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La anciana
58 Duele sentir
La anciana hizo una incisión profunda en la piel de mi memoria con el filo de sus uñas viejas.
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Recordé el olor del aire en el cementerio donde está enterrada mi infancia.
Seres humanos y flores descompuestos juntos en los ojos de ángeles.
Un trozo de la tabla periódica tuvo que ser extraído de su boca y que yo era el único que podía ayudarla a capturar las criaturas de hábito que devoraban sus venas en la noche, me dijo.
Le contesté haciendo un comentario cortés y dibujando una sonrisa con mis poros en el aire
Humberto Gómez Sequeira-HuGóS 59
mientras trataba cuidadosamente de reorganizar su rostro con los trozos de piel que caían en el suelo.