San Juan de la Maguana, en el suroeste de la República Dominicana –la provincia más grande del país, por su extensión, y una de las más pobres– está experimentando un cambio sin precedentes, en gran medida, gracias al tabaco. Dos años atrás, el presidente Luis Abinader afirmó que la prosperidad que este sector ha llevado a la zona norte podía replicarse en el sur… y la tarea comenzó.
Ahora, tras la implementación del Plan San Juan se espera una cosecha de 20 mil quintales de tabaco para tripa, capote y, por primera vez para esta zona y el país, capa dominicana de la más alta calidad, lo que se traducirá en ingresos por más de 500 millones de dólares, así como una mayor independencia respecto de la importación de materia prima de Ecuador o Nicaragua, por ejemplo, para elaborar cigarros premium.