Opinión de científicos y expertos sobre la alimenación forzada para la producción de foie gras

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OPINION DE CIENTÍFICOS Y EXPERTOS SOBRE LA ALIMENTACIÓN FORZADA PARA LA PRODUCCIÓN DE FOIE GRAS Y EL BIENESTAR DE PATOS Y GANSOS Traducción realizada por Igualdad Animal del artículo Scientists and Experts on Force-­‐Feeding for Foie Gras Production and Duck and Goose Welfare publicado originalmente por HSUS. Resumen La alimentación forzada de patos y gansos para la producción de paté de foie gras provoca que los hígados de estas aves enfermen y se hinchen induciendo a una lipidosis hepática, dolor y lesiones debido a la introducción del tubo de alimentación; el miedo y estrés durante la captura y manipulación; anomalías en la forma de andar debido a los hígados hinchados; patologías en el funcionamiento del hígado; y aumento de la mortalidad. Un gran número de pruebas científicas confirman que la práctica de la alimentación forzada para el foie gras es perjudicial para el bienestar animal. A continuación se exponen las declaraciones de importantes científicos y expertos sobre bienestar animal, incluyendo veterinarios que han examinado a las aves alimentadas a la fuerza o revisado las autopsias. Yvan Beck, Veterinario, Bruselas, Bélgica. «Generalmente hablando, la producción de foie gras es directa o indirectamente la fuente de numerosos problemas que afectan el bienestar y la salud animal. Estos problemas pueden agruparse de la siguiente forma: 1. Problemas vinculados directamente a la alimentación forzada: 1.1 La esteatosis hepática intencionada provoca la patología del hígado. 1.2 . La técnica de la alimentación forzada es la fuente de complicaciones patológicas. 2. Problemas vinculados indirectamente a la alimentación forzada: 2.1. Condiciones extra-­‐hepáticas vinculadas a la alimentación forzada. 2.2. Problemas vinculados a la industrialización de la producción.»1 «La posibilidad de que las lesiones se restablezcan en situaciones de esteatosis hepática es una cuestión de umbral. La esteatosis hepática es un proceso que en cierto grado es irreversible y condena a los animales a la muerte. La posibilidad de que las estas lesiones pudieran curarse no puede utilizarse de modo alguno como argumento para negar la condición patológica subyacente. De esta forma, la lipidosis/esteatosis inducida como finalidad del proceso de alimentación forzada es una condición patológica.»2 «Otra fuente para mis conclusiones es el índice de mortalidad de las aves utilizadas para la producción del foie gras. Si los animales mueren durante la alimentación forzada, no hay razón para ello, incluso si ignoramos la distribución estadística de las causas patológicas correctas de cada muerte. De hecho, mueren en gran número y/o proporciones diferentes de las


proporciones que se dan cuando se aplican otras prácticas de alimentación a gansos y patos para el consumo humano. La alimentación forzada está reconocida como fuente de estos índices de mortalidad, que son de 10 a 20 veces mayores que la normal cuando se da la alimentación forzada. La enfermedad inducida del hígado explica por qué los animales mueren al final del proceso inducido por el ser humano, y la esteatosis hepática presente en un hígado graso es una patología que también es una fuente de complicaciones directas o indirectas (enfermedades) que contribuyen en estos índices de mortalidad en durante la cría.» 3 «Con la alimentación forzada, hay varias enfermedades que afectan directamente al hígado. La esteatosis/lipidosis pertenece al proceso de degeneración progresivo, seguido de una necrosis y una fibrosis hepáticas. Tal y como se muestran en los elementos científicos anteriores, la repercusión de la esteatosis en las funciones fisiológicas del hígado aumenta a medida que se desarrolla la esteatosis afectando con más o menos intensidad la salud y el bienestar del animal. Cuando se sobrepasa cierto umbral, los problemas estructurales – degeneración, esclerosis, problemas vasculares y necrosis-­‐ afectan directamente a la anatomía del hígado y su calidad como producto final para el consumo humano.»3 «Además, este proceso degenerativo provoca de forma indirecta muchas otras complicaciones externas en el hígado de los animales, como infecciones secundarias (aparición de gérmenes). Deterioro del sistema músculo-­‐esquelético que genera normalmente