Los laboratorios de creación en contextos regionales. Javier Gil
Imagen 1. Laboratorio Agenciamiento Creativo. Guajira 2oo5. Panorámica de trabajos de Eusebio Siossi (primer plano) y Jose Luis Palmar. Imagen de Javier Gil
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Por ello, el lugar central de la experiencia supone exteriorizarse, ponerse en juego. Abrirse a la experiencia es exponerse. En tal sentido los laboratorios se presentan como una provocación creativa tendiente a esa “fusión de horizontes” entre lo que se tiene y lo que se expone, entre lo que se es y se puede ser, entre tradición y creación, entre cultura y arte, entre contexto y novedad. Esa experiencia provocadora implica entender que lo artístico desplaza, intensifica, e incluso interroga la cultura. El arte puede ser abiertamente contracultural. La importancia de propiciar experiencias y prácticas que movilicen la creación del sujeto y sus posibilidades vitales radica en que no accedemos a lo que somos y podemos ser sino por la experiencia. No existe un sujeto ya constituido que se expresa y conoce el mundo; este, lejos de definirse como fundamento, es acontecimiento, diferencia, creación. El sujeto no preexiste a sus prácticas. El hecho rotundo, entonces, está en priorizar la experiencia sobre cualquier trasmisión de contenidos o saberes, pese a que la experiencia aún carece de genuino reconocimiento. Sobre todo la herencia moderna de corte académico, con exceso de rótulos y categorías, suele ser proclive a explicaciones valoradas por encima de la propia experiencia, ya sea por una concepción del conocimiento por la cual el contacto, la proximidad sensorial, la pasión, lo corpóreo, son una suerte de obstáculo epistemológico, algo que