigida a: -Dominar su propio territorio; -Controlar la hoya del Río de la Plata; -Llegar al Pacifico; -Dominar la Patagonia. De igual forma, la Escuela Brasilera promovida por el general Golbery do Cuoto e Silva y el coronel Mario Travassos identifica dos ejes: uno vertical, al oeste la zona Pacifica, con los países de la Cordillera de los Andes y al este la zona Atlántica; y uno horizontal dividido en tres franjas identificadas en: -La cuenca del Caribe; -La cuenca Amazónica y -El cono sur. El caso de Venezuela es muy particular ya que nunca ha existido ni una Escuela ni un pensamiento geopolítico a pesar de ser un país con potencialidades de expansión e intereses en el Caribe, el Atlántico, la cordillera Andina y la cuenca Amazónica4 Según Ratzel la geopolítica determina los estudios para el aseguramiento del Espacio Vital ―Lebensraum‖ 5, el cual establece la relación entre espacio y población; (a lo cual añadiríamos recursos para la subsistencia), para asegurar que la existencia del Estado quede garantizada cuando no dispusiera de suficientes recursos para atender a las necesidades del mismo. En cambio, el Tte Coronel Hugo Chávez como presidente se replanteó en lugar de controlar un espacio físico para el aseguramiento de recursos como es la tesis fundamental de la Geopolítica ratzeliana, se propuso la conformación de una ―Alianza Geopolítica‖ que abarque desde el Caribe y Centro América, hasta la 3

Rosales G. (2005).

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Revanales G. (1978).

5

Expresión acuñada por el geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904).


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Patagonia incluida la zona andina, para la promoción, difusión e imposición de un proyecto ideológico, concebido como el Socialismo del siglo XXI, en la cual el MERCOSUR era solo una pieza.

III EL MERCOSUR UNA PIEZA CLAVE EN EL PROYECTO GEOPOLÍTICO DEL SOCIALISMO DEL XXI

En este contexto, el ex presidente Hugo Chávez, se planteó desarrollar una estrategia en varios tiempos y diferentes espacios a partir de la toma posesión en 1999: La primera manifestación se encuentra en diciembre de 1999, cuando rechaza la ayuda de los EE.UU, durante un deslave que azota zona norte costera de Venezuela. En aquella oportunidad la comunidad internacional en pleno ofreció su cooperación, sin embargo la ayuda norte americana fue rechazada bajo excusas de una supuesta invasión. Posteriormente, en ocasión de la Cumbre de las Américas, celebrada en Quebec a finales del 2000, EE.UU lanza la iniciativa de una Zona de Libre Comercio en las Américas (ALCA) como complementación al TLC, (EE:UU-MéxicoCanadá)6, iniciativa que es derrotada durante la Cumbre; el gobierno de Venezuela por primera vez en la Declaración Final de una Cumbre presidencial, incorpora dos reservas7 argumentando en forma muy particular su concepción de la democracia y la necesidad de efectuar consultas internas. En esta ocasión, la gran mayoría de los gobiernos apoyaron los argumentos de Venezuela; princi5

NAFTA-TLC Firmado por el presidente estadounidense George H.W. Bush, el 8 de diciembre de 1992, por el primer ministro canadiense Brian Mulroney, el 11 de diciembre de 1992 y por el presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, el 14 de diciembre de 1992, recuperado: https://Tratado_de_Libre_Comercio_de_Am%C3%A9rica _del_Norte 7

*La delegación de Venezuela desea reservar su posición acerca de los párrafos 1 y 6 de la Declaración de Quebec, por cuanto a juicio de nuestro Gobierno la democracia debe ser entendida en su sentido más amplio y no únicamente en su carácter representativo. Entendemos que el ejercicio democrático abarca además la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones y en la gestión de gobierno, con miras a la construcción diaria de un proceso dirigido al desarrollo integral de la sociedad. Por ello, el Gobierno de Venezuela hubiese preferido, y así se solicitó en esta Cumbre, que en el texto de la Declaración quedase reflejado expresamente el carácter participativo de la democracia. **La delegación de Venezuela reserva su posición sobre el párrafo 15 de la Declaración de Quebec y el párrafo 6-A del Plan de Acción, en virtud de las consultas que se llevan a cabo entre los diversos sectores del Gobierno nacional en función de nuestra legislación interna, para dar cumplimiento a los compromisos que se derivarían de la entrada en vigor del ALCA en el año 2005. Recuperado en: Documents for Quebec City Summit/Quebec/tracker.htm]


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palmente por las asimetrías existentes entre algunos de ellos; sin embargo, paradójicamente la región habiendo perdido en esa oportunidad la capacidad de negociación en bloque frente a los EE.UU, en los años siguientes muchos de los países que habían apoyado a Venezuela negociaron y firmaron sus Acuerdos de Libre Comercio con Washington8: Centro América y Republica Dominicana (CAFTA-2004); Perú (2006), Colombia (2006, Panamá (2007). Llama la atención que el recién electo presidente de los EE.UU se manifiesta en contra de estos Acuerdos de libre comercio, y anuncia las negociaciones bilaterales para hacer uso de su poder de negociación. Derrotada la iniciativa del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el siguiente objetivo en 2004, fue neutralizar definitivamente por dos vías la presencia de los EE.UU en la región, mediante la concertación política a través de una Alianza Bolivariana para América‖ como contrapartida del ALCA, conocida como la ALBA, Acuerdo firmado en la Habana el 14DIC2004, la cual consistía en un mecanismo de colaboración y complementación política, social y económica entre algunos países de América Latina y el Caribe. El artículo 2 de la ALBA determina la hoja de ruta de las relaciones entre Cuba y Venezuela. El mismo establece que: Habiéndose consolidado el proceso bolivariano tras la decisiva victoria en el Referéndum Revocatorio del 15 de agosto de 2004 y en las elecciones regionales de 31 de octubre del mismo año y estando Cuba en posibilidades de garantizar su desarrollo sostenible, la cooperación entre la República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela se basará a partir de esta fecha no solo en principios de solidaridad, que siempre estarán presentes, sino también, en el mayor grado posible, en el intercambio de bienes y servicios que resulten más beneficiosos para las necesidades económicas y sociales de ambos países. La otra vía para neutralizar a los EE.UU, fue la OEA, desde diferentes frentes por medio de la cooperación y la asistencia financiera; para ello se valió de auspiciar algunos mecanismos multilaterales de concertación política (UNASUR 2007) (CELAC 2010) y subvención de la factura petrolera, la cual venia ahogando las economías de los países del Caribe y Centro América al replantear un mecanismo paralelo al ya existente Acuerdo Petrolero de San José de Costa Rica. Este nuevo programa de Cooperación Energética, se denominara PETROCARIBE, el cual se firma el 14DIC2004, en ocasión del Primer Encuentro Energético de Jefes de Estado y de Gobierno del Caribe, en la ciudad de Puerto 8

Sistema Información sobre Comercio Exterior, OEA. Recuperado de http://www.sice.oas.org/agreements_s.asp


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la Cruz, estado Anzoátegui- Venezuela, y es suscrito originalmente por 14 países9. PETROCARIBE originalmente es anunciado como una alianza en materia petrolera que tiene como objetivo la venta de petróleo en condiciones de pago preferencial; aunque en definitiva se convertirá en un arma para el control político dentro de la OEA. Operativamente, el mecanismo permite que sus miembros compren hasta 185.000 barriles de petróleo por día10. Según la consultora internacional TPCG Group, los países signatarios deben a la republica 11,6 mil millones de dólares11. El control político del mecanismo se pone en evidencia, a partir de la renuncia del recién electo Secretario General de la OEA, Miguel Ángel Rodríguez, el 15 de setiembre 2004, quien debió dimitir en octubre de ese mismo año, para enfrentar cargos judiciales en su país (Costa Rica). Ante la vacante dejada por el Secretario General, se procedió a una nueva elección en la cual se presentaron tres candidatos: Francisco Flores, ex presidente de El Salvador, quien contó con el apoyo de los EE.UU; Luis Ernesto Derbez, Secretario de Relaciones Exteriores de México y José Miguel Insulza, Ministro del Interior de Chile; elección durante la cual se sucedieron cinco rondas de votaciones, sin que EE.UU pudiera lograr que su candidato ganara, por lo cual tuvo que recomendar se retirara, lo que permitió romper el empate entre los dos candidatos restantes: Luis Ernesto Derbez y José Manuel Insulza, quien finalmente resultó electo12, con el apoyo de Argentina, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela, todos ellos socios políticos en la ALBA y MERCOSUR.

9

Actualmente PETROCARIBE está formado por Venezuela, Cuba, República Dominicana, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Surinam, Santa Lucía, Guatemala, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Honduras y Haití, también participan como observadores Ecuador y Bolivia. 10

Desde su inicio, Venezuela ha financiado la construcción de refinerías, patios de tanque, oleoductos y plantas hidroeléctricas en algunos países miembros como Cuba y Nicaragua. 11

Maduradas, recuperado de reseña de El Nacional..http://www.maduradas.com/y-quienresponde-paises-de-petrocaribe-deben-unos-11-mil-millones-de-dolares-a-venezuela/ La elección del secretario general de la OEA se realizó con el fin de elegir al nuevo líder de dicha organización, tras la renuncia en octubre de 2004 de Miguel Ángel Rodríguez. Estas sesiones fueron realizadas en Washington. Tras cinco rondas de votación no pudieron romper el empate entre los dos candidatos: Luis Ernesto Derbez, secretario de relaciones exteriores de México, y José Miguel Insulza, ministro del Interior de Chile, tras el retiro de la candidatura del ex presidente salvadoreño Francisco Flores. El 2 de mayo de 2005, y tras el retiro de la candidatura de Derbez, Insulza fue elegido secretario general de la Organización por 31 votos a favor, 2 abstenciones (México y Bolivia) y 1 voto en blanco (Perú).


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El control que ejerce el gobierno de Venezuela en la OEA, se evidencia nuevamente en el caso de Honduras durante la destitución del presidente José Manuel Zelaya en junio de 2009 y en Paraguay en 2012, cuando el juicio político que el Congreso Nacional le sigue al presidente Fernando Lugo le destituye. En ambas oportunidades, el gobierno de Venezuela logra la aplicación de la Carta Democrática. A Honduras además se le suspenden los beneficios de PETROCARIBE. Ese mismo, año, a pesar de la oposición de los Congresos de Brasil y Paraguay por las múltiples violaciones a los DD.HH, Caracas logra ingresar al Mercosur gracias a la suspensión de Paraguay y el apoyo de Cristina Kirchner, Luis Ignacio Lula da Silva y Pepe Mujica, logrando el presidente Chávez conformar finalmente una Alianza que atendiera a su visión Geopolítica como plataforma para el Socialismo del XXI en la región. A continuación se procederá a revisar los compromisos adquiridos a partir de la adhesión y de ―Declaración Conjunta Relativa al Funcionamiento y al Protocolo de Adhesión de Venezuela al MERCOSUR‖, suscrita por los cancilleres signatarios del Tratado de Asunción, el 13SEP16, quienes dispusieron que el 01DIC16, se verificara el estado de cumplimiento de las obligaciones asumidas por Venezuela en su Protocolo de Adhesión, y a la cesación de los derechos de Venezuela en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), por incumplimiento de la normativa del bloque subregional, decisión que obligara al gobierno de Venezuela a renegociar su reingreso. Parte de esa negociación será la de adoptar el Acervo legal que consta de unos 2298 instrumentos comunitarios entre tratados, acuerdos y resoluciones, distribuidos de acuerdo a las siguientes categorías: Tratados Fundacionales (7); Tratados, Protocolos y Acuerdos depositados en Paraguay (139); Decisiones (822); Protocolos (6); Protocolos adicionales al ACE 18, (135); Memorándum Entendimiento (1); Resoluciones (1343); Directrices (489); Recomendaciones (43); de conformidad al grafico (I) como se muestra a continuacion13. En este contexto, no obstante existen diferencias en las declaraciones de algunos cancilleres, en cuanto al número de acuerdos incumplidos por Venezuela; sin embargo, todos coinciden en que compromisos claves como el Acuerdo de Residencia que regula el libre tránsito de los nacionales y el Acuerdo de Complementación Económica (ACE 18), columna vertebral para la consecución del Mercado Común no ha sido incorporados a la legislación venezolana.

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Gráfico (I) Acervo legal mercosur por instrumento

Fuente: Mercosur, Normativa y documentos fundamentales.

A partir de las anteriores consideraciones, se procederá a: -

Demostrar el interés geopolítico más que económico o integracionista del ex presidente Chávez al ingresar a MERCOSUR14;

-

Evidenciar el poco atractivo comercial que representa el MERCOSUR para la oferta exportable Venezolana y

-

Advertir sobre la posibilidad de intentar cometerse un ―Fraude a la constitución.

IV EL CAMBALACHE A un alto costo para los interés comerciales de Venezuela, el ingreso a MERCOSUR responde más a una visión 15 de Geopolítica que al compromiso del presiente Chávez con la integración regional ;

La actual coyuntura que atraviesa Venezuela dentro del MERCOSUR al ser cesada en el ‖ejercicio de los derechos inherentes a la condición de Estado Parte del Mercosur por el incumplimiento de la normativa interna‖16, tiene sus antecedentes en la abrupta salida de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y en el forzado ingreso al bloque sub regional, lo cual cerró una etapa de la integra14

Morales I (1980), El mercado común es una fase intermedia en los procesos de integración. 15

Morales I (1980), El mercado común es una fase intermedia en los procesos de integración. 16

Mercosur, recuperado de http://www.mercosur.int/


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ción y abrió un camino de incertidumbre que hoy vive la República Bolivariana de Venezuela (RBV) frente a la integración. El ―cese de la República Bolivariana de Venezuela, se fundamenta según los cancilleres del MERCOSUR, quienes conforman el Consejo del Mercado Común (CMC), máximo órgano de la organización; en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados (1969) 17, ―tanto en el carácter de principio general del derecho como en su condición de norma consuetudinaria‖, indicó el comunicado18. Un balance de este cambio, requiere inicialmente de una evaluación de la CAN y del papel jugado por Venezuela a lo largo de 33 años de membresía, para demostrar el error que significó en materia de integración, ―el cambalache‖ de la CAN por el MERCOSUR. Una revisión integral de los resultados macroeconómicos de la CAN, son positivos. La subregión por siete años consecutivos en su conjunto desde 1999, registró un importante crecimiento real del Producto Interno Bruto (PIB), cuya tasa de expansión anual llegó a su valor máximo en el año 2006 (5,9%). Este dinamismo de la actividad económica fue también el reflejo de las ganancias derivadas del continuo aumento de los precios del petróleo, materias primas y minerales, de los cuales los países andinos son exportadores netos; los índices de inflación mostraron una franca mejoría y la cuenta corriente con respecto al PIB tuvo un aumento superior a los dos puntos19. En este contexto, Venezuela siempre se benefició de las relaciones intracomunitarias. Por un período de casi 20 años entre 1980 y 1998, mantuvo un saldo positivo en su balanza comercial, en especial con Colombia. Es a partir de 1999 que esa relación con sus socios comunitarios, incluso en lo político y militar (Colombia) que comienza a decaer en forma permanente y sostenida, como parte de una estrategia para justificar en su momento la denuncia al Acuerdo de Cartagena y el paso al MERCOSUR. En efecto, a partir de 1999 la RBV comienza a convertirse en un importador neto dentro de la CAN, al pasar de un superávit por encima de los 2.000 MM US$ en 1995, a acumular un ligero déficit de 200 MM US$ producto de una "conspiración" para denunciar el Acuerdo de Cartagena; lo cual al final, tampoco compaginará con un MERCOSUR. Basado en la democra17

Convención Viena de los Tratados 1969 Parte III Observancia, aplicación e interpretación de los tratados. SECCION PRIMERA Observancia de los tratados. 26. ―Pacta sunt servanda‖. Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe. 18

Este contenido se puede ver publicado originalmente por Diario El Comercio de Ecuador en: http://www.elcomercio.com/actualidad/mercosur-suspende-venezuela-bloquetratado.html 19

Comunidad Andina 2007.


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cia. Es por esta razón, por la cual la decisión de ingresar al MERCOSUR, responde más a un interés geopolítico del ex presidente Chávez, que económico, comercial o integracionista. El retiro de la CAN, no fue sólo la denuncia a un esquema de integración más acorde a los interés de Venezuela; sino que representó un punto de inflexión y de no retorno en el proceso de integración económica regional. La integración sólo puede funcionar bajo ciertas condiciones de libre mercado, expresadas en: la sincera voluntad política de sus líderes; el reconocimiento al libre comercio; y la democracia. Ya en anteriores oportunidades regímenes fuertes y dictatoriales pusieron a prueba la existencia de la integración subregional; Pinochet en 1976, denuncia el Acuerdo de Cartagena cuestionando la Decisión 2420, por considerarla incompatible con su modelo neoliberal; y Fujimori se auto marginó de los compromisos comerciales andinos desde el 25AGT1992; no ingresó a la zona de libre comercio, que comenzó a operar a partir de FEB1993, ni a la Unidad Aduanera, vigente desde FEB1995 21. La decisión del ex - presidente Hugo Chávez de retirarse de la CAN para incorporarse al MERCOSUR, partió de una estrategia que se desarrolla en varias etapas a partir de la Cumbre de Quebec en 2001 cuando Venezuela, por primera vez en la historia de las Cumbres, presenta dos reservas a la Declaración Final22; al año siguiente (2002), durante la Cumbre UE-ALC, en ejercicio de la presidencia pro tempore de la CAN, se niega a reunirse con su homólogo, el presidente Aznar de España, quien ejercía la presidencia de la Unión Europea (UE); a fines de 2005, nuevamente en ejercicio de la presidencia pro tempore de la CAN, anuncia que el país "no tiene nada qué buscar en la actual Comunidad Andina, pues su norte es el MERCOSUR". Finalmente, en JUL2006, manifestó oficialmente la voluntad de firmar el protocolo de adhesión que establece el ingreso bajo los principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio; Así mismo, el reconocimiento de las asimetrías y el tratamiento diferenciado. Decisión que desde el punto de vista técnico era necesaria para ingresar al MERCOSUR, al ser incompatible para un país de formar parte de dos uniones aduanera. En consecuencia, técnicamente era la excusa perfecta para retirarse de la CAN. 20

Acuerdo Cartagena 1970, Comisión Decisión24 Régimen Común de Tratamiento a los capitales Extranjeros DIC1970, recuperado en http://www.wipo.int/edocs/lexdo cs/laws/es/can/can019es.pdf 21

Gutiérrez, E, 1997 Integración Comunidad Andina Inter press service, recuperado en http://www.ipsnoticias.net/1997/04/integracioncomunidad-andina-martes-deciden-si-asucre-va-fujimori-o-no/ 22

Declaración de Quebec 2001.CumbredelasAmericas, http://www.summit-americas.org/iii_summit/iii_summit_dec_sp.pdf

recuperado

de:


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Con esta declaración en contra del proceso de integración natural, concluye la primera fase de un plan estratégico, al retirarse de la CAN y cerrar las posibilidades a la Comunidad Sudamericana de Naciones, para dar inicio así, a su proyecto Geopolítico y crear las condiciones necesarias para asentar las bases del Socialismo del XXI en la región.

V EL PARADIGMA DE UN MERCADO NO COMÚN A LOS INTERESES DE VENEZUELA Como paradigma existe la compleja interrogante de porqué formar parte de un mercado que por sus características no es el más atractivo a la oferta exportable de Venezuela

Considerando la afinidad ideológica que existía con los presidentes Ernesto Kirchner; Luis Ignacio Lula, Pepe Mujica y Fernando Lugo, para establecer el Socialismo del XXI en la región, El MERCOSUR, aunque comercialmente era y es poco atractivo para la oferta exportable de Venezuela, representaba una pieza clave en el proyecto Geopolítico del ex presidente Chávez.. La estrategia como se desarrolló anteriormente consistió en contrarrestar la influencia de los EE.UU en la región y controlar la mayoría en la OEA, con los votos de los países beneficiarios de PETROCARIBE, la ALBA y MERCOSUR este último, pieza fundamental para el cierre de la cuadratura del círculo que representa la implantación del Socialismo del XXI. Por qué ¿―paradigma‖? Si bien MERCOSUR representa un mercado superior a los 3000 millones de habitantes, con un -PIB de más de 3 billones de dólares, donde Brasil con casi el 80% de la población del bloque, genera más de 70% del PIB; Argentina casi 16% y el resto se distribuye entre Uruguay y Paraguay; para Venezuela no representa mayores oportunidades de negocios, en comparación al papel que significaba la CAN, debido a las pocas oportunidades comerciales que ofrece el MERCOSUR, para la oferta exportable venezolana como se verá más adelante. Según uno de los grandes teóricos de la integración: Bela Balassa (1965) la integración es un modelo mediante el cual los países se agrupan para beneficiarse mutuamente al eliminar las barreras comerciales y establecer políticas comunes; el Mercado Común consiste en el territorio de un grupo de Estados sin barreras arancelarias ni restricciones para el comercio, con libertad de movimiento dentro del territorio, de las personas, de los capitales y de todos los productos; con autoridades supranacionales para las decisiones económicas Osmanczyk E. (1976) y cuyos componentes fundamentales son la Unión Aduanera y la Zona de Libre Comercio23. 23

Eliminación de las barreras arancelarias y para arancelarias un arancel externo común y la libre circulación de los factores de producción.


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En este contexto, Venezuela en su relación comercial con cada uno de los países miembros del bloque comunitario ha venido registrando históricamente, entre 2002-2016, un saldo deficitario en su balanza comercial, como se muestra en las siguientes gráficas. Argentina (gráfico 2) presenta una la balanza comercial negativa durante todo el periodo analizado; para el año 2014 el saldo negativo es de 2.535.093 $. Gráfico 2. Balanza Comercial Venezuela Argentina Año ExportacionesImportaciones Sueldos 2002 12.527 151.414 -138.887 2003 11.754 141.810 -130.056 2004 207.177 299.455 -92.278 2005 91.195 403.718 -312.523 2006 396.281 650.705 -254.424 2007 13.441 1.101.444 -1.088.003 2008 11.493 1.194.514 -1.183.121 2009 4.728 1.097.571 -1.092.843 2010 7.937 1.318.999 -1.311.062 2011 12.747 1.697.225 -1.684.478 2012 2.724 2.151.552 -2.158.928 2013 34.485 2.218.534 -2.184.048 2014 9.015 2.544.109 -2.535.093

Balanza Comercial de Venezuela con Argentina 4.000.000 2.000.000 0 -2.000.000

-4.000.000 Exportaciones Fuente: ALADI.

Importaciones

Saldo


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Brasil la situación es similar, al presentar un déficit de Balanza en 2014 de 5.154.059$, como se muestra en el gráfico 3. Gráfico 3. Balanza Comercial Venezuela Brasil Años Exportaciones Importaciones Sueldos 2002 588.445 755.454 -167.009 2003 259.634 555.489 -295.855 2004 164.585 1.238.357 -1.073.672 2005 259.489 1.994.914 -1.735.425 2006 571.145 2.573.077 -2.401.931 2007 168.822 2.973.641 -3.758.819 2008 111.722 5.085.777 -4.975.055 2009 166.668 4.399.898 -4.233.230 2010 166.604 3.997.970 -3.831.366 2011 402.525 4.492.851 -4.090.326 2012 206.710 5.164.864 -4.958.154 2013 189.519 5.019.424 -4.829.905 2014 331.284 5.485.343 -5.154.059

BALANZA COMERCIAL DE VENEZUELA CON BRASIL Exportaciones

Importaciones

Saldo

8.000.000 6.000.000

4.000.000 2.000.000 0 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014

-2.000.000 -4.000.000 -6.000.000 Fuente: ALADI.


El paradigma de MERCOSUR…

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Paraguay, aunque las relaciones diplomáticas se vieron interrumpidas a partir de 2012 por la destitución del presidente Lugo, el déficit comercial que era para aquella fecha de 59.793 millones se ha mantenido, aunque a la baja situándose en 46.113 millones de dólares $ en 2013 y 43.282 millones de dólares en 2014, como se observa en el gráfico 4. Gráfico 4. Balanza Comercial Venezuela Paraguay Año Exportaciones Importaciones Sueldos 2002 3.711 36.222 -32.511 2003 4.669 64.845 -60.177 2004 1.591 75.938 -75.347 2005 5.898 34.708 -29.810 2006 820 82.333 -81.513 2007 219 99.255 -99.036 2008 396 153.561 -153.155 2009 256 153.445 -153.179 2010 457 106.552 -106.085 2011 528 97.991 -97.463 2012 559 60.352 -59.793 2013 533 46.646 -45.113 2014 459 43.751 -43.292

Fuente: ALADI


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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

Las relaciones comerciales con Uruguay mantienen la misma tendencia negativa, al presentar en el periodo analizado, un saldo negativo de 628.445 millones $ para el año 2014, gráfico 5. Grafico 5. Balanza Comercial Venezuela Uruguay Año

Exportaciones

Importaciones

Sueldos

2002

67.653

37.741

-29.912

2003

1.213

17.939

-16.726

2004

1.932

26.904

-24.972

2005

1.324

46.703

-45.379

2006

3.543

74.180

-70.537

2007

66.804

108.100

-41.296

2008

2.380

264.541

-282.261

2009

1.236

332.833

-331.597

2010

2.100

408.758

-406.558

2011

8.874

451.449

-442.575

2012

8.453

675.308

-666.855

2013

1.531

601.702

-600.171

2014

2.976

631.421

-628.445

Balanza Comercial de Venezuela con Uruguay 1.000.000 500.000

-1.000.000 Exportaciones Fuente: AlADI.

Importaciones

Saldo

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

-500.000

2002

0


55

El paradigma de MERCOSUR…

Como se desprende de las anteriores gráficas no existe una relación comercial equilibrada entre las economías de Venezuela y el MERCOSUR que pudieran justificar el interés de pertenecer a este bloque sub regional; considerando que las Economías Complementarias son el resultado de las interdependencias comerciales externas entre varios países y ocurren cuando las estructuras de exportación e importación de bienes y servicios de éstos están diferenciadas significativamente en variedad respecto a lo que cada uno oferta y demanda del mercado internacional, de forma tal que con mucha facilidad cada país puede exportar al otro lo que produce competitivamente e inversamente importar de éste aquellos bienes o servicios en que no es competitivo. En la siguiente gráfica 6 se muestran las exportaciones de Venezuela al MERCOSUR; se observa que todos son productos de la cadena petroquímica, el único producto terminado, derivado de esta cadena se encuentra en el puesto 14, muebles de plástico. Exportaciones Venezolanas por productos del Mercosur. 2014 Ordinal

Ítem

1

27074000

2

31021010

3 4 5 6

29012200 29051100 39232190 27150000 381700101 0 27011200 28141000 76012000

7 8 9 10

Glosa

Valor

% Total

Naftaleno 134.463 16.52 Con un contenido de Nitrógeno, calculado sobre producto anhídrido seco, superior al 45% en 125.946 15.47 peso Propeno (propileno) 114.461 14.06 Metanol (alcohol metílico) 56.551 6.95 Los demás 47.051 5.78 ENERGíA ELÉCTRICA 37.147 4.56 Dodecilbenceno

Hulla bituminosa Amoniaco Anhídrido Aleaciones de Aluminio Con un contenido de silicio superior al 45% en 11 72022100 peso 12 29052100 Etilenglicol (etanodiol) 392590909 13 Los demás 0 14 94037000 Muebles de plástico 15 28353190 Los demás Fuente: ALADI.

Valor Acum

% Acum

134.463 16.52 260.409 32.00 374.870 431.421 478.472 515.619

46.06 53.01 58.79 63.35

34.509 4.24

550.128 67.59

23.234 2.85 21.820 2.68 15.052 1.85

573.362 70.45 595.182 73.13 610.234 74.98

14.145 1.74

624.379 76.72

12.590 1.55

636.969 78.26

10.698 1.31

647.667 79.58

7.312 6.681

654.978 80.48 661.659 81.30

0.90 0.82


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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

VI UN FRAUDE A LA LEY La comprobación de un fraude a la ley para responder al requerimiento del Tratado de Asunción, significaría la definitiva exclusión del bloque comercial

La posición asumida por el gobierno de Venezuela a la luz del Derecho Internacional en el caso de Paraguay al momento de la destitución del presidente Fernando Lugo, representó una directa intervención en los asuntos internos de ese país, al haber desconocido la actuación de los poderes internos y calificado como un golpe la destitución de su presidente, al mismo tiempo, el proceso de incorporación de Venezuela a MERCOSUR, representó un fraude al tratado de Asunción cuando los presidentes Lula de Brasil; Kirchner de Argentina y Mujica de Uruguay aprovecharon la suspensión de Paraguay dentro de MERCOSUR, para incorporar a Venezuela al bloque comunitario. No obstante, frente al hecho consumado, el gobierno de Venezuela se encontraba obligado a internalizar el Acervo legal de Mercosur a la legislación venezolana, de conformidad con los principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio en un término de 4 años, como exige el artículo 3 del Protocolo de Adhesión –firmado en Caracas el 4 de julio de 200624, contados a partir de su entrada en vigencia en agosto de 2012, lapso que expiró según la ―Declaración Conjunta Relativa al Funcionamiento del MERCOSUR y al Protocolo de Adhesión de la República Bolivariana de Venezuela‖ adoptada en New York el 13 de septiembre de 2016. En respuesta a esta declaración ministerial, la Ministro de Relaciones Exteriores, señora Delcy Rodríguez el 28 nov 2016 en una nota de cancillería procedió a informar a sus homólogos en el MERCOSUR haber adoptado el (ACE 18), lo cual al no haber cumplido con los requerimientos constitucionales, representó un ―fraude a la ley‖, entendido este como “el cambio deliberado y consciente de un factor de conexión, con el propósito de descartar las prescripciones de un sistema legal al que una persona está normalmente vinculada, para sustituirla por las de un ordenamiento más favorable a sus intereses” Bonnemaison, (2008); para el Lic Ramón Sánchez Medal en cambio resultaría un ―Fraude a la 24

Ley Aprobatoria del ―Protocolo de Adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al MERCOSUR" y sus anexos. Artículo Único. Se aprueba en todas sus partes y para que surta efectos internacionales en cuanto a la República Bolivariana de Venezuela se refiere, el ―Protocolo de Adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al MERCOSUR‖ y sus anexos: ―Tratado de Asunción‖, ―Protocolo de Ouro Preto‖, ―Protocolo de Olivos para la Solución de Controversias del MERCOSUR‖, y la ―Lista de Productos paraguayos y uruguayos que, conforme al artículo 5 del Protocolo, gozarán de desgravación total e inmediata por parte de la República Bolivariana de Venezuela‖, adoptado en la ciudad de Caracas, a los cuatro días del mes de julio de 2006.


El paradigma de MERCOSUR…

57

Constitución‖ (Sánchez R., 1988), debido a la laxa interpretación que hace el gobierno, del Art 154 de la CRBV al considerar que el (ACE 18), no requeriría de una ley aprobatoria, al afirmar que se encuentra dentro de las excepciones contenidas en dicho artículo, la cual establece que: Los Tratados celebrados por la Republica derivados de obligaciones pre existentes, no requieren de la aprobación de la Asamblea Nacional. Si bien se pudiera aceptar que esta interpretación se ajusta a la primera de las cuatro excepciones contenidas en el pre citado artículo, existe precedentes que la contradicen y validan la necesidad de dar legitimidad constitucional a un Acuerdo de Complementación Económica como fue con el (ACE 33), el cual internalizó el tratado que estableció la zona de libre comercio entre Colombia, México y Venezuela, el cual contó con su ley aprobatoria, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria 4833 de fecha 01ENE95, mediante la cual se reconoció y se incorporó a la legislación Venezolana el Acuerdo de Libre Comercio entre Colombia, México y Venezuela conocido como G3.

I Resultados de la verificación Cumplido el plazo fijado los cancilleres constataron: -

el persistente incumplimiento de las obligaciones asumidas por Venezuela en el Protocolo de Adhesión, y

-

tomaron nota de que el gobierno venezolano en diversas comunicaciones expresó la imposibilidad de incorporar normas específicas del MERCOSUR a su ordenamiento jurídico nacional.

La verificación de los cancilleres, la nota del gobierno venezolano y las declaraciones, permiten inferir en el primer caso que el interés del gobierno en MERCOSUR, no es una cuestión prioritaria, sino que era un proyecto particular del presidente Chávez quien al desaparecer dejó de ser de interés para la actual administración. En cuanto a la nota y la imposibilidad de incorporar normas específicas, deja claro por confesión de partes que el proyecto del Socialismo del XXI es incompatible con los elementos esenciales de la democracia 25 entre ellos 25

Artículo 3 Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.


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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

el respeto a los Derechos Humanos y de sus componentes26 contenidos en la Carta Democrática, así como con los procesos de integración, los cuales internamente poseen sus cláusulas democráticas27.

II Acciones acordadas Los cancilleres ante el incumplimiento, a pesar de la prórroga dada por los Estados Partes para ponerse al día hasta el pasado 1 de diciembre, condujo a que como integrantes del Consejo Mercado Común 28 del MERCOSUR (CMC), en fecha 02DIC, notificaran a la Ministro de Relaciones Exteriores Delcy Rodríguez, “el cese del ejercicio de los derechos inherentes de Venezuela a su condición de Estado Parte” del MERCOSUR29. Esta decisión estuvo fundamentada en la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, basada en los principios generales del derecho como en su condición de norma consuetudinaria, lo que conlleva a que los Estados Partes signatarios del Tratado de Asunción convendrá en su momento, si existen las condiciones para restablecer a Venezuela en el ejercicio de sus derechos como Estado Parte de MERCOSUR. Es decir Venezuela tendría que renegociar su reingreso al bloque comunitario. Al respecto, los cancilleres resaltaron que Venezuela contó con el tiempo suficiente para incorporar la normativa vigente del Mercosur, lo cual podría interpretarse como que el poco interés mostrado por el actual gobierno de regularizar su membresía dentro del MERCOSUR, se debe a que este era un 26

Artículo 4 Son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa. La subordinación constitucional de todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida y el respeto al estado de derecho de todas las entidades y sectores de la sociedad son igualmente fundamentales para la democracia. 27

La Comunidad Andina posee el Protocolo Adicional al Acuerdo de Cartagena ―Compromiso de la Comunidad Andina por la Democracia‖ y el MERCOSUR el Protocolo de Ushuaia. 28

Tratado de Asunción Art 10 El Consejo del Mercado Común (CMC), es el órgano superior del MERCOSUR y el que adopta las decisiones de mayor importancia. Está integrado por los Ministros de Relaciones Exteriores y los Ministros de Economía de los países miembros. 29

Mercosur. 2 diciembre 2016 Comunicado Oficial Recuperado PRODAVINCI http://prodavinci.com/2016/12/02/actualidad/lea-el-comunicado-del-mercosur-donde-senotifica-a-venezuela-el-cese-del-ejercicio-de-sus-derechos-como-estado-parte/


El paradigma de MERCOSUR…

59

proyecto muy personal del presidente Hugo Chávez en su visión Geopolítica del MERCOSUR, considerando las respuestas dadas por el gobierno, en diferentes órdenes y estilos, todos ellos al margen de la práctica diplomática como han sido: en lo personal, ataques a la canciller Malcorra y al presidente Macri; en lo político, desconociendo la decisión de cese de los derechos como Estado parte; y en lo Jurídico, una nota informando la adhesión de Venezuela al (ACE 18), incorporación que en la forma que se efectuó representa a todas luces un fraude a la Constitución.