fracturas de los huesos, en parte debido a la inmovilización del animal en las jaulas, desequilibrio de las porciones (deficiencia de proteínas y minerales), alteración hormonal y peso excesivo que afectan el crecimiento del hueso. Al final causan fracturas como se puede ver en las instalaciones de cría y mataderos. También existen problemas respiratorios que aparecen durante la alimentación forzada y están causados por reacciones psicológicas provocadas por la ingestión forzada de una gran cantidad de comida. Además, sin un diafragma que separe el tórax del abdomen, el hígado hiper-­‐atrofiado y voluminoso comprime cada vez más las bolsas de aire y afecta a la respiración. Al final de la alimentación forzada, los animales cada vez jadean más y son incapaces de realizar cualquier esfuerzo.»4 «La alimentación forzada auto impuesta no se da en condiciones de cría y siempre revela una situación patológica (estrés físico o social). La alimentación por sí misma y su presentación no corresponde a un criterio de prensión en condiciones naturales: las aves se negarían a comerlo o realmente no lo comerían en tales cantidades... El almacenamiento de provisiones que resulta de las predisposiciones naturales es, por lo tanto, difícilmente comparable con los resultados de la alimentación forzada en especies domésticas.»5 «En conclusión, en una cierta etapa, la deficiencia hepática funcional está considerada como un resultado inevitable de la esteatosis hepática (cap. 4.1.3.): la sobrecarga de grasa, la esteatosis, la esteatononecrosis son fases del mismo proceso de deterioro. Al final de la alimentación forzada, el hígado es un órgano enfermo. El ave es matada antes de que se desplome por sí misma. Presentar la alteración del proceso como argumento que demuestra la aparición de un proceso fisiológico normal es, resulta tendencioso. De hecho, las características inherentes de la para-­‐enzima hepática contribuyen a la alteración sin importar la fuente de la enfermedad cuando intervenimos suficientemente a tiempo.»6


«Desde el punto de vista del veterinario y... de su paciente, el debate se centra en tres cuestiones de peso: La primera cuestión: ¿es posible considerar que la esteatosis hepática es un fenómeno similar a la acumulación natural de las reservas de grasas en palmípedos antes de la migración? La respuesta es no. Controlando las técnicas de cría, el ser humano tiende a producir foie gras, un producto de calidad hecho bajo “las mejores condiciones”. Utiliza las predisposiciones naturales presentes en algunas especies. Sin embargo no hay comparación entre la planificación natural (una síntesis hepática seguida de acumulación periférica de grasas que respetan el funcionamiento del hepatocito) y el resultado extremo impuesto por la alimentación forzada en el organismo. Las aves al final de este proceso no pueden realizar ningún esfuerzo lo que supone una contradicción total con la finalidad de su actividad en condiciones naturales. La segunda cuestión: ¿La esteatosis hepática nutricional es una patología del hígado? La respuesta es sí: el hígado graso (foie gras) es un hígado enfermo. La alimentación forzada provoca modificaciones estructurales calificadas como “esteatosis nutricional” en todos los textos veterinarios. La esteatosis hepática, es, sin tener en cuenta el origen, un proceso mórbido que perturba el buen funcionamiento de la célula hepática. El cuadro clínico y el pronóstico de esta afección están directamente vinculados a su grado de evolución al principio del tratamiento. ¿Habría entonces que distinguir entre dos tipos de esteatosis: la esteatosis de la medicina que intentamos curar y la esteatosis de la alimentación forzada que provocamos? Si se observan las variaciones de intrahepatocitos y los parámetros bioquímicos hepáticos durante la alimentación forzada, la introducción progresiva en la sangre de numerosos “fabricantes” objetivos que indican el sufrimiento o necrosis celular es indudable. Las conexiones anatómico-­‐patológicas sucesivas establecidas durante la alimentación forzada en los animales sacrificados también demuestran la introducción de un proceso patológico que provoca un sobrepeso, una dilatación y finalmente una degeneración de la para-­‐enzima hepática. El argumento que presenta al foie gras como un “órgano sano” debido a la reversibilidad del proceso es parcial y debe ser rechazado como tal. La