¡AHORA CUENTO YO!
REVISTA LITERARIA 1RA EDICIÓN
Fantástica antología de 12 escritos es ilustrados por chicos y chicas del Colegio Internacional de Guatemala
IBBY GUATEMALA
International Board of Book for Young People - Chapter Guatemala
AHORA CUENTO YO Autores: Juan Felipe Obiols, 1ro. , "Sam y su aventura para aprender". Lucia Barillas, 1ro B, "El colibrí Mágico" Fabián Sandoval, 2do. A, "El futuro" Scarleth Toledo, 3ro. A, "Las aventuras de Dinochompis" María Paula Gómez, 3ro. A, "La noche de la luna rosada" Alejandro Del Cid, 3ro. B, "La aventura de Petro en el bosque oscuro" Christian Ruiz, 3ro. C, "Las Tierras perdidas: La maldición mágica" Danna Villatoro, 4to A, "El perro callejero" Grecia Osorio, 5to. A, "La valentía no es por magia" Ana Sofía Ordoñez, 5to. B, "Alcanzaremos las estrellas" Sofia Gereda Segovia, 6to. A, "El pequeño barquito" Juan Pablo Guarin, 6to. A, "Estrellas que caen del cielo" Adriana Jiménez, 6to. B, "La casa de las almas" Jimena Bedoya, 6to. B, "¿Podemos confiar?" Ilustradores: Cecilia Donis, Andrea Chavarría, Santiago Cruz Lou, Daniela Arias, Alejandra Furlán, Mia Chevez Sofía Gereda, Jimena Bedoya, Danna Villatoro, Paola Cantoral, Michelle Salguero, Jimena Verbena
Editado y diagramado por Ibby Guatemala https://www.facebook.com/ibbyguatemala Guatemala Centroamérica Primera edición 2023 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperación de la información, ni transmitir la totalidad o alguna parte de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado. Los artistas se reservan los derechos de producción, escenificación, representación, adaptación, traducción y montaje total o parcial de la obra.
¡AHORA CUENTO YO! Primera edición - 2023
International Board of Book for Young People - Chapter Guatemala
CATEGORÍA A 7 A 9 AÑOS
Fabián Sandoval El Futuro Un niño construyó una máquina del tiempo. Se subió a ella y momentos después vio unos robots policías, pero no les tenía miedo. Ellos le preguntaron si él era un alien. El niño dijo que no, los policías le creyeron. Aprovechó a preguntarles si estaba en el futuro y obtuvo la confirmación de los robots. Eliú, el niño, les pidió que le contaran que le había pasado al planeta Tierra. El líder de los robots, llamado Código 5T3V3, dijo que los seres humanos lo destruyeron, contaminaron el agua, ríos, mares y océanos. Deforestaron las selvas, extinguieron varias especies de animales como tigres de bengala, elefantes, anacondas, murciélagos. Destruyeron la flora y la fauna. Código 5T3V3 dijo que el hombre destruyó el mundo por hacer cosas que no sirven de ningún beneficio para la humanidad. Puntualizó “la tierra se está extinguiendo, por eso tienes una misión Eliú”. ¡Debes rescatar el mundo!, ¡debes impedir su destrucción!, ¡debes cambiar el rumbo de la tierra!, en el presente aún hay tiempo. Eliú se sorprendió cuando los robots le dieron un tour virtual y observó los escombros que habían quedado de la tierra. Asumió el reto de salvar la Tierra, le pidió a Código 5T3V3 que le fabricara una máquina del tiempo para regresar al presente, puesto que su máquina se había destruido en la llegada. Los robots le fabricaron la máquina “Gigante Pro” y lo devolvieron al presente. Un equipo de robots le acompañó al al presente para ayudarlo a salvar el mundo.
Empezaron a trabajar en educar y concientizar a los niños y niñas para cambiar las nuevas generaciones. Hicieron caricaturas y series infantiles para que cuiden el medio ambiente. Difundieron el mensaje a través de libros, aplicaciones y juegos electrónicos. Realizaron jornadas con diferentes escuelas y colegios para sembrar miles de árboles y limpiar las playas de los de ríos y lagos. Además, enseñaron a millones de niños, niñas y jóvenes a reciclar. Lograron que niños, niñas y jóvenes se comprometieras a amar, respetar y cuidar nuestra Tierra, nuestra casa, nuestro hogar.
Eliú y Código 5T3V3 concluyeron que aún les falta mucho trabajo por hacer, pero es momento que los robots desaparezcan. La misión continúa …
¡Te reto a realizar acciones que cuiden al medio ambiente!
Lucía Barillas El Colibrí Mágico Había una vez un pequeño colibrí azul que se sentía triste y cansado. Se había perdido cuando viajaba junto a su familia en busca de un lugar más cálido donde pasar el invierno. Cuando entró la noche después de buscarlos mucho tiempo sin suerte, se resguardó en una pequeña cueva que encontró en la montaña. El no saber si volvería a ver a sus seres queridos lo entristecía profundamente. No te alejes de nosotros, cuidado. Migramos a otro lugar, repetían siempre sus padres. Él se emocionaba siempre con todo lo que descubría durante sus viajes contemplando esas maravillas, batiendo sus pequeñas alas encima de cada tesoro, mientras los demás seguían su camino sin percatarse de su falta. Aquel día mientras volaban sin darse cuenta, fue perdiendo altitud y acercándose para ver que era aquella hermosa luz. Entonces descubrió un enorme y precioso lago de aguas cristalinas que le dejó totalmente sorprendido. ¡Oh, Dios mío! ¿qué voy a hacer aquí solo?, ¿dónde está mi familia? Y pronto descubrió como les echaba de menos. Sus papás siempre le repetían que no se alejara más, un lugar suficientemente alto como para que nunca dejara que el miedo impidiera ver la realidad. ¡Es verdad! – dijo al recordarlo – mis papás me dijeron que tenía que hacer si me perdía así que no tengo nada que temer, mi familia me está buscando y pronto nos reuniremos. Así que salió de su cuevita despidiéndose de ella y dando las gracias por haberle ofrecido cobijo. De nuevo todo volvía a ser hermoso. Su familia decidió cantar muy muy fuerte para que todo el que pasara pudiera oírlos. Pronto su canción se podía escuchar desde muy lejos lo que ayudó al colibrí a llegar a su familia.
Scarleth Sofía Las Aventuras de Dinochompis Había una vez una niña llamaba Dinochompis que vivía con sus papás. Era muy curiosa, le gustaba viajar mucho y tenía una super amiga llamada Andreuchis. Juntas hacen muchas travesuras. Dinochompis, era una niña muy especial. Ella tenía super poderes, podía viajar en el tiempo y hablar con los animales. Un día junto con Andreuchis viajaron en el tiempo al período jurásico para conocer a los dinosaurios. Vieron muchos dinosaurios herbívoros y carnívoros. El favorito de Dinochompis era el velociraptor y el de Andreuchis era el estegosaurio. Cada una fue con su dinosaurio favorito. En el camino Dinochompis se encontró con un T-rex, estaba muy asustada. El dinosaurio la persigue pero recuerda que puede hablar con los animales. Decide hablarte pero él no quiere escucharla solo comérsela. Ella se esconde en una cueva y la encuentra, sale corriendo y a lo lejos ve a una manada de velociraptors. Dinochompis les habla para que la ayuden. Ellos pelean contra el T-rex hasta que aparece Andreuchis con varios Estegosaurios que tambien ayudan a vencer de un coletazo al T-rex. Ellas regresan a sus casas para no preocupar a sus padres, estaban muy asustadas. Andreuchis ya no quería volver y Dinochompis quería conocer más a los dinosaurios. Una tarde que estaba aburrida pensó en ir a ver a los dinosaurios y llamó a Andreuchis pero ella no quiso acompañarña. Entonces Dinochompis fue sola, cuando llegó no veía ningún dinosaurio, caminando caminando encontró unas hermosas tortugas.