III Acciones a considerar A la luz de los anteriores acontecimientos, la respuesta jurídica dada por el gobierno de Venezuela, represento un fraude a la constitución debido a la laxa interpretación que el gobierno da al Art 154 CRBV 30 para la aprobación de los tratados31. En este contexto las acciones a seguir serian: -

Hacer un inventario de la normativa de MERCOSUR;

-

Precisar cuáles de esos instrumentos requieren de la aprobación legislativa según el Art 154 de la Constitución de la RBV y;

-

Verificar cuales de esos instrumentos ha cumplido con la aprobación legislativa, para así sincerarla situación de Venezuela dentro del bloque y renegociar su reingreso.

VII CONSIDERACIONES FINALES

1. La primera consideración sobre el paradigma ¿de por qué el presidente Chávez denuncia el Acuerdo de Cartagena y se adhiere al MERCOSUR?; 30

Articulo 154 CRBV: Los tratados 30 celebrados por la República deben ser aprobados por la Asamblea Nacional antes de su ratificación por el Presidente o Presidenta de la República, a excepción de aquellos mediante los cuales se trate de ejecutar o perfeccionar obligaciones preexistentes de la República, aplicar principios expresamente reconocidos por ella, ejecutar actos ordinarios en las relaciones internacionales o ejercer facultades que la ley atribuya expresamente al Ejecutivo Nacional. 31

Convención Viena de los Tratados Para los efectos de la Convención a) se entiende por ―tratado‖ un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más instru-

mentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular.


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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

creemos queda despejada al demostrarse que este modelo de integración, fue solo una pieza dentro del proyecto Geopolítico para implantar el Socialismo del XXI en la región. 2. La desaparición fisca del presidente Hugo Chávez, los cambios políticos en la región, en particular dentro de Brasil, Argentina y Paraguay hicieron que el MERCOSUR dejara de ser un paradigma para ser solo un tema en la agenda internacional. 3. El presidente Chávez a diferencia de los teóricos de la Geopolítica, que plantearon la necesidad de conquistar espacios vitales para la subsistencia del Estado; la concibe como el control sobre gobiernos simpatizantes con una nueva doctrina denominada como Socialismo del XXI. 4. La estrategia para la imposición de esa nueva visión Geopolítica consistió en contrarrestar la influencia de los EE.UU en la región; controlar los mecanismos multilaterales como la OEA y crear nuevas organizaciones alternas de consulta política como UNASUR y cooperación como PETROCARIBE. 5. El poco interés que tuvo el gobierno de normalizar su situación dentro de MERCOSUR, al no cumplir con los plazos y prorrogas otorgadas para regularizar su membresía, revelan que para el actual gobierno MERCOSUR no era prioritario en su agenda internacional. 6. La cesación de Venezuela como Estado Parte de MERCOSUR representa un hecho lamentable al colocar a Venezuela en una situación de orfandad, al no formar parte de ningún mecanismo de integración que elimine las barreras arancelarias para hacer más competitivas las exportaciones venezolanas. 7. La notificación del gobierno a la Secretaria del MERCOSUR de haber internalizado el Acuerdo de Complementación Económica (18), sin la respectiva ley aprobatoria, según demanda el artículo 154 de la Constitución, representa un fraude a la Constitución. 8. La credibilidad en el proyecto MERCOSUR pasa por sincerar la participación de Venezuela en su seno, no solo en términos económicos, sino también en materia de democracia y derechos humanos, principios éstos esenciales de este bloque comercial. 9. La cesación aplicada a Venezuela, representa una de las situaciones más lamentables en que ha sido expuesta la diplomacia venezolana; así como un duro golpe a la imagen internacional del país. 10.Del presente ensayo, se desprende la necesidad de buscar nuevas oportunidades y mecanismos que permitan a Venezuela ser más competitiva en los mercados internacionales. América Latina apuesta por el Libre Comercio (Revanales, 2006) al haberse firmado (87) TLC; tener (36) Acuerdos de Com-


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El paradigma de MERCOSUR…

plementación Económica; existir (4) Uniones Aduaneras y ser miembros de la OMC32. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Balassa B (1965), The Theory of Economic Integration,Taylor Garnell, London. Bonnemaison W. J. (2008), Fraude a la Ley, Universidad de Carabobo, Editores Dirección de Cultura, Valencia. Constitución República Bolivariana de Venezuela (1999), Asamblea Nacional Publicada en Gaceta Oficial Extraordinaria No. 5.453 de la República Bolivariana de Venezuela, 24 marzo 2000. Convención Viena de los Tratados (1969), U.N. Doc A/CONF.39/27 (1969), 1155 U.N.T.S. 331, entered into forcé, january 27,1970. Morales I. (1989), ―Política Exterior y Relaciones Exteriores‖, Serie Estudios, 36, Academia de Ciencias Políticas. Osmanczyk E (1976), Enciclopedia Mundial de Relaciones Internacionales y Naciones Unidas, Fondo de Cultura Económica México Revanales G (1978), Geopolítica del Caribe, Trabajo de Grado Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional IAEDEN, Caracas. — (2006), Latino América apuesta por el Libre Comercio. Rosales G. (2005), Geopolítica y Geoestratégica Liderazgo y Poder, Universidad Militar de Nueva Granada, Colombia. Salvatore D. (1994), Economía Internacional, Mc Grow Hil, Bogotá. Sanchez R. (1988), El fraude a la Constitución: y el único amparo en México contra una reforma demolitoria de la Constitución, Porrua, México. Acuerdo Cartagena (1970), Comisión Decisión 24, http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/es/can/can019es.pdf

32

OEA Sistema de Información de http://www.sice.oas.org/agreements_s.asp

Comercio

Exterior,

recuperado

recuperado

en

en


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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

Comunidad Andina (2007), ―Indicadores de Vulnerabilidad Macroeconómica‖, Boletines de Coyuntura Andina, setiembre 2007, recuperado en http://www.comunidadandina.org/documentos/docsg/SGdi872.htm Declaración de Quebec (2001), Cumbredelas Américas, http://www.summit-americas.org/iii_summit/iii_summit_dec_sp.pdf

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Gutiérrez, E. (1997), Integración Comunidad Andina Inter press service, recuperado en http://www.ipsnoticias.net/1997/04/integracioncomunidad-andina-martes-deciden-si-asucre-va-fujimori-o-no/ ―Maduradas‖, recuperado de reseña de El Nacional, http://www.maduradas.com/y-quienresponde-paises-de-petrocaribe-deben-unos-11-mil-millones-de-dolares-a-venezuela/ MERCOSUR Home page, recuperado en http://www.mercosur.int/ —

(2016), Comunicado Oficial 2 diciembre, recuperado PRODAVINCI http://prodavinci.com/2016/12/02/actualidad/lea-el-comunicado-del-mercosur-dondese-notifica-a-venezuela-el-cese-del-ejercicio-de-sus-derechos-como-estado-parte/

OEA Sistema Información sobre Comercio http://www.sice.oas.org/agreements_s.asp

Exterior,

recuperado

de


Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2016, Vol. XXII, No. 2 (jul-dic), pp. 63-80

LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE CHINA Y AMÉRICA LATINA Humberto Daza1 ESCUELA DE SOCIOLOGÍA (UCV) Resumen: Entre 2001 y 2011 el comercio entre China y América Latina superan los US$ 25.000 millones. El crecimiento fue fuerte para ambos, nos referimos en especial a la primera década del presente siglo. Hoy, la mayoría de los países de Latinoamérica, incluyendo a 5 de las 6 mayores economías de la región, sufren un lento crecimiento o no crecen y enfrentan varios obstáculos estructurales para la reactivación de la economía. El rápido crecimiento chino que ayudó a engrasar las ganancias de América Latina manteniendo la demanda y los precios de los commodities en alza, ha descendido según algunos analistas por debajo del 7%. La pregunta crucial y sin respuesta es cuál será el efecto que tendrá este cambio de circunstancias económicas en esas relaciones. ¿Cómo evolucionarán durante un período en que los fuertes intereses económicos mutuos que los unían se están debilitando y el marco de serias tensiones políticas y reacomodos en la región latinoamericana? Responder esta pregunta requiere un trabajo de investigación más amplio y riguroso que el contenido de este artículo, sin embargo, realizamos un modesto y primer intento para aproximarnos al proceso de relaciones comerciales entre el gran gigante chino y nuestra región. Palabras claves: Gobierno, globalización, modelo extractivista, relaciones comerciales, ChinaLatinoamérica.

INTRODUCCIÓN

De acuerdo a un artículo denominado ―Una mirada China a las relaciones con América Latina‖ del profesor y subdirector Jiang Shixue del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales, las relaciones 2 diplomáticas entre América Latina y China fueron muy entorpecidas a lo largo de todo el periodo de la llamada ―Guerra Fría‖. Recordemos que durante el gobierno de Den Xiaoping, China inició un programa de reformas basado en la adopción de principios socialistas de mercado. ―China necesitaba integrarse a la economía mundial y, por esa razón, intentaba estrechar relaciones no solo con los países desarrollados como EEUU y Japón, sino también con el Tercer Mundo, incluida América Latina‖ (Jiang Shixue: 66).

1

Humbertodaza458@gmail.com

2

En China, el vocablo ―América Latina‖ se refiere también al Caribe y Centroamérica.


64

Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

Es de mucha relevancia recalcar que para el mes de marzo del año 2013, por segunda vez emprende gira por la región latinoamericana, el presidente chino, Xi Jinping. Durante su estancia en Brasil se reunió con los líderes del grupo BRICS3 (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) y, posteriormente el jefe de Estado chino se reunió con su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, con la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC). En Brasilia, el presidente chino y otros líderes de los BRICS, participaron en una larga mesa redonda con cada uno de los presidentes sudamericanos. Un encuentro particularmente significativo fue organizado entre Xi y la cúpula de la CELAC, la Comunidad de los 33 Estados de Latinoamérica y el Caribe. Estas reuniones ponen en evidencia la alta prioridad que las naciones latinoamericanas así como China le asignan a las relaciones comerciales y políticas con América Latina y el Caribe. Se espera que las reuniones de China con los directores de la CELAC continúen regularmente y sirva como un amplio foro regional para construir fuertes lazos políticos y económicos. Posteriormente, el primer ministro de China, Li Keqiang, realizó entre el 18 y 26 de mayo 2015 una visita oficial a Brasil, Colombia, Perú y Chile. Durante esta gira, el primer ministro Li Keqiang propuso que China y América Latina y el Caribe enfoquen esfuerzos para construir cuatro grandes pilares consistentes en la amistad y confianza mutua, beneficio recíproco y ganancia compartida, aprendizaje mutuo en lo cultural y la cooperación integral, con miras a consolidar en conjunto los cimientos de la comunidad de destino común chino-latinoamericana. Esta visita contribuyó a profundizar la confianza mutua política entre China y los países latinoamericanos, elevar el nivel de la cooperación práctica bilateral en distintos aspectos, promover sus intercambios culturales y amistad tradicional y abrir nuevos horizontes de la Asociación de Cooperación Integral China-América Latina y el Caribe. Este viaje del primer Ministro Li, con una delegación empresarial de 120 integrantes, sigue a las giras realizadas por el presidente Xi Jinping por Latinoamérica en 2013 y 20144.

3

En economía internacional el término BRICS se emplea para referirse a los países con economías emergentes. El término BRICS fue acuñado en 2001 por el banco de inversiones neoyorquino Goldman Sachs, para referirse a los países con muchas riquezas naturales, por el tamaño de su producto interno bruto, su crecimiento sostenido, el volumen de sus exportaciones, entre otros aspectos. 4

Es relevante mencionar que la Primera Reunión Ministerial del Foro CELAC - China se realizó posteriormente en Beijing o Pekín, capital de la República Popular China los días 8 y 9 de enero de 2015. En dicha reunión se aprobó el Plan de Cooperación CELAC China (2015-2019) que comprende 13 áreas de trabajo: Comercio, Inversión y Finanzas (III), Infraestructura y Transporte (IV), Energía y recursos naturales (V), Agricultura (VI), Industria, Ciencia y Tecnología, Aviación e Industria Aeroespacial (VII), Educación y Ca-


Las relaciones comerciales entre China…

65

La visita del premier chino puso en marcha el nuevo modelo de cooperación industrial chino-latinoamericana. La cooperación en la capacidad productiva será la punta de lanza para la actualización tanto de los lazos económico-comerciales entre China y América Latina como de la cooperación bilateral. El primer ministro Li propuso un nuevo modelo de cooperación 3x3, es decir, la construcción conjunta de las tres grandes vías logística, energética e informática, materializar la interacción proactiva entre las empresas, la sociedad y el gobierno, y ampliar los tres canales de financiación (fondos, créditos y seguros). http://www.elfinanciero.com.mx/opinion

NUEVA ERA DE COOPERACIÓN

El Plan de Cooperación CELAC-China 2015-2019 hace referencia a todas estas reuniones, adecuadamente preparadas, podrían otorgar nuevos estímulos a la cooperación intra-CELAC y entre ésta y China, en la medida que en ellas se detecten espacios de acción precisos y se definan con claridad las instancias de ejecución y financiamiento.Esta ambiciosa agenda de reuniones requiere una importante coordinación política previa entre los miembros de la CELAC, así como un trabajo técnico que identifique con precisión los pasos más adecuados para que la cooperación se vaya reflejando en resultados concretos y medibles. Pero, en el actual contexto, cómo puede definirse una agenda de trabajo que permita coordinación política entre los Estados latinoamericanos y China. En el Plan de Cooperación aprobado para 2015-2019 se mencionan varios objetivos: ―i) un fondo de cooperación por 5.000 millones de dólares, orientado a promover la cooperación en proyectos de la industria manufacturera, nuevas tecnologías y desarrollo sustentable; ii) una línea de crédito por 10.000 millones de dólares para la construcción de infraestructura, incluyendo ferrocarriles, carreteras, puertos, centrales y redes eléctricas e instalaciones de telecomunicaciones; y iii) un fondo especial de fomento de la cooperación agrícola por 50 millones de dólares, destinado a crear entre 5 y 8 centros de I+D en el ámbito agrícola, parques agroindustriales y zonas de inversión y desarrollo agrícolas‖ (CEPAL, 2015). No hay duda acerca de la relevancia de este acercamiento, avanzar en este plan dejaría grandes beneficios a la región, creándose sinergias, financiamientos pacitación de Recursos humanos (VIII), Turismo (XI), y Protección del Medio Ambiente, Gestión de Riesgo y Reducción de Desastres, Erradicación de la Pobreza y Salud (XII). Sobre este tema volveremos más adelante.


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y complementariedades que podrían facilitar y rentabilizar iniciativas que, en ausencia de esta cooperación y coordinación de voluntades nacionales, probablemente tomarían mucho tiempo más en concretarse. Por lo pronto, un ejercicio de alta utilidad podría ser el de detectar los puntos de intersección entre la agenda de cooperación con China y los objetivos, metas e indicadores que la CELAC busca generar con vistas al año 2020. Esta inquietud está bien recogida en el Plan de Cooperación, en el que se alude al común interés por avanzar en la Agenda de Desarrollo Post 2015.

LA IMPORTANCIA DE CHINA EN EL PRESENTE SIGLO

El momento actual, será representado como una época de globalización y de desglobalizaciones, de localización y deslocalizaciones, de integraciones regionales y subregionales como de desintegraciones en el período comprendido entre finales del siglo XX y comienzos del XXI. Con estos cambios hay quienes afirman que la sociedad y el Estado tienen nuevas posibilidades de redefinirse y reconstruirse en forma autónoma, así como otros observadores declaran que el camino que les queda a los Estados-nación es la adecuación a la nueva hegemonía mundial del capitalismo. En este sentido, aspectos decisivos de la vida social y natural (soberanía, libre determinación de los pueblos, ambiente, igualdad, estado de derecho, libertad, entre otros) están en juego. Las preguntas obligadas son: ¿Será verdad que representan aspectos relevantes o son ámbitos subsidiarios de una forma de vida y de una nueva organización social que dentro de la modernidad mantienen la misma práctica social de acumulación de capital bajo formas cada vez más sofisticadas y distanciadas de la sociedad y del Estado?, ¿Será cierto que solamente la lógica del capitalismo es la que determina el rumbo de la humanidad o habrá otros elementos que intervienen (cultural, informacional, lo biológico) y que hacen menos catastrofistas las lecturas de la realidad actual? Hasta ahora, a muchos les cuesta pensar que pueda existir algo distinto en la sociedad que no esté determinado por lo económico, el reto actual es dar un pequeño aporte en el camino contrario. China es hoy un actor extremadamente activo e influyente en las economías de América Latina, y parece probablemente que será más que una presencia en los años por venir. Los puntos fuertes de China son numerosos, ―(…) es el mayor exportador de mercancías a nivel mundial (…) es uno de los principales importadores de materias primas, que en su mayoría provienen en su mayoría de emergentes, China es responsable en tres cuartas partes del crecimiento de la demanda de energía global (…) en 1980 la inversión de China en el exterior fue cercana a cero, en el 2010 ascendió a cerca de $60 mil millones de dólares‖ (Sebastián Mantilla Baca, 2015: 7-8). Y por otra parte, es también el país más grande


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del mundo en población y superficie, es uno de los más poderosos en materia militar y es uno de los más influyentes países desde el punto de vista diplomático. Existen datos concretos que revelan el crecimiento de la jerarquía de China en el comercio mundial. China genera alrededor del 21% del valor agregado agrícola internacional, y entre sus principales producciones del agro, por ejemplo, se encuentra el algodón y el arroz (superando en ambos casos, el 30% de la producción mundial), y, el maíz (con más del 20% de producción mundial). Por su parte, las producciones de harina y de aceite de soja también superan el 20% a nivel mundial. Vale destacar que China no solo es sinónimo del sector primario, igualmente uno de los principales generadores de mayor agregado manufacturero y tiene avances en el sector servicios relacionado con el comercio de transporte, servicios empresariales e infraestructura física, compra de minerales, metales y hasta el 2010 del 10 % del petróleo crudo a nivel mundial, comunicaciones, servicios empresariales y profesionales incluidos los servicios financieros (Rosales y Huwayama, 2012). La cooperación económica de China con América Latina crece debido a la expansión de la demanda interna del país y la reestructuración económica de la región, América Latina es un mercado vibrante prometedor. El enorme mercado doméstico de China tiene un gran futuro, mientras que los países latinoamericanos perfeccionan sus economías e impulsan la creación de infraestructuras. Esta base no solo es importante para seguir ampliando la cooperación económica de China con Latinoamérica. Los vínculos económicos bilaterales se han desarrollado rápidamente desde que China fue admitida en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se han potencializado mucho en los últimos años. China es el socio comercial más importante de América Latina, después de los Estados Unidos y la Unión Europea, mientras que la región ocupa el séptimo puesto dentro del comercio exterior chino. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) estima que para los venideros años, el comercio entre América Latina y China llegará a superar a la Unión Europea, convirtiéndose en el segundo mayor mercado exportador de la región, detrás de Estados Unidos. Además, se estima que para el año 2020, China comprará cerca del 20 por ciento del total de las exportaciones. La demanda de China por productos de exportación de América Latina tuvo un papel muy importante durante la crisis financiera internacional y la recesión mundial. A diferencia de las crisis anteriores, las economías de América Latina estaban en una posición fuerte cuando la recesión arremetió, con fundamentos macroeconómicos bastante sólidos (déficits fiscales y de cuentas corrientes bajos, y un mayor grado de flexibilidad del tipo de cambio), bajos niveles de deuda externa de corto plazo, y altos niveles de reservas


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internacionales. La demanda de China por productos primarios significó que las economías de exportación gozaron de un aumento en volúmenes y altos precios por sus productos lo cual sirvió para blindar las economías de la región. No fue por coincidencia que los países de América Latina con los más altos niveles de exportación a China, incluyendo a Brasil, Chile, Perú y Argentina (ver tabla 1), fueron los países que se recuperaron más rápidamente de la recesión. En los últimos años, los productos importados de China también aumentaron considerablemente, en especial por parte de Brasil, México, Chile, Venezuela y Argentina, una rápida tasa de aumento que disminuyó solo debido a la crisis del año 2009. Estos productos importados de China principalmente son bienes procesados o manufacturados. Además, China también está invirtiendo en proyectos de energía y minería en toda la región latinoamericana5.

LA SITUACIÓN ECONÓMICA DE LAS ECONOMÍAS ALTAMENTE INDUSTRIALIZADAS

La economía mundial continúa sin poder recuperar los niveles de crecimiento que registraba antes de la crisis económica mundial de 2008-2009. No obstante, entre el año 2014 y el 2015, ha tenido una ligera mejoría que se explica principalmente por un mejor desempeño de la economía de los Estados Unidos y por una incipiente recuperación de la economía de algunos países europeos. En este marco, la economía estadounidense y la de Inglaterra surgen como la más dinámica entre los países desarrollados. El Producto Interno Bruto (PIB) de ambos países ha crecido por sobre el promedio de los países desarrollados y, en especial, aparecen en las proyecciones como los más sobresalientes. El desempleo se ha reducido desde casi 10% en 2010 hasta 6,2% en 2014, mientras la inflación se ha mantenido controlada, bajando a 0,9% en 2014. El consumo privado, la principal variable dentro del producto, se ha vuelto a robustecer y los precios de la vivienda siguen recuperándose. El déficit fiscal ha caído desde un máximo de 13,5% del PIB en 2009 a 5,3% en 2014. Se espera que su crecimiento este año sea de alrededor de 3,1%, superior al 2,4% registrado en 2014 (véase cuadro I.1).

5

Estos datos pueden revisarse en la Revista Digital.


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Cuadro I.1. Mundo, regiones y países seleccionados: crecimiento medio anual del PIB, a valores constantes, 2003-2020 (en porcentajes) Mundo Países desarrollados Estados Unidos Zona del euro Japón Reino Unido Países en desarrollo y economías emergentes Comunidad de Estados Independientes Asia en desarrollo y emergente América Latina y el Caribe Oriente Medio y norte de África África sub-sahariana

2003-2007

2008-2009

5,1 2,8 2,9 2,2 1,8 3,0 7,7 8,1 9,5 4,9 6,9 6,7

1,5 -1,6 -1,5 -2,0 -3,3 -2,3 4,5 -0,5 7,4 1,3 3,7 5,0

2011-2014 2015-2020 a 3,6 1,5 2,1 0,3 0,7 1,6 5,2 2,9 7,1 3,1 3,6 4,8

3,8 2,2 2,5 1,6 0,8 2,3 4,9 1,2 6,5 2,4 3,9 5,1

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Fondo Monetario Internacional, Perspectivas de la economía mundial, abril de 2015. a \ Proyecciones.

Si bien los indicadores de corto plazo muestran una relativa recuperación de la economía estadounidense, persisten señales de debilidad estructural en ella (disminución del número de empleos en comparación a otras recuperaciones previas, deterioro calidad del empleo, específicamente, los trabajadores con seguros de salud patrocinados por el empleador cayeron desde un 60% en 2007 a 54% en 2013 por ejemplo, los salarios reales siguen estancados, etc. De acuerdo al documento de la CEPAL (2015) América Latina, el Caribe y China, hacia una nueva era de recuperación económica: ―El aumento de la vulnerabilidad social en los Estados Unidos es reflejo de un importante salto en la concentración del ingreso y la riqueza. En 2013, el ingreso de las familias pertenecientes al 5% más rico fue más de 9 veces el del 20% más pobre, la brecha más grande desde que se mantienen estas estadísticas (1967). Mientras que en junio de 2014 los beneficios de las corporaciones, ajustados por inflación, fueron 94% superiores a los de junio de 2009, la mediana del ingreso de las familias aún permanece 8% por debajo del nivel de pre-crisis (…) Esta notable asimetría en la distribución de los El ingreso promedio del 5% más rico de la población creció 38% en términos reales entre 1989 y 2013, mientras que el del 95% restante aumentó menos de 10%, es decir, menos de medio punto por año. La distribución de la riqueza es aún más desigual que la del ingreso: en 2013, el 50% más pobre de las familias estadounidenses poseía el 1% de la riqueza (3% en 1989), mientras que el 5% más rico poseía el 63% de la misma (54% en 1989). Por su parte, en la zona del euro, continua una trayectoria de crecimiento prácticamente nula (véase el cuadro I.2). La tasa de desempeño es altamente negativa en-


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tre el año 2010 y el 2014 (cuadro I.2). Vale mencionar, que la situación del desempleo entre los jóvenes, es especialmente precaria hacia el año 2014: en toda la zona euro era de 23%, alrededor del 44 % en Italia y el 53% en España (CEPAL, 2015: 12).

Cuadro I.2. Zona del euro: tasas de inflación y desempleo, 2006-2014 en porcentajes Inflación Desempleo

2006 1,9 8,3

2007 3,1 7,5

2008 1,6 7,6

2009 0,9 9,5

2010 2,2 10,1

2011 2,8 10,1

2012 2,2 11,3

2013 0,8 12,0

2014 -0,2 11,6

Fuente: CEPAL, sobre la base de Fondo Monetario Internacional, Perspectivas de la Economía Mundial, abril de 2015.

De acuerdo al documento de la CEPAL (2015: 12): ―A mediano plazo, se espera que los países de la zona del euro en su conjunto sigan con un bajo crecimiento, muy baja inflación, altas tasas de endeudamiento y de desempleo y poco dinamismo de la inversión, todo ello como legado de la crisis financiera. En esta coyuntura, el enfoque tradicional del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea no ayudaría a la región a salir de su estancamiento. La consolidación fiscal a todo evento acentúa las presiones recesivas y el desempleo, aumentando el costo social y debilitando la demanda agregada. En este contexto, las medidas orientadas a reforzar la oferta de crédito que han sido implementadas desde abril de 2015 no tienen mayor impacto sobre el consumo y la inversión, dada la debilidad de la demanda y la rápida desaceleración de la inflación‖

China, por su parte, en este mismo documento tuvo una de las tasas de crecimiento anuales más altas del mundo durante el período 2001-2010 (10,5% en promedio). No obstante, ―(…) desde comienzos de 2012, el crecimiento de su economía se ha desacelerado, hasta alcanzar un 7,4% en 2014. Esta desaceleración tiene su origen en un menor crecimiento de las exportaciones y de la formación bruta de capital fijo (véase el cuadro I.3).

Cuadro I.3. China: algunos indicadores económicos, 2011-2014 Variable PIB (variación en porcentajes) PIB (en miles de millones de dólares) PIB per cápita (en dólares)

2011 9,3 7 314 5 429

2012 7,8 8 387 6 194

2013 7,8 9 469 6 959

2014 7,4 10 380 7 589

Fuente: CEPAL, sobre la base de Fondo Monetario Internacional, base de datos Perspectivas de la Economía Mundial, abril de 2015.

En cambio en América del Sur, tras la crisis económica mundial a partir del 2009 el desempeño comercial, financiero y económico siguió siendo exitoso. Sin embargo, nuevamente la economía se desacelera en la región a partir de 2012. El crecimiento regional en 2014 fue de apenas 1,1%, y la CEPAL para el año


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2015 vaticinaba una pequeña desaceleración de 1,0. El desempeño económico esperado de grandes y medianos países como Argentina, Brasil y Venezuela influiría en esta estimación. Por el contrario, el resto de los países de Sudamérica y de Centroamérica muestran el mayor crecimiento (véase gráfico I.2).

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2014), Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2014 y revisión del 7 de abril de 2015. a \ Proyecciones.


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En 2014, el comercio total entre América Latina y el Caribe y China se redujo ligeramente con respecto a 2013, pero la inclinación no fue en nada parecido a lo ocurrido en el año 2009. El intercambio de bienes, se encontraba en 2013 alrededor de los 275.000 millones de dólares, pero cae en 2014 aproximadamente a los 270.000 millones de dólares (véase el gráfico III.1). Esta disminución resulta clara por la fuerte caída del valor de las exportaciones de la región a China, que puede ser contrastada por el aumento del valor de sus importaciones (gráfico III.1). Cabe observar que el año 2014 fue el primero en el presente siglo en la caída de las exportaciones de América Latina y el Caribe a China.

Fuente:\ Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Naciones Unidas, Base de datos estadísticos sobre el comercio de mercaderías (COMTRADE). Los datos para 2014 provienen de fuentes oficiales de 16 países: Argentina, Bolivia (E.P.), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guat emala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela (R.B.).

Cuadro III.1. América Latina y el Caribe (16 países): exportaciones de bienes a China, 2012-2014 (en millones de dólares y porcentajes) Participación Variación 2014 2013-2014

País

2012

2013

2014

Argentina Bolivia (Estado Plurinacional de) Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México

5 001

6 407

4 650

4,9

-27,4

316 41 228 18 098 3 343 331 392 4 35 114 5 721

320 46 026 19 090 5 104 372 569 47 167 135 6 470

434 40 616 18 438 5 617 338 502 6 43 71 5 979

0,5 42,6 19,4 5,9 0,4 0,5 0,0 0,0 0,1 6,3

35,6 -11,8 -3,4 10,1 -9,0 -11,8 -87,7 -74,5 -47,2 -7,6 Cont.


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viene

País Panamá Paraguay Perú Uruguay Venezuela (República Bolivariana de) Total

2012 34 42 7 849 796 14 101

2013 51 57 7 331 1 290 11 587

Participación Variación 2014 2014 2013-2014 69 0,1 35,3 48 0,1 -16,0 6 968 7,3 -5,0 1 219 1,3 -5,5 10 324 10,8 -10,9

97 403

105 024

95 323

100,0

-9,2

A pesar de estas lecturas sobre el comercio total y específico y los intercambios de bienes entre América Latina, el Caribe y China, este país asiático es el origen de las importaciones de la región después de EEUU, y el tercer principal destino de sus exportaciones. Entre el año 2000 y el 2014, su participación en las exportaciones regionales pasó del 1% al 9% (en 2013 alcanzó el 10%), mientras su participación en las importaciones pasó de poco más del 2% al 16%. De este modo, en 2014 China y la Unión Europea (UE) tuvieron prácticamente la misma participación en el comercio de bienes de América Latina y el Caribe con el mundo (12,4% y 12,5%, respectivamente). Si bien la UE continúa siendo el segundo principal mercado para las exportaciones regionales, detrás de los Estados Unidos, desde 2010 China la desplazó como el segundo principal origen de sus importaciones, también detrás de dicho país (véase el gráfico III.2).

Fuente:\ Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Naciones Unidas, Base de datos estadísticos sobre el comercio de mercaderías (COMTRADE). Los datos para 2014 provienen de fuentes oficiales de 15 países: Argentina, Bolivia (E.P.), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guat emala, Honduras, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela (R.B.).


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Estos intercambios son principalmente de exportaciones de productos agrícolas, minerales y energéticos, principalmente soja, metales y Petróleo. Y se han concentrado en el área de las importaciones en bienes manufacturados en el país asiático. Todos estos elementos característicos del poder de China hoy día nos hacen suponer que ese país será uno de los grandes en el siglo XXI. Cabe anotar, que las relaciones de China con América Latina se volverán seguramente más complejas, extendiéndose más allá de la esfera económica por el aumento en la tensión y las disputas intrarregionales y al interior de algunas naciones, particularmente, a la luz de las cada vez más problemáticas condiciones de las economías latinoamericanas, de las luchas intestinas entre distintos bloque de poder, por el agotamiento de algunas propuestas políticas asentadas en el poder y la evolución de las perspectivas económicas chinas. Al mismo tiempo, hay que considerar que China y América Latina tienen una experiencia considerable en trabajar juntos y están ahora mejor equipados que nunca para encontrar soluciones pragmáticas a los problemas que se plantean. Vale resaltar, de acuerdo a Julio Sevares (2007) que: ―En algunos países, el aumento de la demanda externa, aun cuando provocó un incremento de las exportaciones, no derivó en tasas de crecimiento elevadas o proporcionales a la expansión del mercado. Además, la mejora de los términos del intercambio, en los países que se verifico, no se debe a la sustitución de importaciones primarias por producción industrial interna, sino la mejor de los precios de los bienes primarios‖

Cabe mencionar que a partir de 2003, la Balanza Comercial entre China y América Latina (en millones de dólares) aumentó abrumadoramente. Para alimentar el acelerado crecimiento de China, este gigante del mundo ha tenido que depender de sus compras en el extranjero. Esta aseveración es relevante porque nos ayuda a visualizar un problema no muy debatido referido a la presión que ejerce China en el aumento de los precios de los productos primarios y en la caída de los industriales porque estos ayudan a mejorar los términos del intercambio para América Latina, pero también contribuye a desplazar las exportaciones de los países de la región. Vale destacar, que en el año 2005, los países de América Latina y el Caribe, colocaron 3% de sus exportaciones en China y se convirtieron –como ya lo habíamos mencionado– en los principales proveedores de soja, mineral de hierro, cobre, níquel, harina de pescado y otros productos primarios6.

6

Cepal: ―Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 2005-2006 en www.eclac.org


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Hay que advertir, a pesar de la realidad descrita, que existen cambios en el panorama sociopolítico e inestabilidad económica en la región en la actualidad, por los cambios de modelo político en Argentina, en Brasil y en Venezuela, por el ascenso inflacionario en algunos países, la baja del precio del petróleo y la recesión económica mundial. Por otro lado se evidencian crecientes situaciones de pugnacidad creciente en Venezuela que pueden derivar en transformaciones sociopolíticas, económicas y comerciales. En opinión de Julio Savares (2007): ―(…) es central señalar que el comercio entre América Latina y China no es, como sostiene algunos, un intercambio Sur-Sur. En realidad, reproduce el típico esquema Norte-Sur: la mitad de las exportaciones latinoamericanas a China están conformadas (hasta la actualidad) por bienes primarios, una cuarta parte son recursos naturales y solo el 25% restante son productos con mayor tecnología. El componente primario y de recursos naturales de las exportaciones latinoamericanas a China es mayor que el de las exportaciones totales de la región‖.

Pese a los esfuerzos de los últimos veinte años, el gran desconocimiento mutuo de ambas regiones afecta la evolución futura de las relaciones bilaterales. Los vínculos están esencialmente concentrados en el ámbito comercial, con la excepción de las relaciones chino-brasileñas. Las asimetrías comerciales de hoy se profundizarán en el futuro debido a la política de sustitución de importaciones de China, que cada vez en mayor medida industrializa materias primas y aumenta el componente técnico de sus exportaciones. Estos intercambios se han caracterizado por exportaciones de productos primarios y minerales por parte de América Latina (principalmente soja, metales y petróleo), mientras que las importaciones se concentraron en bienes manufacturados provenientes del país asiático. Con relación a este patrón de intercambio, Rosales y Kuwayama (2012) advierten que ―es relevante evitar que nuestro creciente comercio con China reproduzca y refuerce un patrón de comercio de tipo centro-periferia, donde China aparecería como un nuevo centro y los países de la región como la nueva periferia‖. La demanda china por los productos primarios latinoamericanos ha emanado de su proceso de industrialización, en el que los metales han ocupado un papel preponderante (Jenkins, 2011). El dinamismo de dicho proceso ha conllevado no solo incrementos en las cantidades demandadas, sino que también ha provocado una importante presión al alza en los precios de los bienes primarios y minerales, lo que se tradujo en una mejora sustancial en los términos de intercambio de muchos países de América Latina. Según el trabajo de Jenkins (2011), el ―efecto China‖ en la demanda mundial ha repercutido sobre todo en los minerales y los metales, debido a que:


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―China ha alcanzado un nivel de ingresos en que el uso de los metales en relación con el PIB tiende a aumentar en forma significativa. Ello ha sido consecuencia del rápido proceso de industrialización del país, que se ha volcado cada vez más a los metales a medida que la producción ha ido variando de bienes intensivos en trabajo (como la confección) a sectores más intensivos en capital (como los productos eléctricos y electrónicos). La demanda de metales también se ha visto impulsada por la construcción y otros proyectos de infraestructura‖.

