Edición 201

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Un “buen samaritano” en Nueva York

Año 4

No. 201

Semana del 16 al 22 de diciembre de 2012

Ya no se puede creer por costumbre, sino que hay que creer por convicción

El Adviento nos conduce, en primer lugar, a los grandes creyentes que como Abraham y los Profetas depositaron su confianza en Dios en medio de las adversidades. Luego, nos señala que el camino para suscitar la fe en el pueblo no es la prepotencia y la opulencia, sino la humildad y la austeridad del Bautista.

El Semanario La Red, en comunión con la Iglesia Potosina felicita a monseñor

Carlos Cabrero en su 4º aniversario episcopal ¡Que Dios lo bengida!

3er. Domingo de adviento Sólo la fe que excede todo conocimiento, nos da la clave para descubrir la belleza y el gozo del acontecimiento del “Dios humanado”, como Salvador y Redentor de la muerte y el pecado.

Lawrence DePrimo es un oficial de policía que sin proponérselo ha conmovido a cientos de miles de personas con un gesto de buen samaritano. Una turista le tomó una foto mientras, de rodillas, obsequiaba un par de botas a un indigente descalzo en Times Square durante una fría noche de noviembre. El pasado 14 de noviembre, durante su ronda nocturna DePrimo vio a un hombre mayor sentado en la acera, sin zapatos pese al intenso frío. Conversó algo con él y se retiró. A los pocos minutos regresó con un par de botas nuevas que compró cerca de allí y ayudó al indigente a ponérselas. El joven policía de 25 años no sabía que su gesto había sido registrado por una turista de Arizona llamada Jennifer Foster, quien envió la fotografía que tomó con su teléfono móvil al departamento de Policía de Nueva York. La institución decidió publicar la imagen en su página oficial en Facebook. Según informó el diario New York Times, el joven oficial ingresó al departamento de policía en el año 2010 y vive con sus padres en Long Island. No supo de la foto hasta unas horas después de su publicación. Sobre el encuentro con el hombre al que ayudó, Lawrence DePrimo dijo en una entrevista que ese día “estaba helando y podía ver las ampollas en sus pies. Yo tenía dos pares de medias y aún así tenía frío”. Conversó un rato con él y le preguntó su talla de calzado. El policía fue una tienda de zapatos en donde fue atendido por José Cano, un joven de 28 años, quien dijo sobre el oficial que “nos llamó mucho la atención. Muchos de los neoyorquinos simplemente seguimos caminando cuando vemos a esas personas (indigentes). Especialmente en este barrio”. Cano le ofreció a DePrimo un descuento sobre los 100 dólares del precio original de las botas, para que pudiera comprarlas a 75 dólares. Desde entonces el policía porta consigo el recibo para “recordar que a veces algunos la pasan peor que uno”. El joven oficial comenta que no llegó a saber el nombre del indigente al que prestó ayuda, pero sí estaba seguro de que “fue el caballero más cortés que he conocido”. Su rostro, añadió, se iluminó al ver las botas y las medias que le regaló. DePrimo también le ofreció un café para apaciguar el frío pero “tan pronto como se puso las botas se marchó y yo simplemente volví a mi puesto”.


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