Pronto encontró a un Triceratops quien la llevó de paseo por el campo en su lomo, allí logró ver muchas especies de dinosaurios, se bajó y siguió su camino pensando que es el mejor día de su vida. Estaba tan emocionada que no quería irse con las manos vacías. Se robó a una tortuga bebé que era muy grande y la colocó en el sótano de su casa para que sus papás no se dieran cuenta. Ella tenía que dejarla sola porque va al colegio y tiene muchas tareas. La llamó Doty y llegaba por las noches a platicar con ella. Doty se sentía muy triste y no quería hablarle, Dinochompis se preocupa por Doty y sus papás están a punto de descubrirla. Entonces, decide devolverla, cuando llega al campo de los dinosaurios, no están las tortugas y le preguntan a varios dinosaurios si han visto a las tortugas, pero nada. Dinochompis no sabe que hacer, se le ocurre buscar en el mar y ahí las encuentra. Ella les pide disculpas por haber robado a su bebé y se regresa a casa muy triste pero a la vez feliz por haber conocido a los dinosaurios. Baja al sótano y se encuentra con una gran sorpresa que le dejó Doty. Era un pequeño y hermoso huevo de tortuga. Dinochompis se quedó muy sorprendida y se lo llevó a su cuarto, decide quedarse con el huevo. Pasaron los meses y nace una hermosa tortuga a la que la llamó Estrellita, fue creciendo muy rápido y ya no podía tenerla, era difícil alimentarla, tuvo que regresarla a su hábitat. Dinochompis y Andreuchis seguían viajando de una época a otra y siendo muy felices.
María Paula Gómez La Noche De Luna Rosada Soy María Paula y una mañana de abril mis papás de me dijeron que cada noche habrá una luna rosada. Pensé, ¿cómo habrá luna rosada? Luego recordé que en la escuela hablaron sobre Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la luna y se me ocurrió ¿Qué pasaría si yo fuera la primera niña en la luna? Agarré la escalera de mi papá e intenté tocar la luna, pero no pude. Se me ocurrió qué con el telescopio de mi tío quizá podría alcanzarla, lo intenté y de nuevo fallé, pero sentí que estuve mucho mas cerca. Subí a la terraza de mi casa, pero no lo logré. Me puse algo triste, pero lo volveré a intentar, ¿tal vez con muchas escaleras?, ¡no pude, pero lo lograré! Me pregunté ¿qué pasaría si me pongo un traje de astronauta? Creo que los trajes de astronauta tienen casco, guantes y una especie de traje aislante para las distintas condiciones extremas que debe vivir un astronauta. Le pedí a mi abuelita que forrara con papel aluminio un overol de lona que utilizo cuando trabajo arreglando las plantas del jardín de mi mamá. Luego colocamos una capa impermeable para la lluvia ¡el traje estaba casi listo! Finalizamos forrando todo el traje con papel de carbón, para los guantes tomé prestados unos que mi papá tiene en su bodega de herramientas y los pinté con una pintura en aerosol, le puse varias capas de pintura para hacerlos aún más resistentes. Para cubrir la cabeza usaré un viejo casco de motocross que también pinté con el aerosol.
Un astronauta debe además llevar una mochila con comida y equipo que le sirven para resistir todos los días que deben pasar en el espacio. Le pedí a mi mamá que me ayudara preparando raciones de comida para unos quince días. A estas alturas toda mi familia se preguntaba ¿Qué estaré haciendo? Yo sin revelar cual era mi gran aventura solo les dije que algo grande estaba por suceder e intrigados todos, se emocionaron al verme trabajar arduamente. Les dije ¡no debo de distraerme!, debo continuar haciendo mi mochila. Agregué todo lo que pensé que pudiera servirme y claro como soy una niña no puede faltar algo con que jugar. Terminada mi mochila me puse a trabajar en construir una nave espacial. Debía ser muy potente si quería llegar a la luna Usé de base dos toneles, en esta tarea no podía trabajar sola, por lo que les conté de mi plan a mis papás y a unos primos quienes sin estar muy convencidos dijeron que me apoyaban. Le pusimos un motor a los toneles, dos ventiladores grandes, las ruedas de mi vieja bicicleta y construimos unas alas con unas mantas plásticas super resistentes, por dentro forramos la nave con duroport, esponja, papel aluminio y por último capas y capas de papel de carbón. Colocamos una gran batería y muchos cables ¡los botones también eran muchos! ¿Pero quien dijo que una nave espacial era cosa sencilla?, agregamos luces, ventilación y un centro de control usando mi tablet. La nave empezaba tomar forma, se miraba ya muy espacial, colocamos calcomanías y unas cámaras externas para ver todo desde adentro. Trabajamos unos días más en la nave y esta quedó lista, ya solo faltaba probarla. Nos reunimos todos un domingo por la mañana en el parque de mi condominio y yo con mi traje puesto me metí a la nave y la encendí, recorrí como cuatro cuadras pero no logré que mi nave volara.
Regresamos al taller, ahora ya toda mi familia sabía lo de mi gran aventura, ahora cada fin de semana llegaban primos, tíos y amigos a terminar mi nave. Los días terminaban hasta muy noche y todos nos sentábamos muy ilusionados a ver la luna. Mejoramos el motor y ahora tenía más potencia, colocamos una batería más para los nuevos ventiladores extragrandes que agregamos. Estábamos listos para la segunda prueba. Volvimos a juntarnos familiares, amigos y vecinos los que llegaron a ver mi nave, esta vez logramos que se elevara un poco y la gente con entusiasmo me aplaudió, todo era felicidad en mi condominio y empezaron a llamarme la niña astronauta. Mucha gente empezaba a hablar de mi sueño, y en las redes sociales colocaron fotos e historias de mis intentos de mis intentos de llegar a la luna, incluso salí en la televisión, mostrando mi nave. Nuevamente regresamos al taller, cambiamos las alas plásticas por unas de carbono, pusimos mas potencia en los motores y quitamos un poco de peso a la nave y como dice el dicho, la tercera es la vencida. Un par de semanas más tarde, mi nave se miraba increíble y fue un domingo por la mañana cuando hicimos la tercera prueba frente a muchas personas que llegaron a verme y se tomaban fotos con la niña astronauta. En esta tercera vez tampoco lo logramos elevar la nave, pero entendí que debía seguir trabajando arduamente. Me prometí a mi misma hacer ejercicio, estudiar a diario y prepararme de todas las formas posibles porque yo seré la primera mujer que camine sobre la luna.