Como se ha puesto de manifiesto, el presente trabajo presenta, a grosso modo, la política exterior de China y sus relaciones con América Latina y el Caribe. En particular, se resaltan algunos datos apoyándonos en algunos analistas vinculados al tema y con posiciones de dirección e investigación en algunos organismos internacionales de alta reputación internacional. Nos pareció relevante mostrar las ambiciosas reuniones que culminaron en la redacción de un Plan de Cooperación CELAC-China 2015-2019. Por razones de espacio y tiempo, hacemos escasas referencias a todas estas reuniones, adecuadamente preparadas, donde se exponen acciones precisas a seguir, temas para su abordaje técnico, espacios para la acción coordinada de acciones precisas, y otros asuntos relacionados a las instancias de ejecución y financiamiento de proyectos específicos, entre otros aspectos.

CONSIDERACIONES FINALES

El presente trabajo continuará en una segunda entrega con el estudio pormenorizado de la experiencia de tres países (Brasil, Chile y Venezuela), a los fines de contrastar sus distintas modalidades de relación. Brasil, por ejemplo, estableció relaciones diplomáticas con China entre inicios y mediados de la década de 1970, Chile y Venezuela lo hicieron en el presente siglo. Por otro lado, Brasil ha tenido desde comienzos del presente siglo dos posturas gubernamentales opuestas (de ―derecha‖ e ―izquierda‖), Chile ha mantenido desde hace varias décadas un sistema y modelo de desarrollo que podríamos calificar de derecha y centro-derecha y, finalmente, Venezuela, que ha representado en la primera y segunda década del presente siglo una posición radical de corte socialista y de democracia radical y que muchos analistas la califican también como neopopulista de izquierda. Podemos aseverar que Brasil, Chile son tres países que enfrentan hoy desafíos económicos excepcionalmente difíciles, pero su situación macroeconómica está, en general, mucho mejor que la de Venezuela por ejemplo. Venezuela está al borde del colapso económico. Junto a años de mala gestión administrativa, políticas desacertadas, la abrupta caída del precio del petróleo (que afecta alrededor del 95% de las exportaciones del país) y la corrupción han devastado su economía. Vale decir, que la inflación de Venezuela es la más alta en el mundo, su calificación de crédito está entre las más bajas, y las predicciones de un default inminente son cada vez más frecuentes.


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Las relaciones de China con América Latina se volverán más complejas a la luz de las cada vez más problemáticas condiciones económicas y políticas que se encuentran en proceso en la actualidad. Debe destacarse que el elevado crecimiento chino representa para América Latina un reto para sus exportaciones, sin embargo, la realidad indica el progresivo crecimiento de la importaciones de materias primas minerales, energéticos y agrícolas hacia China. Debemos decir que las relaciones entre ambas regiones son en lo fundamental comerciales, y no se realizan entre bloques. Las relaciones son en su mayoría bilaterales y las más relevantes en América Latina, se realizan con Brasil, Chile, Argentina y México. Las asimetrías comerciales de hoy se profundizan en el futuro debido a la política de sustitución de importaciones de China, que cada vez en mayor medida industrializa materias primas y aumenta el componente técnico de sus exportaciones. La dinámica de las relaciones económicas y comerciales entre China y América Latina repite los parámetros que ligaban en el pasado a los llamados ¨países periféricos¨ con los ¨países centrales¨ y que favorece los impulsos a la reprimarización de las economías latinoamericanas. La cooperación es amplia y variada, muchos acercamientos indican el camino para la realización de iniciativas y proyectos en el futuro próximo y dependen de la convulsiva e inestable realidad social y política de la región, por tanto, supone desafíos gubernamentales, administrativos, organizacionales y técnicos muy importantes. Vale señalar, que en la actualidad en América Latina las instancias para debatir la diversidad de temas que están en la mesa de discusión y negociación, están paralizadas o semiparalizadas por las disputas entre los Estados y gobiernos. Cabe mencionar, que las tensiones que se presentan entre los países que forman parte de Mercosur por ejemplo, no se presentan entre los países de la iniciativa de cooperación denominada ALBA. Los tres países mencionados arriba adoptaron una visión pragmática de sus políticas hacia Beijing, principalmente debido a la relevancia del mercado chino para sus exportaciones de commodities e importación de materias primas, para hacer realidad sus políticas extractivistas y la búsqueda en algunos casos de fondos para sus políticas de desarrollo social.


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Afirmamos, finalmente, que los intereses chinos y latinoamericanos, así como los bilaterales con cada uno de los países en cuestión, no necesariamente coinciden en sus objetivos de mediano y largo plazo. Vale agregar que la situación de amplísimo apoyo a los procesos de integración y cooperación en la primera década del presente siglo no es la misma que estos últimos cinco años (2012-2016) donde variadas disputas y cambios políticos se han presentado obstaculizando la marcha de los procesos mencionados, un aspecto de la realidad son las demandas del proceso de integración, los objetivos e iniciativas (acuerdos, proyectos, deseos) concertadas en los organismos de la región (UNASUR, CELAC, ALBA, MERCOSUR, entre otros) y otra las exigencias que van trazándose bajo la actual coyuntura económica y determinadas bajo la intervención permanente de factores de poder nacionales, subregionales, continentales y mundiales. ―En la actual coyuntura, resulta pertinente reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las relaciones económicas bilaterales de cara a los próximos años. Desde la perspectiva de América Latina y el Caribe, la diversificación exportadora aparece como la principal asignatura pendiente. La fuerte expansión del comercio con China no se vió acompañada de avances en materia de diversificación de las exportaciones: tan solo 5 productos, todos primarios, representaron el 75% del valor de los envíos regionales a China en 2013. Los mismos 5 productos representaban el 47% del valor de las exportaciones de la región a este país en 2000, evidenciando el fuerte proceso de reprimarización que ha tenido lugar desde entonces. La dinámica de la inversión extranjera directa china en la región refuerza este patrón, ya que casi el 90% de la misma entre 2010 y 2013 se dirigió a las actividades extractivas, en particular la minería y los hidrocarburos. Ello ha dado lugar al surgimiento de conflictos socioambientales de distinto tipo en algunos países de la región (CEPAL, 2016: 80). El escritor Julio Savares asevera que: ―El elevado crecimiento chino genera sin duda un enorme mercado para las exportaciones latinoamericanas, especialmente materias primas, como soja o productos mineros, que mejoran los recursos fiscales. Del mismo modo, gran parte de las inversiones directas chinas se ubican en las economías vinculadas a la explotación de recursos naturales‖. He aquí las razones para sostener la tesis según la cual se puede estar repitiendo un tipo de cooperación o dependencia que fortalece relaciones a la vieja usanza, es decir, una relación en el ―centro‖ y la ―periferia‖ y que favorece como lo registramos en el texto de 2016 de la CEPAL, una renovada ―reprimarización‖ de las economías.


Las relaciones comerciales entre China…

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Cabe recordar que el año 2014 fue de desaceleración económica para la mayoría de los países latinoamericanos, incluso de un retroceso en el crecimiento de la economía china. Estas tendencias, de persistir, podrían alterar los lazos económicos entre China y Latinoamérica en aspectos fundamentales.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2016, Vol. XXII, No. 2 (jul-dic), pp. 81-104

HACIA UNA EXPLICACIÓN DE LA VIOLENCIA DELICTIVA EN VENEZUELA Freddy A. Crespo P1 UNIVERSIDAD DE LOS ANDES Resumen: El crecimiento de la violencia en Venezuela ha sido notable en las últimas tres décadas. Con observar solo la cifra de homicidios para 2016 y verificar que superó por 900 homicidios a los registrados en toda la década de los 80, hay un alerta que llama la atención. Pero, ¿qué explica esta violencia? Partiendo de una revisión documental de las investigaciones sobre violencia en Venezuela y la exposición cronológica de los principales indicadores delictivos, en el presente estudio se busca reflexionar y proponer como punto explicativo de este fenómeno, que la violencia delictiva actual es consecuencia de un proceso histórico y social que modificó las bases de la estructura institucional y de socialización individual, convirtiendo así a la sociedad venezolana en una sociedad culturalmente violenta. Palabras claves: Violencia, Venezuela, cultura, estructura social, delitos.

I.- INTRODUCCIÓN

El 2 de enero de 2017, The New York Times en su edición internacional, publicaba en su primera página un artículo en el que, entre otras cosas, reseñaba la cifra, aportada por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), de 28.479 muertes violentas con las que cerraría Venezuela el 2016. Calificaba el año que culminó como ―salvaje‖ para el país, pues se ubicaba como el segundo con mayor tasa para este fenómeno a nivel mundial, siendo además, una cifra record en la historia venezolana. No para menos, una breve revisión histórica muestra que en 1991, por ejemplo, la tasa de muertes violentas fue de 31 por cada cien mil habitantes (Provea, 2011), mientras que 2016 cerró en 91,8. Al subcategorizar la variable muertes violentas en sus indicadores -homicidio, resistencia a la autoridad y averiguación de muerte– la perspectiva no cambia: en 1991 se registraron 2.502 homicidios, para una tasa de 12 por cada cien mil habitantes; en 2010 la cifra de homicidios fue de 13.080 (45 por cada cien mil habitantes); mientras que en 2016 la cifra pronosticada fue de 18.230 para una tasa de 59 (OVV, 2016; Provea, 2011). Las muertes que se califican como resistencia a la autoridad, también tuvieron un crecimiento notorio en este lapso: en 1991 su tasa fue de 1,5 muertes por cada cien mil habitantes, representando además el 5% de las muertes violentas (OVV, 2016; Provea, 1

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2011). Ya en 2010 su tasa pasó a 12 muertes por cada cien mil habitantes y en 2016 a 17, representando el 12% y el 17%, respectivamente, del total de muertes violentas en ambos años (OVV, 2016; Provea, 2011). Solo con observar estos indicadores se podría aceptar como cierto que el 2016 fue un año ―salvaje‖ en Venezuela, tal como lo catalogó el New York Times. Si se detallan otros indicadores delictivos y sociales, por ejemplo, la calificación cobra fuerza; pues la violencia e inseguridad no siempre se expresa tal cual como las cifras oficiales tienden a exponerlas, pues diferentes factores, como la cifra negra por ejemplo, tienden a afectar la interpretación de su magnitud. Entonces, si es Venezuela un país violento. Ahora bien, ¿desde cuándo lo es? Y más importante aún: ¿Por qué lo es? En el presente artículo, se propone hacer una revisión documental de las principales explicaciones sobre la violencia e inseguridad en Venezuela y, además, exponer con indicadores el desarrollo cronológico de este fenómeno, con el objetivo de proponer como hipótesis que la violencia actual es consecuencia de un proceso social e histórico que se ha instalado en el devenir e interacción social macro y micro del venezolano y sus instituciones. En consecuencia, la violencia actual no es consecuencia de circunstancia o coyunturas particulares, sino más bien de un modelamiento cultural, social e individual a la violencia como un mecanismo de interrelación social válido, legítimo y aceptable entre individuos y entre estos y las instituciones sociales.

II.- INSEGURIDAD Y VIOLENCIA EN VENEZUELA: LAS EXPLICACIONES PREVIAS

En los estudios realizados antes de los años noventa del siglo pasado, ―se observa una marcada tendencia a orientar el planteamiento en sentido moral‖ (Birkbeck, 1996: 39). Este discurso, se asociaba a la tradicional búsqueda por determinar los factores que explicaban la conducta delictiva, abundando entonces explicaciones relacionadas con la marginalidad, la prostitución, el alcoholismo, entre otros (Birkbeck, 1996). En estos estudios se encontraban referencias empíricas, pero las mismas no eran sometidas a un análisis riguroso que permitiera correlacionarla de manera sistemática y metodológicamente correcta; más bien se concentraban en la discusión retórica sobre los factores posiblemente relacionados con la delincuencia (Birkbeck, 1996). Igualmente, los referentes teóricos eran escasos y el apoyo empírico constituía una imagen más de exposición que de sustentación del discurso propiamente, discurso que ―no admitía duda empírica‖ (Birkbeck, 1996: 45). Para mediados y finales de los años ochenta del siglo pasado, el enfoque sobre las causas de la delincuencia y la inseguridad, empezó a variar. Se tomó como referencia los aportes iniciales que consideraban a la pobreza e institucionalidad como generadores de la violencia e inseguridad, pero se cambió el enfo-


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que moral, abordándolos más bien desde la concepción de las relaciones sociales de los individuos en el entramado institucional general. Los estudios de Delgado (1987) y Santos (1992) incorporan estas variables, sosteniendo que la criminalidad y la violencia están asociadas casi por sentido común a la crisis, y cuando esta crisis toca aspectos institucionales, la conducta convencional pierde sentido para el individuo. Según estos autores, la violencia pasó a ser una opción de conducta ciudadana para compensar la ineficacia estadal para el cumplimiento de las garantías constitucionales de seguridad, libertad, vida, entre otros. Pero también sirviendo ésta como reacción a la misma violencia que de parte del Estado surgía en distintas formas –medidas económicas, control policial, entre otros–, y en ambos casos la violencia se presentó como un proceso social válido para la protección ciudadana. Desde un enfoque individual y cualitativo, la violencia vista desde el actor violento, aparece explicada por el empoderamiento individual que se construye con base a la violencia misma. Zubillaga y Briceño-León (2000) y Zubillaga (2008) denominan a este fenómeno como masculinidad, Moreno, Campos, Pérez y Rodríguez (2009) lo consideran como una especie de desconexión moral, mientras que Hurtado (2014) lo llama Edipo Cultural. Lo común en todos los casos es que el individuo violento venezolano se construye desde una óptica de poder asociada a la acción violenta en sí, sobre la cual no solo sustenta las concepciones de su Yo poderoso, sino también el marco estructural de sus relaciones sociales, en las que el individuo violento es el único actor moralmente importante para sí mismo, razón por la cual asesinar es tan fácil (ver, por ejemplo: Crespo, 2016a; 2016b; Zubillaga, 2008). Briceño-León (2012a y 2012b) agregó a la discusión sobre las causas de la violencia, las variables de pobreza e institucionalidad. Sin embargo, la pobreza tuvo que ser excluida del discurso, precisamente porque en términos oficiales, esta variable descendió considerablemente en Venezuela, mientras que los homicidios, por ejemplo, aumentaban (Briceño-León, 2012a). De esta manera, afirma que el estudio de la violencia2 ―estaría incompleto si no logra incorporar 2

Según Briceño-León (2012b: 26) ―la institucionalidad del orden social es cultura, es un intangible, pero tiene mucha fuerza para detener o impulsar la violencia‖. De esta manera, la institucionalidad en la sociedad actúa de la siguiente manera para evitar la violencia: primero, generando normas y valores; segundo, ofreciendo protección efectiva a los miembros de la sociedad; y tercero, reaccionando contra quienes quebrantan dichas normas y valores, exponiendo al caos a quienes son protegidos por dicha institucionalidad. Ahora bien, ―si no hay normas las personas se sienten desorientadas y en estado de anomia; si no hay protección efectiva se sienten indefensas y vulnerables; y si no hay respuestas a la transgresión, se vive en la impunidad‖ (Briceño-León, 2012b: 6).


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en su explicación los factores institucionales, pues, por lo que hemos podido establecer, es la institucionalidad la que actúa como inhibidora o propulsora de las otras variables sociales que originan, fomentan o facilitan la violencia‖ (Briceño-León, 2012a: 44). No obstante, los estudios de Crespo (2006, 2009) así como los de Crespo y Birkbeck (2012) dieron cuenta que los indicadores de institucionalidad y su legitimidad, no se ajustan como factores predictores o explicativos de la violencia y su variación. En otras palabras, la reducción de la institucionalidad, expresada en la pérdida de legitimidad de los indicadores sociales, lejos de aparecer como un causante de la violencia en Venezuela, se presenta más como un síntoma o indicador de conflictividad social, al igual que la violencia misma (Crespo, 2006). Posteriormente, Crespo (2009) profundizó el test de esta hipótesis sosteniendo que la reducción de la institucionalidad y la violencia interactúan en una relación de mutua retroalimentación que, en conjunto con otros factores, son causas, efectos y síntomas de la descomposición social y moral de la estructura cultural del venezolano. Como se puede observar en las explicaciones macro estructurales sobre la violencia en el país, hay una carencia notable de la conexión individual entre la condición y la acción, pues la reducción de la institucionalidad por sí sola no es un catalizador de la conducta delictiva. La decisión individual y la interpretación del contexto desde el panorama del individuo, tiene un peso notable –o total– en la decisión para la ejecución del acto violento, condicionado, o no, por el contexto inicial. Pero esta decisión individual no es diferenciada según los contextos y estratos sociales de los individuos que deciden ser o actuar de manera violenta, tal como Moreno y otros (2009), por ejemplo, pretenden señalar. De acuerdo a Crespo (2016b) la violencia está sólidamente culturizada en el contexto social y moral del venezolano, lo cual produce que para el venezolano la violencia3 sea una opción de conducta válida y legítima, moralmente aceptada, para relacionarse con los otros ciudadanos y las instituciones sociales. Es, por lo tanto, un fenómeno que deriva de un proceso social e histórico, por lo que las explicaciones causales de la misma difícilmente encontrarán un comportamiento en sus resultados de estricta correlación causa y efecto entre la violencia y cualquier variable que busque explicarla (ver Crespo 2016a y 2016b). ¿Es, entonces, inexplicable la violencia en Venezuela? No. Y en las siguientes secciones, a través de una revisión histórica de los indicadores delictivos en 3

Violencia entendida desde un enfoque jurídico-normativo, en el que la expresión de la misma implica la violación de la norma y alteración del sistema jurídico en general. Desde esta óptica, según Crespo (2016b) extrae la discusión de la violencia de las perspectivas biológicas o psicológicas de explicación de la conducta, restringiéndola a una interpretación socio jurídico de la conducta.


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el país, se hará el intento de sintetizar una explicación tomando como base las expuestas hasta ahora y siguiendo con la línea hipotética propuesta al inicio del estudio.

III.- HISTORIA DE NUESTRA VIOLENCIA

3.1.- Aspectos metodológicos generales La presente investigación constituye un estudio documental y lógico inductivo, en el que empleando herramientas estadísticas descriptivas se expondrá y discutirá la información obtenida en fuentes documentales. La información estadística que se manejará se obtuvo de fuentes documentales, tales como los anuarios estadísticos del Ministerio de Fomento, Ministerio de Justicia, Ministerio de Interior y Justicia, Dirección de Estadística y Planificación, anuarios sobre mortalidad publicados por el Ministerio de Salud, capítulos sobre derecho a la seguridad ciudadana de Provea; todos organismos públicos y entes no gubernamentales de Venezuela. El lapso en el que se construirá la cronología delictiva será desde 1960 al 2016, aunque no será una serie completa para todos los delito; por ejemplo, los casos de delitos como el robo, hurto, lesiones y robo de vehículo, la serie temporal culmina en 2010, pero la de homicidio se extiende hasta el 2016, aunque la de muertes violentas va desde 1991 a 2016. Vale destacar, que las fuentes que se emplearon para la construcción de esta serie son oficiales, de modo que las mismas están sujetas a la influencia de la cifra negra. Los cinco delitos a estudiar serán: hurto, robo, robo de vehículo, lesiones personales y homicidio. Según la legislación venezolana, el hurto implica el apoderamiento ilegítimo de los bienes que son posesión o propiedad de otros, sin que en la acción medie la violencia (Grissanti y Grissanti, 2007); el robo, por su parte, es considerado como una acción que consiste en el apoderamiento ilegítimo de los bienes en propiedad o posesión de otro, pero con la característica que en la acción es violenta o se vale el actor de violencia para logar el fin del apoderamiento, bien sea violencia contra el sujeto o el objeto (Grissanti y Grissanti, 2007). El robo de vehículo consiste en el apoderamiento ilegítimo de un vehículo de propiedad de sujetos públicos o privados, este delito constituye una especificidad del robo genérico (Grissanti y Grissanti, 2007). Las lesiones personales constituyen un delito contra las personas en las que, con o sin intención, un sujeto causa daños físicos a otro u otras personas; mientras que el homicidio constituye la acción con o sin intención que conlleva la muerte de otro u otras personas (Grissanti y Grissanti, 2007).


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Igualmente, se expondrá la cronología para los tipos generales de delitos, tales como el total de delitos registrados en el lapso en estudio, así como el total de registros para los delitos contra la propiedad y delitos contra las personas. El total de delitos registra a todos los tipos delictivos definidos en el código penal venezolano y que llegan a constituirse como acción efectivamente delictiva que es conocida por los organismos de seguridad. Por otro lado, los delitos contra la propiedad incluyen los delitos de hurto, robo, extorsión, secuestro, estafa y otros fraudes, apropiación indebida, aprovechamiento de cosas provenientes del delito y usurpaciones (Grissanti y Grissanti, 2007). Mientras tanto, los delitos contra las personas incluyen a los homicidios, lesiones personales, aborto, del abandono de niños y persona incapaces, el abuso y la sevicia; y la difamación e injuria (Grissanti y Grissanti). Para la estadística delictiva, específicamente y tal como se tratará en este estudio, la muerte violenta es la generada en interacciones interpersonales, derivadas de acciones individuales o colectivas, aun cuando no exista la intensión prevalente de causar la muerte. Un ejemplo, el homicidio culposo. Por su parte, la resistencia a la autoridad se considera como el registro de fallecimiento de civiles en enfrentamientos con cuerpos de seguridad (Provea, 2010); y las averiguaciones de muerte son aquellas muertes que por las características de la acto o las limitaciones de los organismos de seguridad, conducen a una investigación cuyo resultado no les permite catalogarla como un homicidio (Provea, 2010). En este último caso, la muerte es violenta, pero no se cataloga como homicidio.

3.2.- CRONOLOGÍA DE LA VIOLENCIA

Los 60’: de menor a mayor. La Venezuela de la década de los sesenta se caracterizó por presentar tasas delictivas relativamente bajas, prevaleciendo los delitos contra la propiedad, específicamente aquellos en los que no mediaba la violencia para su comisión. En esta década, con la excepción del homicidio, se presentaron los niveles delictivos más bajos que en los últimos cincuenta años se registraron en el país. Fue en general, un lapso con bastante estabilidad en cuanto al crecimiento de los niveles delictivos, período en el que en paralelo algunos tipos delictivos se incrementaron y otros se redujeron, destacándose más esta reducción.


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Tabla 1. Cifra total y tasas (por 10.000 hab) para los delitos totales, contra la propiedad y contra las personas. Venezuela, 1960-1969 Año 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969

Población 7.002.300 7.165.290 7.872.266 8.152.753 8.426.799 8.722.212 9.032.330 9.351.602 9.686.481 10.035.435 TOTAL*

Totales Total Tasa 40.169 57,37 42.565 59,4 38.005 48,28 34.292 42,06 29.730 35,28 29.696 34,05 33.540 37,14 44.687 47,79 48.509 50,08 55.329 55,13 396.522 46,65

Delitos Contra la propiedad Total Tasa 26.873 38,38 26.765 37,35 25.628 32,55 23.373 28,67 18.987 22,53 18.643 21,37 16.525 18,3 19.291 20,63 21.273 21,96 25.361 25,27 222.719 26,7

Contra las personas Total Tasa 8.473 12,1 7.725 10,78 7.951 10,1 6.967 8,55 7.189 8,53 7.653 8,77 8.596 9,52 8.735 9,34 9.164 9,46 9.403 9,37 81.856 9,65

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973, cálculos propios. * El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

En total, durante los años sesenta, se registraron 396.522 delitos, lo que representó un promedio anual de poco más de 39 mil delitos registrados en el país (una tasa anual de 46 delitos por cada diez mil habitantes). Ahora bien, cuando se observan los delitos específicos que pertenecen a cada una de estas categorías, el panorama tiende a variar un poco. Como se aprecia en la tabla 2, en 1960 las lesiones personales era específicamente el delito más frecuente en el país, representando el 9% de los delitos totales con una tasa de 4,91 por diez mil habitantes en comparación a las tasas por diez mil habitantes de 1,61; 0,1 y 1,08 que se registraron para el hurto, robo y el homicidio, respectivamente. Sin embargo, el hurto fue incrementándose de manera notablemente en el curso de la década de los sesenta. Fue el hurto, de los cuatro delitos expuestos, el que experimentó un mayor crecimiento en el período en referencia. Tabla 2. Cifra total y tasas para los homicidios, lesiones personales, hurtos y robos. Venezuela 1960-1969 Año

Población

1960 1961 1962 1963

7.002.300 7.165.290 7.872.266 8.152.753

Homicidios Total Tasa* 762 10,88 629 8,78 784 9,96 932 11,43

Delitos Lesiones Hurtos Total Tasa Total Tasa 3.435 4,91 1.126 1,61 4.013 5,6 1.506 2,1 4.521 5,74 2.358 3 5.147 6,31 4.621 5,67

Robos Total Tasa 67 0,1 226 0,32 332 0,42 419 0,51 Cont.


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Delitos Año 1964 1965 1966 1967 1968 1969

Población 8.426.799 8.722.212 9.032.330 9.351.602 9.686.481 10.035.435 TOTAL**

Homicidios Total Tasa* 877 10,41 805 9,23 744 8,24 722 7,72 759 7,84 591 5,89 7.605 9,03

Lesiones Total Tasa 6.700 7,95 6.238 7,15 7.002 7,75 7.995 8,55 7567 7,81 7.267 7,24 59.885 6,09

Hurtos Total Tasa 5.324 6,32 6.745 7,73 8.502 9,41 10.257 10,97 12.345 12,44 13.601 13,55 66.385 7,28

Robos Total Tasa 578 0,69 629 0,72 531 0,59 769 0,82 1123 1,15 1.504 1,5 6.178 1

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973, cálculos propios. * Tasa por cien mil habitantes. ** El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

Los 70’: Más allá de la paz y el amor. La estabilidad, reducción notable y aumento ligero que en algunos delitos se observó en la década pasada, en los setenta se transformó por un incremento constante y acelerado hasta mediados de la década y, posteriormente, la estabilización de algunos indicadores delictivos y el crecimiento ligero de otros. Se observó, por ejemplo, que en los setenta el acumulado de delitos totales fue poco más del doble que los registrados durante la década anterior. Igualmente, se triplicaron los delitos contra la propiedad y se doblaron los delitos contra las personas. Como se aprecia en la tabla 3, los delitos totales y sus dos categorías más representativas, experimentaron en los años setenta un incremento acelerado, considerable y constante hasta mediados de la década –1975 y 1976– para luego reducirse ligeramente. A pesar de esta reducción, la década cerró con un incremento en 80% para los delitos totales. En promedio, entre 1970 y 1979 se registraron alrededor de noventa mil delitos al año –una tasa promedio de 73 por cada diez mil habitantes–, de los cuales más de cincuenta mil al año fueron contra la propiedad y más de veinte mil contra las personas. Tabla 3. Cifra total y tasas (por 10.000 hab.) para los Delitos totales, contra la propiedad y contra las personas. Venezuela, 1970-1979 Año

Población

1970 1971 1972 1973 1974 1975

10.398.907 10.721.000 10.939.241 11.279.608 11.631.650 11.993.062

Totales Total 60.156 64.365 77.628 86.672 100.592 103.431

Tasa 57,85 60,04 70,96 76,84 86,48 86,24

Delitos Propiedad Total Tasa 25.704 24,72 28.877 26,93 46.171 42,21 61.266 54,32 63.387 54,5 66.034 55,06

Personas Total Tasa 10.503 10,1 11.625 10,84 14.092 12,88 16.422 14,56 18.004 15,48 24.314 20,27 Cont.


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Hacia una explicación de la violencia…

viene

Año 1976 1977 1978 1979

Población 12.361.000 13.163.278 14.070.613 14.513.987 TOTAL*

Totales Total 101.081 97.840 96.262 108.365 894.332

Tasa 81,77 74,33 68,41 74,66 73,75

Delitos Propiedad Total Tasa 67.314 54,46 64.241 48,8 63.199 44,92 73.899 50,92 560.092 45,68

Personas Total Tasa 21.269 17,21 21.378 16,24 20.703 14,71 21.522 14,83 179.832 14,71

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 y cálculos propios. *: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

En total, en la década de los setenta se registraron dos mil homicidios más que en los sesenta, representando una media anual de más de 950 homicidios. A pesar que en 1970 se registró la tasa de homicidio más baja observada en el país en las últimas cinco décadas, es de destacar que entre ese año y 1979 los homicidios se triplicaron en el país. Por otro lado, las lesiones personales se triplicaron con respecto a la década anterior y los hurtos se cuadriplicaron, agregando que los robos aumentaron en más de un 1000% (ver tablas 4 y 5). Este último delito, progresivamente fue ganando espacio en cuanto a su representación con relación a los delitos totales: pasó de representar el 3% en 1970 al 12% en 1979. Tabla 4. Homicidios y lesiones personales. Cifra total bruta y tasas. Venezuela 1970-1979 Delitos Año

Población

1970

Homicidios

Lesiones

Total

Tasa*

Total

10.398.907

562

5,4

8.215

7,9

1971

10.721.000

665

6,2

9.952

9,28

1972

10.939.241

658

6,02

13.434

12,28

1973

11.279.608

853

7,56

15.498

13,74

1974

11.631.650

834

7,17

17.088

14,69

1975

11.993.062

895

7,46

19.496

16,26

1976

12.361.000

1.028

8,32

20.120

16,28

1977

13.163.278

1.260

9,57

19.860

15,09

1978

14.070.613

1.350

9,59

19.012

13,51

14.513.987

1.559

10,74

19.600

13,5

9.964

7,8

162.275

13,25

1979

TOTAL**

Tasa

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 y cálculos propios. *: Tasa por cien mil habitantes. **: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.


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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

Los 80’: la continuidad y el afianzamiento del caos. Para la década de los ochenta la tendencia al incremento en las tasas delictivas se mantuvo, aunque con ligeras diferencias con la década anterior cuando se observan por delitos particulares. Los delitos totales prosiguieron en aumento, incrementándose en más de cien mil entre 1980 y 1989, acumulando un total para la década que superó el millón seiscientos mil delitos registrados (ver tabla 6). La tasa de delitos totales creció en aproximadamente un 40% entre 1980 y 1989, año en el que se registró la tasa de delitos totales más alta en la historia de las últimas cinco décadas. Tabla 5. Hurtos, robos y robo de vehículo. Cifra total bruta y tasas Venezuela 1970-1979 Año 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979

Población 10.398.907 10.721.000 10.939.241 11.279.608 11.631.650 11.993.062 12.361.000 13.163.278 14.070.613 14.513.987 TOTAL*

Hurtos Total 15.752 17.984 26.151 30.077 35.390 37.438 34.618 31.005 28.473 31.834 288.722

Tasa 15,15 16,77 23,91 26,66 30,43 31,22 28,01 23,55 20,24 21,93 23,78

Delitos Robo Total Tasa 2.001 1,92 2.500 2,33 5.254 4,8 11.814 10,47 9.296 7,99 9.672 8,06 9.775 7,91 9.938 7,55 9.136 6,49 12.774 8,8 82.160 6,63

Robo de Vehículo Total Tasa 8.643 8,31 9.678 9,02 10.588 9,68 14.582 12,93 13.855 11,91 12.927 10,78 16.307 13,19 16.403 12,46 19.157 13,61 22.796 15,71 144.936 11,76

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 y cálculos propios. *: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

Tabla 6. Total y tasas (por 10.000 hab.) para los delitos totales, contra la propiedad y contra las personas. Venezuela, 1980-1989 Año

Población

1980 1981 1982 1983 1984 1985

15.023.312 15.499.143 15.939.000 16.393.878 16.851.007 17.316.961

Totales Total 128.516 123.419 130.576 143.324 141.090 159.520

Tasa 85,54 79,63 81,92 87,43 83,73 92,12

Delitos Propiedad Total Tasa 89.142 59,34 84.511 54,53 91.978 57,71 103.599 63,19 101.199 60,06 118.655 68,52

Personas Total Tasa 24.519 16,32 23.857 15,39 24.176 15,17 25.324 15,45 24.817 14,73 24.893 14,37 Cont.


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Hacia una explicación de la violencia…

viene

Año 1986 1987 1988 1989

Población 17.791.412 18.272.157 18.757.389 19.245.522 TOTAL*

Totales Total 175.855 202.977 217.274 244.828 1.667.339

Tasa 98,84 111,09 115,83 127,21 96,33

Delitos Propiedad Total Tasa 133.702 75,15 158.863 86,94 143.852 76,69 162.421 84,39 1.187.922 68,65

Personas Total Tasa 26.017 14,62 28.094 15,38 31.208 16,64 30.871 16,04 263.776 15,41

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004 y cálculos propios. *: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

Tabla 7. Cifra total y tasas para los homicidios y lesiones personales. Venezuela 1980-1989 Delitos Año 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989

Población 15.023.312 15.499.143 15.939.000 16.393.878 16.851.007 17.316.961 17.791.412 18.272.157 18.757.389 19.245.522 TOTAL**

Homicidios Total 1.881 1.697 1.747 2.043 1.673 1.675 1.501 1.484 1.709 2.513 17.923

Tasa* 12,52 10,95 10,96 12,46 9,93 9,67 8,44 8,12 9,11 13,06 10,52

Lesiones Total 22.170 21.620 21.919 22.711 22.466 22.504 24.002 26.146 29.069 27.947 240.554

Tasa 14,76 13,95 13,75 13,85 13,33 13 13,49 14,31 15,5 14,52 14,05

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004 y cálculos propios. *: Tasa por cien mil habitantes. **: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

Los homicidios, robos de vehículo y las lesiones se mantuvieron en altos niveles –un poco superiores a la década anterior– pero no experimentaron un crecimiento considerable en la década en sí: la tasa de homicidios pasó de 12 a 13 de 1980 a 1989, mientras que la de robo de vehículo se mantuvo en 15 y la de lesiones en 14 (ver tablas 7 y 8). Los hurtos y robos, por su parte, sí experimentaron un crecimiento constante, estando más marcado en el hurto entre 1980 y 1987, año en el que empezó a descender.