reversibilidad de un proceso de lesión hepática está basada en su grado de extensión. Una vez superado cierto umbral, el animal está condenado. Por debajo de un cierto umbral, la reversibilidad depende de dos características esenciales del órgano: los suministros funcionales y la capacidad para regenerar los cuales interfieren con los plazos de aparición de una sintomatología hepática. En el caso de la alimentación forzada a los gansos, las modificaciones de los parámetros hepáticos aparecen en la mayoría de los casos en el día 18 y marcan en ese momento la presencia de necrosis de los tejidos. Los síntomas clínicos sólo aparecen en esta etapa (ictericia, pérdida de peso, problemas digestivos...) revelando una patología avanzada. Tercera cuestión: ¿la esteatosis hepática nutricional causa sufrimiento? La respuesta es sí. Los conocimientos etológicos son convincentes a este nivel: las condiciones de cría (especialmente en la cría intensiva) son completamente incompatibles con el cumplimiento de las necesidades fisiológicas y etológicas de los palmípedos normales. La opinión de veterinarios también hace hincapié sobre el sufrimiento estructural y funcional que provoca la


manipulación asociada con la alimentación forzada y la esteatosis, el objetivo de este proceso.»7 «La alimentación forzada de palmípedas o esteatosis hepática nutricional provoca una transformación patológica del hígado que causa un sufrimiento del animal innegable. El objetivo económico del proceso es fomentar la transformación de este órgano al máximo en el menor tiempo posible para maximizar el beneficio. Sin embargo, esto debe pararse antes del fenómeno degenerativo, inevitable cuando se alcanza cierto nivel, empieza a afectar la calidad del producto o daña excesivamente la salud de las aves. De hecho, el tema de este debate es una elección de la sociedad: algunas comunidades consumen carne de perro, otras comen ballenas o cerebros de monos... ¿Somos capaces de apoyar una práctica que transforma científicamente el órgano de un ser vivo enfermándolo para satisfacer el placer gustativo de unos pocos gourmets? Y si es así, ¿bajo qué condiciones? Personalmente pienso que las medidas deberían tomarse internacionalmente y por la Comunidad Europea para prohibir este tipo de producción en la cría intensiva, sin tener en cuenta las justificaciones económicas y las leyes del mercado actuales. Estas justificaciones y leyes no pueden, ni podrán justificar una práctica que con un poco de reflexión sólo puede ser considerada por seres civilizados como una práctica bárbara, indigna del ser humano como garantizador de éticas humanistas.» 8 «Se ha observado que, además de las patologías atribuidas normalmente a los palmípedos (que aquí no se toman en cuenta), la alimentación forzada es la causa de una serie de enfermedades.»9 «La alimentación forzada para engordar a los palmípedos es una práctica éticamente inaceptable y está en total contradicción con las recomendaciones concernientes a los patos Reales y Salvajes, emitido por la Convención Europea del Consejo Permanente sobre protección de animales de granja.»10 «El resultado final de la alimentación forzada es -­‐ esteatosis hepática-­‐ que es una enfermedad del hígado. Esta causa -­‐ en grados diferentes durante su desarrollo-­‐ problemas fisiológicos y físicos que son perjudiciales para el estado de salud y bienestar de las aves. Finalmente la esteatosis hepática provocará la muerte de las aves.»11 «Por último, la alimentación forzada es una práctica que va contra natura, que viola la forma natural de alimentarse. Por lo tanto, la opinión de que la introducción de tal equipo reduce el bienestar de las aves se basa en esto.»11 W. Molee, National School of Agronomics de Toulouse, Castanet-­‐Tolosan Cedex, Francia
 Marie-­‐Hélène Bouillier-­‐Oudot, National School of Agronomics de Toulouse, Castanet-­‐Tolosan Cedex, 
 Francia
Alain Auvergne, National School of Agronomics de Toulouse, Castanet-­‐ Tolosan Cedex, Francia R. Babilé, National School of Agronomics de Toulouse, Castanet-­‐ Tolosan Cedex, Francia