Alejandro Del Cid La Aventura de Petro en el Bosque Oscuro Había una vez un pueblo pequeño y humilde llamado “Villa Zagnet”. Allí vivía un niñode pelo negro y ojos azules llamado Petro junto a su presumido y mentiroso hermano Huanth. Un día Huanth dijo: - Yo vi ahorita una sombra igualita a la que vi en séptimo bachillerato - Si como no, respondió Petro con sarcasmo sabiendo que su hermano solo tenía seis años. -No mira, ¡le tomé foto! - Dijo Huanth – enseñándole una foto de una sombra en el bosque oscuro al lado del pueblo. - Bueno, ¡vamos a ver! - dijo Petro. Entonces, los hermanos emprendieron su viaje a el bosque oscuro. -Esto es como la excursión que tuve en octavo bachillerato, que por cierto eran 5000 kilómetros - presumió Huanth, cuando de repente Petro gritó: -¡Ya ví esa sombra Huanth! Adentro del bosque se veía una sombra que se movía lentamente. - La veo, la veo -exclamó Huanth. -¡Chirst …! Baja la voz Huanth, la sombra se acerca – susurró Petro – ¡vamos a ver! -Sí … dijo Huanth-, pero lo calló Petro. Los dos asustados vieron como la sombra se les acercaba más. -Corramos al bosque – susurró Petro. Los dos corrieron hacia el bosque oscuro. Cada vez veían la sombra mas cerca. El bosque era muy espeso y lleno de raíces, así que ambos tropezaron y cayeron desmayados.
Al despertar, un poco confundidos, se levantaron y vieron que estaban en una planicie llena de plantas con espinas. -¿Dónde estamos? ¿y la sombra? – dijo Petro – de repente se movieron los arbustos y salió la sombra. Huanth, valientemente agarró la linterna (que había metido en su mochila) y dijo: -Esto va a ser fácil, como en la excursión de sexto bachillerato, que por cierto fui el único que se atrevió a ver que había en el arbusto y … ¡ahhh! – gritó Huanth – al ver que la sombra se le acercaba más y más. -Yo lo haré – dijo Petro - cogiendo la linterna – a ver, ¡qué es lo que es la sombra! – dijo Petro encendiendo la linterna y … ¡La sombra se les escapó! -Que mala suerte … espera, ¿Dónde estamos? – dijo Huanth. -Es cierto, ¡mira ahí va la sombra!, ¡sigámosla! – contestó Petro. -Vamos entonces – dijo Huanth. Luego los hermanos se fueron corriendo por donde veían la sombra. Unos veinte minutos mas tarde los hermanos pudieron ver Villa Zagnet a unos metros. Ambos estaban exhaustos de correr tanto. -Nunca me había cansado así, desde la carrera de natación de 500 Km. Que gané el primer– dijo Huanth. Siguieron la sombra hasta que muy cansados salieron del bosque y la sombra … la sombra al lado de ellos. Empezó a caminar, caminar y caminar. Se vió como una imagen de un gato, pero era un zorro gris ¡y los había salvado de perderse!
-¡Gracias! – dijo Petro. Los dos se despidieron de su nuevo amigo y fueron a Villa Zagnet. Ahora tienen un buen amigo en quien confiar.
Christian Ruiz Las Tierras Perdidas, la maldición mágica Esta historia comienza en el 2001 en una pequeña ciénaga en Inglaterra. Susan estaba con su hijo Jim. Susan es alta, usa lentes, de pelo castaño y piel clara. Jim también tenía piel clara y pelo negro. Un día Jim fue por su oso de peluche que estaba al lado de un nance llorón, las ramas del árbol se retorcieron y comenzó a enrollar a Jim, se abrió una grieta en el árbol y salió una luz celeste, fuerte y brillante. Él pensó, ¿qué hago ahora? Pero se dio cuenta de lo que estaba pasando y gritó -¡ayuda mamá, ayuda!-, pero cuando Susan se dio la vuelta era demasiado tarde y Jim desapareció en el sauce llorón. Susan reaccionó preocupada, pero se dio cuenta de una trampilla, el sauce no tenía bisagras ni tampoco picaporte, pero tenía agujeros del tamaño de un euro. Había encontrado una ficha de un alce, y encajaba perfectamente había encontrado las otras cinco fichas, que eran un león, una garza, un águila, una serpiente y un papagayo. Las puso en su respectivo lugar. Era un rompecabezas, tenía que girar cada una de ellas, hasta resolverlo. El sauce la absorbió y luego se cerró, había caído de bruces en un puente en forma de “X”, allí había un cartel que estaba vacío, pero encontró un viajero muerto. Además, era reconocible porque solo era un esqueleto, tenía un huevo de dragón y una daga. Entró a una casa y allí habitaba un enano amable que habló con Susan. Le dio un mapa, una daga y un peso de piedra.
Cuando Susan salió de la cabaña vio un humo negro llevarse a Jim, que gritó: ¡suéltame, suéltame, mamá ayuda! Susan vio horrorizada y no tuvo tiempo de reaccionar. El enano habló con Susan y le dijo, ese humo también se llevó a mi hermano, ese día no pude dormir, por cierto, me llamo Albus. Albus tenía una larga barba café, medía 1,35, usaba ropa tradicional de mago. – Ese humo se lo llevó a unas minas, pero les tengo miedo- confesó Albus. – Bueno, entonces después que tenga a mi hijo me abrirás el portal- pidió Susan. – Yo no puedo, pero sé quien puede, es … - de pronto se oyó un estruendo fuerte de una reja. – Toma este búho real blanco. – Gracias, Albus, te veo después- contestó Susan al partir. Susan fue a las minas. Encontré una puerta de 10 metros, era tan alta que necesitaba ayuda del búho para alcanzar la llave que tenía de cruz. Tenía una piedra amarilla en el centro, una naranja en una cruz delgada y plata oscurecida. Susan puso la llave en su lugar y la puerta se abrió tan fuerte que cayó una piedra azul violeta, el sentido común de Susan le dijo que lo cogiera por si era necesario. Observó que había laberintos y habitaciones secretas aunque el mapa solo mostraba seis habitaciones en vez de siete. Tres de ellas eran secretas y cuatro laberintos, una de las habitaciones secretas era la del espíritu de la mina. Susan pensó, el mapa solo muestra seis habitaciones, no es exacto, bueno será mejor que me concentre. Después de mucho caminar llegó a un elevador vectorial. Susan cuando entró se dio cuenta de que funcionaba con engranajes, le faltaban tres y fue en busca de ellos. Uno estaba en el lugar donde descansaba el espíritu de las minas, otro al lado del puente de las minas y otro lo encontró al lado de una estatua de un demonio de cinco metros de altura, hecha de oro y rubíes en los ojos.