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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

Tabla 8. Cifra total y tasas para los hurtos, robos y robo de vehículo. Venezuela 1980-1989 Año 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989

Población 15.023.312 15.499.143 15.939.000 16.393.878 16.851.007 17.316.961 17.791.412 18.272.157 18.757.389 19.245.522 TOTAL*

Hurtos Total 37.747 37.343 39.230 44.318 50.900 61.700 72.798 97.781 80.000 86.558 608.375

Tasa 25,13 24,09 24,61 27,03 30,21 35,63 40,92 53,51 42,65 44,98 34,88

Delitos Robo Total 19.253 18.745 23.830 31.572 26.798 27.388 25.065 24.052 25.003 33.119 254.825

Tasa 12,82 12,09 14,95 19,26 15,9 15,82 14,09 13,16 13,33 17,21 14,86

Robo de vehículo Total Tasa 23.413 15,58 20.036 12,93 20.613 12,93 18.931 11,55 14.482 8,59 20.060 11,58 25.105 14,11 25.019 13,69 27.071 14,43 30.210 15,7 224.940 13,11

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004 y cálculos propios. *: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

Los 90’: la aparente estabilización. Durante los años noventa, la estabilidad en los delitos que inició en la década anterior no sólo continuó, sino que se reforzó y, en algunos casos, hubo una importante reducción. Si bien en cifras brutas los delitos totales se incrementaron en casi un millón con relación a la década anterior, en términos de tasas y la misma cifra anual, hubo una estabilización bastante destacada durante este período (ver tabla 9). Así, en 1990 se registraron 244 mil delitos y en 1999 246 mil, lo que en términos de tasas implicó que la misma pasara de 124 por diez mil habitantes en 1990 a 104 por diez mil habitantes en 1999. Tabla 9. Total y tasas (por 10.000 hab.) para los Delitos totales, contra la propiedad y contra las personas. Venezuela, 1990-1999 Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Población 19.734.967 20.230.566 20.726.165 21.221.764 21.717.363 22.212.495 22.713.015 23.213.535 23.242.435 23.706.711 TOTAL

Totales Total 244.734 236.481 247.266 266.882 271.493 251.827 261.630 236.742 239.412 246.671 2.503.138

Tasa 124,01 116,89 119,3 125,76 125,01 113,37 115,19 101,98 103,01 104,05 116,06

Delitos Propiedad Total Tasa 157.232 79,67 145.079 71,71 148.107 71,46 168.131 79,23 183.406 84,45 175.970 79,22 187.484 82,54 159.167 68,57 159.396 68,58 170.872 72,08 1.654.844 76,16

Personas Total Tasa 37.954 19,23 42.176 20,85 45.597 22 45.005 21,21 44.351 20,42 42.099 18,95 42.517 18,72 42.089 18,13 43.747 18,82 45.229 19,08 430.764 19,81

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004 y cálculos propios. *: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.


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Hacia una explicación de la violencia…

Esta tendencia se observó también en los delitos específicos, con una excepción: el homicidio. Este delito se incrementó en la década de los noventa con respecto a la década anterior en 79%, siendo el único delito en esta década que no solo aumentó, sino que se duplicó tanto en tasa como en cifras brutas. Para los demás delitos, sus tasas se redujeron, presentándose más destacada tal reducción para el hurto. Por primera vez en la historia de Venezuela, el homicidio tomó una tendencia marcada hacia el ascenso, mucho más constante y sostenido que la tendencia para los demás delitos. Tabla 10. Cifra total y tasas para los homicidios y lesiones personales. Venezuela 1990-1999 Delitos Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Población 19.734.967 20.230.566 20.726.165 21.221.764 21.717.363 22.212.495 22.713.015 23.213.535 23.242.435 23.706.711 TOTAL**

Homicidios Total 2.474 2.502 3.366 4.292 4.733 4.481 4.861 4.266 4.550 5.968 41.493

Tasa* 12,54 12,37 16,24 20,22 21,79 20,17 21,4 18,38 19,58 25,17 18,79

Lesiones Total 29.621 33.381 35.482 34.008 32.525 30.745 30.767 31.083 32.101 31.401 321.114

Tasa 15,01 16,5 17,12 16,03 14,98 13,84 13,55 13,39 13,81 13,25 14,75

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004 y cálculos propios. *: Tasa por cien mil habitantes. **: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

Tabla 11. Cifra total y tasas para los hurtos, robos y robo de vehículo. Venezuela 1990-1999 Año

Población

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996

19.734.967 20.230.566 20.726.165 21.221.764 21.717.363 22.212.495 22.713.015

Hurtos Total 77.700 70.211 66.146 68.328 76.582 78.072 85.613

Tasa 39,37 34,71 31,91 32,2 35,26 35,15 37,69

Delitos Robo Total 25.449 22.696 23.864 32.046 37.356 35.009 36.962

Tasa 12,9 11,22 11,51 15,1 17,2 15,76 16,27

Robo de vehículo Total Tasa 29.536 14,97 29.816 14,74 33.472 16,15 36.065 16,99 33.620 15,48 26.929 12,12 24.741 10,89 Cont.


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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura viene

Año 1997 1998 1999

Población 23.213.535 23.242.435 23.706.711 TOTAL**

Hurtos Total 72.040 67.824 63.639 726.155

Tasa 31,03 29,18 26,84 33,33

Delitos Robo Total 32.104 30.956 34.211 310.653

Tasa 13,83 13,32 14,43 14,15

Robo de vehículo Total Tasa 20.686 8,91 22.488 9,68 25.547 10,78 282.900 13,07

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004 y cálculos propios. *: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

2000-2009: realismo mágico. En la primera década del siglo XXI se mantuvo la tendencia delictiva vista en los años noventa. Tanto así, que entre los años 2000 y 2009 se acumuló una cantidad similar de delitos totales a los registrados en la década anterior. Se observó una tasa promedio anual bastante parecida entre las dos décadas, en la que también se presentó a lo largo del lapso ligeras fluctuaciones (ver tabla 12). Los delitos contra la propiedad continuaron como los más representativos, pero mostraron una reducción importante en este lapso: su tasa se redujo de 68 por cada diez mil habitantes en el año 2000 a 51 por cada diez mil habitantes en el 2009. Tabla 12. Total y tasas (por 10.000 hab.) para los delitos totales, contra la propiedad y contra las personas. Venezuela 2000-2009

Año 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Población 24.169.744 24.630.017 25.219.910 25.673.555 26.577.463 26.562.485 27.030.656 27.483.208 27.688.638 28.105.913 TOTAL*

Totales Total 236.165 226.593 262.467 265.488 235.722 232.953 238.140 270.006 277.483 271.222 2.516.239

Tasa 97,71 92 104,07 103,41 88,69 87,7 88,1 98,24 100,22 96,5 95,14

Delitos Propiedad Total Tasa 165.788 68,59 154.990 62,93 178.478 70,77 175.488 68,35 142.376 53,57 133.715 50,34 134.787 49,86 146.613 53,35 156.500 56,52 143.476 51,05 1.532.211 57,34

Personas Total Tasa 51.484 21,3 49.624 20,15 56.955 22,58 56.283 21,92 58.931 22,17 64.062 24,12 66.917 24,76 80.462 29,28 82.967 29,96 76.756 27,31 644.441 24,73

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004; Informes Provea 2005, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010; cálculos propios. *: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.


95

Hacia una explicación de la violencia…

Las tasas de lesiones, hurtos y robos se redujeron durante el lapso comentado. La reducción más drástica fue para la tasa de hurto y no tan marcada para las lesiones personales (ver tablas 13 y 14). De otro lado, el homicidio continuó en aumento como en la década anterior, al igual que el robo de vehículo. Estos dos delitos fueron los que se incrementaron en esta década. El homicidio tuvo un repunte importante, acumulando más de cien mil en los diez años en referencia, computando una media anual de más de once mil homicidios y traduciéndose todo esto en un aumento del 122% con respecto al total de homicidios registrados en la década de los noventa. Tabla 13. Cifra total y tasas para los homicidios y lesiones personales. Venezuela 2000-2009 Delitos Año 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Población 24.169.744 24.630.017 25.219.910 25.673.555 26.577.463 26.562.485 27.030.656 27.483.208 27.688.638 28.105.913 TOTAL**

Homicidios Total 8.022 7.960 9.620 11.037 9.719 9.964 12.257 13.236 14.589 13.985 110.389

Lesiones Total 25.444 26.239 30.342 27.573 29.784 33.605 32.707 30.506 28.796 26.420 291.416

Tasa* 33,19 32,32 38,14 42,99 36,57 37,51 45,34 48,16 52,69 49,76 41,67

Tasa 10,53 10,65 12,03 10,74 11,21 12,65 12,1 11,1 10,4 9,4 11,08

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004 y cálculos propios. *: Tasa por cien mil habitantes. **: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

Tabla 14. Total y tasas para los hurtos, robos y robo de vehículo. Venezuela: 2000-2009 Año

Población

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

24.169.744 24.630.017 25.219.910 25.673.555 26.577.463 26.562.485 27.030.656

Hurtos Total 51.203 44.117 49.152 53.371 47.986 43.568 42.764

Tasa 21,18 17,91 19,49 20,79 18,06 16,4 15,82

Delitos Robo Total 34.975 31.037 38.712 37.976 29.062 27.395 27.842

Tasa 14,47 12,6 15,35 14,79 10,93 10,31 10,3

Robo de vehículo Total Tasa 26156 10,82 22214 9,02 21528 8,54 18945 7,38 29.235 11 25.766 9,7 30.274 11,2 Cont.


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Año 2007 2008 2009

Población 27.483.208 27.688.638 28.105.913 TOTAL**

Hurtos Total 39.806 40.300 36.253 448.520

Tasa 14,48 14,55 12,9 17,09

Delitos Robo Total 21.440 23.169 29.809 301.417

Tasa 7,8 8,37 10,61 11,55

Robo de vehículo Total Tasa 36.827 13,4 42.917 15,5 40.754 14,5 294.616 11,11

Fuente: Ministerio de Fomento, Dirección General de Estadística y Censos Nacionales, 1963 a 1973; Ministerio de Justicia, Dirección General de Prevención del Delito, 1986 a 2004 y cálculos propios. *: El total para la columna tasa corresponde al promedio anual.

IV.- DISCUSIÓN

En general, pueden calificarse dos grandes etapas en el desarrollo cronológico de los delitos y la violencia en el país: una primera etapa que va desde principios de la década de los sesenta hasta principios de los ochenta. Esta etapa inició con bajos niveles delictivos en comparación a los observados en las décadas siguientes, pero con niveles preocupantes con relación a las décadas pasadas (ver, Araujo, 2010; Herrera, 1979). De hecho, desde 1960 a 1970 la tasa de homicidio tuvo la reducción más drástica en el lapso observado, pero esta tendencia se revirtió desde 1971 a 1979, cuando también crecieron las tasas para los demás delitos, presentándose como más significativo el incremento para el robo. La segunda etapa, que va desde los años ochenta hasta la actualidad, tiene dos sub etapas claramente distinguibles: una, la década de los ochenta, la podría llamarse de transición y, otra, desde los noventa hasta la actualidad. En los ochenta, la tendencia al incremento de los delitos prosiguió y se profundizó, principalmente para los delitos contra la propiedad –hurto, robo y robo de vehículo– y el homicidio. Mientras que a partir de los años noventa hay una aparente estabilización y posterior reducción de estos mismos delitos, con la excepción del robo de vehículo y del homicidio. Este último delito creció de manera exponencial, duplicando el acumulado al final de los años noventa con relación a la década anterior y casi triplicándose en la primera década del siglo XXI con respecto a la última década del siglo XX. ¿Qué puede interpretarse de estas etapas con respecto a los contextos sociales, políticos y económicos que se vivían en el país? Hay varias coincidencias interesantes que pueden destacarse. La primera, tiene que ver que el crecimiento de los hurtos y las lesiones personales en la década de los sesenta no fue algo espontaneo de dicha década, sino que fue una tendencia marcada desde principios de los cincuenta y que se profundizó desde 1958 (Herrera, 1979), en paralelo al crecimiento y al desplazamiento poblacional hacia las grandes ciuda-


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des4. En esta misma década, la reducción de los homicidios estuvo acompañada de la consolidación institucional, política y democrática en Venezuela5; así como del apaciguamiento de los conflictos armados, entre otros (Briceño, 2009; Salamanca, 1997). La segunda coincidencia aparece en los años setenta, cuando el boom petrolero se tradujo en una bonanza económica nunca vista en el país, lo cual se tradujo en múltiples beneficios sociales para la población venezolana (Ortíz, 1986; Silva y Schliesser, 1998). Consecuencia de esta bonanza, se incrementan los delitos contra la propiedad, principalmente el robo, y se mantiene el crecimiento sostenido de los hurtos, las lesiones personales y el homicidio, el cual aumenta a los mismos niveles vistos en 1960. Esta variación en las tendencias del robo y el homicidio, más el crecimiento sostenido desde 1960 de las lesiones personales, son indicadores del proceso de instalación de la violencia como mecanismo de acción en la actividad delictiva. Precisamente, la tercera coincidencia muestra que los mecanismos de reacción social formal inadecuadas e ineficientes para contra restar el incremento de estos delitos6, agudizó la tendencia sostenida de los mismos en la década siguiente. Y a esto se le agrega el profundo deterioro político, económico, social e institucional que se vivió en el país desde finales de los setenta, principios de los ochenta y que se profundizó en los noventa con el crecimiento del desempleo y la pobreza, por ejemplo (Torres, 2000), se tiene el caldo de cultivo para la expansión de la violencia social y delictiva en Venezuela. A mitad de los ochenta, de manera bastante premonitoria, Santos (1985: 39) afirmó lo siguiente: Hemos visto crecer una serie de condiciones de carácter político, moral, económico y social que han sido los factores decisivos en la precipitación de la crisis que afecta la estructura social de Venezuela. Estos factores nos muestran una imagen de una sociedad anómica, carente de códigos normativos y morales que puedan servir como punto de referencia en la búsqueda de sentido y la identidad social. De una sociedad agotada como el nuestro, al menos, dos tipos de consecuencia se puede esperar: la propagación y el desbordamiento de la conducta criminal y la desintegración total de nuestras instituciones sociales. 4

En 1951 la población urbana representaba el 47%, cifras que en 1961 rondaba el 62%; mientras que en 1971 fue del 73% y del 80% en 1981 (Siso, 2010). 5

En las elecciones presidenciales de 1963 la participación fue del 92% y en las de 1968 y 1973 del 97%, reduciéndose al 88% de participación en 1978 (Briceño, 2009). 6 En el lustro 1960-1965, 18 de cada 100 delitos contra la propiedad que se registraban llegaban a un expediente judicial, lo que implicaba un imputado o el archivo de la causa. Esta cifra se incrementó en los lustros siguientes, pero durante ese lapso no llegó al 40%. Es decir, del total de delito que se cometía la tasa de enjuiciamiento de los mismos, apenas fue del 30% en promedio desde 1960 a 1975 (Crespo, 2016a).


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Las manifestaciones sociales de 1989 y los golpes de estado de 1992, fueron pequeñas muestras del disenso social con respecto a las instituciones y la norma cultural en vigor. No es casualidad, que entre ambas fechas se haya experimentado la explosión de los homicidios en el país7, y de allí en adelante las convulsiones sociales e institucionales conllevaron aumentos más drásticos de los delitos. Por ejemplo: 1998-1999-2000, cuando la tasa pasó de 19 a 25 y a 33 homicidios por cada cien mil habitantes, respectivamente; siendo un periodo caracterizado por un colapso en el estatus quo político, institucional y democrático, más la crisis económica acelerada y la reducción marcada en el control social formal para regular y combatir la violencia. En este mismo lapso llama la atención dos factores: primero, el incremento constante de las muertes por resistencia a la autoridad, lo que denota la violenta reacción policial en contra de los delincuentes. En 26 años (1990-2016) su tasa creció de 2 a 17 muertes violentas por resistencia a la autoridad por cada cien mil habitantes (OVV, 2016; Provea, 2013). Segundo, la pérdida de confianza en las instituciones de control social formal, quedó en evidencia con los resultados de las encuestas de victimización expuestos en 2006 y 2010 por la Comisión Nacional para la Reforma Policial y el Instituto Nacional de Estadística (INE), respectivamente. Según sus resultados, para el 2006 un 60% de los individuos que fueron víctimas de robo y hurto reportaron que no habían denunciado tal victimización, mientras que en 2009 un 71% de las víctimas para esos mismos delitos, manifestó lo mismo (Gabaldón y otros, 2007; INE, 2010). Ya en 2011 la tasa de no denunciabilidad de los delitos en general, se ubicó en 69%, reportando un 78% de hurtos no denunciados y un 68% de los robos (Ministerio del Poder Popular para el Interior y Justicia, 2012). En otras palabras, no se redujeron los delitos, tal como la tendencia parecía indicar en las dos últimas décadas observadas, sino que las personas no estaban denunciando los mismos. De ahí, que toda política pública diseñada con base a las cifras oficiales, sufría de un importante sesgo cuando no se consideraba la cifra negra.

V.- CONCLUSIÓN

El rendimiento institucional, entendido como la capacidad de las instituciones sociales para transformar las necesidades de la población en productos que satisfagan sus necesidades básicas, ―se convierte en una de las bases de legitimación de la administración‖, por lo cual, ―se hace necesaria una administra-

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De 1988 a 1989 la tasa de homicidio tuvo mayor incremento interanual en el lapso observado, pasó de 9 a 13 homicidios por cada cien mil habitantes; mientras que de 1990 a 1992 también tuvo el mismo incremento: subió de 12 a 16 homicidios por cada cien mil habitantes.


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ción capaz de dotar de eficacia al sistema político en el desempeño de sus funciones, ya que en caso contrario puede contribuir a la crisis de legitimidad del sistema político‖ (Bañón y Carrillo, 1997: 59). Y esa crisis de legitimidad del sistema político e institucional puede conducir al disenso político y a las manifestaciones sociales cuando la crisis en las instituciones se profundiza, tal como se observó en los sucesos de 1989 y 1992 en Venezuela. Pero, hay un tipo de disenso que no se manifiesta en la calle en protestas colectiva, como tradicionalmente se perciben. Hay un disenso y protesta que es interno e individual, bastante particular, y que lleva al individuo a la violación de la norma o de los mecanismos estatuidos formalmente para satisfacer sus necesidades u obtener un objetivo determinado –sin que necesariamente esto implique el menoscabo en los derechos o integridad de otras personas–. Precisamente, tal violación se presenta por el hecho de percibir la norma como ineficaz para obtener el objetivo o satisfacer la necesidad, trasladándose esta percepción también para la posibilidad de castigo sobre la acción violatoria de la norma. Esto ocurre con mayor frecuencia cuando en las sociedades se genera un desequilibrio social que amplía la diferencia entre lo que es correcto o incorrecto, socialmente hablando; diferencia que, además, se expande cuando el rendimiento institucional no permite estatuir social, cultural e institucionalmente, la diferencia entre lo correcto o lo incorrecto según las recompensas obtenidas por una u otra vía, sin castigo a los mecanismos no convencionales –o incorrectos– de comportamiento social. En las sociedades en general, se conserva un equilibrio entre esos dos aspectos de la estructura social mientras las satisfacciones resultantes para los individuos se ajusten a las dos presiones culturales, a saber, satisfacciones procedentes de la consecución de los objetivos y satisfacciones nacidas en forma directa de los modos institucionalmente canalizados para alcanzarlos (Merton, 2002: 212).

Mientras mayor sea el ajuste entre la satisfacción de las metas u objetivos que culturalmente se definan para la estructura social –justicia y seguridad, por ejemplo– y los canales que se establezcan institucionalmente para alcanzar tales metas, hay un mayor equilibrio social. Ahora bien, cuando tales canales institucionales están definidos, pero no funcionan eficientemente para que el individuo consiga los objetivos establecidos tanto cultural como institucionalmente, ―la cultura puede ser tal, que induzca a los individuos a centrar sus convicciones emocionales sobre el complejo de fines culturalmente proclamados, pero con mucho menos apoyo emocional para los métodos pre escritos de alcanzar dichos fines‖ (Merton, 2002: 212). En otras palabras, la misma cultura expande las opciones de conducta para que el individuo alcance los fines u objetivos, que al final, no son más que la


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satisfacción de necesidades, cuando los mecanismos institucionales se comportan de manera ineficiente. Y en tal expansión conductual, aquellos canales culturalmente marginales, como la violencia, siguen apareciendo como opciones válidas de conducta que al no ser sancionada efectivamente, se legitima para el individuo que la ejecuta y para los demás que observa. Por lo tanto, la violencia se presenta como una acción de mayor probabilidad de elección cuando el sistema institucional formal está inmerso en una considerable crisis de legitimidad ante el individuo. En este contexto la violencia como acción es elegida para la consecución del objetivo y éste es alcanzando sin consecuencias para el individuo, tal acción no sólo se legitima, sino que además, cuando la reacción inefectiva contra la misma se hace perdurable, la violencia condiciona al actuar institucional a un ajuste sobre la base de la misma, en la que ésta no sólo se hace tolerable, sino también necesaria para el mismo sistema. Esta situación es llamada por Durkheim (1970) y Merton (2002) como anomia, indicando aquella en la que más que carencia de norma formal, hay un desinterés por orientar la conducta individual y social sobre la base de la norma. En el caso venezolano, esta situación se produjo, pero la prevalencia y constancia de la misma generó que los procedimientos culturales se impusieran sobre los institucionales, determinando de ésta manera la cultura, formas de acción y proceder que aun cuando no fueran institucionalmente establecidas para la satisfacción de necesidades, se presentaban como acciones válidas. Y éstas, al no ser rechazadas o reajustadas por las instituciones formales y sus parámetros normativos, legitimaron tales acciones, reestructurando estos parámetros y flexibilizando el rigor institucional para hacer tolerable dicha acción. La violencia es una de estas acciones. Y en Venezuela, se pasó de un estado de anomia a una cultura de violencia con base a lo que se comenta. Esta cultura de violencia produjo un progresivo incremento de la violencia en la sociedad venezolana actual, así como la expansión de la misma a escenarios en los que nunca antes se había presentado o era frecuente. Desde esta óptica se podría entender la explosión de los delitos violentos en los años noventa y su consolidación y aún mayor aumento en los últimos quince años. Además de esto, comprender el progresivo deterioro institucional, tanto en el plano formal como informal, generando nuevos marcos de socialización en los que la conflictividad social y el miedo generalizado al delito, son las características principales. En resumen, desde un plano macro estructural, el bajo desempeño institucional para la satisfacción de las necesidades generales del venezolano, así como un deficiente control social formal, generó una crisis institucional en el país. Las instituciones sociales dentro de esta crisis no representaron mecanismos idóneos para la satisfacción de las necesidades de los individuos y el cumpli-


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miento de sus objetivos, pudiendo entonces los individuos, como respuesta al bajo desempeño institucional, optar por mecanismo o acciones alternativas –culturales o no– para la satisfacción de dichas necesidades. La violencia es uno de estos mecanismos o acciones. A ésta se optó inicialmente en baja medida, pero la falta de atención y control como respuesta institucional a la misma, produjeron que su elección como acción se extendiera, afectando no sólo el comportamiento individual y social, sino también el institucional. Así pues, la baja respuesta efectiva en contra de la violencia, generó que ésta se constituyera socialmente como una forma de acción legítima en la interacción social entre los individuos. Se generó entonces, un círculo en el cual institución –individuo– institución se retroalimentaban con base en la violencia, teniendo a la misma como una opción válida de acción en la construcción del Yo social de los individuos e instituciones. De esta manera, la violencia en Venezuela no es una consecuencia que derive de variables coyunturales o circunstanciales. Es consecuencia de un proceso histórico que gradualmente ha afectado el proceso de socialización individual frente a la sociedad en sí y sus instituciones. Es así pues, como se interrelaciona y retroalimenta en una asociación causal en la que fue, primero, síntoma de una inadecuada reacción institucional de control social, siendo al mismo tiempo causa del debilitamiento del mismo, el cual, profundizó, expandió e hizo mutar la violencia inicial, convirtiéndola en causa de más deterioro social e institucional y estas instituciones deterioradas, a su vez, perdieron valor como mecanismo convencional de conducta para la satisfacción de necesidades, permitiendo a la violencia expandirse más e incluirse dentro de los patrones culturales convencionales, aun cuando es un valor no convencional de conducta. En otras palabras, se normalizó lo anormal y se hizo ordinario lo extraordinario. Nos acostumbramos a la violencia. Y dicha costumbre nos hizo más violentos aún, no solo como actores activos que exteriorizan la acción en sí, sino también como actores pasivo que son víctimas de la acción y valoran como un evento extraordinario cuando la acción no nos afecta directa o trágicamente.

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2016, Vol. XXII, No. 2 (jul-dic), pp. 105-119

ELEMENTOS SUMARIOS PARA UN JUICIO HISTÓRICO AL CHAVISMO Jesús Puerta1 UNIVERSIDAD DE CARABOBO Resumen: En este ensayo se abordan las posibilidades de estudiar y juzgar la crisis actual del chavismo desde, al menos, tres puntos de vista: 1) como período de la historia contemporánea de Venezuela, de manera análoga a la época del bipartidismo AD COPEI, el perezjimenismo, el gomecismo, y así sucesivamente; 2) como conjunto de planes y realizaciones de gobierno y 3) como movimiento sociopolítico de masas con sus elementos ideológicos correspondientes. Para ello, es necesario realizar primero un análisis que pretenda entender el fenómeno; en segundo lugar, una comprensión que sitúe el sentido del proceso en contextos más amplios. Finalmente, estaría el juicio de valor desde un examen crítico de nuestros propios prejuicios, por cuanto no somos observadores imparciales, ahistóricos o revestidos de “neutralidad axiológica”. Palabras claves: Chavismo, gobierno, populismo, ideología, masas.

INTRODUCCIÓN

Se puede estudiar y juzgar el chavismo desde, al menos, tres puntos de vista: -

como período de la historia contemporánea de Venezuela, de manera análoga a la época del bipartidismo AD COPEI, el perezjimenismo, el gomecismo, y así sucesivamente;

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como conjunto de planes y realizaciones de gobierno y

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como movimiento sociopolítico de masas con sus elementos ideológicos correspondientes.

Un juicio como el que aquí intentamos no se resuelve con una condena o una liberación, aunque sí en una valoración. Para ello, es necesario realizar primero un análisis que pretenda entender el fenómeno. En segundo lugar, una comprensión que sitúe el sentido del proceso en contextos más amplios. Finalmente, estaría el juicio de valor, para el cual todavía es preciso emprender un examen crítico de nuestros propios prejuicios, por cuanto no somos observadores imparciales, ahistóricos, situados en un mundo diferente; tampoco creemos en una “objetividad” o “neutralidad axiológica”. La crítica de nuestros prejuicios en todo caso es importante para delimitar nuestros puntos ciegos, nuestro punto

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jesus-puerta256@hotmail.com


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de vista y la perspectiva que desde ahí podemos dibujar, desplegando un punto de fuga. Nuestro punto de fuga, el punto más lejano de nuestra mirada, desde el cual organizamos geométricamente el resto del cuadro y proyectamos en un plano nuestra visión inevitablemente curva y parcial, es el de la necesidad de construir una alternativa frente a la amenaza de la barbarie civilizacional capitalista, detallada en, por lo menos, tres amenazas muy concretas: la ecológica (cambio climático, agotamiento de recursos, extinción de biosistemas), la económica (pauperización universal), la política (la extinción de la democracia y la violación sistemática de los derechos humanos a nombre de ellos mismos) y bélica (la destrucción mutua asegurada). Esto es señalado por la asunción de una responsabilidad con las próximas generaciones, la esperanza en la convergencia de la decisión con las tendencias históricas a mediano y largo plazo (las oportunidades de la política) y un fundamento en movimiento entre la ética y la política.

EL CHAVISMO COMO MOVIMIENTO DE MASAS

Me concentraré en el tercer aspecto señalado: el ideológico y político, como formación discursiva e imaginaria, especialmente en lo que se refiere a sus componentes doctrinarios o ideológicos, así como fenómeno de psicología de masas y cultura política del venezolano. Por supuesto, estaremos obligados a referirnos a los otros dos aspectos y hasta a considerar el contexto histórico completo, incluido el internacional. En lugar de hablar de identidad chavista, prefiero conceptualizar una identificación chavista con sus especificidades culturales e históricas, y una lealtad al acontecimiento, en el sentido de una actitud ética-política. A veces se habla de "identidad chavista", expresión que ya he visto en textos de otros compañeros y que entraña, para mí, el riesgo de convertir el devenir de una época o de un movimiento sociopolítico concreto, en una “esencia” idéntica a sí misma, ya hecha, definitiva. Me parece más apropiado hablar de “identificación con el chavismo”, porque de lo que hablamos es de un proceso histórico concreto, con varias etapas, en desarrollo, en el cual los sujetos se van identificando cada vez con narrativas, acciones, “performance”, discursos, signos y hasta gestos, redefiniendo los límites y composición del movimiento. Las especificidades del chavismo le vienen de las peculiaridades históricas venezolanas, que podemos resumir en que este país es un capitalismo dependiente rentista.


Elementos sumarios para un juicio…

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Como es sabido, la economía venezolana, desde la segunda década del siglo XX, tiene como principal ingreso la renta petrolera. Esta es propiedad del estado en virtud de una tradición jurídica que viene desde la colonia española. La renta es el pago que realiza la burguesía transnacional por la extracción de las reservas petroleras propiedad del estado venezolano. Ese pago es capital internacional, es decir, resultado de la plusvalía que se ha extraído del proletariado mundial. El petróleo fue un injerto extraño en la economía venezolana de principios del siglo XX, todavía fundamentalmente agrícola, de relaciones serviles en el campo y conectada al mercado mundial a través de una burguesía importadora. Esta y la clase de los propietarios de la tierra (conseguida de maneras un tanto oscuras) se beneficiaron de la renta petrolera a través del negocio de los terrenos durante la expansión de las ciudades y, posteriormente, por una sucesión de políticas proteccionistas (créditos, protección arancelaria; posteriormente ensayos de industrialización de sustitución de importaciones en asociación con capital transnacional, que incluyeron variados tipos de subsidios). Así se conformó una clase burguesa adicta a la protección y los subsidios del estado petrolero, en asociación con el capital transnacional, que entre los 50 y los 60 desarrolló una industrialización basada en el ensamblaje de productos finales. Es decir, la economía venezolana se estructuró como capitalista dependiente (de capitales, insumos, tecnologías y mercados del capital imperialista) y rentista, por cuando extrae sus principales ingresos de la venta de un insumo imprescindible para el modelo de industrialización tecnoproductivo predominante en el mundo, ingreso que no tiene nada que ver con la productividad del trabajo venezolano, sino de la disponibilidad del recurso natural. Pero el rentismo es además una cultura que permea todas las clases sociales. Modela el comportamiento de la burguesía, que se hace adicta, como hemos dicho, de la protección y los subsidios del estado, impidiendo el despliegue del riesgo y la innovación, y que ejerce su dominación de clase, mediante agentes directos en los gabinetes de los sucesivos gobiernos. Esa burguesía, poco nacionalista, se integra pronto a los circuitos transnacionales del capital financiero, haciéndose exportadora de capital, promoviendo la corrupción en conexión con la alta burocracia estatal. El rentismo modela también el comportamiento de una clase trabajadora en la cual pronto se constituye una “aristocracia obrera” sindicalista y economicista, articulada con la capa dirigente política corrompida. Se disuelve el campesinado, el cual en su mayoría migra a las ciudades, integrándose en un conglomerado social de desempleados, buhoneros, empleados de servicio y comercio, economía informal, etc. Surge una clase media cuyas expectativas de consumo y modo de vida, copiados de los modelos norteamericanos, a su vez influye en las expectativas de vida de las otras clases. La burocracia estatal, y el


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elenco de políticos que administra el estado, desarrolla hábitos de improvisación, despilfarro y corrupción, de los cuales surgen nuevas capas burguesas. En la cúspide de esa burocracia, se posicionó la alta gerencia de PDVSA, controlando la principal industria del país, con una autonomía cuasi total respecto del dueño formal de la riqueza: el estado, representado por los poderes públicos. Pero la impronta del petróleo se nota en las formas de la lucha social y política: la lucha de clases (política, social, económica) se ha centrado en la disposición de la renta, por obtener la mayor porción en su distribución. En la historia contemporánea se han sucedido diversos mecanismos para la distribución de la renta: a través de la casta militar asociada con la burguesía, un sistema de conciliación de élites en el cual concurrían los partidos políticos del status, sindicalistas, empresarios, iglesia, fuerzas armadas y representantes de las empresas trasnacionales. Este esquema de distribución de la renta fue roto y reestructurado con el acceso al poder del chavismo. Se desarticula el sistema de conciliación de élites, se toma el control directo de la industria petrolera por parte del Ejecutivo Nacional, así como la dirección del Banco Central, formalmente autónomo del Ejecutivo; se crean diversos “fondos” (el más importante: FONDEN) también bajo el control directo del Ejecutivo. La renta se reorienta al financiamiento de políticas sociales de magnitudes no vistas (las misiones), a la importación masiva de productos e insumos que hipotéticamente ayudarían al reimpulso de la economía no petrolera. Ahora bien, Hay elementos de continuidad y de discontinuidad entre la izquierda históricamente existente en nuestro país, y el chavismo como movimiento político. Hoy que se habla mucho sobre el “legado de Chávez”, y se le utiliza para la lucha política entre diversos grupos. Cabe destacar que, a su vez, Chávez, como líder y principal enunciador del discurso que le da consistencia al movimiento político que lleva su nombre, retomó e interpretó (en el sentido de realizarlo “a su modo”) varias tradiciones de la izquierda histórica de Venezuela, el continente y el mundo, algunas de ellas incluso contradictoras. La razón es muy clara: Chávez (y el chavismo) son también fenómenos históricos; aparecieron en el marco de procesos situados en el tiempo y el espacio, en medio del antagonismo y la interacción entre múltiples fuerzas sociales y políticas, que los rebosaban, los constituían, los atravesaban. Así, en líneas gruesas, podemos identificar en el discurso político de Chávez tres fuentes y tres partes (a la manera de las “tres fuentes y partes integrantes del marxismo”).