«Este estudio proporciona pruebas acerca de que la alimentación a base de una dieta de maíz rico en carbohidratos induce lipogénesis hepática en patos Mulard que predomina sobre la ingesta de lípidos de la dieta y cambia la composición de los lípidos de la membrana del plasma hetatocito.»12 Ian J.H. Duncan, Catedrático en Bienestar Animal, Universidad de Guelph, Ontario, Canadá «En mi opinión, la alimentación forzada de patos y gansos para la producción de foie gras es una práctica cruel e inhumana que debería prohibirse. Hay dos aspectos de esta crueldad: 1. La introducción de alimento por la garganta del ave sobrepasando los límites de su apetito causa dolor y sufrimiento. Asimismo, la introducción de manera regular de un tubo alimenticio hacia el esófago, varias veces al día, dañará inevitablemente el esófago. Cuando se daña el esófago, se agravará el dolor en cada episodio de alimentación forzada. 2. La alimentación forzada tendrá rápidamente como resultado aves obesas y en un estado patológico, llamado lipidosis hepática de enfermedad del hígado graso. No hay duda que en este estado patológico, las aves se sentirán muy enfermas. En mi opinión es completamente anti-­‐ético provocar deliberadamente un estado enfermo a un animal. La obesidad de las aves provocará multitud de otros problemas, desde desórdenes en el esqueleto hasta dificultades de adaptación al estrés térmico y todas acompañadas de una sensación de enfermedad. Creo que ningún país civilizado debe permitir que continúe esta práctica bárbara.»13 Lynn R. Dustin, Veterinario , Bay Area Bird Hospital, San Francisco, California, EEUU «Numerosas lesiones pueden tener lugar durante el proceso de la alimentación forzada. Como se inserta una sonda de alimentación por el esófago, cuando la comida está demasiado caliente puede provocar quemaduras y el tubo puede causar inflamación de la garganta, moretones o perforación del esófago, asfixia, sobre-­‐expansión del esófago y lesiones del cuello, garganta o pecho. Algunas especies de patos se atiborran antes de la migración. Sin embargo, no se atiborran tanto como para provocarse una enfermedad o que sean incapaces de respirar o andar y que sí son el resultado de la alimentación forzada. Tampoco sufren traumatismos repetidos por la introducción del tubo de alimentación.» 14 «No hay nada de natural en la producción del foie gras.»14 «La práctica de la alimentación forzada en un pato para producir hígado graso es en sí misma cruel y debería prohibirse por ley.» 14 Comité Científico sobre Salud Animal y Bienestar Animal de la Comisión Europea «Los patos son alimentados mucho más durante el periodo de alimentación forzada que si comieran de forma voluntaria, y recibirán esta comida sin tener la posibilidad de buscar


comida de forma específica acorde a su especie.» 15 «La conducta observada por miembros del equipo de trabajo en la mayoría de los patos y gansos en corrales de evitar la alimentación forzada indica la repulsión al procedimiento de alimentación forzada.»16 «La alimentación manual diaria a patos y gansos está asociada normalmente con una respuesta positiva de los animales hacia la persona que les alimenta. En la preparación de este informe, los miembros del Comité visitaron una serie de granjas que practican la alimentación forzada y esta conducta no fue observada por los visitantes en ninguna ocasión. Cuando los patos o gansos estaban en un corral durante el procedimiento de alimentación forzada, se mantenían alejados de la persona que les alimentaba incluso aunque esa persona era la que normalmente les suministraba la comida. Al final del procedimiento de alimentación forzada, las aves eran menos capaces de moverse y normalmente jadeaban pero todavía huían o trataban de huir de la persona que les había forzado a alimentarse.» 17 «Sin embargo, algunos expertos del grupo de trabajo observaron en las visitas a las unidades de engorde que las patas de los animales alimentados a la fuerza estaban torcidas hacia afuera, lejos de la línea media del cuerpo por lo que se tenían en pie de forma anormal y las patas no podían mantenerse verticalmente cuando el ave estaba de pie o caminando y concluyeron que estaba causado por la gran dilatación del hígado. Observaron que la consecuencia de esto era que las aves con los hígados dilatados tenían dificultad para estar de pie y su forma natural de caminar así como su capacidad para hacerlo estaban gravemente afectadas.» 