-¡Ese es el humo que se llevó a mi hijo! Susan salió corriendo de ese lugar y puso los tres engranajes y tiró de la palanca, había llegado a un castillo gigante, vio la reja que sonó anteriormente, abrió la reja y chirrió muy fuerte, luego la puerta era un rompecabezas. Tenía un mecanismo giratorio, Susan vio que le faltaba un botón giratorio al mecanismo. Fue en busca de él, tuvo que buscar en la ciénega, las minas y en la entrada del castillo. Lo encontró debajo de una cama en una carpa. Cuando Susan puso el botón con una flecha hacia la izquierda la puerta abrió de golpe. Era un lugar hermoso y al mismo tiempo horroroso. Había un tronco de oro en donde estaba el hermano de Albus. Era verde tenía una barba pequeña y negra, de sus ojos desprendía brillo dorado. Susan pensó: podría ser una maldición mágica. David le lanzó una llave de plata, cuando Susan lo miró y alzó la vista, David había desaparecido. Susan fue en dirección a una puerta de la derecha y vio a un dirigible con un fantasma. El fantasma era de un alquimista que vestía una larga túnica azul con capuchas y tenía un diseño en zigzag, con puntas amarillas. Tenia una larga barba blanca y su color de tez muy blanca. -¡Hola!- Dijo Susan .¿cómo te llamas? -Mi nombre es Federico Ponce de León-, respondió el Federico -bueno gracias, Federico. - De nada, ¿estás buscando la manera de exterminar el demonio? – Sí, pero ¡cómo lo hago, y la llave para que sirve? – La llave es del dirigible y para exterminarlo es la piedra filosofal que está en el castillo, acto seguido desaparece el fantasma. Susan encendió el dirigible y se fue para el castillo. Al llegar encuentra una moto a la par de la piedra. Antes de morir a manos del demonio, cree en la piedra filosofal es la única manera de derrotarlo. Susan tomo la piedra y se fue a las minas en donde estaba la estatua del demonio, lanzó la piedra y este murió al instante. Susan y Jim se fueron al sauce y se fueron a su mundo. ¿El fin?
Juan Felipe Obiols
Sam y su aventura para aprender Había una vez una abeja que se llamaba Sam, que vivía en una colmena. A ella le gusta hacer miel, ella volaba de flor en flor para agarrar polen y después el polen lo convertía en miel y la guardaban solo para ella. Hubo un día que necesitaban mucha miel porque ya venía el invierno y necesitaban alimentar a las larvas. Le pidieron a Sam que les diera miel, pero ella siempre decía que no. Pidieron que todas las abejas trabajaran juntas para recolectar la cantidad de miel que necesitaban y la que mas trabajara iba a ser la líder de las obreras. Sam se enojó porque quería ser la líder, pero no quería trabajar en equipo. Ella decidió que les iba a compartir el lugar que tenía más flores y polen del mundo, entonces todas las abejas fueron siguiendo a Sam hasta el campo de flores de todos los colores, formas, tipos y tamaños. Rápido recolectaron el polen y hasta les dio tiempo de jugar. Al regresar felicitaron a todas las abejas y nombraron líder a Sam por haber compartido. Sam se puso muy contenta y entusiasmada por ser la nueva líder y se dio cuenta que es mejor dar y compartir que trabajar sola, y colorín colorado este cuento se ha acabado.
CATEGORÍA B 10 A 12 AÑOS
Danna Villatoro El Perro Callejero Había una vez un perro callejero que iba por la calle. Estaba triste porque no tenía un hogar, no tenía un nombre, no tenía una cama y ni nadie que lo quisiera. El perro callejero tenía que conseguir su propia comida. Un día encontró un basurero lleno de comida y estaba comiendo cuando oyó un ruido. Muy asustado se acercó y se encontró con un ratón. El perro y el ratón se hicieron grandes amigos, se llevaban muy bien y recorrían la ciudad juntos cuando se toparon con una familia muy amable. Esa familia les dio comida, cama, un hogar, pero sobre todo se sentían queridos. Ellos eran muy felices en esa casa pues tenían de todo. Todos los días en las mañanas desayunaban, los bañaban, jugaban, almorzaban y todas las tardes salían a dar una vuelta por la ciudad para recordar los viejos tiempos.
Un día el perro y el ratón salieron a dar una vuelta a la ciudad, iban muy felices porque al día siguiente se iban de viaje. El perro estaba tan contento de que se le olvidó a donde iba y se perdió. El ratón no sabía donde se había metido el perro. El perro observó un camión y se acercó, era “seguridad canina”. Dos hombres capturaron al perro con unas redes, el perro callejero estaba muy asustado, preocupado y triste porque pensaba que no tenía escapatoria. El ratón logro ver como se llevaban al perro, así que rápidamente avisó a sus dueños. Los dueños fueron a seguridad canina, hablaron con los directores, pero no querían devolver al perro. El ratón busco las llaves y al encontrarlas le abrió la puerta y logró escapar. Ambos estaban muy felices en especial porque era el día del viaje y se iban del país. El perro abrazó a sus dueños, se fueron a la casa y armaron las maletas. Se fueron al aeropuerto y se subieron al avión y vivieron felices por siempre.
Grecia Osorio La Valentía no es por magia Ditter un niño muy miedoso que va a los scouts con su amiga Meg. Una vez al año en los scouts hacen un campamento. -Este año será la próxima semana - dijo Meg a Ditter, a él le dio escalofríos. Al día siguiente, Ditter, su mamá, Meg y la mamá de de ella fueron al supermercado a comprar cosas para el campamento. La mamá de Ditter se llama Karen y la mamá de Meg se llama Johana. Karen encontró una pandereta y dijo – les puede servir para alejar al gran perro. Johanna preguntó - ¿Qué es el gran perro? Meg respondió sorprendida - ¿no han visto las noticias? – No. – respondió Johana. Karen explicó que el gran perro es un lobo muy grande que sale solo por las noches. Hay muchos avistamientos por el campamento. Ditter se asustó más de lo que ya estaba, pero Meg dijo: – Vamos a estar juntos – y tomó de la mano a Ditter. Ya era viernes y Ditter alistaba sus cosas para el campamento. Dentro de su mochila había una pijama, dos conjuntos de ropa, un kit de primero auxilios, una toalla, una linterna, una enciclopedia de hongos, una enciclopedia de aves, un repelente de mosquitos y un cepillo de dientes. Cuando Ditter terminó de empacar llamó a Meg y le preguntó: - ¿ya empacaste? – sí, llevo un cepillo de dientes, mi cepillo de dientes, mi pijama, otra ropa y mi pandereta – Ditter añadió - ¡casi olvido mi pandereta! – Terminaron la llamada y todo el día Ditter revisó su mochila para ver que no le falte nada. Ya era sábado, Ditter se levantó y desayunó unos deliciosos panqueques hechos por Karen. Ditter se miraba un poco desanimado. Karen le preguntó
- ¿Estas bien? – Ditter contestó: - Sí, pero tengo miedo-. Karen fue hacia Ditter, lo abrazó y le dijo: - Todo estará bien -. Escucharon una bocina y Ditter fue por su mochila y corrió hacia la puerta. Vio un bus y eso significaba que era hora que el se fuera. Ditter se despidió y se subió al bus. El bus siguió el recorrido y recogió a otros niños. Después de una hora de largo camino. Todos se bajaron y su guía, Lucía, con su mochila ya los esperaba afuera. Cuando Ditter se bajó pudo apreciar los hermosos árboles, el sonido del río, las aves y el viento suave y fresco rodeando su cara. Lucia dijo: -Buenos días marineros, hoy me siento como una pirata y ustedes también se deberían sentir como unos buenos piratas, ¡porque mañana haremos el nudo que utilizan los piratas y muchas actividades con agua!, ahora les guiaremos a sus cabañas. Terminó de hablar y todos le aplaudieron fuerte y con entusiasmo. Lucía tenía un silbato verde y naranja y lo hizo sonar, todos voltearon hacia Lucía e hicieron silencio. Lucía ordenó que hicieran parejas para hacer equipos. Meg y Ditter rápidamente se vieron y se hicieron muecas diciéndose que ellos serían equipo. La guía volvió a hacer sonar el silbato y todos hicieron silencio. Lucía dijo: -Les presento a Marisol, Erick y por último, pero no menos importante a Carlos, el es el guía de los scouts “Los Coyotes”. Otro grupo de niños vestidos de rojo salieron detrás de los arboles imitando el sonido de un coyote. Lucia gritó: -¡Bienvenidos coyotes! – Meg le dijo a Ditter que ellos no tienen nombre y ambos se vieron con cara de asustados. Lucia hizo cuatro grupos y cada grupo estaba con uno de los guías, a Ditter y a Meg les tocó con Marisol. Cada guía fue con el grupo que les correspondía y los guías, cada quien llegó a sus cabañas, Meg se acostó en la cama de la derecha y Ditter lanzó su mochila a la cama de la izquierda. Marisol les aviso que mañana en la mañana empezarán las actividades y tenían que ir al río para la primera actividad. Guíense con el folleto dijo.
