¿Y mañana, la ciudad?

Page 12

Cuando Le Corbusier emprende en 1925 el “Plan Voisin” de París, ya hace varios años que trabaja sobre la reinvención de lo que él describía como “el eterno centro viejo de la ciudad”. En el siglo XIX la ciudad se transformó. Impulsadas por la revolución industrial y técnica, aparecen las grandes ciudades: París, Berlín, Londres, Nueva York. París experimentó un crecimiento vertiginoso al pasar de 647,000 habitantes en 1800 a 3 millones en 1910. Construidas en pleno corazón de la ciudad moderna, las estaciones ferroviarias trastornaron su funcionamiento: ya no se entra por las eternas puertas de la ciudad, que se convierten en símbolo de la planificación antigua, sino directamente por el centro. El tren arroja multitudes en el espacio más restringido y las calles más estrechas. Luego, al iniciarse el siglo XX, el automóvil remplaza el coche de caballos. Para el año 1925 la velocidad ya no es un sueño. El parque automovilístico francés cuenta con más de 600,000 vehículos en contraste con menos de 3000 en el año 1900. La congestión: “el eterno centro viejo de la ciudad”, hecho de calles curvas y exiguas, parece rebasada por las aspiraciones modernas de principios de siglo. “La gran ciudad se mata a sí misma.” Respaldado por estos datos, Le Corbusier imagina un vasto plan de reconstrucción del centro parisino –al que describe como vetusto, malsano y sobresaturado- con el apoyo de la Sociedad de Automóviles Aviones Voisin. Su proyecto se presenta en el Pabellón del Espíritu Nuevo en la Exposición Internacional de Artes Decorativas.

Tres dibujos superpuestos ilustrando tres aspectos de Paris alrededor de Notre-Dame. De arriba hasta abajo: en la Edad Media, en 1925 y después de la aplicación del Plan Voisin.

12


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.