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Ellas son a) el cristianismo, especialmente la teología de la liberación latinoamericana; b) el bolivarianismo y c) el marxismo. Cabe destacar que estas tradiciones aparecen y se combinan en el discurso, en función de una serie de coyunturas, a través de las cuales el chavismo va evolucionando, no sólo como respuestas oportunas, adecuadas o no a cada disposición de fuerzas del momento, sino que cada momento adelanta un nuevo argumento que reconfigura el conjunto del ideario. Esas etapas de desarrollo del chavismo, van desde la amalgama de las fuerzas contra la hegemonía de AD y COPEI, pasando por las fuerzas populares de una reconducción de la renta petrolera hacia el pago de la “deuda social”, la ruptura con el neoliberalismo, la declaración de antiimperialismo del proceso y su identificación final con el socialismo “del siglo XXI”. El cristianismo al que apela Chávez, desciende de la teología de la liberación. Es posible que haya un elemento biográfico allí: sus padres eran copeyanos. Pero más allá de ello, Chávez retoma una tradición muy enraizada en la historia de la izquierda latinoamericana: una interpretación del evangelio que hace énfasis en a) la identificación con los pobres, los explotados, los oprimidos; b) el señalamiento del “pecado social”, más allá de los pecados individuales; el “pecado social” es la injusticia, el hambre, la opresión, la explotación, determinadas por las estructuras de clase y los motivos de máxima ganancia del capitalismo; c) la exhortación a la acción política y social, más allá de la adoración y la oración. Esta exhortación en América Latina hizo devenir comunidades cristianas de base en semillas de grupos guerrilleros: caso ELN en Colombia (el ejemplo de Camilo Torres), el FSLN en Nicaragua (Gaspar García Laviana, otro cura guerrillero), los Montoneros en Argentina, los Tupamaros en Uruguay, y aquí, en Venezuela, varios agrupamientos que evolucionaron, del ala radical de COPEI, a distintas organizaciones en los 70 que articularon el marxismo con el cristianismo. La creencia religiosa aparece en Chávez, no sólo en advocaciones en casi todas sus intervenciones, sino también en momentos cumbres: el 13 de abril de 2002, por ejemplo, cuando lo primero que hace al dirigirse al país, es mostrar un crucifijo, pedir perdón y solicitar el diálogo a sus opositores, gesto que algunos compañeros consideraron en su momento como un error. Pero sobre todo, el cristianismo aparece en sus llamados al amor, que son algo más que eficaces recursos publicitarios o agitativos. Por bolivarianismo entendemos, obviamente, a la recurrencia insistente en la figura o “el pensamiento” de Simón Bolívar. Esto tuvo una especial significación en la década de los 80 y 90, cuando varios destacados historiadores se dedicaron a “desmitificar” al Libertador, bien llamando la atención acerca de sus conductas patológicas (eufóricas, adicto al sexo, etc.), bien enfatizando los límites


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históricos de su obra y pensamiento (Pino Iturrieta y Caballero, por ejemplo). Después de un análisis tan inteligente como el de Carrera Damas acerca de la conversión del bolivarianismo en una ideología al servicio de las clases dominantes, durante casi todos los gobiernos de Venezuela, era arriesgado retomar este símbolo como núcleo de un planteamiento político. Pero ocurre que hacia la década de los 70 se produce una reconsideración de la figura de Bolívar desde la izquierda. Enfoques como el de Francisco Pividal y Núñez Tenorio, ensayan una continuidad del pensamiento del Libertador con motivos de izquierda como el antiimperialismo e incuso la guerra de clases. Estas revisiones, que corregían varias décadas de distancia entre Bolívar y el marxismo (desde el artículo de Marx sobre Bolívar, hasta Irazabal criticando la dictadura de Bolívar de 1828), permitieron que dirigentes de la izquierda que venían de la guerrilla, como Douglas Bravo, ensayara nuevas articulaciones, como el conocido “árbol de las tres raíces”, que servía además para reafirmar el nacionalismo y la posibilidad de recurrir a fuentes propias, no europeas, para fundamentar un movimiento revolucionario. De allí lo tomó Chávez y sus compañeros militares conspiradores. Ya en el poder, la insistencia en Bolívar, se decantó en la línea general de la integración latinoamericana, muy pertinente en un momento histórico en que el Sistema-Mundo se reacomodaba formando “bloques de poder” que podían hacerle contrapeso al declinante poderío norteamericano. La tercera tradición que alimenta el discurso chavista, es el marxismo. El chavismo viene siendo una nueva reencarnación de la izquierda venezolana, una nueva etapa, la más exitosa de toda su historia. Al fin logra tomar el poder, después de muchos intentos, coyunturas y procesos ascendentes y descendentes. Después de plegarse en los 40 a la línea de la internacional de apoyar gobiernos pronorteamericanos como el de Medina Angarita, después de organizar la resistencia al perezjimenismo y coadyuvar efectivamente al derrocamiento de la dictadura, después de desaprovechar el gran flujo de masas a partir de 1958, después de la gran pifia histórica de la guerrilla de los 60 y parte de los 70, después de esa reconstrucción en la legalidad que devino en abandono de la vocación revolucionaria y, a la postre, en una liquidación teórica y política en la cual participaron TODAS las organizaciones de izquierda, cada una a su manera. Por eso, son reconocibles en el discurso chavista alusiones y fragmentos de todas esas izquierdas que han sido. Allí está desde el culto a la revolución cubana y la admiración a Fidel y al Che Guevara, hasta el ensayo de un camino legal, constitucional, pacífico y democrático-electoral a la revolución, recordando a Allende. Allí están las críticas el “socialismo real” del siglo XX, desde las hechas por posiciones eurocomunistas o masistas (el socialismo tricolor, con arpa, cuatro y maracas), hasta las trotskistas y maoístas. Eso, al lado, de la repetición de algunos dogmas del marxismo soviético.


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El chavismo se va “izquierdizando” cada vez más, desde 1998, hasta que en 2005 su máximo conductor define al socialismo como la alternativa de la humanidad en el seno del Foro Social. Aquí, Chávez también se actualiza con esta “nueva izquierda” latinoamericana y mundial. Asume algunos planteamientos ecológicos, evidentes en el quinto objetivo histórico del “Plan de la Patria”. También, las luchas por el reconocimiento de las etnias indígenas, las mujeres (feminismo) y hasta de los llamados sexodiversos. Lee a Toni Negri y usa sus conceptos para impulsar el “poder constituyente” en la Asamblea Nacional Constituyente de 1999. Revisa a Guidens, para vacilar acerca de la “tercera vía”. En Meszaros consigue algunas precisiones acerca de la crítica a la experiencia socialista del siglo XX y se consigue con la idea de las comunas, que, por lo demás, ya había conocido al estudiar la experiencia china. Asume motivos del autogobierno, la democracia directa, la experimentación, y hasta del “contrapoder” que insinúa con las misiones, como una especie de estado alterno. Si revisamos el texto de la fallida reforma constitucional propuesta en 2007 (de la cual, muchos elementos de todos modos se aplicaron en leyes), encontraremos nociones tomadas de la constitución cubana: la idea de “Poder Popular”, un esquema de varios grados para la elección de órganos legislativos que a la vez seleccionan al ejecutivo. La tendencia centralizadora de esa reforma tal vez tenga otra fuente. La combinación de tipos de propiedad, muy discutible por cierto, es posible que recoja ecos del proyecto sandinista. En todo caso, Chávez intenta refrescar el pensamiento de la izquierda, a partir de la experimentación un tanto empírica, improvisada o empirista quizás, pero también llena de aciertos. Lo que no pudo hacer Chávez en vida, y al parecer el gobierno chavista que continúa tiene pocas luces para ello, fue diseñar un camino para romper con el capitalismo dependiente y rentista. El éxito de su “revolución política” y sus “misiones sociales”, no tiene parangón con lo económico. 16 años después, Venezuela sigue siendo casi monoproductor, dependiendo del capital, la tecnología y los mercados transnacionales. Al parecer, el chavismo como gobierno, cayó en el mismo vició del “estado mágico”: todo se podía resolver a “realazos”. La corrupción apareció y se esparció como un peligroso cáncer. De nuevo el rentismo venezolano entró en una crisis muy parecida a las de 1979 (necesidad de “enfriamiento” a la salida del primer CAP), 1983 (viernes negro), 1988 (el mejor refinanciamiento del mundo de Lusinchi), 1989 (paquete CAP) y 1994 (Agenda Venezuela). Esta crisis recurrente se caracteriza por: fuga masiva de capitales, alta inflación, desabastecimiento y recesión. Todo agravado por una caída persistente del precio del petróleo y la resistencia “ideológica” del gobierno a aplicar cualquier ajuste macroeconómico (aumento del precio de la gasolina, unificación


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cambiaria, reforma tributaria, focalización de los subsidios, reestructuración de los compromisos petroleros con los vecinos, revisión y liberalización de los precios). No se atisban planes a más largo plazo, salvo la idea de las Zonas Económicas Especiales las cuales, si como intuimos corresponden al modelo chino, significaría el enclave de una maquila dirigida a la exportación de productos ensamblados, con una reducción importante de los derechos laborales y una dependencia financiera de la emergente potencia china. ¿Cuáles fueron las principales fuerzas y las principales debilidades del chavismo como movimiento social y político? Pienso que fueron tres cosas: a) la presencia de un liderazgo carismático que copó el espacio mediático y político (y, por tanto, cultural), b) la capacidad de amalgamar en un discurso tradiciones políticas muy heterogéneas lo cual, a su vez, logró articular las principales demandas sociales y políticas, c) la disposición de una abundante renta petrolera, que permitió financiar planes sociales que construyeron un apoyo social importante. ¿Cómo es eso de que la principal fortaleza fue, al mismo tiempo, la principal debilidad? Pues que, al sostener casi todo en el liderazgo en un solo hombre, un Chávez sobreexpuesto mediáticamente, controlador e impulsor de la totalidad de las acciones de gobierno y de organización, garante de las grandes promesas, el “hiperlíder”, ese impulso extraordinario, que en ciertos aspectos llegaba al misticismo religioso (notable todavía hasta en discursos como el de Toby Valderrama), mucho iba a caerse al faltar él. Y eso ocurrió. Fue tan duro el hecho desnudo de su muerte, que muchas psiques destrozadas desearon inconscientemente y con desesperación que eso, tan real como la simple muerte, haya ocurrido en virtud de alguna conspiración que le permita a toda la frustración, la rabia y la desesperación, hallar un blanco (un conspirador, un mítico asesino oculto) sobre el cual liberar un solo rayo negro. Ese discurso chavista que era, al mismo tiempo, democrático, cristiano, bolivariano, marxista-leninista, maoísta, guevarista, institucional, guerrero, militar, cívico, amoroso, ardoroso, caritativo, folklórico, musical, poético, romántico, grosero, refinado, etc. por supuesto que apeló a todos los gustos y subjetividades, pero cultivando en sí las incontables contradicciones de las ideas dispersas, incoherencias inevitables, fragmentos de pensamiento, hilos lógicos enredados, que, finalmente, tenían que obstaculizarse entre sí, neutralizarse, enfrentarse entre sí, en una jerigonza que nunca fue un pensamiento consistente, que nunca pasó de ser agitación y apenas propaganda “basura”, llena de clicés rituales de mitin callejero. Que esos ingentes recursos de la renta petrolera, al fin destinados en proporciones impensables, a planes sociales, a proyectos gigantes, a misiones, a contratos colectivos onerosos, a propagandas agobiantes, a ayudas internacio-


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nales, a financiar instituciones integracionistas, a casas, escuelas, ambulatorios, cursos, estudios en cualquier parte, a cualquier precio, etc., iban a acabarse al primer intento serio de bajar los precios del barril. En fin, esa inventiva propia de Eudomar Santos (“Como vaya viniendo, vamos viendo”), respaldada por realazos, se iba a encontrar de pronto sin combustible, pero siempre orientados a un pueblo que no necesariamente era clase trabajadora, que no necesariamente entendía que socialismo era algo más que recibir sin nada a cambio, y que en un momento dado prefirió cobrar por hacer cola para alimentar las líneas del contrabando y acaparamiento del “bachaqueo”. En fin, de nuevo el “fantasma de la Gran Venezuela” asomó su horrible estampa, cuando se insistía en que era posible convertir a Venezuela en una “potencia”, en un pase mágico, igual al de bautizar como "socialista" cualquier cosa, desde areperas hasta aeropuertos. El chavismo es también un movimiento carismático, centrado en la presencia de una personalidad extraordinaria, Hugo Chávez Frías, por su encanto de las masas, facilitado por el uso intensivo de los medios de comunicación (la TV, sobre todo). Este carácter, tal vez emparentado con el tradicional caudillismo latinoamericano, determinó igualmente su distancia respecto a otras experiencias de construcción de organizaciones revolucionarias, ya que el movimiento político fue aluvional. Todo esto combinado con una organización vertical, de disciplina cuasi militar, sin casi vida interna o debate democrático. Esta realidad organizativa siempre estuvo en oposición, complementación y mutua influencia con una tendencia horizontalista y participativa propia del movimiento social que se identificó con el chavismo, aunque no se encuadró necesariamente en su organización partidaria. De allí que, al lado del partido (PSUV, los del Polo Patriótico) hay infinidad de grupos, colectivos, organismos y movimientos que se identifican como chavistas también. Estas características carismáticas del chavismo, pudieran ser vistas como divergentes del resto de la nueva izquierda latinoamericana. En efecto, en países como Nicaragua, Brasil o Bolivia, los liderazgos personales fueron precedidos por una organización política, que, varias veces, tenían ya décadas de lucha. Pero, por otra parte, las coincidencias con el resto de la nueva izquierda latinoamericana, se refieren a políticas concretas: impulso de políticas sociales, rechazo del neoliberalismo y sus privatizaciones y reducción del gasto público, adelanto de nuevas instancias de integración latinoamericanas, crítica del imperialismo norteamericano, el discurso de la soberanía nacional, ataque a la clase dominante burguesa. El chavismo ha tenido, como ya hemos dicho, una evolución importante en su propio proyecto. Debemos empezar por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que incorpora importantes garantías a los derechos políti-


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cos y sociales, instituciones que profundizan en un sentido participativo la democracia como los referenda revocatorios, las consultas populares, la previsión de organizaciones de base popular para asumir competencias. Luego tenemos los sucesivos planes, hasta culminar en el “Plan de la Patria”, que se mantienen, a pesar de algunas diferencias, en la misma orientación de defensa de la soberanía nacional, construcción de un nuevo modelo productivo que admita diversidad de formas de propiedad, en especial la social; el desarrollo del “Poder Popular” que trasciende el esquema representativo y persigue una incorporación de la población organizada en el ejercicio del poder para resolver directamente sus problemas. Todo ello hasta culminar en la formulación de la comuna como núcleo de la actividad política, social y económica, planteada en perspectiva superadora del capitalismo. Al lado de estos planes que señalaban un camino de profundización de la democracia, en relación de oposición, complementación y mutua influencia, se produjo la tendencia a identificar el Gobierno, el Partido y el Estado. Esto, por supuesto, es una desviación respecto al planteamiento participativo e incluso democrático del chavismo. El esquema caudillista, burocrático y verticalista se impuso. La disciplina se comenzó a exigir mecánica, sin forjar una auténtica cultura del debate que enriqueciera el ambiente intelectual del conjunto del movimiento. Además, se evidenciaron prácticas clientelares en el encuadramiento político de la población beneficiada con los planes sociales. La lealtad personal, inicialmente a Chávez, pero luego proyectándose los diversos caudillos a diversos niveles, sustituyó la lealtad a las ideas, empobreciendo el conjunto de las definiciones políticas. La polarización política se ha convertido en casi el único mecanismo de politización, y lo es mediante chantajes argumentativos, y no con razonamientos analíticos. El fervor que motivaba la personalidad de Chávez colindó con un culto cuasi religioso del líder, lo cual también impidió una evolución de la racionalidad de la identificación política. Así se muestra que la evolución del chavismo como movimiento político, ha tenido como motor esta contradicción dialéctica entre su aspecto emancipador, democrático, socialista, y su aspecto caudillista, estatista, burocrático, clientelar y, a la postre, neopopulista, basada más en la dádiva y la exigencia de agradecimiento por ella, que en la formación ideológica en nuevos valores socialistas. El chavismo, por supuesto, es un movimiento político de izquierda, democrático, socialista, revolucionario, especialmente es de izquierda, contextualizado en el momento de su emergencia, por su oposición al neoliberalismo. Además acometió cambios importantes en los mecanismos de distribución de la renta petrolera, hacia la atención de los sectores más desfavorecidos y excluidos del pueblo. Pero el chavismo se ha quedado corto. Su desviación neopopulista determinó que terminara conservando las estructuras del capitalismo dependiente rentista.


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La deriva populista comprende el clientelismo, la dádiva, la politización por polarización chantajista, el caudillismo, el estilo de cliché. Todo ello al servicio de grupos corruptos que florecen a la sombra del control de cambios y otros mecanismos (el comercio de alimentos, como se demostró con la operación “Gorgojo”). La respuesta ante la crisis ha evidenciado también una tendencia creciente a la conciliación de clase. Errores garrafales como las importaciones masivas del propio estado, la gestión desastrosa de la industria nacionalizada, especialmente las de Guayana; el abandono de las misiones, y sobre todo la pérdida de perspectivas revolucionarias. El “alto mando bolivariano” desarrolla una política de conservar el poder “como sea”, lo cual no es malo, pero sí lo es que se reduzca a ello. En ese contexto y sus consecuencias, altísima inflación, escasez y recesión, se comprende la derrota del 6D y el surgimiento del “chavismo crítico” en sus diferentes tendencias. El chavismo ha atravesado varias formas organizativas, de acuerdo a su evolución como movimiento político incorporado al gobierno del estado venezolano; pero cada etapa quedó como un estrato geológico subterráneo, siempre pendiente de volver a la superficie. La primera forma del chavismo fue, por supuesto, el de la logia secreta militar: el MBR-200. Un grupito clandestino, conspirativo, que tuvo algunos contactos con partidos de izquierda tradicionalmente “marxista-leninistas”, es decir, grupúsculos extremadamente centralizados y jerarquizados, con relaciones orgánicas muy parecidas a las de los grupitos conspirativos militares. Luego, cuando Chávez decidió participar en elecciones, montó un aparato electoral en el cual se adhirieron viejos militantes formados en el viejo “marxismo-leninismo”. Justifico las comillas porque, para mí, el marxismo-leninismo fue un infortunado invento de Stalin. Ya escribí algo sobre esto (verhttp://www.aporrea.org/ideologia/a224363.html). El MVR, el aparato electoral montado por Chávez y sus conjurados, para las elecciones de 1998 y procesos subsiguientes, fue la mezcla (no siempre armónica, mucho menos orgánica) de un núcleo conspirativo clásico, que ya adquiría rápidamente las características de “cogollo”, entorno del gran líder, de funcionarios estatales (civiles y militares), por un lado, y por la otra, la fusión de diversas tribus (agrupamientos espontáneos) en masas en movimiento (aluvión). Chávez ensayó, en 2001, los “Círculos Bolivarianos”, una forma descentralizada de organización de las masas, orientadas directamente desde la TV. También convocó a una “red de redes” que después abandonó por el camino. Pero esta forma organizativa no fue la única que abandonó por el camino. Con el enfrentamiento del golpe y el sabotaje petrolero de 2002, las guarimbas de 2003 y la campaña hacia el revocatorio de 2004, el chavismo (mejor sería decir Chávez, personalmente) logró combinar exitosamente el flujo de


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movimientos masivos semiespontáneos, cuya movilización, adoctrinamiento y agitación se lograba por los medios televisivos (“Aló presidente” y cadenas kilométricas) y SMS telefónicos, dirigidos directamente por el hiper-líder (Monedero). Fueron momentos de efervescencia emocionada. El chavismo es, en gran medida, un fenómeno mediático y sentimental. He allí algunas de sus características postmodernas. Una vez convencido de que el camino era el “socialismo del siglo XXI”, Chávez decidió convertir el MVR en PSUV. Para ello le arrancó algunos cuadros a otras organizaciones aliadas, víctimas de un ataque frontal para aniquilarlas; sólo para, poco después, ante la tenacidad del PCV, el PPT y otros en sobrevivir, proponer un “Polo Patriótico” que, en la práctica, se convirtió en el espacio de los partidos satélites del PSUV. Pero el PSUV nació burocratizado. Es bueno a veces descubrir el agua tibia: el PSUV fue siempre el partido de y del gobierno, construido desde él, y por eso devino rápidamente en la organización de los funcionarios estatales o los aspirantes a serlo. Nada que ver con la célebre concepción del “partido de vanguardia”. Era la organización que defendía el gobierno, dependía del gobierno, era el gobierno. Y si el gobierno se identificó con el partido, fue mucho más grave el fenómeno de identificación del gobierno con el estado. El clientelismo, el nepotismo, el amiguismo, el sectarismo y demás viejos “ismos” adecos, reencarnaron. José Vicente Rangel, entrevistó al gobernador de Carabobo recientemente, y destacaba una frase (“revolución militar”) escuchada en un acto al Ministro de Defensa, Padrino, Jefe de Grandes Misiones, revisor de toda la distribución de productos en el país, supervisor de ministerios, presidente de la empresa militar de hidrocarburos y minería y “uno de los grandes Vladimires” (el otro era nada menos que Lenin), como le dijo en el éxtasis de la adulancia un columnista de “Aporrea” quien llegó hasta a compararlo con Lenin. Ameliach suspiró, henchido de orgullo, y mencionó algo acerca de las promociones de la Academia Militar; no estoy seguro si era que Padrino es de su promoción o si lo era Cabello. Lo que inflaba el pecho de satisfacción a Ameliach era que los nuevos cadetes constituían un futuro brillante de la Fuerza Armada. Rangel tiene razón: la frase “revolución militar” es significativa. Por muchas razones. Es un hecho conocido y reconocido que este “proceso político” tiene como componente determinante a los militares. Y eso fue así desde aquellos grupos conspiradores que desde los 80 perfilaron lo que después se manifestó el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992. Y tal vez desde antes.


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Douglas Bravo encuentra una continuidad entre esos movimientos clandestinos militares (no sólo el MBR-200, sino también el ARMA de William Izarra y otros), y los que dieron lugar a la caída de Pérez Jiménez y el “Porteñazo” y otras muchas conspiraciones, en las que los militares tenían un brazo civil a la izquierda. La historia que reconstruye Bravo es interesante, porque intenta explicar cómo es que las fuerzas armadas de este país, en contraste con las de Argentina, México, Colombia o cualquier otro país latinoamericano (salvo, quizás Perú y Panamá, como veremos), siempre mantuvieron un “corazoncito” izquierdista. Esa anomalía histórica respondería a que, en realidad, a lo largo de la historia republicana, la fuerza armada ha sido reventada y reconstruida varias veces, en sucesivas conmociones históricas: comenzando con la de la independencia, siguiendo con la guerra federal, continuando con la irrupción de los andinos a principios del siglo XX, que dio nacimiento a la Academia y cierta institucionalización, de la cual surgió Pérez Jiménez (cuyo “brazo civil” fue nada menos que AD en 1945), hasta rematar en el derrocamiento del dictador y los movimientos subsiguientes y contemporáneos. No es poca cosa la significación geopolítica de esto: se trata de una gran ruptura de la subordinación de los ejércitos latinoamericanos a la hegemonía militar norteamericana, asentada en la formación impartida en Panamá a torturadores y ejércitos apuntando a sus respectivos pueblos, en aras de la política imperialista de “contener el comunismo”, que duró toda la guerra fría del siglo XX. Posiblemente, pudiéramos mencionar como antecedentes de esta “revolución militar” los ejemplos de Velasco Alvarado en Perú y Omar Torrijos en Panamá: generales nacionalistas que pretendieron proyectos de cierta independencia respecto a los Estados Unidos. No es poca cosa, considerando las barbaridades de los militares sureños, que masacraron sistemáticamente a sus connacionales en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil. Hoy se reconoce (por lo menos historiográficamente) que el concepto de “unidad cívico-militar” no es original de Chávez, sino que proviene de los 60 y está asociada con la Junta Patriótica que derribó a Pérez Jiménez, y, posteriormente, a Douglas Bravo en sus devaneos conspirativos, justo después que disolvió tanto su organización partidaria (PRV) como su fachada social (RUPTURA). Precisamente, el motivo de los roces, distancias y finales rupturas, con Chávez, fue que éste presuntamente nunca confió en el elemento civil. Mientras que los civiles participantes en la conspiración (Bravo, Puerta, Medina, etc.) insistían en distribuir armas y movilizar a las masas en las intentonas, Chávez decidió que era asunto de soldados, y que, en todo caso, el apoyo vendría después y por los costados.


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La historia pareció ir después para otro lado. Ya cuando hubo Movimiento Quinta República (MVR en vez de MBR-200), el elemento civil desplazó hasta cierto punto al militar en el chavismo, y gente como José Vicente Rangel, Luis Miquilena, Núñez Tenorio y otros, determinaron las orientaciones básicas, sobre todo cuando se decidió que Chávez accedería al poder por la vía electoral. Luego vino la Constituyente, la defensa de la nueva constitución como estrategia para derrotar una oposición golpista y todo lo demás, revocatorio incluido y la docena de elecciones ganadas. En su gran discurso póstumo, Chávez enfatizó que la continuidad de su proyecto eran las comunas. Por supuesto que insistió en el lema de la unidad cívico-militar; pero más insistía en definir la democracia más democrática, más popular, lo cual era la esencia de su proyecto. Hoy, de nuevo, el componente militar se hace valer, por encima del propio Partido. Teniendo por encima un “alto Mando” cívico-militar, distinto a las autoridades electas partidarias, el PSUV luce como simplemente el brazo civil (o, más bien, burocrático, por ser compuesto fundamentalmente por el funcionariado del estado y el gobierno) de una Fuerza Armada dirigente. Esto por supuesto, despierta muchas reservas. ¿Entonces nuestra democracia está tutorada (el término es suave; en realidad es supervisada, dirigida, conducida) por los militares? ¿En eso quedó el proyecto de “democracia radical” de las comunas y todo eso?

VALORACION DEL CHAVISMO CRÍTICO

Si la globalización neoliberal, norteamericanizadora, imperialista, cuyo momento de clímax estuvo a finales del siglo XX y hoy parece en abierta decadencia, constituyó una clara amenaza de la barbarie para la humanidad y el planeta, el chavismo puede ser juzgado positivamente como uno de los límites, de las resistencias, con que esa barbarie se encontró e incomodó. Y esto sirvió, en el plano de la práctica política, no tanto ni sólo en el de los discursos académicos o mediáticos únicamente, para reanimar una tradición emancipadora, histórica, que ha tenido su expresión en las izquierdas históricas, desde el liberalismo del siglo XIX frente al pensamiento conservador y ultramontano, la democracia republicana frente a la aristocracia y las monarquías y los despotismos militares y fascistas, los movimientos obreros y socialistas, autogestionarios, de aplicación pastoral del contenido humanístico y compasivo de las religiones históricas. Se podrá observar una debilidad, tanto en el chavismo, como en el resto de las experiencias de gobierno de “izquierda” en América Latina durante la primera


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década y media del siglo XXI: que se trató de una respuesta reactiva frente al neoliberalismo dominante, que no pudo realizar un proyecto, que se quedó en el camino, que sus avances fueron limitados, insostenibles, incompletos. Incluso puede afirmarse que no hubo revolución propiamente dicha, porque las relaciones sociales de producción, de explotación, de exclusión, de dominación en general, siguen en la práctica intactos. Esta crítica es pertinente; pero sólo tienen validez si se asume una perspectiva de valoración como la que aquí esbozamos. Entre esas falencias, cabe señalar las siguientes, dichas en forma sumaria: a) Se mantiene y profundiza la división internacional del trabajo impuesta por el mercado mundial capitalista. Esto se realiza por un extractivismo sin ninguna consideración ecológica, social, cultural ni política. Por lo demás, esto profundiza la dependencia de la periferia capitalista en las formas más pronunciadas, ya criticadas por la teoría de la dependencia en las décadas anteriores. b) El sistema de gobierno y el estilo político que se sostiene es el de la demagogia que confunde asistencialismo con socialismo, un discurso reivindicativo de lo nacional y popular que reproduce los motivos de anteriores populismos históricos latinoamericanos (desde el peronismo hasta la AD de los 60 y, sobre todo, los 790, los de la “Gran Venezuela”). En Venezuela, el “rentismo” configura una tradición cultural (prácticas, costumbres, discursos) que asumen todos los cuadros importantes del estado. Lo que se llamó “el estado mágico”: la creencia en que somos un país rico por disponer de una riqueza que no tiene que ver con la productividad del trabajo. c) Reproducción de sistemas de corrupción, apropiación privada de los bienes públicos, acompañados con el fortalecimiento de las tendencias autoritarias, evidentes en esa fusión de la burocracia estatal, la partidista y los militares. d) Inconsistencias de las políticas económicas, con fallas macroeconómicas y microeconómicas que han llevado a una espantosa crisis de gran inflación y decrecimiento. e) La dilapidación del capital político de la izquierda, conllevando la pérdida de una oportunidad histórica para emprender la construcción de una sociedad distinta. f) Preparación para un retroceso “inevitable” a lo peor de las décadas perdidas: endeudamiento masivo para pagar anteriores deudas, sacrificio de la inversión social, privatización, entrega de soberanía nacional, etc. Ser chavista hoy, no puede significar defender al gobierno. Esto implicaría sepultar las posibilidades históricas de una izquierda en Venezuela, con sus consecuencias nefastas en América Latina. Ser chavista debiera significar la profundización de los legados teóricos y políticos de la izquierda, su renovación a la luz de los nuevos desafíos y, sobre todo, la apertura de un proyecto que nos lleve más allá del capitalismo dependiente rentista.


Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2016, Vol. XXII, No. 2 (jul-dic), pp. 121-144

DISCRIMINACIÓN RACIAL Y VIDA COTIDIANA EN AMÉRICA LATINA: EMPLEO, EDUCACIÓN Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN Esther Pineda1 EPG CONSULTORA DE GÉNERO Y EQUIDAD Resumen: La segregación y la discriminación racial en todas sus formas han sido reconocidas por los instrumentos e instancias internacionales como una negación de los derechos humanos, a las libertades fundamentales y la dignidad humana. Estas prácticas son consideradas en la sociedad contemporánea como políticamente incorrectas, lo cual ha creado las condiciones para que el racismo se realice con manifestaciones más sutiles, casi imperceptibles, las cuales facilitan su penetración y perdurabilidad en el entramado social. En América Latina su expresión más frecuente ha sido y continúa siendo a través del lenguaje, chistes, refranes, apodos, los gestos, la evitación, la duda, la sospecha, la ridiculización, la condescendencia, el cuestionamiento, la omisión, la invisibilización, la desatención, la desmoralización y la minimización de los sujetos racializados; lo cual favorece que este tipo de discriminación se realice con total impunidad. Palabras claves: Discriminación racial, racismo, estigma, vida cotidiana, afrodescendientes.

NOCIONES Y MANIFESTACIONES DE LA DISCRIMINACIÓN RACIAL EN AMÉRICA LATINA

El racismo como bien afirma Christian Geulen en su libro Breve historia del racismo, ―ni es natural ni universal ni metahistórico, sino un producto, una creación de la cultura y del pensamiento humanos, una forma de conducta y por ello un fenómeno totalmente histórico‖ (Geulen, 2010: 8). Es su condición sociocultural la que lo convierte en objeto susceptible de estudio y disertación desde diversas disciplinas de las ciencias sociales y humanísticas, en un esfuerzo de comprensión y aproximación a un fenómeno de gran envergadura y complejidad que aun en la actualidad afecta significativamente a gran parte de la población mundial. Sin embargo, con independencia de las particularidades atribuidas a cada una de estas definiciones, en definitiva, siempre remite al desprecio del otro, su descalificación, exclusión y subordinación en diversos espacios y procesos interactivos sobre la base de su origen étnico, es decir, un estigma, el cual es definido por Erving Goffman (1963) como:

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estherpinedag@gmail.com


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Un atributo que vuelve al sujeto diferente de los demás (dentro de la categoría de personas a la que él tiene acceso) y lo convierte en alguien menos apetecible –en casos extremos, en una persona casi enteramente malvada, peligrosa o débil. De este modo, dejamos de verlo como una personal total y corriente para reducirlo a un ser inficionado y menospreciado. Un atributo de esa naturaleza es un estigma, en especial cuando él produce en los demás, a modo de efecto, un descrédito amplio; a veces recibe también el nombre de defecto, falla o desventaja (Goffman, 2006: 12).

Este estigma sin dudas favorece la construcción de prejuicios2 y estereotipos que garantizan el mantenimiento y reproducción de la racialización de los ―otros‖ y su consecuente discriminación4 en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana. Estos prejuicios según Ashmore (1970) contienen cuatro características fundamentales, entre ellas: 3

-

Es un fenómeno intergrupal.

-

Es una orientación negativa hacia el objeto del prejuicio, y puede implicar agresión, evitación u otras conductas negativas.

-

Es injusto e incurre en una generalización excesiva.

-

Es una actitud.

No obstante este racismo dirigido sobre o contra el cuerpo de los ―otros‖, es decir, de los cuerpos disidentes, según Michel Wieviorka (1994) se desarrolla en tres grandes niveles:

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Según Anthony Giddens (2000), el prejuicio alude a las opiniones o actitudes que tienen los miembros de un grupo respecto a otro. Las ideas preconcebidas de una persona prejuiciosa suelen basarse en rumores más que en pruebas directas y tienden a ser reacias al cambio, aunque se acceda a más información. Las personas pueden tener prejuicios favorables a ciertos grupos con los que se identifican y prejuicios negativos contra otros. Aunado a ello, el prejuicio opera principalmente a través de un pensamiento estereotipado, que utiliza categorías fijas e inflexibles. 3

Macionis y Plummer (2007) definen los estereotipos como imágenes distorsionadas y cargadas de prejuicios acerca de toda una categoría de personas. Dado que en los prejuicios se ven implicados sentimientos y emociones de simpatía o lealtad (cuando se trata de personas de nuestro grupo social), o de temor e incluso odio (cuando se trata de «los otros»), terminan convirtiéndose en imágenes distorsionadas de las personas, difíciles de cambiar aun cuando los hechos contradigan esas imágenes. 4

De acuerdo con Anthony Giddens (2000), la discriminación es la conducta real que se tiene con un grupo ajeno y puede apreciarse en actividades que le privan de las oportunidades que otros disfrutan.


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-

El racismo inorgánico, más o menos presente en todas las sociedades, con manifestaciones aisladas.

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El racismo orgánico, en que el racismo tiene instituciones que lo postulan, discursos propios e ideología.

-

El racismo oficial, cuando el Estado lo asume como ideología propia. Por su parte Ashmore (1970) distingue:

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El racismo individual, que añade al prejuicio racial la apelación a factores biológicos justificatorios y además incluye las conductas discriminatorias.

-

El racismo institucional, que se refiere a la limitación injusta de oportunidades a miembros de un grupo a través de políticas institucionales.

-

El racismo cultural, que consiste en la consideración de la superioridad de la tradición cultural del propio grupo y que se puede expresar tanto a nivel individual como institucional.

Para Allport (1954), existe un racismo manifiesto o descarado, el cual comprende el rechazo de cualquier grupo étnicamente distinto al cual pertenece y su percepción como una amenaza. Este tipo de racismo según el autor, se caracteriza por: -

La inclusión en su forma más intensa la idea de la inferioridad genética del grupo en cuestión que es la que justificaría la posición del grupo en la sociedad, sin necesidad de atribuirla a la discriminación.

-

La negación de la intimidad con los integrantes del grupo, es decir excluir la idea de las relaciones sexuales y del matrimonio interracial.

Pérez (1996) por su parte en su ensayo Nuevas formas de racismo, afirma que existen tres tipos de racismo, entre ellos: -

El racismo manifiesto, el cual hace referencia a los actos racistas consciente y abiertamente identificados como tales.

-

El racismo latente, que se refiere a actos que, aun reproduciendo el racismo, no se hace con la conciencia de que así sea.

-

El racismo aversivo, la preocupación de la persona por no aparecer racista, aunque sus sentimientos privados lo sean.

No obstante, la segregación y la discriminación racial en todas sus formas han sido reconocidas por los instrumentos e instancias internacionales como una negación de los derechos humanos, a las libertades fundamentales y la dignidad


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humana. Estas prácticas son consideradas en la sociedad contemporánea como políticamente incorrectas, lo cual ha creado las condiciones para que el racismo se realice con manifestaciones más sutiles, casi imperceptibles, las cuales facilitan su penetración y perdurabilidad en el entramado social, entre ellas: -

El racismo simbólico: Según Van Dijk (1988) esta forma de racismo se distingue por su carácter indirecto y su sutileza, así como, por la estrategia generalizada de negar la prevalencia del racismo estructural. Este racismo simbólico para Mc.Conahay y Hough (1976) no se expresa en términos de inferioridad ni segregacionismo de los miembros del grupo minoritario sino a través de símbolos ideológicos y conductas simbólicas, que transmiten los sentimientos de que los negros están violando los valores importantes o que están haciendo demandas ilegitimas de cambios en el status quo.

-

El infraracismo: el cual de acuerdo a Wievorka (1994) consiste en un discurso muy cotidiano que se caracteriza por ser inconsciente. Es decir, la expresión es infraracista cuando esa característica identitaria es resaltada por encima de otras o mencionada de manera innecesaria, y comúnmente va relacionada en el discurso con una característica buena que viene a disimular el destacado racista del comentario.

-

El racismo automático: el cual Rita Segato (2003) define como irreflexivo, naturalizado, culturalmente establecido y que no llega a ser reconocido o explicado como atribución de valor o conjunto de representaciones ideológicas. Para la autora la acción silenciosa del racismo automático que actúa por detrás de las modalidades rutinarias de discriminación hacen del racismo un paisaje moral natural, costumbrista y difícilmente detectable, motivo por el cual incontables gestos microscópicos y rutinarios de discriminación y maltrato moral son naturalizados como normales, aceptables y cotidianos.

