LOS AROMAS DE AL-ANDALUS
Las descripciones de las ciudades de Al-Andalus de geógrafos andalusíes, como al-Idrisi, nos hablan de la existencia de muchos huertos y espacios frondosos en torno a las murallas de la madinat (ciudad). También hablan de hermosas almunias (fincas de recreo) extramuros, de los jardines de los palacios y de los pequeños jardines-huertos en la mayoría de las casas del recinto urbano. La idea del jardín en Al-Andalus no era sólo placer para los sentidos, pura estética, sino un espacio apto para el cultivo y aprovechamiento para toda clase de plantas y un jardín al tiempo. El oficio de jardinero tenía una gran dignidad. El jardinero/ botánico
era
el
complemento
del
perfumista. Ambos
representaban oficios llenos de misterio y fórmulas magistrales, eran mimados por califas y emires.
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