3 adelaida cofundadora

Page 108

medios, ore mucho y haga orar por mí. M. de Cicé debe haber “puesto los medios” muy rápido, porque sólo tres días después, el 10 de diciembre, el Padre le escribe: Veo con gratitud, querida hija, cuánto se ha ocupado de nuestros asuntos. Dios sea su recompensa en este mundo y en el otro. Y un poco más adelante: Pienso como usted que nos dirijamos al Sr. de Vence para la Memoria. Sigue un incidente que muestra lo acertado de las reacciones de M. de Cicé: La respuesta del Sr. Bernier no es satisfactoria; lo que usted ha dicho sobre eso al Sr. de Namur es muy bueno y corresponde a mi manera de hablar. Luego vuelve a la Memoria: Mi Memoria ya está escrita. Recuerdo la delegación a Roma, su aprobación y permiso, los sufrimientos que hemos encontrado después, el estado actual de la Sociedad y el fervor que reina en ella. Lo que usted me dice al fin de su carta me hizo añadir algo... Tenía que decir algo positivo y nombrar las diócesis en las que estamos admitidos, sea por los Obispos o por los Vicarios Generales. El asunto es delicado; es posible que los Obispos interrogados no se acuerden bien del hecho. Pero entreguemos todo al cuidado de Dios, consideremos sólo su gloria... Termino asegurando al Santo Padre que encontrará siempre en mí la más perfecta sumisión, a cualquier cosa que él ordene de mí o de nuestras Sociedades. El tono mismo de esta carta muestra claramente la confianza que tiene en M. de Cicé y la atención con que escucha sus opiniones. El miércoles 12 de diciembre (1804) se llega a la realización: “Le envío, querida hija, mi Memoria para el Santo Padre. Me parece que di en ella una idea justa y clara de nuestras Sociedades y de su estado actual, y ruego a Su Santidad que decida sobre ellas, como también sobre mí, todo lo que su sabiduría juzgue más conveniente. He tenido que decir una palabra de usted, sin nombrarla sin embargo, y he dicho lo que dicen todos. También hablé de mí aproximadamente como usted me lo insinuó; así hice justicia a la piedad, al fervor, a los buenos sentimientos de nuestras Sociedades... Puse a la cabeza una nota para decirle las razones por las cuales la Memoria le es presentada de una manera secreta... Monseñor de Namur, a quien presento mis respetos, nos hará un importante servicio si tiene a bien presentarla a Su Santidad. El puede leerla antes, no encontrará nada que pueda comprometer a alguien. La conclusión de esta carta importante para el porvenir muestra la “indiferencia” sobrenatural en la que está el fundador: Oremos mucho; estamos en un momento de crisis, pero pongamos en Dios nuestra confianza. La gestión era necesaria, es ordenada por las circunstancias. Que se cumpla la voluntad de Dios. El ve la sinceridad de nuestros corazones; espero que no permitirá que se destruya su obra y que inclinará en su favor la mente y el corazón de aquel que tiene para nosotros su lugar en la tierra. Amén. Amén. 107


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.