-

El racismo axiológico: que según Rita Segato (2003) se expresa a través de un conjunto de valores y creencias que atribuyen predicados negativos o positivos a las personas en función de su color de piel. En este caso, la actitud racista alcanza una formulación discursiva, es más fácil de identificar, pues excede el gesto automático, repetitivo y de fondo racista inadvertido.

-

El racismo acostumbrado: descrito por Ramírez (2012) como todas aquellas actitudes, reacciones o comentarios basados en prejuicios o falta de información. Ideas que se creen como válidas o no, conscientes e inconscientes, de cómo somos o actuamos ―los negros‖. Muchos de estos estereotipos, que pueden verse como positivos, porque parecen realzar características cautivadoras de la ―raza negra‖ son falsos constructores de identidad. Hasta el punto de ser legitimados por la propia comunidad y se vuelven características que parecen ser de autenticidad negra.


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Estas diversas manifestaciones de racismo, habrán de realizarse la más de las veces en el discurso, específicamente en el discurso racista, el cual según Eugenio Zaffaroni (1997) consiste, ante todo, en una devaluación de la víctima acompañada de una ampliación de la legítima defensa y del estado de necesidad. Son todas estas concepciones, prácticas, premisas y expresiones dirigidas a ―los otros‖, en este caso, afroamericanos en el contexto de racialización, las que construyen, determinan y reproducen los discursos y representaciones sobre esta población; definen sus experiencias de discriminación en la vida cotidiana, experiencias de discriminación racial de la población afrodescendiente en América Latina y El Caribe a las cuales pudimos aproximarnos a través de testimonios y consideraciones obtenidas por fuentes primarias de información, entre ellas: 1. La realización de diez entrevistas en profundidad a mujeres afrovenezolanas. 2. La aplicación de un cuestionario electrónico a cien (100) informantes afrodescendientes, corresponde a los países Venezuela (44), Colombia (31), Brasil (7), Ecuador (5), Uruguay (4), Argentina (4), Bolivia (2), México (2) y Panamá (1).

Figura 1. Nacionalidad de los informantes 44

31 7

5

4

4

Fuente: Elaboración propia

El 56% de los informantes del cuestionario fueron mujeres, 41% hombres y 3% transgéneros, con una media de edad de 35 años.

2

2

1


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Figura 2. Género de los informantes Mujeres

Hombres

Transgéneros

3% 41%

Fuente: Elaboración propia.

56%

El nivel educativo de las personas afrodescendientes a quienes se les aplicó el instrumento del cuestionario electrónico es de Postgrado 23%, Universitario 49%, Técnico Superior Universitario (TSU) 12%, Secundaria 14%, Primaria 1% y Ninguno 1%.

Figura 3. Nivel educativo de los informantes 49

23 12

14

Fuente: Elaboración propia.

Cuando a las personas afrodescendientes encuestadas se les consultó: ¿Sabe qué es el racismo? El 99% afirmó que Sí, y solo el 1% No sabe/No conPostgrado Universitario TSU testa. Cuando se les pidió definir el racismo, en su mayoría losSecundaria informantes hicieron referencia a: Discriminación, complejo de superioridad, relación de poder, crueldad, ignorancia, distinción, dominación, exclusión, rechazo, ideología, prejuicios, humillación, degradación, intolerancia, aversión, segregación, desprecio; odio de los otros sobre la base de diferencias fenotípicas, el color de la piel y el origen étnico. Así mismo, cuando se les preguntó si consideran que existe racismo en su país, el 96% afirmó que Sí, 3% que No, y 1% No sabe/No contesta.

1

1

Primaria

Ninguno


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Figura 4. ¿Considera que existe racismo en su país? 3%

Si

No

No sabe/No contesta 1%

96% Fuente: Elaboración propia.

Ahora bien, una de las características fundamentales de la discriminación racial es que se realiza en el plano de las apariencias; la percepción del ―otro‖ como diferente va a detonar reacciones que estarán determinadas por los marcos normativos de la sociedad, así como, por los procesos de socialización de cada individuo, por ello, ―es probable que al encontrarnos frente a un extraño las primeras apariencias nos permitan prever en qué categoría se halla y cuáles son sus atributos, es decir, su «identidad social»‖ (Goffman, 2006: 12). Dando paso al estigma contra todo aquel que se aparte negativamente de las expectativas, en este caso, de las expectativas eurocéntricas de la sociedad latinoamericana y caribeña. El estigma del ―desacreditado‖ para Goffman (1963), se pone de manifiesto en el momento en que dicha persona se presenta ante otros pues se constituye y fundamenta en la perceptibilidad o evidenciabilidad. El afrodescendiente es una persona desacreditada, porque su estigma es visible, evidente, está en la piel, su fisionomía, no puede ocultarlo y los demás no pueden ignorarlo. Desde esta perspectiva no ha de sorprendernos que ante la interrogante: ¿Ha sido víctima de racismo?, el 70% de las personas afrodescendientes de distintos países de América Latina y El Caribe encuestadas afirmaron que Sí, 26% que No, y 4% No sabe/No contesta.


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Figura 5. ¿Ha sido víctima de racismo? Si

No

No sabe/No contesta 4%

26% Fuente: Elaboración propia

El 95% de las personas afrodescendientes encuestadas afirma haber pre70% senciado o sabido de algún acto de racismo; así mismo, consideran que, entre los ámbitos o lugares donde se realiza de forma más frecuente el racismo destacan: El lenguaje 19%, los medios de comunicación 15%, los espacios públicos 15%, Instituciones del Estado 8%, Escuela/Liceo 7%, Familia 5%, Universidades 2%, Transporte público 1% y Otros 23%.

Figura 6. Ámbitos o lugares de manifestación del racismo 19

23

15

15 8

7

5

2

Fuente: Elaboración propia.

EL RACISMO EN LA EDUCACIÓN

De acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (2011) en cuanto al acceso a la educación, la información demuestra que la infraestructura educativa en las zonas donde mayoritariamente habita población afrodescendiente es insuficiente, las tasas de analfabetismo son más altas, los índices de

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escolaridad son más bajos y los niños y jóvenes afrodescendientes cursan un promedio menor de años de estudio. La CIDH ha recibido información sobre los siguientes casos: -

La vigencia de prácticas de asignación segregacionistas de alumnos, al asignar un número desproporcionado de estudiantes blancos en aulas en distritos donde predominan las minorías u otorgar premios a algunos estudiantes en función de la raza.

-

Situaciones de segregación racial de facto en las escuelas.

-

Limitaciones para ingresar a determinados programas universitarios.

-

Políticas discriminatorias de asignación de estudiantes.

-

Sobrerepresentación de estudiantes afrodescendientes en clases especiales.

-

Tasas desproporcionadas de acciones disciplinarias para estudiantes afrodescendientes.

-

Subrepresentación de afrodescendientes en cursos y programas avanzados y de alto nivel.

-

Acoso racial.

-

Subrepresentación de docentes y administradores afrodescendientes en establecimientos educativos.

-

Falta de inclusión de la contribución de la población afrodescendiente en las materias de historia.

Aunado a ello, a partir de los testimonios de las personas afrodescendientes encuestadas y entrevistadas pudimos evidenciar que en el ámbito educativo es donde se hacen más frecuentes y explícitas las manifestaciones de racismo, las cuales se desarrollan principalmente durante la niñez y la adolescencia. En este contexto, la relación con los grupos de pares se presenta como hostil, los compañeros son los principales ejecutores de formas de discriminación mediante la asignación de apodos, burlas, violencia física, la evitación del contacto físico y de la interacción ya sea para la realización de actividades grupales en el aula, juegos durante el periodo de recreo, pero también en espacios como cafeterías, transporte y bibliotecas. ―En el colegio mis primeros años nadie quería compartir el asiento conmigo‖ (Cuestionario: Hombre, 55 años, Colombia). ―Me he sentido discriminada por ser negra, sobre todo en el liceo, creo que fue mí época más dura, séptimo año de bachillerato, mis compañeros me decían chupeta de petróleo por ser gordita y por ser negra‖ (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente II).


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―Desde mi infancia he sufrido discriminación, burlas, o chistes por mi color de piel y la textura de mi cabello, en la escuela, en la universidad‖ (Cuestionario: Mujer, 23 años, Colombia).

Este racismo expresado por los niños y adolescentes es una reproducción de las concepciones aprehendidas en el ámbito familiar en el que hace vida, los cuales si encuentran aceptación en el ámbito escolar y el grupo de pares serán reforzados y profundizados, dado que, durante los primeros años de vida: En el caso del racismo, la falta de esclarecimiento lleva a que, en muchas ocasiones y en escenarios muy variados, a veces discriminemos, excluyamos o hasta maltratemos por motivos raciales sin ninguna percepción de que estamos perpetrando un acto de racismo (Segato, 2003: 118). “De niña siempre me excluían en la escuela, yo ni entendía por qué, siempre se burlaban de mí, por mi pelo, pelo malo, pelo chicha, pelo lindo, me ponían sobrenombres, caraota, candelaria como la señora de la propaganda del café, negra mojina, maldita negra, negra de mierda, hasta que me fui acostumbrando a estar sola. En el liceo ya estaba acostumbrada, sabía lo que tenía que aguantar todos los días y me sentí mal mucho tiempo, años, hasta los profesores se unían a otros estudiantes a burlarse o lo empezaban ellos haciendo comentarios de negros. Aunque estudié en escuela y liceo público, de barrio, habían pocos niños o niñas negros, y ahora que me pongo a pensar capaz era por eso, a lo mejor por tanta burla ya no iban más” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente de los sectores populares I).

Pero estas formas de discriminación racial, en el ámbito educativo también son expresadas y realizadas por parte de sus profesores y profesoras quienes en oportunidades actúan como promotores de prácticas y discursos racistas en las aulas de clase, contribuyendo de este modo, como bien afirma Segato (2003) a la desmoralización cotidiana de los socialmente minorizados. El profesor actúa como portavoz de la sociedad adulta indicando cómo deben ser, cómo deben comportarse, qué se espera de ellos, qué es lo que está bien y lo que está mal… actuando básicamente a través de técnicas de reforzamiento y modelado. Al ser el profesor una figura fundamental para los alumnos, actúa como modelo siendo imitado por sus alumnos. De manera, que si el profesor muestra una conducta racista hacia las minorías, sus alumnos aprenderán esa conducta y se comportarán también de forma racista con sus compañeros (Larrañaga, 1996: 120).

Este hecho no solo tiene un impacto emocional y subjetivo en las niñas y adolescentes afrodescendientes dificultando sus procesos interactivos, y creando sentimientos de inseguridad para su desempeño relacional; sino que además afecta el rendimiento académico. ―Dentro de la escuela se desencadenan unos complejos procesos que actúan en prejuicio de las minorías. Diversas investigaciones han aportado pruebas que indican que el bajo rendimiento de algunas minorías étnicas está ligado a los procedimientos de dichas escuelas‖ (Larrañaga, 1996: 119). Así mismo, estas prácticas contribuyen a la deserción


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escolar, lo cual va a traducirse en unos bajos índices de escolaridad en la población afrodescendiente. “Recuerdo durante una clase de historia en el liceo, la profesora de la cátedra irrumpió en el aula de clases luego de haberse ausentado por unos minutos y exclama airada: ¡Esto parece una merienda de negros!, por la algarabía natural que forman los alumnos cuando la figura de autoridad docente desaparece; acto seguido un compañero de pupitre vecino se me aproxima y al oído me dice: ¿No te sientes ofendida por lo que dijo?, con un tonito de burla que me llenó de vergüenza e incomodidad, inolvidable hasta estos días” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente Profesional I). “Estudié primaria en una escuela de mujeres negras trinitarias, de modo que sentí poco racismo explícito en la escuela y las expresiones de racismo en otros lugares eran ignoradas según aprendí en casa. Cuando cumplí 11 años pasé a estudiar en otra escuela, donde sufrí racismo violento inclusive por parte de la profesora, tuve que permanecer todo el año escolar en esa escuela y eso me marcó hasta hoy, recibí apodos racistas como negra mona entre muchos otros, la maestra me despreciaba abiertamente, en una ocasión se burló de mi por ser hija de madre soltera en medio de toda la clase, era una señora realmente despreciable e hizo mi vida un infierno, aún hoy tengo mucho temor de hablar en público por las cosas que viví en ese salón de clases. Llegué a ese colegio con un promedio de notas de 18 puntos con reconocimientos de la otra escuela y salí con bastante dificultad, mi promedio de notas bajó mucho y nunca quería ir a la escuela, yo no desistí pero mi hermano, que también estudiaba en esa escuela, desistió y no continuó estudiando nunca más” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente Profesional II).

Los maestros y profesores al dirigirse a las aulas con los prejuicios y estereotipos creados e instalados en su acervo cultural durante el proceso de socialización, crean y reproducen según Larrañaga (1996) expectativas y percepciones, los cuales en el caso que nos ocupa, pueden contribuir a legitimar y profundizar prácticas y discursos racistas en contra de sus alumnos. Según esta autora, existen cinco factores que pueden suscitar las expectativas iniciales: -

El atractivo físico, los alumnos de los grupos minoritarios suelen resultar menos atractivos al ser distintos a los demás.

-

El sexo del alumno, que es el resultado de la interacción entre el rol del profesor, el rol del alumno y los roles sexuales predominantes de hombre-mujer. En el caso de los grupos minoritarios se producen discordancias con los valores sexuales mayoritarios, lo que hace que también se vean desfavorecidos en esta variable.

-

La clase social y la raza, los profesores tienden a subestimar la capacidad y actitud de los alumnos de los grupos étnicos minoritarios.


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-

La información acumulada en las fichas de los estudiantes. En el caso de los alumnos de grupos minoritarios suele tratarse de información negativa sobre su rendimiento y capacidad.

-

El comportamiento del alumno en el ambiente del colegio destacando el problema del control de la clase, de forma que los alumnos que dificultan la marcha de la clase son considerados como poseedores de menos inteligencia y, como consecuencia, están más sujetos a una profecía que se autocumple. En general, los profesores informan que los alumnos de los grupos minoritarios les dan más problemas en la marcha de la clase por su mal comportamiento. La percepción y las expectativas creadas van a influir en el rendimiento de los alumnos, este es un fenómeno ampliamente estudiado desde que Rosenthal y Jacobson publicaron su trabajo ―Pigmalion en la escuela‖ (1968). Se ha dicho que muchas profesoras y profesores manifiestan actitudes negativas hacia tales estudiantes y que esperan muy poco de su futuro rendimiento académico, esto da como resultado que se les trate desfavorablemente en el aula como en el ámbito escolar más amplio, negándoseles oportunidades educativas que disfrutan los demás, llegando muchos de ellos consecuentemente a un bajo rendimiento académico, lo que hace que se restrinjan sus oportunidades de éxito en la vida (Larrañaga, 1996: 122).

Por su parte la ausencia de historia, discursos y representaciones en los libros de texto y los pensum de estudios, la poca presencia de maestros afroamericanos, así como, otros referentes positivos en el campo intelectual y científico, dificulta las posibilidades de identificación de los estudiantes con las asignaturas y autores que estudian al no poseer referentes de éxito académico. Los libros de texto y las lecciones en la escuela son otros de los lugares privilegiados donde las ideologías académicas encuentran su –a veces distante y simplificada y, por lo tanto, menos sutilmente disfrazada– reflexión. Los autores de libros de texto y los maestros reproducen, por supuesto, tanto las creencias adquiridas durante su formación académica como las que subyacen más específicamente a la experiencia profesional característica del proceso didáctico. (…) Los libros de texto apenas prestan atención a la explotación colonial. Tampoco describen, en forma explícita, las condiciones económicas, las ganancias y los horrores del comercio de esclavos y de la esclavitud. De hecho, los países del Tercer Mundo reciben especial atención en tanto son parte del Imperio, mientras que su existencia política o cultural antes y después es virtualmente ignorada, a menos que sea presentada en un marco negativo como el de golpes de estado, guerras civiles o violencia. Al igual que en los libros para niños (también escritos por intelectuales), los libros de texto todavía representan a los pueblos del Tercer Mundo, en especial a los negros, como primitivos, atrasados, pasivos, y a sus culturas, desde todo punto de vista, como inferiores a la civilización occidental (Van Dijk, 1988: 161-162).

Otro aspecto de gran relevancia, principalmente en los niveles de educación universitaria y de postgrado serán las dificultades de los estudiantes afrodescendientes para hallar tutores, así como, la constante exclusión de proyectos de in-


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vestigación en los cuales los objetos de estudio sean los sujetos tradicionalmente considerados subalternos y fenómenos como el racismo. Estos ámbitos con frecuencia son desestimados por los profesores y tutores en dichas casas de estudio al no poder identificarse con estas experiencias, considerarlos desprovistos de importancia, o en casos extremos considerarlos como disertaciones opináticas y emocionales, sin fundamentación académica, politizadas, desprovistas de rigurosidad teórica, pero también generadoras de conflicto, es decir, capaces de alterar la ―armonía étnico-racial‖ aparentemente existente en estos espacios. “Cuando en la universidad donde realizaba mi pre grado en Biología, el día que presente la propuesta o ante proyecto para mi Tesis de pregrado, una de las expertas revisoras, al leer el titulo (mi tesis fue sobre medicina tradicional afrocolombiana) dijo a viva voz, va a hacer un trabajo sobre negros, y prosiguió, esa tesis no llega a buen término, ahí no hay nada para explorar” (Cuestionario: Hombre, 32 años, Colombia).

Estas manifestaciones de discriminación racial presentes y manifiestas en los distintos niveles educativos y a los cuales se deben enfrentar las personas afrodescendientes en las distintas etapas de su vida ―nunca son mencionadas en forma pública como una de las causas posibles de la ampliamente aceptada falta de motivación y del consecuente abandono de la educación por parte de los chicos de las minorías‖ (Van Dijk, 1988: 162-163). Por el contrario, estos son justificados por la ideología racista como consecuencia de una menor capacidad intelectual de esta población y menor voluntad para el desarrollo personal y académico.

EL RACISMO EN EL ÁMBITO LABORAL

Las personas afrodescendientes con independencia de su formación, experiencia y potencialidad encuentran mayores dificultades en lo que refiere el acceso al empleo; así como, limitaciones al ingreso a puestos de supervisión y decisión, motivo por el cual permanecen aún en la actualidad sujetos a empleos de baja estima social. De acuerdo con el informe La situación de las personas afrodescendientes en las Américas publicado en 2011 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en relación con el derecho al trabajo, las estadísticas indican que la población afrodescendiente ocupa los puestos más bajos de la escala laboral y mayoritariamente realiza tareas informales y de baja calificación o con una remuneración menor. Estos hechos contribuyen a una escasa movilidad económica y social en la región, lo cual según la CIDH ha contribuido a perpetuar la situación de desigualdad de las personas afrodescendientes desde la época de la esclavitud hasta la actualidad.


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Aunque las prácticas de racismo explícito cada vez más migran a formas de racismo solapado en América Latina y El Caribe, la realidad es que el ámbito laboral sigue siendo uno de los que presenta una significativa influencia de la racialización, al respecto la CIDH ha recibido información de: -

La vigencia de pruebas diferenciadas para acceder a puestos laborales en perjuicio de personas afrodescendientes.

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La negativa de empleo a personas afrodescendientes en función de su raza.

-

La utilización de exámenes de selección de empleo con impacto negativo para los postulantes afrodescendientes.

-

La utilización de consideraciones raciales al momento de determinar el ganador de un concurso para un puesto de trabajo.

Esta situación se profundiza en el caso de las mujeres afrodescendientes al articularse su pertenencia étnica y los procesos de racialización con los prejuicios patriarcales. ―Las mujeres afrodescendientes se desempeñan en tareas domésticas, de escasa remuneración y precarias condiciones laborales, sin ningún beneficio de la seguridad social, y tienen dificultades para acceder a los permisos de trabajo, especialmente, las mujeres migrantes‖ (CIDH, 2011: 37). La discriminación que sufre la población afrodescendiente en los mercados laborales se evidencia con salarios más bajos en puestos iguales que los que reciben personas blancas con los mismos niveles de educación formal y destrezas. En algunos casos reciben salarios iguales en puestos iguales pero deben de tener mayores calificaciones que las personas blancas para optar por esos salarios. La discriminación constante que enfrentan los afrodescendientes en el mercado laboral conduce a una economía segmentada. Estas economías restringen el acceso a las personas afrodescendientes y de manera más aguda a las mujeres a las industrias de mayor productividad y crecimiento. Esto trae como consecuencia que las personas afrodescendientes y en particular las mujeres cuando están incorporadas al mercado de trabajo formal lo hagan en industrias con productividad menor al promedio, lo cual limita sus niveles de ingreso y acrecienta las diferencias con personas blancas con similares niveles de educación y destrezas (Campbell, 2003: 10).

En la región las mujeres afrodescendientes aún se encuentran con limitaciones en el acceso al empleo, pues ―el criterio de la buena presencia [prevalece] como un mecanismo que mantiene las desigualdades y los privilegios entre las mujeres blancas y las negras‖ (Carneiro, 2005: 23). “En una oportunidad recién mudada y en búsqueda de empleo, una amiga me recomendó, me fui, con poco dinero, con muchos deseos y angustia pues era la primera vez que iba, solicitaban una recepcionista, al llegar en la entrada estaba una chica le pregunte por la vacante me miro de arriba abajo, entró, me anuncio, la persona me entrevisto no más de 5 minutos, le deje mis documentos y luego hablando


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con la chica que me recomendó me dijo: Lastima que eres negra, sino te dejan” (entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente I). “A la hora de buscar empleo, se prefiere a alguien de piel blanca o rasgos europeos” (Cuestionario: Mujer, 52 años, Venezuela).

Es decir, si bien el rechazo de las aspirantes a un determinado puesto de trabajo no se realiza de manera explícita por su pertenencia étnica, esta continúa siendo uno de los criterios privilegiados para la toma de decisiones respecto a la contratación de personal, principalmente en posiciones de ventas y atención al público. Pero además de estos estereotipos según lo relatado por las entrevistadas, con frecuencia se producen situaciones de desconfianza y poca credibilidad con respecto al desempeño laboral de las personas afrodescendientes, por parte de los empleadores pero también por parte de los compañeros, usuarios, pacientes y clientes con quienes los sujetos racializados se encuentran en situación de relacionarse cual sea su oficio o profesión. “Para conseguir trabajo siempre ha costado, prefieren alguien blanco. Yo que trabajo en casas cuidando niños y con los oficios a veces los dueños te tratan mal, o desconfían que uno te robes algo de la casa, los negros tenemos mala fama” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente de los sectores populares II).

Las personas afrodescendientes profesionales también se enfrentan de forma recurrente a la incredulidad de su condición profesional, con independencia de su formación académica se les atribuyen de manera apriorística roles se servicio; así mismo, se enfrentan al rechazo y amonestaciones en los espacios laborales por parte de sus empleadores al usar algún tipo de atuendo étnico o el mantenimiento del cabello natural, considerado como de apariencia ―no profesional‖. “Ya me han dicho que el ascensor de servicio era otro, suponiendo que yo era una limpiadora de pisos en un edificio de ricos; ya me han confundido con serviciales en comercios” (Cuestionario: Transgénero, 30 años, Brasil). “En una ocasión una compañera de trabajo y colega me comenta a título casual: Chica, te tengo que contar lo que me dijo una de las usuarias, yo no aguantaba la risa cuando me lo estaba diciendo… Me comentó que no pensaba que esa señora era profesional y trabajaba aquí, que no se la imaginaba con un hombre encorbatado a su lado. Esa señora a la que se refería la usuaria era yo” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente Profesional I).

Aunado a ello, los hombres y mujeres afrodescendientes en América Latina y El Caribe: También son discriminadas cuando intentan entrar en instituciones de élite, cuando intentan encontrar un trabajo. Y si entran o lo encuentran, tienen dificultades para obtener promoción. Es decir, también desde el interior son incapaces de cambiar


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las rutinas, actitudes y criterios dominantes (blancos, de clase media, occidentales) (Van Dijk, 1999: 34).

No obstante, estas formas de discriminación son continuamente motivadas y reforzadas por los discursos y representaciones de los sujetos racializados transmitidos por los medios de comunicación y difusión masiva.

DISCRIMINACIÓN RACIAL EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN

Los medios de comunicación, información y difusión masiva, son sin dudas uno de los principales agentes de socialización de niños y adultos en la sociedad contemporánea, constituyéndose como el principal instrumento para la construcción, reproducción y difusión de prejuicios, estereotipos y formas de discriminación; estos se hacen manifiestos a través de sus diversos contenidos, entre los cuales –de acuerdo a la categorización hecha por Daniel Bougnoux (1998)– podemos distinguir: La información, que nos propone conocimiento. -

La diversión, las ficciones o los juegos que nos proponen simple entretenimiento.

-

Las emisiones relacionales, que pretenden sacudir la apatía del público y rehacer el vínculo social, es el caso del telethon, de los reality shows, entre otros.

-

Los mensajes directivos, por medio de los cuales una cantidad de anunciantes que van desde los políticos hasta los simples mensajes publicitarios pregonan o prescriben acerca de lo útil y bueno.

En estos medios según Teun A. Van Dijk, la mayoría de los discursos y representaciones construidas en torno a los sujetos racializados, en este caso, la población afrodescendiente, se circunscriben a tres categorías temáticas principales: -

Ellos son diferentes

-

Ellos son perversos

-

Ellos son una amenaza

Las minorías étnicas están representadas más o menos regularmente, pero a menudo en forma negativa en las notas periodísticas, y con características especiales en medios de noticias como los diarios, la televisión o la radio. Pero también las películas, las historietas, los anuncios publicitarios, los libros de texto, las novelas policiales y otros tipos de ficción, entre otras formas de mensajes


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de los medios, contribuyen a la construcción de un consenso ideológicamente fundamentado, que asegura el status quo étnico o racial (Van Dijk, 1988: 144). Además de ello, en los medios de comunicación es frecuente: -

La exclusión de las personas afrodescendientes en los espacios de toma de decisiones y puestos directivos.

-

La poca presencia de personas afrodescendientes en los roles de productores, ejecutivos, jefes y editores.

-

La ausencia de crítica o cuestionamiento de la discriminación racial en los contenidos transmitidos.

-

El mantenimiento de una reducida presencia de personas afrodescendientes ya sea como sujetos de la noticia o como periodistas. Así, en los media las rutinas de la elaboración de noticias caracterizan a los grupos minoritarios como de menores importancia y credibilidad. Se los ve poco «noticiables», salvo si son percibidos como causas de problemas o como responsables de crímenes, violencias o desviaciones. Se los invita, entrevista y cita menos, incluso en las noticias sobre ellos mismos. La prensa descuida sus organizaciones (si existen), tiende a desplazarlas hacia las «páginas de la basura» en lugar de ponerlas en las primeras, y sus conferencias de prensa (si se dan) son ignoradas por la corriente principal de los periodistas blancos (Van Dijk, 1999: 34).

Ahora bien, en el caso específico de la población afrodescendiente en América Latina y El Caribe, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (2011), estos medios contribuyen a reproducir y perpetuar estereotipos sobre la población afrodescendiente mediante su limitada participación e intervención, la aplicación de calificativos peyorativos e irrespetuosos a su dignidad como personas, así como, mediante representaciones de ―folklorización‖ y ―exotización‖. Al respecto cuando se les consultó a las personas encuestadas y entrevistadas sobre la imagen que de ellos se muestra en los medios de comunicación afirmaron no sentirse representados ni identificados, la población afrolatinoamericana y caribeña se encuentra excluida, invisibilizada, y cuando menos subrepresentada en los medios de comunicación. “Los medios transmiten la imagen de que no existimos, los medios muestran un país donde no hay negras, y si existen son servidumbre, y si no son servidumbre parecen blancas. La representación de la comunidad afro además de ser mínima, se reduce a clichés culturales o a imágenes blanqueadas” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente Joven II). “En películas, series y programas los negros son prácticamente inexistentes, no tienen representación, es como si no existieran, y cuando sí aparecen se les aso-


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cia con aspectos negativos como la delincuencia” (cuestionario: Mujer, 45 años, Venezuela). “No recuerdo haber visto nunca una mujer afrodescendiente en la televisión que se parezca a mí, ni físicamente, ni intelectualmente, ni socialmente. Nunca vi una mujer afrodescendiente de cabellos crespos, universitaria dictando una conferencia, tampoco vi una mujer afrodescendiente médica veterinaria como mi prima, o una mujer afrodescendiente diseñadora gráfica, entonces definitivamente no me representa, no nos representa. Los medios transmiten la idea de que en el país todo el mundo es blanco, hay unos poquitos negros haciendo trabajo doméstico, robando, prostituyéndose o sirviendo de payasos” (entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente Profesional II).

Esta presencia casi nula o inexistente de la población afroamericana en los medios de comunicación no es azarosa, por el contrario, entre las estrategias esenciales que el racismo ofrece sobresalen: La magnificación de lo propio mediante la difamación y marginación del otro, del extraño, del extranjero; la conversión exagerada de la diferencia entre colectividades en jerarquías de «superior» e «inferior»; y el odio colectivo hasta la exclusión o incluso la voluntad de aniquilar al otro (Geulen, 2010: 12).

Este aniquilamiento del ―otro‖ racializado no es necesariamente físico, en la región, con frecuencia se manifiesta en el aniquilamiento simbólico, es decir, a través de la ausencia de representaciones o de la construcción de un discurso en el cual se les invalida, anula reiteradamente, y que: Refuerzan constantemente imágenes prejuiciadas y deformadas de las y los afrodescendientes. Estos representan toda una institución transmisora y reproductora de mensajes, en sus diferentes modalidades, prensa escrita, radio y televisión, siendo este último medio el de mayor impacto para la población, sin embargo refleja poco las imágenes afrodescendientes y cuando lo hacen, es en roles de menor importancia, de descalificación, de burla, etc. A través de la televisión, se transmiten generalmente imágenes distorsionadas que solo logran reforzar permanentemente los prejuicios sobre esta población, mensajes que penetran en la mente de millones de niñas, niños, jóvenes, hombres y mujeres que inocentemente se les conduce a asumir los valores de una clase con la cual no se identifican sino se alienan (Camacho, 2006: 53-54).

Pero fue la aplicación de cien (100) cuestionarios electrónicos, aunado a la realización de diez (10) entrevistas en profundidad para esta investigación, lo que nos permitió aproximarnos a la percepción –entendida como los argumentos, descripciones y categorizaciones referenciadas por las personas afrodescendientes sobre los puntos de vista de carácter individual (representaciones simbólicas) o colectivas (imaginario colectivo)– que de ellas se tienen en los medios de comunicación, información y difusión masiva. Los encuestados consideran que cuando aparecen en los medios, las representaciones que se hacen


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de la población afrodescendiente se caracteriza por los estereotipos, una imagen anacrónica, distorsionada, discriminatoria, negativa, ridiculizada, marginalizada, criminalizada. Otros encuestados consideran que cuando los sujetos racializados y estigmatizados aparecen en los medios de comunicación será desde una perspectiva folklorizada, además de que en los únicos ámbitos en los que parecen contar con representatividad y reconocimiento es el deportivo. “Son siempre pobres y marginales, por un lado. Luego, por otro, las mujeres son prostitutas, son las buenas cama” (cuestionario: Transgénero, 30 años, Brasil). “Transmiten una imagen de falta de seriedad, en los hombres de holgazaneria, de faltos de conocimientos, borrachines, en las mujeres de prostitutas, sirvientas, pandilleras” (cuestionario: Mujer, 23 años, Colombia). “Es una imagen pauperizada, banal, folcklorizada y estereotipada; cuando no está asociada a la violencia o hipererotizada” (cuestionario: Hombre, 42 años, Uruguay). “Siempre nos muestran como ladrones, asesinos y brujos” (cuestionario: Mujer, 30 años, Venezuela). “Según los medios, la imagen que se trasmite es de un ser inculto, desaseado, ordinario” (cuestionario: Hombre, 33 años, Colombia). “No me siento identificada... con las campañas de las ongs que siempre ponen un niño negro sucio para pedir colaboración” (cuestionario: Mujer, 38 años, Brasil). “En los medios el negro se muestra como el analfabeta, es feo (desde los cánones de belleza occidentales normalmente aceptados), es grosero, sucio, mal educado, criminal, perezoso, tramposo, ruidoso, esclavo, cantante, bailarín, grafitero, alegre y fiestero, etc... La mujer negra es: afrodisiaca, ardiente, caliente, todas tienen un enorme trasero, todas usan extensiones o se alisan porque tienen el “pelo malo”, cocinera, empleada del servicio, etc... El hombre negro es: un macho, viril, mandingo, obrero, albañil, electricista, pescador, etc... A los actores y actrices negros sólo les darán el papel si necesitan a la empleada o el obrero, y si la historia tiene a un personaje negro específico en cuestión, o si actuarás como esclavo, etc....” (Cuestionario: Mujer, 21 años, Colombia).

Estas representaciones prejuiciadas, prejuiciosas y estereotípicas sobre la población afrodescendiente construidas, reproducidas y masificadas principalmente a través de la televisión, al ser repetidas de forma constante en los medios, ante la ausencia de diversidad en los discursos y representaciones, así como, de información alternativa; es de esperar que estas sean asumidas e internalizadas en el imaginario colectivo como realidades universales y conductas innatas de este grupo poblacional históricamente estigmatizado. La mayoría de los miembros del grupo blanco en sociedades multiétnicas tienen conocimiento de hechos étnicos solo a través de historias de diferentes tipos como por ejemplo, las de los libros de texto, la ficción o las películas, las conversaciones o las noticias en los medios. Si se distorsionan esos relatos, también se puede llegar a representaciones cognitivas distorsionadas y se pueden volver a usar esos


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modelos para formar actitudes prejuiciosas que a su vez constituyen las ideologías racistas (Van Dijk, 1988: 153).

Ahora bien, en el caso de los niños, adolescentes y personas afrodescendientes jóvenes al encontrarse en un periodo de definición de la identidad, esta se dificulta al no contar con referentes con los cuales identificarse, así como, no verse representados en los modelos e ideales de la sociedad en los diferentes ámbitos, educativo, profesional, amoroso, familiar, artístico, entre otros. En nuestras sociedades latinoamericanas y caribeñas el éxito no se encuentra representado por afrodescendientes, sus logros en pocas oportunidades son reconocidos o difundidos, y menos aún son exaltados como modelos a emular. “Jamás ves como un ejecutivo de una gran empresa a un actor negro, el negro es chófer, vigilante, ladrón, vendedor. El rol de la mujer aun peor: Prostituta, ama de llaves, sirvienta” (Cuestionario: Hombre, 32 años, Colombia). “En las novelas suelen ser los pobres, maleducados, malandros: la cocinera, el motorizado, el ladrón. Nunca o pocas veces vemos que el doctor de la novela es negro” (Cuestionario: Mujer, 52 años, Venezuela).