Meg estaba tan cansada que se quedó dormida, Ditter se dedicó a explorar el campamento. Pasó el día y Ditter regresó a la cabaña, era de noche y durmió hasta que escuchó el aullido de un lobo, se despertó y vio que Meg no estaba, el pensó que el gran perro se la llevó, fue por su abrigo y sus zapatos y salió a buscarla. Buscó alrededor de la cabaña, pero no estaba, se adentró al bosque y volvió a escuchar un aullido, se asustó mucho. Después de unos segundos sintió un aire fuerte y mojado en su espalda. Volteó y vio al gran perro, corrió y escaló un árbol fuera del alcance del lobo. El lobo le ladraba y ladraba a Ditter, pero de repente un pequeño duende con sombrero rojo y puntiagudo le dijo – Pssshh, ¿quieres esta agua mágica que te da valentía e inmortalidad? – señaló un vaso de madera de el mismo tamaño que el. - ¡Sí! – respondió Ditter. Se tomó el agua, de un trago y sintió un cosquilleo en la espalda. Ditter se sintió tan valiente que con un fruto rojo que estaba en el árbol se hizo dos líneas rojas en cada mejilla. Después bajó unas ramas del árbol y se lanzó al lobo. El lobo le gruñó pero Ditter encontró una bolsa de carne seca en su abrigo y se la tiró al lobo quien de la comió. Ditter le rascó la cabeza y le dijo - ¡Ayúdame a buscar a mi amiga! Me debes una. Buscaron por todo el campamento, pero no encontraron a Meg. Ditter entró a la cabaña por agua y de repente … -Ditter estaba muy preocupada – dijo Meg – y le abrazó. Ditter solo se dio la vuelta y le agradeció al lobo.
Luego el duende que le dio el agua dijo. La valentía no es por magia y se desapareció. Ditter fue a la cama y Meg le dijo que ella estaba en el baño. Durmieron y al día siguiente hicieron las actividades. Fue el mejor campamento para Ditter.
Ana Sofía Ordoñez Alcanzaremos Las Estrellas Una vez dos gemelos, Sofía y Emilio, estaban en su casa muy aburridos. Esa noche a Emilio se le ocurrió alcanzar una estrella y a Sofía le pareció bien. Pronto su mamá los mando a la cama, pero ellos no querían, así que en lugar de dormir buscaron la manera de alcanzar la estrella. Así que pensaron y pensaron hasta que se les ocurrió algo. A Emilio pensó que podían saltar en la cama hasta llegar, pero no pudieron así que a Sofía se le ocurrió saltar en un trampolín y tampoco funcionó. Ya era muy tarde así que decidieron ir a dormir. Al día siguiente los chicos cumplían diez años y decidieron que cuando pidan el deseo lo que pedirán será alcanzar una estrella juntos y eso fue lo que hicieron. El problema es que tampoco funcionó, así que decidieron intentarlo por separado. Emilio pensó ¿Por qué no intentar con un imán?, pero tampoco funcionó. A Sofía se le ocurrió subir a los hombros de la persona más alta del parque, cuando la encontró se subió y no logró alcanzar la estrella. Cuando los chicos se dieron cuenta que juntos funcionan mejor, se volvieron a juntar para alcanzar la estrella. Trataron de imaginar y no se les ocurría nada. No se rindieron. Se dieron cuenta que alcanzar una de las millones y millones de estrellas que hay en nuestro universo era casi imposible, pero no completamente, así que no se iban a rendir.
Se les ocurrió hacer una red para que con un telescopio y un imán puedan atraparla. Lo que los chicos no se esperaban era que una estrella era muchísimo mas grande que su red. Esperaron a que fuera de noche para poder ver las estrellas. En la noche la fiesta de cumpleaños en el parque ya había acabado y la mamá ya se quería ir a casa a dormir, pero los niños querían quedarse para alcanzar por fin la estrella. Así que esa anoche acamparon en el parque de su casa. Sofi le preguntó a su hermano: cuando tengamos la estrella, ¿Qué vamos a hacer con ella?, a lo que Emilio respondió: primero tenemos que saber cual de todas las estrellas es la correcta y luego como alcanzar esa estrella y no otra. Los chicos iban a crear una trampa a la par de la red para que la estrella cayera en la red y no en el piso. Los chicos empezaron a buscar un telescopio en su casa, pero no lo encontraron. Con el imán intentaron una y otra vez y no podían, la noche avanzaba así que fueron a dormir. Al día siguiente los chicos tenían que ir al colegio y se les ocurrió preguntar quien tenía un telescopio que les prestara. Un niño les prestó el suyo. Así que se fueron a dormir para que mañana lo intentaran de nuevo. A la mañana siguiente encontraron un papel que decía: “si una estrella quieres, juntos hay que hacer”. Cuando los chicos empezaron a leer las pistas se dieron cuenta que podían alcanzar una estrella si unían sus fuerzas. Así que pensaron y pensaron hasta que Sofía recordó que su abuela era astronauta. Los chicos decidieron ir a casa de su abuela para preguntarle como podían alcanzar una estrella del espacio.
Lo que la abuela les dijo fue: para alcanzar una estrella primero tienen que investigar y elegir que estrella quieren. Los chicos descubrieron que la estrella mas grande del espacio es la Uy Scuti y esa eligieron. Cuando la abuela vio la red que tenían les dijo que era muy pequeña que la tenían que cambiar. Los chicos se fueron al parque a armar una red mucho mas grande que la otra. Cuando terminaron de armarla dijeron a la abuela: ahora, ¿Cómo bajamos la estrella? Es demasiado grande y muy pesada para hacerlo con un imán. La abuela les dijo: mañana yo me voy a Saturno y la Uy Scuti está muy cerca de Saturno. Cuando los chicos escucharon eso le pidieron si podía intentar traerles la estrella, y ella como buena abuela accedió a intentarlo. Así que a las 3:00 a.m. el cohete estaba yéndose al espacio. Lo único que los gemelos querían era que su abuela regresara con su estrella porque llevaban una semana intentando tener una. La abuela regresó del espacio, con la estrella Uy Scuti, pero ocultó la noticia para darles una sorpresa cuando regresaran del colegio. Cuando los chicos regresaron del colegio, encontraron el regalo más grande que hayan visto en sus vidas. La abuela les trajo la estrella que siempre han querido. Habían lucharon tanto que la abuela quiso consentirlos. Siempre fue su mayor sueño, así que cuando abrieron el regalo fue el momento mas esperado. La abuela y los gemelos lloraron. Aprendieron a nunca dejar de luchar por sus sueños y sus metas.