16 «Las aves, incluyendo a los patos y gansos, poseen una amplia gama de receptores de dolor y elaboran un sistema de reconocimiento del dolor. La mayoría de las lesiones ocasionadas por el daño de los tejidos durante la manipulación o la introducción del tubo tienen como resultado el dolor. El área orofaringeal es particularmente sensible y está adaptada fisiológicamente a realizar el reflejo faríngeo para prevenir que los fluidos entren en la tráquea. La alimentación forzada tiene que superar este reflejo y por tanto, las aves pueden inicialmente encontrar esto angustioso y ocasionarles lesiones. El pico de un pato está ricamente inervado y la inserción de un anillo a través del pico le provocará dolor durante la operación y la formación de neuroma, por lo tanto a partir de entonces un dolor prolongado. De forma similar, la mayoría de las lesiones en sus pies ocasionados por el suelo inadecuado son dolorosas.» 18 «Por lo tanto, parece que el nivel de esteatosis que se da normalmente al final de la alimentación forzada no será sostenible para la mayoría de las aves. Por esta razón, y porque la función del hígado normal está gravemente dañada en las aves con el hígado hiper-­‐ atrofiado, que ocurre al final de la alimentación forzad, a este nivel de esteatosis debe considerarse patológico.» 19 «Otra fuente de información referente a si el hígado se encuentra en condición patológica al final de la alimentación es preguntar a patólogos cualificados para que den su propia opinión


sobre la histología de tales hígados. En encuestas no estadísticas (Beck; 1994, 1996 no publicado) se buscó la opinión sobre este punto de 25 patólogos de varios países. La mayoría de ellos opinó que la condición del hígado era patológica. Muchos de ellos señalaron que se puede dar algún grado de esteatosis en animales sanos alguna vez en su vida pero consideraron que el grado de esteatosis al final de la alimentación forzada era mucho más grave que cualquier esteatosis que pudiera surgir de forma natural.» 20 «En conclusión, existen pruebas suficientes de que la estructura y la función del hígado que se clasificarían como normales están gravemente alteradas y en peligro por la alimentación forzada de patos y gansos pero que las vías bioquímicas del metabolismo lípido siguen funcionando de forma normal aunque a mayor tasa. Otros signos clínicos que muestran las aves alimentadas a la fuerza y que no presentan aves de la misma edad alimentadas ad libitum en una dieta “natural” incluyen: la pérdida de heces, cuello mojado, más tiempo sentadas y menos tiempo llevando unas conductas activas, cierta repulsión al proceso de alimentación, aumento de la incidencia de fracturas de huesos y lesiones del hígado en el matadero. La alimentación continuada provocará seguramente una muerte temprana.» 21 «Los cambios en los hepatocitos y otras células del hígado de los patos y gansos alimentados a la fuerza son considerables. El cambio más obvio es el aumento del número de grandes glóbulos de grasa visibles en las células. Un aumento limitado de la presencia de grasa en el hígado puede darse en un hígado normal en ciertas condiciones pero ningún animal normal tiene esteatosis del hígado en el grado que lo tienen las aves alimentadas a la fuerza. Durante el período de alimentación forzada, se daña la función del hígado.» 22 «La alimentación forzada provoca el aumento del tamaño del hígado en tal medida que el abdomen se expande. Lógicamente esto provocará que las patas se mantengan más separadas de la línea media del cuerpo, dificultando la locomoción. El jadeo se da más a menudo que en patos y gansos que no son alimentados a la fuerza. Algunos miembros del grupo de trabajo han observado esta descolocación de las patas y el jadeo.» 22 «Los hígados hipertrofiados pueden provocar malestar en muchas otras especies. Por lo tanto puede que algún tipo de malestar pueda surgir de un hígado hiper-­‐atrofiado de patos y gansos alimentados a la fuerza. El procedimiento de alimentación forzada priva al ave de una conducta importante que es la alimentación normal.» 23 «Los problemas del procedimiento de alimentación forzada son: (1) manipulación por humanos que, en el caso de la alimentación forzada comercial, puede provocar repulsión y molestias en patos y gansos, (2) los efectos potenciales penosos y perjudiciales del tubo que se inserta en el esófago, (3) la entubación rápida de un gran volumen de comida.»23 «El Comité Científico sobre Salud Animal y Bienestar Animal concluye que la alimentación forzada, como práctica actual, es perjudicial para el bienestar de las aves.»24


