En Argentina, las primeras variedades de alcachofa fueron introducidas por los inmigrantes italianos después de la primera guerra mundial, conjuntamente con las prácticas de cultivo y la modalidad de consumo.
La alcachofa es uno de los cultivos que aumentó en forma verificable sus rendimientos en la década 2003 / 2013, según datos de la FAO. Las tasas anuales de crecimiento en la misma década fueron de -2,18 % para el Área Cosechada, 1.43 % para la Producción y de 3,69% para el Rendimiento. Con la introducción de nuevos materiales genéticos y ajustando técnicas de manejo se pudo aumentar los rendimientos, iniciar la cosecha en mayo, permitiendo entrar en el mercado con una primicia aprovechando un buen precio de venta.