La Séptima Iglesia y Usted. ¿Cuál es la Séptima Iglesia? ¿De qué forma afecta su vida? ¿Puede marginarse de su influencia?
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stas y muchas interrogantes más son las que cada uno de nosotros debiera estar cuestionando constantemente en nuestra mente, de este cuestionamiento depende en gran medida la capacidad de comprensión que se requiere para poder mantener un grado de fidelidad a Dios por sobre la media que la Iglesia de Dios representa, cada uno de nosotros debe mantener en mente este punto puesto que la condición de salvación física, si es que deseamos obtener esto, está directamente sujeta al entendimiento de esta sección Bíblica. La visión de los exegetas.
La Iglesia de Dios tiene un claro mapa por el cual regir sus condicionantes de fidelidad a Dios, en general este tema es muy bien entendido por los lectores bíblicos puesto que no oculta en sí ninguna interpretación especial y queda meridianamente claro para todos. Lo que sí es importante considerar es que a pesar de existir diferentes interpretaciones al respecto, debemos comprender que mediante los hitos señalados en esta parte de Apocalipsis podemos determinar su temporalidad. Algunos exegetas bíblicos consideran que Apocalipsis 2 y 3 corresponden a condiciones que se dan durante toda la duración de la Iglesia del Nuevo Testamento, o sea, lo que ellos señalan, por ejemplo, es que durante todo el tiempo de la “Era cristiana” se producirán las características correspondientes a cada etapa, así se daría la condición que en medio de la congregación hoy habrían miembros con una actitud personal de apostolado particular, ellos se considerarían a sí mismos apóstoles, diríamos que se autonombran en ese cargo, como es el caso de la Iglesia de Efeso. De acuerdo con la visión de estos exegetas, mantendríamos en la Iglesia actualmente a personas que retienen la doctrina de Balaam, los cuales pondrían en riesgo a los miembros de la Iglesia actual llevándolos a tropezar, a comer cosas consagradas a los ídolos y además estarían instruyendo a nuestros jóvenes para que fornicaran, cabe destacar el punto que señala la existencia de miembros activos en las congregaciones de los que retienen la doctrina de los nicolaítas, como corresponde a la Era de la Iglesia de Pérgamo. También debiéramos considerar como un hecho que en medio nuestro están aquellos que mantienen la doctrina de Jezabel, doctrina similar a la de Balaam en la cual se dan como características comunes los pecados de idolatría y las perversiones sexuales. Debemos recordar que en los tiempos de esta Iglesia, la de Tiatira, la complacencia sexual era parte del culto. Y se debe considerar que también se estaría produciendo, durante toda la Era cristiana, el hecho de protección que se expresa claramente en la Era filadelfiana. Resulta difícil conjugar como requisito continuo de la Iglesia la expresión permanente de todas y cada una de las características, que son particulares, a cada Iglesia y de hecho se perdería la condición de identidad de cada Era. Podemos colocar como ejemplo la condición de la Iglesia de Tiatira para darnos cuenta que esta visión de los exegetas no se condice con la forma general de llevar adelante los cultos cristianos en este momento, personalmente no me ha tocado ver ningún culto cristiano en el cual la complacencia sexual sea parte de las actividad de adoración, quizás en alguna denominación
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