«Se informó al grupo de trabajo que los patos al final del período de alimentación forzada pueden tener graves lesiones en el esófago o, más comúnmente, presentar claras pruebas de lesiones en los tejidos del esófago. Parece probable que las aves tienen suficientes lesiones en el tejido del esófago, ocasionadas por el proceso de la alimentación forzada que es muy dolorosa para las aves.» 25 Jean-­‐François Gabarrou, National Institute for Agronomical Research, Nouzilly, Francia Marie-­‐Rose Salichon, National Institute for Agronomical Research, Nouzilly, Francia
Gérard Guy, Head of Experimental Unit, National Institute for Agronomical Research, Artiguères, Francia Jean-­‐Claude Blum, National Institute for Agronomical Research, Nouzilly, Francia «El hígado de los patos sobrealimentados pesa diez veces más que el de los controles (695 vs 69 [24,5 vs 2,4 oz]). El fosfolípido, las cenizas, el agua y el contenido de proteína del hígado eran sólo ligeramente mayores (2,6-­‐, 3,6-­‐, 4,4 y 3,2 al doble, respectivamente). pero la concentración lípida del hígado era 16,5 veces mayor después que antes de la sobre-­‐ alimentación (56,1 vs 3,4 g/100 g [1,98 vs 0,12 oz/3,53 oz] del hígado respectivamente). La concentración fosfatidicolina del hígado era mayor en el grupo de control (32, vs 22,9 mol/100 mol de fosfolípido) revelando una deficiencia de colina que podría contribuir al desarrollo de la esteatosis del hígado. En el fosfolípido del hígado, el nivel de ácidos linoicos y aracidónicos eran mucho menores en los patos sobreálimentados, de 5 y 18,1 a 3,7 y 7,1 mol/100 mol de ácidos grasos, respectivamente, y eran sustituidos principalmente por ácido oleico. Los triglicéridos del plasma aumentaban del 5,9-­‐al doble, el colesterol del 2,2 al doble y los fosfolípidos de 1,6 al doble. El calor inducido (50 min a 105ºC [221ºF]) por la liberación de grasa, un índice de integridad del hígado pobre, era especialmente elevado en la grasa de los hígados grandes que contenían bajos niveles de fosfolípidos y fosatidicolina.»26 Marianne Heimann, Institut de Pathologie et de Génétique, Loverval, Bélgica Annick Delire «La carga de lípidos excesiva observada en los hígados de los patos y gansos al final de la alimentación forzada es, desde el punto de vista anatómico-­‐patológico, una lesión, y no parte del proceso fisiológico normal. El carácter dañino de estas alteraciones también se confirma por cambios en la biología clínica (aumento de las enzimas hepáticas en la sangre etc). En ninguna circunstancia se puede considerar normal este aumento. Es un signo categórico de un estado de enfermedad y un síntoma clínico (dificultad al respirar, dificultades en la regulación de la temperatura, agotamiento, dificultades para realizar cualquier esfuerzo, etc.). [.] Por lo tanto no se está haciendo uso del proceso fisiológico natural en palmípedos para producir un manjar sino un proceso patológico que puede reproducirse en ciertas especies. Si se utiliza el hígado de un ganso o un pato es porque es más fácil de reproducir. Además de las lesiones ocasionadas directamente por la alimentación forzada, el sistema inmune así como el hígado se vuelve frágil para afrontar cualquier estrés al que pueda estar sujeto el animal.


Por lo tanto, el animal a menudo desarrolla infecciones, que pueden combatirse con el uso de antibióticos. Sin embargo, esto plantea un problema muy grave al tener residuos de antibióticos dentro de la comida destinada al consumo humano.»27 «Los medios para obtener este manjar y el dinero que se obtiene, sobre todo para una minoría, no justifica las condiciones extremadamente dolorosas en las que se produce esta comida.» 27 «En la alimentación forzada de gansos, el hígado alcanza un tamaño muy grande, dilata el peritoneo y ocupa un lugar normalmente reservado a otros órganos, principalmente bolsas de aire. Esto conlleva dificultades respiratorias, que aún no han sido detectadas porque el animal, encerrado en jaulas minúsculas no puede realizar ningún esfuerzo muscular, sobre todo tiene enormes dificultades para controlar su temperatura. También se ocasiona una compresión de los vasos que desarrolla problemas circulatorios. Aparte de estos hechos, estamos ante la presencia de animales que se han hecho extremadamente frágiles, muy sensibles al estrés, los cambios en el ambiente y las infecciones.»28 Dominique Hermier, National Institute for Agronomical Research, Orsay, Francia