En el caso de las mujeres afrodescendientes, la imagen de ellas transmitidas en los medios generalmente evocan la marginalidad, la pobreza, la miseria, la prostitución, la servidumbre o la criminalidad; este hecho ha creado las condiciones para que las mujeres afrodescendientes no se sientan representadas o identificadas. Este ha sido uno de los aspectos abordados en los cuales encontramos mayor consenso, y donde en su totalidad las mujeres afrodescendientes entrevistadas con independencia del perfil de la informante y sus experiencias concretas, afirmaron no sentirse cómodas, representadas, identificadas o convocadas en la imagen que de ellas se muestra en los medios. Así mismo, fue unánime el rechazo a dichas manifestaciones al considerarlas como uno de los elementos más nocivos y que más han contribuido a legitimar su experiencia de discriminación, exclusión e invisibilización social. “No me siento para nada representada ni identificada en ningún medio de comunicación, ni siquiera en los del Estado, salvo algunas excepciones. Los medios transmiten una imagen negativa, distorsionada y desvalorizada de la mujer afrodescendiente” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente II). “Siempre se presenta una imagen exótica y hasta foránea cuando se trata del área cosmética y de belleza; o una imagen degradada, empobrecida, marginal, cuando se trata de nuestras mujeres locales” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente Profesional I). “En los medios las únicas mujeres negras que aparecen son las negras finas, que parecen extranjeras, las mujeres negras comunes, como yo, como las mujeres de mi familia, como mi vecina, como las mujeres de los barrios no salen, solo en las noticias de sucesos porque le mataron a alguien, o si no en las novelas como cachifas” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente de los sectores populares I).


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Así mismo, la estética afrodescendientes ha sido desestimada, criticada y excluida al no coincidir con los cánones eurocéntricos de belleza establecidos. Además de ello, los medios de comunicación al reproducir y bombardear constantemente a las mujeres afrodescendientes con imágenes de mujeres eurodescendientes y su imposición como canon de belleza único y valido, han contribuido a mermar la autoestima de las mujeres afrodescendientes, han creado complejos, inseguridades, así como, han promovido el pensamiento endorracista y la necesidad de modificación estética. “No me siento representada, sigue el estereotipo europeo, cabellos lisos, rasgos finos, mujeres preparadas para ser mostradas y nada más, ellos marcan si una mujer es bella o no, aunque para mí la belleza no se mide, ni se ve, se vive y se siente, y de eso la mujer afro si sabe, seguimos invisibilizadas, uno que otro intento pero no más, estoy segura que yo con mi cabello espelucado, de mi herencia africana no soy aceptable para ellos, en ese campo hay todavía muchísimo por hacer” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente I). “Muestran muy pero muy poco nuestra belleza, haciendo ver que sólo lo bello es tener el cabello alisado, sin hacer ver la versatilidad que tiene nuestro cabello rizado, una semana si quiero lo puedo llevar natural y otro día secármelo sin necesidad de un tratamiento químico; o simplemente llevar peinados que cuiden mis rizos. No me siento tampoco representada en esas publicidades de productos para el cabello, para promocionar productos para cabello rizado mayormente sólo muestran a mujeres blancas con un rizo de tipo liviano o con rizos falsos” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente Joven I). “En la televisión no hay mujeres negras, porque como dice el dicho, negro no es bonito, negro no vende. Y eso también hace mucho mal, porque te confieso algo, yo nunca me he sentido bonita, me alisé el pelo porque me volvía loca, siempre veía esas mujeres con ese pelo largo y liso y veía el mío horrible, yo también quería tener el pelo liso, pero ahora lo tengo peor que antes de echarme tanta vaina” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente de los sectores populares II). “Como mujer negra he sentido que soy menos atractiva que otras mujeres blancas, o con rasgos físicos no tan afro, hecho además reiterado por los patrones de belleza establecidos” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente Joven II). “Empieza una también a sentir vergüenza, a sentirse fea, que es una la que está mal, que hay que cambiarse y una empieza a odiarse completa, no me gusta el pelo, no me gusta la nariz” (Entrevista en profundidad: Mujer Afrodescendiente de los sectores populares I).

Por su parte, las mujeres afrodescendientes visibilizadas, reconocidas y valoradas social y mediáticamente serán aquellas que se han apegado a los patrones eurocéntricos, que han renunciado a su identidad y herencia africana mediante modificaciones corporales y otros artilugios que facilitan la tecnología y la industria cosmética. Este hecho se presenta como uno de los principales obstáculo para el empoderamiento de las mujeres afrodescendientes, así como,


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para la superación del sexismo, el racismo y el endorracismo en América Latina y El Caribe.

CONCLUSIONES

En América Latina y El Caribe ser afrodescendiente, como consecuencia de los prejuicios e ideología racista constituida en el periodo de colonización, ha sido y continúa siendo un estigma; desde la perspectiva goffmaniana considerado en el menor de los casos un defecto, en el mayor de ellos, un oprobio, un descrédito, algo que convierte en alguien de menor valor y estima social. Este proceso de racialización, estigmatización e inferiorización de las personas africanas y sus descendientes nacidos en las Américas tuvo una génesis de carácter económica, posteriormente justificada y legitimada a través del discurso religioso, filosófico y científico. Además de ello, lograría su mantenimiento y continuidad al naturalizarse en el entramado sociocultural mediante su incorporación en el proceso de socialización y su cotidianización en las diferentes instituciones sociales y espacios de sociabilidad. Sin embargo, es frecuente encontrarnos en diversos espacios y ámbitos de la vida social, -principalmente aquellos de carácter académico y mediático- ante la desestimación y negación de la existencia de racismo en América Latina y El Caribe pues, en los países de la región no se han dado experiencias de discriminación en su forma extrema como las conocidas experiencias segregacionistas de las Leyes de Jim Crow en los Estados Unidos de Norteamérica, las Leyes de Núremberg en la Alemania nazi, y el Apartheid afrikáner en Sudáfrica. Pese a ello, en América Latina y El Caribe con independencia de las particularidades e idiosincrasia de cada país, es posible encontrar múltiples y diversas manifestaciones de racismo, intencionales o no, al haberse constituido en parte de las rutinas, costumbres y hábitos de los procesos interactivos. Ahora, si bien el racismo latinoamericano en ocasiones puede instrumentalizarse de forma explícita, su expresión más frecuente ha sido y continúa siendo la solapada; es decir, a través del lenguaje, chistes, refranes, apodos, los gestos, la evitación, la duda, la sospecha, la ridiculización, la condescendencia, el cuestionamiento, la omisión, la invisibilización, la desatención, la desmoralización, la minimización; entre otras prácticas, discursos y representaciones estereotípicas naturalizadas y cotidianizadas que en ocasiones pasan inadvertidas, lo cual favorece que este tipo de discriminación se realice con total impunidad. El estigma racial forma parte de la vida cotidiana en América Latina, sin embargo, parece ser visible solo para quienes lo experimentan. De acuerdo a la


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encuesta realizada para esta investigación fue posible hallar que el 99% de las personas afrodescendientes encuestadas sabe que es el racismo, el 96% considera que existe racismo en su país, el 95% ha sabido o presenciado algún hecho de racismo y el 70% lo ha experimentado en algún momento de su vida. Esta racialización y discriminación es experimentada por los sujetos en casi todos los ámbitos de su vida, sin embargo, esta se realiza con mayor énfasis en los medios de comunicación donde son continuamente invisibilizados, aniquilados simbólicamente. Si aparecen, será en discursos y representaciones estereotípicas, en las cuales se les asocia de forma recurrente y continua al conflicto, el delito, la pobreza, la marginalidad, la ignorancia, y la violencia. Estos estereotipos afectan el desenvolvimiento y desarrollo de las personas afrodescendientes en los distintos espacios de la vida social, no obstante, las manifestaciones de racismo más frecuentes se realizan en el ámbito educativo y el empleo, donde continuamente están expuestos a la evitación del contacto físico y la interacción, el rechazo, la burla, la hostilidad, la desconfianza, la desaprobación, y la humillación por parte de compañeros, maestros y empleadores. Estos hechos tienen un significativo impacto en la vida de las personas afrodescendientes en América latina y El Caribe pues han contribuido a la deserción escolar y dificultado el desarrollo laboral, lo cual limita las posibilidades de movilidad social de esta población, la mejora de su calidad de vida, y por tanto, favorece el mantenimiento y reproducción de círculos de pobreza y precarización; situación que se profundiza en el caso de las mujeres.

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2016, Vol. XXII, No. 2 (jul-dic), pp. 145-162

EL MUNDO CONTEMPORÁNEO: LA DIFERENCIA COMO APUESTA CONTINGENTE A UNA «COMUNIDAD» POSIBLE Jordi Santiago Flores1 UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR Resumen: Ante la pregunta por ―lo común‖ como el sustrato que configura histórica, sociológica y culturalmente nuestros conceptos genealógicos de nación, ¿qué interpretación se hace de lo político como espacio contingente de encuentro y confrontación de la diferencia? El presente trabajo propone un recorrido que, desde cierta tradición de la hermenéutica, de la filosofía política y la teoría social, funcione como encadenamiento que nos permita situar la pregunta por la diferencia, en el campo del psicoanálisis freudiano, disciplina cuyos aportes para pensar aquello que no marcha como discursos totalizantes en la cultura, ofrece herramientas que nos permiten abordar los procesos contemporáneos de conformación de lazos sociales. Al final la propuesta apunta a la contingencia como aquello que sobreviene al malentendido –condición de todo sujeto hablante–, para hacer posible la estructuración de eso que dio origen en el siglo XIX a la sociología: el problema de cómo mejorar la calidad de los vínculos sociales; cuestión que hoy se nos muestra, otra vez, y aún, como un asunto por resolver. Palabras claves: Sujeto, contingencia, impasse, diferencia, lazo social, cultura.

I. LA TERAPIA PATRIÓTICA MUSICAL

Personas en una cafetería. Televisor encendido en el fondo, no genera ninguna atención sobre los presentes. Voz en off: Somos constantemente afectados por estímulos externos que nos hacen reaccionar de determinadas maneras, algunos de esos estímulos forman parte de nuestra propia historia personal y nos disparan ciertas conductas Comienza a sonar un himno y todos los presentes se levantan y empiezan a cantar. Cesa de sonar el himno y vuelven a sentarse. Retoman la atención en sus asuntos. El audio del televisor desaparece nuevamente del área de interés. Voz en off: Es claro que las canciones patrias nos llevan a ponernos de pie y cantar Se repite la acción anteriormente descrita. Voz en off: 1

jordisantiago84@gmail.com


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Porque son parte de nuestra identidad y, por eso, son capaces de hacernos dejar de hacer lo que estamos haciendo y unirnos a todos en una sola acción Se repite nuevamente la escena. Voz en off: Gracias a este fenómeno patriótico musical, ¡todo conflicto hoy tiene solución! – ¿De qué se trata? Pareja discute en la cocina. Una mano sitúa sobre la mesa un radio-reproductor. Comienza a sonar un himno y la pareja deja de discutir y empieza a cantar. Voz en off: Claro, porque antes de ser matrimonio son personas de una misma nacionalidad, por eso funciona esta terapia creada por el mismísimo Dr. Curcobein. Habla el Dr: La terapia patriótica musical apela a esos momentos que desde nuestra infancia compartimos como sociedad y ante la cual nos unimos en un sentimiento Cambia la escena. Dealers discuten por la calidad de la cocaína en una transa. Comienza a sonar un himno. Voz en off: Lo que el comercio y la droga dividen, el sentimiento patrio puede volver a unir Continúa sonando el himno. Habla el Dr. Curcobein: Claro, porque hay cosas que están más allá de los conflictos menores y cotidianos Continúa sonando el himno. Voz en off: Porque además de ser traficantes de drogas que les venden a menores, son también argentinos y se sienten hermanos Cambia la escena. Un callejón. Riña entre pandilleros. Voz en off: ¡Epa, epa!, qué nivel de violencia hay entre estos inadaptados sociales. La Terapia Patriótico Musical también puede con ellos. Ahí va: Comienza a sonar un himno. Los pandilleros dejan de pelear y se paran firmes, abrazándose incluso, para cantar. Voz en off:


El mundo contemporáneo: La diferencia…

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Porque acá está nuestra Argentina hecha canción. Patria y música, con la Terapia Patriótica Musical del Dr. Curcobein. Habla el Dr: Recuerden, la Terapia Patriótica Musical, para intervenir rápidamente ante cualquier conflicto o disturbio. Voz en off: Porque cuando una canción patria nos hermana y nos une, todas las diferencias quedan atrás. Un hombre gordo de rasgos asiáticos aparece en escena. Mira, extrañado, a los presentes que firmes cantan el himno. Pronuncia unas palabras que aparentan ser de origen asiático, y se marcha de la escena. Voz en off: La Terapia Patriótica Musical del Dr. Curcobein. Una voz diminuta, distinta a la del narrador: No funciona con extranjeros. FIN

II. HEIDEGGER Y EL MUNDO DE LOS OBJETOS

Retomemos la pregunta formulada en el apartado anterior: ¿de qué se trata? El lector quiere saber. El texto corresponde a uno de los fragmentos que con2 forman la película de Peter Capussotto (2012), comediante argentino, cuya obra, por su indudable carácter de coseidad –salvando las temporalidades–, en clave de la obra de arte heideggeriana y a propósito de Gadamer, salta para poner a hablar, si no un mundo, un impase; lo cual ya es bastante decir.

2

Cuyo material aquí citado fue preciso llevar a formato de guión, para intentar aprovechar, de alguna manera, la potencia propia de un formato audiovisual. Conscientes del alcance de sus estímulos.


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Para Heidegger, el mundo es ese espacio post-fundacional y definitorio don3 de confluyen todas las representaciones ónticas . Los ―nombres arbitrarios‖ que ya no logran hablar de la experiencia fundamental –fundacional– del pensamiento griego, proceso que comienza con la traducción latina-romana del habla del pensar, en un modo que ya no contiene la experiencia originaria de las palabras del pensamiento, haciéndolas perder ―suelo bajo sus pies‖. Estas nuevas denominaciones del pensamiento occidental fundan la interpretación, desde ahora rectora de la coseidad de la cosa; esto es, marcó el paso de una ontología del ser a una óntica del ser, el imperio de las representaciones sobre el ser del ente. El mundo de Heidegger –tendemos un puente con Laclau y Mouffe– es el espacio de lo político que alberga la política. Es el lugar mismo de la contingencia, del malentendido bíblico al que el filósofo alemán, ahora desde la metafísica, nos condena por haber probado del árbol del saber. La ―verdad‖, mayor tesoro de lo humano, quedó oculta entonces detrás, a un lado, sobre el lenguaje, y sólo nos será dada –aún Heidegger– con su desocultamiento puesto en obra en sólo 4 algunos pocos modos esenciales . Se trata, pues, que levantar un mundo y traer aquí la tierra supone la disputa de ese combate –que es la obra– en el que se lucha por conquistar el desocultamiento de lo ente en su totalidad, esto es, la verdad (Heidegger, 1935/1996: 26). ―Un mundo no es una mera agrupación de cosas presentes contables o incontables, conocidas o desconocidas. Un mundo tampoco es un marco únicamente imaginario y supuesto para englobar la suma de las cosas dadas. Un mundo hace mundo y tiene más ser que todo lo aprehensible y perceptible que consideramos nuestro hogar. Un mundo no es un objeto que se encuentre frente a nosotros y pueda ser contemplado. Un mundo es lo inobjetivo a lo que estamos sometidos mientras las vías del nacimiento y la muerte, la bendición y la maldición nos mantengan arrobados en el ser. Donde se toman las decisiones más esenciales de nuestra historia, que nosotros aceptamos o desechamos, que no tenemos en cuenta o que volvemos a replantear, allí, el mundo hace mundo (…) En el hecho de hacer mundo se agrupa esa espaciosidad a partir de la cual se concede o se niega el favor protector de los dioses. Hasta la fatalidad de la ausencia del dios es una de las maneras en las que el mundo hace mundo.‖ (Heidegger, 1935/1996: 19-20). 3

4

Sabemos que la poesía del poeta romántico alemán Friedich Hölderlin (1770-1843), ocupaba para Heidegger un sitial privilegiado en cuanto a la capacidad de abrir el ente para permitir atisbarlo tal y como es, poniendo en obra la verdad. ―(…) es precisamente en una obra semejante, siempre que sea obra, donde está obrando la verdad. Si no, pensemos en el himno de Hölderlin «El Rin». ¿Qué le ha sido dado aquí al poeta y cómo le ha sido dado, para que a continuación haya podido reproducirlo en el poema?‖ (Heidegger, 1935/1996: 14). Pensemos también en la atención que prestó Heidegger a la pintura «Los zapatos» (1886), de Vincent Van Gogh (1853-1890), en donde, para el filósofo, el desocultamiento del ser de la cosa se pone en obra para mostrar, ya no la descripción de un zapato, sino el conjunto de relaciones que en torno al utensilio (en tanto cosa) se ponen en obra como verdad (Heidegger, 1935/1996: 11).


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Decíamos hace un momento, a propósito del texto de Capussotto, que nos poníamos a salvo de las distancias temporales, ¿de qué distancias?: del tiempo de una obra, esto es, del determinado contexto en el que un documento de la cultura pone a hablar al síntoma; aquello que dice lo monstruoso, pesadillezco de la incompletud de la representación. La ―verdad verdadera‖, como la llamó Freud, que fugazmente da cuenta de lo real im-posible, y que contingentemente pasa por el lenguaje. Ponernos a salvo nos permite situar en un mismo plano de reflexión –sin decir que es lo mismo– «El Rin» de Holderlin y la «Terapia Patriótica Musical» de Capusotto, si partimos de que el mundo es entonces el lugar –confín– contingente de lo político, diría Laclau: en el que la heterogeneidad constitutiva implica la primacía de lo político en el establecimiento del vínculo social, entendiendo lo político como una construcción contingente (Laclau, 2008: 51-52). La verdad que se desoculta en el texto de Capussotto es el problema mismo de la verdad en tanto certeza, totalidad ordenadora (y que, por cierto, encuentra en el chiste el 5 deslizamiento posible para la producción de goce ) propias de una herencia moderna y sus gastados –problemáticos ahora– discursos genealógicos del Estado-Nación.

III. RENAN: LA NACIÓN DEL SUJETO DEL OLVIDO

Para Elias Palti, la erosión del concepto genealógico de nación comienza a gestarse en la segunda mitad del siglo XIX, encontrando su representación en dos textos fundamentales: «Nacionalidad» (Nationality), de Lord Acton, publicado originalmente en «The Home and the foreing review» (1862); y «¿Qué es una nación?» (qu‘est-ce qu‘une nation?), conferencia dictada en La Sorbona por Ernest Renan, en 1882. Palti señala, sin embargo, que ambos planteamientos son todavía muy tempranos en los intentos de problematizar las tesis genealógicas de la nación –aunque, sin duda, éstas luego servirían de bases para muchas aproximaciones antigenealógicas posteriores–, cuyas críticas a las corrientes nacionalistas de cuño romántico historicista que estos autores elaboraban pivoteaban aún sobre la base de sus mismos presupuestos y se inscriben, de hecho, dentro de una matriz organicista de pensamiento (Palti, 2006: 50) . No obstante, Palti se detiene, en un trabajo de armado, a perseguir las condiciones y nudos que guiaron a estos autores, incluso después de los mencionados trabajos, a conjeturar lo que claramente se mostraba ya en una dimensión problemática.

5

Véase Freud, Sigmund (2012), también Flores, Jordi Santiago (2016).


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Llegado a este punto, sin ánimos de extraviarnos en las vastísimas elaboraciones que en torno a estos autores se han hecho, quedando atrapados en una discusión sobres las tesis del Estado-Nación (nos interesa ir un poco más allá, o más acá), nos detendremos sin embargo en la noción de olvido, categoría que Renan enlaza con su idea del plebiscito diario en tanto voluntad de hacer nación. Recordemos que las elaboraciones de Renan parten de un estudio sobre cómo la conformación de una idea de nacionalidad francesa, que él sitúa entre el siglo X y el XIII, es una construcción que le antecede un largo proceso de invasiones, conquistas y alianzas, que mantienen entre sí el denominador común de la masacre como ejercicio brutal para el forzamiento de una posible idea de unidad. A pesar de las innumerables diferencias de carácter étnicas, religiosas, incluso de lenguaje (primer olvido al que hace referencia Renan y que el proyecto de los nuevos Estados nacionales se encargaría de vehiculizar), bastaron unos cuantos siglos de ejercicio de violencia y exterminio para, con el paso del tiempo, ir reuniendo –aunque se dijese ―borrando‖– tales diferencias en torno a discursos identificatorios sobre un espacio común del que hemos venido. Pero esa acción sólo fue posible gracias al ―olvido‖, único factor fundamental para la conformación de una nación. ¿Olvido de qué? Olvido del exterminio de las diferencias que hicieron posible un discurso del nosotros. Dice Renan (1882/2010: 26): Si tomamos una ciudad como Salónica o Esmirna, encontraremos cinco o seis comunidades que tienen sus propias memorias y prácticamente nada en común. Sin embargo, la esencia de una nación es que todos tengan muchas cosas en común y, también, que hayan olvidado muchas otras. Ningún ciudadano francés sabe si es borgoñés, alano o visigodo, y sin embargo todos los ciudadanos franceses deben haber olvidado la masacre de San Bartolomé.

Es incluso tan necesario preservar intacta y actuando la función del olvido, que llega a tildar Renan de ―error histórico‖ el progreso de las investigaciones que, con ―escrutinios muy minuciosos‖, sacan a la luz actos de violencia que estuvieron en el origen de todas las formaciones políticas, aún aquellos que han tenido consecuencias completamente beneficiosas. Tales investigaciones históricas, según Renan, acabaron con reinados como el de Hugo Capeto, cuya nación, que había alcanzado una unidad sentimental y simbólica sin precedentes en Europa, terminaría abominando de él al enterarse de las estadísticas de las masacres y actos de terror cometidos bajo su corona a lo largo de un siglo en el norte de Francia (Renan, 1882/2010: 25). Pero, para Renan, el olvido pasa también por la voluntad de los hombres de superar los contrastes y unirse en torno al deseo de compartir una herencia en común. Ya la raza y la tierra no serán diferencias, pues el alma de los hombres


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lo es todo para conformar ―esa cosa sagrada‖ que se denomina pueblo. Una nación es un principio espiritual, el resultado de las profundas complicaciones de la historia; es una familia espiritual (…) La nación, como el individuo, es la culminación de un vasto pasado de esfuerzos, sacrificios y devoción (Renan, 1882/2010: 35) –Aún más– haber sufrido juntos (…) el sufrimiento en común vale más que la alegría (Renan, 1882/2010: 36). ¿Hacia dónde se va prefigurando esa idea de voluntad sino hacia el mito del padre de la horda primitiva y el accionar de sus hijos construyendo un vínculo, abordaje que Freud nos ilustró bien en Tótem y Tabú, Psicología de las masas, y El malestar en la cultura? Volveremos sobre este punto. Sella a continuación Renan lo que definitivamente viene a marcar en las tesis antigenealógicas del Estado-Nación, la irrupción del sujeto como condición primaria y fundamental para el mantenimiento de la masa. La existencia de la nación es, si se me permite la metáfora, un plebiscito diario, así como la existencia de un individuo es una afirmación perpetua de la vida (Renan, 1882/2010: 36). Palti, interesado por lo que parece una contradicción en los postulados de Renan, a saber, por un lado la idea de voluntad ligada a un ―nosotros‖ de raíz atávica, ―espiritual‖, y por el otro, la voluntad como determinación del individuo (nociones ambas que aparecen como definitivas y necesarias), explora en un trabajo de Renan, anterior a la conferencia en La Sorbona, lo que podría orientar una definición germinal de individuo en tanto identificación política. En su obra «El origen del lenguaje» (1848), se dedica a construir lo que él llamó una embriogenia del espíritu humano a partir de un exhaustivo trabajo de síntesis sobre el concepto preformista evolucionista de los orígenes y formación del lenguaje, llegando a proposiciones que sitúan lo nacional-político como espacio constructivo de la diferencia representada en el lenguaje. Así lo dice: Las lenguas viven del modo que el hombre y la humanidad que las habla, es decir, en un fieri continuo; se componen y se descomponen sin cesar por una especie de vegetación interior y de circulación de dentro a fuera. La semilla que se siembra encierra potencialmente todo lo que un día será el ser (Palti, 2006: 68)

La nación es, entonces, un campo definitivamente contingente donde no actúan leyes naturales sino la voluntad misma de la singularidad in fieri, esto es en proceso de hacerse, haciéndose. No hay dos hechos que se sucedan de la misma manera, ni dos seres que entren en la misma categoría: sólo hay casos individuales dirigidos por las causas fortuitas del momento (Palti, 2006: 72); dirigidos por las diferencias que la componen y que en la contingencia que el olvido, el goce y el deseo posibilitan, construyen el único lazo posible.


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De este modo, en síntesis, la nación se constituye a sí misma en el propio acto de olvidar sus antagonismos. Pero el olvido supone que alguien, un sujeto, debe haber olvidado. Es entonces la comunidad del olvido (Palti, 2006: 73) del sujeto la nación de Renan. Sin embargo, él olvidó un pequeño asunto que Bene6 detti nos recuerda en su poema «Se había olvidado» : el olvido está lleno de memoria. Damos un paso más y decimos, en clave freudiana, el olvido está lleno de pulsión. Freud comienza su célebre obra «El malestar en la cultura» (1930) hablando de lo que un amigo (Romain Rolland) le manifestó acerca de «El porvenir de una ilusión», trabajo publicado por Freud en 1927. Romain le comenta que acuerda con sus juicios sobre la religión, pero que lamenta que éste no haya concedido su justo valor a la fuente última de la religiosidad. Se trata de un sentimiento particular que jamás habría dejado de percibir, que muchas personas le habrían confirmado y cuya existencia podría suponer en millones de seres humanos; un sentimiento que le agradaría designar „sensación de eternidad‟ (Freud, 1930/2010: 54). Un sentimiento sin límites, sin barreras, en cierto modo oceánico, que aunque esencialmente subjetivo determinaría la fuente de la energía religiosa. Un sentimiento oceánico que hace al sujeto sentirse religioso aunque rechace toda fe y toda ilusión. Ante eso Freud confiesa sentirse en el pequeño aprieto de no lograr reconocer en él tal sentimiento oceánico. Esto lo lleva a movilizar la reflexión desde la investigación psicoanalítica sobre cómo se conforman efectivamente los vínculos afectivos que, en todo caso, nos enlazan como parte de una cultura, produciendo en ―nosotros‖ un sentimiento de indisoluble comunión, de inseparable pertenencia a la totalidad del mundo exterior; en otras palabras, se pregunta, ¿si la adjudicación del ―objeto de la vida‖ sólo es propia de los sistemas religiosos, qué fines y propósitos de vida expresan los hombres –todos– en su propia conducta; qué esperan de la vida, qué pretenden alcanzar en ella? La respuesta de 7 Freud es tajante: aspiran a la felicidad . Reproducimos aquí un fragmento, para nosotros el más estremecedor: ―(…) pero un día el chaparrón de la memoria/ cayó sobre su calva tan lustrosa/ y sintió el bochorno de ya no ser/ el guirisito de viejas primaveras/ de saberse asimismo un huérfano de amores/ un náufrago de patrias un ausente/ y lo asaltó la cruz de los menesterosos/ la piel de la violada que no pudo llorar/ las máscaras que imitaban a su rostro/ y lo bañó el embuste a borbotones/ y la purulencia de la vida de cruel/ y puteó larga y tartajosamente/ ante el olvido el intratable olvido/ cuando lo vio tan lleno de memoria.‖ (Benedetti, 2000: 21). 6

7

No olvidemos que Durkheim, hacia 1890, comienza a interesarse por los índices de suicidio de la época, llegando a la conclusión de que la solución pasaba por inyectarle solidaridad al vínculo social, para lo cual era necesario que las instituciones, encargadas para tal fin, aumentaran el bienestar (la felicidad) de la sociedad.


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¿Pero qué es la felicidad? Según Freud esta aspiración tiene dos fases: un fin positivo y otro negativo: por un lado evitar el dolor y el displacer; por el otro, experimentar intensas sensaciones placenteras. Sin embargo, no sólo advierte que en sentido estricto el término solo se aplica al segundo fin, sino que, y aquí coloca un talismán de vida a su obra, el objetivo vital está determinado por el principio del placer (el recorrido de la pulsión), principio que rige las operaciones del aparato psíquico desde el origen, y que es irrealizable porque todo orden del universo –la cultura– se le opone (Freud, 1930/2010: 66-67). El Superyó del tiempo de Freud, sin embargo, plena modernidad y vivo ejercicio de la moral victoriana, encontró la manera de que los impulsos agresivos –productos del malestar por la renuncia al goce que los ideales de la cultura y sus exigencias impusieron– que se ponen afuera, en lo social, se introyectásen hacia el sujeto para crear un semblante moral que produjese enormes sentimientos de culpa, estableciendo una idea rígida del deber ser. En otras palabras, el Superyó de la modernidad aseguró el mantenimiento del vínculo social, a pesar del malestar, preservando los impulsos amorosos (libidinosos) a través de, nos atrevemos a decir, sí un sentimiento oceánico que no era otro que el del miedo al castigo moral, a la pérdida del amor del otro que lo dejase peligrosamente a su merced. Esta afirmación se constata porque el sostenimiento de la cultura occidental, de su idea de comunidad y más aún de sociedad, refuerza cada vez el mismo conflicto del asesinato del padre, persistiendo en formas que dependen del pasado, reforzándose y exaltando aún más el sentimiento de culpabilidad (Freud, 1930/2010: 124). Es por eso que Freud se pregunta si ¿acaso no estará justificado el diagnóstico de que muchas culturas –o épocas culturales, y quizás aún la humanidad entera– se habrían tornado „neuróticos‟ bajo la presión de las ambiciones culturales? (Freud, 1930/2010: 137). Pensar que las distintas épocas culturales son el resultado de los malestares bajo la presión de las ambiciones culturales, permite reavivar siempre el texto freudiano. ¿Cuál es la ―frustración cultural‖ de nuestro tiempo? ¿Quién podría asegurar el desenlace final? Son claves que preservan la conjetura frente a la teoría. El malestar se reaviva siempre, de forma particular, en cada época.

IV. BAUMAN Y FREUD: EL PROBLEMA DE LAS LIBERTADES

En su libro «Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global», Bauman toma el problema de la violencia juvenil en la comunidad de Bradford,


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al oeste de Yorkshire (Inglaterra)8, para sostener que dicha situación es consecuencia, no ya de un asunto local, sino el resultado de una ―baja colateral‖ 9 de la globalización descoordinada, descontrolada e impulsada por los dividendos del mercado. Estos daños colaterales se traducirían en tres factores fundamentales: la instilación al consumo como filosofía de vida, la reducción de oportunidades para los pobres y la ausencia de perspectivas realistas por parte de los sectores menos privilegiados, para salir de la pobreza. Señalan tales desigualdades, sin duda, un problema estructural del mundo globalizado que, repleto de sociedades superpobladas y todavía en continua explosión demográfica, ha segregado, aún más, desnominalizado (si existiera la acción como descapitalización del propio nombre) a eso que Bauman llama ―población redundante‖: los pobres, pero también, y las sociedades globalizadas cada vez más lo testimonian, una numerosa multitud de ―sin clases‖ 10 que no son prioridad y se convierten así en víctimas colaterales. Son precisamente estas víctimas las que permanecen al margen de la estadística, como si fueran un residuo que queda, vano e inclasificable, en los estudios, cuantitativos los más de ellos, sobre la pobreza. Pero aún más grave, no se registran las víctimas y mucho menos el impacto en la estructura social, la rajadura del colapso entre los vínculos. Los índices económicos no reflejan los efectos sobre la salud física y mental de la población, así como su calidad de vida, el 8

No podemos dejar de recordar la maravillosa secuencia de la película «El significado de la vida» (1983), de los Monty Python, donde se caricaturiza hasta la saciedad crítica los miserables entornos socioculturales y económicos, que se generaron periféricamente -como en Yorkshire oeste, por ejemplo– en torno a las industrias nacientes posteriores a la revolución industrial. Precisa Bauman que ―el término ‗baja (o daño, o víctima) colateral‘ fue acuñado en tiempos recientes en el vocabulario de las fuerzas militares expedicionarias, difundido a su vez por los periodistas que informan sobre sus acciones, para denotar los efectos no intencionales ni planeados –e ‗imprevistos‘, como suele decirse erróneamente– que no obstante son dañinos, lesivos y perjudiciales.‖ (Bauman, 2011: 13). 9

En sintonía con esta calificación de ―sin clase‖, Xiomara Martínez se acerca a una definición de multitud que abona este campo de discusión. ―La multitud queda en el limbo, en el margen, ignorada. No es de la sociedad, pero tampoco es del Estado, ni es privada ni es pública. Ni son los individuos ni es el pueblo. Pero mucho menos podrá ser ciudadanía. (…) Esa multitud que parece condenada por el ‗Estado despótico‘ a no poder vivir la polis como confín; a no superar el ‗estado de naturaleza‘, a nunca poder tejer tramas de subjetivación democrática; a ‗no constituir nunca ciudadanía‘ (excluida de un lenguaje hegemonizado, violentamente expresado, como pueblo-clientela/ individuo consumidor.‖ (Martínez, 2011: 173). 10


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tenor de su compromiso político y la fortaleza de los lazos que la integran en el seno de la sociedad (Bauman, 2011: 11). Es peligroso ser pobre, dice Bauman, porque la promesa de ―felicidad‖ del Estado de bienestar ya no alcanza para todos. Es el fracaso de la ―totalidad imaginada‖ de la modernidad, institucionalizada ahora bajo la figura del Estado social y los órdenes simbólicos que sostenían el establecimiento de sus vínculos, vehiculizados estos bajo la figura del padre protector, represor y educador; unidad total de un poder deificado cuya herencia significante situamos en la base misma del pensamiento cartesiano. Se trata de la quiebra del Estado/compañía de seguros –nos gusta esta imagen que introduce Bauman– propia de la democracia liberal, o democracia representativa (de este lado del mar la conocemos mejor en esos términos), que ya no logra cumplir con el mantenimiento de las pólizas de seguros dirigidas a proteger a la sociedad de las amenazas que, como buena empresa, ha alimentado ella misma con sus distintas estrategias de marketing mass-mediático (porque es mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo 11). Sabe bien el Estado moderno de amenazas y políticas del miedo, pero la administración no le corresponde sólo a él. Esto lo sabemos gracias a Freud. Ciertamente Bauman reconoce en «El malestar de la cultura» un punto clave para ordenar su reflexión en torno a los estragos de nuestro tiempo. ―Estamos organizados de tal modo –escribió Sigmund Freud en 1929, sin que nadie lo haya contradicho seriamente desde entonces– que solo podemos gozar con intensidad del contraste, y muy poco de lo estable‖ (Dessal & Bauman, 2014: 17). A partir de aquí el sociólogo polaco aborda el asunto de la felicidad como eje central que vehicula el establecimiento de los vínculos sociales, aún más, preserva la idea de que la felicidad como ―condición social‖ es una empresa imposible12.

