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LA CIUDAD QUE QUEREMOS
ante los incentivos perversos que provocan para los usuarios: ante más carriles, las ciudades aumentan su parque vehicular en lugar de reducirlo. La ciudad que comienza este juego difícilmente escapa del paradigma que ha iniciado. Así se encuentran Guadalajara y, más recientemente, Querétaro.
Qué podemos hacer para evitar que a Aguascalientes le suceda lo mismo
Una alternativa podría ser invertir en un sistema de transporte público amplio, distribuido bajo una lógica pensada para las personas y no para las empresas concesionarias.
Este podría estar estructurado en estaciones que funcionen como supernodos, una en cada punto cardinal de la ciudad, y que estas a su vez cuenten con sistemas de bicicletas de alquiler que permitan a las personas avanzar los últimos kilómetros hasta su destino. También, necesitaríamos contar con un sistema de ciclovías que aproveche los anillos viales que ya tiene la ciudad y conectarlo con vías transversales que respondan a la lógica de los recorridos casa-trabajo y casa-escuela.
En las últimas administraciones hubo algunos avances, pero aún observamos islas, más que un sistema integral. Aguascalientes es una ciudad con pocas subidas y un clima envidiable que facilita a las personas moverse en bici.
La distribución de sus anillos permite pensar en un sistema de transporte público que, con algunas inversiones financieras y ajustes en su diseño, podría hacer que el rumbo de esta ciudad se aleje del paradigma de una ciudad para autos y se convierta en una ciudad para personas.
Director General de la Universidad de la Ciudad de Aguascalientes INEGI: Vehículos de motor registrados en circulación 2021; y Censo de población 2020.