Gérard Guy, Head of Experimental Unit, National Institute for Agronomical Research, Benquet, Francia Solange Guillaumin, National Institute for Agronomical Research, Nouzilly, Francia
 Stéphane Davail, University Institute of Technology, Mont-­‐de-­‐Marsan, Francia
Jean-­‐Marc André, University Institute of Technology, Mont-­‐de-­‐Marsan, Francia
Robert Hoo-­‐Paris, University Institute of Technology, Mont-­‐de-­‐Marsan, Francia «En respuesta a la sobrealimentación, de nuevo la lipogénesis hepática de los carbohidratos diarios es considerablemente mayor en los gansos (Mourot et al., 2000). A pesar de que la concentración de lipoproteínas de densidad Muy baja (VLDL) y la alta densidad de lipoproteínas (HDL) también se aumenta (Fournier et al., 1997), la vía de secreción de lipoproteína parece derribarse y una gran proporción de triglicéridos permanece almacenada en el hígado, lo que conlleva esteatosis in situ (Hermier et al., 1991a). Tal desequilibrio entre la síntesis de triglicéridos y la secreción es una característica tanto del NASH (esteato-­‐hepatitis no alcóholica) y la intoxicación alcohólica, aunque un aumento de la concentración del HDL se asemeja a las modificaciones inducidas por el consumo moderado de alcohol en humanos (Sabesin, 1981; Baraona and Lieber, 198; Mensenkamp et al., 2001).»29 Tatty M. Hodge, Veterinaria, East Greenbush, New York, EEUU «Los animales en estas condiciones experimentan un dolor constante... Considero la producción del foie gras inhumana ya que daña deliberadamente al pato...» 30


Wendy Jensen, Veterinaria, Concord, New Hampshire, EEUU «Habiendo visto de primera mano el terrible sufrimiento de los patos...confirmado por los informes de autopsia...me veo obligada a concluir que el foie gras es producido a un terrible coste para las aves. El foie gras, considerado como un manjar gastronómico para atraer al paladar, es realmente sólo el tejido enfermo de un animal enfermo torturado.» 31 Mark Lerman, Veterinario, Monsey, New York, EEUU «El esófago está tan engrosado, inflamado e infectado por la “alimentación” forzada que no podrá comer nunca por sí mismo...Las lesiones vistas en este pato y otros como él son únicas. Son el resultado de un esfuerzo continuo, perverso y concertado para forzar físicamente a estas pobres criaturas a hacer algo para lo que no están destinadas.» 32 Christine Nicol, Profesora de Bienestar Animal, School of Veterinary Science, University of Bristol, UK «Mi opinión sobre la producción de foie gras es clara y se basa en pruebas biológicas. Esta práctica provoca un sufrimiento inaceptable a estos animales. El tema principal es el uso de la fuerza... La producción de foie gras no tiene en cuenta el estado fisiológico del ave, pero implica una alimentación forzada muy distante del punto en el que el ave pararía de forma natural. Esta práctica se repite diariamente durante numerosas semanas, provocando lesiones en la garganta, cambios patológicos en el hígado y la dolorosa dilatación del abdomen, limitando el movimiento.» 33 «La producción de foie gras reduce significativamente el bienestar.... Causa dolor durante y como consecuencia de la alimentación forzada, sensación de malestar ya que el cuerpo lucha para hacer frente a un desequilibrio extremo de nutrientes y malestar debido a la manipulación a la fuerza. El malestar más extremo esta ocasionado por la pérdida de control del mecanismo de regulación homeostático más básico ya que su sistema de control del hambre queda anulado.»33 Laurie Siperstein-­‐Cook, Veterinaria especializada en aves móviles, Davis, California, EEUU «El esófago de los patos alimentados a la fuerza exhibe cicatrices por el trauma repetido de los anchos tubos de metal que son empujados por el esófago durante el proceso de alimentación forzada. El manejo brusco de los trabajadores que realizan la alimentación forzada exacerbaría este trauma hasta la superficie mucosa del esófago. El exceso de peso a índices de crecimiento rápido causa la presión en las patas y articulaciones haciendo difícil y doloroso el caminar. Se ha demostrado que los patos de las fábricas de foie