Sofía Gereda Segovia El Pequeño Barquito Nací en el año 1975, en una costa lejos de la ciudad. Yo vivía con mi mamá, porque me dijeron que a mi papá se lo había tragado el mar. Mi mamá me contaba que ellos solían salir al muelle a cantar y que allí se casaron. Me gustaba que mi mama contara historias de su juventud, pero comúnmente prefería quedarme en mi casa jugando con mis juguetes, armando rompecabezas. Pasaron los años y nuestra vida empezó a mejorar, mi mamá consiguió un trabajo como bióloga y yo empecé a estudiar desde mi hogar. Yo no era muy bueno socializando, así que pasaba mucho tiempo con mi mamá, ella me enseñó a construir un pequeño barquito usando unas cuantas ramas. Cuando cumplí ocho años empecé a rogarle a mi mamá que me llevara a la escuela, quería hacer nuevos amigos, y quien sabe, tal vez podría aprender más cosas que no sabía, pero mi mamá siempre me respondía que vivíamos muy lejos y que no es tan fácil llegar a la escuela, pero después de rogarle y de prometerle que haría mis tareas, que estudiaría, mi mamá aceptó en llevarme al colegio. Así que buscamos mis materiales, una mochila, y mi nuevo uniforme, ya estaba listo para vivir mi nueva etapa. Mi mamá estaba orgullosa y yo muy pero muy feliz. Al siguiente me levanté temprano y alisté todo, por fin conocería a niños nuevos. Al llegar a mi clase me emocioné tanto que casi lloro, pero al entrar vi que había un alboroto que me desconcertó, pero no dejaría que me arruinara el día, así que me senté y no me quejé y cuando unos niños me empezaron a gritar, mi paciencia se acababa y justo cuando me iba a ir a otra mesa entró la profesora, callando a todos los niños ruidosos. Desde ese momento ya me cayó bien. Sin esperarlo ella dijo mi nombre y pidió que pasara en frente a presentarme.
Con con mucha pena pasé y dije las cosas mas importantes, menos lo que le pasó a mi papá. Hubo un niño que me lo preguntó, pero decidí ignorarlo, esto hizo que se enojara conmigo. Empezaron las clases y le demostré todo lo que aprendí, haciendo que unos niños se pusiera celosos. No me importó y la maestra me felicitó por la gran explicación que di e incluso mandó una nota a mi mamá diciendo lo inteligente, respetuoso y educado que era. Al leer la nota mi mamá lloró de emoción y para celebrar me cocinó mi comida favorita que era el pavo. Por fin era hora de cenar y mi casa parecía bufet. Mi mamá me dijo una noticia que cambiaría mi vida, ella habido conseguido un trabajo en Puerto Rico, pero se tendría que ir en un barco y regresaría en menos de un mes. Yo me puse muy feliz y grité de emoción, me contó que se iría mañana así que la ayude empacando. Al día siguiente me desperté por el ruido del barco, entonces empecé a prepararme para ir al colegio, pero antes hice prometer a mi mamá que regresaría, llegué al colegio y mis compañeros empezaron a decir cosas malas de mí y me hacían muecas. Uno de ellos se me acercó para preguntar sobre mi mamá, no sabía por qué vino específicamente a mí, es que ella acababa de salir del muelle pero igualmente se lo conté y todos ellos me empezaron a gritar que mi mamá me abandonó y eso me hizo dudar de mi mismo. Pasaron los meses, sentía que me habían abandonado y las burlas de mis compañeros me dejaron con la idea de ir a buscar a mi mamá, entonces empaqué mis cosas y traté de hacer un pequeño barquito con unas cuantas ramas que encontré fuera de mi gran jardín y me embarqué hacia el mar. Pasaron las horas y milagrosamente el barquito seguía intacto. La única cosa que pensaba era en encontrar a mi mamá. Después de un tiempo empezó a anochecer y todo a mi alrededor se cubrió de neblina y las olas se volvían mas fuertes y peligrosas, pero no me detuvieron.
De la nada vi como algo se movía, pensé que era un tiburón, mientras este se acercaba, miraba con mas claridad, noté que no era un tiburón y por el miedo empecé a remar, pero fue en vano porque la criatura me alcanzó y destruyó mi barquito. Yo estaba horrorizado, entonces lo único que pude hacer fue nadar lejos, mientras que miraba como destruían mis cosas. Cuando menos me lo esperaba, la criatura me atacó, logré zafarme, pero estaba muy herido y pensé que este sería mi final. Solo vi como un gran barco se acercaba al lugar donde estaba y vi todo negro. Me había desmallado, pero oía como el monstruo rugía ferozmente, como las olas chocaban sobre mi y los gritos de ayuda de unos hombres, hasta que perdí la consciencia. Después de un rato pude abrir mis ojos, sentía un horrible dolor en mi brazo, estaba roto, tenía unos raspones en todo el cuerpo y me costaba oír con claridad, pero por suerte seguía con vida. Un hombre con una gran barba se acercó y me preguntó cosas como si necesitaba algo, porque estaba allí y la verdad no quise responderle ni una y me quedé en silencio. Cuando estaba mas calmado me levante con ayuda y me dijeron que me llevarían a casa. Antes de irme vi todo mi alrededor, no había rastro de la criatura y cuando estábamos saliendo vi el barco de mi mamá destruido en el mar.
Juan Pablo Guarin Estrellas que Caen del Cielo Alberto es un niño feliz, tiene el pelo castaño, es alto y tiene trece años. Esta es su historia. -¡Despiértate!- Gritó su mamá. Hoy es el primer día de clases del joven. Desayunó, se alistó y se montó al carro. Al salir del condominio se dio cuenta del hermoso cielo. Era un cielo estrellado. Su mamá para seguirle el paso dijo: -que hermoso está el cielo hoy, parece que las estrellas van a caer, ¿verdad que sí? - Una vez llegaron al colegio su mamá le dio un gran beso en una despedida. Cuando llegó al aula se presentó: -¡Hola soy Alberto! tengo trece años y me encantaría conocerlos-, de repente otro niño se introdujo -¡Hola, soy Daniel, un gusto conocerte, también tengo trece años y me gusta la astronomía y los video juegos-, con una sonrisa en la cara Alberto preguntó: -¿Quieres ser mi amigo? – claro – respondió Daniel. Después de algunos períodos tocó el recreo. Daniel y Alberto se sentaron juntos y empezaron a platicar. -¿Daniel viste el cielo hoy? – preguntó Alberto – ¡Claro! Parecía que las estrellas iban a caerse. -Exacto ¿te enteraste que este año es la lluvia de estrellas? - dijo Daniel. -No sé qué es eso – respondió Alberto. -Es un festival que se celebra acá, consta de una lluvia de estrellas que forman un camino que lleva hacia un reino gigante y solo puede haber una sola persona que pueda seguir el camino. Esa persona flotará cuando empiecen a caer las estrellas. Cada treinta años se elige la persona especial, honrada y capaz. – dijo Daniel.
