Cigarros electrónicos, una muy mala idea POR BERENICE ROJAS
L
os cigarros electrónicos, utilizados como una forma para dejar de fumar, son igual de dañiños en el mediano o largo plazo que los cigarros de tabaco, aseguró Rolando Martínez Granados, especialista en Medicina Interna y Oncología Médica. Actualmente es común ver a los jóvenes consumir este tipo de aparatos que imitan la forma de consumir un cigarro, y aunque fueron creados como una alternativa para ir dejando el tabaco poco a poco, esta no ha cumplido con su función. Martínez Granados explicó que la información que se tiene de los vaporizadores es muy escasa y existe una preocupación por los daños a la salud que pueden llegar ocasionar entre las personas que lo consumen. “La combustión o el calentamiento de la sustancia que usan los vaporizadores se puede convertir en otras que pueden tener un potencial cancerígeno, de tal manera que el impacto que podemos tener con el uso de estos vaporizadores probablemente no lo vamos a ver en un corto plazo, sino quizás en un mediano o largo plazo, probablemente cuando los jóvenes lleguen a la edad de 40 o 50 años”, afirmó. Al igual que el tabaco, que está comprobado que puede provocar cáncer y dañar a la gente a su alrededor (fumadores pasivos); los vaporizadores pueden llegar a causar una enfermedad conocida como Evalis. “Lo que se ha reportado son problemas agudos por su uso, es decir, alteraciones en el pulmón que habitualmente son del ámbito del neumólogo y que llegan a provocar procesos de insuficiencia respiratoria aguda, inclusive ya hay un nombre para esa enfermedad que se llama Evalis” “Aunque por el momento aún no se relaciona si su consumo puede llegar a causar cáncer, sí existe una gran preocupación entre el gremio médico inclusive entre las asociaciones que se encargan de combatir el cáncer de pulmón”, enfatizó Martínez. Las asociaciones que se encargan de vigilar y prevenir enfermedades relacionadas al consumo del tabaco, han reportado la aparición de este tipo de cuadros agudos y se ha relacionado con cierto tipo de sustancias que se encuentran en los vaporizadores. Los especialistas han logrado detectar que el Evalis se ha presentado en personas
jóvenes porque son los que más utilizan este aparato. Por lo tanto, no recomiendan al momento el uso de estos vaporizadores porque no se tiene la certeza que disminuyan el riesgo de exposición al uso del cigarrillo. Además, al liberar la sustancia, personas que no usen el dispositivo corren también corren un riesgo al inhalar los productos durante mucho más tiempo, porque a diferencia del tabaco, este puede tener aromas agradables que no alejaran a los demás de una persona que esté utilizando un vaporizador. “Idealmente no es recomendable porque no podemos determinar la seguridad del uso de este aparato, inclusive hay estudios realizados en Estados Unidos que han comparado a la población joven el uso de este tipo de vaporizadores en un intento de evitar el uso primario del tabaco, pero se ha visto que los pacientes que usan vaporizadores tienen un riesgo mayor de consumir el cigarro”, dijo Rolando Martínez. Otro motivo de consumir el vaporizado entre los jóvenes, aparte de un intento de “dejar de consumir el cigarrillo”, es que los jóvenes quieren pertenecer a un grupo, por lo tanto, se trata de un gancho social para poder interactuar con el resto de las personas.
“Considero que su uso no debería ser generalizado y estrictamente no recomendado por el momento. “Parece ser que es algo más de moda entre los jóvenes, sobre todo porque el tabaco siempre ha estado implicado con la aceptación social, el uso del tabaco entre los jóvenes se trata de un gancho social para poder interactuar con el resto de las personas que están en las escuelas o pertenecen a grupos”, finalizó Rolando Martínez.
CIGARRO ELECTRÓNICO SE CONSUME POR COMODIDAD Para Moisés Cruz, María José Anaya y Carla Viramontes, su experiencia con los cigarros electrónicos, también conocidos como maskking, los ayudo a disminuir un poco su consumo del cigarro. Los tres jóvenes menores de 25 años, coincidieron que la comodidad de fumar en cualquier lugar cerrado o en donde este prohibido los cigarros normales fue un factor muy importante para adquirir este dispositivo. “En mi experiencia si me ayudó a dejar el cigarro, literalmente hoy en día tomo un cigarro y ya no me gusta, me sabe o muy fuerte o co-
mo muy mentolado, al fumarlo me quema como menta. “Comencé comprando un vape, que sí es recargable y sentía que me ayudaba al momento de salir para no fumar tanto, porque así cuando solo quería una fumadita ya no era necesario prender un cigarro completo y terminarlo aunque no fuera la intención, con el maskking ya solo le doy una fumada o dos”, comentó Viramontes Sin embargo, la joven reconoció que la facilidad de este aparato le permitió dejar el cigarro, pero aumentó el consumo de “fumar” a cualquier hora y lugar. A diferencia de Carla, Moisés afirmó que el cigarró electrónico no provocó que dejara por completo el tabaco, solo disminuyó su consumo. “Creo sinceramente que no provocó ningún cambio en mí, sigo consumiendo el cigarro, ya no tanto como antes, pero te estoy hablando que cinco cigarros menos, aunque no es mucho la diferencia, pero como quiera sigo comprando la caja de cigarrillos y no llego a consumirla toda. “El maskking lo compro por la comodidad de estar en un lugar cerrado y estar fumando, entonces fumo en interiores como en el carro o mi cuarto o cualquier lugar de la casa y no se apesta el ambiente”, enfatizó. La intención de María José Anaya nunca fue dejar de fumar, sin embargo, al igual que Carla y Moisés, pudo notar que su consumo del cigarro disminuyó al adquirir el cigarro electrónico. “Yo lo compre no con el fin de dejar fumar, sino por la comodidad de fumar en cualquier lado o poder hacerlo en lugares cerrados en donde esta prohibido consumir un cigarro, pero si note la diferencia porque yo fumaba un poco mas de cinco cigarros al día, pero desde que uso el cigarro electrónico fumo uno o dos cigarrillos diarios. “Como estoy desde la comodidad de mi cuarto no me surge la necesidad de salir a fumar uno normal”, agregó. Aunque para los tres jóvenes la inversión al adquirir los dispositivos no ha ayudado en su economía, ya que un aparato desechable cuesta 300 pesos con 2 mil 500 fumadas y una duración de 15 días; ellos seguirán prefiriendo el maskking por su comodidad, los sabores y que el olor a cigarro no quedara impregnado en su cuerpo, ropa o lugar en donde se encuentren. v