gras sufren un índice mucho mayor de fracturas de hueso cuando se les mata que los patos criados para carne y sin alimentación forzada.» 34 Ward B. Stone, Wildlife Pathologist, Departamento de Conservación del Medio Ambiente de Nueva York. , Unidad de patología de animales silvestres, Delmar, New York, EEUU «El sobrepeso del hígado con lípido (lipidiosis) es un proceso patológico y nunca he visto una lipidosis tan inmensa en aves acuáticas salvo en casos que implican la sobre alimentación para paté de hígado.»35 «La corta y torturada vida de los patos criados para Foie Gras está muy fuera de las normas de las prácticas de granjas. Habiendo visto la patología que ocasiona la producción de Foie Gras, recomiendo enormemente que esta práctica esté fuera de la ley.» 35 Christine Van Berchem, Veterinaria, Bruselas, Bélgica «No hay duda alguna de que la alimentación forzada les genera un sufrimiento fisiológico y del comportamiento que reduce drásticamente su bienestar.... La alimentación forzada constituye una práctica censurable desde el punto de vista ético.» 36 René Zayan, Profesor de Etología, Université Catholique de Louvain, Louvain-­‐la-­‐Neuve, Bélgica «En resumen, la alimentación auto-­‐forzada no existe en patos en su estado natural y si se observa hiper-­‐plagia en un pato de vida común se debe a una conducta patológica sintomática de estrés físico y social. En ningún caso se puede afirmar que la alimentación forzada satisfaga en gran medida una necesidad fisiológica visceral o básica ya que la necesidad de comida de un animal va acompañada de una elección, espontánea o aprendida y una búsqueda activa de comida apropiada para mantener su salud.»37 Comisión Pew de Producción Industrial de Animales de Granja «La Comisión recomienda el fin de la alimentación forzada en aves para producir foie gras....»


REFERENCIAS 1. Beck Y. 1996. Affidavit before the New York State Department of Agriculture and Markets, in the matter of the petition of The Humane Society of the United States, et al. for a declaratory ruling. May 10, p. 2. Stroud A, trans. 2. Beck Y. 1996. Affidavit before the New York State Department of Agriculture and Markets, in the matter of the petition of The Humane Society of the United States, et al. for a declaratory ruling. May 10, p. 3. Stroud A, trans. 3. Beck Y. 1996. Affidavit before the New York State Department of Agriculture and Markets, in the matter of the petition of The Humane Society of the United States, et al. for a declaratory ruling. May 10, p. 5.Stroud A, trans. Beck Y. 1996. Affidavit before the New York State Department of Agriculture and Markets, in the matter of the petition of The Humane Society of the United States, et al. for a declaratory ruling. May 10, p. 6. Stroud A, trans. 5. Beck Y. 1994. Force-­‐feeding of palmipeds and foie gras production: the global review of a choice made by society. Licence Interfacultaire en Environnement, Faculty of Sciences, Free University of Brussels, p. 52. Stroud A, trans. 6. Beck Y. 1994. Force-­‐feeding of palmipeds and foie gras production: the global review of a choice made by society. Licence Interfacultaire en Environnement, Faculty of Sciences, Free University of Brussels, p. 55. Stroud A, trans. 7. Beck Y. 1994. Force-­‐feeding of palmipeds and foie gras production: the global review of a choice made by society. Licence Interfacultaire en Environnement, Faculty of Sciences, Free University of Brussels, pp. 60-­‐61. Stroud A, trans. 8. Beck Y. 1994. Force-­‐feeding of palmipeds and foie gras production: the global review of a choice made by society. Licence Interfacultaire en Environnement, Faculty of Sciences, Free University of Brussels, p. 62. Stroud A, trans. 9. Beck Y. 1996. Report on force-­‐feeding by Belgian experts. Council of Europe, Permanent Council of the European Convention on the protection of farmed animals (T-­‐AP), 32nd Meeting, Strasbourg, October 8-­‐11, p. 6. Trevayne K, trans. 10. Beck Y. 1996. Report on force-­‐feeding by Belgian experts. Council of Europe, Permanent Council of the European Convention on the protection of farmed animals (T-­‐AP), 32nd Meeting, Strasbourg, October 8-­‐11, p. 2. Trevayne K, trans. 11. Beck Y. 1996. Report on force-­‐feeding by Belgian experts. Council of Europe, Permanent Council of the European Convention on the protection of farmed animals (T-­‐AP), 32nd Meeting, Strasbourg, October 8-­‐11, p. 3. Trevayne K, trans. 12. Molee W, Bouillier-­‐Oudot M, Auvergne A, and Babile R. 2005. Changes in lipid composition of hepatocyte plasma membrane induced by overfeeding in duck. Comparative Biochemistry and Physiology, Part B 141:437-­‐44.


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