-¡Wuau! Ya quiero que sea ese día– dijo Alberto. Cuando terminaron las clases el joven se fue corriendo a su casa para contarle a su mamá. Cuando Alberto le explicó todo al escuchar eso su mamá estaba un poco disgustada porque resulta que ella lo quería dejar como secreto ya que la vez anterior, el papá los había abandonado por ser la persona elegida y eso pasa en generaciones. Ella tenía miedo de que Alberto la iba a abandonar. Alberto estaba muy emocionado que quiso investigar más. Aprendió que en el día de la lluvia se hace comida especial relacionada al tema de estrellas. Para probar todo decidió invertir parte de sus ahorros. El joven estaba muy feliz que quiso preparar un postre. Era tiempo de vacaciones y Alberto no paraba de pensar en como iba a ser el festival. El día llegó, su mamá para sorprenderles le dio un desayuno especial con formas de estrellas. Una vez se alistó, se fue a la casa de Daniel para ir juntos. Al llegar Alberto no pudo aguantar su tentación y se fue corriendo a probar la comida especial. Había pastelitos de estrella, panqueques y más. Tenía mucho tiempo ya que la lluvia es en la noche. Después de un rato su mamá llegó y en el cielo cada vez más se veían las estrellas. Mucha gente empezó a llegar para ver la lluvia. Después de que el cielo oscureciera se empezaron a ver las estrellas. Parecían estrellas fugaces. Cuando empezaron a caer las estrellas el cielo se partió a la mitad, revelando el reinado que solo los elegidos podían entrar.
La vista era fantástica, era como una obra de arte. De repente Alberto empezó a flotar. -Espera eso significa que eres el elegido – dijo Daniel. Alberto con una cara confusa dijo: -Pero ¿Cómo?-. La voz de Daniel empezó a cambiar y el aspecto físico también. ¡Era el papá de Alberto! Resulta que cuando su papá desapareció una estrella maligna había intentado consumir su mente hasta controlarlo y cambiar su físico y así consumir ahora la mente del próximo elegido que sería Alberto. El papá con todas sus fuerzas trató de agarrarlo. Gracias a los poderes del elegido pudo contraatacar.Antes de luchar Alberto decidió buscar un lugar para refugiar a su mamá y al resto de personas. Se llenó de coraje y se preparó para luchar. El joven estaba absorbido y triste porque no podía creer que su papa los abandonó por solo ser el elegido. Pero eso no lo paró de luchar con potencia y fuerza. Una vez mas el papá lo trató de agarrar, pero Alberto le dio un puñetazo, tanto así que hizo que la estrella que consumía la mente se despegara del cuerpo de su papá y causó que el cielo se cerrara y las estrellas regresaran. Cuando su papá recuperó la conciencia todo volvió a la normalidad, pero algo cambió. Que las estrellas nunca caerán de nuevo. Después su papá le explicó que la estrella hizo que los abandonara y de cómo el solo podía mirar, pero no hablar. También de contó su tristeza de no estar con ellos. Se abrazaron. Y así terminamos la historia de Alberto y las estrellas que caen del cielo. Papá, quiero ser como Alberto- dijo Perencejo. -Entonces yo seré como el papa de Alberto - dijo Panchito. Si ustedes eligieron, yo seré la estrella maligna y los voy a atrapar - dijo el papá de Perencejo y Panchito. -¡Aaahhh! gritaban los gemelos. Ellos tres la pasaron muy bien hasta que llegó su mamá. - ¡Qué es todo este escándalo! -Gritó la mamá. -Estamos jugando a las batallas con los personajes del libro de “Alberto y las Estrellas Que Caen del Cielo” ¿quieres jugar? – preguntaron los tres ¡Claro que sí! Quiero ser la mamá, por cierto, ¿quién quiere cenar?
Adriana Jiménez La Casa De Las Almas Erase una vez, una niña llamada Ana. Ana siempre fue una niña muy curiosa, en especial con la casa abandonada del lago, se decía que esa casa estaba maldita, la leyenda cuenta que una anciana que mató a toda su familia con una cierra vivía en esa casa hace muchos años, pero que el alma de su familia todavía habitaba en esa tenebrosa casa, se decía que las almas se quedaron en la casa para vengarse de quien sé que entre a esa casa en busca de la anciana. Ana siempre quiso entrar a esa casa, ella no creía en esa tonta historia, quería demostrarle a sus amigos que esa historia era mas que mentira, así que un viernes en la tarde, Ana decidió ir a la casa del lago para mostrarle a sus amigos que esa historia era una falacia, Ana caminó durante cuarenta minutos, hasta llegar a la famosa casa del lago, a decir verdad, la casa se miraba muy tenebrosa, pero Ana estaba segura de que solo era eso, una casa con mal aspecto, Ana con valor abrió la puerta de la casa, olía muy, pero Ana decidió continuar su camino, lo primero que vio fue unas enormes gradas de madera blanca, llenas de polvo, no parecían tener mucha estabilidad, al lado izquierdo había un largo y oscuro pasillo.
Ana decidió caminar hacia él, prendió la luz del celular para poder ver con claridad, se encontró con muchos cuadros viejos y desgastados de una familia que se miraba muy feliz. Ana siguió caminando hasta que escuchó algo, ¡PAM! Un enorme cuadro se había caído de la pared. Ana se sobresaltó, estaba a punto de salir corriendo de esa casa, el hecho de que estuviera sola, lo hacía mas tenebroso, pero Ana tomó valor y fue hacia el enorme cuadro, en el cual habría un cuchillo en la cara de la madre. Ana se alejó del cuadro y dio cuatro pasos atrás, con mucho miedo se regresó a la entrada, pero antes de salir por la puerta, un pensamiento la activó: “Ana no puedes rendirte así de fácil”, es cierto - se dijo - tengo que seguir. Ana tomo valor y pensó: “solo es casualidad” y siguió, pero esta vez tomó el lado derecho, en él había cuatro puertas, entre ellas una estaba medio abierta, Ana se acercó y la empujó levemente, la puerta rechinó de manera escalofriante, Ana puso un pie dentro y un escalofrío la recorrió desde la punta de los pies.
Dentro había una cama de bebe y una mecedora que estaba en movimiento, Ana tenía mucho miedo, pero ella no se iba a ir de allí hasta probar que la casa no tenía nada, aunque ahora Ana ya no estaba tan segura de eso, en la habitación había más cuadros, pero esta ves solo de una pequeña niña con dos colitas, Ana se acercó al cuadro con curiosidad cuando de repente, los ojos de la niña se movieron rápidamente. Ana se apartó del cuadro, cayendo al piso, ¿Qué fue eso? Ana decidió pensar que fue obra de su imaginación. Ana se levantó del piso con una extraña sensación. Ana se acercó a la cuna, en ella había un pequeño peluche, Ana levantó el peluche y lo soltó rápidamente, tenía sangre fresca. ¿Cómo? La casa estaba abandonada, lleva por lo menos quince años abandonada. Había muchas cosas que no tenían sentido en esa casa, Ana estaba pensando cuando … ¡PAM! Ana saltó del susto, ¿Qué fue eso? Ana se gira para ver de donde proviene el sonido, Ana se encuentra con la puerta completamente cerrada, Ana se apresura a intentar abrir la puerta, la puerta tiene llave, Ana buscó otra salida, había una pequeña ventana, en la parte superior de la pared, Ana se subió a la silla intentando llegar, cuando estaba a nada llegar, Ana se subió a la silla intentando llegar, cuando estaba a nada de llegar, Ana siente una mano tirar de ella para abajo, Ana cae absorbida al piso, levanta la cabeza y mira la puerta abierta, sale corriendo a la entrada, intenta abrir la puerta mientras lagrimas resbalan por sus mejillas, Ana se dio la vuelta estresada y se dio cuenta que tenía que buscar otra salida y recordó las palabras su madre: “Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana”. Ana entonces decidió seguir.