11

Como reza la famosa cuña de Multinacional de Seguros C.A. Compañía de seguros venezolana. 12

Es claro que para Bauman el fracaso del Estado social se debe, no ya al incumplimiento de la promesa, sino a la debilidad para mantener la ilusión de poder cumplirla. Ahí la raíz del ―colapso‖ en las riendas de la violencia: ―El miedo que la democracia y su retoño, el estado social, prometieron erradicar, ha retornado para vengarse‖ (Dessal & Bauman, 2014: 30). Hacemos aquí otra conexión. Nos viene a la mente la canción de Joan Manuel Serrat «Disculpe el señor», de su álbum «Utopía» (1992), y que colocamos en el siguiente enlace para ser reproducida, en: Youtube. Disculpe el señor. https://www.youtube.com/watch?v=w8BnbJNP_CI


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Acuerda (¿y cómo no?, sujeto mediante) que la entrada a la cultura implica una transacción –¡la bolsa o la vida!, dijo Lacan–, en la que ganamos algo a costa de perder otra cosa. A partir de este punto Bauman se distancia (se mal entiende) con el desarrollo propuesto por Freud, en tanto que sitúa el intercambio en términos de entrega de libertad a cambio de protección. Así lo dice: Freud –si pudiera echar un vistazo a nuestro tiempo– (…) habría llegado a la conclusión de que el descontento humano con el estado de las cosas deriva principalmente de haber renunciado a demasiada seguridad a cambio de una expansión inaudita de la libertad (Dessal & Bauman, 2014: 20). Bauman sostiene que el paso de la modernidad a la era global supuso una separación entre la política y el poder, relegando así el campo de la política al mero funcionamiento localizado; mientras que el poder (trasnacional, militar, cultural, financiero) se dirime en la escena global. Es un desplazamiento del ágora al mercado, que pareciera colocar el asunto de los deberes políticos en el plano de los derechos económicos, o, mejor dicho (porque esta frase encubre demasiado), en el plano de la ―libertad‖ que el mercado nos confiere en nuestro rol –político hasta el contrasentido– de consumidores. Dicha trasmutación del ágora por el mercado no es otra cosa que el intercambio de los compromisos y el cumplimiento de las responsabilidades éticopolíticas, por las libertades individuales que nos permiten gozar de las comodidades del ámbito privado, mientras un poder leviatánico nos brinda su sostén. Esto es lo que Bauman ha calificado de ―amurallamiento‖ del espacio de lo político que hace de los vínculos sociales –ya sin ninguna responsabilidad unos sobre otros– amores líquidos. Sin embargo nos parece que Bauman pierde el tenor de la idea de libertad en el texto freudiano. Idea a la que por demás el psicoanalista no dedica demasiadas líneas, estableciendo desde el vamos el alcance que tal noción tiene en su recorrido: originalmente el ‗yo‘ lo incluye todo; luego, desprende de sí un mundo exterior (Freud, 1930/2010: 57). Esto para referirse al paso que conduce al sujeto lactante a su lugar en la cultura. Este tránsito, podríamos decir, supone la pérdida de una posible idea de libertad de un sujeto que aún no distingue su yo de un mundo exterior, diferenciación que irá aprendiendo gradualmente por la influencia de varios estímulos. No obstante este pequeño espiral abre sucesivamente unos más amplios y medulares del campo psicoanalítico, y aún de las Ciencias Sociales, que en algún giro retoma, quizás, una posible elaboración sobre la libertad que no es. Originalmente el yo lo incluía todo, luego, con su entrada en la cultura, se desprendió de sí un mundo exterior que impuso sus prerrogativas como sostén


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del orden. En este punto Freud suscribe las tesis de Hobbes, el miedo a las tendencias agresivas propias del otro permite que la cultura despliegue sus preceptos. Interesante es que Freud no alude propiamente a la conformación del Estado sino a los distintos discursos que preservan el llamado de la cultura. Esto lleva la discusión a un lugar interesante, pues este Leviatan de Freud no es ya del orden del contrato –aunque se deja entrever en sus postulados que alguna vez lo fue– sino una condición de la cultura; esto es, no se trata ya de la figura del Estado moderno, sino de la condición misma del lazo social. El tema de la pérdida de libertad, sin embargo, no es exclusivo del orden de la civilización. Tiene que ver, ya lo dijimos, con el acto mismo de habitar con el otro, desde el propio momento en que el hombre se dio cuenta que necesitaba del otro para su existencia vital. A partir de ahí comienzan a fundarse las primeras instituciones, entre ellas la primordial: la familia. Por esta razón, dice Freud, ya en la fase totémica la cultura se basaba en las restricciones que los hermanos hubieran de imponerse para preservar el amor del padre, que gozaba de todo sin límites. Recordemos que para el Freud de «El malestar en la cultura» (1930), pleno ejercicio del poder despótico del discurso totalizante de la modernidad, representada está en la figura del orden del padre –el padre de la horda primitiva de «Tótem y Tabú»– era preciso preservar el amor del padre y los hermanos en profundos lazos libidinales que aseguraran la protección de la amenaza que supone el otro. Se ama para no odiar. Planteamiento que Freud toma del mandato bíblico amarás al prójimo como a ti mismo, y a partir del cual advierte, en cambio, que el hombre no es una criatura tierna y necesitada de amor, y que al contrario es un ser que incluye entre sus disposiciones instintivas también una buena parte de agresividad. Por supuesto sabemos que no se trata de una posición nihilista y desencantada de la raza humana –sentimiento que se quiso achacar a Freud en varias oportunidades a causa de su opinión manifiesta sobre la posición del hombre frente a la guerra–, es más bien la respuesta más humana ante la supresión de los instintos primarios, a las constantes instigaciones de la cultura a (in)satisfacer nuestros deseos de ―ser felices‖. Bauman plantea –dijimos que hay algo con lo que no sabe hacer– que en los tiempos de Freud y sus escritos la angustia más común estaba asociada al déficit de libertad, ante lo cual sus contemporáneos estaban dispuestos a renunciar a una porción de seguridad a cambio de que se eliminara una cuota de restricciones impuestas a sus libertades. Finalmente lo lograron –sentencia. Ahora se multiplican los indicios de que cada vez más gente cedería de buen


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grado parte de su libertad a cambio de emanciparse del aterrador espectro de la inseguridad existencial. Gustavo Dessal, en el texto «El retorno del péndulo. Sobre psicoanálisis y el futuro del mundo líquido», le responde a Bauman que si bien la tesis central de «El malestar en la cultura» podemos hallarla en el miedo del sujeto a causa de tres factores fundamentales, a saber, los embates de la naturaleza, la degradación biológica y el vínculo con los otros, hay un cuarto factor determinante al que Freud hace alusión a lo largo de todo el texto, sin nombrarlo. Nos referimos, claro está, a la amenaza que el sujeto produce sobre sí mismo. Dice Dessal: (…) el más temible es aquel que nos acecha desde el interior de nosotros mismos, y que se origina en esa fuerza demoníaca que Freud denominó ‗Todestrieb‘, la pulsión de muerte (Dessal & Bauman, 2014: 26-27). Es importante recordar que la teoría de las pulsiones ocupó a Freud desde «tres ensayos para una teoría sexual», publicado en 1905, en donde comienza a notar el impulso de repetición que actúa en el sujeto como síntoma. El trieb freudiano se compone de las pulsiones yoicas (instintos que buscan preservar la vida del sujeto) y las pulsiones objetales (instintos libidinosos dirigidos a objetos). Quince años más tarde, con «Más allá del principio del placer» (1920), Freud reordena su conjetura y sitúa en un mismo grupo a las pulsiones yoicas y objetales bajo el nombre de pulsiones de vida, diferenciándolas de lo que él llamo la pulsión de muerte. Así lo retoma en «El malestar en la cultura»: además del instinto que tiende a conservar la sustancia viva y a condensarla en unidades cada vez mayores, debía existir otro, antagónico de aquel, que tendiese a disolver estas unidades y a retornarlas al estado más primitivo, inorgánico (Freud, 1930/2010: 109). En otras palabras, junto al Eros (los impulsos libidinosos –amorosos– que posibilitan los vínculos entre gentes) cohabitaría con él un instinto de muerte, impulso agresivo del cual una parte se pone en el exterior (y ahí la compleja, pero conocida lucha entre el bien y el mal), mientras que la otra parte es introyectada por el sujeto, tragada por él, como semblante moral: el superyó, ordenando dentro del sujeto lo que es permitido y lo que no, dicho de otro modo, de lo que puede gozar y de lo que no. Esto abre la discusión que iniciamos con Bauman hacia un terreno definitivamente más frondoso. Decía Freud sobre la felicidad, en las primeras páginas del texto que nos ha guiado hasta ahora, que finalmente quien fija el objetivo vital es simplemente el programa del principio del placer; principio que rige las operaciones del aparato psíquico desde su mismo origen. Y sin embargo, ahí, también, empujando, su más allá: la pulsión de muerte.


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IV. CONSIDERACIONES FINALES: LA DIFERENCIA

¿Cómo recoger lo aquí desplegado, y volver? Hemos tomado de Heidegger la idea del mundo como lugar de lo político, ese espacio donde confluye el universo de las representaciones, pero también lo real contingente que, estructurado como un lenguaje, se hace lenguaje para desocultar la diferencia y hacerla hablar. Renan nos introdujo en la dimensión del olvido como voluntad política, para luego rescatarnos y sostenernos, otra vez, en la discusión sobre la diferencia en tanto hecho político (del lenguaje) de lo singular, de la memoria que se atesora y actúa (lo vimos con Benedetti) en su dimensión traumática –trágica– para narrar desde la contingencia el resto que queda de la violencia del poder totalizante del discurso nacionalista. Bauman, por su parte, preocupado por los malestares en la cultura hoy, reflexiona sobre la noción de libertad interrogado por el texto freudiano, recorrido con el que quisimos dialogar para mantener el problema fuera del campo de la sociología y las instituciones durkheimnianas, y en cambio preservarlo en el terreno de un sujeto dividido, partido por la entrega de su voluntad de olvido a lo simbólico. Un sujeto que, como ya se ha dicho, está condenado al malentendido –a la diferencia que establece la falta de un significante ordenado– con el otro en tanto única posibilidad de existir como tal. Son cuestiones estas que nos sitúan en el marco conceptual de problemas epistemológicos que ocupan hoy un lugar central en las ciencias sociales y humanas (también en el psicoanálisis): la cuestión de las identidades –o subjetividades– políticas; los vínculos sociales en el mundo líquido; la corrupción simbólica que cede ante una avanzada del imaginario trayendo consigo el imperio de la violencia y la rasgadura de la norma; la desigualdad social y la crisis del modelo democrático; el fracaso del Estado de bienestar y su promesa de seguridad; el miedo y amurallamiento de los sujetos políticos en el comercio de la hegemonía; la crisis, también, de la representación del discurso de la ciencia. Son estas ventanas problemáticas parte de una lista que, sin duda, ha traspasado los límites de seguridad del discurso genealógico del Estado-Nación moderno y su verdad. Aquí es donde emerge la noción de mundo contemporáneo por la que ha transitado el texto. En el quiebre de una lógica de discurso dominante que es el de la modernidad, y que, al menos con Negri y Hardt decimos que desde mediados del siglo pasado se ha desplazado a otros modos de funcionamiento, igualmente complejos pero diferentes en sus maneras de organizar y administrar los lazos sociales contemporáneos13. Es el discurso de la globalización, de la comu13

Véase Flores (2016).


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nidad global, que opera supranacionalmente, a la par y, por supuesto, incidiendo en los procesos locales y particulares de las sociedades y los Estados, razón por la cual ningún abordaje problematizante de lo político en occidente debe dejar al margen estos planteamientos. Ante esto el psicoanálisis de orientación lacaniana (que es decir la formalización y el curso del psicoanálisis freudiano hasta nuestros días) ha encontrado al menos una posición para pensar estos procesos: el no para todos. La apuesto por que cada uno encuentre su modo, no masificado, de postular el problema de la causa en su propia existencia (Márquez, 2013: 48). Esto es encontrar un modo, siempre singular, mas no despolitizado, de tratar con la pulsión. Porque si bien el síntoma muestra el fracaso del lazo social, el síntoma también lo hace posible; lo único que hace lazo es que el síntoma se dirige al otro. Dicho de otra manera, los seres sexuados –seres del lenguaje– hacen pareja a nivel del goce, siempre de manera sintomática (Cárdenas, 2009). Esto no significa decir, en la clave más polémica de los postulados posmodernos, que todo vale. Este no para todos supone, al contrario, que no todo vale; que vale aquello que produce efectos en el cuerpo de los sujetos, y este valor, único, singular, no puede masificarse en nombre de un solo himno. Ahí es donde subsiste la diferencia. Esto tampoco supone decir, como bien sirve de bandera al discurso de la globalización, que cada quien tiene derecho a pensar y ser como le venga en gana, que cada quien puede ser único –a lo que ponemos entre paréntesis (bajo el cielo del mercado. La diferencia no se manifiesta en las prerrogativas, en las preferencias y mucho menos en las voluntades nietzschnianas de ―super hombres‖, ni en las utopías de ―el hombre nuevo‖; la diferencia está en el hecho de que cada uno tiene un cuerpo, y que vérselas con él supone administrar su propia falta, sus propios deseos, su propio goce y sus distintos imaginarios; empresa para la cual solo dispone de la precariedad del lenguaje. Cuando hablamos de la diferencia como apuesta contingente a una «comunidad» posible, estamos situados justamente en este campo problemático que acabamos de retratar. Tal como lo establece el DRAE, la contingencia es la posibilidad de que algo suceda o no suceda14. Es la condición de todo hecho de lenguaje y, como bien lo entendió Laclau, de todo hecho político. Solo contingentemente es posible hacer lazo. Esto hecha de lado, por supuesto, o al menos pone en entredicho, las posiciones del ―igual para todos‖, del ―todos somos iguales porque venimos del mismo lugar‖, de que los ―conflictos menores y cotidianos‖ de la diferencia pueden ser resueltos –no sin violencia– con la Terapia Patriótica Musical del Dr. Curcobein.

14

En DRAE: http://dle.rae.es/?id=AVWiN0d


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Por último, cuando decimos una apuesta contingente para una «comunidad» posible, estamos tomando la noción de comunidad que viene de la mano de las tesis nacionalistas con las que dialogamos a lo largo del texto. No nos adentramos a discutir con las conformaciones locales que han hecho comunidad a través del acuerdo de sus propias lógicas, y cuyo funcionamiento para el uso político del poder en aras de obtener beneficios sociopolíticos y socieconómicos de cara a la hegemonía del Estado, ha mostrado una posibilidad de armonizar las diferencias en torno a un proyecto común. Sobre cómo tramitan estas agrupaciones la diferencia es asunto de otras investigaciones. Finalmente, consideramos que es notable la importancia que tienen estas elaboraciones para el estudio presente de Latinoamérica, región en la que aún se reordenan las hegemonías de los sistemas políticos luego de llegar a constituir, a lo largo de la primera década del nuevo milenio, un bloque nacionalista fuerte cuyos órdenes discursivos hicieron del paraguas del Estado-Nación el principal agente. La pérdida de la hegemonía de algunas de estas fuerzas políticas, o el debilitamiento por diversos factores de otras que todavía permanecen en el poder, han dejado al descubierto las dificultades a las que se enfrentan estas doctrinas frente a las nuevas lógicas simbólicas del mundo contemporáneo. Por supuesto que a la luz de estas perspectivas, un estudio aparte habría que hacerse sobre Venezuela y su adecuación al mundo contemporáneo de cara al rol del gobierno y las tensiones que han producido las distintas formas de sociabilidad política en torno a él. Los resultados, sin duda, darán cuenta de una evidente fractura del lazo social, pues es quizás Venezuela uno de los países en donde la soga de las fuerzas políticas (al otro extremo de la soga se encuentra la llamada oposición política venezolana15) han relegado a la diferencia a los vértices más liminares y opacos del hecho político. Una muestra de ello es que hasta apenas hace unos años, y habría que pensar si el cambio se debe a la radicalización de las posiciones políticas frente al conflicto, las fuerzas en disputa lograron hacer calar una campaña de persecución (casi hasta el exceso del bulling político, si existiese en la teoría política esa categoría) a los malqueridos ―ninis‖ (ni chavistas ni oposición). Claro que la complejidad del momento sociopolítico en Venezuela hace necesario un recorrido aparte y minucioso que al menos logre aproximarse a una lectura aguda de la situación y sus posibles devenires. Sin embargo, llegado al final de este trabajo, nos pareció importante situar el problema aprovechando el salto teórico aquí desplegado. Quedará para otro desarrollo los resultados que se obtengan es este sentido. 15

Hacemos referencia a la oposición política organizada identificada como La Unidad o Mesa de la Unidad-MUD.


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2016, Vol. XXII, No. 2 (jul-dic), pp. 163-173

INDICADORES DE LA COYUNTURA VENEZUELA – 2DO SEMESTRE 2016 Mientras que las economías emergentes, donde se inserta Venezuela, muestran mejores resultados en sus indicadores de desarrollo, en el país, la crisis nacional se profundiza ocasionando graves consecuencias para la población que se manifiesta de manera adversa en todos los sectores, siendo los efectos más sentidos los asociados con la inflación y la escasez. No hay, señales por parte de las autoridades nacionales para resolver la crisis y corregir las fallas que se derivan de los profundos desequilibrios. La población se encuentra asediada y no vislumbra salida. En los meses finales de 2016, se intensificaron las dificultades en el país centrándose mayormente el asunto en las implicaciones económicas. La mayoría de las variables de comportamiento se muestran en modo desfavorable revelando la realidad nacional. A decir; baja en los niveles de producción, mayor escasez de bienes, inflación desbordada, crecimiento desbocado del tipo de cambio, gasto público sin control acompañado de una política monetaria inadecuada. Los precios relativos distorsionados y la persistencia de controles de precios en productos de consumo básico, tal como, los alimentos que ante la baja oferta en el mercado aumentan los niveles de escasez y promueve la escalada de precios en los puntos de venta informales. La percepción de que ya se ha instalado la hiperinflación en el país sigue movilizando a los venezolanos a la rápida utilización de su dinero para adelantar las compras de bienes porque en el corto plazo serían más caros adquirirlos. En ese devenir, se produjo una elevada demanda del circulante en los bancos que colapsó el sistema de suministro de billetes a través de los telecajeros y también el sistema de operaciones electrónicas en redes, mejor conocidos como puntos de venta de las instituciones financieras. Por primera, vez los venezolanos se encontraban en una verdadera crisis. Se toparon con un momento en el que no tenían dinero en sus bolsillos a pesar de disponerlo en su cuenta bancaria. No se podía sacar dinero de los bancos. El billete de Bs 100, que es el de mayor circulación, estaba desaparecido. Se puede decir, que tal circunstancia y la hiperinflación, hicieron que las autoridades nacionales, se vieran a obligadas a introducir, nada menos que un nuevo cono monetario, porque además, con el billete de Bs 100, el de mayor denominación, obligaba a las personas al manejo de un engorroso paquete de billetes para la compra de un bien comercial por muy moderado que fuese su valor. La nueva familia de 6 billetes y 3 monedas, entrará en circulación, supuestamente, a mediados de diciembre de 2016. Como si fuera poco, lo que sucede con la economía, el gobierno retoma de nuevo su método de enfrentar la inflación obligando a la rebaja de precios en los comer-


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cios. La aplicación de la medida de rebajas de precios abarcó jugueterías, zapaterías, tienda de ropas, entre otros. Se recuerda, que en el pasado se fijó la medida en las tiendas de electrodomésticos, como ocurrió con el llamado caso “Daka”. La aparente decisión de la medida de rebaja de precios parece tener su fuente en el vertiginoso crecimiento que experimentó el precio del dólar en el mercado paralelo los primeros días de diciembre. Como se conoció el precio del dólar paralelo superó astronómicamente, los dos tipos de cambio administrados por las autoridades nacionales. A decir, el dólar Sicad/Dipro y el Simadi/Dicom. El Dicom, fue superado en más de 6 veces por el dólar paralelo. Se debe decir que este tipo de cambio no oficial, es una referencia en el mercado dada la dificultad de los demandantes para adquirir cualquiera de los dos tipos de cambio administrados por el gobierno nacional. Eso deriva en una mayor devaluación y un acelerador de la inflación. Los desequilibrios en la economía se hacen reiterados porque ha pasado mucho tiempo sin que las autoridades hayan mostrado interés por solucionar la crisis en la que está inmerso el país. Las decisiones son cada vez menos eficientes y no resuelven nada como es el caso de implantar una política selectiva de distribución productos básicos destinada a ciertos sectores de la población como los llamados “Claps”, bolsas de alimentos, cuya distribución a las familias ocurre esporádicamente y no resuelve el tema de la escasez porque las familias consumen continuamente. Se ha dicho que este operativo abarca a un 20% de la población con lo que ya muestra ineficiencia por que el resto de la población no se beneficia. Más eficiente, seria abrir las oportunidades para aumentar la producción para atender la demanda de toda la población. La ausencia de decisiones en materia económica del gobierno nacional desalientan cada vez más a la población y son pocas las expectativas de que la situación mejore en el corto plazo. Falta, un serio abordaje estructural de la complicada situación del país sin lo cual será difícil que se alcance una solución a la crisis. Se menciona, que el año 2016 está cerrando con inventarios a nivel de colapso, con los peores números de desarrollo superando todo lo desfavorable que fue 2015. La economía se encuentra en recesión severa como se observó en los ocho trimestres (2014-2015) cuando el Producto Interno Bruto (PIB) se manifestó en caída libre y ahora para el cierre de 2016, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB caerá en -10.0%, entre tanto, CEPAL estima -8, 0% y la firma de banca de inversión Torino Capital, maneja una proyección de -11,2%. Todo esto, lo que viene es a confirmar que la política económica del gobierno nacional no es capaz de proporcionar sostenidamente ni siquiera los alimentos y medicinas a la población. El modelo de desarrollo que viene aplicando el gobierno nacional se ha convertido en un total fracaso porque muestra poca operatividad en el país. A modo, de confirmar esa percepción, se puede ver la tendencia del estancamiento del país, mediante los pésimos registros tri-


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mestrales del PIB de 2014-2015 adelantando en ese periodo la dura fase que se venía para el país.

Fuente: BCV.

En esa compleja situación que se desarrolla en el país, la inflación sigue siendo otra de las realidades que no se pueden ocultar. Efectivamente, la aceleración de los precios mantiene inalcanzable los bienes básicos para el consumo de las familias. Si bien, aún se mantiene la regulación de precios se ha dado la modalidad de introducir en el mercado productos importados a precios dolarizados que resultan inaccesibles para gran parte de la población porque su salario es en bolívares, tales como azúcar, arroz, aceite, entre otros, que traen consigo un desmesurado diferencial de precios, clasificando así la población, entre unos que compran a precios regulados y aquellos que tienen acceso a los productos con precios dolarizados. Este accionar, de precios dolarizados, se viene dando en los estados Táchira, Zulia, Bolívar, Carabobo y Región Capital. La estimación de inflación, para el cierre de 2016, ha sido calculada por algunos analistas, entre 500% y 600%. Ante, la ausencia de cifras oficiales, ya para el mes de agosto extraoficialmente, se conocía en medios de prensa (El Nacional web 6-916) que en el mes de agosto de 2016, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), registró un incremento de 26,9% y que la acumulada en los 8 meses del año 2016, era de 331;9%. Así también, que la comparación anualizada, agosto 2016/agosto 2015, reflejaba un incremento de 675,1%, de lo que también se comentaba que la mayor preocupación para las autoridades nacionales era el incremento de los bienes alimenticios en un proceso en el que la escasez per-


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manecía con elevados niveles de ausencia de productos en los comercios. Más reciente, con cifras extraoficiales, se difundió que en octubre 2016, la inflación se ubicó en 19,1% y la variación anualizada alcanzó la extraordinaria cifra de 755,9%. Esos datos, lo que reflejan, es que según sea esa la tendencia, la inflación en 2016 del país, marcará en un nuevo registro histórico. No obstante, que ya la nación, continua posicionada con la mayor inflación del mundo. Así, el FMI proyecta en su revisión de octubre 2016, una inflación de 475,8%. Véase, la evolución de la inflación mediante el INPC, en los años recientes junto a la proyección 2016 del FMI.

Fuente: BCV-FMI.

En materia, de comportamiento de precios la Canasta Alimentaria, observada por el CENDA, registró en el mes de octubre de 2016, un costo de Bs 429.626,08, mostrando un incremento de Bs 24.171,30 con respecto al mes de septiembre de este mismo año. Comparando, ese mismo dato con el registro del año 2015, resulta un incremento de 514%, reflejo de la intensidad con la que se manifiesta la inflación en el país. Ante, la grave situación en el elevado costo de los alimentos, el gobierno agrega más candela al fuego decretando un nuevo aumento de Salarios, decisión que presiona los precios porque los trabajadores suponen que tienen más poder adquisitivo que les permita adquirir mayor cantidad de bienes para su consumo personal. Son, cuatro los aumentos en materia salarial de significativa magnitud que el gobierno nacional decretó durante el año 2016 para sopesar el efecto inflacionario. En resumen, un incremento salarial de 180,8%, cuando se compara el nivel de Bs 27.092 de noviembre 2016 respecto


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a Bs 9.548 del mismo mes de 2015, con lo que no consigue ofrecer mayor poder adquisitivo a los trabajadores cuando se enfrentan con una inflación en el año superior a 500% que como se puede percibir vuelve absolutamente nada el salario de los venezolanos. En tal sentido, se puede decir, que para la compra de la canasta de alimentos CENDA, del mes de octubre 2016, un trabajador requeriría casi 20 salarios mínimos de Bs 22.576, vigente en septiembre 2016.

Fuente: Elaboración propia.

En el marco, del Mercado Laboral, atendiendo a las cifras de la Encuesta de Hogares, del mes de abril de 2016, ya que el INE no ha publicado nuevas cifras, la población ocupada, se situó en 13.089.081 personas, para una tasa de ocupación de 92,7%, entre tanto, que la población desocupada ascendió a 1.035.238 personas, siendo la tasa de desocupación de 7,3%. Por su parte, cuando se acude a la fuerza de trabajo según los sectores Formal y No formal. Se tiene, que en el Sector Formal, se ubican 7.899.160 personas (60,3%) y en el Sector No Formal, se encuentran 5.189.921personas (39,7%). Es interesante, mencionar que según las estimaciones del FMI, para 2016, se proyectó una tasa de tasa de desempleo de 18,1%. Por su parte, asesores de las organizaciones sindicales manifiestan que la tasa de desocupación es de 11,8%. Se debe, decir que la presión en los precios que incide en la reducción de los salarios de los trabajadores, también es consecuencia de la emisión de di-


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nero que circula en el país. La Liquidez Monetaria, se colocó en 1,61 billones de bolívares, entre el 30-09 y el 18-11, ubicando la utilidad del bolívar únicamente como medio de pago, la moneda perdió su valor y ya nadie busca ahorrar en bolívares. En tal sentido, la gente que tiene bolívares prefiere buscar un resguardo protegiendo su dinero en una moneda de mayor fortaleza como el dólar. Ciertamente, el torrente de dinero que se desplazó en la economía tuvo su Incidencia en el mercado cambiario. Efectivamente, se observó una escalada en el tipo de cambio que aceleró la devaluación del bolívar. El Tipo de Cambio, en el mercado paralelo se impulsó a niveles de registros históricos. Efectivamente, en los primeros días de diciembre 2016, el llamado dólar paralelo superó la barrera de los 4000 Bs/US$. Si bien, este es un medio para la compra de insumos y productos importados, aunque no todas las compras que llegan del exterior se adquieren con el dólar paralelo, se constituye en un referente importante ante las menores posibilidades que tienen los demandantes para la obtención de divisas. Como se sabe, la asignación de dólares en el país se encuentra bajo la administración del gobierno nacional. Así, el Simadi/Dicom, ronda los 666 Bs/US$, mientras que el Sicad/Dipro se mantiene en 10 Bs/US$. Lo que se conoce es que el Sicad/Dipro, representa el 92% de las asignaciones de divisas que realiza el gobierno nacional a los fines de la compra de alimentos e insumos prioritarios, entre otros fines. Mientras, que el Simadi/Dicom, es el sistema marginal de divisas y representa un 8%. Las personas que no puedan acceder a este sistema administrado de divisas deberán acudir al mercado paralelo para atender sus necesidades. La unificación cambiaria, es una de las decisiones económicas que podría ayudar a la solución de la crisis. Pero, esta decisión requiere contar con un soporte de Reservas Internacionales, para dar un vuelco a la política cambiaria y a la economía. Sin embargo, luego de la baja de los precios del petróleo disminuyó el nivel de las Reservas Internacionales. Efectivamente, el nivel de las Reservas Internacionales, en el mes de noviembre de 2016, se situó en 11.748 Millones de US$ que comparado con el nivel observado en diciembre de 2015, 16.370 Millones de US$, registra una caída de -28,23%. El nivel más bajo de reservas observado en el año se registró en el mes de octubre 2016 cuando se constató la cantidad de 10.904 Millones de US$, una contracción de -33,39%, con respecto a diciembre 2015, ciertamente significativo.


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Fuente: BCV.

Es de interés, conocer sobre la evolución del Mercado Petrolero, especialmente porque su aporte es fundamental en todas las actividades del país y su contribución al nivel de Reservas Internacionales. El precio del petróleo, ya no muestra altos precios, como los que se observaron en 2014 cuando marcaron 88,42 US$/Barril. Al cierre, del 3er trimestre de 2016, se determinó, un precio de 37,84 US$/Barril. No obstante, se espera que pueda haber una mejoría en los precios luego de la decisión de los países de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de recortar el nivel de producción de los países afiliados a la organización, iniciativa a la que también se apegarían, los países productores No OPEP, a fin de contribuir a la estabilización de los precios.


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Fuente: Min. Petróleo.

Si bien, se espera una etapa de mejoramiento de los precios, resalta por otra parte, la tendencia en la caída de la producción petrolera. Según, cifras oficiales que el país envía a la OPEP, la producción petrolera de Venezuela promedió en el mes de junio de 2016, un total de 2.364 millones de barriles diarios una caída con respecto a mayo de 2016, cuando promedió 2.370 millones de barriles diarios. Puesto, que se menciona que Venezuela es el miembro de la OPEP que presenta mayores diferencias en sus datos a veces se dificulta verificar los niveles reales de producción. No obstante, fuentes independientes, que también divulga la OPEP, dan cuenta de la tendencia a la baja en la producción de petróleo de Venezuela. En tal sentido, el país no puede beneficiarse de los mejores precios porque su producción disminuye motivado a que, como han advertido analistas nacionales e internacionales, no invierte lo suficiente en su industria petrolera. Véase, datos de producción petrolera de Venezuela, de una fuente independiente donde se marca la tendencia en la disminución de la producción petrolera. Esta va, de 2.361 millones de barrí/día en 2014 a 2.095 millones de barr/día en junio de 2.095. Venezuela. Producto petróleo (mil.B/D) 2014

2015

2.361

2.357

Fuente: La patilla.com

4to.trim.15 1er.trim.16 2do.trim.16 Abr16 2.354

2.280

2.166

2.219

May.16 Jun.16 2.183

2.095


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En el Mercado del comercio Internacional, las importaciones se han desplomado como consecuencia de la baja de los precios del petróleo. En el país, el 96% del ingreso en divisas llega por la vía del petróleo. Con la caída de los precios petroleros el ingreso se ha reducido en un 75%, afectando la capacidad de pago del país. Venezuela, ha sufrido severa reducción de sus importaciones: 14% en 2013, 17% en 2014, 22% en 2015 y 45% en lo que va de 2016. En productos básicos para alimentación, se marca que las importaciones de harina cayeron 94% en la primera parte de 2016. Se importaron US$ 216.000 respecto a US$ 3,5 millones de 2015 (Reporte de la economía-19-8-16). Por otra parte, en el intercambio comercial Venezuela – Estados Unidos, en el primer semestre de 2016, fue de 7.165 millones de US$ que muestra una contracción de -44,68% cuando se compara con US$ 12.951 millones que se intercambió en el año 2015.

Fuente: VenAmCham.

Perspectivas de Venezuela El panorama económico del país augura un complicado escenario para el año 2017 mucho más desfavorable que el año 2016. Pero, es que sin una rectificación de la política económica no es posible mejorar el comportamiento negativo que persiste con intensidad abrumadora. Inflación y decrecimiento, será la ventana de exposición al mundo del país. Con, todos sus principales indicadores en rojo, el gobierno nacional se aferra a un modelo que sigue siendo un fracaso


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total demostrable con resultados evidentes. Muchos se preguntan ¿Por qué no se resuelve la crisis? Acaso el asunto ¿Es ideológico, es ignorancia, es ineptitud o es premeditado? Porque, es imposible que no se pueda constatar el nivel de penurias de la población con escasez de alimentos, medicinas y tocando niveles de hambruna visibles cuando se observan venezolanos hurgando en la basura para comer. Esa situación, debe revertirse, por el bienestar de la población, porque entonces, Venezuela, seguirá como el territorio de mayor retroceso entre los países de la región. Dos, de las variables importantes para el seguimiento de la economía, la inflación y el PIB, se muestran en las proyecciones del FMI para 2017, presentado en el cuadro Perspectivas de Venezuela y Otros países. Así, se marca que Venezuela seguirá en la carrera hacia la hiperinflación cuando se proyecta que para el año 2017, el país espera una inflación de 1.660,1%. Le sigue, Argentina, con 23,2% de inflación, la cual por una razón natural esa proyección se marca debido a la implantación de un programa económico para superar los desequilibrios económicos. Por su parte, cuando se evalúa el PIB, los cálculos vendrían a reafirmar que en el país seguiría como hasta ahora la recesión de la economía. La proyección de -4,5% que se da para el PIB de Venezuela, está indicando que tampoco el país tendría para el próximo año, bajo las condiciones actuales, la capacidad de suministrar los bienes y servicios necesarios que demanda la población. Se imprime un cambio de política económica porque con esos resultados el país no tiene salida satisfactoria para alcanzar el bienestar de la población. Perspectivas 2017. Venezuela y otros países País

Inflación (%)

PIB (%)

Brasil

5,4

0,5

Argentina

23,2

2,7

Colombia

4,1

2,7

Venezuela

1.660,1

-4,5

Chile

3,0

2,0

Perú

2,5

4,1

Ecuador

1,1

-2,7

Bolivia

5,1

3,9

Uruguay

8,7

1,2

Paraguay

4,1

3,6

Fuente: La patilla.com.


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BREVES

-La deuda total según cifras oficiales, está en el orden de 136.000 mil millones de dólares. Si a eso se añade lo que se le debe a las empresas expropiadas y los litigios internacionales la cifra se ubica por encima de los 200 mil millones de dólares. (Econ. Humberto García Larralde- La Razón 10-7-16). -El Presupuesto nacional de 2017 fue aprobado por el gobierno nacional sin cumplir los requisitos que establece la Constitución Nacional de la República de Venezuela para aprobar la Ley de Presupuesto Nacional. El presupuesto fue calculado en 8 Billones 479 Mil 301 Millones. El 83% del presupuesto se va a financiar con la recaudación interna de impuestos que pagan los venezolanos y el 17% restante lo cubre el excedente petrolero. El precio promedio del barril de petróleo, se estimó en 30 US$/Barril. - Industriales no cuentan con capital de trabajo para reiniciar actividades en 2017. Así también, mencionaron que sabotaje, boicot o agresión a la economía venezolana no provienen del sector productivo (Conindustria) - El nuevo cono monetario consta de 6 billetes y 3 monedas. La familia de billetes se corresponde con las denominaciones de Bs 500, 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y Bs 20.000. Por su parte, las monedas tendrán las denominaciones de Bs 10, 50 y 100. - A pocos días de la entrada del nuevo cono monetario el gobierno nacional decidió que en 72 horas se debían sacar de circulación los billetes de Bs 100, que es el de mayor denominación del momento. Tal disposición, responde al delito de extracción de papel moneda. Nota: Fuentes consultadas: El Nacional web, El estímulo web, El Universal web, Reporte de la economía, BCV, INE, FMI, CEPAL, Cendas, Diario La Razón, Conindustria web, VenAmCham web, La patilla web, Ministerio del Petróleo, cálculos propios.

Preparado por: Nelson Morillo Estadístico


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