Ana entró a otra habitación, en esta había una carta tirada, Ana la recoge y la lee: “cometiste un grave error al entrar a la casa, yo tome la misma decisión, necesito que me liberes de aquí y a cambio vamos a poder salir, lo único que tienes que hacer es ir al cuadro de la foto familiar y retirar el cuchillo, ¡cuida tus pasos!”. Ana estaba muy confundida, no tenía una mejor idea así que se dirigió al cuadro y con mucho miedo tomo el cuchillo y lo sacó, sonó un enorme trueno que sobresalto a Ana.
Ana abrió los ojos y miró a un señor de aproximadamente cincuenta años. Tranquila pequeña, voy a ayudarte – dijo el señor – sacando una llave de su bolsillo, ambos se apresuran a llegar a la entrada, antes de abrir la puerta el señor habló. Ana no puedes decir nada de lo que viste acá o te buscaran. No dijo nada más y abrió la puerta. Ana estaba muy confundida ¿de dónde salió ese señor? ¿Cómo sabia su nombre? ¿cómo que me van a buscar si hablo? Ana confundida y con miedo llegó a su casa en la cual había una carta que decía: “mientras no digas nada, estas a salvo” Att. El Rayo. Desde ese día Ana nunca fue la misma. ¡Fin!
Jimena Bedoya ¿Podemos Confiar? -¿Dónde estoy? Agghh, mi cabeza me duele demasiado. ¿Qué me pasó?, y ¿por qué estoy acá?, ¿eso es sangre? ¡Dios mío, es mía!, ¡está saliendo de mi cabeza!, ¡ayuda por favor, estoy herida! - Decía aquella chica tan lastimada. Pasó una persona, pero no se preocupó por ella, pasó otra y tampoco la ayudó. Ella con las pocas fuerzas que le quedaban caminó a la parada del bus, lo tomó pero nadie le preguntó si estaba bien, que le había pasado o si necesitaba ayuda.Minutos después, la sangre paró de fluir. Ella se sentía débil, pero no dijo nada, sabía que no le iban a creer ni una sola palabra. El bus llegó a la parada donde había indicado esa niña. Agotada bajó y entró a su casa. Su mama al verla no le dio importancia, en cambio la regañó por tener la camisa manchada. Ella se acostó en su cama intentando recordar lo que había pasado, hasta lograrlo. Se recordaba haber sido lastimada gravemente en las piernas, brazos y más, pero no podía recordar quien la había lastimado, ni por que lo había hecho. Ese día fue horrible, no podía recordar lo que le había pasado antes de despertar en esa calle tan solitaria, ni sabía quién le hizo eso tan feo y malvado, no sabía quien le había dejado tantas heridas irreversibles. Solo recordaba como la habían lastimado lujo de detalles, aunque ella lo quisiera olvidar no podía, era imposible y eso la había traumado tanto hasta llegar al punto de no querer seguir con su vida, pero ella hizo una promesa: encontraría a esa persona quien la había lastimado. Pasaron muchos años desde que hizo esa promesa, no era capaz de personar a aquel o aquellas personas que le habían hecho eso tan atroz. Ella solo quería salir de esa pesadilla. Cada noche esa niña a la cual le quitaron su inocencia y dignidad sin piedad se echaba a llorar en el frío suelo, se ahogaba en sus propias lágrimas
. No, ella quería llamar la atención dijeron. Dijeron que ella estaba bien, cuando en realidad se estaba cayendo a pedazos cada día más. Dijeron que se le iba a pasar y pasaron años y años, dijeron que mejoraría y ella sigue creyendo que está en un pozo sin salida, sin futuro alguno. Nunca quisieron asumir la realidad, no quisieron asumir que esa pequeña niña necesitaba ayuda, nunca entendieron que ella ya no quería seguir en este mundo tan miserable el cual tanto la había dañado y había hecho que ya nada le importara. La vida ya no tenía sentido alguno, hicieron que se sintiera un estorbo, inútil y fea. No se dieron cuanta que ella ya no comía ni dormía, que las ganas de irse ya seguían allí, atormentándola, acosándola, torturándola, mortificándola. Ella ya no quería esforzarse ni pensar en razones para volverse a parar. Sus ojos ya no eran los mismos, los cuales antes se les notaba felicidad, alegría, motivación y gozo. No intentaba seguir con su misera vida, infortunada, infeliz e inútil. Todas las mañanas se despertaba con sus brazos llenos de sangre y heridas abiertas, las cuales no se podían sanar, curar o borrar.
Le pedía al aire o a lo que fuese que la escuchara, que por favor la matara y terminara de pensar en dolores, problemas, cosas, las cuales la lastimaban y era imposible de librarse. Lo único que ella quería saber era por qué la habían torturado tanto en un pasado. Un día su mamá se dio cuenta de todo el desorden del que había en su cuarto. Ella nunca estaba atenta a la niña, era antipática y grosera con ella. Aquella señora le mandó a arreglar el caos en su cuarto. La niña por miedo a su mama obedeció a regañadientes. Siempre le recalcaba que había sido un error y que siempre se arrepentirá de haberla tenido. La niña al estar arreglando su cuarto encontró algo, era una carta, no estaba segura si ella lo había escrito, así que leyó la carta y esta decía: “le he hecho tanto daño a esa niña, no sé por qué lo hago, y probablemente lo seguiré haciendo. Es trágico y doloroso, pero no puedo dejar de hacerlo, es una rutina o costumbre, ya no sé como comenzó ni si va a terminar, si tiene una cura o algo así, no sé si ella va a sobrevivir todo el daño o no”. Firma: “J”. ¿J? ella preguntaba confundida, pero tenía una pista de esa persona, quien le hizo tanto daño, pero sintió algo raro, un tipo de nostalgia, ella sintió motivación ya que tenía una pista de quien podría ser esa persona tan malvada, pero vio algo, vio cientos y cientos de cartas más. Las empezó a leer todas y tenían la iniciar “J”. Ella leyó una carta e hizo que se diera cuenta de algo. La carta decía: “por favor, quiero terminar este dolor, te lo ruego, estoy secuestrada por mí misma, lo sé, pero no puedo hacer nada contra ello, no puedo dejar de lastimar, nadie me cree, dicen que estoy loca, demente, y que no puedo para de mentir. Solo te ruego tener a alguien que me ame y me cuide, quien sí me crea, quién no me trate de loca ni mucho menos” Y ahí fue cuando ella se dio cuenta de todo, ella misma era quien se hacía tanto daño, pero no podía hacer nada al respecto, ella no podía dejar de lastimarse. Y sí, esa niña fui yo.
Antología del primer certamen de escritura para niños ¡Ahora cuento yo! organizado por Ibby Guatemala
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2023